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BIBLIOTECA

DE

AUTORES ESPAÑOLES .
BIBLIOTECA

DE

AUTORES ESPAÑOLES ,

DESDE LA FORMACION DEL LENGUAJE HASTA NUESTROS DIAS ,

ordenada

POR D. BUENAVENTURA CARLOS ARIBAU .

Elegias de Varones ilustres de Indias ,

POR JUAN DE CASTELLANOS .

SEGUNDA EDICION.

MADRID .
M. RIVADENEYRA — IMPRESOR EDITOR.
CALLE DE LA MADERA, 8

1857 .
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J

PROLOGO .

La presente obra ha llegado á ser , por su rareza , una de aquellas curiosidades bibliográ-
ficas de que pocos tienen noticia, y cuya reimpresion llena un gran vacío en nuestra litera→
tura antigua. La misma suerte han tenido otras muchas producciones relativas á nuestros
descubrimientos marítimos y á las primeras épocas de nuestras colonias , probándose por
este medio la historia de un sin número de hechos curiosos y datos interesantes , relativos á
una de las páginas mas instructivas y brillantes de los anales de la humanidad.
Si este desprecio de tan copioso tesoro de conocimientos útiles es poco honorífico á
nuestro gusto literario y á nuestro amor propio nacional , no es menos digno de censura el
olvido en que se sumergen los nombres de los varones ilustres que han contribuido eficaz
mente con sus trabajos á las glorias de la literatura española . Increible parece que casi todo
lo que se sabe de CASTELLANOS es lo poco que de sí mismo habla en sus Elegías ; y que , por
mas investigaciones que hemos hecho en archivos y bibliotecas , solo hemos hallado mencion
de su nombre y de sus obras en la de don Nicolás Antonio , y en los apuntes que Muñoz ha
dejado en la Academia de la Historia.
El primero de estos escritores da á entender que CASTELLANOS nació en Tunja ; habla de la
primera edicion de la primera parte de las Elegías , la cual vió la luz pública en 1589 , sin lu-
gar de impresion ; se refiere á una cuarta parte , celebrada por don Tomás Tamayo , en su Col-
lectio librorum hispanicorum , y cita la Bibliotheca indica de Antonio Leon , donde se habla de
un ejemplar de la segunda parte , que poseyó Luis Tribaldo de Toledo , cronista real de las
Indias, de cuyas manos pasó á las de Lorenzo Cocco , secretario de N. Compegio , nuncio
apostólico en España.
Las noticias de Muñoz son todavía mas escasas y menos importantes . No se refieren á la
persona del autor , sino á ciertas peculiaridades del ejemplar de ellas que Muñoz habia visto.
En él hay una nota manuscrita que dice : « Librería de la catedral de Palencia : donada ( la
obra) por el doctor Pedro Fernandez del Pulgar , natural de Rioseco , penitenciario de dicha
iglesia . Al fin de la segunda parte , observa Muñoz que se lee la firma de Miguel de Ondarza,
Zavala , con su rúbrica , la cual va también al pié de todas las planas. < Sin duda , dice Mu-
ñoz , este fué el secretario por quien se despachó la licencia para la impresion , á consecuen-
cia de la aprobacion de Ercilla. Por último , Muñoz advierte que falta un plano en el ejem-
plar susodicho , y es el de la laguna de Venezuela , y que hay otro en la tercera parte , con
este titulo : « Traza corográfica de lo contenido en los tres brazos que cerca de la equinoccial
hace la cordillera de las sierras , que se continúan desde el estrecho de Magallanes .>
Por manera que la única biografia que de CASTELLANOS existe , queda reducida á las escasas
noticias que de él mismo injiere en su obra. De ellas se colige que siguió desde luego la car-
rera militar, y que se halló en reñidos encuentros y corrió grandes peligros en las diferentes
campañas á que dieron lugar las conquistas de los vastos territorios de que se formó , en tiem-
PROLOGO.
pos muy recientes , la república de Colombia. Después abrazó el estado eclesiástico y obtu-
vo el beneficio de Tunja , en lo que se llamó entonces nuevo reino de Granada. En una y
otra situacion contrajo relaciones íntimas y tuvo frecuente trato con muchos de los hombres
mas distinguidos que figuran en aquellas grandiosas hazañas .
Este descuido de los contemporáneos de JUAN DE CASTELLANOS es tanto mas notable , cuanto
que su obra está muy lejos de esa trivial medianía que justamente desdeñan los hombres de
saber y buen gusto . El autor no quiso elevarse á la altura de la poesía épica ; no quiso reves-
tir su narracion con las galas de la fantasía , ni darle esas formas artificiosas que nunca se em-
plean sino á costa de la verdad . Menos ambicioso que Lucano y Ercilla, solo consagra sus es-
fuerzos á preservar del olvido hechos notables y circunstancias graves y curiosas . No es un
poeta creador : es un historiador escrupuloso , que prefirió la octava rima á la prosa , quizás
para recrear con este agradable ejercicio los últimos años de su vida , ó quizás también , por-
que á ejemplo de Ovidio , quod tentabat dicere versus erat. A esta segunda opinion nos incli-
nan su facundia inagotable ; la increible facilidad de su versificacion , la cual , generalmente
correcta y fluida , aunque á veces demasiado trivial y desaliñada , no se detiene en los obstá-
culos que le ofrecian la exactitud numérica de las fechas , ni los estraordinarios nombres de
los indios y de los puntos geográficos de las regiones que habitaban. Las escenas terribles y
las graciosas ; las batallas mas sangrientas y las caminatas mas dificiles ; fiestas lucidas , cul-
tos solemnes , paisajes floridos y voluptuosos , espectáculos naturales , llenos de horrorosa
grandiosidad , todo se presta con igual holgura y lijereza al ritmo de este grande y fecundo
versificador ; para todo encuentra en su imaginacion fértil y variada ritmos sonoros , cortes de
verso naturales , consonantes propios y escogidos , y frases , si no eminentemente poéticas , á
lo menos elegantes , bien construidas y muy raras veces torcidas de su prosodia , para for-
mar la cadencia legítima y llenar el número requerido .
Sus defectos son los comunes en su siglo ; los mismos en que incurrieron los que mas lus-
tre le dieron con sus producciones inmortales : anacronismos insignificantes , ostentacion pe-
dantesca de importuna y mal traida erudicion , ignorancia de las ciencias naturales envueltas
todavía en la infancia , inversion no motivada de sucesos , y esa propension à retruécanos y
antítesis que bajo diversas formas se reproduce en todas las épocas literarias , y de que no
supieron preservarse los mayores ingenios de la antigüedad.
Mas estas imperfecciones están mas que suficientemente compensadas por algunas dotes,
tanto mas gratas á la generacion presente , cuanto mas escasean algunas de ellas en los trabajos
literarios de nuestro siglo . Distinguimos entre estas cualidades preciosas la paciencia investiga-
dora que supone la acumulacion de tantos sucesos , el interés dramático de tan estraordinarias
virtudes , la exactitud en la descripcion de las localidades , el arte con que escita la curiosidad
del lector , graduando diestramente el desarrollo de los incidentes con que la satisface ; por
último , esa sencillez candorosa que toda la obra respira , reflejo de un alma recta y pura ,
consagrada al culto de la verdad y ajena de todo lo que pudiera torcerla y ofuscarla.
Prendas de tanto valor y tan justamente apreciadas por los aficionados à la buena lectura,
nos autorizan á creer que el público aceptará las Elegías de CASTELLANOS, como uno de los ma-
yores esfuerzos que á costa de grandes dispendios y trabajos ímprobos hemos empleado para
desempeñar las condiciones de nuestro programa , y continuar mereciendo la acogida benévola
que han merecido los tomos precedentes de nuestra coleccion .
1
:
ELEGIAS

DE

VARONES ILUSTRES DE INDIAS ,

COMPUESTAS

POR JUAN DE CASTELLANOS .

DEDICATORIA AL REY DON FELIPE II.

SEÑOR.

Entre las cosas notables , que autores antiguos nos dejaron escritas , hicieron memoria de
aquella gran locura de Corebo , cuya cuenta , no estendiéndose á mas número de hasta cinco,
presumia contar las ondas del mar y las arenas de sus riberas ; y desta misma podria yo ser
agora redargüido ; pues, en confianza de tan pobre talento como es el de mi ingenio , propuse
cantar en versos castellanos la variedad y muchedumbre de cosas acontecidas en las islas y
costa de mar del norte destas Indias occidentales , donde yo he gastado lo mas y mejor del
discurso de mi vida , presumiendo levantar sus edificios desde los primeros fundamentos, en
todos aquellos puertos que conocemos poblados de españoles. Y aun esta osadía fuera tole-
rable si no me levantara á otro muy mayor atrevimiento , que fué aventurarme á ofrecer y
consagrar mis trabajos al felicísimo nombre de vuestra Majestad , en cuyo esclarecido enten-
dimiento naturaleza puso toda aquella perfecion á que sus fuerzas podian estenderse ; mas
como sea comun uso de los hombres , y costumbre heredada de los primeros buscar escusas
á los yerros que cometen , deseo que se me permita que ansimismo ( con algunas razones,
aunque criadas á los pechos de mi confuso parecer ) procure dar mis disculpas , y descargarme
de los cargos que acerca desto se me podrian poner. Pues es así que la flojedad y descuido de
muchos, que con la elegancia y primor que al sujeto desta obra se debe la pudieran tomar á
su cargo , puso sobre mis hombros la pesadumbre deste cuidado , muy mas grave de lo que
ellos pueden llevar , no sin consejo y estímulos de amigos , que se dolian de ver hazañas escla-
recidas quedarse para siempre encarceladas en las escuridades del olvido , sin haber persona
que movida deste justo celo procurase sacallas á luz , para que con la libertad que ellas me-
recen corrieran por el mundo , y fueran á dar noticia de sí á los deseosos de saber hechos
célebres y grandiosos. Pues como ya tuviese escrito el descubrimiento deste Nuevo Mundo , y
lo acontecido en las conquistas de las islas , y alguna parte de la costa de tierra firme hasta el
mar de Venezuela , parecióme ( por ser el volúmen de lo compuesto algo crecido ) que seria
justo hacer en aquel pasaje pausa , para que desde allí comenzase segunda parte , con intencion
de no publicar lo uno sin lo otro, por haber andado ya la mayor parte del camino ; y aunque
en este propósito habia dado fondo , importunidades de personas á quien debo respeto me
hicieron levar las áncoras y salir con solo el trinquete , mandándome cometer esta primera
al beneplácito de fortuna , que así en esto como en otras cosas no siempre suele ser apacible
ni favorable. Pero revolviendo los ojos del entendimiento á una y otra parte , para buscalle
lugar donde la adversa no se atreviese ni pudiese lastimalla , memoria y voluntad me pusieron
delante la fortísima coluna y atlante de la religion cristiana, que es vuestra Majestad ; debajo de
cuya sombra y á cuyos reales piés estos mis trabajos se humillan para poderse valer entre los
T. IV. 1
2 VARONES ILUSTRES DE INDIAS.
impetuosos vientos de detractores ; pues el mayor y mejor salvoconducto que se les puede
encaminar es el autoridad de tan potentísimo monarca , que como vicedios en la tierra no se
desdeñará de recebir el cornadillo del pobre à vueltas de los preciosos dones que suelen ofrecer
los poderosos , ansí como aquel gran Artajerjes que no se desdeñó ( pasando el rio Ciro ) in-
clinar su real cabeza, para beber el agua dél en las palmas de Sinetis , pobre y rústico villano.
Movióme también á hacer esto, considerar que cosas de Indias , mayormente tan oclusas y ol-
vidadas, á ninguno se debian dedicar ni consagrar sino al señor universal de aquellas tierras,
que ansí en oriente como en poniente gozan deste nombre , á cuya grandeza humilísimamente
suplico ponga los ojos no en la bajeza del estilo , sino en el sujeto de la obra y voluntad con
que yo la ofrezco , para que otros muchos , cuyos ingenios podrian con pluma delicada en
estas partes llevar adelante estos principios , se animen y alienten á poner en escrito hechos
dignos de ser eternizados , en servicio de vuestra Majestad , cuya real persona y escelsos estados
prospere nuestro Señor con perpetuo aumento de su divina gracia y celestial gloria . Amen .
JUAN DE CASTELLANOS .

CENSURA DE AGUSTIN DE ZARATE AL CONSEJO REAL .

Agustin de Zárate , contador de mercedes que he sido línea equinocial. Lo cual Colon contradijo, alegando auto-
de vuestra Alteza, digo , que por los del vuestro muy alto ridades que habia leido de autores auténticos, y señala-
consejo me fué mandado que viese y examinase un libro damente del divino Platon, en el diálogo que intitula Thi-
que ha compuesto Juan Castellanos , beneficiado en la meo ó de natura, y en el siguiente á este, que se nombra
iglesia de Tunja del nuevo reino de Granada, en que trata Atlántico, que en ambos trata largamente de una isla nom-
de los ilustres varones que en compañía de don Cristóbal brada Atlántica, que se dice haber sido mayor que Asia, y
Colon, y después dél, descubrieron la navegacion del mar duraba desde las columnas de Hércules hasta la tierra
del norte , que los autores llaman Atlántico , y conquistaron firme, la cual , con una creciente de la mar en un dia y una
y redujeron al conocimiento de nuestra santa fe y la co- noche se anego y quedó toda hecha mar, que reteniendo
rona real de Castilla los indios naturales de tan estendidas el nombre de cuando fué isla, se llamó mar Atlántico ; é
insulas como en él conquistaron , que comunmente se yo supe de persona que habia oido al mesmo Colon, que
nombra el Nuevo Mundo , mandándome que pusiese en la en confianza de esta autoridad de Platon habia empren-
dicha obra la censura que requiriese para imprimirse, en dido tan nueva y peligrosa conquista. Pero teniendo con-
caso que para ello se le diese la licencia que el autor pe- tra sí autores tan graves, y con ellos á san Agustin y á san
dia, En cumplimiento de lo cual, yo he leido y pasado todo Isidoro, se puede tener por cierto, que no se pudo mover
el dicho libro , y advertido con diligencia si habia en él Colon á proseguir tan dificil navegacion sin inspiracion ó
alguna cosa que requiriese enmienda ; y ante todas cosas revelacion divina. En cuya confianza se opuso á tantas di-
veo que la materia de que trata, por ser tan deseada, será ficultades y peligros y costas, por alcanzar cosa tan nunca
muy bien recebida en todos estos reinos, especialmente vista ni oida, antes comunmente contradicha. Pero las par-
en el Andalucía y lugares marítimos de aquella costa, donde ticularidades y sucesos tan varios y notables como para
se tiene mas noticia y comercio con las Indias y navega- conseguir su pretension pasaron, y las hazañas que hicie-
cion dellas. Porque con haber tantos autores que han ron, y las victorias que consiguieron, que parecen casi in-
compuesto libros del descubrimiento y conquista de las creibles, estaban sepultadas en las tinieblas del olvido, y
provincias del Perú, y de tantos y tan varios sucesos como defraudadas del loor y gloria que merecian los insignes
en ella ha habido, entre los cuales se puede contar la his- varones que las alcanzaron , sin que sus hijos y descen-
toria que yo compuse tocante á esta materia , y otros que dientes tuviesen dellas noticia, ni con sabellas se encen-
han trabajado en lo que toca á la Nueva España , todos diesen sus ánimos á imitallas.
estos libros quebaban defectuosos y sin principio, por no El remedio para todos estos daños é inconvinientes
baber habido quien tomase á su cargo declarar cómo y halló Juan Castellanos, consumiendo muchos años de su
cuándo, y por quién se comenzó á descubrir tanta an- vida en sacar por rastro las verdades de negocios tan an-
chura de mar como hay ansi norte sur , como leste tiguos y recónditos y sin luz , con tan inmenso trabajo
hueste , desde el estrecho de Gibraltar hasta las provin- como se puede considerar , pues escribió primero el dis-
cias de la tierra firme donde va á parar, y lo mucho que curso desta historia en prosa . Con lo cual la república
los siglos presentes, y los que están por venir, deben prin- tuviera entera satisfaccion, conforme á lo que escribe Ci-
cipalmente á don Cristóbal Colon, por cuya industria y es- ceron, y después dél Cayo Plinio, que aunque las obras
fuerzo y diligencia, mezclada con intiuitos peligros y ries- de poesía y oratoria no tienen gracia, ni deben ser admi-
gos de la vida, y de los demás que le siguieron y acompa- tidas sin mucha elocuencia , la historia (dicen) quoquo
ñaron en aquel descubrimiento, se haya navegado un modo scripta delectat ; esto es , de cualquier manera,
piélago de tanta longitud y latitud con la conquista de y en cualquier estilo que se escriba, deleita y agrada;
tantas insulas que en él hay, y la dificultad y peligro de su porque mediante esta alcanzan los hombres á saber co-
persona, con que resistió y confundió á muchos de los sas nuevas, las cuales por natural inclinacion se huelgan
suyos que le contradecian, y aun casi resistian el pasar oir de boca de un rústico por palabras groseras y sin arte.
adelante ; que algunos dellos debian ser ejercitados en le⚫ Pero Castellanos pasó adelante, porque después de haber
tras y razones matemáticas, pues se fundaban en autori- escrito esta historia en prosa, la tornó á reducir á coplas,
dades de gravísimos autores, como eran Plinio y Strabon, y no de las redondillas que comunmente se han usado
Tolomeo y Pomponio Mela y otros que refiere y aprueba en nuestra nacion , sino en estilo italiano, que llaman oc-
san Agustin, que afirman no haber habitacion pasada la tava rima, por mostrar á costa de mucho trabajo la emi-
VARONES ILUSTRES DE INDIAS. 3
nencia de su ingenio, porque estoy informado de hom- ingenio, ni dónde el autor pueda usar de la dispensacion
bres fidedignos que gastó mas de diez años en reducir que Horacio concede á los autores de tan prolijas obras,
la prosa en verso, en que infiere á sus tiempos muchas diciendo en un verso de su arte poética :
digresiones poéticas y comparaciones , y otros colores Verum opere in longo fas est obrepere somnum ,
poéticos con todo el buen orden que se requiere. Y
cuando trata en materia de astrología, en las alturas de la en que da licencia á los escritores de tan largos libros
línea y puntos del norte, y sol y estrellas, se muestra ejer . que algunas veces se puedan dormir y descuidar en lo
citado astrólogo, y en las medidas de la tierra muy cur- que escriben. Algunos errores de pluma de poco mo-
sado cosmógrafo y geógrafo, y cursado marinero en lo que mento he hallado, y estos van enmendados, porque no
toca á la navegacion , que es lo que principalmente le haya en el libro cosa que sea digna de reprehension.
ayudó ; finalmente, que ninguna cosa de la matemática le Y ansí, teniendo consideracion à todo lo susodicho, pa-
falla. Y en lo que mas muestra la facundia de su ingenio rece que vuestra Alteza ( siendo dello servido ) , no sola-
es, en injerir en sus coplas tanta abundancia de nombres mente podria mandar dar licencia al dicho Juan Caste-
barbaros de indios , sin fuerza ni violencia del metro y can- llanos para imprimir y publicar esta obra , però tenién-
tidad de sílabas, con ser los tales nombres tan difíciles dole en servicio el trabajo que en componer tan largo
que apenas se pueden pronunciar con la lengua ; y en fin , libro ha gastado, por solo servir á su república, sin otro
son de los que llama Marcial odiosos à las musas, que es interese alguno ; pues sin los principios de los descubri-
el loor que principalmente se atribuye á don Alonso de mientos que aquí trata, los demás libros que se han com-
Ercilla, en aquella famosa obra que en este estilo com- puesto de todas las provincias y regiones de las Indias
puso, Hamada Araucana. Y aunque he puesto diligencia quedan escuros y defetuosos , como obras que carecen
en buscar si habia en este libro cosa señalada que requi- de los principios de donde dependen.
riese enmienda, no la ha alcanzado la mediania de mi Agustin de Zárate.

ELOGIOS DE LA OBRA POR VARIOS INGENIOS.

Reverendi ad modum Patris Magistri , fratris ALBERTÍ No suelen ser ansí los estranjeros ;
PEDRERO, ordinis Prædicatorum concionatoris èximii ad Pues aunque sus bazañas son menores
candidum et pium lectorem Procuran levantallas hasta el cielo ,
Como hizo Virgilio las de Eneas ,
EPIGRAMMA. Y con heróico verso y elegante
Hactenus Indorum terris, quas fortis Hiberus Homero celebró las de los suyos ;
Inventas dedit, et calcat victricibus armis , Y con decir allí cosas fingidas
Non fuit Hispanus qui prælia carmine vates Pudo bien merecer eterno nombre.
Conderet , æterna cum sint dignissima laude. Segun esto , quien canta cosas ciertas,
Attamen externis est semper maxima cura , A luz sacando hechos olvidados ,
Ferre super summum cœlum sua facta minora. Y los celebra con hermosos versos ,
Namque ducem Phrygium decantat musa Maronis , No se le debe menos alabanza.
Moonidesque suos divino condidit ore , Tal es nuestro poeta Castellanos ,
Et veris miscens passim mendacia multa , Pues va cantando hechos escelentes ,
Ipse sibi laudum magnos cumulavit acervos. Trabajos increibles y sucesos
His bene perspectis, quisquis verissima pandit , Que sobrepujan cuantos pinta Homero,
Mituit et in lucem , quæ sunt detenta tenebris , Y esceden los naufragios del Troyano.
Carminibus comptis , laudis quoque dignus habetur , Porque no canta los angostos mares
Ut Castellanos bic, qui fortissima bella Del que huyó de Troya , ni de Ulises ,
Narrat , et eventus rerum , variosque labores , Ni pinta á Gerion con tres cabezas ,
Qui superant omnes, quos doctus pingit Homerus , Ni la serpiente Hidra con sus ciento ,
Extenuantque viri prorsus discrimina Teucri. Ni el dragon que guardaba las manzanas ,
Nam non errores arctos, quos passus Ulysses , Ni aquel de quien Jason sembró los dientes ;
Non freta Troiani fugientis parva recenset , Mas canta el gran dragon del Oceano ,
Sed neque forma datur triplex pastoris Hiberi , Que ciñe con sus roscas todo el orbe ,
Nec ramosa quidem centeni gutturis Hydra , A quien el español tiene sujeto ,
Hesperidumque draco, non custos velleris hydrus , Hollando sus riberas y sus playas ,
Sed tamen Occeanus serpens prælongus , et ingens, Sus amplísimos reinos , campos , rios ,
Ceruleis magnum , qui cingit nexibus orbem , Y sus feroces gentes ya domadas ,
Victus ab Hispanis , nam iam sunt undique visi Con otras increibles maravillas
Equoris immensi sinus, anfractusque viarum , De todos los pasados nunca vistas.
Flumina vasta nimis, montes, amplissima regna , Las cuales aquí cuenta Castellanos ,
Gens celeris pedibus, sumptis nos tarda sagittis Que como validisimo guerrero ,
Et miranda novus, quæ continent Indicus orbis , De muchas cosas es fiel testigo.
Nullis visa prius , sed cunctis condita priscis. Recibelo , lector, con rostro claro ,
De quibus hoc nobis ostendit multa volumen , Para que sin temor de lo contrario
Quod Castellanos , qui quondam bella sequutus , Deleite tus oidos con historias
Ct testis fidus , descripsit : candide lector Que va pintando con heróica mano.
Accipe pacato nec duro perlege vultu ,
Ut noster vates ( sannæ formidine posta.)
Historiis aliis sinceras impleat aures. Perquam colendi Patris fratris PETRI VERDUGO Præsentati
ordinis Prædicatorum concionatoris facundissimi in
laudem autoris
Interpretatio ejusdem. EPIGRAMMA.
Hasta agora faltaba quien cantase , Indorum bellis nulla formidine tentus ,
En verso sonoroso castellano , Castellane , tuus fervidus ensis erat.
Las tierras que halló gente de España , At nunc accinctus divini cuspide verbi ,
Y tiene ya rendidas á su Marte , Expugnare doces culmina sancta Dei.
Con bechos dignos de inmortal memoria. Êt commissa tibi, moderantis nomine templa ,
VARONES ILUSTRES DE INDIAS.
Muneribus multis continuare facis. Non tibi Pindarici suavis facundia versus ,
Insuper et curis aliis ingentibus æger , Non Flacci numerus , dulcior ullus erit.
Carminibus comptis fortia gesta canis . Non sacratis lumen nimium lustrasse videbis ,
Scilicet et Martis clypeo protectus et hasta, Cum tecum evolvas , grandia sensa viri :
Tunc tibi propitius pulcher Apolo fuit. Denique non unquam resplendens forma Latint
Sic puer et longo iam fractus membra labore Eloquii deerit , singula quæque docens .
Ordine conspicuo tempora rapta teris.

Ejusdem interpretatio. Del licenciado CRISTÓBAL DE LEON , vecino de Santa Fé


Fieras naciones , de quien no te espantas , en el Nuevo reino.
Conquistaste por indicas regiones , Del griego vemos hoy la lanza fiera ,
Y agora con católicos sermones Del troyano la fama muy abierta
A conquista del cielo las levantas. Por sonorosa musa que despierta
Iglesias sirves , y con obras santas Aquello que pasó y entonces era.
Las enriqueces , y con muchos dones , Destos agora nunca se supiera
Y en medio de cien mil ocupaciones Cosa que conociéramos por cierta ,
Heróicos hechos de varones cantas.
Si la pluma de Homero fuera muerta ,
Siguiendo con valor al fiero Marte , Y la del mantuano no viviera.
Alcanzaste favor del claro Febo , Obligados al uno los romanos ,
Queriéndote probar en otra esgrima ; Obligados al otro los argivos :
Y dióte de sus partes tanta parte , Obliguense también á Castellanos
Que tu vivir de viejo y de mancebo Los varones en Indias mas altivos ,
No pudo ser mejor medida rima. Pues con sus versos dulces y galanos
Honra mucho los muertos y los vivos.
Domini MICHAELIS DE ESPEJO, præfecti ærarii Ecclesiastici
Ecclesia Sancta Fidei Novi Regni,
EPIGRAMMA. De SEBASTIÁN GARCÍA , natural de Tunja en el Nuevo reino.
Exornat nullum corpus præclarus elenchus , A todas gentes es cosa notoria
Dum manet in conchæ pectore mersus aquis. Deberse galardon á hechos buenos ;
Dumque tenent aurum compressum viscera terræ E yo creo que no se debe menos
Non inter pulchras enumeratur opes. A quien los comunica por historia.
Omnia nigrescunt absenti lumine Phœbi , Pues valen lo que vale la memoria
Et cæco noctis tegmine cuncta manent. Que luz sacó de los escuros senos ;
Non aliter scimus magnis contingere factis , Luego quien ambos cursos hizo llenos
Docta scriptoris deficiente manu. Terná segun razon doblada gloria.
Et sic Indoram terris oblita labascunt , Tener en escribir ingenio y arte ,
Defectu calami grandia gesta virûm. Y en las conquistas hechos no livianos ,
At nunc præ dulci versu certamina sæva Partes son en quien pocos tienen parte.
A Castellanis , candide lector , babes. Mas abrazólas ambas Castellanos ,
Pues sabemos que en uno y otro Marte
Ha meneado bien entrambas manos.
CYPRIANI FERNANDEZ DE CEA , in laudem operis,
EPIGRAMMA.
A la escelentísima historia del señor Juan de Castellanos
Pegaseis vectus pennis superare chimæram de GASPAR DE VILLAROEL Y CORUÑA , su muy servidor.
Bellerophon potuit , viribus ille valens.
Zetes et Harpyas Phineis sedibus ales Dichoso en vida y muerte à quien destina
Cum Calai petunt, ense petente latus. Tan bien el largo cielo , que levanta
Tectus Abantiades clypeo Perseus utrisque El alma á lo que el vulgo vil espanta ,
Gorgonis anguicomæ gutture diro secat. Y el monte yerto de virtud camina.
Si Castellanos conscendens æthera mersus Pues la tierra al Antártico vecina
Numine Pegasidum , maxima gesta canit.
Scindit olorinis impostis vertice pennis Apenas ha tornado en sí , de cuanta
Indorum errores , ore sonante Deum. Gente cubre los cuerpos , cuando canta
Robore tum clypeo fidei protectus, inermem Sus hechos vuestra trompa peregrina.
Con verdad , sin afeite , con dulzura
Inscitiam reddit OEdipus alter ovans. No vista , ilustres versos y cristianos
Viribus Herculeis præcinctus , dirigit inde Engrandeceis la estrecha sepultura ,
Gressum in Hispanûm fortia facta virùm Y eternizais valor , consejo y manos
Non ibi Mœonicæ desunt præconia linguæ ,
Non Maronis ibi copia summa deest. De los que en hambre , sed y guerra dura ,
Los hechos vuestros vieron soberanos .
ELEGIAS DE VARONES ILUSTRES DE INDIAS .

Así que, no diré cuentos fingidos ,


PRIMERA PARTE . Ni me fatigará pensar ficiones
A vueltas de negocios sucedidos
En indicas provincias y regiones ;
Y si para mis versos ser polidos
ELEGIA 1. Faltaren las debidas proporciones ,
Querria yo que semejanie falta
CANTO PRIMERO. Supliese la materia , pues es alta.
A cantos elegíacos levanto Mas aunque con palabras apacibles , ·
Con débiles acentos voz anciana , Razones sincerísimas y llanas,
Bien como blanco cisne que con canto Aquí se contaran casos terribles ,
Su muerte soleniza ya cercana : Rencuentros y proezas soberanas :
Muertes , riesgos , trabajos invencibles,
No penen mis amigos con espanto ,
Por no lo comenzar mas de mañana ; Mas que pueden llevar fuerzas humanas ,
Pues suelen diferir buenos intentos Rabiosa sed y hambre perusina
Mil varios y diversos corrimientos. Mas grave, mas pesada, mas contina.
Para dar órden á lo prometido , Vereis romper caminos no sabidos ,
Montañas bravas y nublosas cumbres.
Orbe de Indias es el que me llama Vereis pocos é ya cuasi perdidos
A sacar del sepulcro del olvido Sujetar increibles muchedumbres
A quien merece bien eterna fama :
Diré lo que me fuere permitido De bárbaros crüeles y atrevidos,
Forzados á tomar nuevas costumbres,
Por la que descompone nuestra trama , Do flaqueza , temor, desconfianza
Pues para correr vias tan distantes Afilaban los filos de la lanza.
Habia de tomallas mucho antes.
Vereis ganarse grandes potentados
Iré con pasos algo presurosos , Inespugnables peñas , altos riscos ,
Sin orla de poéticos cabellos No con cañones gruesos reforzados
Que hacen versos dulces , sonorosos Ni balas de fumosos basiliscos ;
A los ejercitados en leellos ; Mas de solos escudos ayudados ,
Pues como canto casos dolorosos , Y puntas de acerados obeliscos ,
Cuales los padecieron muchos dellos , Siendo solos los brazos instrumentos
Parecióme decir la verdad pura Para tan admirables vencimientos.
Sin usar de ficion ni compostura.
Por no darse bien las invenciones Vereis muchos varones ir en una
De cosas ordenadas por los hados , Prosperidad que no temió caida,
Ni los dioses de falsas religiones , Y en estos esta misma ser ninguna,
Por la via lactea congregados , De su primero ser desvanecida ,
Usando de sus mañas la fortuna
En el Olimpo dando sus razones En los inciertos cambios desta vida ;
Cada uno por sus apasionados ; Otros venir á tanta desventura
Ni por mi parte quiero que se lea Que el suelo les negaba sepultura.
La deshonestidad de Citerea.
Ya pues que cosas de Indias celebramos ,
Ni me parece bien ser importuno Para no proceder sin fundamento ,
Recontando los celos de Vulcano
Parece cosa justa que digamos
Ni los enojos de la diosa Juno , Algo de su primer descubrimiento :
Opuestos al designio del Toyano ; Porque de la raiz saquemos ramos
Ni palacios acuosos de Neptuno, Que hagan al lector estar atento ;
Ni las demás deidades de Oceano, Pues edificio de cimiento falto
Ni cantaré de Doris y Nereo , Mal se puede subir á lo muy alto.
Ni las varias figuras de Proteo.
¡ Oh musa celestial ! Sacra María ,
Ni cantaré fingidos beneficios A quien el alto cielo reverencia ,
De Prometeo , hijo de Japeto, Favorecedme vos , Señora mia ,
Fantaseando vanos edificios Con soplo del dador de toda ciencia,
Con barta mas estima que el efeto ; Para que con socorro de tal guia
Como los que con grandes artificios Proceda con bastante suficiencia ;
Van supliendo las faltas del sujeto ; Pues como vos seais presidio mio ,
Porque las grandes cosas que yo digo No quiero mas Caliope ni Clio.
Su punto y su valor tienen consigo. Suceden entre tanto que vivimos
Son de tan alta lista las que cuento, Casos que razon pide que notemos ;
Como vereis en lo que recopilo , Los cuales si pesamos y medimos,
Que sus proezas son el ornamento ,
Y ellas mismas encumbran el estilo , A gran admiracion nos moveremos :
Sin mas reparos ni encarecimiento Y mas si grandes cosas que no vimos
Presentes y palpables las tenemos ,
De proceder sin macula el hilo Como fué descubrir un nuevo mundo ,
De la verdad de cosas por mi vistas Que yo tengo por hecho sin segundo.
Y las que recogí de coronistas .
No porque sean dos ; pues sola una
Porque si los discretos paran mientes , Máquina se rodea de elementos,
De suyo son gustosas las verdades , Un solo sol y una luna sola ,
Y captan atencion en los oyentes Unos mismos etéreos movimientos ,
Mucho mas que fingidas variedades ; Sin tener mas o menos cosa alguna
Demás de ser negocios indecentes Sus cursos naturales ó violentos :
Matizar la verdad con variedades , Una fábrica es , y un mundo solo
La cual no da sabor al buen oido
Si lleva de mentiras el vestido . Cuanto ciñen el uno y otro polo.
6 JUAN DE CASTELLANOS .
Mas la tierra, morada proveida El cual era también gran navegante;
A los hombres y brutos animales , Pero ( segun entonces se decia)
Quedó desde el diluvio dividida Tempestuoso viento de levante
En dos partes que cuasi son iguales : Lo hizo navegar do no queria,
La una nunca vista ni sabida Forzándolo pasar tan adelante,
Sino fué de sus mismos naturales ; Que de poder volver duda tenia ,
Y aquesta tiene tan capaces senos Corriendo basta ver tierras no vistas,
Como la otra, ó harto poco menos. Ni puestas por algunos coronistas.
Hay infinitas islas y abundancia El cual hombre llegó destas regiones
De lagos dulces , campos espaciosos , Con gran enfermedad debilitado ,
Sierras de prolijísima distancia , Y ansi murió con los demás varones
Montes escelsos , bosques tenebrosos , Que de la mar habian escapado ;
Tierras para labrar de gran sustancia , Pero dejó cumplidas relaciones
Verdes florestas , prados deleitosos , Del prolijo discurso navegado ,
De cristalinas aguas dulces fuentes , Las cuales , como cosa de su ciencia ,
Diversidad de frutos escelentes. Colon notó con suma diligencia.
Rios que cuando llegan á lo llano Otros quieren decir que este camino ,
Llevan sus aguas tan potente hilo , Que del piloto dicho se recuenta
Que son pequeños Ganjes y Eridano, Al Cristóbal Colon le sobrevino ,
Y en su comparacion el turbio Nilo ; Y él fué quien padeció la tal tormenta ;
Son arroyos idaspes y el Rodano, La cual no me parece desatino
Ybragada que va siempre tranquilo , Segun por boca del se representa
Menos tienen que ver Cidnus y Reno Hablando con los suyos cerca desto ,
Eufrates, Danubio y Amaceno , Como mas adelante vereis presto.
En riquezas se ven gentes pujantes , Para confirmacion de lo contado ,
Grandes reinos , provincias generosas , Algunos dan razon algo fundada ,
Auríferos veneros , y abundantes Y entrellos el varon adelantado
Metales de virtud , piedras preciosas , Don Gonzalo Jimenez de Quesada ;
Margaritas y lúcidos pinjantes Pues no teniendo menos de letrado
Que sacan de las aguas espumosas ; Que supremo valor en el espada ,
Templanza tan á gusto y á medida , En sus obras comprueba por razones
Que da mas largos años à la vida. Ser estas las mas ciertas opiniones.
Pues porque nuestro mundo poseyese Hay gente de valor también que quiere
Un mundo tan remoto y ascondido , Decir que lo halló por escritura
Y el sumo Hacedor se conociese De tal antigüedad cual se requiere
En mundo donde uo fué conocido , Para ser infalible conjetura ;
Levantó Dios un hombre , que lo diese Mas , sea la tal cosa como fuere ,
A rey que lo tenia merecido , Diligencia parió buena ventura ,
Y ansi los dos y sus distantes gentes Pues prometió de darnos monarquía,
Vinieron á ser deudos y parientes. Y fué mayor de la que prometia.
El actor pues de tan heróico hecho Para hallarnos pues los moradores
Dicen tener escuros nacimientos , De tan esclarecida maravilla ,
Lo cual repugna tan ardiente pecho Necesidad tenia de favores
Y tan engrandecidos pensamientos : De reyes que pusiesen allí silla ;
Prueba bastante para su derecho , Y ansi tonió del mundo por mejores
Y para deshacer falsos intentos ; Los reyes de Leon y de Castilla ,
Y ansi creemos ser esclarecido Que entonces en la guerra de Granada
Y en las tierras de Jénova nacido. Mucha gente tenian ocupada.
También le dan estirpe generosa, En aquesta sazon que voy contando ,
Afirmando por cierto que venia Desarraigando toda mala planta
De Pelestieles , gente valerosa , Reinaban Isabel y don Fernando ,
Familia principal en Lombardía ; Rey todo valeroso , reina santa ;
Mas sea como fuere la tal cosa, Colon estos designios publicando ,
Fué Cristóbal Colon su nombradía ; La fama , como suele , se levanta ,
E yo, cierto, generoso llamo Y de las novedades que pregona
Al tronco que nos dió tal alto ramo. Quiso hablar al rey en su persona.
O con inquietud ó con sosiego Para lo cual con término discreto ,
Siempre tuvo consigo dos hermanos , Trató con cortesanos y señores
Uno Bartolomé y el otro Diego : Sus altas pretensiones y conceto ,
Mancebos valerosos y lozanos , Rogándoles le fuesen valedores ;
Que desde sus principios dieron luego Lo cual ellos pusieron en efeto
Muestras de pensamientos soberanos; Con llenos cumplimientos de favores ;
Al Cristóbal le daban obediencia Y ansi delante el rey con esta gente
Por ser mayor en dias y esperiencia. Habló Colon , y dijo lo siguiente :
Cada cual dellos era marinero , <<Invictísimo rey, cuya grandeza
Vivienda de peligros mal segura ; De ninguno mortal es escedida ,
Y el que dijimos que nació primero , Querria dar razon á vuestra Alteza
Tan único varon en el altura , De cierta novedad jamás oida ;
Que en Portugal se tuvo por esmero Lo cual por ser con sombra de estrañeza
En aquella sazon y cojuntura , No sin dificultad será creida ;
El cual seguia mucho la carrera Mas &quién apuntará por falso tiro
De la isla que llaman la Madera, Al blanco de virtudes donde miro?
Aquella con sus tratos frecuentaba , ¿Quién podrá concebir atrevimiento
Allí fo mas del tiempo residia , Si tiene discrecion de seso sano ,
Y dicen que do quiera que noraba Que delante vuestro acatamiento
Su vida por buen modo conponia : Afirme por verdad negocio vano?
A pobres peregrinos hospedaba Lejos desta maldad mi pensamiento
Dándoles de lo poco que tenia , Profese de servir á rey cristiano ,
Y entre ellos hospedó con pia mano Y mis servicios han de ser tan llenos
Una vez un piloto castellano, Que queden atrasados los mas buenos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA I , CANTO I. 7
>En cumplimiento de lo cual , me atrevo , Bien por este nivel acontecia
Sin gran copia de velas ni de remos , Al inclito Colon cuando hablaba ,
A daros en poder un orbe nuevo Pues tanto cuanto mas encarecia
No menor que la tierra que sabemos : Tanta menos creencia se le daba ;
Mucho prometo , pero no me muevo Y el vulgo de las gentes abatia
Por humo de fantásticos estremos ; Lo que con sus pregones levantaba ;
Autes , si mis intentos han favores , Sufria su desdén con mansedumbre ,
Las promesas serán después mayores. Puesto que recebia pesadumbre .
>Adonde voy asienta mucha gente Mas , aunque tan contrarias intenciones
Zona de las que son inhabitadas , Al Cristóbal Colon causaban pena ,
Las cuales mostrarán palpablemente No faltaban discretas opiniones
Que fueron opiniones engañadas : Que juzgaban la cosa por muy buena ,
Pues al setentrion y al occidente Como fueron los Niños yPinzones ,
Hay grandeza de tierras ocultadas , Y el doto fray Joan Perez de Marchena ,
Que tienen mas templanza que aspereza , A quien por ser cursados navegantes
Y gozan de grandísima riqueza. El envió sus cartas mucho antes.
>Que no son parte frios ni calores Los cuales acetaron el mensaje ,
Para hacer region inhabitable , Y después le llegaron compañía ,
Pues la costumbre vuelve los rigores Y algunos dellos fueron el viaje
En condicion templada y agradable , Porque les pareció que convenia ;
Y donde yo prometo moradores , Aderezaron pues matalotaje ,
Rica tiene de ser y saludable : Segun larga jornada requeria ,
Es impresa que muchas escurece , Nombráronse sarjentos , caporales ,
Y por esta razon os pertenece. Y los demás restantes oficiales.
>Por tanto cuya os tomé la mano , Teniendo pues navíos preparados ,
Poniendo las espuelas al intento ; Bizcocho , vino y otros bastimentos ,
Y no permita rey tan soberano Con velas y aparejos duplicados
Que se deje de ver el cumplimiento ; Contra tempestuosos movimientos ,
El gasto que hareis será liviano , Vinieron à la playa los soldados ,
Y los provechos dél de gran aumento : Vencidos de sus altos pensamientos ;
Tenemos de por medio la ventura Y estando ciento y treinta en la ribera ,
Vuestra que mis promesas asegura. El Colon les habló desta manera :
Y si para hacer el esperiencia << Todas las cosas que no son palpables
Vuestro real favor fuere propicio , Y á los comunes usos contingibles ,
En mí no faltará la diligencia Puesto caso que sean razonables ,
Que se requiere para tal servicio : A muchos les parecen imposibles ;
En este caso tengo suficiencia ; Y cuanto mas las pintan admirables ,
Porque cursado soy en el oficio. Tanto mas se les hacen increibles ;
He dicho la verdad y lo que quiero ; De lo cual al presente nos dan muestra
Respuesta con favor de rey espero.>> Contrarias opiniones de la nuestra.
A la breve razon ansi propuesta >Mas ya que pierden estos los provechos
El santo rey mostró claro semblante , Por alegar imposibilidades
Prometiendo de dalle la respuesta , ( Bendito Dios ), vosotros teneis pechos
No de su buen deseo discrepante : Tan anchos como son mis voluntades ;
Ansimismo la reina manifiesta Y ansi sereis ad plenum satisfechos ,
Querer que su blason pase adelante ; Viendo que mis promesas son verdades ,
Consultan sus negocios en secreto , Porque yo no convoco tantos buenos
Y huelgan de ponellos en efeto. Ajornada de poco mas o menos.
A gusto de Colon y sus hermanos »A hechos importantes he llamado ,
Estas cosas los reyes proveyeron ; A cosas no dudosas os provoco ,
Besóles el Colon luego las manos Negocio no fingido ni soñado ,
Por la merced y bien que le hicieron , Y si prometo mucho no doy poco ;
Usó de cumplimientos cortesanos No voy de mi salud desesperado ,
Con los señores que favor le dieron , Ni me muevo con furias de hombre loco ;
Y hacen los poderes y recados Caso dudoso es por ser estraño ,
Con bastantes firmezas ordenados . Mas dél mismo saldrá su desengaño.
Libran dineros para sus avíos , »Empresas en valor tan eminentes ,
Aquellos que le fueron suficientes ; Tan encumbrados hechos y hazañas
Danle bien pertrechados tres navios , No son para varones negligentes ,
Real conducta para hacer gentes ; Ni hombres que se dieren malas mañas ;
Desde la misma hora mostró brios Sus herederos son cristianas gentes ,
De bajas condiciones diferentes ; Y á estas preferidas las Españas ;
De la corte partió con su desino , Y consta por razon , que los primeros
Y á Palos y à Moguer bizo camino. Serán los principales herederos.
Comienza por allí de llamar gentes , >Deseche pues pobreza sus enojos ,
Pendon real por plazas estendido ; Huyamos de ser pobres y mendigos ,
Pero mil opiniones diferentes Y para que goceis de los despojos
De loco le llamaban y perdido , Volemos, fidelísimos amigos ;
Por ir donde pasados ni presentes Que quiero presentar á vuestros ojos
No fueron , ni trataron , ni han oido ; De las cosas que digo por testigos ;
Y de todas las cosas que decia Que ya yo hago cuenta que poseo
El indiscreto vulgo se reia. Las cosas do me guia mi deseo .
Como quien va por costa navegando , »Paréceme que vemos hombres brutos ,
No con viento cabal ni conviniente , Que vienen á servir á nuestras gentes ;
Que procura con bordos ir doblando Paréceme que voy comiendo frutos
Puntas que por allí se ven enfrente ; De los de nuestro mundo diferentes ;
Y cuanto por un bordo va ganando Y paréceme ver pueblos polutos
Por otro pierde con la gran corriente , De mil idolatrías insipientes ;
Y cuando por aquí piensa que llega Paréceme que vamos á contiendas
Por allí la llegada se le niega ; Dignísimas de leyes y de enmiendas.
JUAN DE CASTELLANOS.
»Paréceme ver rito de gentios , Las naciones mas altas y escelentes
Que para le comer al hombre mata ; Callen con el valor de la española ,
Paréceme ver otros señoríos Pues van con intenciones de hallar gentes
Do con razen y peso se contrata ; Que pongan piés contrarios en la bola ;
Paréceme que ya vienen navíos Espanto no les dan inconvinientes,
Lastrados de oro, perlas y de plata ; Ni temen del dragon ardiente cola,
Paréceme que veo tal riqueza Deseando hacer en su corrida
Que no puede medirse su grandeza, De mas precio la fama que la vida.
»Paréceme ver uno y otro seno Por capitanes van los tres Pinzones ,
Bien proveido de cualquier regalo , Para tal cargo dinos y bastantes,
Y gentes en un vicio tan osceno Y en marear las velas y timones
Que por su fealdad no lo señalo ; Muy pocos que les fuesen semejantes ;
Mas dándoles consejos de lo bueno De Palos y Moguer salen varones
Quitaremos costumbres de lo malo ; Admirables y diestros navegantes ;
Al fin, que sacaremos deste hecho Con tanta prevencion, con tal avio,
Merecimiento y honra con provecho . Salieron al remate del estio .
»Es Dios el que gobierna, y es la guia Con gran concierto guian el armada,
Y el principal autor de la jornada, Inflada toda vela y estendida ;
Y aquella benditísima María , Vereis espumear agua salada
A quien siempre tomé por abogada : De las agudas proas dividida ;
En confianza suya se desvía A tierra van no vista ni hollada ,
De tierras conocidas el armada ; Huyendo de la tierra conocida ;
Mediante sus favores navegamos , Ya no ven edificios torreados
Y ellos nos han de dar lo que buscamos. Porque por alta mar van engolfados.
>>Estais los marineros y soldados Al occidente van encaminadas
En cosas necesarias instruidos , Las naves inventoras de regiones ;
Nuestros navíos bien aderezados , Pasando van las islas Fortunadas
De todos bastimentos proveidos , Y Hespérides que dicen Ogorgones :
Los ánimos se muestran esforzados No curan de señales limitadas
A célebres hazañas conmovidos. Que ponen las antiguas opiniones,
De lo demás tened duda ninguna, Y el trópico, que fué duro viaje,
Pues próspera se muestra mi fortuna.» No quiere limitar este pasaje.
Dió fin á su primer razonamiento, Antipodas ignotos van buscando,
Atentos los soldados venturosos, Cuya razon ha sido variable ,
Del cual nació tan alto movimiento Y por aquella parte navegando
Que hizo de cobardes animosos. Que nunca se creyó ser navegable ,
Embárcanse con gran contentamiento Tórrida zona van atravesando
Ansí los ciertos como los dudosos , Que se juzgaba por inhabitable ;
Ancoras se levaron y resones A todos los presentes y pasados
Con santas y devotas oraciones. Me parece que son aventajados.
Viérades marineros diligentes, Otras estrellas ve nuestro estandarte ,
Y todos los dispuestos al pasaje , Y nuevo cielo ve nuestra bandera ,
Saltar por las cubiertas y las puentes, Por acercallos ya náutico Marte
Por las trabadas jarcias ir el paje, En continuacion de su carrera ;
Viérades desferir velas pendientes Al regulado círculo que parte
Diciendo « buen viaje, buen viaje,» En dos partes iguales el esfera,
Del cual, por ser historia que contenta, Equidistantes dél por clara muestra
En el segundo canto daré cuenta. Los polos de la diestra y la siniestra.
Notaban ya la poca diferencia
Que el hijo de Latona les hacia,
CANTO SEGUNDO, O sobre el horizonte su presencia ,
O cuando ya debajo se metia ;
de se trata de las diferencias que hubo entre los soldados, y cómą Pues era poco menos el ausencia
no habló atrevidamente contra Colon, y lo que mas sucedió . — Pri- Que el curso de sus carros con el dia,
ero viaje de Colon á las Indias. Y ser cuasi equinocio sempiterno,
Esto me da el verano que el invierno,
En tiempo que carece de bonanza, Del largo caminar los marineros,
Como no se mitigue la tormenta , Y cada dia ver mares mayores,
Mudable suele ser el esperanza No iban en sus fuerzas tan enteros ,
Del hombre que con ella se sustenta ; Ni faltos totalmente de temores :
Y una represa grande de tardanza Acá y allá les dan mil aguaceros
El pecho hinche tanto que revienta , Y con ellos bochornos y calores ,
Principalmente si teniendo duda Y viendo no hacer algun efeto
Dudosos por lo mismo dan ayuda. Unos con otros hablan en secreto.
Año de cuatrocientos y noventa Pues como fuesen temples mas ardientes
Con mil un año mas era pasado , De los de nuestras tierras y regiones,
Cuando los argonautas desta cuenta Algunos se sentian ya dolientes,
Iban á conquistar vellon dorado ; Otros meneaban mil alteraciones ;
Mas no donde Medea la sangrienta Comienzan á nacer inconvinientes ,
Al padre, viejo rey, dejó burlado ; Murmuraciones hay de los Colones ,
Pues es otra riqueza tan crecida, E uno de vergüenza descompuesto
Que de sí sola puede ser vencida. Al Cristóbal Colon le dijo esto :
Callen Tifis, Jason , Butes , Teseo , « Dudo que pueda ser hombre nacido
Anfion, Echion , Erex, Climino , En todas las naciones conocidas ,
Castor y Polux, Testor y Tideo, Que sin ser agraviado ni ofendido
Hércules, Telamon , Ergino ; Procure ver el fin de tantas vidas,
Pues vencen á sus obras y deseo Sino sois vos que nos habeis vendido ,
Los que tentaron ir este camino, Por patente verdad cosas fingidas ;
Haciendo llanas las dificultades Quien tiene pues á tantos en tan poco ,
Que pregonado han antigüedades. Menos tiene de cuerdo que de loco.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA I , CANTO II. 9
Traernos vos ha sido desatino ; « Entre todas las cosas desta vida ,
Quien os siguió mayor desatinado , Que pretenden regir humanas gentes,
Y todos intentamos un camino Ninguna puede ser mas mal regida
A nadie de los hombres revelado , Que donde mandan muchos diferentes ;
Segun que claro consta de Agustino Lo cual por esperiencia conocida
En lo que destas cosas ha tratado, Suele parir cien mil inconvinientes ,
y otros van tan ayunos y tan secos Y mas adonde hay entendimientos
Que niegan con antipodes antecos. Que se suelen mudar á todos vientos.
>Leemos cerca desto maravillas »Digolo por los hombres importunos ,
En Plinio y Estrabon, varon anciano , Maestros de la grita sucedida,
Y niégalo también á pié juntillas Que á los que de buen seso son ayunos
La pluma de Latancio Firmiano ; Han hecho facilmente dar caida :
Pues tales opiniones encubrillas De cuya causa ya piensan algunos
Seria de malísimo cristiano, Que están en el remate de su vida,
Y cosas de poetas san Isidro Y que por hallar tanto mar en medio
Las tiene por mas flacas que de vidro. Totalmente carecen de remedio.
>Pues dicen ser antipodas novela » Espántanme mudanzas tan estrañas,
Compuesta como muchos desatinos , Y tan alborotadas condiciones,
Ajenos del sentido del escuela Y que el valor y ser de las Españas
De los peritos griegos y latinos ; Engendre tan enfermos corazones,
Y entre ellos Aristótiles y Mela , Temblando de sus hechos y hazañas
Escoto, y con Durando sus vecinos : Los mas feroces brios de naciones ,
Pues ¿ quién me negará no ser errores Por hechos que hicieron afamados
El no querer creer estos dotores ? En los siglos presentes y pasados.
»Los que con cinco cientos han reglado »No deja pues de ser trabajo fuerte,
Del mundo lo que vemos y no vemos, Que siendo todos ellos animosos,
Afirman no poder ser habitado Cayesen en las manos de mi suerte
El medio ni los dos de los estremos : Los que de la tener están quejosos ;
El medio por calor demasiado E ya con pensamientos de la muerte
Dos por inmenso frio no podemos , Quieren menospreciar nuevos reposos :
Los dos solos entre estos situados Insinias son de viles pecadores
Se pueden habitar por ser templados. Temer do faltan causas de temores.
»No deja pues de ser gran osadía >>No hizo hechos dignos de memoria
Teniendo por verdad aquesta traza, Aquel que se cebó de blanda cama,
Sacar de vuestra vana fantasia Ni alcanzará ninguno la victoria,
Tan vanas opiniones á la plaza, Opreso de los brazos de su dama;
Y que persevereis en la porfia No gozan hombres flojos de la gloria,
Adonde no podemos matar caza, Ni cobran los cobardes buena fama ;
Y donde, segun vemos de presente, Trabajos son las alas y los vuelos
No tiene de quedar hombre viviente. Con que cristianos suben á los cielos.
»Vos con vuestros hermanos y cuadrilla >>Cuanto mas que por toda la jornada
Traeis la redondez alborotada, No vistes desventura sucedida;
Ingleses burlan desta maravilla, La gente si se siente fatigada ,
No quiso Portugal daros armada, Todos (bendito Dios) tenemos vida ;
Y quiso nuestra reina de Castilla, El agua no la damos limitada,
Para creeros menos recatada ; Ni navegamos faltos de comida ;
Y el bien que sacará de aqueste hecho Los navios están bien preparados
Será crecida costa sin provecho . Y estancos de las quillas y costados.
Con ser favorecidos de los vientos » No como los pintó nuestro soldado
El tiempo que tenemos navegado, Con oracion mas suelta que fundada,
No acaban de llegar los cumplimientos La cual pusistes en mas alto grado
De lo que nos habeis certificado; Que si fuera por ángel pronunciada ;
Faltan á mas andar los bastimentos, Aunque yo como viejo mas cursado ,
Está todo podrido y estragado , De cierta ciencia sé que dijo nada,
Abrense los navíos como viejos , Y entiendo bien que sus autoridades
Las jarcias se quebrantan y aparejos. Son ajenas y faltas de verdades .
>Y pues sabemos bien el paradero Y no me espanto yo ser engañados
De las indotas tierras que buscamos, Los dotos á quien él ha referido,
O por mejor decir, el matadero Por no ser destas cosas obligados
Do nuestras tristes vidas fenezcamos A saber lo que nunca fué sabido ;
Una, dos y tres veces os requiero , Y tratando de hombres no hallados
Dejemos el camino que llevamos, Les parecia ser buscaruido,
Que bien claro se ve que devanea Por no poder probar tal gente nueva
Quien lo que nunca fué quiere que sea.» Venir sicut et nos de Adán y Eva.
A muchos la razon pareció buena > El alegó dotísimos varones,
De todos los dotores alegados, Engañados de falso pensamiento ,
Y Cristóbal Colon recebió pena E yo puedo también dar opiniones
De términos que tuvo mal criados ; Que sienten con lo mismo que yo siento ,
Y ansi mandó colgallo del entena Dando bastantes causas y razones
Por alborotador de sus soldados ; No fuera de razon ni fundamento,
Mas como fuesen muchos en librallo Pero lejos están mis conjeturas
Paró la furia con estropeallo. De sueños , opiniones y leturas.
Pasadas ya las furias y accidente Que no me dan á mí gloria ni pena
De aquel alborotado movimiento, Los muchos á quien tengo de mi mano,
Movianse las ondas mansamente Como son Averrois y Avicena
Sin las alborotar furia de viento; Y el ínclito dotor Alberto Mano ;
Colon vista sazon tan conviniente , Pues autoridad sacra, que es la buena,
De principales hizo llamamiento , Dice no hacer Dios tierras en vano ,
Y llegados adonde los espera , Y aquestas os daremos brevemente
A todos les habló desta manera. Fértiles , apacibles y con gente.
10 JUAN DE CASTELLANOS .
Quiero decir un encarecimiento >> Horruras ansimismo de avenidas
Que con dificultad será creido : Que llevan las corrientes enhiladas ,
Y es que fuera del santo nacimiento , Hojas y yerbas nunca conocidas
Y Dios de humanidad andar vestido , Ni de piés de español jamás holladas ;
Es este caso de mayor momento Aves vi por los aires esparcidas ,
Desde la creacion acontecido , Que de las nuestras son diferenciadas
Estraña cosa de las mas estrañas , Contento recebi , mas después desto
Suma de humanos hechos y hazañas. En perplejidad grande me vi puesto..
» Si aquesto tengo yo por cosa cierta , » En mi pecho se traba grande guerra
Como claro veremos , Dios mediante , En consideracion de lo que via ,
Mal hago si me vuelvo de la puerta , Dispúseme de veras por ver tierra
Y vos peor si no pasais delante ; Si por alguna parte parecia,
Enfermos hay , mas no persona muerta , Y dióme por los ojos una sierra
Ni tal enfermedad que nos espante ; Con ciertas ensilladas que hacia ,
Y que sucedan muertes destos males , Y aunque de espeso ñublo muy cubierta
No somos los humanos inmortales. En no se deshacer se hizo cierta.
Do quiera se rodea la caida , » Miréla muchas veces , y tornaba
Do no pensais hallais una tormenta , Por no ser de los ojos engañado ;
No sé del mundo yo cosa nacida Porque también á veces sospechaba
Que pueda de la muerte ser exenta ; Ser marinos vapores ó ñublado ;
Guerra mortal es toda nuestra vida , Y hecho lo posible, mas quedaba
Y la guerra de hombres se sustenta , En mi primera vista confirmado ,
Y todos los achaques desta guerra Deseando saber razon alguna
También corren la mar como la tierra. Del lugar do me trujo la fortuna.
»¿Estoy yo por ventura bien dispuesto » Bien cierto de que no fué fantasía,
El tiempo que vosotros estais malos? Estuve muchas horas en mi popa ,
Si por angustia grande teneis esto , Recorriendo por mapas que traia
¿Hallaisme rodeado de regalos ? El Africa , y el Asia con Europa ;
Si tanto trabajar os es molesto , Y en todos los discursos que hacia
¿Está de mí mas largos intervalos? La tierra que yo via no se topa ,
Bien claro conoceis de mis porfias Y tales discreciones nunca veo
Que no paro las noches ni los dias. En las trazas de Mela y Tolomeo.
» Los ásperos trabajos son mi cebo , » Perdia muchas veces la paciencia
Vigilias de las noches son mis fiestas , En no conocer tierra semejante ;
Sobre mis afligidos hombros llevo Sabido pues habeis de cierta ciencia
El peso de los dias y sus siestas ; Que no soy destas cosas ignorante ,
Ya para mí no es negocio nuevo Y no tan sin vigor de suficiencia
Llevar las pesadumbres á mis cuestas , Que muchos no me tengan por bastante ,
Las cuales de otros males son defensa , También sé que sabeis que yo vivia
Por esperar bastante recompensa. De hacer mapas mundi que vendia.
>Todos me conoceis por marinero , » Y en efeto , por dalles adiciones ,
En negocios de mar bien instruido , Ví cómo convenia hacer lista
Y porque no dudeis agora quiero De nuevas y admirables relaciones
Decir lo que jamás habeis oido : Que puse de la tierra nunca vista ;
Debeis saber que yo soy el primero Porque no me faltaban intenciones
Que por adonde vais se vió perdido ; De procurar volver à su conquista ;
Lo cual es infalible conjetura Pues por entonces no me convenia
Segun pintan los grados del altura. Llegar allá con poca compañía .
» El negocio pasó desta manera : >> Los mapas otras mil veces rodeo
Haciendo yo de Portugal camino Bojando penitísimas naciones ,
Para la insula de la Madera , Y anduve hartas horas á rastreo
Terrible temporal nos sobrevino ; De las pisadas viejas y opiniones :
Y sin saber el fin de mi carrera , Como Platon en Cricias y Timeo
Fué tan tempestuoso , que convino Y el otro de las trágicas ficiones
Irnos forzados destos movimientos De tierras que tuvieron por muy ciertas ,
A voluntad de aguas y de vientos. Que en sus dias no fueron descubiertas.
» Sin ver aguja ya ni hacer cuenta >>Estas cosas y otras contemplando
De otros instrumentos que son guias , Cerca de los peligros en que estaba ,
Y el proceloso tiempo representa El sol iba sus rayos aportando ,
Prolija duracion en sus porfias ; Y á mas andar el viento refrescaba ;
Durónos finalmente la tormenta Y mi cansada gente descansando
Por espacio de seis ó siete dias , Que uno ni ninguno recordaba ,
Trabajos , sobresaltos y congojas Llamélos no sin voces ni denuestos,
Cuanto mas espaciosas menos flojas. Y mandéles que todos estén prestos.
» La furia deste tiempo mitigada , » Levantanse los flacos navegantes
Puesto caso que no sin daño mio , A poner en efeto lo mandado ,
Quedó luego la mar tan sosegada Los ojos de dormidos inorantes
Como remanso de potente rio ; De todo lo que tengo razonado ;
Pero mi flaca gente descansada Dan velas á los vientos como antes
En sueño convirtió todo su brio , Para desnavegar lo navegado ,
Tendido cada cual por la cubierta Y fué servido Dios omnipotente
A semejanza de una cosa muerta . Que nos sirviese viento conviniente.
> Estando por momentos en espera > Fueron nuestras jornadas mas tardías
De viento que viniese refrescando , Por impedirme calmas la carrera,
Acaso ví pedazos de madera , Y ansi tardamos número de dias
Por cima de las ondas flutuando, En volver a la insula Madera ;
De lo que combatiendo su ribera Con gran debilidad de fuerzas mias ,
El agua de la mar va despegando ; Mi peregrina nave mal entera ,
Pudo juzgar cualquier entendimiento Salimos todos flacos , macilentos ,
No ser lejos de allí su nacimiento. Con falta de salud y bastimentos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA I , CANTO III. 11
› Holgámonos de ver cristianas gentes Llevan un solo papo de mesana,
Y amigos conocidos en el puerto ; Porque tendida no pueden sufrilla ;
Salimos mal parados y dolientes , Paréceles á todos que se gana
Pero (bendito Dios) ninguno muerto ; En calafetear el escotilla ;
Los marineros todos inocentes Si les hace farol la capitana
De lo que , como veis , he descubierto, No se les da lugar para seguilla ,
Ni basta ya me ver en estos mares Porque de todas partes soplan vientos
Quise cosas tratar particulares. De varios y contrarios movimientos.
> Porque desde este cielo nos volvimos Cuanto la noche mas escurecia,
Segun me certifica conjetura , Para mayores daños abre puerta;
Por suma diligencia que tuvimos Un español á otro no se via,
En asentar los grados del altura ; Ni determinar puede cosa cierta :
Ansí que , de la tierra que decimos El agua de las ondas embestia
Estar puede mi gente bien segura , A todos los que van sobre cubierta ;
Firmisimos en esta confianza Vereis de los que van asegurando
Que no puede ser mucha la tardanza. Unos caidos y otros tropezando.
Por tanto cese vano sentimiento Las naves al profundo sumergidas ,
En flaco corazon y alborotado , A veces á las nubes encumbradas ,
Y por un poco mas de sufrimiento Por uno y otro bordo combatidas
No quiera perder bien tan deseado ; Y del olaje cuasi zozobradas ;
Pues ansi me dé Dios todo contento , Desconfiaban todos de las vidas,
Que esto no fué fingido ni soñado, Las manos á los cielos levantadas ,
Sino cosa real , clara , patente Y de los sobresaltos y temblores
Y negocio que pasa realmente. Nacian grandes gritos y clamores.
»Podeis seguros ir á los navíos , Comienzan á rezar Avemarías,
Porque lo dicho presto lo veremos , Y acaban en diversas oraciones ,
Y con sombrías plantas , frescos rios , Unos dellos prometen obras pías ,
De los cansados cuerpos recreemos ; Los otros romerías y estaciones ;
Con gran cuidado ya , señores mios , Otros hasta dar fines á sus dias
Porque soplan los vientos que queremos , Permanecer en santas religiones ;
Velando cada cual por los cuarteles , Otros también en estas asperezas
Y llévense por popa los bateles.>> Se dejaban decir muchas flaquezas.
Dada de su descurso larga cuenta Pues decian llorando de sus ojos
Para poner sus iras en templanza , Recitando maneras de provechos :
La gente que vivia descontenta ¡ Oh rocas, oh cañadas , oh rastrojos ,
Hizo de sus palabras confianza ; Oh tierra de mis fértiles barbechos !
Con cuya dulcedumbre los alienta Dichoso quien halló vuestros abrojos
Revalidando mas el esperanza ; Y ve pacer el buey por los repechos !
Pero durarán poco sus sabores , ¡Oh morada segura, do las camas
Segun verán agora los letores. Son hechas de tomillos y retamas!
Otros decian á sus compañeros
Cuando golpe de mar los cuerpos baña :
¡Quién por inquïetud de marineros
CANTO TERCERO , Dejó la quietud de su cabaña !
¡ Quién olvidó cabritos y corderos
Donde se cuenta la gran tormenta que padecieron antes de ver tierra, y Por ver aquesta loba que se ensaña
como la gente se alborotó otra vez; y del razonamiento que les hizo Del aire , cuya voz puede movella ,
Vicente Yañez Pinzon.
Y el balago mejor es nunca vella !
En aqueste mundano movimiento Esto decian viendo sumas cumbres
La risa y el placer á nadie sobra ; De las ondas que van en crecimiento ,
Duran los regocijos un momento , Y andando con aquestas pesadumbres
Permanecen desgustos en su obra : Medidas por rigor de bravo viento ,
Y tras un poco de contentamiento En mástiles y entenas vieron lumbres
Suelen venir mil horas de zozobra ; Que dieron esperanza de contento ,
En la no tal y en la mayor grandeza Las cuales saludaron á su modo
Los remates del gozo son tristeza. Los marineros y consorcio todo.
A los que proseguian su camino El regocijo , grita y algazara
De la suerte que dijo nuestro canto , Al desmayado hace que despierte ;
De la misma manera les avino A bendecillas cada cual se para
Hecho su blando gozo duro llanto , Por parecelles venturosa suerte ,
Por un tempestuoso torbellino , Diciendo ser san Telmo y santa Clara
Incitador de lloros y de espanto , Que vienen á librallos de la muerte ;
Que fué tan riguroso cual escribo ; Y son las lumbres que ellos tanto aman
Mas¿quién podrá contallo muy al vivo ? Lo que Castor y Polux otros llaman.
Cuando la destemplanza comenzaba , Pues la gentilidad ciega creia
El sol á mas andar se despedia ; Ser dos hermanos de la reina Helena ;
La braveza del mar tal se mostraba Una lumbre por mala se tenia ,
Que todo corazon entristecia : Pero si vian dos por señal buena :
El austro que sus soplos aumentaba La una los navíos sumergía ,
A pesado temor los convertia , Dos los hacian libres desta pena ,
Ninguna cosa por las ondas suena Y creo que presentes y pasados
Que de pavor mortal no venga llena. En este caso viven engañados.
Si tiemblan con temor los marineros , Pues tales aparencias de candela
No menos los pilotos y patrones ; O representacion de resplandores ,
Andaban todos prestos y lijeros En las escuras noches se congela
Asegurando velas y timones ; De las exhalaciones y vapores ;
Pero poco después los mas enteros El cómo la natura nos lo cela ,
Poseidos de grandes turbaciones , Y no dan razon cierta los dotores ,
A causa de las ondas espantables Porque también se ven las lumbres tales
Que no se les mostraban navegables , En los guerreros campos y reales.
120
JUAN DE CASTELLANOS.
Y con nacer las lumbres mucho antes
Que navegase mar vela ni remo , » Pues en bacer la gente vez alguna
Dicen que son algunos navegantes No fuimos importunos ni molestos ,
San Telmo , san Erasmo , san Eremo ; E infinitas veces , que no una,
Pues gentes en la lengua discrepantes Dijistes que veníades dispuestos
Pronuncian el vocablo con estremo ; A cualesquier desmanes de fortuna ,
Mas aunque diferentes nombres canto Y entrastes con aquestos presupuestos ,
Consta todos tres ser un mismo santo. De los pechos poner á cualquier plaga,
Diga , señores, pues barba que haga.
El marinero pues mas avisado
Aquestas devociones mas encumbra , » ¿ Pensábades hallar fijos cimientos
Y en las noches que el mar anda turbado En medio de las aguas turbulentas ?
Mirar por él mas veces acostumbra ; ¿ Pensábades tener los aposentos
Y ser el santo bienaventurado Segun que por mesones ó por ventas?
Juzga cualquier cosilla que relumbra , Pensábades tratando con los vientos
Y entonces aconteceu à la gente Poderos escapar de sus tormentas ?
Cosas que después rien grandemente. Con estas condiciones arrendamos
agua Los que las altas ondas navegamos .
Pues yo ví cierta noche de ceros
Llena la mar de harta destemplanza , » Quien dellas suele ser mas confiado
Hincarse de rodillas marineros A trances rigurosos se convierte ,
A san Telmo segun comun usanza ; Que el improbo furor del mar airado
Y vimos claramente compañeros No suele respetar flaco ni fuerte ;
Reverenciar el hierro de una lanza , Mas antes el que va mas apartado
Está solos tres dedos de la muerte ,
Que en popa del navío se traia ,
Y con la escuridad resplandecia. Y casos al vivir tan importantes
Es mucho menester mirallos antes.
Otra noche decian ser venido
Cuerpo santo, y así lo saludaban , » De hombres sabios es y de prudentes
Mas bien puede juraros quien lo vido , Vivir por este peso y esta tasa ;
Ser gotas de la mar que relumbraban , Pero llegados los inconvinientes,
Encima de un estrenque recogido El cuerdo como puede se los pasa ,
Sin intentar remedios indecentes
Acia la proa donde señalaban , Estando ya las manos en la masa ,
Y conocieron ser juïcio vano
Por los desengañar mi propia mano. Y sin considerar el paradero
En daros destas cosas larga cuenta Dejar la soga ir tras el caldero.
Pudiéramos gastar algunos dias , »Porque en venceros tal desconfianza
Y echáramos algunos en afrenta Perdeis honores y ganais afrenta ,
Contando semejantes boberías , Mayormente gozando de bonanza
Pero volvámonos á la tormenta Y habiéndose pasado la tormenta ;
Que llevan estas nuestras compañías , Y a trueco de bien poca mas tardanza
Cuyo furor á todos espantable Hacer de alegre vida descontenta ,
La noche y otro dia fué durable. Causada y engendrada de la pena
Cesando pues los bravos movimientos , De sospechas que queda cosa buena.
Y estando ya la mar muy sosegada , >>Y es por cierto torpísima manera
De duros y robustos labradores ,
Tornaron á hacer ayuntamientos Estando de sazon la sementera
Las principales gentes del armada ; Dejalla de coger por las calores ,
Hicieron al Colon requerimiento
Con furia de respetos olvidada ; Huyendo los sudores , como quiera
Que estaban ya pasados los mayores ,
Perplejo no sabia qué hacerse,
Ni si perseverar ni si volverse. Y no gozar los frutos y gasajo
Por ahorrar un poco de trabajo.
Temíase de alguno gran revuelta , » Pues si hemos de medir estas verdades
Y en ella los peligros de su vida , Con esto que tratamos y que vemos ,
La casa de razon andaba suelta , Grandes serian nuestras poquedades ,
Y sola voluntad obedecida;
Los pensamientos son de dar la vuelta , E yerros insufribles cometemos ;
Si ya vencidas las dificultades ,
Apresurar querian la partida ; Del arte que venimos nos volvemos ;
Hubo también diversas opiniones ,
Y fué la principal de los Pinzones. ¿Qué cuenta demás desto se daria
Al rey nuestro señor que nos envía?
Porque Vicente Yañez el anciano , » Decidme¿qué disculpas ó razones
Que entre los navegantes de su era , Podemos dalle siendo preguntados ?
En todo lo sabido de Oceano
Habia bien corrido la carrera , ¡ Qué juzgarán de nuestras intenciones
En esta confusion tonió la mano , Los sabios y los bien intencionados?
Y á todos les habló desta manera , Podrán dar su disculpa los Colones;
Nosotros no , seyendo tan culpados,
Y por sus canas y merecimientos
Tienen todos por bien de estar atentos. Que para perfecion de sus intentos
Ponemos siempre mil impedimentos.
«Si con razon las cosas son pesadas ,
Vereis que son injustas las querellas » No conoceis , señores , otros males
De aquel que se buscó las cuchilladas , Por no juzgar el cielo de colores ,
Si tuvo gran temor de padecellas ; Que no todos los tiempos son iguales ,
Pues tienen sus templanzas y rigores ;
Y desatino ya después de dadas Y ansí , buyendo destos temporales ,
El no querer sufrir la cura dellas , Habemos de ballar otros peores ,
Y débiles las fuerzas y denuedo Cometiendo navíos al gobierno
De aquel que de su sombra tiene miedo . En costa de Castilla por invierno.
» Y ansi de los trabajos padecidos ,
El escorpion agora mentiroso
Que no quiero tener por muy pesados, Imprime desmedidas frialdades ;
Sereis, si teneis sanos los sentidos , Los nimbos del orino proceloso
Vosotros de vosotros agraviados ; Levantan rigurosas tempestades ,
Pues todos los que sois aquí venidos Impiden á las ondas el reposo
No fuistes compelidos ni forzados , Las hiadas lluviosas y pleyades ;
Antes las fuerzas fueron voluntades
El mas seguro puerto y acogida
Dispuestas á sufrir calamidades. Promete grandes riesgos de la vida.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA 1 , CANTO IV. 13
¿Qué sentireis volviendo tan á sordas Habiendo pues rompido la mañana
Al tiempo que llegardes al paraje, Aquel velo que nuestra vista cierra ,
Y no serviros áncoras ni cordas El grumete Rodrigo de Triana
Con la soberbia grande del olaje ; A grandes voces dice tierra : tierra ;
Y naufragar en las arenas gordas , Oyeron esto tan de buena gana
Dando tan malos fines al viaje , Que toda pesadumbre se destierra ,
Y que viendo los pueblos deseados Sale para mirar toda la gente
Quedeis en sus riberas abogados ? Y conocieron sello claramente.
›¿A qué varon tan fuerte no desmaya Alégranse con tierra los terrenos ,
Pensar que vemos ir aquel nadando , Danle vital aliento sus olores ,
El otro ya no ver adónde vaya Te Deum laudamus cantan, y no menos
Con las bebidas aguas arqueando; Tocaban en las naves atambores ,
Otros al rebalaje por la playa, En las cuales los bordos iban llenos
Otros con la resaca peleando , De regocijadísimos clamores ,
Otros que vereis ir de mar en fuera , Y do cualquiera dellos se volvia
Asidos á pedazos de madera? Sonaba regocijo y alegría.
»Ansí que, por no vernos en estrecho Oian infinitas bendiciones ,
Con otros riesgos mas particulares , Capitanes , soldados , marineros ,
Debemos esperar un tiempo hecho Todos decian : «Vivan los Colones ,
Primero que partamos destos mares ; Vivan tan valerosos caballeros ;
Ya que no reparais en el provecho Vivan dichosos años los Pinzones ,
De islas, tierras nuevas y lugares , Sus buenos y leales compañeros ,
Que pienso de ver antes de dos días , Vivan los marineros y soldados ,
Y no serán fingidas profecías. Y Dios los haga bienaventurados.
>Porque en aquel nublado que se cierra >> Cristóbal, pues por ti Cristo nos vale ,
Adonde reverberan arreboles , Válgate Dios , el rey y tu cuidado ;
Tengo por imposible faltar tierra , Con grandes señoríos te señale
Montañas , promontorios y peñoles, Aquel que te formó tan señalado ,
Supremas cumbres , gran altor de sierra Con gloria de los cielos te regale ,
Que tienen de hollar los españoles ; Pues has el mundo todo regalado ;
Y no quiero decir mas cerca desto , Hereden señoríos prepotentes
Pues todo cuanto digo vereis presto.>> Los hijos que ternas y decendientes.
Colon de ver tan buen razonamiento , >>Sea tu fama con eternos cantos
Y que fué tan á gusto como quiso , Por todas cinco zonas estendida ,
Quedó lleno de gran contentamiento , Tu nombre solenicen todos cuantos
Los otros cada cual muy arrepiso , Hoy viven y después tuvieren vida ;
Y como ya ventaba manso viento , Déle su bendición Dios y sus santos
Mandóles navegar con gran aviso , Con premios no sujetos á caida ;
Y ansi continuo la compañía Goces de tus trabajos años largos
Su carrera de mar y larga via. Con mas insines y mayores cargos.>>
Alguna vela llevan abatida , Sonaban por las naos panderetes
Aunque la mar estaba bonancible ; Con sonajas que hacen maravillas ,
A medio mástil otra recogida Besábanles las manos los grumetes ,
Pareciéndoles ser cosa posible , Y las demás personas no sencillas ;
Que la prolija tierra prometida Los lejanos quitaban los bonetes
Otro día podria ser visible ; Hincando por las naves las rodillas ,
Mas dejémoslos ir con su recuesta, Y cada cual confuso y afrentado
Que yo diré después lo que me resta. Le pedia perdon por lo pasado.
Diciendo van aquello que veian
Haciendo con las manos dulces señas ,
CANTO CUARTO, Los árboles sus ramos descubrian ,
Víanse las montañas y las breñas ,
Sonaban ya las hondas que herian
Donde se trata cómo hallaron tierra, y descubrieron la grandeza deste Los cóncavos y huecos de las peñas
muevo mundo con grandes muestras de riquezas. Y lo demás que les Ven prados y frescuras ser anienas,
aconteció con las primeras gentes que vieron.
Ven blanquear las playas con arenas.
No puede la verdad jamás ser muerta , Ven cómo sus descansos adereza
Y cuando por malicia se escurece , Puerto que divisaban atalayas ,
En tal escuridad, es cosa cierta, Y ven desde los piés à la cabeza
Que nunca para siempre permanece ; Andar hombres desnudos por las playas ,
Antes por muchas vias abre puerta Mujeres do la vista se endereza
Por donde como rayo resplandece ; Sin arreos de mantos ni de sayas ,
Mas agora volviérales la cara , Por ser sus policías y conciertos
Faltando quien aquí perseverara. Andar galán y dama descubiertos.
Pero Colon , insine navegante , Salian á mirar nuestros navíos ,
Aunque desmayan otros , él no cesa, Volvian á los bosques espantados ,
Al cual para pasar mas adelante Huian en canoas por los rios ,
Tardía se le hace toda priesa , No saben qué hacerse de turbados :
Diciéndoles : « señores, Dios mediante , Entraban y salian de buhíos ,
Mañana cumpliré con mi promesa. » Jamás de estraña gente visitados ;
Burlaban de negocio tan prolijo , Ningun entendimiento suyo lleva
Pero salió verdad lo que les dijo. Poder adevinar cosa tan nueva.
Pues cuando con justo movimiento Ansimismo de nuestros castellanos
Venia por sus cursos el Aurora , Decian, viéndolos con tal arreo ,
Y tenia Titán el aposento Si son sátiros estos, ó silvanos,
Octavo de los doce donde mora , Y ellas aquellas ninfas de Aristeo :
Quiso Dios enviar el cumplimiento O son faunos lascivos y lozanos ,
De los deseos santos desta hora , O las nereides, hijas de Nereo ,
Porque tan gran grandeza como esta O driades que llaman, ó nayades
A los humanos fuese manifiesta. De quien trataron las antigüedades.
14
JUAN DE CASTELLANOS.
Ansi todas las ninfas como ellos Por gran contentamiento se tenia
Son bien proporcionados y bien hechos , Mirar tales verduras y decoro ,
Sacados son de hombros y de cuellos , Mas fué mucho mayor el alegría
Y mas pecan de anchos que de estrechos : De ver que descubrian joyas de oro ;
¡ Cuán luenga hermosura de cabellos ! Porque cualquiera dellos entendia
¡ Qué gran tabla de espaldas y de pechos ! Ser muestras de riquezas y tesoro,
Los galanes , las damas y los pajes Y ansi luego embocó la capitana
Jamas deben mudar ropas ni trajes. Que siguen las demás de buena gana.
Por cierto todos ellos son dispuestos , Yendo por allí con buen avio
Y ellas por consiguiente bien dispuestas ; Con sonda y el timon bien atentado ,
Pero los trajes son muy deshonestos , Dió Cristóbal Colon en un bajio
Aun para las mujeres deshonestas , Opiedra do lo vieron encallado ;
Pues los unos y otros andan prestos Huyeron los demás deste navío
Para solenizar venéreas fiestas : Asegurándose por otro lado ,
Ellos no rozarán las agujetas , Acudiendo bateles prestamente
Y ellas no romperán muchas faldetas. Para sacar las ropas y la gente.
No debe remordelles la conciencia , Todos de ver aquellos perdimientos ,
Ni quieren evitar inconvinientes , A su vuelta y salud perjudiciales ,
Pues tan sin empachosa reverencia Quedaron por estremo descontentos
Incitan empachosos accidentes ; Y con sospecha de mayores males ;
Pues no son en estado de inocencia , Echan juicios varios , dicen cuentos
Que hijos son de Adán y descendientes ; Pronosticando mal de las señales ,
Estas cosas y otras van diciendo , Llorando muchos dellos y diciendo
Las islas de Lucayos descubriendo. Que su ganar entraban ya perdiendo.
No hace destas islas Fenescies Colon , puesto que pena recebia ,
La valerosa gente que camina , Con un raro valor disimulaba ,
Porque dejando va Guanabanies Y con aquel calor que convenia
Y otras de mas momento determina ; A los desconsolados consolaba ,
Descúbrese la isla de Haities , Dando reprehension al quetemía
Y Cuba que llamaron Fernandina , Y al que por mal anuncio la juzgaba ,
En gracia y honor del rey Fernando , Diciéndoles : « Yo puedo dar razones
Cuyas partes seguia nuestro bando. Con que confunda vuestras opiniones ;
Navegaron la parte que pudieron »Pues tengo por suceso placentero
Los dipos de preciosa laureola , Aqueste que teneis por lamentable ,
Y á estas dichas islas se volvieron , Y lo que sospechais ser mal agüero
Y no tomaron dellas la mas sola ; Aqueso juzgo yo por favorable ;
Porque la de Haities escogieron Cuya declaracion y paradero
A quien por nombre dieron Española , Después lo contareis por admirable ;
Porque su nombre dé por cosa cierta Porque nave quedar en este suelo
Que fué por españoles descubierta. No fué sin provisión del alto cielo.
Puestos pues en buen orden y concierto , >>Desto daré razon no mal fundada,
A tierra determinan de llegarse , Sino mejor zanjada que la vuestra ,
Mirando si conocen algun puerto Pues la nave que vemos encallada
Donde puedan surgirse y repararse , Quiere decir que con felice diestra
Y descubrir en tierra lo cubierto Habemos de tener aquí plantada
Para poder mejor desengañarse , La nave de la Iglesia madre nuestra ,
Y saber quién serán estas naciones , Y queda sobre piedra por indicio
Sus ritos , sus costumbres y opiniones. De que es lo principal del edificio.
Buscando , como digo , puerto bueno , »De manera, que si para lo visto
De vientos desabridos amparado Católicos sentidos dan la llave ,
Ofrecióse delante cierto seno Diremos ser la piedra Jesucristo
De frescas arboledas rodeado ; Y el reino de la Iglesia ser la llave ;
El circuito dél de casas lleno Y ansí será pesar con placer misto
Y por todas sus partes cultivado ; Opor mejor decir todo suave ,
Llegáronse las naos à la boca Pues se pierde navío de madera
Que entrambos lados ciñe dura roca. Y se gana la nave verdadera.
Adentro contenia gran anchura , >A la cual con la lumbre recebida
»
Con playa limpia bien acomodada , Veremos acudir en nuestros dias
Y por todas las playas hay fondura Aquesta gente bruta , divertida
Donde puede surgir nave cargada ; En diabólicas idolatrías ;
No tienen las entradas angostura Y acá no la veremos combatida
Perc bajíos hay en el entrada , Con las olas de falsas herejías ,
Y en ciertas partes hay limpias canales , For caer estas tierras en las manos
Mas entonces no vieron las señales. De reyes fidelisimos cristianos.
Colgaban de las rocas ornamentos »Que bien pudiera Dios dar estas gentes
De yerbas diferentes en verdores , A muchos otros reyes y señores
Dulces aguas y claros nacimientos De los pasados siglos ó presentes ;
Que formaban murmurios y clamores , Mas escogió los nuestros por mejores :
De tofos, socarrenas y aposentos, Queriendo dellos y sus descendientes
Descansos de los indios labradores , Hacer para su Iglesia protetores ,
Con otras cosas mas de gentileza , Porque la suerte del primer talento
Segun quiso pintar naturaleza. Vaya sin reparar en crecimiento.
Muchas ninfas andaban por las aguas »Aqui tendrán riquísimos reinados
Nadando, los cabellos esparcidos , Y gozarán amplísimos imperios ,
E indios en canoas y piraguas Donde sus capitanes y soldados
De sus arcos y flechas proveidos ; Ternán do bien usar sus ministerios ;
Pintados con el jugo de las aguas , Habrá también por tiempos obispados
Que son sus ornamentos mas pulidos ; Católicos y santos monasterios :
De narices y orejas dependian La fe del Redentor y su manada
Algunas joyas que resplandecian. Aquí tiene de ser muy amplïada.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA 1 , CANTO IV. 15
>También habrá civiles competencias » Darémosles huitias con agies ,
Contenciones , bandos y porfias , Darémosles pescados de los rios ,
Que debajo de falsas aparencias Darémosles de gruesos manaties
Sus maldades dirán ser obras pías ; Las ollas y los platos no vacíos ;
Pero verán jueces con audiencias También guaraquinajes y cories ,
Por freno de las tales tiranías , De que tenemos llenos los bubíos ,
Porque las tales son congregaciones Y curaremos bien á los que enferman,
Prestas á deshacer rebeliones . Colgándoles hamacas en que duerman .
»Ansí que, si mirais con vigilancia » Y conocidos ya sus pareceres ,
Lo sucedido, hallareis por cierto , Seyendo con nosotros residentes ,
Que pérdida no fué sino ganancia Darémosles las hijas por mujeres
La nave que dejamos en el puerto , Para hacellos deudos y parientes ;
Y negocio de muy gran importancia Haríamos comunes los placeres
El orbe que tenemos descubierto ; De campos y de rios y de fuentes ,
Por tanto todos nos aderecemos De cazas y de pescas las usanzas ,
Y sepamos quién son estos que vemos.» Y de las sementeras y labranzas.
Dijo ; y á ver navíos tan potentes , » ¿Quién pudiera saber lo que desean
Cuales jamás tuvieron por vecinos , Con certidumbre de su pensamiento ,
Acudia tal número de gentes Con qué fines agora se menean ?
Que cubrian las playas y caminos ; Pues bien no juzgo deste movimiento ;
Miran con atencion y paran mientes Deseo finalmente que no sean
Si son hombres humanos ó divinos , Causa total de nuestro perdimiento ,
Contemplan las espadas , las adargas , Que no por ser compaña tan estrecha
Y espántanse de ver barbas tan largas. Dejaré de tener mala sospecha.
Venian los mas dellos embijados >> El número que vemos es pequeño
Desde los bajos piés á los cabellos ; Aunque vengan mejor aderezados ,
De plumas de colores estampados Mas no por ser tan pocos los desdeño
Acudian también algunos dellos ; Con yo tener millones de soldados ;
Joyeles de oro fino mal labrados Porque quiero dar cuenta de mi sueño ,
Pendientes de narices y de cuellos , Segun que lo soñé dias pasados ,
Otros con brazaletes y con petos O cosas sustanciales del bistoria ,
Que fueron a la vista mas acetos. Si quiere socorrerme la memoria.
Tocaban unos grandes atambores , » Al tiempo que las gentes de dormidas
Caramillos y flautas imperfetas , Están de sus trabajos olvidadas ,
Sonaban por encima los altores Vía volar dos águilas asidas
Caracoles à modo de cornetas ; Con diademas de oro coronadas ;
Dan otros alaridos y clamores , Las alas aunque no muy estendidas ,
Otros hacian gestos y pernetas : Mares y tierras tienen abrazadas,
Segun lo que se ve cada cual piensa Y por crecida que su presa fuese
Ser todas amenazas de defensa. Faltaba quien las uñas les binchese.
Van nuestras gentes pues encaminadas » Parecióme volar al alto cielo ,
A estas , mas mejor apercebidas , Y al tiempo que las alas estendian ,
Pues iban con escudos y celadas De solo ver aquel umbroso velo,
Y ansimismo banderas estendidas ; Hasta las bestias fieras les temian :
Relumbran grandemente las espadas Reales aves de subido vuelo
De los rayos del sol siendo heridas ; A estas respetaban y servian ,
Saltaron con valor en la ribera Y muchos gavilanes diligentes
Donde la gente de indios los espera. Eran sus adalides y sirvientes.
Delante de los cuales se mostraba » Aquestos sus ministros ó falcones
Un indio sobre todos eminente , Andaban con las alas levantadas ,
Que Goaga Canari se llamaba , Escudriñando reinos y regiones
Segun después se supo claramente , De sus tierras remotas y apartadas ;
El cual à pelear los animaba Y deshaciendo cuantas religiones
Ya defender sus tierras y su gente , Están a nuestros dioses dedicadas ,
Y á todos los soldados que tenia Haciendo ser por todo lo criado
Semejantes palabras les decia : Un solo Dios creido y adorado.
Por causas evidentes conocemos , > Entre sueños oí mil aullidos
Amigos , compañeros y soldados , Que dábamos por campos y collados ,
Haber necesidad de que velemos Por ver los santuarios encendidos,
Y no vivamos punto descuidados , Y todos nuestros ídolos quemados ;
Pues no sabemos quién son los que vemos , Aquestos naturales destruidos ,
Ni de parte de quién son enviados , Sus poderosos pueblos asolados ,
Si son hombres marinos ó terrenos , Y no paraban nuestras compañías
Si son varones malos ó son buenos . Sirviéndoles las noches y los dias.
» Si tienen de caribes propiedades , » Las águilas asidas coronadas ,
O condiciones otras mas horrendas ; Que yo via volar desta manera ,
Si quieren con nosotros amistades , Allí las traen estos dibujadas
Ovienen para guerras y contiendas ; Por parte principal de su bandera ;
Si son tan grandes sus necesidades Los tiempos y las horas son llegadas
Que quieren que les demos las haciendas ; Si mi revelacion es verdadera;
De qué tierras podrán haber venido , Conviene pues que cada cual defienda
En qué lejanos reinos han nacido. Sus hijos , sus mujeres y hacienda. »
» Si son gentes de buenos pensamientos Dan grita como gentes de albornoces :
A bien es recebillos ; si son gratas , Resuenan increibles alaridos ,
Si vienenfatigados de hambrientos , Avuelta de los gritos y las voces
Darémosles comidas bien baratas ; Empúñanse los arcos encogidos ;
Darémosles de nuestros alimentos Todos iban lozanos y feroces,
Guamas , auyamas , yucas y batatas , De jáculos agudos prevenidos ;
Darémosles cazabis y maices , La briosa postura y el denuedo
Con otros panes hechos de raices. A muchos españoles puso miedo.
16 JUAN DE CASTELLANOS .
Viendo pues tan inmensa compañía Verás incendios grandes de ciudades
Por no ponelles el estorbo tarde , En las partes que menos convenia ;
Por alto tiran el artillería Verás abuso grande de crueldades
La cual hizo que nadie los aguarde ; En el que mal ninguno merecia;
Antes quien de la mar menos huia Verás talar labranzas y heredades
Era tenido por el mas cobarde , Que el bárbaro sincero poseia ,
Metiéndose por bosques y por breñas Y en su reinado y propio señorío
Y por concavidades de las peñas . Guardarse de decir es esto mio.
Como nube que grande crecimiento Y ansi fué que los hombres que vinieron
De pluvias à los ojos representa , En los primeros años fueron tales ,
Pero la fuerza seca de algun viento Que sin refrenamiento consumieron
Sus escuros vapores ahuyenta , Innumerables indios naturales :
Dejando sin aquel impedimento Tan grande fué la prisa que les dieron
Los campos con el sol que los calienta , En usos de labranzas y metales ,
Ansi la batería de los truenos Y eran tan escesivos los tormentos
Ahuyentaron indios destos senos. Que se mataban ellos por momentos.
Fué la rústica gente divertida, Lamentan los mas duros corazones ,
Sin que su rey pudiese detenellos ; En islas tan ad plenum abastadas ,
Y los nuestros siguiendo la huida De ver que de millones de millones
Para poder tomar alguno dellos , Ya no se hallan rastros ni pisadas;
Mujer ven en el monte detenida, Y que tan conocidas poblaciones
Cuyas prisiones fueron los cabellos , Estén todas barridas y asoladas ,
Que siendo por los aires esparcidos Y destos no quedar hombre viviente
Fueron de ciertas ramas detenidos. Que como cosa propia lo lamente.
Metióse por el monte mas cerrado Los pocos baquianos que vivimos
Destos inconvinientes ascondidos , Todas aquestas cosas contemplamos ,
Como vivace ciervo fatigado Y recordándonos de lo que vimos ,
De la rapace fiera perseguido ; Y cómo nada queda que veamos,
Y fué por espesuras emboscado Con gran dolor lloramos y gemimos,
De sus ramosos cuernos detenido ; Con gran dolor gemimos y lloramos ;
Ansi que su decoro y ornamento Miramos la maldad entonces hecha
La causa fué de su detenimiento. Cuando mirar en ella no aprovecha.
Clamores grandes daba la doncella Pudiera de lo visto y entendido
En balde, que no deben ser oidos , Entrar en laberinto de maldades ,
O si la oyen, para socorrella Indinos del varon bien instruido
Por ventura no son tan atrevidos ; En nuestras evangélicas verdades ;
Al fin los españoles asen della, Mas no será razon ir divertido
Y entonces dió mayores alaridos , Contando semejantes crüeldades :
No haciendo ya cuenta de su vida Volvamos prosiguiendo la carrera
Por ver gente de barba tan crecida. Desde donde dejé la mensajera.
Colon , que de la presa se holgaba , Todas aquellas gentes ascondidas ,
Y dió de buena gana las albricias , Temblando con temores de su vida,
Con señas de amistad la halagaba Acuden á las voces conocidas
Haciéndole regalos y caricias , De quien ya sospechaban ser comida ;
Como quien grandemente deseaba El rey que la contó con las perdidas
Hacer con estas gentes amicicias ; Holgó de su salud y su venida ,
En efeto , cesaron los clamores , Y ella trató fïel y buenamente
Aunque no totalmente los temores. Aquello que entendió de nuestra gente.
Diéronle de comer como convino, Los nuestros recogieron estandartes
Sacando de su buen matalotaje Por ya no parecer inconviniente ,
Frutas secas , cecinas y tocino , Y con reguardo de guerreras artes
Y otros regalos mas de su viaje ; Se refrescó la fatigada gente ;
Hiciéronle beber de nuestro vino , Tomaron posesion de todas partes
Que no le parecia mal brevaje , Llamándoles las Indias de occidente,
Y en ciertos ademanes representa Once de octubre, años cuatrocientos
El alegría del que se calienta. Con mas noventa y dos y dos quinientos.
Después de la comida halagóla Pues como luz de Febo ya hacia
Con señas á los ojos aplacientes , Absencia natural de luz humana ,
Vistiéndola de blanca camisola, Y por medidos cursos se venia
De mas de dalle dijes trasparentes ; La menos clara lumbre de Diana ,
Y hechas estas cosas , envióla Cada cual á su nao resolvia,
A que llamase deudos y parientes ; Hasta ver resplandor de la mañana ,
Ella correspondiendo con las señas Donde Colon estuvo vigilante;
Emboscóse por medio de las breñas. Y lo demás diremos adelante.
A grandes voces dice por la senda :
« Venid , parientes mios , nadie huya ;
Pues no vienen á guerra ni contienda,
Ni quieren que la tierra se destruya ; CANTO QUINTO.
Y no solo no piden la hacienda,
Mas antes quieren darnos de la suya ; Cómo vino la india mensajera y con ella el rey Goaga Canari con gran
Perded recelo de cualesquier males número de gente, con el cual hizo amistades, y lo demás que all!
se hizo.
Que honestos hombres son , y liberales.>>
¿Qué vas, mujer liviana, pregonando, Bien podemos decir que si contento
Juzgando solamente lo presente ? En esta breve vida se granjea,
Mira que con las nuevas dese bando Es cuando llega dulce cumplimiento
Engañas á los tuyos malamente; De lo que grandemente se desea ;
El dicho vas agora publicando , Pues no halla lugar el sufrimiento
Mas tú verás el hecho diferente , Hasta que ya la cosa se posea ;
Verás gran sinrazon y desafuero , Y ansi les fatigó noturno ocio
Y el sueño de tu rey ser verdadero. Por esperar el fin deste negocio ,
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA I , CANTO V. 17
Mas el escuro manto desviado » Ya que vuestras vergüenzas anden fuera,
Con luz de la mañana placentera , Falten para sacarmelos á plaza ,
Vieron todos venir por un collado Que para mí será carga lijera
La deseada ninfa mensajera ; Eso que vuestras casas embaraza
Y un escuadron de indios que cargado Y quiero mas volver desta manera
De sus comidas toma la ribera , Que tornar á bordon y calabaza ;
El rey con otros muchos capitanes Crecen con esto mis contentamientos
De paz haciendo señas y ademanes. Y no menos salir con mis intentos.
A la siniestra mano y á la diestra >>Pero tratar ya desto son estremos
Tocaban muchos dellos caramillos : Que refrescan pasados accidentes ;
Mirándolos esta la gente nuestra Bastará de presente lo que vemos
Subidos por las popas y castillos ; Para desengañar los insipientes ;
Y viendo que de paz era la muestra , Y agora será bien que convidemos
Acuerdan de venir á recebillos ; A este rey y algunos de sus gentes ,
Unos á otros huelgan ya de verse , Dalles hemos algunas cosas buenas
Y de se saludar sin entenderse. Que ellos las pagarán con las setenas. >
Pero los nuestros van como sagaces Los vocablos allí fueron baldios ,
A ver hombres que no son conocidos , Pero hicieron señas con las manos ,
Y no tan confiados de las paces, Diciéndole que viese los navíos
Que no fuesen muy bien apercebidos : Con otros cinco ó seis de sus hermanos
Con muestras de placeres y solaces Y porque se dejase de desvíos ,
A la ribera verde son venidos , En tierra se quedaron diez cristianos :
Do saltan principales coroneles, El indio sin poner impedimento
Dejando bien á punto los bateles. Manifestó por obras ser contento.
Luego como las partes se acercaron En la nao los huéspedes noveles ,
En lugar y postura conviniente , Aderezóse luego la comida ,
Al Goaga Canari señalaron Ponen la tabla , tienden los manteles ,
Cuál era capitán de nuestra gente : Segun la voluntad del que convida :
Por señas como mudos se hablaron La mesa toda fué por sus cuarteles
Falta de rugas una y otra frente , De náutico bizcocho proveida ,
Supliendo por señales esta mengua Los vasos proveidos en el banco
Que cada cual tenia de su lengua. De buen vino haloque , tinto y blanco .
Y como les faltaban las razones De cosas á los indios peregrinas
Para que sus concetos publicasen , Sirvieron alimentos suficientes ,
Las dádivas presentes y los dones Muy gentiles capores y gallinas
Fué cosa necesaria que hablasen , Guisados con sus ciertos adherentes ;
Y las magníficas ostentaciones Hubo muchas maneras de cecinas ,
Aquestas amistades confirmasen ; Conservas ansimismo diferentes ,
Y ansi nuestro Colon primeramente Pero mucho mas gusto les ponia
Dió al Goaga Canari lo siguiente : El sabroso licor que se bebia.
Una camisa de ruán labrada , Porque el comer es poco , mal asado ,
Un sayo nuevo de color bermejo , Desta gente de bajas esperanzas ,
Una gorra pequeña colorada , Mas su beber es tan demasiado
Segun el uso fué de tiempo viejo ; Que vence las mayores destemplanzas ;
Una escofieta buena perfilada , Y para tal efeto mal reglado
Ciertas cuentas de vidrio y un espejo , Hacen las sementeras y labranzas ,
Cintillas y otras cosas menos que ellas , Pues por un cierto modo peregrino
A quien puso valor no conocellas. De lo que hacen pan hacen el vino.
El rey recompensó por muchas veces Estaban pues los nuestros espantados
Las dádivas con otras no menores , De la rudeza desta compañía ,
Pues dió , por enseñar sus altiveces , Y estímulos de hambre mitigados ,
Piedras ricas diversas en colores , Negocio que la nuestra pretendia ;
Granos de oro , tales como nueces , Quedaron estos nuevos convidados
Y tales como pomos y aun mayores , Puestos en posesión del alegría
Copia de frutas varias y alimentos Que crian los licores de Metina
Con los cuales servia por momentos. Y viñas de la tierra surrentina.
Colon, que tales granos de oro via, Ansí que, levantados de la cena
Tan ricos y tan prósperos presentes , Sin uso de merced ni besamanos ,
Con el contento grande que tenia Volviéronse los indios á la arena -
Con gran sabor hablaba con sus gentes : Donde dejó Colon los diez cristianos ,
Facecias , gracias , cuentos que decia Alaban ellos la comida buena ,
Causaban gran placer á los oyentes ; Los nuestros la riqueza de los granos ,
Pues el gusto y sabor que al alma toca Y viendo coyuntura conviniente
Destila sus dulzores por la boca. Habló Colon con todos lo siguiente :
Y ansi hablaba con los indios rudos Muchas veces ofrece la ventura
Sin dalle propia voz á sus oidos , A los hombres empresas de sustancia ,
Diciendo « Poco va veros yo mudos , Y la posesion dellas asegura
Como hablen presentes tan lucidos ; El que sabe tener perseverancia ;
Pues con lo que nos dieren los desnudos Pero cuando se pierde coyuntura
Mejorarán el pelo los vestidos , Con ella desparece la ganancia ,
Y mas me holgaré cuantos mas vengan , Pues ocasion que fué menospreciada
Por llevallos adonde en mas se tengan. De todo lo que trajo deja nada.
» Mas os hago saber que soy sabueso » Por no saber tomar consejo sano
De tales propiedades y costumbres , Antes que de si tenga la querella;
Que con el grano de oro de mas peso Y ansi tenia vo por muy liviano
Recibo mucha menos pesadumbre ; A quien en busca fué de cosa bella,
E yo prometo de tenello preso Si la halló , dejalla de la mano
En carcel donde nunca vea lumbre , Con intenciones de volver por ella ,
Rasta que con bigornia y con martillo Porque podria ser que sus amores
Le demos rostro muy mas amarillo. Hallasen luego nuevos posesores.
T. IV.
18 JUAN DE CASTELLANOS .
» Aquí hallanios pues gentil amiga , Y ansi dijo : Hacerse lo posible
Y a mí que semejantes cosas miro , Todos lo deseamos y queremos ;
Lo que podria ser me da fatiga Pero no me parece convenible
Antes de ver la causa del sospiro : La cosa que se hace con estremos ;
Desto conocereis sin que mas diga Tengo pues por negocio muy terrible
El blanco do camina nuestro tiro , Division en la gente que traemos ,
Y es, á mi parecer , intencion cuerda Para que los dejemos en aprieto
Querer que lo hallado no se pierda. Que no puede parar en buen efeto.
» Solo Dios sabe casos venideros , » Cuanto mas que region tan apartada ,
Y por su voluntad todo se guia , Toda seguridad está con ella ,
Mas son negocios acontecederos ; Y dudo yo que pueda ser ballada
Y por asegurallos yo querria De quien eternalmente supo della ;
Que quedasen algunos compañeros Y (lo que no será) si es salteada ,
En posesion de aquesta monarquía , Los que dejais no pueden defendella ;
Porque no quede de españoles sola Y aun plega á Dios que sostenerse puedan
La que por ellos se llamó Española. Entre los moradores donde quedan.
>> Este negocio no lo procurara » Pues aunque todos estos naturales
Ni en semejante riesgo los pusiera , Muestran sinceridad y buen intento ,
Si por lo que ya vemos no constara No me podreis negar el ser bestiales ,
Ser esta natural gente sincera ; Sin fe , sin ley , sin buen conocimiento ,
Ni tiene que temer el que repara Sin peso , sin razon ; y siendo tales
En mi vuelta , pues ha de ser lijera , También se moverán a cualquier viento :
Y para proveer á su defensa Un indiezuelo vil que los atice ,
Mayor la brevedad de lo que piensa. No dudarán hacer lo que le dice.
»Para lo que durare la carrera » Demás de que golosas ocasiones
Usaremos de todas prevenciones , Por horas y momentos nos recrecen ,
Haremos un buen fuerte de madera Donde las mas constantes intenciones
Por menos necesarias municiones ; Puestas entre los lazos desfallecen ;
Y para no buscar comida fuera Y contareis á dedo los varones
Dejaremos bastantes provisiones , Que si no caen en ellos no tropiecen ,
Pues las seguridades principales Y para con tan vil y baja casta
Será no molestar los naturales. En se descomponer la menos basta.
>>En esto cumplirá ser advertidos , » Hecha pues destas cosas conjetura
Y estas serán las mas seguras prendas , Y muchas mas que siento cerca desto,
Porque todos los males sucedidos No debe pareceros gran cordura
De guerras , de rencillas , de contiendas , El no mudar aqueste presupuesto,
Nacen de ser los hombres ofendidos Donde no conoceis cosa segura,
En mujeres , en hijas y haciendas Y al ojo veis el riesgo manifiesto,
Los robos , los agravios , la violencia Ordénelo mejor quien tiene mano ,
Gastan al mas paciente la paciencia. Porque yo doy consejo de cristiano . >>
»A todos y aun á sí será molesto Oida la razon viva y entera
Cualquier hombre bestial que en esto ande; Aunque muchos loaron su buen seso,
Y ansí quedais aquí con presupuesto Alteróse Colon en gran manera,
De que tengais recogimiento grande , Y dicen que tentó tenello preso ;
Sin divertirse nadie deste puesto Mas el Martin Pinzon se hizo fuera ;
Y sin que mas adentro se desmande , Colon disimuló con justo peso,
Pues el tratar y andar con estas gentes, Y con graciosa carta , viva, grave,
Pariria cien mil inconvinientes. Le hizo que volviese con su nave.
>>Con mujer no se use desacato , Después que vino con su compañía
Aunque carezcan ellas de defensa ; De mal y de prision asegurado,
Usad de sus comidas con recato Colon ni mas ni menos insistia
Si dellas rehicierdes la despensa ; En aquel parecer determinado ;
Y si trajeren algo por contrato , Sobre lo cual tuvieron gran porfia
No vuelvan sin bastante recompensa , Pareciéndoles ser mal acordado ;
Pues quedarán espejos y bonetes , También hubo personas principales
Cuentas , cuchillos , hachas y machetes. Que en esto se mostraban neutrales.
» Guíar manos y piés por esta via Estando pues la gente castellana
No puede ser mejor salvoconduto ; Adevinando malos paraderos,
Y verdaderamente yo querria Un capitán y cordobés , Arana,
Coger de mis razones algun fruto ; Que en buenos hechos fué de los primeros ,
Pues hemos de dejar la compañía , Dijo : « Yo quedaré de buena gana
Y estoy en este caso resoluto , Como me den cuarenta compañeros,
Considerando ser inconviniente Y para resistir los adversarios
Que falte ya de aquí cristiana gente . Las armas y pertrechos necesarios . »
» Al hombre valeroso y esforzado Colon de ver aquel comedimiento ,
Que responder quisiere con mi pecho , Engrandeciólo bien con mil loores ,
Crea que le seré tan obligado Haciéndole solemne juramento
Cuanto merece tan heróico hecho ; De le hacer mercedes y favores ;
Y ansimismo será galardonado Y en el hacer algun repartimiento
Con eminentes honras y provecho ; Que sus partes serian las mejores,
Debajo de los cuales presupuestos Y ansí por voluntad del que pedia
Deseo ya saber quién serán estos. >> Fué luego señalada compañía .
Dijo nuestro Colon lo que queria , Sacan a tierra pues lo que convino
Y ninguno de los con quien hablaba Para tener bastante pasadía,
A tales intenciones respondia , Barriles de bizcochos y de vino
Antes el uno al otro se miraba ; Y de rescate cuanto se traia :
Y fuerzas de temores deshacia Cantidad de jamones, de tocino,
Aquello que vergüenza fabricaba ; Pólvora, municion y artilleria ,
Pero Martin Pinzon tomó la mano , Pescados , bacallaos y cecinas
Diciéndole no ser consejo sano. Y hasta dos docenas de gallinas.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA I, CANTO VI. 19
Sierras, azadas, hachas sacan fuera ; La vuelta destos hombres que las vieron
Abrieron luego zanja bien fundada , Cartago defendió con duro mando,
Hacen fuerte de tierra y de madera Pero los que dejaron ( si vivieron)
Con sus troneras por la palizada ; Fueron segun razon multiplicando ;
Y en estas partes fué casa primera Y por las tales tierras se estendieron
Por manos de cristianos fabricada ; Gentes y poblaciones ensanchando,
Hicieron sus alturas como muros De suerte que Cartago fué comienzo
A fin de que quedasen mas seguros . Para tejerse tan inmenso lienzo.
Los indios diligentes y contentos , Después que en la tal isla vieron canas
Mas por sus voluntades que por ruego, Habria disensiones y querellas ;
Hicieronles pajizos aposentos Y estando llenos campos y zavanas
Que presto desbará rápido fuego ; De viejos, de mancebos y doncellas,
No son agora tales sus intentos , Pasaron á las islas comarcanas
Mas turban ocasiones el sosiego; Y a la gran tierra firme desde aquellas,
Y porque destos hay largo proceso Y acá y allá por grande negligencia
Después os contaremos el suceso. Olvidaron las letras y la ciencia.
Aquesta fortaleza concluida , Pues aun en el labrar su bastimento
Do pareció quedar seguramente, Eran muy apocados, torpes, flojos,
Colon puso por obra su partida Y en ejercicios del entendimiento
Con el demas restante de su gente ; Ningunos eran mas mancos ni cojos ;
Refiéreles el orden de su vida En las inclinaciones y el intento
Y despidióse dellos blaudamente : Ajenos de concetos ortodojos,
No hubo rostros unos ni ningunos Y tal debia de ser la demás gente
Que quedasen de lágrimas ayunos . Siendo de la que vieron descendiente.
Pero disimulando sus desmayos, Entre las variedades que refiero,
Embarcóse Colon con sus soldados , Que porfiando va nuestra compaña,
Y piedras, oro, micos, papagayos Hubo también un cierto compañero
De diversos colores variados : Que dijo por grandisima bazaña,
Diez indios destos , y otros de Lucayos Ser estas las Hespérides de Hespero
Que con ellos se van sin ser forzados , Rey de las dichas islas y de España,
A pique ponen pues las carabelas Aurifero caudal de Hesperetusa ,
Y al manso viento dan todas las velas. Que tanto celebró la vieja musa.
Dejando ya la gente deste bando , No faltaron aquí contradiciones
Segun que ya dijimos con mancilla, De nuestros navegantes castellanos,
Las inquietas ondas navegando Y aun el dia de hoy hay opiniones
Los otros van la vuelta de Castilla , Y un no sé qué de pareceres vanos :
Juicios diferentes consultando Diciendo que estas tierras y naciones
Acerca desta nueva maravilla, Mandaron algun tiempo los romanos ,
Cuya diversidad con sus estremos Por un cierto dinero que labrado
En el canto que viene cantaremos. En las minas de Acla fué bailado.
Esta tal invencion ó burlería
A muchos estranjeros dió gran gusto,
Y es porque por sus letras se veia
CANTO SESTO , Moneda ser de Octaviano Augusto ;
La cual hubo sospecha que corria
Donde se trata cómo durante el tiempo de su viaje , la vuelta de España , Entre gente de seso tan robusto.
decian varias opiniones cerca destas partes. Y cómo llegando a España ¿Cómo , si fueran usos desta gente,
se divulgó con gran admiracion el descubrimiento susodicho. No ballaron mas desta solamente ,
Do faltan fundamentos de escrituras, Sino cantidad dellas copïosa,
Y vamos atenidos à razones, Pues funden oro, y veis plata labrada?
Nacen de las humanas conjeturas O¿cómo , si de gente tan curiosa
Varias y diferentes opiniones : Como fué la romana ya nombrada,
Las cuales no caminan tan seguras No halláramos hoy alguna cosa
Que no tengan sus ciertos tropezones, Que esta hiciera mas certificada?
Que para mil porfias abren puerta O¿cómo, si grandeza tan notoria ,
Y al cabo nunca dan con cosa cierta. No la pusieran ellos en historia?
Ansi por el discurso que hacian , Ansí que por no ver aqueste uso
Mostrándose la mar sin aspereza, De dinero por estos naturales,
Tratando van de quién procederian En gran admiracion á muchos puso,
Gentes de tan grandísima rudeza ; Este que se halló sin otros tales ;
Con quién ó por adónde pasarian Y mas tan singular y tan recluso
A tierras tan inmensas en grandeza, En no jamás labrados minerales ;
Pues es parte distinta, como vemos, Echaban pues juicios à montones
De aquellas tres del mundo que sabemos. En aquella sazon muchos varones.
Porque decian ser estas naciones Mas por entendimientos no mal sanos
Faltas de los orgullos y los brios Fué la pura verdad investigada,
Que mueven los humanos corazones Y hallóse que dos italianos
A trastornar los mares y los rios ; Hicieron esta burla señalada ,
Y no pueden hacer navegaciones Echando la moneda por sus manos
A causa de estar faltos de navios , En la mina que tengo ya nombrada ;
Y que canoas, balsas y piraguas Declararon entrambos esta suerte
No podian arar prolijas aguas. En el último trance de la muerte.
Entre tales porfias y reyertas , A semejanza desta compostura
No faltó curioso que decía, Se fingen otros cuentos y novelas ,
Que estas tierras ya fueron descubiertas Y no van fuera de su eonjetura
Por gente que en Cartago residia ; Las gentes de las dichas carabelas,
Y viéndolas ser buenas y desiertas En aquella sazon y coyuntura
Allí dejaron cierta compañía , Que navegando van á todas velas
Y que por las derrotas era cierto Hablando destas cosas muy sin miedo
Ser las mismas que habian descubierto. Cada cual en derecho de su dedo.
20 JUAN DE CASTELLANOS .
Como porfias van por un rasero, »No merece verro que se crea
Y corren las parejas sano y manco, Tener el tal estrecho por muy cierto,
Puesto que nunca den en el terrero Tiempos podrán venir en que se vea
A ninguno podeis poner estanco ; Mas no por navegante mas esperto ;
Como lo de Cartago y lo de Hespero, También digo que puede ser que sea
Opiniones también fuera del blanco, Antes de muchos años descubierto ;
Acerca de lo cual à circunstantes Porque la tierra nueva descubierta
Colon dijo razones semejantes. Para grandes empresas abre puerta.
« Esos cartaginenses pareceres » Por aqui pues pasaron estas gentes
Conviene no tener por cierta cuenta , Sirviéndose de balsas por navios,
Pues fueron ( segui dicen ) mercaderes Oya fuesen los tales descendientes
Que no sé dó se fueron con tormenta , De linajes gentiles ó judíos ;
Y no llevaban hijas ni mujeres O indio y gentil hechos parientes
Por quien aqueste mundo se acrecienta , Mezclándose las aguas de los rios,
Pues venir á lo que hemos descubierto Y aun esta misma creo que seria
Bien podemos tenello por incierto . Gente de confusion y bebetria.
>>Pero finjamos ser , aunque se yerra , >> Fueron estas naciones divididas
Por ir mal arrimados á verdades , De las partes do fueron procedentes,
Está claro hacelles crüel guerra , Antes de ser las letras estendidas
Hambre, temor, dolor, calamidades ; Ni se comunicara á todas gentes ;
Al fin los consumió la misma tierra , Como tampoco son hoy conocidas
Do no suelen faltar enfermedades , De infinitos hombres insipientes ;
Y mas , segun afirman los leidos , Porque puesto que corren buenas artes ,
No siendo de los suyos socorridos . Aun no pueden llegar á todas partes.
» Ansi que nunca fué multiplicada » ¿ Cuántos pueblos hay entre cristianos
Tal gente por la cuenta que yo hago , Por Italia, por Francia, por España ,
Pues no hallamos rastro ni písada , Do no halleis letores ni escribanos
Ni un olor tan solo de Cartago ; Ni pueden a las letras darse maña ?
La gente , como veis , es desbarbada Ved vuestros mas vecinos y cercanos,
Y amigos como niños de halago , Ved la rusticidad de la montaña :
De letras no señales ni memoria , ¡Qué seria , si hoy están tan botos "
Ni cosas esculpidas por historia. Por siglos de memoria tan remotos !
>> Fueron cartaginenses mas agudos, >>Ansi que letras nunca hallaremos
Tuvieron mas altivas condiciones , En este nuevo mundo descubierto ,
No fueran tan bestiales ni tan rudos , Puesto que no dudamos que ballemos
Antes mas allegados á razones ; Gente de mas razon y mas concierto ;
No viéramos andar hombres desnudos Después que mas adentro lo calemos,
Teniendo tanta copia de algodones , Y el curso dél se muestre mas abierto
La gente que hemos visto deshonesta Reyes se hallarán y emperadores ,
República tuviera bien compuesta. Potentes y riquísimos señores.
»Y puesto que la gente separada , >> En lo demás que Hespero nos ofrece ,
Que destas dichas islas procedia , Si consentis que diga lo que siento ,
Fuera por largos tiempos olvidada Cosa rediculosa me parece
Del culto que primero conocia, Y fuera de razon y fundamento ;
Aquí permaneciera conservada Pues un tan gran olvido no merece
Aquella su primera policía ; Un orbe de riquezas tan sin cuento ,
Pues procuran los malos y los buenos Ni nuestros españoles son varones
Venir á mas y no venir á menos. Para se lo dejar entre renglones .
>> Perdone pues cualquiera compañero » Orbe tan principal, tan señalado
Porque este parecer yo le repruebo , Tan lleno de riquísimos tesoros ,
Y otra cosa también deciros quiero , No pudiera no ser tan frecuentado ,
A la cual por razon sola me niuevo : Que cosa no supieran mas de coro ;
Y es ser aquestas islas lo postrero Y no solo en navíos , mas á nado
Que se pobló de aqueste mundo nuevo , Vinieran á coger manzanas de oro ;
Siendo sus mas antiguos pobladores Las Hespérides pues del Oceano
Vecinos de la costa pescadores. Mas cerca las teneis y mas á mano.
>> A cada cual de nos se nos alcanza , >> Puesto que se renuevan las naciones
Por esperiencia larga que tenemos, Por tiempos, y los nombres se varian,
Poder atravesar con mar bonanza Nunca se pierden las contrataciones
Con aquestas piraguas que les vemos ; Ni curso de los que iban y venian ,
Y mas estos que tienen confianza Mayormente hallando ricos dones
En ir siempre desnudos y con remos, Con que mas su caudal enriquecian ;
Poniendo sus destrezas y primores Y en estos ricos reinos y tan buenos
En ser buzos y grandes nadadores. Bien podemos creer no fuera menos.
» Ansi que los primeros que surgieron » Pudiéramos también hallar señales
En estas islas grandes y menores , Que fueran mas patentes ó bastantes,
Vecinos de la tierra firme fueron , Como son edificios ó animales
Y como dicho tengo , pescadores ; De los que llevar suelen contratantes ;
Pero resta saber por do vinieron Pero cosa no vemos de las tales ,
A la tal tierra firme pobladores, Perros, gatos ni otros semejantes ;
Pues lo que la ventura nos ofrece Al fin tal opinion ó tal sospecha
De principio y origen no carece . Con esta que es mejor queda desbecha.¸
» Los que las tales tierras han poblado >>Y si quien esto dijo se movia
Aeá pasaron por algun estrecho, Por duracion de las navegaciones ,
Huyendo de algun caso desastrado , No goza de victoria su porfia,
O ya buscando tierras de provecho , Ni me confundiré con sus razones ;
Entonces el estrecho muy cerrado, Pues navegar entonces se hacia
Y hubiese mayor boca después hecho ; Con muchas mas prolijas dilaciones,
Pues suelen en tormenta y en bonanza Como el nuestro sera de otra manera
Hacer por tiempos mares gran mudanza. Desque mejor se sepa la carrera.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA I , CANTO VI. 21
>Ansi que destas tierras , caballeros , La vista deste monstruo tan terrible
Nunca jamás nacion tuvo memoria , Penetra las paredes y rincones,
Sino que sois vosotros los primeros Percebiendo lo mas impercetible,
Y los que mereceis toda la gloria ; Hasta los mas ocultos corazones ;
Habeis de ser sus ricos herederos Hacese muchas veces invisible ,
Y origen y principio de la historia ; Atalayando plazas y cantones ,
Y pues medida fué por vuestro vaso, Y ansi lo que pensais ser ocultado
No se hable ya mas en este caso.»> Por muchas partes anda derramado.
Con semejantes temas y porfias Con los efetos pues de tales mañas
Caminan por la mar nuestros hispanos, A pregonar comienza los misterios,
Sin que perturben sus derechas vias Engrandecidos hechos y hazañas
Occidentales vientos ni solanos ; Deste que descubrió nuevos imperios ,
Y al cabo de correr cincuenta dias No solamente por nuestras Españas
Llegaron á los reinos castellanos ; Pero por otros muchos hemisferios,
Supose todo desde la ribera, Y puesta de rodillas y postrada
Y agora cantaré de qué manera. Anuestros reyes dió tal embajada :
En un monte no menos levantado «Principes de virtud pura y entera,
Que el fuego que la máquina rodea, Católicos y bienaventurados,
Fingen un edificio fabricado Yo soy aquella Fama pregonera
Que los lugares della señorea ; De todos los presentes y pasados.
Pues no lo puede ser tan apartado Entre ellos fuí nacida y en la era
Que desde sus alturas no se vea Que los primeros fueron engendrados,
Y sean percebidas claramente Haciendo manifiestos los renombres ,
Las voces del oriente y el poniente . Hechos y condiciones de los hombres.
Sus cercas y sus torres trasparentes » Porque sin respetar quiénes ni cuáles
Y en ellas varias cosas esculpidas, Ellos mismos me dieron por oficio
Hay negociantes de diversas gentes Decir siempre los bienes ó los males
Que hacen las ignotas conocidas : De todos cuantos fueron ab inicio ;
Los males y los bienes son patentes, Y en los estados altos y reales
Exentas las entradas y salidas, Uso con mas vigor tal ejercicio ;
Pues con tener gran número de puertas Pregono de los malos mas o menos ,
A todas horas las vereis abiertas. Mas en quien mas reparo son los buenos.
La palabra que hablan al oido , » Destos dije grandezas y no pocas
Pasando por alli tan alto suena , En edades presentes y pasadas ,
Que no puede hacer mayor ruido Ansi de las espadas como tocas;
En cóncavos lugares la voz ilena ; Mas ya no pueden ser rememoradas ,
Es luego lo secreto divertido Por tener sin cesar lenguas y bocas
Ansi de cosa mala como buena, En vuestras escelencias ocupadas ,
A causa de ser todos pregoneros Callando los loores de otras gentes ,
Locuaces, fanfarrones y parleros. Delante vos y vuestros descendientes.
Cada cual puede ser libre y exento , » Heróicos hechos son claros y bellos
Eso me da los malos que los buenos , Los de otros capitanes y señores ,
Y en las repeticiones de algun cuento Mas no me dan lugar á tratar dellos
Siempre se dice mas antes que menos ; Los vuestros y de vuestros sucesores ;
Los que frecuentan mas el aposento , Y aun dudo si podrá comprehendellos ,
De chismes y novelas andan llenos, Porque monarcas son emperadores ,
Del murmurio y ardores desta llama Por quien tengo de ser esclarecida ,
Nace la gran giganta dicha Fama. Y a quien he de servir toda la vida.
Hermana fué de Ceo y Encelado , >> De mas del gran imperio de romanos ,
En fuerzas y grandeza mas pujante, Imperio ternán otro , dél distinto ,
De cuanto puede ser en lo criado Aquestos sucesores soberanos ,
Escucha singular y vigilante : Que mayores serán de lo que pinto :
Su cuerpo tan terrible y encumbrado Verna Filipo Magno , rey de hispanos ,
Que por menos se juzga ser Atlante , Hijo del invencible Carlos quinto ,
Pues su conversacion es en el suelo Señor universal de las regiones
Y junta la cabeza con el cielo. De árticas y antárticas naciones.
A lo mas alto sube sin escala , >>De todo lo sabido y encubierto
No tiene su mirar impedimento , Aqueste regirá la monarquía ,
De pluma son sus joyas y sus galas, Lo mas incierto desto hago cierto ,
De ver y de mirar es el intento ; Sin olor de lisonja ni falsia ;
Ayúdase de muy lijeras alas , Porque vuestro Colon ha descubierto
Veloces mucho mas que las del viento ; El mundo que mil veces prometia :
Tienen todos sus plumas y cañones Llegado es ya con hombres de estrañeza ,
Ojos a la manera de pavones. Y muestras de grandísima riqueza . »>
Y siempre vigilantes y advertidos Encareció las nuevas que reporta
Harto mas que de Argos se nos cuenta ; Con otro razonar muy mas prolijo ;
Ausimismo posee mil oidos Pero con todo esto quedó corta ,
Por do percibe lo que representa ; Pues era mucho mas de lo que dijo :
Cuantos nacieron son sus conocidos , Los reinos conociendo lo que importa ,
O ya con gran honor ó gran afrenta , Bendicen al que todo lo bendijo ,
A veces es feroz, á veces mansa, Y al inventor de los descubrimientos
Y cuanto mas camina menos cansa. Estaban esperando por momentos.
Tiene desde los ojos á las plantas Colon dió gracias al Omnipotente
En voces y murmurios muy enteras Cuando desembarcó donde queria ;
Cien mil bocas y lenguas y gargantas , Y en Palos donde estaba de presente
Que lo que fué y no fue tratan de veras ; Causó sumo contento y alegría,
Tiene por las espaldas otras tantas Ocurriendo gran número de gente
Locuaces , habladoras y parleras, A ver los hombres nuevos que traia ,
Dicenlo cierto, hablan falsedades Los granos de oro , piedras escelentes ,
Y mentiras à vueltas de verdades. Las aves de las nuestras diferentes.
22 JUAN DE CASTELLANOS .
Con las recreaciones que convino , Hablaban al Colon , y respondia
De todos recebia gran deporte , A voluntad de todos y á medida ,
Del consorcio fiel que con él vino El cual ya deseaba ver el dia
Regalaron también cualquier consorte ; En que se despachase su partida ,
Mas él , no dilatando su camino , Por ir á socorrer su compañía ,
Luego se despachó para la corte , Y ansimismo dar orden á su vida ;
Para le dar al rey las relaciones , Estan desto los reyes advertidos ,
Y conseguir merced y galardones. Y del deseo mismo poseidos .
Efetuando pues aquesta via , Mas luego dieron á la nueva planta ,
Que con todo hervor continuaba , O plantas nuevas de la tierra rica ,
Gran número de gentes acudia La norma que las ánimas levanta
A cualquiera lugar donde llegaba , Y a riquezas eternas las aplica ,
Y con admiración se detenia Haciéndolas lavar con agua santa
En contemplar las cosas que llevaba ; Que culpas y pecados purifica ,
No solos los vecinos populares , Siendo los mismos reyes sus padrinos
Pero también personas singulares. Como testigos ciertos fidedinos.
Como mozuelos rústicos nacidos Luego consultan la romana sede ,
En el cortijo vil ó pobre villa , Mediante peticion en todo pia ,
Que en su rusticidad fuesen traidos Para que les conceda como puede
A ver las escelencias de Sevilla; El mando desta nueva monarquía ;
Y de tan grandes cosas conmovidos Lo cual el padre santo les concede ,
Juzgasen ser estraña maravilla , Y sus bastantes letras les envía ;
Y estuviesen de tratos tan inmensos Y el que les concedió las bulas desto
Atónitos , pasmados y suspensos ; Fué Alejandro , deste nombre sesto.
Ansí también por campos ó poblados Teniendo pues la rueda con el clavo ,
Do quiera que guiaba sus pisadas , Con el Colon hicieron el concierto ,
Hacia los humanos espantados Que fué, si le durara, harto bravo ,
De ver gentes destotras estremadas ; O con salud ó ya después de muerto ;
Admiranse los dotos y letrados , Pues de sus rentas daban el dozavo
Las gentes simples y las avisadas , De lo por descubrir y descubierto ,
Los mozos , los de trémulas querellas , Y mandan que se parta brevemente
Las viejas , mozas , niñas y doncellas . Con copia de navíos y con gente .
Pues el aumentador de la corona , Mas para que volviese mas pujantė
En continuacion desta porfía , Y fuese de la gente respetado ,
Llegó con los demás à Barcelona , Nombraronlo también por almirante,
Adonde nuestro rey cortes tenia, Por ser honorosísimo ditado ;
Y donde recebieron su persona Ansimismo con honra semejante
Con uunca jamás vista cortesía , Bartolomé Colon , adelantado,
Porque los altos reyes de Castilla Mandaronle las cosas que convino
En su presencia mandan dalle silla. Y sobre todas el honor divino.
Reciben deste hecho gran consuelo Enviaron también estos señores,
Aquellos benditísimos cristianos ; Como reyes en todo proveidos ,
Y el gran Colon con el honesto velo Bastante copia de predicadores
Que usan avisados cortesanos , En costumbres y letras escogidos
Hincadas las rodillas por el suelo Para que de tan buenos precetores
A sus Altezas les besó las manos , Fuesen los naturales instruidos ,
Y dió la relacion de su ventura De quien por provisor vino conscrito
Por bastantes razones y escritura. Fray Buïl , catalán , fraile benito .
Holgó la reina mucho de la cuenta Demás de catalanes y soldados
Que daba , y de las cosas que decia ; Instrutos en el uso de las guerras ,
Mas sin comparacion fué mas contenta Envían hombres llanos y casados
Viendo la nunca vista compañía , Para labor y culto de las tierras ,
Y mucho mas de ver que le presenta Y muchas diferencias de ganados
Aquellos granos de oro que traia , Que huellen ansí llanos como sierras ,
Y aquellas aves verdes, coloradas , Ÿ à vuelta de los hombres principales
De hombres jamás vistas ni balladas. Mecánicos y diestros oficiales.
Las damas , los galanes mas polidos , Porque la majestad sacra queria ,
Los que tuvieron esto por patrañas , También entre banderas y estandartes ,
A gran admiracion son conmovidos Entrejerir razon y policía,
Cuando miraban cosas tan estrañas , Divina religion y buenas artes ;
Juzgando por varones escogidos Y todo lo que el mundo producia
Los que supieron darse tales mañas , Sembrar y trasplantar en estas partes ;
Y juntamente con los que se espantan Dar á los naturales beneficios
Los ánimos de muchos se levantan. De provechosas artes y de oficios .
Porque por acudir à lo que debe Quisieran estos reyes singulares
El varon de prosapia generosa , En aquestos sus amplios señoríos ,
Viendo proezas otras él se mueve , Que hasta las zavanas y manglares
Con impulso de envidia virtüosa ; Y todas las riberas de fos rios
Y hace que su gloria sé renueve Se les tornaran viñas y olivares,
Con alguna hazaña grandiosa , Y no campos inmensos tan vacíos ,
Sin que cosa se ponga por delante Sino hacer las tierras provechosas
De riesgo ni peligro que lo espante. Y en ellas jamás ver gentes ociosas.
Ansí también el noble cortesano , Debióles parecer impedimento
Oyendo tales cosas se destierra , Para civiles guerras y contiendas ,
Encendido de brio mas lozano , Total , porque lo es segun yo siento
Y lleno del deseo de tal tierra , A los que están asidos destas prendas ;
Para probar allí la fuerte mano Y camino de grande movimiento
Que piden los rigores de la guerra , El carecer de tierras y haciendas ,
Gozando los despojos y preseas Porque gentes baldías y perdidas
Que esperaban sacar destas peleas. No temen de perder almas y vidas.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA II, CANTO I. 25
Habian otras cosas ordenado , Dejando pues los puertos y riberas ,
Segun disposicion de aquella era , O con mesanas solas ó trinquetes ,
Y dadoles navios y recado O puestas hasta velas cebaderas,
A los que de correr han la carrera ; Peligrosas á pajes y grumetes,
Pero quedémonos en este estado , Recogen por entonces las banderas
Y aquesta parte sea la primera : Flámulas, estandartes, gallardetes ;
Vamos a las elegias prometidas Por derrotas mas cómodas y retas
Donde estas gentes van entrejeridas. Arando van las aguas inquietas.
Puesto caso que son almadiados
Del olor y marinos movimientos ,
ELEGIA II. En gran manera van regocijados
Alegres , placenteros y contentos ,
Ala muerte del capitán RODRIGO DE ARANA, en la cual ansi- Por ser a todas horas ayudados
mismo se prosigue el descubrimiento de las Indias. De prósperos aflatos de los vientos ,
Y mucho mas desgusto les causaba
CANTO PRIMERO. Lo poco que lo mucho que ventaba.
Cante Clio los hechos soberanos Desta manera guian el armada ;
De la gente segunda vez venida , Y habiendo cuatro meses navegado ,
Melpomene los casos inhumanos, Dieron en una isla despoblada
Desastres de españoles y caida, Algun alivio para su cuidado :
Y la primera sangre de cristianos Pusiéroule por nombre Deseada ,
Que en este nuevo mundo fué vertida ; Por ser su hallamiento deseado ,
Ponga su caudal pobre mi memoria Luego la Guadalupe mas avante
En el banco comun , que es el historia. De aquella que nombró Marigalante.
Pues para ver aquesta maravilla Luego Domingo , de la cual se nombra ,
Se tiene por cobarde quien se queda Al austro demoró la Dominica ,
De los gentiles hombres de Casulla , Que con atroces hechos nos asombra ,
Sujetos a las vueltas de la rueda : Segun el esperiencia certifica ;
Van dos hermanos Porras de Sevilla , Como Matinino de cuya sombra
Mosén Pedro , y Alonso de Hojeda , Huir el marinero se publica ;
Anton de Torres , y Roldán Jimenez , Pues estas dos con sus pequeñas barcas
Y otros de quien diré males y bienes. Han puesto confusion en las comarcas.
Andaluces y gentes castellanas Salen de aquí caribes con armadas ,
Con varias invenciones de ropajes , Corriendo los confines comarcanos
De sedas , de brocados y de granas En sus piraguas bien aderezadas ,
Vestidos los señores y los pajes ; Ayudadas de velas y de manos ;
Guarnidos los galanes y galabas Hacen a tierra firme sus entradas ,
De trémulos penachos o plumajes , Acometen á pueblos de cristianos ,
Hervian juveniles accidentes Son tan bravos , feroces y tan diestros
Que huyen de sus deudos y parientes. Que hacen poca cuenta de los nuestros.
Diferenciados van en los arreos, Sus flechas son de yerba tan insana
Pero conformes en el esperanza , Que mueren cuantos della son llagados ,
Pues que para hacer estos empleos La gente destas islas es lozana ,
Ninguno rehusaba la mudanza ; Altos , fornidos , bien proporcionados ,
A los temores vencen sus deseos , Y todos ellos comen carne humana ,
Y ansi los fatigaba la tardanza , Mejor que la de puercos ó venados ;
Colocando su próspera ventura Acometen con mas atrevimiento
En su viaje ser de poca dura. Que tigre que á la caza va hambriento .
De Palos y Moguer van capitanes Esta ferocidad que se recita ,
Diestros en todos cursos del esfera, Porque no la juzgueis por desvarío ,
Como Pinzones , Niños, y Beltranes, La certidumbre della nos incita
Que dieron grande luz á la carrera ; A deciros de un amigo mio ,
Vuelve Martin Pinzon , Vicente Yañez , Vecino de la isla Margarita,
Por parte principal de la bandera ; A quien tomaron estos un navío ,
La gente tiene Cáliz recogida Todos sus hombres muertos y captivos ,
Para poner en obra la partida. Pues él y otro no mas quedaron vivos.
Mil y quinientos eran los soldados Y pues quiero tratar de cosa cierta ,
Diez y siete fornidos galeones , Si con buenos alguna cosa valgo ,
Y en ellos buena copia de ganados , No te pese , letor, que me divierta,
Que son de diferentes condiciones , Para que deste pueda decir algo ;
Para poblar los campos despoblados Pues casi nos estamos en la puerta
Y aprovechar en otras ocasiones 1 Y de las dichas islas no me salgo ;
Segun que nueva tierra requeria Recogeréme bien en el estilo ,
Para orden , razon y policía. Y volveré después à nuestro hilo.
Todas las cosas pues aderezadas, Este que padeció fortunas malas ,
Recogida la gente de la flota , Y el hado por allí le fué siniestro ,
Las corvas anclas fueron elevadas Sabrás que se llamaba Joan de Salas,
Y asidos los estremos del escola : Antiguo capitán , soldado diestro ;
Las velas sinuosas desplegadas Y en medio de los tiros y las balas
Con viento hecho para la derrota , En mocedad fué compañero nuestro ,
Guían agudas proas los timones Ejercitándonos por tierra y agua
Con santas y devotas oraciones. En las crueles guerras de Cubagua.
El inclito Colon sale delante Año de tres quinientos y cincuenta ,
En poderosa nao capitana , Estando Joan de Salas en Guayama ,
A quien por nombre dió Marigalante, Puerto del Boriquén , con mas de treinta
Por ser no menos fuerte que galana ; Mancebos de valor y buena fama ;
Y aquesta le dió nombre semejante Esta caribe gente, vil, sangrienta,
A la isla que vido comarcana ; A hacer sus entradas se derrama ,
La otra isla dicha Guadalupe Para hartar de carne razonable
Fué por él Almiranta, segun supe . Aquella hambre toda detestable.
21 JUAN DE CASTELLANOS.
Guiaron las piraguas y el armada Por mar y tierra van la triste nueva
Al dicho Boriquén con diligencia , Amigos y parientes lamentando ,
Isla por todos tiempos infestada Y á su querida madre se le lleva ,
De tan abominable pestilencia; Que estaba por momentos esperando;
A parte van sabida y asechada , No hay duro corazon que no se mueva
Sin recelo de mucha resistencia, Oyendo los clamores que está dando :
Tan secretos y fuera de ruidos , Tales y tantas lastimas decia ,
Que nunca fueron vistos ni sentidos. Que el pecho mas cruel enternecia.
Esperaron la noche que los cela , « Hijo mio ! ¿Qué nuevas tan estrañas
Para dar en el puerto ya nombrado ; De las que tú , mi bien , enviar sueles ?
Entrando dieron en la carabela , ¡ Hijo ! ¿ Dó están las fuerzas y las mañas
Donde Salas dormia descuidado , Que tenias con estos infieles?
O confiado de la centinela : Hijo ! que te trajeron mis entrañas ,
Descuido no de hombre tan cursado , Y agora las de bestias tan crüeles!
Era su sueño tal , que la reyerta ¡ Hijo! ¿Quién te llevó ? cómo me dejas?
Y el golpe de macana los despierta." ¿Dó estás ? cómo no oyes estas quejas ?
Bien como delincuente que se esconde » Perdite yo , dejásteme perdida ,
En casa que pensó tener propicia , Sin vida tú , yo della mal pagada.
Como de duque , de marqués ó conde , ¡ Oh madre para tanto mal nacida !
Y allí también lo cerca la justicia, ¡ Oh hijo de la madre desdichada !
Procura de huir , no ve por dónde , Pues que sin ver la tuya ve su vida
Ni puerta satisface su codicia , Con tanta desventura rematada ,
Y como no le cuadra lo que piensa , Eclipsi padeció mi llena luna ,
A sus manos comete la defensa ; Menguada por mal órden de fortuna.
Desta suerte la gente recogida >> La cual no se compone ni concierta
De nuestros desdichados castellanos , Segun pide razon que se concierte ,
Viendo que se les veda la huida Antes à sinrazones abrió puerta
Por aquellos salvajes inhumanos , Cuar do su variedad echó la suerte ;
El amparo y defensa de su vida Dilatando los dias á la muerta ,
Pusieron en la fuerza de sus manos ; Y al merecedor dellos dando muerte ,
Mas para tanta lanza , dardo , flecha , Para que en la morada deste suelo
Ninguna cosa ya les aprovecha. Eterno llanto sea mi consuelo. »
Turbólos mal tan repentino trueno , Sus venerales canas van sin toca
Con lluvias tan espesas y pesadas , Ante la imagen del Jüez eterno ,
Que no pueden hacer efeto bueno A dolorosas lágrimas provoca
Las armas del asalto descuidadas ; A cuantos viven en aquel gobierno ;
Mas las macanas duras dan en lleno , Y ansi los golpes de su blanda boca
Rompiendo piernas , brazos y quijadas , El duro corazon tornaban tierno ,
Pues fuéle sin segundo la tal pieza Y en tres años continos de demora
Hender de un golpe solo la cabeza. El templo visitaba cada hora.
Rencuentro de descanso muy avaro Alli hablaba con la Virgen pia,
Sostuvo Joan de Salas hasta el dia , Cuyos brazos tenian su maestro;
Y á sí y á otro bizo gran amparo Las palabras formales que decia
Con unos cuerpos de armas que tenia : Aquí se ponen sin color siniestro :
Mas descubrióle luego con lo claro «Dadme mi hijo ya , señora mia ,
Sin vida la restante compañía ; Y por seguras prendas ese vuestro. »>
Aflojan de defensa los motivos , Fué tal el gran hervor desta batalla ,
Viendo que solos ellos quedan vivos. Que tuvo Dios por bien de consolalla;
Visto tan grande número de gente , Y ansi fué que después del vencimiento
Y cierto su morir si se defienden , En esta miserable servidumbre ,
Hablóles Joan de Salas blandamente Le hicieron un blando tratamiento ,
En lengua guayquerí que bien entienden ; Fuera de lo que tienen de costumbre ;
Respóndenle también incontinente Valióse de su buen entendimiento ,
Diciendo que comello no pretenden , Y Dios que fué servido dalle lumbre ,
Sino que se les dé por su captivo , Para saber ganar las voluntades
Si quiere desta guerra quedar vivo. A gentes llenas de cien mil maldades .
Aunque sabia bien la destemplanza Cuando guerra con indios se movia
Destas bestiales gentes y naciones , Daba su parecer en el viaje ,
De las manos largó la corta lanza Arco , macana , flechas se ponia ,
Y las pesadas armas de algodones ; Sus meneos , posturas y su traje ;
Con una mas que firme confianza Sucedióles bien lo que decia ,
De se poder librar destas prisiones , En señalar lugar , tiempo , paraje ,
Llamando siempre con cristiano pecho Y ansi no rehuyó mozo ni viejo
A Dios , que lo librase deste hecho. De tomar en la guerra su consejo .
Recogen los caribes el pillaje Con brio varonil , fuerte , robusto
Con aceleracion de gente suelta , Hizo venturosísimos empleos ,
Rehacen su crüel matalotaje , Puesto caso que no le daban gusto
De los que muertos son en la revuelta , Semejantes vitorias y trofeos ;
Y sin dilatar punto su viaje , Pues à su libertad y á lo mas justo
A las infames islas dan la vuelta , Iban encaminados sus deseos ,
Y antes que se hiciesen á la vela Y descubria siempre sus motivos
Mandaron abrasar la carabela. A indios que con él están captivos.
Todos los labradores y vaqueros Deciales que gran cosa seria
Que residian por aquel partido Una noche hurtar una piragua,
Huyeron en caballos muy lijeros , La cual en breve tiempo yo pornia
Luego como sintieron el ruido ; En los puertos y playas de Cubagua ;
Y atalayando bien por los oteros , E yo confio en Dios que nos daria
Después que el claro dia fué venido Socorros en los vientos y en el agua. »
Reconocieron ser las gentes malas , Persuadiales cada momento ,
Y en las piraguas ven à Joan de Salas Pero faltabales atrevimiento.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA II, CANTO 1. 23
36
Estando pues en vida tan molesta , Arde la diligencia como fragua
Y en tierra de costumbres inhumanas , Mas que de marineros y grumetes ,
Hicieron los caribes una fiesta Sin saludar los huéspedes al agua
Con los de aquellas islas mas cercanas , Salen y sin iguala de los fletes ;
De todas piedades descompuesta , Gobierna Joan de Salas la piragua ,
Ritos y cerimonias mas que vanas ; Toman los otros ocho canaletes ,
Y para mas maldad en sus escesos No corre sino huye la galera
Mataron destos indios los mas gruesos. Bien puesta , lozanísima , lijera.
Vista por todos esta desventura Los puños cada cual dellos aprieta ,
De los indios captivos cuarteados , Ella ni mas ni menos apretaba ,"
Vió Joan de Salas buena coyuntura Y en alta mar le ponen la veleta
Para persuadir sus alïados , Con la cual no corria , mas volaba :
Diciendo : « no teneis hora segura , El agua con bonanza se aquïeta ,
Y todos morireis despedazados , El viento lo que quieren eso daba ,
Huyámonos á tierras de cristianos , A vela y remo llevan la porfia
Que buen tiempo tenemos en las manos . Hasta que ya llego la luz del día.
›Vámonos esta noche venidera, No vian ya la tierra que dejaban ,
Que mucho bien podeis sin ser sentidos , Ni vella deseaban ni querian ,
Pues en la fiesta desta borrachera Un punto solamente no cesaban
Todos estos están embebecidos ; Aunque los flacos cuerpos lo pedian :
E yo tengo piragua muy lijera , Si los unos un poco descansaban ,
Comida y aparejos prevenidos. » Los otros con mas fuerzas acudian ,
Respondió la compaña temerosa, No paran con la luz ni con escuro ,
Que ya no deseaban otra cosa. Hasta poder hallar lugar seguro .
Habia por la isla derramadas , Con esta diligencia que replico ,
Parece ser de naos allí perdidas , A cabo ya de tres ó cuatro dias ,
Número de machetes y de espadas , Llegaron á San Joan de Puerto - Rico
Barriles , lienzos , ropas ya podridas , Donde vieron cristianas compañias ,
Y otras algunas armas enasiadas , Y donde no quedó grande ni chico
Que perdieron sus dueños con las vidas ; Que no hiciese grandes alegrías ,
Desto tomaron lo que les convino , Desterrando la pena recebida
El y aquel español que con él vino. Con ver su libertad y su venida.
No se torció fiel de las balanzas , Y ansí como milagro descubierto ,
Para lo barruntar las gentes fieras ; Que tal les parecia lo que escribo ,
Porque cuando tenian sus holganzas Infinidad de gentes van al puerto
Y aquellas mas que torpes borracheras , A ver el libertado de captivo ,
Los esclavos hacian las labranzas , Habiéndolo llorado como muerto,
Rozando montes para sementeras , Y ahora lo gasajan como vivo ,
Demás de ser la isla montuosa , Cada cual ofreciendo su posada
Sin que de campo raso tenga cosa. Con una caridad bien ordenada.
Llegada pues la hora competente , A todos ellos Salas respondia
Sin claridad , por selles odïosa, Haciendo cumplimientos cortesanos ;
Recógese la fugitiva gente Y con la fatigada compañía
Con quietud en todo temerosa : Que se escapó de las crueles manos ,
Hicieron oracion devotamente , A la iglesia se fueron recta via
Invocando la Virgen gloriosa ; A dar gracias à Dios como cristianos ,
Fueron do estan varadas las piraguas , Y en ella se quedaron nueve dias
A meter una dellas en las aguas. En santas oraciones y obras pias.
Con aquel gran silencio que convino , El tiempo que estuvieron recogidos
La meten en la mar todos alerta ; Del pueblo todo fueron visitados ,
Y como no tuviesen tanto tino Y regaladamente proveidos
Para la componer en orden cierta , De nuestros alimentos deseados ;
Un golpe de la mar que sobrevino Ansimismo de copia de vestidos
Quitoles de la proa la compuerta : Con gran magnificencia reparados ,
Los indios desmayaron grandemente, Y luego Joan de Salas apareja
Y quisieran huir incontinente. Ir á regocijar su madre vieja.
Como ladron que va por los rincones Para se despedir bidalgamente
A robar ó matar hombre dormido , A todos en su casa los visita ,
Y con los piés dió tales tropezones Al puerto fué con él ilustre gente
Que pudieron causar algun ruïdo , Con aplauso , placer y grande grita ;
Huyo luego de tales ocasiones , Y en una carabela conviniente
Teniendo ya por cierto ser sentido ; Partió para la isla Margarita ,
Y aunque el otro no viene ni despierta , Adonde se tenia por muy cierto
Se sale por pared ó por la puerta ; Nunca vello jamás vivo ni muerto .
Ansí también con el desmán que hubo , En la tierra saltó desconocido
Estos porque creian ser sentidos , Como tomó la isla conocida;
Huia cada cual , y no mantuvo La venida del hijo bien venido
Palabras ni conciertos prometidos ; A la madre tentó quitar la vida :
Empero Joan de Salas los detuvo , Pues en el mismo punto que lo vido
Diciéndoles : « volved , que vais perdidos , Cayó delante dél amortecida ,
Si no , yo buscaré vias y modos Por no saber tomar el hijo bueno
Para que de mañana murais todos.» El aviso que cuentan de Galeno.
Percebiendo tan ásperas razones, Y no dejó de ser gran desatino
Volvieron , como dicen , á la danza Llegar sin avisar su buena suerte ,
Y adelante de las reventazones Pues lo pudo hacer desde el camino ,
Sacaron la piragua con bonanza : Porque con el aviso se despierte ;
Jamuran , ponen ahí festinaciones , El gozo finalmente repentino
Asientan la compuerta sin tardanza , En estremo la puso de la muerte ;
Con aceleracion jamás oida , Pero volvió después , y ansi gozaba
Meten armas , barriles y comida. De la cosa que tanto deseaba.
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36 JUAN DE CASTELLANOS .
Preguntándole siempre muchas cosas Gastada pues la noche con porfia
A su captividad yendo y viniendo , De sacarse las cosas principales ,
Sus dias y sus obras trabajosas Venida ya la luz del claro dia ,
Entre vulgo bestial y tan horrendo ; Acude cantidad de naturales ;
Y de todas las islas peligrosas Desechando temor y cobardía ,
Que va Colon agora descubriendo , Como sabian ya que son mortales ,
De do me diverti contando esto ; Y aquel acometer fué tan estraño
Mas ya quiero volver al mismo puesto. Que todavía recebieron daño.
Porque pasando van por la Barbada, Visto cómo les daban tanta priesa
Y el Aguja , que tal al marinero Por las zavanas , por el arboleda ,
Le parece por ser punti- delgada, Salió luego Colon , salió Nicuesa ,
Las Virgenes , los Santos, el Sombrero , Salió también Alonso de Hojeda ,
San Cristóbal, después del Anegada Torres, Roldán, Jimenez, que no cesa 9
San Juan del Boriquén , Fuerte - Guerrero , De rociar con sangre su vereda ;
Ven otra que por ser en aquel dia Aquí y allí se juegan las espadas
Por nombre le quedó Santa Lucía. Ejecutando fieras cuchilladas.
Dando pues sus reguardos y desvíos Vestidos de su vana confianza ,
A piedras y bajíos ocultados , Los indios golpes dan y los esperan ,
En una destas islas y sus rios La dura partesana, dardo ó lanza
Tomaron agua para los ganados No quieren permitir que pocos mueran ;
Que traian en todos los navíos , Cristianos van haciendo gran matanza ,
Puesto caso que ya menoscabados ; Indios en su locura perseveran ,
Pues, por las que en sus aguas perecieron , Traspasan pechos, jaras y gorguces ,
El golfo de las Yeguas le dijeron. Calles haciendo van los arcabuces.
Su próspera carrera navegando Mas si crüel espada cortadora
Los diestros y fïeles marineros , Infiel escuadron hace sangriento ,
Por muchas otras islas van pasando, Infinidad acude cada hora
De vellas tan viciosas placenteros : Cebados del pasado vencimiento ;
Fuéronse pues las naves acercando Pero cristiana parte se mejora ;
A do dejó Colon sus compañeros ; A ios contrarios faltales aliento ,
Y en el canto que viene se procura Y mas viendo diez hombres en caballos ,
Deciros algo desta desventura. Gran espanto del rey y sus vasallos.
Como quien vió fantasma con escuro
Que se le figuró con cola y cuello ,
El cuero del temor áspero duro ,
CANTO SEGUNDO , Erizados los pelos y cabellos,
En el lugar mejor y mas seguro
Donde se cuenta la muerte del capitán RODRIGO DE ARANA, Cordobés, Queda sin pulso, habla ni resuello ,
y de lo que hizo Colon llegado à la Española. Por ser tales visiones tan feroces
Que tapan los caminos de las voces :
No vive todas veces con sosiego , Ansi con el aspeto repentino
Ni da seguridad á sus placeres , De bestia nunca dellos conocida ,
El que hace cabeza de su juego Ocúpalos tan grande desatino
Sin admitir ajenos pareceres : Que su mayor furor dió gran caida;
Huye de la razon el amor ciego , Estrecho se tornó cualquier camino ,
Y ciegan las lascivias de mujeres ; Aliento les faltó para huida ,
En todos los principios indecentes Los mas valientes, sueltos, mas espertos
Los fines tienen mil inconvinientes. Pasmaban y quedaban como muertos.
Si fuera de pasion Colon mirara Largaron ofensivas municiones
Aquello que Martin Pinzon decia , Viendo sus tristes hados y siniestros ,
Agora ni gimiera ni llorara Luego pusieron dellos en prisiones
La muerte de su noble compañía ; Los mas aventajados y mas diestros ;
La cual también de muerte se librara Tomáronles después sus confesiones
Usando de las reglas que él ponia ; Acerca de la muerte de los nuestros ,
De manera que bien mirado todo Los cuales declararon maravillas ,
En ambas partes hubo no buen modo. Y á riesgo suyo quiero yo decillas.
Pues para ver el mal no descubierto Porque, segun dijeron los mayores ,
Que concebian imaginaciones , Por indios que traian ya ladinos ,
Entrando van agora por el puerto Toda su perdicion fué por amores
Las naos y capaces galeones ; Andar deshonestísimos caminos ;
Entrando por buen orden y concierto , Y es de creer , que son tales errores
Fondo dan á las anclas y resones , Causa de muy peores desatinos ;
Luego disparan tiros á porfia , Pues nunca lujurioso fué bien quisto ,
Y nadie de los suyos acudia. Segun lo que leemos y hemios visto.
No vian cruces puestas ni señales Ansi que , segun orden que se puso
De aquellos españoles deseados , En hacer el negocio manifiesto ,
Tuvieron certidumbre de sus males Dicen traer mujeres á su uso ,
En ver los aposentos abrasados , Quiero decir, à uso deshonesto ;
Y acá y allá correr los naturales También otro negocio mas confuso
Con gran solicitud , sobresaltados , Que diré , pero todo pende desto ;
Ocupando las sierras y los llanos , Y si, letor, dijerdes ser comento
Con sus arcos y flechas en las manos. Como me lo contaron os lo cuento :
Reconocida bien la desventura , Entre los prisioneros desta gente
E ya sin esperanza de hallallos, Un indio fué de buen entendimiento ,
Rogar á Dios por ellos se procura , Y en todas buenas partes de valiente ,
Y a los que los mataron castigallos ; Decian no tener menos talento ;
Y ansí por selles buena coyuntura Aqueste confesaba claramente
Con escuro sacaron los caballos , El daño y el origen y el cimiento ,
Y con aquel silencio que cumplia Y fué su confesion la que se sigue ,
Sacaron municion y artillería. Segun de los procesos se colige.
27
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA II , CANTO II.
El indio dijo : « Luego como vimos >>Porque veais la dama cuál estaba ,
Que destas tierras érades ausentes , Con qué querer que mas al claro fuese ,
A cuantos nos dejastes los tuvimos Que decir el lugar do se lavaba
Por hombres inmortales , escelentes : Y la señal en que lo conociese ;
Yansí como su gusto conocimos Y con ser lo que mas ya deseaba ,
Les dimos bastimentos suficientes ; Decir al amador que no viniese ;
Con obras, con palabras y semblante Y cierto muy mejor le sucediera,
Bailándoles andábamos delante. Si de las dos tomara la postrera.
> El rey y capitanes acudian » Al fin, la concesion nada dudosa
A hacer y cumplir lo que mandaban ; Llegó con negacion disimulada,
Ansimismo mujeres los servian , Por ser ya de mujer, siendo hermosa ,
Que todos los enfermos regalaban : Antigua condicion y averiguada ;
Muchos vocablos nuestros entendian ; Que puesto que se muera por la cosa
Los indios muchos vuestros ya hablaban : Quiere con ella ser importunada :
Juzgárades , con ser negocio fresco , Determinóse pues el sin ventura ,
Ser liga y amistad de parentesco. De no perder tan buena coyuntura.
> Estando todos pues en tal estado , >>Hurtóse de su buena compañía ,
Ajenas de nosotros falsedades , Sin que la dama viese su respuesta ,
El invido, cruel y duro hado Seria poco mas de mediodía
Usó de sus antiguas propiedades , En el resistidero de la siesta ;
No siendo bien contento ni pagado Y viendo que ninguno parecia
De que durasen estas amistades ; Emboscóse por medio fa floresta ,
Y elinfernal furor que no dormia Y brevecillo espacio caminando
Luego nos revolvió por esta via, Llegó donde lo estaban esperando .
» Una señora principal habia >> Diana la princesa que lo vido
Entre todos los nuestros celebrada , Mostróse con furor acelerada ;
De la cual vuestra noble compañía El mozo desto fué tan afligido
Era por muchas veces visitada , Que fué luego su alma traspasada :
A quien Goaga Canari bien queria , Cayó con el dolor amortecido
Y era dél por estremo regalada : Encima del escudo y el espada ;
Allí tenia puestos pensamientos , La ninfa, mal compuesto su cabello ,
Deleites , pasatiempos y contentos. Determinó de ir à socorrello.
» Entre todas las cosas, la natura » Decia contemplando su figura :
Esta ninfa crió por mas lozana ; « Hermano mio , dime , si me quieres ,
No sabré dibujaros su figura , ¿ Por qué quieres sin mi la sepultura ,
Por parecer divina mas que humana ; » Sabiendo que no vivo si tú mueres ,
Mas quiero comparar su hermosura » Y quedaré sin tí mas sin ventura
Al claro resplandor de la mañana ; » Que cuantas han nacido de mujeres ?
Pues aunque la cubria mortal velo » Recobra ya , señor , tu bello brio ,
No parecia cosa deste suelo. » Pues ya junto tu rostro con el mio .
> Las gracias de las otras eran muertas » ¿ Haces eclipsi , hijo de Latona?
Delante dones tan esclarecidos ; ¿No oyes, alma mia , lo que digo ?
Suspensos se quedaban por las puertas » ¡Oh ninfas de Haities y Saona !
Pasando, sus cabellos esparcidos ; »A cada cual de vos hago testigo
Y aquellas proporciones descubiertas , >> De cómo tomaré de mi persona
Cadenas de potencias y sentidos ; » Un mas que crudelísimo castigo ;
Ablandaban también sus condiciones >> Maldad mia será si mas aguardo ,
Los mas endurecidos corazones . »Y con razon direis que ya me tardo. »
› Diana vuestra gente la llamaba , » Viendo del sentimiento cuál se para ,
Teniéndola por cosa milagrosa , Una señora desta compañía
A ella nunca desto le pesaba Recoge con las manos agua clara
Ni fué de sus loores desdeñosa Que por doradas piedras descendia ,
Antes en gran manera se holgaba Y roció los pechos y la cara
Que todos la loasen de hermosa ; Del buen enamorado que yacia ,
Enamorábanla vuestros varones El cual tocado de amoroso tiro
Con amorosas señas y razones. Volvió con un grandísimo suspiro.
Uno principalmente la servia, >> Con esta breve muestra de bonanza
De sus amores harto lastimado , Aflojó la tormenta del tormento ,
El cual nunca de noche ni de dia Teniendo de su vida confianza ,
Cesaba de decille su cuidado ; Viendo cómo mostró vital aliento :
Y á ella nada mal le parecia Si en las tristezas hubo destemplanza ,
Aqueste su fiel enamorado ; Agora lloran todas de contento ;
Y aunque este su querer disimulaban , Y el mozo sin saber con quién estaba
Con la vista mil veces se encontraban . Con aquestas palabras se quejaba :
» Al fin que la señora y el sirviente , «¡ Oh Diana crüel mas que serpiente,
Con ciertas medianeras interpuestas , »Y mas que pedernal endurecida !
Vinieron á tratar secretamente » ¿ Qué crueldad habrá que no lamente
Aquellas pretensiones deshonestas , » El trabajoso curso de mi vida ?
Y sin que lo supiese nuestra gente » El hombre de razon de amor se siente ,
Tenian sus demandas y respuestas , » La fiera suele dél estar vencida ;
Y el aficion usando de sus artes » Solo tu corazon de diamantes
Corria con empresas ambas partes. »No siente lo que sienten los amantes.
>Tocada pues la uinfa destas llamas » Aquí pereceré con la tormenta
Envió mensajera diligente , Del proceloso mar de mi tormento ,
Avisando que sola con dos damas >> Donde tu disfavor es el que vienta ,
Se bañaba por aguas de una fuente, >> Sin que jamás se vea manso viento ;
Cubierta con las sombras de unas ramas , >>Y aun si supiese que esto te contenta
Secreta y apartada de su gente ; >> Sería para mi sunio contento ;
Si quiere ir, mas es mejor no vella, » Pero por ajenarme de placeres
Pues nada bueno ve que ver en ella. » No quieres que yo sepà lo que quieres
28 JUAN DE CASTELLANOS .
>> En aquestas terribles afficiones >> ¡ Oh , cuán alharaquientos , cuán livianos
» El dulce galardon que mas espero >> Cuán alborotadores y apocados
» Es un reconocer tus intenciones , >>En las ejecuciones inhumanos !
» Y que conozcas tú que por tí muero ; » Porque te llevarán por sus mercados ,
» Y que si te dan gusto mis pasiones , » Unas veces sin piés , otras sin manos ,
» Son estos los deleites que yo quiero » Asido por los labios horadados,
» Mas ¡ ay de mí , que no sé qué pretendes , >> Cortándote los miembros por mitades ,
>>Ni si de voluntad sueltas ó prendes ! » » Gustando mucho destas crueldades.
>>La ninfa respondió : « bien conocido » Si quieres que contigo yo me vaya ,
» Se tiene ya de mi lo que pretendo ; » Iré ; mas no haremos cosa buena ,
Tú solo no serás el entendido , >>Porque defensa flaca me desmaya ,
» Al menos por tus quejas no te entiendo : >> Y aunque la tuya fuera muy mas llena ,
> Pues viéndote de mí tan bien aside , » Será como vencer la de la playa
>> Dices que ni te suelto ni te prendo ; >> Un pequeñuelo grano del arena ;
>> Pero ternas por cosa conocida , >> Pues contra multitud de gente dura
> Que del mismo que tengo soy tenida. >> Los pocos pocas veces han ventura,
>>Y con que la piedad esperimentas » Si viera yo tus naves en el puerto ,
» De señora de punto tan altivo , » Y dentro dellas todos tus hermanos ,
» Me dices que naufragas en tormentas >> Creyera que escaparas de ser muerto ,
>>Por un amor del tuyo muy esquivo ; » Pues ellos te libraran de sus manos ;
» Y huelgo de sufrir tales afrentas , » Pero ya que ellos faltan , lo mas cierto
>> Que las deshace todas verte vivo , » Es olvidar tus pensamientos vanos ,
>> Por ser tu vida ya , luz de mi dia , » Aunque cosa será desaforada
>> El principal sustento de la mia.>> » Que pueda yo de tí ser olvidada.
» Oida del amante la serena » Y ansi no sufriré que se despida
Que no para matar lo regalaba , » Amor que con el mio tengo preso;
Con un alivio grande de su pena , » Menos podré creer que quien olvida
A las razones della discantaba : » En algunos negocios tenga peso :
¡ Oh voz suave de mi Filomena , >> Mas donde corre riesgo tanta vida ,
» A quien amor rindió flechas y aljaba ! » Querria , si pudiese , mayor seso ;
»¿Qué lugar puede ser en lo terreno » E ya que no huimos lo que daña ,
>> Que iguale con la gloria de tu seno ? >>Que supiésemos darnos buena mañía.>>
¡ Oh aves , que con lenguas esparcidas >>El mozo muchas cosas respondia
» Soleis regocijar las alboradas , Para satisfacer á sus amores ;
>>En estas selvas frescas y floridas Y al tiempo que lo tal acontecia
» Por los umbrosos ramos derramadas ! Llegamos por allí diez cazadores ,
>> Cantad , que mis pasiones recebidas Que , como ya la sed nos afligia ,
» Con gran ventaja son recompensadas ; Buscábamos las aguas y frescores ,
» Pues veis que sobrepujan los favores Y estaban ellos tan embebecidos
>> Las mas crüeles penas y dolores. Que nunca fuimos vistos ni sentidos.
» Vencia mi dolor y mi tormento Encubrímonos pues entre las ramas
Los mas bravos escesos de tormentos , Para hacer mejor nuestros acechos ,
» Y agora sobrepuja mi contento No sin admiracion de ver las damas
» Al mas suave gusto de contentos , Con las patentes muestras de sus hechos ;
>> Aunque con gran temor de movimiento , Creciendo fué la ira , cuyas llamas
» Pues hay en todas cosas movimientos , Tal incendio causaron en los pechos ,
>> Por ser fortuna tal y tal su rueda Que procuramos sin detenimiento
» Que no pudo jamás estarse queda. Tomar venganza del atrevimiento .
» Abate pujantisimos poderes , » Al fin , como varones enojados ,
» Deshace señoríos de pujanza , Hicimos nuestras armas luego prestas ,
>> En cosas mayormente de mujeres Saliendo los que estaban ocultados
>> Jamás tuvo segura la balanza : En las espesas selvas y florestas
» Allí son mas inciertos los placeres , Los arcos á los pechos entelados ,
>>Y está mucho mas cierta la mudanza ; Y en ellos las agudas flechas puestas ;
>> Y ansi creo será de poca dura Ellos con el ruido del asalto
» Esta mi felicisima ventura.>> Recebieron pesado sobresalto.
>> La ninfa respondió : « de lo que sientes » Las ninfas por el monte y aspereza
>> Está tan apartado lo que siento , Huyeron con el paso bien agudo ,
» Que del Cibao rio las corrientes El mozo con su presta lijereza
» Revolverán sobre su nacimiento , Armóse del espada y del escudo ,
>> Y Ozama cesará de sus crecientes , Y con terribles muestras de braveza
>> Primero que yo tenga movimiento ; Rompiendo fué por escuadron desnudo :
>> Mas esas desventuras que decias De diez los seis tenia ya tendidos ,
>> Podríante venir por otras vias. Los otros escapamos mal heridos .
» Que bien sabes que rey es mi marido , » Habiéndonos tratado desta suerte,
>> El cual en guarda mia se desvela , Y puéstonos en áspera huida ,
» Y está de mis amores tan vencido , Encaminó los pasos á su fuerte
» Que hasta de los aires me recela ; Sin esperanza cierta de la vida ,
>>Y al rey lo mas oculto y ascondido Antes con certidumbre de la muerte
>> Por mil vias y modos se revela, Por una crudelisima herida ,
» Debajo de lo cual es lo mas cierto Cuyo golpe de sangre señalaba
>> Que será nuestro caso descubierto . Los pasos y camino que llevaba.
>> Sabido, ¿ dónde piensas asconderte » Llegado pues al fuerte do venia
» De flechas y flecheros violentos? Los pechos de su sangre rubricados ,
» O dó me defender y defenderte , Aquellos de su noble compañía ,
» Si tienes de defensa los intentos ? De semejante caso descuidados ,
>> Pues el mayor amparo será muerte Mirando de la suerte que venia,
» Con varias invenciones de tormentos ; De gran temor se vieron rodeados :
>> Porque estos que tú llamas infieles Juzgaban de lo ver sus compañeros
» Son cuanto mas cobardes mas crüeles. Los males y trabajos venideros.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA II , CANTO II. 29

