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THE LIBRARY
OF
THE UNIVERSITY
OF TEXAS

LIBRARY
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LA PROVINCIA DE TUNOURAHUA EN 1928
I
LA PROVINCIA DE

TUNGURAHUA EN 1928

OBRA DE PROPAGANDA SECCIONAL COMPUESTA PARCIALMENTE POR

DISTINGUIDOS ESCRITORES AMBATEÑOS Y DIRIGIDA

POR LA

EMPRESA EDITORIAL "RAZA LATINA"

EDICION ILUSTRADA

HISTORIA Y GEOGRAFIA.—GOBIERNO Y ADMINISTRACION.— VIDA MUNICIPAL. — REGI

MEN ECLESIASTICO. — INDUSTRIAS, COMERCIO Y BANCA. — LA AGRICULTURA.— LAS
ARTES.—LA INSTRUCCION PUBLICA.—LITERATURA Y PERIODISMO.— HOMBRES RE
PRESENTATIVOS DE LA PROVINCIA.— CARRERAS PROFESIONALES Y LIBERALES.—
CENTROS SOCIALES Y DEPORTIVOS.—ASOCIACIONES OBRERAS.— BENEFICENCIA, ETC.

J. F. MONTALVO, editor gerente O. E. REYES, director literario

JOSE F. CUESTA, agente general

AMBATO — ECUADOR
EDITORIAL «RAZA LATINA.
MC MX XVI 11
 DERECHOS RESERVADOS
POR LOS EDITORES

TALLERES DEL COLEOIO BOLIVAR».— ANGEL M. (¡ARCES, RECENTE

 INTRODUCCION

Cuando a fines del año 1927 comenzaron a circular

nuestros prospectos, no creíamos que la obra en pro
yecto alcanzaría nunca la amplitud con que hoy, como
especial homenaje de cariño, la ofrecemos a esta sección
nuestra de la Patria.
Pensamos, sobre todo, en la limitación de los recursos
editoriales de que íbamos a disponer, y en la limitación —
más grave aún— de ciertas fuerzas económicas destinadas,
por la índole misma de la obra, a costearla por sí solas,
sin extraño concurso. Nuestro esfuerzo, así, no podía lle
var a efecto sino un índice de las mejores cosas de la
vida contemporánea de la Provincia (y el título mismo
del volumen no correspondía sino a este sencillo progra
ma, según ofrecíamos); pero no una monografía, más o
menos completa, que abarcase pasado y presente, y que
ofreciese, para Ambato actual, las mejores noticias de su
Historia, y, para el lector lejano, los mejores y más deta
llados datos acerca de un pequeño gran pueblo contem
poráneo de América, que forja por sí mismo su grandeza,
en un rincón de los Andes ecuatorianos.

113CS29
 INTRODUC CION

Sin embargo, emprendido el trabajo, el proyecto ini

cial pudo adquirir mayores proporciones; y el simple
libro de propaganda y de información novísima, se convir.
tió en una monografía de más extensos propósitos. Luego
la dividimos en dos grandes partes — historia vieja y cosas
de hoy,— para que el lector pueda advertir, sin gran fati
ga y a primera instancia, que el proceso de vital des
arrollo de esta Provincia del Ecuador coincide con su edad.
Es un pueblo de 300 años, y durante ellos no ha perdido
un solo día, porque todos los ocupó venciendo a la Natu
raleza y sacando frutos a las estériles arenas y produ
ciendo hombres que han honrado el Continente.
Había, pues, que consignarlo todo. Pero esto no podía
suceder sin la colaboración de los mejores. Escritores
ambateños cuyas vidas se han consagrado a la investiga
ción histórica de modo preferente, o cuyos cariñosos entu
siasmos por las más nobles cosas de su tierra, siempre
fueron visibles, vinieron, entonces, en nuestra ayuda: las
corporaciones oficiales — Municipalidades, Institutos, Go
bierno;— la sociedad y las más importantes entidades
comerciales e industriales de Ambato, después, acudieron
a nuestro llamamiento .... y el libro esperado por muchos
años vino a ser una realidad.

Principalmente ha colaborado en la sección histórica

de este libro, nuestro ilustre conterráneo don Celiano Mon-
ge. Otros amigos nuestros — Augusto Arias, Julio P. Mera,
Gabriel Román G., Isaías Toro Ruiz— han aportado tam
bién interesantes trabajos que indicamos en el respectivo
«Indice de colaboraciones».
Es así como la Provincia de Tungurahua tiene ya su
monografía, escrita y editada por ella misma.

* * *

Respecto de La Provincia de Tungurahua en 1928»

tenemos que consignar, al observarla en sí misma, algunas
indicaciones precisas.
Su historia la hemos tomado en sus lineamientos ge
nerales, que son los más importantes, y ha sido extraída
 INTRODUCCION I I I

de los viejos papeles de los archivos municipales y ecle

siásticos—que no son muy ricos ni completos,— y de textos
autorizados de los más ilustres autores nacionales y ex
tranjeros. De paso hemos incluido aquellos documentos
o valiosas noticias que antes de hoy aparecieron en pu
blicaciones de frágil existencia, en semanarios y hojas sin
garantía de perdurabilidad. Quizás esto ofrezca, sobre
todo a los historiógrafos del porvenir, apreciable utili
dad, siquiera como contribución al gran acervo de datos
que requerirán al ahondar en nuestro pasado o detenerse
en lo que constituye nuestro presente.

Detalles de la historia o hechos secundarios de ella,

pueden encontrarse en las semblanzas de los personajes.
A este respecto, anotaremos que en este libro nacional —
acaso por primera vez en su clase,— damos particular im
portancia al dato íntimo y familiar de la biografía, por
ser ésta, según el criterio moderno más lógico, no solamen
te la que mejor agrupa, cuando no es superficial, los suce
sos pequeños de la Historia, sino, sobre todo, porque con
tribuye a evocar mejor la contextura moral de los tiem
pos en que actuaron esos mismos personajes. Por otra
parte, cuando se trata de escritores de gran talla, los datos
íntimos y familiares se los damos preferentemente ya que
la moderna crítica exige, para llegar a una superior apre
ciación de conjunto sobre el hombre y la obra, su minu
cioso conocimiento.

Ambato no tiene particularmente una literatura y un

periodismo de autonomía marcada: tiene, sí, grandes hom
bres que fueron, en medio de otras consagraciones men
tales de no menos subido valor, también literatos y perio
distas de primer orden. Cada uno significa muchas cosas
a la vez — a excepción de Juan León Mera, en el que pre
pondera brillantemente más bien el hombre de letras, con
actividades anexas de muy secundaria importancia,— y he
mos preferido, por eso, tratarlos independientemente, fuera
de las clasificaciones de rigor. Así, las noticias— aun es
cuetas—acerca de Montalvo, no se localizan en el literato
caudaloso y magnífico burilador de cláusulas rotundas, que
ha escrito una serie de famosos libros y folletos, solamente:
ellas tendrán que extenderse siempre, y de un modo prin
 INTRODUC CION

cipal también, al admirable combatiente político y al mag

nífico tipo de hombre.

En los otros escritores, a medida de su importancia

universal, hemos procurado proceder de modo idéntico.

• * *

Esta edición de la monografía de Tungurahua no la

consideramos definitiva. Nuevos datos o necesidades de
mayor amplitud, exigirán, acaso, una segunda edición, en
que ellos puedan o deban incluirse.

Entre tanto, dejamos lealmente cumplida la parte esen

cial de nuestra patriótica obligación. De algún modo he
mos querido, no sólo reflejar con exactitud los mejores
aspectos de una sección territorial del Ecuador, sino tam
bién rectificar las aserciones devastadoras de quienes, sin
fe ni conocimiento, realizan, dentro o fuera del país, su
implacable labor de descrédito.

Deseamos fervientemente que este libro contribuya—

en los lejanos países que nos desconocen— a la más inte
ligente y recta apreciación de nuestras realidades; y que
vaya— aún dentro del propio ambiente nacional,— a justi
ficar o despertar los verdaderos motivos del amor patrio,
o a robustecer viejas esperanzas o estimular nuevos anhe
los, con el recuerdo de la constancia vencedora de ayer y
la visión serena de lo que valen los esfuerzos presentes.

Los Editores

Ambato, 12 de Noviembre de 1928

 LA PROVINCIA ANTES DE 1928

HISTORIA ANTIGUA.— LA CONQUISTA ESPAÑOLA.—LA EPOCA COLONIAL.

HOMBRES NOTABLES DE LA COLONIA.— LAS GUERRAS DE LA INDEPEN
DENCIA.— EN LA REPUBLICA.— LOS GRANDES AMBATEÑOS DEL SIGLO XIX.
 CAPITULO
HISTORIA ANTIGUA
EL TERRITOniO DE LA ACTUAL PROVINCIA DE TUNGURAHUA HACE 500 AÑOS.
LOS ESTADOS INDIGENAS DE LLACTA-CUNGA, HAMBATO Y MOCHA.— ETNOGRAFIA
DE ESTOS ESTADOS.
El territorio que pertenece hoy a la
Provincia de Tungurahua fue, hace unos
500 años, de dominio absoluto de infini
dad de tribus indígenas que formaban»
según se supone, los siguientes estados
independientes: Llacta-cunga, Hambato
y Mocha.
Estos estados— vecinos del famoso
Reino de Quito, aunque no sus tributa
rios ni amigos— comprendían varios de
los pueblos que hoy los reconocemos
apenas en sus residuos, o con sus meros
nombres indígenas, no solamente en la
actual Provincia de Tungurahua, sino
también en otras vecinas. Eran casi
idénticos por lo que respecta a las cos
tumbres, pero no iguales en cuanto a
extensión territorial y número de asocia
dos, ni completamente homogéneos en
cuanto a dialectos, carácter y religión.
A Llacta-cunga, que era nación tan
poderosa y extensa como el Reino de
Quito, correspondían las tribus de los
pilakuines, pansaleos, cusubambas,
muliambatos y muchísimas otras que
actualmente se clasifican en la etnografía
de la Provincia de León.
A Hambato,—que era un estado pequeño
y apenas tomado en cuenta entre Llacta-
cunga y Mocha, diez veces mayores,—
pertenecían los huapanlis, pillaros,
quisapinehas, izambas y harnbatos.
I
A Mocha correspondían las siguientes
tribus, en su mayor parte numerosísimas:
las de los mochas, pachanlicas, patates,
pelileos, queros, y, probablemente, las
agrupaciones indígenas de las cabeceras
del Pastaza
Muchos años, y quizá siglos, debieron
de pasar estos pueblos en su vida de
elemental independencia, hasta que suce
sivas inmigraciones o conquistas vinieron
poco a poco a renovar y convulsionar su
espíritu y costumbres.
Salvo todo lo vulnerable que ante el
criterio científico moderno pueda haber
en las relaciones de nuestros primeros
historiadores, la teoría de los Shyris ha
llegado a propagarse y difundirse mucho
por todo el país. Según ella, fue Carán
Shyri quien, hacia fines del siglo IX,
logró apoderarse del Reino de Quito.
Era Carán Shyri gobernante de una pe
queña nación costeña situada entre
Charapotó y el Cabo Pasado; y deseando
ensanchar sus dominios o hallar climas
más benignos, emprendió en la conquista
de este Reino, que ya tenía fama de rico.
Lo conquistó, en efecto, y años más tarde
tocó a sus sucesores apoderarse de los
estados limítrofes entre los que estaban
por el Sur, precisamente, los de Llacta-
cunga, Hambato y Mocha.
Los caras eran, según esta teoría, gentes
12 LA PROVINCIA DF. TUNGURAHUA EN 1928
de origen caribe, que se habían introduci
do poco a poco por la desembocadura del
río Esmeraldas. En cambio, los primitivos
habitantes de las zonas situadas en el
corazón de las montañas andinas, eran,
según se desprende de las tradiciones que
conservaron en sus cantos populares,
descendientes más bien de las tribus del
Oriente, que habían subido en el trans
curso de los siglos desde las selvas
amazónicas hasta las antiplanicies de
Tungurahua, León y Chimborazo, segu
ramente por la garganta del Pastaza
Entre conquistadores, o simples inmi
grantes que fuesen,—llámense caras o no,
—y los primitivos habitantes de Llacta-
cunga, Hambato y Mocha, había pues
alguna diferencia. No así entre éstos y
los de las tribus vecinas del Chimborazo
( puruhaes ), con los que, según lo com
prueba el Dr. Federico González Suárez
en sus notas arqueologicas, guarda
ban estrecha afinidad.
Esta referencia a la etnografía antigua
de la provincia de Tungurahua debe ser
ampliada. Y a este propósito, nada más
oportuno que transcribamos la parte
principal del capítulo que el sabio histo
riador ecuatoriano dedica a la refutación
de las antiguas suposiciones sobre el ori
gen étnico de los primitivos habitantes
de estos territorios.
Así, no solamente quedarán aclaradas
algunas dudas sobre el particular, sino
que se podrán conocer también varios
otros puntos que se refieren de un modo
inmediato a la vieja historia y a las viejas
tradiciones de nuestros antiguos indios.
He aquí lo que dice el Dr. González
Suárez:
«Los autores de la etnografía
antigua ecuatoriana (señores H. Ver-
neau y Pablo Rivet, de la Comisión Geo
désica Francesa) están discordes de
nosotros en otro punto: ellos sostienen
que los indígenas de Latacunga pertene
cían a una raza distinta de la de los
puruhaes; nosotros opinamos que los
pobladores de una gran parte de la actual
provincia de León eran oriundos de la
misma raza puruhá, cuyas parcialidades
ocupaban la provincia de Tungurahua,
la de Chimborazo y la de Guaranda.
No es fácil, (como ya lo hemos hecho
notar antes) trazar, con exactitud, el mapa
etnográfico de la República del Ecuador;
y no conviene empeñarse en hacer coin
cidir la división actual del territorio
ecuatoriano en provincias, con la circuns
cripción etnográfica de las tribus indíge
nas que poblaban antiguamente la zona
de la costa occidental y la sierra o pla
nicie interandina.
La nación Puruhá ocupaba todas las co
marcas que forman actualmente las pro
vincias de Tungurahua y del Chimborazo:
esto consta de un modo seguro por docu
mentos auténticos y oficiales de fines del
siglo XVI. ¿Podemos fijar, con seguridad,
el límite septentrional del territorio ocu
pado por la nación Puruhá ? Los indí
genas, que poblaban en lo antiguo la
actual provincia de Latacunga, ¿pertene
cían a la misma nación Puruhá o serían
de otra distinta ? ¿ Qué conjeturas se
pueden hacer, estudiando las tradiciones,
los hechos históricos y la toponimia de
la provincia ?
Al tiempo de la conquista de los espa
ñoles, la nación llamada Puruhá estaba
compuesta de parcialidades distintas:
había puruhaes legítimos; había mitimaes,
y en número muy considerable, porque
tanto el Inca Túpac-Yupanqui, que fue el
conquistador de la nación, como su hijo
Huayna-Cápac, sacaron muchísimos gru
pos de los naturales de esas provincias y
las repoblaron con las colonias traídas del
sur del Perú.
Los puruhaes tenían bailes nacionales
en los cuales solían recordar, en composi
ciones poéticas o cantares populares, los
hechos de sus antepasados y los sucesos
tradicionales de sus tribus. En una de
esas tradiciones se conservaba el recuerdo
del país de donde habían venido sus
mayores; éstos habían salido de la región
amazónica, y, por la garganta en la cor
dillera oriental, por el cauce del Pastaza,
habían ido ascendiendo a la meseta inter
andina y ocupando los puntos orientales
de la actual provincia de Tungurahua.—
Hemos recordado ya que los caciques de
Latacunga tenían relaciones de parentesco
con los caciques de la provincia oriental:
esas relaciones de familia, ¿ habrían sido
posibles si los caciques de Latacunga
hubieran pertenecido a una raza distinta
de la raza a que pertenecían los caciques
de Quijos ?
Los indios de Ambato eran los que con
servaban, en sus cantares, el recuerdo de
que sus mayores habían salido de la re
gión oriental: para confirmar la verdad
 The Lik¿f;*
The línivera«»j
of Texas
HISTORIA
de esta tradición, vale mucho el hecho de
las relaciones de familia entre los caciques
principales de Latacunga y los caciques
principales de Quijos. Los aborígenes de
Baños, de Pelileo, de Patate, de Ambato y
de Píllaro eran puruhaes: ¿no lo serán
los de Latacunga?
El cacique principal de Píllaro era un
Ati: la familia Ati tenía su hogar solariego
en el pueblo de San Miguel de Latacunga,
donde residía el régulo de toda aquella
comarca, que era un jefe poderoso del
cual se refiere que, en su casa, tenía duho
o silla de autoridad, y que, cuando salía,
era llevado en andas y acompañado de
escolta de honor. Si Ati, el cacique de Pí
llaro, era puruhá de raza pura, ¿no lo
sería el Ati régulo de Latacunga ? . . . .
Señores de Latacunga eran los Hacho,
caciques de esa parcialidad, así como los
Ati eran de la de San Miguel, que en la
lengua materna de los indios de esa loca
lidad se llamaba Tiguajaló.— Ati, cacique
de San Miguel, acompañó a Atahualpa en
la expedición de este Inca contra su her
mano Huáscar; estuvo en la toma de
Cuzco, y ya en edad avanzada, recibió el
bautismo con el nombre de Alfonso: era
casado con doña Francisca Chuazhangui.
—Estos Ati, antes de la conquista de los
Incas, y aún después, bajo el reinado de
Huayna-Cápacy de Atahualpa, eran régu
los poderosos; andaban siempre llevados
en hombros por sus vasallos, y acompa
ñados de una escolta de lanceros. En su
casa se sentaban en «duho» o «tiana».
( Entre los Documentos del Real Archivo
de Indias en Sevilla existe el expediente
sobre el cacicazgo de los Ati).
.... Entre las parcialidades puruhaes
de Ambato y las tribus indígenas de La
tacunga se conservaba la tradición del
hombre blanco, es decir, de aquel varón
misterioso que había dejado en ciertas
piedras enormes estampadas milagrosa
mente las huellas de sus pies. Una de
estas piedras estaba en la antigua ciudad
de Ambato, y la otra en la llanura de
Callo: ambas eran veneradas por los in
dios.— La de Ambato tenía ocho huellas;
la de Callo, una. Esta piedra existe
todavía.
La tradición del hombre blanco se en
contró entre las tribus del Brasil y dió
origen a las leyendas religiosas de la pre
dicación del Evangelio en América por
uno de los Apóstoles; las huellas de la
antigua 13
piedra de Ambato se atribuyeron a San
Bartolomé ....
El uso de los quipos para contar, la va
riedad de lenguas, según las parcialida
des, el conocimiento de la lengua quichua
y el culto oficial del Sol son indicios de
que en las tres provincias había aboríge
nes de pura nacionalidad puruhá, y colo
nos traídos por los dos últimos Incas, de
puntos diversos del imperio.
" La piedra de las ocho huellas " que
conservaban los indios del primer asiento de
Ambato. Los españoles juzgaron que el va
rón misterioso que las había dejado no podía
ser otro que San Bartolomé.
Cieza de León, cuando narra las cosas
vistas y observadas por él en Latacunga
habla de los mitimaes y de los monumen
tos de los Incas, y no de los puruhaes
cuya lengua y cuyos usos y costumbres
toca como.de paso.- El templo del Sol, el
monasterio de las doncellas consagradas
al servicio del Sol no son propios de la
cultura genuina de los aborígenes de
Latacunga, sino de la religión oficial de
los Incas. El dios principal de los puru
haes no era el Sol, sino el cerro nevado
del Chimborazo, y el del Tungurahua: en
la teogonía naturalista de la gente puruhá
los dos cerros se adoraban como seres
vivientes, dotados de sexo propio. El
Chimborazo era varón; el Tungurahua,
hembra» .... (notas arqueologicas.
Cap. XI).
LA CONQUISTA PERUANA.— LA PRIMERA
INVASION.— RESISTENCIA EN MOCHA.
Hacia mediados del siglo XV, el Inca
Túpac-Yupanqui, del Perú, dotado de un
genio ambicioso y audaz, comenzó a
realizar conquistas por el norte de su
país. Quería extender sus dominios, y
14 LA PROVINCIA PE TUNGURAHUA EN 1928
lo iba consiguiendo, merced a una dis
creta e inteligente política de promesas,
primero, y de amenazas después. En su
poder habían caído ya muchas provincias
pertenecientes al Reino de Puruhá—que
no estaba más que confederado con el de
Quito,— y en donde apenas tenían una vi
gilancia efectiva los Shyris.
Gobernaba entonces, en Quito, Hualeo-
po; y al saber que el Inca avanzaba sobre
Puruhá, después de haber sometido a
Huancabamba y recibido adhesión y feli
citaciones de varios pueblos del tránsito,
que saludaban al glorioso Conquistador
llenos de alborozo,— se preparó, pues, rá
pidamente a la defensa y trasladóse a Li-
ribamba. Kpiclachima, bravo general de
Hualcopo, preparaba la defensa, constru
yendo fortalezas al estilo de las que cons
truían los caras en sus épocas de guerra,
y disciplinando el ejército.
Túpae-Yupanqui, entre tanto, avanzaba
arrobador y victorioso, aunque no muy
rápidamente, por su costumbre de levan
tar palacios y fortalezas conforme adelan
taba en sus conquistas.
Al llegar el Inca a Tiquizambi (hoy
Tixán), quiso ponerse en contacto con
Hualcopo y someterle sagazmente; pero a
las proposiciones de Túpac-Yupanqui,
Hualcopo contestó con una enérgica ne
gativa, y se rompieron las hostilidades
entre ambos ejércitos. Aunque heroica la
defensa de Hualcopo y de sus generales,
no tardaron en ser vencidos éstos y per
seguidos incansablemente hasta la capital
misma de Puruhá.
Cuando el conquistador del Perú n -~ t ó
la extrema debilidad física de su enemigo,
propuso nuevamente la paz, a base de un
sometimiento inmediato; pero Hualcopo
rechazó nuevamente la propuesta, dando
pruebas de un sólido sentimiento patrió
tico, y más bien reorganizando su deshecho
ejército y encomendándolo a la pericia y
arrojo de un joven general-Calicuchima,
—se parapetó en Mocha y se dispuso a
una tenaz y bien dirigida defensa.
Y he aquí el último baluarte de las
tropas nacionales y ante el cual todo el
arrojo y la experiencia y el ardimiento de
los conquistadores se agotan y terminan,
hasta dar con la derrota.
De Mocha no piulo pasar Túpac-
Yupanqui, y tuvo que renunciar a pro
seguir sus conquistas. Mocha, pues, que
más tarde sería en la historia nacional
el lugar donde se exhibieran tantas
veces muchos actos de heroico valor,
inicia en esta vez su renombre histórico.
Túpac-Yupanqui, cansado del asedio
inútil, regresó a Puruhá, y antes de
emprender el viaje de retorno definitivo
al Perú, sentó las bases de la nueva
dominación, construyendo fortalezas, or
ganizando poderosas guarniciones y po
niendo al frente del Gobierno a jefes de
su confianza.
Hecho esto, el conquistador peruano
abandonó definitivamente el territorio de
los puruhaes; quedando, eso sí, por la
memorable resistencia de Mocha, tanto
los de esta provincia como los de Llacta-
cunga, todavía bajo el dominio de los
Shyris.
RAJO EL DOMINIO RE HUA YNA-CAPAC. —
LA NUEVA CIVILIZACION. -I.A NUEVA
ORGANIZACION SOCIAL Y LAS NUEVAS
COSTUMBRES
Queremos en estos apuntes históricos
consignar solamente aquello que toca muy
directamente a lo que es el territorio
actual de la Provincia de Tungurahua.
Así, nos limitaremos a señalar los hechos
más salientes, ocurridos aquí, en contacto
con acontecimientos de la vida nacional.
Es sabido, pues, que a la muerte de
Túpac-Yupanqui, quien se puso al frente
del Gobierno del Perú fue Huayna-Cápac,
mandatario indígena que se caracterizó
por una violenta pasión de conquistas y
aventuras belicosas.
Huayna-Cápac no se contentó con el
extenso imperio que le dejó su padre, y,
reconociendo el poder de sus fuerzas mi
litares, se decidió a ampliar las conquis
tas tanto por el norte como por el sur.
Al invadir el Reino de los Shyris, natu
ralmente se encontró con la resistencia
enérgica de sus habitantes, si bien mu
chos de ellos más la hacían por espíritu
guerrero, que por incondicional adhesión
a sus monarcas. Para los indígenas que
poblaban el Reino, tanto importaba una
tiranía como otra.
Además, el Inca Huayna-Cápac venía
precedido de grande prestigio, y, a veces,
su conducta sagaz, allanaba los obstácu
los para sus avances, que eran, en gran
parte, sin combates muy reñidos.
Ocasión hubo en que al bravo Cacha
(sucesor de Hualcopo), sus mismos
 HISTORIA
generales le aconsejaron en Liribamba
que se sometiese al invasor peruano. Los
únicos que se opusieron fueron los solda
dos de Caranqui, Otavalo y Cayambi.
Así, relativamente, no le fue difícil apo
derarse a Huayna-Cápac del Reino de
los Shyris. Muchos de los pueblos que
lo componían, por su parte, aceptaron
con sumo placer el nuevo yugo. Entre
esos pueblos estuvieron, como es de supo-
Tipo de guerrero puruhá, de los que lu-
chnron contra los ejércitos conquistadores
de Huayna-Cápac.
nerse, los de Mocha, Hambato y Llacta-
cunga, a quienes ya algunos confidentes
de Cacha acusaron de traidores por ha
berse adherido a Huayna-Cápac, «mag
nánimo, grande y generoso».
Con Huayna-Cápac venían una nueva
civilización y una mejor organización so
cial y política. El Imperio de los Incas
contaba, a la verdad, con mejores siste
mas do vida, con mayor capacidad y
disciplina. Y aunque los indígenas de
estos pueblos no los comprendiesen cla
ramente, por lo menos los presentían,
cuando ya otros reinos y .otros pueblos
se le habían sometido.
lasPues, bien. de
Al Huayna-Cápaeo.en
estudiar este período de
conquistas lo que
fue el Reino de Quito, no se encuentran,
ANTIGUA 15
muchos sucesos trascendentales que acre
diten la heroica resistencia delas tribus de
hambatos, llactacungas y mochas. Huay
na-Cápac lucha bravamente más bien con
los pueblos del norte, donde, con la san
gre de los soldados que vence, se forman
«lagunas de sangre» (yahuarcochas).
Los indígenas de nuestro territorio
aceptaron, pues, el nuevo Gobierno y si
guieron las nuevas leyes y las nuevas
costumbres con escasas protestas. Los
nombres de los pocos jefes que se le re
sistieron no hace falta consignarlos, ni
sus hechos y resoluciones alcanzaron
trascendencia alguna.
Como Huaina-Cápae contrajese matri
monio con Paccha, hija del último Shyri,
la obediencia se hizo general y las bené
ficas leyes de los Incas y esas costumbres
nuevas tomaron arraigo en todas las pro
vincias conquistadas. A esto contribuyó,
por otra parte, eficazmente, la introduc
ción de «mitimaes» (forasteros) dentro del
nuevo territorio conquistado,
A este respecto, el Sr. J. M. Coba Ro-
valino, autor de una monografía históri
ca que se conserva inédita aún, observa:
«Los mitimaes para lo que es hoy la re
gión ecuatoriana, fueron traídos del Im
perio Cuzquefío, de entre las tribus más
adietas a los Incas y más distinguidas
por su valentía; recibían fértiles porcio
nes de tierras conquistadas, viviendas
cómodas y los mantenimientos y semillas
necesarios hasta establecerse bien; tenían
autoridades propias, armas con qué de
fenderse y escoltas de soldados que mo
raban en las fortalezas o pirras y en
las lomas atriclieradas o pitearás; en
lo religioso no les faltaban los minis
tros del culto, y la práctica de las ce
remonias religiosas de adoración a Pa-
chacámac, al Sol y aún al diablo. A los
naturales del país dejaban en completa
libertad para los trabajos de agricultura,
cerámica, comercio, etc., etc., para las
ceremonias religiosas de adoración al Sol,
a los cerros nevados, a los árboles; para
el honroso cuidado de los caciques y sus
familias; pero no les dejaban acción para
ningún movimiento que perturbara la
paz pública; con maña o por la fuerza
imponían a los conquistados la obliga
ción de aprender la lengua euzqueña y
de practicar las leyes y costumbres del
Imperio. De los pueblos del Reino de
Quito fueron también sacadas miles y
16 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
miles de familias y llevadas al Perú para
reemplazar a las traídas de allá como
mitimaes•. . . .
Por lo que se refiere a nuestros pue
blos, Cieza de León, en su itinerario de
viaje por las regiones que componían
el antiguo Reino de Quito, ha señalado
que no eran escasos los mitimaes ni
en los aposentos principales de Tacunpa
ni sus alrededores, inclusive las tribus
de Hambato. Así aseguraban los con
quistadores del Perú la estabilidad de
su gobierno y la firmeza de las nuevas
instituciones.
Y en los 40 o más años que dominó
Huayna-Cápac su vasto imperio desde
Quito—imperio que se extendía desde el
río Maule, en Chile, hasta el Angasma-
yu, en Colombia, exclusive la costa que
se extiende desde el Cabo Pasado para el
norte, y la región trasandina u orien
tal del Ecuador, que no llegaron a ser
sometidas,—el Inca no se preocupó sino
de echar los cimientos de una conquista
firme y definitiva, reformando la socie
dad e imponiendo creencias religiosas, etc.
LA CIVILIZACIÓN INCÁSICA.— SU
INFLUENCIA SOBRE LAS TRIBUS
CONQUISTADAS
Muchos historiadores y viajeros que
recorrieron estas provincias poco después
de la conquista de los españoles, han ob
servado que, dentro de las costumbres
generales y hasta del idioma que habla
ban los indios, había que distinguir las
costumbres e idioma que correspondían a
los Incas y los que correspondían pro
piamente a cada parcialidad.
En efecto, idioma y costumbres traí
dos del Cuzco por los conquistadores
peruanos, tenían más bien un carácter
oficial, como para simples relaciones
exteriores; pero dejábase en reserva, lo
que de tradicional y autóctono había en
cada una de las secciones conquistadas.
Sin embargo, sea por los «mitimaes»,
sea porque el carácter de la legislación
incásica lo exigía, ello es que las influen
cias de la civilización de los hijos del
Sol tenían que ser marcadas aun en las
tribus que mejor las resistían.
Las poblaciones de la Provincia de
Tungurahua adoptaron, sin duda, fácil
mente, la nueva creencia religiosa del
Sol y entregaron al Inca, sin protes
tas, sus terrenos y pobres vidas obs
curas, para que con ellos se hiciese una
nacionalidad nueva e inmensa, aunque
guardando siempre sus tradiciones ínti
mas y los recuerdos de su historia,
perdida en la lejanía misteriosa de las
selvas amazónicas
La legislación incásica causó serios
estragos en la vida patriarcal y absolu
tamente emancipada de las primeras tri
bus, seguramente. Como conquistados,
estos indios tenían que trabajar para tres:
para el Inca, o sea para el estado; para
el Sol, o sea para el sostenimiento del
culto religioso, y para la colectividad.
Con semejante sistema de trabajo y de
reparto, dicen fque nunca hubo pobres-
como nunca pudo haber ricos,— en lo
que fue de dominio de los Incas.
Tenían éstos una legislación oportuna
y concorde con el espíritu de los pue
blos, y, según han indicado autoridades
eminentes en historia americana como
Prescott, ofrecían, como pocos gober
nantes del mundo, la suprema virtud
de hacer accesibles la comodidad y fa
cilidades de vivir a todos, aún a los
más miserables y desvalidos. . . .
Como ni el rey ni los sacerdotes po
dían agotar nunca sus graneros, aún
los azotes de la naturaleza sobre la
agricultura no les podían hacer daño a los
súbditos, a quienes, entonces, pertene
cían de hecho esas reservas. . . .
Quienes ahora discuten fervorosamen
te acerca de los problemas de la tierra,
encuentran que la legislación agraria de
los Incas debía considerarse ejemplar.
La propiedad territorial estaba prácti
camente abolida: nada podía transmi
tirse por herencia, y el mismo Estado
preveía la suerte de las viudas y los
huérfanos.
Por lo que respecta a los obreros,
ya ciertas prácticas gubernativas podían
encontrar sus semejanzas con lo que
hoy se denomina, en las modernas le
gislaciones, con el nombre de ley de acci
dentes del trabajo. Jamás el Estado
abusó del obrero, y, antes bien, le con
cedió garantías. ¡Qué enorme fue la dife
rencia de situaciones al advenir sobre los
indios el poder español — simplemente
explotador, inhumano y cínicamente
cruel ! Mientras los Incas abonaban los
salarios y tenían obligación legal de cui
dar de la salud y bienestar del trabaja
dor, los europeos ambiciosos, en éste
 HISTORIA
no veían sino una máquina baratísima
de hacer dinero y a la que ni siquiera
había que reparar.
¿Había para esto quizás alguna parte
de culpa, en el mismo indio? . . .
Algunos historiadores, para justificar
en alijo la violencia de los conquistadores
españoles, han recordado precisamente el
carácter general del indio, ya palpable en
su conducta con los conquistadores indí
genas del Perú. Bajo el régimen de
Huayna-Cápac, tampoco sus subditos de
mostraron considerarse infelices por no
HUAYNA-CAPAC
mejorar: sus ideas y aspiraciones eran
perfectamente limitadas, y quedaban muy
pagados con las formalidades ruidosas de
alguna fiesta báquica (en honor del Sol,
con motivo de un matrimonio o de la
primera cortada del pelo de un niño,
etc.), que pusiese un paréntesis a su vida
mediocre y sin estímulos, perdida bajo
la niveladora tiranía de un comunismo
arrasador de toda fuerte voluntad e ini
ciativa individual, y ya contenta con el
proteccionismo paternal de un conquis
tador extranjero. . . .
La Administración de Justicia entre los
indios, bajo el régimen de los Incas,
estaba reducida a brevísimos procedi
mientos. Verdad que no se atormenta
ba a los delincuentes; pero cuando los
tales llegaban a ser plenamente descu
biertos, se les ahorcaba sin mayor dila
ción. Esta pena se aplicaba preferente-
A N T i O i: A 17
mente a los asesinos, adúlteros, blasfemos
contra el Sol o contra el Inca. A las
tribus rebeldes contra la autoridad o el
régimen, se las exterminaba en masa,
reemplazándolas en el acto con gente
nueva, traída del Cuzco.
La severidad de las penas no se de
tenía, en ningún caso, ante las jerar
quías sociales, que sí existían en el Im
perio: gente noble, gente artista, gen
te plebeya, y por sobre todas éstas, la
de la realeza.
Para el gobierno de las parcialidades
y su cuidado, los Incas habían distri
buído convenientemente jefes de diversa
categoría, con jurisdicción sobre deter
minado número de familias e individuos.
En cuanto a artes se ha dicho que
la civilización incásica no andaba muy
próspera. Las parcialidades indígenas
conquistadas por aquí, puede decirse que
no conocían ninguna. Su música era muy
elemental— la misma que advertimos to
davía en algunas reducciones: cadencias
simples y monótonas, propias para ex
presar el carácter melancólico de la
raza,— y sus dibujos carecían de arte,
por más que con ellos consiguieran bi
zarros motivos de decoración para sus
vestidos y las vasijas de barro que
con tanto empeño fabricaban.
Y por lo que respecta a industrias, si
bien en las otras provincias del Imperio
de los Incas alcanzaron notable desarro
llo, principalmente en el pulimento de
piedras preciosas, embalsamamiento de
cadáveres, minería, construcción de forta
lezas, etc., etc., entre los indios de la
Provincia de Tungurahua no fueron muy
numerosas.
En cambio las industrias de tejidos,
la de cría, domesticación y conservación
de animales, y la albañilería, llegaron a
sorprendente perfección.
El. ARRIBO DE I.OS ESPAÑOLES.— LAS
GUERRAS CIVILES ENTRE HUASCAR Y
ATAHfALPA.— UN EPISODIO EN MOCHA.
— LOS GUERREROS DE PILLARO.— RUMI-
ÑAHUI
Si con estas leyes y con las costum
bres impuestas por los Incas, los pueblos
del antiguo Reino de Quito, vivieron en
completa paz por largo tiempo, su des
tino estaba perfectamente marcado para
el porvenir. Pero toda la posible pros
peridad de esa civilización, sufrió el
18 LA PltOVINCIA DK TUNGURAHUA EN 1928
terrible golpe que le traía la conquista
de los españoles.
Al arribo de éstos, el poderoso Impe
rio de los lupas estaba dividido: los be-
rederos de Huayna-Cápac,—- Huáscar y
Atahualpa, — se declararon la guerra por
el predominio absoluto, y tras sangrien
tos combates, este último logró vencer
a su hermano en una batalla definitiva
— la de Quipaipán, cerca del Cuzco, en
Abril del año 1532, y encerrarle en la
fortaleza de Jauja. Este ruidoso y glo
rioso triunfo de Atnhunlpa sobre Huás
car—que perdió la batalla a pesar de que
su ejército constaba de más de 150.000
soldados contra 75 000 apenas, y en te
rrenos perfectamente conocidos, - iba, al
parecer, a determinar la suerte final del
gran Imperio cuzqueño. Tero la llegada
de los españoles a las costas del Pací
fico no dió tiempo a Atnhualpa para
que gozase e¡i su plenitud la dicha del
triunfo, por más que, luego de cortar la
cabeza al último partidario de Huáscar,
agregase a su corona la flocadura car-
mpsí—que era el emblema imperial de
los soberanos del Perú,
Por referirse a un episodio histórico
de aquella época, en que dos hermanos
se disputaban, en lucha enconada y san
grienta, el más famoso Imperio del Nue
vo Mundo; y por haber ocurrido él en
tierras que hoy son de la Provincia de
Tungurahua, preciso es transcribir una
rectificación hecha por nuestro historia
dor a Preseolt- autor que, por especia
les condiciones editoriales, resulta entre
nosotros más leído que Pedro Fermín
Cevallos y González Suárex, cuyas his
torias apenas se encuentran en muy
conocidas bibliotecas,—respecto a la fa
mosa batalla <li' Mocha, batalla tra
bada hacia el año de 1530 entre los
soldados de Huáscar, al mando del
General Atoe, y los de Atahualpa, que
fueron dirigidos por Quisquís, Calicu-
chima, Zopozopangui (gobernador de
Mocha), y el famoso Rumiñahui. En
esta ocasión la participación de algu
nos contingentes de pillaros fue tam
bién notable.
Pues sucedió que, al saber Atahualpa
que Atoe preparaba un gran ejército,
fingiendo ignorar el objeto envió un
mensajero, averiguando a este general
el fin que perseguía con semejante or
ganización, y que si se trataba de al
guna expedición o aventura emprendida
por Huáscar, él estaba listo a secun
darle y ayudarle. Entonces Atoe, «sin
andarse por las márgenes, contestó de
plano que la expedición era dirigida
contra Quito, y que aún traía orden de
su soberano para apoderarse del rebel
de que le había enviado el mensajero,
y ahorcarle por haber osado declararse
independiente de la autoridad legítima;
pero que si iba a rendírsele volunta
riamente, le perdonaría la vida. Reci
bida esta respuesta, dispuso Atahualpa
que Calicuchima y Quisquís se apre
surasen a salir con el ejército, y que
doblando jornadas, procurasen cuando
menos disputar al enemigo el paso del
río Ambato. Verificáronlo así los gene
rales, y consiguieron no sólo pasar el río
sin obstáculos, sino que alcanzaron a
acamparse en Mocha, cinco leguas más
adelante. Muy en breve fueron ataca
dos por el enemigo, y aunque de pri
mera entrada obtuvieron Calicuchima
y Quisquís algunas ventajas, Atoe los
cargó muy luego con tanto arrojo que,
dejando en el campo unos cuantos cente
nares de muertos, se vieron forzados a
retirarse. Hasta ahora se desentierran
algunos cadáveres en los contornos de
Mocha. *
Atahualpa, que había quedado en Qui
to reuniendo más tropas para enviarlas
de refuerzo, recibió de boca de los mis
mos fugitivos la noticia de su desastre.
Disimuló como pudo su dolor, levantó
con increíble actividad nuevas tropas en-
* I'rescott dice que no bien había tocado
Atahualpa en Ambato, se encontró con el
numeroso ejército de Huáscar; que se dió un
combate sangriento; y que el teatro de él fue
la falda del colosal Chimborazo. Citando a
Sarmiento copia estas palabras: "Yo he pa
sado por ese pueblo y he visto ci lugar donde
dicen que esta batalla se dió, y cierto, según
la osamenta debieron aún morir más gente de
la que cuentan'' Pero está visto que Sar
miento ha tomado Ambato en lugar de Mo
cha, situada a las faldas del Carihuairazo, tan
eercano al Chimborazo, que, a la distancia,
parece que se están hombreando los dos mon
tes. En Ambato no se ha visto la os.imenta
de que habla Sarmiento, sino en Mocha, y a
lo más se ven en "Ingahurco" unos pocos
huesos entremezclados con pedazos de vasijas
 H ISTon IA AS T I C r \ 19

tro Zámbiza e Iñaquito, y poniéndose disponiendo (|ue no avanzasen un solo

a la cabeza de la vanguardia, a pie y
armado de una media pica, como sim
ple oficial, pasó por Quito sin detener
se un instante, y partió volando en au
xilio de los suyos. Hallólos en el camino
de Mulaló para Latacunga, y repren
diéndolos con aspereza, y aún con pala-
paso para adelante, aunque pudieran,
sino que aguardasen al general enemi
go a la orilla setentrional de dicho
río.
Apenas Oalicucliima acababa de sen
tar sus piés en las márgenes de Naxi-
che, cuando oyó los ruidos de los ins-

Primeras manifestaciones artísticas de los aborígenes

ecuatorianos Una de las famosas "piedras pintadas" en
que aparece la figura humana, estilizada, como motivo
ornamental.
bras injuriosas, les obligó a volver las trunientos bélicos del enemigo. Ambos
caras al enemigo y al combate. ejércitos, soberbio el uno con su reciente
Recibió en el mismo punto un men victoria, y ansiando el otro borrar la
saje de sus generales, participándole que afrenta de su derrota, se envistieron
Atoe, engreído con el triunfo, seguía con furor e increíble encarnizamiento;
adelante y que ellos quedaban haciendo tanto que, aun cuando el combate prin
esfuerzos por reunir a los fugitivos y cipió desde el amanecer, no fue sino ya
detener al enemigo en Molle-Ambato, entrada la noche cuando empezaron a
para acá de Naxiche. Atahualpa les desalentarse las tropas cuzqueñas. Los
contestó aprobando su resolución, pero quiteños, conociendo esta flaqueza del
enemigo, redoblan sus esfuerzos y poco
tiempo después alcanzan el triunfo más
u otras piezas de barro, conocidamente reli completo. Atoe, Urco-Colla, el traidor
quias de alguna "tola", atento el corto espa cacique de Cañar, y otros muchos capi
cio que comprende el sitio. Ambato, ademas, tanes de cuenta fueron hechos prisio
no está situado a las faldas de ningún monte, si neros y conducidos a los reales de Ata
no metido en una pequeña hondonada, distan hualpa, quien mandó que los pasasen
te cinco leguas del Carihuairazo y unns como a Quito. Valiosos fueron también los
siete del Chimborazo. Diríamos que a Ambato despojos que tomaron los vencedores, y
lo ha confundido con "Molle-Ambato", pero muchos los bagajes y vituallas que se
éste se halla aún más distante de dichos mon recogieron antes de volverse con su
tes.- (N. de P. F, C.) Rey para la capital. Atoe fue puesto a
20 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA F.N 1928
tormento hasta arrancarle noticias de
cuanto se« obraba y decía en Cuzco,
acerca de la guerra, y después muerto
a flechazos, lo mismo que Freo-Colla.
Cuando recibió Huáscar la noticia de
las desgracias de su ejército: «Está bien,
dijo sonriendo, que mi hermano se re
gocije de los triunfos que ha obtenido
contra sus mismos pueblos. Bien pron
to recibirá el castigo...
¡ Y cuán fatalmente verdadero resultó
este pronóstico! Pocos meses más tar
de, en efecto, el pobre Inca Atahualpa,
señor ya de todo el inmenso Imperio,
se entregaba en Cajamarca a la feroci
dad de Francisco Pizarra y sus tenientes.
Y mientras los gobernadores y todos
los subditos del desgraciado soberano.
recorrían la última comarca, buscando,
consternados, el oro necesario para sa
tisfacer las exigencias de los españoles
y conseguir la libertad del Inca, el Gene
ral Rumiñahui, astuto y ambicioso, que
había previsto ya la suerte definitiva de
aquel, se volvía para Quito, con el
anhelo de sustituirle.
Cuando supo Rumiñahui la muerte de
Atahualpa, y luego de rendir los hono
res indispensables a su memoria para
disimular sus pretensiones por el mo
mento, se dedicó a preparar la resis
tencia contra los invasores europeos,
no precisamente para vengar el asesi
nato de Atahualpa, sino para defender
lo que él consideraba ya su propia
monarquía.
 CAPITULO II

LA CONQUISTA ESPAÑOLA

LOS INDIOS DE AHBATO EN LA CONQUISTA.—EPISODIOS DE LA RESISTENCIA

INDIGENA CONTRA BENALCAZAR Y PEDRO DE ALVAltADO. — LA DESTRUCCION DE
MOCHA, MOLLE-AMBATO Y LATACUNGA POR RUMIÑAHUI— LA RESISTENCIA Y TRÁ
GICO FIN DE ÉSTE EN LAS MONTAÑAS DE PÍLLARO

El primer conquistador español que
pisó estas tierras fue Sebastián de Be-
naleázar, quien tuvo orden de Francisco
Bizarro para conquistar los pueblos que
correspondían al antiguo Reino de
Quito. Las visitó también, aunque de
un modo transitorio, Pedro de Alvara-
do, el Adelantado, quien tuvo que re
gresar en seguida, en vista de que ya
Benalcázar había tomado posesión del
territorio.
Tanto Benalcázar como Pedro de Al-
varado, al recorrer por primera vez los
pueblos indígenas de la Cordillera, tu
vieron necesidad de combatir heroica
y bravamente, así con los habitantes
como con los elementos de la natura
leza, que fueron muy crueles.
Aunque los indios de lo que es hoy
Provincia de Tungurahua, no ofrecie
ron mucha resistencia a la invasión espa
ñola, los jefes como Rumiñahui los
obligaron a combatir por algún tiempo
en nombre de la libertad y del fiel
cariño que debían guardar para con
sus soberanos asesinados o depuestos.
Mayor resistencia ofrecieron a Benal
cázar los indios de otras provincias; y
habría sido el español vencido a no
ser por la eficaz ayuda que, al empren
der su viaje desde San Miguel de Piu-
ra hacia las cordilleras andinas, reci
biera de varias tribus enemigas de
Rumiñahui y de los quiteños, como los
cañaris. Ya en el tránsito mismo, Be
nalcázar obtuvo la adhesión de algunas
provincias más y de indios que, deser
tando de las filas de Rumiñahui, que
rían vengar viejos agravios que les
había hecho éste. A esta última cate
goría de partidarios pertenecía, por
ejemplo, el indígena Mayu, que, resen
tido con el general Rumiñahui porque
le hizo eunuco, se puso a las órdenes
de Benalcázar, le reveló toda la táctica
secreta para exterminar a los soldados
españoles y le sirvió de consejero y
de guía en los difíciles trances en que,
en un territorio desconocido y en medio
de millares y millares de indios hosti
les que brotaban por todas partes co
mo vomitados de las montañas, se
veía el conquistador con su puñado
de doscientos compañeros.
Una de las batallas más emocionan
tes que Benalcázar tuvo que sostener
fue la de Tiocajas, donde los comba
tientes de Rumiñahui eran tantos que
parecían enormes oleadas de hormigas
al rededor de un pequeño despojo. Sin
 22 LA PROVINCIA
embargo, la bravura extraordinaria de
los españoles y la superioridad de sus
armas les salvaron, casi milagrosamente
en esta ocasión, del total exterminio.
Los indios peleaban con garrotes, con
los cuales destrozaban los huesos a los
caballos; con piedras, lanzas, hondas,
etc., y hacían profundos hoyos en la
tierra, perfectamente disimulados, para
provocar la caída de los caballos y la
muerte de los jinetes.
Siete españoles murieron en esta vez, pe
ro más de mil partidarios de Rumiñahui,
e infinidad de cañaris, que luchaban
al lado de los conquistadores.
Tras esta batalla, vino, pues, el
avance de Benalcázar sobre los pue
blos puruhaes. Para atraerse la simpa
tía de éstos, alegó que él no combatía
a los nativos precisamente, sino más
bien a Rumiñahui, el ladrón de la
corona real y del poder legítimo y
el asesino de los descendientes de Ala-
hualpa.
Los puruhaes se pusieron del lado de
Benalcázar. Entonces, Rumiñahui pro
cedió con fiereza: dijo que, en verdad,
los españoles sólo querían el oro del
imperio, esclavizar a los niños y violar
a las mujeres, y que preferible mil ve
ces a la afrenta era el morir comba
tiendo. Inmediatamente, se retiró con
dirección a Quito; pero incendiando an
tes varias poblaciones indígenas a su
paso. Destruyó a Mocha, redujo a es
combros el tambo real de Molle-Amba-
to y mandó prender fuego a Llacta-
cunga.
Indudablemente, para el triunfo de
Benalcázar hubo, aparte de la bravura y
el coraje que presta la ambición y que
alienta el instinto de la conservación
propia, también la inesperada contri
bución de ciertos fenómenos naturales
que, si alarmaron a los propios con
quistadores, causaron el pavor y el es
panto supersticioso en los indígenas.
A tales fenómenos corresponde la
repentina erupción del Cotopaxi, ocurri
da en plena lucha. Ennegrecióse el cie
lo, una espesa lluvia de ceniza cayó
sobre los campos y los hombres, y unos
cuantos estampidos formidables retum
baron en el espacio, cual si fuesen las
voces tremebundas de alguna divini
dad encolerizada. . . . Entonces los gue
DE TUNGURAHUA EN 1928
rreros de Rumiñahui creyeron llegado
el fatal instante de su destrucción, cum
pliéndose la predicción de Viracocha, y
aterrorizados se desbandaron por varios
lugares.
Otro de los factores decisivos que fa
cilitaron grandemente el sometimiento
rápido de los pueblos interandinos, fue
el terror que supo inspirarles el pro
pio Rumiñahui, con sus hazañas de
SEBASTIAN DE BENALCAZAR
ferocidad y rapiña. Xo solamente in
cendió los pueblos del tránsito hasta
Quito, sino que al llegar a esta mis
ma ciudad pasó a cuchillo a las muje
res de sus serrallos, desmanteló los
templos y cargó con el oro que pudo,
o lo escondió en sitios inaccesibles,
echó fuego a la ciudad, y escapó, como
fiera herida, a las montañas de Píllaro,
en donde, con unos cuantos indios de
tal región, se atrincheró definitivamente
para la última defensa.
Con todo, el avance de Benalcázar no
dejaba de ser penoso; y, todavía sin
Rumiñahui al frente, los indios, tanto
en el puente del Ambato como en el
de Pansaleo, ofrecieron brava resisten
cia, aunque no muy prolongada. Cuan
do Benalcázar llegó, por fin, a Quito,
sólo se encontró con cenizas y escom
bros.
Tales sucesos ocurrían por el año de
1534. En el mismo año aconteció la vi
 I. A CONQUISTA ESTAÑOLA 23

sita de Pedro de Alvarado a estas tie dida de sus compañeros y el fracaso

rras. completo de sus ilusiones. Apenas llegó
Erase Pedro de Alvarado uno de los hasta la altiplanicie de Ambato, y ya
mis guapos y gallardos conquistadores aquí descubrió que otros españoles-Ios
españoles. Siendo Gobernador y Adelan de Sebastián de Benalcázar—habían re
tado de Guatemala, quiso también corrido el país que él quería para sí.
conquistar algo en el Imperio de los Para hablar de la suma tristeza de
Incas, y se vino al Reino de Quito. su aventura, basta recordar que, desde
Seguramente no supo que, por orden la costa hasta el pie de la cordillera,
de Francisco Pizarro, ya Sebastián de no tuvo qué comer; y, los soldados de
Alvarado, se vieron en el trance de
alimentarse de culebras y sapos. Una
vez, al capitán Luis Moscoso, en vista
de que se hallaba enfermo, le obsequia
ron con los ríñones de una perra, y,
entonces, el capitán dió gracias al
cielo "porque los encontró tan sabro
sos como una gallina». . . .
Respecto de la ascención a la altipla
nicie andina, muchas páginas emocio
nantes se han escrito, así en España
como en América. «Los castellanos más
robustos y mejor vertidos— escribe un
historiador nacional.— resistían con for
taleza al frío y al hambre; pero los
indios, apenas mal cubiertos, sin abri
go, cansados, se sentaban arrimándose
a las peñas y se quedaban muertos
ahí, sin ánimo para valerse a sí mis
mos. Ya en la cima de la cordillera,
cuando arreciaba el viento, y el suelo
estaba todo cubierto de nieve, la an
TFDnO DE ALVARADO gustia de los expedicionarios llegó al
último extremo. Algunos indios morían,
Benaleázar se le había tomado la de dando gritos a sus amos y llamándo
lantera en la posesión y dominio de los en su auxilio: los bastimentos se
los nuevos territorios, y no vaciló en habían acabado, las poblaciones de los
internarse en ellos con sus indios traí indios no se sabía dónde estaban y a
dos de Guatemala y su valiente ejército. cualquier parte donde volviesen los ojos,
El viaje de Alvarado, al través de las no veían sino páramos yermos y agres
selvas de la costa del Pacífico, y su tes, y el silencio de la naturaleza que
ascensión a las cumbres de la cordi reinaba en ellos, daba grima al cora
llera de los Andes, toman los caracte zón. Tendían sus toldos de campaña
res de una verdadera aventura dolorosa, y bajo de ellos, al amor de mezquina
llena de peripecias, sobresaltos y amar lumbre, acurrucados, pasaban la noche
guras sin cuento. En verdad, Benal- en mustio silencio, temiendo que llega
cázar, aparte de sus luchas desespera ra el nuevo día, por no verse obliga
das con los indios bravos de Rumi- dos a contemplar el triste espectáculo
ñahui, y de tal o cual gravísimo peligro de los cadáveres de los indios, que ama
— como en la batalla de Tiocajas, en que necían yertos en los puntos donde se ha
vió a sus soldados hasta llorar e implorar bían sentado a descansar en la jornada
la misericordia divina, en vísperas de mo del día anterior. El desaliento, el des
rir aplastados por una indiada feroz e pecho se habían apoderado de los más
innumerable,— no tuvo otros motivos de resueltos y animosos; pues los tímidos
exasperación. y cobardes ya no querían dar ni un solo
Alvarado, en cambio, lo sufrió todo: paso más adelante. Para halagarles, Al-
desde hambres y dolores, hasta la pér varado les hizo pregonar que todos to
 24 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
maran de las cargas cuanto oro quisie
ran, con tal que reservasen el quinto
para el rey; pero nadie se consoló con
esto; antes un caballero, a quien su cria
do le presentó unas joyas de oro las des
echó diciéndole con desagrado: Quita
allá, que el verdadero oro es comer ! !
Otro murió yerto y entumecido de frío,
sin poder andar por la carga de oro y
esmeraldas que llevaba en su caballo, ya
cansado: caballo y caballero murieron,
en tanto que otros botaban todas sus
cosas para salvar la vida, caminando,
expeditos, más a prisa. Un español ape
llidado Huelmo pereció, víctima del amor
a su esposa y a dos hijas doncellas que
traía; como las oyese dar gritos, acu
dió a favorecerlas, y quiso antes per
der la vida al lado de ellas, que sal
varla, desamparándolas. Murieron 15
castellanos, 6 mujeres, varios negros
y muchos indios en el paso de la cor
dillera, que los españoles llamaron los
puertos nevados.
Los indios tuvieron aviso oportuno de
la llegada de estos nuevos conquistadores,
les salieron al camino armados y lograron
matar a un español y quebrar el ojo a
otro. Desmedrados, pues, y con aspecto
de difuntos llegaron al pueblo de Pasa, y
de allí pasaron al de Quisapincha, que
están sobre Ambato, en la cordillera occi
dental, a no mucha distancia de la ciudad.
Pasó revista a su tropa el Adelantado y
halló que desde la costa hasta el último
pueblo habían muerto 85 castellanos y
muchos caballos. Procurando ante todo
descansar y reparar también a los enfer
mos, gastaron varios días, pues algunos
soldados habían quedado ciegos después
del paso de la cordillera»--.
Y, para colmo de desilusiones y fraca
sos, ahí, en el pueblo de Quisapincha fue
el término de tan dolorosa expedición;
pues, cuando bajó de ese lugar al camino
principal que debía conducirle a Quito,
entre Ambato y Molle-Ambato se encontró
con las pisadas de unos caballos, que le
anunciaron la visita anterior de otros es
pañoles. Con esto la desilusión de Pedro
de Alvarado llegó al extremo; mandó un
emisario para que explorase hacia atrás
y éste con sus soldados fueron apresados
por los compañeros de Almagro, quien
venía tras de Alvarado para exponerle
que andaba equivocado al tratar de con
quistar territorios ajenos
Hubo luego representantes de parte y
parte y amenazas de una guerra fratrici
da sangrienta; pero el tino del licenciado
Caldera, embajador de Alvarado ante Al
magro, y la necesidad que ambos capi
tanes sentían de no hacerse daño,
mientras contaran con un sinnúmero
de peligros comunes a sus espaldas, sal
varon la situación. Alvarado convino en
regresar a Guatemala; recibió 120.000 pe
sos como indemnización por los castos
efectuados en la desastrosa expedición y
por los bajeles que debían quedar al ser
vicio de Pizarro y Almagro, los legítimos
conquistadores del imperio de los Incas;
y la paz definitiva con los arreglos consi
guientes, fue firmada en Riobamba— fun
dada por Almagro con el nombre de San
tiago de Quito, pocos días antes,—el día
26 de Agosto del año 1534.
Y mientras estas cosas sucedían entre
los españoles de Almagro y Sebastián de
Benalcázar y los de Alvarado, los indios
de Rumiñahui continuaban en su obra de
defensa con más bravura que nunca.
Pero ahora les tocaba solamente a los
tenientes de Pizarro y Almagro el vencer
los. Sebastián de Benalcázar se dió cuen
ta de que Rumiñahui lo era todo en esta
ocasión; puesto que su extraordinaria
energía y su reconcentrado odio a los in
vasores europeos no declinaban; y decidió
perseguirlo y reducirlo a costa de cual
quiera sacrificio. Después acabaría con
Quisquís, jefe indio, que, al fin, peleaba a
pecho descubierto y parecía más noble.
En efecto, dando la comisión a su te
niente—Juan de Ampudia— el másferoz de
los conquistadores españoles; pues tal es
el que en la conquista del Reino de Quito
inauguró el sistema de quemar vivos a
los indios,— para que persiguiese a Zopo-
zopangui, él personalmente atacó con sus
tropas el gran peñasco en que se había
parapetado Rumiñahui en Píllaro.
Aquí ofreció el jefe indio tenaz resisten
cia. Con sus compañeros, daba la batalla
aprovechando de dardos, lanzas y de
grandes piedras que arrojaban o hacían
rodar desde lo alto sobre los españoles.
Aunque con esto no morían muchos,
el daño era tremendo; pues que no eran
pocos, en cambio quienes quedaban inu
tilizados para el combate por las heridas,
pérdidas de caballos, etc.
Benalcázar recurrió al último medio:
escaló, a media noche y con gran sigilo,
 I. A CONQUISTA
el fuerte de Rumifíahui, y al llegar dió
tremendos gritos que asustaron y
confundieron a los indígenas, que se
pusieron en precipitada fuvra, rodando
por los precipicios o escabullándose en
tre las sombras de la noclie. Al día
siguiente, emprendieron la persecución
y casi en seguida, dos soldados, de ape
llido Checa el uno, y Valle, el otro
tomaron preso al famoso Rumifíahui,
rumiSahui
quien fue, como los otros jefes indios,
conducido a Quito y ajusticiado algún
tiempo después. *
Así terminó con su vida el indio ex-
* Este es uno de los puntos mis discu
tidos también en nuestra historia. La afir
mación de que Rumiñahui fue ajusticiado
en el momento de su aprehensión en las
mismas montañas de Píllaro, corresponde
al IJ. Velasco. Mas el doctor Federico Gon
zález Suárez. y, antes de él, Herrera y
Castellanos, coinciden en que, una vez cap
turado el jefe indígena, fue inmediatamente
remitido a Quito. En esta ciudad pasó al
gunos meses preso, sujeto a tormentos y
torturas, juntamente con otros jefes indíge
nas; pues que, los españoles antes de dar
le muerte, querían saber dónde había ocul
tado los tesoros de los templos y toda
aquella fabulosa cantidad de oro que po
seían los Incas en Quito, según suponían.
ESPAÑOLA 25
traordinario, el indomable jefe cuyo
gran coraje sólo podría compararse con
el de algún héroe de epopeya, si en
alguna epopeya cupieran estos genios
del odio irreductible, de la ambición y
de la audacia — sentimientos que forma
ron una personalidad histórica comple
ja y que fueron los motores de actos
en extremo contradictorios.
Rumiñahui, que con Quisquís, Cali-
ATA11UALPA
cuchima y Zopozopangui, comparte la
gloria de la defensa heroica de la Pa
tria ante el invasor europeo, fue una
gran inteligencia, sin duda. Pero las
Nunca declaró Rumiñahui nada, e igual
conducta adoptaron los demás generales
que fueron sus compañeros—Zopozopangui,
Quingalumba, Nina, Razo— Razo, etc., etc.
A veces, a las excesivas instancias y fuer
tes tormentos, fingió denunciar el paradero
de las riquezas en algún sitio distante. Los
conquistadores buscaban febriles el lugar
indicado, y, al no encontrar nada, tornaban
más furiosos todavía contra Rumiñahui y
sus secuaces, hasta que fastidiados y desen
gañados por completo, optaron por quitarle
la vida, mediante la horca.
Esto sucedió a principios del año de
1515, es decir, pocos días más tarde de
la segunda entrada de Benalcázar en Qui
to, ocurrida en Diciembre del año anterior.
2G LA PROVINCIA
buenas cualidades que pudieron hacer
de él un hermoso tipo histórico, de fe
lices lineamientos, se vieron confundi
das entre oleadas de pasión salvaje e
ímpetus sin heroicidad verdadera.
Con razón nuestros historiadores, al
hacer el examen de esta personalidad
indígena, se han quedado perplejos, sin
poder hacer su apología ni condenarlo
completamente.
Para la raza vencida, sin embargo,
que peores hazañas de ferocidad y más
escandalosos actos de codicia presenció
en los conquistadores, Rtimiñahui. con
sus defectos y todo, debió de consti
tuír, en el fondo de sus recuerdos de
extinguida gloria, el alto tipo repre
sentativo de la raza, con su bravura
impetuosa y toda la majestad de su
odio indómito.
Con la muerte de Rumiñahui, el ase
sinato de Quisquís, por su propio jefe
Huayna-Paleón, y el sometimiento de
Arte incásico. — Utensilios y adornos de oro y plata
DE TUNQURAHUA EN 1928
los demás rebeldes, a sangre y fuegn,
quedó casi por completo pacificado
aquello que fuera el Reino de Quito.
Diego de Almagro y Sebastián de Benal-
cázar se dedicaron, a nombre de Fran
cisco Pizarro, a fundar ciudades y pue
blos españoles en la tierra conquistada.
El primero de ellos fundó a Riobam-
ba y a Quito, en el mismo mes de
Agosto de 1534, y mediante la interven
ción del escribano Gonzalo Díaz y do
los respectivos alcaldes. Sebastián de
Renalcázar se encargó de esas y de
todas las demás secciones territoriales
del Reino de Quito, con el cargo de
Teniente de Gobernador, e inició el
coloniaje repartiendo tierras de indíge
nas a encomenderoa, quienes debían
aprovecharlas y aprovechar de los ser
vicios de sus habitantes autóctonos.
Y así, con encomenderos, se inició
también el coloniaje en lo que es hoy
Provincia de Tungurahua, entre 1531 y
1570.
 CAPITULO III

EPOCA COLONIAL

LA FUNDACION DE AMBATO Y LOS « ENCOM ENDEROS -.—QUIENES ERAN ESTOS ES.

PAÑOLES.- LA DEL1NEACION DEL «ASIENTO» DE AMBATO Y DE OTRAS POBLACIONES
MENORES POR EL COMISIONADO ANTONIO DE CLAVIJO EN 1570.— HACIA EL AÑO 1594:
LA OBRA DEL OBISPO SOLIS.

Después de la posesión solemne del furioso de hacer fortuna a la brevedad

Reino de Quito, a nombre del Empera
dor Carlos V, que hizo Sebastián de
Benalcázar; y después de la triunfal en
trada de éste en la nueva ciudad de
Sati Francisco de Quito el día 6 de
Diciembre del año memorable de 1534,
el muy leal teniente de Pizarro y Al
magro se dedicó, por el momento, a
hacer repartos territoriales entre sus
más distinguidos colaboradores en la
conquista y sometimiento de las nue
vas tierras.
Esos repartos fueron hechos de pue
blos y provincias, fijándose apenas en
la extensión. A los favorecidos con
ellos se les dió el nombre de encomen
deros; porque a su cargo tenían, de
hecho, el gobierno de los indios, su so
metimiento por cualquier medio en caso
de rebeldía y el fundar colonias («asien
tos»), ahí en donde creyeran oportuno,
aparte del cobro de impuestos o tribu
taciones que, desde entonces, comen
zaron a pesar sobre la infeliz raza
vencida. Gran parte de esas tributacio
nes, naturalmente, eran para los enco
menderos, y es muy fácil imaginarse
cómo podrían portarse éstos, en el afán
posible y retornar en seguida a su pa
tria, en donde habían quedado sus
padres, hijos o esposas, esperando los
áureos resultados de la aventura! . . .
Los encomenderos, pues, iniciaron
sus actividades colonizadoras a base de
extorsión a los indios. En el acto, és
tos se convirtieron en siervos. Tenían
que trabajar . para los españoles que
blandían el látigo sobre sus espaldas
y para el gobernante de los españoles,
el Rey, a quien no conocían.
En fin, las encomiendas no fueron,
al principio, sino ricas heredades con
innumerables esclavos, que, en premio
de su valor, iban recibiendo los bravos
aventureros de la grande España.
Se afirmaban ellas en la fuerza físi
ca y en la fuerza de la religión nue
va, que frailes activísimos no dejaban
de enseñar. Y como todo despotismo
una vez admitido, tiende naturalmente
a intensificarse hasta la crueldad, el de
los encomenderos sobre los indios llegó
al delirio. No eran estos a poco, sola
mente los trabajadores gratuitos los
buscadores infatigable de oro para saciar
la sed abrasadora de fácil riqueza de
 28 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
sus conquistadores, sino también las
tristes víctimas del loco fanatismo y
criminal barbarie del aventurero español,
feroz e ignorante, de aquella época.
Tan bárbara fue la conducta de los
«encomenderos» colonizadores, que algu
nos españoles de corazón humanitario,
tan luego como pudieron retornar a
España, la denunciaron. Entonces los
monarcas trataron de poner freno a tan
ta vileza. He aquí los fragmentos de
una cédula de Felipe II:
'Somos informados ana en esas pro
vincias se van acabando los indios
naturales de ellas, por los malos tra-
ta?nientos que sus encomenderos les
hacen, y que habiendo disminuido tan
to los dichos que, en algunas parles
falta más de la tercera parte, les llevan
las tasas por entero, que es de tres
partes, las dos más de lo que son obli
gados a pagar, y los tratan peor que
a esclavos y como tales se hallan mu
chos vendidos, comprados de unos
encomenderos a otros, y algunos muer
tos a azotes, y mujeres que mueren y
revientan con las pesadas cargas, y a
otros y sus hijos los hacen servir en sus
granjerias y duermen en los campos y
allí paren y crían mordidos de saban
dijas ponzoñosas y muchos se ahorcan
y otros se dejan morir sin comer y
otros toman yerbas venenosas; y hay
madres que matan a sus hijos en pa
riéndolos, diciendo que lo hacen por
librarlos de los trabajos que ellas pa
san, y que han concebido los dichos
indios muy grande odio al nombre de
cristiano y tienen a los españoles por
engañadores y no creen cosa de las
que les enseñan y así todo lo que hacen
es por fuerza», etc., etc.
Para colmo de desventuras, por aquella
época se iniciaban las nuevas poblacio
nes, y había que hacer las casas para
los moradores españoles y levantar las
iglesias. Para estas obras, los indios
tenían que aportar material y trabajo en
cantidades extraordinarias, y guay! del
que osaba reclamar algún salario o si
quiera la comida por todo ello.
Así comenzó el coloniaje; así fundaron
las poblaciones ecuatorianas los enco
menderos.
Hacia los años de 1531 y 1535, se re
partieron algunos de ellos— por disposi
ción de Benalcázar,— por Mocha, primero,
y, luego, por Ambato.
Los encomenderos, si fueron bárbaros
y crueles en otras secciones del país, en
ésta, según parece, no lo fueron o no lo
pudieron ser en las mismas proporciones-
Como se notará más adelante, al esta
blecerse los obrajes en plena colonia, los
indios de Ambato demostraron más bien,
varias veces, ser de los más ricos y más
independientes.
Esto, por lo que toca a las encomiendas.
En cuanto a las definitivas fundaciones,
hay que notar que. en verdad, Ambato
no obtuvo apreeiable contingente espa
ñol sino algunos años más tarde, y así,
sólo para el año de 1570, recibe la visita
de don Antonio de Clavijo, Comisionado
dela Real Audiencia de Quito para fun -
'dar pueblos por estos lugares, y quien,
entonces, procede a la delincación de pla
za, calles y del sitio en que debía erigirse
la iglesia. Ambato es ya, entre tanto, un
asiento, o sea un lugar de concentración
para españoles.
El mismo Comisionado Antonio de Cla
vijo, y en el transcurso de sus cinco años
de laboriosa actividad como poblador,
funda y establece también los pueblos de
Píllaro, Pelileo, Patate y Quero, en donde
es abundante el elemento indígena.
Los españoles que siguen avecindándo
se en Ambato, sin embargo, no son ya
solamente los famosos cazadores de in
dios, sino gente que simpatiza con el sue
lo y su grato clima, y dispuesta a arrai
garse definitivamente en él.
Según advierte el doctor Federico Gon
zález Suárez, para la radicación de ellos,
de modo tan espontáneo, hubo también
el estímulo de la posición intermedia del
terreno, en el camino de Quito a Lima;
de modo que quizás podían establecer
algún comercio, sin dejar el contacto ne
cesario con los compatriotas que se mo
vían de un lugar a otro.
Pero la mescolanza entre indios y colo
nos, sin que se definiera todavía el tipo
de población al estilo español, continúa
hasta fines del siglo XVI, y sólo al ad
venimiento del cuarto Obispo de Quito,
el limo, señor Fr. Luis López de Solís,
en 1594, Ambato es elevada a la categoría
de Parroquia eclesiástica, siendo, en lo
 EPOCA COLONIAL 29

civil, tenencia del Corregimiento de Rio- A la Gobernación de Quito correspon

bamba. * dían las siguientes poblaciones españolas
Desde luego, este Ambato primitivo no ya establecidas: Latacunga, AMBATO,
estuvo en el mismo sitio en que hoy le Riobamba, Chimbo, Alausí, Cuenca, Loja,
conocemos; sino, según expresión común Zaruma, Guayaquil, Portoviejo, Zamora
de nuestros historiadores, a menos de una y Vplladolid.
legua más abajo, siguiendo el curso del Ambato, pues, dentro de esta división,
río, y a la orilla de este mismo. era un asiento, regido por un Teniente
de Gobernador. Pero, por los años de
ORGANIZACIÓN POLÍTICA INICIAL DEL 1588 a 1589, el asiento de Riobamba fue
COLONIAJE. -LAS TENENCIAS DE AMBA
TO Y MOCHA.— PUERLOS QUE A ELLAS
CORRESPONDÍAN.- PRIMERAS MODALIDA
DES DE LA VIDA SOCIAL Y RELIGIOSA.—
INDUSTRIAS Y COMERCIO.
Como el aumento de poblaciones espa
ñolas fuese ya notable en los territorios
del antiguo Reino de Quito, y la Adminis
tración de Justicia tuviese necesidad de
un tribunal menos lejano que el de Lima,
los vecinos de Quito solicitaron la crea
ción de una Real Audiencia.
El Rey Felipe II atendió la solicitud,
y con fecha 28 de Agosto de 1563, quedó
creada la Real Audiencia de Quito. A
ésta debían pertenecer todos los pueblos
comprendidos entre Paita y Buenaven
tura, de sur a norte, y entre la costa del
Océano Pacífico y los pueblos del Orien
te-Canela, Quijos, etc, -de oeste a este.
Dentro de toda esta enorme extensión
territorial (de límites muy minuciosa
mente detallados, por lo demás, en Cédula ANTONIO DE CLAVIJO
Real de la fecha indicada), cabían 4 go
bernaciones: la de Quito, la de Popayán, elevado a la categoría de Villa (Villa del
la de Quijos y la de Juan de Salinas. Villar Don Pardo), con cabildo indepen-

* • Latacungu y Ambato, — dice el doc
tor Federico González Suárez, — al principio
fueron reducciones puramente de indígenas;
pero la situación de ellas en medio del cami
no principal que conducía de Quito a Lima,
capital del Virreinato, y a Guayaquil y Pa
namá, centros del comercio, provocó a al
gunos españoles a establecerse tanto en la
una como en la otra: además la distancia
considerable, que separaba a Ambato de
Chimbo, hizo necesaria la fundación de una
ciudad intermedia, y Riobamba se pobló de
nuevo, con el título y los derechos municipa
les de Villa... Las principales poblaciones
del corregimiento de Riobamba eran Chimbo
y Ambato.
En tiempo del mismo Obispo Solis se erigió
en Ambato una iglesia parroquial aparte para
el servicio de los numerosos españoles o
gente blanca avecindada ya en aquel lugar;
hasta entonces no había allí sino una sola pa-
irnquia para los indios, dedicada a San Bar
tolomé, y los sacerdotes que desempeñaban
el cargo de doctrineros no queiian condes
cender con los blancos y les obligaban a que
concurrieran a la iglesia los días de fiesta y
los domingos juntamente con los indios. El
señor Solís dividió la población; estableció a
los moradores de raza española en la parte
superior, y constituyó a los indígenas en la
parte inferior, en \o más bajo del valle, dan
do a cada uno por separado, saceidotes en
cargados de la administración del Sacramento.
Tal fue el principio de la hermosa ciudad de
Ambato, cuya fundación está necesariamente
relacionada con la memoria del por mil títu
los insigne Obispo Solís-.
( Historia General del Ecuador.—
Yol. III).
30 I.A PROVINCIA DE TUNGURAHUA EX 1928
diente del de Quito, y, entonces, Ambato
pasó a ser, como Mocha, Tenencia del
Corregimiento de Riobamba.
La tenencia de Ambato comprendía,
aparte de la población española, las si
guientes de indígenas: Quisapineha, I/.am-
ba, Sania Rosa y Pillara. A la Tenencia
de Mocha correspondían las reducciones
de Tisaleo, Quero, Pelileo y Patate.
El teniente era un empleado subalterno
del Corregidor, quien era nombrado di
rectamente por el Rey, previa una fianza
para el manejo de rentas que. una vez
cobradas, tenía que entregar a las Cajas
del Tesoro Real.
En lo eclesiástico, al principio las te
nencias no tuvieron más que un cura
cada una; pero, luego, la deficiencia de
los doctrineros, por una parte, y el cre
ciente ingreso de frailes a las colonias,
por otra, aumentaron el número de ca-
tequistas-que no solamente recogían al
mas para la salvación eterna entre los
indios, sino también, y sobre todo, di
nero y terrenos y mujeres en grandes
cantidades
Y bajo de estas dos autoridades se ini
ciaba la vida social y religiosa de los
nuevos pueblos. Claro es que ninguna
de ellas era un dechado de moralidad.
Si el teniente, más que de gobernar bien
y administrar justicia, de lo que prefe
rentemente se preocupaba era de resar
cirse con creces de lo que había gastado
para conseguir el empleo, el cura, por
su lado, enseñando como de paso la doc
trina cristiana, no hacía sino explotar
sistemáticamente a los indígenas.
Por cierto, en esto los religiosos no
constituían una excepción. Hacían por
su parte, algo que se consideraba natural
y que estaba en el tiempo: el mal
ejemplo venía desde la capital de la
Real Audiencia, donde la sociedad y
el clero «se demostraban relajados hasta
el cinismo'.
Por estos pueblos pequeños se refle
jaba todo cuanto ocurría en los más
grandes, donde, para poblar más rápi
damente el Nuevo Mundo, sin duda, .ca
da español noble, principalmente cada
encomendero, recogía en su casa, para
el servicio de su familia, cuantas indias
solteras podía, y. aun cuando muchas
de ellas querían casarse, el amo les
impedía, o les daba por marido algún
indio de su servidumbre, el que el amo
elegía, y no el que la india había pe
dido por esposo: a otras, los misinos
amos les consentían que viviesen libre
mente en ilícito comercio, o, lo que era
todavía peor, cometían con las misera
bles grandes ofensas de Dios-. ..."
Si la conquista se caracterizó por lo
violenta, dura y cruel, la colonia no se
distinguió por menos, con el aditamen
to, por desgracia, de inmoralidad, pere
za y espíritu de rapiña, que contradi
jeron el sentido grandiosamente heroico
de la primera aventura.
Sin embargo, algunas veces, los indios
de la Provincia de Tungurahua no fue
ron completamente mansos con los abu
sivos. Si no huyeron prontamente a
* Historia General del Ecuador.—
Tomo III. — El mismo doctor González Suá-
rez, entre sus diversas anotaciones acerca
del gobierno eclesiástico durante los tristes
años de la colonia, expone lo siguiente,
que puede tocarnos de cerci:
«Los franciscanos hicieron muchas instan
cias para que se les permitiera fundar un
nuevo convento, además de los que había
en todas las ciudades y villas de la Presi
dencia: querían que fuera una recoleta o
convento de estricta observancia, y solicita
ban la licencia del Rey para establecerlo
en el asiento de Ambato. lista licencia les
fue concedida en y el 20 de Junio
de aquel año, se verificó la fundación . . . .
Con la fundación de la recoleta de Amba
to, desapareció la de Chimbo, aunque la
que se fundó en Ambato, no fue recoleta
mas que en el nombre. . . » (Cap. XIII.
— Vol. IV ).
Con todo, debemos hacer una salvedad,
por lo qne respecta a la actuación general
del clero, durante el coloniaje, en los pue
blos de esta provincia. l'ues, si bien en
vai ios lugares, cerno en todo el país, no
faltaron elementos perjudiciales, que causa
ran estragos con sus proles numeros 18, su
acaparamiento de fortunas y su incontinen
cia excesiva, no faltaron en cambio ecle
siásticos dignos de consideración y grati
tud, que contribuyeron eficazmente al de
sarrollo de estos pueblos.
En Ambato, el cura Hipolito de Vega
y Cadena, primero; y los posteiiores bene
factores como el 1'. Fr. Mariano Benítez,
son honrosas excepciones, según se veiá
en sucesivos capítulos.
 EPOCA COLONIAL 31

las regiones del Oriente, apelaron al de ños ruidos producidos por aquel formi
recho natural de insurrección: y ello lo dable resquebrajamiento de la tierra, no
prueba la de los indios del Obraje de eran suficientes para acallar los gritos de
San Ildefonso (valle de I'atate) en 1770, terror y de dolor de quienes, muy cerca,
por más que tan trágico fin tuviese pa agonizaban bajo los escombros
ra los rebeldes, con el asesinato de una Esos pocos sobrevivientes, sin embar
familia íntegra de obreros— padre, ma go, se entregaron, pasado el primer ins
dre, tres hijos y dos hijas. tante de sorpresa y espanto, a levantar
A lo que parece, esos indios no qui palos y piedras para s:ilvar a sus parien
sieron sujetarse al sistema de trabajos tes; pero he aquí que, apenas iniciada la
forzados, que muchas otras parciali
dades tampoco admitieron en esta Pro
vincia, notándose, gracias a esta circuns
tancia, un relativo bienestar en los in
dios independientes.
A este respecto, será interesante re
cordar que, al contrario de los indios
de San Ildefonso en 1770, muchos otros
de los demás obrajes establecidos, lo
graron obtener casi un siglo antes,
ciertos triunfos que, seguramente, no
duraron mucho. Nos referimos a ese
grado de insólita prosperidad a que
aluden algunos historiadores, cuando
la industria de los tejidos de algodón
y de lana llegó a su apogeo, y el co
mercio de estos productos tomó notables
impulsos, poco antes de finalizar el siglo
XVI. Entonces, al decir de González
Suárez, fue cuando «en Ambato hubo
más de dos indios que gastaron seda
en sus vestidos de gala».
EL OBISPO SOI.IS
EL PRIMER ASIENTO DE AMBATO DESA
PARECE.— EFECTOS DEL TERREMOTO faena, ven venir sobre ellos un torrente
DE 1698 de agua y lodo en cantidad formidable.
Esta inundación acabó, no sólo con la
La primera fundación española de Am esperanza de salvar a unos pocos, sino
bato no estaba destinada a perdurar. que borró por completo hasta el sitio en
El día jueves, 20 de junio del año 1698, que se encontraba el barrio bajo de la
es decir a los 164 años más o menos población, es decir la parte de la ciudad
de establecido el asiento, de impro destinada a los indios.
viso, a eso de la una de la madruga Según refieren las crónicas de ese tiem
da, sintióse un temblor violentísimo, po, más de 556 personas de raza blanca
que echó por tierra en pocos segundos perecieron, y cerca de 1200 indios desa
todas las casas e iglesias de la pobla parecieron, no se sabe si ahogados en el
ción. Luego sucedió un segundo tem torrente de agua y lodo que arrasó con
blor, que acabó con las pocas paredes su sección, o si aplastados por las pare
que habían quedado; de modo que casi des y techos, o si tragados por las enor
la totalidad de los vecinos, muchos de mes grietas que súbitamente se abrieron
ellos sorprendidos en pleno sueño, fue en algunas partes.
ron sepultados bajo los escombros de El cataclismo fue, pues, de tal magni
sus propias casas. tud, que del asiento de Ambato no quedó
Muy pocos se salvaron de la horro sino un montón de escombros; y eso, en
rosa catástrofe. El espanto en ellos ha parte solamente, porque todo lo demás
bía llegado casi hasta la locura, porque, había quedado inconocible, por las mon
sordos estruendos subterráneos y extra tañas que se habían formado ahí en don
 32 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
de eran llanuras, o por las profundas que
bradas que se habían abierto ahí en
donde antes fueran vistosos collados.
Este espantoso terremoto correspon
día también a otras poblaciones, y,
al mismo tiempo que el primer asien
to de Ambato desaparecía, también en
Riobamba y Latacunga se enterraban
millares de muertos en fosas comunes
y se asistía a uno de los espectáculos
Tipo de encomendero español, de los
que intervinieron en la Conquista y en la
fundación de las nuevas poblaciones
más desoladores de destrucción y de
ruina.
El Carihuairazo se había hundido en
gran parte.
Y el río Ambato, con la afluencia
formidable de los torrentes que se
precipitaban desde las alturas de la
cordillera, hinchóse extraordinariamen
te: llevóse a su paso todo cuanto ha
bía florecido a sus márgenes; y de los
cultivos y obrajes y trapiches del va
lle de Patate, no quedó nada.
Según declaración de don Fernando
Dávalos, propietario de algunas ha
ciendas de esa sección y testigo, en
parte, del horrendo suceso, murieron
ahí más de 150, entre españoles e indí
genas.
Puede decirse que, con Ambato, casi
toda la Provincia sufrió, en esta oca
sión, un mortal golpe.
Sin embargo, los pocos sobrevivientes
que quedaron, no quisieron, a pesar
de haberlo perdido todo, abandonar
por completo esta sección. Y notando
que, en el mismo lugar del asiento
desaparecido, no podían restablecer po
blación alguna, decidieron trasladarse
«un poco más arriba, en la misma
margen derecha del río-, para fundar
un nuevo Ambato.
De entonces data, propiamente, nues
tra actual ciudad.
LA HISTORIA DE LA NUEVA FUNDACIÓN
DE AMBATO.— VECINOS QUE PRINCIPAL
MENTE INTERVINIERON EN ÉSTA. -SOLI
CITUDES Y DILIGENCIAS ANTE EL
PRESIDENTE DE LA REAL AUDIENCIA
DE QUITO Y EL VIRREY DE LIMA.—
RESISTENCIA DE LOS INDIOS DE QUI-
SAPINCHA Y SERIAS DIFICULTADES PARA
LA NUEVA FUNDACIÓN.— EL ACTA DE
POSESIÓN DEL NUEVO SITIO, Y ERECCIÓN-
DE LA CIUDAD.
A los ocho días del terremoto, los
principales de los sobrevivientes sus
cribieron una emocionante petición al
Rey, invocando su clemencia y so
corro. Naturalmente, dado el largo trá
mite acostumbrado por entonces, muy
tarde debió de llegar a conocimiento del
Monarca, y aún del mismo Virrey, la no
ticia de la desgracia ocurrida a sus -lea
les vasallos- del asiento americano de
Ambato.
El socorrerlos y atender a sus deseos
de trasladar la población a otro lugar,
correspondía, pues, al Presidente de la
Real Audiencia de Quito— que, por ese
tiempo, lo era D. Mateo de Mata .de
Ponce de León, representante mediato,
en esta sección, de la Autoridad real.
Antes de transcribir la solicitud del
Cura de Ambato, señor doctor don Hi
pólito de Vega y Cadena al Presidente
de la Real Audiencia, pidiéndole acceda
a la voluntad de los infelices morado
res del pueblo destruído, reproducimos
el primer documento, al pie del cual
constan las firmas de apellidos que se
han prolongado en Ambato hasta nues
tros días. Para facilidad de la lectura,
no mantenemos la misma ortografía y
 EPOCA COLONIAL
absoluta falta de puntuación del origi
nal; respetando, en cambio, rigurosa
mente, el texto:
'Muy poderoso señor: Llegó el tiem
po de dar esta breve noticia a Vue-
sa Alteza de la dicha y consuelo que
gozamos los pocos moradores que
por la divina misericordia de Dios
escapamos en esta ruina, habiéndo
nos concedido al último día el Cuer
po Sacramentado de su Divina Ma
jestad: que a fuerza de lágrimas se
ablandaron las duras piedras que
sobre él estaban y se ha colocado en
un sitio desamparado, que a común
aclamación de todos parece el mejor
y más cómodo que se pudo elegir pa
ra poderle hacer templo y población,
llamada San Bartolomé.
En este puesto. Señor, se ha pedi
do al Sargento Mayor don Cristóbal
del Cid los sitios necesarios, como a
persona que por general aclamación
nombraron los vecinos por su cabeza,
conociendo sus muchas prendas, y
que, en necesidad semejante tanto
importa y su conservación en el cargo.
Hízose una choza pajiza, con la de
cencia que el tiempo ofrece; pusié
ronse campanas, y se ha celebrado
el santo sacrificio de la misa, cuan
do el total consuelo, y el que espe
ramos en medio de tanta fatiga: el
nos conceda Vuesa Alteza los solares,
para poder asistir al culto divino,
y, así, nuestras chozas, con el pia
doso celo que siempre esperamos sus
vasallos
No expresamos nuestra ruina, de
jándola al silencio y consideración
que publicara tanta desdicha; y,
puestos a. los pies de Vuestra Alteza,
con lágrimas le pedimos nos socorra
en ella. Remitimos testimonio, para
que por él mande Vuestra Alteza lo
que fuere de su Real servicio, cuya
vida pedimos a Dios Nuestro Señor
se aumente con todas las felicidades
y con mayores reinos, para el con
suelo de sus leales vasallos.— Ha in
halo, Junio veintiocho de mil seis
cientos noventa y ocho años.
Muy poderoso señor: Sus más hu
mildes y afligidos vasallos, que a
sus pies se postran,— Don Cristóbal
Cid; Doctor Don Hipólito de Vega
y Cadena; Fray Francisco Ramos,
33
Guardián; Domingo Grosso; Don
Juan de Hervas Mudarra; Alonso
Anda Maldonado; Francisco López
Naranjo; Juan de Vásconez y Velas-
co; Lucas López Naranjo.
El 29 del mismo mes, es decir, al
día siguiente de la comunicación sus
crita por los principales vecinos de Am-
bato, dirigió una segunda petición, a
su propio nombre, el Cura señor doctor
don Hipólito de Vega y Cadena. La peti
ción directa al Presidente de la Real Au
diencia de Quito está concebida en los
siguientes términos:
'Señor: Ya vue señoría habrá teni
do noticias de la ruina, calamida
des y aflicciones de este miserable
pueblo de Hamhato, y aunque los
habrán dado por extenso y por elo
cuente pluma, siempre habrá sido
un rasgo de lo sucedido y de lo que
se ve y experimenta: porque lo que
se padece no cabe en líneas ni en
ponderación ninguna. La ruina es
grande, la aflicción, muchísima, con
tanta mortandad, hambres y llantos,
sin más remedio que verse ahogados
en el tropel de innumerables penas,
no siendo la menor el no hallar
recurso de sitio donde alojarse ni
poblar los vecinos que han quedado.
Para cuyo remedio, juntándose los
vecinos, hallaron por más convenien
te el de un sitio llamado San Bar
tolomé, que -pertenece a los indios
del pueblo de Quisapincha, quienes
lo tienen así desamparado y cotí tan
pocas casas que constará de este tes
timonio que remiten los vecinos.
En este se colocó el Santísimo Sa
cramento; se colgaron las campanas
y se han celebrado misas, con acia,
mación y gusto de los vecinos, quie
nes, para su seguridad, aguardan la
conformidad de Vue Señoría, de. cuya
piedad esperan este consuelo, sin que
tengan por resuelto ningún agravio
los indios dueños del sitio; pues los
solares, desamparados y yermos que
estuvieron, se pagarán y a sus due
ños se les dará, otro tanto y más
de sitio al rededor del pueblo que
se fundare.
Esta es la pretensión que ponen
a los pies de. Vue Señoría, con la
esperanza de su buen despacho, para
34 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
remediar en parte tan grandes pena
lidades como padecen ios miserables
vecinos de este Asiento, quienes desea
mos la vida de Vue Señoría; y yo,
en especial, como tan siervo y Cape
llán, que Nuestro Señor lo guarde
con muchas felicidades, como ruego
a Su Divina Majestad. — Hambato, y
Junio veintinueve de mil seiscientos
noventa y ocho años.
Señor, beso la mano de Vue Seño
ría, su más A fimo. Capellán y obliga
do servidor,— Doctor Don Hipólito de
Vega y Cadena.
Desde luego, mucho antes de dirigir
tnles comunicaciones, los vecinos sobre
vivientes de Ambato procedieron a ins
talarse en el nuevo sitio; aunque no
con toda facilidad, porque los indios
del «desamparado» sitio de Quisapin-
cha- o sea (¡el que actualmente ocupa
la ciudad, no quisieron cedérselo ni por
clemencia ni por dinero. Esos indios,
encabezados por sus respectivos caci
ques entre los que hay que citar a
don Juan Punina, que era también Go
bernador principal del Asiento y del
pueblo de Quisapiucha; a don Andrés
Carlos Amanta, que era Gobernador y
Cacique principal de l'asa; a don Do
mingo Bombón, cacique principal de
Pataló: a don Domingo Pilamuiiga, Ca
cique de los tomabelas y a Martín Toa-
so, cacique de los ii;dios angamareas,
y varios otros que se solidarizaron con
los quisapinehas,— alegaron que el te
rremoto no era sino una consecuencia
del furor divino contra los abusivos
españoles, que habían, durante varios
años, maltratado, vejado y robado a
los indios.
Lo que estos expusieron en su me
morial, oponiéndose a la pretensión de
los vecinos de Ambato de mudarse de
sitio, está, por otra parte, salpicado de
iracundas acusaciones. Se dijo que los
españoles habían arrebatado por la
violencia los terrenos y las chozas; que
los auxilios de víveres para los sobre
vivientes se habían repartido sólo en
tre los ricos, haciendo negociados con
los pobres; que el mismo don Cristó
bal Cid, encargado provisionalmente de
administrar Justicia, los «trataba mal
de palabras y obras-. Por último, acon
sejaron que, una vez que habían i erdido
su sitio de Hambato, debían los espi
lloles regresarse a su antiguo Asiento
de Mocha, de donde habían venido.
El Cacique Juan Punina fue más ex
plícito en sus quejas y acusaciones y
más enérgico en la defensa de sus indios
y tierras. Cuando su acción iba debi
litándose, nombró al español don Juan
Fernández, que era el protector de los
naturales de este asiento, su represen
tante para posteriores reclamaciones.
Y a la resistencia de los indios de
Quisapincha para admitir a los espa
ñoles, se aunaba la resistencia de algu
no de estos mismos para cambiar de
sitio; pues se alegaba que sobre las
propias ruinas del anterior asiento bien
se podía edificar el nuevo. También en
esto, pues, encontró su apoyo la mala
voluntad de los indígenas.
Con todo, mejor fueron apreciadas
las razones de quienes trataban de efec
tuar el cambio de lugar. Conviene citar
de una vez, a estas personas, que, en ver
dad, son los fundadores del actual Am
bato: Dr. Hipólito de Vega y Cade
na, Curtí y Vicario eclesiástico; Sar
gento Mayor don Cristóbal Cid,
encargado de la Tenencia l'rovisional,
a raíz del terremoto y por aclamación
de los propios vecinos; el A Iférez
Cristóbal Rubio; el Capitán Antonio
de Valemuela; i Iférez Diego de Al-
viendárez; Capitán Juan de Vásconez
y Velasen; Capitán Lucas López Na-
ranjo; Alférez Juan de Hernán Mu-
darra; Don Dominga (irosso; Dn.
Alonso Anda. Maldonovio; Fr. Fran
cisco Ramos, Guardián; Dn. Juan de
Escobar; Don Francisco Ló/iez Naran
jo; Maestro l'edro López Naranjo y
Dn. Juan Fernández.
De éstos, los señores Juan de Vásconez
y Velasco, Cristóbal Cid, Cristóbal Rubio
de Lorca, Diego de Almendárez y Fran
cisco López Naranjo, fueron elegidos
Diputados para entenderse en todo
cuanto tocase a la nueva fundación,
•sin que ninguno aiga exhibido ni un
patacón para dicho efecto» ....
En cuanto al Presidente de la Real
Audiencia de Quito, Don Mateo de Mata
de Ponce de León, principió aprobándolo
todo, desde el nombramiento de Tenien
te Provisional hecho por los mismos
36 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

vecinos • aunque Ambato no era villa 'Licenciado Don Antonio de Ron:

ni ciudad, y la administración de jus Los vecinos de este Asiento de Hani-
ticia corría de cuenta del Corregimien bato, decimos que: Habiéndose Vmd.
to de Riobamba», hasta el traslado de servido, a petición nuestra, el mudar
la población—que pocos meses más tarde al sitio en que estamos, y cumplida
mereció ser aprobado, en vista de la por nuestra parte en las pagas, que
nutrida documentación remitida por el vuestra merced ha mandado hagamos,
Virrey de Lima, también demostrando asi a los indios como a los españoles,
con ello, un franco espíritu de prefe como consta de autos, mediante lo
rencia para Ambato, porque ni Lata- cual se ha de servir vuestra merced de
cunga, ni Riobamba, que pidieron, por
el mismo tiempo, igual autorización, pu
dieron obtenerla.
Además, el Licenciado Don Antonio de
Ron, que fuera nombrado por la Presi
dencia de la Real Audiencia, Fiscal para
que observe e informe sobre el verda
dero estado del Asiento de Ambato y
la justicia de su solicitud, contribuyó
poderosamente a que ésta fuese favo
rable y prontamente atendida. El prac
ticó minuciosas inspecciones, tanto en
el terreno de la catástrofe como en el
nuevo sitio y, con notnble espíritu de
equidad y justicia, atendió así a indios
como a blancos en sus reclamos y pre
tensiones. La información sumaria que
tomó, fue abundante y cuidada, según
la clase de personas que rindieron su
declaración, y ella facilitó grandemente
la decisión de las autoridades reales
para apoyar la nueva fundación.
Muy agitados debieron de se:-, para DON ANTONIO DE RON
los colonos, los días que siguieron al
del terremoto: gestiones para conseguir mandar se nos dé posesión del sitio
el asentimiento de los gobernantes espa nuevo para que podamos hacer la nue
ñoles; gestiones para conseguir el asen va fundación. Juntamente mandará
timiento de los indios de Quisapincha; que. en la población vieja no se con
labor para atraer a un solo proyecto sienta que haya gato ni tablajerías
a los mismos remisos de raza blanca ni pulperías por ser contra el bien
—que no eran pocos y a los que hubo común y estar en este sitio poblado
necesidad de amenazar con multas y cotí, la Iglesia Mayor, la Justicia Real
castigos:— labor para conseguir víveres y toda la vecindad; imponiendo las
y edificar rápidamente las provisionales penas necesarias para ello. En cuya
chozas; búsqueda del dinero necesario conformidad a Vmd. pedimos y supli
para pagar, al fin, a los indios el valor camos se sirva de ?nandar como lleva
no sólo de sus terrenos, sino hasta de mos pedido, que es justicia, etc.
su traslado a otros lugares, etc., etc. Don Cristóbal Cid, Juan de Escobar,
Cuando, subsanadas casi todas las di Francisco Iápez Naranjo, Juan Anto
ficultades y medio vencida hasta la últi nio Valenzuela, doctor .don Hipólito
ma resistencia, los Diputados tomaron de Vega y Cadena, Diego de Almendá-
posesión del nuevo sitio en que se debía rez, don Juan de Vásconez y Velasco,
levantar la bella ciudad futura, cuna Cristóbal Rubio de l'erea, Juan Fer
de nobles espíritus y encumbrados ge nández, Tomás Yánez, don Félix Gu
nios,—la alegría fue inmensa. tiérrez Flores. . . .
He aquí cómo se realizó el sencillo acto Por presentada la petición, y nin
de posesión: guna persona de cualesquiera estado o
 EPOCA COLONIAL
calidad y condición que sea, tenga
pulpería, trucos, tablajería, degüe
llos ni otro embarazo ni ocupación
alguna en el pueblo viejo ni su con
torno, pena de doscientos pesos de
a ocho reales, que se les sacarán in
violablemente a disposición de Su Mer
ced; ni gateras, so la dicha pena; y
que las indias se pasen a vender sus
géneros a la plaza nueva, pena de cin
cuenta azotes, y atento a estar los
vecinos en los arrabales, se les dé la
posesión que piden para que ocurran
a pedir confirmación y aprobación de
ella, ante el Excmo, señor Virrey de
estos Reinos; y lo firmó el señor Li
cenciado Don Antonio de Ron, de la
Orden de Santiago y su Fiscal en la
Real Audiencia de Quito.—En Ham-
bato, a doce días del mes de Agosto
de mil seiscientos noventa y ocho años,
y se comete al Capitán Martin Mar
tínez de Tejada, Justicia Mayor de es
te Asiento.— Licenciado Antonio de
Ron. — Ante mí, Tomás de Alvarado,
Escribano Público.
En el Asiento de San Juan de Ham-
bato, A TKECE DÍAS DEL MES DE AGOS
TO de mil seiscientos noventa y ocho
años, el Capitán Dn. Martín Martínez
de Tejada, Justicia Mayor de este di
cho Asiento, en cumplimiento de lo
mandado en el auto de arriba, ha
biendo llegado al sitio de la nueva
población y plaza mayor, y medida y
señalada, de requerimiento de don
Cristóbal Cid, Juan de Escobar, Fran
cisco López Naranjo, Juan Antonio de
Valenzuela, Diego de Almendárez, el
Capitán Juan de Vásconez y Velasco,
Cristóbal Rubio, Juan Fernández, To
más Yánez, vecinos de este Asiento,
quienes pidieron les diese posesión de
la nueva población, hizose así. Dicho
Justicia Mayor asió de las manos a
los referidos, y, en nombre de Su Ma
jestad y del oficio que administra,
los metió en posesión de la dicha nue
va población y sitio destinado, dándo
seles Real Corporal. Bel cuasi: sin per
juicio y en señal de haberlo tomado
y aprehendido, hicieron acto de po
sesión arrancando yerbas y tirando
terrones de una parte y de otra. De
lo cual me pidieron por testimonio a
mí, el presente Escribano, y yo se lo
doy en la parte que baste, y para que
37
conste de habérseles dado dicho pose
sión, lo firmó dicho Justicia Mayor
y partes. -
Martín Martínez de Tejada.— Fran
cisco López Naranjo.— Juan de Vásco
nez y Velasco.— Dn Félix Gutiérrez Flo-
rez.—Juan Antonio de Valenzuela.—
Cristóbal Cid. - Cristóbal Rubio y Pe-
rea.
Tomás Yánez. Ante mí, Tomás de Al-
varado, Escribano Público. *
El costo de la nueva fundación de
Ambato fue de tres mil catorce pe
sos, que se invirtieron en el pago de
los terrenos expropiados a indios y es
pañoles; y en los gastos de escribano,
medidores, etc., etc.
Hizose, bajo la vigilancia del mismo
don Antonio de Ron, un mapa, en el
que se distribuían las cuadras y se
señalaban los sitios principales para
plaza mayor e iglesias. Para la adju
dicación de estas cuadras, se tomó en
cuenta su importancia según la proxi
midad a la plaza, fijando los precios así:
Las cuadras inmediatas
a la plaza, a 100 Pesos;
las segundas cuadras, a 90 »
las terceras cuadras, a 80 •
etc.,
Las cuadras séptimas se fijaron en
44 pesos; y el valor de los solares, en
proporción.
Ciento veintiséis propietarios tomaron
posesión de sus respectivos terrenos, a
condición de edificar las casas a vuelta
de cuatro meses. Pero como muchos
de esos propietarios no pudiesen o no
quisiesen respetar su compromiso, se
suscitaron serias dificultadas; y varios,
como el mismo Escribano Público don
Tomás de Alvarado -que no ofrecía en
su casa para responder de los doscien
tos pesos de multa, más que unos
cuadros viejos, unas petacas y dos es
critorios en que desempeñaba su ofi
cio,—fueron a parar en la cárcel. Para
los indios desobedientes, se había seña
lado el castigo de 200 azotes.
* Esta y otras transcripciones de docu
mentos y citas relacionados con la histo
ria de la fundación de Ambato, pertenecen
al Libio Rojo y demás papeles que se guar
dan en el Archivo Municipal de esta ciudad.
 38 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

Hasta entonces, ya el Corregimiento lias ambateñas de hoy,— sino también co

de Riobamba había proveído de Tenien- mo un detalle de la estadística económica
te."titular al Asiento de Ambato, con de ese tiempo.
cargo también de Alcaide Provincial, Los nombres de los colonos pobres
y éste fue nada menos que el Capitán no han llegado hasta nosotros: ellos re
don Lucas López Naranjo, persona cibieron gratuitamente sus solares en los
muy honorable y enérgica, que comen alrededores de la población nueva.
zó haciendo efectivas las penas con to
do rigor. El capitán Juan de Vergara,
Los demás españoles e indios, entre por una cuadra de las primeras 100 Pesos
tanto, trabajaban como hormigas en sus Capitán don Pedro de Cueto,
edificaciones. El agua, elemento de pri por la tercera parte de una de
mera necesidad que no había en el las primeras 33 »
nuevo sitio, la consiguieron gracias a Doña Juana de las Nieves,
la intervención del Cura de Santa Rosa, por la misma extensión 33
R. P. Maestro Fr. Francisco de A rauj'o, El maestro Agustín de Rive
doctrinero de ese pueblo. Éste compro ra, por otro tanto 33 »
metióse, pocos días antes de la posesión El sargento mayor don Cris
del sitio, por acuerdo con don Antonio tóbal del Cid, por una de las
de Ron, a dejar, expedita una acequia segundas cuadras 90
hasta Ambato, dentro del plazo de ocho Roque Almendárez, por me
días. Debía tener ella «vara y media de dia cuadra de las segundas, más
ancho y tres cuartas de hondo, desde inmediata a la plaza 48
la toma de dicha acequia hasta el alto El alférez Juan de Escobar,
de Huachi». Su precio se estipuló en por una cuadra de las terceras
la suma de ciento cincuenta pesos, y un solar de las cuartas 98 •
que el contratista dividió asi: ciento, Don Juan de Mesa, por me
para la construcción de su iglesia, y dia cuadra 42 »
cincuenta, para los indios que debían Los herederos de José Gar-
trabajar en la apertura de la acequia. cés, por media cuadra de las
terceras 40
El agua se distribuía equitativamente, Don Fabián de Miranda, por
así para el uso de la población, como la otra media 40 •
para el de los obrajes— que se conside Doña Beatriz Meléndez, por
raron también de suma importancia,— media cuadra de las terceras 42 >
y para el riego de las sementeras. Lo Domingo Martínez, por la
que se indemnizó a los obrajes por sus otra media 48 »
pajas de agua, asombra: 11 pesos al El padre Flores, por el primer
obraje de Huachi y otros 11 pesos al solar de una de las cuartas cua
General don Fernando Dávalos, uno de dras 20
los millonarios de ese tiempo, que ab- Jacinto de Mora, por media
sorvió gran parte de los mejores centros cuadra de las cuartas 32 *
agrícolas de lo que es hoy Provincia El Secretario Tomás de Alva-
de Tungurahua. rado, por media cuadra 38 »
Tales son los detalles generales que
El sargento Juan Montero,
corresponden a la historia de la segun
da y ya definitiva fundación de esta por un solar 16 »
Juan de Rivera, por un solar 10
ciudad. Los Villacreses, por un solar
LOS PRIMEROS POBLADORES DE AMBATO de las cuartas 70
El capitán don Juan de Vás-
Y EL PRECIO DE SUS ADQUISICIONES conez y Velasco, por una de las
Consideramos oportuno dar a conocer terceras 80 »
la parte principal del cuadro de los Don Juan Antonio de Valen-
primeros propietarios de este Asiento, no zuela, por media cuadra de las
ya sólo por el interés que pueden tener cuartas 36
sus mismos nombres— que encontrarán Don Domingo Grosso, por la
eco en la memoria de muchísimas fami otra media 34
 EPOCA COLONIAL

SEGUNDA FUNDACIÓN DE AMBATO

Los sobrevivientes del terremoto del 20 de Junio de 1698, al mudar de sitio, tomaron
posesión de él solemnemente.

