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BIBLIOTECA
DE
AUTORES ESPAÑOLES .
BIBLIOTECA
DE
AUTORES ESPAÑOLES ,
ordenada
SEGUNDA EDICION.
MADRID .
M. RIVADENEYRA — IMPRESOR EDITOR.
CALLE DE LA MADERA, 8
1857 .
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PROLOGO .
La presente obra ha llegado á ser , por su rareza , una de aquellas curiosidades bibliográ-
ficas de que pocos tienen noticia, y cuya reimpresion llena un gran vacío en nuestra litera→
tura antigua. La misma suerte han tenido otras muchas producciones relativas á nuestros
descubrimientos marítimos y á las primeras épocas de nuestras colonias , probándose por
este medio la historia de un sin número de hechos curiosos y datos interesantes , relativos á
una de las páginas mas instructivas y brillantes de los anales de la humanidad.
Si este desprecio de tan copioso tesoro de conocimientos útiles es poco honorífico á
nuestro gusto literario y á nuestro amor propio nacional , no es menos digno de censura el
olvido en que se sumergen los nombres de los varones ilustres que han contribuido eficaz
mente con sus trabajos á las glorias de la literatura española . Increible parece que casi todo
lo que se sabe de CASTELLANOS es lo poco que de sí mismo habla en sus Elegías ; y que , por
mas investigaciones que hemos hecho en archivos y bibliotecas , solo hemos hallado mencion
de su nombre y de sus obras en la de don Nicolás Antonio , y en los apuntes que Muñoz ha
dejado en la Academia de la Historia.
El primero de estos escritores da á entender que CASTELLANOS nació en Tunja ; habla de la
primera edicion de la primera parte de las Elegías , la cual vió la luz pública en 1589 , sin lu-
gar de impresion ; se refiere á una cuarta parte , celebrada por don Tomás Tamayo , en su Col-
lectio librorum hispanicorum , y cita la Bibliotheca indica de Antonio Leon , donde se habla de
un ejemplar de la segunda parte , que poseyó Luis Tribaldo de Toledo , cronista real de las
Indias, de cuyas manos pasó á las de Lorenzo Cocco , secretario de N. Compegio , nuncio
apostólico en España.
Las noticias de Muñoz son todavía mas escasas y menos importantes . No se refieren á la
persona del autor , sino á ciertas peculiaridades del ejemplar de ellas que Muñoz habia visto.
En él hay una nota manuscrita que dice : « Librería de la catedral de Palencia : donada ( la
obra) por el doctor Pedro Fernandez del Pulgar , natural de Rioseco , penitenciario de dicha
iglesia . Al fin de la segunda parte , observa Muñoz que se lee la firma de Miguel de Ondarza,
Zavala , con su rúbrica , la cual va también al pié de todas las planas. < Sin duda , dice Mu-
ñoz , este fué el secretario por quien se despachó la licencia para la impresion , á consecuen-
cia de la aprobacion de Ercilla. Por último , Muñoz advierte que falta un plano en el ejem-
plar susodicho , y es el de la laguna de Venezuela , y que hay otro en la tercera parte , con
este titulo : « Traza corográfica de lo contenido en los tres brazos que cerca de la equinoccial
hace la cordillera de las sierras , que se continúan desde el estrecho de Magallanes .>
Por manera que la única biografia que de CASTELLANOS existe , queda reducida á las escasas
noticias que de él mismo injiere en su obra. De ellas se colige que siguió desde luego la car-
rera militar, y que se halló en reñidos encuentros y corrió grandes peligros en las diferentes
campañas á que dieron lugar las conquistas de los vastos territorios de que se formó , en tiem-
PROLOGO.
pos muy recientes , la república de Colombia. Después abrazó el estado eclesiástico y obtu-
vo el beneficio de Tunja , en lo que se llamó entonces nuevo reino de Granada. En una y
otra situacion contrajo relaciones íntimas y tuvo frecuente trato con muchos de los hombres
mas distinguidos que figuran en aquellas grandiosas hazañas .
Este descuido de los contemporáneos de JUAN DE CASTELLANOS es tanto mas notable , cuanto
que su obra está muy lejos de esa trivial medianía que justamente desdeñan los hombres de
saber y buen gusto . El autor no quiso elevarse á la altura de la poesía épica ; no quiso reves-
tir su narracion con las galas de la fantasía , ni darle esas formas artificiosas que nunca se em-
plean sino á costa de la verdad . Menos ambicioso que Lucano y Ercilla, solo consagra sus es-
fuerzos á preservar del olvido hechos notables y circunstancias graves y curiosas . No es un
poeta creador : es un historiador escrupuloso , que prefirió la octava rima á la prosa , quizás
para recrear con este agradable ejercicio los últimos años de su vida , ó quizás también , por-
que á ejemplo de Ovidio , quod tentabat dicere versus erat. A esta segunda opinion nos incli-
nan su facundia inagotable ; la increible facilidad de su versificacion , la cual , generalmente
correcta y fluida , aunque á veces demasiado trivial y desaliñada , no se detiene en los obstá-
culos que le ofrecian la exactitud numérica de las fechas , ni los estraordinarios nombres de
los indios y de los puntos geográficos de las regiones que habitaban. Las escenas terribles y
las graciosas ; las batallas mas sangrientas y las caminatas mas dificiles ; fiestas lucidas , cul-
tos solemnes , paisajes floridos y voluptuosos , espectáculos naturales , llenos de horrorosa
grandiosidad , todo se presta con igual holgura y lijereza al ritmo de este grande y fecundo
versificador ; para todo encuentra en su imaginacion fértil y variada ritmos sonoros , cortes de
verso naturales , consonantes propios y escogidos , y frases , si no eminentemente poéticas , á
lo menos elegantes , bien construidas y muy raras veces torcidas de su prosodia , para for-
mar la cadencia legítima y llenar el número requerido .
Sus defectos son los comunes en su siglo ; los mismos en que incurrieron los que mas lus-
tre le dieron con sus producciones inmortales : anacronismos insignificantes , ostentacion pe-
dantesca de importuna y mal traida erudicion , ignorancia de las ciencias naturales envueltas
todavía en la infancia , inversion no motivada de sucesos , y esa propension à retruécanos y
antítesis que bajo diversas formas se reproduce en todas las épocas literarias , y de que no
supieron preservarse los mayores ingenios de la antigüedad.
Mas estas imperfecciones están mas que suficientemente compensadas por algunas dotes,
tanto mas gratas á la generacion presente , cuanto mas escasean algunas de ellas en los trabajos
literarios de nuestro siglo . Distinguimos entre estas cualidades preciosas la paciencia investiga-
dora que supone la acumulacion de tantos sucesos , el interés dramático de tan estraordinarias
virtudes , la exactitud en la descripcion de las localidades , el arte con que escita la curiosidad
del lector , graduando diestramente el desarrollo de los incidentes con que la satisface ; por
último , esa sencillez candorosa que toda la obra respira , reflejo de un alma recta y pura ,
consagrada al culto de la verdad y ajena de todo lo que pudiera torcerla y ofuscarla.
Prendas de tanto valor y tan justamente apreciadas por los aficionados à la buena lectura,
nos autorizan á creer que el público aceptará las Elegías de CASTELLANOS, como uno de los ma-
yores esfuerzos que á costa de grandes dispendios y trabajos ímprobos hemos empleado para
desempeñar las condiciones de nuestro programa , y continuar mereciendo la acogida benévola
que han merecido los tomos precedentes de nuestra coleccion .
1
:
ELEGIAS
DE
COMPUESTAS
SEÑOR.
Entre las cosas notables , que autores antiguos nos dejaron escritas , hicieron memoria de
aquella gran locura de Corebo , cuya cuenta , no estendiéndose á mas número de hasta cinco,
presumia contar las ondas del mar y las arenas de sus riberas ; y desta misma podria yo ser
agora redargüido ; pues, en confianza de tan pobre talento como es el de mi ingenio , propuse
cantar en versos castellanos la variedad y muchedumbre de cosas acontecidas en las islas y
costa de mar del norte destas Indias occidentales , donde yo he gastado lo mas y mejor del
discurso de mi vida , presumiendo levantar sus edificios desde los primeros fundamentos, en
todos aquellos puertos que conocemos poblados de españoles. Y aun esta osadía fuera tole-
rable si no me levantara á otro muy mayor atrevimiento , que fué aventurarme á ofrecer y
consagrar mis trabajos al felicísimo nombre de vuestra Majestad , en cuyo esclarecido enten-
dimiento naturaleza puso toda aquella perfecion á que sus fuerzas podian estenderse ; mas
como sea comun uso de los hombres , y costumbre heredada de los primeros buscar escusas
á los yerros que cometen , deseo que se me permita que ansimismo ( con algunas razones,
aunque criadas á los pechos de mi confuso parecer ) procure dar mis disculpas , y descargarme
de los cargos que acerca desto se me podrian poner. Pues es así que la flojedad y descuido de
muchos, que con la elegancia y primor que al sujeto desta obra se debe la pudieran tomar á
su cargo , puso sobre mis hombros la pesadumbre deste cuidado , muy mas grave de lo que
ellos pueden llevar , no sin consejo y estímulos de amigos , que se dolian de ver hazañas escla-
recidas quedarse para siempre encarceladas en las escuridades del olvido , sin haber persona
que movida deste justo celo procurase sacallas á luz , para que con la libertad que ellas me-
recen corrieran por el mundo , y fueran á dar noticia de sí á los deseosos de saber hechos
célebres y grandiosos. Pues como ya tuviese escrito el descubrimiento deste Nuevo Mundo , y
lo acontecido en las conquistas de las islas , y alguna parte de la costa de tierra firme hasta el
mar de Venezuela , parecióme ( por ser el volúmen de lo compuesto algo crecido ) que seria
justo hacer en aquel pasaje pausa , para que desde allí comenzase segunda parte , con intencion
de no publicar lo uno sin lo otro, por haber andado ya la mayor parte del camino ; y aunque
en este propósito habia dado fondo , importunidades de personas á quien debo respeto me
hicieron levar las áncoras y salir con solo el trinquete , mandándome cometer esta primera
al beneplácito de fortuna , que así en esto como en otras cosas no siempre suele ser apacible
ni favorable. Pero revolviendo los ojos del entendimiento á una y otra parte , para buscalle
lugar donde la adversa no se atreviese ni pudiese lastimalla , memoria y voluntad me pusieron
delante la fortísima coluna y atlante de la religion cristiana, que es vuestra Majestad ; debajo de
cuya sombra y á cuyos reales piés estos mis trabajos se humillan para poderse valer entre los
T. IV. 1
2 VARONES ILUSTRES DE INDIAS.
impetuosos vientos de detractores ; pues el mayor y mejor salvoconducto que se les puede
encaminar es el autoridad de tan potentísimo monarca , que como vicedios en la tierra no se
desdeñará de recebir el cornadillo del pobre à vueltas de los preciosos dones que suelen ofrecer
los poderosos , ansí como aquel gran Artajerjes que no se desdeñó ( pasando el rio Ciro ) in-
clinar su real cabeza, para beber el agua dél en las palmas de Sinetis , pobre y rústico villano.
Movióme también á hacer esto, considerar que cosas de Indias , mayormente tan oclusas y ol-
vidadas, á ninguno se debian dedicar ni consagrar sino al señor universal de aquellas tierras,
que ansí en oriente como en poniente gozan deste nombre , á cuya grandeza humilísimamente
suplico ponga los ojos no en la bajeza del estilo , sino en el sujeto de la obra y voluntad con
que yo la ofrezco , para que otros muchos , cuyos ingenios podrian con pluma delicada en
estas partes llevar adelante estos principios , se animen y alienten á poner en escrito hechos
dignos de ser eternizados , en servicio de vuestra Majestad , cuya real persona y escelsos estados
prospere nuestro Señor con perpetuo aumento de su divina gracia y celestial gloria . Amen .
JUAN DE CASTELLANOS .
Agustin de Zárate , contador de mercedes que he sido línea equinocial. Lo cual Colon contradijo, alegando auto-
de vuestra Alteza, digo , que por los del vuestro muy alto ridades que habia leido de autores auténticos, y señala-
consejo me fué mandado que viese y examinase un libro damente del divino Platon, en el diálogo que intitula Thi-
que ha compuesto Juan Castellanos , beneficiado en la meo ó de natura, y en el siguiente á este, que se nombra
iglesia de Tunja del nuevo reino de Granada, en que trata Atlántico, que en ambos trata largamente de una isla nom-
de los ilustres varones que en compañía de don Cristóbal brada Atlántica, que se dice haber sido mayor que Asia, y
Colon, y después dél, descubrieron la navegacion del mar duraba desde las columnas de Hércules hasta la tierra
del norte , que los autores llaman Atlántico , y conquistaron firme, la cual , con una creciente de la mar en un dia y una
y redujeron al conocimiento de nuestra santa fe y la co- noche se anego y quedó toda hecha mar, que reteniendo
rona real de Castilla los indios naturales de tan estendidas el nombre de cuando fué isla, se llamó mar Atlántico ; é
insulas como en él conquistaron , que comunmente se yo supe de persona que habia oido al mesmo Colon, que
nombra el Nuevo Mundo , mandándome que pusiese en la en confianza de esta autoridad de Platon habia empren-
dicha obra la censura que requiriese para imprimirse, en dido tan nueva y peligrosa conquista. Pero teniendo con-
caso que para ello se le diese la licencia que el autor pe- tra sí autores tan graves, y con ellos á san Agustin y á san
dia, En cumplimiento de lo cual, yo he leido y pasado todo Isidoro, se puede tener por cierto, que no se pudo mover
el dicho libro , y advertido con diligencia si habia en él Colon á proseguir tan dificil navegacion sin inspiracion ó
alguna cosa que requiriese enmienda ; y ante todas cosas revelacion divina. En cuya confianza se opuso á tantas di-
veo que la materia de que trata, por ser tan deseada, será ficultades y peligros y costas, por alcanzar cosa tan nunca
muy bien recebida en todos estos reinos, especialmente vista ni oida, antes comunmente contradicha. Pero las par-
en el Andalucía y lugares marítimos de aquella costa, donde ticularidades y sucesos tan varios y notables como para
se tiene mas noticia y comercio con las Indias y navega- conseguir su pretension pasaron, y las hazañas que hicie-
cion dellas. Porque con haber tantos autores que han ron, y las victorias que consiguieron, que parecen casi in-
compuesto libros del descubrimiento y conquista de las creibles, estaban sepultadas en las tinieblas del olvido, y
provincias del Perú, y de tantos y tan varios sucesos como defraudadas del loor y gloria que merecian los insignes
en ella ha habido, entre los cuales se puede contar la his- varones que las alcanzaron , sin que sus hijos y descen-
toria que yo compuse tocante á esta materia , y otros que dientes tuviesen dellas noticia, ni con sabellas se encen-
han trabajado en lo que toca á la Nueva España , todos diesen sus ánimos á imitallas.
estos libros quebaban defectuosos y sin principio, por no El remedio para todos estos daños é inconvinientes
baber habido quien tomase á su cargo declarar cómo y halló Juan Castellanos, consumiendo muchos años de su
cuándo, y por quién se comenzó á descubrir tanta an- vida en sacar por rastro las verdades de negocios tan an-
chura de mar como hay ansi norte sur , como leste tiguos y recónditos y sin luz , con tan inmenso trabajo
hueste , desde el estrecho de Gibraltar hasta las provin- como se puede considerar , pues escribió primero el dis-
cias de la tierra firme donde va á parar, y lo mucho que curso desta historia en prosa . Con lo cual la república
los siglos presentes, y los que están por venir, deben prin- tuviera entera satisfaccion, conforme á lo que escribe Ci-
cipalmente á don Cristóbal Colon, por cuya industria y es- ceron, y después dél Cayo Plinio, que aunque las obras
fuerzo y diligencia, mezclada con intiuitos peligros y ries- de poesía y oratoria no tienen gracia, ni deben ser admi-
gos de la vida, y de los demás que le siguieron y acompa- tidas sin mucha elocuencia , la historia (dicen) quoquo
ñaron en aquel descubrimiento, se haya navegado un modo scripta delectat ; esto es , de cualquier manera,
piélago de tanta longitud y latitud con la conquista de y en cualquier estilo que se escriba, deleita y agrada;
tantas insulas que en él hay, y la dificultad y peligro de su porque mediante esta alcanzan los hombres á saber co-
persona, con que resistió y confundió á muchos de los sas nuevas, las cuales por natural inclinacion se huelgan
suyos que le contradecian, y aun casi resistian el pasar oir de boca de un rústico por palabras groseras y sin arte.
adelante ; que algunos dellos debian ser ejercitados en le⚫ Pero Castellanos pasó adelante, porque después de haber
tras y razones matemáticas, pues se fundaban en autori- escrito esta historia en prosa, la tornó á reducir á coplas,
dades de gravísimos autores, como eran Plinio y Strabon, y no de las redondillas que comunmente se han usado
Tolomeo y Pomponio Mela y otros que refiere y aprueba en nuestra nacion , sino en estilo italiano, que llaman oc-
san Agustin, que afirman no haber habitacion pasada la tava rima, por mostrar á costa de mucho trabajo la emi-
VARONES ILUSTRES DE INDIAS. 3
nencia de su ingenio, porque estoy informado de hom- ingenio, ni dónde el autor pueda usar de la dispensacion
bres fidedignos que gastó mas de diez años en reducir que Horacio concede á los autores de tan prolijas obras,
la prosa en verso, en que infiere á sus tiempos muchas diciendo en un verso de su arte poética :
digresiones poéticas y comparaciones , y otros colores Verum opere in longo fas est obrepere somnum ,
poéticos con todo el buen orden que se requiere. Y
cuando trata en materia de astrología, en las alturas de la en que da licencia á los escritores de tan largos libros
línea y puntos del norte, y sol y estrellas, se muestra ejer . que algunas veces se puedan dormir y descuidar en lo
citado astrólogo, y en las medidas de la tierra muy cur- que escriben. Algunos errores de pluma de poco mo-
sado cosmógrafo y geógrafo, y cursado marinero en lo que mento he hallado, y estos van enmendados, porque no
toca á la navegacion , que es lo que principalmente le haya en el libro cosa que sea digna de reprehension.
ayudó ; finalmente, que ninguna cosa de la matemática le Y ansí, teniendo consideracion à todo lo susodicho, pa-
falla. Y en lo que mas muestra la facundia de su ingenio rece que vuestra Alteza ( siendo dello servido ) , no sola-
es, en injerir en sus coplas tanta abundancia de nombres mente podria mandar dar licencia al dicho Juan Caste-
barbaros de indios , sin fuerza ni violencia del metro y can- llanos para imprimir y publicar esta obra , però tenién-
tidad de sílabas, con ser los tales nombres tan difíciles dole en servicio el trabajo que en componer tan largo
que apenas se pueden pronunciar con la lengua ; y en fin , libro ha gastado, por solo servir á su república, sin otro
son de los que llama Marcial odiosos à las musas, que es interese alguno ; pues sin los principios de los descubri-
el loor que principalmente se atribuye á don Alonso de mientos que aquí trata, los demás libros que se han com-
Ercilla, en aquella famosa obra que en este estilo com- puesto de todas las provincias y regiones de las Indias
puso, Hamada Araucana. Y aunque he puesto diligencia quedan escuros y defetuosos , como obras que carecen
en buscar si habia en este libro cosa señalada que requi- de los principios de donde dependen.
riese enmienda, no la ha alcanzado la mediania de mi Agustin de Zárate.
Reverendi ad modum Patris Magistri , fratris ALBERTÍ No suelen ser ansí los estranjeros ;
PEDRERO, ordinis Prædicatorum concionatoris èximii ad Pues aunque sus bazañas son menores
candidum et pium lectorem Procuran levantallas hasta el cielo ,
Como hizo Virgilio las de Eneas ,
EPIGRAMMA. Y con heróico verso y elegante
Hactenus Indorum terris, quas fortis Hiberus Homero celebró las de los suyos ;
Inventas dedit, et calcat victricibus armis , Y con decir allí cosas fingidas
Non fuit Hispanus qui prælia carmine vates Pudo bien merecer eterno nombre.
Conderet , æterna cum sint dignissima laude. Segun esto , quien canta cosas ciertas,
Attamen externis est semper maxima cura , A luz sacando hechos olvidados ,
Ferre super summum cœlum sua facta minora. Y los celebra con hermosos versos ,
Namque ducem Phrygium decantat musa Maronis , No se le debe menos alabanza.
Moonidesque suos divino condidit ore , Tal es nuestro poeta Castellanos ,
Et veris miscens passim mendacia multa , Pues va cantando hechos escelentes ,
Ipse sibi laudum magnos cumulavit acervos. Trabajos increibles y sucesos
His bene perspectis, quisquis verissima pandit , Que sobrepujan cuantos pinta Homero,
Mituit et in lucem , quæ sunt detenta tenebris , Y esceden los naufragios del Troyano.
Carminibus comptis , laudis quoque dignus habetur , Porque no canta los angostos mares
Ut Castellanos bic, qui fortissima bella Del que huyó de Troya , ni de Ulises ,
Narrat , et eventus rerum , variosque labores , Ni pinta á Gerion con tres cabezas ,
Qui superant omnes, quos doctus pingit Homerus , Ni la serpiente Hidra con sus ciento ,
Extenuantque viri prorsus discrimina Teucri. Ni el dragon que guardaba las manzanas ,
Nam non errores arctos, quos passus Ulysses , Ni aquel de quien Jason sembró los dientes ;
Non freta Troiani fugientis parva recenset , Mas canta el gran dragon del Oceano ,
Sed neque forma datur triplex pastoris Hiberi , Que ciñe con sus roscas todo el orbe ,
Nec ramosa quidem centeni gutturis Hydra , A quien el español tiene sujeto ,
Hesperidumque draco, non custos velleris hydrus , Hollando sus riberas y sus playas ,
Sed tamen Occeanus serpens prælongus , et ingens, Sus amplísimos reinos , campos , rios ,
Ceruleis magnum , qui cingit nexibus orbem , Y sus feroces gentes ya domadas ,
Victus ab Hispanis , nam iam sunt undique visi Con otras increibles maravillas
Equoris immensi sinus, anfractusque viarum , De todos los pasados nunca vistas.
Flumina vasta nimis, montes, amplissima regna , Las cuales aquí cuenta Castellanos ,
Gens celeris pedibus, sumptis nos tarda sagittis Que como validisimo guerrero ,
Et miranda novus, quæ continent Indicus orbis , De muchas cosas es fiel testigo.
Nullis visa prius , sed cunctis condita priscis. Recibelo , lector, con rostro claro ,
De quibus hoc nobis ostendit multa volumen , Para que sin temor de lo contrario
Quod Castellanos , qui quondam bella sequutus , Deleite tus oidos con historias
Ct testis fidus , descripsit : candide lector Que va pintando con heróica mano.
Accipe pacato nec duro perlege vultu ,
Ut noster vates ( sannæ formidine posta.)
Historiis aliis sinceras impleat aures. Perquam colendi Patris fratris PETRI VERDUGO Præsentati
ordinis Prædicatorum concionatoris facundissimi in
laudem autoris
Interpretatio ejusdem. EPIGRAMMA.
Hasta agora faltaba quien cantase , Indorum bellis nulla formidine tentus ,
En verso sonoroso castellano , Castellane , tuus fervidus ensis erat.
Las tierras que halló gente de España , At nunc accinctus divini cuspide verbi ,
Y tiene ya rendidas á su Marte , Expugnare doces culmina sancta Dei.
Con bechos dignos de inmortal memoria. Êt commissa tibi, moderantis nomine templa ,
VARONES ILUSTRES DE INDIAS.
Muneribus multis continuare facis. Non tibi Pindarici suavis facundia versus ,
Insuper et curis aliis ingentibus æger , Non Flacci numerus , dulcior ullus erit.
Carminibus comptis fortia gesta canis . Non sacratis lumen nimium lustrasse videbis ,
Scilicet et Martis clypeo protectus et hasta, Cum tecum evolvas , grandia sensa viri :
Tunc tibi propitius pulcher Apolo fuit. Denique non unquam resplendens forma Latint
Sic puer et longo iam fractus membra labore Eloquii deerit , singula quæque docens .
Ordine conspicuo tempora rapta teris.
DE
32
32
.
Entre las otras cosas sucedidas Andando pues con este presupuesto
Donde estaban las otras compañías , Buscaba coyunturas y sazones
Flacas , atribuladas y afligidas , Para por algun modo bien compuesto
Con hambre de gran número de dias , A la india decir sus intenciones ;
Un hombre padeció graves heridas Ella que via bien su triste gesto ,
Dadas por un mancebo , Miguel Diaz , Le dijo : « si valiesen mis razones ,
El cual tuvo por bien , visto su cargo , Grande deseo tengo que me digas
Hacerse por los montes á lo largo. La causa de tus penas y fatigas. »
Huyendo por aqueste desatino El Miguel Diaz dijo : « pues , señora ,
La pena del delito recelando , Mi tristeza teneis tan conocida ,
Por tierras nunca vistas peregrino Yo conozco que sois merecedora
De gentes enemigas confiando , De principes , y dellos ser servida ;
A la parte de sur hizo camino , Pero Miguel cristiano , Haxa mora ,
Isla de mar á mar atravesando , Entrambos juntos hacen mala vida ,
Adonde balló gente mas lucida , Es menester que cumplas mi deseo
Muy sana y abundante de comida. Creyendo firmemente lo que creo .>>
Por las orillas va de fresco rio , Ella le dijo : « luego se concluya
Bien puesta poblacion y populosa , Aquello que , señor, por bien tuvieres ,
De cierta mujer es el señorio Para que tu salud no se destruya ,
No menos avisada que hermosa : Y de mi voluntad no desesperes
Parecióle ya grande desvario Creyendo ser ajena de la tuya ;
Jornada tan al claro peligrosa ; No queriendo yo mas de lo que quieres ,
Pero viéndose dentro de la danza , A ti cumple decirme de qué suerte ,
Destos salvajes hizo confianza. Que yo te seguiré hasta la muerte.
La hambre lo sacó de la montaña , «El efeto tenemos entre manos ,
Cuyos estremos son muy atrevidos , Si quisieres mostrarte diligente
Los indios de ver cosa tan estraña En ir á llamar luego tus hermanos
A gran admiracion son conmovidos : Llevando compañía de mi gente ;
Con señales de paz los desengaña , Porque teniéndolos aquí cercanos
Y con grandes suspiros y gemidos , Yo los sustentaré bastantemente ,
Haciendo conocer por los meneos Que bien sé cómo viven y sus modos ,
Su gran necesidad y sus deseos. Y cómo ya de hambre mueren todos. »
Los indios lo bajaron de aquel viso Pues como la cacica respondia
No sin alborotada compañía , Con lo que Miguel Diaz tiene gana ,
Deseando del tal tener aviso Semejantes palabras le decia
Si viene contra ellos por espía ; Con rostro y aparencia cortesana :
Diéronle de comer como lo quiso , «¿Cuando podré servir, señora mia ,
Cosa que bien al caso le hacia , Oferta de merced tan soberana ?
Y con el gran rumor que se publica De mas de que la vida que sostengo
Lleváronlo delante la cacica. Es vuestra , pues que yo por vos la tengo.
El cual , con una muestra mesurada , » Quiero cumplir aquese mandamiento
Por señas ofrecia su servicio , Para poder gozar merced tan llena,
Y es cierto que después de su llegada Que yo sé que vernán en el momento ,
En estas gentes hubo gran bullicio ; Y todos lo ternán á dicha buena;
Porque por ser presea señalada Con ellos no terné detenimiento
Quisieran hacer della sacrificio ; Por me tirar acá de la cadena .>>
Pero la dicha reina destas gentes La india se holgó de la respuesta,
Mirábalo con ojos diferentes. Y mucha gente hizo luego presta.
Pues con gran aficion de su captivo Aderezose buen matalotaje
Juzgaba por pesado desconcierto De joyas y preseas , ricos dones ,
Matar al miserable fugitivo Por ablandar la furia y el coraje
Que viene por hallar seguro puerto ; Que contra él tenian los Colones ;
Y deseaba mas gozallo vivo Púsose con los indios en viaje
Que por sus santuarios vello muerto : No sin dolor de entrambos corazones ,
Es mozo , gentil hombre , desbarbado , Y como fué por via bien guiada,
Y ansí quiso tomallo por criado. En pocos dias hizo la jornada.
Favorecia mucho su partido , Con escuro llegó como discreto ,
Y libre va del mal que represento , Y atrás dejando gente que llevaba ,
Mostróle por semblante conocido A tales intenciones va sujeto
Su muy libidinoso pensamiento ; De primero saber lo que pasaba ;
Finalmente , tomólo por marido , Y aquel con quien trató de su secreto
Y celebró con él su casamiento , Cualquiera sinsabor aseguraba ,
Y el tiempo que duró peregrinando Porque su contendor estaba sano
En ella y en sus tierras tuvo mando. Y sin necesidad de cirujano .
Díjole que hiciese paz y guerra Destos negocios bien asegurado
De preseas, riquezas y tesoro , Y cierto de la vida del paciente ,
Descubrióle secretos de la tierra Luego se vió con el adelantado
Y entre ellos caudalosas minas de oro : Bartolomé , caudillo desta gente ;
Notaba de los llanos y la sierra Que como de su casa fué criado ,
Su gran fertilidad y su decoro , Fué luego perdonado blandamente,
Y el dicho Miguel Diaz grandemente Y hizo , dando fin à novedades ,
Deseaba traer alli su gente. Entre los enemigos amistades.
En aprender vocablos cada dia Hechos aquestas cosas , otro dia
Vivia con grandísimo cuidado , Que después desta noche fué siguiente
Ella con gran regalo le servia . Llegó la gran caterva que traia
Y fué por su respeto respetado ; Con el necesarísimo presente :
Mas aunque por estremo la queria Alentóse la triste compañía
Deseaba salir de mal estado , Con muestra de comida tan patente ,
Y de tan gran grandeza dar noticia Al Miguel Diaz dueñas y varones
Con alcanzar perdon de la justi Echaban un millon de bendiciones.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA III, CANTO 1. 33
Dió mas á los Colones embajada Después de socorrer estos varones
De parte de su dama la cacica , Con fortuna mejor y mano diestra ,
Y en totuma de oro bien labrada Conocidas las grandes aficiones
Muestra de mina grandemente rica , De que los dos amantes hacen muestra ,
Y para la nacion desconsolada El fray Buïl les dió las bendiciones
Hartura y abundancia les publica; Por orden de la Iglesia madre nuestra ,
Y ansi por ver socorro tan divino Y fueron los mestizos que este tuvo
Deseaban volar este camino. Los primeros que en estas tierras hubo.
A cabo ya de tres ó cuatro dias Visto por el Colon ser todo cierto
Que dió la relacion tan verdadera , Lo que mis breves versos han contado ,
Bartolomé Colon con Miguel Diaz Determinó también mirar el puerto ,
Determinaron ir á la lijera , Y lo halló ser bien acomodado ;
Por no mover aquestas compañías Hizo con la cacica su concierto
Sin ballar los asientos y ribera ; Para traer su pueblo fatigado ,
Fueron también soldados codiciosos Con que el rio tuviesen de por medio
Y fray Buil con ciertos religiosos. Hasta poder hallar mejor remedio.
Caminaron por pasos conocidos Pues como quien padece gran aprieto
De quien guiando va por la floresta ; Con larga dilacion se desconsuela ,
Fueron por el camino proveidos Bartolomé Colon , como discreto 1
Siempre con abundante mesa puesta : En socorrer los suyos se desvela ;
Llegados todos fueron recebidos Y para dar el orden con efeto
Con grandes aparatos y gran fiesta , Determinó volver á la Isabela ,
Las calles y las plazas enramadas Haciendo cortesana despedida
Y de flores y rosas tapizadas. Del Miguel Diaz y de su querida.
Ver la señora luego se procura Recebió de la india ricos dones
Dentro de su cercado de dos puertas , Ansi de oro como pedrería ;
A quien no le faltaba hermosura Tuvo sus cumplimientos de razones,
Con un no sé qué don de gracias ciertas ; Ni cortos ni de grande demasía ;
Cubierta por de yuso la cintura, Dióle regalos , dióle provisiones,
Las demás proporciones descubiertas , Y para las llevar gran compañía ,
Muy llena y adornada su persona Con la cual, que sus pasos fué guiando,
De lo que por acá llaman cacona. Llegó donde lo estaban esperando.
Allá por ciertas formas los copetes Dió nuevas á la gente castellana
Compuestos por encima de la frente , Diciendo : « ya cesó la desventura ,
Que parecian crestas en almetes , Pues habemos hallado tierra sana
Sembrada mucha perla trasparente ; Y llena de grandísima hartura ;
En los molledos ricos brazaletes, Por tanto disponeos de mañana
Fino collar con águila pendiente , Para ir á bacer nueva cultura ,
Riquísimos pomares de chaquiras Desterrando de vos toda tristeza,
Con piedras esmeraldas y zafiras. Pues teneis entre manos gran riqueza. »
Habia muchas dueñas y doncellas Aquel que mas entonces desconfia
En la casa real , que la servian , Despierta con tan buena confianza ;
Y eso me da las feas que las bellas No se puede decir el alegría
Por el mismo nivel se componian ; Que el pueblo recebió de su mudanza ;
Y ansi generalmente todas ellas Y para ir á ver lo que decia
De grande desengaño se vestian Cualquiera brevedad era tardanza ;
Pues no cubrian sayas ni ropones Pues al son de los sones que esto cantan
Las buenas ó las malas proporciones. Hasta los mas enfermos se levantan.
Entrando pues Colon al aposento Como presos que en cárcel envejecen
Con aquella no vista compañía , Estando detenidos tras las redes ,
Ella los recebió con el contento Esperando las penas que merecen
Y término que vió que convenia , Sin otra confianza de mercedes ;
Sin le faltar razon ni cumplimiento Y en un momento todos desparecen
De llena y acabada cortesía ; Si por ventura rompen las paredes ,
Y estas primeras vistas acabadas , Y no les dan fatigas ni cuidados
A todos hizo dar buenas posadas. Las mantas y colchones rezagados ;
Otro dia la vieron ansimismo , Ansí por ir en ciertas carabelas
Y el padre fray Buil , como debia , Porque por mar hacian el viaje ,
Dijo las escelencias del batismo Dejaban setecientas albajuelas
Por un indio ladino que traia , Sin querer esperar otro pasaje ;
Con aquella razon de catecismo Antes apriesa dan todas las velas
Que tan alto negocio requeria ; Hasta que ya llegaron al paraje ,
Ella mostró contento de sabello, Donde surgieron quinto dia justo
Y sintió bien y estuvo bien en ello. Del mes que nos nombró César Augusto.
Puesta con contricion en buen camino , El año fué de mil y cuatrocientos
El sobredicho padre determina Con otros cuatro mas sobre noventa ;
De dalle sacramento tan divino Desembarcaron todos muy contentos
Y de llamalla doña Catalina ; En la parte que ya se representa :
Bartolomé Colon fué su padrino ; Puerto bien amparado de los vientos
Honróse de la gente peregrina , Y poco combatido de tormenta ,
Regocijanse los padres y los hijos Y aquella gran distancia de ribera
Con bailes y con otros regocijos . Labrada y cultivada donde quiera.
Acabada la fiesta y el sarao , Ozuma por allí tiende su boca,
Determinó la nueva convertida Y hace la ciudad bien proveida ,
De enviar á las minas del Cibao Y hoy es imperio donde se convoca
Gente con abundancia de comida , Incógnita nacion ya conocida ;
La cual acompañó micer Girao Rodéala la mar con fuerte roca
Con gente nuestra bien apercebida , Que de sus bravas ondas es herida ,
Y fue necesarisimo convite Santo Domingo ponen al asiento,
Al noble mosén Pedro Margarite. Porque tal dia fué su fundamento.
T. 17. 3
34 JUAN DE CASTELLANOS.
Comienza cada cual con prestas manos Veréislos ansimismo mal parados
De fabricar adonde se metiese , Con males que la nueva tierra cria ,
Y allí se recogieron los hispanos Vereis algunos tiempos ya pasados
Por querer la cacica que ansí fuese : Volver á su lozana gallardia ,
Pero por movimientos soberanos Vereis arrastrar sedas y brocados
Colon no quiso que permaneciese , De que galán y dama se vestia,
El almirante digo , y sus soldados , Vereis ir en aumento los caudales
Que vino después destos ya mudados. Y las sagradas rentas y reales.
Holgó de las mudanzas y concierto Vereis labrar madera con estremos ,
Hecho con Catalina la cacica : Talar el alto monte y arboleda ,
Gran contento le dió también el puerto , Traella por la mar con vela ó remos,
Y muestra de oro grandemente rica ; O ya con torpe rastra , ya con rueda ;
Dió cuenta cómo habia descubierto Pero porque después proseguiremos
La isla que se dice Jamaica , Desta ciudad ilustre lo que queda ,
Y otras muchas que no son memoradas Vamos a lo que mas en pronto llevo ,
Por ser secas y desaprovechadas. Haciendo para ello canto nuevo.
Después que descansó con sus varones
Dejó por algun tiempo los navios ,
Por calar mas adentro los rincones
Y desta isla ver los señorios ; CANTO SEGUNDO ,
Descubrió prepotentes poblaciones ,
Magníficas riberas , ricos rios , Donde se cuenta las revoluciones que hubo en la Española entre Colon
Y luego consultó con sus hermanos y los que allí estaban, y cómo los reyes proveyeron sobre ello, y lo que
Poblar otros dos pueblos de cristianos. mas aconteció en las guerras que de indios tuvieron.
El uno fué la villa de Bonao, No les puede dañar benevolencia
Y el otro Santiago de la Vega, A los que fueron bien afortunados ;
Donde fué capitán micer Girao , Mas tengo yo por cierta la sentencia
Y catedral iglesia se congrega ; Dicha por los presentes y pasados ,
Sacó de los peligros del Cibao Que prósperos sucesos con prudencia
Al noble mosén Pedro su colega , Pocas veces están acompañados ;
Mas por alcaide de la fuerza queda Y en estos menos veces hay mudanza
El capitán Alonso de Hojeda. Guiando sus negocios con templanza.
Ordenadas las cosas en que toco Esta dicen faltar á los Colones ;
Segun la brevedad nos encamina , Pues como sus riquezas van creciendo ,
Al pueblo de la Ozama me convoco, Y van en crecimiento hinchazones,
Do Cristobal Colon se determina Mil buenos afrentando y abatiendo ;
Que dél se pasen todos poco a poco Yansi las españolas condiciones
A la parte de doña Catalina ; Con llena libertad de gran estruendo
Mas el efeto principal fué cuando Formaban cada dia gran querella,
Ya gobernaba Nicolas de Ovando. No sé si con razon ó fuera della.
Mas comenzó Colon la tal mudanza Mas sé que de las tales turbaciones
A las otras riberas de la Ozama , Y pesadumbre que se padecia ,
Debajo voluntad y confianza Hubo muertes , azotes y prisiones
Del dicho Miguel Diaz y su dama , Que el doto fray Buïl reprehendia,
Por ser asiento de mejor templanza Pareciéndole mal las sinrazones
Y que por mas llanura se derrama; Y aquel rigor notable que corria ;
Y ansi hicieron en aquel asiento Encontráronse todos ellos luego
Casas con mas zanjado fundamento. Avivando las llamas deste fuego .
El bosque su lugar desembaraza , Pues visto no bastar reprehensiones
Escómbranse las playas destos mares, Para templar aquellos movimientos ,
Dan á su poblacion graciosa traza , Con entredichos y descomuniones
La gente principal y populares , El fray Buil seguia sus intentos ;
Señálase la iglesia , dase plaza, Para satisfacerse los Colones
Repártense por orden los solares : Privábanlo de todos alimentos :
En los cuales andaban negociados Unos y otros andan de mal arte ,
Capitán , escuadrones y soldados. Y con harta pasion de cada parte.
En esto colocaban pensamientos , No falta susurron que el fuego ceba,
Porque la principal plática era : Y ansí prevaleciendo desafueros ,
« Terná mi casa tantos aposentos- Las orejas del rey tocó la nueva
Aquí será zaguán, allí escalera. » Dada por diferentes mensajeros ;
Otros andan abriendo los cimientos , Mas como no constó bastante prueba
Otros acarreaban la madera , Por tener cada parte sus terceros ,
Otros igualan sabios oficiales El rey mandó venir à Joan Aguado,
Y buscan necesarios materiales. Que no lo fué para cualquier cuidado .
No se ve por allí floja la mano El rey le dió sus cartas de creencia,
De la mayor edad ni mozo tierno , Poder para las causas copioso
Porque ya por la sierra , ya por llano , Despachóse con grande diligencia ,
O van ó vienen con hervor eterno , Por ser perjudicial mucho reposo ;
Ansí como hormigas en verano Despidiose de la real presencia ,
Buscando los sustentos del invierno : Prosigue su viaje trabajoso ,
Bajos y altos , rústicos , discretos, Vidose con la gente descontenta
A la justa labor están sujetos. Año de cinco sobre los noventa.
Vereis llenos caminos y calzadas Pregónanse reales provisiones
De hombres naturales y novicios , Con otros bastantísimos recados ,
Vereis en muchas calles señaladas Obedecido fué destos varones,
Usarse diferentes ejercicios , Ansi de libres como de culpados ;
Vereis levantar casas torreadas, Hizo con retitud informaciones
Vereis crecer los altos edificios , Con hombres buenos desapasionados ,
Vereis cómo la isla se hacia Resultaron de las litispendencias
Principio desta nuevà monarquía . Contra Colon algunas impaciencias.
ElJoan Aguado , visto VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA III, CANTO II. 55
Al Cristóbal Colon algun mal le daña
queseso , ¡ Oh grave sujècion , oh gran afrenta
Mandó que se partiese para España Para quien libre della se gozaba !
Y en corte se presente como preso ; Cuál es el corazon que no revienta
Desto se recebió pasion estraña Llorando?» Y aun también ella lloraba
Por la balanza del contrario peso , Al tiempo que estas cosas representa ,
También , aunque por térm inos mejores , O ya de compasion , ó ya de brava ;
Fué fray Buil y otros competidores . De tal suerte, que el indio su marido
Partieron finalmente destos mares, De su persuasion quedó vencido .
Las inquietas ondas navegando , Doliéndose de vivos y defuntos
Y delante los reyes singulares Y de la sujecion de nuestras leyes ,
Llegó Colon y su contrario bando ; Concertáronse pues en breves puntos ,
Tuvieron muchos dares y tomares Para dar libertad á tantas greyes ;
Ante la majestad del rey Fernando ; Y sin mas dilacion partieron juntos
Fué Cristóbal Colon reprehendido A convocar los príncipes y reyes ,
Y á su primer honor restituido. Con determinaciones mal seguras ,
En tanto que el Cristóbal padecia Pues no daban seguro sus venturas.
Estas inquietudes y vaivenes , Hay en la gran provincia de Jaragua ,
Bartolomé Colon acá regia Entonces de grandísimo gentio ,
Siendo coadjutor Roldán Jimenez , Un bello y admirable lago de agua
Entre los cuales no menos babia Cerca del cual moraba Behechio,
Algunos sinsabores y desdenes , Hermano de la ninfa que esto fragua
Porque las cosas que Roldán ordena Y rey de muy estenso señorío ,
Bartolomé por malas las condena. Belicoso varon , sabio , prudente ,
Conocidos aquellos movimientos Y en valor de riquezas eminente.
En las parcialidades de los nuestros , Y estando por ventura descuidado
A las armas dirigen sus intentos De semejantes guerras y pasiones ,
Caciques poderosos y hombres diestros , Llegaron la hermana y el cuñado
Creyendo que serán sus vencimientos A dalle cuenta de sus intenciones ;
No dudosos , escuros , ni siniestros , Y para perfecion de lo tratado
Siendo desta consulta la persona Ella supo decir tales razones ,
De aquella gran mujer Anacaona. Que pudo despertar para su hecho
Olvidados furores en su pecho .
Aquesta fué mujer de Coanabo
Hermana del cacique Behechio , Holgóse de lo ver Anacaona
Querida destos dos por todo cabo Con tan impetuosos accidentes ,
Y respe tada del demás gentio ; Y de cómo juró por su corona
Y aunque de castidad fué menoscabo , De convocar sus deudos y parientes ,
Para guerras no tuvo pecho frio ; Y de no le faltar por su persona
Esta pues, el negocio conocido , Con dos ó tres mil buenos combatientes ;
Determinó hablar á su marido. La cual , visto que estaba de su banda ,
Por otros reinos lleva su demanda.
Es posible tener tanta blandura
Los tristes y afligidos corazones ? Otro lago demás de lo que cuento
¡Es posible que pierda coyuntura Hay en las altas sierras encumbradas ,
Venganza de tan grandes sinrazones ? Donde Nizao hace nacimiento ,
¿Y que para matar á gente dura Las orillas del lago despobladas
De la mano solteis las ocasiones , Por el alborotado movimiento
Siendo la mayor parte dellos idos , Y voces espantosas, mal formadas ;
Ylos que restan ya mal avenidos ? La terribilidad del cual estruendo
>Volved, volved las armas á las manos A todos los mortales es horrendo.
Y cóbrese la libertad perdida , Es tal aquel murmurio , que no pueden
Acaben crudelísimos tiranos , Comportar sus ruïdos los humanos,
Causadores de nuestra mala vida ; Ni menos entender de qué proceden
Esfuércense los mozos y los canos Las voces los vecinos comarcanos ;
Para tomar enmienda merecida ; Y aun el dia de hoy también esceden
Porque si buscan horas convinientes Los mas altos ingenios castellanos ,
Mejores no las hay que las pres entes. Y huyen con recelo de la pena
El campo tienen ellos por seguro , De llegar á la parte donde suena.
Pues de nosotros nadie se recela , Mas dos se concertaron cierto dia
Solamente se velan con escuro, De ver aqueste lago muy de veras :
Y aun esto con turbada centinela ; Un hidalgo llamado Joan Mejía,
Aquellos baluartes de su muro Con otro mozo Pedro de Lumbreras ;
Bien puede deshacellos la candela ; Fueron aquestos dos en compañía
Quitemos de nosotros esta plaga Subiendo las asperrimas laderas ;
Antes que mas por tiempo se rehaga. Y aquel ruido, como vocería ,
Cuanto mas se llegaban mas crecia.
Si muerte temporal estais temiendo
Con juicios de vanas opiniones ; Con ruido de tanta pesadumbre
Y¿qué mayor que estar siempre muriendo , El Mejia paróse de turbado ,
Con tantas y tan grandes afliciones ? El Pedro de Lumbreras con mas lunibre
¿No veis cómo nos vamos consumiendo ? Hizo su paso mas apresurado ,
¿No veis desiertas nuestras poblaciones " Hasta que ya llegó sobre la cumbre
¿No veis lamentaciones de viudas Y vido bien el lago memorado ,
Y casadas, de todo bien desnudas ? Tiempo que dijo tres veces el credo
>¡No veis todas las sierras y los llanos Con gran temor y descompuesto miedo .
Lienas de calaveras y de huesos , Tendió la vista por los derredores ;
Dehijos , y de padres , y de hermanos , Pero no vido mas que el agua y cielo ,
Muertos en tan tírán icos escesos ? Y las terribles voces y clamores
¿Qué diré de los vivos y los sanos , Que le hacian erizar el pelo ;
Cuyos agravios vemos mas espresos , Crujíanle los dientes con temblores ,
Pues que de muerte son sus esperanzas , Y ansi se bajó luego con recelo ,
Sirviéndoles en minas y labranzas ? Al lugar do dejó la compañía ,
Del cual bajaron ambos à porfía.
36
36 JUAN DE CASTELLANOS .
Las tierras pues del lago temeroso También del Coanabo que regia,
En aquella sazon señoreaba Ser natural caribe se pregona
Un Biautex , cacique poderoso , Y en esta isla por su valentía
A quien la isla toda respetaba : Y escelente valor de su persona
Aquí llegó Coanabo congojoso Alcanzó los imperios que tenia ,
Con la mujer insigne que llevaba ; Y por mujer la gran Anacaona ,
Fueron de Biautex bien recebidos Del cual nunca se supo que perdiese
Y muy acariciados y servidos. En guerras y contiendas que tuviese.
Después de grandes siestas y comida , Haciendo pues Coanabo su consulta
La gran Anacaona representa Con este capitán de furia brava ,
La causa principal de su venida , Y congregada ya la turbamulta
Dando de todas cosas larga cuenta , Que los vecinos campos ocupaba ,
De su diminucion , de su caida , No le pudo tal guerra ser oculta
Pérdida general y gran afrenta , Al capitán Hojeda donde estaba ,
Ocasion que tenían de presente En el Cibao desde donde quiso
Para poder matar á nuestra gente. A los otros cristianos dar aviso ,
Fueron tan eficaces persuasiones Diciendo que venian á matallos
Las desta reina contra los cristianos , Un número de gentes increible ;
Que no sin furiosas turbaciones Por tanto que viniesen á librallos
El indio se heria con sus manos : En la furia de trance tan terrible :
Dióse de golpes , dióse bofetones Vinieron pues peones y caballos
Despedazando sus cabellos canos , Aquella cantidad que fué posible ;
Y en efeto promete de soldados Preparóse de muchos alimentos ,
Tres mil ó cuatro mil bien pertrechados . Y esperaba los indios por momentos.
Esto concluso con tan buena mano , Visto por Coanabo que el guerrero
Fueron á Guarianex , indio potente , Hojeda se prepara de tal arte ,
Cacique que mandó todo lo llano Determinó de dar allí primero ,
Siendo su general y su teniente Y allanar aquel fuerte baluarte ,
Mayor Banex, del Guarionex hermano Sin temor de los golpes del acero ,
Para cualquiera guerra suficiente , Ni dar á Guarionex ni á otra parte ,
El cual formaba ya sus escuadrones Consejo de Uxmatex,por dar la gloria
Movido de las mismas intenciones. Al Coanabo de cualquier victoria.
El Coanabo con su compañera Convocó capitanes y varones ,
Dejando prevenida ya la sierra , Hizo hacer alardes y reseñas ,
Holgaron en grandísima manera Visitó las guerreras municiones
De ver los de los llanos tan de guerra : Con rigor o palabras halagüeñas ,
Mayormente que fué la mas guerrera Mandó poner en orden escuadrones ,
De todas las provincias de la tierra , Con los ojos y manos hizo señas ,
Y el Guarionex con toda su potencia Atenciones captando desta gente ,
Los recebió con gran benevolencia. La cual atenta , dijo lo siguiente :
Dióles por su trabajo grande loa « Valerosos guerreros , gentes mias,
Y dijo : «Los demás , señores mios , Bien creo que terneis en la memoria
Déjamelos á mí de popa á proa , Que en todas nuestras guerras y porfias
Que yo tengo por cierto sus avios ; Jamás hemos perdido la victoria :
Pues Goaga Canari y Cayacoa No quiero recitar las valentías ,
Me consta no tener menores brios , Pues á todos os es cosa notoria ,
Antes están metidos en la danza , Que de todos los del contrario bando
E ya con gran pesar de la tardanza. Ningunos se nos fueron alabando.
Y pues mandais tan bravas señorías »Y aunque eran guerras por las sementeras
De los ciguayos , gentes inhumanas , Y términos de pescas y labranzas ,
Despierten las antiguas valentías Por donde las personas mas enteras
De sus potentes arcos y macanas , Perdian sufrimientos y templanzas ,
Y estemos todos de hoy en veinte dias Agora van las cosas mas de veras ,
Juntos en estos campos y zavanas , Y corren mas peligro las tardanzas ,
Do , como cada cual su gente tenga , Y se debe guardar mas la mollera ,
El órden se dará que mas convenga. » Por no ser los contrarios como quiera.
Habiendo bien oido los intentos » Porque bien entendeis no ser ignavos ,
De cosas que á las suyas no son varias , Sino sagaces , sabios , diligentes ,
Y hechos cortesanos cumplimientos Astutos , ferocísimos y bravos ,
Por razones que van aquí sumarias , Con tan grandes estremos de valientes ,
A sus reinos se fueron muy contentos Que pretenden hacernos sus esclavos ,
A prevenir las cosas necesarias , No deudos , no consortes , no parientes ;
Y de los que llamaron fué primero Antes serán los ciertos galardones
Un Uxmatex, su general guerrero. Morir en miserables sujeciones.
Aqueste capitán era bisojo , » Pues para refrenar la tiranía
De tal suerte , que siempre parecia De tan cudiciosísimos tiranos ,
Que estaba con furor de gran enojo Entre tanto que dura la porfia ,
Segun el mal aspeto que tenia : Es menester que os anden bien las manos
Finalmente , miraba de tal ojo , Agora quiero yo la valentía ,
Que quien nias lo trató mas lo temia , Las fuerzas y los hechos soberanos ;
Y el Coanabo le hablaba largo Aquí quiero que buenos se señalen
En las cosas tocantes á su cargo. Y muestren los valientes cuánto valen.
El Uxmatex llamó las compañías » Animen á caidos dulces prendas
Que tenian lugares diferentes ; De hijos y mujeres afligidas :
Ocurren luego por diversas vias Anime la defensa de haciendas
Crecidísimo número de gentes : En vuestras propias tierras adquiridas;
Allegáronse pues en pocos dias Animense de ver que las contiendas
Ocho mil escogidos combatientes Son por guardar las honras y las vidas ,
Ciguayos, que hallaron los cristianos Y que va la razon de vuestra banda ,
Descender de caribes comarcanos Pues no llevais injusta la demanda.
37
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA III , CANTO III.
El esfuerzo pasado se renueve
Con aumento mayor de valor nuevo ,
El cual terná cualquiera que se mueve CANTO TERCERO ,
Con eljusto dolor que yo me muevo ;
Y entonces cumplirá con lo que debe ,
Y verá que yo cumplo lo que debo ; Donde se cuenta cómo tuvo COANABO cercada la fortaleza , y lo que suce-
dió durante el cerco y después que los indios se retrajeron.
Pues de los golpes destos desafios
Verá cómo primero son los mios.
>Ansi que , pues que todos estais prestos , Suele desbaratar pobre vecino
Y cada cual bien puesto y ordenado , El hombre poderoso comarcano :
Querria no perdiésedes con estos La gran pujanza vence lo mas dino
Lo que con los demás habeis ganado : Si no tiene socorros á la mano ;
Vengad vuestras injurias y denuestos , Mas do quiera que hay favor divino
Veamos este fin tan deseado , Nada puede valer tropel humano ,
Que contra cantidad tan importuna Pues cuando su potencia viene prestá
A pocos mal ayuda la fortuna. » Abátese la lanza mas enhiesta.
Con aquestas razones que recita Con aquestos respetos al Hojeda ,
Este señor, á su feroz alarde, Cercado de tan áspera pujanza ,
A tan inmensa saña los incita Puesto que para furia tan aceda
Que concibió furor el mas cobarde : Jamás mostró desmayos á su lanza ,
El campo se hundia con la grita El principal remedio que le queda
Diciéndole que mas no se detarde , Es en Dios una viva confïanza ;
Porque verá la cosa cómo pasa Y ansí , cuando la gente parecia ,
Desque tengan las manos en la masa. A los suyos riendo les decia :
Anacaona, que en los trances tales « Cantidad de gandules hay al ojo
Tenia su lugar harto cercano , Que no distan de nos gran intervalo;
Llamó los capitanes principales Mas no teneis por qué tomar enojo
Y dióles ciertas flechas de su niano , De lo que yo recibo gran regalo ,
Con las puntas de agudos pedernales Pues con lo que cogierdes del despojo
Que rompen y traspasan lo mas sano , Podemos desechar el pelo malo ;
Diciendo : «pues la doy á quien bien miro, Aguilas de oro traen por gorgueras ,
No deseo que hagan flaco tiro.>> Ricos caricuries y orejeras.
Llenos de las mercedes y favores » Presto se tenderán por plaza rasa "
Que sabía hacer Anacaona Con pena de la rústica cuadrilla ,
A estos principales y señores Sus altos cbapiteles serán basa
Con el autoridad de su persona , Y el basto ganareis con espadilla ,
Avivanse las sañas y furores , Porque lo que quereis traen á casa ,
Y con lo que qualquier de sí pregona , Y por lo que venistes de Castilla :
Ninguna cosa mas es deseada A trevimiento son malas enmiendas ;
Que la gran brevedad de la jornada. Pagarán con personas y haciendas.
Concebidas pues estas valentías » Apriete cada cual entrambos puños ,
El Uxmatex que dije , medio tuerto, Haciendo lo que vierdes á Hojeda ,
Luego mandó marchar las compañías Porque si sienten bien nuestros rasguños,
Puestas en gentil orden y concierto , Pavones son que desharán la rueda ,
Llevando por delante sus espías Y aun dejarán metal para los cuños ,
Y gente que descubra lo cubierto : Viendo cómo se bate la moneda :
Ampare Dios las gentes castellanas Muy follonazos vienen y muy locos ;
De tantos dardos , flechas y macanas. Pero yo les haré que vuelvan pocos.
Como la sazonada y ancha haza »Poca pena me dan las gentes rudas
Que recompensar quiere las fatigas , Ni sus desatinados alborotos ,
De quien tales labranzas embaraza , Pues donde las espadas son agudas ,
Eya le son las aguas enemigas , Y los hierros de lanza nada botos ,
Porque por el descurso desta plaza No hay para qué temer gentes desnudas ,
Encubren secas raspas las espigas, Ni de risa y placer estar remotos :
Y ellas , terrones, yerbas y otras piezas Cárguense los tres versos y la pieza ,
Sin que podais mirar sino cabezas ; Que al fin han de llevar en la cabeza.
Desta misma manera parecia >>>Las rodelas y armas estén prestas ,
La gran congregacion destos salvajes ; Soldados repartidos por sus trechos ,
Pues de los campos nada se veia Requiéranse las cuerdas de ballestas ,
Sino cabezas , rostros y plumajes , Estén á punto todos los pertrechos ,
Con aquella potente flechería Guárdese cada cual de las molestas
De que llenos venian los carcajes , Flechas en los amparos que están hechos ;
Ydardos acutisimos tostados Y cuando con furor ellos empiecen ,
Piernas , brazos y rostros embijados. Harémosles la salva que merecen . »
Prosigue pues Coanabo su camino Mostraba fiualmente gran contento
Con gente de tan áspera braveza , Cuando palabras tales les decia ;
Marchando hasta tanto que ya vino Mas era diferente sentimiento
A vista de la dicha fortaleza ; El otro que de dentro padecia ,
Pero después diremos lo que avino Por ver aquel tumulto turbulento
En el combate lleno de dureza : Y el orden y concierto que traia ,
El aprieto y angustia de los nuestros , Porque bien entendia ser de loco
Maravillas y lances de hombres diestros . A tanta multitud tener en poco.
Llegaron pues los indios, y á sabiendas
Rodearon la fuerza que ya cuento ,
Y antes que se comiencen las contiendas
Formaron su gusto el asïento :
Hacen apriesa ranchos , arman tiendas,
Sin ponelles algun impedimento ,
Y como ven que callan los cristianos
Piensan de los tomar vivos á manos.
38 JUAN DE CASTELLANOS,
Como les pareció que convenia , Aprietan una y otra vez las llaves
Nombran velas segun guerreras artes : Para poder hacer algun ojeo ,
Gastaron el restante de aquel dia No por cierto de temerosas aves ,
En ojear los fuertes balüartes : Que no las hay en tan crüel torneo ;
A mas andar la noche se venia , Quedabanles las manos muy suaves ,
La cual velaron bien entrambas partes , Y es porque no hacian mal empleo ;
Dando peor que gente de mezquita Pues hay quien su lugar desembaraza
Al rendir de los cuartos grande grita. Y de lo mas cerrado hace plaza.
Los vaporosos nublos apartados Al tiempo que estos hacen esta mella ,
Que suele producir noturna hora , Los de caballo vuelan sin tardanza ,
Cuando ya por los montes ensalzados No divididos ni por una huella ,
Tiende sus ojos bellos el aurora Ni fuera de concierto y ordenanza ;
Ilustrando los campos y collados Cada cual hiere , mata y atropella
De aquellos hemisferios donde mora ; Rompiendo pechos duros con la lanza
Coanabo mandó sin que discorden De aquellos escuadrones y cuadrillas
Que sus gentes se pongan en buen orden, Do Hojeda hacia maravillas.
Allega luego Goacayarima , Como tigre , si halla la manada
Varon en estos trances bien instruto , Sin guarda ni defensa de provecho ,
Después del Uxmatex de gran estima , Que no cura de tasa limitada
Vina Pani también, varon astuto ; Para henchir aquel vorace pecho ;
Y Amiguayagua , de flecheros prima, Mas una y otra deja degollada
Con aquel gran varon dicho Baoruto , Y con muchas no queda satisfecho ,
Y el otro que se dijo Guarocuya , Antes con pertinacia y osadía
Cada cual con la gente que era suya, Cuantas mas reses mata mas querria ;
Venian con aquel hervor ardiente Ansi Hojeda con los seis que lleva ,
Que hambriento leon tras el ganado , En herir y matar encarnizados ,
Componiendo las armas y la gente Con tanto mas furor la lanza ceba
En el puesto que tienen señalado ; Cuantos mas indios tiene derribados ;
Andaba Coanabo diligente Y los vivos de ver cosa tan nueva
Y el Uxmatex también con gran cuidado , Estaban poco menos que pasmados ;
Y en haciendo la seña que tenia Mas Coanabo viendo tal injuria
Comienza la potente flechería. Revuelve sobre si con grande furia ,
Rompiendo van los aires alaridos , Diciendo : «¿Qué haceis , gentes perdidas
Y tales que á los hombres mas enteros Que mas muertos estais que los caidos ,
Atruenan y atormentan los oidos , Y mas ciertas teneis vuestras caidas ,
Por ser tan importunos y tan fieros ; Si destos estranjeros sois vencidos?
Las cuerdas de los arcos dan crujidos , Pelead , y perded antes las vidas
Heridas de los brazos de flecheros ; Que seais deste puesto removidos ,
pa
No ra, no reposa , jamás cesa Valientes son y rigurosos vienen ,
El protervo furor de tanta priesa. Mas hombres son , y de cansarse tienen.
Ansí como la muy prolija llama , » El mas valiente dellos también muere ,
De límite compuesto descompuesta , Y le faltan alientos y resuellos :
Que con terrible fuerza se derrama La fortuna dé ya lo que nos diere ,
Por los espesos bosques ó floresta , O quede por nosotros ó por ellos ;
Quemando verdes hojas de la rama Y caiga de nosotros quien cayere
Que una después de otra halla presta , A trueco de matar algunos dellos.
Y son enajenados de reposos Venid , apresurad esta carrera ,
Aquellos estallidos presurosos ; Que yo quiero llevar la delantera. »
Ansí la cantidad y la viveza Ansí como terribles torbellinos
De presurosos golpes y sonidos Con gran fuerza de vientos furiosos
Fatigaban aquella fortaleza , Que sacan con los vientos repentinos
Y á los que están en ella recogidos : Gran polvo de lugares arenosos
Era de flechas tanta la grandeza , Perturbando los pasos de caminos
Que están por sus reparos ascondidos , Que llevan caminantes presurosos ,
Sin osarse mostrar los que están dentro , Haciéndoles los pasos tan estrechos
Hasta pasar aquel primer encuentro. Que suelen del espada hacer pechos ;
Mas al lugar que juzgan por seguro Ansi tan gran ruïdo y algazara
Los indios que los tienen mas opresos , El Coanabo bizo se levante ,
Asiestan un terrible pasamuro Que en el acometer nadie repara
Que hizo temerosos sus escesos ; Con furia de temor tan discrepante ,
Pues usando la bala de su juro Que el feroz español volvió la cara
Llevó piernas y piés , deshizo huesos , Y no pudo pasar mas adelante ;
Derramó sesos , dientes y quijadas , Antes como podia va biriendo ,
Y lastimó personas señaladas. Y á mas andar su gente recogiendo.
Segundan con los versos al rebaño Parecióle bastar la buena suerte
Que del fuerte distaba menos trechos , Ya hecha , pues quedaban mil tendidos ,
ansimismo hicieron grande daño Y ansi siguió los pasos á su suerte ,
Quebrando huesos , barrenando pechos ; Sus soldados por orden recogidos :
El temor que conciben es estraño Aunque esto no se hizo sin la muerte
De ver caidos sin hallar pertrechos ; De dos ó tres , con muchos mal heridos ,
Reparaba la grande muchedumbre Por haber en aquesta coyuntura
De ver lo que no tienen de costumbre . En el entrar grandísima presura .
Luego salieron siete caballeros Pues viendo cómo ya se retraia ,
Con armas de algodon encubertados ; Haciendo lo que mas les aprovecha ,
Ellos y los caballos van lijeros Era tanta la gente que venia
Rompiendo por los indios mas armados ; Con piedra , con macana , dardo ó flecha ,
Luego como noventa ballesteros Que en grandisimo riesgo los ponia ,
Con jaras y harpones afilados , A causa de la puerta ser estrecha ,
Un rodelero cada cual delante , Principalmente Goacayarima
Y desto cada cual hombre bastante. Que con gran pertinacia los lastima.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA III, CANTO III. 39
Hojeda , con deseo de venganza Viendo pues tan terrible menoscabo
Viéndolo gloriar de tales hechos , Y el tropel de los golpes desiguales ,
Batió las piernas y enristró la lanza , Huyendo van por uno y otro cabo ,
Rompiendo por los indios mas estrechos : Metiéndose por montes y breñales ;
Y salióle tan bien su confianza Prendieron á Uxmatex y Coanabo ,
Que lo pasó por medio de los pechos : Con otros muchos indios principales ;
Salió la dura lanza bien teñida , Quedaron de oro fino muchas piezas •
Y con ella también salió la vida. Que después repartieron por cabezas .
El bárbaro furor y su grandeza Conclusa desta suerte la revuelta
Turbóse con el lance bien formado ; En la zavana fértil ó dehesa ,
Hojeda con grandísima presteza Con la velocidad de gente suelta
Volvió do lo tenian deseado : Recogieron despojos y la presa ;
Entraron todos en la fortaleza Y al fuerte do salieron dan la vuelta ,
Y ocuparon los puertos del cercado , Donde tuvieron abundante mesa
Do con tiros y armas que tenian Con gran pena y dolor de Coanabo ,
Con gran fuerza y vigor se defendian. Que sintió su prision por todo cabo .
Pero con un furor luciferino Al cual , en la cadena donde estaba ,
Procuraban las gentes belicosas Nadie lo vió con brio descaido ,
Romper las cercas y hacer caminos , Puesto que grandemente se quejaba
Diciendo nil palabras afrentosas ; De no cumplir con él lo prometido ; •
Hasta que ya la noche sobrevino , Pues él no se veló ni se guardaba
Que les hizo hacer treguas forzosas , Debajo del concierto referido ;
Dejando con escuro los cercados Pero que lo soltasen con su gente ,
Poco menos que muertos descansados. Que él prometia paz perpetuamente .
Ya las noturnas horas acabadas , Mas eran diferentes intenciones
Al tiempo que la Aurora por las cumbres Las de Hojeda con sus compañeros ;
Mostraba sus mejillas coloradas , Y ansi se señalaron cien varones ,
Faltas de resplandor las otras lumbres , Sueltos y valentísimos guerreros
Volvieron á las obras comenzadas , Para llevallos ante los Colones ,
Y aquellas tan sangrientas pesadumbres , Y presentalles estos prisioneros ;
Combatiendo los fuertes baluartes Los cuales sin ningun detenimiento
Con crecido furor de entrambas partes. Holgaron de cumplir el mandamiento.
Venian siempre nuevas compañías Colon tomó los indios que vinieron ,
De indios que tenian por mas diestros ; Encareciendo mucho la hazaña ,
Duraron los rencuentros y porfias , Y en un navío luego los metieron ',
O con prósperos hados ó síniestros , Que estaba de camino para España ,
En este cerco mas de treinta dias , Los cuales brevemente perecieron ,
No con poca fatiga de los nuestros ; Enflaquecidos de pasion estraña ,
Y ansí Hojeda , ya viendo sus daños , Porque no viendo mas que agua y cielo
Determinó valerse por engaños. No querian regalo ni consuelo.
Los cuales no condeno yo ni alabo , A los indios causó temor horrendo
Pues también hay labores de dos haces , Aqueste pesadísimo desvío;
Mas al fin se trato con Coanabo , Y Anacaona luego fué huyendo
Mediante dos intérpretes sagaces , Al reino de su hermano Behechio ,
Que no fuesen las guerras tan al cabo , Nada de su furor diminuyendo,
Y tuviese por bien de hacer paces ; Antes estimulada de mas brio ,
Pues si se fuese sin hacer mas guerra Todavía debajo de esperanza
También le dejarán ellos la tierra. De ver llegar un tiempo de venganza.
Los indios, como gente toda vana, Hacia tolerables los cuidados
Cesaron de tan áspero denuedo , Del invencible corazon guerrero ,
Oyendo la razon de buena gana , Ver prepotentes reyes congregados ,
Aunque mas con cautela que con miedo ; Donde Guarionex mandó primero
Por los poder tomar en la zavana, Con cantidad inmensa de soldados ,
Y no tras baluartes á pié quedo ; Bastante , cada cual vivo y entero ,
Y ansi Coanabo dijo ser contento , Con quien también juntó su señorío
Si se cumpliese tal prometimiento. Y el campo del hermano Behechio .
Las lenguas por quien esto se decia Con determinacion poco discreta ,
Aseguráronle todo denuesto ; Debajo cada cual del interese
Satisfizose dellos , y otro dia Que al corazon humano mas aprieta
Hizo salir la gente deste puesto : Concertaron que el campo se moviese,
Por la parte que vino hizo via , Pero no fué la junta tan secreta ,
Debajo del ya dicho presupuesto ; Que gente de Colon no lo supiese ,
Pero nuestro Hojeda , mas anciano , El cual con pensamientos nada ciegos
Determinó ganalle por la mano. Quiso jugar de mano tales juegos.
Porque dejando guardas en su muro Juntó quinientos hombres escogidos,
De hombres vigilantes , recatados , Los ciento de caballo bien armados ,
Partió calladamente con escuro , De pertrechos de guerra proveidos ,
Seis caballos con él y cien soldados ; Caminaron por pasos señalados ;
Y estando Coanabo muy seguro, Y con escuridad , sin ser sentidos ,
De gran sueño los suyos ocupados , Dieron en los caciques congregados ,
En la quietud mejor , cerca del alba , Deshaciendo tan áspera mudanza
Con terrible furor les hizo salva. No sin terribilísima matanza.
Diciendo , Santiago , Santiago , Pues corrian zavanas como rio
Anda lista la lanza y el espada ; Con tanta sangre como fué vertida ,
No se podian dar golpes en vago Sin poderse decir el gran gentio
Ni se tira baldía cuchillada ; Que por aquel lugar quedo sin vida :
Hacian en los indios mas estrago Prendióse Guarionex y Behechio ,
Que lobos en manada descuidada , Mucha gente notable conocida ,
A causa de su grande desatino , Con la cual los varones belicosos
Causado del asalto repentino. Volvieron á su pueblo vitoriosos.
40 JUAN DE CASTELLANOS ,
Deshecha de caciques esta trama, Dejemos los Colones en Castilla
Para cristiana gente peligrosa , Libres, mas no del odio que les daña ;
Por amplísimas tierras se derrama Volvamos á Francisco Bobadilla,
La suerte de los nuestros venturosa ; Que en gobernar se daba buena maña ;
Bartolomé Colon ganó gran fama , Movamos los letores à mancilla
Quedó toda la tierra temerosa , Con el remate dél y su compaña ,
Y el dicho , viéndose tan adelante , Haciendo para ello nuevo canto ,
Se hizo mas soberbio y arrogante. Con que remataremos este llanto.
Usaba no de términos discretos
En algunos negocios sustanciales ,
Sin aquellas decencias y respetos
Que se deben á hombres principales ; CANTO CUARTO ,
Y muchos á paciencia mal sujetos
Solian blasfemar de cosas tales : Donde se cuenta la venida del comendador NICOLAS DE OVANDO, la vuelta
Aquel Roldán Jimenez mayormente de CRISTÓBAL COLON , y muerte de BOBADILLA, con otras muchas cosas
En muchas cosas suyas no consiente, que en aquella sazon acontecieron en estas partes.
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Y un dia con un término mal sano Los cuerdos mozos y los sabios viejos
Rebosaron los dos furias del seno , Jamás atribuyeron á demencia
Notándolo Roldán de hombre liviano , Usar de pareceres y consejos
Y su gobierno ser sin orden bueno ; De varones que tienen esperiencia ,
Bartolomé Colon alzó la mano Mayormente si tales son añejos
Para le sacudir de lleno en lleno ; En el ejercitar alguna ciencia ;
Y para no llegarse fué remedio Pues vemos muchos sabios y prudentes
Meterse gente noble de por medio. No ser en todas cosas suficientes .
Apartado Roldán de su presencia , Consta pues Bobadilla ser bastante
Con ira y con pasion y bartos fieros Hombre de gran razon , peso y medida ;
Determinó negarle la obediencia , Pero, como diremos adelante ,
Con sesenta setenta compañeros : No supo dar reguardos á su vida ,
Protestando hacer la tal ausencia, Por no querer creer al almirante
Por no poder sufrir los desafueros 2, Cuya perencia fué bien conocida
Abusos , corruptelas , sinrazones , Y en todo lo demás ya digo como
Que con todos usaban los Colones. Fué persona cabal y de gran tomo.
Andando desta suerte la maraña , Ansí con él cesaron variedades ,
Roldán en su motin perseverante , Sin darse mas lugar á la malicia ,
El Cristóbal Colon llegó de España , Habia muy fundadas amistades ,
Con cargo de virey y de almirante ; Gozábase de paz y de justicia ;
Procurólos traer por buena maña , En gran aumento van prosperidades ,
Mas ninguna promesa fué bastante; De muchas minas otras hay noticia ,
Y visto no cesar en sus errores No ven murmuraciones ni letijos ,
Mandó que los pregonen por traidores. Sino fiestas y grandes regocijos.
Este tercer viaje se comete Toda la pesadumbre se destierra ,
Con naos de hermosos ornamentos , Procúranse las cosas convenibles ,
Y fué por marzo de noventa y siete Cesaron los rencuentros de la guerra ,
Años, sobre los mil y cuatrocientos ; Hambres y mortandades tan terribles ;
Vino haciendo lo que le compete Calando mas secretos de la tierra
En el continuar descubrimientos, Descúbrense riquezas increibles ;
Y en ver la tierra firme se desvela , Crecian mercaderes y tratantes ,
E islas hasta el mar de Venezuela. Haciendo sus caudales mas pujantes,
Estuvo desta vez en esta silla Vereis campos incultos cultivados ,
El Cristóbal Colon hasta dos años , Grandes heredamientos deleitosos ,
Y en ellos el Roldán y su cuadrilla Potentisimos hatos de ganados ,
Huyendo por los bosques mas estraños , Que hacen sus señores poderosos ,
Escribiendo por horas á Castilla E ingenios de azúcar fabricados ,
Los unos de los otros grandes daños , Contratos cerca desto caudalosos ,
Porque el Roldán tenia valedores , Pues que para llevar de lo que tienen
Y secretos avisos y favores. Gran suma de navíos van y vienen.
Mitigar el furor desta rencilla El oro que la gente deseaba
El santo rey Fernando deseaba , Daban quebradas ricas, campos llanos ;
Y ansi vino Francisco Bobadilla , La vista por allí se deleitaba ,
Comendador que fué de Calatrava ; De ver cómo sacaban gruesos granos ;
El cual bizo probanza no sencilla , Y alguno dellos hubo que pesaba
Para verificar lo que pasaba ; Tres mil y setecientos castellanos ;
Y como ya jugaban otro juego , Al fin vian los hados mas aviesos
Roldán con sus secuaces vino luego. Convertidos en prósperos sucesos.
Constaron pues por las informaciones No hay persona una ni ninguna ,
Cargos algo cargados en escesos , Que en todo su vivir ponga dolencia ;
Por los cuales prendió los tres Colones Y estando con tan próspera fortuna
Y enviólos á España mal opresos ; Sin ver en la contraria resistencia ,
Y para que constasen las razones A los benditos reyes importuna ,
También se remitieron los procesos : Que para se volver le den licencia ;
Llegaron à la corte con embargos , Hicieron nuestros reyes lo posible
Y ante los reyes dieron sus descargos. Por dalle sucesor tan apacible.
Oyéronlos los reyes sin afrenta , Con deseo de no perder los frutos ,
Antes con voluntad y amor paterno : De que los españoles van gozando ,
Gastaron en aquesto que se cuenta Consultaron con hombres bien instrutos ,
El florido verano y el invierno ; Nuestra reina y el santo rey Fernando :
Dióles libres sus bienes y su renta , Quedaron en efeto resolutos
Pero no quiso dalles el gobierno , En enviar á Nicolas de Ovando ,
Viendo ser ya para su regimiento Comendador de Lárez , que venido
Necesario mas alto fundamento . Nombraron por mayor de su partido.
VARONES ILUSTRES. DE INDIAS, ELEGIA III, CANTO IV. 41
La elecion fué digna de tal seno , No van con el clamor regocijado
Pues en venir persona semejante Que suelen los que hacen la tal via ;
Enviaron mejor sobre muy bueno, Anton de Torres anda demudado ,
Y que en el bien pasó mas adelante : Roldán Jimenez va sin alegría ;
De principales bombres vino lleno , El diestro marinero y el soldado
Y entró por estos mares muy pujante , Con una gran tibieza se movia :
Abundancia de lienzos, sedas, paños , Todos en general iban de suerte
Por abril de quinientos y dos años. Que parece llevallos á la muerte.
La gente chapetona recebida , Mas nadie dellos iba descuidado ,
Y el buen comendador obedecido , Antes cualquiera bien apercebido ,
Ordenó Bobadilla su partida Y espacio de diez leguas navegado ,
Con cantidad de oro recogido ; Debajo de las aguas hay ruïdo ;
E ya la flota bien apercebida , El cielo se mostraba muy nublado ,
Y lo mas necesario proveido, El mar se hace mas embravecido ,
Llegaron de Castilla los Colones , Grandes olajes ven que se levantan ,
Que no causaron pocas confusiones. Tanto que los mas diestros mas se espantan.
Con insignias por do los conociesen A mas andar la noche se venia ,
Al puerto se llegaban velas llenas ; Pesada , grave , llena de temores ,
Mas antes que las tales recogiesen Setentrion los mares revolvia ,
Ni bajasen por orden las entenas , Y el céfiro también mostró furores ;
Ovando les mandó que no saliesen Boreas con gran furia combatia ,
Con auto de rigor, so graves penas ; El noto revolvió bravos rigores ;
Bien recebió Colon los de la nave, Vereis entre estos sobredichos vientos
Mas el mando juzgó por cosa grave. Asperos y crüeles movimientos.
Sin embargo de penas que sentia , A los desventurados navegantes
Le respondió Cristóbal at Ovando Cualquiera de los cuatro desatienta ,
Que él obedecia y cumpliria No son humanas fuerzas ya bastantes
Las duras condiciones de su mando ; A resistir el agua turbulenta :
Puesto caso que poco se perdia Jamás se vieron furias semejantes ,
En mostrarse con él algo mas blando ; Ni tan terribles trances de tormenta ;
Y en dejalle siquiera tomar puerto Por una y otra parte hacen danza ,
En tierra que él habia descubierto ; Lloro , temor, dolor, desconfianza.
Pero que le rogaba grandemente , Aquellos gritos y lamentaciones ,
Que por ninguna vía consintiese Que vuelan por los aires esparcidos ,
Desamparar el puerto de presente De todos los humanos corazones
La flota, sino que la detuviese ; Ablandaran los mas endurecidos ;
Porque seria gran inconviniente No sirven ya las velas y timones
Si Bobadilla por entonces fuese ; De las soberbias olas embestidos ;
Finalmente tenia por locura Do quiera que cualquiera se convierte ,
Salir en semejante coyuntura. No tiene que mirar sino la muerte ;
Ovando reparó con el aviso , Porque tenian mástiles quebrados ,
Por dallo quien tan bien la mar sabia ; Y ansi vereis nadar las gavias solas
Empero Bobadilla no lo quiso , De navíos abiertos por los lados ,
Burlando de lo que Colon decía ; Andaban fuera jarcias y gisolas ,
Mas presto lo veremos arrepiso , Suenan gritos de hombres anegados
Con su desventurada compañía , Que gustan ya de las amargas olas ,
Y fué para Colon cosa molesta Y procuraban con mortal querella
Ver cómo su consejo nada presta. Tener salud sin esperanza della .
Los tres hermanos , harto descontentos En confusion tan llena de mancilla ,
De ver lo que con ellos se bacia , Una balsa compuesta de madera
Tornaron a dar velas á los vientos , Habia recogido Bobadilla ,
Buscando puerto tal cual convenia , Si buena diligencia le valiera ;
Por esperarse bravos movimientos , Asido va Roldán del escotilla ,
Segun de la señal se conocia ; Flaca defensa para que no muera ;
Pues ven llegar el sol al occidente Y ansi las olas ensoberbecidas
Mayor de lo que suele comunmente. En breve dieron fin à tantas vidas.
Demás de que sacó rayos cetrinos , De todas estas naos , seis habia
Después vieron correr muchas cometas , Que de salvarse tienen esperanza ,
Dieron gritos los pájaros marinos , Aunque la mar mostraba todavía
Del agua se salieron las cercetas , De vida y de salud desconfianza ;
Barriendo van el agua golondrinos Vino la claridad del turbio dia ,
Y otras ciertas señales mal acetas : Llegó ninguna muestra de bonanza ,
Salvaron finalmente su partido A tierra van las dos con la corriente ,
En puerto que hallaron ascondido. Sin amparo de velas ni de gente.
Pues en aquesta parte que se cuenta De velas ni de remos ayudado ,
Estaban sus navios amparados , Huye del mar el triste navegante.
Donde furia de olano revienta , ¿Adónde vas, adónde, desdichado ?
Y limpio fondo va por todos lados ; No ves cien mil peñascos por delante ?
Esperaron alli la gran tormenta , En mar estás de muerte rodeado ,
Con bastantes amarras ancleados ; Y en tierra hallarás la semejante ;
Mas Bobadilla, ya que estaba presto , La fuerza de los vuestros aniquila
Ninguna cuenta quíso hacer desto. Peligros de Caribdis y de Cila.
Burlando pues de todos los desvíos Ningunos claman ya de enronquecidos ,
Y mal que el almirante le revela , Los ojos solamente van al cielo ,
Se viste de marinos atavios , Son ya con duras peñas embestidos ,
Y manda que se bagan á la vela ; Los efetos se ven de su recelo ,
Salieron à la mar treinta navios Deshechos los navíos y partidos .
Con sospecha del mal que se recela , ¡ Ay Dios, y qué terrible desconsuelo !
Representando cada cual figura Por el embate van de la ribera
Aquella venidera desventura. Barriles , cajas , trozos de madera.
42 JUAN DE CASTELLANOS .
Aquí vereis timon , allí la quilla , Pues cuando la salida se le veda
Acullá diferentes materiales , A Colon , por las causas repetidas ,
Cuerpos van ahogados por la orilla El capitán Alonso de Hojeda
De muchos caballeros principales , Recorria también estas partidas :
Que iban con el dicho Bobadilla Después del cual en blanco no se queda
Con prósperas riquezas y caudales ; El capitán Rodrigo de Bastidas ,
El rey perdió grandísimo tesoro , Que siendo Colon preso vino aposta
Y también aquel grande grano de oro. A descubrir riquezas por la costa.
De los cuatro navíos ( segun fama ) Añaden nuevas tierras à la carta ,
Miraculosamente reservados , No juntos sino cada cual distinto ,
Dos dellos arribaron à la Ozama , Descubren el ancon de Santa Marta ,
De los embates graves mal parados , De Chengue, de Naguanje con Chacinto ;
Donde la triste nueva se derrama Rescataron de oro copia harta ,
Por parientes , por deudos , por criados ; La cual por no sabella no la pinto ;
Y visto tan atroce perdimiento Pasan el rio de la Magdalena
Hicieron doloroso sentimiento . Y el puerto que llamaron Cartagena.
No se podian ver rostros enjutos, Un poco navegaron mas avante,
Porque los ojos son manantiales , Pues de Uraba sacaron gran provecho ;
En lágrimas eternas resolutos Mas Cristóbal Colon el almirante ,
Por el descurso destos funerales ; Que no se contentaba con lo hecho ,
Los cuales , no sin gran pompa de lutos , Llevó sus velas muy mas adelante ,
Celebraron los hombres principales , Pensando de hallar algun estrecho
Y porque fuese la razon notoria , Que para mar del sur le diese via
En cuatro versos suman el historia. Aunque para navíos no le habia,
Plangimus Indorum diris submersa procellis Para tomar la costa mas de veras
Corpora , jussa gravem non properare viam. A Jamaica van atravesando ,
Non nocuit nobis longævis credere dictis ,
Sed nocuit semper spernere consilium. Y conocida punta de Higueras ,
Llora nuestra compañía Nunca dañó sabio viejo Fueron la costa arriba navegando :
Los primeros ahogados En el voto de concejo Ven playas , ven ancones , ven riberas ,
En la nueva monarquía , Cuando se da buena mañs ; La tierra de Veragua costeando ,
Siendo antes avisados Mas no pocas veces daña,
Que detuviesen la via. El huir de su consejo. Y en estas dilaciones y desvíos
Perdieron de los cuatro dos navíos.
Lo visto por los pasos ya contados
ELEGIA IV . Por gran prolijidad no se replica ,
Mas vistos sus navíos abromados
Muerte de CRISTÓBAL COLON, donde se cuenta lo que des- Del tiempo que bajó la Costa- Rica,
cubrió en el postrero viaje, Determinaron él y sus soldados
De volver á la isla Jamaica ,
EN UN SOLO CANTO . Faltos ya de salud y bastimentos ,
Y por otros respetos descontentos.
Quien hizo cosas dignas de memoria Salen de Cativá las compañías
Poniendo su vivir en detrimento , Dejando ya las bocas de los rios ,
En multitud de riesgos tan notoria Y aquellas ensenadas y bahías
Cuantos pare la guerra , mar y viento , Con puntas peligrosas y bajios ;
Añade grandes colmos á su gloria Y habiendo navegado muchos dias
Gozar después de buen acabamiento , En Jamaica meten los navíos ,
Mayormente si en riesgos persevera Y porque no podian sostenellos ,
El espacio que dura su carrera. En tierra y al través dieron con ellos.
Lo cual hizo Colon el almirante , Allí por ser menor inconviniente
Pues aunque con vejez y fatigado , Hicieron los Colones su salida ;
Siempre quiso llevar mas adelante Trataronlos los indios blandamente
Aquel descubrimiento comenzado : Y diéronles socorros de comida :
Sin que mal tropezon fuese bastante Adoleció gran parte de la gente ,
A lo volver atrás de su cuidado , Y toda se juzgaba por perdida ;
Y de tantas fatigas en ninguna Colon investigaba muchos modos ,
Se consintió vencer de la fortuna. Buscando su remedio y el de todos.
Agora pues conclusas las procelas , Aquel congojosísimo cuidado
Y la soberbia grande del olaje , Con ningunos descuidos interpola ,
Al manso viento hizo dar las velas Y de vacilaciones rodeado
Con prevencion de buen matalotaje ; Se quiso resumir en una sola ,
Y en cuatro bien fornidas carabelas Que fué rogar á Mendez su criado
A tierra firme hizo su viaje , Intente de pasar á la Española ,
Para ver sus ancones y riberas , En canoa de un palo que tomasen ,
E illa costeando mas de veras. E indios desta isla que bogasen.
Y porque brevedad fué necesaria Mendez , con fidelísimos respetos ,
En una variedad tan infinita , Loables en los siglos venideros ,
Su tercera venida fué sumaria ; Tuvo tan grandes riesgos por acetos
Pues casi por semejas se recita A trueco de salvar sus compañeros ;
De cómo descubrió costa de Paria Fióse de los mares inquietos
La Trinidad , Cubagua , Margarita , Y de los infieles marineros ;
Hasta llegar al mar de Venezuela , Muchos desconfiaban de su vida ,
Y agora van al cabo de la Vela. Mas él no rebusaba la partida.
De allí con mar bonanza , larga escota , Metió seis indios pues, gente salvaje ,
Por puertos , por bahías , por ancones , En navío de una sola planta ,
La costa bajo llevan su derrota , Meten agua y algun matalotaje
Comunicando varias naciones , Para quien del peligro no se espanta ;
Que salian á ver la breve flota , Favorezcale Dios en el viaje ,
Holgándose de sus contrataciones ; Que bien ha menester ayuda santa ,
Y en este tiempo ya se halló muestra Partióse finalmente con bonanza ,
De habellos visitado gente nuestra. Debajo de divina confianza.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA IV, CANTO UNICO. 43
Los que quedaron libres de dolencia , El mozo Diego Mendez sus intentos
Por imitar aquesta maravilla , Por las ondosas aguas proseguia .
A Colon le negaron obediencia , Sin ver zozobras dellas ni de vientos ,
Apartándose dél cierta cuadrilla : Que fuesen turbadores de su via ;
Siendo caudillos desta competencia Los indios muy alegres y contentos ,
Los dos bermanos Porras de Sevilla, Sin se cansar de noche ni de dia ,
Que por ir á la isla ya nombrada Hasta que ya hicieron su llegada
Hicieron de canoas un armada. A la tierra que tienen deseada.
Aderezados pues desta manera Saltaron en un rio descubierto
Embarcóse gran copia de soldados , Adonde se estuvieron refrescando ,
Y al tiempo que iban ya de mar en fuera Y luego por buen orden y concierto
Algunos dellos fueron anegados ; Se fueron por la costa navegando ,
Tornaron á volver à la ribera , Hasta tanto que dieron en el puerto
Del inquieto mar siendo forzados , Adonde estaba Nicolas de Ovando ,
Espadas y rodelas en las manos Al cual con la debida cortesía
Con temor de Colon y sus hermanos. Dió Mendez los recados que traia.
Imaginando pues aquel que yerra Como bueno , fiel y vigilante ,
Las cosas que el contrario suyo piensa , En contalle trabajos se desvela ;
Después que estos saltaron en la tierra Mas no sintiendo bien del almirante ,
Temian el castigo de la ofensa ; Ovando concebia ser novela ;
Y ansi los ven poner en son de guerra Todavía , debajo buen semblante ,
Dispuestos a morir por su defensa ; Mandó llevalles una carabela ;
Alteráronse mucho los Colones , Mas dicen que no fué con intenciones
Reconocidas estas intenciones. De traer á la isla los Colones.
Armaron luego todos sus tullidos El Mendez , sospechando tal desvío ,
Con espadas , rodelas ó con lanzas ; Como bien comedido y avisado ,
Los rebelados son acometidos Compró de sus dineros un navío ,
Que de vencer tenian esperanzas ; De cosas convinientes pertrechado :
Mas con facilidad fueron vencidos El cual les envió con buen avio ,
Sin usarse con ellos de venganzas , Y la razon de todo lo pasado ;
Puesto que en los primeros desconciertos Y despachado con matalotaje ,
Cuatro por defenderse fueron muertos. El hizo para España su viaje.
Pues también se rompió la fuerte malla Libre de sinsabores de tormenta ,
De golpes que se dieron inhumanos ; Con próspero suceso tomó puerto ;
Fué poco mas sangrienta la batalla Su prolijo viaje representa
Después que ya vinieron á las manos ; Escrito por buen orden y concierto ,
Y es esta la primera que se halla Ante los reyes, dando larga cuenta
En Indias de cristianos con cristianos ; De lo mucho que habian descubierto ,
Los indios , por los ver tan diferentes , El riesgo que corrieron sus vasallos ,
Ya tenian en poco nuestras gentes. Y lo que hizo él para librallos.
Cumplian antes bien sus mandamientos , Dadas sus relaciones por entero ,
Y eran sus voluntades ya contrarias , Como dicen acá de popa á proa ,
Pues no venian á los aposentos Por parecelle bien al rey guerrero
A los ver y servir en cosas varias ; Aquella lealtad digna de loa ,
Tampoco les traian alimentos Al Diego Mendez hizo caballero
Ni cosa de las cosas necesarias , Con rentas , y por armas la canoa ;
Y para los volver mas á su mano Que suelen reyes dar honores tales
Un remedio pensó que no fué vano. A los vasallos buenos y leales.
El astucia que digo fué pues esta , Las carabelas pues apercebidas
La cual salió tan bien como queria : Que para los Colones envïaban ,
Entendia por regla manifiesta Tomaron las riberas conocidas
Que la luna , segun astrología , Por los indios que dentro se tornaban
Por la sombra del globo contrapuesta Fueron con gran contento recebidas
Se habia de eclipsar en cierto dia , De los que sus socorros esperaban ,
Y por ser el eclipse por entero , Y por estar el mar todo quïeto
Habia de ser algo duradero. La partida pusieron en efeto.
Llamó los indios pues à su presencia , Levan las anclas , guindan las entenas
Y dijo: por no darnos alimento, Ayudados de vientos principales ,
Verná sobre vosotros pestilencia , Apártanse del puerto no sin penas
La luna hará grande sentimiento ; De aquellos moradores naturales ,
Y aquesta no serà vana sentencia , Que los tenian ya por gentes buenas ,
Pues tal dia vereis el cumplimiento ; Y casi que por hombres celestiales ;
Por tanto , si quereis salud y vida , Por la derrota pues de claro tino
Mirá que no nos falte la comida.» A la Española hacen su camino.
Los indios estuvieron muy alerta ; En el puerto de Ozama conocido
Y, el tiempo señalado ya venido , Metió Colon su gente destrozada ,
Pudieron conocer por cosa cierta Fué con aplauso grande recebido
Lo que Colon había conocido ; De toda la ciudad conmemorada,
La luna dicen todos estar muerta, Y el buen comendador de comedido
De cuya causa dan gran alarido , Lo quiso regalar en su posada ;
Y segun otras muchas veces vemos , Vió sus haciendas , minas y cuadrilla ,
Comienzan á hacer grandes estremos . Y luego se partió para Castilla.
Pidiéronles perdon á los Colones , Embarcóse con gracia del Ovando,
Del pasado rigor arrepentidos ; Guió las velas ácia la Saona ,
Acuden con preseas y con dones Llegaron à Castilla, y en llegando
Como si fueran dioses conocidos ; Fué donde estaba la real corona ;
Y ansi , pasadas estas turbaciones Recebiólo muy bien el rey Fernando,
Fueron bastantemente proveidos , Y hizo gran caudal de su persona ;
Dándoles de comer sin interese , Procuró de hacer su causa blanda
Entre tanto que Dios los proveyese. Con pio de volver á su demanda.
44
JUAN DE CASTELLANOS:
Mas como ya de tan prolijas vias No condeno , letor , lo que barruntas,
De salud se sintiese no bien sano ,
Ocupó su vivir en obras pias Ni me parecen mal estas escuelas ,
Con pia, liberal y franca mano ; Porque con ley de Dios andando juntas
Y dende á poco dió fin á sus dias , Es , como dicen , miel sobre hojuelas ;
Haciendo diligencias de cristiano ; Pero si das razon á mis preguntas ,
Y ansi se remató tan santamente Por ventura ternás dolor de muelas ,
La vida de varon tan escelente. Tornarás en bablar alguna pieza
Rascándote sin gana la cabeza.
A gran admiracion , á gran espanto Si fuesen mas al claro mis razones ,
Pensando sus grandezas me provoco ,
Venías á taparte los oidos ,
Y su mayor loor en cualquier canto Tratando de jüeces mocetones ,
No se podrá decir esceso loco : Grandes de gorra , largos de vestidos ,
Pues Castilla y Leon le debe tanto,
Que cuanto puedo yo decir es poco ; Que salen solemnisimos ladrones,
No procuró deleites ni gasajos , Desvergonzados , sucios , atrevidos ,
Mas sufridor fué grande de trabajos . Que no ballan en ley mas fundamentos
Que sus antojos , gustos y contentos.
De Nervi natural , lugar honesto , Unos vienen con sed de los infiernos ,
Que dicen descender de Lombardia ,
Severo , rojo , de pecoso gesto, Y tal que cosa no se les escapa ,
Feroz en muchas cosas que hacia ; Otros con grandes cofres de cuadernos ,
Y son de necedades gran solapa ,
Alto de cuerpo , pero bien compuesto Y acontece tener buenos gobiernos
En cuantas proporciones poseia , Sin letras un varon de espada y capa ,
Varon en sus intentos fué notable ,
Y en el salir con ellos admirable. Porque su buen juicio le da ciencia,
Con el temor de Dios y su conciencia.
Dejó dos hijos , dignos de su nombre : Sin usar de ninguna demasía
Don Fernando , que nunca fué casado , Podremos decir esto del Ovando ;
En letras , en virtud , insigne hombre ; Pues con el santo celo que tenía
Don Diego , sucesor en el estado , Todo lo mal digesto hizo blando :
De duque y almirante con renombre , Dichoso le llamaron aquel dia
Segun después dirà nuestro tratado ,
Y tiempo que en las Indias tuvo mando ;
Con quien casó la gran doña María Porque sin los reveses de malicia
Que de la casa de Alba descendia. Se besaban la paz y la justicia .
Los funerales desta maravilla
Honraron valerosos caballeros ; Entoncés, como ya dicho tenemos,
Y no tan solamente de Castilla , Del todo se pasó con sus oficios
Pero también de reinos estranjeros ; La próspera ciudad donde la vemos ,
Y dentro de las cuevas de Sevilla Con todas sus familias y servicios ;
Hiciéronse las casas con estremos
Lo hacen sepultar sus herederos ,
Y dicen que en la parte do yacia De grandes y soberbios edificios
Iglesia catedral de gran nobleza ,
Pusieron epigrama que decia : Fuente y esclarecida fortaleza.
Hic locus abscondil præclari membra Coloni,
Cuius sacratum numen ad astra volat. Renta se señaló para servilla
Non satis unus erat sibi mundus notus, et orbem A hombres que podian merecella,
Ignotum priscis omnibus ipse dedit. Y fué don fray García de Padilla ,
Divitius summas terras dispersilin omnes,
Atque animas cœlo tradidit innumeras. Franciscano, primer obispo della ;
Invenit campos divinis legibus aptos, No tomó posesion en esa silla ,
Regibus et nostris prospera regna dedit. Por morir antes de venir á ella ;
Este poco compás que ves encierra Sucedióle Alejandro Geraldino,
Aquel varon que dió tan alto vuelo
Que no se contentó con nuestro suelo, Varon romano y hombre della dino.
Y por darnos un nuevo se destierra,
Dio riquezas inmensas à la tierra , Desta isla no fué la menor pieza
Inumerables ánim as al cielo. La Concepcion, que dicen de la Vega,
Halló donde plantar divinas leyes, Pues ella de por sí tuvo cabeza
Y prósperas provincias a sus reyes.
Do catedral iglesia se congrega :
Fué don Pedro Suarez , el de Deza ,
El obispo primero que le llega ,
Hombre que de sus rentas tuvo largo ,
ELEGIA IV. Y el primero que vino con tal cargo.
A la muerte de don DIEGO COLON, segundo almirante, Fué la renta después menoscabada ,
donde ansimismo se cuentan otras muchas diversidades Y porque ya cumplia que asi fuese,
Hicieron de las dos una manada
de cosas acontecidas en la Española después que murió Debajo de un pastor que las rigiese ;
don Cristóbal Colon. Y fué prior, y de la Mejorada
Primero que gozó del interese ,
CANTO PRIMERO. Dijose fray Luis de Figueroa ,
Varon á quien se debe mucha loa.
Mi voz enronqu ecida se levante, En estos sobredichos hemisferios
Y avive lo posible sus acentos ,
Para que con heróica lengua cante Y por aquellos tiempos venturosos ,
Se fundaron insignes monasterios ,
Los varios y diversos movimientos , Con santos y con dotos religiosos ,
Que tengo de decir mas adelante , En parte no vacante de misterios,
Y a vueltas de contentos descontentos ; Pues sucedieron casos milagrosos ,
Pues no fué tan constante la ventura
Y mas en esta Vega que señalo ,
Que nos pueda vender hora segura. Noble por devocion del santo palo.
Pues ansí como nuevas amistades
Y ansi fué la verdad, que en estos llanos
No ponen su fïel muy en lo cierto , Por ser de poblacion enoblecida ,
Nacen en tierras nuevas novedades Mandaron el Colon y sus hermanos ,
Primero que se pongan en concierto , En la segunda vez de su venida,
Hasta tanto que destas variedades Levantar una cruz á los cristianos "
Se hace quien las rige mas esperto , Planta de sanidad , árbol de vida :
Do buen juicio y buenas intenciones Fueron á ello doce marineros,
Valen mas que Felinos y Jasones. Con otros tantos nobles caballeros.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA V, CANTO I. 45
Señalóles Colon una ladera, Los que labraron casas con aviso
Opuesta por delante de su viso, Francisco de Garay es el primero .
Do se manifestaba muy afuera Después un frey Alonso fué del Viso,
Un arbol bien compuesto, limpio, liso , Comendador y noble caballero ;
De una herniosisima madera , Y el piloto Roldán, que nunca quiso
Y tal en proporcion cual él lo quiso; Perder aquí renombre de tercero,
Y dicen muchos que después ni antes El cuarto Joan Fernandez de las Varas ,
No se hallaron plantas semejantes. Con curiosidades harto raras.
El Cristóbal Colon mandó hacella Después por el concierto regulado
A honestos y devotos oficiales ; Labraron otros muchos sus mansiones,
Salió después de hecha cosa bella, Y á la boca del puerto memorado ,
Plantáronla los hombres principales ; Reparado de cubos y bastiones ,
Postraronse después delante della , Hay un castillo fuerte fabricado,
Presentes muchos indios naturales ; Cón pertrechos de grandes municiones ,
Adorábala nuestra compañía, Y cualquiera bajel que allí se encierra
Después que la pusieron, cada dia. Se puede descargar la plancha en tierra
Después de muchos dias , cierto dia Alcaide del castillo que se tapia,
Un indio hechicero y adevino Encima del fortisimo roquedo ,
Quiso, segun costumbre que tenia, Fué un hidalgo noble de prosapia ,
Hablar con un espíritu malino ; Dijose Diego Lopez de Salcedo ;
Allí, como la cruz reconocia , Después otro hidalgo dicho Tapia,
A sus invocaciones nunca vino, El tercero después el buen Oviedo ,
Hasta tanto que por camino vario Que es Gonzalo Fernandez, coronista ,
Pasó después á otro santuario. Que yo conocí bien de trato y vista.
Hizo sus ademanes y semblantes Insanas furias de contraria gente
Con un nefando y execrable canto, Con gran dificultad pueden entralla ,
Quejóse dél por no le venir antes Porque ya por la parte del poniente
Habiéndolo llamado tiempo tanto; La cerca potentísima muralla ;
El diablo le dijo : « no te espantes , Es limpio puerto , fondo suficiente ,
Que aquella cruz me da muy gran espanto; Ribera tan cabal cuanto se halla ,
Por tanto quien contento me desea Con huertas, con jardines y heredades
Póngala donde nunca yo la vea. » De frutos de cien mil diversidades.
El infiel bestial incontinente , Otras riberas hay por escelencia ,
Oida del demonio la respuesta , La tierra mas adentro , muy amenas ,
Hizo juntar gran número de gente Porque ella tiene de circunferencia
Para quitar la cruz que estaba puesta : Trescientas y cincuenta leguas buenas ;
En lo cual trabajaron grandemente , Los temples son de gran benevolencia ,
Pero su vehemencia nada presta , Pues frios ó calores no dan penas ;
Pues cuanto mas trabajo se ponia Hácela sobre todo mas loable
Mucho menos efeto se hacia. Estrella principal y favorable.
Pues como no pudieron arrancalla, Porque todos los mas , allí nacidos ,
Tan grande muchedumbre como era, Para grandes negocios son bastantes ,
Determinaron luego de quemalla Entendimientos hay esclarecidos
Con cantidad de leños y madera ; Escogidísimos estudiantes ;
Mas vianla quedar desta batalla En lenguas , en primores , en vestidos
Mas sana, mas lucida, mas entera ; No menos curiosos que elegantes ,
Al fin como bestiales engañados Hay tan buenos poetas , que su sobra
Pecaban con quedar maravillados. Pudiera dar valor á nuestra obra.
Después que por los nuestros fué sabida Hay Diego de Guzmán y Joan su primo ,
Reliquia de tan gran manificencia , Y el inclito canónigo Liendo ,
Hiciéronle capilla recogida , Que pueden bien limar esto que limo ,
Adonde se guardó con gran decencia ; Y estarse de mis versos sonriendo ;
Y en estos nuestros tiempos es tenida Quisiera yo tenellos por arrimo
En gran honor y grande reverencia, En esto que trabajo componiendo ,
Y corren por el mundo cantidades Y aun Arce de Quirós me fuera guia
Para salud de mil enfermedades. Para salir mejor con mi porfia.
Destos regalos pues están gozando Otros conoci yo también vecinos ,
Los desta isla ya bien proveida, Nacidos en el orbe castellano ,
Con el justo gobierno del Ovando , Que en la dificultad de mis caminos
Medido por justisima medida ; Pudieran alentarme con su mano ;
Y la ciudad entonces era cuando Y son por cierto de memoria dinos ,
Se vido mucho mas engrandecida ; Villasirga y el doto Bejarano ;
Está su poblazon tan compasada, No guiara tampoco mal mi paso
Que ninguna sé yo mejor trazada. El desdichado don Lorenzo Laso.
Pues por aquel lugar do la veis puesta, Hay linajes ilustres de varones
Que desde el rio hace las subidas , Descendientes de grandes capitanes ,
Es una llana mesa bien compuesta Como son los Villorias y Lebrones ,
Con maravillosísimas salidas : Agüeros y Verdecias y Bazanes ,
En todas proporciones bien digesta, Los Avilas , los Vargas, y blasones
Amplas calles, graciosas, bien medidas ; De Mendozas , Manriques y Guzmanes ,
Es finalmente toda su postura Con otros generosos que no cuento ,
Un peso y un nivel sin torcedura. A causa de faltar conocimiento.
Ninguna cosa, por menor que sea , Aquella nobilísima influencia
Hay en cualquiera parte de la via, Hace la gente grata , comedida ,
Que desde un cabo á otro no se vea, Con gracia , con facundia y elocuencia ,
Segun la retitud con que se guia : Jamás á demasía convertida ;
De norte à sur Ozama la rodea , Hay una natural magnificencia
Combatela la mar al mediodía, De gente forastera conocida ,
Con un roquedo tal y tan seguro , Pues allí sin dineros y sin renta
Que no puede formarse mejor muro. En el punto que trajo se sustenta.
46 JUAN DE CASTELLANOS .
Quien entra por buen orden y concierto Todos generalmente lo tuvieron
No lo dejan caer por ningun arte , Por persona cabal , santa , bendita ;
En aquesta ciudad y en este puerto Comuniqué con hombres que lo vieron
Ha tenido valor el duro Marte ; El tiempo de quien esto se recita :
Pues todos los que bien han descubierto Conocí muchos que lo conocieron ,
De aquí salieron por la mayor parte, Vecinos de Cubagua y Margarita ,
Y muchos en el tiempo del Ovando Como Rojas el viejo , y Villafranca ,
De cuyas alabanzas voy tratando. Riberos natural de Salamanca.
El cual rigiendo varias condiciones Fué hombre grave , pero tan modesto ,
Por vias justas , santas y discretas , Que no pasó de lo que convenia ;
Anacaona llena de pasiones Para cualquier trabajo bien dispuesto ,
Usaba todavía de sus tretas , Pues como buen soldado lo sufria :
Intentando mover rebeliones , Caritativo , sabio , casto , honesto ,
Las cuales no pudieron ser secretas : Dignísimo del cargo que tenia ,
Destos primeros fueron los higueyes , Y ansi mucho después desta partida ,
Con quien usó de rigurosas leyes. La muerte dél fué tal cual fue su vida.
Llana ya la provincia que se apunta ,
La dicha , con astucias no menores , El tiempo que en las Indias fué vecino
Partió su renta con necesitados ,
Solicitó después crecida junta Y ansi, para volver adonde vino ,
De muy grandes caciques y señores ; Buscó quinientos pesos emprestados
Mas como su designo se barrunta , Para matalotaje del camino ,
El Ovando prendió sus valedores • Y la comida dél y sus criados ,
Y á ella , que sin fuerza ni conflito Que fué para juez cosa muy nueva ,
Confesó claramente su delito. Y de su buen vivir bastante prueba.
Conocia ser cosa conviniente Es cosa que se vido raras veces ,
Asegurarse guerra tan molesta ; Y que podreis contar por maravilla ,
Mandaron ahorcar públicamente Venir hombres á Indias por jüeces
Esta mujer lasciva , deshonesta Y no llevar dineros á Castilla ;
Puesto que varonil , sagaz , prudente, Pues muchos en juguetes y belheces
Y a quien todos hacian grande fiesta ; Gastan mas que demanda su costilla :
Dejó hija que dicen Aguaymota , Montó su sueldo quince , gastó treinta,
No de sus condiciones muy remota. Y al fin lo veis después con larga renta.
Hacia mil asaltos Guarocuya , Por ventura vereis muchos varones ,
Con gentes y poder nada sencillo , Que por los intereses que pretenden
Por ser Anacaona tia suya ; Están muy fuera destas opiniones ,
Y fueron luego para destruillo , Aunque bastantemente las entienden ;
Y para que la guerra se concluya , Pero si fueren vanas mis razones ,
Diego Velazquez , y un Rodrigo Trillo , Los bien intencionados las enmienden ;
Y no valiéndole su valentía , Que si personas tales lo miraren
Al fin murió la muerte que la tia. Bien hallarán aquí donde reparen.
Ovando , recelando los vaivenes Aquí no vereis estos señalados ,
Que causan estos tales movimientos , Sino por unos términos medidos ,
Conociéndolos ser flacos de sienes
Y mudables á cualesquiera vientos , Los buenos por sus nombres alabados,
Los malos en comun reprehendidos :
Tomó de los demás grandes rebenes , Honro los que merecen ser honrados
Que tuvieron en mas que juramentos ;
Venció los de Guahava Amiguayagua , Reprehendo perversos atrevidos ,
Pobló pueblo en el lago de Jaragua . Que sin ley, y sin rey , y sin enmienda
A cualquiera maldad sueltan la rienda.
Santa María Pacis la llamaron,
Mas no paremos mas en este fuego,
O de la Paz en lengua castellana , Que podia quemar al circunstante ;
Pues en ella las guerras acabaron , Dejemos al Ovando con sosiego
Y allí gozó de paz gente cristiana ; Y en gracia de sus reyes adelante ;
Mas estos moradores se pasaron Digamos lo que resta de don Diego ,
A la villa que llaman la Yaguana : Hijo de don Cristóbal , almirante ,
Fué gente de valor y gran concierto , Y por poder echar mejor el sello
Y pasaron allí por ser buen puerto. Hagamos nuevo canto para ello .
Luego la isla toda se dilata
Aquí y allí con poblacion cristiana ,
Pobló Puerto Real , Puerto de Plata ,
Azua , Buenaventura , la Maguana :
Aguahava , de quien atrás se trata , CANTO SEGUNDO,
Ayaquino , confin del Ayaguava :
Es finalmente cosa muy notoria Donde se tratan las variedades que hubo en este gobierno, la venida
Que hizo hechos dignos de memoria. del audiencia real, y muerte de don DIEGO COLON.
Al tiempo que esta isla se gozaba Suelen parir cien mil inconvinientes
Gon el gobierno santo que tenia , Diversos pareceres en un seno ,
El don Diego Colon en corte estaba Donde hay parcialidades diferentes
Con su bella mujer doña María , Lo bueno hacen malo , y malo bueno .