⚫ Tendieron sus banderas y estandartes, »Llegados donde estaban, al momento
Recógese la gente derramada , Que vimos el lugar y palizada ,
Fortalecian bien sus baluartes Hacen arremetida los que cuento
Con una prontitud acelerada ; Con furia de temores olvidada :
Procuran reparar por todas partes A modo de leon que va hambriento
Las cercas de su fuerte palizada , Y ve la viva presa reparada ,
Alistan castellanos y andaluces Con grita y alaridos parecia
Las balas de humosos arcabuces. Que el universo mundo se hundia.
»Aquellos que escapamos mal heridos »Comienzase la guerra de tal suerte ,
Los unos y los otros lamentando , Que no se vió jamas igual braveza,
Y unos dando grandes alaridos , Juntamonos de golpe con el fuerte
Venganza con rigor apellidando ; Do parecia menos fortaleza ;
Tocaron nuestros gustos los oidos Pero por ampararse de la muerte
De los que nos estaban esperando : Arana sacó fuerzas de flaqueza ,
De vernos los mayores y menores Teniendo sanos , cojos ó tullidos
Alzaron grandes gritos y clamores. Por orden y concierto repartidos.
De todo lo pasado dimos cuenta , >>Bien ansí como planta que derrama
Ya casi sin alientos ni resuellos , Sus raices con poco fundamento ,
Y Diana de culpa ser exenta Que suele de la mas subida rama
Les hacia creer á todos ellos : Enviar mas raices y sustento,
Al fin que convencida , por afrenta Para poder con semejante trama
El rey mandó cortalle los cabellos ; Valerse contra gran fuerza de viento ,
Mas no pudo hallar quien se moviese Y al fin padece casos y desmanes
Ni tal atrevimiento concibiese. Con los tempestuosos huracanes ;
› Disculpas dió también de los de España >> Desta manera vimos al Arana,
Por términos y modos escelentes , Que por la poca fuerza que tenia
Y en el decir se dió tan buena maña De los enfermos hizo gente sana ,
Que casi mitigó sus accidentes ; Y aquí, y allí, y allá los repartia
Mas no pudo templar la grande saña Con gentil apariencia, pero vana,
De los que muertos vian sus parientes , Segun la gran tormenta que venia ;
Que como principales hombres eran Pues su mas ostinada resistencia
Decian por los vuestros : mueran , mueran. Valia poco contra gran potencia.
»Aquestos de mil pueblos diferentes >>Pero reconociendo cuán de veras
Convocaron amigos y alïados , Les cumplia mostrar buenos alientos ,
Acude Guarionex con tantas gentes Como dicen , de buenas á primeras
Que cubria cabañas y collados ; Encienden los bumosos instrumentos ,
No quieren los de Haina ser ausentes , Y derribaron dos ó tres hileras
Ni los de Nigua quedan rezagados , De indios de hermosos ornamentos ;
Anacaona la libidïosa Los vivos viéndolos allí tendidos
Ansimismo llegó muy poderosa . Quedaron poco menos que vencidos.
>Acuden de la costa de ambos mares »Quien cerca se halló de la ruïna
Armadas compañías inhumanas , Paró como pasmado de confuso ,
Y los mediterráneos lugares Pero ninguno dellos adevina
Con flechas venenosas y macanas : Qué viento huracán los descompuso ;
Convites , borracheras y cantares Por los que no los vieron se camina
Se bacian á las noches y mañanas ; Adonde el español está recluso ;
Los rostros variados de pinturas Intentan de subir, y en las subidas
Hacian mas feroces sus figuras . Pocos se retiraron con las vidas.
> Innumerables eran los plumajes >>Ansí como voraces tiburones ,
Que llevan en colores variados , De cortadores dientes preparados,
Y cada cual con dos ó tres carcajes , Que pocos causan grandes confusiones
A las espaldas puestos y à los lados , En espeso cardumen de pescados ;
Diciendo van trecientos mil ultrajes Y hieren, cortan , parten à montones
A los barbudos nuestros desbarbados , Mucho mas que cuchillos afilados,
Aparte cada cual se señalaba En los cuales marinos movimientos
Con las parcialidades que llevaba. Dos pueden mucho mas que setecientos
> Ansi que con coraje duro , fiero , »Ansí los que mandaban las espadas
Que cria los concursos de la guerra , A pocos atrevidos dejan sanos,
Aviva sus alientos el guerrero Hiriendo con terribles cuchilladas
De ver juntos los llanos y la sierra : A los que se hallaron mas cercanos :
Hervian como grande hormiguero Derribanse cabezas y quijadas ,
Quitada la cubierta de la tierra : Córtanse piernas, piés, brazos y manos ,
O como las langostas si son tantas Cercénanse los huesos de canillas
Que cubren los sembrados y las plantas. Los pescuezos, las barbas y mejillas.
» No viérades quebrada ni sobaco »Y cuanta sangre mas se derramaba,
De monte que no huellen muy espesos, Tanto mas el coraje se encendia ;
Y á sombra de las velas y en opaco De nuestra gente mucha peleaba ,
Isaban los piaches sus escesos , Y mucha mas por horas acudia :
Consultando con humo de tabaco El dia ya sus cursos acababa,
Al demonio que diga los sucesos , La noche tenebrosa se venia,
Gozando de tan buena medicina Cansados los heridos y los buenos ,
Con una cerimonia tan malina . Y los cercados ya ni mas ni menos.
Oimos la razon del adevino , »Aunque mil veces van al flaco muro,
Yfue de favorables responsiones ; Eno ni ningun palo le quitaron,
Todo lo necesario se previno Menos a él llegar pudo seguro
Por las alborotadas intenciones , Ninguno de los muchos que Hegaron;
Yluego nos pusimos en camino Finalmente, que todos con escuro,
Contra los afligidos corazones , Del cercado cruel se retiraron,
Los cuales, aunque enfermos y llagados, Para volver a nuestra pesadumbre
Un punto no vivieron descuidados. Cuando febeo rostro diese lumbre.
30 JUAN DE CASTELLANOS .
»Quitados los escuros embarazos »Como nos acontece si cazando
Con resplandor del sol recién venido, Cercamos las zavanas en el fuego ,
Henchimos cantidad de calabazos . Que lo que aquí y allí se va juntando ,
Vuelta ceniza con agí molido ; Y varios animales salen luego
Porque si les hiciésemos pedazos , Algun lugar seguro rebuscando ,
Volados al lugar fortalecido , Uno medio quemado y otro ciego ,
Los polvos que tocasen las narices Y adonde quiera halla cazadores ,
Pudiesen menealles las cervices ; Opuestas llamas, humos y calores;
»Reconocido por negocio cierto, »Ausí los tristes desaventurados
Que con la fuerza de los estornudos
No ternia vigor el mas esperto Las puertas del vivir tienen cerradas ,
Para se reparar con los escudos ; Pues se vian de fuego rodeados ,
Por indios las salidas ocupadas ;
Y ansí podrian dar en descubierto Y ansi cayeron todos chamuscados ,
Las flechas y los jáculos agudos , De flechas las entrañas traspasadas ,
Porque tales industrias son ardides Y aun en los cuerpos ya sin sentimiento
De que caribes usan en sus lides. No cesaban castigos y escarmiento.
»En este parecer determinados , >>Con esto dimos fin á la revuelta
Hecha de muchedumbre viva rueda, Y concluimos toda la jornada ,
Teníamos los vuestros rodeados
Como cories en el arboleda : Muerta de nuestra gente la mas suelta,
Vuelan los calabazos , y quebrados Y la que quedó vida lastimada :
Dentro se levantó gran polvareda ; Enterramos los nuestros , y á la vuelta
A Diana ballamos ahorcada,
Todos en estornudos son iguales, Que viendo de los vuestros la caida
No siendo salutiferas señales.
No quiso sin su vida tener vida.
>>Por entre palos hacen buen empleo » El vivo finalmente , y el difunto,
Los que quieren estar con advertencia ; Ha metido las manos en la masa ,
Pues cuando de los cuerpos hay meneo ,
El poder de la isla vino junto
Impelidos de aquella violencia , Sin señalarse número ni tasa ;
Los barbaros cumplian el deseo
Que daba prontitud y diligencia, Y aquesta es sin esceder un punto
La cierta relacion de lo que pasa ,
Para poder encaminar la flecha No los querais vengar, pues está claro
Donde con harto daño se desecha.
Que cada cual nos cuesta harto care. »
>>El breve batallon anda turbado, Oidos los sucesos inhumanos,
Unos heridos , otros ya sin vida ; No dichos por semejas ni barruntos ,
Quitamos luego palos del cercado , Sino por quien metió los piés y manos
Por donde se metió tal avenida Relatando la guerra por sus puntos ,
Que ningun español hallaba vado, Hicieron diligencias de cristianos ,
Remedio, ni esperanza de huida ; Que fué rogar á Dios por los difuntos ;
Solos diez alentados de buen brio en el lugar do fueron descompuestos
Por defensa tomaron un bubío. Pusieron cuatro versos, que son estos :
>>Pareciónos tenellos en pihuelas , Hæc Crux ostendit fædatum sanguine litus
Y dado fin à la cruel reyerta ; Gentis, quæ ignotos primum migrarit ad Indos,
Mas ellos con espadas y rodelas Sæpe preces longas pro victis fundite, namque
Defienden el entrada de la puerta : Unius ob noxam cunctos mala fata tulerunt.
Cortan á tantos las vitales telas , Este lugar adornó Con oracion, con ayuno,
Aquesta cruz soberana, Sé por ellos importuno ,
Que buellan todos sobre gente muerta ; Porque aquí se derramó Y con piadosos modos ;
Arana y maestre Joan, un cirujano, La primer sangre cristiana Pues por la culpa de uno
Que al nuevo mundo pasó. Aquí perecieron todos.
A quien alcanzan no lo dejan sano.
>>Viendo pues tantos indios en el fuerte
Que de vivir quitaban esperanza, ELEGIA III.
Jugaron ambos la postrera suerte "
Acrecentando siempre la matanza : A la muerte de FRANCISCO BOVADILLA, donde ansimismo
En tal manera ya, que de su muerte se cuenta cómo Colon continuó su descubrimiento , con
Tomaron antes della la venganza, otras muchas cosas que sucedieron en aquella sazon.
Encaminando sus crueles manos
A los que se mostraban mas lozanos. CANTO PRIMERO.
>>Viendo Quarionex, señor segundo, Engrandezca Melpomene su Hanto
En sus vasallos flacos movimientos , Con discursos de mas calamidades ,
Les dijo : « no vivais mas en el mundo , Alentando mi voz y ronco canto
» Soeces y de bajos pensamientos, En otra multitud de variedades ;
» Pues me sacais los pejes del profundo Aunque no cantaremos tanto cuanto
» Y las aves que vuelan por los vientos, Han menester particularidades ,
>> Y agora solos dos mancos y tuertos Solamente daremos orden cómo
>> Se quedan vivos y vosotros muertos. » Se digan las que fueren de mas tomo.
» Oyéndolo sus gentes , de corridas Hecho pues por Colon el sentimiento
Procuraron mostrarse con ventaja; Que á los amigos muertos se debia,
Y ansí por acabar las tristes vidas Luego determinó buscar asiento
De aquellos por quien tanto se trabają , Donde poner la gente que traia :
Tiraron muchas flechas encendidas Las velas manda dar al manso viento ,
Para quemar la casa que es de paja , Por la banda del norte hace via ,
La cual , como tuviese flacas ramas , Hasta tanto que vió lugar decente ,
Consumieron en breve vivas llamas. Do sacó los ganados y la gente.
»Ardor de valentía se mitiga Puerto seguro fué donde procura
Porque desconfianza los ligaba ; Largar las anclas y amainar la vela ,
Impetuosa llama y enemiga , De buenas playas y cabal fondura
Los bajos y los altos ocupaba : Para nave mayor que carabela ;
Calor intolerable los fatiga , Por entonces allí hacen cultura
El fumoso vapor los abogaba ; De ciudad que llamaron Isabela ,
Eso me da lo flaco que lo fuerte , A la contemplacion que el nombre muestra
No tenia que ver sino la muerte. Por Isabel la santa reina nuestra.
TE
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA III , CANTO I. 31
Luego nombró de la mayor nobleza Pueblos pudieras ver sin moradores ,
Para regir personas fidedinas , Que todos los dejaban y huian ;
Y vista desta isla la grandeza, Intolerables eran los hedores
Dió tierras á las gentes peregrinas : Que purísimos aires corrompian ;
En el Cibao hizo fortaleza Y ansimismo los nuevos pobladores
Para los que labrasen en sus minas, No menos desventuras padecian ,
Dicha Santo Tomás , porque creyeron Pues sus mejores ratos y mas ciertos
Habellas des que ya los ojos vieron. Era hacer fosados para muertos.
Mandándole que dellas no se quite , Allí los arrojaban á montones ,
Para la defension de sus partidos, Juntos los principales y notables.
Al alcaide don Pedro Margarite ¡ Oh cuántas quejas, cuántas maldiciones
Con cincuenta soldados escogidos ; Sonaban en la furia destos males ,
Y que para labrallas ejercite Abominando todos los Colones,
Indios en tales usos instruidos , Por les hacer dejar sus naturales !
Los cuales y ansimismo gente nuestra En tratos , en palabras , en figura
Cada dia sacaban mejor muestra. De hambre cada cual era pintura.
Todo lo necesario se les Heva Traian los cabellos erizados ,
Para desentrañar estos veneros, Los ojos en las cuencas muy metidos ,
Y hecha dellos conviniente prueba, Los labios en color amortiguados ,
A nuestros reyes bizo mensajeros ; Los dientes descarnados , carcomidos :
Un Pedro Gorvalán llevó la nueva Los cueros á los huesos van pegados ,
Con cantidad crecida de dineros : De pálido color como teñidos ;
Muéstranse favorables y propicios Sin ninguna cubierta las eslillas ,
A tan heróicos hechos y servicios. Y claras y patentes las costillas.
Acabados de dar estos asientos , Otros hubo tan gordos de hipatos
El Hércules insine y animoso Como si prometieran nuevos partos ,
Tomó de sus soldados los doscientos, Comiendo hasta suelas de zapatos
Consorcio principal y valeroso Con el grande hervor de verse hartos ;
Para continuar descubrimientos , Y consumidos ya perros y gatos,
Pareciéndole mal mucho reposo ; Daban tras las culebras y lagartos ;
Y para gobernar las demás gentes Sumos regalos eran los cories ,
Quedaron sus hermanos por tinientes. Hutias , mohuiyes y quemies.
Apartado Colon destos lugares, Al tiempo que lo tal acontecia
Todos los españoles que quedaban En el lugar que tengo referido ,
En sus repartimientos de solares Don Pedro Margarite padecia
Con un vivo fervor edificaban, No menos confusion en su partido ;
No sin graves pasiones y pesares Pues de la poca gente que tenia
De los indios, que todo lo notaban ; Las dos partes habian perecido ,
Los cuales, viendo cosa tan de veras, Y créese por vello desta suerte
Dieron en no hacer sus sementeras. Que le pudieran indios dar la muerte.
A lo cual estas gentes conmovian, Pues para defension no son cabales
Porque faltandoles mantenimientos , En tiempo tenebroso ni con lumbre ,
Ansí los que de España se traian Mas diole gran seguro destos males
Como los que ellos daban por momentos , Su buena condicion y su costumbre :
Los nuestros moririan ó se irian , En ser bien quisto destos naturales
Viendo que perecian de hambrientos ; A quien no consintió dar pesadumbre ,
Y ansí , por aflojar en su cultura , Pues viendo que comida no tenian ,
Sobre todos cayó la desventura. No les importuuaban , ni pedian.
Porque los alimentos consumidos Pero viéndolo tan enflaquecido ,
Que de nuestra nacion por mar venian , Secas y consumidas las mejillas ,
Para ser de los otros socorridos Un indio principal , de comedido ,
Los nuestros á los indios acudian ; Le presentó dos vivas tortolillas ;
Los cuales , por estar desproveidos , Mostrósele muy bien agradecido ,
De pestilencial hambre perecian. Dando por recompensa mil cosillas ;
¿Qué palabras serán aquí bastantes El indio no las dió con tal intento ,
Para decir miserias semejantes ? Mas en efeto se volvió contento.
Pues á cualquiera parte donde fueres Viendo las pajarillas y presente ,
Hallarás por los campos divertidos Entre tanto que Dios mas proveyese ,
Hambrientos los maridos sin mujeres , Fué muy importunado de su gente
Las mujeres hambrientas sin maridos , Las mandase matar y las comiese ,
Los hijos sin regalo , sin placeres , Y que se holgarian grandemente
De paternal regazo despedidos , De que por ellos esto se hiciese ,
Chupados , consumidos , y de suerte Pues era poco cebo para uno
Que eran propio retrato de la muerte. Y para tantos menos que ninguno.
Bien como las abejas en enjambre En esta tempestad que tantos doma
Vagaban, olvidados sus asientos ; El mosén Pedro dijo como bueno ,
Sin alimento fresco ni fiambre ," « Pues todos padecemos la carcoma ,
Sin sentido, sin fuerzas, sin alientos : No es justo proveer un solo seno ,
Al fin , debilitados de la bambre , Y que mireis vosotros , y yo coma ,
Caian de quinientos en quinientos , Y esteis todos vacíos é yo lleno. >>
Tendidos por los campos y riberas E luego por un término galano
Por cebo de las aves carniceras. Soltó las tortolillas de la mano.
No bizo mortandad tan gran cadena No van las tortolillas al desgaire
En la ferocidad del rey Atila , Estendiendo sus alas por los vientos ,
Ni tanta por los campos de Ravena , Antes con lijerísimo donaire
Gente que España y Francia recopila , Volaron y dejaronlos bambrientos ;
Ni turco por Belgrado ni Viena , Y todos con los papos llenos de aire
Cuando sus moradores aniquila , Quedaron como hartos y contentos ,
Ni del gran Taborlán la brava hueste , Encareciendo de comun sentencia
Cuantas aquí causó tan grave peste. Su valor , su virtud y su prudencia.
CASTELL
JUAN

DE
32
32

.
Entre las otras cosas sucedidas Andando pues con este presupuesto
Donde estaban las otras compañías , Buscaba coyunturas y sazones
Flacas , atribuladas y afligidas , Para por algun modo bien compuesto
Con hambre de gran número de dias , A la india decir sus intenciones ;
Un hombre padeció graves heridas Ella que via bien su triste gesto ,
Dadas por un mancebo , Miguel Diaz , Le dijo : « si valiesen mis razones ,
El cual tuvo por bien , visto su cargo , Grande deseo tengo que me digas
Hacerse por los montes á lo largo. La causa de tus penas y fatigas. »
Huyendo por aqueste desatino El Miguel Diaz dijo : « pues , señora ,
La pena del delito recelando , Mi tristeza teneis tan conocida ,
Por tierras nunca vistas peregrino Yo conozco que sois merecedora
De gentes enemigas confiando , De principes , y dellos ser servida ;
A la parte de sur hizo camino , Pero Miguel cristiano , Haxa mora ,
Isla de mar á mar atravesando , Entrambos juntos hacen mala vida ,
Adonde balló gente mas lucida , Es menester que cumplas mi deseo
Muy sana y abundante de comida. Creyendo firmemente lo que creo .>>
Por las orillas va de fresco rio , Ella le dijo : « luego se concluya
Bien puesta poblacion y populosa , Aquello que , señor, por bien tuvieres ,
De cierta mujer es el señorio Para que tu salud no se destruya ,
No menos avisada que hermosa : Y de mi voluntad no desesperes
Parecióle ya grande desvario Creyendo ser ajena de la tuya ;
Jornada tan al claro peligrosa ; No queriendo yo mas de lo que quieres ,
Pero viéndose dentro de la danza , A ti cumple decirme de qué suerte ,
Destos salvajes hizo confianza. Que yo te seguiré hasta la muerte.
La hambre lo sacó de la montaña , «El efeto tenemos entre manos ,
Cuyos estremos son muy atrevidos , Si quisieres mostrarte diligente
Los indios de ver cosa tan estraña En ir á llamar luego tus hermanos
A gran admiracion son conmovidos : Llevando compañía de mi gente ;
Con señales de paz los desengaña , Porque teniéndolos aquí cercanos
Y con grandes suspiros y gemidos , Yo los sustentaré bastantemente ,
Haciendo conocer por los meneos Que bien sé cómo viven y sus modos ,
Su gran necesidad y sus deseos. Y cómo ya de hambre mueren todos. »
Los indios lo bajaron de aquel viso Pues como la cacica respondia
No sin alborotada compañía , Con lo que Miguel Diaz tiene gana ,
Deseando del tal tener aviso Semejantes palabras le decia
Si viene contra ellos por espía ; Con rostro y aparencia cortesana :
Diéronle de comer como lo quiso , «¿Cuando podré servir, señora mia ,
Cosa que bien al caso le hacia , Oferta de merced tan soberana ?
Y con el gran rumor que se publica De mas de que la vida que sostengo
Lleváronlo delante la cacica. Es vuestra , pues que yo por vos la tengo.
El cual , con una muestra mesurada , » Quiero cumplir aquese mandamiento
Por señas ofrecia su servicio , Para poder gozar merced tan llena,
Y es cierto que después de su llegada Que yo sé que vernán en el momento ,
En estas gentes hubo gran bullicio ; Y todos lo ternán á dicha buena;
Porque por ser presea señalada Con ellos no terné detenimiento
Quisieran hacer della sacrificio ; Por me tirar acá de la cadena .>>
Pero la dicha reina destas gentes La india se holgó de la respuesta,
Mirábalo con ojos diferentes. Y mucha gente hizo luego presta.
Pues con gran aficion de su captivo Aderezose buen matalotaje
Juzgaba por pesado desconcierto De joyas y preseas , ricos dones ,
Matar al miserable fugitivo Por ablandar la furia y el coraje
Que viene por hallar seguro puerto ; Que contra él tenian los Colones ;
Y deseaba mas gozallo vivo Púsose con los indios en viaje
Que por sus santuarios vello muerto : No sin dolor de entrambos corazones ,
Es mozo , gentil hombre , desbarbado , Y como fué por via bien guiada,
Y ansí quiso tomallo por criado. En pocos dias hizo la jornada.
Favorecia mucho su partido , Con escuro llegó como discreto ,
Y libre va del mal que represento , Y atrás dejando gente que llevaba ,
Mostróle por semblante conocido A tales intenciones va sujeto
Su muy libidinoso pensamiento ; De primero saber lo que pasaba ;
Finalmente , tomólo por marido , Y aquel con quien trató de su secreto
Y celebró con él su casamiento , Cualquiera sinsabor aseguraba ,
Y el tiempo que duró peregrinando Porque su contendor estaba sano
En ella y en sus tierras tuvo mando. Y sin necesidad de cirujano .
Díjole que hiciese paz y guerra Destos negocios bien asegurado
De preseas, riquezas y tesoro , Y cierto de la vida del paciente ,
Descubrióle secretos de la tierra Luego se vió con el adelantado
Y entre ellos caudalosas minas de oro : Bartolomé , caudillo desta gente ;
Notaba de los llanos y la sierra Que como de su casa fué criado ,
Su gran fertilidad y su decoro , Fué luego perdonado blandamente,
Y el dicho Miguel Diaz grandemente Y hizo , dando fin à novedades ,
Deseaba traer alli su gente. Entre los enemigos amistades.
En aprender vocablos cada dia Hechos aquestas cosas , otro dia
Vivia con grandísimo cuidado , Que después desta noche fué siguiente
Ella con gran regalo le servia . Llegó la gran caterva que traia
Y fué por su respeto respetado ; Con el necesarísimo presente :
Mas aunque por estremo la queria Alentóse la triste compañía
Deseaba salir de mal estado , Con muestra de comida tan patente ,
Y de tan gran grandeza dar noticia Al Miguel Diaz dueñas y varones
Con alcanzar perdon de la justi Echaban un millon de bendiciones.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA III, CANTO 1. 33
Dió mas á los Colones embajada Después de socorrer estos varones
De parte de su dama la cacica , Con fortuna mejor y mano diestra ,
Y en totuma de oro bien labrada Conocidas las grandes aficiones
Muestra de mina grandemente rica , De que los dos amantes hacen muestra ,
Y para la nacion desconsolada El fray Buïl les dió las bendiciones
Hartura y abundancia les publica; Por orden de la Iglesia madre nuestra ,
Y ansi por ver socorro tan divino Y fueron los mestizos que este tuvo
Deseaban volar este camino. Los primeros que en estas tierras hubo.
A cabo ya de tres ó cuatro dias Visto por el Colon ser todo cierto
Que dió la relacion tan verdadera , Lo que mis breves versos han contado ,
Bartolomé Colon con Miguel Diaz Determinó también mirar el puerto ,
Determinaron ir á la lijera , Y lo halló ser bien acomodado ;
Por no mover aquestas compañías Hizo con la cacica su concierto
Sin ballar los asientos y ribera ; Para traer su pueblo fatigado ,
Fueron también soldados codiciosos Con que el rio tuviesen de por medio
Y fray Buil con ciertos religiosos. Hasta poder hallar mejor remedio.
Caminaron por pasos conocidos Pues como quien padece gran aprieto
De quien guiando va por la floresta ; Con larga dilacion se desconsuela ,
Fueron por el camino proveidos Bartolomé Colon , como discreto 1
Siempre con abundante mesa puesta : En socorrer los suyos se desvela ;
Llegados todos fueron recebidos Y para dar el orden con efeto
Con grandes aparatos y gran fiesta , Determinó volver á la Isabela ,
Las calles y las plazas enramadas Haciendo cortesana despedida
Y de flores y rosas tapizadas. Del Miguel Diaz y de su querida.
Ver la señora luego se procura Recebió de la india ricos dones
Dentro de su cercado de dos puertas , Ansi de oro como pedrería ;
A quien no le faltaba hermosura Tuvo sus cumplimientos de razones,
Con un no sé qué don de gracias ciertas ; Ni cortos ni de grande demasía ;
Cubierta por de yuso la cintura, Dióle regalos , dióle provisiones,
Las demás proporciones descubiertas , Y para las llevar gran compañía ,
Muy llena y adornada su persona Con la cual, que sus pasos fué guiando,
De lo que por acá llaman cacona. Llegó donde lo estaban esperando.
Allá por ciertas formas los copetes Dió nuevas á la gente castellana
Compuestos por encima de la frente , Diciendo : « ya cesó la desventura ,
Que parecian crestas en almetes , Pues habemos hallado tierra sana
Sembrada mucha perla trasparente ; Y llena de grandísima hartura ;
En los molledos ricos brazaletes, Por tanto disponeos de mañana
Fino collar con águila pendiente , Para ir á bacer nueva cultura ,
Riquísimos pomares de chaquiras Desterrando de vos toda tristeza,
Con piedras esmeraldas y zafiras. Pues teneis entre manos gran riqueza. »
Habia muchas dueñas y doncellas Aquel que mas entonces desconfia
En la casa real , que la servian , Despierta con tan buena confianza ;
Y eso me da las feas que las bellas No se puede decir el alegría
Por el mismo nivel se componian ; Que el pueblo recebió de su mudanza ;
Y ansi generalmente todas ellas Y para ir á ver lo que decia
De grande desengaño se vestian Cualquiera brevedad era tardanza ;
Pues no cubrian sayas ni ropones Pues al son de los sones que esto cantan
Las buenas ó las malas proporciones. Hasta los mas enfermos se levantan.
Entrando pues Colon al aposento Como presos que en cárcel envejecen
Con aquella no vista compañía , Estando detenidos tras las redes ,
Ella los recebió con el contento Esperando las penas que merecen
Y término que vió que convenia , Sin otra confianza de mercedes ;
Sin le faltar razon ni cumplimiento Y en un momento todos desparecen
De llena y acabada cortesía ; Si por ventura rompen las paredes ,
Y estas primeras vistas acabadas , Y no les dan fatigas ni cuidados
A todos hizo dar buenas posadas. Las mantas y colchones rezagados ;
Otro dia la vieron ansimismo , Ansí por ir en ciertas carabelas
Y el padre fray Buil , como debia , Porque por mar hacian el viaje ,
Dijo las escelencias del batismo Dejaban setecientas albajuelas
Por un indio ladino que traia , Sin querer esperar otro pasaje ;
Con aquella razon de catecismo Antes apriesa dan todas las velas
Que tan alto negocio requeria ; Hasta que ya llegaron al paraje ,
Ella mostró contento de sabello, Donde surgieron quinto dia justo
Y sintió bien y estuvo bien en ello. Del mes que nos nombró César Augusto.
Puesta con contricion en buen camino , El año fué de mil y cuatrocientos
El sobredicho padre determina Con otros cuatro mas sobre noventa ;
De dalle sacramento tan divino Desembarcaron todos muy contentos
Y de llamalla doña Catalina ; En la parte que ya se representa :
Bartolomé Colon fué su padrino ; Puerto bien amparado de los vientos
Honróse de la gente peregrina , Y poco combatido de tormenta ,
Regocijanse los padres y los hijos Y aquella gran distancia de ribera
Con bailes y con otros regocijos . Labrada y cultivada donde quiera.
Acabada la fiesta y el sarao , Ozuma por allí tiende su boca,
Determinó la nueva convertida Y hace la ciudad bien proveida ,
De enviar á las minas del Cibao Y hoy es imperio donde se convoca
Gente con abundancia de comida , Incógnita nacion ya conocida ;
La cual acompañó micer Girao Rodéala la mar con fuerte roca
Con gente nuestra bien apercebida , Que de sus bravas ondas es herida ,
Y fue necesarisimo convite Santo Domingo ponen al asiento,
Al noble mosén Pedro Margarite. Porque tal dia fué su fundamento.
T. 17. 3
34 JUAN DE CASTELLANOS.
Comienza cada cual con prestas manos Veréislos ansimismo mal parados
De fabricar adonde se metiese , Con males que la nueva tierra cria ,
Y allí se recogieron los hispanos Vereis algunos tiempos ya pasados
Por querer la cacica que ansí fuese : Volver á su lozana gallardia ,
Pero por movimientos soberanos Vereis arrastrar sedas y brocados
Colon no quiso que permaneciese , De que galán y dama se vestia,
El almirante digo , y sus soldados , Vereis ir en aumento los caudales
Que vino después destos ya mudados. Y las sagradas rentas y reales.
Holgó de las mudanzas y concierto Vereis labrar madera con estremos ,
Hecho con Catalina la cacica : Talar el alto monte y arboleda ,
Gran contento le dió también el puerto , Traella por la mar con vela ó remos,
Y muestra de oro grandemente rica ; O ya con torpe rastra , ya con rueda ;
Dió cuenta cómo habia descubierto Pero porque después proseguiremos
La isla que se dice Jamaica , Desta ciudad ilustre lo que queda ,
Y otras muchas que no son memoradas Vamos a lo que mas en pronto llevo ,
Por ser secas y desaprovechadas. Haciendo para ello canto nuevo.
Después que descansó con sus varones
Dejó por algun tiempo los navios ,
Por calar mas adentro los rincones
Y desta isla ver los señorios ; CANTO SEGUNDO ,
Descubrió prepotentes poblaciones ,
Magníficas riberas , ricos rios , Donde se cuenta las revoluciones que hubo en la Española entre Colon
Y luego consultó con sus hermanos y los que allí estaban, y cómo los reyes proveyeron sobre ello, y lo que
Poblar otros dos pueblos de cristianos. mas aconteció en las guerras que de indios tuvieron.
El uno fué la villa de Bonao, No les puede dañar benevolencia
Y el otro Santiago de la Vega, A los que fueron bien afortunados ;
Donde fué capitán micer Girao , Mas tengo yo por cierta la sentencia
Y catedral iglesia se congrega ; Dicha por los presentes y pasados ,
Sacó de los peligros del Cibao Que prósperos sucesos con prudencia
Al noble mosén Pedro su colega , Pocas veces están acompañados ;
Mas por alcaide de la fuerza queda Y en estos menos veces hay mudanza
El capitán Alonso de Hojeda. Guiando sus negocios con templanza.
Ordenadas las cosas en que toco Esta dicen faltar á los Colones ;
Segun la brevedad nos encamina , Pues como sus riquezas van creciendo ,
Al pueblo de la Ozama me convoco, Y van en crecimiento hinchazones,
Do Cristobal Colon se determina Mil buenos afrentando y abatiendo ;
Que dél se pasen todos poco a poco Yansi las españolas condiciones
A la parte de doña Catalina ; Con llena libertad de gran estruendo
Mas el efeto principal fué cuando Formaban cada dia gran querella,
Ya gobernaba Nicolas de Ovando. No sé si con razon ó fuera della.
Mas comenzó Colon la tal mudanza Mas sé que de las tales turbaciones
A las otras riberas de la Ozama , Y pesadumbre que se padecia ,
Debajo voluntad y confianza Hubo muertes , azotes y prisiones
Del dicho Miguel Diaz y su dama , Que el doto fray Buïl reprehendia,
Por ser asiento de mejor templanza Pareciéndole mal las sinrazones
Y que por mas llanura se derrama; Y aquel rigor notable que corria ;
Y ansi hicieron en aquel asiento Encontráronse todos ellos luego
Casas con mas zanjado fundamento. Avivando las llamas deste fuego .
El bosque su lugar desembaraza , Pues visto no bastar reprehensiones
Escómbranse las playas destos mares, Para templar aquellos movimientos ,
Dan á su poblacion graciosa traza , Con entredichos y descomuniones
La gente principal y populares , El fray Buil seguia sus intentos ;
Señálase la iglesia , dase plaza, Para satisfacerse los Colones
Repártense por orden los solares : Privábanlo de todos alimentos :
En los cuales andaban negociados Unos y otros andan de mal arte ,
Capitán , escuadrones y soldados. Y con harta pasion de cada parte.
En esto colocaban pensamientos , No falta susurron que el fuego ceba,
Porque la principal plática era : Y ansí prevaleciendo desafueros ,
« Terná mi casa tantos aposentos- Las orejas del rey tocó la nueva
Aquí será zaguán, allí escalera. » Dada por diferentes mensajeros ;
Otros andan abriendo los cimientos , Mas como no constó bastante prueba
Otros acarreaban la madera , Por tener cada parte sus terceros ,
Otros igualan sabios oficiales El rey mandó venir à Joan Aguado,
Y buscan necesarios materiales. Que no lo fué para cualquier cuidado .
No se ve por allí floja la mano El rey le dió sus cartas de creencia,
De la mayor edad ni mozo tierno , Poder para las causas copioso
Porque ya por la sierra , ya por llano , Despachóse con grande diligencia ,
O van ó vienen con hervor eterno , Por ser perjudicial mucho reposo ;
Ansí como hormigas en verano Despidiose de la real presencia ,
Buscando los sustentos del invierno : Prosigue su viaje trabajoso ,
Bajos y altos , rústicos , discretos, Vidose con la gente descontenta
A la justa labor están sujetos. Año de cinco sobre los noventa.
Vereis llenos caminos y calzadas Pregónanse reales provisiones
De hombres naturales y novicios , Con otros bastantísimos recados ,
Vereis en muchas calles señaladas Obedecido fué destos varones,
Usarse diferentes ejercicios , Ansi de libres como de culpados ;
Vereis levantar casas torreadas, Hizo con retitud informaciones
Vereis crecer los altos edificios , Con hombres buenos desapasionados ,
Vereis cómo la isla se hacia Resultaron de las litispendencias
Principio desta nuevà monarquía . Contra Colon algunas impaciencias.
ElJoan Aguado , visto VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA III, CANTO II. 55
Al Cristóbal Colon algun mal le daña
queseso , ¡ Oh grave sujècion , oh gran afrenta
Mandó que se partiese para España Para quien libre della se gozaba !
Y en corte se presente como preso ; Cuál es el corazon que no revienta
Desto se recebió pasion estraña Llorando?» Y aun también ella lloraba
Por la balanza del contrario peso , Al tiempo que estas cosas representa ,
También , aunque por térm inos mejores , O ya de compasion , ó ya de brava ;
Fué fray Buil y otros competidores . De tal suerte, que el indio su marido
Partieron finalmente destos mares, De su persuasion quedó vencido .
Las inquietas ondas navegando , Doliéndose de vivos y defuntos
Y delante los reyes singulares Y de la sujecion de nuestras leyes ,
Llegó Colon y su contrario bando ; Concertáronse pues en breves puntos ,
Tuvieron muchos dares y tomares Para dar libertad á tantas greyes ;
Ante la majestad del rey Fernando ; Y sin mas dilacion partieron juntos
Fué Cristóbal Colon reprehendido A convocar los príncipes y reyes ,
Y á su primer honor restituido. Con determinaciones mal seguras ,
En tanto que el Cristóbal padecia Pues no daban seguro sus venturas.
Estas inquietudes y vaivenes , Hay en la gran provincia de Jaragua ,
Bartolomé Colon acá regia Entonces de grandísimo gentio ,
Siendo coadjutor Roldán Jimenez , Un bello y admirable lago de agua
Entre los cuales no menos babia Cerca del cual moraba Behechio,
Algunos sinsabores y desdenes , Hermano de la ninfa que esto fragua
Porque las cosas que Roldán ordena Y rey de muy estenso señorío ,
Bartolomé por malas las condena. Belicoso varon , sabio , prudente ,
Conocidos aquellos movimientos Y en valor de riquezas eminente.
En las parcialidades de los nuestros , Y estando por ventura descuidado
A las armas dirigen sus intentos De semejantes guerras y pasiones ,
Caciques poderosos y hombres diestros , Llegaron la hermana y el cuñado
Creyendo que serán sus vencimientos A dalle cuenta de sus intenciones ;
No dudosos , escuros , ni siniestros , Y para perfecion de lo tratado
Siendo desta consulta la persona Ella supo decir tales razones ,
De aquella gran mujer Anacaona. Que pudo despertar para su hecho
Olvidados furores en su pecho .
Aquesta fué mujer de Coanabo
Hermana del cacique Behechio , Holgóse de lo ver Anacaona
Querida destos dos por todo cabo Con tan impetuosos accidentes ,
Y respe tada del demás gentio ; Y de cómo juró por su corona
Y aunque de castidad fué menoscabo , De convocar sus deudos y parientes ,
Para guerras no tuvo pecho frio ; Y de no le faltar por su persona
Esta pues, el negocio conocido , Con dos ó tres mil buenos combatientes ;
Determinó hablar á su marido. La cual , visto que estaba de su banda ,
Por otros reinos lleva su demanda.
Es posible tener tanta blandura
Los tristes y afligidos corazones ? Otro lago demás de lo que cuento
¡Es posible que pierda coyuntura Hay en las altas sierras encumbradas ,
Venganza de tan grandes sinrazones ? Donde Nizao hace nacimiento ,
¿Y que para matar á gente dura Las orillas del lago despobladas
De la mano solteis las ocasiones , Por el alborotado movimiento
Siendo la mayor parte dellos idos , Y voces espantosas, mal formadas ;
Ylos que restan ya mal avenidos ? La terribilidad del cual estruendo
>Volved, volved las armas á las manos A todos los mortales es horrendo.
Y cóbrese la libertad perdida , Es tal aquel murmurio , que no pueden
Acaben crudelísimos tiranos , Comportar sus ruïdos los humanos,
Causadores de nuestra mala vida ; Ni menos entender de qué proceden
Esfuércense los mozos y los canos Las voces los vecinos comarcanos ;
Para tomar enmienda merecida ; Y aun el dia de hoy también esceden
Porque si buscan horas convinientes Los mas altos ingenios castellanos ,
Mejores no las hay que las pres entes. Y huyen con recelo de la pena
El campo tienen ellos por seguro , De llegar á la parte donde suena.
Pues de nosotros nadie se recela , Mas dos se concertaron cierto dia
Solamente se velan con escuro, De ver aqueste lago muy de veras :
Y aun esto con turbada centinela ; Un hidalgo llamado Joan Mejía,
Aquellos baluartes de su muro Con otro mozo Pedro de Lumbreras ;
Bien puede deshacellos la candela ; Fueron aquestos dos en compañía
Quitemos de nosotros esta plaga Subiendo las asperrimas laderas ;
Antes que mas por tiempo se rehaga. Y aquel ruido, como vocería ,
Cuanto mas se llegaban mas crecia.
Si muerte temporal estais temiendo
Con juicios de vanas opiniones ; Con ruido de tanta pesadumbre
Y¿qué mayor que estar siempre muriendo , El Mejia paróse de turbado ,
Con tantas y tan grandes afliciones ? El Pedro de Lumbreras con mas lunibre
¿No veis cómo nos vamos consumiendo ? Hizo su paso mas apresurado ,
¿No veis desiertas nuestras poblaciones " Hasta que ya llegó sobre la cumbre
¿No veis lamentaciones de viudas Y vido bien el lago memorado ,
Y casadas, de todo bien desnudas ? Tiempo que dijo tres veces el credo
>¡No veis todas las sierras y los llanos Con gran temor y descompuesto miedo .
Lienas de calaveras y de huesos , Tendió la vista por los derredores ;
Dehijos , y de padres , y de hermanos , Pero no vido mas que el agua y cielo ,
Muertos en tan tírán icos escesos ? Y las terribles voces y clamores
¿Qué diré de los vivos y los sanos , Que le hacian erizar el pelo ;
Cuyos agravios vemos mas espresos , Crujíanle los dientes con temblores ,
Pues que de muerte son sus esperanzas , Y ansi se bajó luego con recelo ,
Sirviéndoles en minas y labranzas ? Al lugar do dejó la compañía ,
Del cual bajaron ambos à porfía.
36
36 JUAN DE CASTELLANOS .
Las tierras pues del lago temeroso También del Coanabo que regia,
En aquella sazon señoreaba Ser natural caribe se pregona
Un Biautex , cacique poderoso , Y en esta isla por su valentía
A quien la isla toda respetaba : Y escelente valor de su persona
Aquí llegó Coanabo congojoso Alcanzó los imperios que tenia ,
Con la mujer insigne que llevaba ; Y por mujer la gran Anacaona ,
Fueron de Biautex bien recebidos Del cual nunca se supo que perdiese
Y muy acariciados y servidos. En guerras y contiendas que tuviese.
Después de grandes siestas y comida , Haciendo pues Coanabo su consulta
La gran Anacaona representa Con este capitán de furia brava ,
La causa principal de su venida , Y congregada ya la turbamulta
Dando de todas cosas larga cuenta , Que los vecinos campos ocupaba ,
De su diminucion , de su caida , No le pudo tal guerra ser oculta
Pérdida general y gran afrenta , Al capitán Hojeda donde estaba ,
Ocasion que tenían de presente En el Cibao desde donde quiso
Para poder matar á nuestra gente. A los otros cristianos dar aviso ,
Fueron tan eficaces persuasiones Diciendo que venian á matallos
Las desta reina contra los cristianos , Un número de gentes increible ;
Que no sin furiosas turbaciones Por tanto que viniesen á librallos
El indio se heria con sus manos : En la furia de trance tan terrible :
Dióse de golpes , dióse bofetones Vinieron pues peones y caballos
Despedazando sus cabellos canos , Aquella cantidad que fué posible ;
Y en efeto promete de soldados Preparóse de muchos alimentos ,
Tres mil ó cuatro mil bien pertrechados . Y esperaba los indios por momentos.
Esto concluso con tan buena mano , Visto por Coanabo que el guerrero
Fueron á Guarianex , indio potente , Hojeda se prepara de tal arte ,
Cacique que mandó todo lo llano Determinó de dar allí primero ,
Siendo su general y su teniente Y allanar aquel fuerte baluarte ,
Mayor Banex, del Guarionex hermano Sin temor de los golpes del acero ,
Para cualquiera guerra suficiente , Ni dar á Guarionex ni á otra parte ,
El cual formaba ya sus escuadrones Consejo de Uxmatex,por dar la gloria
Movido de las mismas intenciones. Al Coanabo de cualquier victoria.
El Coanabo con su compañera Convocó capitanes y varones ,
Dejando prevenida ya la sierra , Hizo hacer alardes y reseñas ,
Holgaron en grandísima manera Visitó las guerreras municiones
De ver los de los llanos tan de guerra : Con rigor o palabras halagüeñas ,
Mayormente que fué la mas guerrera Mandó poner en orden escuadrones ,
De todas las provincias de la tierra , Con los ojos y manos hizo señas ,
Y el Guarionex con toda su potencia Atenciones captando desta gente ,
Los recebió con gran benevolencia. La cual atenta , dijo lo siguiente :
Dióles por su trabajo grande loa « Valerosos guerreros , gentes mias,
Y dijo : «Los demás , señores mios , Bien creo que terneis en la memoria
Déjamelos á mí de popa á proa , Que en todas nuestras guerras y porfias
Que yo tengo por cierto sus avios ; Jamás hemos perdido la victoria :
Pues Goaga Canari y Cayacoa No quiero recitar las valentías ,
Me consta no tener menores brios , Pues á todos os es cosa notoria ,
Antes están metidos en la danza , Que de todos los del contrario bando
E ya con gran pesar de la tardanza. Ningunos se nos fueron alabando.
Y pues mandais tan bravas señorías »Y aunque eran guerras por las sementeras
De los ciguayos , gentes inhumanas , Y términos de pescas y labranzas ,
Despierten las antiguas valentías Por donde las personas mas enteras
De sus potentes arcos y macanas , Perdian sufrimientos y templanzas ,
Y estemos todos de hoy en veinte dias Agora van las cosas mas de veras ,
Juntos en estos campos y zavanas , Y corren mas peligro las tardanzas ,
Do , como cada cual su gente tenga , Y se debe guardar mas la mollera ,
El órden se dará que mas convenga. » Por no ser los contrarios como quiera.
Habiendo bien oido los intentos » Porque bien entendeis no ser ignavos ,
De cosas que á las suyas no son varias , Sino sagaces , sabios , diligentes ,
Y hechos cortesanos cumplimientos Astutos , ferocísimos y bravos ,
Por razones que van aquí sumarias , Con tan grandes estremos de valientes ,
A sus reinos se fueron muy contentos Que pretenden hacernos sus esclavos ,
A prevenir las cosas necesarias , No deudos , no consortes , no parientes ;
Y de los que llamaron fué primero Antes serán los ciertos galardones
Un Uxmatex, su general guerrero. Morir en miserables sujeciones.
Aqueste capitán era bisojo , » Pues para refrenar la tiranía
De tal suerte , que siempre parecia De tan cudiciosísimos tiranos ,
Que estaba con furor de gran enojo Entre tanto que dura la porfia ,
Segun el mal aspeto que tenia : Es menester que os anden bien las manos
Finalmente , miraba de tal ojo , Agora quiero yo la valentía ,
Que quien nias lo trató mas lo temia , Las fuerzas y los hechos soberanos ;
Y el Coanabo le hablaba largo Aquí quiero que buenos se señalen
En las cosas tocantes á su cargo. Y muestren los valientes cuánto valen.
El Uxmatex llamó las compañías » Animen á caidos dulces prendas
Que tenian lugares diferentes ; De hijos y mujeres afligidas :
Ocurren luego por diversas vias Anime la defensa de haciendas
Crecidísimo número de gentes : En vuestras propias tierras adquiridas;
Allegáronse pues en pocos dias Animense de ver que las contiendas
Ocho mil escogidos combatientes Son por guardar las honras y las vidas ,
Ciguayos, que hallaron los cristianos Y que va la razon de vuestra banda ,
Descender de caribes comarcanos Pues no llevais injusta la demanda.
37
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA III , CANTO III.
El esfuerzo pasado se renueve
Con aumento mayor de valor nuevo ,
El cual terná cualquiera que se mueve CANTO TERCERO ,
Con eljusto dolor que yo me muevo ;
Y entonces cumplirá con lo que debe ,
Y verá que yo cumplo lo que debo ; Donde se cuenta cómo tuvo COANABO cercada la fortaleza , y lo que suce-
dió durante el cerco y después que los indios se retrajeron.
Pues de los golpes destos desafios
Verá cómo primero son los mios.
>Ansi que , pues que todos estais prestos , Suele desbaratar pobre vecino
Y cada cual bien puesto y ordenado , El hombre poderoso comarcano :
Querria no perdiésedes con estos La gran pujanza vence lo mas dino
Lo que con los demás habeis ganado : Si no tiene socorros á la mano ;
Vengad vuestras injurias y denuestos , Mas do quiera que hay favor divino
Veamos este fin tan deseado , Nada puede valer tropel humano ,
Que contra cantidad tan importuna Pues cuando su potencia viene prestá
A pocos mal ayuda la fortuna. » Abátese la lanza mas enhiesta.
Con aquestas razones que recita Con aquestos respetos al Hojeda ,
Este señor, á su feroz alarde, Cercado de tan áspera pujanza ,
A tan inmensa saña los incita Puesto que para furia tan aceda
Que concibió furor el mas cobarde : Jamás mostró desmayos á su lanza ,
El campo se hundia con la grita El principal remedio que le queda
Diciéndole que mas no se detarde , Es en Dios una viva confïanza ;
Porque verá la cosa cómo pasa Y ansí , cuando la gente parecia ,
Desque tengan las manos en la masa. A los suyos riendo les decia :
Anacaona, que en los trances tales « Cantidad de gandules hay al ojo
Tenia su lugar harto cercano , Que no distan de nos gran intervalo;
Llamó los capitanes principales Mas no teneis por qué tomar enojo
Y dióles ciertas flechas de su niano , De lo que yo recibo gran regalo ,
Con las puntas de agudos pedernales Pues con lo que cogierdes del despojo
Que rompen y traspasan lo mas sano , Podemos desechar el pelo malo ;
Diciendo : «pues la doy á quien bien miro, Aguilas de oro traen por gorgueras ,
No deseo que hagan flaco tiro.>> Ricos caricuries y orejeras.
Llenos de las mercedes y favores » Presto se tenderán por plaza rasa "
Que sabía hacer Anacaona Con pena de la rústica cuadrilla ,
A estos principales y señores Sus altos cbapiteles serán basa
Con el autoridad de su persona , Y el basto ganareis con espadilla ,
Avivanse las sañas y furores , Porque lo que quereis traen á casa ,
Y con lo que qualquier de sí pregona , Y por lo que venistes de Castilla :
Ninguna cosa mas es deseada A trevimiento son malas enmiendas ;
Que la gran brevedad de la jornada. Pagarán con personas y haciendas.
Concebidas pues estas valentías » Apriete cada cual entrambos puños ,
El Uxmatex que dije , medio tuerto, Haciendo lo que vierdes á Hojeda ,
Luego mandó marchar las compañías Porque si sienten bien nuestros rasguños,
Puestas en gentil orden y concierto , Pavones son que desharán la rueda ,
Llevando por delante sus espías Y aun dejarán metal para los cuños ,
Y gente que descubra lo cubierto : Viendo cómo se bate la moneda :
Ampare Dios las gentes castellanas Muy follonazos vienen y muy locos ;
De tantos dardos , flechas y macanas. Pero yo les haré que vuelvan pocos.
Como la sazonada y ancha haza »Poca pena me dan las gentes rudas
Que recompensar quiere las fatigas , Ni sus desatinados alborotos ,
De quien tales labranzas embaraza , Pues donde las espadas son agudas ,
Eya le son las aguas enemigas , Y los hierros de lanza nada botos ,
Porque por el descurso desta plaza No hay para qué temer gentes desnudas ,
Encubren secas raspas las espigas, Ni de risa y placer estar remotos :
Y ellas , terrones, yerbas y otras piezas Cárguense los tres versos y la pieza ,
Sin que podais mirar sino cabezas ; Que al fin han de llevar en la cabeza.
Desta misma manera parecia >>>Las rodelas y armas estén prestas ,
La gran congregacion destos salvajes ; Soldados repartidos por sus trechos ,
Pues de los campos nada se veia Requiéranse las cuerdas de ballestas ,
Sino cabezas , rostros y plumajes , Estén á punto todos los pertrechos ,
Con aquella potente flechería Guárdese cada cual de las molestas
De que llenos venian los carcajes , Flechas en los amparos que están hechos ;
Ydardos acutisimos tostados Y cuando con furor ellos empiecen ,
Piernas , brazos y rostros embijados. Harémosles la salva que merecen . »
Prosigue pues Coanabo su camino Mostraba fiualmente gran contento
Con gente de tan áspera braveza , Cuando palabras tales les decia ;
Marchando hasta tanto que ya vino Mas era diferente sentimiento
A vista de la dicha fortaleza ; El otro que de dentro padecia ,
Pero después diremos lo que avino Por ver aquel tumulto turbulento
En el combate lleno de dureza : Y el orden y concierto que traia ,
El aprieto y angustia de los nuestros , Porque bien entendia ser de loco
Maravillas y lances de hombres diestros . A tanta multitud tener en poco.
Llegaron pues los indios, y á sabiendas
Rodearon la fuerza que ya cuento ,
Y antes que se comiencen las contiendas
Formaron su gusto el asïento :
Hacen apriesa ranchos , arman tiendas,
Sin ponelles algun impedimento ,
Y como ven que callan los cristianos
Piensan de los tomar vivos á manos.
38 JUAN DE CASTELLANOS,
Como les pareció que convenia , Aprietan una y otra vez las llaves
Nombran velas segun guerreras artes : Para poder hacer algun ojeo ,
Gastaron el restante de aquel dia No por cierto de temerosas aves ,
En ojear los fuertes balüartes : Que no las hay en tan crüel torneo ;
A mas andar la noche se venia , Quedabanles las manos muy suaves ,
La cual velaron bien entrambas partes , Y es porque no hacian mal empleo ;
Dando peor que gente de mezquita Pues hay quien su lugar desembaraza
Al rendir de los cuartos grande grita. Y de lo mas cerrado hace plaza.
Los vaporosos nublos apartados Al tiempo que estos hacen esta mella ,
Que suele producir noturna hora , Los de caballo vuelan sin tardanza ,
Cuando ya por los montes ensalzados No divididos ni por una huella ,
Tiende sus ojos bellos el aurora Ni fuera de concierto y ordenanza ;
Ilustrando los campos y collados Cada cual hiere , mata y atropella
De aquellos hemisferios donde mora ; Rompiendo pechos duros con la lanza
Coanabo mandó sin que discorden De aquellos escuadrones y cuadrillas
Que sus gentes se pongan en buen orden, Do Hojeda hacia maravillas.
Allega luego Goacayarima , Como tigre , si halla la manada
Varon en estos trances bien instruto , Sin guarda ni defensa de provecho ,
Después del Uxmatex de gran estima , Que no cura de tasa limitada
Vina Pani también, varon astuto ; Para henchir aquel vorace pecho ;
Y Amiguayagua , de flecheros prima, Mas una y otra deja degollada
Con aquel gran varon dicho Baoruto , Y con muchas no queda satisfecho ,
Y el otro que se dijo Guarocuya , Antes con pertinacia y osadía
Cada cual con la gente que era suya, Cuantas mas reses mata mas querria ;
Venian con aquel hervor ardiente Ansi Hojeda con los seis que lleva ,
Que hambriento leon tras el ganado , En herir y matar encarnizados ,
Componiendo las armas y la gente Con tanto mas furor la lanza ceba
En el puesto que tienen señalado ; Cuantos mas indios tiene derribados ;
Andaba Coanabo diligente Y los vivos de ver cosa tan nueva
Y el Uxmatex también con gran cuidado , Estaban poco menos que pasmados ;
Y en haciendo la seña que tenia Mas Coanabo viendo tal injuria
Comienza la potente flechería. Revuelve sobre si con grande furia ,
Rompiendo van los aires alaridos , Diciendo : «¿Qué haceis , gentes perdidas
Y tales que á los hombres mas enteros Que mas muertos estais que los caidos ,
Atruenan y atormentan los oidos , Y mas ciertas teneis vuestras caidas ,
Por ser tan importunos y tan fieros ; Si destos estranjeros sois vencidos?
Las cuerdas de los arcos dan crujidos , Pelead , y perded antes las vidas
Heridas de los brazos de flecheros ; Que seais deste puesto removidos ,
pa
No ra, no reposa , jamás cesa Valientes son y rigurosos vienen ,
El protervo furor de tanta priesa. Mas hombres son , y de cansarse tienen.
Ansí como la muy prolija llama , » El mas valiente dellos también muere ,
De límite compuesto descompuesta , Y le faltan alientos y resuellos :
Que con terrible fuerza se derrama La fortuna dé ya lo que nos diere ,
Por los espesos bosques ó floresta , O quede por nosotros ó por ellos ;
Quemando verdes hojas de la rama Y caiga de nosotros quien cayere
Que una después de otra halla presta , A trueco de matar algunos dellos.
Y son enajenados de reposos Venid , apresurad esta carrera ,
Aquellos estallidos presurosos ; Que yo quiero llevar la delantera. »
Ansí la cantidad y la viveza Ansí como terribles torbellinos
De presurosos golpes y sonidos Con gran fuerza de vientos furiosos
Fatigaban aquella fortaleza , Que sacan con los vientos repentinos
Y á los que están en ella recogidos : Gran polvo de lugares arenosos
Era de flechas tanta la grandeza , Perturbando los pasos de caminos
Que están por sus reparos ascondidos , Que llevan caminantes presurosos ,
Sin osarse mostrar los que están dentro , Haciéndoles los pasos tan estrechos
Hasta pasar aquel primer encuentro. Que suelen del espada hacer pechos ;
Mas al lugar que juzgan por seguro Ansi tan gran ruïdo y algazara
Los indios que los tienen mas opresos , El Coanabo bizo se levante ,
Asiestan un terrible pasamuro Que en el acometer nadie repara
Que hizo temerosos sus escesos ; Con furia de temor tan discrepante ,
Pues usando la bala de su juro Que el feroz español volvió la cara
Llevó piernas y piés , deshizo huesos , Y no pudo pasar mas adelante ;
Derramó sesos , dientes y quijadas , Antes como podia va biriendo ,
Y lastimó personas señaladas. Y á mas andar su gente recogiendo.
Segundan con los versos al rebaño Parecióle bastar la buena suerte
Que del fuerte distaba menos trechos , Ya hecha , pues quedaban mil tendidos ,
ansimismo hicieron grande daño Y ansi siguió los pasos á su suerte ,
Quebrando huesos , barrenando pechos ; Sus soldados por orden recogidos :
El temor que conciben es estraño Aunque esto no se hizo sin la muerte
De ver caidos sin hallar pertrechos ; De dos ó tres , con muchos mal heridos ,
Reparaba la grande muchedumbre Por haber en aquesta coyuntura
De ver lo que no tienen de costumbre . En el entrar grandísima presura .
Luego salieron siete caballeros Pues viendo cómo ya se retraia ,
Con armas de algodon encubertados ; Haciendo lo que mas les aprovecha ,
Ellos y los caballos van lijeros Era tanta la gente que venia
Rompiendo por los indios mas armados ; Con piedra , con macana , dardo ó flecha ,
Luego como noventa ballesteros Que en grandisimo riesgo los ponia ,
Con jaras y harpones afilados , A causa de la puerta ser estrecha ,
Un rodelero cada cual delante , Principalmente Goacayarima
Y desto cada cual hombre bastante. Que con gran pertinacia los lastima.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA III, CANTO III. 39
Hojeda , con deseo de venganza Viendo pues tan terrible menoscabo
Viéndolo gloriar de tales hechos , Y el tropel de los golpes desiguales ,
Batió las piernas y enristró la lanza , Huyendo van por uno y otro cabo ,
Rompiendo por los indios mas estrechos : Metiéndose por montes y breñales ;
Y salióle tan bien su confianza Prendieron á Uxmatex y Coanabo ,
Que lo pasó por medio de los pechos : Con otros muchos indios principales ;
Salió la dura lanza bien teñida , Quedaron de oro fino muchas piezas •
Y con ella también salió la vida. Que después repartieron por cabezas .
El bárbaro furor y su grandeza Conclusa desta suerte la revuelta
Turbóse con el lance bien formado ; En la zavana fértil ó dehesa ,
Hojeda con grandísima presteza Con la velocidad de gente suelta
Volvió do lo tenian deseado : Recogieron despojos y la presa ;
Entraron todos en la fortaleza Y al fuerte do salieron dan la vuelta ,
Y ocuparon los puertos del cercado , Donde tuvieron abundante mesa
Do con tiros y armas que tenian Con gran pena y dolor de Coanabo ,
Con gran fuerza y vigor se defendian. Que sintió su prision por todo cabo .
Pero con un furor luciferino Al cual , en la cadena donde estaba ,
Procuraban las gentes belicosas Nadie lo vió con brio descaido ,
Romper las cercas y hacer caminos , Puesto que grandemente se quejaba
Diciendo nil palabras afrentosas ; De no cumplir con él lo prometido ; •
Hasta que ya la noche sobrevino , Pues él no se veló ni se guardaba
Que les hizo hacer treguas forzosas , Debajo del concierto referido ;
Dejando con escuro los cercados Pero que lo soltasen con su gente ,
Poco menos que muertos descansados. Que él prometia paz perpetuamente .
Ya las noturnas horas acabadas , Mas eran diferentes intenciones
Al tiempo que la Aurora por las cumbres Las de Hojeda con sus compañeros ;
Mostraba sus mejillas coloradas , Y ansi se señalaron cien varones ,
Faltas de resplandor las otras lumbres , Sueltos y valentísimos guerreros
Volvieron á las obras comenzadas , Para llevallos ante los Colones ,
Y aquellas tan sangrientas pesadumbres , Y presentalles estos prisioneros ;
Combatiendo los fuertes baluartes Los cuales sin ningun detenimiento
Con crecido furor de entrambas partes. Holgaron de cumplir el mandamiento.
Venian siempre nuevas compañías Colon tomó los indios que vinieron ,
De indios que tenian por mas diestros ; Encareciendo mucho la hazaña ,
Duraron los rencuentros y porfias , Y en un navío luego los metieron ',
O con prósperos hados ó síniestros , Que estaba de camino para España ,
En este cerco mas de treinta dias , Los cuales brevemente perecieron ,
No con poca fatiga de los nuestros ; Enflaquecidos de pasion estraña ,
Y ansí Hojeda , ya viendo sus daños , Porque no viendo mas que agua y cielo
Determinó valerse por engaños. No querian regalo ni consuelo.
Los cuales no condeno yo ni alabo , A los indios causó temor horrendo
Pues también hay labores de dos haces , Aqueste pesadísimo desvío;
Mas al fin se trato con Coanabo , Y Anacaona luego fué huyendo
Mediante dos intérpretes sagaces , Al reino de su hermano Behechio ,
Que no fuesen las guerras tan al cabo , Nada de su furor diminuyendo,
Y tuviese por bien de hacer paces ; Antes estimulada de mas brio ,
Pues si se fuese sin hacer mas guerra Todavía debajo de esperanza
También le dejarán ellos la tierra. De ver llegar un tiempo de venganza.
Los indios, como gente toda vana, Hacia tolerables los cuidados
Cesaron de tan áspero denuedo , Del invencible corazon guerrero ,
Oyendo la razon de buena gana , Ver prepotentes reyes congregados ,
Aunque mas con cautela que con miedo ; Donde Guarionex mandó primero
Por los poder tomar en la zavana, Con cantidad inmensa de soldados ,
Y no tras baluartes á pié quedo ; Bastante , cada cual vivo y entero ,
Y ansi Coanabo dijo ser contento , Con quien también juntó su señorío
Si se cumpliese tal prometimiento. Y el campo del hermano Behechio .
Las lenguas por quien esto se decia Con determinacion poco discreta ,
Aseguráronle todo denuesto ; Debajo cada cual del interese
Satisfizose dellos , y otro dia Que al corazon humano mas aprieta
Hizo salir la gente deste puesto : Concertaron que el campo se moviese,
Por la parte que vino hizo via , Pero no fué la junta tan secreta ,
Debajo del ya dicho presupuesto ; Que gente de Colon no lo supiese ,
Pero nuestro Hojeda , mas anciano , El cual con pensamientos nada ciegos
Determinó ganalle por la mano. Quiso jugar de mano tales juegos.
Porque dejando guardas en su muro Juntó quinientos hombres escogidos,
De hombres vigilantes , recatados , Los ciento de caballo bien armados ,
Partió calladamente con escuro , De pertrechos de guerra proveidos ,
Seis caballos con él y cien soldados ; Caminaron por pasos señalados ;
Y estando Coanabo muy seguro, Y con escuridad , sin ser sentidos ,
De gran sueño los suyos ocupados , Dieron en los caciques congregados ,
En la quietud mejor , cerca del alba , Deshaciendo tan áspera mudanza
Con terrible furor les hizo salva. No sin terribilísima matanza.
Diciendo , Santiago , Santiago , Pues corrian zavanas como rio
Anda lista la lanza y el espada ; Con tanta sangre como fué vertida ,
No se podian dar golpes en vago Sin poderse decir el gran gentio
Ni se tira baldía cuchillada ; Que por aquel lugar quedo sin vida :
Hacian en los indios mas estrago Prendióse Guarionex y Behechio ,
Que lobos en manada descuidada , Mucha gente notable conocida ,
A causa de su grande desatino , Con la cual los varones belicosos
Causado del asalto repentino. Volvieron á su pueblo vitoriosos.
40 JUAN DE CASTELLANOS ,
Deshecha de caciques esta trama, Dejemos los Colones en Castilla
Para cristiana gente peligrosa , Libres, mas no del odio que les daña ;
Por amplísimas tierras se derrama Volvamos á Francisco Bobadilla,
La suerte de los nuestros venturosa ; Que en gobernar se daba buena maña ;
Bartolomé Colon ganó gran fama , Movamos los letores à mancilla
Quedó toda la tierra temerosa , Con el remate dél y su compaña ,
Y el dicho , viéndose tan adelante , Haciendo para ello nuevo canto ,
Se hizo mas soberbio y arrogante. Con que remataremos este llanto.
Usaba no de términos discretos
En algunos negocios sustanciales ,
Sin aquellas decencias y respetos
Que se deben á hombres principales ; CANTO CUARTO ,
Y muchos á paciencia mal sujetos
Solian blasfemar de cosas tales : Donde se cuenta la venida del comendador NICOLAS DE OVANDO, la vuelta
Aquel Roldán Jimenez mayormente de CRISTÓBAL COLON , y muerte de BOBADILLA, con otras muchas cosas
En muchas cosas suyas no consiente, que en aquella sazon acontecieron en estas partes.
<
Y un dia con un término mal sano Los cuerdos mozos y los sabios viejos
Rebosaron los dos furias del seno , Jamás atribuyeron á demencia
Notándolo Roldán de hombre liviano , Usar de pareceres y consejos
Y su gobierno ser sin orden bueno ; De varones que tienen esperiencia ,
Bartolomé Colon alzó la mano Mayormente si tales son añejos
Para le sacudir de lleno en lleno ; En el ejercitar alguna ciencia ;
Y para no llegarse fué remedio Pues vemos muchos sabios y prudentes
Meterse gente noble de por medio. No ser en todas cosas suficientes .
Apartado Roldán de su presencia , Consta pues Bobadilla ser bastante
Con ira y con pasion y bartos fieros Hombre de gran razon , peso y medida ;
Determinó negarle la obediencia , Pero, como diremos adelante ,
Con sesenta setenta compañeros : No supo dar reguardos á su vida ,
Protestando hacer la tal ausencia, Por no querer creer al almirante
Por no poder sufrir los desafueros 2, Cuya perencia fué bien conocida
Abusos , corruptelas , sinrazones , Y en todo lo demás ya digo como
Que con todos usaban los Colones. Fué persona cabal y de gran tomo.
Andando desta suerte la maraña , Ansí con él cesaron variedades ,
Roldán en su motin perseverante , Sin darse mas lugar á la malicia ,
El Cristóbal Colon llegó de España , Habia muy fundadas amistades ,
Con cargo de virey y de almirante ; Gozábase de paz y de justicia ;
Procurólos traer por buena maña , En gran aumento van prosperidades ,
Mas ninguna promesa fué bastante; De muchas minas otras hay noticia ,
Y visto no cesar en sus errores No ven murmuraciones ni letijos ,
Mandó que los pregonen por traidores. Sino fiestas y grandes regocijos.
Este tercer viaje se comete Toda la pesadumbre se destierra ,
Con naos de hermosos ornamentos , Procúranse las cosas convenibles ,
Y fué por marzo de noventa y siete Cesaron los rencuentros de la guerra ,
Años, sobre los mil y cuatrocientos ; Hambres y mortandades tan terribles ;
Vino haciendo lo que le compete Calando mas secretos de la tierra
En el continuar descubrimientos, Descúbrense riquezas increibles ;
Y en ver la tierra firme se desvela , Crecian mercaderes y tratantes ,
E islas hasta el mar de Venezuela. Haciendo sus caudales mas pujantes,
Estuvo desta vez en esta silla Vereis campos incultos cultivados ,
El Cristóbal Colon hasta dos años , Grandes heredamientos deleitosos ,
Y en ellos el Roldán y su cuadrilla Potentisimos hatos de ganados ,
Huyendo por los bosques mas estraños , Que hacen sus señores poderosos ,
Escribiendo por horas á Castilla E ingenios de azúcar fabricados ,
Los unos de los otros grandes daños , Contratos cerca desto caudalosos ,
Porque el Roldán tenia valedores , Pues que para llevar de lo que tienen
Y secretos avisos y favores. Gran suma de navíos van y vienen.
Mitigar el furor desta rencilla El oro que la gente deseaba
El santo rey Fernando deseaba , Daban quebradas ricas, campos llanos ;
Y ansi vino Francisco Bobadilla , La vista por allí se deleitaba ,
Comendador que fué de Calatrava ; De ver cómo sacaban gruesos granos ;
El cual bizo probanza no sencilla , Y alguno dellos hubo que pesaba
Para verificar lo que pasaba ; Tres mil y setecientos castellanos ;
Y como ya jugaban otro juego , Al fin vian los hados mas aviesos
Roldán con sus secuaces vino luego. Convertidos en prósperos sucesos.
Constaron pues por las informaciones No hay persona una ni ninguna ,
Cargos algo cargados en escesos , Que en todo su vivir ponga dolencia ;
Por los cuales prendió los tres Colones Y estando con tan próspera fortuna
Y enviólos á España mal opresos ; Sin ver en la contraria resistencia ,
Y para que constasen las razones A los benditos reyes importuna ,
También se remitieron los procesos : Que para se volver le den licencia ;
Llegaron à la corte con embargos , Hicieron nuestros reyes lo posible
Y ante los reyes dieron sus descargos. Por dalle sucesor tan apacible.
Oyéronlos los reyes sin afrenta , Con deseo de no perder los frutos ,
Antes con voluntad y amor paterno : De que los españoles van gozando ,
Gastaron en aquesto que se cuenta Consultaron con hombres bien instrutos ,
El florido verano y el invierno ; Nuestra reina y el santo rey Fernando :
Dióles libres sus bienes y su renta , Quedaron en efeto resolutos
Pero no quiso dalles el gobierno , En enviar á Nicolas de Ovando ,
Viendo ser ya para su regimiento Comendador de Lárez , que venido
Necesario mas alto fundamento . Nombraron por mayor de su partido.
VARONES ILUSTRES. DE INDIAS, ELEGIA III, CANTO IV. 41
La elecion fué digna de tal seno , No van con el clamor regocijado
Pues en venir persona semejante Que suelen los que hacen la tal via ;
Enviaron mejor sobre muy bueno, Anton de Torres anda demudado ,
Y que en el bien pasó mas adelante : Roldán Jimenez va sin alegría ;
De principales bombres vino lleno , El diestro marinero y el soldado
Y entró por estos mares muy pujante , Con una gran tibieza se movia :
Abundancia de lienzos, sedas, paños , Todos en general iban de suerte
Por abril de quinientos y dos años. Que parece llevallos á la muerte.
La gente chapetona recebida , Mas nadie dellos iba descuidado ,
Y el buen comendador obedecido , Antes cualquiera bien apercebido ,
Ordenó Bobadilla su partida Y espacio de diez leguas navegado ,
Con cantidad de oro recogido ; Debajo de las aguas hay ruïdo ;
E ya la flota bien apercebida , El cielo se mostraba muy nublado ,
Y lo mas necesario proveido, El mar se hace mas embravecido ,
Llegaron de Castilla los Colones , Grandes olajes ven que se levantan ,
Que no causaron pocas confusiones. Tanto que los mas diestros mas se espantan.
Con insignias por do los conociesen A mas andar la noche se venia ,
Al puerto se llegaban velas llenas ; Pesada , grave , llena de temores ,
Mas antes que las tales recogiesen Setentrion los mares revolvia ,
Ni bajasen por orden las entenas , Y el céfiro también mostró furores ;
Ovando les mandó que no saliesen Boreas con gran furia combatia ,
Con auto de rigor, so graves penas ; El noto revolvió bravos rigores ;
Bien recebió Colon los de la nave, Vereis entre estos sobredichos vientos
Mas el mando juzgó por cosa grave. Asperos y crüeles movimientos.
Sin embargo de penas que sentia , A los desventurados navegantes
Le respondió Cristóbal at Ovando Cualquiera de los cuatro desatienta ,
Que él obedecia y cumpliria No son humanas fuerzas ya bastantes
Las duras condiciones de su mando ; A resistir el agua turbulenta :
Puesto caso que poco se perdia Jamás se vieron furias semejantes ,
En mostrarse con él algo mas blando ; Ni tan terribles trances de tormenta ;
Y en dejalle siquiera tomar puerto Por una y otra parte hacen danza ,
En tierra que él habia descubierto ; Lloro , temor, dolor, desconfianza.
Pero que le rogaba grandemente , Aquellos gritos y lamentaciones ,
Que por ninguna vía consintiese Que vuelan por los aires esparcidos ,
Desamparar el puerto de presente De todos los humanos corazones
La flota, sino que la detuviese ; Ablandaran los mas endurecidos ;
Porque seria gran inconviniente No sirven ya las velas y timones
Si Bobadilla por entonces fuese ; De las soberbias olas embestidos ;
Finalmente tenia por locura Do quiera que cualquiera se convierte ,
Salir en semejante coyuntura. No tiene que mirar sino la muerte ;
Ovando reparó con el aviso , Porque tenian mástiles quebrados ,
Por dallo quien tan bien la mar sabia ; Y ansi vereis nadar las gavias solas
Empero Bobadilla no lo quiso , De navíos abiertos por los lados ,
Burlando de lo que Colon decía ; Andaban fuera jarcias y gisolas ,
Mas presto lo veremos arrepiso , Suenan gritos de hombres anegados
Con su desventurada compañía , Que gustan ya de las amargas olas ,
Y fué para Colon cosa molesta Y procuraban con mortal querella
Ver cómo su consejo nada presta. Tener salud sin esperanza della .
Los tres hermanos , harto descontentos En confusion tan llena de mancilla ,
De ver lo que con ellos se bacia , Una balsa compuesta de madera
Tornaron a dar velas á los vientos , Habia recogido Bobadilla ,
Buscando puerto tal cual convenia , Si buena diligencia le valiera ;
Por esperarse bravos movimientos , Asido va Roldán del escotilla ,
Segun de la señal se conocia ; Flaca defensa para que no muera ;
Pues ven llegar el sol al occidente Y ansi las olas ensoberbecidas
Mayor de lo que suele comunmente. En breve dieron fin à tantas vidas.
Demás de que sacó rayos cetrinos , De todas estas naos , seis habia
Después vieron correr muchas cometas , Que de salvarse tienen esperanza ,
Dieron gritos los pájaros marinos , Aunque la mar mostraba todavía
Del agua se salieron las cercetas , De vida y de salud desconfianza ;
Barriendo van el agua golondrinos Vino la claridad del turbio dia ,
Y otras ciertas señales mal acetas : Llegó ninguna muestra de bonanza ,
Salvaron finalmente su partido A tierra van las dos con la corriente ,
En puerto que hallaron ascondido. Sin amparo de velas ni de gente.
Pues en aquesta parte que se cuenta De velas ni de remos ayudado ,
Estaban sus navios amparados , Huye del mar el triste navegante.
Donde furia de olano revienta , ¿Adónde vas, adónde, desdichado ?
Y limpio fondo va por todos lados ; No ves cien mil peñascos por delante ?
Esperaron alli la gran tormenta , En mar estás de muerte rodeado ,
Con bastantes amarras ancleados ; Y en tierra hallarás la semejante ;
Mas Bobadilla, ya que estaba presto , La fuerza de los vuestros aniquila
Ninguna cuenta quíso hacer desto. Peligros de Caribdis y de Cila.
Burlando pues de todos los desvíos Ningunos claman ya de enronquecidos ,
Y mal que el almirante le revela , Los ojos solamente van al cielo ,
Se viste de marinos atavios , Son ya con duras peñas embestidos ,
Y manda que se bagan á la vela ; Los efetos se ven de su recelo ,
Salieron à la mar treinta navios Deshechos los navíos y partidos .
Con sospecha del mal que se recela , ¡ Ay Dios, y qué terrible desconsuelo !
Representando cada cual figura Por el embate van de la ribera
Aquella venidera desventura. Barriles , cajas , trozos de madera.
42 JUAN DE CASTELLANOS .
Aquí vereis timon , allí la quilla , Pues cuando la salida se le veda
Acullá diferentes materiales , A Colon , por las causas repetidas ,
Cuerpos van ahogados por la orilla El capitán Alonso de Hojeda
De muchos caballeros principales , Recorria también estas partidas :
Que iban con el dicho Bobadilla Después del cual en blanco no se queda
Con prósperas riquezas y caudales ; El capitán Rodrigo de Bastidas ,
El rey perdió grandísimo tesoro , Que siendo Colon preso vino aposta
Y también aquel grande grano de oro. A descubrir riquezas por la costa.
De los cuatro navíos ( segun fama ) Añaden nuevas tierras à la carta ,
Miraculosamente reservados , No juntos sino cada cual distinto ,
Dos dellos arribaron à la Ozama , Descubren el ancon de Santa Marta ,
De los embates graves mal parados , De Chengue, de Naguanje con Chacinto ;
Donde la triste nueva se derrama Rescataron de oro copia harta ,
Por parientes , por deudos , por criados ; La cual por no sabella no la pinto ;
Y visto tan atroce perdimiento Pasan el rio de la Magdalena
Hicieron doloroso sentimiento . Y el puerto que llamaron Cartagena.
No se podian ver rostros enjutos, Un poco navegaron mas avante,
Porque los ojos son manantiales , Pues de Uraba sacaron gran provecho ;
En lágrimas eternas resolutos Mas Cristóbal Colon el almirante ,
Por el descurso destos funerales ; Que no se contentaba con lo hecho ,
Los cuales , no sin gran pompa de lutos , Llevó sus velas muy mas adelante ,
Celebraron los hombres principales , Pensando de hallar algun estrecho
Y porque fuese la razon notoria , Que para mar del sur le diese via
En cuatro versos suman el historia. Aunque para navíos no le habia,
Plangimus Indorum diris submersa procellis Para tomar la costa mas de veras
Corpora , jussa gravem non properare viam. A Jamaica van atravesando ,
Non nocuit nobis longævis credere dictis ,
Sed nocuit semper spernere consilium. Y conocida punta de Higueras ,
Llora nuestra compañía Nunca dañó sabio viejo Fueron la costa arriba navegando :
Los primeros ahogados En el voto de concejo Ven playas , ven ancones , ven riberas ,
En la nueva monarquía , Cuando se da buena mañs ; La tierra de Veragua costeando ,
Siendo antes avisados Mas no pocas veces daña,
Que detuviesen la via. El huir de su consejo. Y en estas dilaciones y desvíos
Perdieron de los cuatro dos navíos.
Lo visto por los pasos ya contados
ELEGIA IV . Por gran prolijidad no se replica ,
Mas vistos sus navíos abromados
Muerte de CRISTÓBAL COLON, donde se cuenta lo que des- Del tiempo que bajó la Costa- Rica,
cubrió en el postrero viaje, Determinaron él y sus soldados
De volver á la isla Jamaica ,
EN UN SOLO CANTO . Faltos ya de salud y bastimentos ,
Y por otros respetos descontentos.
Quien hizo cosas dignas de memoria Salen de Cativá las compañías
Poniendo su vivir en detrimento , Dejando ya las bocas de los rios ,
En multitud de riesgos tan notoria Y aquellas ensenadas y bahías
Cuantos pare la guerra , mar y viento , Con puntas peligrosas y bajios ;
Añade grandes colmos á su gloria Y habiendo navegado muchos dias
Gozar después de buen acabamiento , En Jamaica meten los navíos ,
Mayormente si en riesgos persevera Y porque no podian sostenellos ,
El espacio que dura su carrera. En tierra y al través dieron con ellos.
Lo cual hizo Colon el almirante , Allí por ser menor inconviniente
Pues aunque con vejez y fatigado , Hicieron los Colones su salida ;
Siempre quiso llevar mas adelante Trataronlos los indios blandamente
Aquel descubrimiento comenzado : Y diéronles socorros de comida :
Sin que mal tropezon fuese bastante Adoleció gran parte de la gente ,
A lo volver atrás de su cuidado , Y toda se juzgaba por perdida ;
Y de tantas fatigas en ninguna Colon investigaba muchos modos ,
Se consintió vencer de la fortuna. Buscando su remedio y el de todos.
Agora pues conclusas las procelas , Aquel congojosísimo cuidado
Y la soberbia grande del olaje , Con ningunos descuidos interpola ,
Al manso viento hizo dar las velas Y de vacilaciones rodeado
Con prevencion de buen matalotaje ; Se quiso resumir en una sola ,
Y en cuatro bien fornidas carabelas Que fué rogar á Mendez su criado
A tierra firme hizo su viaje , Intente de pasar á la Española ,
Para ver sus ancones y riberas , En canoa de un palo que tomasen ,
E illa costeando mas de veras. E indios desta isla que bogasen.
Y porque brevedad fué necesaria Mendez , con fidelísimos respetos ,
En una variedad tan infinita , Loables en los siglos venideros ,
Su tercera venida fué sumaria ; Tuvo tan grandes riesgos por acetos
Pues casi por semejas se recita A trueco de salvar sus compañeros ;
De cómo descubrió costa de Paria Fióse de los mares inquietos
La Trinidad , Cubagua , Margarita , Y de los infieles marineros ;
Hasta llegar al mar de Venezuela , Muchos desconfiaban de su vida ,
Y agora van al cabo de la Vela. Mas él no rebusaba la partida.
De allí con mar bonanza , larga escota , Metió seis indios pues, gente salvaje ,
Por puertos , por bahías , por ancones , En navío de una sola planta ,
La costa bajo llevan su derrota , Meten agua y algun matalotaje
Comunicando varias naciones , Para quien del peligro no se espanta ;
Que salian á ver la breve flota , Favorezcale Dios en el viaje ,
Holgándose de sus contrataciones ; Que bien ha menester ayuda santa ,
Y en este tiempo ya se halló muestra Partióse finalmente con bonanza ,
De habellos visitado gente nuestra. Debajo de divina confianza.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA IV, CANTO UNICO. 43
Los que quedaron libres de dolencia , El mozo Diego Mendez sus intentos
Por imitar aquesta maravilla , Por las ondosas aguas proseguia .
A Colon le negaron obediencia , Sin ver zozobras dellas ni de vientos ,
Apartándose dél cierta cuadrilla : Que fuesen turbadores de su via ;
Siendo caudillos desta competencia Los indios muy alegres y contentos ,
Los dos bermanos Porras de Sevilla, Sin se cansar de noche ni de dia ,
Que por ir á la isla ya nombrada Hasta que ya hicieron su llegada
Hicieron de canoas un armada. A la tierra que tienen deseada.
Aderezados pues desta manera Saltaron en un rio descubierto
Embarcóse gran copia de soldados , Adonde se estuvieron refrescando ,
Y al tiempo que iban ya de mar en fuera Y luego por buen orden y concierto
Algunos dellos fueron anegados ; Se fueron por la costa navegando ,
Tornaron á volver à la ribera , Hasta tanto que dieron en el puerto
Del inquieto mar siendo forzados , Adonde estaba Nicolas de Ovando ,
Espadas y rodelas en las manos Al cual con la debida cortesía
Con temor de Colon y sus hermanos. Dió Mendez los recados que traia.
Imaginando pues aquel que yerra Como bueno , fiel y vigilante ,
Las cosas que el contrario suyo piensa , En contalle trabajos se desvela ;
Después que estos saltaron en la tierra Mas no sintiendo bien del almirante ,
Temian el castigo de la ofensa ; Ovando concebia ser novela ;
Y ansi los ven poner en son de guerra Todavía , debajo buen semblante ,
Dispuestos a morir por su defensa ; Mandó llevalles una carabela ;
Alteráronse mucho los Colones , Mas dicen que no fué con intenciones
Reconocidas estas intenciones. De traer á la isla los Colones.
Armaron luego todos sus tullidos El Mendez , sospechando tal desvío ,
Con espadas , rodelas ó con lanzas ; Como bien comedido y avisado ,
Los rebelados son acometidos Compró de sus dineros un navío ,
Que de vencer tenian esperanzas ; De cosas convinientes pertrechado :
Mas con facilidad fueron vencidos El cual les envió con buen avio ,
Sin usarse con ellos de venganzas , Y la razon de todo lo pasado ;
Puesto que en los primeros desconciertos Y despachado con matalotaje ,
Cuatro por defenderse fueron muertos. El hizo para España su viaje.
Pues también se rompió la fuerte malla Libre de sinsabores de tormenta ,
De golpes que se dieron inhumanos ; Con próspero suceso tomó puerto ;
Fué poco mas sangrienta la batalla Su prolijo viaje representa
Después que ya vinieron á las manos ; Escrito por buen orden y concierto ,
Y es esta la primera que se halla Ante los reyes, dando larga cuenta
En Indias de cristianos con cristianos ; De lo mucho que habian descubierto ,
Los indios , por los ver tan diferentes , El riesgo que corrieron sus vasallos ,
Ya tenian en poco nuestras gentes. Y lo que hizo él para librallos.
Cumplian antes bien sus mandamientos , Dadas sus relaciones por entero ,
Y eran sus voluntades ya contrarias , Como dicen acá de popa á proa ,
Pues no venian á los aposentos Por parecelle bien al rey guerrero
A los ver y servir en cosas varias ; Aquella lealtad digna de loa ,
Tampoco les traian alimentos Al Diego Mendez hizo caballero
Ni cosa de las cosas necesarias , Con rentas , y por armas la canoa ;
Y para los volver mas á su mano Que suelen reyes dar honores tales
Un remedio pensó que no fué vano. A los vasallos buenos y leales.
El astucia que digo fué pues esta , Las carabelas pues apercebidas
La cual salió tan bien como queria : Que para los Colones envïaban ,
Entendia por regla manifiesta Tomaron las riberas conocidas
Que la luna , segun astrología , Por los indios que dentro se tornaban
Por la sombra del globo contrapuesta Fueron con gran contento recebidas
Se habia de eclipsar en cierto dia , De los que sus socorros esperaban ,
Y por ser el eclipse por entero , Y por estar el mar todo quïeto
Habia de ser algo duradero. La partida pusieron en efeto.
Llamó los indios pues à su presencia , Levan las anclas , guindan las entenas
Y dijo: por no darnos alimento, Ayudados de vientos principales ,
Verná sobre vosotros pestilencia , Apártanse del puerto no sin penas
La luna hará grande sentimiento ; De aquellos moradores naturales ,
Y aquesta no serà vana sentencia , Que los tenian ya por gentes buenas ,
Pues tal dia vereis el cumplimiento ; Y casi que por hombres celestiales ;
Por tanto , si quereis salud y vida , Por la derrota pues de claro tino
Mirá que no nos falte la comida.» A la Española hacen su camino.
Los indios estuvieron muy alerta ; En el puerto de Ozama conocido
Y, el tiempo señalado ya venido , Metió Colon su gente destrozada ,
Pudieron conocer por cosa cierta Fué con aplauso grande recebido
Lo que Colon había conocido ; De toda la ciudad conmemorada,
La luna dicen todos estar muerta, Y el buen comendador de comedido
De cuya causa dan gran alarido , Lo quiso regalar en su posada ;
Y segun otras muchas veces vemos , Vió sus haciendas , minas y cuadrilla ,
Comienzan á hacer grandes estremos . Y luego se partió para Castilla.
Pidiéronles perdon á los Colones , Embarcóse con gracia del Ovando,
Del pasado rigor arrepentidos ; Guió las velas ácia la Saona ,
Acuden con preseas y con dones Llegaron à Castilla, y en llegando
Como si fueran dioses conocidos ; Fué donde estaba la real corona ;
Y ansi , pasadas estas turbaciones Recebiólo muy bien el rey Fernando,
Fueron bastantemente proveidos , Y hizo gran caudal de su persona ;
Dándoles de comer sin interese , Procuró de hacer su causa blanda
Entre tanto que Dios los proveyese. Con pio de volver á su demanda.
44
JUAN DE CASTELLANOS:
Mas como ya de tan prolijas vias No condeno , letor , lo que barruntas,
De salud se sintiese no bien sano ,
Ocupó su vivir en obras pias Ni me parecen mal estas escuelas ,
Con pia, liberal y franca mano ; Porque con ley de Dios andando juntas
Y dende á poco dió fin á sus dias , Es , como dicen , miel sobre hojuelas ;
Haciendo diligencias de cristiano ; Pero si das razon á mis preguntas ,
Y ansi se remató tan santamente Por ventura ternás dolor de muelas ,
La vida de varon tan escelente. Tornarás en bablar alguna pieza
Rascándote sin gana la cabeza.
A gran admiracion , á gran espanto Si fuesen mas al claro mis razones ,
Pensando sus grandezas me provoco ,
Venías á taparte los oidos ,
Y su mayor loor en cualquier canto Tratando de jüeces mocetones ,
No se podrá decir esceso loco : Grandes de gorra , largos de vestidos ,
Pues Castilla y Leon le debe tanto,
Que cuanto puedo yo decir es poco ; Que salen solemnisimos ladrones,
No procuró deleites ni gasajos , Desvergonzados , sucios , atrevidos ,
Mas sufridor fué grande de trabajos . Que no ballan en ley mas fundamentos
Que sus antojos , gustos y contentos.
De Nervi natural , lugar honesto , Unos vienen con sed de los infiernos ,
Que dicen descender de Lombardia ,
Severo , rojo , de pecoso gesto, Y tal que cosa no se les escapa ,
Feroz en muchas cosas que hacia ; Otros con grandes cofres de cuadernos ,
Y son de necedades gran solapa ,
Alto de cuerpo , pero bien compuesto Y acontece tener buenos gobiernos
En cuantas proporciones poseia , Sin letras un varon de espada y capa ,
Varon en sus intentos fué notable ,
Y en el salir con ellos admirable. Porque su buen juicio le da ciencia,
Con el temor de Dios y su conciencia.
Dejó dos hijos , dignos de su nombre : Sin usar de ninguna demasía
Don Fernando , que nunca fué casado , Podremos decir esto del Ovando ;
En letras , en virtud , insigne hombre ; Pues con el santo celo que tenía
Don Diego , sucesor en el estado , Todo lo mal digesto hizo blando :
De duque y almirante con renombre , Dichoso le llamaron aquel dia
Segun después dirà nuestro tratado ,
Y tiempo que en las Indias tuvo mando ;
Con quien casó la gran doña María Porque sin los reveses de malicia
Que de la casa de Alba descendia. Se besaban la paz y la justicia .
Los funerales desta maravilla
Honraron valerosos caballeros ; Entoncés, como ya dicho tenemos,
Y no tan solamente de Castilla , Del todo se pasó con sus oficios
Pero también de reinos estranjeros ; La próspera ciudad donde la vemos ,
Y dentro de las cuevas de Sevilla Con todas sus familias y servicios ;
Hiciéronse las casas con estremos
Lo hacen sepultar sus herederos ,
Y dicen que en la parte do yacia De grandes y soberbios edificios
Iglesia catedral de gran nobleza ,
Pusieron epigrama que decia : Fuente y esclarecida fortaleza.
Hic locus abscondil præclari membra Coloni,
Cuius sacratum numen ad astra volat. Renta se señaló para servilla
Non satis unus erat sibi mundus notus, et orbem A hombres que podian merecella,
Ignotum priscis omnibus ipse dedit. Y fué don fray García de Padilla ,
Divitius summas terras dispersilin omnes,
Atque animas cœlo tradidit innumeras. Franciscano, primer obispo della ;
Invenit campos divinis legibus aptos, No tomó posesion en esa silla ,
Regibus et nostris prospera regna dedit. Por morir antes de venir á ella ;
Este poco compás que ves encierra Sucedióle Alejandro Geraldino,
Aquel varon que dió tan alto vuelo
Que no se contentó con nuestro suelo, Varon romano y hombre della dino.
Y por darnos un nuevo se destierra,
Dio riquezas inmensas à la tierra , Desta isla no fué la menor pieza
Inumerables ánim as al cielo. La Concepcion, que dicen de la Vega,
Halló donde plantar divinas leyes, Pues ella de por sí tuvo cabeza
Y prósperas provincias a sus reyes.
Do catedral iglesia se congrega :
Fué don Pedro Suarez , el de Deza ,
El obispo primero que le llega ,
Hombre que de sus rentas tuvo largo ,
ELEGIA IV. Y el primero que vino con tal cargo.
A la muerte de don DIEGO COLON, segundo almirante, Fué la renta después menoscabada ,
donde ansimismo se cuentan otras muchas diversidades Y porque ya cumplia que asi fuese,
Hicieron de las dos una manada
de cosas acontecidas en la Española después que murió Debajo de un pastor que las rigiese ;
don Cristóbal Colon. Y fué prior, y de la Mejorada
Primero que gozó del interese ,
CANTO PRIMERO. Dijose fray Luis de Figueroa ,
Varon á quien se debe mucha loa.
Mi voz enronqu ecida se levante, En estos sobredichos hemisferios
Y avive lo posible sus acentos ,
Para que con heróica lengua cante Y por aquellos tiempos venturosos ,
Se fundaron insignes monasterios ,
Los varios y diversos movimientos , Con santos y con dotos religiosos ,
Que tengo de decir mas adelante , En parte no vacante de misterios,
Y a vueltas de contentos descontentos ; Pues sucedieron casos milagrosos ,
Pues no fué tan constante la ventura
Y mas en esta Vega que señalo ,
Que nos pueda vender hora segura. Noble por devocion del santo palo.
Pues ansí como nuevas amistades
Y ansi fué la verdad, que en estos llanos
No ponen su fïel muy en lo cierto , Por ser de poblacion enoblecida ,
Nacen en tierras nuevas novedades Mandaron el Colon y sus hermanos ,
Primero que se pongan en concierto , En la segunda vez de su venida,
Hasta tanto que destas variedades Levantar una cruz á los cristianos "
Se hace quien las rige mas esperto , Planta de sanidad , árbol de vida :
Do buen juicio y buenas intenciones Fueron á ello doce marineros,
Valen mas que Felinos y Jasones. Con otros tantos nobles caballeros.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA V, CANTO I. 45
Señalóles Colon una ladera, Los que labraron casas con aviso
Opuesta por delante de su viso, Francisco de Garay es el primero .
Do se manifestaba muy afuera Después un frey Alonso fué del Viso,
Un arbol bien compuesto, limpio, liso , Comendador y noble caballero ;
De una herniosisima madera , Y el piloto Roldán, que nunca quiso
Y tal en proporcion cual él lo quiso; Perder aquí renombre de tercero,
Y dicen muchos que después ni antes El cuarto Joan Fernandez de las Varas ,
No se hallaron plantas semejantes. Con curiosidades harto raras.
El Cristóbal Colon mandó hacella Después por el concierto regulado
A honestos y devotos oficiales ; Labraron otros muchos sus mansiones,
Salió después de hecha cosa bella, Y á la boca del puerto memorado ,
Plantáronla los hombres principales ; Reparado de cubos y bastiones ,
Postraronse después delante della , Hay un castillo fuerte fabricado,
Presentes muchos indios naturales ; Cón pertrechos de grandes municiones ,
Adorábala nuestra compañía, Y cualquiera bajel que allí se encierra
Después que la pusieron, cada dia. Se puede descargar la plancha en tierra
Después de muchos dias , cierto dia Alcaide del castillo que se tapia,
Un indio hechicero y adevino Encima del fortisimo roquedo ,
Quiso, segun costumbre que tenia, Fué un hidalgo noble de prosapia ,
Hablar con un espíritu malino ; Dijose Diego Lopez de Salcedo ;
Allí, como la cruz reconocia , Después otro hidalgo dicho Tapia,
A sus invocaciones nunca vino, El tercero después el buen Oviedo ,
Hasta tanto que por camino vario Que es Gonzalo Fernandez, coronista ,
Pasó después á otro santuario. Que yo conocí bien de trato y vista.
Hizo sus ademanes y semblantes Insanas furias de contraria gente
Con un nefando y execrable canto, Con gran dificultad pueden entralla ,
Quejóse dél por no le venir antes Porque ya por la parte del poniente
Habiéndolo llamado tiempo tanto; La cerca potentísima muralla ;
El diablo le dijo : « no te espantes , Es limpio puerto , fondo suficiente ,
Que aquella cruz me da muy gran espanto; Ribera tan cabal cuanto se halla ,
Por tanto quien contento me desea Con huertas, con jardines y heredades
Póngala donde nunca yo la vea. » De frutos de cien mil diversidades.
El infiel bestial incontinente , Otras riberas hay por escelencia ,
Oida del demonio la respuesta , La tierra mas adentro , muy amenas ,
Hizo juntar gran número de gente Porque ella tiene de circunferencia
Para quitar la cruz que estaba puesta : Trescientas y cincuenta leguas buenas ;
En lo cual trabajaron grandemente , Los temples son de gran benevolencia ,
Pero su vehemencia nada presta , Pues frios ó calores no dan penas ;
Pues cuanto mas trabajo se ponia Hácela sobre todo mas loable
Mucho menos efeto se hacia. Estrella principal y favorable.
Pues como no pudieron arrancalla, Porque todos los mas , allí nacidos ,
Tan grande muchedumbre como era, Para grandes negocios son bastantes ,
Determinaron luego de quemalla Entendimientos hay esclarecidos
Con cantidad de leños y madera ; Escogidísimos estudiantes ;
Mas vianla quedar desta batalla En lenguas , en primores , en vestidos
Mas sana, mas lucida, mas entera ; No menos curiosos que elegantes ,
Al fin como bestiales engañados Hay tan buenos poetas , que su sobra
Pecaban con quedar maravillados. Pudiera dar valor á nuestra obra.
Después que por los nuestros fué sabida Hay Diego de Guzmán y Joan su primo ,
Reliquia de tan gran manificencia , Y el inclito canónigo Liendo ,
Hiciéronle capilla recogida , Que pueden bien limar esto que limo ,
Adonde se guardó con gran decencia ; Y estarse de mis versos sonriendo ;
Y en estos nuestros tiempos es tenida Quisiera yo tenellos por arrimo
En gran honor y grande reverencia, En esto que trabajo componiendo ,
Y corren por el mundo cantidades Y aun Arce de Quirós me fuera guia
Para salud de mil enfermedades. Para salir mejor con mi porfia.
Destos regalos pues están gozando Otros conoci yo también vecinos ,
Los desta isla ya bien proveida, Nacidos en el orbe castellano ,
Con el justo gobierno del Ovando , Que en la dificultad de mis caminos
Medido por justisima medida ; Pudieran alentarme con su mano ;
Y la ciudad entonces era cuando Y son por cierto de memoria dinos ,
Se vido mucho mas engrandecida ; Villasirga y el doto Bejarano ;
Está su poblazon tan compasada, No guiara tampoco mal mi paso
Que ninguna sé yo mejor trazada. El desdichado don Lorenzo Laso.
Pues por aquel lugar do la veis puesta, Hay linajes ilustres de varones
Que desde el rio hace las subidas , Descendientes de grandes capitanes ,
Es una llana mesa bien compuesta Como son los Villorias y Lebrones ,
Con maravillosísimas salidas : Agüeros y Verdecias y Bazanes ,
En todas proporciones bien digesta, Los Avilas , los Vargas, y blasones
Amplas calles, graciosas, bien medidas ; De Mendozas , Manriques y Guzmanes ,
Es finalmente toda su postura Con otros generosos que no cuento ,
Un peso y un nivel sin torcedura. A causa de faltar conocimiento.
Ninguna cosa, por menor que sea , Aquella nobilísima influencia
Hay en cualquiera parte de la via, Hace la gente grata , comedida ,
Que desde un cabo á otro no se vea, Con gracia , con facundia y elocuencia ,
Segun la retitud con que se guia : Jamás á demasía convertida ;
De norte à sur Ozama la rodea , Hay una natural magnificencia
Combatela la mar al mediodía, De gente forastera conocida ,
Con un roquedo tal y tan seguro , Pues allí sin dineros y sin renta
Que no puede formarse mejor muro. En el punto que trajo se sustenta.
46 JUAN DE CASTELLANOS .
Quien entra por buen orden y concierto Todos generalmente lo tuvieron
No lo dejan caer por ningun arte , Por persona cabal , santa , bendita ;
En aquesta ciudad y en este puerto Comuniqué con hombres que lo vieron
Ha tenido valor el duro Marte ; El tiempo de quien esto se recita :
Pues todos los que bien han descubierto Conocí muchos que lo conocieron ,
De aquí salieron por la mayor parte, Vecinos de Cubagua y Margarita ,
Y muchos en el tiempo del Ovando Como Rojas el viejo , y Villafranca ,
De cuyas alabanzas voy tratando. Riberos natural de Salamanca.
El cual rigiendo varias condiciones Fué hombre grave , pero tan modesto ,
Por vias justas , santas y discretas , Que no pasó de lo que convenia ;
Anacaona llena de pasiones Para cualquier trabajo bien dispuesto ,
Usaba todavía de sus tretas , Pues como buen soldado lo sufria :
Intentando mover rebeliones , Caritativo , sabio , casto , honesto ,
Las cuales no pudieron ser secretas : Dignísimo del cargo que tenia ,
Destos primeros fueron los higueyes , Y ansi mucho después desta partida ,
Con quien usó de rigurosas leyes. La muerte dél fué tal cual fue su vida.
Llana ya la provincia que se apunta ,
La dicha , con astucias no menores , El tiempo que en las Indias fué vecino
Partió su renta con necesitados ,
Solicitó después crecida junta Y ansi, para volver adonde vino ,
De muy grandes caciques y señores ; Buscó quinientos pesos emprestados
Mas como su designo se barrunta , Para matalotaje del camino ,
El Ovando prendió sus valedores • Y la comida dél y sus criados ,
Y á ella , que sin fuerza ni conflito Que fué para juez cosa muy nueva ,
Confesó claramente su delito. Y de su buen vivir bastante prueba.
Conocia ser cosa conviniente Es cosa que se vido raras veces ,
Asegurarse guerra tan molesta ; Y que podreis contar por maravilla ,
Mandaron ahorcar públicamente Venir hombres á Indias por jüeces
Esta mujer lasciva , deshonesta Y no llevar dineros á Castilla ;
Puesto que varonil , sagaz , prudente, Pues muchos en juguetes y belheces
Y a quien todos hacian grande fiesta ; Gastan mas que demanda su costilla :
Dejó hija que dicen Aguaymota , Montó su sueldo quince , gastó treinta,
No de sus condiciones muy remota. Y al fin lo veis después con larga renta.
Hacia mil asaltos Guarocuya , Por ventura vereis muchos varones ,
Con gentes y poder nada sencillo , Que por los intereses que pretenden
Por ser Anacaona tia suya ; Están muy fuera destas opiniones ,
Y fueron luego para destruillo , Aunque bastantemente las entienden ;
Y para que la guerra se concluya , Pero si fueren vanas mis razones ,
Diego Velazquez , y un Rodrigo Trillo , Los bien intencionados las enmienden ;
Y no valiéndole su valentía , Que si personas tales lo miraren
Al fin murió la muerte que la tia. Bien hallarán aquí donde reparen.
Ovando , recelando los vaivenes Aquí no vereis estos señalados ,
Que causan estos tales movimientos , Sino por unos términos medidos ,
Conociéndolos ser flacos de sienes
Y mudables á cualesquiera vientos , Los buenos por sus nombres alabados,
Los malos en comun reprehendidos :
Tomó de los demás grandes rebenes , Honro los que merecen ser honrados
Que tuvieron en mas que juramentos ;
Venció los de Guahava Amiguayagua , Reprehendo perversos atrevidos ,
Pobló pueblo en el lago de Jaragua . Que sin ley, y sin rey , y sin enmienda
A cualquiera maldad sueltan la rienda.
Santa María Pacis la llamaron,
Mas no paremos mas en este fuego,
O de la Paz en lengua castellana , Que podia quemar al circunstante ;
Pues en ella las guerras acabaron , Dejemos al Ovando con sosiego
Y allí gozó de paz gente cristiana ; Y en gracia de sus reyes adelante ;
Mas estos moradores se pasaron Digamos lo que resta de don Diego ,
A la villa que llaman la Yaguana : Hijo de don Cristóbal , almirante ,
Fué gente de valor y gran concierto , Y por poder echar mejor el sello
Y pasaron allí por ser buen puerto. Hagamos nuevo canto para ello .
Luego la isla toda se dilata
Aquí y allí con poblacion cristiana ,
Pobló Puerto Real , Puerto de Plata ,
Azua , Buenaventura , la Maguana :
Aguahava , de quien atrás se trata , CANTO SEGUNDO,
Ayaquino , confin del Ayaguava :
Es finalmente cosa muy notoria Donde se tratan las variedades que hubo en este gobierno, la venida
Que hizo hechos dignos de memoria. del audiencia real, y muerte de don DIEGO COLON.
Al tiempo que esta isla se gozaba Suelen parir cien mil inconvinientes
Gon el gobierno santo que tenia , Diversos pareceres en un seno ,
El don Diego Colon en corte estaba Donde hay parcialidades diferentes
Con su bella mujer doña María , Lo bueno hacen malo , y malo bueno .
Y con instancia grande negociaba De todos los pasados y presentes
El cargo que su padre poseia , Envidia fué pestifero veneno ;
Y el duque de Alba , principe potente , Los cargos y los prósperos caudales
Favoreciale como pariente. Andan acompañados destos males.
Pues como mucha priesa se le diese Pues como los jueces ya pasados
Al rey en estas cosas que discierno , Tuviesen diferentes condiciones ,
Y también en memoria se tuviese Tenia cada cual apasionados ,
Servicio de los tios y paterno , Públicas y secretas aficiones ,
Al Ovando mandó que se viniese , Y no todos estaban olvidados
Y al don Diego dejase su gobierno ; Del soberbio mandar de los Colones ;
La cual mudanza toda nuestra gente De manera que destos cambios hechos
No dejó de sentir pesadamente . Algunos no quedaron satisfechos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA V, CANTO il. 47
Mas don Diego Colon su via mueve En aquel tiempo pues que esto pasaba
Con fausto principal flota bastante , Por fin y muerte de los santos reyes ,
Y los cargos que el rey manda que lleve Fray Francisco Jimenez gobernaba ,
Que fueron de virey y de almirante ; Las destas partes y las otras greyes ;
Y en julio de quinientos y mas nueve El cual en estas Indias deseaba
Entró por aquel puerto muy pujante Varones que guardasen santas leyes ,
Siendo con gran aplauso recebido , Y ansi mandó venir en una armada
O ya fuese de veras ó fingido. Tres frailes dotos de la Mejorada .
Desembarcóse con la compañía De manera que en estos movimientos
Que al cargo de virey era decente , De tantos reinos y tan estendidos ,
Y su cabal mujer doña María Hicieron cuatro frailes dos conventos
De la gran casa de Alba descendiente : Que no fueron entonces mal regidos :
Grandes fiestas hicieron aquel dia Acá vinieron año de quinientos
Y muchos juegos mas en el siguiente , Y mil y diez y seis eran corridos :
Demás de regocijos y alegrías Habia mucho antes gobernado
Que duraron por mas de veinte dias. Un Cristóbal Lebron , buen licenciado.
Sacaron todos invenciones bellas Después de tanta grita y embarazo ,
Manifestando prósperos caudales , Que confunde los hombres mas cabales ,
Porque vinieron damas y doncellas El licenciado Alonso de Zuazo
Generosas , hermosas y cabales , Llegó también con cédulas reales ,
Que por haber entonces falta dellas No con menos poder ni menos brazo
Se casaron con hombres principales. Para todas las causas criminales ,
Hubo toros , sortijas , juegos , cañas , Y para que tomase residencia
En que se daban todos buenas mañas. A todos oficiales del audiencia.
Ejercicios que saben bien usallos Estos frailes y aqueste licenciado ,
Por estos dichos puertos y fronteras , Que con ellos mandaba juntamente ,
Do tienen abundancia de caballos Con peso de razon y de cuidado
Diestros en regocijos y carreras ; Lo gobernaban todo santamente :
Y ansi los amos como los vasallos El régimen andaba concertado ,
Pueden ejercitallos en las veras ; Cada cual se mostraba diligente
Mestizos , indios , negros y mulatos En que se dotrinasen naturales ,
Siempre dan á caballos malos ratos. Y no se les hiciesen tantos males.
Por recuestos, por cerros y collados , Estaba pues la isla bien regida ,
Opor la rasa cumbre de la sierra , Aumentáronse casas y haciendas ,
Se arrojan tras las vacas y ganados Fué toda la ciudad bien proveida ,
De que hay infinidad en esta tierra , Cesaron muchos pleitos y contiendas ;
Dejarretando toros madrigados Dieron muy buen ejemplo de su vida ,
Del bravo cimarron que no se encierra⚫ Sin pretension de bienes ni haciendas ,
Y en esto son tan hábiles y diestros Como deben hacello religiosos
Que pasarán do quiera por maestros. A quien parece mal ser cudiciosos.
Hacen esto con dejarretadera , Que vanos edificios edifica
Que es una media luna bien sacada , Quien burta castigando los ladrones ,
Con asta de fortísima madera Reprueba con rigor la vida rica ,
Que con gran fuerza llevan enristrada ; Y allega las riquezas á montones ;
Y si ganados salen á carrera Decir que no forniquen y fornica
Derriban cantidad de la manada , Que huyan sin huir las ocasiones ,
Para solos los cueros que es hoy dia Quitan al pecador donde tropieza,
Una muy caudalosa granjería. nunca guardan ellos su cabeza .
Dado pues fin á los recebimientos , El cuidadoso gallo vigilante
Y acabadas las bodas y las fiestas , A sus debidas horas cantar quiere ,
Por ocasiones , trampas , chismes , cuentos Mas antes que dé voces y que cante ,
Que no faltan en tierras como estas , Sacude bien las alas y se hiere :
Iban creciendo mil desabrimientos Es menester que sea semejante
Mil pleitos , mil demandas y respuestas , Aquel que predicare y que rigiere ;
Y escribieron al rey algunas cosas Dar voces, pero cumple ser su vida
Al don Diego Colon no provechosas. Primero de vilezas sacudida.
No faltaban malsines y soeces Algunos si por bapdos y recuestas
Que las personas nobles revolviesen ; Se llegan á mortíferas lanzadas ,
Y como por gran número de veces Muy poco sin estar las manos prestas
Las tales á los reyes escribiesen , Valdrian las palabras esforzadas ;
Vinieron licenciados por jüeces Pues &qué valdrán acá las bien compuestas ,
Que en las apelaciones conociesen , Estando buenas obras olvidadas ?
Que fué , segun constó del aparencia , A bien librar el hombre que mas gana
Una manera de real audiencia. Será como sonido de canipana.
Al fin que desta trama salió lienzo , Podria ser galán ejemplo nuestro
Que no puede faltar en este suelo ; Aquel que en Israel tuvo juzgado ,
Fueron tres licenciados su comienzo : Que porque de dos manos era diestro ,
Lucas Vazquez de Aillon y otro Marcelo Es en divinas letras celebrado :
De Villalobos , Juan Ortiz Matienzo , Ansí lo debe ser el buen maestro ,
Al don Diego Colon ningun consuelo , A estas flacas gentes enviado ;
Y á quien nunca jamás fué buen tercero Que mueven las palabras vivos templos ,
Miguel de Pasamonte, tesorero. Si van acompañadas con ejemplos.
Este con buenos celos ó pasiones , Prosiguiendo los frailes sus intentos ,
y otros vencidos dellas ó por ruego , Por el loable modo que solian ,
Escribieron al rey tales razones Dieron en remover repartimientos
Que llamó por sus cartas á don Diego ; De hidalgos que en corte residian :
El cual , vistas reales provisiones , Por ausencias y malos tratamientos ,
Sin les poner escusa partió luego , Que en miserables indios se bacian ,
Y en corte sus disculpas negociando De donde resultaron muchas quejas ,
A sus dias dió fin el rey Fernando. Que à tales intéreses son anejas.
48 JUAN DE CASTELLANOS .
Cuando crecia pues aquesta saña', Sus maridos , varones singulares
Que fué harto mayor que yo la pinto , Do quier que se mostró bélica mano ,
Zuazo no se daba menos maña , Señalados por tierras y por mares
Antes iba por orden no distinto : Con virtud y renombre soberano
Y entonces ya gozaban en España Son Avendaño y Gregorio Suarez ,
Del bienaventurado Carlos quinto , Y Anton de Castro, noble lusitano :
Ante quien por palabras nada blandas Cuyas proezas grandes, Dios mediante ,
Pusieron grandes pleitos y demandas. Confio que diremos adelante.
Sus indios demandaba la cuadrilla , Pues el sabio Velosa persevera
Pero ninguno fué restituido ; Haciendo dos ingenios escogidos ,
Los frailes se volvieron á Castilla , En Niguayen , y Aguate y su ribera ,
Su Majestad se tuvo por servido Del cual ejemplo muchos son movidos ,
Del tiempo que estuvieron en la silla , Queri endo caminar por su carrera ,
Con lo que mas habian proveido ; Örillas de los rios conocidos :
Y los de la ya dicha competencia Como fué Pasamonte , tesorero
Contra Zuazo piden residencia. Y el secretario Diego Caballero.
Los émulos y duros querellantes Otro mucho mejor y mas pujante ,
Granjearon jüez algo tirano , Abajo del que tengo ya nombrado ,
Mas él dió sus descargos tan bastantes , Es del señor Colou el almirante ;
Cuanto los pudo dar un buen cristiano ; Otro hizo también Francisco Prado ;
Y ansí quedó con honra como antes , Y no quiero pasar mas adelante
Puesto que de jüez ninguna mano , Contando los que se han edificado ,
Hasta después que por persona dina Porque, ponellos todos por escrito
A gobernar pasó la Fernandina. Seria proceder en infinito.
Fué pues de los tres frailes un colega , Destos cada cual es un señorío ,
Figueroa , prior cerca de Olmedo , Gentil y principal heredamiento ;
Que fué segundo obispo de la Vega ; Tienen necesidad de gran gentio
El otro fray Domingo de Quevedo , Para tener cabal aviamiento ;
Que tuvo por prior San Joan de Ortega ; Faltaba ya de indios el avio
Otro fray Bernardino Manzanedo , Por el universal acabamiento ,
A quien el rey honró con premios largos , De suerte que hay en estas heredades
Y acabaron después con grandes cargos. Negros en escesivas cantidades.
Tratando pues Colon por su presencia Tienen la tierra tal cual se desea
Sus pleitos en honor y en interese , En temple y abundancia cosa rica ,
El rey para venir le dió licencia , En grande aumento va cada ralea ,
Sin que ninguna cosa concluyese . Y con grande vigor se multiplica ,
Con el reposo siempre de la audiencia , Tanto , que ya parecen ser Guinea ,
De los negocios que él mal proveyese , Haiti , Cuba , Sant Joan y Jamaica ;
Que no le consentian un cabello , Destos son los Gilosos muy guerreros
Y muy poco después les vino sello. Con vana presuncion de caballeros.
Llegado nuestro noble caballero Movidos estos desta lozania
Al puerto de la Ozama conocido , Y sobre gran acuerdo , se juntaron
Aunque no con aquel fausto primero , De la Natividad segundo dia ,
De todos ellos fué bien recebido : Año de veinte y dos que se contaron ;
Tuvo contentamiento mas entero Y luego con soberbia valentia
La vireina de ver á su marido ; Haciendas poderosas asolaron ,
Los años que contaron al presente, Tanto que casi no dejaron rastro
Fueron mil y quinientos y mas veinte. En la que fué de Melchior de Castro .
No solamente voluntad sincera , La furia destas furias mas se ceba
Pero también los pechos descontentos , Sin que dejen mamante ni pïante ;
Amistad le mostraban verdadera , El riguroso trance desta nueva ,
Sin puntas de pasados movimientos ; Con muertos españoles por delante ,
Mas no fué su contento de manera Con la priesa posible se le lleva
Que pudiese huir desabrimientos , A don Diego Colon el almirante ,
Alo menos por las rebelïones , El cual con el calor que convenía
Intentadas por negros cimarrones. Partió tras la proterva compañia .
El caso sucedió por esta vía : Por atajar con brevedad los males ,
Los hombres de riquezas cudiciosos , Recogió de soldados hasta ciento ,
Visto lo que la tierra prometia , Mas luego caballeros principales
Para mejor hacellos caudalosos , Fueron por le servir en seguimiento ;
Dieron una grande granjería , Hallaron luego rastros y señales ,
Que fué hacer ingenios poderosos Envueltos en rigor sanguinolento ,
Para moler azúcar , y el intento Siguieron las pisadas aquel dia ,
Ha venido después en crecimiento. Hasta que ya la noche se venia.
El inventor primero desta cosa , En Nizao paró la compañía
Que primero lo dió perficionado , Por causa de la noche tenebrosa ,
Dicen que fué Gonzalo de Velosa , Mas Melchior de Castro no dormia.
Varon por buenas letras estimado : Que por lo que llevaban no reposa ;
De la cual granjería provechosa Hurtóse del real , siguió la via
Fué rico de caudal multiplicado , Que llevaba la gente belicosa ,
Y en este nuevo reino tiene nietas , Con un criado suyo , que llevallo
En ser , valor y lustre muy perfetas. Quiso , por ser buen hombre de á caballo.
Doña Luisa , otra Castianira , Colon, que luego supo la demanda
A quien Homero pinta soberana , Del que llevaba vivos los aceros ,
La segunda se dice doña Elvira , A Francisco de Avila le manda
Y la menor de todas doña Ana : Que lo siga con ocho caballeros :
Virtud , bondad , honor , aquí se mira ; Con tal que si topasen con la banda
Belleza , discrecion , vida cristiana , De los viles y bárbaros guerreros ,
Casadas con ilustres caballeros , Se los entretuviesen cuerdamente
Y cada cual con muchos herederos. En tanto que llegaba con la gente.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA V, CANTO II. 49
En un camino ancho , bien hollado , Eran los desafueros y los daños
Se juntaron los once que ya digo , Sin querer perdonar cosa viviente ,
Y brevecillo trecho caminado Librose de celadas y de engaños ,
Sienten el escuadron del enemigo , Sin sucedelle mal inconviniente ;
De todas armas bien aderezado , Y sustentó la guerra trece años
Y no de centinelas siu abrigo , Con harto deshonor de nuestra gente ,
Con cuya grita cada cual despierto Robaron crecidísimos caudales
Se pusieron en orden y concierto. Con muertes de personas principales .
Hacen ostentacion de su presencia , Admiranse , letor , entendimientos ,
Diciendo : « Viles , no tenemos miedo , De que cuando hallaron estos mares
Pues pensamos hacer la resistencia Varones poco mas de cuatrocientos
Como valientes hombres a pie quedo .» Venciesen á millares de millares,
Faltóles à los once la paciencia, Y temblasen agora de doscientos
Rompiendo con grandisimo denuedo Tantas ciudades , villas y lugares ;
Por aquel escuadron embravecido , Mas entonces el hombre vaquïano
Dejando cada cual uno tendido. No soltaba las armas de la mano.
Con todos sus pertrechos y reguardos No comia guisados con canela ,
Se rehizo muy presto la compaña , No confites , ni dulces canelones ,
Con infinitas flechas , lanzas , dardos , Su mas cierto dormir era la vela ,
En que se daban todos buena maña ; Las duras armas eran los colchones ,
Pero los once nuestros no son tardos El almobada blanda la rodela ,
En volver con furor de mayor saña ; Cojines los peñascos y terrones ,
Fué la breve batalla bien reñida , Y los manjares dulces , regalados ,
Y al cabo los pusieron en huida. Dos puños de maices mal tostados.
El rencuentro concluso y acabado , Abrir á prima noche las pestañas ,
Y el escuadron de negros ya vencido , Con ojo vigilante , claro , puro ,
El don Diego Colon llegó cansado Por ver lumbres de ranchos ó cabañas ,
Con presurosos pasos al ruïdo : A fin de salteallos con escuro ;
Uno destos salió descalabrado , Quebrándose los ojos por montañas ,
Y el Melchior de Castro mal herido , Do cualquiera pensara ser seguro ,
Pasada de los dardos una mano , Y aunque mas se velasen los isleños ,
Pero no tardó mes en verse sano. A media noche dalles negros sueños.
Remediados aquestos desatinos, A tino caminaban y sin guias
Tan necesariamente remediados , Por setecientos mil despeñaderos ,
Poblaron las calzadas y caminos Y muchos tan destrísimas espías ,
De negros por justicia castigados ; Que nunca perros fueron tan rastreros ;
Sosegaronse todos los vecinos De ramos se cubrian en los dias
Que estaban de temor sobresaltados , Si se mostraban rasos los oteros ,
Y otros bubo después , aunque no luego , De noche por quebradas y por rios ,
Que causaron mortal desasosiego. Hasta que ya topaban los bubios.
Fué un Enrique pues , indio ladino , Fáltanles muchas veces acogidas ,
Que supo bien la lengua castellana , Escepto las montañas y quebradas ,
Cacique principal , harto vecino Las aguas de los cielos niuy crecidas ,
Al pueblo de San Joan de la Maguana : Las mas que viles ropas empapadas ;
Usóse con él cierto desatino De tierra repentinas avenidas
Por su mujer que fué también cristiana : Que escudos le llevaban y celadas ,
Era gentil letor , gran escribano , entonces , los no tales y los buenos ,
Y en estas islas tuvo grande mano. Quedaban con las manos en los senos.
Por no poder templar la destemplanza Y estando sin espadas y rodelas ,
De aquella pesadisiina zozobra , Desnudos , en pañetes ó vestidos ,
Porque el bonor que pierde tal usanza Osaban cometer á centinelas
Para siempre jamas nunca se cobra , De indios , que velaban advertidos ;
Vinole pensamiento de venganza , Y presas las escuchas ó las velas ,
El cual efetuó con mala obra ; Robarlos descuidados y dormidos ,
Y ansi con principal gente de guerra E ya , de los trabajos olvidados ,
Escogió lo mas fuerte de una sierra. Volvíanse contentos y pagados.
Esta sierra se dice del Bauruco , Podríamos en estos tales cuentos
Cuyas cumbres son sumas en alteza , Gastar y consumir noches y dias ,
Piedras , matas , espinas , arcabuco , Refiriendo cien mil atrevimientos ,
Alli bacen comun el aspereza : Hechos , hazañas , suertes , valentias ,
No romperá lombarda , ni trabuco , Que solian hacer hombres hambrientos
Las bravas espesuras de maleza ; En los antiguos y pasados dias ,
Tiene lago que boja su aparencia Donde tullidos , cojos , mancos , sanos ,
Catorce leguas de circunferencia. Cada cual se valia de sus manos.
Entremetido pues en estas breñas Mas ya no hallareis tales mozuelos ,
Para principiar el mal que piensa , En escuela de Marte ni Minerva ,
Hizo canoas grandes y pequeñas , Pues todos huyen destos desconsuelos ,
Formando su guarida mas estensa ; Y dicen que las flechas tienen verba ;
Porque si discrepase de las peñas Hay hojaldres , pasteles y buñuelos ,
El agua le sirviese de defensa , Hay botes y barriles de conserva ,
Con otras infinitas prevenciones Hay cedazo , harnero , y hay zaranda,
Que piensan fugitivos y ladrones. Y sábeles muy bien la cama blanda.
Desde las asperezas desta sierra For faltar pues entonces fuerte gente ,
Su gran rebelion continuando , Y usarse ya sonetos y canciones ,
Hacia mil asaltos por la tierra El Enrique se hizo tan valiente ,
Matando , destruyendo y abrasando ; Saliendo siempre con sus intenciones ;
Ejercitó con gran valor la guerra , Andando pues el indio delincuente ,
Con obra de cien indios de su bando , Causando semejantes turbaciones ,
Y un su capitán dicho Tamayo Y dando de valor bastante prueba
Que para ningun mal mostró desmayo Al gran emperador llegó la nueva.
T. IV.
50 JUAN DE CASTELLANOS .
El cual , por atraer á su servicio Acerca del perdon que represento
Este venturosísimo tirano , Tuvieron sus demandas y respuestas ,
Le perdonó cualquiera maleficio , Usando de comun comedimiento
Escribiéndole carta de su mano : A los cristianos bizo grandes fiestas ;
Donde se le mostraba muy propicio , Hizo de capitanes llamamiento ,
Si dejase furor tan inhumano , Diciendo : « buenas bulas son aquestas ;
Y donde no , si punto se detiene , No cumple ya dejallas de la mano ,
Se le dará castigo cual conviene. Pues las envía rey tan soberano .>>
Vino la carta para don Enrique , Vinieron todos con brazos abiertos
Porque el emperador ansi le llama ; A bien que tanto bien les ofrecia ;
Mas¿quién habrá que se la notifique El don Enrique hizo los conciertos
En todos los confines de la Ozama? Con la seguridad que convenia ;
Porque demás de no tener à pique Dejó las asperezas destos puertos ,
Al dicho , tiemblan todos de su fama ; Volvióse do primero residia ,
Teníanlos por trabajosos lances , Su vida fué después vida segura ,
Y echaban mil juicios y balances. Y ansi se concluyó guerra tan dura.
Como trajo la carta de clemencia De los de mas pesados movimientos ,
El capitán Francisco Barrio-Nuevo , El negro Lemba fué principalmente
Hombre de gran valor y gran prudencia , Que juntó negros mas de cuatrocientos ,
A quien el riesgo fué de poco cebo , Acaudillándolos varonilmente ;
Habló con los señores del audiencia , Fué negro de perversos pensamientos ,
Diciéndoles « la carta yo la llevo , Atrevido , sagaz , fuerte , valiente ,
A mí me viene bien este viaje , Y en su rebelïon de muchos años
E yo quiero hacer este mensaje . » La tierra padeció notables daños.
De percebir oferta semejante Persona mal sabida, recatada ,
A los jueces altos no les pesa , En todas sus astucias otro Davo ,
Porque sabian ser hombre bastante En el asalto de cualquier entrada
Para tomar á pechos el empresa ; Diligente , feroz , erüel y bravo ;
Reconociendo dél de mucho ante Y en este nuevo reino de Granada
Que no fue gavilan de poca presa ; Tuve yo nieto suyo por esclavo :
Y concordes en estos pareceres , Muchacho, pero tales sus costumbres,
Le dieron los recados y poderes . Que me daba no pocas pesadumbres.
Por la mejor manera que convino , Pocas cosas habia dél seguras
Pertrechos necesarios proveidos , Por ser lobo cerval de gran destreza,
Seguia por la costa su camino En embustes , marañas , travesuras ,
Con treinta compañeros escogidos ; En astucias , cautelas y viveza :
Y dos meses gastó hasta que vino Una de las inas malas criaturas
A descubrir los indios recogidos , Que creo que formó naturaleza ,
Trastornando las cumbres y quebradas , Y antes de reventar mas demasías
Sin poder hallar rastro ni pisadas. Agua rápida dió fin á sus dias.
Después de tantos dias , cierto dia Sus fines no causaron desconsuelo ,
En unas espesuras donde estaba , Antes su desventura fué propicia ;
Todos los desta noble compañía Pues si viviera mas este mozuelo,
Oyeron una bacha que cortaba ; Segun iba creciendo su malicia ,
Tomaron por acechos esta guia Venciera las maldades del abuelo ,
Que con temores grandes los guiaba , A quien después mataron por justicia ;
Y por via de breñas importuna Alzóse después dél un Joan Vaquero,
Pudieron allegar á la laguna. El cual vino también á pagadero.
Aquí llegó con hasta diez soldados , Porque durante las rebelïones ,
Dejando los demás en la zavana : Cuya gran pesadumbre fué notoria ,
Vió indios en canoas bien armados , Hubo soldados diestros y varones
Que le hablaron lengua castellana ; Dignísimos por cierto de memoria :
De su venida fueron avisados , Pues allanaban estos tropezones
Y cuanto de la buena paz se gana , Gozando de grandísima vitoria ,
Que le llamasen luego su cacique , Haciendo siempre lances principales
Y que bien sabian ser el don Enrique . En aquestos guerreros infernales.
Sin muestra de ningun desasosiego , Uno destos que vamos relatando
Los indios con temor ó con recato Aunque con pluma ya poca liviana ,
Dijeron no poder cumplir su ruego , Se décia Fulano Villalpando,
Porque estaba de allí prolijo rato ; A quien llamaban barbas de zavana :
Mas Barrio-Nuevo hizo pasar luego Para cualquier trabajo nada blando ,
Para se lo llamar cierto mulato , Rojo, de proporcion algo mediana,
Y dadas las razones de quien era, Pero por bosques, cumbres, montes agros,
Determinó venir à la ribera. Hizo cosas que son como milagros.
Al tiempo que los dos se ven la frente De los que peleaban á su lado
En diferentes puestos y riberas , Podríamos hacer bien larga sarta ;
Quitaron los sombreros juntamente , Destos Joan Freyle fue muy afamado ;
Y el Enrique habló de sus laderas : Y en ver y rastrear viveza harta
Pase vuestra merced seguramente, Un Joan Rodriguez , otro buen soldado ,
Que aquí le serviremos muy de veras. » Que yo traté después en Santa Marta ,
Pasaron á la parte de sus tambos , Un Joan, canario negro , con su perro,
Y abrazos de amistad se dieron ambos. Que casi de razon no tuvo yerro.
Debajo de un mamey , árbol umbroso Otro buen capitan , hombre bastante
Que frutos á la vista representa, En la misma sazon , se dijo Vera ,
Se sentaron entrambos de reposo Que ninguno paso mas adelante
A la sombra y frescor que les contenta ; En la dificultad desta carrera ;
La carta del monarca poderoso Pero volvamonos al almirante,
Le dió con relacion de larga cuenta , Que grandes ratos ha que nos espera ;
La cual consideró por larga pieza , Y á él también esperan desafueros
Y puso luego sobre su cabeza. Que fueron de su vida los postreros.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA VI, CANTO I. 51
Estaban los vecinos sosegados , En Higuey, de quien va hecimos lista ,
Quietos en sus casas y viviendas ; Por Nicolas de Ovando fué justicia ,
Mas como donde quiera que hay letrados Donde por indio que habló de vista ,
No pueden faltar pleitos ni contiendas, Del rico Boriquén tuvo noticia ;
Variedades, procesos fulminados Pidió con gran instancia la conquista ,
Tocantes á personas y haciendas, Por ser empresa digna de codicia ;
En las furias del cual desasosiego Ovando se la dió , y á muchas gentes
Bravamente picaban al don Diego ; Condutas de conquistas diferentes.
De muchas eminencias paternales Porque cuando Haytí se combatia
Procuran los oidores despojallo : Habia caballeros generosos ,
Las causas y principios destos males Señaladísimos en valentía ,
Por no sabellos bien aquí los callo ;
Mas las informaciones fueron tales De mayores empresas codiciosos :
Ansi cada cual dellos pretendia
Que el gran emperador mandó llamallo , Conduta de gobiernos honorosos ,
El cual con obediencia comedida Para mejor probar su fuerte diestra ,
Puso por orden luego su partida. Y dar de su valor mas clara muestra.
Llegado pues á la real presencia , El comendador pues se determina
Tuvo con el fiscal grandes letijos, De dar do se conquiste gente rica :
Anduvo no sin grande diligencia , A Velazquez le dió la Fernandina ,
Y con enojos mas que regocijos : Y al capitán Garay á Jamaica :
De donde resultó grave dolencia , Ser desto cada cual persona dina ,
Y sin ver su mujer ni ver sus hijos Por larga prueba ya se certifica ,
Partió de los trabajos deste suelo : Y al Ponce de Leon , con largo mando ,
Déle Dios los descansos en el cielo . El Boriquén , á quien me voy llegando.
Fué lindo y avisado cortesano , En diez y siete y diez y ocho grades
De gratas y de nobles condiciones , Se suele computar altura deste ;
En miembros antes alto que mediano , Los diametros tienen prolongados
Gentiles y bien puestas proporciones ; Cincuenta y cinco leguas leste oeste ;
Murió como católico cristiano , Rodéala por puntas y por lados
Acompañándolo santos varones ; De belicosa gente brava hueste ;
Dió fin á sus trabajos y tormentos Hecho y fama tiene de guerrera ,
Año de veinteeyy seis sobre quinientos. Porque de los caribes es frontera.
Dejó hijos que hoy han acabado , Por treinta leguas hace sus desvíos
Cristóbal y Luis el heredero , De los Hayties ya conmemorados ;
Que vimos suceder en el estado , Van por su medio montes poco frios ,
Gentil y cortesano caballero ; Porque los aires son todos templados :
Puesto que por mujeres derramado , Vierten á todas partes dulces rios ,
Y en se saber valer no muy entero , Cuyas arenas son granos dorados ,
Por no dejar aqueste quien herede , Sus recodos , remansos , vertederos
Hijo de don Cristóbal le sucede. Abundan de riquísimos veneroș .
La vireina sintió por maravilla A la parte del norte Cairabone ,
El fin del marital contentamiento ; Que mas que todo agua multiplica ,
Si grandes llantos hacen en Castilla, Mas al oriente corre Tainiabone ,
En Indias increible sentimiento : Cuyas vertientes son de tierra rica ;
Fueron también las cuevas de Sevilla Otro también se llama Bayamone ,
Depósito del tal enterramiento , Y el que nombró Luisa la cacica ,
Y allí donde sus miembros fueron puestos Camuy , Culibrimas , y el Aguada ,
Dos dísticos pusieron como estos. De fértiles labranzas cultivada.
Hic maris Indorum præfectus conditur ille El Mayaguex al sur hace su playa ,
Ad quem pro meritis sors inimica fuit.
Munera percepil vivo concessa purenti; Y allá sus aguas Coriguex derrama ,
At cum divitiis tristiu fala simul. Al oriente demora Baramaya ,
Aqal yace el almirante Heredó, segun los tales, Jacagua , y el que dicen de Guayama ;
De la nueva monarquia , Los oficios paternales ; Macao , Guayaney y Guibayana ,
A quien, si bado podia , Pero con tantos vaivenes,
Lepuso menos delante Que en la herencia de los bienes Menos ricos que otros , segun fama ,
De aquello que merecia. También beredó los males. Pero ninguno dellos falto de oro ,
Y en todas sus riberas gran decoro.
ELEGIA VI. Teniendo pues Joan Ponce preparada
Su gente con poderes que le dieron ,
A la muerte de JOAN PONCE DE LEON, donde se cuenta En seguimiento fué de su jornada ,
la conquista del Boriquén, con otras muchas particu- Con lenguas de Hayti que lo siguieron ;
laridades. Y porque por San Joan fué su llegada ,
San Joan de Puerto - Rico le pusieron ;
CANTO PRIMERO. Desembarcó la gente que traja
Voz de mi ronco pecho , que profesa En playa y arenal de una bahia.
Grandes cosas en versos apacibles , La tierra se mostró de buen talante ,
Desea perfecion en su promesa , Para tales designios conviniente ;
Con muertes de varones invencibles ; Gran cantidad de indios ven delante ,
E ya Joan Ponce de Leon da priesa Que salen á mirar la nueva gente ,
Con hechos que parecen imposibles ; Pacífico mostraban el semblante ,
Pues tuvo, como fué cosa notoria, Sin muestra ni meneo diferente ,
En muy menos la vida que la gloria. El rey Agueibaná también venia
Con una madre vieja que tenia.
Este hidalgo fué cual le convino
A la Belona fiera y à sus artes , Llegaron á la playa conocida ,
Y con el gran Colon hizo camino Hablaron á la gente que llevaba ,
Debajo de guerreros estandartes ; Regocijáronse con la venida ,
En aquella segunda vez que vino Segun en los aspetos se mostraba ;
A los descubrimientos destas partes , Y con las mismas muestras los convida
Señaló grandemente su persona Joan Ponce que con lenguas les hablaba ,
Diciéndoles venir aquellas gentes
En allanar la gran Anacaona.
Para ser sus vecinos y parientes.
52 JUAN DE CASTELLANOS.
Respondieron que vengan norabuena , Son sus vecinos gente bien lucida ,
El rey y madre vieja que ya digo , Nobles , caritativos , generosos ;
Pues amistad fiel nunca da pena Hay fuerza de pertrechos proveida ,
A quien pretende ser fiel amigo ; Monasterios de buenos religiosos ,
La cual de parte dellos será llena , Iglesia catedral muy bien servida,
En paz , conformidad y buen abrigo , Ministros dotos , limpios , virtuosos ;
Con lo demás á esto convenible , Fué su primer pastor y su descanso
Sirviéndolos en todo lo posible. Aquel santo varon Alonso Manso :
Como reconocieron destas gentes , Varon de benditísimas costumbres,
Tan blandas y sinceras voluntades , En las divinas letras cabal hombre ,
Dieron algunos dones y presentes Dignisimo de mas escelsas cumbres ,
Para mas confirmar las amistades ; Merecedor de mas alto renombre ;
Al menos á personas eminentes , Su nombre denotaba mansedumbres ,
O mas aventajadas en edades , Y ansi midió sus obras con su nombre ;
Y a madre é hijo largo catecismo , Fué de menesterosos gran abrigo ;
Para que recebiesen el bautismo. Porque lo conocí , sé lo que digo.
A estos nuestra fe se notifica , Fundó Caparra pues año de nueve
Prestando para todo buen oido ; Joan Ponce de Leon , hombre bastante ;
Pusieron doña Inés à la cacica , Mas cuando por lo dicho la remueve ,
Joan Ponce de Leon al convertido : Serian doce años adelante ;
La paz y el amistad se fortifica , Y por cumplir mi pluma lo que debe ,
Sin muestra de tener amor fingido , Diremos otros pueblos , Dios mediante ,
Y estos les descubrieron minerales Que fundaron entonces los primeros ,
De oro de riquísimos caudales . Aunque los menos fueron duraderos.
Formaron leves ranchos , cañaveras Después al noroeste de Guayama ,
Compuestas y ligadas con bejuco , Rio que tengo ya conmemorado ,
Taláronse los montes de riberas , En un sitio , que Cuanica se llama ,
Que por acá llamamos arcabuco ; Tuvieron otro pueblo fabricado :
De las cuales no fueron las postreras Bahía , pero tal que , segun fama ,
Las de Manatuabon y de Cibuco , Es la mejor de todo lo criado ;
Do fueran tan riquísimos veneros , Fundólo don Cristóbal do decimos ,
Que no podrán creer los venideros. Que en el Sotomayor que referimos .
El oro sus veneros mas abona Mas donde manifiestan mis escritos •
A la siniestra mano y á la diestra ; No comportó la gente ser poblada ,
Joan Ponce va ganando gran corona Por ser tanta la copia de niosquitos
Entre los indios y entre gente nuestra ; Que nunca se vió plaga tan pesada ;
Ansi quiso llevar por su persona Y ansí , vencido ya de tantos gritos ,
Al gran comendador tan rica muestra ; La pasó don Cristóbal al Aguada ,
Pero cuando llego halló ser ido , Que es al oeste norueste desta via
Y don Diego Colon recién venido. Con nombre del renombre que él tenia.
Fué su primer venida la que digo , Aquí y en todas las demás distancias
Y á vueltas del consorcio virtuoso Servian indios por repartimientos ;
El don Diego Colon trae consigo Habia fertilísimas estancias ,
Un Sotomayor, hombre generoso ; Y en ellas españoles muy contentos :
Don Diego se le daba por amigo , Crecian cada dia las ganancias ,
Por ser hijo de conde valeroso , De oro caudalosos nacimientos ,
Y el rey á este por le hacer bienes En Quiminén ,Guainea y Horomicos ,
Dió la gobernacion de Boriquenes. Duyey y Cabuin , rios bien ricos.
Del cumplimiento destas provisiones Huye la chisme , cesa la conseja ,
Escusóse Colon por ciertas vias , Crece contento , nace regocijo ,
Y á Joan Ceron nombró por ocasiones Sin olor ni barrunto ni semeja
Que no faltaron en aquellos dias : De guerra ni contienda ni letijo ;
Debajo de las cuales intenciones Asegurándolos la buena vieja ,
Nombró por alguacil à Miguel Diaz , Y el buen Agueibaná su noble hijo :
De quien hemos tratado largamente Los indios mas feroces y mas bravos
En parte del bistoria precedente. Servian mucho mas que los esclavos.
Volvióse pues Joan Ponce despojado Gozaba , como digo , nuestra gente
Al Boriquén que vamos allanando ; De riquezas , contento y alegría ,
Pero muy poco tiempo ya pasado , Con el Agueibaná , varon prudente ,
El rey le mandó dar el dicho mando , Por quien toda la tierra se regia ;
Siendo de sus servicios informado Murió la madre , y él de muy doliente
Por larga relacion del buen Ovando , Vido también su postrimero dia ;
Y el Sotomayor fué favorecido Al heredero , pero, no le plugo
Del Joan Ponce después de proveido. Sufrir ni tolerar tan duro yugo.
Y ansí , con cortesano cumplimiento , Algunos españoles mal regidos,
De justicia mayor le dió renombre , Fiando de las viejas amistades ,
Y al rey Agueibaná en repartimiento , Andaban por mil partes divertidos ,
Fundado pueblo , dicho de su nombre ; En sus estancias , minas y heredades ;
1 Pero después diré con lo que cuento Casi que para siempre despedidos ,
La grande desventura deste hombre , De cualesquier rebeldes novedades ,
Que fué causa de muchos otros daños Aunque dias atrás , obra de un año ,
Que sucedieron en aquellos años. Negocio sucedió no poco estraño.
Con el primer consorcio castellano, El cual aconteció por esta via :
Bien lejos de la mar y malos puestos , Un mozo, Joan Suarez Sevillano ,
A Caparra fundó , pueblo mal sano , A sus solas se fué , no sé qué dia ,
Donde todos audaban indios puestos : A casa de un señor , cruel tirano :
Al cual mucho después le dió de mano Aimanio , segun dicen , se decia ;
Y le buscó lugares bien compuestos , Y este mandò prender aquel cristiano
Junto de Bayamon que lo bastece , Para jugallo , y después del juego
Y donde de presente permanece . Quien lo ganase to matase luego.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA VI, CANTO I. 33
Es sujuego pelota saltadera, Como si por la plaza de gran gente ,
Grande , de cierta pasta ternecilla , Sin ser de los autores avisada ,
Tantos à tantos anda la carrera Soltasen algun toro de repente
En el batey ó plaza que se trilla ; Tomandola del caso descuidada ;
Y las rebazas son con la cadera , Y con aquel temor incontinente
Con hombros , con cabeza , con rodilla : Holgasen de la ver desocupada ,
Es toda la porfia deste marte Buscando cada cual una guarida
Que pase puesto de contraria parte. Do pudiese mejor guardar su vida ;
Para la tarde dejan la batalla , Ausí con el asalto repentino ,
Para que su frescor mas lo despierte , Ruïdos y alborotos del estruendo ,
Regocijándose la vil canalla , Se vencieron de tanto desatino ,
En que la joya fuese desta suerte , Que parte de los indios van huyendo ,
Cada cual deseando de ganalla Sin atinar á senda ni camino ,
Para perdella luego con la muerte , O ya mal tropezando , mal cayendo .
Y el afligido , triste , maniatado , Ya sin querer torcer pecho ni cuello ,
A Dios encaminaba su cuidado. Ya volviendo la cara para vello .
El cual trajo consigo cuando vino Otros también pusieron embarazos
Un paje que se dió no mala maña , De flechas y macanas atrevidas ;
Pues visto de los indios el desino , Destos vereis partidos en pedazos ,
La revuelta, la grita , la maraña , Cabezas abolladas y bendidas ;
Acogióse , mas no por el camino , Cortados piés y piernas, manos, brazos ,
Sino por el rigor de la montaña ; Que por aquel batey iban tendidas :
A Guarionex llegó todo lloroso , Tan grandes estrañezas se hacian
Do estaba Salazar el animoso. Que feroces leones parecian.
Diego de Salazar, que lo miraba, Aimanio que se muestra mas constante
Como persona que lo conocia , Con bravoso furor y lozanía
Luego le preguntó por qué lloraba , Al Salazar se puso por delante ,
Y cual era la queja que traia ; Y semejantes cosas le decia :
El indio le contó lo que pasaba " Aquí quiero yo ver , fuerte gigante ,
Del riesgo que su amo padecia ; Si te podrá valer tu valentía. >»
Y por echar á su valor el sello Cubriose Salazar con el escudo ,
Luego determinó de socorrello. Y apenas tan gran golpe sufrir pudo .
Vamos , le dice , pues en un instante , La macana segunda vez enhiesta ,
Antes que el miserable mozo muera , Y estando levantada ya la mano ,
Porque lo libraremos , Dios mediante. » Allegó Salazar con la respuesta ,
El indio rehusaba la carrera ; Que bien creo que fué de brazo sano ;
Mas con amenazallo fué delante , Pues para no caer nada le presta
Hasta llegar á ver la gente fiera , Haber sido , segun dicen , de llano :
Embarbascados en el ejercicio Con todos los demás quedó tendido
Para hacer el torpe sacrificio. No muerto , pero muy amortecido.
Encubrióse muy bien , por donde iba Los encuentros con esto se concluyen ,
Los puestos de los juegos acechando , A tiempo que los dos están cansados ,
Holgándose de ver la presa viva , Los enemigos ya se deminuyen
Y los que con placer andan jugando ; Por aquellas zavanas y collados ;
Su saña de los ver es escesiva , Ansi que , del lugar los unos huyen ,
Los labios con furor remordiscando , Y los otros están como pasmados ,
Diciendo yo prometo que si llego , Vuélvese Salazar , no por do vino ,
Que mi jugar baraje vuestro juego . »> Sino tomó derecho su camino.
Este hidalgo , que Salazar llamo , Con la gloria de triunfo merecido
En socorrer dijérades que vuela , Caminan estos dos mano por mano
Presto , lijero , suelto mas que gamo , Aimanio , que también quedó tendido
Mas vivo que la mas viva candela ; En si volvió cobrando seso sano ;
Y al indizuelo dió para su amo Y luego con clamor encarecido
En Guarionex espada con rodela , Mandó que le llamasen el cristiano ;
Mandándole que siempre lo siguiese , Caminan con presteza mensajeros
Cuando con mas furor arremetiese . Tras estos dos heróicos caballeros.
Llegó por el lugar mas ascondido Los indios caminando por la via ,
Con aquel fidelísimo vasallo , E yendo con el paso presuroso ,
Salió con un furor jamás oido , Vio Salazar la gente que venia
Tanto que no podré yo relatallo ; Que nada lo hicieron temeroso ;
Y hizo con sus golpes mas ruido Y puesta la rodela que traia
Que si fueran cincuenta de caballo , En ella se sentaron de reposo ;
Aquí y allí saltando como onza Deciale Suarez, que huyera;
Que para mayor salto se desgonza. El dijo : « huir no, ni Dios lo quiera.
Donde mas riesgo ve mucho mas osa , « Otra diez tanta gente no bastara
Mas bravo que la mas brava serpiente , Para que no hiciéramos acervos ,
Y en el arremetida furiosa Demás de que sabemos á la clara
Cortó las ligaduras al paciente ; Que son leones estos, y son ciervos ;
El cual , con el ayuda venturosa , Son ciervos peleando cara á cara ,
Cobró mayores brios de valiente ; Y si buís leones son protervos :
Aquello se le da que el mozo quiere , Bebed y descansad en esa fuente ,
Y dicele haced como hiciere . >> Dejad á mi con ellos solamente. >>
Ambos á dos comienzan á porfía Donde los dos hicieron su parada
A menear de veras las espadas , Llegó luego la gente que corria ,
Dando segun el caso requeria Dieron al Salazar el embajada ,
Profundas y crüeles cuchilladas : Segun les pareció que convenia ;
El golpe de la sangre que corria El , sin que rehusase la tornada ,
Henchia los caminos y calzadas ; Luego les respondió que le placia :
Aquí muertos vereis, allí caidos , Suarez contradijo sus intentos ,
Y todos de gran miedo poseidos . Diciéndole ser locos pensamientos.
34 JUAN DE CASTELLANOS .
Teniendo Salazar ningun recelo , Sufriendo pues aquestos naturales
Daba justificadas sus respuestas ; No pocas sinrazones insufribles ,
El otro con temor y desconsuelo Callaban por hallarse desiguales
Las manos á los cielos tiene puestas ; En armas aceradas y terribles ;
Y las rodillas ambas en el suelo , Piensan que son los nuestros inmortales ,
Le ruega huya cosas tan molestas . Y que también serian invencibles ;
Sino que pues bicieron buena suerte , Deseaban saber lo cierto desto
No volviesen en busca de la muerte. Debajo de dañado presupuesto .
El Salazar le dijo : « buen amigo, Queria ya pasar onceno año
En aquesta sazon y coyuntura Con el millar y medio que se saca ,
Yo no consentiré que vais conmigo , Cuando por remediar su grave daño
Pues que teneis la vida ya segura : Hicieron indios junta muy bellaca ,
Yo solo tengo de ir á lo que digo , Do tomó cargo deste desengaño
Puesto que lo juzgueis á gran locura ; Urayoán , cacique de Yaguaca ,
Seguro podreis ir de vuestra vida. Jurando no cesar con piés ni manos
Pues que teneis bien cerca la guarida. Hasta saber si mueren los cristianos.
Suarez dijo : « id donde quisierdes , Estando con intento tan acedo
Ya que, scñor , estais determinado , A sus promesas esperando lance ,
Que yo tengo de ir adonde fuerdes Pasó por allí Diego de Salcedo
Sin un punto faltar de vuestro lado , Sin gente que le fuesen en alcance ;
Para morir adonde vos murierdes , Urayoán se le mostraba ledo ,
Sin aflojar jamás deste cuidado ; Sin muestra ni señal del duro trance ,
Volvamos ambos donde nos atienden Haciéndole cumplida cortesía ,
Y alla veremos bien lo que pretenden. » Y dióle para ir gran compañía.
Al peligro que ya detrás dejaban Partióse con los indios advertidos
Ambos a dos volvieron juntamente , El que sin advertencia sale fuera ,
Do vieron que sin armas esperaban Mostráronsele todos comedidos
Inumerable número de gente , Al tiempo de pasar una ribera ;
Que todos con dolor acompañaban El cual por no mojarse los vestidos
Al Aimanio, llagado de la frente , Sobre sus hombros va , que no debiera ,
El cual desque bajó de la ladera Porque por ellos fué precipitado
Al Salazar habló desta manera : En lo mas peligroso deste vado.
<< Salazar, valeroso caballero , Viéndolo vacilar en ese punto
Tu pecho de temor todo se escombre , De mas de dos ó tres que esto hicieron ,
No queriendo negarme lo que quiero, El golpe de los indios vino junto,
Pues pido lo que puede dar un hombre ; Y un hora sumergido lo tuvieron ,
Y es que me tomes tú por compañero , Hasta que conocieron ser difunto
Con el valor y gracia de tu nombre , Y por hombre mortal lo conocieron ,
Que gloria me daran armas y damas , Aunque no lo tenian por tan cierto
Si me llamare yo como te llamas. >> Que creyesen estar del todo muerto.
Oidas semejantes niñerías , Y aun esperáronlo tercero dia
Respondió Salazar con rostro ledo : Por esperar al fin cuerpo ahogado ,
« Por conocer en ti mis valentías Hablábanle con grande cortesía
Y no morar en ti brizna de miedo , Pidiéndole perdon de lo pasado ,
Mi nombre, con las mas hazañas mías , Hasta tanto que el cuerpo mal olia ;
De buena voluntad te lo concedo ; Y cada cual quedó certificado
Mas para lo tomar con mejor mano Que no podia ser caso fingido
Sabras que te conviene ser cristiano. » Disimular un cuerpo corrompido.
El indio destas cosas informado Hecha desta manera larga prueba
Parecióle bien y fué contento , De que los españoles son mortales ,
Y ansi después de ser catequizado Al vil Urayoan llegó la nueva
Le dieron este santo sacramento : De parte de los indios desleales ;
Túvose de sus males por pagado Al mal Agueibaná también se lleva
En heredar aqueste nombramiento , Y a los demas caciques principales ;
Y los indios que Aimanio lo nombraban Convócanse los grandes de la tierra ,
Agora Salazar apeilidaban. Para hacer de veras esta guerra .
Volvierónse pues estos dos varones Agueibaná por ser el mas potente
Do estaban sus amigos y parientes , A todos los demás así convoca ,
Cargados de preseas y de dones , Porque la isla toda comunmente
Y bien acompañados destas gentes : Pendia del mandato de su boca ;
Gran amistad y grandes aficiones Urayoán llegó muy diligente ,
Mostraban sin zozobras diferentes ; Aimanio , Guarionex , Mobodomoca ,
Pero poco duraron en sosiego , Con otros principales conocidos
Segun, mediante Dios, diremos luego. Que del mismo furor vienen vencidos .
Y no me espanto destos pareceres
Ni de que sean malos sus concetos,
Pues ven diminuidos sus placeres
CANTO SEGUNDO, Y todos ellos andan inquietos ;
Y sus hijos y hijas y mujeres
Donde se trata el gran rebelion de los indios. boriquenes, y cosas que A servidumbre misera sujetos ,
pasaron durante la guerra. Pierden de libertad aquellos fueros
Que no pueden comprarse por dineros.
De pechos de pasion y dolor llenos Llegada pues aquesta compañía
A veces la paciencia se desvía ; En un universal ayuntamiento ,
Dos bandos que de paz están ajenos Agueibaná , que todo lo movia
Uno suele tomar mas osadía : Para perfecionar su mal intento ,
Viendo que su contrario tiene menos A todos les habló lo que sentia ,
Del mas que se pensaba que tenia , Haciéndoles un cierto parlamento
Su baja coudición hace mas alta Breve , mas por palabras bien compuestas ,
Después que reconocen esta falta. Las cuales en sustancia fueron estas :
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA VI , CANTO II. 3853
Si cesan los estremos de locura , No cumplia mostrarse negligentes
Si quien tiene razon sin razon stente , Los nuestros que roncaban de dormidos ,
Si memoria de bien antiguo dura, Por ser los boriquenes tales gentes ,
Ningun varon habrá que no lamente Que pueden ser á todos preferidos :
La grave sujecion y desventura Membrudos , fuertes , sueltos y valientes ,
Que todos padecemos al presente . En el acometer muy atrevidos ,
¡ Cuán afligidos , cuán atribulados , Tan bravos , tan crüeles inhumanos ,
Cuán muertos , cuán corridos , cuán cansados ! Que son bien menester entrambas manos .
Los dias y las noches padeciendo , Pues los caciques dichos convenidos ,
Servimos estas gentes estranjeras , Sin que cosa se huela ni se sienta ,
A mas andar nos vamos consumiendo Fueron á los asientos conocidos
En minas y prolijas sementeras , Al punto y á la hora que se cuenta ;
Y todos ellos andan repartiendo Y de los españoles divididos
Nuestros campos , zavanas y riberas , Mataron luego mas de los ochenta ,
Aquello que aquí siempre poseimos , De manera que en una misma bora ,
Y donde nos criamos y nacimos. Pagaron á sus amos la demora.
Cada cual de nosotros tiene dueño Agueibaná pagó con otro tanto
A quien reconozcamos obediencia , Al amo don Cristóbal , que servia ,
Y a todos cuantos males os enseño La cual muerte cantaron en un canto
No hacemos alguna resistencia ; De cierta borrachera que bacia ,
Antes como vencidos de gran sueño No siu admiracion ni sin espanto
Llevamos estas cosas con paciencia , Del hermana hermosa que tenia ,
Hasta dalles las hijas y mujeres Que con el don Cristóbal se holgaba ,
Para sus pasatiempos y placeres. Y le dió cuenta de lo que pasaba.
A la maldad y desvergüenza suya Durante pues el canto mal fundado ,
Como viles cobardes damos vado ; Un mozo , que se dijo Joan Gonzalez ,
No siento de vosotros quien concluya En entender la lengua señalado ,
En remediar negocio tan pesado ; Queriendo percebir aquestos males ,
Pues quién hay de los hombres que no huya Desnudo segun ellos y embijado ,
Siendo cornudo ser aporreado , Metióse con los mismos naturales ,
Sino nosotros , vil y baja gente , Y pudo conocer al descubierto
Que pasamos por todo blandamente ? Lo dicho por la india ser muy cierto.
> Pues decid , moradores desta tierra , Procuró de salirse del aprieto ,
Que dormís y roncais con pecho sano , Rodeado de plumas y poporos ,
¿Vosotros no sabeis qué cosa es guerra ? Y con aquel aviso de discreto ,
¿No nacistes las armas en la mano ? Ya fuera de los bailes y sus coros ,
No soleis alentaros por la sierra Habló con don Cristóbal en secreto ,
Mejor que si corriésedes por llano? Diciendo : «señor , ciertos son los toros ;
Pues ¿cómo falta ya quien nos acuerde Pareceríame muy buena cosa
El bien de tanto bien como se pierde? Que pongamos los pies en polvorosa.
Los caribes con sus ferocidades , No cumple dilacion ; porque yo juro
Que sombra nunca fué que los asombre, Que el esperar será gran desatino ;
Con tantas y tan feas crueldades Caminemos agora con escuro ,
Que tiembla de decillas cualquier bombre , Porque yo guiaré por tal camino
Tienen en mucho nuestras amistades , Que cada cual de nos vaya seguro
Tiemblan del Boriquén y de su nombre , Debajo confianza de mi tino . »
Y nosotros temblamos de doscientos El don Cristóbal dijo que se iria,
Cojos , tullidos , mancos y hambrientos . Pero de noche no , sino de dia.
Aquella vieja , mi bestial abuela , Eran con don Cristóbal seis cristianos
Y el insensato torpe de mi tio Que estuvieron la noche muy á pique ,
Nos hicieron creer cierta novela Siempre con las espadas en las manos
Que siempre tuve yo por desvario ; Y no sin sobresalto de repique :
Pero ya la verdad se nos revela Pero , claros los montes y los llanos ,
Por aguas del Guarabo nuestro rio, Mandó luego llamar á su cacique ,
Que no son inmortales los cristianos , Diciendole : « hacemos hoy viaje ,
Y que pueden morir á nuestras manos. Danos gentes que lleven el fardaje.»
» Por tanto , cada cual las haga prestas El indio respondió que le placia ,
Y del pesado sueño se despierte , Y trajo muchos indios bien dispuestos
Echese dos carcajes à las cuestas , Para la gran maldad que pretendia
Aliste con furor el arco fuerte ; Instrutos , avisados y compuestos :
Y sin otras demandas ni respuestas Partió la desdichada compañía
Mueran los enemigos mala muerte , Con los tamemes malos y molestos ;
Porque no puede ser mejor cauterio El Joan Gonzalez su salida tarda ,
Para la llaga deste cautiverio . >> Casi quedándose por retaguarda.
Movidos desta loca confianza , Aquel que la traicion mal la menea ,
Responden los caciques del alarde : Después que todos seis fueron partidos ,
Para poder tomar esta venganza , Tomó trescientos hombres de pelea ,
Conviene que ninguno mas aguarde ; En menear las armas escogidos ;
Porque la dilacion y la tardanza En seguimiento va de quien desea ,
Tanto peor será cuanto mas tarde , Por caminos y pasos conocidos ,
Y sean las primeras circunstancias Y el rey Agucibaná , mozo lijero ,
Matar á cuantos hay en sus estancias. » Al Joan Gonzalez alcanzó primero.
En esto quedan todos acordados , Díjole « dónde vas » , y dióle luego
Pospuestos todos miedos y temores , En la cabeza desapercebida ;
Y aun agora van determinados Del golpe de la sangre quedó ciego ,
De dar sobre sus amos y señores , Y antes que segundase la herida ,
Estando todos ellos descuidados Hincóse de rodillas , y con ruego
De semejantes riesgos y rigores ; Pide que no le prive de la vida ;
Que mala defension , que mal abrigo , El rey dijo , sintiéndolo tan flaco :
Seguridad en cas del enemigo . «Adelante , dejad este bellaco . >
56 JUAN DE CASTELLANOS.
Dejaronlo con harta pesadumbre , Habia pues en estos dos lugares
Quebradas las narices y las muelas , Al tiempo destas vueltas y marañas ,
Y á los demás les dieron certidumbre Varones pocos pero singulares ,
De su mal , pues les huellan ya las suelas : Que hicieron proezas y hazañas ,
Rostro hicieron á la muchedumbre , Mayores que los fuertes doce pares ;
Embrazadas espadas y rodelas ; Y aun se pueden tener por mas estrañas ,
Mas¿qué verán los pocos entre tantus , Pues no se ponen en aquestos cuentos
Que no sean mortíferos espantos? Fabulas , ni ficiones , ni comentos.
Rodean los trescientos combatientes Estaba Salazar en esta villa
El breve batallon de los cristianos ; En fuerzas y en esfuerzo señalado ,
Necesidad los hace ser valientes , Sin que faltase punto ni hebilla
Bien como numantinos con romanos : Para varon heróico y esforzado :
Derribanse narices , muelas , dientes , Gran siervo de la Virgen sin mancilla ,
Por el suelo vereis rendidas manos, Urbano , comedido , bien criado ,
Es la sangre que corre de manera Hubo también aquí Miguel de Toro ,
Que va tiñendo toda la ladera. Que fué de las victorias gran decoro.
Como toros en coso son heridos, En tierra firme y en sus asperezas
Por rostros , por espaldas y por lados , Mostróse con Hojeda gran guerrero ,
Por todas partes son acometidos , Y ansi , por sus hazañas y proezas
Todos traen los pechos traspasados : El santo rey lo hizo caballero ;
Ya casi muertos , pero no vencidos , Joan Lopez Adalid , cuyas destrezas
Ni de vender su vida descuidados , No merecen aquí lugar postrero ,
Quisiera don Cristóbal la venganza Porque sus tinos son atrevimientos
Del rey Agueibaná , mas no lo alcanza. No se podrán decir en breves tiempos.
El espada tenia ya cercana , Añasco , cuya fuerza nada mansa
Mas en ciertos bejucos estropieza , Al escuadron desprecia mas armado ;
Luego terrible golpe de macana Un Sebastián Alonso , que no cansa
Le hizo dos pedazos la cabeza ; Rompiendo lo que está mas reparado ;
Y el resto de la gente castellana Y aquel fuerte varon , Luis Almansa ,
Para postrer gemido se adereza ; Francisco Barrio - Nuevo , Joan Casado ,
Dieron los indios , aunque gente dura , Y aquel de color loro , Joan Mejia ,
A solo don Cristóbal sepultura. Cuyo loor no halla demasia.
Volvieron á buscar al Joan Gonzalez , Y un hombre de Alanis , natural mio ,
No para defension de su partido ; Del fuerte Boriquén pesada peste ,
Mas él entróse luego por breñales , Dicho Joan de Leon , con cuyo brio
De suerte que no pudo ser babido : Aquí cobró valor cristiana hueste ,
Obró Dios sus milagros y señales Trajonos á las Indias un navío ,
En escapar un hombre tan herido ; A mi y á Baltasar un hijo deste ,
Porque si la tal lengua pereciera , Que hizo cosas dignas de memoria ,
Aquesta desventura mayor fuera . Que el buen Oviedo pone por historia.
Huyendo de los ásperos escesos Pero Lopez de Angulo , cuya lanza
Que el rey Agueibaná con otros fragua , Hizo por escuadron ancho camino ,
Descubiertos los cascos y los huesos , Sin espantallo la mayor pujanza
Y a todas horas cantidad de agua , De batalla ni salto repentino ,
Rompió por arcabucos mas espesos , Donde no tuvo menos alabanza
Atravesando sierras de Jacagua ; Martin de Guiluz , noble vizcaíno ,
Salió por gobernar también su proa Fortisimo , lijero y animoso ,
A un heredamiento dicho Toa. Y en los trances de guerra venturoso .
Hallóse quince leguas mas avante También Joan Gil , que siendo mozo tierno
De lo que su juicio computaba , Todos sus hechos fueron soberanos ,
Gente nuestra halló bien ignorante Tantos , que tuvo destos el gobierno
De lo que la taf lengua relataba ; Dotado ya de dias nas ancianos :
Algun ángel llevaba por delante , Fué gran terror y espanto sempiterno
Que por tan buen camino lo guiaba ; De todos los caribes comarcanos .
Tuvo quien lo curó tan buena mano Hasta metellos en su propia tierra ,
Que desde á pocos meses quedó sano. Y á su costa bacelles cruda guerra.
Encendida la fuerza deste fuego En aquesta sazon y coyuntura ,
Por los modos que tengo repartidos , Otros valerosísimos soldados ,
Agueibaná, sin recebir sosiego , Que no sabré poner por escritura ,
Juntó diez mil gandules escogidos ; Estaban en los pueblos señalados ;
Y al indio Guarionex le mandó luego Do va Guarionex con gran soltura
Que los lleve por bosques ascondidos Con los indios que dije bien armados ;
A dar en aquel pueblo del Aguada , Y porque fué reencuentro bien reñido ,
Ya fuego y sangre dél no deje nada. Después os contaré lo sucedido.
Todos fueron muy bien apercebidos
Y confiados de su vencimiento ;
Los nuestros descuidados y dormidos ,
Que podrian ser todos hasta ciento , CANTO TERCERO,
En los dos dichos pueblos repartidos ,
Y ajenos del rebelde movimiento ,
Salvo Caparra , do por Joan Gonzalez Doude se cuenta cómo llegó GUARIONEX al pueblo dicho Montemayor
Joan Ponce supo todos estos males. sin ser sentido, y lo que mas sucedió.
No pudo Joan Gonzalez lo que quiso , Pocas veces se goza de despojo
Ni los que con él juntos han llegado , De fuertes enemigos advertidos ,
Pues por ser el negocio de improviso , Cuando contrarias gentes ven al ojo
Joan Ponce pudo ser el avisado ; Y no Hegan por pasos ascondidos ;
Y ninguno le pudo dar aviso Mas causan perdicion y gran enojo ,
A Sotomayor, pueblo descuidado , Si llegan sin que puedan ser sentidos ,
El cual Aguada es por otro nombre , Porque cualquiera asalto repentino
A quien dio don Cristóbal su renombre. Es causa de inuy grande desatino.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA VI , CANTO III. 57
57
Pues para lo que agora se procura , Con una nunca vista lijereza
Está Sotomayor muy ensotado , Escuadrones contrarios resistia ,
Entonces por ser poca la culura , Grandes fuerzas sacó de su flaqueza ,
De todas partes no bien escombrado ; Animo , corazon y valentia :
Antes montañas , selvas , espesuras , Por el mayor aprieto y aspereza
Lo suelen asombrar por cada lado ; De los mas atrevidos se metia ,
Y aquesto dio lugar à que viniese Diciendo do mas impetu sostiene :
El indio sin que nadie lo sintiese. << Salazar , Salazar es el que viene. »
Verdad es que , segun hemos oido , Con obras , con palabras y con fieros ,
A hombre que salió desta compaña " Hacia de victoria confianza ;
Un indecito niño , dicen , vido Sus golpes son tan llenos , tan enteros ,
Indios armados ir por la montaña ; Que no puede vivir quien él alcanza ;
Pero su dicho nunca fué creido , No se vido leon entre corderos
Y todos lo tuvieron por patraña , Hacer tan crudelisima matanza ,
Y ansi durmieron todos descuidados , Y no con menos bravo continente ,
El cual descuido fué por sus pecados. Peleaba también su flaca gente.
El acechado pueblo ven seguro , Al palo va venciendo nuestro hierro ,
Donde cualquier espía se convierte , A las macanas duras el cuchillo ;
Sin defensa de vela ni de muro , Avudaba también un cierto perro,
Ni casa que se pueda decir fuerte ; Llamado segun dicen Becerrillo ,
Esperaron al tiempo mas escuro El cual traia ya todo su cerro
Para mejor poder hacer la suerte , No menos colorado que amarillo ;
En partes repartidos allí junto , Del cual perro nos han contado cosas
Y macanas y flechas muy á punto . Que se pueden tener por espantosas.
Seis horas antes fué de la mañana , Viendo pues Guarionex su menoscabo ,
Cuando Morfeo mas se detenia Al Salazar dirige su corrida ,
En regalar la vista castellana Haciendo con los indios del Guarabo
Con una soñolienta melodía ; Una mas que crüel arremetida :
E ya la clara lumbre de Diana Resiste Salazar , y al cabo, al cabo
Sus doradas mejillas encubria , A todos los compelen a huida ,
Cuando la gente del protervo bando Dejando por el pueblo y á su puerta
El descuidado pueblo va cercando . Alguna cantidad de gente muerta.
En partes se reparten con sosiego , Aquestos enemigos ya vencidos ,
Sin alboroto , grita ni ruïdo , Esclusos y apartados de sus puertos ,
A las pajizas casas ponen fuego , Curaron los que estaban mal heridos
El cual con gran furor es encendido ; Y dieron sepulturas á sus muertos ;
Aqueste daño hecho , suena luego Procuraron de ser mas proveidos ,
Una terrible grita y alarido ; Huyendo de pasados desconciertos ,
Los gritos fueron tales y tan altos , Conoció no ser parte los que cuento
Que causaron pesados sobresaltos. Para permanecer en tal asiento.
Despertaron aquí los que dormian , Y ansi con ardides de prudente
De tales novedades alterados ; Viendo los pocos hombres que quedaban,
Las llamas á buir los compelian , Uno herido y otro mal doliente ,
Huyendo se hallaban mas turbados : Y riesgos que los mal amenazaban ,
Flechas , humos, calores , impedian Determinó llevar aquesta gente
Las espaldas , los rostros y los lados ; A Caparra do los demás estaban :
Las lumbres descubrian los engaños ; Parecer y balance de discreto ,
Mas eran causa de mayores daños. El cual luego pusieron en efeto .
Ansí como por campos rodeados , Desåsense de aqueste flaco gonce ,
En la caza , por muchos ordenada , Y el campo se partió con mal arreo ,
Que do quiera que huyen los venados , No con tiros de hierro ni de bronce ,
Hallan lebreles puestos en parada , Pues con espadas hacen el ojeo ;
Y son de todas partes acosados , Si deseaban verse con Joan Ponce ,
Sin que puerta le den desocupada, Joan Ponce tiene muy mayor deseo,
Aquí los muerden perros , allí gritan , El cual se congojaba con sospecha
Aqui caen , allí se precipitan ; De la destruicion que estaba hecha.
Ansí do cualquier dellos se convierte , Su gente dividir no convenia
Hay rodeo de gentes inhumanas , Por ser poca y el tiempo peligroso ,
Hay lazos , hay camino de la muerte , Y estando con penosa fantasía
Hay dardos , arcos , flechas y macanas , Por saber de los otros congojoso ,
Hay herida mortal , bay golpe fuerte , Allegó con la gente que traia ,
Hay para todo mal crueles ganas , Diego de Salazar el animoso :
Hay heridos aquí , y allí caidos , Los amigos difuntos lamentaron,
Aqui lamentacion y allí gemidos. Y pocos con los pocos se holgaron .
En esta confusion y batería Estando pues ansí toda la tierra ,
Cada cual Salazar apellidaba , Viendo tan peligrosa rebeldía ,
El cual de mal de bubas no dormia , De ocios y sosiegos se destierra
Y entonces con gran sueño reposaba. Joan Ponce de Leon como solia ,
Al fin lo despertó la vocería. Tornando con los suyos á la guerra
Saltando de la cama donde estaba , Con la poquita gente que tenia ,
No muy sobresaltado ni desnudo , En el número poca y aun doliente ,
Sino con el espada y el escudo . Pero maravillosa y escelente.
El toro madrigado sale fuera Nunca se vió vigor ni tales mañas
Encendido de sañas ó furores ; En tan breves escuadras y cuadrillas ;
Bien pueden hacer alta la barrera Sus vencimientos son cosas estrañas ,
Los mas sueltos y fuertes lidiadores ; Grandes y nunca vistas maravillas ;
Porque él hará bien ancha la carrera , Y tan heróicos hechos y bazañas ,
Do viere los peligros ser mayores ; Que soy muy poco yo para decillas ;
Recogió cojos , mancos y tullidos Porque , vencer ejércitos tan agros
De las posibles armas proveidos. Tan pocos , son misterios y milagros.
58 JUAN DE CASTELLANOS .
Al fin el Boriquén está pujante , En despidiéndose rayos febales ,
Dispuesto para toda competencia ; Y el nublo de la noche derramado ,
El español con animo bastante Al tiempo que descansan los mortales
Para vencer aquesta resistencia ; Vencidos del dulzor acostumbrado ,
Réstanos que pasemos adelante Salió de entre los suyos Joan Gonzalez ,
A lo que sucedió de la pendencia Desnudo segun indio y embijado
Entre los infieles y cristianos , Con arco fuerte, flechas y carcajes
Después que ya vinieron á las manos. Y la cabeza llena de plumajes.
Teniendo juntos pues los que ya digo , Llegó con el recato que convino ,
Que ciento y veinte son cuantos alcanza , Pasando por gran parte de la junta ,
Porque no se pasase sin castigo A la cual ocupó tal desatino
Una cosa tan digna de venganza ; Que quien lo vido nada le pregunta ;
Determinó buscar al enemigo Antes con nublos del bebido vino
Que estaba con grandísima pujanza , Ser indio de los suyos se barrunta ;
Y para gobernar sus pocas gentes Después que vió roncar toda la gente ,
Nombró cuatro caudillos escelentes : Volvióse con gracioso continente.
Añasco , Salazar , Miguel de Toro , Y sin cubrir la desnudez que tiene,
Almansa , cada cual esclarecido ; Segun necesidad de tal acecho ,
Sustancia de la guerra y el decoro Dijo : « todos están como conviene ,
De lo que puede ser encarecido ; Pues duermen como libres deste hecho . »
Pues segun rosicler sobre buen oro , Joan Ponce de Leon no se detiene
Lo fueron del ejército florido ; En ordenar los suyos á provecho ,
Entre estos cuatro generosos Martes , Tocando con los labios los oidos
Partió sus gentes por iguales partes. Para que no pudiesen ser sentidos .
Salazar capitan era de cojos , ་ Partió luego con todos sus soldados ,
Que él mismo por tal nombre se mostraba , Por escuadras y puestos repartidos,
Enfermos , desbarbados , mas no flojos , Piés seguros , quietos, sosegados ,
Sino gente que todo lo talaba ; En el acometer bien advertidos ;
Y ansi hicieron hechos ortodojos , Entraron por lugares señalados ;
Segun necesidad les enseñaba : Aquí, y allí, y allá suenan ruïdos
Ciervos para huir algun mal trance , Causando piés lijeros manos sueltas
Y perros para ir en el alcance. Mil gritas, mil marañas y revueltas .
Estando todos bien aderezados Lobos entran aquí por los rebaños,
Para lo llano , sierra y arcabuco , Por acullá leones los aquejan,
Fueron de ciertas indias informados Por todas partes hay crecidos daños ,
Que tomó Salazar en un conuco , Armas toman aquí, y allí las dejan ;
Estar copia de indios congregados No pueden atinar a los engaños ,
A la boca del rio Coayuco , Por aqui dicen ay, allí se quejan ,
Flechas , inmensas armas , atambores , Aqui dan cuchilladas, allí hieren ,
Y de caribes muchos valedores. Por esta parte matan, y allí mueren.
La era del Señor es estendida Nohay muertes que con muertes no seguuden ,
A tres quinientos y once desta cuenta , Caen gallardos mozos, caen canas ,
Cuando la hueste destos recogida Boriquén y caribe se confunden ,
Estaba donde ya se representa ; Suenan montes, collados y zavanas
Serian once mil en la partida , Con gritos y clamores que se hunden ,
Toda gente crüel , sanguinolenta , Huellan por arcos , flechas y macanas ;
Fornida de mortíferos pertrechos , Si huyen por aquí, por allí pican ,
Y dispuestos á mas crueles hechos. Aqui dan tropezon , allí trompican.
Estos y muchos otros repartidos Como nave siguiendo su carrera
Al Agueibaná sirven y respetan , Es de veloces llamas encendida ,
Los nuestros destas cosas advertidos Que el miserable nauta donde quiera
Muchas cosas consultan y decretan ; Halla su perdicion y su caida ,
Y fueron en efeto resumidos En fuego si no quiere salir fuera ,
Acometelles antes que acometan , En agua si salió perdió la vida :
Teniendo la presteza por segura , Arriba pena, confusion, presura ,
Por consistir en ella su ventura. Y abajo muerte, mal y desventura ;
Anda solicitud á todas velas , Ansí con estas mismas confusiones ,
Alistanse los fuertes morrïones , Si deste punto huyen de mal arte ,
Preparan las espadas y rodelas , Daban en mas terribles turbaciones ;
Lijeros coseletes de algodones; Si por aquí los hiere duro Marte ,
Los alpargates eran las espuelas , Por acullá crüeles escuadrones ;
Que no van en caballos ni trotores ; Muerte, fuerza, temor de cada parte ,
Guian la gente grandes adalides , Sangre, terror, dolor, tristes gemidos ,
Destrísimos en mañas y en ardides. Monton grande de muertos y caidos.
Aderezados pues desta manera , Ardiendo va la furia que no cesa ,
Caminan por montañas sin camino ; Las manos y los pies andan espertos ,
Con gran silencio pasan la carrera Cumpliendo cada cual con su promesa
Para buscar al bárbaro vecino; En ocupar lugares descubiertos ;
Vinieron a salir á la frontera , Finalmente, les dieron tanta priesa
Sin faltar á Joan Lopez su buen tino , Que se quedaron solos con los muertos ;
Atalayaron los que son espertos El español brioso , poco manso ,
Estando con los árboles cubiertos. Mas bien necesitado de descanso.
Esperaron la noche venidera Muertos los que de cuervos fueron cebo
En tácitos lugares recogidos , Tuvieron todos vigilante vela ,
Segun comun costumbre de la fiera , Sin escusarse viejo ni mancebo
Prestos los piés y atentos los oidos ; De dejar el espada ni rodela ;
Agueibaná hacia borrachera Hasta tanto que ya la luz de Febo
Alos que en su favor eran venidos ; Con sus dorados rayos los consuela :
Cantores en aquellos cantos diestros Comieron ; pero yo por estar harto ,
Cantaban ya la muerte de los nuestros. Remito mi manjar al canto cuarto.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA VI, CANTO IV. 59
El fuerte Salazar tocó su cuerno
Llamando los que están apercebidos ;
CANTO CUARTO , Recogió los que son de su gobierno ,
Mozuelos, medio mancos y tullidos ;
Pero como demonios del infierno
Donde se cuentan otras victorias que los españoles tuvieron en pacifi- En ser fuertes, osados y atrevidos,
cacion del dicho Boriquén. De Caparra salieron y sus puertos
Por ásperas montañas encubiertos .
Estremos grandes son de cobardía En confianza del favor divino
Temer y recelar en esta vida De partes descubiertas se desvían,
El peligro que por ninguna via Sin rastro ni pisada de camino
Tiene desaguadero ni salida ; Por el Joan de Leon todos se guian :
Rebate grandes riesgos osadía , El adalid guió con tan buen tino,
Buen ánimo restaura su caida , Que pudieron salir donde querian ;
El brio y el valor del varon fuerte Luego pasaron é hicieron alto
Suele hacer de mala buena suerte. Para poder sin riesgo dar asalto.
Esto mostró muy bien segun os muestro En un árbol pusieron atalaya ,
Joan Ponce con valor jamás oido , Desde donde mirando muy atento
Pues no supo temer hado siniestro Descubrió muchos indios por la playa,
Al tiempo que se vido mas caido ; Y dió la relacion con gran contento ;
Antes como diestrisimo maestro El mas flaco varon menos desmaya,
No quiso conocerse por vencido , Antes cobró brioso movimiento ,
Oso volver la rueda mal segura , Porque para medrar vian al ojo
Y dióle buen suceso su ventura. Donde poder tomar algun despojo.
Porque todos los indios congregados , Entraron todos ellos en consulta ,
Y los que por la isla mas habia El mozo desbarbado y el de calva
Quedaron desta vez tan hostigados Dieron sus pareceres, y resulta
Que no mostraban tanta lozanía ; Que para se hacer mejor la salva ,
Puesto caso que no tan desmayados Por la parte mejor y mas oculta
Que no piensen volver á la porfía , En la gente crüel diesen al alba ,
Mayormente la gente mas remota, Y ansí velaron todos con cuidado
Que nunca se hallaron en la rota. Hasta llegar el tiempo señalado .
Destos el uno fué Mabodomoca , La luz esclarecida de Diana
Que estaba con seiscientos compañeros Sus dorados cabellos recogia ,
Vaciándose muy largo de la boca Y Venus anunciaba la mañana
En confianza destos sus guerreros ; Que por pasos contados se venia,
Juntamente con él la gente loca Cuando la poca gente castellana
Hacia mil desgarros y mil fieros , Sobresaltó la dura compañía :
Burlandose del misero paciente Con piés lijeros y veloz espada
Por dejarse vencer de nuestra gente. Por dos partes ocupan la manada.
Destos los capitanes mas ufanos Comienzan los mortíferos conciertos
Consultaban sus falsos adevinos , Y golpes de clemencia despedidos ,
Hiriendo de los piés y de las manos , Huian por los montes los despiertos ,
Peor que con espíritus malinos, Despiertan los que estaban mas dormidos :
Diciendo : « vengan, vengan los cristianos, Aquí vereis caidos, alli muertos ,
Que aquí les barreremos los caminos , Por todas partes quejas y gemidos ;
Y venga Salazar con su cuadrilla, Revolvió sobre si Mabodomoca ,
Verá cómo le va con la rencilla. Y á su justa defensa los provoca.
Todas aquellas cosas que hablaban Acuden los gandules esforzados
Con aquellas robustas confianzas , Segun á bravos toros los alanos,
Supieron los cristianos donde estaban Danse terribles golpes y pesados
Haciendo sus castigos y venganzas ; Encuentros y rencuentros inhumanos ;
Informados de indios que tomaban De tal suerte que ya nuestros soldados
Por sendas ó caminos de labranzas , Habian menester entrambas manos ;
Y riendo decian : « compañeros , Mas en aquestas gritas y rencillas
A Salazar, á vos os hacen fieros. El Salazar hacia maravillas.
Respondió Salazar con gran paciencia : Joan Leon también, singular hombre,
Yo pues iré de muy entera gana, Andaba por aquellos escuadrones
Si nuestro general diere licencia Conformando las obras con su nombre,
Para que nos partamos de mañana ; Ambos á dos fortísimos leones ;
Porque será gran cargo de conciencia Haciendo los demás ganar renombre,
No ver qué quiera gente tan lozana ; En estas belicosas turbaciones ,
Y si menester es que mas lo ruegue Ensangrentados cuerpos y paveses
Con gran instancia pido no la niegue. » De los terribles golpes y reveses.
Luego Joan Ponce de Leon ordena Cuando la luz de Febo se presenta
Que vaya con la gente que allí tiene , Por las cumbres de montes ensalzados ,
Diciéndole : « señor, id norabuena Tenian muertos ya ciento y cincuenta
Como quien sabe bien lo que conviene ; De los indios que son mas señalados ;
Llegando, si pudierdes, sobre cena Viendo los otros burla tan sangrienta ,
Proveyendo de música que suene, A volver las espaldas son forzados ,
Pues el entrada menos peligrosa Los nuestros, por hallar algun buen lance,
Es cuando la comida se reposa. » A gran priesa seguian el alcance.
Respondió Salazar : « hora segura Aquel Joan de Leon un indio destos
Es esa, segun claro se nos muestra ; Acaso vió huir por cierta via ,
Mas el tiempo, sazon y coyuntura Dispuesto mas que todos los dispuestos
Es para tales cosas gran maestra ; En miembros, gentileza y gallardia ;
Vamos cubiertos por el espesura , El indio con dañados presupuestos
Guie Joan de Leon con mano diestra, Fingió que del Leon se retraia ;
Para que como viéremos hagamos Cebábase Leon por sus provechos ,
Después que juntos dellos nos pongamos .>> Viendo que lleva joyas en los pechos.
60 JUAN DE CASTELLANOS.
Por no perder aquella buena presa, Los trances rigurosos acabados
Con osadia mas que de valiente, Y el un indio huido y otro muerto ,
Tras de la caza va por la dehesa Vinïeron los dichos dos soldados
Sin que lo viese nadie de su gente ; A los demás que estaban en el puerto ,
El indio como vió puesta la mesa Adonde los hallaron congregados ;
Acudió contra él incontinente , Y puestos en buen orden y concierto ,
Diciendole : « repara, porque veas Trató Leon de sus inconvinientes ,
Quién merece mejor estas preseas. » No sin admiracion de los oyentes.
Cada cual de los dos iba lozano Mas no poquitas veces ponen miedo
Y al singular certamen no sin gana , A gentes valerosas españolas
El indio con sus dardos en la mano La fuerza , la soltura y el denuedo
Y con poderosisima macana ; Que tienen muchos indios à sus solas ;
Leon consideró con seso sano Que como valerosos à pié quedo
Que cumplia hacer rodela sana ; Ganan victoriosas laureolas ,
El dispuesto gandul se llegó junto Heles visto hacer hechos estraños ,
Al español que no le pierde punto. Y en nuestra gente no pequeños daños .
El indio con las mas fuerzas que pudo Y en tierra de Cubagua , que no callo
Despide de las manos en un dardo, Por ser de los guerreros la princesa ,
Pasó toda la tabla del escudo A hombres en la guerra hecho callo
Sin bastalle dureza ni reguardo , Ya vimos en llanísima debesa ,
Y entró hasta parar en cierto ñudo Siete indios à siete de caballo
Del sayo de algodon y duro fardo ; Quitalles los despojos y la presa ,
Y a no ser la herida tan al sesgo Con otra cosa no de menos fama
Joan de Leon corria harto riesgo. En un rio que Guárico se llama.
El cual procuró luego de alcanzallo Esto fué que Fernando de Baeza
Y dalle golpe lleno con el hierro ; Un indió vió que le mostró las suelas ,
Mas él buia como buen caballo , Y para lo coger en poca pieza
Acometiendo bravo como perro ; Al caballo hirió de las espuelas ;
Y cuando mas pensaba de cansallo , A él lijeros pasos endereza ,
Tanto mejor subiera por un cerro, Pensando de traello con pihuelas ;
Antes el español , como cargado El indio como ya lo vió cercano
De mas armas, andaba mas cansado. No rehusó parar en lo mas llano.
Libró los otros dos dardos galanos , El cual con valeroso continente ,
Apuntando con ellos mas al viso , Macana con dos manos esgrimiendo ,
Impetuosos ambos , pero vanos Se defendia valerosamente ,
Por esperallos con mejor aviso ; La lanza y el caballo rebatiendo ;
Vense los combatientes ya cercanos El español de vello tan valiente ,
Por querer uno lo que el otro quiso , Los labios con despecho remordiendo ;
El espada procura lo que resta, Arremetió con vana confianza ,
Y el indio la macana tiene presta. Pensando de llevallo con la lanza.
El cual en este caso mas agudo , Bien pensaba matallo de camino
A causa de ser menos impedido , Y quedalle también el brazo sano ;
Tal golpe dió por cima del escudo , Pero contrariamente les avino ,
Que casi lo privó de su sentido ; Pues el indio con ánimo romano
Mas esforzóse todo cuanto pudo , Dió de través un salto peregrino ,
Y apechugó con él amodorrido , Y quitóle la lanza de la mano ,
Pensando barrenallo por debajo ; El cual después de hecha tal ofensa
Mas el indio con salto se retrajo. Con la lanza hacia su defensa.
Estando cada cual con el desino Pues como ya la lanza le faltase ,
De poder sujetar contrario Marte , Y al indio vió también quedar intato ,
Un español llegó por el camino , Esperando la gente que llegase
Y un bárbaro también por otra parte ; Estúvose suspenso por un rato ,
El español al español se vino , Temiendo que el caballo le matase
El indio por el indio se reparte ; Por no valer entonces tan barato
Y como no lo tiene de costumbre , Como vemos al tiempo que esto cuento ,
Leon recebió grande pesadumbre. Que lo que uno valia cuestan ciento.
Pues viéndolo venir desta manera , Hernando de Baeza pues estanca
Dijo desde el lugar donde se halla , Por la causa que tengo declarada ,
« Pesar de mí , señor , teneos afuera , Esperando que llegue gente blanca
Mirando desde lejos la batalla ; De los comilitones del armada ;
Que no soy yo gallina ponedera , Allegó luego Joan de Salamanca
Ni me espantan cien mil desta canalla ; > Con Francisco Martin de la Bogada ,
Cubrióse del escudo con coraje , Y otros dos de caballo , buenos hombres
Y arremetió de veras al salvaje. Que ya no me recuerdo de sus nombres.
Descargó la macana levantada Llegados estos cuatro por la via
El indio por matar nuestro cristiano , Donde el dicho Baeza reparaba ,
Corren por ella filos del espada Vieron el indio que se defendia
Cortándole los dedos de la mano ; Con aspeto feroz y furia brava ;
La rodela quedó bien quebrantada , Y como con lozana gallardia
Y el dueño quedó del todo sano ; La lanza por el cuento blandeaba ,
Mas, como ya con brazos hacen guerra , Cada cual dellos á decir comienza :
La daga niuerto dió con él en tierra. ¡ Qué grande poquedad y qué vergüenza !
Grandísimo pesar tomó de vello Mas cada cual guardaba su caballo
El bárbaro segundo que venia , Al riesgo no queriendo ser anejos ,
Que quisiera llegar á socorrello , Y ansi , con intencion de lanceallo ,
Mas aquel español lo defendia ; Tiraronle las lanzas desde lejos ;
Por lo cual anduvieron al cabello , No pudieron herillo ni matallo ,
Puesto que no con tanta valentía ; Quedándose confusos y perplejos ;
Pues el otro quitado de por medio , Ansi que de las lanzas rebatidas
Huir le pareció mejor remedio. Tenia todas cinco recogidas .
13
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA VI, CANTO V.
Estando todos no sabiendo cómo Formaron una hueste poderosa
Sacar las lanzas del gandul guardoso , Con que cubrian campos y zavanas ,
Allegó por allí Luis Perdomo , Arreados de yerba ponzoñosa ,
Soldado diestro , suelto y animoso , Usada destas gentes inhumanas ;
Hombre para la guerra de gran tomo , Jamás se vido semejante cosa
Y en lances semejantes venturoso , De dardos , arcos , flechas y macanas
Natural de las islas de Canaria , Tan grande municion , tantos carcajes ,
Y de los antiquísimos de Paria , Tantas diversidades de plumajes .
El cual en gran manera se reia ; En las guerras espertos y avisados
Y no sin confusion destos cristianos , Serian quince mil los deste cuento ,
Se bajó del caballo que traia , Y todos por los trances ya contados
La lauza mal asida con las manos , Faltos de temeroso sufrimiento ;
Porque de manco ya no las tenia , Hizo de los caribes mas nombrados
A lo menos en ellas dedos sanos : El rey Agueibaná su llamamiento ,
Desta manera pues se fué llegando Y ansí como llegó la gente fiera
Su vida y la del indio reguardando. A todos les habló desta manera :
Afirmóse también de su postura « El bueno que procura valedores
El indio sin recelo del combate , Para se defender de malas gentes,
Tirandole dos botes con soltura , Debe tener en mucho los favores
Que luego Luis Perdomo le rebate , De sus vecinos , deudos y parientes ;
Y entró con él en esta coyuntura , Y en mas se preciarán cuanto mayores
No queriendo matar ni que lo mate , Y á su necesidad mas convinientes ;
Y anisi vinieron ambos á la lucha , Que la falta con tiempo socorrida
De cada parte no sin fuerza mucha. Conviene ser muy mas agradecida.
Cada cual dellos juega falsa treta , >>Considerando pues cuán á lo largo
Pues barren los hocicos la ceniza , Corre mi trabajosa desventura ,
El vestido las manos mal aprieta , Habeisme puesto todos en gran cargo
El que no tiene ropa se desliza ; Con amistad de fuerte ligadura,
Mas al fin el vestido lo sujeta , Por socorrer en tiempo tan amargo
Y a puño y bofeton lo martiriza ; Y en tan necesitada coyuntura ,
Sirviole después bien este captivo Que si nos falleciere y es ninguna ,
El tiempo que en el mundo duró vivo. No se puede tentar otra fortuna.
En otros muchos lances no reparo , » Y pues que vuestros bravos movimientos
Aunque por cierto yo vi grandes cosas , Son perpetuo terror de los humanos ,
Que podrán admirar si las declaro , Tanto que dellos son vuestros sustentos
Y me diere Dios horas espaciosas ; Y los manjares mas cotidianos ;
Mas quiérome volver à Zalazaro , Deseo que varones tan sangrientos
Pues vuelve con sus gentes victoriosas , No se nos escapasen de las manos ,
Heridos hasta dos o tres soldados , Para que desta vez se mate fuego
Y todos ellos bien aprovechados. Que nos causa mortal desasosiego.
Regocijados todos desta gloria Porque si desta vez no se destierra
Por pasos de caminos conocidos , Esta plaga y aquesta desventura ,
Llegaron á la villa ya notoria, También ha de correr por vuestra tierra,
Donde con honra fueron recebidos , Sin que podais tener hora segura ;
Congratulándose de la victoria No tiene de faltaros cruda guerra,
Que ganaron los cojos y tullidos , Infame sujecion y carcel dura ,
Con otras muchas mas que , Dios mediante , Porque para hartar su hambre loca
Podrán ver los letores adelante . Lo mas se les antoja cosa poca.
» Los ejemplos tenemos en las manos,
Con pérdida de nuestras vecindades ;
CANTO QUINTO , Pues, desque los hayties fueron ilanos,
Con nunca jamás vistas crueldades
Pasaron , como veis , à los cercanos ,
Donde se cuenta la pacificacion de toda la isla y la postrera batalla, Do so color de buenas amistades ,
donde todos los indios estaban juntos con grandes valedores de
caribes. Privan a todos de las dulces prendas ,
De hijos y mujeres y haciendas.
El que padece penas y dolores, >> Si desta suerte ya quedan los otros ,
Ajeno del descanso que tenia , Sujeto y acabado nuestro bando ,
Forzado de sus mismos sinsabores Es claro que ninguno de vosotros
Suele perder temor y cobardía ; Podriades quedaros alabando ;
Y ansi no pocas veces los temores Sino que victoriosos de nosotros
Engendran y producen osadía , Os seguirá furor no menos blaudo ,
Porque por remediar vieja querella Y aun á los de costumbres mas oscenas
Procuran de bebella ó de vertella. Acaso punirán con las setenas.
Movidos deste mal los boriquenes , » Ansí que , para vernos redimidos
Viéndose perseguir por tantos modos , De tantas aficiones y cuidados ,
Perdidas sus baciendas y sus bienes , Querria que si fuistes atrevidos ,
Quisiéronse meter hasta los codos , Seais mas atrevidos y esforzados ;
Asegurándose destos vaivenes , Los contrarios son pocos y tullidos,
O de una sola vez perderse todos , Aunque valientes y determinados ;
Queriendo mas morir por sus defensas Pero poco valdra su pesadumbre
Que ver y padecer tantas ofensas. Contra tan infinita muchedumbre. »
Para valerse pues contra los males Las gentes inhumanas y crüeles ,
De la guerra que tanto les apoca , Oida la razon de tantas penas ,
Hizo junta de indios naturales Respondieron allí por sus cuarteles
Agueibaná que todos los provoca ; Palabras de temores bien ajenas ,
Llegáronse señores principales : Con furia de grandisimos lebreles
Aimanio , Guarionex , Mobodomoca , Que por morder remuerden las cadenas ,
Y demás destas gentes en que estriba Encendidos de pestilente gana
Crecida cantidad de la cariba. De ya poder beber sangre cristiana.
62 JUAN DE CASTELLANOS.
La gente castellana, que velaba , » Si tiene parecer el hombre diestro,
Segun que tal peligro requeria , Este es mi parecer y mi sentencia ,
Ninguna cosa destas ignoraba Aunque deseo yo saber el vuestro ,
Por indios que tomaba cada dia ; Pues no teneis menor el esperiencia ;
Y por sus pocas fuerzas recelaba Y el que sintiere ser mejor maestro
Junta de tan proterva compañía ; Aquí para hablar tiene licencia ;
Pero con recelallos y temellos Pues no siendo razon del todo vana
Determinaron ir en busca dellos. Escucharémosla de buena gana. »
Y no sin aficiones y cuidados El número de aquesta compañía
Que suelen agravar esta balanza , Sin esceptarse dél mozo ni viejo
Llamó Joan Ponce todos sus soldados , En aquestas palabras se veia ,
Dignisimos por cierto de alabanza ; Como si fuera lumbre de un espejo ;
Y estando todos ellos congregados, Y ansi dijeron que lo que decia
Sin muestra de temor y destemplanza , Era necesarísimo consejo ,
Como varon en todo suficiente, Y lo que contenian sus razones
Me dicen que les dijo lo siguiente : Se conformaba con sus intenciones.
No creo que terneis por villania La voluntad de todos conocida ,
Decille que defienda su partido Que fué para tal caso convenible ,
A quien con tan suprema valentia Aderezose luego la partida
Me consta bien habello defendido ; Con cuanta brevedad les fué posible ;
Pues puede redundar en culpa mia Ochenta solos hacen la corrida
No ser en este caso proveido , Contra los quince mil, gente terrible ;
Para que à valor tan infinito Dudosos se harán á los humanos
Ayudemos siquiera con un grito. Tan altos hechos y tan soberanos.
>>Porque ansí como sobra de razones ¿Quién creerá vencer á tan gran Marte
Engendra confusion en los oyentes , Estatura de tan pequeño codo?
Ansí do quier que faltan prevenciones ¿0 cómo fuerza de militar arte
Suelen nacer cien mil inconvinientes , Para ello halló via ni modo ?
Que paren otras muchas ocasiones Mas peleaba Dios de nuestra parte ,
Por do suelen perderse muchas gentes , Que con su voluntad lo vence todo ;
Y mas en guerra y el contrario junto , Pues queda muy atrás valor humano
Do no conviene que se pierda punto. Donde pelea su potente mano.
» Movido pues , señores , deste celo , Era tenido Salazar en tanto
No sin vacilaciones varias , oso Al tiempo que esta guerra se trataba ,
Deciros que hollais ajeno suelo , Que el batey de los indios y su canto
Y teneis enemigo poderoso ; Con gran veneracion lo celebraba :
Que cumple no durmamos sin recelo , Su nombre les ponia tal espanto
Que conviene tener poco reposo , Que el indio mas soberbio mas temblaba ;
Que demos orden para que esta plaga Y en tiempo destas vueltas y rigores
Con menos riesgo nuestro se deshaga. Fatigábanio mucho sus dolores.
» Y cierto no conviene que los buenos , Pues como vió Joan Ponce que se halla
En riesgo del honor y de la vida , Esta persona principal tan flaca ,
Hagan cosas á poco mas o menos ; Y que para romper cualquier batalla
Sino por una regla bien medida , Cuanto mas flaco mas esfuerzo saca ,
De la cual los que fueren mas ajenos A ciertos indezuelos de canalla
Hallarán mas cercana la caida ; Mandó que lo llevasen en hamaca ,
Pues à quien corre sin mirar por dónde Y ansi con el reguardo conviniente
No siempre buena dicha le responde. De sus desnudos hombros va pendiente.
>>>Considerando pues la gran compaña Salieron luego para la conquista
De gente tan crüel y tan molesta , Con buena prevencion nuestros varones,
El desorden notable cuánto daña , Sin hallar tropezon que los resista
Un pesado descuido cuánto cuesta ; De tantas y tan grandes poblaciones.
Deseo que nos demos buena maña Finalmente , llegaron á la vista
En este postrer trance que nos resta , De los embravecidos escuadrones ,
Porque después gocemos sin zozobra Los cuales estuvieron muy atentos
Fructuoso trabajo desta obra. Riéndose de sus atrevimientos.
» Pues si nuestras zozobras tienen vado, Asentaron real, pequeño trecho
Como tengo de Dios la confianza, Del contrario sin grita ni ruïdo ,
Será vuestro trabajo conmutado Teniendo por espaldas un repecho
En vida de placer y de holganza , Que hacia lugar fortalecido ,
Y cada cual muy bien galardonado Para tales designos á provecho ,
De lo que el rico Boriquén alcanza ; De maiz , leña y agua proveido ;
Todo lo cual parece que asegura , El cual lugar les dió grande consuelo
Demás del gran valor , vuestra ventura. Por habello hallado tan á pelo.
» Esta conviene mucho que sigamos Como los nuestros pues allí viniesen
Huyendo del peligro los estremos , A hora poco mas de mediodía ,
No para que del todo los temamos , Para los provocar á que saliesen
Sino que con recato nos guardemos , Gran muchedumbre de indios acudia ;
Y para concluir lo que tratamos , Españoles querian que rompiesen ,
Antes que ellos nos busquen los busquemos ; Joan Ponce de Leon no consentia ;
Pues , jugando de mano , veces hartas Pero por ojear sobresalientes
Desbaratan á trunfos buenas cartas . Salieron hombres sueltos y valientes .
» Para ser de valor mas alentados, Salió Joan de Leon , mozo valiente,
Podeis encomendar á la memoria Pero Lopez de Angulo , Joan Mejía ,
Que en todos los rencuentros atrasados Mostróse Salazar tau solamente
Habeis gozado siempre de victoria , Que para mas licencia no tenia ;
Con hechos tan heróicos y esforzados Porque de tan gran número de gente
Que se les debe muy cabal historia , La principal muy bien lo conocia ,
Y no cumplir que pierdan los remates Salió Miguel de Toro, Joan Gonzalez
Hazañas tan subidas de quilates. Y hasta diez ó doce destos tales.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA VI, CANTO V. 653
Demás de que las armas iban prestas, »Iránse los caribes mal pesantes
Iban calzados de lijeras suelas , Por verse padecer trances tan duros ,
Llevan un arcabuz y tres ballestas , Dividiránse luego los restantes
Los demás con espadas y rodelas ; De libertad perdidos ya sus juros ;
Ya los indios de plumas mas enbiestas Tenémos los tan llanos como antes,
Aprietan , comodicen , las espuelas , Y por ventura harto mas seguros ;
Mataron en aquesta rociada Que no hicieran ellos tal mudanza ,
Tres ó cuatro de gente señalada. Si de volver tuvieran la esperanza.
Los indios que volvieron afrentados >>Por tanto, pues la gente queda sana
Causaron en los otros tai revuelta , Y libres ya del encendido fuego ,
Que revolvieron mas determinados Cenemos lo que hay de buena gapa,
Hasta doscientos , toda gente suelta ; Puesto que no durmamos con sosiego ;
Los españoles diestros y avisados Volvernos hemos luego de mañana ,
A nuestros escuadrones dieron vuelta , Que ganado tenemos este juego .
Pareciéndoles bien el primer lance Con esto reportó la compañía ,
Sin esperar mas riguroso trance. Y se volvieron todos otro dia.
Estando pues los nuestros en sus puestos , Y ansi fué que después los boriquenos
Cada cual dellos bien aderezado , Se quisieron reudir todos à una ,
Vieron entre estos indios bien dispuestos Los españoles vivos quedan buenos ,
Un indio grandemente señalado : Y la guerra les da pena ninguna ;
Las piernas y los brazos muy compuestos, Joan Ponce de Leon ni mas ni menos
En los pechos cemí de oro labrado , Gozaba de su próspera fortuna ,
Y segun en su traza representa En paz con su mujer y con sus hijos,
Debia ser persona de gran cuenta. En sus minas, estancias y cortijos.
Todos tenian pues la vista fija Trajeron grande copia de ganados ,
En aqueste gandul que parecia , Necesarios a todos menesteres ;
No sin alteracion algo prolija Vinieron á poblar hombres casados
Sobre saber de cierto quién sería ; Con sus familias, hijos y mujeres ;
Porque con las pinturas de la bija Varones diferentes en estados ,
De cierta ciencia no se conocia ; Ricos y caudalosos mercaderes ,
Mas en comun juraba gente nuestra Ocupan puertos varios navegantes
Ser el Agueibaná , segun la muestra. Y grande multitud de contratantes.
Durante por palabras la pelea Lucen y resplandecen los arreos
Entre los adalides principales , Que cubren las humanas proporciones ,
Dijo Joan de Leon : « quien quier que sea , Hay justas, juegan cañas hay torneos
Bueno será que pague tantos males ; Con grandes variedades de invenciones ,
Y no venga la noche sin que vea Satisfacen riquezas sus deseos ,
Las penas y tormentos infernales. » Vanse poblando nuevas poblaciones ,
El arcabuz tomó que va cargado , Las cuales conoci con gran provecho ,
Y por su rodelero Joan Casado. Pero ya muchas dellas se han deshecho.
Viendo que dos bajaban por la via Tenian de oro ricos nacimientos ,
Del fuerte do tenian sus pertrechos , De cosas necesarias gran hartura,
Ocurrieron los indios á porfia Hay grandes hatos, hay heredamientos ,
Y a tomallos a manos van derechos ; Hay por la isla toda gran cultura ;
Apuntó bien Leon a quien quería , Celebráronse muchos casamientos
Ydióle por el medio de los pechos ; Con damas de valor y hermosura ,
Cayó volcándose por aquel suelo , Y acuérdome de aquestos pobladores
Quedando los demás con gran recelo. Que dejaron algunos sucesores.
Pero con presuroso continente Gaspar y Garci Troche , principales
Asieron á porfia del caido , En estos regimientos y gobiernos ,
Sacandolo cargado prestamente Hombres en toda cosa tan cabales
De aquel lugar adonde fué herido ; Que del dicho Joan Ponce fueron yernos ;
Y ansi como lo vió la demás gente Francisco y Joan de Toro, y otros tales
Dieron terrible grita y alarido , Para cualquier peligro nada tiernos ,
Yéndose poco a poco retirando, Francisco de Alvarado, Diego Ramos ,
La muerte del cacique lamentando. Que por varon ilustre lo contamos.
Convierten el placer en duro llanto Diego de Cuéllar , Pedro de Espinosa ,
De verse reducir á servidumbre , Y con ellos Victor y Joan Guilarte ,
Y ansi decian todos con espanto Pedro de Mata que en cualquiera cosa
Aunque no lo tenian de costumbre : De honra no le daban poca parte.
O los poquitos destos valen tanto Castellanos, persona generosa
Como si fuese grande muchedumbre , En cuanta clara parte nos reparte ,
O han resucitado nuestros amos Y aqueste generoso caballero
Y los demás cristianos que matamos. » Fué después en la isla tesorero.
Confiados de fuerzas y soltura , Francisco de Mayorga, tan bastante
Quisieran muchos ir en los alcances , En todo cuanto puede ser nobleza ,
Pero Joan Ponce dijo ser locura Que ningunos pasaron adelante
Y desvariadísimos balances : Y pocos en posible de riqueza ;
@ Dejadlos ir , que es guerra mas segura ; Joan de Mayorga, hijo , semejante
Pues Dios nos lia librado destos trances , En discrecion , honor , virtud , proeza ,
Daldes lugar á bien llorar su muerto , Que vive , y es persona señalada
Que el rey Agueibana debe ser cierto. En este nuevo reino de Granada.
» Paréceme consejo muy mas sano, Persona de mí harto conocida ,
Por libertad de tan pesado Marte , Pues vi que en escuadrones de Belona
Las gracias dello dar al Soberano , Ha servido muy bien toda su vida,
Pues nos ha sucedido de tal arte Y sirve boy á la real corona ;
Que nos dió la victoria de su mano , Tiene mujer que tiene merecida
Siendo nosotros harto poca parte : Alabanza inmortal de su persona ,
Limosnas se harán y sacrificios Dicha doña María de Cazalla ,
Reconociendo tantos beneficios. Que soy muy poco yo para alaballa.
61 JUAN DE CASTELLANOS .
Ansimismo hicieron allí rancho Curóle Yahureibo la herida ,
Un Baltasar Cancer y Joan su hermano , Gozóso de tener tan buen captivo ,
En honor sin venille nada ancho No tanto por quererle dar la vida .
Dicho Ruiz Barrasa tuvo mano ; Cuanto por se servir dél siendo vivo ;
Hubo también aquel Francisco Joancho. Es el dolor del pié muy sin medida ,
Muy rico y caudaloso baquiano , Mas el del corazon mas escesivo ,
Alonso Manso, Baltasar de Castro , Por no se descubrir hora segura
Que de fama no dejan menos rastro. Ni cosa que no fuese desventura.
A Hernán Sanchez Alemán me llego , Pues la vil y proterva compañía
Hombre de gran valor y mucha suerte , Por las islas se fué regocijando ,
Al cual yo conocí ya medio ciego Segun comun costumbre que tenia ,
Con Joan de Vargas , otro varon fuerte ; Comiendo de los presos y matando
Ansimismo Garcí de Villadiego , La pieza que mejor les parecia ;
Y el triste que murió de mala muerte , Y por derecha via navegando ,
Cristóbal de Guzmán , y diré cómo , Llegó con buenos tiempos y zaborda
Por ser un caballero de gran tomo. En la isla que llaman Virgen- Gorda.
Puesto caso que estaba ya hollada En aquella sazon y coyuntura
La isla con sus indios todos llanos , Que llegó la compaña monstruosa ,
Era también á veces infestada Iba nuestro bidalgo sin ventura
De todos los caribes comarcanos ; Trabado de la yerba ponzoñosa ;
Y en diferentes tiempos salteada Y conociendo ser de poca dura ,
Con harta perdicion de los cristianos , Por dalle muerte mas calamitosa ,
Acometiendo con escuridades Mandaronlo poner en un madero
Los hatos , las estancias y heredades. Do todos le tiraron á terrero.
Y en las rebelïones desta tierra , En aquestos tormentos apartados
En un cierto rencuentro riguroso , De todo cuanto puede ser clemencia ,
Mataron , segun uso de la guerra , Los ojos á los cielos levantados
Un Cacimar, cacique poderoso ; Con suma devocion y reverencia ,
E Yahureibo , desta gente perra Demandaba perdon de sus pecados
Cacique por estremo belicoso , Armado de grandisima paciencia;
Quiso venir con poderosa mano Dió fin á los trabajos deste suelo
Para vengar la muerte del hermano. Para gozar descansos en el cielo.
En piraguas, que son como galeras , Pues no fué por entonces encubierto
Metió trescientos indios escogidos , Ser hombre de santísimas costumbres ,
Del Boriquén tomaron las riberas Y sus negras dijeron por muy cierto ,
Sin ser vistos , oidos ni sentidos , Presentes a las dichas pesadumbres ,
Acecharon caminos y carreras , Que en el mismo lugar donde fue muerto
Por las cuales van bien apercebidos , Aquella noche toda vieron lumbres ;
Al Daguao sus pasos encaminan . Quisieran ellas dalle sepultura ,
Y á las estancias que con él confiuan. Mas no lo consintió la gente dura.
Allí tenia principal estancia Una que quiso ser mas atrevida ,
Guzmán con cantidad de frutos varios ; Dicha Isabel , mujer de mas coraje ,
Seria media legua la distancia De golpe de macana fué herida
Del puerto do saltaron los cosarios ; Por uno del ejército salvaje ;
El Guzmán sin ninguna vigilancia , Al fin , cuando hicieron su partida ,
Ni miedo , ni recelo de contrarios , Lo mandaron echar al rebalaje
De tal manera , que por plaza rasa Del agua sin que nadie le tocase ,
Llegaron hasta le cercar la casa. Para que el agua misma lo llevase.
El resplandor del sol era salido Faltóles á los nuestros la paciencia ,
Cuando salió también la gente fiera , Entendida la nueva lastimera ,
Acudió con los suyos al ruido , Haciéndoseles cargo de conciencia
Por tomar un caballo , si pudiera ; No ir tras esta gente carnicera ;
Pero luego de yerba fué herido Y ansi se procuró con diligencia
En el primero pié que puso fuera , Efetuar con tiempo la carrera ,
Y como vido tantos al encuentro Pensando redimir aquel captivo
Parecióle mejor volver adentro . Que todos sospechaban estar vivo.
Mas los voraces indios inhumanos Para poder llegar á los confines
Tuvieron en entrar tal osadía , De los caribes fieros , atrevidos ,
Que vivo lo tomaron á las manos Aderezaron buenos bergantines
Con las negras é indias que tenia ; De cosas necesarias proveidos ;
Y de negros é indios mas cercanos Los soldados que llevan son insines
Para conier mataban á porfia , En militares artes escogidos ,
Maniatan los miseros captivos , Y fue por general en el armada
Y llevan á los muertos y á los vivos. Joan de Yucar , persona señalada :
Aquesta montería concluida Persona que de mi fué conocida ,
Y recogido todo lo restante , Con sus armas , banderas y estandarte ;
No dilataron mucho su partida Y ansi , si Dios á mi me diere vida ,
Por no cumplir en salto semejante , Diré mas largo dél en otra parte ;
Llevando con la gente recogida Los capitanes fué gente lucida ,
Al dicho don Cristóbal por delante , Entre quien la restante se reparte :
El miserable triste maniatado El uno dellos fué Joan de Avendaño ,
Y de rabiosos perros rodeado. Que me dió larga cuenta deste daño .
¡ Oh fortuna cruel ! ¡ oh hado ciego El cual anduvo bien este camino
Que tantas vueltas y revueltas fraguas ! Mostrando gran valor en la jornada ,
Pues llegados al mar lo meten luego Y este dia de hoy es mi vecino
En aquellas sus barcas ó piraguas ; En este nuevo reino de Granada :
Y por no les cumplir mucho sosiego Fué Benito Velazquez , hombre dino
Arando van las inquietas aguas , Que su persona sea celebrada ,
Con crecido caudal , con rica presa , Y ansimismo Limon ,, y Alberto Perez
Y de carnes humanas larga mesa. Consultores en estos pareceres .
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA VI, CANTO VI. 65
De muchos valerosos desta gente Metieron en la mar la gente perra ,
Pudiera hacer nómina prolija , Por mas asegurar que no se vaya ,
Mas agora diré tan solamente Los bergantines el proïs en tierra ,
Del capitán Alonso de Librija , Los nuestros divertidos por la playa ;
Que para todas cosas de valiente Mas los caribes hombres son de guerra ,
Su gran industria fué no menos fija ; Y el caribe feroz jamas desmaya ;
Y ansi dejemos el armada presta Hiciéronse después otras dos suertes
Para decir después lo que me resta. En pueblos , y no fueron menos fuertes.
Al tiempo que el cristiano se vestia
De mas victoriosas esperanzas ,
CANTO SESTO, El indio Yahureibo no dormia
Trazando mil maneras de venganzas ,
Donde se cuenta cómo llegó el armada á la Dominica, cómo cobraron Holgando de ver nuestra compañía
as negras de Cristóbal de Guzmán y muchas indias , y lo que mas Con unas descuidadas confianzas ;
sacedió, con otros saltos que después hizo YAHUREIBO en la isla de
SanJuan óBoriquén. Y ansí por tierras , y otros en piraguas ,
Les tomaron las tierras y las aguas.
Bien puede ser que el triste se consuele Tenia la bahía señalada
Con esperar socorro de algun bueno , Al lado promontorio montuoso ,
Mas comun opinion del vulgo suele Donde hizo poner un emboscada
Decir de pelo cuelga mal ajeno ; De gente de furor impetuoso ;
Pues aunque el singular á muchos duele , Y hizo por la mar ir en armada
Alli dolera mas do fué mas lleno , Con las piraguas capitán mañoso ,
Y este con mas solicitud procura Para que juntos dos caudillos diestros ,
Antidoto que pueda dalle cura. Por mar y tierra diesen en los nuestros .
Cristóbal de Guzmán mujer tenia , Efetuados estos pareceres ,
Señora de muy gran merecimiento , Que para su defensa convenian ,
Que doña Mayor Vazquez se decia ; Y gozando los nuestros de placeres ,
La cual con increible sentimiento Pues sin ningun temor se divertian
Gran cuantidad de gentes traia Alzó los ojos un Alberto Perez ,
Sin poder comportar detenimiento , Y vido las piraguas que venian ,
Ypara recobrar su dulce prenda Tiros mandó soltar en continente
Gastaba de sus bienes y haciendas. A fin de recoger toda la gente.
No pudo falta ser que no cumpliese Oida la señal que les espresa
Por orden y concierto convenible , Que venga cada cual y se reguarde ,
Sin querer reparar en interese , Acudieron los nuestros áà gran priesa ,
Con tal solicitud que es increible ; La mayor parte dellos algo tarde ;
Hizo pues que el armada se partiese Pues en ejecucion de su promesa ,
Con cuanta brevedad le fué posible , Yahureibo llegó con gran alarde ;
Llevando capitanes y sarjentos , Tanto que se juzgó por buenos fines
Soldados poco menos de doscientos. Cortar los cables à los bergantines.
En cinco bergantines artillados Por la mar se hicieron á lo largo
Partieron pues de nuestra isla rica , Las cuatro que pudieron evadirse ,
Y tres ó cuatro dias navegados Tomando todos ellos à su cargo
Llegaron á la de la Dominica , Con los de las piraguas combatirse ;
Do tomaron los indios descuidados , Mas Benito Velazquez , muy amargo ,
Segun la relacion nos certifica ; No pudo de la playa desasirse ,
Y ansi saltaron bien apercebidos Porque cargó sobre él tanta potencia
A la parte del sur sin ser sentidos. Que ya no le bastaba resistencia.
Puestos en tierra ya desta manera Defendianse bien los del espada ,
En un puerto de azufre nada falto , Daban crüeles golpes y pesados ;
Esperaron la noche venidera Mas era tan espesa la nevada
Para poder hacer algun buen salto ; De flechas y de dardos afilados ,
Encubiertos muy bien con la ribera Que de la gente noble mas granada
Y con sus atalayas en un alto , Le mataron allí treinta soldados ,
Esperaban el tiempo mas escuro Y el Benito Velazquez todavía
Para poder salir sobre seguro. Con supremo valor se defendia.
Seria media noche ya pasada , Al tiempo que el rebato sobrevino ,
Cuando con el recato conviniente Del puerto se halló muy apartado
En tierra salta gente bien armada , Un hombre trapanés , buzo marino,
Y el camino que llevan es patente ; En coger ciertas frutas ocupado :
Y ansí , poca distancia caminada , Al puerto revolvió ; mas cuando vino
En un pueblo se dió de mucha gente ; Viólo por todas partes rodeado ,
Y repartidos bien por sus cuarteles , Y por estar en peso la porfía
Tocaron la trompeta los fieles. Nadie lo pudo ver cuando venia.
Entraron los que estaban repartidos Viendo tan claro riesgo de su vida ,
Con gran solicitud y diligencia , Sin ballar por adonde se escapase ,
Recordaron los indios atrevidos Con sumas voces hizo gran corrida
Sin rebusar guerrera competencia ; A ellos , sin que punto reparase ;
Mas eran luego muertos ó rendidos , Pensando ser de gente mas crecida ,
Sin les bastar su viva resistencia ; Abriéronle lugar por do pasase ;
Tomaron grande copia de captivos Y como nada vido por delante ,
De los restantes que quedaron vivos. Se pudo zabullir en el instante .
Con manos prestas y con piés livianos Los indios , admirados deste hecho ,
Se recorrian los demás andenes , Miraban do salia por flechallo ,
Hallaronse preseas de cristianos Gran parte dellos puestos en acecho,
Y cantidad de los robados bienes ; Mas ninguno podia devisallo ;
Vinieron las tres negras à las manos , Porque fué por debajo tan gran trecho ,
Muchas antiguas indias boriquenes ; Que flechas no pudieran alcanzallo ;
Al puerto se volvieron manos llenas , Entre tanto Velazquez con gran brio
Y los caribes indios en cadenas. Pudo cortar los cabos del navío.
T. IV.
66 JUAN DE CASTELLANOS .
De la playa salió menoscabado , La india le decia que buyera ,
Y luego recogió , como debia , Mas él le respondió con lo que piensa :
Al trapanés , que estaba sobreaguado ; «Eso no me conviene , ni Dios quiera
Al cual no se le niegue que este dia , Que mi honra padezca tal ofensa ;
Como varon astuto y avisado , Ni te dejaré yo desta manera
Se valió del oficio que sabia ; Aunque sepa morir por tu defensa ;>>
El Velazquez , salido deste fuego , Y ansi del tal asalto descuidado ,
A la naval batalla se fué luego. No pudo salir bien aderezado .
Porque todos andaban á las manos Debajo de su fuerte confianza ,
Con la caribe gente monstrüosa : Viendo los enemigos estar dentro ,
Los bárbaros gallardos y lozanos , Salió con una espada y una lanza
Sin perder punto de ninguna cosa, A fin de resistir primer rencuentro ;
Y fatigados ya nuestros cristianos Mas fué demasiada la pujanza
A causa de la yerba ponzoñosa ; De los que le salieron al encuentro ;
Y aun el artillería no jugaba , Y con ver ante sí tan gran potencia,
Porque también la pólvora faltaba. No dejó de hacer gran resistencia.
La cosa de temor anduvo suelta, Vió luego con Chaquiras y Pomares
Acometiéndoles por todos lados : Gallardo capitán que los mandaba ,
De los indios también en la revuelta , Al cual atravesó por los ijares
Algunos pocos fueron derribados ; Con la lanza jineta que llevaba ;
E ya sin almacén dieron la vuelta , Hizo después bien anchos los lugares
Y es de creer también que de cansados , Por aquel escuadron de gente brava ,
Mas de los nuestros hecha bien la cuenta , Como toro feroz y madrigado ,
Faltaron de doscientos los cincuenta. Que por diversas partes es picado.
Este negocio desta suerte hecho , Fué tan feroz en el arremetida ,
Llevaron a San Joan el desengaño , Y la priesa que dió fué de tal suerte ,
Puesto caso que no con pié derecho , Que tuvieron por buena la huida ,
Pues á todos causó dolor estraño : Con temor de la sangre que se vierte ,
Fué de pocos quilates el provecho Mas no quedó seguro de su vida ,
En consideracion de tanto daño , Antes con certidumbre de la muerte ,
Y el Yabureibo , gran varon de guerra , A la cual en tres dias fué cercano ,
Otras veces corrió también la tierra. Haciendo diligencias de cristiano.
Porque pasada ya cierta distancia Deste pernicioso documento
En continuacion de su camino , La Luisa quedó muy mal herida ,
Dió con doscientos indios en la estancia La cual murió con buen conocimiento
De Martin de Guiluz , el vizcaíno ; Aunque era nuevamente convertida ;
Mas Sebastián Alonso con constancia Quedóle hasta hoy al tal asiento
De buen varon y de leal vecino , Su nombre, y es estancia conocida ,
Estando los dos mal , supo la nueva , Quedando de grandeza tan notoria
Y fué , para cobrar lo que le lleva , De gente solamente la memoria.
Con caballo veloz y dura lanza Después el Yabureibo tan molesto
Corriendo por aquella gran dehesa ; Continuaba tanto su venida ,
Antes que se embarcasen los alcanza , Que cada cual dormia por su puesto
Y les quitó los indios y la presa : Con grandes detrimentos de la vida ;
Deshizo su valor y su pujanza Ponian por la isla para esto
Redimiendo manjares de su mesa ; Gente de guarnicion apercebida ,
Alanceando muchos , y hiriendo Con Sancho de Aragon , diestro caudillo ,
Hasta la mar los iba persiguiendo . Y con ellos el perro Becerrillo.
Rompiendo varonilmente por ellos , Las furias y rigores desta llama
Con el gentil caballo do venia , Sosegarian hasta medio año ;
A muchos arrastró por los cabellos , Después de las estancias de Guayama
Y á los negros los daba que traia , Volvieron los caribes al engaño ;
Que los atasen por servirse dellos Ya Sancho de Aragon llegó la fama
En minas y en estancias que tenia , Cerca de do hicieron aquel daño ,
Entre ellos uno, ya varon anciano , El cual con el recado convenible
Que traia dos flechas en la mano. Vino con cuanta priesa fué posible.
El cual como se vió torcer la frente Ya cuando Sancho hizo su llegada
De fuerza que juzgaba no ser tierna , El escuadron feroz de gente perra
Determinó de dar á manteniente Grande presa tenian embarcada ,
Con ambas à dos flechas por la pierna , Quedándose los mas dellos en tierra :
Untadas del veneno pestilente , Anduvo la refriega bien trabada ,
Que el mas entero seso desgobierna ; Duraron los rencuentros de la guerra ;
Y el caballero viéndose herido , Mas los indios huyeron á las aguas
Mató de mala muerte su vencido. Para se guarecer en las piraguas.
Desbaratadas estas compañías , Al tiempo que el rencuentro mas ardia ,
Volvióse las heridas recelando , No poca parte fué para vencellos
Y desde á poco dió fin á sus dias El perro Becerrillo, que hacia
Con gran conocimiento , mas rabiando ; Pedazos las ijadas y los cuellos,
Acabaron sus grandes valentías , Y en continuacion de su porfía ,
Con grande compasion de nuestro bando , A nado por la mar entró tras ellos ,
Hizo cosas no dignas de tiniebla Do uno de los que él despedazaba
Fué andaluz y natural de Niebla. Lo hirió con las flechas que llevaba.
Demás desto que el verso certifica , Después que se sintió desta manera ,
Después de muchos dias , cierto dia , Y al que mal lo trató dejó sin vida ,
Dió gente, de la dicha Dominica , Volvió con brevedad å la ribera
Con el astucia y orden que solia , En busca de la gente conocida ;
En pueblo de Luisa la cacica , Como si de razon uso tuviera ,
Do estaba de presente Joan Mejía , Sentimiento mostró de la herida ;
Aquel fuerte varon , de color loro , Curaronlo quemándolo con fuego ,
Cuya muerte causó no poco lloro. Pero nada prestó , pues murió luego
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA VI, CANTO Vi . 67
No murió con rabioso desconcierto , Gran grita y alarido se condensa
Aunque fué del veneno pestilente ; Después que Yahureibo tocó cuerno ,
La falta deste perro causó cierto Encendido de furia tan inmensa,
Grandísimo dolor á nuestra gente ; Ansí como si fuera del infierno :
Y porque no se viese que era muerto , Tiros á tiros dan la recompensa ,
Lo mandan enterrar secretamente : A cuchillada golpe nada tierno,
Para los indios fué plaga terrible , Descalabró cabezas , quebró muelas ,
Y dellos se juzgó por invencible. Hizo pedazos manos y rodelas.
Después que esta desgracia les avino , Pero Lopez de Angulo como via
Supieron que la gente carnicera Aquel indio que tanto se estremaba,
Acia Vieque hizo su camino , Puesto caso que no lo conocía,
Pegada con San Joan, isla frontera, Ni ser el Yahureibo se pensaba ;
Do con humana carné de su vino Por refrenar tan suelta valentía
Hicieron una larga borrachera , Y poder quebrantar su furia brava ,
Y nuestra gente casi de improviso Salióle con sus armas al encuentro,
Alos de San Germán dieron aviso : Mas él no se retrajo mas adentro .
Pueblo do yo vi muchos moradores , Al singular certamen van dispuestos
Frecuencia de navíos y de barcas , Ambos á dos de juventud lozana ,
Grandes estancias por sus rededores , Mancebos, altos, sueltos , bien dispuestos ,
Ricas minas en todas sus comarcas : Y cada cual con increible gana :
Traté de sus primeros pobladores Para los golpes y respuestas prestos ,
Villanueva, Rincon y Sancho de Arcas, Uno con hierro y otro con macana ,
Jerónimo Fernandez de Virués , Rompen aquí y allí , y en breves puntos
Que hoy con vida hado sobreseés. Los dos leones fieros se ven juntos.
Mas esta guerra cuando se hacia Angulo le libró con el espada
Fué años atrasados desta gente . Un golpe de revés embravecido,
Y en San Germán entonces residia El indio rebatió la cuchillada
Cristóbal de Mendoza por tiniente : Con soltura y ardid jamás oido;
Señalado varon en valentía Y dió con la macana levantada
Y contra los caribes escelente , Golpe no de varon enflaquecido,
El cual por desear verse con estos Sino con violencia tal que pudo
Sesenta buenos hombres hizo prestos. Hacelle dos pedazos el escudo.
Embarcaronse pues con buen recado El Pero Lopez dél no se desvía ,
Y ganas de ballar los enemigos, Aunque el escudo fuerte vió deshecho ;
Nuestro Mendoza muy regocijado Mas antes con lozana gallardia
Por querer ir con él de los antiguos : A él encaminó salto derecho ;
Pero Lopez de Angulo , Joan Casado , Y como Yahureibo no huia ,
Joan de Leon , Quindós y otros amigos , Vinieron á juntar pecho con pecho ,
Porque tenia ya de tales lanzas Forcejando con piernas y con brazos ,
No vanas, sino ciertas esperanzas. Tanto que se hacian mil pedazos.
Llevaron para esto buena guia, Bien ansí como dos feroces perros
Y para su viaje tiempo hecho ; De natural furor estimulados ,
Llegaron á Vieque por tal via, O ya con las carlancas, ó sin hierros,
Que no pudiera ser mas á provecho, Sobre los piés traseros levantados,
Por tener la caribe compañía Erizados los pelos de los cerros ,
Las piraguas en un lugar estrecho, Dándose crudelisimos bocados ;
Donde por ser la boca recogida Y aunque dura gran rato la porfia
Podian estorbarles la salida. Ninguno dellos siente mejoría ;
Fué rato de la noche su llegada Ausí con la cudicia del trofeo
Guiando los navíos á las lumbres, Trabaja cada cual , y nadie medra;
La gente de los indios ocupada No quiere Yahureibo ser Anteo
En tierra con sus ritos y costumbres ; Con ser el Pero Lopez firme piedra :
Y ansí los bergantines del armada Los brazos á los cuerpos dan rodeo
Entraron sin ningunas pesadumbres , Segun á duras plantas verde yedra ,
Y sin que reparasen en las aguas Ninguno dellos piensa de rendirse ,
Les pudieron tomar doce piraguas. Ni quiere del contrario desasirse.
Acudieron los indios al ruïdo, Andando pues la lucha tan trabada
Segun suele venir gente tan fiera; No sin pelos de barbas y cabellos ,
Habiendo ya Mendoza proveido Con rodilla , puñete , cabezada ,
Gente para la mar y para fuera , Sudando ya los pechos y los cuellos,
A tierra sale bien apercebido Con arma de dos filos enastada
Tomando con cuarenta la ribera, Francisco de Quindós llegó sobre ellos,
Con buen ardid y grande diligencia, Y al falto de vestidos y de faldas
Puesto caso que no sin resistencia ; Atravesó por medio las espaldas.
Porque los bárbaros mozos y canos Pesó por el honor de lo que toco
Arremetieron duros y protervos, Al Pero Lopez desta su venida ,
Con lanzas y macanas en las manos, Y mucho mas de ver el modo loco
Bien como los lebreles á los ciervos , Que tuvo para dalle la herida ;
Ocomo contra pollos los milanos, Pues Yahureibo muerto, faltó poco
Oya de la manera que los cuervos Para que lo privara de la vida,
Se suelen abatina carne muerta, Porque como pasó de buena gana
Al tiempo que la bambre los despierta. Un poco le tocó la partesana.
Pospónense temores , huyen miedos , Aquestos duros trances acabados,
Nadie muestra señal de cobardía, Encuentros y rencuentros escesivos ,
Los indios con tan ásperos denuedos Los caribes quedaron mal parados,
Cuanto necesidad allí pedia ; De doscientos , ochenta solos vivos;
Pero los españoles no van quedos , Los cuales todos fueron maniatados
Pues cada cual del brazo sevalia, Quedando por esclavos y captivos ;
Con golpes y con puntas tan estrañas Diez heridos de los de nuestra suerte,
Que rasgan pechos, rompen las entrañas. Pero ninguno dellos fué de muerte.
69