El maestro Luis Falcón, por solar en sexta 13 Pesos

media ouadra de las terceras 42 Pesos El capitán Antonio Balleste-
Don Juan Punina, por la otra por un solar en sexta 13
media 38 » Marcos Méndez, por un solar
El general Dn. Fernando Dá- en sexta 10
valos, Caballero de la orden de Francisco Sánchez, por un
Santiago, por una cuadra de las solar en cuarta 20
séptimas 99 La hermana de don Miguel
Francisco López Naranjo, por de Villacreses, por un solar en
media cuadra de las quintas 28 quinta cuadra 15
Juana de Carvajal, por un so Don Juan de Poveda, por un
lar en sexta cuadra 15 solar en cuarta 20
Don Gregorio Toata, por un Pedro Vásquez, por un solar
solar en sexta 10 en cuarta 14
Don Bernardo Flores, por un Cristóbal Rubio, por media
solar en quinta cuadra 17 cuadra de las terceras 90
Don Fernando Gutiérrez, por Los Maldonados, por otra me
un solar en quinta 17 dia 90
Ventura de Castro, por un so Don Jerónimo de Vargas, por
lar en quinta 16 un solar en cuarta 31
Isabel Freire de Andrade, por El Dr. Hipólito de Vega y Ca
media cuadra en quinta 32 dena, por media cuadra de las
Agustín Pico, por un solar en terceras 40
quinta 13 Don Juan de Hervas y Muda-
El capitán Nicolás Gómez, por rra, por media cuadra de las
un solar en sexta 14 terceras 40
Don José del Castillo, por un El Licenciado don José Can-
40 LA PROVINCIA DE TUNQCRAHUA EX 1928
dilejo, por un solar en cuarta 19
Pedro Serrano, por un solar
en cuarta 17
El doctor Juan Antonio del
Cid, por media cuadra en ter
cera 38
Ana María Martínez, por me
dia cuadra de las segundas 48
Salvador Martínez, por media
cuadra de las segundas 42
Nicolás Félix de Erazo, por
un solar en tercera 26
Doña Juana Molineros, por
un solar en tercera 22
Doña Margarita Carrillo, por
un solar en tercera 21
Melchor Freire, por un solar
en cuarta 20
María de la Vega, por un so
lar en cuarta 17
Orden de Santo Domingo, por
una cuadra de las séptimas 9 »
Juan Gómez de Ayora, por un
solar en quinta 15
Don Lucas Flores, por un so
lar en tercera 20
Diego Garcés y su hermano,
por media cuadra en tercera 99
Don Juan Fernández, por un
solar en cuarta 16
Bernardo Rivera, por un solar
en quinta 17
José de Navarrete, por un so
lar en sexta 15
También compraron solares de terreno
en la nueva población, varios caciques
y algunas comunidades religiosas, prin
cipalmente de agustinos y jesuítas, aparte
de las que ya se citan en la lista que
precede.
HACIA 1756. - AHBATO ASCIENDE A LA
CATEGORÍA DE VILLA.— LA REAL CÉDULA
EXPEDIDA POR EL REY DE ESPAÑA
CONFIRMANDO LA ERECCIÓN DEL CABIL
DO DE A M BATO, EN 1759.
El segundo Asiento de Ambato no fue
tardío en su desarrollo y progresos.
Unos 58 años más tarde de la horrorosa
catástrofe que destruyó la primera fun
dación, ya Ambato se había extendido
notablemente; contaba con más de 5.000
habitantes de raza blanca o mestiza; unos
6.000 indios; y, según se anota en la
Vista Fiscal del Oidor Joaquín de la
Rocha, con muchísimas mejoras y ade
» lantos. Aparte de ésto, su movimiento
comercial había llegado a un apreciable
» grado de intensidad, y su producción
agrícola causaba ya, por su opulencia,
general admiración.
> Entonces, los vecinos de Ambato deci
dieron solicitar el ascenso a la categoría
» de Villa; pues que, muchas otras pobla
ciones inferiores a ella, habían obtenido
» aquel título.
» «La primera solicitud a este respecto,
elevada a la Real Audiencia y al Virrey
» de la Nueva Granada, de fecha 14 de
Septiembre de 1743, está firmada por D.
» Esteban Egüez y por los caballeros D.
Alonso López Naranjo. D. Baltazar Vás-
» conez y Velasco y Luis Antonio Por
tero. En su apoyo siguió una informa
» ción de testigos idóneos que con impar
cialidad expusieron el estado floreciente
de la población que era cabeza de par
tido, afirmando que sólo la parroquia de
Pelileo había llegado a superar en lo
formal y material a la antigua pobla
ción de San José de Chimbo, que era
» Corregimiento. Esta información fue ele
vada al mismo tiempo por los principa
* les vecinos de Ambato, cuya nómina debe
conservarse con caracteres indelebles.
•
Héla aquí, en el mismo orden que sus
cribieron su demanda: Agustín Baca de
Ortega, Jacinto Moscoso, Diego de Zuri
ta, Juan Roldán, Miguel de Izurieta, Mi
guel del Castillo, José de Béjar, Fernando
de Villacreses, Bernardino Bustos Lara,
Andrés de Naranjo, José Silva, Manuel
Mrz. de Ripalda, Francisco del Salto, Do
mingo Navarrete, J. Martínez de la Puen
te, Manuel López Naranjo, Casimiro Fia-
llos, Lucas Ortiz, Felipe Jijón, Raimundo
Ortiz». *
En efecto, presentaron su petición y
en fecha 19 de Octubre del año 1756,
fueron atendidos con la expedición del
título correspondiente, mediante Cédula
Provisional del Virrey del Nuevo Reino
de Granada, Excmo. Joseph de Solís
Folch de Cardona. Confirmó el título el
Rey de España, con otra Cédula, el día
U de Octubre de 1759.
El Virrey, para el acto justiciero, se
inspiró en la Vista Fiscal del Oidor
JOSEPH JOACHIN DE LA ROCHA, encaiga-
* Celinno Monge.— Investigaciones históri
cas. —Serie I.
 EPOCA COLONIAL 41
do de informar sobre la solicitud. Tal de sus moradores, por lo que teniendo
Vista, por los conceptos que contiene, y todos los requisitos necesarios de los
por ser un documento valiosísimo en la que se compone una decente villa o
historia de nuestra ciudad, la reproduci ciudad sólo le falta el título de una
mos en este mismo capítulo. de las dos cosas. Y así soy de sentir
Por cierto, el nuevo Cabildo de Ambato, que habiendo su Majestad creado Re
en la primera ordenanza que expidió, gidores y Escribanos no será contra
tributó al Virrey de Solís el testimonio su mente ni contra la ley municipal
más expresivo de gratitud, pidiéndole que prohibitiva el que Vue Excelencia le
consintiese en que la nueva villa lleva confiera el título de villa o ciudad a
ra su nombre. Sin duda, el Rey de Es este Asiento por no hablar la ley ni
paña, al confirmar con otra la Cédula entenderse de asientos que se hallen
provisional que extendió su Virrey, no tan vestidos de las calidades predichas
dió oídos a este deseo de los ambateños, a que concurre que esta Real Audien
como en otra ocasión fue benévolo con cia dió facultad a los vecinos de An-
Riobamba, al darle la denominación de tioquia para que erigiesen la villa de
Villar Don Pardo—nombre del condado Medcllín y aunque por pleitos que tu
del Virrey de Lima, que apoyó la erec vieron se suspendió esta gracia y que
ción de dicho asiento en villa. se ocurriese al Real Consejo se conce
Que conste, pues, en estas líneas el por dió la creación de esta villa que había
te generoso del Virrey Solís, quien fue permitido esta Real Audiencia sin tener
un administrador progresista del virrey- los requisitos que tiene Ambato. Y
nato, iniciando obras de verdadera utili hallándose en Vue Excelencia las facul
dad, y legando, al concluir su período, tades de la Real Persona y teniendo
todo su patrimonio a la clase meneste presente lo que va expuesto con más
rosa. poderosa razón parece podrá conferir
a este Asiento el título de villa o ciu
La Vista Fiscal a que nos hemos re dad separándola de su capital, la villa
ferido es como sigue: de Riobamba, en vista del informe del
«Exento. Sr.: He visto los autos y pre Corregidor de dicha Villa que expone
tensión de los vecinos de Ambato sobre no poder administrar Justicia en di
que se les dé título de villa o ciudad, cho Asiento por lo que se causan mil
en fuerza de la potestad graciosa que insultos y muertes a lo que dándose
en Vue Excelencia reside, y reconocidos providencia de erigirlo Villa o Ciudad
éstos hallo componerse este Asiento y aumentado sus capitulares que elijan
de cuatro Regidores, como son Algua dos Alcaldes Ordinarios con el Tenien
cil Mayor, Alcalde Provincial, Fiel te que se nombra por este Superior
Ejecutor y Depositario General; dos Gobierno, se ocurra a evitar cualquier
Escribanos, uno de Cabildo y Real Ha exceso con la condición precisa de aquel
cienda y otro Público, todos confirma vecindario haya de hacer confirma
dos por su Majestad. Cuatro Iglesias, ción a su Majestad y aprobación de su
la una parroquial y las dos agregadas Real mano de esta gracia dentro de
a ella, y la cuarta de Recoletos des cinco años, los que pasados sin haberla
calzos; cinco mil vecinos, los más espa traído sea su concesión de ningún
ñoles, y otros cinco mil indios que en efecto. Para lo cual se le darán los
el continente de sus cinco leguas en testimonios de estos autos que necesi
varias doctrinas se mantienen; es muy taren. Y para el goce por ahora de
ameno y fructífero de que carecen mu esta creación de Villa o ciudad se les
chas villas y lugares que tienen tales dará el título correspondiente. Así lo
títulos, siendo unos pueblos muy cor juzgo, salvo el superior arbitrio de Vue
tos que aún no tienen comparación Excelencia en este Estudio de Santa
con pueblos de indios como lo son las Fe y Setiembre veinte de mil setecien
cuatro ciudades del gobierno de Popa- tos cincuenta y seis. -Oidor D. Joseph
yán sujetas a esta A udiencia, la ciudad Joachin de - la Rocha y F.
de Zaragoza y Cáseres, que ni en frutas
ni en productos de Real Hacienda lle La Real Cédula confirmatoria que exis
gan a la vigésima parte de lo que pro te en el Archivo General de Indias, la
duce este Asiento, en el crecido número hemos encontrado publicada en el Bole
42 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
tín del Centro de Estudios America-
fiistas de Madrid, y es del tenor siguiente:
«TÍTULO DE VILLA AL PUEBLO DE SAN
JUAN DE HAMBATO JURISDICCIÓN
DE LA PROVINCIA DE QUITO
Don Carlos &• y la Reyna Madre Go
bernadora de dichos reynos y Señoríos.
Por parte del Asiento de San Juan Bau
tista de Hambato, Jurisdicción de la Pro
vincia de Quito, se me ha representado
con los correspondientes documentos de
justificación, que pasan de ciento y cin
cuenta las familias de españoles esta
blecidas en él; dequatro mil mestizos, los
que tienen casa poblada en las Pobla
ciones de su distrito y de seis mil los
Yndios avecindados en este: que solo en
el Asiento hay su Yglesia Parroquial,
con dos ayudas de ella, y un Convento
de Religiosos de San Francisco, que los
otros Pueblos tienen cinco Curatos con
ocho anexos: que excede de veinte mil
pesos el producto de los tributos, alcaba
las, Bulas, y estanco de aguardientes,
que cada año percibe la Peal Hacienda
además del importe de otros ramos de
donde se pagan los estipendios de los
Curas, y salario de Jueces; y que es
imposible, como tiene acreditado la ex
periencia, se administre Justicia a este
crecido numero de personas por los Alcal
des ordinarios ni el Corregidor de Rio-
bamba (a quien está sujeto el Asiento)
mediante su distancia, ni tampoco por el
Teniente de Corregidor que en él nombra
mi Virrey de Santa Fe a causa de hallar
se muy ocupado en la recaudacion de los
Reales tributos, asimismo se ha expues
to que por estos motivos se ocurrió a mi
Audiencia de Quito para que erigiese en
Villa aquel Asiento y crease los oficios
de Ayuntamiento que sobre los que ya
hay faltasen para componer Cabildo for
mal, en que se pudiesen nombrar todos
los años Alcaldes ordinarios, a que no
quiso condescender el referido Tribunal,
mandando solamente se ocurriese a mi
Real Persona. Ygualmente se ha mani
festado que mediante esta resolución y
por evitar dilaciones ocurrió con la mis
ma solicitud al expresado Virrey, y que
este con dictamen de su Asesor, defirió a
ella con tal de que dentro de cinco años
se llevase mi Real confirmación y de que
pagando lo perteneciente al derecho de la
 EPOCA COLONIAL
Media A n nata (como lo hizo en cantidad
de quinientos pesos que entero en mis
Reales Caxas de Quito) se expidiese el tí
tulo correspondiente, que se libró en vein
te y cinco de Octubre de mil setecientos
y cinquenta y seis, y también ha expresa
do que obedecido sin contradicción assi
por la enunciada Audiencia, como por el
Cabildo de Riobamba se efectuó la formal
erección de aquel Asiento en Villa: en cu
ya atención ha suplicado me digne de
aprobar esta, con la facultad de que los
Alcaldes ordinarios que cada año eligieren,
exerzan juntamente con el Teniente Co
rregidor que nombra el citado Virrey la
Jurisdiccion de aquel distrito con total
independencia del Corregidor de Riobam
ba. Y aviendose visto en mi Consejo de
las Yndias, con lo que dixo mi Fiscal, y
consultandome sobre ello he venido en
declarar nulo y de ningun valor ni efecto,
segun dispone la Ley sexta, título octavo,
Libro quarto, de la Recopilacion de aque
llos Reynos, el enunciado Título que ex
pidió mi Virrey, pero al mismo tiempo he
resuelto conceder de nuevo al referido
Asiento de Hambato la gracia que solicita
de que sea Villa, con las formalidades, pri
vilegios y facultades que son consiguien
tes, y la precisa calidad de que no se ha de
entender hecha la erección, hasta que se
ponga en execucion, y dé cumplimiento a
este mi Real Título. Por tanto doy y
concedo mi Real licencia para que el
citado Asiento de Hambato, se llame
desde ahora en adelante Villa, y quiero,
y es mi voluntad que use de la jurisdic
ción que la corresponde en su término, y
territorio, y que goce de todas las honras,
privilegios y prerrogativas que gozan y
deben gozar las demás Villas de las Yn
dias y destos Reynos. Y mando a los Yn-
fantes, Prelados, Duques, Marqueses,
Condes, Ricos Hombres, Priores de las
Ordenes, Comendadores y Subcomenda-
dores, Alcaydes de los Castillos y Casas
fuertes y llanas, y a los de mi Consejo,
Virreyes, Presidentes y Oidores, de las
Cnancillerías y Audiencias Reales, a los
Alcaldes y Alguaciles de Casa y Corte,
y Cnancillerías, y a todos los Consejos,
Corregidores y Asistentes, Gobernadores,
Alcaldes Mayores y ordinarios, Alguaci
les, Merinos, Prebostes, Veintiquatros, Ca
balleros, Escuderos, Oficiales y hombres
buenos, y demás personas de cualquier
estado, y calidad de todas las Ciudades,
Villas y Lugares, de los expresados mis
43
Reynos, que assi lo tengan entendido, y
no pongan el menor impedimento, ni em«
barazo en el puntual cumplimiento de
esta mi Real determinación. Y del pre
sente se tomará razón en las Contadurías
Generales de Valores y Distribución de
mi Real Hacienda dentro de dos meses de
su data, y no executándose assi quedará
nula esta gracia, y también se tomará en
la Contaduría del Consejo de las Yndias,
y por los Oficiales Reales de la Ciudad de
Quito.
Dado en Buen Retiro a once de Octubre
de mil setecientos y cinquenta y nueve:
—Yo la Reyna: Yo Don Juan Manuel
Crespo, Secretario del Rey nuestro señor
le hice escribir por mandato de S. M. Don
Joseph Cornejo: Don Joseph Moreno:
Don Phelipe de Arco Riva y Herrera.—
Tomóse razón en la Contaduría del Real
Consejo de las Yndias. Madrid 16 de Oc
tubre de 1759.— Don Phelipe de Altola-
guirre.— (Hay una rúbrica).
Archivo General de Indias— Est. 146.
Caj. 3— Leu. 15.
Por la copia,
Pedro Torres Lanzas'.
LA VIDA EN LOS OTROS PUEBLOS DE LA
PROVINCIA DURANTE LA COLONIA.— FUN
DACIÓN DE BAÑOS EN 1553.— LA OBRA
DEVASTADORA DE LOS TERREMOTOS.—
DESTRUCCIÓN DE PELILEO EN 1797.—LA
SEGUNDA DESTRUCCIÓN DE AMBATO.
Mientras ocurría todo esto en lo que es
ahora la capital de la Provincia de Tun-
gurahua, la existencia en los demás pue
blos pequeños iba desenvolviéndose con
alguna lentitud.
Hacia el año de 1553, es decir pocos
años después de la primera fundación
del primer asiento de Ambato, se fundó
Baños por los frailes dominicos, que ini
ciaron sus incursiones a la Región orien
tal tan luego como quedó asegurada la
conquista del Reino de Quito por Sebas
tián de Benalcázar. * Pero tal funda-
* «La parroquia de Baños fue fundada en
1 553; y el mismo año, por una cédula del Rey,
fue adjudicada a los dominicos, junto con las
misiones de Canelos, Macas y Quijos. »
(Calendario de los Padres Dominicos, de
1906. — Párrafo citado por el P. Julio Mato-
velle en su libro «Imágenes y Santuarios
célebres»).
44 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
ción no implicó, por cierto, una población
inmediata. No era una reducción de in
dios, y ningún aliciente debieron encon
trar los encomenderos y doctrineros, y
hubo que estimular con obsequios de tie
rras a los habitantes de los demás asien
tos para que se radicasen allí. Esto suce
dió precisamente por el año 1664, cuando
propietarios de Riobamba, como el Gene
ral Antonio Palomino de Flores y su es
posa, la señora María Villavicencio y Ri
vera, residentes en ese lugar, se decidie
ran a dividir en varias porciones sus
extensas propiedades para adjudicarlas
gratuitamente a quienes quisiesen.
En efecto, con fecha 15 de Mayo de
aquel año, se extiende, en la Villa de Rio-
bamba, la escritura de donación a los
colonos y, de una parte, a los frailes domi
nicos, para que levanten un templo.
Con razón, pues, el P. Matovelle juzga
que los verdaderos fundadores de este
pueblo fueron el General Palomino Flo
res y su esposa — que nunca llegaron a te
ner sucesión, que estimulase la conser
vación del latifundio.
Hacia el siglo XVIII, el traslado de fa
milias riobambeñas hízose más frecuente;
y, en ésta y otras circunstancias, se han
fundado algunos investigadores para sos
pechar que en ese lugar haya nacido Pe
dro Vicente Maldonado, bautizado, sin
ninguna otra causa que lo justificase, mu
chos meses más tarde, en Riobamba, y
cuyos padres, también, habitualmente vi
vían en Baños.
Entre tanto, la fusión de las razas se
operaba; y las mismas reducciones indí
genas iban ya adquiriendo sello español,
poco a poco.
El indio puro iba desalojándose y re
concentrándose o diseminándose por los
campos, y los nuevos pueblos surgían.
Pero sucesos de diverso carácter inte
rrumpían, de cuando en cuando, el pro
gresivo desarrollo, y las aldeas volvían
a sumirse en desoladora inactividad.
Casi todo el período de la colonia, fue,
por desgracia, de terremotos, erupciones
volcánicas y fenómenos de diverso or
den, que acabaron por abatir muchos
principios de prosperidad. Los once o
más sacudimientos pavorosos que derri
baron casas y provocaron situaciones an
gustiosas en Quito, repercutieron también,
siquiera en pequeña escala, por estos pue
blos. También las repetidas erupciones
del Cotopaxi causaron el aumento de vo
lumen del Cutuchi y del Ambato, y sus ve
gas, en las que prosperaban obrajes o
sembríos, fueron arrasadas varias oca
siones.
El terremoto de 1698, que destruyó por
completo el primer Asiento de Ambato,
fue también causa de la decadencia y mi
seria definitiva de Mocha, pueblo que,
en la época del gobierno incaico y al prin
cipio de la colonia, fuera tan famoso y
próspero. Los españoles avecindados en
ese lugar, al ver sus casas destruídas y
sus fábricas de lana aplastadas, lo aban
donaron, datando de esa época la deca
dencia definitiva de Mocha, reducida a
mísera aldea.
De 1740 a 1768, los temblores y erup
ciones del Cotopaxi, y las pestes mortí
feras que volvieron a asolar la Provin
cia de León, causaron también daños de
consideración, en gran parte de la nues
tra.
La erupción del Tungurahua, ocurrida
en el día 23 de Abril de 1773, motivó el
abandono de la población de Baños por
los colonos, quienes, presos de horrible es
panto por las enormes bocanadas de hu
mo, piedras encendidas, polvo y ceniza que
el volcán, en medio de estruendosos bra
midos y temblores, lanzaba sobre ellos
tendieron desesperadamente una 'taravi-
ta» —o sea un puente corredizo de cabos,
con un zurrón al extremo de uno de ellos,
y en cuyo interior se metía un «pasaje
ro»,— sobre el Pastaza, y se lanzaron al
otro lado, diseminándose por la cordille
ra de Illuchi.
Con esta misma erupción, el valle de
Patate volvió a sufrir una nueva destruc
ción de su riqueza; pues, como el río se
contuviese por espacio de 24 horas, a cau
sa de un colosal dique formado por las
escorias, piedras y ceniza que arrojaba el
Tungurahua, rompiendo al cabo las
aguas la resistencia, se precipitaron so
bre las márgenes arrollando con todo.
Todos estos horrores arruinaron la ri
queza provincial, destruyendo los pueblos
en formación, devastando los obrajes o
borrando los cultivos.
Sin embargo, pocas han sido más trá
gicamente calamitosas que la catástrofede
la mañana del 4 de Febrero del año de
 EPOCA COLONIAL 45

Facsímile de la página del Libro Rojo en que consta un fragmento del Acta
de posesión del nuevo sitio para la segunda fundación de Ambato
46 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
1797,- de fatídico recuerdo no sólo para los
pueblos de la Provincia de Tungurahua,
sino para toda la región interandina
del Ecuador.
Una serie de violentísimos temblores
sacudió formidablemente la tierra, en toda
la parte comprendida entre Loja y Popa-
yán. La topografía, en muchos lugares,
varió por completo: abriéronse quebra
das profundas, cubriéronse los valles, y
los montes viniéronse al suelo como diluí-
dos de repente por una fuerza sobrena
tural. Riobamba, Am bato, Latacunga,
Quito y todos los pueblos circunvecinos
fueron horrorosamente trastornados. Lla
maradas enormes y piedras encendidas
lanzaron al mismo tiempo varios volcanes,
entre ellos el Tungurahua, el Altar, el
Quilotoa y el Igualata. De algunos sitios
brotaron emanaciones deletéreas, que as
fixiaron a las personas y mataron a los
animales. En otros lugares, fue tal el
resquebrajamiento de la tierra, que en
sus hendiduras se perdieron, como traga
dos por unas fauces gigantescas, huertos
enteros, casas, árboles, hombres y ga
nados
El fenómeno no duró solamente un día;
pues que tuvo terribles prolongaciones
hasta 30 días después. En todo este lapso
de tiempo, los volcanes no cesaban de vo
mitar fuego, lodo y ceniza en cantidades
fabulosas; los acontecimientos más extra
ños ocurrían y, para los habitantes de
estas regiones, la tierra entera parecía
descomponerse en medio de llamaradas
sulfurosas y lodo fétido.
Las rocas que se precipitaban de las
altas montañas y los derrumbamientos
formidables, formaron diques y contuvie
ron el curso de los ríos. El Chambo, el
Ambato y el Patate se contuvieron. «El
de Ambato estuvo contenido 26 horas,
hasta el domingo, a las nueve de la maña
na; el de Patate estuvo detenido tues
meses: formóse un lago que absorvió
las haciendas y sementeras de sus orillas
naturales: las aguas inundaron los Quilla-
nes y llegaron hhsta Illina, heredad de
don José Egüez, quien, con don Mariano
Iturralde y 150 peones, trabajando 15 días
seguidos, logró romper un estrecho cauce,
por donde se precipitaron las aguas es
tancadas. La quebrada de Ciizutahua
despidió una tan crecida cantidad de Iodo
espeso, que, encontrándose con la corrien
te del Pachanlica, la contuvo: secándose
el lodo se endureció tanto que, por el
espacio de tres leguas se podía andar a
caballo por sobre la lava, que había lie
nado el álveo del río. Algunas fuentes de
agua y manantiales se perdieron del todo,
y otras brotaron en lugares donde antes
no habían existido. Indudablemente, la
cordillera de los Andes se desequilibraba
por un momento, y, hundiéndose, cam
biaba de nivel, disminuyendo su enorme
elevación». . . . (Dr. Federico González
Suárez).
Ambato, en esta ocasión, solamente den
tro del radio urbano, perdió más de 260
personas, que perecieron aplastadas por
sus propias casas. La iglesia Matriz se
vino al suelo y el Corregidor fue sacado
también, como varios otros, de los escom
bros de su vivienda.
En Peüleo, los efectos de la catástrofe
fueron más horrorosos todavía: casi to
da la población desapareció, bajo un to
rrente de lodo espeso y negruzco que vo
mitó la Moya; por los contornos el terre
no resquebrajóse, y extensas llamaradas
brotadas de la tierra abrasaron las cosas.
Si bien en otros lugares de esta provin
cia tal fenómeno también había ocurrido,
como en Llimpe, en Pelileo fue más
asombroso aún.
«La Moya—describe el doctor Pedro
Fermín Cevallos, - manantial de aguas
dulces y potables en el transcurso de los
años, lanzó una gran porción de lodo que
cubrió casi la mitad del pueblo de Pelileo
y las haciendas del valle de Yataquí, don
de el rico propietario don Baltazar Ca-
rriedo (dicho Mazorra), su familia y de
pendientes hasta 80, fueron sepultados.
Sólo escaparon una mujer y un mucha
cho que, asidos de una choza de paja y
flotando sobre el fango, fueron a parar en
lugar seguro. Nosotros mismos alcanza
mos a conocer un indio ya viejo, de ape
llido Chauca, que, montado en un árbol,
fue a parar sano y salvo, en la hacienda
del Chaupi, que, años después la compra
ron los padres del que esto escribe. La
vertiente de Yataquí dista del Chaupi más
de media legua . . . .— Los muertos en el
circuito de Ambato, sin contar con los que
perecieron en los caminos y quebradas,
montaron a 7.836; los templos que se des
truyeron, incluyendo las capillas de los
anejos, a 26; los ingenios de moler tri
go, a 36; los de azúcar, a 39; los obrajes a
9; y las haciendas de cañamiel, a 16..
 EPOCA COLONIAL
Estos detalles han sido tomados de la
• Breve noticia dela ruina que causó en
el partido de Ambato el terremoto del día
4 de Febrero de 1797», folleto anónimo,
pero auténtico, según el propio Dr. Ce-
vallos. También se conservan en muchos
archivos parroquiales, inclusive el deBa-
ños, donde existe una relación de los
horribles acoptecimientos ocurridos en
esta circunscripción.
En el informe o memoria del Presidente
de la Real Audiencia de Quito, don Luis
Muñoz de Guzmán, suscrito el 20 de No
viembre de 1797, es decir, 9 meses inme
diatamente de la catástrofe, constan al
gunos detalles como éstos, que juzgamos
deben ser conocidos: «El considerable
edificio en que consistía el magnífico edi
ficio de ropas de San Ildefonso, territorio
del corregimiento de Ambato pertene
ciente a las temporalidades de los regu
lares expulsos de la Compañía de Jesús,
fue arrasado en un momento por el ce
rro de Chumaquí, que se desplomó y lo
cubrió todo, siendo hoy monumento de lo
que aquello fue, un solo retazo de muralla,
y en este fracaso perdieron la vida 800
personas entre adultos y párvulos .. . . .
La misma memoria contiene el siguien
te cuadro de muertos en el distrito del
Corregimiento de Ambato:
Ambato (radio urbano), entre blan
cos e indios, inclusive 6 nobles 262
Quisapincha, entre blancos e indios 31
Izamba » » » 16
Santa Rosa » » • 45
Tisaleo » 20
Mocha » 26
Quero, (incluyendo su párroco) 452
Pelileo (incluyendo su párroco y
dos religiosos más) 4007
Patate, entre blancos e indios 314
Píllaro, (incluyendo su párroco) 701
Baños, entre blancos e indios 34
Total de muertos 5908
Como se ve, las poblaciones más feroz
mente castigadas fueron Pelileo, Ambato,
Quero, Píllaro y Patate. En Baños se sal
vó una buena cantidad de gente, junta
mente con el párroco, que lo era un
fraile dominico, introduciéndose dentro
de la iglesia y gracias a que la inunda
ción desvióse rápidamente.
Tal fue el estado de abatimiento y des
población en que quedó el Corregimiento
de Ambato, a raíz del espantoso terremo
47
to del 4 de Febrero del año de 1797, que
hasta su misma categoría política la per
dió por algún tiempo, hasta cuando por
Julio del mismo año fue enviado el Corre
gidor D. Bernardo Darquea para reorga
nizar estos pueblos infelices. En otra
sección de esta obra, encontrarán nues
tros lectores una biografía del activo e
inteligente español.
VIDA INDUSTRIAL Y COMERCIAL DEL
TIEMPO DE LA COLONIA. -CON VULSIONES
POLÍTICAS Y PRIMERAS MANIFESTACIO
NES DE DESCONTENTO PÚBLICO CONTRA
EL GOBIERNO COLONIAL.— LOS LEVAN
TAMIENTOS POPULARES DE PELILEO, PÍ
LLARO, BAÑOS, PATATE Y OTRAS
POBLACIONES
A pesar de los frecuentes daños que
las furias e inconstancias de la naturaleza
causaron en las nuevas poblaciones de la
Provincia de Tungurahua, el espíritu in
dustrioso de sus moradores no decayó
nunca.
De las mismas desgracias supieron
sacar siempre útiles enseñanzas pa
ra lo porvenir. El mismo febril afán
de trabajo, característico de los tungu-
rahuenses, corresponde quizás a ese como
ancestral espíritu de lucha que infundie- '
ron en los antepasados los rigores de la
mala fortuna.
Naturalmente, el primer trabajo a que
consagró sus energías el habitante de la
Provincia de Tungurahua, fue el de la
agricultura, y a ésta, precisamente, debe
hasta ahora su enorme prosperidad. «Am
bato—se describe en un libro publicado
en plena colonia,— de muy buen tempe
ramento, sano, de buenos aires y la tierra
tan pingüe en granos y frutos que, en un
mismo día, están en ella sembrando, se
gando y trillando»
Durante varios siglos, sin embargo, los
principales y los más extensos focos agrí
colas de esta provincia fueron explota
dos—como la mayor parte de los de la
República entera,— por los jesuítas. A
estos religiosos pertenecían las siguientes
haciendas—algunas de las cuales el Dr.
González Suárez, equivocadamente ha se
ñalado entre las propiedades de Latacun-
ga y el Chimborazo: Miraflores, Saba-
ñac, Guaslán, Hipolongo, Chiquicha,
Huambaló, Cuzubamba, Cahuají; toda
la hoya de Patate, con las siguientes
48 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
propiedades, cuyos límites orientales se
perdían en las selvas del Napo: Leito,
San Ildefonso (donde existía el famoso
obraje del mismo nombre), San Javier,
Tunga, Tontapí, Pitula y varias otras
menores. Algunas de estas haciendas se
hallan actualmente un tanto subdividi-
das y se conocen con diversos nombres.
A pesar de que los jesuítas eran, por
entonces, lo que ahora denominamos los
latifundistas por excelencia, su laboriosi
dad y empeño en sacar los mayores ren
dimientos posibles, a fin de extender su
poderío, contribuyeron grandemente a la
intensificación de la labor agrícola.
A su expulsión del territorio—por orden
del Rey Carlos III,—en Agosto del año
1767, tales haciendas decayeron, aunque
temporalmente. * No había un febril
interés inmediato por mejorarlas; y, la
decadencia en el rendimiento agrícola
coincidió con la decadencia general de la
economía pública, de fines del siglo
XVIII.
Junto a esta rama importante de trabajo
—la agricultura—ocupa lugar preferente
la industria de tejidos. En varios luga
res de esta obra se ha hecho alusión a
« obraj es» destruídos por los terre
motos y las crecientes de los ríos. Pues
bien: los obrajes de Ambato fueron céle
bres en tiempo de la colonia, por su po
tencialidad de producción y por la calidad
de los artículos que sacaba a los merca
dos de los otros pueblos. Por entonces,
los tejidos europeos casi ni se conocían,
* Entre los jesuítas expulsados, no falta
ron arríbatenos en regular número. Por la
época de la expulsión, desgraciadamente, mu
chos estudiantes se habían alistado en las Tilas
de San Ignacio de Loyola, y ellos pertene
cían a las más distinguidas familias de la
provincia.
Como una curiosidad, damos a continua
ción una lista de los desterrados ambateños,
entre padres y escolares— que no volvieron
nunca a la tierra que les vió nacer y que
murieron en lejanos países—algunos como
Eduardo Vásconez, cubiertos de gloria en
tierras de Italia. He aquí la lista:
Padre Joaquín Aillón; estudiantes: Justo
Mera, Eduardo Vásconez, Antonio Egiiez,
Francisco Egüez, Rafael Viteri, José Cisne-
ros, Tomás Cisneros; Hermanos legos: To
más Poveda, Francisco Figueroa y José Ortega.
y blancos e indios se vestían de los pa
ños y telas de algodón y de lana— prin
cipalmente de lana,—de nuestros obrajes.
No puede asegurarse completamente
que éstos fueron de propiedad sólo de
explotadores sin conciencia, de avaros y
de asesinos de indios. Había también
propietarios de generosa iniciativa, y los
mismos indígenas, según se ha anotado
en otro lugar de este libro, llegaron a
gozar, en cierta época, de envidiable in
dependencia económica y hasta de lujo
en su vestuario, por el buen éxito que
obtuvieron en sus labores, conocidas y
apreciadas hasta en el Perú.
Otras notables industrias, propias de
esta provincia, y que tan célebre la hi
cieron, en la misma colonia, fueron las
de panadería y zapatería. En Ambato
«hacen unas roscas de pan tan blanco y
exquisito que no hay quien no las pre
fiera a los más delicados bizcochos, y de
ellas hacen una gran saca, aun para pue
blos muy distantes, sin que en ninguno
las hayan podido imitar, aunque han
llevado de éste la harina y el trigo» . . .
(Diccionario Geográfico e Histórico de las
Indias Occidentales o América, por Anto
nio de Alsedo y Bejarano.— 1796).
El calzado fabricado en Ambato era
preferido en todos los mercados de ese
tiempo; y algo que honra sobremanera
esta industria ambateña es el regalo que
Simón Bolívar hizo al Rey Jorge IV de
Inglaterra, de un par de botas sin cos
tura, trabajado en obsequio del Liberta-
A este respecto, conviene recordar que
siempre los vecinos de Ambato se declararon
adictos a les jesuítas; pues, precisamente, fue
ron dos ricos de esta ciudad—D. Francisco
Saltos, clérigo, y D. Antonio Flores, secular
— quienes contribuyeron con la gruesa suma
de 20.000 pesos para la residencia de Je
suítas en Ambato, e hicieron todas las ges
tiones a su alcance para lograr que éstos se
interesasen ante el Rey hasta conseguir per
miso para la fundación, con fecha 6 de Mayo
del año de 1747.
Por su parte, los jesuítas no correspondie
ron mal a la simpatía de los ambateños; y de
la Residencia en esta ciudad hicieron un lu
gar de estudio de intenso cultivo de las le
tras, estableciendo en ella la primera impren
ta que pudo introducirse en el Ecuador, en
plena noche colonial.
 EPOCA COLONIAL
dor por el zapatero ambateño Cajas.
En los otros pueblos de la provincia,
también había trabajos que les daban
fisonomía particular: el cultivo de la ca
ña de azúcar y la fabricación de panelas
y aguardiente se hicieron con intensidad
y en gran escala en los valles de Patate
y Baños.
Herrerías, tintorerías, curtiembres y la
ebanistería artística alcanzaron ya gran
prestigio. »Quero y Pelileo-dice Alsedo
y Herrera, en su «Descripción de la Au
diencia de Quito» (siglo XVIII),— se dis
tinguen en la fábrica de baúles, catres,
cofres, mesas, sillas, escritorios, papele
ras, escribanías, etc., [primorosas hechu
ras lisas y embutidas a la antigua moda
de España, de maderas exquisitas, con
rara semejanza con los originales, e in
geniosos y nuevos secretos. En el arte
de imitar son inimitables». . . .
Con estos acreditados artículos se ha
cía, por otra parte, el activo comercio
seccional de ese tiempo.
Casi hasta fines del siglo XVIII, la
vida pacífica y laboriosa de la provin
cia no se vió sorprendida por otros acon
tecimientos extraordinarios que los de
orden puramente físico.
Pero para el año de 1780, ocurre al
go imprevisto, que marca, en estos pue
blos, la primera señal de rebelión contra
España y sus imposiciones.
Nos referimos a los levantamientos po
pulares que ocurrieron, con motivo del
establecimiento del estanco de aguar
dientes y del impuesto de las alcabalas,
en los pueblos de Pelileo, Píllaro, Patate,
Baños, Santa Rosa, Pasa, Quisapincha
e Izamba. De igual modo que en Quito,
en la noche del 22 de Mayo del año 1765,
cuando los barrios de esa ciudad se le
vantaron airados protestando contra los
abusos de los españoles —los «chapeto
nes',— y reclamando ya gobierno propio,
fueron en la Provincia de Tungurahua
los de la «plebe» quienes alzaron su furio
so grito de rebelión, por Enero de 1780.
La codicia excesiva, la tiranía odiosa y
el insolente orgullo de que los españoles
hicieron gala con los pobres indios con
quistados, continuaron ya con los mes
tizos descendientes de ellos mismos y
hasta con la nobleza criolla, cuyo máxi
mo delito consistía precisamente en ha
ber nacido en América.
-19
Por el año de 1780, la situación gene
ral para los pueblos que componían la
Presidencia de Quito, era francamente in
soportable: la agricultura y las industrias
habían decaído, los impuestos se habían
aumentado hasta el exceso, el problema
social de los desocupados había surgido
con la clausura de innúmeros estableci
mientos fabriles, y el metálico había emi
grado y seguía emigrando incontenible
mente con los envíos frecuentes de rentas
para los presidios de Santa Marta y Car
tagena, para los jesuítas desterrados
y para el Rey de España. ... Y como
no se encontraba metálico en ninguna
parte, las transacciones comerciales llega
ron a hacerse con papas! . . .
El Presidente José García de León y
Pizarro, en carta dirigida al Ministro Gál-
vez, expresábase así: «Cerrados los más
de los obrajes y separados los indios que
se ocupaban en ellos, no tienen éstos con
qué pagar sus tributos: se atrasa o no
se hace la cobranza, como lo acreditan
más de cien mil pesos que se deben al
Rey, de este ramo, en sólo estos diez o
doce últimos años. Huyendo del apremio,
los indios se desertan de los pueblos, de
jan sus mujeres e hijos, mueren de ne
cesidad y se aminora o acaba una raza
tan importante para el Estado. De aquí
su falta de instrucción, su consumada
barbarie, su horror al nombre español
y sus continuos motines y levantamien
tos». . . .
Tal era la situación, pintada— siquiera
desde un punto de vista netamente ofi
cial, y sin entrar, desde luego, en otros
espeluznantes detalles, -por un propio
servidor del Rey de España.
Y sobre esto, advinieron la prohibición
para la destilación y expendio por par
ticulares del aguardiente, y el impuesto
de las alcabalas. En Quito, según se ano
tó, ya se habían levantado. Pero la
protesta de los pueblos de Tungurahua
tuvo los visos de franca insurrección,
castigada, por otra parte, con la cruel
dad característica de los españoles.
El Dr. Pablo Herrera, del que han
tomado tomado todos sus datos a este
respecto nuestros historiadores, relata
así el levantamiento popular:
«Don Antonio Solano de la Sala, Visita
dor Subdelegado, fue a Ambato en Di
ciembre de 1779 a hacer promulgar y,
 50 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
cumplir el establecimiento de alcabalas
y estancos de aguardientes. El 10 de
Enero de 1780 publicó el bando en la
parroquia de Pelileo, pero en el mismo
acto de la publicación se irritó el pueblo,
se armaron, especialmente las mujeres,
con palos y piedras y lanzándose sobre
el escribano se apoderaron del decreto
y lo hicieron pedazos.
El 10 del mismo mes remitió a Quisa-
pincha una considerable cantidad de
aguardiente para venderlo de cuenta del
Rey; y los indios se sublevaron en el
instante, derrotaron la guardia que cus
todiaba aquel artículo, se convocaron to
dos los de la circunferencia por medio
de gritos, bocinas, y churos y se colo
caron en la frontera de Ambato desde
las cinco de la tarde de ese día hasta
el 13 inclusive, teniendo en consterna
ción y movimiento a todo el vecindario.
E! Visitador Don Antonio de la Sala,
reunió las fuerzas que las circunstancias
lo permitían y dividiéndolas en cuatro
columnas se preparó a atacar a los in
dios de Quisapincha, más éstos se reti
raron a la quebrada de Pasa, donde se
hicieron fuertes y batieron un piquete
de 12 hombres que se dirigió a impedir
que los sublevados se reuniesen con los
indios de Santa Rosa.
El Visitador Subdelegado envió dos
columnas, una al mando de Don Balta-
zar Carriedo, y otra al de Don Pedro
Cevallos, para que fuesen a batir a los
amotinados; los indios hicieron obstina
da resistencia defendiéndose con piedras
que lanzaban por medio de sus hondas,
hasta que después de cinco horas de
combate fueron dispersos, quedando en
el campo dos indios muertos y tres pri
sioneros que fueron inmediatamente
ahorcados.
El 12 de Enero se amotinó el pueblo
de Píllaro, mataron al receptor de Alca
balas y cortaron el puente, colocándose
más de 400 hombres en actitud de de
fensa. El Visitador mandó con alguna
gente a Don Francisco de Lalama y a
Don Francisco Martínez de Ripalda pa
ra reprimir ese movimiento; mas los ve
cinos de Píllaro les opusieron vigorosa
resistencia sin más armas que piedras,
dejando estropeados y heridos a un gran
número de soldados. Don Antonio de la
Sala mandó entonces un refuerzo bajo
las órdenes del Capitán Carriedo y Don
Diego de Melo, y después de un reñido
combate que duró desde las once del día
hasta las seis de la tarde, se dispersaron
los sublevados, dejando muchos muertos,
heridos y prisioneros. Estos últimos
fueron ahorcados, descuartizados y se
cuestrados sus bienes.
La sublevación se extendió a Baños,
Patate, Izamba, Pasa y Santa Rosa; pero
después de ligeras resistencias desapa-
Fragmento de un tejido indígena, de
los que se fabricaban en los primiti
vos obrajes de la Provincia.
recieron estos movimientos y volvieron
las cosas a su estado regular, principal
mente por el bando que hizo publicar
Don Antonio de la Sala, declarando que
los indios se hallaban exentos de toda
contribución, fuera del tributo. A cuatro
mujeres del pueblo de Baños que toma
ron parte en la rebelión, se les condenó
a recibir azotes en las calles públicas y
a ser rapadas el cabello y las cejas; tal
era el sistema penal de aquel tiempo. A
los que calificaron de culpables en el
movimiento de Pelileo los condenaron
igualmente a ser ahorcados unos y azo
tados públicamente otros».
Por cierto.es fácil comprender que con
estos procedimientos, España no sembra
ba ni simpatía ni gratitud entre sus
colonias. La rebelión definitiva se aproxi
maba. Y así como en esta ocasión,
Ambato debía de ser— como lo fue en
efecto,—de las primeras en secundar el
movimiento libertario definitivo de Quito,
algunos años más tarde.
 CAPITULO IV
HOMBRES NOTABLES DE LA COLONIA
SUS SERVICIOS A LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA
D. ANTONIO DE CLAVIJO, FUNDADOR Y
ORGANIZADOR ESPAÑOL DE NUESTROS
PRIMEROS PUEBLOS
Digno de recordación es para las pro
vincias centrales del Ecuador el hidalgo
caballero D. Antonio de Clavijo. Obtuvo
el nombramiento de Poblador General de
parte del Licenciado Francisco Cárdenas,
Visitador y Oidor de la Real Audiencia
de Quito, para que según el mandato
del Virrey del Perú y las instrucciones
del Episcopado emprendiera la difícil
obra de las reducciones de indígenas que
se hallaban dispersos por los rigores de
la Conquista. En esta comisión hubo de
emplear suma sagacidad y energía, y así
consiguió formar las agrupaciones que
luego entraron a la vida civil, en sitios
adecuados que correspondían a las con
diciones prescritas en Ordenanzas reales
respecto del clima y provisión de aguas.
En el territorio de nuestra Provincia
pobló San Bartolomé de Ambato, Pílla-
ro, Pelileo, Patate, Quero y Tisaleo.
En la Información de méritos y ser
vicios que en 1584 elevó a la Real Au
diencia, ya muy entrado en años, (docu
mento que existe en el Archivo General
de Indias, en Sevilla, cuya copia debemos
a la amable atención del P. Joel Monroy
(que exprofesamentepara nosotros la man
dó sacar en su último viaje a España)
consta lo siguiente: «Perdí, dice Clavijo,
mucha cantidad de pesos de mi hacien
da, por ocuparme más tiempo de cinco
años sin entender en otra cosa sino en
la dicha población y durante el dicho
tiempo poblé y reducí diez y ocho pue
blos por servir a Vueza Alteza, y en
muchos de dichos pueblos hay más
número de a dos y tres y cuatro mil in
dios en lo cual Dios Nuestro Señor y
vuestra Alteza han sido notablemente
servidos por haberse reducido muchas
ánimas, al conocimiento de Dios y están
en mucha policía y hay en los dichos
pueblos quince sacerdotes que doctrinan
a los dichos indios que de antes no los
había ni podían ser doctrinados por es
tar divididos y apartados y en los mon
tes, de suerte que no podían ser habi
dos para ser industriados en las
cosas de nuestra santa fé Católica e yo
los saqué con mucho trabajo de mi per
sona». . . .
D. Antonio de Clavijo fue casado con
doña Isabel de Montesdoca, hija legí
tima de Juan de Gallegos, conquistador
que acompañó al Virrey Núñez de Vela
y peleó en Iñaquito con armas y caballos
propios. Como noble e hijo-dalgo de so
lar conocido, y por los expresados ser
vicios pidió para él y sus ocho hijos
52 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
se le den en «indios vacos o que vaca
ren de renta en cada un año más can
tidad de tres mil pesos por dos vidas con
forme a las leyes de subvención y en el
entretanto que no se le dan, de proveerle
en Corregimientos y otros oficios y car
gos de Real justicia».
El Licenciado D. Pedro Vanegas de Ca
ñaveral, Oidor, pidió informe al Fiscal
García de Morales. Llenado este requi
sito de una manera satisfactoria la In
formación fue enderezada a su Real Ma
jestad Católica el 23 de Marzo de 1585.
En el plano de Ambato hay una calle
que une el lugar de la población primi
tiva con la actual y lleva el nombre de
este antiguo personaje.
EL PRIMER CORREGIDOR DE AMBATO Y
SU PROYECTO DE ESCUDO
El proyecto de Escudo de Armas com
puesto por el doctor Juan José Boniche
y Luna, ilustre abogado de la Colonia,
obedece al interés de exaltar a Ambato,
de cuya población y autoridades espera
ba auxilios eficaces para el coronamien
to de la empresa de explotar la canela
en el Oriente. Era este personaje el al
ma de la Compañía que con este propó
sito se formó en Quito a fines del si
glo XVIII, con los señores Mariano Vi-
llalovos y Francisco Sánchez de la Flor.
Al Presidente de la Real Audiencia Dn.
Antonio Mon y Velarde le animaba un
espíritu progresista y con mayor entu
siasmo que su antecesor Villalengua in
formó favorablemente al Gobierno de la
Metrópoli en enero de 1791, indicando
la conveniencia de erigir la villa de Am
bato en Corregimiento, cuya jurisdicción
debía abrazar la Región de Canelos, que
iba a ser la fuente de la nueva indus
tria agrícola-comercial.
Dn. Pedro Fernández de Cevallos de
sempeñó una importante comisión en el
Oriente y mereció por ella ser propuesto
para primer Corregidor de Ambato: más
sus achaques, y el deseo de dedicarse a
sus negocios particulares fueron motivos
para excusarse de aceptar el cargo. El
español Dn. Luis Pastor fue honrado con
él en noviembre de 1794.
Entre los deberes del Corregidor figu
raba el mantener expedita la vía al
Oriente por el pueblo de Baños y su
ministrar los elementos necesarios para
el cultivo y explotación del expresado
específico. Pastor llegó a formar parte
de la Compañía, y desde el principio se
manifestó diligente para establecer en
bien del Gobierno y de los empresarios
un nuevo renglón de utilidades econó
micas. Villalovos, en ocho meses que
permaneció en Capataza, la Palma y Ca
nelos aprendió a preparar la canela des
pojándola de la viscosidad, que le hacía
inferior a la de Ceylán. Las muestras
que se sacaron fueron examinadas por
Dn. Pedro Celestino Mutis, por el Dr
Espejo, quien disertó científicamente so
bre ellas, y por el P. Betlemita del Ro
sario, que las comparó con el verdadero
cinamomo. El químico Gómez Ortega, en
Madrid, opinó en igual sentido, y por
lo tanto a los ojos de los empresarios,
el negocio se presentaba con apariencias
de buen éxito.
Meses antes de fundado el Corregi
miento de Ambato, el vecindario, dirigido
por el Comisario de Guerra D. Bernardo
Barquea, se había esmerado en festejar
el cumpleaños de la Princesa de Astu
rias, lo que le valió una honrosa felicita
ción del Monarca, que fue publicada por
bando con toda solemnidad.
Apoyado también en este antecedente
el Corregidor presentó el proyecto del
Escudo de Armas a los empleados con
cejiles, expresando que al ser acogido
por ellos se lo elevaría a la Corte de
Madrid para su formal aprobación. Cuan
do se trataba de este asunto, sucedió
el Terremoto de 1797, que destruyó Rio-
bamba, Ambato y Latacunga. Por este
infausto acontecimiento no se elevó la so
licitud al Rey, el Escudo se ha conser
vado como un documento curioso, que
sólo atestigua el generoso intento del
Corregidor y de los empresarios, que
quisieron ver por este medio ennobleci
da a nuestra Villa, pues en ese enton
ces había alcanzado un florecimiento
relativo. Adherido Canelos al Corregi
miento de Ambato permaneció así mucho
tiempo. Después, con motivo de las refor
mas de la Ley de División Territorial y
de la especial de Oriente se separó de
la jurisdicción de la Villa para volver
no ha mucho a formar parte de la Pro
vincia del Tungurahua, mediante el tra
bajo parlamentario de los Senadores Vela
y Monge en la Convención de 1897.
 HOMBRES NOTABLES DE LA COLONIA 53

El proyecto de Escudo que ha per
manecido archivado en la Escribanía del
Cabildo consiste en una elipse formada
por una cadena, cuya superficie está di
vidida en tres cuarteles.
En el primero o superior está el Tungu-
rahua en ignición; en el segundo, un río
con tres piedras sobresalientes que indi
can el paso del Topo; y en el tercero un
árbol de canela en medio de dos cornu
copias con frutos y flores tropicales. To
do lo cual tiene por base una llave sim
bólica que abre las puertas de la Región
encantada.

Escudo de Armas de la ciudad de Ambato, según

el proyecto de Dn. Juan José Boniche y Luna.

Para terminar esta breve noticia nos
es grato copiar, en honor del primer Co
rregidor de Ambato, las palabras del Pre
sidente Muñoz de Guzmán contenidas
en el informe acerca del terremoto de
1797: «Acreditó Pastor, dice, su celo y vi
gilancia librando muchas provincias de
buen gobierno, de tal suerte que sólo en
Ambato no se experimentó el menor robo.
Socorrió de su peculio a muchos pobres;
y arbitró medios para satisfacer a la
necesidad de los demás».
Antes de que se concluyera su período
de cinco años le sucedió Dn. Bernardo
Darquea, que obtuvo el nombramiento
directamente del Rey.
DON BERNARDO DARQUEA, SEGUNDO
CORREGIDOR DE AMBATO
Indudablemente este personaje fue el
mejor de nuestros Corregidores del tiem
po de la Colonia, por haber prestado
mayores servicios a Ambato y a los pue
blos de su jurisdicción en las circuns
tancias aflictivas en que se encontraban a
causa del terremoto de 4 de Febrero de
1797.
 54 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
El 11 de Julio de este año tomó pose
sión del empleo. Encontró la comarca
totalmente asolada, pues la espantosa
catástrofe no había dejado en pié tem
plos, casas, puentes, acequias, molinos,
etc.; lo que obligó a los sobrevivientes
a morar en chozas provisionales sin ob
tener ningún auxilio extraño. Esta dolo-
rosa situación se había aumentado con
la detención de cuatro ríos que durante
muchos días habían inundado haciendas
valiosas.
Darquea infundió ánimo al vecindario
y se propuso como primera diligencia la
provisión de agua construyendo la ace
quia de Miraflores, un poco más abajo
de la destruída de los P. P. Jesuítas. Los
ambateños contribuyeron a ello, siendo
de los más entusiastas el Cura de Santa
Rosa, con doscientos pesos, y el nuevo
Alguacil Mayor Dn. José López Merino,
con la remisión desde Trujillo, de algu
nos doblones. Estaba ya construída la
pila y fuente en la plaza mayor, pero
la acequia demandaba mayores recursos
pecuniarios para su conclusión. Darquea
pedía al Gobierno la miserable suma de
quinientos pesos de censos de comunidad;
y sólo alcanzó que el Oidor Fiscal aplau
diera su celo e interés, y opinara ien
el sentido de que en ningún caso se
podía librar ni sacar dinero de las cajas
de censos ni aun por vía de préstamo.
Con razón se preciaba Darquea de haber
vuelto al Rey una jurisdicción de doce
pueblos reedificados, entre ellos los de
Patate y Quero, levantados en distintos
sitios sin el menor recurso ni auxilio
ni el más leve gasto del Real Erario.
Para patentizar su labor de reconstruc
ción había formado tres planos pintores
cos, que representaban a Ambato como
fue antes del terremoto, como quedó en
su total ruina y el nuevo aspecto que
iba a darle. Emprendió las obras de
iglesia, cárcel, paseo público en la «Ca
lle Nueva», erección de una columna
con reloj de sol, una pirámide con es
tatua que representaba la Fama, como
lo había hecho en Quito, y el plantío
de sauces en las calles principales: «todo
lo que al verlo, en este rincón del mundo,
dice Darquea, no quedó poco admirado
el ilustre extranjero Barón de Humbolt
que a su paso por esta jurisdicción tuve
cuatro días en mi casa y todo lo examinó
con ojos de político«.
El sabio Caldas al describir Ambato
que aun no salía de su estado ruinoso
elogió los esfuerzos del Corregidor, y tu
vo en su honor apreciaciones como ésta:
«Darquea, hombre que ha corrido buena
parte de Europa y que ha conocido la po
lítica de su patria, les ha procurado mu
chas ventajas y ha aficionado a estos mo
radores al plantío de los árboles. Si to
dos los Corregidores imitaran su ejemplo,
veríamos hoy igual amenidad en todas
partes. Pero ocupados en las ganancias
y en el tráfico, Verres verdaderos y opre
sores de los indios, sólo piensan en enri
quecerse. ...»
Reconstruida la vía del Pastaza se con
sagró como su antecesor Dn. Antonio Pas
tor, al fomento y cultivo de la canela en
virtud de Real Orden que le fue expedida
por el Ministerio de Estado de Indias. Al
efecto aprovechó de los conocimientos
prácticos del misionero antes nombrado
Fr. Santiago Riofrío que secundado por
algunos vecinos de Pelileo y Patate faci
litó los medios que estuvieron a su alcan
ce. De las primeras semillas de Copataza
se obtuvo en Macas veinticinco arbolitos,
luego prosperaron cuatrocientos al cui
dado del Gobernador Dn. Antonio Meri-
zalde. Estos fueron plantados por Dn.
Mariano Villalovos, cuya vida de sacrifi
cios patrióticos en el Oriente iba a ter
minar con su martirio el 2 de Agosto
de 1810. La acción de Darquea se exten
día más allá de su jurisdicción, y se valía
de medios ingeniosos para atraer a los
salvajes a la vida civilizada, siendo Baños
el punto inmediato de donde salían con
frecuencia sus oportunas y eficaces pro
videncias.
Cuando se afanaba Darquea en la re
construcción de su Corregimiento de Am
bato el Presidente Dn. Luis Muñoz de
Guzmán dispuso por órdenes repetidas
que se dirigiese a Riobamba, donde el
Cabildo y vecindario se hallaban diver
gentes acerca del sitio en que habían de
fundar la nueva población. «El Gobier
no, dice Darquea, no encontró otro ar
bitrio que el de que yo fuese a oírlos a
todos en Cabildos abiertos, a tranquili
zarlos y en fin a elegirles el sitio para
la nueva Villa, lo que verifiqué después
de muchos días de reconocimientos de
parajes, de afanes y trabajos, fijándo
 HOMBRES NOTADLES DE LA COLONIA
los en el que hoy se halla, que llaman
Tapi.« El Barón de Carondelet que su
cedió a Muñoz de Guzmán en la Presi
dencia, concedióle también amplias fa
cultades para cortar las diferencias que
aún existían entre los tres partidos en
que se encontraba dividida la sociedad
riobambeña, y sin emplear las medidas
enérgicas aconsejadas por el Presidente
consiguió con sagacidad y tino la defi
nitiva traslación a Tapi, y ciertos auxi
lios para la más fácil y breve construc
ción de sus habitaciones, iglesias, etc.
Darquea conocía todo el territorio de
la Real Audiencia y especialmente el del
que constituye la Provincia del Chim-
borazo. Nombrado el 28 de Junio de 1781
Comisario de Guerra de una expedición
militar que recorría Otavalo, Ibarra, Am-
bato, Riobamba, Cuenca y Loja, obtuvo
también la comisión de Villalengua de
reducir los Cacicazgos del Distrito de
Riobamba, para aumentar el producto
del ramo de tributos. Encontró en esa
vasta comarca doscientos treinta y cua
tro Caciques, de los cuales sólo preva
lecieron treinta y cuatro con sus privi
legios nobiliarios.
El 24 de noviembre de 1802 el Virrey
Dn. Pedro Mendimieta comunicó al Pre
sidente de Quito, que el 20 de Julio de
dicho año el Key le había concedido a
Darquea el mismo empleo de Corregidor
de Ambato por cinco años más, en vista
de los dilatados y distinguidos méritos,
confirmados después en un informe en
comiástico del Presidente Carondelet.
En España sirvió a la Corona desde
1764. De empleado de la Contraloría
General pasó en Julio de 1767 en cali
dad de Secretario de la Superintenden
cia a dar principio al Establecimiento
de nuevas poblaciones de Sierra More
na y Andalucía.
Por ese entonces, dice González Suá-
rez, la Inquisición de Madrid lo deste
rró a las Indias por haber resultado com
plicado en la causa que aquel Tribunal
le promovió al famoso Dn. Pablo Olavi-
de. Darquea estuvo algunos meses pre
so en el Convento de la Salceda y car
gó el sambenito por volteriano: más co
mo amigo de los Ministros de Cario III
fue destinado el 31 de Julio de 1778 a ser
vir bajo las órdenes del Visitador y
luego Presidente de Quito Dn. José Gar
55
cía León y Pizarra. Darquea, tan labo
rioso como entendido en el Ramo de Ha
cienda, al tercer día de su llegada tomó
sobre sí el despacho de la Secretaría al
mismo tiempo que procedió a organizar
la Fábrica de Cigarros y la Administración
de Tabacos, en Setiembre de 1779.
Cuando salió de España dejó en Ma
drid a su esposa Doña Tomasa Endara
y Cruzat, natural de Cádiz, y a sus dos
hijos, Secundino y Pedro Alcántara. El
primero falleció en Madrid dejando dos
hijos, y el segundo que abandonó tem
prano sus estudios entró a la carrera
de las armas en calidad de voluntario
distinguido; estuvo en Constantinopla
en compañía del Embajador de su Pa
tria y concurrió a las campañas de
Francia. Llegado a Lima fue agrega
do &1 Regimiento Real y enseñó a la
oficialidad el manejo del nuevo arma
mento de los ejércitos peninsulares. Co
mo quedara muy niño en Madrid anhe
laba por conocer a su anciano padre, y
se vino a Ambato, donde se casó con
la distinguida dama Doña Leonor Mer
cedes Iturralde. Ambos son el tronco de
la familia Darquea; sus hijos mayores el
General Dn. Secundino y el Coronel Dn.
Francisco han figurado en la política
del país, lo mismo que el Capitán Ta-
bares su hijo político y soldado del
tiempo heroico, casado con Doña Dolores
Darquea. Merecen que hablemos de ellos
en otro lugar, cuando lleguemos tiem
po de la República. Dn. Pedro Alcán
tara, entre otros títulos tuvo el de Ayu
dante Mayor de un Regimiento dado por
Carondelet; con otro cargo militar asis
tió a la batalla de la Cuchilla del Tam
bo a las inmediatas órdenes del Sáma-
no, de quien se quejó al General Mon
tes por no haberle mencionado en el
parte oficial de esa célebre jornada, en
la que sucumbieron las fuerzas patriotas
granadinas el año de 1816.
Dn. Bernardo Darquea, antes de ser
Corregidor de ambato adquirió una ha.
cienda de montaña en Palenque, donde
fue Teniente de Gobernador, y dos fin
cas en San Miguelito y Quillán de la ju
risdicción de Píllaro, como las más ade
cuadas para árboles frutales y viñedos.
La esposa de Dn. Bernardo murió el
6 de marzo de 1781 en Madrid. Muy en
trado en años contrajo segundas nupcias
con Doña Mariana de Ortega, viuda del
56 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
abogado Dr Antonio Parra, en 1805, y
murió en Guayaquil por el año de 1808.
Entre varios informes trabajados con
su habitual prolijidad acerca de las co
misiones del Gobierno y del Episcopado
sobresalen el que fue reproducido por el
Dr. Pablo Herrera referente al Terremo
to de Riobamba, el cual fue remitido a
España, y el de carácter reservado sobre
la conducta de los Curas de su Corregi
miento. Como para borrar la impresión
que produjo en los ofendidos, la ironía
de este último documento y ciertas apre
ciaciones contra lns Jesuítas, se propu
so, sin duda, en los últimos años, de
mostrar su catolicismo, celebrando la
fiesta de Pascua con una procesión, cu
ya práctica se observó por algunos
años y está contenido en el auto siguien
te que debe conservar Ainbato en sus
memorias tradicionales:
«Dn. Bernardo Darquea Juez Conserva
dor de Rentas reales, Administrador de
Tributos, Subdelegado de penas de Cá
mara, Comisionado privativo para el fo
mento y cultivo de la canela que producen
los montes de Copataza, Corregidor
Justicia Mayor por el Rey nuestro Se
ñor dijo: Que es constante que este ve
cindario estuvo en otro tiempo en la
decente costumbre de hacer su marcha
con armas el domingo de Pascua de
Resurrección, se manda: El Capitán de
Dragones de Milicias irá adelante con
un clarinero; le seguirá toda la Compa
ñía colocada de cuatro en cuatro con
sable desenvainado; seguirán cien hom
bres de dos en dos llevando lanzas al
hombro. Seguirán a estos cincuenta hom
bres con sables y espadas desnudas;
tras de éstos irán cuarenta individuos
llevando pistolas; luego seguirá la mú
sica de oboe, flautas, violines, triángulos,
pandereta y tambores; tras de estos el
tambor tocando marcha; y en seguida
el Corregidor con espada desnuda con
duciendo la marcha de todo el noble
vecindario que le subseguirá en dos hile
ras. Seguirán las señoras que alumbren
a nuestra Madre y Señora del Rosario.
Habrá descargas al tiempo de salir la
Virgen y en la plaza de San Bartolomé
al quitar el Angel el manto y otra al
tiempo que el Santísimo sale » tró que lo gastado en abrir dicho camino
Como una muestra de lo mucho que
escribió Dn. Bernardo copiamos el si
guiente trozo en que habla favorable
mente del Cura de Tisaleo dirigiéndose
al limo. Cuero y Caicedo:
«Estoy admirado y quisiera vivir el
resto de mis días al lado de un Cura
cual lo es Fr. Luis Gil de Texada. Es
un hombre real y verdadero; es un Cu
ra de la primitiva iglesia. En nada es
freile, sino de una fina educación. Su
crianza, su talento y literatura lo de
ben hacer apreciar de todo hombre que
lo conozca. Hay aseo en la Capilla, ador
no en el altar mayor; sostiene a su
costa una Escuela. Su caridad es con
los pobres y con todos sus feligreses.
¡Feliz Tisaleo si le dura muchos años
este Cura! Ojalá así fueran todos. . . .»
Ambato recuerda con veneración a su
segundo Corregidor, y ha dado el nom
bre de Daryuea a una de sus calles.
Riobamba ha colocado su retrato jun
to al de Dn. Antonio Lizarzaburo en el
salón de sesiones de la I. Municipalidad,
y conserva con religioso cuidado el pia
no original (verdaderamente original) que
trazó para la nueva Villa.
DON ANDRES DE CASTRO, CORREGIDOR
DE AMBATO
Se le considera como a uno de los
agentes más activos que tuvo la causa
del Rey desde el principio de la revolu
ción emancipadora. El campo de su ac
ción fue Esmeraldas, en cuyo territorio
persiguió y apresó a algunos patriotas
que en pos de una salida al mar siguie
ron a la Costa después de los desastres
del año 1812. Asuntos de Comercio le lle
varon a ese puerto, desde donde como
primera Autoridad favoreció después la
retirada del Gobernador de Popayán Dn.
Miguel Tacón, derrotado en Palacé. En
terado el General Montes de la conduc
ta de Castro le confirmó en el cargo de
Teniente de Gobernador confiándole co
misiones arduas como la de reducir a la
obediencia a los negros esclavos de las
Minas de Playa de Oro, Guambi, San Jo
sé y Cachivi y la de reconstruir el camino
de la Montaña para el tráfico y el fácil
servicio de correos entre Esmeraldas y
Quito. La ruta elegida fue la de Caron-
delet. El 31 de Diciembre de 1815 demos
ascendía a 3.735 pesos invertidos en herra
mientas, jornales, víveres y flete de ca
noas. Principió el trabajo desde el em
 HOMBRES NOTABLES DE LA COLONIA
barcadero nuevo de Cañigüe hasta la
inmediación del punto llamado Bola con
casas y tambos en el tránsito y desmon
tes de alguna extensión para 1.500 colo
nos que a trechos debían cultivarlos.
El 5 de Agosto de 1820 Esmeraldas
proclamó su independencia y Castro fue
apresado y enviado con grillos a Cali.
Allí consiguió su libertad y se vino a
Quito para solicitar del Presidente Mo-
DON ANDRES DE CASTRO
urgeón el Corregimiento de Guaranda o
la Gobernación del Chocó. Mourgeón
optó por destinarle a Ambato, lugar
central, donde podía desplegar sus
energías, sustituyéndo al Corregidor Dn.
José Antonio Balcázar, quien por su carác
ter bondadoso no era el llamado para
reducir a la obediencia a los patriotas
derrotados en el primer Huachi. El Co
ronel González que triunfó en esa jorna
da le dió a Balcázar el mando del Co
rregimiento, pues su antecesor Dn. Jorge
Ricaurte, adherido ya a la revolución,
emigró con su familia a Guayaquil.
Castro hizo publicar por segunda vez
los indultos expedidos por González des
de Guaranda y por Aymerich desde
Quito, para que los amba teños persegui
dos regresen a sus hogares. Restableció
el Cabildo constitucional, nombrando a
los miembros que faltaban, y organizó
una maestranza para proveer al ejérci
57
to realista de vestuarios y arreos mili
tares. Auxiliado por un espionaje activo
anunciaba la salida de las huestes pa
triotas de Guayaquil, dando detalles de
su marcha. El 29 de Enero de 1822 le
decía al Presidente Mourgeón que por
Yaguachi o el Naranjal iban a salir las
tropas colombianas, y le ofrecía bajo el
seguro de la bondad del Presidente un
par de botas que se equiparaban a las
mejores de Inglaterra. Le remitía tam
bién una considerable cantidad de dine
ro para los gastos urgentes de la Admi
nistración.
Cuando se acercaba el General Sucre
a su paso para Pichincha, el Comandan
te Castro salió de fuga y fue a dar en
Guayaquil, donde obtuvo acogida gene
rosa de parte del entonces Coronel Illin-
grot.
En este puerto sacó pasaporte para
dirigirse a Panamá. El Istmo estaba
bajo el mando de Dn. José Fábrega, su
antiguo compañero en la pacificación de
la Costa de Atacames, y mediante la
influencia de este jefe consiguió del Li
bertador regresar a Esmeraldas con el
mismo cargo que antes le dieron los Pre
sidentes realistas.
Hombre laborioso y prolijo, para aban
donar el Corregimiento trabajó una rese
ña de sus actos administrativos, un in
ventario de los bienes públicos y de
las cartas del cobro de contribuciones que
dejó en poder de Dn. Mariano Cevallos,
Administrador de Correos. Se hizo reco
mendable ante el Gobierno de España
por su trabajo de reglamentación del ser
vicio de encomiendas, las que provenien
tes de Quito iban a Lima por Piura. Alu
dió en sus últimos informes a la Real
Cédula de 26 de Agosto de 1774, por la
cual se estableció un Correo de Mar
entre España y las Indias Occidentales.
Mensualmente salía un paquebot del
Puerto de la Coruña al de San Cris
tóbal de la Habana, de donde regresaba
con abundante correspondencia.
Con bastante solemnidad hizo jurar al
Ayuntamiento de Ambato la Constitución
de Cádiz el Io de Enero de 1822 comen
tando con fervor el Art. 337, y los demás
que por su espíritu democrático fueron
recomendados por el Presidente Mour
geón.
 58 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

EL PADRE MARIANO BENÍTEZ nítez para que yo lo haga examinar en

Sínodo, y lo provea en la parroquia de
Este preclaro varón nació en Tulcán, en Pelileo, en el Cantón de Ambato, y exami
1763. Desempeñó altos cargos en la Or nado y aprobado; atendiendo a esto y al
den dominicana a que pertenecía, con la mérito y patriotismo del dicho P. Ma
consagración y espíritu evangélico que estro lo he elegido para cura de tal pa
hacen imperecedero su renombre.' Si rroquia de Pelileo. Sírvase Pd. prestar
Quito y Pasto fueron el campo en que se su audiencia conforme a los artículos 33
ejercitaron sus virtudes desde su primera y 5° del Reglamento provisional de be
juventud, Pelileo fue elegido después para neficios para que yo le despache el título
sus obras benéficas, por las cuales le
consideramos como nuestro conterráneo
Dar vida a un extenso territorio dotán
dole de agua abundante y permanente,
con que se ha embellecido y progresado
el más populoso Cantón de la Provincia
del Tungurahua, ha sido empresa propia
de un verdadero patriota. En ella no
entraba el interés particular sino el me
joramiento de que habían menester sus
feligreses, los cuales se aprestaron en ma
sa a ayudarle con el esfuerzo de sus bra
zos, que no cesó hasta la conclusión de la
gran acequia que conduce las aguas del
río de Mocha. ¿Cómo podía pagarse este
beneficio?
En virtud del artículo 30 de la Ley de
Régimen seccional, el Concejo se propuso
- en 1897 fundar con sus fondos propios
un Colegio de Segunda Enseñanza para
varones. Al efecto, se dirigió al Presiden
te interino de la República, comunicán
dole este laudable propósito. El General EL PADRE MARIANO BENÍTEZ
Alfaro, por medio de su Ministro del Ra
mo, no sólo aplaudió la idea en favor de correspondiente.— Dios gde. a VS.— Calix
la juventud, sino que aprobó con entu to Miranda».
siasmo la fundación del Colegio •Bení- El I'. Benítez con marcado civismo ex
tez». Esta resolución fue confirmada plicaba en la cátedra sagrada la Cons
por la Asamblea Nacional de 1897, a la titución de Cúcuta.
que concurrió el Sr. Dn. Celiano Mon Con el título de Lector dirigió la clase
ee y trabajó en unión de los Diputados de Teología Moral y la de Filosofía en
Vela y Alcibiades Cisneros para satisfa el Colegio interno de Quito y en el de
cer las justas aspiraciones de Pelileo. San Fernando. Fue Prior del Convento
Si el Colegio Benítez no existe, por de Pasto, y en 1814 el Obispo Cuero y
que fue convertido en Escuela Superior, Caicedo nombróle de Cura excusador de
hay en ese floreciente Cantón una nueva la misma ciudad.
parroquia con el mismo nombre, nom Sirvió de Cura interino de Ambato en
bre que expresa una vez más la gratitud 1830 y en 1832. Con los vecinos de esta
popular para con el Benefactor. ciudad firmó la solicitud al Libertador
Cómo fue designado el P. Benitez para para que volviese a residir en el Ecuador,
el Curato de la entonces parroquia de y es el sacerdote que el 25 de Abril de
Pelileo, lo dice el oficio que copiamos 1832 bautizó a Juan Montalvo. Bolívar
del Gobernador del Obispado: -Quito, a 6 y uno de sus más grandes admiradores
de Octubre de 1823.— Al señor Intendente son por misteriosa relación el objeto de
D. Salvador Ortega Sotomayor.— Pro su patriótico anhelo y piedad en los úl
puesto por el R. P. Provincial de Santo timos días de su permanencia en Am
Domingo al P. Maestro Fr. Mariano Be bato.
 HOMBRES NOTABLES DE LA COLONIA 59

Decorado con todas las calidades que to de Corregidor por el Virrey Marqués
pide la Real Cédula de Io de Enero de de la Vega de Armijo.
1805, dice un documento que tenemos a Ejerció este empleo desde el 8 de Octu
la vista, renunció la cátedra de Teología bre de 1772 hasta el 19 de Septiembre
de San Fernando, y decorado, decimos de 1774.
nosotros, con las bendiciones de un pue Como además del cargo de Corregi
blo agradecido, dejó también Pelileo para dor aceptó el de Administrador de las
volver a Quito a ejercer el cargo de haciendas que pertenecieron a los Jesuí
Prior Provincial. tas, situadas las más en la que es hoy
Provincia del Tungurahua, esta circuns-
DON BALTAZAR CARRIEDO (HAZORRA)
Para la tradición, que no siempre es
tá en consonancia con la historia, Dn.
Baltazar Carriedo y Arce fue un avaro,
y como tal desprovisto de nobles y deli
cados sentimientos. Del apellido Mazo-
rra que llevaba legítimamente su sobri
no Dn. Antonio ha sacado la posteridad
el apodo con que se denigra su memo
ria; apodo que se ha convertido en acep
ción general para calificar con él a to
dos los que acumulan riquezas con de
trimento de los demás.
Pobre Dn. Baltazar! La catástrofe es
pantosa de 1797 se dijo que fue castigo
providencial por el despotismo que usó
contra la raza vencida en sus dos Obra
jes y en las quince haciendas que ma
nejaba con actividad prodigiosa. El te
rremoto que asoló gran parte del terri
torio de la Real Audiencia desató un
torrente de lava en Pelileo, y Carriedo
y su señorial mansión de Yataquí fue DON BALTAZAR CARRIEDO
ron arrastrados al Pastaza sin que que
dara reliquia del edén en que forjaba tancia dió margen a que cinco españoles
sus sueños de mayor opulencia con la se quejaran ante el Virrey de las faltas y
esperanza de títulos y condecoraciones. omisiones administrativas ocasionadas
No fue este león de la industria y el por las ausencias frecuentes del Corre
trabajo como lo pinta la animadversión gidor.
popular, sobre todo, si se lo compara El Virrey comisionó a D. Fernando An
con tacaños vulgares de esa misma tonio Echandía que se hallaba en Popa-
región. . . . yán para que entablara en Guaranda el
Cuando Dn. Juan Antonio Zelaya, Go juicio de residencia y sustituyera a Ca
bernador de Guayaquil vino a hacerse rriedo. Como resultado de las diligencias
cargo interinamente de la Presidencia secretas, visitas de oficio y de la docu
de Quito para la pacificación del Reino mentación que se tuvo presente se formu
conmovido aún por la revolución de laron los siguientes cargos: lu El Corre
las Alcabalas que estalló en 1767, Dn. gidor no había visitado los pueblos de
Baltazar Carriedo se le incorporó como Pallatanga, San Lorenzo y los anexos de
soldado de Caballería. Su porte mili Simiatug y Salinas para atender a sus
tar satisfizo a Zelaya, quien informó necesidades; 2° El cobrador Ramón Val-
al Gobierno de la Metrópoli para que sus verde había exigido a los indios fuera
servicios fuesen recompensados con el de los tributos otras cantidades más; 3o
Corregimiento de Chimbo. Así sucedió, El Alcalde D. Juan Camacho se había
y en Santa Fé de Bogotá, el 23 de Ma apoderado de una parte de la hacienda
yo de 1772 fue expedido el nombramien de Llullundondo, herencia de Caciques,
60 LA PROVINCIA DE TUNGUÜAHUA EN 1928

perteneciente a la comunidad de indios; su afán de capturarlo cuando se fugó

4° D. Sebastián Chávez, Fiel Ejecutor, no de Latacunga por no acompañar a la
había dado arancel de efectos y precios ni Comisión de Límites que marchaba al
había atendido a la aferición de pesas y Oriente. El equipaje del sabio fue in
medidas para las tiendas de comercio; ventariado por Carriedo y se formó un
5° D. Juan del Salto, Teniente de Corre expediente que contenía la lista de las
gidor, no había impedido el uso ilegal del obras manuscritas y el juicio literario del
papel sellado. Estos eran los capítulos Presidente sobre el Nuevo Luciano.
de acusación contra Carriedo y sus em
pleados subalternos que hemos copiado a Antes de ser Corregidor de Chimbo y
Latacunga prestó sus servicios como sol
la letra y de los cuales se defendió hasta dado, y contribuyó a debelar los levan
obtener sentencia absolutoria.
tamientos de los pueblos de Pelileo, Qui-
A desvanecer la acusación partió Ca sapincha, Píllaro y Paños. Los cabecillas
rriedo de Ambato hacia (iuaranda, tan de la rebelión fueron castigados seve
luego como fue notificado. Desde su pri ramente en 1780. Al caer en poder de
mer escrito se mostró docto y sin Carriedo las mujeres que valerosamente
cero manifestando que de buen grado animaban a los que combatían contra las
aceptaba la acusación, porque para los exacciones de los peninsulares se por
hombres honrados, decía, el juicio de re tó con generosidad. Para librarlas de
sidencia sirve de crisol, en que se osten la muerte las condujo a Quito, a la
tan en toda su pureza las virtudes del Cárcel de Corte, a Rosa Gordona y a Te
Magistrado. Aludió a algunos pasajes de resa M a roto. . . .
la Biblia de la cual era constante lector,
Con la misma diligencia de los pri
introduciendo además en su defensa pre meros poseedores administró las hacien
ceptos en latín, idioma que había culti das de los Jesuítas e introdujo mejoras
vado en España. en ellas, especialmente en la de San
Como en la sentencia favorable firmada Ildefonso, para la cual sacó una ace
por el Oidor Conde de Cumbres Altas y quia de siete leguas de extensión y
por el Conjuez Dr. Joaquín Gutiérrez se construyó dos molinos. Quién sabe si
le recomendaba para que Carriedo fuese la huella de esta acequia destruída sir
promovido a mejores empleos, no tardó vió al Padre Iienítez para el trazo de la
el Gobierno colonial en nombrarle Co suya con que favoreció a la hermosa
rregidor de Latacunga. comarca de Pelileo.
Allí fue recibido en palmas, y hubo Cuando las haciendas se sacaron a su
en su honor corrida de toros. Mucho le basta pública se hizo Carriedo propie
valió el que el Presidente Villalengua tario de las más valiosas, tales fueron
expresase que Carriedo tenía acredita Leito, Puñapí, San Javier, Guadalupe,
do su celo en cuantos asuntos del Real San José de Pingue y Sicalpa. En Ya-
servicio se ponían a su cuidado, y que, taquí estuvo su mansión predilecta,
por lo mismo, se le había encomenda donde descansaba de sus faenas de sol
do la obra del edificio para la Fábrica dado, empleado civil y agricultor. El
de Pólvora. En virtud de la orden que Presidente Muñoz de Guzmán ponderó
recibió al respecto, el 6. de Marzo de el fausto y la magnificencia artística del
1786, llevó a cabo la construcción, que Palació levantado a orillas del Patate,
por desgracia se vino al suelo por el y nuestro poeta Mera lo describió con
terremoto de 1797. el lenguaje de las Musas, en la leyen
Decíamos que Carriedo era conocedor da que lleva el subtítulo de estas líneas.
del Latín. Así lo manifestó al fomentar Para terminar esta suscinta narración
este estudio en Latacunga apoyando la que no dejará de interesar a nuestros
Cátedra de Don Cayetano Montenegro, conterráneos, citaremos estas palabras
sucesor en ella del preceptor Don José moralizadoras: sólo los que unen a los
del Pino. bienes materiales los del entendimiento
Por este mismo tiempo y en obedeci y corazón suelen recomendarse para el
miento a una disposición perentoria del respeto y gratitud de los demás.
Presidente Villalengua hizo circular la El odio popular, que se despierta con
filiación del Dr. Santa Cruz y Espejo, en tra los que acumulan riquezas sólo para
 HOMBRESNOTABLES DE LA COLONIA
su propio beneficio le alcanzó a Dn. Bal-
tazar Carriedo, pues no supo hacerse per
donar la superioridad económica que ha
bía alcanzado con obras pías y de patrióti
co desprendimiento.
Víctima del terremoto de 4 de Febrero
de 1797, como hemos dicho, desapareció
Carriedo con todas sus riquezas.
EL CORONEL ALEJANDRO MACHUCA,
CORREGIDOR DE AMBATO
Este valeroso soldado que lucía en su
pecho las condecoraciones que acredita
ban su bélica participación en las Cam
pañas de la Independencia, fue también
Corregidor de Ambato en los primeros
tiempos de la República. Era nativo de
Cuenca, y había asistido a todas las bata
llas decisivas de Colombia la Grande y a
las de Junín y Ayacucho, por lo que en
el Ecuador gozaba de justa fama y de
prestigio. Este vino a aumentarse por el
acierto cívico con que se portó en la que
es hoy capital del Tungurahua. Como
primera Autoridad autorizó y apoyó a los
principales vecinos del lugar para que
solicitasen del Congreso constitucional el
que vuelva Ambato a pertenecer a la
provincia de Pichincha. Su eficaz ges
tión tuvo el resultado apetecido mediante
el Decreto de 6 de Noviembre de 1831.
Uno de sus ilustres nietos, el Dr. Ra
fael María Arízaga, decía en una carta
dirigida a un amigo: «Tierra muy simpá
tica es la de Ambato y de muy buena
61
gente: yo la aprecio de modo muy espe
cial, porque me ligan a ella recuerdos
de familia y lazos de parentesco; los An
das y los Viteris son del mismo abolen
go de mi madre, quien pasó entre esos
floridos huertos lo mejor de su juven
tud».
La madre del historiador Fr. Jerves
fue hija del Procer y nació en Ambato.
El Coronel Machuca murió trágicamen
te en el combate de Gualilagua librado
contra el Gobierno de Rocafuerte. Este
suceso desgraciado conmovió dolorosa-
mente a nuestra sociedad, que conservaba
gratos recuerdos del caballero y del fun
cionario.
DON PEDRO FERNÁNDEZ DE CEVALLOS,
ABUELO DE NUESTRO HISTORIADOR
Dn. Pedro Fernández de Cevallos fue
natural de Mariquita, en el Nuevo Rei
no de Granada, donde se dió a conocer
por sus conocimientos industriales y
por su afición a la milicia. El Presiden
te de la Real Audiencia de Quito, Dn.
José Diguja, apreciando sus actividades
y su don de gentes, con que se conquis
taba generales simpatías, le destinó a Am
bato para que ejerciera el cargo de Te
niente General y Justicia Mayor por once
años. Acertada fue esta designación por
que Cevallos contribuyó a afirmar el or
den en las poblaciones, donde los in-
indios se sublevaron contra las exaccio
nes de los blancos y la carga de los
impuestos. Administró con honradez los
bienes de los jesuítas, pertenecientes a
la Residencia o Colegio que fundaron en
nuestra Villa. Cuando la Junta de Tem
poralidades ordenó que se los vendiera
en pública subasta, Cevallos adquirió las
haciendas de Gualcanga, Chiquicha y el
Chaupi, que después constituyeron el
patrimonio de su hijo Dn. Mariano Ce
vallos.
Los Presidentes de la Real Audiencia,
desde Diguja, premiaron su lealtad y
rectitud de carácter. García León y Pi-
zarro le nombró Juez Conservador de
Rentas y Comandante de Milicias en los
Cuerpos de Infantería y Dragones de
Ambato; Villalengua le conservó en es
tos empleos y le confió comisiones im
portantes; Mon y Velarde le fue más
deferente, y se unió a él para favorecer
las empresas de Oriente indicando a la
Corte de Madrid como medida eficaz
fi2 LA PROVINCIA DE TUNGUHAHUA EN 1928
la adhesión de Canelos al Corregimien
to de A mbato.
El Marqués de Raja-Mar en comuni
cación datada en Madrid el 23 de
Enero de 1792, decía al Presidente de la
Real Audiencia a nombre del Soberano,
que para el Corregimiento de nueva crea
ción se proponga a un sujeto capaz de
cooperar a la explotación de la canela,
y que asistiendo tan buenas cualidades
DON PF.nilO FERNÁNDEZ DE CEVALLOS
a Cevallos se le debiera dar este desti
no en premio de su mérito y servicio; .
Estos servicios están detallados en el
informe que elevó acerca de su expedi
ción al Oriente, el año de 1776, entre
los que sobresale el haber reducido a
un aran número de familias en los tres
pueblos de las Misiones, San José de Ca
nelos, San Carlos del Fastaza y la Rai
ma, auxiliado por el celo de los P. P.
Sebastián Godoy y Santiago Riofrío, de
la Orden dominicana.
El ilustre historiador azuayo F. Alber
to María Torres nos refiere que el Ge
neral Dn. Manuel de Aguilar Erza, pri
mera autoridad de la Villa de Ambato,
nombró Procurador General a Cevallos,
y que como tal suministró entre otras
cosas un trabajo estadístico acerca do
la población: «Esta jurisdicción, dijo, en
1772, se compone de cuarenta a cincuen
ta mil almas según el plan y numera
ción que V. M. mismo ha indicado, y es
te lugar de diez mil a doce mil almas».
Cevallos se había casado en Popayán
con Doña María Josefa Ayerve. Vivió
separado de ella treinta años, por atender
a las obligaciones de sus empleos y a
los negocios que realizaba en Ambato,
Guayaquil y Lima. Cuando ocurrió por
la esposa, valiéndose de su apoderado
Dn. Mariano de Lentos y Hurtado, se re
cibió la noticia de su muerte, confirmarla
por el Presbítero Juan Mariano de Gri-
jalva, único médico que había entonces
en Popayán.
Dn. Pedro Fernández de Cevallos mu
rió muy anciano en la casa de su pro
piedad, cuya fachada ostenta hoy una
lápida en honor de su ilustre nieto, Dn.
Pedro Fermín.
EL PADRE JOAQUÍN AILLÓN
Este distinguido jesuíta, de claro ta
lento y de gran ilustración, no tuvo in
fluencia alguna sobre los destinos de la
Provincia de Tungurahua, en donde vi
vió muy poco. Pero fue un ambateño
que, en plena nuche colonial, descolló, ha
ciéndose notable en la cátedra y como
autor de tratados que, para ese tiempo,
tuvieron un valor inestimable, ya que
contribuían al mejoramiento de la ense
ñanza.
Había nacido en esta ciudad por Junio
de 1728, y, enviado a Quito, hizo sus es
tudios con gran lucimiento. Luego se
distinguió, ya sacerdote jesuíta, en el
magisterio: enseñó retórica y filosofía, y
sobre estas materias, escribió algunos li
bros. También compuso obras teológi
cas que, en su época, llamaron la aten
ción.
Cuando, por orden de Carlos III, los
jesuítas tuvieron que abandonar el país,
el P. Aillón, con varios otros conterrá
neos suyos -que enumeramos en lugar
oportuno de esta obra,— también empren
dió su viaje a Italia. Lejos de su patria,
pues, a la que no volvió a ver jamás,
murió hacia fines del siglo XVIII.
El P. Aillón es, entre los hombres no
tables de la colonia que contribuyeron, de
una u otra manera, a hacer prestigiosa
la tierra en que nacieron o vivieron, el
primer ambateño intelectual, maestro de
juventudes y estudioso hombre de letras.
 CAPITULO
AMBATO EN LAS GUERRAS DE LA INDEPENDENCIA
EL 27 DE AGOSTO DE 1809.- CÓMO AMBATO DECLARÓ SU ADHESIÓN A LA
JUNTA SUPREMA DE QUITO.- LOS AMBATEÑOS QUE INTERVINIERON EN ESE
MOVIMIENTO *
Si es gloria de la capital del Ecuador
el Diez de Agosto de 1809, de ella parti
cipan las poblaciones que apoyaron el
movimiento salvador de esa fecha clásica.
Ibarra y Riobamba se adhirieron por
medio de sus Cabildos a la Junta Supre
ma; los Corregimientos de Otavalo, Lata-
cunga, Guaranda, Alausí y Ambato, con
mayor entusiasmo popular, secundaron
la revolución tan luego como recibieron
la circular del Ministro Dn. Juan de
Dios Morales, en la cual se anunciaba el
establecimiento en Quito del nuevo régi
men gubernativo.
El pueblecito de La Tola en Esmeral
das debe también contarse en este núme
ro, porque ratificó el Acta de Indepen
dencia, y fiel a su juramento sirvió más
tarde de refugio a los patriotas perse
guidos por las tropas de Sámano, y orga
nizó la última resistencia con los negros
* Este capítulo, impreso anteriormente en
folleto separado, fue dedicado por su erudito
autor—Dn. Celiano Monge— a la M. 1. Mu
nicipalidad de Ambato, «fiel depositaría de
las glorias de la Provincia». Al transcribirlo
en este libro, queremos dejar constancia de
la dedicatoria. — E. R. L.
V
alzados, que mantuvieron muy en alto
el pendón de los libres. Vamos a refe
rir lo que sucedió en Ambato.
Dn. Ignacio de Arteta y Calisto ejercía
entonces el cargo de Corregidor y Jus
ticia Mayor; y el 24 de Agosto expidió un
auto por el cual se mandaba al vecindario
a ratificar el acta constitucional y sancio
nes de la muy noble y muy leal ciudad
de Quito. Además, para que este acto
solemne se verificase el domingo 27 de
Agosto en la Iglesia Matriz, convocó por
medio de oficios al Vicario Juez Eclesiás
tico, a los representantes de la autoridad
judicial, a los que desempeñaban oficios
concejiles, a los jefes de las compañías de
Dragones y Milicias, a los Curas comar
canos, a los padres de las Religiones, al
Representante y gremio de comerciantes,
a los Administradores de las Rentas Rea
les, a los Escribanos y subalternos del
Juzgado.
Se previno por bando la iluminación
general, las aclamaciones y júbilo, «acom
pañados de instrumentos músicos que
preconicen lo sagrado del motivo», a fin
de que las vísperas anuncien la solem
nidad.
Llegó el día prefijado, y el numeroso
concurso desfiló desde la casa del Jefe
 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
Territorial, por las calles alfombradas y
ornadas con vistosa tapicería, hasta el
templo destinado para el juramento.
He aquí el valioso documento que nos
habla del generoso civismo del pueblo
ambateño, con que dio principio a la se
rie de sus importantes servicios por la
emancipación de la Patria:
«En la villa de San Juan de Ambato,
en veinte y siete de Agosto de mil ocho
cientos nueve, hallándose en la Iglesia
Matriz todos los cuerpos y restantes ve
cinos que se nominan en el auto que
lo mueve, a excepción del Vicario Lisdo,
Dn. José de Estremera, dijeron: que se
conformaban con los principios que se
habían adoptado en la muy noble y
muy leal Ciudad y Corte de Quito
para la creación de una Suprema Jun
ta Gubernativa interina, representan
te de su adorado Monarcha, el Sr.
Dn. Fernando VIL Por tanto, y para
que impuestos todos prolijamente de los
motivos que se tuvieron presentes por
la indicada Corte, se leyó en voz alta
y palabras inteligibles la Acta y Sancio
nes que forman este encabezamiento. En
cuyo supuesto y la breve como expresi
va peroración que les hizo el Sr. Dn.
José María de Arteta, convinieron todos
uniformemente, con repetidos vivas y
aclamaciones en cuanto se había pro
puesto y ordenado, como que se dirigía
a unos fines sanos de conservar intac
ta la Religión Christiana, la obediencia
al Señor Don Fernando VII y el bien
y felicidad de la Patria, indispensables
en las actuales circunstancias en que el
tirano opresor de la Europa Napoleón
Bonaparte intentara agregar a su dinas
tía la Nación y Reino Español, arran
cándolo por fuerza a su legítimo Sobe
rano. Y para que todo se corrobore por
su parte, firman en la manera que se
presenta, desde Su Mrd. el Señor Co
rregidor, prestando previamente el res
pectivo juramento, que se ha hecho des
pués de la Misa de Graciasy el Te Deum
Laudamus a presencia de Cristo Cru
cificado, nuestro amante Redentor y los
Santos Evangelios que estaban colocados
en su altar portátil con ceras encendi
das en el cuerpo de dicha Iglesia en los
términos siguientes: Juramos al Señor
Don Fernando VII como a nuestro Rey
y Señor natural y juramos adherir a
los principios de la Junta Central y no
reconocer jamás la dominación de Bona
parte ni la de Rey alguno intruso; ju
ramos conservar en su unidad y pureza
la Religión Católica Apostólica Romana,
en que por la Misericordia de Dios, tu
vimos la felicidad de nacer, y juramos,
finalmente, hacer todo el bien posible a
la Nación y Patria, perdiendo si nece
sario fuera, por estos sagrados objetos,
hasta la última gota de nuestra sangre
y por la constitución».
Ignacio de Arteta.—Juan Manuel Básco-
nes, como Representante del pueblo.—
Representando los empleos y como Admr.
de la Estafeta, Antonio Herdoiza.— Ma
nuel Pérez de Anda, Representantante del
Comercio.— Apolinario López Merino. —
Juan de Alarcón, Cura de Quero.—José
Peñaherrera, Cura Vicario Juez Ecto.
Representante. — Fr. Joachin Báscones,
Guardián.— Fr. Raimundo Gavilanes, Co-
mor. — Como Representante del Cuerpo
Militar, José Mariano Egüez.— José Ma
ría de Arteta, como Representante de la
Nobza.— Manuel Garrido, como protector
de Indios.— José MI. de los Reyes, Cura
de Izamba.— Pedro José Egüez, Capitán
de Milicias.—José Egüez.— Manuel de
Baca.— Antonio Egüez. — Joaquín Sán
chez.— Diego Vela y Valdivieso, Capitán
de Milicias. — Mariano Baca y Naranjo.—
Ignacio Martínez».
Al pie del acta los Escribanos Dn.
Joaquín Baca y Dn. Mariano Nicolás de
Lagos y Romero, certificaron dando fe
y testimonio de todo lo obrado. El Co
rregidor, a su vez. con fecha 29 de Agos
to de 1809 ofició a S. A. S. Presidente de
la Junta Suprema, enviando originales
los documentos de que hemos hecho men
ción y expresando su complacencia por
la esplendidez de las manifestaciones po
pulares en tan solemne ocasión.
El texto del juramento que prestaron
los representantes de la Villa de Ambato
y su jurisdicción es el mismo que el pres
crito por la Junta Suprema en el auto
expedido el 11 de Agosto. Después de
]a solemne reunión del día 16, en que
todas las clases sociales ratificaron en el
Convento Máximo de San Agustín la de
claración de la independencia del 10 de
Agosto, se verificó el 17 en la Catedral
el juramento de fidelidad en manos del
limo. Obispo Cuero y Caicedo.
Nótese que lo radical de la revolución
consistía en la deposición de las autori
 AMBATO EN LAS GUERRAS DE LA INDEPENDENCIA
dades españolas y en la creación por
voluntad popular de un Gobierno, aun
que provisional, independiente, con ad
hesión sólo a los principios de la Junta
Central de la Península, que nuestros
próceres la declararon extinguida.
Por lo expuesto y por la primacía, el
Acta de la Independencia de Quito es
superior a la de Bogotá. El 20 de Ju
lio de 1810 los patriotas granadinos nom
braron Presidente de la Junta al Virrey
Amar y reconocieron la autoridad del
Consejo de Regencia de Espeña; aunque
bien es verdad que poco después en
traron con paso resuelto a declarar la
Independencia del Reino con sólo la res
tricción consabida y aparante del someti
miento a Fernando VII, que se encon
traba fuera del trono.
Ahora daremos noticias acerca de los
patriotas ambateños que firmaron el acta
de adhesión.
Don Ignacio de Arteta pertenecía a una
distinguida familia de Quito, donde reci
bió esmerada educación. El Virrey Don
Antonio de Amar nombróle Corregidor de
Ambato el 17 de Agosto de 1808, no obs
tante la representación del Administrador
principal de Alcabalas de Cuenca, Dn.
Miguel de Rada, que solicitó el mismo
empleo. Fue tal el entusiasmo con que
abrazó la causa de la Independencia, que,
en pocos días, organizó nueve compañías
de milicianos para sostener a la Junta.
Por desgracia, el ascendiente que tenía
sobre él el Regidor Dn. Pedro Calisto,
tío suyo, y que fue el alma de la contra
revolución, obró sobre su ánimo y se so
metió al Conde Ruiz de Castilla. El pue
blo de Ambato se alzó en masa contra los
realistas a raíz del establecimiento de la
segunda Junta Gubernativa patrocinada
por el Comisario Regio Dn. Carlos Mon-
túfar, y se vió el Sr. Arteta en el caso
de fugar de la población. Después del
triunfo de Mocha, el General Montes le
dejó al frente del mismo Corregimiento;
y en vez de vengarse Arteta de sus ad
versarios, procuró con sagacidad y pru
dencia, hacer llevadera su situación. Ene
migo de la pena de muerte, consiguió que
se conmutara esta pena en las de confi
namiento y destierro en favor de algu
nos patriotas.
En Diciembre de 1813, tuvo el Sr. Ar
teta la satisfacción de ver restablecida la
65
autonomía municipal en Ambato con la
creación del Cabildo Constitucional. An
tes, cuando no concurría al Despacho por
ausencia o enfermedad, le sustituía como
Lugar Teniente Dn. José de Lalama y As-
tórsiga, sujeto probo y de ascendrada
lealtad al Soberano. Le nombramos aquí
de propósito, porque fue el padre de Don
Joaquín Lalama, fundador del Colegio
«Bolívar» de Ambato.
Con motivo de los triunfos de Nariño
en el Norte, el General Montes se aper
cibía a la defensa de Quito, y dispuso
que de Ambato le enviasen dos cañones;
a lo que el Sr. Arteta dió la contestación,
cuyo fragmento principal transcribimos
para que se vea el estado de ánimo en
que se encontraban entonces los amba
teños: «No envío los dos cañones de es
ta guarnición con los demás pertrechos;
se conceptúan útiles en las actuales cir
cunstancias, ya por ser los que causan
respeto a estos vecinos, como por tener
tres provincias a las espaldas sin la me
nor guarnición y cuya población ascien
de a más de ochenta mil habitantes; son
los que deben servir para deshacer la
turbamulta, que es con la que han de
pensar acometer para causar terror a la
guarnición. La impresión de alegría se
ha manifestado en el semblante de es
tos vecinos: desplegando el veneno que
ocultaban en su corazón, y que es cons
tante ha contenido sólo la fuerza, lo que
debe servir a V. E. de gobierno. Sobre
los confinados y más personas sospe
chosas, es imposible dejen de intrigar y
esparcir noticias que conmueven a los
pueblos como lo han manifestado en el
ardor con que se han aprovechado de las
noticias de que me habla V. E.»
Dn. Ignacio de Arteta sirvió en el Co
rregimiento de Ambato hasta el 3 de Ene
ro de 1817; y desde este año hasta 1820
en el de Latacunga. Cuando se acer
caban las fuerzas guayaquileñas al man
do de Urdaneta se pasó al bando de los
independientes. El general Sucre poco
antes de Pichincha le encargó el Corre
gimiento de Loja, donde hizo jurar la
Constitución de Colombia de la cual era
admirador convencido. En esa ciudad
recibió al Libertador, en circunstancias
en que el Vicario y su clero habían pro
movido dificultades contra la autoridad
civil; dificultades que las cortó o desató
Bolívar para tranquilidad de los descen
dientes de Mercadillo.
66 LA PROVINCIA DE TUNGUItAHUA EN 1928

No pudo ser más acertada la elección go de calumnioso en el documento pre

del representante del pueblo en la per cedente, dictado por una autoridad pre
sona de Dn. Juan Manuel Báscones. venida o no en todo bien informada.
Pertenecía a una familia numerosa y En Julio de 1813 se le capturó a Dn.
por su carácter dominante era el facto Juan Manuel Báscones y se le remitió a
tum de la Villa. Sus hermanos tan pa Guayaquil, de donde debía ser expulsado
triotas como él, pero más ilustrados, le a Panamá. Mas, las gestiones de su hijo
ayudaron en sus trabajos en favor de Dn. Pablo, a la sazón estudiante de De
la emancipación. Que hable acerca de recho práctico, alcanzaron su pronto re-
su actuación el General Montes. En el
auto cabeza de proceso que expidió el
Presidente el año de 1813 encontramos
lo siguiente: «Que aunque por el imperio
de las circunstancias tuvo a bien S. E.
indultar la vida y bienes a D. Juan Ma
nuel Báscones, vecino del asiento de Am-
bato, en virtud del bando publicado en
el mes de Enero del presente año; pero
habiéndose reservado en él el Gobierno
tomar las providencias gubernativas que
consulten la paz y quietud públicas sepa
rando de esta República a todos los cau
dillos principales cómplices de la insu-
rrección en conformidad con lo dispues
to en la Ley Municipal 20, Tit. 7" Lib. 8"
y siendo el citado Báscones uno de
los revolucionarios más atroces, y que
han ocasionado males incalculables en la
provincia de Ambato, pues él fue nom
brado Corregidor de ella por el Congre
so subversivo, y usó de las insignias
y tratamientos de este empleo, consti
tuyéndose Comandante de las tropas que DON JUAN MANUEL BÁSCONES
levantó para las expediciones que preme
ditaron los sediciosos contra Guaranda greso de aquel puerto, para que arre
y Cuenca, forzando a las gentes del Dis glara las cuentas de las contribuciones,
trito de su mando a que tomasen las con que había auxiliado las expediciones
Armas contra el ejército del Rey, que de Montúfar y Calderón.
mándoles para ello sus casas y hacien
do las mayores extorsiones para dicho Su casa de habitación sirvió mucho
fin; de forma que hostigados los habitan tiempo de cuartel; por lo que se trasladó
tes de tanta fuerza y violencia desam con su familia a la hacienda de Saman-
paraban sus casas y heredades, cami ga, donde nació su nieto el esclarecido
nando fugitivos por los montes y lugares ciudadano y probo jurisconsulto Dr. Dn.
distantes a efecto de escapar su ferocidad Nicolás Martínez, en momentos en que
obligándolos a que asistan a las accio Dn. Juan Manuel se hallaba perseguido
nes que dieron los rebeldes en los pun por los vencedores en la primera acción
tos de Biblián, Guaranda y Mocha, y asis de Huachi.
tiendo él personalmente sin omitir dili Dignos de recordación son los padres
gencia por leve que sea, relativa a sos de nuestro Representante del pueblo, por
tener el Gobierno intruso». el anhelo que desplegaron para conse
El Protector de Naturales Dn. Francis guir en los colegios de Quito la educa
co Javier Villagómez, Dn. Mariano Egüez ción de sus hijos. Dn. Constantino Bás
y Dn. Miguel Hidalgo prestaron sus de cones y Velasco y Dña. Antonia Gómez
claraciones, manifestando que les consta de Urrea ostentaban noble abolengo. Do
ban todos los particulares contenidos en el ña Antonia se preciaba, y lo probaron
auto, menos el que Báscones haya incen posteriormente sus hijos, de contar entre
diado casas; lo que prueba que hubo al sus antecesores en línea recta al Capitán
 AMBATO EN LAS GUERRAS DE LA INDEPENDENCIA
Juan de Padilla y a Dn. Diego de Urres-
ti, conquistadores y pobladores, el prime
ro de Quito, en que fue Regidor, y el se
gundo de la ciudad de Pasto.
Veneradores de los jesuítas, decidie
ron que su hijo primogénito Dn. Eduar
do ingresara a la Compañía. Se hallaba
de Junior en ella cuando sucedió la ex
pulsión de los Padres por orden de Car
los III. Llegado a Italia, vió que no te
nía vocación para e! Sacerdocio y optó
por la carrera de las armas. Alcanzó
por su bizarra conducta a ser Teniente
Coronel y Comandante General de la
ciudad de Masa de Carrara en el Duca
do de Módena. En esta ciudad se casó
con la hija del Conde Dn. Camilo Mu-
narini, y pudo usar desde entonces sus
propias armas enlazadas con las del Con
de. De este enlace resultó Doña Hipólita
Báscones. que mientras vivió conservó
cariño acendrado por Ambato. Como una
prueba de ello hizo varios donativos, y
después del terremoto de 1797 obsequió a
la población una artística efigie romana
del Señor del Consuelo, que hoy se la
venera en la iglesia de San Bartolomé.
Dn. Prudencio Báscones, abogado de la
Real Audiencia y Doctor en Teología,
llegó a ser Canónigo de la Catedral de
Quito y Promotor Fiscal del Obispado.
Miembro de la Junta Superior de Gobier
no, en ella, en unión del Provisor Dr.
José Manuel Cayzedo representó al clero
.secular. Fue para él timbre de gloria
suscribir en 1812 la primera Constitución
del Estado de Quito con su conterráneo
el Dr. Miguel Suárez, Diputado de la
Villa de Ambato y sus pueblos. Por auto
de 20 de Noviembre de 1810, como Vice
presidente del Congreso en que se trans
formó la Junta Superior, tuvo todas las
facultades para remover de sus beneficios
a los Curas realistas y sustituirlos con
otros patriotas. Después del combate de
San Antonio se le redujo a prisión en
Ibarra, y como se hallara fuera del indul
to concedido por el General Montes, el 22
de Noviembre de 1812, la familia y sus
relacionados hicieron grandes empeños
para que la pena de muerte fuera cam
biada con la de confinamiento en la Quin
ta de Pishilata, donde residía su anciana
madre. En Setiembre de 1822, como pre
mio a sus sacrificios por la Patria, el
Gobernador del Obispado Dr. Calisto Mi
67
randa nombróle Rector del Colegio Semi
nario de Sun Luis; con tal motivo se le
pasó al General Sucre, Intendente del
Departamento, el siguiente oficio:
«Participo a V. S. que he nombrado
Rector del Colegio Seminario de San Luis
al Dr. Prudencio Báscones, Eclesiástico
de conocida literatura, buenas costum
bres y de un acendrado patriotismo, con
cuyas excelentes cualidades radicará en
los jóvenes del Colegio el amor a nuestro
sistema de Independencia, y a la prospe
ridad del Gobierno de nuestra serenísima
República. Por lo que espero que será
este nombramiento muy del agrado de
V. S.— Nuestro Señor gde. la vida de V. S.
ms. as.—Quito, Sepe. 22 de 1822—12°.—
Calixto Miranda^.
El Dr. Próspero Báscones abrazó la ca
rrera eclesiástica y fue honrado con los
cargos de Vicerrector del Colegio Mayor
y Seminario de San Luis y Catedrático
de Moral y Liturgia en la Pública y Real
Universidad de Santo Tomás. En la par
te tercera del Plan de Estudios del pri
mer Establecimiento hay una mención
que enaltece al Dr. Báscones, de parte
del Obispo Pérez Calarna. Sirvió los
curatos de San Miguel de Chimbo, de
Guaranda y Guanujo; fue promovido a
Vicario Foráneo, y desempeñó immpor-
tantes comisiones sobre caminos y cir
cunscripciones territoriales; lo que le
valió para levantar el censo de la Pro
vincia e inducir con el ejemplo a sus
feligreses a aprovechar de los terrenos
baldíos formando haciendas como las de
Piñanato que hoy dan considerables ren
dimientos.
Ardoroso propagandista de la idea de
la emancipación, consiguió hacer de Gua
nujo un pueblo de patriotas, el cual for
maba contraste con el de Guaranda, don
de las autoridades eran españolas y tenían
bastante prestigio para mantener en el
pueblo el espíritu de lealtad al Soberano.
Sufrió persecuciones y sus bienes fue
ron embargados. Es notable un acuerdo
del Cabildo de Guaranda de 20 de Agosto
de 1816, cuando se susurraba su viaje de
regreso a esa provincia desde Latacunga,
en que se hallaba confinado.
El Cabildo presidido por Dn. Juan Adán
del Pozo expresó en el acuerdo, que, des
de que se hallaba ausente e! Dr. Báscones,
el pueblo había permanecido tranquilo; y
68 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
que por lo mismo se debía impedir que
bajo ningún pretexto se introduzca al te
rritorio de Guaranda, donde ha sido, por
las ideas de insurrección que difundía, el
móvil de la perdición de sus feligreses.
El Presidente de Quito dió oídos al Cabil
do y aprobó su resolución.
Pero pasaron los días, y el 21 de Febre
ro de 1823 lo vemos ya en Guaranda de
Vicario, desempeñando una comisión hu
manitaria. Con el Juez Político Dn. Car
los Araujo, los miembros de la Municipa
lidad y el Alcalde Dn. José Chaves for
maba parte de la Junta encargada de
la manumisión de esclavos y de la abo
lición de su comercio, de conformidad
con la Costitución colombiana.
Don Nicolás Báscones no les fue en za
ga a sus tíos en punto a patriotismo y
decisión por la causa americana. Sus
servicios al General Sucre en las dos cam
pañas fueron oportunos y eficaces. Al
pasar la División del Sur por Ambato
dejóle su Jefe de Gobernador y Coman
dante Militar de la plaza con amplias fa
cultades; y así pudo allegar para las tro
pas todo género de recursos como víveres,
calzado, telas y dinero, y atender con la
prontitud que demandaban las circuns
tancias al entonces Coronel José María
Córdova, que a principios de Mayo llegó
en Ambato con trescientos veteranos para
incorporarse a la expresada División.
Reunida la Asamblea Electoral en Qui
to, en Octubre de 1822, nombró, en uso
de sus facultades, los Senadores y Di
putados para el Congreso General que
debía instalarse en Bogotá; y el Coronel
Báscones fue uno de los designados como
Representante de la Provinica de Quito.
Con este motivo cesó en su destino de
Juez Político de Ambato y fue reempla
zado con su hermano Dn. Juan Manuel
Báscones Naranjo.
Pero antes de que esto sucediera, cúpole
el alto honor de presidir el Cabildo abier
to que funcionó en la Plaza Mayor de
Ambato el 28 de Julio de 1822, e hizo ju
rar la Constitución Colombiana a un con
curso numeroso compuesto del vecindario
de la villa y de los pueblos de su juris
dicción. Como representantes del Cabildo
asistieron a ese acto los siguientes seño
res: Alcaldes, Dn. Ignacio Vela y Agus
tín Baca; Regidores, Dn. José Sevilla,
Dn. Gaspar González; Procurador Gene
ral, Dn. José Mera, y Secretario, Dn.
José Antonio Viteri.
Según el acta de ese día memorable,
dió lectura a la Constitución Dn. José
González, preceptor de primeras letras
y topógrafo, que fue elegido al efecto»
porque se distinguía por su voz clara
y buena entonación. Dn. José González
es el padre del notable ciudadano Dn. Ni
colás González Navarrete, condiscípulo
de García Moreno en el Colegio de San
Fernando, y después desterrado por es
te Magistrado al Perú, donde lució sus
talentos como escritor y hábil periodista.
El Coronel Dn. Feliciano Checa ejercía
el cargo de Juez Político de Latacunga
cuando fue promovido a Gobernador in
terino de la Provincia del Chimborazo,
creada por la Ley de División Territo
rial, expedida por el Congreso General
de que hemos hecho mención. La vacan
te fue llenada con el Coronel Báscones,
quien dejó gratos recuerdos de su admi
nistración en el país de Salcedo y Vi
cente de León.
Casado el Coronel Báscones con Dña.
Antonia Jijón, hermana política del Ge-
naral Dn. Juan José Flores, se estable
ció definitivamente en Quito, donde en
lo civil y militar desempeñó cargos de
consideración. Fue también Gobernador
del Chimborazo en los días de alarma
que sufrió Riobamba por ios abusos del
General Otamendi, como nos lo refiere el
historiador Cevallos. El primer Congre
so constitucional de Riobamba le contó en
el número de sus miembros distinguidos
y el Consejo de Gobierno del Perú le
condecoró con el Busto del Libertador
en 1826.
He aquí el valioso documento que tanta
honra comunica a la memoria del Coro
nel Báscones:
«República Peruana.— El ' Consejo de
Gobierno.— Deseoso de llevar a efecto la
soberana disposición del Congreso Cons
tituyente de 12 de Febrero del año próxi
mo pasado, ha hecho abrir la medalla
que en él se previene, con el busto del
hombre clásico del nuevo mundo, del pa
dre insigne de la Patria Simón Bolívar.
Esta prenda de valor inestimable a los
ojos de la libertad y de la justicia, al pa
so que acredita la gratitud peruana, de
be mirarse como el más honroso distin
 AMBATO EN LAS GUERRAS DE LA INDEPENDENCIA
tivo de los claros varones, que reuniendo
sus esfuerzos a los del primer campeón
de la independencia, han cooperado a
romper nuestras cadenas, y a estable
cer el imperio de la voluntad general.
Por tanto conformándose con el espíri
tu del Art. 9 del mismo decreto, han
dispuesto se conceda una de aquellas al
Teniente Coronel Ciudadano Nicolás Bás-
cones para que lleno de un noble orgu
llo por la parte que le ha cabido en
empresa tan heroica pueda trasmitirla
a sus descendientes como un testimonio
de recompensa a sus virtudes, y de re
conocimiento al héroe en cuyo honor es
instituida. Es dado en el Palacio de Go
bierno en Lima a 6 de Agosto de 1826 -
7° y W.—Kl Vice- Presidente,— Hipólito
Unánue.-D. O. D. S. S.—Y. P. E. S. M.
José Serra».
Después de haber hablado de los her
manos de nuestro Representante del pue
blo no podemos prescindir del ilustre
nombre del Dr. Pablo Báscones Naranjo,
que formaba parte del núcleo de familia
que abrazó con ardor la causa de la Inde
pendencia. Estudiante de Derecho, hizo
sus primeras armas en el foro en defen
sa de su padre; y ya de abogado, se pre
sentó también ante la Real Andiencia
cuando el Presidente Dn. Juan Ramírez
renovó las hostilidades contra ese autiguo
patriota. En el escrito que presentó el
Dr. Báscones a ese alto Tribunal no se
cuidó de hacer preceder el tratamiento
de Excmo. al nombre del Presidente, omi
sión que al ser notada por los empleados
subalternos de la Real Audiencia, la sub
sanó interpolando la palabra con tinta
diversa de la empleada en la solicitud.
Esta circunstancia y el lenguaje enérgico
de ella hirieron el decoro y susceptibili
dad del señor Ramírez. Como una
muestra del carácter irascible del Presi
dente publicamos el siguiente oficio de
24 de Diciembre de 1818:
«Esta Superioridad se halla cerciorada
de que el abogado Dn. Pablo Báscones,
hijo del caudillo de insurrección Dn. Juan
Manuel Báscones, vecino de Ambato, a
quien mi inmediato antecesor condenó a
la pena de muerte por sus enormísimos
crímenes, y después se le dejó enteramen
te impune lo mismo que a sus demás co
rreos ha presentado dos escritos en esa
Real Audiencia, en que a más de no dar
69
me el tratamiento que por mis altas gra
duaciones me compete y como Presidente
y cabeza del mismo Tribunal ha tenido
el arrojo de denominar violencia y expli
carse con otros desacatos contra las justas
providencias que con vista del Sr. Fiscal
de lo civil he librado. -No me persuado
que el Tribunal deje sin el condigno
castigo un procedimiento tan atrevido y
escandaloso como el del referido abogado
de que infinitos se han instruido y aún le
han admirado, en cuya virtud se lo hago
a US. presente para que noticiándolo al
Tribunal y llamando incontinenti a la
vista los citados escritos se le suspenda al
referido Báscones, del ejercicio de su
profesión, y se cuide de no tolerar éstas
y otras animosidades de los revoltosos,
pues en caso contrario extrañaré precisa
mente a Báscones de estos territorios y
daré cuenta a Su Majestad para el consi
guiente remedio de unos atentados, que,
si en otros tiempos no debían disimularse,
en la actualidad deben castigarse con el
mayor rigor para que sirvan de ejemplar
y escarmiento en un pueblo donde fue
depuesto y asesinado el Presidente y Ca
beza del Reino, y donde, por lo mismo,
es preciso no permitir la más leve cosa
que pueda considerarse ofensiva de la
veneración y respetos debidos al gobier
no superior que por la dignación de Su
Majestad obtengo.— Dios gde. a Us. mu
chos años. Quito, 24 de Dcbre. de 1818.
—Juan Ramírez.— Señor Oidor Decano
Dn. Juan Nepomuceno Muñoz».
En virtud del oficio inserto, el Tribunal
condenó al Dr. Báscones a dos meses
de suspensión del ejercicio de la Aboga
cía; pena leve desde luego, con la que
no se conformó el Presidente.
Existen brillantes testimonios de su
desempeño como estudiante del Colegio
de San Luis y de la Universidad. En
1803 optó el grado de Maestro en Filo
sofía, y siguiendo las huellas de su pro
fesor Dn. José Mejía, se opuso a esta
asignatura y obtuvo en e! examen la
mejor de las calificaciones. Doctor en
ambos derechos, amplió sus profundos
conocimientos jurídicos con el estudio de
Teología, a cuya clase asistió durante tres
cursos escolares. El 29 de Abril de 1817
se recibió de Abogado ante la Real Au
diencia, y desde entonces su labor pro
fesional fue intensa y constante. Los
asuntos que se le encomendaban eran
70 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
estudiados con tal detenimiento y escru
pulosidad, que a sus largas meditacio
nes atribuyeron los profesores de Medi
cina, Dr. Manuel de la Gala y Dr. Ma
riano Salazar la enfermedad nerviosa que
le aquejó hasta morir.
Después del triunfo de Pichincha, por
primera vez ejerció el Ecuador el derecho
de sufragio y eligió miembros para la
Asamblea Electoral, que se reunió en
Quito el 1° de Octubre de 1822. Insta
lada solemnemente por el General Sucre,
mereció el Dr. Báscones ser elegido uná
nimemente de Presidente de tan augusta
Corporación. En la sesión del día dos se
confirmaron los nombramientos de Pre
sidente y Vice-Presidente de Colombia
en las personas de Bolívar y Santander
como tenemos expresado en otra parte.
El día ocho se nombraron Senadores y
Diputados a fin de que el Congreso Ge
neral de Bogotá tuviese entera repre
sentación colombiana. Cuando se trató
de organizar los Municipios, el Dr. Bás
cones fue designado para el cargo de
Procurador General del Cabildo de Qui
to. Por motivos de salud se excusó, para
no servirlo, en el seno de la Asamblea.
Después de clausurada ésta insistió en
su excusa ante el Cabildo, el cual dió
la resolución siguiente que tanto honra
al Dr. Báscones.
«Sala Capitular del Ayuntamiento de
Quito.— Octubre 25 de 1822.— Respecto a
que conociendo muy bien la Asamblea
Electoral la utilidad, exactitud y buen éxi
to de los recomendables servicios y méri
tos del actual señor Procurador electo,
lo mismo que la indispensable necesidad
que tiene este Itre. Ayuntamiento de un
individuo de semejantes recomendacio
nes; no ha lugar a la renuncia — Peña.
— Pineda.— Dr. Ochoa.— Dr. Ignacio Vein-
temilla.— Zaldumbide.— Gómez.— Pólit.—
Mazo.— Dr. Salazar.— Terán.—José Maya,
Secretario».
Antes del triunfo de la revolución había
servido sin remuneración alguna los si
guientes cargos: Abogado de Pobres, Re.
lator de la Junta de Hacienda, Concilia
rio Fiscal, Procurador Síndico y Defen
sor de las acciones de la Universidad;
Asesor y Padre General de menores del
Ayutamiento.
El 2 de Enero de 1842, la Corte Supre
ma de Justicia nombróle su Presidente
por escrutinio secreto. Fue Candidato a
la Vicepresidencia de la República y Di
putado a la Convención primera de Am-
bato.
Como un rasgo generoso de su benevo
lencia apuntamos complacidos, que su ho
gar en Quito fue también el de sus sobri
nos, a quienes educó y sostuvo con larga
mano. Entre éstos se cuentan los Dres.
Nicolás Martínez, Joaquín Mendizábal y
Francisco Cobo Arias. De los dos prime
ros ha hecho un cumplido elogio la maes
tra pluma de Dn. Juan León Mera, que
fue también favorecido por el Dr. Básco
nes con su ejemplo y sus estímulos.
Dn. Antonio Erdoiza, Representante de
los empleados de Ambato. Hijo de Espa
ñol, y muy reconocido de las gracias y
favores que recibieron del Gobierno de la
Metrópoli sus nobles antecesores, si se
adhirió a la transformación quiteña fue
solamente porque en ella se proclamaba a
Fernando VII. Pero cuando descubrió
que la intención oculta de los promoto
res o dirigentes, se encaminaba a la In
dependencia absoluta, se unió a los rea
listas y acompañó a Montes en la acción
de Mocha y en el combate de Panecillo.
El Pacificador dióle el grado de Capitán,
que luego fue confirmado por el Rey, y
le expidió el nombramiento de Adminis
trador General de Correos de Quito. El
Español Dn. Antonio García Trelles, se
opuso a este nombramiento con la pre
sentación del que antes le había confe
rido el Virrey del Perú; lo que dió lu
gar a que el General Montes dirigiera
varias comunicaciones al Virrey negán
dole competencia de jurisdicción. Tan
alto era el concepto que el Presidente
tenía de la honorabilidad de Dn. Antonio
Erdoiza, que sólo a él le confió la llave
de la sacristía del Convento de San Fran
cisco, donde estaba depositada una par
te de los objetos valiosos que saquearon
las tropas vencedoras cuando entraron
a la capital. En un informe escrito por
Montes en los últimos días de su admi
nistración se alude a este incidente, ex
presando, para salvar su responsabilidad,
que el saqueo había sido ordenado sin
conocimiento del General en Jefe por el
Capitán Dn. Ignacio Asín, del Real de
Lima- Este arbitrario, pero valeroso
militar, fue tomado prisionero en Cali-
vio y decapitado.
 AMBATO EN LAS GUERRAS DE LA INDEPENDENCIA
Como Representante del Comercio figu
ra Dn. Manuel Pérez y Anda en el acta
de Adhesión. Su labor de patriota inde
pendiente fue constante y eficaz como lo
demuestra el siguiente pasaje de un infor
me del Dr. Calixto Miranda, Gobernador
de la Diócesis de Quito, que lleva la fecha
de 23 de Diciembre de 1822, y está dirigi
do al Intendente del Departamento, Co
ronel Dn. Vicente Aguirre: «Toda la
familia Anda ha sido inalterable en
nuestro sistema, ha padecido por ello in
numerables trabajos y perjuicios, y ha
ayudado desde nuestra revolución para
alcanzar la libertad de los españoles con
sus bienes y con cuanto han podido-.
Cuando el General Urdaneta con su
división llegó a Ambato, lo encontró de
Jefe Político junto con el Dr. Miguel
Suárez; en momentos tan críticos se ne
cesitaban dos autoridades locales, que
coadyuvasen a la organización de las
fuerzas que se preparaban para el com
bate de Huachi. El Sr. Anda armó con
su peculio a la mayor parte del cuerpo
de Dragones con que contribuyó Ambato
a esa breve campaña. Asistió al com
bate y le acompañó en la derrota al
Coronel Urdaneta; lo propio hizo con el
General Sucre cuando la acción segunda
del mismo nombre les fue todavía más
desastrosa que la primera.
Dn. Manuel Anda era hijo de Dn. Pedro
Pérez de Anda y Corcuera, español, y
nieto de Dn. Vicente Pérez de Anda Ra
mírez de Salazar y de Dña. María Díaz
de Corcuera, vecinos de la villa de Ormi-
jana en la Provincia de Alava.
La madre de Dn. Manuel, Dña. María
Sáenz de Viteri, fue hija del Capitán Dn.
Pedro Sáenz Viteri y Cerezo y de Dña.
Antonia de Loma y Guerrero, personas,
como dicen los documentos consultados,
pertenecientes a familias principales y
de la nobleza.
Hermanos de Dn. Manuel fueron el Dr.
Dn. Joaquín Pérez de Anda, que, orde
nado de Diácono en 1781, llegó a ser Ca
nónigo de la Catedral de Quito y Rector
de la Universidad, y Dn. Luis .Pérez y
Anda, que, avecindado en Latacunga, con
tribuyó a la toma del cuartel de esa ciu
dad en 1820, combatiendo en unión de
los patriotas Dn. Calixto Pino y Dn. Li-
zardo Ruiz.
A esta misma familia pertenecía Dn.
Martín Pérez de Anda y Salazar, natu
71
ral de Alava, el cual ejerció el cargo de
Corregidor de Latacunga. No tuvo hijos,
y dejó de heredero universal de sus bie
nes, en 1741, a su sobrino Dn. Pedro,
padre de los patriotas que acabamos de
nombrar.
Parece que el primero de los Andas
que vino a establecerse en el Reino de
Quito fue el licenciado Dn. Alfonso Anda
y Maldonado, vecino del antiguo Amba
to, que el año 1698 fue trasladado al lu
gar que hoy ocupa. Es una de las per
sonas que acompañaron a Dn. Antonio
Ron, Fiscal de la Real Audiencia, en la
inspección judicial que hizo de las ruinas
causadas por el terremoto de ese año,
y se afanaron en Ja construcción de la
nueva población.
El Cura de Quero Dr. Dn. Juan de
Alarcón era muy popular en el Corre
gimiento por su palabra fácil y el entu
siasmo con que acogía algún propósito
para realizarlo. La autoridad de Dn. Ber
nardo Darquea encontró tenaz resisten
cia en este párroco, que trabajaba ante
la Real Audiencia porque se reedificara
la población de Quero, destruída por el
terremoto de 1797, en el lugar primiti
vo. Al fin el Corregidor Español logró
vencer la obstinación del Cura y de los
vecinos y trasladó Quero al sitio que
actualmente ocupa. Sonó la hora de la
redención, y acudió a firmar el Acta de
Adhesión, de la que nos ocupamos; des
de entonces se convirtió en tribuno de
la plebe como le llamaban los realistas,
y sus exhortaciones en favor de la In-
dependencaia contrarrestaban la influen
cia del Canónigo Villamagán, que por
dos veces fue designado para inducir a
la obediencia y lealtad a las poblacio
nes del Centro que se habían contami
nado de las ideas de insurrección.
Cuando las tropas quiteñas esperaban en
Mocha a las del Presidente Montes, el Cura
y los feligreses ocupaban el puesto de
mayor peligro al cuidado de una batería.
Celebraba misa en un altar portátil, que
colocaba en medio de los cañones, y con
unción guerrera decía a sus subordina
dos, que 9i mueren lidiando por la Pa
tria, sus almas irían al cielo sin tocar
en el Purgatorio. Testigos fidedignos
declararon al respecto, en la causa que le
siguió Sámano, después del combate de
San Antonio, a donde acompañó al ejér
TI LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
cito patriota. Condenado a la pena capi
tal, le fue conmutada con la de destierro
a Panamá.
Cuatro son las personas de la familia
Egüez que suscribieron el acta. Séanos
permitido para hacer más grato su re
cuerdo fijar ciertos antecedentes que se
relacionan con uno de sus antecesores,
cuyo nombre va unido al progreso gra
dual de nuestro pueblo. Dn. Esteban
Egüez de la Torre puede considerarse
como el tronco de esa honorable fami
lia, y es uno de los que con más cons
tancia y amor al suelo nativo trabajó
porque se le concediese la categoría de
Villa. * Dn. Esteban Egüez asoma como
miembro del primer Cabildo que se inau
guró en Ambato en 1759, tras las repe
tidas solictudes que, para el efecto, ele
varan los ambateños, desde el año de 1746.
Cuando en 1762 Egüez era Alcalde Or
dinario de este Cabildo, tuvo la satisfac
ción de desvanecer los últimos obstácu
los que la Real Audiencia oponía al
amplio funcionamiento de la Corpora
ción, so pretexto de que la Real Cédula
de erección de la Villa no existía en los
archivos de este alto Tribunal. El Alcalde
gestionó invirtiendo mucho dinero y con
siguió por duplicado tan importante do
cumento.
Volviendo ala familia Egüez. a ella per
tenecía la distinguida dama Dña. Tere
sa Flor, de quien habla Rocafuerte en
una de sus cartas al General Flores, y
fue un factor entusiasta para conseguir
que las autoridades locales se decidieran,
en 1820, por la causa republicana; antes
había contribuido con sus relacionados
para le evasión de Dña. Rosa Zárate de
un Convento de Monjas de Riobamba,
en que guardaba prisión. Su hermano
Dn. Francisco llegó a ser Coronel y fue
ayudante de campo de Calderón; como
testigo ocular de acontecimientos de esa
época suministró datos históricos al Dr.
Pedro Fermín Cevallos. Rico y generoso,
sus contribuciones para las campañas de
la Libertad fueron parte para que vinie
ra a menos su fortuna. Dn. Vicente Flor,
tan patriota como el anterior, obraba de
acuerdo con su pariente el Dr. Ante y
* Véase el Cap. III, pág. 40, de esta mis
ma obra.
tomó cartas en la conjuración que fra
guaron los quiteños cuando Dn. Juan
Ramírez ocupaba la Presidencia. Confi
nado en Cuenca, el Cabildo de esa ciu
dad pidió permiso a la autoridad com
petente para nombrarle Alcalde, lo que
indica que el joven Flor por su conduc
ta correcta se hizo digno de esa distin
ción. Después descolló como orador par
lamentario, formando en las filas de la
oposición contra el primer Presidente
de la República
El Dr. Manuel de los Reyes, cura de
Izamba, se distinguió por su afán en di
fundir la instrucción primaria en esos
tiempos de oscurantismo colonial. Para
ejemplo de párrocos, elegía personas
de conocimientos para que desempeña
sen el doble cargo de maestro de capi
lla y maestro de escuela, y costeaba de
su peculio el sueldo del Institutor y los
útiles de enseñanza. Cuando pasó al cu
rato de Píllaro se empeñó en abrir un
camino al Oriente por los cerros de
Llanganate y promovió una empresa de
explotación de minas de oro, que se fi
guró encontrar en la misma cordillera,
engañado por un documento curioso que
iba a servirle de guía. Este documento
contenía un itinerario para llegar a la
mina, dictado por un sujeto apellidado
Valverde en momentos en que iba a fa
llecer.
D. Diego Vela es otro ambateño que
viene figurando como miembro de la
corporación municipal y como empleado,
en lo civil y militar, del Corregimiento.
D. Diego fue hijo de Doña María Teresa
Valdivieso y de D. Manuel Vela y Soto
(descendiente del aragonés D. José Vela,
vecino de Latacunga), y llegó a ser el
padre político de nuestro historiador D.
Pedro Fermín Cevallos. Su hermano D.
Ignacio Vela presidía el Cabildo, y dió
un interesante informe sobre el estado
de la Instrucción primaria al General
Sucre, el 24 de Setiembre de 1822. Este
Dn. Ignacio es el abuelo paterno del pu
blicista y Senador de la República Dr.
Dn. Juan Benigno Vela; su bisabuelo
paterno fue Dn. Joaquín Hervas, cuyo
sacrificio, en la plaza de Mocha, el año
de 1812, está ya consignado en lumino
sos caracteres en las páginas de la his
toria.
 AMBATO EN LAS GUERRAS DE LA INDEPENDENCIA
Dn. Ignacio Martínez es el último de
los que firman el acta de Adhesión, al
rededor de la cual venimos dando noti
cias históricas que no dejan de tener
algún interés para nuestros conterráneos.
Condenado a muerte por el General
Montes por su constancia en el sosteni
miento de la idea revolucionaria, y por
no haberse acogido al indulto, se libró
del trance, gracias a la benevolencia del
Corregidor D. Ignacio Arteta, que deso
bedeció la orden, y optó por remitir el
preso a Quito. Como hemos referido en
otro lugar, Martínez fugó burlándose de
la escolta, antes de llegar a su destino.
Para secundar el movimiento de Guaya
quil el 9 de Octubre, él y sus paisanos
proyectaron tomarse el cuartel; lo que
se verificó el día domingo 12 de Noviem
bre de 1820, cayendo en poder de los
asaltantes arma» y pertrechos y como
ochenta soldados. En el cuartel se encon
traba el español Fuminaya con el resto de
la tropa vencida en Camino Real por
Febres Cordero, y los individuos de la
guarnición comandados por D. Manuel
Palacios. Así, pues, el Comandante Dn.
José García que llegó en Ambato al se
gundo día de este acontecimiento, pudo
aumentar con los prisioneros la van
guardia de la División Guayaquileña.
Para preparar este acontecimiento del
12 de Noviembre, que tanta honra comu
nica al pueblo ambateño, los patriotas
Francisco y Vicente Flor, Tomás Sevi
lla, Joaquín Riera (abuelo del Obispo
Juan María Riera), Francisco Navarrete
y otros consiguieron que se dé a parti
do el Corregidor Dn. Jorge Ricaurte.
Y así vemos en los documentos que van
a continuación, que Ambato trabajó con
decidido empeño desde Octubre por re
conquistar su Independencia.
'En este momento que son las cinco
de la tarde; seme ha denunciado por
el l'resvilero Doctor Don Vicente Solís
que el Corregidor de este Hacienlo
piensa de un momento a otro asaltar
este Quartel; y de haber hecho propio
áios Libertinos de Guayaquil ayer con
las dos de la tarde por la Hazienda de
Pallatanga. El denunciante sale ma
ñana con destino a esa Capital, quien
me a prometido hablar con Vsía sobre
estos particulares, y probar en todo so
bre este denuncio: En esta virtud pido
a Vsía que en el instante que recita
73
esta me aucilie con veinte y cinco Fuci-
leros, y ceis Dragones montados, por
tener poca fuerza en este Destacamento,
y ser Yo responsable delas ocurrencias
que puedan ocacionarse; incinuando-
me de las operaciones que debo haser
contra este picaro intrigante. Todo lo
que comunico a Vsía para su superior
inteligencia.—Dios guarde a Vsía Mu
chos años. Ambato, veinte y seis de oc
tubre de mil ochocientos veinte.— Ma
nuel Espinoza. — Señor Comandante
Militar Don Damian de Alva».
*Hoy á las cinco de la mañana he
recibido el oficio de Vted fecha de ayer,
en que me imparte su cituación y de
nuncia hecha por aquel Presvitero, en
su virtud mañana salen de aquí los
hombres que he conciderado suficientes
para reforzar ese Destacamento del
mando de Vted, hasta ponerlo con una
fuerza respetable y bastante para con
tener qualquiera asalto, y enterado por
el citado Sacerdote delo demas que
convenga para hacerme cargo de las
intenciones de aquel promovedor se
resolverá lo que sea oportuno sobre sti
conduela.— Vted debe entender que es
accion distinguida en un oficial el va-
tirse con un tercio menos de Gente en
ataque, mediano alomenos una forzosa
accion que lo acredite; en caso pues
deser Vted agredido, defenderá su
Puesto y el Quartel a toda costa, y
qualesquiera que sea su demostración
en esta parte la hará consultando y
salbando las armas de su Magestad de
que hago a Vted responsable. — Proceda
Vted con tino, desprecie aquellas voces
bagas que no tienen otro fundamento
en los facciosos que las propalan sino
ver si por ese modo intimidan al oficial
y Tropa, y la experiencia a enseñado
que en este caso se debe demostrar toda
enteresn, y tener solo por sierto lo que
naturalmente es accequible; vajo de
este supuesto sus providencias a nadie
las consulte, y estudie el modo de que
la fuerza esté unida y nadie alcanse a
saber lo que Vted piensa, o quiere resol
ver, y de allí es que todos los planes de
los malos se equivocan y tuersen Ya
estará aquí muy breve el Jefe Superior
y con una Seccion competente, a conse
cuencia de su arribo deberán ser sus
operaciones, y mientras tatito sólo es
pero la mejor prudencia, honor, valor,
74 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

y exactitud de Vted.— Desde luego creo el General D. Mariano Barona se ha dis

habrá marchado el Pedrero y con la tinguido como agricultor y valeroso mi
prontitud que indico en circunstancias litar.
de que es mas ventajosa su poseción
en la línea o límites que allí, y de todo De los demás suscritores del acta nada
me avisará Vted exactamente. — Dios podemos decir por el momento. Sus nom
guarde a Vsted muchos arios. Quito bres están honrados al pie de ese glorio
octubre veinte y ciete de mil ochocien so documento, y esto basta para el ma
tos veinte.—El Comandante militar. yor realce de su modestia.
Damian de Alva.— Señor Don Manuel
Espinozw.
D. Ignacio Martínez figuró entre los
veintiséis miembros de la Asamblea Elec
toral, reunida en Quito; y fue nombrado
por Sucre Administrador de Rentas Pú
blicas de Ambato; túvole por segundo en
su oficina al joven Lizardo Ruiz, que
mereció del expresado General un certi
ficado honroso por haberle ayudado con
valor y diligencia en las dos campañas
del Ecuador. Ruiz, el 11 de Noviembre
de 1820 peleó denodadamente en el ataque
del cuartel de Latacunga.
D. Ignacio Martínez no fue. como al
gunos creen, de la familia del Dr. Nico
lás Martínez, padre de los ilustrados am-
bateños que hoy son dignos representan
tes de la ciencia y letras nacionales. El
padre del Dr. Nicolás llamábase Tomás
y vino de Cali a Quito a servirle de fa I I
miliar a su tío, el Obispo Cuero y Cai-
cedo. En Ambato contrajo matrimonio DON MARIANO CASTILLO
con Dña. María Juana Báscones, hija
del tantas veces nombrado Representan Cuántos del numeroso concurso del
te del pueblo, en 1809. pueblo, que aclamaba el nuevo régimen
Casi al mismo tiempo, otro caleño, el veintisiete de Agosto de 1809, dieron
D. José María Barona, se estableció en su contingente de sangre a la República.
Ambato. Barona tuvo diez y nueve años Las milicias de los cantones del Centro
cuando formó parte de la lucida juven al mando del Coronel D. Diego Ibarra
tud del Cauca que acompañó al Presi reforzaron las tropas veteranas y pelea
dente Dr. Joaquín Cayzedo en la expe ron con Bolívar contra Agualongo. Des
dición a Pasto. Vencidos al fin por los pués del triunfo de Ibarra y toma de
aguerridos pastusos, el Presidente y el Pasto, el General Salom dispuso, según
americano Macaulay fueron fusilados. oficio de 18 de Enero de 1823, que las
Cuando se diezmaba a los individuos de milicias de Ambato se incorporaran al
tropa no le tocó a Barona el número Batallón Bogotá, que marchó para la cam
fatal; pero en unión de otros compañe paña del Perú. Con igual destino el Co
ros fue desterrado a Macas. Después ronel D. Vicente Aguirre envió también
de algún tiempo de haber sufrido tan de Ambato mayor número de gente co
tas penalidades en el Oriente, consiguió lecticia, entre la cual iban los ambateños
salir a Ambato mediante una información Hilario Yanes, Pedro Andrade e Ildefon
de testigos y el certificado del Goberna so Solís, que se hallaban licenciados
dor político y militar de Macas, D. An después de haber cumplido su deber en
tonio Venegas, con que abonó su buena Bomboná. Pertenecían al Batallón Ri
conducta. Agasajado por la hospitalaria fles I°. de la Guardia; y a las inmedia
familia Báscones, se casó con Dña. An tas órdenes del Coronel Arturo Sandes
tonia de este apellido. Entre sus hijos, fueron de los que se apoderaron de las
 AMBATO EN LAS GUERRAS DE LA INDEPENDENCIA
posiciones enemigas en ese reñidísimo
combate. Talvez les tocó la misma suer
te que a los hermanos Sevilla en Aya-
cucho?. . . . «¡Oh heroes ignotos, sangre
de la República!»
1812.— LOS SOLDADOS AMBATEÑOS EN LA
CAMPAÑA LIBERTADORA DE QUITO. — LA
BATALLA DE MOCHA.— EL HEROE JOA
QUIN HERVAS.
Ambato no quedó con el gesto de la
simple adhesión moral al movimiento de
Quito del 10 de Agosto de 1809. Tan lue
go como se inició la campaña libertadora,
su contingente estuvo pronto y generoso.
Ya entre los mártires del 2 de Agosto
de 1810, un ambateño dió extraordinario
ejemplo de valor y sacrificio, recibiendo
sin una protesta diez o más puntazos
de bayoneta, hasta conseguir burlar las
medidas de previsión de los asesinos de
esa fecha y escapar como un fantasma
de la iglesia donde, considerándole cadá
ver, se le velaba al lado de patriotas
verdaderamente fenecidos-
Llamóse este gran ambateño Mariano
Castillo, quien, a los pocos meses, cu
rado ya de sus heridas, entra de nuevo
en el febril afán de la propaganda re
volucionaria y alístase, como combatien
te voluntario en las filas republicanas.
Así, vemos a Castillo figurando, ya con
los soldados de Quito, ya con los de
Guayaquil, en todas las campañas liber
tadoras, unas veces vencido y otras
triufante; pero siempre distinguido por
su valor y disciplina.
Castillo lucha denonadadamente por la
libertad, hasta bien entrada la República,
y muere en 1829 con el grado de Te
niente Coronel y retirado del servicio,
cuando ya los pueblos colombianos no
combaten contra los españoles sino en
tre ellos mismos. Con Castillo se inicia
el inagotable contingente del heroísmo
ambateño, puesto a servicio de la eman
cipación, desde que se declaró ésta, has
ta cuando fue conseguida.
Para Abril de 1812, en que se orga
niza en Quito la expedición libertadora,
a órdenes del Coronel Francisco Calde
rón, el contingente ambateño ha ascen
dido ya a algunos cientos. Ayudante de
Campo del mismo Jefe es Dn. Francis
co Flor, ambateño, que con el tiempo
75
llegara a ser uno de los más notables
proceres de la independencia ecuatoriana.
Cuando el pacificador Montes se viene
arrollador sobre los pueblos del interior,
infligiendo derrota tras derrota a las bi-
zoñas armas republicanas, y separado
Calderón de la jefatura de estas últimas,
el Comandante Checa hácese cargo de la
defensiva. Lo que más desmoraliza en
este trance, no es siquiera la misma téc
nica ni la superioridad numérica del es
pañol, sino la mutua desconfianza y la
feroz intriga que se crea entre los pro
pios patriotas quiteños, atacados ya, des
de los comienzos, por el terrible mal del
caudillaje. Los republicanos pelean de
nodadamente en contra de Montes; pero
sin dejar de aborrecerse entre sí, por ser
sanchistas o por ser montufaristas . . .
Entre tanto, el soldado ambateño es el
elemento neutral, puesto al margen de
estas disenciones, y alentado por el solo
estímulo de sacudirse de los españoles lo
más pronto posible y conseguir la liber
tad. Con Calderón o con Checa, su abne
gación heroica es la misma.
Quizás esta circunstancia es factor de
cisivo en sus luchas, en las que pone
todo el fervoroso entusiasmo y el incon
tenible ímpetu de los iluminados. En es
ta misma ocasión, un octogenario lo com
prueba con uno de esos sacrificios que
sólo pueden relatarse en los cantos homé
ricos.
Montes avanza siempre; los republica
nos resisten: llega el 2 de Septiembre,
y los patriotas se reconcentran en Mo
cha para dar la batalla definitiva. Mocha
es el terrible sitio histórico, desde las
embestidas indígenas del Perú hasta los
arrasamientos e incendios de Rumiñahui.
¡En Mocha debía ocurrir también uno de
los más fuertes fracasos del pequeño ejér
cito libertador de Quito!
Carga Montes con ferocidad; los 2.900
hombres de Checa no pueden resistir el
formidable empuje, y, a la vuelta de po
cas horas, el desbande de los republica
nos toma proporciones dolorosas. Mon
tes triunfa; los realistas entran a tam
bor batiente en la plaza de Mocha, procla
mando su glorioso hecho de armas; los
vencidos huyen, dejando apenas unos
cadáveres en el campo. . . .
De repente, hay algo inusitado que sor
prende y desconcierta a los vencedores.
Es un viejo, encendido por extraño cora
76 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
je, el aue se asoma, con una escopeta
de dos cañones a la cara. «Viva la Patria!
Abajo el Rey!», ^rita con estentóreo
acento, y dispara sobre el primer grupo
de soldados españoles que tiene cerca de
sí. No tuvo el anciano tiempo para obser
var a cuántos enemigos de su patria ha
bía matado, porque enseguida un torren
te de balas despedazó su cuerpo, derri
bándolo para siempre.
DON JOAQUIN HERVAS
Anegado en su sangre y desfigurado
por las innumerables heridas, es reco
gido el octogenario admirable. Se llama
Joaquín Hervas; es vecino de Ambato, y
con su sacrificio ha puesto la grandiosa
nota heroica, aún en medio del desastre
con que finalizó la primera campaña de
los pueblos de Quito en favor de su in
dependencia.
1820.— AMBATO Y LA REVOLUCION DE
GUAYAQUIL.— EL 12 DE NOVIEMBRE.
Desde que los proceres quiteños con
movieron el Continente con su audacia
y su martirio, no se ha oído en el Ecua
dor eco más resonante que el del 9 de
Octubre. El despertó a las poblaciones
interandinas para nuevas luchas y para
coronar la empresa salvadora después
de tres desastres que pusieron a prue
ba el patriotismo guayaquileño.
En estas últimas campañas grande es
la participación que tomaron los hijos
del Interior. Cuenca, la ilustre, se in
dependiza el 3 de Noviembre, y alienta
con su ejemplo a sus hermanas meno
res. Parece que éstas convinieron en
alzar el grito de emancipación en un
mismo día: el 11 de Noviembre. Así se
explica que Machachi, a la una de la
mañana, sorprenda a la guarnición rea
lista con glorioso resultado. El mismo
día y casi a la misma hora Latacunga
hace lo propio, rindiendo al destacamen
to que se hallaba encastillado en el Con
vento de Santo Domingo. Riobamba, en
la tarde del mismo día, pone en fuga al
Corregidor realista y acuerda el acta de
pronunciamiento que suscriben los ve
cinos de mayor importancia de la his
tórica villa. Alausí, con dos días de re
tardo, pone en claro su civismo, como
lo da a conocer otro documento de igual
naturaleza.
Ambato, nuestra ciudad, no concurrió
con su contingente de sacrificios en la
fecha convenida por asegurar el golpe;
pues los derrotados en la acción del Ca
mino Real se acercaban precipitada
mente a aumentar la guarnición de la
plaza, compuesta de más de sesenta hom
bres al mando de Dn. Manuel Espinoza.
Pero el día 12, día domingo, brilla para
los ambateños con luz purísima, y se
consigue la rendición del cuartel, y la
proclamación de su independencia abso
luta. Los trofeos alcanzados son ofreci
dos a la vanguardia costeña que viene
comandada por el intrépido argentino
Dn. José García; prisioneros, armas y
pertrechos y 1.100 pesos de la Caja de
la Comisaría de Guerra pasaron a po
der de los jefes republicanos. El Coman
dante Dn. Antonio Fominaya y los Ca
pitanes Ventura Llaguno, José Arregui,
Manuel Fernández, españoles de los de
rrotados por Febres Cordero, resistieron
al principio con entereza castellana; la
que cedió al ímpetu de los asaltantes,
en cuyo número se encontraban D. Teo
doro Barreto, D. Francisco y D. Vicente
Flor D. José Suárez, D. Francisco, D.
Vicente y D. Mariano Navarrete, D. Joa
quín Riera, D. Juan Manuel Báscones,
D. Vicente Guerrero, D. Ignacio Martí
nez, D. Francisco, D. Joaquín y D. Li-
zardo Lalama, D. Gaspar González D.
José Gavilanes, D. Manuel Lana, D. Ig
 AMBATO EN LAS GUERRAS DE LA INDEPENDENCIA
nacio Valdivieso y otros jóvenes que se
hallaban confundidos con el pueblo.
El ataque principió a las ocho de la
mañana, y a las once los patriotas can
taron la Patria, según el decir del espa
ñol Dn. Francisco Campana, que en es
ta hora entró a Ambato para salir lue
go precipitadamente y encaminarse a
Riobamba, donde fue capturado por una
partida de paisanos, que ya estaban a
las órdenes de Febres Cordero.
El Jefe de la guarnición, Espinoza, no
acudió a tiempo al cuartel, y expuso
para disculparse ante el Comando Ge
neral que -no pudo hacer otra cosa que
mantenerse en silencio para evitar la
furia del pueblo, que a voz en cuello
prometía su muerte y que fue preciso
que el Cura le ocultase.» El Capitán
Arregui, refiriéndose también a este acon
tecimiento expresó a Aymerich, desde
Guaranda, el 28 de Noviembre, que .ga
nado por los enemigos el punto de Ca
mino Real, tuvo que retroceder con la
tropa del Rey, escapando la vida mila
grosamente hasta tocar en Ambato y su
cuartel, en donde tumultuado el pueblo
formó cuadrillas y nos quitó miserable
mente aun lo más preciso para esca
par la vida».
El 12 de Noviembre de 1820 es, pues,
nuestra segunda fecha gloriosa, después
de la del 27 de Agosto de 1809; así lo
atestigua el siguiente documento que te
nemos la complacencia de insertar:
■ .1 ilibato, 12 de Noviembre de 1820.
— Sr. Comandante de las tropas liber
tadoras de la ciudad de Guayaquil.—
Este vecindario que se halla libre y
con las armas que oprimían a los
ciudadanos, y ?io les dejaban que ma
nifestasen sus ideas patrióticas, se
halla en posesión de sus derechos, y
manifiesta a Ud., que ha llenado la
oportunidad de manifestar los de
beres de legítimo patriota, se po
ne en conocimiento de Ud, y del
Gobierno que no reina más que una
unión fraternal. Son los Jefes Polí
ticos de la Provincia los que hacen
presente a Ud. el estado actual y fe
liz de su Patria, siendo el Comandan
te de las Armas D. Cipriano Delga
do, quien con su influjo y el apoyo
del pueblo se posesionó del cuartel
que tenía más de sesenta hombres so
77
bre las armas.— Dios gde. a Ud.— Mi
guel Suárez.— Manuel Pérez de Anda'.
Desde que se supo en Ambato !a trans
formación de Guayaquil, los principales ve
cinos se reunían ocultamente para apoyar
este movimiento; pero en el mismo mes
de Octubre fueron delatados por el Pres
bítero D. Vicente Solís; lo que obligó al
Jefe de la guarnición a tomar mayor
vigilancia y pedir auxilios al Comandan
te militar de Quito D. Damián Alva. Es
te Jefe recibió támbién una comunica
ción del Corregidor de Riobamba; «Sal
vo el mejor dictamen de S. S.— decía D.
Martín Chiriboga,— me parece convenien
te se aumente la guarnición de Ambato,
porque esa es mala gente; y como casi
todos son parientes de los Báscones,
parece indispensable la cautela. Los am-
bateños fueron los que ocuparon Riobam
ba en el número de 300 al momento que
se instaló la Segunda Junta para impe
dir que esta villa hiciese su deber como
en el 18 de Octubre de 1809, bien notorio
a los Excmos. Sres. Virreyes de Lima y
Santa Fe y Gobernador de Cuenca y
Guayaquil, y consta de documentos que
conserva este Cabildo para su blasón y
de los que hará uso para satisfacción de
la Soberanía
El Comandante Alva envió inmediata
mente pertrechos y un refuerzo de gente
con intenciones reservadas para que Es
pinoza impidiese el asalto al cuartel. Co
mo se ve, vanas salieron las medidas a-
consejadas, ante la acción combinada de
todas las clases sociales.
El cura de la Matriz, D. Mariano Ti
najero, en medio del tumulto y la con
fusión, pudo salvar la vida de Espinoza,
conduciéndolo a su casa y ocultándole
después en el templo de San Francisco.
Fomi naya, que tuvo un altercado dentro del
cuartel con los oficiales Delgado y Mora,
que obraban de acuerdo con los patrio,
tas, debió la vida a la oportuna y gene
rosa intervención de D. Mariano Egüez.
El día 12 llegó a Ambato el Coronel D.
José García con la vanguardia, y des
pués de ser agasajado con un banquete
y de haber organizado un cuerpo de
Dragones, cuyo mando se dió a D. Tomás
Sevilla, partió al Norte y llegó hasta Mu
íalo. Desde Latacunga intimó al Presi
dente Aymerich la rendición de la plaza
de Quito, enviándole con el Padre Fran
ciscano Tomás Bonilla una arrogante co
78 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

municación, que llevaba esta dirección enpasando luego al bien sostenido de Verde-
la cubierta: «Por la Patria, al ciudadanoloma, para el cual depusieron momentá
Melchor Aymerich, Presidente de la Pla neamente sus rivalidades Sanchistas y
za de Quito, del Primer Coronel Coman Montufaristas en que se hallaba dividi
dante de Vanguardia de Libertadores de do el Ejército; rivalidades que no sólo
Guayaquil. Carta de D. José García». A «fueron a exponer el pundonor y liber
tad de un pueblo» sino que las ajaron,
ese religioso se le inició un juicio por es
te mensaje por orden del Presidente. obteniendo lamentables consecuencias.
Era un antiguo patriota, que auxilió des Perdida la ocasión de ocupar Cuenca,
de su Convento de Pomasqui con ele objetivo de los expedicionarios, vino la
mentos bélicos a los independientes que derrota de Mocha y la pérdida de Qui
luchaban en 1812 contra el General Mon to; era tarde, cuando reconciliados en
tes. Ibarra, pretendieron reaccionar ante el
¿Qué fue del Teniente de la Prime español fuerte y triunfante. Dn. Fran
ra Compañía del Batallón de los Andes, cisco fue el portavoz de los enconos y
el tantas veces nombrado Espinoza? amenazas entre su Jefe sanchista y los
Aymerich, previo dictamen del Fiscal del bando contrario, adheridos a la fa
militar, D. Agustín Galup, mandó que milia Montúfar. Cumplió con su deber
sirviese de soldado en el Batallón de luchando en Mocha, Quito y San Anto
la Constitución, hasta que por alguna nio de Ibarra, lugar donde sucumbió la
acción distinguida en puesto avanzado fuerza militar de los patriotas. Los fu
mereciese su rehabilitación. silamientos se sucedieron inmediatamen
Se declaró también la grave respon te, incluso el del Jefe Calderón, y esca
sabilidad de Fominaya, Comandante del pando Dn. Francisco vino a su pobla
Batallón Ligero de Infantería del Tam ción natal.
bo, por no haber asumido en el Cuar No debió de haber sido indiferente a la
tel una actitud enérgica para hacer pre conspiración de 1818, en la cual se ha
valecer su autoridad, desde que él era llaba su hermano Vicente. Pero cuando
en esa emergencia el Jefe de mayor gra se le ve tomando gran brío es en el año
duación. 1820, a raíz de la poderosa transforma
ción de Guayaquil. Seduce con sus pai
Y aquí ponemos punto final a estas sanos al Corregidor Ricaurte, por medio
apuntaciones. ¿A qué nombrar Huachi, de la esposa de éste, para que se adhie
Verdeloma y Tanizahua, páginas inmor ra a la República; luego, por medio de
tales de horror y sacrificios? Si en ellas
la misma señora, al de Latacunga Sr.
se trazó el derrotero que conduce a la
Arteta, primo de ella; bien que este úl
cumbre de la gloria, exclamemos con el
timo no se haría de rogar o esperaba
poeta latino: ¡Honor a los vencidos!
esta circunstancia, por hallarse fuerte
mente comprometido con el Tesorero
EL CORONEL D. FRANCISCO FLOR Español. De acuerdo también con pa
triotas quiteños y latacungueños, se vino
Es el ambateño de más alta gradua con el Sr. Lizardo Ruiz a Pujilí; esta
ción militar, en la época de la Indepen blecieron el cuartel en la hacienda Ti-
dencia. Hermano mayor de don Vicen lipulo, y destacaron partidas volantes
te, nació en 1793 o 94, e hizo sus estu para interceptar las comunicaciones con
dios de Colegio en Quito. Quito y levantar el patriotismo de los
Sus servicios a la Libertad «a la que adictos. En seguida, el ataque y rendi
lo sacrificó todo con la más decidida ción del Cuartel de Latacunga (11 de
abnegación y el más ardoroso patriotis Noviembre) con el más sonado de los
mo» principió a los 18 años de edad, en triunfos, que debía dar mucho vigor al
que fue designado Ayudante de Campo partido Republicano.
del Coronel Calderón, primer Jefe de la Por esta circunstancia, no asistió al 12
expedición en la campaña sobre Cuen de Noviembre en Ambato, de donde solo
ca. En esta elección habrá influído la le llevó la noticia del triunfo, su conte
inteligencia y actividad del jovencito rráneo y también combatiente, Dn. Ma
Flor. riano Castillo. Le acompañaba el qui
Entró por primera vez en fuego, cuan teño señor Mideros. (Relación de un Vete
do el pequeño combate de Paredones, rano de la Independencia).
 AMBATO EN LAS GUERRAS DE LA INDEPENDENCIA 79