Y con instancia grande negociaba De todos los pasados y presentes
El cargo que su padre poseia , Envidia fué pestifero veneno ;
Y el duque de Alba , principe potente , Los cargos y los prósperos caudales
Favoreciale como pariente. Andan acompañados destos males.
Pues como mucha priesa se le diese Pues como los jueces ya pasados
Al rey en estas cosas que discierno , Tuviesen diferentes condiciones ,
Y también en memoria se tuviese Tenia cada cual apasionados ,
Servicio de los tios y paterno , Públicas y secretas aficiones ,
Al Ovando mandó que se viniese , Y no todos estaban olvidados
Y al don Diego dejase su gobierno ; Del soberbio mandar de los Colones ;
La cual mudanza toda nuestra gente De manera que destos cambios hechos
No dejó de sentir pesadamente . Algunos no quedaron satisfechos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA V, CANTO il. 47
Mas don Diego Colon su via mueve En aquel tiempo pues que esto pasaba
Con fausto principal flota bastante , Por fin y muerte de los santos reyes ,
Y los cargos que el rey manda que lleve Fray Francisco Jimenez gobernaba ,
Que fueron de virey y de almirante ; Las destas partes y las otras greyes ;
Y en julio de quinientos y mas nueve El cual en estas Indias deseaba
Entró por aquel puerto muy pujante Varones que guardasen santas leyes ,
Siendo con gran aplauso recebido , Y ansi mandó venir en una armada
O ya fuese de veras ó fingido. Tres frailes dotos de la Mejorada .
Desembarcóse con la compañía De manera que en estos movimientos
Que al cargo de virey era decente , De tantos reinos y tan estendidos ,
Y su cabal mujer doña María Hicieron cuatro frailes dos conventos
De la gran casa de Alba descendiente : Que no fueron entonces mal regidos :
Grandes fiestas hicieron aquel dia Acá vinieron año de quinientos
Y muchos juegos mas en el siguiente , Y mil y diez y seis eran corridos :
Demás de regocijos y alegrías Habia mucho antes gobernado
Que duraron por mas de veinte dias. Un Cristóbal Lebron , buen licenciado.
Sacaron todos invenciones bellas Después de tanta grita y embarazo ,
Manifestando prósperos caudales , Que confunde los hombres mas cabales ,
Porque vinieron damas y doncellas El licenciado Alonso de Zuazo
Generosas , hermosas y cabales , Llegó también con cédulas reales ,
Que por haber entonces falta dellas No con menos poder ni menos brazo
Se casaron con hombres principales. Para todas las causas criminales ,
Hubo toros , sortijas , juegos , cañas , Y para que tomase residencia
En que se daban todos buenas mañas. A todos oficiales del audiencia.
Ejercicios que saben bien usallos Estos frailes y aqueste licenciado ,
Por estos dichos puertos y fronteras , Que con ellos mandaba juntamente ,
Do tienen abundancia de caballos Con peso de razon y de cuidado
Diestros en regocijos y carreras ; Lo gobernaban todo santamente :
Y ansi los amos como los vasallos El régimen andaba concertado ,
Pueden ejercitallos en las veras ; Cada cual se mostraba diligente
Mestizos , indios , negros y mulatos En que se dotrinasen naturales ,
Siempre dan á caballos malos ratos. Y no se les hiciesen tantos males.
Por recuestos, por cerros y collados , Estaba pues la isla bien regida ,
Opor la rasa cumbre de la sierra , Aumentáronse casas y haciendas ,
Se arrojan tras las vacas y ganados Fué toda la ciudad bien proveida ,
De que hay infinidad en esta tierra , Cesaron muchos pleitos y contiendas ;
Dejarretando toros madrigados Dieron muy buen ejemplo de su vida ,
Del bravo cimarron que no se encierra⚫ Sin pretension de bienes ni haciendas ,
Y en esto son tan hábiles y diestros Como deben hacello religiosos
Que pasarán do quiera por maestros. A quien parece mal ser cudiciosos.
Hacen esto con dejarretadera , Que vanos edificios edifica
Que es una media luna bien sacada , Quien burta castigando los ladrones ,
Con asta de fortísima madera Reprueba con rigor la vida rica ,
Que con gran fuerza llevan enristrada ; Y allega las riquezas á montones ;
Y si ganados salen á carrera Decir que no forniquen y fornica
Derriban cantidad de la manada , Que huyan sin huir las ocasiones ,
Para solos los cueros que es hoy dia Quitan al pecador donde tropieza,
Una muy caudalosa granjería. nunca guardan ellos su cabeza .
Dado pues fin á los recebimientos , El cuidadoso gallo vigilante
Y acabadas las bodas y las fiestas , A sus debidas horas cantar quiere ,
Por ocasiones , trampas , chismes , cuentos Mas antes que dé voces y que cante ,
Que no faltan en tierras como estas , Sacude bien las alas y se hiere :
Iban creciendo mil desabrimientos Es menester que sea semejante
Mil pleitos , mil demandas y respuestas , Aquel que predicare y que rigiere ;
Y escribieron al rey algunas cosas Dar voces, pero cumple ser su vida
Al don Diego Colon no provechosas. Primero de vilezas sacudida.
No faltaban malsines y soeces Algunos si por bapdos y recuestas
Que las personas nobles revolviesen ; Se llegan á mortíferas lanzadas ,
Y como por gran número de veces Muy poco sin estar las manos prestas
Las tales á los reyes escribiesen , Valdrian las palabras esforzadas ;
Vinieron licenciados por jüeces Pues &qué valdrán acá las bien compuestas ,
Que en las apelaciones conociesen , Estando buenas obras olvidadas ?
Que fué , segun constó del aparencia , A bien librar el hombre que mas gana
Una manera de real audiencia. Será como sonido de canipana.
Al fin que desta trama salió lienzo , Podria ser galán ejemplo nuestro
Que no puede faltar en este suelo ; Aquel que en Israel tuvo juzgado ,
Fueron tres licenciados su comienzo : Que porque de dos manos era diestro ,
Lucas Vazquez de Aillon y otro Marcelo Es en divinas letras celebrado :
De Villalobos , Juan Ortiz Matienzo , Ansí lo debe ser el buen maestro ,
Al don Diego Colon ningun consuelo , A estas flacas gentes enviado ;
Y á quien nunca jamás fué buen tercero Que mueven las palabras vivos templos ,
Miguel de Pasamonte, tesorero. Si van acompañadas con ejemplos.
Este con buenos celos ó pasiones , Prosiguiendo los frailes sus intentos ,
y otros vencidos dellas ó por ruego , Por el loable modo que solian ,
Escribieron al rey tales razones Dieron en remover repartimientos
Que llamó por sus cartas á don Diego ; De hidalgos que en corte residian :
El cual , vistas reales provisiones , Por ausencias y malos tratamientos ,
Sin les poner escusa partió luego , Que en miserables indios se bacian ,
Y en corte sus disculpas negociando De donde resultaron muchas quejas ,
A sus dias dió fin el rey Fernando. Que à tales intéreses son anejas.
48 JUAN DE CASTELLANOS .
Cuando crecia pues aquesta saña', Sus maridos , varones singulares
Que fué harto mayor que yo la pinto , Do quier que se mostró bélica mano ,
Zuazo no se daba menos maña , Señalados por tierras y por mares
Antes iba por orden no distinto : Con virtud y renombre soberano
Y entonces ya gozaban en España Son Avendaño y Gregorio Suarez ,
Del bienaventurado Carlos quinto , Y Anton de Castro, noble lusitano :
Ante quien por palabras nada blandas Cuyas proezas grandes, Dios mediante ,
Pusieron grandes pleitos y demandas. Confio que diremos adelante.
Sus indios demandaba la cuadrilla , Pues el sabio Velosa persevera
Pero ninguno fué restituido ; Haciendo dos ingenios escogidos ,
Los frailes se volvieron á Castilla , En Niguayen , y Aguate y su ribera ,
Su Majestad se tuvo por servido Del cual ejemplo muchos son movidos ,
Del tiempo que estuvieron en la silla , Queri endo caminar por su carrera ,
Con lo que mas habian proveido ; Örillas de los rios conocidos :
Y los de la ya dicha competencia Como fué Pasamonte , tesorero
Contra Zuazo piden residencia. Y el secretario Diego Caballero.
Los émulos y duros querellantes Otro mucho mejor y mas pujante ,
Granjearon jüez algo tirano , Abajo del que tengo ya nombrado ,
Mas él dió sus descargos tan bastantes , Es del señor Colou el almirante ;
Cuanto los pudo dar un buen cristiano ; Otro hizo también Francisco Prado ;
Y ansí quedó con honra como antes , Y no quiero pasar mas adelante
Puesto que de jüez ninguna mano , Contando los que se han edificado ,
Hasta después que por persona dina Porque, ponellos todos por escrito
A gobernar pasó la Fernandina. Seria proceder en infinito.
Fué pues de los tres frailes un colega , Destos cada cual es un señorío ,
Figueroa , prior cerca de Olmedo , Gentil y principal heredamiento ;
Que fué segundo obispo de la Vega ; Tienen necesidad de gran gentio
El otro fray Domingo de Quevedo , Para tener cabal aviamiento ;
Que tuvo por prior San Joan de Ortega ; Faltaba ya de indios el avio
Otro fray Bernardino Manzanedo , Por el universal acabamiento ,
A quien el rey honró con premios largos , De suerte que hay en estas heredades
Y acabaron después con grandes cargos. Negros en escesivas cantidades.
Tratando pues Colon por su presencia Tienen la tierra tal cual se desea
Sus pleitos en honor y en interese , En temple y abundancia cosa rica ,
El rey para venir le dió licencia , En grande aumento va cada ralea ,
Sin que ninguna cosa concluyese . Y con grande vigor se multiplica ,
Con el reposo siempre de la audiencia , Tanto , que ya parecen ser Guinea ,
De los negocios que él mal proveyese , Haiti , Cuba , Sant Joan y Jamaica ;
Que no le consentian un cabello , Destos son los Gilosos muy guerreros
Y muy poco después les vino sello. Con vana presuncion de caballeros.
Llegado nuestro noble caballero Movidos estos desta lozania
Al puerto de la Ozama conocido , Y sobre gran acuerdo , se juntaron
Aunque no con aquel fausto primero , De la Natividad segundo dia ,
De todos ellos fué bien recebido : Año de veinte y dos que se contaron ;
Tuvo contentamiento mas entero Y luego con soberbia valentia
La vireina de ver á su marido ; Haciendas poderosas asolaron ,
Los años que contaron al presente, Tanto que casi no dejaron rastro
Fueron mil y quinientos y mas veinte. En la que fué de Melchior de Castro .
No solamente voluntad sincera , La furia destas furias mas se ceba
Pero también los pechos descontentos , Sin que dejen mamante ni pïante ;
Amistad le mostraban verdadera , El riguroso trance desta nueva ,
Sin puntas de pasados movimientos ; Con muertos españoles por delante ,
Mas no fué su contento de manera Con la priesa posible se le lleva
Que pudiese huir desabrimientos , A don Diego Colon el almirante ,
Alo menos por las rebelïones , El cual con el calor que convenía
Intentadas por negros cimarrones. Partió tras la proterva compañia .
El caso sucedió por esta vía : Por atajar con brevedad los males ,
Los hombres de riquezas cudiciosos , Recogió de soldados hasta ciento ,
Visto lo que la tierra prometia , Mas luego caballeros principales
Para mejor hacellos caudalosos , Fueron por le servir en seguimiento ;
Dieron una grande granjería , Hallaron luego rastros y señales ,
Que fué hacer ingenios poderosos Envueltos en rigor sanguinolento ,
Para moler azúcar , y el intento Siguieron las pisadas aquel dia ,
Ha venido después en crecimiento. Hasta que ya la noche se venia.
El inventor primero desta cosa , En Nizao paró la compañía
Que primero lo dió perficionado , Por causa de la noche tenebrosa ,
Dicen que fué Gonzalo de Velosa , Mas Melchior de Castro no dormia.
Varon por buenas letras estimado : Que por lo que llevaban no reposa ;
De la cual granjería provechosa Hurtóse del real , siguió la via
Fué rico de caudal multiplicado , Que llevaba la gente belicosa ,
Y en este nuevo reino tiene nietas , Con un criado suyo , que llevallo
En ser , valor y lustre muy perfetas. Quiso , por ser buen hombre de á caballo.
Doña Luisa , otra Castianira , Colon, que luego supo la demanda
A quien Homero pinta soberana , Del que llevaba vivos los aceros ,
La segunda se dice doña Elvira , A Francisco de Avila le manda
Y la menor de todas doña Ana : Que lo siga con ocho caballeros :
Virtud , bondad , honor , aquí se mira ; Con tal que si topasen con la banda
Belleza , discrecion , vida cristiana , De los viles y bárbaros guerreros ,
Casadas con ilustres caballeros , Se los entretuviesen cuerdamente
Y cada cual con muchos herederos. En tanto que llegaba con la gente.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA V, CANTO II. 49
En un camino ancho , bien hollado , Eran los desafueros y los daños
Se juntaron los once que ya digo , Sin querer perdonar cosa viviente ,
Y brevecillo trecho caminado Librose de celadas y de engaños ,
Sienten el escuadron del enemigo , Sin sucedelle mal inconviniente ;
De todas armas bien aderezado , Y sustentó la guerra trece años
Y no de centinelas siu abrigo , Con harto deshonor de nuestra gente ,
Con cuya grita cada cual despierto Robaron crecidísimos caudales
Se pusieron en orden y concierto. Con muertes de personas principales .
Hacen ostentacion de su presencia , Admiranse , letor , entendimientos ,
Diciendo : « Viles , no tenemos miedo , De que cuando hallaron estos mares
Pues pensamos hacer la resistencia Varones poco mas de cuatrocientos
Como valientes hombres a pie quedo .» Venciesen á millares de millares,
Faltóles à los once la paciencia, Y temblasen agora de doscientos
Rompiendo con grandisimo denuedo Tantas ciudades , villas y lugares ;
Por aquel escuadron embravecido , Mas entonces el hombre vaquïano
Dejando cada cual uno tendido. No soltaba las armas de la mano.
Con todos sus pertrechos y reguardos No comia guisados con canela ,
Se rehizo muy presto la compaña , No confites , ni dulces canelones ,
Con infinitas flechas , lanzas , dardos , Su mas cierto dormir era la vela ,
En que se daban todos buena maña ; Las duras armas eran los colchones ,
Pero los once nuestros no son tardos El almobada blanda la rodela ,
En volver con furor de mayor saña ; Cojines los peñascos y terrones ,
Fué la breve batalla bien reñida , Y los manjares dulces , regalados ,
Y al cabo los pusieron en huida. Dos puños de maices mal tostados.
El rencuentro concluso y acabado , Abrir á prima noche las pestañas ,
Y el escuadron de negros ya vencido , Con ojo vigilante , claro , puro ,
El don Diego Colon llegó cansado Por ver lumbres de ranchos ó cabañas ,
Con presurosos pasos al ruïdo : A fin de salteallos con escuro ;
Uno destos salió descalabrado , Quebrándose los ojos por montañas ,
Y el Melchior de Castro mal herido , Do cualquiera pensara ser seguro ,
Pasada de los dardos una mano , Y aunque mas se velasen los isleños ,
Pero no tardó mes en verse sano. A media noche dalles negros sueños.
Remediados aquestos desatinos, A tino caminaban y sin guias
Tan necesariamente remediados , Por setecientos mil despeñaderos ,
Poblaron las calzadas y caminos Y muchos tan destrísimas espías ,
De negros por justicia castigados ; Que nunca perros fueron tan rastreros ;
Sosegaronse todos los vecinos De ramos se cubrian en los dias
Que estaban de temor sobresaltados , Si se mostraban rasos los oteros ,
Y otros bubo después , aunque no luego , De noche por quebradas y por rios ,
Que causaron mortal desasosiego. Hasta que ya topaban los bubios.
Fué un Enrique pues , indio ladino , Fáltanles muchas veces acogidas ,
Que supo bien la lengua castellana , Escepto las montañas y quebradas ,
Cacique principal , harto vecino Las aguas de los cielos niuy crecidas ,
Al pueblo de San Joan de la Maguana : Las mas que viles ropas empapadas ;
Usóse con él cierto desatino De tierra repentinas avenidas
Por su mujer que fué también cristiana : Que escudos le llevaban y celadas ,
Era gentil letor , gran escribano , entonces , los no tales y los buenos ,
Y en estas islas tuvo grande mano. Quedaban con las manos en los senos.
Por no poder templar la destemplanza Y estando sin espadas y rodelas ,
De aquella pesadisiina zozobra , Desnudos , en pañetes ó vestidos ,
Porque el bonor que pierde tal usanza Osaban cometer á centinelas
Para siempre jamas nunca se cobra , De indios , que velaban advertidos ;
Vinole pensamiento de venganza , Y presas las escuchas ó las velas ,
El cual efetuó con mala obra ; Robarlos descuidados y dormidos ,
Y ansi con principal gente de guerra E ya , de los trabajos olvidados ,
Escogió lo mas fuerte de una sierra. Volvíanse contentos y pagados.
Esta sierra se dice del Bauruco , Podríamos en estos tales cuentos
Cuyas cumbres son sumas en alteza , Gastar y consumir noches y dias ,
Piedras , matas , espinas , arcabuco , Refiriendo cien mil atrevimientos ,
Alli bacen comun el aspereza : Hechos , hazañas , suertes , valentias ,
No romperá lombarda , ni trabuco , Que solian hacer hombres hambrientos
Las bravas espesuras de maleza ; En los antiguos y pasados dias ,
Tiene lago que boja su aparencia Donde tullidos , cojos , mancos , sanos ,
Catorce leguas de circunferencia. Cada cual se valia de sus manos.
Entremetido pues en estas breñas Mas ya no hallareis tales mozuelos ,
Para principiar el mal que piensa , En escuela de Marte ni Minerva ,
Hizo canoas grandes y pequeñas , Pues todos huyen destos desconsuelos ,
Formando su guarida mas estensa ; Y dicen que las flechas tienen verba ;
Porque si discrepase de las peñas Hay hojaldres , pasteles y buñuelos ,
El agua le sirviese de defensa , Hay botes y barriles de conserva ,
Con otras infinitas prevenciones Hay cedazo , harnero , y hay zaranda,
Que piensan fugitivos y ladrones. Y sábeles muy bien la cama blanda.
Desde las asperezas desta sierra For faltar pues entonces fuerte gente ,
Su gran rebelion continuando , Y usarse ya sonetos y canciones ,
Hacia mil asaltos por la tierra El Enrique se hizo tan valiente ,
Matando , destruyendo y abrasando ; Saliendo siempre con sus intenciones ;
Ejercitó con gran valor la guerra , Andando pues el indio delincuente ,
Con obra de cien indios de su bando , Causando semejantes turbaciones ,
Y un su capitán dicho Tamayo Y dando de valor bastante prueba
Que para ningun mal mostró desmayo Al gran emperador llegó la nueva.
T. IV.
50 JUAN DE CASTELLANOS .
El cual , por atraer á su servicio Acerca del perdon que represento
Este venturosísimo tirano , Tuvieron sus demandas y respuestas ,
Le perdonó cualquiera maleficio , Usando de comun comedimiento
Escribiéndole carta de su mano : A los cristianos bizo grandes fiestas ;
Donde se le mostraba muy propicio , Hizo de capitanes llamamiento ,
Si dejase furor tan inhumano , Diciendo : « buenas bulas son aquestas ;
Y donde no , si punto se detiene , No cumple ya dejallas de la mano ,
Se le dará castigo cual conviene. Pues las envía rey tan soberano .>>
Vino la carta para don Enrique , Vinieron todos con brazos abiertos
Porque el emperador ansi le llama ; A bien que tanto bien les ofrecia ;
Mas¿quién habrá que se la notifique El don Enrique hizo los conciertos
En todos los confines de la Ozama? Con la seguridad que convenia ;
Porque demás de no tener à pique Dejó las asperezas destos puertos ,
Al dicho , tiemblan todos de su fama ; Volvióse do primero residia ,
Teníanlos por trabajosos lances , Su vida fué después vida segura ,
Y echaban mil juicios y balances. Y ansi se concluyó guerra tan dura.
Como trajo la carta de clemencia De los de mas pesados movimientos ,
El capitán Francisco Barrio-Nuevo , El negro Lemba fué principalmente
Hombre de gran valor y gran prudencia , Que juntó negros mas de cuatrocientos ,
A quien el riesgo fué de poco cebo , Acaudillándolos varonilmente ;
Habló con los señores del audiencia , Fué negro de perversos pensamientos ,
Diciéndoles « la carta yo la llevo , Atrevido , sagaz , fuerte , valiente ,
A mí me viene bien este viaje , Y en su rebelïon de muchos años
E yo quiero hacer este mensaje . » La tierra padeció notables daños.
De percebir oferta semejante Persona mal sabida, recatada ,
A los jueces altos no les pesa , En todas sus astucias otro Davo ,
Porque sabian ser hombre bastante En el asalto de cualquier entrada
Para tomar á pechos el empresa ; Diligente , feroz , erüel y bravo ;
Reconociendo dél de mucho ante Y en este nuevo reino de Granada
Que no fue gavilan de poca presa ; Tuve yo nieto suyo por esclavo :
Y concordes en estos pareceres , Muchacho, pero tales sus costumbres,
Le dieron los recados y poderes . Que me daba no pocas pesadumbres.
Por la mejor manera que convino , Pocas cosas habia dél seguras
Pertrechos necesarios proveidos , Por ser lobo cerval de gran destreza,
Seguia por la costa su camino En embustes , marañas , travesuras ,
Con treinta compañeros escogidos ; En astucias , cautelas y viveza :
Y dos meses gastó hasta que vino Una de las inas malas criaturas
A descubrir los indios recogidos , Que creo que formó naturaleza ,
Trastornando las cumbres y quebradas , Y antes de reventar mas demasías
Sin poder hallar rastro ni pisadas. Agua rápida dió fin á sus dias.
Después de tantos dias , cierto dia Sus fines no causaron desconsuelo ,
En unas espesuras donde estaba , Antes su desventura fué propicia ;
Todos los desta noble compañía Pues si viviera mas este mozuelo,
Oyeron una bacha que cortaba ; Segun iba creciendo su malicia ,
Tomaron por acechos esta guia Venciera las maldades del abuelo ,
Que con temores grandes los guiaba , A quien después mataron por justicia ;
Y por via de breñas importuna Alzóse después dél un Joan Vaquero,
Pudieron allegar á la laguna. El cual vino también á pagadero.
Aquí llegó con hasta diez soldados , Porque durante las rebelïones ,
Dejando los demás en la zavana : Cuya gran pesadumbre fué notoria ,
Vió indios en canoas bien armados , Hubo soldados diestros y varones
Que le hablaron lengua castellana ; Dignísimos por cierto de memoria :
De su venida fueron avisados , Pues allanaban estos tropezones
Y cuanto de la buena paz se gana , Gozando de grandísima vitoria ,
Que le llamasen luego su cacique , Haciendo siempre lances principales
Y que bien sabian ser el don Enrique . En aquestos guerreros infernales.
Sin muestra de ningun desasosiego , Uno destos que vamos relatando
Los indios con temor ó con recato Aunque con pluma ya poca liviana ,
Dijeron no poder cumplir su ruego , Se décia Fulano Villalpando,
Porque estaba de allí prolijo rato ; A quien llamaban barbas de zavana :
Mas Barrio-Nuevo hizo pasar luego Para cualquier trabajo nada blando ,
Para se lo llamar cierto mulato , Rojo, de proporcion algo mediana,
Y dadas las razones de quien era, Pero por bosques, cumbres, montes agros,
Determinó venir à la ribera. Hizo cosas que son como milagros.
Al tiempo que los dos se ven la frente De los que peleaban á su lado
En diferentes puestos y riberas , Podríamos hacer bien larga sarta ;
Quitaron los sombreros juntamente , Destos Joan Freyle fue muy afamado ;
Y el Enrique habló de sus laderas : Y en ver y rastrear viveza harta
Pase vuestra merced seguramente, Un Joan Rodriguez , otro buen soldado ,
Que aquí le serviremos muy de veras. » Que yo traté después en Santa Marta ,
Pasaron á la parte de sus tambos , Un Joan, canario negro , con su perro,
Y abrazos de amistad se dieron ambos. Que casi de razon no tuvo yerro.
Debajo de un mamey , árbol umbroso Otro buen capitan , hombre bastante
Que frutos á la vista representa, En la misma sazon , se dijo Vera ,
Se sentaron entrambos de reposo Que ninguno paso mas adelante
A la sombra y frescor que les contenta ; En la dificultad desta carrera ;
La carta del monarca poderoso Pero volvamonos al almirante,
Le dió con relacion de larga cuenta , Que grandes ratos ha que nos espera ;
La cual consideró por larga pieza , Y á él también esperan desafueros
Y puso luego sobre su cabeza. Que fueron de su vida los postreros.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA VI, CANTO I. 51
Estaban los vecinos sosegados , En Higuey, de quien va hecimos lista ,
Quietos en sus casas y viviendas ; Por Nicolas de Ovando fué justicia ,
Mas como donde quiera que hay letrados Donde por indio que habló de vista ,
No pueden faltar pleitos ni contiendas, Del rico Boriquén tuvo noticia ;
Variedades, procesos fulminados Pidió con gran instancia la conquista ,
Tocantes á personas y haciendas, Por ser empresa digna de codicia ;
En las furias del cual desasosiego Ovando se la dió , y á muchas gentes
Bravamente picaban al don Diego ; Condutas de conquistas diferentes.
De muchas eminencias paternales Porque cuando Haytí se combatia
Procuran los oidores despojallo : Habia caballeros generosos ,
Las causas y principios destos males Señaladísimos en valentía ,
Por no sabellos bien aquí los callo ;
Mas las informaciones fueron tales De mayores empresas codiciosos :
Ansi cada cual dellos pretendia
Que el gran emperador mandó llamallo , Conduta de gobiernos honorosos ,
El cual con obediencia comedida Para mejor probar su fuerte diestra ,
Puso por orden luego su partida. Y dar de su valor mas clara muestra.
Llegado pues á la real presencia , El comendador pues se determina
Tuvo con el fiscal grandes letijos, De dar do se conquiste gente rica :
Anduvo no sin grande diligencia , A Velazquez le dió la Fernandina ,
Y con enojos mas que regocijos : Y al capitán Garay á Jamaica :
De donde resultó grave dolencia , Ser desto cada cual persona dina ,
Y sin ver su mujer ni ver sus hijos Por larga prueba ya se certifica ,
Partió de los trabajos deste suelo : Y al Ponce de Leon , con largo mando ,
Déle Dios los descansos en el cielo . El Boriquén , á quien me voy llegando.
Fué lindo y avisado cortesano , En diez y siete y diez y ocho grades
De gratas y de nobles condiciones , Se suele computar altura deste ;
En miembros antes alto que mediano , Los diametros tienen prolongados
Gentiles y bien puestas proporciones ; Cincuenta y cinco leguas leste oeste ;
Murió como católico cristiano , Rodéala por puntas y por lados
Acompañándolo santos varones ; De belicosa gente brava hueste ;
Dió fin á sus trabajos y tormentos Hecho y fama tiene de guerrera ,
Año de veinteeyy seis sobre quinientos. Porque de los caribes es frontera.
Dejó hijos que hoy han acabado , Por treinta leguas hace sus desvíos
Cristóbal y Luis el heredero , De los Hayties ya conmemorados ;
Que vimos suceder en el estado , Van por su medio montes poco frios ,
Gentil y cortesano caballero ; Porque los aires son todos templados :
Puesto que por mujeres derramado , Vierten á todas partes dulces rios ,
Y en se saber valer no muy entero , Cuyas arenas son granos dorados ,
Por no dejar aqueste quien herede , Sus recodos , remansos , vertederos
Hijo de don Cristóbal le sucede. Abundan de riquísimos veneroș .
La vireina sintió por maravilla A la parte del norte Cairabone ,
El fin del marital contentamiento ; Que mas que todo agua multiplica ,
Si grandes llantos hacen en Castilla, Mas al oriente corre Tainiabone ,
En Indias increible sentimiento : Cuyas vertientes son de tierra rica ;
Fueron también las cuevas de Sevilla Otro también se llama Bayamone ,
Depósito del tal enterramiento , Y el que nombró Luisa la cacica ,
Y allí donde sus miembros fueron puestos Camuy , Culibrimas , y el Aguada ,
Dos dísticos pusieron como estos. De fértiles labranzas cultivada.
Hic maris Indorum præfectus conditur ille El Mayaguex al sur hace su playa ,
Ad quem pro meritis sors inimica fuit.
Munera percepil vivo concessa purenti; Y allá sus aguas Coriguex derrama ,
At cum divitiis tristiu fala simul. Al oriente demora Baramaya ,
Aqal yace el almirante Heredó, segun los tales, Jacagua , y el que dicen de Guayama ;
De la nueva monarquia , Los oficios paternales ; Macao , Guayaney y Guibayana ,
A quien, si bado podia , Pero con tantos vaivenes,
Lepuso menos delante Que en la herencia de los bienes Menos ricos que otros , segun fama ,
De aquello que merecia. También beredó los males. Pero ninguno dellos falto de oro ,
Y en todas sus riberas gran decoro.
ELEGIA VI. Teniendo pues Joan Ponce preparada
Su gente con poderes que le dieron ,
A la muerte de JOAN PONCE DE LEON, donde se cuenta En seguimiento fué de su jornada ,
la conquista del Boriquén, con otras muchas particu- Con lenguas de Hayti que lo siguieron ;
laridades. Y porque por San Joan fué su llegada ,
San Joan de Puerto - Rico le pusieron ;
CANTO PRIMERO. Desembarcó la gente que traja
Voz de mi ronco pecho , que profesa En playa y arenal de una bahia.
Grandes cosas en versos apacibles , La tierra se mostró de buen talante ,
Desea perfecion en su promesa , Para tales designios conviniente ;
Con muertes de varones invencibles ; Gran cantidad de indios ven delante ,
E ya Joan Ponce de Leon da priesa Que salen á mirar la nueva gente ,
Con hechos que parecen imposibles ; Pacífico mostraban el semblante ,
Pues tuvo, como fué cosa notoria, Sin muestra ni meneo diferente ,
En muy menos la vida que la gloria. El rey Agueibaná también venia
Con una madre vieja que tenia.
Este hidalgo fué cual le convino
A la Belona fiera y à sus artes , Llegaron á la playa conocida ,
Y con el gran Colon hizo camino Hablaron á la gente que llevaba ,
Debajo de guerreros estandartes ; Regocijáronse con la venida ,
En aquella segunda vez que vino Segun en los aspetos se mostraba ;
A los descubrimientos destas partes , Y con las mismas muestras los convida
Señaló grandemente su persona Joan Ponce que con lenguas les hablaba ,
Diciéndoles venir aquellas gentes
En allanar la gran Anacaona.
Para ser sus vecinos y parientes.
52 JUAN DE CASTELLANOS.
Respondieron que vengan norabuena , Son sus vecinos gente bien lucida ,
El rey y madre vieja que ya digo , Nobles , caritativos , generosos ;
Pues amistad fiel nunca da pena Hay fuerza de pertrechos proveida ,
A quien pretende ser fiel amigo ; Monasterios de buenos religiosos ,
La cual de parte dellos será llena , Iglesia catedral muy bien servida,
En paz , conformidad y buen abrigo , Ministros dotos , limpios , virtuosos ;
Con lo demás á esto convenible , Fué su primer pastor y su descanso
Sirviéndolos en todo lo posible. Aquel santo varon Alonso Manso :
Como reconocieron destas gentes , Varon de benditísimas costumbres,
Tan blandas y sinceras voluntades , En las divinas letras cabal hombre ,
Dieron algunos dones y presentes Dignisimo de mas escelsas cumbres ,
Para mas confirmar las amistades ; Merecedor de mas alto renombre ;
Al menos á personas eminentes , Su nombre denotaba mansedumbres ,
O mas aventajadas en edades , Y ansi midió sus obras con su nombre ;
Y a madre é hijo largo catecismo , Fué de menesterosos gran abrigo ;
Para que recebiesen el bautismo. Porque lo conocí , sé lo que digo.
A estos nuestra fe se notifica , Fundó Caparra pues año de nueve
Prestando para todo buen oido ; Joan Ponce de Leon , hombre bastante ;
Pusieron doña Inés à la cacica , Mas cuando por lo dicho la remueve ,
Joan Ponce de Leon al convertido : Serian doce años adelante ;
La paz y el amistad se fortifica , Y por cumplir mi pluma lo que debe ,
Sin muestra de tener amor fingido , Diremos otros pueblos , Dios mediante ,
Y estos les descubrieron minerales Que fundaron entonces los primeros ,
De oro de riquísimos caudales . Aunque los menos fueron duraderos.
Formaron leves ranchos , cañaveras Después al noroeste de Guayama ,
Compuestas y ligadas con bejuco , Rio que tengo ya conmemorado ,
Taláronse los montes de riberas , En un sitio , que Cuanica se llama ,
Que por acá llamamos arcabuco ; Tuvieron otro pueblo fabricado :
De las cuales no fueron las postreras Bahía , pero tal que , segun fama ,
Las de Manatuabon y de Cibuco , Es la mejor de todo lo criado ;
Do fueran tan riquísimos veneros , Fundólo don Cristóbal do decimos ,
Que no podrán creer los venideros. Que en el Sotomayor que referimos .
El oro sus veneros mas abona Mas donde manifiestan mis escritos •
A la siniestra mano y á la diestra ; No comportó la gente ser poblada ,
Joan Ponce va ganando gran corona Por ser tanta la copia de niosquitos
Entre los indios y entre gente nuestra ; Que nunca se vió plaga tan pesada ;
Ansi quiso llevar por su persona Y ansí , vencido ya de tantos gritos ,
Al gran comendador tan rica muestra ; La pasó don Cristóbal al Aguada ,
Pero cuando llego halló ser ido , Que es al oeste norueste desta via
Y don Diego Colon recién venido. Con nombre del renombre que él tenia.
Fué su primer venida la que digo , Aquí y en todas las demás distancias
Y á vueltas del consorcio virtuoso Servian indios por repartimientos ;
El don Diego Colon trae consigo Habia fertilísimas estancias ,
Un Sotomayor, hombre generoso ; Y en ellas españoles muy contentos :
Don Diego se le daba por amigo , Crecian cada dia las ganancias ,
Por ser hijo de conde valeroso , De oro caudalosos nacimientos ,
Y el rey á este por le hacer bienes En Quiminén ,Guainea y Horomicos ,
Dió la gobernacion de Boriquenes. Duyey y Cabuin , rios bien ricos.
Del cumplimiento destas provisiones Huye la chisme , cesa la conseja ,
Escusóse Colon por ciertas vias , Crece contento , nace regocijo ,
Y á Joan Ceron nombró por ocasiones Sin olor ni barrunto ni semeja
Que no faltaron en aquellos dias : De guerra ni contienda ni letijo ;
Debajo de las cuales intenciones Asegurándolos la buena vieja ,
Nombró por alguacil à Miguel Diaz , Y el buen Agueibaná su noble hijo :
De quien hemos tratado largamente Los indios mas feroces y mas bravos
En parte del bistoria precedente. Servian mucho mas que los esclavos.
Volvióse pues Joan Ponce despojado Gozaba , como digo , nuestra gente
Al Boriquén que vamos allanando ; De riquezas , contento y alegría ,
Pero muy poco tiempo ya pasado , Con el Agueibaná , varon prudente ,
El rey le mandó dar el dicho mando , Por quien toda la tierra se regia ;
Siendo de sus servicios informado Murió la madre , y él de muy doliente
Por larga relacion del buen Ovando , Vido también su postrimero dia ;
Y el Sotomayor fué favorecido Al heredero , pero, no le plugo
Del Joan Ponce después de proveido. Sufrir ni tolerar tan duro yugo.
Y ansí , con cortesano cumplimiento , Algunos españoles mal regidos,
De justicia mayor le dió renombre , Fiando de las viejas amistades ,
Y al rey Agueibaná en repartimiento , Andaban por mil partes divertidos ,
Fundado pueblo , dicho de su nombre ; En sus estancias , minas y heredades ;
1 Pero después diré con lo que cuento Casi que para siempre despedidos ,
La grande desventura deste hombre , De cualesquier rebeldes novedades ,
Que fué causa de muchos otros daños Aunque dias atrás , obra de un año ,
Que sucedieron en aquellos años. Negocio sucedió no poco estraño.
Con el primer consorcio castellano, El cual aconteció por esta via :
Bien lejos de la mar y malos puestos , Un mozo, Joan Suarez Sevillano ,
A Caparra fundó , pueblo mal sano , A sus solas se fué , no sé qué dia ,
Donde todos audaban indios puestos : A casa de un señor , cruel tirano :
Al cual mucho después le dió de mano Aimanio , segun dicen , se decia ;
Y le buscó lugares bien compuestos , Y este mandò prender aquel cristiano
Junto de Bayamon que lo bastece , Para jugallo , y después del juego
Y donde de presente permanece . Quien lo ganase to matase luego.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA VI, CANTO I. 33
Es sujuego pelota saltadera, Como si por la plaza de gran gente ,
Grande , de cierta pasta ternecilla , Sin ser de los autores avisada ,
Tantos à tantos anda la carrera Soltasen algun toro de repente
En el batey ó plaza que se trilla ; Tomandola del caso descuidada ;
Y las rebazas son con la cadera , Y con aquel temor incontinente
Con hombros , con cabeza , con rodilla : Holgasen de la ver desocupada ,
Es toda la porfia deste marte Buscando cada cual una guarida
Que pase puesto de contraria parte. Do pudiese mejor guardar su vida ;
Para la tarde dejan la batalla , Ausí con el asalto repentino ,
Para que su frescor mas lo despierte , Ruïdos y alborotos del estruendo ,
Regocijándose la vil canalla , Se vencieron de tanto desatino ,
En que la joya fuese desta suerte , Que parte de los indios van huyendo ,
Cada cual deseando de ganalla Sin atinar á senda ni camino ,
Para perdella luego con la muerte , O ya mal tropezando , mal cayendo .
Y el afligido , triste , maniatado , Ya sin querer torcer pecho ni cuello ,
A Dios encaminaba su cuidado. Ya volviendo la cara para vello .
El cual trajo consigo cuando vino Otros también pusieron embarazos
Un paje que se dió no mala maña , De flechas y macanas atrevidas ;
Pues visto de los indios el desino , Destos vereis partidos en pedazos ,
La revuelta, la grita , la maraña , Cabezas abolladas y bendidas ;
Acogióse , mas no por el camino , Cortados piés y piernas, manos, brazos ,
Sino por el rigor de la montaña ; Que por aquel batey iban tendidas :
A Guarionex llegó todo lloroso , Tan grandes estrañezas se hacian
Do estaba Salazar el animoso. Que feroces leones parecian.
Diego de Salazar, que lo miraba, Aimanio que se muestra mas constante
Como persona que lo conocia , Con bravoso furor y lozanía
Luego le preguntó por qué lloraba , Al Salazar se puso por delante ,
Y cual era la queja que traia ; Y semejantes cosas le decia :
El indio le contó lo que pasaba " Aquí quiero yo ver , fuerte gigante ,
Del riesgo que su amo padecia ; Si te podrá valer tu valentía. >»
Y por echar á su valor el sello Cubriose Salazar con el escudo ,
Luego determinó de socorrello. Y apenas tan gran golpe sufrir pudo .
Vamos , le dice , pues en un instante , La macana segunda vez enhiesta ,
Antes que el miserable mozo muera , Y estando levantada ya la mano ,
Porque lo libraremos , Dios mediante. » Allegó Salazar con la respuesta ,
El indio rehusaba la carrera ; Que bien creo que fué de brazo sano ;
Mas con amenazallo fué delante , Pues para no caer nada le presta
Hasta llegar á ver la gente fiera , Haber sido , segun dicen , de llano :
Embarbascados en el ejercicio Con todos los demás quedó tendido
Para hacer el torpe sacrificio. No muerto , pero muy amortecido.
Encubrióse muy bien , por donde iba Los encuentros con esto se concluyen ,
Los puestos de los juegos acechando , A tiempo que los dos están cansados ,
Holgándose de ver la presa viva , Los enemigos ya se deminuyen
Y los que con placer andan jugando ; Por aquellas zavanas y collados ;
Su saña de los ver es escesiva , Ansi que , del lugar los unos huyen ,
Los labios con furor remordiscando , Y los otros están como pasmados ,
Diciendo yo prometo que si llego , Vuélvese Salazar , no por do vino ,
Que mi jugar baraje vuestro juego . »> Sino tomó derecho su camino.
Este hidalgo , que Salazar llamo , Con la gloria de triunfo merecido
En socorrer dijérades que vuela , Caminan estos dos mano por mano
Presto , lijero , suelto mas que gamo , Aimanio , que también quedó tendido
Mas vivo que la mas viva candela ; En si volvió cobrando seso sano ;
Y al indizuelo dió para su amo Y luego con clamor encarecido
En Guarionex espada con rodela , Mandó que le llamasen el cristiano ;
Mandándole que siempre lo siguiese , Caminan con presteza mensajeros
Cuando con mas furor arremetiese . Tras estos dos heróicos caballeros.
Llegó por el lugar mas ascondido Los indios caminando por la via ,
Con aquel fidelísimo vasallo , E yendo con el paso presuroso ,
Salió con un furor jamás oido , Vio Salazar la gente que venia
Tanto que no podré yo relatallo ; Que nada lo hicieron temeroso ;
Y hizo con sus golpes mas ruido Y puesta la rodela que traia
Que si fueran cincuenta de caballo , En ella se sentaron de reposo ;
Aquí y allí saltando como onza Deciale Suarez, que huyera;
Que para mayor salto se desgonza. El dijo : « huir no, ni Dios lo quiera.
Donde mas riesgo ve mucho mas osa , « Otra diez tanta gente no bastara
Mas bravo que la mas brava serpiente , Para que no hiciéramos acervos ,
Y en el arremetida furiosa Demás de que sabemos á la clara
Cortó las ligaduras al paciente ; Que son leones estos, y son ciervos ;
El cual , con el ayuda venturosa , Son ciervos peleando cara á cara ,
Cobró mayores brios de valiente ; Y si buís leones son protervos :
Aquello se le da que el mozo quiere , Bebed y descansad en esa fuente ,
Y dicele haced como hiciere . >> Dejad á mi con ellos solamente. >>
Ambos á dos comienzan á porfía Donde los dos hicieron su parada
A menear de veras las espadas , Llegó luego la gente que corria ,
Dando segun el caso requeria Dieron al Salazar el embajada ,
Profundas y crüeles cuchilladas : Segun les pareció que convenia ;
El golpe de la sangre que corria El , sin que rehusase la tornada ,
Henchia los caminos y calzadas ; Luego les respondió que le placia :
Aquí muertos vereis, allí caidos , Suarez contradijo sus intentos ,
Y todos de gran miedo poseidos . Diciéndole ser locos pensamientos.
34 JUAN DE CASTELLANOS .
Teniendo Salazar ningun recelo , Sufriendo pues aquestos naturales
Daba justificadas sus respuestas ; No pocas sinrazones insufribles ,
El otro con temor y desconsuelo Callaban por hallarse desiguales
Las manos á los cielos tiene puestas ; En armas aceradas y terribles ;
Y las rodillas ambas en el suelo , Piensan que son los nuestros inmortales ,
Le ruega huya cosas tan molestas . Y que también serian invencibles ;
Sino que pues bicieron buena suerte , Deseaban saber lo cierto desto
No volviesen en busca de la muerte. Debajo de dañado presupuesto .
El Salazar le dijo : « buen amigo, Queria ya pasar onceno año
En aquesta sazon y coyuntura Con el millar y medio que se saca ,
Yo no consentiré que vais conmigo , Cuando por remediar su grave daño
Pues que teneis la vida ya segura : Hicieron indios junta muy bellaca ,
Yo solo tengo de ir á lo que digo , Do tomó cargo deste desengaño
Puesto que lo juzgueis á gran locura ; Urayoán , cacique de Yaguaca ,
Seguro podreis ir de vuestra vida. Jurando no cesar con piés ni manos
Pues que teneis bien cerca la guarida. Hasta saber si mueren los cristianos.
Suarez dijo : « id donde quisierdes , Estando con intento tan acedo
Ya que, scñor , estais determinado , A sus promesas esperando lance ,
Que yo tengo de ir adonde fuerdes Pasó por allí Diego de Salcedo
Sin un punto faltar de vuestro lado , Sin gente que le fuesen en alcance ;
Para morir adonde vos murierdes , Urayoán se le mostraba ledo ,
Sin aflojar jamás deste cuidado ; Sin muestra ni señal del duro trance ,
Volvamos ambos donde nos atienden Haciéndole cumplida cortesía ,
Y alla veremos bien lo que pretenden. » Y dióle para ir gran compañía.
Al peligro que ya detrás dejaban Partióse con los indios advertidos
Ambos a dos volvieron juntamente , El que sin advertencia sale fuera ,
Do vieron que sin armas esperaban Mostráronsele todos comedidos
Inumerable número de gente , Al tiempo de pasar una ribera ;
Que todos con dolor acompañaban El cual por no mojarse los vestidos
Al Aimanio, llagado de la frente , Sobre sus hombros va , que no debiera ,
El cual desque bajó de la ladera Porque por ellos fué precipitado
Al Salazar habló desta manera : En lo mas peligroso deste vado.
<< Salazar, valeroso caballero , Viéndolo vacilar en ese punto
Tu pecho de temor todo se escombre , De mas de dos ó tres que esto hicieron ,
No queriendo negarme lo que quiero, El golpe de los indios vino junto,
Pues pido lo que puede dar un hombre ; Y un hora sumergido lo tuvieron ,
Y es que me tomes tú por compañero , Hasta que conocieron ser difunto
Con el valor y gracia de tu nombre , Y por hombre mortal lo conocieron ,
Que gloria me daran armas y damas , Aunque no lo tenian por tan cierto
Si me llamare yo como te llamas. >> Que creyesen estar del todo muerto.
Oidas semejantes niñerías , Y aun esperáronlo tercero dia
Respondió Salazar con rostro ledo : Por esperar al fin cuerpo ahogado ,
« Por conocer en ti mis valentías Hablábanle con grande cortesía
Y no morar en ti brizna de miedo , Pidiéndole perdon de lo pasado ,
Mi nombre, con las mas hazañas mías , Hasta tanto que el cuerpo mal olia ;
De buena voluntad te lo concedo ; Y cada cual quedó certificado
Mas para lo tomar con mejor mano Que no podia ser caso fingido
Sabras que te conviene ser cristiano. » Disimular un cuerpo corrompido.
El indio destas cosas informado Hecha desta manera larga prueba
Parecióle bien y fué contento , De que los españoles son mortales ,
Y ansi después de ser catequizado Al vil Urayoan llegó la nueva
Le dieron este santo sacramento : De parte de los indios desleales ;
Túvose de sus males por pagado Al mal Agueibaná también se lleva
En heredar aqueste nombramiento , Y a los demas caciques principales ;
Y los indios que Aimanio lo nombraban Convócanse los grandes de la tierra ,
Agora Salazar apeilidaban. Para hacer de veras esta guerra .
Volvierónse pues estos dos varones Agueibaná por ser el mas potente
Do estaban sus amigos y parientes , A todos los demás así convoca ,
Cargados de preseas y de dones , Porque la isla toda comunmente
Y bien acompañados destas gentes : Pendia del mandato de su boca ;
Gran amistad y grandes aficiones Urayoán llegó muy diligente ,
Mostraban sin zozobras diferentes ; Aimanio , Guarionex , Mobodomoca ,
Pero poco duraron en sosiego , Con otros principales conocidos
Segun, mediante Dios, diremos luego. Que del mismo furor vienen vencidos .
Y no me espanto destos pareceres
Ni de que sean malos sus concetos,
Pues ven diminuidos sus placeres
CANTO SEGUNDO, Y todos ellos andan inquietos ;
Y sus hijos y hijas y mujeres
Donde se trata el gran rebelion de los indios. boriquenes, y cosas que A servidumbre misera sujetos ,
pasaron durante la guerra. Pierden de libertad aquellos fueros
Que no pueden comprarse por dineros.
De pechos de pasion y dolor llenos Llegada pues aquesta compañía
A veces la paciencia se desvía ; En un universal ayuntamiento ,
Dos bandos que de paz están ajenos Agueibaná , que todo lo movia
Uno suele tomar mas osadía : Para perfecionar su mal intento ,
Viendo que su contrario tiene menos A todos les habló lo que sentia ,
Del mas que se pensaba que tenia , Haciéndoles un cierto parlamento
Su baja coudición hace mas alta Breve , mas por palabras bien compuestas ,
Después que reconocen esta falta. Las cuales en sustancia fueron estas :
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA VI , CANTO II. 3853
Si cesan los estremos de locura , No cumplia mostrarse negligentes
Si quien tiene razon sin razon stente , Los nuestros que roncaban de dormidos ,
Si memoria de bien antiguo dura, Por ser los boriquenes tales gentes ,
Ningun varon habrá que no lamente Que pueden ser á todos preferidos :
La grave sujecion y desventura Membrudos , fuertes , sueltos y valientes ,
Que todos padecemos al presente . En el acometer muy atrevidos ,
¡ Cuán afligidos , cuán atribulados , Tan bravos , tan crüeles inhumanos ,
Cuán muertos , cuán corridos , cuán cansados ! Que son bien menester entrambas manos .
Los dias y las noches padeciendo , Pues los caciques dichos convenidos ,
Servimos estas gentes estranjeras , Sin que cosa se huela ni se sienta ,
A mas andar nos vamos consumiendo Fueron á los asientos conocidos
En minas y prolijas sementeras , Al punto y á la hora que se cuenta ;
Y todos ellos andan repartiendo Y de los españoles divididos
Nuestros campos , zavanas y riberas , Mataron luego mas de los ochenta ,
Aquello que aquí siempre poseimos , De manera que en una misma bora ,
Y donde nos criamos y nacimos. Pagaron á sus amos la demora.
Cada cual de nosotros tiene dueño Agueibaná pagó con otro tanto
A quien reconozcamos obediencia , Al amo don Cristóbal , que servia ,
Y a todos cuantos males os enseño La cual muerte cantaron en un canto
No hacemos alguna resistencia ; De cierta borrachera que bacia ,
Antes como vencidos de gran sueño No siu admiracion ni sin espanto
Llevamos estas cosas con paciencia , Del hermana hermosa que tenia ,
Hasta dalles las hijas y mujeres Que con el don Cristóbal se holgaba ,
Para sus pasatiempos y placeres. Y le dió cuenta de lo que pasaba.
A la maldad y desvergüenza suya Durante pues el canto mal fundado ,
Como viles cobardes damos vado ; Un mozo , que se dijo Joan Gonzalez ,
No siento de vosotros quien concluya En entender la lengua señalado ,
En remediar negocio tan pesado ; Queriendo percebir aquestos males ,
Pues quién hay de los hombres que no huya Desnudo segun ellos y embijado ,
Siendo cornudo ser aporreado , Metióse con los mismos naturales ,
Sino nosotros , vil y baja gente , Y pudo conocer al descubierto
Que pasamos por todo blandamente ? Lo dicho por la india ser muy cierto.
> Pues decid , moradores desta tierra , Procuró de salirse del aprieto ,
Que dormís y roncais con pecho sano , Rodeado de plumas y poporos ,
¿Vosotros no sabeis qué cosa es guerra ? Y con aquel aviso de discreto ,
¿No nacistes las armas en la mano ? Ya fuera de los bailes y sus coros ,
No soleis alentaros por la sierra Habló con don Cristóbal en secreto ,
Mejor que si corriésedes por llano? Diciendo : «señor , ciertos son los toros ;
Pues ¿cómo falta ya quien nos acuerde Pareceríame muy buena cosa
El bien de tanto bien como se pierde? Que pongamos los pies en polvorosa.
Los caribes con sus ferocidades , No cumple dilacion ; porque yo juro
Que sombra nunca fué que los asombre, Que el esperar será gran desatino ;
Con tantas y tan feas crueldades Caminemos agora con escuro ,
Que tiembla de decillas cualquier bombre , Porque yo guiaré por tal camino
Tienen en mucho nuestras amistades , Que cada cual de nos vaya seguro
Tiemblan del Boriquén y de su nombre , Debajo confianza de mi tino . »
Y nosotros temblamos de doscientos El don Cristóbal dijo que se iria,
Cojos , tullidos , mancos y hambrientos . Pero de noche no , sino de dia.
Aquella vieja , mi bestial abuela , Eran con don Cristóbal seis cristianos
Y el insensato torpe de mi tio Que estuvieron la noche muy á pique ,
Nos hicieron creer cierta novela Siempre con las espadas en las manos
Que siempre tuve yo por desvario ; Y no sin sobresalto de repique :
Pero ya la verdad se nos revela Pero , claros los montes y los llanos ,
Por aguas del Guarabo nuestro rio, Mandó luego llamar á su cacique ,
Que no son inmortales los cristianos , Diciendole : « hacemos hoy viaje ,
Y que pueden morir á nuestras manos. Danos gentes que lleven el fardaje.»
» Por tanto , cada cual las haga prestas El indio respondió que le placia ,
Y del pesado sueño se despierte , Y trajo muchos indios bien dispuestos
Echese dos carcajes à las cuestas , Para la gran maldad que pretendia
Aliste con furor el arco fuerte ; Instrutos , avisados y compuestos :
Y sin otras demandas ni respuestas Partió la desdichada compañía
Mueran los enemigos mala muerte , Con los tamemes malos y molestos ;
Porque no puede ser mejor cauterio El Joan Gonzalez su salida tarda ,
Para la llaga deste cautiverio . >> Casi quedándose por retaguarda.
Movidos desta loca confianza , Aquel que la traicion mal la menea ,
Responden los caciques del alarde : Después que todos seis fueron partidos ,
Para poder tomar esta venganza , Tomó trescientos hombres de pelea ,
Conviene que ninguno mas aguarde ; En menear las armas escogidos ;
Porque la dilacion y la tardanza En seguimiento va de quien desea ,
Tanto peor será cuanto mas tarde , Por caminos y pasos conocidos ,
Y sean las primeras circunstancias Y el rey Agucibaná , mozo lijero ,
Matar á cuantos hay en sus estancias. » Al Joan Gonzalez alcanzó primero.
En esto quedan todos acordados , Díjole « dónde vas » , y dióle luego
Pospuestos todos miedos y temores , En la cabeza desapercebida ;
Y aun agora van determinados Del golpe de la sangre quedó ciego ,
De dar sobre sus amos y señores , Y antes que segundase la herida ,
Estando todos ellos descuidados Hincóse de rodillas , y con ruego
De semejantes riesgos y rigores ; Pide que no le prive de la vida ;
Que mala defension , que mal abrigo , El rey dijo , sintiéndolo tan flaco :
Seguridad en cas del enemigo . «Adelante , dejad este bellaco . >
56 JUAN DE CASTELLANOS.
Dejaronlo con harta pesadumbre , Habia pues en estos dos lugares
Quebradas las narices y las muelas , Al tiempo destas vueltas y marañas ,
Y á los demás les dieron certidumbre Varones pocos pero singulares ,
De su mal , pues les huellan ya las suelas : Que hicieron proezas y hazañas ,
Rostro hicieron á la muchedumbre , Mayores que los fuertes doce pares ;
Embrazadas espadas y rodelas ; Y aun se pueden tener por mas estrañas ,
Mas¿qué verán los pocos entre tantus , Pues no se ponen en aquestos cuentos
Que no sean mortíferos espantos? Fabulas , ni ficiones , ni comentos.
Rodean los trescientos combatientes Estaba Salazar en esta villa
El breve batallon de los cristianos ; En fuerzas y en esfuerzo señalado ,
Necesidad los hace ser valientes , Sin que faltase punto ni hebilla
Bien como numantinos con romanos : Para varon heróico y esforzado :
Derribanse narices , muelas , dientes , Gran siervo de la Virgen sin mancilla ,
Por el suelo vereis rendidas manos, Urbano , comedido , bien criado ,
Es la sangre que corre de manera Hubo también aquí Miguel de Toro ,
Que va tiñendo toda la ladera. Que fué de las victorias gran decoro.
Como toros en coso son heridos, En tierra firme y en sus asperezas
Por rostros , por espaldas y por lados , Mostróse con Hojeda gran guerrero ,
Por todas partes son acometidos , Y ansi , por sus hazañas y proezas
Todos traen los pechos traspasados : El santo rey lo hizo caballero ;
Ya casi muertos , pero no vencidos , Joan Lopez Adalid , cuyas destrezas
Ni de vender su vida descuidados , No merecen aquí lugar postrero ,
Quisiera don Cristóbal la venganza Porque sus tinos son atrevimientos
Del rey Agueibaná , mas no lo alcanza. No se podrán decir en breves tiempos.
El espada tenia ya cercana , Añasco , cuya fuerza nada mansa
Mas en ciertos bejucos estropieza , Al escuadron desprecia mas armado ;
Luego terrible golpe de macana Un Sebastián Alonso , que no cansa
Le hizo dos pedazos la cabeza ; Rompiendo lo que está mas reparado ;
Y el resto de la gente castellana Y aquel fuerte varon , Luis Almansa ,
Para postrer gemido se adereza ; Francisco Barrio - Nuevo , Joan Casado ,
Dieron los indios , aunque gente dura , Y aquel de color loro , Joan Mejia ,
A solo don Cristóbal sepultura. Cuyo loor no halla demasia.
Volvieron á buscar al Joan Gonzalez , Y un hombre de Alanis , natural mio ,
No para defension de su partido ; Del fuerte Boriquén pesada peste ,
Mas él entróse luego por breñales , Dicho Joan de Leon , con cuyo brio
De suerte que no pudo ser babido : Aquí cobró valor cristiana hueste ,
Obró Dios sus milagros y señales Trajonos á las Indias un navío ,
En escapar un hombre tan herido ; A mi y á Baltasar un hijo deste ,
Porque si la tal lengua pereciera , Que hizo cosas dignas de memoria ,
Aquesta desventura mayor fuera . Que el buen Oviedo pone por historia.
Huyendo de los ásperos escesos Pero Lopez de Angulo , cuya lanza
Que el rey Agueibaná con otros fragua , Hizo por escuadron ancho camino ,
Descubiertos los cascos y los huesos , Sin espantallo la mayor pujanza
Y a todas horas cantidad de agua , De batalla ni salto repentino ,
Rompió por arcabucos mas espesos , Donde no tuvo menos alabanza
Atravesando sierras de Jacagua ; Martin de Guiluz , noble vizcaíno ,
Salió por gobernar también su proa Fortisimo , lijero y animoso ,
A un heredamiento dicho Toa. Y en los trances de guerra venturoso .
Hallóse quince leguas mas avante También Joan Gil , que siendo mozo tierno
De lo que su juicio computaba , Todos sus hechos fueron soberanos ,
Gente nuestra halló bien ignorante Tantos , que tuvo destos el gobierno
De lo que la taf lengua relataba ; Dotado ya de dias nas ancianos :
Algun ángel llevaba por delante , Fué gran terror y espanto sempiterno
Que por tan buen camino lo guiaba ; De todos los caribes comarcanos .
Tuvo quien lo curó tan buena mano Hasta metellos en su propia tierra ,
Que desde á pocos meses quedó sano. Y á su costa bacelles cruda guerra.
Encendida la fuerza deste fuego En aquesta sazon y coyuntura ,
Por los modos que tengo repartidos , Otros valerosísimos soldados ,
Agueibaná, sin recebir sosiego , Que no sabré poner por escritura ,
Juntó diez mil gandules escogidos ; Estaban en los pueblos señalados ;
Y al indio Guarionex le mandó luego Do va Guarionex con gran soltura
Que los lleve por bosques ascondidos Con los indios que dije bien armados ;
A dar en aquel pueblo del Aguada , Y porque fué reencuentro bien reñido ,
Ya fuego y sangre dél no deje nada. Después os contaré lo sucedido.
Todos fueron muy bien apercebidos
Y confiados de su vencimiento ;
Los nuestros descuidados y dormidos ,
Que podrian ser todos hasta ciento , CANTO TERCERO,
En los dos dichos pueblos repartidos ,
Y ajenos del rebelde movimiento ,
Salvo Caparra , do por Joan Gonzalez Doude se cuenta cómo llegó GUARIONEX al pueblo dicho Montemayor
Joan Ponce supo todos estos males. sin ser sentido, y lo que mas sucedió.
No pudo Joan Gonzalez lo que quiso , Pocas veces se goza de despojo
Ni los que con él juntos han llegado , De fuertes enemigos advertidos ,
Pues por ser el negocio de improviso , Cuando contrarias gentes ven al ojo
Joan Ponce pudo ser el avisado ; Y no Hegan por pasos ascondidos ;
Y ninguno le pudo dar aviso Mas causan perdicion y gran enojo ,
A Sotomayor, pueblo descuidado , Si llegan sin que puedan ser sentidos ,
El cual Aguada es por otro nombre , Porque cualquiera asalto repentino
A quien dio don Cristóbal su renombre. Es causa de inuy grande desatino.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA VI , CANTO III. 57
57
Pues para lo que agora se procura , Con una nunca vista lijereza
Está Sotomayor muy ensotado , Escuadrones contrarios resistia ,
Entonces por ser poca la culura , Grandes fuerzas sacó de su flaqueza ,
De todas partes no bien escombrado ; Animo , corazon y valentia :
Antes montañas , selvas , espesuras , Por el mayor aprieto y aspereza
Lo suelen asombrar por cada lado ; De los mas atrevidos se metia ,
Y aquesto dio lugar à que viniese Diciendo do mas impetu sostiene :
El indio sin que nadie lo sintiese. << Salazar , Salazar es el que viene. »
Verdad es que , segun hemos oido , Con obras , con palabras y con fieros ,
A hombre que salió desta compaña " Hacia de victoria confianza ;
Un indecito niño , dicen , vido Sus golpes son tan llenos , tan enteros ,
Indios armados ir por la montaña ; Que no puede vivir quien él alcanza ;
Pero su dicho nunca fué creido , No se vido leon entre corderos
Y todos lo tuvieron por patraña , Hacer tan crudelisima matanza ,
Y ansi durmieron todos descuidados , Y no con menos bravo continente ,
El cual descuido fué por sus pecados. Peleaba también su flaca gente.
El acechado pueblo ven seguro , Al palo va venciendo nuestro hierro ,
Donde cualquier espía se convierte , A las macanas duras el cuchillo ;
Sin defensa de vela ni de muro , Avudaba también un cierto perro,
Ni casa que se pueda decir fuerte ; Llamado segun dicen Becerrillo ,
Esperaron al tiempo mas escuro El cual traia ya todo su cerro
Para mejor poder hacer la suerte , No menos colorado que amarillo ;
En partes repartidos allí junto , Del cual perro nos han contado cosas
Y macanas y flechas muy á punto . Que se pueden tener por espantosas.
Seis horas antes fué de la mañana , Viendo pues Guarionex su menoscabo ,
Cuando Morfeo mas se detenia Al Salazar dirige su corrida ,
En regalar la vista castellana Haciendo con los indios del Guarabo
Con una soñolienta melodía ; Una mas que crüel arremetida :
E ya la clara lumbre de Diana Resiste Salazar , y al cabo, al cabo
Sus doradas mejillas encubria , A todos los compelen a huida ,
Cuando la gente del protervo bando Dejando por el pueblo y á su puerta
El descuidado pueblo va cercando . Alguna cantidad de gente muerta.
En partes se reparten con sosiego , Aquestos enemigos ya vencidos ,
Sin alboroto , grita ni ruïdo , Esclusos y apartados de sus puertos ,
A las pajizas casas ponen fuego , Curaron los que estaban mal heridos
El cual con gran furor es encendido ; Y dieron sepulturas á sus muertos ;
Aqueste daño hecho , suena luego Procuraron de ser mas proveidos ,
Una terrible grita y alarido ; Huyendo de pasados desconciertos ,
Los gritos fueron tales y tan altos , Conoció no ser parte los que cuento
Que causaron pesados sobresaltos. Para permanecer en tal asiento.
Despertaron aquí los que dormian , Y ansi con ardides de prudente
De tales novedades alterados ; Viendo los pocos hombres que quedaban,
Las llamas á buir los compelian , Uno herido y otro mal doliente ,
Huyendo se hallaban mas turbados : Y riesgos que los mal amenazaban ,
Flechas , humos, calores , impedian Determinó llevar aquesta gente
Las espaldas , los rostros y los lados ; A Caparra do los demás estaban :
Las lumbres descubrian los engaños ; Parecer y balance de discreto ,
Mas eran causa de mayores daños. El cual luego pusieron en efeto .
Ansí como por campos rodeados , Desåsense de aqueste flaco gonce ,
En la caza , por muchos ordenada , Y el campo se partió con mal arreo ,
Que do quiera que huyen los venados , No con tiros de hierro ni de bronce ,
Hallan lebreles puestos en parada , Pues con espadas hacen el ojeo ;
Y son de todas partes acosados , Si deseaban verse con Joan Ponce ,
Sin que puerta le den desocupada, Joan Ponce tiene muy mayor deseo,
Aquí los muerden perros , allí gritan , El cual se congojaba con sospecha
Aqui caen , allí se precipitan ; De la destruicion que estaba hecha.
Ansí do cualquier dellos se convierte , Su gente dividir no convenia
Hay rodeo de gentes inhumanas , Por ser poca y el tiempo peligroso ,
Hay lazos , hay camino de la muerte , Y estando con penosa fantasía
Hay dardos , arcos , flechas y macanas , Por saber de los otros congojoso ,
Hay herida mortal , bay golpe fuerte , Allegó con la gente que traia ,
Hay para todo mal crueles ganas , Diego de Salazar el animoso :
Hay heridos aquí , y allí caidos , Los amigos difuntos lamentaron,
Aqui lamentacion y allí gemidos. Y pocos con los pocos se holgaron .
En esta confusion y batería Estando pues ansí toda la tierra ,
Cada cual Salazar apellidaba , Viendo tan peligrosa rebeldía ,
El cual de mal de bubas no dormia , De ocios y sosiegos se destierra
Y entonces con gran sueño reposaba. Joan Ponce de Leon como solia ,
Al fin lo despertó la vocería. Tornando con los suyos á la guerra
Saltando de la cama donde estaba , Con la poquita gente que tenia ,
No muy sobresaltado ni desnudo , En el número poca y aun doliente ,
Sino con el espada y el escudo . Pero maravillosa y escelente.
El toro madrigado sale fuera Nunca se vió vigor ni tales mañas
Encendido de sañas ó furores ; En tan breves escuadras y cuadrillas ;
Bien pueden hacer alta la barrera Sus vencimientos son cosas estrañas ,
Los mas sueltos y fuertes lidiadores ; Grandes y nunca vistas maravillas ;
Porque él hará bien ancha la carrera , Y tan heróicos hechos y bazañas ,
Do viere los peligros ser mayores ; Que soy muy poco yo para decillas ;
Recogió cojos , mancos y tullidos Porque , vencer ejércitos tan agros
De las posibles armas proveidos. Tan pocos , son misterios y milagros.
58 JUAN DE CASTELLANOS .
Al fin el Boriquén está pujante , En despidiéndose rayos febales ,
Dispuesto para toda competencia ; Y el nublo de la noche derramado ,
El español con animo bastante Al tiempo que descansan los mortales
Para vencer aquesta resistencia ; Vencidos del dulzor acostumbrado ,
Réstanos que pasemos adelante Salió de entre los suyos Joan Gonzalez ,
A lo que sucedió de la pendencia Desnudo segun indio y embijado
Entre los infieles y cristianos , Con arco fuerte, flechas y carcajes
Después que ya vinieron á las manos. Y la cabeza llena de plumajes.
Teniendo juntos pues los que ya digo , Llegó con el recato que convino ,
Que ciento y veinte son cuantos alcanza , Pasando por gran parte de la junta ,
Porque no se pasase sin castigo A la cual ocupó tal desatino
Una cosa tan digna de venganza ; Que quien lo vido nada le pregunta ;
Determinó buscar al enemigo Antes con nublos del bebido vino
Que estaba con grandísima pujanza , Ser indio de los suyos se barrunta ;
Y para gobernar sus pocas gentes Después que vió roncar toda la gente ,
Nombró cuatro caudillos escelentes : Volvióse con gracioso continente.
Añasco , Salazar , Miguel de Toro , Y sin cubrir la desnudez que tiene,
Almansa , cada cual esclarecido ; Segun necesidad de tal acecho ,
Sustancia de la guerra y el decoro Dijo : « todos están como conviene ,
De lo que puede ser encarecido ; Pues duermen como libres deste hecho . »
Pues segun rosicler sobre buen oro , Joan Ponce de Leon no se detiene
Lo fueron del ejército florido ; En ordenar los suyos á provecho ,
Entre estos cuatro generosos Martes , Tocando con los labios los oidos
Partió sus gentes por iguales partes. Para que no pudiesen ser sentidos .
Salazar capitan era de cojos , ་ Partió luego con todos sus soldados ,
Que él mismo por tal nombre se mostraba , Por escuadras y puestos repartidos,
Enfermos , desbarbados , mas no flojos , Piés seguros , quietos, sosegados ,
Sino gente que todo lo talaba ; En el acometer bien advertidos ;
Y ansi hicieron hechos ortodojos , Entraron por lugares señalados ;
Segun necesidad les enseñaba : Aquí, y allí, y allá suenan ruïdos
Ciervos para huir algun mal trance , Causando piés lijeros manos sueltas
Y perros para ir en el alcance. Mil gritas, mil marañas y revueltas .
Estando todos bien aderezados Lobos entran aquí por los rebaños,
Para lo llano , sierra y arcabuco , Por acullá leones los aquejan,
Fueron de ciertas indias informados Por todas partes hay crecidos daños ,
Que tomó Salazar en un conuco , Armas toman aquí, y allí las dejan ;
Estar copia de indios congregados No pueden atinar a los engaños ,
A la boca del rio Coayuco , Por aqui dicen ay, allí se quejan ,
Flechas , inmensas armas , atambores , Aqui dan cuchilladas, allí hieren ,
Y de caribes muchos valedores. Por esta parte matan, y allí mueren.
La era del Señor es estendida Nohay muertes que con muertes no seguuden ,
A tres quinientos y once desta cuenta , Caen gallardos mozos, caen canas ,
Cuando la hueste destos recogida Boriquén y caribe se confunden ,
Estaba donde ya se representa ; Suenan montes, collados y zavanas
Serian once mil en la partida , Con gritos y clamores que se hunden ,
Toda gente crüel , sanguinolenta , Huellan por arcos , flechas y macanas ;
Fornida de mortíferos pertrechos , Si huyen por aquí, por allí pican ,
Y dispuestos á mas crueles hechos. Aqui dan tropezon , allí trompican.
Estos y muchos otros repartidos Como nave siguiendo su carrera
Al Agueibaná sirven y respetan , Es de veloces llamas encendida ,
Los nuestros destas cosas advertidos Que el miserable nauta donde quiera
Muchas cosas consultan y decretan ; Halla su perdicion y su caida ,
Y fueron en efeto resumidos En fuego si no quiere salir fuera ,
Acometelles antes que acometan , En agua si salió perdió la vida :
Teniendo la presteza por segura , Arriba pena, confusion, presura ,
Por consistir en ella su ventura. Y abajo muerte, mal y desventura ;
Anda solicitud á todas velas , Ansí con estas mismas confusiones ,
Alistanse los fuertes morrïones , Si deste punto huyen de mal arte ,
Preparan las espadas y rodelas , Daban en mas terribles turbaciones ;
Lijeros coseletes de algodones; Si por aquí los hiere duro Marte ,
Los alpargates eran las espuelas , Por acullá crüeles escuadrones ;
Que no van en caballos ni trotores ; Muerte, fuerza, temor de cada parte ,
Guian la gente grandes adalides , Sangre, terror, dolor, tristes gemidos ,
Destrísimos en mañas y en ardides. Monton grande de muertos y caidos.
Aderezados pues desta manera , Ardiendo va la furia que no cesa ,
Caminan por montañas sin camino ; Las manos y los pies andan espertos ,
Con gran silencio pasan la carrera Cumpliendo cada cual con su promesa
Para buscar al bárbaro vecino; En ocupar lugares descubiertos ;
Vinieron a salir á la frontera , Finalmente, les dieron tanta priesa
Sin faltar á Joan Lopez su buen tino , Que se quedaron solos con los muertos ;
Atalayaron los que son espertos El español brioso , poco manso ,
Estando con los árboles cubiertos. Mas bien necesitado de descanso.
Esperaron la noche venidera Muertos los que de cuervos fueron cebo
En tácitos lugares recogidos , Tuvieron todos vigilante vela ,
Segun comun costumbre de la fiera , Sin escusarse viejo ni mancebo
Prestos los piés y atentos los oidos ; De dejar el espada ni rodela ;
Agueibaná hacia borrachera Hasta tanto que ya la luz de Febo
Alos que en su favor eran venidos ; Con sus dorados rayos los consuela :
Cantores en aquellos cantos diestros Comieron ; pero yo por estar harto ,
Cantaban ya la muerte de los nuestros. Remito mi manjar al canto cuarto.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA VI, CANTO IV. 59
El fuerte Salazar tocó su cuerno
Llamando los que están apercebidos ;
CANTO CUARTO , Recogió los que son de su gobierno ,
Mozuelos, medio mancos y tullidos ;
Pero como demonios del infierno
Donde se cuentan otras victorias que los españoles tuvieron en pacifi- En ser fuertes, osados y atrevidos,
cacion del dicho Boriquén. De Caparra salieron y sus puertos
Por ásperas montañas encubiertos .
Estremos grandes son de cobardía En confianza del favor divino
Temer y recelar en esta vida De partes descubiertas se desvían,
El peligro que por ninguna via Sin rastro ni pisada de camino
Tiene desaguadero ni salida ; Por el Joan de Leon todos se guian :
Rebate grandes riesgos osadía , El adalid guió con tan buen tino,
Buen ánimo restaura su caida , Que pudieron salir donde querian ;
El brio y el valor del varon fuerte Luego pasaron é hicieron alto
Suele hacer de mala buena suerte. Para poder sin riesgo dar asalto.
Esto mostró muy bien segun os muestro En un árbol pusieron atalaya ,
Joan Ponce con valor jamás oido , Desde donde mirando muy atento
Pues no supo temer hado siniestro Descubrió muchos indios por la playa,
Al tiempo que se vido mas caido ; Y dió la relacion con gran contento ;
Antes como diestrisimo maestro El mas flaco varon menos desmaya,
No quiso conocerse por vencido , Antes cobró brioso movimiento ,
Oso volver la rueda mal segura , Porque para medrar vian al ojo
Y dióle buen suceso su ventura. Donde poder tomar algun despojo.
Porque todos los indios congregados , Entraron todos ellos en consulta ,
Y los que por la isla mas habia El mozo desbarbado y el de calva
Quedaron desta vez tan hostigados Dieron sus pareceres, y resulta
Que no mostraban tanta lozanía ; Que para se hacer mejor la salva ,
Puesto caso que no tan desmayados Por la parte mejor y mas oculta
Que no piensen volver á la porfía , En la gente crüel diesen al alba ,
Mayormente la gente mas remota, Y ansí velaron todos con cuidado
Que nunca se hallaron en la rota. Hasta llegar el tiempo señalado .
Destos el uno fué Mabodomoca , La luz esclarecida de Diana
Que estaba con seiscientos compañeros Sus dorados cabellos recogia ,
Vaciándose muy largo de la boca Y Venus anunciaba la mañana
En confianza destos sus guerreros ; Que por pasos contados se venia,
Juntamente con él la gente loca Cuando la poca gente castellana
Hacia mil desgarros y mil fieros , Sobresaltó la dura compañía :
Burlandose del misero paciente Con piés lijeros y veloz espada
Por dejarse vencer de nuestra gente. Por dos partes ocupan la manada.
Destos los capitanes mas ufanos Comienzan los mortíferos conciertos
Consultaban sus falsos adevinos , Y golpes de clemencia despedidos ,
Hiriendo de los piés y de las manos , Huian por los montes los despiertos ,
Peor que con espíritus malinos, Despiertan los que estaban mas dormidos :
Diciendo : « vengan, vengan los cristianos, Aquí vereis caidos, alli muertos ,
Que aquí les barreremos los caminos , Por todas partes quejas y gemidos ;
Y venga Salazar con su cuadrilla, Revolvió sobre si Mabodomoca ,
Verá cómo le va con la rencilla. Y á su justa defensa los provoca.
Todas aquellas cosas que hablaban Acuden los gandules esforzados
Con aquellas robustas confianzas , Segun á bravos toros los alanos,
Supieron los cristianos donde estaban Danse terribles golpes y pesados
Haciendo sus castigos y venganzas ; Encuentros y rencuentros inhumanos ;
Informados de indios que tomaban De tal suerte que ya nuestros soldados
Por sendas ó caminos de labranzas , Habian menester entrambas manos ;
Y riendo decian : « compañeros , Mas en aquestas gritas y rencillas
A Salazar, á vos os hacen fieros. El Salazar hacia maravillas.
Respondió Salazar con gran paciencia : Joan Leon también, singular hombre,
Yo pues iré de muy entera gana, Andaba por aquellos escuadrones
Si nuestro general diere licencia Conformando las obras con su nombre,
Para que nos partamos de mañana ; Ambos á dos fortísimos leones ;
Porque será gran cargo de conciencia Haciendo los demás ganar renombre,
No ver qué quiera gente tan lozana ; En estas belicosas turbaciones ,
Y si menester es que mas lo ruegue Ensangrentados cuerpos y paveses
Con gran instancia pido no la niegue. » De los terribles golpes y reveses.
Luego Joan Ponce de Leon ordena Cuando la luz de Febo se presenta
Que vaya con la gente que allí tiene , Por las cumbres de montes ensalzados ,
Diciéndole : « señor, id norabuena Tenian muertos ya ciento y cincuenta
Como quien sabe bien lo que conviene ; De los indios que son mas señalados ;
Llegando, si pudierdes, sobre cena Viendo los otros burla tan sangrienta ,
Proveyendo de música que suene, A volver las espaldas son forzados ,
Pues el entrada menos peligrosa Los nuestros, por hallar algun buen lance,
Es cuando la comida se reposa. » A gran priesa seguian el alcance.
Respondió Salazar : « hora segura Aquel Joan de Leon un indio destos
Es esa, segun claro se nos muestra ; Acaso vió huir por cierta via ,
Mas el tiempo, sazon y coyuntura Dispuesto mas que todos los dispuestos
Es para tales cosas gran maestra ; En miembros, gentileza y gallardia ;
Vamos cubiertos por el espesura , El indio con dañados presupuestos
Guie Joan de Leon con mano diestra, Fingió que del Leon se retraia ;
Para que como viéremos hagamos Cebábase Leon por sus provechos ,
Después que juntos dellos nos pongamos .>> Viendo que lleva joyas en los pechos.
60 JUAN DE CASTELLANOS.
Por no perder aquella buena presa, Los trances rigurosos acabados
Con osadia mas que de valiente, Y el un indio huido y otro muerto ,
Tras de la caza va por la dehesa Vinïeron los dichos dos soldados
Sin que lo viese nadie de su gente ; A los demás que estaban en el puerto ,
El indio como vió puesta la mesa Adonde los hallaron congregados ;
Acudió contra él incontinente , Y puestos en buen orden y concierto ,
Diciendole : « repara, porque veas Trató Leon de sus inconvinientes ,
Quién merece mejor estas preseas. » No sin admiracion de los oyentes.
Cada cual de los dos iba lozano Mas no poquitas veces ponen miedo
Y al singular certamen no sin gana , A gentes valerosas españolas
El indio con sus dardos en la mano La fuerza , la soltura y el denuedo
Y con poderosisima macana ; Que tienen muchos indios à sus solas ;
Leon consideró con seso sano Que como valerosos à pié quedo
Que cumplia hacer rodela sana ; Ganan victoriosas laureolas ,
El dispuesto gandul se llegó junto Heles visto hacer hechos estraños ,
Al español que no le pierde punto. Y en nuestra gente no pequeños daños .
El indio con las mas fuerzas que pudo Y en tierra de Cubagua , que no callo
Despide de las manos en un dardo, Por ser de los guerreros la princesa ,
Pasó toda la tabla del escudo A hombres en la guerra hecho callo
Sin bastalle dureza ni reguardo , Ya vimos en llanísima debesa ,
Y entró hasta parar en cierto ñudo Siete indios à siete de caballo
Del sayo de algodon y duro fardo ; Quitalles los despojos y la presa ,
Y a no ser la herida tan al sesgo Con otra cosa no de menos fama
Joan de Leon corria harto riesgo. En un rio que Guárico se llama.
El cual procuró luego de alcanzallo Esto fué que Fernando de Baeza
Y dalle golpe lleno con el hierro ; Un indió vió que le mostró las suelas ,
Mas él buia como buen caballo , Y para lo coger en poca pieza
Acometiendo bravo como perro ; Al caballo hirió de las espuelas ;
Y cuando mas pensaba de cansallo , A él lijeros pasos endereza ,
Tanto mejor subiera por un cerro, Pensando de traello con pihuelas ;
Antes el español , como cargado El indio como ya lo vió cercano
De mas armas, andaba mas cansado. No rehusó parar en lo mas llano.
Libró los otros dos dardos galanos , El cual con valeroso continente ,
Apuntando con ellos mas al viso , Macana con dos manos esgrimiendo ,
Impetuosos ambos , pero vanos Se defendia valerosamente ,
Por esperallos con mejor aviso ; La lanza y el caballo rebatiendo ;
Vense los combatientes ya cercanos El español de vello tan valiente ,
Por querer uno lo que el otro quiso , Los labios con despecho remordiendo ;
El espada procura lo que resta, Arremetió con vana confianza ,
Y el indio la macana tiene presta. Pensando de llevallo con la lanza.
El cual en este caso mas agudo , Bien pensaba matallo de camino
A causa de ser menos impedido , Y quedalle también el brazo sano ;
Tal golpe dió por cima del escudo , Pero contrariamente les avino ,
Que casi lo privó de su sentido ; Pues el indio con ánimo romano
Mas esforzóse todo cuanto pudo , Dió de través un salto peregrino ,
Y apechugó con él amodorrido , Y quitóle la lanza de la mano ,
Pensando barrenallo por debajo ; El cual después de hecha tal ofensa
Mas el indio con salto se retrajo. Con la lanza hacia su defensa.
Estando cada cual con el desino Pues como ya la lanza le faltase ,
De poder sujetar contrario Marte , Y al indio vió también quedar intato ,
Un español llegó por el camino , Esperando la gente que llegase
Y un bárbaro también por otra parte ; Estúvose suspenso por un rato ,
El español al español se vino , Temiendo que el caballo le matase
El indio por el indio se reparte ; Por no valer entonces tan barato
Y como no lo tiene de costumbre , Como vemos al tiempo que esto cuento ,
Leon recebió grande pesadumbre. Que lo que uno valia cuestan ciento.
Pues viéndolo venir desta manera , Hernando de Baeza pues estanca
Dijo desde el lugar donde se halla , Por la causa que tengo declarada ,
« Pesar de mí , señor , teneos afuera , Esperando que llegue gente blanca
Mirando desde lejos la batalla ; De los comilitones del armada ;
Que no soy yo gallina ponedera , Allegó luego Joan de Salamanca
Ni me espantan cien mil desta canalla ; > Con Francisco Martin de la Bogada ,
Cubrióse del escudo con coraje , Y otros dos de caballo , buenos hombres
Y arremetió de veras al salvaje. Que ya no me recuerdo de sus nombres.
Descargó la macana levantada Llegados estos cuatro por la via
El indio por matar nuestro cristiano , Donde el dicho Baeza reparaba ,
Corren por ella filos del espada Vieron el indio que se defendia
Cortándole los dedos de la mano ; Con aspeto feroz y furia brava ;
La rodela quedó bien quebrantada , Y como con lozana gallardia
Y el dueño quedó del todo sano ; La lanza por el cuento blandeaba ,
Mas, como ya con brazos hacen guerra , Cada cual dellos á decir comienza :
La daga niuerto dió con él en tierra. ¡ Qué grande poquedad y qué vergüenza !
Grandísimo pesar tomó de vello Mas cada cual guardaba su caballo
El bárbaro segundo que venia , Al riesgo no queriendo ser anejos ,
Que quisiera llegar á socorrello , Y ansi , con intencion de lanceallo ,
Mas aquel español lo defendia ; Tiraronle las lanzas desde lejos ;
Por lo cual anduvieron al cabello , No pudieron herillo ni matallo ,
Puesto que no con tanta valentía ; Quedándose confusos y perplejos ;
Pues el otro quitado de por medio , Ansi que de las lanzas rebatidas
Huir le pareció mejor remedio. Tenia todas cinco recogidas .
13
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA VI, CANTO V.
Estando todos no sabiendo cómo Formaron una hueste poderosa
Sacar las lanzas del gandul guardoso , Con que cubrian campos y zavanas ,
Allegó por allí Luis Perdomo , Arreados de yerba ponzoñosa ,
Soldado diestro , suelto y animoso , Usada destas gentes inhumanas ;
Hombre para la guerra de gran tomo , Jamás se vido semejante cosa
Y en lances semejantes venturoso , De dardos , arcos , flechas y macanas
Natural de las islas de Canaria , Tan grande municion , tantos carcajes ,
Y de los antiquísimos de Paria , Tantas diversidades de plumajes .
El cual en gran manera se reia ; En las guerras espertos y avisados
Y no sin confusion destos cristianos , Serian quince mil los deste cuento ,
Se bajó del caballo que traia , Y todos por los trances ya contados
La lauza mal asida con las manos , Faltos de temeroso sufrimiento ;
Porque de manco ya no las tenia , Hizo de los caribes mas nombrados
A lo menos en ellas dedos sanos : El rey Agueibaná su llamamiento ,
Desta manera pues se fué llegando Y ansí como llegó la gente fiera
Su vida y la del indio reguardando. A todos les habló desta manera :
Afirmóse también de su postura « El bueno que procura valedores
El indio sin recelo del combate , Para se defender de malas gentes,
Tirandole dos botes con soltura , Debe tener en mucho los favores
Que luego Luis Perdomo le rebate , De sus vecinos , deudos y parientes ;
Y entró con él en esta coyuntura , Y en mas se preciarán cuanto mayores
No queriendo matar ni que lo mate , Y á su necesidad mas convinientes ;
Y anisi vinieron ambos á la lucha , Que la falta con tiempo socorrida
De cada parte no sin fuerza mucha. Conviene ser muy mas agradecida.
Cada cual dellos juega falsa treta , >>Considerando pues cuán á lo largo
Pues barren los hocicos la ceniza , Corre mi trabajosa desventura ,
El vestido las manos mal aprieta , Habeisme puesto todos en gran cargo
El que no tiene ropa se desliza ; Con amistad de fuerte ligadura,
Mas al fin el vestido lo sujeta , Por socorrer en tiempo tan amargo
Y a puño y bofeton lo martiriza ; Y en tan necesitada coyuntura ,
Sirviole después bien este captivo Que si nos falleciere y es ninguna ,
El tiempo que en el mundo duró vivo. No se puede tentar otra fortuna.
En otros muchos lances no reparo , » Y pues que vuestros bravos movimientos
Aunque por cierto yo vi grandes cosas , Son perpetuo terror de los humanos ,
Que podrán admirar si las declaro , Tanto que dellos son vuestros sustentos
Y me diere Dios horas espaciosas ; Y los manjares mas cotidianos ;
Mas quiérome volver à Zalazaro , Deseo que varones tan sangrientos
Pues vuelve con sus gentes victoriosas , No se nos escapasen de las manos ,
Heridos hasta dos o tres soldados , Para que desta vez se mate fuego
Y todos ellos bien aprovechados. Que nos causa mortal desasosiego.
Regocijados todos desta gloria Porque si desta vez no se destierra
Por pasos de caminos conocidos , Esta plaga y aquesta desventura ,
Llegaron á la villa ya notoria, También ha de correr por vuestra tierra,
Donde con honra fueron recebidos , Sin que podais tener hora segura ;
Congratulándose de la victoria No tiene de faltaros cruda guerra,
Que ganaron los cojos y tullidos , Infame sujecion y carcel dura ,
Con otras muchas mas que , Dios mediante , Porque para hartar su hambre loca
Podrán ver los letores adelante . Lo mas se les antoja cosa poca.
» Los ejemplos tenemos en las manos,
Con pérdida de nuestras vecindades ;
CANTO QUINTO , Pues, desque los hayties fueron ilanos,
Con nunca jamás vistas crueldades
Pasaron , como veis , à los cercanos ,
Donde se cuenta la pacificacion de toda la isla y la postrera batalla, Do so color de buenas amistades ,
donde todos los indios estaban juntos con grandes valedores de
caribes. Privan a todos de las dulces prendas ,
De hijos y mujeres y haciendas.
El que padece penas y dolores, >> Si desta suerte ya quedan los otros ,
Ajeno del descanso que tenia , Sujeto y acabado nuestro bando ,
Forzado de sus mismos sinsabores Es claro que ninguno de vosotros
Suele perder temor y cobardía ; Podriades quedaros alabando ;
Y ansi no pocas veces los temores Sino que victoriosos de nosotros
Engendran y producen osadía , Os seguirá furor no menos blaudo ,
Porque por remediar vieja querella Y aun á los de costumbres mas oscenas
Procuran de bebella ó de vertella. Acaso punirán con las setenas.
Movidos deste mal los boriquenes , » Ansí que , para vernos redimidos
Viéndose perseguir por tantos modos , De tantas aficiones y cuidados ,
Perdidas sus baciendas y sus bienes , Querria que si fuistes atrevidos ,
Quisiéronse meter hasta los codos , Seais mas atrevidos y esforzados ;
Asegurándose destos vaivenes , Los contrarios son pocos y tullidos,
O de una sola vez perderse todos , Aunque valientes y determinados ;
Queriendo mas morir por sus defensas Pero poco valdra su pesadumbre
Que ver y padecer tantas ofensas. Contra tan infinita muchedumbre. »
Para valerse pues contra los males Las gentes inhumanas y crüeles ,
De la guerra que tanto les apoca , Oida la razon de tantas penas ,
Hizo junta de indios naturales Respondieron allí por sus cuarteles
Agueibaná que todos los provoca ; Palabras de temores bien ajenas ,
Llegáronse señores principales : Con furia de grandisimos lebreles
Aimanio , Guarionex , Mobodomoca , Que por morder remuerden las cadenas ,
Y demás destas gentes en que estriba Encendidos de pestilente gana
Crecida cantidad de la cariba. De ya poder beber sangre cristiana.
62 JUAN DE CASTELLANOS.
La gente castellana, que velaba , » Si tiene parecer el hombre diestro,
Segun que tal peligro requeria , Este es mi parecer y mi sentencia ,
Ninguna cosa destas ignoraba Aunque deseo yo saber el vuestro ,
Por indios que tomaba cada dia ; Pues no teneis menor el esperiencia ;
Y por sus pocas fuerzas recelaba Y el que sintiere ser mejor maestro
Junta de tan proterva compañía ; Aquí para hablar tiene licencia ;
Pero con recelallos y temellos Pues no siendo razon del todo vana
Determinaron ir en busca dellos. Escucharémosla de buena gana. »
Y no sin aficiones y cuidados El número de aquesta compañía
Que suelen agravar esta balanza , Sin esceptarse dél mozo ni viejo
Llamó Joan Ponce todos sus soldados , En aquestas palabras se veia ,
Dignisimos por cierto de alabanza ; Como si fuera lumbre de un espejo ;
Y estando todos ellos congregados, Y ansi dijeron que lo que decia
Sin muestra de temor y destemplanza , Era necesarísimo consejo ,
Como varon en todo suficiente, Y lo que contenian sus razones
Me dicen que les dijo lo siguiente : Se conformaba con sus intenciones.
No creo que terneis por villania La voluntad de todos conocida ,
Decille que defienda su partido Que fué para tal caso convenible ,
A quien con tan suprema valentia Aderezose luego la partida
Me consta bien habello defendido ; Con cuanta brevedad les fué posible ;
Pues puede redundar en culpa mia Ochenta solos hacen la corrida
No ser en este caso proveido , Contra los quince mil, gente terrible ;
Para que à valor tan infinito Dudosos se harán á los humanos
Ayudemos siquiera con un grito. Tan altos hechos y tan soberanos.
>>Porque ansí como sobra de razones ¿Quién creerá vencer á tan gran Marte
Engendra confusion en los oyentes , Estatura de tan pequeño codo?
Ansí do quier que faltan prevenciones ¿0 cómo fuerza de militar arte
Suelen nacer cien mil inconvinientes , Para ello halló via ni modo ?
Que paren otras muchas ocasiones Mas peleaba Dios de nuestra parte ,
Por do suelen perderse muchas gentes , Que con su voluntad lo vence todo ;
Y mas en guerra y el contrario junto , Pues queda muy atrás valor humano
Do no conviene que se pierda punto. Donde pelea su potente mano.
» Movido pues , señores , deste celo , Era tenido Salazar en tanto
No sin vacilaciones varias , oso Al tiempo que esta guerra se trataba ,
Deciros que hollais ajeno suelo , Que el batey de los indios y su canto
Y teneis enemigo poderoso ; Con gran veneracion lo celebraba :
Que cumple no durmamos sin recelo , Su nombre les ponia tal espanto
Que conviene tener poco reposo , Que el indio mas soberbio mas temblaba ;
Que demos orden para que esta plaga Y en tiempo destas vueltas y rigores
Con menos riesgo nuestro se deshaga. Fatigábanio mucho sus dolores.
» Y cierto no conviene que los buenos , Pues como vió Joan Ponce que se halla
En riesgo del honor y de la vida , Esta persona principal tan flaca ,
Hagan cosas á poco mas o menos ; Y que para romper cualquier batalla
Sino por una regla bien medida , Cuanto mas flaco mas esfuerzo saca ,
De la cual los que fueren mas ajenos A ciertos indezuelos de canalla
Hallarán mas cercana la caida ; Mandó que lo llevasen en hamaca ,
Pues à quien corre sin mirar por dónde Y ansi con el reguardo conviniente
No siempre buena dicha le responde. De sus desnudos hombros va pendiente.
>>>Considerando pues la gran compaña Salieron luego para la conquista
De gente tan crüel y tan molesta , Con buena prevencion nuestros varones,
El desorden notable cuánto daña , Sin hallar tropezon que los resista
Un pesado descuido cuánto cuesta ; De tantas y tan grandes poblaciones.
Deseo que nos demos buena maña Finalmente , llegaron á la vista
En este postrer trance que nos resta , De los embravecidos escuadrones ,
Porque después gocemos sin zozobra Los cuales estuvieron muy atentos
Fructuoso trabajo desta obra. Riéndose de sus atrevimientos.
» Pues si nuestras zozobras tienen vado, Asentaron real, pequeño trecho
Como tengo de Dios la confianza, Del contrario sin grita ni ruïdo ,
Será vuestro trabajo conmutado Teniendo por espaldas un repecho
En vida de placer y de holganza , Que hacia lugar fortalecido ,
Y cada cual muy bien galardonado Para tales designos á provecho ,
De lo que el rico Boriquén alcanza ; De maiz , leña y agua proveido ;
Todo lo cual parece que asegura , El cual lugar les dió grande consuelo
Demás del gran valor , vuestra ventura. Por habello hallado tan á pelo.
» Esta conviene mucho que sigamos Como los nuestros pues allí viniesen
Huyendo del peligro los estremos , A hora poco mas de mediodía ,
No para que del todo los temamos , Para los provocar á que saliesen
Sino que con recato nos guardemos , Gran muchedumbre de indios acudia ;
Y para concluir lo que tratamos , Españoles querian que rompiesen ,
Antes que ellos nos busquen los busquemos ; Joan Ponce de Leon no consentia ;
Pues , jugando de mano , veces hartas Pero por ojear sobresalientes
Desbaratan á trunfos buenas cartas . Salieron hombres sueltos y valientes .
» Para ser de valor mas alentados, Salió Joan de Leon , mozo valiente,
Podeis encomendar á la memoria Pero Lopez de Angulo , Joan Mejía ,
Que en todos los rencuentros atrasados Mostróse Salazar tau solamente
Habeis gozado siempre de victoria , Que para mas licencia no tenia ;
Con hechos tan heróicos y esforzados Porque de tan gran número de gente
Que se les debe muy cabal historia , La principal muy bien lo conocia ,
Y no cumplir que pierdan los remates Salió Miguel de Toro, Joan Gonzalez
Hazañas tan subidas de quilates. Y hasta diez ó doce destos tales.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA VI, CANTO V. 653
Demás de que las armas iban prestas, »Iránse los caribes mal pesantes
Iban calzados de lijeras suelas , Por verse padecer trances tan duros ,
Llevan un arcabuz y tres ballestas , Dividiránse luego los restantes
Los demás con espadas y rodelas ; De libertad perdidos ya sus juros ;
Ya los indios de plumas mas enbiestas Tenémos los tan llanos como antes,
Aprietan , comodicen , las espuelas , Y por ventura harto mas seguros ;
Mataron en aquesta rociada Que no hicieran ellos tal mudanza ,
Tres ó cuatro de gente señalada. Si de volver tuvieran la esperanza.
Los indios que volvieron afrentados >>Por tanto, pues la gente queda sana
Causaron en los otros tai revuelta , Y libres ya del encendido fuego ,
Que revolvieron mas determinados Cenemos lo que hay de buena gapa,
Hasta doscientos , toda gente suelta ; Puesto que no durmamos con sosiego ;
Los españoles diestros y avisados Volvernos hemos luego de mañana ,
A nuestros escuadrones dieron vuelta , Que ganado tenemos este juego .
Pareciéndoles bien el primer lance Con esto reportó la compañía ,
Sin esperar mas riguroso trance. Y se volvieron todos otro dia.
Estando pues los nuestros en sus puestos , Y ansi fué que después los boriquenos
Cada cual dellos bien aderezado , Se quisieron reudir todos à una ,
Vieron entre estos indios bien dispuestos Los españoles vivos quedan buenos ,
Un indio grandemente señalado : Y la guerra les da pena ninguna ;
Las piernas y los brazos muy compuestos, Joan Ponce de Leon ni mas ni menos
En los pechos cemí de oro labrado , Gozaba de su próspera fortuna ,
Y segun en su traza representa En paz con su mujer y con sus hijos,
Debia ser persona de gran cuenta. En sus minas, estancias y cortijos.
Todos tenian pues la vista fija Trajeron grande copia de ganados ,
En aqueste gandul que parecia , Necesarios a todos menesteres ;
No sin alteracion algo prolija Vinieron á poblar hombres casados
Sobre saber de cierto quién sería ; Con sus familias, hijos y mujeres ;
Porque con las pinturas de la bija Varones diferentes en estados ,
De cierta ciencia no se conocia ; Ricos y caudalosos mercaderes ,
Mas en comun juraba gente nuestra Ocupan puertos varios navegantes
Ser el Agueibaná , segun la muestra. Y grande multitud de contratantes.
Durante por palabras la pelea Lucen y resplandecen los arreos
Entre los adalides principales , Que cubren las humanas proporciones ,
Dijo Joan de Leon : « quien quier que sea , Hay justas, juegan cañas hay torneos
Bueno será que pague tantos males ; Con grandes variedades de invenciones ,
Y no venga la noche sin que vea Satisfacen riquezas sus deseos ,
Las penas y tormentos infernales. » Vanse poblando nuevas poblaciones ,
El arcabuz tomó que va cargado , Las cuales conoci con gran provecho ,
Y por su rodelero Joan Casado. Pero ya muchas dellas se han deshecho.
Viendo que dos bajaban por la via Tenian de oro ricos nacimientos ,
Del fuerte do tenian sus pertrechos , De cosas necesarias gran hartura,
Ocurrieron los indios á porfia Hay grandes hatos, hay heredamientos ,
Y a tomallos a manos van derechos ; Hay por la isla toda gran cultura ;
Apuntó bien Leon a quien quería , Celebráronse muchos casamientos
Ydióle por el medio de los pechos ; Con damas de valor y hermosura ,
Cayó volcándose por aquel suelo , Y acuérdome de aquestos pobladores
Quedando los demás con gran recelo. Que dejaron algunos sucesores.
Pero con presuroso continente Gaspar y Garci Troche , principales
Asieron á porfia del caido , En estos regimientos y gobiernos ,
Sacandolo cargado prestamente Hombres en toda cosa tan cabales
De aquel lugar adonde fué herido ; Que del dicho Joan Ponce fueron yernos ;
Y ansi como lo vió la demás gente Francisco y Joan de Toro, y otros tales
Dieron terrible grita y alarido , Para cualquier peligro nada tiernos ,
Yéndose poco a poco retirando, Francisco de Alvarado, Diego Ramos ,
La muerte del cacique lamentando. Que por varon ilustre lo contamos.
Convierten el placer en duro llanto Diego de Cuéllar , Pedro de Espinosa ,
De verse reducir á servidumbre , Y con ellos Victor y Joan Guilarte ,
Y ansi decian todos con espanto Pedro de Mata que en cualquiera cosa
Aunque no lo tenian de costumbre : De honra no le daban poca parte.
O los poquitos destos valen tanto Castellanos, persona generosa
Como si fuese grande muchedumbre , En cuanta clara parte nos reparte ,
O han resucitado nuestros amos Y aqueste generoso caballero
Y los demás cristianos que matamos. » Fué después en la isla tesorero.
Confiados de fuerzas y soltura , Francisco de Mayorga, tan bastante
Quisieran muchos ir en los alcances , En todo cuanto puede ser nobleza ,
Pero Joan Ponce dijo ser locura Que ningunos pasaron adelante
Y desvariadísimos balances : Y pocos en posible de riqueza ;
@ Dejadlos ir , que es guerra mas segura ; Joan de Mayorga, hijo , semejante
Pues Dios nos lia librado destos trances , En discrecion , honor , virtud , proeza ,
Daldes lugar á bien llorar su muerto , Que vive , y es persona señalada
Que el rey Agueibana debe ser cierto. En este nuevo reino de Granada.
» Paréceme consejo muy mas sano, Persona de mí harto conocida ,
Por libertad de tan pesado Marte , Pues vi que en escuadrones de Belona
Las gracias dello dar al Soberano , Ha servido muy bien toda su vida,
Pues nos ha sucedido de tal arte Y sirve boy á la real corona ;
Que nos dió la victoria de su mano , Tiene mujer que tiene merecida
Siendo nosotros harto poca parte : Alabanza inmortal de su persona ,
Limosnas se harán y sacrificios Dicha doña María de Cazalla ,
Reconociendo tantos beneficios. Que soy muy poco yo para alaballa.
61 JUAN DE CASTELLANOS .
Ansimismo hicieron allí rancho Curóle Yahureibo la herida ,
Un Baltasar Cancer y Joan su hermano , Gozóso de tener tan buen captivo ,
En honor sin venille nada ancho No tanto por quererle dar la vida .
Dicho Ruiz Barrasa tuvo mano ; Cuanto por se servir dél siendo vivo ;
Hubo también aquel Francisco Joancho. Es el dolor del pié muy sin medida ,
Muy rico y caudaloso baquiano , Mas el del corazon mas escesivo ,
Alonso Manso, Baltasar de Castro , Por no se descubrir hora segura
Que de fama no dejan menos rastro. Ni cosa que no fuese desventura.
A Hernán Sanchez Alemán me llego , Pues la vil y proterva compañía
Hombre de gran valor y mucha suerte , Por las islas se fué regocijando ,
Al cual yo conocí ya medio ciego Segun comun costumbre que tenia ,
Con Joan de Vargas , otro varon fuerte ; Comiendo de los presos y matando
Ansimismo Garcí de Villadiego , La pieza que mejor les parecia ;
Y el triste que murió de mala muerte , Y por derecha via navegando ,
Cristóbal de Guzmán , y diré cómo , Llegó con buenos tiempos y zaborda
Por ser un caballero de gran tomo. En la isla que llaman Virgen- Gorda.
Puesto caso que estaba ya hollada En aquella sazon y coyuntura
La isla con sus indios todos llanos , Que llegó la compaña monstruosa ,
Era también á veces infestada Iba nuestro bidalgo sin ventura
De todos los caribes comarcanos ; Trabado de la yerba ponzoñosa ;
Y en diferentes tiempos salteada Y conociendo ser de poca dura ,
Con harta perdicion de los cristianos , Por dalle muerte mas calamitosa ,
Acometiendo con escuridades Mandaronlo poner en un madero
Los hatos , las estancias y heredades. Do todos le tiraron á terrero.
Y en las rebelïones desta tierra , En aquestos tormentos apartados
En un cierto rencuentro riguroso , De todo cuanto puede ser clemencia ,
Mataron , segun uso de la guerra , Los ojos á los cielos levantados
Un Cacimar, cacique poderoso ; Con suma devocion y reverencia ,
E Yahureibo , desta gente perra Demandaba perdon de sus pecados
Cacique por estremo belicoso , Armado de grandisima paciencia;
Quiso venir con poderosa mano Dió fin á los trabajos deste suelo
Para vengar la muerte del hermano. Para gozar descansos en el cielo.
En piraguas, que son como galeras , Pues no fué por entonces encubierto
Metió trescientos indios escogidos , Ser hombre de santísimas costumbres ,
Del Boriquén tomaron las riberas Y sus negras dijeron por muy cierto ,
Sin ser vistos , oidos ni sentidos , Presentes a las dichas pesadumbres ,
Acecharon caminos y carreras , Que en el mismo lugar donde fue muerto
Por las cuales van bien apercebidos , Aquella noche toda vieron lumbres ;
Al Daguao sus pasos encaminan . Quisieran ellas dalle sepultura ,
Y á las estancias que con él confiuan. Mas no lo consintió la gente dura.
Allí tenia principal estancia Una que quiso ser mas atrevida ,
Guzmán con cantidad de frutos varios ; Dicha Isabel , mujer de mas coraje ,
Seria media legua la distancia De golpe de macana fué herida
Del puerto do saltaron los cosarios ; Por uno del ejército salvaje ;
El Guzmán sin ninguna vigilancia , Al fin , cuando hicieron su partida ,
Ni miedo , ni recelo de contrarios , Lo mandaron echar al rebalaje
De tal manera , que por plaza rasa Del agua sin que nadie le tocase ,
Llegaron hasta le cercar la casa. Para que el agua misma lo llevase.
El resplandor del sol era salido Faltóles á los nuestros la paciencia ,
Cuando salió también la gente fiera , Entendida la nueva lastimera ,
Acudió con los suyos al ruido , Haciéndoseles cargo de conciencia
Por tomar un caballo , si pudiera ; No ir tras esta gente carnicera ;
Pero luego de yerba fué herido Y ansi se procuró con diligencia
En el primero pié que puso fuera , Efetuar con tiempo la carrera ,
Y como vido tantos al encuentro Pensando redimir aquel captivo
Parecióle mejor volver adentro . Que todos sospechaban estar vivo.
Mas los voraces indios inhumanos Para poder llegar á los confines
Tuvieron en entrar tal osadía , De los caribes fieros , atrevidos ,
Que vivo lo tomaron á las manos Aderezaron buenos bergantines
Con las negras é indias que tenia ; De cosas necesarias proveidos ;
Y de negros é indios mas cercanos Los soldados que llevan son insines
Para conier mataban á porfia , En militares artes escogidos ,
Maniatan los miseros captivos , Y fue por general en el armada
Y llevan á los muertos y á los vivos. Joan de Yucar , persona señalada :
Aquesta montería concluida Persona que de mi fué conocida ,
Y recogido todo lo restante , Con sus armas , banderas y estandarte ;
No dilataron mucho su partida Y ansi , si Dios á mi me diere vida ,
Por no cumplir en salto semejante , Diré mas largo dél en otra parte ;
Llevando con la gente recogida Los capitanes fué gente lucida ,
Al dicho don Cristóbal por delante , Entre quien la restante se reparte :
El miserable triste maniatado El uno dellos fué Joan de Avendaño ,
Y de rabiosos perros rodeado. Que me dió larga cuenta deste daño .
¡ Oh fortuna cruel ! ¡ oh hado ciego El cual anduvo bien este camino
Que tantas vueltas y revueltas fraguas ! Mostrando gran valor en la jornada ,
Pues llegados al mar lo meten luego Y este dia de hoy es mi vecino
En aquellas sus barcas ó piraguas ; En este nuevo reino de Granada :
Y por no les cumplir mucho sosiego Fué Benito Velazquez , hombre dino
Arando van las inquietas aguas , Que su persona sea celebrada ,
Con crecido caudal , con rica presa , Y ansimismo Limon ,, y Alberto Perez
Y de carnes humanas larga mesa. Consultores en estos pareceres .
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA VI, CANTO VI. 65
De muchos valerosos desta gente Metieron en la mar la gente perra ,
Pudiera hacer nómina prolija , Por mas asegurar que no se vaya ,
Mas agora diré tan solamente Los bergantines el proïs en tierra ,
Del capitán Alonso de Librija , Los nuestros divertidos por la playa ;
Que para todas cosas de valiente Mas los caribes hombres son de guerra ,
Su gran industria fué no menos fija ; Y el caribe feroz jamas desmaya ;
Y ansi dejemos el armada presta Hiciéronse después otras dos suertes
Para decir después lo que me resta. En pueblos , y no fueron menos fuertes.
Al tiempo que el cristiano se vestia
De mas victoriosas esperanzas ,
CANTO SESTO, El indio Yahureibo no dormia
Trazando mil maneras de venganzas ,
Donde se cuenta cómo llegó el armada á la Dominica, cómo cobraron Holgando de ver nuestra compañía
as negras de Cristóbal de Guzmán y muchas indias , y lo que mas Con unas descuidadas confianzas ;
sacedió, con otros saltos que después hizo YAHUREIBO en la isla de
SanJuan óBoriquén. Y ansí por tierras , y otros en piraguas ,
Les tomaron las tierras y las aguas.
Bien puede ser que el triste se consuele Tenia la bahía señalada
Con esperar socorro de algun bueno , Al lado promontorio montuoso ,
Mas comun opinion del vulgo suele Donde hizo poner un emboscada
Decir de pelo cuelga mal ajeno ; De gente de furor impetuoso ;
Pues aunque el singular á muchos duele , Y hizo por la mar ir en armada
Alli dolera mas do fué mas lleno , Con las piraguas capitán mañoso ,
Y este con mas solicitud procura Para que juntos dos caudillos diestros ,
Antidoto que pueda dalle cura. Por mar y tierra diesen en los nuestros .
Cristóbal de Guzmán mujer tenia , Efetuados estos pareceres ,
Señora de muy gran merecimiento , Que para su defensa convenian ,
Que doña Mayor Vazquez se decia ; Y gozando los nuestros de placeres ,
La cual con increible sentimiento Pues sin ningun temor se divertian
Gran cuantidad de gentes traia Alzó los ojos un Alberto Perez ,
Sin poder comportar detenimiento , Y vido las piraguas que venian ,
Ypara recobrar su dulce prenda Tiros mandó soltar en continente
Gastaba de sus bienes y haciendas. A fin de recoger toda la gente.
No pudo falta ser que no cumpliese Oida la señal que les espresa
Por orden y concierto convenible , Que venga cada cual y se reguarde ,
Sin querer reparar en interese , Acudieron los nuestros áà gran priesa ,
Con tal solicitud que es increible ; La mayor parte dellos algo tarde ;
Hizo pues que el armada se partiese Pues en ejecucion de su promesa ,
Con cuanta brevedad le fué posible , Yahureibo llegó con gran alarde ;
Llevando capitanes y sarjentos , Tanto que se juzgó por buenos fines
Soldados poco menos de doscientos. Cortar los cables à los bergantines.