.
DE
CASTELLANOS
JUAN
68
Con grillos, con cadenas ó tramojos Estos solos que el verso representa
Los indios en los barcos son metidos , Me pareció decir deste distrito ;
Mitigáronse mucho los enojos Pues corre ya la era de setenta
De los daños atrás acontecidos : Y nueve , do los pongo por escrito :
Con la presa volvieron y despojos Pues si de los demas hiciese cuenta ,
A donde fueron muy bien recebidos ; Sería proceder en infinito ,
Y los demás negocios desta gente Y nunca resumir en largos cuentos
Os diremos agora brevemente. Las vueltas y diversos movimientos.
Y porque de memoria no me fio,
En los demás vecinos no reparo ;
CANTO SETIMO , Pero sé que fué gente de gran brio,
Donde se cuenta cómo privaron del gobierno á JOAN PONCE DE LEON, el Y de necesitados buen amparo :
mal galardon que se dió à los valerosos conquistadores que hallaron Fué dellos un señor, amigo mio,
la tierra, las novedades que hubo después que Joan Ponce dejó el El nombre del cual es Francisco Caro ,
cargo, con otras muchas cosas hasta la muerte del dicho Joan Ponce. De quien os contaré con verdad pura
Una muy venturosa desventura.
Nunca jamás envidia se desvía Usando de virtudes y proezas ,
De la prosperidad mas eminente ; En guerra y paz se dio tan buena maña
Antes nacieron ambas en un dia Que granjeó gran copia de riquezas ,
Y entrambas van creciendo juntamente : Y quiso trasportallas en España ;
Envidia es universal espía Navegaba marinas asperezas
Que persigue la mas ilustre gente , Con gente que sus vias acompaña;
Y con mayor vigor en estas partes En dos buenos navíos proveidos
Compuso sus reseñas y estandartes. De cuanto cumple ser apercebidos.
Con la moderna gente que venia El mar que á movimientos es sujeto
Llegó gran cantidad deste veneno , Le volvia las ondas en llanura,
Que los mas buenos hechos deshacia, Dando seguras muestras de quïeto ,
Y nadie de sus bocas era bueno : Si pudiera tener hora segura ;
Antes cualquiera dellos pretendia Mas sin tormenta suple su defeto
Gozar sin su trabajo del ajeno ; Otra calamitosa desventura ,
El hombre vil y el mas soez de todos Pues cosa no se ve que no lo sea ,
Decia que venia de los godos. Aunque patentemente no se via .
Y ansi , fraudes , engaños y cautelas Fué pues que navegando reta via
Que trajeron algunos pobladores , Con prósperos aflatos el entena,
Contra Joan Ponce van à todas velas Llegada ya la clara luz del dia ,
Y contra sus primeros valedores : Cuando navegacion da menos pena ,
Ocuparon al rey grandes novelas Por la siniestra mano discurria
De parte de malditos escritores , Una poderosísima ballena ,
Y como los caminos eran largos, Y embistió con la nave desdichada ,
No pudo por entonces dar descargos . De semejante caso descuidada .
Al tiempo pues que estaban esperando Como quien deseoso del entrego
El galardon sus inclitos soldados , Alguna fortaleza contramina,
Privaron al Joan Ponce de su mando , Donde sulfúreos polvos pone luego
Quedando todos muy desconsolados : Sin temer los cercados la ruïna ;
La tierra repartió contrario bando Y con horrible trueno puesto fuego
Y quedaron ansi mas agraviados , Los saltea con muerte repentina ,
Por ver que se llevó la mejoría Y la velocidad es de tal suerte
El inútil que no lo merecia. Que mueren sin que sepan de qué muerte;
Mas esto no es en Indias cosa nueva , Con ímpetu tan fiero sumergido
Y siempre se será lo que fué antes ; Este navío fué por la sondura,
Tenemos destas cosas larga prueba , Sin le ser un momento concedido
Por haber visto muchas semejantes : Para poder llorar su desventura ;
Pues quien postrero va primero lleva , El descuidado y el apercebido
Mayormente malsines y chocantes , Tuvieron una misma sepultura ;
Con deudos y criados de jueces , Con velas de las naos van cubiertos
Que ya todo lo hinchen estas heces. Y amortajados antes de ser muertos.
No tienen ellos cuenta con el fuerte En aquellos mortíferos estremos
Ni con quien ha mejor al rey servido , La jarcia no los deja de revueltos ;
Y aun aquí Salazar quedó sin suerte, Otros , segun que ya dicho tenemos ,
Con que fué del jaez que habeis oido : En sinüosas velas van envueltos ,
Este varon murió cristiana muerte, Otros hicieron de sus brazos remos
De dolores de bubas afligido , Que desde la cubierta fueron sueltos ,
Armado de grandísima paciencia Y entre ellos con valor y esfuerzo raro
Y con examen largo de conciencia. Mostró bien ser quien es Francisco Caro.
Rigió después aquestas compañías Pidiendo va socorros á María ,
Un Joan Ceron , á todos odïoso , Como quien es su muy aficionado ,
Y ansí por tener cargo pocos dias Esforzando la poca compañia,
Los gobernó Rodrigo de Moscoso ; Que también como él andan á nado ;
Sucedióle por muchas demasías Llamóles al batel que ya tenia
Cristóbal de Mendoza valeroso , Entre marinas aguas anegado ,
Varon capaz , sagaz y diligente Diciéndoles : « pues es el viento manso
Y en todos sus designos escelente. Tenemos algun tanto de descanso .
A este por su bien el rey lo llama , » Este remedio es mas convenible
Sucediendo Velazquez licenciado , A males que de bienes son ajenos ,
Heredero de harto mala fama , Entre tanto que pena tan terrible
Y ansi deste gobierno fué privado ; Procuran remediar algunos buenos ;
Vino después Antonio de la Gama , Pues la gente demás es imposible
En estas partes hombre señalado ; Que de su vista no nos eche menos ;
Luego Pedro Moreno tuvo mando , Y si , como pensamos , es aquesto ,
Y después deste Manuel de Olando . El remedio tenemos aquí presto .
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA VI , CANTO VII. 69
Admirada la nave compañera El rey nuestro señor , que bien sabia
Deste desparecer tan repentino , Sus servicios , proezas y valores ,
A gran furia batel echaron fuera , Luego le concedió lo que pedia
Y para ver qué fué hacen camino : Con otras mas mercedes y favores ;
Hallaron estos ya de tal manera , Por las cuales Joan Ponce prometia
Que fué la brevedad cual les convino ; De le hacer servicios muy mayores ;
Pues , aunque el mar estaba de bonanza , Y para los efetos deste cargo
Peligro prometia la tardanza. De los bienes ganados gastó largo.
Aquellos miserables afligidos De gentes y pertrechos proveida
Templaron su dolor con la venida , Aderezose luego grande armada ,
Por estar todos ellos poseidos Pusieron en efeto la partida
De gran desconfianza de la vida ; Para muerte de muchos deseada ;
Fueron pues en la nave recebidos La tierra se tomó de la Florida
Con el que desde España no me olvida Con un escaramuza muy trabada ,
A quien escribo cartas , y reescribe, Por venir á la playa los floridos
Y viva muchos años como vive. En su defensa bien apercebidos.
Vuelvo pues à Joan Ponce , poderoso Son los floridos todos bien dispuestos ,
En los dones de Juno y de Belona , Membrudos , recios , sueltos , alentados ,
Que de mayor empresa codicioso , En todas proporciones bien compuestos ,
Y de servir à la real corona , En los arcos y flechas muy usados ;
Nunca quiso jamás tomar reposo Son en sus armas sumamente prestos
Pudiendo ya gozallo su persona ; Y en las peleas nada descuidados ,
Y ansí fuera del cargo de justicia , A los contrarios van viejos y nuevos
Quiso sacar á luz esta noticia. Como las bestias fieras à sus cebos.
Entre los mas antiguos desta gente No nada con tal impetu sirena ,
Habia muchos indios que decian Ni por las bravas ondas tan esperta ,
De la Bimini , isla prepotente , Pues cada cual y no con mucha pena
Donde varias naciones acudian , Entre voraces peces se despierta ;
Por las virtudes grandes de su fuente , Matan en alta mar una ballena
Do viejos en mancebos se volvian , Para la repartir después de muerta ,
Y donde las mujeres mas ancianas Y aunque ella se zabulla , no se ciega
Deshacian las rugas y las canas. El indio , ni de encima se despega.
Bebiendo de sus aguas pocas veces , No puede con sus fuerzas no ser flacas
Lavando las cansadas proporciones , Desechallo de encima las cervices ,
Perdian fealdades de vejeces , El indio lleva hechas dos estacas
Sanaban las enfermas complexiones ; De durísimas ramas ó raices ,
Los rostros adobaban y las teces , Y en medio de las ondas ó resacas
Puesto que no mudaban las faiciones ; Se las mete de dentro las narices ,
Y por no desear de ser doncellas La falta del resuello la desmaya ,
Del agua lo salian todas ellas. Y ansi la hacen ir acia la playa.
Decian admirables influencias Son las cazas y pescas sus usanzas
De sus floridos campos y florestas ; Y en aquesto consisten sus primores ,
No se vian aun las apariencias Aquí suelen poner sus esperanzas
De las cosas que suelen ser molestas , Los niños y mancebos y mayores ;
Ni sabian que son litispendencias , Ansi se curan poco de labranzas ,
Sino gozos , placeres , grandes fiestas : Y entre ellos hay muy pocos labradores ,
Al fin nos la pintaban de manera Sus usos á las noches y mañanas
Que cobraban alli la edad primera. Son mazas , arcos , flechas y macanas.
Estoy agora yo considerando , La tierra con verdores se matiza ,
Segun la vanidad de nuestros dias , Y desde lejos buen color esmalta ;
¡Qué de viejas vinieran arrastrando Pero si la hollais escandaliza ,
Por cobrar sus antiguas gallardías , Por ser de bastimentos toda falta ;
Si fuera cierta como voy contando En su mayor compás anegadiza
La fama de tan grandes niñerías ! Sin parte que podamos decir alta ;
¡ Cuán rico , cuan pujante , cuán potente Hay por estas distancias y caminos
Pudiera ser el rey de la tal fuente ! Cantidad de nogales y de pinos.
¡Qué de haciendas , joyas y preseas Desembarcaron pues recién venidos
Por remozar vendieran los varones ! En tierra que por ellos se desea ;
¡Qué grita de hermosas y de feas Pero gran cuantidad de los floridos
Anduvieran aquestas estaciones ! Apercebiéronse para pelea ;
¡Cuán diferentes trajes y libreas Y tan desvergonzados y atrevidos
Vinieran á ganar estos perdones ! Que cosa no se vió que mas lo sea :
Cierto no se tomara pena tanta Joan Ponce de Leon como valiente
Por ir á visitar la tierra santa. Puso también en orden nuestra gente .
La fama pues del agua se vertia Sin temor de fortuna mal aviesa
Por los destos cabildos y concejos , Salieron españoles al encuentro ;
Y con imaginar que ya se via Mas el que hizo mas brava promesa
En mozos se tornaron muchos viejos : Se quisiera meter dentro del centro ;
Prosiguiendo tan loca fantasía Porque los indios dieron tanta priesa ,
Sin querer ser capaces de consejos ; Que buyeron los mas la mar adentro ;
Y ansi tomaron muchos el camino Las voces de Joan Ponce con su hecho
De tan desatinado desatino. Por allí fueron de ningun provecho.
Al norte pues guiaron su corrida , Porque vió de su gente ya caida
No sin fortunosísimos rigores , Gran cantidad por uno y otro lado ,
Bien lejos de la fuente referida Los vivos todos iban de huida,
Y de sus prosperados moradores ; Sin que guardasen orden concertado ;
Mas descubrió la punta que Florida Él ansimismo de mortal herida
Llamó , porque la vió pascua de flores ; El un muslo tenia traspasado ,
Volvióse hecho tal descubrimiento , Y parecióle ser intento loco
Y pidiólo por adelantamiento. No irse retrayendo poco a poco.
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70 JUAN DE CASTELLANOS.
Tenia de la dura competencia Mole sub hac fortis requiescunt ossa Leonis ,
Qui vicit factis nomina magna suis.
Traspasado de tiros el escudo , Aqueste lugar estrecho
Y procuró salir de la pendencia Es sepulcro del varon ,
Viéndose de los suyos tau desnudo ; Que en el nombre fué Leon
Al fin con perdidosa resistencia Y mucho mas en el hecho.
Embarcóse con todos los que pudo ;
Quedaron deste grande vencimiento
Los indios con mayor atrevimiento.
Porque dias después del alboroto ELEGIA VII.
Del trance que dijimos riguroso
A la misma conquista vino Soto Elogio de DIEGO Velazquez de Cuéllar, adelantado y go-
Capitán de Pirú muy valeroso ; bernador de la isla de Cuba ó Fernandina , con la des-
Pero de aquella suerte fué remoto cripcion della y la relacion de cosas allí acontecidas,
En esta , donde vino poderoso ,
Por hallar gente pobre no tan blanda , EN UN SOLO CANTO.
Y ansi murió también en la demanda.
Luego tentó pedir esta jornada , Otro varon cantamos valeroso
Conclusos estos trances que resumo , Que fué no menos digno de escritura,
Un caballero Pedro de Ahumada , Diego Velazquez , hombre venturoso ,
Mas ahumada fué que no dió humo ; Y que pudo tener mayor ventura ,
Pues no quiso hacer la tal entrada Si acaso por gozar ya de reposo
Pareciéndole ser de poco zumo , No perdiera sazon y coyuntura ,
Y después muchas nãos pasajeras Fiando su poder y sus intentos
Se perdieron entre estas gentes fieras, A capitán de grandes pensamientos.
En los que naufragaban se hacia Fué natural de Cuéllar, en España ,
Por estos indios poco compasivos De parentela noble descendiente ,
Lo que su condicion crüel pedia Mancebo principal en la compaña
Después ya de sujetos y captivos ; Cuando trajo Colon segunda gente ;
Aunque después, segun que se decia , Fué siempre capitán de buena maña ,
Algunos dellos se ballaron vivos , Para cualesquier guerras suficiente ,
Pintados como indios y á su modo Pues ó con gentes ó persona sola
En armas, en posturas y en el todo. Sirvió muy bien al rey en la Española.
Con todas estas faltas y reveses Aquesta como fuese conquistada ,
Quisiera poseer estas riberas Y la de Cuba solamente vista,
Impetuosa fuerza de franceses , Siendo digna también de ser poblada
Y allí pusieron armas y banderas , Por gente cuya fuerza no resista ,
Gran cantidad de tiros y paveses Fué Sebastian de Ocampo con armada ,
Para robar las naos pasajeras , A quien el cargo dió de su conquista ,
Pareciéndoles ser aqueste puesto El comendador Nicolas de Ovando
Para tales designos bien compuesto. Que entonces en las Indias tuvo mando.
Pero Filipo magno, rey de España , El Ocampo, no siendo tan bastante
Siendo de tales cosas informado , Que pudiese vencer aquesta gente ,
Para descomponer la gran compaña Don Diego, sucesor del almirante ,
Del cosario francés desacatado , Al Velazquez nombró por su teniente ,
Envió capitán de buena maña , Para tales conquistas importante
Que fué Melendez el adelantado , Y en ellas muy cursado y escelente ;
El cual de dentro y fuera de su fuerte El cual con el recado que convino
A todos los mató de mala muerte. Con brevedad anduvo su camino.
Y por no convenir hacer desvío Porque desde Haytí derecha via
De tierras de tan gran inconviniente , A lo que Cuba tiene mas cercano ?
Nuestro rey se las dió por señorío Ochenta millas son de travesía
Y están pobladas ya de nuestra gente ; O veinte leguas de uso castellano ;
Pero quiero volver al curso mio , Jamaica le dan al mediodía ,
Y al Joan Ponce que dejo mal doliente , Al oriente Haytí toma la mano ,
El cual con sus soldados encamina Al norte la Florida va corriente ,
Sus naos á la isla Fernandina ; Yucatán á la parte del poniente.
Donde sin mejorar de su herida Tiene , segun se ve por esperiencia ,
Llegó con las reliquias del armada : De aquel los que mejor han hecho cuenta
Reconoció cercana su caida , Seiscientas leguas de circunferencia ,
Dispúsose muy bien à la jornada ; Y por la mas anchura son setenta ;
Dió fin á los trabajos desta vida Hoja de salce es el aparencia ,
Pocos dias después de su llegada , Y ansi por partes es menos de treinta ;
Con gran dolor de todas estas gentes , Todo lo mas es monte y espesura ,
De mujer y de hijos y parientes. Y mas de veinte grados el altura.
Algo fué rojo , de gracioso gesto , Año de once , hizo su llegada ,
Afable , bien querido de su gente , Sobre mil y quinientos ya pasados ;
En todas proporciones bien compuesto , Comenzó la conquista deseada
Sufridor de trabajos grandemente , Con diestros y fortisimos soldados ,
En cualesquier peligros el mas presto , Sucedióle muy bien en la jornada
No sin estremos grandes de valiente , Por no tener rencuentros porfiados ;
Enemigo de amigos de regalos , Y ansí , porque tuvieron riesgo poco ,
Pero muy envidiado de los malos . No hago mencion dellos ni los toco.
Todos aquellos hombres principales , Hallaron potentísimos asientos ,
Vecinos de la isla Fernandina , Y con gran cantidad de naturales ,
Solenizaron estos funerales , Dellos destribuyó repartimientos
Con gran autoridad y pompa dina 9 Por todos los soldados principales ;
Segun las ceremonias de los tales Descubriéronse ricos nacimientos
Al tiempo que al sepulcro se camina : De oro y abundancia de metales ,
Y en el túmulo alto que tenia Y luego por los puertos destos mares
Un distico pusieron que decia : Fundo ciudades , villas y lugares.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA VII , CANTO UNICO. 71
La primera de quien memoria hago Con grande diligencia proveido
Por ser también primera del concierto, Lo necesario para sus avios ,
Es la ciudad que dicen Santiago , Partió con el designo referido
Puerto de todas partes encubierto ; Con soldados y copia de navíos ;
Pero con grande loa yo no pago Costeando la tierra donde vido
Las muchas que se deben a tal puerto ; Indicios de potentes señoríos ,
Pues hasta la ciudad conniemorada , Tomó la posesion en esta tierra ,
Es casi de dos leguas el entrada . No sin impedimentos de la guerra.
A los principios es un angostura , Pues los indios , temiendo novedades ,
Buena de defender por cada lado ; No dejaron de dar ciertos rebatos ;
Pero dentro contiene gran anchura , Pero después hicieron amistades
Mar fondo , limpio , bello , sosegado , Y tuvieron sus tratos y contratos ,
Donde surge la nave tan segura , Que fueron á las dos parcialidades
Que el marinero duerme sin cuidado ; Provechosos los unos y otros gratos ;
Tiene islas, verdores, praderías , Pues lo que por los indios se contrata
Insignes y admirables pesquerías . Eran ricas preseas de oro y plata.
Aquí pusieron silla los mayores , Este rico contrato celebrado ,
Iglesia catedral , honesto clero , Grijalva por la causa manifiesta ,
De sus obispos santos y pastores Hizo venir á Pedro de Alvarado
Fray Bernardo de Mesa fué primero ; Con muestra tan insigne como esta ;
Muchos otros después y no peores , Mas vinose tras él, sin que recado
Pues fray Miguel Ramirez fué tercero , Esperase de Cuba ni respuesta ;
Dominicos muy dotos todos estos , Velazquez recebió grandes enojos ,
Y en sus costumbres todas bien compuestos. Y nunca quiso vello de sus ojos.
También hizo fundar al otro lado , Porque el gobernador, considerando
A la parte del norte la Habana , Ser muestras de grandísimos provechos ,
Que es puerto principal , y frecuentado Andaba con gran priesa concertando
De pasajera gente castellana , Envialle socorros y pertrechos ;
De los contratos es aprovechado , Otros después anduvo combinando
Grandisimo caudal el que se gana ; Para que se encargasen destos hechos ,
También poblaron otros pueblos buenos Y por les acortar el interese
Que vinieron después á mucho menos. Ninguno dellos hubo que quisiese.
Y en aquella sazon eran cabales Mas Fernando Cortés , varon esperto
En oro , campos , hatos multiplicos , En mañas , en esfuerzo y en aviso,
Engrosandose mucho los caudales , No rehusó hacer cualquier concierto ,
Las haciendas de grandes y de chicos ; Y concedelle todo cuanto quiso ;
Y ansí, Diego Velazquez y otros tales Mas antes que partiese dește puerto
Se hicieron en gran manera ricos ; Estaba ya Velazquez arrepiso ,
El cual hizo la guerra sin desmanes , Pareciendo negocio peligroso
Y tuvo valerosos capitanes. Confiarse de hombre tan brïoso.
Mayormente Cortés , que bien mirado Procuró de hacer esta jornada
Su discurso , que callo de presente , Poniendo ciertas causas por escudo ;
Puede con gran razon ser comparado Pero halló la puerta tan cerrada ,
A quien tuvo valor mas eminente ; Que trabajó de entrar y nunca pudo ,
Pero terná particular tratado , Porque de gente muy calificada
Si Dios me diere vida suficiente , Estaba ya Cortés nada desnudo ;
Cuando cante sus brios y su maña Al fin disimuló desta manera
En lo que se dirá de Nueva-España. Lo que disimular jamás quisiera.
En cuyo principal descubrimiento Quedó Diego Velazquez con tristura
Otros también de Cuba sus vecinos Por no poder salir con el intento ,
No carecen de gran merecimiento , Fuése Cortés en buena coyuntura
Antes de grandes gracias fueron dinos ; Llevando todo buen aviamiento ;
Pues que para riqueza tan sin cuento Llamándolo su próspera ventura
Abrieron claras sendas y caminos , Para dar al deseo cumplimiento ,
Con Francisco Fernandez , que tenia Donde se señaló con tales cosas
De Córdoba segunda nombradía. Que se pueden contar por milagrosas.
Aqueste descubrió primeramente De su sospecha los efetos luego
Tierra de Yucatán y su partido , Diego Velazquez vió por esperiencia,
Donde tuvo rencuentros con su gente , Pues Cortés alentado del entrego ,
De los cuales salió muy mal herido , Y con recurso de mayor potencia,
Y de los suyos muertos mas de veinte ; Quiso hacer cabeza de su juego
Holgóse grandemente como vido Y á solo Dios y al rey dar obediencia ;
Gente vestida , grande policía , Y ansi con sus victorias y fortuna
Yedificios de buena cantería. No hizo caudal dél en cosa alguna.
Huyendo se embarcó la gente nuestra , Por verse fuera de tan gran pujanza
La mayor parte dellos malparados ; Tuvo Velazquez grave sentimiento ;
Mas aunque la fortuna fué siniestra Por lo cual procuró luego venganza
En matalles allí veinte soldados , De tan perjudicial atrevimiento :
Parece que en ballar tan rica muestra Y con victoriosa confianza
Los vivos se hicieron consolados ; De mucha gente hizo llamamiento,
Tuvieron este duro repiquete Poco menos llegó de niil soldados
En el año que fué de diez y siete. Y once navíos gruesos artillados.
Luz dieron á los de la Fernandina Teniendo ya recaudo conviniente
La gente que del caso vino salva , De cosas necesarias á la guerra ,
Y fuéles como lumbre matutina , Nombró por general y por tiniente ,
O claro resplandor de la del alba ; Porque facilitaba la carrera ,
Y ansi Diego Velazquez determina A Panfilo Narvaez el valiente ,
De enviar al varon Joan de Grijalva, Pero contra Cortés que mas lo era ,
Por tomar, antes que otro los escluya , Y luego supo la real audiencia
Posesion por el rey de parte suya. Aquesta disension y competencia.
72 JUAN DE CASTELLANOS.
Lucas Vazquez de Aillon, que entonces era Hallaron ciento y veinte ballesteros ,
El uno de los dos ó tres oidores , Ochenta de caballo vigilante,
Vino para hacer que no saliera, Otros ochenta mas arcabuceros ,
Y mitigar las sañas y furores ; Seiscientos nada menos los infantes,
O por alguna via , si pudiera, Trece tiros de bronce, tres pedreros,
Componer estos dos competidores : Municiones muy buenas y bastantes;
Respondióle Velazquez de mal arte , Cortés, aunque con ánimo mas alto ,
Y al fin fué para ello poca parte. De todas estas cosas vino fallo.
Porque decia ya ser señalado , Y como relacion larga tenia
Demás de los gobiernos de aquel puerto , De tanta pieza, tanto pasamuro,
Por título real adelantado No se quiso fiar del claro dia
De lo por parte suya descubierto, Por ser noturno manto mas seguro ;
Y ser negocio ya muy escusado Ansi metió su fuerte compañía
Tratársele de medios ni concierto ; En el contrario campo con escuro,
Pues era destos medios el mas tierno Aunque la mayor parte prevenido
Dejalle libremente su gobierno. Por una centinela que los vido.
Aillon, viendo la cosa mal parada No va halcon con tanta lijereza
Y en el gobernador tan duro tedio , Al ave de que tiene su sustento ,
Determinó de ir en el armada Cuanta fué por entonces la presteza
Para perseverar en el remedio, Del inclito Cortés y los que cuento,
Creyendo que después de ser llegada Rompiendo con insigue fortaleza
Si pudiera trazar algun buen medio Cualquier perjudicial impedimento ;
Con el Narvaez, que iba con el mando ; Y ansi sin aflojar en la porfia
Mas tampoco lo pudo hallar blando. Ganaron la crüel artillería.
Llegó pues con soberbia lozanía Mas antes con un tiro falconete
Narvaez à los puertos deseados , Le mataron á dos buenos soldados ;
En cuya costa ya Cortés tenia Los de Cortés mataron diez y siete
En nombre de su rey pueblos fundados ; De los contrarios mas aventajados ;
Y por la tierra adentro no dormia Luego cada cual dellos arremete
Conquistando potentes principados , A ciertos edificios torreados,
Do con su copia breve de cristianos Do Panfilo sin muestra de cobarde
Hacia siempre hechos soberanos. Las armas se vestia, pero tarde.
Prosiguiendo Narvaez sus intentos , Porque los de Cortés yendo calando
Revolvia cien mil alteraciones , Las picas deseosos del despojo,
Aillon, porque cesasen movimientos Toparon con Narvaez, y en entrando
Hacíale también protestaciones ; Con una le quebraron el un ojo :
Narvaez con sus malos miramientos Al cual luego sacaron arrastrando
Mandó que lo pusiesen en prisiones , Con razones anejas al enojo ,
Y pregonó con ásperos rigores Y de los daños todos hecho cargo
A Cortés y á los suyos por traidores. En prisiones estuvo tiempo largo.
La gente de Cortés que esto notaba, Este negocio grave concluido
No poco del negocio descontenta , Para Fernán Cortés colmo de gloria ,
A Méjico do entonces él estaba Desampararon todos al caido ,
Enviaron quien diese larga cuenta Siguieron á quien hubo la victoria :
De cuanto con Narvaez les pasaba , Fué de todas sus faltas socorrido
Y cómo por palabras los afrenta : Contra indios de fuerza tan notoria ,
Para Cortés la nueva no fué buena , Que comieron grumetes y aun arraez
Y á su gente causó crecida pena. A no venir entonces el Narvaez.
Temia rebelarse los vecinos Lo que pensaba pues el varon fuerte
De Méjico , faltando su presencia , Que en aquella sazon y coyuntura
Y estorbarse sus célebres desinos Le perturbaba venturosa suerte ,
En tierra de tan gran magnificencia, Eso le dió mas próspera ventura :
Abrirse grandes puertos y caminos Narvaez lo sintió mas que la muerte ,
Para guerra civil y competencia ; Velazquez gustó tragos de amargura,
Y ansi por evitar sangrienta mano El cual, vistas las faltas del tiniente ,
Tentó medios de paz como cristiano, Determinó de ir personalmente.
Fueron por mensajeros proveidos Juntó navíos bien aderezados
Personas valerosas que no cuento ; De todos los pertrechos que convino ,
Escribióle por términos debidos , Y en ellos grande copia de soldados ;
Haciendo generoso cumplimiento, Pero por parecelle desatino ,
Y con honorosísimos partidos A vista de los puertos deseados ,
Huyendo de venir en rompimiento ; Tuvo por bien volverse del camino ,
Pero Narvaez con la gran pujanza Juzgando por mejor en este hecho
Remitió los partidos à la lanza. Que el emperador viese su derecho.
En esta voluntad sola se cierra Aderezando pues esta partida ,
Ser de su parecer mejor camino, Para decir en la real presencia
Que Fernando Cortés deje la tierra Del agravio y afrenta recebida ,
Volviendo mal su grado por do vino ; Vejez , pasion , enojos y dolencia
Mas al Cortés , varon de paz y guerra , Le cortaron el hilo de la vida ,
Parecíale torpe desatino , Y ansi cesó la dura competencia ;
Y a quien por bien no pudo hacer llano Que la muerte convierte muchas cosas
Quiso también por mal probar la mano En fáciles de muy dificultosas.
Doscientos y cincuenta hizo prestos Fué persona de cuerpo bien dispuesto ,
De gente mas valiente que lucida , Robusto de sus miembros y velloso ,
Todos determinados y dispuestos Algo moreno , pero de buen gesto ,
O de vencer ó de quedar sin vida : Suelto , valiente , fuerte y animoso :
Con esta gente fué contra los puertos Gastó sus bienes , mas con todo esto
Do estaba la contraria recogida , Fué menos liberal que cudicioso ;
La cual aviso tuvo que se guarde, Tuvo gran copia de oro , plata , cobre ,
Y luego le mandó hacer alarde. Y al fin de su jornada murió pobre.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA VIII , CANTO I. 73
A esta isla vino por tiniente Murió , que no vivió tiempo mas largo ,
Nombrado , como dije , por don Diego , Gobernando la tierra sin pelea ;
Pero como se viese ya potente , Sucedióle después en este cargo
Hizo también cabeza de su juego : El capitán Francisco de Perea ;
Al rey reconoció tan solamente , A este sucedió Joan de Camargo ,
El cual como señor cumplió su ruego , Y á él este Garay que se desea ,
Haciéndolo juez y adelantado A quien fortuna dió grandes favores ,
De aquello que él habia conquistado . Que perdió por buscar otros mayores.
Los vecinos que habia de presente Pues visto que Cortés descubrió senos
Hicieron en su muerte sentimiento , De tan engrandecidas poblaciones ,
Por ser à todos ya como pariente ; Juzgó de su persona no ser menos
Y no recebir dét mal tratamiento : Para tener tan altas pretensiones :
Enterráronlo muy honradamente , Procuró con favor de muchos buenos
Con pompa de prolijo cumplimiento ; Pedir nuevas conquistas de regiones ,
De los que en la tumba fueron puestos Las cuales se le dieron de buen gradc
Me dieron unos versos , que son estos. Con titulo y honor de adelantado.
Qui nunc angusto componit membra sepulchro , Porque desde esta isla referida,
Prospera sors vivo munera magna dedit. En carabelas fuertes y lijeras ,
Sed quando fuerat capturus maxima dona Habia ya corrido la Florida
Quas fecit, fortes eripuere manus.
Aquí está en lugar estrecho Y á Panuco con todas sus riberas ;
Quien tuvo larga ventura , Donde muchos dejó faltos de vida ,
Y en tiempo de mas provecho Comidos destas gentes carniceras ;
Por mano de su hechura
Fué deshecho. Volvió para la isla con intento
De procurar el adelantamiento.
La santísima era de quinientos ,
ELEGIA VIII. Con mil y veinte y tres casi corrida ,
Para perficionar sus pensamientos
A la muerte del adelantado don FRANCISCO DE GARAY, Efetuó con Garay esta partida :
donde se escribe la isla Jamaica, Once naos , soldados ochocientos ,
Algunos mas de gente muy lucida ,
Muchos caballos , gran artillería ,
CANTO PRIMERO . Matalotaje cuanto convenia.
Llegue mi flaca musa donde puede , Antes de se partir de donde cuento
En tantas y tan varias relaciones ; Nombró justicias y otros oficiales
Y por aqueste orden que precede , Futuros , do hallasen buen asiento
Tratando de tan inclitos varones • Con posibilidad de naturales ;
No haga de manera que se quede El ejército hizo juramento
Francisco de Garay entre renglones ; Selle todos fieles y leales ,
Pues , aunque de fortuna mal pagado , Dió las velas al viento con aquesto
No debe de ser menos estimado. Y á la isla de Cuba llegó presto ;
Aqueste fué de la segunda gente , Adonde luego fué certificado
Cuando Colon mas mundo certifica : Por larga relacion de muchas gentes ,
Vino muchacho , mas tan diligente Estar el dicho Pánuco poblado
Que se hizo después persona rica ; Por Fernando Cortés y sus tinientes ;
Y para tratar dél enteramente Juzgóle por negocio tan pesado
Habremos de volver á Jamaica , Que podria parir inconvinientes ,
Isla por estas partes muy notoria Y por evitar odios descubiertos
Y digna de poner en la memoria. Quisiera con Cortés hacer conciertos.
Sus aledaños son los mas llegados Para lo cual aqueste caballero ,
Hayties y la isla Fernandina , Viendo cómo la paz á nadie daña ,
En diez y siete y diez y ocho grados A Zuazo nombró por medianero ,
De la equinocial se determina ; Como varon de letras y de maña,
Rodeada por puntos y por lados , Rogándole que fuese por tercero
Ciento y cincuenta leguas se camina , A verse con Cortés á Nueva-España ,
Pues son setenta y cinco la longura , El cual , por amistad de quien lo manda
Ydiez y ocho largas el anchura. Aceptó de buen grado la demanda..
Es esta isla poco montuosa , Partió Zuazo antes que la flota
Pero sus montes bien aprovechados , A verse con Cortés y dalle cuenta ,
Es fértil , abundante , fructüosa , Siguió después un dia su derrota
También por los lugares escombrados ; Garay adonde ya se representa ;
En algodones admirable cosa , Y de las islas algo ya remota ,
Tiene gentiles hatos de ganados , Encendióse bravísima tormenta ,
De todas diferencias de natíos , Para Zuazo tan tempestuosa
Y abundancia de lagos y de rios. Que se puede contar por milagrosa.
Fué descubierta del Colon primero , Porque su desdichada carabela ,
Al tiempo que volvió por almirante ; De las inmensas ondas embestida ,
Conquistóla después el heredero , Sin quedalle recurso ya de vela
Por un Joan de Esquivel , hombre bastante , Muchas veces la vieron sumergida ;
Cristiano y escelente caballero , Esperanza ninguna los consuela
A Dios poniendo siempre por delante ; Que prometa remedio de la vida ;
Pues sin querer ensangrentar las manos Todos eran sollozos y gemidos
A todos estos indios hizo llanos. De placeres humanos despedidos.
Mil y quinientos años fué la era, En Dios el esperanza se ponia
Con otros diez y nueve ya corridos , Do van los corazones y las bocas ,
Cuando con Esquivel en la ribera Noturna confusion los afligia ,
Saltaron cien soldados escogidos ; Rodean las visiones y no pocas ;
Y aunque los resistió gente guerrera , Llevólos aquel viento que corria
Con gran facilidad fueron vencidos ; En medio de la mar á ciertas rocas
Gobernólos tres años muy contentos , Do la nave se hizo mil pedazos ,
Y hízoles muy buenos tratamientos. Y pocos se valieron de sus brazos.
74 JUAN DE CASTELLANOS.
Perecieron varones, mueren dueñas , Dadas gracias a Dios omnipotente ,
Con embates de mar repercusivos , Esperaron allí la luz del dia ,
Pudieras ver colgados de las peñas Para traer también la demas gente ,
Cuarenta y siete que quedaron vivos. Entre tanto que Dios mas proveia :
¡Oh mar , cuántos trabajos les enseñas , La cual la misma via del oriente
Dolores y tormentos escesivos ! Por estos arrecifes se venia ,
Llaman á la potencia soberana Por las reventaciones caminando ,
Hasta tanto que vino la mañana. Algun descanso breve deseando.
Mas no les trajo lumbre de consuelo , Holgáronse de vellos mas cercanos
Ni luz para que fuesen remediados , Por mejor socorrerse todos juntos ,
Porque ¿qué les prestaba ver el cielo Guiaron la canoa diestras manos
Sin tierra , y en peñascos anegados ? Para traer los miseros disjuntos ;
No ven por todas partes otro suelo , Y dellos los mas fuertes y mas sanos
Mas vense de mil males rodeados , Tenian el color como difuntos ;
Pena , dolor , pasion y muerte dura Mucho mas remontaban los placeres ,
Es la cosa que mas los asegura. Lástimas que decian las mujeres.
¡ Cuán triste , cuán cuitada y afligida «¡Oh pasos de piedad enajenados ,
Se hallaba la miserable gente , Roca cruel y piedra mas que dura !
De muy grandes olajes embestida Oh piés en algun tiempo bien calzados ,
Desde los bajos piés hasta la frente , Dedos de manos hechos á blandura !
Sin agua que bebiesen ni comida , Cuán heridos y cuán atasajados
Faltos de todas cosas totalmente ! Os tiene tan acerba desventura !
Lloros , suspiros , lágrimas sin cuentos Cómo merecen bien estos afeites
Eran los principales alimentos. Los pasados regalos y deleites !
Faltábales á todos advertencia »¿Qué son de los amparos del estío?
En esta confusion tan lastimera ; Agora destos golpes abrasada
Mas un Joan Sanchez , hombre de esperiencia, ¿Adónde está la ropa para frio
En naufragios y vida marinera , De las preciosas martas aforrada ,
Puso grande calor y diligencia El empalagamiento y el hastio
En recoger pedazos de madera , Que daba la comida delicada ,
Cables y tablazon que iba perdida , Dulzores olorosos que tenia
Y jarcia cuanta pudo ser habida. Para poder beber el agua fria?
Con esta prevencion , que no fué poca , »¿Qué es de la fuente, qué es del vaso fresco,
Las cosas que pudieron ser habidas Vasijas de labores muy estrañas ?
Hicieron amarrar á cierta roca Salado licor es el que merezco ,
En haces y montones recogidas ; Por mis delicadezas y mis mañas :
Después vinieron á pedir de boca Desdichada de mí que ya perezco ,
Para bien destas gentes afligidas , Rabiosa sed abrasa mis entrañas ,
A quien terrible fuerza de temores Y de tan grande mal la mejor cura
Agora hace dar grandes clamores. Es que la mar será mi sepultura. »
La continuacion del triste llapto Esto decian ya sobre el arena ,
Quebrantara dureza del acero ; Do la gente tenian recogida ,
Y estando con aquel mortal espanto , Por no ver un alivio de su pena ,
Que no puedo pintallo como quiero , Ni poder conservar humana vida ,
Aflojaron las olas algun tanto , En parte que constaba ser ajena
Y vieron donde estaban un madero , De candela , de agua , de comida ;
Debajo del arena soterrado , Mas el Zuazo , hombre de templanza,
Donde por las corrientes fué llevado. Siempre tuvo de Dios gran confianza .
El Zuazo , varon digno de loa , Decia cristianisimas razones
Con algunos hidalgos y matronas , Para consuelo desta desventura ,
Descubriéronlo bien de popa á proa , Hacia fundadísimos sermones
Limpiando los remates ó coronas ; Alegando lugares de escritura ;
Y vieron claramente ser canoa Mandó perseverar en oraciones
Donde podian ir cinco personas : Con un fervor ardiente de fe pura ;
Hincando las rodillas en el suelo , Clamores grandes van al alto cielo :
Dan gracias al Señor del alto cielo. Padre de piedad, dadnos consuelo !
Pues para conocer adónde iria Diciendo pues palabras lacrimosas ,
El Zuazo con tres varones fuertes , Demandando salud para su pena ,
Para remedio desta compañía , Vieron cinco tortugas poderosas
Procurando librallos de las muertes , Venir á desovar en el arena ,
Con oracion que siempre se hacia Que no les fueron poco provechosas
Cuatro veces echaron cuatro suertes , • Y pudieran ser mas para la cena ,
Y en aquellas cayó continamente Si acaso la ventura diera luego
Que fuesen á la parte del oriente. Los materiales para hacer fuego.
Tomaron el brevísimo navío , Porque por esperiencia conocida ,
Que ya la mar estaba de bonanza , La carne destos dichos animales
Hicieron de los otros su desvío , Es una salutífera comida
Dándoles de volver gran esperanza ; De do hacen guisados principales ;
Y fueron prosiguiendo su bajío Y si la sangre dellas es bebida ,
Dos grandísimas leguas de tardanza , Es provechosa para muchos males ;
E ya , cuando la noche se cerraba , En el anchor y término de larga
Vieron un arenal que blanqueaba.. Cada cual dellas es como una adarga.
Que cierto cualquier dellos se temia Pues el Zuaco con sus gentes vagas ,
De tener en la mar la noche escura ; A quien intolerable sed quebranta ,
Saltaron pues allí con alegría Las ofrecieron á las cinco llagas
Pareciendo morada mas segura : De do manó la sangre sacrosanta ,
De veinte pasos fué la travesía , Lavamiento de culpas y de plagas
Y de ciento y cincuenta la longura , En el árbol de cruz y dulce planta ,
Hincaron en la tierra las rodillas , Y antes que se volviesen do salieron
Dando gracias por tales maravillas. Las barrigas arriba se volvieron.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA VIII , CANTO 1 . 75
Pues porque al remedio de fortuna Habia pues en esta compañía
No cumplia que fuese mas fiambre , Un ánima cabal en su cordura ,
Mandó Zuazo desconchar la una , La cual como los otros padecia
Y en la tal concha recoger la sangre , Aquella miserable desventura :
Para templar la sed muy importuna , Inesica la niña se decia ,
E mitigar en algo tanta hambre ; E ya cercana de la sepultura,
Y aqueste virtuoso caballero Al buen Zuazo y á los circunstantes
Hizo la salva y él bebió primero. Les habló con palabras semejantes :
Y después dél , segun la muchedumbre , «Una señora , ya mujer anciana,
Beben el delicado y el robusto , Su rostro como sol resplandeciente ,
Aquello que no tienen de costumbre El nombre de la cual dijo ser Ana ,
Ni fuera deste tiempo fuera justo ; Abuela del Señor omnipotente,
El néctar fué menor en dulcedumbre , Me mandó que dijese que mañana
Ambrosia no les diera tan buen gusto : Fuésedes por allí mas al poniente ,
Quedabanles los labios uo distintos A la isla que veis estar frontera
De los que siempre prueban vinos tintos. Y allí hallareis agua pasadera. >»
Estos ensayos hechos otro dia , Aquesta relacion y este recado ,
Estendiendo los ojos adelante , Que de vanas fantasmas es remoto ,
Otra pequeña isla parecia , Mandóselo decir al licenciado
Como dos leguas desta discrepante : Porque sabia ser su muy devoto :
Allá fueron de aquesta compañía Esto dicho , salió deste cuidado ,
Tres hombres , cada cual buen navegante, Y del tropel humano y alboroto ,
Anduviéronla toda , y esta era Y aunque la muerte della les dió pena ,
Cinco veces mayor que la primera. Gran contento causó la nueva buena.
Ninguna cosa verde producia , Otros nueve murieron entre tanto ,
Ni sombra , ni señal de dulces fuentes , De la rabiosa sed y hambre dura ;
Mas admiráronse cómo tenia El Zuazo, varon de pecho santo,
Innumerables aves diferentes ; Usaba los oficios como cura ;
Y tantas que el arena se cubria Y ante los desmayados del espanto
De las nidadas viejas y recientes , Les abria también la sepultura ,
Lobos marinos , pajarillos nuevos , Santísimas palabras predicando ,
Muchas tortugas , infinitos huevos. Y á todos acudiendo y animando.
Volviéronse con este buen recado ; Acabada la obra toda pia ,
Y como mejoría deseasen , La triste noche hizo su venida ,
Aqueste valeroso licenciado Que se gastó rezando , y otro dia
Ha llamado que todos se pasasen , Pusieron en efeto la partida
Para buscar lugar acomodado A la isla que cerca parecia
Do sus necesidades amparasen ; Para buscar el agua prometida ,
Y ansí como cristiano caballero , Y encaminados todos al viaje ,
Él quiso ser de todos el postrero. Zuazo fué postrero del pasaje.
Como las aves no hacian fugas Llegados los primeros que pasaban ,
De las estrañas gentes y modernas , Vieron la isla ser alguna cosa
Mataban y comian las pechugas , Mayor que la segunda que dejaban ,
Y no se desdeñaban de las piernas ; Y ansimismo tener yerba viciosa ;
También la dicha sangre de tortugas Las cuales aparencias alegraban
Servia como vino de tabernas , La gente de salud menesterosa ,.
La clara de la yema dividida Pues por espacio de doceno dia
Ansimismo servia de bebida. Esta necesidad se padecia.
Suelen en estas islas ser continos , Ansi con estas penas y pesares ,
Y casi que por todos sus lugares , Cuyos estremos eran ya funestos ,
Gran cantidad de vítulos marinos Cavaban en mil partes y lugares
Que llaman lobos por aquestos mares ; Que parecian aptos y dispuestos ;
Los cuales á los pobres peregrinos Pero no refrescaron los ijares
Ansimismo servian de manjares : Tan inútiles pozos como estos ,
Son muy grandes y torpes en la tierra , Pues , aunque daban agua muy aina ,
Y ansí se matan sin ninguna guerra. Fué de mas amargor que la marina.
Un muchacho que en esta triste vida Faltando pues del agua dulcedumbre ,
Estaba con la sed casi rabiando , Agravóse la pena y el cuidado ,
Loba marina vió recién parida , Y estando con aquesta pesadumbre ,
Y dos bijos estar amamantando : Llegó con los demás el licenciado ;
El cual con intencion desta bebida , Y como lo tenian de costumbre ,
Con gran silencio se le fué llegando , Vióse de todos ellos rodeado ,
Quito los hijos como quien no toca Maldiciendo con lloros su fortuna
Y tomóle las tetas con la boca. Por no hallar consolacion alguna.
Ella que sintió cosa diferente , Zuazo con ejemplos les enseña
No pudiendo sufrir otra mejilla , A confiar en Dios del alto cielo ,
Revolvió con protervo continente Y nunca desmayar varon ni dueña
Derribando la media pantorrilla ; En este riguroso desconsuelo ;
Curólo como pudo nuestra gente Pues quien hizo manar agua de peña
Movida de dolor y de mancilla , Podia también dalla deste suelo ,
Considerando cuan sutil maestra Y que en necesidad tan escesiva
Es la necesidad, y cuánto muestra. Cada cual se vistiese de fe viva.
Estaban pues en este mejor puesto , Y pues que le faltaba la presencia
De calientes comidas tan ayunos , De don sacerdotal y bien tamaño ,
Que no fué parte la que tienen desto Cada cual compusiese su conciencia ,
Para que dejen de morir algunos : Demandando perdon de cualquier daño :
Del estraño manjar y mal digesto , Queriendo recebir por penitencia ,
Con los calores graves importunos , De ser castos , siquiera por un año ,
Y el pensar que de lance tan terrible Y antes que otras se hiciesen
Escapar no les era ya posible. En oracion devota se pusiesen.
76
76 JUAN DE CASTELLANOS.
Las gentes de consuelo van ajenas Todos en cumplimiento deste mando ,
A cumplir destas cosas cada cosa : Como cosa que tanto les cumplia ,
Hicieron otras mil promesas buenas , Buscaron luego mucho palo blando ,
Cada cual á las almas provechosas ; Bien seco que la mar no lo batia ;
Y castidad perpetua Joan de Arenas , Y con entrambas manos refregando
Pedro Simancas , Sancho de Espinosa , Unos después de otros á porfía ,
La cual en religion después cumplieron En tanto grado que su fuerza pudo
El espacio de tiempo que vivieron. Encender el polvico muy menudo.
Hecha la prevencion que voy diciendo , ¿Quién os podrá contar el alegría
Hicieron procesion con litanía , Que sintieron de vello humeando
Zuazo con la cruz que va siguiendo Los de la trabajada compañía
Esta desconsolada compañía : Y los que no penaron trabajando ?
El cantando , los otros respondiendo , Muy menudica paja se ponia ,
Segun uso de nuestra madre pia ; Con grandisimo tiento van soplando ,
Pero la dulcedumbre destos cantos Hasta tanto que ya salieron llamas
Era toda de lacrimosos llantos. Que pudieron cebar con gruesas ramas.
Con esta procesion, via derecha , Aquí, y allí , y allá vereis candelas ,
Dos veces fué la isla travesada , Deshechas de las frentes ya las rugas,
En tal manera que quedó cruz hecha , Asar rabihorcados y pardelas ,
Del buello de la gente señalada ; Comerse con mas gusto las pechugas ;
Considerando pues cuánto aprovecha Servir de calderones y cazuelas
La cabal oración y porfïada , Aquellas conchas grandes de tortugas ,
Hincóse de rodillas el Zuazo Matando la sequía desta fragua
En la junta del uno y otro brazo. Con grandes caracoles llenos de agua.
Las manos y los ojos van al cielo , Algunos ansimismo desta gente
Diciendo con suspiros y gemidos : Estaban de comida no curando ,
¡Padre de piedad y de consuelo ! Tendidos por los lados de la fuente
Consolad estos tristes afligidos ; Sus claros manaderos contemplando :
Lleve la devocion tan alto vuelo , Bebiendo por matar la sed ardiente ,
Que toque su clamor vuestros oidos , Y gran número dellos vomitando ,
Y dé socorro la potente diestra Porque el vacio cuerpo no podia
A los que son , mi Dios , hechura vuestra. Retener aquel agua que bebia.
» Vos, que hartais los brutos animales En esto del beber demasiado
En los desiertos secos donde moran , Casi todos entraban en la danza ,
Visitais con humor los vegetales , Mas Zuazo , varon bien enseñado ,
Y ansi de flor y fruto se decoran : Usaba de grandísima templanza :
Proveed también estos racionales , En comer y beber muy recatado ,
Pues os creen , conocen y os adoran , Huyendo siempre toda destemplanza ,
¡ Oh fuente perenal , confortativa , Y ansi deste consorcio castellano
Santo Dios vivo , dadnos agua viva ! Él se halló de todos el mas sano.
Vos, que le distes aguas con aumento Y siempre vi que do se padecia
Al vencedor del campo filisteo , Rabiosísima sed y hambre brava ,
Sacadas de las muelas del jumento , Aquel que se crió con policía
Y endulzastes también las de Eliseo ; Con menos pesadumbre la pasaba :
Vos, que de piedras distes al sediento En la necesidad menos dormia ,
Agua que satisfizo su deseo , En los mayores riesgos mas velaba ,
Y en los antiguos pozos de discordia , En las tristezas mas alegre gesto ,
Usad aquí también misericordia. Y á todos los trabajos mas dispuesto.
»¡ Oh cruz preciosa y abundante fuente No porque no ví gente de barbechos ,
Contra, la sed rabiosa del pecado , Que podrías , letor , maravillarte
Adonde vos , mi Dios omnipotente , Leyendo las grandezas de sus hechos ,
Fuistes con duros clavos enclavado , Su fuerza , su vigor , su duro marte ;
Y salió sangre y agua juntamente Mas en sufrir desmanes tan estrechos
De vuestro preciosisimo costado ! Entiéndese que, por la mayor parte ,
Dad agua desta cruz, pues nos dais sangre, Quien tiene mas valor sufre mas males,
Con que satisfagamos tanta hambre. » Y aprueban bien poquitos oficiales .
Luego se levantó con esperanza Miserias que yo vide no las pinto ,
Firmisima del agua prometida , Porque cierto seria tratar desto
Y dijo con entera confianza : Entrar en un confuso laberinto
« Cavemos , por ser parte bien medida , De donde no saliésemos tan presto :
En medio desta cruz y semejanza Hagamos ya capítulo distinto ,
De aquella donde Dios nos da la vida , Para poder mejor decir el resto
Y no creais que fué promesa vana Desta gente que no hallaba cura
Esta que nos fué hecha por santa Ana. » Para salir de tanta desventura.
Cavaron luego muchos con fe pura ,
Y pensando pasar mas adelante ,
No mas de codo y medio de fondura
Sacaron agua dulce y abundante.
Dió tan grande contento la dulzura , CANTO SEGUNDO ,
Que el mas muerto cobró nuevo semblante; Donde se trata del orden que tuvieron para salir de allí, y la mue
Gustan apriesa todos del consuelo , de don Francisco de Garay.
Alzan los ojos , dan gracias al cielo.
Zuazo, dadas gracias con sosiego, Males hay que á los hombres son anejos,
Dijo : « bendito Dios, agua tenemos, Y para que les hagan resistencia
La vida nos daria tener fuego , No poco les conviene tener lejos
Y aqueste será bien que procuremos. » Guiados con discreta providencia,
Preguntado de dónde , dijo luego : Por no quedar confusos ni perplejos
De muchos palos secos que aquí vemos , Al tiempo que llegare la dolencia ;
Que la mar de lugares diferentes Porque mejor repara su partido
Ha traido con fuerza de corrientes. » El provido que el mal apercebido .
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA VIII, CANTO II. 77
Pues como ya tuviesen agua y fuego , Decian : « el Señor os esclarezca ,
Y viesen el lugar mas á provecho , Su divino favor sea la guia ,
A la memoria les ocurrió luego El os ampare y él os favorezca
Aquello que Joan Sanchez hubo hecho : Con clara noche , con sereuo dia ,
La cual fue diligencia no de ciego , Sin permitir que mas os acontezca
Mas antes de cabal y sabio pecho ; Fortuna que perturbe vuestra via ;
Fueron pues en aquella canouela Quïete furias del soberbio viento
Adonde se perdió la carabela. Hasta que ya llegueis á salvamento. »
Vieron la jarcia , tablas y madera Varones y mujeres esto vieron
Adonde la dejaron amarrada ; En la barca los ojos enclavados ,
Hicieron una balsa cuanto era Hasta que ya de vista la perdieron
Tan fuerte , tan bien puesta y ordenada , Y los remeros iban engolfados ;
Que pudo bien venir à la ribera Los cuales su viaje prosiguieron
Do quedaba la gente fatigada : De prósperas corrientes ayudados ,
Fué crecidísimo contentamiento Vientos quietos , apacibles , buenos ,
Desque los trajo Dios à salvamento. Y de sus locos ímpetus ajenos .
Visto cuánto trabajo los aprieta, Perseverando pues en sus porfias ,
Y la tardanza mucha cuánto daña , Dándoles el Señor fuerza bastante ,
Llegados los recatos á la isleta , Al cabo ya de diez ó doce dias
La gente que se daba mejor maña Vieron la tierra firme por delante.
Determinó hacer una barqueta ¿Quién os podrá decir las alegrías
Para tentar de ir á Nueva-España , Del flaco y animoso navegante ?
Siquiera cuatro hombres que cupiesen , Bojaron con furor de nuevo brio
Y de su perdicion noticia diesen. Hasta poner en ella su navío.
La necesaria obra se tantea , Contemplan la frescura de los pinos ,
Trázase la pequeña proa y popa , El lustre y el verdor que ven enfrente ,
Cada cual á lo dicho se menea , Saltaron los cansados peregrinos
Ocioso ni baldío no se topa : En parte que les era conviniente ;
Unos de tablas viejas sacan brea , Porque hallaron sendas y caminos
Otros convierten cables en estopa , Y huella de caballos muy patente ,
Otros andan sacando clavos viejos , La cual con los anejos de sus heces
Con los demás posibles aparejos. Besaron todos ellos muchas veces.
Andando cada cual pues diligente , Dadas gracias a Dios , que fué servido
E yendo cinco por mantenimiento De los llevar á luz y salvamento ,
A la segunda isla , que es enfrente , Fueron por el camino mas seguido
Levantose borrasca de tal viento , Para buscar algun mantenimiento ;
Que sorbió la canoa con la gente, Diahustán , cacique , que los vido ,
No sin grave dolor y sentimiento Recebiólos con buen acogimiento ,
De todos , ansi flacos como sanos , Teniendo por estraña maravilla
Por faltar la que fué sus piés y manos. Ver gente tan hambrienta y amarilla.
Como ya no tenian mucha sobra Porque una pava grande que les dieron
De las aves y largas pesquerías , De muchas que tenian estas casas ,
Dioles gran pesadumbre la zozobra Sin sacalle las heces la pusieron
Con menoscabo destas compañías ; Y sin pelalla bien , sobre las brasas ;
Y ansi tal priesa dieron á su obra Y después que con tripas la metieron
Que tuvo perficion en pocos dias , En otras que venian algo rasas ,
Y el pequeñuelo barco fué breado Por señas demandaron al instante
Con vieja pez y aceite de pescado . Guia para pasar mas adelante.
Con sus toletes , remos y aparejos Acerca desta misma circunstancia
En el agua la barca fué metida ; Por señas el cacique significa ,
De aves , de tortugas y cangrejos Que tres ó cuatro leguas de distancia
Con ella fué la gente proveida ; Demoraba de allí la Villa-Rica ;
Luego fueron comunes los consejos Caminaron con presta vigilancia
Que pongan en efeto la partida Por donde la tal guia los aplica ,
Gomez y Ballester y Joan de Arenas , Deseando volver con buen recado
Para negocio tal personas buenas. Al inclito Zuazo licenciado .
Y porque necesario les seria Junto del cual , cuando desembarcaron
Un indio que les fuese jamurando , Los tres con quien se hizo clara prueba ,
Procuraron hacer derecha via Cinco rabihorcados se sentaron
Puerto de Villa- Rica demandando : Como por mensajeros de la nueva ;
Habian de ir por esta travesía Pues en vellos domésticos juzgaron
Ciento y cincuenta leguas navegando , Ser anuncio del bien que se les lleva ,
Confiando de Dios en la carrera , Y aunque no fueran malos al ayuno
Porque la barca poca parte fuera . No consintió hacelles mal alguno.
No rebusaron estos el pasaje Después que ya llegaron con la guia
De tan inmensos riesgos y trabajos , A Villa- Rica , cuyo señorío
Y para los efetos del viaje Simon de Cuenca por Cortés regia ,
Hicieron en el barco sus atajos , Conocieron allí faltar avio ;
Donde pusieron el matalotaje Y á Medellin el Nuevo los envía
De huevos , de tortugas y tasajos , A causa de tener presto navío
Agua también en odres ó barquinos Un Gonzalo de Ocampo , de Trujillo ,
Que hicieron de vítulos mariños. Y del dicho Zuazo gran carillo.
De los demás hicieron despedida Al cual por ser capaz y diligente ,
Con un dolor que el alma les aprieta. En negocios jurídicos cursado ,
¡Oh riesgos y trabajos de la vida Zuazo le nombró por su tiniente
Y á cuántas desventuras es sujeta ! En Cuba , do vivió tiempo pasado ;.
Entraron en la mar que los convida Y ansi con la presteza conviniente
Por estar por entonces muy quïeta , Luego le despachó todo recado ,
Los que quedan regaban sus mejillas Diestros pilotos de Moguer y Palos
En oración bincados de rodillas. Con posibles refrescos y regalos.
78 JUAN DE CASTELLANOS.
Navegaron la via del oriente Huyen de los estériles conveses
Hasta los Alacranes , parte nota , Donde con mas dolor que se nivela
Porque estos son do se perdió la gente , Estuvieron al pié de cuatro meses;
Riesgo que navegantes alborota ; Entraron pues en esta carabela ,
Volvieron los tres hombres juntamente Y con temor del mar y sus reveses
Ellos mismos guiando la derrota , Al punto se hicieron a la vela
Mas tardó treinta dias la jornada Veinte que de los riesgos escesivos
En llegar á la gente fatigada ; Permanecieron solamente vivos.
Por ser el tal navío detenido Navegaron aquestas compañías
De calmas y corrientes sin vapores ; Con viento que bonanza les aplica ,
Mas Dios omnipotente fué servido Tal , que pudieron ir en trece dias
De dejallos llegar pascua de Flores ; Al puerto de la dicha Villa - Rica ;
Porque con regocijo mas cumplido Recebiólos Cortés con cortesías
Resucitasen estos pecadores , Cuantas de su valor fama publica ;
A quien por ser ya tanta la tardanza Pues aunque allí faltaba su presencia
Daba grave dolor desconfianza. No faltaba su gran magnificencia.
Estaban todos pues en atalaya , Porque mandó que todos ellos fuesen
Los ojos á los mares estendidos , A costa de sus bienes reparados ,
Por aquel arenal y seca playa Y al dicho licenciado se le diesen
En santos pensamientos convertidos , En cantidad de doce mil ducados ,
Al Señor suplicando que les vaya Y generosamente proveyesen
Remedio de sus lloros y gemidos : Su casa , su familia , sus criados ;
Estos eran sus ratos , sus empleos Escribióle también carta misiva
Y el blanco do tiraban sus deseos. Que su buen amistad estaba viva.
Zuazo pues que siempre se desvela Desque se reformó la compañía,
En consolar aquesta compañía , Partióse para ver à su querido ,
A grandes voces dijo : « vela , vela , Al gran Méjico donde residia ,
Socorro que el muy Alto nos envía. » Y donde del Cortés fué recebido
Acuden , miran , ven no ser novela , Con crecido contento y alegría ,
Sino grande verdad lo que decia , Que grande la mostró cuando lo vido ,
Suena Te Deum laudamus el concento Y con ostentacion de frente rasa
Con lágrimas nacidas de contento. Por hospicio le dió su propia casa.
Acercáronse mas los del navío , Mas porque por entonces le convino
Pero no sin peligro ni recuesta , Al Fernando Cortés estar ausente ,
Por ir ya descubriendo del bajio E ir trabajosísimo camino
La roca que tenian contrapuesta ; Contra su capitán, mal obediente,
Y ansi por parecer bien el desvío Al Zuazo, varon del cargo dino ,
Surgieron dél un tiro de ballesta ; Dejó nombrado por lugartiniente ,
Mas como nadie vian por los puertos El cual administraba su tinencia
Sospechaban que todos eran muertos. Con retitud , valor y gran prudencia.
Que, porque estaban de rodillas puestos Pero Cortés apenas se destierra
Dando gracias á Dios , nadie los via, De los confines destas ciudades ,
Pero después que ya fueron enhiestos Cuando con turbacion de civil guerra
Dióles voces la gente que venia ; Hubo sobre mandar parcialidades :
Y todos luego se hicieron prestos Echaron al Zuazo de la tierra
Para salir à dalles alegría Los inventores destas novedades ,
Sacando mesa , silla y alimentos Y por huir alguna chirinola
Para satisfacer á los hambrientos. Tuvo por bien volver á la Española ;
Sacaron abundancia de cecinas , Donde fué su persona recebida
Gustosísimos gallos de papada , Con aplauso no mal regocijado ,
Muy gentiles capones y gallinas , Y vivió lo restante de su vida
Añejo vino y agua delicada : Rico , favorecido y acatado.
Conservas de tan buena hambre dinas ; Mas porque de Garay no me despida
Frutas muchas de gente regalada , Quiero volver al fin de su cuidado ,
Bizcocho blanco ven en abundancia , Antes que del Zuazo se supiese ,
Con infinitas cosas de sustancia. Ni con Cortés en Méjico se viese.
Salieron Ballester y Joan de Arenas
A dar las buenas pascuas á la gente ,
Desconfiada de tenellas buenas
En riesgo y en peligro tan patente : CANTO TERCERO ,
Abrázanlos con las entrañas llenas
De santa caridad y amor ardiente , Donde se trata cómo llegó Francisco de Garay al rio de Palmas,
Sin acabar de dalles bendiciones de lo que alli le sucedió, y de su muerte.
Las fatigadas dueñas y varones.
La salutacion larga concluida , No creo yo que vive sin querella
Dieron á cada cual limpios vestidos , Aquel que mas alcanza de riqueza ,
La olla con gran priesa fué cocida Pues tanto mas creció la hambre della
Luego largos manteles estendidos : Cuanto mayor se hizo su grandeza ;
Tuvieron abundante la comida , Y á veces buscar mas hace tal mella
Fueron de muchas cosas proveidos , Que convierte los gozos en tristeza :
Quisieron beber agua de su fuente , Destas cosas y otras que contemplo
Y amarga la hallaron grandemente. En el Garay tenemos buen ejemplo.
Tuvieron por milagro señalado Pues teniendo la vida ya segura ,
El no durar allí la dulcedumbre , Prósperos tratos y caudales llenos ,
Mas de por aquel tiempo limitado Su casa con grandísima hartura ,
Que tuviesen aquella pesadumbre ; Heredamientos muchos y muy buenos ;
Dió las gracias a Dios el licenciado , Pensand o de hallar mayor ventura
Segun que lo tenia de costumbre , De la que tuvo, fué venir á menos ;
Y acabada la fiesta sin hastío, El caso sucedió desta manera
A gran priesa se fueron al navío. Desque salió de Cuba y su ribera :
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA VIII , CANTO III. 79
Corrieron con aquellos temporales Y que sin proceder en la contienda
Con angustias mortales de sus almas , Para que toda sinrazon cesase ,
Mostrábase la mar con furias tales Le volviesen navíos y hacienda
Que deseaban ya molestas calmas ; Sin que ninguna cosa le faltase ;
Y ansí con las zozobras destos males Sujetando los suyos á su rienda
Decayeron al rio de las Palmas , Para que con rigor los embarcase ,
Donde sacó soldados cuatrocientos , Y a las Palmas hiciesen su jornada ,
Y algunos, aunque pocos bastimentos. Pues era tierra rica y bien poblada.
Envió por allí acia la sierra Hicieron el concierto referido
AGonzalo de Ocampo su pariente , Diego de Ocampo y Pedro de Alvarado ,
Con hombres instruidos en la guerra Capitán de Cortés , por mas querido
A fin de descubrir alguna gente ; Para tales negocios enviado :
Mas no les pareciendo bien la tierra, Garay se holgó mucho del partido
Volvieron a la mar incontinente , Teniéndolo por bueno y acertado ;
Y sin saber Ocampo cosa cierta Congregó luego muchos de su gente,
Afirmaba la tierra ser desierta. Y dicen que les dijo lo siguiente :
Determinó hacer della desvíos, << Si tengo de deciros las verdades ,
Yque Grijalva con los marineros Amigos, compañeros y señores ,
APanuco llevase los navíos ; Bien sabeis que las buenas amistades
El por tierra con muchos compañeros, Que tanto celebraron los mayores
Atravesando peligrosos rios, Se conocen en las adversidades ,
Cienegas infinitas , mil esteros , Cuando fortuna siembra sus rigores ;
May fatigados todos y hambrientos , Y entonces es el bueno menos vario
Y de tantas zozobras descontentos. Cuando hado se muestra mas contrario.
Mas por algunas guias ya tomadas » Y pues que la costumbre de los buenos
De indios que hallaban divertidos , Es no desamparar al buen amigo ,
Salieron á las tierras deseadas, Y sabeis bien que nunca yo fui menos ,
Y no fueron allí mas proveidos ; Sino mejor aun desto que aqui digo ,
Pues á causa de guerras atrasadas De toda la lealtad sereis ajenos
Habia muchos pueblos destruidos , Si no permaneciésedes conmigo ,
Porque Fernán Cortés y sus tinientes Teniendo ya por cosa conocida
Traian fa tigadas estas gentes. Que a nadie quiero menos que á mi vida.
Allí donde la proa todos llevan » El tal amor deseo que se entienda
En fundar poblacion con su cousejo , Por mis obras y blando tratamiento ,
Estaba ya fundado Santisteban Pues gasté con vosotros mi hacienda
Por capitán un Pedro de Vallejo : Para daros cabal aviamiento ;
Temió Garay de que estos no se muevan, Y para yo teuer segura prenda
Y en acercarse tuvo mal consejo, Os ligastes con santo juramento ,
Porque los de Cortés dieron en ellos Prometiéndome todos à porfia
Yprendieron á los cuarenta dellos. De no dejarme por ninguna via.
Grijalva también tuvo desavíos , » Si cerca del negocio prometido
Pues yendo caminando su viaje , Lo contrario hacer alguno piensa ,
En unos arrecifes y bajios No solamente yo soy ofendido ,
No vistos antes en aquel paraje , Pero también haceis à Dios ofensa ;
De los once perdió cuatro navios Y ansí cuando tengais mayor olvido
Con todos los pertrechos y fardaje ; De su mano verna la recompensa ,
Ancleó los demás cerca del puerto Pues quebrantais la jura del muy alto ,
De Panuco , segun fué su concierto. Y faltais á quien no hallastes falto.
Los de tierra por falta de comida >> Si pensais por allá recoger frutos
Estaban ya como de los cabellos , De riquezas por mas breves atajos ,
Andando mucha gente divertida , Nunca las hallareis á piés enjutos
También mataron indios muchos dellos : Ni por caminos llenos de gasajos ;
Supo Fernán Cortés esta venida, Ni querrá dar Cortés salvos condutos
Y envió capitanes contra ellos , Para que goceis dellas sin trabajos ;
Aunque los mas á causa del provecho Lo que hará será daros un cebo
Tenian al Cortés dentro del pecho. De tierras nuevas que ganeis de nuevo.
Porque costumbre fué de señoríos , » Pues para no gozar lo descubierto
Que quien mas puede tiene mas devotos ; E ir á conquistar nuevas regiones ,
Conoció, pues, Garay sus desavíos Mejor os es volverá lo mas cierto
En hallar sus soldados tan remotos : Y a do dejais insignes poblaciones :
Al Vallejo rindieron sus navios Para lo cual en mí teneis abierto
También ciertos maestros y pilotos , Un camino de grandes galardones,
Los cuales alevosas sinrazones Y estuviera ya este comenzado
Causaron al Garay graves pasiones. Si no fuera de muchos engañado .
Y estando rodeado de pesares »Y pues no hago vano cumplimiento,
Aquellos capitanes cortesanos , Y está mi voluntad sana y entera ,
Llegaron a las partes y lugares Recebiré merced y gran contento
Que de Garay estaban mas cercanos ; De que ningunos os salgais afuera :
Tuvieron grandes dares y tomares , Sino que sin penoso sentimiento
No para que viniesen á las manos ; Pasemos todos juntos la carrera ,
Antes dando y tomando sobre puntos En la cual hallareis ser el efeto
Los unos con los otros fueron juntos. Mayor que por palabras os prometo. »
Tuvieron, aunque no con duro pecho, Estas amorosísimas razones ,
Sobre sus causas mil alteraciones , Espresadas debajo buen intento ,
Cada cual alegando su derecho Hicieron muy livianas impresiones
Y mostrando reales provisiones ; En la gente de tal ayuntamiento ;
Vinieron al concierto deste hecho , Pues sin embargo de persuasiones
Yfueron estas las resoluciones : Le huian hoy diez, mañana ciento ,
Enviar á Cortés sus mensajeros Y por se desmandar como bestiales
El Garay y los otros caballeros; Mataron muchos estos naturales.
80 JUAN DE CASTELLANOS ..
Viendo Garay tan gran inconviniente ELEGIA IX.
Y que la gente toda le faltaba ,
Determinó de ir personalmente A la muerte de DIEGO DE ORDÁs , donde se cuenta la gran
A verse con Cortés adonde estaba ; entrada que hizo por el rio de Uyapari, y las cosas en
Para que capitán tan escelente, ella sucedidas.
Hiciese lo que dél se confïaba ,
En la restauracion de su caida ,
CANTO PRIMERO.
De su reputacion y de su vida.
Resuelto pues en este su desino Aunque parezca seco despidiente
De gente de Cortés persuadido , No proceder aquí mas adelante ,
Puso luego por obra su camino Determino volver mas al oriente
Donde de todos ellos fué servido ; De Paria y á la tierra circunstante ,
Y después que llegó do le convino Para tratar de Ordás y de su gente ,
Con gran magnificencia recebido , De quien pretendo dar razon bastante ,
Habláronse los dos , brazos abiertos , Pues del honor mas alto de los buenos
Y trataron de medios y conciertos . Al Ordas se le debe nada menos.
No se tuvo Garay por arrepiso En Castroverde fueron sus natales
En los comedimientos desta vista , Del reino de Leon , y en Nueva- España
Trató su causa con gentil aviso Fué de los capitanes principales
Dando la relacion de su conquista ; El de mayor valor y mejor maña ;
Y ansi vino Cortés en cuanto quiso En las islas sus hechos fueron tales ,
Sin que ninguna cosa le resista ; Que cada cual se vende por hazaña ,
Mas porque la amistad fuese mas firme Y ansi Cortés por su merecimiento
Quieren que parentesco la confirme. Le dió grandísimo repartimiento.
Pues como por los dos se desease Mas no se contentó con esta suerte ,
El parentesco fué por esta via , No menos honorosa que crecida ,
Que el hijo de Garay se desposase Y á pretensiones otras se convierte ,
Con una hija que Cortés tenia ; Que fué cierta region muy estendida :
Y el Cortés proveyese y ayudase Causa para morir angosta niuerte ,
A la jornada que Garay hacia , Cuando pudo gozar mas ancha vida ;
Dándole todo buen aviamiento Y para se mover á la carrera ,
De gentes , de pertrechos y sustento El negocio pasó desta manera :
Dados á sus negocios estos fines Habia dado largas relaciones
Al son de suavisísimo concierto El ambicion , que todo lo revela ,
De trompas, chirimías y clarines , De las engrandecidas poblaciones
Pregoneros de tal contentamiento De Paria hasta el mar de Venezuela ;
Fuéronse los dos juntos à maitines Y no fueron mentiras ni ficiones ,
En la noche del santo Nacimiento , Ni saborcillos vanos de novela ,
Do con suaves músicas sonoras A hallar el Ordás la tierra sana ,
Oyeron ambos las divinas horas. O comenzara por Maracapana.
El oficio divino concluido , Porque Cubagua , muy mas estendida
Volviendo con un aire destemplado , De lo que por justicia se le daba ,
El Garay se sintió muy mal herido Tenia mucha tierra destruida ,
De pesado dolor en el costado ; Con cantidad de esclavos que sacaba ;
Y aunque fué de dotores socorrido , Y con cautelas era defendida
Acabóle la vida y el cuidado Cualquiera poblacion que se intentaba ,
Dentro de quince dias de intervalo , Por no perder aquel vicioso pasto
Después que del dolor se sintió malo. Con que hacian suntuoso fausto.
Fué hombre de gentiles proporciones , Fué reino de grandísima sustancia ,
Apacible , discreto y generoso , Y señores en él de gran estado ,
De nobles y de sanas intenciones , Fertilidad , hartura y abundancia
Mas de grandes empresas cudicioso : De pan , de frutas , carnes y pescado ;
Amigo de guerreros escuadrones , Y con ser tan inmensa la distancia ,
Enemigo muy grande de reposo ; Paso no se hallaba despoblado ,
Dejó hijos é hijas principales Potentes pueblos al primer encuentro ,
Aunque menoscabados sus caudales . Potentísimos mas la tierra dentro.
Murió como cristiano diligente, Esta tierra de próspera templanza ,
Con gran preparacion de testamento , Que frio ni calor no causan lloro ,
Sintió Cortés su muerte grandemente , Por pueblo , por camino , por labranza ,
Y en todos fué comun el sentimiento ; Pocos indios pudieras ver sin oro ;
Con pompa y en lugar muy eminente No mudan en los trajes el usanza ,
Solenizaron el enterramiento ; Pues sola desnudez es el decoro ;
Hicieron muchas letras á su muerte , Mujeres cubren partes vergonzosas ,
Y una dellas decia desta suerte : No todas , ni con unas mismas cosas .
Præsidis hoc busto requiescunt ossa Garal , Esta gente , mujeres y varones ,
Qui sine præsidio præside major erat. Es por la mayor parte bien dispuesta •
Cortesi numen dum dives vincere certat,
Pauper in hospitio lumine cassus abest. De muy bien amasadas proporciones ,
Teniendo vida segura , Con cierta gallardía no mal puesta :
Aquí yace sepultado Diestros en sus guerreros escuadrones
Garay , capitán bastante , Por vencer la gran ventura
Que con ser adelantado , De Cortés , varon divino Para su defension la mano presta ,
No llegó tan adelante Murió pobre peregrino , El regulado tiro siempre lleno
Cuanto llegó su ditado ; Y en ajena sepultura.
De pestilencialísimo veneno.
También es de su uso la macana ,
Y de palma tostada larga janca ,
Que suelen menear de buena gana ;
No sin golpe mortal de quien alcanza :
Comen algunos destos carne humana
Por via de pasion y de venganza ,
Y aquesta crudelísima comida
Es fuera de sus casas ascondida.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA IX, CANTO I 81
No la quieren comer en parte rasa , Muy juntos á la tierra naufragaron ,
Sino donde la gente menos pisa , Sin dalles sinsabor reventazones ,
Las ollas nunca mas entran en casa , Y ansi dicen que todos escaparon ,
Ni vaso ni cazuela do se guisa ; Y entraron por jamás vistas regiones ,
No se come , sacada de la brasa , Hasta que descubrieron y toparon
Con grita , regocijo , ni con risa , Grandes y poderosas poblaciones ,
Antes parece tal mantenimiento Adonde se huyeron y han valido ,
Selles un cierto modo de tormento. Multiplicando siempre su partido.
Teniendo pues Ordas por larga lista Esta nueva vendian por muy cierta
Cumplidas y bastantes relaciones Muchos que yo traté y he conocido ;
Desta costa , por hombres que de vista Mas es una ficion clara y abierta ,
Conocieron aquellas poblaciones, Y cuento para mí desvanecido ;
Pidió con gran instancia la conquista , Pues si tal gente ya no fuera muerta
Y diéronsele della provisiones , Hubieran á mil partes respondido ;
Gobierno de grandisimo partido , Ansi que no sera juicio ciego
Si fuera por entonces conocido . Decir que perecieron todos luego.
Al fin en tal distrito como este Sin esta compañía zozobrada ,
Le dieron por la costa, recta via , O muerta por el indio mas vecino ,
Ciento cincuenta leguas leste , ueste , Ordas , continuando su jornada
Y norte, sur , que fué la travesía : Con piloto que tuvo mejor tino ,
De mil soldados buenos formó hueste Llegó con el restante del armada
Con gente principal de Andalucía ; A Paria , do llevaba su camino ,
Aderezaron grandes galeones , Donde Antonio Sedeño ya tenia
Matalotaje y otras municiones. Soldados con algun artillería.
Nombró por general á Joan Cortejo , Habia hecho cierta fortaleza ,
Su maestre de campo fué Herrera , Do quedó Joan Gonzalez con la gente ,
Cada cual de los dos amigo viejo , Y para revolver con mas grandeza
Que en Méjico siguieron su bandera ; En Boriquén estaba de presente ;
Entraron capitanes en consejo Mas el Ordas con toda su dobleza
Para la prevencion de su carrera , Tomó las municiones al ausente ,
Nombró también con otros oficiales Y aun intentó matar al Joan Gonzalez ;
Por alcalde mayor á Gil Gonzalez. Mas no se perpetraron tantos males.
Vino también con este caballero , Los tres hermanos Silvas ya contados,
Pudiendo sosegar con buena renta , Que prometieron ir tras el armada ,
Jerónimo de Ortal por tesorero , Procuraban venir bien aviados
De quien daré también mas larga cuenta , Para mejor servir en la jornada :
Como quien bien lo conoció primero ; Hicieron luego copia de soldados ,
Vivió después en vida descontenta , Isleña gente , suelta , bien granada ,
El cual sucedió siendo mozo tierno Que en peligros ocultos y patentes
Al don Diego de Ordás en el gobierno . Salieron todos hombres escelentes.
Dispuesta toda cosa necesaria Para bagaje y gente recogida
Y preparado bien cada navio , Tenian dos fornidas carabelas ;
Hicieron su camino acia Paria , Mas mucho recelaban la salida ,
Principio deste nuevo señorio : Teniéndolas por algo pequeñuelas ;
Surgieron en las islas de Canaria Y estando ya los Silvas de partida
Para tomar alli mejor avio , Vieron un galeon à todas velas ,
Besaron al Ordas luego las manos Hermoso , bien fornido, grande, fuerte,
Gaspar de Silva con sus dos hermanos. Mas instrumento cierto de su muerte.
Eran en Tenerife principales , Al puerto donde estaban se venia ,
De próspero caudal y rico traje ; Y dentro dél fué surto y ancleado ,
Al Ordas ofrecieron sus caudales , Con mucho lienzo , paño , mercería ,
Sirviéndole con buen matalotaje ; De muchas cosas otras pertrechado ;
Y con doscientos hombres naturales Pues el Gaspar de Silva , que queria
Prometieron de ir aquel viaje ; Llevar en su viaje buen recado ,
El Ordás acudió con mil ofertas Determinó tomar , por selle bueno ,
Que después conocieron ser inciertas . Aquello que sabia ser ajeno.
Andándose los Silvas despachando Habló con el maestre , que hacia
Por el orden que menos les convino , Haciéndole creer torres de viento ,
El don Diego de Ordás fué navegando El portugués ladron que lo creia
A la parte do lleva su desino : Al delito prestó consentimiento ;
Prometiendo de illos esperando Dejó las carabelas que tenia ,
Por puertos y bahías del camino ; Y á él pasó las gentes y alimento ,
Y ansi para cumplir con su promesa , El señor dél , quejoso y agraviado ,
A su navegacion dió poca priesa. Por ser en mucha suma defraudado.
Mas pareciendo ya mucha tardanza , Hizo también algunos otros daños
Por evitar algunos desavios , Al tiempo que su gente se despacha ,
Del rio Marañon hizo mudanza , Culpáronlo, demas destos engaños ,
Y atravesó con todos los navios : Del rapto de Isabel , linda muchacha ;
Algunas veces con desconfianza La cual yo vi morir ba pocos años
De poder escapar de mil bajios , En el pueblo del Rio de la Hacha ,
Con calmas y grandisimas corrientes , Casada ya con hijos y con nietos ,
Que por aquella costa son frecuentes. Que estan ayunos hoy destos secretos.
El Ordás escapó con buen consejo , Apercebidos pues por la manera
Y fue donde llevaba los intentos , Que sus crueles hados señalaban ,
Mas no pudo salir el Joan Cortejo Prosiguieron los Silvas su carrera
Con otros que pasaban de trescientos , Con los doscientos hombres que llevaban:
Sin remedio , recurso, ni aparejo Vieron el Marañon y su ribera ,
Para seguir por mar sus movimientos , Mas no vieron los males que esperaban
Salvo los principales coroneles , Y como ya llevaban aparėjo ,
Que pudieron huir en los bateles . Alli hicieron un bergantinėjo
T. IV. 6
82 JUAN DE CASTELLANOS .
Como por orden esto se pusiese , Mujeres de las islas con endechas
Y municion en él algo sumaria , Se berian los pechos y los cuellos ,
Al galeon mandaron que se fuese Costanza de Leon tiene deshechas
Luego por alta mar vuelta de Paria ; Mejillas y estragados los cabellos :
Y que Gaspar de Silva recorriese Haciendo mas patentes las sospechas
La costa con la gente necesaria , De carual amistad con uno dellos :
Porque por algun seno y anconada Enterrólo clamor que rompe el aire
No quedase la gente del armada. En la isla que llaman Perataire.
Van en el galeon por principales Conclusos estos tristes funerales ,
Un Francisco Morillo y un Briones , Ordas con tal rigor cual os enseño
Bartolomé Gonzalez , Joan Gonzalez , Deseaba matar à Joan Gonzalez ,
Hermanos del que va por los ancones : Alcaide de la fuerza de Sedeño ,
Entre estos , como uo fueron parciales, Mas por mano de indios naturales,
Hubo ciertas revueltas y pasiones , Porque el delito no tuviese dueño :
Y con el sinsabor que voy diciendo Mandólo pues llamar en continente ,
Iban el mal viaje prosiguiendo . Y dicen que le dijo lo siguiente :
Con continuacion de su jornada « Yo, señor Joan Gonzalez, tengo gana
Fuera de toda buena coyuntura , De saber por entero la pujanza
Llegóseles la hora deseada , De la tierra que dicen de Guayana ,
Deseo de su cierta sepultura; Sus sitios , poblaciones y templanza ;
Porque vieron las naos y el armada Y por no meliar de gente vana
Donde no les darán arma segura : Quiero hacer de vos la confianza :
Hacen la salva de una y otra suerte , Es menester que hoy en este dia
Mas no para salvarse de la muerte . Os partais solo con alguna guia.
Porque dieron Morillo y el Briones » Porque do muchos van hacen ruïdo ,
A Gil Gonzalez de Avila noticia Que no comportará gente guerrera ;
De todas las pasadas sinrazones , Un hombre solo menos es temido,
El robo , la violencia , la malicia; Y puede bien pasar por donde quiera ,
El cual mandó hacer informaciones , Mayormente quien es tan conocido
Prosiguiendo la causa por justicia : Y amado como vos desta frontera ;
Resultaron al fin de los procesos Y visto bien lo que la tierra tiene
Delitos de grandísimos escesos . Verneis , é yo haré lo que conviene . »
Degollaron aquestos dos hermanos Estos mandatos duros y tiranos
Con voz de pregonero que resuena El Joan Gonzalez bien los entendia ,
Culpas y fealdades de tiranos , Pero por escaparse de sus manos
De que se recebió crecida pena ; Luego le respondió que le placia :
Y por fautor de hechos inhumanos Conociendo por menos inhumanos
Al piloto colgaron del entena ; Los indios que su mala compañia ;
Quedó también á muerte condenado Al fin partió con ciertos naturales
Gaspar de Silva , mozo desdichado . Que le fueron fieles y leales.
Ancones y bahías va mirando , Pero quieren decir que el desconcierto
Haciendo prolijisimo rodeo , Y orden de cautela semejante
Su desastrada muerte deseando , Fué después de salidos deste puerto ,
Sin saber ser aqueste su deseo. E ir por Uyapar mas adelante
¡ Oh cuántos deseaban deste bando En un pueblo, Carao ; y es lo cierto ,
Podelle dar noticia del torneo ! Segun tenemos relacion bastante
Mas por ninguna via fué posible Hecha del capitán Joan de Avendaño ,
Avisalle de lance tan terrible. Que siempre fué testigo deste daño.
Llegó pues con aquella compañía Hecha la despedida bien molesta ,
De ver la flota muy regocijados , Por ser estos intentos muy ruines ,
Fué dia de San Joan aqueste dia , Ordas mandó hacer la gente presta,
Remate de sus dias mal gastados , El galeon , la fusta , bergantines,
Año de treinta y uno que corria Y con pregones muchos manifiesta
Sobre mil y quinientos ya pasados , Entrar por Uyapar y sus confines ,
El viene con placer soltando tiros , Rio potente , mas de fruto poco ,
Y acá lo solenizan con suspiros . A quien otros le llaman Urinoco.
Bien como caminante congojado En esta fortaleza dejó gente
Que cercano se ve de su reposo , De todas armas bien aderezada :
E yendo para él regocijado Quedó por capitán y por tiniente ,
Con un vivo fervor y presuroso , Por ser persona bien acreditada ,
Lo ve por todas partes ocupado Martin Yañez Tafur , que es de presente
De mortal enemigo y odioso , Vecino deste reino de Granada ,
Y el gusto de la cama y de la cena El cual gobernó bien la gente nueva
Fué hambre , cepo , grillos y cadena ; Y dió de su valor bastante prueba.
El desdichado mozo que ya cuento, Apercebió para llevar consigo
Bien por este nivel y desta suerte , A Domingo Velazquez el mañoso ,
No ve sino señal de descontento Entre los de Cubagua muy antiguo :
Do quiera y á do quier que se convierte : Insigne capitán y valeroso ,
Halló dura prision , halló tormento , A quien yo tuve siempre por amigo
Halló temor , dolor y cruel muerte. Gozando ya de paz y de reposo ;
¡ Cuántos sospiros, lágrimas , sollozos Llevo también para que fuese guia
Emanaban de viejos y de mozos ! Un indio que Taguato se decia,
En tierra y en tan buena coyuntura Capitán arüaca señalado
Dia del gran Bautista soberan o, Y por aquellas tierras peregrino ,
Admiróse de ver tanta tristura , El cual pareció bien haber entrado
Y no ver por allí ningun hermano : Mas de quinientas leguas de camino :
Reconoció su grande desventura Indio valiente , diestro y avisado ,
Desque con gran rigor le ponen mano, De muy buena razon , poco ladino ,
Hácenlo confesar, y en poca pieza Mas Domingo Velazquez entendia
Le cortaron al pobre la cabeza. La mayor parte de lo que decia.
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VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA IX , CANTO I. 385
Son arùacas de valientes manos , Con esta gente bárbara, contenta
Tiene su tierra nobles influencias , De lo seguir por ser hombre bien quisto ,
Y son todos amigos de cristianos , De la suerte que ya se representa
Con buenas obras , gratas aparencias : A su navegacion se hizo listo ,
Con caribes crueles , inhumanos , En busca del Ordás por dalle cuenta
Tienen cotidianas competencias , De lo que le mandó y habia visto ;
Y cuando con mayor fuerza se muerden , Fueron pues por el rio su jornada
Los arüacas pocas veces pierden. Hasta tanto que vieron el armada.
Con esta prevencion y buen avio , Como vieron piraguas de repente
El Ordás con su gente castellana Y en ellas el gentio bien armado .
Entraron por aquel potente rio Mandó Diego de Ordás incontinente
Forzados unos y otros muy de gana : Que todos se pusiesen á recado :
Por él a remos va cualquier navío , Maravillóse luego grandemente
Atoas, la gran nao capitana , Después que Joan Gonzalez fué llegado ,
Llevando siempre cable sobre cable , Porque por ser rigor tan escesivo
Trabajo de rigor intolerable. Ningun hombre creyó que fuese vivo.
Y ansi por trabajar en travesías Hablóle con grandísimas razones
Perecian los hombres por momentos , Y el Joan Gonzalez dió de su jornada ,
Tanto que en breve número de dias Verdaderas y ciertas relaciones
Al rio fueron mas de cuatrocientos ; De tierra que halló bien asombrada :
Y cuanto mas crecían las porfias En ella poderosas poblaciones
Tanto mas descrecian alimentos , Y cuanto mas adentro mas poblada ;
Murciélagos , mosquitos y otras plagas Y aunque la relacion no fué liviana ,
Los infestaban con crüeles llagas. El Ordas la tomó de mala gana.
Malos y encancerados embarazos Yo de mi parte menos la condeno
Ocupaban cualquiera mordedura , Ni aun siente della mal el baquïano ,
En los piés, en las piernas , manos, brazos Pues en tan larga tierra y ancho seno
Viérades lamentable desventura : ( Eso me da de sierra que de llano )
Caianse los miembros á pedazos , Debe de baber algun pedazo bueno
No podia hallar médico cura ; Que hasta nuestros tiempos está sano ,
Y con ser el volver tan importante , Porser entrada larga , (rabajosa ,
Procuraron de ir siempre delante. Y en sus primeros límites dudosa.
Demás de les faltar fuerzas humanas , Grandes y valerosos capitanes
Eran los tiempos ya tempestuosos , Siguieron la demanda como cierta ,
Anegados los campos y zavanas, Y por muertes , desgracias y desmanes
Los esteros venian rigurosos : Casi que se volvieron de la puerta :
A las tardes y noches y mañanas Felipe de Utén por los alemanes
Los empapaban nimbos procelosos , Trabajó por hacella descubierta ,
Y con estas congojas y pasiones Jerónimo de Ortal , después Sedeño ,
Subieron basta ciertas poblaciones. Y Orellana contó cosas de sueño.
Pueblo potente fué de gran gentio , Después Jimenez , capitán preciado
Que sobre las barrancas iba puesto , Hizo desde este reino la jornada ,
Del cacique Uyapari señorío, Hermano del señor adelantado
En las calles y plazas bien digesto , Don Gonzalo Jimenez de Quesada :
Y de donde nombraron este rio El cual agora vino del Dorado,
Los españoles que hallaron esto , Que es la misma demanda señalada ,
Del cual fueron entonces recebidos Perdidas sus haciendas y caudales
Y razonablemente proveidos. Y muertos muchos hombres principales .
Aquí , por ser lugar mas conviniente , Y aun agora no tiene menos pio
El que tenia cargo del gobierno El heredero de su testamento,
Determinó de reformar la gente Y sucesor Antonio de Berrío
Hasta pasar las furias del invierno ; En sus haciendas y repartimiento ;
Y aun porque se sentia mal doliente El cual con discrecion y buen avio
El viejo baquiano y el moderuo , Quiere seguir aquel descubrimiento ,
Anclearon arriba muy lejana Y cierto su valor nos asegura
Aquella grande nao capitana. Que tiene de dar fin a la ventura.
Cuando se padecian estos males Pues indios deste reino comarcanos ,
Y plagas por la gente castellana , Que sirven hoy á nuestras compañías
Andaba peregrino Joan Gonzalez Y tratan y contratan en los llanos
Por aquellas provincias de Guayana, Con sus acostumbradas granjerías ,
Donde todos los indios naturales Refrescan las noticias á cristianos
Lo recebieron muy de buena gana , Que dellos determinan hacer guias ,
Con caricias , regalos, beneficios, Llevando las derrotas diferentes
Con dadivas , presentes y servicios. De aquellas que llevaron otras gentes.
Regalado se ve ; mas todavía Creo que se darán mejor recado
Con santos y católicos respetos Por ser de mas aviso proveidos ,
Consideró que no le convenia A causa de llover sobre mojado
Estar entre salvajes indiscretos : Con negocios atrás acontecidos :
Ajenos de cristiana policía En muchos que buscando su Dorado
A cultos diabólicos sujetos ; Quedaron asolados y perdidos ,
Y aunque no se librase de sus manos, Y del perder algunos en un hecho
Queria mas morir entre cristianos. Suelen otros sacar mucho provecho.
Comunicó con indios su partida Y Orsúa, capitán tan escelente
Con todo lo demás que determina , Cuanto pudieron ser los mas cabales ,
Y fué su voluntad obedecida A quien los que vivimos de presente
No menos que si fuera la divina : Debemos alabanzas inmortales ,
Siguieronto con copia de contida Y de quien trataré mas largamente,
Hasta ver la mas gente peregrina , Celebrando sus tristes funerales
Por esteros , lagunas y otras aguas , Por el orden que de presente llevo ;
Con eopia de canoas y piraguas. Pues si muchos le deben, yo le debo.
84 JUAN DE CASTELLANOS.
Vi también el furor del padre Ayala, Diego de Vargas levantó bandera ,
Que de la Margarita se desvia , A titulo de ir este camino ,
Y en ir à la Guayana se señala Con su hijo don Joan , que donde quiera
Con flota de arüacas que lo guia , De crecidos honores era dino ;
Y dijo que no vido tierra mala , Mas al principio de la tal carrera
Antes tal que riqueza prometia : Y deste nuevo reino muy vecino ,
Fué , cuando tal motivo lo desvela , Mataron fuertes indios al buen viejo
Mi huésped en el Cabo de la Vela. Por falta de favor y de consejo.
Comunicó conmigo su desino Caceres intentó los mismos fines
En vano parecer determinado , Con el poco posible que le vemos ;
Para volverse por aquel camino Pero nunca salió de los confines
Al Pirú de do vino desterrado ; De tierra que palpamos y tenemos ;
E yo le respondi ser desatino Y ansi pobló los indios matachines.
Jamás oido , visto , ni pensado ; Que deste reino son los mas estremos ,
Mas el fué todavía donde digo De manera que nunca fué bastante
Con sola compañía de un amigo. Para poder pasar mas adelante.
Anduvo por allí ciertas jornadas , Volver a la demanda de presente
Vió pueblos con asientos muy amenos , Por el Caceres dicho se procura ,
Descubria caminos y calzadas , Y él y el dicho Berrio hacen gente
Las cuales prometian anchos senos ; En un tiempo , sazon y coyuntura :
Trajo joyas de oro rescatadas , Cada cual de los dos es pretendiente
Aguilas y cemies harto buenos , De poder acabar esta ventura ;
Ciertos tiros de bronce que hallaron Guias llevan y muy buenos arreos :
Adonde los Ordases invernaron . ¡ Dios les dé cumplimiento de deseo !
Como buenos dineros importasen , Siguió Pedro de Silva la recuesta ,
Y falta de los tales necesita , De la cual por aquí volvió perdido ,
Para que mas al rio los llegasen Con su poquilla gente descompuesta ,
Ayala con caricias los incita ; Y dicen nuevamente ser venido ,
Y hizo que en piraguas los llevasen Y entrar por Uyapar, donde me resta
Aquestos indios á la Margarita , Volver al buen Ordas , que detenido
Do procuró tomallos el tiniente ; Dejamos con las aguas del invierno
Mas defendiólos valerosamente. En la parte que dice mi cuaderno :
Ala Española fué la mercancía Donde después que vino Joan Gonzalez ,
Y el, algo levantado de la rueda , Y percebieron bien lo que decia ,
Adonde por entonces presidia Todos aquellos hombres principales
El inclito Joan Lopez de Cepeda : Deseaban seguir aquella via ,
Dió cuenta de la tierra do venia Los motivos de Ordas no fueron tales ,
Como quien por ninguno se le veda , Y ansi les respondió que no queria
Informo los señores del audiencia Sino subir el rio con esceso ,
Para volver pidiéndoles licencia. Y agora contaremos el suceso .
Diéronle favorables provisiones
Ordenadas por ley de buen amigo
Para poder entrar estas regiones ,
Ansimismo llevar gente consigo ; CANTO SEGUNDO ,
Vendió las sobredichas municiones ,
Las joyas y preseas que ya digo , Donde se cuenta cómo Diego de Ordás subió con su armada el rio Uya-
Compró muchas camisas y bonetes , pari arriba , y cómo volvió perdido à Paria , y lo que mas aconteci
hasta su muerte.
Cuentas , cuchillos , hachas y machetes.
Contóles pretensiones algo flacas Mal pueden caminar siempre seguras
O motivos de grande disparate ; Las muy precipitadas opiniones :
Liadas y compuestas las petacas El que deja la luz por ir á escuras
Donde llevaba todo su rescate , No se espante que halle tropezones ;
Volvió con otra flota de arüacas Pues suelen semejantes aventuras
Con solos doce hombres de alpargate; Engañar los humanos corazones :
Seria por el año de sesenta No siempre hizo lance venturoso
Sobre mil y quinientos desta cuenta. Quien lo cierto dejó por lo dudoso.
Llegados á Guayana , van entrando Notado fué de tanto desatino
Mas de lo que amistad les asegura , Ordás en los ya dichos menesteres ,
Muchas preseas de oro rescatando Pues se precipitaba de contino
Con algunos resabios de soltura ; En sus buenos ó malos pareceres ;
Mataron al Ayala y á su bando Y mas en proseguir aquel camino
Concluyendo balanzas y locura , Fuera de cuanto puede dar placeres ,
Sin dejar á ninguno con resuello Antes las intenciones en que estriba
Que pudiese decir la causa dello . Son de siempre subir el agua arriba.
De todo buen concierto fué remoto Metidos en cintura pues los rios
Serpa, que tentó ir esta jornada , La mano del invierno mas liviana ,
Pues luego lo mató Cumanagoto Al tiempo que hacia ya desvíos
Antes que comenzasen el entrada ; El agua del convés de la zavana ,
El ejército suyo quedó roto, Donde nadaban los demás navíos ,
Y hizo Serpa tanto como nada ; En seco se quedó la capitana :
El oficial será siempre confuso Fuera del Uyapar y circunstancia
Usando cosas fuera de su uso. Una crecida legua de distancia.
Tenia Serpa términos honrados, Huyendo los demás deste paraje,
Aparencias y buenos ademanes , A la madre se llegan descontentos ;
Pero los que jamás fueron soldados Y para proseguir su mal viaje
Dudo poder ser buenos capitanes : Sonaron rigurosos mandamientos ;
No son aquellos indios descuidados , Partieron sin tener matalotaje
Ni temen los caudillos haraganes ; A tierra toda falta de alimentos ;
Ya yo los conocí soldado pobre , Gil Gonzalez quedó con los tullidos
Y sé muy bien cuán bien baten el cobre. En aquestos asientos referidos.
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VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA IX , CANTO II . 85
Sacó del pueblo grande que se cuenta , Nutrias anchas que tienen sus estilos
En la fusta mayor y bergantines , Y de puerco la forma y ademanes ;
Españoles doscientos y setenta , Inmensa cantidad de cocodrilos ,
Cuarenta lijerisimos rocines : A quien todos acá llaman caimanes ;
Tomó pues con su gente macilenta Cuya ferocidad y bravos filos
Del pueblo de Carao los confines , Son causa de grandísimos desmanes ,
El cual distaba del potente rio Pues suelen devorar estas serpientes
Una pequeña legua de desvío. Crecidísimo número de gentes .
Allí se reformaron los soldados , Perseverando pues en sus porfias ,
Y tuvieron un poco de reposo , Ordás por Uyapar contra corriente ,
Y después de los dos meses pasados Por sus riberas fué cincuenta dias ,
Volvieron al viaje trabajoso : Sin que pudiese ver cosa viviente ;
Costeando prolijos despoblados Muy fatigadas ya sus compañías
Sin muestra de refugio virtuoso , Por no tener comida suficiente ,
Sino pocos y viles pescadores Hacia sus entradas por los lados ;
Que de ningun buen pueblo son cultores . Pero todos los vian despoblados.
Gaiqueries y algunos guamonteyes , E yendo caminando con el pio
Morenos , altos , buena compostura , De ver do rehacer la gente flaca ,
Sujetos á ningun modo de leyes , La boca descubrió de cierto rio ,
Sin labranza , crianza ni cultura , Bien frecuentada ya del arüaca :
Suelen tener sus príncipes y reyes , Y ansi diz que le dijo : « señor mio ,
No para dalles vida mas segura ; Este rio se llama Caranaca ,
Pescas y cazas son sus alimentos , Si por aquí hicieres tu corrida ,
Y raices de yerbas sus sustentos. Yo sé que hallarás gente vestida .
El guapo , que es comida mas contina , » Hallarás estendidas poblaciones
A un ajo redondo se compara , Con toda la grandeza que deseas :
De que también la gente peregrina Oro, piedras preciosas , ricos dones ,
En sus necesidades se repara : Muy lucidos ropajes y preseas ;
Ansimismo provee de harina Sus ejercicios son contrataciones ,
Otra raiz que llaman caracara , Ansí ciudades como las aldeas ;
La cual muelen en cueros de venados Es gran provincia, próspera, pujante ,
En hoyos muy tupidos y pisados. De sal y bastimentos abundante .>>
Son estos guamonteyes tan insanos , En nada destas cosas que decimos
Y toda su vivienda tan sip maña , Quiso Diego de Ordás créer la guia ;
Que si comida piden los cristianos Y los hombres antiguos que vivimos
Al tiempo que la hambre mas los daña , Juzgamos por ventura que decia
Mostrando de maiz algunos granos Por este reino donde résidimos ,
Los huelen como cosa muy estraña ; Cuya fama muy largo se estendia ,
Ninguno dellos cultivó ribera , Si acaso no contiene tan gran seno
Ni fruto recogió de sementera. Algun otro compás no menos bueno ;
No tuvieron jamás pueblo fundado , Por ser tal la distancia deste llano ,
Casa de piedra , tierra, ni pajiza , Y el espacio y lugar tan estendido ,
No rancho por sus manos fabricado , Que sera como dar al Oceano
Sino ciertos toldillos de tomiza ; Un término que fuese recogido ;
Su cama es un cuero de venado Yansi podria ser á cualquier mano
Gastado de arrastrar por la ceniza ; Otro mejor quedarnos ascondido ;
Defiende cada cual varonilmente Pues, como tengo ya relacion hecha ,
A su mujer , su hijo , su pariente. No deja de dudar esta sospecha.
Anduve yo también por estos puestos Y en la postrera y última jornada
En tiempo y en edad mas vigorosa , Que hizo por los llanos desta tierra
Aunque no por adonde fueron estos , Don Gonzalo Jimenez de Quesada ,
Sino por parte menos trabajosa : No sobrándole ya gente de guerra ,
Son amplisimos campos mal compuestos Vió por medio del llano prolongada
De poca gente , y esa monstruosa ; Con prolijos estremos una sierra ,
Rios que de su curso se despegan Do mandó ir al capitán Soleto ,
Con fuerza de crecientes los aniegan. Mas no trajo razones del secreto.
El rigor de las aguas acabado , Porque con hambre, ya mas que terrible,
Y las inundaciones y crecientes , Se volvió desde el pié donde nacia ,
Inmensa suma es la del pescado Por no parecer cosa convenible
De géneros y modos diferentes , Meter la gente donde no sabia ;
En ciénegas , en charco represado , Mas á mi parecer es imposible
En los manantiales y corrientes , Aquella sierra tal estar vacía ;
El cual, de mas de ser tan copioso , He yo comunicado con varones ,
Es sano y en sabor maravilloso. Que no están fuera destas opiniones.
Hay caribes, cachamas, palometas , Ansi que, no de balde le decia
Guabiuas , armadillos , peje sano : Al Ordás el Taguato que siguiera
Si se secan algunas ceneguetas El rio Caranaca , do se via
Con los calores grandes del verano 9 Mejor disposicion en la ribera ;
Acontece sacar entre las grietas Mas él no quiso por ninguna via,
El indio cuanto quiere y el cristiano , Sino continuar otra carrera ;
Hacen barina déf cuando se seca , Y de perseverar en su costumbre
Sacan mil calabazos de manteca . El indio recebia pesadumbre.
Hay también por aquestos despoblados Y ansi , por divertir su fantasia ,
Y campos tan inmensos y vacíos Como quien lo tenia bien corrido
Cantidad infinita de venados , Bumbun temeretopo le decia .
Los cuales son de dos ó tres natíos : Señalando de piedras gran ruido :
Dantas y puercos tan multiplicados , El barbaro vocablo se entendia ,
Que cubren las riberas de los rios ; El propósito fué mal entendido ,
Hay tigres, osos, onzas y leones , Pues alli cada cual interpretaba
Cebados en aquestas ocasiones. Segun aquel deseo que llevaba.
86 JUAN DE CASTELLANOS.
Porque decian muchos chapetones , » Otros palenques hay mas estendidos
O señores , que dijo Taguato En muchos destos campos y zavanas ,
Del gran ruido de las fundiciones , No de plantas de árboles nacidos ,
La fuerza y el concurso del contrato : Como las otras cercas mas ancianas ;
Con las piedras martillan argollones , Sino de palos muy fortalecidos ,
Los golpes dellas suenan grande rato ; Y cada cual con dos ó tres andanas ,
Es tal en labrar oro la porfia , Con las cintas espesas de bejueos ,
Que suena como grande herrería. O correosas yedras de arcabucos.
Mas Domingo Velazquez , que notaba » Tienen las mas insignes poblaciones
Lo que la guia dijo por entero , En unas mesas llanas asentadas ,
Como sabio varon adevinaba Debajo de los macos, ó mamones ,
Cual habia de ser el paradero ; Plantados por hileras ordenadas ,
Y por no dar pasion disimulaba , Arboles de hermosas proporciones ,
No con simulacion de lisonjero , Cuyas hojas jamás se ven mudadas ;
Sino porque cumplia de presente Su vista da grandísimo contento ,
Irse también al hilo de la gente. Y el fruto dellos es de gran sustento.
Yendo pues cada cual dellos ya falto , >> Por montes , por zavanas, por oteros,
No menos de salud que provisiones , Do quiera que sus pasos hombre guia ,
Vinieron á topar con cierto salto Hierve la gente como hormigueros,
De peñascos y grandes farallones ; Tanto que no vereis cosa vacía :
Do caian las aguas de mas alto , Gentiles pescas, grandes cazaderos ;
Y el ruido causaba confusiones , Tierra de bendicion , tierra sanía ;
Alli se conoció menos prolijo Hay minas de oro , mantas , y hamacas
Aquel Bumbune que Taguato dijo. Desde Cojegua hasta los Caracas.
Porque la duda dél quedó bien suelta , >> Por la costa de quien memoria hago ,
Cerca de no les dar las aguas uso , Atravesando culmen y eminencia ,
Y la navegacion toda resuelta De la sierra que tiene nada vago ,
En se hallar Ordás alli recluso : Porque poblada es por escelencia ,
Al fin determinó de dar la vuelta , Damos en Tacarigua , que es un lago
No menos perdidoso que confuso , De siete leguas de circunferencia ,
Y en breve tiempo , desde los raudales , Con islas dentro, do los infieles
Llegó donde quedaba Gil Gonzalez. Tienen jardines , huertas y verjeles.
Halló la mayor parte dellos muertos , >> Si quereis que sus nombres os declare,
La poca gente viva mal dispuesta ; Pues la memoria dellas no se escapa ,
De los amargos , aunque dulces puertos , Son Patenemo y Aniquipotare ,
Procuró de sacar la que le resta ; Ariquibano, Guayos, Tapatapa :
Y para los salados mas abiertos Con otras, que si alguno las hollare ,
Con toda brevedad se hizo presta : Podria mejorar su pobre capa
Y desde entonces , visto que cumplia , Con el oro que tienen naturales
Por Domingo Velazquez se regia. En joyas y preseas principales.
El cual dijo : « Pues son vuestros intentos »Aquesta crecidísima distancia ,
Hallar alguna tierra grandïosa , Poblada de cristianos , se haria
Adonde podais dar repartimientos Un reino de grandísima sustancia ,
Que sean de grandeza generosa ; Dispuesto para toda granjería ;
Yo sé, señor, tan inelitos asientos , Paréceme negocio de importancia
Que con razon direis ser buena cosa , Y digno de seguirse con porfía ;
Donde podeis fundar pueblos potentes, Si con sus circunstancias es aceto ,
Por ser infinidad las destas gentes . En las manos tenemos el efeto.
« No hallareis ancon ni seno vaco La dicha relacion , aunque sumaria ,
De prepotentes pueblos y lugares , Al Ordas dió grandísimo contento ;
Desde la Trinidad á Carïaco , Y ansi sin responder cosa contraria ,
Ni desde Cumaná hasta Tagares : En esto colocó su pensamiento:
Chichiriviche , valle mas opaco , Llegó con los navíos pues à Paria ;
Guantar, Maracapana con sus mares , Puso luego por orden el intento ,
Y Neverí, Caycarantal, Atamo , Sin quitar deste puerto todavía
Provincia cada cual digna de amo. La guarda de soldados que cumplia.
» Hay Chacopate, hay Cumanagoto , Estos soldados fueron fidedinos ,
Piritú , las riberas del Unare , En las cosas de guerra muy añejos ,
Pues la fertilidad de Paragoto Prestos en los asaltos repentinos
Fáltame copia con que la declare : A las agudas armas y consejos ;
Potente poblacion de Cherigoto , Y en este nuevo reino son vecinos
Con todo lo que dicen Mompïare ; Algunos, aunque pocos é ya viejos ,
Sus pueblos, sus culturas, sus labores , Como Joan de Portillo, cabal hombre ,
Y aquella gran potencia de señores. Joan Fuerte, mas en hecho que en el nombre.
» El feroz y terrible Turperamo , Dispuestos todos pues á la carrera ,
Y el invencible siempre Barutaima ; Procuró de enviar incontinente
El gran Guaramental, el Guayacamo , Al capitán Alonso de Herrera ,
Canima, Guaïgoto, con Pariaima : A Diamaima, puerto, con la gente ;
Gotoguaney, Perinia, Periamo , Y él quiso caminar por la ribera
Querequerepe, Canaruma, Guaima , Con pocos, que serian como veinte ,
Sin otros muchos desta circunstancia , Para que todos ellos se embarcasen
Con cercas de grandísima distancia. Después que en este puerto se juntasen.
» Aquestos dichos fuertes ó cercados Al mar salió Herrera , deseoso
Tienen señeros para su defensa , De cumplir fielmente su concierto ;
De grosísimos árboles plantados , Mas con fuerza de tiempo fortunoso
Donde la verde rama se condensa : Nunca pudo tomar el dicho puerto :
Unos después de otros ordenados , Corrió la costa bajo desgustoso ,
Con mas vigor de lo que nadie piensa , No hallando repáramo cubierto ,
Pues aquel gran grosor que lleva hecho Que Cumaná, do hizo su parada ,
Tiene de duracion prolijo trecho. Yalli saltó la gente fatigada.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA X, CANTO I. 87
El agua que en Cubagua se bebia Estando de la suerte que publico ,
Se llevaba de aquesta pertenencia ; Llegó con gente bien aderezada
Y á causa de que cuando se cogia Sedeño, de San Joan de Puerto- Rico
El bárbaro hacia resistencia ; Para perseverar en su jornada ,.
Habia fuerza ya , de que tenia Al Ordás publicando por inico
Andrés de Villacorta la tenencia , Por la razón atrás commemorada ,
Y en esta fortaleza recogida Y á su devocion trajo brevemente
Gente de guarnicion bien proveida. Algunos caballeros desta gente.
Estando pues como de los cabellos , Porque cierto rumor era venido
Deseando huir de sus aprietos , Diciendo que el Ordás era ya muerto,
La gente del Ordas holgó de vellos Los unos lo tenian por fingido ,
Para comunicalles sus secretos ; Otros lo publicaban por muy cierto :
Y ansi se rebelaron muchos dellos Al fin Sedeño fué bien recebido
Al Herrera, perdiendo los respetos ; De la mas noble gente deste puerto ,
Finalmente, que no por buenos modos Con los cuales pasó mas adelante ,
Las partes de Cubagua siguen todos. Y luego contaremos lo restante.
De muchas quejas hay ardiente fragua
Que formaban los que se vian fuera
De los angostos barcos y del agua ,
No menos que forzados de galera :
Prendió luego justicia de Cubagua
Al capitán Alonso de Herrera ; ELEGIA X.
Pero por ser bien quisto de soldados ,
Soltáronlo, los impetus pasados.
Llegados à la playa deseada , Conquista de la isla Trinidad y cosas en ella acontecidas
Ordas con el consorcio diligente , desde su primer gobernador , que fué Antonio Sedeno ,
Y conociendo todos que el armada hasta que vino Joan Ponce de Leon, natural de San Joan
Arribó por aquel inconviniente , de Puerto-Rico , y nieto del que conquistó aquella isla.
Con boga de piraguas bien guiada
Luego fueron en busca de la gente ;
A Cumaná llegó , do saltó luego , CANTO PRIMERO.
Y acabó de perder todo su juego .
Porque sin proceder por recta via , De muchas islas di razon sumaria
Ni sosegar fiel de justo peso , Pasandome por ellas por la posta ;
Pero Ortiz de Matienzo, que regia , Mas va parece cosa necesaria
Lo hizo dañador, y hizo leso : Que de tres no la demos muy angosta ;
El cual, por aquel orden que queria , Aquestas nos demoran acia Paria ,
A Castilla también lo llevó preso , Y en aquellos parajes de su costa;
Y ansi se perturbó su buen intento Destas la Trinidad es la primera,
En tierras de tan grande fundamento. Y ansi será desde ella mi carrera.
Todos estos disignos estorbaba Y pues de Trinidad es el empleo
Cubagua , por aquellas pretensiones Y rencuentros en ella sucedidos,
De los muchos esclavos que sacaba La santa Trinidad en quien bien creo
Destas grandes provincias y regiones ; Alumbre con su lumbre mis sentidos :
Y entonces y después abominaba Para que cante yo como deseo
De quien tenia tales intenciones ; Hazañas de varones escogidos ,
Y como causa fué que se estorbase , Las fertiles riberas desta tierra
Tampoco quiso Dios que ella durase. Y trabajosos trances de la guerra.
Yendo pues el Ordás de aquella suerte , Pues en aquella edad y coyuntura
Con tantas ocasiones de tristura , Gasté yo por allí mis ciertos años,
Enfermedad le dió de mal tan fuerte, Virtud sera poner en escritura
Y de tan poco fruto fué la cura , Vitorias de los nuestros , ó sus daños :
Que le llegó la hora de la muerte , Comenzaremos pues por el altura
Donde tuvo la mar por sepultura , Y los que son allí sus aledaños ,
Y quien en aguas sepultó sin duelo , Para que por su parte se concorden
Para se sepultar no tuvo suelo. Mis versos , y procedan segun orden.
Fué cortesano de gentil aviso , Está la Trinidad en ocho grados,
Y en todas buenas partes de belleza ; La cual sabemos ser ansi llamada
Quien bien lo conoció dice que quiso De los tres altos montes y collados
Esmerarse con él naturaleza : Que la bicieron ser tan afamada ;
Déle nuestro Señor su paraiso , Golfo de Paria tiene por sus lados,
Que es la cabal y cierta gentileza , Es de bocas del Drago rodeada,
Y el descanso de vida transitoria, Y de Cubagua dista tal asiento
Que le faltó, le dé Dios en su gloria. Cuarenta leguas mas a barlovento.
En la parte mayor de sus soldados Es en todos los tiempos y sazones
Hubo, como ya dije, gran mudanza ; De muchos alimentos abundosa ,
Pero los nobles mas aficionados Tiene zavanas, rios, mar, ancones,
No dejaban de estar con esperanza, Y en muchas partes selva montĉosa :
Que después de sus pleitos acabados Son grandes y estendidas poblaciones
Habia de volver con mas pujanza, De gente por estremo belicosa ;
Y como fidelisimos varones Todos en general de buenos gestos ,
Permanecian en sus aficiones. Altos, fornidos , sueltos , bien dispuestos.
Debajo de virtud y de nobleza Por todos los mas meses esta gente
Muchos dellos à Paria se volvian Compite con caribes inhumanos ,
A sustentar aquella fortaleza De minas aparencia competente
Entre tanto que del Ordás sabian ; Muestran ansi las sierras como llanos :
Y muchos con trabajos y pobreza Es esta fértil isla finalmente
Entre los de Cubagua residian, Buena para poblarse de cristianos,
Entreteniéndose por su partido Contiene dos provincias singulares
Hasta ver y saber lo sucedido. Camucuraos y otros chacomares.
88 JUAN DE CASTELLANOS .
S
La de Camucurao poseia Hecha por el armada ya su via
El diestro Baucunar, hombre valiente ; Una piragua queda rezagada ,
Y a los de Chacomar también regia Aviada por Pedro de Alegría
Maruana , cacique prepotente : Con gente valerosa y esforzada ;
Entre estos dos la isla se partia , La cual con el olaje que hacia
Y entrambos la mandaban juntamente ; Fué de las bravas ondas anegada ,
Han hasta nuestros tiempos defendido Y de la cantidad de los soldados
Los indios con gran fuerza su partido . Los nueve sumergidos y ahogados.
Siendo la isla tal cual os enseño Martin Yañez Tafur por menos daño
Y aquestos dos señores del estado , Asiose luego bien de la piragua ,
No era la conquista para sueño Nadaba por alli Joan de Avendaño ,
Sino para varón de gran cuidado ; Martin Lopez batalla con el agua :
Y ansí por ser capaz vino Sedeño Viase Peñalver en el engaño
Por su gobernador y adelantado , Con otros seis ó siete de Cubagua ;
El cual antes de aquesto que publico Salieron con la fuerza de sus brazos ,
Fué contador real en Puerto- Rico. Ya de cansados hechos mil pedazos .
Hombre pequeño fué , de buen talante , O por el arenal ó tierra dura ,
De grata condicion y generosa ; Se tienden de cansados y molidos ,
Mas en su pretension tan gran gigante Llorando cada cual su desventura
Que tenia lo mas por poca cosa ; Por verse sin reparo de vestidos ;
Y ansi determinó pasar delante Pero de suficiente vestidura
Demandando conquista peligrosa, En breve tiempo fueron socorridos ,
La cual el rey le dió, porque sabia Y sin tener cabal matalotaje
Lo mucho que su fama prometia. Tornaron otra vez á su viaje .
Despachos y poderes todos hechos Remedian y reparan la piragua
Con la conversacion á todos blanda , Los dias que estuvieron descansando,
Incita voluntades, mueve pechos , Y a vista de la isla de Cubagua
Para venir á esta su demanda : A tierra firme van atravesando :
Previénese de armas y pertrechos , Entrabanseles grandes golpes de agua 1
Congrega capitanes de su banda , Que sin intermision van jamurando, 3
I
Vinose recta via desde España Y con aquel peligro descubierto 1
Para poner en Paria su compaña. Fué Dios servido que tomasen puerto.
1
Puerto de Turpïare se decia, Varada la piragua y en Opaco
Cuya gente de indios es tratable, El Tafur y Avendaño deste cuento
Con términos de noble hidalguía Determinaron ir à Carïaco
Y á nuestros españoles amigable : Para buscar algun mantenimiento ;
Hay á la Trinidad de travesía Mas cierto Villagrán, peor que Caco ,
Una legua, que es siempre navegable ; Con otros que le van en seguimiento ,
Allí con la posible lijereza Dieron con los restantes que dormian ,
Mandó hacer Sedeño fortaleza. Quitándoles lo poco que tenian.
De gentes y pertrechos principales Porque, segun dijimos , estas gentes
En ella recogió lo conviniente, Que fueron por allí moro sin dueño ,
Quedando por alcaide Joan Gonzalez , Eran parcialidades diferentes,
Un hombre para ello suficiente ; Unos de Ordas, y otros de Sedeño ;
Y con los marineros y otros tales Y ansi sin mas mirar inconvinientes
A Puerto-Rico fué derechamente , Se robaban despiertos , ó con sueño ,
Para ver sus haciendas y ganado Teniendo los peones y jinetes
Y revolver mejor aderezado . Cada dia trescientos repiquetes.
De la tierra de Paria ya nombrada Venidos el Tafur y el Avendaño ,
Después de ya Sedeño ser ausente , Con los otros hicieron sentimiento ,
Llegó Diego de Ordas con un armada Por haber recebido tanto daño
De quien hemos tratado largamente : En tiempo de tan grande corrimiento :
Tomó la fortaleza pertrechada Y ansi movidos de furor estraño
Y la demás hacienda con la gente; Tras el Villagrán fueron al momento ,
De aquí nacieron bandos impacientes Porque para cogellos con el lance
Entre estos capitanes y sus gentes . No sufria tardar en el alcance.
Después de mucho tiempo ya pasado En todas cosas nada negligentes
Y trastornadas tierras y naciones , En busca dellos van y del armada ,
Al don Diego de Ordás ir fué forzado Y estando los que buscan della absentes
A Cubagua con ciertas pretensiones ; Hallaron la piragua deseada ,
Y apenas á la tierra fué llegado Cargada de pertrechos suficientes
Cuando le ponen ásperas prisiones : Y de mantenimientos abastada;
Haciéndole probanzas y procesos Mitigaron la hambre y el enojo
Segun pintar quisieron los escesos . Con tomar mejorado su despojo .
Ser Sedeño la trama deste lienzo Satisfacer la bambre temerária
No lo ternia yo por maravilla, Tenian por allí por bien supremo ,
Por ser amigos desde su comienzo Y al Villagrán y á todos los de Paria
El y los moradores desta villa. Pesóles del negocio por estremo :
Prendióle Pedro Ortiz el de Matienzo , Tras ellos mandan ir gente conti
Y él mismo lo llevó hasta Castilla ; Porque los ven pasar a vela y remo ,
Mas antes de llegar al primer puerto Estotros por huir su perdimiento
Echaron al Ordás en la mar muerto. Ganaron por sudor el barlovento .
Preso Diego de Ordás, Sedeño vino Seyendo pues la barca perseguida
Sin esperar a mas inconvinientes , De la gente de Paria ya nombrada ,
Y su venida fué cuando convino Vieron los que huian su guarida ,
Por faltar tropezones diferentes : Que fueron los navios del armada :
Hizo por Margarita su camino , Sedeño se holgó con su venida,
Do recogió soldados escelentes , 'esóle de la nueva desgraciada ,
Arando va las inquietas aguas los demás trabajos y desmanes
Con ciertas carabelas y piraguas. estos dos principales capitanes .
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA X , CANTO I. 89
Dentro de su navío los encierra, Ansí por los caminos mas abiertos ,
Y allí les hizo dar buena merienda , O do solia ser mas ancha plaza ,
Alistan los pertrechos de la guerra Estaba tal rimero de hombres muertos ,
Por ir donde no hay quien mal se venda ; Que los guerreros vivos embaraza ;
Llegados á la isla toman tierra, Encima dellos andan bien espertos
Y nadie se halló que la defienda, Los arcos , las macanas y la maza ,
Mas no por esto tal Sedeño quiso De tal manera ya , que los soldados
Que punto se viniese sin aviso. No se pueden mover de fatigados .
El campo se veló de buena gana Mas el Martin Tafur y el Avendaño ,
Estando cada cual apercebido ; Con otros cuya fuerza fué notoria ,
Mas luego como vino la mañana Hacian por su parte tanto daño ,
Oyose de cornetas gran ruido, Que por allí cantaban la victoria ;
Y gente que cubria la zavaná Mas acudiendo con furor estraño
Con temerosa grita y alarido : Quitóles Baucunar aquella gloria ,
Con tanta furia vienen escuadrones El cual hizo con muchos indios diestros
Que tiemblan los mas fuertes corazones. Perder sus vencimientos á los nuestros.
Como leones fieros van bramando Un poco desviado dél empieza
Contra los peregrinos navegantes, Con sus cuadrillas á probar la mano
Víanse los plumajes ondeando Un hermoso gandul que en breve pieza
Y aquellas estaturas de gigantes : Lo de mayor defensa hizo llano:
Aguilas en los pechos relumbrando Con diadema de oro la cabeza ,
Que de riqueza muestras son bastantes, Cuyo golpe no deja hueso sano ,
Los arcos entesados á los pechos Esforzado se muestra y eminente ,
Camino de los nuestros van derechos. Y síguelo gran número de gente.
Como los vió venir acia la playa Con el avilantez desta presencia
Y descender al llano de la sierra, Mostraron mas en claro su conceto ,
Comienza de decir un atalaya : Haciendo mas pesada la pendencia ,
« Arma, arma, que gentes hay de guerra ; Poniendo mas temor al mas discreto ;
Y aun es bien menester que esfuerzo haya, Hízose la posible resistencia
Pues viene sobre nos toda la tierra.>> Por los que se veian en aprieto ;
Causaron estas voces alboroto, Y estos , viendo del indio los estremos ,
Y no de confusiones muy remoto. Decian este cumple que matem os.
El Antonio Sedeño diligente , Uno , teniendo pues certeza rara ,
El alboroto viendo repentino , Previno de ballesta los pertrechos ,
Vistióse de sus armas prestamente Al fin de derribar al que no para
Sin priesa que causase desatino : De matar y hacer heróicos bechos :
Formó los escuadrones de su gente Y fué Joan Sanchez , que con una jara ,
Segun le pareció que mas convino , Lo traspasó por medio de los pechos :
Sacólos à la gente que venia, El indio capitán en aquel punto
E yendo caminando les decia : Cayó con los demás allí difunto.
« Señores, estos indios yo sospecho Aqueste de la vida despedido
Que nos vienen á dar tiento de cuenta, No fueron estas gentes tan molestas ,
Y tengo por concluso nuestro hecho , Antes cesó la grita y alarido ,
Si desta vez salimos sin afrenta : Y el eco de los valles y florestas ;
Por tanto, cada cual muestre su pecho Echaron luego mano del caido ,
Ajeno del temor desta tormenta, Y á porfia lo llevan á sus cuestas :
Pues que todos sabemos á la clara Tal pena desta muerte recebieron ,
La furia de los indios en qué para.» Que dejaron los nuestros , y se fueron.
Otras animosísimas razones Un confino llorar, un gran abinco
El Antonio Sedeño les hablaba , Al claro percebian los oidos,
Con que los mas cobardes corazones Y al sentimiento dellos es propinco
A hechos valerosos levantaba ; El mal con que los nuestros son punidos ;
También regian estos escuadrones Pues eran dellos muertos veinte y cinco
Martin Yañez Tafur, Suero de Nava, Con otros mas de treinta mal heridos ,
Peñalver, Martin Lopez y Tinoco, Y de mas mal Sedeño les escusa
Y aquel Pero Fernandez el tococo. Pensando ser la guerra ya conclusa.
No tienen arcabuces los cristianos , Entendióse que del furor malino
Y falta la carrera del jinete ; Aquel rebato fuera lo postrero ;
Pero viéndose ya todos cercanos Pero contrario desto les avino
Cada cual de las partes arremete : A causa del difunto caballero :
Lleganse piés á piés, manos á manos, El cual de Baucunar era sobrino ,
Este y aquel victoria se promete , Y de sus tierras todas heredero ,
Disparan la potente flecheria , Y ansi juró durar en sus rigores
Con grita que la isla se hundia. Hasta sacrificar los matadores.
Las españolas manos prevenidas El campo de los nuestros recogido ,
Comienzan a herir de las espadas , Sedeño les habló con gran cordura ,
Una vida vendiendo por cien vidas Velóse de la fuerza del vencido
Con grandes y terribles cuchilladas : Por no tener la suya por segura ;
Las ropas en la sangre van teñidas , Curáronse las llagas del herido ,
Las manos ansimismo rubricadas ; Al muerto dió terrena sepultura ,
Mas tantos naturales son venidos , Tuvieron cuantos son en el estancia
Que no bacian mella los caidos . Toda la noche grande vigilancia .
Ansí como furor del avenida No daba resplandor el turbio cielo
Fuera del curso viejo derramada , A los que por allí vela hacian ,
Que lleva gran madera recogida Y ansí cualquier ruido pequeñuelo
De las riberas verdes despegada ; Pensaban ser los indios que venian :
Y aquella furia grande concluida Unos y otros duermen con recelo ,
Aqui y allí la veis amontonada , Aunque mas cierto es que no dormian,
Dejando con horruras algun vado Y no fueron de balde los temores ,
paso con los troncos ocupado : Segun diré después á mis letores.
90 JUAN DE CASTELLANOS .
Un indezuelo dellos , como suele ,
Teniendo las palabras por amargas ,
CANTO SEGUNDO , Dijo ninguno siento que recele
Esta ferocidad de barbas largas :
Pues con las que yo solo les repele
Donde se cuenta cómo los indios revolvieron, y á los nuestros les fué Entiendo de hacer un par de cargas ,
forzado dejar la isla. Haremos cuenta ser magüey , que saca
Un indio para bicos de hamaca.>>
El radiante Febo presuroso La vana hinchazon anda barata ,
Dejaba ya las ondas de Oceano , La cual por uno y otro se derrama
Despiden soporifero reposo Y á la resolucion de que se trata
Los soñolientos ojos del humano ; Es vil aquel que mete menos llama ;
El corvo labrador y congojoso Cada cual dellos echa la bravata
A su justa labor vuelve la mano , Como galán delante de su dama ,
Y todos los indianos escuadrones Al que mas mozo es y al menos loco
Acuden á sus altas pretensiones. El mundo todo le parece poco.
Cada cual dellos iba bien armado Porque ni son primeros ni postreros
Deste crecido número de gente , En padecer los mismos accidentes :
Pintaronse de negro y colorado Iguales eran todos en los fieros ,
Desde los bajos pies hasta la frente : Y en presuncion y punto de valientes ;
El que es de todos mas acobardado Partieron pues de solos los arqueros
Pudiera ser tenido por valiente ; Dos mil aventajados combatientes
Y el fuerte Baucanar que los regia Contra los españoles , cuya cuenta
Dicen que les habló por esta via : Eran ciento con mas otros cincuenta.
« Antes que deste puesto nos parlamos , Vista de Baucunar la grave saña ,
Soldados valerosos y hombres diestros , Con que su gente va contra la nuestra ,
Aqui estos sucesos que esperamos No consintió salir á la campaña
Los dioses no permitan ser siniestros : El golpe todo desta gente diestra :
Es menester niirar á lo que vamos , Antes metió los mil en la montaña ,
Y cuáles enemigos son los nuestros ; Y de los otros mil hizo la muestra ,
Pues el acometer sin este peso Mandándoles que queden embarcados ,
Pareceria ser falta de seso. Y salgan cuando fueren avisados.
» Tambien será razon consideremos, Con este presupuesto se desvía
Antes de efetuar nuestra partida , Estimulado de furor terrible ;
Los respetos por donde nos movemos Tenian españoles un espía
A nos poner en riesgo de la vida : Que en dar aviso hizo lo posible :
Que bien sucederá si los vencemos , Sedeño recogió su compañía ,
O que mal si volvemos de vencida , Poniéndola por orden convenible ;
Pues todas estas consideraciones Los indios , conociendo ser sentidos ,
Avivan los mas muertos corazones . Dieron acostumbrados alaridos.
» Entended pues que vamos á la gueria, Aunque vieron el campo bien armado
Y no por pasatiempos ni placeres , Con muestra de temores alcahueta ,
Sino para morir por nuestra tierra No hay tigre ni leon encarnizado
Defendiendo los hijos y mujeres ; Que con tan grandes furias arremeta :
Y para no huir de sierra en sierra El indio de temores olvidado ,
Por no cumplir ajenos pareceres , El español à miedo se sujeta ;
Sobresaltados , flacos, sin consuelo El impetu fué tal y tan constante ,
Por cama principal el duro suelo ; Que todo lo llevaba por delante.
D Y porque no murais en granjerías , Como pluvia que baja de ladera ,
Que solo las pensar da grave pena , Causada de grandísima creciente ,
Trabajando las noches y los dias Que roba cuanto tiene la ribera ,
Con sujecion de todo bien ajena : Y arranca los peñascos juntamente ,
Do las mas descansadas pasadías Aquí va derribando la acera ,
Serán cepos y grillos y cadenas , Y por alli la mas segura puente ,
Como sabeis muy bien los que por agua Causando tal temor á los humanos ,
Huisteis algun tiempo de Cubagua. Que les fallecen fuerzas , piés y manos :
» Demás desto debeis de parar mientes Ansí fué nuestra gente rebatida
A las cosas de nuevo sucedidas En el primer rigor destas contiendas ,
En padres , deudos , hijos y parientes La fuerza del estancia va rompida ,
Que perdieron ayer sus dulces vidas : Derribados los toldos y las tiendas :
Veis huérfanos los niños inocentes , El esperanza ya casi perdida
Viudas mil mujeres y perdidas , Con sus pertrechos , ropas y haciendas ,
Ois lloros , sollozos y gemidos Y algunos , compelidos del encuentro ,
Que hieren y lastiman las oidos. Entraban por allí la mar adentro.
» Por semejante modo yo queria , A voces el Sedeño les decia :
Que estas cosas ansi consideradas , « Furia de indios es , conmilitones ,
Considerásedes la valentía Que como flaca llama se resfria
Destas vellosas gentes y barbadas , Si hay ardor en nuestros corazones ;
Cuan lejos de piedad y cobardía Pero si flojedad y cobardía ,
Ejecutan los golpes sus espadas , Son mucho mas que tigres y leones ,
Para que quien temor tuvière dellas Y llevan , como es cosa notoria ,
Procure desde luego de no vellas. Hasta lo mas estremo la victoria.
» Quien mal sintiere destos pareceres , » Encomendaos à Dios como cristianos ,
Y contra voluntad aqui se halla , Y crie sus furores impaciencia ,
Imaginando que de sus placeres Porque para quedar vivos y sanos
Hoy podria quedarse del agalla, Es menester briosa diligencia :
Sirva de lo que sirven las mujeres , Confiando de Dios y de las manos ,
Y no procuren ir a la batalla , Haciendo la posible resistencia ,
Pues si por muchos hemos de ser menos , Pues contra los que corren tan sin freno
Mejor será llevar pocos y buenos.»> No conviene tenellas en el seno.»
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA X , CANTO III . 91
Al tibio corazon fueron espuelas Viendo que remediar aqueste daño
Estas palabras y otras esforzadas : Agora no podia fácilmente ,
Embrazan los escudos y rodelas , Ordeifó que el Tafur y el Avendaño
Esgrimense las armas afiladas ; Volviesen á San Joan á hacer gente ;
Furor y saña van à todas velas , Quedándose él con el demas rebaño
Teñidas andan todas las espadas , A los tales designos impaciente ,
Los mas flojos andaban diligentes , Pues los enfermos y aun la gente suelta
Que el miedo y el temor hace valientes. Quisieron con aquestos dar la vuelta.
La furia de los indios los aprieta , Con el Joan de Avendaño referido
Y los indios son dellos apretados , Se partió quien él quiso que partiese ,
Tanto que mucha parte se quieta Y con la mas gente detenido
Por ver aquí y allí despedazados ; Guardó la pretension de su interese ;
Mas Baucunar , tocando su corneta , En mil vacilaciones divertido
Salieron los que estaban emboscados , Sin atinar á cosa que cumpliese ,
Con tal y tan crüel arremetida , Hasta tanto que dió, no como ciego ,
Que fueron muchos nuestros sin la vida, En una cosa que diremos luego .
Renuévase la grita y alaridos
Con la que de refresco les venia ,
Los nuestros de temor son poseidos , CANTO TERCERO ,
Y cada cual al mar se retraia ;
Mas viendo que los llevan ya vencidos Donde se cuenta cómo Antonio Sedeño salió de Puerto-Santo y fue a
Martin Yañez Tafur los detenia , Paría, donde se concertó con Alonso de Herrera y Agustin Delgado ,7
Remediaban también estos desmanes revolvió sobre la isia Trinidad ; y lo que le aconteció.
Joan Avendaño y otros capitanes.
Estos , como varones singulares , Mudan el parecer sabios varones
Sin dar lugar á revolver la frente , Y dan la vuelta muchas voluntades ,
Y suelen à los fuertes corazones
Buscando los mas cómodos lugares
Donde mejor valerse desta gente , Domar y domeñar necesidades :
También los bien medidos en razones
Tomaron por respaldo los manglares ,
Y allí se refirmaron fuertemente , Acaban importantes amistades ;
Y á causa de las grandes espesuras Pues la palabra blanda nos concede
Tenian las espaldas mas seguras. Lo que la dura pocas veces puede.
Con mas seguridad se defendian , Sedeño fué negocio manifiesto
Y flacos y heridos amparaban , Estar en estas cosas advertido ,
Pues entre tanto que unos competian , Al cual le convenia hacer esto
Los otros algun tanto descansaban ; Para restauracion de su partido ;
Y los de los navios que esto vian Y dél se conoció tal presupuesto
Los tiros que tenian disparaban , En lo que hizo viéndose perdido ,
El daño de los cuales no fué tanto , Que fue sagacidad de su cosecha
Que sirviese de mas que gran espanto. Que para sus designios aprovecha.
Mas aunque les causaban desatino Sabia residir en esta era
Aquellas balas algo peligrosas , En Turpiar atrás conmemorado ,
Elbravo pelear era contino , El capitan Alonso de Herrera ,
Y no cesaban furias belicosas , Varon en mil conquistas señalado :
Hasta que ya la noche sobrevino , Era de los de Ordás, y en su bandera
Mandaba buenos Agustin Delgado ,
Haciendo por alli treguas forzosas ;
Ansi que les sirvió lo mas escuro En quien podré deciros que cabia
A nuestros españoles de seguro. Urbanidad , valor y valentia.
Sedeño destos trances bien esperto ,
Por no ser de los indios pensamiento Conociendo ser cosa necesaria ,
De pelear allí con escurana ,
Se despidieron todos con intento Quiso hacer con estos su concierto ,
De luego revolver por la mañana ; Aunque parcialidad era contraria :
Mas era diferente sentimiento Dejó por estas causas este puerto,
El de toda la gente castellana , Y fué con los navios al de Paria ,
Porque de sus difuntos hecha cuenta , Adonde sin haber desembarcado
Hallaron ser arriba de cincuenta. Reconocieron ir desbaratado.
Estando pues aquestos en espera ,
Tomaron pues consejo cuerdamente
Diciendo ser inútil esperanza Y no sin el reguardo conviniente ,
Querer sobrepujar tan poca gente Tomaron los navíos la ribera ,
Caciques de tan áspera pujanza ; Saltó luego Sedeño con la gente ;
Y como tiempo vieron competente El Agustin Delgado v el Herrera
Salieron del lugar de la matanza , Alli lo recebieron blandamente ,
Y ansi sus marineros convocados El parabién le dan del bien venido
En breve tiempo fueron embarcados. Y el pésame del daño recebido.
Todos amedrentados de la rota, Luego con cortesano cumplimiento
Aunque cubiertos de nocturno manto , Y con respeto grande fué metido
A tierra firme llevan su derrota, Adonde le tenian aposento
Al puerto que se dice Puerto - Santo ; Segun sus fuerzas pobres prevenido ;
Dentro del cual surgió la breve flota Y de su no cabal mantenimiento
No libre de heridas ni de espanto , Con sana voluntad bien proveido ,
Mas voluntad de todos bien ayuna Donde todos los dias le servian
De volver tentar à la fortuna. Con aquellos regalos que podian.
Al Antonio Sedeño todavía Él con encarecidos cumplimientos
Ningun contraste destos embaraza , Agradecia tales amistades ,
Ni deja reposar su fantasia Y con obras , facecias , bellos cuentos
Por dar á la jornada mejor traza ; Iba ganándoles las voluntades ;
Antojándosele que con porfia Teniales á todos muy contentos
Se suele muchas veces matar caza , Con palabras y liberalidades ,
Y no parecer bien en paz ó guerra Por ser de buenas partes una fuente ,
Dejarse de poblar aquella tierra. Gracioso , liberal y hombre valiente.
23