Unido con el General Luis Urdaneta, tó la vida al General Sáenz, y sucesi

Jefe de las fuerzas Guayaquileñas, hubie vamente en la campaña terriblemente
ron muy sensiblemente de perder la bata terminada en la batalla de Miñarica, di
lla de Huachi (22 de Nobre.) en la cual cen sus biógrafos; mas, séanos permitido
decidió la intrepidez y arrojo del español dudar, por cuanto se hallaba ejercien
comandante González comunicada a los do el cargo de Colector de impuestos in
suyos. «Un campo de 500 y más hom dígenas en 1833 y parte del siguiente. Ca
bres tendidos, muertos o llenos de he be aquí una interrogación sobre su vida
ridas, una infinidad de prisioneros, tres pública, en asuntos de tantísima im
cañones reforzados, exelente caballada, portancia.
armas y municiones fueron los trofeos
de González». (C. Destruge).
Fue a dar en su derrota a Guayaquil,
para volver con el General Sucre y en
trar a la liza en las pampas de Cone
(Yahuachi) el 19 de Agosto de 1821.
Aquí se tomó la revancha a González
El General Sucre «le acometió de sobre
salto y le desbarató casi del todo pues
que sólo escaparon de morir o ser hechos
prisioneros, el coronel González, con al
gunos Jefes y 200 soldados».
Pero la Corona se hallaba todavía fir-
menente colacada. En Babahoyo un an
tiguo militar español pasado a los Re
publicanos, volvió a las banderas de su
origen, traicionando a Sucre en su van
guardia, de la cual era Jefe. Formaba
en esta el joven Flor, y con la sorpresa
e indignación que es de suponerse, él,
Abdón Calderón y otros regresaron a
unirse con sus leales compañeros, en
Samborondón. Avanza el Ejército de la CORONEL FRANCISCO FLOR
República al Interior, y es nuevamente
destruido en el mismo Huachi el 12 de Más tarde, probablemente cuando la
Setiembre de 1821. defección del Batallón N° 2° en Riobam-
Los Guayaquileños son personas de ba (1838), fue desterrado juntamente con
grandes energías: formaron nuevo Ejér su hermano Vicente al Perú, de orden
cito, se reforzaron con los auxilios de Co del Presidente Rocafuerte. Y es su úl
lombia, y con ayuda de la División Pe tima intervención en asuntos públicos.
ruana el 24 de Mayo del año 22 siguien Corregidor, o sea la primera Autoridad
te se daba la última batalla para la Li del Cantón, lo fue por algún tiempo en
bertad de este suelo, en el Pichincha. Dn, Ambato, sin poder precisar cuándo. A-
Francisco tuvo la enorme satisfacción de demás, en la Revolución de 1859, los am-
ser uno de los concurrentes y ver realiza bateños se fijaron en su conterráneo,
dos sus anhelos, tras catorce años de prestigioso y venerable, para designar
larga espera. le Jefe Político en Asamblea Popular que
Las caricias del Poder hacían que el aceptó sin embargo de que los años pe
General Flores formase el Ecuador en saban sobre su persona. Era anciano,
1830, con el beneplácito de los habitantes, pero sus energías se conservaban, fuer
que deseaban una Patria más expedita te para afrontar una situación la más
y libre en sus funciones internas. Am- difícil que haya tenido el Ecuador. De
bato se adhirió a Quito el 16 de Mayo, esta Revolución, prolongada en más de
por acta que la suscribieron las personas un año por complicaciones posteriores
de mayor viso, como el señor Flor. (la traición a la Patria, por el General
Que tomó parte en la invasión fraca Guillermo Franco) surgió la Provincia
sada en Pesillo, el año 34, donde le cos de Tungurahua—hasta entonces Cantón
80 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
de la Provincia de León -que se la eri
gió en medio de los azares de la campa
ña de Julio de 1860.
Veamos su vida privada, de íntimo in
terés en los grandes, para conocerles
del todo, no sólo en las líneas severas
y frías de una estatua.
Muy lastimosa: huérfano desde niño,
se bailaba en el Colegio de Quito, a cargo
de un curador de su persona y bienes.
En ese instituto sufría hostilidades de sus
profesores, sin que sepamos la causa, lo
cual, unido a prematuros amores, y al
deseo de entrar en posesión de su cuan
tiosa herencia (50.000 pesos), le hicieron
abandonar las aulas y contraer matrimo
nio con la señorita N. N-, de trece años de
edad ella, y él de 16. Para su desgracia. . .
pues la alcoba nupcial fue violada, apenas
a la vuelta dedos años de matrimonio, y
tuvo que separarse definitivamente de su
esposa.
Su índole generosa, las erogaciones pa
ra las campañas de la Independa, oculta
ciones y destierro, dieron naturalmente
al traste con su fortuna.
Su pensión de retiro como Coronel gra
duado, empleos, no de los lucrativos por
que fue honrado, según alcances en su fa
vor cuando él desempeñó, hicieron que al
término de la vida conservase aún tierras
en Quilloturo y Mapoto, de poca signifi
cación, que las dejó a su predilecta hija
Rosario, habida en quien el Destino le
habría unido mejor, al principio de los
sueños rosados.
Su generosidad más bien era un derro
che; hacía saltar vino por la pila de la
Matriz, para que bebiera el pueblo, no en
una sola vez, y en la primera se em
plearon cuatrocientos barriles del legíti
mo español.
Cuando las fiestas de Carnaval, man
daba trabajar unas armazones de made
ra en las cuatro esquinas de la plaza,
simulando los cerros Cotopaxi, Tungu-
rahua y otros, dentro de los cuales en
cerraba muías, caballos, vacas y asnos-
para en un momento señalado hacerlos
como que reventaban, saliendo dispara
dos esos animales a ser propiedad del
que primero los cogiese
Intimo de los señores Bernabé Martí
nez e Ignacio Holguín, con el segundo
tuvo, sin embargo, desavenencias, cruzán
dose entre ambos ofensas y agravios,
que luego fueron retirados par su recon
ciliación y «varios servicios» que le pres
tara el Sr. Holguín.
Juana, Vicente, Francisco, Joaquín y
Emilio, maternalmente de apellido Na-
varrete, fueron otros hijos del señor
Flor, a quienes reconoció públicamente,
y también les hizo asignaciones en co-
municato secreto.
Allá, en ese rincón el más poético de
Ambato, en la casa que es hoy de la fa
milia Anda, »La Delicia», con vista a la
hermosa e inmutable Naturaleza que
desde allí se domina, terminó sus días
el Procer a los setenta años de edad
(1866).
DN. TOMAS SEVILLA
He aquí a un ambateño honorable que
en épocas difíciles dió pruebas de su ar
diente patriotismo, de su probidad y ener
gía, ora como soldado de la Libertad,
ora como Alcalde y Juez Político de su
ciudad natal. Estudió en el Colegio de
San Luis de Quito, y muy joven concu
rrió al sitio de Mocha para colocarse
en lugar avanzado oponiéndose a la in-
vación del General Montes en 1812. Igual
conducta manifestó en la primera jorna
da de Huachi como jefe de una parti
da de Caballería mal armada, pero que
supo conducirse con valor. Siete de sus
subordinados que le acompañaron en re
tirada a Tisaleo perecieron al tercer día
del combate, el 24 de Noviembre de 1820
por la noche. No quisieron rendirse al
Estado Mayor que marchaba a Guaran-
da e insistieron en proclamar la Li
bertad dice el Coronel Tamarís en la
reseña de este día, y todos fueron acu
chillados.
Contestando a un jefe de alta gradua
ción que en un oficio no le trató con los
miramientos a que estaba acostumbrado,
tuvo este rasgo de dignidad que revela e]
temple de su carácter: -Debe Ud. saber
—le decía—que el Alcalde Io y Juez Po
lítico de Ambato sirve a su país y a la
República sin sueldo, pero tiene fondos
y sobrada comodidad para subsistir con
mucha decencia, y no necesita empleos
remunerados para defender sus fueros
y para no ser ultrajado por nadie. En
el día es un crimen tratar mal a un Ma
gistrado, y antes lo era también en el
tiempo que ya los hombres libres lo he
mos olvidado porque nuestros sacrificios
 AMBATO EN LAS GUERRAS DE LA INDEPENDENCIA
abrieron eterno sepulcro al Despotis
mo»
Después del triunfo de Pichincha des
plegó suma actividad para facilitar la
marcha de las tropas destinadas a la
Campaña de Pasto. El año de 1825 em
prendió la ardua empresa de abrir un soca-
bón que diera paso directo al río para faci
litar el tráfico que con frecuencia se veía
interrumpido por las Crecidas del Ambato.
Tan escrupuloso fue al presentar las
cuentas de los dineros invertidos en esta
obra, que duró algo más de cuatro años,
que no satisfecho con la aprobación mu
nicipal, solicitó que las estudiara el Dr.
Rafael Albornoz para librarse como él
decía, «de los tiros censurantes de algu
nas lenguas dolosas que no faltan». El
16 de Junio de 1831 emitió el Dr. Albor
noz un informe favorable.
Con igual entusiasmo emprendió el en
sanche de la población y rectificó la
calle Real, hoy calle de Bolívar emplean
do los medios necesarios para que los
dueños de casas cedieran a sus enérgi
cas insinuaciones.
Murió muy anciano dejando establecidas
a sus tres hijas, que han sido el ornamento
del estrado ambateño. Mercedes se casó
con el Dr. Juan Arias Astórsiga; Manuela,
con el Dr. Francisco, hermano mayor de
Dn. Juan Montalvo; y Rosa, con el Dr.
Constantino Fernández. Esta última ma
trona heredó el espíritu del padre, y fue
la que organizó la toma del Cuartel de
Ambato el 13 de Junio de 1882, con que
se dió principio a la Campaña de la
Restauración en el Centro de la Repú
blica.
DON VICENTE FLOR
En hogar rico y noble, nació don Vi
cente Flor, uno de los proceres de la in
dependencia nacional que, luego de haber
prestado relevantes servicios en plena
campaña libertadora, fue de los que ma
yormente contribuyeron a poner las pri
meras bases de la República, como le
gislador, como militar y como sagaz
político.
De Ambato le mandaron sus padres a
Quito, ciudad en la que debía hacer sus
primeros estudios. Mientras fue estu
diante, tocóle asistir a las primeras
manifestaciones de patriótica rebeldía del
pueblo de Quito y a la gestación liberta
81
ria, entre el 10 de Agosto de 1809 y fines
del año 12, período en el que surgió el
grito definitivo de franca independencia.
Compenetrado, pues, de los ideales que
alentaban estos movimiento, y obedecien
do a su propio temperamento combati
vo y con el entusiasmo de su juventud
por las buenas causas, entró inmedia
tamente en la lucha republicana. A los
20 años tomó parte activísima en la cons
piración de 1818—conspiración que fuera
dirigida por el Dr. Ante y que fracasó
en toda la línea.
Aprehendido, mientras se dirigía a cum
plir con su deber, fue conducido a una
mazmorra y martirizado ferozmente. Por
medio de la tortura, pensaron los espa
ñoles arrancarle los secretos de la cons
piración y los nombres de los demás
comprometidos. Pero Flor sufre impa-
cible el martirio corporal, y no dice
media palabra sobre el asunto.
Se le confinó inmediatamente a Gua
yaquil; más en esta ciudad se pone tam
bién en contacto con los patriotas. Se
le cambia el lugar de confinio; pero, a
vuelta de poco, escapa de Cuenca para
tomar parte en el glorioso movimiento del
9 de Octubre de 1820.
Los proceres de Guayaquil tuvieron,
pues, a su lado, un fervoroso conterráneo
nuestro.
Luego, provino la campaña libertadora.
Las huestes de Guayaquil vineron a la
sierra y, por fatalidad, se estrellaron en
los campos de Huachi. En este, como
en el segundo encuentro, en las mismas
llanuras fatídicas, debió de intervenir,
pues que su actuación de patriota valien-
y de ciudadano entusiasta se prolonga
hasta muchos años de establecida la
República.
Hacia 1830, ya tenemos patria indepen
diente los ecuatorianos. Pero un milita
rismo extranjero que absorbía las ren
tas, en buena parte antiracial y abusivo,
vino a constituir enorme peso para los
ciudadanos. El mismo Presidente, ya no
se hallaba satisfecho con su grado de
General. Cuando se trató en la Cámara
del proyecto de conferir al General Flo
res el grado o título de General en Je
fe, el diputado Flor fue uno de los que
se opusieron. Y como el diputado San-
tisteban, autor de la moción, tratara de
82 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
necios e ingratos a quienes la combatían,
Flor, tomando la palabra dijo: «Háse
creído que los que se oponen al pro
yecto son unos necios e ingratos, pe
ro este raciocinio no es exacto, por
que los elogios dados al que dispone
de las armas y puede disponer de los
emplos civiles, no prueban tampoco na
da en su favor; cuando en iguales cir
cunstancias se eligió a Tiberio. . . .» Es
to era en el Congreso de 1831. Tam
bién concurrió el señor Flor a las Legis
laturas de 1832, 33, 35, 37, 39, 46, 47, 53,
54 y alguna otra. Es decir a todas aque
llas en que se modelaba esta Nación.
De los ambateños, Vela en los tiem
pos presentes, Flor, en antaño, han si
do perpetuos representantes, destacándo
se entre sus compañeros por la ilustra
ción, energía y dotes de política.
He aquí a Flor como a legislador,
En 1832, al reconocerse la existencia po
lítica de Nueva Granada y Venezuela,
indicó que en el arreglo de las relacio
nes con el Ecuador se fijará: que estén
perfectamente unidos (los Estados) para
no consentir que ninguno varíe la for
ma adoptada— de Gobierno republicano,
popular, representativo. Fue el más ce
loso demócrata de su tiempo.
Siempre que se tocaba a los indígenas,
hacía reflexiones humanitarias por su
suerte, llegando a crear una comisión en
el Congreso «que remueva todos los obs
táculos que se opongan a la ilustración
y felicidad de ellos, escogitando medios
para su prosperidad.»
Coartando abusos de Ministros pródi
gos en las rentas nacionales, para pa
rientes o amigos, obtuvo el que toda
pensión no aprobada por la Legislatura,
no pueda ser pagada por ningún Te
sorero. >
Protector de estudiantes pobres: «Con
cédase grados sin costo (de Bachiller,
Jurisprudencia y Medicina) con sólo una
información de pobreza ante jueces ordi
narios», fue su proposición, sin ser ad
mitida. El único Representante que se
opuso al Proyecto en que se prohibía la
introducción de mercaderías similares a
las que produce el país, por su criterio
de amplia libertad comercial. En un Con
grego posterior, al discutirse la ley de
Aduanas, fue del parecer que se arre
glen las relaciones de comercio por me
dio de Leyes, y no de tratados, porque
los últimos se verificaban siempre con
perjuicio de las naciones débiles. Bogó
por la mayor rebaja en las tarifas «pues
to que quien viene a vender, viene tam
bién a comprar, y facilitar lo primero
es fomentar la industria del país».
Ambato carecía de dos factores im
portantísimos: el paso de su río y la
enseñanza de la niñez. Pues el H. Flor
propuso al indicado Congreso del 32,
que se le permita construir un puente
de cal y piedra, o de hierro, o en su de
fecto abrir el socabón iniciado por el
vecindario, para cobrar cinco centavos
por cada montado y bestia cargada; cu
yos fondos sean destinados a la Instruc
ción Primaria.
Proyecto tan desinteresado y favorece
dor tuvo acogida en la Cámara, conce
diéndole 15 años de privilegio. Más, ac
tividades revolucionarias en que luego
se vió envuelto el proponente, no dieron
término a la obra.
Al Congreso del 33 asistió como Di
putado por Pichincha y Manabí, siendo
miembro de las mejores comisiones: Ré
gimen Interior, Comercio y Agricultura.
Recordó su proyecto del año anterior
sobre Protección a los indios, y gestio
nó sin éxito el término de la «contribu
ción indígena», que sólo 60 años después
debía, siempre tarde, acabar para ellos.—
Pero ha existido y existirá el inflingi-
miento cobarde y torpe: «quien les cas
tigue por sí, con prisiones, azotes, baños,
o usare de otros apremios rigurosos o
vergonzosos, será castigado con multa
de 25 a 50 pesos, y perderá la deuda
(los patrones), en la misma que incurri
rán los curas doctrineros, sin perjuicio
de los demás castigos que designan las
leyes». Son medidas cariñosas del Se
ñor Flor para la clase más infeliz y ne
cesaria. En los primeros días de la Repú
blica misma, abogó por la libertad de
imprenta, con los señores Madrid, Ceva-
llos y Ante, sin restricciones; ni siquie
ra con las del Ordinario Eclesiástico que
censurase previamente materias de Reli
gión, como señalaba el Proyecto.
En este año la oposición al Presiden
te Flores se manifestó abiertamente, sin
llegar a medidas de trastorno. El Gobier
no pidió facultades extraordinarias al
Congreso, el cual quiso concederle de
ligero, en una sola diseución; más el
H. Flor, uno de los de la oposición, ra
 AMBATO EN LAS GUERRAS DE LA INDEPENDENCIA 83

zonando firmemente, se expresó: «Una te del alma ecuatoriana para cambiar

disposición por la cual se suspenden las la situación sofocante del militarismo ex
garantías, y en las que puede decirse, la tranjero. La élite de los ecuatorianos
vida, honra y propiedad de los ciudada era su componente. Desgarrada en vil
nos, quiere resolverse en una simple dis engaño la noche del 19 de octubre, sus
cusión. La existencia de algunos perió miembros y más desafectos al Gobierno
dicos insultantes no prueba la conjura escaparon perseguidos, a la Nueva Gra
ción porque en todos tiempos ha habido nada, y con ellos Don Vicente. Para re
quienes detracten las Administraciones: gresar en el año siguiente con una columna
aunque la imprenta cause males, son es a órdenes del General Sáenz, organiza
tos menores a los bienes que ella pro da a expensas de todos ellos, la misma
duce; desgraciadamente, los más grandes que fue desbaratada en Pesillo donde
bienes están mezclados con grandes ma salvó el Señor Flor milagrosamente su
les, y querer destruirlos por el abuso vida, pues el General, rendido, y con ban
que pueda hacerse, es lo mismo que que dera blanca, fue muerto en el acto.
rer exterminar el fuego porque puede A continuación, los pueblos del Norte
causar incendios.» se insurreccionaron en masa, tomando
Con réplicas y contraréplicas terminóse parte activa el mayormente enconado
concediendo aquellas facultades. Irguió- Señor Flor, con eficacia, por cuanto era
se el Diputado señor Vicente Rocafuerte vinculado en ellos por su padre ¡barre
y desde su cama que le retenía enfermo, ño, y por grandes intereses económicos
pasó airadísimo una nota protestando por hereditarios. Esta insurrección llegó a
esa concesión «arrancada de un Congreso ocupar Quito, y mandar un ejército hacia
corrompido, compuesto de clérigos aspi la Costa. El Jefe Supremo Sr. Valdi
rantes, empleados serviles y de monopo vieso convocó una Convención en la cual
listas interesados en la continuación del tomó parte Dn. Vicente, y como siem
agiotaje y los estancos-, Claro, se des pre «trabajó con espíritu práctico por
tituyó al arrojado Representante del Gua que se hiciera algo que verdaderamente
yas, a quien defendieron cinco compañe sirviese para sostener el Gobierno pro
ros, inclusive su íntimo amigo Flor, ale visional; pero sus esfuerzos chocaron
gando la inviolabilidad en las opiniones contra la indiferencia de los unos y la
de un Diputado. Flor discurría «No es falta de experiencia y tino de los otros,
extraño que la Constitución del Ecuador doliéndose de que el tiempo se malgas
declare inviolables a sus diputados, cuan tara en varios discursos,» como dice el
do las de Europa, declaran inviolables señor C. Destruge. Tumultuosa esta Con
a su Rey; una y otras tienen su origen vención, frente al enemigo, hubo momen
en la voluntad nacional, a quien el Cuer to en que la fogosa exaltación del se
po Legislativo debe prestar sumisión ñor Flor, ofreciera 1.000 onzas de oro
ciega». por la cabeza de Flores.
Pero, la verdad, el Señor Rocafuerte Luego, como en toda guerra, surgieron
había pasado de opiniones a improperios. las comisiones de paz. Reuniéronse los
Don Vicente Flor ya no tuvo límites de Quito, Señores Matheu, Merino, Flor,
en su oposición: amenazó con la protesta Malo y General Elizalde, con los del Ge
si el Cuerpo Legislativo entrase siquiera neral Flores, en Chimbo, sin llegar a
a discutir el Art. 21 de una Ley sobre ningún acuerdo. No quedó sino el re
reducción de censos. Esta imposición, curso militar: los Ejércitos se vieron en
del todo inusitada mortificó al Presidente Miñarica, para ser las fuerzas de Quito
Sr. Marcos, quien llamó al orden al Di desbaratadas del todo, y luego asesi
putado, manifestando que había notado nadas.
cierto espíritu de facción, contrario a las
funciones del Cuerpo Legislativo. Del «La noticia (de Miñarica) causó en Qui
salón de sesiones al campo revoluciona to una gran exasperación. La Asamblea
rio, era de rigor en una persona de la se reunió en tumultos y deliberó en medio
integridad del Sr. Flor que a sus pala de la mayor confusión. Algunos propu
bras ponía el sello de la vida práctica, sieron buscar el apoyo del Gobierno gra
en toda manifestación. nadino para refundirse en el antigua
El Quiteño Libre fue una sociedad bro Patria» «La Independencia es cosa
84 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
sagrada», decía uno, y el Señor Flor con
testaba con esta paradoja «Quiero ser li
bre como en Londres y no independien
te como en Constantinopla» En este
momento se oyó su voz que decía «Se
ñores, Atila a las puertas de Roma», y
todos se dispersaron antes que los asesi
nos de Miñarica viniesen a disolver la
Asamblea-
Don Vicente no emigró como sus com
pañeros, sino que continuó tranquilamen
te en Quito, y hasta tratado por el General
Flores «con especia lfsimas consideracio
nes.»
La sagacidad del General para enemi
gos de valía, hizo sin duda, el que toma
ra este partido.
Con Rocafuerte cultivaba íntimas rela
ciones de amistad, desde antaño, de ahí
que le llamara al Congreso de los años
37 y 39 sin parar atención en haber es
tado de campo contrario el 35, y segu
ramente en la conspiración que produjo
la subversión del N° 1° en Riobamba va
liéndole ésta su destierro al Perú.
Como siempre, sus dotes de estadista
se manifestaron en aquellos Congresos,
formando parte de las Comisiones de Ha
cienda.
Tal fue a grandes rasgos, la personali
dad política del procer ambateño Vicen
te Flor. Innumerables detalles hay tam
bién que explican al ciudadano integé-
rrimo y franco liberal. Siempre se dis
tinguió en los parlamentos como fogoso y
fácil orador.
Otros cargos de importancia en que de
senvolvió sus grandes aptitudes fueron
el de Concejal en Ibarra, de cuyo terri
torio fue representante al mayor núme
ro de Legislaturas, como alguna vez de
Manabí; Colector de indígenas en Ambato
y Gobernador de Pichincha (1848). Pre
sidente de Diputados lo fue el 39 y el 54.
Falleció en Quito en 1857.
Era hijo legítimo de Don Joaquín Ló
pez de la Flor, ¡barreño, quien vino a
establecerse en Ambato por 1786, y al si
guiente compraba la hacienda «La Viña»
que hoy pertenece a los hermanos Vela.
El señor de la Flor era ya un rico en-
hacendado en territorios de Ibarra y
Otavalo, como también persona de viso,
pues en el Cabildo de la Villa de Ibarra-
tenía el puesto de Alcalde de 1er. Voto.
Su hermano el Canónigo Dr. Salvador,
ejercía la Vicaría Eclesiástica, igualmen
te que la Comisaría de la Hermandad
Inquisitorial.
Don Joaquín formó su hogar con la
señorita María Juana Egüez y Egüez,
ambateña, sobre cuya estirpe y belleza
basta poner atención en la nitedez y fi
nura de líneas de la familia Egüez que
hoy existe.
DON PEDRO SANCHEZ
Este bizarro español merece figurar en
la galería de nuestros Próceres por la
vida de sacrificios patrióticos que obsevó
desde el año de 1823, en que llevado por
su espíritu democrático abrazó la causa
de Colombia. Sus despachos hasta el gra
do de Comandante están suscritos por e*
Libertador. De la hoja de servicios saca
mos lo siguiente: Sánchez marchó al Pe
rú el I°. de Agosto de 1824 y hasta el año
siguiente estuvo a las órdenes del Gene
ral Antonio Valero. Asistió al sitio contra
la fortaleza del Callao desde el l". de
Marzo de 1925 hasta su rendición en 23
de Enero de 1826. Fue condecorado por
esta empresa con una medalla y con el
Busto del Libertador. Se halló presente
en la sorpresa y defensa de Guayaquil
contra la Escuadra peruana en 1828, a
las órdenes del General Arturo Sandes.
Ostentaba una medalla de honor por su
heróico comportamiento en la batalla de
Tarqui.
En 1829 formó su hogar casándose con
!a señora doña Antonia Cevallos, herma
na del historiador Dn. Pedro Fermín; y
en 1830 pidió sus letras de retiro. Dejó
numerosa descendencia. Su primogénito
Dr. Pedro Sánchez fue periodista, y
cuando desempeñaba la Secretaría del
Obispado de Guayaquil murió ahogado
en la ría. Una de sus nietas, Mercedes
Hortencia es ahora la Madre Francisca
del Colegio de la Providencia, en el cual
sobresale como profesora de Pintura.
Es ya una célebre artista que honra al
Ecuador. El Dr. Alfonso Moscoso, inspi
rado poeta y notable jurisconsulto es de
la misma época: hijo de doña Isabel Sán
chez de Moscoso, la cual fue el último
vástago del Procer.
En un rasgo autográfico del Sr. Sán
chez se dice que nació en Cádiz el 27 de-
Enero de 1800 y que fueron sus padres
D. Pedro Antonio Sánchez y Doña Ana
Jiménez Berrocal y que sus casas estu
vieron ubicadas en el Campo de Capu
chinos, calle de Marsal de dicho puerto.
 CAPITULO
AMBATO EN LA REPUBLICA
EL CANTON EN LOS PRIMEROS AÑOS DE LA INDEPENDENCIA Y DE LA REPUBLICA.—
DE 1824 A 1859.—SUCESOS NOTABLES DE ESTE PERIODO. — BATALLA DE MIÑARICA Y
CONVENCION DE AMBATO DE 1835
La emancipación, alcanzada totalmen
te mediante la batalla del 24 de Mayo
de 1822 en las faldas del Pichincha, sor
prendió a nuestros pueblos organizados
en la misma forma con que se fundaron:
la Presidencia, con sus corregimientos,
y los corregimientos con sus tenencias,
viviendo y desarrollándose por sí.
A mediados del siglo XVIII, según
hemos visto, fue ascendido el asiento de
Ambato a la categoría de Villa, tras lar
gas gestiones e informes prolijos sobre
su población y actividades, que eran su
periores, desde mucho tiempo ha, a las de
varias otras ciudades coloniales com
prendidas en la Real Audiencia de Quito.
Para el grito del 10 de Agosto de 1809,
esta ciudad es ya Corregimiento impor
tante, cuyos habitantes no vacilan en
aceptar y secundar inmediatamente la
actitud patriótica, no obedeciendo sólo a
la fuerza de las circunstancias, sino,
principalmente, a su natural índole rebel
de, que ya observaron cerca de un siglo
antes viajeros tan sagaces como don
Jorge Juan y don Antonio de Ulloa.
En los primeros años de la indepen
da, la organización y política coloniales
no variaron en nada.
VI
Hacia 1821, sin embargo, el Congreso
de la Gran Colombia dicta un decreto
importante, estableciendo la división terri
torial, aunque sin fijar límites ni alterar
mucho la organización inferior de las di
versas secciones. Según esa ley, el terri
torio de la Gran Colombia comprendía
doce grandes Departamentos, o distritos,
a los cuales correspondían los de Quito,
Guayas y Azuay. Al Departamento de
Quito pertenecían las provincias de Pi
chincha, Imbabura, Chimborazo, Esme
raldas y Oriente. Cantón de la Provin
cia del Chimborazo, era Ambato, así
como en los principios e la colodnia fue
su tenencia.
Con este carácter de cantón, en el trans
curso de muchos años de la República,
no le encontramos, sin embargo, anexo
sólo a Chimborazo, sino a varias otras
provincias también.
En 1831, el Congreso Constitucional del
Ecuador acoge una solicitud de los veci
nos de Ambato, que manifiestan su deseo
de pertenecer más bien a la Provincia
de Pichincha. Y para el año de 1851,
creada la Provincia de Cotopaxi, cuya ca
pital era Latacunga, Ambato pasa a ser
uno de sus cantones.
86 LA PROVINCIA
Desde luego, los habitantes de Ambato
manifiestan la justicia que les asiste al
solicitar que, en la nueva Provincia, sea
su ciudad la capital, y son personajes
ambateños algunos de sus primeros go
bernadores.
Pero, como en los tiempos de la colonia,
privan las reflexiones de la cronología, y
Ambato continúa siendo simple cantón,
con las siguientes parroquias: *
Ambato Tisaleo
Mocha Quero
San Bartolomé Pelileo
I zamba Pfllaro
Quisapincha Patate
Pasa Baños
Santa Rosa
Con tal categoría política, no obstante,
a Ambato le toca intervenir en impor
tantes sucesos de la vida nacional, com
prendidos en el lapso de 30 años, o sea
entre 1830—año de la separación de la
Gran Colombia y de ¡a proclamación del
Ecuador en República independiente,—y
1860, año en que Ambato es elevado a
la categoría de Provincia.
El primer Presidente del Ecuador, Juan
José Flores, inició su gobierno como so
bre un volcán echando llamas. A lo lar
go de todo el país rugía el descontento,
y la revolución tenía permanentemente
encendidos sus cohetes. En el fondo del
descontento, verdad que no había sólo el
morbo anárquico de las democracias pri
merizas, sino también, y principalmente,
la prevención contra el extranjero y el
justificado cansancio que produjeron los
excesos del militarismo, residuo inevitable
de las anteriores campañas.
Para el año de 1833, ya el Gobierno de
Flores tenía que asesinar, en las calles de
Quito, a lo mejor de la juventud liberal
ecuatoriana de aquella época. De 1833 a
1835, el General venezolano vive solamen
te consagrado al ejercicio de reprimir
convulsiones o de fomentarlas, tras el
biombo de unas actividades políticas y
parlamentarias que, dentro de un criterio
moderno, apenas se explican.
En 1835, la política del Ecuador ofrece
aspectos sorprendentes. El ilustre Vi
cente Rocafuerte ya no es la bandera de
combate de los enemigos del gobierno de
* Manuel Villavicencio: «Geografía del
Ecuador».— Año de 1858.
DE TUNGURAHUA EN 1928
Flores, sino eUefe civil a cuyo triunfo de
finitivo contribuye principalmente la es
pada de Flores. La prolongada guerra
civil, iniciada muchos meses atrás, entre
gobernantes de Quito y convencionalis-
ias de Guayaquil, tuvo su desenlace de
finitivo en la horrorosa y sangrienta ba
talla de Minarica, ocurrida en la tarde
del 18 de Enero de 1835.
Miñarica es un campo arenoso, situado
«casi al centro de los caminos que salen
de Santa Rosa para Pilahuín y Tisaleo» y
es, pues, sitio histórico, por haber ocurri
do en él una de las matanzas fratricidas
más famosas de nuestra historia ecuato
riana. A la guerra que terminó en tan
trágico lugar se la llamó de los -chihua
huas«, y su vencedor glorioso fue el Ge
neral Juan José Flores, a quien, por tan
señalada victoria, casi en seguida (18 de
Febrero), el Jefe Supremo Provisorio del
Ecuador tributó «solemne acción de gra
cias' en decreto entusiasta, y el poeta José
Joaquín Olmedo, dedicó uno de sus más
sonoros cantos épicos. . . .
Pero esa batalla fue ingrata para Amba
to, porque sus principales ciudadanos —
inclusive el prócer Vicente Flor,—se de
clararon adversarios de Flores, el com
plicado en el tenebroso asunto de Berrue
cos. . . . Ahí murió, de un trabucazo dis
parado por un soldado floreanista, el Coro
nel Segundo Fernández, padre del que
llegara a ser uno de los ambateños más
eminentes— el Dr. Constantino Fernández.
Bajo las órdenes del General Flores
combatía el famoso asesino Otamendi:
Pues, bien: mientras el primero entraba
en Ambato radiante de júbilo, el segundo
se dedicaba a su diversión favorita de
matar vencidos y martirizar inermes.
«Después de acabada la batalla -dice el
doctor Pedro Fermín Cevallos,—dentro de
la hora que bastó para dar fin a esa gue
rra de más de un año, mandó asesinar
Otamendi a 17 hombres que otras almas
compasivas los llevaban como prisioneros;
y no sólo esto, sino saboreándose con
las contorsiones que hacían las víctimas
en su agonía-. ... *
Unos días más tarde del triunfo, el Jefe
Supremo, D. Vicente Rocafuerte, convo
caba, desde Guayaquil, la reunión de la
* Resumen de la Historia del Ecuador.—
Vol. V.
 AMBATO EN LA REPÚBLICA
Asamblea Nacional, que debía elegir Pre
sidente, dictar una nueva Constitución y
las leyes indispensables para reorganizar
el país. Dicha Asamblea debía reunirse
en la Villa de Ambato, según el siguiente
decreto:
DECRETO
Convocando una convención nacional
en la villa de Ambato para el día 1°.
de Junio de 1835.
Vicente Rocafuerte Jefe Supremo del
Gobierno provisorio del Estado del
Ecuador &c. &c. Se.
CONSIDERANDO:
1°. Que el voto nacional reclama ur
gentemente la pronta reunión de la
convención para volver al orden legal
y asegurar las libertades públicas, para
formar el pacto de unión entre los pue
blos del Estado, establecer la constitu
ción, nombrar los altos funcionarios,
y entablar las relaciones exteriores in
terrumpidas por la guerra;
2". Que a pesar de este ardiente de
seo, el rigor de la presente estación, y
el hallarse intransitables los caminos
se oponen en el día a la realización de
tan importante objeto; he venido en
decretar; y
decreto:
Art. 1°. La convención nacional se
instalará por el Gobierno en la villa
de Ambato, el día primero de Junio
del presente año o luego que se hayan
reunido las dos terceras partes a lo
menos, de la totalidad de los diputa
dos.
Art. 2o. De conformidad con el voto
pronunciado por la mayoría de los
pueblos en favor de la igualdad de re
presentación concurrirán quince dipu
tados, por cada departamento.
Art. 3°. A este fin la provincia de
Pichincha elegirá nueve diputados, la
de Imbabura tres, la del Chimborazo
tres, la de Cuenca diez, la de Loja cinco,
la de Guayaquil diez, y la de Manabí
cinco.
Art. 4o. Las elecciones parroquiales
comenzarán el 15 de marzo próximo y
continuarán sin interrupción por siete
días más en el modo y forma que pre
viene la ley de 26 de setiembre de 1830.
Art. 5o. El número de electores de
cada cantón se arreglará al último
87
censo de la población de cada provin
cia.
Art. 6°. El 8 de Abril se reunirán
las asambleas electorales y continua
rán en sus sesiones hasta el diez y siete
inclusive.
Art. 7o Las asambleas electorales, a
más de las facultades que les atribuye
este decreto para elegir diputados a
la convención, deben conferirles ins
trucciones especiales, para fijar las ba
ses del pacto social, reformar la Cons
titución y nombrar los altos funcio
narios del Estado.
Art- 8° Los presidentes de las asam
bleas electorales, al cerrar sus sesiones,
pasarán una copia de las actas de elec
ciones al corregidor de la villa de Am
bato, para que este las entregue a la
junta preparatoria de la convención.
Art. 9° También pasarán otra copia
al gobernador de la provincia para
que en su vista auxilie y compela a los
diputados a concurrir a la convención
el día prefijado, o califiquen los impe
dimentos, que puedan alegar con arre
glo a la ley dando cuenta de todo a la
convención.
Art. 10 La junta preparatoria dela
convención se compondrá de los prime
ros quince diputados que se encontra
sen en el lugar y día designado: ella
elegirá entre sus miembros undirector,
y se ocupará de examinar los regis
tros de las asambleas electorales, exten
diendo su informe sobre cada una de
las elecciones.
Art. 11 Este director continuará en
sus funciones hasta el momento de re
sultar electo el Presidente de la con
vención.
Art. 12 No podrán ser electores ni
diputados a la convención, el Jefe Su
premo provisorio del Gobierno, los mi
nistros del despacho, los ministros de
la Alta Corte, los prefectos de los de
partamentos, los gobernadores de las
provincias, los eclesiásticos con juris
dicción y sus cabildos, los párrocos y
sus tenientes, y los militares en actual
servicio.
Art. 13 Mientras esté reunida la
convención no existirá fuerza armada
a seis leguas de distancia del lugar
de sus sesiones.
Art. 14 Los diputados de la conven
ción recibirán de las cajas del depar
 88 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
tamento que les elige, el viático y die
tas designadas para los diputados al
Congreso.
Art. 15 La ley de 26 de setiembre de
1830, con los modelos que la acompa
ñan, queda en su vigor y fuerza en
cuanto no se oponga al presente de
creto.
Art. 16 El Secretario General queda
encargado de comunicar este decreto:
los «prefectos y gobernadores cuidarán
de su promulgación y observancia.
Dado en la casa de Gobierno en Gua
yaquil a diez y ocho de febrero de mil
ochocientos treinta y cinco— Vigésimo
quinto— Vicente Rocafucrte— Por S_
E. — El Secretario General— Manuel Ig
nacio Pareja.
A pesar de la terminante disposición de
este Decreto, la Asamblea no pudo reunir
se sino el 22 de Junio. Concurrieron 39
diputados, es decir menos 6 de la totali
dad; ya que, según el decreto citado, de
bían acudir 15 por cada uno de los tres
departamentos que componían el Ecua
dor: Quito, Guayas y Azuay.
Para Presidente de esta Asamblea fue
elegido D. José Joaquín de Olmedo; y
para Secretarios, el diputado azuayo D-
José Jerves y D. Ignacio Holguín.
De esta Asamblea reunida en Ambato
brotaron verdaderas leyes renovadoras.
Después de elegir Presidente de la Repú
blica a Vicente Rocafuerte, se dedicó a la
reforma constitucional, dictó la ley de di
visión territorial por la cual se descono
cía el viejo sistema departamental, susti
tuyéndolo con el de provincias, cantones
y parroquias; se expidieron las leyes de
fomento de la educación pública, de ré
gimen político, de elecciones, etc., etc.
HACIA 1859.— LA ACTIVIDAD DE AMBATO
ANTE LA AMENAZA DE UNA INVASION
PERUANA
En el largo padrón de los trastornos
políticos, sólo al de este año, con alguno
más, se le da por enteramente justifi
cables. El bloqueo peruano, la disolu
ción del Congreso, la insconstancia del
Gobierno con su sede en Guayaquil, Qui
to y Riobamba, el destierro de Conceje
ros Municipales, el asesinato del tipógra
fo Valencia, todo influyó para que el
Io de Mayo se formara un triunvirato en
Quito, desconociendo al Presidente Robles.
Don Ignacio Holguín y don José Guz-
mán, Jefe Político y Jefe de Milicia en
Ambato, tenían que sostener a su Gobier
no, pero fueron arrollados dentro de su
cuartel, por 100 hombres que les asedia
ron en toda la noche del 8 de Mayo.
Una Asamblea popular designó de Je
fe Político al Coronel Francisco Flor y
Jefes de la fuerza a los señores Anto
nio Vásconez y Emilio Suárez, quien,
no estando de acuerdo con la Revolución,
dejó el campo a don Luis Fernando
Ortega.
Píllaro, que saboreó antes mejor vida,
como Cantón, aprovechó la coyuntura o
siguió el ejemplo de su cabecera, decla
rándose por la nueva situación en esa
categoría la cual fue aprobada inmedia
tamente por el Gobierno Provisorio. Tisa-
leo, Quero, Patate, Quisapincha y Baños,
hicieron también sus pronunciamientos.
En seguida se procedió a los preparativos
de la campaña que debía sostenerse con
tra el General Urvina, que venía de
Guayaquil. Al Colector se le ordenó el pa
go de 25 lanzas, por morriones, postas,
bagajes y otros. De Quito se dispuso
el encuartelamiento de 25 hombres de a
caballo para la guarnición, y que de las
milicias se escogieran 100 hombres, pre
firiendo pillareños (por su entusiasmo
al nuevo Gobierno o por su reconocida
bizarría) para incorporarlos al Bata
llón N° Io. Comandante Militar de la
Provincia- de León entonces— era el Co
ronel Manuel Guerrero.
Ni el Concejo Municipal ni su Secre
tario señor Paredes, ni don Alejandro La-
lama estuvieron por Quito, de donde se
ordenó prisión para el último, y res
pecto al señor Paredes, tenido por el
Coronel Flor como «hombre de exalta
ción y fuego en la consagración al Ge
neral Urvina», se dispuso su inmediata
comparecencia en Latacunga.
Los señores Holguín y Guzmán pre
tendieron reaccionar, para lo cual hacían
ofertas de dinero al Capitán del cuartel,
y de 200 pesos para los milicianos no
encuartelados, mas se traslució la inten
tona y para contrarrestarla, envióse de
Latacunga 25 veteranos al mando de un
mayor y se confinó a aquellos en Naxiche.
50 voluntarios ambateños se unieron a
las fuerzas principales que de Quito iban
para Guaranda, perdiéndose todas en el
 AHBATO EN LA REPUBLICA
muy reñido combate de Tumbaco (3 de
Junio).
Conocido este resultado, volvieron los
anteriores hombres y circunstancias:
Jefe Político, el Sr. Holguín; Coman
dante Militar, don Rafael Sevilla; y Pí-
llaro a su parroquia. Aquí cabe ano
tar un rasgo de la nobleza del carácter
ambateño: De pronto, una mañana se
ve llegar al vencido, Dr. García Moreno,
completamente solo y en un mal rocín,
con peores arreos. Sus amigos le rodea
ron para dolerse de su suerte, a quienes
dió las gracias y pidióles de comer. Sa
tisfecho, con más un buen caballo, peón y
vestidos decentes, siguió su camino, pero
antes no faltaron dos voces que insi
nuaron el que se le aprisionara para en
tregarle a Urvina, siendo reprobadas.» *
El 10 entraban los triunfantes consti
tucionales, para quienes el señor Holguín
hubo de preparar 6 cuarteles, 2 casas
para el Estado Mayor, víveres, 1.400 ra
ciones y 200 bagajes.
Esta otra situación, duró 3 meses, en
la cual se decretó por el General Robles
un empréstito forzoso, tocando al Cantón
Ambato 3.000 pesos, que hasta mediados
de agosto alcanzaron a reunir 1.115, de
los cuales se invertieron 716 para el ejér
cito de Cuenca, en jerga y cobijas.
Restablecido en Quito el Gobierno Pro
visorio, por el motín de 4 de Setiembre,
volvió a reunirse la Asamblea de Amba
to, y nombró de Jefe Político al señor Ja
vier Villagómez y Colector a don Mariano
Sánchez. Píllaro vuelve a reasumir su so
beranía con arreglo a la 1". acta de Mayo
(en Cantón) y nombra de Primera Auto
ridad al señor José Joaquín Iturralde.
Por ese cambio se ocultó el Colector se
ñor Juan Molineros, con lo cual no había
un real para satisfacer los diversos gastos
que requería la situación; y al respecto
dice el señor Villagómez: «Presentó su
renuncia Molineros; hablé con él y me
ofreció 30 pesos pedidos por el Comandan
te de Píllaro y 25 para postas. Cuando
ocurrí, me dijo no hay plata, por lo cual
he puesto guardia en su casa hasta que
dé. Ya yo no me alcanzo para hacer
más suplementos Es esta una guerra
cruda que paraliza todo servicio público».
El digno señor Molineros, a quien alcan-
* Relación del señor Juan León Mera.
89
zaron a conocer las presentes generacio
nes, quería poner a cubierto su respon
sabilidad en medio de ese trastorno; tan
honrado que el Presidente Robles, vuelto
al Poder, dispuso se le pasase en las cuen
tas lo gastado por el Gobierno Provisorio.
Se complica la situación con el pronun
ciamiento del General Guillermo Franco
en Guayaquil. A prevención de esto, el
señor Villagómez tenía encuartelados 25
lanceros con su Jefe, don Segundo Sán
chez.
D. Gabriel García Moreno fue el hombre
providencial en este laberinto, más difí
cil con la sublevación militar de Riobam-
ba (7 de Noviembre) a la cual dominó con
su imponderable valentía en el pueblo de
Mocha.
Ahora se trata del honor nacional, yen
do al castigo del traidor Franco, en pacto
éste y con ayuda de los peruanos. Amba
to se irguió formando una columna de
cerca de 400 jóvenes, militarizados por
su paisano el Coronel Secundino Darquea.
Erase este un distinguido militar, cuya
brillante actuación en el Ejército Nacio
nal ya era reconocida. *
Dinero no había en las cajas, pero el
Concejo cedió la mayor parte de sus ren
tas en empréstito voluntario, con más el
oportuno cobro a los fiadores del ex-Co-
lector Viteri.
El nuevo Jefe Político señor Miguel F.
Albornoz, que debía ser meses después
el primer Gobernador de Tungurahua,
poseído de gran exaltación patriótica de
cía: «Los peligros supremos de que ac
tualmente se encuentra rodeada la Repú
blica nos imponen el sagrado deber de
hacer todo sacrificio para salvarla».
• Cerca de 400 jóvenes de las familias
más notables se han presentado llenos de
ardor para formar una columna que han
denominado «La Unión Ambateña» y se
* El Coronel Secundino Darquea, que
tan relevante actuación tuvo en esta cam
paña, distinguióse también años más tarde,
en la dirigida contra el General Mosquera, en
Cuaspud, por 1F62, siendo uno de los pocos
que resistieron bravamente la invasión colom
biana. Fue ascendido a General y en la vida
política del país desempeñó importantes car
gos, tales como Gomante General de Guaya
quil, Diputado y Ministro de Guerra y Mari
na. En Piura murió por el año de 1889.
 90 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
hallan haciendo el servicio de cuartel
con puntualidad y orden. Morir defen
diendo el honor nacional y la integridad
de la República, es el sublime deseo de
esta juventud entusiasta. Ambato acaba
de elevarse a la altura de la situación».
En efecto, el digno señor Albornoz su
po apoyar con toda su inteligencia y
amor patrio la reivindicación del honor
nacional: 1.000 morrales y otras tantas
fornituras hizo diligentemente que se tra
bajaran, a pedido del Dictador Supremo
de la Guerra. Fijó chasquis para la
rapidez de las comunicaciones, de Sa-
manga a Chuquipogyo; y para procu
rarse dinero, tan preciso en estos casos,
recurrió a legítimos expedientes que ha
cían entrar en el remate de diezmos pa
rroquiales a postores también ladinos
para obtener ventajas incalculables apro
vechando de las circunstancias.
El 13 de Enero de 1860 salió de Amba
to para Guaranda la columna coman
dada por el Coronel Darquea, en núme
ro de poco más de 200, y el día 26, 120
pillareños con el Comandante Ortega. Pa
ra el avío de los primeros no hubo di
nero, pero el señor Ignacio Holguín fa
cilitó en préstamo 227 pesos, cantidad
entonces, considerable. *
Esos aguerridos paisanos se batieron en
la ocupación de Babahoyo, el mes de Agos
to, y al mes siguiente desalojaban de
Guayaquil al traidor Franco, que en sus
aranques de desesperación pretendió
anexar nuestro Puerto a la siempre in
grata República del Perú.
1860.— DE CANTON A PROVINCIA. —LOS
PRIMEROS GOBERNADORES DE TUN
GURAHUA.
La notoria importancia del Cantón de
Ambato, como uno de los primeros pue
blos de la República; la influencia de mu
chos de sus hijos en la vida nacional, y
sus gallardas actitudes ante las nobles
causas, fueron, al fin, justipreciadas.
Para el año de 1860, ya no hay quienes
discutan la necesidad de elevar a Provin-
* El señor Holguín fue Ecuatoriano.
Aunque nacido en la Nueva Granada, pidió
carta de naturalización, que la obtubo del
Congreso de i?6c-, por servicios de signi
ficación prestadas al país
cia esta sección del país, y, antes bien
todos coinciden en ella. Así le toca al
Gobierno Provisional presidido por los
señores Manuel Gómez de la Torre, José
María Avilés y Refael Carvajal, expedir
el correspondiente decreto, que lo trans
cribimos, por los detalles anexos que con
tiene, respecto del número de los canto
nes que debían componer la nueva Pro
vincia de Ambato.
EL GOBIERNO PROVISORIO DE
LA REPUBLICA,
considerando:
Que en un deber del Gobierno faci
litar la expedita marcha de la Admi
nistración Pública y promover el pro
greso de las localidades, adoptando
en la división territorial de las pro
vincias aquellas modificaciones que
más convengaii a sus intereses y nece
sidades;
decreta:
Art. 1° La Provincia de León se
compondrá de los Cantones de Lata-
cunga y Pugilí bajo la demarcación-
hecha por la A sa?nblea de 1852, excep
to la parroquia de San Felipe, que
pertenecerá al Cantón de Latacunga.
Art. 2° Los Cantones de Ambato,
Pillara y Pelileo formarán una pro
vincia con el nombre de PROVINCIA
DE AMBATO.
Art. 3" Quedan derogadas todas las
disposiciones que se opongan al pre
sente Decreto.
Dado en el Salón de Sesiones, en
Quito, Capital de la República, a 3
de Julio de 1860.— Manuel Gómez de
la Torre, José María Aviles, Rafael
Carvajal.
Gobernador de la nueva Provincia fue
nombrado el señor doctor don Miguel
Francisco Albornoz, quien, con fecha 14
de Julio, hizo promulgar en la ciudad el
anterior Decreto, reunió el Cabildo y
presidiendo en él, lo felicitó calurosamen
te por el ascenso merecido que se acababa
de dar a esta sección del país. Tanto el
personal del Cabildo ambateño como las
autoridades civiles y el pueblo, celebraron
solemnemente este progreso político, que
ponía a Ambato y sus pueblos en aptitud
de desarrollar mejor su vida seccional.
En cuanto al primer Gobernador, pre
ciso es recordar que fue de los mejores
 AM RATO EN LA REPUBLICA
nmbateños que dieron lustre a su ciudad
por aquella época. Descendiente de fa
milia rica, pudo, en tiempos tan difíciles,
cultivar ampliamente su inteligencia: no
solamente fue un abagado de los más ilus
trados, sino también un latinista profun
do y un profesor de raros merecimientos-
Fue el último de los Corregidores de
Ambato. Su experiencia política, su sa
DOCTOR MIGUEL FRANCISCO ALBORNOZ,
PRIMER GOBERNADOR DE LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA
to se llamase de Tungurahua, quedan
do la primera denominación sólo para la
capital.
Como jurisconsulto adquirió gran no
toriedad, por su probidad profesional y
sus sólidos conocimientos. García Mo
reno le encargó la fundación de la Cor
te Superior de Riobamba, y en ella fue
su primer Presidente. Mas tarde, fue
Presidente también de la Corte Superior
de Quito.
Largos años vivió consagrado a la
tarea de educar a la juventud de su ciu
dad natal, desde una cátedra del Colegio
Nacional «Bolívar».
El primer Gobernador de Tungurahua,
así, por sus antecedentes de activo ciu
dadano, e ilustrado jurisconsulto como
por su rectitud moral nunca contradicha,
honró el cargo que le tocó inaugurar. Su
91
gacidad y conocimientos le hicieron ne
cesario más tarde para importantes car
gos, dentro de la actividad provincial.
A la Convención del año de 1861 con
currió como Diputado por Ambato, en
compañía de sus conterráneos, ilustres
también, los señores Juan León Mera y
Dr. Luis Rafael Albornoz. Entonces pi
dió que, en vez de Provincia de Amba-
administración, con todo, no duró sino
un año, o sea hasta el año siguiente—
1861,— en que el Presidente García Mo
reno llamó al señor Dr. Nicolás Mar
tínez para que se hiciese cargo de la
Gobernación.
El segundo Gobernador de Tungura
hua fue, pues, este distinguido ciuda
dano. Desempeñó el cargo por el espacio
de siete años consecutivos, o sea hasta
1868, en que un incidente promovido
por unos colombianos residentes en Am
bato motivó su separación.
El caso es que aquellos colombianos-
entre los que se contaban Felipe Rosero,
Domingo Cordovez, Juan Bautista Yela,
Vicente Cárdenas, José María Velasco y
otros, -se hicieron odiosos para la juven
tud de Ambato, por su marcado espíritu
de agresividad. La noche del 9 de Fe
 92 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
brero de 1868, como uno de los colombia
nos insultase en la calle a don Ignacio
Holguín, padre político del Gobernador»
y aún a éste mismo, los ánimos se exalta
ron fuertemente y se promovió gran es
cándalo. La juventud buscó a los grana
dinos y los castigó, en medio de fenome
nal estrépito.
En el fondo de la cuestión, dijeron los
granadinos que no había más que una
venganza particular por asuntos priva
dos, y que los directores del ataque no
eran otros que el mismo señor Ignacio
Holguín con su yerno el Gobernador.
La polémica duró meses; se publica
ron sendos folletos de parte y parte; y
los colombianos hicieron del suceso pre
texto para una reclamación diplomática.
El caso es que intervino el Cónsul colom
biano D. Cayetano Uribe; intervino el Go
bierno nacional e intervinieron todos los
elementos del Poder judicial de esta sec
ción del país.
Entristecido de tanta miseria, para la
que el doctor Martínez no había contri
buido en nada; pues que su carácter bon
dadoso no le permitió jamás entrar en
líos de ese género, retiróse del gobierno,
para defenderse lealmente en el terreno
judicial. Como era de esperarse, al final
del ruidoso proceso, el veredicto del Jura
do—compuesto por los señores Inocencio
López Naranjo, Nicolás Iturralde, Juan
Suárez, Salvador Cobo y Juan Dar-
quea, — fue completamente absolutorio pa
ra el Dr. Martínez, quien, si estaba in
vestido de la más alta autoridad provin
cial, nunca contó con fuerza armada su
ficiente para contener una multitud, que
se había declarado en estado de combate
durante una noche íntegra, y, sobre todo,
contra un grupo extranjero provocador y
hostil.
Salieron del país los colombianos. Pe
ro la mezquindad de éstos no dejó amen
guado el buen nombre político del ex-Go-
bernador, cuyos merecimientos, por otra
parte, no se circunscribían simplemente
al ciudadano, sino que se extendían tam
bién, y en extensa proporción, al hombre
de letras, al caballero correcto y al probo
profesional.
El doctor Martínez, en efecto, fue perio
dista de notables ejecutorias, siempre obe.
deciendo los impulsos de los generosos
ideales que debían de ser la roja bandera
de su tiempo: habló de la libertad y del
bien, del respeto a la dignidad del pobre
y del débil y defendió al indio mísero, con
tra los abusos de la explotación y del pre
juicio.
Jurisconsulto de prestigio, ocupó un lu
gar en la Corte Superior de Quito; y fue,
por repetidas ocasiones, Diputado a los
Congresos nacionales, Presidente del Con
cejo Municipal de Ambato y Rector, de
los más distinguidos, del Colegio Nacio
nal « Bolívar».
Como funcionario público, al frente de
la administración de la Provincia de León
o de la de Tungurahua, se caracterizó por
su espíritu ecuánime, tolerante y progre
sista. Particularmente en la última de
las provincias, donde fue más larga su
actuación, pudo lucir muchas de sus be
llas cualidades de magistrado inteligente
y honorable. . . .«En 7 años de magistra
tura en la Provincia de Tungurahua, la
conducta del doctor Martínez no ha des
mentido ni en lo más mínimo sus princi
pios ni su carácter; ha hecho cuanto ha
estado en las esferas de las leyes y en lo
posible para organizar y dar aliento a
una provincia que comienza a vivir; se
ha desvelado por hocerle levantar mate
rial y moralmente, entendiéndose mu
chas veces en persona aún en asuntos
que toca desempeñar a empleados subal
ternos; ha conservado la paz y el orden
en la provincia y no se han menoscaba
do las garantías individuales aun en
tiempos azarosos para la República; su
porte con todos ha sido manso, pruden
te y circunspecto, y si tiene algún peca
do por el cual se le debe condenar, es,
sin duda, la demasiada lenidad y el
exceso de consideraciones personales con
quienes acaso no lo merecían; pues a veces
ha desoído la voz del deber y atendido
sólo la de su bondadoso corazón para
libertar de graves males aun a sus ene
migos» *
Este mismo personaje es quien pro
tegió, apoyó y estimuló, con inteligente
cuidado y paternal corazón, al joven po
bre y huérfano que estaba destinado a
ser después el gran cantor del civismo
nacional y el famoso novelista de 'Cu-
manda», que, con 'María' de Jorge
Isaacs, comparte la gloria del triunfo ro
mántico en las letras americanas.
* Juan León Mera: «Defensa del doctor
Nicolás Martínez» —Mayo de 1868.
 A M BATO EN LA REPUBLICA
Al Dr. Nicolás Martínez sucede, (1868)
aunque por poco tiempo, en la Gober
nación de Tungurahua, el Dr. Francisco
J. Montalvo, hermano del ilustre Don
Juan, y de cuya personalidad, notabilísi
ma en muchos aspectos, hablaremos con
el detenimiento que merece en el capitulo
destinado a los íntimos de Don Juan.
De 1870 a 1875 continúa el gobierno de D.
Gabriel García Moreno, y en este período
DOCTOR NICOLAS MARTINEZ,
SEGUNDO GOBERNADOR DE TUNGURAHUA
bar con la política y costumbres que
acababa de dejar García Moreno. Así,
en sus primeros años, (1876 y 1877), son
gobernadores los señores Dres. Francisco
J. Montalvo y Constantino Fernández,
l'ero Veintemilla, traicionando los ideales
democráticos, proclama la dictadura y
restablece, agravándola, la pauta de go.
bienio garciano. Entonces los liberales
de Ambato retiran su colaboración al
despótico gobierno y se aprestan a com
batirle.
. La campaña antiveintemillista -en la
que se invocan los más grandes y nobles
ideales de la libertad y la República, - es
de las que más honran la historia de este
pueblo de Ambato.
93
son gobernadores los señores Ignacio Hol-
guín, Dr. Mariano Bustamante (quiteño)
y Don Juan León Mera.
Adviene el Gobierno de D.José Ignacio
de Veintemilla: al principio no fueron po
cos los ecuatorianos más distinguidos—
principalmente de los que pertenecían a
las filas liberales,— que se pusieron del
lado de ese militar, en quien creye
ron ver un magnífico elemento para aca-
GOBIERNO DE DON JOSE IGNACIO DE
VEINTEMILLA.— LA SEGUNDA CONSTITU
YENTE DE AMBATO Y LA CAMPAÑA CON
TRA LA DICTADURA.
No esperó Ambato, en efecto, que José
Ignacio de Veintemilla se proclamase
Dictador, para resistirle y combatirle. Ya
muchos meses antes el Dr. Constantino
Fernández, juntamente con otros elemen
tos representativos del liberalismo amba-
teño, habían declarado su retiro del lado
de la política del Jefe Supremo por no
estar de acuerdo con ella, que la juzgaban
inconveniente y desleal.
Poco antes de que se reuniese la Cons
tituyente en esta ciudad, que el mismo
Veintemilla había convocado, vino per
94 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

sonalmente él para ponerse de acuerdo y despótico, salieron fuera de la Patria.

con los principales elementos de la ciu Proscritos andaban: Constantino Fernán
dadanía ambateña en lo que correspon dez, Juan Benigno Vela, Agustín Nieto,
día a la formación de la lista de repre Adriano Montalvo, Francisco J. Montalvo,
sentantes. A su llamada asistieron mu César Montalvo, Adriano Cobo, Abel y
chísimos; pero no acababa Veintemilla de Moisés Sánchez, Francisco Moscoso, Juan
leer su lista oficial, cuando los asistentes B. Terán, Emilio Suárez, Rafael Sevilla,
prorrumpieron en protestas contra la Teodoro Ruiz y muchísimos otros, que
imposición, rechazándola de plano. Al constituían lo mejor y más distinguido
día siguiente renunciaban, en masa, todos de Ambato.
los empleados de la administración, de Para el año de 1881, la exaltación po
clarando una amplia y formal oposición pular contra Veintemilla era enorme. Sin
al gobierno veintemillista. embargo, estalló la furia solamente cuan
En los primeros meses del año 1878, do al célebre General, notando que el pe
se reunió la Asamblea Constituyente en ríodo presidencial para el que había sido
esta ciudad de Ambato. La presidió el elegido ya se terminaba, se le ocurrió ha
General José María Urvina, y, según cerse proclamar Dictador por las tropas
había acordado la mayoría, fue elegido adictas a él. Las violencias que siguieron
Presidente Titular de la República y Ca a semejante proclamación, y la triste pers
pitán General de sus ejércitos el mismo pectiva de un régimen odioso que ame
Veintemilla. nazaba perdurar, acabaron, por fin, con
Asistieron a esta Convención, como la paciencia del Ecuador. Y el primer
representantes de la Provincia de Tun- pueblo ecuatoriano al que le tocó dar la
gurahua, los señores Luis F. Ortega, clarinada de rebelión, fue Ambato.
Francisco Barona, José Alvarez y Juan El día 13 de Junio del año de 1882, en
Guerrero Duprat. Anotaremos, de paso, efecto, llegó procedente del Norte un pi
que entre los representantes costeños quete de tropa conduciendo a Juan Ore
se encontraba también el señor don Pe juela, que debía partir desterrado al Perú.
dro Carbo. Este era un magnífico pretexto para el
De esta Convención salieron varias golpe, y como la compasión pública se
novedades legislativas: leyes de Instruc despertara en favor de Orejuela, cuya
ción Pública, de Régimen Municipal, etc., situación era muy triste, varios jóvenes
aparte de una Constitución casi comple decidieron aprovechar el momento, con
tamente distinta de su inmediata anterior; toda serenidad y arrojo. A la noche, con
pues que en ella se concedían amplias vocados por la dignísima dama ambateña
libertades a los asociados, se suprimía la doña Rosa Sevilla, mujer de nobilísimos
pena capital para los delitos políticos, arranques y de gran energía, se reunie
se restringían las facultades del Ejecutivo ron aquellos jóvenes y resolvieron asal
y, en cierto modo, se independizaba la tar en el acto el cuartel, libertar a los
acción legislativa de las influencias gu presos políticos y salvar a Orejuela. Así
bernamentales, y se prescribía que las lo hicieron. Ellos eran, en verdad, apenas
reuniones periódicas de los congresos un puñado; armados solamente de revól
no ocurrieran sino cada dos años, etc. veres, palos, cuchillos y machetes. En el
Clausuradas las sesiones de esta Asam cuartel había más de 400 soldados vete
blea, Veintemilla— que había sido elegido ranos y perfectamente equipados.
hasta 1882,— se dedicó a su Presidencia. Pero he ahí que se da el formidable
Pero en vez de acatar la Constitución golpe de audacia: los valientes jóvenes
que acababa de sancionar, tomó otros atacan con brío el cuartel; se traba deses
derroteros, que sólo su personal interés perada lucha; y, al fin, los 400 soldados
podían señalar y, divorciándose por com son dispersados, derrotados y persegui
pleto con el país, desterró a cuantos hom dos en su fuga desastrosa.
bres honrados podían serle opuestos. Este triunfo alentó el espíritu restau
De Ambato, siguiendo la suerte de radora lo largo de todo el país. La cam
Juan Montalvo, el altísimo maestro de paña se formalizó y se intensificó, enton
dignidad cívica, fueron por centenares los ces, contra la dictadura militarista.
desterrados. Todos los rebeldes, todos los Consignaremos los nombres de algunos
descontentos con el régimen personalista de aquellos bravos de la noche del 13 de
 AM BATO EN LA
Junio: Carlos Fernández, Augusto L. Na
ranjo, Juan José Carrillo, Antonio Artea-
ga, Emilio Banda, Pablo Emilio y Alber
to Vásconez, Leopoldo González, Juan Vi-
llacrés, Ricardo Darquea, Félix Herdoiza,
Ignacio y Elias Garcés Ricaurte.
Al siguiente día toman las armas mu
chos jóvenes y gente del pueblo, y or
ganizado ya un buen cuerpo retíranse a
las breñas de Patate en donde consiguen
que el General José María Sarasti les
acaudille. Después se suceden los dos
combates en Chambo y Quero, desastroso
este último para las armas dictatoriales,
en el cual se realizan prodigios de valor;
tres cuerpos veteranos son destrozados
y el botín de guerra es formidable: se to
man cañones, todo el armamento y se
pelea con el enemigo hasta cuerpo a cuer
po, y la derrota es definitiva.
En aquella revolución tomaron parte
a más de los nombrados en la acción del
cuartel en la noche del 13 de Junio, los si
guientes jóvenes: Abel Pachano, José
María y Alejandro Sevilla, Augusto N.
Martínez, Joaquín Lalama, Juan, Gas
par y Arsenio González, Amador Vás
conez, Elias e Ignacio Garcés Ricaurte
y muchos otros. Los individuos del pue
blo fueron muchos, como también la gente
de los cantones y parroquias rurales.
Ambato ha sabido cristalizar sus ideas
con hechos prácticos: posee la noble lo
cura del patriotismo y del triunfo de sus
convicciones: ha luchado siempre como
un buen liberal, como republicano ardiente.
Después el partido liberal en la Re
pública era pequeño, débil, y el Doctor
José María Plácido Caamaño, subió al
solio presidencial por votación mayorista
de la Convención y habiéndo sido conser
vador de escuela, por ardid político fundó
el partido Progresista, no saliéndose su
administración, una línea de las tenden
cias conservadoras netas: «La religión
de la Repúbilca es la Católica, Apostólica
y Romana» rezaba la Constitución polí
tica. Por tanto, era la absoluta restric
ción de la conciencia en punto a creencias
y con cuya ley de horca, inquisidora del
espíritu, del pensamiento y las ideas, el
liberalismo no podía convenir ni some
terse. Eloy Alfaro se levanta en armas
en la provincia de Manabí, sin conve
nir con el partido que de tal suerte go
bernaba la nación y siempre imperté
REPUBLICA 95
rrito y decidido en su empeño de caudi
llo del liberalismo, no descanza un ins
tante en sus rebeldías contra Caamaño,
en cuyo aciago período se erigió otra vez
en triunfo el patíbulo político, en el cual
sucumbieron entre muchos otros, Luis
Vargas Torres, Infante y Leopoldo Gon
zález, tomados prisioneros en los comba
tes, habiendo habido, además, muchos
desaparecidos.
Los movimientos revolucionarios de
Alfaro fueron secundados en la Provin
cia de Tungurahua; y el día de Viernes
Santo es tomada la plaza de Ambato
guarnecida por un cuerpo de veteranos,
después de 12 horas de reñido combate,
por sesenta revolucionarios comandados
por el General Don Fidel García, y cuyos
combatientes fueron en su mayor parte
jóvenes ambateños. Pero desgraciada
mente a continuación de aquella victoria
que habría alentado y dado gran vuelo
a la revolución, los vencedores en com
pleta desorganización, échanse a dormir
sobre sus laureles festejando el triunfo,
y, sin caudillo, sin defensa, sin tomar
la más trivial precaución en aquellos ca
sos, déjanse sorprender al siguiente día
por la noche, por el batallón « Victoria»
que a marchas forzadas había avanza
do de la capital, habiendo penetrado
fácilmente sin encontrar avanzadas ni
nada que Ies perturbase, posesionándase
del cuartel tomado sólo el día anterior
sin ninguna resistencia. . . .
CAMPAÑA DEL 95.-LA CONTRIBUCION
DE AMBATO AL TRIUNFO Y AFIANZA
MIENTO DEL GOBIERNO LIBERAL EN EL
ECUADOR.— HOMBRES NOTABLES DE
ESTE PERIODO.
El partido Conservador, gobernante de
la Nación en todo tiempo, debía terminar
quién sabe si para siempre, por fuerza
de su desorganización, y por el deseo de
gran parte de distinguidos ecuatorianos,
de cambiar instituciones y leyes, radical
mente. Llegó el día oportunísimo en el
cual Conservadores y Liberales se unie
ron para castigar un delito nacional,
percibiendo la ventaja los últimos. Ese
delito? La Insignia Patria portando un
buque al Japón, propiedad de Nación
ajena y para su negocio, a cambio de
80.000 pesos para un funcionario nuestro,
con la débil condescendencia de los go
90 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
bernantes. Imposible la tolerancia de los
ecuatorianos, cuyo nombre se colocaba en
ridículo.
Enorme gentío seconstituyó en Noviem
bre de 1894 frente a la Casa Presidencial;
pidió explicaciones al Presidente doctor
Cordero, y obtuvo la respuesta de que
ignoraba lo hecho por los empleados
de Guayaquil, a los cuales exigiría in
formes para establecer responsabilida
des. El Gobernador del Guayas, aceptó
el hecho, pero trató de falsario al
Presidente, quien tenía pleno conocimien
to del préstamo de la bandera, y desde
luego, de que a la solicitud reservada de
Chile, fue autorizado oficialmente por el
Ministro de Guerra para que arreglase to
do como mejor conviniera. Tomado el Dr.
Cordero en prevaricación , se agitaron
los partidos políticos, Progresista, Con
servador y Liberal para derrocar su Go
bierno. El primero no debía subsistir
por su formación inicial de poco tiempo
atrás.
El Presidente sintió su puesto en el va
cío y ofreció dimitir, a lo cual dió cum
plimiento presionado por las convulsio
nes de toda la República, y más que todo
por su sincero deseo de contribuir a la
tranquilidad general. Era el 18 de Abril
de 1895.
Ambato fue el lugar de mayor expecta
ción en esa época de reacción para la
dignidad nacional. Alumnos de Montal-
vo, se hallaban empapados en las ense
ñanzas de su ilustre conterráneo, que in
dicaban nuevas formas de Republicanis
mo sin restricciones, ni la preponderancia
de la Milicia y la Religión. Los Fernández,
Martínez, Holguines, Lalamas y Pacha
nos, fueron y continúan siendo destacados
miembros de la doctrina Liberal, como
entonces fueron los promotores del levan
tamiento para derrocar al Gobierno que
no pudo negarse al alquiler de la Insignia
Ecuatoriana. Mas aún, vieron propicia
la ocasión para colocar al Liberalismo en
el poder, y si en toda la Nación, Conser
vadores y Liberales se unieron para la
Reivindicación, en Ambato, los segundos
fueron casi exclusivamente quienes le
vantaron su voz y fuerza, ya que, desta
cados conservadores como los Vásconez,
no estuvieron en la campaña inmediata
mente iniciada contra el doctor Cordero,
seguramente por insinuación de perso
nas de la Capital.
No descuidemos de decir que Rioba na
ba, Guaranda y Tulcán se hallaban ya
organizadas para la lucha, habiendo en
la última ciudad ocurrido un choque
de fuerzas gobiernistas y conservado
ras, desfavorable a éstas. Si dijimos aue
Ambato era el lugar de mayor especta-
ción, se debe a que fue el centro de ma.
yor actividad, y donde, con la venida de
Quito de los señores Emilio María Terán,
Julio Andrade y otras personas, unidos
a su paso con jóvenes latacungueños,
Carrillo, Munive, Viteri, Vásconez, Sal
gado, Vega, Constante, López, Enriara,
Naveda, Pérez, Ka ralis, formaron el Es
cuadrón «Vengadores de la Patria-, o el
núcleo «Jóvenes del Centro .
Poco antes, en Marzo del 95, vino
furtivamente de Babahoyo el señor Dr.
Abel Pachano, y puesto al habla con los
ambateños, se hallaron con dificultades
económicas para una buena organización
militar, para salvar la cual emprendió
el mismo señor viaje de regreso a obte
ner apoyo del General Plutarco Bowen,
quien se hallaba en armas por esa co
marca. Obtenidos 5.000 sucres gracias
a la amistad con el Dr. Pachano, 1.000
los ofreció a Guaranda, donde lanzaron
el grito de guerra que luego debía ser
sofocado seguramente por la ocupación
de tropas regulares. De éstas en Am-
batato no existían, razón para que las au
toridades se hicieran de la vista gorda
ante la organización revolucionaria.
Movilizados los «Jóvenes del Centro»
por Pelileo y Píllaro, en número de unos
45, dieron en San Miguel, (hoy Salcedo)
el 6 de Abril, y allí su Jefe don Emi
lio María Terán les manifestó que fuer
zas procedentes de Latacunga, a la vista,
no les atacarían, sino que a la vuelta
de unos disparos serían sus compañeros-
Un engaño, ya que acometidos desde
Molle-Ambato, resistieron los jóvenes has
ta consumir sus cartuchos, y luego fue
ron puestos en derrota. Pero el engaño
no fue del señor Terán, como lo evidencia
la ninguna persecución del Jefe Gobier
nista señor Páez, quien había poco más
tarde de plegar a la revolución. Este
Jefe probablemente esperaba mejor opor
tunidad.
De los ambateños, en esta ocasión, re
cordamos a don Gustavo Ruiz H., don
Temístocles Terán, que resultó herido,
don Efrén Barja, don Mariano Jaramillo,
 A M B A T O EN LA REPUBLICA
don Guillermo Fernández, Augusto Vi
ten', hermanos Garcés Raza, César Vi-
llacreses, Gabriel A. Barona, hermanos
Lalama Pachano, los Holguín, Emiliano
Altainirano, Teófilo y Luis Quirola, Celio
Mera; los cuatro últimos prisioneros, y
rescatados a la salida de Lataeunga para
Quito, por valerosos hijos de ese lugar.
Se rehicieron los perdidos, en Píllaro,
y sin desaliento continuaron en Ambato
GENERAL JOSE MARIA URVINA
lo supo en el preciso momento de ser
capturado, y escapó de su- hacienda en
Mulalillo.
La plaza de Guaranda estaba guarne
cida por un fuerte Batallón, y allá se
dirigieron, de acuerdo con los riobambe-
fios con quienes se unieron en «La Cho
rrera», nuestros jóvenes, en número de
80, y aquellos en otro igual, a ordenes
del señor Coronel Angel Araujo. Tiene
su celebridad la ocupación de Guaranda,
por el coraje desplegado y porfiada lucha
que se sostuvo. En labios de conservado
res hemos oído ponderar la valentía delos
atacantes, singularmente de los doctores
Julio E. Fernández, Abel Pachano y
don José Ignacio Holguín, entre los
ambateños. Prevenidos como estaban los
militares, habían formado trincheras a
distancia de su Cuartel, las mismas que
97
la campaña. Ya más fuertes, acudie
ron a don Francisco Hipólito Moncayo,
residente en el lugar, y le solicitaron co
mo a su jefe.
No faltaban respetables personas de ia
ciudad, opuestas a la situación, contra
quienes se intentaron persecuciones, como
en el caso de algún doctor, contra quien
se mandó una escolta con fatal consigna
para el caso de resistencia. Felizmente
una tras de otra iban siendo ocupadas
por el ímpetu de los asaltantes. Costaba
sumo trabajo tomar una última, en la cual
se hallaba un individuo cuyos tiros nunca
fallaban, y de los que no se libró don
Luis Lalama Pachano, a quien conocimos
que tampoco desperdiciaba los suyos. Ya
frente al cuartel, éste no cedía, y para
terminar hubo el doctor Pachano de re
currir a la estratagema de dar voces
de incendio por tras del edificio, bien
utilizada por el latacungueño Gabriel
Mesa, y que sirvió para distraer mucho
la atención de los de guardia en la
prevención. En ésta, el momento se hizo
terrible, mas al fin fue rendida, lamen
tándose la muerte del Oficial de guardia
quien al desceñir su espada, entregándose,
fue muerto inopinadamente.
Que satisfacción inmensa debieron sen
98 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
tir los expedicionarios con el triunfo de
sus empeños y fatigas. Lástima que a
costa de vidas de hijos del mismo suelo,
excusable talvez ante lo imperativo de
la hora.
En aquella jornada se distinguieron don
Carlos Fernández, don Carlos Hol-
ouín, don Alejandro Lalama Pachano,
don César Holguín, Comisario de Gue
rra, don Alejandro Lalama Saá, Pro
veedor de la División, señores Gabriel
A. Barona, Justiniano y Aurelio Se
villa, Tomás Reinoso, Jacinto y Dolo
res Lalama, Liborio Abril, Teófilo y
Luis Quirola; Luis Hidalgo Albornoz
y Rodolfo Mera, heridos; Gabriel Gar-
cés, Antonio Núñez, Carlos Viteri, Elias
Troncoso, Eduardo Arias, Augusto N.
Martínez, Pedro J. Tinajero, Angel Ba
rona, hermanos Garccs Raza, Leoni
das Suárez L, Emilio Rubio, Isaac
Sevilla, Moisés Sierra, Javier Pástor,
Elias y Juan Salazar, Fernando Hi
dalgo, Ceferino Santamaría y otros
muchos obreros, para quienes guarda
mos espacio al tratar de «El Batallón
Tungurahua». Se debe mencionar el va
lioso apoyo de caballeros guarandeños
como el doctor Facundo Vela y don Ga
briel Ignacio Veintemilla, del cual se dice
venía preparando el triunfo con cierta
dismunición de las tropas gobiernistas.
De aquí en adelante, hasta la batalla
de Gatazo, no hemos encontrado más
amplia información. Copiamos lo si
guiente:
«Hecho cargo de la República el Vice
presidente don Lucio Salazar, que ado
lecía de reblandecimiento cerebral, acorde
con el Directorio Nacional, envió a Am-
bato al doctor Carlos León Guarderas, a
don Joaquín Gómez de La Torre y a don
Miguel Valverde, para que trataran sobre
la deposición de las armas y para la fija
ción de candidatos para la elección Pre
sidencial.
El Escuadrón (se refiere a los triun
fantes en Guaranda) no depuso las ar
mas-
Solicitado el Coronel Hipólito Moncayo,
Jefe de la Revolución de Ambato, por Sa-
rasti, para tener una conferencia con ins
trucciones precisas, fue enviado a Quito
D. Julio Andrade y obtuvo que después de
cierto plazo, el Gobierno reconociera al Es
cuadrón como Cuerpo de Línea; que fuera
sostenido por el Fisco, acuartelándolo en
Ambato, y que se extendieian los res
pectivos despachos a Jefes y Oficiales,
reconociéndoles los grados concedidos por
la Revolución.
Los del Escuadrón entraron a Quito
sin armas, pero en perfecta organización,
y recorrieron las calles en correcta for
mación.
Esos tratados se hicieron pues, consi
derándose a Ambato como potencia igual.
Ladino y conocedor del flaco humano el
Gobierno, halagó el interés personal de la
otra parte, ofreciendo cargos significati
vos con el fin de que se decidieran más
pronto en la deposición de las armas, co
sa que no fue verificada en muchos años,
excepto por una o dos personas. *
La disolución de los voluntarios se
hizo con el consiguiente manifiesto redac
tado por el señor Manuel J. Calle, agre
gándose al final las reveladoras pala
bras de -Hasta luego, señores del Go
bierno-, que colocó el doctor Vela. No
hemos logrado conocerlo, pero es de supo
ner que justificaría la disolución, en fuer,
za de haber caído el Presidente Cordero-
y haberse fijado día para la nueva elec
ción Presidencial (Para el 28 al 31 de
Mayo).
Ese reto: «Hasta luego » debía
cumplirse.
Como en todo preparativo eleccionario,
los candidatos se presentaban; y además,
se conspiraba en el campo conservador.
El señor José M\ Sáenz contaba con el
decidido apoyo del General Sarasti, con
servador, mientras que los Directorios de
la misma filiación en Quito, ponían su
atención en el señor Darío Moría, li
beral. Un desacuerdo que debía serles
brevemente fatal.
Por su parte los liberales en la Repúbli
ca, viendo tan propicia la ocasión, no
quisieron perderla y, al efecto, se pronun
ciaron abiertamente por sus ideales en
Machala el 9 de Mayo (Barrera); una
pequeña chispa que recogida por Gua
yaquil el 5 de Junio, debía incendiar la
Nación.
En Ambato se formó la Columna «Tun
gurahua» compuesta de unos 80 hombres,
* Los párrafos copiados y los datos siguien
tes pertenecen a dos autot izailos caballeros
que actuaron en la época.
 AU DATO EN LA REPUBLICA
en cuanto llegó el Comandante Páez, del
Norte, acompañado de 15 hombres; y
todos emprendieron marcha a Riobamba
con el fin de unirse a las fuerzas que
avanzaban desde Guayaquil. Sería en
los primeros días de Junio.
A esta Columna se incorporó allá una
Compañía de voluntarios guaneños con
su Capitán don Jenaro Ricaurte, y le
tocó ser la primera que con la Columna
EL CORONEL DON SECUNDINO DARQUEA
Gabriel Harona, en estas circunstancias: a
las seis p. m. cruzó resueltamente el río
Chibunga, con su guerrilla compuesta
del Subteniente Justiniano Sevilla y 8
individuos, para vérselas cuerpo a cuer
po con el enemigo, siendo asediados
por mayor número, tomados y condu
cidos siniestramente a un paraje que
servía de blanco a las balas de los
propios; pero la noche les amparó y aún
lograron escapar ambos oficiales, en
medio del desconcierto que se producía
en ese campo.
Fueron heridos el Teniente Cayetano
Avilez,y muerto el soldado N. Abril, de
los de Ambato.
Por qué, sin decidirse la batalla se re
tiraron las fuerzas gobiernistas, al día
siguiente? Punto es éste que aún sirve
90
«9 de Abril» entrase en fuego en Gatazo.
Esta memerable batalla se inició en la
tarde del 14 de agosto; media hora des
pués eran protegidos el «Tungurahua» y
el «9 de Abril» por el Batallón «Daule N°
2», en el ala izquierda, donde era más
activa la lucha.
Ninguna ventaja obtuvieron los com
batientes en ese día. Prisioneros, de am
bas partes, situación que tocó al señor
de interrogación a los ecuatorianos.
Inquiriéndolo nosotros de un personaje
conservador, nos dice que por su parte
preguntó lo mismo a un colega que se ha
llaba en el Estado Mayor, contestándole
éste que podía ser causa la colocación
improvisada de los conservadores en el
terreno, no bien estudiado por el Gene
ral Sarasti, quien en días anteriores no
se preocupó de recorrer el campo de
posibles maniobras, ateniéndose más
bien a relaciones hechas en Riobamba.
Ya en el terreno se sintió que le faltaba
para la ofensiva o la resistencia a la
presión enemiga, la necesaria prepara
ción técnica.
Pero esta retirada fue el anulamiento
de las tropas y su Partido. Triunfó sin
combatir el General Alfaro, hasta ocu
100 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
par la Capital, y desde entonces, el Par
tido Liberal se halla en el Poder.
Sin embargo, el Ejército liberal no
había llegado fácilmente a Quito, pues
aún tenía el Gobierno tropas de refresco,
y entre éstas, el lucido Batallón N° 4
que iba con dirección a Gatazo para
reforzar a sus compañeros. Pero los
ambateños se encargaron de detenerlo.
La casualidad les hizo saber que avan
zaban tropas por el norte, y para cer
ciorarse destacaron al muy activo y pers
picaz hijo de León, señor Alejandro
Salgado, el mismo que desviándose del
camino, y aprovechando las eminencias
del terreno, constató aquella noticia, en
el Pisque. De regreso a la ciudad dió
parte a! doctor Constantino Fernández,
quien levantó en el acto a la juventud,
y rápidamente, bien armados fueron a
esperar a ese batallón frente a Catig-
lata, río al medio. La posición no po
día ser más ventajosa: ocultos tras
piedras, árboles y caminos, podían acabar
con el enemigo, que, cansado, ajeno a
la sorpresa, y por amplia carretera, debía
presentarse en descubierto.
Así fué; los Jefes del Batallón, algu
nos Oficiales y muchos individuos de
tropa perdieron la vida. Imposibilitados
de avanzar en el camino, bajaron al río
para vadearlo, siendo detenidos por la
guerrilla del Sr. Carlos Holguín, su her
mano don Antonio José, los señores Víc
tor Elías Terán y Numa P. I-afronte.
El primero quedó herido y prisionero.
Para la lucha se dividió el personal en
tres fracciones: la 1o. comandada por el
Capitán Rogelio Rodríguez; la 2o. por
el doctor Eduardo Arias y don Alejan
dro Lalama Pachano; y la 3o. por el
Mayor Pazmiño y el Capitán Canales, a
las cuales engrosaban hijos del pueblo
que acudían de la ciudad en grupos nu
merosos, solicitando con ardor que se les
arme. Total: 80 personas que impedían el
paso a más de 300 soldados que compo
nían ese Batallón. En los primeros se
incluían 25 procedentes de Manabí con su
Jefe el General Fidel García, grupo que
se denominaba «Columna Ligera,» cuya
unión se hizo mayormente provechosa por
el armamento que habían traído.
La resistencia, desesperada, duró algo
más de tres horas, tiempo muy consi
derable, hasta cuando vadeado el río por
diferentes lugares, tuvieron que retirars
los que se hallaban en las colinas, siendo
los últimos quienes estaban apostados
a lo largo de la Carretera, frente a la
«Liria»; pero volviendo caras hasta la
plaza principal.
En el Parte de la acción se recomienda
la audacia del doctor Arias y de don
Pedro J. Tinajero. Como dignos de men
ción, se cita a los Cmdtes. Rivadeneira y
Rugel; mayores Francisco Cuesta y Ru-
gel; Capitanes Lalama. Corral, Pachano
y Díaz; Teniente Garcés; Alféreces Iz-
quieta, Crespo y Estrada; Téofilo Recalde
y Virgilio Noboa Cuesta (de Pelileo.)
Entre los jóvenes, a más de los nom
brados: Luis y Nicolás Martínez, Antonio
Salgado, Tomás Reinoso, Miguel Tronco-
so, Alfonso Troya, Víctor y Mariano Or
tega, Leonidas Jaramillo, Celio Mera, Ale
jandro Hidalgo, Ignacio Lafronte, Manuel
M. Martínez, Efraín Almeida, Vicente
Olivo, Guillermo y Francisco Fernández.
Latacungueños: Manuel R. Páez, Dr.
W. Vásconez, Luis F. Vega, Alejandro Sal
gado, Capitán Rogelio Rodríguez (de Sal
cedo,) y el Corneta Teodomiro León que
salvó la vida a este Capitán cuando ya
herido iba a recibir un terrible culatazo.
D. Cristóbal Vela salvó la vida por la
generosa intervención del Oficial Busta-
mante, del No. 4o, que le hizo prisionero.
La gran sorpresa de las tropas del
victimado Coronel Alejandro Aivarez fue
suficiente para que desmayaran en sus
bríos. Sin jefes, con cuarenta muertos,
muchísimos heridos y en territorio hostil
no podían resistir; y peor todavía si los
vencidos de Gatazo llegaban ya en la
misma noche (15Jde Agosto,) de retirada,
y en desorden.
Ahí terminó el Ejército del Gobierno.
Al día siguiente desarmaban en el So-
cabón a los retrasados, el señor C. Mon-
ge y otros, no sin cierto peligro.
MUERTE DEL DOCTOR CONSTANTINO
FERNANDEZ
Triste se hallaba, ese día, este distin
guido ambateño, ignorando aún la veni
da de las tropas del Coronel Aivarez, y
descansando a la puerta del casino del
señor Viteri. Sabía que se libraba el com
bate de Gatazo, obsesionándole la suerte
de sus hijos Carlos y Julio, en él presen
tes. No estuvo para recibir las atencio
 AMRATO EN LA REPUBLICA
nes que su amigo de Latacunga, el Dr.
Wenceslao Vásconez,le ofrecía, excusándo
se por su intranquilidad. Con la noticia de
que llegaba el enemigo, reunió activa
mente a sus copartidarios y los envió
al «Socabón», lugar de la refriega. Más
tarde, previendo el resultado, y seguro
del interés que habría en capturarle, ase
guró las puertas de su casa y se dirigió
a Ficoa, acompañado por el Dr. Vásconez
DR. D. CONSTANTINO FERNANDEZ
dez; pero no se tiene en cuenta que
pudo ser uno de los mil disparos he
chos en todas direcciones por los solda
dos quepenetraban airados en la población
hostil, ni que la misma persona aludida
llevó ingenuamente la noticia del suceso
infausto a un grupo de ambateños refu
giados en los molinos de Laffite.
El 19 de Agosto fue proclamado en
comicio popular Jefe Supremo de la Re
pública el General Dn. Eloy Alfaro, y en
la misma forma designóse Jefe Civil y
Militar de la Provincia de Tungurahua
al Dr. Juan Benigno Vela. El Caudillo
liberal agradeció a los ambateños desde
Riobamba, y expresó su complacencia
por la elección del Dr. Vela. Consi
deraba que «con colaboradores de tan
ta valia, sólida ilustración y acendrado
patriotismo, conseguiría, indudablemente,
101
y Dn. Luis F. Vega, que le dejaron pasa
do el puente de 'La Delicia». El destino
atrajo nuevamente al Dr. Fernández a la
ciudad, donde engañado por los gritos
de «Viva Alfaro» que lanzaban los sol
dados vencedores, se presentó en la
esquina de la plaza y recibió un tiro
mortal.
Juzgando de ligero se atribuye este
tiro a un copartidario del Dr. Fernán-
realizar los ideales de los buenos ecua
torianos». Alfaro hizo notorio, además,
su íntimo pesar por la muerte del Dr.
Fernández, a quien juzgaba «uno de
los mejores hijos del Tungurahua».
Desde los comienzos de su adminis
tración, el Dr. Vela manifestóse protector
decidido de la clase más necesitada de
apoyo: la campesina; y obtuvo del Jefe
Supremo la prohibición terminante de la
requiza de bestias. Tribuno de ideales
elevados, quería que la verdadera Li
bertad no fuese un mito y que disfru
tasen de sus beneficios los que agotan
su esfuerzo en las duras faenas de la
tierra, en todo tiempo fuente de la ri
queza provincial.
Ya en Quito, el Jefe Supremo honró
con frecuencia a Ambato llevando a
muchos de sus hijos a los más altos
 102 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
cargos: el Dr. Francisco J. Montalvo
ocupó uno de los Ministerios de Estado;
el Dr. Adriano Montalvo lució su legen
daria probidad y erudición jurídica en
la Corte Suprema; el Sr. Francisco Mos-
coso integró el Tribunal de Cuentas; D.
César Montalvo, D. Celiano Monge fue
ron sus primeros Secretarios particula
res; y como justa reparación a la me
moria del heroico soldado liberal D.
Leopoldo González, fusilado once años
antes, dispuso que sus restos fueran tras
ladados a su ciudad natal por cuenta
del Estado.
EN PLENO GOBIERNO LIBERAL.- AMBATO
EN LA POLITICA, A PARTIR DEL 95.
En el mes de Febrero del año 95, la
atención pública parecía haberse con
centrado en la designación del pastor
espiritual de la grey ambateña; buscá
base en efecto un sacerdote ilustrado,
virtuoso y de criterio amplio que condu
jese los asuntos eclesiásticos con el tino
y mesura necesarios en aquella época de
transición; y fue el mismo Dr. Vela quien,
—fiel a sus convicciones de liberal ge
nuino y respetando el mérito allí donde
lo encontraba,— indicó al Dr. D. Juan
Tomas López, y aun interpuso su in
fluencia como Gobernador, ante el Arzo
bispo, por cuanto le conceptuaba el más
digno de todos: «virtuoso, caritativo y
en extremo modesto». No hacía mucho
tiempo que el Dr. Tomás López había
inducido al filántropo D. Mariano Al-
tamirano a que señalase una considerable
asignación al Hospital de esta ciudad.
Como era de esperarse, el gobierno
liberal recientemente inaugurado quiso
pagar su deuda de gratitud a Ambato
intentando sacar del olvido en que ya
cían la memoria y la obra de Montal
vo. La Asamblea Nacional decretó la
publicación de los libros de Don Juan,
destinándolos como lectura del pueblo y
las escuelas. Ordenó, asimismo, que su
casa solariega fuese adquirida por el
Estado, como un monumento nacional; y
quiso que en su ciudad nativa se le
erigiese una estatua digna de su fama.
Aunque se votaron los fondos necesarios
para la edición, nunca llegó a cumplirse
el primer decreto. La estatua de Mon
talvo fue erigida 15 años después, du
rante la presidencia constitucional del
General Alfaro. En cuanto a la casa, fue
abierta al público, en 1927, como Biblio
teca de Autores Nacionales.
Pero la reacción del partido desposeí
do del poder era evidente. Partiendo
de las cercanías de Riobamba, llegó a
Patate, el 3 de Agosto, un grupo de hom
bres armados, y pronto engrosaron sus
filas -hasta unas 70 plazas—los volunta
rios del contorno. Los Cárdenas, Torres,
Hernández, Sorias, de Patate; el Capi
tán Carrillo, los Vasco, Izquierdo, Dalgo
y muchos otros pillareños, se apresta
ron entusiastamente a la campaña, cuyos
primeros Jefes fueron los Coroneles Mel
chor Costales y Manuel Folleco y el
Comandante Juan Donoso Herboso.
Este grupo revolucionario resolvió ala-
car enseguida a la guarnición de Píllaro»
fuerte de 110 hombres a órdenes del
Comandante J. Viteri. Como esperaran
el auxilio de los pillareños, dieron en
la quebrada Quilimbulo con la primera
avanzada liberal, mataron a un centinela»
tras corta refriega dispersaron el resto
de la tropa y pretendieron ocupar sin
más trabajo la población. Pero cada casa
era un pequeño fuerte, y a pesar del brío
con que el Sr. Donoso Herboso condu
cía el asalto, no obtenían mayor ventaja
los atacantes. Como último recurso se
pensó en poner a prueba el valor y pe
ricia de Folleco, quien no entraba todavía
en acción, cuidando una reciente heri
da.— «Coronel, — díjole un emisario—es
necesaria su presencia: hemos consumido
nuestros tiros y aun no triunfamos.
Tendremos que fugarV» «A vencer o
morir»—grita Folleco, y se lanza al lu
gar de mayor peligro, seguro ya del
éxito, con la oportuna entrega hecha por
D. Santiago Vasco de algunos fusiles
y varios millares de municiones, que,
distribuídos sin pérdida de tiempo entre
los voluntarios, les alcanzan el triunfo.
La acción había durado de 5 a 9 de
la mañana. Los liberales perdieron 17
hombres; sus enemigos 5. Numerosos
fueron los heridos; entre éstos se con
taban el Mayor Ruiz Holguín y el Ca
pitán Lalania Pachano, miembros de
distinguidas familias ambateñas. Por
indicación del Coronel Folleco, D. Luis
F. Ortega organizó una ambulancia y
trasladó los heridos a Ambato.
Los vencedores regresaron a Patate,
 GOBERNADORES DE TUNGURAHUA

al

1 Juan León Mera; 2 Dr. Nicolás Martínez; 3 Dr. Miguel F. Albornoz; 4 Dr. Francisco J
Montalvo; 5 Dr. Constantino Fernández; 6 Dr. Adriano Montalvo; 7 Dr. Amador Sánchez; 8
Teodomiro Cobo; 9 Cnl. Carlos Fernández; 10 Dr. Julio Fernández; 11 José Augusto Naranjo;
12 Jorge N. Sevilla; 13 Modesto F. Chacón; 14 Cnl. José I. Holguín; 15 Anacarsis Martínez;
16 Cristóbal Vela O.; 17 Dr. Alfredo Sevilla; 18 Ernesto Chacon; 19 Dr. Juan B. Vela; 20
Francisco A. Sevilla; 21 José O. Cobo; 22 Francisco N. Cobo.
 104 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
talvez cbn el propósito de pertrecharse
mejor; pero el día 10 regresaron a Pílla
ro, con ánimo de pasar a la Provincia
de León. El Comandante de Armas de
esta última plaza pidió enseguida auxilio
al Gobernador de Tungurahua, D. Teo-
domiro Cobo, quien expresó su negativa
en los siguientes términos: «Ambato
está protegida solamente por su juven
tud y por su pueblo; valor y abnegación
son necesarios ahora para el sostenimien
to de los principios liberales: empléenlos
ustedes sin reserva a fin de que Folle-
co no se ufane de haber rendido plaza
tan importante». ... Y en efecto, los bra
vos leoneses, dirigidos por los Vásco-
nez, Rivas y Pazmiños, defendieron con
brío la ciudad de Latacunga.
Cuarenta revolucionarios y diez muías
de municiones se hallaban descansando
en la pinza de Píllaro, en viaje a la
Provincia de León, cuando sonó la voz
de de alarma: «viene tropa» Eran
cerca de 600 alfaristas que a órdenes
del Oral. Leonidas Plaza y de D. Flavio
Alfaro marchaban hacia Ambato. El Sr.
Vasco, conservador de pura cepa y hom
bre muy listo, les salió al encuentro,
junto con sus compañeros Izquierdo y
Quiroz, luciendo en el sombrero la cinta
roja legendaria; y aunque informó al
Gral. Plaza de la proximidad del enemi.
go, brindándose a conducirle a donde se
encontraba, logró extraviar un fuerte
destacamento liberal, y desapareció de
improviso.
Tras esta jugarreta, los conservado
res cobraron nuevos bríos, y fuertes
con la adhesión de San Miguel (Salce
do) cuyos pobladores se les unieron en
masa, cayeron al día siguiente jueves
11— sobre Latacunga, dominándola fácil
mente. Mientras tanto las fuerzas libe
rales permanecían en Píllaro, inactivas.
Pero la marcha afortunada de los con
servadores había terminado: para evitar
el peligro de ser copados por las tropas
regulares destacadas de la Capital, retro
cedieron hasta San Miguel y se situaron
en la hacienda Bellavista, desde donde,
gracias a sus ventajosas posiciones, logra
ron impedir que el General Plaza atrave
sara el río Guapante. Luego, atemoriza
dos por la proximidad de las fuerzas de
Quito y de Riobamba, tomaron hacia el
E., perseguidos de cerca por sus contra,
rios, que paralelamente a su línea de mar
cha seguían la inmensa quiebra del Gua"
pante sin perderles de vista. Dieron así
en Pucará, y en tierras de la Provincia
de Tungurahua la hacienda de Santo Do
mingo fue su último campamento. Cer
cados al fin por las tropas liberales y fal
tos de recursos, empezaron a menudear
las deserciones; pronto sobrevino el des-
bandamiento general, y algunos fugitivos
perseguidos por Baños fueron el postrer
indicio de la reacción conservadora-
DE 1897 A 1900.— PRESIDENCIA CONS
TITUCIONAL DEL GENERAL DON ELOY
ALFARO
Era Gobernador de Tungurahua por
esta época el doctor Adriano Montalvo,
cuando ocurrió una pequeña agitación en
la ciudad, tan tranquila de ordinario-
Aprovechando la libertad de cultos pre
gonada por el nuevo régimen, se presen
taron en Ambato varios evangelistas y
principiaron a buscar adeptos para sus
doctrinas. La parte menos ilustrada de
la población, profundamente católica e in
tolerante, hizo manifestaciones hostiles
contra los extranjeros, teniendo que inter.
venir el doctor Montalvo con su acostum
brada sagacidad para apaciguar los áni
mos exaltados y garantizar la seguridad
ulterior de los visitantes.
Después de una mesurada y progre
sista administración, en la que se res
petaron sistemáticamente todas las ga
rantías individuales y se llevaron a cabo
algunas obras públicas de aliento, como
el camino de «Miraflores», el doctor
Montalvo renunció su cargo, en Enero
del 98, expresando que «en él encontra
ría siempre el Gobierno liberal un par
tidario incansable del orden y del pro
greso nacionales». Fue llamado nueva
mente a ocupar la Gobernación de
Tungurahua cinco meses más tarde.
Terminaba el año 98 y la invasión
conservadora, formada allende el Carchi,
avanzaba imponente hacia el centro de
la República. Al mismo tiempo, un gru
po de reaccionarios, perseguido desde
Quito, era desbaratado en Guangoloma,
punto situado entre las Provincias de
León y Tungurahua, por el Gral. Flavio
E. Alfaro. Corta fue la lucha, pero en
 AMBATO EN LA REPUBLICA
camizada; en ella distinguióse por su
bizarría el Dr. Telmo R. Viteri, ciudada
no de grandes prendas personales, nota
ble ilustración y amplio criterio, a quien
posteriormente reconoció el Congreso Na
cional el grado de Coronel efectivo; y
cuyos profundos conocimientos de juris
prudencia y de milicia han aprovechado
tanto a nuestro Ejército. El doctor Vi
teri formó su hogar en Ambato; sus
DR. D. ABEL PACHANO
hijos, los doctores Aníbal, Homero y
Telmo Viteri Lafronte, dignos de su
padre, alcanzaron muy jóvenes, y por
méritos excepcionales, un lugar destacado
en las letras continentales y en la política,
los dos primeros, y en su profesión —
la medicina—el último.
Decíamos que la invasión conservado
ra avanzaba hacia el centro de la Repú
blica. El 21 de Enero del 99 pasaron por
Ambato 1300 hombres, y tras ellos, al día
siguiente, ias fuerzas del Gobierno. Em
peñada la batalla decisiva, en los pára
mos de Sanancajas, el choque fue terri
ble, y del todo desfavorable al ejército con
servador, que quedó aniquilado. Veinti
cinco años más tarde quiso erguirse otra
vez, con mejores recursos; pero recibió
105
una nueva lección, tan elocuente y recia
como esta, en el Ambi.
En la jornada de Sanancajas murió
como un valiente el joven Atahualpa Ve
la, hijo del Dr. Juan Benigno; y se
hallaron presentes don José Ignacio
Holguín, los colegiales Federico Ruiz,
J. Elias Borja, Pedro Ignacio Sánchez
y Ernesto Moscoso. También desempe
ñó importantísimo papel en esta acción
el Sr. Gabriel Barona, entonces Capi
tán, como Ayudante de Campo del Ge
neral D. Francisco Hipólito Moncayo,
Jefe de División.
En el año 1900 se aprestó la República
a elegir el sucesor del Presidente Alfaro,
cuyo período constitucional tocaba a su
fin. Ninguno de los candidatos populares
satisfizo al Gobierno: tildaba al General
Manuel Antonio Franco de arrebatado y
cruel, y al Sr. Lizardo García, de toleran
te y débil. . . .
Ante tal conflicto, el Dr. Juan Benig
no Vela, uno de los más autorizados
consultores del Gobierno, indicó el nom
bre del General Plaza, quien, con bene
plácito de la Junta de notables de Quito,
fue designado candidato oficial.
DE 1901 A 1905
Calificando las votaciones para Presi
dente de la República, en el Congreso
de 1901, el Dr. Vela se expresó en estos
términos: «Permítaseme, señor Presiden
te, que recomiende estas elecciones. Se
ha dicho, aún por la prensa, que el Go
bernador de Tungurahua ha cometido
abusos: como ambateño y liberal estoy
en el deber de salir en su defensa. El
resultado del escrutinio es su mejor
vindicación; en otras ocasiones la pa
rroquia Matriz ha dado hasta 2.000 votos;
ahora constan 200. En algunas parro
quias triunfó el Sr. García. ¿Dónde
están los abusos, donde la exacción?
Es deber mío defender al Gobernador
de Tungurahua, porque así como públi
ca fue la ofensa, pública debe ser la
reparación».
En los siguientes años fue Gobernador
de Tungurahua el señor Wenceslao ligar
te, oriundo de El Oro, quien se mostró
siempre muy satisfecho de los ambate-
ños, como puede notarse por el informe
que elevó al Ministerio del Ramo: «He
106 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

conservado— dice— la mejor armonía con grama político - religioso en esta frase:
mis gobernados, no tanto por el empe «No soy de los que gritan abajo los
ño que he puesto en respetar y hacer frailes, pero tampoco hemos de retroce
respetar las garantías de cada uno de der un solo paso en el camino de las
ellos, cuanto por la natural disposición reformas conquistadas.»
que tienen para observar los preceptos El Presidente García ofreció la Go
de la ley y respetar a las personas que bernación de Tungurahua al señor An
representan a la Autoridad. El mismo tonio José Holguín, ciudadano ecuánime
señor ligarte hace notar que «Autori y de excelentes prendas personales, que
dades anteriores ocasionaban inquietu ya la había desempeñado cinco años
des a los pobladores por su tirantez». antes. No obstante, hubo de excusarse
En Agosto de 1904 reemplazó al señor el señor Holguín en atención a sus múlti
ligarte don Modesto F. Chacón, ciuda ples ocupaciones agrícolas.
dano que poseía notable iniciativa y
espíritu público. Al posesionarse de su de 1906 A 1911
cargo manifestó que lo aceptaba «con
la esperanza de que, con algunos sacri Inaugurado el nuevo período presi
ficios, podían conseguirse muchos bene dencial del General Eloy Alfaro, ocupó
ficios en favor de este pueblo que le el Ministerio de lo Interior el doctor
era tan querido». Y consiguió uno muy Julio E. Fernández, liberal de arraiga
grande: que la línea del Ferrocarril del das convicciones, rectilíneo y de carác
Sur, localizada inicialmente sobre la ter acerado. Por disparidad de criterio
colina «Bellavista», circundando los moli con otro miembro del Gabinete, el Di-.
nos de Troya y Villacreses, fuese trasla Fernández dimitió en breve; pero en
dada al plano mismo de la ciudad, aten el corto tiempo de dos meses que du
ta la necesidad de facilitar el movi raron sus funciones, demostró cuanto
miento comercial, siempre creciente, de amaba a su provincia nativa, atendiendo
esta zona. Apoyaron decididamente en a sus necesidades más apremiantes. El
Hospital general y la Policía dos ins
este empeño al señor Chacón: el Jefe
Político, D. Víctor M. Cobo, y el Presi tituciones casi nominales — fueron orga
nizadas satisfactoriamente y montados
dente del Concejo Cantonal, D. Juan
de acuerdo con sus requerimientos es
Sevilla Suárez. peciales, aumentándose los agentes de
En este mismo año, y tras un largo la última a un número no alcanzado
período de suspensión, reapareció 'El posteriormente-
Tungurahua», periódico doctrinario, de
filiación liberal, redactado por los seño El doctor Fernández murió en Quito,
res Gabriel Garcés y Alejandro Montes el año 13, mientras representaba a su
provincia como Diputado. Su defensa
de Oca.
Por esta época estuvo al frente del Mi de la libertad de imprenta, hecha en
nisterio de Instrucción Pública uno de esta ocasión, fue notable y correspondió
los hombres más enérgicos, patriotas e a la elevación e independencia de carác
inteligentes con que contaba el Ecuador: ter que le distinguían, y que conservó
don Luis A. Martínez, a quien dedicamos hasta sus últimos instantes. «He sido
capítulo especial en esta obra. Sus ini buen ciudadano, buen padre de familia
ciativas culminaron en la iniciación de y no he perjudicado a nadie»— expresó al
los trabajos del Ferrocarril el Curaray, morir, resumiendo en forma tan modesta
la fundación de la Escuela Normal de sus excelencias de hombre y sus convic
Agricultura de Ambato, y de otros estable ciones de político.
cimientos de enseñanza.
Terminó la presidencia del General La época de 1906 a 1911 fue caracte
Plaza habiendo implantado reformas im rizada en Ambato por la completa falta
portantes en el orden social: la eman de armonía entre las clases militar y
cipación de la mujer, incautación de los civil, en franca oposición, la segunda,
bienes de manos muertas, enseñanza lai a la política administrativa del Presi
ca, matrimonio civil y divorcio, separación dente Alfaro. Las elecciones se sucedían,
de la Iglesia y el Estado etc.— Su suce ruidosas y violentas, sin que lograse
sor, don Lizardo García, resumió su pro Ambato designar representantes popula
 A M BATO EN LA REPUBLICA
res al Congieso Nacional. Una comisión
electoral integrada por personas de viso
—Velas, Fernández, Albornoz, Naranjos,
Cobos — convencida de la inutilidad de
sus esfuerzos ante la intolerable pre
sión oficial, elevó una vibrante protesta
contra el escarnio que se hacía de las
leyes fundamentales del Estado, al con-
DR. D- JULIO E. FERNANDEZ
vertir la función electoral en una inno
ble farsa dirigida por oficiales del Ejér
cito. ....
El General Emilio María Terán tomó
a pechos el empeño de cambiar la situa
ción nacional por fuerza de las armas.
Anduvo con varios compañeros—entre
ellos los ambateños Romero, Sevilla y
Cobo— por la Provincia del León, hasta
fines del año 9, en que fue capturado en
La Ciénega.
Por estos tiempos de constante alarma
tuvieron lugar varios acontecimientos
ruidosos, aunque desprovistos de impor
tancia trascendental: la entusiasta mani
festación de simpatía al Diputado por
Chimborazo, doctor Miguel Angel Mon
talvo, por su vigorosa y elocuente oposi
ción al contrato Charnacé; la protesta
colectiva, y no muy bien fundada, contra
la Guayaquil & Quito R. R. Co., por el
pueril temor de que ocupara todo el cau
107
dal de aguas del Ambato, desconociendo
los beneficios que reportaría a la ciu
dad la instalación de los talleres de dicha
empresa ferrocarrilera a sus orillas; la re
probación unánime, expresada por el pue
blo en la casa de Gobierno, al proyecto de
enagenación del Archipiélago de Galápa
gos; la indiferencia con que, en son de
protesta contra el alfarismo, se miró la
inauguración del monumento de Montalvo;
y algunos otros de menor importancia to
davía. No obstante, Alfaro llevó a cabo
la transformación política del Ecuado^
así como Montalvo había alcanzado su
libertad espiritual. . . .
Pero al alejamiento sistemático de las
funciones cívicas sustituyó de pronto
un deseo de acción; columbrábase, al
fin, un rayo de esperanza, y el pueblo
ambateño se aprestó a intervenir en los
próximos comicios. El 1° de Enero de
1911 circulaba en la ciudad este mani
fiesto: -Compatriotas: Largo tiempo ha
béis permanecido alejados de los nego
cios públicos, porque os ha desalentado
la escandalosa tiranía de la fuerza bruta,
dispuesta siempre a matar la voz inde
pendiente y honrada de la conciencia
nacional, en los actos relativos a la polí
tica interna. - El doctor Alfredo Baque-
rizo Moreno es el único candidato del
pueblo independiente: Votad los que
aspiréis a la conciencia del deber cum
plido, los que no aguardáis ninguna
remuneración personal después de la
contienda. . . . (Firman) Anacarsis Mar
tínez, M. A. Albornoz, J. O. Cobo, Cmdte.
Alejandro Sevilla, Cmdte. E. Albornoz,
V. E. Terán, Francisco A. Sevilla y
muchos otros ciudadanos de importan
cia. Pero el Gobierno hizo triunfar nue
vamente a su candidato, don Emilio
Estrada, persona meritísima, por otra
parte, cuyo programa administrativo se
resumió en dos palabras: «Arados y
Libros-. . . . Por desgracia, el señor Es
trada falleció muy pronto, y con su
muerte se desencadenaron terribles
tempestades de odio y sangre en la Re
pública entera.
SECUNDA PRESIDENCIA DEL GENERAL
PLAZA. - LOS ULTIMOS CINCO AÑOS
Los ambateños tomaron parte muy acti
va y entusiasta en el triunfo electoral del
Sr. Plaza Gutiérrez. A la transmisión del
 LOS A M BATEÑOS DEL -95»