En cinco bergantines artillados Por la mar se hicieron á lo largo
Partieron pues de nuestra isla rica , Las cuatro que pudieron evadirse ,
Y tres ó cuatro dias navegados Tomando todos ellos à su cargo
Llegaron á la de la Dominica , Con los de las piraguas combatirse ;
Do tomaron los indios descuidados , Mas Benito Velazquez , muy amargo ,
Segun la relacion nos certifica ; No pudo de la playa desasirse ,
Y ansi saltaron bien apercebidos Porque cargó sobre él tanta potencia
A la parte del sur sin ser sentidos. Que ya no le bastaba resistencia.
Puestos en tierra ya desta manera Defendianse bien los del espada ,
En un puerto de azufre nada falto , Daban crüeles golpes y pesados ;
Esperaron la noche venidera Mas era tan espesa la nevada
Para poder hacer algun buen salto ; De flechas y de dardos afilados ,
Encubiertos muy bien con la ribera Que de la gente noble mas granada
Y con sus atalayas en un alto , Le mataron allí treinta soldados ,
Esperaban el tiempo mas escuro Y el Benito Velazquez todavía
Para poder salir sobre seguro. Con supremo valor se defendia.
Seria media noche ya pasada , Al tiempo que el rebato sobrevino ,
Cuando con el recato conviniente Del puerto se halló muy apartado
En tierra salta gente bien armada , Un hombre trapanés , buzo marino,
Y el camino que llevan es patente ; En coger ciertas frutas ocupado :
Y ansí , poca distancia caminada , Al puerto revolvió ; mas cuando vino
En un pueblo se dió de mucha gente ; Viólo por todas partes rodeado ,
Y repartidos bien por sus cuarteles , Y por estar en peso la porfía
Tocaron la trompeta los fieles. Nadie lo pudo ver cuando venia.
Entraron los que estaban repartidos Viendo tan claro riesgo de su vida ,
Con gran solicitud y diligencia , Sin ballar por adonde se escapase ,
Recordaron los indios atrevidos Con sumas voces hizo gran corrida
Sin rebusar guerrera competencia ; A ellos , sin que punto reparase ;
Mas eran luego muertos ó rendidos , Pensando ser de gente mas crecida ,
Sin les bastar su viva resistencia ; Abriéronle lugar por do pasase ;
Tomaron grande copia de captivos Y como nada vido por delante ,
De los restantes que quedaron vivos. Se pudo zabullir en el instante .
Con manos prestas y con piés livianos Los indios , admirados deste hecho ,
Se recorrian los demás andenes , Miraban do salia por flechallo ,
Hallaronse preseas de cristianos Gran parte dellos puestos en acecho,
Y cantidad de los robados bienes ; Mas ninguno podia devisallo ;
Vinieron las tres negras à las manos , Porque fué por debajo tan gran trecho ,
Muchas antiguas indias boriquenes ; Que flechas no pudieran alcanzallo ;
Al puerto se volvieron manos llenas , Entre tanto Velazquez con gran brio
Y los caribes indios en cadenas. Pudo cortar los cabos del navío.
T. IV.
66 JUAN DE CASTELLANOS .
De la playa salió menoscabado , La india le decia que buyera ,
Y luego recogió , como debia , Mas él le respondió con lo que piensa :
Al trapanés , que estaba sobreaguado ; «Eso no me conviene , ni Dios quiera
Al cual no se le niegue que este dia , Que mi honra padezca tal ofensa ;
Como varon astuto y avisado , Ni te dejaré yo desta manera
Se valió del oficio que sabia ; Aunque sepa morir por tu defensa ;>>
El Velazquez , salido deste fuego , Y ansi del tal asalto descuidado ,
A la naval batalla se fué luego. No pudo salir bien aderezado .
Porque todos andaban á las manos Debajo de su fuerte confianza ,
Con la caribe gente monstrüosa : Viendo los enemigos estar dentro ,
Los bárbaros gallardos y lozanos , Salió con una espada y una lanza
Sin perder punto de ninguna cosa, A fin de resistir primer rencuentro ;
Y fatigados ya nuestros cristianos Mas fué demasiada la pujanza
A causa de la yerba ponzoñosa ; De los que le salieron al encuentro ;
Y aun el artillería no jugaba , Y con ver ante sí tan gran potencia,
Porque también la pólvora faltaba. No dejó de hacer gran resistencia.
La cosa de temor anduvo suelta, Vió luego con Chaquiras y Pomares
Acometiéndoles por todos lados : Gallardo capitán que los mandaba ,
De los indios también en la revuelta , Al cual atravesó por los ijares
Algunos pocos fueron derribados ; Con la lanza jineta que llevaba ;
E ya sin almacén dieron la vuelta , Hizo después bien anchos los lugares
Y es de creer también que de cansados , Por aquel escuadron de gente brava ,
Mas de los nuestros hecha bien la cuenta , Como toro feroz y madrigado ,
Faltaron de doscientos los cincuenta. Que por diversas partes es picado.
Este negocio desta suerte hecho , Fué tan feroz en el arremetida ,
Llevaron a San Joan el desengaño , Y la priesa que dió fué de tal suerte ,
Puesto caso que no con pié derecho , Que tuvieron por buena la huida ,
Pues á todos causó dolor estraño : Con temor de la sangre que se vierte ,
Fué de pocos quilates el provecho Mas no quedó seguro de su vida ,
En consideracion de tanto daño , Antes con certidumbre de la muerte ,
Y el Yabureibo , gran varon de guerra , A la cual en tres dias fué cercano ,
Otras veces corrió también la tierra. Haciendo diligencias de cristiano.
Porque pasada ya cierta distancia Deste pernicioso documento
En continuacion de su camino , La Luisa quedó muy mal herida ,
Dió con doscientos indios en la estancia La cual murió con buen conocimiento
De Martin de Guiluz , el vizcaíno ; Aunque era nuevamente convertida ;
Mas Sebastián Alonso con constancia Quedóle hasta hoy al tal asiento
De buen varon y de leal vecino , Su nombre, y es estancia conocida ,
Estando los dos mal , supo la nueva , Quedando de grandeza tan notoria
Y fué , para cobrar lo que le lleva , De gente solamente la memoria.
Con caballo veloz y dura lanza Después el Yabureibo tan molesto
Corriendo por aquella gran dehesa ; Continuaba tanto su venida ,
Antes que se embarcasen los alcanza , Que cada cual dormia por su puesto
Y les quitó los indios y la presa : Con grandes detrimentos de la vida ;
Deshizo su valor y su pujanza Ponian por la isla para esto
Redimiendo manjares de su mesa ; Gente de guarnicion apercebida ,
Alanceando muchos , y hiriendo Con Sancho de Aragon , diestro caudillo ,
Hasta la mar los iba persiguiendo . Y con ellos el perro Becerrillo.
Rompiendo varonilmente por ellos , Las furias y rigores desta llama
Con el gentil caballo do venia , Sosegarian hasta medio año ;
A muchos arrastró por los cabellos , Después de las estancias de Guayama
Y á los negros los daba que traia , Volvieron los caribes al engaño ;
Que los atasen por servirse dellos Ya Sancho de Aragon llegó la fama
En minas y en estancias que tenia , Cerca de do hicieron aquel daño ,
Entre ellos uno, ya varon anciano , El cual con el recado convenible
Que traia dos flechas en la mano. Vino con cuanta priesa fué posible.
El cual como se vió torcer la frente Ya cuando Sancho hizo su llegada
De fuerza que juzgaba no ser tierna , El escuadron feroz de gente perra
Determinó de dar á manteniente Grande presa tenian embarcada ,
Con ambas à dos flechas por la pierna , Quedándose los mas dellos en tierra :
Untadas del veneno pestilente , Anduvo la refriega bien trabada ,
Que el mas entero seso desgobierna ; Duraron los rencuentros de la guerra ;
Y el caballero viéndose herido , Mas los indios huyeron á las aguas
Mató de mala muerte su vencido. Para se guarecer en las piraguas.
Desbaratadas estas compañías , Al tiempo que el rencuentro mas ardia ,
Volvióse las heridas recelando , No poca parte fué para vencellos
Y desde á poco dió fin á sus dias El perro Becerrillo, que hacia
Con gran conocimiento , mas rabiando ; Pedazos las ijadas y los cuellos,
Acabaron sus grandes valentías , Y en continuacion de su porfía ,
Con grande compasion de nuestro bando , A nado por la mar entró tras ellos ,
Hizo cosas no dignas de tiniebla Do uno de los que él despedazaba
Fué andaluz y natural de Niebla. Lo hirió con las flechas que llevaba.
Demás desto que el verso certifica , Después que se sintió desta manera ,
Después de muchos dias , cierto dia , Y al que mal lo trató dejó sin vida ,
Dió gente, de la dicha Dominica , Volvió con brevedad å la ribera
Con el astucia y orden que solia , En busca de la gente conocida ;
En pueblo de Luisa la cacica , Como si de razon uso tuviera ,
Do estaba de presente Joan Mejía , Sentimiento mostró de la herida ;
Aquel fuerte varon , de color loro , Curaronlo quemándolo con fuego ,
Cuya muerte causó no poco lloro. Pero nada prestó , pues murió luego
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA VI, CANTO Vi . 67
No murió con rabioso desconcierto , Gran grita y alarido se condensa
Aunque fué del veneno pestilente ; Después que Yahureibo tocó cuerno ,
La falta deste perro causó cierto Encendido de furia tan inmensa,
Grandísimo dolor á nuestra gente ; Ansí como si fuera del infierno :
Y porque no se viese que era muerto , Tiros á tiros dan la recompensa ,
Lo mandan enterrar secretamente : A cuchillada golpe nada tierno,
Para los indios fué plaga terrible , Descalabró cabezas , quebró muelas ,
Y dellos se juzgó por invencible. Hizo pedazos manos y rodelas.
Después que esta desgracia les avino , Pero Lopez de Angulo como via
Supieron que la gente carnicera Aquel indio que tanto se estremaba,
Acia Vieque hizo su camino , Puesto caso que no lo conocía,
Pegada con San Joan, isla frontera, Ni ser el Yahureibo se pensaba ;
Do con humana carné de su vino Por refrenar tan suelta valentía
Hicieron una larga borrachera , Y poder quebrantar su furia brava ,
Y nuestra gente casi de improviso Salióle con sus armas al encuentro,
Alos de San Germán dieron aviso : Mas él no se retrajo mas adentro .
Pueblo do yo vi muchos moradores , Al singular certamen van dispuestos
Frecuencia de navíos y de barcas , Ambos á dos de juventud lozana ,
Grandes estancias por sus rededores , Mancebos, altos, sueltos , bien dispuestos ,
Ricas minas en todas sus comarcas : Y cada cual con increible gana :
Traté de sus primeros pobladores Para los golpes y respuestas prestos ,
Villanueva, Rincon y Sancho de Arcas, Uno con hierro y otro con macana ,
Jerónimo Fernandez de Virués , Rompen aquí y allí , y en breves puntos
Que hoy con vida hado sobreseés. Los dos leones fieros se ven juntos.
Mas esta guerra cuando se hacia Angulo le libró con el espada
Fué años atrasados desta gente . Un golpe de revés embravecido,
Y en San Germán entonces residia El indio rebatió la cuchillada
Cristóbal de Mendoza por tiniente : Con soltura y ardid jamás oido;
Señalado varon en valentía Y dió con la macana levantada
Y contra los caribes escelente , Golpe no de varon enflaquecido,
El cual por desear verse con estos Sino con violencia tal que pudo
Sesenta buenos hombres hizo prestos. Hacelle dos pedazos el escudo.
Embarcaronse pues con buen recado El Pero Lopez dél no se desvía ,
Y ganas de ballar los enemigos, Aunque el escudo fuerte vió deshecho ;
Nuestro Mendoza muy regocijado Mas antes con lozana gallardia
Por querer ir con él de los antiguos : A él encaminó salto derecho ;
Pero Lopez de Angulo , Joan Casado , Y como Yahureibo no huia ,
Joan de Leon , Quindós y otros amigos , Vinieron á juntar pecho con pecho ,
Porque tenia ya de tales lanzas Forcejando con piernas y con brazos ,
No vanas, sino ciertas esperanzas. Tanto que se hacian mil pedazos.
Llevaron para esto buena guia, Bien ansí como dos feroces perros
Y para su viaje tiempo hecho ; De natural furor estimulados ,
Llegaron á Vieque por tal via, O ya con las carlancas, ó sin hierros,
Que no pudiera ser mas á provecho, Sobre los piés traseros levantados,
Por tener la caribe compañía Erizados los pelos de los cerros ,
Las piraguas en un lugar estrecho, Dándose crudelisimos bocados ;
Donde por ser la boca recogida Y aunque dura gran rato la porfia
Podian estorbarles la salida. Ninguno dellos siente mejoría ;
Fué rato de la noche su llegada Ausí con la cudicia del trofeo
Guiando los navíos á las lumbres, Trabaja cada cual , y nadie medra;
La gente de los indios ocupada No quiere Yahureibo ser Anteo
En tierra con sus ritos y costumbres ; Con ser el Pero Lopez firme piedra :
Y ansí los bergantines del armada Los brazos á los cuerpos dan rodeo
Entraron sin ningunas pesadumbres , Segun á duras plantas verde yedra ,
Y sin que reparasen en las aguas Ninguno dellos piensa de rendirse ,
Les pudieron tomar doce piraguas. Ni quiere del contrario desasirse.
Acudieron los indios al ruïdo, Andando pues la lucha tan trabada
Segun suele venir gente tan fiera; No sin pelos de barbas y cabellos ,
Habiendo ya Mendoza proveido Con rodilla , puñete , cabezada ,
Gente para la mar y para fuera , Sudando ya los pechos y los cuellos,
A tierra sale bien apercebido Con arma de dos filos enastada
Tomando con cuarenta la ribera, Francisco de Quindós llegó sobre ellos,
Con buen ardid y grande diligencia, Y al falto de vestidos y de faldas
Puesto caso que no sin resistencia ; Atravesó por medio las espaldas.
Porque los bárbaros mozos y canos Pesó por el honor de lo que toco
Arremetieron duros y protervos, Al Pero Lopez desta su venida ,
Con lanzas y macanas en las manos, Y mucho mas de ver el modo loco
Bien como los lebreles á los ciervos , Que tuvo para dalle la herida ;
Ocomo contra pollos los milanos, Pues Yahureibo muerto, faltó poco
Oya de la manera que los cuervos Para que lo privara de la vida,
Se suelen abatina carne muerta, Porque como pasó de buena gana
Al tiempo que la bambre los despierta. Un poco le tocó la partesana.
Pospónense temores , huyen miedos , Aquestos duros trances acabados,
Nadie muestra señal de cobardía, Encuentros y rencuentros escesivos ,
Los indios con tan ásperos denuedos Los caribes quedaron mal parados,
Cuanto necesidad allí pedia ; De doscientos , ochenta solos vivos;
Pero los españoles no van quedos , Los cuales todos fueron maniatados
Pues cada cual del brazo sevalia, Quedando por esclavos y captivos ;
Con golpes y con puntas tan estrañas Diez heridos de los de nuestra suerte,
Que rasgan pechos, rompen las entrañas. Pero ninguno dellos fué de muerte.
69
.
DE
CASTELLANOS
JUAN
68
Con grillos, con cadenas ó tramojos Estos solos que el verso representa
Los indios en los barcos son metidos , Me pareció decir deste distrito ;
Mitigáronse mucho los enojos Pues corre ya la era de setenta
De los daños atrás acontecidos : Y nueve , do los pongo por escrito :
Con la presa volvieron y despojos Pues si de los demas hiciese cuenta ,
A donde fueron muy bien recebidos ; Sería proceder en infinito ,
Y los demás negocios desta gente Y nunca resumir en largos cuentos
Os diremos agora brevemente. Las vueltas y diversos movimientos.
Y porque de memoria no me fio,
En los demás vecinos no reparo ;
CANTO SETIMO , Pero sé que fué gente de gran brio,
Donde se cuenta cómo privaron del gobierno á JOAN PONCE DE LEON, el Y de necesitados buen amparo :
mal galardon que se dió à los valerosos conquistadores que hallaron Fué dellos un señor, amigo mio,
la tierra, las novedades que hubo después que Joan Ponce dejó el El nombre del cual es Francisco Caro ,
cargo, con otras muchas cosas hasta la muerte del dicho Joan Ponce. De quien os contaré con verdad pura
Una muy venturosa desventura.
Nunca jamás envidia se desvía Usando de virtudes y proezas ,
De la prosperidad mas eminente ; En guerra y paz se dio tan buena maña
Antes nacieron ambas en un dia Que granjeó gran copia de riquezas ,
Y entrambas van creciendo juntamente : Y quiso trasportallas en España ;
Envidia es universal espía Navegaba marinas asperezas
Que persigue la mas ilustre gente , Con gente que sus vias acompaña;
Y con mayor vigor en estas partes En dos buenos navíos proveidos
Compuso sus reseñas y estandartes. De cuanto cumple ser apercebidos.
Con la moderna gente que venia El mar que á movimientos es sujeto
Llegó gran cantidad deste veneno , Le volvia las ondas en llanura,
Que los mas buenos hechos deshacia, Dando seguras muestras de quïeto ,
Y nadie de sus bocas era bueno : Si pudiera tener hora segura ;
Antes cualquiera dellos pretendia Mas sin tormenta suple su defeto
Gozar sin su trabajo del ajeno ; Otra calamitosa desventura ,
El hombre vil y el mas soez de todos Pues cosa no se ve que no lo sea ,
Decia que venia de los godos. Aunque patentemente no se via .
Y ansi , fraudes , engaños y cautelas Fué pues que navegando reta via
Que trajeron algunos pobladores , Con prósperos aflatos el entena,
Contra Joan Ponce van à todas velas Llegada ya la clara luz del dia ,
Y contra sus primeros valedores : Cuando navegacion da menos pena ,
Ocuparon al rey grandes novelas Por la siniestra mano discurria
De parte de malditos escritores , Una poderosísima ballena ,
Y como los caminos eran largos, Y embistió con la nave desdichada ,
No pudo por entonces dar descargos . De semejante caso descuidada .
Al tiempo pues que estaban esperando Como quien deseoso del entrego
El galardon sus inclitos soldados , Alguna fortaleza contramina,
Privaron al Joan Ponce de su mando , Donde sulfúreos polvos pone luego
Quedando todos muy desconsolados : Sin temer los cercados la ruïna ;
La tierra repartió contrario bando Y con horrible trueno puesto fuego
Y quedaron ansi mas agraviados , Los saltea con muerte repentina ,
Por ver que se llevó la mejoría Y la velocidad es de tal suerte
El inútil que no lo merecia. Que mueren sin que sepan de qué muerte;
Mas esto no es en Indias cosa nueva , Con ímpetu tan fiero sumergido
Y siempre se será lo que fué antes ; Este navío fué por la sondura,
Tenemos destas cosas larga prueba , Sin le ser un momento concedido
Por haber visto muchas semejantes : Para poder llorar su desventura ;
Pues quien postrero va primero lleva , El descuidado y el apercebido
Mayormente malsines y chocantes , Tuvieron una misma sepultura ;
Con deudos y criados de jueces , Con velas de las naos van cubiertos
Que ya todo lo hinchen estas heces. Y amortajados antes de ser muertos.
No tienen ellos cuenta con el fuerte En aquellos mortíferos estremos
Ni con quien ha mejor al rey servido , La jarcia no los deja de revueltos ;
Y aun aquí Salazar quedó sin suerte, Otros , segun que ya dicho tenemos ,
Con que fué del jaez que habeis oido : En sinüosas velas van envueltos ,
Este varon murió cristiana muerte, Otros hicieron de sus brazos remos
De dolores de bubas afligido , Que desde la cubierta fueron sueltos ,
Armado de grandísima paciencia Y entre ellos con valor y esfuerzo raro
Y con examen largo de conciencia. Mostró bien ser quien es Francisco Caro.
Rigió después aquestas compañías Pidiendo va socorros á María ,
Un Joan Ceron , á todos odïoso , Como quien es su muy aficionado ,
Y ansí por tener cargo pocos dias Esforzando la poca compañia,
Los gobernó Rodrigo de Moscoso ; Que también como él andan á nado ;
Sucedióle por muchas demasías Llamóles al batel que ya tenia
Cristóbal de Mendoza valeroso , Entre marinas aguas anegado ,
Varon capaz , sagaz y diligente Diciéndoles : « pues es el viento manso
Y en todos sus designos escelente. Tenemos algun tanto de descanso .
A este por su bien el rey lo llama , » Este remedio es mas convenible
Sucediendo Velazquez licenciado , A males que de bienes son ajenos ,
Heredero de harto mala fama , Entre tanto que pena tan terrible
Y ansi deste gobierno fué privado ; Procuran remediar algunos buenos ;
Vino después Antonio de la Gama , Pues la gente demás es imposible
En estas partes hombre señalado ; Que de su vista no nos eche menos ;
Luego Pedro Moreno tuvo mando , Y si , como pensamos , es aquesto ,
Y después deste Manuel de Olando . El remedio tenemos aquí presto .
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA VI , CANTO VII. 69
Admirada la nave compañera El rey nuestro señor , que bien sabia
Deste desparecer tan repentino , Sus servicios , proezas y valores ,
A gran furia batel echaron fuera , Luego le concedió lo que pedia
Y para ver qué fué hacen camino : Con otras mas mercedes y favores ;
Hallaron estos ya de tal manera , Por las cuales Joan Ponce prometia
Que fué la brevedad cual les convino ; De le hacer servicios muy mayores ;
Pues , aunque el mar estaba de bonanza , Y para los efetos deste cargo
Peligro prometia la tardanza. De los bienes ganados gastó largo.
Aquellos miserables afligidos De gentes y pertrechos proveida
Templaron su dolor con la venida , Aderezose luego grande armada ,
Por estar todos ellos poseidos Pusieron en efeto la partida
De gran desconfianza de la vida ; Para muerte de muchos deseada ;
Fueron pues en la nave recebidos La tierra se tomó de la Florida
Con el que desde España no me olvida Con un escaramuza muy trabada ,
A quien escribo cartas , y reescribe, Por venir á la playa los floridos
Y viva muchos años como vive. En su defensa bien apercebidos.
Vuelvo pues à Joan Ponce , poderoso Son los floridos todos bien dispuestos ,
En los dones de Juno y de Belona , Membrudos , recios , sueltos , alentados ,
Que de mayor empresa codicioso , En todas proporciones bien compuestos ,
Y de servir à la real corona , En los arcos y flechas muy usados ;
Nunca quiso jamás tomar reposo Son en sus armas sumamente prestos
Pudiendo ya gozallo su persona ; Y en las peleas nada descuidados ,
Y ansí fuera del cargo de justicia , A los contrarios van viejos y nuevos
Quiso sacar á luz esta noticia. Como las bestias fieras à sus cebos.
Entre los mas antiguos desta gente No nada con tal impetu sirena ,
Habia muchos indios que decian Ni por las bravas ondas tan esperta ,
De la Bimini , isla prepotente , Pues cada cual y no con mucha pena
Donde varias naciones acudian , Entre voraces peces se despierta ;
Por las virtudes grandes de su fuente , Matan en alta mar una ballena
Do viejos en mancebos se volvian , Para la repartir después de muerta ,
Y donde las mujeres mas ancianas Y aunque ella se zabulla , no se ciega
Deshacian las rugas y las canas. El indio , ni de encima se despega.
Bebiendo de sus aguas pocas veces , No puede con sus fuerzas no ser flacas
Lavando las cansadas proporciones , Desechallo de encima las cervices ,
Perdian fealdades de vejeces , El indio lleva hechas dos estacas
Sanaban las enfermas complexiones ; De durísimas ramas ó raices ,
Los rostros adobaban y las teces , Y en medio de las ondas ó resacas
Puesto que no mudaban las faiciones ; Se las mete de dentro las narices ,
Y por no desear de ser doncellas La falta del resuello la desmaya ,
Del agua lo salian todas ellas. Y ansi la hacen ir acia la playa.
Decian admirables influencias Son las cazas y pescas sus usanzas
De sus floridos campos y florestas ; Y en aquesto consisten sus primores ,
No se vian aun las apariencias Aquí suelen poner sus esperanzas
De las cosas que suelen ser molestas , Los niños y mancebos y mayores ;
Ni sabian que son litispendencias , Ansi se curan poco de labranzas ,
Sino gozos , placeres , grandes fiestas : Y entre ellos hay muy pocos labradores ,
Al fin nos la pintaban de manera Sus usos á las noches y mañanas
Que cobraban alli la edad primera. Son mazas , arcos , flechas y macanas.
Estoy agora yo considerando , La tierra con verdores se matiza ,
Segun la vanidad de nuestros dias , Y desde lejos buen color esmalta ;
¡Qué de viejas vinieran arrastrando Pero si la hollais escandaliza ,
Por cobrar sus antiguas gallardías , Por ser de bastimentos toda falta ;
Si fuera cierta como voy contando En su mayor compás anegadiza
La fama de tan grandes niñerías ! Sin parte que podamos decir alta ;
¡ Cuán rico , cuan pujante , cuán potente Hay por estas distancias y caminos
Pudiera ser el rey de la tal fuente ! Cantidad de nogales y de pinos.
¡Qué de haciendas , joyas y preseas Desembarcaron pues recién venidos
Por remozar vendieran los varones ! En tierra que por ellos se desea ;
¡Qué grita de hermosas y de feas Pero gran cuantidad de los floridos
Anduvieran aquestas estaciones ! Apercebiéronse para pelea ;
¡Cuán diferentes trajes y libreas Y tan desvergonzados y atrevidos
Vinieran á ganar estos perdones ! Que cosa no se vió que mas lo sea :
Cierto no se tomara pena tanta Joan Ponce de Leon como valiente
Por ir á visitar la tierra santa. Puso también en orden nuestra gente .
La fama pues del agua se vertia Sin temor de fortuna mal aviesa
Por los destos cabildos y concejos , Salieron españoles al encuentro ;
Y con imaginar que ya se via Mas el que hizo mas brava promesa
En mozos se tornaron muchos viejos : Se quisiera meter dentro del centro ;
Prosiguiendo tan loca fantasía Porque los indios dieron tanta priesa ,
Sin querer ser capaces de consejos ; Que buyeron los mas la mar adentro ;
Y ansi tomaron muchos el camino Las voces de Joan Ponce con su hecho
De tan desatinado desatino. Por allí fueron de ningun provecho.
Al norte pues guiaron su corrida , Porque vió de su gente ya caida
No sin fortunosísimos rigores , Gran cantidad por uno y otro lado ,
Bien lejos de la fuente referida Los vivos todos iban de huida,
Y de sus prosperados moradores ; Sin que guardasen orden concertado ;
Mas descubrió la punta que Florida Él ansimismo de mortal herida
Llamó , porque la vió pascua de flores ; El un muslo tenia traspasado ,
Volvióse hecho tal descubrimiento , Y parecióle ser intento loco
Y pidiólo por adelantamiento. No irse retrayendo poco a poco.
20
70 JUAN DE CASTELLANOS.
Tenia de la dura competencia Mole sub hac fortis requiescunt ossa Leonis ,
Qui vicit factis nomina magna suis.
Traspasado de tiros el escudo , Aqueste lugar estrecho
Y procuró salir de la pendencia Es sepulcro del varon ,
Viéndose de los suyos tau desnudo ; Que en el nombre fué Leon
Al fin con perdidosa resistencia Y mucho mas en el hecho.
Embarcóse con todos los que pudo ;
Quedaron deste grande vencimiento
Los indios con mayor atrevimiento.
Porque dias después del alboroto ELEGIA VII.
Del trance que dijimos riguroso
A la misma conquista vino Soto Elogio de DIEGO Velazquez de Cuéllar, adelantado y go-
Capitán de Pirú muy valeroso ; bernador de la isla de Cuba ó Fernandina , con la des-
Pero de aquella suerte fué remoto cripcion della y la relacion de cosas allí acontecidas,
En esta , donde vino poderoso ,
Por hallar gente pobre no tan blanda , EN UN SOLO CANTO.
Y ansi murió también en la demanda.
Luego tentó pedir esta jornada , Otro varon cantamos valeroso
Conclusos estos trances que resumo , Que fué no menos digno de escritura,
Un caballero Pedro de Ahumada , Diego Velazquez , hombre venturoso ,
Mas ahumada fué que no dió humo ; Y que pudo tener mayor ventura ,
Pues no quiso hacer la tal entrada Si acaso por gozar ya de reposo
Pareciéndole ser de poco zumo , No perdiera sazon y coyuntura ,
Y después muchas nãos pasajeras Fiando su poder y sus intentos
Se perdieron entre estas gentes fieras, A capitán de grandes pensamientos.
En los que naufragaban se hacia Fué natural de Cuéllar, en España ,
Por estos indios poco compasivos De parentela noble descendiente ,
Lo que su condicion crüel pedia Mancebo principal en la compaña
Después ya de sujetos y captivos ; Cuando trajo Colon segunda gente ;
Aunque después, segun que se decia , Fué siempre capitán de buena maña ,
Algunos dellos se ballaron vivos , Para cualesquier guerras suficiente ,
Pintados como indios y á su modo Pues ó con gentes ó persona sola
En armas, en posturas y en el todo. Sirvió muy bien al rey en la Española.
Con todas estas faltas y reveses Aquesta como fuese conquistada ,
Quisiera poseer estas riberas Y la de Cuba solamente vista,
Impetuosa fuerza de franceses , Siendo digna también de ser poblada
Y allí pusieron armas y banderas , Por gente cuya fuerza no resista ,
Gran cantidad de tiros y paveses Fué Sebastian de Ocampo con armada ,
Para robar las naos pasajeras , A quien el cargo dió de su conquista ,
Pareciéndoles ser aqueste puesto El comendador Nicolas de Ovando
Para tales designos bien compuesto. Que entonces en las Indias tuvo mando.
Pero Filipo magno, rey de España , El Ocampo, no siendo tan bastante
Siendo de tales cosas informado , Que pudiese vencer aquesta gente ,
Para descomponer la gran compaña Don Diego, sucesor del almirante ,
Del cosario francés desacatado , Al Velazquez nombró por su teniente ,
Envió capitán de buena maña , Para tales conquistas importante
Que fué Melendez el adelantado , Y en ellas muy cursado y escelente ;
El cual de dentro y fuera de su fuerte El cual con el recado que convino
A todos los mató de mala muerte. Con brevedad anduvo su camino.
Y por no convenir hacer desvío Porque desde Haytí derecha via
De tierras de tan gran inconviniente , A lo que Cuba tiene mas cercano ?
Nuestro rey se las dió por señorío Ochenta millas son de travesía
Y están pobladas ya de nuestra gente ; O veinte leguas de uso castellano ;
Pero quiero volver al curso mio , Jamaica le dan al mediodía ,
Y al Joan Ponce que dejo mal doliente , Al oriente Haytí toma la mano ,
El cual con sus soldados encamina Al norte la Florida va corriente ,
Sus naos á la isla Fernandina ; Yucatán á la parte del poniente.
Donde sin mejorar de su herida Tiene , segun se ve por esperiencia ,
Llegó con las reliquias del armada : De aquel los que mejor han hecho cuenta
Reconoció cercana su caida , Seiscientas leguas de circunferencia ,
Dispúsose muy bien à la jornada ; Y por la mas anchura son setenta ;
Dió fin á los trabajos desta vida Hoja de salce es el aparencia ,
Pocos dias después de su llegada , Y ansi por partes es menos de treinta ;
Con gran dolor de todas estas gentes , Todo lo mas es monte y espesura ,
De mujer y de hijos y parientes. Y mas de veinte grados el altura.
Algo fué rojo , de gracioso gesto , Año de once , hizo su llegada ,
Afable , bien querido de su gente , Sobre mil y quinientos ya pasados ;
En todas proporciones bien compuesto , Comenzó la conquista deseada
Sufridor de trabajos grandemente , Con diestros y fortisimos soldados ,
En cualesquier peligros el mas presto , Sucedióle muy bien en la jornada
No sin estremos grandes de valiente , Por no tener rencuentros porfiados ;
Enemigo de amigos de regalos , Y ansí , porque tuvieron riesgo poco ,
Pero muy envidiado de los malos . No hago mencion dellos ni los toco.
Todos aquellos hombres principales , Hallaron potentísimos asientos ,
Vecinos de la isla Fernandina , Y con gran cantidad de naturales ,
Solenizaron estos funerales , Dellos destribuyó repartimientos
Con gran autoridad y pompa dina 9 Por todos los soldados principales ;
Segun las ceremonias de los tales Descubriéronse ricos nacimientos
Al tiempo que al sepulcro se camina : De oro y abundancia de metales ,
Y en el túmulo alto que tenia Y luego por los puertos destos mares
Un distico pusieron que decia : Fundo ciudades , villas y lugares.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA VII , CANTO UNICO. 71
La primera de quien memoria hago Con grande diligencia proveido
Por ser también primera del concierto, Lo necesario para sus avios ,
Es la ciudad que dicen Santiago , Partió con el designo referido
Puerto de todas partes encubierto ; Con soldados y copia de navíos ;
Pero con grande loa yo no pago Costeando la tierra donde vido
Las muchas que se deben a tal puerto ; Indicios de potentes señoríos ,
Pues hasta la ciudad conniemorada , Tomó la posesion en esta tierra ,
Es casi de dos leguas el entrada . No sin impedimentos de la guerra.
A los principios es un angostura , Pues los indios , temiendo novedades ,
Buena de defender por cada lado ; No dejaron de dar ciertos rebatos ;
Pero dentro contiene gran anchura , Pero después hicieron amistades
Mar fondo , limpio , bello , sosegado , Y tuvieron sus tratos y contratos ,
Donde surge la nave tan segura , Que fueron á las dos parcialidades
Que el marinero duerme sin cuidado ; Provechosos los unos y otros gratos ;
Tiene islas, verdores, praderías , Pues lo que por los indios se contrata
Insignes y admirables pesquerías . Eran ricas preseas de oro y plata.
Aquí pusieron silla los mayores , Este rico contrato celebrado ,
Iglesia catedral , honesto clero , Grijalva por la causa manifiesta ,
De sus obispos santos y pastores Hizo venir á Pedro de Alvarado
Fray Bernardo de Mesa fué primero ; Con muestra tan insigne como esta ;
Muchos otros después y no peores , Mas vinose tras él, sin que recado
Pues fray Miguel Ramirez fué tercero , Esperase de Cuba ni respuesta ;
Dominicos muy dotos todos estos , Velazquez recebió grandes enojos ,
Y en sus costumbres todas bien compuestos. Y nunca quiso vello de sus ojos.
También hizo fundar al otro lado , Porque el gobernador, considerando
A la parte del norte la Habana , Ser muestras de grandísimos provechos ,
Que es puerto principal , y frecuentado Andaba con gran priesa concertando
De pasajera gente castellana , Envialle socorros y pertrechos ;
De los contratos es aprovechado , Otros después anduvo combinando
Grandisimo caudal el que se gana ; Para que se encargasen destos hechos ,
También poblaron otros pueblos buenos Y por les acortar el interese
Que vinieron después á mucho menos. Ninguno dellos hubo que quisiese.
Y en aquella sazon eran cabales Mas Fernando Cortés , varon esperto
En oro , campos , hatos multiplicos , En mañas , en esfuerzo y en aviso,
Engrosandose mucho los caudales , No rehusó hacer cualquier concierto ,
Las haciendas de grandes y de chicos ; Y concedelle todo cuanto quiso ;
Y ansí, Diego Velazquez y otros tales Mas antes que partiese dește puerto
Se hicieron en gran manera ricos ; Estaba ya Velazquez arrepiso ,
El cual hizo la guerra sin desmanes , Pareciendo negocio peligroso
Y tuvo valerosos capitanes. Confiarse de hombre tan brïoso.
Mayormente Cortés , que bien mirado Procuró de hacer esta jornada
Su discurso , que callo de presente , Poniendo ciertas causas por escudo ;
Puede con gran razon ser comparado Pero halló la puerta tan cerrada ,
A quien tuvo valor mas eminente ; Que trabajó de entrar y nunca pudo ,
Pero terná particular tratado , Porque de gente muy calificada
Si Dios me diere vida suficiente , Estaba ya Cortés nada desnudo ;
Cuando cante sus brios y su maña Al fin disimuló desta manera
En lo que se dirá de Nueva-España. Lo que disimular jamás quisiera.
En cuyo principal descubrimiento Quedó Diego Velazquez con tristura
Otros también de Cuba sus vecinos Por no poder salir con el intento ,
No carecen de gran merecimiento , Fuése Cortés en buena coyuntura
Antes de grandes gracias fueron dinos ; Llevando todo buen aviamiento ;
Pues que para riqueza tan sin cuento Llamándolo su próspera ventura
Abrieron claras sendas y caminos , Para dar al deseo cumplimiento ,
Con Francisco Fernandez , que tenia Donde se señaló con tales cosas
De Córdoba segunda nombradía. Que se pueden contar por milagrosas.
Aqueste descubrió primeramente De su sospecha los efetos luego
Tierra de Yucatán y su partido , Diego Velazquez vió por esperiencia,
Donde tuvo rencuentros con su gente , Pues Cortés alentado del entrego ,
De los cuales salió muy mal herido , Y con recurso de mayor potencia,
Y de los suyos muertos mas de veinte ; Quiso hacer cabeza de su juego
Holgóse grandemente como vido Y á solo Dios y al rey dar obediencia ;
Gente vestida , grande policía , Y ansi con sus victorias y fortuna
Yedificios de buena cantería. No hizo caudal dél en cosa alguna.
Huyendo se embarcó la gente nuestra , Por verse fuera de tan gran pujanza
La mayor parte dellos malparados ; Tuvo Velazquez grave sentimiento ;
Mas aunque la fortuna fué siniestra Por lo cual procuró luego venganza
En matalles allí veinte soldados , De tan perjudicial atrevimiento :
Parece que en ballar tan rica muestra Y con victoriosa confianza
Los vivos se hicieron consolados ; De mucha gente hizo llamamiento,
Tuvieron este duro repiquete Poco menos llegó de niil soldados
En el año que fué de diez y siete. Y once navíos gruesos artillados.
Luz dieron á los de la Fernandina Teniendo ya recaudo conviniente
La gente que del caso vino salva , De cosas necesarias á la guerra ,
Y fuéles como lumbre matutina , Nombró por general y por tiniente ,
O claro resplandor de la del alba ; Porque facilitaba la carrera ,
Y ansi Diego Velazquez determina A Panfilo Narvaez el valiente ,
De enviar al varon Joan de Grijalva, Pero contra Cortés que mas lo era ,
Por tomar, antes que otro los escluya , Y luego supo la real audiencia
Posesion por el rey de parte suya. Aquesta disension y competencia.
72 JUAN DE CASTELLANOS.
Lucas Vazquez de Aillon, que entonces era Hallaron ciento y veinte ballesteros ,
El uno de los dos ó tres oidores , Ochenta de caballo vigilante,
Vino para hacer que no saliera, Otros ochenta mas arcabuceros ,
Y mitigar las sañas y furores ; Seiscientos nada menos los infantes,
O por alguna via , si pudiera, Trece tiros de bronce, tres pedreros,
Componer estos dos competidores : Municiones muy buenas y bastantes;
Respondióle Velazquez de mal arte , Cortés, aunque con ánimo mas alto ,
Y al fin fué para ello poca parte. De todas estas cosas vino fallo.
Porque decia ya ser señalado , Y como relacion larga tenia
Demás de los gobiernos de aquel puerto , De tanta pieza, tanto pasamuro,
Por título real adelantado No se quiso fiar del claro dia
De lo por parte suya descubierto, Por ser noturno manto mas seguro ;
Y ser negocio ya muy escusado Ansi metió su fuerte compañía
Tratársele de medios ni concierto ; En el contrario campo con escuro,
Pues era destos medios el mas tierno Aunque la mayor parte prevenido
Dejalle libremente su gobierno. Por una centinela que los vido.
Aillon, viendo la cosa mal parada No va halcon con tanta lijereza
Y en el gobernador tan duro tedio , Al ave de que tiene su sustento ,
Determinó de ir en el armada Cuanta fué por entonces la presteza
Para perseverar en el remedio, Del inclito Cortés y los que cuento,
Creyendo que después de ser llegada Rompiendo con insigue fortaleza
Si pudiera trazar algun buen medio Cualquier perjudicial impedimento ;
Con el Narvaez, que iba con el mando ; Y ansi sin aflojar en la porfia
Mas tampoco lo pudo hallar blando. Ganaron la crüel artillería.
Llegó pues con soberbia lozanía Mas antes con un tiro falconete
Narvaez à los puertos deseados , Le mataron á dos buenos soldados ;
En cuya costa ya Cortés tenia Los de Cortés mataron diez y siete
En nombre de su rey pueblos fundados ; De los contrarios mas aventajados ;
Y por la tierra adentro no dormia Luego cada cual dellos arremete
Conquistando potentes principados , A ciertos edificios torreados,
Do con su copia breve de cristianos Do Panfilo sin muestra de cobarde
Hacia siempre hechos soberanos. Las armas se vestia, pero tarde.
Prosiguiendo Narvaez sus intentos , Porque los de Cortés yendo calando
Revolvia cien mil alteraciones , Las picas deseosos del despojo,
Aillon, porque cesasen movimientos Toparon con Narvaez, y en entrando
Hacíale también protestaciones ; Con una le quebraron el un ojo :
Narvaez con sus malos miramientos Al cual luego sacaron arrastrando
Mandó que lo pusiesen en prisiones , Con razones anejas al enojo ,
Y pregonó con ásperos rigores Y de los daños todos hecho cargo
A Cortés y á los suyos por traidores. En prisiones estuvo tiempo largo.
La gente de Cortés que esto notaba, Este negocio grave concluido
No poco del negocio descontenta , Para Fernán Cortés colmo de gloria ,
A Méjico do entonces él estaba Desampararon todos al caido ,
Enviaron quien diese larga cuenta Siguieron á quien hubo la victoria :
De cuanto con Narvaez les pasaba , Fué de todas sus faltas socorrido
Y cómo por palabras los afrenta : Contra indios de fuerza tan notoria ,
Para Cortés la nueva no fué buena , Que comieron grumetes y aun arraez
Y á su gente causó crecida pena. A no venir entonces el Narvaez.
Temia rebelarse los vecinos Lo que pensaba pues el varon fuerte
De Méjico , faltando su presencia , Que en aquella sazon y coyuntura
Y estorbarse sus célebres desinos Le perturbaba venturosa suerte ,
En tierra de tan gran magnificencia, Eso le dió mas próspera ventura :
Abrirse grandes puertos y caminos Narvaez lo sintió mas que la muerte ,
Para guerra civil y competencia ; Velazquez gustó tragos de amargura,
Y ansi por evitar sangrienta mano El cual, vistas las faltas del tiniente ,
Tentó medios de paz como cristiano, Determinó de ir personalmente.
Fueron por mensajeros proveidos Juntó navíos bien aderezados
Personas valerosas que no cuento ; De todos los pertrechos que convino ,
Escribióle por términos debidos , Y en ellos grande copia de soldados ;
Haciendo generoso cumplimiento, Pero por parecelle desatino ,
Y con honorosísimos partidos A vista de los puertos deseados ,
Huyendo de venir en rompimiento ; Tuvo por bien volverse del camino ,
Pero Narvaez con la gran pujanza Juzgando por mejor en este hecho
Remitió los partidos à la lanza. Que el emperador viese su derecho.
En esta voluntad sola se cierra Aderezando pues esta partida ,
Ser de su parecer mejor camino, Para decir en la real presencia
Que Fernando Cortés deje la tierra Del agravio y afrenta recebida ,
Volviendo mal su grado por do vino ; Vejez , pasion , enojos y dolencia
Mas al Cortés , varon de paz y guerra , Le cortaron el hilo de la vida ,
Parecíale torpe desatino , Y ansi cesó la dura competencia ;
Y a quien por bien no pudo hacer llano Que la muerte convierte muchas cosas
Quiso también por mal probar la mano En fáciles de muy dificultosas.
Doscientos y cincuenta hizo prestos Fué persona de cuerpo bien dispuesto ,
De gente mas valiente que lucida , Robusto de sus miembros y velloso ,
Todos determinados y dispuestos Algo moreno , pero de buen gesto ,
O de vencer ó de quedar sin vida : Suelto , valiente , fuerte y animoso :
Con esta gente fué contra los puertos Gastó sus bienes , mas con todo esto
Do estaba la contraria recogida , Fué menos liberal que cudicioso ;
La cual aviso tuvo que se guarde, Tuvo gran copia de oro , plata , cobre ,
Y luego le mandó hacer alarde. Y al fin de su jornada murió pobre.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA VIII , CANTO I. 73
A esta isla vino por tiniente Murió , que no vivió tiempo mas largo ,
Nombrado , como dije , por don Diego , Gobernando la tierra sin pelea ;
Pero como se viese ya potente , Sucedióle después en este cargo
Hizo también cabeza de su juego : El capitán Francisco de Perea ;
Al rey reconoció tan solamente , A este sucedió Joan de Camargo ,
El cual como señor cumplió su ruego , Y á él este Garay que se desea ,
Haciéndolo juez y adelantado A quien fortuna dió grandes favores ,
De aquello que él habia conquistado . Que perdió por buscar otros mayores.
Los vecinos que habia de presente Pues visto que Cortés descubrió senos
Hicieron en su muerte sentimiento , De tan engrandecidas poblaciones ,
Por ser à todos ya como pariente ; Juzgó de su persona no ser menos
Y no recebir dét mal tratamiento : Para tener tan altas pretensiones :
Enterráronlo muy honradamente , Procuró con favor de muchos buenos
Con pompa de prolijo cumplimiento ; Pedir nuevas conquistas de regiones ,
De los que en la tumba fueron puestos Las cuales se le dieron de buen gradc
Me dieron unos versos , que son estos. Con titulo y honor de adelantado.
Qui nunc angusto componit membra sepulchro , Porque desde esta isla referida,
Prospera sors vivo munera magna dedit. En carabelas fuertes y lijeras ,
Sed quando fuerat capturus maxima dona Habia ya corrido la Florida
Quas fecit, fortes eripuere manus.
Aquí está en lugar estrecho Y á Panuco con todas sus riberas ;
Quien tuvo larga ventura , Donde muchos dejó faltos de vida ,
Y en tiempo de mas provecho Comidos destas gentes carniceras ;
Por mano de su hechura
Fué deshecho. Volvió para la isla con intento
De procurar el adelantamiento.
La santísima era de quinientos ,
ELEGIA VIII. Con mil y veinte y tres casi corrida ,
Para perficionar sus pensamientos
A la muerte del adelantado don FRANCISCO DE GARAY, Efetuó con Garay esta partida :
donde se escribe la isla Jamaica, Once naos , soldados ochocientos ,
Algunos mas de gente muy lucida ,
Muchos caballos , gran artillería ,
CANTO PRIMERO . Matalotaje cuanto convenia.
Llegue mi flaca musa donde puede , Antes de se partir de donde cuento
En tantas y tan varias relaciones ; Nombró justicias y otros oficiales
Y por aqueste orden que precede , Futuros , do hallasen buen asiento
Tratando de tan inclitos varones • Con posibilidad de naturales ;
No haga de manera que se quede El ejército hizo juramento
Francisco de Garay entre renglones ; Selle todos fieles y leales ,
Pues , aunque de fortuna mal pagado , Dió las velas al viento con aquesto
No debe de ser menos estimado. Y á la isla de Cuba llegó presto ;
Aqueste fué de la segunda gente , Adonde luego fué certificado
Cuando Colon mas mundo certifica : Por larga relacion de muchas gentes ,
Vino muchacho , mas tan diligente Estar el dicho Pánuco poblado
Que se hizo después persona rica ; Por Fernando Cortés y sus tinientes ;
Y para tratar dél enteramente Juzgóle por negocio tan pesado
Habremos de volver á Jamaica , Que podria parir inconvinientes ,
Isla por estas partes muy notoria Y por evitar odios descubiertos
Y digna de poner en la memoria. Quisiera con Cortés hacer conciertos.
Sus aledaños son los mas llegados Para lo cual aqueste caballero ,
Hayties y la isla Fernandina , Viendo cómo la paz á nadie daña ,
En diez y siete y diez y ocho grados A Zuazo nombró por medianero ,
De la equinocial se determina ; Como varon de letras y de maña,
Rodeada por puntos y por lados , Rogándole que fuese por tercero
Ciento y cincuenta leguas se camina , A verse con Cortés á Nueva-España ,
Pues son setenta y cinco la longura , El cual , por amistad de quien lo manda
Ydiez y ocho largas el anchura. Aceptó de buen grado la demanda..
Es esta isla poco montuosa , Partió Zuazo antes que la flota
Pero sus montes bien aprovechados , A verse con Cortés y dalle cuenta ,
Es fértil , abundante , fructüosa , Siguió después un dia su derrota
También por los lugares escombrados ; Garay adonde ya se representa ;
En algodones admirable cosa , Y de las islas algo ya remota ,
Tiene gentiles hatos de ganados , Encendióse bravísima tormenta ,
De todas diferencias de natíos , Para Zuazo tan tempestuosa
Y abundancia de lagos y de rios. Que se puede contar por milagrosa.
Fué descubierta del Colon primero , Porque su desdichada carabela ,
Al tiempo que volvió por almirante ; De las inmensas ondas embestida ,
Conquistóla después el heredero , Sin quedalle recurso ya de vela
Por un Joan de Esquivel , hombre bastante , Muchas veces la vieron sumergida ;
Cristiano y escelente caballero , Esperanza ninguna los consuela
A Dios poniendo siempre por delante ; Que prometa remedio de la vida ;
Pues sin querer ensangrentar las manos Todos eran sollozos y gemidos
A todos estos indios hizo llanos. De placeres humanos despedidos.
Mil y quinientos años fué la era, En Dios el esperanza se ponia
Con otros diez y nueve ya corridos , Do van los corazones y las bocas ,
Cuando con Esquivel en la ribera Noturna confusion los afligia ,
Saltaron cien soldados escogidos ; Rodean las visiones y no pocas ;
Y aunque los resistió gente guerrera , Llevólos aquel viento que corria
Con gran facilidad fueron vencidos ; En medio de la mar á ciertas rocas
Gobernólos tres años muy contentos , Do la nave se hizo mil pedazos ,
Y hízoles muy buenos tratamientos. Y pocos se valieron de sus brazos.
74 JUAN DE CASTELLANOS.
Perecieron varones, mueren dueñas , Dadas gracias a Dios omnipotente ,
Con embates de mar repercusivos , Esperaron allí la luz del dia ,
Pudieras ver colgados de las peñas Para traer también la demas gente ,
Cuarenta y siete que quedaron vivos. Entre tanto que Dios mas proveia :
¡Oh mar , cuántos trabajos les enseñas , La cual la misma via del oriente
Dolores y tormentos escesivos ! Por estos arrecifes se venia ,
Llaman á la potencia soberana Por las reventaciones caminando ,
Hasta tanto que vino la mañana. Algun descanso breve deseando.
Mas no les trajo lumbre de consuelo , Holgáronse de vellos mas cercanos
Ni luz para que fuesen remediados , Por mejor socorrerse todos juntos ,
Porque ¿qué les prestaba ver el cielo Guiaron la canoa diestras manos
Sin tierra , y en peñascos anegados ? Para traer los miseros disjuntos ;
No ven por todas partes otro suelo , Y dellos los mas fuertes y mas sanos
Mas vense de mil males rodeados , Tenian el color como difuntos ;
Pena , dolor , pasion y muerte dura Mucho mas remontaban los placeres ,
Es la cosa que mas los asegura. Lástimas que decian las mujeres.
¡ Cuán triste , cuán cuitada y afligida «¡Oh pasos de piedad enajenados ,
Se hallaba la miserable gente , Roca cruel y piedra mas que dura !
De muy grandes olajes embestida Oh piés en algun tiempo bien calzados ,
Desde los bajos piés hasta la frente , Dedos de manos hechos á blandura !
Sin agua que bebiesen ni comida , Cuán heridos y cuán atasajados
Faltos de todas cosas totalmente ! Os tiene tan acerba desventura !
Lloros , suspiros , lágrimas sin cuentos Cómo merecen bien estos afeites
Eran los principales alimentos. Los pasados regalos y deleites !
Faltábales á todos advertencia »¿Qué son de los amparos del estío?
En esta confusion tan lastimera ; Agora destos golpes abrasada
Mas un Joan Sanchez , hombre de esperiencia, ¿Adónde está la ropa para frio
En naufragios y vida marinera , De las preciosas martas aforrada ,
Puso grande calor y diligencia El empalagamiento y el hastio
En recoger pedazos de madera , Que daba la comida delicada ,
Cables y tablazon que iba perdida , Dulzores olorosos que tenia
Y jarcia cuanta pudo ser habida. Para poder beber el agua fria?
Con esta prevencion , que no fué poca , »¿Qué es de la fuente, qué es del vaso fresco,
Las cosas que pudieron ser habidas Vasijas de labores muy estrañas ?
Hicieron amarrar á cierta roca Salado licor es el que merezco ,
En haces y montones recogidas ; Por mis delicadezas y mis mañas :
Después vinieron á pedir de boca Desdichada de mí que ya perezco ,
Para bien destas gentes afligidas , Rabiosa sed abrasa mis entrañas ,
A quien terrible fuerza de temores Y de tan grande mal la mejor cura
Agora hace dar grandes clamores. Es que la mar será mi sepultura. »
La continuacion del triste llapto Esto decian ya sobre el arena ,
Quebrantara dureza del acero ; Do la gente tenian recogida ,
Y estando con aquel mortal espanto , Por no ver un alivio de su pena ,
Que no puedo pintallo como quiero , Ni poder conservar humana vida ,
Aflojaron las olas algun tanto , En parte que constaba ser ajena
Y vieron donde estaban un madero , De candela , de agua , de comida ;
Debajo del arena soterrado , Mas el Zuazo , hombre de templanza,
Donde por las corrientes fué llevado. Siempre tuvo de Dios gran confianza .
El Zuazo , varon digno de loa , Decia cristianisimas razones
Con algunos hidalgos y matronas , Para consuelo desta desventura ,
Descubriéronlo bien de popa á proa , Hacia fundadísimos sermones
Limpiando los remates ó coronas ; Alegando lugares de escritura ;
Y vieron claramente ser canoa Mandó perseverar en oraciones
Donde podian ir cinco personas : Con un fervor ardiente de fe pura ;
Hincando las rodillas en el suelo , Clamores grandes van al alto cielo :
Dan gracias al Señor del alto cielo. Padre de piedad, dadnos consuelo !
Pues para conocer adónde iria Diciendo pues palabras lacrimosas ,
El Zuazo con tres varones fuertes , Demandando salud para su pena ,
Para remedio desta compañía , Vieron cinco tortugas poderosas
Procurando librallos de las muertes , Venir á desovar en el arena ,
Con oracion que siempre se hacia Que no les fueron poco provechosas
Cuatro veces echaron cuatro suertes , • Y pudieran ser mas para la cena ,
Y en aquellas cayó continamente Si acaso la ventura diera luego
Que fuesen á la parte del oriente. Los materiales para hacer fuego.
Tomaron el brevísimo navío , Porque por esperiencia conocida ,
Que ya la mar estaba de bonanza , La carne destos dichos animales
Hicieron de los otros su desvío , Es una salutífera comida
Dándoles de volver gran esperanza ; De do hacen guisados principales ;
Y fueron prosiguiendo su bajío Y si la sangre dellas es bebida ,
Dos grandísimas leguas de tardanza , Es provechosa para muchos males ;
E ya , cuando la noche se cerraba , En el anchor y término de larga
Vieron un arenal que blanqueaba.. Cada cual dellas es como una adarga.
Que cierto cualquier dellos se temia Pues el Zuaco con sus gentes vagas ,
De tener en la mar la noche escura ; A quien intolerable sed quebranta ,
Saltaron pues allí con alegría Las ofrecieron á las cinco llagas
Pareciendo morada mas segura : De do manó la sangre sacrosanta ,
De veinte pasos fué la travesía , Lavamiento de culpas y de plagas
Y de ciento y cincuenta la longura , En el árbol de cruz y dulce planta ,
Hincaron en la tierra las rodillas , Y antes que se volviesen do salieron
Dando gracias por tales maravillas. Las barrigas arriba se volvieron.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA VIII , CANTO 1 . 75
Pues porque al remedio de fortuna Habia pues en esta compañía
No cumplia que fuese mas fiambre , Un ánima cabal en su cordura ,
Mandó Zuazo desconchar la una , La cual como los otros padecia
Y en la tal concha recoger la sangre , Aquella miserable desventura :
Para templar la sed muy importuna , Inesica la niña se decia ,
E mitigar en algo tanta hambre ; E ya cercana de la sepultura,
Y aqueste virtuoso caballero Al buen Zuazo y á los circunstantes
Hizo la salva y él bebió primero. Les habló con palabras semejantes :
Y después dél , segun la muchedumbre , «Una señora , ya mujer anciana,
Beben el delicado y el robusto , Su rostro como sol resplandeciente ,
Aquello que no tienen de costumbre El nombre de la cual dijo ser Ana ,
Ni fuera deste tiempo fuera justo ; Abuela del Señor omnipotente,
El néctar fué menor en dulcedumbre , Me mandó que dijese que mañana
Ambrosia no les diera tan buen gusto : Fuésedes por allí mas al poniente ,
Quedabanles los labios uo distintos A la isla que veis estar frontera
De los que siempre prueban vinos tintos. Y allí hallareis agua pasadera. >»
Estos ensayos hechos otro dia , Aquesta relacion y este recado ,
Estendiendo los ojos adelante , Que de vanas fantasmas es remoto ,
Otra pequeña isla parecia , Mandóselo decir al licenciado
Como dos leguas desta discrepante : Porque sabia ser su muy devoto :
Allá fueron de aquesta compañía Esto dicho , salió deste cuidado ,
Tres hombres , cada cual buen navegante, Y del tropel humano y alboroto ,
Anduviéronla toda , y esta era Y aunque la muerte della les dió pena ,
Cinco veces mayor que la primera. Gran contento causó la nueva buena.
Ninguna cosa verde producia , Otros nueve murieron entre tanto ,
Ni sombra , ni señal de dulces fuentes , De la rabiosa sed y hambre dura ;
Mas admiráronse cómo tenia El Zuazo, varon de pecho santo,
Innumerables aves diferentes ; Usaba los oficios como cura ;
Y tantas que el arena se cubria Y ante los desmayados del espanto
De las nidadas viejas y recientes , Les abria también la sepultura ,
Lobos marinos , pajarillos nuevos , Santísimas palabras predicando ,
Muchas tortugas , infinitos huevos. Y á todos acudiendo y animando.
Volviéronse con este buen recado ; Acabada la obra toda pia ,
Y como mejoría deseasen , La triste noche hizo su venida ,
Aqueste valeroso licenciado Que se gastó rezando , y otro dia
Ha llamado que todos se pasasen , Pusieron en efeto la partida
Para buscar lugar acomodado A la isla que cerca parecia
Do sus necesidades amparasen ; Para buscar el agua prometida ,
Y ansí como cristiano caballero , Y encaminados todos al viaje ,
Él quiso ser de todos el postrero. Zuazo fué postrero del pasaje.
Como las aves no hacian fugas Llegados los primeros que pasaban ,
De las estrañas gentes y modernas , Vieron la isla ser alguna cosa
Mataban y comian las pechugas , Mayor que la segunda que dejaban ,
Y no se desdeñaban de las piernas ; Y ansimismo tener yerba viciosa ;
También la dicha sangre de tortugas Las cuales aparencias alegraban
Servia como vino de tabernas , La gente de salud menesterosa ,.
La clara de la yema dividida Pues por espacio de doceno dia
Ansimismo servia de bebida. Esta necesidad se padecia.
Suelen en estas islas ser continos , Ansi con estas penas y pesares ,
Y casi que por todos sus lugares , Cuyos estremos eran ya funestos ,
Gran cantidad de vítulos marinos Cavaban en mil partes y lugares
Que llaman lobos por aquestos mares ; Que parecian aptos y dispuestos ;
Los cuales á los pobres peregrinos Pero no refrescaron los ijares
Ansimismo servian de manjares : Tan inútiles pozos como estos ,
Son muy grandes y torpes en la tierra , Pues , aunque daban agua muy aina ,
Y ansí se matan sin ninguna guerra. Fué de mas amargor que la marina.
Un muchacho que en esta triste vida Faltando pues del agua dulcedumbre ,
Estaba con la sed casi rabiando , Agravóse la pena y el cuidado ,
Loba marina vió recién parida , Y estando con aquesta pesadumbre ,
Y dos bijos estar amamantando : Llegó con los demás el licenciado ;
El cual con intencion desta bebida , Y como lo tenian de costumbre ,
Con gran silencio se le fué llegando , Vióse de todos ellos rodeado ,
Quito los hijos como quien no toca Maldiciendo con lloros su fortuna
Y tomóle las tetas con la boca. Por no hallar consolacion alguna.
Ella que sintió cosa diferente , Zuazo con ejemplos les enseña
No pudiendo sufrir otra mejilla , A confiar en Dios del alto cielo ,
Revolvió con protervo continente Y nunca desmayar varon ni dueña
Derribando la media pantorrilla ; En este riguroso desconsuelo ;
Curólo como pudo nuestra gente Pues quien hizo manar agua de peña
Movida de dolor y de mancilla , Podia también dalla deste suelo ,
Considerando cuan sutil maestra Y que en necesidad tan escesiva
Es la necesidad, y cuánto muestra. Cada cual se vistiese de fe viva.
Estaban pues en este mejor puesto , Y pues que le faltaba la presencia
De calientes comidas tan ayunos , De don sacerdotal y bien tamaño ,
Que no fué parte la que tienen desto Cada cual compusiese su conciencia ,
Para que dejen de morir algunos : Demandando perdon de cualquier daño :
Del estraño manjar y mal digesto , Queriendo recebir por penitencia ,
Con los calores graves importunos , De ser castos , siquiera por un año ,
Y el pensar que de lance tan terrible Y antes que otras se hiciesen
Escapar no les era ya posible. En oracion devota se pusiesen.
76
76 JUAN DE CASTELLANOS.
Las gentes de consuelo van ajenas Todos en cumplimiento deste mando ,
A cumplir destas cosas cada cosa : Como cosa que tanto les cumplia ,
Hicieron otras mil promesas buenas , Buscaron luego mucho palo blando ,
Cada cual á las almas provechosas ; Bien seco que la mar no lo batia ;
Y castidad perpetua Joan de Arenas , Y con entrambas manos refregando
Pedro Simancas , Sancho de Espinosa , Unos después de otros á porfía ,
La cual en religion después cumplieron En tanto grado que su fuerza pudo
El espacio de tiempo que vivieron. Encender el polvico muy menudo.
Hecha la prevencion que voy diciendo , ¿Quién os podrá contar el alegría
Hicieron procesion con litanía , Que sintieron de vello humeando
Zuazo con la cruz que va siguiendo Los de la trabajada compañía
Esta desconsolada compañía : Y los que no penaron trabajando ?
El cantando , los otros respondiendo , Muy menudica paja se ponia ,
Segun uso de nuestra madre pia ; Con grandisimo tiento van soplando ,
Pero la dulcedumbre destos cantos Hasta tanto que ya salieron llamas
Era toda de lacrimosos llantos. Que pudieron cebar con gruesas ramas.
Con esta procesion, via derecha , Aquí, y allí , y allá vereis candelas ,
Dos veces fué la isla travesada , Deshechas de las frentes ya las rugas,
En tal manera que quedó cruz hecha , Asar rabihorcados y pardelas ,
Del buello de la gente señalada ; Comerse con mas gusto las pechugas ;
Considerando pues cuánto aprovecha Servir de calderones y cazuelas
La cabal oración y porfïada , Aquellas conchas grandes de tortugas ,
Hincóse de rodillas el Zuazo Matando la sequía desta fragua
En la junta del uno y otro brazo. Con grandes caracoles llenos de agua.
Las manos y los ojos van al cielo , Algunos ansimismo desta gente
Diciendo con suspiros y gemidos : Estaban de comida no curando ,
¡Padre de piedad y de consuelo ! Tendidos por los lados de la fuente
Consolad estos tristes afligidos ; Sus claros manaderos contemplando :
Lleve la devocion tan alto vuelo , Bebiendo por matar la sed ardiente ,
Que toque su clamor vuestros oidos , Y gran número dellos vomitando ,
Y dé socorro la potente diestra Porque el vacio cuerpo no podia
A los que son , mi Dios , hechura vuestra. Retener aquel agua que bebia.
» Vos, que hartais los brutos animales En esto del beber demasiado
En los desiertos secos donde moran , Casi todos entraban en la danza ,
Visitais con humor los vegetales , Mas Zuazo , varon bien enseñado ,
Y ansi de flor y fruto se decoran : Usaba de grandísima templanza :
Proveed también estos racionales , En comer y beber muy recatado ,
Pues os creen , conocen y os adoran , Huyendo siempre toda destemplanza ,
¡ Oh fuente perenal , confortativa , Y ansi deste consorcio castellano
Santo Dios vivo , dadnos agua viva ! Él se halló de todos el mas sano.
Vos, que le distes aguas con aumento Y siempre vi que do se padecia
Al vencedor del campo filisteo , Rabiosísima sed y hambre brava ,
Sacadas de las muelas del jumento , Aquel que se crió con policía
Y endulzastes también las de Eliseo ; Con menos pesadumbre la pasaba :
Vos, que de piedras distes al sediento En la necesidad menos dormia ,
Agua que satisfizo su deseo , En los mayores riesgos mas velaba ,
Y en los antiguos pozos de discordia , En las tristezas mas alegre gesto ,
Usad aquí también misericordia. Y á todos los trabajos mas dispuesto.
»¡ Oh cruz preciosa y abundante fuente No porque no ví gente de barbechos ,
Contra, la sed rabiosa del pecado , Que podrías , letor , maravillarte
Adonde vos , mi Dios omnipotente , Leyendo las grandezas de sus hechos ,
Fuistes con duros clavos enclavado , Su fuerza , su vigor , su duro marte ;
Y salió sangre y agua juntamente Mas en sufrir desmanes tan estrechos
De vuestro preciosisimo costado ! Entiéndese que, por la mayor parte ,
Dad agua desta cruz, pues nos dais sangre, Quien tiene mas valor sufre mas males,
Con que satisfagamos tanta hambre. » Y aprueban bien poquitos oficiales .
Luego se levantó con esperanza Miserias que yo vide no las pinto ,
Firmisima del agua prometida , Porque cierto seria tratar desto
Y dijo con entera confianza : Entrar en un confuso laberinto
« Cavemos , por ser parte bien medida , De donde no saliésemos tan presto :
En medio desta cruz y semejanza Hagamos ya capítulo distinto ,
De aquella donde Dios nos da la vida , Para poder mejor decir el resto
Y no creais que fué promesa vana Desta gente que no hallaba cura
Esta que nos fué hecha por santa Ana. » Para salir de tanta desventura.
Cavaron luego muchos con fe pura ,
Y pensando pasar mas adelante ,
No mas de codo y medio de fondura
Sacaron agua dulce y abundante.
Dió tan grande contento la dulzura , CANTO SEGUNDO ,
Que el mas muerto cobró nuevo semblante; Donde se trata del orden que tuvieron para salir de allí, y la mue
Gustan apriesa todos del consuelo , de don Francisco de Garay.
Alzan los ojos , dan gracias al cielo.
Zuazo, dadas gracias con sosiego, Males hay que á los hombres son anejos,
Dijo : « bendito Dios, agua tenemos, Y para que les hagan resistencia
La vida nos daria tener fuego , No poco les conviene tener lejos
Y aqueste será bien que procuremos. » Guiados con discreta providencia,
Preguntado de dónde , dijo luego : Por no quedar confusos ni perplejos
De muchos palos secos que aquí vemos , Al tiempo que llegare la dolencia ;
Que la mar de lugares diferentes Porque mejor repara su partido
Ha traido con fuerza de corrientes. » El provido que el mal apercebido .
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA VIII, CANTO II. 77
Pues como ya tuviesen agua y fuego , Decian : « el Señor os esclarezca ,
Y viesen el lugar mas á provecho , Su divino favor sea la guia ,
A la memoria les ocurrió luego El os ampare y él os favorezca
Aquello que Joan Sanchez hubo hecho : Con clara noche , con sereuo dia ,
La cual fue diligencia no de ciego , Sin permitir que mas os acontezca
Mas antes de cabal y sabio pecho ; Fortuna que perturbe vuestra via ;
Fueron pues en aquella canouela Quïete furias del soberbio viento
Adonde se perdió la carabela. Hasta que ya llegueis á salvamento. »
Vieron la jarcia , tablas y madera Varones y mujeres esto vieron
Adonde la dejaron amarrada ; En la barca los ojos enclavados ,
Hicieron una balsa cuanto era Hasta que ya de vista la perdieron
Tan fuerte , tan bien puesta y ordenada , Y los remeros iban engolfados ;
Que pudo bien venir à la ribera Los cuales su viaje prosiguieron
Do quedaba la gente fatigada : De prósperas corrientes ayudados ,
Fué crecidísimo contentamiento Vientos quietos , apacibles , buenos ,
Desque los trajo Dios à salvamento. Y de sus locos ímpetus ajenos .
Visto cuánto trabajo los aprieta, Perseverando pues en sus porfias ,
Y la tardanza mucha cuánto daña , Dándoles el Señor fuerza bastante ,
Llegados los recatos á la isleta , Al cabo ya de diez ó doce dias
La gente que se daba mejor maña Vieron la tierra firme por delante.
Determinó hacer una barqueta ¿Quién os podrá decir las alegrías
Para tentar de ir á Nueva-España , Del flaco y animoso navegante ?
Siquiera cuatro hombres que cupiesen , Bojaron con furor de nuevo brio
Y de su perdicion noticia diesen. Hasta poner en ella su navío.
La necesaria obra se tantea , Contemplan la frescura de los pinos ,
Trázase la pequeña proa y popa , El lustre y el verdor que ven enfrente ,
Cada cual á lo dicho se menea , Saltaron los cansados peregrinos
Ocioso ni baldío no se topa : En parte que les era conviniente ;
Unos de tablas viejas sacan brea , Porque hallaron sendas y caminos
Otros convierten cables en estopa , Y huella de caballos muy patente ,
Otros andan sacando clavos viejos , La cual con los anejos de sus heces
Con los demás posibles aparejos. Besaron todos ellos muchas veces.
Andando cada cual pues diligente , Dadas gracias a Dios , que fué servido
E yendo cinco por mantenimiento De los llevar á luz y salvamento ,
A la segunda isla , que es enfrente , Fueron por el camino mas seguido
Levantose borrasca de tal viento , Para buscar algun mantenimiento ;
Que sorbió la canoa con la gente, Diahustán , cacique , que los vido ,
No sin grave dolor y sentimiento Recebiólos con buen acogimiento ,
De todos , ansi flacos como sanos , Teniendo por estraña maravilla
Por faltar la que fué sus piés y manos. Ver gente tan hambrienta y amarilla.
Como ya no tenian mucha sobra Porque una pava grande que les dieron
De las aves y largas pesquerías , De muchas que tenian estas casas ,
Dioles gran pesadumbre la zozobra Sin sacalle las heces la pusieron
Con menoscabo destas compañías ; Y sin pelalla bien , sobre las brasas ;
Y ansi tal priesa dieron á su obra Y después que con tripas la metieron
Que tuvo perficion en pocos dias , En otras que venian algo rasas ,
Y el pequeñuelo barco fué breado Por señas demandaron al instante
Con vieja pez y aceite de pescado . Guia para pasar mas adelante.
Con sus toletes , remos y aparejos Acerca desta misma circunstancia
En el agua la barca fué metida ; Por señas el cacique significa ,
De aves , de tortugas y cangrejos Que tres ó cuatro leguas de distancia
Con ella fué la gente proveida ; Demoraba de allí la Villa-Rica ;
Luego fueron comunes los consejos Caminaron con presta vigilancia
Que pongan en efeto la partida Por donde la tal guia los aplica ,
Gomez y Ballester y Joan de Arenas , Deseando volver con buen recado
Para negocio tal personas buenas. Al inclito Zuazo licenciado .
Y porque necesario les seria Junto del cual , cuando desembarcaron
Un indio que les fuese jamurando , Los tres con quien se hizo clara prueba ,
Procuraron hacer derecha via Cinco rabihorcados se sentaron
Puerto de Villa- Rica demandando : Como por mensajeros de la nueva ;
Habian de ir por esta travesía Pues en vellos domésticos juzgaron
Ciento y cincuenta leguas navegando , Ser anuncio del bien que se les lleva ,
Confiando de Dios en la carrera , Y aunque no fueran malos al ayuno
Porque la barca poca parte fuera . No consintió hacelles mal alguno.
No rebusaron estos el pasaje Después que ya llegaron con la guia
De tan inmensos riesgos y trabajos , A Villa- Rica , cuyo señorío
Y para los efetos del viaje Simon de Cuenca por Cortés regia ,
Hicieron en el barco sus atajos , Conocieron allí faltar avio ;
Donde pusieron el matalotaje Y á Medellin el Nuevo los envía
De huevos , de tortugas y tasajos , A causa de tener presto navío
Agua también en odres ó barquinos Un Gonzalo de Ocampo , de Trujillo ,
Que hicieron de vítulos mariños. Y del dicho Zuazo gran carillo.
De los demás hicieron despedida Al cual por ser capaz y diligente ,
Con un dolor que el alma les aprieta. En negocios jurídicos cursado ,
¡Oh riesgos y trabajos de la vida Zuazo le nombró por su tiniente
Y á cuántas desventuras es sujeta ! En Cuba , do vivió tiempo pasado ;.
Entraron en la mar que los convida Y ansi con la presteza conviniente
Por estar por entonces muy quïeta , Luego le despachó todo recado ,
Los que quedan regaban sus mejillas Diestros pilotos de Moguer y Palos
En oración bincados de rodillas. Con posibles refrescos y regalos.
78 JUAN DE CASTELLANOS.
Navegaron la via del oriente Huyen de los estériles conveses
Hasta los Alacranes , parte nota , Donde con mas dolor que se nivela
Porque estos son do se perdió la gente , Estuvieron al pié de cuatro meses;
Riesgo que navegantes alborota ; Entraron pues en esta carabela ,
Volvieron los tres hombres juntamente Y con temor del mar y sus reveses
Ellos mismos guiando la derrota , Al punto se hicieron a la vela
Mas tardó treinta dias la jornada Veinte que de los riesgos escesivos
En llegar á la gente fatigada ; Permanecieron solamente vivos.
Por ser el tal navío detenido Navegaron aquestas compañías
De calmas y corrientes sin vapores ; Con viento que bonanza les aplica ,
Mas Dios omnipotente fué servido Tal , que pudieron ir en trece dias
De dejallos llegar pascua de Flores ; Al puerto de la dicha Villa - Rica ;
Porque con regocijo mas cumplido Recebiólos Cortés con cortesías
Resucitasen estos pecadores , Cuantas de su valor fama publica ;
A quien por ser ya tanta la tardanza Pues aunque allí faltaba su presencia
Daba grave dolor desconfianza. No faltaba su gran magnificencia.
Estaban todos pues en atalaya , Porque mandó que todos ellos fuesen
Los ojos á los mares estendidos , A costa de sus bienes reparados ,
Por aquel arenal y seca playa Y al dicho licenciado se le diesen
En santos pensamientos convertidos , En cantidad de doce mil ducados ,
Al Señor suplicando que les vaya Y generosamente proveyesen
Remedio de sus lloros y gemidos : Su casa , su familia , sus criados ;
Estos eran sus ratos , sus empleos Escribióle también carta misiva
Y el blanco do tiraban sus deseos. Que su buen amistad estaba viva.
Zuazo pues que siempre se desvela Desque se reformó la compañía,
En consolar aquesta compañía , Partióse para ver à su querido ,
A grandes voces dijo : « vela , vela , Al gran Méjico donde residia ,
Socorro que el muy Alto nos envía. » Y donde del Cortés fué recebido
Acuden , miran , ven no ser novela , Con crecido contento y alegría ,
Sino grande verdad lo que decia , Que grande la mostró cuando lo vido ,
Suena Te Deum laudamus el concento Y con ostentacion de frente rasa
Con lágrimas nacidas de contento. Por hospicio le dió su propia casa.
Acercáronse mas los del navío , Mas porque por entonces le convino
Pero no sin peligro ni recuesta , Al Fernando Cortés estar ausente ,
Por ir ya descubriendo del bajio E ir trabajosísimo camino
La roca que tenian contrapuesta ; Contra su capitán, mal obediente,
Y ansi por parecer bien el desvío Al Zuazo, varon del cargo dino ,
Surgieron dél un tiro de ballesta ; Dejó nombrado por lugartiniente ,
Mas como nadie vian por los puertos El cual administraba su tinencia
Sospechaban que todos eran muertos. Con retitud , valor y gran prudencia.
Que, porque estaban de rodillas puestos Pero Cortés apenas se destierra
Dando gracias á Dios , nadie los via, De los confines destas ciudades ,
Pero después que ya fueron enhiestos Cuando con turbacion de civil guerra
Dióles voces la gente que venia ; Hubo sobre mandar parcialidades :
Y todos luego se hicieron prestos Echaron al Zuazo de la tierra
Para salir à dalles alegría Los inventores destas novedades ,
Sacando mesa , silla y alimentos Y por huir alguna chirinola
Para satisfacer á los hambrientos. Tuvo por bien volver á la Española ;
Sacaron abundancia de cecinas , Donde fué su persona recebida
Gustosísimos gallos de papada , Con aplauso no mal regocijado ,
Muy gentiles capones y gallinas , Y vivió lo restante de su vida
Añejo vino y agua delicada : Rico , favorecido y acatado.
Conservas de tan buena hambre dinas ; Mas porque de Garay no me despida
Frutas muchas de gente regalada , Quiero volver al fin de su cuidado ,
Bizcocho blanco ven en abundancia , Antes que del Zuazo se supiese ,
Con infinitas cosas de sustancia. Ni con Cortés en Méjico se viese.
Salieron Ballester y Joan de Arenas
A dar las buenas pascuas á la gente ,
Desconfiada de tenellas buenas
En riesgo y en peligro tan patente : CANTO TERCERO ,
Abrázanlos con las entrañas llenas
De santa caridad y amor ardiente , Donde se trata cómo llegó Francisco de Garay al rio de Palmas,
Sin acabar de dalles bendiciones de lo que alli le sucedió, y de su muerte.
Las fatigadas dueñas y varones.
La salutacion larga concluida , No creo yo que vive sin querella
Dieron á cada cual limpios vestidos , Aquel que mas alcanza de riqueza ,
La olla con gran priesa fué cocida Pues tanto mas creció la hambre della
Luego largos manteles estendidos : Cuanto mayor se hizo su grandeza ;
Tuvieron abundante la comida , Y á veces buscar mas hace tal mella
Fueron de muchas cosas proveidos , Que convierte los gozos en tristeza :
Quisieron beber agua de su fuente , Destas cosas y otras que contemplo
Y amarga la hallaron grandemente. En el Garay tenemos buen ejemplo.
Tuvieron por milagro señalado Pues teniendo la vida ya segura ,
El no durar allí la dulcedumbre , Prósperos tratos y caudales llenos ,
Mas de por aquel tiempo limitado Su casa con grandísima hartura ,
Que tuviesen aquella pesadumbre ; Heredamientos muchos y muy buenos ;
Dió las gracias a Dios el licenciado , Pensand o de hallar mayor ventura
Segun que lo tenia de costumbre , De la que tuvo, fué venir á menos ;
Y acabada la fiesta sin hastío, El caso sucedió desta manera
A gran priesa se fueron al navío. Desque salió de Cuba y su ribera :
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA VIII , CANTO III. 79
Corrieron con aquellos temporales Y que sin proceder en la contienda
Con angustias mortales de sus almas , Para que toda sinrazon cesase ,
Mostrábase la mar con furias tales Le volviesen navíos y hacienda
Que deseaban ya molestas calmas ; Sin que ninguna cosa le faltase ;
Y ansí con las zozobras destos males Sujetando los suyos á su rienda
Decayeron al rio de las Palmas , Para que con rigor los embarcase ,
Donde sacó soldados cuatrocientos , Y a las Palmas hiciesen su jornada ,
Y algunos, aunque pocos bastimentos. Pues era tierra rica y bien poblada.
Envió por allí acia la sierra Hicieron el concierto referido
AGonzalo de Ocampo su pariente , Diego de Ocampo y Pedro de Alvarado ,
Con hombres instruidos en la guerra Capitán de Cortés , por mas querido
A fin de descubrir alguna gente ; Para tales negocios enviado :
Mas no les pareciendo bien la tierra, Garay se holgó mucho del partido
Volvieron a la mar incontinente , Teniéndolo por bueno y acertado ;
Y sin saber Ocampo cosa cierta Congregó luego muchos de su gente,
Afirmaba la tierra ser desierta. Y dicen que les dijo lo siguiente :
Determinó hacer della desvíos, << Si tengo de deciros las verdades ,
Yque Grijalva con los marineros Amigos, compañeros y señores ,
APanuco llevase los navíos ; Bien sabeis que las buenas amistades
El por tierra con muchos compañeros, Que tanto celebraron los mayores
Atravesando peligrosos rios, Se conocen en las adversidades ,
Cienegas infinitas , mil esteros , Cuando fortuna siembra sus rigores ;
May fatigados todos y hambrientos , Y entonces es el bueno menos vario
Y de tantas zozobras descontentos. Cuando hado se muestra mas contrario.
Mas por algunas guias ya tomadas » Y pues que la costumbre de los buenos
De indios que hallaban divertidos , Es no desamparar al buen amigo ,
Salieron á las tierras deseadas, Y sabeis bien que nunca yo fui menos ,
Y no fueron allí mas proveidos ; Sino mejor aun desto que aqui digo ,
Pues á causa de guerras atrasadas De toda la lealtad sereis ajenos
Habia muchos pueblos destruidos , Si no permaneciésedes conmigo ,
Porque Fernán Cortés y sus tinientes Teniendo ya por cosa conocida
Traian fa tigadas estas gentes. Que a nadie quiero menos que á mi vida.
Allí donde la proa todos llevan » El tal amor deseo que se entienda
En fundar poblacion con su cousejo , Por mis obras y blando tratamiento ,
Estaba ya fundado Santisteban Pues gasté con vosotros mi hacienda
Por capitán un Pedro de Vallejo : Para daros cabal aviamiento ;
Temió Garay de que estos no se muevan, Y para yo teuer segura prenda
Y en acercarse tuvo mal consejo, Os ligastes con santo juramento ,
Porque los de Cortés dieron en ellos Prometiéndome todos à porfia
Yprendieron á los cuarenta dellos. De no dejarme por ninguna via.
Grijalva también tuvo desavíos , » Si cerca del negocio prometido
Pues yendo caminando su viaje , Lo contrario hacer alguno piensa ,
En unos arrecifes y bajios No solamente yo soy ofendido ,
No vistos antes en aquel paraje , Pero también haceis à Dios ofensa ;
De los once perdió cuatro navios Y ansí cuando tengais mayor olvido
Con todos los pertrechos y fardaje ; De su mano verna la recompensa ,
Ancleó los demás cerca del puerto Pues quebrantais la jura del muy alto ,
De Panuco , segun fué su concierto. Y faltais á quien no hallastes falto.
Los de tierra por falta de comida >> Si pensais por allá recoger frutos
Estaban ya como de los cabellos , De riquezas por mas breves atajos ,
Andando mucha gente divertida , Nunca las hallareis á piés enjutos
También mataron indios muchos dellos : Ni por caminos llenos de gasajos ;
Supo Fernán Cortés esta venida, Ni querrá dar Cortés salvos condutos
Y envió capitanes contra ellos , Para que goceis dellas sin trabajos ;
Aunque los mas á causa del provecho Lo que hará será daros un cebo
Tenian al Cortés dentro del pecho. De tierras nuevas que ganeis de nuevo.
Porque costumbre fué de señoríos , » Pues para no gozar lo descubierto
Que quien mas puede tiene mas devotos ; E ir á conquistar nuevas regiones ,
Conoció, pues, Garay sus desavíos Mejor os es volverá lo mas cierto
En hallar sus soldados tan remotos : Y a do dejais insignes poblaciones :
Al Vallejo rindieron sus navios Para lo cual en mí teneis abierto
También ciertos maestros y pilotos , Un camino de grandes galardones,
Los cuales alevosas sinrazones Y estuviera ya este comenzado
Causaron al Garay graves pasiones. Si no fuera de muchos engañado .
Y estando rodeado de pesares »Y pues no hago vano cumplimiento,
Aquellos capitanes cortesanos , Y está mi voluntad sana y entera ,
Llegaron a las partes y lugares Recebiré merced y gran contento
Que de Garay estaban mas cercanos ; De que ningunos os salgais afuera :
Tuvieron grandes dares y tomares , Sino que sin penoso sentimiento
No para que viniesen á las manos ; Pasemos todos juntos la carrera ,
Antes dando y tomando sobre puntos En la cual hallareis ser el efeto
Los unos con los otros fueron juntos. Mayor que por palabras os prometo. »
Tuvieron, aunque no con duro pecho, Estas amorosísimas razones ,
Sobre sus causas mil alteraciones , Espresadas debajo buen intento ,
Cada cual alegando su derecho Hicieron muy livianas impresiones
Y mostrando reales provisiones ; En la gente de tal ayuntamiento ;
Vinieron al concierto deste hecho , Pues sin embargo de persuasiones
Yfueron estas las resoluciones : Le huian hoy diez, mañana ciento ,
Enviar á Cortés sus mensajeros Y por se desmandar como bestiales
El Garay y los otros caballeros; Mataron muchos estos naturales.
80 JUAN DE CASTELLANOS ..
Viendo Garay tan gran inconviniente ELEGIA IX.
Y que la gente toda le faltaba ,
Determinó de ir personalmente A la muerte de DIEGO DE ORDÁs , donde se cuenta la gran
A verse con Cortés adonde estaba ; entrada que hizo por el rio de Uyapari, y las cosas en
Para que capitán tan escelente, ella sucedidas.
Hiciese lo que dél se confïaba ,
En la restauracion de su caida ,
CANTO PRIMERO.
De su reputacion y de su vida.
Resuelto pues en este su desino Aunque parezca seco despidiente
De gente de Cortés persuadido , No proceder aquí mas adelante ,
Puso luego por obra su camino Determino volver mas al oriente
Donde de todos ellos fué servido ; De Paria y á la tierra circunstante ,
Y después que llegó do le convino Para tratar de Ordás y de su gente ,
Con gran magnificencia recebido , De quien pretendo dar razon bastante ,
Habláronse los dos , brazos abiertos , Pues del honor mas alto de los buenos
Y trataron de medios y conciertos . Al Ordas se le debe nada menos.
No se tuvo Garay por arrepiso En Castroverde fueron sus natales
En los comedimientos desta vista , Del reino de Leon , y en Nueva- España
Trató su causa con gentil aviso Fué de los capitanes principales
Dando la relacion de su conquista ; El de mayor valor y mejor maña ;
Y ansi vino Cortés en cuanto quiso En las islas sus hechos fueron tales ,
Sin que ninguna cosa le resista ; Que cada cual se vende por hazaña ,
Mas porque la amistad fuese mas firme Y ansi Cortés por su merecimiento
Quieren que parentesco la confirme. Le dió grandísimo repartimiento.
Pues como por los dos se desease Mas no se contentó con esta suerte ,
El parentesco fué por esta via , No menos honorosa que crecida ,
Que el hijo de Garay se desposase Y á pretensiones otras se convierte ,
Con una hija que Cortés tenia ; Que fué cierta region muy estendida :
Y el Cortés proveyese y ayudase Causa para morir angosta niuerte ,
A la jornada que Garay hacia , Cuando pudo gozar mas ancha vida ;
Dándole todo buen aviamiento Y para se mover á la carrera ,
De gentes , de pertrechos y sustento El negocio pasó desta manera :
Dados á sus negocios estos fines Habia dado largas relaciones
Al son de suavisísimo concierto El ambicion , que todo lo revela ,
De trompas, chirimías y clarines , De las engrandecidas poblaciones
Pregoneros de tal contentamiento De Paria hasta el mar de Venezuela ;
Fuéronse los dos juntos à maitines Y no fueron mentiras ni ficiones ,
En la noche del santo Nacimiento , Ni saborcillos vanos de novela ,
Do con suaves músicas sonoras A hallar el Ordás la tierra sana ,
Oyeron ambos las divinas horas. O comenzara por Maracapana.
El oficio divino concluido , Porque Cubagua , muy mas estendida
Volviendo con un aire destemplado , De lo que por justicia se le daba ,
El Garay se sintió muy mal herido Tenia mucha tierra destruida ,
De pesado dolor en el costado ; Con cantidad de esclavos que sacaba ;
Y aunque fué de dotores socorrido , Y con cautelas era defendida
Acabóle la vida y el cuidado Cualquiera poblacion que se intentaba ,
Dentro de quince dias de intervalo , Por no perder aquel vicioso pasto
Después que del dolor se sintió malo. Con que hacian suntuoso fausto.
Fué hombre de gentiles proporciones , Fué reino de grandísima sustancia ,
Apacible , discreto y generoso , Y señores en él de gran estado ,
De nobles y de sanas intenciones , Fertilidad , hartura y abundancia
Mas de grandes empresas cudicioso : De pan , de frutas , carnes y pescado ;
Amigo de guerreros escuadrones , Y con ser tan inmensa la distancia ,
Enemigo muy grande de reposo ; Paso no se hallaba despoblado ,
Dejó hijos é hijas principales Potentes pueblos al primer encuentro ,
Aunque menoscabados sus caudales . Potentísimos mas la tierra dentro.
Murió como cristiano diligente, Esta tierra de próspera templanza ,
Con gran preparacion de testamento , Que frio ni calor no causan lloro ,
Sintió Cortés su muerte grandemente , Por pueblo , por camino , por labranza ,
Y en todos fué comun el sentimiento ; Pocos indios pudieras ver sin oro ;
Con pompa y en lugar muy eminente No mudan en los trajes el usanza ,
Solenizaron el enterramiento ; Pues sola desnudez es el decoro ;
Hicieron muchas letras á su muerte , Mujeres cubren partes vergonzosas ,
Y una dellas decia desta suerte : No todas , ni con unas mismas cosas .
Præsidis hoc busto requiescunt ossa Garal , Esta gente , mujeres y varones ,
Qui sine præsidio præside major erat. Es por la mayor parte bien dispuesta •
Cortesi numen dum dives vincere certat,
Pauper in hospitio lumine cassus abest. De muy bien amasadas proporciones ,
Teniendo vida segura , Con cierta gallardía no mal puesta :
Aquí yace sepultado Diestros en sus guerreros escuadrones
Garay , capitán bastante , Por vencer la gran ventura
Que con ser adelantado , De Cortés , varon divino Para su defension la mano presta ,
No llegó tan adelante Murió pobre peregrino , El regulado tiro siempre lleno
Cuanto llegó su ditado ; Y en ajena sepultura.
De pestilencialísimo veneno.
También es de su uso la macana ,
Y de palma tostada larga janca ,
Que suelen menear de buena gana ;
No sin golpe mortal de quien alcanza :
Comen algunos destos carne humana
Por via de pasion y de venganza ,
Y aquesta crudelísima comida
Es fuera de sus casas ascondida.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA IX, CANTO I 81
No la quieren comer en parte rasa , Muy juntos á la tierra naufragaron ,
Sino donde la gente menos pisa , Sin dalles sinsabor reventazones ,
Las ollas nunca mas entran en casa , Y ansi dicen que todos escaparon ,
Ni vaso ni cazuela do se guisa ; Y entraron por jamás vistas regiones ,
No se come , sacada de la brasa , Hasta que descubrieron y toparon
Con grita , regocijo , ni con risa , Grandes y poderosas poblaciones ,
Antes parece tal mantenimiento Adonde se huyeron y han valido ,
Selles un cierto modo de tormento. Multiplicando siempre su partido.
Teniendo pues Ordas por larga lista Esta nueva vendian por muy cierta
Cumplidas y bastantes relaciones Muchos que yo traté y he conocido ;
Desta costa , por hombres que de vista Mas es una ficion clara y abierta ,
Conocieron aquellas poblaciones, Y cuento para mí desvanecido ;
Pidió con gran instancia la conquista , Pues si tal gente ya no fuera muerta
Y diéronsele della provisiones , Hubieran á mil partes respondido ;
Gobierno de grandisimo partido , Ansi que no sera juicio ciego
Si fuera por entonces conocido . Decir que perecieron todos luego.
Al fin en tal distrito como este Sin esta compañía zozobrada ,
Le dieron por la costa, recta via , O muerta por el indio mas vecino ,
Ciento cincuenta leguas leste , ueste , Ordas , continuando su jornada
Y norte, sur , que fué la travesía : Con piloto que tuvo mejor tino ,
De mil soldados buenos formó hueste Llegó con el restante del armada
Con gente principal de Andalucía ; A Paria , do llevaba su camino ,
Aderezaron grandes galeones , Donde Antonio Sedeño ya tenia
Matalotaje y otras municiones. Soldados con algun artillería.
Nombró por general á Joan Cortejo , Habia hecho cierta fortaleza ,
Su maestre de campo fué Herrera , Do quedó Joan Gonzalez con la gente ,
Cada cual de los dos amigo viejo , Y para revolver con mas grandeza
Que en Méjico siguieron su bandera ; En Boriquén estaba de presente ;
Entraron capitanes en consejo Mas el Ordas con toda su dobleza
Para la prevencion de su carrera , Tomó las municiones al ausente ,
Nombró también con otros oficiales Y aun intentó matar al Joan Gonzalez ;
Por alcalde mayor á Gil Gonzalez. Mas no se perpetraron tantos males.
Vino también con este caballero , Los tres hermanos Silvas ya contados,
Pudiendo sosegar con buena renta , Que prometieron ir tras el armada ,
Jerónimo de Ortal por tesorero , Procuraban venir bien aviados
De quien daré también mas larga cuenta , Para mejor servir en la jornada :
Como quien bien lo conoció primero ; Hicieron luego copia de soldados ,
Vivió después en vida descontenta , Isleña gente , suelta , bien granada ,
El cual sucedió siendo mozo tierno Que en peligros ocultos y patentes
Al don Diego de Ordás en el gobierno . Salieron todos hombres escelentes.
Dispuesta toda cosa necesaria Para bagaje y gente recogida
Y preparado bien cada navio , Tenian dos fornidas carabelas ;
Hicieron su camino acia Paria , Mas mucho recelaban la salida ,
Principio deste nuevo señorio : Teniéndolas por algo pequeñuelas ;
Surgieron en las islas de Canaria Y estando ya los Silvas de partida
Para tomar alli mejor avio , Vieron un galeon à todas velas ,
Besaron al Ordas luego las manos Hermoso , bien fornido, grande, fuerte,
Gaspar de Silva con sus dos hermanos. Mas instrumento cierto de su muerte.
Eran en Tenerife principales , Al puerto donde estaban se venia ,
De próspero caudal y rico traje ; Y dentro dél fué surto y ancleado ,
Al Ordas ofrecieron sus caudales , Con mucho lienzo , paño , mercería ,
Sirviéndole con buen matalotaje ; De muchas cosas otras pertrechado ;
Y con doscientos hombres naturales Pues el Gaspar de Silva , que queria
Prometieron de ir aquel viaje ; Llevar en su viaje buen recado ,
El Ordás acudió con mil ofertas Determinó tomar , por selle bueno ,
Que después conocieron ser inciertas . Aquello que sabia ser ajeno.
Andándose los Silvas despachando Habló con el maestre , que hacia
Por el orden que menos les convino , Haciéndole creer torres de viento ,
El don Diego de Ordás fué navegando El portugués ladron que lo creia
A la parte do lleva su desino : Al delito prestó consentimiento ;
Prometiendo de illos esperando Dejó las carabelas que tenia ,
Por puertos y bahías del camino ; Y á él pasó las gentes y alimento ,
Y ansi para cumplir con su promesa , El señor dél , quejoso y agraviado ,
A su navegacion dió poca priesa. Por ser en mucha suma defraudado.
Mas pareciendo ya mucha tardanza , Hizo también algunos otros daños
Por evitar algunos desavios , Al tiempo que su gente se despacha ,
Del rio Marañon hizo mudanza , Culpáronlo, demas destos engaños ,
Y atravesó con todos los navios : Del rapto de Isabel , linda muchacha ;
Algunas veces con desconfianza La cual yo vi morir ba pocos años
De poder escapar de mil bajios , En el pueblo del Rio de la Hacha ,
Con calmas y grandisimas corrientes , Casada ya con hijos y con nietos ,
Que por aquella costa son frecuentes. Que estan ayunos hoy destos secretos.
El Ordás escapó con buen consejo , Apercebidos pues por la manera
Y fue donde llevaba los intentos , Que sus crueles hados señalaban ,
Mas no pudo salir el Joan Cortejo Prosiguieron los Silvas su carrera
Con otros que pasaban de trescientos , Con los doscientos hombres que llevaban:
Sin remedio , recurso, ni aparejo Vieron el Marañon y su ribera ,
Para seguir por mar sus movimientos , Mas no vieron los males que esperaban
Salvo los principales coroneles , Y como ya llevaban aparėjo ,
Que pudieron huir en los bateles . Alli hicieron un bergantinėjo
T. IV. 6
82 JUAN DE CASTELLANOS .
Como por orden esto se pusiese , Mujeres de las islas con endechas
Y municion en él algo sumaria , Se berian los pechos y los cuellos ,
Al galeon mandaron que se fuese Costanza de Leon tiene deshechas
Luego por alta mar vuelta de Paria ; Mejillas y estragados los cabellos :
Y que Gaspar de Silva recorriese Haciendo mas patentes las sospechas
La costa con la gente necesaria , De carual amistad con uno dellos :
Porque por algun seno y anconada Enterrólo clamor que rompe el aire
No quedase la gente del armada. En la isla que llaman Perataire.
Van en el galeon por principales Conclusos estos tristes funerales ,
Un Francisco Morillo y un Briones , Ordas con tal rigor cual os enseño
Bartolomé Gonzalez , Joan Gonzalez , Deseaba matar à Joan Gonzalez ,
Hermanos del que va por los ancones : Alcaide de la fuerza de Sedeño ,
Entre estos , como uo fueron parciales, Mas por mano de indios naturales,
Hubo ciertas revueltas y pasiones , Porque el delito no tuviese dueño :
Y con el sinsabor que voy diciendo Mandólo pues llamar en continente ,
Iban el mal viaje prosiguiendo . Y dicen que le dijo lo siguiente :
Con continuacion de su jornada « Yo, señor Joan Gonzalez, tengo gana
Fuera de toda buena coyuntura , De saber por entero la pujanza
Llegóseles la hora deseada , De la tierra que dicen de Guayana ,
Deseo de su cierta sepultura; Sus sitios , poblaciones y templanza ;
Porque vieron las naos y el armada Y por no meliar de gente vana
Donde no les darán arma segura : Quiero hacer de vos la confianza :
Hacen la salva de una y otra suerte , Es menester que hoy en este dia
Mas no para salvarse de la muerte . Os partais solo con alguna guia.
Porque dieron Morillo y el Briones » Porque do muchos van hacen ruïdo ,
A Gil Gonzalez de Avila noticia Que no comportará gente guerrera ;
De todas las pasadas sinrazones , Un hombre solo menos es temido,
El robo , la violencia , la malicia; Y puede bien pasar por donde quiera ,
El cual mandó hacer informaciones , Mayormente quien es tan conocido
Prosiguiendo la causa por justicia : Y amado como vos desta frontera ;
Resultaron al fin de los procesos Y visto bien lo que la tierra tiene
Delitos de grandísimos escesos . Verneis , é yo haré lo que conviene . »
Degollaron aquestos dos hermanos Estos mandatos duros y tiranos
Con voz de pregonero que resuena El Joan Gonzalez bien los entendia ,
Culpas y fealdades de tiranos , Pero por escaparse de sus manos
De que se recebió crecida pena ; Luego le respondió que le placia :
Y por fautor de hechos inhumanos Conociendo por menos inhumanos
Al piloto colgaron del entena ; Los indios que su mala compañia ;
Quedó también á muerte condenado Al fin partió con ciertos naturales
Gaspar de Silva , mozo desdichado . Que le fueron fieles y leales.
Ancones y bahías va mirando , Pero quieren decir que el desconcierto
Haciendo prolijisimo rodeo , Y orden de cautela semejante
Su desastrada muerte deseando , Fué después de salidos deste puerto ,
Sin saber ser aqueste su deseo. E ir por Uyapar mas adelante
¡ Oh cuántos deseaban deste bando En un pueblo, Carao ; y es lo cierto ,
Podelle dar noticia del torneo ! Segun tenemos relacion bastante
Mas por ninguna via fué posible Hecha del capitán Joan de Avendaño ,
Avisalle de lance tan terrible. Que siempre fué testigo deste daño.
Llegó pues con aquella compañía Hecha la despedida bien molesta ,
De ver la flota muy regocijados , Por ser estos intentos muy ruines ,
Fué dia de San Joan aqueste dia , Ordas mandó hacer la gente presta,
Remate de sus dias mal gastados , El galeon , la fusta , bergantines,
Año de treinta y uno que corria Y con pregones muchos manifiesta
Sobre mil y quinientos ya pasados , Entrar por Uyapar y sus confines ,
El viene con placer soltando tiros , Rio potente , mas de fruto poco ,
Y acá lo solenizan con suspiros . A quien otros le llaman Urinoco.
Bien como caminante congojado En esta fortaleza dejó gente
Que cercano se ve de su reposo , De todas armas bien aderezada :
E yendo para él regocijado Quedó por capitán y por tiniente ,
Con un vivo fervor y presuroso , Por ser persona bien acreditada ,
Lo ve por todas partes ocupado Martin Yañez Tafur , que es de presente
De mortal enemigo y odioso , Vecino deste reino de Granada ,
Y el gusto de la cama y de la cena El cual gobernó bien la gente nueva
Fué hambre , cepo , grillos y cadena ; Y dió de su valor bastante prueba.
El desdichado mozo que ya cuento, Apercebió para llevar consigo
Bien por este nivel y desta suerte , A Domingo Velazquez el mañoso ,
No ve sino señal de descontento Entre los de Cubagua muy antiguo :
Do quiera y á do quier que se convierte : Insigne capitán y valeroso ,
Halló dura prision , halló tormento , A quien yo tuve siempre por amigo
Halló temor , dolor y cruel muerte. Gozando ya de paz y de reposo ;
¡ Cuántos sospiros, lágrimas , sollozos Llevo también para que fuese guia
Emanaban de viejos y de mozos ! Un indio que Taguato se decia,
En tierra y en tan buena coyuntura Capitán arüaca señalado
Dia del gran Bautista soberan o, Y por aquellas tierras peregrino ,
Admiróse de ver tanta tristura , El cual pareció bien haber entrado
Y no ver por allí ningun hermano : Mas de quinientas leguas de camino :
Reconoció su grande desventura Indio valiente , diestro y avisado ,
Desque con gran rigor le ponen mano, De muy buena razon , poco ladino ,
Hácenlo confesar, y en poca pieza Mas Domingo Velazquez entendia
Le cortaron al pobre la cabeza. La mayor parte de lo que decia.
$3
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA IX , CANTO I. 385
Son arùacas de valientes manos , Con esta gente bárbara, contenta
Tiene su tierra nobles influencias , De lo seguir por ser hombre bien quisto ,
Y son todos amigos de cristianos , De la suerte que ya se representa
Con buenas obras , gratas aparencias : A su navegacion se hizo listo ,
Con caribes crueles , inhumanos , En busca del Ordás por dalle cuenta
Tienen cotidianas competencias , De lo que le mandó y habia visto ;
Y cuando con mayor fuerza se muerden , Fueron pues por el rio su jornada
Los arüacas pocas veces pierden. Hasta tanto que vieron el armada.
Con esta prevencion y buen avio , Como vieron piraguas de repente
El Ordás con su gente castellana Y en ellas el gentio bien armado .
Entraron por aquel potente rio Mandó Diego de Ordás incontinente
Forzados unos y otros muy de gana : Que todos se pusiesen á recado :
Por él a remos va cualquier navío , Maravillóse luego grandemente
Atoas, la gran nao capitana , Después que Joan Gonzalez fué llegado ,
Llevando siempre cable sobre cable , Porque por ser rigor tan escesivo
Trabajo de rigor intolerable. Ningun hombre creyó que fuese vivo.
Y ansi por trabajar en travesías Hablóle con grandísimas razones
Perecian los hombres por momentos , Y el Joan Gonzalez dió de su jornada ,
Tanto que en breve número de dias Verdaderas y ciertas relaciones
Al rio fueron mas de cuatrocientos ; De tierra que halló bien asombrada :
Y cuanto mas crecían las porfias En ella poderosas poblaciones
Tanto mas descrecian alimentos , Y cuanto mas adentro mas poblada ;
Murciélagos , mosquitos y otras plagas Y aunque la relacion no fué liviana ,
Los infestaban con crüeles llagas. El Ordas la tomó de mala gana.
Malos y encancerados embarazos Yo de mi parte menos la condeno
Ocupaban cualquiera mordedura , Ni aun siente della mal el baquïano ,
En los piés, en las piernas , manos, brazos Pues en tan larga tierra y ancho seno
Viérades lamentable desventura : ( Eso me da de sierra que de llano )
Caianse los miembros á pedazos , Debe de baber algun pedazo bueno
No podia hallar médico cura ; Que hasta nuestros tiempos está sano ,
Y con ser el volver tan importante , Porser entrada larga , (rabajosa ,
Procuraron de ir siempre delante. Y en sus primeros límites dudosa.
Demás de les faltar fuerzas humanas , Grandes y valerosos capitanes
Eran los tiempos ya tempestuosos , Siguieron la demanda como cierta ,
Anegados los campos y zavanas, Y por muertes , desgracias y desmanes
Los esteros venian rigurosos : Casi que se volvieron de la puerta :
A las tardes y noches y mañanas Felipe de Utén por los alemanes
Los empapaban nimbos procelosos , Trabajó por hacella descubierta ,
Y con estas congojas y pasiones Jerónimo de Ortal , después Sedeño ,
Subieron basta ciertas poblaciones. Y Orellana contó cosas de sueño.
Pueblo potente fué de gran gentio , Después Jimenez , capitán preciado
Que sobre las barrancas iba puesto , Hizo desde este reino la jornada ,
Del cacique Uyapari señorío, Hermano del señor adelantado
En las calles y plazas bien digesto , Don Gonzalo Jimenez de Quesada :
Y de donde nombraron este rio El cual agora vino del Dorado,
Los españoles que hallaron esto , Que es la misma demanda señalada ,
Del cual fueron entonces recebidos Perdidas sus haciendas y caudales
Y razonablemente proveidos. Y muertos muchos hombres principales .
Aquí , por ser lugar mas conviniente , Y aun agora no tiene menos pio
El que tenia cargo del gobierno El heredero de su testamento,
Determinó de reformar la gente Y sucesor Antonio de Berrío
Hasta pasar las furias del invierno ; En sus haciendas y repartimiento ;
Y aun porque se sentia mal doliente El cual con discrecion y buen avio
El viejo baquiano y el moderuo , Quiere seguir aquel descubrimiento ,
Anclearon arriba muy lejana Y cierto su valor nos asegura
Aquella grande nao capitana. Que tiene de dar fin a la ventura.
Cuando se padecian estos males Pues indios deste reino comarcanos ,
Y plagas por la gente castellana , Que sirven hoy á nuestras compañías
Andaba peregrino Joan Gonzalez Y tratan y contratan en los llanos
Por aquellas provincias de Guayana, Con sus acostumbradas granjerías ,
Donde todos los indios naturales Refrescan las noticias á cristianos
Lo recebieron muy de buena gana , Que dellos determinan hacer guias ,
Con caricias , regalos, beneficios, Llevando las derrotas diferentes
Con dadivas , presentes y servicios. De aquellas que llevaron otras gentes.
Regalado se ve ; mas todavía Creo que se darán mejor recado
Con santos y católicos respetos Por ser de mas aviso proveidos ,
Consideró que no le convenia A causa de llover sobre mojado
Estar entre salvajes indiscretos : Con negocios atrás acontecidos :
Ajenos de cristiana policía En muchos que buscando su Dorado
A cultos diabólicos sujetos ; Quedaron asolados y perdidos ,
Y aunque no se librase de sus manos, Y del perder algunos en un hecho
Queria mas morir entre cristianos. Suelen otros sacar mucho provecho.
Comunicó con indios su partida Y Orsúa, capitán tan escelente
Con todo lo demás que determina , Cuanto pudieron ser los mas cabales ,
Y fué su voluntad obedecida A quien los que vivimos de presente
No menos que si fuera la divina : Debemos alabanzas inmortales ,
Siguieronto con copia de contida Y de quien trataré mas largamente,
Hasta ver la mas gente peregrina , Celebrando sus tristes funerales
Por esteros , lagunas y otras aguas , Por el orden que de presente llevo ;
Con eopia de canoas y piraguas. Pues si muchos le deben, yo le debo.
84 JUAN DE CASTELLANOS.
Vi también el furor del padre Ayala, Diego de Vargas levantó bandera ,
Que de la Margarita se desvia , A titulo de ir este camino ,
Y en ir à la Guayana se señala Con su hijo don Joan , que donde quiera
Con flota de arüacas que lo guia , De crecidos honores era dino ;
Y dijo que no vido tierra mala , Mas al principio de la tal carrera
Antes tal que riqueza prometia : Y deste nuevo reino muy vecino ,
Fué , cuando tal motivo lo desvela , Mataron fuertes indios al buen viejo
Mi huésped en el Cabo de la Vela. Por falta de favor y de consejo.
Comunicó conmigo su desino Caceres intentó los mismos fines
En vano parecer determinado , Con el poco posible que le vemos ;
Para volverse por aquel camino Pero nunca salió de los confines
Al Pirú de do vino desterrado ; De tierra que palpamos y tenemos ;
E yo le respondi ser desatino Y ansi pobló los indios matachines.
Jamás oido , visto , ni pensado ; Que deste reino son los mas estremos ,
Mas el fué todavía donde digo De manera que nunca fué bastante
Con sola compañía de un amigo. Para poder pasar mas adelante.
Anduvo por allí ciertas jornadas , Volver a la demanda de presente
Vió pueblos con asientos muy amenos , Por el Caceres dicho se procura ,
Descubria caminos y calzadas , Y él y el dicho Berrio hacen gente
Las cuales prometian anchos senos ; En un tiempo , sazon y coyuntura :
Trajo joyas de oro rescatadas , Cada cual de los dos es pretendiente
Aguilas y cemies harto buenos , De poder acabar esta ventura ;
Ciertos tiros de bronce que hallaron Guias llevan y muy buenos arreos :
Adonde los Ordases invernaron . ¡ Dios les dé cumplimiento de deseo !
Como buenos dineros importasen , Siguió Pedro de Silva la recuesta ,
Y falta de los tales necesita , De la cual por aquí volvió perdido ,
Para que mas al rio los llegasen Con su poquilla gente descompuesta ,
Ayala con caricias los incita ; Y dicen nuevamente ser venido ,
Y hizo que en piraguas los llevasen Y entrar por Uyapar, donde me resta
Aquestos indios á la Margarita , Volver al buen Ordas , que detenido
Do procuró tomallos el tiniente ; Dejamos con las aguas del invierno
Mas defendiólos valerosamente. En la parte que dice mi cuaderno :
Ala Española fué la mercancía Donde después que vino Joan Gonzalez ,
Y el, algo levantado de la rueda , Y percebieron bien lo que decia ,
Adonde por entonces presidia Todos aquellos hombres principales
El inclito Joan Lopez de Cepeda : Deseaban seguir aquella via ,
Dió cuenta de la tierra do venia Los motivos de Ordas no fueron tales ,
Como quien por ninguno se le veda , Y ansi les respondió que no queria
Informo los señores del audiencia Sino subir el rio con esceso ,
Para volver pidiéndoles licencia. Y agora contaremos el suceso .