CASTELLANOS

.
DE
JUAN
Estando pues con esta compañía
Autorizando bien conversaciones , Oidas las palabras referidas
Alababa la tierra do venia Y aquellos cumplimientos cortesanos ,
Por levantar caidos corazones ; Herrera con palabras comedidas
Y á vueltas de otras cosas descubria En nombre de sus hombres vaquïanos
Sus altas y honrosas pretensiones , Dijo por las mercedes ofrecidas
Besamos vuestras muy ilustres manos ,
Y al capitán Alonso de Herrera Y ese decir y obrar tan manifiesto
Dicen que le habló desta manera :
En obligacion grande nos ha puesto.
« Algunos de los desta camarada » Y es ansí que tenemos todos gana
Me tocan con los labios el oido , De reiterar nuestro descubrimiento ;
Diciendo que volveis à la jornada
De do Diego de Ordás vino perdido ; Es dura pretension , mas no tan vana
Por alguna razon tan mal fundada Que no tenga su cierto fundamento ;
Que sobra ya de yerro conocido , Pues las cosas que dicen de Guayana
Porque de secos árboles y enjutos Avivan y confirman tal intento ,
Mal se pueden coger hojas ni frutos. Y ansi no me parece ser discreto
Quien no quiere saber este secreto .
>>Ya no sabeis quién es el Uyapare,
Pues que fuistes por él largo viaje , »Y no descomporná nuestro partido
Y como no hallastes quien declare, Lo que vuestra merced aquí decia ,
Noticias de seguir en el paraje , El don Diego de Ordás ser fallecido ,
Ni poblacion bastante que repare Pues al gobierno mismo que él tenia
La gente con algun matalotaje , Jerónimo de Ortal fué proveido , ?
Sino campos prolijos y muy anchos Y viene con potente compañía ,
Y pocos moradores y sin ranchos. Teniéndome , segun soy informado ,
» Sabeis bien los trabajos que pasastes Por maese de campo señalado .
De toda quietud enajenados ; » Y ansi sin perjuicio de terceros
Sabeis lo muchos hombres que dejastes Y el amistad ya dicha reservada ,
De enfermedad y hambre traspasados ; Yo quiero con aquestos caballeros
Y veis que los poquitos que quedastes Ir con vuestra merced esta jornada ;
Aun hoy estais tullidos y llagados , Pero si llegan nuestros compañeros
Pues no sé yo quién anda tan de veras Hémonos de juntar con el armada :
Romería que da tales veneras. La puerta para ello se nos abra ,
Pues para mas no doy esta palabra. »
>> Si pretendeis honores soberanos Sedeño lo abrazó , y encarecia
Con tierra rica , sana y abastada , Su bondad y respuesta comedida ,
Empresa de los hombres vaquianos
Y no de pocos hombres deseada, Y por los medios que mejor podia
Tal cierto la tenemos entre manos " El orden le encargó de la partida :
Reconociendo ser la compañía
Que no puede ser mas acomodada , De sus ofrecimientos convencida ;
Y aquella llamo yo buena conquista Luego Herrera como mas esperto
Que tiene sus grandezas á la vista.
Mandó poner las cosas en concierto .
» Pues si para moveros es bastante
El interese ya de cosa cierta , A sus gentes mandó hacerse prestas.
Aderezar las armas olvidadas ,
¿ De qué sirve pasar mas adelante Hacer tiros y cuerdas de ballestas ,
Teniendo las riquezas á la puerta ?
Y mas en coyuntura semejante Limpiarse y afilarse las espadas,
Que para mucho bien teneis abierta , Dar orden en poner trémulas crestas
Sin andar engolfados los deseos En cascos, morriones y celadas,
En otros circuitos y rodeos. Como poner los sayos estofados
Y los otros pertrechos mas usados .
» A vuestra lealtad echais el sello ,
Pero teneisla con quien sé de cierto Recoge los navíos que tenia,
Que podeis descuidaros de no vello Manda limpiallos, vellos y lastra! los ,
Para siempre jamás en este puerto ; Despálmanlos con sebo , y otro dia
Embarcan el bagaje y los caballos ;
Pues tengo cartas yo de Joan Cabello Recógese también la compañía
Y de Niebla , que dicen ya ser muerto ;
Y ansí vuestra jornada es tan incierta De los que en guerras tienen hechos callos
Cuanto sin muerte dél estaba muerta. Y para perfecciones del intento
Las velas todas dan al manso viento .
» La mia ya la veis mas á la mano A la isla la proa se convierte ,
Y sé que no será de las peores , Y como fuese breve la carrera ,
Es su gobernador un hombre llano Llegaron en dos horas desta suerte
Fuera de vaciadizos pundonores :
Tiene socorro siempre muy cercano Hasta poder saltar en la ribera ;
Para poder llamar conquistadores , Y para se valer en algun fuerte
Pues de las islas todas brevemente Comienzan luego de cortar madera :
Puede venir gran número de gente. Sonaban por el valle à todas horas
Los golpes de las hachas cortadoras.
» Sé que no seguirá vano partido. Mas todos recelando los asaltos
Cualquiera que de mi se satisface , Las armas y las manos tienen prestas ,
Ni debe recelar algun olvido
En gratificacion quien me complace ; Y ansi de diligencia nada faltos
Unos velan caminos de florestas ,
Pues nunca supe ser desconocido Otros derriban los troncones altos ,
A la merced y bien que se me hace : Otros los acarrean á sus cuestas ,
afrid que mis costumbres os alabe Otros cavan el foso señalado ,
Pues cada cual de vos muy bien la sabe .
Otros ponen los palos del cercado .
» Pues que de lo que digo que haria Andaban con aquel calor y brio
Alguna vez he dado clara muestra ,
Agora tanto mas y mas seria Que suelen los alados animales ,
Cuanto mas la fortuna fuese diestra ; Cuando por las mañanas del estío
Y pues tal voluntad es esta mia , Recogen olorosos materiales,
Deseo conocer cuál es la vuestra ; Y entienden en la obra y adobio
Porque si con amor esta se cobra De los dulces y pálidos panales ,
Volveremos las manos à la obra. » O hacen la morada que les basta
Para los multiplicos de su casta.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA X , CANTO IV. 93
Al tiempo pues que el fuerte se hacia Sedeño no miró con mucho peso
Con otras necesarias prevenciones , Aquesta chismería mal sonante ,
Entre los indios príncipes habia Y parecíale falta de seso
Diversas y contrarias opiniones : Descuidarse de cosa semejante ;
Que el fuerte Baucunar guerra queria, Al fin por sí ó por no lo tuvo preso
Yarmaba sus guerreros escuadrones ; Con guarda que juzgaba ser bastante ;
Y el grave Maruaná, príncipe manso , Pero cesen aquestos desafueros ,
Procura quietud , paz y descanso. Que yo diré después sus paraderos.
Y ansí muchos villanos convocados ,
Cargólos bien de dones y presentes ,
De puercos , de conejos, de venados ,
De cazabis y frutas diferentes ; CANTO CUARTO ,
Eyendo con él pocos desarmados
Llegaron donde estaban nuestras gentes , Donde se cuenta cómo Baucunar hizo llamamiento de capitanes para
Que viéndolos las armas prevenian ir con gran pujanza sobre Antonio Sedefio , y lo que mas aconteció.
Hasta ver los intentos que traian .
Llegado Maruaná do deseaba Muchas veces ó por la mayor parte
Con pensamientos buenos y leales , Adquiere la victoria la presteza,
Procuró conocer al que mandaba Que el arte militar y duro Marte
Haciendo sus preguntas por señales ; No sufre negligencia ni pereza ;
Llamaron una lengua que allí estaba Menean indios pues el estandarte
Soldados y personas principales , Viendo que se hacia fortaleza ,
Y con un regocijo no pequeño Por deshacer en esta coyuntura
Lleváronlo delante del Sedeño . Lo que por los contrarios se procura.
Con muestra de sinceras voluntades Ansí que cuando fuerte se hacia
El bárbaro le hizo reverencia , Y la paz de los nuestros se destierra ,
Y dijo : puesto que mis potestades Baucunar el valiente no dormia,
Pueden hacer bastante resistencia , Apercebiéndose para la guerra :
Mas quiero con vosotros amistades Antes toda su gente recogia
Que procurar sangrienta competencia ; Convocando los llanos y la sierra ,
Y serán sin reveses de mal arte No queriendo quebrar su furia brava ,
Si hay sinceridad de vuestra parte. Puesto que Maruaná se lo rogaba.
> De aquestas amistades arrepiso Comienza de tocar sus atambores ,
Nunca serás por mi ni por mi gente , Con otros instrumentos que tenia ,
Pero querria darte por aviso Envía pregoneros corredores
Que hay otro de concepto diferente ; Por todas las provincias que regia ;
Y es este Baucunar, que paz no quiso Acuden capitanes y señores ,
Confiado de sí por ser valiente ; Cada cual con la gente que podia ,
El contra las fuerzas de cristianos Trajo Guyma trescientos compañeros
Quiere con gran furor probar las manos. >> Valientes , esforzados y lijeros .
Viendo Sedeño tales cumplimientos , Vino también el diestro Pamacoa ,
Avisos y promesa tan urbana , Y trajo de su parte cuatrocientos ,
Manifestó por señas su contento Espertos en piragua y en canoa ,
Abrazándolo muy de buena gana : En guerras de caribes muy sangrientos ;
Dióle de sus polidos ornamentos También Diamaná , digno de loa
De lienzos y de sedas y de grana , Por traer diferentes instrumentos ,
Dióle regalos , vino de Castilla, Aqueste recogió de entre sus gentes
El cual el alabó por maravilla. Otros tantos instrutos y valientes.
A todos los demás indios convida , Utuyaney , de grandes proporciones ,
Y á todos se les hizo grande fiesta , En recoger soldados se desvela ,
E ya conclusa toda la comida Y trajo demás de otras municiones
Y los calores grandes de la fiesta , Trescientos cada cual con su rodela ;
Pidió licencia para su partida , Amanatey con otros cien varones
La cual á su contento tuvo presta , Instrutos bien en militar escuela ;
Dandole por postreras encomiendas Vino Paraguani con otros ciento ,
Que Baucunar se deje de contiendas. Sin otros capitanes que no cuento .
Paz le rogaron todos que concierte Pudieras ver aquellos campos anchos
Con él y con el mas alborotado ; Y aquellas fertilísimas zavanas
Oyolo Maruaná de buena suerte Pobladas de ramadas y de ranchos .
Prometiendo tener dello cuidado ; Invenciones de plumas muy galanas :
Pero Sedeño prosiguió su suerte Dardos con sus avientos ó con ganebos ,
Por el orden que tiene señalado , Rodelas , arcos , flechas y macanas .
Porque de lo pasado coligia Pintados rostros , pechos , coyunturas
Ser harto menester lo que bacia. Con grandes diferencias de pinturas.
En estas coyunturas y sazones , Libres están de la pomposa ropa
Y al tiempo de pasar esta carrera , Y de cubiertas duras el acero ,
No faltaban algunos susurrones , Do quiera que mireis allí se topa
Pestilencia mortal , cruel y fiera , Macato , chicha , vino mas grosero :
Que sembraban enojos y pasiones Uno toma tabaco y otro yopa
Entre nuestro Sedeño y el Herrera , Para poder saber lo venidero ;
Diciendo que queria ciertamente Estaban plazas , calles y caminos
Matallo y acogerse con la gente . Llenos de hechiceros y adevinos .
Mas el varon , a cuyo llamamiento Fenecidos aquestos actos tales
Acude sujecion de mucha gente , Y dado fin á tanta borrachera ,
Ha de tener razon y fundamento Hicieron ciertas muestras y señales
Y no determinarse fácilmente ; Con que se sosegó la gente fiera :
Porqué de se mover á cualquier viento El Baucunar llamó los principales,
Suele nacer algun inconviniente , Y á todos los habló desta manera ,
Y vivan tales hombres advertidos Con alta voz y tales movimientos
En no dar sin reguardo los oidos. Que todos estuvieron muy atentos :
79
04 JUAN DE CASTELLANOS.
Pues que todos estais tan bien armados « Valiente Baucunar , dime , qué día
Y de lo necesario proveidos , A tu llamado fuimos perezosos ,
Está claro que ya sois avisados O dime si sentiste cobardía
Del fin para que sois aquí venidos : En hombre destos hombres belicosos ,
Pues es à defender vuestros estados O cuál de nos recela valentía
Y las tierras adonde sois nacidos , Ni fuerza de contrarios poderosos ;
Nuestras mujeres , bijos y parientes Bien ves que peleamos de tal suerte
Con las cosas à esto concernientes. Que nadie tiene miedo de la muerte.
» Cosa de donde daños ó provechos »Y pues la gente ves apercebida
Podrian redundar á nuestra gente , De todos militares ornamentos ,
Todos debeis de la tomar á pechos , No debe ser en balde la venida,
No con temeridad ni flojamente : Ni por algunos vanos cumplimientos
Para tal tiempo son los altos hechos , Aderecémonos à la partida,
Los tiros y los golpes del valiente , Que la tardanza pare descontentos ,
Grandezas y hazañas señaladas , Pues como todos vean do se ceben
Los engaños , ardides y celadas. Yo sé que cumplirán con lo que deben.
» Vuelve nuestro contrario con aumento » Alli verás mis canas ya cansadas
De gente que teneis bien en memoria , Cómo les da color sangre cristiana ;
Y está claro que vuelve con intento Alli veras mis flechas empleadas
De morir ó quedar con la victoria ; Y el estrago que hace mi macana :
Pues para reposar trazan asiento Verás si desbarato las espadas
Como si fuese ya suya la gloria , De los que son de furia mas lozana ,
Sin temores de nuestros hombres buenos Verás ini gran vigor y mi postura
Que della los podrán hacer ajenos. Si halla del contrario cosa dura. »
» Paréceles la isla cosa bella, Calló , pero también los compañeros ,
Y á su deseo hinche la medida ; Mancebos y de mas graves edades ,
Ellos han de morir por poseella Decian y hacian muchos fieros
Y no hacer baldía su venida ; Con gestos de cien mil bravosidades :
Mas á nosotros por echalios della Tiran por alto flechas los archeros ,
Conviene sin temor perder la vida ; Comienzan á gritar parcialidades ,
Pues una vez morir mejor seria Cualquiera capitan donde se halla
Que morir cien mil veces cada dia. A grande furia pide la batalla.
» Que si sois avisados y discretos Los brios del ejército guerrero ,
Entendereis que quieren muy de veras Por Baucunar el fuerte conocidos ,
Hacernos sus esclavos y sujetos Mandó que para el dia venidero
Para que les hagamos sementeras. Todos ellos estén apercebidos ;
Y a los que no les fuéremos acetos Proveyó municiones por entero
Sacarnos destas fértiles riberas , A los que conoció desproveidos :
Llevándonos en grillos y cadenas Oyeron el pregon de buena gana ,
Por mar á conocer tierras ajenas. Y todos esperaban la mañana .
» En sus heredamientos y cortijos Fué por aquesta via concertado
Morireis con trabajos inhumanos, El áspero rencuentro que os enseño ,
Apartados los padres de los hijos , Y no habia punto descuidado
Hermanos de carísimos hermanos : En estos intermedios el Sedeño :
No cesarán rencillas ni letijos , Que como destos indios lastimado
Si descansar quisieren vuestras manos , Un contínuo velar era su sueño ,
Y los ciertos descansos y holguras Pues por ser Maruaná en venir prolijo
Habrán de ser en cárceles escuras. Mala sospecha tuvo , y ansi dijo :
»Y Maruaná mi dendo no se entiende « De paz , por ser negocio que conviene,
Teniendo paz con ellos en su tierra , Teníamos alguna confianza ,
Pues con la paz á todos nos ofende Y el indio Maruaná , que la mantiene ,
Ansimismo haciendo cruda guerra ; De Baucunar nos dió mala esperanza ;
Y el sosiego que dice que pretende Y pues ha cuatro dias que no viene ,
Es el que de sosiego lo destierra , Peligro nos promete su tardanza :
Como lo podrá ver por esperiencia Conviene que tengamos vigilancia ,
Si desta gente crece la potencia. Que no tengo por buena la distancia .
>El tiene hecha paz con los cristianos , » Conviene que seamos adevinos
Y es bien desvariada conjetura , Los que tratamos hombres belicosos ,
Pues cuanto piensa mas tenellos llanos Porque los descuidados desatinos
Es tanto cierta mas su desventura ; Acarrean mil trances peligrosos :
Y ansi venir con ellos a las manos Por tanto velen playas y caminos
Tengo yo por concordia mas segura , Por partes y lugares sospechosos ;
Conservando lo nuestro por mil modos Poco dormir y recordar temprano ,
Y sobre la defensa morir todos. Y siempre con las armas en la mano.
»Si contendeis por una vil presea »No cumple que vivamos sin recelo ,
Y a veces no sin trance riguroso , Ni conviene tener antojos vanos ,
Mas debe contender el que pelea Pues ya veis que hollais ajeno suelo
Por la conservacion de su reposo : Con enemigos ciertos y cercanos :
Menester es que cada cual lo vea , Socorro no lo bay sino del cielo
Y entienda ser el tiempo trabajoso , Y el que podeis haber de vuestras manos ;
En el cual quien no hace lo que puede Valeros han , mediante Dios , aquestas
Será mas acertado que se quede. » Si con las armas anduvieren prestas.
Dijo su parecer este tirano Los que velaren ya serán doblados
Segun á su defensa convenia , Y tales que sepamos ser varones ,
Y el diestro Pamacoa , viejo cano , Estén los dos caballos ensillados ,
Por los merecimientos que tenia, Los frenos penderán de los arzones :
Para le responder tomó la mano Estén estos lugares escombrados ,
En nombre desta fiera compañia , No tengan al salir estropezones ;
Y con acelerado continente El espada , la lanza , la ballesta ,
A Baucunar le dijo lo siguiente : Conviene á cada cual teuella presta. »
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA X, CANTO V. 95
El Agustin Delgado , comedido , Ansí como volátile ganado
Por todos respondió desta manera : Dentro del colmenar del hombre rico ,
Tenga vuestra merced por entendido En los panales dulces ocupado ,
Que todo su deber hará cualquiera ; O su generacion y multiplico
Mas teneis en prisiones detenido Que hacen un murmurio mal formado :
Al capitan Alonso de Herrera , Ötro tal era este , no tan chico ,
Que bastará para la isla junta Pero nada menor el aparencia
Segun de hechos vistos se barrunta. De aquel hervor y viva diligencia ;
Mitiguese por tanto vuestra ira O como si se siente gran ruido
Y dése tin á tantas confusiones , En el mar , cuando calma representa ,
Pues tengo por falsisima mentira Mas el profundo dél es conmovido
La fuente do manaron las pasiones ; Y el arena se muestra turbulenta :
Que nunca faltarán en el que mira Que entonces es indicio conocido
En dichos de malditos susurrones : Venir terribilisima tormenta ,
Culpa no consta , y es negocio ciego , Por ser ruido tal al marinero
Mande vuestra merced soltallo luego. » Desdichada señal y mal agüero ;
El Antonio Sedeño con voz blanda Con aqueste rumor se van juntando
Dijo : « Por complacer al buen Delgado, Sin nota de pereza ni tardanza :
Aunque el señor Herrera se desmanda , Aquí y allí vereis aderezando
Eyo me siento del por agraviado , Las armas de que tienen confianza ;
Hágase lo que vuestra merced manda Allega el capitán , los de su bando
Que a mí me pesa ya de lo pasado , Con muy gentil concierto y ordenanza ,
Yhe por bien que le quiten las prisiones, Muestranse los gallardos corazones
Sin mirar en pasadas turbaciones.> A su modo con varias invenciones.
Soltáronio , segun mandó Sedeño ; Proveida de flechas el aljaba ,
Mas puesto que se vido libertado , Dardos de dura palma van tostados ,
Nunca se libertó del sobreceño Que cada cual corazas traspasaba
Ni del imaginar verse vengado : Y los mas duros sayos estofados ;
Por ser un hombre turvo , zabareño , Fueron do Baucunar los esperaba
Aunque valerosísimo soldado , Los caciques que tengo señalados ,
Eso me da peon que de á caballo : El cual estaba bien apercebido
Con gran razon podemos alaballo. Y de españolas armas proveido.
Por fuerzas , por destrezas ó por maña , Que de despojos fuertes y galanos
Siempre ganó con sus competidores , Estaba proveido grandemente ,
En las conquistas fué de Nueva- España De las guerras habidas con cristianos
Uno de los primeros y mejores ; Do dió bastantes muestras de valiente ;
Mas no sufrió su condicion estraña Privando de la vida por sus manos
Estar allí por ciertos sinsabores ; A bien crecido número de gente ,
Fué à Castilla con mediana suerte , Tenia pues el bárbaro guerrero
Y á las Indias volvió para su muerte. Escudo de metal algo lijero .
Era Sedeño hombre delicado , Un águila de oro mal labrada
Pequeño , de briosos movimientos , Cubre sus duros pechos y salvajes ,
Afable , generoso, bien criado , La cabeza cubierta con celada
De bien engrandecidos pensamientos : Y en ella superbisimos plumajes ,
En todas buenas partes estremado, Pendiente de los hombros un espada ,
Grandes facecias , adurirables cuentos , A las espaldas anchas dos carcajes ,
Un ingenio cabal , vivo , supremo , Un arco muy derecho , duro , fuerte,
Gran hombre de caballo por estremo. Pestífero ministro de la muerte.
Varon en paz y en guerra muy bastante , Porque su proporcion es tan bien hecha
Raro escribano , vario y escelente ; Y la de todas estas gentes fieras ,
Mas destos dos varones, Dios mediante , Que á la robusta verga mas derecha
Algun tiempo diré mas largamente. Hacen juntar entrambas empulgueras ;
Volvámonos al impetu turbante Y embeberan la mas crecida flecha
Del grande Baucunar y de su gente , Traspasando las armas mas enteras.
Que con vigor y furibunda gana Llevaba sus zarcillos , y en el cuello
Estaban esperando la mañana. Un estraño collar digno de vello.
Que puesto que son pocos ó ningunos Por admirable orden y concierto
Los que no binchen de beber las pieles , Unas uñas de tigres ensartadas ,
En semejantes tiempos no son unos , Que por sus manos él habia muerto
Ni duermen todos estos infieles ; En tierra firme yendo con armadas :
Antes aquellos todos van ayunos El medio de la una descubierto
Que salen å velar por sus cuarteles : Y en oro las raices engastadas ,
Üsaban estos pues destos estremios , Caricuri de oro reluciente ,
Y lo demás agora lo diremos. Lleva de las narices dependiente .
Con tales ornamentos adornado
Se muestra Baucunar , y de mas desto ,
De bija colorada va pintado
CANTO QUINTO , Piernas , brazos y manos , pechos , gesto :
Como tigre feroz encarnizado
Donde se cuenta el rompimiento de la batalla, y de lo que en ella Que para hacer salto va dispuesto ;
aconteció. Tal lo representaba su postura,
Sus aderezos , armas y pintura.
La noche en que sosiegan las fatigas Pamacoa , que no se le escapaba
Acababa sus cursos naturales , Con su bien regulada puntería
Y apriesa revolvia sus cuadrigas Ave chica ni grande que volaba ,
Apolo con sus rayos celestiales , Ni ciervo , ni conejo que corria ,
Cuando las gentes fieras enemigas Cabeza de pantera se tocaba
Tocaron instrumentos musicales : Indicio de su grande valentía ;
Comienza por aquel campo crecido Lleva también por joyas principales
Un bajo son , un tácito ruïdo. Collar de dientes de indios y animales.
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CASTELLANOS
DE
JUAN
96
Diamaná, que a golpe de macana Pamacoa la mar tiene tonada,
Al bravo jabalí deja tendido , Y Guayma va por el siniestro lado ,
Se puso de pelleja muy galana Diamaná con gente bien armada
De feroz animal no conocido ; La derecha tomó con gran cuidado ;
Utuyaney, que en luchas siempre gana , Y todos los demás del emboscada
Un cuero de leon lleva vestido , Tomaron lo mas fuerte del cercado ,
Cola de tigre lleva por medalla De manera que nuestros estandartes
Para se señalar en la batalla. Rodeados están de todas partes.
También Amanatey, que de lijero Ansí como en los bosques rodeados
Los mas veloces ciervos alcanzaba , De los monteros puestos en paradas ,
Un hocico de oso colmenero Do siendo de sabuesos acosados
Por cima la cabeza levantaba ; Buscan los jabalies sus entradas ,
Cubria sus espaldas con el cuero, E yendo por los saltos mas usados
Y por ellas un oso semejaba : Hallan las sendas todas ocupadas ,
Arco , flechas , pavés que lo cubria, Y viendo cazadores , perros , lanzas ,
Tal que con él hacia puntería. De su braveza hacen confianzas ;
De diferentes otros animales Ansi de todos estos infieles
Trajo Paraguaní las invenciones , Se vieron rodear nuestros cristianos ,
Y acutisimas flechas y mortales , Ladrando aquí y allí como lebreles ,
Porque con dientes van de tiburones O segun á los toros los alanos ;
Puyas de raya, vivos pedernales Y el librarse de fieras tan crueles
Que pasan los tupidos algodones , Después de Dios pusieron en sus manos :
Y todos los demas destas conquistas Ocurrir á las armas les enseña,
Llevaban invenciones nunca vistas. La priesa que les daba la reseña.
Viérades en el viejo y el moderno Animaba Sedeño sus varones
Diferentes colores de plumajes , En estos alborotos tan estrechos ,
Y con sus movimientos y gobierno Diciéndoles : « 0 mis comilitones,
Daban temor aquellos fieros trajes : Venzan á las palabras buenos hechos,
Caterva parecia del infierno Que en las manos tenemos ocasiones
Que venia haciendo mil visajes , Para mostrarse bien los bravos pechos ,
Tantas macanas , flechas , tantos tiros , El fuerte manifieste fortaleza ,
Cuantos no bastaré para deciros. Y el flaco saque fuerzas de flaqueza .
Hicieron desta suerte sus conciertos , > En la necesidad destos estremos
Que pues los nuestros era poca gente , Se hacen las virtudes conocidas ,
Fuesen por los manglares encubiertos, Y agora se han de dar velas y remos
Y diesen en el fuerte de repente ; Sin estar las espadas detenidas ;
En tal manera que quedasen muertos Pues à todos nos va , como sabemos ,
O ya captivos todos ciento y veinte , No menos que las bonras y las vidas ,
Porque por sus acechos recatados A estos perros déseles su pago,
A todos los tenian bien contados . Y haga cada cual lo que yo hago.
Ordena cada cual los de su bando , Al que mas se señala derriballo ,
Instruidos en sus guerreras mañas Y al que vierdes mejor aderezado,
Van sin ningun ruido caminando Porque quien raiz corta , corta tallo ;
Por pasos conocidos de montañas , Y arbol caido , ramo derribado. >>
Por una y otra parte rodeando Arremetió ; mas hombres de caballo ,
Los españoles ranchos y cabañas : Que son Herrera y Agustin Delgado ,
De tal manera fueron advertidos Que quisieran salir ni mas ni menos ,
Que nunca fueron vistos ni sentidos. Con priesa no topaban con los frenos.
El Baucunar que todos los sujeta Y todos los demás sin los caballos
Ansimismo trató con esta gente , Se ponen en defensa de su centro ,
Que al tiempo que tocase su corneta Porque los que sabian meneallos
Acometiesen todos juntamente : Tardaban en salilles al encuentro ;
Estaban en la parte mas secreta Y Baucunar con algunos vasallos ,
Con ánimo cruel , hervor ardiente , A pesar de los nuestros entró dentro ,
Deseando la seña conocida Sin para detenellos ser bastante
Para hacer crüel arremetida. Cosa que se pusiese por delante.
Bien ansí como perro detenido Como tigre feroz encarnizado ,
Con trailla,venados inquiriendo , Por algun tiempo falto de comida ,
Que si por donde van alguno vido En alguna vereda reparado
Antes que lo solteis està gimiendo , Acechando la caza conocida ,
Y de la gran tardanza desabrido Que viéndola saltó tras el venado
Se está con el orgullo deshaciendo Con aceleracion jamás oida ,
Hasta tanto que se desembaraza Sabiendo ser el presto movimiento
Y va con brava furia tras la caza; Su vida , su salud y su sustento ;
Representábase desta manera Ansi con esta misma lijereza
La barbara nacion encarnizada , Esta gente feroz acometia ,
A la sazon que estaban en espera Juzgando con razon que en la presteza
De la señal que tienen concertada : Su principal victoria consistia :
Oyose la corneta , salen fuera Ponia gran temor ver la braveza
Con furia jamás vista ni pensada , Del número de gente que venia ,
Suenan de todas partes alaridos Aquella griteria tan inmensa
Y gritas que conmueven los oidos. Y habellos ocupado su defensa .
No son allí las fuertes armas lerdas , Comienzan á batir lo mas enhiesto
Ni duermen las edades mas ancianas , Matando los que vian mas cercanos ,
Porque con furia grande tú recuerdas Con grandes vituperios y denuesto
Marte cruel , las mas antiguas canas : De nuestros españoles y cristianos :
Sonaban los crujidos de las cuerdas , Los cuales muy corridos de ver esto
Los golpes de los dardos y macanas " Vinieron con los indios à las manos ,
Aqui y alli se hace tal ruido Y sus rodelas fuertes embrazadas
Que al mas cuerdo sacaba de sentido. Comienzan á jugar de las espadas.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA X , CANTO V. 97
El Baucunar debió ser conocido Rompia por lo mas embarazado
Por señas de persona bien compuesta , Donde la sangre ya hacia rio ,
El Antonio Sedeño que lo vido Y en estos intermedios el Delgado
Arremetió con él con furia presta ; No estaba descuidado ni baldío :
Pero no le halló mal proveido Pues á Guaimá tenia derribado ,
En acudille bien con la respuesta , Y á Paraguani puso patifrío ;
Antes al golpear cruel agudo , En Amanatey piensa hacer lance ,
Se reparaba bien con el escudo. Pero no le podia dar alcance.
Cada cual de los dichos se desvela Y es porque lo dotó naturaleza
En deshacer contrarios embarazos : Demás de gran vigor que poseia ,
Los ojos Baucunar como candela , De tal y tan estraña lijereza ,
Dió con toda la fuerza de sus brazos . Que su correr un vuelo parecia ;
Al otro tal revés en la rodela , Y si le va delante , con presteza
Que el espada se hizo tres pedazos ; A las espaldas luego lo tenia ;
Inclinó las rodillas el Sedeño , Y en ellas mismas, no con brazos mancos,
Porque el golpe que dió no fué pequeño. Le daba tres y cuatro golpes francos.
Mas este no le pudo cortar niervo , El Agustin Delgado no lo toca ,
Con las fuerzas allí no ser estrechas ; Ni puede por do huye perseguillo ;
Empero con temores el protervo Mas una vez volvió con furia loca
Aquellas armas viendo ya deshechas , A su salvo pensando de herillo :
Atrás saltó lijero como ciervo , Acertóle Delgado por la boca.
Y al arco puso mano y á las flechas , Y el hierro le pasó del colodrillo :
Y en la rodela dió , pero desvara No le fué menester golpe segundo
La flecha , y á Pretel clavó la cara. Para lo sepultar en el profundo.
Vereis á Pamacoa , que se emperra Cada cual español en otro tanto
Vertiendo por allí sangre cristiana , Sus vengadoras manos ocupaba ;
Pues tiene tres tendidos por la tierra Sonaba ya victorïoso canto
De los terribles golpes de macana : Por la parte que menos se pensaba :
Y en la mayor presura de la guerra La cual no se hacia sin espanto
Topóse con Alonso de Orellana , De Baucunar, que bien los animaba ;
Mancebo de valor y fuerza mucha , Y aunque les daba voces por mil modos ,
Y enciéndese de dos terrible lucha. De los caballos van huyendo todos.
Sus armas cada cual desembaraza, Bien como cuando hacen algazara
El salto que se da parece vuelo , Las aves en el árbol ó floresta ,
Descarga Pamacoa con la maza , Que callan al ruïdo de la jara,
El cuerpo le hurtó nuestro mozuelo ; O truenos de arcabuz ó de ballesta ;
El otro, que pensó matar la caza , Y cada cual aquí y allí dispara
Rompió con el troncon el duro suelo , De su manada dulce descompuesta ,
Y á la sazon que el indio se endereza Inquiriendo la parte mas segura
El mozo le llevó media cabeza. Por los aires, ó por el espesura ;
Todavía con gana de venganza Ansí de ver los dos conmemorados
Acudió con un golpe ya mas tierno , Los que tentaron estos desafios ,
Yfuera de su vana confianza , Quedaron de sus gritas olvidados ,
Por le negar la vista su gobierno : Ajenos totalmente de sus brios ;
Allí se concluyó su destemplanza , Y ansi huian todos derramados
Y luego fué camino del infierno , Por montes, por quebradas y por rios ,
Porque con los demás quedó tendido , Porque pensaban ser un cuerpo entero
Y aquel que lo mató muy mal herido. El del caballo y el del caballero.
Los que con él vinieron por el puerto , Angostas se hacian las carreras
Vista de Pamacoa la tal muerte , Por do huyen sin orden ni , gobierno ;
Huian con pesado desconcierto ; Y como les picaban tan de veras
Mas dice Baucunar : «Volved al fuerte. Con hierro para ellos muy moderno ,
¿Cómo, porque veais un hombre muerto Pensaban ser los dos algunas fieras,
Dejais de proseguir tan buena suerte? Salidas del profundo del infierno ,
Tened, tened, villanos sin vergüenza , Porque van de cubiertas reparados
Que ya nuestra victoria se comienza . Ellos, y los caballos bien armados.
Revuelven por la parte que venian , Huyen edades mozas , huyen canas,
Cobrando lo perdido del cercado : Perdidas de vivir las esperanzas ,
Con gran dificultad se sostenian Hollando van por arcos y macanas
Los nuestros por el uno y otro lado ; Aquellos cuyas eran las venganzas :
Perolos dos caballos ya salian , Rojos están los campos y zavanas ,
Y en ellos el Herrera y el Delgado Teñidas las espadas y las lanzas ;
Rompen , haciendo del contrario bando Fué grande, por jamás ver otro tanto,
Calles de los que van alanceando. Para los naturales el espanto.
Los nuestros ponen ya sus esperanzas Tan grandes desatinos ocupaban
En estos caballeros esforzados , Los bárbaros y torpes corazones ,
Porque pudieras ver grandes matanzas , Que los robustos arcos desarmaban
Y aquí y allí gandules derribados : En estas fugitivas confusiones ;
Empléanse los hierros de las lanzas Y con las cuerdas dellos se ahorcaban
En los indios que ven mas señalados De las mas bajas ramas y troncones ,
Mas el Utuyaney, como gigante , No dándoles lugar el sobresalto
Al Herrera se puso por delante. Para poder subir á lo mas alto.
La macana crüel enarbolada Los nuestros, sin temores de desvíos ,
Descarga con un golpe tan pesado , Entablaban adentro mas el juego ,
Que puesto que era fuerte la celada , Hasta meter los indios en buhíos,
Algun tanto quedó desatinado ; A muchos de los cuales ponen fuego ,
Mas dióle por el hombro tal lanzada , Por no querer, dejados desvarios ,
Que el hierro le salió por el costado ; Rendirse ni de si hacer entrego ,
Cayó, porque salieron de repente Antes los mas , à trueco de no darse ,
El ánima y la sangre juntamente. Consentian en ellos abrasarse.
T. IV.
98 JUAN DE CASTELLANOS .
Si acaso las doncellas ó donceles » Estoy por esta causa tan perplejo,
De la pajiza casa se salian , Que determinacion no me concedo ,
Los padres inhumanos y crüeles Por ver mi perdicion , si aquesto dejo ,
A las ardientes llamas los volvian : Y mucho mas perdido si me quedo :
Donde los miserables infieles Muy dudosa mi vuelta si me alejo ;
Sus vidas con sus hijos consumian , Si fio del contrario tengo miedo ,
Sin quererse ninguno dar á vida Y destos pesadísimos estremos
De todos cuantos iban de vencida. No sé, señores mios , cuál tomemos.
Cantada la victoria desta suerte , >> Mas hecha razonable conjetura,
Cargados de alimentos y despojos , Parece que mi alma persevera
Vuelven los españoles à su fuerte, En no perder aquesta coyuntura ,
En placer convertidos los enojos ; Dejando totalmente la ribera ;
Aunque tuvieron pena de la muerte , Y ansi tengo por cosa mas segura
Que entonces ocupó cristianos ojos ; El verme con Alonso de Herrera ;
Y á quien quisieran dalle sepultura Podria ser haber conformidades ,
Segun aquel lugar y coyuntura. Y socorrer nuestras necesidades. >
Mas el feroz Alonso de Herrera , Entendidas por ellos las razones
Aun sus rencores no teniendo frios , Y el blanco do van todas, apuntando ,
Hallándose señor de la ribera , Contradecian tales intenciones
Comienza de decir : « aquí los mios >> : Su parecer por malo condenando ;
Acuden los que son de su bandera , Mas él, con eficaces persuasiones ,
Y toman el mejor de los navíos , Los hizo mas sujetos á su mando ,
Que sobre prevencion y ardid de guerra Y ansi , mala sospecha concebida ,
Estaba ya con el proïz en tierra. Efetuaron luego su partida.
Tratóse con los suyos , y el concierto Puestos en el camino conocido ,
Fué cuando los enojos recontados , A Paria caminaban con presteza ;
Sobornados grumetes en el puerto , El capitán Herrera que los vido
Que punto no vivian descuidados ; Metióse dentro de la fortaleza :
Y agora que el camino ven abierto , Fingiéndose que estaba mal herido ,
En un momento fueron embarcados ; Armándose con suma lijereza ,
Al viento velas dan sin saludaflos , Y mandando también que sus soldados
Al Sedeño dejando los caballos . Estén á punto bien aparejados.
El Antonio Sedeño , que de vellos Diciéndoles : « decid que estoy doliente
Grandísima congoja recebia , Cuando vierdes llegar este tirano ,
Fué poca parte para detenellos , Porque me venga à ver, y en continente
Porque la menos parte lo seguia ; Echalde dos, ó tres, ó cuatro , mano ,
Y ansí también después se fué tras ellos Y los demás desarmen á su gente :
Con la poquilla gente que tenia , Haremos un negocio soberano. >>
La cual ida carísima le cuesta , Llegó Sedeño pues al dicho puerto ,
Segun entendereis en lo que resta. Dado fin á las tramas y concierto.
Salieron no sé cuántos al camino ,
Debajo la cautela referida ,
Diciendo que Herrera si se vino
CANTO SESTO , Fué por tener una crüel herida ,
Y que quedarse fuera desatino ,
Donde se cuenta cómo Sedeño volvió á Paria con intencion de reconci- Por estar en gran riesgo de la vida ;
liarse con el Alonso de Herrera, y lo que le aconteció. Y como en tal sazon era posible ,
No pudo parecelles increible.
Su vida y honra tiene mal segura Con un semblante triste, rostro blando ,
Quien hace de contrarios confianza , Mostrando condolerse del suceso ,
Segun de varios casos de ventura Entró luego por vello , y en entrando
Esperiencia notoria nos alcanza : Usaron con gran furia del esceso ;
De sabios es á buena coyuntura Y a todos los que trajo de su bando
Del primer parecer hacer mudanza , Desarmaron, segun atrás espreso ,
Pues dañan confianzas al guerrero , Y al Sedeño , diciéndole baldones ,
Y mas cuando se cree de lijero. Hizo poner en asperas prisiones.
Sedeño, como yo soy buen testigo , En el fuerte que fué por él labrado
Era buen capitán y buen soldado ; Con guarda de sus armas proveida ,
Mas era del amigo y enemigo Se vió con cepo , grillos y canado ,
Demasiadamente confiado: Falto de vestiduras y comida ;
Agora mas, en procurar abrigo Y estuvo tanto tiempo maltratado ,
En enemigo suyo declarado ; Que ya desconfiaba de la vida ,
Y ansi todos en estos menesteres Porque las guardas viles y sangrientas
Tenian diferentes pareceres. Le dicen y le hacen mil afrentas.
Porque después que vió cuánto perdia Por oprobio de sus delicadezas
Por la revolucion y turbamulta , Y términos galanes y polidos ,
Juntó la poca gente que tenia Usaban de sucísimas bajezas
En las cosas de guerra mas adulta ; En el comer , beber y en los vestidos ,
Y pareciéndole que convenia , Y tantas y tan viles asperezas ,
Entró con todos ellos en consulta ;* Que contallas ofenden los oidos ;
Y para se llegar á sus respuestas , Su gente, de placeres bien ajena ,
Dijo pocas palabras, y son estas : Deseaban librallo desta pena.
« Paréceme, señores, grande mella Tomaron pues á pechos el cuidado
La que hecho nos han estos hermanos , Por modos que jamás fueron sentidos :
De quien siempre terné justa querella , Un Antonio Fernandez y un Machado ,
Por ser tan viles, bajos y villanos ; Pedro Placeres Gago , Joan de Nidos ,
Y mas en tiempo que gozando della Martin Lopez Perdomo y Alvarado ,
Dejaron la victoria de las manos , Y otros que de mí fueron conocidos ;
Y con tan poco riesgo de la vida Y para lo librar desta presura
Una prosperidad tan conocida. Esperaban sazon y coyuntura.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XI, CANTO I. 99
Habia pues necesidad urgente
Para se suste ntar de vitüalla , El cual goberna dor después que hubo
Y el Agustin Delgado con la gente Llegado con armada suficiente ,
Fueron por las comarcas á buscalla , La isla Trinidad también anduvo
Quedandose Herrera solamente Por parte que le fué mas conviniente ;
Con dos ó tres soldados de canalla , Y en ella con rescates se entretuvo
Creyendo que bastaba su braveza Por dar mantenimientos á su gente ,
A defender aquella fortaleza. La cual, estando toda reformada,
A Neverí hicieron su jornada .
Los otros , con sazon tan deseada ,
Rodéanlo con áspero denuedo ; Después à la conquista se presenta
Y como los sintió de mano armada , Joan Ponce de Leon , un descendiente
Salió con mas furor que decir puedo ; Del otro deste nombre , cuya cuenta
Mas viendo gente tan determinada , Yo doy en otra parte largamente ;
Adentro lo volvió discreto miedo , Seria por el año de setenta
Porque como lo vieron salir fuera, Cuando en la Trinidad metió su gente :
Tras él iban diciendo : « muera , muera .» No hizo cosa digna de memoria ,
Y ansí no haré dél mayor historia.
Las puertas les cerró ; mas no bastaba , Criollo de San Joan que conocemos ,
Porque los del Sedeño las batian ,
A los de afuera él amenazaba , De parte principal ilustre abuelo ;
Lo mismo los de fuera le hacian : Mas, pues que por agora no sabemos
Finalmente , Herrera preguntaba Otras mas novedades de aquel suelo ,
Diesen razon de lo que pretendian ; La isla Trinidad aquí dejemos ,
Ellos dieen : poneros hemos fuego, Y háganos gozar de la del cielo
Si no soltais al buen Sedeño luego.» Aquella sacrosanta Providencia ,
En las personas trino y una esencia.
Quieto y apartado de sus fieros
Respondióles Alonso de Herrera :
Haceislo como buenos caballeros,
Gloria, flor y bondad de nuestra era ;
Ypues que son forzosos los terceros ,
Prometo como tal de echallo fuera ;
Podeis os aquietar , nobles varones , ELEGIA XI.
Que yo voy a quitalle las prisiones.>
Llegado do sus pasos encamina , A la muerte de Jerónimo de Ortal, segundo gobernador
Dijo : mataros quiero , buen Sedeño. >> de Paria, donde se cuenta de la segunda entrada que
Respondióle Sedeño muy aina : se hizo por el rio Urinoco, con otras muchas cosas que
Por cierto vos hareis lance pequeño : entonces acontecieron.
Matar en la prision una gallina ,
O un liron vencido de gran sueño. –-
No quiero , respondió , ser homicida , CANTO PRIMERO.
Antes quiero que vos me deis la vida.»>
Yo vengo con entero pensamiento Entre los demás hilos desta tráma ,
De daros libertad liberalmente ,
Con que hagais solene juramento Que por la costa bajo va tejida ,
Jerónimo de Ortal también me llama
De luego navegar con vuestra gente, A decir el discurso de su vida ,
Y me dejar aqui libre y exento , Porqu e de vista fué , que no por fama ,
Sin ser de novedad es pretendi ente ;
Demas desto debeis quedar conmigo Su persona de mi bien conocida ,
El cual fué natural de Zaragoza ,
De no me ser amigo ni enemigo .» Y vino con Ordás en edad moza.
Sedeño , con deseo que tenia
De verse do siquiera cielo viese , Era de Cobos muy favorecido ,
Le dijo que baria y juraria El cual en aquel tiempo florecia ,
Aquello y mucho mas que le pidiese , Y por el fin que ya teneis oido
Porque la libertad que prometia Pidió lo mismo que el Ordás tenia :
Valia mucho mas que el interese , A la gobernacion fué proveido ,
Y con ofrecimientos y razones Segun y por el orden que queria ,
A él se le quitaron las prisiones. Año de treinta y cuatro comenzado
Con el millar y medio ya contado.
El Herrera después con sus criados, Teniendo ya las cédulas reales ,
Quitada la prision que padecia ,
Abriéronle la puerta recatados Apercebióse para la jornada ,
De la gente leal que lo pedia ; Nombrando capitanes y oficiales
Reciben al Sedeño sus soldados Por orden y razon acostumbrada ;
Y destos hombres hay muy principales
Con gran contentamiento y alegría ;
Y dándoles las gracias por sus hechos , En este nuevo reino de Granada ,
A la mar les mandó fuesen derechos. Como Miguel Holguin , en quien hoy dia
Se ve virtud , valor y valentía :
Embarcaronse , no sin multiplico
De furiosos vientos y tormenta ; Varon en paz y guerra de consejo ,
Yfueron á San Joan de Puerto-Rico , Enemigo de todo desafuero ,
Do Sedeño tenia buena renta : Desde su juventud fué sabio viejo ,
Otros negocios suyos no replico , Cristiano y honoroso caballero ;
A los mas virtüosos es parejo ,
Porque de sus proezas daré cuenta , En todas buenas obras el primero ,
Y cómo después hizo grande entrada , Cultor muy grande del honor divino ,
Que en estas partes fué solenizada. Y socorro del pobre peregrino.
Dejarémoslos pues desta manera ,
Al Sedeño do pinta mi cuaderno , Vino por capitán Luis Lanchero ,
Varon cabal para cualquier afrenta ,
Y al Agustin Delgado y al Herrera Después en este reino fué guerrero
En Paria , do tuvieron el invierno ,
Esperando por horas que viniera Que de sus cargos dió muy buena cuenta;
Jerónimo de Ortal con el gobierno , Un Joan de Castro fué su compañero
Del cual el rey le habia proveido De placeres que vida descontenta,
Por muerte del Ordás ya referido. Otros también pornemos por historia,
Cuando los ofreciere la memoria.
100 JUAN DE CASTELLANOS.
Dispuesta toda cosa necesaria Mas antes que debajo destos fines
Dos naos gruesas y una carabela , Con Rodrigo de Niebla se partiera ,
Para ir en demanda de su Paria , Entró por Uyapar y sus confines
Mandó que se hiciesen á la vela : El capitán Alonso de Herrera :
Surgieron en las islas de Canaria , Con cinco principales bergantines
Adonde recogió gente novela ; E una carabela muy lijera :*
Y en Tenerife fué priacipalmente Doscientos hombres , armas y pertrechos,
Donde se le llegó copia de gente. Cinco caballos al viaje hechos.
Que podia pasar bancos de Flandes Eran los de caballo, que do quiera
Y quebrantar el mas soberbio lomo : Pudieran dar de sí bastante prueba ,
Es vivo destos hoy Pero Fernandez , El general Alonso de Herrera ,
Que se dice de Porras ó Perdomo : De tesorero Joan de Villanueva ,
En aquella sazon de brios grandes , Morán , Pedro de Cea , también era
Y en el tiempo presente de gran tomo , Un Alvaro de Ordás de los que lleva ,
Regidor de Tocaima la nombrada Mancebo valeroso , diestro , fuerte ,
En este nuevo reino de Granada. Sobrino del que ya llevó la muerte.
De allí salió también Anton García , La gente del armada despedida
A quien llamábamos Anton del Guante , Por el Ortal , con capitán amigo
Brioso con alguna bizarría , Dejó la fortaleza proveida
Pero para la guerra muy bastante ; Para ir con el Niebla donde digo ;
Y con aquesta misma compañía Y con prision angosta y afligida
Gaspar de Santa Fe fué caminante , Los dos que ya nombré llevó consigo ,
Con muchos mas que la memoria pierde, No confiándose de sus concetos
Pero yo los diré desque me acuerde. Por tenellos por mozos inquïetos .
Prosiguió pues Ortal esta derrota Y van en un navío juntos todos ,
De gentes y pertrechos avïado , Corriendo por las aguas espumosas ,
Llevando por piloto de la flota Y al doblar de las puntas y recodos ,
Un Cristóbal Angulo del condado ; Que por alli son algo peligrosas ,
Hacia la carrera ser mas nota El Lanchero buscaba muchos modos
Un portugués , piloto corcobado , Cónio poder quitarse las esposas ,
Pues sin haber andado la tal via Dijome que debajo de desino
Certísimo salió cuanto decia. De hacer algun grande desatino.
Estando pues á vista del golfete Al Niebla le decia : « yo no puedo
De Paria , para do se navegaba , Sufrir estas esposas que me matan ,
Un cierto temporal les acomete Quitenmelas por un tan solo credo
Que viento de nordeste levantaba ; Para ver de qué parte me maltratan ; »
Despareció la nao de Alderete Luego Niebla trató con rostro ledo
Con doscientos soldados que llevaba, Con el Ortal lo que los dos le tratan ,
La cual fué costa bajo navegando Jerónimo de Ortal cumplió su ruego
El puerto de Cubagua demandando . Para tornárselas á poner luego .
Surgieron los demás en la ribera Quitóselas un mozo marinero ,
De Paria , que por todos se desea , Y estándolas mirando blandamente ,
Do vieron al Alonso de Herrera , Arrebátoselas Luis Lanchero ,
A Villagrán , Morán , Pedro de Cea, Echandolas al mar incontinente ;
Joan Fuerte , Villagomez , Talavera , Rióse destas burlas el tercero ,
Joan Gonzalez , Perálvarez , Perea , El Ortal las tomó pesadamente ,
Con otros , que serian hasta treinta , Y ansi mandó que todos sus fieles
Hombres de quien se hizo mucha cuenta. Se los maniatasen con cordeles.
Ortal luego salió con sus soldados Mas aunque les faltaban las espadas
A consolar la baquïana gente , En la proa do estaban , ya tenian
Los unos de los otros deseados , Muchas cuñas de tiros allegadas ,
Se saludaron amigablemente : Y cosas con que bien se defendian :
Herrera con poderes ampliados Las razones que dicen son pesadas ,
Nombrado fué por general tiniente ; Bravísimos los fieros que hacian ,
Del nombramiento deste caballero Demás desto la gente mas lozana
Muy corrido quedó Luis Lanchero. A ellos iba muy de mala gana.
Porque por su valor y valentía Queriendo Niebla pues matar el fuego
Tenia deste cargo pretensiones , Que se causaba destas turbaciones ,
Y ansi con el enojo que tenia Procuró de ponellos en sosiego
Dijo contra los dos feas razones : Con cuerdas y católicas razones ;
Prendiéronlo por esta demasía , Porque llegados á Cubagua luego
No se quedando Castro sin prisiones , Prometia de dallos en prisiones ,
A causa de que para tal demanda Fué de los presos voluntad espresa
Lanchero lo tenía de su banda. Que no se quebrantase la promesa.
Estando los dos presos en el agua Llegados á Cubagua , y entregados
Con guardas que velaban noche y dia , A mas que miserable cativerio ,
A Turpiar llegó cierta piragua Quebraron tantas fuerzas de candados ,
Con Rodrigo de Niebla , que venia Que parecia cosa de misterio ;
En ella de la isla de Cubagua , Y fueron recogidos y amparados
Y cartas de Alderete que traia , En San Francisco , fuerte monasterio
Diciéndole quedar en salvamento Do guardas los cercaban por momentos
Con los doscientos hombres que ya cuento . Y les quitaban todos alimentos.
Fué del gobernador bien recebido Noches y dias, lanzas y gorguces
Este que con tan buena nueva vino , Por horas los ponian en aprieto ;
Por ser amigo suyo conocido , Mas por favor de ciertos andaluces ,
Y de Cubagua principal vecino ; Que los favorecian en secreto ,
Y al tiempo de volver á su partido Hubieron á las manos arcabuces
Ortal se fué con él aquel camino , Que hicieron el cerco mas quïeto ;
A recoger sus gentes belicosas Pues de los que tenian este cargo
Y dar orden á otras muchas cosas. Algunos se hicieron á lo largo.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XI , CANTO II.
Muchas veces también salian fuera , 101
Cuando los alimentos les faltaban , Tal sospecha tenian arraigada
Para poder tomar en la ribera Todos los capitanes y soldados
De lo que los navios descargaban : Que con Ordás salieron del entrada ;
A todos asombraban de manera Y ansi volvieron muy determinados
Que por amor ó fuerza se lo daban ; De seguir mas de veras la jornada
Ofrecian también algunas prendas , Y costear mejor entrambos lados ,
Por no tomar de balde las haciendas. Y por mejor subir por los esteros
Llevaban los navios mas lijeros .
No fueron en el cerco tan continos
Los soldados con lanzas y venablos , Yendo pues segun orden concertado
Aunque los dos hacian desatinos , Por caudaloso rio y estendido ,
Que para los decir faltan vocablos ; Llegaron á Caroa ya nombrado ,
Tanto , que ya quisieran los vecinos Pueblo de muchos dellos conocido :
Que se fueran con todos los dïablos , Allí fué nuestro campo reparado
Con ser allí los hombres detenidos Y por algunos dias detenido ,
Para la defension destos partidos . Hicieron oficiales con su plancha
Una barca de Córdoba bien ancha.
Trataron pues los frailes , de concierto
Con otros hombres nobles de linaje , A veces la llevaban remolcando
Cuyo favor también fué descubierto , Cuando las velas della no servian ,
En aviallos para su viaje ; Y en ella los caballos cada y cuando
Al fin ellos salieron deste puerto Que las necesidades lo pedian :
Vestidos y con buen matalotaje , Sin que se fatigase nuestro bando ,
Y corrieron después larga carrera , Muy à placer entraban y salian ,
Industria del Alonso de Herrera ,
Aprobando muy bien adonde quiera. Admirable varon adonde quiera .
Estos bullicios vanos acabados ,
De que dimos razon algo sumaria, En tanto que la barca se hacia
Ortal recogió todos sus soldados No faltaban rancheos y salidas ,
Para con ellos revolver á Paria ; Y en ellos los de nuestra compañía
Dejó tres bergantines concertados Hubieron entre piezas recogidas
Para llevar comida necesaria , Un indio que Chuipa se decia ,
E ir con ellos en la primavera De proporcion y fuerzas escogidas ,
En busca del Alonso de Herrera. Al cual indio pintó naturaleza
Embarcó pues sus gentes Alderete , De gran disposicion y gentileza.
Las suyas Alonso Alvarez Guerrero , Hombre , segun se vió, de gran pericia
Va por trabadas jarcias el grumete , En regir escuadrones de su guerra,
Alista lo demás el marinero : Y este certificaba sin malicia
Desfiérese la vela del trinquete , Estar cerca de allí próspera tierra ;
Cada cual oficial anda lijero ; Y siempre señaló la tal noticia
Al fin llegó con esta compañía A las otras vertientes de la sierra ,
Jerónimo de Ortal donde queria. Otros algunos indios deste puerto
Afirmaban lo mismo por muy cierto.
Puestos en Turpiar incontinente
Hizo desamparar la fortaleza , Y una cariba india , Catalina
A la Trinidad fué toda la gente De Perálvarez, moza diligente ,
Por haber de comida mas grandeza : Mujer de gran razon é ya ladina ,
Maruaná los recibe blandamente Conformaba con estos juntamente ;
Y los demás no muestran aspereza, Por lo cual el Herrera determina
Porque de los rencuentros atrasados De enviar al Ordás con cierta gente ,
Estaban estos indios quebrantados. El cual luego partió con buen avio
A la siniestra mano deste rio.
Alli toda la gente que traia
Era medianamente proveida, Fueron nuestros soldados peregrinos
Porque por su rescate cada dia Por el paraje dicho, por las guias
Acudian los indios con comida : Hallaron muchas sendas y caminos
Ortal ningun agravio les hacia , Que se decia ser de pesquerías ;
Y en la paga su boca fué medida , Y sin poder hallar indios vecinos
Entreteniéndose por sus confines Anduvieron al pié de veinte dias
Hasta venir aquellos bergantines. Por tan espesas y ásperas montañas ,
Que no bastaban ya fuerzas ni mañas .
Anduvo por allí con pia mano Todos ellos de hambre perecian
Sin consentir hacerse desatino,
Esperando las flores del verano Vencidos y rendidos á flaqueza ,
Para ponerse todos en camino ; Los caballos tampoco no podian
Pero su pensamiento salió vano Romper por las alturas y aspereza ;
Por el mal que á los otros les avino, Y cuanto mas arriba los subian
En batalla feroz , crüel , sangrienta, Hallaban cumbre de mayor grandeza ;
De que daré después prolija cuenta . Cesaban ya las hachas y azadones
Por la debilidad de los peones.
Viendo que no podian ya valerse
Y el gran trabajo que se padecia ,
CANTO SEGUNDO , Determinaron todos de volverse
Donde queda la otra compañía :
Donde se cuenta el trabajoso viaje que llevó el capitán Alonso Que tampoco podia mantenerse ,
de Herrera, y cosas en él acontecidas. Antes necesidad los compelia
A proseguir arriba su viaje
Todas las mas personas que perdidas Para buscar algun matalotaje .
Vimos salir de las jornadas hechas , En continuacion desta corrida
Suelen generalmente ser heridas Descubrieron algunas poblaciones,
Con estímulos grandes de sospechas Do hallaron un poco de comida
De que dejaron tierras ascondidas Aunque no sin guerreros tropezones .
Por no saber llevar vias derechas Determinó hacer otra salida
Y si tomaran tal ó tal camino El Herrera con copia de varones ,
Llevara su derrota mejor tino . Pensando que se diera mejor maña
Para romper tan áspera montaña .
102 JUAN DE CASTELLANOS.
Perseveró con grande sufrimiento Miguel Holguin y Joan de Avellaneda,
Tres ó cuatro semanas de jornada , Por aquellos lugares de su suerte ,
Mas no pudo salir con el intento Hacian bien abierta la vereda
Por estar ya la gente fatigada ; Entregando contrarios à la muerte ;
Volvióse no sin gran desabrimiento , Pues el escuadra Sanchez de Cepeda
Y junto con la gente del armada Junto con los valores de Joan Fuerte
A boga y remo sus navíos saca Hicieron aquel dia maravillas
Hasta cerca del rio Caranaca. Tantas, que no podria yo decillas.
Vieron disposicion de poblaciones Durando pues el bárbaro guerrero
Desde los barcos acia manderecha, Juntos á una misma coyuntura ,
Saltaron luego copia de peones Acudieron con un encuentro fiero
Por senda que se vió no ser estrecha : Para dar fin à la batalla dura ;
Toparon luego grandes escuadrones , El caballo murió del tesorero,
Infinita macana , dardo , flecha , Que se tuvo por harta desventura ,
De mauatí fortísimos paveses Muy mal herido Sanchez y Roberto,
Do hacen poca mella los reveses. Y Joan de Avellaneda casi muerto.
El gran Herrera su caballo lleva , Encendida la furia que no para ,
Y de los suyos iban arreados Sin desmayar jamás la gente fiera ,
Morán y tesorero Villanueva, Al general hirieron en la cara
Con armas de algodon encubertados ; Por llevar levantada la visera ;
Y para dar de si bastante prueba Y la herida fué con una vara
Los peones también iban armados , Tostada, de durísima madera ,
Los cuales viendo gentes tan dispuestas Quitósela, y estando mal herido
Las armas y las manos hacen prestas. Fué de mayor furor mas encendido . "
Suena la vocería y el estruendo El brioso caballo revolviendo
De los itotos bárbaros , lozanos , Que con sus voluntades respondia,
Los labios con coraje remordiendo Por do quiera que pasa va haciendo
Vienen al escuadron de los cristianos, Lo que su gran enojo pretendia :
Y el indio capitán iba diciendo : De su furor los indios van perdiendo
«Vivos me los tomad todos à manos , Y por los nuestros nada se perdia,
Que los quiero tener en mis riberas Calor y sed á todos enemiga
Para que me cultiven sementeras. Les causaba grandísima fatiga.
» De mujeril temor limpiad los senos Apriesa por vencer tan duro trance
Para poder tomar justas venganzas, Andan entre desnudos los de faldas ;
De los que ya sabeis que no son buenos, Pero juzgando ser mejor balance
Pues vienen á comer nuestras labranzas , Los desnudos volvieron las espaldas :
Sin su sudor gozando los ajenos Los vestidos siguieron el alcance
Con otras desmedidas destemplanzas . » No por oro ni piedras esmeraldas,
Retráese la gente castellana Sino para gozar de su comida
Para sacallos mas á la zavana. Y ver dó la tenian recogida.
Después que los tuvieron á contento De la cual fueron todos proveidos ,
El capitán Alonso de Herrera Y por entonces fué mediana suerte ;
Hizo cierta señal de rompimiento Curaron luego todos los heridos ,
Atropellando bien esta carrera : De los cuales ninguno fué de muerte :
• Entró con furia de leon hambriento Fueron algunos dias detenidos
Y con aquel valor de quien él era , En esta parte con reguardo fuerte,
Villanueva y Morán siguen sus huellos Hasta que la herida compañía
Y todos los demás fueron tras ellos. Se sintió con alguna mejoría.
Infinidad de sangre va vertiendo Obra de quince dias ya pasados ,
Gandules señalados derribando , Con alguna comida que se saca ,
A una y otra mano revolviendo , Fueron pasando muchos despoblados
Peones y caballos animando : Por encima del rio Caranaca :
Penachos y plumajes abatiendo , Donde Diego de Ordás y sus soldados
Pechos, cuellos, ijares traspasando : No quisieron creer al arüaca ;
Increible parece la matanza Andaba ya la gente muy caida
* Que este gigante hizo con su lanza. Por faltalles á todos la comida.
Bien ansí como cuando los furores Satisfacian este desconsuelo
Del aquilon, con alas estendidas, Con hallar mucho bledo colorado ,
Van robando las hojas y las flores Con una cierta red ó chinchorruelo
Que estaban de sus árboles asidas ; Se tomaba también algun pescado !
Y quedan ya perdidos sus olores , Sacaron una vez con un anzuelo
Por cultivados campos esparcidas , Un peje de los otros estremado ,
O ya por los caminos y calzadas Que parecia ser congrio perfeto,
En partes diferentes arrolladas ; Pero iniraculoso su secreto .
No menos que con tales movimientos Porque traido hasta la ribera,
Las fuerzas del Herrera se mostraban, Teniéndolo Miguel Holguin asido ,
Derribando guerreros ornamentos Comenzó de temblar en gran manera
De los indios que mas se señalaban : Quedando casi fuera de sentido ;
A qui vereis caidos y sangrientos, Ayudaronle muchos, y cualquiera
Alli montones muertos se hollaban, Deste mismo temblor fué poseido,
Acullá se rehacen los itotos Y nadie se halló que no temblase ,
Con grandes alaridos y alborotos. Aunque con una lanza le tocase.
Morán y el tesorero Villanueva Para satisfacer necesidades
No daban menos muestra de valores ; Al fin lo degolló hambrienta mano ,
Pues cada cual su fuerte lanza ceba Hállanse destos pejes cantidades
Donde vian los riesgos ser mayores : En los rios que corren por lo llano :
El escuadron de pie también se prueba Tiene las sobredichas propriedades ,
En hechos y hazañas no menores " Es bueno de comer y no mal sano ,
Por ser todos varones escogidos Y este peje se dice quantum credo,
Y en militares artes instrüidos. En griego narce, y en latin torpedo.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XI, CANTO 11. 103
Navegó pues el campo peregrino Mas los del agua ya tenian prestas ,
Inquiriendo mas prósperos asientos , Para les impedir salir al rio ,
Y cuanto mas crecia su camino Algunas escopetas y ballestas ,
Tanto mas descrecian alimentos ; Cuyos tiros no daban en vacío ;
Pero con un suceso repentino Y ansí por ser las balas tan molestas ,
Se templaron aquestos descontentos , Hicieron algun tanto de desvío ;
Y fué ver en un puerto y anconada Andando pues trabada ya la guerra,
Gran flota de caribes reparada. Llegaron por su parte los de tierra.
Bajaban por el rio de los altos, Luego como sintieron el ruïdo
Habiendo hecho ya por las comarcas De nuestros caballeros y peones ,
Provincias y lugares grandes saltos , Los bárbaros en guerras instruidos
Hinchendo los ijares y las arcas ; Formaron concertados escuadrones ;
Y muy ajenos destos sobresaltos Y en unas matas bien fortalecidos ,
Estaban allí fuera de las barcas , Peleaban no menos que leones :
Ocupados las manos y los ojos Los nuestros por hacelles muy al caso
En repartir preseas y despojos . Trabajaban sacallos á lo raso:
Un solo bergantin vido la junta , El general salió con sus soldados ,
Cuando la luz de Febo se ponia , Entrando por las matas atrevidos ,
Y fué yendo doblando cierta punta Algunos dellos fueron lastimados
Que las dichas piraguas encubria : Villagomez y Aller muy mal heridos :
El cual sin mas respuesta ni pregunta Tornaron á herir por todos lados
Se dejó de caer por do venia , Los nuestros con gran furia conmovidos ,
Los remos levantados y tendidos Y el general Alonso de Herrera
Como no fueron vistos ni sentidos. Comenzó de hacer ancha carrera.
Viéndolos revolver de la manera , Acuden los demás con fuerte mano "
Sin boga y al amor de la corriente , Y fué de tal manera la pelea ,
Fué cosa conocida del Herrera Que pudieron sacallos á lo llano ,
Haber detrás de aquella punta gente : En parte que el caballo los desea :
Tomó desotra parte la ribera , El Alvaro de Ordás salió lozano ,
Y los demás navíos juntamente ; A las parejas dél Pedro de Cea ,
Consultan capitanes este hecho Morán y Villagrán incontinente ,
Para los saltear mas á provecho. Rompiendo por el medio desta gente.
Al fin nuestra cristiana compañía Vereis traspasar pechos y barrigas ,
En este parecer solo se cierra , Derribar arco , flecha , dardo , maza ;
De les acometer cerca del dia No siega con sudor tantas espigas
Por la parte del agua y de la tierra ; El corvo labrador en ancha haza ,
Porque desta manera se haria Cuantos de aquestas gentes enemigas ,
Sin riesgo y á sabor aquesta guerra , Caian por aquella larga plaza ,
Y para los curar y regalallos , Pues los peones iban con tal brio
Desembarcaron luego los caballos. Que no dieron jamás golpe baldío.
Fué luego Luis Perdomo Cebadilla , Miguel Holguin, Perálvarez, Joan Fuerte
Para tales negocios suficiente , Y aquel Luis Perdomo Cebadilla ,
Escogido peon por maravilla , Cada cual de los dichos hizo suerte ,
Con otros por espía desta gente : Que se puede contar por maravilla ;
Vieron los rancheados á la orilla , Pues Joan Avellaneda cuanta muerte
Sin recelos de tal inconviniente , Lo hizo vencedor en la rencilla ,
Y vieron a la una y otra mano Y aunque de poca edad , Pero Fernandez
Para correr caballos un buen llamo. Se hizo ser autor de hechos grandes .
Tornaron á hacer estos conciertos , ¿ Qué se podrá decir del arma fiera
Que los de tierra todos estuviesen Del que regia todos los soldados ,
En unas arboledas encubiertos , Siendo ya mas herrero que Herrera ,
Hasta tanto que los del agua diesen Segun sus golpes fieros y pesados ?
En las barcas varadas en los puertos , El es el que llevó la delantera
Y luego todos juntos acudiesen , Derribando los mas aventajados ,
Lo cual hicieron los de nuestro bando , Y por su parte fué cosa notoria
Sin discrepar un punto deste mando. Que cantaron los nuestros la victoria.
Llegada pues la hora concertada , Por ser de humana sangre tan sedientos
El general los hizo todos prestos , Y no quererse dar ni ser rendidos ,
Él iba con los barcos del armada , Quedaron muertos mas de cuatrocientos ,
Los de tierra se fueron á sus puestos , Y algunos , aunque pocos , ascondidos :
Con intencion de dar el alborada Recorrieron los nuestros los asientos ,
En indios tan crueles y molestos ; Do vieron en prisiones detenidos ,
Dobló la punta nuestra compañía , Indios diciendo por vocablos notos :
Llegada ya la claridad del dia. Nosotros no caribes, sino itotos.
Como los vió venir la gente fiera , Decíanlo porque no los matasen ,
Admirados de ver cosa tan rara , Mas antes compasion dellos hubiesen ;
Acudieron los mas à la ribera El general mandó que los soltasen
Lijeros y veloces como jara ; Y ningunos agravios les hiciesen ;
Luego dió grandes voces el Herrera , Antes les diesen lo que demandasen
Los caribes en él ponen la cara , De las cosas que suyas conociesen ,
Asidos de las barcas ó piraguas Asegurándolos de mala guerra ,
Intentando metellas en las aguas: Y de llevallos salvos á sú tierra.
¡Ah barbudos ! Seiais muy bien llegados, Holgaron los itotos del mensaje
Les decia la gente monstruosa , Y oferta de tan buen salvoconduto ,
Dias ha que tenemos deseados Y luego señalaron el paraje
Encuentros desta caza deleitosa : Declarándoles ser de Caburuto
Sereis en nuestras ollas regalados , Fueron los indios pues este viaje ,
Veremos si teneis carne sabrosa ; Tentado , pero nunca resoluto ,
Ya vamos , suspended remos un poco , Y en la prosecucion de la tal via
Enmendaremos el intento loco. Decia cada cual lo que sabia.
104 JUAN DE CASTELLANOS.
Recogieron los nuestros los despojos , Llegaron a las peñas y canales ,
Maiz , yucas y chacos deseados , A quien Ordás juzgó por imposibles ,
Todos muy encendidos en enojos Por ser impetuosísimos raudales ,
Por hallar muchos indios cuarteados ; Y fuerzas de corrientes increibles ;
Y no por nuevas ya , sino por ojos Y con ser increibles ya sus males
Los ven en barbacoas ser asados ; Las hambres y trabajos insufribles ;
Admiranse de tales insolencias Tentaron de pasar mas adelante ,
Y tan abominables pestilencias. Y la perseverancia fué bastante.
De los nuestros perdieron tres las vidas ; Toda la cargazon pusieron fuera
Villagomez , Aller, de quien escribo , Escepto los remeros esforzados ,
Y Zárate , personas conocidas Para poder pasar á la lijera ,
Y de valor y punto bien altivo : De remos y de sirgas ayudados :
El Joan Fuerte sacó trece heridas , Fué laboriosísima carrera ,
El cual en estos tiempos está vivo , Pero no los trabajos escusados ,
Y pobre como dicen tras paredes , Pues aunque sin un punto de descanso ,
Siendo persona digna de mercedes. Subieron do hallaron mas remanso.
Huyendo corrupcion de tantos muertos , La cual suerte no fué tan venturosa 1
Determinó la gente castellana Que fuese sin desgracia de Roberto ,
De sacar los navíos destos puertos , Por caer de una peña resbalosa ,
Y partir otro dia de mañana ; Donde saltó pensando tomar puerto ;
Y aquellos indios los hicieron ciertos Y por el agua ser impetuosa ,
Quedar atrásla tierra de Guayana , Nunca mas pareció vivo ni muerto ;
Ÿ de morar mas adelante Meta , Dió grave pena hado tan siniestro ,
Provincia de algodon y camiseta. Por ser valiente , suelto y hombre diestro. !
Algunos hombres viejos han querido Embarcados en partes mas seguras , 1
Decir ser este Meta que tratamos , Prosiguen los intentos de su via ,
Rio de Turmequé muy conocido Con tantas y tan grandes desventuras
Que sale deste reino donde estamos ·• Que ya memoria dellas se desvia :
Mas es un parecer desvanecido Murciélagos y cosas mas impuras 2
Para los que mejor lo tanteamos , Por muy grande regalo se tenian ,
Ni debe de caber en seso de hombre Por haber en el uno y otro lado
Ser este , ni tener aqueste nombre. Inmenso campo , pero despoblado.
Debió nacer aquesta conjetura , Yendo de la manera que refiero , 2
Entre los curiosos baquïanos , Habiendo muchos dias navegado ,
Por ser aquesta la mayor altura Dieron en la gran boca del estero
Del reino que tenemos entre manos , De Meta sumamente deseado :
Y la mayor distancia de longura Alegróse cualquiera compañero ,
De los rios que vierten à los llanos Pensando ser concluso su cuidado , 4
Pues desde aquí van unos al poniente , Pues aunque de poblado no ven cosa ,
Y otros acia la parte del oriente. La tierra se mostraba mas lustrosa.
Siendo pues la distancia tan discreta , Navegados por él algunos dias ,
Y con tan prolijísimos desvíos , Con hambres y trabajos tan insines ,
Y en tan grande distancia se entremeta Determinaron estas compañías
Innumerable cantidad de rios , Algun tiempo dejar los bergantines ,
Y todos sus vecinos llamen Meta , Para buscar algunas chucherías ,
A aquel por donde entraron los navíos , Y mas enjutos términos y fines ,
Parece por razon averiguada , A causa del invierno ser cercano ,
No ser el nuevo reino de Granada. Y venir ya con rigurosa mano.
Antes entre los dos rios distantes , En este parecer determinados ,
Que son el Marañon y el Urinoco , Dejaron los navíos ascondidos ,
Piensan haber provincias abundantes En un estero todos entramados ,
Y el parecer no tengo yo por loco : Y á troncones de árboles asidos :
Mayormente las dos ya dichas antes , Saltaron pues en tierra los soldados ,
Cuyo compás no debe de ser poco , Y todos los demás apercebidos ,
De la cual opinion son los itotos , Mancos y cojos van la tierra dentro ,
Los mas cercanos y los mas remotos. Deseando topar algun rencuentro.
Y ansi nuestro Herrera , resoluto Con un trabajo iban , no´sencillo ,
En proseguir aquel descubrimiento , Por ciénagas y pántanos muy varios ,
Llevó los indios hasta Caburuto Y llevaban acuestas el hatillo ,
Por dar á su promesa cumplimiento : Los tiros y pertrechos necesarios :
Enviaron un indio bien instruto Con tal rigor que yo no sé decillo ,
Que diese cuenta de su salvamento Por cumplir tales trances ser sumarios ,
A sus amigos , deudos y parientes Al fin salió la gente fatigada
Para que visitasen nuestras gentes. A tierra ya mas alta y escombrada.
En cumplimiento fué de sus mandados , En saliendo de aquellos cenagales
Y en busca de los pueblos conocidos ; Y montañas de gran desabrimiento ,
Hallólos destruidos y asolados Hallaron luego rastros y señales ,
Por aquellos caribes ya punidos : Que dieron crecidisimo contento ,
Busco los unos y los otros lados , Porque donde hallaban naturales ,
Hasta dar donde estaban ascondidos ; No podia faltar mantenimiento ;
Dió larga cuenta de su buena suerte , Y ansi Herrera capitán esperto
Y cómo los libraron de la muerte. Hizo que se pusiesen en concierto.
Sabiendo ser sus deudos y vecinos Pero Fernandez , por su gran soltura
Libres de la prision y perdimiento , Y ser en cualquier cosa diligente ,
Y muertos los protervos y malinos En un árbol subió de gran altura
Caribes del ejército sangriento , Por devisar mejor aquella frente :
Acudieron á ver los peregrinos Vido señal patente de cultura ,
Y traelles algun mantenimiento , Puesto caso que no pudo ver gente ,
Diéronles cierta guia de buen tino , Sino por grande trecho de desvíos ,
Para prosecucion de su camino. Bultos que parecian ser buhíos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XI , CANTO III. 105
Los términos ya dichos entendidos , Lo mismo fué de los que voy diciendo,
Puesto que nada cierto de lo cierto , Aunque todos fortísimos varones ;
De necesarias armas proveidos Pues al tiempo que iban descubriendo
Caminaron por orden y concierto ; Mayores y mejores poblaciones ,
Mas no pudieron ir sin ser sentidos , Por los achaques que decir entiendo
A causa de ser campo descubierto , Se perdieron aquellas ocasiones
Y ser los indios jaguas carniceros , Y por dejar de mano coyuntura
Todos vigilantisimos guerreros. Acaso se perdió buena ventura.
Los cuales en aquestos menesteres, Llegaron pues al pueblo que se vido ,
De toda cobardía muy ajenos , De la gente de jaguas ya vencida ,
Enviaron al monte las mujeres , Do estuvo nuestro campo detenido
Al inútil varon ni mas ni menos ; El tiempo que duraba là comida ;
Y fueron sus guerreros pareceres Mas el mantenimiento concluido
Esperar en el campo conio buenos , Hicieron del asiento despedida ,
Con largas guaicas , dardos y paveses , Y nuestros españoles peregrinos
Sin temer de fortuna los reveses. Siguieron mas adentro los caminos .
Salen al campo con potente mano El invierno sembraba sus rigores
Formados escuadrones como diestros , Ajenos de la seca del estío ,
Compusieron el campo castellano E yendo no sin grandes sinsabores
También los adalides y maestros ; Vinieron á topar un cierto rio ;
Esperaron los jaguas en un llano El cual pasaron doce nadadores
Muy á pedir de boca de los nuestros ; Con sola desnudez por atavio ,
Por ir en los caballos quien bastaba En pañetes que dicen y con suelas
Vencer y sujetar fuerza mas brava. Con solas las espadas y rodelas.
Llegados pues à cómoda carrera Aquestos eran hombres de gran tomo
Cada cual deseando vencimiento , Para bien espiar cualquiera cosa ,
Hizo señal Alonso de Herrera Sacar un rastro y abatir el lomo :
Y los jaguas también de rompimiento ; Y destos fué Madroño y Espinosa ,
El indio se mostró con mano fiera , Garci Perez de Vargas, Luis Perdomo ,
El español feroz anda sangriento ; Usagre , Gaspar Alvarez , Velosa ,
Unas veces los indios jaguas caen , Pero Fernandez , Joan de Campo , Peña ,
Y otras veces los nuestros se retraen. Torrellas y Francisco de Ludeña.
Anda la cuchillada bien espesa , En pasando los doce desta lista ,
El golpe de macana muy pesado , Cada cual recatado y advertido ,*
Las puntas de las guaicas atraviesa Sin cosa de cubierta que los vista,
El sayo de algodon mas estofado ; Fueron por un camino muy seguido ;
Pero Herrera daba grande priesa Y á cabo de gran rato dieron vista,
Al escuadron que via mas cerrado : A cierto pueblo grande , divertido :
Unos traspasa y otros atropella , Volviéronse, segun les fué mandado ,
Haciendo donde quiera grande mella. Y de lo visto dieron su recado.
Como bala de tiro de fuslera Dadas las nuevas deste hallamiento
De furiosos fuegos impelida , Y con afirmacion de no ser falsas ,
Que rompe con su fuerza la hilera Recebieron grandísimo contento ,
De la gente mejor y mas lucida , Y luego se hicieron muchas balsas :
La cual fue por allí red barredera , Pasó cualquiera dellos tan hambriento
Pues á cuantos tocó dejó sin vida , Que pudiera comer sin otras salsas ,
Y no fué menester segunda suerte Y en pasar el bagaj que se traia
Para ser herederos de la muerte ; Gastaron la mayor parte del dia.
Ansí con esta misma destemplanza Las gentes y pertrechos colocados
Rompió Herrera por los escuadrones Por playas que corrian otra banda
Dejando traspasados de su lanza Hicieron allí noche los soldados,
Mil bárbaros y duros corazones.. La cual no fué de pluvias poco blanda ;
Aumentan ansimismo la matanza Y los noturnos cursos acabados ,
Ordás y Villagran con los peones , Siguieron con buen orden su demanda ,
Bracamonte , Holguin, Joan de Losada, Armados los caballos y peones
Y Torrellas , persona señalada. Y en buena proporcion los escuadrones.
De grande mortandad los campos llenos , Mas antes que partiesen de la orilla ,
Infinidad de sangre ya vertida , Del mucho trabajar ya quebrantado ,
Pudieron mas al fin los que eran menos Falleció Manuel Martin Ranilla,
Poniendo á los contrarios en huida : Que fué valerosísimo soldado ;
Buscaron por aquellos anchos senos , Escogido peon por maravilla ,
Y hallaron buen golpe de comida , Y en cualquiera rencuentro señalado ,
Con que la gente nuestra se mantuvo ; Y dada la posible sepultura
Y después os diré lo que mas hubo . Siguieron adelante su ventura.
Mas aunque caminaban advertidos,
No se pudo llevar tanto sosiego
Que pudiesen llegar sin ser sentidos •
CANTO TERCERO , De los vecinos, que buyeron luego ;
Y ansi fueron los nuestros recebidos
Donde se cuenta la muerte del valeroso capitán ALONSO DE HERRERA, Sin nadie perturballes el entrego
y cómo luego se volvió la gente sin pasar mas adelante . Hallaron las comidas que les cuadran
Y unos perrillos chicos que no ladran.
Cuando valor de capitán florece , Son buenos de comer y dichos mayos ,
Florecen los valores del soldado , A los cuales también llaman auríes ,
Si tropieza, si cae , si perece , Hallaron cantidad de guacamayos ,
El ejército queda desmayado , Papagayos y micos y cories ;
Y el ánimo de muchos desfallece Y frutas de guayabas y papayas ,
Para no proseguir lo comenzado ; Con no sé cuántos pájaros pajies ,
Que miembros á contrarios miembros bieren , Que en tiempo y en sazon mas regalada
Mas muerta la cabeza todos mueren. Se tiene por comida delicada.
108 JUAN DE CASTELLANOS.
Son grandes , y uno dellos tiene cresta Estaba pues á toda coyuntura
De plumas solamente bien formada , Para hacer bastante resistencia ,
Otros en la cabeza tienen puesta Mas no siempre vereis hora segura
Una bien hecha piedra turquesada : En trances de sangrienta competencia .
Otros la tienen verde , y es aquesta Antes si prevalece desventura
Tal , que la juzgareis por bien preciada ; Vale poco la buena diligencia ;
Mas cosa hueca es , y tal que pierde Y lo que hado quiere que ya sea ,
El muerto su color azul ó verde. Por mil vias y modos se rodea.
Puestos en este pueblo que ya cuento A la sazon que el bárbaro llegaba
Con la vela que pide buen gobierno , Con pretension tan dura como esta ,
Recogieron algun mantenimiento , La gente castellana reposaba
Aunque poco maíz por estar tierno : El pesado bochorno de la siesta ,
Perseveraron en aquel asiento Debajo centinela que velaba
Hasta pasar la furia del invierno ; En un alto buhío siempre puesta ,
Era cada buhío prepotente , Mirando todas partes del estancia
Y capaz de gran número de gente. Con toda la posible vigilancia.
Salian por los campos cultivados Mas cierta mujer fué , que no debiera,
A buscar los maices y cogellos , En esta turbacion , cuyo marido
Do tuvieron rencuentros porfiados Con todos los demas andaba fuera
Y salieron muy bien de todos ellos : En recoger comida divertido ;
Hicieron alli hechos señalados La cual no fué mujer sino Mejera ,
Que no tengo lugar para ponellos ; Segun el mal después acontecido :
Y sé que señaló bieu su persona A la vela llegó pues esta dueña
Alejandro Durazo y un Bayona . A fin de le rogar fuese por leña.
Viendo los indios pues su mal presente, Esto con gran instancia le rogaba
Apellidáronse de comarcanos Por guisar no sé qué de lo que habia , 1
Crecidísimo número de gente Para dar al marido que esperaba
De sueltos piés , fortísimos de manos , Con los demás de nuestra compañía :
Y buscaron un tiempo conviniente La vela grandemente se escusaba ,
Para venir á dar en los cristianos , Y ella lo convenció por esta via : 1
Con determinacion y con intento Traedme con que haga la candela ,
De morir ó gozar de vencimiento. Y entre tanto que vais haré yo vela.
Por bien efetuar sus intenciones Persuadido pues para que vaya ,
De diferentes armas proveidos , Como quien mal alguno no recela ,
Ocuparon los campos escuadrones , El sayo se bajó , subió la saya
Sin vanos alborotos ni ruïdos ; Al lugar señalado para vela :
Mas todos con soberbios corazones Comenzó de hacer el atalaya,
De rabiosa venganza poseidos , Y al fin fué de mujer la centinela ,
Y con obstinacion tal y tan dura Pues el espacio fué nada prolijo,
Que no causó pequeña desventura. O si los indios vido no lo dijo.
Iba cualquiera dellos muy untado Vinieron por la parte que tenia
Todo hasta la parte mas sujeta , Una quebrada grande montüosa ,
De bija , que es bitumen colorado Que al pueblo con sus aguas proveia ,
Que los miembros y carnes les aprieta , Y en esta coyuntura fué dañosa ;
Tan diestro sagitario yy acertado Pues su fuerza de ramas encubria
Que no suelta de balde la saeta , La multitud de gente belicosa ,
Por siempre ser en todos los oficios Y como su lugar dispuesto fuese ,
Estos sus principales ejercicios . Llegaron sin que nadie los sintiese.
Cualquiera morador de aquesta tierra Saliendo de las matas y manglares
De tales asperezas se compuso , Topó con un muchacho la tormenta
Que de paz y sosiego se destierra De la morisca Leonor Suarez
Y en furia y en rigor está recluso ; A quien llamábamos la Fundimenta :
Ansí que todos son hombres de guerra" Hijo que procedió de sus ijares ,
Desde que de razon tuvieron uso " Del cual ninguno dellos hizo cuenta ,
El principal , menor y mas villano Antes sin enseñalle mal semblante
Nacieron con las armas en la mano. El impetu pasó mas adelante.
Y aunque en otros oficios se recrea Como lago de llano muy remoto ,
Como cultivar campos y florestas , Antes en alta sierra represado ,
Oficio principal es la pelea , Que con gran tempestad y terremoto
Sus bodas , regocijos y sus fiestas ; Rompió lo mas pendiente del un lado ,
Tomándole la voz do quier que sea Y el aguaje llevó tal alboroto
Los arcos y las flechas están prestas , Que trocó los descuidos en cuidado ,
Ansi que todos llevan buena gana Y con aquel grandísimo ruïdo
De verse con la gente castellana. Cercano morador se vió perdido ;
Andaban de los nuestros muchos fuera Con tal ímpetu son acometidos
Del pueblo y en rancheos ocupados ; Los españoles pocos que dormian :
Y el capitán Alonso de Herrera Despiertan los despiertos y dormidos,
En él quedó con los demas soldados , Y acuden á las armas que tenian ;
Con el recato que menester era Algunos dellos fueron mal heridos
Si fuesen de los indios salteados , Al salir de las casas do vivian ,
De noche siempre vigilante vela , Uno sale con armas, otro falto,
Y ansimismo de dia centinela . Y todos con pesado sobresalto.
Y sin haber semeja ni barrunto Acude luego para su caballo
De quien pudiese ser sobresaltado , El capitán Alonso de Herrera ;
Sus armas y caballo muy á punto , Masay dolor ! que no pudo hallallo
El freno del arzon siempre colgado En su bien proveida pesebrera ;
Dentro de su buhío, y allí junto Porque sin él decillo ni mandallo
Para tenello mas á buen recado , Se lo llevaron para que bebiera,
Y á todos en aquesta pesadumbre Luego con el orgullo de su brio
Les bacia tener esta costumbre. Salió para pedillo del buhío.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XI , CANTO III. 107
Yendo pues el varon via derecha Porque todos herian á porfia
En cuerpo, y en la mano una espada, Encendiendo de nuevo la pendencia,
Pasóle las espaldas una flecha , No menos, ni con menos valentía
Otra le segundó por la quijada : Que tuvo la primera competencia ;
Volvióse luego con mortal sospecha Y los briosos indios todavía
Para se las quitar en la posada , Hacian la posible resistencia ;
Luego muchos soldados acudieron , En las cuales fatigas y vejamen
Y el caballo que pide le trajeron. Hubo también un singular certamen.
En este tiempo ya Pedro de Cea , Porque Antonio Fernandez , lusitano,
Morán y Ordas andaban á caballo , Topó con un mancebo bien dispuesto,
Y el daño que hicieron se me crea Que lo hizo salir mas á lo llano
Que no seré capaz para contallo ; Haciendo señas con minace gesto :
Mas el bárbaro vence la pelea , Batalla se trabó con dura mano,
Y no son parte para sojuzgallo , Sin que los nuestros viesen nada desto ;
Aunque les ayudaban los péones El indio de sus armas se aprovecha,
No menos que bravísimos leones. Y el muslo le pasó con una flecha.
A caballo salió luego Herrera El lusitano fuerte y esforzado ,
Con determinacion de su venganza . Puesto que se sintió muy mal herido,
El berido leon salió ya fuera : Nada de su vigor menoscabado
¿Quién os dirá la fuerza de su lanza , Fajó con el gandul embravecido ;
Y cuán ancha hacia la carrera , Ninguno dellos anda desmayado,
Cuán grande, cuán crecida la matanza ? Y cada cual defiende su partido :
Con tal furor los bárbaros rompia , Hubo de todas partes grande priesa,
Que todo por delante lo barria. Puñete y cabezada mas espesa.
Como toro que rompe por villanos Por no venir á menos ni rendirse
En multitud ajena de conciertos , Sacude la rodilla y anda diente :
Que por los que se muestran mas ufanos El terrible gandul quisiera irse
Suele hacer caminos mas abiertos : Recelando favor de nuestra gente ,
Unos atropellando con las manos , Y ansi reforcejó por desasirse ;
Otros que con los cuernos deja muertos, Mas Antonio Fernandez no consiente,
Y los ya lastimados y los sueltos Antes sus gruesos brazos y sus garras
Todos andan confusos y revueltos :. Servian de fortisimas amarras.
No menos que con estas furias tales, Como dragon asido de la caza,
Antes con mas crüeles pretensiones , Que en Indias salteó con sus acechos ,
Rompia por los indios principales Y con sus duras roscas embaraza
Desbaratando duros escuadrones : Los miembros y resuello de los pechos,
En unos las lanzadas son mortales, Y aunque por luego no la despedaza,
En otros nunca vistas confusiones ; Los huesos tiene ya casi deshechos ,
Pues no ve principal en esta guerra Y cuanto cruje mas hueso que quiebra
Que no derribe luego por la tierra. Dos tantos más aprieta la culebra ;
Todavía porfia quien se halla No con menos vigor ni menos blando
Con armas ofensivas y con vida , El Antonio Fernandez dél afierra ,
Pero viendo la barbara canalla Y andando mucho tiempo forcejando
La competencia tal y tan reñida • Dióle traspié que dió con él en tierra:
Desamparó con miedo la batalla , Por la cual anduvieron revolcando
Y todos se pusieron en huida ; Cada cual por vencer aquesta guerra ;
Tras ellos los caballos sin Herrera Al fin lo sujetó , mas de manera
Siguen por su mandado la carrera. Que no lo mató , puesto que pudiera.
Estos tres caballeros van siguiendo Conclusas y acabadas las cuestiones
Al barbaro cruel y duro bando , En que los dos se vieron de mal arte ,
Los unos de los otros dividiendo , El indio se dejó poner prisiones
Gran número de sangre derramando ; Por superioridad del otro Marte ;
Que no hiciesen cuerpo defendiendo Y el vencedor la flecha de harpones
Para mejor los ir alanceando , Sacósela por la contraria parte ,
Mas un indio ya viejo se repara Aunque con la herida penetrante
Y al buen Pedro de Cea hizo cara. Paso no pudo dar mas adelante.
Batió las piernas él por derriballo , Mas espaldas ajenas tuvo prestas,
Mas el gandul usó de tal reguardo Porque para llegar a su rebaño ,
Que le hirió de muerte su caballo, El indio lo tomó sobre sus cuestas
Pasados los ijares con un dardo : Recompensando parte deste daño :
Espoleólo mas por alcanzallo , Fueron las otras gentes descompuestas
Mas un cierto temblor lo hizo tardo , Ansimismo con un rigor estraño ,
Bajose para ver el desconcierto , Para todas las partes tan molesto
Y el dardo fuera luego cayó muerto. Que su furia duró hasta sol puesto.
Morán y Ordás, por no perder el lance Desbaratada pues la gente brava,
Y poner mas temor en estas gentes , Los nuestros récogidos á bandera ,
Con gran furor siguieron el alcance El Ordás les contó lo que pasaba
Dándose los reguardos convinientes ; A los que ya dijimos andar fuera ;
Y fué de temerarios el balance También de la manera que quedaba
En ir solos sin otros combatientes ; El general Alonso de Herrera
Mas el atrevimiento de locura En grandísimo riesgo de su vida ,
Buen suceso lo hizo ser cordura. De que se recebió pena crecida.
Pues al tiempo que van por la zavana Y tanta, que cualquier noble soldado
Siguiendo la desnuda compañía , Hacia sentimiento lamentable ,
Toparon con la gente castellana' Por ser de todos ellos muy amado
Que de buscar comida ya venia : Con voluntad sincera y entrañable :
Todos juntos en ellos dan de gana Era bien comedido , bien criado ,
Sin poder atinar por qué seria , Su conversacion grata y amigable,
Y los indios huyendo de rigores Hombre bastante para todas cosas ,
Vinieron á hallar otros mayores. Y cuyas fuerzas fueron monstruosas.
108 JUAN DE CASTELLANOS .
Con el desgusto pues desta fortuna » Hay montañas y tierras pantanosas .
Que mayor sinsabor les prometia , Rios dificultosos en pasallos ,
Caminaron de noche con la luna Las aguas de los cielos rigurosas,
Por asconderse ya la luz del dia : Indios que no podemos sojuzgallos :
Llegaron al lugar todos á una Estamos faltos ya de todas cosas ,
Do ballaron la triste compañía , A mas andar perecen los caballos ,
Crecida cantidad dellos flechados La traza que parece mas segura
Y algunos de vivir desconfiados. Amenaza con harta desventura.
Curaron luego todos los heridos » Ponen otras cien mil dificultades
Desta valerosísima caterva , De las tierras adentro nunca vistas ,
Y fueron los mas dellos socorridos, Que traen aparencia de verdades ,
Puesto que los curó crasa Minerva ; Y suelen suceder en las conquistas :
Pero contáronse con los perdidos De las cuales con sus antigüedades
Tres de los que hirió nociva yerba : Todos pueden ser buenos coronistas ;
Vargas , Usagre , nuestro buen Herrera , Al fin de nuestra gente la mas suelta
Indigno de morir desta manera. Están que ya querrian dar la vuelta.
Tuvo de duracion dia seteno Bien sé que no lo hacen de cobardes,
Después de la sangrienta competencia , Sino con recatado miramiento ,
Rabiando con la fuerza del veneno Pero porque después , si murmurardes ,
Armado de grandísima paciencia ; Los pueda disculpar su cumplimiento ,
Hizo sus diligencias como bueno Dice que por aquello que ordenardes
Con toda la posible penitencia , Pasarán sin poner impedimentos ;
Noble fué de nacion y también era Miraldo bien , que no darán razones
Natural de Jerez de la Frontera. Que declinen de vuestras intenciones. »
Al Alvaro de Ordás dejó su cargo Después que las razones se notaron
Antes que desta vida se partiese, Por nuestra flaca gente peregrina ,
Porque quiriendo ir mas a lo largo En el negocio dieron y tomaron ,
Aqueste caballero los rigiese , Y sin contradicion se determina
Mas fué su fin à todos tan amargo Volver donde los barcos se dejaron
Que cosa no se vió que mas lo fuese , Para consigo dar en la marina :
Y ansi con un estraño sentimiento Llegaron do querian macilentos ,
Celebraron aquel enterramiento . Cansados , flojos , flacos y hambrientos.
A la tierra hicieron el entrego Embarcaronse luego nuestras gentes
En un bubio grande señalado ; No con priesa menor que torbellino ,
Y porque del furor del indio ciego Sin haber menester limpiar los dientes
No fuese del lugar desenterrado , Ni después enjuagárselos con vino ;
A todos los buhios ponen fuego Y aunque les ayudaban las corrientes
Porque quedase mas disimulado , Quisieran abreviar mas el camino,
Que suelen indios con sus desconciertos Llegaron al furor de las canales
Desenterrar á los cristianos muertos . Y a los impetuosísimos raudales.
Y en circuito dellos muchos juntos Estando pues allí la gente presta
Como si vivas fueran las presencias A los riesgos que el agua les enseña ,
Suelen hacer á míseros difuntos Desembocó la flota mal compuesta
Muchos depuestos , graves insolencias ; Por la mayor canal desta gran peña,
Y alli recitan todos por sus puntos Mas veloce que tiro de ballesta
Sus valentías , guerras y pendencias , Que de sí despidió rasa cureña ;
Diciéndoles las cosas que hicieran Mas un bergantin dellos dió tal lado
Si por ventura vivos los tuvieran. Que poco menos fué que zozobradu.
Hechas las diligencias que ya cuento , El riesgo visto de la barca hueca,
Todos enajenados de placeres , Y que se trastornaba ya la quilla ,
El Ordás hizo luego llamamiento Saltaron della dos en peña seca,
De todos por oir sus pareceres , Isleo dividido de la orilla ;
Y ver las voluntades y el intento Y fueron Pero Gomez y Fonseca ,
Que tenian en estos menesteres , Vecinos naturales de Sevilla ;
Y venidos á las congregaciones Perálvarez guió mas á provecho,
A todos les habló tales razones : Y el bergantin quedó luego derecho.
« Señores , la desgracia sucedida · El cual en un remanso detenido
Hace los corazones tan inciertos , Estuvo de los remos ayudado ,
Que muchos mas pretenden la huida Cada cual de los dos se vió perdido ,
Que buscar nuevos reinos encubiertos ; Y ansi tras él también fueron à nado :
Y como tal varon perdió la vida, Fué Pedro de Fonseca recogido
No me espanto que todos estén muertos, Y el pobre Pero Gomez ahogado ,
Y falten intenciones y semblante Al mísero sobrábale destreza ,
Para querer pasar mas adelante. Pero no pudo mas con la flaqueza.
>Y ansi muchos soldados , que presentes Salidos ya de pedregosas vias
Están en esta junta que hacemos " Corrieron agua bajo por la posta ,
Me representan mil inconvinientes Comiendo , si hallaban , chucherías
En los cuales es bien que reparemos , Y lonja de caballo bien angosta ;
Para que con acuerdo de prudentes Y al cabo de gran número de dias
Lo que fuere mejor eso tomemos , Salieron los navíos á la costa ,
Y aquello se nivele con el seso Y en Peratarue mozos y los viejos
De la buena razon y justo peso. Andaban á marisco de cangrejos.
>Porque dicen algunos hombres buenos Al alto mar salió dia siguiente
En quien conozco toda valentía , Esta congregacion toda hambrienta ,
Los indios ya mas son antes que menos , Los vientos le calmaron de repente,
Nosotros somos menos cada dia : Y en calma padeció grave tormenta :
Estamos de socorros muy ajenos , El orgullo fué tal de la corriente
Sin esperanza de otra compañía , Que marineros diestros desatienta
Y aunque el gobernador venga camino, Embestia la fuerza del olaje
No nos puede seguir sin desatino. A todos los que hacen el viaje.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XI , CANTO III. 109
En aquestos desastres y fortunas Las voces que se dan llegan al centro,
Quincoces , mayordomo del armada , Soltaron un versete tal cual era ,
Tenia una botija de aceitunas Los indios recelaron el encuentro ,
Para el gobernador siempre guardada ⚫ Teniendo por mas fuerte la bandera ;
Quebróse con las mares importunas Metiéronse los unos mar adentro ,
Y descubrióse luego la celada , Una piragua toma la ribera ,
Acuden , quien mas puede mas ensarta ; La gente que decimos española
Diciendo muera Marta y muera harta. Siguieron solamente la màs sola.
Anda la rebatiña de manera Viéndose la piragua perseguida ,
Que del morir los hace descuidados , Con su velocidad acostumbrada
Comian lo de dentro y lo de fuera , Se pusieron los indios en huida ,
Pues no fueron los cuescos reservados : Y en tierra la dejaron zabordada :
El capitán Ordás se desespera , Hallaron muchedumbre de comida
Llamándoles de puercos , desalmados , Por nuestros españoles deseada ,
Por vellos empapados desta suerte , No faltaron alli carnes humanas
Estando tan cercanos á la muerte. De indios ó de gentes castellanas.
Viendo la cosa tan desatinada , Porque siendo las cosas repartidas
Y que del desatino nadie cesa , En la barca del bárbaro guerrero , *
El Ordás puso mano del espada , Se hallaron preseas conocidas
Haciendo solenísima promesa De Joan de Villanueva tesorero :
De dar sanguinolenta cuchillada Duda tuvieron todos de sus vidas ,
A quien no jamurase muy apriesa , Y salió su conceto verdadero ,
Y estando con tal riesgo conio este Pues inquiridos por aquellos puertos
Comenzó de ventar el norüeste. No parecieron mas vivos ni muertos.
Ya podia salir con vela llena En continuacion de su camino
La nave pequeñuela combatida , La costa mas abajo se navega ,
Ordás quiso gozar hora tan buena Hallaron al Perdomo y al Andino ,
Por evitar el riesgo de su vida ; Y el resto de la gente se les llega :
Y al tiempo que guindaban el entena Contaron el asalto repentino ,
Quebroseles la triza de podrida , La fuerza y el rigor de la refriega ,
Batianlos las olas mas al sesgo , La muy mala sospecha que tenían
Y ansi corrian mucho mayor riesgo. De los que por allí no parecian.
Mas el gentil y bien compuesto griego Recogióse la gente y el fardaje
De Rodas , Alejandro de Durazo , En los tres bergantines solamente ,
Los cantos de la vela tomó luego , Prosiguieron á Paria su viaje
Y entena hizo de uno y otro brazos ; En busca del Ortal y de su gente ;
Y ansi con él y aquel viento gallego Mas en ella y en todo su paraje
Salieron del orgullo y embarazo , No pudieron hallar cosa viviente ,
Entre tanto la triza quebrantada Antes aquel castillo descompuesto ,
Fué de los marineros remediada. Segun que ya dijimos antes desto.
Por los demás navíos se reparte Viendo desiertas estas poblaciones ,
Aquel orgullo de fervor marino ; La dicha fortaleza ya quemada ,
Y andando todos ellos de mal arte , Bajaron al ancon de Mejillones
Distantes buen espacio de camino , No con resolucion determinada ;
Uno dellos abrió por cierta parte Pero todos los mas con intenciones
De que era caporal Andrés Andino ; De nunca revolver á la jornada ,
Quedaran estos pobres patifríos Pareciéndoles cosa mas segura
A no hallar allí muchos bajíos. Buscar por otras vias su ventura.
Salen á vuelapié hasta los cuellos , A las sazones que esto se movia
Pero todos las armas en la mano , Entre los miserables fatigados ,
Encrespadas las barbas y cabellos En Trinidad estaba todavía
Con el salso licor del Oceano ; Jerónimo de Ortal con sus soldados :
Y caribes después dieron en ellos Esperando mas amplia compañía ,
Como los vieron tales en el llano , Y los tres bergantines concertados ,
Mas defendiéronse valientemente Y que viniese ya la primavera
Perdomo y el Andino con su gente . Para ir en demanda del Herrera.
Habia ya pasado muy delante Sabian ser aquestos los conciertos
El otro bergantin y compañía , Entre Herrera y él de cierta ciencia ;
Y en él Francisco de Evora , bastante Pero ningunos dellos están ciertos
Marinero sagaz que lo regia : En qué parte hacia residencia ,
La cual navegacion fué tan distante O por qué se movieron destos puertos
Que no pareció mas desde este dia ; Sin les dejar allí viva presencia :
Iba con los demás que dentro lleva Al fin todos confusos y perplejos
El tesorero Joan de Villanueva. Echaban sus juïcios á lo lejos.
De los tres bergantines hubo junta Siendo pues sus propósitos y fines
En puerto do hallaron los dos menos , Nada diferenciados en conceto ,
Ordás á todos ellos les pregunta A estos mismos puertos y confines
Qué será de los otros hombres buenos ; Donde todos se vian en aprieto,
Pero por todos ellos se barrunta Llegaron los tres dichos bergantines ,
Que debian estar en otros senos , Y por su capitán Martin Nieto ,
Por haber visto gente reparada Con soldados bizarros y contentos ,
En una cierta playa y anconada. Y mucha cantidad de bastimentos.
La luz de los mortales desviada, Saludáronse unas y otras gentes
En busca de su gente safen fuera ; Con la gracia y amor acostumbrado ,
E vendo prosiguiendo la jornada Por ser todos hermanos y parientes ,
Antes de ver el fin desta carrera , Peregrinos en un mismo cuidado :
Sin pensallo toparon un armada Los que de nuevo van están pendientes
De caribes y gente carnicera ; Del otro que llegó desbaratado ,
La guerra por los nuestros se comienza , Por vello seco , flaco , consumido
Movidos mas de miedo que vergüenza. Y casi sin reparo de vestido.
110 JUAN DE CASTELLANOS .
Las manos y las piernas muy pecosas,
De mosquitos, espesas picaduras, A fin de recoger alguna gente ,
Con unas camisetas deseosas Que hicieron ausencia del armada ,
De ver algun jabon por sus costuras : Y cosas que serian convinientes
Las espadas sin vainas y mohosas , A la prosecucion de la jornada :
Hartas de romper tripas y asaduras , Allí supo delitos diferentes ,
Peores y de mas malas maner as Dignos de corregir mano pesada ,
Que forzados que huyen de galeras. Y en una levantisca compañía
Todos ellos estaban admirados Un no sé qué hedor de sodomía.
De ver en estos hombres tan vil traje ; Habian destos ya hecho justicia
Mas ellos les contaron sus cuidados , En Uyapar , segun es ordinario ,
Pero disimulóse la malicia
Su mas que prolijísimo viaje : De cierto calafate necesario :
Los trabajos inmensos comportados ,
La braveza del bárbaro salvaje , Ordás agora desto dió noticia ,
Los terribles calores , los estíos , Y cada cual allí le fué contrario ;
Innumerables ciénegas y rios. Mandá ndole prender los de Cubagua ,
El dicho hizo fuga por el agua .
Contando que ni noches ni mañanas
Vian enjuta ropa que se lleva : Venciendo con grandisima constancia
De las ondas del mar montes supremos ,
A las gentes compuestas y galanas Con tan grande vigor y vigilancia ,
No les pareció bien aquesta nueva ;
Y ansi mostraron todos malas ganas Que en las humanas fuerzas son estremos .
De tornar á hacer aquella prueba , Navegó siete leguas de distancia
Antes de procurar con el que manda El cuerpo por batel , los brazos remos,
Que mudase derrotas y demanda. Tantas leguas nadó desde esta playa
Hasta poder llegar á las de Araya.
Luego vinieron todos á concierto
De que los bergantines mal parados Fuera del mar salió ; mas ¿ qué aprovecha
No hiciesen mudanza deste puerto , Que Neptuno quisiese reservallo ,
Sino los que venian avïados ; Pues si tal elemento lo desecha ,
Y que para dar cuenta de lo cierto El del fuego no quiso desechallo?
Fuesen algunos hombres señalados , La tierra que holló también acecha
Que pudiesen á Ortal decir de vista El rastro que tomó para tomallo ,
El suceso de toda la conquista. Las llamas avivó fuerza del viento ,
Donde vido su fin y acabamiento.
Fueron pues , para dar razon entera ,
Nombrados de comun consentimiento , A Neverí llegó nuestro Delgado
Miguel Holguin y Pedro de Ribera , Donde desembarcó su compañía ,
Personas de muy gran merecimiento ; Luego hizo fundar pueblo nombrado
Y para proseguir esta carrera San Miguel , por llegar en este dia :
Las velas hacen dar al manso viento ; Asiento todas horas infestado
Llegaron á la isla referida, De mosquitos inmensos que tenia ,
Donde estaba la gente detenida. Tantos , que cubren barbas y cabellos ,
Y andaban como tontos todos ellos.
A prima fronte fueron recebidos Tomaron por alivio de su pena
Con aplausos de gran contentamiento ; Disciplina de golpe riguroso ,
Pero ya los desmanes entendidos
Engendróse pesado sentimiento : Ojeando con ramos de verbena
De cuya causa todos son movidos Las picas del ejército goloso :
Algunos se cubrian con arena
A no perseverar en el intento , Por tener algun poco de reposo ,
Sino procurar ir otro camino , Podi
Que yo diré con el favor divino. an reposar desta manera
La cabeza tan solamente fuera.
Hubo hambre crüel y calentura
A vueltas de tormento tan terrible :
CANTO CUA RTO , El indio nada da , ni se procura
Sino por su rescate convenible ;
Donde se cuenta la mudanza que hubo en el campo del gobernador Faltabales , y en esta coyuntura
JERÓNIMO DE ORTAL, y cómo determinó entrar por Maracapana, y las Para se la tomar poco posible ,
demás cosas acontecidas en aquella provincia. * Impedian los tiempos y razones
Muchas veces los males sucedidos Hacelles á los indios sinrazones.
A los hombres pasados ó presentes , Demás de que los indios del paraje ·
Nos hacen recatados y advertidos No ponian á paz algun embargo ,
Para seguir caminos diferentes : Y pudieran quitalles el pasaje
Bien como son ejemplo los punidos Para no se meter mas á lo largo :
A muchos para no ser delincuentes , Muchos allí hacian su viaje
Pues aunque no padezcan la tal pena De Cubagua con este mismo cargo ,
Póneles duros frenos el ajena. De rescatar esclavos ó comida ,
Ansí , pensadas bien adversidades Luego la paga dello proveida.
Del rio de Uyapar y sus entradas , Que también entre indios se hacian
En todos ellos hubo novedades , Pesadísimos saltos y nocivos :
Algunas algo ya dernasïadas. Matab an , abrasaban , destruian ,
Ortal mudó sus propias voluntades Traian á sus tierras muchos vivos ;
Como vió las de todos tan mudadas , Y aquellos rescataban y vendian
Determinándose como prudente Como sujetos suyos y captivos ,
Poner en Neverí toda la gente. Y aun algunos insanos y dementes
Salieron todos pues de la ribera Vendi an á sus hijos y parientes .
Para donde tenian concertado , Por haber los esclavos tan barato
En lugar del Alonso de Herrera Se frecuentaba bien este camino ,
Por general un Agustin Delgado : Y en estas dichas ferias y contrato
Dignísimo de mucho mas que fuera Un Luis de Sanabria fué ladino ;
Bastante para muy mayor cuidado , El cual , después que ya dejó su trato ,
Y aviados en paz y con sosiego En este nuevo reino fué vecino;
Ortal para Cubagua șe fué luego , Fué capitán entonces diligente ,
Astuto , lijerísimo , valiente .
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XI, CANTO IV. 111
Estando pues el pueblo tan doliente , Diciéndoles en lengua conocida
Y la gente de todo bien ajena , Haciendo la perneta por gran rato :
El Sanabria llegó con otra gente ¡Ah guarichas ! poneisos en huida
De esclavos proveida la cadena : Por escapar del indio Mañicato ?
Llegaron Diego Gomez , Luis Valiente , Venid , venid por piezas y comida,
Un Joan Guillén , Riberos y Villena , Que aquí la venderemos bien barato »
Por quien en tempestad tan afligida Y si dieran lugar los mal heridos ,
Fué la misera gente socorrida . Volvieran por estar todos corridos.
Después que estos salieron del inviso Otros insignes lances desta gente
Lugar y playa mal apercebida , Pudiéramos contaros sucesivos ,
El Agustin Delgado luego quiso Do dejaron el asa y aun la frente
A todos dar remedio y å su vida : Capitanes de punto bien altivos :
Al gobernador hizo dar aviso Y sé que pican valerosamente
Pidiendo brevedad en su venida, Cuantos hoy por allí se hallan vivos ;
Siendo por su mandado mensajero Porque continuas guerras de los nuestros
El cabal Alonso Alvarez Guerrero. Los han hecho mas sueltos y mas diestros.
A Cubagua llegó , donde se vido Pero con tantas idas y venidas
Con el gobernador dando razones De las cercanas islas con armadas ,
Bastantes para ser persuadido Quedaron estas tierras destruidas ,
A huir cualesquierà dilaciones : Sus costas y fronteras asoladas ;
Partióse luego bien apercebido Y si fueran entonces repartidas
Con cien escogidísimos varones , Segun las cosas hoy van ordenadas ,
Un sacerdote de mi mismo nombre , Fuera la poblazon que represento
Francés de su nacion y cabal hombre. A muchos españoles gran sustento.
Volvió con él Sanabria como guia , Mas nunca se curó nuestra compaña
Principal adalid del campo nuestro , De poblar por alli sierra ni llano ,
Porque para lo que se pretendia Con poder competir con nuestra España
Ninguno pudo ser mejor maestro : En gentes ó muy poca menos mano :
A rescatar salió como solia También Ortal se dió muy mala maña
Entrando por la tierra como diestro , Estando lo de dentro todo sano ,
Yendo también con él Gomez de Armada, Y pudiendo los indios ser instrutos
Ansimismo persona señalada. En acudir con rentas y tributos.
Pocos dias después de su partida Si don Diego de Ordás allí se viera
Volvieron estos dos rescatadores , Después que revolvió de los raudales,
En Indias abundancia de comida Otro concierto y orden se tuviera
Noticia de caciques muy mayores : En fundarse ciudades principales
Por ellos otras veces entendida , Como quien entendió qué cosa era
Siendo los de la costa los autores ; Poblar y repartir las tierras tales ;
Mas á cristianos ojos nada desto Pues adonde de gentes bay grandeza
Antes habia sido manifiesto. Con ellas se granjea la riqueza.
Pues aunque frecuentaban las armadas Mas los que por allí llevaban cargo
La costa so colores de rescate , Otro Pirú buscaban solamente ,
Entrarse mas que dos ó tres jornadas Y ansi siempre colaban á lo largo
Teníase por grande disparate ; Dejando muy atrás el bien patente :
Y no con herraduras preparadas , Fué cierto pesadísimo letargo
Por ser su buen rociu el alpargate , No considerar mas que lo presente ,
Aconteció volver veces no pocas Y ser de todos principal estima
Quebradas las cabezas y las bocas. El oro que hallaban de por cima.
Pues al que por la paz era ya nuestro Preciando pues Ortal el interese
Menos se reservaban las cabuyas , Que prometian estas relaciones ,
Que son prisiones hechas de cabestro , Al Agustin Delgado mandó fuese
Españoles usando de las suyas : Con dos ó tres caballos y peones ,
Pues robaban a diestro y á siniestro Para que mas adentro descubriese
Piezas, sin respetar cuáles ni cuyas , Aquellas afamadas poblazones ;
Por causa de lo cual muchos caian Fueron del general apercebidos
En las redes y lazos que hacian. Cincuenta y tres peones escogidos .
A vueltas de las cuales insolencias La partida pusieron en efeto
Acontecidas en aquel distrito, Con las posibles fuerzas y recado ,
Hubo tantos encuentros y pendencias Los de caballo son Moron y Nieto ,
Que será proceder en infinito Un Francisco de Chaves y el Delgado .
Tanta diversidad de menudencias Cada cual dellos en mayor aprieto
Querer aquí ponellas por escrito , Mas suelto , mas valiente y esforzado' ,
Valentías y hechos soberanos , Atravesaron por Cumanagoto
Do pudieron mas indios que cristianos. Sin haber en los indios alboroto.
Tanto que solo uno descontento Travesaron diez leguas de arcabuco
De vellos ir un alto demandando , De tierras secas , pero bien pobladas ,
Donde segun comun entendimiento Sin riberas de yedras ó bejuco ,
El debia de estar atalayando , Pues en Jagueyes eran las aguadas :
Hizo volver espaldas mas de ciento , Vinieron á salir á Guacharuco ,
Unos sobre los otros tropezando , Provincias algo ya mas escombradas ,
Y el indio solo que les acomete Y á Paripamotú , gente guerrera ,
Hirió de mala muerte seis ó siete. Casi como soldados de frontera.
Lo cual en Guantar fué y á mediodía Porque todas aquestas pertenencias
No yendo nuestra gente descuidada , De indios á la costa mas cercanos
Por ser el reventon que se subia Tenian muy crüeles competencias
Cuchilla por los lados desrumbada : Con los que residian en los llanos ;
Retrayóse del indio quien los guia , A causa de las cuales diferencias
Sospechando ser mas en la celada , Fueron bien recebidos los cristianos :
Mas que de paso vuelven descendiendo , Hicieron paz con estos naturales
Y el índio solo se quedó riendo , Dejando muchas cruces por señales .
112 JUAN DE CASTELLANOS.
Estuvieron allí tercero dia Como si los que van por plaza rasa,
Con sustento que fué mas que bastante , En las partes que son de su acera ,
Pidieron á los indios luego guia Viesen fuego venir que las abrasa
Para poder pasar mas adelante : Con tal encendimiento , que él quisiera ;
Continuaron esta travesía Huye para remedio de su casa
Por tierra llena, fértil y abundante , Del lugar donde esta , sin mas espera ,
Admirados de ver tantos caminos Y corre por las calles por ir presto
Y tan inmensa copia de vecinos. De pantufos y capa descompuesto ;
Enviaban espías los señores Ansí los del ejército salvaje ,
De saber intenciones deseosos , Después que vieron las matanzas hechas ,
Alborotábanse los moradores , Para la brevedad de su viaje ,
Teniéndolos por hombres sospechosos : Las anchas sendas hallan mas estrechas :
Asegurábalos destos temores Aquí se destocaban el plumaje ,
Ver pocos ellos siendo poderosos , Allí largan los arcos y las flechas ,
Algunos deseaban rompimiento Por acullá buscaban un portillo
Por descubrir aquel encantamiento: Para poner en cobro su hatillo.
Juntándose pues cierta compañía A los encuentros dichos dada cima ,
De pobrezuelos menos importantes , Caminaron los nuestros á lo llano
Un jueves à las diez horas del dia , Con mas reputacion y mas estima
Vinieron contra nuestros caminantes En opinion del indio comarcano ;
Con aquella bravosa lozanía No hizo caso dellos Unarima ,
Que suelen en rencuentros semejantes : Señor que se hallaron mas á mano ,
El Delgado, por no caer en mengua , Cacique de soberbias condiciones ,
A voces les habló con una lengua. De grandes y estendidas poblaciones.
<< Reprimid, buenas gentes, vuestras riendas , Ocupaban los campos y riberas
Procurad evitar inconvinientes , Por do lleva sus aguas recogidas
Que no queremos guerras ni contiendas , Unare , cuyas largas sementeras
Sino seros amigos y parientes : Hacen estas provincias bastecidas ;
Donde no, tomaremos las enmiendas , Mas no les contentando las esperas
Como merecen tales accidentes ; De las gentes alli recién veuidas ,
No venimos con áspera demanda , Huyeron con caudales y atavio
Porque nuestro gran rey ansí lo manda. A la contraria parte deste rio.
» Es rey universal deste rebaño , Con indios que de paz eran venidos
Y manda que si dais las amistades El Agustin Delgado les hablaba ,
Os reserven de todo mal y daño , Siendo por muchas veces requeridos
Os digan y declaren las verdades , Viniesen á la paz que se les daba :
Para que con un santo desengaño Unarima tapaba los oidos
Dejeis vuestras antiguas ceguedades , Y por palabras los amenazaba
Conozcais y adoreis en este suelo Diciendo : « veros he tan de mañana ,
Al sumo Hacedor de tierra y cielo. » Que pueda la comida ser temprana.
Los indios, que venian muy follones , >>Tomaremos acá nuestros consejos
Respondian las armas meneando : En de spicar maiz para tortillas ;
« Bien sabemos que sois unos ladrones, Daremos bien guisados los conejos ,
Que andais noches y dias salteando : Los venados, perdices, tortolillas ;
Flojos , baraganosos , mogollones , Serviros han los mozos y los viejos ,
A trabajos ajenos regoldando , Vereis en el servicio maravillas ;
Toma maiz, toma tortillas hechas. >> Comerán á placer los haraganes
Y disparaban cantidad de flechas. Uquiras, guacharacas y faisanes. >>
Viendo los nuestros tanta desvergüenza, Los nuestros no tomaron mucha pena ,
Y tres ó cuatro dellos ya heridos , Ni se sobresaltaron con espanto ;
La fuerza del sufrir quebró su trenza , Mas antes deseaban dar la cena ,
Soltando los que estaban detenidos : Antes que diesen ellos el ayanto :
Guazavara sangrienta se comienza , La noche se llegó , que fué serena ;
Con gran enojo son acometidos ; Dióles buena sazon escuro manto ,
Salen los caballeros castellanos , Asentaron en una baja cumbre
Y los demás sus armas en las manos. Adonde cada rancho hizo lumbre.
El general á una y otra mano Y fué por todos ellos acordado
Comenzó de jugar la diestra lanza , Que con escuridad mas sosegada
Sin dejalle lugar á zurujano Tentasen de buscar algun buen vado
Para curar aquel á quien alcanza : Para podelles dar el alborada :
El Nieto y el Morán no dan en yano , El campo, bien compuesto y ordenado ,
El Chaves no se mueve con tardanza ; Salieron á la hora concertada ,
No traen menos brios los peones Quedándose las lumbres encendidas
Entre los furiosos escuadrones. Para disimular estas salidas.
De todos cada cual hace por siete , Debajo del intento caminaron
Necesidad haciendo que mas pueda , Con alguna manera de rodeo ;
Holguin al mayor riesgo se comete , Revolvieron al rio , do hallaron
Al mayor escuadron Avellaneda : Vado que satisfizo su deseo :
Mostraba sus valores Alderete , Todos con gran silencio lo pasaron
Atrás Pero Fernandez no se queda ; Y ganas de se ver en el torneo ;
Ganaron valerosa laureola Pero fueron los indios alterados
Jejas , Machin de Oñate y Urrïola. Por los otros amigos avisados.
Puso tan gran espanto la presencia Aunque de claridad bubo penuria ,
De las bestias que van encubertadas ; Los fuertes del ejército salvaje
Las crüeles lanzadas y esperiencia Acudieron al vado con gran furia ,
De los golpes que daban las espadas , Pensando perturballes el pasaje :
Que hicieron los bárbaros ausencia , Los nuestros , por vengarse del injuria ,
Metiéndose por montes y quebradas , Habian abreviado su viaje,
Buscando cada cual vana guarida Tomando con presteza la ribera ,
Para poder asegurar su vida. Donde se recogieron à bandera.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XI, CANTO IV. 113
Estando pues parados á la orilla » Estos traen allí cuatro visiones
Poniéndose por orden convenible, Que curan y regalan en establos ,
Dió con ellos la bárbara cuadrilla Mas sueltos y lijeros que halcones
Con ímpetu, que cierto fué terrible : Con unas largas guaicas ó venablos,
Comenzóse sangrienta la rencilla Que traspasan humanos corazones
Haciendo cada parte lo posible , Y asombraran á todos los diablos ,
Pretendiendo los indios mas lozanos Los otros con macanas tan estrañas
De todos los tomar vivos à manos. Que rompen ansimismo las entrañas.
Vistas tan atrevidas diligencias » Eran tan insufribles las heridas,
Por los de diferentes confianzas , La gente que caia tan espesa,
Avivaron de veras las pendencias Que tuvimos por buenas las buidas
Golpes de las espadas y las lanzas : Aquellos que pudimos darnos priesa ;
Múdanse pareceres y sentencias , Por no perder alli todos las vidas
Abátense las locas esperanzas, Quedando sin efeto la promesa ;
Porque con cantidad de muertes suyas Pero sin recelar el tal estrago
Los nuestros rebusaban las cabuyas. Vamos, que tú verás lo que yo hago..
Rompiendo batallon el caballero , Juntábanse bien mil y quinientos
A las espaldas hay infantería , Hombres membrudos, sueltos, escogidos,
Que va con Alonso Alvarez Guerrero , Con sus acostumbrados ornamentos
El cual hizo grandezas este dia : De diferentes armas proveidos :
Lo que Delgado hizo por entero En aquellos ya dichos aposentos
No puede recitar la pluma mia, Los españoles son acometidos ,
Pues cierto me parece que no miento Repartida por tres toda la suma ,
Si digo que hacia mas que ciento. El rey, y Mompïare , y Canaruma.
Otros hubo de tanta fortaleza, Unarima guió por la frontera,
Cuyo valor y nombres yo no callo ; Los otros ocuparon ambos lados ,
Pero no ví jamás igual destreza Lo demás reguardaba la ribera
En menear la lanza y el caballo : Del rio donde no hallaban vados :
La maña, la soltura, la presteza Dióse priesa la gente forastera
En romper escuadron y derramallo, A ser apercebidos y ordenados ,
Tan á tiempo, sazon, tan a provecho Repartidos sus breves estandartes
Como si lo hallara todo hecho. Para se defender por todas partes.
Viendo los indios pues las mortandades La grita , vocería y alboroto
Y la priesa que daba nuestra gente , Rompe los aires por aquellos llanos ,
En huyéndose las escuridades Daba voces el indio Paragoto :
Ruyeron también ellos juntamente : «Vivos me los tomad todos á manos » ;
Quedando por aquellas beredades Pero contrarios eran deste voto
Muertos setenta , mai heridos veinte ; Nuestros animosísimos cristianos
De los nuestros en trance tan reñido Los cuales todos con furor horrendo ,
Joan Martin Labrador solo herido. « Santiago, y á ellos » , van diciendo.
Aquesto hecho con tan buena mano, Hieren á los caballos las espuelas,
Los nuestros prosiguiendo su corrida, Los peones tras ellos repartidos,
Pasaron en el pueblo mas cercano Amparándose bien con las rodelas
Donde hallaron copia de comida : A los mortales tiros encogidos :
Venados muertos , cantidad de grano Derribanse narices, rompen muelas ,
E ya la gente del toda huida , Todo lugar ocupan los caidos,
Proveyeron de carne la candela, Tenian al herir tan buena traza
Comieron á placer, mas no sin vela. Que por lo mas espeso hacen plaza.
La cual fué menester porque Unarima, No lleva tanta furia tigre hircana
Estimulado mas por su rotura , A redemir los hijos salteados ,
Quiso, creyendo de caer encima , Cuanta lleva la gente castellana
Tentar segunda vez esta ventura, Por redemir encuentros tan pesados :
Procurando hacer que se reprima El caballero lleva buena gana ,
De los advenedizos la soltura ; Los peones no viven descuidados,
El cual con este vano pensamiento Rompiendo van por el mayor aprieto
Hizo de capitanes llamamiento, Morán, y con él Chaves, Martin Nieto.
Diciéndoles : « ¡Ah, torpes, insensatos , También en el hervor de la conquista
No hombres, sino bultos de madera ! El Delgado hacia maravillas ,
¿ Cómo se sufre que de cuatro gatos Sin hallar tropezon que lo resista
Os dejeis sujetar desta manera ? De tantas y tan ásperas cuadrillas :
Los mas dellos enfermos y hipatos No puede comportar indiana vista
Gente de nuestros reinos estranjera, Ver romper tantos pechos y costillas ;
Salteando de noche como zorros Todos en los caballos ponen ojos ,
Por no tener recurso de socorros. Ya casi resfriados sus antojos.
>Conciba cada cual mi confianza, Vistas pues tan pesadas turbaciones
Estén los venenosos tiros prestos , En el sanguinolento desafio ,
Que quiero que volvamos à la danza La mayor parte destos escuadrones
Para reconocer quién son aquestos, Procuró de hacer largo desvío ;
Tomando dellos la crüel venganza Y largando nocivas municiones
Que merecen ladrones tan molestos : A nado se metian por el rio ,
Coman agora bien chacos y coche, No tuvo después dellos menos grima
Que yo haré que tengan negra noche.>> Para se retraer el Unarima.
En aquestas riberas del Unare , Desbaratadas estas compañías,
Y los pueblos á ellas circunstantes, Vencidos los que tanto braveaban ,
Era su general un Mompïare Los nuestros reposaron cuatro dias
Que la gente llevó la noche antes ; En aquellos asientos donde estaban ;
Este dijo : « Bien es que me declare , Asechándolos siempre mil espías
Porque de la buida no te espantes ; Que principales indios enviaban ,
Pues tú ni mas ni menos lo hicieras Mas todos apartados y remotos
Si lo que vimos ansimismo vieras. De gritas y sangrientos alborotos .
T. IV. 8
114 JUAN DE CASTELLANOS.
Estando pues allí nuestros guerreros Tomaron estos apellidos tales
Velándose segun han de costumbre , Las tres ninfas atrás conmemoradas
El Unarima hizo mensajeros De los reinos donde eran naturales
Para dalles la paz sin pesadumbre : Y al bárbaro le fueron enviadas :
El Delgado holgó con los terceros Provincias en grandeza principales ,
Tratándolos con grande mansedumbre , Por armas y proezas señaladas ,
Al alto Dios poniendo por testigo Con quien hasta los tiempos que esto toco
De selle siempre muy lëal amigo. Los españoles han ganado poco.
Pesantes del pasado desatino , Los temples son de grandes escelencias,
Volvieron con gustosos despidientes ; A la salud humana provechosas ,
El señor Unarima luego vino , Propicias y admirables influencias
Fué recebido bien de nuestras gentes ; En producir mujeres generosas :
Mas por haber andado gran camino Tanto que todas tienen las decencias
Y ansimismo cansarse los oyentes , Que se requieren para ser hermosas ,
Aqueste canto cese de presente , Con un grave mirar, un aire bello ,
Diremos lo demás en el siguiente. Tal que se huelgan ellas de entendello.
Al gran Agamenon y al gran Aquiles
No dieron tanto gusto las doncellas ,
Causa de sus pendencias juveniles,
CANTO QUINTO , Cuanto dió de las tres cualquiera dellas ,
A causa de mostrarse tan gentiles ,
Donde se cuenta cómo muchos señores indios vinieron de paz , y cómo Tan bien proporcionadas y tan bellas ;
si poblaran los españoles y repartieran la tierra, se hiciera un negocio Ellas nunca jamás mostraron saña
de gran importancia,
De se ver entregar á gente estraña.
Sobre cimientos fijos bien zanjados Vinieron pues los dones al Delgado ,
Los edificios suelen ser insines ; Los cuales recebió de buena gana ,
Mas cuando los principios van errados En recompensa dió puñal dorado ,
Los medios van por términos ruïnes ; Un antiguo sayon de fina grana ,
Y los trabajos son tan mal gastados Camisa y un bonete colorado
Que no pueden llegar á buenos fines ; Con una larga pluma muy galana ,
Podríamos decir que no fué menos Y otras cosas algunas que no cuento
En estos amplos reinos y tan buenos. Que le dieron al bárbaro contento.
Porque dada la paz por Unarima Fué dentro del cercado recebido
Sin recebir los nuestros sinsabores , Con las demás personas estranjeras :
Vino Guaramental , vino Canima , Lugar es deleitoso y estendido
Vinieron otros reyes y señores , Con grandes plazas , calles y carreras ;
Que nombraremos en alguna rima, Por todas partes bien fortalecido
Ö á lo menos dellos los mayores , Con muchos flechaderos y troneras ,
Cuando los ofreciere la memoria Casa de armas , arcos reservados
Y hicieren al caso del historia. Para poder armar diez mil soldados.
Ganara pues Ortal aqueste juego , Otras inumerables municiones
Que fué mas importante que yo digo De dardo , de macana , lanza , honda ,
Si como lo halló poblara luego Por fuera del cercado prevenciones ,
Y no buscara panes de trastrigo ; Gente de guarnicion à la redonda :
Mas no quiso tener alli sosiego , Seiscientos validísimos varones
Por lo cual se quedó casi mendigo ; Que por sus cuartos le hacian ronda ,
Edificara sobre buen cimiento Casas llenas de todos bastimentos
Teniendo tan entero fundamento. Que los indios traian por momentos.
Que puesto caso que para guerrera Generosas despensas y cocinas
Industria nunca fué menesterosa , Abundantísimas de sus manjares ,
Consta por otra parte ser sincera Bodegas de bebidas peregrinas
Gente , docible , noble y amorosa ; De maiz y de piñas singulares :
Y en aquella sazon tan blanda cera Sobre mas de doscientas concubinas
Que della se hiciera cualquier cosa , De diferentes tierras y lugares ,
De lo cual siempre dieron clara muestra Todas en general muchachas bellas ,
En cuanto les mandó la gente nuestra. Eunucos también en guarda dellas.
Porque cuando Delgado caminaba Tenia por jueces y retores
Con esta poca copia de varones , Personas de quien él se confïaba ,
Cada cacique dellos cambiaba Aquestos erau hombres ya mayores
Lo que tenia por preciosos dones , A quien el mas brioso respetaba ;
Sin ya sacarse tiros del aljaba Pobladas horcas de los malhechores ,
Ni se reconocer alteraciones : Porque con gran rigor los castigaba
Destos Guaramental el que ya digo Por mano de verdugos carniceros ,
Se les mostraba muy mayor amigo. Que servian también de pregoneros.
Era señor de grande principado , Tenian en un canto deste llano ,
No sin algun tiranico coraje , Donde los pregoneros se subian ,
De los demás caciques respetado , Túmulo levantado por su mano
Algunos con prision de vasallaje : De gran altor , adonde se decian
Tenia potentísimo cercado , Inviolables mandos del tirano ,
Al cual Delgado hizo su viaje ; Que sin poner escusa se cumplian :
El bárbaro mostró sus aposentos Labrador , oficial , hombre de guerra ,
Con otros cortesanos cumplimientos . Con obediencia va pecho por tierra.
De buen oro le dió ricas preseas ,
Visto pues el lugar y las princesas
Seis pajes de gallarda compostura , Que tenía con guardas recogidas ,
Diez esclavos de rusticas aldeas , Mandó Guaramental poner las mesas
Mancebos sueltos , diestros en cultura . Muy abundantemente proveidas
Tres ninfas , mas no ninfas , sino deas De cazas de sus campos y dehesas ,
En examen de toda hermosura , De que son grandemente bastecidas ,
Guamba , Goroguaney y Mayarare , Con tantas variedades y maneras
Cuyos nombres es justo que declare. Que no parecen cosas creederas.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XI, CANTO V. 445
Doncellas de lozana hermosura
Allí sirvieron con tan gran limpieza , Como red que por mar van estendiendo
En partes de placeres convinientes ,
Que no se les manchaba vestidura Do las bajas arenas van barriendo
Que causase desdén á su belleza : Con los plomos que están della pendientes,
Por ser las ropas de su compostura Y al tiempo que la vienen recogiendo
Aquellas que les dió naturaleza ; Congregan muchos peces diferentes ,
Después estas sirvientes fueron dadas Y alli vereis del uno y otro bando
A las personas mas calificadas. Revueltos por la playa palpitando ;
Las fiestas y convites acabados , Ansi manada junta muy espesa
El Guaramental dijo que queria Vereis de diferentes animales
Que se fuesen á caza de venados Cruzar aquí y allí con grande priesa ,
A campos y zavanas que tenia : En riesgo y en temor todos iguales :
El Delgado con los demás soldados Con el ardor de llamas que no cesa
Le dieron á entender que les placia , En acecho se ponen naturales ,
Mandó luego llamar sus pregoneros Al que del fuego sale derribando
Para que convocasen sus monteros. Los unos á los otros reguardando .
Luego subieron estos en el viso Gritaban lidiadores en el coso
Llamando capitanes y sarjentos , Por fuera de las llamas rodeado ,
Llegaron al momento los que quiso , El tigre salta del ardiente foso ,
Que fueron poco mas de cuatrocientos : El leon sale todo chamuscado ;
Estaban españoles con aviso Por aculla vereis huir el oso ,
Pensando ser contrarios los intentos , Aquí y allí derriban el venado ,
Y que por el corral y larga plaza El cual si de la llama se desecha
Dellos mismos quería hacer caza. Luego lo traspasaba dura flecha.
Mas no tenian tales intenciones , Capitanes allí tiran á tema
Antes de conservar las amistades , Sobre cuál dellos mas se señalaba ,
Pues todas estas eran ocasiones Entre ellos se mostró Tunubuzema ,
Para mas les ganar las voluntades : Pues uno y otro y otro derribaba ;
No sin interesalles pretensiones Mas el robusto Chiniquichinema
De sujetar ansi parcialidades , No sacó tiro vano del aljaba ,
Que por tener grandísima potencia Y sobre todos fué Guaima Pororo 2
No le reconocian obediencia. Oficio que sabia bien de coro.
Siguieron pues los indios sus demandas, La llama bizo mas angosto seno ,
De todos aderezos bien compuestos , Los pajonales todos consumiendo ,
Partidos en escuadras y por bandas , Y el compás que restaba todo lleno
Por orden y concierto bien digestos : De caza que las llamas van rompiendo :
El gran Guaramental en unas andas Saltan venados el ardiente seno ,
En hombros de gandules bien dispuestos Los pelos chamuscados sacudiendo ,
Los lados y fronteras van abiertas , Por donde pareció mas flaca llama
De lince maculoso las cubiertas. Y la zavana tuvo menos rama.
De madera muy negra son unidas , Como fuente de agua represada
De la mejor que por acá se halla , En cumbres altas de lugar fragoso ,
Con chagualas de oro guarnecidas Que rota la pared del albarrada
En todas ellas infernal medalla ; Corre con un furor impetuoso ,
Por otras muchas partes esculpidas Yendo por muchas partes derramada ,
Animales cien mil de buena talla ; Inquiriendo lugar de mas reposo ;
Acompañábalo por mas honrallo Ansí salieron estos animales
Delgado con los otros de caballo. Derramados por partes desiguales.
A punto las adargas y las lanzas , Acudieron caballos y los perros
Afiladas las puntas de los hierros , Del tiempo que tardaron desdeñosos ,
Para cazar segun nuestras usanzas Rojas están las astas y los hierros
Españoles llevaban cuatro perros : Por el quemado campo presurosos :
Caminaron con estas ordenanzas Siguen unos la caza por los cerros ,
Hasta que llegaron á los cerros , Los otros por los llanos espaciosos ,
Adonde las cuadrillas concertadas No corren , sino vuelan como aves
Se pusieron en puestos y paradas. Delgado y el Morán , y Nieto, y Chaves.
Son bosques de zavanas estendidas Renovóse la caza con aumento
Con tal densor que no sabré pintallo , Siguiendo la manada presurosa ,
Las yerbas dellas todas tan crecidas , Quien mas derriba queda mas bambriento,
Con un poleo de prolijo tallo , La punta de la lanza mas golosa :
Que si no son holladas y abatidas Guaramental estaba muy contento ,
No se parecen hombres à caballo , Admirad o de ver tan nueva cosa,·
Algunas arboledas , aunque raras, Los cuatro perros vuelan la dehesa ,
Muy limpias de troncones y de jaras. Y en gran número dellos hacen presa.
Cercaron pues prolijo campo luego En atencion suspensos principales ,
De grandes pajonales agostados , Los de mas bajas suertes embobados
En circuito dél pusieron fuego De ver aquellos brutos animales
A una todos , y por todos lados ; Del uso de razon enajenados ,
Porque huyendo del desasosiego Sujetos á los mandos racionales
Hallase los lugares ocupados Sin ser à lo contrario desmandados :
La caza donde quiera que acudiese , Potencias colocaban y ponian
Y la llama y ardor la detuviese. En la velocidad con que corrian.
Fué pues el viento llamas avivando , Las suertes y los lances acabados
Con la velocidad que se queria , Y los venados muertos recogidos ,
El circuito todo rodeando, Volvieron todos muy regocijados
Que por momentos menos se bacia : Do los indios quedaron detenidos :
Diversos animales van saltando , Fueron de capitanes y soldados
Buscando lo que fuego no tenia , Con letos ademanes recebidos ,
Allí de cazadores hay rodeo Cargaron bien cien indios con la caza ,
Por hartar con efeto su deseo. Y luego se volvieron á su plaza.
116 JUAN DE CASTELLANOS.
Cuál llevaba la cierva , cuál venado , >>>Tiene pueblos quemados y deshechos
Cuál oso que llamamos hormiguero , Sus moradores pobres y mendigos ,
Cuál montesino puerco chamuscado , Quebrantador de leyes y derechos
Cuál corí , cuál iguana , monstruo fiero : Sin reservar amigos ni enemigos :
Quedó Guaramental en su cercado Darias grandes colmos á tus hechos ,
De todo lo pasado placentero , Si de su muerte fuésemos testigos ;
Mostrando de amistad seguras prendas , Y quebrantado tropezon tan duro ,
Y los nuestros se fueron à sus tiendas. De los demás podrás dormir seguro.
A los cuales del venatorio Marte , >>Es astuta persona recatada,
O caza sin que fuese dividida , Dispuesta para toda competencia ;
Luego se les llevó la mejor parte Mas los agudos filos de tu espada
Con otras abundancias de comida : Podrán cortar los desta pestilencia :
Cenaron todos ellos de buen arte , Yo quiero también ir à la jornada ,
Hizo la noche luego su venida , Y me quiero hallar en la pendencia ,
Que con vigilantisimos recatos Con aquellos pertrechos y soldados
Se repartió por tres ó cuatro ratos. Que por tu boca fueren señalados . >>
Quitadas ya las húmidas cubiertas El bárbaro habló lo que queria ,
De nublos y noturna pesadumbre , Alterada la sangre de sus venas ,
Cuando por los resquicios de las puertas Como quien por venganza se movia
Entraba resplandor de nueva lumbre · A tomar deste rey debidas penas ,
A los humanos ojos descubiertas Y lo que con sus fuerzas no podia ,
Las verdes arboledas de la cumbre , Queria concluir con las ajenas ,
El gran Guaramental dejó su lecho Porque el Orocopon en sus recuestas ,
Con imaginacion de cierto hecho . Como dicen , teníase las tiestas.
Llamó su secretario dicho Guaima , El Delgado que estuvo muy atento
A quien otros llamaban Cochibano , A todo lo que el bárbaro decia ,
Y con él al insigne Barutaima, Manifestó ser todo su contento ,
Cacique poderoso comarcano : Efetuar aquello que pedia ;
Llamó también al fuerte Pariaima , Porque con glorioso vencimiento
Que fué su general y primo hermano ; Pornian fin a lo que pretendia ,
Con estos tres señores solamente Que señalase cuándo y en qué puesto
Caminó donde estaba nuestra gente Pues con los suyos él estaba presto.
Españoles están inadvertidos Para poder llegar sobre seguro ,
E ignorantes desta su venida , Fueron desta manera convenidos ,
Pero luego que fueron conocidos Que partiesen al tiempo mas escuro
Usóse de costumbre comedida : Con mil bárbaros bien apercebidos :
Fueron con gran aplauso recebidos Hombres para cualquiera trance duro
Y muestras de amistad establecida , Usados á rencuentros atrevidos ,
Dándoles con debido miramiento , Debajo de cristianos estandartes ,
Segun sus calidades el asiento. Y hecha division en cuatro partes.
Mas el bárbaro rey allí sujeto Un caballo con cada compañía
Con el Delgado aparte se detiene , Que el indio y español obedeciese ,
Para comunicalle su conceto , Y donde mas sangrienta la porfia ,
Diciendo con intérprete que tiene : A los mas contratados acudiese ;
« Querríate bablar muy en secreto El acometer fuese con el dia ,
Una cosa que mucho te conviene , Cuando la luz primera descubriese ,
En lo cual , si respondes con mi gana, Y los amigos indios con coronas
Ternás aquesta tierra toda llana. De ramos por señal de sus personas.
> Yo te tengo por hombre tan entero Concertados los dos desta manera
En valor , en esfuerzo y en prudencia , Con el faraute solo y en secreto ,
Que no dudo ser alto mensajero , Quisieron que la noche venidera
Mandado de divina Providencia ; Viesen estos conciertos el efeto :
Y ansí mientras viviere yo no quiero Estuvieron a punto y en espera
Tener contigo dura competencia , Del tiempo que les era mas aceto ,
Antes me hallarás a todo blando , En sus tiendas el Agustin Delgado ,
Y á mis gentes sujetas á tu mando. Y el gran Guaramental en su cercado.
» El efeto será mas que prometo , El cual luego mandó cumplir la suma ,
Guiado por tus propios pareceres ; Su general el mando de su amo ,
Y aun viendo los demás que me someto Aderezose luego Canaruma ,
Al orden y concierto que me dieres , Trajo sus escogidos Cachicamo,
Ternán la reverencia y el respeto Sus mas valientes Tunucutunuma ,
Que deben á la ley que les pusieres , Todos sus señalados Periamo ,
Y para que esto sea sin zozobra , Robustos , sueltos , en las armas prestos,
Yo quiero ser principio desta obra. Pintados piernas, brazos, manos, gestos.
» Mas hágote saber que aunque se vea Henchian el compás de la gran plaza
Tu lanza con furor de mis varones 9 Los fuertes escuadrones de salvajes ;
Tengo por imposible que no sea Armados de macana , dardo , maza ,
Contrastada de grandes tropezones , Robustísimos arcos y carcajes ;
Que nos amaga ya con la pelea , Sobre la gente de gallarda traza ,
Sintiendo mal de vuestras opiniones , Ondean superbísimos plumajes,
Y seria muy menos esta plaga , Y a la congregacion barbara fiera
Como de muchos uno se desbaga. Guaramental habló desta manera.
>> Este es Orocopon , fiero gigante , «Un negocio tenemos entre manos
Que con aquestos términos contina , Que esperencia nos ha dificultado ,
Varon guerrero , capitán pujante , Do los padres , los hijos , los hermanos
Que do quier que sus haces encamina " Han mas veces perdido que ganado ;
Todo cuanto se pone por delante Pero con el favor destos cristianos ,
Asuela , desbarata y arruïna , Creo que lo tenemos acabado ,
Cebando siempre filos de su lanza Apartando de mí cualquiera duda
Sin miedo , sin respeto ni templanza. La fuerza y el valor de tal ayuda.
117
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XI, CANTO V.
›Con ellos vamos á batalla dura Salió la muchedumbre del cercado ,
Por me hacer merced y beneficio , Guarnida de mortales instrumentos ,
Sus hechos , sus proezas y ventura Cada cual escuadron tan bien armado
Me dan de la victoria gran indicio : Cuanto pedian tales movimientos :
También de vuestra parte va segura , Juntóse Pariaima con Delgado ,
Pues vais con su favor y en mi servicio ; Periamo también y otros doscientos ,
Quiero que cada cual se dé tal maña , Con el Chaves el indio Cochibano
Que crédito cobreis con los de España. Con trescientos sujetos á su mano.
En aquesto deseo que se prueben Con Morán Ganaruma y Cachicamo
Los fuertes y briosos corazones , Con obra de doscientos y cincuenta ,
Yvuestros valerosos brazos lleven Cada cual dellos suelto como gamo ,
Asu debido fin mis pretensiones ; Hombres de bien para cualquier afrenta ;
Pues conoceis de mí que si se deben Y aquel que Tunucutunuma llamo
A los tales sus justos galardones , Con el Nieto llevó ciento y setenta ,
Nunca supo mi mano ser avara Con el Guaramental por mas valientes
Para satisfacer hazaña clara. Van los demás como sobresalientes.
De mas del premio que será bastante , Entre los capitanes referidos
En respuesta de vuestras valentías , Iban para mas fuerza deste Marte
Quiero que pongais todos por delante Los demás españoles repartidos ,
De qué rey y señor sois naborías ; Siendo dos veces seis de cada parte ;
Y esto dará valor al inconstante , Y cada cual , segun eran rompidos ,
Para que se desechen cobardías ; Pudiera bien regir el estandarte ,
Pues si lo tanteardes como buenos , Y ansi los mas en partes diferentes
Mi punto no podrá venir á menos . Salieron capitanes escelentes.
› Bastaria cualquiera cosa destas Guiaron corredores el camino
Para quien a vergüenza se sujeta , Del cuerpo de la gente separados ,
Y ansi debajo de las presupuestas , E ya de sus triunfos adevinos
Quiero que la salida sea secreta ; Todos de ramos verdes coronados ,
Yque tengais las armas todos prestas Porque de los soldados peregrinos
Para cuando sonare la trompeta , Fuesen en la batalla reservados :
Guiando los armados caracoles Marcharon luego todos muy á punto ,
Segun lo dispusieren españoles. >> Hasta tanto que ya llegaron junto.
Respondióle por todos los soldados Era camino llano y apacible ,
Pariaima , persona conocida , La distancia tres leguas solamente ,
Diciendo todos van determinados Y por aquesta causa fué posible
O de vencer ó de perder la vida ; Que llegasen á tiempo competente :
Y parte no serán mudables hados Hicieron con silencio convenible
Contra gente tan bien apercebida , Alto para descanso de la gente ,
Oya para vivir con fama y gloria , Un tiro de arcabuz de los buhíos ,
0 ya tomar la muerte por victoria. Sin temor de tan duros desafios.
>Todos estamos destos pareceres Luego los infieles y fïeles
Y estribamos en esta confianza , Caminaron á paso sosegado ,
De no ver jamás hijos ni mujeres , Para se repartir por sus cuarteles
Nigozar de reposo ni holganza , Segun que lo tenian ordenado :
Hasta que por el orden que quisieres Acechando las calles y placeles
Tomemos crudelisima venganza , De la ciudad y pueblo desdichado ,
Lo cual se cumplirá sin duda alguna Hasta tanto que vino la mañana ,
Apesar de las fuerzas de fortuna. » A los mortales ojos ya cercana.
Habló después el noble y el villano Fué pueblo por entonces prepotente ,
Desechando de sí malas sospechas : Terror de los mayores y menores ,
El mas bajo se muestra mas lozano , Y cuyas cercas eran solamente
Haciendo ciertas las promesas hechas : Los brazos de sus fuertes moradores :
Guaramental les daba de su mano Numerosísimo de toda gente ,
A muchos dellos venenosas flechas , Con mando sobre reyes y señores ,
Al menos á personas señaladas , En calles , plazas , barrios gran distancia ,
Do no sabia ser mal empleadas. Verdes macos en él por elegancia.
Luego fueron aquestas dichas gentes , Unare por la parte del poniente
Por parte del cercado divididas , Con sosegadas aguas lo ceñia ,
Y por diligentísimos sirvientes Campos rasos la parte del oriente
En cada parte mesas estendidas : Y del septentrion y mediodía ;
Las cuales de manjares diferentes , Por las cuales estancias libremente
Fueron bastantemente proveidas , Se dividió la fuerte compañía ,
Do cada cual á discrecion bebia , Estando cada cual presto y atento
Hasta desparecer la luz del dia. Esperando señal de rompimiento.
Cuando dorados rayos encubria Pues cuando ya su roja cabellera
Apolo con las ondas de Oceano , Por alta cumbre Venus descubria ,
Cuando de manto negro se vestia Y conocieron ser la mensajera
La cumbre de la sierra y valle Ilano , Del radiante sol y claro dia ,
Cuando de dulce sueño se vencia Tocóse la trompeta de manera
La fatigada vista del humano , Que su voz incitó la compañía :
Y elcorvo labrador y el afligido Los unos y los otros entran luego ,
Descansan del trabajo recebido : Y á casas principales ponen fuego.
Entonces este rey y sus sujetos , Avivóse con gran fuerza de viento ,
De clementes respetos olvidados , Segun y como tiene de costumbre ,
Quieren inquietar á los quietos Suben fumosas llamas al momento
Y desasosegar los sosegados : Veloces al altor de la techumbre :
Tocaron instrumentos imperfetos , Heridos de temor y desatiento
A cuyo son llegaron los soldados ; Acude miserable muchedumbre ,
El Delgado también , vistos los sones.• Huyendo del peligro de los senos
Vino con sus caballos y peones . A parte donde no hallaban menos.
118 JUAN DE CASTELLANOS.
Pues si llama causaba desatino A estos tiempos Agustin Delgado
Para hacerse fuertes à la puerta , Por su cuartel y plaza no traia
Adelante siguiendo su camino El fortisimo brazo reposado ,
No les era la muerte menos cierta ; Ni sin sangre las armas que vestia ;
Porque la crueldad del mal vecino Mas el Orocopon encarnizado
Con tan grande rigor se desconcierta , Los cielos y la tierra maldecia ,
Que , si posible fuera , desta gente Un terrible baston entre las manos •
No quisiera dejar cosa viviente . Indios amenazando y á cristianos.
Como la caza que huir procura Sus fuertes capitanes animando ,
Del cubil á los montes y florestas , Que muchos le vinieron con presteza ,
Por escaparse por el espesura Sangre, cascos y sesos derramando
De las caninas bocas y molestas ; Con una nunca vista lijereza :
Y la senda le fué menos segura . Espuma por la boca rebosando ,
Pues en ella halló las redes puestas , Como suelen las fieras con braveza ,
Entre las cuales siendo detenida De gente circunstante hecho valle
Aquel hilo quebró los de su vida ; Y por adonde pasa larga calle.
Ansí cuantos buian de la brasa , Bien como huracán, que da tal priesa
Dejando solos los pendientes lechos , En indicas provincias y regiones ,
Procurando salir á plaza rasa . Que barre la montaña mas espesa ,
Cercada de mortíferos acechos ; Quebranta ramas , vuelve los troncones ,
A tiempo que salian de la casa Y los anchos caminos atraviesa
Se vian traspasados por los pechos , Con crecidísimas inundaciones ,
Otros quebradas piernas , manos , brazos, Causando tal temor á los humanos ,
Y cabezas partidas en pedazos. Que quedan como muertos los mas sanos ;
Gritos , voces , clamor , lamentaciones , Ansí con aquel leño que gobierna
Los aires destemplaban y rompian ; Sin que le diese pesadumbre brazo ,
De todas partes andan confusiones, La mas dura costilla halla tierna ,
Niño , mujer , varon se confundian : La mas ancha cerviz sin embarazo :
Hubo también algunos escuadrones Aquí quiebra cabeza y allí pierna ,
Que con sumo valor se defendian , Aquí quebranta muslo y allí brazo ,
Do los amigos indios y cristianos Aquí deja montones degollados ,
Habian menester entrambas manos. Acullá quedan todos asombrados.
Porque por el cuartel donde fué Nieto , El caballero fuerte , que queria
Toronima con obra de cincuenta Hacer en él empleo de su lanza ,
Ponia sus contrarios en aprieto , Con tanta muchedumbre no podia
Y andaba la batalla muy sangrienta : Allegar al rigor de la matanza ;
Abolla la celada , rompe el peto , Pero con todo esto no tenia
Anima , llama , hiere , desatienta , Orocopon de vida confianza,
Rompe pechos , cabezas , las espaldas , Por ser de todas partes ofendido
Derriba grande copia de guirnaldas. Y estar de muchas flechas mal herido.
Mas antes que llegase la pujanza En aquestos conflitos y agonía ,
De indios que por él eran llamados , Sus poderosos golpes mas tardíos ,
Nieto rompió por medio la matanza , A Guaramental vido que decia :
Do los suyos andaban mal parados , «Acabámelo ya , varones mios.>>
Metiéndole los filos de la lanza Concibe Orocopon tal osadía ,
Por entrambos ijares ó costados : Que sacó de flaqueza nuevos brios ,
Cayó con un grandísimo gemido Rompiendo por aquellos escuadrones
De las armas y vida despedido. Por responder à tales intenciones.
El resto de la gente se rebate Y sin lo detener contrarias lanzas
Por Holguin y Alonso Alvarez Guerrero , Para Guaramental se fué derecho ,
Un Domingo Lozano y un Oñate , Diciéndole Traidor , por asechanzas ,
Bracamonte , Madroño , Joan Ribero : Quisiste ver el fin de nuestro hecho :
Morán y Chaves tienen gran combate Espérame , que muerto , las venganzas
Con un Putimar , capitán fiero , Podré tomar de tí sin tal acecho ,
Porque necesidad hizo juntarse Si esperimentas este brazo fiero
Para mejor valerse y ampararse. Yo te haré que caigas tú primero.>
Aqueste ya con copia de varones Con los golpes que tiene de costumbre
Hacia por los indios enramados Hizo lugar por uno y otro lado ,
Aquel estrago grande que leones Deseando quitar humana lumbre
En junta de domésticos ganados : Al enemigo suyo declarado ;
Aprovechando bien las ocasiones Pero llovió sobre él tal muchedumbre ,
Antes de verse todos acabados , Que cayó de mil flechas traspasado ,
Y con la gran macana que esgrimia La cabeza le fué luego cortada ,
Las lanzas y caballos rebatia. Y al indio su contrario presentada ,
Pero dando respuestas y preguntas , Mandóla desollar y el casco raso
Ansí de las palabras como hechos , Y limpio del humor que contenia ,
Dos flechas reguladas vuelan juntas Della hizo hacer dorado vaso ,
Por vias y caminos tan derechos , Con que después el bárbaro bebia :
Que sin se desviar entrambas puntas Sabido pues el fortunoso caso,
Lo clavaron por medio de los pechos ; El contrario huyó por do podia ,
Hizo por el foramen ó herida Y los nuestros tomaron de los vivos
El alma de las carnes despedida. Crecidas cantidades de captivos.
Probó luego la mano Paraurete , Vencidos estos indios animosos ,
Que para mal de muchos no fué manca Que cierto pelearon como buenos ,
Mas de los españoles arremete Volviéronse los vivos victoriosos ;
Pero Rodriguez el de Salamanca , Pero no tan cabales ni tan llenos ,
Anton Sanchez , Costilla y Alderete , Que de la vida fueron perdidosos
Con otros a quien dieron plaza franca , Muchos , y de españoles uno menos >
Porque fué tan feroz arremetida , Que por ser de veneno la herida
Que muchos se pusieron en huïda. Ningun remedio pudo dalle vida.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XI, CANTO VI. 119
Sabida la caida desta gente , Con esto mitigó como queria
Porque la fama corre sin que pare , El Agustin Delgado los furores ,
Ocurrieron de paz incontinente Porque , segun se dijo , preten dia
Las restantes provincias del Unare ; Concertar estos dos gobernadores ;
El cojo Guaigotó , varon potente , Pues , aunque partes del Ortal seguia ,
El fiero Cotuprix , el gran Mauyare , El Sedeño le dió muchos favores
Orocomay , mujer , reina pujante , Un tiempo , y ansí era , como digo ,
Y en la paz y amistad perseverante. Al uno servidor y al otro amigo.
Viendo Delgado pues ser tierra dina La gente pues que de Sedeño vino ,
De poner en católico concierto , Remotos y apartados deste puerto ,
Determinó volver à la marina Siguieron adelante su camino
Para manifestar lo descubierto : Por donde lo hallaron descubierto :
Partióse con la gente peregrina , Siempre con el recato que convino ,
Llegaron con salud al dicho puerto , De la seguridad ninguno cierto ;
Con grande cantidad de prisioneros , Mas en tanto que van yo me detengo
De que sacaron copia de dineros. Enronquecido ya del canto luengo.
Jerónimo de Ortal , bien informado
Del numeroso pueblo desta gente ,
Envió por caballos y recado CANTO SESTO,
A islas que tenian al poniente ,
Para poder entrar aderezado Donde se cuenta cómo la gente de Sedeño, después que se metió la
Con aquel aparato conviniente ; tierra adentro, dieron en la gente de Jerónimo de Ortal, cuyo capitán
Mas porque no faltasen desta tierra , era Alonso Alvarez Guerrero, y les quitaron los caballos, y lo que mas
aconteció.
Luego hizo volver gente de guerra.
Volvió con Alonso Alvarez Guerrero , Bien es que los de buen conocimiento
Miguel Holguin , mancebo de gran cuenta, Reguarden amistad en los aprietos ;
Con algunos del número primero , Pero locura es y desatiento ,
Que todos podian ser hasta cuarenta : Si por tener allí tales respetos ,
Hallaron en la paz sano y entero Ponen en confusion y detrimento
Guaramental , á quien se le presenta Aquellos á quien deben ser sujetos ,
De parte del Órtal un buen presente Pues cuando los dos piden este juro ,
Recebido por él alegremente . Acudir al señor es mas seguro .
Un indio , Villeguillas , encamina Y aunque no se presume del Delgado
A idioma claro los acentos , Hacer esto debajo mal intento ,
Descubren de la gente mas vecina Sabiendo ser contrario declarado
Grandes y potentísimos asientos ; El Sedeño con tanto fundamento ;
Ysiempre con aquella golosina Con su gobernador fué descuidado
De esclavos que enviaban por momentos , En no poner algun impedimento
Agora por rescales , ya por guerra, A la gente de la contraria lista ,
Que fue la perdicion de aquella tierra. Y mas no siendo suya la conquista.
La fama, como nunca fué secreta , Pues era del Ortal derechamente ,
Entonces levantaba con pregones
Segun la provision del propio dueño ,
Riquisima provincia dicha Meta , Y desta tierra firme diferente
De quien atrás se dieron relaciones : La que le proveyeron al Sedeño ;
Y para la buscar por via reta Mas él sin ver aquel inconviniente ,
Loaban estas dichas poblaciones Que entonces se juzgó por no pequeño ,
El de la tierra firme y el isleño , Tomó por parecer otro desino ,
De cuyas opiniones fué Sedeño. Y quiso por allí hacer camino."
El cual en estos tiempos y sazones Su gente pues , que caminó primero
Dentro de Puerto-Rico ya tenia Entre tanto que la demás venia ,
Copia de valentísimos varones , Dieron en Alonso Alvarez Guerrero ,
Caballos , municion , artillería , Que desta gente nueva no sabia :
Segun que pareció , con intenciones Quitáronle las armas y el dinero
De entrar por Neverí , do residia Y todos los caballos que tenia ;
Jerónimo de Ortal , con pensamiento Sabida la maldad y atrevimiento
De pasar ó venir en rompimiento. El Ortal hizo mucho sentimiento .
Para dar perfecion á su deseo Y con este desgusto de mal dejo
Entre tanto que él mismo se presenta , Dijo tales razones al Delgado :
Envió cien soldados de un voleo , «Yo , señor capitán, de vos me quejo
Con muy buenos caballos los cincuenta, Y me quiero tener por agraviado ;
Todos con briosísimo meneo , Pues á no conoceros tan perplejo ,
Prestos á desviar cualquier afrenta : Este juego tuviéramos ganado ,
Jerónimo de Ortal , aunque eran buenos , Y es para corregir tan mal esceso
Tenía por entonces muchos menos . Menester que enmendemos el avieso.»
Vino con esta gente Joan Bautista Condenando por feo tan mal hecho
Y el animoso Diego de Losada , En cólera volvió su gran templanza ,
Fortisimo varon en la conquista , Y ansi le prometió poner el pecho
Y Reinoso , persona señalada : A la satisfacion y á la venganza ;
Aquestos , sin haber quien los resista , Pero ni sin razon ni con derecho
Saltaron en la costa deseada ;
El quisiera probar allí su lanza ,
El Ortal quiso menear la lanza , Por estar del Sedeño muy prendado
Mas Delgado templó la destemplanza, Del tiempo que tenemos ya tratado.
Diciéndole : « señor , no teneis cierta Y con ser amistad mas estendida
La palma que buscais por esa via ; Con Sedeño que con Ortal agora ,
Vayan con Dios , que si me dan la puerta Quiso mas ver el amistad perdida
Para poder hablalles algun dia , Que su fe condeñada por traidora ;
Posible cosa es que yo convierta Al fin el aficion quedó vencida ,
A vuestra devocion su compañía , Y la razon salió por vencedora ,
Pues suele muchas veces la templanza Aconteciendo para tal intento
Vencer lo que no puede larga lanza. » Un caso que les vino muy à cuento.
420
JUAN DE CASTELLANOS.
El Sedeño mandó segunda gente ,
Caballos , municion y artillería , Al fin , por no sufrir dichos molestos
Con un soldado viejo muy valiente , Que suelen encender malos enojos ,
Que Rodrigo de Vega se decia , Los suyos el Delgado hizo prestos ,
A quien yo conocí medianamente Las armas recogidas en manojos :
Pues que tuve su misma compañía ; Quedaron los de Vega descompuestos ;
Desembarcaron en Maracapana Los otros proveidos de despojos ,
Que es en la misma costa comarcana. El Ortal lleno fué de vanagloria
Recogidos en esta pertenencia Desque los vió volver con la victoria.
De Guaracapa , indio muy ladino , Y aquesta buena suerte por él vista ,
Velaron con alguna diligencia Con cincuenta caballos à su uso ,
Por tener al Ortal ya por vecino ; Determinó de dar en el Bautista ,
Mas no con el recato ni decencia Capitán que los suyos descompuso :
Que para su seguro les convino, De cien soldados viejos hizo lista
Porque nunca se hace buena vela Con los cuales al hecho se dispuso ,
Si sobre ella no anda quien le duela. Y ansi siguió los rastros y pisadas
Doblando muchas veces las jornadas .
Pues Agustin Delgado , que despierto
En sus rondas y velas se hallaba , Llegados con tan buen avïamiento
A los vecinos indios deste puerto Donde Guaramental los atendia ,
Particularidades preguntaba Al Ortal hizo gran recebimiento
Del orden que tenian y concierto , Y al Delgado que mucho lo queria :
Del número de gente que llegaba , Díjoles la provincia y el asiento
Las armas de que estaban prevenidos , Donde el contrario campo residia ,
Dónde y en cuántas partes repartidos . Y por no les cumplir mucho sosiego,
En su demanda se partieron luego.
La gente pues de Ortal bien infermada
Por relacion que pareció bastante , Por campos fertilisimos y llanos
Determinó de dalles alborada Hicieron en tres dias la jornada ,
Sin ponerseles cosa por delante ; cuando le dijeron ser cercanos
Caminaron con noche sosegada Jerónimo de Ortal hizo parada,
Hasta llegar al cerro circunstante , Poniendo por concierto sus cristianos
Pueblo de la cacica Magdalena , Para dar en la gente sosegada ,
Cuya paz y amistad siempre fué buena, La luz de los mortales despedida
Tenia centinelas allí junto Y su vista de sueño convencida.
El Capitán y gente de Sedeño ; Tenian los contrarios el asiento
Pero hallaronlos en este punto En prado verde con esmalte rojo ,
Entregados á tan profundo sueño , Cerca del grande pueblo y opulento
Como si cada cual fuera difunto Del indio Guaigotó , cacique cojo :
O bulto mal formado de algun leño : Varon en guerra y paz de gran momento
Dejaronlos con este su letargo Y entre los convertidos ortodojo ,
Sin armas , y pasáronse de largo. Amplísimo su campo y su dehesa
Y lo poblado dél una gran mesa.
Al tiempo que su padre de Faetonte
En continuacion de su carrera Por líneas rectas árboles opacos ,
Queria ya salir del horizonte , Cuyas hojas jamás vienen a menos ,
Seyendo Venus ya la mensajera , Que en aquellas provincias llaman macos,
Sus rayos estendiendo por el monte Fructíferos , umbrosos,muy amenos ;
De la sierra que estaba mas afuera , Los huesos de sus frutos no son flacos
Dieron en el ejército dormido Sustentos , sino recios , sanos , buenos ,
Haciendo poca gente gran ruïdo. Entre estos macos uno fué notable ,
Levantáronse muy sobresaltados Grandísimo , hermoso y admirable.
Guiados de dudosas esperanzas ; Debajo cuyos ramos estendidos
Pues como los tomaron descuidados En tiempo de calor acontecia
Yá sombr a de tan flacas confi anzas , Estar trescientos hombres recogidos
En un momento fueron desarmados Con caballos y gente que servia ,
Perdidos los caballos y las lanzas , Todos cómodamente divididos
Sin haber en aqueste rompimiento En el compás que cada cual queria ,
Defensa ni rigor sanguinolento . Las hojas tan compuestas y tan densas
Mas un muchacho fué que en la pendencia Que del ardiente sol eran defensas.
A caballo subia bien armado , Estando pues febea luz absente ,
Y aqueste hizo grande resistencia Y casi demediando la carrera
A toda la cuadrilla del Delgado ; A los despiertos ojos de la gente
Pero viendo de suyos la paciencia Que huellan otra parte del esfera ,
Y él solo de ballestas rodeado , Revolviendo las riendas al oriente
Quísose dar porque no le matasen, Para tornar á ver nuestra ribera ,