1 Pr. Julio E. Fernández; 2 Gral. Emilio M. Terán; 3 Pr. Abel Paehnno; 4 Sr. Guillermo
Fernández; 5 Crnl. Carlos Fernández; 6 Crnl. Enrique Albornoz; 7 Crnl. Luis Quirola: K Ma
yor Gustavo Ruiz H.; 9 Crnl. .Tosí I. Holpuln; 10 Crnl. Francisco A. Cuesta; 11 Sr. Al
fonso R. Troya; 12 Sr. Gabriel Barona; 13 Crnl. Tomás Reinoso; 14 Sr. Carlos Holguin;
15 Sr. Emiliano Altamirano; 16 Cmdt. Alejandro LalamaP.; 17 Sgto. Mayor Luis Lalama P.
 AMBATO EN LA REPUBLICA 109
mando, verificada el I° de Septiembre causa del Gobierno- La rica población
del año 12 con inusitada solemnidad, acu de Chone era por entonces el objetivo
dió el Batallón N° 19, formado por de los revolucionarios venidos de Esme
jóvenes ambateños llamados al servicio raldas; pero el «19', llegando tan opor
por el Gobierno. tunamente, se puso a su defensa, atrin
El año siguiente se desencadenaba la cherándose a las márgenes del río que
revolución concilista, y el Gobierno se circunda la plaza, apoyado por un pe
veía en situación muy difícil con el rui queño destacamento del N° 56 y la Po
doso fracaso de las tropas constitucio licía rural. A pesar de sus constantes
nales en el Guayabo. Se llamaron al amagos, los revolucionarios no penetra-
servicio activo a las reservas, y en Ambato
se aumentó a cien plazas el efectivo de
la Policía. El Gobernador Sr. Augusto
L. Naranjo observó una actitud muy reco
mendable, mirando por la tranquilidad y
el orden de toda la Provincia e impidiendo
los reclutamientos y requizas, verdade
ros azotes, en otras ocasiones, de las in
dustrias locales y de la agricultura.
Entre tanto, se organizaba por Ene
ro del año 14 la «Junta Liberal de
Tungurahua» integrada por los ciuda
danos Anacarsis Martínez (Presidente),
Miguel Angel Albornoz (Vicepresidente),
Dr. César E. Torres (Secretario), y 50
Vocales, y cuyo objeto era propender a
la unificación del partido liberal y com
batir toda revolución injusta. La Junta
Liberal de Tungurahua incitó a sus
copartidarios de las otras provincias a
constituir juntas análogas, para proceder
a la designación del Jefe del Partido. Esta
iniciativa fue acogida por el resto de la
República con algunas reservas.
La parte activa que los hijos de Tun
gurahua, y principalmente los ambate
ños, tomaron en las campañas de aquella CORONEL JOSE IGNACIO HOLGUIN
época, si no decisiva, fue por lo menos
espontánea y consciente. Todos forma ron en Chone, acabando por fortificarse
ron parte en las filas constitucionales, en el lejano cerro de Chamisas».
deseosos de acabar definitivamente con Próximas ya las elecciones presiden
ese peligro y esa vergüenza perennes de ciales, para el período de 1915 a 1919,
la patria: las revoluciones personalistas. los conservadores de toda la República
resolvieron intetvenir en los comicios
Transcribiremos, a este propósito, algu
en favor de la postulación del Dr. Ra
nos párrafos de la relación heeha por
un inteligente joven ambateño que per fael María Arízaga. En Ambato princi
teneció al Batallón «19». piaron por tomar parte en la designa
ción de Concejeros Municipales;" pero
«Casi todos los voluntarios ambateños según el vicio nacional de la época, los
que componíamos el «19»—unos 230 jóve numerosos votos de los conservadores
nes - estábamos convencidos de que la quedaron en minoría ante el sufragio me
revolución no tenía objeto patriótico y cánico del Ejército.
carecía de motivos justificativos. No in Así trunfó también, en Tungurahua, la
vocaba ningún principio, ni sostenía ideal candidatura del doctor Alfredo Baquerizo
alguno. Moreno, como cuatro años más tarde
Nuestra presencia en Manabí, en Junio triunfara igualmente la del doctor don
de 1914, fue sin duda favorable a la José Luis Tamayo.
110 LA PROVINCIA DE TUNQURAHUA EN 1928
Luego Ambato ha seguido de cerca los
vaivenes de la vida nacional-
El doctor Gonzalo S. Córdova tuvo en
esta ciudad, en sus dos postulaciones, par
tidarios de lo más distinguidos y pres
tigiosos; así como el lassismo adquirió, en
1923, incontenible fuerza. Tal circuns
tancia motivó, llegado el momento de las
elecciones, algunos choques lamentables
entre las masas ciudadanas.
Inaugurado el Gobierno del doctor Cór
dova, muy pronto, por desgracia, la que
brantada salud del Presidente dió moti
vos para que el pueblo se desengañase:
por ésto Ambato miró también como un
acondicionamiento necesario la tranfor-
mación del 9 de Julio de 1925.
Durante los primeros meses de la trans
formación, gobernó la Provincia el doctor
don Alfredo Sevilla, uno de los elementos
jóvenes más prestigiosos del liberalismo
ambateño. Luego, a partir del 21 de Ene
ro de 1926, hízose cargo de la Goberna
ción de la Provincia el señor don Fran
NOMINA DE LOS GOBERNADORES DE LA PROVINCIA DE TUNGURAGÜA,
DESDE SU FUNDACION HASTA EL AÑO 1928
1860. -Dr. Miguel Francisco Albornoz.
1861.—Dr. Nicolás Martínez.
1869. — Dr. Francisco J. Montalvo.
1870. — Dn. José Ignacio Holguín.
1872 — Dr. Mariano Bustamante.
1873.—l)n. Juan Ltón Mera.
1876. — Dr. Francisco J. Montalvo.
1877. — Dr. Constantino Fernández.
1878. — Dn. Francisco G. Albornoz.
1879. - Dn. Juan Ruiz.
1880. -Coronel Luis F. Ortega.
1881— Dn. Juan Ruiz.
1882. -Coronel Luis F. Ortega.
1883. -Dr. Adriano Cobo.
1888.-Dn. Manuel L. Echerri.
1892. -Dr. Amador M. Sánchez.
1895. - Dr. Juan Benigno Vela.
1896. -Dr. Juan B. Vela, Domingo A.
Gangotena y Teodomiro Cobo.
1897. -Dn. Teodomiro Cobo.
1898.— Dr. Adriano Montalvo.
1899. -Dn. Carlos Fernández.
1900. -Dn. Carlos Fernández y Dr. Julio
E. Fernández.
1901. — Dn. Augusto L. Naranjo.
cisco A. Sevilla, quien ha continuado a
través de este período, hasta el día, dando
constantes muestras de su ecuanimidad
y honradez administrativa, mereciendo
por ello el beneplácito de la sociedad.
Ambateños ilustres han influído, mu
chas veces, decisivamente en la política
nacional, contribuyendo con patriotismo,
talento y desinterés al resurgimiento del
país en varios órdenes. En Gobierno,
Legislación, Finanzas, Justicia, Instruc
ción y Obras Públicas, muchos de nues
tros conterráneos han dejado el sello
de su capacidad o de su entusiasmo.
Ayer no más, los Montalvos, los Velas
los Fernández, los Martínez, los Monges
los Pachanos, y hoy los Albornoz, los
Viteris Lafronte, los Sevillas, y muchos
otros, ya en las Cámaras, ya en los Minis
terios o en sus despachos profesionales,
han laborado ardorosa y casi frenética
mente por el bien social y el de su Pro
vincia, que les deberá siempre algún
motivo de especial reconocimiento.
1902.— Dn. Wenceslao Ugarte.
1904.— Dn. Modesto F. Chacón.
1906. Dr. Julio E. Fernández, Jorge N.
Sevilla y Augusto L. Naranjo.
1907. — Dn. Augusto L. Naranjo y Coronel
José Ignacio Holguín.
1908. — Dn. Amador Enrique Sánchez.
1909. — Coronel José Ignacio Holguín.
1910. —Dn. Amador Enrique Sánchez, Dn.
Leonidas Suárez y Dn. Julio
C. Concha.
1911.— Dn. Anacarsis Martínez.
1913.— Dn. Augusto L. Naranjo.
l918.-Dn. Cristóbal Vela O. y Dn. José
O. Cobo.
1921.— Dn. Ernesto Chacón Quirola.
1923. -Dn. Francisco N. Cobo.
1924. -Dn. Francisco A. Sevilla.
Del 15 de Julio de 1925 al 20 de Enero
de 1926.-Dr. Alfredo Sevilla.
Del 21 de Enero de 1926 hasta 1928,
en que se publica este libro, continúa
de Gobernador Titular el señor don Fran
cisco A. Sevilla.
 CAPITULO
LOS GRANDES AMBATEÑOS DEL SIGLO XIX
VALORES CONTINENTALES Y GLORIAS NACIONALES.—JIJAN MONTALVO.—JUAN LEON
MERA. -PEDRO FERMIN CEVALLOS.—LUIS A. MARTINEZ. —JUAN BENIGNO VELA.
Son particulares glorias de Ambato
los héroes y mártires con que ella contri
buyó a la independencia nacional; lo
mismo que los insignes varones que,
con decisión, patriotismo y gran inteli
gencia, intervinieron en la fundación y
organización de la República y en la lucha
exasperada por la imposición de las nue
vas y mejores ideas políticas.
Sin embargo, casi juntas a ellas mismas,
tiene Ambato otras con las que se enorgu
llece toda América. La más grande de
todas—Juan Montalvo,— es gloria con
tinental, en cuanto representa el valor
mental del nuevo mundo; y es uno de
los más ilustres y limpios prestigios de
una raza entera, en cuanto, al lado de
Miguel de Cervantes y Fray Luis de León,
se cuenta entre los espíritus selectos que
más hondamente comprendieron «la divi
na virtud de las palabras» para expresar
los más hermosos pensamientos y las
más hondas ternuras del corazón humano.
Juan Montalvo es el más puro y ele
gante escritor castellano del siglo XIX.
En esta opinión coincidieron oportuna
mente ilustres críticos españoles contem
poráneos, como don Juan Valera, don
Emilio Castelar y doña Emilia Pardo
Bazán, y siguen coincidiendo literatos y
críticos de España y América.
VII
En lo que se refiere a ideas, Montalvo
es uno de los más grandes precursores
de la formación moral del Continente
Americano. De aquí el entusiasmo y el
cariño de la juventud intelectual de Amé
rica para con la obra Montalvina.
SU NACIMIENTO
Nació Juan Montalvo en la ciudad de
Ambato el día 13 de Abril del año de
1832. Fueron sus padres don Marcos
Montalvo y la señora doña Josefa Fia-
llos, de nobles y acendradas virtudes.
Su partida de nacimiento, que se en
cuentra en el Libro de Partidas Bautis
males 1821-1834 de la Iglesia Matriz de
esta ciudad, folio 36, consta de la siguien
te manera:
En 13 de Abril de Mil ochocientos
treinta y dos, el Párroco Fr. Domingo
Benítez Bautizó solemnemente a Juan
María, hijo legítimo del ciudadano Mar
cos Montalvo y de la ciudadana Josefa
Fiallos; fue su padrino el señor Francisco
Flor, a quien advertí su obligación. - Doy
fé, Fr. Mariano Benítez».
El padrino a que se hace referencia
en esta partida, fue uno de los más
insignes próceres de la independencia
112 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1C28
ecuatoriana. Su biografía consta en otra
sección de este libro.
El padre de Juan Montalvo, tronco de
toda una generación ilustre, se distinguió
por sus raras prendas de inteligencia y
energía. Don Marcos Montalvo era hom
bre de fuerte complexión física, un poco
adusto y de severas costumbres. Sus
hijos heredaron ese carácter austero y
la indomable voluntad y fortaleza con que
se impusieron, a través de la vida, sobre
hombres y cosas.
LOS PRIMEROS ESTUDIOS
Montalvo, como sus hermanos, aprendió
las primeras letras en su ciudad natal;
luego fue a la Capital de la República,
donde cursó los estudios correspondientes
a la Enseñanza Secundaria. Ingresó a la
Universidad Central, para estudiar Dere
cho; pero a la vuelta de pocos años aban
donó las aulas universitarias y regresó
a su ciudad, donde consagróse absoluta
mente a sus estudios preferidos de filo
sofía, ciencias políticas, historia y lite
ratura en general.
Así en la escuela primaria como en
el Colegio y en la Universidad, Montal
vo demostró una inteligencia extraordi
naria. Tenía también una memoria ex
cepcional, y ésta, precisamente, favorecióle
para su gran obra del porvenir, pues que,
en mayor parte, sus libros fueron escritos
en la soledad y abandono de la proscrip
ción, en aldeas y pueblos donde era impo
sible conseguir, no ya obras de consulta,
sino hasta un simple diccionario.
Facsímile de la partida de bautismo de Don Juan Montalvo
En su vida de estudiante cultivó algu
nas amistades entre jóvenes de muy
prestante posición y talento. Algunos de
éstos, educados en ambiente conservador»
tales como los literatos José Modesto Es
pinosa y Julio Zaldumbide, se alejaron
más tarde, declarándose, en el terreno
político, más bien sus adversarios. Por
entonces, comenzó a publicar sus artículos
en el semanario La Democracia. Como
perteneciera a algunas sociedades de jó
venes liberales, varias ocasiones pronun
ció fervientes discursos, en los que se
transparentó ya el alma tumultuosa y
rebelde de quien debía, años más tarde,
combatir incansable y duramente contra
los prejuicios, los hombres nefastos y las
tiranías de su tierra.
En Ambato, durante seis o siete años
consecutivos, a partir de su salida de la
Universidad, se dedicó frenéticamente al
estudio: en su quinta de Ficoa o en el
silencio de los bosques centenarios, sin
más maestros que los libros leídos con
fervor y cariño, aprendió latín, griego,
francés, italiano, inglés. A los famosos
autores europeos, los leyó en su propia
lengua.
Tanta era su pasión por la lectura,
que raras veces durmió más de tres
horas. A veces su lecho ni siquiera había
sido tocado. Montalvo amaba profunda
mente la Naturaleza, y largas horas del
día o de la noche se pasaba contem
plándola o meditando frente a ella, ausen
te de la casa paterna y lejos de todo
bullicio.
 LOS GRANDES AMBATEÑOS DEL SIGLO XIX
En Baños, pueblo de esta Provincia,
pasó gran parte de su juventud estudiosa:
lo recuerda él mismo en uno de los más
hermosos pasajes de sus Siete Trata
dos.
Poco escribió sin embargo, durante su
estancia en Ambato: según expresión de
uno de sus biógrafos, no hacía más que
Juan Montalvo
cencías históricas y en las frecuentes
citas con que recama brillantemente sus
artículos y libros.
SUS VIAJES
Por el año de 1858 subió a la Presi
dencia de la República del Ecuador el
General Francisco Robles, en sucesión del
General José María Urvina, quien debía
partir a París con el cargo de Ministro
Plenipotenciario del Ecuador ante los
Gobiernos de Europa.
En vísperas de su viaje, Urvina nom
bró Secretario de la Legación a D. Fran
113
«enorme provisión de lectura», previendo
quizá lo funesto de su porvenir.
Montalvo no ignoraba nada del movi
miento filosófico, político y literario de
última hora; pero sus lecturas predilec
tas eran de autores clásicos, griegos,
latinos, franceses y españoles. Tal pre
ferencia nótase después en las reminis-
cisco Javier Salazar, y Adjunto Civil, a
Juan Montalvo. Por entonces, contaba
ya éste al rededor de 26 años.
Aunque Urvina quedóse en el país, los
dos jóvenes emprendieron su viaje a
Europa. Montalvo iba ávido de cultura,
y así, al llegar a París lo primero que
hizo fue ponerse en contacto con los
franceses más eminentes y con las ideas
que, por entonces, irradiaban del primer
foco intelectual del mundo. «Un día se
le veía en la Sorbona— escribe un amigo
íntimo de Montalvo—, otro en el College
de France, otro en el Instituto, otro en
114 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
el Palacio de Bellas Artes. Unas veces
oía a Claudio Bernard, otras asistía a
clases de humanidades, ya se le veía
en las Bibliotecas como en los Museos, ya
en la redacción de los diarios, es decir,
en todo centro donde creía apagar la
sed de instrucción que le devoraba» . . .
Vivió Montalvo en París su vida inte
lectual más intensa- Fue entonces cuan
do conoció y amistó con Lamartine, a
quien invitó a que se trasladase a Amé
rica, donde encontraría un regazo digno
de esa gran cabeza.
Hacia 1860 regresó al Ecuador. En el
transcurso apenas de dos años, una polí
tica violenta había transformado el
Gobierno: Robles había caído de la
Presidencia; le sucedió un triunvirato
provisional, y, al fin, Gabriel García
Moreno, el célebre tirano, se adueñó del
Poder.
De entonces data la vigorosa campaña
liberal de Juan Montalvo. Apenas tocó
en tierra ecuatoriana, cuando ya, desde
el pueblecito de Yahuachi, dirigió al
colérico Mandatario una comunicación
en la que le hablaba de las inconve
niencias de la tiranía y de los santos
derechos de los pueblos y de los indi
viduos.
Luego publicó Ei. Cosmopolita, pe
riódico destinado a combatir el despo
tismo de García Moreno. Por la gala
nura del estilo, por la belleza insupe
rable de la forma y por la importancia de
las ideas que en él se propagaban con
singular elocuencia, bien pronto El Cos
mopolita alcanzó renombre continental.
Los más eminentes literatos de América
lo buscaban y solicitaban. Los mismos
partidarios de García Moreno, no vaci
laban en comentar entusiásticamente, si
no al político, al imponderable artista
de la frase.
Poco tiempo después, Montalvo partía
hacia el destierro. En Ipiales, pueblo
colombiano, fijó su residencia, aunque
muy temporalmente. Tras poco tiempo
trasladóse a Europa. Viajó por Italia,
España y Francia-
Se desencadenó la terrible guerra del
70, que tan fatal resultara para ei país
de Víctor Hugo, que tanto amara Mon
talvo. Como no tuviese éste ningún me
dio seguro de subsistencia, retornó otra
vez a Ipiales.
Este pueblo colombiano se ha hecho
célebre porque Montalvo lo hizo el lugar
favorito para pasar los años de su larga
proscripción. En Ipiales escribió muchos
de sus Capitulos que se le olvida
ron a Cervantes y, años más tarde,
las famosas Catilinarias, que llegaron
a ser, en lengua castellana, lo insupe
rable como prosa de combate.
En 1875 asesinaron a D. Gabriel García
Moreno. Entonces Montalvo pudo retor
nar al país. Vino a Ambato, aunque pre
firiendo siempre la soledad de sus con
tornos. Aquí trazó algunos esbozos de
obras y dedicóse a esperar los resultados
del cambio político que él mismo había
provocado con el formidable poder de su
pluma. «Mi pluma lo mató», dijo al cono
cer la suerte final de García Moreno.
Sin embargo, la muerte de García
Moreno no contribuyó en nada para el
cambio esperado: a la tiranía del som
brío clericalismo sustituyó la del tosco
militarismo.
A García Moreno reemplazó D. Antonio
Borrero en la Presidencia; pero a vuelta
de poco cayó del poder por un golpe de
Estado. José Ignacio Veintemilla, direc
tor de ese golpe, sucédeleenel acto y, co
honestando con apariencias y formulis
mos legales su atrevida exaltación a la
Presidencia de la República, inicia una se
rie de]desaciertos gubernativos que arran
can la protesta unánime de los hombres
honrados del Ecuador.
Entonces Montalvo nuevamente álzase
contra el representante del militarismo
analfabeto y audaz; pero éste es poderoso
por la fuerza, y, antes de que Montalvo
publicase siquiera una página, ya es des
terrado.
Otra vez a Ipiales. Mas en esta ocasión
no es sino hasta escribir y publicar aque
llas terribles Catilinarias, admirable
muestra de lo que puede ser y hacer el
escarnio, llevado hasta la asombrosa
perfección artística.
Luego parte otra vez a Europa. Esta
ocasión sí, definitivamente. Llega a Fran
cia en 1882. En 1883 pasa a España, en
donde es propuesto por Juan Valera, Gas
par Núñez de Arce y Emilio Castelar
para su ingreso en la Real Academia
de la lengua, sin éxito, por las resisten
cias ofrecidas en el seno de esa Cor
poración por elementos conservadores
como Dn. Aureliano Fernández Guerra y
 LOS CHANDES AMBA TEÑOS DEI. SIGLO XIX
Orbe. Todo lo más representativo de
España, por lo demás, conoce y busca
la amistad del ilustre americano. El mis
mo polígrafo Marcelino Menéndez y Pela-
yo, a pesar de sus convicciones conser
vadoras, no resiste al deseo de elogiarle
y desearle un puesto en la Academia.
Después de poco tiempo vuelve a París,
ahora centro de sus actividades literarias.
Aquí vive entregado a la edición de sus
obras, hasta que, en 1888, vése repenti
La casa en que nació Montalvo, donde actualmente funciona la -Biblioteca de
Autores Nacionales»
Para Enero de 1889, ya Montalvo com
prende que su fin se acerca, y en la
mañana del 17 de ese mismo mes, un
amigo sorpréndele fuera del lecho, vesti
do de etiqueta y frente a una mesa.
«Puede que llame su atención— le dice
Montalvo,— verme de la manera que me
encuentra. El paso a la Eternidad es el
acto más serio del hombre. El vestido
tiene que guardar relación».
Luego pidió que no le sepultasen sin
flores, y el grande hombre, honor de
América y gloria de las letras castellanas,
expiró.
SUS LIBROS
Todos los libros de Montalvo llamaron
seriamente la atención de los críticos es
pañoles y americanos. Sin embargo, pue
115
namente atacado de una enfermedad
pleural.
Durante varios meses, los más eminentes
médicos de París atienden al enfermo;
pero el mal progresa de modo inconteni
ble, pese a una operación que considé
rase decisiva y en la que Montalvo de
muestra una soberana entereza y extra
ordinaria fuerza de voluntad; pues que
rechaza el anestésico y sufre los efectos
de la cuchilla como si hubiese muerto.
den anotarse algunos que sin correspon
der a un momento histórico solamente,
han sido escritos como para ser leídos
en todos los tiempos.
A esta categoría de obras corresponde
la de los Siete Tratados, que compren
de amplios estudios de filosofía, de moral,
de historia y de crítica literaria.
Los Capítulos que se le olvidaron
a Cervantes, son una serie de narra
ciones caballerescas, por el estilo del Qui
jote, aunque los lances y los personajes
tienen más bien un característico sello
americano. El caballero andante de Mon
talvo es el Quijote en tierras de América,
desfaciendo agravios y combatiendo ma
landrines y malos pensamientos de bribo
nes criollos. La forma guarda relación
116 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
con la del gran libro del siglo de oro
español.
Publicóse después de la muerte de Mon-
talvo.
Las Catilinarias son, según se ha a-
notado en lugar oportuno, escritos frago
rosos de combate político. Sin atender a la
victima, la prosa de este libro ha queda
do como una muestra de polémica en len
gua castellana. La última edición euro
El poéiico retiro de Ficoa, donde Montalvo pasó en soledad y estudio los
mejores años de su juventud.
publicado después de algunos años de
muerto su autor, con introducción de
Juan Valera.
También tiénense noticias de algunos
dramas, aunque muchos de los que es
cribió Montalvo no han llegado a encon
trarse. La Leprosa es el único que ha
circulado impreso, gracias al entusiasmo
de los editores de la revista Ecuatorial,
y, luego, de Cultura, que lo publicaion.
En París redactaba su famoso Espec
tador, en el que eminentes críticos eu
ropeos encontraron afinidades con el de
Addison y con el Osservatore de Gas
par Gozzi, cuando le sorprendió la muer
te. Contaba entonces a) rededor de 56
años.
En Montalvo no solamente se advierte
al estilista perfecto y al admirable escri
tor de lengua española, sino también al
pea ha sido prologada, con ímpetus de
amor y de mental solidaridad, por Miguel
de Unamuno, el ilustre ex-rector de la
Universidad de Salamanca.
Son libros de combate político también:
El Cosmopolita, El Regenerador,
Mercurial Eclesiástica, Judas, La
Dictadura Perpetua, escritos en diver
sas épocas.
Geometria Moral es libro de amor,
hombre de ideas y al luchador severo por
la moral y la justicia. Anexa a una inte
ligencia ampliamente cultivada, po^ee una
muy refinada sensibilidad de procer y de
apóstol. Esto le lleva a una lucha cons
tante, a una divergencia permanente con
las cosas y los hombres de su medio.
Sin embargo, la obra del discutidor
y del polemista, no excluye al artista: es
poeta, cuentista, evocador admirable de
tipos y caracteres, hasta el punto de ser
puesto, por críticos franceses, al lado
de La Bruyére, el ponderado moralista.
vida intima v amistades
En su juventud Montalvo contrajo
matrimonio en su ciudad natal. A poco,
las violencias de su vida le alejaron de
su consorte, quien no volvió a saber más
de Montalvo. No obstante, quedó una
 LOS GRANDES AMBATEÑOS DEL SIGLO XIX
hija y ésta fue la única descendencia del
ilustre escritor.
En el número extraordinario de la re
vista Cultura, dedicado íntegramente
a evocar la figura de Montalvo, se pu
blicaron por primera vez dos trabajos del
pintor quiteño Rafael Salas, que repre
sentan la esposa de Montalvo, doña Ma
ría Guzmán de Montalvo y su hija, doña
María del Carmen Montalvo de Chacón.
Probablemente esta hija no llegó a
conocer a Montalvo, quien, en una cons
tante ausencia de la Patria, vivió suspi
rando por una ideal paz hogareña, que
no gozó nunca.
En su vida íntima, Montalvo era de
austeras costumbres. Prefería siempre
la soledad, y en muy raras veces y por
muy pocos minutos se le vió con amigos.
Estimaba mucho a la juventud inteligente
y la apoyaba decididamente: jóvenes co
mo Juan Benigno Vela, Celiano Monge,
Miguel Valverde, Roberto Andrade, Abe
lardo Moncayo—que más tarde llegaron
a ser notables figuras en la historia
nacional,— merecieron su acogida cariño
sa y entusiasta. Entre los políticos fue
ron escasas sus amistades, aunque jamás
íntimas.
Con Eloy Alfaro simpatizó; y Eloy Al-
faro varias veces quizo acudir en auxilio
del Maestro, cuando éste estuvo en desdi
chadas circunstancias económicas; pero no
pudo hacer más que contribuír para la
edición de algunos opúsculos, que nunca
tenían, a la verdad, fines especulativos:
en asuntos de delicadeza personal, Mon
talvo era intransigente.
Ocasiones hubo en que el Maestro pa
recía iba a morir de hambre: tantas eran
su soledad y desamparo. En Ipiales, es
pecialmente, pasó terribles días, aunque
sin alarmarse ni desesperarse. Tomaba
una tacita de café en agua a medio día,
y esto constituía todo su alimento. Pro
tecciones no aceptó nunca, por orgullo,
primero, y luego, por temor de perder
su libertad. En las desgracias, demostró
ser una voluntad de acero.
En amor, sí, toda la turbulencia de su
sér declinaba hasta la timidez y la ternu
ra. Amó mucho y pródigamente en su
vida. Las mujeres no fueron tampoco
zahareñas con él. Las aventuras de don
Juan de Flor, que constan en Geometria
Moral, libro de amor, han dicho sus
contemporáneos que le pertenecen. Según
117
referencias, en París dejó un hijo natural,
que los compatriotas de Montalvo prote
gieron frecuentemente,
LOS INTIMOS DE MONTALVO
El ambiente familiar de Montalvo fue
de muy escogidos caracteres. Estos, en
la vida local o nacional, tuvieron una
significación prominente, por sus virtudes
de ciudadanía o por sus talentos. Con
signaremos algunos datos biográficos, ini
ciando éstos por los del hermano mayor
de don Juan, personalidad social y política
muy relevante.
y,m M0>7Áívro/
MORTEXILÉA^PakIS j¿ I? j£NVItfl. 1869
POI EMISTF .1 ¿sMi%toSEUR.
riAIlT^CtíTi p SPACiYJLE
tt-assiTLArtónaspniwDELEC^oi'i poury tiras sts jours
lt mourut daus"ccíte KAISOM J
Placa colorada en la casa N° 26 de la calle
Cardinet, París, —donde falleció Montalvo,
—por sus admiradores hispanoamericanos.
El hermano primogénito de D. Juan
llamábase Francisco. Figuró en la Repú
blica como literato y político de grandes
arrestos. Fue Conciliario en la Univer
sidad Central; obtuvo, por oposición, la
Cátedra de Literatura en el Colegio de
San Fernando, siendo sus discípulos los
estudiantes de la Facultad Mayor: García
Moreno, Santur Urrutia, A. Borrero, etc.
El más afectuoso de éstos fue el poeta D.
Miguel Riofrío, quien en una hermosa ele
gía lloró la muerte de su maestro. Ceva-
llos Salvador habla con elogio de los
conocimientos de D. Francisco y de la
sagacidad y tino que empleó cuando
era Gobernador de Pichincha. La revo
lución llamada del Placer, fue develada
gracias a ¡as providencias oportunas que
tomó el Gobernador, y la facción florea-
na quedó de capa caída. Fue Presi
dente de la Sociedad de Crédito Público
y como tal escribió un luminoso informe,
118 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
en que manifestó sus aptitudes para la
Ciencia económica.
Desterrado al Perú por el General Flo
res, llevóle consigo a su hermano Mariano,
quien se estableció definitivamente en esa
República.
Cuando estalló la revolución del Seis
de Marzo, se vino del destierro a Guaya
quil, y desplegó sus energías, combatien
do en el Tablón de Cuenca, después de
lo cual contribuyó para que el General
DR. FRANCISCO JAVIER MONTAI.VO
vida política se vino a deseanzar en el
lugar nativo. Se desposó con Doña Ma
nuela Sevilla, hija del Prócer I). Tomás
Sevilla, y se consagró a la arboricultura
en la Quinta de Catiglatn.
El padre de nuestro historiógrafo D. Ce-
liano Monge y su propio tío carnal el Dr.
Tomás Guzmán le acompañaron en sus
últimos momentos. Dejó dos huérfanos:
Teodoro y Adriano, que merced a los afa
nes de su virtuosa madre coronaron su
carrera profesional de Abogados.
El Dr. Francisco Javier Montalvo na
ció el año de 1819, y como su hermano
D. Juan puede decirse que fue educado
Ríos tomara el partido de los libres y
quedara Cuenca sometida al Gobierno del
Guayas. Este suceso fue mitivo eficaz
para que Flores entrara en arreglos y
abandonara el país.
I.os servicios del Dr. Montalvo fueron
reconocidos por la Nación, cuyo represen
tante fue en la Convención de Cuenca, de
la cual era también uno de los Secre
tarios. Rocnfuerte la presidía.
Después di lautas viebitudes de su
DR. TEODORO MONTALVO
por el mayor de ellos, que en Quito te
nía autorización de su padre D. Marcos
Montalvo para encaminarlos por el sen
dero que conduce a la gloria. En Amba-
to estudió latín con D. José Chacón, y
en el Colegio de San Luis de Quito con
tinuó su carrera literaria hasta coronarla
en la Universidad con la investidura de
Abogado. Ha sido Rector de la Universi
dad Central, del Convictorio de San Fer
nando, y del Colegio « Bolívar» de Ambato.
Para la enseñanza de Retórica compuso
un texto de Historia de la Literatura Uni
versal. Con D. Miguel Riofrío fundó el
periódico La Razón, y en unión de este
escritor y de D. Antonio Yerovi redactó
 LOS GRANDES AMBATEÑOS DEL SIGLO XIX
La Democracia. Sirvió por tres veces
la Secretaría de la Cámara de Diputados
y fue Ministro Juez de la Corte Suprema-
Cuando desempeñó el alto cargo de Mi
nistro de Relaciones Exteriores fue con
decorado, como lo fue su hermano D-
Juan, con el Busto del Libertador por par
te del Gobierno de Venezuela. Asistió a
la Convención de 1883. Murió el 7 de Ma
yo de 1899. No hay para qué decir que
sufrió destierro por la causa de los pue-
DR. ADRIANO MONTALVO
dotes de su padre y ejercía predominio
en la familia y entre sus numerosos ami
gos. En la Universidad fue estudiante
distinguido. En unión del Dr. Aparicio
Ortega se desempeñó con brillo en los
certámenes públicos. Ortega hace alusio
nes honrosas de su condiscípulo en «El
Foro», lamentando que haya desapareci
do tan prematuramente de la escena dela
vida. Antes de coronar su carrera lite
raria estuvo en Lima dos años, estu
diando el progreso cultural de la ciudad
de los Reyes. Casado con Doña Luisa
Suárez no dejó descendencia.
Adriano, hermano menor del anterior,
119
blos con valor y abnegación; hasta que
la Campaña de la Restauración le abrió
las puertas de la Patria. Tuvo por espo
sa a una mujer espiritual, Doña Cruz
Avendaño, que supo labrar la felicidad
de su hogar. Lucila y César, sus hijos,
heredaron las bellas cualidades de sus
padres; vive aún la primera que es mode
lo de virtudes.
El Dr. Teodoro Montalvo heredó las
figuró como Magistrado y patriota si
guiendo las huellas que le trazaran su
padre y sus tíos D. Juan y D. Francisco
Javier. Abogado probo y de vastos cono
cimientos llegó a ser Ministro Juez de la
Corte Suprema. Como Gobernador de
la Provincia del Tungurahua y Rector
del Colegio «Bolívar» ha dejado gratos
recuerdos de su actuación eminentemente
patriótica. Siendo Presidente del Concejo
promovió el progreso material y formal
del Cantón con la apertura de varias
calles y de dos plazas y con el fomento de
la Instrucción Pública.
Desterrado como sus tíos en Ipiales,
tomó parte activa en la campaña del Nor
120 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
te contra el Gobierno del Gral. Veinte-
milla. Dos ocasiones representó a su
Provincia: en la Convención de 1883 y en
el Congreso en que se aprobó el Tratado
Herrera— García, sin su voto, desde
luego.
Fue casado con la bella y virtuosa Sra.
Dña. Victoria Suárez. Sus hijas son ac
tualmente el ornamento de la sociedad
ambateña.
César Montalvo fue, acaso, el sobrino
a quien más distinguía D. Juan. Le esti
mulaba a que se dedicara a las Letras y
cultivara la gaya ciencia. César cursó la
segunda enstrUnza en Ambato y en Qui
to y satisfizo el deseo de sus padres con
sagrando sus relevantes aptitudes a los
trabajos del espíritu. Escribió un her
moso opúsculo sobre la Guerra del Pací
fico y varias poesías, algunas de ellas re
JUAN LEON MERA
Es el primer novelista del Ecuador. Como
poeta y crítico y escritor humorista, ocu
pa también un puesto en primera fila en
tre los más encumbrados literatos caste
llanos del siglo XIX. En la historia de
la literatura continental, Mera toma relie
ves inconfundibles por su labor persona-
lísima, que corresponde, a la vez, a un
ferviente y bien intencionado afán de ori
ginalidad literaria, dentro de un alto
concepto americanista.
Su novela Comanda— «especie de nove
la poema que acaso Chateaubriand trocara
por su Atala y sus Natchez», según
opinión del ilustre Alcalá Galiano, — con
Maria de Jorge Isaacs, es la producción
más alta del período romántico en Amé
rica. Marcelino Menéndez y Pelayo, don
Juan Valera, Rubio y Lluch, Alarcón,
Pereda y los críticos más avisados de
la Península, no vacilaron en coincidir,
en diversas formas, con aquella opinión
del Conde de Torrijos
Su poesía es abundante y rica, dentro
de una forma perfecta, aunque no inflexi
ble. Poesía patriótica, poesía erótica,
moral y filosófica, poesía jocosa y fábu
las, han venido a constituir el acervo
más valioso y vario de la producción
literaria de la época de Mera.
producidas en El Pichincha, que fundó
con Miguel Aristizábal a raíz del friunfo
de las armas liberales en Gatazo. La se
gunda edición de El Cosmopolita es
obra de su esfuerzo patriótico. El Gene
ral Alfaro le nombró de su Secretario pri
vado, y luego le envió a Italia como Se
cretario de la Legación del Ecuador en
Roma. Es digna de ver la luz pública la
correspondencia que dirigió al amigo de
su juventud Dn. Celiano Monge, por el
arte y la gracia con que expresa las im
presiones recibidas en esa tierra clásica.
Una copia de ella conserva su hijo Juan
Francisco, fundador de las revistas ilus
tradas «Ecuatorial» y 'Cultura», y editor
de este libro. César Montalvo fue Profe
sor de Retórica en el Colegio «Bolívar», y
como Montalvo que era, sufrió también
en Lima y en Ipiales las penalidades del
proscrito
En cuanto a sus estudios críticos —
preferentemente sobre la literatura ecua
toriana del tiempo de la Colonia y de
mediados de la República,— son funda
mentales para el conocimiento y apre
ciación de lo que fue el movimiento inte
lectual de este país en esas épocas.
A este respecto, se ha discutido mucho,
pensando en el gran aporte de don Pablo
Herrera. Pero resulta que tal aporte es
más bien de inapreciable importancia his
tórica, casi de simple cronología; pero no
de gran valor crítico. Juan León Mera
no solamente realizó una prolija investi
gación de erudito, sino, sobre todo, una
severa selección de honrado censor lite
rario.
La fábula apenas ha sido cultivada en
el Ecuador con Fr. Vicente Solano,
Luis Cordero y Rafael García Goyena;
sin embargo, ha sabido Juan León Mera
levantar el mejor aporte, en tal género,
para la literatura americana.
Cuentista, en fin; iniciador de un nuevo
género literario—la leyenda poética, de
fondo generalmente elegiaco, y sobre mo
tivos indígenas, de la historia o de la
raza,— y escritor de costumbres, humo
rista y hábil evocador de caracteres y
de tipos, Juan León Mera es una de
 LOS GRANDES AMBATEÑOS DEL SIGLO XIX
las más altas y puras glorias de las
letras latinas, en esta parte del mundo.
Nació Juan León Mera en Ambato, el
mismo año en que advine a la vida su
ilustre conterráneo don Juan Montalvo.
«Recuerdo—escribe el ilustre autor de
Cumanda, en sus Apuntes inéditos—
porque las cosas de la primera juventud
o de los años que la preceden se graban
profundamente en nuestra memoria; re
Juan Leon Mera
quín de Araujo, distinguido por su virtud
y saber; sacóle de pila el Coronel don Ni
colás Vásconez, y diéronle por nombre
Juan León-.
Muy niño quedó huérfano; y, como su
madre no disponía de recursos, largos y
desesperados años pasó de soledad y de
pobreza. No pudo educarse en ningún
colegio.
Sin embargo, tan luego como aprendió
a leer en su casa, demostró vivísima in
clinación a las obras literarias. Leyó todo
cuanto tuvo a su alcance, iniciándose lue
121
cuerdo que, como lo dice Cevallos, pra yo
un muchacho de aspecto melancólico, agrio
de genio y bastante huraño. Estesér tris
te e infeliz, para quien parecía que no
guardaba el porvenir otra cosa que una
vida vulgar y un sepulcro donde vida y
nombre se sumieran para siempre, nació
en Ambato, el 28 de Junio de 1832, a las
cinco de la mañana. Bautizóle el mismo
día en la iglesia Matriz el Dr. Dn. Joa-
go en la producción poética, que en él fue
sencilla y espontánea como el cantar de
los pájaros.
Muy pronto el joven estudioso encontró
un protector decidido y entusiasta: el se
ñor doctor don Nicolás Martínez, uno
de los varones que, en el solar ambateño,
más se han distinguido por sus filantró
picas virtudes y su civismo.
El mismo Juan León Mera, en la memo
rable defensa que hizo de su protector,
cuando la calumnia pretendió herirle, lo
confiesa con sinceridad y nobleza: fue un
122 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
La quinta de Atocha, morada predilecta del poeta, en la cual pasó la mayor
parte de su vida fructífera y modesta.
niño pobre y desvalido y, sin esa opor
tuna protección, su talento y geniales
aptitudes acaso se habrían perdido.
Literariamente, Mera tuvo, pues, que
ser un autodidacta. Semejante particu
laridad nunca sorprendió tampoco, al
tratarse de otros excelsos varones ecua
torianos del siglo XIX: la instrucción par
ticular, si no lo fue todo en los mismos que
obtuvieron enseñanza secundaria y uni
versitaria, fue la mayor parte de su pre
paración individual. Sabido es, por otra
parte, que esas enseñanzas más bien re
sultaban, por la deficiencia pedagógica y
la aridez de la materia escogida, an
tes un obstáculo para el desarrollo
armónico y libre de las facultades inte
lectuales de la juventud de ese tiempo.
Por eso fue que Montalvo abandonó la
Universidad y fuése a cultivar lo que
a él le gustaba, en la soledad de sus
campos preferidos.
Lenguas vivas y muertas, historia, pre
ceptiva y todo cuanto fue menester para
formar su cultura, aprendió el joven
Mera por sí solo.
Más tarde, no obstante, sorprenderá,
así en América como en España, el gran
saber, la extrema pulcritud de lenguaje
y el arte del estilo del inspirado cantor
de la libertad americana y del progreso
—a lo Quintana;— del novelista román
tico y del crítico sagaz y penetrante.
Sus primeros artículos y poesías pu
blicó Mera en revistas y periódicos más
o menos conocidos del país. Sólo para
el año de 1858, es decir, a los 26 años de
edad, se decide a la publicación del pri
mer volumen de las segundas, que alcan
zan feliz acogida.
Poco tiempo después publica la vir
gen DEL sol, admirable leyenda sobre
motivo indígena, que despierta entu
siasmo y admiración entre críticos na
cionales y extranjeros. La primera edi
ción se agota pronto y se hace una segun
da en Barcelona.
Desde entonces, el prestigio del autor
ambateño se extiende día a día. Insig
nes literatos españoles y americanos
entablan relaciones epistolares con Mera,
reconociendo en él uno de los más inspi
rados poetas de la época. La publica
ción de Cumandá confirma luego la jus
 LOS GRANDKS AMBATF.ÑOS DEL SIGLO XIX
Un rincón del estudio de Juan León Mera, en la quinta de Atocha, que conserva
muchos toques personales del ilustre autor del Cumandá.
ticia de la admiración que se le tri
buta.
En el año de 1865, desempeñaba Juan
I/eón Mera el cargo de Secretario del
Congreso Nacional del Ecuador, en la
Cámara del Senado, cuando fue propues
to para que escribiese la letra del Himno
Nacional, que aun no tenía este país.
Después de algunas vacilaciones aceptó
el encargo; y, a la vuelta de pocos días,
fue presentado a la Legislatura nacional
ti trabajo, que ella aprobó sin modifi
carle nada.
El Himno Nacional había sido escrito
en los momentos precisos en que el patrio
tismo se vió nuevamente exaltado a causa
de los intentos reivindicadores de España,
que había enviado su escuadra al Océano
Pacífico. Todos los países hispanoame
ricanos levantaron contra España su viril
protesta por la pretensión de reconquista:
los ánimos estaban caldeados también en
el Ecuador; y he aquí que el himno com
puesto por Mera tuvo que responder al
estado moral de la nación. El canto era,
así, la voz del patriotismo triunfador y
glorioso, y el acento airado, a la vez, de
un pueblo eminentemente libre, con plena
123
conciencia de su historia e indomable a
las amenazas.
El Himno, luego de aprobado por el
Congreso, se publicó por primera vez en
El Sud AMERICANO, semanario de Qui
to, el 16 de Enero de 1866.
Unos 22 años más tarde, con todo, el
Ministro Plenipotenciario de España, D.
Manuel Llorente Vásquez, provocó vio
lenta polémica a propósito de los após-
trofes y reminiscencias patrióticas del
himno. Juan León Mera aclaró con toda
energía y argumentos lógicos las razones
que había para que el himno del Ecua
dor— «el mejor himno nacional conocido
en Sud América-,—fuera así, sin qui
tarle una coma.
Cuando compuso el Himno nacional
del Ecuador, contaba Juan León Mera
alrededor de 33 años.
Su colaboración literaria en periódicos
nacionales y extranjeros nunca fue esca
sa : en la revista ecuatoriana, el
FENIX, EL AMIGO DE LAS FAMILIAS,
raza latina, etc., etc. su producción
en prosa y verso era frecuentísima.
 124 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
tarde se han coleccionado algunos de
esos trabajos en volúmenes que el amor
filial de Trajano Mera, otro gran literato
ambateño, ha podido editar.
Los principales libros publicados por
Juan León Mera, son: poesias (1 vol.);
cumandá; la virgen del sol (Melo
días indígenas); ojeada histórico
CRÍTICA SOBRE LA POESÍA ECUATORINA;
CANTARES DEL PUEBLO ECUATORIANO;
MAZORRA Y OTRAS LEYENDAS; FÁBULAS;
ESTUDIOS BIOGRÁFICOS; ENTRE DOS
TIAS Y UN TIO; TIJERETAZOS Y PLUMA
DAS; GARCIA MORENO, y otras de carác
ter didáctico.
También fue escritor político, y como
tal, no pudo sustraerse a las violentas
polémicas: afiliado al Partido Conserva
dor, católico acendrado, defendió con
todo vigor y sinceridad sus conviccio
nes y creencias. Nunca fue, por lo mis
mo, amigo de Montalvo, a pesar de que
éste guardaba muy estrechas relaciones
de amistad con la familia del poeta.
Como literato, grandes honores alcan
zó en su patria y en el extranjero. En
1870, fue elegido Miembro Correspon
diente de la Real Academia Española,
siendo de los primeros—con D. José Ma
ría Vergara y Vergara en Colombia, y
PEDRO FERM IN
En la historiografía ecuatoriana, el P.
Juan de Velasco es el iniciador y laborio
so compilador de noticias y referencias
indispensables; el Dr. Pedro Fermín Ce-
vallos quien las somete, él primero, al
análisis de historiador moderno, conti.
nuando la relación a base de documenta
ción rigurosa; y el limo. Dr. Federico
González Suárez quien las amplía y de.
pura, gracias a su extensa cultura cien
tífica y a la oportunidad de sus viajes,
que le permitieron el aprovechamiento de
nuevas fuentes de investigación y cono
cimiento.
El doctor Pedro Fermín Cevallos es>
pues, el historiador de lógica severa»
puesto entre el estudioso y patriota je
suíta que aportó todo cuanto le fue dable
saber en sus veinte años de laboriosas
averiguaciones sobre la antigüedad de
D. Julio Zaldumbide en el Ecuador,—
a quienes tocó tal honor en América.
Fue también individuo de la Academia
de Buenas Letras de Sevilla, y de innu
merables corporaciones y sociedades lite
rarias de ambos continentes.
En el Gobierno del país desempeñó
importantes cargos, aceptados más bien
en gracia de su filiación política. Fue
Gobernador de las Provincias de León
y Tungurahua; Diputado a varios con
gresos nacionales; Presidente de la Cá
mara del Senado: Presidente del Tribu
nal de (dientas de Quito, etc.. etc.
Vivió siempre en su delicio-so retiro del
pueblo de Atocha, cerca de Ambato, con
ligeras interrupciones, a que le obligaban
sus temporales traslados a otras ciudades
por el desempeño de algunos de los car
gos que hemos anotado.
Murió en ese mismo poético retiro,
rodeado de la amorosa solicitud de sus
hijos y ante el estupor doloroso de la
ciudad que tanto había querido, el día
13 de Diciembre de 1894.
Literato eminente, de renombre conti
nental, y ciudadano de sólidas virtudes,
es otro de los valores humanos con que
Ambato ha contribuído a la mayor gloria
rie la Patria ecuatoriana.
CEVALLOS
nuestros pobladores indígenas y sobre
la Conquista española y primeros años
de la Colonia; y el historiador científico,
que aprovecha de todo lo descubierto y
escrito, para su labor comparativa y de
fidedigna comprobación.
¿Quién fue el señor doctor Cevallos y
cuál su obra histórica y literaria? ....
Nació el ilustra historiador en Ambato,
el día 7 de Julio del año 1812. Sus estu
dios secundarios y universitarios los hizo
en Quito, donde, por el año de 1838, se
graduó de abogado, muy a pesar suyo,
pues que nunca le gustó aquella carrera.
Como buen estudiante no se distinguió
en su juventud, que transcurrió desperdi
gada y obscura. Nadie tampoco creía que
aquel desaprensivo muchacho fuese capaz
de una consagración seria a un dete
nido trabajo.
 I.OS GRANDES AMBATEÑOS DEL SIGLO XIX 125

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£¿<>t #s ¿¿¿¿ic^eiu-, ^¿P*• ******* ¿¿f¿¿*«? ¿* 4* 'Sí*

UN AUTOGRAFO DE JUAN LEON MERA

Una página de los interesantes y apenas conocidos «Recuerdos y apuntes varios»,
escritos por el año de 1866, y en los cuales se encuentran muchos y valiosos datos
referentes a la vida íntima del ilustre escritor. Mera declara que se propuso con
signar en ellos sus apreciaciones sobre historia, biografía, literatura, política, etc.,
procurando que apareciesen algunos rasgos de su propia personalidad y carácter,
ya que su modestia le vedaba el componer una autobiografía formal.
 126 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
Así llega, según lo hace notar don Juan
León Mera en una biografía, a los 40
años de edad, en que recientemente co
mienza a exhibir sus aptitudes de histo
riógrafo, literato y hablista. Desde poco
tiempo antes, figuraba también ya con
ventaja en el terreno político-
Lucía el doctor Pedro Fermín Cevallos
—hijo que fue de don Mariano Cevallos y
de doña Victoria Villacreces—muy claro
abolengo. Su abuelo materno, fue D. Fer
nando Villacreces, natural de Salamanca,
en los reinos de España, en donde era
Mayorazgo, y estaba entroncado con las
señoras Marcela y Rosa Jiménez de Vi
llacreces, nativas de Ambato, las cuales
casadas, respectivamente, con los herma
nos Nicolás y Salvador Cayzedo Ines-
trosa (dice un ilustre colombiano) fun
daron en Cali dos familias ilustres, fe
cundas en próceres y mártires.
El abuelo paterno de nuestro historia
dor procedía también de buena cepa
española. Dn. Pedro Fernández Cevallos,
natural de Mariquita, añadió a sus ante
cedentes nobiliarios el honor con que se
desempeñó cumpliendo en el Reino de
Quito importantes comisiones. En otra
sección de este libro, hemos trazado a
grandes rasgos la biografía de este per
sonaje. Fomentó el cultivo y la explo
tación de la canela en el Oriente; ayudó a
debelar las sublevaciones de los indíge
nas de los pueblos circunvecinos de Am
bato; como Teniente General de Corre
gidor de la Villa, hizo valer con celo
los derechos de Patronato de la Monar
quía en asuntos eclesiásticos, y adminis
tró diligentemente los intereses de la
Junta de Temporalidades que pertene
cieron a los Jesuítas.
El padre de nuestro historiador, Dn.
Mariano Cevallos, fue una persona im
portante y benévola. En la Guerra de
la Independencia favoreció a güelfos y
gibelinos. Fue el garante de patriotas
capturados por orden del Presidente
Montes, habiendo favorecido antes a los
realistas, como al teólogo Dr. Miguel Arau-
jo y al Corregidor Dn. Ignacio de Arteta,
facilitándoles la fuga y poniéndoles a
cubierto de la persecución activada contra
ellos por los que secundaron en la expre
sada Villa la acción revolucionaria de
la Segunda Junta Gubernativa de Quito.
Atávica fue, pues, en el Dr. Cevallos la
bondad de corazón, que dió realce a las
demás virtudes del historiador.
Concurrió a tres Legislaturas: al Con
greso de 1847, como Diputado; al de
1867, como Senador, y a la Asamblea
Nacional, instalada en Guayaquil, como
Secretario.
Fue Ministro de Estado por pocos
meses en la Administración del General
Urvina; Ministro Fiscal en la Corte Su
perior de Guayaquil; Ministro Juez de
la Suprema o Alta Corte de Justicia, en
dos épocas distintas, y Vocal de la Comi
sión Codificadora establecida en 1867.
Colaboró en casi todos los periódicos
de Quito y en varios de los antiguos de
Guayaquil desde 1853.
Sus obras principales son las insti
tuciones DE DERECHO PRACTICO ECUA
TORIANO; los seis tomos del resumen
DE LA HISTORIA DEL ECUADOR; la GA
LERIA BIOGRAFICA DE ECUATORIANOS
ILUSTRES; el COMPENDIO DE LA MISMA
historia, en 500 páginas; y el breve
CATALOGO DE ERRORES EN ORDEN A LA
LENGUA Y AL LENGUAJE CASTELLANOS,
precedido de una disertación académica.
La segunda edición de su Resumen
de la Historia del Ecuador, hecha
en Guayaquil, salió plagada de errores
tipográficos que deslucieron la tersura
de la dicción. Icazbalceta, Julio Calcaño
y Rafael Obligado le aconsejaron que
emprendiera una nueva en París o en
Madrid, para que lo material correspon
diese al mérito de la obra. Entonces el
escritor mexicano le dijo: «Mocho honra
a Ud. la composición de esa obra de que
he leído con gusto largos trozos, y con
verdad digo que ojalá hubiera entre no
sotros cosa semejante». Dn. Julio, a su
vez: «Yo he leído ya con detenimiento
gran parte de su interesante Historia, en
la cual se ven de resalto junto con las
prendas del historiador ilustrado el refle
jo de la honradez y la virtud del corazón
de Ud.» Dn. Rafael Obligado, después
de llamar la obra, admirable, dice que
ha leído con placer y provecho el primer
tomo, por sus condiciones literarias y agru
pación sintética de tan dramáticos hechos.
Felizmente, el Comité «Cevallos», esta
blecido en la ciudad de su nacimiento, está
allegando fondos para la deseada nueva
 LOS GRANDES AMBATEÑOS DEL SIGLO XIX
edición, y ya ha conseguido por Decreto
Legislativo que los Consejos Escolares de
la República contribuyan con su contin
gente pecuniario.
El Dr. Cevallos perteneció también, co
mo Miembro Correspondiente, a la Aca
demia de la Historia y de Buenas Letras
de Sevilla, a la Sociedad Colombina Onu-
bense, a la de Letras de la Habana, etc.
En 1861 el Vicepresidente de la Repúbli
Dr. Pedro Fermin Cevallos
de Mr. Weisse. Esta contribución de Ce
vallos le sirvió al Dr. Wolf, ya para corre
gir errores de las Cartas antiguas en las
secciones de la República que no pudo vi
sitar personalmente, ya para decidirse en
casos dudosos, en que encontraba los an
tiguos materiales en contradicción, a tra
zar con exactitud los linderos de las pro
vincias.
Reconocido el sabio alemán le expresa
ba, en carta de 11 de Julio de 1890: «Debe
servir a Ud. de gran consuelo la concien
cia de haber llenado dignamente su larga
carrera aunque no fuese más que con la
publicación de la Historia del Ecuador,
127
ca, Dr. Mariano Cueva, le extendió el
Diploma de Miembro de la Academia Na
cional, refrendado por el Ministro de Es
tado, Dr. Rafael Carvajal.
Para coronar su obra histórica se dedi
có, en sus últimos años, a profundizar el
estudio de la Geografía del país. Traba
jó una Carta del Ecuador y un Atlas de
las provincias, basado, en su mayor parte,
en la Carta de Maldonado y en los planos
con la cual Ud. se puso un monumento
aere perennius más duradero que el
bronce. Lo que para el Ecuador en el
siglo pasado fue Maldonado en materia
de Geografía, en el siglo XIX es Cevallos
en la Historia».
El importante papel que el Dr. Cevallos
ha desempeñado en el mundo literario
está realzado con el mérito de la inicia
tiva. Verdad es que el P. Velasco fue el
primero en «descorrer el velo de las Anti
güedades ecuatorianas»; pero en su His
toria del Reino de Quito, fruto de más de
veinte años de trabajo, escrito en medio
128 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

de las dolorosas vicisitudes de su vida,

no entraña todas las condiciones indis
pensables que exige el género literario a
que pertenece; y bien podemos compa
rarla, como lo hace un compatriota nues
tro, con un precioso gabinete de numis RESUMEN. 1
mática que contiene una infinidad de pie
zas de varios metales y clases, en que se
confunden las auténticas y útiles con las
apócrifas y perjudiciales. El Dr. Cevallos
aprovechó el cúmulo de noticias atesora
das por el ilustre riobambeño; y, emplean «ENDE M ORIJEJi IHXTi \m
do en la selección recto criterio, desechó
lo absurdo y convencional. Su narración,
ataviada, dirémoslo así, con la sencillez de
un estilo fácil y correcto, y en donde pre
pondera la imparcialidad de los juicios, se
enriquece, bajo la unidad de un plan bien
concebido, con el resultado de nuevas in
vestigaciones. Hasta 1845. o sea hasta el
triunfo del partido liberal con la separa
ción de Flores, abraza el «Resumen» un
extenso período de tiempo, que manifies
ta la magnitud de la empresa que tomó
sobre sí, arrostrando toda dificultad con
la admirable tenacidad de su carácter. Al
considerar la animación de su relato, pa
rece que nuestro historiador perteneciera
a la escuela preconizada por Caro, la que
consiste en presentar al frente de los
acontecimientos que más o menos influye
ron en el mejoramiento social, a los per
sonajes que como causa inmediata inter Facsímile de la portada del Resumen
vinieron en ellos- de Historia del Ecuador. Edición de
Como biógrafo, su competencia lo ha Lima, 1870.
llevado a un puesto principal entre noso que fue el decano de los escritores espa
tros; como por las circunstancias en que ñoles, el amor a los estudios filológicos,
dió nueva vida a sus celebridades predi
y el raro privilegio de no haber susci
lectas: Velasco, Alcedo, Maldonado, etc., tado odios ni envidias a pesar de sus mé
etc. ritos; y del segundo, la misión de histo
Toma también la iniciativa en las dis riador y la afabilidad del carácter, con
quisiciones lingüísticas, y el afán cons que se hacía accesible a todos.
tante que ha desplegado en la depuración Se gozaba de que su Historia haya sido
del lenguaje, hará imperecedero su re motivo para que González Suárez amplíe
nombre. y esclarezca la parte primitiva y colonial
con el tesoro de su inmensa erudición,
Entre los testimonios valiosísimos de reconociendo en este sabio sacerdote al
aprecio y admiración que le dirigían in Niebuhr y Mommsen de nuestra renova
dividualidades eminentes, sólo recordare ción histórica.
mos los dictados de "benemérito de las Una ocasión que Herodoto leía su His
letras patrias» y «promotor de nuestra toria a los griegos, al celebrarse la fiesta
cultura intelectual», con que supo hon en honor de la diosa tutelar de Atenas,
rarle la Academia Ecuatoriana, correspon viendo que Tucídides, joven aún, no po
diente de la Real Española, de la que fue día contener las lágrimas, emocionado
su primer Director. con la mágica narración de tantos hechos
Con Hartzenbusch y Groot conservaba heroicos, le pronosticó que sería honra
mareadas analogías: tenía del primero, de la Patria. La generación que se levan
 LOS GRANDES AMBATEÑOS DEL SIGLO XIX
ta, si quiere ser honra de la suya, al sa
borear el clásico relato de los sete tomos
del Resumen, en donde se reflejan nues
tros triunfos y desastres, nuestras espe
ranzas y decepciones, debe figurarse que
Cevallos desde el trono de la inmortalidad
pronostica sus glorias y la realización de
sus legítimas ambiciones. Nadie como él
amó tánto a la juventud, a la que amones
taba, prevalido de su propia experiencia,
abandonar los delirios y pasatiempos que
LUIS A.
Al referirse el crítico literario a la suer
te que en el Ecuador ha corrido la novela,
en épocas pasadas, forzosamente tendrá
que citar estas dos: Cumandá, tipo de
novela romántica, y A LA COSTA, tipo de
novela realista, aunque ésta, en la compa
ración, no fuese de los alcances de la pri
mera.
Ambas producciones corresponden, por
extraña coincidencia, a dos ambateños,
que tuvieron un alto y fuerte sentido del
arte y que, además, poseyeron una muy
fina sensibilidad cordial: Juan León Mera
y Luis A. Martínez.
Martínez, en efecto, es uno de los gran
des artistas espontáneos que, en esta
tierra de milagro, se produjeron y supe
raron, por encima de las deficiencias del
medio y de las dificultades de la cultura
ambiente. Fue novelista, fue pintor, y
gran amante de la Naturaleza, que él
supo ver con ojos raramente penetrantes.
No será A la costa una novela de téc
nica admirable y que resulte ejemplar
por su forma dentro de la historia de la
literatura americana; pero ella es, por
otras virtudes literarias y psicológicas,
lo mejor que la tendencia realista ha
producido en esta parte del Nuevo Mundo.
En una época en que las batallas litera
rias adquirían, también en América, los
mismos—y quizás peores—caracteres de
violencia que en Europa, el triunfo de
Luis A. Martínez, con su novela viviente
y palpitante y sus artículos de costum
bres, que parecen fotografías regocijadas,
constituye un acontecimiento excepcional.
Sin embargo, no es solamente el mérito
literario lo que determinó su imposición,
129
enervan el espíritu para ascender a la
sabiduría, que sólo se consigue «al doble
golpe del dolor, que es el estudio y del
hacha que es la necesidad».
Siamamosa la Patria, rindamos un culto
perenne de veneración al notable juris
consulto, insigne filólogo y eminente his
toriador; pues que los grandes hombres
son las piedras miliarias, que señalan el
rumbo del progreso de las naciones en la
senda de su engrandecimiento.
MARTINEZ
sino las excelencias de su observación pe
netrante, el motivo esencial de la fábula
—que resulta de gran importancia para el
sociólogo y el político ecuatorianos;—por
el valor de la descripción, que es tan
precisa, fiel y animada y cálida como en
el propio Blasco Ibáñez, y por la emoción
intensa que vibra en todas las páginas del
libro.
A la costa es, por otra parte, tras la
urdimbre novelesca de la forma, libro de
revelaciones dolorosas, de análisis de la
vida de un pueblo que se debate entre el
fanatismo religioso, la podredumbre mili
tarista y el odio— todavía primitivo— de
una aldea a otra, de una región a otra y
de una raza a otra, con sus intransigen
cias y sus prejuicios y sus crueldades,
hasta hacer la nacionalidad difícil y la
vida individual imposible! ... Es libro,
en suma, que pone ante los ojos del lector
la triste existencia de un pueblo enfermo,
carcomido por los prejuicios de religión
y de casta, por la pobreza y la feroci
dad regionalista.
Así, A la COSTA, como es obra de arte
literario, es también obra de sociólogo y
de político veraz. Y como la novela es
realista, la descripción es cruda aun en
las partes más peliagudas que la gente
disimuladora y prudente no ha osado ex
presar. Acaso esta circunstancia, por otro
lado, ha contribuído a la limitación en la
difusión de tal libro, y al desconocimien
to por parte de infinidad de críticos na
cionales mismo, encargados de hacer la
propaganda de la producción ecuatoriana
en el extranjero. Más conocidos, con
todo, son los «Disparates y Caricaturas»,
130 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
colección de sus admirables artículos de
costumbres.
Esto en cuanto a la literatura de Luis
A. Martínez. Por lo que respecta a su
obra de pintor, ella corresponde al afán
de valiente realismo que caracterizó toda
su concepción artística. Sus cuadros—y
algunos de ellos sólo se encuentran lejos,
en museos distantes,— han logrado evocar
plenamente el triste encanto de las sole
Dn . Luis A. Mart
parece haberlo fijado con su pincel sobre
la sepia de la Cordillera. Sentía singular
atracción por los árboles desnudos, de ra
mas orantes, por el nevado imponente,
por el cielo distendido, casi sin confín, por
esa quietud de relámpago y de bruma que
sintió tantas veces en sus ascensiones al
Tnngurahua». ... *
Soledad Eterna y Réquiem, son dos
de sus más conocidas obras de paisajista.
' Augusto Arias: en elogio de ambato.
dades infinitas, de los yermos dolorosos
de las mesetas y de las nieves perpetuas,
que se extienden más allá de las cumbres,
ahí en donde la vida ha muerto y se le
vanta el hórrido silencio del misterio
«Sin escuela, sin la visión educadora de
los museos e impulsado solamente por ese
genio oculto de los artistas, Martínez
pintó el paisaje solemne de los Andes.
Sorprendió el huracán de las alturas, que
Pero la consagración de Luis A. Mar
tínez para el arte — literatura o pintura,—
no es exclusiva. Él expande su energía
vital sobre variedad de experiencias y de
impulsos, que tienen éxito también. Es
Martínez, así, un tipo de energía y labo
riosidad perfectas, que no se disfumina o
desperdicia. Cuando no escribe novelas
o regocijados artículos de costumbres,
cultiva la tierra y, de tal experiencia, saca
valiosos apuntes para libros de divulga
ción técnica Su CATECISMO de agri
cultura es resumen de anteriores traba-
 LOS GRANDES AMBATEÑOS DEL SIGLO XIX 131

«La Liria ., quinta de propiedad de la familia Martínez, en donde Don

Luis pasó sus últimos días. - Abajo, la tumba de Luis A. Martínez,
en el Cementerio Municipal de A mbato.
 132 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
jos en que puso más ampliados y profun
dizados sus conocimientos.
Y cuando no tiene tiempo para escribir
libros, pintar cuadros, cultivar tierras o
administrar ingenios de azúcar, se dedica
a la política—complemento inevitable de
las actividades de todos cuantos valen en
su país. Y en la política también sobre
sale, por la honradez de sus convicciones
acendradas, por sus iniciativas y por su
encendido civismo. Llega al Ministerio
de Instrucción Pública, y su primer paso
es depurar la actividad docente, reducien
do los establecimientos de educación con
fesional. Luego propone y alcanza del
Gobierno la iniciación de un ferrocarril
al Oriente ecuatoriano.— El Ferrocarril al
Curaray,—que debe unir las poblaciones
interandinas con la región inmensa del
Amazonas. Esa vía proyectada por Mar
tínez es la gran vía comercial del porve
nir, vía estratégica contra las incursiones
extranjeras y que llegará a ser, según él
piensa, la principal arteria por donde
JUAN BENIGNO
Uno de los más notables políticos libe
rales del Ecuador. Se debió a él, en gran
parte, aquello que de fundamental tuvie
ron las primeras leyes renovadoras, dic
tadas a raíz del triunfo del Partido Libe
ral ecuatoriano, en 1895.
Antes de esta época, distinguióse, sobre
todo, como escritor político. En su ju
ventud fundó valientes periódicos para
combatir el militarismo, la arbitrariedad
gubernativa y los abusos de toda clase.
Como luchador y como polemista, alcanzó
luego, gran prestigio, siendo uno de los
más apasionados discípulos y admirado
res de Montalvo, de quien llegara a ser
confidente y secretario.
De 1895 para adelante, le veremos siem
pre en la Gobernación, en el Parlamento,
en la actividad municipal o en pleno com
bate político, consecuente con su civismo
indeclinable y valeroso.
El Dr. Juan Benigno Vela nació en
Ambato el 9 de Julio de 1843. Fueron
sus padres don Juan Pío Vela y doña Mer
cedes Hervas, nieta ésta de don Joaquín,
que murió arcabuceado en la plaza de
circulará la vida del porvenir ecuato
riano.
Y he aquí a Luis A. Martínez, ejemplar
hombre de acción, en sus variadas faces:
novelista; escritor regocijado y penetran
te; pintor; agricultor; funcionario público;
político y, en todo, de los primeros.
En su juventud, no dió nada por qué
pensar en su futura laboriosidad y bri
llante distensión de energías. Según
anota Manuel J. Calle—quien prologara
A la costa y, luego, le dedicara uno de
sus comentarios más notables,— los años
de la adolescencia se le transcurrieron
más bien como los de cualquier galopín
sin porvenir. Pero el sentido de la vida,
surgió de repente, todopoderoso, en Luis
A. Martínez, y de ahí proviene su obra—
que es intensamente sentida, como los
años -tan desiguales— de su batalladora
existencia.
Aún no tenía 40 años cuando murió en
Ambato, en el año de 1909.
VELA
Mocha, el año de 1812, por las tropas espa
ñolas de Montes-
Fue, desde niño, muy decidido por el
estudio: si no tenía dinero con qué ad
quirir libros, vendía cualquier pieza de
vestir de su escasísimo ropero, para sa
tisfacer esa apremiante necesidad de su
espíritu. Mientras le fue posible hacerlo,
leía personalmente: cuando cegó, hacía
que le leyeran su cuñada, doña Zoila v.
de Chiriboga y, especialmente, su inteli
gentísima y digna esposa, doña Mercedes
Ortega Fernández.
En el año de 1891 quedó viudo el Dr.
Vela, con siete tiernos hijos. El mayor
de éstos fue Cristóbal, quien, pocos años
después, y siendo todavía un adolescente,
se batió junto a las huestes liberales con
tra los conservadores, en el memorable
combate de LA LIRIA (el Socabón), ocu
rrido el día 17 de Agosto de 1895. En
una de las peripecias del encuentro, cier
to soldado negro del Batallón No 4 fbale
a asesinar, cuando la intervención de los
jóvenes quiteños Agustín Cabezas y En
rique Bustamante López, que lograron
eliminar al negro.oMe salvó la vida.
 LOS GRANDES AM BATENOS DEL SIGLO XIX
La segunda hija del doctor Vela, Cori-
na, distinguióse, como su padre, por la
severidad de las costumbres, su gran con
tracción a la lectura y su ilustración: fue
la secretaria preferida de su padre: ella
leía los expedientes y le ayudaba en el
despacho profesional; pues que éste era
la única fuente de sustento con que con
taba el Dr. Vela.
Espíritu romántico por exelencia, tuvo
inquebrai.table fe en los postulados de la
Doctor Juan Benigno Vela
vaciló en enunciar las verdades más deto
nantes. Sus periódicos fueron: el com
bate, LA IDEA, EL ARGOS y EL PELAYO.
El combate fue la única voz de pro
testa en la aciaga administración de Caa-
maño; y, reconociéndolo así, los liberales
de la República apoyaron decididamente
esa publicación, tuvieron los más francos
aplausos para el valiente periodista y le
obsequiaron una artística pluma de oro.
Los encargados para efectuar la entrega
fueron distinguidos liberales de Ambato,
133
Libertad, la Igualdad y la Fraternidad,
por los que tanta sangre generosa se ha
derramado en el mundo. Esto le llevó al
terreno político, dispuesto a ser siempre
un campeón de las libertades públicas y
de los inalienables derechos del pueblo.
Su pluma de escritor o su voz de parla
mentario, tuvieron, por eso, autoridad,
dentro de las violentas luchas de nuestra
democracia.
Castizo y muy bizarro periodista, nunca
y quien llevó la palabra fue el señor don
Celiano Monge, nuestro erudito colabo
rador"
Por cierto, ya antes había demostrado,
en época terrible, su decisión y coraje para
el combate político; pues que inicióse cuan
do aún gobernaba en el Ecuador D. Gabriel
García Moreno, quien le dió de alta en
un batallón que guarnecía Ja plaza de
Quito, por un discurso que pronunció con
ocasión de haber muerto en el destierro
el doctor Auz. Siete meses permaneció
 134 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
como soldado raso, en pocilgas inmundas;
ya que, por aquella época, los cuarteles
no eran otra cosa. Por intervención del
cirujano del Cuerpo y de los doctores Ro
dríguez Maldonado y Gándara, pudo con
seguirse que, en calidad de enfermo, pa
sara al Hospital, a la sala de oficiales;
pero una mañana que García Moreno re
corría, como de costumbre, el estableci
miento, encontró al doctor Vela que reci
bía el sol en la azotea del departamento
de oficiales, le increpó y le ordenó que
ocupara la sala destinada a la tropa. El
Dr. Nicolás Martínez, Ministro de la Cor
te Suprema y amigo personal del Presi
dente, pudo, al fin, obtener la libertad del
doctor Vela, quien, a la sazón, padecía ya
horriblemente de la vista.
Dos acontecimientos influyeron, de ma
nera decisiva, en el espíritu fogoso del
doctor Vela, para orientarlo definitiva
mente, en cuanto a convicciones políticas:
el fusilamiento del General Manuel To
más Maldonado, que presenció conmovido
por las escenas de salvaje crueldad que
acompañaron a aquel; y el conocimiento
de la política intransigente proclamada
por el Vaticano. De entonces juró pro
fundo amor a la libertad y, si era preciso,
sacrificarse por ella.
Su vida, en efecto, fue de perpetua lu
cha: combatió con valor y gran eficacia
los desaciertos de muchos gobiernos des
póticos que se sucedieron a partir de la
agonía de García Moreno. Sus levanta
das actitudes, por cierto, le valieron acti
vas persecuciones, prisiones y destierros,
amén de las atroces injurias y calumnias
de que le hicieron blanco sus adversarios
políticos, inclusive frailes y beatas, entre
los que el periodista liberal era absoluta
mente impopular. Su misma ceguera fue
pretexto para leyendas y comentarios ri
dículos.
El doctor Vela cegó por el año de 1870.
Casi enseguida ensordeció también. Esto,
desde luego, no fue gran obstáculo para
su intensa vida política.
Inmensa fue su contribución para el
triunfo del Partido Liberal, en la Sierra.
A raíz de 1895 su prestigio dióle una au
toridad decisiva. Poco después del com
bate de Gatazo, el General Alfaro envióle
a Quito, con amplios poderes, para que
organizara el nuevo Gobierno, que de
bía corresponder a la doctrina política
que los triunfadores habían invocado tan
ardientemente. Así lo hizo el doctor Ve
la, y,/ con extrema diligencia y tino pu
do salvar las más duras dificultades del
momento, inclusive los peligros de re
clamaciones diplomáticas, como en el ca
so del allanamiento de la Legación de
Venezuela por tropas revolucionarias,
que en ella tomaron preso al asilado
ex-Vicepresidente de la República don
Vicente Lucio Salazar, a quien el doc
tor Vela hizo poner en libertad la mis
ma noche de la aprehensión, para evitar
mayores complicaciones. Son muy inte
resantes las comunicaciones cruzadas a
este respecto, entre el Delegado del Jefe
Supremo del Ecuador y el Encargado
de Negocios de Venezuela, señor Bartolo
mé Calvo. A raíz de este incidente, fue
el doctor Vela condecorado por el Gobier
no del General Joaquín Crespo con el
Busto del Libertador.
Nombrado Jefe Civil y Militar de Am-
bato, renunció el cargo después de poco
tiempo y,cuando desempeñaba el de Miem
bro principal de la Comisión Revisora de
la Legislación Ecuatoriana, lo renunció
también, en vista de las confiscaciones y
del fusilamiento del periodista Víctor
León Vivar, que pregonaban la infideli
dad del Gobierno con los propios ideales.
En 1906 fue nombrado para que presen
tara a la Constituyente el Proyecto de
Constitución Política del Estado. Lo es
cribió el Dr. Vela, y su obra fue aprobada
con breves modificaciones, que no con
sultaban la parte sustancial. También
presentó y fue aprobada la Ley de Elec
ciones.
Su influencia en la legislación poste
rior fue determinante, y ello lo comprue
ban las leyes de Registro y Matrimonio
Civil, en cuya redacción intervinieron no
tables talentos ecuatorianos como Miguel
Valverde, Gonzalo S. Córdova, etc.; la
Ley de Cultos; el nuevo Código de Poli
cía, la Ley de Instrucción Pública, etc., etc.
Como orador parlamentario, fue el Dr.
Vela de los más correctos y convincentes:
ayudábanle su facilidad verbal y la noto
ria sinceridad con que enunciaba sus pen
samientos, a veces encendidos por el fue
go de la pasión.
Grandes honores le tributó su partido
en solemnes ocasiones: poseía tres meda
llas de oro e innumerables obsequios que
la simpatía colectiva le dispensó en pre
mio de su ejemplar civismo.
 LOS GRANDES AMBATEÑOS DEL SIGLO XIX 135

Son muy pocos los escritos del Dr. Vela

que han sobrevivido a la circulación efí
mera y limitada de los periódicos en que
vieron la luz pública. Deseamos, por esto,
reproducir en estas páginas la interesante
carta dirigida a Dn. Manuel J. Calle, co
mo una muestra de la viril entereza y
elevación de criterio del infatigable pole
mista ambateño.

«Sr. D. Manuel J. Calle.— Amigo mío:

Son tan largas, tan largas las Cartas que
Ud. se ha dignado enderezarme en «El
Nuevo Régimen», y tan cortas, tan cortas
las columnas de mi •Pelayo-, que pensar
siquiera en una contestación a Ud., sería
una locura.
No ignora Ud. que vivo de mi trabajo
en el foro y que si no me ando de aquí
por allí, de juzgado en juzgado y algu
nas veces de cantón en cantón, viérame
muy apurado sin recursos para la vida.
Me falta tiempo, me sobran ocupaciones;
y siendo así, imposible leer las cartas
de Ud., por más que los mal intenciona
dos crean que rehuyo la discusión con
el estimable periódico de Ud. Nada me
importará este juicio.
Fuera de esto, habiéndo resuelto
concurrir a la Asamblea Constituyente,
que bien pronto reabrirá sus sesiones
en la Capital, tengo necesidad de mul
tiplicar las horas de mi trabajo, a fin
de quedar expedito para el viaje y ex
onerado de los compromisos contraídos
y de honorarios recibidos.
Digan, pues, lo que dijeren, es lo cier
to que no puedo entenderme con Ud.;
y lo repito, me faltan espacio y tiempo.
Con algunos Diputados que, de paso
para Quito, han permanecido cuatro días
en Ambato, he conversado sobre las
dichas Cartas; y vea usted cómo:
Un Diputado.— Dice Calle que con el
mayor sentimiento de su alma le con
sidera a Ud. como muerto, que ha pre
senciado sus exequias de cuerpo presente.
Vela.— Agradezco al amigo Calle porque
me considere muerto para su política que
no es la mía ni la de los buenos liberales;
pues queme tenga por finado, que me si
ga cantando el De profundís y que man
de decir algunos responsos por mi ánima
y. . . requiescat in pace.
Otro Diputado.— Dice Calle que se van
los Jefes y los caudillos, y que Ud. es uno
El Pelavo-uno de tantos periódicos de
pequeño formato y de demoledora inten
ción, en que el tribuno ambateño realizó
su ardiente propaganda en favor de los
pnncipios liberales.
de los idos. V.— Perfectamente; habiendo
asistido el señor Calle a mis exequias de
cuerpo presente claro es que soy de los
idos y no de los venidos y como los di
funtos aunque hubiesen sido desertores y
traidores no vuelven jamás del otro ba
rrio, téngame el Sr. Calle por ido eterno.
Otro Diputado.— Dice también que usted
con su «Pelayo» está haciendo un mal
gravísimo al partido liberal, una revolu
ción moral formidable. V.— No es cierto;
el partido liberal verdadero nunca tendrá
un defensor más abnegado que mi pobre-
cito «Pelayo». Mas si el amigo Calle lo
juzga de otro modo, defiéndalo como a él
le agrade; haga otra revolución moral,
física o matemática que acabe con la mía;
no quedaremos a debernos nada. Revo
lucionario he sido siempre; pero con alteza
de miras, guardando mi dignidad y sin
esperar otra recompensa que la satisfac
ción de mi propia conciencia y el fallo
de los liberales genuinos.
Otro Diputado.— Dice Calle que aun es
tiempo de que usted vuelva sobre sí mis
mo dando un movimiento de conversión,
 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
V.— Soy viejo, no acepto consejos que
me deshonrarían; el movimiento que me
pide Calle, sería infamante; pues mi
periódico no ha hecho otra cosa que de
nunciar los crímenes, los abusos y es
cándalos cometidos a nombre de la Liber
tad por los sayones del Jefe Supremo.
Si todo esto es mirado como crimi
nal, prefiero el papel de delincuente; ser
víctima de la calumnia y de las inter
pretaciones apasionadas, vale más que
pertenecer a la pandilla de calumniado
res y victimarios que siempre hánme
salido al paso; y que éstos tuerzan mis
intenciones y me despedacen y me chu
pen la sangre y me avienten a los in
fiernos, me importa tanto como la salud
del Sultán de Constantinopla.
Con que, Sr. Dn. Manuel, mi buen ami
go; por la conversación anterior conocerá
Ud. que su Carta primera ha merecido mi
atención; que sería Ud. injusto si me
cargase con la responsabilidad de haber
sido descortés y mal educado. Por lo de
más, continúe Ud. dirigiéndome los car
gos que guste y déjeme escribir como a
mí me agrade; pues cada alma con su
palma y cada cual con las ideas que ha
recibido y que piensa son las mejores.
Yo no escribo por complacer a ningún
círculo, no tengo ya caudillo; mis ideales
han desaparecido; sabe Dios a dónde han
ido a parar. Mis maestros Carbo y Mon-
talvo me bendicen desde la eternidad; he
seguido sus huellas como me ha sido
dable; ellos me han sostenido en mi larga
via-crucis, me han confortado; he oído
su voz de aliento, por ellos no ha fallecido
mi espíritu. Pero ya estoy fastidiado;
mis últimos escritos seguirán siendo una
patriótica protesta contra los errores, los
abusos y los delitos que cometen diaria
mente los mismos a quienes he sostenido.
Moriré con mis ideas; no espere Ud. mo
dificación en ellas; así he sido y así seré,
Si me aceptan como soy, bueno; si me
llaman traidor, disociador o inconsecuen
te, buen provecho; ni pongo ni quito rey.
Sostenga Ud. sus principios con lealtad
y honradez, como los sostuvo en las más
críticas situaciones de la República, y sijja
su camino haciendo un gesto de desdén a
los que le hieran: el desprecio es el arma
de los buenos. Yo no me doy cuenta de
los que me atacan, sino cuando ellos son
dignos de consideración y respetados en
la sociedad. Con Ud. me entendiera con
el mayor placer, como ha sucedido en
otras ocasiones y cuando sus escritos han
ido encaminados a generosos propósitos.
Mas, si a la presente, no trata Ud. sino de
sostener el nuevo orden de cosas, no nos
entenderemos, mayormente cuando, se
gún me han dicho algunos amigos, las
Cartas que Ud. me dirige, aunque dulces,
sabrosas y espumantes como un riquísi
mo Champagne, encierran en el fondo
un buen por qué de acíbar bien amargo,
muy amargo, Sr. Dn. Manuel; y siendo
así, bien hecho que no las lea: no quiero
apurar el cáliz del Arzobispo Checa.—J.
B. Vela.»
Escritor público, pues, legislador, go
bernante, educacionista—fue también Rec
tor del Colegio «Bolívar»—o simple ciu
dadano, el Dr. Vela mostróse siempre co
mo un varón sobresaliente, que honró a
su país.
Murió en A m bato, el año de 1920.
 LA PROVINCIA EN 1928

GEOGRAFIA DE TIJNGURAHUA.— GOBIERNO Y ADMINISTRACION DE LA

PROVINCIA.— VIDA M UNICIPAL-— LOS CANTONE8 DE AMBATO, PELILEO Y
PILLARO.—REGIMEN ECLESIASTICO.—INDUSTRIAS, COMERCIO Y BANCA.—
LA AGRICULTURA.— LA INSTRUCCION PUBLICA.—LAS ARTES Y LA CULTU
RA.— AMBATO MONUMENTAL.— LITERATURA Y PERIODISMO.—CENTROS
SOCIALES Y DEPORTIVOS.— CARRERAS PROFESIONALES Y LIBERALES
 CAPITULO
GEOGRAFIA DE LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA
SITUACION, LIMITES Y DENSIDAD DE LA PROVINCIA. — LOS MAS NOTABLES
ACCIDENTES GEOGRAFICOS.- IMPORTANCIA DEL TERRITORIO PROVINCIAL DESDE
EL PUNTO DE VISTA AGRICOLA.— LOS P1UNCIPALES CENTROS DE POBLACION.
Hacia la parte media del callejón inte
randino, y ocupando la zona meridional
de la región que geográficamente se desig
na con el nombre de Hoya de Latacun-
ga y Ambato, * se encuentra la rica y flo
reciente PROVINCIA DE TUNGURAHUA, CU-
ya superficie aproximada alcanza a unos
4.360 kms. cuadrados. Los últimos cóm
putos le adjudican una población de
120.000 habitantes, cifra que determina
una población relativa de 27 habitantes
por kilómetro cuadrado, a que no alcan
za ninguna de las otras provincias de la
República del Ecuador.
Nuestra Provincia confina al N. con la
de León; al S., con la de Chimborazo;
al E. con la de Napo - Pastaza; y al O.
con la de Bolívar. Bastante irregular en
su morfología, el territorio de Tungura-
hua es montañoso y llano alternativamente,
* La Hoya de Latacunga— Ainbato está
franqueada por el Nudo de Tiopullo, al
Norte; por el de Igualala, al Sur; y por
los ramales de la Cordillera andina, al Este
y al Oeste.
VIII
lo que contribuye a darle una fisonomía
particularísima, llena de atractivos y de
sorprendentes contrastes. La parte orien
tal de la Provincia, especialmente, no só
lo ofrece los más pintorescos y grandiosos
paisajes, sino que, gracias a los alardes de
una Naturaleza desconcertante y pródiga,
es la región más digna de estudio y de
industrialización sistemática.
La misma diversidad de accidentes ca
racterística del territorio, determina, en
parte, su aspecto climatérico, e influye en
su productividad. En Tungurahua se en
cuentran los más variados climas: desde
el cálido o tropical de los valles profun
dos, hasta el glacial, propio de las re
giones de las nieves perpetuas; y de esta
suerte la vegetación recorre toda la gama
posible de matices, entre la exuberan
te y fantástica de la zona tórrida, y la
atormentada y escueta de las mesas yer
mas próximas a los nevados.
La gran cordillera de los Andes, que
entre sus robustos bastiones comprende y
delimita la Provincia, determina necesa
140 LA PROVINCIA DE TUNQUHAHUA EN 1928
riamente sus principales accidentes geo
gráficos. Cuanto a la orografía, la parte
oriental de la Cordillera, bastante compleja
en estructura, constituye una extensión
inmensa de elevaciones y de mesas o pá
ramos, visible desde la ciudad de Ambato»
en la parte conocida con el nombre de
Cordillera de Píllaro. Detrás de ésta se
desenvuelven muchos ramales dirigidos
hacia el E., el N. E., y también hacia el
S., con dirección al valle del Pastaza.
Bastante alejado de la Cordillera de Pí
llaro, de la cual parece un brote aislado,
se halla el Cerro Hermoso (4.576 mts.)
cuya mole se destaca imponente junto a
la de otras elevaciones que fluctúan entre
4.000 y 4.200 metros. La fantasía popu
lar ha pretendido descubrir en el Cerro
Hermoso ricos yacimientos auríferos, y
no han faltado exploradores que se aven
turasen por aquellas regiones en busca
del codiciado mineral, desafiando los ries
gos de jornadas fatigosas y difíciles. Al
decir del Dr. W. Reiss, quien pudo es
tudiarlo en 1873, lo que por allí abundan
son las esquistas calcárea3 y bituminosas,
impregnadas de piritas que brillan con
un fulgor muy parecido al del oro.
Al S. E. de la Provincia, y como punto
avanzado de la misma, frente al Chimborazo,
se alza el formidable volcán activo Tun-
gucahua (5.081 mts.), que la ha dado su
nombre. Con limitados períodos de des
canso, la actividad del Tungurahua ha si
do permanente, en los últimos tiempos,
desde 1916. Sus repetidas erupciones han
causado graves perjuicios a las haciendas si
tuadas en sus faldas, y han infundido el pá
nico entre los pobladores de los contornos
y de las ciudades o pueblos comarcanos.
Desde 1886, año en que dio muestras de
terrible actividad, no había vuelto a obser
varse fenómeno alguno que revelara su
poder latente. El año 16 despertó el co
loso, devastador, terrible; al presente se
encuentra en completa calma.
La Cordillera Occidental, en la parte
que corresponde a la Provincia de Tun
gurahua, comienza al S. del Carihuairazo
(5.106 mts.) vecino del majestuoso Chim
borazo, y al que se encuentra unido por
una cordillera de 4.392 mts. de elevación,
denominada Abraspungo. Desde las fal
das del Carihuairazo se desenvuelven va
rios sistemas de páramos que alcanzan
hasta las parroquias de Mocha y Tisaleo.
Cerca del primero de estos lugares ter
mina una de las prolongaciones mencio
nadas, en el cerro conocido con el nombre
de Puñaiica, de 3.996 mts. de elevación.
Extiéndense también hacia el N. E. algunas
otras prolongaciones elevadas, de las cua
les la más notable es la de Casaguala.
El Carihuairazo fue factor del formidable
terremoto de 1698, que destruyó el pri
mer Asiento de Ambato y muchos pue
blos comarcanos, extendiendo su ímpetu
destructor hasta Latacunga y Riobamba.
Intimamente vinculada a la orografía
está la hidrografía de la Provincia de Tun-
hua, que por otra parte no es muy com
pleja. El río Cuta hi—denominado a lo lar
go de su curso «Patate», y luego «Pastaza
—tiene su origen en la Provincia de León,
en las faldas occidentales del hermoso
volcán Cotopaxi. Después de recorrer una
considerable extensión por territorios de
la vecina Provincia, penetra en la de Tun
gurahua por un cauce profundo que bor
dea las faldas occidentales de la Cordillera
Oriental, y al pié de la población de Pí
llaro. El Cutuchi sigue en su curso la
dirección N. S. E., y después de un apre-
ciable recorrido toma aguas de dos im
portantes afluentes: el Ambato y el Pancha-
lica, que se unen poco antes de incorpo
rársele. De aquí en adelante los tres ríos
juntos constituyen el Patate, que baña
una región cálida y fertilísima, de inme
jorable clima, atravesada la cual, hacia el
pié del Tungurahua se une con el Cham
bo, río de impetuosa corriente, que pro
cede de la provincia de Chimborazo. En
este lugar, denominado LasJuntas, comien
za el caudaloso Pastaza cuyo lecho se
se vuelve cada vez más profundo, internán
dose entre rocas de esquistas cristalinas
recubiertas de tobas volcánicas.
Sobre la orilla derecha del Pastaza y
en las faldas septentrionales del Tungura
hua se asienta el pintoresco pueblo de
Baños, no lejos del cual se precipita el
río, en salto gigantesco, formando la cas
cada de Agoyán, de 60 metros de altura,
142 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
que constituye un espectáculo impresio
nante y magnífico, pues resalta la blan
cura deslumbradora de la espuma sobre
el fondo negro de los peñascos entre los
que se precipita el agua con ruido ensor
decedor.
El río Ambato nace en las faldas de dos
gigantes de la Cordillera: el Chimborazo
y el Carihuairazo. Enriqueciendo su cau
dal de aguas con los de varios afluentes
que descienden de las alturas de Casaguala
y Quispicacha, va inclinándose poco a
poco hacia el E., y pasa murmurante y
manso de ordinario, pero a las veces em
bravecido y torrentoso, por el pié de la
ciudad de Ambato. Los beneficios que
tanto la ciudad como el Cantón en ge
neral reciben de este río son incalculables.
«Padre de la agricultura regional» ha sido
llamado con justicia, bien así como el
sentimiento de gratitud popular acordó al
Volga los dictados de Matiuchka, madre-
cita, y de Kormiliza, nodriza, con que fre
cuentemente se le cita. Cuanto a nues
tro Ambato, la fertilización y aprovecha
miento de inmensas extensiones de terre
no, que antes eran eriales, a él se le deben;
y sin su valiosísimo concurso no existirían
los riquísimos y hermosos huertos fru
tales, los jardines encantadores, las prade
ras esmeraldinas, las feraces pampas cu
biertas de exuberantes mieses, ni serían
posibles las instalaciones industriales, fá
bricas, molinos, plantas hidro-eléctricas,
que surgiendo a lo largo de sus márge
nes, han determinado el envidiable gra
do de prosperidad de que hoy disfruta la
ciudad capital de la Provincia. Despro
vista de irrigación, esta comarca, árida de
suyo, semejaría un pequeño Sahara, eter
namente torturado por el sol.
El río Panchalica, en tal concepto, no
es menos importante que el Ambato: co
mo éste, beneficia incalculablemente a las
regiones que atraviesa. La próvida linfa
de esos caudales de montaña es savia
que infiltrándose en los terrenos genero
sos de los valles los fertiliza y enriquece.
LOS CANTONES DE LA PROVINCIA
DE TUNGURAHUA
La Provincia de Tungurahua compren
de los cantones de Ambato, Pelileo y Pi
llara, cada uno de los cuales cuenta con
numerosas e importantes parroquias.
La ciudad de Ambato, capital de la Pro
vincia, lo es también del Cantón princi
pal de la misma. Se halla asentada en
una estrecha pero muy pintoresca hondo
nada, sobre la orilla derecha del río que
la ha dado su nombre, a unos 2.600 mts.
sobre el nivel del mar, y goza de un cli
ma templado, suave, (14",5 temperatura
media) con oscilaciones que llegan hasta
22°,56 y 8°,75, como temperaturas máxi
ma y mínima, respectivamente.
Bordean la ciudad ricas y pintorescas
vegas cubiertas de verdor perenne, que
cautivan con su belleza siempre florecien
te a cuantos las visitan por primera vez.
Por el S. O. extiéndese una dilatada faja
de terreno que descendiendo suavemente
hacia la orilla derecha del Ambato,
termina en una ancha playa donde ha sur
gido la moderna barriada «Miraflores», con
hermosos y cómodos chale s. Surgen al
frente, sobre la opuesta orilla, los vergeles
evocadores de Ficoa, lugares predilectos
de Montalvo, y donde plasmó el Maestro
algunas de sus obras inmortales.
De poco tiempo a esta parte, Ambato
ha realizado increíbles adelantos en todos
los órdenes de la actividad; siendo de no
tarse que casi todos ellos se han debido
exclusivamente a la iniciativa y esfuerzo
de su pueblo. Cuenta la ciudad con nu
merosos edificios públicos de importancia
—el Palacio de Gobierno, el Colegio «Bo
lívar», el Palacio Municipal (en construc
ción), el Hospital Civil, la Quinta Normal
de Agricultura, el Colegio de la Provi
dencia, etc. —y entre los edificios particu
lares, muchos hay que pueden rivalizar
con los mejores de otras ciudades impor
tantes del país. Posee también Ambato
una elegante sala de espectáculos, el
teatro -Viteri», y un hermoso parque, don
de se yergue la estatua de Montalvo, el
insigne escritor orgullo del terruño y hon
ra del Continente y de la raza.
Funcionan en la ciudad dos importan
tes centros de cultura: la Biblioteca del
Colegio Bolívar», y la de «Autores Nacio
nales, instalada no ha mucho en la «Casa
 GEOGRAFIA DE LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA 143

I.A PROVINCIA DE TUNGURAHUA. SEGUN EL ATLAS DEL DR. FELICISIMO LOPEZ, EN

QUE SE SIGUE EL TRAZO DEL MAPA DE WOLF

de Montalvo». Cuenta la primera alrede posee el Ferrocarril del Sur, señala a la

dor de 6.000 volúmenes, aparte de gran
número de opúsculos, folletos y perió
dicos, y enriquece día a día su caudal de
obras con nuevas y valiosas adquisiciones.
En la segunda institución se ha hecho un
esmerado acopio de la bibliografía nacio
nal.
En lo referente a industrias y comercio
Ambato ocupa un lugar muy distinguido:
mantiene un activísimo intercambio de va
lores y productos con las otras poblacio
nes de la Provincia y con varias secciones
del país, principalmente con Guayaquil.
A este respecto bien puede afirmarse que
la Provincia de Tungurahua—y Ambato,
en especial— son el granero de la Costa. El
movimiento de exportación, durante el mes
de Diciembre último, arrojó, como pro
ducto de los fletes consignados en Amba
to, la suma de Si. 47.134,18; cifra que,
entre las 32 estaciones de embarque que
nuestra el tercer lugar, inferior solamente
a las de Guayaquil y Durán.
Ambato mantiene todavía su tradicional
feria franca, que se verifica semanalmente,
los días lunes. A ella concurren millares
de personas, no sólo de los contornos,
sino también de las Provincias colindantes,
— León y Chimborazo, en especial. Dis
tribuida en cuatro grandes plazas, ofrece
toda suerte de efectos negociables: víveres,
productos industriales, ganados, etc., etc. y
durante su curso se verifican considerables
transacciones. Uno de los más importan
tes renglones del comercio local es el de
ganado: vacuno, caballar, lanar, porcino,
etc., no obstante la escasez notoria de
dehesas, característica de la Provincia.
LAS POBLACIONES MENORES
El Cantón Ambato comprende 15 pa
rroquias o poblaciones menores, a varias
144 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

de las cuales están anexos algunos case sistiendo con valor al empuje de las armas
ríos de importancia. avasalladoras del español temerario.
La parroquia de Atocha, situada sobre Entonces tenía poderío y gran prestigio
la orilla izquierda del Ambato, está rodea guerrero.
da de hermosos y pintorescos huertos; entre AI someter los españoles el Reino de
la fronda exuberante se encuentran la Quito, Mocha fue designada por muchos
antigua morada del insigne poeta Juan de ellos para la fundación de una nueva
León Mera, autor de nuestro Himno Na ciudad, con elemento blanco. Ahí se es
cional, y la Liria, encantadora propiedad tablecieron, en efecto, desde 1534. Sin
solariega de la familia Martínez, tan profi embargo, el clima rigurosamente frío les
cua en hombres eminentes. incitó a buscar otro lugar, y varios vinie
Sania Rosa. Parroquia civil y eclesiás ron a formar lo que fue el primer asiento
tica, con más de 3.000 habitantes, en su de Ambato, destruido por el terremoto del
mayor parte de raza blanca pura; pues año de 1698.
que descienden de españoles que, desde la El colosal sacudimiento geológico del
conquista se avecindaron ahí. 4 de Febrero del año de 1797, acabó con
Las actividades de sus habitantes se con los últimos vestigios de Mocha. Muchos
cretan a la agricultura y a la industria del años han transcurrido para que, gracias al
pan, que llevan hasta lugares distantes de Ferrocarril del Sur, llegase a ser siquiera
fuera de la provincia. Produce abundan lo que es actualmente.
tes cereales y patatas, con los que realiza Es parroquia civil y eclesiástica. Tiene
activo comercio en la mayor parte de los dos escuelas fiscales y algunas particula
mercados inmediatos. Aunque de clima res; servicio telegráfico y telefónico, y está
algo frío, la vida es agradable en sus fér unida a las demás poblaciones de Tungu-
tiles campos. Esta población es una de rahua por ferrocarril y carreteras.
las más antiguas de la Provincia de Tun- HuachL— Población diseminada en una
gurahua: sus párrocos, en varias ocasiones extensa llanura, sembrada de fresales cu
aflictivas para Ambato, le proveyeron de yos sabrosos frutos saborea con delicia
agua y auxilios indispensables. toda la República.
Actualmente tiene dos escuelas fiscales, En la historia ecuatoriana se !e cita co
con cerca de 400 niños, y varios estable mo lugar aciago; pues que ahí fracasaron,
cimientos particulares; servicio telegráfico por dos veces consecutivas, las armas li
y telefónico con Ambato, carretera para bertadoras, en desigual lucha con las fuer
automóviles, etc. zas realistas.
Mocha. - Situada cerca de la vía del Fe El primer descalabro fue el 22 de No
rrocarril del Sur, entre Riobamba y Am viembre del año de 1820, cuando, a raíz
bato, goza de favorables ventajas para el del grito de independencia lanzado en
comercio, que consiste en la expoliación, Guayaquil, la Junta Patriótica de esta ciu
en grande escala, de sus productos agrí dad ordenó al Coronel Luis Urdaneta que
colas: papas, mellocos, lentejas, ocas, habas, saliera en campaña contra las fuerzas rea
lanas. La gente de pocos recursos,, vive listas del Presidente Aymerich. Ambato
también del comercio y la industria pe había sido tomada por Urdaneta, gracias
queños, pero activos, a la vera del Ferro al entusiasmo patriótico de esta ciudad, que
carril. rindió, el 12 de Noviembre, la guarnición
Es de clima frío. Históricamente, ese realista. Pero ya Aymerich había despa
es lugar de innumerables recuerdos; pues, chado al Teniente Coronel Francisco Gon
en el Imperio Incásico, fue población muy zález con un grueso ejército para comba
importante, donde los indios mochas- tir a Urdaneta. Este salió para aquellos
hicieron siempre lujo de imponderable fatídicos campos de Huachi, donde se en
bravura y heroicidad, ya defendiéndose contró con las fuerzas de González. Des
contra los conquistadores del Perú, ya re pués de brava lucha, fueron, al fin, ven
 GEOGRAFIA DE LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA 145

EL TUNGURAHUA. FORMIDABLE VOLCAN ACTIVO DE 5.037 METROS DE ELEVACION,

SITUADO AL S. E. DE LA PROVINCIA

cidos los patriotas, quienes dejaron infi
nidad de prisioneros y más de 800 muer
tos, inclusive 3 cañones, armas, municio
nes, caballos, etc.
La ferocidad de los Españoles, después
de este triunfo, llegó al delirio: todos los
pequeños pueblos limítrofes del lugar de
la batalla sufrieron vejámenes, atropellos
y toda clase de injusticias. Algunos pa-
triotriotas de prestigio, y hasta ciudadanos
inofensivos, fueron cobardemente asesina
dos. 'El estado de guerra— dice el doc
tor don Pedro Fermín Cevallos,— unido
a la mala voluntad con que los españo
les miraban a los pueblos, hicieron que
los victoriosos dejaran casi talada la villa
de Ambato. No hubo casa que quedara
con puertas, porque todas fueron derri
badas o incenciadas para registrar o ro
barse cuanto hallaran, y casi todos los
vecinos tuvieron que llorar por algo, se
gún sus proporciones. En el mismo día
del combate, cuando ya los enemigos an
daban desparramados, asesinaron a tres
ancianos que no habían podido emigrar:
don Mariano González, don Ramón Le
garda, y don Melchor Tobar. En Pan-
chai ica, por la tarde del siguiente día, ase
sinaron al anciano don José Bahamonde
y a su hijo don Joaquín, moradores pa
cíficos que residían en su hacienda sin
pertenecer a ningún partido ni a la po
lítica»
El segundo desastre de Huachi ocu
rrió el día 12 de Septiembre de 1821, es
decir, casi a los diez meses cabales de la
primera derrota. En esta ocasión fue el
General Sucre el vencido, y el Presiden
te Aymerich, en persona, el vencedor. Tam
bién en esta vez el ejército patriota que
dó deshecho por completo, aunque las
bajas causadas en los vencedores ascen
dían a más de mil, inclusive el feroz ase
sino Payol.
Repitióse el saqueo de Ambato, y repi
tiéronse los asesinatos por los pequeños
pueblos limítrofes. El General Sucre tuvo
que escapar por las alturas de Pilahuín,
acompañado apenas de unos pocos y guia
do por el labriego Espín a quien la His
toria, anos más tarde, ha consagrado sus
elogios, por patriota y leal.
146 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
Tales son los recuerdos que se levantan
en nuestro espíritu, al nombre de estos
arenosos campos, cubiertos de fresales, en
que ahora se asienta una importante pa
rroquia de Ambato.
Quero.—Antigua residencia de españo
les. En el terremoto de 1797 desapareció.
Hoy es parroquia civil y eclesiástica. Sus
habitantes tienen prestigio como hábiles
talladores en madera, desde el tiempo del
Presidente Alcedo, en la Colonia. Actual
mente se fabrican también variedad de ob
jetos de madera, que tienen fácil salida
en los mercados provinciales.
En algunas exposiciones regionales se
han exhibido hermosos trabajos de eba
nistería, procedentes de Quero. También
es notable en esta población la industria
de los tejidos de lana—frazadas, ponchos,
jergas, etc.
Tisaleo.—Parroquia civil y eclesiástica.
En los últimos años ha adquirido gran
desarrollo y nobles progresos gracias al
entusiasmo de sus moradores y al im
pulso que le han dado inteligentes auto
ridades. Tiene buenas escuelas; está uni
da a las demás poblaciones por una ex
celente carretera. Servicio de correos,
telegráfico y telefónico. Su juventud es
muy aficionada al deporte.
Quisapincha. - Llegó hasta este lugar,
tras dolorosos esfuerzos, el Adelantado
Pedro de Alvarado, en su famosa expedi
ción al Reino de Quito. Los indios «qui-
sapinchas» le ofrecieron porfiada resisten
cia; y, observando Alvarado que ya otros
españoles habían pasado por cerca de ese
lugar, juzgó prudente, más bien, retirarse,
para efectuar con Almagro el convenio por
el cual se alejaría de estos lugares para
siempre.
Hoy es parroquia civil y eclesiástica. La
cría de ganado y la agricultura en general
han adquirido gran desarrollo.
Pasa y Pilahuín —Regiones de elevación
considerable, frías, pero de terrenos riquí
simos y muy apropiados para la formación
de praderas, en las que medran numero
sos rebaños de ganado vacuno y ovino.
Sus feraces campos producen variedad de
cereales y frutas excelentes. Hacen su co
mercio con leche, quesos, cueros, y sus
productos agrícolas en general.
Cevallos, Montalvo y San Bartolomé.-
Son parroquias de reciente creación; pero
muy progresistas. La primera es más bien
comercial, ya que su situación, inmediata
a la vía férrea, le favorece para el efecto;
la última distingüese en la industria del
pan, que es muy apreciado.
Totoras, Picaihua e ¡zamba.—Además de
la agricultura, cuentan con muchas indus
trias provechosas, entre ellas la de tejidos
de fibra de cabuya (maguey, henequén) a
que se dedican muchísimas familias. Co
mo todas las demás parroquias, tienen bue
nas escuelas fiscales, y están unidas con
Ambato por amplias y hermosas carreteras.
En suma, todas las parroquias mencio
nadas, eminentemente agrícolas e industria
les, se empeñan con tesón por mejorar día
a día.
Tanto las cabeceras, como los caseríos
anexos a ellas, cuentan con buenas escue
las para niños y niñas. La población es
colar es numerosa; siendo de notarse que
buena parte de los edificios escolares del
distrito rural han sido construidos con
erogaciones voluntarias de los pobladores;
sin esperar, en el premioso empeño de
instrucción popular, la cooperación parca
y tardía de ordinario, de los gobiernos.
EL CANTON PELILEO
Este cantón que ocupa la parte S. E. de
la Provincia de Tungurahua, tiene como
cabecera y ciudad principal a Pelileo, asen
tada en una pintoresca depresión que se
juzga de terreno volcánico. En las proxi
midades de la población se encuentra la
eminencia denominada La Moya, de la
cual, en forma de verdaderas erupciones,
han surgido, más de una vez, grandes
cantidades de agua y lodo que han oca
sionado serios daños a la región circun
vecina.
Pelileo está comunicada con Ambato
por una vía férrea y un camino de herra
dura, que a poco costo pudiera transfor
marse en una excelente carretera. La ciu
 GEOGRAFIA DE LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA
LA CASCADA DE AGOYAN, FORMADA POR EL RIO PASTAZA NO LEJOS DE BAÑOS.
MIDE 60 METROS DE ALTURA
dad ofrece de ordinario poco movimiento,
excepto los días dedicados a la feria fran
ca—los sábados—en que la actividad co
mercial es notable. Cuenta con buenos
edificios públicos, donde funcionan las
oficinas de la administración civil, cole
gios, escuelas, planta eléctrica, etc. Su clima
es templado y seco.
El Cantón comprende nueve parroquias,
a más de la urbana, que lleva su mismo
nombre. La más notable, sin duda, es la
de Baños. Descendiendo desde Pelileo por
un buen carretero, se atraviesa el río Pa-
tate en su punto de cruce con el Chambo
—Las Juntas y se toma la orilla izquier
da para ganar luego la orilla derecha en
un punto en que se estrecha considera
blemente el álveo del Pastaza, formando
una profunda garganta por donde se pre
cipita el caudal rugiente. A poco se llega
al pueblo de Baños, situado a 1800 mts.
sobre el nivel del mar, y de temperatura
cálida, algo húmeda, pero deliciosa. *
* La temperatura media de Baños alcan
za a 17° 58 C, siendo las de máxima y mí
nima 23°,81 y 11°,30, respectivamente.
147
Baños se encuentra al pie del gigantes
co Tungurahua, y próximo al caudaloso
Pastaza. Es la puerta natural de entrada
a nuestro Oriente, y en breve una exce
lente carretera en construcción le unirá
con la Provincia de Napo- Pastaza. Ade
más de una vegetación varia y exuberante,
y de su rica producción de frutas tropica
les, posee esta zona variedad de aguas ter
males y minerales que brotan abundantes
en los contornos del poblado. Algunas
llegan a 55° de temperatura y tienen valio
sísimas propiedades terapéuticas. El sabio
jesuíta P. Dressel hizo el análisis de estas
aguas y las calificó de notables por la pro
porción crecida de sustancias minerales
que contienen .(sulfatos, bicarbonatos cloru
ros, óxidos de potasio, magnesio, calcio,
hierro, etc.) El aprovechamiento industrial
de estos manantiales, evidentemente fácil,
constituiría una apreciable fuente de ri
queza.
Patate.—Valle de alguna extensión, de
clima abrigado y sano. La variedad de
sus frutas es notable; se ha intentado con
éxito, aunque en pequeña escala, el cul
148 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

tivo de la vid, que ha dado origen a la

naciente industria vinícola.
Huambaló — Rica región agrícola: so
bresale por la producción de frutras, en
especial manzanas, de inmejorable calidad.
García Moreno, El Rosario, Sucre, Co-
taló, Benítez y Bolívar, son todas aprecia-
bles por el desarrollo agrícola; en algunas
de ellas la industria pecuaria es considera
ble.
EL CANTON PILLARO
Hacia la parte oriental de la Provincia
hállase situado este rico Cantón cuya ca
becera es la floreciente población de Píllaro,
situada a 2.870 metros sobre el nivel del
mar. La mayor parte de su territorio avan
za hacia el Oriente, en forma de un ver
dadero laberinto de mesetas o páramos y
ramificaciones secundarias de la Cordillera
Oriental. Las cartas geográficas de esta
región no son lo suficientemente exactas pa
ra ilustrarnos en materia de orografía, que
de otra parte se ofrece bastante compli
cada.
Píllaro posee algunos edificios públicos
destinados a los servicios administrativos;
la vida de la población es un tanto mo El río Pastaza, visto desde el puente
nótona y de poco movimiento, si pres de San Francisco
cindimos de los días de feria franca, que
son dos por semana. En esta feria se no general de los caracteres anotados. En
ta mayor actividad que en la de Pelileo, San Miguelito y en San Andrés se tiene
pues siendo la región rica en agricultura como una fuente de riqueza local el cul
y hallándose ubicadas en el Cantón muchas tivo de la manzana denominada «Emilia»,
haciendas donde la ganadería ha pros que se distingue por su hermosa apa
perado magníficamente, circulan en ella riencia y su aroma sin igual.
apreciables valores. Agrícolamente considerado Píllaro es
Píllaro está en comunicación con Am- un Cantón riquísimo, y sus pobladores,
bato por un antiguo camino, en parte ca laboriosos y activos, están reputados co
rretero, —desde esta ciudad hasta el puen mo excelentes ganaderos.
te de Culapachán —y en parte de herra En sus páramos, cubiertos de buenas
dura, desde este último punto hasta la po praderas naturales, así como en las zonas
blación. Se comunica también con el cultivadas, se apacientan numerosos reba
Cantón Salcedo, de la Provincia de León, ños, de ganado vacuno especialmente, del
por un buen camino que en breve será que se hace un activo comercio. Están
amplio carretero, y le es tanto más im también bastante adelantadas las industrias
portante cuanto que constituye su mejor derivadas de la ganadería: fabricación de
salida a la línea del Ferrocarril del Sur, quesos, mantequillas, etc. Además, Pílla
por donde exporta gran cantidad de sus ro es una de las regiones mejor acondi
ganados y productos. cionadas para la agricultura, y produce en
Las parroquias rurales de este Cantón — abundancia excelentes cereales, patatas y
San Miguelito, San Andrés, San José de Poa- otros productos de las zonas templada y
lo y Baquerizo Moreno - participan en fría.
 GEOGRAFIA DE LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA 149