Diéronle favorables provisiones
Ordenadas por ley de buen amigo
Para poder entrar estas regiones ,
Ansimismo llevar gente consigo ; CANTO SEGUNDO ,
Vendió las sobredichas municiones ,
Las joyas y preseas que ya digo , Donde se cuenta cómo Diego de Ordás subió con su armada el rio Uya-
Compró muchas camisas y bonetes , pari arriba , y cómo volvió perdido à Paria , y lo que mas aconteci
hasta su muerte.
Cuentas , cuchillos , hachas y machetes.
Contóles pretensiones algo flacas Mal pueden caminar siempre seguras
O motivos de grande disparate ; Las muy precipitadas opiniones :
Liadas y compuestas las petacas El que deja la luz por ir á escuras
Donde llevaba todo su rescate , No se espante que halle tropezones ;
Volvió con otra flota de arüacas Pues suelen semejantes aventuras
Con solos doce hombres de alpargate; Engañar los humanos corazones :
Seria por el año de sesenta No siempre hizo lance venturoso
Sobre mil y quinientos desta cuenta. Quien lo cierto dejó por lo dudoso.
Llegados á Guayana , van entrando Notado fué de tanto desatino
Mas de lo que amistad les asegura , Ordás en los ya dichos menesteres ,
Muchas preseas de oro rescatando Pues se precipitaba de contino
Con algunos resabios de soltura ; En sus buenos ó malos pareceres ;
Mataron al Ayala y á su bando Y mas en proseguir aquel camino
Concluyendo balanzas y locura , Fuera de cuanto puede dar placeres ,
Sin dejar á ninguno con resuello Antes las intenciones en que estriba
Que pudiese decir la causa dello . Son de siempre subir el agua arriba.
De todo buen concierto fué remoto Metidos en cintura pues los rios
Serpa, que tentó ir esta jornada , La mano del invierno mas liviana ,
Pues luego lo mató Cumanagoto Al tiempo que hacia ya desvíos
Antes que comenzasen el entrada ; El agua del convés de la zavana ,
El ejército suyo quedó roto, Donde nadaban los demás navíos ,
Y hizo Serpa tanto como nada ; En seco se quedó la capitana :
El oficial será siempre confuso Fuera del Uyapar y circunstancia
Usando cosas fuera de su uso. Una crecida legua de distancia.
Tenia Serpa términos honrados, Huyendo los demás deste paraje,
Aparencias y buenos ademanes , A la madre se llegan descontentos ;
Pero los que jamás fueron soldados Y para proseguir su mal viaje
Dudo poder ser buenos capitanes : Sonaron rigurosos mandamientos ;
No son aquellos indios descuidados , Partieron sin tener matalotaje
Ni temen los caudillos haraganes ; A tierra toda falta de alimentos ;
Ya yo los conocí soldado pobre , Gil Gonzalez quedó con los tullidos
Y sé muy bien cuán bien baten el cobre. En aquestos asientos referidos.
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VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA IX , CANTO II . 85
Sacó del pueblo grande que se cuenta , Nutrias anchas que tienen sus estilos
En la fusta mayor y bergantines , Y de puerco la forma y ademanes ;
Españoles doscientos y setenta , Inmensa cantidad de cocodrilos ,
Cuarenta lijerisimos rocines : A quien todos acá llaman caimanes ;
Tomó pues con su gente macilenta Cuya ferocidad y bravos filos
Del pueblo de Carao los confines , Son causa de grandísimos desmanes ,
El cual distaba del potente rio Pues suelen devorar estas serpientes
Una pequeña legua de desvío. Crecidísimo número de gentes .
Allí se reformaron los soldados , Perseverando pues en sus porfias ,
Y tuvieron un poco de reposo , Ordás por Uyapar contra corriente ,
Y después de los dos meses pasados Por sus riberas fué cincuenta dias ,
Volvieron al viaje trabajoso : Sin que pudiese ver cosa viviente ;
Costeando prolijos despoblados Muy fatigadas ya sus compañías
Sin muestra de refugio virtuoso , Por no tener comida suficiente ,
Sino pocos y viles pescadores Hacia sus entradas por los lados ;
Que de ningun buen pueblo son cultores . Pero todos los vian despoblados.
Gaiqueries y algunos guamonteyes , E yendo caminando con el pio
Morenos , altos , buena compostura , De ver do rehacer la gente flaca ,
Sujetos á ningun modo de leyes , La boca descubrió de cierto rio ,
Sin labranza , crianza ni cultura , Bien frecuentada ya del arüaca :
Suelen tener sus príncipes y reyes , Y ansi diz que le dijo : « señor mio ,
No para dalles vida mas segura ; Este rio se llama Caranaca ,
Pescas y cazas son sus alimentos , Si por aquí hicieres tu corrida ,
Y raices de yerbas sus sustentos. Yo sé que hallarás gente vestida .
El guapo , que es comida mas contina , » Hallarás estendidas poblaciones
A un ajo redondo se compara , Con toda la grandeza que deseas :
De que también la gente peregrina Oro, piedras preciosas , ricos dones ,
En sus necesidades se repara : Muy lucidos ropajes y preseas ;
Ansimismo provee de harina Sus ejercicios son contrataciones ,
Otra raiz que llaman caracara , Ansí ciudades como las aldeas ;
La cual muelen en cueros de venados Es gran provincia, próspera, pujante ,
En hoyos muy tupidos y pisados. De sal y bastimentos abundante .>>
Son estos guamonteyes tan insanos , En nada destas cosas que decimos
Y toda su vivienda tan sip maña , Quiso Diego de Ordás créer la guia ;
Que si comida piden los cristianos Y los hombres antiguos que vivimos
Al tiempo que la hambre mas los daña , Juzgamos por ventura que decia
Mostrando de maiz algunos granos Por este reino donde résidimos ,
Los huelen como cosa muy estraña ; Cuya fama muy largo se estendia ,
Ninguno dellos cultivó ribera , Si acaso no contiene tan gran seno
Ni fruto recogió de sementera. Algun otro compás no menos bueno ;
No tuvieron jamás pueblo fundado , Por ser tal la distancia deste llano ,
Casa de piedra , tierra, ni pajiza , Y el espacio y lugar tan estendido ,
No rancho por sus manos fabricado , Que sera como dar al Oceano
Sino ciertos toldillos de tomiza ; Un término que fuese recogido ;
Su cama es un cuero de venado Yansi podria ser á cualquier mano
Gastado de arrastrar por la ceniza ; Otro mejor quedarnos ascondido ;
Defiende cada cual varonilmente Pues, como tengo ya relacion hecha ,
A su mujer , su hijo , su pariente. No deja de dudar esta sospecha.
Anduve yo también por estos puestos Y en la postrera y última jornada
En tiempo y en edad mas vigorosa , Que hizo por los llanos desta tierra
Aunque no por adonde fueron estos , Don Gonzalo Jimenez de Quesada ,
Sino por parte menos trabajosa : No sobrándole ya gente de guerra ,
Son amplisimos campos mal compuestos Vió por medio del llano prolongada
De poca gente , y esa monstruosa ; Con prolijos estremos una sierra ,
Rios que de su curso se despegan Do mandó ir al capitán Soleto ,
Con fuerza de crecientes los aniegan. Mas no trajo razones del secreto.
El rigor de las aguas acabado , Porque con hambre, ya mas que terrible,
Y las inundaciones y crecientes , Se volvió desde el pié donde nacia ,
Inmensa suma es la del pescado Por no parecer cosa convenible
De géneros y modos diferentes , Meter la gente donde no sabia ;
En ciénegas , en charco represado , Mas á mi parecer es imposible
En los manantiales y corrientes , Aquella sierra tal estar vacía ;
El cual, de mas de ser tan copioso , He yo comunicado con varones ,
Es sano y en sabor maravilloso. Que no están fuera destas opiniones.
Hay caribes, cachamas, palometas , Ansi que, no de balde le decia
Guabiuas , armadillos , peje sano : Al Ordás el Taguato que siguiera
Si se secan algunas ceneguetas El rio Caranaca , do se via
Con los calores grandes del verano 9 Mejor disposicion en la ribera ;
Acontece sacar entre las grietas Mas él no quiso por ninguna via,
El indio cuanto quiere y el cristiano , Sino continuar otra carrera ;
Hacen barina déf cuando se seca , Y de perseverar en su costumbre
Sacan mil calabazos de manteca . El indio recebia pesadumbre.
Hay también por aquestos despoblados Y ansi , por divertir su fantasia ,
Y campos tan inmensos y vacíos Como quien lo tenia bien corrido
Cantidad infinita de venados , Bumbun temeretopo le decia .
Los cuales son de dos ó tres natíos : Señalando de piedras gran ruido :
Dantas y puercos tan multiplicados , El barbaro vocablo se entendia ,
Que cubren las riberas de los rios ; El propósito fué mal entendido ,
Hay tigres, osos, onzas y leones , Pues alli cada cual interpretaba
Cebados en aquestas ocasiones. Segun aquel deseo que llevaba.
86 JUAN DE CASTELLANOS.
Porque decian muchos chapetones , » Otros palenques hay mas estendidos
O señores , que dijo Taguato En muchos destos campos y zavanas ,
Del gran ruido de las fundiciones , No de plantas de árboles nacidos ,
La fuerza y el concurso del contrato : Como las otras cercas mas ancianas ;
Con las piedras martillan argollones , Sino de palos muy fortalecidos ,
Los golpes dellas suenan grande rato ; Y cada cual con dos ó tres andanas ,
Es tal en labrar oro la porfia , Con las cintas espesas de bejueos ,
Que suena como grande herrería. O correosas yedras de arcabucos.
Mas Domingo Velazquez , que notaba » Tienen las mas insignes poblaciones
Lo que la guia dijo por entero , En unas mesas llanas asentadas ,
Como sabio varon adevinaba Debajo de los macos, ó mamones ,
Cual habia de ser el paradero ; Plantados por hileras ordenadas ,
Y por no dar pasion disimulaba , Arboles de hermosas proporciones ,
No con simulacion de lisonjero , Cuyas hojas jamás se ven mudadas ;
Sino porque cumplia de presente Su vista da grandísimo contento ,
Irse también al hilo de la gente. Y el fruto dellos es de gran sustento.
Yendo pues cada cual dellos ya falto , >> Por montes , por zavanas, por oteros,
No menos de salud que provisiones , Do quiera que sus pasos hombre guia ,
Vinieron á topar con cierto salto Hierve la gente como hormigueros,
De peñascos y grandes farallones ; Tanto que no vereis cosa vacía :
Do caian las aguas de mas alto , Gentiles pescas, grandes cazaderos ;
Y el ruido causaba confusiones , Tierra de bendicion , tierra sanía ;
Alli se conoció menos prolijo Hay minas de oro , mantas , y hamacas
Aquel Bumbune que Taguato dijo. Desde Cojegua hasta los Caracas.
Porque la duda dél quedó bien suelta , >> Por la costa de quien memoria hago ,
Cerca de no les dar las aguas uso , Atravesando culmen y eminencia ,
Y la navegacion toda resuelta De la sierra que tiene nada vago ,
En se hallar Ordás alli recluso : Porque poblada es por escelencia ,
Al fin determinó de dar la vuelta , Damos en Tacarigua , que es un lago
No menos perdidoso que confuso , De siete leguas de circunferencia ,
Y en breve tiempo , desde los raudales , Con islas dentro, do los infieles
Llegó donde quedaba Gil Gonzalez. Tienen jardines , huertas y verjeles.
Halló la mayor parte dellos muertos , >> Si quereis que sus nombres os declare,
La poca gente viva mal dispuesta ; Pues la memoria dellas no se escapa ,
De los amargos , aunque dulces puertos , Son Patenemo y Aniquipotare ,
Procuró de sacar la que le resta ; Ariquibano, Guayos, Tapatapa :
Y para los salados mas abiertos Con otras, que si alguno las hollare ,
Con toda brevedad se hizo presta : Podria mejorar su pobre capa
Y desde entonces , visto que cumplia , Con el oro que tienen naturales
Por Domingo Velazquez se regia. En joyas y preseas principales.
El cual dijo : « Pues son vuestros intentos »Aquesta crecidísima distancia ,
Hallar alguna tierra grandïosa , Poblada de cristianos , se haria
Adonde podais dar repartimientos Un reino de grandísima sustancia ,
Que sean de grandeza generosa ; Dispuesto para toda granjería ;
Yo sé, señor, tan inelitos asientos , Paréceme negocio de importancia
Que con razon direis ser buena cosa , Y digno de seguirse con porfía ;
Donde podeis fundar pueblos potentes, Si con sus circunstancias es aceto ,
Por ser infinidad las destas gentes . En las manos tenemos el efeto.
« No hallareis ancon ni seno vaco La dicha relacion , aunque sumaria ,
De prepotentes pueblos y lugares , Al Ordas dió grandísimo contento ;
Desde la Trinidad á Carïaco , Y ansi sin responder cosa contraria ,
Ni desde Cumaná hasta Tagares : En esto colocó su pensamiento:
Chichiriviche , valle mas opaco , Llegó con los navíos pues à Paria ;
Guantar, Maracapana con sus mares , Puso luego por orden el intento ,
Y Neverí, Caycarantal, Atamo , Sin quitar deste puerto todavía
Provincia cada cual digna de amo. La guarda de soldados que cumplia.
» Hay Chacopate, hay Cumanagoto , Estos soldados fueron fidedinos ,
Piritú , las riberas del Unare , En las cosas de guerra muy añejos ,
Pues la fertilidad de Paragoto Prestos en los asaltos repentinos
Fáltame copia con que la declare : A las agudas armas y consejos ;
Potente poblacion de Cherigoto , Y en este nuevo reino son vecinos
Con todo lo que dicen Mompïare ; Algunos, aunque pocos é ya viejos ,
Sus pueblos, sus culturas, sus labores , Como Joan de Portillo, cabal hombre ,
Y aquella gran potencia de señores. Joan Fuerte, mas en hecho que en el nombre.
» El feroz y terrible Turperamo , Dispuestos todos pues á la carrera ,
Y el invencible siempre Barutaima ; Procuró de enviar incontinente
El gran Guaramental, el Guayacamo , Al capitán Alonso de Herrera ,
Canima, Guaïgoto, con Pariaima : A Diamaima, puerto, con la gente ;
Gotoguaney, Perinia, Periamo , Y él quiso caminar por la ribera
Querequerepe, Canaruma, Guaima , Con pocos, que serian como veinte ,
Sin otros muchos desta circunstancia , Para que todos ellos se embarcasen
Con cercas de grandísima distancia. Después que en este puerto se juntasen.
» Aquestos dichos fuertes ó cercados Al mar salió Herrera , deseoso
Tienen señeros para su defensa , De cumplir fielmente su concierto ;
De grosísimos árboles plantados , Mas con fuerza de tiempo fortunoso
Donde la verde rama se condensa : Nunca pudo tomar el dicho puerto :
Unos después de otros ordenados , Corrió la costa bajo desgustoso ,
Con mas vigor de lo que nadie piensa , No hallando repáramo cubierto ,
Pues aquel gran grosor que lleva hecho Que Cumaná, do hizo su parada ,
Tiene de duracion prolijo trecho. Yalli saltó la gente fatigada.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA X, CANTO I. 87
El agua que en Cubagua se bebia Estando de la suerte que publico ,
Se llevaba de aquesta pertenencia ; Llegó con gente bien aderezada
Y á causa de que cuando se cogia Sedeño, de San Joan de Puerto- Rico
El bárbaro hacia resistencia ; Para perseverar en su jornada ,.
Habia fuerza ya , de que tenia Al Ordás publicando por inico
Andrés de Villacorta la tenencia , Por la razón atrás commemorada ,
Y en esta fortaleza recogida Y á su devocion trajo brevemente
Gente de guarnicion bien proveida. Algunos caballeros desta gente.
Estando pues como de los cabellos , Porque cierto rumor era venido
Deseando huir de sus aprietos , Diciendo que el Ordás era ya muerto,
La gente del Ordas holgó de vellos Los unos lo tenian por fingido ,
Para comunicalles sus secretos ; Otros lo publicaban por muy cierto :
Y ansi se rebelaron muchos dellos Al fin Sedeño fué bien recebido
Al Herrera, perdiendo los respetos ; De la mas noble gente deste puerto ,
Finalmente, que no por buenos modos Con los cuales pasó mas adelante ,
Las partes de Cubagua siguen todos. Y luego contaremos lo restante.
De muchas quejas hay ardiente fragua
Que formaban los que se vian fuera
De los angostos barcos y del agua ,
No menos que forzados de galera :
Prendió luego justicia de Cubagua
Al capitán Alonso de Herrera ; ELEGIA X.
Pero por ser bien quisto de soldados ,
Soltáronlo, los impetus pasados.
Llegados à la playa deseada , Conquista de la isla Trinidad y cosas en ella acontecidas
Ordas con el consorcio diligente , desde su primer gobernador , que fué Antonio Sedeno ,
Y conociendo todos que el armada hasta que vino Joan Ponce de Leon, natural de San Joan
Arribó por aquel inconviniente , de Puerto-Rico , y nieto del que conquistó aquella isla.
Con boga de piraguas bien guiada
Luego fueron en busca de la gente ;
A Cumaná llegó , do saltó luego , CANTO PRIMERO.
Y acabó de perder todo su juego .
Porque sin proceder por recta via , De muchas islas di razon sumaria
Ni sosegar fiel de justo peso , Pasandome por ellas por la posta ;
Pero Ortiz de Matienzo, que regia , Mas va parece cosa necesaria
Lo hizo dañador, y hizo leso : Que de tres no la demos muy angosta ;
El cual, por aquel orden que queria , Aquestas nos demoran acia Paria ,
A Castilla también lo llevó preso , Y en aquellos parajes de su costa;
Y ansi se perturbó su buen intento Destas la Trinidad es la primera,
En tierras de tan grande fundamento. Y ansi será desde ella mi carrera.
Todos estos disignos estorbaba Y pues de Trinidad es el empleo
Cubagua , por aquellas pretensiones Y rencuentros en ella sucedidos,
De los muchos esclavos que sacaba La santa Trinidad en quien bien creo
Destas grandes provincias y regiones ; Alumbre con su lumbre mis sentidos :
Y entonces y después abominaba Para que cante yo como deseo
De quien tenia tales intenciones ; Hazañas de varones escogidos ,
Y como causa fué que se estorbase , Las fertiles riberas desta tierra
Tampoco quiso Dios que ella durase. Y trabajosos trances de la guerra.
Yendo pues el Ordás de aquella suerte , Pues en aquella edad y coyuntura
Con tantas ocasiones de tristura , Gasté yo por allí mis ciertos años,
Enfermedad le dió de mal tan fuerte, Virtud sera poner en escritura
Y de tan poco fruto fué la cura , Vitorias de los nuestros , ó sus daños :
Que le llegó la hora de la muerte , Comenzaremos pues por el altura
Donde tuvo la mar por sepultura , Y los que son allí sus aledaños ,
Y quien en aguas sepultó sin duelo , Para que por su parte se concorden
Para se sepultar no tuvo suelo. Mis versos , y procedan segun orden.
Fué cortesano de gentil aviso , Está la Trinidad en ocho grados,
Y en todas buenas partes de belleza ; La cual sabemos ser ansi llamada
Quien bien lo conoció dice que quiso De los tres altos montes y collados
Esmerarse con él naturaleza : Que la bicieron ser tan afamada ;
Déle nuestro Señor su paraiso , Golfo de Paria tiene por sus lados,
Que es la cabal y cierta gentileza , Es de bocas del Drago rodeada,
Y el descanso de vida transitoria, Y de Cubagua dista tal asiento
Que le faltó, le dé Dios en su gloria. Cuarenta leguas mas a barlovento.
En la parte mayor de sus soldados Es en todos los tiempos y sazones
Hubo, como ya dije, gran mudanza ; De muchos alimentos abundosa ,
Pero los nobles mas aficionados Tiene zavanas, rios, mar, ancones,
No dejaban de estar con esperanza, Y en muchas partes selva montĉosa :
Que después de sus pleitos acabados Son grandes y estendidas poblaciones
Habia de volver con mas pujanza, De gente por estremo belicosa ;
Y como fidelisimos varones Todos en general de buenos gestos ,
Permanecian en sus aficiones. Altos, fornidos , sueltos , bien dispuestos.
Debajo de virtud y de nobleza Por todos los mas meses esta gente
Muchos dellos à Paria se volvian Compite con caribes inhumanos ,
A sustentar aquella fortaleza De minas aparencia competente
Entre tanto que del Ordás sabian ; Muestran ansi las sierras como llanos :
Y muchos con trabajos y pobreza Es esta fértil isla finalmente
Entre los de Cubagua residian, Buena para poblarse de cristianos,
Entreteniéndose por su partido Contiene dos provincias singulares
Hasta ver y saber lo sucedido. Camucuraos y otros chacomares.
88 JUAN DE CASTELLANOS .
S
La de Camucurao poseia Hecha por el armada ya su via
El diestro Baucunar, hombre valiente ; Una piragua queda rezagada ,
Y a los de Chacomar también regia Aviada por Pedro de Alegría
Maruana , cacique prepotente : Con gente valerosa y esforzada ;
Entre estos dos la isla se partia , La cual con el olaje que hacia
Y entrambos la mandaban juntamente ; Fué de las bravas ondas anegada ,
Han hasta nuestros tiempos defendido Y de la cantidad de los soldados
Los indios con gran fuerza su partido . Los nueve sumergidos y ahogados.
Siendo la isla tal cual os enseño Martin Yañez Tafur por menos daño
Y aquestos dos señores del estado , Asiose luego bien de la piragua ,
No era la conquista para sueño Nadaba por alli Joan de Avendaño ,
Sino para varón de gran cuidado ; Martin Lopez batalla con el agua :
Y ansí por ser capaz vino Sedeño Viase Peñalver en el engaño
Por su gobernador y adelantado , Con otros seis ó siete de Cubagua ;
El cual antes de aquesto que publico Salieron con la fuerza de sus brazos ,
Fué contador real en Puerto- Rico. Ya de cansados hechos mil pedazos .
Hombre pequeño fué , de buen talante , O por el arenal ó tierra dura ,
De grata condicion y generosa ; Se tienden de cansados y molidos ,
Mas en su pretension tan gran gigante Llorando cada cual su desventura
Que tenia lo mas por poca cosa ; Por verse sin reparo de vestidos ;
Y ansi determinó pasar delante Pero de suficiente vestidura
Demandando conquista peligrosa, En breve tiempo fueron socorridos ,
La cual el rey le dió, porque sabia Y sin tener cabal matalotaje
Lo mucho que su fama prometia. Tornaron otra vez á su viaje .
Despachos y poderes todos hechos Remedian y reparan la piragua
Con la conversacion á todos blanda , Los dias que estuvieron descansando,
Incita voluntades, mueve pechos , Y a vista de la isla de Cubagua
Para venir á esta su demanda : A tierra firme van atravesando :
Previénese de armas y pertrechos , Entrabanseles grandes golpes de agua 1
Congrega capitanes de su banda , Que sin intermision van jamurando, 3
I
Vinose recta via desde España Y con aquel peligro descubierto 1
Para poner en Paria su compaña. Fué Dios servido que tomasen puerto.
1
Puerto de Turpïare se decia, Varada la piragua y en Opaco
Cuya gente de indios es tratable, El Tafur y Avendaño deste cuento
Con términos de noble hidalguía Determinaron ir à Carïaco
Y á nuestros españoles amigable : Para buscar algun mantenimiento ;
Hay á la Trinidad de travesía Mas cierto Villagrán, peor que Caco ,
Una legua, que es siempre navegable ; Con otros que le van en seguimiento ,
Allí con la posible lijereza Dieron con los restantes que dormian ,
Mandó hacer Sedeño fortaleza. Quitándoles lo poco que tenian.
De gentes y pertrechos principales Porque, segun dijimos , estas gentes
En ella recogió lo conviniente, Que fueron por allí moro sin dueño ,
Quedando por alcaide Joan Gonzalez , Eran parcialidades diferentes,
Un hombre para ello suficiente ; Unos de Ordas, y otros de Sedeño ;
Y con los marineros y otros tales Y ansi sin mas mirar inconvinientes
A Puerto-Rico fué derechamente , Se robaban despiertos , ó con sueño ,
Para ver sus haciendas y ganado Teniendo los peones y jinetes
Y revolver mejor aderezado . Cada dia trescientos repiquetes.
De la tierra de Paria ya nombrada Venidos el Tafur y el Avendaño ,
Después de ya Sedeño ser ausente , Con los otros hicieron sentimiento ,
Llegó Diego de Ordas con un armada Por haber recebido tanto daño
De quien hemos tratado largamente : En tiempo de tan grande corrimiento :
Tomó la fortaleza pertrechada Y ansi movidos de furor estraño
Y la demás hacienda con la gente; Tras el Villagrán fueron al momento ,
De aquí nacieron bandos impacientes Porque para cogellos con el lance
Entre estos capitanes y sus gentes . No sufria tardar en el alcance.
Después de mucho tiempo ya pasado En todas cosas nada negligentes
Y trastornadas tierras y naciones , En busca dellos van y del armada ,
Al don Diego de Ordás ir fué forzado Y estando los que buscan della absentes
A Cubagua con ciertas pretensiones ; Hallaron la piragua deseada ,
Y apenas á la tierra fué llegado Cargada de pertrechos suficientes
Cuando le ponen ásperas prisiones : Y de mantenimientos abastada;
Haciéndole probanzas y procesos Mitigaron la hambre y el enojo
Segun pintar quisieron los escesos . Con tomar mejorado su despojo .
Ser Sedeño la trama deste lienzo Satisfacer la bambre temerária
No lo ternia yo por maravilla, Tenian por allí por bien supremo ,
Por ser amigos desde su comienzo Y al Villagrán y á todos los de Paria
El y los moradores desta villa. Pesóles del negocio por estremo :
Prendióle Pedro Ortiz el de Matienzo , Tras ellos mandan ir gente conti
Y él mismo lo llevó hasta Castilla ; Porque los ven pasar a vela y remo ,
Mas antes de llegar al primer puerto Estotros por huir su perdimiento
Echaron al Ordás en la mar muerto. Ganaron por sudor el barlovento .
Preso Diego de Ordás, Sedeño vino Seyendo pues la barca perseguida
Sin esperar a mas inconvinientes , De la gente de Paria ya nombrada ,
Y su venida fué cuando convino Vieron los que huian su guarida ,
Por faltar tropezones diferentes : Que fueron los navios del armada :
Hizo por Margarita su camino , Sedeño se holgó con su venida,
Do recogió soldados escelentes , 'esóle de la nueva desgraciada ,
Arando va las inquietas aguas los demás trabajos y desmanes
Con ciertas carabelas y piraguas. estos dos principales capitanes .
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA X , CANTO I. 89
Dentro de su navío los encierra, Ansí por los caminos mas abiertos ,
Y allí les hizo dar buena merienda , O do solia ser mas ancha plaza ,
Alistan los pertrechos de la guerra Estaba tal rimero de hombres muertos ,
Por ir donde no hay quien mal se venda ; Que los guerreros vivos embaraza ;
Llegados á la isla toman tierra, Encima dellos andan bien espertos
Y nadie se halló que la defienda, Los arcos , las macanas y la maza ,
Mas no por esto tal Sedeño quiso De tal manera ya , que los soldados
Que punto se viniese sin aviso. No se pueden mover de fatigados .
El campo se veló de buena gana Mas el Martin Tafur y el Avendaño ,
Estando cada cual apercebido ; Con otros cuya fuerza fué notoria ,
Mas luego como vino la mañana Hacian por su parte tanto daño ,
Oyose de cornetas gran ruido, Que por allí cantaban la victoria ;
Y gente que cubria la zavaná Mas acudiendo con furor estraño
Con temerosa grita y alarido : Quitóles Baucunar aquella gloria ,
Con tanta furia vienen escuadrones El cual hizo con muchos indios diestros
Que tiemblan los mas fuertes corazones. Perder sus vencimientos á los nuestros.
Como leones fieros van bramando Un poco desviado dél empieza
Contra los peregrinos navegantes, Con sus cuadrillas á probar la mano
Víanse los plumajes ondeando Un hermoso gandul que en breve pieza
Y aquellas estaturas de gigantes : Lo de mayor defensa hizo llano:
Aguilas en los pechos relumbrando Con diadema de oro la cabeza ,
Que de riqueza muestras son bastantes, Cuyo golpe no deja hueso sano ,
Los arcos entesados á los pechos Esforzado se muestra y eminente ,
Camino de los nuestros van derechos. Y síguelo gran número de gente.
Como los vió venir acia la playa Con el avilantez desta presencia
Y descender al llano de la sierra, Mostraron mas en claro su conceto ,
Comienza de decir un atalaya : Haciendo mas pesada la pendencia ,
« Arma, arma, que gentes hay de guerra ; Poniendo mas temor al mas discreto ;
Y aun es bien menester que esfuerzo haya, Hízose la posible resistencia
Pues viene sobre nos toda la tierra.>> Por los que se veian en aprieto ;
Causaron estas voces alboroto, Y estos , viendo del indio los estremos ,
Y no de confusiones muy remoto. Decian este cumple que matem os.
El Antonio Sedeño diligente , Uno , teniendo pues certeza rara ,
El alboroto viendo repentino , Previno de ballesta los pertrechos ,
Vistióse de sus armas prestamente Al fin de derribar al que no para
Sin priesa que causase desatino : De matar y hacer heróicos bechos :
Formó los escuadrones de su gente Y fué Joan Sanchez , que con una jara ,
Segun le pareció que mas convino , Lo traspasó por medio de los pechos :
Sacólos à la gente que venia, El indio capitán en aquel punto
E yendo caminando les decia : Cayó con los demás allí difunto.
« Señores, estos indios yo sospecho Aqueste de la vida despedido
Que nos vienen á dar tiento de cuenta, No fueron estas gentes tan molestas ,
Y tengo por concluso nuestro hecho , Antes cesó la grita y alarido ,
Si desta vez salimos sin afrenta : Y el eco de los valles y florestas ;
Por tanto, cada cual muestre su pecho Echaron luego mano del caido ,
Ajeno del temor desta tormenta, Y á porfia lo llevan á sus cuestas :
Pues que todos sabemos á la clara Tal pena desta muerte recebieron ,
La furia de los indios en qué para.» Que dejaron los nuestros , y se fueron.
Otras animosísimas razones Un confino llorar, un gran abinco
El Antonio Sedeño les hablaba , Al claro percebian los oidos,
Con que los mas cobardes corazones Y al sentimiento dellos es propinco
A hechos valerosos levantaba ; El mal con que los nuestros son punidos ;
También regian estos escuadrones Pues eran dellos muertos veinte y cinco
Martin Yañez Tafur, Suero de Nava, Con otros mas de treinta mal heridos ,
Peñalver, Martin Lopez y Tinoco, Y de mas mal Sedeño les escusa
Y aquel Pero Fernandez el tococo. Pensando ser la guerra ya conclusa.
No tienen arcabuces los cristianos , Entendióse que del furor malino
Y falta la carrera del jinete ; Aquel rebato fuera lo postrero ;
Pero viéndose ya todos cercanos Pero contrario desto les avino
Cada cual de las partes arremete : A causa del difunto caballero :
Lleganse piés á piés, manos á manos, El cual de Baucunar era sobrino ,
Este y aquel victoria se promete , Y de sus tierras todas heredero ,
Disparan la potente flecheria , Y ansi juró durar en sus rigores
Con grita que la isla se hundia. Hasta sacrificar los matadores.
Las españolas manos prevenidas El campo de los nuestros recogido ,
Comienzan a herir de las espadas , Sedeño les habló con gran cordura ,
Una vida vendiendo por cien vidas Velóse de la fuerza del vencido
Con grandes y terribles cuchilladas : Por no tener la suya por segura ;
Las ropas en la sangre van teñidas , Curáronse las llagas del herido ,
Las manos ansimismo rubricadas ; Al muerto dió terrena sepultura ,
Mas tantos naturales son venidos , Tuvieron cuantos son en el estancia
Que no bacian mella los caidos . Toda la noche grande vigilancia .
Ansí como furor del avenida No daba resplandor el turbio cielo
Fuera del curso viejo derramada , A los que por allí vela hacian ,
Que lleva gran madera recogida Y ansí cualquier ruido pequeñuelo
De las riberas verdes despegada ; Pensaban ser los indios que venian :
Y aquella furia grande concluida Unos y otros duermen con recelo ,
Aqui y allí la veis amontonada , Aunque mas cierto es que no dormian,
Dejando con horruras algun vado Y no fueron de balde los temores ,
paso con los troncos ocupado : Segun diré después á mis letores.
90 JUAN DE CASTELLANOS .
Un indezuelo dellos , como suele ,
Teniendo las palabras por amargas ,
CANTO SEGUNDO , Dijo ninguno siento que recele
Esta ferocidad de barbas largas :
Pues con las que yo solo les repele
Donde se cuenta cómo los indios revolvieron, y á los nuestros les fué Entiendo de hacer un par de cargas ,
forzado dejar la isla. Haremos cuenta ser magüey , que saca
Un indio para bicos de hamaca.>>
El radiante Febo presuroso La vana hinchazon anda barata ,
Dejaba ya las ondas de Oceano , La cual por uno y otro se derrama
Despiden soporifero reposo Y á la resolucion de que se trata
Los soñolientos ojos del humano ; Es vil aquel que mete menos llama ;
El corvo labrador y congojoso Cada cual dellos echa la bravata
A su justa labor vuelve la mano , Como galán delante de su dama ,
Y todos los indianos escuadrones Al que mas mozo es y al menos loco
Acuden á sus altas pretensiones. El mundo todo le parece poco.
Cada cual dellos iba bien armado Porque ni son primeros ni postreros
Deste crecido número de gente , En padecer los mismos accidentes :
Pintaronse de negro y colorado Iguales eran todos en los fieros ,
Desde los bajos pies hasta la frente : Y en presuncion y punto de valientes ;
El que es de todos mas acobardado Partieron pues de solos los arqueros
Pudiera ser tenido por valiente ; Dos mil aventajados combatientes
Y el fuerte Baucanar que los regia Contra los españoles , cuya cuenta
Dicen que les habló por esta via : Eran ciento con mas otros cincuenta.
« Antes que deste puesto nos parlamos , Vista de Baucunar la grave saña ,
Soldados valerosos y hombres diestros , Con que su gente va contra la nuestra ,
Aqui estos sucesos que esperamos No consintió salir á la campaña
Los dioses no permitan ser siniestros : El golpe todo desta gente diestra :
Es menester niirar á lo que vamos , Antes metió los mil en la montaña ,
Y cuáles enemigos son los nuestros ; Y de los otros mil hizo la muestra ,
Pues el acometer sin este peso Mandándoles que queden embarcados ,
Pareceria ser falta de seso. Y salgan cuando fueren avisados.
» Tambien será razon consideremos, Con este presupuesto se desvía
Antes de efetuar nuestra partida , Estimulado de furor terrible ;
Los respetos por donde nos movemos Tenian españoles un espía
A nos poner en riesgo de la vida : Que en dar aviso hizo lo posible :
Que bien sucederá si los vencemos , Sedeño recogió su compañía ,
O que mal si volvemos de vencida , Poniéndola por orden convenible ;
Pues todas estas consideraciones Los indios , conociendo ser sentidos ,
Avivan los mas muertos corazones . Dieron acostumbrados alaridos.
» Entended pues que vamos á la gueria, Aunque vieron el campo bien armado
Y no por pasatiempos ni placeres , Con muestra de temores alcahueta ,
Sino para morir por nuestra tierra No hay tigre ni leon encarnizado
Defendiendo los hijos y mujeres ; Que con tan grandes furias arremeta :
Y para no huir de sierra en sierra El indio de temores olvidado ,
Por no cumplir ajenos pareceres , El español à miedo se sujeta ;
Sobresaltados , flacos, sin consuelo El impetu fué tal y tan constante ,
Por cama principal el duro suelo ; Que todo lo llevaba por delante.
D Y porque no murais en granjerías , Como pluvia que baja de ladera ,
Que solo las pensar da grave pena , Causada de grandísima creciente ,
Trabajando las noches y los dias Que roba cuanto tiene la ribera ,
Con sujecion de todo bien ajena : Y arranca los peñascos juntamente ,
Do las mas descansadas pasadías Aquí va derribando la acera ,
Serán cepos y grillos y cadenas , Y por alli la mas segura puente ,
Como sabeis muy bien los que por agua Causando tal temor á los humanos ,
Huisteis algun tiempo de Cubagua. Que les fallecen fuerzas , piés y manos :
» Demás desto debeis de parar mientes Ansí fué nuestra gente rebatida
A las cosas de nuevo sucedidas En el primer rigor destas contiendas ,
En padres , deudos , hijos y parientes La fuerza del estancia va rompida ,
Que perdieron ayer sus dulces vidas : Derribados los toldos y las tiendas :
Veis huérfanos los niños inocentes , El esperanza ya casi perdida
Viudas mil mujeres y perdidas , Con sus pertrechos , ropas y haciendas ,
Ois lloros , sollozos y gemidos Y algunos , compelidos del encuentro ,
Que hieren y lastiman las oidos. Entraban por allí la mar adentro.
» Por semejante modo yo queria , A voces el Sedeño les decia :
Que estas cosas ansi consideradas , « Furia de indios es , conmilitones ,
Considerásedes la valentía Que como flaca llama se resfria
Destas vellosas gentes y barbadas , Si hay ardor en nuestros corazones ;
Cuan lejos de piedad y cobardía Pero si flojedad y cobardía ,
Ejecutan los golpes sus espadas , Son mucho mas que tigres y leones ,
Para que quien temor tuvière dellas Y llevan , como es cosa notoria ,
Procure desde luego de no vellas. Hasta lo mas estremo la victoria.
» Quien mal sintiere destos pareceres , » Encomendaos à Dios como cristianos ,
Y contra voluntad aqui se halla , Y crie sus furores impaciencia ,
Imaginando que de sus placeres Porque para quedar vivos y sanos
Hoy podria quedarse del agalla, Es menester briosa diligencia :
Sirva de lo que sirven las mujeres , Confiando de Dios y de las manos ,
Y no procuren ir a la batalla , Haciendo la posible resistencia ,
Pues si por muchos hemos de ser menos , Pues contra los que corren tan sin freno
Mejor será llevar pocos y buenos.»> No conviene tenellas en el seno.»
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA X , CANTO III . 91
Al tibio corazon fueron espuelas Viendo que remediar aqueste daño
Estas palabras y otras esforzadas : Agora no podia fácilmente ,
Embrazan los escudos y rodelas , Ordeifó que el Tafur y el Avendaño
Esgrimense las armas afiladas ; Volviesen á San Joan á hacer gente ;
Furor y saña van à todas velas , Quedándose él con el demas rebaño
Teñidas andan todas las espadas , A los tales designos impaciente ,
Los mas flojos andaban diligentes , Pues los enfermos y aun la gente suelta
Que el miedo y el temor hace valientes. Quisieron con aquestos dar la vuelta.
La furia de los indios los aprieta , Con el Joan de Avendaño referido
Y los indios son dellos apretados , Se partió quien él quiso que partiese ,
Tanto que mucha parte se quieta Y con la mas gente detenido
Por ver aquí y allí despedazados ; Guardó la pretension de su interese ;
Mas Baucunar , tocando su corneta , En mil vacilaciones divertido
Salieron los que estaban emboscados , Sin atinar á cosa que cumpliese ,
Con tal y tan crüel arremetida , Hasta tanto que dió, no como ciego ,
Que fueron muchos nuestros sin la vida, En una cosa que diremos luego .
Renuévase la grita y alaridos
Con la que de refresco les venia ,
Los nuestros de temor son poseidos , CANTO TERCERO ,
Y cada cual al mar se retraia ;
Mas viendo que los llevan ya vencidos Donde se cuenta cómo Antonio Sedeño salió de Puerto-Santo y fue a
Martin Yañez Tafur los detenia , Paría, donde se concertó con Alonso de Herrera y Agustin Delgado ,7
Remediaban también estos desmanes revolvió sobre la isia Trinidad ; y lo que le aconteció.
Joan Avendaño y otros capitanes.
Estos , como varones singulares , Mudan el parecer sabios varones
Sin dar lugar á revolver la frente , Y dan la vuelta muchas voluntades ,
Y suelen à los fuertes corazones
Buscando los mas cómodos lugares
Donde mejor valerse desta gente , Domar y domeñar necesidades :
También los bien medidos en razones
Tomaron por respaldo los manglares ,
Y allí se refirmaron fuertemente , Acaban importantes amistades ;
Y á causa de las grandes espesuras Pues la palabra blanda nos concede
Tenian las espaldas mas seguras. Lo que la dura pocas veces puede.
Con mas seguridad se defendian , Sedeño fué negocio manifiesto
Y flacos y heridos amparaban , Estar en estas cosas advertido ,
Pues entre tanto que unos competian , Al cual le convenia hacer esto
Los otros algun tanto descansaban ; Para restauracion de su partido ;
Y los de los navios que esto vian Y dél se conoció tal presupuesto
Los tiros que tenian disparaban , En lo que hizo viéndose perdido ,
El daño de los cuales no fué tanto , Que fue sagacidad de su cosecha
Que sirviese de mas que gran espanto. Que para sus designios aprovecha.
Mas aunque les causaban desatino Sabia residir en esta era
Aquellas balas algo peligrosas , En Turpiar atrás conmemorado ,
Elbravo pelear era contino , El capitan Alonso de Herrera ,
Y no cesaban furias belicosas , Varon en mil conquistas señalado :
Hasta que ya la noche sobrevino , Era de los de Ordás, y en su bandera
Mandaba buenos Agustin Delgado ,
Haciendo por alli treguas forzosas ;
Ansi que les sirvió lo mas escuro En quien podré deciros que cabia
A nuestros españoles de seguro. Urbanidad , valor y valentia.
Sedeño destos trances bien esperto ,
Por no ser de los indios pensamiento Conociendo ser cosa necesaria ,
De pelear allí con escurana ,
Se despidieron todos con intento Quiso hacer con estos su concierto ,
De luego revolver por la mañana ; Aunque parcialidad era contraria :
Mas era diferente sentimiento Dejó por estas causas este puerto,
El de toda la gente castellana , Y fué con los navios al de Paria ,
Porque de sus difuntos hecha cuenta , Adonde sin haber desembarcado
Hallaron ser arriba de cincuenta. Reconocieron ir desbaratado.
Estando pues aquestos en espera ,
Tomaron pues consejo cuerdamente
Diciendo ser inútil esperanza Y no sin el reguardo conviniente ,
Querer sobrepujar tan poca gente Tomaron los navíos la ribera ,
Caciques de tan áspera pujanza ; Saltó luego Sedeño con la gente ;
Y como tiempo vieron competente El Agustin Delgado v el Herrera
Salieron del lugar de la matanza , Alli lo recebieron blandamente ,
Y ansi sus marineros convocados El parabién le dan del bien venido
En breve tiempo fueron embarcados. Y el pésame del daño recebido.
Todos amedrentados de la rota, Luego con cortesano cumplimiento
Aunque cubiertos de nocturno manto , Y con respeto grande fué metido
A tierra firme llevan su derrota, Adonde le tenian aposento
Al puerto que se dice Puerto - Santo ; Segun sus fuerzas pobres prevenido ;
Dentro del cual surgió la breve flota Y de su no cabal mantenimiento
No libre de heridas ni de espanto , Con sana voluntad bien proveido ,
Mas voluntad de todos bien ayuna Donde todos los dias le servian
De volver tentar à la fortuna. Con aquellos regalos que podian.
Al Antonio Sedeño todavía Él con encarecidos cumplimientos
Ningun contraste destos embaraza , Agradecia tales amistades ,
Ni deja reposar su fantasia Y con obras , facecias , bellos cuentos
Por dar á la jornada mejor traza ; Iba ganándoles las voluntades ;
Antojándosele que con porfia Teniales á todos muy contentos
Se suele muchas veces matar caza , Con palabras y liberalidades ,
Y no parecer bien en paz ó guerra Por ser de buenas partes una fuente ,
Dejarse de poblar aquella tierra. Gracioso , liberal y hombre valiente.
23
CASTELLANOS
.
DE
JUAN
Estando pues con esta compañía
Autorizando bien conversaciones , Oidas las palabras referidas
Alababa la tierra do venia Y aquellos cumplimientos cortesanos ,
Por levantar caidos corazones ; Herrera con palabras comedidas
Y á vueltas de otras cosas descubria En nombre de sus hombres vaquïanos
Sus altas y honrosas pretensiones , Dijo por las mercedes ofrecidas
Besamos vuestras muy ilustres manos ,
Y al capitán Alonso de Herrera Y ese decir y obrar tan manifiesto
Dicen que le habló desta manera :
En obligacion grande nos ha puesto.
« Algunos de los desta camarada » Y es ansí que tenemos todos gana
Me tocan con los labios el oido , De reiterar nuestro descubrimiento ;
Diciendo que volveis à la jornada
De do Diego de Ordás vino perdido ; Es dura pretension , mas no tan vana
Por alguna razon tan mal fundada Que no tenga su cierto fundamento ;
Que sobra ya de yerro conocido , Pues las cosas que dicen de Guayana
Porque de secos árboles y enjutos Avivan y confirman tal intento ,
Mal se pueden coger hojas ni frutos. Y ansi no me parece ser discreto
Quien no quiere saber este secreto .
>>Ya no sabeis quién es el Uyapare,
Pues que fuistes por él largo viaje , »Y no descomporná nuestro partido
Y como no hallastes quien declare, Lo que vuestra merced aquí decia ,
Noticias de seguir en el paraje , El don Diego de Ordás ser fallecido ,
Ni poblacion bastante que repare Pues al gobierno mismo que él tenia
La gente con algun matalotaje , Jerónimo de Ortal fué proveido , ?
Sino campos prolijos y muy anchos Y viene con potente compañía ,
Y pocos moradores y sin ranchos. Teniéndome , segun soy informado ,
» Sabeis bien los trabajos que pasastes Por maese de campo señalado .
De toda quietud enajenados ; » Y ansi sin perjuicio de terceros
Sabeis lo muchos hombres que dejastes Y el amistad ya dicha reservada ,
De enfermedad y hambre traspasados ; Yo quiero con aquestos caballeros
Y veis que los poquitos que quedastes Ir con vuestra merced esta jornada ;
Aun hoy estais tullidos y llagados , Pero si llegan nuestros compañeros
Pues no sé yo quién anda tan de veras Hémonos de juntar con el armada :
Romería que da tales veneras. La puerta para ello se nos abra ,
Pues para mas no doy esta palabra. »
>> Si pretendeis honores soberanos Sedeño lo abrazó , y encarecia
Con tierra rica , sana y abastada , Su bondad y respuesta comedida ,
Empresa de los hombres vaquianos
Y no de pocos hombres deseada, Y por los medios que mejor podia
Tal cierto la tenemos entre manos " El orden le encargó de la partida :
Reconociendo ser la compañía
Que no puede ser mas acomodada , De sus ofrecimientos convencida ;
Y aquella llamo yo buena conquista Luego Herrera como mas esperto
Que tiene sus grandezas á la vista.
Mandó poner las cosas en concierto .
» Pues si para moveros es bastante
El interese ya de cosa cierta , A sus gentes mandó hacerse prestas.
Aderezar las armas olvidadas ,
¿ De qué sirve pasar mas adelante Hacer tiros y cuerdas de ballestas ,
Teniendo las riquezas á la puerta ?
Y mas en coyuntura semejante Limpiarse y afilarse las espadas,
Que para mucho bien teneis abierta , Dar orden en poner trémulas crestas
Sin andar engolfados los deseos En cascos, morriones y celadas,
En otros circuitos y rodeos. Como poner los sayos estofados
Y los otros pertrechos mas usados .
» A vuestra lealtad echais el sello ,
Pero teneisla con quien sé de cierto Recoge los navíos que tenia,
Que podeis descuidaros de no vello Manda limpiallos, vellos y lastra! los ,
Para siempre jamás en este puerto ; Despálmanlos con sebo , y otro dia
Embarcan el bagaje y los caballos ;
Pues tengo cartas yo de Joan Cabello Recógese también la compañía
Y de Niebla , que dicen ya ser muerto ;
Y ansí vuestra jornada es tan incierta De los que en guerras tienen hechos callos
Cuanto sin muerte dél estaba muerta. Y para perfecciones del intento
Las velas todas dan al manso viento .
» La mia ya la veis mas á la mano A la isla la proa se convierte ,
Y sé que no será de las peores , Y como fuese breve la carrera ,
Es su gobernador un hombre llano Llegaron en dos horas desta suerte
Fuera de vaciadizos pundonores :
Tiene socorro siempre muy cercano Hasta poder saltar en la ribera ;
Para poder llamar conquistadores , Y para se valer en algun fuerte
Pues de las islas todas brevemente Comienzan luego de cortar madera :
Puede venir gran número de gente. Sonaban por el valle à todas horas
Los golpes de las hachas cortadoras.
» Sé que no seguirá vano partido. Mas todos recelando los asaltos
Cualquiera que de mi se satisface , Las armas y las manos tienen prestas ,
Ni debe recelar algun olvido
En gratificacion quien me complace ; Y ansi de diligencia nada faltos
Unos velan caminos de florestas ,
Pues nunca supe ser desconocido Otros derriban los troncones altos ,
A la merced y bien que se me hace : Otros los acarrean á sus cuestas ,
afrid que mis costumbres os alabe Otros cavan el foso señalado ,
Pues cada cual de vos muy bien la sabe .
Otros ponen los palos del cercado .
» Pues que de lo que digo que haria Andaban con aquel calor y brio
Alguna vez he dado clara muestra ,
Agora tanto mas y mas seria Que suelen los alados animales ,
Cuanto mas la fortuna fuese diestra ; Cuando por las mañanas del estío
Y pues tal voluntad es esta mia , Recogen olorosos materiales,
Deseo conocer cuál es la vuestra ; Y entienden en la obra y adobio
Porque si con amor esta se cobra De los dulces y pálidos panales ,
Volveremos las manos à la obra. » O hacen la morada que les basta
Para los multiplicos de su casta.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA X , CANTO IV. 93
Al tiempo pues que el fuerte se hacia Sedeño no miró con mucho peso
Con otras necesarias prevenciones , Aquesta chismería mal sonante ,
Entre los indios príncipes habia Y parecíale falta de seso
Diversas y contrarias opiniones : Descuidarse de cosa semejante ;
Que el fuerte Baucunar guerra queria, Al fin por sí ó por no lo tuvo preso
Yarmaba sus guerreros escuadrones ; Con guarda que juzgaba ser bastante ;
Y el grave Maruaná, príncipe manso , Pero cesen aquestos desafueros ,
Procura quietud , paz y descanso. Que yo diré después sus paraderos.
Y ansí muchos villanos convocados ,
Cargólos bien de dones y presentes ,
De puercos , de conejos, de venados ,
De cazabis y frutas diferentes ; CANTO CUARTO ,
Eyendo con él pocos desarmados
Llegaron donde estaban nuestras gentes , Donde se cuenta cómo Baucunar hizo llamamiento de capitanes para
Que viéndolos las armas prevenian ir con gran pujanza sobre Antonio Sedefio , y lo que mas aconteció.
Hasta ver los intentos que traian .
Llegado Maruaná do deseaba Muchas veces ó por la mayor parte
Con pensamientos buenos y leales , Adquiere la victoria la presteza,
Procuró conocer al que mandaba Que el arte militar y duro Marte
Haciendo sus preguntas por señales ; No sufre negligencia ni pereza ;
Llamaron una lengua que allí estaba Menean indios pues el estandarte
Soldados y personas principales , Viendo que se hacia fortaleza ,
Y con un regocijo no pequeño Por deshacer en esta coyuntura
Lleváronlo delante del Sedeño . Lo que por los contrarios se procura.
Con muestra de sinceras voluntades Ansí que cuando fuerte se hacia
El bárbaro le hizo reverencia , Y la paz de los nuestros se destierra ,
Y dijo : puesto que mis potestades Baucunar el valiente no dormia,
Pueden hacer bastante resistencia , Apercebiéndose para la guerra :
Mas quiero con vosotros amistades Antes toda su gente recogia
Que procurar sangrienta competencia ; Convocando los llanos y la sierra ,
Y serán sin reveses de mal arte No queriendo quebrar su furia brava ,
Si hay sinceridad de vuestra parte. Puesto que Maruaná se lo rogaba.
> De aquestas amistades arrepiso Comienza de tocar sus atambores ,
Nunca serás por mi ni por mi gente , Con otros instrumentos que tenia ,
Pero querria darte por aviso Envía pregoneros corredores
Que hay otro de concepto diferente ; Por todas las provincias que regia ;
Y es este Baucunar, que paz no quiso Acuden capitanes y señores ,
Confiado de sí por ser valiente ; Cada cual con la gente que podia ,
El contra las fuerzas de cristianos Trajo Guyma trescientos compañeros
Quiere con gran furor probar las manos. >> Valientes , esforzados y lijeros .
Viendo Sedeño tales cumplimientos , Vino también el diestro Pamacoa ,
Avisos y promesa tan urbana , Y trajo de su parte cuatrocientos ,
Manifestó por señas su contento Espertos en piragua y en canoa ,
Abrazándolo muy de buena gana : En guerras de caribes muy sangrientos ;
Dióle de sus polidos ornamentos También Diamaná , digno de loa
De lienzos y de sedas y de grana , Por traer diferentes instrumentos ,
Dióle regalos , vino de Castilla, Aqueste recogió de entre sus gentes
El cual el alabó por maravilla. Otros tantos instrutos y valientes.
A todos los demás indios convida , Utuyaney , de grandes proporciones ,
Y á todos se les hizo grande fiesta , En recoger soldados se desvela ,
E ya conclusa toda la comida Y trajo demás de otras municiones
Y los calores grandes de la fiesta , Trescientos cada cual con su rodela ;
Pidió licencia para su partida , Amanatey con otros cien varones
La cual á su contento tuvo presta , Instrutos bien en militar escuela ;
Dandole por postreras encomiendas Vino Paraguani con otros ciento ,
Que Baucunar se deje de contiendas. Sin otros capitanes que no cuento .
Paz le rogaron todos que concierte Pudieras ver aquellos campos anchos
Con él y con el mas alborotado ; Y aquellas fertilísimas zavanas
Oyolo Maruaná de buena suerte Pobladas de ramadas y de ranchos .
Prometiendo tener dello cuidado ; Invenciones de plumas muy galanas :
Pero Sedeño prosiguió su suerte Dardos con sus avientos ó con ganebos ,
Por el orden que tiene señalado , Rodelas , arcos , flechas y macanas .
Porque de lo pasado coligia Pintados rostros , pechos , coyunturas
Ser harto menester lo que bacia. Con grandes diferencias de pinturas.
En estas coyunturas y sazones , Libres están de la pomposa ropa
Y al tiempo de pasar esta carrera , Y de cubiertas duras el acero ,
No faltaban algunos susurrones , Do quiera que mireis allí se topa
Pestilencia mortal , cruel y fiera , Macato , chicha , vino mas grosero :
Que sembraban enojos y pasiones Uno toma tabaco y otro yopa
Entre nuestro Sedeño y el Herrera , Para poder saber lo venidero ;
Diciendo que queria ciertamente Estaban plazas , calles y caminos
Matallo y acogerse con la gente . Llenos de hechiceros y adevinos .
Mas el varon , a cuyo llamamiento Fenecidos aquestos actos tales
Acude sujecion de mucha gente , Y dado fin á tanta borrachera ,
Ha de tener razon y fundamento Hicieron ciertas muestras y señales
Y no determinarse fácilmente ; Con que se sosegó la gente fiera :
Porqué de se mover á cualquier viento El Baucunar llamó los principales,
Suele nacer algun inconviniente , Y á todos los habló desta manera ,
Y vivan tales hombres advertidos Con alta voz y tales movimientos
En no dar sin reguardo los oidos. Que todos estuvieron muy atentos :
79
04 JUAN DE CASTELLANOS.
Pues que todos estais tan bien armados « Valiente Baucunar , dime , qué día
Y de lo necesario proveidos , A tu llamado fuimos perezosos ,
Está claro que ya sois avisados O dime si sentiste cobardía
Del fin para que sois aquí venidos : En hombre destos hombres belicosos ,
Pues es à defender vuestros estados O cuál de nos recela valentía
Y las tierras adonde sois nacidos , Ni fuerza de contrarios poderosos ;
Nuestras mujeres , bijos y parientes Bien ves que peleamos de tal suerte
Con las cosas à esto concernientes. Que nadie tiene miedo de la muerte.
» Cosa de donde daños ó provechos »Y pues la gente ves apercebida
Podrian redundar á nuestra gente , De todos militares ornamentos ,
Todos debeis de la tomar á pechos , No debe ser en balde la venida,
No con temeridad ni flojamente : Ni por algunos vanos cumplimientos
Para tal tiempo son los altos hechos , Aderecémonos à la partida,
Los tiros y los golpes del valiente , Que la tardanza pare descontentos ,
Grandezas y hazañas señaladas , Pues como todos vean do se ceben
Los engaños , ardides y celadas. Yo sé que cumplirán con lo que deben.
» Vuelve nuestro contrario con aumento » Alli verás mis canas ya cansadas
De gente que teneis bien en memoria , Cómo les da color sangre cristiana ;
Y está claro que vuelve con intento Alli veras mis flechas empleadas
De morir ó quedar con la victoria ; Y el estrago que hace mi macana :
Pues para reposar trazan asiento Verás si desbarato las espadas
Como si fuese ya suya la gloria , De los que son de furia mas lozana ,
Sin temores de nuestros hombres buenos Verás ini gran vigor y mi postura
Que della los podrán hacer ajenos. Si halla del contrario cosa dura. »
» Paréceles la isla cosa bella, Calló , pero también los compañeros ,
Y á su deseo hinche la medida ; Mancebos y de mas graves edades ,
Ellos han de morir por poseella Decian y hacian muchos fieros
Y no hacer baldía su venida ; Con gestos de cien mil bravosidades :
Mas á nosotros por echalios della Tiran por alto flechas los archeros ,
Conviene sin temor perder la vida ; Comienzan á gritar parcialidades ,
Pues una vez morir mejor seria Cualquiera capitan donde se halla
Que morir cien mil veces cada dia. A grande furia pide la batalla.
» Que si sois avisados y discretos Los brios del ejército guerrero ,
Entendereis que quieren muy de veras Por Baucunar el fuerte conocidos ,
Hacernos sus esclavos y sujetos Mandó que para el dia venidero
Para que les hagamos sementeras. Todos ellos estén apercebidos ;
Y a los que no les fuéremos acetos Proveyó municiones por entero
Sacarnos destas fértiles riberas , A los que conoció desproveidos :
Llevándonos en grillos y cadenas Oyeron el pregon de buena gana ,
Por mar á conocer tierras ajenas. Y todos esperaban la mañana .
» En sus heredamientos y cortijos Fué por aquesta via concertado
Morireis con trabajos inhumanos, El áspero rencuentro que os enseño ,
Apartados los padres de los hijos , Y no habia punto descuidado
Hermanos de carísimos hermanos : En estos intermedios el Sedeño :
No cesarán rencillas ni letijos , Que como destos indios lastimado
Si descansar quisieren vuestras manos , Un contínuo velar era su sueño ,
Y los ciertos descansos y holguras Pues por ser Maruaná en venir prolijo
Habrán de ser en cárceles escuras. Mala sospecha tuvo , y ansi dijo :
»Y Maruaná mi dendo no se entiende « De paz , por ser negocio que conviene,
Teniendo paz con ellos en su tierra , Teníamos alguna confianza ,
Pues con la paz á todos nos ofende Y el indio Maruaná , que la mantiene ,
Ansimismo haciendo cruda guerra ; De Baucunar nos dió mala esperanza ;
Y el sosiego que dice que pretende Y pues ha cuatro dias que no viene ,
Es el que de sosiego lo destierra , Peligro nos promete su tardanza :
Como lo podrá ver por esperiencia Conviene que tengamos vigilancia ,
Si desta gente crece la potencia. Que no tengo por buena la distancia .
>El tiene hecha paz con los cristianos , » Conviene que seamos adevinos
Y es bien desvariada conjetura , Los que tratamos hombres belicosos ,
Pues cuanto piensa mas tenellos llanos Porque los descuidados desatinos
Es tanto cierta mas su desventura ; Acarrean mil trances peligrosos :
Y ansi venir con ellos a las manos Por tanto velen playas y caminos
Tengo yo por concordia mas segura , Por partes y lugares sospechosos ;
Conservando lo nuestro por mil modos Poco dormir y recordar temprano ,
Y sobre la defensa morir todos. Y siempre con las armas en la mano.
»Si contendeis por una vil presea »No cumple que vivamos sin recelo ,
Y a veces no sin trance riguroso , Ni conviene tener antojos vanos ,
Mas debe contender el que pelea Pues ya veis que hollais ajeno suelo
Por la conservacion de su reposo : Con enemigos ciertos y cercanos :
Menester es que cada cual lo vea , Socorro no lo bay sino del cielo
Y entienda ser el tiempo trabajoso , Y el que podeis haber de vuestras manos ;
En el cual quien no hace lo que puede Valeros han , mediante Dios , aquestas
Será mas acertado que se quede. » Si con las armas anduvieren prestas.
Dijo su parecer este tirano Los que velaren ya serán doblados
Segun á su defensa convenia , Y tales que sepamos ser varones ,
Y el diestro Pamacoa , viejo cano , Estén los dos caballos ensillados ,
Por los merecimientos que tenia, Los frenos penderán de los arzones :
Para le responder tomó la mano Estén estos lugares escombrados ,
En nombre desta fiera compañia , No tengan al salir estropezones ;
Y con acelerado continente El espada , la lanza , la ballesta ,
A Baucunar le dijo lo siguiente : Conviene á cada cual teuella presta. »
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA X, CANTO V. 95
El Agustin Delgado , comedido , Ansí como volátile ganado
Por todos respondió desta manera : Dentro del colmenar del hombre rico ,
Tenga vuestra merced por entendido En los panales dulces ocupado ,
Que todo su deber hará cualquiera ; O su generacion y multiplico
Mas teneis en prisiones detenido Que hacen un murmurio mal formado :
Al capitan Alonso de Herrera , Ötro tal era este , no tan chico ,
Que bastará para la isla junta Pero nada menor el aparencia
Segun de hechos vistos se barrunta. De aquel hervor y viva diligencia ;
Mitiguese por tanto vuestra ira O como si se siente gran ruido
Y dése tin á tantas confusiones , En el mar , cuando calma representa ,
Pues tengo por falsisima mentira Mas el profundo dél es conmovido
La fuente do manaron las pasiones ; Y el arena se muestra turbulenta :
Que nunca faltarán en el que mira Que entonces es indicio conocido
En dichos de malditos susurrones : Venir terribilisima tormenta ,
Culpa no consta , y es negocio ciego , Por ser ruido tal al marinero
Mande vuestra merced soltallo luego. » Desdichada señal y mal agüero ;
El Antonio Sedeño con voz blanda Con aqueste rumor se van juntando
Dijo : « Por complacer al buen Delgado, Sin nota de pereza ni tardanza :
Aunque el señor Herrera se desmanda , Aquí y allí vereis aderezando
Eyo me siento del por agraviado , Las armas de que tienen confianza ;
Hágase lo que vuestra merced manda Allega el capitán , los de su bando
Que a mí me pesa ya de lo pasado , Con muy gentil concierto y ordenanza ,
Yhe por bien que le quiten las prisiones, Muestranse los gallardos corazones
Sin mirar en pasadas turbaciones.> A su modo con varias invenciones.
Soltáronio , segun mandó Sedeño ; Proveida de flechas el aljaba ,
Mas puesto que se vido libertado , Dardos de dura palma van tostados ,
Nunca se libertó del sobreceño Que cada cual corazas traspasaba
Ni del imaginar verse vengado : Y los mas duros sayos estofados ;
Por ser un hombre turvo , zabareño , Fueron do Baucunar los esperaba
Aunque valerosísimo soldado , Los caciques que tengo señalados ,
Eso me da peon que de á caballo : El cual estaba bien apercebido
Con gran razon podemos alaballo. Y de españolas armas proveido.
Por fuerzas , por destrezas ó por maña , Que de despojos fuertes y galanos
Siempre ganó con sus competidores , Estaba proveido grandemente ,
En las conquistas fué de Nueva- España De las guerras habidas con cristianos
Uno de los primeros y mejores ; Do dió bastantes muestras de valiente ;
Mas no sufrió su condicion estraña Privando de la vida por sus manos
Estar allí por ciertos sinsabores ; A bien crecido número de gente ,
Fué à Castilla con mediana suerte , Tenia pues el bárbaro guerrero
Y á las Indias volvió para su muerte. Escudo de metal algo lijero .
Era Sedeño hombre delicado , Un águila de oro mal labrada
Pequeño , de briosos movimientos , Cubre sus duros pechos y salvajes ,
Afable , generoso, bien criado , La cabeza cubierta con celada
De bien engrandecidos pensamientos : Y en ella superbisimos plumajes ,
En todas buenas partes estremado, Pendiente de los hombros un espada ,
Grandes facecias , adurirables cuentos , A las espaldas anchas dos carcajes ,
Un ingenio cabal , vivo , supremo , Un arco muy derecho , duro , fuerte,
Gran hombre de caballo por estremo. Pestífero ministro de la muerte.
Varon en paz y en guerra muy bastante , Porque su proporcion es tan bien hecha
Raro escribano , vario y escelente ; Y la de todas estas gentes fieras ,
Mas destos dos varones, Dios mediante , Que á la robusta verga mas derecha
Algun tiempo diré mas largamente. Hacen juntar entrambas empulgueras ;
Volvámonos al impetu turbante Y embeberan la mas crecida flecha
Del grande Baucunar y de su gente , Traspasando las armas mas enteras.
Que con vigor y furibunda gana Llevaba sus zarcillos , y en el cuello
Estaban esperando la mañana. Un estraño collar digno de vello.
Que puesto que son pocos ó ningunos Por admirable orden y concierto
Los que no binchen de beber las pieles , Unas uñas de tigres ensartadas ,
En semejantes tiempos no son unos , Que por sus manos él habia muerto
Ni duermen todos estos infieles ; En tierra firme yendo con armadas :
Antes aquellos todos van ayunos El medio de la una descubierto
Que salen å velar por sus cuarteles : Y en oro las raices engastadas ,
Üsaban estos pues destos estremios , Caricuri de oro reluciente ,
Y lo demás agora lo diremos. Lleva de las narices dependiente .
Con tales ornamentos adornado
Se muestra Baucunar , y de mas desto ,
De bija colorada va pintado
CANTO QUINTO , Piernas , brazos y manos , pechos , gesto :
Como tigre feroz encarnizado
Donde se cuenta el rompimiento de la batalla, y de lo que en ella Que para hacer salto va dispuesto ;
aconteció. Tal lo representaba su postura,
Sus aderezos , armas y pintura.
La noche en que sosiegan las fatigas Pamacoa , que no se le escapaba
Acababa sus cursos naturales , Con su bien regulada puntería
Y apriesa revolvia sus cuadrigas Ave chica ni grande que volaba ,
Apolo con sus rayos celestiales , Ni ciervo , ni conejo que corria ,
Cuando las gentes fieras enemigas Cabeza de pantera se tocaba
Tocaron instrumentos musicales : Indicio de su grande valentía ;
Comienza por aquel campo crecido Lleva también por joyas principales
Un bajo son , un tácito ruïdo. Collar de dientes de indios y animales.
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CASTELLANOS
DE
JUAN
96
Diamaná, que a golpe de macana Pamacoa la mar tiene tonada,
Al bravo jabalí deja tendido , Y Guayma va por el siniestro lado ,
Se puso de pelleja muy galana Diamaná con gente bien armada
De feroz animal no conocido ; La derecha tomó con gran cuidado ;
Utuyaney, que en luchas siempre gana , Y todos los demás del emboscada
Un cuero de leon lleva vestido , Tomaron lo mas fuerte del cercado ,
Cola de tigre lleva por medalla De manera que nuestros estandartes
Para se señalar en la batalla. Rodeados están de todas partes.
También Amanatey, que de lijero Ansí como en los bosques rodeados
Los mas veloces ciervos alcanzaba , De los monteros puestos en paradas ,
Un hocico de oso colmenero Do siendo de sabuesos acosados
Por cima la cabeza levantaba ; Buscan los jabalies sus entradas ,
Cubria sus espaldas con el cuero, E yendo por los saltos mas usados
Y por ellas un oso semejaba : Hallan las sendas todas ocupadas ,
Arco , flechas , pavés que lo cubria, Y viendo cazadores , perros , lanzas ,
Tal que con él hacia puntería. De su braveza hacen confianzas ;
De diferentes otros animales Ansi de todos estos infieles
Trajo Paraguaní las invenciones , Se vieron rodear nuestros cristianos ,
Y acutisimas flechas y mortales , Ladrando aquí y allí como lebreles ,
Porque con dientes van de tiburones O segun á los toros los alanos ;
Puyas de raya, vivos pedernales Y el librarse de fieras tan crueles
Que pasan los tupidos algodones , Después de Dios pusieron en sus manos :
Y todos los demas destas conquistas Ocurrir á las armas les enseña,
Llevaban invenciones nunca vistas. La priesa que les daba la reseña.
Viérades en el viejo y el moderno Animaba Sedeño sus varones
Diferentes colores de plumajes , En estos alborotos tan estrechos ,
Y con sus movimientos y gobierno Diciéndoles : « 0 mis comilitones,
Daban temor aquellos fieros trajes : Venzan á las palabras buenos hechos,
Caterva parecia del infierno Que en las manos tenemos ocasiones
Que venia haciendo mil visajes , Para mostrarse bien los bravos pechos ,
Tantas macanas , flechas , tantos tiros , El fuerte manifieste fortaleza ,
Cuantos no bastaré para deciros. Y el flaco saque fuerzas de flaqueza .
Hicieron desta suerte sus conciertos , > En la necesidad destos estremos
Que pues los nuestros era poca gente , Se hacen las virtudes conocidas ,
Fuesen por los manglares encubiertos, Y agora se han de dar velas y remos
Y diesen en el fuerte de repente ; Sin estar las espadas detenidas ;
En tal manera que quedasen muertos Pues à todos nos va , como sabemos ,
O ya captivos todos ciento y veinte , No menos que las bonras y las vidas ,
Porque por sus acechos recatados A estos perros déseles su pago,
A todos los tenian bien contados . Y haga cada cual lo que yo hago.
Ordena cada cual los de su bando , Al que mas se señala derriballo ,
Instruidos en sus guerreras mañas Y al que vierdes mejor aderezado,
Van sin ningun ruido caminando Porque quien raiz corta , corta tallo ;
Por pasos conocidos de montañas , Y arbol caido , ramo derribado. >>
Por una y otra parte rodeando Arremetió ; mas hombres de caballo ,
Los españoles ranchos y cabañas : Que son Herrera y Agustin Delgado ,
De tal manera fueron advertidos Que quisieran salir ni mas ni menos ,
Que nunca fueron vistos ni sentidos. Con priesa no topaban con los frenos.
El Baucunar que todos los sujeta Y todos los demás sin los caballos
Ansimismo trató con esta gente , Se ponen en defensa de su centro ,
Que al tiempo que tocase su corneta Porque los que sabian meneallos
Acometiesen todos juntamente : Tardaban en salilles al encuentro ;
Estaban en la parte mas secreta Y Baucunar con algunos vasallos ,
Con ánimo cruel , hervor ardiente , A pesar de los nuestros entró dentro ,
Deseando la seña conocida Sin para detenellos ser bastante
Para hacer crüel arremetida. Cosa que se pusiese por delante.
Bien ansí como perro detenido Como tigre feroz encarnizado ,
Con trailla,venados inquiriendo , Por algun tiempo falto de comida ,
Que si por donde van alguno vido En alguna vereda reparado
Antes que lo solteis està gimiendo , Acechando la caza conocida ,
Y de la gran tardanza desabrido Que viéndola saltó tras el venado
Se está con el orgullo deshaciendo Con aceleracion jamás oida ,
Hasta tanto que se desembaraza Sabiendo ser el presto movimiento
Y va con brava furia tras la caza; Su vida , su salud y su sustento ;
Representábase desta manera Ansi con esta misma lijereza
La barbara nacion encarnizada , Esta gente feroz acometia ,
A la sazon que estaban en espera Juzgando con razon que en la presteza
De la señal que tienen concertada : Su principal victoria consistia :
Oyose la corneta , salen fuera Ponia gran temor ver la braveza
Con furia jamás vista ni pensada , Del número de gente que venia ,
Suenan de todas partes alaridos Aquella griteria tan inmensa
Y gritas que conmueven los oidos. Y habellos ocupado su defensa .
No son allí las fuertes armas lerdas , Comienzan á batir lo mas enhiesto
Ni duermen las edades mas ancianas , Matando los que vian mas cercanos ,
Porque con furia grande tú recuerdas Con grandes vituperios y denuesto
Marte cruel , las mas antiguas canas : De nuestros españoles y cristianos :
Sonaban los crujidos de las cuerdas , Los cuales muy corridos de ver esto
Los golpes de los dardos y macanas " Vinieron con los indios à las manos ,
Aqui y alli se hace tal ruido Y sus rodelas fuertes embrazadas
Que al mas cuerdo sacaba de sentido. Comienzan á jugar de las espadas.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA X , CANTO V. 97
El Baucunar debió ser conocido Rompia por lo mas embarazado
Por señas de persona bien compuesta , Donde la sangre ya hacia rio ,
El Antonio Sedeño que lo vido Y en estos intermedios el Delgado
Arremetió con él con furia presta ; No estaba descuidado ni baldío :
Pero no le halló mal proveido Pues á Guaimá tenia derribado ,
En acudille bien con la respuesta , Y á Paraguani puso patifrío ;
Antes al golpear cruel agudo , En Amanatey piensa hacer lance ,
Se reparaba bien con el escudo. Pero no le podia dar alcance.
Cada cual de los dichos se desvela Y es porque lo dotó naturaleza
En deshacer contrarios embarazos : Demás de gran vigor que poseia ,
Los ojos Baucunar como candela , De tal y tan estraña lijereza ,
Dió con toda la fuerza de sus brazos . Que su correr un vuelo parecia ;
Al otro tal revés en la rodela , Y si le va delante , con presteza
Que el espada se hizo tres pedazos ; A las espaldas luego lo tenia ;
Inclinó las rodillas el Sedeño , Y en ellas mismas, no con brazos mancos,
Porque el golpe que dió no fué pequeño. Le daba tres y cuatro golpes francos.
Mas este no le pudo cortar niervo , El Agustin Delgado no lo toca ,
Con las fuerzas allí no ser estrechas ; Ni puede por do huye perseguillo ;
Empero con temores el protervo Mas una vez volvió con furia loca
Aquellas armas viendo ya deshechas , A su salvo pensando de herillo :
Atrás saltó lijero como ciervo , Acertóle Delgado por la boca.
Y al arco puso mano y á las flechas , Y el hierro le pasó del colodrillo :
Y en la rodela dió , pero desvara No le fué menester golpe segundo
La flecha , y á Pretel clavó la cara. Para lo sepultar en el profundo.
Vereis á Pamacoa , que se emperra Cada cual español en otro tanto
Vertiendo por allí sangre cristiana , Sus vengadoras manos ocupaba ;
Pues tiene tres tendidos por la tierra Sonaba ya victorïoso canto
De los terribles golpes de macana : Por la parte que menos se pensaba :
Y en la mayor presura de la guerra La cual no se hacia sin espanto
Topóse con Alonso de Orellana , De Baucunar, que bien los animaba ;
Mancebo de valor y fuerza mucha , Y aunque les daba voces por mil modos ,
Y enciéndese de dos terrible lucha. De los caballos van huyendo todos.
Sus armas cada cual desembaraza, Bien como cuando hacen algazara
El salto que se da parece vuelo , Las aves en el árbol ó floresta ,
Descarga Pamacoa con la maza , Que callan al ruïdo de la jara,
El cuerpo le hurtó nuestro mozuelo ; O truenos de arcabuz ó de ballesta ;
El otro, que pensó matar la caza , Y cada cual aquí y allí dispara
Rompió con el troncon el duro suelo , De su manada dulce descompuesta ,
Y á la sazon que el indio se endereza Inquiriendo la parte mas segura
El mozo le llevó media cabeza. Por los aires, ó por el espesura ;
Todavía con gana de venganza Ansí de ver los dos conmemorados
Acudió con un golpe ya mas tierno , Los que tentaron estos desafios ,
Yfuera de su vana confianza , Quedaron de sus gritas olvidados ,
Por le negar la vista su gobierno : Ajenos totalmente de sus brios ;
Allí se concluyó su destemplanza , Y ansi huian todos derramados
Y luego fué camino del infierno , Por montes, por quebradas y por rios ,
Porque con los demás quedó tendido , Porque pensaban ser un cuerpo entero
Y aquel que lo mató muy mal herido. El del caballo y el del caballero.
Los que con él vinieron por el puerto , Angostas se hacian las carreras
Vista de Pamacoa la tal muerte , Por do huyen sin orden ni , gobierno ;
Huian con pesado desconcierto ; Y como les picaban tan de veras
Mas dice Baucunar : «Volved al fuerte. Con hierro para ellos muy moderno ,
¿Cómo, porque veais un hombre muerto Pensaban ser los dos algunas fieras,
Dejais de proseguir tan buena suerte? Salidas del profundo del infierno ,
Tened, tened, villanos sin vergüenza , Porque van de cubiertas reparados
Que ya nuestra victoria se comienza . Ellos, y los caballos bien armados.
Revuelven por la parte que venian , Huyen edades mozas , huyen canas,
Cobrando lo perdido del cercado : Perdidas de vivir las esperanzas ,
Con gran dificultad se sostenian Hollando van por arcos y macanas
Los nuestros por el uno y otro lado ; Aquellos cuyas eran las venganzas :
Perolos dos caballos ya salian , Rojos están los campos y zavanas ,
Y en ellos el Herrera y el Delgado Teñidas las espadas y las lanzas ;
Rompen , haciendo del contrario bando Fué grande, por jamás ver otro tanto,
Calles de los que van alanceando. Para los naturales el espanto.
Los nuestros ponen ya sus esperanzas Tan grandes desatinos ocupaban
En estos caballeros esforzados , Los bárbaros y torpes corazones ,
Porque pudieras ver grandes matanzas , Que los robustos arcos desarmaban
Y aquí y allí gandules derribados : En estas fugitivas confusiones ;
Empléanse los hierros de las lanzas Y con las cuerdas dellos se ahorcaban
En los indios que ven mas señalados De las mas bajas ramas y troncones ,
Mas el Utuyaney, como gigante , No dándoles lugar el sobresalto
Al Herrera se puso por delante. Para poder subir á lo mas alto.
La macana crüel enarbolada Los nuestros, sin temores de desvíos ,
Descarga con un golpe tan pesado , Entablaban adentro mas el juego ,
Que puesto que era fuerte la celada , Hasta meter los indios en buhíos,
Algun tanto quedó desatinado ; A muchos de los cuales ponen fuego ,
Mas dióle por el hombro tal lanzada , Por no querer, dejados desvarios ,
Que el hierro le salió por el costado ; Rendirse ni de si hacer entrego ,
Cayó, porque salieron de repente Antes los mas , à trueco de no darse ,
El ánima y la sangre juntamente. Consentian en ellos abrasarse.
T. IV.
98 JUAN DE CASTELLANOS .
Si acaso las doncellas ó donceles » Estoy por esta causa tan perplejo,
De la pajiza casa se salian , Que determinacion no me concedo ,
Los padres inhumanos y crüeles Por ver mi perdicion , si aquesto dejo ,
A las ardientes llamas los volvian : Y mucho mas perdido si me quedo :
Donde los miserables infieles Muy dudosa mi vuelta si me alejo ;
Sus vidas con sus hijos consumian , Si fio del contrario tengo miedo ,
Sin quererse ninguno dar á vida Y destos pesadísimos estremos
De todos cuantos iban de vencida. No sé, señores mios , cuál tomemos.
Cantada la victoria desta suerte , >> Mas hecha razonable conjetura,
Cargados de alimentos y despojos , Parece que mi alma persevera
Vuelven los españoles à su fuerte, En no perder aquesta coyuntura ,
En placer convertidos los enojos ; Dejando totalmente la ribera ;
Aunque tuvieron pena de la muerte , Y ansi tengo por cosa mas segura
Que entonces ocupó cristianos ojos ; El verme con Alonso de Herrera ;
Y á quien quisieran dalle sepultura Podria ser haber conformidades ,
Segun aquel lugar y coyuntura. Y socorrer nuestras necesidades. >
Mas el feroz Alonso de Herrera , Entendidas por ellos las razones
Aun sus rencores no teniendo frios , Y el blanco do van todas, apuntando ,
Hallándose señor de la ribera , Contradecian tales intenciones
Comienza de decir : « aquí los mios >> : Su parecer por malo condenando ;
Acuden los que son de su bandera , Mas él, con eficaces persuasiones ,
Y toman el mejor de los navíos , Los hizo mas sujetos á su mando ,
Que sobre prevencion y ardid de guerra Y ansi , mala sospecha concebida ,
Estaba ya con el proïz en tierra. Efetuaron luego su partida.
Tratóse con los suyos , y el concierto Puestos en el camino conocido ,
Fué cuando los enojos recontados , A Paria caminaban con presteza ;
Sobornados grumetes en el puerto , El capitán Herrera que los vido
Que punto no vivian descuidados ; Metióse dentro de la fortaleza :
Y agora que el camino ven abierto , Fingiéndose que estaba mal herido ,
En un momento fueron embarcados ; Armándose con suma lijereza ,
Al viento velas dan sin saludaflos , Y mandando también que sus soldados
Al Sedeño dejando los caballos . Estén á punto bien aparejados.
El Antonio Sedeño , que de vellos Diciéndoles : « decid que estoy doliente
Grandísima congoja recebia , Cuando vierdes llegar este tirano ,
Fué poca parte para detenellos , Porque me venga à ver, y en continente
Porque la menos parte lo seguia ; Echalde dos, ó tres, ó cuatro , mano ,
Y ansí también después se fué tras ellos Y los demás desarmen á su gente :
Con la poquilla gente que tenia , Haremos un negocio soberano. >>
La cual ida carísima le cuesta , Llegó Sedeño pues al dicho puerto ,
Segun entendereis en lo que resta. Dado fin á las tramas y concierto.
Salieron no sé cuántos al camino ,
Debajo la cautela referida ,
Diciendo que Herrera si se vino
CANTO SESTO , Fué por tener una crüel herida ,
Y que quedarse fuera desatino ,
Donde se cuenta cómo Sedeño volvió á Paria con intencion de reconci- Por estar en gran riesgo de la vida ;
liarse con el Alonso de Herrera, y lo que le aconteció. Y como en tal sazon era posible ,
No pudo parecelles increible.
Su vida y honra tiene mal segura Con un semblante triste, rostro blando ,
Quien hace de contrarios confianza , Mostrando condolerse del suceso ,
Segun de varios casos de ventura Entró luego por vello , y en entrando
Esperiencia notoria nos alcanza : Usaron con gran furia del esceso ;
De sabios es á buena coyuntura Y a todos los que trajo de su bando
Del primer parecer hacer mudanza , Desarmaron, segun atrás espreso ,
Pues dañan confianzas al guerrero , Y al Sedeño , diciéndole baldones ,
Y mas cuando se cree de lijero. Hizo poner en asperas prisiones.
Sedeño, como yo soy buen testigo , En el fuerte que fué por él labrado
Era buen capitán y buen soldado ; Con guarda de sus armas proveida ,
Mas era del amigo y enemigo Se vió con cepo , grillos y canado ,
Demasiadamente confiado: Falto de vestiduras y comida ;
Agora mas, en procurar abrigo Y estuvo tanto tiempo maltratado ,
En enemigo suyo declarado ; Que ya desconfiaba de la vida ,
Y ansi todos en estos menesteres Porque las guardas viles y sangrientas
Tenian diferentes pareceres. Le dicen y le hacen mil afrentas.
Porque después que vió cuánto perdia Por oprobio de sus delicadezas
Por la revolucion y turbamulta , Y términos galanes y polidos ,
Juntó la poca gente que tenia Usaban de sucísimas bajezas
En las cosas de guerra mas adulta ; En el comer , beber y en los vestidos ,
Y pareciéndole que convenia , Y tantas y tan viles asperezas ,
Entró con todos ellos en consulta ;* Que contallas ofenden los oidos ;
Y para se llegar á sus respuestas , Su gente, de placeres bien ajena ,
Dijo pocas palabras, y son estas : Deseaban librallo desta pena.
« Paréceme, señores, grande mella Tomaron pues á pechos el cuidado
La que hecho nos han estos hermanos , Por modos que jamás fueron sentidos :
De quien siempre terné justa querella , Un Antonio Fernandez y un Machado ,
Por ser tan viles, bajos y villanos ; Pedro Placeres Gago , Joan de Nidos ,
Y mas en tiempo que gozando della Martin Lopez Perdomo y Alvarado ,
Dejaron la victoria de las manos , Y otros que de mí fueron conocidos ;
Y con tan poco riesgo de la vida Y para lo librar desta presura
Una prosperidad tan conocida. Esperaban sazon y coyuntura.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XI, CANTO I. 99
Habia pues necesidad urgente
Para se suste ntar de vitüalla , El cual goberna dor después que hubo
Y el Agustin Delgado con la gente Llegado con armada suficiente ,
Fueron por las comarcas á buscalla , La isla Trinidad también anduvo
Quedandose Herrera solamente Por parte que le fué mas conviniente ;
Con dos ó tres soldados de canalla , Y en ella con rescates se entretuvo
Creyendo que bastaba su braveza Por dar mantenimientos á su gente ,
A defender aquella fortaleza. La cual, estando toda reformada,
A Neverí hicieron su jornada .
Los otros , con sazon tan deseada ,
Rodéanlo con áspero denuedo ; Después à la conquista se presenta
Y como los sintió de mano armada , Joan Ponce de Leon , un descendiente
Salió con mas furor que decir puedo ; Del otro deste nombre , cuya cuenta
Mas viendo gente tan determinada , Yo doy en otra parte largamente ;
Adentro lo volvió discreto miedo , Seria por el año de setenta
Porque como lo vieron salir fuera, Cuando en la Trinidad metió su gente :
Tras él iban diciendo : « muera , muera .» No hizo cosa digna de memoria ,
Y ansí no haré dél mayor historia.
Las puertas les cerró ; mas no bastaba , Criollo de San Joan que conocemos ,
Porque los del Sedeño las batian ,
A los de afuera él amenazaba , De parte principal ilustre abuelo ;
Lo mismo los de fuera le hacian : Mas, pues que por agora no sabemos
Finalmente , Herrera preguntaba Otras mas novedades de aquel suelo ,
Diesen razon de lo que pretendian ; La isla Trinidad aquí dejemos ,
Ellos dieen : poneros hemos fuego, Y háganos gozar de la del cielo
Si no soltais al buen Sedeño luego.» Aquella sacrosanta Providencia ,
En las personas trino y una esencia.
Quieto y apartado de sus fieros
Respondióles Alonso de Herrera :
Haceislo como buenos caballeros,
Gloria, flor y bondad de nuestra era ;
Ypues que son forzosos los terceros ,
Prometo como tal de echallo fuera ;
Podeis os aquietar , nobles varones , ELEGIA XI.
Que yo voy a quitalle las prisiones.>
Llegado do sus pasos encamina , A la muerte de Jerónimo de Ortal, segundo gobernador
Dijo : mataros quiero , buen Sedeño. >> de Paria, donde se cuenta de la segunda entrada que
Respondióle Sedeño muy aina : se hizo por el rio Urinoco, con otras muchas cosas que
Por cierto vos hareis lance pequeño : entonces acontecieron.
Matar en la prision una gallina ,
O un liron vencido de gran sueño. –-
No quiero , respondió , ser homicida , CANTO PRIMERO.
Antes quiero que vos me deis la vida.»>
Yo vengo con entero pensamiento Entre los demás hilos desta tráma ,
De daros libertad liberalmente ,
Con que hagais solene juramento Que por la costa bajo va tejida ,
Jerónimo de Ortal también me llama
De luego navegar con vuestra gente, A decir el discurso de su vida ,
Y me dejar aqui libre y exento , Porqu e de vista fué , que no por fama ,
Sin ser de novedad es pretendi ente ;
Demas desto debeis quedar conmigo Su persona de mi bien conocida ,
El cual fué natural de Zaragoza ,
De no me ser amigo ni enemigo .» Y vino con Ordás en edad moza.
Sedeño , con deseo que tenia
De verse do siquiera cielo viese , Era de Cobos muy favorecido ,
Le dijo que baria y juraria El cual en aquel tiempo florecia ,
Aquello y mucho mas que le pidiese , Y por el fin que ya teneis oido
Porque la libertad que prometia Pidió lo mismo que el Ordás tenia :
Valia mucho mas que el interese , A la gobernacion fué proveido ,
Y con ofrecimientos y razones Segun y por el orden que queria ,
A él se le quitaron las prisiones. Año de treinta y cuatro comenzado
Con el millar y medio ya contado.
El Herrera después con sus criados, Teniendo ya las cédulas reales ,
Quitada la prision que padecia ,
Abriéronle la puerta recatados Apercebióse para la jornada ,
De la gente leal que lo pedia ; Nombrando capitanes y oficiales
Reciben al Sedeño sus soldados Por orden y razon acostumbrada ;
Y destos hombres hay muy principales
Con gran contentamiento y alegría ;
Y dándoles las gracias por sus hechos , En este nuevo reino de Granada ,
A la mar les mandó fuesen derechos. Como Miguel Holguin , en quien hoy dia
Se ve virtud , valor y valentía :
Embarcaronse , no sin multiplico
De furiosos vientos y tormenta ; Varon en paz y guerra de consejo ,
Yfueron á San Joan de Puerto-Rico , Enemigo de todo desafuero ,
Do Sedeño tenia buena renta : Desde su juventud fué sabio viejo ,
Otros negocios suyos no replico , Cristiano y honoroso caballero ;
A los mas virtüosos es parejo ,
Porque de sus proezas daré cuenta , En todas buenas obras el primero ,
Y cómo después hizo grande entrada , Cultor muy grande del honor divino ,
Que en estas partes fué solenizada. Y socorro del pobre peregrino.
Dejarémoslos pues desta manera ,
Al Sedeño do pinta mi cuaderno , Vino por capitán Luis Lanchero ,
Varon cabal para cualquier afrenta ,
Y al Agustin Delgado y al Herrera Después en este reino fué guerrero
En Paria , do tuvieron el invierno ,
Esperando por horas que viniera Que de sus cargos dió muy buena cuenta;
Jerónimo de Ortal con el gobierno , Un Joan de Castro fué su compañero
Del cual el rey le habia proveido De placeres que vida descontenta,
Por muerte del Ordás ya referido. Otros también pornemos por historia,
Cuando los ofreciere la memoria.
100 JUAN DE CASTELLANOS.
Dispuesta toda cosa necesaria Mas antes que debajo destos fines
Dos naos gruesas y una carabela , Con Rodrigo de Niebla se partiera ,
Para ir en demanda de su Paria , Entró por Uyapar y sus confines
Mandó que se hiciesen á la vela : El capitán Alonso de Herrera :
Surgieron en las islas de Canaria , Con cinco principales bergantines
Adonde recogió gente novela ; E una carabela muy lijera :*
Y en Tenerife fué priacipalmente Doscientos hombres , armas y pertrechos,
Donde se le llegó copia de gente. Cinco caballos al viaje hechos.
Que podia pasar bancos de Flandes Eran los de caballo, que do quiera
Y quebrantar el mas soberbio lomo : Pudieran dar de sí bastante prueba ,
Es vivo destos hoy Pero Fernandez , El general Alonso de Herrera ,
Que se dice de Porras ó Perdomo : De tesorero Joan de Villanueva ,
En aquella sazon de brios grandes , Morán , Pedro de Cea , también era
Y en el tiempo presente de gran tomo , Un Alvaro de Ordás de los que lleva ,
Regidor de Tocaima la nombrada Mancebo valeroso , diestro , fuerte ,
En este nuevo reino de Granada. Sobrino del que ya llevó la muerte.
De allí salió también Anton García , La gente del armada despedida
A quien llamábamos Anton del Guante , Por el Ortal , con capitán amigo
Brioso con alguna bizarría , Dejó la fortaleza proveida
Pero para la guerra muy bastante ; Para ir con el Niebla donde digo ;
Y con aquesta misma compañía Y con prision angosta y afligida
Gaspar de Santa Fe fué caminante , Los dos que ya nombré llevó consigo ,
Con muchos mas que la memoria pierde, No confiándose de sus concetos
Pero yo los diré desque me acuerde. Por tenellos por mozos inquïetos .
Prosiguió pues Ortal esta derrota Y van en un navío juntos todos ,
De gentes y pertrechos avïado , Corriendo por las aguas espumosas ,
Llevando por piloto de la flota Y al doblar de las puntas y recodos ,
Un Cristóbal Angulo del condado ; Que por alli son algo peligrosas ,
Hacia la carrera ser mas nota El Lanchero buscaba muchos modos
Un portugués , piloto corcobado , Cónio poder quitarse las esposas ,
Pues sin haber andado la tal via Dijome que debajo de desino
Certísimo salió cuanto decia. De hacer algun grande desatino.
Estando pues á vista del golfete Al Niebla le decia : « yo no puedo
De Paria , para do se navegaba , Sufrir estas esposas que me matan ,
Un cierto temporal les acomete Quitenmelas por un tan solo credo
Que viento de nordeste levantaba ; Para ver de qué parte me maltratan ; »
Despareció la nao de Alderete Luego Niebla trató con rostro ledo
Con doscientos soldados que llevaba, Con el Ortal lo que los dos le tratan ,
La cual fué costa bajo navegando Jerónimo de Ortal cumplió su ruego
El puerto de Cubagua demandando . Para tornárselas á poner luego .
Surgieron los demás en la ribera Quitóselas un mozo marinero ,
De Paria , que por todos se desea , Y estándolas mirando blandamente ,
Do vieron al Alonso de Herrera , Arrebátoselas Luis Lanchero ,
A Villagrán , Morán , Pedro de Cea, Echandolas al mar incontinente ;
Joan Fuerte , Villagomez , Talavera , Rióse destas burlas el tercero ,
Joan Gonzalez , Perálvarez , Perea , El Ortal las tomó pesadamente ,
Con otros , que serian hasta treinta , Y ansi mandó que todos sus fieles
Hombres de quien se hizo mucha cuenta. Se los maniatasen con cordeles.
Ortal luego salió con sus soldados Mas aunque les faltaban las espadas
A consolar la baquïana gente , En la proa do estaban , ya tenian
Los unos de los otros deseados , Muchas cuñas de tiros allegadas ,
Se saludaron amigablemente : Y cosas con que bien se defendian :
Herrera con poderes ampliados Las razones que dicen son pesadas ,
Nombrado fué por general tiniente ; Bravísimos los fieros que hacian ,
Del nombramiento deste caballero Demás desto la gente mas lozana
Muy corrido quedó Luis Lanchero. A ellos iba muy de mala gana.
Porque por su valor y valentía Queriendo Niebla pues matar el fuego
Tenia deste cargo pretensiones , Que se causaba destas turbaciones ,
Y ansi con el enojo que tenia Procuró de ponellos en sosiego
Dijo contra los dos feas razones : Con cuerdas y católicas razones ;
Prendiéronlo por esta demasía , Porque llegados á Cubagua luego
No se quedando Castro sin prisiones , Prometia de dallos en prisiones ,
A causa de que para tal demanda Fué de los presos voluntad espresa
Lanchero lo tenía de su banda. Que no se quebrantase la promesa.
Estando los dos presos en el agua Llegados á Cubagua , y entregados
Con guardas que velaban noche y dia , A mas que miserable cativerio ,
A Turpiar llegó cierta piragua Quebraron tantas fuerzas de candados ,
Con Rodrigo de Niebla , que venia Que parecia cosa de misterio ;
En ella de la isla de Cubagua , Y fueron recogidos y amparados
Y cartas de Alderete que traia , En San Francisco , fuerte monasterio
Diciéndole quedar en salvamento Do guardas los cercaban por momentos
Con los doscientos hombres que ya cuento . Y les quitaban todos alimentos.
Fué del gobernador bien recebido Noches y dias, lanzas y gorguces
Este que con tan buena nueva vino , Por horas los ponian en aprieto ;
Por ser amigo suyo conocido , Mas por favor de ciertos andaluces ,
Y de Cubagua principal vecino ; Que los favorecian en secreto ,
Y al tiempo de volver á su partido Hubieron á las manos arcabuces
Ortal se fué con él aquel camino , Que hicieron el cerco mas quïeto ;
A recoger sus gentes belicosas Pues de los que tenian este cargo
Y dar orden á otras muchas cosas. Algunos se hicieron á lo largo.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XI , CANTO II.
Muchas veces también salian fuera , 101
Cuando los alimentos les faltaban , Tal sospecha tenian arraigada
Para poder tomar en la ribera Todos los capitanes y soldados
De lo que los navios descargaban : Que con Ordás salieron del entrada ;
A todos asombraban de manera Y ansi volvieron muy determinados
Que por amor ó fuerza se lo daban ; De seguir mas de veras la jornada
Ofrecian también algunas prendas , Y costear mejor entrambos lados ,
Por no tomar de balde las haciendas. Y por mejor subir por los esteros
Llevaban los navios mas lijeros .
No fueron en el cerco tan continos
Los soldados con lanzas y venablos , Yendo pues segun orden concertado
Aunque los dos hacian desatinos , Por caudaloso rio y estendido ,
Que para los decir faltan vocablos ; Llegaron á Caroa ya nombrado ,
Tanto , que ya quisieran los vecinos Pueblo de muchos dellos conocido :
Que se fueran con todos los dïablos , Allí fué nuestro campo reparado
Con ser allí los hombres detenidos Y por algunos dias detenido ,
Para la defension destos partidos . Hicieron oficiales con su plancha
Una barca de Córdoba bien ancha.
Trataron pues los frailes , de concierto
Con otros hombres nobles de linaje , A veces la llevaban remolcando
Cuyo favor también fué descubierto , Cuando las velas della no servian ,
En aviallos para su viaje ; Y en ella los caballos cada y cuando
Al fin ellos salieron deste puerto Que las necesidades lo pedian :
Vestidos y con buen matalotaje , Sin que se fatigase nuestro bando ,
Y corrieron después larga carrera , Muy à placer entraban y salian ,
Industria del Alonso de Herrera ,
Aprobando muy bien adonde quiera. Admirable varon adonde quiera .
Estos bullicios vanos acabados ,
De que dimos razon algo sumaria, En tanto que la barca se hacia
Ortal recogió todos sus soldados No faltaban rancheos y salidas ,
Para con ellos revolver á Paria ; Y en ellos los de nuestra compañía
Dejó tres bergantines concertados Hubieron entre piezas recogidas
Para llevar comida necesaria , Un indio que Chuipa se decia ,
E ir con ellos en la primavera De proporcion y fuerzas escogidas ,
En busca del Alonso de Herrera. Al cual indio pintó naturaleza
Embarcó pues sus gentes Alderete , De gran disposicion y gentileza.
Las suyas Alonso Alvarez Guerrero , Hombre , segun se vió, de gran pericia
Va por trabadas jarcias el grumete , En regir escuadrones de su guerra,
Alista lo demás el marinero : Y este certificaba sin malicia
Desfiérese la vela del trinquete , Estar cerca de allí próspera tierra ;
Cada cual oficial anda lijero ; Y siempre señaló la tal noticia
Al fin llegó con esta compañía A las otras vertientes de la sierra ,
Jerónimo de Ortal donde queria. Otros algunos indios deste puerto
Afirmaban lo mismo por muy cierto.
Puestos en Turpiar incontinente
Hizo desamparar la fortaleza , Y una cariba india , Catalina
A la Trinidad fué toda la gente De Perálvarez, moza diligente ,
Por haber de comida mas grandeza : Mujer de gran razon é ya ladina ,
Maruaná los recibe blandamente Conformaba con estos juntamente ;
Y los demás no muestran aspereza, Por lo cual el Herrera determina
Porque de los rencuentros atrasados De enviar al Ordás con cierta gente ,
Estaban estos indios quebrantados. El cual luego partió con buen avio
A la siniestra mano deste rio.
Alli toda la gente que traia
Era medianamente proveida, Fueron nuestros soldados peregrinos
Porque por su rescate cada dia Por el paraje dicho, por las guias
Acudian los indios con comida : Hallaron muchas sendas y caminos
Ortal ningun agravio les hacia , Que se decia ser de pesquerías ;
Y en la paga su boca fué medida , Y sin poder hallar indios vecinos
Entreteniéndose por sus confines Anduvieron al pié de veinte dias
Hasta venir aquellos bergantines. Por tan espesas y ásperas montañas ,
Que no bastaban ya fuerzas ni mañas .
Anduvo por allí con pia mano Todos ellos de hambre perecian
Sin consentir hacerse desatino,
Esperando las flores del verano Vencidos y rendidos á flaqueza ,
Para ponerse todos en camino ; Los caballos tampoco no podian
Pero su pensamiento salió vano Romper por las alturas y aspereza ;
Por el mal que á los otros les avino, Y cuanto mas arriba los subian
En batalla feroz , crüel , sangrienta, Hallaban cumbre de mayor grandeza ;
De que daré después prolija cuenta . Cesaban ya las hachas y azadones
Por la debilidad de los peones.
Viendo que no podian ya valerse
Y el gran trabajo que se padecia ,
CANTO SEGUNDO , Determinaron todos de volverse
Donde queda la otra compañía :
Donde se cuenta el trabajoso viaje que llevó el capitán Alonso Que tampoco podia mantenerse ,
de Herrera, y cosas en él acontecidas. Antes necesidad los compelia
A proseguir arriba su viaje
Todas las mas personas que perdidas Para buscar algun matalotaje .
Vimos salir de las jornadas hechas , En continuacion desta corrida
Suelen generalmente ser heridas Descubrieron algunas poblaciones,
Con estímulos grandes de sospechas Do hallaron un poco de comida
De que dejaron tierras ascondidas Aunque no sin guerreros tropezones .
Por no saber llevar vias derechas Determinó hacer otra salida
Y si tomaran tal ó tal camino El Herrera con copia de varones ,
Llevara su derrota mejor tino . Pensando que se diera mejor maña
Para romper tan áspera montaña .
102 JUAN DE CASTELLANOS.
Perseveró con grande sufrimiento Miguel Holguin y Joan de Avellaneda,
Tres ó cuatro semanas de jornada , Por aquellos lugares de su suerte ,
Mas no pudo salir con el intento Hacian bien abierta la vereda
Por estar ya la gente fatigada ; Entregando contrarios à la muerte ;
Volvióse no sin gran desabrimiento , Pues el escuadra Sanchez de Cepeda
Y junto con la gente del armada Junto con los valores de Joan Fuerte
A boga y remo sus navíos saca Hicieron aquel dia maravillas
Hasta cerca del rio Caranaca. Tantas, que no podria yo decillas.
Vieron disposicion de poblaciones Durando pues el bárbaro guerrero
Desde los barcos acia manderecha, Juntos á una misma coyuntura ,
Saltaron luego copia de peones Acudieron con un encuentro fiero
Por senda que se vió no ser estrecha : Para dar fin à la batalla dura ;
Toparon luego grandes escuadrones , El caballo murió del tesorero,
Infinita macana , dardo , flecha , Que se tuvo por harta desventura ,
De mauatí fortísimos paveses Muy mal herido Sanchez y Roberto,
Do hacen poca mella los reveses. Y Joan de Avellaneda casi muerto.
El gran Herrera su caballo lleva , Encendida la furia que no para ,
Y de los suyos iban arreados Sin desmayar jamás la gente fiera ,
Morán y tesorero Villanueva, Al general hirieron en la cara
Con armas de algodon encubertados ; Por llevar levantada la visera ;
Y para dar de si bastante prueba Y la herida fué con una vara
Los peones también iban armados , Tostada, de durísima madera ,
Los cuales viendo gentes tan dispuestas Quitósela, y estando mal herido
Las armas y las manos hacen prestas. Fué de mayor furor mas encendido . "
Suena la vocería y el estruendo El brioso caballo revolviendo
De los itotos bárbaros , lozanos , Que con sus voluntades respondia,
Los labios con coraje remordiendo Por do quiera que pasa va haciendo
Vienen al escuadron de los cristianos, Lo que su gran enojo pretendia :
Y el indio capitán iba diciendo : De su furor los indios van perdiendo
«Vivos me los tomad todos à manos , Y por los nuestros nada se perdia,
Que los quiero tener en mis riberas Calor y sed á todos enemiga
Para que me cultiven sementeras. Les causaba grandísima fatiga.
» De mujeril temor limpiad los senos Apriesa por vencer tan duro trance
Para poder tomar justas venganzas, Andan entre desnudos los de faldas ;
De los que ya sabeis que no son buenos, Pero juzgando ser mejor balance
Pues vienen á comer nuestras labranzas , Los desnudos volvieron las espaldas :
Sin su sudor gozando los ajenos Los vestidos siguieron el alcance
Con otras desmedidas destemplanzas . » No por oro ni piedras esmeraldas,
Retráese la gente castellana Sino para gozar de su comida
Para sacallos mas á la zavana. Y ver dó la tenian recogida.
Después que los tuvieron á contento De la cual fueron todos proveidos ,
El capitán Alonso de Herrera Y por entonces fué mediana suerte ;
Hizo cierta señal de rompimiento Curaron luego todos los heridos ,
Atropellando bien esta carrera : De los cuales ninguno fué de muerte :
• Entró con furia de leon hambriento Fueron algunos dias detenidos
Y con aquel valor de quien él era , En esta parte con reguardo fuerte,
Villanueva y Morán siguen sus huellos Hasta que la herida compañía
Y todos los demás fueron tras ellos. Se sintió con alguna mejoría.
Infinidad de sangre va vertiendo Obra de quince dias ya pasados ,
Gandules señalados derribando , Con alguna comida que se saca ,
A una y otra mano revolviendo , Fueron pasando muchos despoblados
Peones y caballos animando : Por encima del rio Caranaca :
Penachos y plumajes abatiendo , Donde Diego de Ordás y sus soldados
Pechos, cuellos, ijares traspasando : No quisieron creer al arüaca ;
Increible parece la matanza Andaba ya la gente muy caida
* Que este gigante hizo con su lanza. Por faltalles á todos la comida.
Bien ansí como cuando los furores Satisfacian este desconsuelo
Del aquilon, con alas estendidas, Con hallar mucho bledo colorado ,
Van robando las hojas y las flores Con una cierta red ó chinchorruelo
Que estaban de sus árboles asidas ; Se tomaba también algun pescado !
Y quedan ya perdidos sus olores , Sacaron una vez con un anzuelo
Por cultivados campos esparcidas , Un peje de los otros estremado ,
O ya por los caminos y calzadas Que parecia ser congrio perfeto,
En partes diferentes arrolladas ; Pero iniraculoso su secreto .
No menos que con tales movimientos Porque traido hasta la ribera,
Las fuerzas del Herrera se mostraban, Teniéndolo Miguel Holguin asido ,
Derribando guerreros ornamentos Comenzó de temblar en gran manera
De los indios que mas se señalaban : Quedando casi fuera de sentido ;
A qui vereis caidos y sangrientos, Ayudaronle muchos, y cualquiera
Alli montones muertos se hollaban, Deste mismo temblor fué poseido,
Acullá se rehacen los itotos Y nadie se halló que no temblase ,
Con grandes alaridos y alborotos. Aunque con una lanza le tocase.
Morán y el tesorero Villanueva Para satisfacer necesidades
No daban menos muestra de valores ; Al fin lo degolló hambrienta mano ,
Pues cada cual su fuerte lanza ceba Hállanse destos pejes cantidades
Donde vian los riesgos ser mayores : En los rios que corren por lo llano :
El escuadron de pie también se prueba Tiene las sobredichas propriedades ,
En hechos y hazañas no menores " Es bueno de comer y no mal sano ,
Por ser todos varones escogidos Y este peje se dice quantum credo,
Y en militares artes instrüidos. En griego narce, y en latin torpedo.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XI, CANTO 11. 103
Navegó pues el campo peregrino Mas los del agua ya tenian prestas ,
Inquiriendo mas prósperos asientos , Para les impedir salir al rio ,
Y cuanto mas crecia su camino Algunas escopetas y ballestas ,
Tanto mas descrecian alimentos ; Cuyos tiros no daban en vacío ;
Pero con un suceso repentino Y ansí por ser las balas tan molestas ,
Se templaron aquestos descontentos , Hicieron algun tanto de desvío ;
Y fué ver en un puerto y anconada Andando pues trabada ya la guerra,
Gran flota de caribes reparada. Llegaron por su parte los de tierra.
Bajaban por el rio de los altos, Luego como sintieron el ruïdo
Habiendo hecho ya por las comarcas De nuestros caballeros y peones ,
Provincias y lugares grandes saltos , Los bárbaros en guerras instruidos
Hinchendo los ijares y las arcas ; Formaron concertados escuadrones ;
Y muy ajenos destos sobresaltos Y en unas matas bien fortalecidos ,
Estaban allí fuera de las barcas , Peleaban no menos que leones :
Ocupados las manos y los ojos Los nuestros por hacelles muy al caso
En repartir preseas y despojos . Trabajaban sacallos á lo raso:
Un solo bergantin vido la junta , El general salió con sus soldados ,
Cuando la luz de Febo se ponia , Entrando por las matas atrevidos ,
Y fué yendo doblando cierta punta Algunos dellos fueron lastimados
Que las dichas piraguas encubria : Villagomez y Aller muy mal heridos :
El cual sin mas respuesta ni pregunta Tornaron á herir por todos lados
Se dejó de caer por do venia , Los nuestros con gran furia conmovidos ,
Los remos levantados y tendidos Y el general Alonso de Herrera
Como no fueron vistos ni sentidos. Comenzó de hacer ancha carrera.
Viéndolos revolver de la manera , Acuden los demás con fuerte mano "
Sin boga y al amor de la corriente , Y fué de tal manera la pelea ,
Fué cosa conocida del Herrera Que pudieron sacallos á lo llano ,
Haber detrás de aquella punta gente : En parte que el caballo los desea :
Tomó desotra parte la ribera , El Alvaro de Ordás salió lozano ,
Y los demás navíos juntamente ; A las parejas dél Pedro de Cea ,
Consultan capitanes este hecho Morán y Villagrán incontinente ,
Para los saltear mas á provecho. Rompiendo por el medio desta gente.
Al fin nuestra cristiana compañía Vereis traspasar pechos y barrigas ,
En este parecer solo se cierra , Derribar arco , flecha , dardo , maza ;
De les acometer cerca del dia No siega con sudor tantas espigas
Por la parte del agua y de la tierra ; El corvo labrador en ancha haza ,
Porque desta manera se haria Cuantos de aquestas gentes enemigas ,
Sin riesgo y á sabor aquesta guerra , Caian por aquella larga plaza ,
Y para los curar y regalallos , Pues los peones iban con tal brio
Desembarcaron luego los caballos. Que no dieron jamás golpe baldío.
Fué luego Luis Perdomo Cebadilla , Miguel Holguin, Perálvarez, Joan Fuerte
Para tales negocios suficiente , Y aquel Luis Perdomo Cebadilla ,
Escogido peon por maravilla , Cada cual de los dichos hizo suerte ,
Con otros por espía desta gente : Que se puede contar por maravilla ;
Vieron los rancheados á la orilla , Pues Joan Avellaneda cuanta muerte
Sin recelos de tal inconviniente , Lo hizo vencedor en la rencilla ,
Y vieron a la una y otra mano Y aunque de poca edad , Pero Fernandez
Para correr caballos un buen llamo. Se hizo ser autor de hechos grandes .