Y con que su caballo le dejasen. Jerónimo de Ortal y sus cristianos
Conclusa y acabada la refriega , Alistaron las armas y las manos .
Y gente de Sedeño ya rendida , Teniendo relacion por sus espías
Hallóse tan confuso nuestro Vega Del maco donde estaban alojados ,
Que deseaba verse sin la vida : Llevando por delante buenas guias
Ya deshonra los suyos , ya reniega , Dieron en los que estaban sosegados ;
Ya del Delgado da queja rompida , Pero de las contrarias compañías
Diciéndole que ¿ dónde se sufria Hallaron solamente los llagados ;
Semejante traicion y villanía? Porque los sanos , sueltos y valientes
Andab an descubriendo nuevas gentes.
El respondió : « yo traigo mandamiento
De justicia del rey , y muy bastante ; El saco y el rancheo fué tan bueno
Quejaos de vuestro poco miramiento , Que se les descubrió lo mas recluso ,
Pues pudiérades ser mas vigilante : Lo suyo recogieron , y lo ajeno
Que sabe Dios la pena que yo siento Aplicaron también para su uso :
Por venir en demanda semejante ; El que vino vacío volvió lleno ,
Quejaos también de vuestros valedores , Alzando cada cual lo que no puso ,
Que fueron los primeros agresores . » Y con ver mejorados los despojos
Ortal no mitigaba sus enojos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XI, CANTO VI . 121
Pues con presteza tal cual conocia Un don Pedro de Lugo los envía
A su seguridad ser importante Para hacer una jornada larga:
Arrebató la gente que tenia , Son hombres de valor que en Berbería
Y con ella pasó mas adelante Supieron bien jugar lanza y adarga,
En busca de la otra compañía Y demas desta gente que venia
De semejantes vueltas ignorante , De caballos y armas buena carga ,
Porque fuese mas presta su llegada Y alli Gasco traia linda amiga ,
Que un negro que buyó del arma dada. Que vive hoy, y el nombre no se diga.
Hasta ver al contrario la presencia Puestos en tierra los recién venidos ,
Caminaron á pasos estendidos , Fueron de capitanes y soldados
Fué de poco momento la pendencia Con un aplauso grande recebidos
Por estar los contrarios divididos ; Y segun su poder acariciados,
Mas el Bautista hizo resistencia , Y á una devocion tan convertidos
Y él y otro quedaron mal heridos , Que fueron de la otra trastrocados ,
Y si la gente junta se hallara Por loalles aquellos baquïanos
La victoria no sé por quién quedara La tierra que tenian entre manos .
Por ser la que faltaba tan lozana Como con estos pues se concluyese
Y su vigor y fuerza tan notoria , Que siguiesen las partes de su bando ,
Que murieran allí de mejor gana Porque de mejor gana lo hiciese
Que conceder á nadie la victoria ; Al Gasco se le dió supremo mando ,
Pues con indios y gente castellana En tanto que Sedeño les viniese
Hicieron hechos dignos de memoria , Con la gente que estaban esperando ;
Mas nunca les pasó por pensamiento Pero después se vido tan amargo
Que Ortal tuviera tal atrevimiento. Que les dejó la moza con el cargo.
Y ansí por ser á todos importante Que por aquellos campos y florestas
El Delgado dió orden que supiesen A vueltas de trabajos y desmanes
No cumplilles pasar mas adelante , No faltaban requiebros y recuestas ,
Sino que de la tierra se saliesen : Paseos y mensajes de galanes ;
Porque el Ortal estaba muy pujante A los cuales volvian las respuestas
Y no les convenia que se viesen , Con gustosos y dulces ademanes :
Que tomasen aqueste su consejo Padecia fatiga nuestro Gasco
Dado por servidor y amigo viejo. Por ver su bella dama tan sin asco.
Oidas las razones y embajada Hollaba la señora tan liviano
Y de los descompuestos otras quejas, Que no pudo sufrir lugar recluso ,
Muchas personas desta camarada Y ansi con Arce , mozo cortesano ,
Estuvieron confusas y perplejas ; El Gasco con furor se descompuso ;
Mas el Reinoso y Diego de Losada , Muchos con ellos dos echaron mano ,
Anton García y Alvaro de Sejas , Y el alboroto fué harto confuso .
Un Medina y un García de Montalvo Pues con ser de los suyos socorrido ,
Procuraron de se poner en salvo. El canónigo Gasco fué herido.
Mas gente dejó ir Ortal aposta Desque se vió con diligente cura
Que con los que va dije se congrega , Asegurado bien de la herida ,
De pertrechos beligeros angosta Parecíale ser mayor cordura
Y eminente peligro donde llega : Dejar la mozà que perder la vida :
Finalmente , salieron à la costa Partióse por buscar otra ventura
Adonde se juntaron con el Vega , Juzgando por ganancia la perdida ;
Que estaba con su gente destruida Y aunque salió de todo descompuesto
En grandisimo riesgo de la vida. Fué de mayor valor el presupuesto.
Por San Miguel de Neverí pasaron Partido desta costa y de su sueño
Al tiempo que venian de camino , El Gasco para donde le convino ,
Adonde saquearon y robaron Llegó con dos navíos el Sedeño
Los bienes del Ortal y del vecino , Con mucha gente para su camino ;
Por no poder los pocos que quedaron El pesar que sintió no fué pequeño
Resistir el furor luciferino , Informado de tanto desatino ,
Y dalles el desorden y codicia Pero disimuló con esperanza
A los que mas podian la justicia. De ver muy á su gusto la venganza .
Visto que ya no hay quien lo resista , Alo que se perdió con los asaltos
Jerónimo de Ortal les dió licencia Unya podria ser » dió por escudo ,
A los que se quedaron con Bautista Rehizo de caballos á los faltos ,
Presos con él en esta competencia , De suficientes ropas al desnudo ;
Para que se volviesen á su lista Consolaba los bajos y los altos,
Si no quisiesen ir en su obediencia ; Y reformólos lo mejor que pudo ;
Por ellos aceptada fué de gana , Pero dejémoslos adonde estamos ,
Y ansi volvieron á Maracapana. Volvamos al Ortal do lo dejamos.
Allí se vieron todos descontentos El cual desque se vido con sosiego
Por no tener defensa conviniente , Y con tan principal avïamiento ,
Esperando por horas y momentos Con todos sus soldados partió luego
Al Sedeño y al resto de la gente : Continuando su descubrimiento :
Luego vieron inflada de los vientos Hallaron un cacique , dicho Diego ,
Vela acia la parte del poniente , Sin que supiesen deste nombramiento
Cuya vista les dió gran alegría La causa ni razon , ni quién le puso
Pensando ser Sedeño que venia. Este nombre tan fuera de su uso.
Pero llegada mas à la ribera Pues pensaba cualquiera baquïano
La sospecha ya dicha salió varia , Que de cuantos nacieron de mujeres
Porque luego supieron cómo era Nunca jamás allí llegó cristiano ,
Un canónigo, Gasco, de Canaria : Memoria ni mencion de sus poderes ;
A Santa Marta guia su carrera , Y ansi tomaban todos larga mano
Mas furia de la mar le fué contraria , En decir diferentes pareceres ,
Y por buir notable desconcierto Y en uno solo yo me determino
Allí determinó de tomar puerto. Que no parece fuera de camino.
122
JUAN DE CASTELLANOS
Entre conquistadores cudiciosos
Habia desta tierra grandes cuentos , Allí holgaba nuestra compañía,
A fama de la cual dos religiosos , Por haber de comida muchedumbre ,
Debajo de santísimos intentos , Y el ir á buscar caza cada dia
Entraron por los pueblos poderosos , Tenian casi todos de costumbre:
Año de diez y seis y tres quinientos , Deseando también alguna guia
La fe de Jesucristo predicando Que desta gente diese certidumbre ,
Entre los cuales Agustin Delgado
Y algunos convertidos bautizando. Salió movido de siniestro hado.
Ponianseles nombres de cristianos
Segun santa y católica costumbre , Acompañábanlo tan solamente
Con la prohibicion de ritos vanos Joan de Agueda su hermano, y un soldado :
Por traellos á nuestra certidumbre ; Adarga del arzon lleva pendiente
Mas por los sacerdotes inhumanos Por no salir á caza descuidado ;
Que de vellos tomaban pesadumbre , Pero la caza fué tan diferente ,
Estos frailes que dominicos fueron Que pensando cazar quedó cazado :
Coronas de martirio recebieron. No sé cómo poner en escritura
Aquesta trabajosa desventura.
Esta fué la razon por que este hombre Vió ir un indio solo por el llano ,
Se llamaba segun habeis oido ,
Y la misma no pide que se asombre Y con deseo grande de tomallo
Quien está destas cosas advertido : Hizo luego desvío del hermano
Por hallar entre indios este nombre Dando de las espuelas al caballo :
Que traemos acá por apellido , El indio con las flechas en la mano
Quedándose con aquel nombre mismo Nunca mostró temer en aguardallo ,
Que le debieron dar en el bautismo. Y pudiérale dar golpe nocivo ,
De tan fértiles tierras no contentos Pero no quiso, por tomallo vivo.
Con tanta poblacion , tanta ribera , El adarga llevaba bien compuesta ,
Ansim ismo la lanza con aviso,
A Meta dirigian sus intentos
Y á la casa del Sol , que entonces era Y al indio que la flecha tiene puesta
El blanco de los mas descu brimientos Le dice que se dé , mas nunca quiso :
Que pregonaban en aquella era : Antes de tal pelea como esta
Salió pues el Ortal con sus cristianos No se le conoció ser arrepiso ,
A descubrir aquellos campos llanos. Pues siempre le hacia tal amago ,
Descubríanse reinos estendidos Que mostraba querer no dar en vago.
Y en ellos poblaciones generosas , El sagitario finge que descarga
Do tuvieron rencuentros muy reñidos El tiro por los pechos al caballo ;
Por ser aquellas gentes belicosas : Delgado reguardólo con la adarga,
victoriosos y vencidos , Y fuérale mejor aventurallo ;
• Hubo
Hiciéronse hazañas grandiosas , Pues el diestro gandul con flecha larga
Entre los cuales bandos y cuadrillas Por do se descubrió pudo clavallo ,
Siempre hizo Delgado maravillas. Gozan do de tal suerte del despojo
Que le metió la flecha por un ojo.
Asperezas inmensas tornó llanas
Con mano que no supo ser vencida , Joan de Agueda que vió la mala suerte
Pero las tres laníficas hermanas , Y en el hermano tan cruel herida ,
Cuya condicion es endurecida , Del caballo bajó por dar la muerte
Parece ser que ya tenian ganas Al matador de tan ilustre vida ;
De cortar los estambres de su vida , Pero rogó por él el varon fuerte ,
Derribando valor del gran Aquiles Y estorbó la venganza merecida ,
No manos de Paris, sino muy viles. Teniendo ya sentidos ocupados
Iban corriendo todos sus soldados En lamentar sus culpas y pecados .
A Guamba , poblacion engrandecida , Visto tan lastimero desconcierto,
Pasaban por asientos despoblados Llevaron á los ranchos y cabañas
Sin poder hallar ánima nacida , Al indio vivo y al cristiano muerto
Por ser de sus vecinos avisados Dechado de virtudes y hazañas ;
Dejar atrás la tierra destruida ; Y el caso miserable descubierto
Demás desto mujeres y varones Llorando se rompian las entrañas , །
Eran de belicosas condiciones. Por ser de todas gentes bien querido ,
No vuelve las espaldas uno solo Y de nadie jamás aborrecido.
A muchos , y en el tiro de saeta En su disposicion muy bien podia
Nada superior el gran Apolo , Competir con cualquiera gentileza ,
Y muy inferior el diestro geta : Tanto que su presencia prometia
Faltar en él resabio de vileza :
Es cifra lo mejor del pueblo etolo Señalóse también en Berbería,
Y sueño los eoos y el de Creta , Donde dió muestras de su fortaleza :
No tuvo Panopes certeza tanta, Fué hombre natural de gran Canaria
Aretusa , Calisto ni Atalanta.
Y de los antiquísimos de Paria.
No saben qué es arnés , yelmo ni greva, El entierro se hizo no pomposo ,
Porque la desnudez es su decencia ,
Arco y aljaba solamente lleva, Porque no lo sufrió tal coyuntura ,
Y á la sombra del maco mas umbroso
Y estas son sus astucias y su ciencia ;
Pero buian de la gente nueva Se le dió la terrena sepultura :
Por no tener con ellos competencia : Epitafio se puso doloroso ,
Los nuestros asentaron alli ranchos Las letras dél en la corteza dura ,
Cazando por aquellos campos anchos. E yo vi que decian sus renglones
Estas mismas palabras y razones : -
Pues hay por su compás y su distancia
Floridos prados , apacibles cerros ,
Y de venados daban abundancia
Blandientes astas con agudos hierros : AQUI YACE SEPULTADO
También fué de grandísima sustancia
La caza que hacian con los perros, EL BUEN AGUSTIN DELGADO.
Y hasta ver los indios y buscallos
Rehacian personas y caballos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XI , CANTO VII. 123
Esta funeral fiesta concluida
Pasando pues del Cabo de la Vela
En Guamba , segun tengo descubierto , Descubriendo la tierra circunstante ,
Jerónimo de Ortal aunque con vida, El Fedrimán llegó de Venezuela
Por muerte del Delgado quedó muerto : Con gentes y pertrechos al instante :
Viendo para su mal y su caida Y hizo con astucias y cautela
Mostrársele camino mas abierto ,
Que juntos descubriesen adelante ;
Mas procuró por modo convenible Ribera consintió con lo rogado ,
Dar el remedio que le fué posible. Pero fué mas por fuerza que de grado.
Para lo cual fué luego convocado No se hallaba fuera desta furia ,
De sus soldados número de gente , Sino por principal en este cuento ,
Y el Alvaro de Ordás salió nombrado Mateo Sanchez Rey, el de Liguria,
Por general y por lugartiniente : Que de valor tenia cumplimiento :
Quedóse Martin Nieto resabiado , Al cual ya tiene la celeste curia
Aunque mostró tomallo blandamente , Y en este reino deja monumento ,
Y para la venganza con efeto Y á su doña Casilda, que en aviso
Trató ciertos motines en secreto. Y hermosura tiene cuanto quiso.
Fué su negociacion tan acordada Estaba Diego Ortiz , que es residente
Y tan persuasivas las razones , En Vélez deste reino de Granada ,
Que la máxima parte de la armada A quien ventura corta no consiente
Correspondió con estas intenciones ; Siquiera pasadía limitada ;
Y al punto y á la hora concertada Siendo justificado pretendiente
A los pocos pusieron en prisiones ; De cualquiera merced muy señalada ,
Fué fácil de hacer esto que digo Pues sus servicios puestos en memoria
Porser familiar el enemigo. Habian meuester cabal historia.
Demás del alevoso desatino Estando juntas pues las dos armadas
Que se perficionó con gran cautela , Con todo buen recado y advertencia ,
No les dejaron arma ni rocino, Las gentes del Ortal amotinadas
Espada de provecho , ni rodela : Al Fedrimán le dieron obediencia ;
Con intenciones de hacer camino Y en dar el parabién de sus llegadas
A la gobernacion de Venezuela , No pudo ser mejor el aparencia ,
Para juntarse con los capitanes Però de los caudillos deste hecho
De Berzares y ricos alemanes. Nunca jamás estuvo satisfecho.
Concluso sin contiendas ni peleas Pues aunque malos, pueden ser mejores
Este feo motin y detestable , Cesando de dañar quien hizo daño ,
Y tomados caballos y preseas Los que son una vez engañadores
Con servicio de indios razonable , Mal pierden el favor de tal engaño ;
Dijeron al Ortal palabras feas Mas antes andan vivos los olores ,
Llamándole de vil y miserable ,
Indigno de tener segun él era Aunque se pase mes y pase año ,
Tantos buenos debajo su bandera . Que justa paga es del fementido
Cuando dice verdad no ser creido.
Diez le dieron favor en su ruïna Por esto Fedrimán como discreto
Por el rey fidelisimos vasallos , Envió con recado conviniente
Y destos un Torrellas determina Al Alderete , Villagrán y Nieto,
Por avisados medios ablandallos : A la mar so color de llamar gente ;
Al fin para volver á la marina Pero despachó cartas en secreto
Les bizo que les diesen seis caballos , Para que los destierren brevemente ,
Con ellos y otros diez de gente suelta O no les consintiesen dar la vuelta
El Ortal à la costa dió la vuelta. Por no le convenir gente tan suelta.
Soldados diestros, hombres de gran tomo, Aquesto se cumplió luego á la hora ,
Entre ellos Alonso Alvarez Guerrero , Y aun creo los tuvieron en prisiones ,
Ordás , Pero Martin , Chaves , Perdomo, No para ser justicia vengadora
Quirós , Torrellas , noble caballero ; De sus delitos y rebeliones ;
Joan de Agueda y otros, no sé cómo Pero volvamos al Ortal agora
Pueda decir sus nombres por entero , Concluyendo sus peregrinaciones ,
Pues es esta distancia tan notoria , Haciendo canto nuevo y ultimado,
Que aunque los vi , se pierde la memoria. Por quedar sin aliento del pasado.
A la vuelta se vieron en aprieto
Por no hallar la gente ya tan blanda ,
Y los rebeldes Alderete y Nieto
Y el Villagrán y el resto de su banda: CANTO SETIMO ,
Con amistad de todos y respeto
Llevaron adelante su demanda , Donde se cuenta cómo Jerónimo de Ortal llegó á su pueblo de Neveri en
Y dieron por la tierra discurriendo la costa, cómo se escapó de Antonio Sedeño, y lo que mas le sucedio
Con Fedrimán, que andaba descubriendo. hasta su muerte .
Nicolao Fedrimán en esta era
A su mandar tenia gente harta , El que gente de guerra regir suele
Reteniendo debajo su bandera , Para tener segura la matanza ,
Y sin le consentir que dél se parta , No cumple con que solo se recele
Al valiente varon Joan de Ribera, Del contrario que tiene gran pujanza ;
Pero también conviene que se vele
Insigne capitán de Santa Marta , De los que están debajo de su lanza ,
El cual venia con poder bastante
A descubrir por el dotor Infante. Pues armas del doméstico enemigo
Riguroso furor tienen consigo.
Deste fuerte varon , cuando comienza Y ansí los humos destos desvaríos ,
A tratar este re ino y sus lugares , Si condensaren nube de sospecha ,
No se halla valor que no se venza
Tener apercebidos los rocíos
De los suyos , que son mas singulares ; Antes que salgan llamas aprovecha ;
Porque cierto podia sin vergüenza Pero si los remedios son tardíos ,
Competir con los fuertes doce pares , La suerte del contrario queda hecha ,
Y si mis dias no fueren estrechos
Yo diré del Ribera grandes hechos . Y es menester, en caso semejante ,
Por no quedar atrás , estar delante.
124 JUAN DE CASTELLANOS.
El descuido de Ortal aquí fué sumo , Eutre muchos que iban á prendello ,
Juzgando las verdades por novela ; Fueron los dos hermanos Antillanos ,
El cual no solamente vido humo . El capitán Copete , Mesa y Tello,
Pero también centellas de candela , Que también estos tres fueron hermanos :
Y con se resumar lo que resumo , Zamudio , Ontiveros, Joan de Argüello ,
Nunca creyó ser necesaria vela ; Cabrera , Joan Martin de Castellanos ,
Y ansí , como no hizo cuenta desto , Con mas que mi memoria no sustenta ,
Quedó de su potencia descompuesto. Y con quien el Ortal tuvo gran cuenta.
Hizo camino pues con sus leales , Pues el tiempo que suele ser lijero ,
Rompiendo grandes fuerzas y pujanzas De la region etérea movido ,
De aquellos belicosos naturales Muchos hizo venir á pagadero,
Que defendian casas y labranzas : El campo del Sedeño destruido :
Do las seguridades principales Siguieron pues á este caballero
Les daban las espadas y las lanzas , Hasta Cumaná , puerto conocido ,
Por ser al barbarismo desta gente Do para lo prender faltó remedio
Esta seguridad mas conviniente. Por haber puesto mucho mar en medio.
En tierra ya de paz los caminantes , Queriendo ser mas Taurea Campano ,
Hicieron à la mar partida presta , Que hizo de su fuga confianza ,
Adonde todos eran ignorantes Que Claudo Asello , milite romano ?
De tan breve venida como esta ; Que solo la tenia de su lanza :
Y do por las revueltas dichas antes Vacía se volvió sedeña mano ,
Les era la guarida mas molesta , Perdida de prision el esperanza ;
Por estar el Sedeño con intento Libre pues el Ortal de tal encuentro ,
De venir con Ortal en rompimiento. Sedeño se partió la tierra adentro.
De manera, letor, que cuando quiso Recogió del Ortal muchos soldados ,
Evitar á caribes la tragona Cuyo fiel valor esperimenta;
Crüel hija de Focis ó de Niso , Y para los llevar bien avïados,
Amenazas de muerte le pregona : Caballos, armas, ropas les presenta :
Y á no tener con ambas gran avise Hubo después negocios muy pesados ,
Grande riesgo corria su persona ; De que , mediante Dios , yo daré cuenta ;
Mas escapóse de crüeles manos , Pues los Sedeños de presente huyen ,
Por industria del padre Castellanos. Y los de Ortal agora se concluyen.
Y tengo yo por muy averiguado , El cual , considerada la demencia
Que si no se saliera del estrecho , Del Antonio Sedeño y la malicia ,
El muriera suspenso y ahorcado , Envió sus despachos al audiencia ,
Sin mirar á justicia ni derecho , Demandando remedio por justicia :
Por estar el Sedeño tan dañado Despachóse juez de residencia ,
Que cometiera ya cualquier mal hecho De quien también daré lafga noticia
Y ansí , por lo traer á su presencia , Al tiempo que mejor me pareciere,
Fué la que puso suma diligencia. Y con la claridad que yo pudiere.
Mas puestos en la playa deseada , Porque para tratar cumplidamente
Cada cual por su parte recatado , La vida del Ortal en lo restante ,
Hicieron con escuro la llegada Aunque un negocio de otro va pendiente ,
Al pueblo que el Ortal dejó poblado , Habremos de hacello discrepante :
Tres leguas mas abajo del armada Poniendo por escrito de presente
Y campo del Sedeño reformado ; Cosas que sucedieron adelante ,
El cual para partir estaba presto Después que noche del eterno sueño
Debajo del desino ya propuesto. Escureció los ojos del Sedeño .
Un maestre Joan, que lombardero era Por no ser los enojos difinidos
Siendo de vela dijo quién venia ; Aunque sus dias fueron acabados ,
Salieron por lo ver á la ribera , Antes por los agravios recebidos
Diciéndole cuán gran riesgo corria : El Ortal se vengó de sus soldados ;
Al instante le dió barca lijera , Y aquellos que pudieron ser habidos
Equipada de buena compañía , Fueron por su respeto castigados ,
El clérigo francés , principal hombre , Y en este lugar cumple que mi pluma
Que se llamaba de mi mismo nombre. Con brevedad posible los resuma.
Sin gozar allí punto de sosiego , Pues cada cual elegia representa
Y sin llevar cabal matalotaje , En relacion historia recogida ,
La vuelta de Cubagua se fué luego , Y aquel gobernador que la cimenta
Y å vela y remo hizo su viaje ; No consiente que vaya dividida ;
Y no fué de cobarde ni de ciego Sino que de un voleo se dé cuenta
Ser él el que llevaba su mensaje ; De todos los sucesos de su vida ;
Pues no costara menos que la vida , Y ansi , pues la presente tiene dueño ,
Si no fuera de noche la partida. Acabada, diremos del Sedeño .
Porque otro dia luego de mañana , El cual , mucho después de su partida ,
Algun indio ladino que los vido Y de revueltas otras y rencillas ,
Llevó las nuevas á Maracapana , Ansimismo partió de aquesta vida ,
Diciendo que Ortal era venido ; Por cuyo fin también hubo cosquillas :
Sedeño , de su gente mas lozana , Tales , que fué su gente dividida
Juntó consorcio bien apercebido , En dos contrarios bandos y cuadrillas ;
Mandándoles con ásperas razones Unos la gente siguen alemana ,
Que luego lo trajcsen en prisiones. Otros volvieron à Maracapana.
A Neverí llegó la gente brava , Estos por los delitos cometidos
Armada de rigor descomedido , Y escesos que serán conmemorados ,
Y sabida la vuelta que llevaba A instancia del Ortal eran punidos ,
La dieron á decir lo sucedido : Y de los que tenian agraviados :
El Sedeño las barbas se pelaba Fueron en este puerto detenidos ,
Desque supo que Ortal era huido ; A fin que todos fuesen castigados ;
Pero fusta de remos mas espesa Entre ellos un Aduza y Joan de Argüello,
Mandó que lo siguiese con gran priesa. A quien la soga hizo largo cuello .
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XI, CANTO VII. 123
Pues muchos menearon los tobillos Estaba del Argüello muy sentido
Pareciendo mas sano dar la vuelta , Jerónimo de Ortal por lo pasado ,
Que puestos en cadenas y con grillos Y ansí, sin le guardar orden debido ,
Pagar el carcelaje sin la suelta : A muerte natural fué condenado :
Fueron los sobredichos dos caudillos Finalmente, que fué , sin ser oido ,
Deste motin y última revuelta , De la rama de un árbol ahorcado ,
Y todos por llevar caballos buenos , Ejecutando fuera la sentencia
Se quisieron valer de los ajenos. De su gobernacion y pertenencia.
Escogió cada cual á su contento , Argüello muerto , como dije antes ,
Porque por la zavana repastaban , Con muestra de grandisima paciencia ,
Y Aduza dijo ser acertamiento Llegaron á Cubagua los restantes ,
Dejarretar los otros que quedaban , Donde estaba jüez de residencia ,
Porque no fuesen en su seguimiento Y adonde no faltaban querellantes ,
Aquellos de quien ellos los llevaban : Ajenos de virtud y de clemencia :
Astucia de sagaz y de discreto , Afrentaron soldados de gran suerte ,
Si acaso la pusieran en efeto. Y Aduza padeció pena de muerte.
Mas hubo también otras opiniones Conclusos estos casos tan estraños ,
Torpes en afear aqueste hecho , Indignos de cubrirse con tiniebla ,
Y ansi faltaron las ejecuciones Ortal , pobre , pasó por muchos años
Que les pudieran ser de gran provecho ; En casa de un vecino dicho Niebla :
Pues acontece muchas sinrazones Fué después contador , mas no de daños
Asegurar con otras su derecho ; Que hacia sin orden y sin regla ,
Y aunque la culpa hace muy mas llena , Herrando libres indios por captivos ,
A veces se reservan de la pena. Cuyos números fueron escesivos.
Fueron pues diez y seis apercebidos Estando pues el pobre con resuello
De caballo, de lanza y de rodela , Menor que para lo cotidiano ,
A quien noche sacó sin ser sentidos , Y tan pobre que mas no pudo sello
Como la que de tales es tutela : Aquel Epaminondas el tèbano :
Volvian por los pasos conocidos Ante los oidores un Argüello
A la gobernacion de Venezuela ; Quejó dél por la muerte del hermano ;
Y en Cubagua justicia y regimiento , De manera , que fué por su presencia
Luego supieron el atrevimiento. A defender sus causas al audiencia.
Condenando la culpa por atroce , Para satisfacion del tal esceso
Cometen al Ortal aquel castigo ; Faltaba lo que el otro pretendia ,
Ortal , que sus afrentas reconoce , Por ya no ser Ortal , Mida ni Creso ,
Mucha gente cabal llevó consigo , Ni tener lo que Pitio tenia ,
Con deseo de dar alguna coce Ni aun para pagar costas de proceso ,
A quien se le mostró tan enemigo ; Y ansi se concerto por cierta via :
Y en tierra firme puestos deste puerto , El Ortal, libre ya desta manera ,
Lo que el Aduza dijo salió cierto. Tomó en Santo Domingo compañera.
Pues luego los caballos ensillados , Gozando de mujer , dama lozana ,
Que vimos escapar del duro trance , Una siesta cubierto de sudores ,
De buellos fugitivos enseñados , Por asiento tomó cierta ventana
A gran priesa siguieron el alcance ; Para tomar del aire los frescores ,
Pero los delincuentes confiados Donde septentrion ó tramontana
No supieron jugar segundo lance ; Hacia mas templados los calores ,
Pues o por flojedad o mala guia Y luego , como aquel rey Andebunto ,
Se dieron menos priesa que cumplia. O como Nicanor, cayó defunto.
Al gran rio de Guárico Hegaban En proporciones era delicado ,
Como setenta leguas caminadas , Y también en sus tratos tuvo esto :
Do los cansados cuerpos reposaban Fué grave con nota de pesado ,
En playas y riberas cultivadas , Varon gallardo, suelto, bien dispuesto :
Cuando los que por ella caminaban La barba clara, rostro bien formado ,
Fresquísimas ballaron las pisadas , Alegres ojos , apacible gesto ,
Y elOrtal reparó la gente presta , Decian de buen pecho ser ajeno ;
El rigor esperando de la fiesta. Pero por cierto yo lo hallé bueno .
Apolo ya las sombras retiraba , Honró su funeral ilustre gente
Pues casi por zenit se les subia , Como suele ciudad tan generosa
Y el eje por el medio resecaba Al que es inferior y al eminente,
Con los dorados carros que regia , Sin que de claridad le falte cosa :
Cuando frescor umbroso convidaba Enterráronlo muy honradamente
Al descanso que el cuerpo les pedia : En parte conviniente y honorosa ,
Entonces el Ortal y sus soldados Y donde las exequias se hacian
Dieron en los que estaban acechados. Pusieron unos versos que decian :
Bien como peje narces ó torpedo , Continet Ortali, bustum quod cernitis, ossa,
Que sin tocar entume miembros sanos , Qui factus Cræsus, factus et ipse Biton.
Y para ser su cebo se está quedo Valde dolet varios huius perpendere casus,
El peje de los rios destos llanos ; Plusque dolet nobis tam citus interitus.
Ansi los asaltados con el miedo
No pudieron valerse de sus manos , Tiene aquesta sepultura Dolor es que desatina,
Por verse rodear tan de repente , AJerónimo de Ortal, Considerar su ruïna ;
Cuya carrera fué tal, Pero lo que mas dulió
Y no temer aquel inconviniente. Que en ella le dió ventura Fué morir como murió ,
No faltaron alli duros sayones Antes bien y después mal. De muerte tan repentina.
Que con oprobios y palabras feas
Los pusieron en ásperas prisiones ,
Ansi colleras como arropeas ,
Representándoles viejas pasiones
Habidas en rencuentros y peleas ;
tros también de mas noble talento
saban de mejor comedimiento.
126 JUAN DE CASTELLANOS .
En esto colocaban su contento
ELEGIA XII. Con harto mas rigor de lo que digo,
Ala muerte de Antonio Sedeño , donde ansimismo se cuenta Y era de tal furor el desatiento ,
Sin reservar amigo ni enemigo ,
el suceso de su jornada. Que juzgaban con gran merecimiento
El demerito digno de castigo :
CANTO PRIMERO . Tanto ciega los ojos la cudicia
A cosas de Cubagua y Margarita Que la maldad se tiene por justicia.
Aspiraba, letor, mi flaca pluma Los ebrios de tan mortal beleño ,
A dar de relacion tan infinita Que muy poquitos hoy sustenta hado ,
Alguna recogida y breve suma ; Parece que despiertan de tal sueño
Pero dame Sedeño tanta grita Que ninguno tuvieron tan pesado :
Rogando que su causa se resuma, Dicen mal del Ortal y del Šedeño
Que primero que dellas es forzado Por haberse tan mal acomodado ,
Acabar lo que dél he comenzado. Pues si tuvieran de poblar intentos
Cuando clara progenie de Latona Potentes fueran los repartimientos .
Tenia por la ecliptica carrera , Iban pues con algunos compañeros
Aquel primero signo de la zona De Cubagua personas principales ,
Oblica, que ciñendo va la esfera ; Un Domingo Velazquez, un Riberos ,
Cuando quinceno ciento se pregona Fernando de Veger, Pedro de Caliz :
Con mas treinte y seis años de la era, Su fin, su pretension, sus paraderos
Tal dia con frescor de la mañana Fué siempre destruir los naturales ;
Salió Sedeño de Maracapana . Llegó á Guaramental toda la gente,
Al cual deste consorcio belicoso El cual los recebió benignamente.
Le pareció nombrar en el armada Hizo Sedeño ir por otras vias
Por general à Diego de Reinoso, Gente que parecia ser bastante ,
Y el maese de campo fué Losada : Repartidos en tres capitanías
Martin Fernandez, hombre poderoso , Para que descubriesen adelante ;
Por alcalde mayor de la jornada , Y él se detuvo por algunos dias
Porque en el aviar el estandarte Mas cerca de la mar con la restante ,
Este fué quien gastó la mayor parte. En el pueblo del Cojo , que ya cuento ,
Por capitanes otros seis ó siete Porque le pareció fértil asiento.
Fueron por el Sedeño señalados , La gente por Cubagua proveida
Como Montalvo, Vega y el Copete, Y con el capitán que Ochoa llano,
Y los dos que murieron ahorcados : Desde Guaramental hizo corrida
Segun mi verso débil entremete A la parte que dicen Guayacamo,
En los casos atrás conmemorados , Provincia bien poblada y estendida ,
Ochoa y Alonso Alvarez Guerrero , Pero no sin defensa de su amo,
Capitán del Ortal y compañero . Porque los indios della como diestros
Sacó quinientos hombres escogidos , Hicieron grandes suertes en los nuestros.
Todos valerosísimos soldados , Pues viendo lamentar los derredores
De caballos y armas proveidos , Por ser en sus defensas incapaces,
De cosas necesarias reparados : Y ser los españoles ya señores ;
De pensamientos altos van movidos , Como sabios astutos y sagaces,
De grandes esperanzas alentados , Tuvieron estos indios por mejores
Con intento de ver templo dorado Patentes guerras que fingidas paces ;
Do el padre de Faeton es adorado. Y ansi fueron los nuestros rebatidos ,
Con todo buen conciert o se camina Algunos muertos, y otros mal heridos.
Por costa de la mar camino claro, Viendo que se valian desta suerte
Pero luego dejaron la marina , Por tener la guarida muy cercana
Y atravesa ron por Patiguta ro : El español desea de lo fuerte
Provincia tan cabal que fuera dina Sacallos al anchor de la zavana ,
De conservarse con mejor reparo , Para tomar venganza de la muerte
Y por do les hacia mas al caso Que padeció la gente castellana,
Salieron á los pueblos de lo raso. Y ansi se retrajeron poco a poco
A sombra de tan fuertes valedores, Para mas incitar al indio loco.
Cubagua concertó también que fuesen Con sospecha de que se retiraron
Sus capitanes y rescatadores Los españoles de temores llenos,
Que los indios esclavos recog iesen , Los indios á lo raso se llegaron,
O granjeados ya por sus sudores , Sin miedo del concierto de los frenos
O de los que los otros les vendi esen, De aquellos que los tésalos domaron ,
Con orden de clemencia tan ajena Para poder correr con piés ajenos ,
Que el escrebillo da terrible pena. Tanto que se pusieron á provecho
Pues era tan sin freno la soltura Y á daño suyo fuera del estrecho .
De parte del ejército cristiano, Las riendas flojas, las espuelas hitas ,
Que les era la paz menos segura Compuestas las adargas y las lanzas ,
Que dormir con las armas en la mano ; Van los centauros contra los lapitas
Pues con asegurallo , se procura, Que venian con vanas confianzas :
Privar de libertad al indio llano, Avivanse las voces y las gritas ,
Y en esto fueron tantos los engaños , Crecen á mas andar las destemplanzas ,
Que se hicieron increibl es daños. A todas partes y por todos lados
De tan inmensa copia de vecinos Rompen salvajes pechos y costados.
Rarísimos son boy los que parecen , El Ochoa hacia gran estrago,
Umbrosos montes cubren los caminos Pedro de Caliz rige bien las riendas ,
Que los humanos ojos humedecen : Y también Francisco de Santiago,
Los campos por do pasan peregrinos Que en este nuevo reino tiene prendas :
Con sangre de los muertos reverdecen ; Ningunas lanzas destas van en vago
Ya no se ve labranza ni cultura, Vengando las pretéritas contiendas,
Sino bosques incultos y espesura . Y los demás hacian maravillas ,
Rompiendo las ijadas y costillas.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XII , CANTO I. 127
Bien como caminante descuidado Y á treinta de caballo, mocetones ,
Que bestia fiera topa de repente , Y para guerras no personas mancas,
Y con aquel temor desalentado Un tigre les causó mil turbaciones
Huyendo acia atrás vuelve la frente ; En el rio que llaman de Barrancas :
Ansi huye también el mas osado Recogidos en medio los peones
Y el mas aventajado desta gente , Y ellos sin se mover ancas con ancas,
Admirados de ver en la conquista Mas antes de llegar la luz del dia
Bestia nunca jamás por ellos vista. A un indio le quitó la que tenia.
Al fin, viendo los golpes escesivos , Otra noche por el inconviniente
Los tajos y reveses inbumanos , De tan perniciosas ocasiones ,
Los guayacamos que quedaron vivos Un capitán , que fué Joan de la Puente,
Huyeron del furor de los cristianos ; Vistióse fuertes armas de algodones :
Pero de los rendidos y captivos Con capirote y faldas fuertemente
Gran copia les dejaron en las manos, Trabando las hevillas y botones ,
Y puestos en recado conviniente Porque si la venida fuese cierta
Siguieron el alcance juntamente. En otra parte diese descubierta.
Los libres del rigor de las peleas Y aunque las armas fueron de provecho
Largando van los arcos y penachos, Cuando todos estaban reposando ,
Los nuestros saquearon las aldeas El tigre para él se fué derecho
Recogiendo mujeres y muchachos : Ningunas cuberturas respetando ;
De oro bajo joyas y preseas , Dió grandes voces él , mas un gran trecho
Sin que le pongan armas sus empachos , Lo llevó con las armas arrastrando ,
Y vueltos á la ya dicha dehesa , Acuden caballeros , que velaban ,
Al Sedeño llevaron grande presa. Al tino de las voces do sonaban :
Como fuesen iguales en ingenio Yendo cada cual dellos recatado
Para hacer allí las particiones , Dan gritos que los meten en el centro , •
Atabas se conforma con Numenio , Al fin halláronlo ya desmayado
Ambos á dos grandísimos ladrones : Aquellos que salieron al encuentro :
Ajenos del vivir del justo Benio , Entre dos plantas verdes apretado
Mas no de las argivas condiciones ; Que no pudo metello mas adentro ,
Llevólo pues Cubagua por entero Túvose por grandísima ventura ,
Uno por parte y otro por dinero. No podello llevar al espesura .
Acudieron también los taburlanes Y cierto su persona fuera lesa
Para poder mejor echar el sello ; A poderle quitar los embarazos ,
Quiero decir, los otros capitanes Pues cuando va buyendo con la presa
Bautista, y el Aduza , y el Argüello : La va haciendo toda mil pedazos :
Que tuvieron contrastes y desmanes Hinchendo de crujidos la debesa
Y la vida colgada de un cabello, Quebrantando costillas , piernas , brazos ;
Por haber encontrado competencia Y es tan veloz en el hacer el salto
Que hizo porfïada resistencia. Que parece que vuela por lo alto.
Pero trajeron muchos maniatados Otra noche también desta manera
De Anipuya, Marapa y Mayatare, Dormia el lusitano Caraballo ,
De Chocoroima y rio de Tiznados , Habiendo puesto para cabecera
De Guamba, Orocomay, Cumagatare ; La silla y aderezos del caballo :
De muchos pueblos otros señalados Manopla zo feroz tiró la fiera
De la provincia de Mayagatare, A fin de lo matar y de llevallo ,
Y todos los llevaron cubagüeses Fué misterio de Dios y maravilla
A trueco de preseas é intereses. Que parasen los daños en la silla.
Llevaban á Cubagua sus vecinos Huyó pesado sueño del dormido
De esclavos prolijísimas cadenas , Cuya silla sintió llevar rastrando ,
Dejando bien sangrientos los caminos , Haciendo los estribos gran ruïdo
Las sendas y veredas todas llenas Que por las duras piedras iban dando :
De muertos en aquestos desatinos, Temor lo hizo mas apercebido
Con bambre, con cansancio y otras penas, Y á todos los demás estar velando
Pues eran destos míseros captivos Hasta la luz , y abierta la sospecha
Muy mucho mas los muertos que los vivos. La silla se halló , pero deshecha.
Y como tantos muertos se quedasen Otra vez en el rio de Tiznado
En aquestos trabajos escesivos , Un indio de Fernando Cascajales
Fué causa que los tigres se cebasen Se cubrió con un cuero de venado
Y en esta tierra fuesen tan nocivos ; Con miedo , segun dijo , destos males :
Pues como ya los muertos les faltasen Saltó tigre feroz encarnizado
Procuraban cebarse de los vivos, Echándole las garras infernales ,
Yfué tan grande plaga y desventura Y ventura le fué tan obediente
Que no teníamos bora segura. Que llevó la cubierta solamente.
El pesado temor desto se prueba Conocida su suerte venturosa
Por casos varios que decir entiendo, Dió gritos convocando los cristianos ,
Y entre sueños no era cosa nueva Salto de la hamaca quien mas osa
Alguien, sin le tocar, estar diciendo : Y el que tuvo los piés menos livianos :
Señores , que me lleva, que me lleva. » Tuvimos una noche trabajosa
Los otros acudian al estruendo, Y siempre con las lanzas en las manos ,
Y estando quien lo dijo muy dormido, Con tizones , con grita y vocería
Causarse confusísimo ruïdo. Hasta que ya llegó la luz del dia.
Pues como cada cual por sí recela Yendo muchos á dar en un cercado
Una muerte tan vil y desastrada , De gente que tenian acechada ,
Unos tirau tizones de candela Cada cual á caballo bien armado
Otros tercian la lanza preparada ; Cubiertos de la noche sosegada ;
El otro se embrazó de la rodela, Tigre feroz saltó por el un lado ,
El otro no topó con el espada; Y al capitán llevóle la celada ,
Mas en los sobresaltos destas fieras Sin ser la voluntad del caballero
Las mas veces las burlas eran veras. Que lo sirviese paje tan lijero.
128
JUAN DE CASTELLANOS .
Viendo la buena maña del lacayo
Cuyas uñas peinaban el cogote , Supo Sedeño luego la venida
El caballero Garci Perez Vayo Y adevinando lo que el otro piensa ,
Toda su gente tuvo recogida
A lo raso salió mas que de trote ; Con mano para guerra mas estensa :
Porque no revolviese por el sayo A la cual destas cosas advertida ,
Aquel que le llevó su capirote , Dispuso y ordenó para defensa ,
Y los demás hicieron otro tanto Facilitando tal inconviniente
No menos poseidos del espanto. Con decilles à todos lo siguiente :
De dia fuimos seis por un camino, << Envidia , mis carísimos hermanos ,
Y en un gran pajonal pasó delante Que lo bien puesto derribar procura ,
Joan de Oña , montañés , ó vizcaino , Debe querer quitarnos de las manos
Saltó tigre con él en el instante , Alguna prosperísima ventura :
Con golpe que sacara de su tino Pues me dicen venir ciertos cristianos
Al mas poder osísimo gigante ; A perturbar tan buena coyuntura ,
Acudimos á él con piés livianos , Con jüez proveido del audiencia
Y quitámoselo de entre las manos, Por odio , por pasion y mal querencia.
La fiera crudelísima , tragona , »Y si somos á estos sometidos,
No pudo deshacer el mortal vaso , Obedeciendo tales provisiones ,
Mas dejó maltratada su persona Que maliciosos hombres fementidos
Porse querer mostrar en este caso Ganaron con siniestras relaciones ,
Barbero que lo hizo de corona Quedamos asolados y perdidos ;
Dejándole no mas que el casco raso Y fuera de tan buenas ocasiones ,
Pues la tresquila fué con tan mal celo Como las que tenemos de presente ,
Que no pudo jamás cubrilla pelo. Do Dios y el rey se sirven juntamente .
No le curaron luego la herida >>Pues querer por juridicas contiendas
Por parecer las llagas ser mortales , Que nuestras causas sean defendidas ,.
Y aun por andar la gente de corrida , Demás de desasirnos destas prendas
Demás de que faltaban materiales : Para cosas mas altas adquiridas
Curamoslo después , y tuvo vida Veremos consumidas las haciendas
Temerosa de tales animales; Y en confusion las honras y las vidas
Y aunque vivia siempre lastimado , Que como ya sabeis las menos veces
Después lo vi con hijos y casado. Favorecen al reo los jueces .
Quiero también contaros otra cosa >>Ansi que pues que vamos en servicio
De un indio que venia por un llano , De Dios y rey, segun intento mio ,
A pedir libertad para su esposa Y para la defensa que cudicio
Captiva del ejército cristiano : Tenemos fuerzas y bastante brio ,
Otra lleva por ella muy hermosa No me parece grave maleficio ,
Y espada de las nuestras en la mano , Que el licenciado Frias vuelva frio ,
Mas tigre le mató la india bella , Antes es bien que cada cual defienda
Y dél hacer quisiera lo que della. Su libertad , su vida y su hacienda. >
Mas viéndolo venir el caminante, Aquel interesal razonamiento ,
Cubrióse tras el tronco de un madero , Con oidos atentos percebido ,
Poniéndole la punta por delante Y entendido por todos el intento
Al tiempo que voló saltó lijero : Que de color de rey iba vestido
De suerte que la espada trepidante Mostraron todos ellos buen aliento
Entró por el vital degolladero , Para la defension de su partido ,
Cayó la bestia fiera sin aliento Diciendo cada cual que estaba presto
Y el buen indio gozó de vencimiento . Para la ejecucion de lo propuesto .
Dió relacion á nuestra compañía En aquesta sazon Frias tenia My
Del daño recebido y del provecho , La contraria ribera del Unare ,
Fueron allá por ver lo que decia Pero seguro vado no sabia
Y satisfizose cristiano pecho : Para que su venida se declare ;
Diéronle la querida que pedia Y ansi determinó por aquel dia ,
En premio de tan honoroso hecho , Que por alli su gente se repare ,
Hiciéronle los indios grande fiesta Mandando componer ranchos y tiendas ,
Por selles esta fiera muy molesta. Sin sospecha de guerras ni contiendas.
Pudiéramos gastar en estos cuentos Y fué debajo destas intenciones
Hartos dias que no fueran inertes , Hacer pasar allá , dia siguiente ,
Mas no de desventura tan exentos Alguna breve copia de varones
Cuanto lo fueron estas dichas suertes : Con Sancho del Castillo, su escribiente ,
Sino fines turbados y sangrientos, Para notificar las provisiones
Arrebatadas y penosas muertes , Al Antonio Sedeño y á su gente ,
No solo de los indios naturales Que los hilos cortó de su esperanza ,
Mas de muchas personas principales. Por no tener de muchos confianza.
Y muchos nombres dellos os dijera , Y ansi tenia ya determinado ,
Pues en los mismos riesgos nos hallamos , La luz de los mortales apartada ,
Pero por acortar esta carrera Pasar alla por conocido vado ,
Al Antonio Sedeño nos volvamos , Con parte de su gente bien armada ;
Y al asiento del Cojo y su ribera Y dar en el dormido licenciado
Que fué la parte donde lo dejamos , Prendiendo la cuadrilla descuidada ,
Por rehacerse mas de cosas varias Con miedo que si viesen mandamiento ,
Para largo camino necesarias. En sus gentes habria mudamiento.
Estando pues en esta pertenencia Al tiempo pues que ya la noche fria
El Sedeño con estas compañías , Demediaba sus cursos naturales ,
Vino para prendello del audiencia Y sueños descuidados infundia
Un licenciado dicho Joan de Frias : Morfeo por los ojos de mortales ;
No menos confiado de su ciencia El Antonio Sedeño no dormia ,
Que de victoriosas valentías , Antes llamó soldados principales
Entró tras él por pasos conocidos Apercebidos para tal efeto ,
Con cien soldados, hombres escogidos. Porque tenia destos buen conceto.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XII, CANTO I. 129
Caminaron con él hasta doscientos , Estos , á quien volver no se les veda ,
Los ciento de caballo y cien peones , Aviso luego dieron al audiencia ;
Muy bien armados y con pasos lentos , Y ansí , vistas las vueltas de la rueda ,
Por mas asegurar las ocasiones : Mandóse que castigue la demencia
Pasaron con quïetos movimientos , El licenciado Joan de Castañeda ,
Las aguas sin opuestas defensiones , Famoso por soltura de conciencia
Y fueron por aquestos campos anchos Y en deshonestidades y regalo
Hasta ponerse ya sobre los ranchos. Creo que fué menor Sardanapalo .
Como tigre que quiere hacer presa A Cubagua llegó do se pregona
Saliendo de lugar escurecido , La provision y cédula bastante ,
Y fué por pajonal de la dehesa , Y por no fatigar mas su persona
Tan tacito que no causó ruïdo ; Nunca quiso pasar mas adelante ;
Y visto los manjares de su mesa , Mas nombró capitán de Tarragona ,
Hace salto veloz , jamás oido , Que no hallaba riesgo que lo espante ,
Y si acaso lo sienten , es ya cuando Este fué Joan de Yúcar, un navarro
La miserable presa va gritando ; De quien atrás algunas cosas narro.
Ansí los de Sedeño , revestidos Como varon sagaz y diligente ,
Del nublo que tenian por halago , Tratable , generoso , halagueño ,
Llegaron á los ojos que dormidos Procuró convocar alguna gente ,
Tomaban del trabajo justo pago ; Cuyo número todo fué pequeño :
Y nunca fueron vistos ni sentidos , Por via que le fué mas conviniente
Hasta que ya dijeron , « Santiago , Luego se despachó contra Sedeño ,
A las armas » ; dan gritos, pero vanos, Creyéndolo ballar en el asiento
Por ya se las tener ajenas manos. Adonde Frias vió su rompimiento .
Sin sangriento rigor fueron rendidos Pero después que para la marina
Por estar sepultados en gran sueño , La gente sin el Frias fué enviada ,
Y luego fueron todos repartidos El Antonio Sedeño determina
Entre los capitanes del Sedeño : Proseguir adelante su jornada :
Caballos , armas , ropas y vestidos Pifaro y atambor con voz contina
Allí reconocieron nuevo dueño , Recoge ya la gente separada ,
Y otras preseas mas , entre las cuales Serenidad de tiempo los convida
Recogieron las cédulas reales. A poner en efeto la partida.
Y estas sin el respeto que se debe Demás de que tenia por pesado
Luego las entregaron y las dieron Gastar mas tiempo por aquel asiento ,
Al impetu del agua que las lleve , Donde febea luz habia dado
A las ondas del mar por do vinieron : A toda su carrera cumplimiento ,
Pedro de las Comadres , que se atreve Por polos del zodíaco dorado
A tales desvergüenzas cuales fueron , Contrario del primero movimiento ,
Comenzó de decir con gritos varios : Y aun del signo de Géminis salia,
«Allá van , allá van los cartularios. » Y al trópico de Cáncer se metia.
Pensaba que por esto fuera dino Dados pues por el campo los pregones ,
De coronas triunfales ó guirnaldas ; Recogen los soldados sus baciendas ,
Pero pasados tiempos , tiempo vino Mantenimientos , armas , municiones ,
Que por sus robustisimas espaldas Los gosipinos toldos y las tiendas ;
Asu pesar corrió flujo sanguino , Salieron caballeros y peones
Que en el rostro causó color de gualdas , Dispuestos para lides y contiendas ,
Otros también entraron en la cuenta Y para les servir en trances tales
Que no se reservaron del afrenta. Crecida cantidad de naturales.
El Frias con los otros descompuestos , A los cuales llevaban en colleras
Fueron , como ya dije , divididos Con cuerdas ó cadenas algo largas ,
Por el gobernador en varios puestos , Pero todas delgadas y lijeras
A vigilantes guardas cometidos : Porque pudiesen bien llevar las cargas :
Sufriendo cada cual ratos molestos , Cansabanse las fuerzas mas enteras ,
Por ser escasamente proveidos , Las horas del vivir hacen amargas ,
Pero poco después de la pendencia , Aqueste ve su fin , aquel desmaya ,
Para poder volver les dió licencia. Otro no sabe ya cómo se vaya .
Mas aunque medios y conciertos hubo Mandaban desatar al que se via
Para poder volver al Oceano , Careciente de fuerzas y sustancia ,
Al Frias el Sedeño lo detuvo , Porque el gobernador siempre tenia
Y à Sancho del Castillo su escribano : En este caso grande vigilancia ,
Con unos el concierto se mantuvo , Y en que se caminase cada dia
Y a otros no les dió tan libre mano Dos leguas solamente de distancia ,
Sospechosos dejóselos consigo , Siempre nombraba hombres diligentes
Y los otros se fueron como digo. Que curasen heridos y dolientes.
No vuelven en caballos ni trotones , Tuvo vigilantísimo cuidado
Pero, segun el uso de romeros , De los pobres enfermos y heridos ,
Las lanzas convertidas en bordones , Nunca se le probó comer bocado
Y las adargas son sacos lijeros : Hasta que los tuviese proveidos :
Iguales van agora los peones Por el camino todo buen recado
A los aventajados caballeros , Y entre los de caballo repartidos ,
Entre ellos ansimismo van iguales Él en la retaguardia vigilante
Un don Pedro y don Diego Sandovales. Para llevallos todos por delante.
Con Domingo Velazquez se dispensa , Con esta vigilancia propia suya
Y con otros amigos conocidos , Llegaron a las tierras que mandaba
Que lleven armas para su defensa , La reina que llamaban Anapuya ,
Si de los indios fuesen ofendidos ; La cual de buena paz los esperaba :
Y a todos los demás en recompensa Hermosa , varonil , cabal, y cuya
De los bienes robados y perdidos , Mano muy liberal se le mostraba ,
Les dieron muchos indios de la tierra , En todas proporciones elegante ,
Que les decian ser de buena guerra. Y para guerra y paz mujer bastante.
T. IV.
130 JUAN DE CASTELLANOS .
Y en general es este mujeriego A este reino pues llegó Sedeño ,
De bien compuestos miembros y lozanos , Que entonces paz serena mantenia ,
Ninguna cosa duras al entrego Y por ser el Perima muy pequeño ,
Que suelen recebir lascivas manos : Orocomay su madre lo regia:
Derretidas en amoroso fuego , Fué su recebimiento halagüeño
Grandes aficionadas à cristianos , Y lleno de contento y alegría ,
Serenos ojos , blandos movimientos , A todos dieron buenos aposentos ,
Causadores de tiernos sentimientos . Y sin limitacion mantenimientos.
Entre estas apacibles compañías Estando todos eu aquel asiento ,
Fueron los españoles detenidos Cuyos vecinos eran liberales ,
Por espacio de diez ó doce dïas , A celebrar vinieron casamiento
Aunque ninguna cosa divertidos : Dos hijos de personas principales ;
Después con las debidas cortesías Y estaban en aquel ayuntamiento
De la gallarda reina despedidos , Inmensa cantidad de naturales,
La gran Orocomay fueron buscando , Que demás de vecinos y parientes
Do también los estaban esperando Se llegaron de partes diferentes.
Con grande cantidad de bastimento , Ninguno dellos trajo largas faldas ,
Por ser Orocomay atrás nombrada Puesto que matizados de colores
Señora de grandísimo talento , Los rostros , brazos , pechos, las espaldas,
Y á cualquier español aficionada : Otros en carne fijas las labores ;
Libre de yugo ya de casamiento , Otros aderezados de guirnaldas ,
Y que después no quiso ser casada , Compuestas y tejidas de mil flores ,
Tuvo hijo varon de gran estima , Por collares también uñas de fieras ,
Y el nombre deste mozo fué Perima. Conchas de cachicamos por monteras.
Alto , fornido , suelto , bien dispuesto , Aquí y allí caterva de salvajes
Y aunque zurdo , perito sagitario , Bailaban á compás en ancho coro ,
Melancólico , grave , torvo gesto , Haciendo muchos gestos y visajes ,
A mansas condiciones adversario : A la danza guardando su decoro :
En baldonar la madre fué molesto , Ondean por cabezas los plumajes ,
Atrevido , feroz y temerario , Resplandecen también joyejes de oro ,
Con él crecian malos pensamientos , Queque , paracaguá , grupo , caconas
Pero salia bien con sus intentos. De que muchos ornaban sus personas.
Y ansí , teniendo dias mas ancianos , Gran copia de casadas y doncellas
En su reino mandó se contradiga Regocijan allí la dulce rueda :
La paz que sustentaban comarcanos , Graves , ledas , airosas , lindas , bellas ,
Menospreciando ser en esta liga. No con lienzo ni paño ni con seda ;
Mostróse tan crüel contra cristianos Sino con tal cubierta todas ellas
Cuanto la madre fué fïel amiga, Que después que nacieron se les queda ,
Llegó después su gran valor a tanto , Y en cada cual se via muy patente
Que fué de todos general espanto. Lo que razon honesta no consiente.
Pues con ser por allí los campos llanos , Muchas también dispuestas y sacadas
Sin sierra ni peñol do se valiese , En sus gallardos miembros y faiciones ,
Nunca jamás rompió con los cristianos Que no dudo poder ser envidiadas
Que punto de su parte se perdiese ; De muchas encubiertas proporciones ;
Antes vivos tomó muchos á manos 9 Y ansi se criau todas regaladas
Y al de caballo hizo que huyese , En aquellas provincias y regiones ,
Y á muchos no valieron las espuelas ,. Y con ser los varones gente dura
Sino que los cogió por las pihuelas . Los ablanda su blanda hermosura.
Hizo mientras vivió notables daños Aquel dia pues en que celebrado
Corriéndole su tierra capitanes , El desposorio fué segun sus leyes ,
Sin ser parte grandísimos engaños Trajeron al mancebo desposado
Para no padecer muchos desmanes ; Cantidad de caciques ó de reyes
Mas pasados después algunos años , A un lugar de flores adornado ,
Ciertos soldados de los alemanes A la sombra de macos ó mameyes ,
Llegaron por allí no sospechando Do tenian asientos prevenidos ,
Hallar tan pertinaz y duro bando. Muchos dellos de oro guarnecidos .
Fué gente baquïana que traia Estando cada cual en el asiento
Un cierto capitán de valor raro , Segun su calidad acostumbrada ,
El cual Pedro de Limpias se decia , Orocomay sacó del aposento
Y el bárbaro llamó Curahamaro : A plaza la señora desposada :
Perima como vió la compañía , De señoras de gran merecimiento
Quiso romper con él en campo claro , Salió la ninfa bien acompañada ,
Y ansi salió con ciertos escuadrones Y á su modo tan bella y tan graciosa
Contra los caballeros y peones. Que cualquiera juzgara ser hermosa.
Limpias reconoció como convino Los cabellos cubrían las espaldas,
Al Perima por ser mas señalado , Tan largos que se vieron pocos tales,
Y ansi rompió guiado de buen tino La cabeza con roseas guirnaldas ,
Con caballo feroz , rucio rodado ; Rico collar de piedras principales :
Y fué con tal vigor , que de camino De rubies, turquesas y esmeraldas,
La lanza le metió por el costado , Una cinta de perlas y corales ,
Tocó la tierra su robusto cuello , Las muñecas y piernas con chaquiras
Ya despedido de vital resuello. Y entre ellas diamantes y zafiras.
Acude luego para levantallo Lo demás iba todo descubierto ,
El escuadron robusto y esforzado , Diferente del uso vergonzoso ,
Y estórbalos la gente de caballo Mas tal que quiso natural concierto
Con brazo vigoroso y arriscado ; Pintar un espectáculo hermoso .
Pero parte no son para quitallo Tan bello que no fuera menos cierto
Hasta metello dentro del cercado , Que Júpiter quisiera ser esposo ;
Donde se defendieron y ofendieron , Llevaba como virgen en la mano
Y el Limpias y los suyos se volvieron . Ramillete de flores muy galano.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XII, CANTO II. 131
Llamábase la ninfa Gailacía , Amparados los indios belicosos
Mas mejor se llamara Galatea , Con cerca de tres cercos estendidos ,
Por ser retrato vivo do se via Cada cual de maderos poderosos ,
Cuanto de hermosura se desea : Profundos y al cortar endurecidos
Con tan alto primor que deshacia Con yedras ó bejucos correosos ,
A Deyopeya , Dafnis y á Pantea , Unos con otros bien fortalecidos ,
Y a aquella que por ser mas que Glicera Y en torno de las cercas de maderos
Fué puesta por un polo del esfera. Hoyos para meterse los flecheros ;
Llegada con aquesta compañía Llegada la cristiana compañía
Do estaban los caciques esperando , Y llamados de paz los capitanes ,
Recebieron con grande cortesia Gotoguaney de dentro respondia :
Todos ellos al femenino bando : « Andad para bellacos haraganes,
Miranse los esposos á porfia Hombres de mal vivir , gente baldía ,
Y un rato consumieron contemplando , Glotones, paroleros , charlatanes ,
Y ella para mostrar qué tal estaba Chocantes , burladores , mogollones ,
Al inozo dió las flores que llevaba. Falsos y de traidores condiciones.
El mozo las tomó con gran contento . >>Aquellas mujercillas temerosas ,
Y después de mostradas por buen trecho Os trataron con grande mansedumbre ,
Volvióselas con dulce sentimiento , Y os nombran con palabras amorosas
Juntándolas primero con el pecho , Hijos del resplandor que nos da lumbre ;
Do prestaron los dos consentimiento , Mas no me espanto yo de pocas cosas ,
Y ansi su casamiento quedó hecho : Ni por acá se tiene tal costumbre ;
Luego por multitud tan infinita Sé yo domar los tigres y leones ,
Hubo de regocijos grande grita. Cuanto mas á cobardes corazones.
El esposo se fué tras su querida >> Nuestras agudas puntas de alfileres
Con estruendo de bailes y de danzas , No se espantan de lanzas fanfarronas ,
Dase muy abundante la comida , Ni ya penseis habello con mujeres
Crecen en el beber las destemplanzas : Lascivas , deshonestas , bellaconas ;
Orocomay , princesa proveida, Que por sus apetitos y placeres
Mostró su gran valor y sus pujanzas , Regocijaron bien vuestras personas :
Duraron en aquestas obras pias Nuestros regalos van vias derechas ,
Por espacio de mas de quince dias. Pendientes de las puntas de las flechas.
Aquestos regocijos acabados , »A todos causo yo temor horrendo ,
De que Sedeño fué participante , Y soy Gotaguaney, y ansi me llamo ,
Teniendo los caballos reformados, Las cosas que baceis bien las entiendo ,
Y enfermos con reparo semejante , Por los de Cherigoto y Guayacamo ;
Previno capitanes y soldados Y sé también cómo venis huyendo
Para que procediesen adelante , Por no querer servir à vuestro amo ,
Los cuales se hicieron luego listos Y si no revolveis por do venistes ,
En demanda de reinos nunca vistos . Podrá ser que pagueis lo que hicistes. ▸
Después de consultada la partida , Con las palabras dichas los amengua
Señaladas derrotas y paraje , El bárbaro feroz y confiado , "
Sedeño con razon encarecida Las cuales declaradas por la lengua ,
Las gracias le rindió del hospedaje ; El Sedeño quedó maravillado ;
Y la española gente despedida, Y á todos parecia grande mengua
En efeto pusieron su viaje , No procurar romper aquel cercado ,
El suceso del cual y desta gente Y para los efetos deste hecho
Diremos en el cántico siguiente. Determinaron de poner el pecho .
Porque todos los mas facilitaban
El ronipimiento de los flacos muros ,
Mas no les sucedió como pensaban ,
CANTO SEGUNDO , Por ser los defensores hombres duros ;
Y ansi , ninguno de los que llegaban
Bende se cuenta el suceso desta gente hasta la muerte del Antonio Hallaron sus amparos ser seguros ,
Sadeño, y cómo se dividió su gente en dos bandos y parcialidades. Autes los adalides mas osados
Volvian malamente lastimados.
No son los sufrimientos imposibles El gobernador sabio , como via
Cuando fortuna juega duros lances ; La resistencia destas gentes fieras ,
Mas las penas serian mas sufribles , Hasta la lumbre del siguiente dia
Y de menos dolor los tales trances , Mandó retraer armas y banderas :
Si no trajesen otros mas terribles Considerando que le convenia
Que siempre suelen ir en los alcances , Tomar este negocio mas de veras ;
Pues muy enteras fuerzas se quebrantan Y con bastante vela recogidos
Si unos después de otros se levantan Curaron mas de veinte mal heridos.
A la gente del campo peregrina Retirando su clara luz Apolo ,
Fortuna repartió destos rigores , Con sus caballos anhelantes llega
Pues en prosecucion de su camino A la region austral del otro polo,
Fueron de malos pasos en peores :
Perturbando su célebre desino Dejándonos aca la noche ciega ;
Y con sospecha de noturno dolo ,
Hambre mortal y bélicos furores , Al sueño su costumbre se le niega ,
Los cuales siempre fueron en aumento Acá velas y rondas se visitan ,
En el discurso del descubrimiento . Los indios al rendir los cuartos gritan.
Caminando por estos campos llanos , Habiendo Flegon dado cumplimiento
De grandes esperanzas alentados , A los opuestos campos y raices ,
Al reino llegan de los dos hermanos Y con arrebatado movimiento ,
Gotoguaney y Guaxcarax nombrados : Acá respira luz por las narices :
Los cuales con las armas en las manos Descubriendo las flores y ornamentos
Eu su defensa son determinados , De diversos colores y matices ,
Y estaban en el pueblo mas potente Los indios y guerreros castellanos
Con escesivo número de gente. Aprestaron las armas y las manos.
132 JUAN DE CASTELLANOS .
Vistense duros sayos de algodones , Pues como ya de aquestos campos llanos
Con sobrefaldas que los piés cubrian , Febea luz sus rayos ascondiese ,
Celadas fuertes , duros morrïones , A caballo , con lanzas en las manos
Ventallas que la vista defendian : Se mandó que la ronda se hiciese "
Unos con bachas , otros azadones , En torno del cercado los cristianos
Otros con los reparos que tenian , Porque la gente dél no se huyese ;
Detrás de rodeleros las ballestas , Pues à causa de daños recebidos
Con ciertas pavesadas bien compuestas. Estaban de gran furia poseidos.
Por diferentes partes se comete Llegada ya la luz , llegan porfias
El combate feroz y Marte fiero , Con reciprocacion de guerra fiera ,
García de Montalvo y un Copete Sierras , bachas y sogas van baldías
Tomaron al oriente lo primero : Y ciertos castillejos de madera ;
A lugares opuestos arremete Pues pelearon mas de veinte dias
Aduza y Alonso Alvarez Guerrero , Dejándose la cerca muy entera ,
Lo del septentrïon tomó Losada Haciendo indios sus reparos ciertos
Y Ochoa con gran parte del armada. A costa de otros que quedaban muertos.
Conviértense las mas quïetas horas No les faltaban tiros del aljaba
En otras peligrosas y molestas , Ni pechos que jamás fueron vencidos ,
Las gentes del cercado defensoras Pero mantenimiento les faltaba
Acudieron también las armas prestas : Por tomallos allí desproveidos ;
Oíanse las hachas cortadoras , Y aunque el indio feroz disimulaba ,
Suenan los arcabuces y ballestas , Mujeres y muchachos dan gemidos ,
Aquí y allí se hace gran estruendo , Y ansi determinaron en tal caso
Unos cortando y otros defendiendo. De morir ó vivir en campo raso.
De las piedras vereis el aire lleno Escogieron el tiempo mas seguro
Que caen sobre todos los armados , Para poder salir secretamente ,
Empléanse las flechas con veneno , Y ansi determinaron con escuro
Pasan las guaicas pechos estofados : De no dejar allí cosa viviente ;
Echábanles también ardiente feno Sino romper la parte de su muro
Contra ciertos pertrechos fabricados , Capaz para salir junta la gente ,
Por aquellos cuarteles y defensas Ordenados prolijos escuadrones,
Los gritos y las voces son inmensas. A la forma de nuestras procesiones .
Como si tempestad con sus rigores Resueltos en aquestos pareceres ,
Los edificios fuese derribando , Pusieron en efeto la partida
Que por aquí dan gritos y clamores , Con lo mas sustancial de sus haberes
Por acullá también andan gritando ; Y alguna haciendilla recogida :
Y acuden ansimismo moradores , En medio los muchachos y mujeres
La minosa pared apuntalando , Para selles amparo de la vida;
Reparando las casas y viviendas , Salieron todos pues en ordenanza ,
Por amparar personas y haciendas ; Entre arquero y arquero larga lanza.
Ansí por el rigor destos conflitos Caminaba la gente belicosa
Los bárbaros andaban de tal arte , Callados y con grande vigilancia ,
Que daban aquí voces y allí gritos • Hasta tomar la parte montuosa
Con gran solicitud de cada parte : Que tenian á legua de distancia ;
Buscan vias y modos esquisitos Pero certificados desta cosa
Para mejor guardar su balüarte , Los nuestros, que velaban el estancia ,
Lanzas largas de palmas en las manos , « Arma , arma , soldados van clamando
Con que trataban mal nuestros cristianos. Despiertos y dormidos convocando.
Unos de gran calor son oprimidos Suena luego murmurio de soldados
Con armas de pesados adherentes , A los clamores destas centinelas ,
Otros salen de yerba mal heridos , Saltan en los caballos ensillados ,
Y acuden á buscar hierros calientes A gran priesa se ponen las espuelas :
Que siempre se tenian prevenidos Vestíanse los sayos estofados ,
Para curar los miseros pacientes , Embrazan los peones las rodelas ,
Cortándoles la carne denegrida Acude cada cual de la conquista
Si pudiesen con fuego dalles vida. Al orden y concierto de su lista.
Las faldas y cubiertas que traia Luego toparon con la gente dura
El español que cerca se llegaba , Impetu de caballos y peones,
El indio con su lanza las desvía , Y en vano rompimiento se procura
Desde los bajos hoyos donde estaba ; Con varias y diversas invenciones ,
Y aquella parte que se descubria Pues ninguno salió de su postura
Otro con dura flecha la clavaba , Ni del concierto de sus escuadrones ,
Y en los lugares menos descubiertos Y en lugar do faltó vital aliento
Los mas aviesos tiros eran ciertos. Luego hacian otros henchimiento.
Por los cuales cubrian menos miedo Al que quiso romper de mejor gana
Rabiosísimamente se barrunta , Al feroz escuadron por derramallo ,
Pues ya pasos mudados ó ya quedo , Con lanzas y con golpes de macana
Ya solo y separado , ya con junta ; Desatinaban el mejor caballo :
En descubriendo rostro , mano , dedo , Era después imaginacion vana
Lo hallaba clavado con la punta , Poder en las espuelas meneallo ,
No se vió cosa igual de puntería Y los feroces indios con tal tino
Ni de ferocidad y valentia. Que punto no perdian del camino.
Al español brioso y alentado Un Joan Martin rompió los embarazos .
Incitaba sonido de trompetas , Que por su desventura fué valiente ,
Ansimismo de dentro del cercado Pues no pudo valerse de sus brazos
Al indio gran ruïdo de cornetas : Con el concurso grande desta gente :
Hasta tanto que el sol apresurado Y ansi luego quedó hecho pedazos ,
Distaba por igual de entrambas metas , Y el caballo murió por consiguiente ;
Y viendo que sus golpes eran vanos , Y aunque dellos también hubo caidos,
Se retrajeron nuestros castellanos. Ningunos gritos suenan ni gemidos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XII , CANTO II. 133
Dándose todos pues tan buena maña Ansí que quien ha visto tanto muerto
En estos rigurosos menesteres , Por tierra de Cubagua y Carïaco ,
Y en llevar recogida la compaña Y de muchos remedios es esperto
De los imbeles niños y mujeres , El remedio mejor juzga por flaco :
Tomaron por amparo la montaña Y aun no sé si podré tener por cierto
Y guarda de sus últimos poderes , Lo que dice Monardes del tabaco ;
Pues en aquellos montes y espesuras Pero quiero yo fuera de patraña
Tenian las mujeres mas seguras. Contaros una cosa bien estraña.
Después que ya dejaron ensotados Hicimos en caribes cierto salto
A los que no pudieron ser rompidos , Tomándoles la gente y el fardaje ;
Los nuestros se volvieron espantados , Mas uno de prision viéndose falto
Y no poquitos dellos mal heridos : Con un hijuelo suyo como paje ,
Con encendidos hierros son curados Subió por un caney á lo mas alto
Y å riesgo de la muerte convertidos , Por no se sujetar al vasallaje ,
Pues quien tal sale de la tal reyerta El con un arco grueso muy galano ,
Nunca su muerte tiene por incierta. Y el muchacho las flechas en la mano.
La cura fué con grande diligencia El era por estremo bien dispuesto ,
En abrigadas chocas recogidas , Gallardo y de tan buena compostura ,
Mas con la venenosa pestilencia Que de sus proporciones y su gesto
De que las flechas vienen guarnecidas , No vimos por allí mejor figura ;
De los heridos en la competencia Y en una cierta forma todo esto
Muy pocos escaparon con las vidas , Que decoraba mas su hermosura ,
Con furias y con vascas tan estrañas En todas estas cosas eminente ,
Que á los sanos rompian las entrañas Y mas en los estremos de valiente.
Si ves que peleando lo mas fuerte De que se vido ya donde queria
Muere , razon no pide que te asombres , Para hacernos daño se pertrecha ,
Mas si morir de yerba fué la suerte , Alborotando nuestra compañía
Es mal que de mil males tiene nombres , Con tiros espesísimos de flecha :
Y ansi la muerte tal es mas que muerte , De las cuales ninguna despedia
Y los de la tal guerra mas que hombres , Que fuese mal tirada ni mal hecha ,
Pues una muy lijera picadura Y allí donde sus tiros endereza
Basta para te dar la sepultura, Hirió á Alonso Marqués en la cabeza.
Y para trastornar seso mas sano Venian ciertos indios ventureros ,
Con a quellos pesados accidentes, Vecinos de la isla Margarita ,
Aquel herir de pié , herir de mano , Para servir á nuestros compañeros ,
Volver los ojos , traspellar los dientes , Y gozar del despojo que se quita :
Aquel estremecer tan inhumano , A estos porque son grandes Blecheros
Bramuras que confunden los presentes , El Alonso Marqués dió grande grita ,
Despedazarse carnes y vestidos Mandándoles que luego lo matasen ,
Si de manos ó dientes son asidos. Y con flechas de yerba le tirasen.
Del ballestero , viéndose berida No podia dejar de ser terrero ,
Antídoto buscó la veloz cierva , Porque ningun reparo lo cubria ,
Y con ser por mil vias inquirida Mas él , como destrísimo guerrero ,
Aqui jamás hallamos contrayerba ; Las flechas con el arco rebatia :
Ni creo yo tampoco ser sabida De muchas se libró ; mas por entero
Por gente desta rústica Minerva , De todas ni de tantas no podia :
Pues usan de sudores y gran dieta Con las ajenas ya nos importuna ,
Cuando tal desventura los aprieta. Que de las propias le quedó ninguna.
.
Pero la contrayerba mas bastante Sus propias carnes eran el aljaba ,
Es abrasar la llaga de repente , Y dellas las sacaba su vasallo ;
Y todo lo quefuere penetrante Mas con las que de si propio sacaba
Con un cauterio de boton ardiente, Heria muchos indios que me callo ;
Dormir do no dé norte ni levante , Y con una que fué con furia brava
Y ser en su comida continente, A Luis de Chaves le mató el caballo :
No comer ni beber los dias malos Por allí los calores son terribles
Hasta que quedan secos como palos. Y en aquellas sazones insufribles.
Ansi hallando cercas en entradas Estando pues el indio fatigado
Si bierve militar desasosiego , Con las heridas y calor del cielo ,
Siempre tienen muchas almaradas , De la cumbre rodó desalentado
Ya blancas de calientes en el fuego : Hasta venir á dar al duro suelo :
A personas heridas y flechadas Con un vigilantísimo ciudado
Con toda brevedad acuden luego , Luego bajó tras él aquel mozuelo ,
Es esta cura la de mas provecho Y sin ningun temor se sentó junto
Y las demás han poco fruto hecho. Del que mas parecia ya difunto.
Pues no siendo yo cano ni tan calvo , Adonde sucedieron estos males ,
Audando donde digo de presente , Y vimos destos indios las caidas ,
Y adonde si herido quedó salvo Habia fertilisimos yucales
Fué cura milagrosa y escelente ; Que son unas raices conocidas ,
Dijo soñar García de Montalvo Que si se comen verdes son mortales ,
Polvo de solimán ser conviniente : Y ansí privan á muchos de las vidas :
Aqueste se probó siendo forzoso , No trato de las yucas boniatas,
Y algunos lo hallaron provechoso. Que se suelen comer como batatas.
Pero luego hicimos un entrada El herido gandul como volviese
Casi seguros ya destos desmanes , Un poco sobre si mas alentado ,
Mas la gente de indios avisada Al índezuelo hizo que trajese
Desto ,llamó sus diestros trujamanes , Raices del mortífero bocado :
Subiéronla de punto , y afinada , Dióselas él , y como las comiese
Ni presto solimán ni solimanes , Con furia de varon desesperado ,
Ni pudo mas curar en esta guerra Creimos todos cuantos vimos esto
Que pudieran curar polvos de tierra. Que lo hacia por morir mas presto.
134 JUAN DE CASTELLANOS.
Vímoslo revolcar por la ribera , Ansimismo mandó se detuviese
Vascar y vomitar con pena fuerte , La gente toda por aquel asiento ,
Decíamos : « ¿ no veis la bestia fiera Porque quien escapó convaleciese
Cuán de su voluntad tomó la muerte ? » Sin alterar el duro nocumento ;
Mas no le sucedió desta manera , Y para que también se rehiciese
Antes en bien trocó su mala suerte ; El caballo que estaba macilento :
Y deseando ver en qué paraba , Y ansi Diana por aqueste seno
Con grande vigilancia se guardaba. Dos veces se mostró con orbe lleno,
Visto que no trabó la pestileucia Pasados los dos meses se desvía
Ni hizo sentimientos otro dia , El campo deste pueblo belicoso ,
Le curaron con suma diligencia Mandando caminar al mediodía,
Las llagas y flechazos que tenia : Pareciéndole ser mas provechoso ;
Sanó muy bien , y hizo residencia * Y entonces ya Sedeño se sentia
Muchos dias en nuestra compañía ; De fuerzas y salud menesteroso ;
Y cuando ya se vido mas seguro La sierra dejan á la diestra mano
Determinó huirse con escuro. Y entran á vista della por lo llano.
Nadie quiso hacer el esperiencia Por el altura van de doce grados
De muchos que después yo vi heridos , Siguiendo relacion de ciertas guias,
Echen juicios pues bombres de ciencia, Atravesaron muchos despoblados
Si destos casos viven advertidos : De tierras solitarias y baldías ,
Si por ventura hacen resistencia Aunque crecida copía de venados
Venenos á venenos recebidos , Y rios de muy grandes pesquerías,
Que desto que yo vi soy buen testigo , Pero de ver la tierra tan exenta
Y afirmo por verdad lo que aquí digo, Andaba mucha gente descontenta.
En efeto la cosa mas usada Supo pues el Sedeño de soldados
Para seguridad de tan mal juego Una cierta manera de motines,
Es el cortar la carne maculada O ya de hombres bien intencionados ,
Cauterizándola con vivo fuego ; O ya de susurrones y malsines :
Mas no quiere ser cura dilatada, Al fin amanecieron ahorcados
Que nada prestará no siendo luego ; El capitán Ochoa y Juan Martinez,
Y pues que trato del remedio presto , Y aun dicen que a Losada matar quiso ,
Quiero decir un cuento cerca desto. Mas él siempre vivió con gran aviso.
Iban ciertos soldados singulares , Al tiempo que estas cosas va haciendo
De gente que llamamos baquïana , Por atemorizar los de su bando,
Conquistando la tierra de Tagares , Iba de su salud deminuyendo
Que son confines de Maracapana , Y en hinchazon de miembros aumentando :
Puerto bien señalado destos mares Unos por su salud están gimiendo,
Y de contratacion cotidiana ; Otros su fin y muerte deseando,
Y el cacique Mariño belicoso Y aun dicen dalle yerbas la morisca
Un paso les tomó dificultoso . Fernandez que llamábamos Francisca.
De los soldados de mayor soltura Mas aunque estaba ya como difunto,
Que el capitán tenia por lijeros , Que tal en el aspeto parecia ,
Hizo ir por la cuesta y angostura Jamás se descuidó ni perdió punto
Hasta veinte , los diez arcabuceros. De cuanto buen gobierno requeria :
En cuya defension y cobertura Temblaba quien lo tiene mas conjunto ,
Irian otros tantos rodeleros : El que mas apartado mas temia ,
Yo con aquesta gente caminaba , Y ansi mandaba y envïaba gentes
Y aun Joan de Quindós arrodelaba. A partes y lugares diferentes.
Era la flechería tan inmensa Entre los cuales fué cierta cuadrilla
Que del peñol y alto descendia , De soldados instrutos en la tierra,
Que con rodela harto mas estensa Y destos cada cual por maravilla
Cubrir entrambos cuerpos no podia , Se podia decir hombre de guerra :
Y en tal modo miré por su defensa , Fue por su capitán Joan de Bonilla,
Que no me descuidaba de la nia , El cual tomó la vuelta de la sierra ,
Y como no la puse bien pareja Teniendo ya por cosa conocida
Hirieron al Quindós en una oreja. Hallar allí mas cierta la comida.
Pues como de presente carecia Aquestos sus viajes prosiguieron
Para poder quemalla de aparejo , Campo raso, mas no camino claro,
Con riesgo que tardanza prometia Pues mas de treinta dias anduvieron
Si la tuviera para mas consejo , Sin poder encontrar algun reparo ;
Echó mano à la daga que traia , Hasta tanto que ya por tiempo dieron
Y luego la quitó del pestorejo , En la provincia de Catapararo,
Queriendo con temor de la herida Donde maiz hallaron seco y tierno
Quedar mas sin oreja que sin vida. Para poder pasar aquel invierno.
Si dilatando tales escrituras La gente de los indios al instante
No conociera ser algo molesto , Que sintieron venir la gente nuestra,
Bien pudiera contar mil desventuras , Con todas sus alhajas por delante,
Trabajos y peligros cerca desto : Huyeron do guarida se les muestra ;
Sin estar mis espaldas mas seguras Pero los españoles del restante,
Ni con mejor ni mas seguro puesto , Recogieron de oro buena muestra :
Pero por no hacer digresion tarda , Fué crecido contento y alegría
Volvamos al Sedeño que me aguarda. Por ser muestra que mas les prometia.
El cual , todos sus hombres recogidos , Pues con tan buena nueva de comida
Con regalos y términos humanos Y hasta novecientos castellanos
Hizo curar á todos los heridos , De joyas de la presa recogida
De los cuales los menos fueron sanos. Bonilla despachó ciertos cristianos ;
Y los que sanos , cojos y tullidos , Para que con la priesa prometida
O mancos de los dedos de las manos , Al Sedeño las diesen en las manos,
Porque los nervios nunca quedau buenos Escribiendo también con esperanza
Que el fuego los encoge y hace menos. De hallar tierra de mayor pujanza.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XII , CANTO III. 135
Llegábanse los dias postrimeros Todos los capitanes y soldados ,
Al Sedeño ; mas aunque tal se via, Puesto caso que estaban mas potentes ,
Recebidos aquestos mensajeros , Vistas las provisiones y recados
Ya sin vital virtud ansi decia : Y sus delitos claros y patentes ,
Adelante , adelante, caballeros, Fueron con Joan de Yucar congregados
Que Dios nos quiere dar algun buen dia. » A fin de tratar medios convinientes ,
Y poniendo por orden la partida, Para que se volviese con contento ,
Partió de los trabajos desta vida.
Y ellos siguiesen su descubrimiento.
Los enfermos y pobres lo lloraban Sobre lo cual habiendo conferido,
Por faltar sus regalos y raciones , Concluyeron al fin que se les diese
No menos esta falta lamentaban
El oro que tenian recogido
Los cuerdos y de sanas intenciones : Y volviese con él el que quisiese :
Pues por ausencia dél adevinaban Aceptó Joan de Yúcar el partido,
Pesadumbres y grandes disensiones, Que mas suele hacer el interese ,
Y ansi, segun el tiempo y angostura , Volvióse con sus propias compañías
Procuraron de dalle sepultura. Y con el licenciado Joan de Frias.
Do el rio de Tiznados desencierra Dieron la vuelta casi por la posta
Su licor á lo llano convertido , Haciendo mas derechas las jornadas ,
Yendo ya por la falda de la sierra Llegó do dió razon muy angosta
A la sombra de un árbol estendido , Que pedian las cosas ya contadas :
Dieron estos varones à la tierra Anduvo después desto por la costa
El valeroso cuerpo fallecido , Haciendo por allí muchas entradas ,
Y en la corteza lisa por su muerte Salteando los indios comarcanos
Una letra pusieron desta suerte : Adonde hizo hechos soberanos.
Mas caminando por Cumanagoto ,
Hic requiescit homo Sedeñus corpore parvus ; No con aquel cuidado de prudente ,
Rebus atin cunctis pectore magnus erat. Cargó sobre él tan grande terremoto
De indios que salieron de repente ,
Aqui de su brio falto Que fué de cuerpo pequeño , Que le mataron en el alboroto
ReposaAntonio Sedeño , Y en el ánimo muy alto. Toda la mayor parte de su gente ,
Y él solo rebatió con un montante
Cuanto se le ponia por delante.
Despedidos del bajo monumento Con brazos fuertes y con piés livianos ,
Sin despedir de sí grave mancilla , Sin ser de compañeros socorrido ,
Agrande priesa van en seguimiento El toro se escapó de los alanos ,
De los mantenimientos de Bonilla : Y vino por camino conocido
Llegaron todos ellos al asiento A morir en el pueblo de cristianos,
Do pensaban tener invernal silla , De mortifera yerba mal herido ,
Y do Martin Fernandez buenamente Y con universal pena y tristura
Pretendió gobernar toda la gente. Maracapana fué su sepultura.
Muchos se sujetaron á su mando Entre los valerosos lo contamos ,
Pareciéndoles cosa convenible , Que cierto fué varon de esfuerzo raro ,
Por ser ya viejo, cuerdo , venerando , Pero porque la historia concluyamos
Y haber alli gastado su posible ; De los que quedan en Catapararo ,
Mas impidióselo contrario bando A los sucesos suyos nos volvamos
Y fué la fuerza destos invencible : Con el postrero canto donde paro ,
En esto pero fueron concordantes , Pues el pasado fué canto prolijo
En dejalle su cargo como antes. Por no cumplir cortar lo que se dijo.
Mas los que sujetaban el armada ,
Mandaban y regian esta gente,
Eran Reinoso y Diego de Losada
Bien puesto cada cual y muy valiente ; CANTO TERCERO ,
Y fueron ambos de una camarada
Criados del señor de Benavente :
Losada siempre fué singular hombre Donde se cuenta cómo los de Sedeño continuaron su descubrimiento,
Ytuvo por allí claro renombre. acabado el invierno, y el fin y suceso desta jornada.
En aquella sazon que esto pasaba El austro ya sus pluvias apartaba ,
Y el campo por allí se detenia, Deucalion la urna detenia ,
Juan de Yucar apriesa caminaba Y el animal de Heles igualaba
Con aquellos soldados que traia ; Nocturna duracion con la del dia:
Ypor el mismo rastro ya llegaba Sereno y claro tiempo convidaba
Donde Sedeño vió su postrer dia,
A que saliese nuestra compañía
Y el epitafio dello hizo cierto A sus trabajosísimas conquistas
Que su competidor estaba muerto. Y en demanda de tierras nunca vistas.
Siguieron con mas priesa la jornada Salen también de hambre compelidos
Antes que se pasasen adelante , Por el invierno largo que les vino ,
Ydieron en la gente descuidada Caminando por campos estendidos ,
De ver por allí junta semejante : Que aun no daban enjuto su camino ,
No hizo con furores el entrada,
Prolijos cenagales , rios crecidos
Sino con un pacifico semblante , Peligrosos al pobre peregrino ,
Y la sedeña gente recogida Y del camino los mayores trechos
Pidieron la razon de su venida. Las aguas á la cinta y à los pechos ;
Joan de Yúcar usó de sus razones La sierra ya de vista se perdia
Sujetas a medidas cortesías , Y por los llanos iban engolfados ,
Diciendo que traia provisiones Que , como dicho tengo , todavía
Para librar al licenciado Frias ; Hallaban muchos dellos anegados ;
Y para castigar á los varones Y perro ni caballo no podia
Calpantes en aquellas demasías ; Ejercitar la caza de venados ;
Mas pues el causador era ya muerto Mas Aduza guió mas al oriente
Con los demás haria buen concierto. Hasta que ya halló rastro de gente .
136 JUAN DE CASTELLANOS.
Alegráronse todos sus soldados También cuando las aguas son molestas
Y aliéntanse los mas enflaquecidos , Y los campos inundan avenidas ,
Siguieron los caminos mas hollados Viven en barbacoas bien compuestas
Hasta dar en buhíos proveidos Encima de los árboles tejidas.
De maices y carnes y pescados Y en mil vasijas , calabazos , cestas
Do fueron por buen rato resistidos ; Guardan aquellas míseras comidas ,
Mas el flaco varon y mas hambriento Harinas de raices y pescados ,
Todavía gozó de vencimiento. Carne de dantas , puercos y venados.
Estaban estos indios en un viso Los tasajos curados con lejía
Para defensa bien acomodado , De coa , cierta planta salitrosa ,
Y el capitán Aduza luego quiso Porque sal por allí no se tenia ,
Poner en la comida gran recado ; Ni gozan estos de tan buena cosa ;
Y despachó soldados con aviso Y en aquel tiempo nuestra compañía
Al campo que quedaba fatigado , Estaba della muy menesterosa ,
El cual , teniendo nueva de comida , Y aunque cualquiera hambre es insufrible,
Hizo con gran presteza su venida. Es esta la mayor y mas terrible.
Llegados el Losada y el Reinoso , También en estos reinos y confines
Loaron al Aduza grandemente Hace sal esta gente vil y sucia
Del socorro que dió tan provechoso De ceniza de palma con orines ,
En la reparacion de tanta gente ; Y en ella hacen todos grande hucia :
El cual en esto fué siempre dichoso , Estos son sus adobos mas insines ,
Adalid esforzado y escelente , Y la gente con ellos anda lucia ,
Y ansi la falta que se padecia Tiene casi que gusto de sardinas
Ninguno mejor que él la socorria. Arenques , pero mal sala cecinas.
Estando todos pues en este fuerte Así ni mas ni menos les faltaba
Gozando del sustento deseado , Que les era gustoso condimento
No pudo ser sin una mala suerte ; Para cualquier manjar que se guisaba ,
Pues de comer allí cierto pescado Pues era ya de yerbas el sustento ;
Murió Martin Fernandez , cuya muerte Ansi que cada cual dellos andaba
Sintieron todos en estremo grado , Cortado , flojo , triste , macilento ,
Por ser hombre cabal , cuerdo , quïeto , Con menos fuerza que menester era
Y á quien todos tenian gran respeto. En tan trabajosísima carrera.
Reparando sus armas y fardaje Pero siempre con ánimo constante ,
Enjugaba los campos el verano Pués para mayor colmo deste hecho
Y ansi con algun mas matalotaje Llevaban sus banderas adelante ,
De yucas secas y molido grano , A cualquiera rigor poniendo pecho ,
Siguieron adelante su viaje Hasla topar con tierra tan bastante
Con náutico regimen en la mano ; Que pudiese dar honra con provecho ,
Porque por ser los campos tan exentos Y el esperanza de topar riqueza
Usaban de marinos instrumentos. Sacaba siempre fuerzas de flaqueza.
Habia dos pilotos principales , Tuvieron con aquestos naturales
En el altura cada cual maestro , Asperas y sangrientas competencias ,
El uno portugués, Anton Gonzalez , Que por ser atrevidos y bestiales
Otro Pedro Martel, no menos diestro : Llevaban lo peor en las pendencias :
No ven de cinosura las señales Atravesaron grandes arenales
Que de los navegantes son cabestro , Sin ballar poblaciones ni apariencias ,
Aguja de los vientos es el tino Sino de arena una y otra sierra ,
Por do rigen el campo peregrino. Do les hizo la sed terrible guerra.
De todos alimentos ya vacíos En continuación de su jornada
Adelante los lleva su porfia , Tierra se descubrió mas andadera ,
Topan inmensos campos , grandes rios , Mas en tiempo de aguas anegada
Y gente sin ninguna pulicía : En su disposicion y en su manera ,
Sin ranchos , sin ramadas , sin buhíos , Do vieron prolijísima calzada ,
Su tierra de labranzas es vacía , Que fué mas de cien leguas duradera ,
Sino toldillos leves de vil palma Con señales de antiguas poblaciones
En tiempos fortunosos ó con calma. Y de labranzas viejos camellones.
Alhaja ni presea no la tiene Alegróse la gente fatigada
Fuera de limpia flecha , dardo , lanza , Pensando de hallar un buen empleo ,
De cazas y de pescas se mantiene Anduvieron caudillos del armada
Que de mieses no bace confianza : Gran número de dias á rastreo ;
Una cierta raiz dicha lerene Mas no hallaban rastro ni pisada ,
Cultiva por su misera labranza ; Ni cosa que hinchese su deseo :
Pero nunca jamás en el verano De caza no faltaba carne fresca ,
Supo qué cosa es recoger grano. Y en ciénagas y rios larga pesca.
La fuerza del invierno cuando llega Por todas cuatro partes indagaban ,
Aquestos campos nunca cultivados Al norte , al sur , al leste y al oeste ,
Con sus inundaciones los anega, Y los del campo siempre declinaban
Algunos altos dellos reservados ; A la parte comun del viento leste ;
Do suele residir la gente ciega , Pero unos y otros no hallaban
Y suelen acudir muchos venados , Remedio ni socorro que les preste ,
De que los dichos indios se pertrechan , Hasta tanto que Rodrigo de Vega
Y entonces de canoas se aprovechan. Topó pequeña senda ya muy ciega .
Son todos ellos negros como cuervos , García de Montalvo , rastreando
Mas altos y dispuestos que fornidos , Con otros de caballo destas gentes ,
Lijeros y alentados como ciervos , Aquí la van perdiendo allí ballando ,
Al conjugal amor muy sometidos ; Como perros rastreros diligentes :
En guerra pertinaces y protervos , Hasta tanto que fué mas ensanchando
Temerarios , dementes , atrevidos , Y las pisadas viejas mas patentes ,
Presume cada cual de ser tan bueno Las cuales si por caso se perdian ,
Que en el acometer no tiene freno. A los principios dellos revolvian.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XII, CANTO III. 137
Iban allí los dos negros hermanos Llegaron sin hacer mucho rodeo ,
Libres , á quien llamaban los Piñones , Porque los guió bien un Villasanta ,
Mancebos bien dispuestos y lozanos , Repartióse por todos el empleo
Necesarios en estas ocasiones : Y sal que se halló , pero no tanta
Soltísimos de piés , fuertes de manos Que pudiese hartar el gran deseo
Diestros en todos tiempos y sazones , Que della padecia la garganta ,
Dichos Miguel y Diego de la Fuente , Mas alegrólos ver tan buena cosa ,
Cada cual adalid muy escelente. Muy blanca y en sabor maravillosa.
Los cuales sé decir que siempre fueron Y para conocerse por qué vias
De gran utilidad en la conquista ; Traian esta sal tan escelente
Estos allí los rastros prosiguieron , Procuraron tomar algunas guias ,
Por ser de los mas diestros desta lista , Las cuales se tomaron fácilmente ;
Y al remate del dia vista dieron Dijeron que tardaban muchos dias
Al pueblo que llamaron Buena-Vista , En ir á contratar con otra gente ,
Por dalles en tan grave detrimento Que de mas lejos la traian hecha
Su vista crecidísimo contento . De otros que la dan de su cosecha.
Y también por estar bien fabricado Con estas buenas nuevas alentados
Donde la tierra mas se levantaba , Determinan dejar aquel asiento ,
De suerte que por uno y otro lado Después que se sintieron reformados ,
Por gran espacio dél se devisaba : Y los caballos ya con mas aliento :
De profunda quebrada rodeado , Atravesaron campos mal poblados ,
Que muy pequeño trecho reservaba ; Puesto que con algun mantenimiento ,
Volvieronsin ser vistos ni sentidos Grandes ciénegas , rios , mil esteros ,
Do los otros quedaban detenidos. Do murieron algunos compañeros .
Cien hombres son de gente baquïana , Fatigados del término corrido
Y oida la razon de las espías , Determinaron de hacer parada
Acordaron que luego de mañana En un pequeño pueblo proveido
Diesen en aquel pueblo por dos vias ; De la comida siempre deseada ;
Pero por ser tan rasa la zavana Y habiendo muchas cosas conferido ,
Vieron los indios nuestra compañía , Acordóse que Diego de Losada
Los cuales á las armas acudieron , Saliese con doscientes compañeros
No sin admiracion de lo que vieron. A efeto de buscar invernaderos.
Los nuestros van la via concertada , Porque el invierno los amenazaba ,
Y cuando comenzaban la subida Que tiende por allí furiosa mano ,
Opúsose delante la quebrada , Y el espacioso campo se anegaba
Que luego les detuvo su corrida : En la mayor grandeza deste Ïlano :
Buscaron los peones el entrada , La cual necesidad los exhortaba
Que con raro valor fué defendida A buscar su remedio con verano ;
De gente jaguas y de caquetía , Caminó pues por campos estendidos
Hasta que feneció la luz del dia. Losada con sus hombres escogidos.
Hicieron españoles asistencia Como no se halló gente de guerra ,
En la parte do fueron resistidos , Montes ni levantadas serranías ,
Esperando del sol nueva presencia Lijeramente van calando tierra ,
Por entralles mejor apercebidos ; Aunque hallaban anegadas vias ,
Mas hicieron los bárbaros ausencia Hasta tanto que vieron alta sierra
Las mujeres é hijos recogidos , A cabo ya de mas de treinta dias ;
Sacando los del pueblo flaco miedo Y devisaron por las pertenencias
De los caballos y áspero denuedo. Grandes humossy y llenas aparencias.
Cuando la luz de Febo desvïaba Para poder allí hacer asedio
Los húmidos vapores destos llanos , O llegar do la gente se repare ,
Y fugitivas piernas fatigaba Habia grande rio de por medio ,
El indio con temor de los cristianos ; Que creo se llamaba Cazanare :
Cada cual español aderezaba Losada no curó buscar remedio
Las cortadoras armas en las manos , Para ir do lo dicho se declare ,
Y acometen al pueblo con gran furia , Aunque habian tomado por las aguas
Juzgando la tardanza por injuria. Algunas canouelas ó piraguas.
Entraron luego todos por adonde Por indios que decian ser testigos
La via se mostraba mas abierta ; Desta sierra teníamos noticia ;
Pero contraria fuerza no responde , Mas el Losada y otros sus amigos
Ni para resistencia se despierta : Decian no ser cosa de codicia ;
Sospechaban algunos que se asconde Y ansi sin inquirir otros abrigos
El bárbaro por dar con encubierta , Volvieron, no con falta de malicia ,
Y dentro ya se hacen mas atentos , Do Reinoso quedaba con la gente
Recelando guerreros movimientos. Que deste parecer fué diferente .
Mas puestos en el orden que debia , Copete y el Montalvo y un Miranda ,
Las calles y las plazas recorriendo , Guerrero , Tello y Rodrigo de Vega ,
Hallaron claros rastros que decian Con otros caballeros de su banda ,
Todos sus moradores ir huyendo : Viendo cómo el invierno se les llega ,
Por espacio las casas se metian , Quisieron revolver á la demanda ,
Sus rústicos manjares inquiriendo , Condenando la vuelta por muy ciega ,
Y dióles Dios allí tan buena mano , Y decian ser falta de gobierno
Que hallaron gran número de grano. No tener en las sierras el invierno.
En el maiz se hace dulce prueba , Mayormente diciéndoles la guia
Con gran deseo ya desta comida , Aquella sierra ser muy bastecida ,
Y al campo se llevó la buena nueva De todo aquello que se pretendia :
Que fué con gran contento recebida : De sal , de oro , ropas y comida ;
Los capitanes mandan que se mueva Porque la gente della se decia
Y acelerasen luego la partida , De tela de algodon andar vestida ,
Dióles á todos ellos gran aliento Y no cumplir dejar esta conquista
El esperanza del mantenimiento. Pues que ya la tenian à la vista.
138 JUAN DE CASTELLANOS.
El general allí , como quisiese Si pareciere bien la traza dada ,
Mitigar el furor con mansedumbre , Que sí parecerá, pues sois discreto,
Al Losada mandó que revolviese Mandad volver á Diego de Losada
A traer de la sierra certidumbre : Para que la pongamos en efeto :
Guerrero y los demás de que este fuese Que dél y de los de su camarada
No recebian poca pesadumbre , Nunca jamás ternemos buen conceto ,
Diciendo claramente que en su seno Pues de sus pretensiones dadas muestras ,
Jamás cabría pensamiento bueno . Son harto diferentes de las nuestras.>>
Porque la parte destos imagina Oyó Reinoso la razon propuesta ,
Que el Diego de Losada pretendia Y a los puntos estuvo muy atento ;
Volver con los demás á la marina , Mas no fué tan sabrosa la respuesta ,
Incitado de cierta compañía : Que no causase gran desabrimiento :
Debajo de la torpe golosina Anduvo la vergüenza descompuesta
De los esclavos que hacer solia , Hasta casi llegar á rompimiento ;
Y no fueron tan vanos pensamientos En una y otra parte confusiones ,
Que no los confirmasen los eventos. Requirimientos y protestaciones.
Mas Losada guió con sus soldados Luego se dividieron los parciales
A la sierra por pasos conocidos , Que seguian las partes del Guerrero,
Y aquestos capitanes ya nombrados Pasándose cien hombres principales
Quedaron grandemente desabridos : A la contraria playa de un estero ,
Los cuales y otros muchos congregados , Que fué principio de mayores males
En ciertos pareceres resumidos , Y de desventurado paradero :
Ordenaron que luego se juntasen Esperaron allí que noche fuese
Y al Diego de Reinoso le hablasen. Para recoger gente, si viniese.
Por ser un valeroso caballero , El general acá , que con cuidado
Y en dias y en edad el mas anciano , Remediar este hecho deseaba ,
Rogaron á Alonso Alvarez Guerrero , Al maese de campo dió mandado ,
Que para le hablar tome la mano : Dándole cuenta de lo que pasaba ,
El por les aplacer y ser tercero Para que revolviese bien armado
Después del cumplimiento cortesano , Con los doscientos hombres que llevaba ,
En presencia de gran junta de gente Y diesen ambos en el enemigo
Al general le dijo lo siguiente : Con ejemplares penas y castigo.
« Señor , de cuerdos es y de prudentes Pero los del motin por cierta via
Hacer al mal futuro resistencia , Tuvieron relacion del embajada ,
Porque suelen criar inconvinientes , Y ansi les pareció que convenia
Descuido , flojedad y negligencia ; Jugar aquella noche de antubiada :
Y cuanto los amagos mas presentes , Los cuales antes de la luz del dia
Mas breve cumple ser la providencia , Dieron en los de Diego de Losada ,
Pues no siempre se cura con buen tino Y sin los maltratar ni lastimallos
El desastre que viene repentino. Les tomaron las armas y caballos.
» No conviene poner en aventura El vencedor volvió como seguro
Lo que puede curarse de presente , Por ver sin armas el contrario bando ,
Que el cuerdo nunca pierde coyuntura , Y el campo raso les pareció muro ,
En especial aquel que manda gente ; Do los ojos estuvo regalando ;
Viendo que de su seso y su cordura Mas el dicho Reinoso con escuro
El remedio comun está pendiente , Venia por sus pasos caminando ,
Como podrian ser ejemplo llano Y dió con el ejército dormido ,
Los que teneis debajo vuestra mano. Bien ignorante de lo sucedido.
»De los cuales ya veis al mas robusto, El cual entonces iba por ventura
No lejos de sus dias postrimeros , Con harta mas blandura que rigores ;
Y el mas bien remediado con desgusto Pero vista tan buena coyuntura ,
Adevinando malos paraderos ; Rompió diciendo : « ea , valedores :
Y pareciéndole negocio justo Pues teneis la victoria bien segura ,
Obvïar á los males venideros , Viva el rey, viva el rey, mueran traidores.»
Pues si sana prudencia lo tantea Despiertan al ruïdo los dormidos ,
Nada vereis aquí que mal no sea. Algunos dellos bien apercebidos .
» Y aun las aguas presentes y futuras Porque Pedro Copete y el Guerrero ,
Comienzan ya de darnos sobresaltos , Montalvo , Jejas con Barrasa y Vega ,
Por ser anegadizos , sin culturas , Cada cual en caballo muy lijero ,
De seguros asientos todos faltos ; Mostraban gran valor en la refriega ;
Y veis de las crecientes las horruras Argüello no tardó ni fué postrero ,
Encima de los árboles mas altos : Pues luego con algunos se les llega ,
Clara señal que si nos detenemos Y por entrambas partes à gran priesa
Los mas bien avisados no saldremos. Andaba la lanzada muy espesa.
>¡ Cuánto menos los ya como difuntos Gran grita, gran rumor, gran vocería
Flechados , mancos , cojos y tullidos ! Sonaba por aquellos campos llanos ,
Considerad también algunos puntos La saña y el furor siempre crecia ,
Que no deben ser menos advertidos : Ensangrentados ya rostros y manos ,
Y son el invernar de todos juntos , Y por entrambos bandos se decia :
Que no podemos sino divididos , Viva el rey, viva el rey, mueran tiranos.
Pues mal se ballarà tan buen asiento Andaba por allí cierto confeso ,
Que para todos dé cabal intento. Que esto decia con mayor esceso.
» Paréceme que son consejos buenos , Joan Sanchez Labrador, hombre de brio,
Pues si entre muchos poco se reparte , Allí le respondió con voz altiva :
Lo poco claro está que será menos , « Decí , ¿ quién mata al rey, perro judío ?
Y entre pocos cabráles mejor parte ; Que yo también deseo que el rey viva ; »
Y estando divididos en dos senos , Mas una bala fué con tal avio ,
Podránse sustentar de mejor arte , Que del hablar y dulce ser lo priva :
Y el fortunoso tiempo ya pasado , Escuridad eterna lo retrajo
Juntarnos do quedare señalado . Con precipicio del caballo abajo.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XII , CANTO III. 159
Andando la batalla muy trabada Estando pues Reinoso en los esteros
Y con ostinadísima porfia , Consultando con todos su partido ,
Le dieron al Guerrero una lanzada , Se huyeron Patiño y Ontiveros
De donde mucha sangre le salia : Sin que se barruntase la huida :
La fuerza deste ya debilitada , Cada uno con treinta compañeros ,
La de Copete siempre resistia , Gente desesperada y atrevida ,
Con él sus dos hermanos Tello y Mesa , Otra noche huyó por consiguiente
Que hacian la otra parte lesa. Un Alonso Marqués con otros veinte.
Cuando ya sobre el eje pruïnoso Después de todos estos otro dia
Traia la mañana clara lumbre , Remanecieron dos negros huidos ,
Y el velo de la noche tenebroso Uno Pedro Mabuya se decia ,
Huia por do tiene de costumbre , Otro Cristóbal , hombres atrevidos ;
Mejoraba la parte del Reinoso ; Mas al tiempo que cada cual salia
La otra ya con grande pesadumbre , Con tal tiniebla fueron divididos ,
Aunque de entrambas partes hay caidos , Que aunque gastaron horas en buscarse
Y de los vivos muchos mal heridos. Nunca jamás pudieron encontrarse .
Mas de la gente menos proveida , Mas aunque solo cada cual se vido
Como de tal asalto descuidada , En no volver atrás fué tan constante ,
Algunos se pusieron en huida Que el riesgo tuvo por mejor partido
Dejando la victoria declarada Que dejar de pasar mas adelante :
Por Diego de Reinoso , cuya vida Con arco y flechas bien apercebido
Con gran dificultad fué reservada ; A los lados espada va tajante ;
Pues su caballo muerto, y él caido , Y el que se via de comida falto
Muriera si no fuera socorrido. Con el escuro manto daba salto
De los que de la rota no huyeron En pueblo ó chanería , do metido
Prendieron como veinte señalados , Buscaba cebo para los gargueros ,
Que como principales luego fueron Y si del morador era sentido
A privacion de vida condenados : Con manos prestas y con piés lijeros
Los rigurosos trances se cumplieron Hacian cada cual tan gran ruïdo
En solos dos hidalgos desdichados , Como si fueran treinta compañeros ,
Copete y Alonso Alvarez Guerrero : Y después ya de recogido algo
Espectáculo harto lastimero. No lo tomara muy lijero galgo.
Luego veinte soldados valerosos Pues para los coger el mas lijero
De los que se hallaron mas culpados , Sus piernas viera ser como difuntas ;
Al Reinoso y Losada sospechosos , También Mabuya fué tan gran flechero
Por ser hombres de brios arriscados , Que yo le vi tirar tres flechas juntas :
Con penas y con mandos rigurosos Y dar con todas ellas en terrero
Fueron de su comercio desterrados , Y en pequeño compás todas tres puntas
Para donde les diese su ventura Y ansi por estos llanos , valles , vegas
O ya la vida , ó ya la sepultura. Se libro de grandisimas refriegas.
Destos era García de Montalvo , Las cuerdas de sus arcos mas usadas ,
Pero Ruiz, Barrasa, Mesa y Tello , Y con que peleaba mas de veras ,
Y aquel honrado Vega, cano y calvo , Eran listas de cañas bien sacadas
El capitán Ruiz y Joan de Argüello : Haciendo de sus ñudos empulgueras ;
Llevando para se poner en salvo Que puestas en el arco y ajustadas
Muy colgada la vida de un cabello , Eran por mucho tiempo duraderas ,
Por les poner delante su corrida Pues si á posta no se las quebraban
Pesadísimos riesgos de la vida. Sus diez y doce años le duraban.
Pero como fortisimos varones , Sucediéronle grandes entremeses
Que cierto cada cual era bastante , Atravesando por aquellos llanos ,
Allanaron terribles tropezones Invernaron divisos en conveses
Que siempre se ponian por delante : A la sierra del norte mas cercanos ;
Rompiendo ferocísimas naciones , Y á cabo ya de diez ó doce meses
Opuestas al cansado caminante , Vinieron á toparse con cristianos ,
El Barrasa , guiando con buen tino , No de los desterrados y primeros ,
A la mar do llevaban su camino. Sino de Joan Patiño y Ontiveros .
Nueve dias después Bernardo de Heras , Pues aunque la cuadrilla se huia
Joven de los mas sueltos y lijeros , Y cada dia les faltaban gentes ,
Hurtose del Reinoso y sus banderas La una de la otra no sabia
Cou ocho no menores compañeros , Invernando por partes diferentes ;
Siguiendo las pisadas y carreras Pero como llevasen una via
Que llevaban aquestos caballeros ; Acabadas las aguas y crecientes ,
Yfueron tan constantes las porfias , Por rastros que dejaban en la tierra
Que los vieron en menos de tres dias. Se juntaban los mas junto á la sierra.
Y a punto que se vian ya perdidos Reinoso , que esta gente vió huida
Por tenellos mil indios rodeados ; Como de la restante se recela ,
Mas siendo tan á tiempo socorridos También apresuraba la partida
De tan valerosisimos soldados , Mandando caminar á Venezuela ;
Los cansados , hambrientos y afligidos, E iban ya los rios de crecida
En gran manera fueron alentados , Que miseros enfermos desconsuela
Y ansi, con el calor desta venida , Por no hallarse pïadosa mano
Pusieron á los indios en buida. De padre ni de hijo ni de hermano.
Abrevian el camino mal sabido , Esclavo menos hay que se sujete
Que el tiempo les mostraba rostro tierno, Al amo ni que cumpla justo mando ,
Necesidad poniendo tal sentido Aquí se quedan seis, aculla siete ,
Y entre los veinte y nueve tal gobierno , Gimiendo están aquí y allí gritando ;
Que hallaron asiento proveido Y el mísero doliente si se mete
Do pasaron las furias del invierno , El agua lo llevaba volteando ,
Y el verano mostrando su pintura , Capitanes no hacen lo que suelen
Se pusieron en tierra ya segura. Ni hombres de los hombres se conduelen.
140 JUAN DE CASTELLANOS.
¿ Quién os podrá poner en escritura, Trabajos padecidos representa
Que lleve sonoroso su concierto , Con gran valor de su persona sola ,
Tanto trabajo , tanta desventura , Mas allí no se hizo tanta cuenta
Tan increible hambre , tanto muerto ? Que por ello le diesen laureola ;
Pues lo que digo es abreviatura Por cuya causa casi por afrenta
O cifra muy cifrada de lo cierto , Determinó pasar á la Española ,
Y aunque mas alargásemos la pluma Donde murió después cristianamente,
Todavia seria breve suma. Y á conjugales ñudos obediente.
Pues hubo quien en esta coyuntura Losada con su copia de soldados
Abrió los pechos á su compañero , Y los demás que andaban divertidos ,
Estando muerto ya de calentura , Llegaron á los pueblos deseados ,
Y aqueste fué Bautista Zapatero : Los cuales se hallaron destruidos
El cual se sustentó del asadura Sus pocos moradores rebelados ,
Ansí como si fuera de carnero , Y en fuerzas de palenques recogidos ,
Y andando después imaginativo , Nadie les daba ya seguro puerto
Huyó y no pareció muerto ni vivo. Sino Guaramental , aunque era muerto.
Yendo pues el Reinoso con sus gentes Dejó por sucesor un Antonico ,
Inquiriendo la tierra mas subida , Hijo suyo, de nobles condiciones :
Pasaron sin haber inconvinientes Fué tutor Pariaima , por ser chico,
Una quebrada llana y estendida : El cual favoreció nuestros varones ,
Llegaronse después quince dolientes Mas el uso de esclavos tan inicuo
Al tiempo que venia ya crecida , Pagóle con muy grandes sinrazones ,
Demandaron socorro con voz blanda Porque el desorden grande de cudicia
A los que estaban de la otra banda. No sabe guardar orden de justicia.
Pedro Martel volvia las respuestas Hallaron por allí rescatadores
Horrendas á los pobres miserables , De la Cubagua y de su granjería ,
Por ser palabras sucias , deshonestas , O por mejor decir salteadores ,
Tan torpes como él y detestables : Envejecidos en su tiranía :
Al fin por no ver quejas tan molestas Estotros , como no fuesen menores ,
Gemidos y clamores entrañables , Con aquellos hicieron compañía ,
Determinaron todos de dejallos Y asolada la tierra comarcana ,
Pudiéndolos pasar en los caballos. Volvieron todos á Maracapana.
Visto que la quebrada mas crecia Luego por los delitos atrasados
En proceloso tiempo y lugar malo , Y aquellas locas y atrevidas furias
De aquella miserable compañía Pedian los que fueron agraviados
Sin reparo , comida ni regalo , Justa satisfaccion de sus injurias ;
Un Domingo Riberos otro dia Los bienes luego fueron confiscados
Pasó los pechos puestos en un palo , Para suplir jüeces sus penurias :
Luego pasó tras él en un madero Al fin Ortal y Frias y Castillo
Un mulato llamado Joan Quintero. Por un hilo sacaban un ovillo.
Mas los otros de todo bien inermos , Este y aquel y el otro les pedia
Aunque buscaban vias y maneras , (Jüez el licenciado Castañeda) :
No pudieron pasar por ser enfermos Pagaba con esclavos que traia
Y no tener las fuerzas tan enteras ; El que sin corporal castigo queda ;
Y ansí quedaron en aquellos yermos Pagaba al fin aquel que no debia ,
Por cebo de las bestias carniceras , Quiero decir, quien era la moneda :
Y el número de dos menesteroso Esclavos eran costas y derechos ,
No siguió mas los pasos del Reinoso. O ya fuesen bien hechos ó mal hechos .
Mas por otra derrota van á tiento Eran por veedor avaliados ,
En grandísimo riesgo de la vida , O vendidos en públicos pregones
Tallos de bobos era su sustento Aquellos pobres desaventurados ,
Y el regalo mayor de su comida ; Que nunca cometieron las traiciones ;
E yendo con penoso sentimiento' Finalmente , jueces y culpados
Encontraron también gente huida : Eran unos finísimos ladrones ,
Recebieron los dos tan gran consuelo Pues en nada se vió tal insolencia
Que parecióles ver ángel del cielo . Ni tan grande soltura de conciencia.
Con los dos se cerró número entero Pero por ser desorden tan antiguo
De diez cristianos , y aunque flaca mano , Cubrámoslo con taciturno sello ,
Supieron inquirir invernadero Y el que quisiere ver este castigo
Donde no les faltó copia de grano : Al fin de lo de Ortal podrá leello :
Sanaron el Riberos y el Quintero , Por ser en este tiempo lo que digo
Y el tiempo ya llegado del verano , De las muertes de Aduza y del Argüello ,
Se juntaron con otros fugitivos Que pues de Ortal alli me despedia ,
De los cuales hay hoy algunos vivos. Čubrillas con silencio no cumplia.
El Reinoso también hizo parada Purgadas pues las costas y los daños
Con algunos sustentos pasaderos , Del licenciado Frias y oficiales ,
Y enviando la gente mas armada No por eso cesaron los engaños
Por pueblos comarcanos y fronteros , Y ofensas en aquellos naturales :
Acogiósele Diego de Losada Porque por grande número de años
Con treinta ó con cuarenta compañeros , Anduvieron soldados principales
El cual la vuelta de Cubagua iba En la contratacion mal ordenada ,
Recogiendo la gente fugitiva.. De los cuales fué Diego de Losada ,
Topando la cuadrilla y el rebaño Capitán valeroso y esforzado ,
De los que por la sierra van á tino , Varon en guerra y paz de gran recato ,
Asegurábalos de todo daño Gran hombre de caballo y agraciado
Diciendo : « todos vamos un camino.>> Mas á bien recebido no muy grato ;
El Reinoso , corrido del engaño , Y ansi fué de Cubagua desterrado
Con el restante de la gente vino Por cierto desconcierto y desacato :
A Venezuela , do los alemanes Hízose con algunos à la vela,
Tenian valerosos capitanes. Y vinose por mar á Venezuela.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XIII, CANTO I.
141
Micer Enrique Rebolt, que la regia Luego la gente de conciencia suelta ,
Y por los alemanes fué teniente , Firmes en añadir daños á daños ,
Recebiólo con grande cortesía Para su Venezuela dió la vuelta
Y toda la demás antigua gente : Losada con los mas destos engaños :
El Diego de Losada persuadia Cuya perplejidad quedó resuelta
Al aleman ya dicho grandemente , En acabar allí los demás años ;
Enviase á tomar las posesiones Y viendo de sus dias el invierno
Hasta Maracapana y sus ancones. Pretendia tener aquel gobierno.
Porque segun se via por escrito A la real audiencia hizo via
Por cédulas del rey y provisiones , Para lo negociar segun se trata ,
De su gobernacion y su distrito Mas el efeto de lo que pedia
Eran todas aquestas poblaciones : Contraria voluntad lo desbarata ;
Ayudaronle muchos con un grito , Y al tiempo que sin mando se volvia
Y el acudió con estas intenciones , En la costa murió de Burburata ,
Y con Losada y otras gentes ciegas Sin regalo de santos sacramentos
Vino por capitán Joan de Villegas. Por ballar despoblados los asientos.
No vinieron por mar, sino por tierra Con este concluimos la jornada ,
Y por aquellos llanos ya sabidos , Y las mas circunstancias de Sedeño ,
Costeando la falda de la sierra La cual de prolijísima y pesada
Cien hombres destos bien apercebidos : Ha sido para mí gran quita-sueño ;
Lo que hallan de paz hacen de guerra , Mas pues Cubagua queda rezagada ,
De muy largas cadenas proveidos , Y es el negocio suyo no pequeño ,
Y en ellas grande número de gente Justa cosa será que se concluya
Herrados por esclavos falsamente. Y después della la vecina suya.
De la manera pues que aquí se trata
Llevaban muchos hombres y mujeres ,
Llegaron á la mar de Chacopata
Adonde pregonaron sus poderes ;
Y luego por gozar de la barata
Acuden de Cubagua mercaderes : ELEGIA XIII.
Estuvieron allí los deste bando ,
Espacio de dos meses contratando. Elogio de la isla de Cubagua , donde se trata la gran
Llaman de paz á los de aquel partido riqueza que allí hubo y su perdicion y asolamiento.
Los capitanes falsos y perjuros :
Los indios no pensando ser fingidos
Salieron de sus fuerzas y sus muros ; CANTO PRIMERO ,
Y el consorcio crüel y fementido
Cuando los vió sin armas y seguros , Donde se trata de su primero descubrimiento y esterilidad, con otras
Dieron sobre ellos repentinamente particularidades dignas de memoria.
Y tomaron gran número de gente.
Un indio bien ladino les decia , Cuanto naturaleza tiene hecho ,
Como se vió de libertad ajeno : Examinado y visto sabiamente ,
Esto no fué valor , ni valentía , No vaca ni carece de provecho ,
Ni hecho que manó de pecho bueno : O ya sea cubierto , ya patente ;
Prendernos con tan gran alevosía Que la virtud no pierde su derecho ,
Sobre paz y las manos en el seno ; Aunque sea la muestra diferente ,
Pues nosotros salimos como hermanos Y ansi vereis do faltan muchas cosas
Debajo de palabra de cristianos. Otras que no son menos provechosas.
Y pues captividad no merecemos , En Indias tierras hay do no se crian
De libertad pedimos las enmiendas ; Oro ni plata ; mas en su distancia
Que si por culpa vuestra nos movemos Algunas veces hay tal granjería
A descubiertas guerras y contiendas, Que suele dar riquísima ganancia ,
Bien sabes tú, Losada , que sabemos Supliendo aquella falta que tenia
Defender las personas y haciendas ; Con cosas de no menos importancia
Ansi que pues llamais de paz la tierra , Que causa natural allí compuso ,
No la quebreis con tan injusta guerra. » Y los hombres aplican à su uso .
No por eso cesó su desvarío , No vereis por acá tierra tan pobre ,
Ni se mudaron estos pareceres , Que de lo que contratan las naciones
Antes hierro les dan por atavio ; Alguna buena cosa no le sobre ;
Y aberrojados hombres y mujeres, Pues aquí cogen copia de algodones ,
Luego los entregaron al navío Alli plomo y azogue , acullá cobre ,
Que tenian alli los mercaderes , Aquí muchos ganados y allí dones
Volvíéronse después la tierra adentro , De cristales , viriles y esmeraldas ,
Donde hicieron otro mal encuentro.
Aquí pastel , orchilla , y allí gualdas.
Pues saliendo de paz el Antonic o, La isla de Cubagua nos enseña
De Guaramental hijo y heredero , Este natural cambio claramente ,
Ya cacique paupérrimo de rico , La cual aunque es estéril y pequeña ,
Por los inconvinientes que refiero : Sin recurso de rio ni de fuente ,
Con estas insolencias que publico . Sin árbol y sin rama para leña
Al muchacho leal, fiel, sincero , Sino cardos y espinas solamente ;
Con seguro que se le prometia , Sus faltas enmendó naturaleza
Le tomaron la gente que tenia. Con una prosperísima riqueza.
Estos con otros muchos que tomaron Pues sembró por placeles principales ,
Por otras partes fuera del asiento , Que están á sus riberas adyacentes ,
Ansimismo vendieron y entregaron
Gran copia de riquísimos ostiales ,
A los que iban en su seguimiento ; De do se sacan perlas escelentes ,
Y todo lo barrieron y asolaron
Con un luciferino desatiento , Con que ha engrandecido sus caudales
Crecidísimo número de gentes :
Y sin causa quemaron los bestiales • Diez grados medio mas es lo que muestro
Cuatro caciques harto principales. De la equinocial al polo nuestro.
142 JUAN DE CASTELLANOS.
Entre dos aledaños es descrita Ansí tenian hachas y machetes ,
A cada cual tres leguas comarcana , Cuentas de vidrio , sartas de corales ,
Que son la tierra firme y Margarita , Camisas , zaragüelles y bonetes
Y es la distancia della toda llana : Y cosas mas y menos principales ;
Hay caza de conejos infinita , Con otras diferencias de juguetes
Que es por allí comida no mal sana; Apacibles á estos naturales ,
Podrá tener , segun el aparencia , Y el valor de un real acontecia
Como tres leguas de circunferencia. Pagar la cargazon que se traia.
Tienen sus secas playas una fuente Con estas cosas el aljófar fino
Al oeste do bate la marina , Rescataban aquestos mercaderes ,
De licor aprobado y escelente Con contento del bárbaro vecino
En el uso comun de medicina : Y grandes regocijos y placeres ;
El cual en todo tiempo de corriente Daban muy ricas piezas por el vino ,
Por cima de la mar se determina Hasta vender los hijos y mujeres ,
Espacio de tres leguas , con las manchas Y cuantos por aquel compás habia
Que suelen ir patentes y bien anchas. Ejercitaban esta pesquería.
Descubrió esta isla Colon , cuando Toda la tierra firme comarcana
Vido tercera vez estas regiones , Mantenia la paz bastantemente ,
Yendo la tierra firme costëando Y de Paria hasta Maracapana
Por puertos , por babías , por ancones : Iban un hombre y dos de nuestra gente ;
Vió indios zabullendo y sobraguando , La tierra se hallaba toda llana ,
Y estar debajo largas dilaciones , A nuestros españoles obediente ,
Via después coger su redecilla Y diez y doceleguas de Cubagua
Y vacialla también en la barquilla. Les traian comida , leña y agua.
No conociendo bien aquello qué era Eran para las dos parcialidades
El Cristóbal Colon , como discreto , De muy gran importancia los provechos,
Hizo luego surgir en la ribera , Pues con estas sinceras amistades
Deseando saber aquel secreto : Y los contratos desta suerte hechos ,
Luego gente de guerra salió fuera Indios cumplian sus necesidades
Apercebida para tal efeto , Y los nuestros quedaban satisfechos ;
Los indios revolvieron con la proa , Y ninguno vivir allí podia
Y en tierra zabordaron la canoa . Sin aquel agua que se les traia.
Los cuales con los arcos en las manos , Y algunos mercaderes ya potentes ,
Arma con que se daban buena maña , Que allí fueron personas principales ,
Esperaron soberbios y lozanos , Rescataron esclavos destas gentes
Sobresaltados de la gente estraña ; Que de perlas traian sus jornales ;
Mas halagándolos nuestros cristianos Los cuales como buzos escelentes
Perdieron los temores y la saña . Descubrian riquísimos ostiales ,
Y luego los varones y las dueñas Y con propias canoas y piraguas
De paz hicieron apacibles señas . Sacaban ya las conchas de las aguas.
Allí se conocieron granos bellos En aquesta manera de bajeles
De perlas en riquísimos pomares , Habia gente nuestra marinera ,
Que son con que ansi ellas como ellos Que por aquellas playas y placeles
Se ciñen y rodean los ijares ; En guarda de los indios iban fuera :
Otros sartas por brazos , piernas , cuellos , Algunos tan malditos y crüeles
En precio y en estima singulares : Como cómitres malos de galera ;
Vieron el modo cómo las sacaban , Y ansi de aquestos miseros captivos
Y las conchas adonde se criaban. Eran pocos los que quedaban vivos.
Los que vinieron pues en los bateles , Por tener muy angosta pasadía
Por no hacer baldía su venida , Y mas que limitadas las raciones ,
Con cuentas y sonoros cascabeles Pues sobre mar el agua se traia
Rescataron allí buena partida ; Con las mas necesarias provisiones ;
Partiéronse de aquestos infieles En la mar sumergidos en el dia
Después de la grandeza conocida. Y en la noche con ásperas prisiones ;
El Colon no cabia de contento , Y ansi para quedar dos ó tres hechos
Por ser autor de tal descubrimiento. De la vida quedaban diez deshechos.
Quisiéralo callar , pero la fama, Este principio y estas ocasiones
Impelida de tanta muchedumbre , De los esclavos fueron perdimiento
Por diversos lugares se derrama De todas las insignes poblaciones
Segun y como tiene de costumbre : Que en mis versos atrás os represento ;
Estos , aquellos y los otros llama Y el rey por las siniestras relaciones
Con trompa de sonora certidumbre ; Para ello prestó consentimiento ,
Acudieron navíos al barato Aunque con instruccion tan limitada
Engrosando las ferias y contrato. Que el mal no fuera tal á ser guardada.
La gente castellana que venia Algun tiempo se hizo con blandura
Por hacer mas à gusto sus haciendas , No tanta cuanta allí se señalaba ;
Formaron en la isla ranchería , Pero después fué tanta la soltura
Pusieron toldos y asentaron tiendas ; Con que con estos indios se trataba ,
Y cebados en esta granjería Que les era la guerra mas segura
Hacen bubios para sus viviendas , Que lo que mala paz aseguraba ;
Trayendo mercancías diferentes Pues cuantos menos eran sus engaños
Que rescataban con aquestas gentes. Se les hacian muy mayores daños.
Podia ser , segun mas cierta cuenta , No pueden prolijísimos renglones
Cuando la muestra se halló primera , Decir ad plenum lo que se hacia ,
Año de cuatrocientos y noventa Tantas cautelas , tantas invenciones ,
Con mil y seis corridos de la era : Tanta maldad y tanta villanía :
El indio con la paga se contenta , Mas por no despertar viejas pasiones
Y el español , que mucho mas espera , Volvamonos á nuestra ranchería ,
Envía su caudal , y á la tornada De quien ya se hacia mayor cuenta
Doblaba y redoblaba la parada. De lo que nuestra pluma representa.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XIII , CANTO I. 145
Habia ya justicia y oficiales , A todos los que son en esta era
Frecuentísimo trato de navíos , Oyendo lo que no les fué visible,
No rescataban ya de naturales , No parecera cosa creedera
Porque todos temian sus avios Gasto de leña y agua tan terrible ;
Para desentrañar estos ostiales Pero mi relacion es verdadera,
Con propios aderezos y atavios ; Y ansi no la tengais por imposible .
Con tanta perla, tanto contratante Y aun es mas que los precios señalados
Las cosas iban ya muy adelante. Lo que va de los pesos à ducados.
Mostrábase fortuna tan ufana Pues como fuesen indios muy famosos
Y andabase tan próspero camino , Los moradores destas poblaciones,
Que iban á quintar al aduana De nuestra santa fe menesterosos
Como de trigo sacos al molino : Y de defensa ya de sinrazones,
Muchos sacaban hoy y mas mañana , Acudieron algunos religiosos
Si Joan vino cargado,Pedro vino , Movidos de cristianas intenciones,
Y entonces hubo indio que traia Procurando traellos al aprisco
Arriba de dos marcos cada dia. Dominicanos y de San Francisco.
Vereis llenos caminos y calzadas A Cumaná vinieron franciscanos ,
De tráfagos , contratos y bullicio , Do monasterio luego fue fundado,
Las plazas y las calles ocupadas Con Hana voluntad de los paganos ,
De hombres que hacian sus oficios ; Por cuyas manos era fabricado :
Vereis levantar casas torreadas Y los frailes por términos cristianos
Con altos y soberbios edificios , Apacentaban bien este ganado,
Este de tapia, aquel de cal y canto , Santísimos preceptos predicando
Sin que futuros tiempos den espanto. Y muchos convertiendo y bautizando.
No vuelan ni concurren tan frecuentes En esta obra cada cual entiende ,
Las palomas en indica saona , Conclusas horas dėl divino canto,
Para hacer sus nidos en las frentes Y en el Chichiriviche mas allende
Que miran los confines de la zona ; Cinco leguas hicieron otro tanto
Cuanto todos andaban diligentes Los dominicos, donde se pretende
Eu la que nueva Cáliz se pregona , Perseverar en el oficio santo ,
Con tal hervor y tal desasosiego Año de diez y seis era ya esto,
Cuanto por secas ramas vivo fuego. Cuando tomaron mal seguro puesto.
Ocurrió grande copia de oficiales Convento fabricado y templo hecho
A la nueva ciudad que se hacia , Donde todos vivian recogidos,
En navíos traian materiales Con gran observacion de su derecho ,
Y cuanto la tal obra requeria; Sin ser á lo siniestro divertidos ,
Porque la grosedad de los caudales Muy en contentamiento y en provecho
Estas costas y mucho mas sufria , De los por convertir y convertidos ;
Y con salir tan caras estas cosas Aquel perturbador de cosas pias
Alli hicieron casas suntuosas. Su cizaña sembró por estas vias.
Fué la de Barrionuevo la primera Un cierto capitán, que no debiera,
Un escudero natural de Soria , Hojeda ereo yo que se decia ,
Fué luego la de Joan de la Barrera , Rescatando maiz por la ribera ,
Cuyo valor es digno de memoria ; Segun que de costumbre se tenia ,
Y luego la de Pedro de Herrera En el puerto de Guantar salió fuera
De quien pudiera yo tejer historia , Y entróse con alguna compañía ,
Y la de Castellanos , tesorero , A rescatar como solian antes
Que fué de los mejores el primero. En pueblos de la mar algo distantes.
La de Portillo fué con tal esmero En los cuales compró mucha comida
Que podia servir de fortaleza , Pagándoles por ella su interese ,
Otra también de Diego Caballero, Y á los indios por quien le fué vendida
Mariscal y señor de gran riqueza ; También les demandó quien la trajese ;
Un Alvaro Beltrán , varon entero Fuéle bastante gente proveida
En todas buenas partes de nobleza , Diciéndole que luego la volviese ;
Un Anton de Jaen , Rojas y Niebla , Mas el mal capitan y gente suelta
Con otros que se quedan en tiniebla. Nunca les consintieron dar la vuelta.
Y Francisco de Reina también era Antes fueron allí los galardones
Un varon tan cabal y tan bastante, Indignos de quien dió tan buen avio,
Que con justa razon yo bien pudiera Pues llegados mujeres y varones
Decir de sus proezas adelante ; Cargados à la boca de aquel rio,
Pero la brevedad desta carrera Les pusieron cadenas y prisiones ,
No da tanto lugar al caminante ; Y los metieron dentro del navio ;
Su yerno fué Pero Ruiz de Tapia , Hecha la suerte pérfida tirana ,
Noble de condicion y de prosapia. Luego bajaron á Maracapana.
Hijo del dicho Reina fué Bautista, En el puerto surgió la carabela
Sacerdote prudente y avisado , Debajo de cubierta los hurtados,
El cual es destas cosas coronista Y recogida ya la blanca vela ,
Y en ellas vive hoy bien ocupado ; En la playa saltó con sus soldados ,
Y ansi no haré yo mas larga lista , Con los mismos designos y cautelas
Dejando para él este cuidado , De que tan mal usó con los pasados ;
Pues yo con brevedad añudo gonces Mas aquestos sabian ya de cierto
De las cosas que viamos entonces. Los tratos y traicion del otro puerto.
Leña y agua de Cumaná venia Hiciéronles muy buen acogimiento,
De rios que la dan en abundancia, Prometiendo vender mucha comida ,
Y en barcos y navíos se traia La cual por estar lejos del asiento
Con pipas siete leguas de distancia : No podia tan presto ser traida :
Trataban muchos esta mercancía Dilatando la venta con intento
Teniéndola por próspera ganancia , Y fin de despojallos de la vida,
Pues al Jaen que digo hizo daño Ruegan al capitán deje la playa
De cinco mil ducados en un año . Y con su gente por los pueblos vaya,
144 JUAN DE CASTELLANOS .
Certificando que rescataria > Bien veis que por palabras y en escritos
Esclavos y comida con hartura , Suelen abominar estos letrados
Y el torpe capitán bien lo creia ; Las viejas ceremonias y los ritos
Mas por le parecer poca cordura En que fuimos nacidos y criados :
Dejar allí la presa que traia , Aquestas son sus voces y sus gritos ,
Que lo traigan alli solo procura : Y en esto viven todos ocupados :
Los indios con fingidas alegrías Frailes quitan deleites y placeres ,
Pidiéronle de espacio cuatro dias. Y los otros los hijos y mujeres.
Por los poder matar à coyuntura »Y pues ellos por tan dañosos modos
Y tiempo que les fuese conviniente , Quieren que nuestra gente se destruya ,
Porque también habian hecho jura Meneemos acá manos y codos
Con todos los demás de aquella frente De suerte que su vida se concluya ,
De no dejar á vida criatura Para que desta vez se borren todos
Que de españoles fuese descendiente ; Sin dejar en la tierra cosa suya ,
Y para los efetos desta guerra Tentando por tal via la fortuna ,
Estaba conjurada ya la tierra. Que en Cumaná y acá demos á una.»
Con estas esperanzas los dejaron Cuadró tan bien al bárbaro guerrero
Sin ellos sospechar el mal futuro , La traza de tan mal labrada talla ,
Y parte de los indios se quedaron Que sin considerar el paradero
Cuasi por aparencia de seguro : Fueron á la flaquísima batalla ;
Otros con Toronoima se juntaron , Y á Cumaná hicieron mensajero
Cacique principal , crüel y duro, Por avisar á la crüel canalla ,
Para ser dél en la traicion instrutos Para dar á la hora prevenida ,
Y en un parecer solo resolutos. Y ellos luego hicieron su partida.
Allí llegaron furias infernales Como las bravas ondas conmovidas
Para la ejecucion del caso feo , Del viento que se muestra riguroso ,
Estimulando mas estos bestiales Que van unas tras otras impelidas ,
A tan crüel y pérfido trofeo ; Sin mezcla de descanso ni reposo ,
Y ansi las insolencias fueron tales Hasta que las riberas son heridas
Que vencieron aun á su deseo ; Del embate feroz y presuroso ;
Y algunos que miraban á mas lejos Con tal ímpetu van aquestas gentes
Estaban ya confusos y perplejos. A combatir los pobres inocentes.
Mas poco duran buenas intenciones Mil y quinientos eran ya corridos
En torpes, viles y apocados senos, Con otros diez y nueve de la era ,
Donde hacen mayores impresiones Al signo capricornio convertidos
Los pésimos consejos que los buenos : Los carros que rodean el esfera ;
Mayormente soezes corazones Cuando los índios iban revestidos
Si de rabiosas furias están llenos, De Aleto , Tisifone y de Mejera ,
Como lo hizo con aquesta gente Y cuando del divino sacrificio
Un indio que les dijo lo siguiente : Los frailes celebraban el oficio.
Mal me parecen tantas variedades, Entonces la maldad y sinrazones
Y si verdad conviene que se diga , Usando sus inicuos previlegios ,
Conocereis ser grandes poquedades Por dar fin á sus malas intenciones
De todos cuantos hay en esta liga Cercaron los santísimos colegios ,
No quebrar con furor las amistades Y en las casas de santas oraciones
De gente que nos es tan enemiga ; Hicieron detestables sacrificios ,
Pues si por bien pensais hacella buena , Con furia tan bestial y tan nociva
Abris camino para mayor pena . Que en ellas no dejaron cosa viva.
» Cesen los devaneos y fatigas Sueltas llevan las riendas las maldades :
En el efetuar tan justa cosa , Aquí y allí vereis descabezados ,
Cortemos ya, señores, las espigas Con otras insolentes crüeldades
De do sale simiente tan dañosa ; Hechas en estos bienaventurados :
Pues jamás comeremos buenas migas Imagines partidas en mitades ,
Con gente, que por ser tan ambiciosa Y los altares muy ensangrentados ;
Aquí y allí, y en todas partes pican, Porque cuando llegaron furiosos
Haciendo lo contrario que predican. Celebraban algunos religiosos .
» Que sean fraudulentos y tiranos , Segun infernal furia se lo dijo,
Que sean atrevidos homicidas , La crueldad usó de sus imperios :
Los ejemplos tenemos entre manos Desmembraron el santo crucifijo
Por las cosas atras acontecidas , Con nunca jamás vistos vituperios ;
Donde los mas pacíficos y llanos Luego la saña y el furor prolijo
Corremos mayor riesgo de las vidas , Abrasaron los dichos monasterios ;
Y no son estas , no , vanas sospechas , En Santa Fe pasó por esta via,
Pues veis de nuevo las maldades hechas. Que es do Chichiriviche se decia.
»A justas defensiones os provoco Los cuales su maldad han sustentado ,
Contra malignidad que nunca cesa ; Y se sustenta tan proterva cepa ,
Pues si no refrenais intento loco Sin habello por esto castigado ,
Sustentando pacífica promesa , A lo menos castigo que yo sepa ;
De consumirnos hemos poco a poco , Por haberse muy bien fortificado
Y aun mucho á mucho ya, segun su priesa, En parte que del mar algo discrepa ,
E yo no siento que quebranta fueros Y en Cumaná tuvieron los escesos
Quien resiste sus males venideros. Varios y diferentes los sucesos.
»Los frailes, aunque nos parecen buenos, Pues cuando la maldad allí se ensaya
Y de santas palabras y obras pias Y el convento barria la candela ,
Aquellos santuarios están llenos , Huyéronse dos frailes à la playa
Yo tengo para mí que son espías ; Donde tenian cierta canouela :
Porque españoles son ni mas ni menos , Con la cual se pusieron en Araya
Y por no consentir idolatrías , Adonde se halló cristiana vela ,
Huye de dar respuestas al reclamo Y ansí , poniendo de por medio agua,
De los pïaches el Oriquiamo. Llegaron á la isla de Cubagua.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XIII , CANTO II. 145
Con la nueva que dieron se desecha Con esta cobardía tan sin tiento
Cuanto podia dar contentamiento , Se dispusieron todos al pasaje ,
Sospechando que de la maldad hecha Llegaron con salud y en salvamento
Hojeda pudo ser el fundamento ; A Haití , do llevaban su viaje :
Y teniendo por cierta la sospecha Fueron nuevas de grande discontento
Determinan justicia y regimiento Después que recitaron su mensaje ,
De que fuesen diez barcos bien armados Y maldecian hombres y mujeres
Para prender á él y á sus soldados. La bajeza de aquellos mercaderes.
Van á Maracapana con gran priesa Porque luego los indios comarcanos
Do vieron al autor del disparate Que Cubagua tenian á los ojos ,
Cebado de la pérfida promesa Sabiendo ser huidos los cristianos
Que los indios hicieron del rescate : Vinieron á gozar de los despojos :
La cual bien claro vido ser aviesa De los cuales hincheron bien las manos "
En su trabajosísimo remate ; Aumentando con vino los enojos ;
Y ansi fué que por no tener aviso , Pues cuanto mas el bárbaro bebia
Nunca pudo salvarse cuando quiso. Tanto mayor braveza concebia.
Porque viendo venir desta manera Anda la borrachera y el tabaco ,
Los barcos conocidos á la vela , Hinchense bien las pieles y los senos
Adevinó su mal , mas no cuál era, Suenan voces y gritos en el saco ,
Que los presentes lazos no recela ; Y cuantos van y vienen vuelven llenos :
Mas yendo todos para la ribera Acudieron también de Carïaco ,
Para huirse con la carabela , Y los de Santa Fé ni mas ni menos ;
La gente de los indios circunstante Cuantos iban al fin destas raleas ,
Con armas se les puso por delante. Revolvian cargados de preseas.
El apostema y el furor revienta Abierta pues segun es declarada
De los pechos por maña reprimidos , La puerta de tan dura competencia ,
Hierve la furia , crece la tornienta , Determinaron de hacer armada
Confundense con gritos y alaridos : Los señores de la real audiencia :
La flecha y la macana se ensangrienta , Para ser con castigo refrenada
Muchos de los cristianos hay caidos , La furia de la bárbara demencia ,
Otros que huyen la sangrienta fragua Trescientos españoles , fuertes pechos ,
A nado se metian por el agua.
Se juntaron con armas y pertrechos.
Fueron aquestos los mejor librados , Fué Gonzalo de Ocampo por tiniente
Aunque con deshonor ansí huian , De don Diego Colon el almirante ;
Pues eran recogidos y amparados Y para gobernar aquesta gente
De los dichos diez barcos que venian : El audiencia le dió poder bastante :
Los otros todos son despedazados , El suceso callamos de presente ,
Aunque con gran valor se defendian , Pero dirémoslo mas adelante ;
Do Hojeda pagó su desconcierto , Pues aunque caminante presuroso
Quedando con los otros allí muerto. Quiero tomar un poco de reposo .
Reconocido bien lo que pasaba ,
Los barcos con espesos remadores
Volvieron á Cubagua , donde estaba CANTO SEGUNDO,
Por justicia mayor Antonio Flores :
El cual en este tiempo recelaba Donde se cuenta cómo llegó GONZALO DE OCAMPO al puerto de Cumaná,
Otros inconvinientes no menores , la buena maña que se dió en prender algunos indios culpados , la jus
Por los amenazar crüeles manos ticia que dellos se hizo , on otras muchas cosas que entonces suce-
De indios que tenian comarcanos. dieron.
Los cuales apretaron su venida Los autores de torpes desatinos
Contra la isla con mayor pujanza , Nunca pueden tener bora segura ,
De yerba pestilente proveida Porque demás de ser aquestos dinos
La punta de la flecha , dardo , lanza : Del pago que merece su locura ,
El agua ya les era defendida , Esa misma maldad abre caminos
Perdida de la paz el esperanza , Para mayor dolor y desventura ,
Y esperar les parece cosa fea Pues nunca subió tanto la malicia
Con ser trescientos hombres de pelea. Que sobre ella no vuele la justicia.
En quien temor causó tanta demencia Ansí los indios destas poblaciones ,
Que se dejaron en esta isla sola , Cuando con hechos torpes inhumanos
Y todos sin vigor de resistencia Pensaron allanar sus tropezones ,
Determinaron ir á la Española : Entonces los hicieron menos llanos ;
Para lo cual con suma diligencia Y ellos buscaron nuevas ocasiones
El levadizo mástel se enarbola , Para los afligir sangrientas manos ,
Dejando las haciendas adquiridas Y de ser tan indómitos y bravos
Con el deseo de escapar las vidas . Nació la perdicion de ser esclavos.
Cuál dejaba su casa , cuál su tienda La era pues de veinte ya llegada ,
Llena de sedas , lienzos , paño fino , Con mas mil y quinientos de su rueda ,
Cuál la pieza mayor de su vivienda Cuando la del sol iba desvïada
Arrumada de pipas de buen vino ; Del tauro , y á los dos hijos de Leda
Cuál si poco tomó de su hacienda Llegaba , de Haití salió el armada
Con temor lo dejó por el camino , Para vengar los daños de Hojeda ,
Todo lo menosprecia y le baldona Y puestos en buen orden y concierto
Atrueco de salvarse su persona. A Cumaná llegaron y á su puerto .
Como suelen en fortunoso caso Acudió luego bárbara palestra
Aquellos que por mar hacen su via , Considerando ser la guerra cierta ,
Que por asegurar el mortal vaso Mas la gente cristiana como diestra
Alijan la comprada mercancía ; Con disimulacion cerró la puerta ;
Ansi lo hace por el campo raso Pues marineros solos hacen muestra
Cualquiera destos hombres que huia , Y los demás debajo de cubierta ,
Hasta dejar la ropa y atavio Y porque de las armas se despidan
Con priesa de se ver en el navío. De paz los Haman y con paz convidan .
T. IV. 10
446 JUAN DE CASTELLANOS.
Preguntaba la pérfida cuadrilla Hecho pues el castigo desta suerte ,
Si de Haiti venian de camino ; A Cumaná volvió y á sus riberas ,
Respondieron que vienen de Castilla Adonde , por el agua , hizo fuerte ,
Cargados de rescates y de vino : Porque pudiese ya venir cualquiera
Con fardos de ruán y de presilla , A la coger sin miedo de la muerte
Hachas , machetes , cuentas , coral fino ; Que daba la nacion desta frontera :
Que vengan los que quieren al contrato Venian libremente pues por agua
Que de todo harán muy buen barato. Los barcos y navíos de Cubagua.
Reportáronse con placer estraño Aquesta fuerza hecha , fundó luego
De ver pocos cristianos inocentes , Un pueblo que llamó nuevo Toledo ,
Ignorantes del ya pasado daño , Adonde se vivió con mas sosiego
De la misma cautela dependientes ; De lo que de presente decir puedo ;
Pues pensaban usar de aquel engaño Porque vino de paz el rey don Diego ,
Que con ellos usaron nuestras gentes , No tanto por amor cuanto por miedo ,
Y ansí debajo deste desvario Y aun él mismo publica que se espanta
Llegaron con canoas al navío. De ver la vecindad y nueva planta.
Cebados del olor desta mentira , En aquesta sazon que voy diciendo ,
Entró luego quien mas cerca se halla , Hubo por estas partes y regiones
Diéronles de comer y anda la jira Un clérigo , bendito reverendo ,
Del vino de Jerez y de Cazalla : Testigo de muy grandes sinrazones ,
Revestida de paz está la ira , A quien Dios levantó , segun entiendo ,
Sinceridad mostraba la canalla , Por favorecedor destas naciones ;
Rogando con amor de parentesco Bartolomé Casâus se decia ,
Que vayan á tomar algun refresco . Padre desta moderna monarquía.
Mas al tiempo que estaban descuidados, Cuyo nombre merece ser eterno
Bebiendo cada cual por maravilla , Y no cubrirse con escuro velo ,
Valentísima copia de soldados Pues procuró de dar tan buen gobierno
Con gran furor salió del escotilla ; A los conquistadores deste suelo ,
Prenden aquí y allí muchos culpados , Que sacó muchas almas del infierno
Y al indio que llamaban Orteguilla , A la contemplacion del alto cielo :
A quien frailes hacian gran regalo , Aqueste pareció tal cual lo pinto
Y fué para con ellos el mas malo. Ante la majestad de Carlos quinto.
Pues seis dias después del estampida Y al Cumaná ya dicho le pedia
Vivió fray Dionisio , que de gana Sin saber de la muerte franciscana ,
Quisiera conservar gente rompida , Afirmando por cierto que traeria
Por conocer en él voluntad sana ; Los indios à la religion cristiana ;
Mas Orteguilla le quitó la vida Mas no con belicosa compañía
Con un terrible golpe de macana , Sino con amistad de gente llana ;
Pagándole con mal el atrevido Y ansí , debajo deste presupuesto ,
El bien que dél habia recebido . Al César prepotente dijo esto :
Presos los indios pues incontinente , « Cesárea Majestad , por tiempo luengo
Algunos se pusieron en cadenas , He tenido mi casa y residencia
Y de los principales mas de veinte En las partes de Indias , de do vengo
Ahorcaron allí de las entenas , A deciros negocios de conciencia :
Por atemorizar la demás gente Si á la humildad del hábito que tengo
De que estaban las playas todas llenas ; Vuestra gran Majestad diere licencia ,
Y echados á la mar los cuerpos muertos , Que bien creo que no me irá à la mano
A Cubagua se fueron y á sus puertos . La cristiandad de rey tan soberano.
Allí de nuevo ponen sus banderas » Con las humildes plantas y novelas
Reparando las pérdidas que digo , Que vienen a católica vivienda ,
Y luego revolvieron mas de veras Usan los españoles de cautelas
A las ejecuciones del castigo : Dignísimas, señor, de gran enmienda :
Saltan en Cumaná y en sus riberas Abusos , desvergüenzas , corruptelas ,
Con opuesto rigor del enemigo , De que las Indias son pública tienda ;
Porque de indios cantidad inmensa No son perros que ladran , sino lobos
Engrosaba por horas la defensa. Que viven de rapiñas y de robos.
Mas Gonzalo de Ocampo no desmaya ; » De cuantos allá viven se destierra
Pues con muertes de indios y pesares El peso, la razon y la medida :
No solamente les ganó la playa , Y el simple natural de aquella tierra
Pero también entró hasta Tagares : No tiene libertad ni tiene vida ;
La fama y el temor hizo que vaya Pues manteniendo paz le hacen guerra,
Por todos los confines de sus mares , Le quitan la mujer y la comida :
Do con solo doscientos españoles Al pacífico, llano y al mas manso ,
Les allanó las cumbres y peñoles. A este se le da menos descanso.
Amedrentando todos los vecinos » No creen haber rey los naturales
De los rebeldes pueblos congregados , Que refrene molestias semejantes ,
Y por ellos haciendo hechos dinos Porque vuestras justicias y oficiales
De ser en estas partes celebrados : En las maldades son participantes ;
Pobló las sendas , playas y caminos Y aun ellos mismos son los principales
Con cantidad de indios empalados ; En los negocios mas exorbitantes ;
Trajo también gran número de vivos , Y ansí, si no cortais inconvinientes ,
A quien luego herraba por captivos. Presto verán su fin aquellas gentes.
Pudo también prender en una villa »Segun han sido malos y nocivos
Un valiente gandul en traje vario , En las islas que son de aquellos mares
Vestido con un hábito y capilla , Adonde ya no vemos indios vivos
Y dentro de la manga breviario : De tan numerosísimos millares ;
Hermano, dicen, fue del Orteguilla , Ansí , con tantos daños escesivos ,
Y no menos á frailes adversario , Harán en Cumaná y en los Tagares ,
Al cual colgaron en un alto risco , Donde traman y tejen largas trenzas .
Y en hábito murió de San Francisco. De latrocinios y de desvergüenzas.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XIII, CANTO н . 147
Desde Caracas hasta Chacopate » Este será mejor salvo- conduto
No suele la soltura ser angosta , Y la mas acertada medicina ,
Adonde so colores de rescate Pues esta gente no sabe dar fruto
Asuelan y destruyen la tal costa : Sino de la manera que el eucina ;
Conviene remediar su disparate , Y el señor padre viene mal instruto ,
Y que el remedio vaya por la posta ; Pues que tan de rendon se determina
Pues tanta mas será la desteniplanza En querer ablandar sin golpes robles
Cuanto fuere mayor esta tardanza. Menos blandos aun y menos nobles.
Aquellos naturales , segun siento , » Mudables todos á cualquiera viento
No son alli, señor, gente tan dura , Que sus bestialidades satisfaga ,
Que no vengan al buen conocimiento , Jamás en ellos mora buen intento ,
Viendo buenos ejemplos y blandura ; Ni supieron à bien dar buena paga :
Y mas si del presente rompimiento Conocimiento ni agradecimiento
Vuestra gran cristiandad los asegura , Nunca jamás à bien que se les haga ;
Poniéndoles allí varones llanos Es finalmente gente de tal masa ,
Que vivan del trabajo de sus manos. Que á las maldades nunca pone tasa.
› Aquestos han de ser hombres casados , » Ansi que , señor mio licenciado ,
Ayunos de guerreras competencias , El tiempo destas cosas que yo digo
Yporque sean mas reverenciados Os podria hacer desengañado ,
Honraflos heis con francas eminencias ; Y al mismo tiempo pongo por testigo ;
Y en alguna manera señalados Por tanto no vivais muy confïado ,
Por las esteriores aparencias , Pensando del traidor hacer amigo ,
Porque temores de otros se resfrien , Pues cuando juzgueis ser menos atroces
Y destos solamente se confien . Os tienen de tirar un par de coces.»>
Yo con ellos iré para el efeto El licenciado Casas , viendo esto
De lo que por palabras aquí muestro , Tan en contrario de sus opiniones ,
Y cumpliré también lo que prometo Al Ocampo tenido por molesto
Cuanto debe fiel vasallo vuestro : Hizo notificar sus provisiones ;
Teniendo tan buen orden y respeto Y para que saliese deste puesto ,
Como quien destas cosas es maestro ; Requerimientos y protestaciones :
Y entiendo con alguna suficiencia , El Ocampo con su gente de guerra
Que sabré descargaros la conciencia . » A Cubagua se fué y dejó la tierra.
A la sustancia del razonamiento Segun el Casas quiso todo hecho ,
Que el Casas ó Casäus esplicaba , Al cacique habló con gran caricia ,
Su Majestad estuvo muy atento , Diciéndoles venir con limpio pecho
Como quien dar remedio deseaba : Y sin resabios malos de cudicia :
Pidió memorial y llamamiento Para se desvelar en su provecho ,
De hombres de quien él se confiaba , Defender su razon y su justicia ,
Y puestas en consulta las razones , Y para ser amigos y parientes
No faltaban contrarias opiniones. Sin ser de sus haciendas pretendientes.
Mas aunque hubo quien contradijese, La bruta y atrevida pestilencia
La Majestad real le dió favores , Mostró sinceridad y manso brio ,
Dineros y navios , do viniese Y luego , no sin grande diligencia ,
Cargado de sus llanos labradores : Hicieron un grandisimo bubio ,
No poco huecos con el interese , El cual todo hinchó su reverencia
Por se considerar de cavadores , De vino , de rescate y atavio :
Caballeros armados é ya hechos Hacienda cuyos números contados
Con unas cruces rojas en los pechos. Montaba mas de siete mit ducados.
Vereis á Joan Martin y á Pero Mingo Luego determinó por su presencia , '
Con una gravedad muy entonada , Y de sus caballeros no sé cuántos ,
Olvidados del brinco y del respingo, De parecer en la real audiencia
Que daban al tirar del aguijada : Para comunicar negocios santos ,
Vereis cómo pasean el domingo Sin sospecha de guerra ni pendencia ,
Con plumas en la gorra colorada , Ni cosa que le dé malos espantos ;
Y al padre reverendo rodeado Antes tuvo por cierto que dejaba
Deste su rusticisimo senado . Cuanta seguridad se deseaba.
Al fin á Cumaná hizo su via Mas la gente sin fe , bestial y fiera ,
Con pertrechos , recados y aderezos , De cudicia crüel estimulada ,
Do salió con aquesta compañía Determinó de dar en la sincera,
Admirada de ver nuevos cabezos : De semejante trance descuidada.
Saltó Pedro Pascual , Anton García , ¡ Oh cuánto mas entonces les valiera
Cejudo , Joan Manojo , Hernán Bezos , El andar barbechando la cañada ,
Muchos con Mari Lopez , Joana Luenga , Ir á buscar el buey de cerro en cerro
Sancha , Teresa Diaz , Mari Menga. Y escuchar dónde suena su cencerro !
Dióles el parabién de bien venidos ¡Cuánto mejores fueran las meriendas
Aquel Ocampo con sus baquïanos , Hechas en el cubil y en las cabañas ,
Burlando de los trajes y vestidos Que las sangrientas guerras y contiendas,
Y la rusticidad destos villanos ; En que se daban todos malas mañas !
Teniendo por errores conocidos ¡ Cuánto mejores otras encomiendas
Sus modos de poblar torpes y vanos , Que pudieran guardalles las entrañas
Entre indios crueles y bestiales Y el encomienda de la sobrecarga ,
Mas brutos que los brutos animales. Cuando tercios atados queda larga !
Y ansi les dijo : « mis señores primos , ¡ Cuánto mejor también á Marimenga
No penseis acertar estas jornadas No mudar el andar con nueva ropa ,
Por via de halagos y de mimos , Ni dejar de hacer la hebra luenga ,
Sino con muy gentiles cuchilladas ; Mordiendo con los labios el estopa ;
Pues en la tierra donde residimos Y hacer que el marido se detenga
La buena paz negocian las espadas : Para ver si le sabe bien la sopa ,
No vereis amistad en esta tierra La sabrosa cecina , los tasajos ,
Si no se gana con sangrienta guerra. Y en el rescoldo las cabezas de ajos !
148 JUAN DE CASTELLANOS .
¡Cuánto fuera mejor la mansa suerte, Pusieron en la isla arrieros ,
De pocos ó ningunos conocida , Los cuales con trabajos insufribles
Que la de aquel que dellas se divierte Llevaban para dar á los barqueros
Con imaginacion desvanecida ! En puertos de la mar mas convenibles,
Pues entonces buscó la dura muerte Cuyos gastos no fueran sufrideros
Cuando se despidió de aquella vida , Si no fueran tan grandes los posibles ;
Como hicieron estos caballeros , Pero dejémoslos desta manera :
De quien quiero decir sus paraderos. Volvamos al Casäus, que me espera .
Pasados eran ya los quince cientos El cual , después que supo la rencilla,
Con cinco lustros mas y mas un año , La desventura y el rigor insano,
Cuando rabiosos perros y hambrientos Determinó de se poner capilla
Destruyen el católico rebaño , En habito y honor dominicano :
Entrando por pajizos aposentos , Fué sobre los negocios à Castilla ,
De quien nunca jamás les hizo daño ; Y en ellos apretó tanto la mano,
Y entró tal multitud de gente brava , Que hizo que hiciesen nuestros reyes
Que treinta partes menos resobraba . Para las nuevas ludias nuevas leyes.
Bien como riguroso ventisquero El fué quien descubrió la gran solapa
De borrasca que viene repentina , De males hechos en aquesta gente,
Con la cual el inútil marinero Defensa fuerte, protector y capa
Lleno de confusion se desatina ; De los bárbaros indios de occidente :
Y para gobernar aquel madero Siendo después obispo de Chïapa
No sabe cuál es arca ni bolina , Acabó su carrera santamente,
Mas antes sin preparacion alguna Y en Indias el protervo y el sencillo
Se deja convencer de la fortuna ; Tienen justa razon de bendecillo .
Ansí también , ó miseros varones Mas vista por entonces la demencia
Rodeados de perros inhumanos , De los de Cumaná y el desatino ,
En aquestas terribles confusiones Los señores de la real audiencia
No supieron valerse de sus manos : Buscaron el remedio que convino .
Todos son gritos y lamentaciones Vino por capitán desta tenencia
Y encomendarse á Dios como cristianos ; Jáconie Castellon, noble vecino,
Mas esto poco tiempo les duraba Con trescientos soldados escogidos ,
Por el poco lugar que se les daba. De cosas convinientes proveidos.
Porque como ningunos se defienden Rompió con gran furor los enemigos
De la gente crüel y fementida, Que en su defensa se mostraron bravos,
Los pechos abren, las cabezas hienden Hizo regurisisimos castigos
Con una crueldad jamas oida ; Primero que viniesen á conchavos ;
Porque son bestias fieras que pretenden Y antes y después de ser amigos
No dejar criatura con la vida : Sacó crecido número de esclavos,
Era lo bueno pues que en el estrago Y en la boca del rio con prest eza
Decian : « Santiago, Santiago. » Hizo de cal y canto fortaleza.
Y en este confusisimo ruïdo La cual se concluyó muy á provecho
No hay fuerza de crueldad que no les cuadre : Año de veinte y tres y un mes corrido,
Matan á quien les ha favorecido, Nombróse por alcaide de lo hecho
Y en amistad les era como padre ; Y capitán mayor deste partido ;
A la mujer delante del marido , Los reyes confirmaron su derecho
Y al muchacho delante de su madre, Y fuéle con salario proveido :
Y de doscientos no dejaron cosa Duró la fuerza hasta el año treinta
Sino quien puso piés en polvorosa. Sobre mil y quinientos desta cuenta.
Pues pocos, alentados de mas brio, Pues en esta sazon faltando guerra
Viendo la muchedumbre que venia, Hubo tan gran temblor y movimiento,
Huyeron á la boca de aquel rio Que derribó de la vecina sierra
Cubiertos de las matas que tenia, Gran parte con mortal asolamiento :
Y á nado se pasaron à un navio Del bárbaro vecino desta tierra
Que en estas horas agua recogia, Cercano del horrendo rompimiento
El cual sin acabar de tomar agua Bramidos de las ondas fueron tantos
Huyó para la isla de Cubagua. Que causaron mortíferos espantos.
Donde por la desgracia sucedida De cuyo miedo muchos perecieron ,
Mostraron todos triste sentimiento , Y con temor la vida despedian,
Y demás desto porque la bebida Los que vivos quedaron ya dijeron
No podia ya ser sin detrimento La causa deste mal que padecian :
Y en efeto les fué bien defendida Que fué por las maldades que hicieron
Por los indios del torpe vencimiento , En aquellos que mal no merecian' ;
Los cuales concluidas las peleas También del terremoto y aspereza
Repartieron despojos y preseas . Cayó gran parte desta fortaleza.
Luego también aquel indio don Diego, Escapáronse todos los cristianos,
En aquesta maldad el mas horrendo, Los cuales visto lo que les importa,
A las cristianas casas puso fuego , En la reformacion ponen las manos ,
El agua con su gente defendiendo, Y el Castellon á ello los exhorta :
Sin ser parte por armas, ni por ruego El cual allí vivió dias ancianos ,
Para la coger ya, sino muriendo ; Y después dél Andrés de Villacorta,
Y ansí después el agua que bebian De manera que con los dichos muros
Desde la Margarita la traian. Estaban de los indios mas seguros.
De jagüeyes hidiondos y salobres , No les aprovechaba ser ruïnes,
Que el español sediento descubria, Porque con sofrenadas los regian,
Para sustento suyo y de los pobres Y ansí por estas playas y confines
Indios de aquella rica granjería , Otros muchos cristianos acudian :
En barriles, ó cántaros de cobre . Venian de Cubagua bergantines
A la Punta-las- Piedras se traia , Y llevaban el agua que querian ,
Adonde la metian en bajeles Consortes finalmente desta danza
Alli hinchendo pipas ó toneles. Gozaban de grandisima pujanza.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XIII , CANTO III . 149
Vuelven los potentisimos empleos, Estremos ansimismo de grandeza
Acuden los contratos y bullicios, Allí sabré deciros algun dia ,
Hay fiestas,regocijos, hay torneos, Que hubo , descubierta su riqueza ,
Con muchos cortesanos ejercicios : Por hombres desta misma granjería ;
Hay damas, hay galanes, hay paseos, Pero quiero volver á la pobreza
Engrandécense mas los edificios ; Que primero Cubagua padecia,
En isla tan estéril é inamena Por desparecer todos los ostiales
Nunca jamás se vió mesa tan llena. E ya no hallár rastros ni señales .
Cuanto mas el ostial se frecuentaba La razon desta falta daban muchos,
Tanto mayor riqueza descubria, Que no sabré decir si la tuvieron,
Si prosperidad hoy representaba Diciendo que cardúmenes de chuchos.
Mañana mas grandeza prometia : Pescados como rayas, las comieron :
La pesquería se multiplicaba, Otros que los ostiales eran duchos
La gente y el contrato mas crecia, A se ir y mudar, y ansi se fueron ;
Con cuya grosedad y multiplico Mas semejantes causas y razones
Quien mas pobre llegó salió muy rico. Contradecian otras opiniones.
Finalmente que las prosperidades, Pues en las partes donde son sacadas.
Que sin escesos vanos os alabo, Y aun suelen ser las perlas principales ,
Crecian en tan grandes cantidades Muchas veces las hallan muy pegadas
Que ningunos pensaron ver el cabo ; A peñascos, roqueros y ciriales :
Mas por revolucion de las edades Y son con instrumentos arrancadas
Llegaron á notorio menoscabo , De los buzos indios naturales,
Y porque de cansado hago pausa , Y por esta razon quien mas alcanza
Después os contaré cuál fué la causa . Afirma que no pudo ser mudanza.
Por la misma razon es desvario
Lo que suele decir alguna gente,
Congelarse las perlas del rocío
CANTO TERCERO , Y en cada concha una solamente ;
Pues yo que de mi vista me confio
Donde se cuenta à cuánta diminucion vino la granjería de las perlas di He hallado la cuenta diferente
Cubagua, el asolamiento de aquella ciudad , con otras cosas alli suce En una sola concha, cuyos senos
didas.
Tenian cinco y seis y mas y menos.
De bienes que fortuna concediere La razon que se dió menos aviesa
No se fie quien dellos mas alcanza , Por algunas personas curïosas,
Ni piense ser seguro quien tuviere Fué decir que les dieron tanta priesa
De próspero suceso confianza : Que se acabaron como las mas cosas ;
Solo puede tenella del que diere Pues andaba la mano tan espesa
Seguridad de bienaventuranza , Que no fueran las ostias poderosas ,
Pues los que de ventura viven Henos Para se la henchir de ricos dones
A veces de la misma tienen menos. Sin producir de nuevo criazones.
Acontece caer lo soberano , Y en efeto , por largo movimiento
Suélese desmembrar lo mas entero, Y discurso de tiempo que las cria,
Pues vieron el furor del otomano Hoy de nuevo las hallan con aumento;
Debajo de los piés del pastor fiero ; Pero para la dicha granjería ,
Y al gran emperador Valeriano La Margarita tienen por asiento
En semejante trance lastimero , Por ser isla mas fértil y sanía ;