La instrucción pública se halla bastante

adelantada: no sólo en la ciudad y cen
tros parroquiales, sino también en las re
giones, apartadas funcionan buenas escue
las primarias a las que concurre un cre
cido número de niños y niñas.
EL CLIMA DE LA PROVINCIA
En general es templado, seco y solubre
en la mayor parte de la Provincia; en los
valles, abrigado, sin llegar a incómodo
ni mucho menos mal sano; y en las al
turas, frío, bien que soportable, tanto que
todas ellas están cubiertas de vegetación.
AGRICULTURA
No obstante la constitución de sus
terrenos, puede afirmarse que la de Tun-
gurahua es una de las provincias ecua
torianas mejor y más intensamente culti
vadas. En ninguna otra parte es dable apre
ciar tan claramente hasta donde alcanza la
influencia del hombre en la trasformación
de la tierra: regiones areniscas, otras de Puente del Socabón, sobre el río Ambato
terrenos arcillosos o desprovistos de agua,
han sido recavadas merced a un trabajo Fruíales.—Sabido es que la provincia de
incesante que revela la constancia y ener Tungurahua se distingue en este ramo:
gía de los tungurahuenses. No cabe du produce abundantes frutas de excelente
da de que la notable división de las pro calidad, que tienen fácil mercado en el
piedades prediales, característica de la Pro litoral y principalmente en Guayaquil. Sis
vincia, ha hecho posible en cierto modo temáticamente se cultivan manzanas, peras,
esta tenaz y proficua labor. En compro duraznos, membrillos, ciruelas, etc., etc.; y
bación de este aserto bástenos señalar cuantos se dedican a las exportación de
que sólo en dos parroquias las de Tisa- tales frutas obtienen pingües ganancias.
leo y Santa Rosa existen 3.000 propieta Forrajes. — La alfalfa ocupa el primer lu
rios de terrenos; y es fácil comprender has gar. No hay propiedad por pequeña que
ta qué punto estos poseedores de peque sea que no cuente con algunas parcelas
ñas parcelas extreman su industria para de esta planta, que es la base de la ali
sacar de ellas elementos de vida suficientes. mentación de los [animales destinados a
De aquí se sigue que el encarecimiento de la labranza. En las grandes haciendas
los víveres, o la verdadera falta de ellos, existen considerables sembríos de raigli-
nunca se ofrecen en forma que constitu grass, pasto azul, etc.; en tanto que en la
yan un peligro público. parte oriental de la provincia se han intro
Entre los principales productos agríco ducido el llamado pasto elefante y algu
las de la Provincia debememos mencionar: nos otros similares, con admirable resultado.
el trigo, la cebada, el maíz, las patatas, y Plan«as textiles. Antes que cultivadas
gran variedad de hortalizas y legumbres. son espontáneas o naturales. La más co
La vid, introducida en algunas comarcas mún es el maguey, que se desarrolla en
recientemente; la caña de azúcar, el tabaco, las regiones templadas y secas en cantidad
las plantas textiles, cultívanse también con notable. Se utiliza la fibra en apreciable
algún esmero y contribuyen a incrementar escala para la fabricación de pisos, sacos,
el acervo de la riqueza provincial. cordelería, etc.
150 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
HACIA EL ORIENTE: CAMINO DE BAÑOS A LA CASCADA DE AGOYAN
Bosques.— En las regiones oriental y
sur-oriental de la Provincia existen gran
des bosques que se explotan intensamen
te para las construcciones, la ebanisteria,
etc. Cuando se hallen terminados los ca
minos que actualmente se construyen a
aquellas regiones, la industria forestal se
rá sin duda una de las más prósperas en
la Provincia, ya que la variedad de made
ras finas e incorruptibles que en ellas
abunda es extensísima.
Ganadería - Unicamente en el Cantón
Píllaro y en la parte occidental de Amba-
to ha llegado a desarrollarse en propor
ciones apreciables la industria pecuaria,
gracias principalmente a las constantes llu
vias que permiten la formación de prade
ras naturales. En las regiones menos fa
vorecidas, no obstante, aún los pequeños
propietarios mantienen, de acuerdo con
su capacidad económica, un número más
o menos crecido de cabezas de gana
do. De esta suerte, sin ser nuestra Pro
vincia de las más dedicadas a tal ramo,
sorprende ver durante las ferias semanales
la cantidad de ganado que se negocia.
Riego. ^Uno de los problemas que más
ha preocupado a los propietarios tungu-
rahuenses ha sido el de la irrigación. Ca
reciendo la Provincia de ríos caudalosos
aprovechables para el efecto, ha sido for
zoso que los capitales y la iniciativa indi
vidual intervengan en la solución de asun
to tan trascendental. Los ríos Ambato y
Panchalica son, desde luego, dos valiosísi
mos auxiliares de la agricultura regional;
pero ni su caudal de aguas ni su topogra
fía podían habilitarles para el riego direc
to de ciertas zonas importantes. La aper
tura de dilatadas acequias, que representan
años de incesante labor y el empleo de
cuantiosas sumas, ha realizado verdaderos
milagros a este propósito. Años atrás al
gunos ciudadanos de visón clara y tenden
cias progresistas iniciaron obras de irriga
ción, luchando muchas veces no sólo con
tra la bravia naturaleza, sino también con
tra la oposición, egoísta muchas veces y
absurda en ocasiones, de algunos espíritus
mezquinos. Al Dr. Constantino Fernán
dez, notable por diversos conceptos, le co
rresponde el honor de haber llevado a
feliz término una difícil empresa de la ín
 GEOGRAFIA DE LA PROVINCIA DE TUXGURAHUA
L'XA VISTA DEL RIO PASTAZA, CERCA DEL ZJNAC
dole: con sus propios recursos construyó
una de las primeras y más importantes ace
quias de la zona central, y gracias a ella
se han transformado en magníficas pro
piedades las secciones de Izamba, el Pis
que, Samanga, Cunchibamba, etc., antes
verdaderos eriales. Por estas comarcas, na
turalmente, la propiedad del agua es más
valiosa e importante que la del suelo.
De igual suerte, los acaudalados propie-
pietarios señores Albornoz, Bucheli, Cobo
y algún otro, siguiendo tan plausible ejem
plo, han construido posteriormente otras
acequias; y sin preocuparse de distancias
ni dificultades técnicas, que han sabido
vencer a fuerza de energía, han llevado la
vida y la riqueza a regiones como los
Huachis y Cevallos, hoy transformadas ra
dicalmente.
Con todo, falta mucho para que el pro
blema del riego en la Provincia pueda con
siderarse satisfactoriamente resuelto. La su
ma de esfuerzos realizados hasta hoy, bien
que considerable, no alcanza a muchas exten
siones de terreno perpetuamente atormenta
das por el sol y que aun esperan el influjo
151
vivificador del agua, para tornarse en risue
ños vergeles y feraces campos, como el
resto de la Provincia.
Minería.—Un estudio geológico prolijo
proporcionaría indublemente importantes
datos acerca de las riquezas minerales que
posee la Provincia. En la región de Ba
ños puede afirmarse que existe un verda
dero laboratorio mineralógico, según lo
comprueban las someras investigaciones
de algunos hombres de ciencia. En ex
plotación actual no existen sino las canteras
de la zona de Pishilata, cerca de Ambato,
de las que se extrae una piedra de color
gris claro, bastante liviana, aprovechada pa
ra las construcciones. En el Cantón Pe-
lileo existen minas de piedras rojas y azu
les, de admirable dureza y contextura.
COMUNICACIONES
Vialidad. - La principal arteria de co
municación de la Provincia es la línea del
Ferrocarril del Sur, que atravesando toda
la extensión de su territorio de N. a S.,
le pone en comuniración directa con nues
tro primer Puerto y con la Capital de la
 152 LA PROVINCIA DE TUNGUKAHUA EV 1923
AI-IÍEDEDOlíES DE AM i: ATO.—CAMINO DE MIItAFLOItES
República. El Ferrocarril del Sur cuenta
con cuatro estaciones importantes en territo
rio tungurahuense: Larrea, Ambato, Cevallos
y Mocha (N. a S.) El movimiento de esta
vía, tanto en el servicio de pasajeros como
en el transporte de carga, es tan conside
rable, que la estación de Ambato ocupa
el tercer lugar entre todas las de la G.
& Q.
La línea férrea Ambato-Pelileo, al pre
sente en satisfactorio estado de explotación,
atraviesa por regiones muy ricas desde el
punto de vista agrícola y de la arboricul-
tura frutal; de aquí que su movimiento
sea muy intenso en la época de la reco
lección de las frutas. Para Ambato, esta
vía presenta otra importante ventaja: la de
haber resuelto satisfactoriamente el proble
ma del transnorte económico y fácil de los
materiales de construción madera, y pie
dra pishilata - procedentes de la zona Pc-
lileo-Baños.
Carreteras. - La más extensa c impor
tante es la de García Moreno, que tam
bién cruza la Provincia de N. a S., como
posteriormente lo hiciera el ferrocarril
construido por Alfaro. Síguenle en im
portancia las que, como una inmensa red,
unen la ciudad de Ambato con las parro
quias de Tisaleo, Santa Rosa, Atocha, San
Bartolomé, Izamba, Cevallos, Montalvo,
Picaihua y otras. Desgraciadamente no
ce ha podido todavía unir por medio de
carreteras modernas el Cantón de Ambato
con los de Pelileo y Píllaro, por cuanto
los fondos con que cuentan los últimos
no son suficientes para intentar la ejecu
ción de tales obras; pero existen buenos
caminos vecinales que tamificándose en
todas direcciones facilitan el tráfico.
Telégrafos y Telffonos.— Las redes tele-
gárficas del Estado y de la Compañía del
Ferrocarril del Sur mantienen en comuni
cación inmediata a la capital de Tungura-
hua con el resto de la República; en tan
to que los servicios nacionales del Ramo
unen casi todas las parroquias con las
cabeceras cantonales. La Compañía del
Ferrocarril del Sur sostiene, además, un
servicio eficiente de teléfonos de larga dis
tancia entre Ambato y las ciudades de Qui
to y Guayaquil.
Cuanto a la agricultura en general, co
mercio, e industrias, e instrucción públi
ca de la Provincia, están tratadas en esta
obra en capítulos especiales.
 CAPITULO
VIDA MUNICIPAL Y GOBIERNO DE LA PROVINCIA
LOS CANTONES DE LA PROVINCIA DE TUNGJRAHUA.—LOS MUNICIPIOS COMO
FACTORES DEL PROGRESO LOCAL.— OBRAS MUNICIPALES DE LOS ULTIMOS AÑOS.
LA ADMINISTRACION CIVIL
Hasta hace pocos años, parte de la in
mensa región oriental ecuatoriana estaba
bajo la jurisdicción del gobierno político
de la Provincia de Tungurahua, con la de
nominación de Cantón de Canelos. Por una
reforma legislativa, toda aquella inmensa
zona del Oriente quedó dividida en pro
vincias, correspondiendo a una de ellas
el citado cantón, con la denominación de
Pastaza.
Ahora, pues, la división política de Tun
gurahua se reconoce en sus tres cantones
primitivos: Ambato, Pelileo y Píllaro.
Cada uno de estos cantones tiene, como
en la geografía física, su fisonomía parti
cular y su historia, dentro de la geogra
fía política.
EL CANTON AMBATO
A la creación y antecedentes históricos,
lo mismo que al desarrollo que, a través
de la Colonia y de la República ha alcan
zado el Municipio de Ambato, hemos de
dicado muy nutridas páginas en la primera
parte de este libro, a partir de la Conquista
misma, en que se perfila ya la historia
IX
de la ciudad que es ahora la Capital de
Tungurahua.
La erección del «asiento» de Ambato a
la categoría de Villa, con sus antecedentes,
ha quedado también consignada, y ahora
es preciso reconocer el enorme esfuerzo
que su Ayuntamiento tuvo en todo tiem
po que desarrollar para poner la ciudad en
el estado que hoy conocemos. Hay que
partir, para todo ello, de una circunstan
cia capital: la segunda fundación de Am
bato no ocurrió en terreno demasiado pro
picio; pues que careció de agua, por una
parte, y la situación topográfica le resultó
siempre desfavorable, cuando los volcanes
más próximos, en formidables erupciones,
acrecentaron las aguas de su río o inun
daron de ceniza y lodo su población.
El Municipio de Ambato, pues, no sólo
ha tenido, a través de su existencia, que
atender a los urgentes problemas de su
mejora o su progreso, sino, sobre todo, a
las labores de reconstrucción constante,
que significa volver sobre lo ya hecho ante
riormente, repetir la fatigosa marcha.
Al lado, desde luego, del esfuerzo mu
154 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
nicipal, se ha contado siempre con la coo
peración particular de los habitantes: el
agua para el riego, hasta convertir los
áridos campos en terrenos fecundísimos;
las iniciativas de mejora pública y obras
de aliento para la localidad tuvieron la co
laboración decidida del vecindario, sin es
perar la acción exclusiva del Poder público.
Tanta labor y tan extraordinario derro
che de energías han requerido la presen
cia frecuente, en el Ayuntamiento de Arrí
bate, de personas dueñas de fuerte civismo
y de una acendrada moralidad política.
Sólo así ha podido la Municipalidad rea
lizar obras que, a primera vista, no han
estado nunca en relación con su limitada
capacidad económica.
Otras veces, la gran energía de probos
funcionarios municipales fue el único fac
tor para la consecución de importantes
mejoras. El primer Comisario Municipal
de Ambato fue, según se ha indicado ya
en la correspondiente biografía, un procer
de la Independencia—don Tomás Sevilla.
Se le debe a éste la apertura de la princi
pal calle de la ciudad, conocida actual
mente con la denominación de Bolívar,
que es, de igual manera que la Sucre, en
lo comercial, la gran arteria por la que
circula más activamente la vida urbana de
Ambato.
En otros órdenes de adelanto, la Muni
cipalidad tuvo que hacerlo todo, en vista
de la deficiencia de medios con que los
particulares podían contar. Tal ocurre, por
ejemplo, con el establecimiento de acade
mias de música y escuelas. Data de fecha
anterior a la elevación de Provincia, la
instalación de la primera «Academia Filar
mónica de Ambato» en esta ciudad, a ex
pensas y bajo los cuidados del M. I. Ayun
tamiento.
Con fecha 6 de Agosto de 1859, en
efecto, se discute por primera vez el Re
glamento de dicha Academia: según él,
debía haber un protector de la Academia,
de nombramiento directo del Concejo, y
cuyas obligaciones—sin lugar a retribu
ción —debían consistir en la conservación
del instituto, vigilancia general sobre su
personal y los instrumentos músicos, que
eran de propiedad del Municipio. El fin
que el Concejo perseguía era contar en el
menor tiempo posible y con todo éxito,
con una banda municipal, primero, y, lue
go, con un establecimiento de arte para
la juventud de Ambato.
Desde luego, tal esfuerzo hacía atenién
dose a un estricto plan de economía: no
debía haber más desembolsos que en el
instrumental y en el sueldo del Director
de la Academia. Lo demás dependía del
entusiasmo general.
ACCIDENTADA VIDA MUNICIPAL
A partir de su erección en Villa, Am
bato no tuvo, políticamente, una continua
da existencia normal. Terremotos, suspen-
ciones del Cabildo y variedad de circuns
tancias extraordinarias han hecho desapa
recer archivos, indicios importantes de las
primeras actividades municipales y han res
tado eficiencia a la labor edilicia.
«El terremoto de 1797 redujo a ruinas
el segundo Ambato y desapareció su ad
ministración municipal. Los vecinos redo
blaron sus esfuerzos apoyados por su pro.
gresista Corregidor don Bernardo Dar-
quea, y la población, a los pocos años,
comenzó a dar señales de la antigua vita
lidad. Entonces se invocó el testimonio
del Barón de Humbolt, que había residido
algunos días en Ambato, para solicitar su
pasada jerarquía de Villa, pues la pobla
ción reconstruida estaba ya a nivel de otras
que habían sufrido menos y conservaban
su Municipio. Nada se consiguió hasta
Diciembre de 1813, en que de acuerdo
con la Constitución de Cádiz, se instaló
el Cabildo llamado constitucional. Así se
llenaron los anhelos del pueblo que tanto
ayer como hoy ha fundado sus verdade
ros adelantos en esa institución democrá
tica. Con tan fausto suceso vinieron a la
memoria las antiguas tradiciones referentes
a los esfuerzos de nuestros antepasados,
y miembros descendientes de don Esteban
Egüez (uno de los más notables indivi
duos del primer Cabildo ambateño), ocu
paron de preferencia los asientos del Con
cejo, y ejercieron otros empleos de su
dependencia.
Al entrar ya en la República, el 8 de
 VIDA MUNICIPAL Y GOBIERNO DE LA PROVINCIA
ESTATUA DE MONTALVO EN EL PARQUE DE SU NOMBRE
Octubre de 1822, la Asamblea Electoral
organizó los municipios del Departamento
del Sur. Copiamos en seguida la nómina
de los que, por entonces, compusieron el
Concejo de Ambato, por contar en ella
tres de los que suscribieron el acta de
adhesión de 1809: D. Pedro José Egüez,
don Diego Vela y don Manuel Baca.—Al
caldes ordinarios: Io, señor Manuel Lana;
2o, señor Diego Vela. — Regidores: Señor
Manuel de Baca, Pedro José Egüez, Tomás
Sevilla, Marcos Montalvo; Juan Villacréces,
Alguacil Mayor, y Procurador General,
Francisco Suárez.
En esta nómina se nos presenta por
primera vez el nombre de don Marcos
Montalvo, padre del Cervantes de la Amé
rica Latina. Don Marcos, por haber to
mado parte en los sucesos que precedie
ron al combate de Huachi, estuvo emi
grado en Guayaquil, según declaración ju
rada de uno de los prisioneros en la ex
presada acción, rendida ante el Juez Militar
don Pedro Calup. ...» *
De 1822, sin embargo, hasta muchos
años más tarde, ya en plena República, el
Cabildo de Ambato tampoco logra desa
rrollar su acción dentro de una existencia
* Celiano Monge: «Investigaciones His
tóricas«.
155
firme y continuada. Pasa por frecuentes
y largos paréntesis. Y si goza de alguna
normalidad es más bien a partir de la se
paración de la Gran Colombia, cuando ya
las imposiciones dictatoriales de los dele
gados militares del Gobierno de Bogotá
no ponen constantemente en peligro la
autonomía municipal de estas secciones.
Esta Asamblea elije por primera vez
hasta seis miembros del Ayuntamiento, y
éste, por primera vez también, elige un
Comisario Municipal— que, según se ha
indicado antes, no es otro que don Tomás
Sevilla.
Consignaremos aquí los nombres de los
Concejeros parroquiales que este mismo
Concejo nombró, a insinuaciones del Go
bernador de la Provincia. Por Pillan, se
ñores Constantino Básconez, Manuel Lana
y Crisóstomo Jácome; por Pellico, señores
Vicente Freire, Manuel Cisneros y Maria
no Altamirano. Estas personas han sido
el tronco de notables familias de cada uno
de esos lugares.
Para el año siguiente— 1847—se publica
uno de los Reglamentos de Policía más
notables del Ecuador. En él hace el Con
cejo Municipal de Ambato gran derroche
de previsión y fina intuición legislativa, a
pesar del inevitable espíritu conservador
de aquel tiempo.
156 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
Con la erección de Ambato a Capital de
Provincia, en 1860, la vida municipal toma
mayores bríos, a pesar de lo que ha po
dido restarle, en energías económicas, la
creación del Cantón Píllaro, desde 1851,
y del Cantón Pelileo, en 1860.
En esta época de la República, aparte
del ornato y de los intereses materiales de
la localidad, se atiende preferentemente
al problema de la cultura pública, ya sea
creando escualas en los caseríos, ya sea
asignando fondos para pago de instituto
res de la ciudad, aun cuando no fuesen
nombrados sino por la Dirección Gene
ral de Estudios; ya sea construyendo edi
ficios, dentro o fuera del lugar, y precisa
mente ahí en donde no puede llegar la
acción del Gobierno central.
La obra del Ayuntamiento ambateño,
así, viene haciendose durable, y en mu
chos de sus aspectos se la advierte hasta
ahora. Merded a ella, por otra parte, ha
tomado Ambato, en su limitación topográ
fica, el doble aspecto de jardín y de urbe
moderna, encanto de viajeros y de escrito
res lejanos, desde Humboldt, que la co
noció, hasta Rodó, que, sabiendo y des
cribiendo sus bellezas, no pudo verla nunca.
La reproducción gráfica pondrá a nues
tra vista los detalles del progreso munici
pal, desde anteriores tiempos: costosas ace
quias para la provisión de agua abundante
a la ciudad; construcciones escolares, par
ques, jardines, obras de higienización y
saneamiento, bibliotecas, monumentos en
honor de los grandes hombres; placas,
recuerdos de nobles arrestos cívicos; tan
ques de decantación; plantas de luz y fuer
za eléctricas compradas, instaladas y admi
nistradas por la misma Municipalidad, y,
en general, hermosas obras de utilidad pú
blica.
EL CONCEJO MUNICIPAL DE 1928
Durante los últimos treinta años de vida
republicana, han sido Presidentes del M.
I. Ayuntamiento de Ambato los mejores
y más prestigiosos elementos del libera
lismo seccional, que han sabido dar a la
función municipal una amplitud y laicismo
ejemplares. Junto a representantes, muy
capacitados y sagaces, del Poder Ejecutivo,
han laborado desde la Casa del Pueblo,
en bien del vecindario: Juan Benigno Vela,
Constantino Fernández, Julio E. Fernán
dez, Adriano y Francisco J. Montalvo,
Modesto F. Chacón, Manuel del Carmen
Pachano, Jorge N. Sevilla, entre los que
han desaparecido ya del escenario de la
vida; y don Anacarsis Martínez, don Au
gusto L. Naranjo; los doctores Abel Pa
chano, Alcides Naranjo, Alfredo Sevilla,
Alejandro Bastidas, César E. Torres; seño
res Pedro A. y Amador E. Sánchez, Alfre
do Coloma, Alfonso R. Troya, Alejandro
Sevilla y Rafael M. Darquea, quienes
han laborado hasta hace muy pocos años,
siguiendo esa gloriosa tradición del Mu
nicipio ambateño, tan inmaculado y tan
correcto, siendo honra de la institución
municipal ecuatoriana.
A partir de Diciembre de 1926 compo
nen el Concejo Municipal de Ambato las
siguientes personas: señores Dr. Alonso
Colina, Dr. Juan Abel Pachano, Dr. Eduar
do Paredes, don Julio P. Mera, don Jorge
L. Sevilla, don José I. Tinajero y don Al
berto Cobo Lalama.
Dignatarios del Concejo en 1928 son:
señor doctor don Alonso Colina, Presi
dente; don Julio P. Mera, Vicepresidente;
don Víctor Naranjo, Procurador Síndico;
y don José Ernesto Vásconez, Secretario.
Jefe Político del Cantón es el señor don
Jorge Holguín Iturralde.
Los principales funcionarios de la Admi
nistración Municipal son los señores: Luis
Barona, Tesorero; Gabriel Ruiz, Comisa
rio; Justo Aníbal Vásconez, Anotador de
Hipotecas y Dr. Virgilio Paredes Borja,
Médico.
En la Presidencia del M. I. Concejo can
tonal de Ambato, la actuación del señor
doctor don Alonso Colina ha sido brillan
te, laboriosa y digna de encomio por todo
concepto. El señor doctor Colina Egüez
arranca de una de las más antiguas fami
lias de la ciudad y, según hemos anotado
en otras páginas de este libro, antecesores
suyos laboraron en plena Colonia, como
miembros principales del Cabildo amba
teño. Don Esteban Egüez fue uno de ellos.
Activo, inteligente, amante de su ciudad
y de sus glorias, no ha perdido iniciativa
158 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
ni oportunidad que favorezcan el progre
so y aseguren, cada día, el prestigio de la
cuna de Montalvo. El Concejo Municipal
que él preside ha realizado, en poco tiem
po, muchas de las obras que Ambato con
sideró siempre las más urgentes para su
bienestar.
Es así como el doctor Colina Egüez se
ha hecho acreedor a la simpatia pública
de su ciudad —que ya no ve en él sola
mente al viejo periodista liberal, al juris
consulto ilustrado y de talento, sino tam
bién a uno de sus más desinteresados ser
vidores.
Elegido Presidente del M. I. Ayunta
miento de 1927, ha sido reelegido para el
actual año de 1928.
LAS OBRAS MUNICIPALES DE LOS DOS
ULTIMOS AÑOS
Lo que ha hecho el Concejo Municipal
de Ambato en el transcurso de los dos
últimos años solamente, ya puede servir
de medida para la apreciación de sus en
tusiasmos en pro de los adelantos y me
joramiento de las condiciones urbanas de
la localidad.
En verdad, con economía, talento y ardo
roso civismo ha llevado a efecto las obras
de mayor urgencia para el vecindario, por
una parte, y las obras de más alto interés
para la cultura y para la historia de la
ciudad, por otra. No sólo ha dotado de
agua potable debidamente esterilizada—de
acuerdo con los nuevos procedimientos
científicos, aconsejados por las autoridades
sanitarias y por los mejores higienistas del
mundo, -ni se ha iniciado la construcción
de un nuevo Palacio Municipal y de un
Stadium destinados a ser de los más her
mosos y más amplios de la República, ni
se han abierto nuevas calles, en vista de
impostergables necesidades de expansión
urbana, solamente. Se ha hecho mucho
más; pues que, aparte de las mejoras de
orden material, se han realizado estupen
das manifestaciones de entusiasmo por esa
alta y noble cruzada que será en todo tiem
po la de intensificar y extender la instruc
ción pública.
Sólo en estos dos últimos años ha cons
truido la Municipalidad de Ambato 19 lo
cales escolares en los caseríos. A los dos
establecimientos municipales de la ciudad
ha dotado de abundante material escolar
y ha realizado en ellos importantes mejo
ras, reconstruyendo y ampliando los edifi
cios y aumentando las rentas al precepto-
rado. Le ha tocado inaugurar la Casa de
Montalvo y en ella ha establecido, con todo
éxito y con el aplauso de toda la Repúbli
ca, la gran Biblioteca de Autores Latino
americanos,—con una sección anexa de
obras de referencia que más consultó Mon-
talvo.^clásicos castellanos, franceses, italia
nos, alemanes, ingleses, griegos y latinos.
Esta Biblioteca, en su sección nacional
e hispanoamericana, será una de las pri
meras del Continente.
Sostiene la Municipalidad, en servicio
de la juventud pobre y laboriosa, el si
guiente número de becas, dentro y fuera
de la ciudad: 4 en los Institutos Norma
les de Quito, 1 en la escuela de Bellas
Artes; 1 en el Conservatorio Nacional de
Música de la misma ciudad, y 6 en la
Escuela de Agronomía de Ambato.
Al mismo tiempo ha creado una Escuela
de Artes e Industrias para Señoritas; en
la que se provee el porvenir de la mujer
sin recursos, que tiene que afrontar la lucha
por la vida personalmente y con todo va
lor, y, en los grandes días de la Patria,
como números especiales de programas
conmemorativos, ha colocado sendas pla
cas de mármol o de bronce ahí en donde
nacieron los más grandes hombres que,
con sus talentos o admirables virtudes
cívicas honraron el pueblo que les \ió
nacer. Ultimamente realiza gestiones opor
tunas para la instalación, por su cuenta,
de una moderna planta telefónica.
Desde luego, para la realización de sus
múltiples iniciativas, esta Municipalidad no
cuenta con enormes ingresos, sino más
bien con la nimia escrupulosidad de su
administración, con su espíritu de correcta
economía y la suma honorabilidad de sus
colaboradores.
A este respecto juzgamos oportuna la
transcripción de parte del informe que el
Presidente del M. I. Concejo Municipal,
Sr. Dr. Alonso Colina, emitió, en memora
 VIDA MUNICIPAL Y GOBIERNO DE LA PROVINCIA
UN ASPECTO DE LA TIPICA FERIA FRANCA DE AMBATO.— AL FONDO EL COLEGIO
DE LA PROVIDENCIA
ble discurso pronunciado con ocasión del
CVII aniversario de la Independencia de
Ambato, ante selectas delegaciones del país.
En él se encuentra un tanto más detallada
la lista de los trabajos llevados a efecto
últimamente y que confirman y autorizan
las enumeraciones que hemos hecho:
« Dentro de las facultades económicas
del Tesoro Municipal— informa el señor
Presidente, -se ha atendido a la realiza-
pión de obras que han sido la perma
nente preocupación del Municipio y la
constante y justa aspiración de los pobla
dores de Ambato.
La obra de agua potable preocupó, más
que ninguna otra, al Concejo, porque con
ella está íntimamente ligada la salud pú
blica y la higiene general.
Se ha hecho esa obra. . . .
Y aquí debo consignar, con satisfacción,
un dato revelador: en cuarenta y cinco mil
sucres estuvo presupuestado el valor de
los tanques que debían purificar y pota
bilizar el agua, y apenas ha costado vein
tidos mil sucres, a pesar de haberse he
cho la obra sin omitir gasto, con una
solidez a prueba y en proporciones supe
159
riores a las que constan en el plano tra
bajado por el ingeniero encargado de la
dirección. Esto manifiesta, muy a las
claras, que, las obras que se hacen bajo
una administración honrada, resultan
económicas y bien ejecutadas.
Por otro lado, el Municipio tuvo en
cuenta que Ambato, por múltiples razones,
que excuso decirlas, va a la vanguardia
del progreso nacional; y que no era co
rrecto ni justo que una población que tie
ne tantos y tantos timbres de honor y
gloria, no tenga una localidad apropiada
y suficientemente amplia para el funcio
namiento del Concejo y sus dependencias
municipales. . . . Para subsanar, a la
brevedad posible, esta falta, se compró la
casa contigua (!a de los herederos de don
Inocencio López Naranjo, que da frente
al Parque Montalvo), en la apreciable
suma de treintidós mil quinientos sucres;
se hicieron trazar los planos con el mejor
arquitecto que tenemos hoy en la Repú
blica; y, aprobados, se han iniciado los
trabajos con todo entusiasmo.
Estas importantísimas obras, no han
impedido el que se atienda a la apertura
y arreglo de calles como la «12 de no
 160 LA PROVINCIA DE TUNQURAHUA EN 1928
YIEMBRE», la «ELOY ALFARO» la «SUCRE»
y otras, invirtiendo buenas cantidades de
dinero por concepto de expropiaciones y
arreglo de ellas; y sin descuidar ni un
momento el aseo e higiene de la pobla
ción; estableciendo servicios higiénicos
públicos, una Oficina Municipal de Higie
ne y otra de Profilaxis Venérea-
La Instrucción Pública ha merecido
también preferente atención del Munici
pio; y, asf, se ha establecido una nueva
Escuela de Industrias y Oficios para Se'
ñoritas, que funciona ya satisfactoria
mente, y en la que las niñas que han
concluido sus estudios de instrucción pri
maria, pueden aprender un oficio o indus
tria que les habilite para afrontar las mil
necesidades del vivir, con honradez y
relativa holgura.
A los Liceos «cevallos» y «montal-
yo> se ha atendido eficientemente, de
manera que, tanto por su inteligente y
selecto personal, como por los elementos
de que disponen, puede decirse que son es
tablecimientos de primer orden.
Y en este febril afán de atender, sin
reparos de ningún género, a la Instruc
ción Pública, se ha preocupado la Muni
cipalidad de sostener o crear nuevas
becas en los Institutos Normales, en la
Escuela de Bellas Artes y en el Conser
vatorio Nacional de Música de Quito, y
en la Escuela de Agronomía de esta ciu
dad, en favor de jóvenes verdaderamente
aptos, que carecen de recursos para con
cluir su educación.
Y para que nada falte en este orden de
trabajos, ha mandado construir y con
cluir DIEZ Y NUEVE LOCALES ESCOLA
RES en las parroquias y sus caseríos,
con el objeto de que la Instrucción Pri
maria se extienda aún a los más aparta
dos rincones del Cantón.
La ornamentación de la ciudad es aten
dida constantemente; y cuando ha sido
menester conmemorar solemnemente fe
chas clásicas nacionales o rendir home
naje a conterráneos que nos han llenado
de prestigio y merecida gloria, el Muni
cipio no ha omitido medio alguno para
darles todo el realce necesario, a fin de
inculcar en las masas el amor a los gran
des hombres de la Patria.
Por último, convencido el Municipio de
la importancia que tienen en el día el de
porte y la educación y desarrollo corpo
rales, ha obtenido, no sin muchos esfuer
zos, del Supremo Gobierno, la adjudica
ción de una hermosa y considerable ex
tensión de terreno para destinarlo a la
formación de un Stadium y Parque que
llevará el nombre de nuestra clásica fecha
provincial— 12 de Noviembre,— según De
creto expedido el 10 de Noviembre ac
tual » •
En la misma fecha en que se pronunció
el discurso a que corresponden los párra
fos transcritos anteriormente, le tocó inau
gurar al M. I. Ayuntamiento, entre varias
otras obras de gran importanciu a que se
ha hecho referencia, aquella gran Biblio
teca de Autores Latinoamericanos, en la
casa en donde nació Juan Montalvo.
El primer Director de este nuevo lugar
de concentración de la producción mental
del Continente, D. Julio P. Mera, Vice
presidente actual del Concejo, continúa
desempeñando su cargo—que es ad-hono-
rem, -con el mismo fervor y entusiasmo
iniciales. El talento y prestigio de este
distinguido elemento de la intelectualidad
ambateña, han contribuido eficazmente al
mayor y rápido incremento y feliz orga
nización de la Biblioteca, destinada, al prin
cipio, a ser sólo de «autores nacionales».
El porvenir dirá más tarde todo cuanto
vale y significa para América—la inmensa
Patria de Montalvo, - esta obra de la Mu
nicipalidad de A ni bato, no fatigada de
buscar medios para ensalzar y glorificar,
cada día, la altísima figura del conterráneo
eminente que, honrando a la pequeña ciu
dad en que él nació, supo «honrar al gé
nero humano», según la frase de Cantú.
EL GOBIERNO POLITICO
La cabecera del Cantón de Ambato es
también la de la Provincia, cuya autori
dad política principal es el Gobernador,
como agente directo del Poder Ejecutivo.
En los demás cantones actúan, como pri
meros funcionarios de la Administración,
los Jefes Políticos, dependientes, a la vez,
del Gobernador de la Provincia.
Los Jefes Políticos, según organización
actual del Poder público en el Ecuador,
* «El Municipio», Ambato, No. 186.— No
viembre de 1927.
 VID.V MUNICIPAL Y GOBIERNO DE LA rROVIXCIA 1G1

EL CONCEJO CANTONAL DE AMBATO EN 1928

Sentados, Sonoros: Dn. Julio P. Mora, Vicepresidente; Dr. Alonso Colina, Presidente;
Dn. Jorge Holguín I., Jefe Político; Dn. Jorge L. Sevilla. En pie, Dn. José A. Andra-
de, Secretario; Dn. Víctor V. Naranjo, Procurador Síndico; Dr. Juan Abel Pachano y
Dn. Alberto Cobo Lalama. *

si son miembros del Poder Ejecutivo,
tienen también sus conexiones con las Mu
nicipalidades, de las que reciben renta,
por la labor de intervención y fiscalización
que desarrollan en las actividades econó
micas de aquellas.
Es circunstancia muy digna de notarse,
en la vida política de la Provincia, la es
casa afición que de ordinario suelen mos
trar los ambateños al desempeño de los
cargos públicos,—aun tratándose de los
más honoríficos o remunerativos. De
temperamento activo y dotados de un muy
desarrollado sentimiento de independencia,
prefieren ejercitar privadamente sus activi
dades o talentos, a menos que circunstan
cias excepcionales les obliguen al cumpli
miento de ese como deber ineludible de
todo ciudadano de sacrificar la tranquila
privanza del trabajo particular en favor del
bien común.
Por esto hemos visto cómo las figuras
más descollantes de la sociedad ambateña,
dando de mano al cuidado de sus intere
ses personales, lian tomado por su cuenta,
la gerencia de los asuntos provinciales
esmerándose, cada cual según su criterio, en
aportar un nuevo esfuerzo a la gran obra
del mejoramiento y progreso colectivos.
Así se explica por qué las entidades
administrativas de esta sección de la Re
pública tanto en la esfera municipal co
mo fiscal han llegado con frecuencia a
ser citadas como modelos de corrección
y honradez administrativa. Las tradicio
nes de civismo, de despendimiento y de
escnuuilosa honorabilidad en el manejo
de las rentas públicas, identificadas desde
antaño con todos los procedimientos del
Municipio ambateño son ampliamente co
nocidas y encomiadas en toda la República
para que insistamos sobre tal punto o in
tentemos documentarlo.
* No constan en este grupo los Sres.
Dr. Eduardo Paredes y José I. Tinajero,
miembros también del Concejo Cantonal.
 162 LA TROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
De esta suerte ha podido la Provincia,
y en particular el cantón Ambato, atender
con relativa holgura a sus propias necesi
dades con sus propios recursos, recorrien
do con paso rápido y seguro las etapas
iniciales, siempre las más arduas, de una
DOCTOR DON ALONSO COLINA, PRESIDENTE DEL I. AYUNTAMIENTO
bato. Su labor política viene desarrollán
dola desde el año de 1924 interrumpida
por breve período administrativo que le
tocó desempeñar al señor doctor Alfredo
Sevilla, según se advertiría en el respectivo
cuadro de Gobernadores que publicamos
anteriormente,—con sagacidad, talento y
acierto, dentro de un ambiente de toleran
cia, concordia y honradez administrativa
muy dignas de aplauso.
Su hidalgo porte que concuerda con
tradiciones de familia, su dón de gentes y
su simpatía personal, son prendas del ca
modernización que consulta los aspectos
fundamentales de la cultura ciudadana.
Gobernador actual de la Provincia de
Tungurahua es el señor don Francisco A.
Sevilla, caballero descendiente de una de
las más antiguas e ilustres familias de Am-
ballero que han hecho sobresaliente la figu
ra del funcionario político— probo, hono
rable y de ferviente civismo.
Merced a tan valiosas cualidades el Sr.
Sevilla ha conseguido que su administra
ción sea una de las más tranquilas y pro
gresistas que registra la historia local; ha
biendo encontrado también, en más de una
ocasión, oportunidades para desplegar su
tacto y sagacidad en el arreglo equitativo
de serias dificultades de orden social sur
gidas entre algunas parcialidades indígenas
y los terratenientes comarcanos; por todo
 VISA MUNICIPAL V GOBIERNO DE LA PROVINCIA
lo cual ha merecido honrosos y frecuentes
testimonios de confianza de parte del Go
bierno provisorio.
Junto a él colaboran en el gobierno sec
cional elementos de prestigio como el se
ñor don Jorge Holguín, quien desempeña
DON FRANCISCO A. SEVILLA, GOBERNADOR DE TUNGURAHUA
Gobernador, Sr. D. Francisco A. Sevilla
Jefe Político, » » Jorge Holguín I.
Intendente Ge
neral de Policía, » » Alejandro Sevilla C.
Comisario » » César A. Núñez.
Las secretarías de estos departamentos
están a cargo de los señores: Luis A. Ar-
mendaris, Julio C. Villacreses, Luis Carri
llo y José Sevilla C.
CANTON PELILEO
Jefe Político, Sr. D. Floresmilo Hidalgo.
Comisario Nacional, Sr. D. Jesús Torres.
163
la Jefatura Política, y reemplaza en su
cargo al Gobernador, cuando éste no pue
de asistir al despacho.
He aquí el cuadro de la Administración
civil de Ambato, y de los demás cantones,
en el año de 1928:
Las secretarías de estos departamentos
están a cargo de los señores Mariano Fa-
bara y Alejandro F. Torres.
CANTON PILLARO
Jefe Político, Sr. D. Nicolás Octavio
Alvarez.- Comisario Nacional, Sr. D. Rei
naldo Cobo.
Las secretarías de estos departamentos
están a cargo de los señores Luis Alva-
rez y Ricardo Granja Paredes.
Las parroquias están gobernadas por Te
nientes Políticos, de nombramiento directo
164 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1328

FUNCIONARIOS MUNICIPALES DEL CANTON AMBATO

Sentados, Señores: José Amable Dueñas, Ayudante Procurador; Gabriel E. Ruiz, Comi
sario Municipal del Centro; José Ernesto Váseonez, Secretario Municipal; Dr. Virgilio
Paredes Borja, Médico de Higiene Municipal: Jorge Barona, Oficial Mayor de la Secre
taría; Gaspar González, Comisario de la Merced. — En pie, (segunda' fila): Leonidas
Plores, Guarda de la Tesorería; Rodolfo Pontón, Director de la Planta Eléctrica;
Víctor M. Lalama, Secretario de la Comisaría del Centro; Luis A. Cobo. Ayudante
de la Planta Eléctrica; Homero Montenegro, Recaudador de Luz; Carlos A. Montenegro,
Secretario de la Comisaría de la Merced; Amable Espinosa, Director de Cárceles; En
rique Cobo H., Juez de Aguas.—Tercera fila: José A. Pazmiño, Guarda de la Tesorería;
Teodomiro Merino, Agente de Luz; Luis A. Ortega, Secretario de la Tesorería Munici
pal; Critóbulo Altamirano, Inspector de Luz; Luis E. Naranjo, Secretario del Médico
Municipal; Timoleón Núñez J., Of. de Despacho de la Secretana del I. C; Jorge Bu-
cheli, Guarda de la Tesorería.

del Ejecutivo, a propuesta de los Jefes Moya G.—Cevallos, Elias F. Martínez.—

Políticos respectivos y por órgano regular
del Gobernador de la Provincia. He aquí
la nómina de los Tenientes Políticos que,
en 1928, colaboran en el Gobierno seccio
nal:
CANTON AMBATO
La Matriz, Sr. Bernardo Jaramillo P.
Izamba, Belisario Acurio. San Bartolo
mé, Adán Villacreses. Mocha, Juan Abel
Morales. — Quisapincha, Baltazar Mar
cial.— Pasa, Julio C. Oviedo. Pilahuín,
Capitán Arcesio González S. Santa Rosa,
Isaac Sancho. —Tisaleo, Jorge Naranjo V.
Atocha, Casimiro Lozada. -Quero, Ela
dio Pérez. Totoras, Miguel Aldás.— Pi-
caihua, Leonidas López. Huachi, Aurelio
Montalvo, Manuel Marfetán.
CANTON PELILEO
La Matriz, señor Angel Bautista. Gar
cía Moreno, Cesar E. Carrasco.— El Rosa
rio, Rosalino Buenaño. Sucre, Alejandro
Aillón. Huambaló, Esteban Morales P.
Cotaló, J. Segundo Cortés. — Patate, Sa
muel Soria. Baños, Segundo R. Romo.—
Benítez, Leonidas G Garcés. Bolívar, Ru
bén E. Cruz.
CANTON PILLARO
La Matriz, señor Salomón Rodríguez.—
San Miguelito, Miguel Rovalino.—San
Andrés, Luis Eduardo Crespo.— San José
de Poaló, Carlos A. Crespo.—Baquerizo
Moreno, Fernando Díaz.
 CAPITULO
LOS MUNICIPIOS DE
FUNDACION DEL CANTON PELILEO — EL DESARROLLO DE SU ACTIVIDAD MUNICIPAL
HASTA EL DIA.— HOMBRES REPRESENTATIVOS. — EL CANTON PILLARO.— SU HISTORIA,
SUS HOMBRES Y SU PORVENIR
LA CREACION DEL CANTON PELILEO
De hecho quedó creado el Cantón de
Pelileo con el Decreto expedido por el
Gobierno Provisorio el día 3 de Julio del
año de 1860, elevando Ambato a la cate
goría de Provincia.
El Art. 2 del referido Decreto dice, en
efecto: «Los Cantones de Ambato, Píllaro
y Pelileo formarán una Provincia con el
nombre de Provincia de Ambato». (V.
pág. 90 de este libro). Sin embargo, fal
taba el decreto particular de erección, y
éste fue dictado por el Jefe Civil y Militar
de entonces en las Provincias de León y
Ambato, señor don Antonio Muñoz, quien,
sin aludir a la particularidad de la reciente
fundación provincial, hizo publicar por
su cuenta lo siguiente:
ANTONIO MUÑOZ,
Jefe Supremo Civil y Militar de la Pro
vincia de León y Ambato,
CONSIDERANDO:
1) Que la mejora y progreso de las loca
lidades depende, en gran parte, de la im
portancia que tienen, según el grado que
ocupan en la escala política;
X
PKLILEO Y PILLARO
2) Que la Parroquia de Pelileo, por su
comercio, población y número de ciudada
nos aptos que tiene para desempeñar alter
nativamente los destinos públicos, merece
elevarse a Cantón; y
3) Que elevada a Cantón, sus autorida
des influirán y cooperarán directamente en
la apertura del camino a Canelos - una de
las esperanzas de ventura y engrandeci
miento no sólo de la Provincia de Ambato,
sino también para toda la República,
DECRETA:
Art. 1. - Se erige, en la Provincia de Am
bato, un nuevo Cantón, compuesto de las
parroquias de Pelileo, Patate y Baños.
Art. 2. - El Cantón se denominará Can
tón de Pelileo, y su cabecera será la parro
quia de este nombre.
Art. 3—Por esta primera vez, y en razón
de no estar establecido el orden munici
pal, esta jefatura Superior hará los nom
bramientos de Jefe Político, Alcaldes Mu
nicipales, Concejeros, Procurador Síndico
y más empleados del Cantón.
Art. 4.- Los empleados nombrados con
forme el Art. anterior, se posesionarán pres
tando juramento ante el Gobernador de la
Provincia.
166 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
Publíquese y circúlese en la forma ordi
naria. - Dado en Ambato, capital de la
Provincia de este nombre, a 22 de Julio
de 1860.— (f.) Antonio Muñoz.—El Secre
tario, (f.) Rafael Meneses V.
Desde luego, la forma de este Decreto
se explica dadas las circunstancias anor
males de la política interior del país, cuan
do los Jefes Supremos de cada sección te
rritorial procedían o aparentaban proceder,
por su cuenta. En el presente caso, como
es natural, no tardó la aprobación del Go
bierno Provisorio al Decreto de la Autori
dad seccional, ya que estaba conforme con
el que había sido dictado en Quito al
gunos días antes.
El entusiasmo de los habitantes de Pe
lileo fue muy grande por el anhelado y
merecido ascenso político. Con una supe
rior categoría entraban a formar parte de
la nueva Provincia, dentro de la que sus
actividades llegarían a desarrollarse con to
da eficiencia.
LAS PRIMERAS AUTORIDADES DEL
CANTON PELILEO
El primer Jefe Político de Pelileo fue el
señor don Mariano Altamirano—ciudada
no representativo del lugar.
Dentro de la actividad cantonal de Am
bato, ya el señor Altamirano había adqui
rido notable figuración por su patriotismo,
rectitud de carácter e independencia per
sonal, siendo, desde 1846, uno de Jos
constantes Concejeros parroquiales que más
propendieron al bienestar y mejoramiento
de esta sección. El, con los distinguidos
ciudadanos Vicente Freire y Manuel Cis-
neros, forman la trilogía de iniciadores de
la actividad cívica en Pelileo. Más tarde,
será uno de los grandes benefactores con
que se enorgullecerá la Provincia entera;
pues que Altamirano, rico y desprendido,
es uno de los fundadores del Hospital Ci
vil de Ambato.
Pelileo, pues, inició su vida cantonal
con las siguientes autoridades:
Jefe Político, señor Mariano Altamirano.
Primer Alcalde Municipal, señor Ma
nuel Cisneros.
Segundo Alcalde Municipal, señor An
tonio Vaca.
Concejeros Principales, señores: José
Antonio Terán, Jacinto Ramos, Miguel Vi-
llena y Jacinto Proaño.
Procurador Síndico, señor Mariano Vaca.
Alguacil Mayor, señor Miguel Félix.
Secretario, señor Miguel Cisneros Jara.
Comisario de Policía, señor Modesto Re-
calde.
Tesorero Municipal, señor Dionisio Sán
chez.
Como Tenientes figuraban I03 señores:
Ambrosio Terán, José Paz Aviles, Miguel
Cisneros Llerena y Tomás Garzón.
LA INICIACION DE LA ACTIVIDAD
MUNICIPAL
Pelileo inició su vida municipal el día
31 de Julio de 1860, es decir, a los 8 días
de haberse creado el cantón. En ese día
se reunieron por primera vjz los pelileños
y suscribieron la siguiente acta:
«En Pelileo, cabecera del Cantón del mis
mo nombre, a 31 de Julio del año de 1860,
reunidos los señores: Manuel Cisneros, Al
calde lo. Municipal; Mariano Altamirano,
José Antonio Terán, Jacinto Ramos y Mi
guel Villena, Concejeros principales, y Mi
guel Félix, Alguacil Mayor, presididos por
el señor Alcalde lo., a falta de Jefe Políti
co; * y después de que todos se hallaban
juramentados y posesionados anteriormen
te para principiar a ejercer sus funciones,
creyeron conveniente, ante todo, elegir un
Secretario de fuera del Cuerpo conforme
a la ley, y procediendo a la elección, reca
yó ésta en el que suscribe, quien fue jura
mentado y posesionado en el mismo acto.
Como se notase la necesidad de un ama
nuense, fue elegido para tal y debiendo de
sempeñar al mismo tiempo las funciones
de portero, el Cdno. Tomás Rodríguez.
Completo ya así el M. I. Cuerpo Municipal,
después de haberse leído la parte de la
ley de Régimen Político en que se hallan
designadas sus atribuciones y viendo que
era de primera necesidad la formación de
un Reglamento Interior que arreglara sus
* El señor Mariano Altamirano, que figu
ra en esta acta como ler. Concejero, no ?e
hizo cargo de la Jefatura Política, sino poco
antes del 19 de Agosto en que ocurre la SK-
c;unda sesión municipal presidida por él.
-E. R. L.
 LOS MUNICIPIOS DE PEL1LEO Y PII.LARO
VISTA PARCIAL DE LA CIUDAD DE PELILEO
trabajos, fueron nombrados los señores
Jacinto Ramos y Miguel Félix para que lo
inás pronto posible trabajaran y presenta
ran un proyecto de otro Reglamento. Así
mismo fueron nombrados los señores José
Antonio Terán y Miguel Villena para que
presenten el proyecto de Reglamento de
Policía que debe regir en el nuevo Cantón,
debiendo, Ínter éste se haga y apruebe por
el Supremo Gobierno, seguir rigiendo el
mismo Reglamento de Policía que está vi
gente en las parroquias del nuevo Cantón,
cuando pertenecían al de Ambato. El Sr.
Mariano Altamirano quedó comisionado
para que presentara en la próxima reunión
un cuadro de todos los fondos que debie
ran existir y de las rentas que pudieran
crearse como pertenecientes al Cantón y
para sus gastos municipales. Para la re
caudación de estas rentas, y como Teso
rero Municipal, fue elegido el Sr. Dionisio
Sánchez, cuyo nombramiento ordenó el
M. I. Concejo se pusiera en conocimiento
del señor Jefe Superior Civil y Militar de
las dos provincias de León y de Ambato,
para que preste o no su aprobación, como
lo tuviere a bien.—Con lo que y por no
haber otro asunto de qué ocuparse, firma
ron esta acta los señores arriba referidos,
conmigo, que certifico.—Manuel Cisnc-
ros; Mariano Altamirano; Jacinto Ra
167
mos; Jope Antonio Teran; Miguel Félix;
Miguel Villena; Miguel Cisneros, ¡se
cretario .
En los primeros días de existencia del
nuevo cantón, muchas dificultades hubo
que vencer, ya que los renglones presu
puestarios para el sostenimiento de la vida
municipal no fue on abundantes ni seguros.
Sin embargo, el seior don Mariano Alta
mirano demostró ser un espíritu férlil en
iniciativas, desde el primer momento, y
fue quien principalmente contribuyó a la
creación de rentas y a la organización de
servicios municipales—que debían, según
acuerdo de alguna de las primeras sesio
nes, ser prestados «gratis hasta cuando
haya fondos con qué indemnizar a los
empleados sus trabajos».
Naturalmente, por la misma escasez de
rentas, no pudo en los primeros tiempos
hacerse ninguna obra de utilidad pública.
En cambio, el entusiasmo por la Instruc
ción Pública hizo que los munícipes de
entonces no vacilaran en la realización de
todo sacrificio. En alguna de las actas
consta la siguiente disposición: «que, en
1G8 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
vista del crecido número de alumnos de
la escuela de Baños y del enorme trabajo
del preceptor, este percibiese todas las ren
tas de dicha parroquia, a excepción sola
mente de las multas de Policía. ...»
Luego se entró en un activo período de
construcción de locales escolares y, a fin
de intensificar y extender la enseñanza, a
principios de 1864, creó el Ayuntamiento
el impuesto de ocho reales anuales sobre
cada padre de familia del cantón.
Este afán de construcciones escolares en
la Municipalidad de Pelileo, es el antece
dente de un aspecto capital de la ense
ñanza en esta sección: casi todos los loca
les de Pelileo y sus parroquias son de ex
clusiva propiedad municipal, y ahí funcio
nan los planteles fiscales. Actualmente, no
sólo atiende el Ayuntamiento a la ense
ñanza con sus locales, sino que contribuye
a su mayor difusión mediante el sosteni
miento de escuelas rurales por todos los
ámbitos de la circunscripción.
A principios de 1864, al mismo personal
del Ayuntamiento de Pelileo le tocó inau
gurar una fábrica de sombreros de paja
toquilla. Esta fábrica debía ser también
escuela donde se enseñara ese oficio. El
Director, lo mismo que el material y el
sostenimiento de la fábrica, eran costeados
por el Municipio.
Y mientras tales obras se realizaban en
el naciente cantón, con el entusiasmo de
todos sus habitantes, en Ambato llegaba
a inaugurarse el Consejo Académico, esta
blecido por el Gobierno nacional de en
tonces para la unificación de la enseñanza
pública. Estaba presidido por el señor
doctor don Nicolás Martínez, y éste entró
en activas relaciones con el entusiasta Ayun
tamiento de Pelileo, que no vacilaba en
secundar, con todas sus fuerzas, los anhe
los de difusión y mejoramiento de la ense
ñanza en las clases populares.
EL DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD
MUNICIPAL EN PELILEO
Para la realización de importantes obras
públicas y el decoroso sostenimiento de la
misma función municipal, hubo que recu
rrir, al principio, a variedad de impuestos
que hoy pueden parecemos pintorescos:
impuestos sobre el uso de aguas comuna
les para el regadío; impuestos sobre el uso
de fuegos artificiales en días de solemni
dad religiosa; impuestos sobre cada jefe de
familia, etc., etc. Pocos años más tarde,
con todo, vino a constituir un apreciable
filón de ingresos el impuesto sobre el
aguardiente y las bebidas fermentadas.
Cantón rico en haciendas productoras de
aguardiente—en la hoya del río Patate y en
toda la enorme extensión de Baños, -pudo
luego fundar en aquel impuesto una de
sus principales bases económicas y finan
cieras.
Andando el tiempo, los demás impuestos
autorizados por la Ley de Régimen Muni
cipal beneficiaron grandemente al Muni
cipio de Pelileo, ya que la elaboración y
consumo de alcoholes y de bebidas fer
mentadas ha sido extraordinario dentro de
su circunscripción. Así, por ejemplo, para
el año de 1920, sólo el producto de los
impuestos al aguardiente y al guarapo
asciende a la suma de Si. 11.583. Desde
luego, a la preocupación por el aumento
de rentas, siguió siempre la preocupación
por los más vitales problemas de la loca
lidad. La acción municipal se ha desa
rrollado, así, bajo los auspicios más patrió
ticos y del criterio más sereno, respecto de
las necesidades propias. Como lo hemos
señaladn oportunamente, el Municipio de
Pelileo se inicia con la seria preocupación
por la cultura: esto le lleva a la fundación
y sostenimiento constante de escuelas y al
establecimiento de talleres para enseñanza
de trabajo manual.
Pero sus entusiasmos por la cultura pú
blica no quedan ahí. Hacia el año de 1872
se inician las gestiones para conseguir la
fundación de un colegio de enseñanza se
cundaria. En el Congreso nacional de ese
mismo año, un Diputado pelileño—el
señor doctor don Alcibíades Cisneros
— logra que se apruebe la creación de
un impuesto especial — el uno por mil
sobre los predios rústicos del Cantón,—
«para invertirlo en la fundación y sosteni
miento de un plantel de enseñanza secun
daria en Pelileo ». "
No pudo inaugurarse enseguida el Co
legio. La Municipalidad, con una porfía
LOS MUNICIPIOS DE PELILEO Y PILLARO 169

CASA MUNICIPAL ( EN CONSTRUCCION)

170 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
SALON DE SESIONES DEL I. ONCEJO CANTONAL DE PELII.EO
que le honra muellísimo ante la historia,
dió primeramente largas y duras batallas,
contra toda clase de dificultades y oposi
ciones para poder establecerlo. Hasta que
en Agosto del año de 1897, el Colegio
Municipal «Bc/ütez» es una brillante rea
lidad. El Io de Octubre del mismo año
se inauguran los cursos con un personal
docente distinguido y con numerosos alum
nos que habían venido de diversos lugares
de la República.
El primer Rector del nuevo Colegio fue
el señor don Guillermo Cisneros, quien
principalmente había laborado, con tesón e
inteligencia, por su inauguración.
El Colegio Municipal < Benítez» alcanzó
un enorme crédito y, como se ha notado,
jóvenes de otras provincias vinieron a
engrosar las filas estudiantiles de Tungura-
hua. Sin embargo, el prestigioso plantel
no estaba destinado a durar mucho, y aun
en el curso de su corta existencia—8 años,
—tuvo que dar fuertes combates para
sostenerse. Parece que su carácter ne
tamente religioso atrajo la prevención de
influyentes elementos liberales de aquella
época, a pesar de la decidida protección
que, al Colegio pclilcño, dispensó el señor
General don Eloy Alfaro y no obstante el
apoyo que valiosos elementos políticos de
Ambato —como los señores Dr. Juan Be
nigno Vela, Celiano Monge y Alberto Dar-
quea,—le prestaron decididamente.
El Colegio Municipal «Benítez» fue clau
surado, por acuerdo del Congreso, el 21
de Septiembre del año de 1905.
Es preciso indicar aquí los nombres de
los distinguidos patriotas de Pelileo que
mayormente contribuyeron, con sus luces
y resueltas actitudes, a la fundación y pres
tigio del plantel: ellos fueron los señores
Guillermo Cisneros y Dr. Rafael María
Torres, dos ciudadanos que intensamente
han laborado, toda su vida, por el mejo
ramiento seccional, contando siempre con
el apoyo y decisión de los mejores conte
rráneos que han estado dentro o fuera de
la localidad.
Clausurado el Colegio Municipal «Bení
tez», la tendencia dominante en el desarro
llo de la actividad municipal de Pelileo
sigue siendo el afán por la cultura.
Así, hasta poco antes de 1920, el Ayun
tamiento sostiene y protege, en toda forma,
 LOS MUNICIPIOS DE PELILEO Y PII.LARO
INTERIOR RE I.A PLANTA ELECTP.ICA MUNICIPAL
aparte de escuelas rurales, el Colegio «Ma
riana de Jesús», regentado por religiosa.;
de esa orden, en la cabecera del cantón.
Luego funda una Escuela de Ar.es y
Oficios -que, por diversas circtientancias,
completamente ajenas a la voluntad del
Municipio, no llega a tomar consistencia.
Y anexos a estos afanes por la Instruc
ción Pública, van también los fervores por
el mejoramiento urbano, realizando obras
de inmediata utilidad y de ornato, con
exclusivos fondos propios. Es así como
se dota de agua potable, con la consi
guiente red de distribución; se abren y
pavimentan las calles y se expropian terre
nos para plazas, a fin de que su famosa
feria del día sábado tenga la debida ampli
tud; se construye un parque y se inicia el
trabajo de una nueva casa municipal, etc.
LOS MAS NOTABLES IMPULSARORES DE
LA VIDA MUNICIPAL
Pelileo ha dado buenos e inteligentes
hombres a la Patria. Muchos de ellos,
como el ya recordado señor doctor don
Alcibíades Cisneros y el Dr. César Enrique
171
Torres, la han servido desde el Parlamento
nacional, y han servido los intereses y de
fendido el porvenir del cantón con toda
lealtad y fervor. Hay otros que, sin haber
residido dentro de los límites del cantón,
sus méritos o virtudes o entusiasmos por
el progreso seccional, han contribuido no
tablemente a prestigiar y enaltecer el buen
nombre de su tierra. A varios de ellos—
como a eminentes sacerdotes que honraron
la iglesia ecuatoriana, —se los recuerda en
diversos capítulos de esta obra.
Pero siempre será grato consignar, ade
más de los nombres de aquellos pelileños
eminentes, los de quienes dentro de la fe
bril inquietud de la vida local, luchando
cara a cara con las dificultades del ambiente
o con prejuicios de toda clase, lograron en
caminar por felices vías la acción Muni
cipal.
Y a la cabeza de ellos, naturalmente, figu
rarán don Mariano Altamirano, don Vicen
te Freire, don José Miguel Cisneros, don
Modesto Recalde, don Manuel Cisneros,
don José Antonio Terán, don Miguel Fé
lix y quienes, con ellos, inauguraron la
difícil vida municipal de Pelileo.
172 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
Luego se recordarán los nombres de
pelileños tan patriotas y decididos como
don José Guillermo Cisneros, Dr. Rafael
M. Torres y don Mariano Fabara Robelli,
que viven aún, en vejez honorable y llena
de merecimientos y que tan bravamente
lucharon, en épocas decisivas de la vida
municipal, por todo cuanto podía engran
decer al Cantón. También alentaron y
dieron notable vigor a la vida municipal
los señores J. Arscnio López, Emilio Fa
bara Robelli, Francisco de la Cuesta, Mi
guel Villena de la Cuesta, Heliodoro Ro-
vayo, Teófilo Recalde, en sus años de
Jefatura Política, y el inolvidable e inteli
gentísimo Víctor Manuel Alvarez, uno de
los más hermosos caracteres y uno de los
más bellos talentos que en esta sección de
la República han podido producirse. Fue
Alvarez, como sus conterráneos Francisco
A. Cuesta y Teófilo Recalde, valiente sol
dado en su juventud, luchador por el
Partido Liberal, a cuyo triunfo contribuyó
en los campos de batalla. Después estu
dió jurisprudencia en la Universidad de
Quito, y, al terminar los años indispensa
bles para el doctorado, renunció ala carrera
y se estableció en Ambato. Aquí fue por
largos años Profesor de la Escuela Agro
nómica. Como Presidente del Concejo
Municipal de Pelileo, su obra fue entu
siasta y renovadora. Por sus gestiones
consiguióse que en el año de 1917 fuese
enviada por la primera vez a ese lugar una
misión normalista, encargada de estable-
SR. VICTOR M. ALVAREZ
cer en sus escuelas los principios de
la gran reforma pedagógica que, por en
tonces, se iniciaba en el país.
ASPECTOS PRINCIPALES DE LA OBRA
MUNICIPAL DE HOY
A partir del año de 1916 la obra mu
nicipal de Pelileo se caracteriza por dos
hechos trascendentales, que han influido
notablemente en el progreso cantonal: el
Ferrocarril de Ambato a Pelileo y el esta
blecimiento de una gran Planta de luz y
fuerza eléctricas.
Para conseguir que el Ferrocarril tocase
necesariamente en Pelileo, considerada co
mo una estación de primer orden, fue in
dispensable que el Concejo Municipal -
presidido, entonces, por el señor doctor
don Daniel E. Orozco, desplegase toda
actividad y energía, ante el Gobierno, ante
los Congresos y ante los técnicos mismos,
 LOS MUNICIPIOS D3 PELILEO Y PILLARO
En las gestiones para el efecto, hubo la
colaboración decisiva de importantes ele
mentos intelectuales y sociales. Uno de
estos fue el señor don Heriberto Alvarez,
joven de patrióticos arrestos y de clara
inteligencia, a quien, casi enseguida, le ve
remos luchando a brazo partido por la
SR. JOSE GUILLERMO CISNEROS
implantación de la luz eléctrica, desde el
Concejo Municipal, cuyo Presidente ha
sido, y desde las columnas de la prensa.
El Ferrocarril se inauguró en Pelileo, por
Ociubre de 1918.
Desde entonces, el entusiasmo edilicio
se dirigió a la consecución de los fondos
indispensables para la luz eléctrica—que
tampoco resultó fácil implantarla. Tras
algunos años de continuo bregar y venci
das dificultades que, al princpio, parecie
ron insuperables, llegó a inaugurarse, con
todo, en Enero del año actual Presidencia
del señor don Carlos Samaniego Alvarez,
—en medio del inmenso júbilo general.
El apoyo, en esta ocasión, a esa importan
te obra del Cantón Pelileo por parte del
Gobierno Provisional, presidido por el
Exmo. señor doctor don Isidro Ayora,
fue decisivo.
Hoy Pelileo se halla vivamente empe
ñado en atender a su vialidad: pues que,
173
aparte del Ferrocarril que le une con Am-
bato, necesita de carreteras que faciliten el
intercambio y el transporte dentro de la
misma extensión territorial del cantón. En
este trabajo ha puesto, con el apoyo y
cooperación del M. 1. Concejo Cantonal,
todos sus entusiasmos el actual Jefe Polí
tico, señor don Floresmilo Hidalgo.
EL GOBIERNO CANTONAL Y CONCEJO
MUNICIPAL DE 1928
En el año en que se publica este libro,
el Gobierno cantonal de Pelileo está cons
tituido así: Jefe Político, señor don Flo
resmilo Hidalgo ; Comisario Nacional,
señor don Jesús Torres; Teniente Político,
señor don Angel María Bautista.
Los dignatarios y principales funciona
rios del Concejo Municipal, son los si
guientes:
Presidente, Sr. Augusto Larrea A.; Vice
presidente, Sr. Angel M. Llerena; Vocales,
Sres.: César Tiberio Garzón, Dr. Gabriel
Prado O., José Elíseo Torres, Dr. Carlos
Fabara, y Miguel E. Ramos; Tesorero, Sr.
Heriberto Alvarez; Procurador, Sr. J. Da
niel Freire; Secretario Municipal, Sr. Ga
briel A. Castro; Comisario Municipal, Sr.
Julio César Luzuriaga; Anotador de Hipo
tecas, Dr. Eleuterio Constante.
SERVIDORES DEL MUNICIPIO Y PELI-
LEÑOS DISTINGUIDOS DE LA
HORA ACTUAL
Señor Don Heriberto Alvarez Terán.—
Actual Tesorero Municipal. Sus servicios
al Municipio no se han circunscrito, con
todo, al desempeño de cargos oficiales.
Ha sido en todo tiempo un patriota verda
dero, amante de su ciudad, a la que ha
querido verla siempre grande y próspera.
El señor Alvarez, nacido en Pelileo por
el año de 1889, recibió educación prima
ria y secundaria en su propio lugar natal.
Muy joven partió al extranjero. En la
frontera del Perú y a lo largo de la hoya
amazónica, dejó pasar, entre fuertes luchas,
largos años de su vigorosa juventud. Lue
go, se dirigió al Brasil, y allí vivió algún
tiempo. En seguida pasó a Europa, con
encargos comerciales de gran importancia,
174 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
y visitó Inglaterra, Italia, Francia, Ale
mania y Portugal. De Europa partió a
los Estados Unidos, y de este país, retor
nó, por fin, a su patria, por el año de
1918.
Posee, pues, con gran acopio de cultu
ra, algunas lenguas europeas de las más
importantes. Desde su llegada a Pelileo,
se consagró por completo a su servicio:
Concejero y Presidente del Concejo Mu
nicipal; Presidente de la Junta de Fomen
to Agrícola; Comisionado por el M. I. Mu
nicipio para gestiones de gran interés ante
los altos Poderes; Presidente de sus más
notables centros obreros y colaborador y
Director de El Espectador—periódico que
se publicó un tiempo en aquella localidad,
su entusiasmo por el bienestar de Pelileo
ha sido indeclinable y ejemplar.
Señor don Floresmilo Hidalgo.— Es, ac
tualmente, el Jefe Político del Cantón, y
pone, en la ac
tividad munici
pal de Pelileo,
constantemente
la nota de su
particular entu
siasmo y patrió
tica decisión en
toda obra de pú
blica utilidad o
que ha de con
tribuír al pres
tigio de su ciu
dad natal. Fue
ra de la Jefatu
ra y en ella mis
ma, ha laborado
Sr. Floresmilo Hidalgo incansablemen -
te, con otros va
liosos elementos de la localidad, por la
rectificación de la línea férrea al Curaray
y por la consecución de la luz eléctrica
para Pelileo.
Ha desempeñado importantes cargos:
Concejero, Tesorero Municipal, Anotador
de Hipotecas, Procurador Síndido; etc. etc.,
demostrando siempre en su actividad la
firmeza de sus convicciones de ciudadano
leal y honorable y el sello de su perso
nalidad enérgica y sagaz.
Casi en todo el período del Gobierno
Provisional del Sr. Dr. Dn. Isidro Ayora
ha sido un colaborador inteligente y tino-
so en el Gobierno seccional de Tungu-
rahua, mereciendo, por ello, continuos vo
tos de confianza y aprecio, así del Ejecu
tivo como de sus conterráneos.
Señor don Abelardo Rovayo — Como
servidor municipal tiene honrosos antece
dentes en su fa
milia; pues que
su padre- el se
ñor don Helio-
doro Rovayo,—
siendo por lar
gos períodos
Presidente del
M. I. Ayunta
miento, supo
dar vigoroso a-
lientoal progre
so cantonal.
Nació el se
ñor Abelardo
Rovayo en Pe
lileo el 25 de
Sr Abelardo Rovayo Noviembre de
1902. Es des
cendiente de una de las más antiguas y
meritorias familias del lugar.
Habiendo terminado sus estudios de
enseñanza primaria en la Escuela Central
de su ciudad, pasó al Colegio Seminario
de Quito, de donde salió tras algunos años
de inteligente preparación, para retornar a
su ciudad. En esta ha desempeñado hasta
la presente fecha varios cargos de impor
tancia, habiéndose iniciado como Comi
sario Municipal. Después del desfalco que
hubo, en 1926, de los fondos municipales
para la implantación de luz y fuerza eléc
tricas, y en una época difícil para el Mu
nicipio de Pelileo, aceptó el delicadísimo
cargo de Tesorero Municipal, que lo de
sempeñó, a satisfacción general, hasta el
13 de Febrero del presente año.
Señor Don Alfredo Cisneros Urquiza. -
Director de «Iniciación», el primer perió
dico que viera lo luz pública en Pelileo.
Desde las columnas de este semanario, el
señor Alfredo Cisneros, ha hecho y sigue
haciendo una labor fecunda en beneficio
y prestigio del Cantón.
El señor Cisneros hizo sus estudios de
Enseñanza Secundaria en Ambato, Luego
pasó a la Universidad de Quito donde se
graduó de Ingeniero Civil, por 1922. A
 LOS MUNICIPIOS DE PELILEO Y PILLARO
su regreso a la ciudad natal fundó aquel
periódico que, tras un breve período de
interrupción, continúa con el aplauso de
la prensa nacional.
En 1927, introdujo él la primera impren
ta en Pelileo. Y así, como un incansable
y acucioso difundidor de cultura o como
Concejero municipal, la obra del Ingeniero
señor Alfredo Cisneros Urquiza ha sido
de las más eficaces para el progreso de esta
sección de la República del Ecuador.
Señor Don Angel M. Villena. Muy jo
ven puso al servicio de los intereses de la
localidad su ac
tividad patrióti
ca y decisión
entusiasta. Des
pués de ejercer
el cargo deJuez
Parroquial, pa
sa a ocupar un
asiento en el
Concejo Muni
cipal del Can
tón, y desde él
se manifiestase
reno y ecuáni,
me, al discutir
los más duros
problemas que
Sr. Angel M. Villena atañen a la vi
da cantonal.
Luego desempeña el cargo de Procura
dor Síndico, recomendándose por su tino
sa e inteligente actuación.
De 1922 a 1924 ocupa la Comisaría Na
cional, distinguiéndose por su rectitud de
carácter y energía.
En 1926 es elegido Jefe Político.
Hoy es Alcalde Primero Cantonal. Y
así, en éste como en los cargos anteriores,
el señor Villena ha sabido mantener siem
pre bien delineada su personalidad.
Es también uno de los más laboriosos
agricultores de esta sección de la Repú
blica.
Señor Don Jesiís Torres. - Prestigioso
funcionario y servidor de los intereses mu
nicipales de Pelileo, Con patriotismo, ho
norabilidad y rara energía ha sabido de
sempeñar los encargos más laboriosos y
difíciles, posponiendo en todo caso, los
intereses particulares a los del Municipio.
175
En épocas difíciles de la vida municipal,
ha desempeñado el cargo de Tesorero.
Como Comisario Municipal ha sido quien
principalmente ha reglamentado los mer
cados y sometido a un enérgico légimen
disciplinario la actividad inherente a sus
funciones.
Aparte de estos importantes cargos, ha
sido el señor Torres también Alcalde Mu
nicipal, Anotador de Hipotecas, Procura
dor Síndico y Secretario del M. I. Ayun
tamiento.
Actualmente colabora en el gobierno
seccional como Comisario Nacional de
Policía, demostrando, como en todo tiem
po, sus dotes de rectitud y energía, que
le hacen tan destacado y apreciado por sus
conterráneos.
Señor Don Tomás Livino Freiré.—- Escri
bano Público del Cantón Pelileo. Desem
peña tal cargo
el señor Freire
por el tiempo
de unos 20 a-
ños, demostran
do competen-
cia,laboriosidad
y un extenso
conocim iento
sobre la prác
tica jurídica. Es,
indudablemen
te, uno de los
profesionales
más sólidamen
te preparados
del Ecuador, y
Sr. Tomás Livino Freire su prestigio se
encuentra am
pliamente extendido entre los más notables
sectores del foro nacional.
Sin embargo, no es esto solamente lo
que le hace visible entre sus conterráneos,
sino también su notoriedad como ciuda
dano de efectivos merecimientos, su hom
bría de bienTy su decidido patriotismo.
Es el señor Freire, en la vida seccional de
Pelileo, uno de aquellos hombres que, aun
sin actuar directamente en la vida pública,
pueden influir, e influyen decididamente,
en las corrientes de opinión ciudadana, por
lo sincera y autorizada que es siempre su
voz.
Es así como Pelileo ha podido en más
176 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
de una ocasión contar con su prestigioso
y decisivo concurso en la solución de sus
más vitales e impostergables problemas.
Señor don Carlos Torres Urquizo. Des
de las curuies del Concejo Municipal o
desde el sillón
de la Jefatura
Política ha sido
el Sr. D. Carlos
Torres Urquizo
uno de los más
inteligentes, ac
tivos y laborio
sos servidores
de su Cantón.
Inició su vida
pública como
Secretario del
M. I. Ayunta
miento. Luego
fue Comisario,
Procurador
Sr. Carlos Torres Urquizo Síndico, Anota-
dor de Hipote
cas, Tesorero y Concejero Municipal.
En la segunda administración del Gene
ral Eloy Alfaro, el señor Torres Urquizo
es invitado a colaborar como autoridad
ejecutiva. Es, entonces, Comisario Nacio
nal, distinguiéndose por sus prendas de
energía.
En 1912 es nombrado Jefe Político de
Pelileo, y desde entonces con muy leves
paréntesis, ocupa este cargo por el tiem
po de más de diez años, consagrándose
por completo al bienestar seccional. Sus
iniciativas son fecundas y el M. I. Concejo
Cantonal las acoge siempre con entusias
mo. Sus mayores empeños los consagró
a la edificacion de locales escolares, a la
consecución de la luz eléctrica y a la rec
tificación de la vía férrea al Curaray.
Actualmente está consagrado a la Agri
cultura—uno de sus fuertes, y, a pesar
de su alejamiento momentáneo, su voz de
patriota es siempre escuchada con atención
en las esferas administrativas.
Doctor Dn. Gabriel Prado Orrego.—
Médico Municipal del Cantón Pelileo.
Desempeña este cargo el Sr. Dr. Dn. Ga
briel Prado Orrego por el tiempo de unos
13 años, siendo su labor humanitaria excep
cional, si se tiene en cuenta principalmente
su larga experiencia y sus detenidos estu
dios sobre las enfermedades infecto--con-
tagiosas que, constante y bravamente ha
tenido que combatir en diversas épocas
en que ellas como la tifoidea han recru
decido.
El señor doctor Prado Orrego no es
pelileño nativo; pero su vida y actividades
profesionales han tomado profundo arraigo
en esta ciudad, hasta formar ya importante
parte de ella.
Nació el Dr. Prado en Cuenca, en el
año de 1890. Sus padres fueron el Tenien
te Coronel don Mariano Prado García y
doña Josefa Orrego. Sus estudios los
principió y terminó en Cuenca, en cuya
Universidad se doctoró en Medicina, tras
una brillante carrera de estudios, en la que
recogió, con diplomas y medallas, muchos
laureles. Con gran éxito, al salir de su
ciudad, en 1913, ejerció la profesión en
Guayaquil y en Riobamba. En Pelileo
labora desde 1916.
Doctor Pablo Aurelio Dávila. - Nació
en Patate y, habiendo terminado con luci
miento sus es
tudios de ense
ñanza secunda
ria, ingresó a la
Universidad
Central, donde
pronto se des
tacó entre sus
com pañeros
por su talento
despejado, vas
ta ilustración y
excepcional e-
nergía moral.
Muy dedicado
a actividades
universitarias,
Dr. Pablo Aurelio Dávila fue uno de los
principales di
rigentes del movimiento de 25 de Abril
de 1907. Su intransigencia con el régi
men de entonces le condujo al exilio; lue
go de haber dado a luz un violento folleto,
en cuyas páginas vibran por igual la ex
altación política y la rebeldía de un
carácter inquebrantable, siguió a Chile
donde ejerció con éxito su profesión de
médico. En esta última época de su vida
escribió algunas obras que han quedado
 LOS MUNICIPIOS DE PELILEO Y PILLARO 177

inéditas, y colaboró asiduamente en perió En 1914 ingresó a la Universidad Cen

dicos nacionales. Joven todavía murió en tral de Quito, y tras una lucida labor es
el destierro, por el año de 1911. tudiantil en que tocóle actuar como Prac
ticante en el Batallón «Zapadores», se doc
Doctor Eudoro C. Dávila. - Hermano toró en Medicina y Cirujía, con brillante
mayor del anterior. Desde sus primeros votación.
años manifestó En 1923 retornó a su ciudad natal, don
notable inclina
ción al estudio, de desempeña el Cargo de Médico Mu
e ingresó al Se nicipal, desde 1926; cargo que también ha
minario de Qui ejercido, en ocasiones anteriores en el Can
to, en donde ob tón Montúfar y en la ciudad de Ambato.
tuvo órdenes
sacerdotales, MUJERES INTELECTUALES
tras una lucida
actuación como La mujer ha llegado a cultivarse y des
estudiante. arrollar su inteligencia en Pelileo, en for
Meritoria es la ma digna de consideración y atención.
labor de este Al conocer el proyecto de publicación de
distinguido sa la presente Monografía no han sido pocas
cerdote: ya co
mo orador sa quienes lo han apoyado entusiásticamente.
grado, ya tam Entre muchas de ellas hemos podido ad
Dr. Eudoro C. Dávila bién como es vertir singularmente a las señoritas Emma
critor y poeta, y Abisai Torres, Lola Cisneros, Zoila
demostró elocuencia, sensibilidad y ta Victoria Suárez y Leticia Prado Orrego.
lento superiores.
Escribió muchas obras, entre las que se Srta. Zoila Victoria Suárez.- Actual Di
citan como muy dignas de encomio el poe rectora de la Escuela Central de Niñas.—
En este mismo
ma 'Las Glorias de Jerusalén,» y el estu año de 1928,
dio sobre La Santidad de Pío X. Una con motivo de
muerte inopinada, ocurrida en Quito, trun celebrarse el 96
có la brillante carrera de este talentoso aniversario de
eclesiástico, en 1915. Montalvo — que
es también el
Señor Dr. Carlos Fabara O.— Es otro Día del Maes
tro, 13 de Abril,
de los elementos jóvenes de valía con que — mereci ó ser
cuenta la socie con decorada
dad pelileña. La por sus abnega
inopinada clau dos servicios
sura del Cole en pro dela en
gio « Benítez », señanza pública
de Pelileo, obli por las autori
gó al Sr. Faba dades provin
ra a aprovechar Srta. Zoila V. Suárez ciales. El señor
de la libertad de Don Gonzalo
estudios, conce Zaldumbide—una de las más altas figuras
dida por el Go
bierno, para ni intelectuales del Ecuador—fue el encarga
velarse en sus do de entregar a la señorita Suárez la
estudios secun honorífica distinción.
darios y optar Como educadora, de su labor en Peli
por el Bachille
rato. Enseguida leo, ha hecho toda la finalidad de mu
Dr. Carlos Fabara G. dedicóse al ma chos años de su vida.
gisterio y diri
gió por algún tiempo la Escuela Fiscal Señorita Lola Cisneros. - Una de las
de Baños. mujeres que mayormente honran a su sexo
lis LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
en Pelileo. A su belleza de mujer une
las excelencias de su espíritu amplio y
comprensivo.
En el periódico « Iniciación », que dirige
su hermano Alfredo, y en la Revista Mu
nicipal de ese mismo lugar, se han publi
cado sus hermosas composiciones poéticas,
que revelan un alma soñadora y artista.
Señorita Leticia Prado Orrego. - Herma
na del Dr. Gabriel Prado Orrego, y como
él, no nacida en Pelileo, pero pegada a
esta ciudad más bien por los lazos de la
simpatía y la sociabilidad.
Siempre se distinguió como mujer estu
diosa y de amables prendas intelectuales
EL MUNICIPIO DE PILLARO
FUNDACION DE PILI.ARO
Píllaro, de igual manera que Pelileo,
Patate, Quero y otras poblaciones de la
Provincia de Tungurahua, fue fundada,
hacia el año de 1570, por don Antonio
de Clavijo.
En la historia nacional tiene esta pobla
ción muy bellas páginas de heroísmo pa
triótico y de entusiasmo generoso por las
buenas causas. En plena Colonia alzó el
imponente grito de rebelión contra las vio
lentas autoridades españolas. El levanta
miento de indios, en el año de 1700, con
tra el Alférez Martínez Puente, que trataba
de establecerse arbitrariamente en terrenos
comunales, tuvo éxito resonante. Hacia el
año de 1780, ocurre la formidable protesta
de varios pueblos de lo que es hoy Pro
vincia de Tungurahua contra el impuesto
de las Alcabalas y el Estanco de aguar
dientes: entonces a Píllaro le toca asumir
una de las actitudes más característicamente
populares de aquel tiempo: blancos, mes
tizos e indios se unen estrechamente y,
armados de palos, cuchillos y piedras, ponen
en fuga a piquetes de tropa. Tan resuelta
actitud solamente es reprimida a sangre
y fuego por el terrible capitán Baltazar Ca-
rriedo, el famoso «Mazorra».
En las guerras de la Independencia, la
En Cuenca mereció ser condecorada va
rias ocasiones en los Colegios en que es
tudió. Fue Secretaria de la Asociación de
«Hijas de María», del Azuay, cuya dirección
corre a cargo del eminente sacerdote e
ilustre hombre de letras doctor Julio Ma-
tovelle. En 1919 el Consejo Escolar de
Cuenca designóle para una cátedra en uno
de los colegios de esa ciudad; y en 1922
el doctor Isidro Ayora—actual Presidente
Provisional,—también la invitó a servir
otro cargo en el profesorado, en Quito.
Muchos periódicos y revistas naciona
les han publicado varias veces hermosas
composiciones en prosa y verso, de la se
ñorita Prado Orrego.
participación de Píllaro es levantada y bri
llante. Enormes contingentes de soldados
pillareños se alistan frecuentemente en las
filas de Urdaneta y de Sucre, y con éste
combaten en Huachi, Pichincha y Ayacu-
cho. Uno de esos héroes es nada menos
que la célebre Gertrudis Esparza, bizarra
mujer que tomó parte en las tres grandes
batallas, disfrazada de hombre, hasta que,
después del triunfo de Ayacucho, siendo
condecorada por el Oran Mariscal, se reti
ra del servicio, cubierta de gloria.—Es
parza o Espalza, era descendiente de una
familia avecindada en Chacata, de la juris
dicción de Píllaro, y había sido víctima de
crueles abusos por parte de los «chape
tones».
En la República, Píllaro contribuye tam
bién, varias veces, al afianzamiento del
orden, de la paz y de la justicia. En la
famosa «Revolución de los Tres Pesos»—
llamada así por corresponder al disgusto
que en el país produjo la Constitución de
1843, en que los legisladores floreanos ha
bían consignado, como impuesto particular
sobre cada habitante del Ecuador, la suma
de tres pesos y cuatro reales, - su actitud de
protesta enérgica fue indeclinable. En se
guida muchísimos de sus hijos se alistan
en las huestes revolucionarias que— invo
cando la necesidad de depurar la Patria
 LOS MUNICIPIOS DE PELILEO Y PILLARO
del asolador militarismo extranjero, y de
propender inmediatamente a la nacionali
zación de los servicios públicos,—se orga
nizan contra el gobierno de Flores, hasta
dar con él en tierra, el 6 de Marzo de 1845.
Luego, Píllaro combate constante y leal-
mente por el hombre que considera su
propio hijo: el General don José María Ur-
vina, quien, en pago de adhesión tan fer
vorosa, consigue su cantonización, casi al
mismo tiempo que, por sus influencias,
queda formada la Provincia de Cotopaxi.
LAS CANTONIZACIONES DE PILLARO
El Decreto particular por el que se crea
el Cantón Píllaro—dependiente de dicha
Provincia del Cotopaxi,—se expide en Qui
to a principios del mes de Junio de 1851,
por la Convención Nacional de ese año.
Sin embargo, la vida municipal no puede
iniciarse en seguida, y es preciso que trans
curran algunos meses para que el nuevo
Ayuntamiento llegue a reunirse.
El primer Jefe Político de Píllaro fue el
señor don Juan Crisóstomo Jácome, que
duró muy poco en el cargo, pues que, a
la vuelta de pocos meses, fue sustituido
por el señor don José Joaquín Iturralde.
Para aquella época, la influencia del por
entonces Capitán Luis Fernando Ortega
(el mismo que, en el Gobierno de Veinte-
milla, llegara a ser Gobernador y Jefe Ci
vil y Militar de Tungurahua), era decisiva
(casi tanto como la de los parientes del
General Urvina, que residían ahí) y así
resulta explicable la inconsistencia que ad
quirió en los primeros momentos la vida
cantonal de Píllaro.
Duramente fue combatido el nuevo can
tón. Los principales motivos de acusación
eran su desorganización administrativa y su
absoluta pobreza de rentas. Hasta que, el
Congreso del año de 1855 -tomando ex
plícitamente en cuenta aquellas razones,—
lo suprimió.
Tal es la primera etapa cantonal de Pí
llaro. Sin embargo, los habitantes de esta
sección no se desmoralizan; y trabajan in
cansablemente por su rehabilitación polí
tica. En Mayo de 1860, consiguen en efecto,
179
que el Gobierno Provisional reconociera
la cantonización. Así ocurre, y es, enton
ces, cuando el gobierno municipal de Pí
llaro se constituye de la siguiente manera:
Jefe Político, señor don José Joaquín Itu
rralde; Alcaldes Cantonales, Primero y Se
gundo, señores Rafael Larrea y Manuel
Granja; Procurador Síndico, señor Joaquín
Vaca Ripalda; Alguacil, señor Antonio Es
pinel, y Tesorero, señor Manuel Medina.
Tales nombramientos fueron expedi
dos por el propio Gobierno Provisional
de Quito, en vista de no estar todavía or
ganizada la vida municipal. Después de
pocas semanas, con todo, se convoca una
Asamblea Popular para que elija conceje
ros principales, y, de la elección, resulta
constituida así la M. I. Corporación: Pre
sidente, señor Javier Villagómez (quien
desempeñaba ya la Jefatura Política, en
reemplazo de don Joaquín Iturralde); Vo
cales, señores Manuel Granja, Darío Ro
mero, Antonio Espinel y Ramón Luzuria-
ga; Secretario, señor Mariano Estrella.
Las primeras labores de este Concejo se
encaminan a buscar rentas, organizar los
primeros servicios y dar algún impulso a
la Instrucción Pública. Así se inicia la
vida municipal de Píllaro.
PILLARO CONTEMPORANEO
El Cantón Píllaro se compone actual
mente de cinco parroquias: Píllaro, su ca
becera, San Miguelito, San Andrés de Yat-
sil, San José de Poaló y Baquerizo More
no—estas dos últimas de reciente creación.
Píllaro, a pesar de las pocas rentas de
que dispone, ha realizado progresos de
consideración, gracias al escrupuloso ma
nejo de los fondos municipales y al entu
siasmo y patriotismo de todo el vecinda
rio. «La población central es densa, orde
nada y grande y cuenta con los populosos
caseríos de Calíate, Tilictusa y Chacata,
con un número total de 12.000 habitantes.
Es la residencia fija de las autoridades can
tonales y del I. Concejo Municipal, de
una Junta Inspectora Escolar cantonal, de
un Delegado de Sanidad y de una prós
pera «Sociedad Democrática de Artesa
nos». La Casa Municipal y la Casa de
180 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
Rastro son dos edificios nuevos y amplios.
Las calles son rectas y perfectamente em
pedradas y tiene cinco plazas: la de la
Matriz, la de San Juan, la de la carnice
ría; la del panteón y la de animales.—
Se verifica una muy concurrida y rica fe
ria en cada jueves, y en todas las plazas
se nota un activísimo comercio. También
hay feria en los domingos. A ambas acu
den gentes de casi todos los lugares de la
Provincia, que se comunican con Píllaro
por medio de amplias y bien conserva
das carreteras.
El actual Concejo Municipal de Píllaro
está integrado en la siguiente forma:
Presidente, Sr. Rufino Carrillo; Vicepre
sidente, Sr. Segundo Rafael López; Vocales,
Sres. Julio C. Vásconez, Salvador Darquea,
Horacio Rodríguez, Segundo Quintana y
Arsenio Carrillo; Procurador Síndico, Sr.
Floresmilo Tamayo; Tesorero, Sr. Aquilino
Vasco González; y, Secretario, Sr. Guiller
mo González.
Píllaro tiene dos escuelas fiscales y va
rias particulares para niños de ambos sexos.
En la Escuela Central de varones ha sido
intensa y proficua la labor del antiguo pe
dagogo señor don Rufino Carrillo, uno
de los servidores más abnegados e inteli
gentes que, en todo tiempo, a partir de una
época que data de 30 años, ha tenido esa
ciudad. Y hombre de iniciativas y de
acendrada honradez como lo es, no se ha
limitado a cumplir sólo con sus deberes
de educador sino, sobre todo, con los de
ciudadano patriota y veraz, sirviendo a
Píllaro con todas sus fuerzas y entusiasmos.
Sea esta ocasión para consignar en este
libro un hecho particular: el señor Carri
llo es uno de los pocos educadores que
ha logrado despertar la admiración y ca
riño de un pueblo entero, hasta explosio
nar en manifestaciones de delirante júbilo,
como la que se realizó en su honor el
día 12 de Enero del año de 1926, en que
el pueblo todo de Píllaro, con lo mejor
y más distinguido de su sociedad, supo
consagrar los homenajes debidos al edu
cador de sus juventudes a través de 25
años de incesante labor.
El señor Carrillo es uno de los colabo
radores más entusiastas de este libro, en
la parte correspondiente a los datos históri
cos de su Cantón, al que desearía hacerlo
conocer y comprender cada día mejor.
OTROS ELEMENTOS DEL PROGRESO
SECCIONAL
Han contribuido también al desarrollo
del progreso seccional en Píllaro distin
guidos elementos, cuya actuación ha sido
notoria, especialmente, en los últimos 30
años: los señores, Wenceslao y Sixto La
nas, Octavio Alvarez, Belisario Granja, Pe
dro Tamayo, Francisco Salgado Quiroz,
Alfonso Tamayo, Luis F. Baca, Luis Ar-
teaga, Luis A. Darquea, Sixto Alvarez,
etc., etc.
PILLAREMOS CONTEMPORANEOS
Señor don Enrique Noriega. Joven de
magníficas prendas, como ciudadano parti
cular y como
funcionario.
Pertenece a ho
norable familia,
que siempre se
distinguió por
sus virtudes de
honradez y la
boriosidad.
Desde los car
gos de Procu
rador Síndico,
Tesorero Muni
cipal, Comisa
rio, Juez Civil,
etc., etc., ha sa
bido demostrar
Sr. Enrique Noriega sus aptitudes de
orden y sus há
bitos de honorabilidad y disciplina.
Es uno de los elementos sociales más
apreciados entre sus conterráneos, por to
das aquellas virtudes ciudadanas que le
distinguen.
Señor don Nicolás Octavio Alvarez. Ha
sido uno de los más prestigiosos servido
res del Municipio de Píllaro.
Ha desempeñado los cargos, por repe
tidas ocasiones, de Concejero y Presiden
te del M. I. Ayuntamiento; de Presidente
de la Junta de Fomento Agrícola y de Di
rector de la Planta Eléctrica Municipal,
obra terminada por él mismo y entregada.
 LOS MUNICIPIOS DE PELILEO Y PILLARO 181

hace unos tres años en condiciones mag El señor Granja

níficas. nació en Gua-
Ha sido también Colector Fiscal del randa. Niño to
Cantón Píllaro, distinguiéndose por su davía trasladóse
a Quito, en don
celo y corrección en defensa de los inte de cursó ense
reses del Fisco. ñanza primaria
Actualmente es el Jefe Político Titular y secundaria.
de esta importante sección de la República; Matriculado en
y en éste, como en los demás cargos, con la Universidad
tinúa el señor Alvarez manteniendo su tra Central, se pre
paraba en el ra
dicional prestigio de honorabilidad y fer mo de la Inge
voroso patriotismo. niería, cuando
sucesos impre
Señor Julio César Amores Díaz. — Sus vistos le obliga
pendidos sus estudios en la Universidad Sr. Félix A. Granja. ron a suspender
Central, y vuel los estudios y
to a su ciudad, adoptar distinta carrera.
el Sr. Amores En 1924 rindió lucido examen con seis
Díaz se ha de opositores, para alcanzar la Escribanía de
dicado al servi
cio de ella, con este Cantón, triunfando ruidosamente.
patriotismo y Desde entonces el señor Granja labora en
entusiasmo na esta ciudad, en medio del aprecio y con
da comunes. sideraciones de la sociedad en general.
En el año de
1919 fundó la Señor Julio C. Lanas.— Pertenece a
Sociedad demo
crática de Obre una de las familias más honorables de la
ros, siendo, por localidad. Hizo
tanto, el primer sus estudios de
Presidente de enseñanza se
ella. Ha sido cundaria en el
Sr. Julio C. Amores Concejero mu Colegio «Vicen
nicipal por dos te León» de La-
ocasiones; Juez Civil y Miembro de la tacunga, donde
Junta Inspectora de las Escuelas del Can obtuvo su gra
do de Bachiller
tón. en Filosofía;
En 1925 la Corte Superior de Ambato posteriormente
le eligió Alcalde Primero Cantonal y la y ya en su ciu
Corte Superior de Riobamba volvió a dad natal, ha
nombrarle en los años sucesivos; pues que desem peñ ado
varios cargos
hasta ahora desempeña ese importante públicos de im
cargo. portancia, desde
Es socio—No. 319—del Laboratorio In Sr. Julio C. Lanas Secretario de la
dustrial de Barcelona; y a sus actividades Jefatura Política,
de funcionario probo y honorable, une de la I. Municipalidad, Comisario, Escri
también las de la prensa, a la que sirve bano, y por último, Tesorero Municipal,
como asiduo y entusiasta corresponsal. desde el año de 1915 hasta 1926, habiendo
llegado a poseer cantidades de considera
Señor Félix Angel Granja. — Está liga ción, que fueron manejadas siempre con
do a Píllaro por los lazos de la simpatía. honorabilidad acrisolada.
182 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

8R. RUFINO CARRILLO SR. NICOLAS ALVAREZ

Presidente del I. Municipio do Píllaro Jefe Político del Cantón Píllaro

I. CONCEJO CANTONAL DE PELILEO

Sentados: Dr. Gabriel Prado O., Vicepresidente; Sr. Augusto Larrea A., Presidente;
Sr. Floresmilo Hidalgo, Jefe Político; Dr. Carlos Fabara G. En pie: Sr. Miguel E.
Ramos; Sr. J. Daniel Freire R.; Sr. Carlos Samaniego A.; Sr. Gabriel A. Castro, Se
cretario; Sr. Emiliano Torres; Sr. José Elíseo Torres; Sr. Julio C. Lnzuriaga V.,
Comisario Municipal.
 CAPITULO
REGIMEN ECLESIASTICO
LA CONTRIBUCION DEL CLERO AL ADELANTO GENERAL DE LOS PUEBLOS
DE TUNOURAHUA — ALGUNOS VALORES DE LA IGLESIA ECUATORIANA
No se puede negar el gran aporte del
clero en el progreso de diversas secciones
de esta Provincia. En Ambato, a raíz de
su primera destrucción, vimos desarro
llarse la acción constante y generosa de Fr.
Hipólito de la Vega y Cadena—uno de los
pocos sobrevivientes de la catástrofe,—en
favor de la nueva fundación, venciendo
las resistencia de los «quisapinchas», due
ños del sitio actual. El cura de Santa Ro
sa, entre tanto, proveía de agua a la nueva
población.
Luego, los iniciadores de la obra esco
lar, casi en los mismos días de la recons
trucción, son los dominicos. Estos esta
blecen, por aquí, las primeras escuelas pri
marias de que se tiene noticia.
A mediados del siglo XVIII, los sacer
dotes jesuítas inauguran, en Ambato, la pri
mera imprenta que puede introducirse en
el Ecuador. Gracias a esta circunstancia,
el entusiasmo por los estudios toma alien
tos dentro de la pequeña villa.
En el cantón de Pelileo, Fr. Domingo
Benítez realiza inapreciables obras de fi
lantropía: una de ellas, que le ha sobrevi
vido hasta hoy, es la apertura de una ace
quia, por la que vienen las aguas de Mo
XI
cha, para el regadío de los extensos y
áridos terrenos de toda aquella circuns
cripción. Antes de que el P. Benítez se
decidiera a realizar tan estupenda obra, los
míseros habitantes de esos yermos perecían
de hambre y sed. Luego vino el florecimien
to de la agricultura, la valorización de las
propiedades y el aumento y salubridad de
las poblaciones adyacentes a Pelileo.
En Baños, los religiosos de la Orden de
Predicadores llevan a efecto magníficas
obras de progreso. No solamente favo
recen, en plena Colonia, a viajeros que
se aventuran por las sombrías selvas del
Oriente, sino que, a la llegada de sabios
extranjeros, son los únicos que los guían
y agasajan. A fines del siglo XIX y en
los primeros diez años del siglo XX, lla
man la atención del país entero y de los
turistas extraños, las obras que el sacer
dote belga Tomás Halflants realiza en
Baños, no ya sólo en favor de ésta, si
no en beneficio del buen nombre ecua
toriano. Abre caminos, tiende hermosos y
sólidos puentes sobre el turbulento Pas-
taza; funda y sostiene escuelas rurales;
construye un magnífico Hospital, junto a las
fuentes mismas de aguas termales que hay
184 LA PROVINCIA DE TUNGURAHCA EN 1928

en esa población; levanta nuevos edificios;

abre nuevas calles; protege a sinnúmero
de pobres y es el amigo solícito de cuan
tos viajan, ecuatorianos o extranjeros, por
esos territorios.
No fue ecuatoriano el P. Halflants; pe
ro su cariño entrañable para ese pueble-
cito y sus obras estupendas de filantropía,
le ligan fuertemente a nuestra Patria y a
las mejores páginas de la Historia del
Ecuador.
Al P. Halflants le siguió el P. Van-
Shoote, otro filántropo, entusiasta por la
difusión de la cultura pública, que creó
escuelas, y que, ayudando al Estado, con
un criterio tan amplio que muchos faná
ticos de hoy no comprenden, pagó, para
mayor eficacia de la enseñanza, pedago
gos supernumerarios en las escuelas fis
cales de toda aquella circunscripción de
Baños—que, por su posición geográfica y
sus naturales encantos, es uno de los lu Sr. Dr. Aurelio Várela
gares más hermosos y de mayor porve
nir de la Provincia de Tungurahua. numental que tanto contribuirá al ornato
de la ciudad, la iglesia Matriz, que se pro
Esto, por lo que respecta a la acción ci pone terminar para 1030, centenario de
vilizadora del clero en lo pasado. Pero la República. Antes, el Dr. Bueno había
ahora mismo, no todos son los vulgares demostrado gran actividad y espíritu de
negociantes con los misterios de la fe ni progreso en Pelileo: su actuación en Am
con la suprema idolatría indígena. Varios bato confirma y realza mayormente esas
sacerdotes, de diferentes órdenes, distín- cualidades.
guense por su afán progresista y por su Por su parte, los frailes dominicos no
excelente espíritu de comprensión y es han olvidado el precedente que han sen
tudio. tado sus hermanos extranjeros. Ahora se
Todavía recuerda Ambato con cariñoso han dedicado preferentemente a la coloni
respeto a su antiguo párroco, el Canónigo zación de la región de Canelos, y el tino,
Honorario Dr. Aurelio Varela, quien supo sagacidad y suficiencia que demuestran
ejercer su ministerio inspirado en los senti en ella, han llamado la atención nacio
mientos más elevados de ecuanimidad y nal.
tolerancia. El Dr. Varela consiguió crear Un inteligente dominicano—Fr. Alberto
en su parroquia un ambiente cordial de María Torres, que es un historiógrafo
corrección y de respeto mutuo; y trabajó eminente y de muy sólida cultura,—ha ayu
afanosamente por el adelantamiento de la dado también a la composición de este
construcción del magnífico templo, la Ma libro, suministando datos históricos y has
triz, que encontró apenas iniciado. El Dr. ta prestándonos folletos y libros de opor
Varela fue oriundo de Patate, y falleció en tunidad para consulta, sin hacer gran caso,
Quito, en 1925. por lo demás, de la absoluta disparidad
Actual Cura Vicario de la Matriz de Am de ideas políticas y religiosas entre edito
bato es el Dr. Ricardo Bueno C Se debe res liberales e historiógrafo acendradamen
a este distinguido eclesiástico el mayor te católico. Lo que explica ya la existen
aliento que han tomado en los últimos cia de un espíritu preciosamente civilizado
tiempos los trabajos de aquella obra mo- y de armonía.
 REGIMEN ECLESIASTICO
Sr. Dr. Ricardo Bueno C.
Y si tan provechosa e intensa ha sido
la actuación del clero en general en esta
Provincia, el clero nativo no ha sido me
nos importante en beneficio del buen
nombre eclesiástico de todo el Ecuador.
Los religiosos de Ambato, que han cul
minado por sus virtudes y por su sabidu
ría, no son pocos. Sin embargo, aquí nos
limitaremos a indicar solamente algunos
nombres gloriosos que honran la Iglesia
ecuatoriana.
EL OBISPO ITURRALDE
Entre las familias distinguidas del Amba
to floreciente del siglo XVIII figura la que
tenía por Jefe a Dn. Pablo Suárez. Este
fue casado con Dña. Mariana Egüez, y
entre sus hijos sobresalen dos personajes
que figuraron como patriotas en los aza
rosos días de nuestra emancipación. El
Dr. Miguel Suárez perteneció al Congreso
de las Provincias, y como tal firmó la Cons
titución del Estado de Quito, en 1811, y
como Ministro Juez de la Alta Corte de
Justicia integró su personal en 1822, por
el nombramiento con que el General Sucre
premió sus servicios patrióticos. Dn. José
Suárez hizo las primeras campañas de la
Libertad y su nombre consta en la lista de
185
los oficiales beneméritos de esa época glo
riosa.
Con una hermana de estos proceres, Doña
Antonia Suárez, se casó el caballero latacun-
gueño Dn. Mariano Iturralde Echeverría, y
se avecindó, con tal motivo, en Ambato.
El enlace matrimonial tuvo lugar el 22 de
Abril de 1787, siendo su padrino el Capi
tán Dn. Baltazar Carriedo y Arce, que es
el protagonista de una Leyenda del poeta
Dn. Juan León Mera, que por su esposa
Doña Rosario Iturralde perteneció tam
bién a esa familia.
De la prole numerosa del Sr. Iturralde
mencionaremos a Doña María Juana Leo
nor, mujer de singular hermosura que na
ció el 27 de Diciembre de 1789 y fue ma
dre del General Dn. Secundino Darquea;
y al Dr. Tomás Antonio, que llegó a ser
Obispo de lbarra, y del cual hemos aco
piado los datos biográficos siguientes, en
los Archivos de la Curia Metropolitana.
Hechos los primeros estudios en la
ciudad de Ambato, vistió la beca semi
naria en el Colegio de San Luis de Qui
to, donde se reveló su vocación al sacer
docio. Cursó con lucimiento Filosofía y
Teología sin descuidar el estudio de De
recho Civil y Canónico. En ambos De
rechos optó al grado de Doctor, lo que
le valió para oponerse más luego a la Silla
Doctoral.
Después de conseguir el Presbiterado
continuó en el Colegio de Maestro de Sala,
cargo que desempeñó a satisfacción de sus
Superiores.
Se opuso a dos concursos el año de
1835 y el año de 1840; por el primero ob
tuvo el curato de la parroquia urbana de
San Roque, y por el segundo, el de la
parroquia del Jordán en Otavalo. Este
beneficio renunció para aceptar una media
ración en el Coro de la Iglesia Metropo
litana, hasta que después de dos años se
le ascendió a Racionero, por haberse
opuesto a la Silla Doctoral. El 26 de
octubre de 1847 alcanzó esta Dignidad con
beneplácito del Clero, pues todos admira
ban su conducta adornada de virtudes y
sus talentos nada comunes.
El Obispo Sr. Rafael Lazo de la Vega
celebró órdenes en la Iglesia de la Con
186 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
ILMO. DR. TOMAS A. ITURRALDE,
Obispo de Ibarra
cepción de Quito, dice un documento que
tenemos a la vista, y el 20 de Febrero de
1831 recibió el Sr. Antonio T. Iturralde la
primera tonsura y cuatro órdenes; el 26 de
Febrero en la Capilla del Palacio, el Sub-
diaconado. Hallándose en Ibarra el Obis
po de Santa Marta Dr. José Mariano Esteves
Ruiz de Cote le ordenó de Sacerdote en
la iglesia de la Concepción el 27 de Mayo
de 1832. La primera misa celebró en el
templo del Tejar de la Merced, que estuvo
recién consagrado por dicho Prelado,
quien vino al Ecuador como comisionado
diplomático para arreglar el asunto límites
entre el Ecuador y la Nueva Granada.
El 30 de Julio de 1868 pasó de la Silla
Doctoral a la Dignidad de Chantre, y el
año siguiente fue preconizado Obispo de
Ibarra en el mismo Consistorio en que fue
preconizado el limo. Sr. Serafín Banuteli,
Arzobispo de Necea y Delegado Apostólico
en el Ecuador, quien consagró al Sr. Itu
rralde el 13 de Febrero de 1870.
El 20 de este mes y año tomó posesión
de su Obispado en la Esperanza, lugar a
donde se había trasladado la población
de Ibarra, con motivo del terremoto de 16
de agosto de 1868.
A fines de 1874 renunció el Episcopado.
Los términos en que está concebida la
aceptación, es muy honrosa para el ilustre
Prelado.
Fr. Juan Maria Riera
Nació en Ambato, y fueron sus padres
los señores Carlos Riera y Dolores Mos-
coso, de honrosos antecedentes. Dn. Car
los fue Presidente del Concejo y Jefe
Político del cantón de Ambato, y en su
primera juventud ejerció el cargo de Di
rector de la Escuela Fiscal, a la que con
currían alumnos que más tarde honraron
al Foro y a la Iglesia. Era como atávica
la piedad de su hijo Juan María, pues su
abuelo Dn. Joaquín Riera consagró su vida,
diremos así, para dotar a Ambato de un
templo que fuese digno del lugar de su
nacimiento, y en 1840 lo vió casi concluído.
Con el nombre de Carlos Antonio Rei
naldo fue bautizado en la iglesia Matriz
de Ambato por su pariente, el Presbítero
Dn. Juan Bautista Vaca. *
El 10 de Octubre de 1880 recibió el há
bito en Quito, en la Orden Dominicana, y
después de dos años, en que manifestó te
ner verdadera vocación para el sacerdocio
hizo la profesión de voto simple, y lue
go los solemnes ante el Prior Fr. Jacin
to La Camera.
En 1884 recibió la tonsura y las cuatro
Ordenes Menores, y el 25 de Setiembre de
1887 el Subdiaconado. Se ordenó de Diá
cono en Cuenca, y obtuvo el Presbiterado
en la misma ciudad, de manos del limo.
Sr. León, actuando como Padrino de la
ceremonia el popular poeta Dn. Miguel Mo
reno.
De regreso en Quito, previo el respec
tivo examen, que resultó sobresaliente, ob
tuvo el grado de Lector o Profesor. Cator
ce años ejerció la enseñanza de casi todas
las materias prescritas en los estatutos del
Colegio de Quito.
El 12 de marzo de 1892 marchó al Oricn
te para dar ejercicios espirituales y hacer
cumplir con el precepto pascual a los habi-
* Los siguientes datos son tomados de
una Revista de la Orden Dominicana.
 - REGIMEN ECLESIASTICO
tantesde Macas. Cumplida su comisión es
tuvo de regreso en Quito el 12 de junio de
1892 y reanudó las tareas del Profesorado,
Nombrado Vicario Provincial de 1897,
sus nuevas ocupaciones no le fueron obs
táculo para colaborar con artículos cientí
ficos y de otra índole en la Revista, órga
no de la Institución religiosa a que per
tenecía.
Lució, en fin, el año de 1902, dice un
biógrafo del P. Riera, y reunido en 1» de
Setiembre el Capítulo Provincial, eligióse-
le con mayoría absoluta de votos Prior
Provincial, suprema dignidad, en la que
fue confirmado, en Roma por el General
de la Orden el 20 de Octubre del mismo
año. De este modo se dió público testi
monio de su inmaculada conducta, pru
dencia y capacidad para el Gobierno de
la Orden.
Fue preconizado e instituido el P. Riera
Obispo de Portoviejo el 5 de Diciembre
de 1907 por el Papa Pío X.
El 19 de Enero de 1912 fue trasladado
al Obispado de Guayaquil, conservando el
cargo de Administrador Apostólico del de
Portoviejo.
Falleció en Guayaquil el 20 de Noviem
bre de 1915. Todas las gentes le vene
raban como a un santo. Las plumas más
doctas en el Ecuador han hecho el más
cumplido elogio de sus méritos y virtu
des apostólicas, que bien quisiéramos re
producirlo, si a ello nos permitiera este
somero recuento de los principales acon
tecimientos de la existencia de quien estu
vo predestinado para la gloria.
Además de tan distinguidos varones, cu
yos méritos los llevó a altas jerarquías den
tro de la Administración eclesiástica, hay
también otros religiosos cuyas virtudes
merecen señalarse.
El P. Mariano Vásconez y los herma
nos Fr. Manuel y Fr. Narciso Segura fue
ron maestros del eminente P. Fr. Vicente
Solano, honra de las letras ecuatorianas; y
distinguiéronse en el profesorado con lu
cimiento. Es digno de grata memoria el
primero—dice uno de sus panegiristas,—
por su edificante virtud y por el celo y
actividad que empleó en su ministerio,
187
amando siempre la santa pobreza. El Dr.
Antonio Borrero recordó de Fr. Narciso
Segura, encomiando su virtud y ciencia.
Lo propio hizo el P. Compte respecto de
Fr. Manuel Segura, hermano del anterior,
el cual murió en Ambato lleno de días y
merecimientos, por el año de 1846. Am
bos fueron hijos de don Antonio Segura
y doña Ignacia de Egüez.
El Maestro Fr. Tomás Lazada asistió al
Cabildo ampliado de Cuenca el 1 1 de Abril
de 1822 y ante el General Sucre, que lo
presidía, aceptó la Constitución colombiana
y firmó el acta correspondiente. Atendien
do a sus luces se le encargó la clase de
Filosofía en el Seminario Conciliar de esa
ciudad tan luego como fue restablecido
ese antiguo plantel por orden del Liber
tador, a fines del año expresado.
El P. Fr. Manuel Cisneros, Lector, Prior
del Convento Máximo de Santo Domingo,
Rector del Colegio de San Fernando, tuvo
a su cargo la asignatura de Teología en
1816 y se distinguió por su ascetismo, con
que se captaba la veneración y el amor
de sus hermanos de hábito.
Pero el que llenó de su fama a la Real
Audiencia con la magia de su verbo elo
cuente y las dotes singulares con que di
fundía en la Cátedra sus sabias interpre
taciones a la profunda doctrina del Angel
de las Escuelas fue el P. Ignacio de Castro.
El limo Sr. Pólit dice que la clase de Hu
manidades obtuvo por oposición y desem
peñó durante ocho años en el Colegio de
San Fernando, desde 1742, y que después,
habiendo lucido sus conocimientos como
Profesor de Teología, fue elevado al Rec
torado de ese plantel. Escribió en 1770,
para optar el grado máximo de Maestro
Teólogo, un comentario latino sobre ta
Física de Aristóteles. Regente de Estudios
y Definidor estuvo siempre dedicado a la
enseñanza y a la predicación. Nació en
Patate el 20 de Setiembre de 1717, y fa
lleció en Uyumbicho en 1781.
El Presbítero Luis Mera cuando Jesuíta
y después de su secularización cultivó las
Letras, mas no nos ha quedado ninguna
muestra de su ingenio. El sábio Espejo
188 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
le apreció en tal grado, que el personaje
que representa el buen gusto y la discre-
sión en el Nuevo Luciano es precisamen
te el Dr. Mera.
El mismo Dr. Espejo encomia el candor
y los conocimientos del P. Joaquín Ayllón,
Canónigo Juan Tomas Lopez
Fue Cura deAmbato y consiguió el
establecimiento del Hospital de San
Juan de Dios.
docto jesuíta, autor entre otros trabajos de
un tratado de Filosofía y de la Arte-poé
tica, obra, esta última escrita en latín que
mereció ser vertida al castellano por el
Presidente de la República e insigne hu
manista Dr. Dn. Luis Cordero. Nació el
P. Ayllón en Ambato, en Junio de 1728,
y entró en la Compañía en 1743. Expulsa
dos los Jesuítas por orden de Carlos III,
él fijó su residencia en Roma, desde don
de se comunicaba con el Marqués de Vi-
llaorellana su protector y con su madre
Dña. Margarita Loza. Se conoce que esta
señora tuvo buena hacienda a juzgar por
los reclamos que hizo a la Junta de Tem
poralidades para que le satisficiera ciertos
créditos y préstamos que había hecho a
la Compañía en tiempo de la fundación
de la Primera imprenta, traída a Ambato
por los P. P. Maguen y Polo del Aguila
El Presbítero Justo Mera, era Junior
cuando fue desterrado a Italia, donde bajo
el patrocinio de su pariente el P. Ayllón
recibió las órdenes sagradas. Muy pobre
vivió en Bolonia, pero luciendo sus co
nocimientos en el Profesorado, para el
cual tuvo excelentes disposiciones. Como
son tan escasas las noticias que tenemos
de los expatriados Jesuítas, nos vemos en
el caso de insertar un trozo de la carta
del Dr. Mera dirigida a su hermano ma
yor Dr. Francisco Mera, en la que recla
ma parte de su patrimonio hereditario:
Helo aquí: «Al pasar por este Ambato
cuando iba expatriado, apenas se pudieron
juntar 50 p.s que me dieron de socorro.
Son más de doce años que no veo letra
tuya ni de algún otro. Qué quiere decir
tanto silencio? tanto olvido y tanta cruel
dad? Tú eres sacerdote y yo también y
no tenemos heredero forzoso, y los bie
nes que han quedado me parece que deben
dividirse en nosotros dos. No creyera yo
que en mis hermanos cupiese tanta tira
nía para conmigo: son cuasi diez y ocho
años que ésta la experimento; no pueden
alegar pobreza. .. Ah! Dios es justo y ve
los corazones y a su tiempo reddet unicui-
que secundum opera ejus. Espero te mo
verás a compasión de mis miserias. Saludo
a nuestra hermana monja »
La Real Audiencia tuvo conocimiento
de este reclamo y ordenó que de los bienes
del interesado remitiera Dn. Gabriel Fer
nández de Urbina, Contador de las Cajas
Reales, 2.000 pesos en 1788, para aliviar la
triste situación económica del expatriado.
El ex-Jesuíta Mera fue hijo de Dn. Fran
cisco de Mera Paz Maldonado y de doña
Rita Portero.
Entre los religiosos modernos de la Or
den Dominicana es el P. Vicente M. Cai-
cedo Albornoz el que más ha figurado
fuera del país como orador y Profesor de
diferentes asignaturas. Era un insigne po
lígloto. Poseía el francés, inglés, alemán,
italiano, polaco, griego, latín y hebreo.
Escribía en todos estos idiomas con suma
corrección —dice uno de sus admiradores.
En alemán ha dejado algunas poesías de
carácter religioso.
 REGIMEN ECLESIASTICO
Era Maestro de Novicios en Cuenca; en
el Colegio de Santo Tomás en Lima regen
tó varias aulas, lo mismo que en la Uni
versidad dominicana internacional de Ro
ma, donde obtuvo también el cargo de
Director del Archivo general de la Orden
R. P. Aurelio Elias Mera
y de Redactor principal de la Revista de
la Orden que se publicaba en latín. Plu
mas justicieras han hecho el elogio de este
virtuoso y sabio sacerdote ambateño. Na
ció el 30 de agosto de 1863 y falleció en
Roma en circunstancias en que acababa
de poner un prólogo erudito a la obra del
P. Matovelle, que versa sobre el Apocalip
sis. Sus padres fueron D. José Gabriel
Caicedo y Dña. Mercedes Albornoz.
No puede faltar en esta breve reseña
el nombre del Dean Aurelio Recalde, quien
desde niño anunció con su precoz talento
el elevado puesto que debía alcanzar, como
así sucedió por medio de su austera virtud
y sus vastos conocimientos escriturarios y
teológicos. Su segundo maestro de pri
meras letras D. Francisco Soto manifestó
a sus padres la facilidad genial del niño
para adquirir los conocimientos y la do
cilidad de su carácter angelical, con que
se recomendaba ante sus condiscípulos.
189
En Pifo hizo Recalde los votos del bie
nio el 30 de Octubre de 1882 y permane
ció allí acopiando caudal de ciencia clási
ca hasta el 17 de Mayo de 1887, año en
que partió a Ibarra, cuna de sus abuelos
maternos, en unión del limo. González
y Calisto para hacerse cargo de la clase de
Filosofía en el Seminario Menor de San
Diego.
El 15 de Agosto de 1890 celebró su pri
mera misa en la capilla episcopal recien
temente construida, cuya ceremonia fue
enaltecida por la palabra elocuente del
P. Manuel I. Proaño, apreciador de las vir
tudes del Presbítero Recalde.
Poco después obtuvo una Canongía
y el Beneficio de Cura de la Matriz de
Ibarra. El 20 de Julio de 1913 fue aseen,
dido al Deanato por el Papa Pío X, y
como tal ha desempeñado los cargos de
Promotor fiscal de la Diócesis y Provi
cario General, sin descuidar de atender ca
ritativamente y como Capellán a la Casa
de Huérfanos y al Instituto de la Con
cepción.
Como Profesor de Latín profundizó el
idioma del Lacio, que lo hablaba y es
cribía tan a maravilla que llegó a ser
mirado como el primer latinista de nues-
tia tierra.
El Dr. Recalde falleció el 7 de Noviem
bre de 1924. El Capítulo Diocesano de
Ibarra expidió un Acuerdo, por el que
deplora la desaparición de tan ilustre sa
cerdote, y la prensa local hizo el recuen
to de sus merecimientos, especialmente
recordando su espíritu eminentemente ca
ritativo y desinteresado y la importancia
literaria de sus sermones y discursos.
Aunque en esta somera galería biográ
fica faltan algunos sacerdotes que merecen
distinguida mención, sus nombres cons
tan en otras partes de esta Monografía,
De propósito hemos dejado para estas
últimas líneas el del ilustre sacerdote Dr-
Nicolás Arsenio Suárez, quien a sus pro
fundos conocimientos eclesiásticos unía su
dón de mando para mantener la discipli
na en el Clero, en las ocasiones que ejer
ció la autoridad suprema, digámoslo asíi
en la Arquidiócesis, sustituyendo dignamen
190 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
te a los limos. Prelados. Obtuvo por
oposición la silla teologal; sus diserta
ciones dogmáticas formarán un buen volu
men cuando se den a la estampa, y reve
larán la justa fama de que gozó como
uno de los mejores representantes del
clero secular de la Nación. Grandilocuen
te en sus discursos, cultivó también la
gaya ciencia, y nos dejó muestras de su
inspiración, ya en sus trabajos originales
como en las clásicas traducciones del latín
con las que se engalanaban las Revistas
religiosas. Antes de que fuera Vicario
General tomó sobre sí en Ambato las
arduas tareas del profesorado; y cuando
vio que se aproximaba el instante de su
eterna partida se vino a ella para exha
lar su alma luminosa en medio de su fa
milia y de los conterráneos que admiraban
sus virtudes.
De los eclesiásticos ambateños de hoy
día, entre varios que se pueden citar con
orgullo, recordaremos, particularmente, al
P. Aurelio Elias Mera, S. J., verdadero
prestigio nacional por sus altas prendas de
inteligencia y corazón.
El R. P. Aurelio Elias Mera Cobo nació
en Ambato, el 14 de Julio del año de 1868.
Hizo sus primeros estudios en las escue
las de la ciudad natal. En 1880 fue a estu
diar en el Colegio de San Gabriel de Qui
to, siendo de los primeros alumnos. En
1883 ingresó en el noviciado de los Je
suítas, en Pifo; y allí hizo sus estudios de
Retórica, Filosofía y Ciencias hasta 1890,
en que fue nombrado ya profesor de los
mismos Jesuítas.
En 1891 su orden le envió a Lima como
Profesor de Retórica. Por el mismo año
partió para España en donde se ordenó
en Burgos, en 1897, pasando luego a gra
duarse de Doctor en Teología en la Uni
versidad Gregoriana de Roma. Después
de unos años vuelve a Lima, y ahí en la
Universidad de San Marcos, adquiere tam
bién la investidura de Doctor.
Por la misma época es nombrado el P.
Mera Cobo Prefecto del Colegio de los
Jesuítas de aquella ciudad.
A partir de este tiempo las actividades
del P. Mera se intensifican y cobran ma
yor amplitud: inicia y sostiene importantes
fundaciones, tales como: el Colegio de
Arequipa, el Colegio de Sucre, en Boli-
via; la Academia Literaria de San Ignacio;
la Escuela para ciegos; la Universidad Ca
tólica, y otras, en Lima. Llevó a cabo,
con la colaboración patriótica de eminentes
personalidades, la erección e inauguración
de la estatua y monumento en el Morro
Solar de Chorrillos, en donde se recogie
ron y guardaron los restos de los soldados
chilenos y peruanos que murieron en la
batalla famosa librada entre las fuerzas de
los dos países beligerantes.
Después de haber visitado 13 países
diferentes volvió, hacia 1915, a la patria,
con el propósito de escribir la « Historia
contemporánea de la Compañía de Jesús
en el Ecuador», que está por publicarse.
En el Ecuador mismo no descansó: mo
vido por particular interés científico, explo
ró, casi íntegramente, la Región Occiden
tal del Ecuador y realizó dos viajes al
Archipiélago de Colón.
Orador sagrado, llamó la atención seria
mente desde las tribunas de España, Ar
gentina, Perú y Chile. Literato cultísimo
y polígloto insigne, ha leído en sus pro
pios idiomas, a los clásicos latinos, grie
gos, alemanes, ingleses, franceses, italianos
y portugueses. Posee cinco o seis len
guas muertas y las principales vivas del
mundo.
Como tributo de admiración y cariño a
la tierra que le vió nacer, ha compuesto
un extenso poema— Canto a Ambato»,—
que ha sido dedicado al M. I. Municipio
de esta ciudad.
 CAPITULO
COMERCIO, INDUSTRIAS
RAMOS PRINCIPALES DEL COMERCIO ACTUAL.— ELEM ENTOS REPRESENTATIVOS
DEL COMERCIO Y LAS INDUSTRIAS EN LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA.—
INSTITUCIONES BANCARIAS.
Las caracteristicas de lo que fue
ron, en lo pasado, el comercio y las indus
trias, no se han perdido en la vida contem
poránea. Todavía Ambato mantiene aquel
gran prestigio industrial, que tan justa
mente supieron indicar viajeros europeos
del tiempo mismo de la colonia. Sola
mente que ahora, a la industria del pan
famoso y a la fabricación del excelente
calzado y a la preparación de cueros pa
ra la exportación, se han añadido otras
clases de industria y actividad, que hacen
de esta sección del Ecuador una verda
dera colmena, donde sinnúmero de labo
riosos e incansables obreros, forjan una
gran parte de la riqueza nacional. A las
industrias citadas—que han recibido ma
yor impulso aún, en los últimos años,—
hay que añadir
la de tejidos de lana y algodón;
la industria vinícola hoy en pleno des
arrollo ;
la cerámica;
la talabartería artística;
la de frutas conservadas;
la bombonería, en gran escala;
la de confección de ropas para la expor
tación; y
la editorial.
XII
Y BANCA
Pequeñas, pero activas industrias de otro
orden, dan también fisonomía particular y
muy propia a esta ciudad.
Desde luego, se ha dicho—y no sin fun
damento—que la Provincia de Tungura-
hua es, sobre todo, el mayor centro agrí
cola del Ecuador, teniendo en cuenta, pre
ferentemente, la producción intensa y va
riada—en proporción inversa a la reducida
extensión de territorio. Por esto hemos
dedicado a la agricultura un capítulo espe
cial en este libro, consagrándonos por
ahora, sólo a señalar industrias y acti
vidades complementarias, que no dejan de
ser notables.
En parte, el índice que damos, será una
guía para el conocimiento de los elemen
tos representativos de la industria y el
comercio seccionales en la actualidad.
Fábricas de tejidos de lana y de algo
dón. — Estas representan, en conjunto, un
valor aproximado de cinco millones de
sucres. Las principales son: la Industrial
Algodonera, sociedad anónima, cuyo capi
tal pagado es de S|. 1.400.000,00 De esta
fábrica salen casimires, casinetes, lienzos,
tejidos de punto y estampados; pañolones,
chales y franelas que inundan los merca
192 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
dos nacionales y extranjeros, particular
mente del Sur de Colombia, reemplazan
do, con evidente ventaja, a los similares euro
peos y norteamericanos, ya en camino de des
aparecer; y El Peral — fábrica, asimismo,
de tejidos diversos, -cuyo propietario es
el señor don Jacinto Jijón y Caamaño,
uno de los millonarios ecuatorianos que
más inteligente y certeramente han impul
sado la actividad industrial del país. Ge
rente de la Fábrica El Peral, en 1928, es
el señor don Cristóbal Anda Maldonado,
activo y laborioso ambateño.
Principales refinerías y haciendas viní
colas. En un período de intensa actividad
han entrado ultimamente varios centros
productores de uva. Entre éstos se seña
lan: la hacienda San Antonio» - Quillón;
- la del señor Celestino Carbonell; «Tun-
ga», de la señora Irene Muñoz; «Pitula»,
de los hermanos Alvarez; «El Carmen », de
Amador Cuesta e hijos; San Javier», de
Samaniego Hnos.; Guadalupe», de la
familia Gangotena Mortensen; «La Excel-
sior de R. Gonzalo Flores, etc.
Principales establecimientos de cerámica.
-Después del magnífico ensayo de los
hermanos Martínez— que quisieron demos
trar prácticamente que una nueva riqueza
podía explotarse en el país con un capital
inferior al que muchos compatriotas gas
tan en aventuras estériles o en empresas
rutinarias,—pocos trataron de resucitar la
industria de la alfarería artística, que cuen
ta, en esta provincia—según ha demostra
do el señor don Anacarsis Martínez, pre
vios detenidos análisis científicos y una
larga experiencia, —con materia prima de
primer orden.
Hasta que, a partir de 1926, los señores
de Howit Hnos. han establecido una fá
brica de objetos artísticos. Sus floreros,
jarrones, estatuas, juguetes, tazas, platos y
variedad de utensilios de hogar, se expen
den ya en los principales mercados de la
República.
Confiterías y bombonerías. Los señores
Vaca Hnos. han dado un gran aliento a
esta industria. Su fábrica El Cóndor es
una de las mayores del Ecuador, y sus
fideos, galletas, chocolates y exquisitas con
fituras han alcanzado enorme prestigio en
mercados extranjeros, principalmente de
Colombia y del Perú. En otra página
ilustramos particularmente esta fábrica con
sus dirigentes.
Panaderías y establecimientos de expor
tación. - La industria de pan, que fue siem
pre famosa, (José Enrique Rodó la cita
admirado), sigue teniendo sus valores. En
tre los principales establecimientos, se ci
tan La Rival, de José Domingo Chico;
La Viíeri, de don Eufrasio Viteri; La Ame
ricana, del señor Chas de Howit, y las
panaderías de Salazar Hnos., José Vásquez,
N. Quisimalín, etc., etc. Industria popular
por excelencia, ella da lugar a que infini
dad de personas de las clases pobres se
ganen decorosamente la vida, en el activo
comercio de sus productos, dentro y fuera
de la ciudad y de la provincia.
Fábricas de calzado y talabarterías. —Un
Rey de Inglaterra se puso calzado de Ain-
bato. Sabido es que, cuando Simón Bo
lívar pasó, radiante de gloria, por tierras
del Ecuador, fue el zapatero ambateño N.
Cajas quien trabajó, en obsequio del Li
bertador, un admirable par de botas sin
costuras. Tanta habilidad y gusto había
en la confección, que Bolívar prefirió ob
sequiarlas al más admirado de sus amigos,
el Rey Jorge IV de la Gran Bretaña. Los
zapateros posteriores a Cajas, no han roto
el tradicional prestigio de sus trabajos, que
siguen inundando los mercados naciona
les y extranjeros.
Entre las principales zapaterías actuales
se citan: las de los señores Adriano Man
tilla, Juan Castro, Juan M. Jaramillo, Anto
nio Ortiz Mera, Segundo Villacís, etc.
Los más famosos talabarteros son: Pedro
Mangui, Escobar Cruz Hnos., Miguel A.
Albuja.
Fábricas de Cerveza y aguas gaseosas. —
El principal impulsador de esta industria
la fabricación de cervezas -ha sido en
esta provincia el señor don Alfonso R.
Troya, que con clarísima visión y desple
gando toda energía ha podido elevar a un
alto grado de desarrollo su Cervecería
Tiingurahua, tan conocida en toda la Re
 COMERCIO, INDUSTRIAS Y BANCA
UNO DE LOS DEPARTAMENTOS DE MAQUINAS DE LA INDUSTRIAL ALGODONERA
pública. Entre los principales propietarios
de maquinarias productoras de aguas ga
seosas se citan a los señores José Teodo-
miro López y Clementina de Clavijo, en
Ambato, y Augusto Fabara G., en Pelileo.
Casas fabricantes de harinas. — La. pro
ducción de trigo en esta zona de la Re
pública del Ecuador ha llegado a inten
sificarse notablemente; y debido a esta cir
cunstancia y a las caidas de agua que han
podido provocarse mediante el aprovecha
miento del caudal del río Ambato, se han
establecido poderosos molinos, que son
casas productoras de harina en grande
escala.
Los principales molinos son: el de Mi-
raflores - establecido en el año de 1881,
con una capacidad diaria de 150 quintales,
y cuyos propietarios actuales son los seño
res J. F. Vela & Hnos.; y los de Tilulum, esta
blecidos en el año de 1912, con una ca
pacidad diaria de 200 quintales, y cuyos
propietarios son los señores Joachim &
Cía.
Estas casas producen finas y selectas
harinas, gracias a la modernidad y eficien
cia de sus maquinarias perfeccionadas.
193
Tienen agencias en las principales ciuda
des de la República.
Fabricantes de suelas y de cueros prepa
rados. - La industria de las «curtiembres»
está en Ambato, desde tiempo inmemorial,
ampliamente generalizada. Barrios enteros
vense ocupados por tenerías de diversas
capacidades; pues, siendo industria popu
lar ha sido aprovechada por innumerables
personas. No hay sindicatos, ni podero
sas compañías absorventes. Las suelas y
los cueros que se preparran en estas tene
rías se expenden en las plazas de toda la
República y en las de las fronteras del
norte y sur por sus mismos propietarios.
Tejidos de cabuya, alfombras, sacos, ca
bles, etc.—Como la anterior, ésta es tam
bién industria popular, explotada por mi
llares de manos, principalmente de cam
pesinos e indígenas inteligentes y laborio
sísimos. En los yermos donde no es po
sible la siembra de legumbres, de forraje
o de árboles frutales, crece la «cabuya»
(agave americano), y de ésta se sacan los
hilos con que se fabrican alfombras, pisos,
sacos, cables, etc. etc. Los sacos de ca
194 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
buya reemplazan con ventaja a los de yu
te que se han importado en enorme es
cala para el despacho de mercadería ecua
toriana a puertos americanos y europeos.
En las secciones de Picaihua, Pelileo,
Pachanlica y Píllaro se trabaja febrilmen
te en esta clase de tejidos, que tienen
enorme demanda.
Hoteles y teatros.—Siendo la Provincia
de Tungurahua tierra de intenso movi
miento comercial y social, el establecimien
to de hoteles confortables y de teatros
modernos no ha tardado en operarse,
y en las mejores condiciones. Quien
principalmente acometió la empresa de
dotar a la ciudad de Ambato de un mag
nífico hotel y de un hermoso teatro, fue
el señor don Leonidas H. Viteri, caballe
ro ambateño cuya actividad comercial se ha
ejercitado en campo de general beneficio.
En otras páginas consagramos al señor
Viteri y su progresista obra, observacio
nes detenidas.
Actualmente, entre los mejores hoteles
se indican: El Europa, el Francés, la
Casa Blanca, y el Vivero en Ambato;
el Oriental y el Tungurahua, en Pelileo,
y el Oriente, en Baños, para los excursio
nistas a esa región.
El Teatro Viteri es una de las mejores
salas de espectáculos que hay en el Ecua
dor, por sus modernas distribuciones, sus
decorados artísticos y su especial organi
zación.
El Teatro Viteri ha servido también de
estímulo para la fundación de uno nuevo,
«El Popular», cuyo empresario es el Sr
Eduardo Flores Orozco. Esta sala de es
pectáculos funciona en un edificio muni
cipal y su presentación es decente y
cómoda.
Aserradoras y fábricas de muebles
finos.— Desde el tiempo de Alcedo y Herre
ra, han sido apreciados los muebles y fi
nos trabajos de ebanistería hechos en va
rios pueblos de la Tenencia de Ambato.
Actualmente, tanto la ebanistería como la
maderería en general han adquirido gran
desarrollo. Hay innumerables aserríos que
facilitan el trabajo de famosos fabricantes
de muebles finos, muy conocidos en toda
la República. Entre los principales talle
res de carpintería y ebanistería artística se
citan los de los señores: Pachano, Núñez
& Cía. Juan J. Mañay, Segundo Garcés
Raza, Santiago H. Gavilanes, etc.
Hasta hace poco tiempo tuvo en esta
ciudad sus famosos talleres el señor don
Enrique Holguín. Actualmente este la
borioso ambateño honra a la industria y
al arte desde Quito, en donde ha estable
cido sus acreditadas fábricas de muebles
finos.
Frutas conservadas.— Esto, es industria de
varias familias ambateñas. Duraznos, man
zanas, uvas, albaricoques, frutillas, peras y
toda la inmensa variedad de la fruclicul-
tura regional, son la materia prima de tan
importante industria, cuyos productos —
cuando sus envases hayan llegado a ser
lo suficientemente llamativos, conseguirán
desterrar completamente a los similares
extranjeros.
El señor J. A. Bahamonde, propie
tario de la hacienda La Palmera, cerca
de Baños, ha llegado últimamente a un
arreglo con el Gobierno del Ecuador pa
ra la fabricación y exportación exclusi
vas de jugo de naranjillas, producto ex
quisito, ya conocido en los mercados na
cionales y extranjeros.
Fabricantes d? ropas para la exportación,
camiserías, etc. — He aquí una de las in
dustrias más importantes del Ambato con
temporáneo. Temos de punto; ropas para
niños, camisas, pijamas, sweters, etc., etc.,
han alcanzado gran demanda en mercados
distantes, de dentro y fuera del país. En
tre las principales casas fabricantes de ro
pas para la exportación, se citan: La Ele
gancia (camisería, temos de casimir para
hombres, y toda clase de ropa interior
para caballeros y señoras), cuyo propieta
rio es el señor Domingo Romano; La
Star, (camisería y sastrería) de propiedad
del señor don S. Fernando Iza; y la fábri
ca del señor don Julio G Banda.
El Comercio de importación y exporta
ción. Con el florecimiento de sus iudus
 COMERCIO, INDUSTRIAS Y BANCA 195

trias y la intensa producción agrícola de La actividad Bancaria. Y en medio de

sus campos, y con el gran movimiento tanta actividad comercial e industrial, la
social, por razones de la benignidad del obra tonificadora de los Bancos no ha
clima y las bellezas de la Naturaleza, ha tardado en aparecer. Hasta hace poco
encontrado el comercio, naturalmente, fuer tiempo, funcionaron en Ambato tres enti
tes bases para su desarrollo y expansión. dades bancarias, prestando inmensos ser
Tanto el comercio importador como el vicios al público: el Banco Tungurahua,
exportador, tienen, pues, una actividad cuyos principales fundadores y dirigentes
enorme en esta sección del territorio ecua fueron los señores Juan Elías Bucheli,
toriano, en donde circulan millones en Angel M. Naranjo, y Pablo Albornoz; la
muy pocas horas. El valor aproximado Agencia del Banco Comercial y Agrícola,
de las exportaciones de la Provincia de de Guayaquil, a cargo del señor don Mi
Tungurahua (legumbres, cereales, frutas, la guel Angel Chiriboga; y la Sucursal del
nas, productos diversos de la industria), Banco de Prestamos, de Quito.
alcanza, por término medio, a una canti
dad anual de onc: millones de sucres.
La importación es siempre inferior a la
exportación, pero no menos notable y
activa.
He aquí la nómina de las principales
firmas comerciales de la Provincia:
Leonidas H. Viteri, Jaime A. Cobo, Co
bo Hnos., Chacón Santana, Chacón Hnos.,
J. Belisario Urbina, A. M. Rodríguez V.,
Domingo Romano, Alfredo Endara, Salo
món Amador, Salomón Ode, Sevilla & Ve
la, Carlos Cobo J., Ricardo Loza, José
Garcés R. & Hijo, Elías Cisneros, Al
fonso Mora, Elías David, Pedro Villacís,
Juan I. Mantilla, Dr. Aurelio Soto V.,
Ricardo Costales, Angel M. Naranjo, Sa
man iego & Cía., R. Gonzalo Flores, L. A.
Torres, Carlos E. Darquea, L. A. Vivero,
José Rubio Alarcón, Vaca Hnos., Dr. Julio
Carrillo G., Octavio Vásconez, Juan Esco
bar, Augusto Clavijo, Angel C. Acurio, Su. Dx. Abel Sanchi:z
Juan Santana, César Farah Touma, José
Nava, Remigio Flores, Cuesta Hnos., J. A. Por razones de diverso orden, las dos
Andrade Leal, Jose Ernesto Vásconez, primeras entidades tuvieron que clausu
Elias A. Garcés R., Luis F. Naranjo, Eduardo rarse (una de ellas, siguiendo la suerte de
Borja, Julio Saá B., Luis Armando Torres, su principal) y sólo ha persistido, hasta
la fecha, la Sucursal del Banco de Prés
Alfonso R. Troya, etc. etc.
tamos, a cargo del señor don Abel Sán
Comerciantes de Tungurahua, con gran chez, prestando imponderables beneficios
des casas matrices en Guayaquil: al comercio y a las "industrias locales, cu
Señores Félix H. López y Celiano Zu yas operaciones se facilitan.
rita Toro. Es el señor Sánchez una de las más
Comerciantes de Pelileo que hacen pe sobresalientes figuras de la banca de Am
didos directos: bato. Al mismo tiempo, lo es también del
Gabriel A. Castro, Miguel E. Ramos, Al mundo social de esta ciudad; pues que
fonso F. López, Augusto Fabara G., Celia- desempeñaba últimamente la Presidencia
no F. Freire. del Club Tungurahua, que es el más alto
196 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

centro social de esta sección de la Re Sánchez,—y un gran historiador a la Pa

pública. tria: el Dr. Pedro Fermín Cevallos. (V.
La carrera del señor don Abel Sánchez la página 84 de este mismo libro).
no se ha improvisado. Ha seguido una
escala rigurosa de ascensos por mereci CASAS Y ELEMENTOS REPRESENTATIVOS
mientos personales y a base de una re DEL COMERCIO V LA INDUSTRIA
putación muy bien cimentada. DE TUNGURAHUA.
Caballero de exquisito trato y clara Es el señor don Leonidas H. Viteri uno
inteligencia, en todos los puestos por don de los elementos representativos del alto
de ha pasado ha sabido dejar una estela comercio de la Provincia de Tungurahua.
de cordiales simpatías. Y he aquí, jun Su firma está acreditada como la más an
tamente con su honorabilidad y sus pres tigua y honorable.
tigios de trabajador incansable, lo que ha
formado la base de sus triunfos poste
riores que se resumen en los altos cargos
que actualmente desempeña.
Comenzó su carrera como tomador de
tiempo en el Ferrocarril del Sur. Ya en
el año de 1909, muy joven todavía, fue
nombrado Juez Parroquial. En los años
de 1911 y 1915, fue Alcalde Cantonal. En
estos cargos iniciales, dióse a conocer co
mo un carácter renovador e inadaptable a
las simples rutinas.
En 1912 fue Ayudante del Ingeniero se
ñor Manuel Navarro, en el Ferrocarril al
Curaray.
Para el año de 1920 ocupa una curul
en el seno del M. I. Concejo Municipal
de Ambato, siendo su actuación de las más
serenas, inteligentes y sagaces. Por el mis
mo año es nombrado Pagador y Corres
ponsal del Banco de Préstamos en esta
ciudad. Al año siguiente, recibe también Sn. I)n. Leonidas H. Viteri
el nombramiento de Pagador de la Casa
de Gobierno. Hasta que, nombrado Ge Su vida, consagrada por completo al
rente de la Sucursal del Banco de Présta trabajo, constituye un ejemplo de laborio
mos en Ambato, se consagra por comple sidad y energía para todos cuantos aspi
to a las labores bancarias, desarrollando su ran, mediante propios esfuerzos, a abrirse
actividad e inteligencia en beneficio de la honroso paso en el mundo.
Institución que sirve y del público que Hacia el año de 1885, con un escaso
cuenta con él. capital, se entregó al comercio. A vuelta
Y en los largos años que lleva ya de de poco, alcanza confianza y crédito entre
práctica bancaria, su prestigio se ha conso los principales elementos del comercio
lidado mucho más, siendo hoy uno de los local. Entonces amplía el radio de sus
mejores exponentes de la Banca de Am negocios, y pronto se le ve acometiendo
bato. empresas de mayor aliento.
El señor Sánchez desciende de una de En el mes de Febrero del año de 1903,
las más antiguas y distinguidas familias de un grupo de jóvenes ambateños, encabe
la localidad, que ha dado un gran procer zados por el inolvidable Luis A. Martínez,
a la Independencia—el Comandante Pedro proyectaron fundar un Club social de pri
 COMERCIO, INDUSTRIAS Y BANCA 197

de cintas cinematográficas y de compa

ñías, de indudable importancia, sino que
han sido eficaces también en el campo de
la cultura y de la beneficencia públicas.
El magnífico coliseo se inauguró afines
del año de 1920. Y en Enero del año si
guiente, la juventud de Ambato tributando
el aplauso que merecía el distinguido con
terráneo por su obra progresista, rindióle
el homenaje de una artística placa conme
morativa. Esta placa se ostenta en lugar
principal del interior del teatro, y dice así:
♦ LA JUVENTUD AMBATEÑA
AL SEÑOR
D. LEONIDAS H. VITERI
POR EL NOTABLE IMPULSO QUE HA DADO
AL PROGRESO MATERIAL DE AMBATO
M CM XX«