Tornaron á hacer estos conciertos , ¿ Qué se podrá decir del arma fiera
Que los de tierra todos estuviesen Del que regia todos los soldados ,
En unas arboledas encubiertos , Siendo ya mas herrero que Herrera ,
Hasta tanto que los del agua diesen Segun sus golpes fieros y pesados ?
En las barcas varadas en los puertos , El es el que llevó la delantera
Y luego todos juntos acudiesen , Derribando los mas aventajados ,
Lo cual hicieron los de nuestro bando , Y por su parte fué cosa notoria
Sin discrepar un punto deste mando. Que cantaron los nuestros la victoria.
Llegada pues la hora concertada , Por ser de humana sangre tan sedientos
El general los hizo todos prestos , Y no quererse dar ni ser rendidos ,
Él iba con los barcos del armada , Quedaron muertos mas de cuatrocientos ,
Los de tierra se fueron á sus puestos , Y algunos , aunque pocos , ascondidos :
Con intencion de dar el alborada Recorrieron los nuestros los asientos ,
En indios tan crueles y molestos ; Do vieron en prisiones detenidos ,
Dobló la punta nuestra compañía , Indios diciendo por vocablos notos :
Llegada ya la claridad del dia. Nosotros no caribes, sino itotos.
Como los vió venir la gente fiera , Decíanlo porque no los matasen ,
Admirados de ver cosa tan rara , Mas antes compasion dellos hubiesen ;
Acudieron los mas à la ribera El general mandó que los soltasen
Lijeros y veloces como jara ; Y ningunos agravios les hiciesen ;
Luego dió grandes voces el Herrera , Antes les diesen lo que demandasen
Los caribes en él ponen la cara , De las cosas que suyas conociesen ,
Asidos de las barcas ó piraguas Asegurándolos de mala guerra ,
Intentando metellas en las aguas: Y de llevallos salvos á sú tierra.
¡Ah barbudos ! Seiais muy bien llegados, Holgaron los itotos del mensaje
Les decia la gente monstruosa , Y oferta de tan buen salvoconduto ,
Dias ha que tenemos deseados Y luego señalaron el paraje
Encuentros desta caza deleitosa : Declarándoles ser de Caburuto
Sereis en nuestras ollas regalados , Fueron los indios pues este viaje ,
Veremos si teneis carne sabrosa ; Tentado , pero nunca resoluto ,
Ya vamos , suspended remos un poco , Y en la prosecucion de la tal via
Enmendaremos el intento loco. Decia cada cual lo que sabia.
104 JUAN DE CASTELLANOS.
Recogieron los nuestros los despojos , Llegaron a las peñas y canales ,
Maiz , yucas y chacos deseados , A quien Ordás juzgó por imposibles ,
Todos muy encendidos en enojos Por ser impetuosísimos raudales ,
Por hallar muchos indios cuarteados ; Y fuerzas de corrientes increibles ;
Y no por nuevas ya , sino por ojos Y con ser increibles ya sus males
Los ven en barbacoas ser asados ; Las hambres y trabajos insufribles ;
Admiranse de tales insolencias Tentaron de pasar mas adelante ,
Y tan abominables pestilencias. Y la perseverancia fué bastante.
De los nuestros perdieron tres las vidas ; Toda la cargazon pusieron fuera
Villagomez , Aller, de quien escribo , Escepto los remeros esforzados ,
Y Zárate , personas conocidas Para poder pasar á la lijera ,
Y de valor y punto bien altivo : De remos y de sirgas ayudados :
El Joan Fuerte sacó trece heridas , Fué laboriosísima carrera ,
El cual en estos tiempos está vivo , Pero no los trabajos escusados ,
Y pobre como dicen tras paredes , Pues aunque sin un punto de descanso ,
Siendo persona digna de mercedes. Subieron do hallaron mas remanso.
Huyendo corrupcion de tantos muertos , La cual suerte no fué tan venturosa 1
Determinó la gente castellana Que fuese sin desgracia de Roberto ,
De sacar los navíos destos puertos , Por caer de una peña resbalosa ,
Y partir otro dia de mañana ; Donde saltó pensando tomar puerto ;
Y aquellos indios los hicieron ciertos Y por el agua ser impetuosa ,
Quedar atrásla tierra de Guayana , Nunca mas pareció vivo ni muerto ;
Ÿ de morar mas adelante Meta , Dió grave pena hado tan siniestro ,
Provincia de algodon y camiseta. Por ser valiente , suelto y hombre diestro. !
Algunos hombres viejos han querido Embarcados en partes mas seguras , 1
Decir ser este Meta que tratamos , Prosiguen los intentos de su via ,
Rio de Turmequé muy conocido Con tantas y tan grandes desventuras
Que sale deste reino donde estamos ·• Que ya memoria dellas se desvia :
Mas es un parecer desvanecido Murciélagos y cosas mas impuras 2
Para los que mejor lo tanteamos , Por muy grande regalo se tenian ,
Ni debe de caber en seso de hombre Por haber en el uno y otro lado
Ser este , ni tener aqueste nombre. Inmenso campo , pero despoblado.
Debió nacer aquesta conjetura , Yendo de la manera que refiero , 2
Entre los curiosos baquïanos , Habiendo muchos dias navegado ,
Por ser aquesta la mayor altura Dieron en la gran boca del estero
Del reino que tenemos entre manos , De Meta sumamente deseado :
Y la mayor distancia de longura Alegróse cualquiera compañero ,
De los rios que vierten à los llanos Pensando ser concluso su cuidado , 4
Pues desde aquí van unos al poniente , Pues aunque de poblado no ven cosa ,
Y otros acia la parte del oriente. La tierra se mostraba mas lustrosa.
Siendo pues la distancia tan discreta , Navegados por él algunos dias ,
Y con tan prolijísimos desvíos , Con hambres y trabajos tan insines ,
Y en tan grande distancia se entremeta Determinaron estas compañías
Innumerable cantidad de rios , Algun tiempo dejar los bergantines ,
Y todos sus vecinos llamen Meta , Para buscar algunas chucherías ,
A aquel por donde entraron los navíos , Y mas enjutos términos y fines ,
Parece por razon averiguada , A causa del invierno ser cercano ,
No ser el nuevo reino de Granada. Y venir ya con rigurosa mano.
Antes entre los dos rios distantes , En este parecer determinados ,
Que son el Marañon y el Urinoco , Dejaron los navíos ascondidos ,
Piensan haber provincias abundantes En un estero todos entramados ,
Y el parecer no tengo yo por loco : Y á troncones de árboles asidos :
Mayormente las dos ya dichas antes , Saltaron pues en tierra los soldados ,
Cuyo compás no debe de ser poco , Y todos los demás apercebidos ,
De la cual opinion son los itotos , Mancos y cojos van la tierra dentro ,
Los mas cercanos y los mas remotos. Deseando topar algun rencuentro.
Y ansi nuestro Herrera , resoluto Con un trabajo iban , no´sencillo ,
En proseguir aquel descubrimiento , Por ciénagas y pántanos muy varios ,
Llevó los indios hasta Caburuto Y llevaban acuestas el hatillo ,
Por dar á su promesa cumplimiento : Los tiros y pertrechos necesarios :
Enviaron un indio bien instruto Con tal rigor que yo no sé decillo ,
Que diese cuenta de su salvamento Por cumplir tales trances ser sumarios ,
A sus amigos , deudos y parientes Al fin salió la gente fatigada
Para que visitasen nuestras gentes. A tierra ya mas alta y escombrada.
En cumplimiento fué de sus mandados , En saliendo de aquellos cenagales
Y en busca de los pueblos conocidos ; Y montañas de gran desabrimiento ,
Hallólos destruidos y asolados Hallaron luego rastros y señales ,
Por aquellos caribes ya punidos : Que dieron crecidisimo contento ,
Busco los unos y los otros lados , Porque donde hallaban naturales ,
Hasta dar donde estaban ascondidos ; No podia faltar mantenimiento ;
Dió larga cuenta de su buena suerte , Y ansi Herrera capitán esperto
Y cómo los libraron de la muerte. Hizo que se pusiesen en concierto.
Sabiendo ser sus deudos y vecinos Pero Fernandez , por su gran soltura
Libres de la prision y perdimiento , Y ser en cualquier cosa diligente ,
Y muertos los protervos y malinos En un árbol subió de gran altura
Caribes del ejército sangriento , Por devisar mejor aquella frente :
Acudieron á ver los peregrinos Vido señal patente de cultura ,
Y traelles algun mantenimiento , Puesto caso que no pudo ver gente ,
Diéronles cierta guia de buen tino , Sino por grande trecho de desvíos ,
Para prosecucion de su camino. Bultos que parecian ser buhíos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XI , CANTO III. 105
Los términos ya dichos entendidos , Lo mismo fué de los que voy diciendo,
Puesto que nada cierto de lo cierto , Aunque todos fortísimos varones ;
De necesarias armas proveidos Pues al tiempo que iban descubriendo
Caminaron por orden y concierto ; Mayores y mejores poblaciones ,
Mas no pudieron ir sin ser sentidos , Por los achaques que decir entiendo
A causa de ser campo descubierto , Se perdieron aquellas ocasiones
Y ser los indios jaguas carniceros , Y por dejar de mano coyuntura
Todos vigilantisimos guerreros. Acaso se perdió buena ventura.
Los cuales en aquestos menesteres, Llegaron pues al pueblo que se vido ,
De toda cobardía muy ajenos , De la gente de jaguas ya vencida ,
Enviaron al monte las mujeres , Do estuvo nuestro campo detenido
Al inútil varon ni mas ni menos ; El tiempo que duraba là comida ;
Y fueron sus guerreros pareceres Mas el mantenimiento concluido
Esperar en el campo conio buenos , Hicieron del asiento despedida ,
Con largas guaicas , dardos y paveses , Y nuestros españoles peregrinos
Sin temer de fortuna los reveses. Siguieron mas adentro los caminos .
Salen al campo con potente mano El invierno sembraba sus rigores
Formados escuadrones como diestros , Ajenos de la seca del estío ,
Compusieron el campo castellano E yendo no sin grandes sinsabores
También los adalides y maestros ; Vinieron á topar un cierto rio ;
Esperaron los jaguas en un llano El cual pasaron doce nadadores
Muy á pedir de boca de los nuestros ; Con sola desnudez por atavio ,
Por ir en los caballos quien bastaba En pañetes que dicen y con suelas
Vencer y sujetar fuerza mas brava. Con solas las espadas y rodelas.
Llegados pues à cómoda carrera Aquestos eran hombres de gran tomo
Cada cual deseando vencimiento , Para bien espiar cualquiera cosa ,
Hizo señal Alonso de Herrera Sacar un rastro y abatir el lomo :
Y los jaguas también de rompimiento ; Y destos fué Madroño y Espinosa ,
El indio se mostró con mano fiera , Garci Perez de Vargas, Luis Perdomo ,
El español feroz anda sangriento ; Usagre , Gaspar Alvarez , Velosa ,
Unas veces los indios jaguas caen , Pero Fernandez , Joan de Campo , Peña ,
Y otras veces los nuestros se retraen. Torrellas y Francisco de Ludeña.
Anda la cuchillada bien espesa , En pasando los doce desta lista ,
El golpe de macana muy pesado , Cada cual recatado y advertido ,*
Las puntas de las guaicas atraviesa Sin cosa de cubierta que los vista,
El sayo de algodon mas estofado ; Fueron por un camino muy seguido ;
Pero Herrera daba grande priesa Y á cabo de gran rato dieron vista,
Al escuadron que via mas cerrado : A cierto pueblo grande , divertido :
Unos traspasa y otros atropella , Volviéronse, segun les fué mandado ,
Haciendo donde quiera grande mella. Y de lo visto dieron su recado.
Como bala de tiro de fuslera Dadas las nuevas deste hallamiento
De furiosos fuegos impelida , Y con afirmacion de no ser falsas ,
Que rompe con su fuerza la hilera Recebieron grandísimo contento ,
De la gente mejor y mas lucida , Y luego se hicieron muchas balsas :
La cual fue por allí red barredera , Pasó cualquiera dellos tan hambriento
Pues á cuantos tocó dejó sin vida , Que pudiera comer sin otras salsas ,
Y no fué menester segunda suerte Y en pasar el bagaj que se traia
Para ser herederos de la muerte ; Gastaron la mayor parte del dia.
Ansí con esta misma destemplanza Las gentes y pertrechos colocados
Rompió Herrera por los escuadrones Por playas que corrian otra banda
Dejando traspasados de su lanza Hicieron allí noche los soldados,
Mil bárbaros y duros corazones.. La cual no fué de pluvias poco blanda ;
Aumentan ansimismo la matanza Y los noturnos cursos acabados ,
Ordás y Villagran con los peones , Siguieron con buen orden su demanda ,
Bracamonte , Holguin, Joan de Losada, Armados los caballos y peones
Y Torrellas , persona señalada. Y en buena proporcion los escuadrones.
De grande mortandad los campos llenos , Mas antes que partiesen de la orilla ,
Infinidad de sangre ya vertida , Del mucho trabajar ya quebrantado ,
Pudieron mas al fin los que eran menos Falleció Manuel Martin Ranilla,
Poniendo á los contrarios en huida : Que fué valerosísimo soldado ;
Buscaron por aquellos anchos senos , Escogido peon por maravilla ,
Y hallaron buen golpe de comida , Y en cualquiera rencuentro señalado ,
Con que la gente nuestra se mantuvo ; Y dada la posible sepultura
Y después os diré lo que mas hubo . Siguieron adelante su ventura.
Mas aunque caminaban advertidos,
No se pudo llevar tanto sosiego
Que pudiesen llegar sin ser sentidos •
CANTO TERCERO , De los vecinos, que buyeron luego ;
Y ansi fueron los nuestros recebidos
Donde se cuenta la muerte del valeroso capitán ALONSO DE HERRERA, Sin nadie perturballes el entrego
y cómo luego se volvió la gente sin pasar mas adelante . Hallaron las comidas que les cuadran
Y unos perrillos chicos que no ladran.
Cuando valor de capitán florece , Son buenos de comer y dichos mayos ,
Florecen los valores del soldado , A los cuales también llaman auríes ,
Si tropieza, si cae , si perece , Hallaron cantidad de guacamayos ,
El ejército queda desmayado , Papagayos y micos y cories ;
Y el ánimo de muchos desfallece Y frutas de guayabas y papayas ,
Para no proseguir lo comenzado ; Con no sé cuántos pájaros pajies ,
Que miembros á contrarios miembros bieren , Que en tiempo y en sazon mas regalada
Mas muerta la cabeza todos mueren. Se tiene por comida delicada.
108 JUAN DE CASTELLANOS.
Son grandes , y uno dellos tiene cresta Estaba pues á toda coyuntura
De plumas solamente bien formada , Para hacer bastante resistencia ,
Otros en la cabeza tienen puesta Mas no siempre vereis hora segura
Una bien hecha piedra turquesada : En trances de sangrienta competencia .
Otros la tienen verde , y es aquesta Antes si prevalece desventura
Tal , que la juzgareis por bien preciada ; Vale poco la buena diligencia ;
Mas cosa hueca es , y tal que pierde Y lo que hado quiere que ya sea ,
El muerto su color azul ó verde. Por mil vias y modos se rodea.
Puestos en este pueblo que ya cuento A la sazon que el bárbaro llegaba
Con la vela que pide buen gobierno , Con pretension tan dura como esta ,
Recogieron algun mantenimiento , La gente castellana reposaba
Aunque poco maíz por estar tierno : El pesado bochorno de la siesta ,
Perseveraron en aquel asiento Debajo centinela que velaba
Hasta pasar la furia del invierno ; En un alto buhío siempre puesta ,
Era cada buhío prepotente , Mirando todas partes del estancia
Y capaz de gran número de gente. Con toda la posible vigilancia.
Salian por los campos cultivados Mas cierta mujer fué , que no debiera,
A buscar los maices y cogellos , En esta turbacion , cuyo marido
Do tuvieron rencuentros porfiados Con todos los demas andaba fuera
Y salieron muy bien de todos ellos : En recoger comida divertido ;
Hicieron alli hechos señalados La cual no fué mujer sino Mejera ,
Que no tengo lugar para ponellos ; Segun el mal después acontecido :
Y sé que señaló bieu su persona A la vela llegó pues esta dueña
Alejandro Durazo y un Bayona . A fin de le rogar fuese por leña.
Viendo los indios pues su mal presente, Esto con gran instancia le rogaba
Apellidáronse de comarcanos Por guisar no sé qué de lo que habia , 1
Crecidísimo número de gente Para dar al marido que esperaba
De sueltos piés , fortísimos de manos , Con los demás de nuestra compañía :
Y buscaron un tiempo conviniente La vela grandemente se escusaba ,
Para venir á dar en los cristianos , Y ella lo convenció por esta via : 1
Con determinacion y con intento Traedme con que haga la candela ,
De morir ó gozar de vencimiento. Y entre tanto que vais haré yo vela.
Por bien efetuar sus intenciones Persuadido pues para que vaya ,
De diferentes armas proveidos , Como quien mal alguno no recela ,
Ocuparon los campos escuadrones , El sayo se bajó , subió la saya
Sin vanos alborotos ni ruïdos ; Al lugar señalado para vela :
Mas todos con soberbios corazones Comenzó de hacer el atalaya,
De rabiosa venganza poseidos , Y al fin fué de mujer la centinela ,
Y con obstinacion tal y tan dura Pues el espacio fué nada prolijo,
Que no causó pequeña desventura. O si los indios vido no lo dijo.
Iba cualquiera dellos muy untado Vinieron por la parte que tenia
Todo hasta la parte mas sujeta , Una quebrada grande montüosa ,
De bija , que es bitumen colorado Que al pueblo con sus aguas proveia ,
Que los miembros y carnes les aprieta , Y en esta coyuntura fué dañosa ;
Tan diestro sagitario yy acertado Pues su fuerza de ramas encubria
Que no suelta de balde la saeta , La multitud de gente belicosa ,
Por siempre ser en todos los oficios Y como su lugar dispuesto fuese ,
Estos sus principales ejercicios . Llegaron sin que nadie los sintiese.
Cualquiera morador de aquesta tierra Saliendo de las matas y manglares
De tales asperezas se compuso , Topó con un muchacho la tormenta
Que de paz y sosiego se destierra De la morisca Leonor Suarez
Y en furia y en rigor está recluso ; A quien llamábamos la Fundimenta :
Ansí que todos son hombres de guerra" Hijo que procedió de sus ijares ,
Desde que de razon tuvieron uso " Del cual ninguno dellos hizo cuenta ,
El principal , menor y mas villano Antes sin enseñalle mal semblante
Nacieron con las armas en la mano. El impetu pasó mas adelante.
Y aunque en otros oficios se recrea Como lago de llano muy remoto ,
Como cultivar campos y florestas , Antes en alta sierra represado ,
Oficio principal es la pelea , Que con gran tempestad y terremoto
Sus bodas , regocijos y sus fiestas ; Rompió lo mas pendiente del un lado ,
Tomándole la voz do quier que sea Y el aguaje llevó tal alboroto
Los arcos y las flechas están prestas , Que trocó los descuidos en cuidado ,
Ansi que todos llevan buena gana Y con aquel grandísimo ruïdo
De verse con la gente castellana. Cercano morador se vió perdido ;
Andaban de los nuestros muchos fuera Con tal ímpetu son acometidos
Del pueblo y en rancheos ocupados ; Los españoles pocos que dormian :
Y el capitán Alonso de Herrera Despiertan los despiertos y dormidos,
En él quedó con los demas soldados , Y acuden á las armas que tenian ;
Con el recato que menester era Algunos dellos fueron mal heridos
Si fuesen de los indios salteados , Al salir de las casas do vivian ,
De noche siempre vigilante vela , Uno sale con armas, otro falto,
Y ansimismo de dia centinela . Y todos con pesado sobresalto.
Y sin haber semeja ni barrunto Acude luego para su caballo
De quien pudiese ser sobresaltado , El capitán Alonso de Herrera ;
Sus armas y caballo muy á punto , Masay dolor ! que no pudo hallallo
El freno del arzon siempre colgado En su bien proveida pesebrera ;
Dentro de su buhío, y allí junto Porque sin él decillo ni mandallo
Para tenello mas á buen recado , Se lo llevaron para que bebiera,
Y á todos en aquesta pesadumbre Luego con el orgullo de su brio
Les bacia tener esta costumbre. Salió para pedillo del buhío.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XI , CANTO III. 107
Yendo pues el varon via derecha Porque todos herian á porfia
En cuerpo, y en la mano una espada, Encendiendo de nuevo la pendencia,
Pasóle las espaldas una flecha , No menos, ni con menos valentía
Otra le segundó por la quijada : Que tuvo la primera competencia ;
Volvióse luego con mortal sospecha Y los briosos indios todavía
Para se las quitar en la posada , Hacian la posible resistencia ;
Luego muchos soldados acudieron , En las cuales fatigas y vejamen
Y el caballo que pide le trajeron. Hubo también un singular certamen.
En este tiempo ya Pedro de Cea , Porque Antonio Fernandez , lusitano,
Morán y Ordas andaban á caballo , Topó con un mancebo bien dispuesto,
Y el daño que hicieron se me crea Que lo hizo salir mas á lo llano
Que no seré capaz para contallo ; Haciendo señas con minace gesto :
Mas el bárbaro vence la pelea , Batalla se trabó con dura mano,
Y no son parte para sojuzgallo , Sin que los nuestros viesen nada desto ;
Aunque les ayudaban los péones El indio de sus armas se aprovecha,
No menos que bravísimos leones. Y el muslo le pasó con una flecha.
A caballo salió luego Herrera El lusitano fuerte y esforzado ,
Con determinacion de su venganza . Puesto que se sintió muy mal herido,
El berido leon salió ya fuera : Nada de su vigor menoscabado
¿Quién os dirá la fuerza de su lanza , Fajó con el gandul embravecido ;
Y cuán ancha hacia la carrera , Ninguno dellos anda desmayado,
Cuán grande, cuán crecida la matanza ? Y cada cual defiende su partido :
Con tal furor los bárbaros rompia , Hubo de todas partes grande priesa,
Que todo por delante lo barria. Puñete y cabezada mas espesa.
Como toro que rompe por villanos Por no venir á menos ni rendirse
En multitud ajena de conciertos , Sacude la rodilla y anda diente :
Que por los que se muestran mas ufanos El terrible gandul quisiera irse
Suele hacer caminos mas abiertos : Recelando favor de nuestra gente ,
Unos atropellando con las manos , Y ansi reforcejó por desasirse ;
Otros que con los cuernos deja muertos, Mas Antonio Fernandez no consiente,
Y los ya lastimados y los sueltos Antes sus gruesos brazos y sus garras
Todos andan confusos y revueltos :. Servian de fortisimas amarras.
No menos que con estas furias tales, Como dragon asido de la caza,
Antes con mas crüeles pretensiones , Que en Indias salteó con sus acechos ,
Rompia por los indios principales Y con sus duras roscas embaraza
Desbaratando duros escuadrones : Los miembros y resuello de los pechos,
En unos las lanzadas son mortales, Y aunque por luego no la despedaza,
En otros nunca vistas confusiones ; Los huesos tiene ya casi deshechos ,
Pues no ve principal en esta guerra Y cuanto cruje mas hueso que quiebra
Que no derribe luego por la tierra. Dos tantos más aprieta la culebra ;
Todavía porfia quien se halla No con menos vigor ni menos blando
Con armas ofensivas y con vida , El Antonio Fernandez dél afierra ,
Pero viendo la barbara canalla Y andando mucho tiempo forcejando
La competencia tal y tan reñida • Dióle traspié que dió con él en tierra:
Desamparó con miedo la batalla , Por la cual anduvieron revolcando
Y todos se pusieron en huida ; Cada cual por vencer aquesta guerra ;
Tras ellos los caballos sin Herrera Al fin lo sujetó , mas de manera
Siguen por su mandado la carrera. Que no lo mató , puesto que pudiera.
Estos tres caballeros van siguiendo Conclusas y acabadas las cuestiones
Al barbaro cruel y duro bando , En que los dos se vieron de mal arte ,
Los unos de los otros dividiendo , El indio se dejó poner prisiones
Gran número de sangre derramando ; Por superioridad del otro Marte ;
Que no hiciesen cuerpo defendiendo Y el vencedor la flecha de harpones
Para mejor los ir alanceando , Sacósela por la contraria parte ,
Mas un indio ya viejo se repara Aunque con la herida penetrante
Y al buen Pedro de Cea hizo cara. Paso no pudo dar mas adelante.
Batió las piernas él por derriballo , Mas espaldas ajenas tuvo prestas,
Mas el gandul usó de tal reguardo Porque para llegar a su rebaño ,
Que le hirió de muerte su caballo, El indio lo tomó sobre sus cuestas
Pasados los ijares con un dardo : Recompensando parte deste daño :
Espoleólo mas por alcanzallo , Fueron las otras gentes descompuestas
Mas un cierto temblor lo hizo tardo , Ansimismo con un rigor estraño ,
Bajose para ver el desconcierto , Para todas las partes tan molesto
Y el dardo fuera luego cayó muerto. Que su furia duró hasta sol puesto.
Morán y Ordás, por no perder el lance Desbaratada pues la gente brava,
Y poner mas temor en estas gentes , Los nuestros récogidos á bandera ,
Con gran furor siguieron el alcance El Ordás les contó lo que pasaba
Dándose los reguardos convinientes ; A los que ya dijimos andar fuera ;
Y fué de temerarios el balance También de la manera que quedaba
En ir solos sin otros combatientes ; El general Alonso de Herrera
Mas el atrevimiento de locura En grandísimo riesgo de su vida ,
Buen suceso lo hizo ser cordura. De que se recebió pena crecida.
Pues al tiempo que van por la zavana Y tanta, que cualquier noble soldado
Siguiendo la desnuda compañía , Hacia sentimiento lamentable ,
Toparon con la gente castellana' Por ser de todos ellos muy amado
Que de buscar comida ya venia : Con voluntad sincera y entrañable :
Todos juntos en ellos dan de gana Era bien comedido , bien criado ,
Sin poder atinar por qué seria , Su conversacion grata y amigable,
Y los indios huyendo de rigores Hombre bastante para todas cosas ,
Vinieron á hallar otros mayores. Y cuyas fuerzas fueron monstruosas.
108 JUAN DE CASTELLANOS .
Con el desgusto pues desta fortuna » Hay montañas y tierras pantanosas .
Que mayor sinsabor les prometia , Rios dificultosos en pasallos ,
Caminaron de noche con la luna Las aguas de los cielos rigurosas,
Por asconderse ya la luz del dia : Indios que no podemos sojuzgallos :
Llegaron al lugar todos á una Estamos faltos ya de todas cosas ,
Do ballaron la triste compañía , A mas andar perecen los caballos ,
Crecida cantidad dellos flechados La traza que parece mas segura
Y algunos de vivir desconfiados. Amenaza con harta desventura.
Curaron luego todos los heridos » Ponen otras cien mil dificultades
Desta valerosísima caterva , De las tierras adentro nunca vistas ,
Y fueron los mas dellos socorridos, Que traen aparencia de verdades ,
Puesto que los curó crasa Minerva ; Y suelen suceder en las conquistas :
Pero contáronse con los perdidos De las cuales con sus antigüedades
Tres de los que hirió nociva yerba : Todos pueden ser buenos coronistas ;
Vargas , Usagre , nuestro buen Herrera , Al fin de nuestra gente la mas suelta
Indigno de morir desta manera. Están que ya querrian dar la vuelta.
Tuvo de duracion dia seteno Bien sé que no lo hacen de cobardes,
Después de la sangrienta competencia , Sino con recatado miramiento ,
Rabiando con la fuerza del veneno Pero porque después , si murmurardes ,
Armado de grandísima paciencia ; Los pueda disculpar su cumplimiento ,
Hizo sus diligencias como bueno Dice que por aquello que ordenardes
Con toda la posible penitencia , Pasarán sin poner impedimentos ;
Noble fué de nacion y también era Miraldo bien , que no darán razones
Natural de Jerez de la Frontera. Que declinen de vuestras intenciones. »
Al Alvaro de Ordás dejó su cargo Después que las razones se notaron
Antes que desta vida se partiese, Por nuestra flaca gente peregrina ,
Porque quiriendo ir mas a lo largo En el negocio dieron y tomaron ,
Aqueste caballero los rigiese , Y sin contradicion se determina
Mas fué su fin à todos tan amargo Volver donde los barcos se dejaron
Que cosa no se vió que mas lo fuese , Para consigo dar en la marina :
Y ansi con un estraño sentimiento Llegaron do querian macilentos ,
Celebraron aquel enterramiento . Cansados , flojos , flacos y hambrientos.
A la tierra hicieron el entrego Embarcaronse luego nuestras gentes
En un bubio grande señalado ; No con priesa menor que torbellino ,
Y porque del furor del indio ciego Sin haber menester limpiar los dientes
No fuese del lugar desenterrado , Ni después enjuagárselos con vino ;
A todos los buhios ponen fuego Y aunque les ayudaban las corrientes
Porque quedase mas disimulado , Quisieran abreviar mas el camino,
Que suelen indios con sus desconciertos Llegaron al furor de las canales
Desenterrar á los cristianos muertos . Y a los impetuosísimos raudales.
Y en circuito dellos muchos juntos Estando pues allí la gente presta
Como si vivas fueran las presencias A los riesgos que el agua les enseña ,
Suelen hacer á míseros difuntos Desembocó la flota mal compuesta
Muchos depuestos , graves insolencias ; Por la mayor canal desta gran peña,
Y alli recitan todos por sus puntos Mas veloce que tiro de ballesta
Sus valentías , guerras y pendencias , Que de sí despidió rasa cureña ;
Diciéndoles las cosas que hicieran Mas un bergantin dellos dió tal lado
Si por ventura vivos los tuvieran. Que poco menos fué que zozobradu.
Hechas las diligencias que ya cuento , El riesgo visto de la barca hueca,
Todos enajenados de placeres , Y que se trastornaba ya la quilla ,
El Ordás hizo luego llamamiento Saltaron della dos en peña seca,
De todos por oir sus pareceres , Isleo dividido de la orilla ;
Y ver las voluntades y el intento Y fueron Pero Gomez y Fonseca ,
Que tenian en estos menesteres , Vecinos naturales de Sevilla ;
Y venidos á las congregaciones Perálvarez guió mas á provecho,
A todos les habló tales razones : Y el bergantin quedó luego derecho.
« Señores , la desgracia sucedida · El cual en un remanso detenido
Hace los corazones tan inciertos , Estuvo de los remos ayudado ,
Que muchos mas pretenden la huida Cada cual de los dos se vió perdido ,
Que buscar nuevos reinos encubiertos ; Y ansi tras él también fueron à nado :
Y como tal varon perdió la vida, Fué Pedro de Fonseca recogido
No me espanto que todos estén muertos, Y el pobre Pero Gomez ahogado ,
Y falten intenciones y semblante Al mísero sobrábale destreza ,
Para querer pasar mas adelante. Pero no pudo mas con la flaqueza.
>Y ansi muchos soldados , que presentes Salidos ya de pedregosas vias
Están en esta junta que hacemos " Corrieron agua bajo por la posta ,
Me representan mil inconvinientes Comiendo , si hallaban , chucherías
En los cuales es bien que reparemos , Y lonja de caballo bien angosta ;
Para que con acuerdo de prudentes Y al cabo de gran número de dias
Lo que fuere mejor eso tomemos , Salieron los navíos á la costa ,
Y aquello se nivele con el seso Y en Peratarue mozos y los viejos
De la buena razon y justo peso. Andaban á marisco de cangrejos.
>Porque dicen algunos hombres buenos Al alto mar salió dia siguiente
En quien conozco toda valentía , Esta congregacion toda hambrienta ,
Los indios ya mas son antes que menos , Los vientos le calmaron de repente,
Nosotros somos menos cada dia : Y en calma padeció grave tormenta :
Estamos de socorros muy ajenos , El orgullo fué tal de la corriente
Sin esperanza de otra compañía , Que marineros diestros desatienta
Y aunque el gobernador venga camino, Embestia la fuerza del olaje
No nos puede seguir sin desatino. A todos los que hacen el viaje.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XI , CANTO III. 109
En aquestos desastres y fortunas Las voces que se dan llegan al centro,
Quincoces , mayordomo del armada , Soltaron un versete tal cual era ,
Tenia una botija de aceitunas Los indios recelaron el encuentro ,
Para el gobernador siempre guardada ⚫ Teniendo por mas fuerte la bandera ;
Quebróse con las mares importunas Metiéronse los unos mar adentro ,
Y descubrióse luego la celada , Una piragua toma la ribera ,
Acuden , quien mas puede mas ensarta ; La gente que decimos española
Diciendo muera Marta y muera harta. Siguieron solamente la màs sola.
Anda la rebatiña de manera Viéndose la piragua perseguida ,
Que del morir los hace descuidados , Con su velocidad acostumbrada
Comian lo de dentro y lo de fuera , Se pusieron los indios en huida ,
Pues no fueron los cuescos reservados : Y en tierra la dejaron zabordada :
El capitán Ordás se desespera , Hallaron muchedumbre de comida
Llamándoles de puercos , desalmados , Por nuestros españoles deseada ,
Por vellos empapados desta suerte , No faltaron alli carnes humanas
Estando tan cercanos á la muerte. De indios ó de gentes castellanas.
Viendo la cosa tan desatinada , Porque siendo las cosas repartidas
Y que del desatino nadie cesa , En la barca del bárbaro guerrero , *
El Ordás puso mano del espada , Se hallaron preseas conocidas
Haciendo solenísima promesa De Joan de Villanueva tesorero :
De dar sanguinolenta cuchillada Duda tuvieron todos de sus vidas ,
A quien no jamurase muy apriesa , Y salió su conceto verdadero ,
Y estando con tal riesgo conio este Pues inquiridos por aquellos puertos
Comenzó de ventar el norüeste. No parecieron mas vivos ni muertos.
Ya podia salir con vela llena En continuacion de su camino
La nave pequeñuela combatida , La costa mas abajo se navega ,
Ordás quiso gozar hora tan buena Hallaron al Perdomo y al Andino ,
Por evitar el riesgo de su vida ; Y el resto de la gente se les llega :
Y al tiempo que guindaban el entena Contaron el asalto repentino ,
Quebroseles la triza de podrida , La fuerza y el rigor de la refriega ,
Batianlos las olas mas al sesgo , La muy mala sospecha que tenían
Y ansi corrian mucho mayor riesgo. De los que por allí no parecian.
Mas el gentil y bien compuesto griego Recogióse la gente y el fardaje
De Rodas , Alejandro de Durazo , En los tres bergantines solamente ,
Los cantos de la vela tomó luego , Prosiguieron á Paria su viaje
Y entena hizo de uno y otro brazos ; En busca del Ortal y de su gente ;
Y ansi con él y aquel viento gallego Mas en ella y en todo su paraje
Salieron del orgullo y embarazo , No pudieron hallar cosa viviente ,
Entre tanto la triza quebrantada Antes aquel castillo descompuesto ,
Fué de los marineros remediada. Segun que ya dijimos antes desto.
Por los demás navíos se reparte Viendo desiertas estas poblaciones ,
Aquel orgullo de fervor marino ; La dicha fortaleza ya quemada ,
Y andando todos ellos de mal arte , Bajaron al ancon de Mejillones
Distantes buen espacio de camino , No con resolucion determinada ;
Uno dellos abrió por cierta parte Pero todos los mas con intenciones
De que era caporal Andrés Andino ; De nunca revolver á la jornada ,
Quedaran estos pobres patifríos Pareciéndoles cosa mas segura
A no hallar allí muchos bajíos. Buscar por otras vias su ventura.
Salen á vuelapié hasta los cuellos , A las sazones que esto se movia
Pero todos las armas en la mano , Entre los miserables fatigados ,
Encrespadas las barbas y cabellos En Trinidad estaba todavía
Con el salso licor del Oceano ; Jerónimo de Ortal con sus soldados :
Y caribes después dieron en ellos Esperando mas amplia compañía ,
Como los vieron tales en el llano , Y los tres bergantines concertados ,
Mas defendiéronse valientemente Y que viniese ya la primavera
Perdomo y el Andino con su gente . Para ir en demanda del Herrera.
Habia ya pasado muy delante Sabian ser aquestos los conciertos
El otro bergantin y compañía , Entre Herrera y él de cierta ciencia ;
Y en él Francisco de Evora , bastante Pero ningunos dellos están ciertos
Marinero sagaz que lo regia : En qué parte hacia residencia ,
La cual navegacion fué tan distante O por qué se movieron destos puertos
Que no pareció mas desde este dia ; Sin les dejar allí viva presencia :
Iba con los demás que dentro lleva Al fin todos confusos y perplejos
El tesorero Joan de Villanueva. Echaban sus juïcios á lo lejos.
De los tres bergantines hubo junta Siendo pues sus propósitos y fines
En puerto do hallaron los dos menos , Nada diferenciados en conceto ,
Ordás á todos ellos les pregunta A estos mismos puertos y confines
Qué será de los otros hombres buenos ; Donde todos se vian en aprieto,
Pero por todos ellos se barrunta Llegaron los tres dichos bergantines ,
Que debian estar en otros senos , Y por su capitán Martin Nieto ,
Por haber visto gente reparada Con soldados bizarros y contentos ,
En una cierta playa y anconada. Y mucha cantidad de bastimentos.
La luz de los mortales desviada, Saludáronse unas y otras gentes
En busca de su gente safen fuera ; Con la gracia y amor acostumbrado ,
E vendo prosiguiendo la jornada Por ser todos hermanos y parientes ,
Antes de ver el fin desta carrera , Peregrinos en un mismo cuidado :
Sin pensallo toparon un armada Los que de nuevo van están pendientes
De caribes y gente carnicera ; Del otro que llegó desbaratado ,
La guerra por los nuestros se comienza , Por vello seco , flaco , consumido
Movidos mas de miedo que vergüenza. Y casi sin reparo de vestido.
110 JUAN DE CASTELLANOS .
Las manos y las piernas muy pecosas,
De mosquitos, espesas picaduras, A fin de recoger alguna gente ,
Con unas camisetas deseosas Que hicieron ausencia del armada ,
De ver algun jabon por sus costuras : Y cosas que serian convinientes
Las espadas sin vainas y mohosas , A la prosecucion de la jornada :
Hartas de romper tripas y asaduras , Allí supo delitos diferentes ,
Peores y de mas malas maner as Dignos de corregir mano pesada ,
Que forzados que huyen de galeras. Y en una levantisca compañía
Todos ellos estaban admirados Un no sé qué hedor de sodomía.
De ver en estos hombres tan vil traje ; Habian destos ya hecho justicia
Mas ellos les contaron sus cuidados , En Uyapar , segun es ordinario ,
Pero disimulóse la malicia
Su mas que prolijísimo viaje : De cierto calafate necesario :
Los trabajos inmensos comportados ,
La braveza del bárbaro salvaje , Ordás agora desto dió noticia ,
Los terribles calores , los estíos , Y cada cual allí le fué contrario ;
Innumerables ciénegas y rios. Mandá ndole prender los de Cubagua ,
El dicho hizo fuga por el agua .
Contando que ni noches ni mañanas
Vian enjuta ropa que se lleva : Venciendo con grandisima constancia
De las ondas del mar montes supremos ,
A las gentes compuestas y galanas Con tan grande vigor y vigilancia ,
No les pareció bien aquesta nueva ;
Y ansi mostraron todos malas ganas Que en las humanas fuerzas son estremos .
De tornar á hacer aquella prueba , Navegó siete leguas de distancia
Antes de procurar con el que manda El cuerpo por batel , los brazos remos,
Que mudase derrotas y demanda. Tantas leguas nadó desde esta playa
Hasta poder llegar á las de Araya.
Luego vinieron todos á concierto
De que los bergantines mal parados Fuera del mar salió ; mas ¿ qué aprovecha
No hiciesen mudanza deste puerto , Que Neptuno quisiese reservallo ,
Sino los que venian avïados ; Pues si tal elemento lo desecha ,
Y que para dar cuenta de lo cierto El del fuego no quiso desechallo?
Fuesen algunos hombres señalados , La tierra que holló también acecha
Que pudiesen á Ortal decir de vista El rastro que tomó para tomallo ,
El suceso de toda la conquista. Las llamas avivó fuerza del viento ,
Donde vido su fin y acabamiento.
Fueron pues , para dar razon entera ,
Nombrados de comun consentimiento , A Neverí llegó nuestro Delgado
Miguel Holguin y Pedro de Ribera , Donde desembarcó su compañía ,
Personas de muy gran merecimiento ; Luego hizo fundar pueblo nombrado
Y para proseguir esta carrera San Miguel , por llegar en este dia :
Las velas hacen dar al manso viento ; Asiento todas horas infestado
Llegaron á la isla referida, De mosquitos inmensos que tenia ,
Donde estaba la gente detenida. Tantos , que cubren barbas y cabellos ,
Y andaban como tontos todos ellos.
A prima fronte fueron recebidos Tomaron por alivio de su pena
Con aplausos de gran contentamiento ; Disciplina de golpe riguroso ,
Pero ya los desmanes entendidos
Engendróse pesado sentimiento : Ojeando con ramos de verbena
De cuya causa todos son movidos Las picas del ejército goloso :
Algunos se cubrian con arena
A no perseverar en el intento , Por tener algun poco de reposo ,
Sino procurar ir otro camino , Podi
Que yo diré con el favor divino. an reposar desta manera
La cabeza tan solamente fuera.
Hubo hambre crüel y calentura
A vueltas de tormento tan terrible :
CANTO CUA RTO , El indio nada da , ni se procura
Sino por su rescate convenible ;
Donde se cuenta la mudanza que hubo en el campo del gobernador Faltabales , y en esta coyuntura
JERÓNIMO DE ORTAL, y cómo determinó entrar por Maracapana, y las Para se la tomar poco posible ,
demás cosas acontecidas en aquella provincia. * Impedian los tiempos y razones
Muchas veces los males sucedidos Hacelles á los indios sinrazones.
A los hombres pasados ó presentes , Demás de que los indios del paraje ·
Nos hacen recatados y advertidos No ponian á paz algun embargo ,
Para seguir caminos diferentes : Y pudieran quitalles el pasaje
Bien como son ejemplo los punidos Para no se meter mas á lo largo :
A muchos para no ser delincuentes , Muchos allí hacian su viaje
Pues aunque no padezcan la tal pena De Cubagua con este mismo cargo ,
Póneles duros frenos el ajena. De rescatar esclavos ó comida ,
Ansí , pensadas bien adversidades Luego la paga dello proveida.
Del rio de Uyapar y sus entradas , Que también entre indios se hacian
En todos ellos hubo novedades , Pesadísimos saltos y nocivos :
Algunas algo ya dernasïadas. Matab an , abrasaban , destruian ,
Ortal mudó sus propias voluntades Traian á sus tierras muchos vivos ;
Como vió las de todos tan mudadas , Y aquellos rescataban y vendian
Determinándose como prudente Como sujetos suyos y captivos ,
Poner en Neverí toda la gente. Y aun algunos insanos y dementes
Salieron todos pues de la ribera Vendi an á sus hijos y parientes .
Para donde tenian concertado , Por haber los esclavos tan barato
En lugar del Alonso de Herrera Se frecuentaba bien este camino ,
Por general un Agustin Delgado : Y en estas dichas ferias y contrato
Dignísimo de mucho mas que fuera Un Luis de Sanabria fué ladino ;
Bastante para muy mayor cuidado , El cual , después que ya dejó su trato ,
Y aviados en paz y con sosiego En este nuevo reino fué vecino;
Ortal para Cubagua șe fué luego , Fué capitán entonces diligente ,
Astuto , lijerísimo , valiente .
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XI, CANTO IV. 111
Estando pues el pueblo tan doliente , Diciéndoles en lengua conocida
Y la gente de todo bien ajena , Haciendo la perneta por gran rato :
El Sanabria llegó con otra gente ¡Ah guarichas ! poneisos en huida
De esclavos proveida la cadena : Por escapar del indio Mañicato ?
Llegaron Diego Gomez , Luis Valiente , Venid , venid por piezas y comida,
Un Joan Guillén , Riberos y Villena , Que aquí la venderemos bien barato »
Por quien en tempestad tan afligida Y si dieran lugar los mal heridos ,
Fué la misera gente socorrida . Volvieran por estar todos corridos.
Después que estos salieron del inviso Otros insignes lances desta gente
Lugar y playa mal apercebida , Pudiéramos contaros sucesivos ,
El Agustin Delgado luego quiso Do dejaron el asa y aun la frente
A todos dar remedio y å su vida : Capitanes de punto bien altivos :
Al gobernador hizo dar aviso Y sé que pican valerosamente
Pidiendo brevedad en su venida, Cuantos hoy por allí se hallan vivos ;
Siendo por su mandado mensajero Porque continuas guerras de los nuestros
El cabal Alonso Alvarez Guerrero. Los han hecho mas sueltos y mas diestros.
A Cubagua llegó , donde se vido Pero con tantas idas y venidas
Con el gobernador dando razones De las cercanas islas con armadas ,
Bastantes para ser persuadido Quedaron estas tierras destruidas ,
A huir cualesquierà dilaciones : Sus costas y fronteras asoladas ;
Partióse luego bien apercebido Y si fueran entonces repartidas
Con cien escogidísimos varones , Segun las cosas hoy van ordenadas ,
Un sacerdote de mi mismo nombre , Fuera la poblazon que represento
Francés de su nacion y cabal hombre. A muchos españoles gran sustento.
Volvió con él Sanabria como guia , Mas nunca se curó nuestra compaña
Principal adalid del campo nuestro , De poblar por alli sierra ni llano ,
Porque para lo que se pretendia Con poder competir con nuestra España
Ninguno pudo ser mejor maestro : En gentes ó muy poca menos mano :
A rescatar salió como solia También Ortal se dió muy mala maña
Entrando por la tierra como diestro , Estando lo de dentro todo sano ,
Yendo también con él Gomez de Armada, Y pudiendo los indios ser instrutos
Ansimismo persona señalada. En acudir con rentas y tributos.
Pocos dias después de su partida Si don Diego de Ordás allí se viera
Volvieron estos dos rescatadores , Después que revolvió de los raudales,
En Indias abundancia de comida Otro concierto y orden se tuviera
Noticia de caciques muy mayores : En fundarse ciudades principales
Por ellos otras veces entendida , Como quien entendió qué cosa era
Siendo los de la costa los autores ; Poblar y repartir las tierras tales ;
Mas á cristianos ojos nada desto Pues adonde de gentes bay grandeza
Antes habia sido manifiesto. Con ellas se granjea la riqueza.
Pues aunque frecuentaban las armadas Mas los que por allí llevaban cargo
La costa so colores de rescate , Otro Pirú buscaban solamente ,
Entrarse mas que dos ó tres jornadas Y ansi siempre colaban á lo largo
Teníase por grande disparate ; Dejando muy atrás el bien patente :
Y no con herraduras preparadas , Fué cierto pesadísimo letargo
Por ser su buen rociu el alpargate , No considerar mas que lo presente ,
Aconteció volver veces no pocas Y ser de todos principal estima
Quebradas las cabezas y las bocas. El oro que hallaban de por cima.
Pues al que por la paz era ya nuestro Preciando pues Ortal el interese
Menos se reservaban las cabuyas , Que prometian estas relaciones ,
Que son prisiones hechas de cabestro , Al Agustin Delgado mandó fuese
Españoles usando de las suyas : Con dos ó tres caballos y peones ,
Pues robaban a diestro y á siniestro Para que mas adentro descubriese
Piezas, sin respetar cuáles ni cuyas , Aquellas afamadas poblazones ;
Por causa de lo cual muchos caian Fueron del general apercebidos
En las redes y lazos que hacian. Cincuenta y tres peones escogidos .
A vueltas de las cuales insolencias La partida pusieron en efeto
Acontecidas en aquel distrito, Con las posibles fuerzas y recado ,
Hubo tantos encuentros y pendencias Los de caballo son Moron y Nieto ,
Que será proceder en infinito Un Francisco de Chaves y el Delgado .
Tanta diversidad de menudencias Cada cual dellos en mayor aprieto
Querer aquí ponellas por escrito , Mas suelto , mas valiente y esforzado' ,
Valentías y hechos soberanos , Atravesaron por Cumanagoto
Do pudieron mas indios que cristianos. Sin haber en los indios alboroto.
Tanto que solo uno descontento Travesaron diez leguas de arcabuco
De vellos ir un alto demandando , De tierras secas , pero bien pobladas ,
Donde segun comun entendimiento Sin riberas de yedras ó bejuco ,
El debia de estar atalayando , Pues en Jagueyes eran las aguadas :
Hizo volver espaldas mas de ciento , Vinieron á salir á Guacharuco ,
Unos sobre los otros tropezando , Provincias algo ya mas escombradas ,
Y el indio solo que les acomete Y á Paripamotú , gente guerrera ,
Hirió de mala muerte seis ó siete. Casi como soldados de frontera.
Lo cual en Guantar fué y á mediodía Porque todas aquestas pertenencias
No yendo nuestra gente descuidada , De indios á la costa mas cercanos
Por ser el reventon que se subia Tenian muy crüeles competencias
Cuchilla por los lados desrumbada : Con los que residian en los llanos ;
Retrayóse del indio quien los guia , A causa de las cuales diferencias
Sospechando ser mas en la celada , Fueron bien recebidos los cristianos :
Mas que de paso vuelven descendiendo , Hicieron paz con estos naturales
Y el índio solo se quedó riendo , Dejando muchas cruces por señales .
112 JUAN DE CASTELLANOS.
Estuvieron allí tercero dia Como si los que van por plaza rasa,
Con sustento que fué mas que bastante , En las partes que son de su acera ,
Pidieron á los indios luego guia Viesen fuego venir que las abrasa
Para poder pasar mas adelante : Con tal encendimiento , que él quisiera ;
Continuaron esta travesía Huye para remedio de su casa
Por tierra llena, fértil y abundante , Del lugar donde esta , sin mas espera ,
Admirados de ver tantos caminos Y corre por las calles por ir presto
Y tan inmensa copia de vecinos. De pantufos y capa descompuesto ;
Enviaban espías los señores Ansí los del ejército salvaje ,
De saber intenciones deseosos , Después que vieron las matanzas hechas ,
Alborotábanse los moradores , Para la brevedad de su viaje ,
Teniéndolos por hombres sospechosos : Las anchas sendas hallan mas estrechas :
Asegurábalos destos temores Aquí se destocaban el plumaje ,
Ver pocos ellos siendo poderosos , Allí largan los arcos y las flechas ,
Algunos deseaban rompimiento Por acullá buscaban un portillo
Por descubrir aquel encantamiento: Para poner en cobro su hatillo.
Juntándose pues cierta compañía A los encuentros dichos dada cima ,
De pobrezuelos menos importantes , Caminaron los nuestros á lo llano
Un jueves à las diez horas del dia , Con mas reputacion y mas estima
Vinieron contra nuestros caminantes En opinion del indio comarcano ;
Con aquella bravosa lozanía No hizo caso dellos Unarima ,
Que suelen en rencuentros semejantes : Señor que se hallaron mas á mano ,
El Delgado, por no caer en mengua , Cacique de soberbias condiciones ,
A voces les habló con una lengua. De grandes y estendidas poblaciones.
<< Reprimid, buenas gentes, vuestras riendas , Ocupaban los campos y riberas
Procurad evitar inconvinientes , Por do lleva sus aguas recogidas
Que no queremos guerras ni contiendas , Unare , cuyas largas sementeras
Sino seros amigos y parientes : Hacen estas provincias bastecidas ;
Donde no, tomaremos las enmiendas , Mas no les contentando las esperas
Como merecen tales accidentes ; De las gentes alli recién veuidas ,
No venimos con áspera demanda , Huyeron con caudales y atavio
Porque nuestro gran rey ansí lo manda. A la contraria parte deste rio.
» Es rey universal deste rebaño , Con indios que de paz eran venidos
Y manda que si dais las amistades El Agustin Delgado les hablaba ,
Os reserven de todo mal y daño , Siendo por muchas veces requeridos
Os digan y declaren las verdades , Viniesen á la paz que se les daba :
Para que con un santo desengaño Unarima tapaba los oidos
Dejeis vuestras antiguas ceguedades , Y por palabras los amenazaba
Conozcais y adoreis en este suelo Diciendo : « veros he tan de mañana ,
Al sumo Hacedor de tierra y cielo. » Que pueda la comida ser temprana.
Los indios, que venian muy follones , >>Tomaremos acá nuestros consejos
Respondian las armas meneando : En de spicar maiz para tortillas ;
« Bien sabemos que sois unos ladrones, Daremos bien guisados los conejos ,
Que andais noches y dias salteando : Los venados, perdices, tortolillas ;
Flojos , baraganosos , mogollones , Serviros han los mozos y los viejos ,
A trabajos ajenos regoldando , Vereis en el servicio maravillas ;
Toma maiz, toma tortillas hechas. >> Comerán á placer los haraganes
Y disparaban cantidad de flechas. Uquiras, guacharacas y faisanes. >>
Viendo los nuestros tanta desvergüenza, Los nuestros no tomaron mucha pena ,
Y tres ó cuatro dellos ya heridos , Ni se sobresaltaron con espanto ;
La fuerza del sufrir quebró su trenza , Mas antes deseaban dar la cena ,
Soltando los que estaban detenidos : Antes que diesen ellos el ayanto :
Guazavara sangrienta se comienza , La noche se llegó , que fué serena ;
Con gran enojo son acometidos ; Dióles buena sazon escuro manto ,
Salen los caballeros castellanos , Asentaron en una baja cumbre
Y los demás sus armas en las manos. Adonde cada rancho hizo lumbre.
El general á una y otra mano Y fué por todos ellos acordado
Comenzó de jugar la diestra lanza , Que con escuridad mas sosegada
Sin dejalle lugar á zurujano Tentasen de buscar algun buen vado
Para curar aquel á quien alcanza : Para podelles dar el alborada :
El Nieto y el Morán no dan en yano , El campo, bien compuesto y ordenado ,
El Chaves no se mueve con tardanza ; Salieron á la hora concertada ,
No traen menos brios los peones Quedándose las lumbres encendidas
Entre los furiosos escuadrones. Para disimular estas salidas.
De todos cada cual hace por siete , Debajo del intento caminaron
Necesidad haciendo que mas pueda , Con alguna manera de rodeo ;
Holguin al mayor riesgo se comete , Revolvieron al rio , do hallaron
Al mayor escuadron Avellaneda : Vado que satisfizo su deseo :
Mostraba sus valores Alderete , Todos con gran silencio lo pasaron
Atrás Pero Fernandez no se queda ; Y ganas de se ver en el torneo ;
Ganaron valerosa laureola Pero fueron los indios alterados
Jejas , Machin de Oñate y Urrïola. Por los otros amigos avisados.
Puso tan gran espanto la presencia Aunque de claridad bubo penuria ,
De las bestias que van encubertadas ; Los fuertes del ejército salvaje
Las crüeles lanzadas y esperiencia Acudieron al vado con gran furia ,
De los golpes que daban las espadas , Pensando perturballes el pasaje :
Que hicieron los bárbaros ausencia , Los nuestros , por vengarse del injuria ,
Metiéndose por montes y quebradas , Habian abreviado su viaje,
Buscando cada cual vana guarida Tomando con presteza la ribera ,
Para poder asegurar su vida. Donde se recogieron à bandera.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XI, CANTO IV. 113
Estando pues parados á la orilla » Estos traen allí cuatro visiones
Poniéndose por orden convenible, Que curan y regalan en establos ,
Dió con ellos la bárbara cuadrilla Mas sueltos y lijeros que halcones
Con ímpetu, que cierto fué terrible : Con unas largas guaicas ó venablos,
Comenzóse sangrienta la rencilla Que traspasan humanos corazones
Haciendo cada parte lo posible , Y asombraran á todos los diablos ,
Pretendiendo los indios mas lozanos Los otros con macanas tan estrañas
De todos los tomar vivos à manos. Que rompen ansimismo las entrañas.
Vistas tan atrevidas diligencias » Eran tan insufribles las heridas,
Por los de diferentes confianzas , La gente que caia tan espesa,
Avivaron de veras las pendencias Que tuvimos por buenas las buidas
Golpes de las espadas y las lanzas : Aquellos que pudimos darnos priesa ;
Múdanse pareceres y sentencias , Por no perder alli todos las vidas
Abátense las locas esperanzas, Quedando sin efeto la promesa ;
Porque con cantidad de muertes suyas Pero sin recelar el tal estrago
Los nuestros rebusaban las cabuyas. Vamos, que tú verás lo que yo hago..
Rompiendo batallon el caballero , Juntábanse bien mil y quinientos
A las espaldas hay infantería , Hombres membrudos, sueltos, escogidos,
Que va con Alonso Alvarez Guerrero , Con sus acostumbrados ornamentos
El cual hizo grandezas este dia : De diferentes armas proveidos :
Lo que Delgado hizo por entero En aquellos ya dichos aposentos
No puede recitar la pluma mia, Los españoles son acometidos ,
Pues cierto me parece que no miento Repartida por tres toda la suma ,
Si digo que hacia mas que ciento. El rey, y Mompïare , y Canaruma.
Otros hubo de tanta fortaleza, Unarima guió por la frontera,
Cuyo valor y nombres yo no callo ; Los otros ocuparon ambos lados ,
Pero no ví jamás igual destreza Lo demás reguardaba la ribera
En menear la lanza y el caballo : Del rio donde no hallaban vados :
La maña, la soltura, la presteza Dióse priesa la gente forastera
En romper escuadron y derramallo, A ser apercebidos y ordenados ,
Tan á tiempo, sazon, tan a provecho Repartidos sus breves estandartes
Como si lo hallara todo hecho. Para se defender por todas partes.
Viendo los indios pues las mortandades La grita , vocería y alboroto
Y la priesa que daba nuestra gente , Rompe los aires por aquellos llanos ,
En huyéndose las escuridades Daba voces el indio Paragoto :
Ruyeron también ellos juntamente : «Vivos me los tomad todos á manos » ;
Quedando por aquellas beredades Pero contrarios eran deste voto
Muertos setenta , mai heridos veinte ; Nuestros animosísimos cristianos
De los nuestros en trance tan reñido Los cuales todos con furor horrendo ,
Joan Martin Labrador solo herido. « Santiago, y á ellos » , van diciendo.
Aquesto hecho con tan buena mano, Hieren á los caballos las espuelas,
Los nuestros prosiguiendo su corrida, Los peones tras ellos repartidos,
Pasaron en el pueblo mas cercano Amparándose bien con las rodelas
Donde hallaron copia de comida : A los mortales tiros encogidos :
Venados muertos , cantidad de grano Derribanse narices, rompen muelas ,
E ya la gente del toda huida , Todo lugar ocupan los caidos,
Proveyeron de carne la candela, Tenian al herir tan buena traza
Comieron á placer, mas no sin vela. Que por lo mas espeso hacen plaza.
La cual fué menester porque Unarima, No lleva tanta furia tigre hircana
Estimulado mas por su rotura , A redemir los hijos salteados ,
Quiso, creyendo de caer encima , Cuanta lleva la gente castellana
Tentar segunda vez esta ventura, Por redemir encuentros tan pesados :
Procurando hacer que se reprima El caballero lleva buena gana ,
De los advenedizos la soltura ; Los peones no viven descuidados,
El cual con este vano pensamiento Rompiendo van por el mayor aprieto
Hizo de capitanes llamamiento, Morán, y con él Chaves, Martin Nieto.
Diciéndoles : « ¡Ah, torpes, insensatos , También en el hervor de la conquista
No hombres, sino bultos de madera ! El Delgado hacia maravillas ,
¿ Cómo se sufre que de cuatro gatos Sin hallar tropezon que lo resista
Os dejeis sujetar desta manera ? De tantas y tan ásperas cuadrillas :
Los mas dellos enfermos y hipatos No puede comportar indiana vista
Gente de nuestros reinos estranjera, Ver romper tantos pechos y costillas ;
Salteando de noche como zorros Todos en los caballos ponen ojos ,
Por no tener recurso de socorros. Ya casi resfriados sus antojos.
>Conciba cada cual mi confianza, Vistas pues tan pesadas turbaciones
Estén los venenosos tiros prestos , En el sanguinolento desafio ,
Que quiero que volvamos à la danza La mayor parte destos escuadrones
Para reconocer quién son aquestos, Procuró de hacer largo desvío ;
Tomando dellos la crüel venganza Y largando nocivas municiones
Que merecen ladrones tan molestos : A nado se metian por el rio ,
Coman agora bien chacos y coche, No tuvo después dellos menos grima
Que yo haré que tengan negra noche.>> Para se retraer el Unarima.
En aquestas riberas del Unare , Desbaratadas estas compañías,
Y los pueblos á ellas circunstantes, Vencidos los que tanto braveaban ,
Era su general un Mompïare Los nuestros reposaron cuatro dias
Que la gente llevó la noche antes ; En aquellos asientos donde estaban ;
Este dijo : « Bien es que me declare , Asechándolos siempre mil espías
Porque de la buida no te espantes ; Que principales indios enviaban ,
Pues tú ni mas ni menos lo hicieras Mas todos apartados y remotos
Si lo que vimos ansimismo vieras. De gritas y sangrientos alborotos .
T. IV. 8
114 JUAN DE CASTELLANOS.
Estando pues allí nuestros guerreros Tomaron estos apellidos tales
Velándose segun han de costumbre , Las tres ninfas atrás conmemoradas
El Unarima hizo mensajeros De los reinos donde eran naturales
Para dalles la paz sin pesadumbre : Y al bárbaro le fueron enviadas :
El Delgado holgó con los terceros Provincias en grandeza principales ,
Tratándolos con grande mansedumbre , Por armas y proezas señaladas ,
Al alto Dios poniendo por testigo Con quien hasta los tiempos que esto toco
De selle siempre muy lëal amigo. Los españoles han ganado poco.
Pesantes del pasado desatino , Los temples son de grandes escelencias,
Volvieron con gustosos despidientes ; A la salud humana provechosas ,
El señor Unarima luego vino , Propicias y admirables influencias
Fué recebido bien de nuestras gentes ; En producir mujeres generosas :
Mas por haber andado gran camino Tanto que todas tienen las decencias
Y ansimismo cansarse los oyentes , Que se requieren para ser hermosas ,
Aqueste canto cese de presente , Con un grave mirar, un aire bello ,
Diremos lo demás en el siguiente. Tal que se huelgan ellas de entendello.
Al gran Agamenon y al gran Aquiles
No dieron tanto gusto las doncellas ,
Causa de sus pendencias juveniles,
CANTO QUINTO , Cuanto dió de las tres cualquiera dellas ,
A causa de mostrarse tan gentiles ,
Donde se cuenta cómo muchos señores indios vinieron de paz , y cómo Tan bien proporcionadas y tan bellas ;
si poblaran los españoles y repartieran la tierra, se hiciera un negocio Ellas nunca jamás mostraron saña
de gran importancia,
De se ver entregar á gente estraña.
Sobre cimientos fijos bien zanjados Vinieron pues los dones al Delgado ,
Los edificios suelen ser insines ; Los cuales recebió de buena gana ,
Mas cuando los principios van errados En recompensa dió puñal dorado ,
Los medios van por términos ruïnes ; Un antiguo sayon de fina grana ,
Y los trabajos son tan mal gastados Camisa y un bonete colorado
Que no pueden llegar á buenos fines ; Con una larga pluma muy galana ,
Podríamos decir que no fué menos Y otras cosas algunas que no cuento
En estos amplos reinos y tan buenos. Que le dieron al bárbaro contento.
Porque dada la paz por Unarima Fué dentro del cercado recebido
Sin recebir los nuestros sinsabores , Con las demás personas estranjeras :
Vino Guaramental , vino Canima , Lugar es deleitoso y estendido
Vinieron otros reyes y señores , Con grandes plazas , calles y carreras ;
Que nombraremos en alguna rima, Por todas partes bien fortalecido
Ö á lo menos dellos los mayores , Con muchos flechaderos y troneras ,
Cuando los ofreciere la memoria Casa de armas , arcos reservados
Y hicieren al caso del historia. Para poder armar diez mil soldados.
Ganara pues Ortal aqueste juego , Otras inumerables municiones
Que fué mas importante que yo digo De dardo , de macana , lanza , honda ,
Si como lo halló poblara luego Por fuera del cercado prevenciones ,
Y no buscara panes de trastrigo ; Gente de guarnicion à la redonda :
Mas no quiso tener alli sosiego , Seiscientos validísimos varones
Por lo cual se quedó casi mendigo ; Que por sus cuartos le hacian ronda ,
Edificara sobre buen cimiento Casas llenas de todos bastimentos
Teniendo tan entero fundamento. Que los indios traian por momentos.
Que puesto caso que para guerrera Generosas despensas y cocinas
Industria nunca fué menesterosa , Abundantísimas de sus manjares ,
Consta por otra parte ser sincera Bodegas de bebidas peregrinas
Gente , docible , noble y amorosa ; De maiz y de piñas singulares :
Y en aquella sazon tan blanda cera Sobre mas de doscientas concubinas
Que della se hiciera cualquier cosa , De diferentes tierras y lugares ,
De lo cual siempre dieron clara muestra Todas en general muchachas bellas ,
En cuanto les mandó la gente nuestra. Eunucos también en guarda dellas.
Porque cuando Delgado caminaba Tenia por jueces y retores
Con esta poca copia de varones , Personas de quien él se confïaba ,
Cada cacique dellos cambiaba Aquestos erau hombres ya mayores
Lo que tenia por preciosos dones , A quien el mas brioso respetaba ;
Sin ya sacarse tiros del aljaba Pobladas horcas de los malhechores ,
Ni se reconocer alteraciones : Porque con gran rigor los castigaba
Destos Guaramental el que ya digo Por mano de verdugos carniceros ,
Se les mostraba muy mayor amigo. Que servian también de pregoneros.
Era señor de grande principado , Tenian en un canto deste llano ,
No sin algun tiranico coraje , Donde los pregoneros se subian ,
De los demás caciques respetado , Túmulo levantado por su mano
Algunos con prision de vasallaje : De gran altor , adonde se decian
Tenia potentísimo cercado , Inviolables mandos del tirano ,
Al cual Delgado hizo su viaje ; Que sin poner escusa se cumplian :
El bárbaro mostró sus aposentos Labrador , oficial , hombre de guerra ,
Con otros cortesanos cumplimientos . Con obediencia va pecho por tierra.
De buen oro le dió ricas preseas ,
Visto pues el lugar y las princesas
Seis pajes de gallarda compostura , Que tenía con guardas recogidas ,
Diez esclavos de rusticas aldeas , Mandó Guaramental poner las mesas
Mancebos sueltos , diestros en cultura . Muy abundantemente proveidas
Tres ninfas , mas no ninfas , sino deas De cazas de sus campos y dehesas ,
En examen de toda hermosura , De que son grandemente bastecidas ,
Guamba , Goroguaney y Mayarare , Con tantas variedades y maneras
Cuyos nombres es justo que declare. Que no parecen cosas creederas.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XI, CANTO V. 445
Doncellas de lozana hermosura
Allí sirvieron con tan gran limpieza , Como red que por mar van estendiendo
En partes de placeres convinientes ,
Que no se les manchaba vestidura Do las bajas arenas van barriendo
Que causase desdén á su belleza : Con los plomos que están della pendientes,
Por ser las ropas de su compostura Y al tiempo que la vienen recogiendo
Aquellas que les dió naturaleza ; Congregan muchos peces diferentes ,
Después estas sirvientes fueron dadas Y alli vereis del uno y otro bando
A las personas mas calificadas. Revueltos por la playa palpitando ;
Las fiestas y convites acabados , Ansi manada junta muy espesa
El Guaramental dijo que queria Vereis de diferentes animales
Que se fuesen á caza de venados Cruzar aquí y allí con grande priesa ,
A campos y zavanas que tenia : En riesgo y en temor todos iguales :
El Delgado con los demás soldados Con el ardor de llamas que no cesa
Le dieron á entender que les placia , En acecho se ponen naturales ,
Mandó luego llamar sus pregoneros Al que del fuego sale derribando
Para que convocasen sus monteros. Los unos á los otros reguardando .
Luego subieron estos en el viso Gritaban lidiadores en el coso
Llamando capitanes y sarjentos , Por fuera de las llamas rodeado ,
Llegaron al momento los que quiso , El tigre salta del ardiente foso ,
Que fueron poco mas de cuatrocientos : El leon sale todo chamuscado ;
Estaban españoles con aviso Por aculla vereis huir el oso ,
Pensando ser contrarios los intentos , Aquí y allí derriban el venado ,
Y que por el corral y larga plaza El cual si de la llama se desecha
Dellos mismos quería hacer caza. Luego lo traspasaba dura flecha.
Mas no tenian tales intenciones , Capitanes allí tiran á tema
Antes de conservar las amistades , Sobre cuál dellos mas se señalaba ,
Pues todas estas eran ocasiones Entre ellos se mostró Tunubuzema ,
Para mas les ganar las voluntades : Pues uno y otro y otro derribaba ;
No sin interesalles pretensiones Mas el robusto Chiniquichinema
De sujetar ansi parcialidades , No sacó tiro vano del aljaba ,
Que por tener grandísima potencia Y sobre todos fué Guaima Pororo 2
No le reconocian obediencia. Oficio que sabia bien de coro.
Siguieron pues los indios sus demandas, La llama bizo mas angosto seno ,
De todos aderezos bien compuestos , Los pajonales todos consumiendo ,
Partidos en escuadras y por bandas , Y el compás que restaba todo lleno
Por orden y concierto bien digestos : De caza que las llamas van rompiendo :
El gran Guaramental en unas andas Saltan venados el ardiente seno ,
En hombros de gandules bien dispuestos Los pelos chamuscados sacudiendo ,
Los lados y fronteras van abiertas , Por donde pareció mas flaca llama
De lince maculoso las cubiertas. Y la zavana tuvo menos rama.
De madera muy negra son unidas , Como fuente de agua represada
De la mejor que por acá se halla , En cumbres altas de lugar fragoso ,
Con chagualas de oro guarnecidas Que rota la pared del albarrada
En todas ellas infernal medalla ; Corre con un furor impetuoso ,
Por otras muchas partes esculpidas Yendo por muchas partes derramada ,
Animales cien mil de buena talla ; Inquiriendo lugar de mas reposo ;
Acompañábalo por mas honrallo Ansí salieron estos animales
Delgado con los otros de caballo. Derramados por partes desiguales.
A punto las adargas y las lanzas , Acudieron caballos y los perros
Afiladas las puntas de los hierros , Del tiempo que tardaron desdeñosos ,
Para cazar segun nuestras usanzas Rojas están las astas y los hierros
Españoles llevaban cuatro perros : Por el quemado campo presurosos :
Caminaron con estas ordenanzas Siguen unos la caza por los cerros ,
Hasta que llegaron á los cerros , Los otros por los llanos espaciosos ,
Adonde las cuadrillas concertadas No corren , sino vuelan como aves
Se pusieron en puestos y paradas. Delgado y el Morán , y Nieto, y Chaves.
Son bosques de zavanas estendidas Renovóse la caza con aumento
Con tal densor que no sabré pintallo , Siguiendo la manada presurosa ,
Las yerbas dellas todas tan crecidas , Quien mas derriba queda mas bambriento,
Con un poleo de prolijo tallo , La punta de la lanza mas golosa :
Que si no son holladas y abatidas Guaramental estaba muy contento ,
No se parecen hombres à caballo , Admirad o de ver tan nueva cosa,·
Algunas arboledas , aunque raras, Los cuatro perros vuelan la dehesa ,
Muy limpias de troncones y de jaras. Y en gran número dellos hacen presa.
Cercaron pues prolijo campo luego En atencion suspensos principales ,
De grandes pajonales agostados , Los de mas bajas suertes embobados
En circuito dél pusieron fuego De ver aquellos brutos animales
A una todos , y por todos lados ; Del uso de razon enajenados ,
Porque huyendo del desasosiego Sujetos á los mandos racionales
Hallase los lugares ocupados Sin ser à lo contrario desmandados :
La caza donde quiera que acudiese , Potencias colocaban y ponian
Y la llama y ardor la detuviese. En la velocidad con que corrian.
Fué pues el viento llamas avivando , Las suertes y los lances acabados
Con la velocidad que se queria , Y los venados muertos recogidos ,
El circuito todo rodeando, Volvieron todos muy regocijados
Que por momentos menos se bacia : Do los indios quedaron detenidos :
Diversos animales van saltando , Fueron de capitanes y soldados
Buscando lo que fuego no tenia , Con letos ademanes recebidos ,
Allí de cazadores hay rodeo Cargaron bien cien indios con la caza ,
Por hartar con efeto su deseo. Y luego se volvieron á su plaza.
116 JUAN DE CASTELLANOS.
Cuál llevaba la cierva , cuál venado , >>>Tiene pueblos quemados y deshechos
Cuál oso que llamamos hormiguero , Sus moradores pobres y mendigos ,
Cuál montesino puerco chamuscado , Quebrantador de leyes y derechos
Cuál corí , cuál iguana , monstruo fiero : Sin reservar amigos ni enemigos :
Quedó Guaramental en su cercado Darias grandes colmos á tus hechos ,
De todo lo pasado placentero , Si de su muerte fuésemos testigos ;
Mostrando de amistad seguras prendas , Y quebrantado tropezon tan duro ,
Y los nuestros se fueron à sus tiendas. De los demás podrás dormir seguro.
A los cuales del venatorio Marte , >>Es astuta persona recatada,
O caza sin que fuese dividida , Dispuesta para toda competencia ;
Luego se les llevó la mejor parte Mas los agudos filos de tu espada
Con otras abundancias de comida : Podrán cortar los desta pestilencia :
Cenaron todos ellos de buen arte , Yo quiero también ir à la jornada ,
Hizo la noche luego su venida , Y me quiero hallar en la pendencia ,
Que con vigilantisimos recatos Con aquellos pertrechos y soldados
Se repartió por tres ó cuatro ratos. Que por tu boca fueren señalados . >>
Quitadas ya las húmidas cubiertas El bárbaro habló lo que queria ,
De nublos y noturna pesadumbre , Alterada la sangre de sus venas ,
Cuando por los resquicios de las puertas Como quien por venganza se movia
Entraba resplandor de nueva lumbre · A tomar deste rey debidas penas ,
A los humanos ojos descubiertas Y lo que con sus fuerzas no podia ,
Las verdes arboledas de la cumbre , Queria concluir con las ajenas ,
El gran Guaramental dejó su lecho Porque el Orocopon en sus recuestas ,
Con imaginacion de cierto hecho . Como dicen , teníase las tiestas.
Llamó su secretario dicho Guaima , El Delgado que estuvo muy atento
A quien otros llamaban Cochibano , A todo lo que el bárbaro decia ,
Y con él al insigne Barutaima, Manifestó ser todo su contento ,
Cacique poderoso comarcano : Efetuar aquello que pedia ;
Llamó también al fuerte Pariaima , Porque con glorioso vencimiento
Que fué su general y primo hermano ; Pornian fin a lo que pretendia ,
Con estos tres señores solamente Que señalase cuándo y en qué puesto
Caminó donde estaba nuestra gente Pues con los suyos él estaba presto.
Españoles están inadvertidos Para poder llegar sobre seguro ,
E ignorantes desta su venida , Fueron desta manera convenidos ,
Pero luego que fueron conocidos Que partiesen al tiempo mas escuro
Usóse de costumbre comedida : Con mil bárbaros bien apercebidos :
Fueron con gran aplauso recebidos Hombres para cualquiera trance duro
Y muestras de amistad establecida , Usados á rencuentros atrevidos ,
Dándoles con debido miramiento , Debajo de cristianos estandartes ,
Segun sus calidades el asiento. Y hecha division en cuatro partes.
Mas el bárbaro rey allí sujeto Un caballo con cada compañía
Con el Delgado aparte se detiene , Que el indio y español obedeciese ,
Para comunicalle su conceto , Y donde mas sangrienta la porfia ,
Diciendo con intérprete que tiene : A los mas contratados acudiese ;
« Querríate bablar muy en secreto El acometer fuese con el dia ,
Una cosa que mucho te conviene , Cuando la luz primera descubriese ,
En lo cual , si respondes con mi gana, Y los amigos indios con coronas
Ternás aquesta tierra toda llana. De ramos por señal de sus personas.
> Yo te tengo por hombre tan entero Concertados los dos desta manera
En valor , en esfuerzo y en prudencia , Con el faraute solo y en secreto ,
Que no dudo ser alto mensajero , Quisieron que la noche venidera
Mandado de divina Providencia ; Viesen estos conciertos el efeto :
Y ansí mientras viviere yo no quiero Estuvieron a punto y en espera
Tener contigo dura competencia , Del tiempo que les era mas aceto ,
Antes me hallarás a todo blando , En sus tiendas el Agustin Delgado ,
Y á mis gentes sujetas á tu mando. Y el gran Guaramental en su cercado.
» El efeto será mas que prometo , El cual luego mandó cumplir la suma ,
Guiado por tus propios pareceres ; Su general el mando de su amo ,
Y aun viendo los demás que me someto Aderezose luego Canaruma ,
Al orden y concierto que me dieres , Trajo sus escogidos Cachicamo,
Ternán la reverencia y el respeto Sus mas valientes Tunucutunuma ,
Que deben á la ley que les pusieres , Todos sus señalados Periamo ,
Y para que esto sea sin zozobra , Robustos , sueltos , en las armas prestos,
Yo quiero ser principio desta obra. Pintados piernas, brazos, manos, gestos.
» Mas hágote saber que aunque se vea Henchian el compás de la gran plaza
Tu lanza con furor de mis varones 9 Los fuertes escuadrones de salvajes ;
Tengo por imposible que no sea Armados de macana , dardo , maza ,
Contrastada de grandes tropezones , Robustísimos arcos y carcajes ;
Que nos amaga ya con la pelea , Sobre la gente de gallarda traza ,
Sintiendo mal de vuestras opiniones , Ondean superbísimos plumajes,
Y seria muy menos esta plaga , Y a la congregacion barbara fiera
Como de muchos uno se desbaga. Guaramental habló desta manera.
>> Este es Orocopon , fiero gigante , «Un negocio tenemos entre manos
Que con aquestos términos contina , Que esperencia nos ha dificultado ,
Varon guerrero , capitán pujante , Do los padres , los hijos , los hermanos
Que do quier que sus haces encamina " Han mas veces perdido que ganado ;
Todo cuanto se pone por delante Pero con el favor destos cristianos ,
Asuela , desbarata y arruïna , Creo que lo tenemos acabado ,
Cebando siempre filos de su lanza Apartando de mí cualquiera duda
Sin miedo , sin respeto ni templanza. La fuerza y el valor de tal ayuda.
117
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XI, CANTO V.
›Con ellos vamos á batalla dura Salió la muchedumbre del cercado ,
Por me hacer merced y beneficio , Guarnida de mortales instrumentos ,
Sus hechos , sus proezas y ventura Cada cual escuadron tan bien armado
Me dan de la victoria gran indicio : Cuanto pedian tales movimientos :
También de vuestra parte va segura , Juntóse Pariaima con Delgado ,
Pues vais con su favor y en mi servicio ; Periamo también y otros doscientos ,
Quiero que cada cual se dé tal maña , Con el Chaves el indio Cochibano
Que crédito cobreis con los de España. Con trescientos sujetos á su mano.
En aquesto deseo que se prueben Con Morán Ganaruma y Cachicamo
Los fuertes y briosos corazones , Con obra de doscientos y cincuenta ,
Yvuestros valerosos brazos lleven Cada cual dellos suelto como gamo ,
Asu debido fin mis pretensiones ; Hombres de bien para cualquier afrenta ;
Pues conoceis de mí que si se deben Y aquel que Tunucutunuma llamo
A los tales sus justos galardones , Con el Nieto llevó ciento y setenta ,
Nunca supo mi mano ser avara Con el Guaramental por mas valientes
Para satisfacer hazaña clara. Van los demás como sobresalientes.
De mas del premio que será bastante , Entre los capitanes referidos
En respuesta de vuestras valentías , Iban para mas fuerza deste Marte
Quiero que pongais todos por delante Los demás españoles repartidos ,
De qué rey y señor sois naborías ; Siendo dos veces seis de cada parte ;
Y esto dará valor al inconstante , Y cada cual , segun eran rompidos ,
Para que se desechen cobardías ; Pudiera bien regir el estandarte ,
Pues si lo tanteardes como buenos , Y ansi los mas en partes diferentes
Mi punto no podrá venir á menos . Salieron capitanes escelentes.
› Bastaria cualquiera cosa destas Guiaron corredores el camino
Para quien a vergüenza se sujeta , Del cuerpo de la gente separados ,
Y ansi debajo de las presupuestas , E ya de sus triunfos adevinos
Quiero que la salida sea secreta ; Todos de ramos verdes coronados ,
Yque tengais las armas todos prestas Porque de los soldados peregrinos
Para cuando sonare la trompeta , Fuesen en la batalla reservados :
Guiando los armados caracoles Marcharon luego todos muy á punto ,
Segun lo dispusieren españoles. >> Hasta tanto que ya llegaron junto.
Respondióle por todos los soldados Era camino llano y apacible ,
Pariaima , persona conocida , La distancia tres leguas solamente ,
Diciendo todos van determinados Y por aquesta causa fué posible
O de vencer ó de perder la vida ; Que llegasen á tiempo competente :
Y parte no serán mudables hados Hicieron con silencio convenible
Contra gente tan bien apercebida , Alto para descanso de la gente ,
Oya para vivir con fama y gloria , Un tiro de arcabuz de los buhíos ,
0 ya tomar la muerte por victoria. Sin temor de tan duros desafios.
>Todos estamos destos pareceres Luego los infieles y fïeles
Y estribamos en esta confianza , Caminaron á paso sosegado ,
De no ver jamás hijos ni mujeres , Para se repartir por sus cuarteles
Nigozar de reposo ni holganza , Segun que lo tenian ordenado :
Hasta que por el orden que quisieres Acechando las calles y placeles
Tomemos crudelisima venganza , De la ciudad y pueblo desdichado ,
Lo cual se cumplirá sin duda alguna Hasta tanto que vino la mañana ,
Apesar de las fuerzas de fortuna. » A los mortales ojos ya cercana.
Habló después el noble y el villano Fué pueblo por entonces prepotente ,
Desechando de sí malas sospechas : Terror de los mayores y menores ,
El mas bajo se muestra mas lozano , Y cuyas cercas eran solamente
Haciendo ciertas las promesas hechas : Los brazos de sus fuertes moradores :
Guaramental les daba de su mano Numerosísimo de toda gente ,
A muchos dellos venenosas flechas , Con mando sobre reyes y señores ,
Al menos á personas señaladas , En calles , plazas , barrios gran distancia ,
Do no sabia ser mal empleadas. Verdes macos en él por elegancia.
Luego fueron aquestas dichas gentes , Unare por la parte del poniente
Por parte del cercado divididas , Con sosegadas aguas lo ceñia ,
Y por diligentísimos sirvientes Campos rasos la parte del oriente
En cada parte mesas estendidas : Y del septentrion y mediodía ;
Las cuales de manjares diferentes , Por las cuales estancias libremente
Fueron bastantemente proveidas , Se dividió la fuerte compañía ,
Do cada cual á discrecion bebia , Estando cada cual presto y atento
Hasta desparecer la luz del dia. Esperando señal de rompimiento.
Cuando dorados rayos encubria Pues cuando ya su roja cabellera
Apolo con las ondas de Oceano , Por alta cumbre Venus descubria ,
Cuando de manto negro se vestia Y conocieron ser la mensajera
La cumbre de la sierra y valle Ilano , Del radiante sol y claro dia ,
Cuando de dulce sueño se vencia Tocóse la trompeta de manera
La fatigada vista del humano , Que su voz incitó la compañía :
Y elcorvo labrador y el afligido Los unos y los otros entran luego ,
Descansan del trabajo recebido : Y á casas principales ponen fuego.
Entonces este rey y sus sujetos , Avivóse con gran fuerza de viento ,
De clementes respetos olvidados , Segun y como tiene de costumbre ,
Quieren inquietar á los quietos Suben fumosas llamas al momento
Y desasosegar los sosegados : Veloces al altor de la techumbre :
Tocaron instrumentos imperfetos , Heridos de temor y desatiento
A cuyo son llegaron los soldados ; Acude miserable muchedumbre ,
El Delgado también , vistos los sones.• Huyendo del peligro de los senos
Vino con sus caballos y peones . A parte donde no hallaban menos.
118 JUAN DE CASTELLANOS.
Pues si llama causaba desatino A estos tiempos Agustin Delgado
Para hacerse fuertes à la puerta , Por su cuartel y plaza no traia
Adelante siguiendo su camino El fortisimo brazo reposado ,
No les era la muerte menos cierta ; Ni sin sangre las armas que vestia ;
Porque la crueldad del mal vecino Mas el Orocopon encarnizado
Con tan grande rigor se desconcierta , Los cielos y la tierra maldecia ,
Que , si posible fuera , desta gente Un terrible baston entre las manos •
No quisiera dejar cosa viviente . Indios amenazando y á cristianos.
Como la caza que huir procura Sus fuertes capitanes animando ,
Del cubil á los montes y florestas , Que muchos le vinieron con presteza ,
Por escaparse por el espesura Sangre, cascos y sesos derramando
De las caninas bocas y molestas ; Con una nunca vista lijereza :
Y la senda le fué menos segura . Espuma por la boca rebosando ,
Pues en ella halló las redes puestas , Como suelen las fieras con braveza ,
Entre las cuales siendo detenida De gente circunstante hecho valle
Aquel hilo quebró los de su vida ; Y por adonde pasa larga calle.
Ansí cuantos buian de la brasa , Bien como huracán, que da tal priesa
Dejando solos los pendientes lechos , En indicas provincias y regiones ,
Procurando salir á plaza rasa . Que barre la montaña mas espesa ,
Cercada de mortíferos acechos ; Quebranta ramas , vuelve los troncones ,
A tiempo que salian de la casa Y los anchos caminos atraviesa
Se vian traspasados por los pechos , Con crecidísimas inundaciones ,
Otros quebradas piernas , manos , brazos, Causando tal temor á los humanos ,
Y cabezas partidas en pedazos. Que quedan como muertos los mas sanos ;
Gritos , voces , clamor , lamentaciones , Ansí con aquel leño que gobierna
Los aires destemplaban y rompian ; Sin que le diese pesadumbre brazo ,
De todas partes andan confusiones, La mas dura costilla halla tierna ,
Niño , mujer , varon se confundian : La mas ancha cerviz sin embarazo :
Hubo también algunos escuadrones Aquí quiebra cabeza y allí pierna ,
Que con sumo valor se defendian , Aquí quebranta muslo y allí brazo ,
Do los amigos indios y cristianos Aquí deja montones degollados ,
Habian menester entrambas manos. Acullá quedan todos asombrados.
Porque por el cuartel donde fué Nieto , El caballero fuerte , que queria
Toronima con obra de cincuenta Hacer en él empleo de su lanza ,
Ponia sus contrarios en aprieto , Con tanta muchedumbre no podia
Y andaba la batalla muy sangrienta : Allegar al rigor de la matanza ;
Abolla la celada , rompe el peto , Pero con todo esto no tenia
Anima , llama , hiere , desatienta , Orocopon de vida confianza,
Rompe pechos , cabezas , las espaldas , Por ser de todas partes ofendido
Derriba grande copia de guirnaldas. Y estar de muchas flechas mal herido.
Mas antes que llegase la pujanza En aquestos conflitos y agonía ,
De indios que por él eran llamados , Sus poderosos golpes mas tardíos ,
Nieto rompió por medio la matanza , A Guaramental vido que decia :
Do los suyos andaban mal parados , «Acabámelo ya , varones mios.>>
Metiéndole los filos de la lanza Concibe Orocopon tal osadía ,
Por entrambos ijares ó costados : Que sacó de flaqueza nuevos brios ,
Cayó con un grandísimo gemido Rompiendo por aquellos escuadrones
De las armas y vida despedido. Por responder à tales intenciones.
El resto de la gente se rebate Y sin lo detener contrarias lanzas
Por Holguin y Alonso Alvarez Guerrero , Para Guaramental se fué derecho ,
Un Domingo Lozano y un Oñate , Diciéndole Traidor , por asechanzas ,
Bracamonte , Madroño , Joan Ribero : Quisiste ver el fin de nuestro hecho :
Morán y Chaves tienen gran combate Espérame , que muerto , las venganzas
Con un Putimar , capitán fiero , Podré tomar de tí sin tal acecho ,
Porque necesidad hizo juntarse Si esperimentas este brazo fiero
Para mejor valerse y ampararse. Yo te haré que caigas tú primero.>
Aqueste ya con copia de varones Con los golpes que tiene de costumbre
Hacia por los indios enramados Hizo lugar por uno y otro lado ,
Aquel estrago grande que leones Deseando quitar humana lumbre
En junta de domésticos ganados : Al enemigo suyo declarado ;
Aprovechando bien las ocasiones Pero llovió sobre él tal muchedumbre ,
Antes de verse todos acabados , Que cayó de mil flechas traspasado ,
Y con la gran macana que esgrimia La cabeza le fué luego cortada ,
Las lanzas y caballos rebatia. Y al indio su contrario presentada ,
Pero dando respuestas y preguntas , Mandóla desollar y el casco raso
Ansí de las palabras como hechos , Y limpio del humor que contenia ,
Dos flechas reguladas vuelan juntas Della hizo hacer dorado vaso ,
Por vias y caminos tan derechos , Con que después el bárbaro bebia :
Que sin se desviar entrambas puntas Sabido pues el fortunoso caso,
Lo clavaron por medio de los pechos ; El contrario huyó por do podia ,
Hizo por el foramen ó herida Y los nuestros tomaron de los vivos
El alma de las carnes despedida. Crecidas cantidades de captivos.
Probó luego la mano Paraurete , Vencidos estos indios animosos ,
Que para mal de muchos no fué manca Que cierto pelearon como buenos ,
Mas de los españoles arremete Volviéronse los vivos victoriosos ;
Pero Rodriguez el de Salamanca , Pero no tan cabales ni tan llenos ,
Anton Sanchez , Costilla y Alderete , Que de la vida fueron perdidosos
Con otros a quien dieron plaza franca , Muchos , y de españoles uno menos >
Porque fué tan feroz arremetida , Que por ser de veneno la herida
Que muchos se pusieron en huïda. Ningun remedio pudo dalle vida.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XI, CANTO VI. 119
Sabida la caida desta gente , Con esto mitigó como queria
Porque la fama corre sin que pare , El Agustin Delgado los furores ,
Ocurrieron de paz incontinente Porque , segun se dijo , preten dia
Las restantes provincias del Unare ; Concertar estos dos gobernadores ;
El cojo Guaigotó , varon potente , Pues , aunque partes del Ortal seguia ,
El fiero Cotuprix , el gran Mauyare , El Sedeño le dió muchos favores
Orocomay , mujer , reina pujante , Un tiempo , y ansí era , como digo ,
Y en la paz y amistad perseverante. Al uno servidor y al otro amigo.
Viendo Delgado pues ser tierra dina La gente pues que de Sedeño vino ,
De poner en católico concierto , Remotos y apartados deste puerto ,
Determinó volver à la marina Siguieron adelante su camino
Para manifestar lo descubierto : Por donde lo hallaron descubierto :
Partióse con la gente peregrina , Siempre con el recato que convino ,
Llegaron con salud al dicho puerto , De la seguridad ninguno cierto ;
Con grande cantidad de prisioneros , Mas en tanto que van yo me detengo
De que sacaron copia de dineros. Enronquecido ya del canto luengo.
Jerónimo de Ortal , bien informado
Del numeroso pueblo desta gente ,
Envió por caballos y recado CANTO SESTO,
A islas que tenian al poniente ,
Para poder entrar aderezado Donde se cuenta cómo la gente de Sedeño, después que se metió la
Con aquel aparato conviniente ; tierra adentro, dieron en la gente de Jerónimo de Ortal, cuyo capitán
Mas porque no faltasen desta tierra , era Alonso Alvarez Guerrero, y les quitaron los caballos, y lo que mas
aconteció.
Luego hizo volver gente de guerra.
Volvió con Alonso Alvarez Guerrero , Bien es que los de buen conocimiento
Miguel Holguin , mancebo de gran cuenta, Reguarden amistad en los aprietos ;
Con algunos del número primero , Pero locura es y desatiento ,
Que todos podian ser hasta cuarenta : Si por tener allí tales respetos ,
Hallaron en la paz sano y entero Ponen en confusion y detrimento
Guaramental , á quien se le presenta Aquellos á quien deben ser sujetos ,
De parte del Órtal un buen presente Pues cuando los dos piden este juro ,
Recebido por él alegremente . Acudir al señor es mas seguro .
Un indio , Villeguillas , encamina Y aunque no se presume del Delgado
A idioma claro los acentos , Hacer esto debajo mal intento ,
Descubren de la gente mas vecina Sabiendo ser contrario declarado
Grandes y potentísimos asientos ; El Sedeño con tanto fundamento ;
Ysiempre con aquella golosina Con su gobernador fué descuidado
De esclavos que enviaban por momentos , En no poner algun impedimento
Agora por rescales , ya por guerra, A la gente de la contraria lista ,
Que fue la perdicion de aquella tierra. Y mas no siendo suya la conquista.
La fama, como nunca fué secreta , Pues era del Ortal derechamente ,
Entonces levantaba con pregones
Segun la provision del propio dueño ,
Riquisima provincia dicha Meta , Y desta tierra firme diferente
De quien atrás se dieron relaciones : La que le proveyeron al Sedeño ;
Y para la buscar por via reta Mas él sin ver aquel inconviniente ,
Loaban estas dichas poblaciones Que entonces se juzgó por no pequeño ,
El de la tierra firme y el isleño , Tomó por parecer otro desino ,
De cuyas opiniones fué Sedeño. Y quiso por allí hacer camino."
El cual en estos tiempos y sazones Su gente pues , que caminó primero
Dentro de Puerto-Rico ya tenia Entre tanto que la demás venia ,
Copia de valentísimos varones , Dieron en Alonso Alvarez Guerrero ,
Caballos , municion , artillería , Que desta gente nueva no sabia :
Segun que pareció , con intenciones Quitáronle las armas y el dinero
De entrar por Neverí , do residia Y todos los caballos que tenia ;
Jerónimo de Ortal , con pensamiento Sabida la maldad y atrevimiento
De pasar ó venir en rompimiento. El Ortal hizo mucho sentimiento .
Para dar perfecion á su deseo Y con este desgusto de mal dejo
Entre tanto que él mismo se presenta , Dijo tales razones al Delgado :
Envió cien soldados de un voleo , «Yo , señor capitán, de vos me quejo
Con muy buenos caballos los cincuenta, Y me quiero tener por agraviado ;
Todos con briosísimo meneo , Pues á no conoceros tan perplejo ,
Prestos á desviar cualquier afrenta : Este juego tuviéramos ganado ,
Jerónimo de Ortal , aunque eran buenos , Y es para corregir tan mal esceso
Tenía por entonces muchos menos . Menester que enmendemos el avieso.»
Vino con esta gente Joan Bautista Condenando por feo tan mal hecho
Y el animoso Diego de Losada , En cólera volvió su gran templanza ,
Fortisimo varon en la conquista , Y ansi le prometió poner el pecho
Y Reinoso , persona señalada : A la satisfacion y á la venganza ;
Aquestos , sin haber quien los resista , Pero ni sin razon ni con derecho
Saltaron en la costa deseada ;
El quisiera probar allí su lanza ,
El Ortal quiso menear la lanza , Por estar del Sedeño muy prendado
Mas Delgado templó la destemplanza, Del tiempo que tenemos ya tratado.
Diciéndole : « señor , no teneis cierta Y con ser amistad mas estendida
La palma que buscais por esa via ; Con Sedeño que con Ortal agora ,
Vayan con Dios , que si me dan la puerta Quiso mas ver el amistad perdida
Para poder hablalles algun dia , Que su fe condeñada por traidora ;
Posible cosa es que yo convierta Al fin el aficion quedó vencida ,
A vuestra devocion su compañía , Y la razon salió por vencedora ,
Pues suele muchas veces la templanza Aconteciendo para tal intento
Vencer lo que no puede larga lanza. » Un caso que les vino muy à cuento.
420
JUAN DE CASTELLANOS.
El Sedeño mandó segunda gente ,
Caballos , municion y artillería , Al fin , por no sufrir dichos molestos
Con un soldado viejo muy valiente , Que suelen encender malos enojos ,
Que Rodrigo de Vega se decia , Los suyos el Delgado hizo prestos ,
A quien yo conocí medianamente Las armas recogidas en manojos :
Pues que tuve su misma compañía ; Quedaron los de Vega descompuestos ;
Desembarcaron en Maracapana Los otros proveidos de despojos ,
Que es en la misma costa comarcana. El Ortal lleno fué de vanagloria
Recogidos en esta pertenencia Desque los vió volver con la victoria.
De Guaracapa , indio muy ladino , Y aquesta buena suerte por él vista ,
Velaron con alguna diligencia Con cincuenta caballos à su uso ,
Por tener al Ortal ya por vecino ; Determinó de dar en el Bautista ,
Mas no con el recato ni decencia Capitán que los suyos descompuso :
Que para su seguro les convino, De cien soldados viejos hizo lista
Porque nunca se hace buena vela Con los cuales al hecho se dispuso ,
Si sobre ella no anda quien le duela. Y ansi siguió los rastros y pisadas
Doblando muchas veces las jornadas .
Pues Agustin Delgado , que despierto
En sus rondas y velas se hallaba , Llegados con tan buen avïamiento
A los vecinos indios deste puerto Donde Guaramental los atendia ,
Particularidades preguntaba Al Ortal hizo gran recebimiento
Del orden que tenian y concierto , Y al Delgado que mucho lo queria :
Del número de gente que llegaba , Díjoles la provincia y el asiento
Las armas de que estaban prevenidos , Donde el contrario campo residia ,
Dónde y en cuántas partes repartidos . Y por no les cumplir mucho sosiego,
En su demanda se partieron luego.
La gente pues de Ortal bien infermada
Por relacion que pareció bastante , Por campos fertilisimos y llanos
Determinó de dalles alborada Hicieron en tres dias la jornada ,
Sin ponerseles cosa por delante ; cuando le dijeron ser cercanos
Caminaron con noche sosegada Jerónimo de Ortal hizo parada,
Hasta llegar al cerro circunstante , Poniendo por concierto sus cristianos
Pueblo de la cacica Magdalena , Para dar en la gente sosegada ,
Cuya paz y amistad siempre fué buena, La luz de los mortales despedida
Tenia centinelas allí junto Y su vista de sueño convencida.
El Capitán y gente de Sedeño ; Tenian los contrarios el asiento
Pero hallaronlos en este punto En prado verde con esmalte rojo ,
Entregados á tan profundo sueño , Cerca del grande pueblo y opulento
Como si cada cual fuera difunto Del indio Guaigotó , cacique cojo :
O bulto mal formado de algun leño : Varon en guerra y paz de gran momento
Dejaronlos con este su letargo Y entre los convertidos ortodojo ,
Sin armas , y pasáronse de largo. Amplísimo su campo y su dehesa
Y lo poblado dél una gran mesa.
Al tiempo que su padre de Faetonte
En continuacion de su carrera Por líneas rectas árboles opacos ,
Queria ya salir del horizonte , Cuyas hojas jamás vienen a menos ,
Seyendo Venus ya la mensajera , Que en aquellas provincias llaman macos,
Sus rayos estendiendo por el monte Fructíferos , umbrosos,muy amenos ;
De la sierra que estaba mas afuera , Los huesos de sus frutos no son flacos
Dieron en el ejército dormido Sustentos , sino recios , sanos , buenos ,
Haciendo poca gente gran ruïdo. Entre estos macos uno fué notable ,
Levantáronse muy sobresaltados Grandísimo , hermoso y admirable.
Guiados de dudosas esperanzas ; Debajo cuyos ramos estendidos
Pues como los tomaron descuidados En tiempo de calor acontecia
Yá sombr a de tan flacas confi anzas , Estar trescientos hombres recogidos
En un momento fueron desarmados Con caballos y gente que servia ,
Perdidos los caballos y las lanzas , Todos cómodamente divididos
Sin haber en aqueste rompimiento En el compás que cada cual queria ,
Defensa ni rigor sanguinolento . Las hojas tan compuestas y tan densas
Mas un muchacho fué que en la pendencia Que del ardiente sol eran defensas.
A caballo subia bien armado , Estando pues febea luz absente ,
Y aqueste hizo grande resistencia Y casi demediando la carrera
A toda la cuadrilla del Delgado ; A los despiertos ojos de la gente
Pero viendo de suyos la paciencia Que huellan otra parte del esfera ,
Y él solo de ballestas rodeado , Revolviendo las riendas al oriente
Quísose dar porque no le matasen, Para tornar á ver nuestra ribera ,
Y con que su caballo le dejasen. Jerónimo de Ortal y sus cristianos
Conclusa y acabada la refriega , Alistaron las armas y las manos .
Y gente de Sedeño ya rendida , Teniendo relacion por sus espías
Hallóse tan confuso nuestro Vega Del maco donde estaban alojados ,
Que deseaba verse sin la vida : Llevando por delante buenas guias
Ya deshonra los suyos , ya reniega , Dieron en los que estaban sosegados ;
Ya del Delgado da queja rompida , Pero de las contrarias compañías
Diciéndole que ¿ dónde se sufria Hallaron solamente los llagados ;
Semejante traicion y villanía? Porque los sanos , sueltos y valientes
Andab an descubriendo nuevas gentes.
El respondió : « yo traigo mandamiento
De justicia del rey , y muy bastante ; El saco y el rancheo fué tan bueno
Quejaos de vuestro poco miramiento , Que se les descubrió lo mas recluso ,
Pues pudiérades ser mas vigilante : Lo suyo recogieron , y lo ajeno
Que sabe Dios la pena que yo siento Aplicaron también para su uso :
Por venir en demanda semejante ; El que vino vacío volvió lleno ,
Quejaos también de vuestros valedores , Alzando cada cual lo que no puso ,
Que fueron los primeros agresores . » Y con ver mejorados los despojos
Ortal no mitigaba sus enojos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XI, CANTO VI . 121
Pues con presteza tal cual conocia Un don Pedro de Lugo los envía
A su seguridad ser importante Para hacer una jornada larga:
Arrebató la gente que tenia , Son hombres de valor que en Berbería
Y con ella pasó mas adelante Supieron bien jugar lanza y adarga,
En busca de la otra compañía Y demas desta gente que venia
De semejantes vueltas ignorante , De caballos y armas buena carga ,
Porque fuese mas presta su llegada Y alli Gasco traia linda amiga ,
Que un negro que buyó del arma dada. Que vive hoy, y el nombre no se diga.
Hasta ver al contrario la presencia Puestos en tierra los recién venidos ,
Caminaron á pasos estendidos , Fueron de capitanes y soldados
Fué de poco momento la pendencia Con un aplauso grande recebidos
Por estar los contrarios divididos ; Y segun su poder acariciados,
Mas el Bautista hizo resistencia , Y á una devocion tan convertidos
Y él y otro quedaron mal heridos , Que fueron de la otra trastrocados ,
Y si la gente junta se hallara Por loalles aquellos baquïanos
La victoria no sé por quién quedara La tierra que tenian entre manos .
Por ser la que faltaba tan lozana Como con estos pues se concluyese
Y su vigor y fuerza tan notoria , Que siguiesen las partes de su bando ,
Que murieran allí de mejor gana Porque de mejor gana lo hiciese
Que conceder á nadie la victoria ; Al Gasco se le dió supremo mando ,
Pues con indios y gente castellana En tanto que Sedeño les viniese
Hicieron hechos dignos de memoria , Con la gente que estaban esperando ;
Mas nunca les pasó por pensamiento Pero después se vido tan amargo
Que Ortal tuviera tal atrevimiento. Que les dejó la moza con el cargo.
Y ansí por ser á todos importante Que por aquellos campos y florestas
El Delgado dió orden que supiesen A vueltas de trabajos y desmanes
No cumplilles pasar mas adelante , No faltaban requiebros y recuestas ,
Sino que de la tierra se saliesen : Paseos y mensajes de galanes ;
Porque el Ortal estaba muy pujante A los cuales volvian las respuestas
Y no les convenia que se viesen , Con gustosos y dulces ademanes :
Que tomasen aqueste su consejo Padecia fatiga nuestro Gasco
Dado por servidor y amigo viejo. Por ver su bella dama tan sin asco.
Oidas las razones y embajada Hollaba la señora tan liviano
Y de los descompuestos otras quejas, Que no pudo sufrir lugar recluso ,
Muchas personas desta camarada Y ansi con Arce , mozo cortesano ,
Estuvieron confusas y perplejas ; El Gasco con furor se descompuso ;
Mas el Reinoso y Diego de Losada , Muchos con ellos dos echaron mano ,
Anton García y Alvaro de Sejas , Y el alboroto fué harto confuso .
Un Medina y un García de Montalvo Pues con ser de los suyos socorrido ,
Procuraron de se poner en salvo. El canónigo Gasco fué herido.
Mas gente dejó ir Ortal aposta Desque se vió con diligente cura
Que con los que va dije se congrega , Asegurado bien de la herida ,
De pertrechos beligeros angosta Parecíale ser mayor cordura
Y eminente peligro donde llega : Dejar la mozà que perder la vida :
Finalmente , salieron à la costa Partióse por buscar otra ventura
Adonde se juntaron con el Vega , Juzgando por ganancia la perdida ;
Que estaba con su gente destruida Y aunque salió de todo descompuesto
En grandisimo riesgo de la vida. Fué de mayor valor el presupuesto.
Por San Miguel de Neverí pasaron Partido desta costa y de su sueño
Al tiempo que venian de camino , El Gasco para donde le convino ,
Adonde saquearon y robaron Llegó con dos navíos el Sedeño
Los bienes del Ortal y del vecino , Con mucha gente para su camino ;
Por no poder los pocos que quedaron El pesar que sintió no fué pequeño
Resistir el furor luciferino , Informado de tanto desatino ,
Y dalles el desorden y codicia Pero disimuló con esperanza
A los que mas podian la justicia. De ver muy á su gusto la venganza .
Visto que ya no hay quien lo resista , Alo que se perdió con los asaltos
Jerónimo de Ortal les dió licencia Unya podria ser » dió por escudo ,
A los que se quedaron con Bautista Rehizo de caballos á los faltos ,
Presos con él en esta competencia , De suficientes ropas al desnudo ;
Para que se volviesen á su lista Consolaba los bajos y los altos,
Si no quisiesen ir en su obediencia ; Y reformólos lo mejor que pudo ;
Por ellos aceptada fué de gana , Pero dejémoslos adonde estamos ,
Y ansi volvieron á Maracapana. Volvamos al Ortal do lo dejamos.
Allí se vieron todos descontentos El cual desque se vido con sosiego
Por no tener defensa conviniente , Y con tan principal avïamiento ,
Esperando por horas y momentos Con todos sus soldados partió luego
Al Sedeño y al resto de la gente : Continuando su descubrimiento :
Luego vieron inflada de los vientos Hallaron un cacique , dicho Diego ,
Vela acia la parte del poniente , Sin que supiesen deste nombramiento
Cuya vista les dió gran alegría La causa ni razon , ni quién le puso
Pensando ser Sedeño que venia. Este nombre tan fuera de su uso.
Pero llegada mas à la ribera Pues pensaba cualquiera baquïano
La sospecha ya dicha salió varia , Que de cuantos nacieron de mujeres
Porque luego supieron cómo era Nunca jamás allí llegó cristiano ,
Un canónigo, Gasco, de Canaria : Memoria ni mencion de sus poderes ;
A Santa Marta guia su carrera , Y ansi tomaban todos larga mano
Mas furia de la mar le fué contraria , En decir diferentes pareceres ,
Y por buir notable desconcierto Y en uno solo yo me determino
Allí determinó de tomar puerto. Que no parece fuera de camino.
122
JUAN DE CASTELLANOS
Entre conquistadores cudiciosos
Habia desta tierra grandes cuentos , Allí holgaba nuestra compañía,
A fama de la cual dos religiosos , Por haber de comida muchedumbre ,
Debajo de santísimos intentos , Y el ir á buscar caza cada dia
Entraron por los pueblos poderosos , Tenian casi todos de costumbre:
Año de diez y seis y tres quinientos , Deseando también alguna guia
La fe de Jesucristo predicando Que desta gente diese certidumbre ,
Entre los cuales Agustin Delgado
Y algunos convertidos bautizando. Salió movido de siniestro hado.
Ponianseles nombres de cristianos
Segun santa y católica costumbre , Acompañábanlo tan solamente
Con la prohibicion de ritos vanos Joan de Agueda su hermano, y un soldado :
Por traellos á nuestra certidumbre ; Adarga del arzon lleva pendiente
Mas por los sacerdotes inhumanos Por no salir á caza descuidado ;
Que de vellos tomaban pesadumbre , Pero la caza fué tan diferente ,
Estos frailes que dominicos fueron Que pensando cazar quedó cazado :
Coronas de martirio recebieron. No sé cómo poner en escritura
Aquesta trabajosa desventura.
Esta fué la razon por que este hombre Vió ir un indio solo por el llano ,
Se llamaba segun habeis oido ,
Y la misma no pide que se asombre Y con deseo grande de tomallo
Quien está destas cosas advertido : Hizo luego desvío del hermano
Por hallar entre indios este nombre Dando de las espuelas al caballo :
Que traemos acá por apellido , El indio con las flechas en la mano
Quedándose con aquel nombre mismo Nunca mostró temer en aguardallo ,
Que le debieron dar en el bautismo. Y pudiérale dar golpe nocivo ,
De tan fértiles tierras no contentos Pero no quiso, por tomallo vivo.
Con tanta poblacion , tanta ribera , El adarga llevaba bien compuesta ,
Ansim ismo la lanza con aviso,
A Meta dirigian sus intentos
Y á la casa del Sol , que entonces era Y al indio que la flecha tiene puesta
El blanco de los mas descu brimientos Le dice que se dé , mas nunca quiso :
Que pregonaban en aquella era : Antes de tal pelea como esta
Salió pues el Ortal con sus cristianos No se le conoció ser arrepiso ,
A descubrir aquellos campos llanos. Pues siempre le hacia tal amago ,
Descubríanse reinos estendidos Que mostraba querer no dar en vago.
Y en ellos poblaciones generosas , El sagitario finge que descarga
Do tuvieron rencuentros muy reñidos El tiro por los pechos al caballo ;
Por ser aquellas gentes belicosas : Delgado reguardólo con la adarga,
victoriosos y vencidos , Y fuérale mejor aventurallo ;
• Hubo
Hiciéronse hazañas grandiosas , Pues el diestro gandul con flecha larga
Entre los cuales bandos y cuadrillas Por do se descubrió pudo clavallo ,
Siempre hizo Delgado maravillas. Gozan do de tal suerte del despojo
Que le metió la flecha por un ojo.
Asperezas inmensas tornó llanas
Con mano que no supo ser vencida , Joan de Agueda que vió la mala suerte
Pero las tres laníficas hermanas , Y en el hermano tan cruel herida ,
Cuya condicion es endurecida , Del caballo bajó por dar la muerte
Parece ser que ya tenian ganas Al matador de tan ilustre vida ;
De cortar los estambres de su vida , Pero rogó por él el varon fuerte ,
Derribando valor del gran Aquiles Y estorbó la venganza merecida ,
No manos de Paris, sino muy viles. Teniendo ya sentidos ocupados
Iban corriendo todos sus soldados En lamentar sus culpas y pecados .
A Guamba , poblacion engrandecida , Visto tan lastimero desconcierto,
Pasaban por asientos despoblados Llevaron á los ranchos y cabañas
Sin poder hallar ánima nacida , Al indio vivo y al cristiano muerto
Por ser de sus vecinos avisados Dechado de virtudes y hazañas ;
Dejar atrás la tierra destruida ; Y el caso miserable descubierto
Demás desto mujeres y varones Llorando se rompian las entrañas , །
Eran de belicosas condiciones. Por ser de todas gentes bien querido ,
No vuelve las espaldas uno solo Y de nadie jamás aborrecido.