Y reinos en potencia muy erectos Mas en Cubagua no, ni quieren vella ,
Servir á los que fueron sus sujetos. Pero yo sí por acabar con ella.
No se pudo librar desta mudanza Pues entonces faltó de su ribera
El rico morador desta cultura , La flota de canoas que solia ,
Pues vino de su próspera pujanza No pone canoero la bandera
A todos los estremos de jactura , Para mostrar cuán próspera venia :
Perdiendo la hacienda y esperanza Las intenciones eran de cualquiera
De ver otra tan buena coyuntura, Adaptar su vivir por otra via;
Por no se reguardar aquel dinero El tráfago, bullicio y el estruendo
Para faltas del tiempo venidero. A mas andar se iba deshaciendo.
Aunque muchos se dieron buena maña , Faltaban ya las fiestas diputadas
Pues por adevinar casos futuros Para sus regocijos y placeres,
.Compraron grandes rentas en España, Las playas no se ven embarazadas
Heredades, haciendas, censos , juros ; Con tratos de los ricos mercaderes :
Y ansi vencieron fortunosa saña No se vian las calles frecuentadas
Haciendo sus contratos mas seguros, De hombres, ni muchachos, ni mujeres,
Como el jurado Juan de la Barrera Pocos dias habia finalmente
Y el Diego Caballero desta era. Que no saliese della mucha gente.
Y los Beltranos dos , Alvaro y Diego, Como cuando por casos señalados
Diego Nuñez Beltrán, su buen sobrino, Hacen en las ciudades algun juego,
De quieu, mediante Dios , trataré luego Que están los miradores ocupados
Si de vital aliento fuere dino ; Con tantos que perturban el sosiego ;
Pues si yo al Cabo de la Vela llego Y aquellos regocijos acabados
En la prosecucion deste camino, Los que miraban desparecen luego,
Haré mencion de nobles moradores Volviendo cada cual á su vivienda ,
En virtud y riqueza no menores. A sus tratos, oficios y hacienda ;
Entonces tomaremos entre manos A Cubagua con estas variedades
Con amistad y término debido Acontecíale ni mas ni menos ,
Al mariscal Miguel de Castellanos , Pues el tiempo de las prosperidades
Amparo y proteccion de aquel partido ; Habia plazas, calles, puertos llenos ;
Pues nuestras riñas y rencuentros vanos Y en el rigor de las adversidades
Yo los be sepultado con olvido , Huyeron los que se hallaron buenos,
Que los que juventud con furia manda Pues allí no quedó sino desnudo,
El curso de los tiempos los ablanda. O quien por ser ya viejo mas no pudo.
150 JUAN DE CASTELLANOS.
Destos fueron los tratos principales Y es por acontecer en tal instante
Los esclavos que entonces se hacian, Caerse la pared mas delantera ,
Y fueron bien crecidos los caudales Antes de poder ir mas adelante
De los que los compraban y vendian : Por impedir la puerta su carrera :
Por los esclavos increibles males Fué pues el soberano tan bastante
En aquella sazon se cometian , Que nunca hizo falta su madera ,
Hasta tanto que ya por nuestros reyes Y allí quedaron todos amparados
Se dieron á las Indias nuevas leyes. Puesto que temerosos y asombrados.
Deshecha pues aquella dura tienda Yo poco antes de caer habia
Que por la santa ley se les vedaba , Salido con deseo de escaparme ,
Otro ningun recurso de vivienda Y en medio de la plaza no sabia
En esta dicha isla les quedaba, Cómo mejor poder acomodarme ;
Y aun para mas dolor ó mas enmienda Porque de todas partes no tenia
De quien aquel furor ejercitaba , Falta de agua para bien mojarme ;
Del todo se acabó con los estremo s Pero luego con otras gentes buenas
Que por postre de mesa contare mos . Tuvimos compañeros en las penas.
Seria por el año de cuarenta Ofamos murmurios y bullicios ,
Y tres con el millar y los quinientos , No con falaces cantos de serenas ;
Cuando cierta señal nos representa Aquí y allí caian edificios ,
Bravos y furiosos movimientos : Las altas azoteas , las almenas ,
Siguióse después desto tal tormenta La casa de los santos sacrificios ,
Que hizo despertar los soñolientos , Moradas que yo vi ricas y buenas :
De todos vientos rigurosa guerra , Aquí sonaban voces y allí gritos ,
Y el mar mucho mas alto que la tierra. Aquellos con temor , estos aflitos.
El agua de los cielos era tanta , Lo mejor y lo mas fortalecido
Y con tan grandes ímpetus venia, Con la gran tempestad viene cayendo ,
Que el mas entero brio se quebranta , La trabazon del techo mas asido
Y el ánimo mas fuerte mas temia : Con fuerza del temblor se va rompiendo :
Ruïdo temeroso se levanta Causaba gran temor aquel ruïdo ,
Que de la mar y tierra procedia , Asombraba la furia del estruendo
Sobrevino la noche muy escura , De aquellas derrumbadas canterias
Y con ella grandisima tristura. Y quiebras de las vigas y alfajias.
No se hallaba ya cosa viviente Bien como ceiba grande y estendida ,
Que tuviese seguro de su vida , Cuyas ramas ocupan grandes llanos ,
Porque la calle va como creciente En el opaco valle cometida
De rios con furor de la venida ; A hachas cortadoras de villanos ,
En las casas no puede parar gente Que cuando cae da tal estampida
Por los amenazar con su caida , Que espanta los vecinos comarcanos ,
Y lo que mas seguro parecia O como en belicosas ordenanzas
Peligro , mal y muerte prometia. Cuando se rompen juntas muchas lanzas ;
Bien ansí como cuando por acechos O ya también digamos , como cuando
Siguen del delincuente las pisadas , El cielo se mostró de nubes lleno,
Que con bastantes armas y pertrechos Y el fuego celestial viene rasgando
Le tienen las salidas ocupadas ; La nube por el mas espeso seno ;
Y aquí le ponen lanzas à los pechos , Y aquella furia con que va pasando
Y ali ni mas ni menos las espadas , Es la causa de dar horrible trueno ,
El cual siendo de tantos rodeado Poniendo gran temor á los mortales
No sabe qué hacerse de turbado ; Sin uso de razon y racionales ;
Salíannos ansi desta manera Tal y tan grande estruendo se hacia
Aquí y allí peligros al encuentro , Cuando con tantas lluvias y temblores
Pues era grande riesgo salir fuera , La mas gruesa pared de cantería
Peligro de la vida quedar dentro : Caia con los altos corredores ;
Tiembla la isla toda donde quiera Cuyo grave ruido nos ponia
Por aire conmovida desde el centro , Grandisimos espantos y temores :
Aquel que poseia mejor suerte Viérades las doncellas desmayadas ,
Estaba ya gustando de la muerte . Dueñas amortecidas de asombradas.
Solo de Dios se tiene confianza, Aquí sonaba doloroso llanto
Que de la tierra ya nadie se fía , Del niño de su madre divertido ,
Pues cuanto mayor era la tardanza , Allí las madres hacen otro tanto
Tanto mas el rigor invalecia : Lamentando su hijo por perdido;
Las moradas hacian gran mudanza Otras por acullá con gran espanto
Y dellas cada cual se retraia , Colgadas de los hombros del marido,
Huir de las paredes y del muro Hacen mayores ser los terremotos
Parecia remedio mas seguro . Confusísimas voces y alborotos.
Yo solia posar en una casa Fueron durables estos detrimentos ,
Que bien cercana fué de la marina , Mas no con una misma destemplanza ;
Do vivia Pero Ruiz Barrasa Al fin cesó la fuerza de los vientos
Y su mujer Beatriz de Medina : Y llegaron las horas de bonanza :
Tenia por delante plaza rasa , Ningunos muertos , pero descontentos
E viendo yo henderse cierta esquina , Determinados á hacer mudanza
A grandes voces dije : « fuera , fuera , Por no tener recurso de vivienda ,
Que ya caen las rejas y madera. >> Eso me da soltero que con prenda.
Aquesto dicho , mi camino sigo Otros de nuevas leyes ignorantes
Por la parte mas desembarazada , Permanecian en sus desvaríos ,
Acuden á la puerta donde digo , Y algunos hombres viejos contratantes,
Y por su bien halláronla cerrada , Que tenian sus barcos y navíos
Abierto solamente su postigo Que iban y venian como antes
Do con la turbacion hacen parada , A contratar por otros señoríos
Que si junta saliera tanta gente Angosta vida, seca , miserable ,
La pared los matara ciertamente. Y tal que no podia ser durable.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XIV , CANTO I. 151
Mas los que no tenian el resuello Y lo mismo hará lo que yo cuento
Que de necesidad al hombre quita , En historia tan larga como esta ,
Para poder hallar donde tenello Donde mi peregrino pensamiento
Vergüenza generosa nos incita : Halla larga materia mal digesta :
Y ansi barcos de Niebla y Juan Cabello Diré yo pues primero del asiento
Nos traspasaron á la Margarita Desta postrera isla que me resta ,
En tanto que llegaban ocasiones Señalarémosle sus aledaños ,
Para ir á buscar nuevas regiones. Y después sus provechos y sus daños.
Y al tiempo de salir desta frontera , En grados es la misma convenencia
No sin dolor de damas y varones , De Cubagua que tiene al mediodía ,
Acuérdome que Jorje de Herrera Cuarenta leguas la circunferencia
Compuso ciertos versos y canciones , Y poco mas de seis la travesía :
Y en un alto pilar en la ribera Tiene de sanidad gran escelencia ,
También mandó poner ciertos renglónés , Pues ningunos humores malos cria ,
Que si memoria tengo de aquel dia Hay aguas represadas y corrientes
Entre ellos bubo letra que decia : A lo menos en valles eminentes.
Hic populus viguit donis ditissimus olim : El del Charaguaray da grande parte
Vix tamen erectus concidit ipse miser. A la parte del sur do va su proa ,
Sivarios mundi gliscis perpendere casus , Y á los vapores frigidos del norte
Præclaris oculis hic satis unus erit. El de Paraguachí y Arimacoa :
Quien examinar procura El valle de San Joan , dulce consorte ,
Aqui fué pueblo plantado , Por ambas partes goza de gran loa ,
Cuyo próspero partido Varios casos de ventura
Volo por lo mas subido ; Puestos en humana casta , Con árboles amenos y frescura
Mas apenas levantado Aquesto solo le basta Y de zavanas muy mayor anchura.
Cuando del todo caldo. Si tiene seso y cordura. Mujeres naturales y varones
Es en universal gente crecida ,
De recias y fornidas proporciones ,
A nuestros españoles comedida :
Son todos de muy sanas complexiones
Y todos ellos viven larga vida ,
ELEGIA XIV . Son poco curiosos labradores ,
Por ser cazas y pescas sus primores.
Elogio de la isla Margarita , donde se da relacion de la Descubrióla Colon , y este le puso
vivienda de la gente que allí reside y de los infortunios Aqueste nombre con que permanece ,
que ha padecido , con otras muchas particularidades Y allí Cubagua luego con el uso
dignas de memoria. De labor , la cultiva y enriquece :
El mas espeso bosque se dispuso
Para sembrar maices , y acontece
CANTO PRIMERO. Después de cultivadas estas vegas
Acudir por almud hartas hanegas.
Pues que dejamos ya menos aflita Hiciéronse muy buenas heredades
La gente del pesado terremoto , En los lugares mas acomodados ,
Tratemos de la isla Margarita , Y tomáronse muchas propiedades
En cuya descripcion tengo yo voto ; De sitios para hatos de ganados :
Mas no podrá su causa ser escrita Trujéronse de España variedades
Sin furia de tiranos y alboroto , De plantas con higueras y granados ,
Porque también allí le cupo parte Demás de muchos frutos naturales
De desleal bandera y estandarte. Que ella de suyo tiene principales.
Pues en pasados tiempos , y aun hoy dia Hay muchos higos , uvas y melones ,
Franceses les impiden el reposo , Dignísimos de ver mesas de reyes ,
Y en ella reventó la tiranía Pitahayas , guanábanas , anones ,
Del Aguirre , crüel facineroso , Guayabas y guaraes y mameyes :
Después de muerto por traidora via Hay chica , cotuprises y mamones ,
Pedro de Orsúa , capitán famoso , Piñas , curibijures , caracueyes ,
De cuyos trances mi cansada pluma Con otros muchos mas que se desechan
Querria dar alguna breve suma. E indios naturales aprovechan.
Provea de favor el alto cielo , De aves , de conejos , de venados
Enriquezea mi vena y el estilo , Bastantísimamente proveida ,
Porque proceda yo mejor que suelo Dan abundantemente sus pescados
En la prolija trama deste hilo ; Gustosa y salubérrima comida :
Que verisimamente yo recelo Es la carne de todos sus ganados
Los juicios acerbos del Zoilo , En sustancia y sabor muy escogida ,
Pero si lo quebrase ya seria Demás desto la mar en su distancia
Pusilanimidad y cobardía. Cria de claras perlas abundancia.
Para lo cual me ponen buen talante Aunque los bosques tienen aspereza
Muchos amigos mios y señores , Y espinas y escambrones à sus trechos ,
Aconsejándome que no me espante Produce por allí naturaleza
De los amarulentos detratores , Otras muchas maneras de provechos :
Y ansi quiero pasar más adelante Caballos hay de suma lijereza ,
Sin detener mis flacos atenores , No grandes , mas trabados y bien hechos ,
En esta dicha isla mayormente Y en todos los trabajos duran tanto
Do fuí mucho tiempo residente. Que podría decir cosas de espanto.
Y donde por ser larga la jornada El poblador primero destos era
Y llena de cien mil inconvinientes , El noble varon Pedro de Alegria ,
Habremos de hacer un ensalada Fué también Pedro Gallo desta era,
Compuesta de mil cosas diferentes ; Y el que Pedro Moreno se decia ;
Pero ninguna dellas despegada , Y después desto Pedro Herrera ,
Antes á los negocios concernientes ; Mas principal en ser y en valentia ,.
Mas suelen ir como se van contando Pues por su gran valor en paz y guerrá
Unas cosas de otras enhilando. Siempre rigió y mandó toda la tierra.
152 JUAN DE CASTELLANOS.
También Riberos el de Salamanca , Donde la flava Ceres los contenta
Los dos Rojas , el tio y el sobrino , Con liberalidad de franca mano ,
Diego Gomez , y Juan de Villafranca , Allí no falta indica placenta ,
Diego Diaz Pinedo su vecino . Ni lo que llaman pan artolagano,
Con el hermano ya de barba blanca , Con otro grano de diversa cuenta,
Pero Alvarez Millán , Andrés Audino , Sustento del antiguo baquïano ,
Domingo Alonso , Juan Guillén Villena , Allí las carnes vencen en sabores
Con otra mucha gente toda buena. A las mas escelentes y mejores.
Pues habia de punto bien altivo No la Calabria ni armentaria Tracia
Otros valerosísimos soldados , Mejor carnero ni tan buena vaca ,
Cuyo número es tan escesivo , Cabritos muy mejores que en Ambracia ;
Que no pueden ser todos memorados : Y por Atagen y ave fasiaca
Demás de que si yo no los escribo , Otra de mas sabor y mejor gracia
Es porque aquí no estaban arraigados , Que por allí se llama guacharaca ,
Pero cansados de la guerra dura Domésticas y bravas muchas aves ,
Tomaban esta isla por holgura. Ningunas mas gustosas ni suaves.
Y es ansí , que los hombres conocidos , El índico pavon allí se halla,
Que por la tierra firme conquistaban , Capones sobre todos escelentes ,
De sustentar las armas afligidos Con otra grande copia que se calla
Aquí por gran regalo se pasaban : De cazas en sabor no diferentes ,
Y de trabajos grandes recebidos Otro mistillo , y otro taratalla ,
Por algunos espacios descansaban , Que guisaban con varios adherentes
Adonde los enfermos y los sanos Con tal primor y tanta pulicía
Dormian sin las armas en las manos. Cuanto cabal concierto requeria.
Faltaban los barruntos y sospechas Sirven mestizas mozas diligentes,
De las adversidades de fortuna , Instruidas de mano castellana ,
No se temian asechanzas hechas , Lascivos ojos , levantadas frentes ,
Hambre ni sed à todos importuna : De condicion benévola y humana :
Menos temian tiros de las flechas Otro número grande de sirvientes ,
Al tiempo que se pone ya la luna , Captivos de la tierra comarcana ;
Sino que todos reposaban faltos Ricas toballas , lúcida bajilla ,
De pesadumbres y de sobresaltos . Y todo lo demás á maravilla.
Cualquiera de nosotros allí osa Allí se cuelgan las pendientes camas
Acostarse quitadas las espuelas , Adonde tiemplan aires los calores ,
Y sin temor de yerba ponzoñosa Entre las espesuras de las ramas
Arrinconar escudos y rodelas : Hay cantos de suaves ruiseñores ;
No recelábamos fiera rabiosa Con cuyo son las damas y galanes
Que lleva los dormidos y las velas , Encienden mas sus pechos en amores ;
Mas cada cual dormia descuidado Allí mirar , allí la dulce seña
De peligro y de riesgo tan pesado. Que el ardiente deseo les enseña .
Allí satisfacian abundancias , Allí también dulcísimo contento
La bambre del entrada do venian , De voces concertadas en su punto ,
Y aun otros consumian las ganancias Cuyos conceptos lleva manso viento
Con juegos y con damas que servian : A los prontos oidos por trasunto :
Frecuentábanse bien estas estancias Corre mano veloz el instrumento
Donde hermosas damas residian , Con un ingenioso contrapunto ,
No queriendo vivir estas edades Enterneciéndose los corazones
En pueblos , sino por sus heredades. Con nuevos villancicos y canciones.
No hallaban lugar cosas molestas , Porque también Polimnia y Erato ,
Ni do pesares hagan sus empleos , Con la conversacion del duro Marte
Todos son regocijos , bailes , fiestas , De número sonoro y verso grato ,
Costosos y riquísimos arreos : Tenian deste tiempo buena parte :
Cuantas cosas desean están prestas Rara facilidad , suave trato ,
Para satisfacelles sus deseos , Y en la composicion ingenio y arte ,
Los amenos lugares frecuentando De los cuales discipulos y alunos
E unos á los otros festejando . Podríamos aquí decir algunos.
Pasaban pues la vida dulcemente Y aun tú, que sus herencias hoy posees
Todos estos soldados y vecinos , No menos preciarás saber quién era
Donde la fresca sombra y dulce fuente Bartolomé Fernandez de Virués ,
Al corriente licor abre caminos : Y el bien quisto Jorje de Herrera :
En el Val de San Joan principalmente Hombres de mas valor de lo que crees ,
Eran los regocijos mas continos , Y con otros también de aquella era ,
Y á sombra de la ceiba deleitosa Fernán Mateos , Diego de Miranda ,
Admirable de grande y de hermosa . Que las musas tenian de su banda.
Con cierta cantidad no señalamos, Allí también señoras principales ,
Por increible cosa , tronco y cepa , En vida marital y mas segurą ,
Pues toma tal espacio con sus ramos Asidas con los ñudos conjugales ,
Que dudo que mayor otro se sepa : Frecuentaban también esta holgura ,
Tan bella , tan compuesta la pintamos , En aviso y belleza tan cabales
Que hoja de otra hoja no discrepa ; Que nadie tuvo mas de hermosura ;
Alli con el frescor del manso viento Pues con lo menos de su gracia dellas
Daba cien mil contentos un contento. Se pudieran algunas decir beilas.
En torno de la cual los verdes prados Catalina de Rojas , que señora
De naturales y traspuestas flores Fué deste dicho valle y pertenencia ,
Estaban todos tiempos estampados Y de sus hijos debe ser agora
De pinturas diversas en colores ; Como de sucesores por herencia ,
Y á vista grande copia de ganados Tal fué que la mas bella se desdora
Que rodeaban rústicos pastores , Ante su graciosísima presencia ,
Y debajo de ramas tan amenas Pues en donaire , gracia y en talante ,
Asientos puestos y las mesas llenas. Alli no vimos cosa semejante.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XIV, CANTO I. 153
La otra, de su nombre dicha Ana , Desta manera fuimos divididos
Ana de Rojas , digo , cuya cara Por diversas provincias destos mares ,
Podia convencer la de Diana , Quedándose los viejos y tullidos
En gracia , resplandor y lumbre clara : Por aquellas estancias y lugares .
Mas ¡ ay dolor ! que contra la tirana Los pasados placeres convertidos
Furia su pulcritud no la repara ; En angustias , tristezas y pesares ,
Pues quien domaba tigres y leones , Y demás de los ya dichos rigores
No domo los humanos corazones. Les vinieron después otros mayores .
Y Francisca Gutierrez , que de Haro Pues cuantos han alli perseverado
Estirpe clara tiene y generosa, A trabajosos trances obedientes ,
Necesidad no tuvo de reparo En algunos asaltos han purgado
Para ser con estremo muy hermosa , Aquellos juveniles accidentes ;
Suprema discrecion , aviso raro , Y el soberbio francés tiene cuidado
Conversacion suave y amorosa , De saltear á tiempos estas gentes ,
Cuyas gracias , facecias , cuyas sales Inquietandolos en sus viviendas ,
No hallan semejantes ni aun iguales. Y despojándolos de sus haciendas.
E Isabel de Reina , que no en calma El primero de quien hago memoria,
Se queda , pues podia serlo dellas , Por ser primer pirata que alli vino ,
En el cuerpo hermosa y en el alma , Es del crüel francés Jaques de Soria ,
Santas costumbres , proporciones bellas , Movido de un espíritu malino :
Claro triunfo , vitoriosa palma Acortarémonos en el historia
De las graciosas dueñas y doncellas , Por no hacer prolijo mi camino ;
A la cual Dios en juventud florida Pero para fundar nuestra carrera
Sacó de los peligros desta vida. Comenzarémosla desta manera.
Y Maria de Lerma , cuya gracia Seria por el año de cincuenta
Esmero parecia de natura , Y cinco , mas o menos algun dia ,
Si no fuera cubierto de falacia Cuando con esta gente que se cuenta
El rostro de la humana hermosura ; Un cierto Diego Perez residia :
Pues ya sin esta fuerza y eficacia Hombre de condicion sanguinolenta ,
Lo come la terrena sepultura , Pronto para cualquier bellaquería ,
Por ser al fin aqueste el paradero Suave labia , muy gentil presencia ,
De lo cabal y de lo mas entero. Y entrañas de dolosa pestilencia.
¿Qué podremos deciros de su hermana , En pecado mortal fué concebido
Joana de Ribas , que es también difunta , De sacerdote natural de Utrera :
Sino que allí pintó natura humana Facineroso , falso , fementido ,
Cuanto bueno se pinta y se trasunta? Y matador de su mujer primera ;
Virtud , bondad , honor , intencion sana En cualesquier maldades atrevido ,
Honestidad con hermosura junta , Y tanto que ninguno mas lo era ,
Cabal en todos dones de natura , El cual por casos de rigor horrendo
Y no menos cabal en la ventura. A estas Indias se pasó huyendo.
Otras señoras es cosa notoria Estando pues en público pecado
Haber allí de punto muy altivo , En esta isla de cristiana gente ,
Que por no retenellas mi memoria Fué por un Diego Gomez desterrado ,
Tan en particular no las escribo ; En aquella sazon allí teniente ;
Pero por el discurso de la historia Mas con deseo de se ver vengado
Podria ser bacello , si yo vivo , Este facineroso delincuente ,
Pues he de ir por partes diferentes A Francia pasó desde la Tercera
Donde se dividieron estas gentes . Para traer allí gente guerrera .
Porque como las perlas se acabaron En el Havra de Francia tomó puerto ,
En aquella sazon ya repetida , Do halló cinco naves aprestadas
Y luego los esclavos se quitaron Con el ya dicho capitán esperto,
A causa de la ley establecida ; Dispuesto para ver Indias doradas :
Todos aquellos faustos se trocaron Hizo con el pirata su concierto .
En una mas que misera caida : Como suelen personas desalmadas ,
De suerte que forzados á la enmienda Con promesa de lo volver á Francia
Buscaba cada cual nueva vivienda. Con quinientos mil pesos de ganancia .
Este y aquel hacian mudamiento , Salió con él la gente muy contenta
Eso me da casado que soltero , Viendo del español tan buenos brios ,
Buscando por las Indias un asiento Y la grandeza que les representa
Que les pudiese ser mas duradero , De riquezas , de joyas y atavios ;
No sin un lacrimoso sentimiento Pero luego les dió tan gran tormenta ,
Del amigo , pariente y compañero , Que perdieron allí cuatro navios ,
Por ponelles vejez miedo y espanto Y todo esto nunca fué bastante
A que no hagan ellos otro tanto. Para dejar de ir mas adelante.
Pasaban al Perú y Nueva -España De la manera pues que se recita,
Los de mas levantadas esperanzas , Con la principal nao capitana
Otros venciendo fortunosa saña Llegaron á la isla Margarita
De nuevas tierras hacen confianzas ; Por parte de la mar meridiana :
Otros también se daban buena maña Desde cierta piragua les dan grita
En tratos ó guerreras ordenanzas : Dijesen si es la não castellana ,
Al fin la compañía fué desbecha Respondia la pérfida cuadrilla :
Como el grano faltó de la cosecha. Diego Perez , que viene de Castilla.
Bien como cuando veis á gran mercado A todos los vecinos encomienda
Ocurrir de gentio peregrino ·Como quien á los tales conocia ,
Tal número que tienen ocupado Diciéndoles traer buena hacienda
La plaza , la calzada y el camino , Vinos , frutas y gran mercadería ;
Y aquel contrato hecho y acabado , Y que saldria para poner tienda
Se vuelve cada cual por donde vino En viniendo la luz del otro dia ,
Dejando vacos los lugares llenos , Pues ya rayos de Febo prefulgentes
Y los que en ellos quedan son los menos; Iban a visitar las otras gentes.
154 JUAN DE CASTELLANOS .
Gran yerro fué creer lijeramente Oida la razon y el aspereza
Tan mala criatura como esta , Del capitán y vencedor terrible ,
Y el mensajero fué tan insipiente Auméntanse los lloros y tristeza
Que creyó la mentira bien compuesta ; Con voz á los oidos insufrible ,
Creyéndola también la demás gente Porque por ser immensa su pobreza
Que estaban esperando la respuesta ; Podello rescatar es imposible ,
Y ansi sin recelar bélico fuego Y ansi dicen personas afligidas
Se fueron a dormir con gran sosiego. Que no tienen que dar sino las vidas.
El estatera del ecuante sino De las cuales le ruegan los despene
En el tiempo de menos vigilancia Por ser la muerte menos odiosa ,
Tenia por el lúcido camino Y que lo poco ó mucho ya lo tiene
Noturnas horas en igual distancia , Sin poder escapar ninguna cosa ;
Cuando cercó la casa del vecino Demás de saber bien quien con él viene
Escuadron superbisimo de Francia , Aquella tierra ser menesterosa ,
Saliendo todos bien apercebidos Ganado solo tiene su partido
Sin ser oidos , vistos ni sentidos. Y que desto será bien proveido.
Cuando con dulce sueño se quieta Al fin Jaques de Soria les concede
La vista del humano fatigada , Libertad , con que den matalotaje ;
Entonces el francés tocó trompeta Da cada uno dellos lo que puede
Para que à una den el alborada : Demás de las preseas del pillaje :
Luego la gente dura los aprieta Dejáronlos cual nunca nadie quede ,
Por una y otra parte derramada , Y ellos continuaron su viaje ;
El valiente galán , la flaca dama Dieron las velas muy apresurados
Sobresaltados saltan de la cama. Por tomar otros pueblos descuidados .
El que deste furor huir pretende Dan entre Burbarata y Venezuela ,
Ocupadas hallaba las salidas , La costa de la mar llevan barrida ,
A cualquiera varon que se defiende Rio la Hacha y Cabo de la Vela
Le daban crudelisimas heridas ; Pudiera ser entonces destruïda ;
Porque de sujecion sola depende Mas Viana, piloto , los desuela
El único remedio de sus vidas , No tomando la tierra conocida ;
Y ansi muchos varones fueron lesos Por prendas suyas hizo tal desvío ,
Por no se sujetar a verse presos. Y en Santa Marta dió con el navío.
Vereis aquí y allí lucir espadas Entran de noche , falta la reseña
De parte vencedores y vencidos , Hablando Diego Perez por su parte ,
Vereis salir señoras destocadas , Y el capitán Francisco de Ludueña
Y muchas sin reparo de vestidos ; Reconoció ser gente de mal arte :
Vereis otras mujeres abrazadas Vuelve las riendas, y al varon y dueña
Con padres ó con hijos ó maridos Avisa ser francés el estandarte ,
Este descalzo va y aquel desnudo , 1 Con aquello que pueden van á escuras
Este pudo huir y aquel no pudo. Metiéndose por grandes espesuras.
Bien ansí como cuando bestia fiera Entra luego la galica ralea
Salta por las paredes al rebaño Por aquellos barridos aposentos ,
Que todo se remonta , y aunque quiera El pueblo con gran furia se saquea
Huir por escaparse del engaño , Con algunos heridos y sangrientos ;
La cerca les estorba salir fuera, Mas no con el caudal que se desea
Y lo que era defensa les es daño , Segun sus codiciosos pensamientos ;
Pues para dar seguros á su vida Van á la iglesia, rompen el sagrario ,
No da seguridades su guarida; Y sacan la custodia y relicario.
Así desta razon entender puedes Por no tener lugar nuestros cristianos
Los males de la gente que despierta ; Con aquel repentino desaliento ,
Pues les eran estorbo las paredes De retraer de tan enormes manos
Para poder huir de la reyerta , La hostia que de Dios es aposento ;
Y no menos allí hallaban redes Pero juraron estos luteranos
Aquellos que salian por la puerta ; Que no hallaron santo sacramento ;
Por tenellas en ellas puestas guardas Y el dicho Diego Perez lo decia
De picas, arcabuces y alabardas. Que la custodia se halló vacia.
Usa la bestial furia sus furores Jurábalo debajo de buen celo
Con orden de sangrientos pareceres , Aqueste miserable delincuente ;
Los aires se rompian con clamores Fué para los fieles gran consuelo
De los muchachos tiernos y mujeres ; Después que ya supieron claramente
Mas ya de los del pueblo son señores Que el supremo Señor de tierra y cielo
Los falsos y falaces mercaderes , Se retiró de tan enorme gente ;
Que matan los que sus bienes defienden , Mas con santos debujos y retratos
Y cobran paga de lo que no venden. Usaron de muy grandes desacatos.
Fué también el autor de las traiciones Hicieron otros muchos desatinos ,
De muchos enemigos homicida , A cualquiera maldad sueltas las riendas ,
A fin de se vengar de las pasiones Hubo quien frecuentase los caminos
Cuando se desterró de su querida ; A redemir molestias y haciendas :
Pudiendo con justisimas razones Rescataron el pueblo los vecinos
Entonces desterrallo de la vida ; Porque no les quemasen sus viviendas ;
Mas agora conocen ser demencia Y esto concluso por la gente suelta ,
Usar con hombre malo de clemencia. Al Rio de la Hacha dan la vuelta.
Después de todos presos y rendidos Por les encarecer el Diego Perez
Y cesada la furia del combate , Para su mal à la maldad francesa ,
Con otros feos actos cometidos Haber allí muy ricos mercaderes,
Anejos al enorme disparate ; Riquísimo caudal y llena mesa :
Tratóse con los míseros vencidos Moviéronse por estos pareceres
Que diesen por el pueblo buen rescate, Teniendo por certisima la presa ;
Con amenazas de hacer entrego Mas antes que la gente de allí parta
En no lo rescatar al vivo fuego. Aviso dió por tierra Santa Marta.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XIV, CANTO I. 155
El francés tuvo tiempo cual lo quiso , Velazquez destas cosas ignorante
Y el mensajero, puesto que fué cierto, En cumplimiento de lo prometido ,
Apenas allegó con el aviso , Vino después dos dias adelante
Aunque era caminante muy esperto, De plata y oro bien apercebido ;
Cuando vieron la nao de improviso Al menos lo que via ser bastante
Y los patajes ya cerca del puerto ; Para rescate de lo que traido
De manera que vido nuestra gente De Santa Marta habian los sangrientos
El cosario y aviso juntamente . De santos y benditos ornamentos.
Anda luego la grita y alboroto A la nao lo lleva gente presta
Para poner en cobro la moneda , Que el soberbio francés allí tenia ,
Levantan pies lijero terremoto El cual no lo recibe con la fiesta
Y gran escuridad de polvareda ; Ni con aquel aplauso que solia ;
El mas valiente vemos mas remoto , Antes con amenazas lo molesta
Por cobarde se tiene quien se queda , Y al dicho Diego Perez le pedia ,
Escapando la próspera ganancia O le pagase cuanto le llevaba
De que entonces tenian abundancia. Sin admitir disculpa que le daba.
Todas las gentes andan presurosas , En efeto le hizo que escribiese
Cargados van los grandes y los chicos ; Al pueblo do se hizo mensajero ,
Aunque como personas caudalosas Con ruego de que no se permitiese
De oro , perlas y otros multiplicos : Que lo llevasen por su prisionero ;
En sus casas dejaban muchas cosas Si no que luego se les proveyese
Con que pudieran otros ser muy ricos , Del hombre y dos mil pesos en dinero ;
Por no dalles lugar el tiempo breve Mas porque no viniese la tal paga
Para que su caudal todo se lleve. Junto á la firma puso : no se haga .
El que no puede mas antes que vaya Fué animosidad , mas de manera
Aver la selva, no por ser amena, Que no dejó de ser muy atrevida ,
Dejaba muchas cosas por la playa , Porque si la cautela se supiera
Sepultadas debajo del arena ; No le costara menos que la vida :
Mas como vientos recios allí hava Visto pues no venir lo que se espera
Con la soberbia que Aquilon ordena , Deste puerto hicieron despedida ,
Entonces se mostró tan inquieto Y el cosario francés llevó consigo
Quedescubrió por partes el secreto . Al Francisco Velazquez como digo.
Luego como faltó gente guerrera , El cual lleno de grandes confusiones ,
Al fin como ladrones diligentes , Cuasi por términos desesperados
Los ocultos secretos de la tierra Al capitán habló tales razones
Hicieron manifiestos y patentes : Que todos se quedaron admirados ,
Aquí y allí y alla se desentierra Y respondieron con sus intenciones
Todo cuanto dejaron nuestras gentes ; Ciertos franceses muy españolados ,
Lo cual no fué tan poco que no fuese Diciéndole ser grande desafuero
De principal valor el interese. No dalle libertad al mensajero.
Estando pues el pueblo poseído El capitán como se convenciese
Y elfuego para él no menos cierto , Con esto que su gente le decia ,
El Diego Perez fué tan atrevido En un batel le dijo que se fuese
Que fué para tratar de su concierto : Que fuera de la não se traia ;
Fuéles buen interese prometido Y primero que della se saliese
Atrueco de que salgan deste puerto , Le quitaron el oro que tenia ;
Yvino por faraute de las paces Entró pues en el barco casi muerto
El canónigo Diego de Loaces. Veinte leguas ó mas fuera del puerto.
Como ninguna cosa concluyese Sin agua , sin recurso de alimentos ,
Volviendo temeroso del cosario , Ni cosa que pudiese sustentallo ,
No se hallaba quien tratar quisiese No remos ni marinos instrumentos
Negocio tan forzoso y necesario Para poder mejor encaminallo ,
Para que el pueblo no se destruyese ; Sino donde las aguas y los vientos
Mas Francisco Velazquez , secretario A su disposicion quieren guiallo ;
Hoy en el nuevo reino de Granada , Solamente de Dios se confiaba
A su cargo tomó la tal jornada. A quien de corazon se encomendaba.
Holgóse la francesa pestilencia Y ansi mediante su favor divino
De ver un hombre de tan buen aviso , Pudo tomar paraje deseado
Mozo gallardo , de gentil presencia , Abajo cuatro leguas de camino
Y en aquella sazon otro Narciso : Del Rio de la Hacha ya nombrado ;
Trató del precio con cabal prudencia, Donde luego topó con un vecino
Ynegoció con ellos cuanto quiso ; Con cuya vista fué muy consolado ,
A trueco de ponelles en las inanos Y luego puso todos sus poderes
Cuatro mil y quinientos castellanos. En que se descubriese Diego Perez.
Hacíasele grande cortesía , Ansimismo Miguel de Castellanos ,
Y todos ellos antes que se parta Con otros caballeros y vecinos ,
Rogaron que se vean otro dia Envían por lugares comarcanos
Yprocure traer moneda harta , Ocupando las playas y caminos ,
Pues cierto le darán lo que pedia Hasta tanto que hubieron a las manos
De la iglesia y ciudad de Santa Marta : Al autor de tan grandes desatinos :
Despidióse pues dellos con aquesto , Danle tormento , hácenle procesos ,
Y prometióles de volver muy presto.. Y confesó grandisimos escesos.
Diego Perez en esta coyuntura Era justicia cierto caballero
Huyó de los franceses compañeros Que Francisco de Lerma se decia ,
Metiéndose por montes y espesura Varon de gran valor , hombre severo ;
Con razonable copia de dineros : Y este , por la traicion y alevosia ,
Que lo llamaba ya su desventura Mandólo colgar luego de un madero ,
Para pagar sus grandes desafueros ; Aunque mas crüel muerte merecia :
Jaques de Soria por aqueste hecho, Hiciéronle después enterramiento ,
Pelábase las barbas con despecho. Porque murió con buen conocimiento.
136
JUAN DE CASTELLANOS.
Aqueste fue su fin y paradero ;
Y pues con él babem os concl uido , Ursúa de salud estaba falto ,
Justo será volver á lo primero , E ya por todas partes rodeado ;
Porque me hallo ya muy divertido Venci endo calentura y sobresalto
De nuestra Margarita, donde quiero Salió del toldo mal aderezado ,
Cumplir con lo que tengo prometido , A fin de trabajar ganar el alto
Y donde hallareis por escritura De fortisimos indios ocupado ,
Otra mas trabajosa desventura. Y halló para ir en tal demanda
Solos doce soldados de su banda.
Y por contar aquesta no diremos
Desabrimientos que le son anejos ; A los cuales les hizo tal abrigo .
Pues vence la que digo los estremos Que con aquel valor de su costumbre ,
De cuantas tienen lacrimosos dejos : A pesar del ejército enemigo ,
Mas, para proceder como debemos , Ganó lo mas supremo de la cumbre ,
Cumple tomar la cosa de muy lejos ; Haciendo crudelísimo castigo
Y pues de un golpe no podemos tanto , Con riesgo, con sudor y pesadumbre :
Quiérola comenzar con nuevo canto. Fueron sus grandes hechos aquel dia
Bastante prueba de su valentía.
Hirióle tres el venenoso Marte ;
Y aunque de vida ya desconfiados
CANTO SEGUNDO , Esta desconfianza no fué parte
Para que fuesen dél desamparados ;
Donde se da a entender quién era PEDRO DE URSÚA y su descendencia, Y sus esfuerzos fueron de tal arte ,
con otras cosas à la historia convinientes. Que de débiles hizo confiados
Para salir de riesgo tan terrible ,
Siempre suelen venir acompañados Que no parecera cosa posible.
Los jueces y los gobernadores O ya con arcabuz , ya con espada ,
De deudos , de parientes y criados , El escuadron rompió mas importuno
Guiados del olor de sus favores : A pié mas de seis leguas de jornada
Y en algunos no son mal empleados Con terrible calor y siempre ayuno :
Los mas calificados y mejores , Llegó pues con la gente fatigada ,
Pues su virtud , trabajo y diligencia Sin que dejase uno ni ninguno
Los hacen merecer la tal herencia. A Santa Maria , que se maravilla
Escapar de tan áspera rencilla.
Entre los otros yugos que sostuvo
El orbe de las Indias de occidente , Era por este tiempo ya venido
Un Miguel Diaz Armendariz bubo Montaño por jüez de residencia,
Que trajo seis gobiernos juntamente ; Que puestos sus servicios en olvido
Y en este nuestro nuevo reino tuvo Le mostraba rencor y mal querencia ;
Un mozo generoso , su pariente , Y ansi , de sus amigos conmovido ,
Pedro de Ursúa fué su propio nombre , Se desvió de aquella pestilencia ,
Que siempre mostró sello sin ser hombre. Y residió con ciertas compañías
Pareciéndole cosa conviniente En el Nombre de Dios algunos dias.
A discrecion modesta y asentada , Donde recogió copia de soldados
El tio le nombró méritamente Para los ejercicios de la guerra ,
Por general del reino de Granada : Y allí desbarató negros alzados
Salió buen capitán y diligente Que estaban hechos fuertes en la sierra ;
Para le cometer cualquier jornada ; Los cuales , por ser muchos y esforzados ,
Y ansi, por aquí daba buena cuenta Ponian en temor toda la tierra ,
En los negocios de mayor afrenta. Prendióles á su rey dicho Ballano ,
Descubrió los caminos mas reclusos , Aunque tenia poderosa mano.
Allanó la montaña rigurosa , Los negros y proterva compañía
Conquistó la provincia de los Musos , Vencidos en aqueste repiquete ,
Deste reino la mas dificultosa : A reinos de Pirú hizo su via
Finalmente , que los guerreros usos Con amigos y deudos seis ó siete ;
Le dieron prontitud maravillosa , Los cuales en aquel tiempo regia
De manera que mañas y osadías El marqués escelente de Cañele ;
Crecian juntamente con los dias. Y este , reconociendo sus valores ,
Le hizo mil mercedes y favores.
Y ansí , con el valor de su persona ,
Y entre valientes indios y arriscados Después , con gracia de razon urbana ,
Pobló ciudad a quien llamó Pamplona , Hizo demanda del descubrimiento ,
Cuyos campos y rios son dorados : Que dicen de Francisco de Orellana ,
Vile hacer à la real corona Con quien yo tuve gran conocimiento ;
Otros muchos servicios señalados ; Y el marqués se lo dió de buena gana
Y en Santa Marta recorrió la sierra , Vista su discrecion y su talento ,
Puesto que sin victoria desta guerra. Porque en aquellas tierras aun habia
Podríame vender yo por testigo Soldados de aquel tiempo todavía .
Sin gozar lo mejor de la mañana , Y entre todos aquellos que renuevan
En el paso de Origua ó de Rodrigo , Este descubrimiento que ya digo ,
Y el buen Pedro de Ursúa con cuartana , Era buen adalid Alonso Esteban ,
Tomándole los pasos que ya digo A quien también yo tuve por amigo ;
Gran ímpetu de gente coniarcana, El cual de la jornada do se ceban
Sobre paz con fiebre fatigado , Se podia vender por buen testigo ,
Descalzo del un pié y otro calzado . Como quien abajó con Orellana
Allí caza Bondigua, y allí Bonda ; Al mar del norte y á Maracapana.
Allí de Pocigueica y de Tairama , Ursúa, con aviso suficiente ,
Con todos los demás de la redonda , A los efetos desto se presenta ;
Conocidos por hechos y por fama , Pero dejémoslo haciendo gente
Con flechas , con macana , dardo , honda , Que de valor tan raro se contenta :
Gran cantidad de sangre se derrama , Pues me parece cosa conviniente
Privando brevemente de la vida Del Orellana dar alguna cuenta ,
Cuanta gente hallaron divertida. Para bien entender desta letura
Jornada de tan grande desventura.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XIV, CANTO II. 137
Pasados eran ya los quince cientos Incierto como digo de lo cierto ,
Y diez lustros de santa parentela , Por las islas buscaban alimento ,
Cuando gente de grandes pensamientos En una de las cuales toman puerto
Con Gonzalo Pizarro se desvela Donde les pareció mejor asiento ,
En dar mas luz á los descubrimientos Hasta poner sus cosas en concierto
De tierra que nos da nueva canela , Para llevar mejor avïamiento ,
E oro y plata , de que la cudicia Y por los fatigar el angostura
Daba generosísima noticia. Hacer otro navio se procura.
Y ansí , para hallar aquel gentio , Hácense tablas de canoas duras
Que de Quijos es hoy su nombramiento Por ciertos levantiscos oficiales ,
Dió Gonzalo Pizarro buen avio Hizose clavazon de herraduras ,
Para hacer el tal descubrimiento , Búscanse necesarios materiales :
Guiando su derrota por un rio Hay brea de copey y otras horruras ,
Que en Moyobamba tiene nacimiento , Con aceite de acuosos animales ;
Y al mar del norte hace su salida Finalmente pusieron en el rio
Con casi dos mil leguas de corrida. Otro mayor y mas capaz navío.
La madre dél es tal y tan estensa Pusieron gallardetes y banderas ,
Que no la vió mayor hombre viviente , Repártense por ambos los soldados ,
Y ansi , por ser grandeza tan inmensa , Osaban ya llegar á las riberas
Mar dulce le llamamos comunmente ; A causa de no ir tan apretados :
Y dicen ser engaño del que piensa Tomaran el negocio mas de veras
No ser el Marañon esta creciente : Si fueran los sesenta duplicados ;
Tal nombre le pusieron los Pinzones , Pero pocos temian el encuentro
De ciertos nautas dichos Marañones. Que pudieran hallar la tierra adentro.
Por la equinocial sus aguas guia Ven tierras jamás vistas ni holladas
Dando prolijas vueltas diferentes , Sino del natural destas regiones :
Y della casi nada se desvia Vian desde los barcos ahumadas
Con impetuosísimas crecientes ; Que denotaban grandes poblaciones ,
De islas numerosa la cuantía , Y algunas torrecillas levantadas ,
Muy muchas de las cuales tienen gentes O templos de sus vanas religiones ,
Algunas señaladas en grandeza , O ya podria ser, segun se piensa ,
Pero ningunas muestras de riqueza. Que las tenian para su defensa.
Orilla deste rio montuosa Quisieron en un pueblo tomar tierra
Hacia pues Pizarro su jornada , Que sobre la barranca parecia ,
Tierra mal asombrada de lluviosa , Mas no los consintió gente de guerra
Por una parte y otra mal poblada ; Que con feroces brios acudia ,
Y aveces la montaña rigurosa E india varonil que como perra
Les daba la canela deseada Sus partes bravamente defendia ,
Sus árboles altísimos y locos , A la cual le pusieron Amazona
Pero no muy espesos, sino pocos . Por mostrar grån valor en su persona.
Pues para que mejor se conociese De aquí sacó después sus invenciones
Del rio lo que estaba mas poblado , El capitan Francisco de Orellana ,
Un bergantin mandó que se hiciese Para llamalle rio de Amazones
Con escogida gente preparado : Por ver esa con dardos y macana.
En el cual ordenó que se metiese Sin otros fundamentos ni razones
Vajilla y vestuario mas preciado , Para creer novela tan liviana ;
Y al Orellana , su lugarteniente , Pues bay entre cristianos y gentiles
Nombró por capitán de aquella gente. Ejemplos de mujeres varoniles.
El Pizarro por tierra caminaba Mas ser esta Tomiris no se crea ,
Con el restante de su compañía , Ni que vistiesen otras él arreo
Y el barco con aquellos que llevaba De Filipis Lampédon , ni de Alea ,
A dar nueva y socorros acudia , Y porque lo sé bien tampoco creo
A los cuales allí se les mandaba Que pasó por allí Pentesilea ,
Lo que mas al viaje convenia : Ni el Orellana pudo ser Teseo ;
Mandoles pues llegar á cierta punta Ni otra Menalipe , ni Celeno
Y volver a decir lo que barrunta. Caminaron jamás por aquel seno.
A la punta llegaron fácilmente , Puesto caso que bien se defendia
Mas no pudo volver el Orellana , Por parte de la india la salida ,
Forzado de grandísima corriente , El gran rigor del arcabucería
Si la fuerza no fué su propia gana ; A muchos por allí dejó sin vida ;
Porque despareció con esta gente Y visto que tan mal les sucedia ,
Huyendo de la tierra comarcana : Tomaron por amparo la huida :
Vajilla y ropa se llevó consigo Recogen españoles alimento ,
Con las demás preseas que ya digo. Y un indio vivo deste rompimiento .
Visto que no volvia , fué buscando Por señas Orellana le hablaba
Por gente deste campo peregrino , En el discurso deste su viaje ,
Y como nunca dellos fué hallado Y todos los vocablos asentaba
Por llevar agua abajo su camino , Segun comprehendia del salvaje :
Al Gonzalo Pizarro fué forzado Hasta ver si por ellos alcanzaba
Volver á las provincias de do vino Inteligencia cierta del lenguaje ,
Con pérdida grandisima de gentes Porque tuvo de lenguas gran noticia ,
Y los que se escaparon muy dolientes Y para las hablar mucha pericia.
Francisco de Orellana navegaba Y ansi con gran contento declaraba
Alentado de grande pensamiento , A estas compañias y cuadrillas
E ya se prometia y aplicaba Aquello que este indio le hablaba ,
Toda la gloria del descubrimiento ; Diciendo que decia maravillas
Mas con sesenta hombres que llevaba De lo que mas adentro les quedaba ,
Nunca pudo salir con el intento ; Y no podian ver por las orillas :
Pues solamente corren la ribera , Crecida poblacion , campos amenos ,•
Por ser muy pocos para salir fuera. Y es de creer haber algunos buenos.
158 JUAN DE CASTELLANOS .
Navegando van pues nuestros guerreros , Conocida Cubagua eraramente ,
A peligros inmensos arrojados Que antes por peñasco se tenia ,
En competencia de los indios fieros Allá hacen viaje brevemente
Que los combaten por entrambos lados : Por ser breve compás la travesía :
Navegan sin saber los paraderos Salimos á la playa mucha gente :
Ni tener de quien sean avisados , A ver estraño barco que venia ,
Hasta que percebieron los oidos Imaginando muchos ser soldados
De muy lejos grandísimos ruidos. De los que Ordas perdió tiempos pasados.
.Iba la gente desto temerosa En gran manera son regocijados
Prosiguiendo con duda su viaje , De ver de hablar cristiana gente ,
Y apartada la noche tenebrosa Al templo van descalzos , destocados,
Haciendo ya remansos el aguaje , A dar gracias a Dios primeramente ;
Vieron la blanca Tetis espumosa , Y á todos nos tornó maravillados
Y en ella levantarse gran olaje , Viaje de tan gran inconviniente :
Y con calor de presurosos modos Acomodóse bien la compañía ,
« ¡ La mar , la mar del norte ! dicen todos . Y al barco de Orellana no venia.
>Gobernémonos bien , hermanos mios , Pasárase de largo , si no fuera
Con prontitud y diligencia buena , Aviso por bastante mensajero ,
os
Pues ya no navegam por los rios : Que hizo luego Pedro de Herrera ,
A gran priesa guindemos el entena , Para buscar aqueste caballero
Descúbranse con sondas los bajios , Con indios y canoa muy lijera ,
No demos al salir en el arena ; Y un Cristóbal de Lepe , marinero
Que suelen tener rios en las bocas El cual luego que vió la carabela
Bancos secretos , arrecifes , rocas. » A ella dirigió remos y vela.
Ignoran todos ellos el paraje , Admiróse Francisco de Orellana
Puesto que mil consultas hay aposta , Como vido la indica ralea
Mas en ellas ninguno fué tan saje Regirse con timon y con mesana ,
Que no fuese su ciencia muy angosta ; Y ansí se reparó para pelea ;
Y ansi les pareció mejor viaje Mas percebiendo lengua castellana
Nunca desarrimarse de la costa ; Con el mensaje tal cual él desea ,
Pues si por ella fuesen en las manos , Siguió la carabela mensajera
Dios les daria pueblos de cristianos . En demanda del Pedro de Herrera.
Con la tal opinion sin la contraria Tomó tierra con todos sus soldados ,
La costa bajo van con tiempo lleno : Y puesto que con nombre de perdidos ,
Vieron la Trinidad , vieron à Paria Todos salieron bien aderezados
Con otras circunstantes de su seno : Con grande bizarría de vestidos :
Hacian conjetura no sumaria Fueron unos y otros hospedados
Alonso Esteban , Márquez y Joan Bueno Y magnificamente proveidos ;
Por haber estos tres , tiempo pasado , Trató luego de sus descubrimientos
Por aquellos parajes navegado. Con muestras de sus vanos pensamientos .
Inciertos , pero con algun desino Hizo luego viaje para España
Que cada uno dellos en si fragua , Hechas à su sabor informaciones ,
Prosiguen adelante su camino , Con gente principal de su compaña ,
Hasta dar en la costa de Cubagua ; Prendada de las mismas pretensiones ;
Y allí los poseyó mas desatino Y entonces publicó la gran patraña
Por no ver carabela ni piragua De aquellas invencibles amazones ;
De la crecida flota que solia Volvió por su demanda ya casado ,
Salir à la pasada pesquería. Y por gobernador y adelantado .
Las casas encaladas devisaban Cargó de muy lucida compañía ,
Los hombres destas peregrinas naves ; Bien fuera de razon y fundamentos
Mas por peñascos grandes las juzgaban En traellos por donde los traia
Y suciedad de las marinas aves ; Y á tierra de cien mil impedimentos ;
Para soltar las dudas en que estaban Y ansi junto del rio do venia
Faltábales allí quien diese llaves , Murió vejado destos pensamientos ;
Y á los unos la hambre los incita Después su mujer vimos afligida
A que tomen la isla Margarita . Y toda la demás gente perdida.
Holguin , comendador , varon esperto Es pues para hacer la tal jornada
La caña del timon á banda cierra ; Ir contra la corriente desatino ;
Y puestos en buen orden y concierto Pudiérala hacer mas acertada
Con armas y pertrechos para guerra , Si segundara por adonde vino :
En la Punta-las- Piedras tomó puerto , Pero pues que su vida es acabada ,
Donde con los demás halló la tierra , Quiérome yo tornar á mi camino ,
Y en ese mismo punto luego vido Y al Ursúa que está haciendo gente ,
Camino que de bestias va seguido. Con canto nuevo del tenor siguiente .
El padre fray Gonzalo de la Vera ,
Con Alonso de Robles y otros tales ,
Querian porfiar que el rastro era CANTO TERCERO,
De nunca conocidos animales ;
Mas Celis Montañés sin mas espera ' Donde se cuenta la partida de PEDRO DE URSA, con buena copia de gente
Sopló dos o tres veces las señales , aunque alguna della inquieta y facinerosa, y las demás particulari
Y vido claramente señalados dades sucedidas antes de embarcarse en el rio por donde habiande
Los clavos de cabezas como dados. hacer su viaje .
Vereis las gentes ya regocijadas , Prenden á Marte redes de Vulcano
Y fuera del pasado desconsuelo En Venus colocado su contento ,
Besar por muchas veces las pisadas Ablándase la mas guerrera mano
Hincando las rodillas por el suelo ; Vencida de lascivo pensamiento ,
Y las manos en alto levantadas Con mal amor enferma lo mas sano ,
Dan gracias al Señor del alto cielo , Do quiera causa tierno sentimiento :
Porque ya claramente conocian Los invencibles y mas fuertes cuellos
Ser aquel el paraje que decian. Una flaca mujer suele vencellos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XIV, CANTO III. 159
Pedro de Ursúa pues , cuya grandeza De tan escandaloso desatino
De hechos ya tenemos conocida , Al Ursúa le dan luego noticia ,
Hizo su belicosa fortaleza Que estaba gran distancia de camino
Afuegos amorosos sometida , Bien fuera de tan áspera malicia ,
Vencido de un estremo de belleza Revolvió sin parar , y como vino
Que fue lo mas estremo de su vida ; Hizo del matador justa justicia ,
Ÿ à vueltas de guerreros atambores Y de Grijota y de Benito Diaz .
También ejercitaba sus amores. Consortes , y de un Diego de Frias.
La bella doña Inés era la dama Después que ya dió fin à malos fines ,
Que tuvo con razon nombre de bella , Sin él se recelar de los peores ,
Si fuera con reguardo de la fama Procuró concluir los bergantines
Que debe reguardar cualquier doncella ; No sin grandes trabajos y sudores ,
A quien el buen Ursúa mucho ama , Por apartarse ya destos confines
Siendo no menos él amado della ; Y poder descubrir otros mejores ;
Y como bien querer importunase Demás desto también se recelaba
Acabóse con él que la llevase. Que mucha gente se le remontaba.
Hija de Blas de Atienza , que de Lima Aprestándose pues desta manera
O de Trujillo fué , moza lustrosa , Con temor de que gente se le huya ,
Avisada, graciosa y en estima , La bella doña Inés, que no debiera
Como ya dicho tengo, de hermosa : Allí llegó también en busca suya ;
Gentil disposicion con que lastima Porque con una muerte lastimera
El ánima de amor mas odïosa , Vida de dos amantes se concluya ,
No tiene padres puestos al enmienda Y este negocio cuentan estas gentes
Ni deudos que le tiren de la rienda. Por vias y maneras diferentes.
Pues el Ursúa como consintiese Pues entre muchos dellos hubo fama
Que fuese doña Inés à la jornada , Haber puesto los ojos el Salduendo
Secretamente le mandó que fuese En los merecimientos desta dama
Tras él por via mas disimulada; Que diferentes partes va siguiendo ;
Y el partido , mandó que se partiese Y él fué de los catorce de la trama
De ciertas dueñas bien acompañada : Del pérfido motin, malo y horrendo ;
Luego se despidió de su querida , Y cuando doña Inés se recebia ,
Y convocó la gente divertida. El se mostró con grande lozanía.
Llegóse de soldados gran estruendo Puesto que todos para dar contento
Aderezados para la demanda , A su gobernador , que por ventura
Muchos de corazon malo y horrendo , Tenia diferente pensamiento ,
Como fué Joan Alonso de la Vanda , Hicieron á tan alta hermosura
Lope de Aguirre, Perez y Salduendo , Solene y principal recebimiento ,
Diego de Torres , Vargas y Miranda , Anuncio de su grande desventura :
Y un Cristóbal Fernandez , mal cristiano , Unos van con sinceras intenciones ,
Pero Fernandez y Miguel Serrano . Otros con muy dañados corazones .
Otros algunos , en maldad insines , Formóse campo digno de mirallo ,
Gente desesperada y atrevida , Guarnido de galanas invenciones ,
Amiga de traiciones y motines , Infanterías y hombres de caballo
Sin Dios y sin olor de buena vida ; Con trémulas banderas y pendones ;
Al fin en sus costumbres tan ruïnes , Y porque ella pudiese contemplallo
Que tienen la virtud aborrecida ; Ordenaron lucidos escuadrones ,
Ningun concierto hay que los concierte , Los cuales en presencia de las dueñas
Ni temen temporal ni eterna muerte. Hicieron caracoles y reseñas .
Como el marqués insigne Mendocino Ondean por los yelmos plumas largas
Le tuviese tan justas aficiones De las garcetas blancas y avestruces ,
Al Ursúa y le fuese tan benino , Revuelven lanzas , cambian las adargas
Acudióle gran copia de varones ; Los diestros y valientes andaluces ,
Con los cuales él hizo su camino Descargan con gran impetu sus cargas
A la provincia de los Motilones , Los fumosos y ardientes arcabuces ,
Porque en aquellas tierras y comarcas Con gran orden entraban y salian ,
Había de hacer copia de barcas. Con una y otra salva que hacian.
Tenia de la tierra la tenencia Ninguno de su orden se derrama .
El que Pedro Ramiro se decia , En este singular recebimiento ,
Hombre de gran consejo y esperiencia , Y en llegando frontero de la dama
Señalado varon en valentía : Hacia cada cual acatamiento :
Recebiólo con gran magnificencia , Enciéndelos en amorosa llama ,
Con gran urbanidad y cortesía ; En muchos causa tierno sentimiento ,
El Ursúa hallando tal abrigo Porque su buen donaire y su meneo
Procuró granjearlo por amigo. Ponia mil espuelas al deseo,
Después en lo aviar metió tal prenda En un cuartago blanco pequeñuelo
Que el Ursúa , persona bien mirada , Iba , pero muy bien aderezado ,
Le dijo que dejase su vivienda Basquiña de lustroso terciopelo,,
Y se fuese con él á la jornada ; Un galdresillo de color morado ,
Porque será señor de su hacienda , Las guarniciones de color de cielo ,,
Y maese de campo del armada ; Con cristalinas perlas estampado ,
Fué nombrado por tal , y pretensores Capelete con plumas y medalla
Quedaron con algunos sinsabores. Con el mas aderezo que se calla.
Destos el uno fué Francisco Diaz , Rebozada hacia gran destrozo
Pariente del Ursúa muy cercano , De ánimas en esta compañía ,
Ansimismo soldado de mis dias Y mucho mas después que cierto mozo
Valiente y comedido cortesano ; Le dijo : « por merced , señora mia ,
Que movido de vanas, fantasias Os pido que quiteis ese rebozo ,
En el Pedro Ramiro puso mano : Veremos ya la luz del claro dia ,
Dióle de puñaladas en efeto, Que no sé cómo puede velo solo
Maldad indigna de hombre tan discreto . Cubrir rayos mas claros que de Apolo.»
160 JUAN DE CASTELLANOS.
Ella , de comedida cortesana , No queriendo dejar sus Motilones ,
El antifaz quitó luego à la hora : Ya que su capitan era defunto ,
Atónita quedó la gente vana Y un Montoya metia peticiones
De ver rostro do tanta beldad mora ; Mas sin le dar respuesta ni trasunto ;
Deshízose la lumbre de Diana El Ursúa lo trajo con prisiones
Sobrepujó lo claro del aurora : Siendo soldado grave de buen punto ,
Dijeras en el alma mas reclusa Lo cual no fué menor inconviniente
Obrarse los efetos de Medusa. Para lo que diremos brevemente.
En amoroso fuego van ardiendo Pues el gobernador, considerando
Hasta los recatados y discretos , Ser grande la tardanza que hacia,
Y en el desventurado de Salduendo Mandó con atambor echar un bando
Hacen mas impresion estos efetos ; Para que se partiesen otro dia :
Pues en las muestras iba descubriendo En cumplimiento del se van juntando
Sus apasionadisimos concetos ; Con servicio y bagaj que se traia ,
Y aunque cesó la fiesta de aquel dia , Cuya cantidad era de tal modo
Nunca cesó su loca fantasía. Que faltaban navíos para todo.
Al fin el regocijo ya deshecho • Ursúa se ballaba muy confuso
Y todos los guerreros escuadrones , Por no tener do tanta cosa fuese ,
El Salduendo tomó luego su lecho De lo que cada cual para su uso
Sin esperar á mas conversaciones : Llevaba y le costó buen interese ;
Su corazon bestial y falso pecho , Mas lo mejor que supo se dispuso
Distraido con mil vacilaciones , A dar el mejor orden que pudiese ,
Pero todas y todos sus cuidados Y hecha luego junta de la gente
Van á la dona Inés encaminados. Me dicen que les dijo lo siguiente.
Decia : « ¡ si su vista halagüeña Quitó con buen donaire su chapeo
Acaso contempló mi buen talante Usando de su buen comedimiento
Al tiempo que salí de la reseña , Diciendo : « caballeros, mi deseo
Y hice las levadas de montante ! Siempre fué de seguir vuestro contento ;
¡0 si quiso notar aquella seña Y con igual amor lo mismo creo
Que le hice pasando por delante ! De vuestro virtuoso pensamiento ;
Parecióme cebar en mi los ojos.. Y ansí quisiera yo vias y modos
Pero creo que son vanos antojos. Para me conformar con el de todos.
» Porque ¿ qué ocasiones ó qué prenda >> Mas aunque con virtud y sufrimiento
Hay para penetrar mis pensamientos ? Acontece vencer dificultades ,
O qué le dije yo para que entienda Dudo poder haber entendimiento
Estos mis congojosos sentimientos ? Que se mida con muchas voluntades
O qué quiere decir tomar contienda Cada cual de contrario sentimiento ,
Con quien es el señor de sus intentos ? Mayormente de tantas variedades ,
¿Quién no dirà ser el intento mio Que sin considerar inconviniente
Grandísima locura y desvario ? Siguen sus apetitos solamente .
0¿cuál de las mujeres adevina » Declarando pues mas este conceto
El mal y la congoja del sirviente A la salud de todos convenible ,
Con una sola vista repentina Llevar tanto bagaj en tal aprieto
Sin le decir jamás el mal que siente ? Téngolo por negocio muy terrible ;
O¿quién pudo dar cierta niedicina Y hase de contentar el que es discreto
A los inciertos males del doliente? Con embarcar aquello que es posible ,
¿ En qué buena razon ó seso cabe Y no tanto velez , tanto pertrecho ,
Querer curar el mal que no se sabe ? Que cause mayor daño que provecho.
>> Para curarse pues enfermedades >> Nuestras jornadas han de ser por rios
Yo hallo que será mejor camino Hasta llegar á prósperos confines ,
Al médico decille las verdades Tenemos poca copia de navíos
Y no hacello dellas adevino : O mal aderezados bergantines ;
Aquesto vencerá dificultades , Y por los ojos veis , señores mios ,
Y en esto me resumo y determino, Que demás de ser pocos son rüines ,
Porque el enfermo que sus males calla Ansí por haber falta de oficiales
Remedio tarde , mal ó nunca halla. » Como de carecer de materiales .
Estas cosas y otras vacilando » Y si mas cantidad hacer queremos
El ánima malvada y afligida, E ir mas adelante con la obra ,
Andábanse los otros preparando Será perder el tiempo que tenemos ,
Y dando gran calor à la partida : Y es pérdida que nunca mas se cobra :
Algunos dellos iban embarcando Si tantos embarazos les metemos
De la gente mejor apercebida ; Para los españoles nada sobra ,
El capitán Garci Arce con cincuenta , Pues cuando á los estremos falta medio
Don Joan de Vargas doble desta cuenta. Tomar debemos el mejor remedio.
Mandóles esperarse en cierta parte , » No puede todo ir por ningun arte ,
Y el Arce como fué mas larga via Y para mas seguro se requiere
De indios encontró tan duro Marte Que deje cada uno buena parte
Que fué bien menester su valentía : De lo que menos menester hubiere :
Mas el don Joan de Vargas no se parte Este daño por todos se reparte ,
Del límite que Ursúa le ponia , E yo soy el primero que lo quiere ;
Esperándole con sus compañías Porque para seguro de la gente
Mas de sesenta ó de setenta dias. Este remedio es mas conviniente.
Escesivo trabajo se pasaba » Los ganados vendellos ó cambiallos ,
Por falta de comida que tenia , Aunque sea con perdida la venta ,
Y en cierta isla donde el Arce estaba Que todos no podemos avïallos
Angustia no menor se padecia ; Segun necesidad nos representa ;
Y el Ursúa que mucho deseaba Y en cuanto á no dejar nuestros caballos ,
Seguillos brevemente no podia , Bastará que llevemos solos treinta ;
Porque querian ya hacelle tiro La cual disposicion á nadie pene ,
Los soldados del buen Pedro Ramiro. Pues es hacer aquello que conviene . »
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XIV, CANTO III. 161
Acabó de decir , y comedidos La gente deste pueblo hizo cara
Que los inconvinientes conocian , Con armas y amenazas de defensa ,
De sus comedimientos convencidos, Y en la barranca fuerte se repara
Muchas cosas dejaban ó vendian : A fin de resistir cualquier ofensa ;
Por no les consentir lo que querian Pero con una lengua se declara
Otros también estaban desabridos ; Su venida no ser à lo que piensa
Apaciguólos lo mejor que supo , Antes querian á tan buenas gentes
Yhizo que metiesen lo que cupo. Hacellos sus amigos y parientes.
Ya la febea luz á nuestra cuenta Vencidas de tan buen comedimiento ,
Tenia el Escorpion por aposento , Sosiéganse las gentes alteradas
El año de quinientos y sesenta Haciéndoles muy buen acogimiento
Con otros mil del santo nacimiento , Y dándoles sus casas por posadas ,
Al tiempo que la gente descontenta Con larga provision de bastimento
Hizo de Motilones movimiento De sus comidas mas acostumbradas :
Ayudados también de grandes balsas , Estuvo con aquestas compañías
Las intenciones buenas y las falsas. El campo mas de veinte y cinco dias.
Estaba sin saber por qué la gente Ursúa , viendo la magnificencia
Llena de descontentos aquel dia , Tal cual no la halló después ni antes ,
No se podia ver cosa viviente Ayudoles en cierta diferencia
Con algunas señales de alegría : Que tenian con indios circunstantes ,
El rio, con ser grande su corriente , Dejando muertos en la competencia
Parece que sus cursos detenia , Muchos de los contrarios litigantes ,
Los indios declaraban por señales Porque venian hasta sus viviendas
Incendios , robos , muertes y otros males . A les robar las casas y haciendas.
Aunque con pesadumbre de las cargas Entre tanto buscábanse caminos
Y ropa que en las balsas se traia , Que mas la tierra adentro se metiesen ;
Siempre hacian las jornadas largas , Mas de los argonautas peregrinos
Porque les pareció que convenia : Ningunos hubo que los descubriesen :
Hasta que dieron con don Joan de Vargas Ni pudieron hacer á los vecinos
Deseoso de ver lo que ya via : Que claridad acerca desto diesen :
Alli tomaron todos luego puerto Crecian en aquestas dilaciones
Yse pusieron en mejor conciert . o En los malos las malas intenciones.
Ursúa recebió content amiento El Montoya con otros , en efeto ,
Por hallarlos adonde los queria , Trataban que el Ursúa se matase ,
Puesto caso que con desabrimiento Y para ejecucion del mal conceto
Por no saber del capitán García : No faltaba Salduendo que soplase ;
Enjugan ropas en aquel asiento Mas el negocio no fué tan secreto
Apartándose dėl al cuarto dia , Que por algunos no se sospechase ,
Yembarcados caballos y el restante Un cierto Pero Alonso mayormente
Pasaron con los barcos adelante. Al Ursúa le dijo lo siguiente :
Do las corrientes aguas eran guias « Señor gobernador , yo soy soldado ,
Por caudaloso rio y estendido , Como sabeis , cargado de esperiencia ,
Vian por las barrancas compañías Y entiendo como bien acuchillado
Lustrosas y cubiertas con vestido : El daño del descuido y negligencia ;
Y babiendo navegado nueve dias Y que cumple vivir muy recatado ,
Llegaron donde estaba detenido Entre contagiosa pestilencia ,
García , que por ser tan indiscreto Pues en los tales tiempos es gran yerro ,
Los indios lo ponian en aprieto. Como dicen allá , dormir sin perro.
El Ursúa le dió reprehensiones »Hanse por ciertas vias rezumado
Por ser tan temerario y atrevido ; Cosas que suenan mal al buen oido ,
Mas admitió disculpa s y razones Y hallo que traeis aquí soldado
Como de su criado muy querido : Facineroso , suelto y atrevido :
Alli se pregonaron provisiones Mirad por vos , velad con mas cuidado ,
Del gobierno que le era proveido , Y no durmais tan mal apercebido :
Y al don Joan dió poder incontinente Cosa cierto no sé ; pero sospecho
De general y su lugarteniente. Haber de suceder algun mal hecho.
Desto nacieron odios y rencores »Mirad , señor , que no tratais agora
Con un livor pestifero y amargo , Con los del nuevo reino de Granada ,
Por haber otros muchos pretensores Donde toda bondad y virtud mora ,
Que sejuzgaban dignos deste cargo. Y es gente cuerda , noble y asentada ;
Hay juntas y corrillos de traidores Y que con vos llevais gente traidora
Adonde cada cual hablaba largo , A vueltas de la bien intencionada ,
Mayormente los de los Motilones Que sin temor de Dios ni miedo vuestro
Vivos en sus enojos y pasiones. Han de soltar las riendas y el cabestro.
Hechos en el don Joan los nombramientos >Tened guarda , señor , de los mejores
Y seis ó siete dias ya pasados , Amigos que sabeis que bien os quieren ,
De la isla salió con cuatrocientos Y demos al diablo los amores ,
Españoles muy bien aderezados : Que semejantes cargos no requieren ;
Por las barrancas ven grandes asientos , Pues son causa de grandes sinsabores ,
Que por mas de cien leguas van poblados Y por ellos también los hombres mueren :
De gente que se ponen en huïda , Con santo celo doy este consejo
De ropa de algodon toda vestida . Y con licencia de soldado viejo .»
No pareciéndoles tierra bastante El Ursúa con un gracioso riso
A causa de ver campos anegados , Agradeció sus buenas intenciones ,
Determinaron de pasar delante Sin le sobresaltar tan buen aviso :
Hasta hallallos más acomodados ; Quizá le parecieron invenciones ,
Mas saliendo del sitio circunstante , Porque en la guarda consentir no quiso
Dieron en unos grandes despoblados : Dando ciertas escusas y razones ;
Navegan ocho días , y al noveno Descuidó , sin razon , mas no me espanto
Dieron en pueblo de mejor terreno. Pues de César leemos otro tanto.
T. IV. 11
162 JUAN DE CASTELLANOS.
Aderezose luego la partida » No quiero comparar cosa soñada
Por el gobernador y varon fuerte : A la que por verdad es conocida ;
Parte para partirse de la vida Mas yo sé que traeis en el armada
Y guíanlo sus pasos á la muerte ; Gente desvergonzada y atrevida ;
Que la parca crüel endurecida Y ansí , por sí ó por no , se pierde nada
A quebrantar el hilo se convierte : En que veleis , señor , por vuestra vida :
Era principio ya de nuevo año , Sientan de vos rigores algun rato,
Y víspera de tan enorme daño . Y entiendan que vivís con gran recato. »
Embarcáronse pues los peregrinos Oidas las razones deste cuento ,
A fin de proseguir su larga via , Ursúa con semblante de risueño
Mirando por los lados mas vecinos Le dijo : « para tanto sentimiento
Si poblacion alguna parecia : El negocio , señora , fué pequeño ;
Vieron prolijas sendas y caminos , Pues no debe tan buen entendimiento
Buen rato ya después de medio dia , Tener tan por verdad cosas de sueño ,
Y cierta poblazon bien asentada Pues muchos sueñan casos do perecen,
Donde les pareció hacer parada. Y no por eso vienen ni acontecen.
Ursúa , cuando van desembarcando >>Siento quererme bien toda la gente ,
Ajeno de mortíferos enojos , E yo también estoy muy bien con ella ,
A doña Inés estaba contemplando Cosa no hallo que me represente
Como causa mayor de sus antojos , Para tanto rigor una centella :
Y vido sus mejillas empapando Menos puedo hallar hombre viviente
Con lágrimas ardientes de sus ojos , Que con razon de mi tenga querella ;
Y queriendo saber por qué lloraba , Por tanto cese vuestro desconsuelo,
Con tácito rumor le preguntaba : Y deso no tengais algun recelo, >
«¿Qué pasion y congoja tan urgente ¡ Oh corazon leal , buenas entrañas !
Os hace de consuelo ser ajena? ¡ Cuán fuera de razon van tus razones !
Si es por necesidad que veis presente , Mira ya , buen Ursúa , que te engañas
Ninguna razon hay en tener pena , Con esas tus sinceras intenciones ;
Pues confío de Dios omnipotente Porque las falsas y traidoras mañas
De veros descansar en tierra buena , De qué quiera levantan ocasiones ;
Que tras necesidad hay abundancia, Cuanto mas que ¿ quién vive tan al justo
Y viene tras la pérdida ganancia.>> Que para todos gustos tenga gusto ?
Ella dijo : « señor , esta tristeza Al fin él se quitó de la ribera ,
No nace de ocasion tan abatida , Y con sesenta y tantos escogidos
Ni temo yo tormentos de pobreza , A un Sancho Pizarro mandó fuera
Ni verme de regalos despedida , A seguir los caminos mas seguidos ,
Pues vos sois mi regalo y mi riqueza , Y á ver si por allí hallan carrera
Y no quiero mas bien en esta vida ; Por do salgan á campos estendidos ,
Mas contaré , señor , cosas de espanto.... » Y con la relacion al sesto dia
Quiso decir, y no pudo con llanto. Volviese con aquesta compañía.
Su mas clara razon era gemido Entre tanto que estaban en el puerto
Por selle los sollozos embarazos Esperando los que iban descubriendo ,
Con mal de corazon y sin sentido Trataban de su pérfido concierto
Hiriendo se hacia mil pedazos : Joan Alonso Montoya y el Salduendo ;
El amante que tal estremo vido , Y algunos no quisieran velle muerto
Quísola socorrer entre sus brazos ; Pero querian irse dél buyendo ,
Pena con su dolor , crece su llaga , Recogiendo la ropa y atavio
Sin saber qué se diga ni qué haga. Y de los barcos el mejor navío.
La flor mas agraciada de los mozos Habia dentro desta compañía
Se duele del eclipsi de su luna , Un don Fernando de Guzmán , que precio
No con fingidas muestras ni rebozos , De buena discrecion no poseia ;
Sino fuerza de amor es importuna : Y á este cuasi que por menosprecio
Encuéntranse suspiros y sollozos , Le hablaron, y dijo que queria.
Las lágrimas confusas van à una , ¡ Buen Dios, defiendeme de hombre necio!
Mostrando claramente por los hechos Pues con sus necedades é imprudencia
El íntimo querer de entrambos pechos. Camina tras cualquiera pestilencia.
Después que ya cobró color el gesto Júntanse pues con él á la demanda
Y el pecho se mostró con mas aliento , Perez , Montoya , Vargas y Salduendo ,
El amante le dijo : « ¿ qué es aquesto ? Chaves , Villena , Torres y Miranda ,
¿ De qué procede tanto sentimiento ? Los dos Fernandez , cada cual horrendo;
En grande confusion me tiene puesto Serrano , Joan Alonso de la Vanda ;
Aqueste nunca visto movimiento : Y al mal Aguirre , bravo y estupendo ,
Las lagrimas y lloro hacen pausa , Para negocio de tan grande afrenta,
Y sepa yo de vos toda la causa. >> Determinan también de dalle cuenta.
Trabajos vuestros son y penas mias Hablan con él en lo de la huïda
(Respondió mitigadas las pasiones) ; Por ver si tal desino le complace ;
Porque por grande número de dias Y respondióles ser cosa perdida ,
Recuerdo con pesadas turbaciones : A lo menos que no le satisface ,
Soñé robos , incendios , tiranías , Diciendo ser mejor quitar la vida
Sanguinolentos tratos y traiciones : A quien tan poca cuenta dellos hace ,
Via tendido , muerto y en el suelo Y no cumplir tardanza ni pereza
A quien es mi favor y mi consuelo. Por estar su salud en la presteza.
» Encarnizados en tan malos hechos , Entendió las palabras un moreno
Aunque yo me ponia de rodillas , Llamado Joan Criollo ; y este quiso
Las dagas me metian por los pechos No con pocos temores en el seno
Y á golpes quebrantaban mis mejillas : Hacer cuerdo desvío de improviso ;
Halléme , tales sueños ya deshechos , Y aunque negro , sagaz y como bueno
Con un grave dolor en las ternillas ; Al Ursúa le dijo leal aviso ;
Miréme presto donde me dolia , Pero de sus palabras no curando ,
Creyendo ser verdad mi fantasia. Estúvose con él chocarreando.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XIV, CANTO III. 103
¡ Oh ciego amor, y ciego quien tal fuere! Demás desto la gente bandolera
¡ Oh confianza ya desvanecida ! Hizo con atambor echar un bando ,
Tienes aviso de quien bien te quiere , Adonde se mandaba que cualquiera
¿Y no quieres perder al homicida? Tenga por general á don Fernando ;
¿Cómo tan gran descuido se requiere Y se ponga debajo su bandera
Adonde no va menos que la vida? Y todos se sujeten á su mando ,
Al fin tu bado es inadvertencia , So pena que quien lo contradijese
Y fortuna do falta la prudencia. Por la misma razon luego muriese.
¿Es posible , varon , que no despiertas Reparten á su gusto los oficios
Con indicio de tanto detrimento ? Los inventores de lo ya contado :
Mira bien que la casa de dos puertas Aguirre , gran autor de maleficios ,
Aposta te la dan por aposento Por maese de campo fué nombrado ;
Aquellas intenciones descubiertas Y los demás en otros ejercicios
Y gente del traidor ayuntamiento , Segun suele tener campo formado ;
E ya vienen á las ejecuciones Y por este nivel que voy diciendo
De sus mas que dañadas intenciones. Capitán de la guarda fué Salduendo.
Ausentes eran ya rayos febales Pero puesto que fuesen sus intentos
De nuestros hemisferios y collados , De mandos y de cargos señalados ,
Y los cansados ojos de mortales No quiso reparar en nombramientos ,
En necesarios sueños ocupados ; Ni fatiga le dan tales cuidados :
Pero los corazones desleales Pues su felicidad y pensamientos
En su temeridad mas obstinados , En doña Inés estaban colocados ,
El consorcio cruel , falso , maldito La cual en el real no parecia
Quiso poner por obra su delito. Ni con escuro ni después de dia.
Y estando los leales espiados , Estaba con feminea compañia
Las guardas del real y centinelas , Aparte y en su rancho recogida ,
Los pechos furibundos y alocados Al tiempo que el rumor la desengaña
Usando de sus mañas y cautelas ; Del sueño de la muerte sucedida :
Unos con arcabuces bien cargados , Huyó con el temor por la montaña ,
Los otros con espadas y rodelas , Desconsolada , triste y afligida ;
Con escuro hacian su camino Tuviera , conocida su querella ,
Tentados de tan torpe desatino. La fiera mas feroz lástima della.
¿ Adónde vas , traidor ayuntamiento ? A los espesos bosques se convierte
¿Qué furia te privó de tu sentido? Diciendo con la voz enflaquecida :
¿A cuál de vos causó desabrimiento ? «Pues tal camino va mi mala suerte ,
¿Quién de vosotros es el ofendido ? Que es paga justamente merecida ,
A todos procuró de dar contento , Aquí satisfará mi breve muerte
Y cada cual de vos es su querido : Aquella que causó tan larga vida ;
Matais , pero sereis losvencedores No quiera Dios que falsos corazones
Vosotros de vosotros matadores. Cumplan sus deshonestas pretensiones.
Pues la caterva vil , sucia , bellaca , » Despedazarme ha la bestia fiera ,
Echando mano van á las espadas , Y en mi se cebará su duro diente
Y con furor que del infierno saca Para que pueda ir á quien me espera ,
Entrambas puertas tienen ocupadas : Que es menos mal que ver tan mala gente.
Finalmente rodean la hamaca , ¿ Cómo no fo hicieron de manera
Y allí le dan crueles estocadas ; Que fuéramos entrambos juntamente ,
El viéndose herir de golpes fieros Y padeciéramos aquel tormento
Les dice: ¿por qué es esto , caballeros? Con alguna manera de contento ?
Sin armas al armado delincuente > La montaña será mi sepultura ,
Se levantó con un recio denuedo ; Y aquí será mi cuerpo consumido ,
Mas el bando traidor no lo consiente Hasta quedar no mas que el armadura ,
Apresurando su furor acedo : De carniceras aves carcomido.
Cayó diciendo bien y claramente ¡ Oh desdichada yo , mas sin ventură
Santísimos artículos del credo ; Que cuantas de mujeres han nacido !
Con esta contricion bien conocida ¿ Adónde estás , mi dulce señor mio ?
El Ursúa partió de aquesta vida. ¿ Qué es de tu valentía y de tu brio ?
Conclusa la batalla carnicera , Dó tu disposicion y gentileza?
Donde tan gran deshonra se ganaba , ¿Adónde está tu rostro sin segundo,
Salieron de la casa todos fuera Tus bastantes ejemplos de nobleza,
A fin de publicar lo que pasaba ; Suave conversar, trato jocundo?
Y el don Fernando, puesta la bandera , ¿ Qué corazon mostró tanta dureza
A voces libertad apellidaba : Que tanto bien sacase deste mundo ?
Despiertan las sinceras voluntades , Las bestias mas voraces, carniceras ,
Admirados de aquellas novedades. No fueran tan crüeles ni tan fieras.
El buen don Joan de Vargas al momento >> En este tan pesado desatino
A su gobernador iba derecho ; ¡ Oh, quién Alcestes, quien Evadne fuera!
Pero los del traidor atrevimiento Cumplióse lo que menos me convino ,
También lo traspasaron por el pecho ; Y fue para que muchas veces muera ;
Sin cesar el atroce rompimiento Y habiendo de ir entrambos un camino
Hasta que de la tierra hizo lecho , Hubiste de llevar la delantera.
Adonde el alma hizo despedida ¿Cómo quieres dejar tu regalada
De los peligros grandes desta vida. Tan sola, triste y tan desamparada ?
Estaban los leales como locos » ¿ A quién podré decir mi desconsuelo ?
Defrigidos temores ocupados , ¿Quién podrá ser aquí mi cierta guia,
Por no saber si son muchos ó pocos Pues que me falta todo lo del suelo?
Los malos y crüeles conjurados : A vos ocurro yo, virgen María :
Sonaron pues pregones y convocos Favorecedme vos , reina del cielo,
De parte de los duros y obstinados , Doleos vos de mí , señora mia ;
Con amenazas en rigor estrecho Míreme vuestro rostro glorioso
Aquien dijese mal de lo mal hecho. En este trance todo trabajoso. »
164 JUAN DE CASTELLANOS .
Haciendo va paradas á sus trechos , Nobilis Ursua confossi hie ossa quiescunt.
Est aliis vigilans, cura sopita sibi.
Que el monte y el desmayo la repara, Ut sibi consuleret gemitus Agnetis amicæ
Las lastimas de dichos y deshechos Neclachrymæ prestant, somnia vana putans.
Endurecidas piedras quebrantara : Ursula, noble varon Su adversa fortuna quiso
Dábase con las manos en los pechos, Y capitán señalado, Que muriese de improviso,
Apresurados golpes por la cara, Aquí yace sepultado Sin recatarse en su vida
Por aleve y por traicion Por no creer el aviso
De las mejillas blancas van colores De su campo amotinado. De doňa Inés su querida.
Que vencen á las mas purpúreas flores.
El resplandor dorado del cabello Puestas las cosas pues en este estado ,
Llevaba por los hombros derramado, Tan sin rey y con ley tan insolente
Porque cudiciosísimos de vello Al término y al dia señalado
Los ramos le quitaron el tocado : Llegó Sancho Pizarro con su gente,
Hacia descubrir el blanco cuello De las maldades hechas descuidado
Entrellos algun aire reportado, Como quien era dellas inocente ;
Imaginando ser el tal decoro Y visto para mal un mal tan ancho
Nieve cubierta con madejas de oro. De veras en callar se llamó Sancho.
Entre tanto, Lorenzo de Salduendo Al general de torpes desatinos
Andaba con algunos de su bando Por términos , sin gana, comedidos
De los unos y otros inquiriendo, Le dijo cómo no halló vecinos
A hombres y mujeres preguntando, De quien pudiesen bien ser advertidos ;
Por aquí y aculla yendo y viniendo , Pero que vió grandísimos caminos
Como ventor la caza rastreando : Para la tierra adentro muy seguidos,
Por el rocío pues tomó la huella , Y que por los caminos á sus trechos
Y no paró hasta que dió con ella. Tenian tambos y aposentos hechos.
Rastrean los deseos el empresa, Seguir estos caminos pretendia
Y el carnicero perro vió la caza ; La parte mas crecida desta gente ;
Mas no llegó ní pudo hacer presa Mas el Aguirre los contradecia
Que el cebo de sus ojos embaraza : Por ser su pensamiento diferenţe :
Oh Dios ! á doña Inés ¡ cuánto le pesa! Y un fulano Valcázar insistia
Y ansi su bello rostro despedaza : En que los prosiguiesen grandemente,
Salduendo con halagos abundantes Y hiciesen al rey aquel servicio
Le decia palabras semejantes : Para disculpa deste maleficio.
« Señora doña Inés, no ser locura Esto decia él al don Fernando
Este sobresaltado movimiento . Como amigo leal, reprehendiendo
Sabed que solamente lo asegura Las duras pretensiones de su bando
Hacello tan cabal entendimiento ; Y el hecho que hicieron tan horrendo;
Y si fué con temor de gente dura , Otros buenos consejos le está dando
Es no tener de vos conocimiento, Que el miserable ya los va sintiendo ,
Pues ante don de perfecion tan grande Y quisiera tomar aquel escudo ,
Ningun rigor habrá que no se ablande. Pero salir con esto nunca pudo.
» Cobrad, señora, vuestro buen sentido Porque el Aguirre con sus falsedades
Y no querais dudar en la venida , Estaba de la gente muy mas lleno,
Porque sereis del modo que habeis sido Usando grandes liberalidades,
Respetada de todos y servida ; Dándoles de lo suyo y de lo ajeno.
Y en fe de hijodalgo comedido, Hecho gran charlatán de necedades
Que podeis ir segura de la vida ; Y fingiéndose ser otro Sileno,
Mas antes cuantos somos desde agora Mostrándoseles hombre de buen pecho
Os obedeceremos por señora. » Para poder después hacer su hecho.
Ella le respondió : « señor Salduendo , El era de pequeña compostura,
Ningun dolor os dé la vida mia , Gran cabeza, grandisima viveza,
Porque yo por indicios bien entiendo Pero jamás perversa criatura
Que presto perderá su lozanía : Que de razon formó naturaleza :
Solamente mi honor os encomiendo Todo cautelas, todo maldad pura,
En virtud de la buena hidalguía ; Sin mezcla de virtud ni de nobleza ;
Pues no me tuvo Ursúa de mal modo, Sus palabras, sus tratos, su gobierno
Y el cómo sabe quien lo sabe todo. Eran á semejanza del infierno.
» Yo volveré, señor, de buena gana Charlatancillo vil algo rehecho ,
Por la seguridad de mi conciencia, Sin un olor de buenas propiedades,
Que pretendo morir como cristiana La cosa mas sin ser y sin provecho
Y con mejor recato y advertencia ; Que conocieron todas las edades ;
Y pues mi muerte veo ya cercana, Pero nuncajamás se vido pecho
Quiero hacer alguna penitencia : Lleno de tan enormes crüeldades ;
Ciegos son los sentidos del que piensa Y en tanto grado es esto que toco,
A mi gran desventura dar défensa. » Que después me direis que digo poco.
Después que doña Inés esto propuso Fortalecido pues del villanaje
A la causa mayor de la revuelta , Que prestaba favor á sus intentos,
Con mil vacilaciones y confuso Hizo desamparar aquel paraje
Al campo del traidor dieron la vuelta ; Menospreciando ya descubrimientos,
Donde segun templanza de buen uso Llevando por el rio su viaje,
Allí la recebió la gente suelta : De do para buscar mantenimientos
Holgóse de la ver su compañía 9 La gente descontenta sale fuera
Que eran honestas dueñas que tenia. A los pueblos que ven por la ribera.,
Luego se confesó devotamente E yendo con aquel desasosiego
Con doto sacerdote conocido, Que suelen engendrar tales furores ,
Y hizo sepultar incontinente Y los leales pechos en gran fuego
Con tierno sentimiento su querido : Que causaban las llamas de traidores ,
Deseaba bacello mucha gente , Vieron un pueblo do saltaron luego ,
Pero ninguno fué tan atrevido , Mas no hallaron ya los moradores :
Y en un árbol también de la floresta Alli desembarcaron los caballos, '
Pusieron una letra como esta: Y el Aguirre mandó luego matallos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XIV , CANTO IV. 165
Sirvieron de sustento los rocines ,
Siendo por todos ellos repartidos ; CANTO CUARTO ,
Y en aquellas comarcas y confines,
De madera de cedros escogidos Donde se da razon del mal fin que hubieron todos los confurados que
Hicieron dos muy buenos bergantines , fueron en la muerte de su gobernador, y cómo Lope de Aguirre se
Dejando los demás allí perdidos : hizo señor de toda la gente con muerte de muchos que tenia por sos-
Aquí también hicieron desatinos pechosos y que murmuraban y abominaban de su loca demanda.
Que de escarnio no fueron menos dinos .
Pues del rey don Felipo blasfemando, Entre falace gente mentirosa,
A son de trompas y con gran estruendo Poseida de pérfida locura ,
Juraron por su rey al don Fernando , Eso me da quien teme que quien osa,
Que de hacer un hecho tan horrendo Nunca tiene jamás hora segura :
Estaba por ventura ya temblando , Ansimismo se hace sospechosa
Tan feo disparate conociendo : En el soberbio ver mucha blandura ;
Hacen su jura, bésanle la mano, Pues suele retraerse el de fe falto
Ydicen, viva el rey, al mal tirano. Para poder hacer mejor el salto.
El Valcázar los labios remordia En aqueste consorcio tan perjuro ,
Y estaba con enojo y furia brava ; Tan sin Dios, tan sin rey como ya digo,
Mas como dar remedio no podia , Cada cual se halló menos seguro
El intenso dolor disimulaba ; Con quien mas se vendia por amigo ;
Y como, viva el rey, jamás decia , Y entonces caminó con mas escuro
El Aguirre, que todo lo notaba, Cuando mas claridad llevó consigo ,
Procuró que también metiese prenda Porque ninguna lleva quien mal hace,
En cosa tan bestial y tan horrenda. Y aun de sí mismo no se satisface.
Y ansi, viéndolo estar como defunto Aguirre supo pues andar tramando
Con un esterior trişte y amargo, A Joan Alonso de quitar la vida
Mandaronlo llamar, y en ese punto, A él y al mentecato don Fernando ,
Después de le hablar Aguirre largo, Con ambicion que pudo ser creida
El rey de naipes con los triunfos junto De se quedar á solas con el mando,
De justicia mayor le dieron cargo : Y aunque la causa no muy conocida,
La vara le presentan publicando A lo menos constó que se quejase
Que se la daban por el rey Fernando. De que Lope de Aguirre lo mandase.
Dicho por el perverso Damasipo El cual , usando de sus artificios ,
Aguirre, principal en el alarde , Porque menos en él se conociesen ,
Valcázar respondió con santo hipo, Haciendo dejacion de sus oficios
Desechando temores de cobarde : Al Joan Alonso hizo que se diesen ;
La vara tomo yo por don Filipo , A fin de que por estos beneficios
Mi rey y mi señor , á quien Dios guarde , Se descuidasen y se convenciesen ,
Mas el varon fiel, leal y fuerte Dijo también con parlamento largo
Después pagó con gloriosa muerte. Ser Joan Alonso digno de mas cargo.
Y agora porque el nombre del rey canta El Joan Alonso se les mostró grato
Con determinacion tan atrevida, Tomando sobre sí los cargos luego ,
Estuvo con cordel á la garganta Porque con ambicion al insensato
Y en grandísimo riesgo de la vida : No le fué necesario mucho ruego :
Intercesion de muchos se levanta , El Aguirre vivia con recato ,
Y ansi fué por entonces suspendida Y el dicho Joan Alonso fué tan ciego ,
La tal ejecucion , y la malicia Que sin reguardo de discreto modo
Le quitó luego el cargo de justicia. Pensaba suyo ser el campo todo.
Y porque no quedase compañía Mas un aguja fuerte que tenia
Por el Ursúa muy apasionada, Nunca se le caia de la mano ,
Allí luego mataron à García, Diciendo por allí que la traia
Capitán y persona señalada : Para cierto carillo mas que hermano :
Demás desto juraron aquel dia Joan Alonso , jugando pues un dia
De ser hermanos de la vida airada, Con otros del jaez el triunfo llano ,
Y con solene jura que hacian Aguirre le cogió con tales mañas ,
Morir unos por otros prometian. Que con ella le dió por las entrañas.
No sé yo cuáles eran los intentos Quitóle ya los cargos con la vida ;
De los catorce torpes que juraban ; Y el Chaves , viendo tales embarazos ,
Mas tiene por equivocos acentos Quiso tomar el agua por guarida ,
Segun que los efetos declaraban : No pudiendo valerse de sus brazos ;
Y ansí, por no quebrar los juramentos, Mas gente del traidor apercebida
Los unos á los otros se mataban. En ella lo hicieron mil pedazos :
¡Ob gente sin razon, caterva ciega ! Muertos tenemos dos de los motines ,
Y¿á quién no negará quien su rey niega? Los demás no ternán mejores fines.
Sonábase tener secreto trato Viéndose pues con este desembargo
Chaves y Joan Alonso de la Vanda ; De gente que les era sospechosa ,
Pero para decillo con recato, Al Aguirre volviéronle su cargo
Mi pluma mal cortada y algo blanda Porque ya no podian otra cosa ,
Desea hacer pausa por un rato, A causa de tener consorcio largo
Para ver en qué para su demanda : De gente , segun él facinerosa ,
Yo también quiero descansar en tanto Con la cual so color de buenos fines
Que damos orden al futuro canto. Nunca desamparó los bergantines.
Recelándose dél el don Fernando
Y los demás que desta junta fueron ,
Deseaban de le quitar el mando
O la vida con él , mas no pudieron :
Cubre sus intenciones este bando
Buscando la sazon que no tuvieron ,
Porque Aguirre , que dellos se reçela ,
Siempre tenia diligente vela.
166 JUAN DE CASTELLANOS.
Al mal Aguirre la noticia vino Anduvo pues la torpe camarada ;
Desto que contra él se concertaba Y siendo por los bosques inquerida ,
Por Gonzalo Guirál , con ser sobrino Hallaron á la malaventurada
Del Guzmán , porque dél se confiaba ; Dentro de ciertas matas ascondida :
Pero la confianza del malino ¡ Oh maldad en maldades señalada !
Contra si saca tiros del aljaba , ¡ Oh cruda crueldad jamás oida !
Porque permite Dios por sus pecados ¿Qué corazon de fiera tal hubiera
Que en la misma moneda sean pagados. Que de tanta beldad no se doliera ?
Pues el viaje ciego prosiguiendo , El hórrido temor en que se halla
En cierta isla do paró la gente , Cubrióla luego de sudores frios ,
Don Fernando por parte del Salduendo Que bien vió que venian á matalla
Al Aguirre mandó públicamente La gente de los torpes desafios ;
No vaya doña Inés con el estruendo , Habló con triste voz á la canalla:
Sino que se le dé lugar decente : ¿ En qué os ofendi yo , señores mios ?
El Aguirre desenfrenó la lengua , ¿Qué fruto , qué valor , qué bien se saca
Hablando muchas cosas en su mengua. De me matar a mí , mujer tan flaca?
Blasfemias increibles va diciendo , Arroyos claros van por las mejillas
Puesta la fuerte cota y el almnete , Y por hermosos pechos de la dama ,
Y en altas voces con furor horrendo Que puestas por el suelo las rodillas ,
Cuyo temor en las entrañas mete , Piedad , piedad à voces clama :
Dice :«¿dónde se sufre que Salduendo El eco va haciendo maravillas ,
En mi vejez me baga mandilete ? Con acento que al aire se derrama
El y ella se guarden del dïablo , Endurecidos robles hace blandos ;
Porque yo mismo soy aquel que hablo . » Mas no los duros pechos y nefandos.
Salduendo tales cosas escuchando, Las aves por los árboles gemian ,
No menos encendido de coraje , Las fieras en el monte lamentaban ,
Luego se quejó dél al don Fernando , Las aguas sus discursos detenian ,
Diciendo del Aguirre con ultraje : Los peces en el centro murmuraban ;
¿ Dónde se sufre que este tenga mando ? Los vientos con los sones que hacian
i Hay necesidad del en el viaje ? Tan execrado hecho detestaban :
¿ Un hombrecillo de los desechados Salió de las cavernas un ruïdo
Nos tiene de tener avasallados ? Que perdieron de hombres el sentido.
Aguirre , por tomar mas de mañana Pues como tal , el pérfido Llamoso
Los pasos á los que eran del concierto , Asiéndola del áureo cabello
Entró tras él bien como tigre hircana , (¿Qué haces , ó cruel facineroso?
O bien como leon bravo y esperto , ¿No ves un espectáculo tan bello ?) ,
Y atravesólo con la partesana , Al fin con el cuchillo sanguinoso
Dando luego con él en tierra muerto : Cortó las venas de su blanco cuello ;
Don Fernando quedó como siu tiento , Fuego de San Anton abrase mano
Viendo tan infernal atrevimiento. Que pudo hacer hecho tan tirano.
El Aguirre , por escusar bullicios , ¡ Traidor ! si tú naciste de mujeres ,
Le dijo: « rey preclaro y escelente , ¿Qué bestia parió bijo tan nefando ?
No juzgues ser aquestos maleficios , Y si eres hombre , di, ¿ cómo no mueres
Sino frenos seguros á tu gente : Tan enorme traicion imaginando?
Que cierto dignos son estos servicios Desdichado de tí , que donde fueres
Deste tu fidelisimo sirviente , Siempre la soga llevas arrastrando ,
Pues he por ciertas vias descubierto Pues la justicia del divino alarde
Haberte de matar quien he yo muerto. » No deja de llegar , aunque se tarde.
Notad , letores , la borrachería , Al fin dos dueñas desta compañía
Las tramas , las cautelas , los desinos ; Hicieron doloroso sentimiento ,
Pues yo no sé si llore ni si ria Las cuales entre miedo y osadía
Tan enormes y feos desatinos : Celebraron aquel enterramiento ,
So color pues de lo que le decia , Y lo mejor que cada cual podia
Ensangrentó las playas y caminos Hicieron un bumilde monumento ,
Con Montoya, con Cristóbal Fernandez , Donde lloraron estas crüeldades
y otros en su maldad no menos grandes. Dríades , amandríades , nayades.
En aquesta revuelta tan nociva , Y entre lamentaciones y dolores ,
Llena de tan pesados desconciertos , Qué las piedras movian á blandura ,
La bella doña Inés estaba viva , Cogian violetas , lilios , flores ,
Aunque ya se contaba con los muertos ; Con que cubrieron esta sepultura :
Porque tenia buena retentiva Allí solenizaron ruiseñores
Del grave sueño de los otros puertos , Exequias de tan grande desventura ,
Revuelve desventuras en su pecho Y no faltó también quien escribiese
Viendo para su mal camino hecho. En los árboles letra que dijese :
Mandola pues llamar la pestilencia Conditur his lauris præfulgens formapuellæ,
Mas ella , conmovida de temores , Quam tulit insontem sanguinolenta manus.
Hizo como la otra vez ausencia, Gloria sylvarum est extinctum cenere corpus,
Asombrada de ver tales rigores ; Asthomini vivens displicuit facies.
Mas Aguirre con suma diligencia Encubren estos laureles Aquesta montaña esquiva
Aquella que estremo fué Se tiene por muy altiva
Despacho por su rastro dos traidores , De hermosas y fieles, Con su muerta perfecion,
Mandando que la dejen tan sangrienta A quien sin qué ni por qué Y el animal de razon
Mataron manos crüeles. No quiso tenella viva.
Que parta para Dios à dalle cuenta.
Para caso tán ignominioso Ya la febea luz se despedia ,
Partieron , como digo , dos lebreles , Y llegados los nublos vaporosos ,
Que fueron Alarcon y Joan Llamoso , El impio traidor que no dormia
Peores mucho mas y mas crüeles ; Dió fin de tres ó cuatro sospechosos :
Pues eclipsan el rostro mas bermoso Y el torpe don Fernando no sabia
Que retrato de Vénus por Apeles ; Las muertes ni los trances rigurosos
Mas Dios nos guarde de villano tiesto , Por tener tales guardas el inviso
Cuando para maldad viene dispuesto. Que ningunos osaron dar aviso.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XIV , CANTO IV. 167
¡Dormis, Guzmán, en suerte tan siniestra, Luego hicieron otro maleficio ;
Y no veis cómo vela la raposa? Y fué que , por los barcos ir muy llenos,
Dormid , que presto llegará la vuestra Alijaron gran copia de servicio ,
Y aun de muchos , segun anda la cosa : Todos indios ladinos y muy buenos ,
A vos se llega la sangrienta diestra , A la disposicion y beneficio
Allá camina ya furia rabiosa , De los caribes indios destos senos ;
Gran copia vau con él de sus alanos , Llorando van los amos y señores ,
Ensangrentados piés , brazos y manos. Y los indios acá daban clamores.
Entrando por la casa desta suerte , «¿ Adónde nos dejais desamparados
Comienza de picar la bestia fiera , Fuera de nuestras tierras y regiones ?
Al mas dormido hace que despierte ; Desta manera suelen ser pagados
Pero su despertar del sueño era Los servicios con malos galardones :
Para dormir el sueño de la muerte , Tened mancilla destos desdichados
Con ver el fin que su maldad espera ; Que quedan en terribles confusiones ;
Pues otros cuatro de los conjurados Llevadnos hasta ver otras riberas
Fueron á dar razon de sus pecados . Que no sean de gentes carniceras. »
Danse voces, gemidos , bay revueltas , Dios sabe lo que cada cual sentia
Suena por todas partes duro bierro , Con hecho tan crüel y tan malino ;
Las furias infernales andan sueltas Mas Aguirre de nada se dolia
Llevando los que van á su destierro : Siempre con un furor luciferino ,
Un clérigo mataron á las vueltas , Que toda piedad aborrecia ;
Aunque la bestia dijo que por yerro ; Y ansi fué prosiguiendo su camino,
Pero siempre le fueron odiosos Y por se condoler mató á Palomo ,
Eclesiásticos y religiosos . Y otro quiero nombrar y no sé cómo.
El herido Guzmán salió huyendo , Caminan pues aquestas compañías
Cuasi cortadas las vitales vias ; Ya sin hacer parada ni reporte ,
Mas una bala que lo fué siguiendo Sin dar seguridad las tiranías
Dió fin á sus reales boberías ; Al apartado dellas ni al consorte ;
Y el Aguirre, traidor, malo y horrendo , Y al cabo de buen número de dias
Hizo y deshizo rey en cuatro dias; Las ondas vieron de la mar del norte ;
Y agora concluidos estos males , Y creyendo venir siempre por rio
Asu gusto nombró los oficiales. Habia hecho dél grande desvío.
Por maese de campo fué nombrado Viendo que por la mar van navegando ,
El Martin Perez de la compañía Por agua dulce daban todos grita ;
En la muerte de Ursúa malogrado , Mas el salso licor iban cortando ,
Por capitán á Cristóbal García : Y ansí pesada sed los necesita
Fué otro capitán Diego Tirado , Ir con velas y remos demandando
Y del ligur Espindola se fia La tierra de la isla Margarita,
También cierto Roberto Vizcaíno , Donde con estas penas y porfias
Todos prendados en su desatino. Tardaron en llegar catorce dias.
Las cosas ya sujetas á su mano , Acercándose va mala vulpeja
Y puestas en estado semejante , Al rancho descuidado y al cordero ,
Aqueste crudelisimo tirano Primerò la verán en piel de oveja ,
Prosiguió sus viajes adelante , Después un falso lobo carnicero :
Tomando del vecino mas cercano ¡Oh cuán gran tempestad se le apareja ,
Comida que pudiese ser bastante ; Cuánta calamidad y desafuero
Y en un pueblo saltó de la ribera , Al pueblo y à la tierra circunstante
Donde la gente toda salió fuera. De tan acerbos males ignorante !
Alli quisiera cierta camarada Antes pues que saltasen en el puerto,
En matar al traidor ganar corona , Por los ministros de piedad ajenos
Por ver tan suelta y tan desenfrenada El buen Sancho Pizarro quedó muerto ,
Aquella crudelisima persona ; Valcazar y Guiral ni mas ni menos.
Mas Aguirre tomó la madrugada Pagó á Guiral habelle descubierto
En ellos empleando la hascona , Conjuros contra él , aunque no llenos ,
Oporque sospechó tales conciertos , Otros cuatro mataron juntamente
O porque le serian descubiertos. Por ser al malo sospechosa gente.
Quedó tan sospechoso de sus males , Ansímismo mandó la bestia fiera
Que yendo navegando por el rio Que vivo Pero Alonso no quedase ,
Mató cuantos sentia ser leales , Mas el ejecutor crüel espera
Y no seguian bien su desvario : A que con mas rigor se lo mandase ;
Mataba de soldados principales Ordenándolo Dios de tal manera
Los que reconoció con algun brio , Que para mal de Aguirre se guardase ,
Y al tiempo que embarcó las gentes todas, Porque viendo sazon y coyuntura
Un caballero de San Joan de Rodas. Procuró buscar tierra mas segura.
El pobre Pero Alonso se tenia Pues lleno de temores y confuso ,
De sus horribles y espantables sañas , Una noche haciendo centinela
Porque el Aguirre siempre le decia : A poner mar en medio se dispuso
AFilipo teneis en las entrañas ; En una muy pequeña canouela ,
Pues, Pero Alonso , muy justo seria Con un indio maestro de aquel uso
Que perdiésedes ya las malas mañas ; Que á tierra lo llevó de Venezuela
Porque bien os entiendo , y aun espero Y en el pequeño palo mal cavado
Hacer un atambor de vuestro cuero. » Se vido muchas veces anegado.
Mas él, como sagaz , aquesto visto , Con mas seguridad del mar se fia
Como mejor podia lo llevaba , Que de estar entre gente tan maldita ,
Y comoviejo ya y hombre bien quisto , Y el riesgo de la mar en que se via
De todo desafuero se escusaba : El otro no menor le facilità ,
Al fin que fué servido Jesucristo Huyendo del traidor al quinto dia
Siempre librallo desta fiera brava , Después que ya tomó la Margarita ,
Y aunque varon de brio, donde quiera Donde por os contar cosas de espanto
Hacíase mas manco de lo que era. Conviene que hagamos nuevo canto.
168 JUAN DE CASTELLANOS .
Entre tanto que Milo revolvia
A dar cuenta de los engaños hechos ,
CANTO QUINTO , Desembarcó la mala compañía ,
Ascondidas las armas y pertrechos ;
Donde se cuenta cómo AGUIRRE entró en la isla Margarita, prendió a' Porque toda la gente que venia
gobernador y principales, y las grandes crueldades que usó el tiempo Asegurase mas sus buenos pechos ,
que allí estuvo. Llegóse pues en desastrada hora
Esta gente leal á la traidora.
Aquel que de gobierno tiene mano Con gran urbanidad hablan con ellos
No cumple que se crea de lijero , Manifestando sanas intenciones :
Porque no todos tienen pecho sano , Aguirre se holgó mucho de vellos ,
Ni cuanto dicen sale verdadero : Mas no para dar justos galardones ;
Guárdese del que tiene mas cercano , Pues luego hizo señas de prendellos
Y mucho mas y mas del estranjero , A sus descomedidos marañones
Pues debajo de sanas aparencias Y como de los tales no se esquivan
Suelen venir cubiertas pestilencias . Fácilmente prendieron cuantos iban.
Y suelen encarnar en el inerte Al pueblo parten luego los traidores,
Que mal inconvinientes asegura ; Asu Dios y á su rey falsos perjuros ,
Y si se recatara desta suerte Hiciéronse de todos posesores
Quien tenia la tal judicatura , Inquietando todos los seguros.
Por ventura buyera de la muerte No os confieis ansí , gobernadores ,
Y su pueblo de tanta desventura , A quien cumple mirar males futuros ,
Como ie sucedió de la llegada Y es bien en las provincias apartadas
De gente tan bestial y desalmada. Que vivan las justicias recatadas.
Era perpetua gobernadora Aguirre va mostrando su braveza
Desta isla do va furia rabiosa , Mala , cruel , bestial , tonta , beoda ,
Aquella nobilísima señora Por toda parte cunde su vileza
Doña Aldonza Manrique, generosa , Los lugares mas limpios mas enloda.
De mucho mas honor merecedora Tomó las llaves de la fortaleza ,
Y para gobernar mas alta cosa ; Señor se hizo de la isla toda ,
Tenia pues entonces el gobierno Mandó poner en ella con prisiones
Don Joan de Villandrando su buen yerno. Al don Joan y á mujeres y varones .
Para tomar Aguirre pues el puerto A este sin ventura caballero
Haciales el tiempo diferente ; Con áspera prision le hizo pago ,
Mas los autores deste desconcierto Y en los demás el lobo carnicero
Echaron do pudieron cierta gente : Cada dia bacia gran estrago :
El mal que malos tienen encubierto Debió ser engendrado de Cerbero
Mal lo puede hacer el inocente ; Y en las tormentas del averno lago ;
Pero no convenia ser ajeno Segun que de piedad tuvo penuria,
De cautelosos trances cualquier bueno. Su madre debia ser alguna furia.
Salió por adalid Diego Tirado Al tiempo destos torpes desatinos ,
De los soldados que salieron fuera , En la provincia de Maracapana
A quien si horcas vieran estirado Estaba frai Francisco Montesinos
Ninguna sin justicia se hiciera : Con cien hombres de gente baquïana ,
Al buen gobernador dió su recado Debajo pretensiones y desinos
Haciendo relacion no verdadera ; De irá la conquista de Guayana ;
Pues á su salvo pudo dar aviso , Y como tales cosas inquiria
Mas este mal cristiano nunca quiso , Aguirre supo desta compañía.
Dada la relacion de su venida Este traidor feroz y diligente ,
. Con el premeditado fingimiento , En la bestialidad de su porfia ,
Y declarando ser gente perdida Deseaba juntar aquella gente
Falta de agua y falta de sustento ; Con la demás traidora que tenia ,
Pidióle proveyesen de comida , Y señaló por hombre suficiente
Prometiendo pagar à su contento Para hablalles à Martin Monguía ,
En preseas que mas à gusto fuesen , El cual fue por la mar adonde estaba
Y algunas les mostró porque las viesen , Con cartas del tirano que llevaba.
Diciendo , que harán matalotaje Monguia, que se vido con soltura
De aquello que les fuese conviniente , Y en alta mar con velas y con remios ,
Porque ya por estar en buen paraje A diez que lleva dijo : « gran locura
Se querian partir incontinente, Será , señores mios , si volvemos :
En continuacion de su viaje Pues es modo bestial y maldad pura
Hasta Nombre de Dios derechamente ; La vida y el camino que traemos. »
Pues en Pirú los mas dejaban prendas , Parecióles su dicho nada feo
Repartimientos , casas y haciendas. Por ser aqueste mismo su deseo.
Como gentes allí son enseñadas Llegó Monguía pues muy diferente
A socorrer paupérrimos soldados Del traidor mandamiento que llevaba,
Que de descubrimientos y de entradas Y al fraile Montesinos y á su gente
Suelen llegar alli desbaratados ; Dió luego cuenta de lo que pasaba :
Todos se convidaron con posadas , También le dió con un cierto presente
Diciendo que serán agasajados La carta del tirano que ilevaba
El señor capitán y compañía Tan loca, tan bestial, tan atrevida ,
Con toda la posible cortesía. Que fué de todos ellos bien reida.
Y ansi luego don Joan con buen semblante Todos los mas enormes desatinos
Subió con los alcaldes á caballo, Parece que en su carta los abarca,
Por traer al Aguirre por delante Porque promete dones peregrinos
Para servillo mas y regalallo ; Y al fraile de hacello partriarca ;
Mantenimiento llevan abundante . Mas no fué mentis inops Montesinos ,
Sin consentir vendello ni comprallo : Por ser como lo es hombre de marca,
Via la perdicion que se seguia , Y ansi luego curó probar la mano
Y el maldito Sinon nada decia. En dalle sobresaltos al tirano.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XIV, CANTO V. 169
Tenia con la gente mal avio Fué brevemente gente recogida ,
Para bien ofender tales guerreros , Todos á voluntad de quien los lleva ;
Mas hizo recoger en un navío Mas al tiempo que estaban de partida ,
Los unos y los otros compañeros : A la real audiencia vino nueva
Metieron ansimismo de buen brio Cómo la muy cruel y mala vida
Algunos indios muy buenos flecheros , En muerte semejante hizo prueba ;
Y ansi partió desde Maracapana Y pues ya se quedó Joan de Cepeda ,
Para la Margarita que es cercana. Volvamos al Aguirre donde queda.
Aguirre gran contento recebia El cual desde la mar volvió bramando ;
Cuando deste navio vió la frente , Lanzando por los ojos vivo fuego
Teniendo por muy cierto ser Monguia Al triste pueblo vino , y en llegando
Y el fraile que venia con su gente : A los presos alcaldes mató luego ;
Llegó la nao pues donde queria , Y entre ellos al don Joan de Villandrando ,
Y echó fuera los indios prestamente , Sin se vencer de lástima ni ruego :
Acudieron á su recebimiento Otros niató también , y otros espanta
Frustrados de su loco pensamiento. Con sogas y cordel á la garganta.
Pues los indios con flechas herboladas Vereis temblar mujeres y varones
Comenzaron allí su duro juego Viendo de desventura tal amago ,
Con dos , ó tres , ó cuatro rociadas , Y tan encarnizadas sin razones
A las ondas del mar huyendo luego ; Que turcos no hicieran mas estrago :
Do no los alcanzaban las espadas Noches y dias hay lamentaciones ,
Ni podian dañar tiros de fuego , Ojos de cada cual hechos un lago,
Y dado salutifero rocío Y por estos crüeles pareceres ,
A nado se volvian al navío. Ansimismo pasaban las mujeres.
Desde el cual la caterva de Monguía Ejemplo puede ser la sin ventura
Hablando con la gente del tirano Ana de Rojas , que ninguno fuera
Con levantadas voces le decia : Tan torpe ni tan mala criatura ,
⚫Desamparad aquese mal cristiano , Que todo buen respeto no tuviera
Huid abominable compañía , A su belleza , gracia y hermosura ,
A la bestia crüel dalde de mano , Sino quien tan bestial y malo era:
Dejad á tan perversa criatura Aqueste la miraba de mal ojo ,
Y cesen los estremos de locura. » E yo diré la causa del enojo.
Aguirre , como se halló burlado , Huia con la mas gente traidora
De manos y de piés vuelve hiriendo , El alférez mayor dicho Villena ,
Y con furores de endemoniado , Huésped para su mal desta señora ,
Que tal estaba él segun entiendo , Que sin lo merecer llevó la pena.
Maldice cielo y tierra y lo criado , Este para huir halló su hora
Acá y allá la cara revolviendo , Por no le parecer tal vida buena :
Lanzando vivo fuego por los ojos A ella , que tembló des que lo vido ,
Por ver donde descargue sus enojos. Aguirre pidió cuenta del 'buido.
Diciendo : « ¡Quién cogiera la persona Ella como podia se escusaba ,
De aquel reverendisimo soldado Amortiguados róseos colores ,
Para poder hacelle la corona Que ya parece ser adevinaba
Con bracamarte fino y amolado ! El fin á que venian los traidores :
Fraile becho ministro de Belona Hincada de rodillas les rogaba
Monguía hecho fraile y ordenado. No descarguen en ella sus furores ;
¡Oh mal traidor , ladron , facineroso ! Mas el protervo , sobre malos malo ,
¿Tan presto te tornaste religioso ? Mandó que se la pongan en un palo.
¡Oh sucios fugitivos como ciervos ! Acude la vil gente que traia ,
Huelgome que seamos arrieros , Fácil á todos vientos y mudable ,
Estended bien los encogidos niervos , Colgáronla del arte que decia ,
Que yo recogeré vuestros gargueros ; Sin haber quien le ruegue ni le hable :
Porque de vuestras carnes coman cuervos, Llegados pues , el arcabucería
Y en las cabezas crien avisperos. Descarga en la triste miserable.
¡Locos , tontillos , vanos y livianos ! ¡ Anatematizados sean pechos
Y pensais escaparos de mis manos ? Que concibieron tan enormes hechos !
» Aunque el traidor Monguía se remonte , ¡ Bajo , bestial , crüel y vil alarde ,
Acá quedan espíritus malinos Villanaje soez mas que villano !
Que sabrán dó lijais el horizonte , ¿ Es posible que tanto furor arde
Cuáles sendas llevais y qué caminos. En detestable corazon humano ?
Descubrirán las matas en el monte Pero Dios me defienda , libre y guarde
A los que se tornaron montesinos , De quien él ha dejado de su mano ;
Que el mejor de vosotros es mas malo , Pues lo mas malo juzga por facecia ,
Y ansi do quier que vais hay soga y palo.» Y todo bien pospone y menosprecia.
El fraile , como vido tanta gente Al fin la muy querida y regalada ,
De parte la tirana competencia , Que solia burlar del mal vestido ,
Con arcabucería tan potente A cuya devocion la mas honrada
Que resistiera muy mayor potencia , Y el mas cabal estaba convertido ,
Determinó partir incontinente Oh secretos de Dios ! vereis ahorcada.
A dar razon á la real audiencia Dolor inmenso para quien la vido
De la Española , donde ya sabia Otro tiempo gozar pomposa vida ,
Que el ínclito Cepeda presidia : Viendo su muerte ser tan abatida.
En estas partes hombre señalado , Vereis dolorosísimo gemido
Por ser en sus gobiernos escelente , Por toda la familia que tenia :
Varon en todas ciencias estremado , Lloran los hijos , llora su marido ,
No con menos estremos de valiente Que ternísimamente la queria ,
El cual con su valor acostumbrado , Y el lobo carnicero que lo vido
Habida relacion del delincuente , Dijo : pues vos tenedle compañía ,
Por ir á castigar tan malos hechos Que cuando dos personas bien se quieren
Convocó gentes y juntó pertrechos. Gran contento les es si juntos mueren. »
170 JUAN DE CASTELLANOS.
Tumulto de demonios inhumano , Ya por aquellos mares comarcanos
De Dios y de su rey mal enemigo , Melchior Maldonado mete prendas ,
Poco tardaron en echalle mano Diego Nuñez Beltrán y sus hermanos
Sin otra causa mas de la que digo ; Entablan potentísimas haciendas :
Y al viejo grave , trepidante , cano , El mariscal Miguel de Castellanos
En los descubrimientos mas antiguo , A la fortuna tiene por las riendas ,
Le cortaron el hilo de la vida Y otros siguen también prósperos lances
A fin de que buscase su querida. Y don Luis de Leiva los alcances.
Demás de muchas muertes de cristianos Resucita la gala y el arreo
Asoló casas , destruyó haciendas , Y toda cobardía se destierra ,
Y murió Martin Perez á sus manos Tornado ha la justa y el torneo ,
Que contra él soltaba ya las riendas : Soldados y pertrechos para guerra :
Hizo matar tres frailes franciscanos Hágales Dios el bien que yo deseo ,
Por hacelles á todos meter prendas ; Que cierto quiero bien aquella tierra ,
Y ganaron con él aquesta loa Pues por allí gasté mi primavera
Un viejo Paniagua y Figueroa. Y allí tengo también quien bien me quiera.
Fray Andrés de Valdés , mi buen amigo, Pero dejémoslos meter las manos
No se libró de los mortales daños , En aquellos riquísimos ostiales ,
Pues uno fué de tres frailes que digo Sacando de las conchas bellos granos
Cargado de vejez y largos años , De perlas trasparentes orientales ;
De pobres peregrinos gran abrigo , Pues quiero perseguir estos tiranos
Ajeno de cautelas y de engaños , Por ver en qué pararon tantos males ,*
Y ansi dolió su mal acabamiento Y porque los letores tengan cebo
Sin osarse mostrar el sentimiento. Acabarémoslos con canto nuevo.
Como vuelta del fraile recelaba
Que le decian ir por mas potencia ,
Barcos y bergantines aprestaba
Con gran solicitud y diligencia ; CANTO SESTO ,
Y el miserable pueblo deseaba Donde se cuenta cómo Lope de Aguirre salió de la isla Margarita yentró
Ver fuera tan terrible pestilencia , por Burburuata , pueblo de la costa, la tierra adentro hasta la nueva
Pues nadie tuvo de su salvamento Valencia, con otras cosas que acaecieron antes de su vencimiento.
Seguridad un punto ni momento.
Segun el que condenan á que muera , Ansí como tumulto de repente
Que el resto del vivir en Dios convierte , Es causa de confusas turbaciones ,
Y está todos momentos en espera Ansí si venidero mal se siente
De las ejecuciones de la muerte ; Lo hacen menos buenas prevenciones ,
Con tal inquietud vivió cualquiera Donde cada cual anda diligente
En tanto que duró tan mala suerte : Antes que lleguen las ejecuciones
Al comer , al dormir , bajos y altos Como tiro que vistes venir claro
Estaban con trescientos sobresaltos. Que procurais hacelle buen reparo.
Porque veais las cosas cómo andan Fueran pues por la gente marañona
Donde las tiranías prevalecen , Los pueblos de la costa destruidos ,
Y á cuántas desvergüenzas se desmandan Si por el que mi verso ya pregona
Los que con tales fiebres adolecen : No fueran con aviso socorridos ;
¡Oh , felices las tierras donde mandan Pero por la bondad desta persona
Reyes , y santas leyes se obedecen , Vivian todos ellos advertidos ,
Que cierto la tal es en esta vida Estaban vigilantes donde quiera ,
Dadiva santa mal agradecida ! Y el Pero Alonso y ellos en espera.
Pues el bestial con un sangriento hipo , Al tiempo pues que del leon nemeo
De la sed infernal nada distinto , El padre de Faeton se despedia ,
Escribió cartas á su rey Filipo , Y del ilustre resplandor febeo
Hijo del invencible Carlos quinto : Imagen de la Virgen se vestia ;
No con la discrecion del sabio Edipo , Aguirre lleno de su mal deseo
Pues por disparatadas no las pinto , Partió con su dañada compañía ,
Razones emanadas de su saco Traidora , desleal , falsa , perjura ,
Y charlatanerías de bellaco. Y siempre pertinaz en su focura.
Después que con aplausos y gran grita En cuál de dos caminos se desvela :
Sacaron sus secuaces mil traslados , O irse por la mar mas adelante,
Para sus bergantines los incita O por la tierra desde Venezuela
Do luego se metieron los soldados ; Ir al reino que está poco distante :
Y en esto dejaré la Margarita Y á escoger el Cabo de la Vela ,
Y á todos sus vecinos asolados : Hacia su partido mas pujante ;
El mas rico tan pobre mendicante , Porque tomara copia de dineros ,
Que no se vido cosa semejante. Navíos y con ellos marineros.
Los unos y los otros lamentaban Fué negocio de muy mucha importancia
Porque cosa que preste no les queda , Para quien en la costa residia ,
Y los mas remediados mas estaban Por haber por allí gran abundancia
En lo mas abatido de la rueda : De vagabundos y gente baldía :
Eutre ellos finalmente se trataban Y estos acuden à la mas ganancia
Pedazuelos de hierro por moneda , Sin saber el fiel de quien se fia,
Ansi que los desechos de rincones Por ser ansi de malos como buenos
Entonces fueron los preciados dones. Malos de conocer pechos ajenos.
Mas el sumo Señor de tierra y cielo Y aunque es cierto que no prevaleciera,
Remedió sus trabajos y pobreza , O muerto de los suyos ó de estraños ,
Con envialles luego su consuelo Primero que en tal punto se pusiera
Y descubrir allí suma riqueza Hiciera por la costa grandes daños ;
De perlas , que , segun yo lo nivelo , Mas Dios lo proveyó de tal manera
Deben de ser en muy mayor grandeza Que presto fenecieron sus engaños ,
Que en el tiempo que tengo declarado Pues en las elecciones del camino
En otra parte deste mi tratado. Escogió lo que menos le convino.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XIV, CANTO VI. 171
14
Llegó con sus soldados al paraje El uno dellos fué Joan de Morales ,
De la Burburata , y el armada Pedro Gaviria , Márquez y Reinoso ,
Quiere que por alli haga viaje Rueda y Luna , personas principales ,
Aeste nuevo reino de Granada : Caravajal , mancebo valeroso ,
Saltan en tierra, hacen homenaje Peresteban Gerrada y otros tales ,
De llevar adelante su jornada , Fuertes en cualquier trance riguroso ;
Derribando contrarios estandartes Esteban Sanchez Albarracin era
Hasta señorear indianas partes. Deseoso de ir en la bandera.
Como de los pasados desatinos Al cual por ser un mozo desbarbado
Y la ferocidad de su venida Le mandó el capitán que se quedase ;
Estaban avisados los vecinos , Porque por ser lugar recién poblado
Los piés pusieron todos en huida : Había de quedar quien lo guardase ;
Por pueblos , valles , sendas y caminos El caballo tenia ya ensillado
Se daba grande trueno y estampida , Y mandóle que lo desensillase ;
La fama publicaba nada menos , Mas él sin respetar mando ni ruego
Antes los mas vacíos hizo llenos. Encima del caballo saltó luego ,
Los nublados llegaban muy escuros Diciendo : « yo también tengo dos manos
Y con preñeces grandes los efetos , Y tan amigas de sus pareceres ,
Eran de recelar males futuros Que quieren mas alancear tiranos
Y ansi los recelaban los discretos : Que quedarse por guarda de mujeres ;
Sobresaltábanse los mas seguros , Y allí vereis si son golpes livianos
Perdian el sosiego los quietos , O mis puntas picadas de alfileres.
Y en breve fué la nueva derramada Holgóse Bravo de lo que decia ,
Por este nuevo reino de Granada. Y de llevar tan buena compañía.
Es la ciudad de Mérida postrera , Caminaba las noches y los dias
Do el dicho nuevo reino se termina , Doblando muchas veces las jornadas ,
En saber tales nuevas la primera , Con deseo de ver las valentías
Y la que por aca las encamina : Que decian las gentes asombradas ,
De la dicha ciudad entonces era Encareciéndole ser compañías
Capitán Pero Bravo de Molina , En terribles encuentros muy usadas ,
Cuyo valor , esfuerzo y fuerte mano Por ser el vencedor en mas tenido
Deseaba dar fin del mal tirano. Cuanto mas es la fuerza del vencido.
Estando pues el Bravo con denuedo No quiere descansar ociosa hora ,
De ir á resistir á los traidores , Ni la tiene su via prosiguiendo ;
Habló luego con Trejo y con Sauzedo , Si pasando los rios se demora,
Soldados arriscados , guerreadores , Parece que se estaba deshaciendo ;
Ydíjoles : pospuesto todo miedo , Pero dejallo hemos por agora
Estas cartas llevad á los oidores A nuestro nuevo reino revolviendo ,
Porque nos va , señores , en la ida El cual de tales nuevas y recado
Las honras , las haciendas y la vida. Andaba todo muy alborotado.
Acordaos que sois de nacimiento El caso requeria diligencia ,
De padres buenos , nobles y leales , Porque descuido fuera temerario ,
Yque cosas que fueren de momento Y ansi los tres oidores del audiencia
No conviene far sino de tales : Proveyeron el orden necesario.
Camino es de gran desabrimiento , Hacen hacer de gentes aparencia
Mas facil para hombres tan cabales , Poniéndolas en listas y sumario ,
Cuyo valor , soltura y lijereza Nombrando para tales ordenanzas
Sabrán bien allanar el aspereza. » Hombres dignos de tales confianzas .
Ellos le respondieron : « bien sentimos Por general de todos fué nombrado ,
El grandísimo riesgo que corremos ; Bastantísimo para la jornada,
Pero para servir alrey nacimos , El inclito señor adelantado
Y en su real servicio moriremos. Don Gonzalo Jimenez de Quesada ,
Desde este punto nos apercebimos , Que como general ejercitado
Y el curso que mandais abreviaremos. » La nombradía fué bien empleada,
Agradecióles Bravo la respuesta , Como quien siempre tuvo por ofici>
Por ser tan comedida y tan modesta. Aventajarse en el real servicio .
Aderezáronse las buenas guias Fué Gonzalo Süarez señalado
Yatravesando van prolija sierra : Por capitán de gente de á caballo ,
Allanan tropezones , valentías , Hombre bastante diestro y esforzado ,
Sin les poner temor indios de guerra ; Leal y fidelísimo vasallo,
Al fin en breve número de dias En itálicas guerras es cursado ,
Llegaron do de paz era la tierra , Y aunque sus hechos de presente callo ,
Yluego con la misma diligencia Cuando se trate deste reino nuevo
Las cartas presentaron en audiencia. Cumpliré , Dios mediante , lo que debo
Tuvieron esta nueva por aceda, Insigne capitán de infantería
Y, segun el sonido , por gran plaga , Fué Gregorio Suarez el de Deza ,
Francisco de Villafañe y Grajeda , Que segun su valor y valentia
Y el buen Melchior Perez de Arteaga, Donde quiera pudiera ser cabeza.
A quien entre los buenos desta rueda Con tal presteza cual se requeria
Deseo que mi pluma satisfaga ; Las cosas necesarias adereza
Mas aunque sean los loores buenos Diciendo : «vida con honor adquiere
Lo mas que se dijere será menos . Aquel que por servir á su rey muere.»>
Despedidos aquestos mensajeros, Al viejo Garci Arias Maldonado
El bravo capitán y cortesano Otra capitanía se comete ,
A gran priesa juntó los compañeros El cual de nuevas fuerzas alentado
Que tenia sujetos á su mano , A las soberbias armas arremete.
Condeseo de ser de los primeros Y ansí como diestrísimo soldado
En quebrantar las fuerzas del tirano? Salió luego con pica y coselete ,
Llegáronse pues veinte valerosos , Diciendo con briosísimos ardores .
No menos del empresa codiciosos . Viva el rey , viva el rey , mueran traidores.
172 JUAN DE CASTELLANOS .
Acuden pues à la real bandera
Una gran lealtad con desengaño CANTO SETIMO ,
De hombres tan cabales, que cualquiera
Pudiera deshacer pérfido daño :
Pero Garcia Ruiz , que alcalde era , Donde se trata del vencimiento de Lope de Aguirre, la justicia que dé!
Elbuen Miguel Holguin, Joan de Avendaño ; y otros se hizo, con el cual se remata ansimismo esta historia, y la
Sigue con gran valor leal desino primera parte de las eleglas .
Bartolomé Camacho y Pero Niño.
Un Diego Montañés acudió luego , Quien á delitos feos se desmanda ,
Paredes Calderon y otro Paredes , Lo que tiene por claro le es escuro
Y aquel claro Rincon llamado Diego Y aquello que juzgó por cosa blanda
Por a Velandia pluma que bien puedes, Se le tornó rigor crüel y duro;
Y a Rodrigo Suarez Savariego , Porque quien cerca del peligro anda
Pues son varones dignos de mercedes , Riesgo notorio toma por seguro ;
Ya Miguel Sanchez , Joan Rodriguez Parra Y es cierto que quien malos pasos trae
Cada cual de su rey fiel amarra. Hace lazos y hoyos en que cae.
Cuando gente por Tunja se hacia Ansí donde pensaban los tiranos
De la que nunca supo ser ociosa , Hacer de mas potencia su partido ,
La clara Santa Fe menos dormia, Alli hallaron belicosas manos
Que cierto la tenia valerosa. Fiel consorcio , fuerte y escogido ,
Y ansi de fortaleza y bizarría Que dieron fin á hechos inhumanos
Nunca jamás se vido mejor rosa : Y al desinio bestial desvanecido ,
Lucidas armas , jóvenes galanes , Aunque se castigaron los traidores
Insignes y admirables capitanes. Con harta mas modestia que rigores.
Ondean los penachos , lucen mallas , Pues cuando se tomó Burburuata ,
Convocan los soldados á bandera Que estaba como dije sin gentio ,
Céspedes y los dos viejos Olallas , La gente desleal de quien se trata
Y aquel fuerte varon Joan de Ribera : Tomaron en sus puertos un navío,
Usados à rencuentros y batallas No con copia de oro ni de plata ,
Y escelentes varones donde quiera , Porque de vinos era su carguío ;
Siendo también iguales al socorro Pero tomaron buena artillería,
Los capitanes Orejuela y Zorro. Cosa que muy al caso le hacía.
No quiso libertarse de las bregas, Acostumbrando siempre las usadas
Antes à ellas mas se determina , Insolentes y feas crüeldades ,
El que hoy es mariscal Fernán Vanegas , Aguirre mató dos á puñaladas
Lanchero y Andrés Vazquez de Molina. Por no querer seguir sus vanidades :
Las nuevas que venian eran ciegas , Andaban desvergüenzas derramadas ,
Porque la nueva cuanto mas camina Muy estendidas deshonestidades
Tanto mayor se hace por do pasa , Con algunas mujeres afligidas
Sin señalalle término ni tasa. Que estaban por los montes ascondidas.
Esperábase pues el duro Marte Para poder pues ir á los lugares ,
Por todos estos hombres principales , Cuyos robos y sacos pretendia ,
Nombrando cada cual en su estandarte Tomaron muchas bestias caballares
Ministros necesarios y oficiales ; En que poder llevar artillería ;
Y con seguridad en toda parte Quemaron casas , huertas y lugares
De gentes sanas , buenas y leales , Y cuanto por delante se ponia ;
Porque el olor de cosa diferente Y con este rigor sin resistencia
Aqueste nuevo reino no consiente. Llegaron al lugar de la Valencia.
Es demás desto grande su aspereza Entraron las soberbias compañías
Y sus defensas bien acomodadas , Tirando por las calles tiros vanos
Por las fortalecer naturaleza Por estar de vecinos ya vacías ,
De peñoles y sierras levantadas ; Y ellos y sus mujeres muy lejanos.
Inespugnable es la fortaleza Mas no sé por qué tratos ó qué vias
De que son rodeadas sus entradas , Cayó don Julian entre sus manos
Pues ya sea peon , ya caballero, Y fué de su desgracia lo mas negro
Ha de venir á él por contadero. Prendelle la mujer y suegra y suegro.
No criara tirano furibundo Allí buscó también quien se escapase
Ni leña de que salga tal candela , Pedrarias no queriendo mas seguillo ,
Aquí no hay quien ande vagabundo Y al Julian mandó se lo buscase
Ni junta de baldíos que mal huela : Y diese orden para descubrillo ,
Sile llamais ciudad al nuevo mundo, Si acaso no queria que pasase
Llamad á este alcázar que la vela , La mujer y los hijos á cuchillo ;
Pues será de traicion y vida ancha Y como su decir era hacello
Para siempre jamás libre de mancha. Buena maña se dió para prendello.
Esto se mostrará por esperiencia El pobre que se vido prisionero ,
Agora y en los siglos venideros , Hincado de rodillas le decia ,
Pues no menos será la descendencia Que pues era leal y caballero
Que fué la lealtad de los primeros : Huyese de hacer tal villanía ,
En servir á su rey gran advertencia , En entregar al lobo carnicero
Eso me da mestizos que herederos ; Oveja que de tanto mal huia ;
Y el que pensare ver contrario efeto Y pues buscaba buenos y leales
Digamos ser inicuo su conceto. Fuese favorecido de los tales.
Estando pues el reino de manera Y respondióle : « yo, señor, me muevo
Que Aguirre no hallara mal recado , A hacer fealdad que no quisiera ,
Monroy trajo la nueva cómo era Mas hacer lo contrario no me atrevo
El y su gente ya desbaratado ; Por tener en rehén mi compañera :
Y ansí quiero volver donde me espera Y bien entendereis que , si no os llevo ,
A contar el rencuentro deseado ; La despedazará la bestia fiera ;
Y para rematallo con mas gusto Será pues muy menor inconviniente
Haremos del injusto canto justo . Morir vos solo que morir mi gente. »
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XIV, CANTO VII. 173
Teniendo pues Pedrarias conocida De parte donde estaban ascondidos
La voluntad contraria de su ruego , Salen con gran furor compañas largas ,
Le dijo : «No peneis en mi partida , Dan saltos , gritos, voces y bramidos ,
Si con ella pensais ganar el juego. Flechas , piedras y tiros van á cargas :
El me ha de quitar allá la vida ; En piernas , pechos , rostros son heridos ,
Mejor será que vos me mateis luego , Sin poder reparar con las adargas ;
Llevalde mi cabeza por agora : Si por aquí no hay reparo cierto ,
Quizá libertareis esa señora.» Por aculla les dan en descubierto.
Por la causa que tengo ya contada , Ansí como por tiempos acontece
Era de lo llevar codicia tanta , Con la fuerza del austro proceloso ,
Que luego con los filos del espada Que el aire se condensa y escurece
Comenzó de cortalle la garganta. Formándose ruïdo temeroso ,
Mas como vido sangre derramada Y con aquel ruido luego crece
La furia de su brazo se quebranta , El áspero granizo riguroso ,
Y al miserable con sangrienta mano Dejando los repechos y collados
Llevó sobre sus hombros al tirano. Aquella tempestad embarazados ;
Al maestro mayor del desconcierto Acuden a romper tiranas redes
La víctima ya dicha se presenta , El capitán Ruiz , fuerte guerrero ,
Y por le parecer que estaba muerto Y el buen Diego García de Paredes ,
De la venganza hizo poca cuenta : De paternas virtudes heredero :
Curaronlo después con tal concierto Soldados trae dinos de mercedes
Que se pudo librar de la tormenta Otro buen capitán, dicho Romero ,
De la canalla vil y mal tirano , Porque cada cual destos le traia
Y á este reino vino bueno y sano. La gente de caballo que podia.
Puestos pues los vecinos en aprieto Quiso también juntar allí su gente ,
Ausentes de sus casas y en huïda , Al servicio del rey aficionado,
A la ciudad de Baraquecineto Joan Rodriguez Süarez , el valiente ,
El campo del traidor hizo partida Capitán valeroso y esforzado :
De cosas necesarias al efeto Mas no le sucedió felicemente
Toda su gente bien apercebida ; En medio del camino comenzado ,
Y la gente leal también se llega Por intentar él , diestro y animoso ,
Y para su defensa se congrega. Camino grandemente peligroso.
En este territorio ya contado Era pues este , Dios le dé su gloria ,
Y poblaciones que le son sujetas Capitán en Caracas de indios fieros,
Era gobernador Pablo Collado , Usados á salir con la victoria
A quien llamaba yo Pablo Faldetas , De grandes y magnánimos guerreros ,
Por ser un hombre mal ejercitado Y él hizo hechos dignos de memoria
Entre los atambores y trompetas , Ayudado de pocos compañeros ,
El cual andaba, ya vista la cosa, Y agora no quisiera hacer falla
Para poner los piés en polvorosa. Al tiempo que se diese la batalla.
Mas entendida ya por trujamanes Y porque sus deseos se cumpliesen
La fuerza de contrarios estandartes , Y los efetos dellos se llegasen ,
Acudiéronle luego capitanes Mandó que solos siete los siguiesen ,
Ejercitados en guerreras artes , Y los otros soldados se quedasen ;
Que recelando vueltas y desmanes Con que del nuevo pueblo no saliesen ,
Dejaron las tenencias de sus partes Antes con gran cuidado lo velasen ;
Vino de los primeros con su seña Y dicho lo que mas les convenia ,
El mariscal Gutierre de la Peña. Con siete de caballo hizo via.
Anduvo Terepaima luego listo En abreviar jornadas importuno ,
Recogiendo gran copia de valientes Sin ponérsele cosa por delante ,
Y como principal y mas bien quisto Y de términos tímidos ayuno ,
Determinó hablar a los presentes : Caminó por la sierra circunstante ;
Buenos amigos mios , habeis visto Pero muy poco vale la de uno
En cuán poco nos tienen estas gentes ; Donde fuerza de muchos hay pujante ·
Y cómo cuatrogatos entran dentro Atravesando pues iba la sierra ,
Sin recelar zozobra ni rencuentro . Poblada de feroz gente de guerra.
> Paréceme ser justo que se prendan Su derrota guió por Terepaima ,
Estos atrevidísimos cristianos , El imperio del cual es absoluto ,
Sin que se dé lugar á que desciendan Hasta los términos de Barataima
De nuestras altas sierras á los llanos , Y otro cacique no menos astuto ,
Para que todos ellos comprehendan Que dicen proceder de Pariaima ,
Cómo también acá tenemos manos ; Y allí suelen llamar Guaicamaculo ;
Que la ventaja ya la vemos presta , Aquestos dos con otros alïados
Pues tenemos las piedras y la cuesta. De su venida fueron avisados.
>Ya veis à Joan Rodriguez dónde asoma Ansi fueron las flechas que caian
Con siete moconies ó vasallos ; Encina del cristiano caballero ,
Mas yo le baré presto que no coma Y aquesto visto , todos revolvian
Ni le valgan los piés de sus caballos : Puguando cada cual de ser primero ;
Dejémoslo llegar bajo la loma Pero cómodamente no podian
Para poder mejor señoreallos ; Por haber de pasar por contadero ,
Espías en lo alto para vellos , Y por las partes diestras y siniestras
Y al tiempo de bajar demos en ellos.» Habia cantidad de gentes diestras.
De la suerte que veis se concertaron Las furias de los indios mas cercanos
Robusta juventud y los de canas , Andaban de temor tan apartadas ,
Y aquel término todo rodearon Que los quieren tomar vivos á manos ,
Con flechas , dardos, piedras y macanas. Mas no lo consentian las espadas :
Los nuestros a la loma se llegaron Las cuales pocos golpes daban vanos •
Sin recelo de gentes comarcanas : Pues bendian cabezas y quijadas ,
Pasan por ella pues , y en descendiendo Y con esfuerzo de ventura falto
El mundo se hundia con estruendo. Procuraban volver á lo mas alto.
174
JUAN DE CASTELLANOS .
Terepaima con cierta confianza De sí solo haciendo la reseña
De le salir á bien lo comenzado , Necesidad le hace que despierte ,
Tiró de dura palma larga lanza ,
Tomando por espaldas una peña
Y a Carpio traspasó por el costado :
Faltóle de vivir el esperanza , Que fué detenimiento de su muerte ;
Del caballo cayó desalentado , Y con aquel amparo les enseña
De cuánto valor es su brazo fuerte :
Con el cuerpo mortal la tierra mide De cuando en cuando del lugar salia,
Y el alma de las carnes se despide. IN
Y hecho mucho daño se volvia .
Süarez por los indios se metia Por cierto no serán cuentos inciertos
Con impetuosísimos furores ,
Y á los otros que restan les decia : Si por verdades ciertas os declaro ,
Tener delante tantos indios muertos
<<Ea , mis compañeros y señores : Que casi le servian de reparo :
Que hoy, segun que vemos , es el dia Pues sus indios ladinos descubiertos
Do conviene mostrar vuestros valores . »
Hacia tales cosas el Süarez Contaron lo que cuento muy al claro ,
Que le hacian francos los lugares. Y también cómo antes que muriese
Le decian los indios que se fuese. R
El mancebo Fajardo de Guevara Pero ya lamentaba su pecado
También iba haciendo maravillas ,
No cesa , no reposa , nunca para, Al tiempo que decian de la ida ,
Rompiendo por las impias cuadrillas ; El pecho, segun dicen , traspasado
Mas de las infinitas una jara Y en los postreros trances de su vida :
Le traspasó las armas y ternillas : Quedose pues enhiesto y arrimado
Andaba todavía muy esperto , El alma de las carnes despedida , FO
Mas á cabo de poco cayó muerto. Y aunque vian que no se meneaba Z
De temor ningun indio le tocaba.
En este mismo punto se desmanda El fuerte capitan , leal vasallo ,
Un escuadron de gente bien armado Murió con los intentos que llevaba ;
A cercar el caballo de Miranda, Por cuya causa quiero ya dejallo
Que estaba casi muerto de cansado ; Para decir que cuando se esperaba,
Y no teniendo fuerzas de su banda, Con escogidos veinte de á caballo ,
De quien allí poder ser ayudado , Pero Bravo llegó con faria brava ;
Una larga macana se adereza De muchos dellos dije ya los nombres
Que le hizo pedazos la cabeza. Y no me acuerdo de los otros hombres. *
Con tan vivo calor el sol ardia , "
Que los humanos cuerpos abrasaba : Al tiempo que llegó donde queria
Halló como con otros diez varones
Aquel ardor mortal los afligia , El gobernador Pablo se huia
Y la terrible sed los fatigaba :
Remedio de su daño no se via , De los incorregibles marañones :
Socorro de Dios solo se esperaba ; Bravo dijo lo mal que lo hacia ,
Y á los demás les dió reprehensiones ,
Y estaban ya los vivos de manera Diciéndoles defiendan con la lanza
Que cada cual de vida desespera. Las tierras que les dan en confianza.
Aunque de indios hay muchos sin vidas, Estar como lo via muy doliente
Acudian por puntos à nubadas , Por disculpa le dió Pablo Collado ;
Y en lo alto mujeres prevenidas ,
Que de flechas también iban cargadas Mas después que del reino vido gente
Y en vasos cantidad de sus bebidas No se mostraba tan acobardado ;
Para tales calores apropiadas : Y ansi hizo volver incontinente
Mientras los unos andan en el juego En busca del traidor desacatado ,
Nombrando á Bravo para mas honrallo
Los otros en beber toman sosiego.
Por capitán de gente de á caballo.
Mas el beber de la salvaje gente
Eran tragos mortales en nosotros , Al tiempo que lo tal acontecia , ·
Faltándoles vigor que los aliente Y el Collado volvia mas brioso ,
Gutierre de la Peña no dormia ,
Y los lijeros huellos de sus potros ; Ni Paredes andaba de reposo :
Ni les daba lugar la sed ardiente Pues cada cual la gente recogia
Para poder hablar unos con otros : Por término sagaz y valeroso ;
Flaca la resistencia que se prueba ,
Porque siempre venia gente nueva. Y en parte y en lugar acomodado
Tenian por el rey campo formado . 2
Llegaron pues algunas ordenanzas , Sabiendo que el Aguirre ya venia
Cuyos cuerpos y caras van pintadas , Con todos sus pertrechos y guerreros ,
Con grandisimo número de lanzas
De puntas muy agudas y tostadas : A lo espiar salió Diego García
Prometiéndose ciertas esperanzas Con obra de cuarenta compañeros.
De dar fin á las guerras comenzadas ; Para contar la gente que traia
Guaicamacuto guia la hilera Y cuánta cantidad de arcabuceros ,
Y á los otros habló desta manera : Pusiéronse en lugar tan oportuno
Que todos los contó sin faltar uno.
«Apartaos afuera , moconies , Las centinelas puestas en lo alto ,
En tan flacos rencuentros ocupados : Viendo que se pasaron las reseñas ,
Dejadnos estos pocos de cories , Y su servicio de defensa falto
Comeré de sus carnes á bocados .
Quitalles hemos ya los borceguíes , A la gente leal hicieron señas :
Los cosetes y sayos estofados. >> Salióse luego para hacer salto
Estos entre los otros se entremeten El buen Diego García de las breñas ;
Y con lozanos brios arremeten. Tomó bestias y tiros ya cargados,
Y bienes que dejaron rezagados. t
Enristradas las puntas penetrantes
Con impetu feroz arremetieron , El buen acertamiento deste hecho
No siendo poderosos ni bastantes Al Aguirre le fué muy mal aceto ,
A resistir la fuerza que pusieron : Y mas en no poder haber provecho
Y ansi mataron todos los restantes , De los que lo pusieron en efeto :
A Joan Rodriguez no , que no pudieron, Llegó con estas furias y despecho
El cual se derribó de su caballo , A la ciudad de Baraquicineto ,
Donde halló las casas y posadas
Yfué porque no pudo meneallo. De todo morador desocupadas .
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, ELEGIA XIV, CANTO VII. 175
Llegado , de las suyas hizo luego Tres arcabuces solamente hallo
Aquel digno de mas que mala muerte , Entre leales para la tormenta ;
Pues por todas las casas puso fuego Mas habia doscientos de á caballo ,
Y en un corral de tapias hizo fuerte ; Hombres de bien para cualquiera afrenta;
Y para ser en todo mas que ciego Que cada cual sabia meneallo
A don Joan de Corella se convierte , Y que los mas pasaban de cincuenta ,
Diciendo : « vos en toda la jornada Cuya cordura daba gran seguro
Nunca hecistes cosa señalada. Para poder vencer el trance duro.
»Es pues mi voluntad que metais prenda, El tirano , sin otros compañeros ,
Y para que esta sea conocida , Sabemos claramente que tenia
Por vuestra mano quiero que se encienda Ciento y setenta y seis arcabuceros , '
La iglesia, sin que sea socorrida ; Destrísimos á toda puntería :
Y ansi digo que nadie la defienda , Desesperados , malos , carniceros ,
So pena de perder luego la vida ; > Con otra cierta mas artillería ;
Y el caballero vil , torpe , nefando , Corríanlos los nuestros hasta el fuerte
Lleno de vil temor cumplió su mando. En saliendo á hacer alguna suerte.
¡Qué gran merecimiento si muriera A todos los llamaban al servicio
Por no hacer tan grave sacrilegio ! Del rey con el perdon que prometian ;
Pero cumpliólo él como si fuera Mas obstinados en su maleficio
O cosa de virtud ó mando regio : Con las fumosas balas respondian :
Muy contenta quedó la bestia fiera Y envejecidos en tan mal oficio
Ysu sceleratísimo colegio ; A la bestia soez obedecian
Desventurado fué tu nacimiento En responder sin miedos ni recatos
Pues que tanta maldad te da contento. Torpezas , desvergüenzas , desacatos.
Viniendo pues Collado con el Bravo Quien mas á la venida los incita
Y aquella valerosa compañía , Todos sabemos ser aquel soldado ,
Huyo del campo dellos un esclavo Que cuando se tomó la Margarita
Siguiendo la tiránica porfía : Huyó de la bandera del malvado ;
Su pecho no lo sé mas hecho clavo , Y vino por la costa dando grita
Pues dijo mas de aquello que sabia , Diciendo se velasen con cuidado :
Diciéndoles venir copia de lanzas A este como quien lo conocia
Del reino con grandisimas pujanzas. Aguirre solamente respondia.
Al Aguirre pesóle grandemente «¡ Oh Pero Alonso, dulce compañero !
Por los que dijo ser recién llegados , Y &piensas escaparte de mis redes ?
Y no sé si deciros á su gente Por vida de tu rey , que si no muero ,
Por estar como él todos dañados : De hacerte crecidas las mercedes ,
Anduvo por el fuerte diligente Con estirarte bien ese garguero
Hablando y animando sus soldados , Y tapiarte después entre paredes ;
Diciendo que serán ( si se dan maña ) Y allf te hartarás de dar pregones
Señores del Pirú y de Nueva-España. De las bulas que dices y perdones. »
Llegados estos hombres principales También el Pero Alonso respondia :
Al campo por el rey allí formado , < Anda, bellaco , vil , de torpe vida ;
Hizo confirmaciones de oficiales Que yo te digo que esa profecia
Este gobernador Pablo Collado ; Muy presto la verás en ti cumplida :
Que como valerosos y leales Llegando se te va tu triste dia
Acudió cada cual á su cuidado : Y el fin de tan enorme despedida ,
Salió por general en la reseña Cairan tus sanguinosos estandartes ,
El mariscal Gutierre de la Peña. Y tú te partiras por cinco partes.
Antiguo nombramiento ya tenia Dado ya fin á su razonamiento
De maese de campo suficiente Con cólera de justa destemplanza ,
El fuerte capitán Diego García , La gente del traidor ayuntamiento ,
Que el cargo goberno bastantemente ; Alentada de vana confianza ,
Y el capitán Ruiz también regia. Renegaban de tanto sufrimiento
Que del gobernador era teniente ; Por selles peligrosa la tardanza ;
No nombro los demás en el historia Y ansi determinó la vil canalla
Porque dellos me falta la memoria. De dar á los leales la batalla.
Hechas todas aquestas elecciones , Cualquiera por su parte representa
Collado despacho do las hallasen Bravosos y feroces movimientos ,
Firmadas muchas cartas de perdones Jurando de la dar sanguinolenta ,
A cuantos á su campo se pasasen ; Por ser ellos crüeles y sangrientos ;
Diciendo no perdiesen ocasiones , Era pues por el año de sesenta
Ysu vida y honor asegurasen : Con mil y un año mas sobre quinientos :
Con ellas los tiranos insolentes En aquesta sazon y coyuntura
De términos usaron indecentes. Vimos estos estremos de locura.
Tres que tenían pecho mas sincero Víspera de Simon y Judas era
Desampararon luego la bandera : Cuando salen del fuerte los traidores ,
El uno fué Rangel , otro Guerrero , Campéase la sérica bandera,
Huyóse después dellos Talavera ; Tocábanse guerreros atambores.
Yaun ballo por indicio verdadero En su concierto va cada hilera,
Que pudiera buir el que quisiera Todos ellos ajenos de temores
Mas no sabré pintaros con vocablos Los cuerpos , las cabezas reparadas
Aqueste frenesí de los dïablos. Con colas , coracinas y celadas.
Los nuestros ya pasaban de doscientos, Con espadas de raso coloradas
por mas à favor poder valerse Una bandera negra va pendiente :
Hacian recoger mantenimientos Como señales ya determinadas
Porque el traidor no pueda proveerse , Para no reservar cosa viviente ,
Estando ya muy falto de alimentos Ni mujeres paridas ni preñadas ,
Y sin recurso donde rehacerse ; Ni la sinceridad del inocente :
Y ansi perseverantes en sus yerros El capitán obsceno y los obscenos
Se comian los asnos y los perros. De mortales enojos iban llenos.
176 JUAN DE CASTELLANOS .
Salir desta manera les cumplia »Señores , puesto caso que de Marte
Por haber ido cien arcabuceros Yo conozco tener poca pericia ,
A buscar de comer antes un dia ; A lo menos sé bien que en cualquier arte
Lo cual sabiendo nuestros caballeros De ciencia literal ó de milicia
Acometiéronles por cierta via Lleva mucho quien lleva de su parte
En caballos lozanos y lijeros La razon, el derecho yla justicia ,
Creyendo que pudieran ser vencidos La cual suele ser tal y tan potente
Mejor que juntos siendo divididos. Que al mas cobarde hace mas valiente.
Camina pues por donde les decia »Y ansi coligireis destas razones
Un indio que tenian presas hechas , Que suele pelear con lanza blanda
Mas ellos viendo la caballería Quien sigue sus antojos y pasiones
Se metieron por partes mas estrechas ; Sobre maldad fundando su demanda ,
Y como ya la noche se venia Y ser lleno de grandes confusiones
Hicieron apagar todas las mechas: El áspero camino por do anda ,
Debieron de hacer estos conciertos Y el edificio de tan mal cimiento
Para no ser por ellas descubiertos. Suélelo derribar cualquiera viento.
Por tener estos fuera del cercado , »Pues ¿ qué mayor justicia pretendemos
Con el escuridad velan sobre ellos , Que esta de quien hoy somos defensores ,
Y el resplandor de Febo ya llegado O qué mayor maldad que la que vemos
Trabajan los leales de rompellos : En estos atrevidos malhechores ;
Aguirre destas cosas avisado, Y que los enemigos que tenemos
Vino con los demás á socorrellos , A Dios y al rey y á todos son traidores ?
Y armado de celada y coselete Ellos defienden sola su nequicia ,
La gloria y vencimiento se promete. Nosotros la verdad y la justicia.
Ansimismo parece que convino »Vienen quemando templos , heredades,
Al Aguirre tomar yegua lijera , Deshonrando doncellas y casadas :
De la cual por ventura se previno Sin frenos usan deshonestidades ,
Por alcanzar alguno si huyera : Sin riendas ensangrientan las espadas ;
Y á todos cuantos van por el camino Matan los religiosos , los abades ,
Dicen que les habló desta manera , Las mujeres paridas y preñadas ,
Estando los beodos insolentes Jura siempre la gente fementida
De la boca del sucio muy pendientes : De nunca perdonar cosa nacida.
« Hoy, marañones mios , es el dia »Nosotros procuramos las enmiendas ,
En que cumple que vuestra mano diestra Y á castigar delitos nos movemos ,
De su grande valor y valentía Honra de Dios , del rey, y dulces prendas
A los contrarios dé patente muestra ; De hijos y mujeres defendemos ,
Pues segun el negocio se nos guia Los granjeados bienes y haciendas ,
La victoria tenemos ya por nuestra , Descansos y quietud que poseemos,
Que todos son pastores y gañanes Y para poder ir á mas recado
Y faltos de sagaces capitanes . Habemos confesado y comulgado.
»Bien veis la gran ventaja que tenemos , »Pues , señores, con tal prevenimiento,
Cuán principal el arcabucería , Con derecho y justicia tan notoria ,
Pues la voluntad dellos no sabemos Quien veamos en este rompimiento
Y creo que son todos de la mia : No terná por muy cierta la victoria :
Y ansi de muchos dellos reharemos , Vamos , vamos sin mas detenimiento,
Bastantemente nuestra compañía : Que Dios nos quiere dar aquesta gloria :
Acudirnos ha luego tanta gente Trabaje cada cual lo que pudiere ,
Que haremos ejército potente. Y baga él lo que por bien tuviere.>>
»Vencidos estos pocos de villanos Con vistosas posturas y lozanas
Y hecho nuestro campo mas pujante , Se compusieron luego los jinetes ,
El reino nos llevamos en las nianos , El juvenil ardor las viejas canas ,
Sin que cosa se ponga por delante, Aunque faltos de cotas y de almetes ;
Por ser aquellos pocos baquïanos Mas todos ellos con tan buenas ganas
Gentecilla soez y mal andante, Como si fueran fiestas y banquetes ,
Pues toda la demás gente valia Sin miedo van á las contrarias balas
Hace cuenta que toda será mia. Divisos en dos cuernos ó dos alas.
»Entrando lo haremos todo llano Con gran concierto marcha la reseña
Sin soltar de las manos ocasiones , Y al tirano los pasos encamina :
Y allí porné gobierno de mi mano La derecha Gutierre de la Peña ,
Dejándolo debajo marañones. La izquierda Pero Bravo de Molina ,
Con ditados de nombre soberano Y por su parte cada cual enseña
Y permanecederas sucesiones, No ser ayuno desta disciplina ;
Esto mismo haré por Quito y Lima Van pues con el recato necesario
Y todo cuanto cae por encima. Todos ellos en busca del contrario.
>Pues ¿quién podrá decir que mis prendados Mas un Diego Gonzalez , lusitano ,
Teman lanzas , adargas ni paveses , Acometió sin término ni tasa ;
Siendo por muchas vias obligados Aguirre que lo vido tan cercano
A padecer millones de reveses , Dijo : «no le tireis, que se nos pasa.» -
A trueco de las rentas y ditados «Mentis, responde, como mal cristiano ,
De grandes, duques, condes y marqueses ? Que no soy yo de tan bellaca masa. »
A ellos pues , á ellos , marañones , Revuelve su caballo mas al sesgo,
A ellos , mis fortísimos leones.>> Y al fin del escuadron salió sin riesgo.
Ningun descuido tienen los leales De la parte leal incontinente
Al tiempo que él mostraba su cuidado , La yegua del Aguirre fué herida ,
Antes aquellos hombres principales El y ella cayeron juntamente ;
A los demás habian esforzado; Mas por entonces no perdió la vida ,
E ya con el socorro de los tales Porque llegó gran cuerpo de su gente
A todos les habló Pablo Collado , Para lo levantar de la caida :
El cual de lo pasado diferente Díjoles: ved quién fué , mis marañones ,
Me dicen que les dijo lo siguiente : Y convidámelo con perdigones.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , ELEGIA XIV , CANTO VII. (77
Andaba de los suyos por dejallo , » Pasa por donde pasan los mortales ,
Segun que pareció, Diego Tirado ; Dése fin à la gente pecadora ,
Batió luego las piernas al caballo , Acábense los malos con sus males ,
Huyendo del consorcio rebelado , Mi dia se llegó , llegue tu hora :
'Diciendo « viva el rey , el rey mi gallo , No quiero que te digan los leales
El rey es mi señor, yo su criado , » La hija del traidor , ó la traidora.>>
Y recebido bien del que mandaba Y para colmo de sus malos hechos
Volvió contra la parte que dejaba. Dióle de puñaladas por los pechos.
A la furia mortal hacen entrego Viendo tan infernales pareceres
Cuando el sol por zenit se les subia , Al tiempo que cortó la verde malva ,
Hervia militar desasosiego , Huyeron del cercado las mujeres
Entró mayor calor del que solia : Y con ellas fulana de Torralba,
Quemaba todo bierro como fuego , Porque en ellas en estos menesteres
Tanto que mano ya uo lo sufria : No se hiciese semejante salva.
Rompen las voces la region del viento , Quedose pues el mal aventurado
Anda trabado duro rompimiento. De todo punto ya desamparado.
Dispara cargas furia presurosa Entró para buscar algun despojo
De parte de la gentes alteradas , Un Ledesmica luego por el fuerte ,
Hizo nublo la pólvora fumosa El cual con sobrecejo de mal ojo
Con unas y con otras rocïadas : A mirar al Aguirre se convierte,
Mas¡oh cosa de ver miraculosa ! Diciendo : pese a mí con el gorgojo !
Que las balas salian muy cansadas ; Y tú nos has traido desta suerte ?
Pues solo del peligro descubierto Juzgárame por bajo y avocado
El caballo de Bravo cayó muerto. Si en ti tuviera yo medio bocado . >>
A parte mas estrecha se retira Los que cumplían tales mandamientos
El traidor que los suyos bien anima ; Todos debian de venir beodos :
Mas los leales con su justa ira Aguirre con soberbios movimientos
La quebrada rodean por encima : Dijo , viendo hablar por tales modos :
El tiro fulminoso que se tira Solo bastaba yo para quinientos
Anadie mata , hiere ni lastima : Si de vuestra manera fueran todos :
Llegan las balas flacas y dolientes Llegámeos por acá , tontillo pobre ,
Por estar los cañones muy calientes . Vereis cómo sé yo batir el cobre .
Aguirre, viendo ya su mala suerte Entró luego tras él Diego García ,
Y elimpetu de tal caballeria , Y con él un Galindo y un Guerrero ,
Poco a poco se va acia su fuerte , Consortes de la mala compañía ,
Y en sus alcances va Diego Garcia : Y cada cual en males el primero ;
Viéndose pues cercano de la muerte , Destos dos cada uno le decia :
Al tirano la gente le buia , « Matemos este lobo carnicero.>>
Y aquellos que no fueron los menores Aguirre dijo : « y pues, malos nocivos ,
Decian : « viva el rey , mueran traidores. » ¿ Por ventura pensais de quedar vivos ?
Algunos le quedaron todavía , » Señor maese de campo , mi derecho
Que no huyeron todos de repente , Guarde vuestra merced como á cualquiera,
Y con aquellos pocos aquel dia Que yo cristiano soy , y en tal estrecho
Elfuerte defendió como valiente ; Tengo de confesar antes que muera ;
Pero como la noche se venia , E yo declararé de lo mal hecho
Se le vino también toda su gente : El que corrió conmigo la carrera. »
Al fin á pertinaces en sus males Los otros : « ¡ ah señor Diego Carcía !
Necesidad les hizo ser leales. Acabémoslo ya, que desvaría. >>
Aguirre procurando de salvarse , Al fin que como tanto le rogasen
A la mar intentaba de volverse ; Aquellos a quien esto mas agrada ,
Mas en el fuerte viendo rodearse A estos les mandó que le tirasen ,
Y no hallar montaña do meterse , Y al uno que tiró dijo ser nada ;
Pura necesidad le hizo darse Mas como mas de veras apuntasen ,
Sin muestra ni señal de defenderse : Cayó la bestia mala traspasada
No duda que su vida se concluya , Sin alcanzar aquello que pedia :
Pero con muerte de una hija suya. Parece ser que no lo merecia.
¡ Oh bestia de las bestias mas nociva ! Concluyó la maldad , é yo concluyo
¡Sevísimo rigor de pestilencia ! Con decir que en memoria desta cosa
Dime, ¿qué furia tan cruel te priva Su cabeza llevaron al Tocuyo ,
De todo cuanto puede ser clemencia ? Una ciudad de gente valerosa ,
¿Qué pierdes en dejar tu hija viva ? Que goza del triunfo como suyo ,
¿Qué ganas en usar desa demencia ? Y hacen siempre fiesta generosa
Al fin se le llegó con gesto fiero , A los felices san Simon y Judas ,
Diciendo: «muere tú, pues que yo muero.»> Por ser miraculosas sus ayudas .
La moza le responde : « padre mio , Cada año con pregon regocijado
Mejor nueva pensé que se me diera. Celebran del triunfo la memoria ,
¿Qué mal , qué sinrazon , qué desvario Y en toda la provincia y obispado
He cometido yo para que muera? A Dios y á estos santos dan la gloria :
Mejor lo haga Dios , y en él confio Y en este mismo dia señalado
Que no moriré yo desta manera : Acabé de escribir la tal historia,
Este pago me dais , este marido Que hizo, por ser largos los escesos ,
Por lo mucho que siempre os he servido. Ansimismo prolijos mis digresos.
Cristianas gentes son entre quien quedo, Luego mandó prender Pablo Collado
Y á quien no daré causa de discordia : A muchos de los impios tiranos ,
Mostrar con mujer flaca tal denuedo Y al Figueroa ya conmemorado ,
No es animosidad sino vecordia : Matador de los frailes franciscanos ,
¡ Desdichada de mí , pues que no puedo Por su mandado fué descuartizado
En mi padre ballar misericordia ! Y puesto por caminos comarcanos :
No mas , señor , tened vuestra derecha.» Viendo con tal rigor arder la fragua
Responde : « nada , hija , te aprovecha . Huyóse por entonces Paniagua.
T. IV. 12
178 JUAN DE CASTELLANOS .
A la ciudad de Mérida camina
De personas algunas socorrido ; Otros muchos trajeron al audiencia
Mas luego Pero Bravo de Molina Del nuestro nuevo reino de Granada,
Con los cuales usaron de clemencia
Mandó con gran rigor ser inquerido :
Hallado , por sentencia determina Tanta , que ya sobró de moderada ;
Ser por cuatro caminos dividido , Pero dejemos esta pestilencia
Y con solicitud y diligencia Que hizo muy prolija mi jornada,
Ejecutaron luego la sentencia. Por concluir aquí mi flaco Marte
De sus elegías la primera parte.
La muerte á doña Inés no se perdona
Aunque su matador ya se huia , Y no creo será menos gustoso
El cual pudo llegar hasta Pamplona El segundo volumen que prometo ,
Do el buen Ortun Velasco residia , Si Dios me proveyere de reposo ;
Una valerosísima persona Porque cierto me traen inquieto
Movimie ntos de tiempo proceloso ,
En cuanto pide buena hidalguía :
Aqueste capitán maravilloso A quien forzosamente me sujeto ;
Hizo justa justicia del Llamoso. Pues querer y poder no van a una
En los acoceados de fortuna.
Allí se le llegó la postrer bora
Por el enorme hecho cometido ,
Y la muerte vengó desta señora , Sal, mi fiel escritura Quizá no serán los menos
Amigo del Ursúa conocido , Donde te vea la gente , Los que te harán regalos ;
Haciéndose justicia vengadora Que si Dios te da ventura , Porque por tan anchos senos
Será del invido diente Donde hay disfavor de malos
En pueblo que fundó su muy querido : Liviana la mordedura. Hay también favor de buenos
Pueblo fundado por Ursúa , digo ,
Donde Llamoso padeció castigo.