En los 8 años que lleva de existencia

CASA DEL SR. LEONIDAS H. VITERI el Teatro «Viteri», no ha escatimado es
fuerzo alguno para corresponder perma
nentemente a su prestigio. Escuelas, co
mer orden. El proyecto fue puesto en
legios, instituciones de beneficencia, etc..
conocimiento del señor don Leonidas H.
etc., lo han ocupado como si fuese local
Viteri, y éste lo convirtió en inmediata rea
del Estado, para sabatinas, representacio
lidad. En el corto tiempo de tres meses
nes escolares, distribuciones de premios,
consiguió arreglar todo el interior de la
conferencias, veladas literarias y hasta pa-
casa de su propiedad, poniéndola en exce
lentes condiciones. Terminado el arreglo
de la casa, con el menaje necesario y de
más objetos requeridos para el estableci
miento de un club aristocrático de primer
orden, se señaló el día 24 de Mayo del
propio año de 1903 para la solemne inau
guración del Club Tungurahua. Es así
como surgió este centro social, que es el
primero de nuestra Provincia.
Luego viene la fundación del Hotel Con
tinental, conceptuado por viajeros y tu
ristas como uno de los mejores del Ecua
dor, por las comodidades que ofrece, por
su situación central y por su moderna or
ganización.
Después, la inteligente actividad y clara
visión de las necesidades locales que siem
pre caracterizaron al señor.Viteri, se encami
nan a la realización de otra obra de impor
tancia excepcional: el Teatro « Viteri».
Los servicios prestados por el Teatro
« Viteri" no se han reducido a la exhibición HOTEL -CONTINENTAL»
 198 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
ESCENARIO DEL TEATRO -VITERI»
ra funciones netamente sociales, sin pagar
un céntimo. Si alguna vez, en tratán
dose de actos que debían producir dine
ro reclamó el propietario algún porcenta
je, fue en tal forma que apenas alcanzara
para cubrir los gastos de alumbrado y
pago de empleados y de impuestos.
Para evitar el triste y desolador espec
táculo de los mendigos que ambulan
implorantes por las calles de la ciudad, el
señor Viteri se dirigió al Concejo Munici
pal de Ambato, en el año 1922, ofrecién
dole una función mensual de Cine, cuyo
producto íntegro debía destinarse a la
construcción de un asilo para menesterosos.
En cambio, el Concejo Municipal no haría
otra cosa que exonerar del pago del im
puesto por dicha función; teniendo, por
lo demás, derecho para nombrar comisio
nes controladoras sobre los ingresos men
suales.
En 1926, inauguró el señor Viteri una
serie de representaciones cinematográficas
instructivas, dedicadas gratuitamente a las
escuelas de la ciudad. Dichas representa
ciones ocurrían los domingos, y como
por aquellos días se suspendiera el servi
cio de luz eléctrica, tuvieron que elimi
narse muy a pesar del público infantil.
Cuando la Sociedad Obrera Mutuo So
corro« de esta ciudad decidió inaugurar
una serie de representaciones teatrales con
el objeto de crear los fondos necesarios
para el sostenimiento de una Escuela
nocturna para sirvientes y gente pobre, el
señor Viteri, con un desprendimiento y
filantropía que le honran sobremanera,
concedió gratuitamente el Teatro a dicha
Sociedad, no sólo para la inauguración,
sino para sinnúmero de veladas posterio
res. Hasta que, en 1927, por motivos de
salud, el señor Viteri arrendó el coliseo
a la Empresa Aguirre Hnos. de esta ciu
dad.
En resumen, la obra del señor don Leo
nidas H. Viteri, como indicio de progreso y
de entusiasmo cultural, es una de las más
honrosas y enaltecedoras que han podido
hacerse en esta sección de la República du
rante los últimos 25 años.
Las virtudes de patriotismo, honorabili
dad y entusiasmo por el trabajo, no han si
do orígenes, en el señor Viteri, solamente de
su muy merecida reputación comercial y
de su fortuna; sino también las razones
de prosperidad y buen nombre de valiosos
elementos de su familia. Sus hijos D. Mi
guel Angel ocupa lugar preferente en el co
 C O M E R C I O . iSSCSTIlIiS Y BANCA
ASPECTO INTERIOR DEI. TEATRO «VITERI»
mercio de New York; y el doctor Luis Enri
que, notable médico y cirujano, honra al
país ejerciendo su profesión con gran
prestigio en los mejores Hospitales de Fila-
delfia.
Celestino Carboneu.
Corresponde esta firma a un notable in
dustrial que ha dado aliento y vida a una
de las industrias de mayor porvenir en la
Provincia de Tungurahua: la vinícola.
En efecto, si ahora Ambato cuenta con
un establecimiento de primer orden para
la fabricación de vinos y piscos de uva,
no es sino gracias a la iniciativa, larga
experiencia y conocimientos científicos del
señor Celestino Carbonell. Verdad que
antes, muchas personas habían intentado la
fabricación de vinos en grande escala;
pero la falta de preparación técnica les
obligó a desistir de la empresa. Hoy el
señor C. Carbonell no sólo ha iniciado el
negocio en grandes proporciones con todo
éxito, sino que ha venido a estimular efi
cazmente la plantación de ricos viñedos.
Actualmente el señor C. Carbonell posee
una Casa-sede en Ambato y Sucursales
en Quito, Latacunga, Riobamba y Guaya
quil.
199
Antes, los vinos y piscos de uva fabri
cados por el Sr. C. Carbonell habían alcan
zado premios y distinciones de primera
categoría: en la Exposición Internacional
de La Paz de 1925, obtuvo Medalla de
Oro y Diploma entre 2.500 expositores de
Argentina, Perú, Chile y Bolivia. Los vi
nos elaborados en Ambato se han some
tido al análisis científico de competentes
químicos como los señores doctores Julio
Arauz y Alfonso Torres O., siendo su
dictamen de que son productos altamente
recomendables por su excelencia y pureza.
Por lo que respecta a precios, es natural
que por el aprovechamiento de materia pri
ma propia y por la intervención directa del
propietario en la elaboración, hayan llegado
a ser ventajosamente accesibles.
Tanto el departamento de vinos como
el de piscos, están dotados de maquinarias
y aparatos modernos de inmejorable ca
lidad y eficacia. Muchos visitantes que
han ido a la Fábrica de San Antonio, cu
yas magníficas instalaciones que el señor C.
Carbonell ha establecido recientemente en
las cercanías de Ambato, han atestiguado
mucho de esto, sin vacilar ni en la admi
ración ni en el entusiasmo.
200 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
MOLINOS TILULUM
En las pintorescas riberas del río Amba-
to, en donde forma una pequeña pero her
niosa playa, se levanta un hermoso edificio
que el trabajo levantó allá por los años de
1912 al 14, bajo los auspicios de los se
ñores León Joachim y Javier Jaramillo P.
Empresa difícil y ardua fue a sus princi
pios la instalación de unos molinos de
cilindros, para harinas de trigos; pero luego
con el incremento de mayor capital, por
la formación de una nueva sociedad, cuya
razón social fue «Fiallos, Joachim & Cía».,
esta industria tomó mayor alcance; luego
después los herederos del señor Jaramillo
juntamente con el señor Joachim, adqui
rieron dicha propiedad y formaron la So
ciedad que hoy gira bajo la firma de Joa
chim & Cía.
Actualmente, el prestigio de estos moli
nos es indiscutible, pues, su Gerente y Di
rector señor Joachim ha importado maqui
narias completamente modernas y de gran
capacidad, alcanzando su producción diaria
a 200 quintales de harina, lo que facilita la
provisión a todos los centros de consumo
del Ecuador y aún a nuestra vecina la Re
pública de Colombia. El amplio esfuerzo
desarrollado en este género de industria lia
venido a contrarrestar en gran parte la im
portación de harina americana que en épo
cas pasadas constituía uno de los mayores
renglones de mercaderías introducidas a
nuestro país.
Cuando la materia prima ha sido suma
mente escasa, por la falta de buenas cose
chas en nuestra República, los propietarios
de estos molinos la han introducido en gran
des cantidades de Estados Unidos, para po
der abastecer a todos los centros de consu
mo.
La potencialidad económica de estos mo
linos es ventajosísima y con todo fundamen
to se les considera entre los primeros que
existen en nuestro país.
VIÑA «SAN ANTONIO DE QL'ILLAN'
La sección territorial donde está ubi
cada la Viña de San Antonio de Qui-
llán tiene un prestigio legendario que arran
ca de los tiempos de la Colonia. Por esta é-
poca verificáronse, en efecto, detenidos es
tudios que dieron por resultado el reconoci
miento de tal zona como excepcionalmen-
te adecuada para el cultivo de la vid.
En la actualidad la Fábrica San Antonio
de Quillán, es sin disputa la más importan
te y de mejor porvenir de la Provincia, no
 COMERCIO, INDUSTRIAS Y BANCA 201

sólo por la extensión de sus viñedos y la ca Antonio de Quillán », cuyo consumo se ve

lidad de la uva, sino también por la eficien rifica en gran escala.
te organización^ introducida en sus diversos
departamentos y las instalaciones de maqui DON FELIX H. LOPEZ
naria moderna con que cuenta para la ela
boración científica de sus productos. El Sr. D. Félix H. López, uno de los
más acreditados comerciantes de Tungura-
hua con residencia en Guayaquil, es oriun
do de Pelileo.
Educado el señor López en el mismo
lugar de su nacimiento, bien pronto dió
muestras de lo que iba a ser, en el amplio
campo de las actividades comerciales. Ado
lescente todavía, hacia 1903, abandona el
solar nativo, en busca de horizontes más
despejados que conquistar. No lleva con
sigo otras armas de combate que una vo
luntad decidida, un optimismo brillante y
una juventud dispuesta a triunfar de todos
los obstáculos humanos; pero basta con
este triple dón, para que la victoria no se
deje esperar indefinidamente.
El éxodo del joven López toma rumbo
hacia las tierras bajas. El litoral es la
porción asignada para el engrandecimien
to de su capacidad como hombre de ne
gocios. El puerto de Guayaquil viene a
ser, en consecuencia, el centro en que el
LA VIÑA SAN ANTONIO DE QUILLAN señor López despliega las facultades que
harán de él una de las más destacadas fi
Actúa al presente como Director de la Vi guras de nuestro mundo comercial y ban-
ña «San Antonio de Quillán» el reputa cario.
do enólogo D. Luis Alberto Gattoni, especia En efecto, comienza la lucha. El joven
lista en viti-vinificación, cuyos estudios he de ayer va transformándose en el hombre
chos en la Escuela Agrícola de Santiago de de hoy; el empleado subalterno comienza
Chile y completados con una extensa prác a ocupar los mejores puestos en podero
tica en la dirección de la Viña de Santa Ri sas casas comerciales; hasta que llega el
ta, reputada como una de las más importan año de 1919, en que se constituye la fuerte
tes de la República Chilena, le acreditan co firma Tamayo & López, dedicada al co
mo elemento de valía indiscutible en el mercio de abarrotes en general.
desenvolvimiento de la naciente y próspera La dirección del socio señor López pone
industria vinícola tungurahuense. a la casa en un predicamento envidiable; las
El desarrollo comercial de la Fábrica San grandes operaciones dejan grandes bene
Antonio de Quillán es considerable: tiene ficios; la inteligencia, la sagacidad, la cor
su casa matriz con sede en Ambato y cuen dura, se imponen con una sorprendente
ta con una red de Agencias distribuidas en energía, que da la medida de lo que puede
Quito, Riobamba, Ibarra, Latacunga y el Sur y vale un espíritu tan aquilatado como el
de Colombia. del señor López
El no se contenta, sinembargo, con tan
La excelencia de las calidades unida a la poco; y el año de 1923, haciéndose cargo
baratura de los precios ha determinado el del activo y pasivo de la Compañía «Ta
prestigio inmediato de los productos «San mayo & López», establece la gran casa co
202 LA PROVINCIA I>E TUNGURAHUA EN 1928
mercial Félix H. López, le da el impulso
máximo de que es capaz el comercio de
importación; entra en relaciones con los
Bancos más fuertes del exterior y con las
casas exportadoras más famosas del mun
do, consigue el crédito más amplio en to
DON FELIX II. LOPEZ
millón. Es uno de los más fuertes distri
buidores de mercaderías tanto en las prin
cipales plazas comerciales de la Costa como
del Interior de la República; ya que su
enorme importación directa, pagada de con
tado, le capacita para ello.
Ciertamente, admira este raro don de
perseverancia y de energía. El muchacho
desheredado de otras veces, se ha convertido
en el capitalista severo, en el hombre de
negocios, plenamente apto para sojuzgar
la suerte.
Nada, por otra parte, sería esta brillante
actuación del señor López, si no fuera
acompañada de una fecunda labor social,
digna del encomio más justiciero.
El señor López, en efecto, no es sola
mente un hombre de negocios: ante todo,
es un filántropo, un generoso y noble sos
tén de los intereses de la fecunda colonia
pelilense radicada en Guayaquil.
Patriota de corazón, tiene siempre fijos
los ojos en el suelo nativo, en la querida
tierra del Tungurahua, que constituye para
dos y cada uno de los Bancos del país, y
llega a colocarse entre las figuras de pri
mera línea en el Comercio importador de
la República. Con tanto esfuerzo, apenas
han bastado nueve años para labrar y sa
near un capital que pasa ya del medio
él uno de los santos ideales, uno de los
eternos motivos de afecto.
Generoso con sus subalternos, caballero
como comerciante, don Félix Humberto
López, es uno de esos hombres a quienes
se pueden y deben aplicar las palabras de
Hipólito Taine, el ilustre ensayista francés:
« Aquí tenéis un hombre, en la plenitud de
la palabra».
SR. CELIANO ZURITA TORO
Nació el señor C. Zurita Toro en uno
de los bellos pueblecitos inmediatos a esta
ciudad. Muy pronto sintió anhelos de dar
mayores alientos a su vida, de abrirse un
camino honroso, de modo que sus ardien
tes aspiraciones obtuvieran algún triunfo
definitivo. Y partió a Guayaquil.
Hacia mediados del año de 1912 ingresó
como empleado de la Botica de Alemán &
Cía., de esa ciudad. Pronto sus Jefes llega
ron a tomarle cariño por sus dotes de la
boriosidad y honradez, y, a vuelta de dos
años y medio, le nombraron Agente Viaje
 COMERCIO, INDUSTRIAS Y BANCA
ro de la casa. Con este cargo recorrió va
rias provincias ecuatorianas —Azuay, Cañar,
Chimborazo, Tungurahua, León y Pichin
cha—inclusive todas las del Litoral. A los
seis meses de desempeñar este activo y la
borioso empleo, y cuando ya había servido
SR. CELIANO ZURITA TORO
en la Botica despacio de tres años justos,
decidió trabajar por su cuenta.
En este tiempo había logrado ahorrar
trescientos sucres.... a fuerza de las privacio
nes que es de suponerse.
Con este modestísimo capital, y con el
apoyo de un amigo, inició negocios pro
pios, comprando y vendiendo productos
del Interior. El éxito vino enseguida. Aho
rrando e incrementando el capipal, pudo
luego entrar en negocios de mayor impor
tancia. Cuando le hacía falta dinero, recu
rría al crédito, que logró conquistar por su
honorabilidad.
Advino la Guerra Europea. Entonces
el señor Zurita Toro, con una muy clara
visión del momento, intervino en negocios
de exportación: fue, entonces, uno de los
principales vendedores de cueros de res,
lana de borrego, y otros artículos que al
canzaron gran demanda y subidos precios.
El señor Zurita Toro entró en una era de
203
verdadero progreso. Después importó ce
bada en gran escala para la Empresa de
Carros Urbanos, cuando precisamente po
cos se daban cuenta de esta necesidad.
Ahora el señor Zurita Toro, poseedor
de un fuerte capital y de envidiable crédito
en el alto comercio de Guayaquil y en la
Banca, es uno de los más fuertes vende
dores de productos del Interior en esa
ciudad. Mantiene relaciones con las más
grandes haciendas de la Sierra, y de éstas
obtiene manteca y mantequilla que el
señor Zurita Toro expende en gran escala.
Su posición actual es brillante y de un
verdadero triunfador en las luchas por la
existencia. Ha formado su hogar en Gua
yaquil, sin olvidar a su Provincia nativa
que tanto quiere.
SR. ELIAS A. GARCES R.
He aquí otro modelo de perseverancia
y de férreo carácter. El señor don Elias A.
Garcés R., uno de los elementos más re
presentativos del alto comercio de Ambato,
para ser tal, tuvo que pasar por épocas do-
lorosas en que se puso a prueba su gran
voluntad y todas las virtudes de que la
Naturaleza supo dotarle.
Muy niño quedó huérfano y en la mayor
miseria. Sin recursos de ninguna clase, bien
pronto necesitó del apoyo de sus hermanos
mayores, quienes no vacilaron en apoyarle
para que cursase estudios primarios y secun
darios, primero en las escuelas de esta ciu
dad y luego en los Colegios Seminarios de
Santo Toribio de Atocha y San Luis de
Quito, donde, por su aprovechamiento, con
tracción y simpático carácter, mereció dis
tinciones honrosas, entre buenos e inteligen
tes estudiantes.
Desgraciadamente, no pudo continuar
estudios superiores. Una grave enfermedad
le obligó a tomar rumbo hacia las tierras
bajas, y a la parque buscaba salud para su
cuerpo, pudo iniciarse en la dura lucha por
la vida, confiando sólo en la fuerza de su
propio trabajo y de sus personales iniciati
vas. Así fué cómo, a la vuelta de poco, es
tableció un pequeño comercio entre Gua
yaquil y Manabí.
No pasó mucho tiempo en que el joven
de inquebrantable carácter y de acrisolada
204 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

honradez pudiera, ya dueño de respetable dad e inteligencia, ha formado su fortuna

capital, intervenir en negocios de mayores
alientos. Tenía el señor Garcés gran fé en
el porvenir y laboraba con todas sus fuerzas.
—queesahorala base principal de sus ac
tividades comerciales.
Y vino a la Provincia de Tungurahua
por una circunstancia especialísima: con
ducido en la gran ola revolucionaria del
95; pues que el señor Cisneros, ardiente li
beral y, como tal, decidido combatiente, se
enroló en las filas del ejército del General
Eloy Alfaro, como simple soldado raso.
Combatió bravamente, y perteneció al Ejér
cito hasta cuando se consolidó el Partido
de sus entusiasmos políticos, en el poder.
Luego se estableció en Pellico y comenzó
a trabajar con todo fervor.
En Pelileo contrajo matrimonio el señor
Cisneros. A fuerza de constancia y laborio
sidad logró dar fuerte impulso a las activi
dades comerciales, en que había emprendi
do, hasta que, descando más amplitud, de
cidió trasladarse a Ambato.
En esta ciudad fundó un almacén de aba
rrotes, en su propia casa, situada en la Pla
za «Diez de Agosto», lugar céntrico y es-

SR. ELIAS GARCES R.

Hasta que la hora del triunfo sonó defini

tivamente: retomó a su ciudad, al fin, car
gado de prestigio y de regular fortuna, ha
ciendo de esta la base desus actividades co
merciales, por las que es tan conocido y
apreciado en el mundo de los negocios.
Hoy su firma es una de las más solven
tes y honorables de Ambato. Mantiene re
laciones con el alto comercio importador
y exportador de la República y del extran
jero, y con la banca nacional, particular
mente de Guayaquil.
Su establecimiento comercial, que es de
los más acreditados de la plaza, lo tiene
en esta ciudad. Constituye el principal ra
mo de los negocios del señor Garcés la
exportación de cueros.

SR. ELIAS CISNEROS

Es uno de los elementos del comercio
seccional. Nacido en San José de Chimbo,
en la Provincia de Bolívar, vino muy jo
ven a establecerse en la Provincia del Tun-
gurahua, en donde, a fuerza de laboriosi
SR. ELIAS CISNEROS
pecialmente consagrado al movimiento co
mercial.
Los progresos alcanzados por el señor
Cisneros son evidentes. Hoy goza con
 COMERCIO, INDUSTRIAS Y BANCA
las consideraciones comerciales a que le
dan derecho su rectitud de hombre de ne
gocios, su honorabilidad y demás prendas
personales que le adornan,—de un bien
consolidado crédito en las altas esferas co
merciales de Guayaquil.
En su vida de actividad y de lucha no ha
postergado sus arrestos de civismo: ha sido
uno de los buenos Concejeros municipales
del Cantón Pelileo, y, en las campañas de
la democracia, ha sabido siempre tremolar
la bandera desus ideales rojos, por los que
ha combatido leal y enérgicamente toda su
vida.
SR. ALBERTO M. RODRIGUEZ VELEZ
Entre los elementos jóvenes del comercio
seccional que por sus prendas de honora
bilidad, iniciativa y asidua consagración al
trabajo han logrado, a más de conquistarse
una posición económica floreciente, el
aprecio y confianza de la sociedad amba-
teña, ocupa lugar destacadísimo el Sr. D.
Alberto M. Rodríguez Vélez, nativo de
Cuenca, pero estrecha y definitivamente
vinculado a nuestra ciudad por los lazos
de la familia y de sus actividades profe
sionales.
Concluidos los estudios secundarios, el
señor Rodríguez Vélez graduóse de Bachi
ller en su ciudad natal, e inició su carrera
mercantil en la acreditada casa azuaya
«Adolfo Muñoz V.» donde desempeñó,
por algunos años, el cargo de Contador Ca
jero. En esta misma capacidad entró a for
mar parte de la Singer Sewing Machine C°.
—sector ecuatoriano y a poco esta orga
nización, deseosa de ampliar y consolidar
sus negocios en el interior de la Repúbli
ca, confió al Sr. Rodríguez V. la misión
de reorganizar e imprimir mejores rumbos
a las Agencias establecidas en la Capital
y las provincias centrales.
De esta suerte, el señor Rodríguez, al
mismo tiempo que ampliaba su experien
cia en la moderna técnica de la organiza
ción comercial, iba mostrándose cada vez
más seguro de sí mismo y más apto, por
lo tanto, para desarrollar por cuenta pro
pia y en mayor escala sus actividades
comerciales.
205
Hacia 1911 el señor Rodríguez V. se
estableció en esta ciudad, donde fundó su
hogar. Desde esa época, merced a las
mismas amables cualidades que hemos ci-
SB. ALBERTO M. RODRKifEZ V.
tado antes, ha sido un miembro inteligen
te y honorable de la sociedad ambateña
y en la forma más espontánea y entusiasta
ha colaborado activamente en todo cuan
to atañe al mejoramiento material y for
mal de la ciudad. Entre los cargos de
responsabilidad que ha desempeñado en
Ambato, debemos citar el de Tesorero
del Club Tungurahua, el de Tesorero de
la Cruz Roja Provincial y el de Comisa
rio Revisor de la Industrial Algodonera;
honorarios los dos primeros, y todos de
índole particular, ya que el Sr. Rodríguez
presintiendo sin duda la sabiduría del con
cepto de Ortega y Gasset, ha sabido cum
plir a conciencia con sus deberes de buen
ciudadano «de espaldas a la política», no
obstante las multiples ocaciones en que ha
sido solicitado para desempeñar empleos
fiscales y municipales de consideración.
Aparte de sus actividades comerciales
personales, el señor Rodríguez V. está
acreditado en esta zona como Apoderado
de E. Hansen & Cía.; Agente de G. L.
Chanange, Jaime Pagés & Cia, Brückmann
206 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

& Cia, y varias otras casas importantes de A esta última categoría de valiosos ele
Guayaquil. Representa también, como mentos corresponde el señor don Miguel
Agente Distribuidor, a la A. E.G., de Berlín Angel Viteri S.—digno hijo de ese gran
habiendo llevado a cabo satisfactoriamente ambateño que es don Leonidas H. Viteri,
las negociaciones de esta célebre casa con —quien, obtenido su título de Bachiller
los Municipios de Ambato, Pelileo y Pilla en el Colegio Bolívar», se ausentó de
ra para la instalación de plantas hidro Ambato para perfeccionar en EE. UU. sus
eléctricas. Recientemente el Sr. Rodríguez estudios comerciales. En EE. UU. ocupó
ha tomado a su cargo la Agencia de la el señor Viteri distinguido puesto, como
Sociedad Continental, en la sección Víctor corresponsal latino, en una importante casa,
Store, y la de servicio de transportes aéreos, por el tiempo de 4 años. Hasta que, de
establecida por la Sociedad S. C. A. D. T. cidido a trabajar por su cuenta, ha esta
A. en esta ciudad. blecido una Oficina de negocios en New
York, donde reside actualmente.
SR. EMILIO PEREZ M.
Es el señor Viteri un ambateño de me
Aparte de la recimientos y un trabajador de bril'ante
importación de porvenir.
abarrotes, el se
ñor Pérez ha de
dicado sus acti SRS- JOSE GARCES R. E HIJO
vidades comer
ciales también al Esta firma co
corretaje. En el mercial corres
desempeño de ponde a una de
las comisiones las más antiguas
que se le confia y acreditadas ca
ron se distinguió sas comerciales
siempre por su de Ambato.
laboriosidad, di Fundóse en
ligencia y suma el año de 1902,
honradez. bajo la razón
Entre los principales atrículos que im social de «Jose
porta para el consumo de esta plaza, se citan Garcés /?.», y
la ferretería, la loza y productos alimenticios. así desarrolló
sus actividades
La firma comercial del señor Emilio Pé durante mucho
rez M., se fundó en el año 1915 y es una de tiempo, con éxi
las más honorables de Ambato. to y prestigio. SR. JOSE GARCES R.

SR. MIGUEL ANGEL VITERI 8. Ultimamente el señor Garcés R. se ha

asociado a su hijo D. Alberto, quien acaba
Si entre los re de regresar de EE. UU. y Europa, des
presentantes del pués de haber obtenido eficaz experiencia
comercio seccio comercial y de haberse puesto en oportuno
nal hay verdade
ros ejemplares de contacto con las principales casas de esos
energía, constan países El señor Alberto Garcés, después
cia y laboriosi de visitar los EE. UU., había también re
dad indomables, corrido las principales ciudades europeas,
preciso es reco ahí donde la actividad de los negocios era
nocer también mayor, y en donde él podía adquirir más
que, junto a ellos
se destacan ya viva experiencia.
verdaderos técni Ahora, esta nueva firma comercial, co
cos del comercio, rrespondiendo a la tradición de seriedad y
cuya preparación
ha sido realizada rectitud establecida por el señor José Gar
a base científica cés R., continuará con el mismo renglón
de educadores y dilatados viajes. principal de negocios de los años anterio-
 COMERCIO, INDUSTRIAS Y BANCA 207

res: importación de abarrotes en gran es confianza de la Asosiación de Empleados

cala. por su labor beneficiosa y entusiasta en fa
Entre los que vor de élla; pues que, el señor Flores de
mayorm ente sempeña, a solicitud general, el cargo de
distribuye y ven Tesorero de la Asosiación de Empleados
de, se citan los de Tungurahua desde hace mucho tiempo.
de cristalería,
papelería, kero Y he aquí, en suma, uno de esos carac
sene, azúcar, teres representativos del mundo de los ne
arroz, harinas y gocios que ha surgido sólo mediante la
productos ali constancia, la honorabilidad y el propio es
menticios delex- fuerzo.
terior.
Por la hono
rabilidad con SR. ALFONSO S. MONTENEGRO
que esta Casaba Notable fabri
desarrollado en cante de bebidas
todo tiempo fermentadas. Se
sus negocios sr. alberto garces
ha especializado,
y por la pericia e inteligencia que sobre todo, en
caracterizan a sus socios, ha logrado si la célebre "Chi
tuación ventajosísima en el alto comercio cha de frutas»,
local, manteniendo relaciones con casas y bebida exquisita,
entidades bancarias de Guayaquil. hecha a base de
jugos de las me
jores frutas de la
SR. REMIGIO FLORES— EXPORTADOR Provincia.
• Es la firma co Esta bebida no
sólo se consume,
mercial más ca en enorme pro
racterizada, sin porción, dentro
duda, del grupo de la localidad,
de exportadores
ambateños. . sino que también se exporta a diferentes
Realizando la lugares de dentro y fuera de la circunscrip
labor que realiza ción.
en el campo de El señor Montenegro es, además, uno
los negocios, ha de los más laboriosos y honorables comer
podido demos ciantes de la localidad.
trar, en sus lar
gos años de lu
cha, su espíritu SR. JULIO C. BANDA
altamente leal y
honorable. Es fabricante y
exportador. Su
Los principales productos agrícolas de especialidad
la Provincia de Tungurahua pasan por consiste en la ma
sus oficinas, para ser inmediatamente dis nufactura de ele
tribuidos en los mercados extraños, entre gantes camisas,
cuyo alto comercio es tan conocida la firma temos interio
res, cuellos sua
del señor Flores. ves, pijamas, &.
Las normas de toda su actividad comer La casa se fun
cial se han sintetizado así: diligencia y es dó en el año de
crupulosa honradez. 1917.
Desde esta é-
De este modo, no sólo ha conquistado poca hasta hoy,
un sitio especial en el alto comercio de sus progresos
Ambato, sino también el aprecio y la con han sido noto
fianza en la sociedad. Una prueba de es rios, contándose actualmente como el es
to encontramos en los continuos votos de tablecimiento más importante en el ramo;
208 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
ya que su propietario es especialista en él,
y cuenta con muy competentes colabora
dores.
Sus relaciones comerciales se extienden
a los principales mercados de la Repúbli
ca y del Exterior.
CERVECERIA TUNGURAHUA
Entre los establecimientos industriales
de que se enorgullece Ambato, la Cerve
cería «Tungurahua contada entre las pri
meras de la República, merece mención
especialísima en esta obra. Principio in
quebrantable de la política industrial de su
fundador y propietario, D. Alfonso R. Tro
ya, ha sido el de satisfacer en todo tiempo
las justas exigencias del público; y de esta
suerte no ha omitido sacrificios ni cuan
tiosos gastos para colocarla en un plan de
eficiente organización.
Cuenta la Cervecería Tungurahua » con
una maquinaria moderna de primer orden,
valiosa instalación refrigeradora, amplias
bodegas dotadas de hermosos tanques de
aluminio e inmensa provisión de los ma
teriales más selectos para la elaboración de
sus productos.
La fabricación de hielo para el públi
co, que es uno de los ramos accidentales
de la Cervecería Tungurahua, indica el
VISTA GENERAL DE LA CERVECERIA TUNGURAHUA»
amplio espíritu industrial y el empeño
constante de mejoras trascendentales que
caracterizan al señor Troya.
Desde el año 1923 está la Cervecería
«Tungurahua» bajo la dirección del Sr.
Guillermo Zollner, técnico alemán especia
lizado en las mejores fábricas de Munich
(Baviera) y de Pilsen (Bohemia), quien ha
conseguido mantener muy en alto el pres
tigio de esa acreditada Casa.
La producción alcanza en la actualidad
a 500 docenas de botellas diarias; la fá
brica de hielo elabora un promedio de
2.000 kilos en el mismo espacio de tiem
po; pero ninguna de las dos instalaciones,
está tasada todavía en su capacidad máxima
puesto que el señor Troya espera la insta
lación de la nueva planta eléctrica Muni
cipal para aprovechar de esta energía y dar
un enorme impulso a la fabricación de
hielo, cerveza y malta.
Los excelentes productos de esta gran
fábrica han triunfado fácilmente sobre sus
competidores en todos los tomeos indus
triales en que han sido exhibidos; y entre
las numerosas distinciones honoríficas que
han merecido, las más significativas y va
liosas son: Primer Premio en la Exposi
ción Nacional de Quito 1892, y Medalla
de Oro, en la Exposición Internacional de
la misma ciudad — 1909.
 CAPITULO
VALORES DE AMBATO
LA CIENCIA, LA POLITICA, LA LITERATURA —LOS PROPULSORES DEL
PROGRESO SECCIONAL
Entre los valores contemporáneos de
Ambato, señalamos también aquellos que,
aun laborando principalmente en lo pasa
do, viven todavía, demostrando fuerte ap
titud mental, y constituyen un ejemplo y
enseñanza permanentes para las jóvenes
generaciones.
Viejos prestigios, pues, y elementos re
presentativos de la juventud triunfadora,
en la ciencia, la política y la literatura, se
dan la mano en la edad presente; y el es
pectáculo que ofrecen es admirable, por
que correspondiendo sus obras a diferentes
tiempos y a diversos campos, el conjunto
de gloria y de prestigio aportados, resulta
uno de los mayores y más bien matizados
que una provincia ecuatoriana ha podido
producir a lo largo de una etapa histórica
de medio siglo.
De los hombres de ciencia, aun vive
Augusto N. Martínez, geólogo y astróno
mo tan admirado en los centros científicos
de Europa, amigo, discípulo y compañero
de Teodoro Wolf, Dressel, Reiss y Stübel.
De los historiadores y literatos eminentes
—cuya fecunda vida es como el puente
moral que nos une a las generaciones ac
tuales con las gloriosas de ayer,—aun vive
XIII
CONTEMPORÁNEO
Celiano Monge, amigo devotísimo de Juan
Montalvo; el ambateño que mayormente
ha expandido su espíritu y su enorme fuer
za mental en la investigación histórica, en
la literatura, en la política, en los más va
liosos servicios del Estado y en la vida
académica y docente. Y vive aún Ana-
carsis Martínez, político austero; y muchos
de aquellos ilustres ciudadanos que, en los
campos de batalla triunfaron con sus gran
des ideales de libertad y democracia, o que,
en los nobles campos de la agricultura fue
ron, bizarra y bravamente, los forjadores
de la riqueza seccional.
Consignaremos, pues, en estas páginas,
los datos esenciales que, avisados biógra
fos del porvenir, sabrán recoger como una
simple contribución a la labor de seria
clasificación que nuestros valores actuales
exigen.
PROFESOR AUGUSTO N. MARTINEZ
Géologo, astrónomo y naturalista. Na
ció en Ambato el 25 de Marzo de 1860.
Como sus otros hermanos Luis, Anacarsis,
Ricardo y Nicolás, recibió la primera en
señanza en los establecimientos de los HH.
210 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
CC. de Quito. Su ilustre padre—el doc
tor Nicolás Martínez, a quien nos hemos
referido de un modo particular en las pá
ginas 91 y 92 de este mismo libro,—nunca
contrarió sus inclinaciones; y tan luego co
mo supo que el inteligente alumno de los
Hermanos Cristianos quería estudiar más
bien Geología con los sabios alemanes
recientemente llegados a la Escuela Poli
técnica de Quito, dejó que abandonase los
banquillos escolares.
En Febrero de 1874 fue, pues, admitido
como alumno oyente de las clases de Geo
logía que dictaba el sabio Profesor Teo
doro Wolf. En Octubre del mismo año
matriculóse definitivamente, y desde enton
ces, hasta la clausura de la Escuela Poli
técnica (1876), fue considerado como el
mejor de los estudiantes de tal asigna
tura.
Durante este tiempo, le tocó estudiar
también bajo la dirección del Profesor
Dressel; pues que Wolf, disgustado con
los frailes y los fanáticos que condenaban
sus explicaciones de las teorías darvinia
nas, había renunciado la cátedra juntamen
te con los hábitos de jesuíta que había
traido de Alemania.
Dressel comprendió las aptitudes y entu
siasmos de Martínez para la ciencia, y le
tomó cariño. Con él realizó las primeras
ascensiones a volcanes ecuatorianos y ex
ploraciones de carácter netamente científico.
♦Estas fueron tres—cuenta el propio señor
Martínez en sus memorias sobre el doctor
Teodoro Wolf,— en Marzo de 1875, al
Quilotoa y Sigchos, en la Provincia de
León; en Agosto del mismo año, a Baños y
Riobamba, con el fin de estudiar las fuen
tes termo -minerales de uno y otro lugar
(en Baños recibimos la noticia de la muer
te de García Moreno); y por último, en
Julio del año siguiente (1876), al Sangay,
a los depósitos de antracita de Penipe, a
la célebre quebrada fosilífera de Chalang,
en Punín, etc., etc.—Fuera de estas tres
grandes exploraciones hicimos varias sin
alejarnos mucho de la Capital » cunga; El Tungurahua: Contribuciones pa
En Marzo de 1880 realizó, él solo, su
ascensión al Antizana; y sobre las obser
vaciones científicas que hizo durante ella,
escribió una memoria, que fue publicada
primero en «La Nación», diario guayaqui-
leño, y luego traducida al alemán por el
Profesor Dressel con el título de «Das
Vulcangebirge des Antizana », para una re
vista de Alemania.
Fue así su iniciativa científica.
Luego consagróse por completo a la cá
tedra y al estudio —mediante viajes y ex
ploraciones personales,— de la geología
ecuatoriana, escribiendo y publicando va
liosas monografías que han llamado seria
mente la atención en el mundo científico
europeo. Lo que no le ha impedido, en
los lozanos años de su juventud, ser tam
bién un luchador político de arrestos, po
niéndose de lado de los buenos ideales.
Fue soldado de las huestes liberales que,
con Eloy Alfaro, consiguieron el triunfo
en el año de 1895. Como resultado de esa
brillante campaña de Martínez y de otros
valiosos servicios en el Ejército, posee el
grado de Teniente Coronel. También fue,
en la vida política del Ecuador, Goberna
dor de Tungurahua e Intendente de Poli
cía de Quito.
Fuera de estos cortos períodos de fervor
político, toda la vida de Martínez se ha
consagrado a la investigación científica y a
la actividad docente.
He aquí algunos cargos desempeñados:
Director del Observatorio Astronómico de
Quito; Ayudante del ¡lustre P. Menten en
ese mismo Observatorio; Director de la Es
cuela de Artes y Oficios de Quito; Vicerrec
tor y Profesor de Ciencias Naturales del
Colegio Nacional «Mejía» de Quito; Rec
tor y Profesor de Química del Colegio Na
cional «Bolívar» de Ambato; Rector y Pro
fesor del Colegio «Espejo» de Babahoyo;
Profesor de Ciencias Naturales del Colegio
Nacional Vicente Rocafuerte» de Guaya
quil, y Director de la Quinta Normal de
Agricultura de Ambato.
Trabajos científicos publicados: Memo
ria sobre el Antizana; Algunas montañas
volcánicas de las hoyas de Quito y Lata-
ra su conocimiento geológico; El Pichin
cha: Estudios históricos, geológicos y topo
gráficos ; Monografía científica de la
 VALORES DE AMBATO CONTEMPORANEO
Provincia de Tungurahua ; Boletín del
Observatorio Astronómico de Quito (1895-
1896).
La colaboración científica de Augusto N.
Martínez en publicaciones nacionales y ex
tranjeras ha sido enorme. La mayor par
te de sus estudios acerca de botánica, geo
logía, astronomía y mineralogía, se encuen
tran, con todo, en mayor proporción, en
PROFESOR CON AUGUSTO N. MARTINEZ
del Ecuador», en la que no sólo se com
pletan observaciones de Humboldt, Bom-
pland, Whimper, Teodoro Wolf, y de
cuantos volcanólogos y exploradores cien
tíficos conocieron los Andes ecuatorianos,
sino en la que también se consignan nue
vos datos para la ciencia, a base de cono
cimientos inmediatos y experiencias adqui
ridas mediante propios recursos. La co
lección de fotografías que acompañan al
texto de esta obra, es realmente asombrosa.
Títulos honorífcos. El Profesor Augus
to N. Martínez es miembro de las principa
les asociaciones científicas del mundo; y
entre ellas, de la Sociedad Geológica de
Alemania, del Museo de Vnlkcrknnde y
de la Sociedad Astronómica de Francia-
211
los Anales de la Universidad Central del
Ecuador. En los últimos años se han pu
blicado algunos trabajos en las revistas
Ecuatorial y Cultura de su propia ciudad.
Inéditas tiene algunas importantísimas
obras, y una de ellas—la que mayor apor
te científico dará a la ciencia geológica uni
versal,—es "Contribuciones para el conoci
miento geológico de la Región volcánica
Hace algunos años el Gobierno Francés le
concedió las Palmas Académicas, por emi
nentes servicios prestado a la ciencias.
Actualmente vive consagrado a la revi
sión de sus trabajos y a escribir las apun
taciones que juzga indispensables para dar
una visión cabal de sus estudios.
Hombre de formidable constancia y la
boriosidad, no ha vacilado ante ningun
obstáculo ni intelectual ni económico,—
para reunir los medios necesarios a la in
vestigación y proceso comparativo, en
un país pequeño y lejano. Y hasta las
lenguas mayores de Europa alemán, fran
cés, inglés,—fueron aprendidas por él sin
gran esfuerzo.
 212 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
SR. DON CELIANO MONGE
Historiador, literato y político. Nació
en Ambato en el año de 1857. Hizo sus
estudios de Gramática castellana y de la
tín en el Colegio «Bolívar» de Ambato, y
los de letras, filosofía y ciencias, hasta ob
tener el bachillerato, en el Colegio de San
Gabriel de Quito.
Niño todavía, quedó completamente
huérfano, y desde antes de graduarse de
bachiller tuvo necesidad de dar clases par
ticulares para vivir. Débese, pues a esta
particular circunstancia, que el Profesor
don Celiano Monje cuente, en la actuali
dad, con amigos, de edad madura también,
que han sido sus «discípulos» muy que
ridos, hace 40 o 50 años.
Con tales antecedentes, inmediatamente
de terminar sus estudios de enseñanza se
cundaria, entró con decisión al profesora
do. En esta carrera recogió muchos lauros,
no sólo por su contracción a ella, sino, so
bre todo, por su gran abnegación y espí-
tiru filantrópico; pues que, anexas a sus
labores de profesional, tuvo también las
del publicista desinteresado: para impulsar
vocaciones o para hacer propaganda de sis
temas pedagógicos nuevos, fundó y sos
tuvo, con su propio peculio, revistas y
periódicos que fueron repartidos gratis.
Mientras enseñó en el Colegio «Bolívar»,
publicó La Alborada», «El Atomo» y «La
Pluma» —periódicos consagrados absolu
tamente al fomento de la Instrucción Prima
ria y a la divulgación de las nuevas teorías
pedagógicas. De este Colegio de Ambato
fue, luego, su Rector.
En el año de 1885, Monge, con otros in
teligentes jóvenes ambateños, fundó el
«Liceo de la Juventud», que no fue simple
asociación literaria, sino también entidad
destidada a intensa propaganda cultural en
el pueblo, con su importante «Biblioteca
Popular», formada a base de donaciones y
suscripciones generosas. Esta fundación,
por los nobles propósitos que perseguía>
mereció los fervientes aplausos deJuan Be
nigno Vela, de Juan León Mera y de Pedro
Fermín Cevallos.
En el Liceo «Cevallos» de Ambato, dic
tó, por tres años consecutivos, gratuitamen
te, clases de pedagogía y matemáticas y
gramática a la juventud que quería ingre
sar en las filas del magisterio.
En 1894 trasladóse a Latacunga y en el
Colegio «Vicente León» de esta ciudad dic
tó las clases de Matemáticas y literatura,
materias de su dominio y predilección. Al
mismo tiempo, desempeñaba el cargo de
Vicerrector, extendiéndose, como siempre,
sus actividades hacia el mejoramiento y la
perfección educativa, dentro del estableci
miento y fuera de él.
Años más tarde fue nombrado Profesor
del Instituto Nacional «Mejía» de Quito, en
el que enseñó literatura y filosofía, suce-
diéndole, casi enseguida, al célebre Profe
sor Gonnessiat en la cátedra de Física y
Química. En el Colegio «Mejía» fue tam
bién Vicerrector.
Y aparte de sus 30 o 40 años de cátedra
laboriosa, consagró al servicio de la Ins
trucción Pública, muchos otros también,
desde las Direcciones de Estudios de Pi
chincha y Tungurahua y desde el Consejo
Superior de Instrucción Pública.
Cuando estuvo al frente de la Dirección
de Estudios de Pichincha publicó -siguien
do el tradicional entusiasmo por el per
feccionamiento de los miembros del ma
gisterio, para el que antes había publicado
en Ambato revistas y periódicos, con su
propio dinero y para repartirlos gratuita
mente,—sendos libros de pedagogía. En
tre éstos se recuerdan: «Biblioteca de Ins
trucción Pública: Miscelánea».— «Catecis
mo de Higiene y Economía para las Es
cuelas de 1. P.», por Lorente. — «Guía Mo
ral de los Institutores».— «Lectura y escri
tura».— «Lecturas para los maestros», etc.
En la Direccción de Estudios de Tun
gurahua fundó una selecta Biblioteca pe
dagógica, científica y literaria, para uso de
los maestros.
En los Congresos Nacionales, a los que
asistió como Senador o como Diputado,
su palabra elocuente y fácil fue siempre
en favor del maestro y de la escuela.
Tal el educacionista y propulsor de la
enseñanza pública en el Ecuador.
Como político, su labor no es menos
formidable.
 VALORES DE AMBATO CONTEMPORANEO
Se inició en la lucha política como pe
riodista ardiente y combativo, redactando,
con Juan Benigno Vela y Anacarsis Mar
tínez, 'El Combate» —periódico que luego
siguiera sólo en manos del Dr. Vela. Opú
sose con entereza a la dictadura de Vein-
temilla e intervino directamente en la
campaña de la Restauración. De esta épo
ca hay un recuerdo que merece anotarse:
SR. DON CELIANO MONGE
drático del Colegio «Bolívar», estaba en la
obligación de andar de acuerdo con el
Gobierno. A lo que repuso Monge que
prefería la inmediata cancelación del cargo
de catedrático. Así se efectuó. Por aque
lla época, Monge andaba en la más estre
cha pobreza
Gran maestro de dignidad y rebeldías
patrióticas tuvo Monge desde su infancia;
pues que fue, niño de 9 años, íntimo ami-
guito de Montalvo, cuando éste principió
a redactar su «Cosmopolita » , contra Gar
cía Moreno.
Años después, Monge fue secretario y
confidente del ilustre conterráneo.
Hacia 1895, Celiano Monge se enrola
en las huestes combatientes de Eloy Alfa-
ro. Con éste avanaza desde Latacunga has
213
al ser invitado Monga por el Gobernador
a firmar la adhesión a Veinteinilla, en mo
mentos mismos en que éste se proclamaba
Dictador 1882—-manifestó que no podía
hacerlo por estar esa proclamación contra
las instituciones democráticas y parlamen
tarias que él, Monge, había defendido toda
su vida. Entonces el Gobernador de Am-
bato le recordó que Monge, como cate-
ta Quito; y como Alfaro no tarda en re
conocer en el joven liberal un escritor de
porvenir y un brillante talento, le toma
inmediatamente de Secretario Privado. Para
la Convención Nacional de 1896, Monge
es elegido Diputado por Tungurahua,y en
ella desempeña también la Secretaría, jun
tamente con Miguel Angel Carbo y Lu
ciano Coral. Su labor en este cargo no
es comparable sino con la enormidad de
su aptitud para el trabajo.
Luego, vuelve a la Secretaría Privada
de la Presidencia de la República. Más
tarde es Ministro del Tribunal de Cuentas,
por dos períodos, desempeñando la Pre
sidencia por algunos años.
En la segunda Convención Liberal, de
1906-1907, Monge vuelve a ser Diputado.
214 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
Y desde entonces, hasta hace poco tiem
po, no ha dejado de ser Representante, en
la Cámara de Diputados o de Senadores,
de la Provincia de Tungurahua.
Entre varios otros altos cargos, ha des
empeñado los de Secretario de la Cámara
del Senado, Consejero de Estado y miem
bro de la Junta Patriótica Nacional.
¿Y el literato? Si Monge no hubiera
exhibido muchos méritos en su carrera po
lítica y en sus actividades de educador,
bastarían, para consagrarle como uno de
los más encumbrados valores intelectuales
del país, su obra literaria, pulcra y bien
cuidada, y su enorme contribución a la
historiografía nacional.
Precisamente, su obra literaria e histórica
le ha llevado a los más honrosos sitios
Es Miembro de número de la Real Aca
demia Española de Madrid; Miembro Co
rrespondiente de la Academia Ecuatoriana
de la Lengua; Miembro Correspondiente
de la Real Academia de la Historia de Ma
drid; Miembro de la Academia Nacional
de Historia, del Ecuador; Miembro de la
Academia Nacional de Historia, de Cara
cas, etc. etc.
Hace algún tiempo, el M. I. Ayunta
miento de Cuenca le condecoró con una
medalla de oro y un valioso pergaminoi
por haber descubierto, tras largas y pacien
tes investigaciones, el Plan de Gobierno
expedido por los próceres de Cuenca en
el año de 1820. La entrega se efectuó por
intermedio del M. I. Ayuntamiento de Qui
to y ante el Cuerpo Legislativo del Ecua
dor, que aplaudió calurosamente el justo
homenaje.
Por la misma época, el M. I. Concejo
Municipal de Riobamba le consagró tam
bién una medalla de oro y pergamino,
por el descubrimiento del valioso docu
mento que comprueba los detalles de la
adhesión de esa ciudad al movimiento de
la Independencia.
Y en 1922, el M. I. Concejo Municipal
de Ambato, su propia ciudad, le ofreció,
como homenaje al hombre de letras y co
mo gratitud hacia el compatriota ilustre,
una elegante y artística pluma de oro, con
un pergamino. AI mismo tiempo, el Co
mité de Ciudadanos de la misma ciudad le
consagraba una valiosa lira de oro.
Obras publicadas. La mayor parte de
la obra literaria e histórica de Monge se
encuentra diseminada por boletines, perió
dicos y revistas,—el «Boletín de la Acade
mia Nacional de Historia», «Memorias de
la Academia Ecuatoriana correspondiente
de la Española», «Ecuatorial», «Cultura ,
etc., -y en folletos pequeños. Sin embar
go, hay algo recogido en los siguientes
volúmenes, aparecidos en diversas épocas:
«Lauros», «Investigaciones históricas» (se
ries 1 y 2); «Bagatelas literarias^, muy elo
giadas por la crítica extranjera; y «Poesías»,
algunas de éstas vertidas al alemán.
Inéditos tiene los siguientes trabajos: 2
volúmenes de historia de la Gran Colom
bia, en que toman relieve y claridad cier
tos importantes sucesos y personas de la
época; «Relación anecdótica de la vida
de Montalvo»; «Trigonometría rectilínea»
y «Aclaraciones al Algebra de Kolbert,
antiguo Profesor de la Escuela Politécnica ».
Como periodista, Monge ha laborado
con entusiasmo y prestigio. Es, con los
hermanos Mantilla dignos hijos de la
Provincia de Tungurahua, también verda
deros propulsores del diarismo indepen
diente y noticioso en la Capital, a partir de
1905,—fundador de «El Comercio», deca
no de la prensa de Quito.
Fundó, además, «El Diarito», 'El Fo
nógrafo» y «La Ilustración Ecuatoriana».
Tal es, en rasgos generales, la persona
lidad de ese trabajador incansable, que ni
el Parlamento, ni la cátedra, ni el perio
dismo, ni la investigación tenaz y labo
riosa, han podido agotar. Con sus 70 años
de edad, todavía es fuerte y febrilmente
estudioso, mientras muchos de sus discí
pulos han caído vencidos para siempre en
la senilidad o en el sepulcro.
Y a las energías, afán investigador y
patriotismo de Celiano Monge—pues que
nunca hubo ambateño que más fervorosa
mente amase a su ciudad,—debe esta
Monografía también muchas de las pági
nas en que se han recogido los más pre
ciosos datos de la historia seccional.
 VALORES DE AMBATO CONTEMPORANEO
SR. DON ANACARSIS MARTINEZ.
Escritor y político; nacido en Ambato
el 16 de Julio del862. Se educó en Qui
to en el Colegio de los Jesuítas. A pesar
de esta circunstancia, bien pronto desco
lló como uno de los hombres de ideas
liberales más apasionados y combativos.
Las primeras armas como escritor po
SR. DON ANACARSIS MARTINEZ
En 1885 y 1886, fue Diputado por la
Provincia de Tungurahua a los Congresos
ordinarios. En los regímenes liberales ha
sido, varias veces, Senador de la Repúbli
ca. De sus viajes a Europa, conservó la
amplitud de visión y la equilibrada ex
periencia para tratar hombres y cosas de
la vida intensamente civilizada. Por eso,
en la política nacional, siempre dió la im
presión de ser, sobre todo, un carácter
austero y de pensamientos y acciones recti
líneos.
Propuesto por dos ocasiones para ocu
par Ministerios de Estado, no aceptó. Y
no por falta de civismo, que en él es
acendrado, sino porque supo darse cabal
cuenta de que la posición subordinada a
circunstancias o triquiñuelas de políticas
215
lítico, las hizo con Juan Benigno Vela y
Celiano Monge en «£/ Combate». Des
pués, en el año de 1887, fundó y redactó,
él solo, «La Avispa," periódico destinado
a tratar las cosas y hombres de la vacilante
e incolora política de ese tiempo, con ale
gre sonrisa. El periódico era principal
mente satírico, y pudo llegar, en aquellos
tiempos, hasta el sexto número.
desleales, siempre es deprimente. El ro
manticismo de su ideal liberal se ha man
tenido, pues, enhiesto y huraño ante la
vorágine de fáciles componendas en que
han sido fecundas nuestras administracio
nes políticas.
En 1914, le sorprendió la gran Guerra,
cuando deambulaba por Europa buscando
salud. Su situación pecuniaria no era muy
firme, y el Gobierno ecuatoriano de aquella
época ofrecióle un consulado: Martínez no
aceptó; porque consideró que en aquellas
circunstancias el nombramiento no le ve
nía sino como un auxilio.
El único cargo oficial desempeñado por
Martínez, en difíciles épocas para el libe
ralismo de su Patria, fue el de Goberna
dor de Tungurahua (1911).
216 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
Anacarsis Martínez ha sobresalido tam
bién como escritor de costumbres y ama
ble humorista. Sus producciones literarias
se hallan dispersas en la «Revista Ecuato
riana» del inolvidable Trajano Mera y en
la «Revista Guayaquil», donde se publica
ra su aplaudido artículo Las ilusiones de
un gamonal. Ultimamente se ha impreso
la novela corta «EI desfalco».
No ha sido ajeno a los estudios deteni
dos acerca de la agricultura provincial,
y en cuanto a sus iniciativas industriales,
nos referimos en otro lugar de este libro.
SR. DR. HOMERO VITERI LAFRONTE
Es el Dr. Viteri Lafronte una de las ma
yores y más claras mentalidades de la ju
ventud latinoamericana. En el Ecuador
es quien, más honda y certeramente, ha pe
netrado en los últimos problemas del ideal
político contemporáneo, sin la prevención
ni el ímpitu dogmático que siempre fueron
propios de nuestras latitudes. Toda su ju
ventud ha sido consagrada, así, a la febril
tarea del analizador de ideas. De modo
parejo, ha venido suscitando y estimulando,
en el ambiente intelectual de su país, la cu
riosidad por los aspectos novísimos del
pensamiento juridico, o la simpatía por
las mejores manifestaciones de la cultura:
mentes de selección, certeros análisis o ló
gicos propósitos, que corren de boca en
boca por los mejores caminos del mundo.
Desde las aulas universitarias, colocóse
muy cerca de aquellas corrientes de mo
derna inquietud: preocupándole la socio
logía, la política y las nuevas ideas, como
los temas capitales a cuyo rededor gira ac
tualmente el humano afán.
Primero con José Vicente Trujillo y Ro
berto Crespo Ordóñez, asistió — compo
niendo la brillante Delegación Universita
ria del Ecuador, - al 1 1 1 Congreso Inter
nacional de Estudiantes Americanos reuni
do en Lima en el año de 1912; y su la
bor de sembrador de ideales nuevos y de
preocupaciones americanistas, fue intensa
y notable. La inquietud ante los destinos
de América, se tradujo, enseguida, en un
férvido anhelo de cultura. Como la mayor
parte de las mentes selectas de los países
del Nuevo Mundo, pensó que la renova
ción histórica y el remozamiento mental
de nuestras democracias, sólo se puede
conseguir a base de una labor preventiva
de intensa educación. De aquí el decidido
interés que Viteri Lafronte demostró, des
de los primeros instantes, por los proble
mas de la Instrucción Pública.
En 1914, 1915 y 1916 fue el Director
de la Oficina de Fomento de Instrucción
Primaria del Ecuador. Su trabajo no se
redujo a las prácticas del cargo, sino que
se extendió a la conferencia, a los públicos
debates en las asambleas y asociaciones
de maestros, y a los periódicos. Viteri
Lafronte, buen orador y ágil escritor, en
cendió, con su palabra y con sus artículos
durante mucho tiempo, en las filas del
magisterio nacional, la febril curiosidad
por los problemas novísimos de la peda
gogía y de la historia.
Luego fue Profesor Universitario. Como
tal, no ha querido limitarse a las leccio
nes sistemáticas, y así, con su afán educa
tivo siempre, ha ilustrado y ampliado su
labor universitaria en diarios e inagota
bles trabajos de prensa; de tal modo que,
el pensamiento del Profesor o sus inter
pretaciones, no queden sólo en la sala de
clases, sino que se expandan y tomen cla
ridad ante las masas.
Por su tamiz cerebral han pasado las
más fuertes ideas que circulan entre los
mejores espíritus de España contemporá
nea. Por eso su decidida y entusiástica
admiración por José Ortega y Gasset, Po
sada, Altamira, Saldaña, Gabriel Alomar,
Eugenio D» Ors y demás mentes escogi
das de la cátedra y el libro ibéricos. Los
admira, hemos dicho, sí; aunque no los si
gue incondicionalmente.
Viteri Lafronte, ha defendido siempre,
bravamente, su autonomía. Cuando Or
tega y Gasset, el más admirado y mejor
comprendido de sus maestros, dio a en
tender que para ser hombre más desintere
sado y leal y para pensar más hondo y más
humano, había que ponerse previamente
«de espaldas a toda política «, Viteri Lafronte
no vaciló en rectificar la desengañada afir
mación. Precisamente, hemos de ir hacia
 VALORES DE AMBATO CONTEMPORANEO
la política al tratar de conseguir cuanto de
leal y humano sea necesario para el mun
do
Y pensando así sobre la política, Viteri
Lafronte no ha podido renunciar a los lla
mamientos del civismo en su país. Ha
sido, pues, aparte de activo buceador de
teorías y de fiel interpretador de las mejo
res ideas circulantes por el mundo, un es
SR. DR. HOMERO VITERI LAFRONTE
tribuna de El Sol, que, con otros escrito
res, fundara.
La Revolución le llamó al Ministerio de
Relaciones Exteriores. Y aunque el país
íntegro le pidió más bien para la Cartera
de Instrucción Pública, ramo por el que
había luchado noble y bizarramente toda
su vida, en el de Relaciones le encontramos
aún, consagrado al estudio de nuestros más
difíciles problemas internacionales, con el
conocimiento, constancia, penetrante vi
sión y fino tacto político suyos.
Su labor de escritor se encuentra disemi
nada por diarios, revistas y boletines y prin
cipalmente en la «Revista» de la Sociedad
Jurídico -Literaria, en el «Boletín» de la
Academia Nacional de Historia—asocia
217
critor que ha dado, con gran fuerza,
sus golpes sobre la carne viva de las reali
dades más culminantes de la hora políticai
en que los más vitales problemas de la
nación, tomaron caracteres de gravedad
o de angustia.
Por honradez cívica combatió al Gobier
no del Dr. Córdova, primero desde las co
lumnas de El Guante y luego, desde su
ciones a las que pertenece,— y en Ecuato
rial, la revista ambateña que él dirigiera
por 1924 y 1925.
Viteri Lafronte es: Miembro de la Corte
Permanente de Arbitraje Internacional de
La Haya; Miembro de la Academia Diplo
mática Internacionanal de Francia; Miembro
del Instituto de Derecho Administrativo
de Bucarest; etc., etc..
SR. DR. ANIBAL VITERI LAFRONTE
Hermano del anterior fue Aníbal Viteri
Lafronte, inteligencia selecta, desaparecida
temprano del escenario de la vida y cuan
do prometía de sí precisamente las más be
llas cosas.
218 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
Aníbal, como Homero, fue abogado; y
la dirección de sus entusiasmos fue más
bien hacia la ciencia criminológica. Espí
ritu penetrante y formidable trabajador, no
dejó grande autor o doctrina famosa sin
auscultar y comprender. En el año de 1910
realizó un viaje a Chile, y después, a la
Argentina. En estos países encontróse con
altas mentalidadds europeas y trabó in me
sa. I>R. ANIBAL VITERI LAFRONTE
en América sino junto a la memoria de
Héctor Miranda. Ambos americanos fue
ron, en efecto, las ricas y brillantes pro
mesas con que el espíritu del nuevo Con
tinente pensó madurar y crecer.
Aparte de pensador austero y hombre
de ciencia, Aníbal Viteri Lafronte sin elu
dir las exigencias del medio, fue también
bizarro luchador político en su país. Era
un escritor de pulcras y atildadas cláusulas.
Dirigía el diario La Prensa», de Quitoi
cuando la contienda fratricida del año 1912
le obligó a salir, como redactor en cam
paña, hacia los sangrientos campos de
combate. Y fue cuando, en un casual acci
dente ferroviario, perdió la vida.
diata amistad con ellas. Fue amigo de
Enrico Ferri cuyas doctrinas y estudios
siempre admiró, — de Adolfo Posada, el
admirable maestro español, de Anatole
France, el humorista glorioso, de Valle- In-
clán. . . .
Alguien ha opinado que, a Aníbal Vite
ri Lafronte como hombre joven y como
mente de elección, no se le puede recordar
LOS MERAS
Juan León Mera dejó una generación
ilustre de literatos, artistas y amables carac
teres, heredera digna de su prestancia men
tal y moral.
Trajano Mera, consagrado a la carrera
consular y diplomática, viajó mucho tiem
po por tierras de Europa, aunque sin olvi
dar su glorioso abolengo literario. Desus
experiencias como funcionario consular ex
trajo el material para su importantísimo li
bro Cónsules y Consulados. Sus poesías
humorísticas fueron recopiladas en el vo
lumen Sonetos y Sonetillos. El género dra
mático le apasionó, y producto de sus en
tusiasmos fueron «Los Virtuosos», «La vi
 VALORES DE AHBATO CONTEMPORANEO
sita del poeta - y «Paz en la guerra», pie
zas teatrales de mérito. En su juventud,
fue fundador de hermosas revistas litera
rias, como la Revista Ecuatoriana, en que
se exhibieron los más amables talentos de
la época. Trajano Mera falleció en Gua
yaquil, mientras desempeñaba el cargo de
Subsecretario del Ministerio de Relaciones
Exteriores.
SU. TRAJANO MERA
Eduardo Mera es, en la literatura nacio
nal, uno de los más finos humoristas. Mis
que sus prosas políticas, en las que campea
el espíritu batallador de que estuvo dota
do, toman relieves de perennidad sus artí
culos de costumbres y sus cuentos, en que
juguetea la sonrisa de su espíritu, divina
mente jovial. Parte de su producción lite
raria se ha recogido en el volumen «Se
rraniegas«. Lo demás anda disperso por
revistas y periódicos diversos del Ecuador,
principalmente en la «Revista de la Socie
dad Juridico -Literaria , Letras», de Qui
to; « Ecuatorial », de Ambato, etc., etc. Algu
no de sus críticos ha indicado el libro iné
dito Memorias de un loco% que Mera
quizás no pudo terminar por las graves
dolencias que le llevaron, temprano toda
vía, al sepulcro. Eduardo Mera, que ha
219
bía viajado también mucho por Europa,
murió en la casa solariega de Atocha el
20 de mayo de 1926.
En los últimos años de su vida, dictaba
clases de francés en el Colegio Nacional
Bolívar» de Ambato.
Juan León Mera Iturralde y Eugenia Me
ra de Navarro se han dedicado preferen-
SR. EDUARDO MERA
temente, con su espíritu artista, a la pintu
ra, si bien el primero no ha dejado de
cincelar como sus hermanos y como su
padre, bellos versos, ni de traducir, en
hermoso castellano, famosas poesías extran
jeras, como las « Novas baladas * de Apeles
Mestres.
Carlos Alfonso Mera a quien sus pro
pios hermanos consideran el mayor de
ellos por su alto ingenio y exquisita edu
cación artística, poseyendo los ricos te
soros de una mentalidad selecta, vive re
traido en la casa que fue de sus padres,
entregado, «como un buen monje artífice»,
a miniar las mayúsculas de su breviario,
sin preocupaciones ni vanidades. Hasta
que un buen día, la literatura nacional se
verá sorprendida con uno de esos brotes
 220 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

de ingenio que ahora, por desgracia, no En 1902 y 1903, fue elegido Diputado
pueden pasar del límite del conocimiento al Congreso Nacional. En el primero de
familiar y de amigos muy íntimos sola estos años actuó como Secretario de la
mente. Cámara de Diputados. El Congreso de
1903 eligióle Ministro del Tribunal de
BR. DON MIGUEL ANGEL ALBORNOZ Cuentas, en el que por dos veces fue pre
sidente.
Escritor y político. Es una de las más En 1905 partió a Europa con el cargo
simpáticas figuras del liberalismo ecuato de Primer Secretario de la Legación Ecua-
riano en el que tiene conquistado puesto
relevante.
Se inició en la vida política desde las
aulas universitarias, fundando y sostenien
do periódicos de combate, defendiendo o
propagando doctrinas avanzadas. Con
Sergio Arias—aquel noble talento, amba-
teño también, que desapareciera de la vida
en plena juventud aún —fundó en Quito
« La Sanción*. Con este semanario combatió
bravamente por el espacio de cinco años:
1895-1900.
Para el año de 1901, en que Alfaro ha
bía cambiado de opinión respecto de su
propio amigo el general Leónidas Plaza G.,
Albornoz, en compañía de Sergio Arias y
Julio Andrade, publicó «La Espuela*, para
recordar al Viejo Luchador su deber de
ser, ante todo, leal.
Por 1895, había sido también uno de
los más valientes redactores de «El Shiry»,
diario liberal dirigido por otro ambateño
de merecimientos, el doctor don Elias Tron 6R. DON MIGUEL ANGEL ALBORNOZ
cose
Las opiniones políticas de Albornoz, ex toriana acreditada en París y Londres.
presadas sin vacilaciones y en elegante for Durante su estancia en Europa, recorrió
ma, le abrieron bien pronto camino en la principalmente Inglaterra, Francia, Suiza e
vida pública. En los primeros años de la Italia. Los sucesos del 25 de Abril de
dominación liberal fue Secretario del Tri 1907, obligaron a Miguel Angel Albornoz
bunal de Cuentas de Quito; y al separarse a retornar al Ecuador, cuya política había
del cargo tan pronto como sus opiniones llegado a un estado violento. Desde esa
de ciudadano comenzaron a discrepar con época, Albornoz inició fuerte campaña
las del Gobierno, todos los connotados contra la prolongación del Gobierno de
miembros de aquel Tribunal—en que esta Alfaro, convertido prácticamente en Dic
ban el General Julio Andrade, don Fran tadura.
cisco Moscoso y otros,—suscribieron un Se le ofrecieron cargos: Albornoz no
honroso acuerdo para Albornoz, en el que aceptó.
se perfilaba ya el carácter rectilíneo y seve
Poco tiempo después, el Consejo Supe
ro con que más tarde triunfó en las lides rior de Instrucción Pública—que gozaba de
de la política nacional. amplia autonomía y obraba independiente
Retirado en Ambato, aceptó la cátedra mente del Poder Central, -llamó a Albor
de literatura del Colegio Nacional Bo noz para que laborase, en su Provincia,
lívar. por la pública cultura. Fue, entonces, Di-
 VALORES DE AMBATO CONTEMPORANEO 221

rector de Estudios de Tungurahua, y lue Inmediatamente casi, desempeñó la vo-

go, Rector del Colegio Nacional «Bolívar». calía principal de la Junta, compuesta, en
Publicó además dos periódicos: «El Rayo su mayoría, por conspicuos ciudadanos,
X» y «El Marañón», de carácter político. cuyo prestigio estaba respaldado por una
A la caída de Alfaro, en 1911, volvió vida consagrada enteramente al bien públi
Albornoz a la lucha política. Electo Di co. Albornoz - muy joven aún, -se hizo
putado, asistió a los Congresos de los años digno de sus compañeros. La clara visión
siguientes. Fue Presidente de la Cámara de los problemas fundamentales, su recti
de Diputados en losanos de 1913 y 1914. tud inquebrantable y la austeridad de su
Fue también Vicepresidente del Senado en
1915.
Nombrado Consejero de Estado, su po
sición en el seno de esa alta corporación
política fue de las más serenas y ecuánimes.
Hasta que, en 1024, el Presidente Córdo-
va le eligió para que se hiciese cargo del
complicado Ministerio de Hacienda. En
esta cartera— por aquella época, más difícil
que nunca, supo Albornoz, por el breve
período que le tocó actuar, poner el sello
de su personalidad política honrada, clara
y rectilínea.
No cayó con el 9 de Julio; porque Albor
noz, precisamente por divergencias de crite
rio con el vacilante Gobierno que la Revo
lución se preparaba a derribar, renunció el
cargo unos meses antes, manteniendo en
hiesta como una bandera su dignidad de
político sin cobardías. Tampoco ha inter
venido en las actividades políticas posterio
res; y más bien ha preferido el alejamiento
SR. Dr. HUMBERTO ALBORNOZ
y el silencio hasta el día.
Tal la figura política de Miguel Angel conducta, bien pronto le hicieron acreedor
Albornoz. Como literato, tiene también al general respeto.
sus páginas brillantes: inicióse en Ambato, En 1920, la Compañía de Préstamos y
con los inteligentes muchachos del «Liceo Construcciones de la Capital le llamó para
Montalvo» y continuó en Quito con los que desempeñase la Gerencia. Desde en
amables talentos de la Sociedad «Fígaro». tonces, Albornoz confirmó su prestigio,
Ha publicado bellas poesías, de amor y de colocando a dicha entidad bancada en una
ternura, unas, y de viriles ímpetus patrióti situación excepcionalmente próspera. A
cos, otras. poco, la Comisión Ejecutiva Económica
que el Gobierno de entonces creara bajo
SR. DR. HUMBERTO ALBORNOZ la dirección de don Víctor Emilio Estra
da, nombróle su Agente Principal en Quito.
Financista y político. A poco de gra Tal fue el rápido ascenso de Albornoz
duarse de abogado en la Universidad Cen en la vida bancaria del Ecuador. La ac
tral del Ecuador, fue llamado a la Secre tividad política, como consecuencia del
taría de la Junta Central de Beneficencia. prestigio del financista sagaz y honorable
Desde este puesto mostró sus dotes de no tardó en llegar.
político y financista, salvando a dicha Cor La Provincia de Tungurahua atenta a
poración de seria dificultad económica. esa labor admirable que realizaba en otra
222 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
ciudad su hijo ausente,—le eligió Senador
de la República. En el desempeño de es
te cargo, las contribuciones de la versa
ción económica de Albornoz no fueron
pocas ni de las menos visibles. El Con
greso, como reconocimiento de su labor,
le eligió para miembro del Consejo de Es
tado.
Las manifestaciones de público homena
je no tardaron después. Quito, su ciudad
adoptiva, le llevó a las curules edilicias. A
poco, fue Presidente del Concejo Munici
pal de Quito, siendo uno de los más entu
siastas propulsores del progreso local, en
cuanto al establecimiento de mejoras públi
cas y a la intensificación de la obra de em
bellecimiento y ornato en que la ciudad se
encontraba empeñada.
La Revolución del 9 de Julio, pasados los
primeros meses de vacilación e incertidum-
bres, llamó a Humberto Albornoz, por Ene
ro de 1926, para que se hiciese cargo del
Ministerio de Hacienda. Por civismo y
más bien para corresponder a los ideales
que invocaron los factores de la Revolución,
que por satisfacer aspiraciones políticas,
aceptó la cartera por poco tiempo.
Sin embargo, en este período su labor
fue intensa. Como Director de la Junta
Gubernativa de entonces supo ser sereno,
activo y ecuánime; sin dejar de ser enérgico
con los intereses creados que trataban de
reaccionar.
Inmediatamente organizó y presidió una
Junta Nacional de Banqueros, para discutir
los más vitales problemas del momento.
Teniendo la fuerza en sus manos no qui
zo apelar a ella para convencer, y se limitó
a señalar con gran claridad y entereza las
razones lógicas por que el Gobierno y la
Revolución tendrían que imponerse, por
todos los medios.
No atendieron los banqueros a Albor
noz en esa ocasión; pero aquello les llevó
a sufrir golpes más rudos que, por inevi
table necesidad, el Gobierno posterior tuvo
que darles hasta vencerlos y restaurar el
crédito y la independencia económica na
cional.
Retirado del Gobierno Plural de los pri
meros meses de 1926, siguió prestando,
con todo, su concurso a la Revolución.
Contribuyó al Establecimiento de la Caja
Central de Emisión y Amortización; luego
fue miembro de la Comisión Organizadora
del Banco Central del Ecuador.
En momentos de escribir estos apuntes,
Albornoz parte a Europa en comisión de
servicio del Banco de Préstamos (la anti
gua Compañía de Préstamos y Construc
ciones), y con el carácter, además, de Ad
junto Civil, ad-honorem del Gobierno del
Ecuador, en la Legación de Inglaterra.
SR. DR. PABLO ARTURO SUÁREZ
Actual Director General de Sanidad del
Ecuador, Higienista y radiólogo notable,
cuya contribución al estudio de las enfer
medades tropicales y de los medios más
eficaces para combatirlas han llamado se
riamente la atención del mundo científico.
Hizo sus estudios iniciales en Quito, pri
mero en el Seminario y luego en el Co
legio de los Jesuítas. Pasó a la Univer
sidad Central y en ésta se distinguió por
sus dotes de observación científica y por
su consagración al trabajo. Graduado ya de
médico, hacia el año de 1913— es decir,
a los 24 años de edad; pues el doctor
Suárez había nacido en esta Provincia
de Tungurahua, hacia el año de 1889,—
emprendió su primer viaje a Europa.
Durante 5 o 6 años frecuentó las más
renombradas Universidades de Alemania,
Francia y Suiza.
En la Universidad de Lyon obtuvo, con
brillante votación, su Diploma de Higie
nista. En Suiza realizó serios estudios de
Radiología, Electrología e Histología, sin
abandonar los de Higiene, a los que se
había consagrado preferentemente.
Los años de 1916 y 1917 pasó en Berlín,
ampliando y profundizando, bajo sabias
direcciones, aquellos ramos de Radiología,
Electrología, Higiene e Histología. Data
de esta época, su amistad con el eminente
radiólogo alemán Tugendreich, que llegó
a tener al joven doctor ecuatoriano en gran
estimación.
En uno de los famosos Institutos de
Fisioterapia de Berlín obtuvo especiales
diplomas, que acreditaron en el doctor
 VALORES DE AMBATO CONTEMPORANEO
Suárez, su decidida consagración a la cien
cia. En Suiza, en el pleno fragor de la
gran Guerra, fue nombrado médico de la
población de Grandson; y aquí permane
ció por algunos meses.
Hacia el ano de 1919, regresó al Ecua
dor. Enseguida fue nombrado Profesor
de la Universidad Central, cargo que des
empeñó por poco tiempo, pues para 1920
SR. DR. PABLO ARTURO SUAREZ
emprendió su segundo viaje a Europa.
En Alemania permaneció profundizando
anteriores estudios, dos años más.
En 1922, la Provincia de Tungurahua le
elige Diputado al Congreso Nacional. En
la Legislatura de 1923 presenta su proyec
to de Ley de Sanidad, que sólo aprueba
y pone en vigencia la Revolución, a partir
de 1926. En este mismo año, el doctor
Pablo Arturo Suárez nácese cargo de la
Dirección General de Sanidad del Ecua
dor, en que le vemos hasta ahora, realizan
do una formidable y bien llevada campaña
sanitaria, como no se intentó nunca. Los
principales azotes del Ecuador han desa
parecido por completo, o están en vías de
desaparecer para siempre, gracias a la loca
lización de la «pulga cheopis» y activa per
223
secución de ratas (las portadoras de la bu
bónica); a la desecación de pantanos en el
litoral y guerra cruda declarada al mosqui
to «anofeles» (propagador del paludismo);
y gracias a la clorización de las aguas po
tables -que han limitado o acabado con la
tifoidea y demás fiebres intestinales. Apar
te de esto, el control de la Sanidad en los
diversos aspectos de la vida social y urba
na, ha llegado a su máximo.
He aquí algunas de las principales obras
del doctor Pablo Arturo Suárez: Algunas
observaciones sobre la peste negra y la pul
ga cheopis en el Ecuador (Estudio presen
tado a la V 1 1 1 Conferencia Sanitaria Pana
mericana de Lima).— Contribución al estu
dio de la «enfermedad azul* de los indios
de Chillo. Proyecto de Ley General de
Sanidad. Proyecto de Municipalización de
leches en el Ecuador. - Colaboración para
la lucha contra lapes«e en la Provincia de
Tungurahua. - Proyecto de clorización ge
neral de aguas potables, y, Alejamiento
de basuras en nuestras ciudades. Cuando
estuvo en Europa, escribió frecuentemente
para «El Comercio» de Quito, crónicas de
la Guerra o comentarios científicos.
Por su iniciativa y actividad, llegó a inau
gurarse en el Ecuador el Primer Congreso
Médico Ecuatoriano. Posee la mejor ins
talación de Radiología que hay en el país.
Tal el hombre de ciencia.
En la vida pública del país ha figurado
como Consejero de Estado y como Repre
sentante nacional a varios Congresos.
Ultimamente, acaba de elegirle su Provincia
Diputado Principal a la Convención Na
cional de 1928.
SR. DN. TEMISTOCLES TERAN
Escritor y notable hombre público. Ac
tualmente es el Director General de Asis
tencia Pública del Ecuador.
Nació en Ambato el 22 de Julio del año
1873. Sus estudios de Enseñanza Secun
daria los hizo en los Colegios «Seminario
de Atocha», «Bolívar», de Ambato y «San
Gabriel» de Quito. Empezaba a cursar
jurisprudencia cuando abrazó la bandera
de la revolución del 95 para derrocar el
224 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
régimen conservador.— Marchó a Europa
en compañía de su padre el señor Juan
B. Terán, uno de los propietarios más acau
dalados de entonces en la Provincia de
Tungurahua. A su regreso de Europa se
estableció en Ambato, asiento principal de
su familia; y luego se trasladó a la Capi
tal de la República en donde ha fijado su
residencia.
SR. DON TEMISTOCLES TERAN
Elegido Diputado por su provincia na
tal, trabajó tesoneramente con sus compa
ñeros de representación provincial, los se
ñores Dr. Juan Benigno Vela, Celiano Mon-
ge, E. Gallegos Anda y Alfonso Moscoso,
para dotar de fondos para la Casa de Go
bierno, el Colegio Bolívar ' de Ambato y
para la instalación de fuerza y luz eléctri
cas en los cantones de Píllaro y Pelileo.
Aunque tarde, trató de defender también
los intereses del Ferrocarril al Curaray, pa
ra secundar la patriótica y genial idea de
Luis A. Martínez, de quien fue leal amigo,
persuadido de que un ferrocarril de pene
tración o una buena carretera podían re
conquistar los territorios orientales, injusta
mente disputados. La Excma. Corte Su
prema, presidida por el distinguido ecuato
riano señor doctor don Alejandro Cárde
nas, le nombró su representante, como
Vocal ante la Junta Central de Beneficen
cia de Quito. Luego el Congreso Nacio
nal le confirió el cargo de Director Gene
ral de Beneficencia. El señor Terán ha
sido, durante cinco años, Consejero de
Estado. Nombrado Senador por la Pro
vincia del Tungurahua llegó a ocupar la
Vicepresidencia de la Cámara y en su ca
lidad de Vicepresidente del Senado ejerció
por dos veces, con ecuanimidad y firmeza,
el Poder Ejecutivo, durante la Administra
ción del doctor José Luis Tamayo.
Ha colaborado en varios periódicos de
la República, especialmente en «El Comer
cio», Decano de la prensa quiteña, donde
escribió una serie de -Crónicas Ocasiona
les» (políticas), Añoranzas y Comentarios-
que despertaron enorme interés público,
por la exactitud de las apreciaciones y la
visión certera del momento político.
La Revolución de Julio de 1925 respetó
la labor inteligente y honorable de la Jun
ta Central de Beneficencia de Quito y pi
dió al señor Terán que continuara en la
Dirección General. Cambiado el rumbo
de la Beneficencia, con la nueva Ley de
Asistencia Pública, el mismo Gobierno le
llamó a que se hiciese cargo de la Direc
ción General de Asistencia Pública, que
ejerce hasta la fecha. -
El Gobierno de la República le conde
coró con la medalla al Mérito de Prime
ra Clase y el Ministerio de Instrucción Pú
blica de Francia, a solicitud del Excmo.
Señor Don Eduardo Clavery, Ministro de
esa República en el Ecuador, le confirió
el Diploma y las Palmas de Oficial de Ins
trucción Pública. Pertenece a varias Ins
tituciones notables de la Capital y es, ade
más, Vocal del Directorio de la Sociedad
Nacional de Agricultura y del Comité
«Juan Montalvo».
Sus comprovincianos acaban de elegirle
Diputado Principal a la Asamblea Consti
tuyente de 1928.
SR. DR. VICTOR M. GARCES
Rector del Colegio Nacional Bolívar»
de Ambato.
Es el señor Dr. Garcés una de las pri
meras figuras literarias del país, y, a la
 VALORES DE AMBATO CONTEMPORANEO
vez, uno de los mayores guías mentales y
morales de la juventud contemporánea de
esta ciudad. De su austera y ejemplar vi
da, 32 años tiene ya consagrados al ma
gisterio. Desde el año de 1914, desempeña
también el Rectorado del Colegio; y su
labor de educador sagaz y concienzudo,
no le ha impedido, oor cierto, durante
todo ese tiempo, ser uno de los ambate-
SR. DR. VICTOR M. GARCES
ños que mayormente han expandido sus
energías en beneficio del progreso seccional.
Educador en la cátedra y educador con
el ejemplo de sus acciones, es, pues, un
alto maestro de civismo, de equilibrio
mental y sanos principios.
Se inició en la carrera del magisterio
hacia el año de 1896. Las materias que
principalmente dictó fueron las de Litera
tura, Historia e Instrucción Moral y Cí
vica. En 1914 inauguró el Rectorado,
que desempeña hasta ahora. Gran parte,
pues, de la historia contemporánea del
Colegio Nacional Bolívar- de Ambato
gira al rededor de su nombre: 14 años de
labor directiva y de entusiasmos en favor
del establecimiento cuyos progresos le han
elevado a uno de los primeros sitios en
la jerarquía de los colegios ecuatorianos
de enseñanza secundaria.
225
En el año de 1919, con la inteligente
y decidida cooperación de sus colegas de
la Junta Administrativa del Colegio, presen
tó al Congreso Nacional el Proyecto de
reconstrucción del local, juntamente con
el proyecto de impuestos—netamente pro
vinciales—para la obtención de los fondos
necesarios. Ambos proyectos fueron apro
bados, y acogidos inmediatamente por
otras ciudades como Quito y Riobamba,
cuyos colegios necesitaban también recons
truirse a base de adaptaciones lógicas al
tiempo y a los caracteres de la enseñan
za actual.
La reconstrucción de aquel edificio es,
en Ambato, casi una completa realidad;
y tal obra—importantísima para la juven
tud estudiantil, tiene, por otra parte, el
doble objeto de modernización y ornato
de la ciudad, en una de sus más impor
tantes secciones.
Antes, en el año de 1907, con motivo
de acercarse el día del centenario del pri
mer grito de independencia lanzado en
el Ecuador, publicó una serie de sugeren
cias, que no son sino las iniciativas fun
damentales de ciertas importantes obras
que hoy vemos realizadas: el estableci
miento de la luz eléctrica, la fundación
de una biblioteca pública municipal, etc.,
etc. Algunas de esas sugerencias tendrán
una actualidad permanente, tales como
éstas: «la promoción de un concurso lite
rario para premiar el mejor estudio bio
gráfico de Montalvo» y «el homenaje de
finitivo y adecuado que merece Juan León
Mera-
Al doctor Garcés le preocuparon siem
pre—y ésto honra su civismo y encendido
fervor por la cultura,—los homenajes a los
genios mayores de la Patria y todas las
manifestaciones que pudieran consagrar a
Ambato como un gran pueblo, digno de
los hombres que ha producido.
Tal el ciudadano. Como literato, su
labor no es menos notable. Es poeta lau
reado. Su «Canto a Colombia», «El 9 de
Octubre», «España y América*, «Cantos
patrióticos» y otras poesías, arrancaron el
aplauso espontáneo de selectos hombres
de letras del Ecuador y de América. Como
escritor, su pulcra y gallarda pluma se
226 LA TROVINCJA DE TUNGURAIU«A EN 1928

orienta más bien hacia los temas pedagó absorvido por completo; pues que, por otro
gicos, los estudios concienzudos y las ini lado, es uno de los jurisconsultos más no
ciativas provechosas. tables del país.
Aparte de las obras en verso que que En otro tiempo, educó también a la ju
dan anotadas, ha publicado también: «Li ventud; pues fue Profesor del Instituto Na
bros y Bibliotecas»; «Por la juventud es cional Mejía , y, luego, de la Universidad.
tudiosa; En honor de los doctorss Adria Para Ambato, su ciudad, aparte de sus
no Montalvo y Amador Sánchez - (2 folle grandes méritos de poeta, tiene también los
tos); «En defensa de los fondos asignados de ser un prestigioso servidor suyo y de
para la reconstrucción del Colegio Nacio
nal «Bolívar», y Plan de un proyecto de
Congreso Nacional de Profesores de En
señanza Secundaria». Para imprimirse tie
ne los siguientes trabajos: Poesías» (1 vol.);
«Estudio sobre los diversos sistemas de
Enseñanza Secundaria en los países de la
civilización contemporánea », y Conceptos
sobre Instrucción Moral y Cívica».
Actualmente, el señor doctor Garcés, a
sus actividades en el Rectorado del Cole
gio «Bolívar», une, con entusiasmo y efi
cacia, las de la Presidencia de la Junta
Provincial de la Cruz Roja de Tungura-
hua, la más alta institución humanitaria
fundada en esta sección del país, en Di
ciembre de 1923.

Sil. DR. ALFONSO HOSCOSO

Uno de los más grandes líricos contem

poráneos del Ecuador, y, sin embargo, el
más recatado y pudoroso. La mayor parte
de su producción literaria sólo ha visto la
luz pública cuando Moscoso fue quizás un
adolescente. Después, el público no cono
ce nada.
Sin embargo, han bastado los pocos
poemas que por primera vez se publica
ron años ha, para advertir en él un lírico
de altos vuelos y una sensibilidad exqui
sita, en la que han tomado persistencia
las más frágiles y tiernas cosas con que
se embellece el mundo. La juventud, al
revisar la producción poética del pasado,
se encontrará con esta joya, que ha de cons
tar siempre triunfalmente entre las mejores
selecciones de América: «Los aserradores».
Alguien le ha llamado el Leconte de Lis
ie ecuatoriano».
Hoy, aparentemente o en verdad suspen
dida o muerta su actividad literaria, el ejer
cicio de su profesión de abogado le ha
SR. OU. ALFONSO MOSCOSO
sus progresos. Varias veces ha concurrido
Moscoso, como Diputado, a los Congre
sos Nacionales, y en éstos, su labor por el
mejoramiento de ella, ha sido decidida y
constante.
SR. DON VICTOR OVIEDO
Director General del Estanco de Sal de
la República.
Corresponde el señor Oviedo a la joven
generación ambateña que se ha impuesto
en la vida pública del Ecuador por me
recimientos que no pueden discutirse. Ac
tivo, de penetrante inteligencia y enérgico,
en pocos años de actuación pública ha
desarrollado una labor intensa en benefi
cio de los intereses del Estado. Es uno
de los mejores hombres con que contó,
 VALORES DE AMBATO CONTEMPORANEO
desde sus comienzos, la Revolución de
Julio; pues a él se encomendaron las más
difíciles comisiones, en momentos culmi
nantes de la política financiera que el Go
bierno Provisional adoptó, poniéndose en
guardia contra la táctica reaccionaria que
en diversos momentos desplegara la opo
sición.
De 1925 a 1928 ha sido: Visitador Fiscal
SR. DN. VICTOR OVIEDO
de la República—cargo que venía desem
peñando desde los últimos meses de 1924;
—Contralor de Bancos; Director Gene
ral de Ingresos de la República, y, Direc
tor General del Estanco de Sal. En es
te último cargo le encontramos en el
momento de escribir estos apuntes, bre
gando a brazo partido por precautelar los
intereses del Estado. Probablemente, mu
chos otros triunfos le esperan al señor
Oviedo, no siendo éstos más que aquellos
con que ha querido iniciar su camino.
Antes, en los años de juventud que pa
só en su propia ciudad de retorno de
la Universidad, cuyos estudios profesiona
les no gustara,— había también exhibido
notables dotes de organizador y de espí
ritu amante de la disciplina, de la inno
vación y del orden.
227
Fue, al principio, Profesor de Filosofía
del Colegio Nacional Bolívar»; luego,
Secretario de la Dirección de Estudios de
Tungurahua, cuando esta dependencia te
nía por jefe al señor don Miguel Angel
Albornoz. Más tarde renunció el cargo,
y fue Tesorero Municipal, Anotador de
Hipotecas, Secretario y Procurador Sín
dico del M. I. Ayuntamiento de Ambato,
en diversas épocas. En todos los cargos
por donde pasó, dejó las huellas de su
afán innovador, de sus entusiasmos de
juventud y de su alta moralidad de fun
cionario.
Dirigió y escribió también periódicos
políticos que llamaron la atención de todo
el país. En 1919 dirigió «El Cóndor»,
semanario en que escribieron, bizarra y
valientemente, los mejores escritores con
temporáneos de Ambato, entre viejos y
jóvenes. Oviedo, con su entereza, ante
las prevenciones y abusos del Poder
oficial, estaba al frente de todos
Su labor, con todo, no, podemos decir
que ha terminado. Como es joven aún ha
brá mucho más todavía que esperar o re
cordar
SR. I'ON NICOLAS G. MARTINEZ
Explorador y hombre de ciencia. Ac
tualmente desempeña el cargo de Jefe del
Servicio de Meteorología anexo a la Di
rección General de Agricultura del Ecua
dor.
Se inició en los estudios científicos, de
modo ya sistemático, en el Observatorio
Astronómico de Quito, donde fue, prime
ro, calculador; luego Ayudante de Astrono
mía, junto al eminente profesor francés
Gonnessiat. En estos cargos estuvo desde
1903 hasta 1906. En 1913 y 1914, hácese
cargo de la sección de Meteorología, co
mo Ayudante General. En 1915 y 1916
pasa a ser Jefe de Meteorología de la Quin
ta Normal de Agricultura de Ambato.
Sus servicios en este ramo de la ciencia
han sido inapreciables, por las aplicacio
nes inmediatas que ha podido dárseles en
la actividad agrícola del Ecuador, ya en
vías de salir del terreno del simple empi
rismo.
228 I A PROVINCIA DE TUNGüRAHUA EN 1928
En 1912 fue Subjefe de la Sección de
Geodesia y Topografía en el Estado Mayor
General del Ejército Ecuatoriano.
Y en los intervalos habidos entre un
cargo y otro, o durante estos mismos,
Nicolás G. Martínez se ha entregado
activamente a sus entusiasmos de explo
rador científico. En 1904 inició la larga
serie de sus ascensiones a \oí principales
SR. DON NICOLAS O. MARTINEZ
volcanes del Ecuador: al Antizana, al Tun-
gurahua, al Cotopaxi, al Chimborazo, al
Quilindaña y al llliniza. Al Cotopaxi
ascendió por tres veces, descubriendo en
cada una de ellas nuevos datos para com
pletar conocimientos geológicos y de fito-
geografía, hechos por otros sabios ante
riormente.
Otras exploraciones ha realizado también
a las selvas del Oriente ecuatoriano y a las
islas del Archipiélago de Colón. Sobre
cada una de ellas ha escrito y publicado
pintorescas relaciones e importantes mo
nografías.
Durante 8 años (1916 -1924) fue Su
perintendente del Ferrocarril al Curaray:
en este lapso de tiempo hizo frecuentes
viajes al Oriente y abrió y ensanchó el
único camino practicable que hasta hoy
existe de Baños a Mera.
Trabajos publicados de Nicolás G. Mar
tínez: «Ascensiones a los Andes del Ecua
dor» (Primera edición: Ambato, 1920);
«Impresiones de un viaje a Galápagos » y
«Boletín de Meteorología .. En «El Co
mercio», de Quito, se han venido publi
cando, desde hace algún tiempo, varias
de sus monografías científicas.
Ultimamente, Martínez ha sido nombra
do Miembro del Comité' Nacional de Geo
desia y Geofísica Correspondiente del Con
sejo Internacional de Investigaciones, y de
la Unión Geodésica y Geofísica, fundados
en Bruselas en el año de 1919.
SR. CORONEL ENRIQUE ALBORNOZ
«El Comandante Albornoz — dicía el
General Plaza ante el Congreso Nacional
de 1914, tiene larga y brillante vida mi
litar, en la que no hay una sola nota que
contradiga su merecida reputación de ofi
cial inteligente, pundonoroso, abnegado
y leal, a toda prueba y en toda cir
cunstancia»
Tal opinión se confirma al revisar la
hoja de servicios que en el Ejército nacio
nal prestó el Coronel Albornoz en sus
30 años de vida militar. La lista de las
campañas en que intervino y siempre del
lado de la Constitucionalidad, del orden
y de los mejores ideales, —no es corta,
y revela, en efecto, el alma pundonorosa y
valiente de uno de los soldados que ma
yormente han honrado la Institución ar
mada en el Ecuador.
Hélas aquí en resumen: campaña del
Norte— 1898 a 1901 -contra los invasores
colombianos; campaña del Centro, del la
do de las fuerzas constitucionales del Pre
sidente Lizardo García (1906); Campaña
de Girón, cuando el peligro de guerra in
ternacional con el Perú, en 1910; campaña
del Sur, del lado del Gobierno constitu
cional de don Carlos Freile Zaldumbide,
en 1911; campañas de Manabí y Esmeral
das, del lado del Gobierno constitucional
del General Leonidas Plaza G., en 1913.
El Coronel Albornoz ha intervenido en
 VALORES DE AMBATO CONTEMPORANEO
6 acciones de armas: una batalla y 5 com
bates, todos decorosamente comprobados.
De inteligencia clara y oportunamente
cultivada, fuerte en el conocimiento de las
leyes militares del país, ha sobresalido co
mo miembro de tribunales y Consejos de
Guerra, ya sea presidiéndolos, ya como
vocal o como defensor o como fiscal. Fre
cuentemente la Excma. Corte Superior de
SR. CORONEL ENRIQUE ALBORNOZ
Justicia le nombró Conjuez para la reso
lución de juicios militares que subieron,
en consulta o apelación, a la Corte Supe
rior Marcial. En la actualidad, sigue sien
do Conjuez militar de la Corte.
Cargos militares desempeñados: Subse
cretario del Ministerio de Guerra y Mari
na (1915); Secretario de la Comandancia
General del Ejército del Norte (1900); Se
cretario de la Comandancia General del
Distrito de Quito (1902); Comandante Mi
litar de la Provincia de León (1913); Jefe
de Estado Mayor de la Zona de Guaya
quil (1914); Jefe de casi todas las Direc
ciones en el Estado Mayor General, y Pri
mer Jefe, en diversos períodos, de ocho
unidades de Ejército.
229
En la vida política y administrativa del
país, su intervención ha sido también no
table. Fue Gobernador titular de varias
provincias de la República, y asistió, como
Diputado por la Provincia de Cañar, al
Congreso de 1921.
Con su hermano Miguel Angel, redactó
en su juventud valientes periódicos polí
ticos, distinguiéndose por la corrección de
la frase y la generosidad de los ideales.
Entre esos periódicos se citan: El Shiry
(1905); La Sanción (1896) y El Rayo X
(1910). Colaboración técnica suya anda
dispersa en la Revista Militar, de Quito;
y sus poesías se han publicado en Altos
Relieves, la magnífica revista de Aurelio
Falconí, que vió la luz pública en Quito
en 1906.
SR. DR. ALFREDO SEVILLA
Jurisconsulto y hombre público. Las gran
des dotes de energía, serenidad de juicio y
firmeza de principios que caracterizan al Sr.
Dr. Sevilla han hecho de él no sólo un
profesional de incuestionable prestigio,
sino también una fuerza efectiva de evo
lución y progreso en la vida provincial.
Desde sus años mozos el Dr. Sevilla ha
sido un liberal de combate, y ha luchado
afanosamente por el predominio y difusión
de sus principios políticos.
Hizo sus estudios de enseñanza secun
daria en el Colegio Nacional «Bolívar» —
del cual es hoy Vicerrector y cursó juris
prudencia en la Universidad Central de
Quito, obteniendo la investidura de doctor
en el año de 1908.
Principia su vida pública en 1906, en
que habiendo tomado parte activa en la
revolución contra el Gobierno del Sr. Gar
cía, desempeña el cargo de Comisario Na
cional de Quito, que enseguida renuncia
por no hallarse de acuerdo con los rum
bos que imprimiera a su política adminis
trativa el Gobierno del General Alfaro.
Hacia 1911, y en plena efervescencia
juvenil, le vemos interviniendo en los
más arduos problemas de política nacional,
en defensa de la candidatura del General
Plaza Gutiérrez, que simbolizaba por aque
230 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
Ha época el ideal democrático de muchos
ecuatorianos.
Posteriormente y en períodos sucesivos
ha ejecido las funciones de Concejero Mu
nicipal, siendo uno de los Presidentes más
jóvenes y laboriosos de la Corporación
edilicia. Su Provincia nativa le ha desig
nado también como su representante en
los Congresos de 1912, 1913 y 1924. Cuan-
SR. DR. ALFREDO SEVILLA
do en virtud de la importancia que los
asuntos de índole judicial habían alcanzado
en la Provincia de Tungurahua se estableció
una Corte Superior en nuestra ciudad, el
Sr. Dr. Sevilla mereció el honor de ser de
signado para primer Presidente de ella.
A raíz de la transformación política del
9 de Julio, que preconizaba la reorganiza
ción política y la depuración administra
tiva del país, fue nombrado el Sr. Dr. Se
villa Gobernador Titular de la Provincia.
Desempeñó este elevado cargo hasta Enero
de 1926.
Actualmente sus actividades se hallan
repartidas entre el ejercicio profesional —
campo en el cual se le mira como uno de
los más altos prestigios del foro ambate-
ño—y las labores docentes. Hoy día re
genta la cátedra de Filosofía en el Colegio
Nacional «Bolívar», que está a su cargo
desdel915,-y es, además, miembro dela
Junta Administrativa del mismo plantel.
SR. DON JOSE ADOLFO VELA
Gran parte de la historia política de
la República del Ecuador, en los últimos
30 años, tiene por testigo, veraz y sereno,
a este distinguido ambateño que ha con
sumido los mejores días de su vida jun
to a los principales escritorios del Estado,
revisando archivos, ordenando documen
tos y viendo desfilar, con sus éxitos o sus
derrotas, a los mejores hombres públicos
por los más altos destinos.
Todos cuantos hemos necesitado datos
de la vida política de los últimos tiem
pos hemos acudido a él. Las mejores
noticias, los documentos y hasta los pe
riódicos que publicó su tío Juan Benigno
Vela, sólo nos fueron proporcionados por
él, en cantidad abrumadora.
Ha sido: Subsecretario de Gobierno,
Subsecretario del Ministerio de Relaciones
Exteriores, Director de Oriente, Ministro
del Tribunal de Cuentas, Interventor de
Sección de la Contraloría General de la
República, pasando antes por jefaturas de
sección ministerial;, oficialías y puestos se
cundarios
En todos se distinguió por su extraor
dinaria laboriosidad e interés. El ordena
miento, clasificación y catalogación de
los documentos del Archivo de la Can
cillería ecuatoriana, los efectuó él, a fuer
za de constancia y fervor todopoderosos,
removiendo montañas de papeles que du
rante lustros iban desapareciendo. Hoy,
los principales documentos se encuentran
perfectamente ordenados y elegantemente
encuadernados, con índices que facilitan
la búsqueda a internacionalistas, periodistas
e historiadores. En esos volúmenes han
¡do a tomar, ya sin dificultades, sus apun
tes los señores Jacinto Jijón y Caamaño,
N. Clemente Ponce, Julio Tobar Donoso,
para sus monografías históricas, de juris
prudencia o de alegatos internacionales.
José Adolfo Vela—como Juan Benigno
 VALORES DE AMBATO CONTEMPORANEO
Vela, su tío, es hijo de sus propios
esfuerzos. Pobrísimo, a la edad de 12
años, se trasladó con sus padres de Am-
bato a Guayaquil. Aquí se inició traba
jando en «El Tiempo; en cuya redacción
se puso en contacto con los más altos
valores políticos que por ahí desfilaban:
José de Lapierre, José María Carbo Agui-
8R. DON JOSE ADOLFO VELA
rre, Miguel Angel Carbo, Aurelio Noboa,
Serafín Wither, etc., etc.
Asistió en Guayaquil a la transforma
ción política del 5 de Junio de 1895.
Para 1896, José Adolfo Vela acompañaba
ya a José de Lapierre en el Ministerio
de lo Interior De aquí data la con
sagración absoluta de Vela a las labores
eii los escritorios del Estado, junto a los
archivos, redactando incansablemente no
tas oficiales y conociendo y apreciando
de cerca los más relevantes valores polí-
cos de la hora.
A raíz de la separación del eminente
escritor don Nicolás Jiménez, fue también
Jefe de Archivo y Director del Boletín del
Ministerio de Relaciones Exteriores.
Actualmente desempeña el cargo de
Interventor de Sección de la Contraloría
General de la República.
231
SR. DN. AUGUSTO ARIAS R.
Aunque nacido en Quito, Arias pertene
ce, por su ascendencia y por amor, a Am-
bato, cuyo elogio hizo con entusiasmos
de hijo propio: de un hijo que tuviera un
corazón magnífico y un alma de artífice
para pulir frases que fuesen poemas.
SR. DON AUGUSTO ARIAS R.
Arias es el poeta romántico más alto de
la adolescencia de hoy: el cauce de sus
sueños y de sus febriles anhelos lo forma
la clásica arcilla española, por la que roda
ron también los mejores raudales espiri
tuales del mundo. No es afrancesado ni
vanguardista: mantiene en alto y con orgu
llo el noble pendón castellano: sueña, du
da o espera y, a la vez, cuida la forma
tradicional, aristocrática y pura, y trabaja
con el fervoroso afán de los predestina
dos para el triunfo.
Su prosa es de las más limpias y armo
niosas de las que se escriben actualmente
en el Ecuador. Su labor de diarista (Arias
es Redactor -Secretario de la Dirección de
El Comercio, decano de la prensa de Qui
to), no ha agotado ni agotará nunca su
maravillosa espontaneidad para la perfec
ción. Y al mismo tiempo que escribe no
232 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

tas periodísticas, musicaliza sus versos o li Desde la Dirección de la Biblioteca de

ma la prosa de sus libros, con una labo Autores Nacionales, ha inaugurado la edi
riosidad apasionante. ción de obras que se refieren a Ambato y
No tiene muchos años; sin embargo he sus glorias. Algunas de esas obras le co
aquí la lista de sus libros, todos en circula rresponden a él mismo, como las Páginas
ción, y reproducidos a fragmentos por pe de la prensa, que es inapreciable contribu
riódicos y revistas de América: Del Sentir ción a la historia del periodismo nacional
(poesías); Poemas Intimos; El Corazón de del Ecuador.
Eva; (libro laureado con la estrella «Isidro En el año en que se publica este libro,
Ayora» en el Concurso de literatura pro
movido por la Revista «América»); El Sa
yal de los poetas (drama lírico); y, En elo
gio de Ambato, libro de prosas. En pren
sa tiene las siguientes obras: Santa Tere
sa de Jesús; un estudio sobre Eugenio de
Santa Cruz y Espejo; Cuentos propios y
dos volúmenes de crónicas. Con Guillermo
Bustamante, Alfredo Martínez y el novelis
ta Fernando Chávez, dirige también la Re
vista literaria América.
Augusto Arias es hijo de Sergio Arias
Moscoso—otro literato ambateño de talen
to, tempranamente fallecido y autor tam
bién de bellas poesías y de un libro de
consulta para funcionarios del Poder Ju
dicial—El Anotador de Hipotecas.

SR. DON JULIO P. MERA

Actual Director de la Biblioteca de Au

tores Nacionales en la Casa de Montalvo.
Hizo sus primeras armas en el periodis
mo nacional fundando semanarios de vi
ril aliento político, y cuando todavía no
llegaba a la adolescencia. En la reseña his
tórica del periodismo provincial, que se
publica en este mismo libro, ha elimina
do su nombre: sin embargo, muchos de
aquellos periódicos que se han publicado
en Ambato durante los últimos 20 años le
contaron en sus filas o le debieron la vi
da. Fue fundador de El Azote, Flora
ción, El Carácter y El Cóndor, al lado de
elementos de prestigio. Floración recibió
los elogios de Manuel J. Calle.
Ultimamente, en América de Quito y
Cultura de Ambato, inició la publicación
de una serie de cuentos regionales, en que
toman relieves pintorescos el espíritu y las
costumbres de casi toda la serranía ecua
toriana.
SR. DON JULIO P. MERA
le encontramos en la Vicepresidencia del
M. I. Concejo Cantonal de Ambato, sien
do en él, factor importantísimo para la
expansión de la cultura.
DOS DIARISTAS AMBATEÑOS
Dos ambateños—que han sido modelos
de laboriosidad, constancia y rara energía,
—han dado, por primera vez, estabilidad
y fuerza al diarismo en la Sierra ecuato
riana: Dn. Carlos y Dn. César Mantilla.
Antes de ellos, hubo, sí, el diario pul
cramente escrito y de valientes arrestos:
hubo, ante todo, el diario político o el
diario combativo (y, por lo mismo, desti
nado a vivir muy poco); pero no el diario
de tipo moderno, destinado a toda clase
 VALORES DE AMBATO CONTEMPORANEO 233

de lectores, sin discusiones religiosas y pre fue prestante: Celiano Monge, Manuel
consonante con el medio; ampliamente in María Sánchez, Julio E. Moreno, Nicolás
formativo, equilibrado y sereno, aún en Jiménez, los doctores Rafael yCornelio Ar
los momentos en que las violencias de cos y don Leopoldo Rivas B. Entre sus
nuestra vida democrática obligan al apa colaboradores ha contado a don Antonio
sionamiento o al ímpetu belicoso Borrero, ex— Presidente de la República,
a Remigio Crespo Toral, a Honorato Vás-
El Io de Enero de 1906 apareció El Co quez, a Luis Felipe Borja, y a todo lo flo
mercio en la Capital de la República. Sus rido y más valioso de la intelectualidad
fundadores fueron: Celiano Monge y Cé nacional.
sar y Carlos Mantilla. La situación polí
tica de Monge, en aquella época, se inter
puso en sus labores de diarista, pocos días
después; y, entonces, al frente de El Co
mercio quedaron solamente sus dos pai
sanos.
Con una visión penetrante y justa del
medio ambiente en que tantos otros habían
fracasado en el empeño de estabilizar y
dar firmeza a la publicación periodística,
los dos Hermanos Mantilla supieron, desde
el comienzo, imprimir al diario el carácter
oportuno para el momento histórico. Más
tarde fueron desenvolviendo sus labores
con criterio siempre proporcionado y con
gruente. El Comercio triunfó.
Hasta hoy cuenta este diario -decano
del periodismo de toda la Sierra,—con más
de 22 años de existencia. En momentos
decisivos de la vida nacional, no se sustra
jo por cierto, a la actitud cívica viril y enér
gica. EDIFICIO DE «EL COMERCIO» DE QUITO
Hacia 1907 fue clausurado; sus directo
res, presos y los redactores principales, Actualmente, laboran con los señores
confinados por el Gobierno dictatorial de Mantilla prestigiosos elementos del perio
entonces. La clausura duró 15 días. Al dismo ecuatoriano: Nicolás Jiménez—de
cabo de estos volvió El Comercio más fuer cano de los redactores del diario y uno de
te que nunca. los más eminentes críticos literarios de
América, Augusto Arias, Alejandro An-
No ha pasado por ninguna otra peripe drade Coello y Alberto Muñoz Borrero.
cia. Hasta que hoy es el diario más fuerte
—moral y económicamente—de Quito.
Posee un soberbio edificio. Sus maqui Muchos otros ambateños notables pu
narias de imprimir y sus instalaciones lino dieran figurar dignamente en estas páginas
típicas son modernísimas. Mantiene tam dedicadas a los mejores hijos de Tungu-
bién un redactor corresponsal permanente rahua; mas como sus energías o talentos
en Ambato. se han ejercitado en otras actividades que
las de orden literario o político, a que
Por sus salas de redacción han pasado hemos dado preferencia aquí, el lector en
los más eminentes escritores que han vivi contrará amplías anotaciones sobre ellos en
do en Quito, y cuya situación política siem las restantes secciones de este libro.
 LA MUJER AMBATEÑA

Sonoras: 1 Ernestina Fernández do Hurtado; 2 Marieta de Baror.a; 3 Julia Herminia

di' Fernández; 4 Blanca Mora iío Hidalgo; 5 Aun do Cliiriboga; (¡ Laura do Cobo;
7 Isabel do Cobo; s Enmenia do Carrillo; 9 Carlina do Sevilla; 10 Ksthor do Martínez;
11 Blanca Herminia de Vela; 12 Celia Elena de Sevilla; 13 María Luisa do Paredes
Borja; 14 María Elena de Yiteri.
 CAPITULO XIV

EL PERIODISMO EN LA CUNA DE LA IMPRENTA

ECUATORIANA *

INTRODUCCION DE LA PRIMERA IMPRENTA.— IMPRENTAS POSTERIORMENTE ESTA

BLECIDAS EN AMBATO —LOS PRIMEROS PERIODICOS.— EL PERIODISMO EN LA PRO
VINCIA DESDE 1880.— MOVIMIENTO Y VALORES PERIODISTICOS DESDE 1900 HASTA
NUESTROS DIAS

En las postrimerias del siglo XVIII la imprenta no sirvió en la Presidencia sino

(año de 1750, según los cómputos más
unánimes), los Padres Jesuítas Tomás Nie
to Polo del Aguila y José María Maguen
introdujeron la primera imprenta en el te
rritorio de la Real Audiencia de Quito, y
la establecieron en la Residencia de los
Jesuítas, en Ambato.
No obstante la facultad de establecerla
con el carácter de pública, la Imprenta de
la Compañía de Jesús no fue sino para
uso exclusivo de los miembros de ese
instituto, quienes para asegurar su pose
sión ante el Consejo de Indias hacían apa
recer a Angela Coronado -madre de su
empleado favorito, Alejandro Chaves Co
ronado—como única y legítima propietaria
de ella. Aun más, a nombre de Chaves
Coronado habían elevado la solicitud res
pectiva, sobre la cual informó favorable
mente D. Dionisio de Alsedo, antiguo Pre
sidente de Quito, que a la sazón se ha
llaba en Madrid.
Sabido es que hasta la aparición de las
Primicias de la Cultura de Quito (1792),
para imprimir las bulas de los papas y las
cartas de pago. Todavía podemos hacer
la concesión de los pocos opúsculos men
cionados por D. Pablo Herrera, amén de
novenas, catecismos y oraciones, y de los
Catálogos latinos referentes al estado de
la Provincia Quítense de la Compañía de
Jesús, destinados a circular exclusivamente
en sus colegios.
La impresión más antigua que ha llega
do hasta nosotros es la de un opúsculo
intitulado Piísima erga Dei Genitricen de-
votio. - Hambati. - Typis Socktatis Jesu. -
7755, en 8°,—92 páginas, impresión co
rrecta.
Por el año de 1760 parece que fue tras
ladada la imprenta al Colegio Seminario
de San Luis de Quito; yendo después a
* Este capítulo es un extracto del impor
tantísimo estudio que con el título de « Pá
ginas de la Prensa- publicará en breve el
notable literato y periodista ambateño Dn
Julio P. Mera.— E. R. L.
236 LA PROVINCIA DE TONGURAHUA EN 1928

integrar la que había introducido allá el
primer tipógrafo nacional, D.Raimundo de
Salazar y Ramos. El primero en Ambato,
y quien enseñó su arte a aquel, lo fue el
jesuíta Juan Adán Shwarz, oriundo de
Hamburgo (Alemania).
que como todos los de estos pequeños
grandes periódicos iban a clavarse como
dardos envenenados en el corazón de los
presidentes atrabiliarios, de los convencio
nales abyectos y de los ministros corrom
pidos o venales.