A muchos , y en el tiro de saeta En su disposicion muy bien podia
Nada superior el gran Apolo , Competir con cualquiera gentileza ,
Y muy inferior el diestro geta : Tanto que su presencia prometia
Faltar en él resabio de vileza :
Es cifra lo mejor del pueblo etolo Señalóse también en Berbería,
Y sueño los eoos y el de Creta , Donde dió muestras de su fortaleza :
No tuvo Panopes certeza tanta, Fué hombre natural de gran Canaria
Aretusa , Calisto ni Atalanta.
Y de los antiquísimos de Paria.
No saben qué es arnés , yelmo ni greva, El entierro se hizo no pomposo ,
Porque la desnudez es su decencia ,
Arco y aljaba solamente lleva, Porque no lo sufrió tal coyuntura ,
Y á la sombra del maco mas umbroso
Y estas son sus astucias y su ciencia ;
Pero buian de la gente nueva Se le dió la terrena sepultura :
Por no tener con ellos competencia : Epitafio se puso doloroso ,
Los nuestros asentaron alli ranchos Las letras dél en la corteza dura ,
Cazando por aquellos campos anchos. E yo vi que decian sus renglones
Estas mismas palabras y razones : -
Pues hay por su compás y su distancia
Floridos prados , apacibles cerros ,
Y de venados daban abundancia
Blandientes astas con agudos hierros : AQUI YACE SEPULTADO
También fué de grandísima sustancia
La caza que hacian con los perros, EL BUEN AGUSTIN DELGADO.
Y hasta ver los indios y buscallos
Rehacian personas y caballos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XI , CANTO VII. 123
Esta funeral fiesta concluida
Pasando pues del Cabo de la Vela
En Guamba , segun tengo descubierto , Descubriendo la tierra circunstante ,
Jerónimo de Ortal aunque con vida, El Fedrimán llegó de Venezuela
Por muerte del Delgado quedó muerto : Con gentes y pertrechos al instante :
Viendo para su mal y su caida Y hizo con astucias y cautela
Mostrársele camino mas abierto ,
Que juntos descubriesen adelante ;
Mas procuró por modo convenible Ribera consintió con lo rogado ,
Dar el remedio que le fué posible. Pero fué mas por fuerza que de grado.
Para lo cual fué luego convocado No se hallaba fuera desta furia ,
De sus soldados número de gente , Sino por principal en este cuento ,
Y el Alvaro de Ordás salió nombrado Mateo Sanchez Rey, el de Liguria,
Por general y por lugartiniente : Que de valor tenia cumplimiento :
Quedóse Martin Nieto resabiado , Al cual ya tiene la celeste curia
Aunque mostró tomallo blandamente , Y en este reino deja monumento ,
Y para la venganza con efeto Y á su doña Casilda, que en aviso
Trató ciertos motines en secreto. Y hermosura tiene cuanto quiso.
Fué su negociacion tan acordada Estaba Diego Ortiz , que es residente
Y tan persuasivas las razones , En Vélez deste reino de Granada ,
Que la máxima parte de la armada A quien ventura corta no consiente
Correspondió con estas intenciones ; Siquiera pasadía limitada ;
Y al punto y á la hora concertada Siendo justificado pretendiente
A los pocos pusieron en prisiones ; De cualquiera merced muy señalada ,
Fué fácil de hacer esto que digo Pues sus servicios puestos en memoria
Porser familiar el enemigo. Habian meuester cabal historia.
Demás del alevoso desatino Estando juntas pues las dos armadas
Que se perficionó con gran cautela , Con todo buen recado y advertencia ,
No les dejaron arma ni rocino, Las gentes del Ortal amotinadas
Espada de provecho , ni rodela : Al Fedrimán le dieron obediencia ;
Con intenciones de hacer camino Y en dar el parabién de sus llegadas
A la gobernacion de Venezuela , No pudo ser mejor el aparencia ,
Para juntarse con los capitanes Però de los caudillos deste hecho
De Berzares y ricos alemanes. Nunca jamás estuvo satisfecho.
Concluso sin contiendas ni peleas Pues aunque malos, pueden ser mejores
Este feo motin y detestable , Cesando de dañar quien hizo daño ,
Y tomados caballos y preseas Los que son una vez engañadores
Con servicio de indios razonable , Mal pierden el favor de tal engaño ;
Dijeron al Ortal palabras feas Mas antes andan vivos los olores ,
Llamándole de vil y miserable ,
Indigno de tener segun él era Aunque se pase mes y pase año ,
Tantos buenos debajo su bandera . Que justa paga es del fementido
Cuando dice verdad no ser creido.
Diez le dieron favor en su ruïna Por esto Fedrimán como discreto
Por el rey fidelisimos vasallos , Envió con recado conviniente
Y destos un Torrellas determina Al Alderete , Villagrán y Nieto,
Por avisados medios ablandallos : A la mar so color de llamar gente ;
Al fin para volver á la marina Pero despachó cartas en secreto
Les bizo que les diesen seis caballos , Para que los destierren brevemente ,
Con ellos y otros diez de gente suelta O no les consintiesen dar la vuelta
El Ortal à la costa dió la vuelta. Por no le convenir gente tan suelta.
Soldados diestros, hombres de gran tomo, Aquesto se cumplió luego á la hora ,
Entre ellos Alonso Alvarez Guerrero , Y aun creo los tuvieron en prisiones ,
Ordás , Pero Martin , Chaves , Perdomo, No para ser justicia vengadora
Quirós , Torrellas , noble caballero ; De sus delitos y rebeliones ;
Joan de Agueda y otros, no sé cómo Pero volvamos al Ortal agora
Pueda decir sus nombres por entero , Concluyendo sus peregrinaciones ,
Pues es esta distancia tan notoria , Haciendo canto nuevo y ultimado,
Que aunque los vi , se pierde la memoria. Por quedar sin aliento del pasado.
A la vuelta se vieron en aprieto
Por no hallar la gente ya tan blanda ,
Y los rebeldes Alderete y Nieto
Y el Villagrán y el resto de su banda: CANTO SETIMO ,
Con amistad de todos y respeto
Llevaron adelante su demanda , Donde se cuenta cómo Jerónimo de Ortal llegó á su pueblo de Neveri en
Y dieron por la tierra discurriendo la costa, cómo se escapó de Antonio Sedeño, y lo que mas le sucedio
Con Fedrimán, que andaba descubriendo. hasta su muerte .
Nicolao Fedrimán en esta era
A su mandar tenia gente harta , El que gente de guerra regir suele
Reteniendo debajo su bandera , Para tener segura la matanza ,
Y sin le consentir que dél se parta , No cumple con que solo se recele
Al valiente varon Joan de Ribera, Del contrario que tiene gran pujanza ;
Pero también conviene que se vele
Insigne capitán de Santa Marta , De los que están debajo de su lanza ,
El cual venia con poder bastante
A descubrir por el dotor Infante. Pues armas del doméstico enemigo
Riguroso furor tienen consigo.
Deste fuerte varon , cuando comienza Y ansí los humos destos desvaríos ,
A tratar este re ino y sus lugares , Si condensaren nube de sospecha ,
No se halla valor que no se venza
Tener apercebidos los rocíos
De los suyos , que son mas singulares ; Antes que salgan llamas aprovecha ;
Porque cierto podia sin vergüenza Pero si los remedios son tardíos ,
Competir con los fuertes doce pares , La suerte del contrario queda hecha ,
Y si mis dias no fueren estrechos
Yo diré del Ribera grandes hechos . Y es menester, en caso semejante ,
Por no quedar atrás , estar delante.
124 JUAN DE CASTELLANOS.
El descuido de Ortal aquí fué sumo , Eutre muchos que iban á prendello ,
Juzgando las verdades por novela ; Fueron los dos hermanos Antillanos ,
El cual no solamente vido humo . El capitán Copete , Mesa y Tello,
Pero también centellas de candela , Que también estos tres fueron hermanos :
Y con se resumar lo que resumo , Zamudio , Ontiveros, Joan de Argüello ,
Nunca creyó ser necesaria vela ; Cabrera , Joan Martin de Castellanos ,
Y ansí , como no hizo cuenta desto , Con mas que mi memoria no sustenta ,
Quedó de su potencia descompuesto. Y con quien el Ortal tuvo gran cuenta.
Hizo camino pues con sus leales , Pues el tiempo que suele ser lijero ,
Rompiendo grandes fuerzas y pujanzas De la region etérea movido ,
De aquellos belicosos naturales Muchos hizo venir á pagadero,
Que defendian casas y labranzas : El campo del Sedeño destruido :
Do las seguridades principales Siguieron pues á este caballero
Les daban las espadas y las lanzas , Hasta Cumaná , puerto conocido ,
Por ser al barbarismo desta gente Do para lo prender faltó remedio
Esta seguridad mas conviniente. Por haber puesto mucho mar en medio.
En tierra ya de paz los caminantes , Queriendo ser mas Taurea Campano ,
Hicieron à la mar partida presta , Que hizo de su fuga confianza ,
Adonde todos eran ignorantes Que Claudo Asello , milite romano ?
De tan breve venida como esta ; Que solo la tenia de su lanza :
Y do por las revueltas dichas antes Vacía se volvió sedeña mano ,
Les era la guarida mas molesta , Perdida de prision el esperanza ;
Por estar el Sedeño con intento Libre pues el Ortal de tal encuentro ,
De venir con Ortal en rompimiento. Sedeño se partió la tierra adentro.
De manera, letor, que cuando quiso Recogió del Ortal muchos soldados ,
Evitar á caribes la tragona Cuyo fiel valor esperimenta;
Crüel hija de Focis ó de Niso , Y para los llevar bien avïados,
Amenazas de muerte le pregona : Caballos, armas, ropas les presenta :
Y á no tener con ambas gran avise Hubo después negocios muy pesados ,
Grande riesgo corria su persona ; De que , mediante Dios , yo daré cuenta ;
Mas escapóse de crüeles manos , Pues los Sedeños de presente huyen ,
Por industria del padre Castellanos. Y los de Ortal agora se concluyen.
Y tengo yo por muy averiguado , El cual , considerada la demencia
Que si no se saliera del estrecho , Del Antonio Sedeño y la malicia ,
El muriera suspenso y ahorcado , Envió sus despachos al audiencia ,
Sin mirar á justicia ni derecho , Demandando remedio por justicia :
Por estar el Sedeño tan dañado Despachóse juez de residencia ,
Que cometiera ya cualquier mal hecho De quien también daré lafga noticia
Y ansí , por lo traer á su presencia , Al tiempo que mejor me pareciere,
Fué la que puso suma diligencia. Y con la claridad que yo pudiere.
Mas puestos en la playa deseada , Porque para tratar cumplidamente
Cada cual por su parte recatado , La vida del Ortal en lo restante ,
Hicieron con escuro la llegada Aunque un negocio de otro va pendiente ,
Al pueblo que el Ortal dejó poblado , Habremos de hacello discrepante :
Tres leguas mas abajo del armada Poniendo por escrito de presente
Y campo del Sedeño reformado ; Cosas que sucedieron adelante ,
El cual para partir estaba presto Después que noche del eterno sueño
Debajo del desino ya propuesto. Escureció los ojos del Sedeño .
Un maestre Joan, que lombardero era Por no ser los enojos difinidos
Siendo de vela dijo quién venia ; Aunque sus dias fueron acabados ,
Salieron por lo ver á la ribera , Antes por los agravios recebidos
Diciéndole cuán gran riesgo corria : El Ortal se vengó de sus soldados ;
Al instante le dió barca lijera , Y aquellos que pudieron ser habidos
Equipada de buena compañía , Fueron por su respeto castigados ,
El clérigo francés , principal hombre , Y en este lugar cumple que mi pluma
Que se llamaba de mi mismo nombre. Con brevedad posible los resuma.
Sin gozar allí punto de sosiego , Pues cada cual elegia representa
Y sin llevar cabal matalotaje , En relacion historia recogida ,
La vuelta de Cubagua se fué luego , Y aquel gobernador que la cimenta
Y å vela y remo hizo su viaje ; No consiente que vaya dividida ;
Y no fué de cobarde ni de ciego Sino que de un voleo se dé cuenta
Ser él el que llevaba su mensaje ; De todos los sucesos de su vida ;
Pues no costara menos que la vida , Y ansi , pues la presente tiene dueño ,
Si no fuera de noche la partida. Acabada, diremos del Sedeño .
Porque otro dia luego de mañana , El cual , mucho después de su partida ,
Algun indio ladino que los vido Y de revueltas otras y rencillas ,
Llevó las nuevas á Maracapana , Ansimismo partió de aquesta vida ,
Diciendo que Ortal era venido ; Por cuyo fin también hubo cosquillas :
Sedeño , de su gente mas lozana , Tales , que fué su gente dividida
Juntó consorcio bien apercebido , En dos contrarios bandos y cuadrillas ;
Mandándoles con ásperas razones Unos la gente siguen alemana ,
Que luego lo trajcsen en prisiones. Otros volvieron à Maracapana.
A Neverí llegó la gente brava , Estos por los delitos cometidos
Armada de rigor descomedido , Y escesos que serán conmemorados ,
Y sabida la vuelta que llevaba A instancia del Ortal eran punidos ,
La dieron á decir lo sucedido : Y de los que tenian agraviados :
El Sedeño las barbas se pelaba Fueron en este puerto detenidos ,
Desque supo que Ortal era huido ; A fin que todos fuesen castigados ;
Pero fusta de remos mas espesa Entre ellos un Aduza y Joan de Argüello,
Mandó que lo siguiese con gran priesa. A quien la soga hizo largo cuello .
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XI, CANTO VII. 123
Pues muchos menearon los tobillos Estaba del Argüello muy sentido
Pareciendo mas sano dar la vuelta , Jerónimo de Ortal por lo pasado ,
Que puestos en cadenas y con grillos Y ansí, sin le guardar orden debido ,
Pagar el carcelaje sin la suelta : A muerte natural fué condenado :
Fueron los sobredichos dos caudillos Finalmente, que fué , sin ser oido ,
Deste motin y última revuelta , De la rama de un árbol ahorcado ,
Y todos por llevar caballos buenos , Ejecutando fuera la sentencia
Se quisieron valer de los ajenos. De su gobernacion y pertenencia.
Escogió cada cual á su contento , Argüello muerto , como dije antes ,
Porque por la zavana repastaban , Con muestra de grandisima paciencia ,
Y Aduza dijo ser acertamiento Llegaron á Cubagua los restantes ,
Dejarretar los otros que quedaban , Donde estaba jüez de residencia ,
Porque no fuesen en su seguimiento Y adonde no faltaban querellantes ,
Aquellos de quien ellos los llevaban : Ajenos de virtud y de clemencia :
Astucia de sagaz y de discreto , Afrentaron soldados de gran suerte ,
Si acaso la pusieran en efeto. Y Aduza padeció pena de muerte.
Mas hubo también otras opiniones Conclusos estos casos tan estraños ,
Torpes en afear aqueste hecho , Indignos de cubrirse con tiniebla ,
Y ansi faltaron las ejecuciones Ortal , pobre , pasó por muchos años
Que les pudieran ser de gran provecho ; En casa de un vecino dicho Niebla :
Pues acontece muchas sinrazones Fué después contador , mas no de daños
Asegurar con otras su derecho ; Que hacia sin orden y sin regla ,
Y aunque la culpa hace muy mas llena , Herrando libres indios por captivos ,
A veces se reservan de la pena. Cuyos números fueron escesivos.
Fueron pues diez y seis apercebidos Estando pues el pobre con resuello
De caballo, de lanza y de rodela , Menor que para lo cotidiano ,
A quien noche sacó sin ser sentidos , Y tan pobre que mas no pudo sello
Como la que de tales es tutela : Aquel Epaminondas el tèbano :
Volvian por los pasos conocidos Ante los oidores un Argüello
A la gobernacion de Venezuela ; Quejó dél por la muerte del hermano ;
Y en Cubagua justicia y regimiento , De manera , que fué por su presencia
Luego supieron el atrevimiento. A defender sus causas al audiencia.
Condenando la culpa por atroce , Para satisfacion del tal esceso
Cometen al Ortal aquel castigo ; Faltaba lo que el otro pretendia ,
Ortal , que sus afrentas reconoce , Por ya no ser Ortal , Mida ni Creso ,
Mucha gente cabal llevó consigo , Ni tener lo que Pitio tenia ,
Con deseo de dar alguna coce Ni aun para pagar costas de proceso ,
A quien se le mostró tan enemigo ; Y ansi se concerto por cierta via :
Y en tierra firme puestos deste puerto , El Ortal, libre ya desta manera ,
Lo que el Aduza dijo salió cierto. Tomó en Santo Domingo compañera.
Pues luego los caballos ensillados , Gozando de mujer , dama lozana ,
Que vimos escapar del duro trance , Una siesta cubierto de sudores ,
De buellos fugitivos enseñados , Por asiento tomó cierta ventana
A gran priesa siguieron el alcance ; Para tomar del aire los frescores ,
Pero los delincuentes confiados Donde septentrion ó tramontana
No supieron jugar segundo lance ; Hacia mas templados los calores ,
Pues o por flojedad o mala guia Y luego , como aquel rey Andebunto ,
Se dieron menos priesa que cumplia. O como Nicanor, cayó defunto.
Al gran rio de Guárico Hegaban En proporciones era delicado ,
Como setenta leguas caminadas , Y también en sus tratos tuvo esto :
Do los cansados cuerpos reposaban Fué grave con nota de pesado ,
En playas y riberas cultivadas , Varon gallardo, suelto, bien dispuesto :
Cuando los que por ella caminaban La barba clara, rostro bien formado ,
Fresquísimas ballaron las pisadas , Alegres ojos , apacible gesto ,
Y elOrtal reparó la gente presta , Decian de buen pecho ser ajeno ;
El rigor esperando de la fiesta. Pero por cierto yo lo hallé bueno .
Apolo ya las sombras retiraba , Honró su funeral ilustre gente
Pues casi por zenit se les subia , Como suele ciudad tan generosa
Y el eje por el medio resecaba Al que es inferior y al eminente,
Con los dorados carros que regia , Sin que de claridad le falte cosa :
Cuando frescor umbroso convidaba Enterráronlo muy honradamente
Al descanso que el cuerpo les pedia : En parte conviniente y honorosa ,
Entonces el Ortal y sus soldados Y donde las exequias se hacian
Dieron en los que estaban acechados. Pusieron unos versos que decian :
Bien como peje narces ó torpedo , Continet Ortali, bustum quod cernitis, ossa,
Que sin tocar entume miembros sanos , Qui factus Cræsus, factus et ipse Biton.
Y para ser su cebo se está quedo Valde dolet varios huius perpendere casus,
El peje de los rios destos llanos ; Plusque dolet nobis tam citus interitus.
Ansi los asaltados con el miedo
No pudieron valerse de sus manos , Tiene aquesta sepultura Dolor es que desatina,
Por verse rodear tan de repente , AJerónimo de Ortal, Considerar su ruïna ;
Cuya carrera fué tal, Pero lo que mas dulió
Y no temer aquel inconviniente. Que en ella le dió ventura Fué morir como murió ,
No faltaron alli duros sayones Antes bien y después mal. De muerte tan repentina.
Que con oprobios y palabras feas
Los pusieron en ásperas prisiones ,
Ansi colleras como arropeas ,
Representándoles viejas pasiones
Habidas en rencuentros y peleas ;
tros también de mas noble talento
saban de mejor comedimiento.
126 JUAN DE CASTELLANOS .
En esto colocaban su contento
ELEGIA XII. Con harto mas rigor de lo que digo,
Ala muerte de Antonio Sedeño , donde ansimismo se cuenta Y era de tal furor el desatiento ,
Sin reservar amigo ni enemigo ,
el suceso de su jornada. Que juzgaban con gran merecimiento
El demerito digno de castigo :
CANTO PRIMERO . Tanto ciega los ojos la cudicia
A cosas de Cubagua y Margarita Que la maldad se tiene por justicia.
Aspiraba, letor, mi flaca pluma Los ebrios de tan mortal beleño ,
A dar de relacion tan infinita Que muy poquitos hoy sustenta hado ,
Alguna recogida y breve suma ; Parece que despiertan de tal sueño
Pero dame Sedeño tanta grita Que ninguno tuvieron tan pesado :
Rogando que su causa se resuma, Dicen mal del Ortal y del Šedeño
Que primero que dellas es forzado Por haberse tan mal acomodado ,
Acabar lo que dél he comenzado. Pues si tuvieran de poblar intentos
Cuando clara progenie de Latona Potentes fueran los repartimientos .
Tenia por la ecliptica carrera , Iban pues con algunos compañeros
Aquel primero signo de la zona De Cubagua personas principales ,
Oblica, que ciñendo va la esfera ; Un Domingo Velazquez, un Riberos ,
Cuando quinceno ciento se pregona Fernando de Veger, Pedro de Caliz :
Con mas treinte y seis años de la era, Su fin, su pretension, sus paraderos
Tal dia con frescor de la mañana Fué siempre destruir los naturales ;
Salió Sedeño de Maracapana . Llegó á Guaramental toda la gente,
Al cual deste consorcio belicoso El cual los recebió benignamente.
Le pareció nombrar en el armada Hizo Sedeño ir por otras vias
Por general à Diego de Reinoso, Gente que parecia ser bastante ,
Y el maese de campo fué Losada : Repartidos en tres capitanías
Martin Fernandez, hombre poderoso , Para que descubriesen adelante ;
Por alcalde mayor de la jornada , Y él se detuvo por algunos dias
Porque en el aviar el estandarte Mas cerca de la mar con la restante ,
Este fué quien gastó la mayor parte. En el pueblo del Cojo , que ya cuento ,
Por capitanes otros seis ó siete Porque le pareció fértil asiento.
Fueron por el Sedeño señalados , La gente por Cubagua proveida
Como Montalvo, Vega y el Copete, Y con el capitán que Ochoa llano,
Y los dos que murieron ahorcados : Desde Guaramental hizo corrida
Segun mi verso débil entremete A la parte que dicen Guayacamo,
En los casos atrás conmemorados , Provincia bien poblada y estendida ,
Ochoa y Alonso Alvarez Guerrero , Pero no sin defensa de su amo,
Capitán del Ortal y compañero . Porque los indios della como diestros
Sacó quinientos hombres escogidos , Hicieron grandes suertes en los nuestros.
Todos valerosísimos soldados , Pues viendo lamentar los derredores
De caballos y armas proveidos , Por ser en sus defensas incapaces,
De cosas necesarias reparados : Y ser los españoles ya señores ;
De pensamientos altos van movidos , Como sabios astutos y sagaces,
De grandes esperanzas alentados , Tuvieron estos indios por mejores
Con intento de ver templo dorado Patentes guerras que fingidas paces ;
Do el padre de Faeton es adorado. Y ansi fueron los nuestros rebatidos ,
Con todo buen conciert o se camina Algunos muertos, y otros mal heridos.
Por costa de la mar camino claro, Viendo que se valian desta suerte
Pero luego dejaron la marina , Por tener la guarida muy cercana
Y atravesa ron por Patiguta ro : El español desea de lo fuerte
Provincia tan cabal que fuera dina Sacallos al anchor de la zavana ,
De conservarse con mejor reparo , Para tomar venganza de la muerte
Y por do les hacia mas al caso Que padeció la gente castellana,
Salieron á los pueblos de lo raso. Y ansi se retrajeron poco a poco
A sombra de tan fuertes valedores, Para mas incitar al indio loco.
Cubagua concertó también que fuesen Con sospecha de que se retiraron
Sus capitanes y rescatadores Los españoles de temores llenos,
Que los indios esclavos recog iesen , Los indios á lo raso se llegaron,
O granjeados ya por sus sudores , Sin miedo del concierto de los frenos
O de los que los otros les vendi esen, De aquellos que los tésalos domaron ,
Con orden de clemencia tan ajena Para poder correr con piés ajenos ,
Que el escrebillo da terrible pena. Tanto que se pusieron á provecho
Pues era tan sin freno la soltura Y á daño suyo fuera del estrecho .
De parte del ejército cristiano, Las riendas flojas, las espuelas hitas ,
Que les era la paz menos segura Compuestas las adargas y las lanzas ,
Que dormir con las armas en la mano ; Van los centauros contra los lapitas
Pues con asegurallo , se procura, Que venian con vanas confianzas :
Privar de libertad al indio llano, Avivanse las voces y las gritas ,
Y en esto fueron tantos los engaños , Crecen á mas andar las destemplanzas ,
Que se hicieron increibl es daños. A todas partes y por todos lados
De tan inmensa copia de vecinos Rompen salvajes pechos y costados.
Rarísimos son boy los que parecen , El Ochoa hacia gran estrago,
Umbrosos montes cubren los caminos Pedro de Caliz rige bien las riendas ,
Que los humanos ojos humedecen : Y también Francisco de Santiago,
Los campos por do pasan peregrinos Que en este nuevo reino tiene prendas :
Con sangre de los muertos reverdecen ; Ningunas lanzas destas van en vago
Ya no se ve labranza ni cultura, Vengando las pretéritas contiendas,
Sino bosques incultos y espesura . Y los demás hacian maravillas ,
Rompiendo las ijadas y costillas.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XII , CANTO I. 127
Bien como caminante descuidado Y á treinta de caballo, mocetones ,
Que bestia fiera topa de repente , Y para guerras no personas mancas,
Y con aquel temor desalentado Un tigre les causó mil turbaciones
Huyendo acia atrás vuelve la frente ; En el rio que llaman de Barrancas :
Ansi huye también el mas osado Recogidos en medio los peones
Y el mas aventajado desta gente , Y ellos sin se mover ancas con ancas,
Admirados de ver en la conquista Mas antes de llegar la luz del dia
Bestia nunca jamás por ellos vista. A un indio le quitó la que tenia.
Al fin, viendo los golpes escesivos , Otra noche por el inconviniente
Los tajos y reveses inbumanos , De tan perniciosas ocasiones ,
Los guayacamos que quedaron vivos Un capitán , que fué Joan de la Puente,
Huyeron del furor de los cristianos ; Vistióse fuertes armas de algodones :
Pero de los rendidos y captivos Con capirote y faldas fuertemente
Gran copia les dejaron en las manos, Trabando las hevillas y botones ,
Y puestos en recado conviniente Porque si la venida fuese cierta
Siguieron el alcance juntamente. En otra parte diese descubierta.
Los libres del rigor de las peleas Y aunque las armas fueron de provecho
Largando van los arcos y penachos, Cuando todos estaban reposando ,
Los nuestros saquearon las aldeas El tigre para él se fué derecho
Recogiendo mujeres y muchachos : Ningunas cuberturas respetando ;
De oro bajo joyas y preseas , Dió grandes voces él , mas un gran trecho
Sin que le pongan armas sus empachos , Lo llevó con las armas arrastrando ,
Y vueltos á la ya dicha dehesa , Acuden caballeros , que velaban ,
Al Sedeño llevaron grande presa. Al tino de las voces do sonaban :
Como fuesen iguales en ingenio Yendo cada cual dellos recatado
Para hacer allí las particiones , Dan gritos que los meten en el centro , •
Atabas se conforma con Numenio , Al fin halláronlo ya desmayado
Ambos á dos grandísimos ladrones : Aquellos que salieron al encuentro :
Ajenos del vivir del justo Benio , Entre dos plantas verdes apretado
Mas no de las argivas condiciones ; Que no pudo metello mas adentro ,
Llevólo pues Cubagua por entero Túvose por grandísima ventura ,
Uno por parte y otro por dinero. No podello llevar al espesura .
Acudieron también los taburlanes Y cierto su persona fuera lesa
Para poder mejor echar el sello ; A poderle quitar los embarazos ,
Quiero decir, los otros capitanes Pues cuando va buyendo con la presa
Bautista, y el Aduza , y el Argüello : La va haciendo toda mil pedazos :
Que tuvieron contrastes y desmanes Hinchendo de crujidos la debesa
Y la vida colgada de un cabello, Quebrantando costillas , piernas , brazos ;
Por haber encontrado competencia Y es tan veloz en el hacer el salto
Que hizo porfïada resistencia. Que parece que vuela por lo alto.
Pero trajeron muchos maniatados Otra noche también desta manera
De Anipuya, Marapa y Mayatare, Dormia el lusitano Caraballo ,
De Chocoroima y rio de Tiznados , Habiendo puesto para cabecera
De Guamba, Orocomay, Cumagatare ; La silla y aderezos del caballo :
De muchos pueblos otros señalados Manopla zo feroz tiró la fiera
De la provincia de Mayagatare, A fin de lo matar y de llevallo ,
Y todos los llevaron cubagüeses Fué misterio de Dios y maravilla
A trueco de preseas é intereses. Que parasen los daños en la silla.
Llevaban á Cubagua sus vecinos Huyó pesado sueño del dormido
De esclavos prolijísimas cadenas , Cuya silla sintió llevar rastrando ,
Dejando bien sangrientos los caminos , Haciendo los estribos gran ruïdo
Las sendas y veredas todas llenas Que por las duras piedras iban dando :
De muertos en aquestos desatinos, Temor lo hizo mas apercebido
Con bambre, con cansancio y otras penas, Y á todos los demás estar velando
Pues eran destos míseros captivos Hasta la luz , y abierta la sospecha
Muy mucho mas los muertos que los vivos. La silla se halló , pero deshecha.
Y como tantos muertos se quedasen Otra vez en el rio de Tiznado
En aquestos trabajos escesivos , Un indio de Fernando Cascajales
Fué causa que los tigres se cebasen Se cubrió con un cuero de venado
Y en esta tierra fuesen tan nocivos ; Con miedo , segun dijo , destos males :
Pues como ya los muertos les faltasen Saltó tigre feroz encarnizado
Procuraban cebarse de los vivos, Echándole las garras infernales ,
Yfué tan grande plaga y desventura Y ventura le fué tan obediente
Que no teníamos bora segura. Que llevó la cubierta solamente.
El pesado temor desto se prueba Conocida su suerte venturosa
Por casos varios que decir entiendo, Dió gritos convocando los cristianos ,
Y entre sueños no era cosa nueva Salto de la hamaca quien mas osa
Alguien, sin le tocar, estar diciendo : Y el que tuvo los piés menos livianos :
Señores , que me lleva, que me lleva. » Tuvimos una noche trabajosa
Los otros acudian al estruendo, Y siempre con las lanzas en las manos ,
Y estando quien lo dijo muy dormido, Con tizones , con grita y vocería
Causarse confusísimo ruïdo. Hasta que ya llegó la luz del dia.
Pues como cada cual por sí recela Yendo muchos á dar en un cercado
Una muerte tan vil y desastrada , De gente que tenian acechada ,
Unos tirau tizones de candela Cada cual á caballo bien armado
Otros tercian la lanza preparada ; Cubiertos de la noche sosegada ;
El otro se embrazó de la rodela, Tigre feroz saltó por el un lado ,
El otro no topó con el espada; Y al capitán llevóle la celada ,
Mas en los sobresaltos destas fieras Sin ser la voluntad del caballero
Las mas veces las burlas eran veras. Que lo sirviese paje tan lijero.
128
JUAN DE CASTELLANOS .
Viendo la buena maña del lacayo
Cuyas uñas peinaban el cogote , Supo Sedeño luego la venida
El caballero Garci Perez Vayo Y adevinando lo que el otro piensa ,
Toda su gente tuvo recogida
A lo raso salió mas que de trote ; Con mano para guerra mas estensa :
Porque no revolviese por el sayo A la cual destas cosas advertida ,
Aquel que le llevó su capirote , Dispuso y ordenó para defensa ,
Y los demás hicieron otro tanto Facilitando tal inconviniente
No menos poseidos del espanto. Con decilles à todos lo siguiente :
De dia fuimos seis por un camino, << Envidia , mis carísimos hermanos ,
Y en un gran pajonal pasó delante Que lo bien puesto derribar procura ,
Joan de Oña , montañés , ó vizcaino , Debe querer quitarnos de las manos
Saltó tigre con él en el instante , Alguna prosperísima ventura :
Con golpe que sacara de su tino Pues me dicen venir ciertos cristianos
Al mas poder osísimo gigante ; A perturbar tan buena coyuntura ,
Acudimos á él con piés livianos , Con jüez proveido del audiencia
Y quitámoselo de entre las manos, Por odio , por pasion y mal querencia.
La fiera crudelísima , tragona , »Y si somos á estos sometidos,
No pudo deshacer el mortal vaso , Obedeciendo tales provisiones ,
Mas dejó maltratada su persona Que maliciosos hombres fementidos
Porse querer mostrar en este caso Ganaron con siniestras relaciones ,
Barbero que lo hizo de corona Quedamos asolados y perdidos ;
Dejándole no mas que el casco raso Y fuera de tan buenas ocasiones ,
Pues la tresquila fué con tan mal celo Como las que tenemos de presente ,
Que no pudo jamás cubrilla pelo. Do Dios y el rey se sirven juntamente .
No le curaron luego la herida >>Pues querer por juridicas contiendas
Por parecer las llagas ser mortales , Que nuestras causas sean defendidas ,.
Y aun por andar la gente de corrida , Demás de desasirnos destas prendas
Demás de que faltaban materiales : Para cosas mas altas adquiridas
Curamoslo después , y tuvo vida Veremos consumidas las haciendas
Temerosa de tales animales; Y en confusion las honras y las vidas
Y aunque vivia siempre lastimado , Que como ya sabeis las menos veces
Después lo vi con hijos y casado. Favorecen al reo los jueces .
Quiero también contaros otra cosa >>Ansi que pues que vamos en servicio
De un indio que venia por un llano , De Dios y rey, segun intento mio ,
A pedir libertad para su esposa Y para la defensa que cudicio
Captiva del ejército cristiano : Tenemos fuerzas y bastante brio ,
Otra lleva por ella muy hermosa No me parece grave maleficio ,
Y espada de las nuestras en la mano , Que el licenciado Frias vuelva frio ,
Mas tigre le mató la india bella , Antes es bien que cada cual defienda
Y dél hacer quisiera lo que della. Su libertad , su vida y su hacienda. >
Mas viéndolo venir el caminante, Aquel interesal razonamiento ,
Cubrióse tras el tronco de un madero , Con oidos atentos percebido ,
Poniéndole la punta por delante Y entendido por todos el intento
Al tiempo que voló saltó lijero : Que de color de rey iba vestido
De suerte que la espada trepidante Mostraron todos ellos buen aliento
Entró por el vital degolladero , Para la defension de su partido ,
Cayó la bestia fiera sin aliento Diciendo cada cual que estaba presto
Y el buen indio gozó de vencimiento . Para la ejecucion de lo propuesto .
Dió relacion á nuestra compañía En aquesta sazon Frias tenia My
Del daño recebido y del provecho , La contraria ribera del Unare ,
Fueron allá por ver lo que decia Pero seguro vado no sabia
Y satisfizose cristiano pecho : Para que su venida se declare ;
Diéronle la querida que pedia Y ansi determinó por aquel dia ,
En premio de tan honoroso hecho , Que por alli su gente se repare ,
Hiciéronle los indios grande fiesta Mandando componer ranchos y tiendas ,
Por selles esta fiera muy molesta. Sin sospecha de guerras ni contiendas.
Pudiéramos gastar en estos cuentos Y fué debajo destas intenciones
Hartos dias que no fueran inertes , Hacer pasar allá , dia siguiente ,
Mas no de desventura tan exentos Alguna breve copia de varones
Cuanto lo fueron estas dichas suertes : Con Sancho del Castillo, su escribiente ,
Sino fines turbados y sangrientos, Para notificar las provisiones
Arrebatadas y penosas muertes , Al Antonio Sedeño y á su gente ,
No solo de los indios naturales Que los hilos cortó de su esperanza ,
Mas de muchas personas principales. Por no tener de muchos confianza.
Y muchos nombres dellos os dijera , Y ansi tenia ya determinado ,
Pues en los mismos riesgos nos hallamos , La luz de los mortales apartada ,
Pero por acortar esta carrera Pasar alla por conocido vado ,
Al Antonio Sedeño nos volvamos , Con parte de su gente bien armada ;
Y al asiento del Cojo y su ribera Y dar en el dormido licenciado
Que fué la parte donde lo dejamos , Prendiendo la cuadrilla descuidada ,
Por rehacerse mas de cosas varias Con miedo que si viesen mandamiento ,
Para largo camino necesarias. En sus gentes habria mudamiento.
Estando pues en esta pertenencia Al tiempo pues que ya la noche fria
El Sedeño con estas compañías , Demediaba sus cursos naturales ,
Vino para prendello del audiencia Y sueños descuidados infundia
Un licenciado dicho Joan de Frias : Morfeo por los ojos de mortales ;
No menos confiado de su ciencia El Antonio Sedeño no dormia ,
Que de victoriosas valentías , Antes llamó soldados principales
Entró tras él por pasos conocidos Apercebidos para tal efeto ,
Con cien soldados, hombres escogidos. Porque tenia destos buen conceto.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XII, CANTO I. 129
Caminaron con él hasta doscientos , Estos , á quien volver no se les veda ,
Los ciento de caballo y cien peones , Aviso luego dieron al audiencia ;
Muy bien armados y con pasos lentos , Y ansí , vistas las vueltas de la rueda ,
Por mas asegurar las ocasiones : Mandóse que castigue la demencia
Pasaron con quïetos movimientos , El licenciado Joan de Castañeda ,
Las aguas sin opuestas defensiones , Famoso por soltura de conciencia
Y fueron por aquestos campos anchos Y en deshonestidades y regalo
Hasta ponerse ya sobre los ranchos. Creo que fué menor Sardanapalo .
Como tigre que quiere hacer presa A Cubagua llegó do se pregona
Saliendo de lugar escurecido , La provision y cédula bastante ,
Y fué por pajonal de la dehesa , Y por no fatigar mas su persona
Tan tacito que no causó ruïdo ; Nunca quiso pasar mas adelante ;
Y visto los manjares de su mesa , Mas nombró capitán de Tarragona ,
Hace salto veloz , jamás oido , Que no hallaba riesgo que lo espante ,
Y si acaso lo sienten , es ya cuando Este fué Joan de Yúcar, un navarro
La miserable presa va gritando ; De quien atrás algunas cosas narro.
Ansí los de Sedeño , revestidos Como varon sagaz y diligente ,
Del nublo que tenian por halago , Tratable , generoso , halagueño ,
Llegaron á los ojos que dormidos Procuró convocar alguna gente ,
Tomaban del trabajo justo pago ; Cuyo número todo fué pequeño :
Y nunca fueron vistos ni sentidos , Por via que le fué mas conviniente
Hasta que ya dijeron , « Santiago , Luego se despachó contra Sedeño ,
A las armas » ; dan gritos, pero vanos, Creyéndolo ballar en el asiento
Por ya se las tener ajenas manos. Adonde Frias vió su rompimiento .
Sin sangriento rigor fueron rendidos Pero después que para la marina
Por estar sepultados en gran sueño , La gente sin el Frias fué enviada ,
Y luego fueron todos repartidos El Antonio Sedeño determina
Entre los capitanes del Sedeño : Proseguir adelante su jornada :
Caballos , armas , ropas y vestidos Pifaro y atambor con voz contina
Allí reconocieron nuevo dueño , Recoge ya la gente separada ,
Y otras preseas mas , entre las cuales Serenidad de tiempo los convida
Recogieron las cédulas reales. A poner en efeto la partida.
Y estas sin el respeto que se debe Demás de que tenia por pesado
Luego las entregaron y las dieron Gastar mas tiempo por aquel asiento ,
Al impetu del agua que las lleve , Donde febea luz habia dado
A las ondas del mar por do vinieron : A toda su carrera cumplimiento ,
Pedro de las Comadres , que se atreve Por polos del zodíaco dorado
A tales desvergüenzas cuales fueron , Contrario del primero movimiento ,
Comenzó de decir con gritos varios : Y aun del signo de Géminis salia,
«Allá van , allá van los cartularios. » Y al trópico de Cáncer se metia.
Pensaba que por esto fuera dino Dados pues por el campo los pregones ,
De coronas triunfales ó guirnaldas ; Recogen los soldados sus baciendas ,
Pero pasados tiempos , tiempo vino Mantenimientos , armas , municiones ,
Que por sus robustisimas espaldas Los gosipinos toldos y las tiendas ;
Asu pesar corrió flujo sanguino , Salieron caballeros y peones
Que en el rostro causó color de gualdas , Dispuestos para lides y contiendas ,
Otros también entraron en la cuenta Y para les servir en trances tales
Que no se reservaron del afrenta. Crecida cantidad de naturales.
El Frias con los otros descompuestos , A los cuales llevaban en colleras
Fueron , como ya dije , divididos Con cuerdas ó cadenas algo largas ,
Por el gobernador en varios puestos , Pero todas delgadas y lijeras
A vigilantes guardas cometidos : Porque pudiesen bien llevar las cargas :
Sufriendo cada cual ratos molestos , Cansabanse las fuerzas mas enteras ,
Por ser escasamente proveidos , Las horas del vivir hacen amargas ,
Pero poco después de la pendencia , Aqueste ve su fin , aquel desmaya ,
Para poder volver les dió licencia. Otro no sabe ya cómo se vaya .
Mas aunque medios y conciertos hubo Mandaban desatar al que se via
Para poder volver al Oceano , Careciente de fuerzas y sustancia ,
Al Frias el Sedeño lo detuvo , Porque el gobernador siempre tenia
Y à Sancho del Castillo su escribano : En este caso grande vigilancia ,
Con unos el concierto se mantuvo , Y en que se caminase cada dia
Y a otros no les dió tan libre mano Dos leguas solamente de distancia ,
Sospechosos dejóselos consigo , Siempre nombraba hombres diligentes
Y los otros se fueron como digo. Que curasen heridos y dolientes.
No vuelven en caballos ni trotones , Tuvo vigilantísimo cuidado
Pero, segun el uso de romeros , De los pobres enfermos y heridos ,
Las lanzas convertidas en bordones , Nunca se le probó comer bocado
Y las adargas son sacos lijeros : Hasta que los tuviese proveidos :
Iguales van agora los peones Por el camino todo buen recado
A los aventajados caballeros , Y entre los de caballo repartidos ,
Entre ellos ansimismo van iguales Él en la retaguardia vigilante
Un don Pedro y don Diego Sandovales. Para llevallos todos por delante.
Con Domingo Velazquez se dispensa , Con esta vigilancia propia suya
Y con otros amigos conocidos , Llegaron a las tierras que mandaba
Que lleven armas para su defensa , La reina que llamaban Anapuya ,
Si de los indios fuesen ofendidos ; La cual de buena paz los esperaba :
Y a todos los demás en recompensa Hermosa , varonil , cabal, y cuya
De los bienes robados y perdidos , Mano muy liberal se le mostraba ,
Les dieron muchos indios de la tierra , En todas proporciones elegante ,
Que les decian ser de buena guerra. Y para guerra y paz mujer bastante.
T. IV.
130 JUAN DE CASTELLANOS .
Y en general es este mujeriego A este reino pues llegó Sedeño ,
De bien compuestos miembros y lozanos , Que entonces paz serena mantenia ,
Ninguna cosa duras al entrego Y por ser el Perima muy pequeño ,
Que suelen recebir lascivas manos : Orocomay su madre lo regia:
Derretidas en amoroso fuego , Fué su recebimiento halagüeño
Grandes aficionadas à cristianos , Y lleno de contento y alegría ,
Serenos ojos , blandos movimientos , A todos dieron buenos aposentos ,
Causadores de tiernos sentimientos . Y sin limitacion mantenimientos.
Entre estas apacibles compañías Estando todos eu aquel asiento ,
Fueron los españoles detenidos Cuyos vecinos eran liberales ,
Por espacio de diez ó doce dïas , A celebrar vinieron casamiento
Aunque ninguna cosa divertidos : Dos hijos de personas principales ;
Después con las debidas cortesías Y estaban en aquel ayuntamiento
De la gallarda reina despedidos , Inmensa cantidad de naturales,
La gran Orocomay fueron buscando , Que demás de vecinos y parientes
Do también los estaban esperando Se llegaron de partes diferentes.
Con grande cantidad de bastimento , Ninguno dellos trajo largas faldas ,
Por ser Orocomay atrás nombrada Puesto que matizados de colores
Señora de grandísimo talento , Los rostros , brazos , pechos, las espaldas,
Y á cualquier español aficionada : Otros en carne fijas las labores ;
Libre de yugo ya de casamiento , Otros aderezados de guirnaldas ,
Y que después no quiso ser casada , Compuestas y tejidas de mil flores ,
Tuvo hijo varon de gran estima , Por collares también uñas de fieras ,
Y el nombre deste mozo fué Perima. Conchas de cachicamos por monteras.
Alto , fornido , suelto , bien dispuesto , Aquí y allí caterva de salvajes
Y aunque zurdo , perito sagitario , Bailaban á compás en ancho coro ,
Melancólico , grave , torvo gesto , Haciendo muchos gestos y visajes ,
A mansas condiciones adversario : A la danza guardando su decoro :
En baldonar la madre fué molesto , Ondean por cabezas los plumajes ,
Atrevido , feroz y temerario , Resplandecen también joyejes de oro ,
Con él crecian malos pensamientos , Queque , paracaguá , grupo , caconas
Pero salia bien con sus intentos. De que muchos ornaban sus personas.
Y ansí , teniendo dias mas ancianos , Gran copia de casadas y doncellas
En su reino mandó se contradiga Regocijan allí la dulce rueda :
La paz que sustentaban comarcanos , Graves , ledas , airosas , lindas , bellas ,
Menospreciando ser en esta liga. No con lienzo ni paño ni con seda ;
Mostróse tan crüel contra cristianos Sino con tal cubierta todas ellas
Cuanto la madre fué fïel amiga, Que después que nacieron se les queda ,
Llegó después su gran valor a tanto , Y en cada cual se via muy patente
Que fué de todos general espanto. Lo que razon honesta no consiente.
Pues con ser por allí los campos llanos , Muchas también dispuestas y sacadas
Sin sierra ni peñol do se valiese , En sus gallardos miembros y faiciones ,
Nunca jamás rompió con los cristianos Que no dudo poder ser envidiadas
Que punto de su parte se perdiese ; De muchas encubiertas proporciones ;
Antes vivos tomó muchos á manos 9 Y ansi se criau todas regaladas
Y al de caballo hizo que huyese , En aquellas provincias y regiones ,
Y á muchos no valieron las espuelas ,. Y con ser los varones gente dura
Sino que los cogió por las pihuelas . Los ablanda su blanda hermosura.
Hizo mientras vivió notables daños Aquel dia pues en que celebrado
Corriéndole su tierra capitanes , El desposorio fué segun sus leyes ,
Sin ser parte grandísimos engaños Trajeron al mancebo desposado
Para no padecer muchos desmanes ; Cantidad de caciques ó de reyes
Mas pasados después algunos años , A un lugar de flores adornado ,
Ciertos soldados de los alemanes A la sombra de macos ó mameyes ,
Llegaron por allí no sospechando Do tenian asientos prevenidos ,
Hallar tan pertinaz y duro bando. Muchos dellos de oro guarnecidos .
Fué gente baquïana que traia Estando cada cual en el asiento
Un cierto capitán de valor raro , Segun su calidad acostumbrada ,
El cual Pedro de Limpias se decia , Orocomay sacó del aposento
Y el bárbaro llamó Curahamaro : A plaza la señora desposada :
Perima como vió la compañía , De señoras de gran merecimiento
Quiso romper con él en campo claro , Salió la ninfa bien acompañada ,
Y ansi salió con ciertos escuadrones Y á su modo tan bella y tan graciosa
Contra los caballeros y peones. Que cualquiera juzgara ser hermosa.
Limpias reconoció como convino Los cabellos cubrían las espaldas,
Al Perima por ser mas señalado , Tan largos que se vieron pocos tales,
Y ansi rompió guiado de buen tino La cabeza con roseas guirnaldas ,
Con caballo feroz , rucio rodado ; Rico collar de piedras principales :
Y fué con tal vigor , que de camino De rubies, turquesas y esmeraldas,
La lanza le metió por el costado , Una cinta de perlas y corales ,
Tocó la tierra su robusto cuello , Las muñecas y piernas con chaquiras
Ya despedido de vital resuello. Y entre ellas diamantes y zafiras.
Acude luego para levantallo Lo demás iba todo descubierto ,
El escuadron robusto y esforzado , Diferente del uso vergonzoso ,
Y estórbalos la gente de caballo Mas tal que quiso natural concierto
Con brazo vigoroso y arriscado ; Pintar un espectáculo hermoso .
Pero parte no son para quitallo Tan bello que no fuera menos cierto
Hasta metello dentro del cercado , Que Júpiter quisiera ser esposo ;
Donde se defendieron y ofendieron , Llevaba como virgen en la mano
Y el Limpias y los suyos se volvieron . Ramillete de flores muy galano.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XII, CANTO II. 131
Llamábase la ninfa Gailacía , Amparados los indios belicosos
Mas mejor se llamara Galatea , Con cerca de tres cercos estendidos ,
Por ser retrato vivo do se via Cada cual de maderos poderosos ,
Cuanto de hermosura se desea : Profundos y al cortar endurecidos
Con tan alto primor que deshacia Con yedras ó bejucos correosos ,
A Deyopeya , Dafnis y á Pantea , Unos con otros bien fortalecidos ,
Y a aquella que por ser mas que Glicera Y en torno de las cercas de maderos
Fué puesta por un polo del esfera. Hoyos para meterse los flecheros ;
Llegada con aquesta compañía Llegada la cristiana compañía
Do estaban los caciques esperando , Y llamados de paz los capitanes ,
Recebieron con grande cortesia Gotoguaney de dentro respondia :
Todos ellos al femenino bando : « Andad para bellacos haraganes,
Miranse los esposos á porfia Hombres de mal vivir , gente baldía ,
Y un rato consumieron contemplando , Glotones, paroleros , charlatanes ,
Y ella para mostrar qué tal estaba Chocantes , burladores , mogollones ,
Al inozo dió las flores que llevaba. Falsos y de traidores condiciones.
El mozo las tomó con gran contento . >>Aquellas mujercillas temerosas ,
Y después de mostradas por buen trecho Os trataron con grande mansedumbre ,
Volvióselas con dulce sentimiento , Y os nombran con palabras amorosas
Juntándolas primero con el pecho , Hijos del resplandor que nos da lumbre ;
Do prestaron los dos consentimiento , Mas no me espanto yo de pocas cosas ,
Y ansi su casamiento quedó hecho : Ni por acá se tiene tal costumbre ;
Luego por multitud tan infinita Sé yo domar los tigres y leones ,
Hubo de regocijos grande grita. Cuanto mas á cobardes corazones.
El esposo se fué tras su querida >> Nuestras agudas puntas de alfileres
Con estruendo de bailes y de danzas , No se espantan de lanzas fanfarronas ,
Dase muy abundante la comida , Ni ya penseis habello con mujeres
Crecen en el beber las destemplanzas : Lascivas , deshonestas , bellaconas ;
Orocomay , princesa proveida, Que por sus apetitos y placeres
Mostró su gran valor y sus pujanzas , Regocijaron bien vuestras personas :
Duraron en aquestas obras pias Nuestros regalos van vias derechas ,
Por espacio de mas de quince dias. Pendientes de las puntas de las flechas.
Aquestos regocijos acabados , »A todos causo yo temor horrendo ,
De que Sedeño fué participante , Y soy Gotaguaney, y ansi me llamo ,
Teniendo los caballos reformados, Las cosas que baceis bien las entiendo ,
Y enfermos con reparo semejante , Por los de Cherigoto y Guayacamo ;
Previno capitanes y soldados Y sé también cómo venis huyendo
Para que procediesen adelante , Por no querer servir à vuestro amo ,
Los cuales se hicieron luego listos Y si no revolveis por do venistes ,
En demanda de reinos nunca vistos . Podrá ser que pagueis lo que hicistes. ▸
Después de consultada la partida , Con las palabras dichas los amengua
Señaladas derrotas y paraje , El bárbaro feroz y confiado , "
Sedeño con razon encarecida Las cuales declaradas por la lengua ,
Las gracias le rindió del hospedaje ; El Sedeño quedó maravillado ;
Y la española gente despedida, Y á todos parecia grande mengua
En efeto pusieron su viaje , No procurar romper aquel cercado ,
El suceso del cual y desta gente Y para los efetos deste hecho
Diremos en el cántico siguiente. Determinaron de poner el pecho .
Porque todos los mas facilitaban
El ronipimiento de los flacos muros ,
Mas no les sucedió como pensaban ,
CANTO SEGUNDO , Por ser los defensores hombres duros ;
Y ansi , ninguno de los que llegaban
Bende se cuenta el suceso desta gente hasta la muerte del Antonio Hallaron sus amparos ser seguros ,
Sadeño, y cómo se dividió su gente en dos bandos y parcialidades. Autes los adalides mas osados
Volvian malamente lastimados.
No son los sufrimientos imposibles El gobernador sabio , como via
Cuando fortuna juega duros lances ; La resistencia destas gentes fieras ,
Mas las penas serian mas sufribles , Hasta la lumbre del siguiente dia
Y de menos dolor los tales trances , Mandó retraer armas y banderas :
Si no trajesen otros mas terribles Considerando que le convenia
Que siempre suelen ir en los alcances , Tomar este negocio mas de veras ;
Pues muy enteras fuerzas se quebrantan Y con bastante vela recogidos
Si unos después de otros se levantan Curaron mas de veinte mal heridos.
A la gente del campo peregrina Retirando su clara luz Apolo ,
Fortuna repartió destos rigores , Con sus caballos anhelantes llega
Pues en prosecucion de su camino A la region austral del otro polo,
Fueron de malos pasos en peores :
Perturbando su célebre desino Dejándonos aca la noche ciega ;
Y con sospecha de noturno dolo ,
Hambre mortal y bélicos furores , Al sueño su costumbre se le niega ,
Los cuales siempre fueron en aumento Acá velas y rondas se visitan ,
En el discurso del descubrimiento . Los indios al rendir los cuartos gritan.
Caminando por estos campos llanos , Habiendo Flegon dado cumplimiento
De grandes esperanzas alentados , A los opuestos campos y raices ,
Al reino llegan de los dos hermanos Y con arrebatado movimiento ,
Gotoguaney y Guaxcarax nombrados : Acá respira luz por las narices :
Los cuales con las armas en las manos Descubriendo las flores y ornamentos
Eu su defensa son determinados , De diversos colores y matices ,
Y estaban en el pueblo mas potente Los indios y guerreros castellanos
Con escesivo número de gente. Aprestaron las armas y las manos.
132 JUAN DE CASTELLANOS .
Vistense duros sayos de algodones , Pues como ya de aquestos campos llanos
Con sobrefaldas que los piés cubrian , Febea luz sus rayos ascondiese ,
Celadas fuertes , duros morrïones , A caballo , con lanzas en las manos
Ventallas que la vista defendian : Se mandó que la ronda se hiciese "
Unos con bachas , otros azadones , En torno del cercado los cristianos
Otros con los reparos que tenian , Porque la gente dél no se huyese ;
Detrás de rodeleros las ballestas , Pues à causa de daños recebidos
Con ciertas pavesadas bien compuestas. Estaban de gran furia poseidos.
Por diferentes partes se comete Llegada ya la luz , llegan porfias
El combate feroz y Marte fiero , Con reciprocacion de guerra fiera ,
García de Montalvo y un Copete Sierras , bachas y sogas van baldías
Tomaron al oriente lo primero : Y ciertos castillejos de madera ;
A lugares opuestos arremete Pues pelearon mas de veinte dias
Aduza y Alonso Alvarez Guerrero , Dejándose la cerca muy entera ,
Lo del septentrïon tomó Losada Haciendo indios sus reparos ciertos
Y Ochoa con gran parte del armada. A costa de otros que quedaban muertos.
Conviértense las mas quïetas horas No les faltaban tiros del aljaba
En otras peligrosas y molestas , Ni pechos que jamás fueron vencidos ,
Las gentes del cercado defensoras Pero mantenimiento les faltaba
Acudieron también las armas prestas : Por tomallos allí desproveidos ;
Oíanse las hachas cortadoras , Y aunque el indio feroz disimulaba ,
Suenan los arcabuces y ballestas , Mujeres y muchachos dan gemidos ,
Aquí y allí se hace gran estruendo , Y ansi determinaron en tal caso
Unos cortando y otros defendiendo. De morir ó vivir en campo raso.
De las piedras vereis el aire lleno Escogieron el tiempo mas seguro
Que caen sobre todos los armados , Para poder salir secretamente ,
Empléanse las flechas con veneno , Y ansi determinaron con escuro
Pasan las guaicas pechos estofados : De no dejar allí cosa viviente ;
Echábanles también ardiente feno Sino romper la parte de su muro
Contra ciertos pertrechos fabricados , Capaz para salir junta la gente ,
Por aquellos cuarteles y defensas Ordenados prolijos escuadrones,
Los gritos y las voces son inmensas. A la forma de nuestras procesiones .
Como si tempestad con sus rigores Resueltos en aquestos pareceres ,
Los edificios fuese derribando , Pusieron en efeto la partida
Que por aquí dan gritos y clamores , Con lo mas sustancial de sus haberes
Por acullá también andan gritando ; Y alguna haciendilla recogida :
Y acuden ansimismo moradores , En medio los muchachos y mujeres
La minosa pared apuntalando , Para selles amparo de la vida;
Reparando las casas y viviendas , Salieron todos pues en ordenanza ,
Por amparar personas y haciendas ; Entre arquero y arquero larga lanza.
Ansí por el rigor destos conflitos Caminaba la gente belicosa
Los bárbaros andaban de tal arte , Callados y con grande vigilancia ,
Que daban aquí voces y allí gritos • Hasta tomar la parte montuosa
Con gran solicitud de cada parte : Que tenian á legua de distancia ;
Buscan vias y modos esquisitos Pero certificados desta cosa
Para mejor guardar su balüarte , Los nuestros, que velaban el estancia ,
Lanzas largas de palmas en las manos , « Arma , arma , soldados van clamando
Con que trataban mal nuestros cristianos. Despiertos y dormidos convocando.
Unos de gran calor son oprimidos Suena luego murmurio de soldados
Con armas de pesados adherentes , A los clamores destas centinelas ,
Otros salen de yerba mal heridos , Saltan en los caballos ensillados ,
Y acuden á buscar hierros calientes A gran priesa se ponen las espuelas :
Que siempre se tenian prevenidos Vestíanse los sayos estofados ,
Para curar los miseros pacientes , Embrazan los peones las rodelas ,
Cortándoles la carne denegrida Acude cada cual de la conquista
Si pudiesen con fuego dalles vida. Al orden y concierto de su lista.
Las faldas y cubiertas que traia Luego toparon con la gente dura
El español que cerca se llegaba , Impetu de caballos y peones,
El indio con su lanza las desvía , Y en vano rompimiento se procura
Desde los bajos hoyos donde estaba ; Con varias y diversas invenciones ,
Y aquella parte que se descubria Pues ninguno salió de su postura
Otro con dura flecha la clavaba , Ni del concierto de sus escuadrones ,
Y en los lugares menos descubiertos Y en lugar do faltó vital aliento
Los mas aviesos tiros eran ciertos. Luego hacian otros henchimiento.
Por los cuales cubrian menos miedo Al que quiso romper de mejor gana
Rabiosísimamente se barrunta , Al feroz escuadron por derramallo ,
Pues ya pasos mudados ó ya quedo , Con lanzas y con golpes de macana
Ya solo y separado , ya con junta ; Desatinaban el mejor caballo :
En descubriendo rostro , mano , dedo , Era después imaginacion vana
Lo hallaba clavado con la punta , Poder en las espuelas meneallo ,
No se vió cosa igual de puntería Y los feroces indios con tal tino
Ni de ferocidad y valentia. Que punto no perdian del camino.
Al español brioso y alentado Un Joan Martin rompió los embarazos .
Incitaba sonido de trompetas , Que por su desventura fué valiente ,
Ansimismo de dentro del cercado Pues no pudo valerse de sus brazos
Al indio gran ruïdo de cornetas : Con el concurso grande desta gente :
Hasta tanto que el sol apresurado Y ansi luego quedó hecho pedazos ,
Distaba por igual de entrambas metas , Y el caballo murió por consiguiente ;
Y viendo que sus golpes eran vanos , Y aunque dellos también hubo caidos,
Se retrajeron nuestros castellanos. Ningunos gritos suenan ni gemidos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XII , CANTO II. 133
Dándose todos pues tan buena maña Ansí que quien ha visto tanto muerto
En estos rigurosos menesteres , Por tierra de Cubagua y Carïaco ,
Y en llevar recogida la compaña Y de muchos remedios es esperto
De los imbeles niños y mujeres , El remedio mejor juzga por flaco :
Tomaron por amparo la montaña Y aun no sé si podré tener por cierto
Y guarda de sus últimos poderes , Lo que dice Monardes del tabaco ;
Pues en aquellos montes y espesuras Pero quiero yo fuera de patraña
Tenian las mujeres mas seguras. Contaros una cosa bien estraña.
Después que ya dejaron ensotados Hicimos en caribes cierto salto
A los que no pudieron ser rompidos , Tomándoles la gente y el fardaje ;
Los nuestros se volvieron espantados , Mas uno de prision viéndose falto
Y no poquitos dellos mal heridos : Con un hijuelo suyo como paje ,
Con encendidos hierros son curados Subió por un caney á lo mas alto
Y å riesgo de la muerte convertidos , Por no se sujetar al vasallaje ,
Pues quien tal sale de la tal reyerta El con un arco grueso muy galano ,
Nunca su muerte tiene por incierta. Y el muchacho las flechas en la mano.
La cura fué con grande diligencia El era por estremo bien dispuesto ,
En abrigadas chocas recogidas , Gallardo y de tan buena compostura ,
Mas con la venenosa pestilencia Que de sus proporciones y su gesto
De que las flechas vienen guarnecidas , No vimos por allí mejor figura ;
De los heridos en la competencia Y en una cierta forma todo esto
Muy pocos escaparon con las vidas , Que decoraba mas su hermosura ,
Con furias y con vascas tan estrañas En todas estas cosas eminente ,
Que á los sanos rompian las entrañas Y mas en los estremos de valiente.
Si ves que peleando lo mas fuerte De que se vido ya donde queria
Muere , razon no pide que te asombres , Para hacernos daño se pertrecha ,
Mas si morir de yerba fué la suerte , Alborotando nuestra compañía
Es mal que de mil males tiene nombres , Con tiros espesísimos de flecha :
Y ansi la muerte tal es mas que muerte , De las cuales ninguna despedia
Y los de la tal guerra mas que hombres , Que fuese mal tirada ni mal hecha ,
Pues una muy lijera picadura Y allí donde sus tiros endereza
Basta para te dar la sepultura, Hirió á Alonso Marqués en la cabeza.
Y para trastornar seso mas sano Venian ciertos indios ventureros ,
Con a quellos pesados accidentes, Vecinos de la isla Margarita ,
Aquel herir de pié , herir de mano , Para servir á nuestros compañeros ,
Volver los ojos , traspellar los dientes , Y gozar del despojo que se quita :
Aquel estremecer tan inhumano , A estos porque son grandes Blecheros
Bramuras que confunden los presentes , El Alonso Marqués dió grande grita ,
Despedazarse carnes y vestidos Mandándoles que luego lo matasen ,
Si de manos ó dientes son asidos. Y con flechas de yerba le tirasen.
Del ballestero , viéndose berida No podia dejar de ser terrero ,
Antídoto buscó la veloz cierva , Porque ningun reparo lo cubria ,
Y con ser por mil vias inquirida Mas él , como destrísimo guerrero ,
Aqui jamás hallamos contrayerba ; Las flechas con el arco rebatia :
Ni creo yo tampoco ser sabida De muchas se libró ; mas por entero
Por gente desta rústica Minerva , De todas ni de tantas no podia :
Pues usan de sudores y gran dieta Con las ajenas ya nos importuna ,
Cuando tal desventura los aprieta. Que de las propias le quedó ninguna.
.
Pero la contrayerba mas bastante Sus propias carnes eran el aljaba ,
Es abrasar la llaga de repente , Y dellas las sacaba su vasallo ;
Y todo lo quefuere penetrante Mas con las que de si propio sacaba
Con un cauterio de boton ardiente, Heria muchos indios que me callo ;
Dormir do no dé norte ni levante , Y con una que fué con furia brava
Y ser en su comida continente, A Luis de Chaves le mató el caballo :
No comer ni beber los dias malos Por allí los calores son terribles
Hasta que quedan secos como palos. Y en aquellas sazones insufribles.
Ansi hallando cercas en entradas Estando pues el indio fatigado
Si bierve militar desasosiego , Con las heridas y calor del cielo ,
Siempre tienen muchas almaradas , De la cumbre rodó desalentado
Ya blancas de calientes en el fuego : Hasta venir á dar al duro suelo :
A personas heridas y flechadas Con un vigilantísimo ciudado
Con toda brevedad acuden luego , Luego bajó tras él aquel mozuelo ,
Es esta cura la de mas provecho Y sin ningun temor se sentó junto
Y las demás han poco fruto hecho. Del que mas parecia ya difunto.
Pues no siendo yo cano ni tan calvo , Adonde sucedieron estos males ,
Audando donde digo de presente , Y vimos destos indios las caidas ,
Y adonde si herido quedó salvo Habia fertilisimos yucales
Fué cura milagrosa y escelente ; Que son unas raices conocidas ,
Dijo soñar García de Montalvo Que si se comen verdes son mortales ,
Polvo de solimán ser conviniente : Y ansí privan á muchos de las vidas :
Aqueste se probó siendo forzoso , No trato de las yucas boniatas,
Y algunos lo hallaron provechoso. Que se suelen comer como batatas.
Pero luego hicimos un entrada El herido gandul como volviese
Casi seguros ya destos desmanes , Un poco sobre si mas alentado ,
Mas la gente de indios avisada Al índezuelo hizo que trajese
Desto ,llamó sus diestros trujamanes , Raices del mortífero bocado :
Subiéronla de punto , y afinada , Dióselas él , y como las comiese
Ni presto solimán ni solimanes , Con furia de varon desesperado ,
Ni pudo mas curar en esta guerra Creimos todos cuantos vimos esto
Que pudieran curar polvos de tierra. Que lo hacia por morir mas presto.
134 JUAN DE CASTELLANOS.
Vímoslo revolcar por la ribera , Ansimismo mandó se detuviese
Vascar y vomitar con pena fuerte , La gente toda por aquel asiento ,
Decíamos : « ¿ no veis la bestia fiera Porque quien escapó convaleciese
Cuán de su voluntad tomó la muerte ? » Sin alterar el duro nocumento ;
Mas no le sucedió desta manera , Y para que también se rehiciese
Antes en bien trocó su mala suerte ; El caballo que estaba macilento :
Y deseando ver en qué paraba , Y ansi Diana por aqueste seno
Con grande vigilancia se guardaba. Dos veces se mostró con orbe lleno,
Visto que no trabó la pestileucia Pasados los dos meses se desvía
Ni hizo sentimientos otro dia , El campo deste pueblo belicoso ,
Le curaron con suma diligencia Mandando caminar al mediodía,
Las llagas y flechazos que tenia : Pareciéndole ser mas provechoso ;
Sanó muy bien , y hizo residencia * Y entonces ya Sedeño se sentia
Muchos dias en nuestra compañía ; De fuerzas y salud menesteroso ;
Y cuando ya se vido mas seguro La sierra dejan á la diestra mano
Determinó huirse con escuro. Y entran á vista della por lo llano.
Nadie quiso hacer el esperiencia Por el altura van de doce grados
De muchos que después yo vi heridos , Siguiendo relacion de ciertas guias,
Echen juicios pues bombres de ciencia, Atravesaron muchos despoblados
Si destos casos viven advertidos : De tierras solitarias y baldías ,
Si por ventura hacen resistencia Aunque crecida copía de venados
Venenos á venenos recebidos , Y rios de muy grandes pesquerías,
Que desto que yo vi soy buen testigo , Pero de ver la tierra tan exenta
Y afirmo por verdad lo que aquí digo, Andaba mucha gente descontenta.
En efeto la cosa mas usada Supo pues el Sedeño de soldados
Para seguridad de tan mal juego Una cierta manera de motines,
Es el cortar la carne maculada O ya de hombres bien intencionados ,
Cauterizándola con vivo fuego ; O ya de susurrones y malsines :
Mas no quiere ser cura dilatada, Al fin amanecieron ahorcados
Que nada prestará no siendo luego ; El capitán Ochoa y Juan Martinez,
Y pues que trato del remedio presto , Y aun dicen que a Losada matar quiso ,
Quiero decir un cuento cerca desto. Mas él siempre vivió con gran aviso.
Iban ciertos soldados singulares , Al tiempo que estas cosas va haciendo
De gente que llamamos baquïana , Por atemorizar los de su bando,
Conquistando la tierra de Tagares , Iba de su salud deminuyendo
Que son confines de Maracapana , Y en hinchazon de miembros aumentando :
Puerto bien señalado destos mares Unos por su salud están gimiendo,
Y de contratacion cotidiana ; Otros su fin y muerte deseando,
Y el cacique Mariño belicoso Y aun dicen dalle yerbas la morisca
Un paso les tomó dificultoso . Fernandez que llamábamos Francisca.
De los soldados de mayor soltura Mas aunque estaba ya como difunto,
Que el capitán tenia por lijeros , Que tal en el aspeto parecia ,
Hizo ir por la cuesta y angostura Jamás se descuidó ni perdió punto
Hasta veinte , los diez arcabuceros. De cuanto buen gobierno requeria :
En cuya defension y cobertura Temblaba quien lo tiene mas conjunto ,
Irian otros tantos rodeleros : El que mas apartado mas temia ,
Yo con aquesta gente caminaba , Y ansi mandaba y envïaba gentes
Y aun Joan de Quindós arrodelaba. A partes y lugares diferentes.
Era la flechería tan inmensa Entre los cuales fué cierta cuadrilla
Que del peñol y alto descendia , De soldados instrutos en la tierra,
Que con rodela harto mas estensa Y destos cada cual por maravilla
Cubrir entrambos cuerpos no podia , Se podia decir hombre de guerra :
Y en tal modo miré por su defensa , Fue por su capitán Joan de Bonilla,
Que no me descuidaba de la nia , El cual tomó la vuelta de la sierra ,
Y como no la puse bien pareja Teniendo ya por cosa conocida
Hirieron al Quindós en una oreja. Hallar allí mas cierta la comida.
Pues como de presente carecia Aquestos sus viajes prosiguieron
Para poder quemalla de aparejo , Campo raso, mas no camino claro,
Con riesgo que tardanza prometia Pues mas de treinta dias anduvieron
Si la tuviera para mas consejo , Sin poder encontrar algun reparo ;
Echó mano à la daga que traia , Hasta tanto que ya por tiempo dieron
Y luego la quitó del pestorejo , En la provincia de Catapararo,
Queriendo con temor de la herida Donde maiz hallaron seco y tierno
Quedar mas sin oreja que sin vida. Para poder pasar aquel invierno.
Si dilatando tales escrituras La gente de los indios al instante
No conociera ser algo molesto , Que sintieron venir la gente nuestra,
Bien pudiera contar mil desventuras , Con todas sus alhajas por delante,
Trabajos y peligros cerca desto : Huyeron do guarida se les muestra ;
Sin estar mis espaldas mas seguras Pero los españoles del restante,
Ni con mejor ni mas seguro puesto , Recogieron de oro buena muestra :
Pero por no hacer digresion tarda , Fué crecido contento y alegría
Volvamos al Sedeño que me aguarda. Por ser muestra que mas les prometia.
El cual , todos sus hombres recogidos , Pues con tan buena nueva de comida
Con regalos y términos humanos Y hasta novecientos castellanos
Hizo curar á todos los heridos , De joyas de la presa recogida
De los cuales los menos fueron sanos. Bonilla despachó ciertos cristianos ;
Y los que sanos , cojos y tullidos , Para que con la priesa prometida
O mancos de los dedos de las manos , Al Sedeño las diesen en las manos,
Porque los nervios nunca quedau buenos Escribiendo también con esperanza
Que el fuego los encoge y hace menos. De hallar tierra de mayor pujanza.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XII , CANTO III. 135
Llegábanse los dias postrimeros Todos los capitanes y soldados ,
Al Sedeño ; mas aunque tal se via, Puesto caso que estaban mas potentes ,
Recebidos aquestos mensajeros , Vistas las provisiones y recados
Ya sin vital virtud ansi decia : Y sus delitos claros y patentes ,
Adelante , adelante, caballeros, Fueron con Joan de Yucar congregados
Que Dios nos quiere dar algun buen dia. » A fin de tratar medios convinientes ,
Y poniendo por orden la partida, Para que se volviese con contento ,
Partió de los trabajos desta vida.
Y ellos siguiesen su descubrimiento.
Los enfermos y pobres lo lloraban Sobre lo cual habiendo conferido,
Por faltar sus regalos y raciones , Concluyeron al fin que se les diese
No menos esta falta lamentaban
El oro que tenian recogido
Los cuerdos y de sanas intenciones : Y volviese con él el que quisiese :
Pues por ausencia dél adevinaban Aceptó Joan de Yúcar el partido,
Pesadumbres y grandes disensiones, Que mas suele hacer el interese ,
Y ansi, segun el tiempo y angostura , Volvióse con sus propias compañías
Procuraron de dalle sepultura. Y con el licenciado Joan de Frias.
Do el rio de Tiznados desencierra Dieron la vuelta casi por la posta
Su licor á lo llano convertido , Haciendo mas derechas las jornadas ,
Yendo ya por la falda de la sierra Llegó do dió razon muy angosta
A la sombra de un árbol estendido , Que pedian las cosas ya contadas :
Dieron estos varones à la tierra Anduvo después desto por la costa
El valeroso cuerpo fallecido , Haciendo por allí muchas entradas ,
Y en la corteza lisa por su muerte Salteando los indios comarcanos
Una letra pusieron desta suerte : Adonde hizo hechos soberanos.
Mas caminando por Cumanagoto ,
Hic requiescit homo Sedeñus corpore parvus ; No con aquel cuidado de prudente ,
Rebus atin cunctis pectore magnus erat. Cargó sobre él tan grande terremoto
De indios que salieron de repente ,
Aqui de su brio falto Que fué de cuerpo pequeño , Que le mataron en el alboroto
ReposaAntonio Sedeño , Y en el ánimo muy alto. Toda la mayor parte de su gente ,
Y él solo rebatió con un montante
Cuanto se le ponia por delante.
Despedidos del bajo monumento Con brazos fuertes y con piés livianos ,
Sin despedir de sí grave mancilla , Sin ser de compañeros socorrido ,
Agrande priesa van en seguimiento El toro se escapó de los alanos ,
De los mantenimientos de Bonilla : Y vino por camino conocido
Llegaron todos ellos al asiento A morir en el pueblo de cristianos,
Do pensaban tener invernal silla , De mortifera yerba mal herido ,
Y do Martin Fernandez buenamente Y con universal pena y tristura
Pretendió gobernar toda la gente. Maracapana fué su sepultura.
Muchos se sujetaron á su mando Entre los valerosos lo contamos ,
Pareciéndoles cosa convenible , Que cierto fué varon de esfuerzo raro ,
Por ser ya viejo, cuerdo , venerando , Pero porque la historia concluyamos
Y haber alli gastado su posible ; De los que quedan en Catapararo ,
Mas impidióselo contrario bando A los sucesos suyos nos volvamos
Y fué la fuerza destos invencible : Con el postrero canto donde paro ,
En esto pero fueron concordantes , Pues el pasado fué canto prolijo
En dejalle su cargo como antes. Por no cumplir cortar lo que se dijo.
Mas los que sujetaban el armada ,
Mandaban y regian esta gente,
Eran Reinoso y Diego de Losada
Bien puesto cada cual y muy valiente ; CANTO TERCERO ,
Y fueron ambos de una camarada
Criados del señor de Benavente :
Losada siempre fué singular hombre Donde se cuenta cómo los de Sedeño continuaron su descubrimiento,
Ytuvo por allí claro renombre. acabado el invierno, y el fin y suceso desta jornada.
En aquella sazon que esto pasaba El austro ya sus pluvias apartaba ,
Y el campo por allí se detenia, Deucalion la urna detenia ,
Juan de Yucar apriesa caminaba Y el animal de Heles igualaba
Con aquellos soldados que traia ; Nocturna duracion con la del dia:
Ypor el mismo rastro ya llegaba Sereno y claro tiempo convidaba
Donde Sedeño vió su postrer dia,
A que saliese nuestra compañía
Y el epitafio dello hizo cierto A sus trabajosísimas conquistas
Que su competidor estaba muerto. Y en demanda de tierras nunca vistas.
Siguieron con mas priesa la jornada Salen también de hambre compelidos
Antes que se pasasen adelante , Por el invierno largo que les vino ,
Ydieron en la gente descuidada Caminando por campos estendidos ,
De ver por allí junta semejante : Que aun no daban enjuto su camino ,
No hizo con furores el entrada,
Prolijos cenagales , rios crecidos
Sino con un pacifico semblante , Peligrosos al pobre peregrino ,
Y la sedeña gente recogida Y del camino los mayores trechos
Pidieron la razon de su venida. Las aguas á la cinta y à los pechos ;
Joan de Yúcar usó de sus razones La sierra ya de vista se perdia
Sujetas a medidas cortesías , Y por los llanos iban engolfados ,
Diciendo que traia provisiones Que , como dicho tengo , todavía
Para librar al licenciado Frias ; Hallaban muchos dellos anegados ;
Y para castigar á los varones Y perro ni caballo no podia
Calpantes en aquellas demasías ; Ejercitar la caza de venados ;
Mas pues el causador era ya muerto Mas Aduza guió mas al oriente
Con los demás haria buen concierto. Hasta que ya halló rastro de gente .
136 JUAN DE CASTELLANOS.
Alegráronse todos sus soldados También cuando las aguas son molestas
Y aliéntanse los mas enflaquecidos , Y los campos inundan avenidas ,
Siguieron los caminos mas hollados Viven en barbacoas bien compuestas
Hasta dar en buhíos proveidos Encima de los árboles tejidas.
De maices y carnes y pescados Y en mil vasijas , calabazos , cestas
Do fueron por buen rato resistidos ; Guardan aquellas míseras comidas ,
Mas el flaco varon y mas hambriento Harinas de raices y pescados ,
Todavía gozó de vencimiento. Carne de dantas , puercos y venados.
Estaban estos indios en un viso Los tasajos curados con lejía
Para defensa bien acomodado , De coa , cierta planta salitrosa ,
Y el capitán Aduza luego quiso Porque sal por allí no se tenia ,
Poner en la comida gran recado ; Ni gozan estos de tan buena cosa ;
Y despachó soldados con aviso Y en aquel tiempo nuestra compañía
Al campo que quedaba fatigado , Estaba della muy menesterosa ,
El cual , teniendo nueva de comida , Y aunque cualquiera hambre es insufrible,
Hizo con gran presteza su venida. Es esta la mayor y mas terrible.
Llegados el Losada y el Reinoso , También en estos reinos y confines
Loaron al Aduza grandemente Hace sal esta gente vil y sucia
Del socorro que dió tan provechoso De ceniza de palma con orines ,
En la reparacion de tanta gente ; Y en ella hacen todos grande hucia :
El cual en esto fué siempre dichoso , Estos son sus adobos mas insines ,
Adalid esforzado y escelente , Y la gente con ellos anda lucia ,
Y ansi la falta que se padecia Tiene casi que gusto de sardinas
Ninguno mejor que él la socorria. Arenques , pero mal sala cecinas.
Estando todos pues en este fuerte Así ni mas ni menos les faltaba
Gozando del sustento deseado , Que les era gustoso condimento
No pudo ser sin una mala suerte ; Para cualquier manjar que se guisaba ,
Pues de comer allí cierto pescado Pues era ya de yerbas el sustento ;
Murió Martin Fernandez , cuya muerte Ansi que cada cual dellos andaba
Sintieron todos en estremo grado , Cortado , flojo , triste , macilento ,
Por ser hombre cabal , cuerdo , quïeto , Con menos fuerza que menester era
Y á quien todos tenian gran respeto. En tan trabajosísima carrera.
Reparando sus armas y fardaje Pero siempre con ánimo constante ,
Enjugaba los campos el verano Pués para mayor colmo deste hecho
Y ansi con algun mas matalotaje Llevaban sus banderas adelante ,
De yucas secas y molido grano , A cualquiera rigor poniendo pecho ,
Siguieron adelante su viaje Hasla topar con tierra tan bastante
Con náutico regimen en la mano ; Que pudiese dar honra con provecho ,
Porque por ser los campos tan exentos Y el esperanza de topar riqueza
Usaban de marinos instrumentos. Sacaba siempre fuerzas de flaqueza.
Habia dos pilotos principales , Tuvieron con aquestos naturales
En el altura cada cual maestro , Asperas y sangrientas competencias ,
El uno portugués, Anton Gonzalez , Que por ser atrevidos y bestiales
Otro Pedro Martel, no menos diestro : Llevaban lo peor en las pendencias :
No ven de cinosura las señales Atravesaron grandes arenales
Que de los navegantes son cabestro , Sin ballar poblaciones ni apariencias ,
Aguja de los vientos es el tino Sino de arena una y otra sierra ,
Por do rigen el campo peregrino. Do les hizo la sed terrible guerra.
De todos alimentos ya vacíos En continuación de su jornada
Adelante los lleva su porfia , Tierra se descubrió mas andadera ,
Topan inmensos campos , grandes rios , Mas en tiempo de aguas anegada
Y gente sin ninguna pulicía : En su disposicion y en su manera ,
Sin ranchos , sin ramadas , sin buhíos , Do vieron prolijísima calzada ,
Su tierra de labranzas es vacía , Que fué mas de cien leguas duradera ,
Sino toldillos leves de vil palma Con señales de antiguas poblaciones
En tiempos fortunosos ó con calma. Y de labranzas viejos camellones.
Alhaja ni presea no la tiene Alegróse la gente fatigada
Fuera de limpia flecha , dardo , lanza , Pensando de hallar un buen empleo ,
De cazas y de pescas se mantiene Anduvieron caudillos del armada
Que de mieses no bace confianza : Gran número de dias á rastreo ;
Una cierta raiz dicha lerene Mas no hallaban rastro ni pisada ,
Cultiva por su misera labranza ; Ni cosa que hinchese su deseo :
Pero nunca jamás en el verano De caza no faltaba carne fresca ,
Supo qué cosa es recoger grano. Y en ciénagas y rios larga pesca.
La fuerza del invierno cuando llega Por todas cuatro partes indagaban ,
Aquestos campos nunca cultivados Al norte , al sur , al leste y al oeste ,
Con sus inundaciones los anega, Y los del campo siempre declinaban
Algunos altos dellos reservados ; A la parte comun del viento leste ;
Do suele residir la gente ciega , Pero unos y otros no hallaban
Y suelen acudir muchos venados , Remedio ni socorro que les preste ,
De que los dichos indios se pertrechan , Hasta tanto que Rodrigo de Vega
Y entonces de canoas se aprovechan. Topó pequeña senda ya muy ciega .
Son todos ellos negros como cuervos , García de Montalvo , rastreando
Mas altos y dispuestos que fornidos , Con otros de caballo destas gentes ,
Lijeros y alentados como ciervos , Aquí la van perdiendo allí ballando ,
Al conjugal amor muy sometidos ; Como perros rastreros diligentes :
En guerra pertinaces y protervos , Hasta tanto que fué mas ensanchando
Temerarios , dementes , atrevidos , Y las pisadas viejas mas patentes ,
Presume cada cual de ser tan bueno Las cuales si por caso se perdian ,
Que en el acometer no tiene freno. A los principios dellos revolvian.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XII, CANTO III. 137
Iban allí los dos negros hermanos Llegaron sin hacer mucho rodeo ,
Libres , á quien llamaban los Piñones , Porque los guió bien un Villasanta ,
Mancebos bien dispuestos y lozanos , Repartióse por todos el empleo
Necesarios en estas ocasiones : Y sal que se halló , pero no tanta
Soltísimos de piés , fuertes de manos Que pudiese hartar el gran deseo
Diestros en todos tiempos y sazones , Que della padecia la garganta ,
Dichos Miguel y Diego de la Fuente , Mas alegrólos ver tan buena cosa ,
Cada cual adalid muy escelente. Muy blanca y en sabor maravillosa.
Los cuales sé decir que siempre fueron Y para conocerse por qué vias
De gran utilidad en la conquista ; Traian esta sal tan escelente
Estos allí los rastros prosiguieron , Procuraron tomar algunas guias ,
Por ser de los mas diestros desta lista , Las cuales se tomaron fácilmente ;
Y al remate del dia vista dieron Dijeron que tardaban muchos dias
Al pueblo que llamaron Buena-Vista , En ir á contratar con otra gente ,
Por dalles en tan grave detrimento Que de mas lejos la traian hecha
Su vista crecidísimo contento . De otros que la dan de su cosecha.
Y también por estar bien fabricado Con estas buenas nuevas alentados
Donde la tierra mas se levantaba , Determinan dejar aquel asiento ,
De suerte que por uno y otro lado Después que se sintieron reformados ,
Por gran espacio dél se devisaba : Y los caballos ya con mas aliento :
De profunda quebrada rodeado , Atravesaron campos mal poblados ,
Que muy pequeño trecho reservaba ; Puesto que con algun mantenimiento ,
Volvieronsin ser vistos ni sentidos Grandes ciénegas , rios , mil esteros ,
Do los otros quedaban detenidos. Do murieron algunos compañeros .
Cien hombres son de gente baquïana , Fatigados del término corrido
Y oida la razon de las espías , Determinaron de hacer parada
Acordaron que luego de mañana En un pequeño pueblo proveido
Diesen en aquel pueblo por dos vias ; De la comida siempre deseada ;
Pero por ser tan rasa la zavana Y habiendo muchas cosas conferido ,
Vieron los indios nuestra compañía , Acordóse que Diego de Losada
Los cuales á las armas acudieron , Saliese con doscientes compañeros
No sin admiracion de lo que vieron. A efeto de buscar invernaderos.
Los nuestros van la via concertada , Porque el invierno los amenazaba ,
Y cuando comenzaban la subida Que tiende por allí furiosa mano ,
Opúsose delante la quebrada , Y el espacioso campo se anegaba
Que luego les detuvo su corrida : En la mayor grandeza deste Ïlano :
Buscaron los peones el entrada , La cual necesidad los exhortaba
Que con raro valor fué defendida A buscar su remedio con verano ;
De gente jaguas y de caquetía , Caminó pues por campos estendidos
Hasta que feneció la luz del dia. Losada con sus hombres escogidos.
Hicieron españoles asistencia Como no se halló gente de guerra ,
En la parte do fueron resistidos , Montes ni levantadas serranías ,
Esperando del sol nueva presencia Lijeramente van calando tierra ,
Por entralles mejor apercebidos ; Aunque hallaban anegadas vias ,
Mas hicieron los bárbaros ausencia Hasta tanto que vieron alta sierra
Las mujeres é hijos recogidos , A cabo ya de mas de treinta dias ;
Sacando los del pueblo flaco miedo Y devisaron por las pertenencias
De los caballos y áspero denuedo. Grandes humossy y llenas aparencias.
Cuando la luz de Febo desvïaba Para poder allí hacer asedio
Los húmidos vapores destos llanos , O llegar do la gente se repare ,
Y fugitivas piernas fatigaba Habia grande rio de por medio ,
El indio con temor de los cristianos ; Que creo se llamaba Cazanare :
Cada cual español aderezaba Losada no curó buscar remedio
Las cortadoras armas en las manos , Para ir do lo dicho se declare ,
Y acometen al pueblo con gran furia , Aunque habian tomado por las aguas
Juzgando la tardanza por injuria. Algunas canouelas ó piraguas.
Entraron luego todos por adonde Por indios que decian ser testigos
La via se mostraba mas abierta ; Desta sierra teníamos noticia ;
Pero contraria fuerza no responde , Mas el Losada y otros sus amigos
Ni para resistencia se despierta : Decian no ser cosa de codicia ;
Sospechaban algunos que se asconde Y ansi sin inquirir otros abrigos
El bárbaro por dar con encubierta , Volvieron, no con falta de malicia ,
Y dentro ya se hacen mas atentos , Do Reinoso quedaba con la gente
Recelando guerreros movimientos. Que deste parecer fué diferente .
Mas puestos en el orden que debia , Copete y el Montalvo y un Miranda ,
Las calles y las plazas recorriendo , Guerrero , Tello y Rodrigo de Vega ,
Hallaron claros rastros que decian Con otros caballeros de su banda ,
Todos sus moradores ir huyendo : Viendo cómo el invierno se les llega ,
Por espacio las casas se metian , Quisieron revolver á la demanda ,
Sus rústicos manjares inquiriendo , Condenando la vuelta por muy ciega ,
Y dióles Dios allí tan buena mano , Y decian ser falta de gobierno
Que hallaron gran número de grano. No tener en las sierras el invierno.
En el maiz se hace dulce prueba , Mayormente diciéndoles la guia
Con gran deseo ya desta comida , Aquella sierra ser muy bastecida ,
Y al campo se llevó la buena nueva De todo aquello que se pretendia :
Que fué con gran contento recebida : De sal , de oro , ropas y comida ;
Los capitanes mandan que se mueva Porque la gente della se decia
Y acelerasen luego la partida , De tela de algodon andar vestida ,
Dióles á todos ellos gran aliento Y no cumplir dejar esta conquista
El esperanza del mantenimiento. Pues que ya la tenian à la vista.
138 JUAN DE CASTELLANOS.
El general allí , como quisiese Si pareciere bien la traza dada ,
Mitigar el furor con mansedumbre , Que sí parecerá, pues sois discreto,
Al Losada mandó que revolviese Mandad volver á Diego de Losada
A traer de la sierra certidumbre : Para que la pongamos en efeto :
Guerrero y los demás de que este fuese Que dél y de los de su camarada
No recebian poca pesadumbre , Nunca jamás ternemos buen conceto ,
Diciendo claramente que en su seno Pues de sus pretensiones dadas muestras ,
Jamás cabría pensamiento bueno . Son harto diferentes de las nuestras.>>
Porque la parte destos imagina Oyó Reinoso la razon propuesta ,
Que el Diego de Losada pretendia Y a los puntos estuvo muy atento ;
Volver con los demás á la marina , Mas no fué tan sabrosa la respuesta ,
Incitado de cierta compañía : Que no causase gran desabrimiento :
Debajo de la torpe golosina Anduvo la vergüenza descompuesta
De los esclavos que hacer solia , Hasta casi llegar á rompimiento ;
Y no fueron tan vanos pensamientos En una y otra parte confusiones ,
Que no los confirmasen los eventos. Requirimientos y protestaciones.
Mas Losada guió con sus soldados Luego se dividieron los parciales
A la sierra por pasos conocidos , Que seguian las partes del Guerrero,
Y aquestos capitanes ya nombrados Pasándose cien hombres principales
Quedaron grandemente desabridos : A la contraria playa de un estero ,
Los cuales y otros muchos congregados , Que fué principio de mayores males
En ciertos pareceres resumidos , Y de desventurado paradero :
Ordenaron que luego se juntasen Esperaron allí que noche fuese
Y al Diego de Reinoso le hablasen. Para recoger gente, si viniese.
Por ser un valeroso caballero , El general acá , que con cuidado
Y en dias y en edad el mas anciano , Remediar este hecho deseaba ,
Rogaron á Alonso Alvarez Guerrero , Al maese de campo dió mandado ,
Que para le hablar tome la mano : Dándole cuenta de lo que pasaba ,
El por les aplacer y ser tercero Para que revolviese bien armado
Después del cumplimiento cortesano , Con los doscientos hombres que llevaba ,
En presencia de gran junta de gente Y diesen ambos en el enemigo
Al general le dijo lo siguiente : Con ejemplares penas y castigo.
« Señor , de cuerdos es y de prudentes Pero los del motin por cierta via
Hacer al mal futuro resistencia , Tuvieron relacion del embajada ,
Porque suelen criar inconvinientes , Y ansi les pareció que convenia
Descuido , flojedad y negligencia ; Jugar aquella noche de antubiada :
Y cuanto los amagos mas presentes , Los cuales antes de la luz del dia
Mas breve cumple ser la providencia , Dieron en los de Diego de Losada ,
Pues no siempre se cura con buen tino Y sin los maltratar ni lastimallos
El desastre que viene repentino. Les tomaron las armas y caballos.
» No conviene poner en aventura El vencedor volvió como seguro
Lo que puede curarse de presente , Por ver sin armas el contrario bando ,
Que el cuerdo nunca pierde coyuntura , Y el campo raso les pareció muro ,
En especial aquel que manda gente ; Do los ojos estuvo regalando ;
Viendo que de su seso y su cordura Mas el dicho Reinoso con escuro
El remedio comun está pendiente , Venia por sus pasos caminando ,
Como podrian ser ejemplo llano Y dió con el ejército dormido ,
Los que teneis debajo vuestra mano. Bien ignorante de lo sucedido.
»De los cuales ya veis al mas robusto, El cual entonces iba por ventura
No lejos de sus dias postrimeros , Con harta mas blandura que rigores ;
Y el mas bien remediado con desgusto Pero vista tan buena coyuntura ,
Adevinando malos paraderos ; Rompió diciendo : « ea , valedores :
Y pareciéndole negocio justo Pues teneis la victoria bien segura ,
Obvïar á los males venideros , Viva el rey, viva el rey, mueran traidores.»
Pues si sana prudencia lo tantea Despiertan al ruïdo los dormidos ,
Nada vereis aquí que mal no sea. Algunos dellos bien apercebidos .
» Y aun las aguas presentes y futuras Porque Pedro Copete y el Guerrero ,
Comienzan ya de darnos sobresaltos , Montalvo , Jejas con Barrasa y Vega ,
Por ser anegadizos , sin culturas , Cada cual en caballo muy lijero ,
De seguros asientos todos faltos ; Mostraban gran valor en la refriega ;
Y veis de las crecientes las horruras Argüello no tardó ni fué postrero ,
Encima de los árboles mas altos : Pues luego con algunos se les llega ,
Clara señal que si nos detenemos Y por entrambas partes à gran priesa
Los mas bien avisados no saldremos. Andaba la lanzada muy espesa.
>¡ Cuánto menos los ya como difuntos Gran grita, gran rumor, gran vocería
Flechados , mancos , cojos y tullidos ! Sonaba por aquellos campos llanos ,
Considerad también algunos puntos La saña y el furor siempre crecia ,
Que no deben ser menos advertidos : Ensangrentados ya rostros y manos ,
Y son el invernar de todos juntos , Y por entrambos bandos se decia :
Que no podemos sino divididos , Viva el rey, viva el rey, mueran tiranos.
Pues mal se ballarà tan buen asiento Andaba por allí cierto confeso ,
Que para todos dé cabal intento. Que esto decia con mayor esceso.
» Paréceme que son consejos buenos , Joan Sanchez Labrador, hombre de brio,
Pues si entre muchos poco se reparte , Allí le respondió con voz altiva :
Lo poco claro está que será menos , « Decí , ¿ quién mata al rey, perro judío ?
Y entre pocos cabráles mejor parte ; Que yo también deseo que el rey viva ; »
Y estando divididos en dos senos , Mas una bala fué con tal avio ,
Podránse sustentar de mejor arte , Que del hablar y dulce ser lo priva :
Y el fortunoso tiempo ya pasado , Escuridad eterna lo retrajo
Juntarnos do quedare señalado . Con precipicio del caballo abajo.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XII , CANTO III. 159
Andando la batalla muy trabada Estando pues Reinoso en los esteros
Y con ostinadísima porfia , Consultando con todos su partido ,
Le dieron al Guerrero una lanzada , Se huyeron Patiño y Ontiveros
De donde mucha sangre le salia : Sin que se barruntase la huida :
La fuerza deste ya debilitada , Cada uno con treinta compañeros ,
La de Copete siempre resistia , Gente desesperada y atrevida ,
Con él sus dos hermanos Tello y Mesa , Otra noche huyó por consiguiente
Que hacian la otra parte lesa. Un Alonso Marqués con otros veinte.
Cuando ya sobre el eje pruïnoso Después de todos estos otro dia
Traia la mañana clara lumbre , Remanecieron dos negros huidos ,
Y el velo de la noche tenebroso Uno Pedro Mabuya se decia ,
Huia por do tiene de costumbre , Otro Cristóbal , hombres atrevidos ;
Mejoraba la parte del Reinoso ; Mas al tiempo que cada cual salia
La otra ya con grande pesadumbre , Con tal tiniebla fueron divididos ,
Aunque de entrambas partes hay caidos , Que aunque gastaron horas en buscarse
Y de los vivos muchos mal heridos. Nunca jamás pudieron encontrarse .
Mas de la gente menos proveida , Mas aunque solo cada cual se vido
Como de tal asalto descuidada , En no volver atrás fué tan constante ,
Algunos se pusieron en huida Que el riesgo tuvo por mejor partido
Dejando la victoria declarada Que dejar de pasar mas adelante :
Por Diego de Reinoso , cuya vida Con arco y flechas bien apercebido
Con gran dificultad fué reservada ; A los lados espada va tajante ;
Pues su caballo muerto, y él caido , Y el que se via de comida falto
Muriera si no fuera socorrido. Con el escuro manto daba salto
De los que de la rota no huyeron En pueblo ó chanería , do metido
Prendieron como veinte señalados , Buscaba cebo para los gargueros ,
Que como principales luego fueron Y si del morador era sentido
A privacion de vida condenados : Con manos prestas y con piés lijeros
Los rigurosos trances se cumplieron Hacian cada cual tan gran ruïdo
En solos dos hidalgos desdichados , Como si fueran treinta compañeros ,
Copete y Alonso Alvarez Guerrero : Y después ya de recogido algo
Espectáculo harto lastimero. No lo tomara muy lijero galgo.
Luego veinte soldados valerosos Pues para los coger el mas lijero
De los que se hallaron mas culpados , Sus piernas viera ser como difuntas ;
Al Reinoso y Losada sospechosos , También Mabuya fué tan gran flechero
Por ser hombres de brios arriscados , Que yo le vi tirar tres flechas juntas :
Con penas y con mandos rigurosos Y dar con todas ellas en terrero
Fueron de su comercio desterrados , Y en pequeño compás todas tres puntas
Para donde les diese su ventura Y ansi por estos llanos , valles , vegas
O ya la vida , ó ya la sepultura. Se libro de grandisimas refriegas.
Destos era García de Montalvo , Las cuerdas de sus arcos mas usadas ,
Pero Ruiz, Barrasa, Mesa y Tello , Y con que peleaba mas de veras ,
Y aquel honrado Vega, cano y calvo , Eran listas de cañas bien sacadas
El capitán Ruiz y Joan de Argüello : Haciendo de sus ñudos empulgueras ;
Llevando para se poner en salvo Que puestas en el arco y ajustadas
Muy colgada la vida de un cabello , Eran por mucho tiempo duraderas ,
Por les poner delante su corrida Pues si á posta no se las quebraban
Pesadísimos riesgos de la vida. Sus diez y doce años le duraban.
Pero como fortisimos varones , Sucediéronle grandes entremeses
Que cierto cada cual era bastante , Atravesando por aquellos llanos ,
Allanaron terribles tropezones Invernaron divisos en conveses
Que siempre se ponian por delante : A la sierra del norte mas cercanos ;
Rompiendo ferocísimas naciones , Y á cabo ya de diez ó doce meses
Opuestas al cansado caminante , Vinieron á toparse con cristianos ,
El Barrasa , guiando con buen tino , No de los desterrados y primeros ,
A la mar do llevaban su camino. Sino de Joan Patiño y Ontiveros .
Nueve dias después Bernardo de Heras , Pues aunque la cuadrilla se huia
Joven de los mas sueltos y lijeros , Y cada dia les faltaban gentes ,
Hurtose del Reinoso y sus banderas La una de la otra no sabia
Cou ocho no menores compañeros , Invernando por partes diferentes ;
Siguiendo las pisadas y carreras Pero como llevasen una via
Que llevaban aquestos caballeros ; Acabadas las aguas y crecientes ,
Yfueron tan constantes las porfias , Por rastros que dejaban en la tierra
Que los vieron en menos de tres dias. Se juntaban los mas junto á la sierra.
Y a punto que se vian ya perdidos Reinoso , que esta gente vió huida
Por tenellos mil indios rodeados ; Como de la restante se recela ,
Mas siendo tan á tiempo socorridos También apresuraba la partida
De tan valerosisimos soldados , Mandando caminar á Venezuela ;
Los cansados , hambrientos y afligidos, E iban ya los rios de crecida
En gran manera fueron alentados , Que miseros enfermos desconsuela
Y ansi, con el calor desta venida , Por no hallarse pïadosa mano
Pusieron á los indios en buida. De padre ni de hijo ni de hermano.
Abrevian el camino mal sabido , Esclavo menos hay que se sujete
Que el tiempo les mostraba rostro tierno, Al amo ni que cumpla justo mando ,
Necesidad poniendo tal sentido Aquí se quedan seis, aculla siete ,
Y entre los veinte y nueve tal gobierno , Gimiendo están aquí y allí gritando ;
Que hallaron asiento proveido Y el mísero doliente si se mete
Do pasaron las furias del invierno , El agua lo llevaba volteando ,
Y el verano mostrando su pintura , Capitanes no hacen lo que suelen
Se pusieron en tierra ya segura. Ni hombres de los hombres se conduelen.
140 JUAN DE CASTELLANOS.
¿ Quién os podrá poner en escritura, Trabajos padecidos representa
Que lleve sonoroso su concierto , Con gran valor de su persona sola ,
Tanto trabajo , tanta desventura , Mas allí no se hizo tanta cuenta
Tan increible hambre , tanto muerto ? Que por ello le diesen laureola ;
Pues lo que digo es abreviatura Por cuya causa casi por afrenta
O cifra muy cifrada de lo cierto , Determinó pasar á la Española ,
Y aunque mas alargásemos la pluma Donde murió después cristianamente,
Todavia seria breve suma. Y á conjugales ñudos obediente.
Pues hubo quien en esta coyuntura Losada con su copia de soldados
Abrió los pechos á su compañero , Y los demás que andaban divertidos ,
Estando muerto ya de calentura , Llegaron á los pueblos deseados ,
Y aqueste fué Bautista Zapatero : Los cuales se hallaron destruidos
El cual se sustentó del asadura Sus pocos moradores rebelados ,
Ansí como si fuera de carnero , Y en fuerzas de palenques recogidos ,
Y andando después imaginativo , Nadie les daba ya seguro puerto
Huyó y no pareció muerto ni vivo. Sino Guaramental , aunque era muerto.
Yendo pues el Reinoso con sus gentes Dejó por sucesor un Antonico ,
Inquiriendo la tierra mas subida , Hijo suyo, de nobles condiciones :
Pasaron sin haber inconvinientes Fué tutor Pariaima , por ser chico,
Una quebrada llana y estendida : El cual favoreció nuestros varones ,
Llegaronse después quince dolientes Mas el uso de esclavos tan inicuo
Al tiempo que venia ya crecida , Pagóle con muy grandes sinrazones ,
Demandaron socorro con voz blanda Porque el desorden grande de cudicia
A los que estaban de la otra banda. No sabe guardar orden de justicia.
Pedro Martel volvia las respuestas Hallaron por allí rescatadores
Horrendas á los pobres miserables , De la Cubagua y de su granjería ,
Por ser palabras sucias , deshonestas , O por mejor decir salteadores ,
Tan torpes como él y detestables : Envejecidos en su tiranía :
Al fin por no ver quejas tan molestas Estotros , como no fuesen menores ,
Gemidos y clamores entrañables , Con aquellos hicieron compañía ,
Determinaron todos de dejallos Y asolada la tierra comarcana ,
Pudiéndolos pasar en los caballos. Volvieron todos á Maracapana.
Visto que la quebrada mas crecia Luego por los delitos atrasados
En proceloso tiempo y lugar malo , Y aquellas locas y atrevidas furias
De aquella miserable compañía Pedian los que fueron agraviados
Sin reparo , comida ni regalo , Justa satisfaccion de sus injurias ;
Un Domingo Riberos otro dia Los bienes luego fueron confiscados
Pasó los pechos puestos en un palo , Para suplir jüeces sus penurias :
Luego pasó tras él en un madero Al fin Ortal y Frias y Castillo
Un mulato llamado Joan Quintero. Por un hilo sacaban un ovillo.
Mas los otros de todo bien inermos , Este y aquel y el otro les pedia
Aunque buscaban vias y maneras , (Jüez el licenciado Castañeda) :
No pudieron pasar por ser enfermos Pagaba con esclavos que traia
Y no tener las fuerzas tan enteras ; El que sin corporal castigo queda ;
Y ansí quedaron en aquellos yermos Pagaba al fin aquel que no debia ,
Por cebo de las bestias carniceras , Quiero decir, quien era la moneda :
Y el número de dos menesteroso Esclavos eran costas y derechos ,
No siguió mas los pasos del Reinoso. O ya fuesen bien hechos ó mal hechos .
Mas por otra derrota van á tiento Eran por veedor avaliados ,
En grandísimo riesgo de la vida , O vendidos en públicos pregones
Tallos de bobos era su sustento Aquellos pobres desaventurados ,
Y el regalo mayor de su comida ; Que nunca cometieron las traiciones ;
E yendo con penoso sentimiento' Finalmente , jueces y culpados
Encontraron también gente huida : Eran unos finísimos ladrones ,
Recebieron los dos tan gran consuelo Pues en nada se vió tal insolencia
Que parecióles ver ángel del cielo . Ni tan grande soltura de conciencia.
Con los dos se cerró número entero Pero por ser desorden tan antiguo
De diez cristianos , y aunque flaca mano , Cubrámoslo con taciturno sello ,
Supieron inquirir invernadero Y el que quisiere ver este castigo
Donde no les faltó copia de grano : Al fin de lo de Ortal podrá leello :
Sanaron el Riberos y el Quintero , Por ser en este tiempo lo que digo
Y el tiempo ya llegado del verano , De las muertes de Aduza y del Argüello ,
Se juntaron con otros fugitivos Que pues de Ortal alli me despedia ,
De los cuales hay hoy algunos vivos. Čubrillas con silencio no cumplia.
El Reinoso también hizo parada Purgadas pues las costas y los daños
Con algunos sustentos pasaderos , Del licenciado Frias y oficiales ,
Y enviando la gente mas armada No por eso cesaron los engaños
Por pueblos comarcanos y fronteros , Y ofensas en aquellos naturales :
Acogiósele Diego de Losada Porque por grande número de años
Con treinta ó con cuarenta compañeros , Anduvieron soldados principales
El cual la vuelta de Cubagua iba En la contratacion mal ordenada ,
Recogiendo la gente fugitiva.. De los cuales fué Diego de Losada ,
Topando la cuadrilla y el rebaño Capitán valeroso y esforzado ,
De los que por la sierra van á tino , Varon en guerra y paz de gran recato ,
Asegurábalos de todo daño Gran hombre de caballo y agraciado
Diciendo : « todos vamos un camino.>> Mas á bien recebido no muy grato ;
El Reinoso , corrido del engaño , Y ansi fué de Cubagua desterrado
Con el restante de la gente vino Por cierto desconcierto y desacato :
A Venezuela , do los alemanes Hízose con algunos à la vela,
Tenian valerosos capitanes. Y vinose por mar á Venezuela.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XIII, CANTO I.
141
Micer Enrique Rebolt, que la regia Luego la gente de conciencia suelta ,
Y por los alemanes fué teniente , Firmes en añadir daños á daños ,
Recebiólo con grande cortesía Para su Venezuela dió la vuelta
Y toda la demás antigua gente : Losada con los mas destos engaños :
El Diego de Losada persuadia Cuya perplejidad quedó resuelta
Al aleman ya dicho grandemente , En acabar allí los demás años ;
Enviase á tomar las posesiones Y viendo de sus dias el invierno
Hasta Maracapana y sus ancones. Pretendia tener aquel gobierno.
Porque segun se via por escrito A la real audiencia hizo via
Por cédulas del rey y provisiones , Para lo negociar segun se trata ,
De su gobernacion y su distrito Mas el efeto de lo que pedia
Eran todas aquestas poblaciones : Contraria voluntad lo desbarata ;
Ayudaronle muchos con un grito , Y al tiempo que sin mando se volvia
Y el acudió con estas intenciones , En la costa murió de Burburata ,
Y con Losada y otras gentes ciegas Sin regalo de santos sacramentos
Vino por capitán Joan de Villegas. Por ballar despoblados los asientos.
No vinieron por mar, sino por tierra Con este concluimos la jornada ,
Y por aquellos llanos ya sabidos , Y las mas circunstancias de Sedeño ,
Costeando la falda de la sierra La cual de prolijísima y pesada
Cien hombres destos bien apercebidos : Ha sido para mí gran quita-sueño ;
Lo que hallan de paz hacen de guerra , Mas pues Cubagua queda rezagada ,
De muy largas cadenas proveidos , Y es el negocio suyo no pequeño ,
Y en ellas grande número de gente Justa cosa será que se concluya
Herrados por esclavos falsamente. Y después della la vecina suya.
De la manera pues que aquí se trata
Llevaban muchos hombres y mujeres ,
Llegaron á la mar de Chacopata
Adonde pregonaron sus poderes ;
Y luego por gozar de la barata
Acuden de Cubagua mercaderes : ELEGIA XIII.
Estuvieron allí los deste bando ,
Espacio de dos meses contratando. Elogio de la isla de Cubagua , donde se trata la gran
Llaman de paz á los de aquel partido riqueza que allí hubo y su perdicion y asolamiento.
Los capitanes falsos y perjuros :
Los indios no pensando ser fingidos
Salieron de sus fuerzas y sus muros ; CANTO PRIMERO ,
Y el consorcio crüel y fementido
Cuando los vió sin armas y seguros , Donde se trata de su primero descubrimiento y esterilidad, con otras
Dieron sobre ellos repentinamente particularidades dignas de memoria.
Y tomaron gran número de gente.
Un indio bien ladino les decia , Cuanto naturaleza tiene hecho ,
Como se vió de libertad ajeno : Examinado y visto sabiamente ,
Esto no fué valor , ni valentía , No vaca ni carece de provecho ,
Ni hecho que manó de pecho bueno : O ya sea cubierto , ya patente ;
Prendernos con tan gran alevosía Que la virtud no pierde su derecho ,
Sobre paz y las manos en el seno ; Aunque sea la muestra diferente ,
Pues nosotros salimos como hermanos Y ansi vereis do faltan muchas cosas
Debajo de palabra de cristianos. Otras que no son menos provechosas.
Y pues captividad no merecemos , En Indias tierras hay do no se crian
De libertad pedimos las enmiendas ; Oro ni plata ; mas en su distancia
Que si por culpa vuestra nos movemos Algunas veces hay tal granjería
A descubiertas guerras y contiendas, Que suele dar riquísima ganancia ,
Bien sabes tú, Losada , que sabemos Supliendo aquella falta que tenia
Defender las personas y haciendas ; Con cosas de no menos importancia
Ansi que pues llamais de paz la tierra , Que causa natural allí compuso ,
No la quebreis con tan injusta guerra. » Y los hombres aplican à su uso .
No por eso cesó su desvarío , No vereis por acá tierra tan pobre ,
Ni se mudaron estos pareceres , Que de lo que contratan las naciones
Antes hierro les dan por atavio ; Alguna buena cosa no le sobre ;
Y aberrojados hombres y mujeres, Pues aquí cogen copia de algodones ,
Luego los entregaron al navío Alli plomo y azogue , acullá cobre ,
Que tenian alli los mercaderes , Aquí muchos ganados y allí dones
Volvíéronse después la tierra adentro , De cristales , viriles y esmeraldas ,
Donde hicieron otro mal encuentro.