FIN DE LA PRIMERA PARTE DE LAS ELEGÍAS DE LOS VARONES ILUSTRES


POR JUAN DE CASTELLANOS.
པ་ ་་་ ་་་་་་་་་ ་་་་་་་་་

ELEGIAS

DE

VARONES ILUSTRES DE INDIAS ,

COMPUESTAS

POR JUAN DE CASTELLANOS .

SEGUNDA PARTE .

DEDICATORIA

A la majestad del rey don Felipe, nuestro señor.

Columna de la religion cristiana,


De católica fe firme sustento ,
Aquestas mis elegias os presento ,
Monumentos de gente castellana.
La vena que es estéril poco mana,
Pero como, Señor, le deis aliento,
Podrá la poquedad de mi talento
Servir á majestad tan soberana.
Esta segunda parte se publica ,
La cual sobre real favor estriba
Como cosa que tanto le conviene.
El don es pobre, la voluntad rica ;
Esta, Rey soberano , se reciba
Por ser de quien ofrece cuanto tiene.
180 JUAN DE CASTELLANOS.

CENSURA DE DON ALONSO DE ERCILLA.

Yo he visto este libro, y en él no hallo cosa mal sonante donde infiero que va el autor muy arrimado á la verdad;
ni contra buenas costumbres ; y en lo que toca à la histo- y son guerras y acaecimientos que hasta ahora no las he
ria , la tengo por verdadera , por ver fielmente escritas visto escritas por otro autor, y que algunos holgarán de
muchas cosas y particularidades que yo vi y entendi en saberlas.
aquella tierra , al tiempo que pasé y estuve en ella : por DON ALONSO DE ERCILLA.

ELOGIOS DE LA OBRA POR VARIOS INGENIOS.

Domini MICHAELIS D'ESPEJO , præfecti ærarii ecclesiastici De don BERNArdo de VargaS MACHUCA.
Sanctæ fidei novi regni.
Vi, señor, vuestra historia peregrina
Unus erat quondan notus mortalibus orbis, Donde mostrais ingenio peregrino :
Unus et in mundo tunc quoque Phebus erat. Con quien la desposais de mas es dino,
Y ella de tal esposo no es indina.
Alter ab Hispanis cum sit superatus athletes Sea buena ventura la madrina ,
Alterius Phebi convenit esse jubar :
Y el mesmo desposado su padrino ;
Ut videant omnes magnorum facta virorum , Pues rey que tiene merecer divino
Caecis in tenebris quæ latuere diu. Harála respetar como divina .
Hoc lumen clarum , quo possis cernere gestas, Moneda fué la de los castellanos
Dat Castellanos, lector amice , tibi. Que todos la tuvieron por perfeta,
Si tamen est aliquid discriminis inter utrumque , Subida de quilates y de granos.
Iste secundus erit, si fuit ille prior. Confiad pues, dotilocuo poeta,
Que la que se labró por vuestras manos
A todos ha de ser grata y aceta.
De HIERÓNIMO GALVEZ.

SONETO. Del sarjento mayor LÁZARO LUIS IRANZO.


Brazos de los insignes castellanos,
Engrandeciendo mas honra ganada , No debe tanto á Homero el griego bando
Llegaron con los filos de la espada Porque cantó sus hechos soberanos ,
Do no llegaron griegos ni romanos . Como á Juan Castellanos castellanos,
Pues navegando mares occeanos Que los va en las estrellas colocando.
Por donde no halló nacion entrada, Virgilio esté á sus frigios alabando ,
Han dado monarquía prosperada Y el docto Tito Livio à sus romanos :
Al mejor rey de todos los humanos. Que nuestro historiador con propias manos
Estaban sus proezas en los pechos Obró con Marte lo que va cantando.
Del olvido por falta de escriptura, Fueron igual en él pluma y espada,
Mas vos las dais al siglo venidero. En vencer y en cantar de las regiones
Dais, Castellanos, castellanos hechos : Del español pisadas y rendidas.
¿Qué mayor bien , ui qué mayor ventura, Y destas sus historias y blasones
Que teneros á vos por pregonero ? La muerte quedará tan ensalzada,
Que ya los vivos no estimen las vidas.

De JUAN CIBERIO DE VERA.


Del AUTOR.
AL LECTOR.
Valor de castellanos ha triunfado Aquí, lector, verás cosas tocantes
De todas las indómitas naciones , A nuevas tierras y á sus influencias,
Y en cualesquier honrosas ocasiones Varias regiones, muchas diferencias
Su lanza satisfizo su cuidado. De bárbaros en ellas habitantes.
Y Castellanos es quien ha cantado Pero suplicote que no te espantes,
Sus proezas sin uso de ficciones , Si fuera de guerreras competencias
Porque las flores de sus guarniciones Encontrares algunas menudencias,
Salieron de la tela del brocado. Desenfado comun de caminantes.
Y ansi, lector, vereis pura sustancia Pues aunque viven pocos este dia
De verdades y cosas tan estrañas , De los que comenzaron los cimientos ,
Que ninguna merece mal oido. Demás de los trabajos padecidos ,
Pues demás del estilo y elegancia, En sus conversaciones todavía
Son obras, son grandezas, son hazañas, Refieren gratos y donosos cuentos ,
Indignas de la carcel del olvido. Que no dan sinsabor á los oidos.
ELEGIAS DE VARONES ILUSTRES DE INDIAS .