LOS PRIMEROS PERIODICOS EL PERIODISMO EN LA PROVINCIA

DESDE 1880
De ninguna otra imprenta tenemos no
ticias que dispusiera Ambato hasta des El Tungurahua, portavoz de una socie
pués de 75 años, en que, para la edición dad literaria de jóvenes ambateños, apa
de su primer periódico, hubo de traer el reció en Abril de 1880. El mismo año
Gobierno la de la Universidad. nació El Gamín, impreso en Riobamba:
Con la Convención Nacional de 1835
nace, pues, el periodismo en la cuna de
la primera imprenta ecuatoriana. Duran
te los meses de funcionamiento de la
Convención, el Gobierno editó en nues
tra ciudad El Convencional del Ecuador,
semanario netamente oficial, que aparecía
los jueves con el extracto de las actas de
la Asamblea.
Posteriormente D. |uan Pablo Sánz—
cuyo nombre aparece a menudo al pie de
las obras tipográficas de la época—intro
dujo en Ambato parte de una imprenta
antigua y la confió a la administrción de
su hijo Juan. Habiéndosela comprado lue
go un hermano del Canónigo Dr. Arsenio
Suárez, la abrió al público en casa de su
padre D. Modesto.
De poder del Sr. Julio Suárez pasó to
davía la imprenta al del Sr. Salvador R.
Porras, quien la mejoró notablemente en
compañía de D. José Rumazo, sobrino del
amigo dilecto de Montalvo, que llevaba MONUMENTO DE LA PRIMERA IMPRENTA
su mismo nombre.
Erigido en 1922, por iniciativa del Sr. Dn.
De esta imprenta salieron La Pulga (1874) Celiano Monge
y El Espectador (1878). De suerte que con
la segunda Convención de Ambato surgía y en el de 1881 circuló El Alomo, del
propiamente nuestro periodismo autóctono, amable maestro y erudito escritor D. Ce
al par que el primero entre sus más no liano Monge.
tables órganos de la lucha liberal. El alma A continuación viene La Crónica (Ma
de El Espectador fue el Dr. Juan Benigno yo de 1883), valiente periódico de oposi
Vela, y uno de sus principales colabora ción al Gobierno provisorio de entonces,
dores el austero hombre público Dr. y en cuyas columnas descollaba la cola
Adriano Montalvo. Don Juan brindó tam boración de los doctores Francisco Javier
bién a El Espectador lo mismo que a La Montalvo y Ricardo Flores Montalvo.
Candela— desus apasionados admiradores El reconocido espíritu de protección a
Manuel Semblantes y Aparicio Ortega— las letras que magnificó mucho de los
con algunos rasgos geniales de su pluma, esfuerzos libertarios del General Alfaro
 EL PERIODISMO EN LA CUNA DE LA IMPRENTA ECUATORIANA
así como los buenos oficios del juriscon
sulto y militar ambateño Dr. Angel Mo
desto Borja, concurrieron para que el Dr.
Vela se procurase una pequeña imprenta
destinada a la publicación de El Com
bate. Esta imprenta pasó a poder de D.
DR. RICARDO FLORES M.
Celiano Monge, quien a su vez la enaje
nó más tarde al Sr. D. Teodomiro Meri
no, que la conservó cosa de 10 años, tras
pasándola por último al Sr. Salvador Po
rras. En la Imprenta del Tungurahua se
editaron obras de tanto aliento como el
Tratado de Agricultura Ecuatoriana, de
D. Luis A. Martínez.
A raíz de la Restauración (1883), El
Combate inició bravamente una vigorosa
campaña contra la dominación conserva
dora, sosteniéndose en su puesto hasta
1887. Ambato, entonces más que nunca,
hablando por boca de su inspirado ciego,
fue la fecundadora de una prensa «local»
o «provinciana» que consultada por la opi
nión constituyóse en guía y consejera de
los pueblos, dando del nuestro la impre
sión de una fuerza efectiva de la República,
por la concentración de sus actividades y
su influjo o poderío sobre la vida na
cional.
A El Combate sucedió La Idea (1883)
otro periódico del ilustre ciego, que ape
nas alcanzó un año de existencia: fue reem
plazado por El Argos (1800), periódico co
mo suyo, francamente definido, pero
que tampoco tuvo vida más larga.
237
La Avispa (1886) fue un semanario bur
lesco de filiación liberal en que reveló las
excelencias de su intelecto el Sr. D. Ana-
carsis Martínez.
La Alborada (1888)—otro de los perió
dicos de D. Celiano Monge—recogió las
primicias literarias de los estudiantes del
Colegio «Bolívar» y del Liceo «Cevallos».
En ella iniciaron sus labores Víctor Ma
nuel Garcés, Juan Antonio López y Sole
dad Valencia. El mismo polígrafo consa
gró después La Pluma (1890) a laborar
en pro de la instrucción pública, el fomen
to de las bibliotecas y el estímulo debido
al profesorado.
En 1893 vió la luz el Boletín de la Junta
Patriótica de Tungurahua que circuló hasta
el 94, año en que el Dr. D. Telmo R. Vi-
teri montó la guardia del honor nacional
con El Centinela, semanario esencial y
eminentemente patriótico, ajeno a la defen
sa de ningún partido político. Colabora
ron asiduamente en esta publicación los
doctores Adriano Montalvo y Manuel del
Carmen Pachano.
A 1895 corresponde el Boletín del Cír
culo Católico de Obreros, y a 1898, La Cruz,
SR. DON (ÍARBIEL GARCES
del ¡lustrado clérigo y fogoso orador Se
gundo Alvarez Arteta.
Tras un lustro, el Dr. Juan Benigno Ve
la torna al estadio de la prensa con El
Pelayo (1896), último de sus periódicos y
el que acabaría de caracterizarle y de de
linear su prócera silueta.
238 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
Cerramos el siglo con las tres únicas
revistas que se registran en él: El Oasis,
la Escuela Literaria de Tunguraliua y El
Mes de María. Organos, las dos prime
ras, de juveniles agrupaciones de amigos
de las letras, muestran el afán que por su
Ú.
DR. AURELIO SOTO V.
cultivo sentían nuestros conterráneos. En
ellas asoman por primera vez los nom
bres de Cristóbal Vela O., Miguel Angel
Albornoz, Víctor M. y Gabriel Garcés,
Sergio y Eduardo Arias, Carlos B. Sevilla,
Temístocles Terán, Numa Pompilio La-
fronte, etc., algunos de los cuales han
conquistado lugar prominente en las letras
nacionales.
EL MOVIMIENTO PERIODÍSTICO HESDE
1900 HASTA NUESTROS DÍAS
Con los albores del nuevo siglo aparece
El Tunguraliua, semanario de índole po
lítica; y muy poco tiempo después, uno de
de sus más fogosos redactores, D. Carlos
B. Sevilla, funda El Progreso (1906), pe
riódico independiente, comprensivo y am
plio, en el cual colaboró el atildado cro
nista D. Alejandro Montes de Oca.
Por Agosto de 1908, D. Miguel Angel
Albornoz inició la publición de El Cos
mos; mas como seguidamente la imprenta
en que se editaba este periódico vino a
llamarse de El Rayo X, el Sr. Albornoz
separóse de la Redacción de El Cosmos
con el que continuó solo el Dr. D. Alon
so Colina, estimulado por la magnífica
acogida que el público había dispensado
al semanario.
Ante el inminente peligro de guerra in
ternacional, el propio Sr. Albornoz y un
escogido grupo de liberales tungurahuen-
ses, ocuparon sus puestos de vanguardia
exaltando a las masas con las cálidas vo
ces alentadoras de El Marañón (1910). A
los mismos estímulos correspondió La
Guerra, semanario del conocido periodista
D. Carlos B. Sevilla.
Siguiendo el orden cronológico adopta
do para esta sucinta reseña, debemos men
cionar, además, La Luz del Pueblo (1910);
El Granuja y El Pájaro (1911); El Cura-
ray y El Trabajo (1913). Fue este último
un semanario de literatura y de reforma
social; síntesis de honrada simpatía por el
pueblo que siempre ha tenido en el Dr.
Aurelio Soto V. a uno de sus mejores
propagandistas y de amor a la patria y
al arte, que le han contado también entre
sus adoradores más sinceros.
La sociedad Juan Montalvo consti
tuida por entusiastas e inteligentísimos
muchachos— lanzóse a la palestra perio-
SR. DON CESAR SILVA
dística con El Ensayo (1913), quincenario
de literatura cuyos directores sucesivos fue
ron Armando Cobo Suárez, Julio P. Mera
y César Silva. Como una eclosión de esa
planta juvenil nació Floración (1914) en
que colaboraron las mejores plumas am-
bateños de la época y que alcanzó el mayor
 EL PERIODISMO EN LA CUNA DE LA IMPRENTA ECUATORIANA
formato y circulación a que han llegado
los periódicos ambateños.
Estrenó este periódico, en trabajos de la
índole, la imprenta del Instituto «Luis A.
Martínez , establecida en 1914 merced a
la acción de los Sres. Miguel Angel Albor-
SR. DON ANGEL M. GARCES
noz y Víctor Oviedo V., entonces dirigen
tes de la Instrucción Primaria de la Pro
vincia, y quienes hasta ese supremo factorqui-
sieron asegurar para consolidar la reforma
educacional que comenzaba a alborear en
su horizonte. Eje principal de esta im
prenta, que desde 1926 se halla bajo la
dependencia del Colegio Nacional «Bolí
var», ha sido desde su formación, el Sr.
D. Angel M. Garcés, hábil y laborioso pro
fesional, cumplido caballero, y leal deposi
tario y confidente de muchas andanzas
editoriales y periodísticas.
En posesión de una buena instalación
tipográfica, la señora Rosa Coloma de Cos
tales quiso hacerla servir como medio de
propaganda de su establecimiento de Li
brería y Papelería, y presentó el Boletín
Escolar, en Mayo de 1916.
Coincidiendo con este bosquejo de pu
blicaciones periódicas restringidas al ser
vicio exclusivo de determinada actividad,
aspiración o propósito, nacían también otras
sin precedentes en nuestro periodismo:
el periódico oficial de la entidad edilicia y
el periódico obrero. Por esa misma fe
cha, el I. Concejo Cantonal de Ambato
inició la publicación de El Municipio, que
239
ya quincenal ya mensualmente, ha venido
publicándose hasta hoy, en que le vemos
convertido en una revista ilustrada de no
table amplitud y variedad, como que está
consagrada también a la propaganda y fi
nes culturales de la Biblioteca de Autores
Nacionales. Con algunos meses menos
(Agosto de 1916) * fue El Obrero órgano
reivindicatorío y franco de la Sociedad
«Unión y Progreso deTungurahua». Tur
náronse en la Dirección de este periódico
el estudioso profesor de Instrucción Pri
maria Sr. Rafael Gómez V. y el obrero
Sr. Pedro J. Sánchez.
Anuncios Mercantiles (1917) se llamó otra
hojita periodística, órgano de la Oficina Co.
mercial del Sr. Alberto Troya. Lá redactó
el Prof. Normalista Sr. Seeundino Egües,
y fue, en su especie, una interesante y útil
publicación.
Por Agosto de 1918 apareció El Eco de
Ambato, bisemanario fundado por D. Ni
colás G. Martínez, desenfadado periodista
y notable hombre de ciencia. Redactá
balo el pedagogo colombiano D. Manuel
de Jesús Andrade, escritor erudito y la
borioso.
SR. DON MODESTO OVIEDO V.
Con la postulación del Dr. José Luis
Tamayo para la Presidencia de la Repú-
• En Agosto de 1916 también D. Julio P.
Mera fundó el caracter, semanario de
factura moderna en que el culto periodista
ambateño proseguía la brillante labor ini
ciada en floracion.-E. K. L.
240 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
blica, nació El Fénix (1918) redactado por
el antiguo combatiente de El Cosmos. Dr-
Alonso Colina; y no precisamente a luchar
por la candidatura opuesta, como se diera
en decir, antes bien por algo más general
y elevado, más esencial y permanente:
1 periódico en manos de su Director, Nico
SR. DON LUIS A. ARMENDAIUS
nuestros más urgentes problemas de cultu
ra, surgió El Cóndor, dirigido por Víctor
Oviedo y redactado por Julio P. Mera,
J. F. Montalvo y Modesto Oviedo. El Cón
dor fue el primer periódico am baten o que
exhibiera ese complemento imprescindible
del periodismo moderno: la ilustración y
la caricatura. El exquisito poeta Augusto
Arias R. prestóle su prestigiosa firma lite
raria, y quiso también estimularle no esca
timándole la suya, desde Quito, Homero
Viterí Lafronte, uno de los más altos va
lores intelectuales de la generación actual
del Ecuador.
Concreción de audacias iniciales y cáli
dos entusiasmos de un espíritu que ya ha
bía espigado ventajosamente en el campo
de las letras fue Evolución (1919), quince
nario de literatura y variedades fundado
y dirigido por Luis A. Armendaris, con
quien compartía las fatigas editoriales el
señor Manuel Chico. A este periódico
sucedió El Criterio (1920), dirigido por el
atildado literato Dr. Rafael A. Salvador, y
en cuyo cuerpo de redacción figuraba tam
bién el poeta Armendaris. Reforzaba la
vanguardia de esta publicación la pluma
diestra y combativa del escritor boliviano
D. Luis S. Bejarano, huésped distinguido,
durante algunos años, de nuestra ciudad.
Desde su llegada a Ambato donde ejer
ciera el cargo de Ministro de la Corte Su
perior, el viejo periodista Dr. Angel Poli-
bio Chávez asocióse también a nuestra
prensa con el semanario Labor (1923).
Aunque dispuesta sobre todo a la propa
ganda y defensa de los principios conser
vadores, no descuidó Labor el servicio de
los intereses públicos, y en este último aspec
to su actitud fue enérgica, altruista e inde
pendiente.
A continuación, tres muchachos talento
sos y audaces hicieron de El Cosmopolita
(1924) el pebetero lírico de las más fres
cas y recónditas exhalaciones de sus aluci
nadas almas de quince años. El avance
ulterior bifurcó sus caminos: Alfredo Mar
tínez y Antonio Montalvo V. dejaron el
lás Rubio Vásquez, quien supo imprimirle
un carácter más amplio y definido, y, per
fectamente informado de las corrientes del
periodismo moderno, luchó como bueno,
sirvió a la patria chica pulcra y afanosa
mente y rindió a las letras fervoroso culto.
DR. RAFAEL A. SALVADOR
Rubio Vásquez suspendió la publicación
de El Cosmopolita para formar parte de la
redacción de La Provincia (1927), bise-
manario fundado por los directores de la
presente publicación.
Retrocediendo a 1925 debemos mencio
nar la formación del Centro Estudiantil
 EL PERIODISMO EN LA CUNA DE LA IMPRENTA ECUATORIANA
'Joaquín Lalama», constituido por un gru
po de alumnos sobresalientes del Colegio
-Bolívar». Organo de esta sociedad fue
La Espiga que, dirigida porTelmo N. Vaca,
despertó el entusiasmo por las letras en
muchachos como Carlos Toro Navas,
SR. DON NICOLAS RUBIO V.
Alejandro López S., Rodrigo Pachano
y la misteriosa Madreselva, asidua y sensi
tiva colaboradora de casi todas las publi
caciones ambateñas.
En el año 1928 la prensa ambateña ha
-estado representada por los semanarios El
Heraldo, continuación o ampliación de La
Provincia; Clarinada (literatura y varieda
des), de Nicolás Rubio Vásquez; La Pro
vincia, redactada por un puñado de inte
ligentes alumnos del Bolívar», en sus
comienzos, y hoy a cargo exclusivo de
Carlos Luna y Celio Fabara; y, nuevamen
te, El Cosmopolita, que ha reemplazado a
Clarinada.
PRINCIPALES REVISTAS AMBATEÑAS
Tócanos mencionar ahora las diversas
Revistas literarias que en esta época han
brotado', como un florecimiento intelectual,
en los risueños cármenes de nuestra Ar
cadia.
La Revista Infantil (1907, mensual) fue
como un rayo de la primera aurora que
rompió en la luz intensa y abuntante que
había de indicar en Tungurahua el derro
tero de los maestros de la infancia. Un
241
esfuerzo algo más sostenido y eficiente re
presentó Primicias Pedagógicas (1912,
mensual), cuyo mérito corresponde princi
palmente a los Profesores D. Tomás A.
Manzano, D. Pedro Pablo Balarezo y D.
Angel R. Arias, cuyas incursiones por los
campos de la Pedagogía, valorizadas con
la información oficial del Ramo, ampliaron
los horizontes del magisterio provincial.
Fomentaron esta nueva cruzada por la
educación popular algunos de sus más entu
siastas propagandistas -Miguel Angel Al
bornoz, César Silva, Julio P. Mera, etc.—fun
dando Miscelánea Intelectual exponente ya
más digno de la noble causa que defendía.
(1914, mensual).
Al propio tiempo, hallándose al frente de
la Secretaría de la Dirección de Estudios D.
Julio P. Mera, comenzó la publicación de
la Gaceta de la Cooperativa de Institutores
de Tungurahua (1914: 34 pág.) órgano ofi
cial e informativo de la marcha administra
tiva de la Corporación docente.
Cabe citar aquí las importantes Circula
res que sobre Química Agrícola, Agrono
mía, enfermedades de las plantas, etc. diri-
SK. DON ANTONIO MONTALVO V.
gió al público la Estación Experimental de
la Quinta Normal de Agricultura en 1916-
1918. Esta labor inicial y plausible del
principal instituto agronómico ecuatoriano
desarrollóse magníficamente en el Boletín
de Agricultura (1920: mensual, ilustrado),
donde se recogieron las observaciones ve
242 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
rificadas en los diversos departamentos de
la Quinta, los datos sobre las enfermeda
des de las plantas que se cultivan en nues
tro suelo, y otros interesantes asuntos téc
nicos y de economía rural, que pusieron
de manifiesto la trascendental importancia de
SR. DON CARLOS B. SEVILLA
esta granja docente y la competencia espe
cializada de quienes venían disponiéndola
para su obra de renovación.
Cuanto a las revistas meramente litera
rias, cronológicamente citaremos a El Ideal
(1917: quincenal), y La Esperanza (1920:
ocasional) en que concentraron sus fuerzas
algunos adolescentes presididos por Ma
nuel Isaías Sánchez y Alfredo Martínez.
En Alba Azul (1921: mensual) se crista
lizaron los primeros anhelos artísticos de
Pablo Balarezo Moncayo, a cuyo lado es
taban el poeta Telmo N. Vaca y José Ma
ría Lalama.
Al espíritu eminentemente emprendedor
y progresista del distinguido industrial Dn.
Leonidas H. Viteri debióse la iniciativa y
sostenimiento de Vida Social, (1921: bise
manal), revista nueva en su género que
dirigió Julio P. Mera y en que colabora
ron asiduamente Augusto Arias, Ricardo
Alvarez y Raúl Andrade Moscoso, desde
Quito.
En Los Centauros (1922: mensual, y lue
go quincenal) hicieron sus primeras armas
en el palenque literario Nicolás Rubio Vás-
quez, Antonio Montalvo V. y Alfredo Mar
tínez. Rubio Vásquez continúa en Amba-
to entregado a las faenas periodísticas.
Es un escritor de porvenir. Actualmente
es redactor corresponsal en esta ciudad de
El Universo, importante diario guayaqui-
leño. Antonio Montalvo es un poeta inge
nuo y armonioso; y Alfredo Martínez, fun
dador y director de la revista América, de
Quito, realiza actualmente una intensa pro
paganda literaria de su país. Poeta y hom
bre de acción, los más grandes homena
jes que con motivo del 95 aniversario de
Montalvo se llevaron a efecto en la Capital
se debieron a sus entusiasmos y activida
des.
Antheo, (1923: mensual, ilustrada) valo
rizó su faena con la cooperación de los
poetas Angel Polibio Chávez y Eumelia
Andrade, como Guante Blanco (1923: quin
cenal, ilustrada) con la de Djenana y Luis
S. Bejarano.
Ecuatorial (1923: mensual, ilustrada) re
presentó, según dictamen unánime de la
prensa, el esfuerzo editorial más intenso
y concienzudo de la época. Sus directo
res literarios fueron César E. Arroyo y
Homero Viteri Lafronte, figuras descollan
tes, ambas, de la intelectualidad ecuatoria-
SR. DON PABLO BALAREZO M.
na. Augusto Arias R. formaba también
entre sus redactores de primera línea.
Su material literario, de los más altos
valores nacionales, desde Gonzalo Zal-
dumbide y cuantos llevan el cetro en el
movimiento cultural capitalino hasta los
 EL PERIODISMO EN LA CUNA DE LA IMPRENTA ECUATORIANA 243

que descuellan en provincias cual cumbres
solitarias; los aspectos de arte con que con
tribuyeron Pedro León, Nicolás Delgado,
Efraín Diez, Guillermo Latorre, Carlos An-
drade Moscoso, Guillermo King y el ge
nial artista catalán Roura Oxandaberro, hi
cieron de esta publicación el exponente
más alto en su género de la cultura del
país.
La actualidad está brillantemente repre
sentada, en esta faz de nuestra revisión
histórica, con Cultura, (1926: mensual, ilus
trada), órgano del Colegio « Bolívar». Fun
dada y editada como Ecuatorial con mi
ras netamente culturales, ha conseguido
un amplio prestigio en todo el país. Sus
directores literarios han sido el Dr. Ga
briel Román G., y por corto tiempo, Os
car Efrén Reyes.
Cuanto a los otros cantones de la Pro
vincia, Pelileo ha dado grandes pasos por

PERIODISTAS DE «EL COMERCIO' Y DE «LA PRENSA» AGASAJADOS EN 1911 POR

ELEMENTOS REPRESENTATIVOS DE LA INTELECTUALIDAD AMRATEÑA
Figuran en este grupo los Dres. Juan Benigno Vela y Telmo R. Viteri, y los Sres.
César E. Arroyo, Carlos y César Mantilla, Modesto F. Chacón, Miguel Angel Albor
noz, Jorge Montero Vela y Nicolás G. Martínez.

la senda periodística, mientras Píllaro só ponderancia de este Cantón sobre muchos

lo tiene acceso en esta reseña merced a
los esfuerzos del escritor Sr. Demetrio Ló
pez R. quien fundó La Luz (1920), desti
nándole a la propaganda seccional, y ha
tenido intensa participación en la vida pe
riodística del litoral.
Al señor Alfredo Cisneros Urquiza le
cabe la distinción de ser el fundador del
periodismo en Pelileo y el introductor
de su primera imprenta. Iniciación (1922:
semanario) ha laborado incesantemente por
los intereses de Pelileo, revelando la pre
otros del país y su magnífico porvenir.
El Espectador (1923) no fue en verdad
un producto del medio; antes bien por el
esmero del estilo y su contenido ideológi
co, fuerza era que ocupara, como en efec
to lo hizo, un sitial preeminente en toda
la prensa ecuatoriana. Dirigiólo en su pos
trera época el poeta y periodista D. Heri-
berto Alvarez, dueño de una apreciable
cultura literaria, enriquecida en la magní
fica escuela de los viajes.
Además de los enumerados en las ante
244 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
riores páginas, el periodismo contempo
ráneo del Ecuador cuenta en Ambato con
el aporte de algunos otros valiosos elemen
tos. De los muy jóvenes no se cristaliza
SI!. DON ALFREDO MARTINEZ
todavía ninguna obra definitiva; pero su
prestigio va surgiendo parejamente a sus
producciones, que se expanden por dia
rios y revistas en nutrida colaboración.
A una generación magnífica que se ini
ció hacia 1892 pertenece Carlos B. Sevilla,
periodista y delicioso cuentista. A excep-
A por tierras de Europa; Pablo Enrique y Al
SR. DON VICTOR HUGO LAIRONT3
ción de las páginas fantásticas de Don
Quijote en la Gloria, sus producciones no
se han recogido hasta hoy; pero ellas han
llenado, durante muchos años, los perió-
dicos y revistas de la localidad, con la sal
de su ingenio de buena ley y sus comen
tarios de actualidad nacional y extranjera.
Rafael A. Salvador, periodista y sociólogo,
fundador de El Criterio, uno de los mejo
res periódicos de ideas que han visto la luz
pública en Ambato, sigue produciendo mu
chas páginas de prosa pulcra y enjundiosa.
Víctor Hugo Lafronte, que acaba de mo
rir en Panamá en plena juventud, escribió
bellos cuentos y laboró intensamente en el
diarismo guayaquileño. Sergio Núñez re
presenta el valor literario exclusivamente,
sin entronques políticos ni doctrinarios de
ninguna especie. Ha vivido y actuado den.
tro de una fiera independencia, fundando
SR. DON SERGIO NCNEZ
diarios y publicando sus propios libros—
que, en prosa o verso, mantienen siem
pre un característico sello de absoluta per
sonalidad.
La juventud ambateña cultivadora de las
letras forma hoy falange numerosa, y al
primer acicate, su obra tomará relieves de
finitivos: Jorge Humberto Egües, errante
fredo Albornoz que ha dado muestras de su
consagración a los estudios serios, distin
guiéndose brillantemente en las lides de la
vida universitaria; Armando Cobo Suárez,
Pedro Pablo Balarezo Moncayo, triunfador
en un reciente concurso literario y Augusto
N. Sevilla son también apreciables valores
literarios de la juventud contemporánea.
 C APITÜLO
K \. A RT E Y LOS
LA PINTURA.- LA CARICATURA—LA MUSICA Y SUS CULTIVADORES
Ambato misma es multicolor paleta. To
dos los matices, como ordenados por dies
tra pródiga se encuentran en su Liria, en
sus Ficoas, en sus Miraflores. La floreci-
11a del durazno, nota rosada; nivea la del
azahar; rojo obscuro el racimo del capulí;
azul la enredadera; verde el peral; de cro
mo la manzana; negra o dorada la uva;
ocre el eucalipto; el río, espuma diaman
tina; sepia el Tungurahua y el iris tibio,
gama siempre renovada.
Impresionaríanse, pues, de prontas imá
genes los pintores del Tungurahua. El
pincel, mojado en oros tan cordiales, vol
vería de inolvidable luz el ocaso ambateño.
Pero no es larga la lista de nuestros ar
tistas. Acaso la presencia de un cuadro tan
vivo aminoró en ellos el deseo de fijar en
el lienzo, con mayor frecuencia, la vida del
paisaje. Pudor de contemplativo que no
reclama para su mínimo óleo las luces
que rebrillan en la fiesta natural de los co
lores.
Pero si de su elogiado paisaje pudieron
lograrse hermosos cuadros que serían lujo
.del museo solariego, Ambato no encontró
todavía al sonriente pintor de su folk-lore,
de sus rincones singulares, de sus patios
recalentados por el sol y llenos de la amis
X V
ARTIS T A S
tad de los árboles. No se conserva, tai-
vez, ningún lienzo que recuerde algo de
su feria excepcional. La plaza del lunes,
encendida de policromía, abigarrada y mó
vil, hubiera prestado el más original de
los motivos para una pintura casi goyesca.
JUAN LEON MERA
D. Juan León Mera apuntó en la deli
cada acuarela, frescas impresiones de la
naturaleza. Le sedujo la selva oriental, y
como en el teatro de su «Cumandá» o en
las escenas de «La Virgen del Sol», des
cribió, en evocativas pinceladas, el exú
bero campo, de floración desigual, con
tonos alternos, de gracia diseminada. La
visión de Atocha se reprodujo alguna vez
en el tranquilo espejo de uno de sus pai
sajes: cuidadosa ejecución, poética mancha,
elementos de realidad que no se eluden
del soñador esfumino.
Parece que asistió a las clases de Anto
nio Salas, pero como insinúa José Gabriel
Navarro, no se ha impreso ninguna de las
cualidades de este artista quiteño en la téc
nica de Mera. Su fantasía se libertó, en
cierto modo, de todos los cánones, y obe
diente a la orden de su genio observador,
fue de la acuarela nimia, alegrada con los
246 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

recuerdos de su Atocha— frutas de provo es su cuadro « Muertos y heridos ». En un

cativa perfección y aves que tuvieran de trozo de campo, un tanto yermo, devas
artificioso sólo la ausencia del trino—a los tado por la reciente sequía, se levantan seis
cuadros de composición como aquel que árboles desnudos, más altos a la visión in
nos evoca uno de los cantos de su leyenda mediata por la perspectiva lejana, que las
indiana: Cori ante la tumba de Atahualpa. montañas que recortan un cielo límpido
No perseveró en este género de las ar
tes. El autodidacta, magnífico poeta, cos
tumbrista de sonrisa fácil, novelador que
reunió en páginas inolvidables la candidez
de Atala y la primitiva emoción de María,
superándolas quizá con el nuevo corazón
selvático y amoroso de Cumandá, hubo de
concretar en otros ritmos -la poesía des
criptiva y la poesía lírica mucho de lo qu;
no cedió por entero al ritmo inmóvil de
la pintura. Como el profundo ensayista
Masferrer, el solitario de Atocha apercibió,
en días más remotos, el concierto de vasta
unidad en que resuenan y se expanden las
siete cuerdas de la lira. Llegó, por eso,
con planta sabia, a los campos de la crí
tica, reposo gradual del obser/ar.
Los hijos de don Juan León Mera: KR. DOX JUAN LF.OX MERA I.
Trajano, Eduardo, Juan León, Eugenia, he
redaron su aptitud de belleza y sus dones pero desolado. Uno de esos árboles ha
líricos. A Juan León y Eugenia les estu muerto, está caido, doblegado por el tiem
vo deparada su poética imagen para la po, y sus ramas vencidas se agobian. En
devoción del paisaje. los otros se contempla la herida fatal en
la grietosa corteza, el desangre de la savia
JUAN LEON MERA I.
que ha restado la copa florida, la seque
Que es un pintor del ambiente se ha dad del tallo.
dicho de Juan León Mera I., porque sa La fresca umbría o el sendero de silen
be encontrar el alma de los rincones cam cio, el recodo plácido de la aldehuela,
pestres que es difícilmente apresable y que la maravillosa puerta del Oriente, las ori
flota, con indeterminada inquietud, en el llas del Ambato reflejándose en el agua
aire de colores diversos, sutilísimos. espejeante, viven y sugieren en los cuadros
El nevado Chimborazo aparece en una de Juan León Mera I.
de sus telas con majestuosa cimera cana.
De su Ambato ha recogido pintorescos EUGENIA MERA DE NAVARRO
sitios con el aspecto de la serranía. El
amor del detalle es uno de sus méritos. Eugenia Mera de Navarro ha bañado
Nos lo revela así su diminuto «Idilio Ba con el fulgor de los cielos costeños la tro
jo el Molle» en el que las figuras de los pical floresta, erguida en la cimbreante pal
pastores están claramente delineadas y las mera y ha reproducido ocasos de arrobo en
pinceladas blancas del rebaño, en primer lugares de la sierra. Sobre las aguas de sus
término, se destacan en el fondo en que marinas viajan los relámpagos que arran
cada hierbecita tiene su ondulación fiel, có de su paleta maga y sobre las parvas re
su detalle exacto. cién recogidas caen los resplandores del
La seducción poética se hace de amable cielo quiteño, alumbrando eglógicos gru
símbolo en sus obras. De elegíaco efecto pos, recuerdo de la estancia campesina.
 EL ARTE Y LOS ARTISTAS
Trazó, también, la silueta del Tungura-
hua. Detúbose en el perfil de la cordille
ra. En brochazos espontáneos copió la ca
sita pajiza, corazón del sendero.
- Guíala inteligente mirada para advertir,
en cielos y horizontes, los colores que
SRA. EUGENIA MERA DE NAVARRO
asoman en fugaces horas, para hacerlos
durables. La composición de sus óleos
es de entrañable poesía. Como en el acen
to de la pastoral, el ritmo acusa paz silen
ciosa, cuando interpreta sus paisajes dulces,
adormidos en la pereza de la sierra. Es
gama de idilio, otras veces, aunque no se
revela en figuras patéticas y aparezca, co
mo pudorosa, en originalidad más abstracta
y cautivadora.
Recuerdan los anales de Ambato de un
afanoso cultivador de la acuarela, Juan
Anda, discípulo de D. Juan León Mera, a
cuya diestra se inició en el conocimiento
de las artes. No se conservan sino espo
rádicas muestras de su temperamento, pero
se sabe que culminó en apreciables traba
jos en el ramo de la fotografía.
LUIS A. MARTINEZ
Luis Martínez quiso descubrir la tinta
que apresara el alma hueca de la soledad.
Su pincel, como si se hubiera sumergido en
óleo nevoso, pudo retratar la plata hela
da de los volcanes. Un árbol solitario, de
vastado, sugeríale más que el adorno pul
247
cro de la huerta. No las piedrecillas del
camino, mosaico de paciencia, ni la minia
tura de burilados contornos, alcanzaron en
su objetivo, que se elevaba más bien a la
gigantesca línea de los Andes. Tal su es
píritu de ascensionista, fuerza de cumbre,
mirada para los cielos dilatados
Fue también egregio novelista, articulis
ta de costumbres, tratadista de agricultura.
Su mejor cuadro se llevó, con marco ini
gualable, impreso en las pupilas que acari
ciaron las frondas de la Liria. Era aquel
el nuevo paisaje, lleno de su dinamismo
ordenador, abierto al trabajo de los hom
bres. El dorado de sus problemas y sus
ensueños, que se aclaraba, para su visión
emprendedora, con la línea rauda del fe
rrocarril al Curaray.
Guardó en su paleta los colores más ele
vados y uniformes. Uno para el granito
del volcan, sepia y negro, y otro para la
nieve y bruma, para el huracán que sopla
en las alturas. Pudo hacerse también su
nota blanca, oleoso frío para la pincelada
de su desencanto.
Sólo una vez pintó la silueta del árbol
humildoso y cobijador: el guardián de su
Requiem. Casi sobre el túmulo un tanto
elevado a flor de tierra, suspenden su la
mento las ramas del moro. La voluntad
de Luis A. Martínez, pidió, en simbólico
lienzo, la tumba aislada. La dieron, aca
tando su designio. Pero no duerme allí.
Su espíritu pasea por la soledad eterna del
páramo que reprodujo en sus cuadros, sin
escuela ni formulismos, por intuición na
tiva, por genio oculto, por ánimo de arte
que le hizo sonreír a la vida con el humor
de uno de sus Disparates y Caricaturas....
CESAIt A. VILLACRES
Una consagración asidua resplandece en
la obra de César A. Villacrés. Su cabelle-
te reclama, con preferencia, la tela privili-
giada del retrato.
En sus horas de juventud ejecutó con
los carbones dos cabezas enérgicas: Mon-
talvo y Alfaro. Su aptitud no se queda
en el examen fotográfico, en el parecido
ligero. Busca el alma a través de la fi.de
 248 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
lidad de la biografía, los rasgos psicológi
cos, el carácter.
Galería de singulares expresiones la de
Villacrés. González Suárez con su aspec
to venerable, Belisario Quevedo con su
rostro enjuto como si la concentración in
terior le hubiera secado la alegría del ros-
si!. DON CESAR A. VILLACRES
tro; Tobar y Borgoño con su faz avizo
rante, como iluminada de conocimiento.
La composición, casi siempre en la pau
ta del retrato, se admira en una de sus
mejores obras: la alegoría «El Canto de
Junín». Bolívar, y su cantor, Olmedo, en
grupo de escudo patrio, con el lazo del
tricolor nacional y las insignias eternales de
la lira, el laurel y la espada, cobran una
amistad perdurable por el dón de este ar
tista que acertó en el perfil sereno y domi
nante del Libertador y revivió al poeta épi
co con extraordinaria fidelidad.
El estudio de la indumentaria le ha ser
vido para trasladar a telas definitivas los
retratos más difíciles: Francisco Eugenio de
Santa Cruz y Espejo y doña Manuela Ca
ñizares. El indio augural de El Nuevo
Luciano , con vestidos coloniales: la levi
ta, el chaleco encarnado, los puños am
plios, la gola de encaje, reclínase en su bu
taca de cuero y las líneas de su rostro co
rresponden exactamente a los datos de su
procedencia y su carácter: el bronce autóc
tono, los ojillos de inteligencia, los pómu
los de fuerza, los labios de desdén crítico....
Doña Manuela Cañizares copiase en esas
tintas fieles con sus detalles de valerosa
firmeza. El espíritu, el ímpetu, irradian y
convencen en la arrogante actitud de esa
figura. Se adivina el esbelto talle bajo la
defensa circular del miriñaque.
Pero de todos sus excelentes trabajos so
bresale un cuadro histórico de valor único
por la concepción y el éxito raro del pin
cel ejecutante: La muerte de Quiroga.
Grupo que reclama ángulo dilecto de mu
seo o pared solemne de un palacio de la li
bertad que no descubrimos todavía. El hé
roe se yergue con un ánimo oscilante de
serenidad y sobresalto. Quieto el corazón
pero anegados los ojos con la presencia de
los verdugos. Las hijas de Quiroga reve
lan angustia que no descompone su tran
quila hermosura de criollas y los soldados
realistas encarnan la fiereza de esa oscura
jornada de agosto.
El paisaje también ocupó algunas de
sus horas de arte. El contemplativo moja
su ensueño en la campiña y de ella recuer
da muchos instantes hermosos. Alrededo
res de Quito, lucecilla que enciende una
nube, chozas humildes, yuntas cansinas....
Vimos hace poco en sus telas la antigua
capilla de San Francisco, devuelta por su
rica imaginación, a la plaza que pretende
adornarse con fuentes de hojalata y pinos
irregulares. Con amor de recontruir el pa
sado revive en la faena pictórica esa piedra
irretornable. ¡Como luce la taza de la pi
la magnífica que dió a Quito el sorbo de
agua del Pichincha! Y la decoración, la
compañía es de sugerente memoria: un in
dio aguador, en su tarea de llenar el autén
tico pondo y un zámbiza, lavándose los
pies con el exiguo riego del pilche.
En reciente aniversario ambateño donó
a la Biblioteca de Autores Nacionales, el
retrato de don Juan Montalvo. El pintor
logró que se destaque con viva animación
la cabeza de don Juan. De los datos que
pudo reunir acerca de la fisonomía de
Montalvo, de los rasgos reveladores de su
auto retrato y hasta de los caracteres de
su conformación anímica tiene ese retrato
en consorcio que le refleja con el erguido
pensamiento que le fue connatural.
 EL ARTE Y LOS ARTISTAS 249

ALGUNOS CUADROS DEL PINTOR DON CESAR A. VILLACRES

Casa donde se firmó la capitulación de Ayacucho.--- El Dr. Eugenio de Santa Cruz y
Espejo.-~El General Sucre en Pichincha.—La muerte de Quiroga.—Alegoría de Junín.

Los «anillos de azabache» no tienen ese
desorden que se observa en otras cabezas
montalvinas. La mirada enérgica tiene
aquí, no obstante su fulgor soberano, algo
como una paz de meditación. Al mirar
la cabeza de Montalvo que trazó Villacrés
se piensa en las frases de Roberto Andra-
de que dijo no haber visto jamás cabeza de
varón mejor colocada sobre los hom
bros que la del noble don Juan.
No está, en la tersura de su frente, esa
caliente vaharada que lleva el ímpetu ju
venil, la violencia de vencer, la urgencia
de amar. Ya se expande en ella tranqui-
a confianza que no agobia ni levanta el
correcto mentón, que no descompone la
serenidad de la boca en donde aprendió a
hospedarse el silencio, como en la víspera
de la palabra sabia.
El artista ha intentado, talvez, presentar
a Montalvo en ese meridiano de su exis
tencia cuando acometía la vastedad del
Tratado y cuando su corazón, grave de la
certeza de su poder, se bañaba en el repo
so de Ipiales.
Recordaríamos muchísimos trabajos de
Villacrés, dignos de comentario. Pero es
tas apuntaciones deben ser breves y habre
mos de consignar solamente un elogio jus
ticiero para el pintor que trabajó con ma
terial de la historia, dedicación constante
y claros ensueños.
GUILLERMO KING
La caricatura encontró en un artista am-
bateño uno de sus primeros cultivadores:
Guillermo King. En la infancia de aquel
sonriente género, todavía no bien aclima
tado entre nosotros, King era ya un au
daz maestro del lápiz, que busca el defecto
de un rostro conocido para exagerarlo has
250 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
ta el vértice agudo del humor o el remate
circular de la alegría.
Pulcro dibujante reunió en sus cuader
nos el paisaje de finas perspectivas y la
composición simbólica. No usó solamen
te la tijera que Larra hubiera prestado a
los caricaturistas para el recorte intenciona-
Sli. DON GUILLERMO KING
do de sus monos. En el retrato que con
cede más bien al retoque la virtud de her
mosear y componer, sobresalió Guillermo
King, con celebradas pruebas.
LA MUSICA
He aquí, en cambio, uno de los ramos
del arte que no han podido adquirir, en
Ambato, el debido desarrollo. Esfuerzos
del M. I. Municipio, por cierto, desde el
año de 1859, que se cristalizan en funda
ción y apoyo de «Academias Filarmóni
cas», no han faltado. Hoy mismo sostie
ne una beca en el Conservatorio Nacional
de Música.
Pero si el arte musical no se ha extendi
do mucho, los que se han dedicado a él,
con vocación personal y propios entusias
mos, siempre recogieron bien ganados lau
reles.
Uno de los ambateños que actualmente
prestigian y elevan el arte nacional es el re
putado maestro don Segundo I. Granja.
El señor Granja hizo sus primeros es
Merece especial recuerdo en este capítu
lo la madre Francisca de la Inmaculada
Concepción. Mercedes Hortensia Sánchez
Holguín, cuyos dones se ofrecieron a la
didáctica labor, ha vuelto como los artis
tas de todos los tiempos, a encender una
lamparilla de milagro frente a los lienzos
místicos. Su diestra de monja aclaró las
facciones de la Virgen, hizo tensas las alas
de los querubines y marcó, en los caminos
con su evocador brochazo, la sandalia hu
milde de los santos. La modestia de la re
ligiosa no ha permitit'o que se exhiban
sus cuadros, vibrantes con los temas apo
calípticos o quietos de piedad cristiana.
Memoriosa de Ambato, puso en marco
de floresta adornada de retoños, algún si
tio de la ciudad que llamamos, en símil
afectuoso, la Arcadia. De sus manos alba-
res surgió también el deber de la clase que
inculca, día a día, a sus cducandas: el en
caje minucioso, el bordado del monogra
ma, el almohadón henchido de plumas lige
ras, que ostenta, con hilos de seda, un apre
tado bouquet.
Entre los artistas recientes, promesa loa
ble, anotamos a Napoleón Garcés, Leonar
do Naranjo Galán y Carlos Castillo.
tudios de arte en su propio hogar, bajo la
dirección inicial de su padre, también no
table músico ambateño. Luego trasladóse
a Quito, por el año de 1914, e ingresó al
Conservatorio Nacional de Música, reali
zando en este instituto rápidos progresos.
Partió a Guayaquil, donde compuso y dio
a la circulación, con gran éxito, varias pie
zas de gusto moderno.
Favorecido por los triunfos legítimamen
te alcanzados en los comienzos mismos,
ha seguido después produciendo incansa
blemente. Sus producciones musicales co
rresponden al espíritu vertiginoso de la
época. Actualmente, compone y ejecuta,
a la par que dirige la orquesta del Metropo
litano de Quito. Es Granja un gran mú
sico del porvenir.
 EL ARTE Y LOS ARTISTAS 251

Complemento indispensable de la edu lentes profesoras entre las religiosas, por

cación femenina ha sido en Ambato, como muchos años suple la falta de un con
en casi todas las servatorio de
ciudades del E- música. En este
cuador, el apren establecim iento
dizaje de la mú adquieren casi
sica. Las largas todas las niñas
veladas de la a- ambateñas sus
pacible y tran conocimientos
quila vida pro musicales. En
vinciana son tre las reciente
propicias para mente egresa
su estudio; y la das, distínguen-
mujer ambateña, se las señoritas
si no ha encon Zoila Lucrecia
trado amplias y Juana Victo
facilidades para ria Loza por su
desarrollar y domi n i o del
Srta. Zoila Lucrecia Loza perfeccionar sus piano y del vio- Srta. Juana Victoria Loza
aptitudes, ha da lín, respectiva
do abundantes pruebas de su sensibili mente.
dad y talento musical. El Colegio de San Vicente de Paúl, re
gentado por las Hermanas de la Caridad,
La iniciativa particular ha tenido que ha realizado también una apreciable labor
suplir en parte, en este caso, las deficien de cultura artística, y puede ufanarse de
cias de la enseñanza oficial. El Colegio haber tenido alumnas tan inteligentes y
de la Providencia, que cuenta con exce- aprovechadas como la Srta. Blanca Albán,
252 LA PROVINCIA DE TUNGURAIIUA EN 1928

PERSONAL DEL CENTRO MUSICAL «JUAN MONTALVO»

En pie: Sres. Reinaldo Espinoza, Director; Floresmilo Lucero, Profesor de Teoría;
Miguel A. Villalva.—Sentados: Juan E. Mayorga, Segundo I. Gavilanes, Segundo F.
Cárdenas, Segundo I. Mayorga y Segundo C. Villacís.

magnífica pianista, algunas de cuyas com diales de cooperativa y beneficencia, per

posiciones originales han publicado con
elogio revistas tan autorizadas como « Ecua
torial».
Formando asociaciones privadas y or
questas populares, hay valiosos elementos
del arte musical ambateño.
No ha mucho que el Centro Musical
«Renacimiento», formado por entusiastas
jóvenes que deseaban ampliar sus conoci
mientos de teoría musical, alcanzó éxitos
sonadísimos con las audiciones que ya en
veladas de arte, ya en funciones de índole
social, ofreció al público. Al frente de
esta organización hallábase el inolvidable
maestro Flores, cuyo prematuro falleci
miento determinó la dispersión de sus
discípulos.
La «Asociación de Empleados de Tun-
gurahua », que aparte de sus fines primor
sigue la intensificación de sus actividades
sociales y el fomento de la cultura, cuenta
también con una excelente orquesta inte
grada por socios de la institución. Recien
temente acaba de inaugurar varios cursos
de música, gratuitos, bajo la dirección del
competente profesional Sr. Miguel Muñoz.
Merece asimismo mención especial en
estas páginas el Centro Musical «Juan
Montalvo» que labora afanosamente por
su perfeccionamiento y goza de excelente
prestigio. Uno de sus mayores triunfos
fue la velada musical que, en honor de
su patrono, celebró el 12 de Noviembre
de 1927 en su propio local. Integrado
principalmente por elementos del obreris
mo ambateño, esta simpática agrupación
ha tomado parte prominente en las festi
vidades obreras y los grandes días de la
patria.
 CAPITULO
LA INSTRUCCION
EVOLUCION Y ESTADO ACTUAL DE LA ESCUELA PRIMARIA EN LA PROVINCIA DE
TUNGURAHUA— LA ORRA DEL ESTADO, DE LOS MUNICIPIOS, LOS FILANTROPOS Y
LOS PARTICULARES.— LA ENSEÑANZA SECUNDARIA: SU HISTORIA.— EL COLEGIO
NACIONAL «BOLIVAR*
La reforma pedagógica en el Ecuador
se inicia en el año de 1913, con la llega
da de la primera Misión Alemana. De
esta reforma participa inmediatamente la
Provincia de Tungurahua, que, para el
año de 1914, sostiene ya en los Institutos
Normales de Quito algunos profesores be
cados.
Por cierto, para esa época ya la escuela
primaria en esta sección del país había re
cibido algún aliento renovador con la ac
tuación inicial de inteligentes profesores
normalistas. Los señores Gonzalo
Grijalva y Manuel M. Andrade fueron aquí
los primeros que declararon la batalla a la
escuela vieja. Verdad que no habían al
canzado mucha perfección los métodos pe
dagógicos, ni la visión de los problemas
fundamentales de la enseñanza había ob
tenido gran claridad; pero, al fin, la reno
vación se acercaba con los primeros heral
dos de la pedagogía moderna.
La obra de inicial reforma de los señores
Grijalva y Andrade abrió, pues, el camino
para las posteriores conquistas, realizadas,
a partir de 1916, por grupos normalistas
educados por la Misión Alemana. La obra
XVI
PUBLICA
de Walther Himmelmann, el principal y
más capacitado de los renovadores alema
nes de la escuela primaria del Ecuador, se
expandía con fuerza. Hacia 1917, las prin
cipales escuelas fiscales y municipales, in
clusive de los cantones, recibían el contin
gente de profesorado nuevo, que iba pro
pagando la metodología científica reciente
mente estudiada y practicada, y aplicando,
por primera vez, ante la general sorpresa,
los principios de la renovación, contantes
en un Régimen Escolar nuevo y en unos
planes de Estudios nuevos también.
Hoy, esta labor de propaganda y aplica
ción, casi no tiene importancia, si se con
sidera que la ciencia pedagógica y las lec
ciones de la experiencia personal, han se
guido dando nuevos, aspectos a la ense
ñanza y exigiendo cada vez mucho más
de la capacidad profesional y del entusias
mo de los pedagogos. Pero, para aquella
época en que maestros, escuelas y socie
dad, ofrecían en todo el Ecuador granítica
resistencia contra las reformas—que tenían
carácter de herejía y de revolución,—siquie
ra el vencerlas, obligando a aceptar los
nuevos postulados, significaba un enorme
triunfo.
254 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
Este triunfo, por fortuna, en la Provin
cia de Tungurahua, no requirió el proceso
de largos años. Directores de Estudios de
tan perspicaz inteligencia y decidida vo
luntad como los señores Miguel Angel
Albornoz y Manuel del Carmen Pachano
—a quienes les tocó la obra de abrir el
camino y facilitar la reforma planteada por
la Misión Pedagógica Alemana, en planes
DR. MANUEL DEL CARMEN PACHANO
de estudio y régimen escolar nuevos,—or
ganizaron Juntas Cantonales de Maestros, y
conferencias de normalistas ante ellas, jun
tamente con prácticas escolares modelos.
Los profesores no normalistas de la Pro
vincia se iniciaron en los nuevos métodos,
y aún prescindiendo de las exigencias de la
autoridad, ellos mismos buscaron la ense
ñanza particular para comprender el espíri
tu de la reforma.
En verdad, pues, la trasformación de la
organización escolar en esta Provincia— si
bien no pudo eludir la alarma de los ele
mentos rutinarios, en el grupo profesional
y en la sociedad,—no fue muy tardía, gra
cias, precisamente, a esta labor de coope
ración entre autoridades enérgicas, norma
listas entusiastas y gran parte del personal
docente, urbano y rural.
Hemos citado a los dos primeros Direc
tores de Estudios cuya actuación coincidió
con la reforma pedagógica.. Pero con ellos,
de modo principal, laboró y luchó a bra
zo partido y con todo fervor y decisión,
Víctor Oviedo, mero Secretario, entonces,
de la Dirección de Estudios, pero cuya
consagración a la refornaa educacional le
ponía en primer término.
Otros dos Directores de Estudios, a
quienes les tocó la continuación de Ja labor
emprendida por don Miguel Angel Albor
noz, Víctor Oviedo y el inolvidable doctor
Manuel del Carmen Pachano, fueron los
señores Dr. Julio Izquierdo Alvares y Ce-
liano Monge. Mientras, como Rector del
Colegio Nacional «Bolívar», reemplazó en
el ejercicio del cargo a estos señores., du
rante prolongados períodos marcados por
la muerte o por larga ausencia, la labor del
señor Dr. Víctor M. Garcés, correspondió
también a la de ellos.
De 1913 a 1928, han desfilado por las
escuelas de la Provincia de Tungurahua
los siguienies profesores normalistas: Gon
zalo Grijalva y Manuel María Andrade (el
primero, Director de la Escuela Superior
«Luis A. Martínez» y el segundo, Director
del «Liceo Montalvo», establecimiento mu
nicipal); O. E. Reyes, Ulpiano Navarro,
César Mora, Luis Arregui, Segundo Manti
lla, Leopoldo Navas, Carlos Rivadeneira,
Alejandro Aillón, Manuel Naranjo, Luis A.
Aguilar, Luis H. Jarrín, Neris R. Muñoz,
Manuel Coello Peñaherrera, Reinaldo Mur-
gueitio, Secundino Egüez, Avelino Casti
llo, Luis y Alejandro Castro, Enrique Fie
rro, Abelardo Naranjo, Carlos M. Tinaje
ro y Segundo N. Ordóñez. Señoritas: Car
men A. Valencia, Lucila Stalsmith, Raquel
M. Naranjo, Carmen Rosa Proaño, Lucila
Castillo, Sofía Aguirre, Blanca Hurtado,
Isolina Viteri y Carmen Ruilova.
Los establecimientos mayormente dota
dos de personal normalista han sido: la
Escuela «Luis A. Martínez», fiscal, y los
dos liceos municipales, «Montalvo», de va
rones, y «Cevallos», de niñas.
Aquí conviene anotar el entusiasmo con
que el M. I. Municipio de Ambato ha
confrontado, sin vacilaciones, el problema
 LA INSTRUCCION PUBLICA 255

de la enseñanza. No sólo ha llenado sus denes— las de franciscanos, los jesuítas, los
mejores planteles con normalistas, sino que clérigos,—vinieron sosteniendo escuelas
sus asignaciones presupuestarias superan mas o menos precarias y siempre, como
a las del Estado. Los maestros de las es fácil suponerlo, defectuosas. No obstan
escuelas municipales de Ambato son los te, la pequeña obra de los religiosos ha
mejor retribuidos de la Provincia de Tun- contribuido para que el analfabetismo no
gurahua. fuese general ni en esos ni en posteriores
Y para que la extensión de la enseñan tiempos.
za corresponda a las exigencias vitales de En la República, el Municipio de Amba-
una provincia populosa y febrilmente acti
va, la contribución de los particulares no
se ha dejado esperar mucho. Secundando
la obra del Estado, las Municipalidades
han creado escuelas y construído locales
escolares y, al mismo tiempo, los filántro
pos han vertido sus caudales para el sos
tenimiento de planteles populares. En los
datos estadísticos que damos consta el nú
mero de escuelas particulares—muchas de
ellas, como la Escuela «González Suárez»,
de Ambato, a la que concurren más de
400 niños,— absolutamente gratuitas, yaque
se sostienen con fondos erogados por fi
lántropos ambateños. Ultimamente, el fi
lántropo señor don Jorge Cobo Arias -
fallecido en Agosto de 1927, ha fijado
en su testamento algo más de Si. 40.000,
para la fundación de «una Escuela prima
ria para niños pobres».
EN HONOR DEL PASADO DR. JULIO IZQUIERDO A.
Si hoy la escuela primaría de Tungura-
hua se ha puesto a un nivel que no es to toma por su cuenta la fundación y sos
inferior a aquel en que se encuentran las tenimiento de algunas escuelas, con maes
mejores del Ecuador, en lo pasado tampo tros que llegan a ganar hasta 10 pesos
co estuvo muy atrás; y, preciso es que en mensuales. Mas tarde, cuando Ambato se
este libro consten los nombres de aquellos erige en Provincia, los demás cantones de
educadores y propulsores de la enseñanza Pelileo y Píllaro lo primero que hacen, si
pública que, aún en medio de la general guiendo el ejemplo del hermano mayor, es
indiferencia por los altos ideales de la cul crear escuelas. Estas se limitan a enseñar
tura, supieron encauzar su espíritu por los religión, gramática y a leer y escribir. Des
más nobles derroteros y pusieron, con to pués advienen los Hermanos de las Escue
da fe, la simiente del bien o la esperanza las Cristianas y en Ambato se establece un
en el alma de las multitudes. magnífico plantel, en el local mismo que
Como en todo el Ecuador, la obra edu ahora ocupa la Escuela Superior «Luis A.
cacional corrió, en los primeros tiempos, a Martínez».
cargo de los religiosos. En Ambato, los La pedagogía y la labor educacional de
primeros en establecer escuelas de prime los establecimientos municipales, fiscales y
ras letras casi a raíz misma de la segun religiosos, correspondieron a la época, y,
da fundación de la ciudad, en 1698,—fue claro está, mirados a la distancia, nos pare
ron los frailes dominicos. Luego, un po cían míseros, unilaterales y en extremo de
co desarrollada la vida colonial, otras ór ficientes.
 256 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
Uno de los más entusiastas propulsores
de la Instrucción Pública en la Provincia
de Tungurahua, antes del siglo XX, fue
don Juan León Mera, el admirable hombre
de letras. Como Gobernador de la Pro
vincia, provocó la creación de escuelas
revisó los programas de enseñanza, y, co
mo literato que era, él mismo escribió tex
tos escolares de geografía, economía, etc.,
siguiendo el sistema de la época, de pre
guntas y respuestas sencillas.
Un notable pedagogo ambateño de ese
tiempo es el señor don Efrén Cabrera, con
sagrado absolutamente al magisterio y
muy estudioso.
A partir de 1886, se impone la obra de
Celiano Monge, que funda bibliotecas po
pulares, que publica con sus propios recur
sos y para distribuir gratuitamente, entre
los maestros de la Provincia, «La Albora
da», «La Pluma» y otras hojas periodísti
cas en que se propagan teorías pedagógi
cas y se estimula la actividad educacional.
El mismo según anotamos en la respectiva
biografía, se consagra por tres años conse
cutivos, sin recibir sueldo alguno, a dar
clases en el Liceo «Cevallos». de pedago
gía, gramática y matemáticas a todos cuan
tos desean hacerse maestros. Monge es,
pues, el más abnegado y decidido propul
sor de la instrucción primaría de Tungura
hua, poco antes de finalizar el siglo XIX.
Mas tarde, el propio señor Monge será uno
de los mejores Directores de Estudios de
Tungurahua.
En los primeros 10 años del presente
siglo, encontramos mayores progresos en
la escuela, y apreciable número de profe
sionales que laboran con prestigio y vo
cación. Hay, al mismo tiempo, manifes
taciones de solidaridad y acercamiento con
fines culturales entre los mismos maes
tros. Se distinguen en esta época los pe
dagogos: D. Juan de Dios Almeida, D.
Pedro P. Balarezo, D. Tomás A. Manzano,
D. Flodoardo N. Vásconez, D. Angel Ra
fael Arias y varios otros.
LA COOPERATIVA DE INSTITUTORES
DE TUNGURAHUA
En el año de 1908 se funda la Coope
rativa de Institutores de Tungurahua, y esta
asociación, a los estímulos de los señores
Dr. Víctor M. Garcés, Víctor Oviedo y
Miguel Angel Albornoz, adquiere firmeza
y prestigio. Promueve conferencias, abre
una buena Biblioteca pedagógica y acerca
a los maestros, urbanos y rurales, a los
afanes de mejora profesional y a los afanes
mismos de la Cooperativa—que consulta
motivos de mutuo apoyo y de beneficen
cia. La Cooperativa prospera hasta 1913
o 1914, en que su Directorio se desban
da. Por este mismo tiempo, la Dirección
de Estudios—a cargo de Miguel Angel Al
bornoz,—tiene una hermosa iniciativa: en
el antiguo local de los Hermanos Cristia
nos, que es amplio y cómodo, con exten
sos patios y bello huerto frutal y muchas
dependencias, decide establecer un plantel
de enseñanza primaria de primer orden.
Pide una imprenta a Guayaquil, inaugura
un taller de encuademación y trabajos ma
nuales; compra implementos agrícolas, y
todo esto anexa a aquel establecimiento,
donde el aprendizaje de las primeras letras
se hermanaría con el trabajo útil. . . .
Al mismo tiempo comienza a publicarse
una interesante revista— «Miscelánea Inte
lectual»,—de pedagogía y letras, destinada
a la propaganda de los nuevos métodos
de enseñanza de que eran portadores los
primeros normalistas que habían llegado
a esta ciudad.
El establecimiento daba la impresión de
ser una colmena de febril trabajo, y des
pertaba optimismo. Sin embargo, la unifi
cación escolar se acercaba; y los Reglamen
tos expedidos por la primera misión ale
mana, desconocieron el carácter mixto del
plantel y su especial organización, some
tiéndolo a la escala de jerarquías estable
cidas.
Fue así cómo el Instituto «Luis A.
Martínez, vino a ser, a la vuelta de poco,
la Escuela Superior que hoy conocemos-
No obstante, el valor de la iniciativa queda
en pié, y por ella advertiremos el grado de
entusiasmo que, aun lejos de todo consejo
y teoría científicos, siempre hubo en los
propulsores de la Instrucción Pública de
Tungurahua por renovar y ensayar, vuel
tos los ojos en todo caso a las exigencias-
de un alto ideal de mejoramiento o de in
tensificación de la cultura.
 LA INSTRUCCION PUBLICA 257

UNA CLASE DE GEOGRAFIA EN LAS ESCUELAS AMBATEÑAS

Alumnos de cuarto grado de la Escuela Superior «Luis A. Martínez» modelando
a escala el relieve de la Región interandina

LA INSTRUCCION PRIMARIA EN J928 Profesores:

Normalistas 18
Suprimidos por el Gobierno Provisional
Con títulos conferidos por la
de la República los Consejos Escolares Pro
Dirección de Estudios 146
vinciales, han venido a centralizarse todas
Sin título 25
las iniciativas y responsabilidades de la Ad
ministración escolar en el Director de Es Total 189
tudios.
El número de profesores jubilados, as
Desempeña actualmente este cargo, a ciende a 44, de los cuales 4 están todavía
partir de Enero de 1927, en la Provincia de en servicio.
Tungurahua, el señor doctor Carlos Escuelas
Espinoza Smith. Como Secretario de la Costeadas por el Fisco
oficina actúa el señor don Nicolás Rubio —de varones 70
Vásquez. Los demás colaboradores de la —de niñas 41
Dirección de Estudios son los señores:
Costeadas por las Municipalidades
Leopoldo Molineros, Oficial Mayor de Es
—de varones 10
tadística; Pedro Pablo Cobo, Amanuense;
—de niñas 1
Miguel Angel Bucheli, Oficial Pagador; y
Costeadas por particulares..
Luis E. Játiva y Avelino Castillo, Visitado
—de varones 12
res Escolares.
—de niñas 5
Personal docente.~L& Provincia de Tun Escuela predial 1
gurahua cuenta, en la actualidad, con 189
Profesores en servicio, repartidos en 140 Total 140
Escuelas. La clasificación de Profesores y Alumnos matriculados en 1928.— En el
de escuelas es la siguiente: presente curso escolar se han matriculado
258 L\ PROVINCIA DE TUNGUJIAIIUA EN 1928

PERSONAL DE LA DIRECCION DE ESTUDIOS DE TUNGURAHCA

Sentados: Sr. L. E. Játiva, Visitador Escolar; Dr. Carlos Espinoza Smith, Director;
Sr. Nicolás Rubio V., Secretario. En pie: Sr. Leopoldo Molineros, Oficial de Estadística;
Sr. Miguel A. Bucheli, Oficial Pagador; Sr. Pedro Pablo Cobo, Amanuense.

en las escuelas de la Provincia 10.810 Alumnos becados en los Institutos Nor

alumnos.
De estos, corresponden a las escuelas de
niñas 5.106, y a las de varones, 5.704.
En atención a las escuelas, el número de
matriculados se clasifica así:
En escuelas fiscales, 8.500 alumnos
En escuelas municipales, I.124 »
En escuelas particulares, 1.186 » Cursos de educación profesional para pe
Los concurrentes, pues, alcanzan al nú
mero de 8.740; y por escuelas se clasifican
así:
Concurrentes a las escuelas fiscales, 7.229
Concurrentes a las escuelas mu
nicipales 617
Concurrentes a las escuelas par
ticulares 894
En atención a los sexos, la concurrencia
ocurre en la siguiente proporción:
Escuelas de niñas 3.597
Escuelas de varones 5.143
Como se observará, el mayor número de
no concurrentes, corresponde a las niñas.
males.- Aparte de los becados que los tres
Municipios de la Provincia sostienen en
los Institutos Normales de Quito, la Di
rección de Estudios también ha concedido
dos becas en el Normal «Juan Montalvo».
Actualmente ocupan esas becas los seño
res José G. Paredes y Celio A. Saltos.
dagogos. Durante las últimas vacaciones
— meses de Julio, Agosto y parte de Se
tiembre,— funcionaron, en el local de la
Escuela Superior «Luis A. Martínez», de
Ambato, dos cursos de preparación profe
sional para profesores rurales.
Estos cursos, provocados con el fin de
difundir los conocimientos pedagógicos
modernos y los más importantes detalles
de la organización escolar entre todos los
miembros del magisterio tungurahuense,
estuvieron a cargo de distinguidos normalis
tas de la Capital de la República. El Curso
de Educación Física fue dirigido por el
señor don José I. Vinueza; y el de Cultu
 LA INSTRUCCION
ra General del Maestro, por los señores
Leopoldo N. Chávez y Abelardo Flores,
ambos, notables exponentes del nuevo ma
gisterio nacional y autores de apreciabilí-
simos libros de enseñanza.
La labor, tanto del señor Chávez como
del señor Flores, ha sido fecunda y per
fectamente aprovechada por el elemento
docente que asistió a las diarias conferen
cias y prácticas de aquellos renombrados
especialistas.
Al finalizar los cursos de educación fí
sica y de cultura general, los preceptores
recibieron sendos diplomas y certificados
de aptitud, debidamente autorizados por
la Dircción de Estudios.
Cantidad asignada para construcciones
escolares. - Por Decreto Supremo N° 23,
de 31 de Mayo del año en curso, y de
acuerdo con sugerencias de la Dirección
de Estudios y la Dirección General de
Obras Públicas, se hizo la distribución de
la suma de Si. 10.000 en las construcciones
y reconstrucciones escolares de la Provin
cia. Para reconstrucción del local de la
Escuela Juan B. Vela », Si. 2.000; para la de
Cevallos, Si. 500; para Tahuaicho Si. 300;
PUBLICA 259
Pisque - Patulata, Si. 300; Huachi grande,
Si. 500; Apátug, 500; Llimpi, Si. 200; La
Palma, Si. 200; compra del local de la
escuela de niñas de Pelileo, Si. 3.000; Chi-
salata Si. 1.000; Ficoa, Si 500; Montalvo,
Sl.340; Cullitagua, Si. 160; Samanga Si. 200
y la Península, SI. 300. Con estas canti
dades se ha dado comienzo ya a los .tra
bajos de construcción o reconstrucción de
los expresados locales escolares. Cuando
dichas cantidades son insuficientes para el
objeto, la Dirección de Estudios dedica
pequeñas cantidades de dinero tomándolas
de la partida de «Gastos Generales e Im
previstos» del Presupuesto del Ramo.
Edificios escolares en la Provincia. - Es
de notarse el entusiasmo de los padres de
familia de esta Provincia por las construc
ciones escolares en sus respectivas juris
dicciones. En muchos casos, el afán pa
triótico de los Visitadores Escolares,-
y aquí merece mencionarse el nombre del
Visitador don Luis E. Játiva, ha hecho
que en muchas parroquias y caseríos de
Tungurahua, se levantaran amplios y
cómodos edificios destinados a locales
escolares. Existen en la Provincia 1 39
 LA MUJER AMBATEÑA

Señoritas: 1 María Lalama; 2 Rosa Mercedes Sevilla; 3 Georgina Barona; 4 Marieta

Eloísa Sevilla; 5 Magdalena Holguín; (i Piedad Ruiz; 7 Emelina Sevilla; 8 Inés
Tamayo; 9 Carlota Román; 10 Hilda Tamayo; 11 Hipatia Cobo; 12 Alicia Jaramillo;
13 Estela Jaramillo; 14 Matilde Ernestina Chacón.
 LA INSTRUCCION PUBLICA 261

GRUPO HE PROFESORES DE INSTRUCCION PRIMARIA QUE CONCURRIERON AL CURSO

DE PERFECCIONAMIENTO DICTADO POR LOS NORMALISTAS SRES. JOSE I. VINUEZA,
LEOPOLDO N. CHAVEZ Y ABELARDO FLORES

locales escolares, siendo 84 de propiedad llluchi, Salasaca, Teligote, en el cantón

particular, que arrienda la Dirección de
Estudios; 12, de propiedad fiscal; 13 de
propiedad municipal y 29 en actual cons
trucción, unos de propiedad fiscal y otros
del I. Municipio.
Cantidad asignada para el sostenimiento
del Ramo en la Provincia.— En el párrafo
5o sección cuarta del Presupuesto"del Es
tado se asigna la suma mensual de Si.
12.602 para todos los servicios de Instruc
ción Primaria en la Provincia, con la si
guiente especificación: Personal adminis
trativo: Sl.975; Personal Docente: SU 1.135*,
Becas: Si. 60; Arriendos: Si. 182; Gastos
Generales e Imprevistos: Si. 250.— Total
anual: Sj. 151.224,00.
Necesidades del Ramo.—Necesidades hay
que se sienten todavía dentro del Ramo
de Instrucción Primaria de la Provincia;
mencionándose entre ellas, la falta de es
cuelas primarias en muchos lugares de cre
cida población como Chibuleo, Pondoa, Mo
gato, Hualcanga, Shaushi, en el cantón
Ambato; Chiquicha, Pingue, Ozohuaico,
Pelileo. Esto, amén de la necesidad impe
riosa de elevar de categoría muchas de las
escuelas existentes en los tres cantones de
la Provincia.
En esta ciudad se ha dejado sentir la
falta de escuelas nocturnas para la ense
ñanza metodizada y oportuna de las gentes
de servicio doméstico, que no pudiendo
asistir a las escuelas regulares, bien podrían
concurrir en determinadas horas de la
noche. Este ha sido un anhelo fervoroso
de la Dirección de Estudios y hasta llegó
a hacer una experiencia con la creación de
dos escuelas nocturnas para hombres y mu
jeres, pero la falta de fondos hizo que estos
centros de educación popular se cerraran
bien pronto.
Deuda del Gobierno a la I. Primaria
de Tungurahua. - El Supremo Gobierno
adeuda a la I. Primaria de la Provincia,
la considerable suma de Si. 22.000 que
la administración del señor doctor Tama-
yo tomó en el año de 1922 en préstamo,
pero que, a pesar de repetidas gestiones
262 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

de la Dirección de Estudios, no ha sido En el Colegio Nacional Bolívar» de

posible obtener que fuese devuelta. El se Ambato pasó los más largos y fecundos
ñor doctor Ayora, actual Presidente Provi años de su juventud laboriosa, viendo des
sional de la República, ofreció cubrir esa filar ante sus ojos varias generaciones am-
deuda en el Presupuesto del año próximo. bateñas, cuya inteligencia modeló y guió
La Ficha escolar. - Como requisito pre con decisión y cariño.
vio e indispensable a las matrículas, la Di
rección de Estudios estableció la Ficha
Escolar, desde el comienzo del año esco
lar de 1 927-- 1928. Al efecto, el propio Di
rector de Estudios, doctor Carlos F.
Espinoza Smith, verificó el examen médi
co, de la manera más escrupulosa, de to
dos los niños que querían ingresar a las
escuelas primarias de la ciudad, otorgán
doles el certificado correspondiente, de lo
que se dejó la respectiva constancia en
los libros abiertos para el objeto. Desde
el comienzo de este nuevo año, con segu
ridad, la ficha escolar será una realidad
en todas las escuelas de la provincia; pues,
de este modo, se evitará entre lo3 alum
nos el contagio y propagación de enfer
medades.
El estado general de la Instrucción Pri
maria en la Provincia de Tungurahua es
floreciente. Los nuevos métodos pedagó
gicos han invadido los establecimientos
más apartados, y hay una como fiebre por sil nox PIO LOPEZ
campos y aldeas por llevar a cabo cons
trucciones de locales escolares, mediante el A la distancia que interponen los años,
propio esfuerzo. la figura de este educador, abnegado y
austero, toma relieves dignos de la pública
Y a la eficacia del movimiento escolar en
consideración. Nunca tuvo más faenas
la Provincia, contribuyen, de manera de
que las de estudiar y enseñar, posponien
cisiva, los entusiasmos de los Municipios y
do hasta la solución del problema econó
de los particulares, que no vacilan en ero
mico, que en el maestro ecuatoriano siem
gar fuertes sumas para el sostenimiento de
pre tuvo caracteres graves y hasta dolorosos-
planteles que secundan noblemente la labor
del Estado. Las necesidades que se han No desempeñó una cátedra solamente: a
indicado, llegarán a satisfacerse, sin duda, través de su vida profesional, cultivando
variedad de disciplinas, llegó a dictar ca
y entonces nuevos y brillantes progresos
habrá alcanzado en esta sección de la Pa si todas las asignaturas principales que
constan en los programas de enseñanza
tria la cultura popular.
secundaria.
Sin embargo, ha tenido particular predi
UN ANTIGUO EDUCADOR lección por estudios gramaticales y filoló
gicos, y en estas materias, su conocimien
Más de 40 años ha consagrado el Sr. Pío to y experiencia le erigieron en respetable
López al ejercicio del magisterio. Ha sido, autoridad. En revistas y diarios diversos
en este tiempo, desde profesor de escuela de todo el país se encuentran diseminados
primaria hasta profesor y Rector de cole sus interesantes trabajos de análisis y de
gio de enseñanza secundaria. crítica. Partidario de las reglas inflexibles
 LA INSTRUCCION PUBLICA
que establecieron los clásicos de la lengua
vernácula, su labor se ha contraído prefe
rentemente a la defensa del castellano li
terario, en sus formas más puras.
SU. DN. EFREN CABRERA
Hoy, octogenario, vive de la renta de
modesta jubilación que, como a profesor
de Enseñanza Secundaria le concediera el
Estado.
En 1895 fue Presidente del M. I. Ayun
tamiento de Ambato, y desde ese puesto,
fiel a los llamamientos de su vocación, em
prendió proficua labor en beneficio de la
Instrucción Publica, estimulando la creación
de nuevas escuelas y ampliando las exis
tentes.
SR. DON MANUEL COELLO P.
Profesor Normalista y actual Director del
Liceo Municipal Juan Montalvo», de Am
bato.
Hizo sus estu
dios primarios y
especiales en
Quito. En el año
de 1910 ingresó
al Instituto Nor
mal «Juan Mon
talvo, y se gra
duó de Profesor
con sobresalien
te votación, el
V 18 de Julio del
año de 1915.
Mientras estu"
diaba, mereció
Sr. Manuel Coello P. del Ministerio de
Instrucción Pú
blica el nombramiento de Profesor de la
263
Escuela Anexa del mismo Instituto. Con
este doble carácter de alumno - maestro
pasó de 1913 a 1915. Tan pronto como
obtuvo su título, la Misión Pedagógica ale
mana le designó para que, como comple
mento de las exposiciones orales de ella
ante el Primer Congreso Nacional de Maes
tros reunido en Quito en 1916, sostuviese
las prácticas pedagógicas.
Luego fue nombrado Profesor de la Es
cuela Anexa del Normal de Varones: este
cargo lo desempeñó hasta 1917, año en
que decidió aceptar la propuesta del M. I.
Concejo Municipal de Ambato para que
se hiciese cargo de la Subdirección del
Liceo «Montalvo».
En 1921, fue nombrado Director de este
mismo Liceo, y como tal, su inteligente y
laboriosa actuación continúa hasta la fecha»
con el aplauso general que merecen sus
prendas de educador y de caballero.
SR. DON ALEJANDRO CASTRO
Profesor Normalista, graduado en el Ins
tituto Normal «Juan Montalvo» de Quito
en el año de 1922.
Becado por el
M. I. Concejo
Municipal de Pe-
lileo, fue el pri
mer hijo de esta
ciudad que se ini
ció, a base de pre
paración ordena
da y científica, en
el ejercicio del
magisterio.
Alumno distin
guido en el Nor
mal, bien pronto
descolló en la ac
tividad docente.
Alejandro Castro Cumpliendo el
contrato celebra
do con el M. I. Concejo Municipal de Pe-
lileo, laboró en el principal establecimiento
de esta ciudad por el tiempo de un año,
como Profesor de Grado. Luego se tras
ladó a Ambato y en el Liceo «Montalvo»
desempeñó idéntico cargo.
En 1925 fue nombrado Director de la
Escuela Central de Varones de Pelileo, car
go que desempeñó por 2 años. En 1927,
retornó a Ambato, en donde reside hasta
264 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

la fecha^laborando como Profesor de Gra el Gobernador de la Provincia de Tungu-

do de la Escuela Superior «Luis A. Mar rahua, y de éste obtuvo el Diploma de
tínez», a general satisfacción. Profesor de Segunda Clase. Como pre
ceptor, inicióse en una parroquia del Can
8R. DON ABELARDO NARANJO tón Pelileo—Sucre,—donde vivió alrede
Profesor Normalista y actual Director de dor de 3 años. De aquí fue trasladado a
la Escuela Superior «Luis A. Martínez» de Pelileo, en cuyo establecimiento principal
Ambato. laboró, como profesor de grado, por el
. Hizo sus es tiempo de 6 años, al cabo de los cuales
tudios prima fue llamado a Ambato para que se hiciese
rios en su pro cargo de un grado en el Liceo Municipal,
pia ciudad. En en donde le encontramos ahora. En este
1918 ingresó en
el Instituto Nor plantel cuenta ya con 14 años de servicio
mal «Juan Mon- abnegado y constante, mereciendo el pú
talvo» de Qui blico aprecio.
to, y se graduó
en el mismo es Bit. DON MOISES SIERRA
tablecimiento,
de Preceptor Es el señor Sierra uno de los antiguos
Normalista, en pedagogos ambateños que, a pesar de su
Julio de 1923. edad y los largos
En Octubre años consagra
de este propio dos al magiste-
Sr. Abelardo Naranjo año, fue nom- teiio, mantienen
biado por la Di todavía vivas sus
rección de Estudios de Tunguialuia Profe energías y aún
sor de Curso de la Escuela Luis A. Mar laboran en él con
tínez»; cargo que desempeñó hasta 1926 empeño y deci
en que el M. I. Municipio de Ambato le sión.
nombró Subdirector del Liceo «Montalvo». El señor Sierra
En Enero de 1927, la Dirección de Es nació en Amba
tudios volvió a llamarle y le encomendó to en 1872. El 6
la Dirección de aquella escuela superior en de Octubre de
que ha desplegado magníficas iniciativas. 1888, el M. I.
Concejo Muni
SR. DON MODESTO CASTRO cipal de Amba
to le nombró
Lleva 23 años de servicio en las escuelas Sr. Moisés Sierra profesor del ca
de la Provincia. Actualmente es uno de
serío Chisalata,
los buenos Pro con el sueldo mensual de 10 pesos. En
fesores de Cur
so del Liceo 1893 pasó al caserío de Huachi y, para
Municipal esta época, la asignación mensual subió a
«Juan Montal 15 pesos.
vo» de Ambato. Llega el año de 1S95, y entonces Sierra
Nació en Peli-
leo, en cuya es toma las armas y se bate con los mejores
cuela siguió los ambateños, al lado del General Alfaro,
cursos de ense siendo de los más bravos (v. pág. 98).
ñanza primaria. Terminada esta jornada con el triunfo de
Fue a Quito, y finitivo, Sierra vuelve al magisterio. Diri
en esta ciudad ge las escuelas de San José de Atocha y
estuvo cuatro Chisalata, por segunda vez.
años asistiendo
a las clases de En 1901, el M. I. Concejo Cantonal nom
un colegio de bróle Profesor de Grado del Liceo «Mon
Sr. Modesto Castro enseñanza se talvo » y en 1915, alcanza la jubilación.
cundaria. Hoy es Profesor de la Escuela Popular
En 1901 rindió examen de aptitud ante de niños pobres de esta ciudad.
 LA INSTRUCCION PUBLICA 265

PR. DON ENRIQUE FIERRO lomé; Profesor de la Escuela Media «Juan

Benigno Vela y Profesor de la Escuela
Profesor Normalista. Hizo sus estudios Superior «Luis A. Martínez» de Ambato.
de enseñanza primaria en el «Liceo Mon Sus ascensos como profesor han sido, pues,
talvo» de esta en rigurosa escala.
ciudad. En
1919 se trasla En otros órdenes de actividad social ha
dó a Quito, e sido: Profesor ad-honorem de obreros;
ingresó en el Fundador de clases nocturnas para analfa
Instituto Nor betos y Presidente de la Sociedad Obrera
mal «Juan «Mutuo Socorro». Como Contador Co
Montalvo». mercial goza de extenso prestigio, y es,
El 18 de julio
de 1923 obtuvo actualmente, además de Profesor de la
su diploma de materia en el Curso Especial del Colegio
Preceptor Nor «Bolívar», contador de importantes casas
malista, y en comerciales de esta ciudad, como las de
Octubre del Levy Hnos. (sucursal), J. Baduy Hnos.,
propio año, la etc. Antes fue también contador de la
Dirección de
Estudios de Colecturía del Colegio «Bolívar».
Sr. Enrique Fierro T u ngurahua
nombróle Pro EL COLEGIO NACIONAL -BOLIVAR»
fesor de Curso de la Escuela Superior
«Luis A. Martínez» de Ainbato. En este Sesenta y ocho años han transcurrido
desempeño demostró sus excelentes aptitu desde que, gracias a las activas y patrióticas
des de educador. gestiones del señor D. Joaquín Lalama, fue
En Enero de 1927, pasó al Liceo Mu autorizada, por ley del 17 de Abril de
nicipal, «Juan Montalvo», en donde actual 1861, la fundación del Colegio Nacional
mente es Profesor de Curso. Su consa «Bolívar», que es en el día el centro más
gración al trabajo y el afán de estudio que avanzado de cultura popular de la Provincia.
le caracterizan, le han recomendado espe Durante el tiempo transcurrido, esta ins
cialmente ante autoridades y padres de fa titución ha sabido cumplir, lenta pero segu
milia de la ciudad. ramente, con los propósitos de su ilustre
fundador. Persiguiendo altos ideales de
SR. DN. J. MIGUEL ALVA15ADO C.
renovación y de cultura—que en muchas
Actual Profesor de Contabilidad del Co ocasiones parecieron muy lejanos y difíci
legio Nacional «Bolívar». les de traducirse en hechos tangibles—la
Hizo sus estu historia de este organismo es la de un gran
dios en ese mis esfuerzo, inteligente y bien intencionado,
mo colegio, y
terminados losa- que prolongándose por más de media
ños de enseñan centuria ha llegado a triunfar en la jornada
za secundaria, largamente sostenida por el mejoramien
rindió su examen to social. Desde los albores de su fun
de aptitud ante dación quienes tuvieron a su cargo las
el Consejo Es importantísimas funciones de directores y
colar de Tungu-
rahua, para ob maestros de la juventud, consagraron a su
tener el título de servicio todas sus energias y actividades, y
Preceptor de Ins conscientes de las responsabilidades inhe
trucción Prima rentes a tan alto cometido supieron cum
ria. Luego se plir con su elevada misión, a despecho de
graduó también
de Contador Co circunstancias desfavorables y de penurias
Sr. J. Miguel Alvarado mercial. económicas.
Ha sido Profe En medio de las agitaciones de índole
sor en la Escuela Elemental de San Barto- política que han conmovido a la sociedad
266 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EX 1928
EDIFICIO EN CONSTRUCCION DEL COLEGIO NACIONAL «BOLIVAR'
ecuatoriana duranl; el largo lapso de
tiempo transcurrido, el Colegio «Bolívar»
ha sido una de las instituciones que consi
guieron subsistir yevolucionar,porquepudo
llevar a la conciencia pública el convenci
miento de que la razón de su existencia
estaba constituida por un ideal de cultura
muy amplio y muy humano, puesto de
manifiesto en el mantenimiento de cons
tantes anhelos de progreso, siempre al
servicio de la colectividad. De esta suerte,
aún los escépticos y los ignorantes, no pu
dieron eximirse de reconocer la importan
cia de la institución consagrada por entero
a la obra fecunda de poner la educación al
alcance de toda3 las clases sociales, espe
cialmente de aquellas que mayormente la
necesitan, por lo mismo que viven en un
ambiente de limitación espiritual y de aleja
miento de los grandes centros y corrientes
culturales.
Fue primer Rector del Colegio «Bolívar »
un varón de altas dotes intelectuales y
morales, el doctor Francisco Javier Montal-
vo, hermano de don Juan, también escritor
pulcro y erudito y notable jurisconsulto.
Tan satisfactoria y atinada resultó la actua
ción del doctor Montalvo al frente del Rec
torado que fue reelegido por tres períodos
consecutivos. Contando con colaborado
res tan distinguidos como el inolvidable
doctor don Carlos Casares, reputado en
todo el país como uno de los más nota
bles maestros de varias generaciones, el
doctor Montalvo supo dirigir la marcha
del plantel con tanto acierto como energía.
Luego, el Dr. Nicolás Martínez, el Dr.
Juan Benigno Vela, el Dr. Agustín Nieto,
el Dr. Adriano Montalvo, el Dr. Angel
Modesto Borja, el Dr. Ricardo Martínez,
el Sr. D. Celiano Monge, el Sr. D. Miguel
Angel Albornoz, el Dr. Víctor Manuel Gar-
cés y otros preclaros ciudadanos que han
regentado el «Bolívar», han procurado de
la manera más desinteresada y entusiasta
mantener el plantel en el más alto grado
posible de organización y disciplina al
mismo tiempo que atendían al mejoramien
to de su local y dependencias.
Testimonio muy elocuente de la fecunda
labor que el « Bolívar» ha realizado desde
su fundación es el hecho de que de sus
aulas han salido en todo tiempo hombres
que han alcanzado figuración honrosísimaen
 LA INSTRUCCION PUBLICA
JUNTA ADMINISTRATIVA DEL COLEGIO NACIONAL 'BOLIVAR»
Señores: Dr. Alfonso Torres O.; Alejandro López España, Dr. Víctor M. Gareés, Pre
sidente; Efraín Altamirano, Secretario; Dr. Alfredo Sevilla; Dr. Gabriel Román G.
muy variadas esferas de actividad: profe
sionales, literatos, periodistas, políticos,
científicos, etc., de aquellos que, sobresa
liendo en el campo de su especialización,
constituyen un timbre de orgullo para la
provincia y un factor de progreso constan
te para la patria. Ahí están los Martínez,
los Albornoz, los Montalvos, los Meras,
los Pachanos, los Moscosos y tantos otros
que cruzaron por las aulas del «Bolívar»
y dejando en ellas el recuerdo de sus
nombres, nunca le negaron el valioso do
nativo de su inteligente cooperación para
acrecentar el prestigio de la institución en
donde había comenzado a modelarse su
personalidad.
Concretándonos a la época actual, tanto el
Sr. Rector como la Junta Administrativa
del plantel, deseosos de encauzar definiti
vamente sus actividades por una senda de
mejoras que responda a las exigencias
siempre crecientes de la ciencia docente,
solicitaron del Ministerio de Instrucción
Pública el apoyo indispensable para intro
267
ducir algunas reformas radicales en lo re
lativo a la enseñanza.
El Ministerio autorizó, en efecto, algu
nas de las reformas solicitadas, y entre
ellas la fundación de un Curso Especial de
Topografía y Nivelación, que funcionó con
éxito durante algunos años. Luego creó
se un Curso de Contabilidad y Comercio
que ha llenado una necesidad local senti
da de largo tiempo y en el que han obte
nido su título profesional algunos jóvenes
ambateños.
En 1915 la Junta Administrativa del
- Bolívar presentó a consideración de la
Junta de Gobierno Provisional un proyecto
que consultaba nuevas reformas en el plan
general de estudios. Tal proyecto indica
ba la necesidad de crear cursos adiciona
les de pedagogía— para profesores de en
señanza primaria, — de secretariado y
prácticas mercantiles, en beneficio de aque
llos jóvenes que, deseosos de obtener em
pleos administrativos o comerciales no
cuentan con la preparación técnica sufi
ciente para desempeñarlos satisfactoria
mente. Pedíase, asimismo, la creación de
233 la provincia DE TUnOOaAnüA EN 1928

PERSONAL ADMINISTRATIVO Y LOCENTE DEL COLEGIO NACIONAL «BOLÍVAR»

Sentados, Sres.: Dr. Gabriel Román G.; Cristóbal L. Naranjo, Inspector; D. Alejandro
López E.; Dr. Alfredo Sevilla, Vicerrector; Dr. Víctor M. Garces, Rector; Dr. Julio T.
Paredes; D. Luis A. Franco; Dr. Alfonso Torres O. — En pié, señores: J. F. Montalvo;
Dr. Manuel Romero; Jorge Mideros; Eduardo Dávalos; Efraín Altamirano. Secretario:
Reinaldo Miño; Dr. Tarquino Toro Navas; Luis F. Chiriboga; Gustavo Salgado; José
Miguel Alvarado; Antonio J. Montalvo.

cursos libres de dibujo, pintura y música, de selecto material de enseñanza y de fis

indicados para estimular en la juventud el
amor a las Artes, cuyo cultivo se aban
dona a la iniciativa individual por falta de
centros docentes especiales.
Ninguno de estos cursos ha sido inau
gurado todavía; pero mediante esfuerzos
incesantes el Colegio sostiene ya un Curso
Práctico de Arquitectura Elemental y de
Dibujo Industrial al que concurren asidua
mente muchos artesanos adultos.
Estas reformas constituyen los prime
ros pasos en la labor de extensión secun
daria que viene persiguiendo el Colegio
«Bolívar» desde hace algunos años.
La Junta Administrativa, por su parte,
ciñendo todos sus procedimientos a las
más puras normas de rectitud, honradez y
patriotismo, ha conseguido impulsar de
manera muy satisfactoria la construcción
del amplio y cómodo edificio—que será
uno de los mejores locales de la Repúbli
ca,—sin descuidar por ello la adquisición
calizar muy severante la labor docente.
Cuenta el Colegio con varias dependen
cias importantes. El Museo Zoológico
está considerado como uno de los mejores
del país. Se le ha formado merced a una pa
ciente labor de cooperación y de entusias
mo, y debe mucho de su originalidad y ri
queza a la competencia y desinterés de su
Preparador, el notable taxidermista D. Luis
A. Pérez.
Los Talleres de Imprenta y encuaderna-
nación, aunque pequeños, prestan aprecia-
bles servicios a la institución y al público.
En ellos se imprime la revista «Cultura ',
órgano del plantel.
La Biblioteca del Bolívar»—con más de
seis mil volúmenes, e infinidad de folletos,
revistas, periódicos, etc., pacientemente co
leccionados-presta inapreciables servicios
al público con el sistema circulante instala
do por su Director, el Sr. A. Salgado Ruiz.
 NUESTROS N I Ñ O S

Niños: 1 Váseonez Sevilla; 2 Tinajero Tinajero; 3 Sevilla Lynch; 4-6 Cobo Bueheli;
"i Martínez Brazzone; 7 Sevilla Naranjo; 8 Román Montalvo; 9 Carrillo Holguín;
10-11-12 Carees Pachano; 13 Vela Cobo; 14 Pachano Carrión; 15 Terán Holguín;
lfi Al faro Mera
 CAPITULO XVII

LA AGRICULTURA

FACTORES PRINCIPALES DE LA RIQUEZA AGRICOLA DE TUNGURAHUA.— FUENTES

DE REGADIO.— ZONAS DE CULTIVO Y ARTICULOS DE EXPORTACION.— LA QUINTA
AGRONOMICA DE AMBATO.— PROPULSORES DE LA AGRICULTURA SECCIONAL EN
LO PASADO Y EN LO PRESENTE.

Según se anota, incidentalmenle, en otro siertos, no ofrecieron, primitivamente, nin

lugar de este libro, la próspera condición
de la agricultura en la Provincia de Tun-
gurahua no se debe exclusivamente a fa
vorables circunstancias naturales, sino, so
bre todo, a la paciente e inagotable labor
de ensayo y preparación que, durante lus
tros, han venido efectuando sobre los ári
dos terrenos o cabe los ríos, muchos hom
bres de acción e inteligencia.
Al contrario de lo que ocurre en otras
secciones del país, el desarrollo agrícola,
en forma específica e intensa, no se debe
en Tungurahua al rutinario y prolongado
esfuerzo del indio. Es el hombre blanco,
estudioso e inteligente, el que retornó de
Europa o el que se consagró al análisis de
las condiciones naturales del medio, a ba
se científica, quien principalmente lo im
pulsó.
Hubo también hombres de energía que
tuvieron que vencer, a fuerza de iniciativas
y del agotamiento de muchos fortunas ini
ciales, precisamente los obstáculos y defi
ciencias de la Naturaleza.
La mayor parte del territorio provincial
fue seco y árido. Inmensos arenales de
guna facilidad ni para vivir ni para cultivar.
No corría agua, y había que traerla. Se la
trajo desde las montañas distantes o se la
sacó del fondo del río por medio de ace
quias que costaron caudales. «La más an
tigua acequia de la Provincia es, induda
blemente, la que hizo construir el Dr. Ga
briel Alvarez del Corro, Abogado de la
Real Audiencia de Quito, a fines del siglo
XVIII o principios del siglo XIX, desde
uno de los orígenes del río Panchalica, al
pié oriental del Carahuirazo, hasta su ha
cienda de Huachi» —dice don Nicolás G.
Martínez en un artículo publicado hace po
co tiempo. Años después, el P. Benítez,
cura de Pelileo, también abrió una acequia,
desde los mismos lugares hasta esa pobla
ción. Esta acequia riega gran parte del
cantón.
Posteriormente varios otros propietarios
abrieron más acequias; pero las dos prime
ras tuvieron siempre excepcional importan
cia, tanto por el gran caudal de aguas que
conducen, cuanto por el valor de las zo
nas extensas que atraviesan.
La acequia municipal de Ambato, cons
 272 LA PROVINCIA DE TUNGURAIIUA EN 1928
truída a principios del siglo XIX.es la pri
mera que aprovechó de las aguas del río
Ambato, y fue el origen de las huertas
cercanas a la población y de las de Mira-
flores. Después, hace cosa de 70 años,
don José Quzmán, el doctor Nicolás Martí
nez y don Modesto Chacón, construyeron,
cada uno de ellos, diversas acequias, desti
nadas a la irrigación de terrenos cercanos al
rio, a su margen izquierda, en donde ahora
se admiran las más hermosas y feraces
quintas.
Hacia mediados del siglo XIX, el prime
ro que concibió y llevó a la práctica la
construcción de dos grandes acequias, no
ya únicamente para irrigar los terrenos cer
canos al río, sino extensos y lejanos terri
torios, fue el doctor Constantino Fernán
dez, quien, con gran inteligencia, mucho
entusiasmo y energía a toda prueba, condu
jo por ellas, después de vencer toda clase
de dificultades, una gran cantidad de agua,
desde las lejanas breñas del cerro Casa-
huala, hasta los límites de la Provincia de
León. Poco tiempo después, otro amba-
teño entusiasta y emprendedor, don Mo
desto Chacón (padre), siguió el ejemplo del
doctor Fernández, también abrió una ace.
quia, casi tan costosa como las de aquél,
desde uno de los afluentes del Ambato,
hasta las áridas llanuras de los Samangas y
los Cunchibambas, prolongando después
su antigua acequia hasta los lzambas.
En vista de los magníficos resultados
obtenidos por los dos anteriores, muchas
personas hubieron de seguirlos en la ini
ciativa, aunque no siempre el éxito coro
nara sus esfuerzos. El doctor Adriano
Cobo perdió su fortuna en una empresa se
mejante.
Gracias, pues, a esta constante apertura
de acequias, el territorio que se extiende del
norte de la ciudad hasta los límites de la
Provincia de León, se ha transformado en
absoluto: los áridos y desiertos arenales de
un tiempo, son ahora las tierras magnífica
mente cultivadas y en plena producción
que admiramos.
En cuanto a las acequias de la margen
derecha del Ambato, y que riegan la in
mensa llanura del sur de la ciudad, a más
de la acequia municipal y de otras peque
ñas que se han construido en diversas épo
cas, nos bastará citar la construida por el
acaudalado propietario don Pablo Albor
noz (padre), la más extensa de la provincia,
y que conduce desde las faldas occidenta
les del Carahuirazo, un verdadero río de
agua, que riega los arenales muertos de
los Huachis; y después las abiertas por don
Juan Elias Bucheli caballero que ahora
mismo está empeñado en llevar a buen tér
mino otra acequia de gran magnitud,
para la irrigación de los mismos territorios.
Los propietarios de hacienda; y de fin
cas de la margen derecha del Patate, en el
cantón Pelileo, también han sacado valiosí
simas acequias desde el río, mediante cos
tosas obras de ingeniería.
Esto en cuanto al riego. Por lo que
respecta a plantaciones y cultivos, preciso
es recordar que estos fueron también estu
diados y transformados en la Provincia de
Tungurahua. «Entre los que han mejora
do los cultivos agrícolas, o han introduci
do plantas de varias clases, al primero que
debemos recordar es a don Gabriel Alva-
rez (hijo o nieto del Abogado de la Real
Audiencia), inteligente y riquísimo quiteño,
quien, para sus haciendas de Patate, intro
dujo de Francia una gran variedad de fru
tales de toda clase, y lo que es mucho más
importante,—hizo venir con ellos, para que
enseñara su cultivo, a D. Enrique Fisseau,
el verdadero iniciador en esta Provincia
de la fructicultura moderna Además,
no debemos olvidar al Dr. Nicolás Martí
nez, por sus estudios y experiencias en el
cultivo de la viña y en la fabricación del
vino; y, por fin, a don Emilio Terán, in
troductor de valiosas variedades de manza
nas, entre ellas la famosa « Emilia » (Reineta
del Canadá), que tanta fama ha llegado a
tener en los mercados de todo el país ...
Don Jorge N. Sevilla y los mismos her
manos Martínez, son también ambateños
que, a pesar de paréntesis más o menos
largos que en su vida interpusieron las fae
nas políticas, en el uno, y científicas, en los
otros, consagraron talentos, iniciativas y
energías a ensayos y estudios y aplicacio
nes agrícolas de gran valor y eficacia.
Luis A. Martínez, entre sus muchas dis
ciplinas, la que más amó fue la de losestu
 LA AGRICULTURA
dios y prácticas agrícolas, a los que se con
sagró durante gran parte de su existencia.
Llegó a tener la convicción de que la es
cuela ecuatoriana, además de ser medio de
formar ciudadanía y de difundir cultura,
debía ser, a la vez, escuela de preparación
para el trabajo agrícola. De tales conoci
mientos y convicciones extrajo sus Cate
cismos de Agricultura, destinados a los
niños y jóvenes del Ecuador.
Conocidos son los servicios prestados
por Augusto y Nicolás Martínez desde la
Quinta Normal de Agricultura, en la que
se sometió todo el proceso de desarrollo y
producción agrícola de Tungurahua a un
riguroso examen científico.
Y aparte del hombre, en general, hay
otro factor importantísimo de la riqueza
agrícola de Tungurahua: las condiciones
climatéricas, que son variadas y excepcio
nales en cuanto facilitan el cultivo de
diversidad de frutas europeas—que es el
tipo de fruta que mayormente se exporta
de la Provincia,— «desde los climas calien
tes y húmedos como el de Baños, donde
prosperan muy bien los duraznos, hasta
los fríos y nebulosos como los de Píllaro,
donde las manzanas se producen admira
blemente»
PRINCIPALES ZONAS DE CULTIVO
Los campos de la Provincia de Tungu
rahua están cultivados hasta las cumbres.
Caso raro en el Ecuador, donde sobran
los terrenos. Sin embargo, esa particulari
dad encuentra su inmediata justificación
cuando se piensa que, en esta parte del te
rritorio ecuatoriano, el latifundio casi ha
desaparecido por completo. La tierra está
subdividida hasta lo infinito entre miles
de pequeños propietarios, que la cultivan
febrilmente.
Las principales zonas de cultivo son,
pues, las zonas altas, donde se pro
ducen el trigo y la cebada, con que se
mantienen en constante actividad los mo
linos de ésta y de otras provincias de la
República, y donde han adquirido gran de
sarrollo la ganadería y sus industrias anexas
(la recolección y preparación de lanas, etc.);
las hoyas del Ambato y del Patate, donde
273
se produce toda la inmensa variedad de
frutas que inundan los mercados de la
República, desde las netamente america
nas hasta las de origen europeo, y en don
de se asientan las más ricas haciendas y fin
cas productoras de vid y caña de azúcar; y
el valle de Baños, donde se producen to
das las variedades tropicales, desde el gui
neo y el plátano hasta la naranjilla y la piña.
Todos los artículos enumerados, consti
tuyen materia de exportación en gran es
cala hacia los mercados del país y extran
jeros, y principalmente, frutas, trigo y gana
do. La naranjilla (en fruta y en jugo) sale
también al exterior.
LOS PROPULSORES DE HOY
Los mayores impulsos que en lo pasado
se dieron al desarrollo agrícola provincial,
han podido localizarse en unos cuantos
hombres de inteligencia, acción e iniciativa.
Ahora, con la propiedad subdividida hasta
lo infinito, la localización de afanes e ini
ciativas tendría que corresponder a un ra
dio mayor de progresistas propietarios, que,
como tales mismos, se suceden vertiginosa
mente en el febril movimiento de valores
de la época actual.
Señalaremos, pues, en estas páginas sólo
aquello que conceptuamos lo más saliente
y firme, principiando por la Quinta Normal
de Agricultura de Ambato, que es el prin
cipal organismo propulsor, no sólo de la
agricultura seccional, sino de toda la Repú
blica, por los amplios trabajos de experi
mentación que en ella se efectúan.
LA QUINTA NORMAL DE AGRICULTURA
Fue fundada la Quinta Normal de Agri
cultura de Ambato, a sugerencia inicial de
aquel gran patriota que fue Luis A. Martí
nez, y cuando ya el Gobierno pudo, en
cierta época, darse cuenta de que, en efecto,
el porvenir económico nacional dependía
principalmente de la producción agrícola.
Fue en la segunda Administración del
General Leonidas Plaza Gutiérrez que se
dio el Decreto de fundación de este plantel;
le tocó al Ministro Luis N. Dillon (1913)
organizaría debidamente.
El primer Director de la Quinta Normal
274 LA PROVINCIA DE TUNGUIlAnUA EX 1928
QUINTA NORMAL DE AGRICULTURA
fue el Prof. don Augusto N. Martínez, a
cuyo cargo se encomendaron, además, las
cátedras de Agrología, Geología y Quími
ca agrícolas. Jefe de la sección de Meteoro
logía agrícola fue don Nicolas G. Martínez,
quien estableció, a la vuelta de poco tiem
po, hasta doce estaciones de observaciones
magnéticas: en Ambato, Pelileo, Píllaro,
Baños, Patate, Mera (Oriente), etc., etc.; for
mando, por primera vez, los cuadros com
parativos de meteorología de las diversas
secciones de la República, singularmente
entre las mesetas de Ambato y Quito
El Prof. Abelardo Pachano tomó bajo
su dirección la enseñanza de Agronomía
en general, Micrografía, y Bactereología
agrícola. Otros profesores hiciéronse car
go de clases complementarias de las mate
rias correspondientes a la enseñanza común.
Desde el principio, las actividades de la
Quinta han venido desarrollándose bajo el
siguiente plan:
Análisis de terrenos;
Introducción y propagación de varieda
des nuevas en la fructicultura;
Estudio de las enfermedades de las plan
tas y de los medios para combatirlas;
Experimentación de abonos especiales pa
ra la agricultura ecuatoriana;
Ensayos para el perfeccionamiento de
los cultivos;
Ensayos de cruzamiento con variedades
extranjeras, para obtener el rendimiento-
máximo; etc., etc.
Anexa a estas labores, ha ido, n.Vuralmci-
te, la preparación profesional cuidadosa de
los alumnos de la Quinta, destinados a ser
los elementos renovadores de la agricultu
ra ecuatoriana.
Hasta la fecha, se encuentran disemina
dos por todo el país, propagando los méto
dos nuevos de cultivo y de intensificación
agrícolas muchos ex-alumnos de la Quinta
Normal de Agricultura de Ambato. De entre
ellos se han distinguido, por su contracción
absoluta a estudios de agronomía, aún
después de abandonada la Quinta en don
de se iniciaron, los señores Manuel Chico
y Luis Montenegro, hoy profesores del
plantel, y el señor Carlos Buenaño, acredi
tado arboricultor y jardinero.
ORGANIZACION ACTUAL
El ensayo de adaptación de nuevas varie
dades se ha intensificado notablemente, y el
estudio de las enfermedades de las plantas
ha tenido que profundizarse en vista de que,
 OTRO ASPECTO RE LA QUINTA NORMAL DE AGRICULTURA
en los últimos íiempos, las plagas presenta
das en huertos frutales, sementeras y viñe
dos, lian requerido una activa labor de de
fensa. El cultivo del tabaco se ha ensaya
do con magnífico éxito.
Actualmente, las labores de la Quinta
Normal de Agricultura de Ambato se distri
buyen entre el siguiente personal: Profesor
Abelardo Pachano, Diredor, con estas
asignaturas a su cargo: de Agronomía,
Economía Rural y Química; Mr. Emilio
Krawsky, Ingeniero Agrícola, graduado en
la Escuela de Agricultura de Montpellier y
contratado por el Gobierno del Ecuador
para que dicte las clases de Horticultura,
Arboricultora frutal y Viticultura; don Te
ñí ístocles Hervas, Profesor de Matemáticas,
Física y Topografía Agrícola y Habilitado;
don Luis A. Montenegro: Profesor de Físi
ca y Química Elementales, Meteorología y
Tabacologia y Jefe de los trabajos prácticos;
don Rafael Gómez V.: Profesor de Huma
nidades e Inspector General; don J. Manuel
Chico: Profesor de Ciencias Naturales y de
Patología Vegetal; don José M. Lalama, Se
cretario.
EL PROFESOR ABELARDO PACHANO
Hizo sus estudios profesionales en los
Estados Unidos. Su título de Ingeniero
Agrónomo lo obtuvo en la Universidad de
Corneil, en 1911.
A su regreso de Norte América, hízose
cargo, por algún tiempo, de la cátedra de
Ciencias Naturales del Instituto Normal
Juan Montalvo. de Quito. Al inaugu
rarse la Quinta Normal de Agricultura en
su ciudad natal, fue nombrado profesor de
ella para la enseñanza de Bacteriología, Mi-
crografía y práctica agrícola, materias de su
particular dominio y especialización.
Hacia 1918 fue invitado por el Gobierno
del Ecuador para que se hiciese cargo de
la organización y dirección de la Estación
Experimental Agrícola de Chobo. En el
desempeño de esta misión, el Sr. Pachano
demostró no sólo su extensa capacidad cien
tífica y su consagración decidida a los
trabajos de su competencia, sino también
inapreciables dotes de organizador activo
y enérgico.
En colaboración con el notable micó-
logo Mr. Rorer, y los profesores Rose y
Popenoe, llevó a cabo muy detenidos estu
dios sobre fitopatología ecuatoriana, que
han llevado a las conclusiones más certe
ras respecto del problema agrícola que
el Ecuador confronta, en estos mismos
momentos.
Cumplida su misión en la Estación Ex
276 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

perimental de Chobo, el Sr. Pachano pasó a
desempeñar el cargo de Jefe de cultivos
del Ingenio «Valdez», una de las empre-
PROF. ABELARDO PACHANO
hasta 1924 en que se extinguió, excelentes
muestras de gran entusiasmo y de inteli
gentes iniciativas. Compuesta por elemen
tos representativos de la Agricultura pro
vincial, su acción fue atinada y eficaz.
A ella pertenecieron, entre otros notables
agricultores, don Alfredo Barona Holguín,
don Jorge Leonardo Sevilla, don Alfredo
Coloma, don Justo Aníbal Vásconez. don
Abelardo Sevilla, don Jorge Holguín Itu-
rralde, etc.
Durante mucho tiempo fue presidida por
el señor don Francisco N. Cobo, a cuyos
entusiasmos, precisamente, se debe la rea
lización de muchas iniciativas felices: aper
tura de caminos nuevos y carreteras; colo
cación de puentes; inauguración de la
Exposición Agrícola e Industrial de Tun
gurahua; etc.
El señor don Francisco N. Cobo presi
dió la Junta Cantonal de Fomento Agrí
cola de Ambato, en su calidad de Jefe Po
lítico, por el tiempo de 4 años.
En todo este lapso, sus entusiasmos por
el fomento agrícola no desmayaron un

sas agrícolas más fuertes y progresistas

de la República—en la que, años atrás,
trabajara también otro ambateño de gran
energía, Luis A. Martínez, —y ahí perma
neció hasta mediados de 1926, año en que
el Gobierno le llamó para que tomase a
su cargo la dirección de la Quinta Nor
mal de Agricultura.
El Profesor Pachano, como hombre de
ciencia y como ciudadano, tiene inmenso
prestigio. Fue Diputado por Tungurahua
al Congreso Nacional de 1924, y, última
mente, sus conterráneos acaban de elegirle
Diputado Principal a la Convención Na
cional de 1928.

JUNTAS DE FOMENTO AGRICOLA

Después de la Quinta Normal de Agri

cultura, la obra de las Juntas de Fomento
Agrícola de Tungurahua, en su limitado
radio de acción, ha sido también notable
en beneficio del progreso agrícola.
La Junta Cantonal de Fomento Agrícola
de Ambato, particularmente, supo dar,
SR. DN. FRANCISCO N. COBO
momento, y, así, bajo su directa supervi-
gilancia, quedaron abiertas y en perfectas
condiciones de servicio, las magníficas ca-
 LA AGRICULTURA 277

QUINTA NOliMAL DK AGRICULTURA

Alumnos del plantel ejecutando algunas faenas reglamentarias. A la derecha, arriba,
un detalle de la Estación Meteorológica. Al centro, entrada a los campos de la Esta
ción Experimental.
 278 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
ALUMNOS DE LA QUINTA NORMAL DE AGRICULTUltA
rreteras que unen a Anibato con los prin
cipales lugares de intensa producción:
Quero, Cevallos, Montalvo, Atocha, Tisa-
leo, Santa Rosa y San Bartolomé.
Hizo contruír los planos de la carre
tera al cantón Pillara y se formalizaban ya
los arreglos para iniciar los trabajos de la
gran carretera a Pelileo, cuando el Go
bierno (1924), le promovió a la Goberna
ción de Bolívar, donde su fervor porja
apertura de caminos y establecimiento de
puentes continuó.
Por iniciativa del mismo señor don Fran
cisco N. Cobo -activamente secundada
por sus compañeros de la Junta de Fo
mento, -el 12 de Noviembre de 1922se lle
vó a efecto la importantísima Exposición
Agrícola Provincial, a la que concurrieron
los más notables productores de esta sección
de la República, demostrando un estado de
progreso que no se esperó. A esta Exposi
ción asistió el Presidente de la República,
Dr. José Luis Tamayo, con varios de sus
Ministros de Estado. En la repartición de
premios a los expositores, el señor Cobo
mereció ser públicamente condecorado
con una medalla de oro por el Directorio
Provincial Obrero, en reconocimiento de
su entusiasta labor.
SR. DON JUAN ELIAS BUCIIELI
Todos sus entusiasmos y actividad y
gran parte de su fortuna, ha dedicado a
la apertura de acequias, precisamente por
aquellos lugares que antes fueron estériles
y sin valor alguno. El señor Bucheli es
asi, quien, en los últimos tiempos, mayor
mente ha contribuido a valorizar la pro.
piedad agrícola en un gran sector territo
rial de la Provincia.
Con don Pablo Albornoz, según deja
mos anotado al principio de este capítulo,
ha proporcionado agua, en cantidades
enormes, a la sección de los «Huachis»
inmensos arenales, antes matizados ape
nas por esporádicas manchas de una vege
tación raquítica, y hoy convertidos en ex
tensos y ricos fresales, sementeras de fo
rraje y bosques de capulí y eucalipto. El
agua, primordial elemento de vida y de
riqueza, ha sido también el medio capital
con que han podido establecerse poblados
de regular importancia, cerca de los cua
 LA AGRICULTURA 279

les las poéticas quintas y las haciendas le han recomendado a la consideración y

hermosamente edificadas, ponen la nota gratitud de sus conterráneos.
alegre y pintoresca. Mediante activas gestiones, logró intro
Hoy esos terrenos valen millones. ducir de México una variedad nueva del
Desde luego, la apertura de acequias no maíz, que aclimatada y desarrollada conve
ha sido una empresa fácil para el señor nientemente en su hacienda de Samanga, rin
Bucheli. Aparte de esfuerzos que muchas dió los mejores frutos, siendo, luego, el
veces resultaron estériles; y del gasto de origen del mejoramiento y aumento de
cuantiosas sumas, tuvo que afrontar serios producción del precioso cereal en toda la
problemas surgidos a causa de esa legis Provincia.
lación colonial a que indios y mestizos
«comuneros» se aferran ciegamente, vol
viendo las espaldas a todo sistema de
transacción y de equitativo arreglo. Nada
le ha amedrentado ni desalentado al señor
Bucheli, y a fuerza de dinero y constancia,
ha logrado salir avante con sus propó
sitos.
Dueño de extensos territorios a la mar
gen derecha del río Ambato, una vez do
tados de agua, los ha parcelado inmedia
tamente. Innumerables labriegos cultivan
su propio terreno, gracias a esta circuns
tancia.
Fuera de tales actividades, el señor Bu
cheli se ha consagrado también a las ope
raciones de banca; pero siempre tendiendo
a estimular la producción agrícola.
En Agosto de 1921, fundó, con don
Pablo Albornoz, don Leonidas Jaramillo,
don Angel M. Naranjo y otros caballeros,
el Banco Tungurahua, cuyos principales
fines eran apoyar a la agricultura seccional. BR. AUGUSTO I.. NARANJO
Del señor don Jnan Elias Bucheli pode Poseedor de una rica fuente de regadío,
mos decir, en resumen, que, siendo uno con ella ha venido favoreciendo el desarro
de los más ricos propietarios y capitalistas llo agrícola en una extensa porción de te
de la Provincia, toda su vida y su presti rritorio, vecina de su hacienda.
gio los ha consagrado de modo absolulo Y así en la renovación como en la in
al fomento de la agricultura seccional, sea tensificación de cultivos -no principalmen
como agricultor y hombre de empresa, sea te de cereales, —su actividad y consagra
como banquero o como representante del ción han sido ejemplares. El maíz, el trigo
pueblo en el seno de la Corporación mu- y la cebada que se cosechan en su hacien
cipal de Ambato. da, han venido a constituir, en el merca
do, lo más escogido y selecto.
SR. DON AUGUSTO L. NARANJO Y ya que en estas páginas nos hemos
referido al agí ¡cultor, no pasaremos ade
Consagrado a los afanes de la agricul lante sin referirnos también al caballero.
tura, tras una brillante y honrosísima ca Es el señor don Augusto López Naran
rrera en la vida pública de su ciudad, las jo— consignadas ya sus provechosas inicia
iniciativas que ha puesto en práctica para tivas en el campo de la agricultura,— uno
mejorar cultivos o estimular la producción, de los ambateños de mayor prestancia y
 280 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

notoriedad en la vida social y política de situada en la circunscripción de Mocha,—se

Tungurahua. Sus ascendientes se encuen han criado los mejores ejemplares vacu
tran en los valientes y gloriosos capitanes nos y porcinos, que, en exposiciones na
españoles que acompañaron a Sebastián cionales han llamado la atención. Ade
de Benalcázar en la conquista del Reino de más, «Hatillo» es la hacienda que más pro
Quito, hacia 1534. En los documentos co duce papas de una calidad insuperable.
rrespondientes a la segunda fundación de En la Exposición Agrícola provincial de
Ambato (1698), encontramos también, en 1922, éstas sorprendieron por su enorme
tre los sobrevivientes del terremoto que aso tamaño y limpieza.
ló la primera ciudad, los nombres de va
rios connotados vecinos, que se cuentan en
tre los antepasados del señor López Na
ranjo. Corresponde, pues, con los Her-
vas, los Andas y los Vásconez, a las prime
ras familias fundadoras de la ciudad. Su
conducta de caballero, ha correspondido
siempre al prestigio de su apellido.
Muy joven intervino, con decisión, en
las campañas de la política nacional. Fue
uno de los primeros que alzaron el grito
de rebelión contra la dictadura de Veinte-
milla, y de los que tomaron la guarnición
de Ambato en 1882. Se adscribió a las
filas liberales y actuó de lado de su política,
con toda lealtad.
Fue Gobernador de la Provincia por
tres períodos. En el último (a partir de
1913), actuó más de 5 años. La Presiden
cia del M. I. Concejo Municipal, ocupó
también durante varios períodos. En 1922,
sus conterráneos le eligieron Senador de
la República, pero el señor López Naran SI!. ALFREDO BARONA H.
jo,— entregado ya completamente a sus
faenas agrícolas,— se abstuvo de concurrir. Grandes cantidades de ganado gordo se
Su entusiasmo por la agricultura, ha embarcan, desde Mocha mismo, a Guaya
pasado también a sus hijos: César Augusto quil. También se exportan los artículos
y Humberto L. Naranjo, acaban de es que producen las industrias consiguientes:
tablecer, a la entrada del Oriente Ecua mantequilla, quesos y lanas.
toriano, una hacienda destinada a ser, en
El señor Barona Holguín, a sus activi
lo porvenir, de las más ricas y prósperas
dades de agricultor ha unido en varias
de esa sección.
ocasiones las del funcionario, en las que
supo distinguirse siempre por su correc
SR. DON ALFREDO BARONA HOLGUIN
ción y probidad. Ha sido uno de los
Perteneció a la Junta de Fomento Agrí mejores Intendentes Generales de Policía
cola de Ambato, y, como tal, su contri de Provincia.
bución a la realización de las mejores ini Elemento social de sobresaliente posición,
ciativas fue de las más decididas. su prestigio como tal le ha llevado a feli
El señor Barona posee una de las más ces actuaciones en la Presidencia del Club
extensas y productivas haciendas ganade Tungurahua y como miembro de corpo
ras de la Provincia. En Hatillo nom raciones de importancia.
bre de la hacienda a que nos referimos. Hoy es Superintendente del Ferroca
 LA AGRICULTUR A 281

rril al Curaray. Merced a su tinosa e in El señor Jaramillo posee el título de

teligente administración, las rentas de aquel Sargento Mayor de Ejército.
ferrocarril se han triplicado; y no preci Por el espacio de 20 años, vive consa
samente por el simple aumento de tarifas, grado a los trabajos del campo; y de su
sino por la suma de inteligentes iniciativas consagración a
puestas en práctica, a fin de que el movi laagricultura
miento ferroviario tome contacto con las ha obtenido va
urgentes necesidades del transporte, en liosas experien
cias, que han
épocas en que la producción agrícola ha resultado, lue
llegado a su máximum, en toda la extensión go, de general
del valle que el tren recorre. utilidad. Antes
el señor Jarami
SR. DON JORGE N. SEVILLA llo había actua
do intensamen
Este distinguido ambateño debió todas te en la vida
sus brillantes posiciones en la vida públi política del país,
ca del país a poniéndose de
sus intensas vir lado del Partido
tudes cívicas y Liberal, por cu-
a su rectilíneo yo t r i u n f o se
carácter constan Sr. Mariano Jaramillc batió en los
tes en todos los campos de ba
actos de su exis talla con recomendable crédito.
tencia.
Fue uno de los PROPULSORES DEL PROGRESO RURAL
que más alientos
dieren a la agri
cultura de esta Las pequeñas poblaciones de Tungura
Provincia, y a hua han tenido sus propulsores entusiastas,
ella vivió consa dentro de ellas
grado fervorosa mismas, y se
mente. De sus han reco m en-
ocupaciones fa dado ala públi
Sr. Jorge N. Sevilla voritas sólo le ca considera
distrajeron de ción por sus
cuando en cuando los llamamientos del acertadas inicia
civismo. Fue varias veces Representante tivas y despren
de Tungurahua a los Congresos Nacionales dimiento.
Uno de estos
y presidió en la Cámara joven con inteli propulsores ha
gencia, patriotismo y acierto. Como Se sido el Sr. Dn.
nador, distinguióse siempre por su espíri Alcides Peral-
tu ecuánime, sin apasionamientos ni prejui vo, quien ha
cios de bandería. co n tr i bu ido
principalme nte
En su ciudad prestó importantes servi para que la po
cios, ya sea como simple ciudadano de Sr. Alcides Peralvo blación de Tisa-
iniciativas, ya sea como Concejero Muni leo sea una de
cipal. las primeras dentro de su jerarquía políti
SR. DON MARIANO JARAMILLO ca, de la Provincia de Tungurahua. Pe-
ralvo ha venido laborando por el progreso
Tomó parte activa en la campaña del 95, de ese importante lugar desde 1913.
junto a las huestes del General Eloy Alfa- Durante el tiempo de 12 años (1917-
ro. Luego sirvió algún tiempo en el Ejér 1928), ha sido Teniente Político de Tisaleo.
cito. Hasta que, atraído por sus aficiones En este lapso sus esfuerzos se han enca
agrícolas renunció a la carrera militar, con minado a sentar moral y materialmente, las
sagrándose al cultivo y cuidado de sus pro bases de la prosperidad de la parroquia,
piedades. consiguiendo para ella las siguientes mejo-
282 LA PROVINCIA DE TUNGUitAHUA EN 1928
HACIENDA «NAGSICHE- DE PROPIEDAD DEL SR. DON ANTONIO JOSE HOLOUIN
ras: creación de escuelas en los caseríos
de Quinchicoto y Alobamba; instalación
de una oficina telefónica y de una planta
eléctrica; establecimiento del servicio postal;
construcción de una casa municipal; aper
tura de una importante carretera hacia Am-
bato; delineación, apertura y empedrado de
calles, y la constante vigilancia y diligente
cuidado de los caminos vecinales.
Antes de 1927, había desempeñado tam
bién los cargos de Teniente de Reserva de
aquel lugar, y Juez Civil, por varios pe
ríodos.
Como tipo de autoridad ejemplar en los
pequeños pueblos de Tungurahua, entusias
ta por la cultura y el progreso, tiene, pues,
merecido lugar en este libro.
SR. DON ANTONIO JOSE HOLGUIN
Uno de los más ricos propietarios de
la Provincia de Tungurahua, y quien, con
otros conterráneos de iniciativa y talento,
ha dado un eficaz impulso a la agricul
tura seccional.
Es miembro de la Sociedad Nacional
de Agricultura de Quito. Sus haciendas
«Carbón», situada en la Provincia de Tun
gurahua, y «Nagsiche», de la Provincia
de León, han llegado a ser de las más
grandes productoras de cereales escogidos
y de ganadería excelente.
Para mejorar los tipos de ganado vacu
no introdujo valiosos ejemplares de gana
do «Holstein»; y es así como «Nagsiche»
y «El Carbón» se han constituido hoyen
unos de los más ricos asientos de gana
dería selecta de toda la República.
Ejemplares de toros magníficos y de
vacas de raza superior, han sido presen
tados en todas las exposiciones nacionales
y provinciales, mereciendo triunfos y pre
mios de primera clase.
Ganado gordo para el consumo y los
productos de la industria anexa a este im
portante ramo de la agricultura—quesos
de primera calidad, mantequilla y lanas,—
han sido exportados, y siguen exportándo
se, a mercados distantes, y, principalmente,
al de Guayaquil, en donde son muy apre
ciados.
 LA AGRICULTURA 283

La hacienda de «Nagsiche\ fuera de los Lo que más ha preocupado en este or

líennosos ejemplares de ganado, aporta a den de producción, es la variedad extran
los mercados nacionales también enorme jera adaptada a nuestros climas y circuns
cantidad de frutas y cereales, que han sido tancias geológicas.
cuidadosamente seleccionados y cultivados. Aparte de la intensificación y cuidado

UNA DEHESA DE LA HACIENDA «NAGSICHE*

en la producción agrícola, al señor Hol- Para el regadío de la extensa zona de

guín espíritu de empresa y de perseve
rante acción,— le ha ocupado también gran
parte de sus actividades la apertura de
acequias, precisamente a través de seccio
nes al principio abandonadas y estériles.
Cunchibamba, construyó dos grandes ace
quias, y gracias a éstas, los terrenos áridos
de un tiempo, se encuentran hoy perfec
tamente valorizados y en plena producción.
La constancia y el decidido afán por

mejorar la agricultura de su país, le han tante de su Provincia a los Congresos Na

colocado en un alto lugar entre los más cionales, y en éstos su actitud honrada y
eminentes agricultores de la nación. leal ha sido siempre una garantía de co
Ha concurrido también como represen rrección y firmeza.
 A M B A T O M O X V M E X T A I.