Aquí pastel , orchilla , y allí gualdas.
Pues saliendo de paz el Antonic o, La isla de Cubagua nos enseña
De Guaramental hijo y heredero , Este natural cambio claramente ,
Ya cacique paupérrimo de rico , La cual aunque es estéril y pequeña ,
Por los inconvinientes que refiero : Sin recurso de rio ni de fuente ,
Con estas insolencias que publico . Sin árbol y sin rama para leña
Al muchacho leal, fiel, sincero , Sino cardos y espinas solamente ;
Con seguro que se le prometia , Sus faltas enmendó naturaleza
Le tomaron la gente que tenia. Con una prosperísima riqueza.
Estos con otros muchos que tomaron Pues sembró por placeles principales ,
Por otras partes fuera del asiento , Que están á sus riberas adyacentes ,
Ansimismo vendieron y entregaron
Gran copia de riquísimos ostiales ,
A los que iban en su seguimiento ; De do se sacan perlas escelentes ,
Y todo lo barrieron y asolaron
Con un luciferino desatiento , Con que ha engrandecido sus caudales
Crecidísimo número de gentes :
Y sin causa quemaron los bestiales • Diez grados medio mas es lo que muestro
Cuatro caciques harto principales. De la equinocial al polo nuestro.
142 JUAN DE CASTELLANOS.
Entre dos aledaños es descrita Ansí tenian hachas y machetes ,
A cada cual tres leguas comarcana , Cuentas de vidrio , sartas de corales ,
Que son la tierra firme y Margarita , Camisas , zaragüelles y bonetes
Y es la distancia della toda llana : Y cosas mas y menos principales ;
Hay caza de conejos infinita , Con otras diferencias de juguetes
Que es por allí comida no mal sana; Apacibles á estos naturales ,
Podrá tener , segun el aparencia , Y el valor de un real acontecia
Como tres leguas de circunferencia. Pagar la cargazon que se traia.
Tienen sus secas playas una fuente Con estas cosas el aljófar fino
Al oeste do bate la marina , Rescataban aquestos mercaderes ,
De licor aprobado y escelente Con contento del bárbaro vecino
En el uso comun de medicina : Y grandes regocijos y placeres ;
El cual en todo tiempo de corriente Daban muy ricas piezas por el vino ,
Por cima de la mar se determina Hasta vender los hijos y mujeres ,
Espacio de tres leguas , con las manchas Y cuantos por aquel compás habia
Que suelen ir patentes y bien anchas. Ejercitaban esta pesquería.
Descubrió esta isla Colon , cuando Toda la tierra firme comarcana
Vido tercera vez estas regiones , Mantenia la paz bastantemente ,
Yendo la tierra firme costëando Y de Paria hasta Maracapana
Por puertos , por babías , por ancones : Iban un hombre y dos de nuestra gente ;
Vió indios zabullendo y sobraguando , La tierra se hallaba toda llana ,
Y estar debajo largas dilaciones , A nuestros españoles obediente ,
Via después coger su redecilla Y diez y doceleguas de Cubagua
Y vacialla también en la barquilla. Les traian comida , leña y agua.
No conociendo bien aquello qué era Eran para las dos parcialidades
El Cristóbal Colon , como discreto , De muy gran importancia los provechos,
Hizo luego surgir en la ribera , Pues con estas sinceras amistades
Deseando saber aquel secreto : Y los contratos desta suerte hechos ,
Luego gente de guerra salió fuera Indios cumplian sus necesidades
Apercebida para tal efeto , Y los nuestros quedaban satisfechos ;
Los indios revolvieron con la proa , Y ninguno vivir allí podia
Y en tierra zabordaron la canoa . Sin aquel agua que se les traia.
Los cuales con los arcos en las manos , Y algunos mercaderes ya potentes ,
Arma con que se daban buena maña , Que allí fueron personas principales ,
Esperaron soberbios y lozanos , Rescataron esclavos destas gentes
Sobresaltados de la gente estraña ; Que de perlas traian sus jornales ;
Mas halagándolos nuestros cristianos Los cuales como buzos escelentes
Perdieron los temores y la saña . Descubrian riquísimos ostiales ,
Y luego los varones y las dueñas Y con propias canoas y piraguas
De paz hicieron apacibles señas . Sacaban ya las conchas de las aguas.
Allí se conocieron granos bellos En aquesta manera de bajeles
De perlas en riquísimos pomares , Habia gente nuestra marinera ,
Que son con que ansi ellas como ellos Que por aquellas playas y placeles
Se ciñen y rodean los ijares ; En guarda de los indios iban fuera :
Otros sartas por brazos , piernas , cuellos , Algunos tan malditos y crüeles
En precio y en estima singulares : Como cómitres malos de galera ;
Vieron el modo cómo las sacaban , Y ansi de aquestos miseros captivos
Y las conchas adonde se criaban. Eran pocos los que quedaban vivos.
Los que vinieron pues en los bateles , Por tener muy angosta pasadía
Por no hacer baldía su venida , Y mas que limitadas las raciones ,
Con cuentas y sonoros cascabeles Pues sobre mar el agua se traia
Rescataron allí buena partida ; Con las mas necesarias provisiones ;
Partiéronse de aquestos infieles En la mar sumergidos en el dia
Después de la grandeza conocida. Y en la noche con ásperas prisiones ;
El Colon no cabia de contento , Y ansi para quedar dos ó tres hechos
Por ser autor de tal descubrimiento. De la vida quedaban diez deshechos.
Quisiéralo callar , pero la fama, Este principio y estas ocasiones
Impelida de tanta muchedumbre , De los esclavos fueron perdimiento
Por diversos lugares se derrama De todas las insignes poblaciones
Segun y como tiene de costumbre : Que en mis versos atrás os represento ;
Estos , aquellos y los otros llama Y el rey por las siniestras relaciones
Con trompa de sonora certidumbre ; Para ello prestó consentimiento ,
Acudieron navíos al barato Aunque con instruccion tan limitada
Engrosando las ferias y contrato. Que el mal no fuera tal á ser guardada.
La gente castellana que venia Algun tiempo se hizo con blandura
Por hacer mas à gusto sus haciendas , No tanta cuanta allí se señalaba ;
Formaron en la isla ranchería , Pero después fué tanta la soltura
Pusieron toldos y asentaron tiendas ; Con que con estos indios se trataba ,
Y cebados en esta granjería Que les era la guerra mas segura
Hacen bubios para sus viviendas , Que lo que mala paz aseguraba ;
Trayendo mercancías diferentes Pues cuantos menos eran sus engaños
Que rescataban con aquestas gentes. Se les hacian muy mayores daños.
Podia ser , segun mas cierta cuenta , No pueden prolijísimos renglones
Cuando la muestra se halló primera , Decir ad plenum lo que se hacia ,
Año de cuatrocientos y noventa Tantas cautelas , tantas invenciones ,
Con mil y seis corridos de la era : Tanta maldad y tanta villanía :
El indio con la paga se contenta , Mas por no despertar viejas pasiones
Y el español , que mucho mas espera , Volvamonos á nuestra ranchería ,
Envía su caudal , y á la tornada De quien ya se hacia mayor cuenta
Doblaba y redoblaba la parada. De lo que nuestra pluma representa.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XIII , CANTO I. 145
Habia ya justicia y oficiales , A todos los que son en esta era
Frecuentísimo trato de navíos , Oyendo lo que no les fué visible,
No rescataban ya de naturales , No parecera cosa creedera
Porque todos temian sus avios Gasto de leña y agua tan terrible ;
Para desentrañar estos ostiales Pero mi relacion es verdadera,
Con propios aderezos y atavios ; Y ansi no la tengais por imposible .
Con tanta perla, tanto contratante Y aun es mas que los precios señalados
Las cosas iban ya muy adelante. Lo que va de los pesos à ducados.
Mostrábase fortuna tan ufana Pues como fuesen indios muy famosos
Y andabase tan próspero camino , Los moradores destas poblaciones,
Que iban á quintar al aduana De nuestra santa fe menesterosos
Como de trigo sacos al molino : Y de defensa ya de sinrazones,
Muchos sacaban hoy y mas mañana , Acudieron algunos religiosos
Si Joan vino cargado,Pedro vino , Movidos de cristianas intenciones,
Y entonces hubo indio que traia Procurando traellos al aprisco
Arriba de dos marcos cada dia. Dominicanos y de San Francisco.
Vereis llenos caminos y calzadas A Cumaná vinieron franciscanos ,
De tráfagos , contratos y bullicio , Do monasterio luego fue fundado,
Las plazas y las calles ocupadas Con Hana voluntad de los paganos ,
De hombres que hacian sus oficios ; Por cuyas manos era fabricado :
Vereis levantar casas torreadas Y los frailes por términos cristianos
Con altos y soberbios edificios , Apacentaban bien este ganado,
Este de tapia, aquel de cal y canto , Santísimos preceptos predicando
Sin que futuros tiempos den espanto. Y muchos convertiendo y bautizando.
No vuelan ni concurren tan frecuentes En esta obra cada cual entiende ,
Las palomas en indica saona , Conclusas horas dėl divino canto,
Para hacer sus nidos en las frentes Y en el Chichiriviche mas allende
Que miran los confines de la zona ; Cinco leguas hicieron otro tanto
Cuanto todos andaban diligentes Los dominicos, donde se pretende
Eu la que nueva Cáliz se pregona , Perseverar en el oficio santo ,
Con tal hervor y tal desasosiego Año de diez y seis era ya esto,
Cuanto por secas ramas vivo fuego. Cuando tomaron mal seguro puesto.
Ocurrió grande copia de oficiales Convento fabricado y templo hecho
A la nueva ciudad que se hacia , Donde todos vivian recogidos,
En navíos traian materiales Con gran observacion de su derecho ,
Y cuanto la tal obra requeria; Sin ser á lo siniestro divertidos ,
Porque la grosedad de los caudales Muy en contentamiento y en provecho
Estas costas y mucho mas sufria , De los por convertir y convertidos ;
Y con salir tan caras estas cosas Aquel perturbador de cosas pias
Alli hicieron casas suntuosas. Su cizaña sembró por estas vias.
Fué la de Barrionuevo la primera Un cierto capitán, que no debiera,
Un escudero natural de Soria , Hojeda ereo yo que se decia ,
Fué luego la de Joan de la Barrera , Rescatando maiz por la ribera ,
Cuyo valor es digno de memoria ; Segun que de costumbre se tenia ,
Y luego la de Pedro de Herrera En el puerto de Guantar salió fuera
De quien pudiera yo tejer historia , Y entróse con alguna compañía ,
Y la de Castellanos , tesorero , A rescatar como solian antes
Que fué de los mejores el primero. En pueblos de la mar algo distantes.
La de Portillo fué con tal esmero En los cuales compró mucha comida
Que podia servir de fortaleza , Pagándoles por ella su interese ,
Otra también de Diego Caballero, Y á los indios por quien le fué vendida
Mariscal y señor de gran riqueza ; También les demandó quien la trajese ;
Un Alvaro Beltrán , varon entero Fuéle bastante gente proveida
En todas buenas partes de nobleza , Diciéndole que luego la volviese ;
Un Anton de Jaen , Rojas y Niebla , Mas el mal capitan y gente suelta
Con otros que se quedan en tiniebla. Nunca les consintieron dar la vuelta.
Y Francisco de Reina también era Antes fueron allí los galardones
Un varon tan cabal y tan bastante, Indignos de quien dió tan buen avio,
Que con justa razon yo bien pudiera Pues llegados mujeres y varones
Decir de sus proezas adelante ; Cargados à la boca de aquel rio,
Pero la brevedad desta carrera Les pusieron cadenas y prisiones ,
No da tanto lugar al caminante ; Y los metieron dentro del navio ;
Su yerno fué Pero Ruiz de Tapia , Hecha la suerte pérfida tirana ,
Noble de condicion y de prosapia. Luego bajaron á Maracapana.
Hijo del dicho Reina fué Bautista, En el puerto surgió la carabela
Sacerdote prudente y avisado , Debajo de cubierta los hurtados,
El cual es destas cosas coronista Y recogida ya la blanca vela ,
Y en ellas vive hoy bien ocupado ; En la playa saltó con sus soldados ,
Y ansi no haré yo mas larga lista , Con los mismos designos y cautelas
Dejando para él este cuidado , De que tan mal usó con los pasados ;
Pues yo con brevedad añudo gonces Mas aquestos sabian ya de cierto
De las cosas que viamos entonces. Los tratos y traicion del otro puerto.
Leña y agua de Cumaná venia Hiciéronles muy buen acogimiento,
De rios que la dan en abundancia, Prometiendo vender mucha comida ,
Y en barcos y navíos se traia La cual por estar lejos del asiento
Con pipas siete leguas de distancia : No podia tan presto ser traida :
Trataban muchos esta mercancía Dilatando la venta con intento
Teniéndola por próspera ganancia , Y fin de despojallos de la vida,
Pues al Jaen que digo hizo daño Ruegan al capitán deje la playa
De cinco mil ducados en un año . Y con su gente por los pueblos vaya,
144 JUAN DE CASTELLANOS .
Certificando que rescataria > Bien veis que por palabras y en escritos
Esclavos y comida con hartura , Suelen abominar estos letrados
Y el torpe capitán bien lo creia ; Las viejas ceremonias y los ritos
Mas por le parecer poca cordura En que fuimos nacidos y criados :
Dejar allí la presa que traia , Aquestas son sus voces y sus gritos ,
Que lo traigan alli solo procura : Y en esto viven todos ocupados :
Los indios con fingidas alegrías Frailes quitan deleites y placeres ,
Pidiéronle de espacio cuatro dias. Y los otros los hijos y mujeres.
Por los poder matar à coyuntura »Y pues ellos por tan dañosos modos
Y tiempo que les fuese conviniente , Quieren que nuestra gente se destruya ,
Porque también habian hecho jura Meneemos acá manos y codos
Con todos los demás de aquella frente De suerte que su vida se concluya ,
De no dejar á vida criatura Para que desta vez se borren todos
Que de españoles fuese descendiente ; Sin dejar en la tierra cosa suya ,
Y para los efetos desta guerra Tentando por tal via la fortuna ,
Estaba conjurada ya la tierra. Que en Cumaná y acá demos á una.»
Con estas esperanzas los dejaron Cuadró tan bien al bárbaro guerrero
Sin ellos sospechar el mal futuro , La traza de tan mal labrada talla ,
Y parte de los indios se quedaron Que sin considerar el paradero
Cuasi por aparencia de seguro : Fueron á la flaquísima batalla ;
Otros con Toronoima se juntaron , Y á Cumaná hicieron mensajero
Cacique principal , crüel y duro, Por avisar á la crüel canalla ,
Para ser dél en la traicion instrutos Para dar á la hora prevenida ,
Y en un parecer solo resolutos. Y ellos luego hicieron su partida.
Allí llegaron furias infernales Como las bravas ondas conmovidas
Para la ejecucion del caso feo , Del viento que se muestra riguroso ,
Estimulando mas estos bestiales Que van unas tras otras impelidas ,
A tan crüel y pérfido trofeo ; Sin mezcla de descanso ni reposo ,
Y ansi las insolencias fueron tales Hasta que las riberas son heridas
Que vencieron aun á su deseo ; Del embate feroz y presuroso ;
Y algunos que miraban á mas lejos Con tal ímpetu van aquestas gentes
Estaban ya confusos y perplejos. A combatir los pobres inocentes.
Mas poco duran buenas intenciones Mil y quinientos eran ya corridos
En torpes, viles y apocados senos, Con otros diez y nueve de la era ,
Donde hacen mayores impresiones Al signo capricornio convertidos
Los pésimos consejos que los buenos : Los carros que rodean el esfera ;
Mayormente soezes corazones Cuando los índios iban revestidos
Si de rabiosas furias están llenos, De Aleto , Tisifone y de Mejera ,
Como lo hizo con aquesta gente Y cuando del divino sacrificio
Un indio que les dijo lo siguiente : Los frailes celebraban el oficio.
Mal me parecen tantas variedades, Entonces la maldad y sinrazones
Y si verdad conviene que se diga , Usando sus inicuos previlegios ,
Conocereis ser grandes poquedades Por dar fin á sus malas intenciones
De todos cuantos hay en esta liga Cercaron los santísimos colegios ,
No quebrar con furor las amistades Y en las casas de santas oraciones
De gente que nos es tan enemiga ; Hicieron detestables sacrificios ,
Pues si por bien pensais hacella buena , Con furia tan bestial y tan nociva
Abris camino para mayor pena . Que en ellas no dejaron cosa viva.
» Cesen los devaneos y fatigas Sueltas llevan las riendas las maldades :
En el efetuar tan justa cosa , Aquí y allí vereis descabezados ,
Cortemos ya, señores, las espigas Con otras insolentes crüeldades
De do sale simiente tan dañosa ; Hechas en estos bienaventurados :
Pues jamás comeremos buenas migas Imagines partidas en mitades ,
Con gente, que por ser tan ambiciosa Y los altares muy ensangrentados ;
Aquí y allí, y en todas partes pican, Porque cuando llegaron furiosos
Haciendo lo contrario que predican. Celebraban algunos religiosos .
» Que sean fraudulentos y tiranos , Segun infernal furia se lo dijo,
Que sean atrevidos homicidas , La crueldad usó de sus imperios :
Los ejemplos tenemos entre manos Desmembraron el santo crucifijo
Por las cosas atras acontecidas , Con nunca jamás vistos vituperios ;
Donde los mas pacíficos y llanos Luego la saña y el furor prolijo
Corremos mayor riesgo de las vidas , Abrasaron los dichos monasterios ;
Y no son estas , no , vanas sospechas , En Santa Fe pasó por esta via,
Pues veis de nuevo las maldades hechas. Que es do Chichiriviche se decia.
»A justas defensiones os provoco Los cuales su maldad han sustentado ,
Contra malignidad que nunca cesa ; Y se sustenta tan proterva cepa ,
Pues si no refrenais intento loco Sin habello por esto castigado ,
Sustentando pacífica promesa , A lo menos castigo que yo sepa ;
De consumirnos hemos poco a poco , Por haberse muy bien fortificado
Y aun mucho á mucho ya, segun su priesa, En parte que del mar algo discrepa ,
E yo no siento que quebranta fueros Y en Cumaná tuvieron los escesos
Quien resiste sus males venideros. Varios y diferentes los sucesos.
»Los frailes, aunque nos parecen buenos, Pues cuando la maldad allí se ensaya
Y de santas palabras y obras pias Y el convento barria la candela ,
Aquellos santuarios están llenos , Huyéronse dos frailes à la playa
Yo tengo para mí que son espías ; Donde tenian cierta canouela :
Porque españoles son ni mas ni menos , Con la cual se pusieron en Araya
Y por no consentir idolatrías , Adonde se halló cristiana vela ,
Huye de dar respuestas al reclamo Y ansí , poniendo de por medio agua,
De los pïaches el Oriquiamo. Llegaron á la isla de Cubagua.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XIII , CANTO II. 145
Con la nueva que dieron se desecha Con esta cobardía tan sin tiento
Cuanto podia dar contentamiento , Se dispusieron todos al pasaje ,
Sospechando que de la maldad hecha Llegaron con salud y en salvamento
Hojeda pudo ser el fundamento ; A Haití , do llevaban su viaje :
Y teniendo por cierta la sospecha Fueron nuevas de grande discontento
Determinan justicia y regimiento Después que recitaron su mensaje ,
De que fuesen diez barcos bien armados Y maldecian hombres y mujeres
Para prender á él y á sus soldados. La bajeza de aquellos mercaderes.
Van á Maracapana con gran priesa Porque luego los indios comarcanos
Do vieron al autor del disparate Que Cubagua tenian á los ojos ,
Cebado de la pérfida promesa Sabiendo ser huidos los cristianos
Que los indios hicieron del rescate : Vinieron á gozar de los despojos :
La cual bien claro vido ser aviesa De los cuales hincheron bien las manos "
En su trabajosísimo remate ; Aumentando con vino los enojos ;
Y ansi fué que por no tener aviso , Pues cuanto mas el bárbaro bebia
Nunca pudo salvarse cuando quiso. Tanto mayor braveza concebia.
Porque viendo venir desta manera Anda la borrachera y el tabaco ,
Los barcos conocidos á la vela , Hinchense bien las pieles y los senos
Adevinó su mal , mas no cuál era, Suenan voces y gritos en el saco ,
Que los presentes lazos no recela ; Y cuantos van y vienen vuelven llenos :
Mas yendo todos para la ribera Acudieron también de Carïaco ,
Para huirse con la carabela , Y los de Santa Fé ni mas ni menos ;
La gente de los indios circunstante Cuantos iban al fin destas raleas ,
Con armas se les puso por delante. Revolvian cargados de preseas.
El apostema y el furor revienta Abierta pues segun es declarada
De los pechos por maña reprimidos , La puerta de tan dura competencia ,
Hierve la furia , crece la tornienta , Determinaron de hacer armada
Confundense con gritos y alaridos : Los señores de la real audiencia :
La flecha y la macana se ensangrienta , Para ser con castigo refrenada
Muchos de los cristianos hay caidos , La furia de la bárbara demencia ,
Otros que huyen la sangrienta fragua Trescientos españoles , fuertes pechos ,
A nado se metian por el agua.
Se juntaron con armas y pertrechos.
Fueron aquestos los mejor librados , Fué Gonzalo de Ocampo por tiniente
Aunque con deshonor ansí huian , De don Diego Colon el almirante ;
Pues eran recogidos y amparados Y para gobernar aquesta gente
De los dichos diez barcos que venian : El audiencia le dió poder bastante :
Los otros todos son despedazados , El suceso callamos de presente ,
Aunque con gran valor se defendian , Pero dirémoslo mas adelante ;
Do Hojeda pagó su desconcierto , Pues aunque caminante presuroso
Quedando con los otros allí muerto. Quiero tomar un poco de reposo .
Reconocido bien lo que pasaba ,
Los barcos con espesos remadores
Volvieron á Cubagua , donde estaba CANTO SEGUNDO,
Por justicia mayor Antonio Flores :
El cual en este tiempo recelaba Donde se cuenta cómo llegó GONZALO DE OCAMPO al puerto de Cumaná,
Otros inconvinientes no menores , la buena maña que se dió en prender algunos indios culpados , la jus
Por los amenazar crüeles manos ticia que dellos se hizo , on otras muchas cosas que entonces suce-
De indios que tenian comarcanos. dieron.
Los cuales apretaron su venida Los autores de torpes desatinos
Contra la isla con mayor pujanza , Nunca pueden tener bora segura ,
De yerba pestilente proveida Porque demás de ser aquestos dinos
La punta de la flecha , dardo , lanza : Del pago que merece su locura ,
El agua ya les era defendida , Esa misma maldad abre caminos
Perdida de la paz el esperanza , Para mayor dolor y desventura ,
Y esperar les parece cosa fea Pues nunca subió tanto la malicia
Con ser trescientos hombres de pelea. Que sobre ella no vuele la justicia.
En quien temor causó tanta demencia Ansí los indios destas poblaciones ,
Que se dejaron en esta isla sola , Cuando con hechos torpes inhumanos
Y todos sin vigor de resistencia Pensaron allanar sus tropezones ,
Determinaron ir á la Española : Entonces los hicieron menos llanos ;
Para lo cual con suma diligencia Y ellos buscaron nuevas ocasiones
El levadizo mástel se enarbola , Para los afligir sangrientas manos ,
Dejando las haciendas adquiridas Y de ser tan indómitos y bravos
Con el deseo de escapar las vidas . Nació la perdicion de ser esclavos.
Cuál dejaba su casa , cuál su tienda La era pues de veinte ya llegada ,
Llena de sedas , lienzos , paño fino , Con mas mil y quinientos de su rueda ,
Cuál la pieza mayor de su vivienda Cuando la del sol iba desvïada
Arrumada de pipas de buen vino ; Del tauro , y á los dos hijos de Leda
Cuál si poco tomó de su hacienda Llegaba , de Haití salió el armada
Con temor lo dejó por el camino , Para vengar los daños de Hojeda ,
Todo lo menosprecia y le baldona Y puestos en buen orden y concierto
Atrueco de salvarse su persona. A Cumaná llegaron y á su puerto .
Como suelen en fortunoso caso Acudió luego bárbara palestra
Aquellos que por mar hacen su via , Considerando ser la guerra cierta ,
Que por asegurar el mortal vaso Mas la gente cristiana como diestra
Alijan la comprada mercancía ; Con disimulacion cerró la puerta ;
Ansi lo hace por el campo raso Pues marineros solos hacen muestra
Cualquiera destos hombres que huia , Y los demás debajo de cubierta ,
Hasta dejar la ropa y atavio Y porque de las armas se despidan
Con priesa de se ver en el navío. De paz los Haman y con paz convidan .
T. IV. 10
446 JUAN DE CASTELLANOS.
Preguntaba la pérfida cuadrilla Hecho pues el castigo desta suerte ,
Si de Haiti venian de camino ; A Cumaná volvió y á sus riberas ,
Respondieron que vienen de Castilla Adonde , por el agua , hizo fuerte ,
Cargados de rescates y de vino : Porque pudiese ya venir cualquiera
Con fardos de ruán y de presilla , A la coger sin miedo de la muerte
Hachas , machetes , cuentas , coral fino ; Que daba la nacion desta frontera :
Que vengan los que quieren al contrato Venian libremente pues por agua
Que de todo harán muy buen barato. Los barcos y navíos de Cubagua.
Reportáronse con placer estraño Aquesta fuerza hecha , fundó luego
De ver pocos cristianos inocentes , Un pueblo que llamó nuevo Toledo ,
Ignorantes del ya pasado daño , Adonde se vivió con mas sosiego
De la misma cautela dependientes ; De lo que de presente decir puedo ;
Pues pensaban usar de aquel engaño Porque vino de paz el rey don Diego ,
Que con ellos usaron nuestras gentes , No tanto por amor cuanto por miedo ,
Y ansí debajo deste desvario Y aun él mismo publica que se espanta
Llegaron con canoas al navío. De ver la vecindad y nueva planta.
Cebados del olor desta mentira , En aquesta sazon que voy diciendo ,
Entró luego quien mas cerca se halla , Hubo por estas partes y regiones
Diéronles de comer y anda la jira Un clérigo , bendito reverendo ,
Del vino de Jerez y de Cazalla : Testigo de muy grandes sinrazones ,
Revestida de paz está la ira , A quien Dios levantó , segun entiendo ,
Sinceridad mostraba la canalla , Por favorecedor destas naciones ;
Rogando con amor de parentesco Bartolomé Casâus se decia ,
Que vayan á tomar algun refresco . Padre desta moderna monarquía.
Mas al tiempo que estaban descuidados, Cuyo nombre merece ser eterno
Bebiendo cada cual por maravilla , Y no cubrirse con escuro velo ,
Valentísima copia de soldados Pues procuró de dar tan buen gobierno
Con gran furor salió del escotilla ; A los conquistadores deste suelo ,
Prenden aquí y allí muchos culpados , Que sacó muchas almas del infierno
Y al indio que llamaban Orteguilla , A la contemplacion del alto cielo :
A quien frailes hacian gran regalo , Aqueste pareció tal cual lo pinto
Y fué para con ellos el mas malo. Ante la majestad de Carlos quinto.
Pues seis dias después del estampida Y al Cumaná ya dicho le pedia
Vivió fray Dionisio , que de gana Sin saber de la muerte franciscana ,
Quisiera conservar gente rompida , Afirmando por cierto que traeria
Por conocer en él voluntad sana ; Los indios à la religion cristiana ;
Mas Orteguilla le quitó la vida Mas no con belicosa compañía
Con un terrible golpe de macana , Sino con amistad de gente llana ;
Pagándole con mal el atrevido Y ansí , debajo deste presupuesto ,
El bien que dél habia recebido . Al César prepotente dijo esto :
Presos los indios pues incontinente , « Cesárea Majestad , por tiempo luengo
Algunos se pusieron en cadenas , He tenido mi casa y residencia
Y de los principales mas de veinte En las partes de Indias , de do vengo
Ahorcaron allí de las entenas , A deciros negocios de conciencia :
Por atemorizar la demás gente Si á la humildad del hábito que tengo
De que estaban las playas todas llenas ; Vuestra gran Majestad diere licencia ,
Y echados á la mar los cuerpos muertos , Que bien creo que no me irá à la mano
A Cubagua se fueron y á sus puertos . La cristiandad de rey tan soberano.
Allí de nuevo ponen sus banderas » Con las humildes plantas y novelas
Reparando las pérdidas que digo , Que vienen a católica vivienda ,
Y luego revolvieron mas de veras Usan los españoles de cautelas
A las ejecuciones del castigo : Dignísimas, señor, de gran enmienda :
Saltan en Cumaná y en sus riberas Abusos , desvergüenzas , corruptelas ,
Con opuesto rigor del enemigo , De que las Indias son pública tienda ;
Porque de indios cantidad inmensa No son perros que ladran , sino lobos
Engrosaba por horas la defensa. Que viven de rapiñas y de robos.
Mas Gonzalo de Ocampo no desmaya ; » De cuantos allá viven se destierra
Pues con muertes de indios y pesares El peso, la razon y la medida :
No solamente les ganó la playa , Y el simple natural de aquella tierra
Pero también entró hasta Tagares : No tiene libertad ni tiene vida ;
La fama y el temor hizo que vaya Pues manteniendo paz le hacen guerra,
Por todos los confines de sus mares , Le quitan la mujer y la comida :
Do con solo doscientos españoles Al pacífico, llano y al mas manso ,
Les allanó las cumbres y peñoles. A este se le da menos descanso.
Amedrentando todos los vecinos » No creen haber rey los naturales
De los rebeldes pueblos congregados , Que refrene molestias semejantes ,
Y por ellos haciendo hechos dinos Porque vuestras justicias y oficiales
De ser en estas partes celebrados : En las maldades son participantes ;
Pobló las sendas , playas y caminos Y aun ellos mismos son los principales
Con cantidad de indios empalados ; En los negocios mas exorbitantes ;
Trajo también gran número de vivos , Y ansí, si no cortais inconvinientes ,
A quien luego herraba por captivos. Presto verán su fin aquellas gentes.
Pudo también prender en una villa »Segun han sido malos y nocivos
Un valiente gandul en traje vario , En las islas que son de aquellos mares
Vestido con un hábito y capilla , Adonde ya no vemos indios vivos
Y dentro de la manga breviario : De tan numerosísimos millares ;
Hermano, dicen, fue del Orteguilla , Ansí , con tantos daños escesivos ,
Y no menos á frailes adversario , Harán en Cumaná y en los Tagares ,
Al cual colgaron en un alto risco , Donde traman y tejen largas trenzas .
Y en hábito murió de San Francisco. De latrocinios y de desvergüenzas.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XIII, CANTO н . 147
Desde Caracas hasta Chacopate » Este será mejor salvo- conduto
No suele la soltura ser angosta , Y la mas acertada medicina ,
Adonde so colores de rescate Pues esta gente no sabe dar fruto
Asuelan y destruyen la tal costa : Sino de la manera que el eucina ;
Conviene remediar su disparate , Y el señor padre viene mal instruto ,
Y que el remedio vaya por la posta ; Pues que tan de rendon se determina
Pues tanta mas será la desteniplanza En querer ablandar sin golpes robles
Cuanto fuere mayor esta tardanza. Menos blandos aun y menos nobles.
Aquellos naturales , segun siento , » Mudables todos á cualquiera viento
No son alli, señor, gente tan dura , Que sus bestialidades satisfaga ,
Que no vengan al buen conocimiento , Jamás en ellos mora buen intento ,
Viendo buenos ejemplos y blandura ; Ni supieron à bien dar buena paga :
Y mas si del presente rompimiento Conocimiento ni agradecimiento
Vuestra gran cristiandad los asegura , Nunca jamás à bien que se les haga ;
Poniéndoles allí varones llanos Es finalmente gente de tal masa ,
Que vivan del trabajo de sus manos. Que á las maldades nunca pone tasa.
› Aquestos han de ser hombres casados , » Ansi que , señor mio licenciado ,
Ayunos de guerreras competencias , El tiempo destas cosas que yo digo
Yporque sean mas reverenciados Os podria hacer desengañado ,
Honraflos heis con francas eminencias ; Y al mismo tiempo pongo por testigo ;
Y en alguna manera señalados Por tanto no vivais muy confïado ,
Por las esteriores aparencias , Pensando del traidor hacer amigo ,
Porque temores de otros se resfrien , Pues cuando juzgueis ser menos atroces
Y destos solamente se confien . Os tienen de tirar un par de coces.»>
Yo con ellos iré para el efeto El licenciado Casas , viendo esto
De lo que por palabras aquí muestro , Tan en contrario de sus opiniones ,
Y cumpliré también lo que prometo Al Ocampo tenido por molesto
Cuanto debe fiel vasallo vuestro : Hizo notificar sus provisiones ;
Teniendo tan buen orden y respeto Y para que saliese deste puesto ,
Como quien destas cosas es maestro ; Requerimientos y protestaciones :
Y entiendo con alguna suficiencia , El Ocampo con su gente de guerra
Que sabré descargaros la conciencia . » A Cubagua se fué y dejó la tierra.
A la sustancia del razonamiento Segun el Casas quiso todo hecho ,
Que el Casas ó Casäus esplicaba , Al cacique habló con gran caricia ,
Su Majestad estuvo muy atento , Diciéndoles venir con limpio pecho
Como quien dar remedio deseaba : Y sin resabios malos de cudicia :
Pidió memorial y llamamiento Para se desvelar en su provecho ,
De hombres de quien él se confiaba , Defender su razon y su justicia ,
Y puestas en consulta las razones , Y para ser amigos y parientes
No faltaban contrarias opiniones. Sin ser de sus haciendas pretendientes.
Mas aunque hubo quien contradijese, La bruta y atrevida pestilencia
La Majestad real le dió favores , Mostró sinceridad y manso brio ,
Dineros y navios , do viniese Y luego , no sin grande diligencia ,
Cargado de sus llanos labradores : Hicieron un grandisimo bubio ,
No poco huecos con el interese , El cual todo hinchó su reverencia
Por se considerar de cavadores , De vino , de rescate y atavio :
Caballeros armados é ya hechos Hacienda cuyos números contados
Con unas cruces rojas en los pechos. Montaba mas de siete mit ducados.
Vereis á Joan Martin y á Pero Mingo Luego determinó por su presencia , '
Con una gravedad muy entonada , Y de sus caballeros no sé cuántos ,
Olvidados del brinco y del respingo, De parecer en la real audiencia
Que daban al tirar del aguijada : Para comunicar negocios santos ,
Vereis cómo pasean el domingo Sin sospecha de guerra ni pendencia ,
Con plumas en la gorra colorada , Ni cosa que le dé malos espantos ;
Y al padre reverendo rodeado Antes tuvo por cierto que dejaba
Deste su rusticisimo senado . Cuanta seguridad se deseaba.
Al fin á Cumaná hizo su via Mas la gente sin fe , bestial y fiera ,
Con pertrechos , recados y aderezos , De cudicia crüel estimulada ,
Do salió con aquesta compañía Determinó de dar en la sincera,
Admirada de ver nuevos cabezos : De semejante trance descuidada.
Saltó Pedro Pascual , Anton García , ¡ Oh cuánto mas entonces les valiera
Cejudo , Joan Manojo , Hernán Bezos , El andar barbechando la cañada ,
Muchos con Mari Lopez , Joana Luenga , Ir á buscar el buey de cerro en cerro
Sancha , Teresa Diaz , Mari Menga. Y escuchar dónde suena su cencerro !
Dióles el parabién de bien venidos ¡Cuánto mejores fueran las meriendas
Aquel Ocampo con sus baquïanos , Hechas en el cubil y en las cabañas ,
Burlando de los trajes y vestidos Que las sangrientas guerras y contiendas,
Y la rusticidad destos villanos ; En que se daban todos malas mañas !
Teniendo por errores conocidos ¡ Cuánto mejores otras encomiendas
Sus modos de poblar torpes y vanos , Que pudieran guardalles las entrañas
Entre indios crueles y bestiales Y el encomienda de la sobrecarga ,
Mas brutos que los brutos animales. Cuando tercios atados queda larga !
Y ansi les dijo : « mis señores primos , ¡ Cuánto mejor también á Marimenga
No penseis acertar estas jornadas No mudar el andar con nueva ropa ,
Por via de halagos y de mimos , Ni dejar de hacer la hebra luenga ,
Sino con muy gentiles cuchilladas ; Mordiendo con los labios el estopa ;
Pues en la tierra donde residimos Y hacer que el marido se detenga
La buena paz negocian las espadas : Para ver si le sabe bien la sopa ,
No vereis amistad en esta tierra La sabrosa cecina , los tasajos ,
Si no se gana con sangrienta guerra. Y en el rescoldo las cabezas de ajos !
148 JUAN DE CASTELLANOS .
¡Cuánto fuera mejor la mansa suerte, Pusieron en la isla arrieros ,
De pocos ó ningunos conocida , Los cuales con trabajos insufribles
Que la de aquel que dellas se divierte Llevaban para dar á los barqueros
Con imaginacion desvanecida ! En puertos de la mar mas convenibles,
Pues entonces buscó la dura muerte Cuyos gastos no fueran sufrideros
Cuando se despidió de aquella vida , Si no fueran tan grandes los posibles ;
Como hicieron estos caballeros , Pero dejémoslos desta manera :
De quien quiero decir sus paraderos. Volvamos al Casäus, que me espera .
Pasados eran ya los quince cientos El cual , después que supo la rencilla,
Con cinco lustros mas y mas un año , La desventura y el rigor insano,
Cuando rabiosos perros y hambrientos Determinó de se poner capilla
Destruyen el católico rebaño , En habito y honor dominicano :
Entrando por pajizos aposentos , Fué sobre los negocios à Castilla ,
De quien nunca jamás les hizo daño ; Y en ellos apretó tanto la mano,
Y entró tal multitud de gente brava , Que hizo que hiciesen nuestros reyes
Que treinta partes menos resobraba . Para las nuevas ludias nuevas leyes.
Bien como riguroso ventisquero El fué quien descubrió la gran solapa
De borrasca que viene repentina , De males hechos en aquesta gente,
Con la cual el inútil marinero Defensa fuerte, protector y capa
Lleno de confusion se desatina ; De los bárbaros indios de occidente :
Y para gobernar aquel madero Siendo después obispo de Chïapa
No sabe cuál es arca ni bolina , Acabó su carrera santamente,
Mas antes sin preparacion alguna Y en Indias el protervo y el sencillo
Se deja convencer de la fortuna ; Tienen justa razon de bendecillo .
Ansí también , ó miseros varones Mas vista por entonces la demencia
Rodeados de perros inhumanos , De los de Cumaná y el desatino ,
En aquestas terribles confusiones Los señores de la real audiencia
No supieron valerse de sus manos : Buscaron el remedio que convino .
Todos son gritos y lamentaciones Vino por capitán desta tenencia
Y encomendarse á Dios como cristianos ; Jáconie Castellon, noble vecino,
Mas esto poco tiempo les duraba Con trescientos soldados escogidos ,
Por el poco lugar que se les daba. De cosas convinientes proveidos.
Porque como ningunos se defienden Rompió con gran furor los enemigos
De la gente crüel y fementida, Que en su defensa se mostraron bravos,
Los pechos abren, las cabezas hienden Hizo regurisisimos castigos
Con una crueldad jamas oida ; Primero que viniesen á conchavos ;
Porque son bestias fieras que pretenden Y antes y después de ser amigos
No dejar criatura con la vida : Sacó crecido número de esclavos,
Era lo bueno pues que en el estrago Y en la boca del rio con prest eza
Decian : « Santiago, Santiago. » Hizo de cal y canto fortaleza.
Y en este confusisimo ruïdo La cual se concluyó muy á provecho
No hay fuerza de crueldad que no les cuadre : Año de veinte y tres y un mes corrido,
Matan á quien les ha favorecido, Nombróse por alcaide de lo hecho
Y en amistad les era como padre ; Y capitán mayor deste partido ;
A la mujer delante del marido , Los reyes confirmaron su derecho
Y al muchacho delante de su madre, Y fuéle con salario proveido :
Y de doscientos no dejaron cosa Duró la fuerza hasta el año treinta
Sino quien puso piés en polvorosa. Sobre mil y quinientos desta cuenta.
Pues pocos, alentados de mas brio, Pues en esta sazon faltando guerra
Viendo la muchedumbre que venia, Hubo tan gran temblor y movimiento,
Huyeron á la boca de aquel rio Que derribó de la vecina sierra
Cubiertos de las matas que tenia, Gran parte con mortal asolamiento :
Y á nado se pasaron à un navio Del bárbaro vecino desta tierra
Que en estas horas agua recogia, Cercano del horrendo rompimiento
El cual sin acabar de tomar agua Bramidos de las ondas fueron tantos
Huyó para la isla de Cubagua. Que causaron mortíferos espantos.
Donde por la desgracia sucedida De cuyo miedo muchos perecieron ,
Mostraron todos triste sentimiento , Y con temor la vida despedian,
Y demás desto porque la bebida Los que vivos quedaron ya dijeron
No podia ya ser sin detrimento La causa deste mal que padecian :
Y en efeto les fué bien defendida Que fué por las maldades que hicieron
Por los indios del torpe vencimiento , En aquellos que mal no merecian' ;
Los cuales concluidas las peleas También del terremoto y aspereza
Repartieron despojos y preseas . Cayó gran parte desta fortaleza.
Luego también aquel indio don Diego, Escapáronse todos los cristianos,
En aquesta maldad el mas horrendo, Los cuales visto lo que les importa,
A las cristianas casas puso fuego , En la reformacion ponen las manos ,
El agua con su gente defendiendo, Y el Castellon á ello los exhorta :
Sin ser parte por armas, ni por ruego El cual allí vivió dias ancianos ,
Para la coger ya, sino muriendo ; Y después dél Andrés de Villacorta,
Y ansí después el agua que bebian De manera que con los dichos muros
Desde la Margarita la traian. Estaban de los indios mas seguros.
De jagüeyes hidiondos y salobres , No les aprovechaba ser ruïnes,
Que el español sediento descubria, Porque con sofrenadas los regian,
Para sustento suyo y de los pobres Y ansí por estas playas y confines
Indios de aquella rica granjería , Otros muchos cristianos acudian :
En barriles, ó cántaros de cobre . Venian de Cubagua bergantines
A la Punta-las- Piedras se traia , Y llevaban el agua que querian ,
Adonde la metian en bajeles Consortes finalmente desta danza
Alli hinchendo pipas ó toneles. Gozaban de grandisima pujanza.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XIII , CANTO III . 149
Vuelven los potentisimos empleos, Estremos ansimismo de grandeza
Acuden los contratos y bullicios, Allí sabré deciros algun dia ,
Hay fiestas,regocijos, hay torneos, Que hubo , descubierta su riqueza ,
Con muchos cortesanos ejercicios : Por hombres desta misma granjería ;
Hay damas, hay galanes, hay paseos, Pero quiero volver á la pobreza
Engrandécense mas los edificios ; Que primero Cubagua padecia,
En isla tan estéril é inamena Por desparecer todos los ostiales
Nunca jamás se vió mesa tan llena. E ya no hallár rastros ni señales .
Cuanto mas el ostial se frecuentaba La razon desta falta daban muchos,
Tanto mayor riqueza descubria, Que no sabré decir si la tuvieron,
Si prosperidad hoy representaba Diciendo que cardúmenes de chuchos.
Mañana mas grandeza prometia : Pescados como rayas, las comieron :
La pesquería se multiplicaba, Otros que los ostiales eran duchos
La gente y el contrato mas crecia, A se ir y mudar, y ansi se fueron ;
Con cuya grosedad y multiplico Mas semejantes causas y razones
Quien mas pobre llegó salió muy rico. Contradecian otras opiniones.
Finalmente que las prosperidades, Pues en las partes donde son sacadas.
Que sin escesos vanos os alabo, Y aun suelen ser las perlas principales ,
Crecian en tan grandes cantidades Muchas veces las hallan muy pegadas
Que ningunos pensaron ver el cabo ; A peñascos, roqueros y ciriales :
Mas por revolucion de las edades Y son con instrumentos arrancadas
Llegaron á notorio menoscabo , De los buzos indios naturales,
Y porque de cansado hago pausa , Y por esta razon quien mas alcanza
Después os contaré cuál fué la causa . Afirma que no pudo ser mudanza.
Por la misma razon es desvario
Lo que suele decir alguna gente,
Congelarse las perlas del rocío
CANTO TERCERO , Y en cada concha una solamente ;
Pues yo que de mi vista me confio
Donde se cuenta à cuánta diminucion vino la granjería de las perlas di He hallado la cuenta diferente
Cubagua, el asolamiento de aquella ciudad , con otras cosas alli suce En una sola concha, cuyos senos
didas.
Tenian cinco y seis y mas y menos.
De bienes que fortuna concediere La razon que se dió menos aviesa
No se fie quien dellos mas alcanza , Por algunas personas curïosas,
Ni piense ser seguro quien tuviere Fué decir que les dieron tanta priesa
De próspero suceso confianza : Que se acabaron como las mas cosas ;
Solo puede tenella del que diere Pues andaba la mano tan espesa
Seguridad de bienaventuranza , Que no fueran las ostias poderosas ,
Pues los que de ventura viven Henos Para se la henchir de ricos dones
A veces de la misma tienen menos. Sin producir de nuevo criazones.
Acontece caer lo soberano , Y en efeto , por largo movimiento
Suélese desmembrar lo mas entero, Y discurso de tiempo que las cria,
Pues vieron el furor del otomano Hoy de nuevo las hallan con aumento;
Debajo de los piés del pastor fiero ; Pero para la dicha granjería ,
Y al gran emperador Valeriano La Margarita tienen por asiento
En semejante trance lastimero , Por ser isla mas fértil y sanía ;
Y reinos en potencia muy erectos Mas en Cubagua no, ni quieren vella ,
Servir á los que fueron sus sujetos. Pero yo sí por acabar con ella.
No se pudo librar desta mudanza Pues entonces faltó de su ribera
El rico morador desta cultura , La flota de canoas que solia ,
Pues vino de su próspera pujanza No pone canoero la bandera
A todos los estremos de jactura , Para mostrar cuán próspera venia :
Perdiendo la hacienda y esperanza Las intenciones eran de cualquiera
De ver otra tan buena coyuntura, Adaptar su vivir por otra via;
Por no se reguardar aquel dinero El tráfago, bullicio y el estruendo
Para faltas del tiempo venidero. A mas andar se iba deshaciendo.
Aunque muchos se dieron buena maña , Faltaban ya las fiestas diputadas
Pues por adevinar casos futuros Para sus regocijos y placeres,
.Compraron grandes rentas en España, Las playas no se ven embarazadas
Heredades, haciendas, censos , juros ; Con tratos de los ricos mercaderes :
Y ansi vencieron fortunosa saña No se vian las calles frecuentadas
Haciendo sus contratos mas seguros, De hombres, ni muchachos, ni mujeres,
Como el jurado Juan de la Barrera Pocos dias habia finalmente
Y el Diego Caballero desta era. Que no saliese della mucha gente.
Y los Beltranos dos , Alvaro y Diego, Como cuando por casos señalados
Diego Nuñez Beltrán, su buen sobrino, Hacen en las ciudades algun juego,
De quieu, mediante Dios , trataré luego Que están los miradores ocupados
Si de vital aliento fuere dino ; Con tantos que perturban el sosiego ;
Pues si yo al Cabo de la Vela llego Y aquellos regocijos acabados
En la prosecucion deste camino, Los que miraban desparecen luego,
Haré mencion de nobles moradores Volviendo cada cual á su vivienda ,
En virtud y riqueza no menores. A sus tratos, oficios y hacienda ;
Entonces tomaremos entre manos A Cubagua con estas variedades
Con amistad y término debido Acontecíale ni mas ni menos ,
Al mariscal Miguel de Castellanos , Pues el tiempo de las prosperidades
Amparo y proteccion de aquel partido ; Habia plazas, calles, puertos llenos ;
Pues nuestras riñas y rencuentros vanos Y en el rigor de las adversidades
Yo los be sepultado con olvido , Huyeron los que se hallaron buenos,
Que los que juventud con furia manda Pues allí no quedó sino desnudo,
El curso de los tiempos los ablanda. O quien por ser ya viejo mas no pudo.
150 JUAN DE CASTELLANOS.
Destos fueron los tratos principales Y es por acontecer en tal instante
Los esclavos que entonces se hacian, Caerse la pared mas delantera ,
Y fueron bien crecidos los caudales Antes de poder ir mas adelante
De los que los compraban y vendian : Por impedir la puerta su carrera :
Por los esclavos increibles males Fué pues el soberano tan bastante
En aquella sazon se cometian , Que nunca hizo falta su madera ,
Hasta tanto que ya por nuestros reyes Y allí quedaron todos amparados
Se dieron á las Indias nuevas leyes. Puesto que temerosos y asombrados.
Deshecha pues aquella dura tienda Yo poco antes de caer habia
Que por la santa ley se les vedaba , Salido con deseo de escaparme ,
Otro ningun recurso de vivienda Y en medio de la plaza no sabia
En esta dicha isla les quedaba, Cómo mejor poder acomodarme ;
Y aun para mas dolor ó mas enmienda Porque de todas partes no tenia
De quien aquel furor ejercitaba , Falta de agua para bien mojarme ;
Del todo se acabó con los estremo s Pero luego con otras gentes buenas
Que por postre de mesa contare mos . Tuvimos compañeros en las penas.
Seria por el año de cuarenta Ofamos murmurios y bullicios ,
Y tres con el millar y los quinientos , No con falaces cantos de serenas ;
Cuando cierta señal nos representa Aquí y allí caian edificios ,
Bravos y furiosos movimientos : Las altas azoteas , las almenas ,
Siguióse después desto tal tormenta La casa de los santos sacrificios ,
Que hizo despertar los soñolientos , Moradas que yo vi ricas y buenas :
De todos vientos rigurosa guerra , Aquí sonaban voces y allí gritos ,
Y el mar mucho mas alto que la tierra. Aquellos con temor , estos aflitos.
El agua de los cielos era tanta , Lo mejor y lo mas fortalecido
Y con tan grandes ímpetus venia, Con la gran tempestad viene cayendo ,
Que el mas entero brio se quebranta , La trabazon del techo mas asido
Y el ánimo mas fuerte mas temia : Con fuerza del temblor se va rompiendo :
Ruïdo temeroso se levanta Causaba gran temor aquel ruïdo ,
Que de la mar y tierra procedia , Asombraba la furia del estruendo
Sobrevino la noche muy escura , De aquellas derrumbadas canterias
Y con ella grandisima tristura. Y quiebras de las vigas y alfajias.
No se hallaba ya cosa viviente Bien como ceiba grande y estendida ,
Que tuviese seguro de su vida , Cuyas ramas ocupan grandes llanos ,
Porque la calle va como creciente En el opaco valle cometida
De rios con furor de la venida ; A hachas cortadoras de villanos ,
En las casas no puede parar gente Que cuando cae da tal estampida
Por los amenazar con su caida , Que espanta los vecinos comarcanos ,
Y lo que mas seguro parecia O como en belicosas ordenanzas
Peligro , mal y muerte prometia. Cuando se rompen juntas muchas lanzas ;
Bien ansí como cuando por acechos O ya también digamos , como cuando
Siguen del delincuente las pisadas , El cielo se mostró de nubes lleno,
Que con bastantes armas y pertrechos Y el fuego celestial viene rasgando
Le tienen las salidas ocupadas ; La nube por el mas espeso seno ;
Y aquí le ponen lanzas à los pechos , Y aquella furia con que va pasando
Y ali ni mas ni menos las espadas , Es la causa de dar horrible trueno ,
El cual siendo de tantos rodeado Poniendo gran temor á los mortales
No sabe qué hacerse de turbado ; Sin uso de razon y racionales ;
Salíannos ansi desta manera Tal y tan grande estruendo se hacia
Aquí y allí peligros al encuentro , Cuando con tantas lluvias y temblores
Pues era grande riesgo salir fuera , La mas gruesa pared de cantería
Peligro de la vida quedar dentro : Caia con los altos corredores ;
Tiembla la isla toda donde quiera Cuyo grave ruido nos ponia
Por aire conmovida desde el centro , Grandisimos espantos y temores :
Aquel que poseia mejor suerte Viérades las doncellas desmayadas ,
Estaba ya gustando de la muerte . Dueñas amortecidas de asombradas.
Solo de Dios se tiene confianza, Aquí sonaba doloroso llanto
Que de la tierra ya nadie se fía , Del niño de su madre divertido ,
Pues cuanto mayor era la tardanza , Allí las madres hacen otro tanto
Tanto mas el rigor invalecia : Lamentando su hijo por perdido;
Las moradas hacian gran mudanza Otras por acullá con gran espanto
Y dellas cada cual se retraia , Colgadas de los hombros del marido,
Huir de las paredes y del muro Hacen mayores ser los terremotos
Parecia remedio mas seguro . Confusísimas voces y alborotos.
Yo solia posar en una casa Fueron durables estos detrimentos ,
Que bien cercana fué de la marina , Mas no con una misma destemplanza ;
Do vivia Pero Ruiz Barrasa Al fin cesó la fuerza de los vientos
Y su mujer Beatriz de Medina : Y llegaron las horas de bonanza :
Tenia por delante plaza rasa , Ningunos muertos , pero descontentos
E viendo yo henderse cierta esquina , Determinados á hacer mudanza
A grandes voces dije : « fuera , fuera , Por no tener recurso de vivienda ,
Que ya caen las rejas y madera. >> Eso me da soltero que con prenda.
Aquesto dicho , mi camino sigo Otros de nuevas leyes ignorantes
Por la parte mas desembarazada , Permanecian en sus desvaríos ,
Acuden á la puerta donde digo , Y algunos hombres viejos contratantes,
Y por su bien halláronla cerrada , Que tenian sus barcos y navíos
Abierto solamente su postigo Que iban y venian como antes
Do con la turbacion hacen parada , A contratar por otros señoríos
Que si junta saliera tanta gente Angosta vida, seca , miserable ,
La pared los matara ciertamente. Y tal que no podia ser durable.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XIV , CANTO I. 151
Mas los que no tenian el resuello Y lo mismo hará lo que yo cuento
Que de necesidad al hombre quita , En historia tan larga como esta ,
Para poder hallar donde tenello Donde mi peregrino pensamiento
Vergüenza generosa nos incita : Halla larga materia mal digesta :
Y ansi barcos de Niebla y Juan Cabello Diré yo pues primero del asiento
Nos traspasaron á la Margarita Desta postrera isla que me resta ,
En tanto que llegaban ocasiones Señalarémosle sus aledaños ,
Para ir á buscar nuevas regiones. Y después sus provechos y sus daños.
Y al tiempo de salir desta frontera , En grados es la misma convenencia
No sin dolor de damas y varones , De Cubagua que tiene al mediodía ,
Acuérdome que Jorje de Herrera Cuarenta leguas la circunferencia
Compuso ciertos versos y canciones , Y poco mas de seis la travesía :
Y en un alto pilar en la ribera Tiene de sanidad gran escelencia ,
También mandó poner ciertos renglónés , Pues ningunos humores malos cria ,
Que si memoria tengo de aquel dia Hay aguas represadas y corrientes
Entre ellos bubo letra que decia : A lo menos en valles eminentes.
Hic populus viguit donis ditissimus olim : El del Charaguaray da grande parte
Vix tamen erectus concidit ipse miser. A la parte del sur do va su proa ,
Sivarios mundi gliscis perpendere casus , Y á los vapores frigidos del norte
Præclaris oculis hic satis unus erit. El de Paraguachí y Arimacoa :
Quien examinar procura El valle de San Joan , dulce consorte ,
Aqui fué pueblo plantado , Por ambas partes goza de gran loa ,
Cuyo próspero partido Varios casos de ventura
Volo por lo mas subido ; Puestos en humana casta , Con árboles amenos y frescura
Mas apenas levantado Aquesto solo le basta Y de zavanas muy mayor anchura.
Cuando del todo caldo. Si tiene seso y cordura. Mujeres naturales y varones
Es en universal gente crecida ,
De recias y fornidas proporciones ,
A nuestros españoles comedida :
Son todos de muy sanas complexiones
Y todos ellos viven larga vida ,
ELEGIA XIV . Son poco curiosos labradores ,
Por ser cazas y pescas sus primores.
Elogio de la isla Margarita , donde se da relacion de la Descubrióla Colon , y este le puso
vivienda de la gente que allí reside y de los infortunios Aqueste nombre con que permanece ,
que ha padecido , con otras muchas particularidades Y allí Cubagua luego con el uso
dignas de memoria. De labor , la cultiva y enriquece :
El mas espeso bosque se dispuso
Para sembrar maices , y acontece
CANTO PRIMERO. Después de cultivadas estas vegas
Acudir por almud hartas hanegas.
Pues que dejamos ya menos aflita Hiciéronse muy buenas heredades
La gente del pesado terremoto , En los lugares mas acomodados ,
Tratemos de la isla Margarita , Y tomáronse muchas propiedades
En cuya descripcion tengo yo voto ; De sitios para hatos de ganados :
Mas no podrá su causa ser escrita Trujéronse de España variedades
Sin furia de tiranos y alboroto , De plantas con higueras y granados ,
Porque también allí le cupo parte Demás de muchos frutos naturales
De desleal bandera y estandarte. Que ella de suyo tiene principales.
Pues en pasados tiempos , y aun hoy dia Hay muchos higos , uvas y melones ,
Franceses les impiden el reposo , Dignísimos de ver mesas de reyes ,
Y en ella reventó la tiranía Pitahayas , guanábanas , anones ,
Del Aguirre , crüel facineroso , Guayabas y guaraes y mameyes :
Después de muerto por traidora via Hay chica , cotuprises y mamones ,
Pedro de Orsúa , capitán famoso , Piñas , curibijures , caracueyes ,
De cuyos trances mi cansada pluma Con otros muchos mas que se desechan
Querria dar alguna breve suma. E indios naturales aprovechan.
Provea de favor el alto cielo , De aves , de conejos , de venados
Enriquezea mi vena y el estilo , Bastantísimamente proveida ,
Porque proceda yo mejor que suelo Dan abundantemente sus pescados
En la prolija trama deste hilo ; Gustosa y salubérrima comida :
Que verisimamente yo recelo Es la carne de todos sus ganados
Los juicios acerbos del Zoilo , En sustancia y sabor muy escogida ,
Pero si lo quebrase ya seria Demás desto la mar en su distancia
Pusilanimidad y cobardía. Cria de claras perlas abundancia.
Para lo cual me ponen buen talante Aunque los bosques tienen aspereza
Muchos amigos mios y señores , Y espinas y escambrones à sus trechos ,
Aconsejándome que no me espante Produce por allí naturaleza
De los amarulentos detratores , Otras muchas maneras de provechos :
Y ansi quiero pasar más adelante Caballos hay de suma lijereza ,
Sin detener mis flacos atenores , No grandes , mas trabados y bien hechos ,
En esta dicha isla mayormente Y en todos los trabajos duran tanto
Do fuí mucho tiempo residente. Que podría decir cosas de espanto.
Y donde por ser larga la jornada El poblador primero destos era
Y llena de cien mil inconvinientes , El noble varon Pedro de Alegria ,
Habremos de hacer un ensalada Fué también Pedro Gallo desta era,
Compuesta de mil cosas diferentes ; Y el que Pedro Moreno se decia ;
Pero ninguna dellas despegada , Y después desto Pedro Herrera ,
Antes á los negocios concernientes ; Mas principal en ser y en valentia ,.
Mas suelen ir como se van contando Pues por su gran valor en paz y guerrá
Unas cosas de otras enhilando. Siempre rigió y mandó toda la tierra.
152 JUAN DE CASTELLANOS.
También Riberos el de Salamanca , Donde la flava Ceres los contenta
Los dos Rojas , el tio y el sobrino , Con liberalidad de franca mano ,
Diego Gomez , y Juan de Villafranca , Allí no falta indica placenta ,
Diego Diaz Pinedo su vecino . Ni lo que llaman pan artolagano,
Con el hermano ya de barba blanca , Con otro grano de diversa cuenta,
Pero Alvarez Millán , Andrés Audino , Sustento del antiguo baquïano ,
Domingo Alonso , Juan Guillén Villena , Allí las carnes vencen en sabores
Con otra mucha gente toda buena. A las mas escelentes y mejores.
Pues habia de punto bien altivo No la Calabria ni armentaria Tracia
Otros valerosísimos soldados , Mejor carnero ni tan buena vaca ,
Cuyo número es tan escesivo , Cabritos muy mejores que en Ambracia ;
Que no pueden ser todos memorados : Y por Atagen y ave fasiaca
Demás de que si yo no los escribo , Otra de mas sabor y mejor gracia
Es porque aquí no estaban arraigados , Que por allí se llama guacharaca ,
Pero cansados de la guerra dura Domésticas y bravas muchas aves ,
Tomaban esta isla por holgura. Ningunas mas gustosas ni suaves.
Y es ansí , que los hombres conocidos , El índico pavon allí se halla,
Que por la tierra firme conquistaban , Capones sobre todos escelentes ,
De sustentar las armas afligidos Con otra grande copia que se calla
Aquí por gran regalo se pasaban : De cazas en sabor no diferentes ,
Y de trabajos grandes recebidos Otro mistillo , y otro taratalla ,
Por algunos espacios descansaban , Que guisaban con varios adherentes
Adonde los enfermos y los sanos Con tal primor y tanta pulicía
Dormian sin las armas en las manos. Cuanto cabal concierto requeria.
Faltaban los barruntos y sospechas Sirven mestizas mozas diligentes,
De las adversidades de fortuna , Instruidas de mano castellana ,
No se temian asechanzas hechas , Lascivos ojos , levantadas frentes ,
Hambre ni sed à todos importuna : De condicion benévola y humana :
Menos temian tiros de las flechas Otro número grande de sirvientes ,
Al tiempo que se pone ya la luna , Captivos de la tierra comarcana ;
Sino que todos reposaban faltos Ricas toballas , lúcida bajilla ,
De pesadumbres y de sobresaltos . Y todo lo demás á maravilla.
Cualquiera de nosotros allí osa Allí se cuelgan las pendientes camas
Acostarse quitadas las espuelas , Adonde tiemplan aires los calores ,
Y sin temor de yerba ponzoñosa Entre las espesuras de las ramas
Arrinconar escudos y rodelas : Hay cantos de suaves ruiseñores ;
No recelábamos fiera rabiosa Con cuyo son las damas y galanes
Que lleva los dormidos y las velas , Encienden mas sus pechos en amores ;
Mas cada cual dormia descuidado Allí mirar , allí la dulce seña
De peligro y de riesgo tan pesado. Que el ardiente deseo les enseña .
Allí satisfacian abundancias , Allí también dulcísimo contento
La bambre del entrada do venian , De voces concertadas en su punto ,
Y aun otros consumian las ganancias Cuyos conceptos lleva manso viento
Con juegos y con damas que servian : A los prontos oidos por trasunto :
Frecuentábanse bien estas estancias Corre mano veloz el instrumento
Donde hermosas damas residian , Con un ingenioso contrapunto ,
No queriendo vivir estas edades Enterneciéndose los corazones
En pueblos , sino por sus heredades. Con nuevos villancicos y canciones.
No hallaban lugar cosas molestas , Porque también Polimnia y Erato ,
Ni do pesares hagan sus empleos , Con la conversacion del duro Marte
Todos son regocijos , bailes , fiestas , De número sonoro y verso grato ,
Costosos y riquísimos arreos : Tenian deste tiempo buena parte :
Cuantas cosas desean están prestas Rara facilidad , suave trato ,
Para satisfacelles sus deseos , Y en la composicion ingenio y arte ,
Los amenos lugares frecuentando De los cuales discipulos y alunos
E unos á los otros festejando . Podríamos aquí decir algunos.
Pasaban pues la vida dulcemente Y aun tú, que sus herencias hoy posees
Todos estos soldados y vecinos , No menos preciarás saber quién era
Donde la fresca sombra y dulce fuente Bartolomé Fernandez de Virués ,
Al corriente licor abre caminos : Y el bien quisto Jorje de Herrera :
En el Val de San Joan principalmente Hombres de mas valor de lo que crees ,
Eran los regocijos mas continos , Y con otros también de aquella era ,
Y á sombra de la ceiba deleitosa Fernán Mateos , Diego de Miranda ,
Admirable de grande y de hermosa . Que las musas tenian de su banda.
Con cierta cantidad no señalamos, Allí también señoras principales ,
Por increible cosa , tronco y cepa , En vida marital y mas segurą ,
Pues toma tal espacio con sus ramos Asidas con los ñudos conjugales ,
Que dudo que mayor otro se sepa : Frecuentaban también esta holgura ,
Tan bella , tan compuesta la pintamos , En aviso y belleza tan cabales
Que hoja de otra hoja no discrepa ; Que nadie tuvo mas de hermosura ;
Alli con el frescor del manso viento Pues con lo menos de su gracia dellas
Daba cien mil contentos un contento. Se pudieran algunas decir beilas.
En torno de la cual los verdes prados Catalina de Rojas , que señora
De naturales y traspuestas flores Fué deste dicho valle y pertenencia ,
Estaban todos tiempos estampados Y de sus hijos debe ser agora
De pinturas diversas en colores ; Como de sucesores por herencia ,
Y á vista grande copia de ganados Tal fué que la mas bella se desdora
Que rodeaban rústicos pastores , Ante su graciosísima presencia ,
Y debajo de ramas tan amenas Pues en donaire , gracia y en talante ,
Asientos puestos y las mesas llenas. Alli no vimos cosa semejante.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XIV, CANTO I. 153
La otra, de su nombre dicha Ana , Desta manera fuimos divididos
Ana de Rojas , digo , cuya cara Por diversas provincias destos mares ,
Podia convencer la de Diana , Quedándose los viejos y tullidos
En gracia , resplandor y lumbre clara : Por aquellas estancias y lugares .
Mas ¡ ay dolor ! que contra la tirana Los pasados placeres convertidos
Furia su pulcritud no la repara ; En angustias , tristezas y pesares ,
Pues quien domaba tigres y leones , Y demás de los ya dichos rigores
No domo los humanos corazones. Les vinieron después otros mayores .
Y Francisca Gutierrez , que de Haro Pues cuantos han alli perseverado
Estirpe clara tiene y generosa, A trabajosos trances obedientes ,
Necesidad no tuvo de reparo En algunos asaltos han purgado
Para ser con estremo muy hermosa , Aquellos juveniles accidentes ;
Suprema discrecion , aviso raro , Y el soberbio francés tiene cuidado
Conversacion suave y amorosa , De saltear á tiempos estas gentes ,
Cuyas gracias , facecias , cuyas sales Inquietandolos en sus viviendas ,
No hallan semejantes ni aun iguales. Y despojándolos de sus haciendas.
E Isabel de Reina , que no en calma El primero de quien hago memoria,
Se queda , pues podia serlo dellas , Por ser primer pirata que alli vino ,
En el cuerpo hermosa y en el alma , Es del crüel francés Jaques de Soria ,
Santas costumbres , proporciones bellas , Movido de un espíritu malino :
Claro triunfo , vitoriosa palma Acortarémonos en el historia
De las graciosas dueñas y doncellas , Por no hacer prolijo mi camino ;
A la cual Dios en juventud florida Pero para fundar nuestra carrera
Sacó de los peligros desta vida. Comenzarémosla desta manera.
Y Maria de Lerma , cuya gracia Seria por el año de cincuenta
Esmero parecia de natura , Y cinco , mas o menos algun dia ,
Si no fuera cubierto de falacia Cuando con esta gente que se cuenta
El rostro de la humana hermosura ; Un cierto Diego Perez residia :
Pues ya sin esta fuerza y eficacia Hombre de condicion sanguinolenta ,
Lo come la terrena sepultura , Pronto para cualquier bellaquería ,
Por ser al fin aqueste el paradero Suave labia , muy gentil presencia ,
De lo cabal y de lo mas entero. Y entrañas de dolosa pestilencia.
¿Qué podremos deciros de su hermana , En pecado mortal fué concebido
Joana de Ribas , que es también difunta , De sacerdote natural de Utrera :
Sino que allí pintó natura humana Facineroso , falso , fementido ,
Cuanto bueno se pinta y se trasunta? Y matador de su mujer primera ;
Virtud , bondad , honor , intencion sana En cualesquier maldades atrevido ,
Honestidad con hermosura junta , Y tanto que ninguno mas lo era ,
Cabal en todos dones de natura , El cual por casos de rigor horrendo
Y no menos cabal en la ventura. A estas Indias se pasó huyendo.
Otras señoras es cosa notoria Estando pues en público pecado
Haber allí de punto muy altivo , En esta isla de cristiana gente ,
Que por no retenellas mi memoria Fué por un Diego Gomez desterrado ,
Tan en particular no las escribo ; En aquella sazon allí teniente ;
Pero por el discurso de la historia Mas con deseo de se ver vengado
Podria ser bacello , si yo vivo , Este facineroso delincuente ,
Pues he de ir por partes diferentes A Francia pasó desde la Tercera
Donde se dividieron estas gentes . Para traer allí gente guerrera .
Porque como las perlas se acabaron En el Havra de Francia tomó puerto ,
En aquella sazon ya repetida , Do halló cinco naves aprestadas
Y luego los esclavos se quitaron Con el ya dicho capitán esperto,
A causa de la ley establecida ; Dispuesto para ver Indias doradas :
Todos aquellos faustos se trocaron Hizo con el pirata su concierto .
En una mas que misera caida : Como suelen personas desalmadas ,
De suerte que forzados á la enmienda Con promesa de lo volver á Francia
Buscaba cada cual nueva vivienda. Con quinientos mil pesos de ganancia .
Este y aquel hacian mudamiento , Salió con él la gente muy contenta
Eso me da casado que soltero , Viendo del español tan buenos brios ,
Buscando por las Indias un asiento Y la grandeza que les representa
Que les pudiese ser mas duradero , De riquezas , de joyas y atavios ;
No sin un lacrimoso sentimiento Pero luego les dió tan gran tormenta ,
Del amigo , pariente y compañero , Que perdieron allí cuatro navios ,
Por ponelles vejez miedo y espanto Y todo esto nunca fué bastante
A que no hagan ellos otro tanto. Para dejar de ir mas adelante.
Pasaban al Perú y Nueva -España De la manera pues que se recita,
Los de mas levantadas esperanzas , Con la principal nao capitana
Otros venciendo fortunosa saña Llegaron á la isla Margarita
De nuevas tierras hacen confianzas ; Por parte de la mar meridiana :
Otros también se daban buena maña Desde cierta piragua les dan grita
En tratos ó guerreras ordenanzas : Dijesen si es la não castellana ,
Al fin la compañía fué desbecha Respondia la pérfida cuadrilla :
Como el grano faltó de la cosecha. Diego Perez , que viene de Castilla.
Bien como cuando veis á gran mercado A todos los vecinos encomienda
Ocurrir de gentio peregrino ·Como quien á los tales conocia ,
Tal número que tienen ocupado Diciéndoles traer buena hacienda
La plaza , la calzada y el camino , Vinos , frutas y gran mercadería ;
Y aquel contrato hecho y acabado , Y que saldria para poner tienda
Se vuelve cada cual por donde vino En viniendo la luz del otro dia ,
Dejando vacos los lugares llenos , Pues ya rayos de Febo prefulgentes
Y los que en ellos quedan son los menos; Iban a visitar las otras gentes.
154 JUAN DE CASTELLANOS .
Gran yerro fué creer lijeramente Oida la razon y el aspereza
Tan mala criatura como esta , Del capitán y vencedor terrible ,
Y el mensajero fué tan insipiente Auméntanse los lloros y tristeza
Que creyó la mentira bien compuesta ; Con voz á los oidos insufrible ,
Creyéndola también la demás gente Porque por ser immensa su pobreza
Que estaban esperando la respuesta ; Podello rescatar es imposible ,
Y ansi sin recelar bélico fuego Y ansi dicen personas afligidas
Se fueron a dormir con gran sosiego. Que no tienen que dar sino las vidas.
El estatera del ecuante sino De las cuales le ruegan los despene
En el tiempo de menos vigilancia Por ser la muerte menos odiosa ,
Tenia por el lúcido camino Y que lo poco ó mucho ya lo tiene
Noturnas horas en igual distancia , Sin poder escapar ninguna cosa ;
Cuando cercó la casa del vecino Demás de saber bien quien con él viene
Escuadron superbisimo de Francia , Aquella tierra ser menesterosa ,
Saliendo todos bien apercebidos Ganado solo tiene su partido
Sin ser oidos , vistos ni sentidos. Y que desto será bien proveido.
Cuando con dulce sueño se quieta Al fin Jaques de Soria les concede
La vista del humano fatigada , Libertad , con que den matalotaje ;
Entonces el francés tocó trompeta Da cada uno dellos lo que puede
Para que à una den el alborada : Demás de las preseas del pillaje :
Luego la gente dura los aprieta Dejáronlos cual nunca nadie quede ,
Por una y otra parte derramada , Y ellos continuaron su viaje ;
El valiente galán , la flaca dama Dieron las velas muy apresurados
Sobresaltados saltan de la cama. Por tomar otros pueblos descuidados .
El que deste furor huir pretende Dan entre Burbarata y Venezuela ,
Ocupadas hallaba las salidas , La costa de la mar llevan barrida ,
A cualquiera varon que se defiende Rio la Hacha y Cabo de la Vela
Le daban crudelisimas heridas ; Pudiera ser entonces destruïda ;
Porque de sujecion sola depende Mas Viana, piloto , los desuela
El único remedio de sus vidas , No tomando la tierra conocida ;
Y ansi muchos varones fueron lesos Por prendas suyas hizo tal desvío ,
Por no se sujetar a verse presos. Y en Santa Marta dió con el navío.
Vereis aquí y allí lucir espadas Entran de noche , falta la reseña
De parte vencedores y vencidos , Hablando Diego Perez por su parte ,
Vereis salir señoras destocadas , Y el capitán Francisco de Ludueña
Y muchas sin reparo de vestidos ; Reconoció ser gente de mal arte :
Vereis otras mujeres abrazadas Vuelve las riendas, y al varon y dueña
Con padres ó con hijos ó maridos Avisa ser francés el estandarte ,
Este descalzo va y aquel desnudo , 1 Con aquello que pueden van á escuras
Este pudo huir y aquel no pudo. Metiéndose por grandes espesuras.
Bien ansí como cuando bestia fiera Entra luego la galica ralea
Salta por las paredes al rebaño Por aquellos barridos aposentos ,
Que todo se remonta , y aunque quiera El pueblo con gran furia se saquea
Huir por escaparse del engaño , Con algunos heridos y sangrientos ;
La cerca les estorba salir fuera, Mas no con el caudal que se desea
Y lo que era defensa les es daño , Segun sus codiciosos pensamientos ;
Pues para dar seguros á su vida Van á la iglesia, rompen el sagrario ,
No da seguridades su guarida; Y sacan la custodia y relicario.
Así desta razon entender puedes Por no tener lugar nuestros cristianos
Los males de la gente que despierta ; Con aquel repentino desaliento ,
Pues les eran estorbo las paredes De retraer de tan enormes manos
Para poder huir de la reyerta , La hostia que de Dios es aposento ;
Y no menos allí hallaban redes Pero juraron estos luteranos
Aquellos que salian por la puerta ; Que no hallaron santo sacramento ;
Por tenellas en ellas puestas guardas Y el dicho Diego Perez lo decia
De picas, arcabuces y alabardas. Que la custodia se halló vacia.
Usa la bestial furia sus furores Jurábalo debajo de buen celo
Con orden de sangrientos pareceres , Aqueste miserable delincuente ;
Los aires se rompian con clamores Fué para los fieles gran consuelo
De los muchachos tiernos y mujeres ; Después que ya supieron claramente
Mas ya de los del pueblo son señores Que el supremo Señor de tierra y cielo
Los falsos y falaces mercaderes , Se retiró de tan enorme gente ;
Que matan los que sus bienes defienden , Mas con santos debujos y retratos
Y cobran paga de lo que no venden. Usaron de muy grandes desacatos.
Fué también el autor de las traiciones Hicieron otros muchos desatinos ,
De muchos enemigos homicida , A cualquiera maldad sueltas las riendas ,
A fin de se vengar de las pasiones Hubo quien frecuentase los caminos
Cuando se desterró de su querida ; A redemir molestias y haciendas :
Pudiendo con justisimas razones Rescataron el pueblo los vecinos
Entonces desterrallo de la vida ; Porque no les quemasen sus viviendas ;
Mas agora conocen ser demencia Y esto concluso por la gente suelta ,
Usar con hombre malo de clemencia. Al Rio de la Hacha dan la vuelta.
Después de todos presos y rendidos Por les encarecer el Diego Perez
Y cesada la furia del combate , Para su mal à la maldad francesa ,
Con otros feos actos cometidos Haber allí muy ricos mercaderes,
Anejos al enorme disparate ; Riquísimo caudal y llena mesa :
Tratóse con los míseros vencidos Moviéronse por estos pareceres
Que diesen por el pueblo buen rescate, Teniendo por certisima la presa ;
Con amenazas de hacer entrego Mas antes que la gente de allí parta
En no lo rescatar al vivo fuego. Aviso dió por tierra Santa Marta.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XIV, CANTO I. 155
El francés tuvo tiempo cual lo quiso , Velazquez destas cosas ignorante
Y el mensajero, puesto que fué cierto, En cumplimiento de lo prometido ,
Apenas allegó con el aviso , Vino después dos dias adelante
Aunque era caminante muy esperto, De plata y oro bien apercebido ;
Cuando vieron la nao de improviso Al menos lo que via ser bastante
Y los patajes ya cerca del puerto ; Para rescate de lo que traido
De manera que vido nuestra gente De Santa Marta habian los sangrientos
El cosario y aviso juntamente . De santos y benditos ornamentos.
Anda luego la grita y alboroto A la nao lo lleva gente presta
Para poner en cobro la moneda , Que el soberbio francés allí tenia ,
Levantan pies lijero terremoto El cual no lo recibe con la fiesta
Y gran escuridad de polvareda ; Ni con aquel aplauso que solia ;
El mas valiente vemos mas remoto , Antes con amenazas lo molesta
Por cobarde se tiene quien se queda , Y al dicho Diego Perez le pedia ,
Escapando la próspera ganancia O le pagase cuanto le llevaba
De que entonces tenian abundancia. Sin admitir disculpa que le daba.
Todas las gentes andan presurosas , En efeto le hizo que escribiese
Cargados van los grandes y los chicos ; Al pueblo do se hizo mensajero ,
Aunque como personas caudalosas Con ruego de que no se permitiese
De oro , perlas y otros multiplicos : Que lo llevasen por su prisionero ;
En sus casas dejaban muchas cosas Si no que luego se les proveyese
Con que pudieran otros ser muy ricos , Del hombre y dos mil pesos en dinero ;
Por no dalles lugar el tiempo breve Mas porque no viniese la tal paga
Para que su caudal todo se lleve. Junto á la firma puso : no se haga .
El que no puede mas antes que vaya Fué animosidad , mas de manera
Aver la selva, no por ser amena, Que no dejó de ser muy atrevida ,
Dejaba muchas cosas por la playa , Porque si la cautela se supiera
Sepultadas debajo del arena ; No le costara menos que la vida :
Mas como vientos recios allí hava Visto pues no venir lo que se espera
Con la soberbia que Aquilon ordena , Deste puerto hicieron despedida ,
Entonces se mostró tan inquieto Y el cosario francés llevó consigo
Quedescubrió por partes el secreto . Al Francisco Velazquez como digo.
Luego como faltó gente guerrera , El cual lleno de grandes confusiones ,
Al fin como ladrones diligentes , Cuasi por términos desesperados
Los ocultos secretos de la tierra Al capitán habló tales razones
Hicieron manifiestos y patentes : Que todos se quedaron admirados ,
Aquí y allí y alla se desentierra Y respondieron con sus intenciones
Todo cuanto dejaron nuestras gentes ; Ciertos franceses muy españolados ,
Lo cual no fué tan poco que no fuese Diciéndole ser grande desafuero
De principal valor el interese. No dalle libertad al mensajero.
Estando pues el pueblo poseído El capitán como se convenciese
Y elfuego para él no menos cierto , Con esto que su gente le decia ,
El Diego Perez fué tan atrevido En un batel le dijo que se fuese
Que fué para tratar de su concierto : Que fuera de la não se traia ;
Fuéles buen interese prometido Y primero que della se saliese
Atrueco de que salgan deste puerto , Le quitaron el oro que tenia ;
Yvino por faraute de las paces Entró pues en el barco casi muerto
El canónigo Diego de Loaces. Veinte leguas ó mas fuera del puerto.
Como ninguna cosa concluyese Sin agua , sin recurso de alimentos ,
Volviendo temeroso del cosario , Ni cosa que pudiese sustentallo ,
No se hallaba quien tratar quisiese No remos ni marinos instrumentos
Negocio tan forzoso y necesario Para poder mejor encaminallo ,
Para que el pueblo no se destruyese ; Sino donde las aguas y los vientos
Mas Francisco Velazquez , secretario A su disposicion quieren guiallo ;
Hoy en el nuevo reino de Granada , Solamente de Dios se confiaba
A su cargo tomó la tal jornada. A quien de corazon se encomendaba.
Holgóse la francesa pestilencia Y ansi mediante su favor divino
De ver un hombre de tan buen aviso , Pudo tomar paraje deseado
Mozo gallardo , de gentil presencia , Abajo cuatro leguas de camino
Y en aquella sazon otro Narciso : Del Rio de la Hacha ya nombrado ;
Trató del precio con cabal prudencia, Donde luego topó con un vecino
Ynegoció con ellos cuanto quiso ; Con cuya vista fué muy consolado ,
A trueco de ponelles en las inanos Y luego puso todos sus poderes
Cuatro mil y quinientos castellanos. En que se descubriese Diego Perez.
Hacíasele grande cortesía , Ansimismo Miguel de Castellanos ,
Y todos ellos antes que se parta Con otros caballeros y vecinos ,
Rogaron que se vean otro dia Envían por lugares comarcanos
Yprocure traer moneda harta , Ocupando las playas y caminos ,
Pues cierto le darán lo que pedia Hasta tanto que hubieron a las manos
De la iglesia y ciudad de Santa Marta : Al autor de tan grandes desatinos :
Despidióse pues dellos con aquesto , Danle tormento , hácenle procesos ,
Y prometióles de volver muy presto.. Y confesó grandisimos escesos.
Diego Perez en esta coyuntura Era justicia cierto caballero
Huyó de los franceses compañeros Que Francisco de Lerma se decia ,
Metiéndose por montes y espesura Varon de gran valor , hombre severo ;
Con razonable copia de dineros : Y este , por la traicion y alevosia ,
Que lo llamaba ya su desventura Mandólo colgar luego de un madero ,
Para pagar sus grandes desafueros ; Aunque mas crüel muerte merecia :
Jaques de Soria por aqueste hecho, Hiciéronle después enterramiento ,
Pelábase las barbas con despecho. Porque murió con buen conocimiento.
136
JUAN DE CASTELLANOS.
Aqueste fue su fin y paradero ;
Y pues con él babem os concl uido , Ursúa de salud estaba falto ,
Justo será volver á lo primero , E ya por todas partes rodeado ;
Porque me hallo ya muy divertido Venci endo calentura y sobresalto
De nuestra Margarita, donde quiero Salió del toldo mal aderezado ,
Cumplir con lo que tengo prometido , A fin de trabajar ganar el alto
Y donde hallareis por escritura De fortisimos indios ocupado ,
Otra mas trabajosa desventura. Y halló para ir en tal demanda
Solos doce soldados de su banda.
Y por contar aquesta no diremos
Desabrimientos que le son anejos ; A los cuales les hizo tal abrigo .
Pues vence la que digo los estremos Que con aquel valor de su costumbre ,
De cuantas tienen lacrimosos dejos : A pesar del ejército enemigo ,
Mas, para proceder como debemos , Ganó lo mas supremo de la cumbre ,
Cumple tomar la cosa de muy lejos ; Haciendo crudelísimo castigo
Y pues de un golpe no podemos tanto , Con riesgo, con sudor y pesadumbre :
Quiérola comenzar con nuevo canto. Fueron sus grandes hechos aquel dia
Bastante prueba de su valentía.
Hirióle tres el venenoso Marte ;
Y aunque de vida ya desconfiados
CANTO SEGUNDO , Esta desconfianza no fué parte
Para que fuesen dél desamparados ;
Donde se da a entender quién era PEDRO DE URSÚA y su descendencia, Y sus esfuerzos fueron de tal arte ,
con otras cosas à la historia convinientes. Que de débiles hizo confiados
Para salir de riesgo tan terrible ,
Siempre suelen venir acompañados Que no parecera cosa posible.
Los jueces y los gobernadores O ya con arcabuz , ya con espada ,
De deudos , de parientes y criados , El escuadron rompió mas importuno
Guiados del olor de sus favores : A pié mas de seis leguas de jornada
Y en algunos no son mal empleados Con terrible calor y siempre ayuno :
Los mas calificados y mejores , Llegó pues con la gente fatigada ,
Pues su virtud , trabajo y diligencia Sin que dejase uno ni ninguno
Los hacen merecer la tal herencia. A Santa Maria , que se maravilla
Escapar de tan áspera rencilla.
Entre los otros yugos que sostuvo
El orbe de las Indias de occidente , Era por este tiempo ya venido
Un Miguel Diaz Armendariz bubo Montaño por jüez de residencia,
Que trajo seis gobiernos juntamente ; Que puestos sus servicios en olvido
Y en este nuestro nuevo reino tuvo Le mostraba rencor y mal querencia ;
Un mozo generoso , su pariente , Y ansi , de sus amigos conmovido ,
Pedro de Ursúa fué su propio nombre , Se desvió de aquella pestilencia ,
Que siempre mostró sello sin ser hombre. Y residió con ciertas compañías
Pareciéndole cosa conviniente En el Nombre de Dios algunos dias.
A discrecion modesta y asentada , Donde recogió copia de soldados
El tio le nombró méritamente Para los ejercicios de la guerra ,
Por general del reino de Granada : Y allí desbarató negros alzados
Salió buen capitán y diligente Que estaban hechos fuertes en la sierra ;
Para le cometer cualquier jornada ; Los cuales , por ser muchos y esforzados ,
Y ansi, por aquí daba buena cuenta Ponian en temor toda la tierra ,
En los negocios de mayor afrenta. Prendióles á su rey dicho Ballano ,
Descubrió los caminos mas reclusos , Aunque tenia poderosa mano.
Allanó la montaña rigurosa , Los negros y proterva compañía
Conquistó la provincia de los Musos , Vencidos en aqueste repiquete ,
Deste reino la mas dificultosa : A reinos de Pirú hizo su via
Finalmente , que los guerreros usos Con amigos y deudos seis ó siete ;
Le dieron prontitud maravillosa , Los cuales en aquel tiempo regia
De manera que mañas y osadías El marqués escelente de Cañele ;
Crecian juntamente con los dias. Y este , reconociendo sus valores ,
Le hizo mil mercedes y favores.
Y ansí , con el valor de su persona ,
Y entre valientes indios y arriscados Después , con gracia de razon urbana ,
Pobló ciudad a quien llamó Pamplona , Hizo demanda del descubrimiento ,
Cuyos campos y rios son dorados : Que dicen de Francisco de Orellana ,
Vile hacer à la real corona Con quien yo tuve gran conocimiento ;
Otros muchos servicios señalados ; Y el marqués se lo dió de buena gana
Y en Santa Marta recorrió la sierra , Vista su discrecion y su talento ,
Puesto que sin victoria desta guerra. Porque en aquellas tierras aun habia
Podríame vender yo por testigo Soldados de aquel tiempo todavía .
Sin gozar lo mejor de la mañana , Y entre todos aquellos que renuevan
En el paso de Origua ó de Rodrigo , Este descubrimiento que ya digo ,
Y el buen Pedro de Ursúa con cuartana , Era buen adalid Alonso Esteban ,
Tomándole los pasos que ya digo A quien también yo tuve por amigo ;
Gran ímpetu de gente coniarcana, El cual de la jornada do se ceban
Sobre paz con fiebre fatigado , Se podia vender por buen testigo ,
Descalzo del un pié y otro calzado . Como quien abajó con Orellana
Allí caza Bondigua, y allí Bonda ; Al mar del norte y á Maracapana.
Allí de Pocigueica y de Tairama , Ursúa, con aviso suficiente ,
Con todos los demás de la redonda , A los efetos desto se presenta ;
Conocidos por hechos y por fama , Pero dejémoslo haciendo gente
Con flechas , con macana , dardo , honda , Que de valor tan raro se contenta :
Gran cantidad de sangre se derrama , Pues me parece cosa conviniente
Privando brevemente de la vida Del Orellana dar alguna cuenta ,
Cuanta gente hallaron divertida. Para bien entender desta letura
Jornada de tan grande desventura.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XIV, CANTO II. 137
Pasados eran ya los quince cientos Incierto como digo de lo cierto ,
Y diez lustros de santa parentela , Por las islas buscaban alimento ,
Cuando gente de grandes pensamientos En una de las cuales toman puerto
Con Gonzalo Pizarro se desvela Donde les pareció mejor asiento ,
En dar mas luz á los descubrimientos Hasta poner sus cosas en concierto
De tierra que nos da nueva canela , Para llevar mejor avïamiento ,
E oro y plata , de que la cudicia Y por los fatigar el angostura
Daba generosísima noticia. Hacer otro navio se procura.
Y ansí , para hallar aquel gentio , Hácense tablas de canoas duras
Que de Quijos es hoy su nombramiento Por ciertos levantiscos oficiales ,
Dió Gonzalo Pizarro buen avio Hizose clavazon de herraduras ,
Para hacer el tal descubrimiento , Búscanse necesarios materiales :
Guiando su derrota por un rio Hay brea de copey y otras horruras ,
Que en Moyobamba tiene nacimiento , Con aceite de acuosos animales ;
Y al mar del norte hace su salida Finalmente pusieron en el rio
Con casi dos mil leguas de corrida. Otro mayor y mas capaz navío.
La madre dél es tal y tan estensa Pusieron gallardetes y banderas ,
Que no la vió mayor hombre viviente , Repártense por ambos los soldados ,
Y ansi , por ser grandeza tan inmensa , Osaban ya llegar á las riberas
Mar dulce le llamamos comunmente ; A causa de no ir tan apretados :
Y dicen ser engaño del que piensa Tomaran el negocio mas de veras
No ser el Marañon esta creciente : Si fueran los sesenta duplicados ;
Tal nombre le pusieron los Pinzones , Pero pocos temian el encuentro
De ciertos nautas dichos Marañones. Que pudieran hallar la tierra adentro.
Por la equinocial sus aguas guia Ven tierras jamás vistas ni holladas
Dando prolijas vueltas diferentes , Sino del natural destas regiones :
Y della casi nada se desvia Vian desde los barcos ahumadas
Con impetuosísimas crecientes ; Que denotaban grandes poblaciones ,
De islas numerosa la cuantía , Y algunas torrecillas levantadas ,
Muy muchas de las cuales tienen gentes O templos de sus vanas religiones ,
Algunas señaladas en grandeza , O ya podria ser, segun se piensa ,
Pero ningunas muestras de riqueza. Que las tenian para su defensa.
Orilla deste rio montuosa Quisieron en un pueblo tomar tierra
Hacia pues Pizarro su jornada , Que sobre la barranca parecia ,
Tierra mal asombrada de lluviosa , Mas no los consintió gente de guerra
Por una parte y otra mal poblada ; Que con feroces brios acudia ,
Y aveces la montaña rigurosa E india varonil que como perra
Les daba la canela deseada Sus partes bravamente defendia ,
Sus árboles altísimos y locos , A la cual le pusieron Amazona
Pero no muy espesos, sino pocos . Por mostrar grån valor en su persona.
Pues para que mejor se conociese De aquí sacó después sus invenciones
Del rio lo que estaba mas poblado , El capitan Francisco de Orellana ,
Un bergantin mandó que se hiciese Para llamalle rio de Amazones
Con escogida gente preparado : Por ver esa con dardos y macana.
En el cual ordenó que se metiese Sin otros fundamentos ni razones
Vajilla y vestuario mas preciado , Para creer novela tan liviana ;
Y al Orellana , su lugarteniente , Pues bay entre cristianos y gentiles
Nombró por capitán de aquella gente. Ejemplos de mujeres varoniles.
El Pizarro por tierra caminaba Mas ser esta Tomiris no se crea ,
Con el restante de su compañía , Ni que vistiesen otras él arreo
Y el barco con aquellos que llevaba De Filipis Lampédon , ni de Alea ,
A dar nueva y socorros acudia , Y porque lo sé bien tampoco creo
A los cuales allí se les mandaba Que pasó por allí Pentesilea ,
Lo que mas al viaje convenia : Ni el Orellana pudo ser Teseo ;
Mandoles pues llegar á cierta punta Ni otra Menalipe , ni Celeno
Y volver a decir lo que barrunta. Caminaron jamás por aquel seno.
A la punta llegaron fácilmente , Puesto caso que bien se defendia
Mas no pudo volver el Orellana , Por parte de la india la salida ,
Forzado de grandísima corriente , El gran rigor del arcabucería
Si la fuerza no fué su propia gana ; A muchos por allí dejó sin vida ;
Porque despareció con esta gente Y visto que tan mal les sucedia ,
Huyendo de la tierra comarcana : Tomaron por amparo la huida :
Vajilla y ropa se llevó consigo Recogen españoles alimento ,
Con las demás preseas que ya digo. Y un indio vivo deste rompimiento .
Visto que no volvia , fué buscando Por señas Orellana le hablaba
Por gente deste campo peregrino , En el discurso deste su viaje ,
Y como nunca dellos fué hallado Y todos los vocablos asentaba
Por llevar agua abajo su camino , Segun comprehendia del salvaje :
Al Gonzalo Pizarro fué forzado Hasta ver si por ellos alcanzaba
Volver á las provincias de do vino Inteligencia cierta del lenguaje ,
Con pérdida grandisima de gentes Porque tuvo de lenguas gran noticia ,
Y los que se escaparon muy dolientes Y para las hablar mucha pericia.
Francisco de Orellana navegaba Y ansi con gran contento declaraba
Alentado de grande pensamiento , A estas compañias y cuadrillas
E ya se prometia y aplicaba Aquello que este indio le hablaba ,
Toda la gloria del descubrimiento ; Diciendo que decia maravillas
Mas con sesenta hombres que llevaba De lo que mas adentro les quedaba ,
Nunca pudo salir con el intento ; Y no podian ver por las orillas :
Pues solamente corren la ribera , Crecida poblacion , campos amenos ,•
Por ser muy pocos para salir fuera. Y es de creer haber algunos buenos.
158 JUAN DE CASTELLANOS .
Navegando van pues nuestros guerreros , Conocida Cubagua eraramente ,
A peligros inmensos arrojados Que antes por peñasco se tenia ,
En competencia de los indios fieros Allá hacen viaje brevemente
Que los combaten por entrambos lados : Por ser breve compás la travesía :
Navegan sin saber los paraderos Salimos á la playa mucha gente :
Ni tener de quien sean avisados , A ver estraño barco que venia ,
Hasta que percebieron los oidos Imaginando muchos ser soldados
De muy lejos grandísimos ruidos. De los que Ordas perdió tiempos pasados.
.Iba la gente desto temerosa En gran manera son regocijados
Prosiguiendo con duda su viaje , De ver de hablar cristiana gente ,
Y apartada la noche tenebrosa Al templo van descalzos , destocados,
Haciendo ya remansos el aguaje , A dar gracias a Dios primeramente ;
Vieron la blanca Tetis espumosa , Y á todos nos tornó maravillados
Y en ella levantarse gran olaje , Viaje de tan gran inconviniente :
Y con calor de presurosos modos Acomodóse bien la compañía ,
« ¡ La mar , la mar del norte ! dicen todos . Y al barco de Orellana no venia.
>Gobernémonos bien , hermanos mios , Pasárase de largo , si no fuera
Con prontitud y diligencia buena , Aviso por bastante mensajero ,
os
Pues ya no navegam por los rios : Que hizo luego Pedro de Herrera ,
A gran priesa guindemos el entena , Para buscar aqueste caballero
Descúbranse con sondas los bajios , Con indios y canoa muy lijera ,
No demos al salir en el arena ; Y un Cristóbal de Lepe , marinero
Que suelen tener rios en las bocas El cual luego que vió la carabela
Bancos secretos , arrecifes , rocas. » A ella dirigió remos y vela.
Ignoran todos ellos el paraje , Admiróse Francisco de Orellana
Puesto que mil consultas hay aposta , Como vido la indica ralea
Mas en ellas ninguno fué tan saje Regirse con timon y con mesana ,
Que no fuese su ciencia muy angosta ; Y ansí se reparó para pelea ;
Y ansi les pareció mejor viaje Mas percebiendo lengua castellana
Nunca desarrimarse de la costa ; Con el mensaje tal cual él desea ,
Pues si por ella fuesen en las manos , Siguió la carabela mensajera
Dios les daria pueblos de cristianos . En demanda del Pedro de Herrera.
Con la tal opinion sin la contraria Tomó tierra con todos sus soldados ,
La costa bajo van con tiempo lleno : Y puesto que con nombre de perdidos ,
Vieron la Trinidad , vieron à Paria Todos salieron bien aderezados
Con otras circunstantes de su seno : Con grande bizarría de vestidos :
Hacian conjetura no sumaria Fueron unos y otros hospedados
Alonso Esteban , Márquez y Joan Bueno Y magnificamente proveidos ;
Por haber estos tres , tiempo pasado , Trató luego de sus descubrimientos
Por aquellos parajes navegado. Con muestras de sus vanos pensamientos .
Inciertos , pero con algun desino Hizo luego viaje para España
Que cada uno dellos en si fragua , Hechas à su sabor informaciones ,
Prosiguen adelante su camino , Con gente principal de su compaña ,
Hasta dar en la costa de Cubagua ; Prendada de las mismas pretensiones ;
Y allí los poseyó mas desatino Y entonces publicó la gran patraña
Por no ver carabela ni piragua De aquellas invencibles amazones ;
De la crecida flota que solia Volvió por su demanda ya casado ,
Salir à la pasada pesquería. Y por gobernador y adelantado .
Las casas encaladas devisaban Cargó de muy lucida compañía ,
Los hombres destas peregrinas naves ; Bien fuera de razon y fundamentos
Mas por peñascos grandes las juzgaban En traellos por donde los traia
Y suciedad de las marinas aves ; Y á tierra de cien mil impedimentos ;
Para soltar las dudas en que estaban Y ansi junto del rio do venia
Faltábales allí quien diese llaves , Murió vejado destos pensamientos ;
Y á los unos la hambre los incita Después su mujer vimos afligida
A que tomen la isla Margarita . Y toda la demás gente perdida.
Holguin , comendador , varon esperto Es pues para hacer la tal jornada
La caña del timon á banda cierra ; Ir contra la corriente desatino ;
Y puestos en buen orden y concierto Pudiérala hacer mas acertada
Con armas y pertrechos para guerra , Si segundara por adonde vino :
En la Punta-las- Piedras tomó puerto , Pero pues que su vida es acabada ,
Donde con los demás halló la tierra , Quiérome yo tornar á mi camino ,
Y en ese mismo punto luego vido Y al Ursúa que está haciendo gente ,
Camino que de bestias va seguido. Con canto nuevo del tenor siguiente .
El padre fray Gonzalo de la Vera ,
Con Alonso de Robles y otros tales ,
Querian porfiar que el rastro era CANTO TERCERO,
De nunca conocidos animales ;
Mas Celis Montañés sin mas espera ' Donde se cuenta la partida de PEDRO DE URSA, con buena copia de gente
Sopló dos o tres veces las señales , aunque alguna della inquieta y facinerosa, y las demás particulari
Y vido claramente señalados dades sucedidas antes de embarcarse en el rio por donde habiande
Los clavos de cabezas como dados. hacer su viaje .
Vereis las gentes ya regocijadas , Prenden á Marte redes de Vulcano
Y fuera del pasado desconsuelo En Venus colocado su contento ,
Besar por muchas veces las pisadas Ablándase la mas guerrera mano
Hincando las rodillas por el suelo ; Vencida de lascivo pensamiento ,
Y las manos en alto levantadas Con mal amor enferma lo mas sano ,
Dan gracias al Señor del alto cielo , Do quiera causa tierno sentimiento :
Porque ya claramente conocian Los invencibles y mas fuertes cuellos
Ser aquel el paraje que decian. Una flaca mujer suele vencellos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XIV, CANTO III. 159
Pedro de Ursúa pues , cuya grandeza De tan escandaloso desatino
De hechos ya tenemos conocida , Al Ursúa le dan luego noticia ,
Hizo su belicosa fortaleza Que estaba gran distancia de camino
Afuegos amorosos sometida , Bien fuera de tan áspera malicia ,
Vencido de un estremo de belleza Revolvió sin parar , y como vino
Que fue lo mas estremo de su vida ; Hizo del matador justa justicia ,
Ÿ à vueltas de guerreros atambores Y de Grijota y de Benito Diaz .
También ejercitaba sus amores. Consortes , y de un Diego de Frias.
La bella doña Inés era la dama Después que ya dió fin à malos fines ,
Que tuvo con razon nombre de bella , Sin él se recelar de los peores ,
Si fuera con reguardo de la fama Procuró concluir los bergantines
Que debe reguardar cualquier doncella ; No sin grandes trabajos y sudores ,
A quien el buen Ursúa mucho ama , Por apartarse ya destos confines
Siendo no menos él amado della ; Y poder descubrir otros mejores ;
Y como bien querer importunase Demás desto también se recelaba
Acabóse con él que la llevase. Que mucha gente se le remontaba.
Hija de Blas de Atienza , que de Lima Aprestándose pues desta manera
O de Trujillo fué , moza lustrosa , Con temor de que gente se le huya ,
Avisada, graciosa y en estima , La bella doña Inés, que no debiera
Como ya dicho tengo, de hermosa : Allí llegó también en busca suya ;
Gentil disposicion con que lastima Porque con una muerte lastimera
El ánima de amor mas odïosa , Vida de dos amantes se concluya ,
No tiene padres puestos al enmienda Y este negocio cuentan estas gentes
Ni deudos que le tiren de la rienda. Por vias y maneras diferentes.
Pues el Ursúa como consintiese Pues entre muchos dellos hubo fama
Que fuese doña Inés à la jornada , Haber puesto los ojos el Salduendo
Secretamente le mandó que fuese En los merecimientos desta dama
Tras él por via mas disimulada; Que diferentes partes va siguiendo ;
Y el partido , mandó que se partiese Y él fué de los catorce de la trama
De ciertas dueñas bien acompañada : Del pérfido motin, malo y horrendo ;
Luego se despidió de su querida , Y cuando doña Inés se recebia ,
Y convocó la gente divertida. El se mostró con grande lozanía.
Llegóse de soldados gran estruendo Puesto que todos para dar contento
Aderezados para la demanda , A su gobernador , que por ventura
Muchos de corazon malo y horrendo , Tenia diferente pensamiento ,
Como fué Joan Alonso de la Vanda , Hicieron á tan alta hermosura
Lope de Aguirre, Perez y Salduendo , Solene y principal recebimiento ,
Diego de Torres , Vargas y Miranda , Anuncio de su grande desventura :
Y un Cristóbal Fernandez , mal cristiano , Unos van con sinceras intenciones ,
Pero Fernandez y Miguel Serrano . Otros con muy dañados corazones .
Otros algunos , en maldad insines , Formóse campo digno de mirallo ,
Gente desesperada y atrevida , Guarnido de galanas invenciones ,
Amiga de traiciones y motines , Infanterías y hombres de caballo
Sin Dios y sin olor de buena vida ; Con trémulas banderas y pendones ;
Al fin en sus costumbres tan ruïnes , Y porque ella pudiese contemplallo
Que tienen la virtud aborrecida ; Ordenaron lucidos escuadrones ,
Ningun concierto hay que los concierte , Los cuales en presencia de las dueñas
Ni temen temporal ni eterna muerte. Hicieron caracoles y reseñas .
Como el marqués insigne Mendocino Ondean por los yelmos plumas largas
Le tuviese tan justas aficiones De las garcetas blancas y avestruces ,
Al Ursúa y le fuese tan benino , Revuelven lanzas , cambian las adargas
Acudióle gran copia de varones ; Los diestros y valientes andaluces ,
Con los cuales él hizo su camino Descargan con gran impetu sus cargas
A la provincia de los Motilones , Los fumosos y ardientes arcabuces ,
Porque en aquellas tierras y comarcas Con gran orden entraban y salian ,
Había de hacer copia de barcas. Con una y otra salva que hacian.
Tenia de la tierra la tenencia Ninguno de su orden se derrama .
El que Pedro Ramiro se decia , En este singular recebimiento ,
Hombre de gran consejo y esperiencia , Y en llegando frontero de la dama
Señalado varon en valentía : Hacia cada cual acatamiento :
Recebiólo con gran magnificencia , Enciéndelos en amorosa llama ,
Con gran urbanidad y cortesía ; En muchos causa tierno sentimiento ,
El Ursúa hallando tal abrigo Porque su buen donaire y su meneo
Procuró granjearlo por amigo. Ponia mil espuelas al deseo,
Después en lo aviar metió tal prenda En un cuartago blanco pequeñuelo
Que el Ursúa , persona bien mirada , Iba , pero muy bien aderezado ,
Le dijo que dejase su vivienda Basquiña de lustroso terciopelo,,
Y se fuese con él á la jornada ; Un galdresillo de color morado ,
Porque será señor de su hacienda , Las guarniciones de color de cielo ,,
Y maese de campo del armada ; Con cristalinas perlas estampado ,
Fué nombrado por tal , y pretensores Capelete con plumas y medalla
Quedaron con algunos sinsabores. Con el mas aderezo que se calla.
Destos el uno fué Francisco Diaz , Rebozada hacia gran destrozo
Pariente del Ursúa muy cercano , De ánimas en esta compañía ,
Ansimismo soldado de mis dias Y mucho mas después que cierto mozo
Valiente y comedido cortesano ; Le dijo : « por merced , señora mia ,
Que movido de vanas, fantasias Os pido que quiteis ese rebozo ,
En el Pedro Ramiro puso mano : Veremos ya la luz del claro dia ,
Dióle de puñaladas en efeto, Que no sé cómo puede velo solo
Maldad indigna de hombre tan discreto . Cubrir rayos mas claros que de Apolo.»
160 JUAN DE CASTELLANOS.
Ella , de comedida cortesana , No queriendo dejar sus Motilones ,
El antifaz quitó luego à la hora : Ya que su capitan era defunto ,
Atónita quedó la gente vana Y un Montoya metia peticiones
De ver rostro do tanta beldad mora ; Mas sin le dar respuesta ni trasunto ;
Deshízose la lumbre de Diana El Ursúa lo trajo con prisiones
Sobrepujó lo claro del aurora : Siendo soldado grave de buen punto ,
Dijeras en el alma mas reclusa Lo cual no fué menor inconviniente
Obrarse los efetos de Medusa. Para lo que diremos brevemente.
En amoroso fuego van ardiendo Pues el gobernador, considerando
Hasta los recatados y discretos , Ser grande la tardanza que hacia,
Y en el desventurado de Salduendo Mandó con atambor echar un bando
Hacen mas impresion estos efetos ; Para que se partiesen otro dia :
Pues en las muestras iba descubriendo En cumplimiento del se van juntando
Sus apasionadisimos concetos ; Con servicio y bagaj que se traia ,
Y aunque cesó la fiesta de aquel dia , Cuya cantidad era de tal modo
Nunca cesó su loca fantasía. Que faltaban navíos para todo.
Al fin el regocijo ya deshecho • Ursúa se ballaba muy confuso
Y todos los guerreros escuadrones , Por no tener do tanta cosa fuese ,
El Salduendo tomó luego su lecho De lo que cada cual para su uso
Sin esperar á mas conversaciones : Llevaba y le costó buen interese ;
Su corazon bestial y falso pecho , Mas lo mejor que supo se dispuso
Distraido con mil vacilaciones , A dar el mejor orden que pudiese ,
Pero todas y todos sus cuidados Y hecha luego junta de la gente
Van á la dona Inés encaminados. Me dicen que les dijo lo siguiente.
Decia : « ¡ si su vista halagüeña Quitó con buen donaire su chapeo
Acaso contempló mi buen talante Usando de su buen comedimiento
Al tiempo que salí de la reseña , Diciendo : « caballeros, mi deseo
Y hice las levadas de montante ! Siempre fué de seguir vuestro contento ;
¡0 si quiso notar aquella seña Y con igual amor lo mismo creo
Que le hice pasando por delante ! De vuestro virtuoso pensamiento ;
Parecióme cebar en mi los ojos.. Y ansí quisiera yo vias y modos
Pero creo que son vanos antojos. Para me conformar con el de todos.
» Porque ¿ qué ocasiones ó qué prenda >> Mas aunque con virtud y sufrimiento
Hay para penetrar mis pensamientos ? Acontece vencer dificultades ,
O qué le dije yo para que entienda Dudo poder haber entendimiento
Estos mis congojosos sentimientos ? Que se mida con muchas voluntades
O qué quiere decir tomar contienda Cada cual de contrario sentimiento ,
Con quien es el señor de sus intentos ? Mayormente de tantas variedades ,
¿Quién no dirà ser el intento mio Que sin considerar inconviniente
Grandísima locura y desvario ? Siguen sus apetitos solamente .
0¿cuál de las mujeres adevina » Declarando pues mas este conceto
El mal y la congoja del sirviente A la salud de todos convenible ,
Con una sola vista repentina Llevar tanto bagaj en tal aprieto
Sin le decir jamás el mal que siente ? Téngolo por negocio muy terrible ;
O¿quién pudo dar cierta niedicina Y hase de contentar el que es discreto
A los inciertos males del doliente? Con embarcar aquello que es posible ,
¿ En qué buena razon ó seso cabe Y no tanto velez , tanto pertrecho ,
Querer curar el mal que no se sabe ? Que cause mayor daño que provecho.
>> Para curarse pues enfermedades >> Nuestras jornadas han de ser por rios
Yo hallo que será mejor camino Hasta llegar á prósperos confines ,
Al médico decille las verdades Tenemos poca copia de navíos
Y no hacello dellas adevino : O mal aderezados bergantines ;
Aquesto vencerá dificultades , Y por los ojos veis , señores mios ,
Y en esto me resumo y determino, Que demás de ser pocos son rüines ,
Porque el enfermo que sus males calla Ansí por haber falta de oficiales
Remedio tarde , mal ó nunca halla. » Como de carecer de materiales .
Estas cosas y otras vacilando » Y si mas cantidad hacer queremos
El ánima malvada y afligida, E ir mas adelante con la obra ,
Andábanse los otros preparando Será perder el tiempo que tenemos ,
Y dando gran calor à la partida : Y es pérdida que nunca mas se cobra :
Algunos dellos iban embarcando Si tantos embarazos les metemos
De la gente mejor apercebida ; Para los españoles nada sobra ,
El capitán Garci Arce con cincuenta , Pues cuando á los estremos falta medio
Don Joan de Vargas doble desta cuenta. Tomar debemos el mejor remedio.
Mandóles esperarse en cierta parte , » No puede todo ir por ningun arte ,
Y el Arce como fué mas larga via Y para mas seguro se requiere
De indios encontró tan duro Marte Que deje cada uno buena parte
Que fué bien menester su valentía : De lo que menos menester hubiere :
Mas el don Joan de Vargas no se parte Este daño por todos se reparte ,
Del límite que Ursúa le ponia , E yo soy el primero que lo quiere ;
Esperándole con sus compañías Porque para seguro de la gente
Mas de sesenta ó de setenta dias. Este remedio es mas conviniente.