1 Parque Montalvo; 2 Callo Olmedo; !5 Colegio Nacional Bolívar ; 4 Calle Mera; 5 Busto
de Martínez; G Estatua de Montalvo; 7 Club Tu ngu raima ; 8 Cementerio Municipal;
9 Columna <12 de Noviembre ; 10 Hospital General; 11 Palaeio de la Gobernación; 12 Casa
A. M. Rodríguez Y., en la Plaza 10 de Agosto .
 CAPITULO
CARREUAS PROFESIONALES
EL FORO AMBATEÑO.- REPRESENTANTES DEL PODER JUDICIAL.— MEDICOS DISTIN.
GUIDOS. — INGENIEROS Y CONTADORES COM ERCIALES.— LA JUVENTUD PROFESIONAL.
LOS PRESTIGIOS DEL FORO
Prestigiosos abogados ambateños han
honrado con su probidad y con su ciencia
el foro nacional.
El Dr. Miguel Francisco Albornoz, pro
fesional austero y ciudadano de grandes
virtudes, encargado de organizar la Corte
Superior de Riobamba, fue en ella su pri
mer Presidente. El mismo Dr. Albornoz
presidió la Corte Superior de Quito, me
reciendo por su probidad y ejemplar rec
titud la admiración del Presidente Gabriel
García Moreno.
El Dr. Nicolás G. Martínez, ampliamente
ilustrado, fue también Ministro de la Corte
Superior de Quito, y, al ejercer particu
larmente la profesión, prefirió la defensa
de la clase infeliz, del indio desheredado,
al que sirvió gratuitamente.
Abogados eminentes fueron también: el
Dr. José María Punina, Ministro en varios
períodos de las Cortes de Justicia de Rio-
bamba y Quito; espíritu ecuánime que, a
pesar de divergencia en ideas políticas,
cultivó la amistad de Montalvo, ocultándo
le cuando éste era perseguido; el Dr.
Eduardo Arias, Ministro también de varias
Cortes de Justicia; el Dr. Nicolás Benítez,
XVIII
Y LIBERALES
largos años Secretario de la Corte Supe
rior de Quito; el Dr. Angel Modesto Bor-
ja, Rector de la Universidad Central y del
Colegio Nacional «Bolívar» de Ambato;
los doctores Constantino y Julio E. Fer
nández; el Dr. Ricardo Martínez, que fue
también Diputado y Rector del Colegio
Nacional «Bolívar»; el Dr. Ignacio Saá,
Ministro de la Corte Superior de Riobam
ba; y los doctores Juan Benigno Vela y
Pedro Antonio Sánchez, que además de
ser notables jurisconsultos, fueron también
notables periodistas y hombres públicos.
Los doctores Francisco Javier y Adriano
Montalvo, de quienes hemos consignado
en las páginas 118 y 119 de este libro
algunos detenidos apuntes biográficos, ac
tuaron en la Corte Suprema de Justicia del
Ecuador. El primero de ellos fue Presi
dente de este alto tribunal. Ambos se
distinguieron por sus extensos conocimien
tos juridicos, su gran talento y su inmacu
lada y ejemplar probidad.
El Dr. Pablo Vásconez fue Presidente
de la Corte Suprema de Justicia, llegando
a figurar, en 1851, como Candidato a la
Presidencia de la República. El Dr. Pedro
Fermín Cevallos—aparte de historiador y
literato eminente,—figuró también como
280 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
uno de los primeros abogados de la Re
pública: fue Ministro Fiscal de la Corte
Superior de Guayaquil, Ministro y Presi
dente de la Corte Suprema de Justicia del
Ecuador, Vocal de la Comisión Codifica
dora establecida en el año de 1867 y uno
de los más prestigiosos Profesores de De
recho de la Universidad Central. Poco
antes de entrar a desempeñar este último
cargo había publicado un notable libro:
las Instituciones de Derecho Práctico
Ecuatoriano».
Abogados ambateños de ciencia y pro
bidad fueron también el Dr. Manuel del
Carmen Pachano y el malogrado doctor
Aníbal Viten Lafronte.
El Dr. Pachano— que había actuado con
brillo también en la vida pública del país,
siendo Diputado y Senador en varios Con
gresos nacionales, Rector del Colegio
«Maldonado» y Director de Estudios de
Tungurahua, hasta 1918, —en que fue ase
sinado, desempeñó los cargos de Presi
dente de la Corte Superior de Riobamba y
Ministro de la Corte Superior de Quito.
Con tales valores, el foro ambateño ha
llegado a ser de los más prestantes y dignos
del país. La tradición continúa gloriosa
mente; y, al llegar a 1928, nos encontramos
con hombres rectos, veraces y de cla
ro espíritu, que honran, con su buen crédito
profesional, el foro nacional contempo
ráneo.
Dentro de la Provincia o fuera de ella,
se distinguen actualmente: el Dr. Abel Pa
chano, el Dr. César E. Torres, el Dr. Al
fredo Sevilla, el Dr. Rafael M. Torres, el
Dr. Teodoro Albán, el Dr. Elías Toro
Funes, el Dr. Víctor M. Garcés, el Dr.
Alfonso Moscoso y varios otros.
Entre los profesionales jóvenes, van
acentuando su personalidad en el mundo
juridico los Sres. Dr. Guillermo S. Cisne-
ros, Dr. César A. Cisneros, Dr. Estuardo
Almeida y los licenciados Alfredo Albor
noz y Medardo Sánchez Garcés.
nn. don AitKr. pachano
Abogado de gran prestigio. Fue Minis
tro de la Corte Superior de Quito, y ac
tualmente vive consagrado al ejercicio de
su profesión en Ambato, su propia ciudad.
El señor doctor Pachano intervino, des
de muy joven, en las luchas políticas de la
nación. Fue, en Ambato, uno de los ele
mentos que mayormente contribuyeron al
triunfo del liberalismo en 1895. Como
soldado de esta memorable campaña, me
reció la más decidida estimación de Alfaro.
A la Convención Nacional de 1896-
1897, asistió como Diputado por Tungura
hua. Más tarde, en 1900, su Provincia vol
vió a elegirle representante en el Congre
so. En ambas ocasiones—como antes, en
plena campaña, los rasgos de su persona
lidad enérgica y combativa, se perfilaron
sincera y lealmente.
Como hombre de ideas políticas, no ha
vacilado en intervenciones activas, presi
diendo o alentando juntas liberales en su
ciudad, a la que, por otra parte, ha servido
entusiásticamente, desde la curul de conce
jero o como Presidente del M. I. Ayunta
miento.
DR. DON CESAR E. TORRES
Actualmente es Ministro de la Corte Su
prema de Justicia. Hasta hace poco tiem
po desempeñó, con la probidad y el luci
miento de toda su vida de abogado, el car
go de Ministro de la Corte Superior de
la misma ciudad.
Nació el señor doctor Torres en una fin
ca del cantón Pelileo, de propiedad de sus
padres D. Enrique Torres y Dña. Benigna
Terán. Sus] estudios de enseñanza prima
ria y secundaria, los hizo en Ambato, pri
mero, y luego, en el Colegio de San Ga
briel de Quito. Pasó a la Universidad, y
al fin de una brillante labor de estudiante,
graduóse de abogado en Junio del año de
1908.
La consagración a los estudios de De
recho—en los que sobresalió, no le im
pidió, por cierto, en sus años de univer
sitario, intervenir activamente en la política
y en el periodismo. Afiliado al Partido
Liberal, varias veces convirtióse en gran
propagandista de sus doctrinas más avan
zadas.
Fue, primero, colaborador, y después,
redactor de El Tiempo» de Quito; y pu
 CARRERAS PROFESIONALES Y LIBERALES
blicó artículos políticos y literarios en di
versos periódicos y revistas. Correspondió
a la Sociedad Jurídico-Literaria de la Ca
pital, asociación de intelectuales escogidos
del Ecuador.
DR. CESAR E. TORRES
Sus ideas políticas y la voluntad de sus
comprovincianos le llevaron, después, en
varias ocasiones, al Congreso Nacional: ha
concurrido como Diputado a 3 Legislatu
ras, y como Senador, a la de 1924.
Desde la Presidencia del Concejo Can
tonal de Ambato, del que fue miembro por
el tiempo de 7 u 8 años, laboró en bien
de la ciudad.
Y aparte de estos cargos, desempeñados
por exigencias del civismo, el Dr. Torres
no ha querido aceptar otros, singularmente
de aquellos que, por cualquier motivo,
pueden convertirse en límites de la libertad
política y de la consagración profesional,
que el Dr. Torres ha sabido estimar entre
las mejores cosas.
DR. DON CESAR A. CISNEROS
El señor doctor Cisneros, al principio,
ejerció su profesión en diversas ciudades
del país, inclusive en Pelileo, su ciudad
287
natal. Su honrada actuación, su dominio
de la ciencia jurídica y el perfecto conoci
miento de la legislación nacional, le atraje
ron bien pronto la reputación profesional
de que hoy goza.
Radicado definitivamente en Ambato,
tiene en esta ciudad su despacho.
Varios cargos, relacionados con la pro
fesión, ha desempeñado con éxito. En Pe
lileo, fue Presidente del M. I. Ayuntamien
to, contribuyendo eficazmente a solucionar
muchos de los vitales problemas del
cantón.
Como hombre de ideas políticas, el
Dr. Cisneros se declaró siempre adicto a
los principios liberales, y por éstos luchó
junto al General Eloy Alfaro, quien, en
reconocimiento de los servicios prestados
en el Ejército, le confirió el grado de Te
niente.
Nació en Pelileo en el año de 1886. Es
tudió en el Colegio - Mariano Benítez», de
su propia ciu
dad y en Amba
to.
Los estudios
de Enseñanza
Secundaria los
terminó en Lata-
cu nga, y en el
Colegio «Vicen
te León » gra
duóse de Bachi
ller en Filosofía.
Poco después
ingresó a la Uni
versidad Central,
y terminando en
esta misma sus
estudios de Ju Dr. César A. Cisneros
risprudencia,
obtuvo el Doctorado ante la Corte Suprema
de Justicia, el 22 de Diciembre de 1911.
LICENCIADO ALFREDO ALBORNOZ
Próximo a incorporarse al Cuerpo de
Abogados de la República, el Licenciado
señor Alfredo Albornoz deja en los claus
tros universitarios una estela de triunfos
bien obtenidos por el talento, la consa
gración al estudio y las cualidades de sim
patía con que se distinguió entre sus com
pañeros.
En las lides universitarias, el nombre de
este joven ambateño tomó varias veces ca-
 288 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

racteres de ensena, y en torno de ésta DR. DON ELIAS TORO FUNES

se congregaron ardorosas voluntades estu
diantiles. En 1926 fue candidato a la Pre Ha desempeñado los cargos de Juez de
sidencia de la Federación de Estudiantes Contrabandos, Agente Fiscal y Juez de Le
Ecuatorianos, en lucha con Jorge Villagó- tras, con presti
mez Yépez, otro universitarso de relevan gio y escrupulosa
corrección.
tes aptitudes. El señor doc
Antes había sido Miembro del Centro tor Toro hizo sus
Local y del Consejo Federal en la Uni- estudios de en
señanza primaria
y secundaria en
Ambato y Quito.
Cuando terminó
sus estudios de
bachillerato en
el Colegio San
Gabriel de Qui
to, pasó a la Uni
versidad Central,
y en ésta, con
honrosa vota Dr. Klí:is Toro Fimos
ción, incorporóse
al cuerpo de Abogados en el año de 1894.
El ejercicio de su profesión, se ha visto,
algunas veces, interrumpido por períodos
en que los llamamientos del civismo le
obligaron a ocupar los cargos de Conceje
ro Municipal o Jefe Político de su ciudad.
Politicamente, el señor doctor Toro mili
ta en las más avanzadas filas del libera
lismo.

DR- DON GUILLERMO S CISXEROS

LICENCIADO ALFREDO ALBORNOZ
Nació en Pelileo. En el Colegio «Bení-
versidad Central, y, por especial designa tez» de esta misma ciudad estudió los pri
ción de las representaciones estudiantiles meros años de en
de las tres Universidades ecuatorianas ha señanza secunda
bía desempeñado el cargo de Secretario ria. Los terminó
en el Instituto Na
del Congreso de Estudiantes ecuatorianos, cional «Mejía»
reunido en Ambato en 1924. de Quito, hasta el
Terminados sus estudios de Jurispru bachillerato, des
dencia, hoy se ha consagrado a la prác pués de haber pa
tica de detalles indispensables. Desempe sado también por
las aulas del Cole
ña el cargo de Alcalde Io Cantonal de gio Nacional Bo
Quito. lívar» de Ambato.
Albornoz es, en medio de sus activida Cuando estu
des de estudiante y de empleado particu diante del *Mejía »,
obtuvo triunfos y
lar (pues, desempeña el cargo de Ayudante especiales mencio
Cajero del Banco de Préstamos de Quito), nes, por su apro Dr. (i. S. Cisneroa
también un ilustrado escritor, inclinado a vechamiento. En
la investigación histórica. Ha sido cola el certamen promovido con motivo del
borador de diversas publicaciones univer aniversario de José Mejía, alcanzó el primer
sitarias y de «Ecuatorial - de Ambato. premio.
 CARRERAS PROFESIONALES Y LIBERALES 289

Pasó a la Universidad Central, y en ésta miento, por algunos años, desplegando

siguió los cursos de Jurisprudencia. Has gran interés por el progreso cantonal.
ta que el 26 de Julio de 1919, se incorpo Luego ha sido nombrado Secretario de
ró al Cuerpo de Abogados de la República, la Corte Superior de Ambato, Agente Fis
con briliante votación. cal y Juez de Letras; pero el señor doctor
Para optar el grado de doctor en Juris Cisneros no ha aceptado ninguno de estos
prudencia, la tesis que presentó el 16 de cargos, limitándose al ejercicio de su pro
Julio de 1918 versó sobrela gratuidad de la fesión, libremente, en esta ciudad.
Administración de Justicia. Tal tesis, ori- Actualmente es Procurador de I. Públi
ginalísima y de gran interés para el Ecua ca de la Provincia de Tungurahua.
dor, donde el indio infeliz se ve siempre
envuelto en las mallas del judicialismo ca DR. DON ALOIDES NARANJO
ro y explotador, mereció no solamente la Casi nunca ejerció su profesión de abo
aprobación del tribunal encargado de infor gado. Sin embargo, es uno de los amba-
mar que estaba presidido por el muy doc teños que más intensa y laboriosamente
to Profesor universitario señor doctor don han servido a su ciudad, como ciudada
José Antonio Baquero, sino el aplauso no, como patriota y con el prestigio de
unánime y entusiasta de la Facultad de Ju su alta posición y de su fortuna.
risprudencia, que ordenó, como especial ac
to de justicia, su publicación inmediata, por
cuenta de la Universidad.
Las ideas expuestas en la tesis doctoral
del joven abogado, correspondían —y si
guen correspondiendo, a un vital proble
ma nacional del Ecuador, que es la extir
pación del abuso judicial sobre la gente
pobre y, particularmente, sobre el elemen
to indígena.
A este respecto, el doctor Cisneros ha
expuesto que, si bien en la Constitución
ecuatoriana ha quedado teóricamente» abo
lido el concertaje (sistema de bárbara ex
plotación de la persona y el trabajo del
indio por parte de latifundistas y labriegos
ricos del Ecuador), subsiste en la práctica,
como un rezago de la barbarie de los
-encomenderos» de España, quienes for
malizaron y reforzaron su dominio en
América, esclavizando y anulando esa raza.
La tesis, así, no sólo abunda en cono
cimiento histórico y en espíritu amplia Rr. Dr. Alcides Naranjo
mente jurídico, sino, sobre todo, en idea
les generosos de redención y de justicia. Por muchas ocasiones ha desempeña
do la Presidencia del M. I. Ayuntamiento
Después de este triunfo y antes de él, de Ambato, y en ella, de manera decisi
el señor doctor Cisneros tuvo también una va y eficaz ha influido para el mejora
larga y paciente práctica profesional en los miento no sólo del servicio administrati
detalles de la Administración de justicia. vo, sino de ramos tan importantes como
Fue Juez en una de las parroquias de Quito. el de la Instrucción Pública, que mere
Una vez graduado, regresó a Pelileo. cieron siempre su preferente atención.
Aquí le eligieron concejero municipal, y, Luego, ha sido Senador de la Repúbli
como tal, fue Presidente del M. I. Ayunta ca, distinguiéndose en los Congresos por
 290 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
la ecuanimidad de su criterio sereno, por
las virtudes de demócrata y de ciudadano
íntegro que exhibió.
Es un apasionado por las mejores ma
nifestaciones de la cultura en su ciudad.
Con buenas sumas de su fortuna ha sabi
do estimular la ejecución de obras de
patriótica tendencia. Hasta hoy mantiene
vigente su ofrecimiento de valioso premio
pecuniario para quien inaugure el diaris
mo en su querida ciudad.
El señor doctor Naranjo, con su espíri
tu filantrópico y su alto civismo, es uno
de los mayores prestigios de Ambato. Ac
tualmente es Presidente del Club Tungu-
rahua.
DR. DON ESTUARDO ALMEIPA S.
Abogado joven. Se incorporó al Cuer
po de Abogados de la República el 25 de
Junio de 1927.
Sus pasos por
la Universidad
han dejado hue
llas de triunfo;
pues que el Dr.
Almeida, a sus
felices dotes de
estudian te —re
conocidas desde
que fue alumno
del Colegio Na
cional «Bolívar»
de Ambato,—u-
nió en las aulas
universitarias su
Dr. Estuardo Almeida S. gran fervor por
los estudios a que
se había consagrado.
La tesis doctoral presentada en el año
anterior al de su incorporación, confirmó
sus penetrantes estudios sobre los princi
pales aspectos de la ciencia jurídica. Esa
tesis versó acerca del siguiente punto: «Ca
pacidad legal para comparecer en juicio».
No sólo la Comisión encargada de estudiarla
y emitir su informe, aplaudió y recomendó
de manera especial la tesis, sino que el
mismo Decano de la Facultad de Jurispru
dencia tuvo para el joven universitario los
conceptos más altos. La prensa, por otra
parte, al conocerlo, comentó y elogió el
trabajo, que revelaba una amplia compren
sión y dominio del espíritu jurídico.
Es, además, un escritor de avanzadas y
nobles ideas.
Como profesional, su iniciación ha sido
de las mejores, y probablemente en el ca
mino por recorrer le esperan muchos lau
ros más.
LICENCIADO MEDARDO SANCHEZ GARCES
Natural de Pelileo. Después de hacer
sus estudios de enseñanza secundaria en
el Colegio «Bo
lívar» de Amba
to, se trasladó a
Quito, donde
inició y terminó
sus estudios de
Jurisprudencia.
El Licenciado
señor Sánchez
Garcés, de mo
do paralelo a
sus actividades
de estudiante,
ha tenido que
emplear sus
energías en el
desempeño de
Lic. M. S. Garcés cargos e n q u e
la práctica pro
fesional puede iniciarse con ventaja.
En el año de 1928, cerca de incorporar
se al Cuerpo de Abogados de la Repúbli
ca, le encontramos de Comisario Io Na
cional del Cantón Quito, delicado cargo en
que exhibe excelentes dotes de autoridad
enérgica y respetuosa de la ley.
LOS MEDICOS
Ambato cuenta actualmente con un muy
lucido cuerpo médico. Por otra parte, le
jos de la ciudad, inteligentes hijos suyos
han adquirido renombre como profesiona
les de mérito o como hombres consagrados
exclusivamente a la investigación científica.
En otras páginas de este libro nos hemos
referido a la personalidad del señor doctor
don Pablo Arturo Suárez, actual Director
General de Sanidad del Ecuador. En es
tas citaremos los nombres de dos jóvenes
médicos triunfadores: el doctor Pablo En
rique Albornoz y el doctor Luis Enrique
Viteri S., actual médico de los hospitales
de Filadelfia.
 CARRERAS PROFESIONALES Y LIBERALES 291

Una guía de prestigiosos profesionales nombrado Médico clínico residente del

ambateños, que laboran en su propia ciu Hospital Civil de Quito. En 1927, co
dad, se iniciará siempre con los siguientes mienza a desempeñar el cargo de Médi
nombres: Dr. Alejandro Bastidas, Dr. José co-Director de Higiene Municipal de la
Ignacio Rivera, Dr. Rafael Alfonso Sevilla, misma ciudad... .
Dr. Tarquino Toro Navas, Dr. César E.
Viteri, Dr. Eduardo Paredes, Dr. Julio En
rique Paredes, Dr. Virgilio Paredes Borja,
Dr. Gabriel Román G., Dr. Rafael A. Salvador
y Dr. Humberto Carrillo. —Entre los ciruja
nos dentistas, sobresalen el señor doctor
don Juan Abel Pachano, el Dr. Augusto
Ruiz G. y el Dr. Néstor Naranjo.

DR. DON PABLO ENRIQUE ALBORNOZ

Joven médico ambateño de notable pres

tigio. Su carrera profesional se inicia casi
desde las aulas universitarias. En 1921 in
gresa como alumno externo del Hospital
Civil de Quito. En Noviembre del mis
mo año desempeña el cargo de Gerente
General del Almacén de Drogas de la Junta
Central de Beneficencia. Y en 1922 ingre
sa como Interno ad- honorem del Hospi
tal Civil «San Juan de Dios» de Ambato,
su ciudad natal.
Al mismo tiempo, su prestigio de estu
diante le lleva a actuaciones de primera im
portancia en la vida universitaria. Asi, es
miembro de la Comisión para escoger la
tesis que debía discutirse en el I V Congre
so de Estudiantes de la Gran Colombia
(1921); Delegado de la Asamblea Estudian
til Universitaria ante el Comité Pasteur, en
1922; Presidente del Club Universitario de
la Federación de Estudiantes Ecuatorianos;
Vicepresidente de la Federación de Estu
diantes Universitarios del Ecuador; Repre
sentante, ante el Consejo Federal del Ecua
dor, de la Universidad Central y Presiden
te, por dos períodos consecutivos (1923 y
1924) del Centro de Estudiantes de Me
dicina; etc.
En 1922 interviene, como vocal princi
pal, en la fundación de la Cruz Roja Ecua
toriana.
Doctorado en 1924, sus actividades no
se circunscriben al Consultorio. En Fe
brero del año siguiente es ya Profesor
sustituto de Patología General y Pedia
tria en la Universidad Central. Luego es
Dr. Pablo Enrique Albornoz
El doctor Albornoz fue, hace algunos
años, condecorado con las Palmas Acadé
micas por el Gobierno Francés.
Este mismo Gobierno le nombró, por
órgano del Ministerio de Instrucción Pú
blica y Bellas Artes de Francia, Oficial de
la Academia Científica de París.
Tal es la personalidad de este laborio
sísimo médico ambateño, cuya juventud
da derecho a esperar de él todavía mucho
más para lo porvenir.
DR. DON. GABRIEL ROMAN G.
No ha nacido en Ambato el señor doctor
don Gabriel Román G. No obstante, liga
do a ella por lazos de familia y por parti
culares relaciones de simpatía social, ha
desplegado aquí muchas de sus inteligentes
actividades, profesionales e intelectuales.
Profesor del Colegio Nacional «Bolívar»
por más de 15 años, ha sido también su
Vicerrector en varios períodos. Por sus
292 LA PROVIXCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
manos, pues, han pasado ya algunas gene
raciones ambateñas, no ingratas para con el
sagaz educador. En el mismo estableci
miento, su labor se ha expandido también
como miembro de la Junta Administrativa,
Dr. Gabriel Román G.
durante varios años consecutivos. Actual
mente es Director de la Revista «Cultura»,
publicación en que, dejdesu fundación, ha
realizado una amplii c inteligente labor de
difusión científica.
Ha sido, en repetidas ocasiones, miembro
del M. I. Ayuntamiento de Ambato. En el
año de 1924 fue Diputado por Tungurahua
al Congreso Nacional.
Profesionalmente, su prestigio hállase
también muy extendido. En los años de
1919, 1920 y 1921, fue Cirujano en Jefe de
la Compañía del Ferrocarril del Sur. En
Ambato desempeña hoy una de las voca-
lias principales de la Junta de Asistencia
Pública.
Tal es la personalidad profesional e inte
lectual del señor doctor Gabriel Román G.,
que es quiteño de nacimiento, aunque am-
bateño de corazon, por su hogar, formado
con el aporte de viejas cepas ambateñas, y
por sus largos años de compenetración cor
dial y espiritual con la sociedad de Tungu
rahua.
DR. DON LUIS ENRIQUE VITERI S.
Actual médico de los Hospitales de Fi-
ladelfia, en los EE. UU., después de ha
berse graduado
con brillantísi
mo éxito en la
Universidad de
Pennsylvania,
de la misma na
ción.
Pocos latinoa
mericanos han
merecido exhi
bir mejores ap
titudes intelec
tuales y de alta
moralidad pro
fesional entre
los norteame
ricanos que
nuestro compa Dr. Luis R. Viteri S.
triota. No sola
mente ha triunfado como estudiante, en ui>
ambiente rígidamente depurado y a donde
sólo concurren los mejores, sino, sobre
todo, como médico, cuando la competen
cia establecida con profesionales selectos-
hace siempre difícil el triunfo.
El señor doctor Viteri inició sus estu
dios en su propia ciudad, en cuyo colegio
se graduó de bachiller. En « el año de
1919 abandonó el Ecuador, y desde enton
ces hasta la presente fecha ha residido en
Estados Unidos, consagrado por completo
a la práctica y perfección profesional, con
éxito magnífico.
Muy joven es el señor doctor Viteri S.
Sin embargo, su notable labor en tierras
extranjeras le ha puesto en destacado lu
gar entre los valores más altos de la ju
ventud intelectual del Ecuador, consagrada
a este ramo de la ciencia.
DR. DON .JOSE IGNACIO RIVERA
El señor doctor Rivera, como médico de
prestigio, ha desempeñado importantes co
misiones y cargos. Ha sido Subdirector
de Sanidad y Delegado del M. I. Muni
cipio de Ambato al Primer Congreso Mé
dico Nacional reunido en Guayaquil.
En la vida pública del país ha interve
nido también como Concejero Municipal
 CARRERAS PROFESIONALES Y LIBERALES 293

y como Diputado al Congreso Nacional Graduóse de doctor en Medicina en el

de 1921. año de 1911. Mientras estuvo en la Uni
Hizo sus primeros estudios en Ambato. versidad de
Quito, desem
Luego se trasladó a Quito y en el Insti peñó varias ve
tuto Nacional ces el cargo de
«Mejía» de esta practicante mi
ciudad se gra litar.
duó de Bachiller Su prestigio
en Filosofía. Pa profesional le
só a la Universi ha 1 1 e va d o al
dad Central y a ejercicio de im
los 23 años de portantes comi
edad obtuvo el siones, después.
doctorado con Ha sido Ciruja
u n án i m e vota no Primero de
ción de primeras. Ejército, duran
No ejerció su te 8 años; Mé
profesión en el dico Municipal
Ecuador inme del cantón Am
diatamente. Una bato en 3 perío
vez graduado de dos; Médico del Hospital de San Juan de
Dr. José Ignacio Rivera doctor en Medi Dios fie esta ciudad, y Director ad-hono-
cina, en la Uni rein del mismo establecimiento. Actual
versidad de Quito, marchó a Europa. mente es Subdirector de Asistencia Públi
En la Universidad de Lausanne Suiza, ca de la Provincia de Tungurahua.
—se consagró al estudio de los principa
les ramos de su ciencia. En París reco
rrió clínicas y hospitales, practicando en 1:11. DON TAItQUINO TORO NAVAS
ellos largo tiempo y obteniendo, de las
principales autoridades médicas de esos Terminados sus estudios de Enseñanza
establecimientos, diplomas y certificados Secundaria en el Colegio Nacional Bolí
que acreditaban la especialización del jo var» de su ciu
ven médico ecuatoriano en Ginecología, dad, ingresó a
Obstetricia y Vías Urinarias. la Universidad
Central, donde
Luego visitó, en su gira por el Conti obtuvo el doc
nente europeo, hospitales y clínicas de torado en Medi
Londres, Hamburgo, Bruselas, Milán y cina en Diciem
Roma. A su regreso a la Patria se esta bre de 1924.
Intensa y labo
bleció en Ambato, su ciudad, donde ha riosa fue su vi
fundado (1922) la primera clínica quirúr da en los claus
gica, hoy llamada Clínica Tungurahua». tros universita
rios, donde supo
recomendarse
DR. DON RAFAEL ALFONSO SEVILLA por su actividad
y seria consa
Al margen de sus actividades de profe gración al tra
sional, ha laborado también en otros órde Dr. Turquino Toro N. bajo.
nes, de acuerdo con su prestancia social y Dentro de las
de ciudadano. Ha sido Presidente del actividades estudiantiles mismo, el doctor
Club Tungurahua, y ha servido con entu Toro Navas fue valioso elemento: Teso
siasmo a su ciudad desde las curuies del rero y Vicepresidente, en diferentes perío
M. 1. Ayuntamiento y como miembro del dos, del Centro de Estudiantes de Medi
Consejo Escolar, dejando en todas partes cina; Delegado de la Universidad Central
muy elocuentes muestras de su cultura y ante el Consejo Federal, y Delegado de
capacidad profesional. la Universidad de Loja en el Primer Con
294 LA PROVINCIA DE TUNGUPvAHUA EN 1928
greso de Estudiantes Ecuatorianos reunido
en Ambato.
Durante sug estudios profesionales, fue,
primero, alumno externo, y Fuego, interno
del Hospital Civil de Quito.
Abierta su carrera, trasladóse a Ambato,
donde, con otros médicos jóvenes de
prestigio, fundó la Sociedad Obstétrica
Ginecológica.
Aparte de sus actividades de profesio
nal, el señor doctor Toro Navas desa
rrolla otras no menos importantes, en la
cátedra, en la vida social y en el depor
te. Es Profesor de Física en el Colegio
Nacional «Bolívar» y miembro de la Jun
ta Administrativa del mismo instituto;
Miembro de la Junta de Asistencia Públi
ca; Presidente de la Federación Deportiva
del Tungurahua, y Presidente de la Aso
ciación de Empleados de Ambato, cuyo
progreso ha impulsado notablemente.
DR. DON CESAR E. VITEIU
Fundador, con los doctores Rafael Al
fonso Sevilla y Tarquino Toro Navas, de
la Sociedad Obs
tétrica Ginecoló
gica de Ambato.
Hizo sus estu
dios de enseñan
za primaria y
secundaría en su
propia ciudad:
graduóse de doc
tor en Medicina
en la Universi
dad Central.
Cuando estu
diante, desempe
ñó los cargos de
Alumno interno
Dr. César E. Viten y de externo en
las salas de San
Juan de Dios y San José, del Hospital
Civil de Quito, cuando aquellos servicios
estuvieron bajo la dirección de los seño
res doctores Ricardo Villavicencio Ponce
y Eustorgio Salgado Vivanco.
Por un año prestó sus servicios en el
Hospital Militar de Quito, como Practi
cante que era del Batallón 'Carchi. —N°
7 de línea.
En 1922 y 1923 fue alumno interno del
Dispensario de niños, cuyo Jefe fue el re-
putado médico señor Dr. Dn. Carlos R.
Sánchez.
Graduado de Doctor en Medicina en
Noviembre de 1923, regresó a su ciudad,
y desde entonces ejerce su profesión en
Ambato con todo prestigio. En 1924 fue
Médico Municipal; y durante los años de
1926 y 1927, sirvió como Médico de la
Asistencia Pública Gratuita.
Luego fue también Médico del Hospi
tal Civil de San Juan de Dios, de Amba
to, en la sección de mujeres.
Su reputación profesional es muy ex
tendida, y, actualmente, ejerce también el
cargo de Médico oficial de la Asociación
de Empleados de Tungurahua.
DR. DON J. HUMBERTO CARRILLO M.
Joven médico cuyo buen crédito se ha
afianzado muy pronto.
Después de
obtener, con lu
cido éxito, el
grado de Bachi
ller en Filosofía
en el C ol e g i o
Bolívar» de
Ambato, su ciu
dad natal, pasó
a la Universidad
de Quito, don
de supo distin
guirse por la
decisión y entu
siasmo que pu
so en sus estu
dios.
Dr. J. H. Carrillo M. Se doctoró en
Junio de 1925.
Al regresar a Ambato, abrió en esta ciu
dad su consultorio, que adquirió a poco
merecida notoriedad.
En 1926, el M. I. Ayuntamiento de Am
bato le nombró Médico Municipal. Este
cargo desempeñó hasta mediados de 1927.
Actualmente es Médico del Hospital Ci
vil de San Juan de Dios de esta ciudad,
en la sección de hombres.
El doctor Carrillo, a sus aptitudes profe
sionales, reune las de deportista entusias
ta; pues es uno de los que más fervorosa
mente han impulsado ef footballismo am-
bateño. interviniendo personalmente en es
te deporte y siendo uno de sus valiosos
elementos.
 CARRERAS PROFESIONALES Y LIBERALES
DR. DON JUAN ABEL PACHANO
Es cirujano dentista. Su vida en la Uni
versidad fue fecunda en actividades que
revelaron espe
ciales aptiudes
de trabajo.
Fue Presidente
de la Sociedad
«Estudios O-
dontológicos»,
de Quito; Vocal
del Centro de
Estudiantes de
Medicina, romo
r. representante de
la Facultad de
Odontología, y
Representante
de esta misma
Dr. J. A. Pachano L. ame la Junta
General de Pro
fesores de la Universidad Central.
Desempeñó además el cargo de Secreta
rio de la Federación de Estudiantes Ecua
torianos.
De regreso a su ciudad, abrió en ésta
su consultorio, que es muy acreditado.
Como ciudadano, ha desempeñado im
portantes cargos, y entre ellos, la Vicepre-
sidenciadel M. I. Ayuntamiento de Ambato.
ELEMENTOS DEL PODER JUDICIAL
Extinguida la Corte Superior de Justicia,
que se creó en Ambato en 1923, el trámi
te judicial, para los litigantes de esta Pro
vincia se ha vuelto largo y difícil; pues que
el Tribunal a donde corvergen la Corte
Superior de Riobamba, no es suficiente.
El primer Presidente de esa Corte Supe
rior de Ambato fue el señor doctor don
Teodoro Albán, uno de los abogados más
austeros y de honrosa carrera que se han
producido en esta ciudad.
En el año de la aparición de este libro,
Ambato gestiona el restablecimiento de su
Corte, ante el Poder Legislativo de la Na
ción. Entre tanto, al enumerar los elemen
tos del Poder Judicial en esta sección
de la República nos encontramos con un
muy reducido número. Ellos están consti
tuidos apenas por los Jueces de Letras, el
Agente Fiscal, los Escribanos, los Alcaldes
y los Jueces Parroquiales que nombran
los Ayuntamientos.
295
Tales cargos están desempeñados en la
Provincia de Tungurahua 1928—por las
siguientes personas:
Jueces de Letras: Dr. Antonio Uquillas
y Dr. Alberto Gibrera; (nombramientos de
la Corte Superior de Riobamba).
Agentes Fiscales: Dr. José M. Lozano y
Dr. Nicolás Martínez V.
Escribanos: Sr. Alejandro Montes de
Oca, Sr. J. Aurelio Sánchez M. y Sr. César
Cabrera R., en Ambato; Sr. Tomás Livino
Freire y Sr. Carlos A. Páez, en Pelileo;
Sr. Sixto Alvarez y Sr. Félix A. Granja, en
Píllaro.
Alcaldes: Sr. Angel S. Albán y Sr. En
rique Coronel, en Ambato; Sr. Angel M.
Villena y Sr. Angelino G. López, en Peli
leo; Sr. José N. López y Sr. Pedro Tama-
yo, en Píllaro.
Los Jueces Parroquiales, que son nom
brados por los Ayuntamientos, ascienden a
63 en toda la Provincia. En Ambato des
empeñan actualmente estos cargos los se
ñores: Humberto Pachano L. y Gabriel
Holguín.
En Pelileo: los Sres. Agustín T. Cisneros
y Leonidas Bautista.
En Píllaro: los Sres. Augusto Granja y
Enrique Barona.
SR. DON ALEJANDRO MONTES DE OCA
El más antiguo de los escribanos del
Cantón Ambato en actual ejercicio.
No solamente
cuenta en su vi
da con páginas
honrosas en el
servicio del Po
der Judicial, si
no también en
varios otros ór
denes de noble
actividad, como
en el Parlamen
to, la prensa y
la lucha política.
A los Congre
sos Nacionales
de 1906 y 1907,
concurrió como
Sr. A. Montes de Oca Diputado prin
cipal porla Pro
vincia del Chimborazo, distinguiéndose en
ellos por la sinceridad de su actuación po-
296 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

lítica y por el patriotismo con que supo sociedad ambateña mira en él uno de sus
observar los más vitales problemas del país. servidores más leales y cumplidores de la ley.
En el Ejército sirvió también, bajo las
SR. DON J. AURELIO SANCHEZ M.
órdenes de Alfaro, y por sus aptitudes y
energía, ascendió desde soldado raso hasta Actual Escribano Público del Cantón
Capitán grado militar que conserva. Lue Ambato. Pocos años antes fue también
go, en la prensa ha seguido bregando va Escribano Pú
lientemente por los más nobles ideales blico del Gui
políticos que abrazó en su juventud, y tón Pelileo.
por los cuales ha ido a los campos de La carrera ad
batalla. ministrativa de
este distinguido
No es ambateño de nacimiento pues funcionario se
que es riobambeño; pero sus servicios a caracteriza por
esta ciudad son los de un hijo propio. un ascenso rigu
Desde las columnas de El Día -, de Qui roso, a base de
contracción per
to, y desde las de los semanarios ambate- sonal por el tra
ños en que él frecuentemente ha colabo bajo, de inteli
rado («El Cóndor », -La Provincia , El gencia y hono
Heraldo»), ha estimulado el progreso lo rabilidad.
cal, buscando las mejores soluciones para Fue, d u ra n te
los problemas más urgentes o defendien muchos años se
Sr. .1. Aurelio Sánchez cretario del Dr.
do con bizarría los intereses seccionales. Juan Benigno
Además de Escribano y periodista, es Vela. En la vida pública desempeñó los
también agrimensor y topógrafo. Con este siguientes cargos: Secretario del Registro
último carácter, estudió y delineó todos Civil y de la Comisaría Municipal de Am
los caminos carreteros del Cantón Ambato, bato (1906); Oficial y Copiador de actas
sin otra remuneración que la de la movi secretas de la Cámara del Senado (1909,
lización. 1910, 1911); y Secretario de la Junta Ad
ministrativa del Hospital de San Juan de
8R. DON CESAR CABRERA I!. Dios, ad-honorem, de 1912 a 1919.

Nombrado Escribano Público desde ha SR. DON HUMBERTO PACHANO

cen varios años, su actuación fue siem Inició sus actividades públicas con el
pre ce mcrada y nombramiento de Inspector de Obras Pú-
com pétente, b 1 ¡cas Pa rro-
siendo por esta quiales. En 1923,
raz ó n uno de fue nombrado
los agentes del Comisario Mu
Poder Judicial nicipal de Am
más destacados. bato, cargo que
El señor Cahre- lo ejerció hasta
ra por su honra 1924 en que fue
dez aciis o lad a, elegido por el I.
l¡a sido r.creedor Ayuntamiento
a las generales d e esta m i sma
simpatías ci.e es ciudad, Juez Pa
ta ciudad. rroquial. Su ac
Su extensa tuación en tal
práctica en los desempeño ha
asuntos relacio sido siempre co
Sr. César Cabrera H. nados con su Sr. Humberto Pachano rrecta e irrepro
profesión y la chable y es por
honorabilidad que siempre ha hecho inter esta razón que el Concejo Municipal ha se
venir el señor Cabrera en todas sus actua guido hasta la presente reeligiéndolo en el
ciones le han abierto amplio campo. La referido cargo.
 CARRERAS PROFESIONALES Y LIBERALES 297

Es, pues, el señor Pachano, uno de aque En esta labor continúa mientras escribi
llos jóvenes que en el cumplimiento de su mos este libro.
deber, siguen siempre laborando con justi El Ingeniero señor don José Ignacio
cia y ecuanimidad. Vela es una recia y firmé voluntad, prime-

SR. DON JOSE IGNACIO VELA

Ingeniero ambateño, graduado en 1913,

en la Lehigh University de EE. UU.
Casi toda su adolescencia y parte de su
juventud ha pasado estudiando en insti
tutos norteamericanos. Su preparación en
el ramo de la ingeniería, la hizo, prime
ro, en la Bethlehem Preparatory School
(1906-1907), y en la Lehigh University,
donde, despues de 6 años de labor obtuvo
su título de Ingeniero Mecánico y Civil.
No regresó inmediatamente al Ecuador.
Cerca de 3 años más trabajó a las órdenes
de empresas ferroviarias o de construcción
en diversas ciudades norteamericanas.
De 1913 a 1914 fue cadenero de \aPenn-
sylvania Railroad, y de 1914 a 1915, estu
vo en la empresa de construcciones Bethle
hem Stert Company.
Después de 10 años de ausencia regre
só al Ecuador. En los últimos meses de Sr. Dn. José Ignacio Vela
1915 fue nombrado por el Gobierno Ins
pector del Ferrocarril de Sibambe a Cuen ro por tradición —pues que es hijo de aquel
ca, cargo que lo desempeñó por poco tiem gran carácter que fue Juan Benigno Vela, —
po; pues al año siguiente pasa a desempe y luego, por educación, ya que el severo y
ñar el empleo de Secreterio del Ingeniero digno espíritu yanqui fue ampliamente asi
en Jefe de la Guayaquil & Quito Railway milado por él.
Company, del Ecuador.
SR. DON ELIAS GARCES RICAURTE
En esta ocupación importante transcurre
hasta 1917. Ingeniero y Agrimensor. Hizo sus es
A mediados de este año entra en nego tudios en el Colegio «Bolívar» de su pro
ciaciones con el M. I. Concejo Municipal pia ciudad y en el de San Felipe Neri
de Ambato, para llevar a efecto la canaliza de Riobamba. Concluídos sus estudios de
ción de esta ciudad, trabajo que efectúa en enseñanza secundaria, pasó a la Universi
su mayor parte, en el lapso comprendido dad Central, en cuya Facultad de Ciencias
entre los años 1917 y 1922. se graduó de Agrimensor (Julio de 1882).
Luego interviene como contratista de di Al salir de la Universidad se encontró
versas obras públicas y particulares de la con que la situación política del país, re
provincia. clamaba el concurso de todas las fuerzas jó
Hasta que, en 1926, hácese cargo, como venes para rechazar la Dictadura de Vein-
Ingeniero principal, de la construcción de temilla. Garcés Ricaurte, suspendiendo el
la carretera de Ambato al Napo, por cuen ejercicio de su profesión, se enroló, pues,
ta de la Leonard Exploradon Company, que en las huestes formadas por sus jóvenes
tiene especial contrato con el Gobierno conterráneos y se batió contra las fuerzas
del Ecuador. del Dictador en los combates de Patate,
298 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
Guadalupe, Culapachán, San Andrés,
Chambo y en la toma del cuartel de La-
tacunga. Con el famoso «Regimiento Sa
grado1, combatió en Quero, Quito (10 de
Enero de 1883) y en la toma de Guayaquil.
Por sus servicios en el Ejército Nacio
nal, ha ascendido desde soldado raso has
ta Teniente Coronel, y si no ascendió has-
SR. DON ELIAS «ARCES RICADRTE
ta una más alta jerarquía militar, se debió
al rechazo de su propia parte cuando ob
servó que el ascenso no correspondía, en
rigor, a una meritoria acción de guerra.
Con su grado militar, no continuó, sin
embargo, en el Ejército; y suspendidas las
luchas políticas, se retiró a Ambato, para
atender a su familia y ejercitar sus activi
dades en la profesión adquirida en la Uni
versidad. Algún tiempo se entregó al Pro
fesorado, y, en el Colegio Nacional «Bo
lívar», durante los rectorados de los doctores
Ricardo Martínez y Angel Modesto Borja,
enseñó Matemáticas y Física a la juventud
ambateña de esa época entre la que es
taban Alfredo Sevilla, César E. Torres,
Miguel Angel Albornoz y otros que son
valores de nuestro tiempo.
Pocos años después, la primera Junta
Promotora del camino al Oriente Ecuato
riano, establecida en Ambato bajo la Pre
sidencia de los señores Anacarsis Martí
nez y Juan Elias Bucheli, le nombró in
geniero para la delineación de una carre
tera de Ambato a Pelileo, y del camino
de herradura de Baños al Topo. En esta
ocasión, el Sr. Garcés no sólo cumplió con
la comisión oficial, sino que prolongó sus
estudios topográficos hasta un punto na
vegable del río Curaray, localizó los luga
res por donde debía pasar la vía hasta el
Topo, y contribuyó a la rectificación del
anhelo inicial de los que trataban de un
camino a Canelos» (ya que Canelos que
da en el corazón de los bosques), hacien
do que los esfuerzos nacionales se dirigie
sen más bien a la apertura de una vía
al Curaray». Presentados los informes
y planos respectivos al Ministro de Orien
te, que era el gran patriota Luis A. Mar
tínez, éste no tardó en aprobarlos y aco
gerlos ampliamente.
Dichos históricos planos e informes—
que fueron en realidad los generadores de
la noble aspiración del Ferrocarril al Cu
raray y de los grandes ensueños patrióti
cos de Luis A. Martínez, reposan en los
archivos de la Dirección General de Obras
Públicas.
En la primera Administración del Ge
neral Leonidas Plaza, practicó los estudios
preliminares de la ruta al Curaray. Lue
go, a insinuación de la Junta Promotora
del Ferrocarril, establecida en Quito, fue
nombrado Ingeniero para la localización de
esa vía, con el respectivo tren de ingenie
ros americanos.
Los estudios y planos de Garcés Ricaur-
te en esta época, han servido para las si
guientes obras, hoy realizadas o en vías de
terminarse: Ferrocarril de Ambato a Peli
leo; parte de la carretera de Ambato a Peli
leo; camino de Ambato a Píllaro y el ca
mino al Oriente.
SR. DON VICTOR M. GAROES
Ingeniero Jefe del Ferrocarril del Sur.
Obtuvo el bachillerato en el Colegio
«Bolívar» de esta ciudad, e ingresó en la
facultad de ciencias de la Universidad
Central. Concluidos sus estudios teóri
 CARRERAS PROFESIONALES Y LIBERALES
eos, acompañó al ingeniero americano Mr.
W. Fox en los estudios preliminares del
Ferrocarril al Curaray, y luego formó par
te del personal técnico del Ferrocarril del
Sur, encargándose de los trabajos de en-
rrieladura de la sección Ambato-Quito.
Aparte de sus amplios conocimientos de
ingeniería—que le han permitido realizar
SR. DON VICTOR M. GARCES
con todo éxito trabajos técnicos tan atre
vidos e importantes como el de la elimi
nación del puente de Nariz del Diablo sin
interrumpir el tráfico ni comprometer la
solidez de la vía,—su seriedaad y firmeza
de carácter, consagración absoluta al cum
plimiento de sus deberes profesionales y
sus notables dotes de organización e ini
ciativa que le distinguen, han llevado al
Sr. Garcés al desempeño del más alto cargo
técnico de la Compañía, sin otra reco
mendación que su mérito personal y en
época en que la política de la G. & Q.
excluía sistemáticamente a todo ecuatoriano
de los empleos de alguna importancia.
Veintiún años de servicio ininterrumpido
en el departamento de vía, han dado al Sr.
Garcés un conocimiento inmediato y per
fecto de todas las condiciones de tráfico y
le han capacitado para hacer frente a los
continuos y terribles desperfectos que oca-
299
na el invierno en algunas secciones de la
línea, como aconteció con el último, cu
yos desastrosos estragos revistieron pro
porciones de una magnitud desconocida.
La competente dirección del Sr. Garcés pu
do, no obstante, reparar el daño pronta
mente, sin mayor dispendio para el país y
sin contar con otros recursos que los ordi
narios que podía ofrecerle la misma Com
pañía.
Desde 1927 ocupa a satisfacción gene
ral el alto cargo de Ingeniero Jefe de la
Compañía del Ferrocarril del Sur, uno de
los de mayor responsabilidad y cuyo des
empeño se ha confiado por la primera vez
a un técnico nacional.
SR. DON ARCESIO VALENCIA
Joven ingeniero, ambateño también. Sus
estudios de Enseñanza Secundaria los hizo
en el «Bolívar» de
Ambato y en el
Instituto «Mejía»
de Quito. Gra
duóse Ingeniero.
A pesar de su
juventud, el Inge
niero Valencia
cuenta con una
brillante hoja de
servicios. De
1917 a 1918, fue
Ingeniero Ayu
dante de la recti
ficación de la lí
nea de San Juan Sr. Areesio Valencia
Chico de Riobam-
ba; de 1 9 1 8 a 1919, Ingeniero Ayudante
del Ferrocarril al Curaray; de 1919 a 1921,
Ingeniero Localizador del Ferrocarril de
Sibambe a Cuenca; en 1922, Ingeniero de
replanteo en la sección norte del Ferroca
rril de Quito a Esmeraldas; de 1922 a 1923
Ingeniero Jefe de Estudios de Ibarra a Es
meraldas; en 1923, Ingeniero Jefe de la
sección de Construcción del Sur en el Fe
rrocarril de Quito a Ibarra; de 1923 a 1924,
Ingeniero Director del Ferrocarril al Cu
raray, contratado por la Leonard Explora-
tion Company; de 1925 a 1926, Director
de la carretera de Riobamba a Baños; de
1926 a 1927, Ingeniero Jefe de caminos de
la Provincia de Chimborazo; y de Junio
de 1927 hasta la fecha, Director General de
 300 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

las Obras Públicas de las Provincias de SR. DON ALONSO MARTINEZ N.

Cañar y Azuay.
Ha sido además contratista para la cons Perito agrónomo. Hizo sus estudios en
la Quinta Normal de Agricultura de Am
trucción del Stadium Olímpico de Riobam- bato, especiali
ba, en donde se realizaron (1926) las prime zándose princi
ras Olimpiadas nacionales, y contratista palmente en
para la construcción de todos los puentes arboricultora y
y obras de arte de la carretera de Gua- viticultura, ma
terias de su
randa a Babahoyo -obras que, gracias a predilección.
su dirección inteligente, se han terminado F ueron sus
con feliz éxito. profesores los
Tales son los trabajos que recomiendan señores Augus
la personalidad de este joven ingeniero, to N. Martínez,
Abelardo Pa
cuyo apellido nos recuerda su parentesco chano y Gabriel
familiar con uno de los más grandes poe de Bonald, en
tas de América: Guillermo Valencia. teoría y prácti
cas agrícolas.
SR. DON HECTOR VASüONEZ Al cabo de 5
Si\ Alonso Martínez N. años de estudio,
Aprovechado estudiante en la Universi obtuvo, después
dad Central. Sus magníficas dotes inte de brillante prueba, el título de Perito de
lectuales y mo Primera Clase en Agricultura.
rales se han ma En marzo del año 1923, fue invitado, en
nifestado con to vista de sus ejecutorias, para que laborase
do lucimiento en la misma Quinta Normal; y en ella ha
en estos estudios, desempeñado el cargo de Ayudante, con
y tales antece actividad y recomendable contracción.
dentes hacen es
perar de este
distinguido uni CONTADORES COMERCIALES
versitario los re
sultados mejores. SR. DON ALFONSO BUCHELI
Después de
haber cursado
los primeros a- Activa y extensamente ha venido labo
ños de enseñan rando durante mucho tiempo este profe
za secundaria en sional, que en
el Golegio «San épocas anterio
Sr. Héctor Vásconez Gabriel », de res puso al ser
Quito, continuó vicio de varias
en el Colegio Nacional «Bolívar» de su oficinas de mu
ciudad, hasta alcanzar el grado de Bachi cha importan
ller, dejando las más bellas páginas, como cia sus conoci
mientos, que
alumno de talento y de porte ejemplar. luego le capaci
En este establecimiento alcanzó, con las taron para que
calificaciones más altas, en exámenes y fuera elegido
certámenes, las menciones más honrosas. Contador de la
Sucursal del
En la Universidad de Quito continúan Banco de Prés
sus triunfos. Probablemente, después de tamos en esta
muy poco tiempo de la aparición de este ciudad. El ple
libro—en el que se ha querido registrar no dominio de
Sr. Alfonso Bucheli su especial iza-
hasta el último momento de vida intelec
ción y una hon
tual de la Provincia, en sus menores de radez a toda prueba han conquistado para
talles,— ya Ambato contará con un nuevo el Sr. Bucheli una confianza muy amplia
profesional de honrosos antecedentes. y merecida de parte de sus superiores.
 CARRERAS PROFESIONALES Y LIBERALES 301

Una de las labores que más afirman SR. JULIO C. VILLACRECES

el prestigio de este profesional es la de Hizo sus estudios en el Colegio Nacio
venir desempeñando desde hace veinte nal «Bolívar» de Ambato, alcanzando muy
años el cargo de Contador en la Farma honroso éxito.
cia Universal .. Varios han si
do los cargos
que ha desem
SR. A RELARDO VALENCIA peñado en su
vida profesio
Hizo sus estudios de enseñanza secun nal: fue prime
daria en el Colegio Bolívar, donde obtuvo ramente Conta
el Orado de Ba dor de la Colec
chiller; luego in turía del Cole
gresó al curso gio Nacional
especial de Con «Bolívar ¡luego
tabilidad en el después fue
mismo plantel, nombrado Con
alcanzando des tador del Banco
pués de un pro «Tungurah ua»,
vechoso estudio hasta cuando
el título de Con Sr. Julio C. Villncreces éste liquidó; y
tador. Actual actualmente se
mente se encuen encuentra al frente de la contabilidad de
tra al frente de la varios almacenes de importancia local. El
contabilidad de señor Villacreces, ha llegado a conquis
la Casa Domingo
Romano, uno de tarse el aprecio de sus diversos superiores,
los estableci que han visto en él al profesional apto,
Sr. Abelardo Valencia mientos comer honrado y laborioso
ciales más im
portantes de Ambato. Ha especializado en SH. CESAR \. MOLINA
contabilidad comercial e industrial. Hizo sus estudios de enseñanza secun
daria en el Colegio Bolívar», donde
SII. ALONSO E. MAYORGA obtuvo el gra
do de Bachiller.
Como el anterior, obtuvo su grado de ■ P osteriormente,
ingresó al Cur
Bachiller en el mismo plantel, continuan so Especial de
do luego los es Contabilidad y
tudios previos a Comercio, don
la obtención del de se distinguió
título de Con entre todos sus
tador. compañeros, lle
El Sr. Mayor- gando a obtener
ga, después de la más alta cali
haber termina ficación en la
dos sus estudios, prueba final pa
se ha dedicado ra ganar su tí
especialmente a tulo profesional.
la contabilidad En la inicia
industrial; pues Sr. César A. Molina ción de su ca
trabaja en la fá rrera ha encon
brica del Sr. Do trado franca acogida, pues, algunas casas
mingo Romano.
Además, es pre comerciales le han confiado ya su Conta
Sr. Alonso E. Mayorga sidente de la So bilidad, deseosas de obtener eficientes ser
ciedad de Obre- vicios.
ros «Mutuo Socorro», a la cual presta El Sr. Molina ha colaborado también
importantísimos servicios con un entu- muy eficaz y laboriosament: en esta Em
siasmo digno de todo encomio presa edito: ni, en calidad de sub-agente.
 302 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

SR. J. HUMBERTO MAYORGA sus artísticos anuncios luminosos, con los

Activo y laborioso, ha llegado a dedi que ha contribuido al mayor embelleci
carse de una manera plena al ejercicio de miento de la ciudad.
su profesión, El Colegio Nacional «Bolívar» de Am-
con muy felices bato, debe a este artista lo más fino y
resultados.
Actualmente elegante que en
presta sus servi cuanto a deco
cios en el alma rado puede ofre
cén de los Sres. cer su edificio,
Cobo H nos., principalmente
Oficina Juridi- su salón de ho
co-Comercial y nor, que tanta
otros estableci admiración ha
mientos comer producido.
ciales no menos El Sr. Veinte-
im portantes. milla expuso va
Por su bien en rios trabajos su
caminada prác yos de pintura
tica ha llegado en la Exposición
Sr. Humberto Mayorga a especializarse nacional de 1909
en Contabilidad y alcanzó pre
Comercial. El Sr. Mayorga, a pesar de mios que le hon
haberse iniciado recientemente en su carre Sr. J. B. Veintemilla ran y le colo
ra, ha conseguido distinguirse por su pe can entrelos pri
meros artistas del Ecuador. Sin embar
ricia y honradez.
go, a vuelta de poco abandonó la pintura
SR. JOSE CRISTOBAL GONZALEZ y se dedicó exclusivamente al arte decora
En su vida estudiantil demostró aptitu tivo, en el que ha recogido muchos lauros.
des que le distinguieron entre sus compa
ñeros, habiendo SRA. DOÑA ANA MARIA SANCHEZ
llegado a coro
nar con verda Radicada desde hace mucho tiempo en
dero éxito su la ciudad de Ambato y dedicada al ejer
carrera de Con
tador. cicio de su pro
Actualmente el fesión en el ramo
Sr. González e- de Obtetricia,
jerce el cargo de viene laborando
Ayudante en la con un éxito in-
Secretaría del discu ible; pues,
Colegio Nacio a su larga práctica
nal «Bolívar, une además co
donde se dis nocimientos pro
tingue por el fundos de esta
estricto cumpli ciencia. Ha llega
miento de sus do por ésto a co
Sr. J. Cristóbal González deberes, mere locarse en prime
ciendo así verda ra línea entre las
deras simpatías de todos sus superiores, que ejercen esta
quienes reconocen sus aptitudes y hono delicada profe
sión. La señora
rabilidad. Sra. Ana M. Sánchez Sánchez ha sido
una de las pocas
OTRAS PROFESIONES matronas que han colaborado muy eficaz
SR. DON J. BENIGNO VEINTEMILLA mente en varias intervenciones con facul
tativos, quienes han sabido reconocer en
El señor Veintemilla reside actualmente ella una profesional de verdaderos mere
en Quito, y en esta ciudad son ya célebres cimientos.
 CAPITULO
CENTROS SOCIALES Y DEPORTIVOS Y SOCIEDADES DE
BENEFICENCIA
EL CLUB TUNGURAHUA.— LA ASOCIACION DE EMPLEADOS.— FEDERACION DEPORTIVA
DEL TUNGURAHUA.-AMBATO TENNIS CLUB.—.IUNTA PROVINCIAL DE LA CRUZ ROJA
El mas antiguo de los centros sociales
de Ambato es, sin duda, el «Club Tungu-
rahua». A su vez, también es el primero en
cuanto a la jerarquía social de los asocia
dos; pues que corresponde a cuanto hay
de notable y prestigioso en la sociedad de
Ambato.
Su fundador mismo fue un alto valor
social, político y literario, muy conocido
en todo el país: Luis A. Martínez.
El 31 de Marzo del año de 1903, se
reunieron en casa del señor don Leonidas
H. Viteri—según queda indicado en la bio
grafía de este distinguido ambateño,—va
rios caballeros de prestante posición social
e intelectual: don Luis A. Martínez, don
Miguel Angel Albornoz, don Jorge N.
Sevilla, don Juan Elias Bucheli, don José
O. Cobo, don Augusto L. Naranjo, don
José Ernesto Vásconez, Comandante Ale
jandro Sevilla y muchos otros. Estos ca
balleros decidieron fundar un centro social
de primer orden, que se denominaría
Club Tungurahua.
Después de formalizados los primeros
arreglos de orden material, consiguióse
XIX
inaugurarlo solemnemente el día 24 de Ma
yo de 1903. De entonces data la existen
cia del magnífico centro social.
Su primer Directorio quedó constituido
así: Presidente, don Luis A. Martínez; Vi
cepresidente, don Juan Elias Bucheli; Se
cretario, don Miguel Angel Albornoz; Te
sorero, don José Ernesto Vásconez; Vocales,
señores: Ricardo Callejas, Víctor Manuel
Cobo, Jorge N. Sevilla, José O. Cobo y
Comandante Alejandro Sevilla.
El número total de socios ascendía a 45.
Hoy este número se ha duplicado, pues
que son al rededor de 90.
Notables son la evolución y progresos
del Club Tungurahua. No solamente han
desfilado por su sillón presidencial hom
bres de sobresaliente posición social,
sino también decididos y entusiastas po
líticos y literatos, que le han dado gran
lustre y prestigio entre los demás centros
sociales de toda la República. Muchos de
sus más influyentes socios le han prestado
también constante y firme apoyo, hasta po
nerlo en el rango en que hoy le cono
cemos.
304 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

El elegante local que ocupa es uno de José María Lalama, Luis Sánchez, Manuel
los más centrales y cómodos de la ciudad. Coello Peñaherrera, Aníbal Salgado, Ma
Tiene variedad de dependencias- salones nuel Viten", Remigio Flores, Pedro Pablo
de billar, biblioteca, salones para recep Barona, Jacinto Flores, Rafael Sánchez H.,
ciones, etc., etc.,—en relación con su cate
goría.
El 24 de Mayo del presente año celebró,
con gran entusiasmo y solemnidad su 25
aniversario. A las fiestas organizadas con
tal motivo, asistieron el señor Presidente
Provisional de la República, doctor don
Isidro Ayora, y sus Ministros, señores
doctores Homero Viten' Lafronte y Pedro
P. Egüez Baquerizo y don Julio E. More
no, con sus respectivas esposas.
El Directorio actual del Club Tungura-
hua está compuesto por los siguientes ca
balleros, quienes han sabido darle mayor
impulso todavía:
Presidente, Sr. Dr. Alcídes Naranjo; Vi
cepresidente; Sr. Dn. Emilio Cobo; Secre SR. PLUTARCO TINAJERO
tario, Sr. Dr. Manuel Romero S.; Pro-se
cretario, Sr. Dr. Tarquino Toro Navas, Jorge Barona, Timoleón Núñez, Homero
Tesorero, Sr. Humberto Naranjo; Bibliote Castillo y Luis Andrade.
cario, Sr. Dr. Virgilio Paredes Borja. Estos caballeros, con el señor Núñez,
Son Vocales los señores: Rodrigo Vela, iniciaron, pues, la vida de la Asociación
Abelardo Pachano, Manuel Cobo, César que hoy es tan fuerte por el número de
A. Naranjo, Dr. José I. Rivera, Cmdte. Ale sus miembros como por la calidad de
jandro Sevilla, Fausto Sevilla, Temístocles elementos que a ella pertenecen.
Sevilla y Dr. Juan A. Pachano. El primer Presidente de la Asociación
de Empleados de Tungurahua fue el señor
ASOCIACION DE EMPLEADOS DE
TUNGURAHUA
Es la más joven de las asociaciones de
la Provincia de Tungurahua. Sin embar
go, en los pocos años que lleva de exis
tencia ha realizado tantos progresos y ha
adquirido tanto prestigio, que ya es de las
primeras, por su sólida organización y por
los valiosos elementos sociales con que
cuenta entre sus numerosos afiliados.
Fundóse el 27 de Agosto del año de
1922. Su iniciador fue el señor don Luis
Núñez, cuyos entusiasmos enardecieron a
muchos jóvenes distinguidos de la locali
dad, entre los que podemos anotar a los
siguientes que también constan como so
cios fundadores en el acta de inauguración: SR. LUIS A. NCÑEZ .T.
Señores Plutarco Tinajero, Alfredo Mon-
talvo, Luis A. Armendaris, Julio C. Villa- don Plutarco Tinajero, caballero extensa
creses, José Filomentor Cuesta, Bernardo mente vinculado en la sociedad ambateña,
Jaramillo, César Núñez, Modesto Castro, y a cuyo fervoroso entusiasmo se debie-
 CLUB TUNG V RAGUA
Edificio.— Un aspecto del salón.— El vestíbulo —La Riblioteca.— Sala de billares
 306 LA PROVINCIA DE TUNQURAHUA EN 1928

ron muchas oportunas iniciativas en pro
de la nueva entidad.
En esta época, bellas y distinguidas se
ñoritas ambateñas expresaron su simpatía
hacia la reciente institución, con el obse-
quio de un lujoso estandarte, que se con-
serva hasta hoy. Entre las donantes figu
ran las siguientes señoritas: Rosario María
Tinajero, Beatriz Albornoz, Oeorgina Pa
chano, Laura Bucheli, Guillermina Vásco-
nez, Abigaíl Naranjo, Ana Reyes, Celina
Garcis, Rafaela Barona, Rosa Mercedes

DIRECTORIO DE LA ASOCIACION DE EMPLEADOS DE TUNGURAHUA

Sentados, Sr:>s.: Alfredo Endara.Remigio Flores, Rafael Sánchez H., Dr. Tarquino Toro
Navas., Presidente; Luis A. Núñez, Juan I. Mantilla, Cicerón Recalde. En pie: Angel
M. Garcés, Aurelio Hervas, Alfredo Rovayo, Luis L. Andrade, Dr. Humberto Camilo,
Dr. Juan A. Pachano, Julio C. Villacreces, Víctor Paredes y Juan Santana.

Sevilla, Emma Fernández, Inés Rodríguez, La manera como la Asociación de Em

Eloísa Jáuregui, Clementina Montalvo y
María Luisa Naranjo.
A fines del primer período, se hizo car
go de la Presidencia el señor don Víctor
V. Naranjo, en su calidad de primer vocal;
pues el Presidente titular señor Tinajero
había renunciado.
Un grupo de entusiastas socios acordó
por este tiempo, construir un mauso
leo para que en él reposen los restos
de los socios que fallecieren; de modo que,
a las ventajas de la beneficencia y del fon
do mortuorio se aumentase también ésta.
El propósito fue acogido con gran entu
siasmo por todos los miembros de la ins
titución; y, a la vuelta de pocos meses se
inauguraban los trabajos del mausoleo en
el Cementerio Municipal, con fondos reco
gidos especialmente.
pleados consiguió acrecentar la suma in
dispensable para esta construcción impor
tantísima, merece anotarse. El caso es que
tuvo que recurrirse a la celebración de
unas novilladas, que, gracias al entusiasmo
desplegado por miembros de la Asocia
ción y hasta por personas completamente
ajenas a ella, pero que la apoyaban con
decisión, llegaron a ser famosas, produ
ciendo grandes sumas de dinero.
Intervinieron directamente en tales novi
lladas los señores Alberto y Fausto Sevi
lla Naranjo, Carlos Alonso Naranjo, Pedro
Holguín, César Núñez y Jorge Ruiz. Las
apoyaron los señores Carlos Bolívar Sevi
lla, Alfredo Barona y Carlos Terán Gómez.
Debemos hacer constar de manera muy
especial el desinteresado contingente de los
señores Luis A. Núñez, Víctor V. Naran
 CENTROS SOCIALES Y DEPORTIVOS Y SOCIEDADES DE Il EXEFIC ENCIA
jo y Remigio Flores, quienes sin más mi
ras que las de ver a la institución a la
que pertenecei colocada en un pla
no de verdadero progreso, no vacilaron
Sf. VICTOR V. NARANJO
ni un momento en consagrar sus esfuerzos
para acercar los fondos necesarios para
la construcción del referido mausoleo.
El segundo período presidencial de la
Asociación correspondió, pues, al señor
don Víctor V. Naranjo.
El tercero, cuarto y quinto períodos
fueron desempeñados por el señor doctor
SR. DR. ALONSO COLINA
don Alonso Colina; y en este tiempo, que
dó casi terminado el mausoleo, se fomen
tó la Biblioteca y se llevaron a cabo otras
mejoras de importancia.
307
El sexto período, ha correspondido al
señor doctor don Tarquino Toro Navas,
elemento joven de gran cultura, tacto social
y provechosas iniciativas.
SR. DR. TARQUINO TORO N.
Con la colaboración inteligente y deci
dida de un Directorio sagazmente escogi
do, ha logrado dar mayor amplitud y re
lieve a la Asociación de Empleados de
Tungurahua, que hoy cuenta con un lo
cal de primer orden, con numerosas y bien
servidas dependencias- así para recreo co
mo para ilustración y para recepciones
SR. DR. CESAR E. VITERI
sociales. Se ha impuesto como entidad
prestigiosa y perfectamente organizada.
Tiene salones de billar y de música, y
últimamente se han amoblado todas las
308 LA PROVINCIA DE TUNGURAIIUA EN 1928
dependencias con exquisito gusto y cuida
do. La Biblioteca se ha fomentado no
tablemente, y para que la labor cultural y
de intercambio de ideas sea mayor, se ha
SU. REMIGIO FLORES
inaugurado una serie de conferencias y
disertaciones de variado carácter, sosteni
das por los miembros más ilustrados de
la Asociación.
Pero, según se ha anotado oportuna
mente, la Asociación de Empleados de Tun-
gurahua no es sólo una entidad de presti
gio en el aspecto social, sino, sobre todo,
SR. JORGE HUMBERTO CORO A.
de gran utilidad, por los fines de mejora
miento y previsión que persigue.
Anexos a sus servicios sociales, ofrece
también otros de beneficencia y coopera
tiva. A éstos corresponden: la curación
y atención médica gratuita; el fondo mor
tuorio y el sepelio.
En el desarrollo y firmeza económica
d; la Institución, se reconoce la contribu
ción generosa de varios distinguidos miem
bros, como los señores Jorge Humberto
Cobo quién murió legándola una apre-
ciable suma de dinero, el Dr. Alonso Co
lina, don Remigio Flores y el Dr. César E.
Viteri. Debemos dejar constancia de la
labor intensamsnte humanitaria del doctor
Viteri, quien no desmaya un sólo instante
por procurar el alivio a quienes necesi
tan de sus servicios profesionales.
MAUSOLEO PE LA ASOCIACION DE
E MPLEADOS
El Directorio actual de la Asociación de
Empleados de Tungurahua se compone
de las siguientes personas:
Dr. Tarquino Toro Navas, Presidente;
Sr. Luis A. Núñez, Vicepresidente; Sr. Ra
fael Sánchez H., Primer Secretario; Sr. Jor
ge Rosales M., Segundo Secretario; Sr. Juan
I. Mantilla, Procurador; Sr. Remigio Flores,
Tesorero; Sr. Luis L. Andrade, Biblioteca
rio; Sr. Alfredo Endara, Comisario Revisor,
Sr. José F. Cuesta, Comisario Revisor.—
Vocales Principales: 1 o, Víctor V. Naranjo;
 CENTROS SOCIALES Y DEPORTIVOS Y SOCIEDADES DE BENEFICENCIA 309

DIRECTORIO DE LA SOCIEDAD DE OBREROS «UNION Y PROGRESO»

Sentados, señores: Tadeo Vela, Juan Castro, Leonidas Soria, Luis A. Ortega, Presidente;
Luis A. Silva, David Raza, Gregorio Carvajal. En pie: Juan Carrillo, José Bedón, Julio
C. Banda, Leonidas Flores, Augusto Porras, Bernabé Jaramillo, José I. Silva, Pío
Aguüar, Francisco Clavijo y Valentín Naranjo.

2o, Mayor Gustavo Torres; 3o, Dr. Aurelio
Soto V.; 4o, Sr. Juan Francisco Vásconez;
5o, Sr. Carlos Adriano Hidalgo, 6o Sr. Car
los Terán Gómez. - Vocales Suplentes: se
ñores Humberto Pachano, José A. Andra-
de, Alfredo Rovayo, José Joaquín Vásco
nez Manuel Coello P., José María Lalama.
LA SOCIEDAD DE OBREROS
E INDUSTRIALES «UNION Y PROGRESO»
Se fundó esta sociedad el día 24 de Ma
yo de 1916. Su primer Presidente fue el
señor don Enrique Holguín.
Después de asegurar su existencia, para
lo que no fue escaso el contingente de
prestigio y entusiasmo que aportó su pri
mer Presidente, se dedicó con preferencia
a fomentar el acercamiento de los disper
sos elementos del obrerismo ambateño.
Hacia el año de 1919, consiguió la fusión
en ella de la antigua sociedad obrera fun
dada por el R. P. salesiano Félix Talachi-
ne. De este modo, el obrerismo ambateño
pudo presentarse unificado y fuerte.
Lo mejor, lo más visible y caracterizado
del elemento trabajador de Ambato, ha
desfilado por la Presidencia de esta impor
tantísima institución, cuya existencia está
asegurada por la solidez y elevación de
sus ideales, que son, ante todo, los de la
sociabilidad y la unión, como una condi
ción esencial de progreso.
Presidentes de esta Sociedad, después
del señor Enrique Holguín, han sido los
señores: Pedro J. Sánchez, Prudencio Vega,
Juan Santana, Abelardo Arias, José Félix
Hernández, Roberto Nieto y Víctor M.
Paredes.
Actualmente desempeña la Presidencia
con todo fervor y entusiasmo, el señor don
Luis A. Ortega, quién secundado eficaz
mente por los distinguidos miembros del
Directorio, ha sabido mantener en alto el
prestigio de la institución.
Patriotas fervorosos, todos sus miembros
han honrado siempre y con la mayor so
lemnidad, la memoria de ambateños ilus
tres y han celebrado entusiásticamente los
grandes días de la Patria. Han colocado
dos lápidas conmemorativas, que revelan
elocuentemente su civismo: la una en la
 310 LA PROVINCIA DE TUNQURAHUA EN 1928
casa donde nació Montalvo, y la otra, en
la casa donde estuvo situado el Cuartel
español tomado por el heroico pueblo de
Ambato el día 12 de Noviembre de 1820.
Con igual entusiasmo, honraron a su
compañero de trabajo, que tanto se distin
guiera también en los campos de batalla,
el Coronel Tomás Reinoso, cuyos restos
mortales fueron traídos para conservarlos
en el elegante y sólido mausoleo que la
Sociedad posee en el Cementerio Municipal.
Afanes de cultura y curiosidad de saber
y comprender, han impulsado a la inaugu
ración de conferencias, sostenidas por va
liosos intelectuales de la localidad. Y esos
mismos afanes de cultura, han estimulado
también la publicación de órganos perio
dísticos propios como El Obrero» y «El
Boletín».
OTROS F.LF.MRNTOS DEL OBRERISMO
AM HATEÑO
r.rÑon Raimundo mayorga
Su taller de sastrería, que es uno de los
más notables de Ambato, se estableció por
el año de 1914.
Desde enton
ces hasta la pre
sente fecha, los
triunfos del Sr.
don Raimundo
Mayorga no han
sido ni pequeños
ni poco frecuen
tes.
Como recono
cimiento de su
labor y de su pe
ricia en el corte,
y como recono
cí miento tam
bién de la valía
Sr. Raimundo Mayorga del obrero ho
norable, consa
grado de modo absoluto al trabajo y al
bien, el M. I. Concejo Municipal de Am
bato le concedió, por aquella misma épo
ca de la apertura de su taller, un honorí
fico diploma y medalla de primera clase.
Hizo sus estudios en el arte de confección
de ropas elegantes para caballeros, con un
experto profesor francés. Bajo la dirección
de éste mismo llegó a rendir su examen de
aptitud, obteniendo su título profesional
con honrosa calificación.
Hoy ocupa su establecimiento uno de
los locales más centrales de la ciudad, pues
que esta en los bajos del Club Tungura-
hua, y es de los más concurridos por el
público ambateño.
El señor Mayorga, por lo demás, es uno
de los elementos más representativos del
obrerismo ambeteño, en el que su actua
ción ha sido siempre correcta, entusiasta y
honorable.
SR. LUIS I.. ANDRADE H,
Hizo sus estudios de relojería, primero
al lado de su propio padre, quién abrió su
establecimiento
por el año de
1900.
En 1908, un
famoso relojero
quiteño -don
Manuel Villa-
cís,—había ayu
dado al joven
aprendiz, quién
siempre sintió
predilección ha
cia este trabajo.
En 1916, el se
ñor Andrade se
trasladó a Gua
yaquil, y ahí
Sr. Luis L. Andrade II. practicó, con éxi
to, en el taller
de Juan T. López, la compostura y recons
trucción de armas de fuego. Hoy, en su
establecimiento, sólo se ha dedicado a la
relojería; y en este ramo el señor Andra
de es uno de los más descollantes de Am
bato, por su pericia y nunca discutida ho
norabilidad.
LOS DEPORTES: LA FEDERACION
DEPORTIVA DEL TUNOURAHUA
El deporte ambateño ocupa un alto y
muy señalado lugar en las actividades de
portivas nacionales.
Sus elementos representativos han teni
do brillante participación en los encuentros
internacionales más famosos que han po
dido ocurrir en los stadiums del Ecuador.
Pedro Pablo Vázquez conservó hasta
 CENTROS SOCIALES Y DEPORTIVOS Y SOCIEDADES DE RENEFICENCIA 311

su muerte—tan prematura como sentida,— luchado triunfalmente en Guayaquil y en

el título no disputado de «as de los guar
dametas nacionales», por su pericia, su in
teligencia y su valor.
Equipos de Ambato, como el famoso
"Seleccionado»— cuyo capitán es el nota
ble deportista don Neptalí Barona, -han
Quito, frente a seleccionados extranjeros
o nacionales. Sus úliimos encuentros se
llevaron a efecto: en Guayaquil, por el
escudo «Cambrian»; en las olimpiadas de
Riobamba; en Quito, con el «Arturo Prat»,
equipo chileno; y, últimamente, en la mis-

Kres. Carlos Alborto, Jorge y Hértor Fernández,

miembros del Equipo ambateño de Polo.

ma ciudad, con el «Gladiador», al que de concursos interprovinciales en que ha to

rrotara.
Los otros deportes tienen también sus
organizaciones representativas en esta ciu
dad. El «Ambato Tennis Club» posee su
cancha propia al S. E. de la población.
Este Club está formado con elementos
de la mejor sociedad, y su organización
tiene bases durables.
El equipo de Polo compuesto por los
señores Jorge, Héctor y Carlos Alberto
Fernández y Jorge Holguín Terán, ha ob
tenido resonantes triunfos en los varios
mado parte, y especialmente en las Olim
piadas Nacionales, celebradas en la ciudad
de Riobamba, en que fué declarado Cam
peón.
Y dirigiendo y estimulando las activida
des deportivas, cuyo desarrollo promueve
con amplitud y eficacia, está la Federación
Deportiva del Tungurahua. Se debe a es
ta organización, principalmente, las mejores
y más bien encaminadas gestiones para
conseguir los medios indispensables con
que ha de construirse el Stadium, que es
312 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
el viejo anhelo no sólo del deporte amba-
teño, sino del de toda la República, ya
que considérase a Ambato como el lugar
apropiado de cita para los grandes en
cuentros interprovinciales o regionales.
Fue su primer presidente Dn. Carlos
Martínez Q., quién se ocupó de su fun
dación y organización; luego vino el señor
Juan F. Vela, continuando la labor inicia
da ya.
El actual Directorio de la Federación
Deportiva del Tungurahua, está compues
to por las siguientes personas:
Presidente, señor doctor don Tarquino
Toro Navas; Vicepresidente, señor don Ro
drigo Vela; Secretario, señor doctor don
Juan Abel Pachano; Vocales, señores: Car
los Cobo J., Jorge Holguín T., Fausto
Sevilla, Alberto Garcés; Tesorero, Hum
berto Naranjo.
Mediante el franco y decidido entusias
mo de sus diligentes, se practican los
siguientes importantes deportes: tennis,
foot-ball, ciclismo, automovilismo, polo,
basket-ball, pelota nacional y otros.
FR. R. GONZALO FLORES
Tanto en Quito como en Ambato, Flores
tiene el prestigio de ser el más antiguo y
el mejor de los
deportistas con
sagrados al atle
I tismo. De los 21 con
cursos en que
él ha interveni
do, los 20 fueron
ganados es-
truendosamen-
te. Los ejerci
cios preferidos
por Flores fue
ron siempre:
lanzamiento de
bola, levanta
miento de pesos
Sr. R. Gonzalo Flores y lucha pugilís-
tica.
En estos ejercicios, hasta hoy no ha en
contrado rival en todo el Ecuador. Con
los mismos atletas extranjeros de renom
bre que han venido al país, su fuerza y
habilidad han triunfando varias veces,
ampliamente.
Como uno de sus mayores triunfos se
cita el obtenido, en el año de 1923, sobre
Aladar, el célebre profesor de atletismo.
No solamente supo en esta ocasión de
mostrar sus capacidades atléticas, sino que
se sometió a una prueba completa, hacien
do los mismos ejercicios violentos de
fuerza que dieron renombre a Aladar.
Entre esos ejercicios se citan los siguien
tes: sostener sobre el abdomen, por algu
nos minutos, un automóvil Willys-Knight,
con ocho pasajeros encima, doblar barras
de hierro, etc., etc.,
Meses después, realizó otra proeza famo
sa: ante un inmenso público congregado
en el Hipódromo de Quito, detuvo, él
sólo, dos automóviles Ford, de 40 caba
llos de fuerza, que trataban de salir en
contraria dirección.
He aquí algunas de sus medidas, que
dan una clara comprensión de su enverga
dura: cuello, 0.42 cm.; tórax, en estado
normal, 1.05 mt.; tórax expandido, 1,15 mt;
bíceps, 0,42 cm.; cintura, 0.72 cm.
SOCIEDADES de reneficencia:
LA JUNTA PROVINCIAL DE LA CRTZ HOJA
Las organizaciones sociales con fines
humanitarios, tienen en Ambato su entidad
representativa en la Junta Provincial de la
Cruz Roja de Tungurahua. Esta se ha
dividido en dos importantes secciones: el
grupo directivo de caballeros, cuyo Presi
dente es el señor doctor don Víctor M.
Garcés, Rector del Colegio Nacional Bo
lívar»; y el Comité de Señoras y Señoritas,
cuya Presidenta fue, hasta hace muy poco,
la señora doña Carlota Martínez Quirola,
hoy en viaje a París, becada por la Cruz
Roja de Francia para estudiar su admira
ble organización y los mejores medios de
realizar la campaña humanitaria.
La organización de este importantísimo
Comité, que tanto contribuyó a la exten
sión y eficacia de la acción benefactora de
la Cruz Roja en esta Provincia, se debió
principalmente a los entusiasmos e inicia
tivas de la señora doña Georgina Martínez
de Jácome Moscoso, dignísima Secretaria
de la Cruz Roja de Quito.
Actualmente, son inapreciables los ser
vicios que prestan las dependencias de la
 CF/S'ftt^S SOCIALES Y DEPORTIVOS Y SOCIEDADES DE BENEFICENCIA 313

COMISION EJECUTIVA DE LA JÜNTA PROVINCIAL DE LA CRUZ ROJA

Sonoros: Rafael Sánchez H., Secretario; Dr. J. Humberto Carrillo M.; Alberto M.
Rodríguez V., Tesorero; Dr. Gabriel Román G.; Dr. Víctor M. Garcés, Presidente;
Dr. Rafael Alfonso Sevilla.

Cruz Roja en esta ciudad. Sostiene un
Consultorio para niños pobres, con aten
ción diaria de médico y medicinas gratui
tos. En los últimos meses del año próxi
mo pasado se llevó a efecto un Curso de
Enfermeras Visitadoras de la Cruz Roja,
con gran éxito. Dirigieron el curso, a la
noble exitación de la Junta Provincial, dis
tinguidos facultativos de la localidad. En
tre estos cabe anotar a los señores doc
tores: Julio E. Paredes, Gabriel Román G.,
Eduardo Paredes, Rafael Alfonso Sevilla,
César E. Viteri, Virgilio Paredes Borja,
Humberto Carrillo y Tarquino Toro Navas.
Al Comité Provincial de Señoras y Se
ñoritas pertenecen damas de alto rango y
de sentimientos fervorosamente humanita
rios. Le tocó a este Comité de Señoras
ser el primero en organizarse entre los de
más de la República; pues, sucesivamente
después siguieron formándose en las de
más provincias. El último Directorio está
compuesto así:
Presidenta, Srta. Abigaíl Naranjo; Vice-
presidenta, Sra. Clelia de Vásconez; Secre
taria, Srta. Guillermina Vásconez; Prose
cretaria, Srta. Gcorgina Barona; Tesorera,
Srta. María Elvira Cobo; Vocales: Sra.
Blanca Herminia de Vela y Sra. Marieta
de Barona.
Este distinguido Comité actúa en con
junto con el Comité directivo que está
formado por el Sr. Dr. Víctor M. Garcés,
Presidente; Dr. Gabriel Román G., Vice
presidente; los Sres. Dr. Rafael Alfonso
Sevilla, Alberto M. Rodríguez V. y Rafael
Sánchez H., Vocal, Tesorero y Secretario,
respectivamente.
Este importantísimo ramo viene hacien
do positivos beneficios a la clase desvali
da en los últimos años. Nombrado Sub
director y a la vez Presidente de la Junta
Provincial de Asistencia Pública desde el
año de 1926 el competente facultativo Sr.
Dr. Dii. Rafael Alfonso Sevilla, ha venido
dedicando todo su empeño y energías por
ver de llenar los fines para los que fue
creada tan meritísima entidad, la misma
que está integrada por elementos distingui
dos de prestigio y de talento.
314 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

EL HOSPITAL CIVIL Y LA JUNTA DE ced a la atención desplegada por la H.

ASISTENCIA PUBLICA
El Hospital de San Juan de Dios» de
Ambato, único Establecimiento de Caridad
con que cuenta la Provincia, ha mejorado
notablemente en todos sus aspectos, mer
Junta y en especial por su digno Presiden
te. Teniendo este Asilo de Beneficencia
el carácter de Hospital General, allí ingre
san los desvalidos que adolecen de toda
clase de enfermedades. El Edificio inte-

DIRECTORIO DEL COMITE PROVINCIAL DE SEÑORAS Y SEÑORITAS DE LA CRUZ ROJA

Srta. Guillermina Váseonez, Secretaria; Sra. Marieta de Barona; Sra. Blanca Herminin
de Vela; Srta. Abigaíl Naranjo, Presidenta; Sra. Clelia de Vaseonez, Vicepresidenta.

gramente es amplio y ventilado; está divi
dido convenientemente en diferentes seccio
nes y todas ellas cuentan con instalaciones
higiénicas de estilo moderno, últimamente
adquiridas.
Se encuentra ya en servicio un departa
mento de aislamiento para enfermedades in-
fecto-contagiosas, dividido en dos salas, una
para pobres y otra para pensionistas. Es
ta mejora notable ha podido introducir la
Junta, tras no pocos esfuerzos y de acuer
do con la Dirección General de Sanidad.
El servicio de Botica es esmerado y el
pedido de drogas se hace cada año direc
tamente a Europa, estando por lo mismo
cuidadosamente surtida aquella dependen
cia principal. No hace mucho ha llegado
y se encuentra ya en uso un buen pedido
de instrumental de cirugía que hiciera la
Junta a la Casa Collin de Francia.
No obstante los escasísimos fondos con
que cuenta la H. Junta, está afanada en
construir y próxima a terminar una espa
ciosa sala de operaciones de dos plantas:
servicio este que se hacía de indispensa
ble necesidad para el mejor funcionamien
to del Hospital.
El Hospital está a cargo de tres facul-
 CENTROS SOCIALES Y DEPORTIVOS Y SOCIEDADES DE BENEFICENCIA 315

.It'XTA PROVINCIAL DE ASISTENCIA PUBLICA

Sentados: Dr. Víctor M. (Jarees; Dr. Rafael Alfonso Sevilla, Presidente; Dr. Gabriel
Román G.; Dr. Turquino Toro Navas. En pie: Sr. Rafael Sánchez II., Secretario; Sr.
Julio C. Arias, Oficial Pagador

PERSONAL DEL HOSPITAL CIVIL DE SAN JUAN DE DIOS

Sor Catalina; Dr. Humberto Carrillo; Sor María Luisa; Dr. Alejandro P.astidas; Sor
Juana Gabriela, Superiora; Dr. Kafael Alfonso Sevilla; Sor Angela; Dr. César E. Viten;
Sor María; Sr. César A. Chacón, Habilitado; Sor Marta.
316 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928
SOCIEDAD OBSTETRICA GINECOLOGICA
Dr. Tarquino Toro Navas, Dr. Rafael Alfonso Sevilla y Dr. César E. Viteri
tativos competentes; además, prestan sus
servicios un habilitado-ecónomo, 7 Herma
nas de la Caridad y doce empleados.
La Junta de Asistencia Pública tiene
sus Oficinas en lugar central, y anexo fun
ciona el Consultorio gratuito para los po
bres que no quieren o no pueden ser
hospitalizados; al efecto sostiene un facul
tativo que, también se encarga de aten
der a domicilio a los enfermos indigentes,
a cualquier hora que soliciten sus ser
vicios.
Laudable y digna de encomio, por fin,
es la labor de esta Corporación Provincial,
pues los desvalidos que, alejados de la for
tuna, no disponen de los medios necesa
rios para curar sus dolencias por cuenta
propia, acuden ya al Hospital, ya al Con
sultorio gratuito de Asistencia Pública, en
la seguridad de que en una u otra parte
serán solícitamente atendidos.
Aunque en proporciones modestas, y
con un carácter más bien cooperativo, rea
liza también una intensa labor de benefi
cencia social la importante Sociedad Obre
ra «Mutuo Socorro», fundada y por largo
tiempo sostenida por los esfuerzos del Sr.
Domingo Romano.
Esta sociedad tiene por lema: Unión,
Caridad y Trabajo. Y así, a partir de
1925, ha intervenido en obras benéficas de
diverso carácter. Ha establecido una pe
queña Compañía Dramática, y lo que pro
ducen las representaciones se invierte en
compras de obsequios de utilidad para ni
ños pobres y en el sostenimiento de una
escuela nocturna para sirvientes, que ella
misma inauguró.
El afán cooperativo y de beneficencia
que principalmente ejercita esta sociedad de
trabajadores, la ha hecho digna de aten
ción, apoyo y simpatía.
SOCIEDAD OBSTETRICA GINECOLOGICA
Entre las agrupaciones de índole profe
sional que no obstante el carácter de par
ticulares con que funcionan prestan positi
vos servicios a la colectividad y han mere
cido el aplauso y la confianza del público,
debemos citar en primera línea a la Sociedad
Obstétrica Ginecológica, constituida por
tres notables facultativos ambateños.
Fundada el 1» de Abril de 1926, por
la unión de los doctores D. Rafael Alfon
so Sevilla, D. Tarquino Toro Navas y D.
César E. Viteri, con el objeto de facilitar
al público los más eficientes y modernos
servicios en los ramos de obstetricia y gine
cología, no ha tardado en acreditar su uti
 CENTROS SOCIALES Y DEPORTIVOS Y SOCIEDADES DE BENEFICENCIA
lidad y competencia. Ajena la Sociedad a
todo fin exclusivamente utilitarista, ha que
rido extender sus servicios a todas las
clases sociales; y aparte del merecido pres
tigio profesional de sus miembros, lo mó
dico de sus honorarios y el espíritu huma
nitario de que se halla animada, le permi
ten realizar una labor altamente recomen
dable que constituye una verdadera garan
tía para nuestro público.
Recientemente se ha extendido el radio
de acción de la Sociedad Obtétrica Gine
cológica al tratamiento de enfermedades
venéreas. Cuenta para ello con una mo
derna y completa instalación de Diatermia
y un Laboratorio de control, que son los
primeros introducidos en Ambato.
Cuanto a la personal idadad de los facul
tativos que la integran, en otras secciones
de este libro hemos consignado ya los prin
cipales datos: El Sr. Dr. Sevilla ocupa el al
to cargo de Subdirector de la Asistencia
Pública; el Sr. Dr. Viterí es médico titular
del Hospital General de esta ciudad; y el
Sr. Dr. Tarquino Toro Navas, que tiene
extensa práctica particular, es Profesor de
Física del Colegio Nacional «Bolívar».
FILANTROPOS AMBATEÑOS
SR. DON JORGE HUMBERTO COBO
Consagrado al trabajo durante los mejo
res años de su juventud, allegó una apre-
ciable fortuna.
Cuando la vida se le mostraba más dulce
y las energías de su cuerpo habían alcanza
do su plenitud, la muerte le sorprendió
traidoramente el día 5 de Agosto del año
1927.
Fue su voluntad, al morir, que ninguna
de las sociedades cooperativas a que había
pertenecido le reintegrase cantidad alguna;
y que lo que justamente le correspondía,
317
se invirtiese más bien en acrecentar los fon
dos de beneficencia. La Asociación de
Empleados de esta ciudad recibió, de este
modo, un valioso aporte para afirmar más
su existencia económica.
Sin embargo, lo que más vivamente
produjo la gratitud y reconocimientos pú
blicos hacia este distinguido ciudadano,
fue la donación de una gran parte de su
fortuna para la fundación de una escuela
de niños pobres en Ambato.
SR. LEONIDAS JARAMILLO
Debe a este distinguido filántropo, la
mayor de las contribuciones generosas que
ha podido recibir
en los últ i m o s
tiempos nuestro
Hospital Civil.
A su muerte,
ocurrida el 11 de
Agosto de 1926,
no sólo le donó
una valiosa ha
cienda, para el
sostenimiento del
servicio humani
tario, sino tam
bién una gruesa
suma en efectivo a
fin de que se lle
Sr. Leonidas Jarauiillc ve a efecto, lo más
pronto posible, la
construcción, en el mismo Hospital Civil,
de un pabellón para asilo de ancianos po
bres. Dejó también otra apreciable canti
dad de dinero para el reparto entre familias
indigentes de la localidad.
Como agricultor, como banquero, fue
uno de los más decididos propulsores del
progreso seccional. Con otros distingui
dos caballeros fundó el Banco Tungura-
hua. Y en todas sus actividades e inicia
tivas, quedó siempre de relieve el hombre
bueno, inteligente y desprendido, amante
fervoroso de su Patria y de la Humanidad.
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 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

Singer Sewing

Machine Co.

Oficina situada en la calle Mera, casa del

señor Juan M. Montalvo

ALFREDO EN DARA, Agente.

AMBATO—ECUADOR.

BOTICA LA FILANTROPICA

DR. J05E AUGUSTO CLAVIJO,

PROPIETARIO.

ESTABLECIDA EN 1917

Relaciones con, las principales Boticas

y Droguerías del país

CARRERAS CEVALLOS Y LALAMA

AMBATO — ECUADOR
 Saniana
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Ecuador
-95.
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iAmbato
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GENERAL
CONSTANTE
RENOVACION
DE
ERCADERIAS
CHACON
SANTANA
Hnos.

CASA
EEN
1915
STABLECIDA carpintería,
zapatería,
etc.
 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

ADRIANO MANTILLA

COMERCIANTE EXPORTADOR

Negociaciones : Distinciones honrosas: Dirección Telegráfica:

Provincia de Manabí y Exposición Nacional de
Artes e Industrias, en el A MANTILLA
Sur de Colombia. Centenario de la Batalla
dePichincha.-Quito 1922 Casilla correos No 105
Especialidades: Primer Premio.—Medalla Carrera Bolívar
de Oro en la Primera Ex
Tejidos Nacionales y fa posición Provincial, cele AMBATO-ECUADOR
bricación de Zapatos de brada en el Aniversario
alta calidad. de la Independencia
de Ambato.

Salomón Amador

Comerciante Importador

Telas de algodón Dirección Cablegráfica:

Casimires y artículos de lana S A M A D O R

Ferretería y Cristalería Casilla de Correo No. 50

AMBATO — ECUADOR
 LA PROVINCIA DE TUNOURAHUA EN 1928

/\lfonso López J-íerdoiza

ABOGADO

Defensas Judiciales. --/Asesorías

ESTUDIO: CALLE BOLIVAR

AMBATO—ECUADOR

Hotel Francés

José Rubio Alarcón, Propietario

Servicio esmerado e higiénico, habitaciones

aseadas, alimentación buena y abundante,

baños calientes y fríos.

SECCION BAR

Vinos y licores de las mejores marcas extranjeras

y nacionales
AMBATO—ECUADOR CASILLA 75
 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

«1

Personal autorizado A G E N T E S
EMILIO COBO
Cobo Hnos. de Sociedad Hispano
ALBERTO COBO Ecuatoriana

Comerciantes - Importadores. — Agentes y Comisionistas

Almacén Principal, Calle Bolívar No. 86. Sucursal, Calle Mera

Relaciones Comerciales con las principales easas

europeas y americanas

Especialidad: Articulas para caballeros y de Bazar

Dirección Telegráfica: COBONOS—Código A B C. 5a. Edición

CASILLA CORREO No. 90

A M IJ A T O V. C L' A I) 0 B
 ESTABLECIDA Ambato
Ecuador-
autorizado:
Personal L/isandro
Vaca INFIAAOS
PRECIOS
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Vaca Confit-,
Galletas,
Principal-
Cammelos,
producción:
Bombon-,
de mmos
VTDCasilla
53.
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Chocolate,
Sal
de
Pastillas
Fideos,
frutas,
refinada,
menta
etc.
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CONDOR"
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ieI)tarios.

tí

FABRICA
 LA PROVINCIA DE TUNGUBAHUA EN 1928

Botica Sud Americana

Importación directa de toda clase de

productos.

Amplias relaciones comerciales con las

principales Droguerías de Estados

Unidos y Europa.

Eficiente atención en el servicio de

recetas.

Dr. Luis Armando Torres

PROPIETARIO.

Dirección Telegráfica: LARTORRES Ambato Ecuador.

 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

Establecimiento

de Zapatería

FUNDADO KN 1920

Relaciones comerciales con

el Perú y Sur de Colombia.

Pronta atención <le pedidos

del interior y fuera de la
República.

Antonio Ortiz Mera.

AMBATO—ECUADOR.

STAR

FABRICA DE CAMISAS Y SASTRERIA —FUNDADA EN 1925

Ambato, Apartado No 120. -Quito, Apartado a domicilio No 276

VENTAS AL POR MAYOR Y MENOR

CAMISERIA.— Fabricación de toda clase de camisas para ciudad, trabajo

y Sport; ternos interiores, pyjamas y cuellos suaves.
Los productos STAR son ampliamente garantizados, debido a la fran
ca propaganda que hacen de ellos sus distinguidos consumidores.
lia camisa S T A R es preferida, porque entre sus similares es la única
que ha alcanzado el máximun de perfección, por el correcto corte, escrupu
losa confección, riguroso acabado e irreprochable estilo.
SASTKERIA.— Confección de toda clase de vestidos finos para caballeros
desde el más sencillo hasta el más complicado, distinguiéndose por su esme
rado trabajo y elegante estilo.
La Sastrería STAR, para el mejor y cómodo servicio del público, cuen
ta con lujoso Salón de prueba.
Siempre que Ud. necesite una camisa, pida la ST A R.—Cuando Ud. desee
un vestido, hágalo confeccionar en la S T A R,—S T A R es la marca de
garantía.
S. FERNANDO IZA.
 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

J. Belisario Urbina & Cia.

COMERCIANTES - IMPORTADORES

Casa Establecida en 1902 Local en su propio edificio

E S 1» K C I A L I D A D K 8 :

Licores, Conservas, Perfumería,

Abarrotes, Artículos de BAZAR

Negociaciones Directas con Estados Unidos, Alemania,

Dinamarca, España y Francia.

CASILLA No. 103 AMBATO- ECUADOR

 LA PROVINCIA DE TUNQURAHUA EN 1928

FABRICA DE LICORES

"La Excelsior"

La más poderosa de la República, declarada así en

la Exposición Nacional de Quito, el 24 de Mayo de
1922, y premiada con Medallas de Oro de primera
clase en siete Exposiciones.

Cuenta con tres fábricas sucursales y veinte depósitos.

Enorme surtido de Licores en más de 40 variedades.

F^. Gonzalo Flores, fabricante.

AMBATO-ECUADOR
 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

Angel C. Acurio

ALMACEN DE ABARROTES

Y FERRETERIA

Ventas por mayor y menor

Dirección Telegráfica: ANOELACURIO

Casilla Correo J. — Calle Martínez

AMBATO-ECUADOR
 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA ES 1928

Ricardo Loza

CASA FUNDADA EN 1914.—ALMACEN EN SU PROPIO EDIFICIO

Ramos principales: Ferretería, abarrotes y papelería

Negociaciones comerciales con Alemania e Inglaterra

Relaciones Bancarias: Banco del Ecuador, La Previsora

Dirección Telegráfica: RICARLOZA. Casilla No. 41.

A M BATO — ECUADOR
 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

BANCO DE PRESTAMOS
S. A. ESTABLECIDA EN 1909
CAPITAL, Si. 1.000.000,00 RESERVAS, SI. 525.000.00

BANCO ASOCIADO AL CENTRAL DEL ECUADOR

Especialmente organizado para Depósitos y Cobranzas. Hace toda

clase de operaciones bancarias.—Servicio rápido y eficiente.— Esme
rada atención a su numerosa clientela.

OFICINA PRINCIPAL: Quito - Ecuador, S. A.- Apartado No. 279

Telefonos: 2—9 5 y 8 -6-0
SUCURSAL: Ambato - Ecuador, S. A. - Apartado No 2.

CORRESPONSALES
En las principales plazas del Mundo y del interior del Ecuador

DIRECCION TELEGRAFICA: «PRESTAMOS*

Codigos en uso: Lieber's—Bentley»s, A. B. C. 5a Edición— Peterson, privadas
 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

SEVILLA & VELA

Agentes Exclusivos de la Fábrica de Tejidos

EL PRADO, en Ambato y Latacunga

AMBATO— ECUADOR APARTADO N° 80

ELISEO J. CARRION

ACEPTA REPESENTACIOXKS I)K CASIS EXTRANJERAS

Solicita precios de licores, conservas, confites, porcelana,

fierro enlozado y cristalería

Carrera Guayaquil No. 35 Buzón No. 41

QUITO-ECUADOR

LU IS ALFREDO PEREZ

Taxi der m i s ta
Especialidad en disecación y montaje artístico de toda clase de
ejemplares zoológicos; formación de Museos; arreglo y clasifica
ción científica de ejemplares.
Encárgase también de la provisión de grandes o pequeñas colec
ciones de ejemplares naturalizados, para la iniciación o incre
mento de Museos Zoológicos.
Referencias, en el Colegio Nacional «Bolívar», (Ambato), de cuyo
Museo es Preparador y Conservador.— Trabajos garantizados

MANUEL ROMERO SANCHEZ

Abogado

Oficina anexa al bufete.—Cobranzas y representaciones.— Compra y venta

de propiedades, papeles fiduciarios, etc. —Operaciones de dinero a mutuo
con firmas e hipotecas.
Oficinas: Carrera Bolívar.— Habitación: Carrera Lalama.
Dirección telegráfica: Komanel.— Apartado N° SO.— A mbato -Ecuador.
 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

JOSE NAVA


COMERCIANTE IMPORTADOR

Abarrotes, Ferretería y Conservas

Loza y fierro enlozado

Artículos de zapatería

Papelería, confitería y cristalería

Extensas relaciones con los

mercados extranjeros y Guayaquil

Dirección Telegráfica: "NavaHN Apartado No. 66

AMBATO-ECUADOR
 LA PROVINCIA DE TONGURAHUA EN 1928

ASERRADORA Y CARPINTERIA
«LA INFATIGABLE»

José M. Aguirre &. Cía.

Compra y venta de Maderas del país; trabajo de

toda clase de muebles. — Empresarios para arreglo de
casas. —Atendemos toda clase de pedidos dentro y fuera
de la ciudad.
AMBATO — ECUADOR

TINTORERIA Y LAVANDERIA
« P K O G R K S O»

Reinaldo Rodríguez, Propietario

Tinturas especiales para seda, algodón y lana. Cumplido y

esmerado trabajo. Precios al alcance de todos.
Carrera Cevallos, entre Cajas y Altamirano
AMBATO - ECUADOR K'

SALON "LA PALMA"

restablecimiento fundado en 1907

Salones muy cómodos y billlar. Licorería, ferretería y abarrotes.

Extensas relaciones con el alto comercio de Guayaquil y Ambato.

Celiano F. Freiré, Propietario

PELILEO ECUADOR

Gran Sombrerería, Lavandería y Tintorería

«JUAN MONT AL VO>

de ©. Villa iVIe riño

Carreras Sacre y Mera.—Letra A.
Se tiñe y confecciona toda clase de sombreros de señorita, formas
modernas a satisfacción, según catálogos.
Especialidad en lavado de sombreros de mocora y paja.
Esmerado trabajo en sombreros de paño.—Material de primera clase.
AMBATO-ECUADOR
 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

José Manuel

Fernández

Exportador de toda clase

de productos agrícolas

CASILLA 87 AMBATO-ECUADOR.

Alfredo Endara

Representante — Comisionista

REPRESENTACIONES:

C. Ginatta y Co., G. A. Paulson, Agencia Italo- Ecuatoriana,

U. Parodi y Co., Humberto Descalzi, M. A. Valdivieso,
Singer Sewing Machine Co.

CASILLA No. 109 TELEGRAFO: "ALENDARA"

A M BATO — ECUADOR
 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

"El Espejo de la Moda"

Confección especial de uniformes

militares y vestidos de etiqueta.
Amplio servicio de ropas civiles, según
los últimos estilos de la moda.

Fabricación de botones de cuero.

Víctor SI. Cuadrado, Sastre.

Dr. Carlos H. Ruiz E.

PROPIETARIO Y REPRESENTANTE DE LA

BOTICA AMERICA

Situada en la plaza 10 de Agosto» entre las calles

Sucre y Lalama.

Ofrece constante renovación de Drogas y Productos

Químicos. — El despacho de recetas lo hace personal
y escrupulosamente.

V. ERNESTINA JACOME

Profesora graduada en Corte y Confección

de vestidos de toda clase.

Especialidad en vestidos estilo sastre

y ropas de lujo para señoras y niños

CLASES PARTICULARES
Callos Cevallos y Cajas.
 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

PEDRO VILLACIS

COMERCIANTE IMPORTADOR

HAMOS PRINCIPALES:

Papelería, Cristalería

Conservas y aceites finos

Avena "Quaker"

Ferretería e implementos agrícolas

Arroz y azúcar por mayor y menor

Dirección Telegráfica: PILLACIS Casilla Correo J

AMBATO — ECUADOR
 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

ALMACEN DE NOVEDADES

Artículos de fantasía

Confección de abrigos y
vestidos para señoras.
Sombreros con los últimos
modelos de la moda.
Exportación de todos estos
artículos al sur de Colombia.

Este acreditado almacén ha

obtenido la más franca acogida
del gran mundo social.

Alfonso Mora.
Dirección telegráfica: ALMORA.
AMBATO— ECUADOR.

Talabartería "12 DE NOVIEMBRE"

ESTABLECIDA EN 19 18

Fabricación correcta e indiscutible

Materiales de primera calidad
Pronta atención en el despacho
de pedidos de provincias y fuera
de la República.
RAMOS PRINCIPALES:
Artículos de viaje, de toda clase,
aperos de montar; fabricación
especial de tapicería para auto
móviles y artículos de sport.

S. A. Escobar Cruz.

Dirección telegráfica: ESCOUZ.

AMBATO—KCUADOR
 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

Gran Panadería "La Rival"

FUNDADA EN 192 3

Elaboración higiénica y con las mejores materias primas.

No contiene substancias nocivas.
Su fabricación consulta los procedimientos más modernos.
Su consumo se extiende a todas las provincias del norte
y sur de la República.
Su calidad es indiscutible, por esto es la preferida
de todas.

Domingo Chico, Propietario.

CALLE BOLIVAR AMBATO-ECUADOR

 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

Sastrería de David Villena Q.

Confeccion de toda clase de vestidos

para caballeros y señoras

Trabajos ejecutados con puntualidad y

corrección.

Calle Bolívar A m bato Ecuador.

Sastrería de Aurelio Mayorga e hijo

Los trabajos en esta sastrería son eje

cutados con toda perfección, consultando
siempre los últimos estilos de la moda.
Esta sastrería garantiza cumplimien
to en el trabajo y satisfacción a sus
clientes.
Calles Bolívar y Montalvo Ambato Ecuador

Viña "San Antonio de Quillán"

SUCESORES DE PEDRO MONSALVE, PROPIETARIOS

Productos principales.—VINOS: Tinto Bordeaux, Blanco, Moscatel,

Monsalve para Consagrar y Vermouth. — LICORES: Cognac San
Pedro y Pisco.
AGENCIAS EN LAS PRINCIPALES PLAZAS DE LA REPUBLICA
Dirección Postal: Pedro J. Vela M. Dirección telegráfica: VIQUILLAN
Casilla de Correos No. 72. Ambato— Ecuador.

Zapatería de Segundo Villacís H.

Renovación constante de materiales

de primera clase, para la fabricación de
calzado de fina calidad.
Atiende pedidos dentro y fuera de la
ciudad, ofreciendo siempre los precios
más ventajosos.
Calle Mera Ambato Ecuador.
 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

Sastrería LA CHIC ALEMANA

FUNDADA EN 1913
Conocimientos adquiridos por su propietario con
un profesor alemán, en corte y confecciones.
Preferencia en la confección de vestidos para
caballeros y niños.
Buena perfección en su trabajo y estricto cum
plimiento.
.Miguel C. López G., Propietario.

"La Estrella" de Augusto Fabara Q.

FUNDADA EN 1912

Fabricación de aguas gaseosas de insuperable calidad,

Depósito del agua de &üitig y de las cervezas Tungu-
rahua y Danesa. Representación exclusiva de la fábrica
de licores nacionales La Excelsior. Abarrotes en ge
neral, ferretería y licorería.
P E L ILEO E CU A D0 R

Hojalatería "LA INDUSTRIAL"

Especialidad en la fabricación de juguetes.

En la Exposición Nacional de 1922, fué
premiado este establecimiento con Meda
llas y Diplomas de primera clase.

Angel M. Tirado, Fabricante.

Calles Sucre y Lalama Ambato Ecuador, S. A.

ALronso r. LOPEZ

Comerciante en /\barrotes y Ferretería

Relaciones con los principales importadores de Gua

yaquil. Precios mínimos en todas sus ventas.

PELILEO — ECUADOR
 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

Gran Hotel "VIVERO"

ESTABLECIDO EL 1" DE SEPTIEMBRE DE 1928

Cuenta con toda clase de comodidades: habitaciones

amplias y ventiladas. — Cantina y Bar: Licores finos
nacionales y extranjeros. — Precios sumamente módicos,
al alcance de todos. — Menús variados y al gusto del
cliente.- Atención esmerada, rápida y culta.- Servicios
higiénicos modernos.
Es el preferido por su situación en el centro de la ciu
dad, a dos cuadras de la estación del Ferrocarril.

Luis A. Vivero E., Propietario.

Dirección: por telégrafo LA Vi VERO: Apartado letra Y.
Calles Cevallos y Mera Ambato Ecuador
 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

Carlos Vayas
JOYERO

Selecto y constante surtido de alhajas finas.

Ejecuta trabajos artísticos de todo género.
Las obras encomendadas a esta joyería son
satisfechas con prontitud y esmero.
Calles Bolívar y Flor AMBATO—ECUADOR

Fábrica de Muebles Finos

FUNDADA EN 1909

Conocimientos amplios adquiridos por su propietario

en Inglaterra.
Instalación completa y moderna de maquinarias para
la fabricación de muebles finos. Especialidad en es
tilos ingleses. —Todos los pedidos de los diversos
lugares de la República son atendidos con prontitud
y esmero.

Enrique Holguín, Fabricante.

Carrera Rocafuerte N° 9 QUITO— ECUADOR

Dr. Luis C. Va'sconez

ABOGADO

Dirección: Martínez y Sucre. —Ambato.Ecuador.

 LA PROVINCIA DE TUNGUltAHUA EN 1928

Fábrica de Aguas Gaseosas UE1 Aguila"

Elaboración de aguas gaseosas en general.

Fabricación científica y a base de sustancias inofensivas.

Clcmentina de Clavijo, Propietaria.

Calle Montalvo Ambato Ecuader

Fábrica de aserrar de Antonio Parra

Fabricación constante de toda clase de

muebles.
Compra y venta de maderas de las me
jores clases.
Garantía en el cumplimiento y esmero
en las obras.
Atención rápida en los pedidos de fuera.
AMBATO ECUADOR.
 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

Sastrería "LA GRAN TIJERA"

Conocimientos amplios adquiridos con

profesores extranjeros.
Confección de toda clase de vestidos suje
tos a las mayores exigencias de la moda.
Estricto cumplimiento en las obras
encomendadas.
Virgilio Fiiillos, Propietario.

Calle Bolívar A mbato—Ecuador

"La Primavera"
Casa de Préstamos

Operaciones con depósitos

de prendas como garantía.
Interés módico y seguridad
en la conservación de objetos
depositados.
Todos los préstamos son a
4 meses plazo, pudiendo ser
prorrogables. Solícita atención
y cultura con sus clientes.
Arsenio Freiré, Propietario.
Calles: Cevallos y Altamirano.

AMBA TO-ECUADOR

Miguel A. Viteri E.

Agente y Representante de E. Maulme

Ventas por mayor, precios ínfimos.

DIRECCION TELEGRAFICA: CASILLA N" 53

VAQUERMANOS AMBATO ECUADOR
 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

JUAN J. MANAY

Carpintero- Ebanista

Conocimientos adquiridos
en la Escuela de Artes y
Oficios de Quito.
Fabrica toda clase de mue
bles finos con selección de
materiales de primera clase.
Extensa práctica, absoluta
honradez y cumplimiento en
las obras.

CALLE GUAYAQUIL AMBATO --ECUADOR

Miguel Angel Villalva

CARPINTERO— EBANISTA

Especialidad en muebles finos de estilo moderno y

excelentes materiales.
Taller: Calles Montalvo y Rocafuerte.

Zapatería de Juan Castro

Establecida en, 1906

Fabricación de calzado fino con materiales seleccionados.

En la Exposición Nacional de Quito, obtuvo el 2o Premio.
Atención culta a sus clientes y esmero en los trabajos.

Calle Bolívar Ambato - Ecuador

 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

Fábrica "Nacional" de Hormas

Extensa fabricación de hormas para zapatos
Materiales de primera clase y precios sin
competencia.
Superioridad a las similares extranjeras.
Atiende pedidos de toda la República.

Jorge Moya, Fabricante.

Calle Bolívar Ambato Ecuador.

Talabartería de Ricardo Zambrano

Fabricación de artículos de sport, aperos
de montar, titiles de viaje, etc. etc.
Buena presentación, corrección en los
trabajos y precios accesibles.

Carrera Cajas 3a. cuadra.

A MBA TO ECUADOR.

Zapatería LA /VNDIN/V

Trabajos garantizados y sujetos a los

últimos estilos de la moda.
Selección de materiales de primera clase
y estricto cumplimiento.

Humberto Abril, Propietario.

Calle Mera. Ambato - Ecuador.

Zapatería "j^mencana"

Toda clase de zapatos para señoras, caballeros

y niños.
Materiales escogidos, esmero, puntualidad y pre
cios ínfimos.
Segundo 11. Meto, Fabricante.
Calles Mera y Bolívar Ambato—Ecuador.
 LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA EN 1928

FABRICA DE CALZADO

FUNDADA EN 1924

Fabricación de toda clase de calzado

fino con materiales extranjeros y nacio

nales. — Especialidad en la fabricación

de calzado para señoras y niños.

Su producción alcanza a abastecer los

principales centros comerciales.

Despacho de muestras previa solicitud.

Salazar Hermanos, Fabricantes.

Calles Viteri y Pedro Carbo Apartado 122 Ambato Ecuador

 INDICE

Páss.
INTRODUCCION

Capítulo I: HISTORIA ANTIGUA

Lo que fue el territorio de la actual Provincia de Tungura-
hua.— La conquista peruana.—Bajo el dominio de Huayna-
Cápac— Caracteres de la civilización incásica.— Guerra civil
entre Huáscar y Atahualpa.— El arribo de los españoles 11
Capítulo II: LA CONQUISTA ESPAÑOLA
Los indios de Ambato en la conquista.— La resistencia in
dígena contra Benalcázar y Pedro de Alvarado.— Rumiñahui 21
Capítulo III: EPOCA COLONIAL
Fundación de Ambato.—Organización política inicial del colo
niaje.—El primer asiento de Ambato desaparece.— Efectos del
terremoto de 1689.—La nueva fundación de Ambato.— El Ca-
misionado D. Antonio de Ron y su obra.—Ambato asciende
a la categoría de Villa.—La vida de los otros pueblos de la
Provincia durante la Colonia.— Segunda destrucción de Am
bato en 1797.—Vida industrial y comercial del tiempo de la
Colonia.—Primeras manifestaciones de descontento contra el
Gobierno colonial.— Los levantamientos populares de Pelileo,
Píllaro, Patate y Baños 47

Capítulo IV: HOMBRES NOTABLES DE LA COLONIA

Don Antonio de Clavijo, fundador y organizador de nues
tros primeros pueblos.— El primer Corregidor de Ambato
y su proyecto de escudo de armas de la ciudad.— Don Ber
nardo Darquea, segundo Corregidor de Ambato.— Don Andrés
de Castro.—El Padre Mariano Benítez.— Don Baltazar Carne-
do (Mazorra).— El Coronel Alejandro Machuca.— Don Pedro
Fernández de Cevallos.— El Padre Joaquín Aillón 51
Capítulo V: AMBATO EN LAS GUERRAS DE LA INDEPENDENCIA
Adhesión de Ambato a la Junta Suprema de Quito, en 1809.
—Ambateños que intervinieron en ese movimiento.— Los sol
dados ambateños en la campaña libertadora de Quito.—Am
bato y la Revolución de Guayaquil.—El 12 de Noviembre de
1820.— El Coronel D. Francisco Flor.— D. Tomás Sevilla. -
D. Vicente Flor.- Don Pedro Sánchez 63
Capítulo VI: AMBATO EN LA REPUBLICA
El Cantón Ambato en los primeros años de la Independencia
y de la República.— De 1824 a 1859.— Sucesos notables de
este período.— La actividad de Ambato ante la amenaza de
la invasión peruana.— El General Secundino Darquea.— De
364 INDICE

Cantón a Provincia.— Los primeros Gobernadores de Tungu-

rahua.— Bajo el Gobierno de don José Ignacio de Veintemi-
11a.—La segunda Constituyente y la campaña contra la
Dictadura.—Contribución de Ambato al triunfo y afianzamien
to del partido liberal en el Ecuador, en 1895.—Hombres no
tables de este período.—En pleno Gobierno Liberal.—Ambato
en la vida política, a partir de 1895, hasta el día 85

Capítulo VII: LOS GRANDES AMBATEÑOS DEL SIGLO XIX

Juan Montalvo: su nacimiento; los primeros estudios; sus
viajes; sus libros; los íntimos de Montalvo.— Juan León
Mera.— Pedro Fermín Cevallos.— Luis A. Martínez.—Juan
Benigno Vela : 111

LA PROVINCIA EN 1928

Capítulo VIH: GEOGRAFIA DE LA PROVINCIA DE TUNGURAHUA

Situación, límites, orografía, hidrografía y principales acci
dentes geográficos.— División política de la Provincia: los
cantones y poblaciones menores.— Clima y producción.— Vía9
de comunicación: ferrocarriles, carreteras, caminos vecinales;
telégrafos, teléfonos, etc 139

Capítulo IX: VIDA MUNICIPAL Y GOBIERNO DE LA PROVINCIA

El Cantón Ambato.— Aspectos principales de su desarrollo
municipal.— El Concejo de 1928.—Obras municipales de los
últimos años.— El Gobierno político de la Provincia.— Su
personal en 1928 153

Capítulo X: LOS MUNICIPIOS DE PELILEO Y PILLARO

Creación del Cantón Pelileo.— Sus primeras autoridades.—
Iniciación y desarrollo de la actividad municipal.— Los más
notables propulsores de la actividad cantonal en lo pasado.
—Aspectos principales de la obra municipal.— El Concejo
Municipal de 1928.— Pelileños distinguidos.— El Municipio
de Píllaro.— Fundación de Píllaro.— Sus diversas cnntoni-
zaciones.— Aspectos de la vida municipal actual.— Pillareños
contemporáneos 165

Capítulo XI: REGIMEN ECLESIASTICO

La contribución del Clero al adelanto general de los pue
blos de Tungurahua.— El Clero actual.—Notables religiosos
ambateños.--El Obispo Iturralde.— Fr. Juan María Riera.—
El P. Aurelio Elias Mera, etc 183
Capítulo XII: COMERCIO, INDUSTRIAS Y BANCA
Ramos principales del comercio y la industria.— Casas fabri
cantes y exportadoras.— El comercio importador de Tungu
rahua.— La actividad bancaria.— Elementos representativos
del alto comercio y de la industria 191

Capítulo XIII: VALORES DE AMBATO CONTEMPORANEO

La ciencia, la política, la literatura, etc.— Augusto N. Martí
nez.— Celiano Monge.— Anaenrsis Martínez.—Homero Viteri
 INDICE 365

-Lafronte.—Aníbal Viteri Lafronte.— Los Meras: Trajano,

Eduardo, Juan León, Eugenia y Carlos Alfonso.— Miguel
Angel Albornoz.— Humberto Albornoz.— Pablo Arturo Suárez.
—Víctor Manuel Garcés, etc • 209

Capítulo XIV: EL PERIODISMO EN LA CUNA DE LA IMPRENTA

ECUATORIANA
Introducción de la primera imprenta. — Los primeros perió
dicos ambateños.— El periodismo en la Provincia desde 1880.
— Movimiento y valores periodísticos desde 1909 hasta nues
tros días.— Principales Revistas ambateñas 235

Capítulo XV: EL ARTE Y LOS ARTISTAS

La pintura y sus cultivadores.—Juan León Mera I.— Euge
nia Mera de Navarro.— Luis A. Martínez.—César Villacrés.—
Caricaturistas y dibujantes: Guillermo King.—La música.—
Centros musicales 245

Capítulo XVI: LA INSTRUCCION PUBLICA

Evolución y estado actual de la Escuela Primaria en la
Provincia de Tungurahua.—La obra del Estado, de los Mu
nicipios, de los filántropos y particulares.— La Cooperativa de
Institutores de Tungurahua.— La Instrucción Primaria en
1928.— La Enseñanza Secundaria.—El Colegio Nacional «Bolí
var».— Educadores distinguidos 253

Capítulo XVII: LA AGRICULTURA

Factores principales de la riqueza agrícola de Tungurahua.
—Fuentes de regadío.— Zonas de cultivo y artículos de ex
portación.— La Quinta Agronómica de Ambato.— El Profesor
D. Abelardo Pachano.— Propulsores de la agricultura sec
cional 271
Capítulo XVIII: CARRERAS PROFESIONALES Y LIBERALES
El Foro ambateño.— Representantes del Poder Judicial.— Abo
gados y Médicos distinguidos.— Ingenieros y Contadores
Comerciales.— La juventud profesional 285

Capítulo XIX: CENTROS SOCIALES Y DEPORTIVOS Y SOCIEDADES

DE BENEFICENCIA
El Club Tungurahua.— La Asociación de Empleados de Tun
gurahua.— La Sociedad de Obreros e Industriales «Unión y
Progreso».— Los deportes.— La Federación Deportiva del Tun
gurahua.— El Ambato Tennis Club.— Sociedades de Bene
ficencia: La Junta Provincial de la Cruz Roja.—El Hospital
Civil de «San Juan de Dios» 303
ANUNCIOS COMERCIALES Y PROFESIONALES 319
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