Escesivo trabajo se pasaba » Los ganados vendellos ó cambiallos ,
Por falta de comida que tenia , Aunque sea con perdida la venta ,
Y en cierta isla donde el Arce estaba Que todos no podemos avïallos
Angustia no menor se padecia ; Segun necesidad nos representa ;
Y el Ursúa que mucho deseaba Y en cuanto á no dejar nuestros caballos ,
Seguillos brevemente no podia , Bastará que llevemos solos treinta ;
Porque querian ya hacelle tiro La cual disposicion á nadie pene ,
Los soldados del buen Pedro Ramiro. Pues es hacer aquello que conviene . »
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XIV, CANTO III. 161
Acabó de decir , y comedidos La gente deste pueblo hizo cara
Que los inconvinientes conocian , Con armas y amenazas de defensa ,
De sus comedimientos convencidos, Y en la barranca fuerte se repara
Muchas cosas dejaban ó vendian : A fin de resistir cualquier ofensa ;
Por no les consentir lo que querian Pero con una lengua se declara
Otros también estaban desabridos ; Su venida no ser à lo que piensa
Apaciguólos lo mejor que supo , Antes querian á tan buenas gentes
Yhizo que metiesen lo que cupo. Hacellos sus amigos y parientes.
Ya la febea luz á nuestra cuenta Vencidas de tan buen comedimiento ,
Tenia el Escorpion por aposento , Sosiéganse las gentes alteradas
El año de quinientos y sesenta Haciéndoles muy buen acogimiento
Con otros mil del santo nacimiento , Y dándoles sus casas por posadas ,
Al tiempo que la gente descontenta Con larga provision de bastimento
Hizo de Motilones movimiento De sus comidas mas acostumbradas :
Ayudados también de grandes balsas , Estuvo con aquestas compañías
Las intenciones buenas y las falsas. El campo mas de veinte y cinco dias.
Estaba sin saber por qué la gente Ursúa , viendo la magnificencia
Llena de descontentos aquel dia , Tal cual no la halló después ni antes ,
No se podia ver cosa viviente Ayudoles en cierta diferencia
Con algunas señales de alegría : Que tenian con indios circunstantes ,
El rio, con ser grande su corriente , Dejando muertos en la competencia
Parece que sus cursos detenia , Muchos de los contrarios litigantes ,
Los indios declaraban por señales Porque venian hasta sus viviendas
Incendios , robos , muertes y otros males . A les robar las casas y haciendas.
Aunque con pesadumbre de las cargas Entre tanto buscábanse caminos
Y ropa que en las balsas se traia , Que mas la tierra adentro se metiesen ;
Siempre hacian las jornadas largas , Mas de los argonautas peregrinos
Porque les pareció que convenia : Ningunos hubo que los descubriesen :
Hasta que dieron con don Joan de Vargas Ni pudieron hacer á los vecinos
Deseoso de ver lo que ya via : Que claridad acerca desto diesen :
Alli tomaron todos luego puerto Crecian en aquestas dilaciones
Yse pusieron en mejor conciert . o En los malos las malas intenciones.
Ursúa recebió content amiento El Montoya con otros , en efeto ,
Por hallarlos adonde los queria , Trataban que el Ursúa se matase ,
Puesto caso que con desabrimiento Y para ejecucion del mal conceto
Por no saber del capitán García : No faltaba Salduendo que soplase ;
Enjugan ropas en aquel asiento Mas el negocio no fué tan secreto
Apartándose dėl al cuarto dia , Que por algunos no se sospechase ,
Yembarcados caballos y el restante Un cierto Pero Alonso mayormente
Pasaron con los barcos adelante. Al Ursúa le dijo lo siguiente :
Do las corrientes aguas eran guias « Señor gobernador , yo soy soldado ,
Por caudaloso rio y estendido , Como sabeis , cargado de esperiencia ,
Vian por las barrancas compañías Y entiendo como bien acuchillado
Lustrosas y cubiertas con vestido : El daño del descuido y negligencia ;
Y babiendo navegado nueve dias Y que cumple vivir muy recatado ,
Llegaron donde estaba detenido Entre contagiosa pestilencia ,
García , que por ser tan indiscreto Pues en los tales tiempos es gran yerro ,
Los indios lo ponian en aprieto. Como dicen allá , dormir sin perro.
El Ursúa le dió reprehensiones »Hanse por ciertas vias rezumado
Por ser tan temerario y atrevido ; Cosas que suenan mal al buen oido ,
Mas admitió disculpa s y razones Y hallo que traeis aquí soldado
Como de su criado muy querido : Facineroso , suelto y atrevido :
Alli se pregonaron provisiones Mirad por vos , velad con mas cuidado ,
Del gobierno que le era proveido , Y no durmais tan mal apercebido :
Y al don Joan dió poder incontinente Cosa cierto no sé ; pero sospecho
De general y su lugarteniente. Haber de suceder algun mal hecho.
Desto nacieron odios y rencores »Mirad , señor , que no tratais agora
Con un livor pestifero y amargo , Con los del nuevo reino de Granada ,
Por haber otros muchos pretensores Donde toda bondad y virtud mora ,
Que sejuzgaban dignos deste cargo. Y es gente cuerda , noble y asentada ;
Hay juntas y corrillos de traidores Y que con vos llevais gente traidora
Adonde cada cual hablaba largo , A vueltas de la bien intencionada ,
Mayormente los de los Motilones Que sin temor de Dios ni miedo vuestro
Vivos en sus enojos y pasiones. Han de soltar las riendas y el cabestro.
Hechos en el don Joan los nombramientos >Tened guarda , señor , de los mejores
Y seis ó siete dias ya pasados , Amigos que sabeis que bien os quieren ,
De la isla salió con cuatrocientos Y demos al diablo los amores ,
Españoles muy bien aderezados : Que semejantes cargos no requieren ;
Por las barrancas ven grandes asientos , Pues son causa de grandes sinsabores ,
Que por mas de cien leguas van poblados Y por ellos también los hombres mueren :
De gente que se ponen en huïda , Con santo celo doy este consejo
De ropa de algodon toda vestida . Y con licencia de soldado viejo .»
No pareciéndoles tierra bastante El Ursúa con un gracioso riso
A causa de ver campos anegados , Agradeció sus buenas intenciones ,
Determinaron de pasar delante Sin le sobresaltar tan buen aviso :
Hasta hallallos más acomodados ; Quizá le parecieron invenciones ,
Mas saliendo del sitio circunstante , Porque en la guarda consentir no quiso
Dieron en unos grandes despoblados : Dando ciertas escusas y razones ;
Navegan ocho días , y al noveno Descuidó , sin razon , mas no me espanto
Dieron en pueblo de mejor terreno. Pues de César leemos otro tanto.
T. IV. 11
162 JUAN DE CASTELLANOS.
Aderezose luego la partida » No quiero comparar cosa soñada
Por el gobernador y varon fuerte : A la que por verdad es conocida ;
Parte para partirse de la vida Mas yo sé que traeis en el armada
Y guíanlo sus pasos á la muerte ; Gente desvergonzada y atrevida ;
Que la parca crüel endurecida Y ansí , por sí ó por no , se pierde nada
A quebrantar el hilo se convierte : En que veleis , señor , por vuestra vida :
Era principio ya de nuevo año , Sientan de vos rigores algun rato,
Y víspera de tan enorme daño . Y entiendan que vivís con gran recato. »
Embarcáronse pues los peregrinos Oidas las razones deste cuento ,
A fin de proseguir su larga via , Ursúa con semblante de risueño
Mirando por los lados mas vecinos Le dijo : « para tanto sentimiento
Si poblacion alguna parecia : El negocio , señora , fué pequeño ;
Vieron prolijas sendas y caminos , Pues no debe tan buen entendimiento
Buen rato ya después de medio dia , Tener tan por verdad cosas de sueño ,
Y cierta poblazon bien asentada Pues muchos sueñan casos do perecen,
Donde les pareció hacer parada. Y no por eso vienen ni acontecen.
Ursúa , cuando van desembarcando >>Siento quererme bien toda la gente ,
Ajeno de mortíferos enojos , E yo también estoy muy bien con ella ,
A doña Inés estaba contemplando Cosa no hallo que me represente
Como causa mayor de sus antojos , Para tanto rigor una centella :
Y vido sus mejillas empapando Menos puedo hallar hombre viviente
Con lágrimas ardientes de sus ojos , Que con razon de mi tenga querella ;
Y queriendo saber por qué lloraba , Por tanto cese vuestro desconsuelo,
Con tácito rumor le preguntaba : Y deso no tengais algun recelo, >
«¿Qué pasion y congoja tan urgente ¡ Oh corazon leal , buenas entrañas !
Os hace de consuelo ser ajena? ¡ Cuán fuera de razon van tus razones !
Si es por necesidad que veis presente , Mira ya , buen Ursúa , que te engañas
Ninguna razon hay en tener pena , Con esas tus sinceras intenciones ;
Pues confío de Dios omnipotente Porque las falsas y traidoras mañas
De veros descansar en tierra buena , De qué quiera levantan ocasiones ;
Que tras necesidad hay abundancia, Cuanto mas que ¿ quién vive tan al justo
Y viene tras la pérdida ganancia.>> Que para todos gustos tenga gusto ?
Ella dijo : « señor , esta tristeza Al fin él se quitó de la ribera ,
No nace de ocasion tan abatida , Y con sesenta y tantos escogidos
Ni temo yo tormentos de pobreza , A un Sancho Pizarro mandó fuera
Ni verme de regalos despedida , A seguir los caminos mas seguidos ,
Pues vos sois mi regalo y mi riqueza , Y á ver si por allí hallan carrera
Y no quiero mas bien en esta vida ; Por do salgan á campos estendidos ,
Mas contaré , señor , cosas de espanto.... » Y con la relacion al sesto dia
Quiso decir, y no pudo con llanto. Volviese con aquesta compañía.
Su mas clara razon era gemido Entre tanto que estaban en el puerto
Por selle los sollozos embarazos Esperando los que iban descubriendo ,
Con mal de corazon y sin sentido Trataban de su pérfido concierto
Hiriendo se hacia mil pedazos : Joan Alonso Montoya y el Salduendo ;
El amante que tal estremo vido , Y algunos no quisieran velle muerto
Quísola socorrer entre sus brazos ; Pero querian irse dél buyendo ,
Pena con su dolor , crece su llaga , Recogiendo la ropa y atavio
Sin saber qué se diga ni qué haga. Y de los barcos el mejor navío.
La flor mas agraciada de los mozos Habia dentro desta compañía
Se duele del eclipsi de su luna , Un don Fernando de Guzmán , que precio
No con fingidas muestras ni rebozos , De buena discrecion no poseia ;
Sino fuerza de amor es importuna : Y á este cuasi que por menosprecio
Encuéntranse suspiros y sollozos , Le hablaron, y dijo que queria.
Las lágrimas confusas van à una , ¡ Buen Dios, defiendeme de hombre necio!
Mostrando claramente por los hechos Pues con sus necedades é imprudencia
El íntimo querer de entrambos pechos. Camina tras cualquiera pestilencia.
Después que ya cobró color el gesto Júntanse pues con él á la demanda
Y el pecho se mostró con mas aliento , Perez , Montoya , Vargas y Salduendo ,
El amante le dijo : « ¿ qué es aquesto ? Chaves , Villena , Torres y Miranda ,
¿ De qué procede tanto sentimiento ? Los dos Fernandez , cada cual horrendo;
En grande confusion me tiene puesto Serrano , Joan Alonso de la Vanda ;
Aqueste nunca visto movimiento : Y al mal Aguirre , bravo y estupendo ,
Las lagrimas y lloro hacen pausa , Para negocio de tan grande afrenta,
Y sepa yo de vos toda la causa. >> Determinan también de dalle cuenta.
Trabajos vuestros son y penas mias Hablan con él en lo de la huïda
(Respondió mitigadas las pasiones) ; Por ver si tal desino le complace ;
Porque por grande número de dias Y respondióles ser cosa perdida ,
Recuerdo con pesadas turbaciones : A lo menos que no le satisface ,
Soñé robos , incendios , tiranías , Diciendo ser mejor quitar la vida
Sanguinolentos tratos y traiciones : A quien tan poca cuenta dellos hace ,
Via tendido , muerto y en el suelo Y no cumplir tardanza ni pereza
A quien es mi favor y mi consuelo. Por estar su salud en la presteza.
» Encarnizados en tan malos hechos , Entendió las palabras un moreno
Aunque yo me ponia de rodillas , Llamado Joan Criollo ; y este quiso
Las dagas me metian por los pechos No con pocos temores en el seno
Y á golpes quebrantaban mis mejillas : Hacer cuerdo desvío de improviso ;
Halléme , tales sueños ya deshechos , Y aunque negro , sagaz y como bueno
Con un grave dolor en las ternillas ; Al Ursúa le dijo leal aviso ;
Miréme presto donde me dolia , Pero de sus palabras no curando ,
Creyendo ser verdad mi fantasia. Estúvose con él chocarreando.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XIV, CANTO III. 103
¡ Oh ciego amor, y ciego quien tal fuere! Demás desto la gente bandolera
¡ Oh confianza ya desvanecida ! Hizo con atambor echar un bando ,
Tienes aviso de quien bien te quiere , Adonde se mandaba que cualquiera
¿Y no quieres perder al homicida? Tenga por general á don Fernando ;
¿Cómo tan gran descuido se requiere Y se ponga debajo su bandera
Adonde no va menos que la vida? Y todos se sujeten á su mando ,
Al fin tu bado es inadvertencia , So pena que quien lo contradijese
Y fortuna do falta la prudencia. Por la misma razon luego muriese.
¿Es posible , varon , que no despiertas Reparten á su gusto los oficios
Con indicio de tanto detrimento ? Los inventores de lo ya contado :
Mira bien que la casa de dos puertas Aguirre , gran autor de maleficios ,
Aposta te la dan por aposento Por maese de campo fué nombrado ;
Aquellas intenciones descubiertas Y los demás en otros ejercicios
Y gente del traidor ayuntamiento , Segun suele tener campo formado ;
E ya vienen á las ejecuciones Y por este nivel que voy diciendo
De sus mas que dañadas intenciones. Capitán de la guarda fué Salduendo.
Ausentes eran ya rayos febales Pero puesto que fuesen sus intentos
De nuestros hemisferios y collados , De mandos y de cargos señalados ,
Y los cansados ojos de mortales No quiso reparar en nombramientos ,
En necesarios sueños ocupados ; Ni fatiga le dan tales cuidados :
Pero los corazones desleales Pues su felicidad y pensamientos
En su temeridad mas obstinados , En doña Inés estaban colocados ,
El consorcio cruel , falso , maldito La cual en el real no parecia
Quiso poner por obra su delito. Ni con escuro ni después de dia.
Y estando los leales espiados , Estaba con feminea compañia
Las guardas del real y centinelas , Aparte y en su rancho recogida ,
Los pechos furibundos y alocados Al tiempo que el rumor la desengaña
Usando de sus mañas y cautelas ; Del sueño de la muerte sucedida :
Unos con arcabuces bien cargados , Huyó con el temor por la montaña ,
Los otros con espadas y rodelas , Desconsolada , triste y afligida ;
Con escuro hacian su camino Tuviera , conocida su querella ,
Tentados de tan torpe desatino. La fiera mas feroz lástima della.
¿ Adónde vas , traidor ayuntamiento ? A los espesos bosques se convierte
¿Qué furia te privó de tu sentido? Diciendo con la voz enflaquecida :
¿A cuál de vos causó desabrimiento ? «Pues tal camino va mi mala suerte ,
¿Quién de vosotros es el ofendido ? Que es paga justamente merecida ,
A todos procuró de dar contento , Aquí satisfará mi breve muerte
Y cada cual de vos es su querido : Aquella que causó tan larga vida ;
Matais , pero sereis losvencedores No quiera Dios que falsos corazones
Vosotros de vosotros matadores. Cumplan sus deshonestas pretensiones.
Pues la caterva vil , sucia , bellaca , » Despedazarme ha la bestia fiera ,
Echando mano van á las espadas , Y en mi se cebará su duro diente
Y con furor que del infierno saca Para que pueda ir á quien me espera ,
Entrambas puertas tienen ocupadas : Que es menos mal que ver tan mala gente.
Finalmente rodean la hamaca , ¿ Cómo no fo hicieron de manera
Y allí le dan crueles estocadas ; Que fuéramos entrambos juntamente ,
El viéndose herir de golpes fieros Y padeciéramos aquel tormento
Les dice: ¿por qué es esto , caballeros? Con alguna manera de contento ?
Sin armas al armado delincuente > La montaña será mi sepultura ,
Se levantó con un recio denuedo ; Y aquí será mi cuerpo consumido ,
Mas el bando traidor no lo consiente Hasta quedar no mas que el armadura ,
Apresurando su furor acedo : De carniceras aves carcomido.
Cayó diciendo bien y claramente ¡ Oh desdichada yo , mas sin ventură
Santísimos artículos del credo ; Que cuantas de mujeres han nacido !
Con esta contricion bien conocida ¿ Adónde estás , mi dulce señor mio ?
El Ursúa partió de aquesta vida. ¿ Qué es de tu valentía y de tu brio ?
Conclusa la batalla carnicera , Dó tu disposicion y gentileza?
Donde tan gran deshonra se ganaba , ¿Adónde está tu rostro sin segundo,
Salieron de la casa todos fuera Tus bastantes ejemplos de nobleza,
A fin de publicar lo que pasaba ; Suave conversar, trato jocundo?
Y el don Fernando, puesta la bandera , ¿ Qué corazon mostró tanta dureza
A voces libertad apellidaba : Que tanto bien sacase deste mundo ?
Despiertan las sinceras voluntades , Las bestias mas voraces, carniceras ,
Admirados de aquellas novedades. No fueran tan crüeles ni tan fieras.
El buen don Joan de Vargas al momento >> En este tan pesado desatino
A su gobernador iba derecho ; ¡ Oh, quién Alcestes, quien Evadne fuera!
Pero los del traidor atrevimiento Cumplióse lo que menos me convino ,
También lo traspasaron por el pecho ; Y fue para que muchas veces muera ;
Sin cesar el atroce rompimiento Y habiendo de ir entrambos un camino
Hasta que de la tierra hizo lecho , Hubiste de llevar la delantera.
Adonde el alma hizo despedida ¿Cómo quieres dejar tu regalada
De los peligros grandes desta vida. Tan sola, triste y tan desamparada ?
Estaban los leales como locos » ¿ A quién podré decir mi desconsuelo ?
Defrigidos temores ocupados , ¿Quién podrá ser aquí mi cierta guia,
Por no saber si son muchos ó pocos Pues que me falta todo lo del suelo?
Los malos y crüeles conjurados : A vos ocurro yo, virgen María :
Sonaron pues pregones y convocos Favorecedme vos , reina del cielo,
De parte de los duros y obstinados , Doleos vos de mí , señora mia ;
Con amenazas en rigor estrecho Míreme vuestro rostro glorioso
Aquien dijese mal de lo mal hecho. En este trance todo trabajoso. »
164 JUAN DE CASTELLANOS .
Haciendo va paradas á sus trechos , Nobilis Ursua confossi hie ossa quiescunt.
Est aliis vigilans, cura sopita sibi.
Que el monte y el desmayo la repara, Ut sibi consuleret gemitus Agnetis amicæ
Las lastimas de dichos y deshechos Neclachrymæ prestant, somnia vana putans.
Endurecidas piedras quebrantara : Ursula, noble varon Su adversa fortuna quiso
Dábase con las manos en los pechos, Y capitán señalado, Que muriese de improviso,
Apresurados golpes por la cara, Aquí yace sepultado Sin recatarse en su vida
Por aleve y por traicion Por no creer el aviso
De las mejillas blancas van colores De su campo amotinado. De doňa Inés su querida.
Que vencen á las mas purpúreas flores.
El resplandor dorado del cabello Puestas las cosas pues en este estado ,
Llevaba por los hombros derramado, Tan sin rey y con ley tan insolente
Porque cudiciosísimos de vello Al término y al dia señalado
Los ramos le quitaron el tocado : Llegó Sancho Pizarro con su gente,
Hacia descubrir el blanco cuello De las maldades hechas descuidado
Entrellos algun aire reportado, Como quien era dellas inocente ;
Imaginando ser el tal decoro Y visto para mal un mal tan ancho
Nieve cubierta con madejas de oro. De veras en callar se llamó Sancho.
Entre tanto, Lorenzo de Salduendo Al general de torpes desatinos
Andaba con algunos de su bando Por términos , sin gana, comedidos
De los unos y otros inquiriendo, Le dijo cómo no halló vecinos
A hombres y mujeres preguntando, De quien pudiesen bien ser advertidos ;
Por aquí y aculla yendo y viniendo , Pero que vió grandísimos caminos
Como ventor la caza rastreando : Para la tierra adentro muy seguidos,
Por el rocío pues tomó la huella , Y que por los caminos á sus trechos
Y no paró hasta que dió con ella. Tenian tambos y aposentos hechos.
Rastrean los deseos el empresa, Seguir estos caminos pretendia
Y el carnicero perro vió la caza ; La parte mas crecida desta gente ;
Mas no llegó ní pudo hacer presa Mas el Aguirre los contradecia
Que el cebo de sus ojos embaraza : Por ser su pensamiento diferenţe :
Oh Dios ! á doña Inés ¡ cuánto le pesa! Y un fulano Valcázar insistia
Y ansi su bello rostro despedaza : En que los prosiguiesen grandemente,
Salduendo con halagos abundantes Y hiciesen al rey aquel servicio
Le decia palabras semejantes : Para disculpa deste maleficio.
« Señora doña Inés, no ser locura Esto decia él al don Fernando
Este sobresaltado movimiento . Como amigo leal, reprehendiendo
Sabed que solamente lo asegura Las duras pretensiones de su bando
Hacello tan cabal entendimiento ; Y el hecho que hicieron tan horrendo;
Y si fué con temor de gente dura , Otros buenos consejos le está dando
Es no tener de vos conocimiento, Que el miserable ya los va sintiendo ,
Pues ante don de perfecion tan grande Y quisiera tomar aquel escudo ,
Ningun rigor habrá que no se ablande. Pero salir con esto nunca pudo.
» Cobrad, señora, vuestro buen sentido Porque el Aguirre con sus falsedades
Y no querais dudar en la venida , Estaba de la gente muy mas lleno,
Porque sereis del modo que habeis sido Usando grandes liberalidades,
Respetada de todos y servida ; Dándoles de lo suyo y de lo ajeno.
Y en fe de hijodalgo comedido, Hecho gran charlatán de necedades
Que podeis ir segura de la vida ; Y fingiéndose ser otro Sileno,
Mas antes cuantos somos desde agora Mostrándoseles hombre de buen pecho
Os obedeceremos por señora. » Para poder después hacer su hecho.
Ella le respondió : « señor Salduendo , El era de pequeña compostura,
Ningun dolor os dé la vida mia , Gran cabeza, grandisima viveza,
Porque yo por indicios bien entiendo Pero jamás perversa criatura
Que presto perderá su lozanía : Que de razon formó naturaleza :
Solamente mi honor os encomiendo Todo cautelas, todo maldad pura,
En virtud de la buena hidalguía ; Sin mezcla de virtud ni de nobleza ;
Pues no me tuvo Ursúa de mal modo, Sus palabras, sus tratos, su gobierno
Y el cómo sabe quien lo sabe todo. Eran á semejanza del infierno.
» Yo volveré, señor, de buena gana Charlatancillo vil algo rehecho ,
Por la seguridad de mi conciencia, Sin un olor de buenas propiedades,
Que pretendo morir como cristiana La cosa mas sin ser y sin provecho
Y con mejor recato y advertencia ; Que conocieron todas las edades ;
Y pues mi muerte veo ya cercana, Pero nuncajamás se vido pecho
Quiero hacer alguna penitencia : Lleno de tan enormes crüeldades ;
Ciegos son los sentidos del que piensa Y en tanto grado es esto que toco,
A mi gran desventura dar défensa. » Que después me direis que digo poco.
Después que doña Inés esto propuso Fortalecido pues del villanaje
A la causa mayor de la revuelta , Que prestaba favor á sus intentos,
Con mil vacilaciones y confuso Hizo desamparar aquel paraje
Al campo del traidor dieron la vuelta ; Menospreciando ya descubrimientos,
Donde segun templanza de buen uso Llevando por el rio su viaje,
Allí la recebió la gente suelta : De do para buscar mantenimientos
Holgóse de la ver su compañía 9 La gente descontenta sale fuera
Que eran honestas dueñas que tenia. A los pueblos que ven por la ribera.,
Luego se confesó devotamente E yendo con aquel desasosiego
Con doto sacerdote conocido, Que suelen engendrar tales furores ,
Y hizo sepultar incontinente Y los leales pechos en gran fuego
Con tierno sentimiento su querido : Que causaban las llamas de traidores ,
Deseaba bacello mucha gente , Vieron un pueblo do saltaron luego ,
Pero ninguno fué tan atrevido , Mas no hallaron ya los moradores :
Y en un árbol también de la floresta Alli desembarcaron los caballos, '
Pusieron una letra como esta: Y el Aguirre mandó luego matallos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XIV , CANTO IV. 165
Sirvieron de sustento los rocines ,
Siendo por todos ellos repartidos ; CANTO CUARTO ,
Y en aquellas comarcas y confines,
De madera de cedros escogidos Donde se da razon del mal fin que hubieron todos los confurados que
Hicieron dos muy buenos bergantines , fueron en la muerte de su gobernador, y cómo Lope de Aguirre se
Dejando los demás allí perdidos : hizo señor de toda la gente con muerte de muchos que tenia por sos-
Aquí también hicieron desatinos pechosos y que murmuraban y abominaban de su loca demanda.
Que de escarnio no fueron menos dinos .
Pues del rey don Felipo blasfemando, Entre falace gente mentirosa,
A son de trompas y con gran estruendo Poseida de pérfida locura ,
Juraron por su rey al don Fernando , Eso me da quien teme que quien osa,
Que de hacer un hecho tan horrendo Nunca tiene jamás hora segura :
Estaba por ventura ya temblando , Ansimismo se hace sospechosa
Tan feo disparate conociendo : En el soberbio ver mucha blandura ;
Hacen su jura, bésanle la mano, Pues suele retraerse el de fe falto
Ydicen, viva el rey, al mal tirano. Para poder hacer mejor el salto.
El Valcázar los labios remordia En aqueste consorcio tan perjuro ,
Y estaba con enojo y furia brava ; Tan sin Dios, tan sin rey como ya digo,
Mas como dar remedio no podia , Cada cual se halló menos seguro
El intenso dolor disimulaba ; Con quien mas se vendia por amigo ;
Y como, viva el rey, jamás decia , Y entonces caminó con mas escuro
El Aguirre, que todo lo notaba, Cuando mas claridad llevó consigo ,
Procuró que también metiese prenda Porque ninguna lleva quien mal hace,
En cosa tan bestial y tan horrenda. Y aun de sí mismo no se satisface.
Y ansi, viéndolo estar como defunto Aguirre supo pues andar tramando
Con un esterior trişte y amargo, A Joan Alonso de quitar la vida
Mandaronlo llamar, y en ese punto, A él y al mentecato don Fernando ,
Después de le hablar Aguirre largo, Con ambicion que pudo ser creida
El rey de naipes con los triunfos junto De se quedar á solas con el mando,
De justicia mayor le dieron cargo : Y aunque la causa no muy conocida,
La vara le presentan publicando A lo menos constó que se quejase
Que se la daban por el rey Fernando. De que Lope de Aguirre lo mandase.
Dicho por el perverso Damasipo El cual , usando de sus artificios ,
Aguirre, principal en el alarde , Porque menos en él se conociesen ,
Valcázar respondió con santo hipo, Haciendo dejacion de sus oficios
Desechando temores de cobarde : Al Joan Alonso hizo que se diesen ;
La vara tomo yo por don Filipo , A fin de que por estos beneficios
Mi rey y mi señor , á quien Dios guarde , Se descuidasen y se convenciesen ,
Mas el varon fiel, leal y fuerte Dijo también con parlamento largo
Después pagó con gloriosa muerte. Ser Joan Alonso digno de mas cargo.
Y agora porque el nombre del rey canta El Joan Alonso se les mostró grato
Con determinacion tan atrevida, Tomando sobre sí los cargos luego ,
Estuvo con cordel á la garganta Porque con ambicion al insensato
Y en grandísimo riesgo de la vida : No le fué necesario mucho ruego :
Intercesion de muchos se levanta , El Aguirre vivia con recato ,
Y ansi fué por entonces suspendida Y el dicho Joan Alonso fué tan ciego ,
La tal ejecucion , y la malicia Que sin reguardo de discreto modo
Le quitó luego el cargo de justicia. Pensaba suyo ser el campo todo.
Y porque no quedase compañía Mas un aguja fuerte que tenia
Por el Ursúa muy apasionada, Nunca se le caia de la mano ,
Allí luego mataron à García, Diciendo por allí que la traia
Capitán y persona señalada : Para cierto carillo mas que hermano :
Demás desto juraron aquel dia Joan Alonso , jugando pues un dia
De ser hermanos de la vida airada, Con otros del jaez el triunfo llano ,
Y con solene jura que hacian Aguirre le cogió con tales mañas ,
Morir unos por otros prometian. Que con ella le dió por las entrañas.
No sé yo cuáles eran los intentos Quitóle ya los cargos con la vida ;
De los catorce torpes que juraban ; Y el Chaves , viendo tales embarazos ,
Mas tiene por equivocos acentos Quiso tomar el agua por guarida ,
Segun que los efetos declaraban : No pudiendo valerse de sus brazos ;
Y ansí, por no quebrar los juramentos, Mas gente del traidor apercebida
Los unos á los otros se mataban. En ella lo hicieron mil pedazos :
¡Ob gente sin razon, caterva ciega ! Muertos tenemos dos de los motines ,
Y¿á quién no negará quien su rey niega? Los demás no ternán mejores fines.
Sonábase tener secreto trato Viéndose pues con este desembargo
Chaves y Joan Alonso de la Vanda ; De gente que les era sospechosa ,
Pero para decillo con recato, Al Aguirre volviéronle su cargo
Mi pluma mal cortada y algo blanda Porque ya no podian otra cosa ,
Desea hacer pausa por un rato, A causa de tener consorcio largo
Para ver en qué para su demanda : De gente , segun él facinerosa ,
Yo también quiero descansar en tanto Con la cual so color de buenos fines
Que damos orden al futuro canto. Nunca desamparó los bergantines.
Recelándose dél el don Fernando
Y los demás que desta junta fueron ,
Deseaban de le quitar el mando
O la vida con él , mas no pudieron :
Cubre sus intenciones este bando
Buscando la sazon que no tuvieron ,
Porque Aguirre , que dellos se reçela ,
Siempre tenia diligente vela.
166 JUAN DE CASTELLANOS.
Al mal Aguirre la noticia vino Anduvo pues la torpe camarada ;
Desto que contra él se concertaba Y siendo por los bosques inquerida ,
Por Gonzalo Guirál , con ser sobrino Hallaron á la malaventurada
Del Guzmán , porque dél se confiaba ; Dentro de ciertas matas ascondida :
Pero la confianza del malino ¡ Oh maldad en maldades señalada !
Contra si saca tiros del aljaba , ¡ Oh cruda crueldad jamás oida !
Porque permite Dios por sus pecados ¿Qué corazon de fiera tal hubiera
Que en la misma moneda sean pagados. Que de tanta beldad no se doliera ?
Pues el viaje ciego prosiguiendo , El hórrido temor en que se halla
En cierta isla do paró la gente , Cubrióla luego de sudores frios ,
Don Fernando por parte del Salduendo Que bien vió que venian á matalla
Al Aguirre mandó públicamente La gente de los torpes desafios ;
No vaya doña Inés con el estruendo , Habló con triste voz á la canalla:
Sino que se le dé lugar decente : ¿ En qué os ofendi yo , señores mios ?
El Aguirre desenfrenó la lengua , ¿Qué fruto , qué valor , qué bien se saca
Hablando muchas cosas en su mengua. De me matar a mí , mujer tan flaca?
Blasfemias increibles va diciendo , Arroyos claros van por las mejillas
Puesta la fuerte cota y el almnete , Y por hermosos pechos de la dama ,
Y en altas voces con furor horrendo Que puestas por el suelo las rodillas ,
Cuyo temor en las entrañas mete , Piedad , piedad à voces clama :
Dice :«¿dónde se sufre que Salduendo El eco va haciendo maravillas ,
En mi vejez me baga mandilete ? Con acento que al aire se derrama
El y ella se guarden del dïablo , Endurecidos robles hace blandos ;
Porque yo mismo soy aquel que hablo . » Mas no los duros pechos y nefandos.
Salduendo tales cosas escuchando, Las aves por los árboles gemian ,
No menos encendido de coraje , Las fieras en el monte lamentaban ,
Luego se quejó dél al don Fernando , Las aguas sus discursos detenian ,
Diciendo del Aguirre con ultraje : Los peces en el centro murmuraban ;
¿ Dónde se sufre que este tenga mando ? Los vientos con los sones que hacian
i Hay necesidad del en el viaje ? Tan execrado hecho detestaban :
¿ Un hombrecillo de los desechados Salió de las cavernas un ruïdo
Nos tiene de tener avasallados ? Que perdieron de hombres el sentido.
Aguirre , por tomar mas de mañana Pues como tal , el pérfido Llamoso
Los pasos á los que eran del concierto , Asiéndola del áureo cabello
Entró tras él bien como tigre hircana , (¿Qué haces , ó cruel facineroso?
O bien como leon bravo y esperto , ¿No ves un espectáculo tan bello ?) ,
Y atravesólo con la partesana , Al fin con el cuchillo sanguinoso
Dando luego con él en tierra muerto : Cortó las venas de su blanco cuello ;
Don Fernando quedó como siu tiento , Fuego de San Anton abrase mano
Viendo tan infernal atrevimiento. Que pudo hacer hecho tan tirano.
El Aguirre , por escusar bullicios , ¡ Traidor ! si tú naciste de mujeres ,
Le dijo: « rey preclaro y escelente , ¿Qué bestia parió bijo tan nefando ?
No juzgues ser aquestos maleficios , Y si eres hombre , di, ¿ cómo no mueres
Sino frenos seguros á tu gente : Tan enorme traicion imaginando?
Que cierto dignos son estos servicios Desdichado de tí , que donde fueres
Deste tu fidelisimo sirviente , Siempre la soga llevas arrastrando ,
Pues he por ciertas vias descubierto Pues la justicia del divino alarde
Haberte de matar quien he yo muerto. » No deja de llegar , aunque se tarde.
Notad , letores , la borrachería , Al fin dos dueñas desta compañía
Las tramas , las cautelas , los desinos ; Hicieron doloroso sentimiento ,
Pues yo no sé si llore ni si ria Las cuales entre miedo y osadía
Tan enormes y feos desatinos : Celebraron aquel enterramiento ,
So color pues de lo que le decia , Y lo mejor que cada cual podia
Ensangrentó las playas y caminos Hicieron un bumilde monumento ,
Con Montoya, con Cristóbal Fernandez , Donde lloraron estas crüeldades
y otros en su maldad no menos grandes. Dríades , amandríades , nayades.
En aquesta revuelta tan nociva , Y entre lamentaciones y dolores ,
Llena de tan pesados desconciertos , Qué las piedras movian á blandura ,
La bella doña Inés estaba viva , Cogian violetas , lilios , flores ,
Aunque ya se contaba con los muertos ; Con que cubrieron esta sepultura :
Porque tenia buena retentiva Allí solenizaron ruiseñores
Del grave sueño de los otros puertos , Exequias de tan grande desventura ,
Revuelve desventuras en su pecho Y no faltó también quien escribiese
Viendo para su mal camino hecho. En los árboles letra que dijese :
Mandola pues llamar la pestilencia Conditur his lauris præfulgens formapuellæ,
Mas ella , conmovida de temores , Quam tulit insontem sanguinolenta manus.
Hizo como la otra vez ausencia, Gloria sylvarum est extinctum cenere corpus,
Asombrada de ver tales rigores ; Asthomini vivens displicuit facies.
Mas Aguirre con suma diligencia Encubren estos laureles Aquesta montaña esquiva
Aquella que estremo fué Se tiene por muy altiva
Despacho por su rastro dos traidores , De hermosas y fieles, Con su muerta perfecion,
Mandando que la dejen tan sangrienta A quien sin qué ni por qué Y el animal de razon
Mataron manos crüeles. No quiso tenella viva.
Que parta para Dios à dalle cuenta.
Para caso tán ignominioso Ya la febea luz se despedia ,
Partieron , como digo , dos lebreles , Y llegados los nublos vaporosos ,
Que fueron Alarcon y Joan Llamoso , El impio traidor que no dormia
Peores mucho mas y mas crüeles ; Dió fin de tres ó cuatro sospechosos :
Pues eclipsan el rostro mas bermoso Y el torpe don Fernando no sabia
Que retrato de Vénus por Apeles ; Las muertes ni los trances rigurosos
Mas Dios nos guarde de villano tiesto , Por tener tales guardas el inviso
Cuando para maldad viene dispuesto. Que ningunos osaron dar aviso.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XIV , CANTO IV. 167
¡Dormis, Guzmán, en suerte tan siniestra, Luego hicieron otro maleficio ;
Y no veis cómo vela la raposa? Y fué que , por los barcos ir muy llenos,
Dormid , que presto llegará la vuestra Alijaron gran copia de servicio ,
Y aun de muchos , segun anda la cosa : Todos indios ladinos y muy buenos ,
A vos se llega la sangrienta diestra , A la disposicion y beneficio
Allá camina ya furia rabiosa , De los caribes indios destos senos ;
Gran copia vau con él de sus alanos , Llorando van los amos y señores ,
Ensangrentados piés , brazos y manos. Y los indios acá daban clamores.
Entrando por la casa desta suerte , «¿ Adónde nos dejais desamparados
Comienza de picar la bestia fiera , Fuera de nuestras tierras y regiones ?
Al mas dormido hace que despierte ; Desta manera suelen ser pagados
Pero su despertar del sueño era Los servicios con malos galardones :
Para dormir el sueño de la muerte , Tened mancilla destos desdichados
Con ver el fin que su maldad espera ; Que quedan en terribles confusiones ;
Pues otros cuatro de los conjurados Llevadnos hasta ver otras riberas
Fueron á dar razon de sus pecados . Que no sean de gentes carniceras. »
Danse voces, gemidos , bay revueltas , Dios sabe lo que cada cual sentia
Suena por todas partes duro bierro , Con hecho tan crüel y tan malino ;
Las furias infernales andan sueltas Mas Aguirre de nada se dolia
Llevando los que van á su destierro : Siempre con un furor luciferino ,
Un clérigo mataron á las vueltas , Que toda piedad aborrecia ;
Aunque la bestia dijo que por yerro ; Y ansi fué prosiguiendo su camino,
Pero siempre le fueron odiosos Y por se condoler mató á Palomo ,
Eclesiásticos y religiosos . Y otro quiero nombrar y no sé cómo.
El herido Guzmán salió huyendo , Caminan pues aquestas compañías
Cuasi cortadas las vitales vias ; Ya sin hacer parada ni reporte ,
Mas una bala que lo fué siguiendo Sin dar seguridad las tiranías
Dió fin á sus reales boberías ; Al apartado dellas ni al consorte ;
Y el Aguirre, traidor, malo y horrendo , Y al cabo de buen número de dias
Hizo y deshizo rey en cuatro dias; Las ondas vieron de la mar del norte ;
Y agora concluidos estos males , Y creyendo venir siempre por rio
Asu gusto nombró los oficiales. Habia hecho dél grande desvío.
Por maese de campo fué nombrado Viendo que por la mar van navegando ,
El Martin Perez de la compañía Por agua dulce daban todos grita ;
En la muerte de Ursúa malogrado , Mas el salso licor iban cortando ,
Por capitán á Cristóbal García : Y ansí pesada sed los necesita
Fué otro capitán Diego Tirado , Ir con velas y remos demandando
Y del ligur Espindola se fia La tierra de la isla Margarita,
También cierto Roberto Vizcaíno , Donde con estas penas y porfias
Todos prendados en su desatino. Tardaron en llegar catorce dias.
Las cosas ya sujetas á su mano , Acercándose va mala vulpeja
Y puestas en estado semejante , Al rancho descuidado y al cordero ,
Aqueste crudelisimo tirano Primerò la verán en piel de oveja ,
Prosiguió sus viajes adelante , Después un falso lobo carnicero :
Tomando del vecino mas cercano ¡Oh cuán gran tempestad se le apareja ,
Comida que pudiese ser bastante ; Cuánta calamidad y desafuero
Y en un pueblo saltó de la ribera , Al pueblo y à la tierra circunstante
Donde la gente toda salió fuera. De tan acerbos males ignorante !
Alli quisiera cierta camarada Antes pues que saltasen en el puerto,
En matar al traidor ganar corona , Por los ministros de piedad ajenos
Por ver tan suelta y tan desenfrenada El buen Sancho Pizarro quedó muerto ,
Aquella crudelisima persona ; Valcazar y Guiral ni mas ni menos.
Mas Aguirre tomó la madrugada Pagó á Guiral habelle descubierto
En ellos empleando la hascona , Conjuros contra él , aunque no llenos ,
Oporque sospechó tales conciertos , Otros cuatro mataron juntamente
O porque le serian descubiertos. Por ser al malo sospechosa gente.
Quedó tan sospechoso de sus males , Ansímismo mandó la bestia fiera
Que yendo navegando por el rio Que vivo Pero Alonso no quedase ,
Mató cuantos sentia ser leales , Mas el ejecutor crüel espera
Y no seguian bien su desvario : A que con mas rigor se lo mandase ;
Mataba de soldados principales Ordenándolo Dios de tal manera
Los que reconoció con algun brio , Que para mal de Aguirre se guardase ,
Y al tiempo que embarcó las gentes todas, Porque viendo sazon y coyuntura
Un caballero de San Joan de Rodas. Procuró buscar tierra mas segura.
El pobre Pero Alonso se tenia Pues lleno de temores y confuso ,
De sus horribles y espantables sañas , Una noche haciendo centinela
Porque el Aguirre siempre le decia : A poner mar en medio se dispuso
AFilipo teneis en las entrañas ; En una muy pequeña canouela ,
Pues, Pero Alonso , muy justo seria Con un indio maestro de aquel uso
Que perdiésedes ya las malas mañas ; Que á tierra lo llevó de Venezuela
Porque bien os entiendo , y aun espero Y en el pequeño palo mal cavado
Hacer un atambor de vuestro cuero. » Se vido muchas veces anegado.
Mas él, como sagaz , aquesto visto , Con mas seguridad del mar se fia
Como mejor podia lo llevaba , Que de estar entre gente tan maldita ,
Y comoviejo ya y hombre bien quisto , Y el riesgo de la mar en que se via
De todo desafuero se escusaba : El otro no menor le facilità ,
Al fin que fué servido Jesucristo Huyendo del traidor al quinto dia
Siempre librallo desta fiera brava , Después que ya tomó la Margarita ,
Y aunque varon de brio, donde quiera Donde por os contar cosas de espanto
Hacíase mas manco de lo que era. Conviene que hagamos nuevo canto.
168 JUAN DE CASTELLANOS .
Entre tanto que Milo revolvia
A dar cuenta de los engaños hechos ,
CANTO QUINTO , Desembarcó la mala compañía ,
Ascondidas las armas y pertrechos ;
Donde se cuenta cómo AGUIRRE entró en la isla Margarita, prendió a' Porque toda la gente que venia
gobernador y principales, y las grandes crueldades que usó el tiempo Asegurase mas sus buenos pechos ,
que allí estuvo. Llegóse pues en desastrada hora
Esta gente leal á la traidora.
Aquel que de gobierno tiene mano Con gran urbanidad hablan con ellos
No cumple que se crea de lijero , Manifestando sanas intenciones :
Porque no todos tienen pecho sano , Aguirre se holgó mucho de vellos ,
Ni cuanto dicen sale verdadero : Mas no para dar justos galardones ;
Guárdese del que tiene mas cercano , Pues luego hizo señas de prendellos
Y mucho mas y mas del estranjero , A sus descomedidos marañones
Pues debajo de sanas aparencias Y como de los tales no se esquivan
Suelen venir cubiertas pestilencias . Fácilmente prendieron cuantos iban.
Y suelen encarnar en el inerte Al pueblo parten luego los traidores,
Que mal inconvinientes asegura ; Asu Dios y á su rey falsos perjuros ,
Y si se recatara desta suerte Hiciéronse de todos posesores
Quien tenia la tal judicatura , Inquietando todos los seguros.
Por ventura buyera de la muerte No os confieis ansí , gobernadores ,
Y su pueblo de tanta desventura , A quien cumple mirar males futuros ,
Como ie sucedió de la llegada Y es bien en las provincias apartadas
De gente tan bestial y desalmada. Que vivan las justicias recatadas.
Era perpetua gobernadora Aguirre va mostrando su braveza
Desta isla do va furia rabiosa , Mala , cruel , bestial , tonta , beoda ,
Aquella nobilísima señora Por toda parte cunde su vileza
Doña Aldonza Manrique, generosa , Los lugares mas limpios mas enloda.
De mucho mas honor merecedora Tomó las llaves de la fortaleza ,
Y para gobernar mas alta cosa ; Señor se hizo de la isla toda ,
Tenia pues entonces el gobierno Mandó poner en ella con prisiones
Don Joan de Villandrando su buen yerno. Al don Joan y á mujeres y varones .
Para tomar Aguirre pues el puerto A este sin ventura caballero
Haciales el tiempo diferente ; Con áspera prision le hizo pago ,
Mas los autores deste desconcierto Y en los demás el lobo carnicero
Echaron do pudieron cierta gente : Cada dia bacia gran estrago :
El mal que malos tienen encubierto Debió ser engendrado de Cerbero
Mal lo puede hacer el inocente ; Y en las tormentas del averno lago ;
Pero no convenia ser ajeno Segun que de piedad tuvo penuria,
De cautelosos trances cualquier bueno. Su madre debia ser alguna furia.
Salió por adalid Diego Tirado Al tiempo destos torpes desatinos ,
De los soldados que salieron fuera , En la provincia de Maracapana
A quien si horcas vieran estirado Estaba frai Francisco Montesinos
Ninguna sin justicia se hiciera : Con cien hombres de gente baquïana ,
Al buen gobernador dió su recado Debajo pretensiones y desinos
Haciendo relacion no verdadera ; De irá la conquista de Guayana ;
Pues á su salvo pudo dar aviso , Y como tales cosas inquiria
Mas este mal cristiano nunca quiso , Aguirre supo desta compañía.
Dada la relacion de su venida Este traidor feroz y diligente ,
. Con el premeditado fingimiento , En la bestialidad de su porfia ,
Y declarando ser gente perdida Deseaba juntar aquella gente
Falta de agua y falta de sustento ; Con la demás traidora que tenia ,
Pidióle proveyesen de comida , Y señaló por hombre suficiente
Prometiendo pagar à su contento Para hablalles à Martin Monguía ,
En preseas que mas à gusto fuesen , El cual fue por la mar adonde estaba
Y algunas les mostró porque las viesen , Con cartas del tirano que llevaba.
Diciendo , que harán matalotaje Monguia, que se vido con soltura
De aquello que les fuese conviniente , Y en alta mar con velas y con remios ,
Porque ya por estar en buen paraje A diez que lleva dijo : « gran locura
Se querian partir incontinente, Será , señores mios , si volvemos :
En continuacion de su viaje Pues es modo bestial y maldad pura
Hasta Nombre de Dios derechamente ; La vida y el camino que traemos. »
Pues en Pirú los mas dejaban prendas , Parecióles su dicho nada feo
Repartimientos , casas y haciendas. Por ser aqueste mismo su deseo.
Como gentes allí son enseñadas Llegó Monguía pues muy diferente
A socorrer paupérrimos soldados Del traidor mandamiento que llevaba,
Que de descubrimientos y de entradas Y al fraile Montesinos y á su gente
Suelen llegar alli desbaratados ; Dió luego cuenta de lo que pasaba :
Todos se convidaron con posadas , También le dió con un cierto presente
Diciendo que serán agasajados La carta del tirano que ilevaba
El señor capitán y compañía Tan loca, tan bestial, tan atrevida ,
Con toda la posible cortesía. Que fué de todos ellos bien reida.
Y ansi luego don Joan con buen semblante Todos los mas enormes desatinos
Subió con los alcaldes á caballo, Parece que en su carta los abarca,
Por traer al Aguirre por delante Porque promete dones peregrinos
Para servillo mas y regalallo ; Y al fraile de hacello partriarca ;
Mantenimiento llevan abundante . Mas no fué mentis inops Montesinos ,
Sin consentir vendello ni comprallo : Por ser como lo es hombre de marca,
Via la perdicion que se seguia , Y ansi luego curó probar la mano
Y el maldito Sinon nada decia. En dalle sobresaltos al tirano.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XIV, CANTO V. 169
Tenia con la gente mal avio Fué brevemente gente recogida ,
Para bien ofender tales guerreros , Todos á voluntad de quien los lleva ;
Mas hizo recoger en un navío Mas al tiempo que estaban de partida ,
Los unos y los otros compañeros : A la real audiencia vino nueva
Metieron ansimismo de buen brio Cómo la muy cruel y mala vida
Algunos indios muy buenos flecheros , En muerte semejante hizo prueba ;
Y ansi partió desde Maracapana Y pues ya se quedó Joan de Cepeda ,
Para la Margarita que es cercana. Volvamos al Aguirre donde queda.
Aguirre gran contento recebia El cual desde la mar volvió bramando ;
Cuando deste navio vió la frente , Lanzando por los ojos vivo fuego
Teniendo por muy cierto ser Monguia Al triste pueblo vino , y en llegando
Y el fraile que venia con su gente : A los presos alcaldes mató luego ;
Llegó la nao pues donde queria , Y entre ellos al don Joan de Villandrando ,
Y echó fuera los indios prestamente , Sin se vencer de lástima ni ruego :
Acudieron á su recebimiento Otros niató también , y otros espanta
Frustrados de su loco pensamiento. Con sogas y cordel á la garganta.
Pues los indios con flechas herboladas Vereis temblar mujeres y varones
Comenzaron allí su duro juego Viendo de desventura tal amago ,
Con dos , ó tres , ó cuatro rociadas , Y tan encarnizadas sin razones
A las ondas del mar huyendo luego ; Que turcos no hicieran mas estrago :
Do no los alcanzaban las espadas Noches y dias hay lamentaciones ,
Ni podian dañar tiros de fuego , Ojos de cada cual hechos un lago,
Y dado salutifero rocío Y por estos crüeles pareceres ,
A nado se volvian al navío. Ansimismo pasaban las mujeres.
Desde el cual la caterva de Monguía Ejemplo puede ser la sin ventura
Hablando con la gente del tirano Ana de Rojas , que ninguno fuera
Con levantadas voces le decia : Tan torpe ni tan mala criatura ,
⚫Desamparad aquese mal cristiano , Que todo buen respeto no tuviera
Huid abominable compañía , A su belleza , gracia y hermosura ,
A la bestia crüel dalde de mano , Sino quien tan bestial y malo era:
Dejad á tan perversa criatura Aqueste la miraba de mal ojo ,
Y cesen los estremos de locura. » E yo diré la causa del enojo.
Aguirre , como se halló burlado , Huia con la mas gente traidora
De manos y de piés vuelve hiriendo , El alférez mayor dicho Villena ,
Y con furores de endemoniado , Huésped para su mal desta señora ,
Que tal estaba él segun entiendo , Que sin lo merecer llevó la pena.
Maldice cielo y tierra y lo criado , Este para huir halló su hora
Acá y allá la cara revolviendo , Por no le parecer tal vida buena :
Lanzando vivo fuego por los ojos A ella , que tembló des que lo vido ,
Por ver donde descargue sus enojos. Aguirre pidió cuenta del 'buido.
Diciendo : « ¡Quién cogiera la persona Ella como podia se escusaba ,
De aquel reverendisimo soldado Amortiguados róseos colores ,
Para poder hacelle la corona Que ya parece ser adevinaba
Con bracamarte fino y amolado ! El fin á que venian los traidores :
Fraile becho ministro de Belona Hincada de rodillas les rogaba
Monguía hecho fraile y ordenado. No descarguen en ella sus furores ;
¡Oh mal traidor , ladron , facineroso ! Mas el protervo , sobre malos malo ,
¿Tan presto te tornaste religioso ? Mandó que se la pongan en un palo.
¡Oh sucios fugitivos como ciervos ! Acude la vil gente que traia ,
Huelgome que seamos arrieros , Fácil á todos vientos y mudable ,
Estended bien los encogidos niervos , Colgáronla del arte que decia ,
Que yo recogeré vuestros gargueros ; Sin haber quien le ruegue ni le hable :
Porque de vuestras carnes coman cuervos, Llegados pues , el arcabucería
Y en las cabezas crien avisperos. Descarga en la triste miserable.
¡Locos , tontillos , vanos y livianos ! ¡ Anatematizados sean pechos
Y pensais escaparos de mis manos ? Que concibieron tan enormes hechos !
» Aunque el traidor Monguía se remonte , ¡ Bajo , bestial , crüel y vil alarde ,
Acá quedan espíritus malinos Villanaje soez mas que villano !
Que sabrán dó lijais el horizonte , ¿ Es posible que tanto furor arde
Cuáles sendas llevais y qué caminos. En detestable corazon humano ?
Descubrirán las matas en el monte Pero Dios me defienda , libre y guarde
A los que se tornaron montesinos , De quien él ha dejado de su mano ;
Que el mejor de vosotros es mas malo , Pues lo mas malo juzga por facecia ,
Y ansi do quier que vais hay soga y palo.» Y todo bien pospone y menosprecia.
El fraile , como vido tanta gente Al fin la muy querida y regalada ,
De parte la tirana competencia , Que solia burlar del mal vestido ,
Con arcabucería tan potente A cuya devocion la mas honrada
Que resistiera muy mayor potencia , Y el mas cabal estaba convertido ,
Determinó partir incontinente Oh secretos de Dios ! vereis ahorcada.
A dar razon á la real audiencia Dolor inmenso para quien la vido
De la Española , donde ya sabia Otro tiempo gozar pomposa vida ,
Que el ínclito Cepeda presidia : Viendo su muerte ser tan abatida.
En estas partes hombre señalado , Vereis dolorosísimo gemido
Por ser en sus gobiernos escelente , Por toda la familia que tenia :
Varon en todas ciencias estremado , Lloran los hijos , llora su marido ,
No con menos estremos de valiente Que ternísimamente la queria ,
El cual con su valor acostumbrado , Y el lobo carnicero que lo vido
Habida relacion del delincuente , Dijo : pues vos tenedle compañía ,
Por ir á castigar tan malos hechos Que cuando dos personas bien se quieren
Convocó gentes y juntó pertrechos. Gran contento les es si juntos mueren. »
170 JUAN DE CASTELLANOS.
Tumulto de demonios inhumano , Ya por aquellos mares comarcanos
De Dios y de su rey mal enemigo , Melchior Maldonado mete prendas ,
Poco tardaron en echalle mano Diego Nuñez Beltrán y sus hermanos
Sin otra causa mas de la que digo ; Entablan potentísimas haciendas :
Y al viejo grave , trepidante , cano , El mariscal Miguel de Castellanos
En los descubrimientos mas antiguo , A la fortuna tiene por las riendas ,
Le cortaron el hilo de la vida Y otros siguen también prósperos lances
A fin de que buscase su querida. Y don Luis de Leiva los alcances.
Demás de muchas muertes de cristianos Resucita la gala y el arreo
Asoló casas , destruyó haciendas , Y toda cobardía se destierra ,
Y murió Martin Perez á sus manos Tornado ha la justa y el torneo ,
Que contra él soltaba ya las riendas : Soldados y pertrechos para guerra :
Hizo matar tres frailes franciscanos Hágales Dios el bien que yo deseo ,
Por hacelles á todos meter prendas ; Que cierto quiero bien aquella tierra ,
Y ganaron con él aquesta loa Pues por allí gasté mi primavera
Un viejo Paniagua y Figueroa. Y allí tengo también quien bien me quiera.
Fray Andrés de Valdés , mi buen amigo, Pero dejémoslos meter las manos
No se libró de los mortales daños , En aquellos riquísimos ostiales ,
Pues uno fué de tres frailes que digo Sacando de las conchas bellos granos
Cargado de vejez y largos años , De perlas trasparentes orientales ;
De pobres peregrinos gran abrigo , Pues quiero perseguir estos tiranos
Ajeno de cautelas y de engaños , Por ver en qué pararon tantos males ,*
Y ansi dolió su mal acabamiento Y porque los letores tengan cebo
Sin osarse mostrar el sentimiento. Acabarémoslos con canto nuevo.
Como vuelta del fraile recelaba
Que le decian ir por mas potencia ,
Barcos y bergantines aprestaba
Con gran solicitud y diligencia ; CANTO SESTO ,
Y el miserable pueblo deseaba Donde se cuenta cómo Lope de Aguirre salió de la isla Margarita yentró
Ver fuera tan terrible pestilencia , por Burburuata , pueblo de la costa, la tierra adentro hasta la nueva
Pues nadie tuvo de su salvamento Valencia, con otras cosas que acaecieron antes de su vencimiento.
Seguridad un punto ni momento.
Segun el que condenan á que muera , Ansí como tumulto de repente
Que el resto del vivir en Dios convierte , Es causa de confusas turbaciones ,
Y está todos momentos en espera Ansí si venidero mal se siente
De las ejecuciones de la muerte ; Lo hacen menos buenas prevenciones ,
Con tal inquietud vivió cualquiera Donde cada cual anda diligente
En tanto que duró tan mala suerte : Antes que lleguen las ejecuciones
Al comer , al dormir , bajos y altos Como tiro que vistes venir claro
Estaban con trescientos sobresaltos. Que procurais hacelle buen reparo.
Porque veais las cosas cómo andan Fueran pues por la gente marañona
Donde las tiranías prevalecen , Los pueblos de la costa destruidos ,
Y á cuántas desvergüenzas se desmandan Si por el que mi verso ya pregona
Los que con tales fiebres adolecen : No fueran con aviso socorridos ;
¡Oh , felices las tierras donde mandan Pero por la bondad desta persona
Reyes , y santas leyes se obedecen , Vivian todos ellos advertidos ,
Que cierto la tal es en esta vida Estaban vigilantes donde quiera ,
Dadiva santa mal agradecida ! Y el Pero Alonso y ellos en espera.
Pues el bestial con un sangriento hipo , Al tiempo pues que del leon nemeo
De la sed infernal nada distinto , El padre de Faeton se despedia ,
Escribió cartas á su rey Filipo , Y del ilustre resplandor febeo
Hijo del invencible Carlos quinto : Imagen de la Virgen se vestia ;
No con la discrecion del sabio Edipo , Aguirre lleno de su mal deseo
Pues por disparatadas no las pinto , Partió con su dañada compañía ,
Razones emanadas de su saco Traidora , desleal , falsa , perjura ,
Y charlatanerías de bellaco. Y siempre pertinaz en su focura.
Después que con aplausos y gran grita En cuál de dos caminos se desvela :
Sacaron sus secuaces mil traslados , O irse por la mar mas adelante,
Para sus bergantines los incita O por la tierra desde Venezuela
Do luego se metieron los soldados ; Ir al reino que está poco distante :
Y en esto dejaré la Margarita Y á escoger el Cabo de la Vela ,
Y á todos sus vecinos asolados : Hacia su partido mas pujante ;
El mas rico tan pobre mendicante , Porque tomara copia de dineros ,
Que no se vido cosa semejante. Navíos y con ellos marineros.
Los unos y los otros lamentaban Fué negocio de muy mucha importancia
Porque cosa que preste no les queda , Para quien en la costa residia ,
Y los mas remediados mas estaban Por haber por allí gran abundancia
En lo mas abatido de la rueda : De vagabundos y gente baldía :
Eutre ellos finalmente se trataban Y estos acuden à la mas ganancia
Pedazuelos de hierro por moneda , Sin saber el fiel de quien se fia,
Ansi que los desechos de rincones Por ser ansi de malos como buenos
Entonces fueron los preciados dones. Malos de conocer pechos ajenos.
Mas el sumo Señor de tierra y cielo Y aunque es cierto que no prevaleciera,
Remedió sus trabajos y pobreza , O muerto de los suyos ó de estraños ,
Con envialles luego su consuelo Primero que en tal punto se pusiera
Y descubrir allí suma riqueza Hiciera por la costa grandes daños ;
De perlas , que , segun yo lo nivelo , Mas Dios lo proveyó de tal manera
Deben de ser en muy mayor grandeza Que presto fenecieron sus engaños ,
Que en el tiempo que tengo declarado Pues en las elecciones del camino
En otra parte deste mi tratado. Escogió lo que menos le convino.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XIV, CANTO VI. 171
14
Llegó con sus soldados al paraje El uno dellos fué Joan de Morales ,
De la Burburata , y el armada Pedro Gaviria , Márquez y Reinoso ,
Quiere que por alli haga viaje Rueda y Luna , personas principales ,
Aeste nuevo reino de Granada : Caravajal , mancebo valeroso ,
Saltan en tierra, hacen homenaje Peresteban Gerrada y otros tales ,
De llevar adelante su jornada , Fuertes en cualquier trance riguroso ;
Derribando contrarios estandartes Esteban Sanchez Albarracin era
Hasta señorear indianas partes. Deseoso de ir en la bandera.
Como de los pasados desatinos Al cual por ser un mozo desbarbado
Y la ferocidad de su venida Le mandó el capitán que se quedase ;
Estaban avisados los vecinos , Porque por ser lugar recién poblado
Los piés pusieron todos en huida : Había de quedar quien lo guardase ;
Por pueblos , valles , sendas y caminos El caballo tenia ya ensillado
Se daba grande trueno y estampida , Y mandóle que lo desensillase ;
La fama publicaba nada menos , Mas él sin respetar mando ni ruego
Antes los mas vacíos hizo llenos. Encima del caballo saltó luego ,
Los nublados llegaban muy escuros Diciendo : « yo también tengo dos manos
Y con preñeces grandes los efetos , Y tan amigas de sus pareceres ,
Eran de recelar males futuros Que quieren mas alancear tiranos
Y ansi los recelaban los discretos : Que quedarse por guarda de mujeres ;
Sobresaltábanse los mas seguros , Y allí vereis si son golpes livianos
Perdian el sosiego los quietos , O mis puntas picadas de alfileres.
Y en breve fué la nueva derramada Holgóse Bravo de lo que decia ,
Por este nuevo reino de Granada. Y de llevar tan buena compañía.
Es la ciudad de Mérida postrera , Caminaba las noches y los dias
Do el dicho nuevo reino se termina , Doblando muchas veces las jornadas ,
En saber tales nuevas la primera , Con deseo de ver las valentías
Y la que por aca las encamina : Que decian las gentes asombradas ,
De la dicha ciudad entonces era Encareciéndole ser compañías
Capitán Pero Bravo de Molina , En terribles encuentros muy usadas ,
Cuyo valor , esfuerzo y fuerte mano Por ser el vencedor en mas tenido
Deseaba dar fin del mal tirano. Cuanto mas es la fuerza del vencido.
Estando pues el Bravo con denuedo No quiere descansar ociosa hora ,
De ir á resistir á los traidores , Ni la tiene su via prosiguiendo ;
Habló luego con Trejo y con Sauzedo , Si pasando los rios se demora,
Soldados arriscados , guerreadores , Parece que se estaba deshaciendo ;
Ydíjoles : pospuesto todo miedo , Pero dejallo hemos por agora
Estas cartas llevad á los oidores A nuestro nuevo reino revolviendo ,
Porque nos va , señores , en la ida El cual de tales nuevas y recado
Las honras , las haciendas y la vida. Andaba todo muy alborotado.
Acordaos que sois de nacimiento El caso requeria diligencia ,
De padres buenos , nobles y leales , Porque descuido fuera temerario ,
Yque cosas que fueren de momento Y ansi los tres oidores del audiencia
No conviene far sino de tales : Proveyeron el orden necesario.
Camino es de gran desabrimiento , Hacen hacer de gentes aparencia
Mas facil para hombres tan cabales , Poniéndolas en listas y sumario ,
Cuyo valor , soltura y lijereza Nombrando para tales ordenanzas
Sabrán bien allanar el aspereza. » Hombres dignos de tales confianzas .
Ellos le respondieron : « bien sentimos Por general de todos fué nombrado ,
El grandísimo riesgo que corremos ; Bastantísimo para la jornada,
Pero para servir alrey nacimos , El inclito señor adelantado
Y en su real servicio moriremos. Don Gonzalo Jimenez de Quesada ,
Desde este punto nos apercebimos , Que como general ejercitado
Y el curso que mandais abreviaremos. » La nombradía fué bien empleada,
Agradecióles Bravo la respuesta , Como quien siempre tuvo por ofici>
Por ser tan comedida y tan modesta. Aventajarse en el real servicio .
Aderezáronse las buenas guias Fué Gonzalo Süarez señalado
Yatravesando van prolija sierra : Por capitán de gente de á caballo ,
Allanan tropezones , valentías , Hombre bastante diestro y esforzado ,
Sin les poner temor indios de guerra ; Leal y fidelísimo vasallo,
Al fin en breve número de dias En itálicas guerras es cursado ,
Llegaron do de paz era la tierra , Y aunque sus hechos de presente callo ,
Yluego con la misma diligencia Cuando se trate deste reino nuevo
Las cartas presentaron en audiencia. Cumpliré , Dios mediante , lo que debo
Tuvieron esta nueva por aceda, Insigne capitán de infantería
Y, segun el sonido , por gran plaga , Fué Gregorio Suarez el de Deza ,
Francisco de Villafañe y Grajeda , Que segun su valor y valentia
Y el buen Melchior Perez de Arteaga, Donde quiera pudiera ser cabeza.
A quien entre los buenos desta rueda Con tal presteza cual se requeria
Deseo que mi pluma satisfaga ; Las cosas necesarias adereza
Mas aunque sean los loores buenos Diciendo : «vida con honor adquiere
Lo mas que se dijere será menos . Aquel que por servir á su rey muere.»>
Despedidos aquestos mensajeros, Al viejo Garci Arias Maldonado
El bravo capitán y cortesano Otra capitanía se comete ,
A gran priesa juntó los compañeros El cual de nuevas fuerzas alentado
Que tenia sujetos á su mano , A las soberbias armas arremete.
Condeseo de ser de los primeros Y ansí como diestrísimo soldado
En quebrantar las fuerzas del tirano? Salió luego con pica y coselete ,
Llegáronse pues veinte valerosos , Diciendo con briosísimos ardores .
No menos del empresa codiciosos . Viva el rey , viva el rey , mueran traidores.
172 JUAN DE CASTELLANOS .
Acuden pues à la real bandera
Una gran lealtad con desengaño CANTO SETIMO ,
De hombres tan cabales, que cualquiera
Pudiera deshacer pérfido daño :
Pero Garcia Ruiz , que alcalde era , Donde se trata del vencimiento de Lope de Aguirre, la justicia que dé!
Elbuen Miguel Holguin, Joan de Avendaño ; y otros se hizo, con el cual se remata ansimismo esta historia, y la
Sigue con gran valor leal desino primera parte de las eleglas .
Bartolomé Camacho y Pero Niño.
Un Diego Montañés acudió luego , Quien á delitos feos se desmanda ,
Paredes Calderon y otro Paredes , Lo que tiene por claro le es escuro
Y aquel claro Rincon llamado Diego Y aquello que juzgó por cosa blanda
Por a Velandia pluma que bien puedes, Se le tornó rigor crüel y duro;
Y a Rodrigo Suarez Savariego , Porque quien cerca del peligro anda
Pues son varones dignos de mercedes , Riesgo notorio toma por seguro ;
Ya Miguel Sanchez , Joan Rodriguez Parra Y es cierto que quien malos pasos trae
Cada cual de su rey fiel amarra. Hace lazos y hoyos en que cae.
Cuando gente por Tunja se hacia Ansí donde pensaban los tiranos
De la que nunca supo ser ociosa , Hacer de mas potencia su partido ,
La clara Santa Fe menos dormia, Alli hallaron belicosas manos
Que cierto la tenia valerosa. Fiel consorcio , fuerte y escogido ,
Y ansi de fortaleza y bizarría Que dieron fin á hechos inhumanos
Nunca jamás se vido mejor rosa : Y al desinio bestial desvanecido ,
Lucidas armas , jóvenes galanes , Aunque se castigaron los traidores
Insignes y admirables capitanes. Con harta mas modestia que rigores.
Ondean los penachos , lucen mallas , Pues cuando se tomó Burburuata ,
Convocan los soldados á bandera Que estaba como dije sin gentio ,
Céspedes y los dos viejos Olallas , La gente desleal de quien se trata
Y aquel fuerte varon Joan de Ribera : Tomaron en sus puertos un navío,
Usados à rencuentros y batallas No con copia de oro ni de plata ,
Y escelentes varones donde quiera , Porque de vinos era su carguío ;
Siendo también iguales al socorro Pero tomaron buena artillería,
Los capitanes Orejuela y Zorro. Cosa que muy al caso le hacía.
No quiso libertarse de las bregas, Acostumbrando siempre las usadas
Antes à ellas mas se determina , Insolentes y feas crüeldades ,
El que hoy es mariscal Fernán Vanegas , Aguirre mató dos á puñaladas
Lanchero y Andrés Vazquez de Molina. Por no querer seguir sus vanidades :
Las nuevas que venian eran ciegas , Andaban desvergüenzas derramadas ,
Porque la nueva cuanto mas camina Muy estendidas deshonestidades
Tanto mayor se hace por do pasa , Con algunas mujeres afligidas
Sin señalalle término ni tasa. Que estaban por los montes ascondidas.
Esperábase pues el duro Marte Para poder pues ir á los lugares ,
Por todos estos hombres principales , Cuyos robos y sacos pretendia ,
Nombrando cada cual en su estandarte Tomaron muchas bestias caballares
Ministros necesarios y oficiales ; En que poder llevar artillería ;
Y con seguridad en toda parte Quemaron casas , huertas y lugares
De gentes sanas , buenas y leales , Y cuanto por delante se ponia ;
Porque el olor de cosa diferente Y con este rigor sin resistencia
Aqueste nuevo reino no consiente. Llegaron al lugar de la Valencia.
Es demás desto grande su aspereza Entraron las soberbias compañías
Y sus defensas bien acomodadas , Tirando por las calles tiros vanos
Por las fortalecer naturaleza Por estar de vecinos ya vacías ,
De peñoles y sierras levantadas ; Y ellos y sus mujeres muy lejanos.
Inespugnable es la fortaleza Mas no sé por qué tratos ó qué vias
De que son rodeadas sus entradas , Cayó don Julian entre sus manos
Pues ya sea peon , ya caballero, Y fué de su desgracia lo mas negro
Ha de venir á él por contadero. Prendelle la mujer y suegra y suegro.
No criara tirano furibundo Allí buscó también quien se escapase
Ni leña de que salga tal candela , Pedrarias no queriendo mas seguillo ,
Aquí no hay quien ande vagabundo Y al Julian mandó se lo buscase
Ni junta de baldíos que mal huela : Y diese orden para descubrillo ,
Sile llamais ciudad al nuevo mundo, Si acaso no queria que pasase
Llamad á este alcázar que la vela , La mujer y los hijos á cuchillo ;
Pues será de traicion y vida ancha Y como su decir era hacello
Para siempre jamás libre de mancha. Buena maña se dió para prendello.
Esto se mostrará por esperiencia El pobre que se vido prisionero ,
Agora y en los siglos venideros , Hincado de rodillas le decia ,
Pues no menos será la descendencia Que pues era leal y caballero
Que fué la lealtad de los primeros : Huyese de hacer tal villanía ,
En servir á su rey gran advertencia , En entregar al lobo carnicero
Eso me da mestizos que herederos ; Oveja que de tanto mal huia ;
Y el que pensare ver contrario efeto Y pues buscaba buenos y leales
Digamos ser inicuo su conceto. Fuese favorecido de los tales.
Estando pues el reino de manera Y respondióle : « yo, señor, me muevo
Que Aguirre no hallara mal recado , A hacer fealdad que no quisiera ,
Monroy trajo la nueva cómo era Mas hacer lo contrario no me atrevo
El y su gente ya desbaratado ; Por tener en rehén mi compañera :
Y ansí quiero volver donde me espera Y bien entendereis que , si no os llevo ,
A contar el rencuentro deseado ; La despedazará la bestia fiera ;
Y para rematallo con mas gusto Será pues muy menor inconviniente
Haremos del injusto canto justo . Morir vos solo que morir mi gente. »
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XIV, CANTO VII. 173
Teniendo pues Pedrarias conocida De parte donde estaban ascondidos
La voluntad contraria de su ruego , Salen con gran furor compañas largas ,
Le dijo : «No peneis en mi partida , Dan saltos , gritos, voces y bramidos ,
Si con ella pensais ganar el juego. Flechas , piedras y tiros van á cargas :
El me ha de quitar allá la vida ; En piernas , pechos , rostros son heridos ,
Mejor será que vos me mateis luego , Sin poder reparar con las adargas ;
Llevalde mi cabeza por agora : Si por aquí no hay reparo cierto ,
Quizá libertareis esa señora.» Por aculla les dan en descubierto.
Por la causa que tengo ya contada , Ansí como por tiempos acontece
Era de lo llevar codicia tanta , Con la fuerza del austro proceloso ,
Que luego con los filos del espada Que el aire se condensa y escurece
Comenzó de cortalle la garganta. Formándose ruïdo temeroso ,
Mas como vido sangre derramada Y con aquel ruido luego crece
La furia de su brazo se quebranta , El áspero granizo riguroso ,
Y al miserable con sangrienta mano Dejando los repechos y collados
Llevó sobre sus hombros al tirano. Aquella tempestad embarazados ;
Al maestro mayor del desconcierto Acuden a romper tiranas redes
La víctima ya dicha se presenta , El capitán Ruiz , fuerte guerrero ,
Y por le parecer que estaba muerto Y el buen Diego García de Paredes ,
De la venganza hizo poca cuenta : De paternas virtudes heredero :
Curaronlo después con tal concierto Soldados trae dinos de mercedes
Que se pudo librar de la tormenta Otro buen capitán, dicho Romero ,
De la canalla vil y mal tirano , Porque cada cual destos le traia
Y á este reino vino bueno y sano. La gente de caballo que podia.
Puestos pues los vecinos en aprieto Quiso también juntar allí su gente ,
Ausentes de sus casas y en huïda , Al servicio del rey aficionado,
A la ciudad de Baraquecineto Joan Rodriguez Süarez , el valiente ,
El campo del traidor hizo partida Capitán valeroso y esforzado :
De cosas necesarias al efeto Mas no le sucedió felicemente
Toda su gente bien apercebida ; En medio del camino comenzado ,
Y la gente leal también se llega Por intentar él , diestro y animoso ,
Y para su defensa se congrega. Camino grandemente peligroso.
En este territorio ya contado Era pues este , Dios le dé su gloria ,
Y poblaciones que le son sujetas Capitán en Caracas de indios fieros,
Era gobernador Pablo Collado , Usados á salir con la victoria
A quien llamaba yo Pablo Faldetas , De grandes y magnánimos guerreros ,
Por ser un hombre mal ejercitado Y él hizo hechos dignos de memoria
Entre los atambores y trompetas , Ayudado de pocos compañeros ,
El cual andaba, ya vista la cosa, Y agora no quisiera hacer falla
Para poner los piés en polvorosa. Al tiempo que se diese la batalla.
Mas entendida ya por trujamanes Y porque sus deseos se cumpliesen
La fuerza de contrarios estandartes , Y los efetos dellos se llegasen ,
Acudiéronle luego capitanes Mandó que solos siete los siguiesen ,
Ejercitados en guerreras artes , Y los otros soldados se quedasen ;
Que recelando vueltas y desmanes Con que del nuevo pueblo no saliesen ,
Dejaron las tenencias de sus partes Antes con gran cuidado lo velasen ;
Vino de los primeros con su seña Y dicho lo que mas les convenia ,
El mariscal Gutierre de la Peña. Con siete de caballo hizo via.
Anduvo Terepaima luego listo En abreviar jornadas importuno ,
Recogiendo gran copia de valientes Sin ponérsele cosa por delante ,
Y como principal y mas bien quisto Y de términos tímidos ayuno ,
Determinó hablar a los presentes : Caminó por la sierra circunstante ;
Buenos amigos mios , habeis visto Pero muy poco vale la de uno
En cuán poco nos tienen estas gentes ; Donde fuerza de muchos hay pujante ·
Y cómo cuatrogatos entran dentro Atravesando pues iba la sierra ,
Sin recelar zozobra ni rencuentro . Poblada de feroz gente de guerra.
> Paréceme ser justo que se prendan Su derrota guió por Terepaima ,
Estos atrevidísimos cristianos , El imperio del cual es absoluto ,
Sin que se dé lugar á que desciendan Hasta los términos de Barataima
De nuestras altas sierras á los llanos , Y otro cacique no menos astuto ,
Para que todos ellos comprehendan Que dicen proceder de Pariaima ,
Cómo también acá tenemos manos ; Y allí suelen llamar Guaicamaculo ;
Que la ventaja ya la vemos presta , Aquestos dos con otros alïados
Pues tenemos las piedras y la cuesta. De su venida fueron avisados.
>Ya veis à Joan Rodriguez dónde asoma Ansi fueron las flechas que caian
Con siete moconies ó vasallos ; Encina del cristiano caballero ,
Mas yo le baré presto que no coma Y aquesto visto , todos revolvian
Ni le valgan los piés de sus caballos : Puguando cada cual de ser primero ;
Dejémoslo llegar bajo la loma Pero cómodamente no podian
Para poder mejor señoreallos ; Por haber de pasar por contadero ,
Espías en lo alto para vellos , Y por las partes diestras y siniestras
Y al tiempo de bajar demos en ellos.» Habia cantidad de gentes diestras.
De la suerte que veis se concertaron Las furias de los indios mas cercanos
Robusta juventud y los de canas , Andaban de temor tan apartadas ,
Y aquel término todo rodearon Que los quieren tomar vivos á manos ,
Con flechas , dardos, piedras y macanas. Mas no lo consentian las espadas :
Los nuestros a la loma se llegaron Las cuales pocos golpes daban vanos •
Sin recelo de gentes comarcanas : Pues bendian cabezas y quijadas ,
Pasan por ella pues , y en descendiendo Y con esfuerzo de ventura falto
El mundo se hundia con estruendo. Procuraban volver á lo mas alto.
174
JUAN DE CASTELLANOS .
Terepaima con cierta confianza De sí solo haciendo la reseña
De le salir á bien lo comenzado , Necesidad le hace que despierte ,
Tiró de dura palma larga lanza ,
Tomando por espaldas una peña
Y a Carpio traspasó por el costado :
Faltóle de vivir el esperanza , Que fué detenimiento de su muerte ;
Del caballo cayó desalentado , Y con aquel amparo les enseña
De cuánto valor es su brazo fuerte :
Con el cuerpo mortal la tierra mide De cuando en cuando del lugar salia,
Y el alma de las carnes se despide. IN
Y hecho mucho daño se volvia .
Süarez por los indios se metia Por cierto no serán cuentos inciertos
Con impetuosísimos furores ,
Y á los otros que restan les decia : Si por verdades ciertas os declaro ,
Tener delante tantos indios muertos
<<Ea , mis compañeros y señores : Que casi le servian de reparo :
Que hoy, segun que vemos , es el dia Pues sus indios ladinos descubiertos
Do conviene mostrar vuestros valores . »
Hacia tales cosas el Süarez Contaron lo que cuento muy al claro ,
Que le hacian francos los lugares. Y también cómo antes que muriese
Le decian los indios que se fuese. R
El mancebo Fajardo de Guevara Pero ya lamentaba su pecado
También iba haciendo maravillas ,
No cesa , no reposa , nunca para, Al tiempo que decian de la ida ,
Rompiendo por las impias cuadrillas ; El pecho, segun dicen , traspasado
Mas de las infinitas una jara Y en los postreros trances de su vida :
Le traspasó las armas y ternillas : Quedose pues enhiesto y arrimado
Andaba todavía muy esperto , El alma de las carnes despedida , FO
Mas á cabo de poco cayó muerto. Y aunque vian que no se meneaba Z
De temor ningun indio le tocaba.
En este mismo punto se desmanda El fuerte capitan , leal vasallo ,
Un escuadron de gente bien armado Murió con los intentos que llevaba ;
A cercar el caballo de Miranda, Por cuya causa quiero ya dejallo
Que estaba casi muerto de cansado ; Para decir que cuando se esperaba,
Y no teniendo fuerzas de su banda, Con escogidos veinte de á caballo ,
De quien allí poder ser ayudado , Pero Bravo llegó con faria brava ;
Una larga macana se adereza De muchos dellos dije ya los nombres
Que le hizo pedazos la cabeza. Y no me acuerdo de los otros hombres. *
Con tan vivo calor el sol ardia , "
Que los humanos cuerpos abrasaba : Al tiempo que llegó donde queria
Halló como con otros diez varones
Aquel ardor mortal los afligia , El gobernador Pablo se huia
Y la terrible sed los fatigaba :
Remedio de su daño no se via , De los incorregibles marañones :
Socorro de Dios solo se esperaba ; Bravo dijo lo mal que lo hacia ,
Y á los demás les dió reprehensiones ,
Y estaban ya los vivos de manera Diciéndoles defiendan con la lanza
Que cada cual de vida desespera. Las tierras que les dan en confianza.
Aunque de indios hay muchos sin vidas, Estar como lo via muy doliente
Acudian por puntos à nubadas , Por disculpa le dió Pablo Collado ;
Y en lo alto mujeres prevenidas ,
Que de flechas también iban cargadas Mas después que del reino vido gente
Y en vasos cantidad de sus bebidas No se mostraba tan acobardado ;
Para tales calores apropiadas : Y ansi hizo volver incontinente
Mientras los unos andan en el juego En busca del traidor desacatado ,
Nombrando á Bravo para mas honrallo
Los otros en beber toman sosiego.
Por capitán de gente de á caballo.
Mas el beber de la salvaje gente
Eran tragos mortales en nosotros , Al tiempo que lo tal acontecia , ·
Faltándoles vigor que los aliente Y el Collado volvia mas brioso ,
Gutierre de la Peña no dormia ,
Y los lijeros huellos de sus potros ; Ni Paredes andaba de reposo :
Ni les daba lugar la sed ardiente Pues cada cual la gente recogia
Para poder hablar unos con otros : Por término sagaz y valeroso ;
Flaca la resistencia que se prueba ,
Porque siempre venia gente nueva. Y en parte y en lugar acomodado
Tenian por el rey campo formado . 2
Llegaron pues algunas ordenanzas , Sabiendo que el Aguirre ya venia
Cuyos cuerpos y caras van pintadas , Con todos sus pertrechos y guerreros ,
Con grandisimo número de lanzas
De puntas muy agudas y tostadas : A lo espiar salió Diego García
Prometiéndose ciertas esperanzas Con obra de cuarenta compañeros.
De dar fin á las guerras comenzadas ; Para contar la gente que traia
Guaicamacuto guia la hilera Y cuánta cantidad de arcabuceros ,
Y á los otros habló desta manera : Pusiéronse en lugar tan oportuno
Que todos los contó sin faltar uno.
«Apartaos afuera , moconies , Las centinelas puestas en lo alto ,
En tan flacos rencuentros ocupados : Viendo que se pasaron las reseñas ,
Dejadnos estos pocos de cories , Y su servicio de defensa falto
Comeré de sus carnes á bocados .
Quitalles hemos ya los borceguíes , A la gente leal hicieron señas :
Los cosetes y sayos estofados. >> Salióse luego para hacer salto
Estos entre los otros se entremeten El buen Diego García de las breñas ;
Y con lozanos brios arremeten. Tomó bestias y tiros ya cargados,
Y bienes que dejaron rezagados. t
Enristradas las puntas penetrantes
Con impetu feroz arremetieron , El buen acertamiento deste hecho
No siendo poderosos ni bastantes Al Aguirre le fué muy mal aceto ,
A resistir la fuerza que pusieron : Y mas en no poder haber provecho
Y ansi mataron todos los restantes , De los que lo pusieron en efeto :
A Joan Rodriguez no , que no pudieron, Llegó con estas furias y despecho
El cual se derribó de su caballo , A la ciudad de Baraquicineto ,
Donde halló las casas y posadas
Yfué porque no pudo meneallo. De todo morador desocupadas .
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XIV, CANTO VII. 175
Llegado , de las suyas hizo luego Tres arcabuces solamente hallo
Aquel digno de mas que mala muerte , Entre leales para la tormenta ;
Pues por todas las casas puso fuego Mas habia doscientos de á caballo ,
Y en un corral de tapias hizo fuerte ; Hombres de bien para cualquiera afrenta;
Y para ser en todo mas que ciego Que cada cual sabia meneallo
A don Joan de Corella se convierte , Y que los mas pasaban de cincuenta ,
Diciendo : « vos en toda la jornada Cuya cordura daba gran seguro
Nunca hecistes cosa señalada. Para poder vencer el trance duro.
»Es pues mi voluntad que metais prenda, El tirano , sin otros compañeros ,
Y para que esta sea conocida , Sabemos claramente que tenia
Por vuestra mano quiero que se encienda Ciento y setenta y seis arcabuceros , '
La iglesia, sin que sea socorrida ; Destrísimos á toda puntería :
Y ansi digo que nadie la defienda , Desesperados , malos , carniceros ,
So pena de perder luego la vida ; > Con otra cierta mas artillería ;
Y el caballero vil , torpe , nefando , Corríanlos los nuestros hasta el fuerte
Lleno de vil temor cumplió su mando. En saliendo á hacer alguna suerte.
¡Qué gran merecimiento si muriera A todos los llamaban al servicio
Por no hacer tan grave sacrilegio ! Del rey con el perdon que prometian ;
Pero cumpliólo él como si fuera Mas obstinados en su maleficio
O cosa de virtud ó mando regio : Con las fumosas balas respondian :
Muy contenta quedó la bestia fiera Y envejecidos en tan mal oficio
Ysu sceleratísimo colegio ; A la bestia soez obedecian
Desventurado fué tu nacimiento En responder sin miedos ni recatos
Pues que tanta maldad te da contento. Torpezas , desvergüenzas , desacatos.
Viniendo pues Collado con el Bravo Quien mas á la venida los incita
Y aquella valerosa compañía , Todos sabemos ser aquel soldado ,
Huyo del campo dellos un esclavo Que cuando se tomó la Margarita
Siguiendo la tiránica porfía : Huyó de la bandera del malvado ;
Su pecho no lo sé mas hecho clavo , Y vino por la costa dando grita
Pues dijo mas de aquello que sabia , Diciendo se velasen con cuidado :
Diciéndoles venir copia de lanzas A este como quien lo conocia
Del reino con grandisimas pujanzas. Aguirre solamente respondia.
Al Aguirre pesóle grandemente «¡ Oh Pero Alonso, dulce compañero !
Por los que dijo ser recién llegados , Y &piensas escaparte de mis redes ?
Y no sé si deciros á su gente Por vida de tu rey , que si no muero ,
Por estar como él todos dañados : De hacerte crecidas las mercedes ,
Anduvo por el fuerte diligente Con estirarte bien ese garguero
Hablando y animando sus soldados , Y tapiarte después entre paredes ;
Diciendo que serán ( si se dan maña ) Y allf te hartarás de dar pregones
Señores del Pirú y de Nueva-España. De las bulas que dices y perdones. »
Llegados estos hombres principales También el Pero Alonso respondia :
Al campo por el rey allí formado , < Anda, bellaco , vil , de torpe vida ;
Hizo confirmaciones de oficiales Que yo te digo que esa profecia
Este gobernador Pablo Collado ; Muy presto la verás en ti cumplida :
Que como valerosos y leales Llegando se te va tu triste dia
Acudió cada cual á su cuidado : Y el fin de tan enorme despedida ,
Salió por general en la reseña Cairan tus sanguinosos estandartes ,
El mariscal Gutierre de la Peña. Y tú te partiras por cinco partes.
Antiguo nombramiento ya tenia Dado ya fin á su razonamiento
De maese de campo suficiente Con cólera de justa destemplanza ,
El fuerte capitán Diego García , La gente del traidor ayuntamiento ,
Que el cargo goberno bastantemente ; Alentada de vana confianza ,
Y el capitán Ruiz también regia. Renegaban de tanto sufrimiento
Que del gobernador era teniente ; Por selles peligrosa la tardanza ;
No nombro los demás en el historia Y ansi determinó la vil canalla
Porque dellos me falta la memoria. De dar á los leales la batalla.
Hechas todas aquestas elecciones , Cualquiera por su parte representa
Collado despacho do las hallasen Bravosos y feroces movimientos ,
Firmadas muchas cartas de perdones Jurando de la dar sanguinolenta ,
A cuantos á su campo se pasasen ; Por ser ellos crüeles y sangrientos ;
Diciendo no perdiesen ocasiones , Era pues por el año de sesenta
Ysu vida y honor asegurasen : Con mil y un año mas sobre quinientos :
Con ellas los tiranos insolentes En aquesta sazon y coyuntura
De términos usaron indecentes. Vimos estos estremos de locura.
Tres que tenían pecho mas sincero Víspera de Simon y Judas era
Desampararon luego la bandera : Cuando salen del fuerte los traidores ,
El uno fué Rangel , otro Guerrero , Campéase la sérica bandera,
Huyóse después dellos Talavera ; Tocábanse guerreros atambores.
Yaun ballo por indicio verdadero En su concierto va cada hilera,
Que pudiera buir el que quisiera Todos ellos ajenos de temores
Mas no sabré pintaros con vocablos Los cuerpos , las cabezas reparadas
Aqueste frenesí de los dïablos. Con colas , coracinas y celadas.
Los nuestros ya pasaban de doscientos, Con espadas de raso coloradas
por mas à favor poder valerse Una bandera negra va pendiente :
Hacian recoger mantenimientos Como señales ya determinadas
Porque el traidor no pueda proveerse , Para no reservar cosa viviente ,
Estando ya muy falto de alimentos Ni mujeres paridas ni preñadas ,
Y sin recurso donde rehacerse ; Ni la sinceridad del inocente :
Y ansi perseverantes en sus yerros El capitán obsceno y los obscenos
Se comian los asnos y los perros. De mortales enojos iban llenos.
176 JUAN DE CASTELLANOS .
Salir desta manera les cumplia »Señores , puesto caso que de Marte
Por haber ido cien arcabuceros Yo conozco tener poca pericia ,
A buscar de comer antes un dia ; A lo menos sé bien que en cualquier arte
Lo cual sabiendo nuestros caballeros De ciencia literal ó de milicia
Acometiéronles por cierta via Lleva mucho quien lleva de su parte
En caballos lozanos y lijeros La razon, el derecho yla justicia ,
Creyendo que pudieran ser vencidos La cual suele ser tal y tan potente
Mejor que juntos siendo divididos. Que al mas cobarde hace mas valiente.
Camina pues por donde les decia »Y ansi coligireis destas razones
Un indio que tenian presas hechas , Que suele pelear con lanza blanda
Mas ellos viendo la caballería Quien sigue sus antojos y pasiones
Se metieron por partes mas estrechas ; Sobre maldad fundando su demanda ,
Y como ya la noche se venia Y ser lleno de grandes confusiones
Hicieron apagar todas las mechas: El áspero camino por do anda ,
Debieron de hacer estos conciertos Y el edificio de tan mal cimiento
Para no ser por ellas descubiertos. Suélelo derribar cualquiera viento.
Por tener estos fuera del cercado , »Pues ¿ qué mayor justicia pretendemos
Con el escuridad velan sobre ellos , Que esta de quien hoy somos defensores ,
Y el resplandor de Febo ya llegado O qué mayor maldad que la que vemos
Trabajan los leales de rompellos : En estos atrevidos malhechores ;
Aguirre destas cosas avisado, Y que los enemigos que tenemos
Vino con los demás á socorrellos , A Dios y al rey y á todos son traidores ?
Y armado de celada y coselete Ellos defienden sola su nequicia ,
La gloria y vencimiento se promete. Nosotros la verdad y la justicia.
Ansimismo parece que convino »Vienen quemando templos , heredades,
Al Aguirre tomar yegua lijera , Deshonrando doncellas y casadas :
De la cual por ventura se previno Sin frenos usan deshonestidades ,
Por alcanzar alguno si huyera : Sin riendas ensangrientan las espadas ;
Y á todos cuantos van por el camino Matan los religiosos , los abades ,
Dicen que les habló desta manera , Las mujeres paridas y preñadas ,
Estando los beodos insolentes Jura siempre la gente fementida
De la boca del sucio muy pendientes : De nunca perdonar cosa nacida.
« Hoy, marañones mios , es el dia »Nosotros procuramos las enmiendas ,
En que cumple que vuestra mano diestra Y á castigar delitos nos movemos ,
De su grande valor y valentía Honra de Dios , del rey, y dulces prendas
A los contrarios dé patente muestra ; De hijos y mujeres defendemos ,
Pues segun el negocio se nos guia Los granjeados bienes y haciendas ,
La victoria tenemos ya por nuestra , Descansos y quietud que poseemos,
Que todos son pastores y gañanes Y para poder ir á mas recado
Y faltos de sagaces capitanes . Habemos confesado y comulgado.
»Bien veis la gran ventaja que tenemos , »Pues , señores, con tal prevenimiento,
Cuán principal el arcabucería , Con derecho y justicia tan notoria ,
Pues la voluntad dellos no sabemos Quien veamos en este rompimiento
Y creo que son todos de la mia : No terná por muy cierta la victoria :
Y ansi de muchos dellos reharemos , Vamos , vamos sin mas detenimiento,
Bastantemente nuestra compañía : Que Dios nos quiere dar aquesta gloria :
Acudirnos ha luego tanta gente Trabaje cada cual lo que pudiere ,
Que haremos ejército potente. Y baga él lo que por bien tuviere.>>
»Vencidos estos pocos de villanos Con vistosas posturas y lozanas
Y hecho nuestro campo mas pujante , Se compusieron luego los jinetes ,
El reino nos llevamos en las nianos , El juvenil ardor las viejas canas ,
Sin que cosa se ponga por delante, Aunque faltos de cotas y de almetes ;
Por ser aquellos pocos baquïanos Mas todos ellos con tan buenas ganas
Gentecilla soez y mal andante, Como si fueran fiestas y banquetes ,
Pues toda la demás gente valia Sin miedo van á las contrarias balas
Hace cuenta que toda será mia. Divisos en dos cuernos ó dos alas.
»Entrando lo haremos todo llano Con gran concierto marcha la reseña
Sin soltar de las manos ocasiones , Y al tirano los pasos encamina :
Y allí porné gobierno de mi mano La derecha Gutierre de la Peña ,
Dejándolo debajo marañones. La izquierda Pero Bravo de Molina ,
Con ditados de nombre soberano Y por su parte cada cual enseña
Y permanecederas sucesiones, No ser ayuno desta disciplina ;
Esto mismo haré por Quito y Lima Van pues con el recato necesario
Y todo cuanto cae por encima. Todos ellos en busca del contrario.
>Pues ¿quién podrá decir que mis prendados Mas un Diego Gonzalez , lusitano ,
Teman lanzas , adargas ni paveses , Acometió sin término ni tasa ;
Siendo por muchas vias obligados Aguirre que lo vido tan cercano
A padecer millones de reveses , Dijo : «no le tireis, que se nos pasa.» -
A trueco de las rentas y ditados «Mentis, responde, como mal cristiano ,
De grandes, duques, condes y marqueses ? Que no soy yo de tan bellaca masa. »
A ellos pues , á ellos , marañones , Revuelve su caballo mas al sesgo,
A ellos , mis fortísimos leones.>> Y al fin del escuadron salió sin riesgo.
Ningun descuido tienen los leales De la parte leal incontinente
Al tiempo que él mostraba su cuidado , La yegua del Aguirre fué herida ,
Antes aquellos hombres principales El y ella cayeron juntamente ;
A los demás habian esforzado; Mas por entonces no perdió la vida ,
E ya con el socorro de los tales Porque llegó gran cuerpo de su gente
A todos les habló Pablo Collado , Para lo levantar de la caida :
El cual de lo pasado diferente Díjoles: ved quién fué , mis marañones ,
Me dicen que les dijo lo siguiente : Y convidámelo con perdigones.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XIV , CANTO VII. (77
Andaba de los suyos por dejallo , » Pasa por donde pasan los mortales ,
Segun que pareció, Diego Tirado ; Dése fin à la gente pecadora ,
Batió luego las piernas al caballo , Acábense los malos con sus males ,
Huyendo del consorcio rebelado , Mi dia se llegó , llegue tu hora :
'Diciendo « viva el rey , el rey mi gallo , No quiero que te digan los leales
El rey es mi señor, yo su criado , » La hija del traidor , ó la traidora.>>
Y recebido bien del que mandaba Y para colmo de sus malos hechos
Volvió contra la parte que dejaba. Dióle de puñaladas por los pechos.
A la furia mortal hacen entrego Viendo tan infernales pareceres
Cuando el sol por zenit se les subia , Al tiempo que cortó la verde malva ,
Hervia militar desasosiego , Huyeron del cercado las mujeres
Entró mayor calor del que solia : Y con ellas fulana de Torralba,
Quemaba todo bierro como fuego , Porque en ellas en estos menesteres
Tanto que mano ya uo lo sufria : No se hiciese semejante salva.
Rompen las voces la region del viento , Quedose pues el mal aventurado
Anda trabado duro rompimiento. De todo punto ya desamparado.
Dispara cargas furia presurosa Entró para buscar algun despojo
De parte de la gentes alteradas , Un Ledesmica luego por el fuerte ,
Hizo nublo la pólvora fumosa El cual con sobrecejo de mal ojo
Con unas y con otras rocïadas : A mirar al Aguirre se convierte,
Mas¡oh cosa de ver miraculosa ! Diciendo : pese a mí con el gorgojo !
Que las balas salian muy cansadas ; Y tú nos has traido desta suerte ?
Pues solo del peligro descubierto Juzgárame por bajo y avocado
El caballo de Bravo cayó muerto. Si en ti tuviera yo medio bocado . >>
A parte mas estrecha se retira Los que cumplían tales mandamientos
El traidor que los suyos bien anima ; Todos debian de venir beodos :
Mas los leales con su justa ira Aguirre con soberbios movimientos
La quebrada rodean por encima : Dijo , viendo hablar por tales modos :
El tiro fulminoso que se tira Solo bastaba yo para quinientos
Anadie mata , hiere ni lastima : Si de vuestra manera fueran todos :
Llegan las balas flacas y dolientes Llegámeos por acá , tontillo pobre ,
Por estar los cañones muy calientes . Vereis cómo sé yo batir el cobre .
Aguirre, viendo ya su mala suerte Entró luego tras él Diego García ,
Y elimpetu de tal caballeria , Y con él un Galindo y un Guerrero ,
Poco a poco se va acia su fuerte , Consortes de la mala compañía ,
Y en sus alcances va Diego Garcia : Y cada cual en males el primero ;
Viéndose pues cercano de la muerte , Destos dos cada uno le decia :
Al tirano la gente le buia , « Matemos este lobo carnicero.>>
Y aquellos que no fueron los menores Aguirre dijo : « y pues, malos nocivos ,
Decian : « viva el rey , mueran traidores. » ¿ Por ventura pensais de quedar vivos ?
Algunos le quedaron todavía , » Señor maese de campo , mi derecho
Que no huyeron todos de repente , Guarde vuestra merced como á cualquiera,
Y con aquellos pocos aquel dia Que yo cristiano soy , y en tal estrecho
Elfuerte defendió como valiente ; Tengo de confesar antes que muera ;
Pero como la noche se venia , E yo declararé de lo mal hecho
Se le vino también toda su gente : El que corrió conmigo la carrera. »
Al fin á pertinaces en sus males Los otros : « ¡ ah señor Diego Carcía !
Necesidad les hizo ser leales. Acabémoslo ya, que desvaría. >>
Aguirre procurando de salvarse , Al fin que como tanto le rogasen
A la mar intentaba de volverse ; Aquellos a quien esto mas agrada ,
Mas en el fuerte viendo rodearse A estos les mandó que le tirasen ,
Y no hallar montaña do meterse , Y al uno que tiró dijo ser nada ;
Pura necesidad le hizo darse Mas como mas de veras apuntasen ,
Sin muestra ni señal de defenderse : Cayó la bestia mala traspasada
No duda que su vida se concluya , Sin alcanzar aquello que pedia :
Pero con muerte de una hija suya. Parece ser que no lo merecia.
¡ Oh bestia de las bestias mas nociva ! Concluyó la maldad , é yo concluyo
¡Sevísimo rigor de pestilencia ! Con decir que en memoria desta cosa
Dime, ¿qué furia tan cruel te priva Su cabeza llevaron al Tocuyo ,
De todo cuanto puede ser clemencia ? Una ciudad de gente valerosa ,
¿Qué pierdes en dejar tu hija viva ? Que goza del triunfo como suyo ,
¿Qué ganas en usar desa demencia ? Y hacen siempre fiesta generosa
Al fin se le llegó con gesto fiero , A los felices san Simon y Judas ,
Diciendo: «muere tú, pues que yo muero.»> Por ser miraculosas sus ayudas .
La moza le responde : « padre mio , Cada año con pregon regocijado
Mejor nueva pensé que se me diera. Celebran del triunfo la memoria ,
¿Qué mal , qué sinrazon , qué desvario Y en toda la provincia y obispado
He cometido yo para que muera? A Dios y á estos santos dan la gloria :
Mejor lo haga Dios , y en él confio Y en este mismo dia señalado
Que no moriré yo desta manera : Acabé de escribir la tal historia,
Este pago me dais , este marido Que hizo, por ser largos los escesos ,
Por lo mucho que siempre os he servido. Ansimismo prolijos mis digresos.
Cristianas gentes son entre quien quedo, Luego mandó prender Pablo Collado
Y á quien no daré causa de discordia : A muchos de los impios tiranos ,
Mostrar con mujer flaca tal denuedo Y al Figueroa ya conmemorado ,
No es animosidad sino vecordia : Matador de los frailes franciscanos ,
¡ Desdichada de mí , pues que no puedo Por su mandado fué descuartizado
En mi padre ballar misericordia ! Y puesto por caminos comarcanos :
No mas , señor , tened vuestra derecha.» Viendo con tal rigor arder la fragua
Responde : « nada , hija , te aprovecha . Huyóse por entonces Paniagua.
T. IV. 12
178 JUAN DE CASTELLANOS .
A la ciudad de Mérida camina
De personas algunas socorrido ; Otros muchos trajeron al audiencia
Mas luego Pero Bravo de Molina Del nuestro nuevo reino de Granada,
Con los cuales usaron de clemencia
Mandó con gran rigor ser inquerido :
Hallado , por sentencia determina Tanta , que ya sobró de moderada ;
Ser por cuatro caminos dividido , Pero dejemos esta pestilencia
Y con solicitud y diligencia Que hizo muy prolija mi jornada,
Ejecutaron luego la sentencia. Por concluir aquí mi flaco Marte
De sus elegías la primera parte.
La muerte á doña Inés no se perdona
Aunque su matador ya se huia , Y no creo será menos gustoso
El cual pudo llegar hasta Pamplona El segundo volumen que prometo ,
Do el buen Ortun Velasco residia , Si Dios me proveyere de reposo ;
Una valerosísima persona Porque cierto me traen inquieto
Movimie ntos de tiempo proceloso ,
En cuanto pide buena hidalguía :
Aqueste capitán maravilloso A quien forzosamente me sujeto ;
Hizo justa justicia del Llamoso. Pues querer y poder no van a una
En los acoceados de fortuna.
Allí se le llegó la postrer bora
Por el enorme hecho cometido ,
Y la muerte vengó desta señora , Sal, mi fiel escritura Quizá no serán los menos
Amigo del Ursúa conocido , Donde te vea la gente , Los que te harán regalos ;
Haciéndose justicia vengadora Que si Dios te da ventura , Porque por tan anchos senos
Será del invido diente Donde hay disfavor de malos
En pueblo que fundó su muy querido : Liviana la mordedura. Hay también favor de buenos
Pueblo fundado por Ursúa , digo ,
Donde Llamoso padeció castigo.
ELEGIAS
DE
COMPUESTAS
SEGUNDA PARTE .
DEDICATORIA
Yo he visto este libro, y en él no hallo cosa mal sonante donde infiero que va el autor muy arrimado á la verdad;
ni contra buenas costumbres ; y en lo que toca à la histo- y son guerras y acaecimientos que hasta ahora no las he
ria , la tengo por verdadera , por ver fielmente escritas visto escritas por otro autor, y que algunos holgarán de
muchas cosas y particularidades que yo vi y entendi en saberlas.
aquella tierra , al tiempo que pasé y estuve en ella : por DON ALONSO DE ERCILLA.
Domini MICHAELIS D'ESPEJO , præfecti ærarii ecclesiastici De don BERNArdo de VargaS MACHUCA.
Sanctæ fidei novi regni.
Vi, señor, vuestra historia peregrina
Unus erat quondan notus mortalibus orbis, Donde mostrais ingenio peregrino :
Unus et in mundo tunc quoque Phebus erat. Con quien la desposais de mas es dino,
Y ella de tal esposo no es indina.
Alter ab Hispanis cum sit superatus athletes Sea buena ventura la madrina ,
Alterius Phebi convenit esse jubar :
Y el mesmo desposado su padrino ;
Ut videant omnes magnorum facta virorum , Pues rey que tiene merecer divino
Caecis in tenebris quæ latuere diu. Harála respetar como divina .
Hoc lumen clarum , quo possis cernere gestas, Moneda fué la de los castellanos
Dat Castellanos, lector amice , tibi. Que todos la tuvieron por perfeta,
Si tamen est aliquid discriminis inter utrumque , Subida de quilates y de granos.
Iste secundus erit, si fuit ille prior. Confiad pues, dotilocuo poeta,
Que la que se labró por vuestras manos
A todos ha de ser grata y aceta.
De HIERÓNIMO GALVEZ.
ELEGIAS Y ELOGIOS
DE
COMPUESTOS
TERCERA PARTE .
Donde se da razon de las cosas acontecidas en las gobernaciones de Cartagena y Popayán, desde el tiempo
que en ellas entraron españoles hasta el año de 1588.
DEDICATORIA
FIN DE LA TERCERA PARTE DE LAS ELECÍAS Y LLOGIOS DE VARONES ILUSTRES DE INPIAS , Y DEL TOMO CUARTO
DE LA BIBLIOTECA DE AUTORES ESPAÑOLES.
INDICE .
10
CANTO TERCERO.- Donde se cuenta la gran tormenta que pade- En un solo canto...... 70
cieron antes de ver tierra, y cómo la gente se alborotó otra VIII . A la muerte del adelantado don Francisco de
vez; y del razonamiento que les hizo Vicente Yañez Pinzon. 41 ELEGIA Garay, donde se describe la isla Jamaica.
CANTO CUARTO. Donde se trata cómo hallaron tierra , y 73
descubrieron la grandeza deste nuevo mundo con grandes CANTO PRIMERO . ...... .
muestras de riquezas. Y lo demás que les aconteció con las CANTO SEGUNDO. Donde se trata del órden que tuvieron para 70
primeras gentes que vieron. . . . . . . 13 salir de allí, y la muerte de don Francisco de Garay.....
CANTO QUINTO. - Cómo vino la india mensajera y con ella el rey CANTO TERCERO.- Donde se trata cómo llegó Francisco de Garay
Goaga Canari con gran número de gente , con el cual hizo al rio de Palmas, de lo que allí le sucedió, y de su muerte. 78
amistades, y lo demás que all: se hizo.. 16 ELEGIA IX. - A la muerte de Diego de Ordás , donde se cuenta
CANTO SESTO. - Donde se trata cómo durante el tiempo de su la gran entrada que hizo por el río de Uyupari , y las cosas
viaje , la vuelta de España , decian varias opiniones cerca en ella sucedidas.
de estas partes. Y cómo llegando á España se divulgó con CANTO PRIMERO.... 80
gran admiracion el descubrimiento susodicho........ 19 CANTO SEGUNDO.- Donde se cuenta cómo Diego de Ordás subió
ELEGIA II.A la muerte del capitán Rodrigo de Arana , en la con su armada el rio Uyapari arriba , y cómo volvió perdido
cual ansimismo se prosigue el descubrimiento de las Indias. á Paria , y lo que mas aconteció hasta su muerte...... 81
23 ELEGIA X.- Conquista de la isla Trinidad y cosas en ella acon-
CANTO
CANTO PRIMERO.. lecidas desde su primer gobernador , que fué Antonio Se-
SEGUNDO. Donde se cuenta la muerte del capitán Ro-
drigo de Arana , cordobés , y de lo que hizo Colon llegado deño , hasta que vino Joan Ponce de Leon , natural de San
26 Joan de Puerto-Rico , y nieto del que conquistó aquella isla.
à la Española ..
ELEGIA III . — A la muerte de Francisco Bovadilla , donde an- CANTO PRIMER
CANTO SEGUNDO. O. - Donde se cuenta cómo los indios revolvieron , 87
simismo se cuenta cómo Colon continuó su descubrimiento ,
con otras muchas cosas que sucedieron en aquella sazon. y á los nuestros les fué forzado dejar la isla.. 00
90
30 CANTO TERCERO. Donde se cuenta cómo Antonio Sedeño salió
CANTO PRIMERO....
CANTO SEGUNDO.- Donde se cuenta las revoluciones que hubo en de Puerto-Santo y fué à Paria, donde se concertó con Alonso
la Española entre Colon y los que allí estaban, y cómo los re- de Herrera y Agustin Delgado, y revolvió sobre la isla Trini-
10
yes proveyeron sobre ello, y lo que mas aconteció en las dad ; y lo queDonde
le aconteció.. 91
34 CANTO CUARTO. se cuenta cómo Baucunar hizo llama-
guerras que de indios tuvieron.... miento de capitanes para ir con gran pujanza sobre Antonio
CANTO TERCERO.- Donde se cuenta cómo tuvo Coanabo cercada
1505
la fortaleza , y lo que sucedió durante el cerco y después que Sedeño, y lo que mas aconteció.. 93
ron.. 37 CANTO QUINTO. Donde se cuenta el rompimiento de la batalla,
los indios se retrajese 93
CANTO CUARTO. Donde cuenta la venida del comendador Ni- y de lo que en ella aconteció..
colas de Ovando , la vuelta de Cristóbal Colon , y muerte de CANTO SESTO. Donde se cuenta cómo Sedeño volvió á Paria con
Bobadilla , con otras muchas cosas que en aquella sazon intencion de reconcilia rse con el Alonso de Herrera, y lo que
CO
CANTO
CANTO PRIMERO....
SEGUNDO. Donde se tratan las variedades que hubo en pitán Alonso de Herrera , y cómo luego se volvió la gente
este gobierno, la venida del audiencia real, y muerte de don sin pasar mas adelante.. 103
Diego . 46 CANTO CUARTO. Donde se cuenta la mudanza que hubo en el
Colon.......
ELEGIA VI. A la muerte de Juan Ponce de Leon , donde se campo del gobernador Jerónimo de Ortal , y cómo determinó
cuenta la conquista del Boriquén , con otras muchas par- entrar por Maracapana , y las demás cosas acontecidas en
ticularida .des
CANTOaquella provincia
QUINTO. Donde . se cuenta cómo muchos señores indios 410
អ
51
CANTO PRIMERO.
CANTO SEGUNDO. Donde se trata el gran rebelion de los indios vinieron de paz, y cómo si poblaran los españoles y repar-
boriquenes , y cosas que pasaron durante la guerra.... 54 tieran la tierra, se hiciera un negocio de gran importancia, 114
CANTO TERCERO. Donde se cuenta cómo llegó Guarionex al CANTO SESTO. - Donde se cuenta cómo la gente de Sedeño, des-
pués que se metió la tierra adentro, dieron en la gente de
8885