Y Cucuta también que , segun fama ,


No es en descendencia diferente ,
Con otros muchos mas , cuya porfia
Nace del ángulo de mediodía.
SEGUNDA PARTE . Deste reino lo ceban otros rios ,
Por do , hasta llegar á sus confines ,
Pueden desde la mar entrar navios ,
A lo menos remeros bergantines ,
Las mayores distancias o desvios ,
INTRODUCCION. Hasta los indios dichos matachines ,
E ya cierto patax hizo la prueba
Hasta cerca de Mérida la nueva.
Aquí comienza ya mi flaco Marte De hoja de laurel es la hechura ,
A ser por otras tierras peregrino , Ambas bandas así proporcionadas ;
Con intencion de dar segunda parte Va desaguando acia Cinosura ,
A tan prolijo yáspero camino : Donde mezcla sus aguas con saladas :
Provea de salud , ingenio y arte, Dentro tienen los indios su cultura
Aflato del espíritu divino , De casas fuertemente fabricadas
Porque pueda con versos elegantes Sobre las barbacoas , con estantes
Dar cuenta de regiones tan distantes. Hincados en las aguas circunstantes.
Aquel de quien el bien todo redunda Son estas barbacoas soberados
Haga mi torpe pluma mas lijera , Para su defension ingeniosos ,
Pues bien como doncella pudibunda , Por suelo palos gruesos apretados
Que de clausura grande sacan fuera , Con yedras ó bejucos correosos :
Quiere salir agora la segunda Allí tienen tugurios bien formados ,
Por el orden que tuvo la primera ; Y viven regalados y viciosos
Y es desde Venezuela donde muerto Con la fertilidad de pesquería
Dejamos el tirano desconcierto. Que les sirve también de granjería.
Suelense computar en doce grados Ofensa suele ser del enemigo
Términos desta costa ya medidos , Aquesta sobredicha compostura ,
Pueblos que de españoles hay poblados : Y están las barbacoas que ya digo
Están la tierra adentro muy metidos Las mas à dos estados de fondura ;
Grandes campos y hatos de ganados , Agua les es refugio y es abrigo ,
De buenos alimentos proveidos , Y hace su morada mas segura :
Minas algunas por su circunstancia, Allí hacen mercados , ponen tiendas
Y de diversos frutos abundancia. Y contratan sus bienes y haciendas.
Pero no quiero seros importuno La traza doy , segun las relaciones
En contaros agora los lugares , Que me dieron amigos mios antes ,
Que yo diré después de cada uno Y acaso no serán sus descripciones
Hasta las cosas muy particulares : En geografia llenas ni bastantes ;
Volvamonos al reino de Neptuno Mas ahora , con otras perfecciones
Y á las riberas grandes destos mares , Que se pintan en trazas semejantes ,
Pues tenian un tiempo sus ancones Me pareció poner aquí la muestra
Potentes y admirables poblaciones. Que se delineó por mano diestra (1).
Pero también por los inconvinientes Y es Francisco Soler , á quien convino
En tierra de Cubagua sucedidos , Hacer viaje por aqueste lago ,
De increïble número de gentes , Varon de entendimiento peregrino ,
Los vemos asolados y barridos, Regalo de las musas y balago ,
Caciques y señores prepotentes Tanto , que lleno de furor divino ,
Con todos sus subyectos consumidos , Podria rehacer lo que yo hago ,
Por usarse también mala cautela El cual andando por el alaguna
En la gobernacion de Venezuela. Notó sus partes todas una á una.
Y Venezuela de Venecia viene , Y de mi voluntad y pedimento
Que tal nombre le dió por escelencia Aquí la retrató su propia mano.
El alemán , diciendo le conviene Y aun es aqueste su menor talento ,
Al grande lago desta pertenencia Y de su habilidad lo mas liviano ;
Llamado Maracaibo ; y este tiene Pues para cosas de mayor momento
Mas de cien leguas de circunferencia , Le dió Dios un ingenio soberano ,
Y por la parte de mas ancha vía Con aquello que hace mas al caso ,
Sesenta y algo mas de travesía. Ser de virtudes santas rico vaso.
Por partes la rodean altas breñas , Pudieran detenerme tales loas,
Y por parte también campo patente ; Porque no fueran ratos mal gastados ,
Tiene dos islas , y estas son pequeñas , Pero volvamos á las barbacoas
Habitadas de aves solamente : Y á los ingeniosos soberados ,
La una tiene selva y altas peñas , Debajo de las cuales hay canoas ,
Donde suele venir indiana gente O navíos que tienen diputados ,
A se bolgar las tardes y mañanas, Con que se mandan hombres y mujeres
Y a caza de conejos y de iguanas. Y se sirven en todos menesteres.
Motatan su licor allí derrama ,
Que viene de la parte del oriente , (1) Al pié hay lo siguiente : «Aquí la laguna de Venezuela. Y en oferto
Y por la misma vía corre Chama estuvo el tal mapa, que debió de arrancarle alguno ha bastante tiempo,
Con impetuosísima creciente ; segur in E..
1
182 JUAN DE CASTELLANOS .
Es la canoa barca de un madero , Levantóse del lusitano lado ,
Que rige con grandísima destreza Y sentóse no lejos dél, que estaba
El bárbaro patron ó marinero , Los ojos en la india con cuidado
Y corre con tan grande lijereza , De ver si mas á lejos se mudaba ;
Que parece vencer lo mas lijero, Siendo de su mirar asegurado
Por ser hecha con mucha subtileza ; Viendo que la camisa blanqueaba ,
Y no son muy crecidos estos leños . La india luego que la tierra pisa
Pues por la mayor parte son pequeños, Quitóse prestamente la camisa.
Pero quiero decir aquí de una Y al punto la colgó de cierta rama ,
Canoa que hicieron los cristianos , Por cebo de la vana confianza ;
Para poder pasar esta alaguna Aprestó luego mais veloz que gama
Y ver los otros campos comarcanos , Con el traje que fué de su crianza :
Sin que los estorbase la fortuna El pensaba lo blanco ser la dama ;
Que suelen mover vientos occeanos , Mas pareciendo mal tanta tardanza ,
Hecha del tronco de una ceiba verde , Le decia : a« Ven ya , miña Tereya ,
Tan grande que ella pide que me acuerde. A os brazos do galán que te deseya.
Que para la llevar cómodamente Y también miña Dafne le decia ,
Al agua con parales donde topa , Teniéndose quizá por dios Apolo;
Con ser crecido número de gente Y agora no lo fué , pues que no via
Destas indianas partes y de Europa , A la que lo dejaba para tulo ;
Fué cosa , segun dicen , conviniente Estendera los rayos con el dia ,
Que diez piés le cortasen de la popa , Para que pueda ver el rastro solo :
Con las cuales industrias y concierto Que agora tanto nublo se le pega ,
La metieron en el acuoso puerto. Como á los moradores de Nuruega.
Podia bien sufrir en el pasaje Faltó también la lumbre de la hermana
Mastel con velas de tupidas lonas , Que fué para su Dafne gran seguro ,
Y capaz en llevar cada vïaje Quiero decir, la lumbre de Diana ,
Diez caballos y mas de cien personas , Que suele deshacer lo mas oscuro :
Con abundancia de matalotaje , No se tornó laurel , tornóse rana ,
Ropas , armas , ballestas y azconas , Por ser también el agua de su juro ,
Con el demás pertrecho y atavio Y ser la lijereza de la perra
Que pudiera llevar un buen navío. No menos en el agua que en la tierra
Pasaron pues el lago descubierto Viendo no responder , tomó consejo
De la manera que se representa . De levantarse con ardiente brio ,
Los moradores dél en cada puerto Diciendo : «¿Cuidas tú , que naon te veyo?
Hacen de sus canoas mucha cuenta .• Véyote muito bein per o atavio.
Cavadas por gran orden y concierto , Echóle mano , mas halló el pellejo
Con carecer de toda herramienta ; De la querida carne ya vacio ;
Mas lábralas flegmático sosiego Tornóse pues con sola la camisa ,
Con hachuelas de piedras y con fuego, Y mas lleno de lloro que de risa.
Para los usos mas cuotidianos Y la moza , inas suelta que Atalanta ,
De oro bajo suele ser alguna , Alcanzó de su curso los estremos ;
Pero si por rescates de cristianos Del lago que decimos no se espanta ,
Les da fachas de hierro la fortuna , Ni de las bravas ondas que le vemos :
Con prolijo trabajo de sus manos Llegó a las barbacoas là giganta ,
Las cortan bien , haciendo dos de una ; Haciendo de sus diestros brazos remos ,
Y esto hacen con hilos de algodones , Pues alli las mujeres y varones
Mediante sus prolijas dilaciones. Son en nadar mas diestros que tritones.
También suelen , y no con mucha pena , También podré decir sin desvarío ,
Con los hilos que digo retorcidos , Que suele navegar algun salvaje
Cortar en una noche la cadena , Por esteros , lagunas ó por rio,
Huyendo los en ella detenidos ; Y dada conclusion a su viaje ,
Y el que de indios la tenia llena Puesto sobre sus hombros el navío ,
A la mañana los balló huidos : Lo lleva donde hacen estalaje :
Al fin en la prision que los lastima Parecen monstruosas cosas estas ,
Los hilos de algodon sirven de lima. Poder llevar navios á sus cuestas.
Y ansi suelen , cuando se ven captivos , Quiérome declarar desta manera
Engañar al mas diestro baquiano : Por deshacer la duda del oyente ,
Que busca grandes mañas y motivos Haber canoa como lanzadera ,
De libertad el corazon humano. Capaz de una persona solamente ,
Y pues pintamos indios fugitivos , Hecha de lijerisima madera ,
Quiero decir de cierto lusitano Que vuela contra toda la corriente ;
Una maña donosa muy reida , Y por no la dejar en el arena
Que para huir tuvo su querida. En los hombros la lleva muy sin pena.
Era india bozal , mas bien dispuesta ; Y aun suele hacer mas la gente fiera
Y el portugués , que mucho la queria , Contra sus enemigos peleando :
Con deseo de vella mas honesta Tener el un pié dentro , y otro fuera ,
Vistióle una camisa que tenia ; Con el cual va la barca gobernando ,
Hizola baptizar, y con gran fiesta Sirviéndole de remo , de manera ,
Debió celebrar bodas aquel dia: Que puede con las manos ir fechando ,
Que en entradas vergüenza se descarga Y no va menos cierta la saeta
Para poder correr á rienda larga. Que si la despidiera diestro geta.
Estaban en zavana de buen trecho , Y es entre indios cosa bien usada.....
Y llegada la noche muy oscura , Pero pues declaramos la facecia
El portugués juntóla con su pecho Y burla de la vil enamorada ,
Para poder tenella mas segura : Que para verse libre no fué necia.
Ambos dormian eu pendiente lecho , Digo que por la causa señalada
Segun uso de aquella coyuntura ; Se dijo Venezuela de Venecia ,
Fingió la india con intento vario Y ansi llamamos todos esta tierra ,
Ir a hacer negocio necesario. Que muy prolijos términos encierra.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II, INTRODUCCION . 183
Los naturales della son desnudos , Mas las contractaciones maculaba
Todas sus proporciones muy bien hechas , Cudicia , que no hizo cosa buena ,
Alentados , fornidos y membrudos , Pues fïel amistad que el indio daba
Prontisimos al arco y à las flechas ; Se solia pagar con dura pena;
Algunos son flojísimos y rudos Y el que nunca la vió , ya recelaba
Cerca de sus labranzas y cosechas ; El riguroso son de la cadena ,
Hay gente limpia , de graciosa traza , Hallarse de sus tierras apartado ,
Y dados à la pesca y á la caza. Y ver el rostro del señor airado.
Y aun no suelen las cazas ser ayunas Mantepian los indios paz entera ,
Sobre sus lindes de pasiones graves ;
Pero bueno será decir de unas Mayormente la gente caquetía ,
Maneras de cazar algo saves , Por ser en sus costumbres mas sincera,
En algunos estanques o lagunas Con cierta presuncion de hidalguía ;
Habitadas de nadadoras aves ; Mas nuestra castellana mas artera
A su sinceridad no respondia ,
Y están estos estanques y sus senos Y ansi por dalles muchas ocasiones
De secos calabazos siempre llenos, Empeoraron ellos condiciones .
Por cima de las ondas fluctuando ,
O quedos si no da soplos el viento, Porque si procuraba sus provechos
Las ánades entrellos churcheando El español mediante sus engaños .
Aquello que les es mantenimiento. También indios quedaban satisfechos
Alli suelen entrar de cuando en cuando Con muertes , con heridas y otros daños ,
Y en defenderse con valientes hechos
Indios que de cazar tienen intento , Duraron harto número de años ,
Cubierta la cabeza del cazante
Con medio calabazo semejante. Tanto , que fué por bien larga distancia ,
La pérdida mayor que la ganancia.
Y porque con aquellos embarazos Y àno se consentir aquella era
Las anades allí no puedan vello , Tantas y tan enormes sinrazones ,
Entre los sobredichos calabazos
En el agua se mete hasta el cuello , Sino que se pasara la carrera
Cubiertas bien las manos y los brazos Segun las nuevas leyes y sanciones ,
Escepta la cubierta del cabello , Esta gobernacion digo que fuera
Con cordel apretada la cintura De lo mas principal destas regiones ,
Para colgar la caza que procura . Por ser muchas provincias principales
Con grande cuantidad de naturales.
Cubierto pues con aguas el villano , Caquetíos , guanaos y coyones ,
Do para su propósito barrunta Aratomos , cocinas y timotos ,
Estar mas a sabor y mas cercano Girabaras de bravas condiciones ,
Al tiempo que algun ave se le junta , Los cuicas , guahiguas , los itotos ,
Asele de los piés oculta mano , Todas estendidisimas naciones ,
Y entre las turbias aguas es defunta ; Demás de guamonteses y de enotos ,
Y con gastar en esto breves ratos Y otras algunas mas , que Dios mediante,
Acontece sacar copia de patos. Habremos de decir mas adelante.
Ya digo no ponelles embarazo Pero de grosedad tan conocida ,
Las ropas sinuosas ni pendientes :
El viril miembro cubre calabazo , Do se hiciera permanencia buena ,
Pero los ginitales van pendientes ; Hay tan poquitos hoy que tengan vida ,
A otros mas honestos un pedazo Que la memoria da terrible pena;
De maure cubre partes impudentes , Cubagua fué sin freno y sin medida ,
Y aunque desnudas todas las mujeres , Y aquí fué la maldad no menos llena :
Vencen las mas honestos pareceres . Yo mismo yi cautelas é invenciones
Porque debajo la horcajadura Indignas de cristianas intenciones.
Se pouen la que llaman pampanilla , Volviendo pues al término marino,
Que van tendiendo hasta la cintura , Digo que con algunos compañeros
Yalli galana zona con que asilla. Solia frecuentar este camino
Son mujeres de tanta hermosura , El factor Joan de Ampiés , de los primeros
Que se pueden mirar por maravilla , Que de Santo Domingo fué vecino,
Trigueñas , altas , bien proporcionadas Donde yo conocí sus herederos ,
En habla y en meneos agraciadas. Y á Bejarano que , por ser quien era ,
Heredó por mujer á su heredera.
No falta gentileza de Deidamia ,
Ni belleza que las antigüedades Curazao y Aruba , que frontero
Quisieron colocar en Hipodamia , Desta costa son islas situadas ,
Con otras apacibles cualidades ; Al Joan de Ampiés , factor ó tesorero ,
Mas no sin deshonor ni sin infamia En perpetuo gobierno fueron dadas ,
En cumplir deshonestas voluntades , Las cuales por aqueste caballero
Pues apenas vereis do no se tope Primeramente fueron conquistadas ;
El ardiente lascivia de Sinope. Y pues son tan cercanas desta gente ,
Quiero trataros dellas brevemente.
Fueron pues los principios descubiertos
Por Colon con las gentes castellanas , De la costa del mar que represento ,
Ydespués los hicieron mas abiertos Hasta tres leguas estarán distantes;
Ferias del español cuotidianas ; Las gentes que las tienen por asiento
Y ansi continuaban estos puertos , Son mucho mas que otras elegantes ,
Vecinos de las islas comarcanas , Y tanto que por otro nombramiento
Rescatando con cuentas y con hachas Les llamaban las islas de Gigantes ,
Oro , ropa , muchachos y muchachas. Por ser en general de su cosecha
Gente de grandes miembros y bien hecha.
La ropa que decimos son hamacas No tienen para qué formar querellas
De que tiene n por esta circu nstan cia
Y por toda la tierra de Caracas De natura por malas proporciones :
Destas camas pendientes abundancia : Son las mujeres por estremo bellas ,
Maures y mantellinas , que aunque flacas Gentiles hombres todos los varones ;
Cubiertas , es alli buena ganancia ; Por consiguiente son ellos y ellas
Habian los esclavos muy baratos , De nobles y apacibles condiciones ;
Y no les iba mal en los contratos . Tienen para la guerra gentil brio ,
Y su lenguaje es el de caquetio .
184 JUAN DE CASTELLANOS .
En el agua se mueven diestramente , Aunque allá las tenia principales ,
Soltísimos en tierra y alentados, Y un ingenio, que es gran heredamiento
Puntería de tiros escelente Pero la condición de los mortales ,
En aves , en conejos , en pescados ; Puesto caso que tengan buen sustento ,
Hanse lavado todos en la fuente Es siempre procurar que sus caudales
Que quita las mancillas y pecados ; Vayan en escesivo crecimiento ,
Tienen pueblos formados , tienen templos, Sin espantallos riesgos ni trabajos
Y sus amos les dan buenos ejemplos. " O de caminos largos ó de atajos.
Ningunos pueden ser mas escelentes Al tiempo que llegamos á su puerto,
De flecheros que el orbe nuevo cria , Un grave sinsabor lo poseia ,
Porque desde muchachos balbucientes A causa de que se le habia muerto
Se hacen diestros en la puntería : El único heredero que tenia;
Júntanse muchos niños, pretendientes Mas él , como varon sabio y esperto ,
De llevar cada cual la mejoría , Con cristiana cordura lo sufria :
Puestos en los estremos de una plaza La cándida mujer por escelencia
Con bola verde como calabaza . Padecia su mal con impaciencia.
Estando todos ellos esperando, Pero la gente que llegó novela
Arrónjanla con brazo vigoroso , Por términos cristianos consolóla ;
Y aquel que no le da yendo rodando , Después en una buena carabela ,
Queda de cierto premio perdidoso : Fastidiados ya de vida sola ,
Vanse por tiempo tanto despertando , Se bajaron al Cabo de la Vela
Que yendo con el paso presuroso Para de allí pasar á la Española;
Nunca yerran conejo ni hutía , Y en el rio là Hacha , que es do cuento,
Ni saben arronjar flecha baldía. Se les hizo muy gran recebimiento .
Por Juan de Ampiés , después por Bejarano Invenciones allí ricas y estrañas ,
Se les daban cristianos documentos , Variados colores de libreas ,
Y cada cual con celo de cristiano Hubo toros , sortija , juegan cañas ,
Deseaba poner buenos cimientos ; Corriéronse riquísimas preseas ,
Mas no siempre tenian á la mano Donde se daban todos buenas mañas ,
Quien les administrase sacramentos; Por estar en presencia de sus deas ,
Mas este si faltaba se suplia Aunque toda la fiesta se hacia
Con algun lego que los instruia. Por respecto de la doña María.
Uno conocí yo, pero no viejo, Era con gran razon merecedora
Y aunque se me mostraba no ser basto, De fiesta tan cabal y generosa ,
Aquella soledad y el aparejo Porque demás de ser esta señora
Lo hacian vivir muy poco casto ; En aviso cabal y virtuosa ,
Y siendo proveido de consejo , Entre las otras era como aurora
Se le hizo del mal dejar el pasto : En todas buenas partes de hermosa.
Do consta con cuán grande pesadumbre Con esto concluyamos , y aquí pare
Se suele desechar mala costumbre. Lo de Aruba , Curazao y Buinare.
Algunas veces hubo sacerdote Mas à la tierra firme que frontera
Que tenia cuidado desta cosa , Tenemos , de presente nos volvamos ,
A lo menos después que vino en dote Procurando de dar razon entera
Esta gobernación infructuosa ; De lo que coligimos y notamos ,
Pero también deseo que se note Y no prolija, pero verdadera ,
Ser una vida harto trabajosa Segun en lo demás acostumbramos ;
Residir el pastor entre ganado Pues para se quistar bien algun cuento
Que cura , y él no puede ser curado , Es la verdad insigne condimento.
Pero para buscar lo que consuela Aquesta costa toda se sabia
Al ánima de máculas teñida , Cuya gran poblacion á muchos llama,
Solia con alguna canohuela Y de la tierra adentro se tenia
En tiempo de bonanza conocida No menos opinion ni menos fama;
El tal atravesar á Venezuela Y no solo por Indias se estendia ,
Con harto detrimento de la vida ; Pero por otras partes se derrama ,
Porque del mar cuando mayor bonanza Y ansi muchos varones eminentes
Se debe tener menos confianza. Eran de su conquista pretendientes.
Hay allí de ganados buen rebaño No tenian el ánimo distinto
De todas castas , mas de tal grandeza , Desta negociacion los de Alemaña ,
Que si yo por ventura no me engaño Y el gran emperador don Carlos Quinto
Escede à la comun naturaleza : La dió, creyendo darse buena maña ,
Del cual los indios recebian daño Con otros intereses que no pinto ,
A causa de tener gran estrecheza ; A los que llaman de la gran compaña ,
Mas bien sabe hacer manada angosta Que son aquellos Berzares famosos ,
El indio, cuando á ello se regosta. En tratos y haciendas poderosos.
Sucedió pues en este tal gobierno Habidos los recados y poderes
Lázaro Bejarano , que ya digo Con los demás pertrechos suficientes
Que como sucesor y como yerno Enviaron los gruesos mercaderes
Fué destos dichos indios gran abrigo. Capitanes con número de gentes ,
Su musa digna fué de nombre eterno, Algunos con sus hijos y mujeres ,
Lo cual no digo por le ser amigo, Para poblar lugares convinientes ;
Sino porque sus gracias y sus sales Y habiales cabido buen partido ,
No sé yo si podrán hallar iguales . Si por entonces fuera conocido.
Haciendo yo por estas islas vía , Y cierto , si duraran pensamientos
Seria por el año de cuarenta , Con las ejecuciones juntamente ,
Allí lo vi con su doña María , Pudiéranse hacer repartimientos
De tantas soledades descontenta : De grandísimo número de gente :
Holgáronse de ver la compañía Quedaran todos ricos y contentos ;
De los que allí llegamos con tormenta : Mas el efecto fué muy diferente ,
De la Española vino con sus prendas , Adelante llevando su porfia ,
A fin de visitar estas haciendas. Dejando atrás lo que les convenia.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II , INTRODUCCION. 483
Y aquella general inadvertencia De ganados hay hoy los campos ilenos ,
A todos cuantos hoy viven lastima , Su carne por estremo provechosa ,
Por ser entonces tanta la demencia , Sabores ultimadamente buenos ;
Que indios no tenian en estima , De cabras muchedumbre copiosa :
Y nadie procuraba permanencia , Paren à dos y tres , si mas, no menos ;
Sino coger el oro de por cima; Hay de caballos casta generosa ,
Y tan exorbitantes intenciones Y la cercana sierra les da grano
Fueron causa de grandes perdiciones. Si les falta por ser largo verano.
Tierras cercanas pues menospreciadas , . Doce leguas en torno del asiento
Que de descanso daban certidumbre , Habia poblacion engrandecida ,
A lo largo hacian sus jornadas , Ciudades de grandisimo momento,
De que después tuvieran mejor lumbre ; Como Todariquibo , Zacerida ,
Hicieron prolijisimas entradas , Memoradas también en este cuento
Y todas con inmensa pesadunibre , Carao , Tamadoré , Capatarida ,
De las cuales daré razon cumplida , Carona , Guaybacoa , Cumarebo ,
Si Dios fuere servido darme vida. Miraca , Hurraqui , Hurehurebo ;
Serán en su proceso celebrados Con otros que callamos de presente,
Insignes y valientes capitanes ; De cuya poblacion nos es notorio
Grandes proezas , hechos señalados , Tener crecido número de gente ,
De fuertes españoles y alemanes ; Hasta Paraguaná que es promontorio ,
Riesgos de vida , fines desastrados , O punta señalada y eminente
Trabajos insufribles y desmanes , De San Román , antiguo diversorio
Con otras cosas dignas de memoria , De cristianos en aquellas edades,
Merecedoras de cabal historia. Sin faltar en los indios amistades.
Pues el Ampiés , tractante diligente Cae la sobredicha circunstancia
En la contractacion deste camino , De Coro segun vemos al nordeste ,
Era de la conquista pretendiente , Y al Maracaibo ponen de distancia
Y no sé yo por qué vias le vino ; Treinta leguas al viento suduéste .
Mas el primero fué que metió gente En Coro pues con toda vigilancia
En tierras deste bárbaro vecino , El dicho Joan de Ampiés formó su huesto
Año de veinte y cinco con quinientos , De pocos pero muy buenos soldados,
Y el número mayor de los diez cientos. Y hasta cinco ó seis hombres casados.
La causa principal fué tener prendas Un Joan Cuaresma fué de los primeros
De indios desta tierra naturales , Con su mujer Francisca Samaniego ,
En hatos de ganados y haciendas , Joan Garcia con otros compañeros
De minas , de maices y yucales , Casados , y con ellos maestre Diego ,
Que daban relacion de las viviendas Bartolomé García y un Riberos ,
De muchas poblaciones principales , Segun me declaró Fernán Gallego,
Entre los cuales fué cierto mancebo , Que tenemos hoy dia por vecino
Señor de la ciudad Hurehurebo. En este reino donde después vino.
Y en casa del Ampiés este tenia Vino también aquel varon famoso ,
Sus hijos , su mujer y una su hermana ; Esteban Martin , digno de memoria ,
Aqueste se llamó Fernán García , Vino Pedro de Limpias valeroso ,
Después que ya tomó la fe cristiana , Cuya gran valentía fué notoria ,
La hermana se nombró doña Mencía , Y el capitán Martinez virtuoso ,
A su mujer pusieron doña Juana ; Cada cual digno de mayor historia ;
Era también captiva desta presa Vino Juan de la Puente y un Aceros,
Otra que se llamó doña Teresa. En virtud y valor de los primeros.
Instructos en católico camino , El Limpias , el Esteban y el Aceros ,
Este Fernán García y doña Juana Con la conversacion de aquellas gentes ,
Se casaron segun orden divino De mas de ser fortisimos guerreros
De la Iglesia católica romana . Salieron todos lenguas escelentes;
El dicho Joan de Ampiés fué su padrino Porque son estos indios compañeros
Y a todos libertó de buena gana , Apacibles, benignos y obedientes,
Yvinieron con él en un navío En el lenguaje todos elegantes,
A sus vasallos y á su señorío. Y estiéndense por tierras muy distantes.
Era poc la gente que traia , Poblado Coro pues en llana vista ,
Pero como valiente y atrevido Lugar de salutifero terreno ,
En la tierra metió su compañía , Con municion para que se resista
Sin serle por los indios defendido ; Al que tuviese parecer ajeno,
Fundo su pueblo donde convenia Queria comenzarse la conquista
Para la defension de su partido : Por los mas comarcanos deste seno ;
Aqueste Coro fué , segun parece , Mas antes de venir á los cabellos
Pues hasta nuestros tiempos permanece. Se convidó con paz á todos ellos.
Púsose por la gente forastera Aquesta celebraron tan de veras
Al pueblo semejante nombramiento Cuanto por el Ampiés se les pedia ,
Por el rio que guia su ribera Mediante los terceros y terceras
Brevecilla distancia del asiento, Que para sus designos él traia :
Que siempre se llamó desta manera : De suerte que de todas las fronteras
El cual le viene bien , pues Coro viento Ninguno para guerra se movia ,
Quiere decir en lengua generosa , Por estar de por medio la Teresa
Y ansi es aquella tierra niuy ventosa . Y el príncipe Fernando y su princesa.
Es tierra de fructiferos cardones Estos trajeron al cristiano bando
Con que gran parte della se embaraza; Al indio que Manaure se llamaba ,
be uvas , de granadas y melones El cual sobre caciques tuvo mando
Podria tener abundante plaza ; Y toda la comarca subyectaba ;
Hay bobos , cimirucos y mamones ; Y hizolo venir el don Fernando
Abundantisima de toda caza : A cuanto nuestra gente deseaba :
Hay perdices , conejos y wenados , Fue Manaure varon de gran momento,
Y grande pesquería de pescados . De claro y de sagaz entendimiento .
386 JUAN DE CASTELLANOS.
Tuvo con españoles obras blandas , Fueron soldados mas de setecientos
Palabras bien medidas y ordenadas; En militares artes instruidos ,
En todas sus conquistas y demandas Copia de belicosos instrumentos
Temblaban dél las gentes alteradas ; De que todos venian proveidos ;
Hacíase llevar en unas andas Lucian variados ornamentos
Con chapas de oro bien aderezadas , De las bizarras ropas y vestidos ;
Y el amistad y paz después de hecha Las bélicas trompetas dan clamores ,
La tuvo con cristianos muy estrecha. Suenan incitativos atambores.
Usaba de real magnificencia, A la voz de conquista tan solene,
Sin se le conocer parecer vario , Siguen muchos guerreras ordenanzas :
A sanos y á subyectos á dolencia El caballero deja lo que tiene ,
Siempre les proveyó lo necesario : El labrador sus rústicas labranzas ;
De tal manera , que sin advertencia El oficial humilde también viene
Se hizo poco a poco tributario ; A sombra de soberbias esperanzas ,
Pero janiás desgusto ni molestia Y todos los demás con los contentos
Pudieron perturballe su modestia. Que suelen prometer descubrimientos.
Nunca vido virtud que no loase , Micer Ambrosio Alfinger los regia ,
Ni pecado que no lo corrigiese ; Persona bien nacida y eminente ,
Jamás palabra dió que la quebrase , Y cuya discrecion y cortesía
Ni cosa prometió que no cumpliese; Se puede bien decir ser escelente :
Y en cualquiera lugar que se hallase El cual gobernador también tenia
Ninguno le pidió que no le diese ; No menores estremos de valiente.
En su mirar, hablar y en su manera , De capitanes hizo nombramiento
Representaba bien aquello que era. A Vasconia y a don Luis Sarmiento.
Ampiés , viendo persona tan urbana , También á Joan Florin y á Monserrate,
En medio de tan rudo barbarismo , Y Casamirez, hombre de gran cuenta :
Dióle noticia de la fe cristiana Que todos ellos en cualquier combate
Siendo bien instruido por él mismo ; Pudieran señalarse sin afrenta ;
Y después recibió de buena gana Indigno de poner en el remate
El agua del santísimo bautismo; Al buen Filipe de Utem, que ensangrienta
Llamóse don Martin , y después desto La tierra con su sangre generosa ,
Baptizó de su casa todo el resto. Por mano dura , falsa y alevosa.
Deniás de la mujer, hijas y hijos , Vino Bartolomé Berzar pujante
Se baptizaron todos los vasallos En la misma sazon y coyuntura ,
Que tenia por granjas y cortijos ; De bienes temporales abundante ,
Corrieron españoles los caballos Pero falto y ajeno de ventura ;
Por mas solemnizar los regocijos ; Pues un mismo furor en un instante
El don Martin holgaba de mirallos , Nos encubrió la misma sepultura ,
Admirado, suspenso y espantado Mandando que sus furias se ejecuten
De ver irracional tan bien mandado. En él y en el señor Felipe de Utem .
Fué siempre del Ampiés amigo caro Nicolao Fedrimán entonces vino ,
Satisfaciendo bien sus voluntades , Que de micer Ambrosio fué teniente ,
De todos clementísimo reparo Hombre de entendimiento peregrino ,
Y socorro de sus necesidades ; Capitán admirable y escelente ;
No supo de sus bienes ser avaro , Pues en cualquier rigor deste camino
Ni maculó jamás las amistades ; Ninguno mas sagaz y diligente :
Fué fiel en palabras y en el hecho , Del valor de los cuales , Dios mediante,
Y libre de maldad siempre su pecho. Diremos grandes cosas adelante.
Con estas sobredichas ocasiones , Entre los mas insignes desta gente
Conformes à pacífica costun.bre , Alonso Vazquez era tesorero,
El capitán Ampiés y sus varones De la casa de Acuña descendiente ;
Tuvieron de la tierra mayor lumbre; Fué contador Antonio de Navero ,
Y aquellas circunstantes poblaciones Pedro de San Martin por consiguiente
Vinieron á la paz y servidumbre De factores del rey él fué primero :
Hasta catorce leguas mas adentro, Cada cual dellos hombre de sustancia
Mas de su voluntad que por recuentro. Para cualquier negocio de importancia.
Colando mas adentro con el cebo Llegaron pues á la ciudad de Coro ,
De lo que por los indios se decia, Cuyas pajizas casas ó bubios
Vino la nueva del gobierno nuevo Se mostraban ajenas del decoro
Que por los alemanes se traia : De los recién llegados atavios ;
Movióse Joan de Ampiés , y yo me muevo Mas antes de preseas, plata y oro ,
Dejándolo por ir por otra vía Los moradores dellas muy vacíos ,
A tractar desta gente que ya viene, Y lo mas principal de sus arreos
Pues él se fué do sus haciendas tiene. Eran a bien librar bastos anjeos .
De las capas allí la mas usada
ELEGIA I. Entonces era sola la del cielo ;
Casaqueta de lienzo mal cortada ,
A la muerte de micer Ambrosio, primero gobernador por Alpargate lijero por el suelo ;
los alemanes , donde se cuentan las cosas sucedidas en La vaina con que cubren el espada,
la provincia de Venezuela hasta su muerte. . De cuero de venado con su pelo :
CANTO PRIMERO. Finalmente , que los recién venidos
Hacian burla de los mal vestidos.
Habia Febo ya , segun la era Pero también la gente macilenta
Que contamos del santo nacimiento , Burlaba de quien burla de su pena ,
Pasado tres quinientos de carrera, Porque tenian ya por cierta cuenta
Con otros siete lustros deste cuento, Que habian de venir à la melena ,
Por los cursos opuestos á la esfera Puestos en el rigor de su tormenta
Que es causa del diurno movimiento , Que los mas estirados mas refrena ;
Cuando vinieron por los alemanes Y que necesidad, hambre y ultrage,
Lucidos y valientes capitanes. Habian de hacelles mudar trage.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II , ELEGIA I , CANTO 1 . 187
Pues como ya no se hallasen prestas Aranda se paró, como ya viese
Las raciones del vino ni sustento , Llegar el avanguardia de la gente ,
Viérades abatidas muchas crestas , Dió voces para que se detuviese ,
Y andar todos los mas á paso lento ; Sin huelgo del temor de la serpiente ;
Y aquellos de las plumas mas enhiestas La cual como de allí no se movięse ,
Meneallos también cualquiera viento , Y todos se pasasen de repente ,
Arrastrando los piés por la ribera , Aranda pidió tiros, y se apresta
Con traer la barriga muy lijera. Para cobrar sus armas y ballesta.
Guiña del ojo prático soldado, De venenoso tiro se repara,
Que en las necesidades se sustenta Que luego recibió rasa cureña ;
Con cuatro granos de maiz tostado Apuntó bien à la espantable cara
Con agua, sal y ají , que es la pimienta Por lo mas escombrado de la breña ;
Que da sabor al mísero guisado , Un ojo le clavó la veloz jara ,
Y á los que van famélicos alienta Y á uo dar allí fuera dar en peña ;
Para subir altísimos oteros , La bestia se movió de do yàcia ,
Mas sueltos que los perros mas lijeros. Con silbos que la selva se hundia.
Viendo la gente pues tan afligida , Infláronse las venas y garganta
A la sierra hicieron un entrada , Con el dolor y su costumbre brava ;
A fin de proveerse de comida, Ya como grande viga se levanta ,
Ganada por los filos del espada : Ya se estendia, ya se doblegaba ,
Fue gente de valor apercebida Ya ramos de la mas cercana planta
De la recién venida y de la osada , Con golpes de la cola derribaba ;
Y el Esteban Martin fué por caudillo , Piedras, palos y cosas diferentes ,
Hombre cuyo valor no fue sencillo. Hacia mil pedazos con los dientes.
Iban los baquianos compañeros Reguardábanse todos de las prestas
Con camisetas cortas y lijeras ; Vueltas , por no le dar cebo y despojo ;
Los chapetones no van hechos cueros , Otros , huyendo van por las florestas
Pero todos los mas vestidas cueras , Del gran furor y serpentin enojo ;
Que separaron de los aguaceros Otros en él desarman las ballestas
Y del terrible sol no tan sinceras, Y acaso le quebraron el otro ojo ;
Antes del dicho sol y del invierno Y en este tiempo vido nuestro bar.do
Poquito menos duras que de cuerno. Que iba de sus furias aflojando.
Dejaron de crujir los tafetanes , Como sus vuelcos fuesen ya pequeñɔs ,
Aflojaron un poco los follones , Y diese de desmayo clara seña ,
Y los que reventaban de galanes Perdieron el temor los mas isleños ,
Ven sus blancas camisas y jubones , Y de las bajas ramas de la breña
Y aquellos bombecinos bañañanes Cortaron verdes y crecidos leños
No menos que los mas negros carbones ; Para herir la bestia zahareña :
Vierades luego del soldado viejo Tal combate de golpes se concierta ,
La grita , la matraca y cordelejo. Que la terrible fiera quedó muerta.
Uno por una parte les decia : Los capitanes desta compañía ,
Este, señores, es el primer baño .. Con todos cuantos iban á su cargo ,
Otro Placerá á Dios que con lejía La midieron , y vieron que tenia
Remediaremos parte deste daño . Poco menos que treinta piés de largo ;
Otro Para la siesta deste dia Y lo mas grueso della bien seria
Grande socorro son calzas de paño» . De hombre por do tiene mas embargo ,
Otro Para los riesgos del viaje Quiero decir por medio la cintura,
Bella defensa es un buen plumaje». Cosa que de creer se hará dura.
Yendo con semejante batería Después del vencimiento serpentino
A les tales trabajos convenible , De que la gente nueva se espantaba ,
La cumbre de la sierra se subia Prosiguen adelante su camino
Con una siesta de calor terrible ; Al valle do la guia los llevaba ,
Y el antiguo y moderno perecia Para dar en el misero vecino
De sed , por el ardor ser insufrible : Que semejante mal no recelaba ;
Agua no se hallaba por la tierra En el rio hicieron sus conciertos
Hasta la otra parte de la sierra. De caminar por pasos encubiertos.
Adelantóse pues Pedro de Aranda , Conclusas calurosas destemplanzas
Soldado valeroso, de buen brio , Del radiante sol de mediodía ,
A fin de se bajar á la otra banda Caminaron con buenas ordenanzas
Do sabía correr un fresco rio ; Por el umbroso monte tras las guias ;
Van todos los demás en su demanda Llegaron á las rocas y labranzas
Con alguna distancia de desvío , Que el descuidado bárbaro tenia ;
Mas el Aranda, mozo mas lijero , Y en parte que les era mas oculta
El sobredicho rio vió primero. Entraron todos ellos en consulta.
Encima la barranca, poeo llano , La lumbre de la lámpara febea
Con arboleda clara que tenia , Debajo puesta ya del horizonte ,
En un troncon que vido mas cercano Mediante la tiniebla que desea
Arrimó la ballesta que traia ; Quien sigue las tres hijas de Aqueronte ,
Atras dió luego salto bien lejano Seguros de que ya nadie los vea
Porque le pareció que se movia , Dejaron el latíbulo del monte ,
Huyendo con mas impetu que cebra , Y sin ningun rumor, y á paso lento ,
Por conocer al claro ser culebra. Llegaron a la vista del asiento.
El cuello levantó la bestia fiera , Allí paró segunda vez la gente
Y luego la trisulca lengua saca ; De nuestras españolas compañías ,
Meneo la cabeza, la cual era Y luego hizo ir incontinente
No de menor grandeza que de vaca ; El Esteban Martin á dos espías ,
La lumbre de los ojos reverbera Astuto cada cual y diligente
Para mayor temor del alma flaca , En estas semejantes rancherías ;
Mas con oir rumor se estuvo queda Y fué Pedro de Limpias el un hombre ,
Debajo de la selva y arboleda. Y el otro no me acuerdo de su nombre .
188 JUAN DE CASTELLANOS .
Partiéronse los dos apercebidos , Descendian los golpes encubiertos
Segun que suelen tácitos y mudos , Con grande confusion de voceria;
Descalzos porque no fuesen sentidos , Por una y otra parte son inciertos ,
Y en todo lo demás cuasi desnudos , Mas ciertos para quien los recebia :
Aunque de sus espadas prevenidos Hubo de entrambos bandos hombres muertos
Y á las espaldas puestos los escudos ; Y en partes sanguinosa la porfía ;
Y ven después de hecho su rodeo Pero los miserables salteados
Estar todos subyectos á Morfeo. Fueron al cabo los peor librados.
Estando pues el Limpias abajado Al tiempo pues que las nocturnas lumbres
Entre ciertos ajies ó pimientos , Se suelen absentar de vista humana ,
Vido salir un indio descuidado E ya dorando va las altas cumbres
Fuera de sus pajizos aposentos : El claro resplandor de la mañana ,
Sin ver asechador el asechado , Cesaron las guerreras pesadumbres ;
E ya cesando de sus movimientos Victoriosa la gente castellana,
A las matas de ajies encamina Recogen á la plaza de los vivos
La crecida represa de la urina. Número copioso de captivos.
Lava con los orines el insonte Suenan prisiones duras y molestas
Al sonte barbas, cejas y cabello , Por cuellos de los padres y sus prendas ;
Y de los pelos del velloso monte Hácense las compañas luego prestas
Descienden las corrientes hasta el cuello ; Para los apartar de sus viviendas ;
Porque la caza no se les remonte Llevan los miserables à sus cuestas
Retiene Limpias todo su resuello ; Sus adquiridos bienes y haciendas ,
Pues al menor anhelo no se suelta Hasta las casas de los vencedores ,
Hasta tanto que el indio dió la vuelta. Como dellas y dellos posesores.
El caño del gandul ya desaguado, Volviéronse por pasos conocidos
Que fué poco menor que regadera , Con recato y aviso conviniente ,
En ojos y hocicos rociado, Llegaron do perciben los oidos
El buen Pedro de Limpias salió fuera , Las ondas sometidas altridente :
Y junto con aquel otro soldado Fueron con alegría recebidos
Volvieron do la gente los espera ; Deste gobernador y de su gente ,
Hablaron con los otros en secreto , Y repartióse luego la comida
Diciendo : «todo queda ya quïeto» . A cada cual, por orden y medida,,
Cuando caliginoso peso iguala Mostró la gente nueva sus trofeos
Su curso por venir con el pasado, Así como hazaña grandiosa ,
Y con el dulce sueño se regala Y en ver algunos indicos arreos,
El cuerpo de cuidados descuidado , Desea ranchear quien menos osa ;
Doscientos españoles van en ala Luego salieron otros arrancheos
Para dar el asalto concertado ; Diciendo que el hurtar es dulce cosa ;
Después à baquianos y noveles Recogióse de indios muchedumbre
Les fueron señalados sus cuarteles. Reducidos á dura servidumbre.
Los cuales con el tácito semblante Para confirmaciones deste yerro
Cada cuál á su puesto se endereza , Que de mayores otros se deriva ,
Rompiendo de la casa circunstaute Allí los señalaron con el hierro
La puerta del zaguán ó de la pieza , Que de la libertad dulce los priva ;
La punta del espada por delante , Perpetuose luego su destierro
Cubierta del escudo la cabeza , Adonde cada cual muriendo viva ,
Y algunos tan sutiles y advertidos Poniéndoles prolijo mar en medio ,
Que pudieron entrar sin ser sentidos . En otro cautiverio sin remedio.
Los falsos y nocturnos mercaderes Gran número de indios ya vendido
Dan en los miserables inocentes , Por las islas en públicos pregones ,
Que estaban con sus hijos y mujeres Trajeron del dinero procedido
En las sencillas camas, y pendientes Caballos, ropas, armas , municiones :
Perturban soporiferos placeres ; Fué cada cual soldado proveido ,
Oprimidos los tienen y obedientes , Segun aquellos tiempos y sazones ,
Dentro de las hamacas encogidos , De lo que demandaban sus intentos ,
No menos apretados que cosidos. A fin de proseguir descubrimientos.
En todas partes hay desasosiego , Luego micer Ambrosio determina ,
Aquí y allí se siente pesadumbre , Con avio que tuvo por bastante ,
Y entre tanto que guardan el entrego Dejar por algun tiempo la marina
Los unos, segun tienen de costumbre , E ir con sus designos adelante :
Otros echaban pajas en el fuego Gentes, caballos, armas encamina
Para mejor valerse con la lumbre; Al Maracaibo lago circunstante ,
Mas aquel que soplaba la candela Pues como hallador desta alaguna
Cumpliale hacer buena rodela. Quiso tentar desde ella su fortuna.
Pues entonces á cierto compañero , Partió pues en servicio del monarca ,
En este menester mal advertido , Toda su gente bien aderezada ,
Que con el resplandor un indio fiero Y como ya tomase la comarca
Soplando sin temor delante vido , Del alaguna ya comemorada ,
Le dió con una mano de mortero Para pasar por ella hizo barca
Con que muelen maiz endurecido , De la ceiba que dejo declarada ,
Y fué de tal manera la herida Tronco de veinte piés en la grosura
Que al tiempo del soplar sopló la vida. Y de ciento y cincuenta de longura.
Despertaron al fin los que dormian , Ayudados de velas y de manos ,
Al grito del vecino y del pariente ; Enveces y viajes diferentes
Algunos escapaban y buian , Pasaron á los otros campos llanos
Otros pelean valerosamente , Que acia Santa Marta van corrientes,
Otros con solas flechas , si tenian, Donde poblaron pueblo de cristianos
Procuraban herir á manteniente , En sitios que no fueron convinientes ,
O sintiendo hablar ó si se topa Por ser un suelo seco,tau enjuto
Por el'obscuridad gente de ropa. Que nunca produció grano ni fruto.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II , ELEGIA 1, CANTO I. · 180
Si no son datos, fructo de cardones , De las tierras de sus pueblos distantes ,
De que hay cuantidad innumerable , Desde donde venian labradores
Que cogen en sus tiempos y sazones , Con maiz y otras cosas semejantes
Y tienen por sustento razonable , A rescatar con estos pescadores ;
Y en aquellas provincias y regiones Porque estos indios , como dije antes ,
De gustoso sabor y saludable , Son de tierra tan seca moradores ,
Unos redondos, otros perlongados , Que jamás se conoce tiempo frio ,
Blancos unos y otros colorados. Y el cielo pocas veces da rocío.
También demás de ser el fructo sano , Por la molestia pues que voy diciendo ,
Tiene de buen olor suaves dejos ; De que estaban aquestos indios llenos,
Granillos menudicos , y á su grano Los del agua se fueron retrayendo ,
Parecen los del higo ser anejos; Los de tierra también ni mas ni menos ;
El arbor del altura de manzano , Los nuestros, alimentos inquiriendo ,
Pero de su blandura va muy lejos , Recorrian con barcos estos senos ,
Pues son ramos rollizos con esquinas , Tan lejos que tardaban muchos dias
Cubiertos de espesísimas espinas. En socorrer aquestas compañías .
En un pueblo de indios que allí estaba Las cuales padecian entre tanto
Hicieron los cristianos el asiento ; De hambre molestisimo tormento ,
Aqueste Maracaibo se llamaba , Y tanto , que llegaban muy a canto
De quien el lago tuvo nombramiento : De miserable fin y acabamiento :
Allí no se cogia ni sembraba , Mirábanse los rostros con espanto ,
Mas era de rescates el sustento , Curtidos del calor y grande viento ,
Y celebraban ferias y mercado Que tiende por allí soberbia mano ,
A trueco de la sal y del pescado. A lo menos el viento subsolano.
Hizo micer Ambrosio de solares , Parte destos trabajos tan pesados
Segun orden , comun repartimiento , Solia remediar la pesquería ,
Nivelando las calles y lugares Y caza de conejos y venados
Para mejor trazar aquel asiento ; Que mataba con perros quien tenia
Nombraron de personas singulares Y á cuestas de los miseros soldados
Oficiales , justicia y regimiento : Toda la pesca y caza se traia ;
Fernando de Beteta fué teniente , Y no tenia la racion mas larga
Que conocí do moro de presente . Quien subyectó sus hombros á la carga.
Allí , sin ocasion justificada , Por ser igual el grande y el mediano
El Ambrosio , guiado por malsines , En semejantes términos y treguas ,
Hizo matar al capitán Villada , Mayorinente la parte de aquel grano
Que fué de los soldados mas insines : Que traian de nias de quince leguas
De do quedó la gente desgraciada , En los cansados hombros del cristiano ,
Y adevinando trabajosos fines , Y no con los caballos ni las yeguas ,
Tuvo mala sospecha de alzamiento , Por reservarlos en aquesta tierra
Pero consta que fué sin fundamento. Para los duros trances de la guerra.
Era Caravajal el escribano , Pues demás de ser pocos , está claro
Soldado mas astuto que valiente , Ser necesarios en cualquier salida
Que por ser en sus hechos inhumano Para hacer espaldas y reparo
Después tractaré dél mas largamente , A los que iban cargados de comida
Porque mucho después alcanzó mano Por tierra donde el pan costaba caro ,
En el mando y gobierno desta gente ; Y en agua se pagaba con la vida ;
Y por sus desconciertos y malicia Pues fué también adversa la fortuna
Vimos cómo fué muerto por justicia. A los que entraban por el alaguna.
De gente que este pueblo sustentaba Donde de muchos trances sucedidos ,
Españoles casados no contamos , Diré de dos docenas de soldados
Aunque de la caterva que allí estaba Que llegaron á pueblos conocidos ,
Algunos conocimos y tractamos ; En amistad y paz confederados ,
Acuérdome de solo Gil de Nava , Do fueron de los indios recebidos
Item de su mujer Isabel Ramos , Y con alegres muestras regalados ,
Porque bajaron desde Venezuela Y luego la fragata proveida
Mucho después al Cabo de la Vela. Hasta que mas no cupo de comida.
Siguiendo pues propósitos y fines En la cual , por razon de estar tan llena,
Destas cosas de que memoria hago , No podia volver toda la gente,
Trajo micer Ambrosio bergantines Y no juzgaban por cordura buena
Para mejor correr aqueste lago : Dejar alguna parte del presente ;
Recorrieron comarcas y confines , El cacique habló : « No tengais pena ,
Y mediante blanduras y halago , Que yo daré recado conviniente ;
Procuraron traer al que pelea Vayan los que gobiernan al navío ,
A la paz y amistad que se desea. Que todos los demás ternán avio.>>
Unos caudillos van hasta la sierra , Por los aviamientos prometidos ,
Otros corren del agua lo cercano , Aqueste capitán y sus soldados
Unas veces por paz , otras por guerra No se mostraron desagradecidos ,
Donde fué menester sangrienta mano : Mas imprudentemente confiados ;
Al morador del agua y de la tierra Y los de la fragata despedidos ,
Con gran dificultad se hizo llano ; Cuantos podian ir bien avïados ,
Mas de la vecindad no tan contentos , Atenidos al ya dicho concierto
Que no tuviesen muchos movimientos. Los veinte se quedaron en el puerto.
Andaban sospechosos y alterados , Luego por las canoas importuna
Por no les parecer segura vida El capitán al indio y á su gente ,
Subyectarse por siervos y criados Y recogiéronse del alaguna
De la gente feroz recién venida ; Muchas por el cacique diligente ;
Víanse demás desto molestados Pero podian ir en cada una
Cerca del proveer de la comida , No mas que dos personas solamente ,
Que el bárbaro cercano no tenia Un español á proa sin mas ropa,
Si por rescate no se le traia. Y para lo llevar un iudio à popa.
193 JUAN DE CASTELLANOS.
Cada cual al pasaje se pertrecha , Mas los indios por no perder el lauce,
Y en algunos , llegados estos leños , Movidos del vigor con que él se mueve ,
No dejó de reinar mala sospecha , A grande priesa siguen el alcance
Porque les parecian ser pequeños ; Todas las canohuelas diez y nueve ;
Y por ningunas vías aprovecha El que huyendo va del duro trance
Pedir otros mayores à sus dueños : Cumple como varon con lo que debe,
Quedarse pues en tierra no cumplia , Haciendo blandear el canalete
Porque no menor riesgo se corria. Oremo, que en el agua saca y mete.
Bien como cuando huye delincuente Como caza que sacan los ventores
De la muerte que tiene merecida , Del alto para mas llana carrera ,
Y sabe que al pasar alguna puente Do por desatinalla cazadores
Corre terrible riesgo de la vida , Le dan terribles voces donde quiera ,
Y con haber aquel inconviniente , Y aunque mas asombrada de clamores
Escoge por mejor la tal huïda , Procura del peligro salir fuera ,
Porque podria ser que la ventura En busca de jaral ó de espesura ,
Alli le diese puerta mas segura : Do tampoco halló mata segura :
No menos los confusos y perplejos Tras el buen español, que no desmaya ,
Tomaron por consejos menos locos Ansi gritando va la gente perra ;
Hacerse con los pocos á lo lejos El cual, imaginando dónde vaya,
Que quedar entre muchos siendo pocos . Tenia por mejor tomar la tierra ,
Hicieron pues sus pasos circunflejos Y con sumo sudor tomó la playa .
Reconociendo ya minaces cocos , Donde también halló gente de guerra;
Y fiando fieles de infieles , Pero dejada ya la canohuela,
Entraron en los débiles bajeles. Armóse del espada y la rodela.
Un remo cada cual , sin otra vela , Conoce de sus hados el motivo ,
Postrado sin lugar do se sentase Y el patente peligro no lo ablanda ;
El español que siempre se nivela Para tomallo pues los indios vivo ,
De manera que no se ladease Rodéanlo por una y otra banda ;
La fútil y lijera canohuela Los que venian tras el fugitivo
Y con algun vaivén se zozobrase , Perseveran también en la demanda :-
Van navegando juntos desta suerte Consulta sus potencias, y no alcanza
Aguas ejecutoras de su muerte . Refugio de que haga confianza.
Yendo corriendo pues el alaguna Y conocida ya su triste suerte
Con navios de vasos tan estrechos , Que con desconfianza lo convida ,
Sin los amenazar otra fortuna Determinóse de vengar la muerte ,
De la que va llevaban en los pechos , Antes de ver el cabo de su vida :
Dieron el gran vaivén todos á una En un flaco lugar se hizo fuerte,
Que requerian los conciertos hechos : Con animosidad jamás vencida ;
Quedaron zozobrados los navios , Y sus hechos en estas ocasiones
Y en el agua personas y atavios. Sobrepujaron á las intenciones.
Vereis al resollar de los caidos Porque los que llegaban mas exentos ,
Cómo las aguas eran embarazos , Con determinacion de echalle mano ,
Los unos totalmente sumergidos , Volvian de sus golpes tan sangrientos
Otros que hacen remos de sus brazos , Que no los remediara cirujano :
Y algunos que si destos son asidos , Saltos veloces , bravos movimientos ,
No sueltan aunque los hagan pedazos , Con fuerza y valentía de tritano ;
Pensando ser aquel de quien afierra El espada no balla cosa dura ,
Bastante para lo sacar á tierra. Ni hueso do no haga coyuntura.
Aquel que sobre el agua se mostraba Viéndolo menear desta manera
A cabo de muy poco no parece; La vil y mas que pérfida canalla ,
Quien con bebidas aguas arqueaba Y cuán mal acababa su carrera
En ellas se desmaya y entorpece ; Aquel que mas cercano dél se balla,
Otro que de sus brazos confiaba , Tomaron por partido desde fuera
Por no saber dó ir también perece , Dar fin y conclusion à la batalla :
Y de veinte los diez y nueve leños Tantos tiros y tanta piedra vuela,
Habellos recogido ya sus dueños. Que le desmenuzaron la rodela.
Porque los indios, hechas las traiciones , Por mil partes estaba traspasado
Huyéronse del triste naufragante De piedras y de flechas mal herido ,
Mas sueltos que delfines o tritones , De innumerable gente rodeado ,
Llevándose los leños por delante , Por todos cuatro lados combatido :
Dándoles con las manos empellones El cuerpo grandemente fatigado ,
Por apartallos mas del circunstante , El ánimo jamás enflaquecido ;
De los cuales el agua cuanta era Mas para ejecucion de sus intentos
En un solo vaivén echaban fuera. Estaban flacos ya los instrumentos.
Mas de los españoles el caudillo , Y al tiempo que la luz resplandeciente ,
Cuando las confusiones y alboroto , Que todos los planetas señorea ,
Su leño nunca quiso desasillo, Queria ya meter la roja frente
Y dió de puñaladas al piloto ; En la cerulea y espumosa dea ,
Su nombre no queremos encubrillo, Espíritu vital del combatiente
Ni cumple de memoria ser remoto , Cesó, poniendo fin a la pelea,
Pues es el valeroso Juan Aceros , Del sueño de la muerte poseido ;
Que vivos los tenia y muy enteros. Mas aunque muerto nunca fué vencido.
El espada sin vaina retenida , Quedaron con él treinta derribados ,
Recogido no menos el escudo , Otros cortados hombros y ternillas ,
La canoa que tuvo bien asida Y todos ellos atemorizados
Desanegola lo mejor que pudo : De semejantes vueltas y rencillas ;
Apercibióse para la huïda , Y los que después fueron castigados
Después que se metió medio desnudo , Contaban cerca desto maravillas ,
Con gran destreza la gobierna y rema , Y cómo, con estar el cuerpo vano ,
Huyendo de la pérfida postema. Nunca solte el espada de la mano.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II , ELEGIA 1 , CANTO I. 191
Al pueblo pues llegado con bonanza Valíase de diestro movimiento
El navío y á buena coyuntura , Debajo de las aguas , y nadaba ,
Y vista de los veinte la tardanza , Y cuando ya se via sin aliento .
Por cierta se juzgó la desventura : En partes diferentes sobreaguaba ;
Determinóse luego la venganza , Va la bestia feroz en seguimiento
Que no fué segun dicen poco dura , A la parte y lugar do se mostraba ;
Y aun á los del ejército sangriento No sabe ya dó vuelva ni qué haga
También fué de trabajos gran aumento. Para poder librarse desta plaga.
Los cuales referirse por estenso , Andando pues ansi desta manera ,
Con la necesidad de aquella era , Rehuyendo de ser prenda y despojo ,
Seria navegar por mar inmenso , Una vez sobreaguó junto à la fiera
Y nunca poner fin á mi carrera; Que queria pagarse del enojo ;
Pero para lo dar á lo que pienso , Arronjóle la garra carnicera ,
Digo que en el compás desta frontera , Yalli le hizo menos el un ojo ;
Demás de tanto mal ser insufrible Tornóse á zabullir incontinente
La plaga de los tigres fué terrible : Y encomendóse á Dios devotamente.
Tan fieros, atrevidos y caninos , Y en el punto que estaba ya dudando
Que , con ser en su guarda muy atentos , De se poder salvar el buen isleño ,
Algunos de los miseros vecinos Acertamiento fué venir bogando ,
Fueron de tales fieras alimentos , Unos indios de paz en un gran leño ;
O ya tomándolos por los caminos , Vieron el tigre , van tras él gritando ,
O sacándolos de sus aposentos ; Cuyo socorro fué nada pequeño ,
Y en esta confusion y desventura Pues con flechas le daban tanta guerra
No podian dormir hora segura. Que lo hicieron retirar á tierra.
Hoy lo puede decir Fernán Gallego , El tigre desta suerte retirado ,
Que queriendo dormir en la ribera Y por espesas matas abscondido ,
Del alaguna, donde puso luego Vieron al pobre mozo fatigado ,
Un pedazo de red por cabecera , Y en la cabeza y rostro mal herido ;
El tigre deseoso del entrego Fué dellos socorrido y ayudado
Arrebató la red y la montera : Y en la dicha canoa recebido ;
Ileso lo dejó, mas destocado , El cual después sanó de la herida
Y para no dormir escarmentado. Y tuvo que contar toda su vida.
Pues visto que la fiera le enseñaba Un negro fué después por el camino
El modo de tener buena crianza , Armado de rodela y media lanza ,
Dejándole la gorra que llevaba ; Y al lado su machete vizcaíno ,
Destocado y en pié tomó la lanza , Segun entonces fué comun usanza ;
Y toda la mas gente que velaba Luego la bestia fiera sobrevino
Se pusieron al fin en ordenanza ; Con aquella rabiosa destemplanza ;
Y aun esta vela fué por tales modos Fuéle forzado pues al de Guinea.
Que do velaban dos velaron todos. Apercebirse para la pelea.
Y ansi viendo peligros tan cercanos Y al tigre ferocísimo cercano,
Y cada cual el riesgo que corria , Que con minace gesto se ponia •
Velaron con las lanzas en las manos Un golpe le tiró la diestra mano
Hasta que ya llegó la luz del dia ; Con la mediana lanza que traia ;
La red buscaron por aquellos llanos , Fué, puesto que le dió , trabajo vano,
Y revolvieron á la pesquería ; Porque del duro cuero resurtia ;
Hallaron en la playa por delante Salto luego con él en un instante ,
Al tigre con intento semejante. Y él puso la rodela por delante.
Porque , como la caza le faltase En ella fué la bestia sacudiendo
Por dar el fiero golpe desviado , Con mano que el mejor arnés recela ;
Entre tanto que carne se hallase El negro va sus pasos retrayendo,
Determinó cebarse con pescado ; Amparándose bien con la rodela ;
E instinto proveyó que se guïase Ibase de los golpes deshaciendo ,
Su pesca por un orden acertado, E ya tenia menos una duela:
El vientre descargando por la vera El negro se hallaba ya perdido ,
Del agua, y en acecho puesto fuera. Y en tres ó cuatro partes mal herido.
Al cebo sucio que se le ponia Valedme, dice, vos, Rey soberano ,
Cuando peje de tomo se llegaba , Favorecedme vos, Virgen entera ,
En anzuelo de uñas lo cogia Que soy hijo de rey y soy cristiano ,
Con un gran manoplazo que le daba , Indigno de morir desta manera ;
Y por entonces no se los comia ; No sea mi sepulcro el inhumano
Mas en la misma playa los juntaba , Vientre de aquesta bestia carnicera.>
Pareciéndole ser intentos locos Acordósele luego del machete,
Comenzar á comer teniendo pocos. Que fué de su salud buen alcahuete .
Pero vista la gente que venia Pues antes desto no se recordaba
Con gritos y con armas y gran tiento , Traello bueno y al siniestro lado ,
Desamparó la pesca que tenia , Por ser tanta la priesa que le daba
Y no huyendo sino a paso lento , Que lo traia muy desatinado ;
Por entonces cesó ; mas otro dia Sacólo de la vaina donde estaba ,
Estando mas rabioso que hambriento , Y en el favor de Dios fortificado ,
Vió, yendo por la playa mariscando , } Tal golpe con sus fuerzas endereza ,
Un joven español estar pescando. Que le hizo dos partes la cabeza.
El español , temiendo la fortuna , Concluyóse con esto la reyerta ,
Como lo vió venir determinado , Escapando del trance trabajoso :
Determinó huir al alaguna , La carnicera bestia quedó muerta ,
Y el tigre se metió tras él á nado ; El negro de Gilofo victorioso ;
Con lijeros alcances importuna Y porque la victoria fuese cierta ,
Al mozo de peligros rodeado , Al pueblo , deste lance deseoso ,
El cual cuando cercano dél se via Llevó para señales conocidas
Debajo de las aguas se metia. La cabeza del tigre y sus heridas.
192 JUAN DE CASTELLANOS .
Habia cirujano diligente Y aunque esto fué después de la yactura
Que le curó los golpes de la fiera, De lo que voy diciendo de presente ,
Mas no pudo sanar tan brevemente No quiero que se pase coyuntura ,
Que no durase harto la carrera. Sino contarla luego brevemente ,
Llamabanle después Anton Valiente , Y acabada volver a la escriptura ,
Y en hecho de verdad él se lo era. Concluyendo sucesos desta gente ,
Y por algunos dias después destos Porque las amistades que profeso
No les eran los tigres tan molestos , Me fuerzan á hacer este digreso.
Mas habia también enfermedades Al tiempo , y en aquellos mismos dias
De condiciones y maneras varias , Que vido Blasco Nuñez el arena
Con todas las demás necesidades De Indias , y en aquellas demasías
De cuantas cosas eran necesarias ; Cuya memoria da terrible pena ,
Rompiéronse también las amistades Pasó de (Palos) un Alonso Diaz ,
De muchos indios que les daban parías ; Piloto de la nave Magdalena ,
No queria servir ya Juruara , Maestro Miguel Bóvedo demente
Y mató seis cristianos Arayara. Y en pértidas blasfemias insolente.
Viendo cerrado pues aquel portillo Cuya costumbre mala fué de suerte
Y del sustento dél desconfiados , Que después acabó como vivia ,
Determinaron ir á descubrillo Y Aguirre lo mató de mala muerte
Treinta valerosísimos soldados En su rebelion y tiranía ;
Con el jurado Leiva por caudillo , Y aun en la confusion de mal tan fuerte
Que fué de los varones señalados ; Murió con las blasfemias que solia :
Dos de caballo , los demás rodela , Este maestre pues en el navío
Caminaron al Cabo de la Vela. Usaba de su torpe desvario.
Descubrieron amplísimas zavanas , Y el buen obispo le reprehendia
Aunque llenas de cardos y de espinas , Su costumbre bestial y deshonesta ,
Habitadas de gentes inhumanas, Y el Bovedo, que muy mal lo queria,
Las cuales por allí llaman cocinas , Por la reprehension serle molesta ,
De tan lijeras piernas y livianas , Quieren decir que dijo cierto dia :
Que son a las de ciervos muy vecinas ; De una se libró y otra le resta ,
Es solo su sustento y su cosecha Podria ser entrar do no saliese » ;
Lo que les puede dar el arco y flecha. Y no me espanto yo que lo dijese.
Todos enjutos , altos , gente baza , Mas algunos lo tienen por novela
Y nunca jamas ropa ni atavio De vulgo, que los mas libres embarga...
A sus nerviosos miembros embaraza ; Yendo pues por el mar de Venezuela ,
Son dados al sangriento desafio ; Llenas las velas y el escota larga
Tan diestros en la pesca y en la caza En demanda del Cabo de la Vela ,
Que no saben soltar tiro baldío ; Do llevaban derecha su descarga ,
Animosísimos en la pelea Entraron do salida se resiste
Contra cualquier y donde quier que sea. Y en golfo que llamaron Golfo Triste.
En el uso de su mantenimiento , Al salir se padece gran estrecho,
He de varones viejos entendido Por la corriente serles importuna
Como suelen comer el escremento , Si no sobreviniese tiempo hecho
Y que después de seco y demolido Que suele raras veces ó ninguna ;
( Oh muy mas que bestial entendimiento !) Y es el mayor trabajo sin provecho
Lo tornan á meter donde ha salido : Del que quiere vencer esta fortuna ,
Es gente torpe , sucia , vagabunda , A causa de la brisa dar en frente,
E usa de comida tan inmunda. Y como digo grande la corriente.
También estas sucísimas catervas Desta navegacion mal advertidos,
Suelen para comer moler cardillos Entraron en aquella pestilencia ,
De los que se nos pegan de las yerbas , Y cuando conocieron ir perdidos
O ya duros , ó cuando ternecillos ; Valia poco buena diligencia ,
Y son de condiciones tan protervas Por ser de recios vientos combatidos
Que no dejan regirse por caudillos , Con tan impetuosa violencia ,
Mas antes , el mas torpe y el mas ciego Que cuanto mayor era la tardanza ,
Quiere hacer cabeza de su juego. Tanto mas se tardaba la bonanza.
Hanse perdido por allí bajeles , Industria de la gente marinera
Y con la gente que salió perdida No faltaba de noche ni de dia :
Se mostraron perversos y crüeles , Dan bordos à la mar y á la ribera ,
Pues á ninguno dellos dieron vida ; Pero siempre la nao decaia ;
Donde los chapetones ó noveles , Si algo se ganaba yendo fuera ,
Pensando de hallar buena acogida , A la vuelta de tierra se perdia ;
Les hablaban por modos cortesanos , Al fin , que sola la desconfianza
Siendo mejor con armas en las manos. Era de sus remedios esperanza.
Que el tigre no se precia de clemente , Venian entre muchos pasajeros
Y el bruto mal entiende cortesía. Personas graves y de mucha cuenta ,
Y aun antes de topar con esta gente Que juntamente con los marineros
Mucha de la perdida perecia En número pasaban de setenta :
De sed , por ser la tierra tan ardiente Conocí muchos destos caballeros ,
Y mas que la que mas en Berbería : Y agora la memoria representa
Hay jaqueyes allí que són aguadas , A Sebastián de Almeida , lusitano ,
Pero rarisimas y resguardadas. Varon bien puesto y hombre cortesano.
Por allí se perdió con gente harta Fray Melchior de Pie de Concha vino,
El fraile don Martin Calatayude , Del obispo ya dicho compañero ,
Obispo deste reino y Santa Marta , Que deste reino fué provisor dino ,
De quien será razon que no me mude Religioso y honrado caballero ;
Sin relatar , primero que me parta , Vino Juan de Valbuena, mi vecino ,
Aquello que yo ví y entender pude El cual hoy da valor á nuestro clero ,
De sus peligros grandes y sus daños, Pues ya cansado del discurso Juengo
El año de cuarenta y cuatro años. Se revistió del hábito que tengo.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II , ELEGIA I, CANTO 1. 193
Pues escapandonos de los rigores El cual en guerra de indios ignorante,
Del Mavorte feroz , crüel , airado , Que como chapeton no la recela ,
Hicimos lo que hacen malhechores, Armóse solamente de montante ,
Que recogerse suelen á sagrado ; Siéndole muy mejor una rodela :
Su gracia nos dé Dios y sus favores Mandó que caminasen adelante
Para llorar el tiempo mal gastado , En demanda del Cabo de la Vela,
Porque con la mudanza del oficio Y el Miguel Bovedo como mas sabio
Se gaste lo demás en su servicio. Guia por el aguja y astrolabio .
Vino Joan de Guevara , que muy caro Los avisados llevan en las manos
Fué del obispo queste mal recela ; Armas, pero también matalotaje ;
Y alli vino también aquel Alfaro Mas aquella caterva de villanos ,
Que fué factor del Cabo de la Vela , Contenta con haber mudado traje ,
De quien tiene Mompox linaje claro , Parecíales que con ir galanos
Do vive con crecida parentela Aseguraban riesgos del viaje ,
De hijas que en virtud y hermosura Aunque todos los mas para el camino
Tienen aquel valor que se procura. Llevaban barrilejos de buen vino.
Estos, con la restante turbamulta Son por allí terribles los calores ;
Que de salvar las vidas tienen pio, De agua no se halla nacimiento ,
Entraron muchas veces en consulta Y con la sed los rústicos pastores
Para seguir el menos desvario ; En el fuerte licor daban sin tiento ;
De cuyo parecer al fin resulta , De manos ni de piés no son señores ,
Que diesen al través con el navío , Ni aun para caminar á paso lento ;
Y por la playa con guerrera vela Cesaron con la noche los caminos,
Caminasen al Cabo de la Vela. Y caminaban otros desatinos.
Mas como donde votan muchas gentes Pues uno no hallaba quien le corra,
Estriba cada cual en su conceto , Aunque fuese lijero como el viento ;
Otros , en este caso diferentes , Otro tiene pendencias con su gorra
Daban el parecer por indiscreto ; Porque le daba gran desabrimiento ;
Pero sin mas mirar inconvinientes , Otro por decir gorra dice borra ,
Dar al través pusieron en efeto , Otro que para él son pocos ciento ;
Y ansi de ricas mercancías llena Uno lloraba y otro se reia ,
En tierra zabordó su Magdalena. Y el mas libre de todos hecho lia.
Vereis de grandes olas multiplicos , El de Guadalcanal ya despumado ,
Cuyos embates llegan al entena ; La claridad del dia ya venida ,
Vereis cómo los grandes y los chicos Por el obispo fué determinado
Trabajan de saltar en el arena ; Que fuese cierta gente repartida
Vereis pobres villanos cómo ricos Para buscar por uno y otro lado
Se querian hacer á costa ajena , Fuente que proveyese de bebida ;
Quitando de las cajas cerraduras Mucho cardon hallaron , mucha tuna ,
Para sacar costosas vestiduras. Y el agua que ballaron fué ninguna.
Trocaban los pellicos y zurrones, Mas aunque todos eran chapetones ,
E sayos de remiendos cuarteados, Y en este menester de pocas mañas ,
En muy pulidas calzas y jubones , Dieron en comer fruta de cardones,
Guarnecidos de ricos entorchados ; La cual les refrescaba las entrañas ;
Y aquellos estopeños camisones Y no salieron estas invenciones
En otros por estremo bien labrados : De hombre natural de las Españas ,
Cargan de seda , grana y lenceria , Mas de un indio Gonzalo que venia
Y de lo que mejor les parecia. De Castilla con esta compañía.
Vereis de gentes viles y mugrientas Y luego cada cual se desatina
Hechos soldados mas que fanfarrones Haciendo de su vida poca cuenta ,
Que bien pensaban caminar por ventas Por ver el gran estremo de la urina
Y de hallar á legua los mesones : Que no menos que muerte representa ,
Hacian los pobretes falsas cuentas ; Pues era toda como sangre fina
Y al fin bien parecian chapetones , Cuando de las narices nos revienta :
Porque guanibucanes y cocinas Quejábanse del indio don Gonzalo
Tan solamente venden flechas finas. Por les mostrar aquel fruto tan malo.
Al fin con todos estos embarazos El indio consultor riendo dice :
Tomaron tierra todos los perdidos , De aqueste mal no morireis ogaño ,
Los mas dellos a fuerza de sus brazos , Pues bien visteis que yo la salva hice
Y todos rociados los vestidos ; Sin querer eximirme deste daño ;
Y los bateles hechos mil pedazos Nadie desmaye ni se escandalice ,
De grandisimas olas embestidos , Ni piense ser de muerte tal engaño,
Y la nave que todos los pertrecha Porque presto saldreis desta fatiga ,
En brevisinio tiempo fué deshecha. Y al médico podreis dar una higa.
Va por las aguas el prolijo parto Visto pues ya que por ningunos modos
De mil mercaderías diferentes : Descubrian refugio de bebida ,
Aqui viene la pipa y allí el cuarto , Por todas las zavanas y recodos
Alli cajas de cosas escelentes ; Desta tierra de mí bien conocida ,
Tuvieron en la playa vino harto , Determinaron de volverse todos
Conservas y otros muchos adherentes , Al puerto do la nave fué perdida ,
Holandas y rüanes , sedas , paños , Para se proveer de mas brevaje
Testigos ciertos de tan grandes daños. Y rehacerse de matalotaje.
Juntos todos los náufragos en tierra, Ven número de sedas increible
Sin salir resistencia de contrarios , Que el ánima de pena les traspasa ,
El ocio y cobardía se destierra, Y el sayagués tomara lo posible
Por se hallar allí consiliarios Sin que ninguno les pusiese tasa ;
Que nombraron oficios para guerra , Mas parecióles ser mas convenible
Si por ventura fuesen necesarios : Cargarse de bizcocho, vino y pasa :
Fué de los capitán un caballero Que el buen obispo sabio y escelente
Que iba de Panamá por tesorero. Dió orden al avio desta gente.
T. IV. 13
194 JUAN DE CASTELLANOS .
Prosiguen su camino como antes , Con tal exhortacion , el reverendo
Dejando mal afortunados puertos ; Parece que cobró mejor semblante ,
Son guias las agujas mareantes , E ya con trompezones , ya cayendo ,
Pero también llevaban desconciertos ; Procuró de pasar mas adelante.
Que los pilotos diestros y bastantes Por undécimo dia va corriendo
En tierra no debian ser espertos , Sin agua ver el triste caminante ,
Pues tenian mas breve la carrera Y primero que viesen este dia
Si la derrota bien guiada fuera. Faltaron veinte desta compañía.
Porque cortando con mediano tino Yendo pues el cansado peregrino
Aquella travesía destos llanos , Haciendo con los piés flacas mudanzas ,
En menos de dos dias de camino Y los demás guiados por el tino
Dieran en poblaciones de cristianos ; Que prometen inciertas esperanzas ,
Y ansí por no saber y mucho vino Vinieron á topar con un camino
Perecieron allí muchos cristianos , Que luego les mostró ciertas labranzas
Pues mal podia dalles buen seguro Con maiz y con indico sustento ,
Con inmenso calor el vino puro. Causa de crecidísimo contento.
El uno daba En á su carrera , Con un nuevo hervor incontinente ,
Otro vian caer á poco trecho , Viendo la poca tierra cultivada ,
Quien puede socorrer menos espera Por una y otra parte fué la gente
Por no mirar á mas de su provecho ; En demanda del agua deseada ;
Y el que quedaba tal que no muriera , Cercana se halló pequeña fuente
Los indios que venian en acecho Que rodeó la gente fatigada ,
Lo hallaban dormido de tal suerte , Con tanta grita , priesa y alboroto ,
Que le daban el sueño de la muerte. Que no fué de locura muy remoto.
El noble se media y moderaba Uno quiere matar à quien le toca ;
En el vino por orden atentado , Otro por apartallo se le pega ;
Y se compadecia y esforzaba Uno mete los pies , otro la boca ;
En riesgo y en trabajo tan pesado ; Este pudo llegar, aquel no llega ;
Pero fray Melchior ya desmayaba , Calla quien bebe , y otro lo provoca
Por ser un caballero delicado , A rencilla , rencor y pasion ciega ;
El cual con lacrimosas turbaciones Al fin de tantos el jaquey fué lleno ,
Al obispo habló tales razones : Que presto lo hicieron como cieno.
«Señor y padre mio, yo me quedo Nunca plaza se vió tan alterada ,
Do mi fortuna triste determina , Al tiempo que reparten la comida
Pues aprovecha poco buen denuedo En alguna ciudad necesitada
Donde tan gran flaqueza predomina ; Que es de partes estrañas proveida ,
No faita voluntad , pero no puedo Y suele bofeton , coce y puñada
Llegar donde sus vuelos encamina , Andar también á vueltas repartida ,
Porque los miembros del vital meneo Cuanto fué la porfía y la batalla
Me niegan lo que pide mi deseo. Sobre eljaquey pequeño que se halla.
»Acabando me va la sed ardiente , Pero dados ya fines al ruïdo ,
Ya descompuesta toda coyuntura ; Del primero jaquey poco distante
La luz diurna mas resplandeciente Otro se descubrió mas estendido ,
Noche se representa muy oscura ; De claras aguas lleno y abundante ,
Mi cuerpo miserable finalmente Adonde cada cual fué proveido
Se queda , sin gozar de sepultura , Para poder pasar mas adelante :
A ser escarnio destas gentes fieras , Recreóse la flaca compañía ,
O cebo de las aves carniceras. >> Mas con algun desgusto todavía.
A nuestro buen obispo fué molesta Porque de dos cocinas atrevidos ,
La determinacion del compañero, Cada cual dellos sagitario fiero ,
Mas con animosísima respuesta Fueron en el jaquey acometidos ,
El paso torpe hizo mas lijero , Teniéndolos allí como en terrero :
Diciendo : «Tal bajeza como esta Quedaron tres ó cuatro mal heridos ,
No debía caber en caballero : Entrellos el ya dicho tesorero ;
Que el ánimo del noble se conoce Y queriendo los nuestros alcanzallos ,
Cuando le da fortuna mayor coce. Huyeron mas veloces que caballos.
»Vuestra fatiga tengo conocida , Causáranles mayores aflicciones
Pena , debilidad y sed terrible ; Naturales que son deste terreno ,
Mas no teneis el alma despedida , Si por aquestos tiempos y sazones
Y el remedio no es inaccesible ; No tuvieran un poco de mas freno ,
Y para conservar la cara vida A causa de cristianas poblaciones
Mas habeis de hacer de lo posible : Que ya predominaban este seno ,
Procurad que la muerte se detenga , Cebados en la rica pesqueria
Y no la llameis vos antes que venga. De perlas que esta seca costa cria.
>Hágase la posible diligencia Apercebidos pues y dada cura
En buscar un camino que se siga , A los que lastimó dura saela ,
Que yo confio en Dios y en su clemencia Vieron en estos llanos un altura,
Que presto terná fin esta fatiga; Acia do caminaron vía reta ;
Vamos con vigilancia y advertencia , Y es cerro que por ser de su hechura
Porque de gente amiga ó enemiga Los españoles le llamamos teta :
No puede ya faltar tierra bollada, Alli tentó subir la compañía
Y rastros que nos den algun aguada . Para mirar la mar si parecia.
»Y si nos viéremos en tales puntos E uno que subió con mejor brio
Que el ánima del cuerpo mortal vuele , A lo alto del cerro descubierto ,
Eya fueren los miembros tan difuntos Del deseado mar y su desvío
Que muerte los ocupe como suele , Se pudo brevemente hacer cierto ;
Ambos a dos nos quedaremos juntos Pues vió desde las cumbres un navio
Para que uno con otro se consuele , Venir por alta mar á tomar puerto;
Y acabaremos peregrinaciones Derramando la vista mas aposta
Con santas y devotas oraciones.> Vió gente de caballo por la costa.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II , ELEGIA I, CANTO II. 195
La placentera voz del atalaya Es ansi pues que nuestra compañía ,
Puso tales espuelas este dia , Yendo por la zavana descubierta
Que cada cual , sin ver por dónde vaya , Con deseo de ver alguna guia
Vuela acia la parte que decia : Que les diese razon de cosa cierta ,
Salieron dos mancebos á la playa , Acaso vieron gente que venia ,
Do vieron gente del Andalucía , Y con temor que no se les divierta ,
A quien contaron lo que les pasaba , Leiva y Pedro de Limpias se apearon
Y de la gente que detrás quedaba . En el instante que los devisaron.
De los nobles del Cabo de la Vela Venian cuatro bárbaros lozanos
Sabida la desgracia ya contada , Con cuatro hembras por zavanas rasas ,
Cada cual con su gente se desvela Y como devisaron los cristianos ,
En ir à socorrer la fatigada , Enviaron las indias á sus casas :
Con aquel aparato que consuela Toman flechas y arcos en las manos ,
La que suele venir necesitada ; Y en furias encendidos como brasas
Pues llevaron á buenos y á los malos A los nuestros abrevian su corrida
Caballos y gran copia de regalos. Con intencion de les quitar la vida.
Destos generosísimos cristianos Pensaban amarrallos con cabestros
Lleno de caridad salió primero Y llevallos à todos enlazados ,
Aquel varon insigne, Castellanos, Porque con los que fueron menos diestros
Tesoro de virtud y tesorero ; Estaban por allí mal enseñados :
Ansimismo llevó llenas las manos Salieron al encuentro , de los nuestros
Aquel maravilloso marinero, Pedro de Limpias y otros seis soldados ,
Bartolomé Carreño, cuya fama Hablándoles de paz con una lengua
Con gran loor por Indias se derrama. Que los indios juzgaron ser gran mengua.
Salió su hijo Francisco Carreño , Porque pospuestos los dudosos miedos,
De su familia grande rodeado , Juzgando su valor por muy mas fuerte ,
Varon cuyo valor no fué pequeño , A voces y por señas con los dedos
Antes en buenos hechos señalado , Siempre les respondian desta suerte :
Y que tambien gozó del dulce sueño « Sentaos en el suelo, y estad quedos
Y licor del bicípite collado , Si no quereis morir de mala muerte :
Conociendo los flujos y reflujos Que no seremos con vosotros bravos ,
Y del cielo sus cándidos debujos . Si fuerdes en servir buenos esclavos.>>
Salió también Alonso de Barrera , Ya sus humores el sufrir enjuga
Alonso Diaz y Pedro de Cales , Viendo que los pretenden para siervos ,
Diego de Almonte , Alonso de Herrera, Y ansí cualquiera dellos apechuga
Diego Nuñez y Pedro de Rosales , Por vellos tan insanos y protervos ;
Con otros muchos que en aquella era Mas era como ir una tortuga
Se tenian por hombres principales : En el alcance de lijeros ciervos ;
Todos van con regalos escelentes Solo Limpias llevó pasos mas llenos
A socorrer las fatigadas gentes. A causa de correr con los ajenos.
Guió con mas presteza su carrera Espuelas apretó trás un mozuelo
Un Rodrigo de Funes , negro horro , Y con el pecho pudo derriballo,
Y hallolos á todos de manera El cual se levantó luego del suelo ,
Que fué bien necesario su socorro , Y cuando revolvió para tomallo
Y no deste peligro tan afuera , Se puso , no de salto mas de vuelo ,
Que muchos no quedasen en el morro ; Encima de las ancas del caballo :
Pero pasados brevecillos puntos Por las arcas aprieta y lo lastima
Los unos y los otros fueron juntos. Sin que lo pueda desechar de encima .
El obispo fué dellos recebido A derriballo mil veces amaga ,
Con gran honor y justa reverencia ; Por quedar vencedor en la contienda :
El parabién le dan de bien venido , El Limpias no sabiendo qué se haga ,
Y el pésame del mal tan sin clemencia ; Ni cómo del muchacho se defienda ,
Cualquier de los demás fué socorrido El brazo revolvió con una daga ,
Y regalado con magnificencia ; Y dióle con la mano de la rienda :
Al pueblo los trajeron , y á posadas El mucbacho con tan atroce juego
De cosas necesarias preparadas. En tierra traspasado cayó luego.
Hicieron grandes fiestas al prelado , Estuvo nuestro Limpias muy á canto
Remediaron al pobre peregrino ... De perder opinion en el vïaje ,
Mas porque yo me siento fatigado Y como nunca vieron otro tanto
De tan prolijo y áspero camino, Jamás en osadía de salvaje ,
Quiero volver las riendas al jurado, Quedaron todos ellos con espanto
Ya Limpias , capitán , que con él vino ; De la velocidad y del coraje ;
Yalli descansaremos , entre tanto Y de los otros tres aun todavía
Que damos orden al futuro canto. Cada cual á las armas revolvia.
Mas el Limpias , persona señalada ,
Ya fuera de pacífico motivo ,
CANTO SEGUNDO . Al uno derribó de una lanzada ,
Y al otro del cabello trajo vivo ;
Donde se tracta cómo el jurado Leiva y Pedro de Limpias prosiguieron El otro viendo burla tan pesada,
adelante por las zavanas del Cabo de la Vela y Soturma, en busca de Huyendo se libró de ser captivo ;
alguna gente para guías , y de lo que les sucedió con unos indios que Y los nuestros , después guian la proa
escontraron. Hacia la sierra de Coquibacoa .
La gran velocidad y la soltura Caminaron por campos descubiertos ,
Desta gente bestial , incorregible , El indio que tomaron siendo guia ,
A los que la verán en escritura Hasta que ya salieron á los puertos
Yo no me espanto selles increible ; Y bravas playas do la mar batia :
Mas aqui se recita verdad pura Halláronse rimeros de hombres muertos,
Y aquello que me consta ser posible; De mucho tiempo ya , segun se via ,
Porque testigos son todos de vista Porque todos estaban consumidos,
Los que dan relacion desta conquista. Con no mas de los buesos y vestidos..
196 JUAN DE CASTELLANOS.
Al indio preguntaron , que quién era Estuvo ciertos dias donde digo
La gente que hallaban en tal puerto: A causa de le ser la tierra sana.
El respondió ser gente marinera , Cuando de Coro fué , llevó consigo
Que con tempestuoso desconcierto A un Bartolomé de Santillana ,
La furia de la mar los echó fuera , A quién después yo tuve por amigo ,
Y que de hambre y sed habian muerto : Persona de valor, sagaz y urbana :
Y que muchos también por estos llanos Y á este , por ser hombre diligente ,
Habian ellos muerto por sus manos . Quiso nonibrar Ambrosio por teniente.
Porque, yendo á buscar algun consuelo, Porque del Fedrimán , por ser bioso
Si con algunos indios encontraban , Y ambicioso varon de su cosecha ,
De miedo se sentaban en el suelo , Estaba grandemente sospechoso :
Y con halagos grandes les hablaban : Y cierto no fué vana la sospecha;
Los indios conociendo su recelo Pues de la cosa que él era dudoso
Para hacello cierto los mataban ; Bien podia tenella va por hecha ,
Dijo : « barbudos eran y vestidos, Con prometer cumplir su mandamiento,
Mas no como vosotros atrevidos. » Sin hacer de la costa mudamiento.
Prosiguen sus caminos á la sierra , Mas , apenas Ambrosio mudó cama,
Aquesta desventura percebida; Cuando despidió él todo reposo ,
Hallaron sementeras en la tierra Y con aquel ardor de ganar fama,
Y en ellas mucha copia de comida : No receló quedar por mentiroso
Al encuentro salió gente de guerra , Creyendo de fortuna que lo llama
De castellanas armas proveida , A hacer algun lance venturoso ;
Y toda la mas gente que venia Y ansi mandó juntar alguna gente ,
Era guanebucan y caquetía. Y dicen que les dijo lo siguiente :
De la victoria ya tan confïada , « Señores : la memoria nos ofrece
Segun las bravas muestras y semblante , Un dicho de los sabios repetido ,
Que para cualquier dellos era nada Y á todo buen juicio le parece
Fuerza del español que ve delante : Que no debe cubrirse con olvido ,
Piden los nuestros paz , no les agrada, Y es este que ningun premio merece
Porque el menor se juzga por gigante El hombre que se está siempre dormido ;
Contra gente vestida , de quien piensa Pues el honor, valor, riqueza, ciencia,
Ser como los demás en su defensa. Se ganan con la buena diligencia.
En los náufragos miseros mostrados » Nunca se dan à flojos los honores;
Cada cual à los nuestros va derecho , Abate los mas altos la torpeza ;
Tan atrevidos y desvergonzados Caminos son derechos los sudores
Como si todolo tuvieran becho ; Para poder llegar á gran alteza ,
Pero los españoles esforzados , Y salsas de ningunos sinsabores
Movidos de grandísimo despecho , Los trabajos , vigilias y aspereza ;
Y de guerreras furias todos llenos , Pues lo que se ganó con pesadumbre
A sus atrevimientos ponen frenos. Tiene después sabor y dulcedumbre.
Aquí vereis un indio traspasado »Pudiera dar ejemplos de pasados
Por pecho , por entrañas y ternillas; Que fueran á propósito traidos ,
Alli cabeza y brazo derribado ; De pobres diligentes levantados ,
Aculla jarretadas las rodillas ; De prósperos ociosos abatidos ;
Lleva gentiles brios el jurado ; Taburlanes de gloria coronados ;
Pedro Limpias hace maravillas ; Dionisios de corona despedidos ;
Tanta priesa les dan en las contiendas Pero basta traer a consecuencia
Que el pueblo les dejaron y haciendas. Aquello que se ve por esperiencia.
Vencidas estas gentes inhumanas , El bien que la fortuna le ofrecia
Y recogidos indios mas de ciento , Perdió Velazquez por su negligencia ,
Y espadas , alabardas , partesanas , Y con Cortés usó de cortesia ,
Con otras cosas de mayor momento , Aunque dijeron ser inobediencia ;
Volvieron por los campos y zavanas Mas es gran vanidad y bobería
Cargados indios de mantenimiento ; De gentes que no tienen advertencia ,
Llegaron á su pueblo y á sus gentes Pues no fueron sus hechos soberanos
A tiempos y á sazones convinientes. Ocasiones soltando de las manos.
Después de mucho tiempo consumido >>Para poder hacer empresa bella
En ver y trastornar aquel terreno , Ocasion de presente la tenemos ,
Micer Ambrosio supo ser venido Y no conviene desasirnos della
A gobernar un micer Joan el Bueno ; Recelando sucesos con estremos ;
A Coro se volvió mal desabrido Pues en satisfaccion de la querella
Do lo halló de su salud ajeno ; Que podria tener el que tememos ,
Y por morir el Joan aquel invierno Yo me prefiero dalle tal disculpa
Ambrosio se quedó con el gobierno. Que todos quedeis libres de mi culpa.
Ansimismo murió Luis Sarmiento , Cuanto mas que yo tengo por muy cierto
En todas buenas partes eminente , Que va de su salud mas apartado ,
Y en cama no con menos detrimento Y fué temeridad dejar el puerto
El Ambrosio también cayó doliente , Donde pudiera ser mejor curado ;
Pero determinó mudar asiento , Y aun es esta la hora que está muerto
Nombrando á Fedriman por su teniente ; Segun lo vistes ir debilitado,
Y después de mandar lo que convino, Pero de vuestro daño muerto ó vuelto ,
A la Española hizo su camino. Todos podeis dormir á sueño suelto.
Con gana de se ver convalecido »Porque yo me daré tan buena maña ,
De su debilidad y enferma saña , No solo por razon, mas por derecho,
Teniendo desta isla conocido Que no solo mitigue cualquier saña ,
A su salud no selle tan estraña , Pero se sienta bien de nuestro hecho
Por haber alli siempre residido, Por los señores de la gran compaña ,
Factor seyendo de la gran compaña. De los cuales estó yo satisfecho ,
Y no le sucedió mal el aviso , Que serán muy servidos y contentos
Pues luego tuvo la salud que quiso. En no les dilatar descubrimientos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II , ELEGIA 1 , CANTO II. 197
Abreviémonos antes que se parta Mucha gente de indios se congrega,
Otro descubridor de menos sueño , De rigurosas armas proveida ;
Pues Lerma sale ya de Santa Marta ; Nicolas Fedrimán con paz les ruega ,
Por via de Cubagua va Sedeño ; Loando su pacífica venida :
Hieronimo de Ortal da priesa barta Al fin por la distancia desta vega
A venir con avio no pequeño : Fué de todos la paz bien recebida ,
E yo sé que terneis por cosa dura Y celebradas estas amistades
Ser preferidos otros en ventura. Socorrieron á sus necesidades .
>Inconvinientes pues asegurados , Con todos se compone y averigua,
Mi parecer sin otro repuguante Descubre pueblos sin ponelle tasa ,
Es, que pues vamos bien aderezados Los indios alterados apacigua
Procuremos pasar mas adelante : Por hallar por alli blanda la masa ;
Podrá ser que nos llamen nuestros hados Vido la poblacion de Hacarigua ;
A tierra rica , llena y abundante , Aguas de Amoradore rio pasa ;
Y que solicitud buena nos eche De paz latierra toda va llamando ,
Donde tan gran miseria se deseche. Algunas piezas de oro rescatando .
»La gente principal desta frontera Llegó después con breves escuadrones
Ya nos sustenta mal y con gran pena , Hasta Hitibana, provincia buena,
Y alguna por la dar á forastera La cual de populosas poblaciones
Se quedan hartas noches sin su cena : Estaba por allí no menos ilena :
Busquemos otra tierra mas entera En los vecinos hay alteraciones ,
Donde podais comer á costa ajena , Y todos ellos recibieron pena
Que ya la grande falta de comida De ver que sus labranzas y riberas
Pide con gran instancia la partida. Se hollasen de gentes estranjeras .
A Dios pongo , señores , por testigo Amenazan con bélicos pertrechos ,
Ser para vuestro bien esto que quiero , Diciéndoles : « volved á esotra mano » ,
Y que llevais en mi fiel amigo, Dandose de palmadas en los pechos ,
Un llano capitán y compañero : Que son señales de furor insano ;
Por tanto conceded con lo que digo Pero con pretension de sus provechos
Como de vuestro gran valor espero, Ruégales con la paz el Fedrimano :
Y cada cual de mi se satisfaga Dicen no querer hombres en sus senos
Que no le diré cosa que no haga.» Que no saben si son malos ó buenos .
Dijo su voluntad, y á lo que creo Y del crecido número de gente
Ninguno la tenia discrepante , Y fieros escuadrones de desnudos,
Vencidos del grandísimo deseo Uno dellos hablaba solamente ,
Que tenian de ir mas adelante ; Que todos los demás estaban mudos ;
Porque para hacer mayor empleo Nicolao Fedrimán volvió la frente
Era su Fedrimán hombre bastante ; No queriendo probar filos agudos,
Y ansi de los soldados de mas cuenta Ni menos esperar golpe de flecha
Se pudieron llegar ciento y cincuenta. A causa de la paz que deja hecha.
Esteban Martin, Limpias y Naveros, Que no por no tener finos aceros
Pedro de Aranguez, noble vizcaíno, Para les refrenar sus movimientos
Alonso Zarco, Barrios , Hontiveros , Pues eran él y aquestos compañeros
Y el valeroso mozo Juan Florino , Enseñados en grandes rompimientos ;
Que en buenos hechos fué de los primeros; Mas porque el contador dicho Naveros
Con ellos fué también este camino No dejó de hacer requerimientos ,
El padre fray Vicente Requejada, Que no rompiese nuestra compañía
Y el me dió relacion desta jornada. Si la de los contrarios no rompia.
Y el buen capitán Martin de Arteaga , Volvióse Fedrimán cuasi derecho
Que escrita me la dió mas largamente , De do la gente flaca se quedaba ;
Y no sé con qué lengua satisfaga Algunos indios iban en acecho
Méritos de varon tan escelente ; Con deseo de ver dónde paraba :
Pues segun su valor la mayor paga Imaginóse ser concierto hecho
No es ni puede ser equivalente ; Con otra gente que de paz estaba ,
El cual aun vive hoy dentro de Coro Porque cuando pasasen aquel rio
Mas lleno de virtudes que de oro. Por ambas partes diese gran gentio.
Fué la demás esclarecida gente , Mas el buen alemán , que sagaz era ,
Soldados valerosos escogidos , Como quien del asalto se recela ,
Cuyos nombres callamos de presente Dió muestras de dormir en la ribera ,
Por no poder ser todos referidos : Asentó toldos, y sacó candela ;
Llevaron diez caballos solamente; Mas el reposo fué de tal manera
De lo demás van bien apercebidos, Que ninguno dejó de estar en vela
Abrevian caballeros y peones Con intencion que el agua peligrosa
Por evitar algunos trompezones. Pasasen con la noche tenebrosa.
Caminaron al sur por barlovento Al tiempo pues que con nocturno velo
De Coro, do la gente se hallaba , Pierden floridos campos sus colores ,
Porque por el cuartel de sotavento Y no da resplandor el alto cielo ,
El Maracaibo los desengañaba : Presentes oscurísimos vapores ;
Siguieron pues aquel descubrimiento Cuando gozan amantes del consuelo
Que mas prosperidad representaba ; Que toman de sus tácitos amores ,
Atravesaron sierras en efeto Con miedo del ejército salvaje
Y llegaron á Barraquicimeto. Orden dió Fedrimán á su pasaje.
Ameno valle ven y tierra llana , Tácitamente cada cual soldado
Fértil y pobladisima ribera: Del vestido comun se desabriga ;
Asentó Fedrimán en la zavana Y como no podian hallar vado
Que de su nombre dél es heredera. Que con seguridad un alma siga ,
Enferma lleva gente castellana Unos en balsas van, otros á nado
Que seguir no podia su bandera : Pasando con grandisima fatiga ,
Dejólos con recado conviniente , Y cuando luz de Febo reverbera
Vanduvo con el resto de la gente. Hollaban ya sus piés otra ribera .
198 JUAN DE CASTELLANOS .
Luego con parecer de capaz vaso , Cercénanse narices, muelas , dientes ;
Peon y caballero bien armados Derribanse penachos a montones ;
Agran priesa salieron á lo raso Golpes de sangre salen de las frentes ;
Buscando los lugares escombrados , Córtanse las humanas proporciones ;
Donde los temerosos deste caso Infinidad de flechas van pendientes
Se hallaron de indios rodeados De las colchadas armas de algodones ,
Por una y otra parte del ejido , Que si no llegan á hacer heridas
Pero sin alboroto ni ruïdo. Fueron de sus harpones detenidas.
No levantan de arena tantos granos Como toro que lidian los villanos ,
Combates de terribles torbellinos , Que ya del suelo , ya de talanquera ,
Por playas secas ó hollados llanos Tantas garrochas salen de las manos
De grande cuantidad de peregrinos , Que le cargan el cuerpo de madera,
Cuantos indios venian ya cercanos Y ha menester tener los piés livianos
Ocupando los pasos y caminos; Quien pica siendo larga la carrera ,
Y el indio que acullá habló por todos Pues ya por las espaldas le resuella ,
Aquí quiso tener los mismos modos. Ya lo hiere, lo mata y atropella :
Con las flechas y arco muy à pique , No menos á las partes sucedia
Se vino luego acía nuestra gente , En aquestos recuentros porfïados,
Diciéndoles : « Ya viene mi cacique Por ser gran cuantidad de flechería
A daros un grandísimo presente , La que cuelga de sayos estofados ;
Y de lo que mandó que os notifique Mas el de cuatro piés que los seguia ,
Podeis ver el efecto brevemente ; Bufaba por espaldas y por lados ,
Dilatad algun tanto la partida E ya los huella, ya los desbarata,
Porque mejor se guise la comida. » Ya los deja caidos , ya los mata.
Viendo los nuestros el intento loco , Anda la furïosa diligencia,
Marcharon con el orden que convino . El sol ardia , hierven movimientos ,
El avanguardia guia poco a poco Cobra mayores fuerzas la pendencia
Aquel Pedro de Aranguez , vizcaíno , Con indios que llegaban por momentos ;
Sin dar mas ocasion de la que toco : Hitivana perdia la paciencia ,
Ya cuando comenzaba su camino ," Por no poder salir con sus intentos :
Con agudo harpon y paletilla Avoces reprehende sus alardes ,
Le pasaron las armas y espaldilla. Llamándoles de viles y cobardes.
# Revuelve luego no con furia poca , Donde manifestaba sus enojos
Y cuando sus venganzas apareja, Era parece ser cierto repecho :
Otro le segundaron por la boca Puso Esteban Martin en él los ojos ,
Cuya punta salió por el oreja ; Y allá con gran furor rompió derecho.
A muy mayor venganza se provoca Ejecutó la lanza sus antojos
Cobrando furias de costumbre vieja , Hasta salir la punta por el pecho ;
Y para se hacer del daño pago Y como las entrañas le rompiese ,
Arremetió, diciendo ¡ Santiago! Al alma dan lugar por do saliese.
Llevando ya la lanza levantada , Aquellos que procuran de vengallo
A indio hablador vido delante , Quedaban hechos postas y tasajos ;
Al cual atravesó de una lanzada , Tiraban dél, mas no pueden sacallo
Y rompe por la gente circunstante : Por se lo defender crueles tajos ;
La batalla cruel es comenzada ; Mataron á Naveros su caballo ,
Mire por sí la parte litigante ; Aumento de sus penas y trabajos ,
Para mas mal Alecto sale fuera Pues aunque fué valiente y esforzado,
Sin quedar Thesifone ni Megera. Era para peon muy delicado.
Estas tres furias encendieron luego Al tiempo pues que Febo dividia
De furor infernal humanos pechos ; Con sus dorados carros la carrera ,
Aviva la pasion bélico fuego; Y en aquel hemisferio repartia
Vense patentes los sangrientos hechos; En dos partes el eje del esfera ,
Comienzase mortal desasosiego ; Y la mudable sombra se metia
Hallábanse los pocos en estrechos, Ya debajo de quien la causa era ,
Por ser tan limitada su defensa Otro principal indio hizo falla ,
Y la delos contrarios ser inmensa. Y ansi dejaron todos la batalla.
Mas el buen Nicolao les decia : Pues las bárbaras gentes despedidas ,
¡ Ea, señores, que la gloria es nuestra, Los nuestros de quietud necesitados ,
Y este de que gozamos es el dia Curaron al Aranguez las heridas ,
Para que deis á indios clara muestra Y á los demás que estaban lastimados ,
De la fuerza, vigor y valentia Algunos en gran riesgo de las vidas ,
De que Dios ha dotado vuestra diestra : Aunque todos de muerte libertados ;
A ellos pues , y en el encuentro fiero Y el débil de flaqueza fuerza saca
Cada cual mire por su compañero! Para ir a buscar su gente flaca.
Comienzan á romper por escuadrones Porque por los encuentros descubiert
Con el veloz vigor de los caballos ; Cualquier varon de término discreto
A las espuelas llevan los peones Imaginara ser ya todos muertos
Por ayudarse dellos y ayudallos ; Por los indios de Barraquicimeto ;
Suenan alborotadas confusiones ; Y ansi , como varones bien espertos,
Esfuerzan los caciques sus vasallos ; A buscallos volvieron en efeto :
Indios aquí y allí vereis caidos , Quiso Dios que primero que llegasen
Muertos los unos y otros mal heridos. En medio del camino los topasen .
Sus filos las espadas allí ceban ; Porque para dejar aquella parte
Empléanse los bierros de las lanzas ; No les faltó también discreto miedo ,
ElLimpias, Arteaga y el Estéban Por ver audar los indios de mal arte
Confunden las indianas ordenanzas ; Y no podelles ver el rostro ledo :
Fedrimán y el Aranguez allí prueban Holgáronse de ver el flaco Marte ,
Sus fuerzas no ser vanas confianzas; Aunque cuasi los mas con buen denuedo,
La grita, vocería y el estruendo , Y juntos los cristianos escuadrones
Los vaporosos aires va rompiendo. Iban á las amigas poblaciones.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II , ELEGIA 1 , CANTO II . 199
Pero poco después que se juntaron , Venian los caudillos de salvajes
Yendo do piensan ser bien alojados , Con diademas de oro coronados ,
En unos campos rasos encontraron Encima superbísimos plumajes ;
Cuatrocientos gandules bien armados : Los rostros de pinturas variados ;
El Limpias y el Estéban les hablaron A las espaldas llenos los carcajes ,
Como los vieron tan alborotados , Los arcos en las manos preparados ,
Diciendo « Pues de paz es vuestra tierra , Con tan feroz y bravo continente ,
¿Cómo nos recebís en son de guerra? Que hacian temblar al mas valiente.
>Pues mal no recebís de los cristianos , Los nuestros dicen : « En lugar estamos
Eva se celebraron amistades , Do cumple que las manos apretemos.»
Apartemos las armas de las manos , Pedro de Limpias dijo : « No temamos ,
Huyamos de contrarias variedades : Ni tanta muchedumbre recelemos :
Que no pide razon à pechos sanos Holguemos y comamos y bebamos ,
Pagalles con cautelas y maldades ; Que nosotros al fin los venceremos.»>
Y si haceis de flechas confianza , Era montañesico mal limado ,
Nomenos , si no mas, pica la lanza .»> Y esto decia él medio mascado ,
Estuvieron suspensos por un rato, Como quien no bebió licor de Apolo ,
Aunque las manos puestas en la flecha ; Sino lo que le dió crasa Minerva ;
Yansi viendo los nuestros el recato , Separatísimo de todo dolo ,
Certificáronse de la sospecha Pero de condicion algo proterva ;
De ser participantes en el trato , Mas en valientes hechos tal , que solo
Yno sin culpa de la maldad hecha ; Bastaba para toda la caterva :
Y por tener lugar y ocasion bella , Conocilo y tratélo largamente ,
Determinaron de valerse della. Y aun á su muerte me ballé presente.
Arremetió la gente castellana , Dando pues orden nuestra compañía
Los indios desterraron sufrimiento ; A lo que deste caso sucediese ,
Los unos y los otros tienen gana , Al indio que llevaban para guia
Y ansi se concertó su rompimiento : Preguntaron las lenguas que dijese
Rios de sangre van por la zavana , De quién era la gente que venia ,
Clamores rompen el lijero viento , Por qué fines ó causa se moviese :
Inquietud llegó , huye reposo , Que declarase bien qué cosa era.
Recuentro se revuelve sanguinoso . El indio respondió desta manera :
Rómpense los flecheros escuadrones « Sin tormento de fuego ni de agua
Con impetu feroz de los rocines ; No receleis que la verdad os niegue ;
Impiden ya su huella los montones Mas no sabré decir qué mal se fragua
De los indios que fueron mas insines : Hasta tanto que ya la gente llegue ;
A los restantes hacen los peones Pero conozco ser Catimayagua
Que viesen luego miserables fines , Con otro principal dicho Categue ,
Pues el cacique solo quedó vivo , Y son los otros dos que veis de cara
El cual del Arteaga fué captivo. Geeoagúa y Badurajara.
Recogieron las joyas de caidos , Y no creo que vienen por venganzas
Levanto corazon el mas inerte ; En venir unos de otros apartados :
Quedaron de los nuestros diez beridos , Antes creo que vienen de labranzas ,
Mas ninguna herida fué de muerte. Pesquerías ó cazas de venados ;
Fué freno para muchos atrevidos Pero por sí ó por no , de vuestras lanzas
El sucedelles bien aquella suerte , No vivais por ahora descuidados ,
Y ansí los vivos , vistos los efetus , Porque si vienen ellos de mal arte ,
Pacíficos vinieron y quïetos. Tengo yo de llevar la peor parte.>>
Después de los encuentros sucedi los , Oido por los nuestros lo que toco ,
A Hacarigua guian sus pisadas , Quel indio caquetío les decia ,
Adonde fueron todos recebidos Parecíales ser consejo loco
Como de gentes atemorizadas ; Querer romper tan grande compañía ;
Y de aquella provincia despedidos , Y ansi determinaron poco á poco
Apaciguando gentes alteradas , Irse quietos acia do venia ,
Procuran ya por paz , ó ya por guerra , Y los indios también sin sobresalto
Descubrir mas secretos de la tierra. Bajaron a los llanos de lo alto.
No sin recelo de guerreras tramas Después que ya llegaron á lo llano,
Dieron en unas grandes poblaciones , Bajando cada cual por su ladera ,
Do no faltaron amorosas llamas , Un tuerto gentil , hombre bien lozano,
Pues por ser de tan bellas proporciones A todos les tomó la delantera ,
Le llamaron el valle de las Damas. Y cerca del ejército cristiano
Con las demás anejas condiciones Con brio les habló desta manera :
En usar de grandisima franqueza « ¿Quién sois , à qué venís , ó quién os manda?
De aquello que les dió naturaleza. ¿Qué designo teneis , ó qué demanda ?»
Dejadas estas gentes ya sujetas , Estéban respondió : « Somos cristianos ,
Yendo por un gran llano cierto dia , De religiones el mejor tesoro ;
Oyeron tal ruïdo de cornetas , Venimos en demanda de los llanos ,
Que pareció que el mundo se hundia : Y por decir verdad buscamos oro ;
No tuvieron sus ánimas quietas Somos también carísimos hermanos
Hasta bien percebir lo que seria , Del cacique Manaure , rey de Coro.»
Y vieron descender de unos recuestos El indio , viendo que en Manaure toca ,
Innumerables bárbaros compuestos. Dióse ciertas palmadas en la boca.
No multiplican áticas colmenas Y luego con el rostro mas sereno
Los enjambres de abejas tan poblados , Les dijo : « Si es de paz vuestra venida ,
Ni revuelve la mar tantas arenas Por ser hermanos de señor tan bueno,
Cuando sus vientos andan mas turbados , Tengo por bien dejaros con la vida :
Cuanto se ven aquí campañas llenas Vamos , pues así es , à mi terreno ,
De sagitarios fiercs yesforzados , Do todos hallareis buen acogida ,
Untados todos ellos con resina , Y de cualquier asalto de enemigo
O mara que llamamos trementina. Seguros podeis ir, pues yo lo digo.
200 JUAN DE CASTELLANOS.
Aunque rieron que por tales vias No viene con tal fuerza torbellino .
Fuesen del indio tuerto convidados , Impelido de grandes ventisqueros ,
Juntáronse con estas compañías Ni en Indias aguacero repentino
El dicho Fedrimán y sus soldados , Barre con tanta furia los oteros ,
Y entre los indios fueron ocho dias Cuanto furor , braveza y desatino,
Ellos y sus caballos regalados , Mostraron estos bárbaros guerreros :
Y diéronles después matalotaje El impetu fué tal y tan horrendo ,
Para que prosiguiesen su viaje. Que los nuestros se iban retrayendo.
Despedidos por términos urbanos, Cobran los bárbaros mayores brios ,
Dieron, muy lejos ya desta frontera , Teniendo ya por facil acaballos ;
En un pueblo de chipas en los llanos , Amparanse los nuestros en buhíos
Gente brava , feroz y carnicera. Hasta poder subir en los caballos.
Carne hallan asada los cristianos : Decia Fedriman : « ¡ Aquí los mios !»
Comieron sin que sepan de quién era ; El Uriorebuí : « ¡ Aquí , vasallos ! »
Mas ojos propios los hicieron ciertos . Mas los de cuatro piés ya salen fuera :
Hallando piés y manos de bombres muertos. Ellos harán bien ancha la carrera.
Luego vereis estar imaginando : Fedrimán , Limpias y Estéban Martinez
Unos que ven y no quieren creello , Y Martin de Arteaga con Berrío ,
Otros en otra parte basqueando , Por tales vias guian sus rocines ,
Otros para bosar mover el cuello , Que ningun golpe daban en vacío ;
Otros ó los mas dellos vomitando , Y tanta priesa dan los paladines ,
Otros meter los dedos para ello , Que la corriente sangre hace rio :
Otros quisieran con aquellas sañas Barrios , y Joan Florin y Alonso Zarco
Abrirse con sus manos las entrañas. Cortan aquí y allí macana y arco.
Desabridos de gente tan malina Mas aunque cuantidad de indios mueran,
Que siempre de la paz anda huyendo , Y vean uno y otro ya difunto ,
El sabio Nicolao determina Los vivos todavía perseveran ,
Ir gentes mas humanas inquiriendo , Sin que de su furor aflojen punto :
Y aun también de volver á la marina , Uriorebui pica tan de veras
Valles y serranías descubriendo ; Que ningun español se llega junto ,
Y dieron luego por aquella via Y Limpias , viendo sus encuentros fieros ,
En un pueblo de gente caquetía. A él encaminó sus piés lijeros.
Hallaron los vecinos ser absentes , Bien pensó de camino derriballo ;
Alzado de las casas todo ato , Mas la tal esperanza salió vana ,
Porque por tener nuevas destas gentes Por le desbaratar lanza y caballo
Vivian con grandísimo recato ; Con dos terribles golpes de macana ;
Mas á tractar de cosas indecentes Fingió que le buia por ceballo ,
El cacique volvió desde á buen rato , Y el indio lo siguió de buena gana ;
Y sobre cierta cosa que pedia, Cambió los hierros al arzon trasero ,
Al Fedrimán habló con osadía. Y acertóle por el degolladero.
El dicho Fedrimán lo halagaba Cayó , mas no cayeron los motivos
Por los mejores modos que podia ; De los que procuraban su venganza ;
El indio con furor se desmandaba Pero como quedaban pocos vivos ,
Con una mas que loca fantasía ; Quedó superior cristiana lanza.
Fedrimán , viendo su protervia brava , Quisieron mas morir que ser captivos
Dióle con una caña que tenia ; Los que no concluyó tan gran matanza ;
El áspero gandul echando fuego Pues cuatro que escaparon destas suertes
Al bosque montuoso se fué luego. En cierta parte se hicieron fuertes.
El cual con furiosos movimientos , Fueron por todas partes rodeados
Por encenderse mas en el coraje, De los nuestros , al modo de corona :
Ciertos polvos tomaba por momentos , Serian dos docenas de soldados
Y ansimismo bebió cierto brebaje ; Y el mismo Fedrimán por su persona ,
Hizo luego de indios llamamientos , Donde fueran sus sesos derramados
Da flechas al ejército salvaje , A faltar el escudo de Belona ;
Que las lenguas (de bien hablar desnudas) Mas viendo de los suyos diez heridos ,
Se traspasaban con puntas agudas. Rompia por los indios atrevidos.
Con esta gente que del monte saca Entrando por guerreros embarazos ,
Con un bravo furor diciendo viene : Alzó la maza quien su mal recela ;
Hombres de mal vivir, gente bellaca , Mas el buen Arteaga con sus brazos
Que de sudor ajeno se mantiene , Púsole por delante la rodela ,
Dadme sin mas tardar una hamaca , Que del golpe se hizo tres pedazos ;
Que no sé qué soldado me la tiene : Y aunque del Fedrimán fué gran tutela
Donde no, bien podeis tener por cierto Al Arteaga dió con tal denuedo ,
Que cada cual de vos ha de ser muerto. » Que le sacó la uña del un dedo.
El Fedrimán mandó se la buscasen , Era la furia tan embravecida
Y sin poner escusa se la diesen : Y el ánimo protervo desta gente ,
Buscan ; y como no se la hallasen , Que ninguno se quiso dar á vida ,
Y los intentos malos conociesen , Aunque se lo rogaban blandamente ;
A las lenguas mandó que le rogasen Pero la vital trama fué rompida
Que por tan poca cosa no riñesen , Tomando los dos vivos solamente.
Pues otra gente de mayor pujanza Fedrimán por huïr otro reproche
Sabia domeñar su fuerte lanza. Acordó de salir á media noche.
El indio fiero dijo : « No me espanto A tino caminaron sin señales ,
De dardos ni de lanzas de hinojos , En demanda de pueblos que decian ;
Pues otros mas valientes forman llanto Guiábanlos aquellos dos zagales ,
Cuando me ven encarnizar los ojos ; Mas tan perversos eran los que guian
Y agora , pues estamos muy á canto , Que siempre los metian por breñales
Vereis si pueden algo mis enojos : Donde de sed y hambre perecian :
¡ Aqui , tigres , aqui , gente nosciva , Trajéronlos ansi cinco jornadas ,
Haced de suerte que ninguno viva ! » Y al cabo los mataron á lanzadas.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELEGIA I , CANTO III. 201
Muertos los indios pues en la montaña , Hízole luego cargo del esceso,
Estéban procuró buscar camino , Y con prisiones estendió su saña ;
Porque ninguno tuvo mejor maña , Cerró para sentencia su proceso ,
Ni en adalid se vido tan buen tino : La cual fué de destierro para España ;
El mas oculto rastro desentraña Al fin él pareció preso y opreso
Hasta dar con el bárbaro vecino , Ante los grandes de la gran compaña ,
Sin lo sentir la mas astuta vela , Donde le dejaremos por agora,
Y olia de una legua la candela. Pues para tratar dél verná su hora.
Yendo pues por el bosque fatigado , Después de pronunciada la sentencia,
Sin poder descubrir favor humano , Ambrosio recogió toda la gente ,
Pequeño ramo verde vió quebrado , Del cual quiero también hacer absencia,
Que hizo su trabajo mas liviano ; Por me sentir cansado de presente
Pues vido claramente ser tronchado , En recontaros tanta menudencia
No por irracional , sino por mano Cuanta veis en el canto precedente ;
De hombre que por esta selva iba Pero la conclusion y paraderos
De los humanos tratos muy esquiva. Podreis ver en los cantos venideros.
En aqueste compás hizo parada ,
Luego con vigilancia dió rodeo ,
Vido señal de pié mal señalada ,
CANTO TERCERO.
Mas tal que satisfizo su deseo ;
Prosiguió por la via comenzada Donde se cuenta como micer Ambrosio volvió, con la gente que recogió
Para hacer mas cierto su rastreo , eu la ciudad de Coro, al pueblo que dejó poblado en el Maracaibo, y
Hasta que descubrió con ojos ledos de la entrada que bizo por aquella via.
Impreso carcañar y cinco dedos.
Prolijo rato va tras esta prenda , Muchas veces el hombre con prudencia
Oya con la ganar , ya con perdella , Desastres venideros asegura ,
Pues para perfección de su hacienda Y muchas con tener gran advertencia
No le cumplia desasirse della : Y buscar su sazon y coyuntura ,
Al fin le dió ventura cierta sepda , Le vale poco buena diligencia
Do se mostraba mas patente huella ; Por no tener propicia la ventura ;
Esperó la hambrienta compañía , La cual cuando derrama sus regalos
Que por señales suyas lo seguia. Suele quitar de buenos para malos.
Desque llegaron donde los espera , Porque con hombres , que razon repuna
Dadas à todos buenas esperanzas , Que ballen para bien lugar abierto ,
Tomó dellos la gente mas lijera , Usa magnificencias la fortuna,
Siguiendo de las trochas sus usanzas ; Sin consideracion y sin concierto ;
Y después de romper larga carrera , Y suele la virtud estar ayuna
Dieron en fertilisimas labranzas , Sin que pueda gozar descanso cierto :
Sin grano seco , mas maiz en berza , Y ansi de sus antojos hace leyes ,
Do su contento tuvo mayor fuerza. Eso me da con bajos que con reyes.
Camino se balló luego patente , A Próculo dotó de gran imperio ,
Por el cual sin ningunos alborotos A Mauricio y á Tito Coruncano ,
Caminaron á paso diligente , Y de pastor de vacas à Galerio
Sin querer admitir contrarios votos ; Para subir á él le dió la mano ;
Toparon poblacion de cierta gente , Puso también en grande vituperio
De los que por allí llaman itotos , A Policrates y á Valeriano ,
Y cuando el sol cubria sus cabellos Con muchos otros mas , cuya subida
Con voz de ¡ Santiago! dan en ellos. Fué grande , mas menor que su caida.
El pueblo se mostró de esfuerzo falto Lo cual suele hacer por estos senos
Y turbado de grande desatino , De Indias y de sus descubrimientos ,
Por ies acometer de sobresalto Do vimos abatidos muchos buenos
Y por nunca jamás visto camino : Y encaramados bajos pensamientos ;
Al fin los mas huyeron á lo alto Aunque esperiencia muestra que los menos
Del monte que tenian por vecino ; Salieron dellos ricos y contentos ,
Captivaron la gente detenida , Como micer Ambrosio , cuya historia
Yhallaron gran copia de comida, A muchos que son vivos es notoria.
Llegó la resta de la compañía , Los cuales dicen ser varon notable
De hartura y descanso bien angosta , En hechos y palabras que decia ,
Velóse por el orden que solia , Solicitud , conversacion loable ,
Y aun otros muchos mas velan aposta; Vigilancia , viveza , valentía ;
Recogen alimento , y otro dia Mas no le fué fortuna favorable ,
Tomaron el camino de la costa , Pues dentro deste reino , do venia
Pues para descubrir mas adelante Con amago de próspera ventura ,
Juzgaban no tener gente bastante. A la puerta le dió la sepultura.
Y demás de la breve compañía Agora pues para la tal jornada ,
Amenazábalos también el agua La cual aquella gran sabiduría
Y fuerza del invierno , que venia Para otro tenia reservada ,
May mas impetuosa que en Veragua : Hizo juntar aquella compañía,
Guiábalos ya gente caquetía A hambres y trabajos tan usada ,
Del pueblo que se diz Sarasaragua ; Que ya no recelaba turbio dia ;
En efecto con cuantida d de oro Y vino con pertrechos y recado
Salieron á la costa y á su Coro. Al Maracaibo que dejó poblado.
Por abril de quinientos y mas treinta Halló la gente del mal afligida ,
Con mil un año mas de los que sigo , De enfermedad y bambre fatigada ,
Llegó la dicha gente macilenta Con grandísimo riesgo de la vida ,
Y el dicho Fedrimán adonde digo ; Y de socorro ver desesperada :
Donde micer Ambrosio representa Regocijáronse con su venida ,
Ser digno Fedrimán de gran castigo , Como quien la tenia deseada ;
El cual era venido sano y bueno , Y á su necesidad tan insufrible
Aunque desta pasion el pecho lleno. Ambrosio socorrió con lo posible.
202 JUAN DE CASTELLANOS .
Y reparados razonablemente A su razonamiento dados fines ,
De cosas necesarias al camino , Con determinacion ya rosoluta ,
A su casa llamó toda la gente Tocáronse trompetas y clarines ,
Deste lugar y la que con él vino , Y cada cual sus mandos ejecuta :
Con intencion de les hacer patente El Vasconia y el Estéban Martinez
Su cierta voluntad y su desino ; Tomaron á su cargo la minuta ,
Y después de comunes prevenciones , Que serian doscientos y cincuenta ,
En suma les habló tales razones : Y fueron de caballo los cuarenta.
«Carísimos hermanos y señores , Apréstase la lanza y el espada ,
A quien yo tengo por amadas prendas , El escopil , celada y la rodela ,
Bien veis que por buscar otras mejores Esperando lahora señalada ,
Dejastes vuestras casas y haciendas , Que por ninguno dellos se recela ;
Y á trueco de trabajos y sudores Y ordenaron salir con el armada
Colocaros en prósperas viviendas , A la costa del Cabo de la Vela ,
Do fuese la labor de vuestras manos Con determinacion y con intento
Heredera de premios soberanos. De proseguir aquel descubrimiento.
»Pero lo descubierto no da muestra Ya la era del Hijo de Maria ,
Para que tal efecto se consiga Mediante movimientos regulados ,
En esta parte , donde vuestra diestra Ocho cabales lustros recorria ,
Jamás temió peligro ni fatiga; Con tres quinientos años acabados ,
Y es menester que la jornada nuestra Cuando la valerosa compañía
Mucho mas adelante se prosiga , Destos descubridores memorados
Hasta poder hacer algun empleo Se llegaron al término marino
Donde satisfagamos el deseo. Para prosecucion de su camino.
>Parar aquí fué cosa conviniente , Luego la costa abajo se despacha
Porque no se sufria salir antes , Ambrosio con tal orden de guerrero ,
Hasta tener caballos y mas gente , Que no se le pudiera poner tacha
Y noticia de tierras abundantes : Por otro (de esperiencia) mas entero.
Tenemos ya recado suficiente Llegaron pues al rio de la Hacha ,
Y guias que parecen ser bastantes ; Que deste nombre tal es heredero
Ansimismo tenemos en la mano Poruna que perdió cierto soldado
El apacible tiempo del verano. Al tiempo que pasaba por su vado.
»Está la gente bien apercebida , Llegados al paraje que se trata ,
Y á causa del trabajo tan contino , Dieron á su camino mas reposo ,
Aquellos que escaparon con la vida , Por ballarse maiz , yuca y batata ,
Muy mas purificados que oro fino : Y ser terreno ya mas abundoso.
Al fin punto de honra nos convida Salióles al encuentro Boronata ,
A que ya nos pongamos en camino ; Indio guanebucán y belicoso :
Demás desto riqueza , gloria y fama Tuvieron un recuentro porfiado ;
Se llega por momentos y nos llama. Mas Boronata fué desbaratado.
En mi terneis en toda la conquista Dejadas ya las flechas y el poporo
Medido capitán y buen amigo ; Por el guanebucán feroz , robusto ,
La muestra desto ya la teneis vista , Esta gente paupérrima de Coro
Con otras muchas cosas que no digo : Tomaron un poquillo de buen gusto ,
Conviene pues hacerse luego lista , Por recoger allí joyuelas de oro
Y ver los que podrán salir conmigo ; Y ensangrentar las manos el mas justo :
Y cualquiera persona baja ó alta Entonces ansimismo dió cudicia
Pida , que yo daré lo que le falta. Del ídolo de oro gran noticia.
>Todos comiencen á hacerse prestos , La fama del cual era no muy flaca ,
Y á la lista que digo se presenten ; Y aun todavía por aquellos puestos
Mas los casados y los indispuestos Suena su voz , y por razon se saca
No quiero que en la nómina se cuenten , Sus miembros ser de buen grandor compuestos,
Pues quedarán soldados con aquestos Pues dicen lo llevaban en hamaca
Que los sirvan , regalen y sustenten ; Diez ó doce gandules bien dispuestos :
Y si nos diere Dios lo que le ruego , Túvolo Boronata por grandeza
El socorro y remedio verna luego. Y por ostentacion de su riqueza.
»Dejamos ya de paz esta frontera ; No faltaron después buenos ventores
Y como con agravios no se tiente , Que ventaban la caza por defuera ,
Andando los demás por allá fuera , Siguiéndola por los alrededores
Se podrán sustentar mas largamente ; Hasta las sierras dichas de Herrera ;
Y gobernallos ha con paz sincera Mas no fueron tan buenos rastreadores ,
Aquel que yo les dejo por teniente , Que pudiesen topar la madriguera ;
Que es el jurado Leiva , de quien siento Trabajó su pedazo Castellanos ,
Toda modestia y buen comedimiento . Pero también sus pasos fueron vanos.
Queda Bartolomé de Santillana Eran guanebucanes gente brava ,
En Coro con poderes muy bastantes , Y cuando competian dos señores
Varon que nunca supo ser mañana Seguian al que mas se lo pagaba
En socorrer negocios importantes : Y mejor premïaba sus sudores ;
Antes acudirá de buena gana Y tiénese por cierto que ganaba
Si se rebelan indios circunstantes ; Quien podia gozar de sus favores :
Y sé que ya por paz , ó ya por guerra , Fué gente principal , rica , gallarda ,
Os asegurará toda la tierra. Puesto que la demás era bastarda.
>>Confiado de tales amistades , Y ansi se deseaba por momentos
Ningun temor me da la larga via , Dar en guanebucanas poblaciones ,
Conociendo de vuestras voluntades Por ver la majestad de sus asientos ,
Estar siempre conformes con la mia : Demás de recoger en ellos dones
Dad orden pues à las necesidades Que hacen á perdidos y hambrientos
Para poder salir al sesto dia , Trastornar diversisimas naciones ;
Y el caballero y el peon ordene Y aquí fueron tan grandes los caudales
Lo que para su rancho le conviene. » De oro , que lo muestran las señales.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II , ELEGIA I, CANTO III. 203
Antes fué gran caudal , y en tiempo mio Siguió mas adelante su camino
Un Fernán Sanchez tuvo tal ventura , Con gente victoriosa y esforzada ,
Que yendo por orilla deste rio De los cuales no era menos dino
La barranca dél hizo hendedura , Ni su lanza la menos estimada
Ydescubrió frontero de un bubio, Fernando de Alcocer , que es hoy vecino
En una muy antigua sepultura , En este nuevo reino de Granada ,
Una olla con cuantidad de oro , A cuya relacion voy obediente ,
Que fué remedio de su pobre lloro. Pues él á todo se halló presente.
Ambrosio pues con esta golosina Micer Ambrosio pues con importuna
Siguió riberas desta y de otras aguas , Hambre, que no consiente que se trueque,
Sin le quedar por ver brazos de Urina En seguimiento va de su fortuna ,
Ni sus pequeñas barcas ó piraguas : Mediante relacion de cierto jeque ,
Con mano mas sangrienta que benina Hasta venir á dar al alaguna
Pasó por los bubures y cendaguas ; De la provincia de Tamalameque ,
E yade joyas de oro pertrechado , Donde halló de indios muchedumbre ,
Al valle de Upar fué , que hoy es poblado. Que dió luego la paz con mansedumbre.
Fuí yo de los primeros pobladores, En una isla destas residia
Y allí pude tener alguna mano , El indio Cumujagua , generoso ,
Pues padecí trabajos y sudores Que fué señor á quien obedecia
Pesados de llevar al cuerpo humano ; Un número de gente grandioso :
Mas à fin de buscar tierras mejores, Este los recebió con alegría
Lo que me daban tuve por liviano , Dentro de la ciudad de su reposo ,
Y cuando conquistar allí me plugo Adonde por hallar todo remedio
Mandaba don Alonso Luis de Lugo. Estuvo con los suyos año y medio.
Nombró por capitán al buen Salguero , Tuvieron el recado conviniente ,
Que bien puede gozar deste renombre Sin ofrecerse guerra ni combate ,
Por ser en las virtudes tan entero , Y ovieron de los indios buenamente
Que no le viene largo mayor nombre : Mas de cien mil ducados de rescate ;
Deste reino descubridor primero , Cudicia , que de males es la fuente ,
Y en la conquista suya cabal hombre ; Y á cosas indebidas nos abate ,
El cual después como varon cristiano Hizo prender al indio caballero
A las cosas del mundo dió de mano. Para poder sacalle mas dinero.
Pues él y su mujer Joana Macías , Viendo los indios ya que sobre paces
Que de valor no tiene menos prenda , Usaban de tan ásperas afrentas ,
Öfrecieron en medio de sus dias Procuran ordenar guerreras haces
A Dios todo su ser y su hacienda , Que de temor pudiesen ser exentas ,
Plantando para santas compañías , Juntando de canoas muy capaces
En las casas que son de su vivienda , Un número de mas de cuatrocientas ,
Un tal y tan ilustre monasterio Y en ellas embarcaron estas gentes
De monjas , que lo tengo por misterio. Tres mil indios gallardos y valientes.
A él ya le llegó la fatal hora , Luego la gran caterva de salvajes
Con tal muerte cual fué su santa vida : Aprietan en las manos canaletes ,
Es ella de presente la priora Todos con superbísimos plumajes ,
Con ejemplo y virtud esclarecida , Joyas de oro , pectos , brazaletes ,
En la ciudad de Tunja , donde mora , A las espaldas puestos los carcajes ,
Y tiene gloria y fama merecida : Algunos ansimismo con almetes:
Lleve Dios adelante sin zozobra Daba la vista deste movimiento
Una tan santa y tan heroica obra. Temores con algun contentamiento.
Aquesto dije , por venir á cuento , Ambrosio , que los vió venir al puerto
Del valle de Upar , donde voy entrando , Con estos capacísimos bateles ,
Y al Ambrosio me vuelvo descontento , Mandó poner los suyos en concierto ,
Que lo veo destruyendo y asolando Cubrir caballos con usadas pieles ;
Con furia de rigor sanguinolento ; Y cada cual , como varon esperto ,
Ansimismo caciques abrazando , A su caballo puso cascabeles ,
Aunque recuentros tuvo no muy flacos Creyendo que por no ver otro tanto
Deguanaos , itotos y aruacos. Causaran á los indios gran espanto.
Potentes escuadrones y ordenanzas Dejando los caballos abscondidos ,
De pedregosas sierras abajaban ; Quiso salir con solos los peones ,
Mas rigurosos hierros de las lanzas El á caballo , solo , con vestidos
Los encendidos pechos resfriaban De las colchadas armas de algodones ;
De los que con mas locas confianzas Y estando por buen orden digeridos ,
Caminos comenzados estorbaban ; Llegaron los indianos escuadrones ,
Al fin, el enemigo ya mas manso , Los cuales con gentil brio de guerra
Tomaron algun tanto de descanso. Tomaron todos juntos luego tierra.
Recrearon los cuerpos fatigados , El indio capitán , á quien subyecto
Aunque siempre con grande vigilancia ; Era todo varon que con él vino ,
Iban muchos á caza de venados , Con ricos brazaletes y con pecto ,
De que estos campos tienen abundancia ; Y ansimismo celada de oro fino ,
Hallaban muchedumbre de pescados Al Ambrosio dió cuenta del efecto
En los rios de aquella circunstancia ; Porque se conmovieron al camino ,
No dejaba también gente lijera Diciendo Nuestras obras y halago
De correr una y otra cordillera. Debian merecer aqueste pago?»
Recorriendo pues tierra del Upare, » Decid , ingrata gente y estranjera ,
Recogido de oro montoncillo , ¿ En las tierras adonde sois vecinos
Pasó de las zavanas de Zazare , Acostumbran pagar desta manera
Y rio que llamamos de Vadillo , Los que son hospedados peregrinos ?
Las de Guataporí y Garupare , ¿Suelen pagar al amistad sincera
Pasando muchos indios á cuchillo , Con tan desordenados desatinos ?
Y los de Pacabueyes anihila , Recompensan el buen acogimiento
Y los de gente blanca y de Chimila. Con tan torpe desagradecimiento?
204 JUAN DE CASTELLANOS.
»Aqui llegastes flacos y hambrientos , Para pasar remedios indagando ,
Mal parados de guerras y contiendas ; Ambrosio dijo : «Yo me determino
Salimonos de nuestros aposentos Que vamos todos juntos atentando
Por daros mas à gusto las viviendas ; Por donde el agua da mejor camino ;
Fuestes bien proveidos de alimentos , Pues ya podria ser que vadeando
Partimos con vosotros las haciendas : Llegasemos al barbaro vecino .>>
Pues & dó se sufre tan dañado pecho Su parecer juzgaron por discreto ,
Contra quien tantos bienes os ha hecho? Y luego lo pusieron en efeto.
>Mal puede confiar de fuerte lanza Camino de la isla van derechos ,
Una gente tan mal agradecida ; Por donde el agua menos impedia ;
E ya se nos acerca la venganza Al cuello por lo menos ó á los pechos ,
Crüel y justamente merecida ; Y á vuela pié, seguu mejor podia ,
Pues no querra tan próspera pujanza Fueron aquestos atrevidos hechos ;
Cual veis bacer en balde su venida , Pero llegaron do se pretendia ,
Si no se redimieren vejaciones Y el bárbaro que pudo hacer guerra
Con quitar al cacique las prisiones. • Nunca les impidió tomar la tierra.
>Y pues aquestos son medios humanos, Pudiendo con sus barcas ó piraguas
Y para desterrar guerras molestas , Rodeallos por una y otra banda ,
No seais temerarios ni livianos Y antes que se saliesen de las aguas
En acudirnos bien con las respuestas ; Dalles una gentil escurribanda ;
Y si no, preparad luego las manos, Mas ellos , fuera de guerreras fraguas ,
Porque los indios ya las tienen prestas, Esperaron cuál fuese su demanda ;
Y en comenzando conocereis luego Y ansí los recebieron blandamente ,
Del arte que jugamos este juego.»> Sin conocerse rostro diferente.
Ambrosio no por esto hizo blanda Y aun en tierra pudieran ser rompidos ,
Su dura voluntad , mas antes digo Por traer los caballos fatigados ,
Que à dos ó tres soldados de su banda Y no faltos de agua los vestidos ,
Mandó que lo sacasen por testigo Pues todos ellos iban empapados ;
De cuán en poco tiene su demanda , Pero demás de ser bien recebidos , 理
Pues lo tenia con un piedamigo , Bastantemente fueron regalados ,
Y cuando salió dijo con voz grande : Y aun aumentaron buenos crecimientos 21
«Ninguno de vosotros se desmande ; Al oro, que eran todos sus intentos.
»Que no me librará guerra rompida , Y trastornando donde se barrunta
Ni yo tal aconsejo ni tal quiero ; Estar algunas joyas del vecino,
Pues aunque vayan estos de vencida , Un ataud se vió de una difunta ,
Y vuestro poder quede muy entero, Todo hecho de hoja de oro fino :
Algunos hemos de perder la vida , Esta con lo demás fué luego junta ,
Y está claro que yo caeré primero ; Porque dejalla fuera desatino,
Pues veis las gentes que conmigo vienen , Y pesó, segun dicen baquianos ,
Y del arte y manera que me tienen. Cinco mil y quinientos castellanos.
>>Comportemos ahora nuestra suerte : A grandes esperanzas se despierta
Que si por fuerza de armas esto fuese , La gente , con presea tan subida ,
Por darme vida me dareis la muerte , Diciendo que el sepulcro de la muerta
La cual huir queria si pudiese ; A los que estaban muertos daba vida ;
Y como razon buena los concierte , Mas es el ataud memoria cierta
Ellos me soltarán sin interese , Que pone por delante la caida ;
Pues aunque me detengan tiempo luengo, Cebo fué por agora y añagaza ,
Muy mal les podré dar lo que no tengo. » Pero tal que los vivos amenaza.
Con aquellas palabras se resfría De manera que estaban satisfechos
La cólera de indianos escuadrones , De no poder erralles esperanza
Puesto que parte dellos insistia Con muy mayores colmos de provechos ;
En lo librar de aquellas aflicciones ; Pero fallábales fuerza de lanza ,
Porque lastima grande los movia , Porque vinieron pobres de pertrechos
Viéndolo con tan ásperas prisiones ; Para romper alguna gran pujanza ;
Y Ambrosio, que á razon no se subyeta , Y ansi se concertó volver á Coro
Hizo luego señal con la trompeta. Con treinta y cinco mil pesos de oro.
Con tal furor caballos ocurrieron , A fin de hacer dellos un empleo
Que pareció hundirse bajo y alto : De cosas necesarias al armada :
Los indios por tal orden lo sufrieron , Gentes caballos , armas y el arreo
Que ninguno de vida quedó falto , Que podia pedir larga jornada ;
Y con gentil compás se retrajeron Y para perfeccion de su deseo ,
Sin representacion de sobresalto : Con gran brevedad fuese la tornada ,
Y hecho de la tierra su desvío , Pues con muestra de lo que represento
Se metió cada cual en su navío. Ternian presto buen avïamiento.
Volvieron sin hacer la diligencia Nombraron pues para la tal carrera
Que su primera furia deseaba , Veinte y cinco magnanimos soldados ,
Enojos convertidos en paciencia , Los cuales sé decir que donde quiera
Sin que sacasen tiro del aljaba : Pudieran ser varones estimados :
Tanto pudo con ellos obediencia , Estos iban debajo la bandera
Por respecto de quien se lo mandaba , De Vasconia , que sigue duros hados ,
El cual en lo guiar por esta via Y el Ambrosio quedaba con el resto
Tuvo la libertad que pretendia. En la provincia donde hizo esto.
Habia Nicaho, pueblo potente , Salieron proveidos de recuaje
Una legua y aun mas desta comarca , De indios, do llevaban la moneda ,
En una cierta isla diferente E iban prosiguiendo su vïaje ,
Que grande poblacion ciñe y abarca : Ya por zavana , ya por arboleda ,
Para pasar á ella nuestra gente Y en el valle de Upar en buen paraje ,
No podian haber remo ni barca , Parecióles mejor mudar vereda ,
Y el morador tenia por su muro Teniendo por larguísimo camino
El agua , do pensaba ser seguro. Guiarse por el término marino.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II , ELEGIA 1 , CANTO IL , 203
Sino, de su buen tino confiando , Los que quedaron, sobre particies
Del cual estaban todos satisfechos , De pierna , pié , de mano , brazo , codo,
Al Maracaibo ir atravesando Tuvieron ciertas bregas y pasiones ,
Por caminos que fuesen mas derechos ; Pues Vasconia partia de tal modo ,
Pues iban por la costa rodeando Que daba muy escasas las raciones
Y opuestos à mas daños que provechos ; A los otros , tomándoselo todo ;
Y por tener por bueno su conceto Y ansí , por no tener con él pendencia ,
Todos se dispusieron al efeto. Huyeron los demás de su presencia.
Siendo pues la intencion de todos una , Quedóse solo con furor horrendo
Ya de comida mal apercebidos , Do debió fenecer con mala suerte ;
En la demanda van del alaguna , Los otros adelante van huyendo ,
De su derrota no muy divertidos ; Temiendo cada cual que con su muerte
Pero guiabalos mala fortuna Habia , ya despierto , ya durmiendo
Para pagar los yerros cometidos , De ser mantenimiento del mas fuerte ,
Y ansi dieron en tierra tan sin gente , Pues la maldad à tanto se estendia ,
Que no pudieron ver cosa viviente. Que del mayor amigo nadie fia.
Prosiguieron el infelice curso Algunos del consorcio dividido
Mas número de dias que cuarenta , A Cucuta salieron juntamente ,
Sin poder descubrir en el discurso Rio después acá muy conocido
Contra su tan famélica tormenta De sierras deste reino descendiente ;
De yerbas ó de frutas un recurso , De la barranca dél luego se vido
Que en tiempo tal los miseros alienta ; Canoa con dos indios solamente ,
Y el mas veloz y de mejor anhelo A los cuales , por seña conocida ,
No levantaba ya los piés del suelo. Demandaron socorro de comida.
Quien por zavanas escombradas iba , Los indios , dos , de ver nuevo gentio ,
En lo limpio hallaba trompezones : Estuvieron confusos y perplejos ;
Una pequeña paja lo derriba , Mas conociendo su hambriento pio
Aire flaco le da mil empellones ; Con rostros que á la hambre son anejos ,
Ya la lumbre del sol les es nociva , Bajaron con su leño por el rio
No pueden percebirse sus razones, Al pueblo que tenian poco lejos ,
No se esfuerzan los pocos á los pocos , Y de lo que hallaron mas á mano
Porque todos andaban como locos. Recogieron batatas, yuca y grano .
El que va prosiguiendo su camino , Con otro muy mayor y mejor leño ,
Luego se torna acia donde sale , Volvieron ocho indios al momento :
Predominándolo gran desatino : El socorro que llevan es pequeño
Riqueza llevan ; pero ¿ qué les vale? Para lobo que viene tan hambriento,
Que mal puede hartallos oro fino , Y los caribes nuevos que os enseño
Ni puede descubrir quien los regale , Concibieron un torpe pensamiento,
Y aquel que hace rentas y vasallos Y fué tomar la gente comedida
De tanto mal no puede libertallos. Para que les sirviese de comida.
En esta mas que miserable vida , Llegaron pues los indios con simpleza
A tanto las locuras se estendian , Y el español fué della tan ayuno ,
Que huniana compasion fué despedida , Que les acometió con gran presteza
Y enormes desconciertos acudian ; Con el furor hambriento é importuno ;
Pues para proveerse de comida Pero por su grandísima flaqueza
Mataban de los indios que traian : Ovieron á las manos solo uno ;
Hecho que por maldad se solemniza , Huyen los otros para sus cabañas ,
Y al cristiano varon escandaliza. No teniendo por buenas tales mañas.
Mal satisfecha la hambrienta saña, Luego rompió las venas el cuchillo
Sigue su confusion el caminante , Y aun la sangre les fué licor sabroso ;
Y aunque se daban todos flaca maña , Y un soldado bestial , dicho Portillo ,
El oro se llevaba por delante , Demás del hecho vil y criminoso
Hasta venir á dar á la montaña Lo hizo tal que no quiero decillo,
Del dicho Maracaibo circunstante , Por ser horrendo , feo y asqueroso ,
Donde , por ser dificil la salida , Y tal que las entrañas sosegadas
Esta gente quedó muy mas perdida. En oillo darán mil arqueadas.
El mas brioso se sentia laso , Los miserables miembros repartidos
El mancebo robusto desmayado ; Desde los bajos piés á los cabellos ,
Vasconia no podia ya dar paso Por no ser llenamente proveidos
A causa de tener un pié llagado ; Estos voraces y hambrientos cuellos ,
El resplandor del sol les es escaso Unos de otros fueron divididos,
Por caminar por bosque muy cerrado ; Sin que nadie jamás supiese dellos ;
Finalmente, que ya los flacos Martes Era su duro mal mas que penuria ,
Allí se dividieron en dos partes. E ya no hambre sola, sino furia.
Y á la raiz de un árbol señalado El Francisco Martin , ida la gente ,
El oro se dejaron abscondido , Sin culpa de crueldad y de locura ,
De tal manera puesto y enterrado , Una balsilla hizo suficiente ,
Que nunca hasta hoy ha parecido, Juzgando selle cosa mas segura
Aunque con diligencia fué buscado Al beneplácito de la corriente
Por Francisco Vanegas , advertido Ir donde lo llevase su ventura ;
Por uno destos, de quien diré luego , Y ansi fué nuestro triste navegante
Mas en el atinar estuvo ciego. En riesgo y en trabajo semejante.
Quedó Vasconia pues con seis ó siete , Cercado de cien mil inconvinientes
Y no sé cuántos indios en cadena , Que el dudoso camino prometia ,
Los cuales degolló crüel machete Quiso Dios que topase ciertas gentes
Para manjar infame de su cena : Antes de le faltar la luz del dia ,
Un Francisco Martin y un Alderete , En el lenguaje poco diferentes
Teniendo la comida por obscena , De lengua de Cubagua que él sabia⚫
Las pisadas siguieron al instante Hízoles entender por modo bueno
De los otros que van mas adelante. Ser indio natural de otro terreno.
206 JUAN DE CASTELLANOS.
Ausimismo les dijo que de guerra Visto pues el tardar no ser sin oro
Habia sido preso de cristianos , Y pérdida de gente castellana ,
Los cuales lo sacaron de su tierra , Y que la confianza de aquel oro
Pueblo que confinaba con los llanos ; Para sus pretensiones era vana ,
Y agora , yendo por aquella sierra , Despacho mensajeros para Coro ,
Procuró de librarse de sus manos , Para Bartolomé de Santillana ,
Y que venia para ser captivo Con algun oro , con que proveyese
Suyo los dias que durase vivo. Gentes , caballos y lo que pudiese. 出
Fácilmente por indio fué tenido , El cual , vistas las cartas del Esteban
Pues demás de la lengua que hablaba , Y apartando de sí ratos ociosos ,
El pellejo traia tan curtido , Hizo muestra del oro que le llevan
Que no indio, mas negro semejaba : A los que dél estaban cudiciosos ;
Allí fué finalmente proveido Y ansí , para demanda dél , se ceban
De la cosa que mas él deseaba , Sesenta y dos soldados valerosos ,
Y el indio principal destos conveses De los cuales fué Limpias y Sarmiento,
Lo tuvo por esclavo ciertos meses. Hidalgo burgalés de nacimiento.
Este señor tenia cierta llaga , Recogido del término marino
Y el Francisco Martin , como vasallo El servicio que mas les agradaba ,
Que desea que dél se satisfaga Con el demás recado que convino
Trabajó lo posible por curallo : Y su jornada larga demandaba ,
Pretende solo crédito por paga , Al Maracaibo guian su camino ,
Y por justos respetos obligallo ; Donde Estéban Martin los esperaba ;
Y dióle Dios en esto tal ventura , Y tres dias después de su venida
Que tuvo buenos fines esta cura. Pusieron en efecto la partida.
En el oficio de la cirujía Todos ellos con buen avïamiento
No fué curado dél aqueste solo ; Van en prosecucion de su carrera ,
Ningun premio le dan ; mas todavía Hasta que ya llegaron al asiento
La cura del señor acreditólo : Donde micer Ambrosio los espera ;
Tanto la fama desto se estendia , Recebió crecidísimo contento
Que lo tenian ya por dios Apolo , En vellos ya debajo su bandera ,
Y venian de partes diferentes Aunque con pesadumbre de la nueva
A curarse con él algunas gentes. Que del dicho Vasconia se le lleva.
Un cacique Bubur , como supiese Viendo la gente pues aderezada ,
Que el otro de tal indio se servia , Y el mas pesado dellos bueno y sano ,
Y grandes pesadumbres recebiese Queria ver el fin de sujornada ,
A causa de una llaga que tenia , Y no perder el tiempo del verano ;
Al itoto rogó se lo vendiese , Mas por tener la pluma mal cortada ,
Prometiendo por él justa valía : Y no poco cansada ya la mano ,
Finalmente vinieron á conchavo Quiero cobrar alientos y resuellos ,
El itoto y Bubur sobre el esclavo . Que yo diré después lo que fué dellos.
Hubo muchos terceros en las ventas ,
Y el itoto , de términos ruïnes ,
Por dos sartas lo dió de ciertas cuentas ,
Que no valian ambas dos tomines: CANTO CUARTO.
Las partes satisfechas y contentas , Donde se cuenta cómo caminó micer Ambrosio con esta gente , desen-
Con el Bubur se fué nuestro Martinez ,
briendo tierra hasta llegar adonde está ahora poblada la ciudadde
El cual , como tenia buena mano , Pamplona, distrito deste nuevo reino donde lo mataron.
En brevísimo tiempo lo dió sano.
Viéndose restaurado de doliente , Por sabios , avisados y discretos
Mostrósele el Bubur agradecido ; Que sean los caudillos de las gentes ,
Y porque supo ser hombre valiente Todos en sus gobiernos van subyelos
Hizolo general de su partido : A votos de juicios diferentes ;
Dióle indios , y diólo juntamente Y no les faltan émulos secretos
A una hija suya por marido , Que dan sus pareceres entre dientes ,
El cual , como mamó leche de España , Principalmente si à los buenos hechos
En guerra y paz se daba buena maña. El capitán limita los provechos .
Y pues ya tiene levantada cresta , Y ansí , por dilatar las particiones
Arco , macana , flechas y embijado , Del oro que tenian recogido ,
Dejémoslo gozando de su fiesta Y con dolor de aquellas perdiciones
Y los regalos de recién casado : Del otro que jamás ha parecido ,
Que dél diré después lo que me resta Eran continuas las murmuraciones
En hallándome mas desocupado Con deseo de vello repartido ,
Volvamos al Ambrosio, que esperando Para que cada cual se proveyese
Estaba los que ya no tienen cuando. De lo que de su parte le cupiese .
Y ansí , por parecer muy espacioso Mas el gobernador con buen halago
Vasconia , capitán , en su venida , La tal reparticion entretenia ,
Vivia congojado y sospechoso Ni concediendo bien ni con amago
De la desgracia grande sucedida ; De no hacer lo que se le pedia ;
Y al Esteban Martin , varon famoso , Pero desea de hacerse pago
Rogó que apresurase la partida De lo que cada uno le debia ,
Al Maracaibo , do tuviese lumbre , Pues fué cierto gastar en avïallos
Nuevas , ó relacion ó certidumbre. Muchas mercaderías y caballos.
El Esteban Martin, como subyeto , Aquesta fué la principal asilla
Con diez hombres , sin otra compañía , Para se desgustar alguna gente ,
Puso los mandamientos en efeto , Y entrellos un Anaya , de Sevilla ,
Sin torcer el camino que sabia ; Inquieto varon aunque valiente :
Y ansí , con tiento de varon discreto , La demás era gente tan sencilla ,
Brevemente llegó donde queria , Quel negocio sufria blandamente
Y donde , por indicios , fueron ciertos Y al fin , sin repartir el oro fino ,
Vasconia y los demás ser todos muertos. Adelante siguieron su camino.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELEGIA 1, CANTO IV. 207
Del cual cualquiera parte que se ande Y a todos fue muy gran inconviniente
Hierve la gente de que estaba llena ; Venir de lana mal apercebidos ,
Falta quien para guerra se desmande , Y dar en tierra fria de repente
No ballan escuadron que les dé pena ; Con las lijeras ropas y vestidos
Llegaron á beber del rio grande , Que solian traer en la caliente ,
A quien llamaron de la Magdalena , Adonde con calor son afligidos ;
Cuyo nombre le vino por concierto Y ansi , de ver en poco tantos muertos ,
De ser en aquel dia descubierto. De lágrimas arroyos van abiertos.
Por una y otra parte discurriendo Ninguno ya por amistad espera ,
Camina sin cesar el marcio coro , El riesgo de si propio conociendo ,
Los confines de Guane descubriendo , Ocupando la muerte donde quiera
Provincia de grandisimo decoro, A quien se para y al que va huyendo ,
Por ásperos caminos descendiendo Enseñando los dientes , de manera
A lo que llaman hoy rio del Oro , Que se juzgara dél estar rïendo
Do las lucidas puntas de sus minas Mas era de la muerte la divisa
Esceden en quilates las mas finas. Con estremo de la sardonia risa.
Estienden adelante sus carreras Con aquestos trabajos escesivos
Aquestos valerosos españoles , Y quiebra grande de vitales hilos,
Atravesando cumbres y laderas , No quieren aflojar de sus motivos ,
Asperísimos riscos y peñoles , Antes van afilando los estilos ,
Hasta que ya pusieron sus banderas Hasta que las reliquias de los vivos
En la zavana de los Caracoles , Allegaron al pueblo de los Silos
A la cual , por los muchos que hallaron , Nombrado de la gente forastera
De semejante nombre la llamaron. Por los que ven aquí de su manera.
Pues en cierto rincon desta dehesa , Donde los fatigados peregrinos
Estando ya con falta de alimento , Tuvieron fuego , ropas y comida,
Congregacion de aguas y represa Contra la voluntad de sus vecinos ,
De caracoles dió gran cumplimiento ; Pues todos se pusieron en huïda ;
Y en veinte días no gozó su mesa Porque la gente ya destos camines
De otro mas cabal mantenimiento , De tela de algodon anda vestida ;
Hasta tanto que Estéban Martin vino Y ansi fueron aquestas vecindades
Y trajo nuevas de mejor camino. Reparo para sus necesidades.
Dió noticia de grandes poblaciones , Quietos ya los grandes ventisqueros,
Prolijas sementeras y labranzas , El buen gobernador luego procura
Aparencias y representaciones Que vuelva Limpias con sus compañeros
Del cumplimiento de sus esperanzas : Al lugar donde fué la desventura ,
Aliéntanse hambrientos escuadrones , Mandándole que fuesen herederos
Componense guerreras ordenanzas , Los muertos de terrena sepultura ;
Afilanse las lanzas, las espadas , Y llegados al páramo terrible
Y a gran priesa caminan las jornadas. El Limpias hizo todo lo posible.
No van por el camino sin encuentro Enterrando del número caido
De grandes escuadrones de flecheros , Un buen soldado , natural mancheño ,
Y cuanto se metian mas adentro Cuando le desnudaban el vestido,
Mas cuantidad habia de guerreros : A fin de que tuviese nuevo dueño ,
Tuvieron un grandísimo recuentro En el seno hallaron abscondido
Con indius que llamamos citareros ; Caricuri de oro bien pequeño ;
Mas , á pesar de quien mas los baldona , Y cada cual que el burto reconoce
Al páramo llegaron de Pamplona. Lo tuvo por delito muy atroce.
Donde después acá , que no de guerra , Por ser orden que lo que se hallase
Sino de mansa paz todo se trata, Por cualesquiera vias y ocasiones
Han dado las entrañas de la tierra Ante el gobernador lo presentase ,
Gran cuantidad de oro sobre plata , Y al contador del rey diese razones;
Y en el frio compás de aquella sierra , Y aqueste, como no lo declarase,
Zavana rasa , montuosa mata , Fué causa de cien mil murmuraciones :
Fria quebrada , claros vertederos Como si fuera menos que burtado
Convídan con riquísimos veneros. Lo que todos habian declarado.
Pero con increible pesadumbre , Sepultados los del cristiano bando ,
Al humano vivir incomportable , Ambrosio con los sanos escuadrones
Pues el glacial viento de su cumbre A Cucuta se fué luego llegando ,
No es á los humanos amigable ; Entonces de crecidas poblaciones ;
Mas la continuacion y la costumbre El hilo del vivir le van cortando
Parece que lo hacen tolerable , Domésticas ó bárbaras naciones ,
De tal manera ya que en su cultura Pues entre muchos dura la sospecha
Arte templa rigores de natura. Haber sido traicion y maldad hecha.
Fué pues Ambrosio por lo mas supremo Caminando con todo buen recado
Del páramo , sin dél hacer desvío , La vuelta deste valle cierto dia ,
Mas no se vió rigor del monte Hemo Antes de descender á lo poblado
Que nevase tan frígido rocío ; La claridad del sol se despedia ,
Y como fuesen de calor estremo En tal manera , que les fué forzado
A los estremos grandes deste frio , Parar en un loma poco fria :
Lo que no vencen bélicos calores Los indios, viendo nuestro campo quedo ,
Vencieron frigidísimos temblores. El no bajar juzgaron ser de miedo.
Pues muy en breve se quedaron yertos Luego los arcos rústicos aprietan ,
No poca cuantidad de los cristianos , Porque jamás buscaron otro muro ,
Muchos caballos , y ansímismo muertos Y en efecto consultan y decretan
Mas de trescientos indios de los llanos , Ser negocio mejor y mas seguro
Ladinos, sagacísimos , espertos , Acometelles antes que acometan
Y de los españoles piés y manos ; O ya con claridad ó con oscuro ;
Los cuales confiados del estio Con este parecer secretamente
Sus cueros solos eran atavio. Por el monte se van a nuestra gente.
208 JUAN DE CASTELLANOS .
El Amorosio, persona recatada , Pues los que defendian la barrera
Con Estéban Martin y seis soldados, No se mostraban flacos defensores ,
Salieron á velar la madrugada , Antes si bien pelean los de fuera,
Que nunca ser quisieron reservados; Los de dentro no quieren ser menores ;
Y dicen descubrir una celada Ninguno de victoría desespera ,
De los indios que tengo declarados , Todos pretenden ser superiores ;
Los cuales sin hacer sus algazaras Si lanza biere por la junta estrecha
Arronjaron gran número de jaras. También lastima venenosa flecha.
Entraron do sintieron el ruiïdo Querian pues allí rayos dorados
Cada cual de los dos determinado , Bajo del horizonte recogerse ,
Y cada cual valiente y atrevido ; Y nuestros españoles fatigados
Mas fué superior siniestro hado ; Acordaron también de retraerse ,
Pues Esteban Martin salió herido . Viendo los indios fieros y esforzados
Y el buen micer Ambrosio degollado Con determinacion de defenderse ;
Por la punta cruel de seca planta Pero con intencion siguiente dia
Que las venas rompió de la garganta. De volver á la bélica porfia.
Por algunos allí se presumia Velóse bien la gente castellana ,
Aquel golpe no ser indica mano ; Sin los indios tener ratos ociosos ;
Mas ello sea por cualquiera via, Y cuando vieron ya la luz temprana
No pudo dalle cura cirujano : Los ojos que durmieron cuidadosos 刊
Finalmente , duró tercero dia De lo que han de hacer á la mañana , D
Haciendo diligencias de cristiano ; Recogen instrumentos belicosos ,
Y por morir alli tan cabal hombre , Para volver las manos à la obra,
Al valle le quedó su mismo nombre. Que ya no podrá ser sin gran zozobra.
Todos mostraron tierno sentimiento , Guarnecen las cabezas con celadas ,
Y no faltaron ojos lacrimosos Los cuerpos con los sayos estofados ,
Ansí de los de sano pensamiento , Las lanzas en las manos preparadas ,
Como de los que fueron sospechosos. Y los caballos bien encubertados :
Hicieron pues humilde monumento Peones llevan hachas afiladas
Debajo de unos árboles umbrosos , Para cortar los palos apretados ,
Y en la corteza que mas tierna era De los cuales algunos llevan prestas
Una letra quedó desta manera : Algunas escopetas y ballestas.
Praebuit Alfinger patriam Germania nobis , Desta manera pues apercebidos
Tellus in hac silva barbara corpus habet. Los soldados y los que los subyetan ,
Confixum telis sequitur me haec sola voluptas , A cuatro capitanes sometidos ,
Cultorum Christi protinus esse sedem.
Que el combate consultan y decretan ,
En Alfinger fué nacido Muerto de crueles manos, Fueron por cuatro partes repartidos ,
Una ciudad de Alemaña: De los placeres humanos
Tierra bárbara y estraña No llevo mayor placer Porque por otras tantas acometan :
Tiene mi cuerpo abscondido Que morir donde ha de ser El factor San Martin tomó el oriente ,
Ea medio desta montaña. Habitacion de cristianos. El Estéban la parte de occidente.
Los tristes funerales concluidos, Pedro de Limpias va por do le place ,
Segun mejor pudieron de presente , Guiado de sus propias opiniones , "4
Viéndose todos mal apercebidos Monserrate también lo mismo hace ;
De lo que mas les era conviniente , Y todos los demás eran varones
Los españoles ya diminuidos De quien raro valor se satisface
De indios grande número de gente , En las mas importantes ocasiones ;
Para ver lo que cada cual apunta Y hechas las señales que prometen
De todos ellos juntos hubo junta. Con la trompeta , todos acometen.
Guardado de los votos el decoro , Los bárbaros no menos están prestos
Segun la cualidad de los soldados , Por su defensa de poner la vida ,
Determinaron de partir el oro Pues de dardos y flechas bien compuestos ,
Por árbitros en esto señalados ; En viendo nuestra gente repartida ,
Y juntamente de volver á Coro Acudieron á todos cuatro puestos
Para venir mejor aderezados , Con una prontitud jamás oida :
Y demás desto que nonibrado fuese Crian feroces brios impaciencia ,
Capitán general que los rigiese. Y los temores viva diligencia.
No faltaba quien los inquietase Como si nao remanece rota
Cerca de la eleccion que se hacia , En alguna grandísima refriega ,
Como ya cada uno procurase Do la gente se turba y alborota
Salir con lo que mas le convenia : De ver que à mas andar se les aniega ,
Al fin se concertó que gobernase Y al tinion , á la bomba y al escota ,
Pedro de San Martin , y fuese guia No reposa la gente ni sosiega,
El Esteban Martin , de cuya lanza Andando con hervor los oficiales
Se podia tener gran confianza. Con unos y otros y otros materiales :
El cual se dió tan admirable maña , A su defensa van aun no tan tardos,
Sin vencerse jamás de desatino , Sino mas diligentes y lijeros ,
Que rompiendo por aspera montaña Con guaicas, flechas, piedras y con dardos,
Ahorró prolijísimo camino : Gruesos puntales , leños y maderos ,
No les faltó también guerrera saña Para que les sirviesen de reguardos
En las provincias por adonde vino , Si hiciesen portillos y agujeros ;
En un grande cercado mayormente Los niños , las doncellas , las mujeres
Donde se recogia mucha gente. También acuden a los menesteres.
Do como fuesen faltos de comida Rompe los aires grande vocería ;
Y esperasen rancheo de provecho , El indio vierte sangre y el cristiano ;
Para la dicha cerca ser rompida Un punto no reposa la porfia ,
Determinaron de poner el pecho : Ni defensa del bárbaro villano ,
Fué por el un cuartel acometida , Pues por parte que palo se rompia
Teniéndose por fácil este hecho ; Otros muchos tenian á la mano ;
Mas el indio feroz y belicoso Auméntase hervor á la pelea
Manifestóles ser dificultoso. Por hacer cada cual lo que desea.
VARONES ÍLUSTRES DE ÎNDIAS, PARTE II, ELEGIA 1, CANTO IV. 209
El Anaya , Pancorvo y un Castillo , A socorrello van con diligencia ,
Persona cada cual acreditada , No sin grande trabajo de los brazos ,
Cuyo esfuerzo y valor no fué sencillo , Mas fué tan vigorosa resistencia
Fueron por una parte descuidada Y tantos los guerreros embarazos ,
Do pudieron hacer un buen portillo , Que primero llegó fatal senteucia
Por el cual entran en la palizada llaciéndolo los indios mil pedazos ;
Anaya y Casamirez con rodelas , En los cuales también espada y lanza
Sin illes los demás à las espuelas. Hicieron crüelisima matanza.
Porque sentidos los guerreros dolos , Andan por el cercado los rigores
Ya cuasi dentro cinco combatientes , Que suelen ser anejos a guerreros ,
Gran multitud de indios perturbólos Lastimados de grandes sinsabores
Con tan impetuosos accidentes , Por muertes de queridos compañeros ;
Que Anaya y Casamirez quedan solos Al fin sus casas dejan moradores
Entre mortíferos inconvinientes ; A los advenedizos y estranjeros ,
Y fué luego la rota palizada Y demas de la gente fugitiva
En aquel mismo punto remediada . Un número bien grande fue captiva.
Los dos toros están dentro del cosn , Los daños recebidos descubiertos
De crueles alanos rodeados , Por los que son señores del estancia ,
En estacada puestos y en un foso . Fué, por no se tomar buenos conciertos ,
Donde de todas partes son picados : La pérdida mayor que la ganancia ;
No tigre , no leon , no feroz oso , Porque sin los heridos, fueron muertos
Al tiempo que se ven mas fatigados , Diez hombres de grandísima sustancia
Hacen tan fieras sus arremetidas A los cuales hallaban todos menos
Cuanto los dos por escapar las vidas. Por ser tan valerosos y tan buenos .
Ensangrentados van pectos y golas , Qemadas casas , mucuras y tures ,
Tintas de las entrañas circunstaules, Atravesaron por aquella via
Do las agudas armas españolas Rompiendo con machetes y segures
Por todas partes andan penetrantes ; La montaña que se les ofrecia :
Pero ¿ qué pueden ser dos almas solas Llegaron pues à tierra de Bubures
Entre tan gran caterva de gigantes ? Donde Francisco Martin residia ,
Socorro pues ninguno puede dallo , El cual de parte de indios comarcanos
Eso me da peon que de caballo. Tuvo noticia cierta de cristianos.
Tal número de sangre va vertida, Certificado de lo que desea
Que el cercado les es anegadizo ; Para de su vivir hacer mudanza ,
Pero no puede ya dalles la vida Convocó capitanes á pelea,
Sino la potestad del que los hizo ; Hizo hacer alarde y ordenanza ,"
Porque de flechas hay gran avenida Y congregada barbara ralea
Y piedras mas espesas que granizo : Les dijo : «Cerca tengo ni venganza ;
No tienen ya rodelas en los brazos . Por tanto quien me quiera por amigo
Que ya se las han hecho mil pedazos. En este menester vaya conmigo .
A los dos finalmente dividieron »Estos mis capitales enemigos
Los impetus terribles de la gente , Huelgome que me vengan á las manos ,
Y al Anaya tan gran golpe le dieron Para hacer en ellos los castigos
De macana por medio de la frente , Que merecen sus hechos inhumanos ;
Que con la fuerza dél allí salieron Pues ellos me quitaron mis abrigos ,
El ánima y los sesos juntamente : Y privaron de padres y de hermanus ,
Casamirez también luego dió el alma Y me trajeron preso y en cadenas
Con punta dura de tostada palma. A ver y conocer tierras ajenas.
No menos acullá la furía arde , »Mi destruicion y sanguinoso daño
Y el Esteban Martin punto no cesa Agora lastarán con fin de vida ,
De dar calor al español alarde Ya con abierto mal, ya con engaño ,
Dándoles de victoria ya promesa ; Si hiciere con ellos paz tingida ;
Pero para los dos llegaran tarde Y vosotros vereis cómo maraño
Aquellos que se dieron mayor priesa Los bilos de su tela bien tejida.»
De la misma manera Monserrate Y aquestas prevenciones ansi hechas ,
Con grande furia sigue su combate . Armóse de macana y arco y fleciras.
Quel daño visto, para remediallo Púsose tal que no lo conociera
Fue poseido de furor y saña , Padre ni madre , hijo ni pariente ;
Y los que son con él , por contentallo , Y para su postura ser más fiera
Se dieron en romper tan buena maña , Con bitumen untó hasta la frente ,
Que pudo bien entrar con el caballo . Pues la cubierta de sus miembros era
Y tras él juntamente su compaña : El bermellon ó bija solamente ;
Va baciendo bien anchos los lugares , Va luego con la gente de sus partes
Rompiendo con su lanza los ijares. En busca de cristianos estandartes.
Acuden españoles al instante Y como cerca dellos se hallase
Hallando por allí lugar abierto ; Un rio de por medio , de buen trecho ,
Monserrate pasó mas adelante Antes que el dicho rio se pasase
De lo que requeria buen concierto , Hizoles entender ser mas provecho
Teniendo para si ser él bastante Que la caterva sola se quedase ,
Para matar y no para ser muerto ; Para hacer à solas el asecho ,
Y ansi con esta loca confianza Y que ninguno dellos se moviese
Hacia gran estrago con su lanza. Del puesto basta tanto que él viniese .
No se vió caballero menos tardo Al tiempo que iba por el espesura
En el acometer ni mas ardiente ; Para salir al rio ya nombrado,
Andando pues sin esperar reguardo Eu la misma sazon y coyuntura
En riesgo y en peligro tan patente , Fernando de Alcocer habia pasado
De gigantea mano vino darde Con diez cristianos, por tener segura
Que del caballo traspasó la frente ; La ribera contraria de aquel vado,
Empinósele luego muy derecho, Para que por los indios del paraje
Y de espaldas cayó sobre su pecho. No se les perturbase su pasaje.
1. IV. 14
210 JUAN DE CASTELLANOS .
Yendo pues mas adentro con la gente, Y que no la tuviesen ellos menos ,
Por mas asegurarse deste miedo, Porque también á estos conocia
Con el Francisco dieron de repente ; De virtud y modestia todos llenos,
Fernando de Alcocer y un Escovedo Y no como los otros que él decia ;
Arremeten á él incontinente , Que los fuesen á ver, pues eran buenos ,
Y el Francisco Martiu estuvo quedo, Hidalga y apacible compañía ;
Haciendo con las manos altas luego Y para los vencer con su consejo
Señas de paz y muestras de sosiego. Mostróles ciertas cuentas y un espejo.
Holgóse la cristiana compañía Ellos sin repugnancia ni debate
De vello tan pacífico y tan quieto, Cumplieron del Francisco los intentos;
Reconociendo que de paz venia Los nuestros, para que de paz se trate,
Y ser muy principal en el aspeto : Hiciéronles muy buenos tractamientos,
Tractáronlo segun que convenia, Dándoles menudencias de rescate
Y tuviéronle todos buen respeto , Con que quedaron ledos y contentos ;
Con el cual se vinieron allegando Para sus casas luego se aperciben
Al vado que los otros van pasando . Donde de buena gana los reciben..
Y él de su voluntad lo mismo quiso, En los cuales asientos y estalaje
Sin ser de los soldados compelido ; Fueron algunos dias detenidos ,
Mas aquel que lo via de improviso Y para lo restante del viaje
A gran admiracion era movido : Mas que medianamente proveidos.
Al Estéban Martin dieron aviso Allí mudó Francisco Martin traje,
Del indio que de paz era venido, Y usó de nuestras ropas y vestidos ,
Para que como lengua declarase Y supo su mujer, y suegra, y suegro
Lo que dél conociese y alcanzase. Su buen yerno no ser indio ni negro.
El cual , después de habelle preguntado Ni deseaban yerno por vecino
Quién es ó de qué parte se divierte , Que supiese jamás andar vestido ;
En nuestro castellano bien cortado Mas cuando se partió y el tiempo vino
Dió luego la respuesta desta suerte : Que su deseo viese ya cumplido ,
Soy Francisco Martin el desdichado, Sirviendo quiso ir por el camino
Cursado bien en tragos de la muerte , La hija del Bubur à su marido ;
La cual no me daria ya molestia La cual india salió tan comedida,
Viéndome donde dejo de ser bestia. Que le sirvió muy bien toda su vida.
>Inmensas gracias doy à aquella fuente De su peregrinar siguen el resto,
De donde mana toda cosa buena, No sin grande deseo de sosiego;
Pues vino sobre mi con el torrente Y como fué jornada desde puesto
De su clemencia con merced tan llena , Que no les pudo dar camino ciego,
Que salgo del desorden desta gente , En Maracaibo se pusieron presto,
De cuanto puede ser virtud ajena , Y á la ciudad de Coro fueron luego ,
Pues puedo decir dellos en su mengua Do quedó Santillana por justicia,
Ser bestias que se entienden por la lengua. De quien dimos atrás larga noticia.
»No porque en el hablar sean perfetos, Contra quien no faltaban indignados,
Porque torpezas sou y devaneos : Como suele tener cualquier que manda,
Solainente declaran sus concetos , Mayormente si los desvergonzados
Cuál es su no querer ó sus deseos ; La mano del juez no sienten blanda ;
Y aquesto no por términos discretos, Tenia Coro pues amancebados ,
Sino por confusísimos rodeos , Y estos la noble gente de su banda ,
Pues que para decir dulces ó amargas Y el dicho Santillana como bueno
Tardarán en hablar dos horas largas. Procuraba ponelles algun freno .
>Sin orden, sin concierto, sin templanza , Para vengarse del rigor amargo
Porque ninguno dellos esta sigue, Hallaron estos el lugar abierto,
No tienen ley, ni fuero, ni ordenanza , Y fué decir que ya no tiene cargo,
Ni cosa que a vivir bien los obligue : Pues el que se lo dió quedaba muerto ;
Cada uno se toma su venganza, El dicho Santillana, sin embargo,
Si puede, sin jüez que lo castigue : Procedia por orden y concierto;
¿Qué sentiria yo pues de mí mismo, Mas aunque por mil vias se repara,
Entre tan mal compuesto barbarismo?» En efecto quitáronle la vara.
Finalmente les dió razon y cuenta Pusiéronle también duras prisiones,
De lo que les habia sucedido Puesto que pareceres hubo varios,
En aquella famélica tormenta Y las grandes revueltas y pasiones
Do los demás habian perecido ; Enhilaron negocios no sumarios :
Y escuchando la gente descontenta Hicieron contra él informaciones
Razones que lastiman el oido, Al beneplácito de sus contrarios;
Cada cual procuró que se le diese Hubo testigos tales y tan duros
Ropa con que sus carnes encubriese. Que les averiguaron ser perjuros.
Cuál le daba camisa, cuál sombrero , A los cuales después, dias siguientes,
Cuál el cosete viejo que vestia, Siguió por tales vias y maneras,
Cuál calzado de bilo, cuál de cuero, Que hizo desterrar y quitar dientes,
Cuál de las alhajuelas que traia; Y algunos condenar para galeras ,
Finalmente que cada compañero Sin valelles amigos ni parientes :
Daba de la pobreza que tenia, Por tomar los negocios tan de veras ,
Y no tan solamente de vestido, Que quiso después ir por su presencia
Pero de lo demás fué proveido. Contra ellos á la real audiencia.
Mas antes de dejar arco y aljaba , De do como tuviesen ya noticia
Y aquel lijero traje de floresta, De todas las pasiones sucedidas,
Fué do la gente de indios esperaba Vino con cargo de real justicia
A dalles de lo visto la respuesta : Y obispo, don Rodrigo de Bastidas ;
Dijo no ser la gente que pensaba, El cual, reconociendo la malicia ,
Sino buena, leal, grata y honesta, Y las cosas sin orden proveidas,
Y de cuyos respectos y templauza Como venia con intencion sana
Tenia toda buena confianza, Mandó luego soltar al Santillana.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELEGIA II, CANTO I. 211
Procuró mitigar enemistades, Hombres de mucha suerte , de los cuales,
Como varon muy bien intencionado ; Musior de Radou era gran hombre ,
Plantó su catedral con dignidades , Y el alférez que fué Martin Gonzalez ,
Y planta y ereccion de buen prelado, En los hechos hidalgo y en el nombre ;
Haciendo las demás solemnidades Los dos Velascos , hombres principales ,
Anejas à tan inclito cuidado; Y dignos de tener este renombre ,
Ypuestos frenos á la gente suelta Franciscos ambos , tio y el sobrino ,
Para Santo Domingo dió la vuelta. Que en Cubagua después fué mi vecino.
Quedó por provisor don Joan Robledo, Del número también desta reseña
Chantre y después dean de Venezuela, Fué Cárdenas , insigne caballero ,
Que yo comuniqué con verso ledo Sancho Briceño , Alonso de la Peña ,
Y prosa desde el Cabo de la Vela ; Después en la Española tesorero ,
De otra dignidad decir no puedo George de Almeda , Pedro de Nurueña ,
Sino del padre Fructos , de Tudela , Y Lope de Montalvo , muy entero
En aquella provincia bien antigo En paz y en belicosa coyuntura
Y que también yo tuve por amigo. Y varon de grandísima cordura.
Y porque los de Coro por entero Y con los que saltaron en el puerto
Tuviesen de justicia cumplimiento , Fue parte no menor de la cuadrilla
Dejoles por juez un caballero Un Peña , que llamábamos el Tuerto ,
Con quien tuvieron gran contentandieuto : De gran valor para cualquier rencilla ;
Este es Alonso Vazquez, tesorero, Fué Murga , Santa Cruz y fué Roberto ,
Hombre de muy cabal entendimiento , Y destos mismos fué Joan de Bonilla ;
Cuyos gobiernos y judicatura Joan de Villegas , hábil escribano ;
Fueron de gran valor y gran cordura. Diego de Montes , diestro cirujano .
Bien pudiera tocar mi baja lira Y célebre varon en medicina ,
Otros muchos negocios sucedidos ; Que de yerbas halló grandes secretos ,
Mas por algun espacio se retira Con cuya propiedad a la contina
A la reformacion de sus sentidos, Obraba salutiferos efetos ,
Hasta que Fedrimán y George Espira Y también en guerrera disciplina
A la gobernacion sean venidos ; Fueron maravillosos sus concetos :
Y pues he de tocar cosas de espanto , Vinieron otros muchos , que no cuento ,
Quiero templar sus cuerdas entre tanto. Soldados de grandísimo momento.
Poco tiempo después de la venida ,
Estos gobernadores diligentes
Se concertaron para la salida
ELEGIA II. A descubrir por partes diferentes ;
A la muerte de George Espira , cuarto gobernador Entrellos fué la gente repartida ,
de las provincias de Venezuela. Pero los baquianos conocientes
Del dicho Fedrimán él se los lleva ,
CANTO PRIMERO. Y al Espira siguió la gente nueva.
Después del sacrosanto nacimiento De los viejos llevó como sesenta ,
Y aquella felicisima venida , Y al Esteban Martin por su gran tino ,
El sol , segun su propio movimiento , Y por saber que de cualquier afrenta
Habia dado por igual medida Lo podia sacar en el camino ;
Treinta y seis vueltas con quinceno ciento Llevo , por ser persona de gran cuenta ,
Al circulo que llaman de la vida , A Martin de Artiaga , vizcaíno ,
Pues de sus movimientos se deriva Y á otro capitán , Joan de la Puente,
Al mundo la virtud generativa . Lengua de caquetíos escelente.
Cuando con vuelo mas que presuroso, De gente que llamábamos isleña ,
La fama , como ya tiene de maña , Por nombres no sabré decir el resto ;
Hizo luego patente lo dudoso , Mas era principal en la reseña ,
Estendiendo por tierras de Alemaña Y en hechos valerosos el mas presto ,
El remate de Ambrosi o trabajos o; El capitán Gutierre de la Peña ,
Y los señores de la gran compaña Que fué mariscal mucho después desto,
Nombraron por estar mas á la mira De cuya discrecion y fuerte Marte
Por su gobernador à George Espira. He hecho relacion en otra parte.
Pues aunque Fedrimán fué pretendiente, Para regir el campo peregrino
Y con razon el cargo se le deba , El mas viejo Velasco fué teniente ,
No se halló parece ser presente Alférez ansimismo su sobrino ,
En aquel tiempo que llegó la nueva ; Capitán de jinetes desta gente
El cual de capitán muy escelente Fué Lope de Montalvo , varon dino
Habia dado ya bastante prueba : De muy mas alto cargo y eminente ,
Formó sus quejas á la compañía Y de los otros hombres principales
Del gran agravio que se le bacia. Nombraron los restantes oficiales.
Aquella gente noble le confiesa Espira pues , con el avïamiento
El ser justifica das sus razones , Que para su viaje le convino ,
En secreto haciéndole promesa Su derrota llevó por barlovento
Enviarle bastantes provisiones ; De Coro , y Fedrimán hizo camiño
Ypues aquello de presente cesa Al dicho Maracaibo , con intento
A causa de perder las ocasiones , De no dejar el término marino
Volviese con el otro caballero Hasta ver y saber si le llegaba
Como coadyutor y compañero. Despacho del gobierno que esperaba.
Embarcóse con esta confianza Salió pues George Espira mas pujante
En la flota que vino George Espira , Con quinientos soldados chapetones ;
Espira sin recelo de mudanza , Doscientos delios envió delante ,
Alo que Nicolao mas aspira ; Que van por las serranas poblaciones
Por términos urbanos y crianza Con tres caudillos , cada cual bastante
Cada cual se respecta , tracta y mira , Para regir mayores escuadrones :
Ya Coro , donde van encaminados , Estos iban con orden y decreto
Llegaron con gran cooie de soldados. Que saliesen a Barraquicimeto.
212 JUAN DE CASTELLANOS .
Do también iba él por otra via Viendo cómo mostraba la canalla
A subyectar el bárbaro vecino , Los brazos fuertes y los piés livianos ,
Y el Esteban Martin era la guia Bajose del caballo do se halla
Como cursado bien en el camino ; Cualquiera de los ya dichos cristianos ,
El cual al campo todo precedia Y para conclusion de la batalla
Para mejor valerse de su tino , Arremeten con lanzas en las manos ;
Y ansi con el favor y aviso suyo Mas vista la feroz arremetida ,
Brevemente llegaron al Tucuyo . Dos indios se pusieron en huïda.
Donde , por ser provincia bastecida , Volaba cada cual , que no corria ,
Hizo pausa con estas compañías , Después de granjear houra notoria ,
Ansi por proveerse de comida , Y al uno parecióle cobardía
Como para llevar algunas guias ; Huir sin ver el fin de la victoria ;
E ya la gente bien apercebida Y ansi con todos siete combatia,
De bastimento para ciertos dias , Con un esfuerzo digno de memoria :
Pasó por Cazanar , y hizo muestra Admiraban los golpes y destreza
Ir el camino de la mano diestra. Y aquella nunca vista lijereza.
Atravesó por villas y lugares , Francisco de Velasco , con despecho
Y del Aragua rio vió la fuente ; De ver encantamento semejante ,
Entró por la provincia de Ticares , A él encaminó salto derecho ,
Pobre , feroz y belicosa gente , Y el bárbaro salió tan adelante ,
Y cuyos adherentes y ajuares Que juntaron los dos pecho con pecho ;
El arco y flechas eran solamente ; Mas acuden los otros al instante ,
Sirve de cama la madera dura , Y fué de tantas manos detenido ,
Sin paja, hoja ni otra cobertura. Que se vió preso, pero no rendido.
Entrellos se castigan los escesos , No quiere George Espira que ya mneгa ,
Sin reservar casado ni soltero , Ni consiente que sea maltractado ;
Cuando son atrevidos y traviesos ; Mas en prision fué puesto y en collera ,
No tienen oro , plata ni dinero , Y á diez indios ladinos entregado ,
Mas por riquezas tienen ciertos buesos Los cuales lo llevaban de manera
Como joyas colgados del garguero : Que no pudo huïr por mal recado ;
Son en todas costumbres diferentes Caminan pues con él por campos llanos
De todas las demás cercanas gentes. Al campo donde estaban los cristianos.
Y á muchas gentes que les son estrañas El chipa caminando va sin pena
Aquestos suelen ser crüel azote ; Con estos naborías ó vasallos ;
Y ansi los nuestros , vistas estas mañas Pero viéndose lejos del arena
Y no hallar alli próspero dote , Donde quedaban los de los caballos ,
Rompieron por las ásperas montañas Asió del un ramal de la cadena
Hasta venir á dar á Cocorote , Y comenzó con él de santiguallos ;
Que tiene campos de mayor distancia , A uno santiguaba las cervices
Y de buenas comidas abundancia. Y a otro derribaba las narices.
Alli hallaron gente caquetía , Lastima brazos y quebranta codos ,
Hombres de mas primor y mejor traza ; Llevando lo peor quien mas se adarga ;
. Y el George Espira quiso cierto dia Al fin él esgrimió por tales modos ,
Por estos campos rasos ir á caza, Y era la fuerza tal con que descarga ,
Con seis ó siete de su compañía , Que del chipa crüel huyeron todos ,
Soldados de valor y hombres de plaza : Y tuvieron por bien de dalle larga ;
Redon , Villegas y Joan de Bonilla , Y a los gritos que daban desde un cerro
Velasco y otros tres de su cuadrilla. Acuden españoles con un perro.
Caminando la vuelta del ocaso , Era perro de gran conocimiento
Acia las faldas de unas serrezuelas , Y bien instructo para tales lances ;
Llevando , como suelen en tal caso , Y como lo vió ir en el momento
Los ojos mas que vivas centinelas , Sigue del fuerte chipa los alcances :
Vieron tres indios chipas en un raso , El indio reparó , ya sin aliento ,
Armados con sus dardos y rodelas ; O sin temor quiza de tales trances ,
Ypara los tomar y subyectallos Y como vió venir aquel alano ,
Hieren de las espuelas los caballos. Para se defender probó la mano.
Los indios , aunque vieron el intento Mas el perro feroz encarnizado ,
Y de los caballeros el denuedo , Sin recelar los golpes de cadenas ,
No por eso hicieron mudamiento , Saltó con el mancebo desdichado,
Mas antes cada cual estuvo quedo ; Cebándose en la sangre de sus venas ;
Sin que se recelase rompimiento , Y de sus carnes , ya despedazado ,
Ni se manifestase claro iniedo , Las voraces entrañas fueron llenas ,
Llegan , y cada uno de los siete Y ansi se concluyó la valentía
Para tomallos vivos arremete. De que dió claras muestras aquel dia.
Los tres con furïosa destemplanza , Después que por allí se pertrecharon
Viéndose de los siete rodeados , De los cuotidianos menesteres ,
El caballo rebaten y la lanza Acia Catimayagua caminaron
Con golpes de macana , tan pesados , Para circuncidalle los poderes ;
Que fueron los de la mayor pujanza Y ansi de un pueblo solo le sacaron
En el acometer mas atentados , Mas de seiscientos hombres y mujeres ;
Porque al caballo de menor resguardo Prosiguen adelante , y en efeto
Pasaron las entrañas con un dario. Allegaron á Barraquicimeto.
En la continuacion del duro juego , Donde los que venian por la sierra
Que en daño de los uuestros se convierte , Habian hecho ya lances sangrientos ,
A otros tres caballos bieren luego , Porque todos los indios de la tierra
Y la menor herida fué de muerte ; No daban necesarios alimentos ;
Enciende la pasion bélico fuego , Antes los persiguió gente de guerra ,
Donde las llamas fueron de tal suerte , Conociendo no ser mas de doscientos ,
Que de los españoles referidos Y acertó de llegar el George Espira
Quedaron de los siete seis herides: En el rigor de la guerrera ira.
213
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II , ELEGIA II, CANTO I.
No fué poco sangrienta chirinola , Por no ser tales las informaciones
Pues salieron heridos mas de ciento , Que las culpas hiciesen evidentes ,
De los cuales fué Diego de Urriola , Y por quitar algunos trompezones
Y un Alonso Martin, que era sarjento , Cerca del parecer de muchas gentes ,
Urrea , Juan de Oñate , Casasola , Mandó que lo llevasen en prisiones
Cárdenas y otros muchos que no cuento ; Al pueblo do dejaron los dolientes :
La tierra se corrió que era contigua , Estos estaban ya diminuidos ,
Hasta venir á dar á Hacarigua, Por ser la mayor parte fallecidos.
De grandes y estendidas poblaciones El Murga , capitán , era ya muerto ,
Y llenas de naciones diferentes , Y de la dicha gente la restante ,
Cuibas , caquetios , y coyones , Viendo no tener fuerzas ni concierto
Giraharas feroces y valientes. Para poder pasar maş adelante ,
Alli los españoles chapetones Volver desean al marino puerto ,
Cayeron muy enfermos y dolientes , Y nombran capitán , hombre bastante :.
Y fué tanta la gente que caia , Este fué Martin Sanchez , un soldado
Que les cumplió hacer enfermería. Antiguo , y en la tierra muy cursado.
Quedó Murga , persona señalada , Aqueste Martin Sanchez , que ya digo ,
Con la guarda que Jorge les aplica , Rigió la poca gente con tal peso ,
De todas armas bien aderezadas; Que el mas duro rigor del enemigo
Dejóles también médico y botica ; Ninguno de los suyos hizo leso.
Prosigue mas adentro su jornada , Con todos los demás llevó consigo
A fin de descubrir tierra mas rica ; Al Velasco también en son de preso ,
Caminan hasta tanto que pasaron Y en Coro lo entregó con esta gente
El rio del Estribo que llamaron. A quién allí quedaba por teniente .
Descubren campos anchos y hermosos , Espira su viaje proseguia ,
Con daño de las gentes mas vecinas ; Que ya no halla pluvia que lo pare ;
Atravesaron rios caudalosos , Y el verano llegado hizo via
Guanaguanari , Tapia y a Barinas ; Entrel rio de Apuri y de Sarare ,
Los indios giraharas , belicosos , Adonde halló gente caquetía ,
Salieron a las gentes peregrinas Y bastimento con que se repare :
En campo llano y en zavanas rasas , Es aquesta nacion muy estendida
En guarda y en defensa de sus casas. Y en infinitas partes dividida.
Contrarios con contrarios se juntaron ; De fuerzas lleva ya gran menoscabo,
Suena de duros golpes el ruido ; A causa de cubrir terrenas cuevas
Los indios de tal suerte pelearon , Muchos de quien trabajos dieron cabo ,
Y este recuentro fué tan bien reñido , Por ser en las entradas gentes nuevas.
Que á cuatro de caballo derribaron , Por Caroni pasaron y Carabo ,
Y entrellos à Montalvo mal herido ; Rio que nace ya de los Tunuevas ,
Pero los nuestros son superiores , Y el nombre se le dió de Alonso Diaz ,
Y quedaron del pueblo por señores. Porque su agua dió fin à sus dias.
Ya los matices del florido cuerno Hallaron sal y ropa mantellina ,
Y pomiferas plantas del verano Y alguna joya de oro mal labrada ,
Habian dado tines al gobierno Por ser esta provincia que conlina
Del sustento que dan al ser humano ; Con este nuevo reino de Granada :
Ynimbos procelosos del invierno Es aquesta nacion toda benina ,
Venian estendiendo ya la mano , Y en las culturas bien ejercitada.
Pues de crecientes fuera de sus senos Proceden mas á su descubrimiento
Los campos comarcanos iban llenos. Hacia do tiene Pauto naçimiento.
De tal manera , que les fué forzoso Y el Esteban Martin tomó por guia
Suspender sus peregrinaciones , Un guayqueri que dijo ser esperto
Buscar lugares para su reposo En los secretos desta serrania "
Y recoger algunas provisiones , Afirmándole ser testigo cierto ;
Hasta pasar el tiempo pluvioso Y consta ser la tierra que decia
Y las tempestuosas confusiones ; El reino que tenemos descubierto ,
Y parecióles , por mejor valerse , Pues dijo conocer á Sogamoso ,
En dos partes distantes recogerse. En aquellas sazones poderoso.
Alli con grande parte de la gente Oida la noticia que el villano
Se detuvo, por ser hombre bastante , Daba de la riquezà de la tierra ,
Francisco de Velasco , su teniente , Al George Espira tienen por insano
Y el Espira pasó mas adelante ; Y el Esteban Martin dice que yerra
El cual halló recado conviniente , En ir perseverando por lo llano
Seis leguas del Velasco mas distante , Sin calar los secretos de la sierra ;
Y aunque Velasco pudo bien hacello , Mas á cualquiera que se lo decia
En dos meses, ó mas , no quiso vello. Con impaciencia grande respondia :
Antes dicen decir estas razones Juzgando lo mejor por desatino ,
A Castrillo , Mendoza y a Castuera , Y la sabia razon por indiscreta ;
Pancorvo y Alcocer y otros varones : Y ansi, para seguir aquel camino,
Si veinte como vos ó mas tuviera , A parecer ninguno se subyeta ,
En menosprecio destos borrachones Por ser muy diferente su desino ,
Yo sé, señores , bien lo que hiciera , Vencido de la gran fama de Meta ,
Pues es bajeza , poquedad y mengua Que fué general becho que seguian
Mandarnos gente de contraria lengua.» Los que por aquel tiempo descubrian:
Estas murmuraciones ó consejas , Dejados pues los mas ciertos apriscos ,
Ya fuesen con verdad, ya con mentira , En daño del ganado que regia ,
Algunos susurrones y vulpejas , • Huyó de caminar por altos riscos ,
Ardientes nutrimentos de la ira , Y en la demanda fué del rio Hia ,
Debieron de llevar á las orejas Do perecieron tres maestres Franciscos ,
Del alemán valiente , George Espira ; Y todos ellos juntos en un dia ,
Y por informacion que hizo dello En unas mismas aguas y corrientes ,
Al'alguacil mayor mandó prendello. Aunque en oficios eran diferentes.
JUAN DE CASTELLANOS .
Prosiguen el camino por Opía , No menos en la furia se mostraba
Sufriendo de fortuna nil reveses , En esta parte donde combatia ,
Y la tardanza fué con demasia Pues en el escuadron se señalaba
Por aquellas riberas y conveses ; Aquella grande mella que hacia :
Pues por la gran creciente que traia Brazos , piernas , cabezas derribaba
En pasallo tardaron ocho meses. De quien con mas furor acometia ,
Y al fin efectuado su pasaje , Sin que los muchos que le daban guerra
A la parte del sur hacen viaje. Le hiciesen perder paso de tierra.
Iban por aquel rumbo via reta , Acuden españoles al ruïdo ,
Pasando rios que les daban vado; A fiu de sustentar tan bravos hechos ;
Con hambre que los mas fuertes subyeta Mas tanto tiro , grita y alarido ,
Atravesaron grande despoblado , Les hacian los pasos ser estrechos ;
Hasta venir á dar al rio Meta , Y ansi, sin ser con tiempo socorrido ,
Que no la pudo dar á su cuidado : Le dieron con un dardo por los pechos ,
Vive la gente dél con desengaño , Con cuva crudelísima herida
Pues nada de su cuerpo cubre paño . Perdió luego las fuerzas y la vida.
Desde las plantas á los altos cuellos A fin de refrenar inßadas venas ,
Sus partes se verán desabahadas , Pusiéronse los nuestros por delante ;
Ellos hasta la cinta los cabellos , Mas fué como mojar las velas llenas
Y las mujeres todas tresquiladas ; Del barco por que corra mas avante ,
Tanto que juzgareis ellas ser ellos , O como minutísimas arenas
A no ver las señales apropriadas Opuestas á gran viento de levante ;
Donde naturaleza diferencia Sin dar lugar á la cristiana lanza
El existente ser del aparencia . El indiano concierto y ordenanza.
2 Prosiguieron la senda mas batida , Regianlos catorce capitanes ,
Con la solicitud acostumbrada , Como gigantes todos y animosos ,
Hallaron pueblo lleno de comida , A su modo soberbios de galanes .
Donde tuvieron noche descansada : Aunque los ornamentos son plumosos ,
La gente toda dél era huïda , Y segun los meneos y ademanes ,
Y en parte diferente congregada ; De ensangrentar las manos cudiciosos :
Veláronse , segun comun costumbre , Ondean por los hombros de salvajes
Por evitar alguna pesadumbre. Grandes diversidades de plumajes.
Antes que Venus con dorada frente El mas principal dellos les decia :
Fuese del claro dia mensajera , « Adelante los mios , que notoria ,
El Espira , con parte de la gente Segun el buen principio deste dia ,
De caballo , siguió cierta carrera Tenemos desta gente la victoria ;
Para buscar el morador ausente Demás de que también de parte mia
Y ver la poblacion desta frontera , No terná menoscabo vuestra gloria ,
En el pueblo dejando los restantes Pues si el ejemplo del mayor aplace ,
Con el reguardo que tenian antes. Aquí vereis mi diestra lo que hace . »
Y el santo resplandor de la mañana Apenas les habló desta manera ,
Por cumbres y por llanos estendido , Cuando vestido de furor insano ,
La gente que quedaba castellana A todos les tomó la delantera ,
Oyeron de cornetas gran ruïdo ; Con tres ó cuatro dardos en la mano ;
Y luego descubrió por la zavana Clavó del primer golpe la mollera
Golpe de gente bien apercebido Al desdichado mozo Joan Serrano :
De varias armas , intencion nociva , Fué la punta del tiro tan profunda ,
Sin ver á George Espira por dó iba. Que no fué menester llaga segunda.
En la composicion de su ordenanza , Trabóse mas del uno y otro bando
Pavés y dardos llevan los primeros , El bélico furor triste y horrendo ;
Y los de mas atrás aguda lanza ; El indio fiero tierra va ganando
Tras estos muchedumbre de flecheros , El español feroz la va perdiendo ;
Y hondas , de que tienen gran usanza , Innumerables hondas disparando
Cuyos tiros no son menos certeros : Con sus crujidos hacen tal estruendo ,
Los que velaban de los peregrinos Que de sobresaltados los caballos
Dan arma sin que dejen los caminos. Mal pueden los jinetes concertallos .
E un Francisco Sanchez , buen soldado , Por el poco lugar que se le daba ,
Tuvo tan gran esfuerzo y osadía , Arma del español anda suspensa ;
Que sin dejar el puesto señalado Y el dardo , piedra , flecha, que llegaba ,
Ni huir el estruendo que venia , Era por todas partes tan inmensa ,
De gente que llegó por aquel lado Que ya ninguno dellos procuraba
El impetu terrible resistia , Sino tan solamente su defensa ,
Igualando los golpes de su diestra Yéndose retrayendo de la muerte
A la temeridad que en esto muestra. Del campo llano para lo mas fuerte.
Tal era de sus brazos el gobierno Oyó luego la grita George Espira ,
Y fuerza de que lo dotó natura , Y en este punto , sin que mas atienda ,
Que el mas duro pavés hallaba tierno , Para librar los suyos desta ira ,
Blanda la lanza de madera dura ; Volvió con los demás á media rienda :
Y a costa de la gente de aquel cuerno Vido cómo su gente se retira ,
Tincta se ve de sangre la verdura : Llevando lo peor en la contienda ;
A unos las entrañas va rompiendo , Las espaldas tomó del enemigo
A otros da temor con el estruendo. Haciendo crudelisimo castigo .
Como quien con pesada podadera De treinta de caballo son heridos ,
Va rozando de plantas varias tramas , Que derramando sangre van sin duelo ;
Para hacer alli su sementera , Los indios viendo ser acometidos
A todas partes derribando ramas , Por adonde vivian sin recelo ,
Y hacen mella ya por la ladera Revuelven á los gritos y gemidos
Los carrascos , quejiges y retamas , De los que ya quedaban por el suelo ,
Por ser aquellos arbores enhiestos Y viendo los mortiferos conciertos ,
De sus nativos troncos descompuestos : Quedaron de pasmados como muertos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELEGIA II , CANTO II. 215
Como lugar de golpes y alborotos El indio todavia da corridas
De muchos oficiales comarcanos , Porque sus piés lijeros lo rescaten ,
Do labra cada cual segun su voto No teniendo mas puntas prevenidas ;
El palo , el hierro , los dorados granos , Arremetieron pues los que combaten ,
Y por un repentino terremoto Y aunque le dieron dos ó tres heridas ,
Soltaron instrumentos de las manos , Arteaga rogó que no lo maten ;
Martillo, mazo , y el formon agudo , Al fin prendiéronlo , y aunque no sano,
Y queda luego todo como mudo : En sus hombros pusieron al cristiano.
Desta suerte también fué la caida Al pueblo lleva pues el indio preso
Del cacique feroz y sus vasallos , Al que de muerte hizo ser captivo ,
Oyendo de repente la venida Y fué como si no llevara peso
Y eltropel que traian los caballos ; Por ser de la manera que os escribo :
Y aquellos que llevaban de vencida Llegó de desangrado ya tan leso ,
Embistieron también por ayudallos , Que parecia mas muerto que vivo ;
De tal manera , que por cada parte Al fin iba la vena tan rompida
Venciocontrarios el cristiano Marte. Que con la sangre le huyó la vida.
Con tan bravo furor se daba caza El matador en miembros estremado
Por nuestros caballeros y peones , Andando con cristianas compañias ,
Que el campo raso se desembaraza O de ver su mujer desconfiado ,
De los embravecidos escuadrones , Por quien siempre crecian sus porfias ,
Quedando todavía por la plaza O ya podria ser de mal curado ,
De cuerpos muertos grandes los montones : En breve tiempo dió fin á sus días ;
Penachos , dardos , lanzas , y no menos Mas el ausencia siendo mal tan fuerte
De paveses caminos quedan llenos. Creyeron que fué causa de su muerte.
Conclusa la batalla , no sin lloro La gente peregrina y estranjera ,
De los que comenzaron las rencillas , Viendo ya sus heridos cuasi sanos ,
Revolviendo las plumas y el decoro Prosiguen adelante su carrera
De indios que hicieron maravillas , Hasta San Joan que dicen de los Llanos ;
Descubrieron algunas joyas de oro , Cuyo lugar en la presente era
Y de plata pequeñas campanillas , Conocemos poblado de cristianos ;
Como de aquellas que por adornallos Y cuando tracte deste reino nuevo
Ponen en los bozales de caballos. Terneis en él un apacible cebo.
E un chifle de plata fué hallado , Hallaron indios puestos en asecho ,
Que segun en labor era polido , Y ejército compuesto y ordenado ,
Por manos españolas fue labrado , De gran alteracion lleno su pecho ,
Con lo demás de plata referido ; Y á belicosos trances arronjado ;
Puso los españoles en cuidado , Pero para contaros este hecho ,
Pensando de qué partes ha venido , Siéntome de presente fatigado ;
Mas yo bien creo que la plata era Después lo contará mi baja lira
De Ordas , Ortal ó Alonso de Herrera. Sin autorizar brizna de mentira.
Fueron pues por entonces compelidos
A hacer en aquel lugar asiento ,
A causa de soldados que heridos
Quedaron del rigor sanguinolento ; CANTO SEGUNDO .
Y hasta los tener convalecidos
No prosiguieron su descubrimiento ; Donde se cuentan los grandes recuentros que tuvieron , y cómo vién -
Y cazaban por esta circunstancia dose George Espira con gran falta de gente determinó de volver á la
ciudad de Coro, y lo que sucedió en el camino.
Venados de que hay gran abundancia.
Yendo pues à cazar una mañana En guerras mucho vale la pujanza ,
Bonilla , San Martin , Rodrigo Infante , Do lo mas á lo menos señorea,
Hijo de noble gente sevillana , Porque notorio es que gruesa lanza
Y el Esteban Martio y un Fustamante , Al tiempo de romper menos blandea ;
Vieron atravesar por la zavana Pero ninguno tenga confianza
Un indio poco menos que gigante , Hasta ya ver el fin de la pelea ,
De dardos y pavés aderezado , Pues acontece por alguna suerte
Y con mujer y dos hijos al lado. Lo mas flaco vencer à lo mas fuerte.
Baten las piernas luego por la plaza Desta verdad ejemplo fué patente
A fin de tomar presa semejante ; Aquesto que tenemos entre manos ,
El indio luego se desembaraza Donde la muchedumbre de la gente
Echando hijos y mujer delante , De indios consumiera los cristianos ,
Con ánimo de dar orden y traza A no hacerse lance conviniente
De los librar del riesgo circunstante ; Por los pocos y flacos castellanos ;
Y ansi como leon ó tigre fiera. Porque de todos ellos hecha cuenta
En medio de aquel llano los espera. Serian á lo mas ciento y cincuenta.
Rodean todos ellos al desnudo , Y no podia bien ser numerada
Que solo , sin tener otra compaña , La gente del ejército salvaje ,
Puso mano á los dardos y al escudo , Pues la tierra tenian ocupada
Y en detenellos él se dió tal maña , Con determinacion y con coraje :
Que sin la perturbar su mujer pudo Pavés de manatí , lanza tostada ,
Tomar con los hijuelos la montaña , Casco de duro cuero con plumaje ,
Quedando por librar á su querida Con dardos ó con flechas muchos dellos ,
En grandisimo riesgo de la vida. Y cornetas colgadas de los cuellos.
Queriendo ir tras la feminea planta , Escuadrones compuestos y ordenados ,
Como le perturbaron el antojo , Con varios instrumentos pungitivos ,
El brazo robustísimo levanta , Tan atrevidos y desvergonzados ,
Y con aquella gran furia y enojo , Que los quieren á manos tomar vivos :
A Fustamante dió por la garganta , Ya tienen á los nuestros rodeados
Y al caballo de Infante quebró el ojo : Por dar ejecucion à sus motivos ;
Roja se ve la tierra y el arena El alemán recoge su bandera ,
Con el licor de la cristiana vena. Animándolos bien desta manera :
216 JUAN DE CASTELLANOS.
« Señores , menester es poner freno Bien como piedra magnes que å si llega
A las bestias que corren tan sin tasa , Cualquier cosa de hierro circunstante ,
Lo cual no puede trepidante seno Mas en aquel compás do lo congrega
Ni mano que de golpes es escasa ; Si ponen algun fino diamante ,
Y para conocer quién lo da bueno , Coino superior se lo despega
Ya tenemos las manos en la masa : Y luego se lo quita de delante ,
Otro medio no hay ni se requiere , Adonde se conoce claramente
Sino que haga mas quien nias pudiere . Su fuerza y su virtud ser mas potente :
>Bien reconozco yo que se levanta Ansi les acontece peleando
Contra cascada nave gran tormenta ; A los valerosísimos cristianos ,
Pero ni la que vemos , ni otra tanta , Pues cuando la victoria van cantando
Si de las atrasadas bago cuenta , Con proezas y hechos soberanos ,
Me pone sobresalto ni me espanta , La gran potencia del contrario bando
Ni pienso salir della con afrenta : Luego se la quitaba de las manos ,
Ni quiero mas socorro ni mas luengo Haciéndole por fuerza que destuerza
De tener de mi parte los que tengo. El hilo quien tenia menos fuerza .
Furia de indios es desvanecida , Llegó pues multitud del adversario ,
Y muy bien conoceis su movimiento Con un impetu tal y tan horrendo ,
Cuan á poquitos golpes da caida ; Que sin volver espaldas al contrario
Y aquesto baste por prevenimiento : Los nuestros se venian retrayendo :
Demas de que perdeis honor y vidą El alemán que vió suceso vario ,
Si gozan estos deste vencimiento , Sus escuadrones iba deteniendo
Y ser grave dolor quel alma siente Por tal compás , tal orden y concierto ,
Morir a manos de tan torpe gente. Que ninguno cayó ni quedó muerto.
Encomendaos á Dios como cristianos , Algunos dellos iban amarillos ,
De cuya mano viene la victoria , Sin esperanza de gustosas presas ;
Pues el dará valor à vuestras manos Ansi soldados como los caudillos
Para poder salir con esta gloria ; Retrogradando van por las dehesas ;
Porque matar salvajes inhumanos Ninguno daba dobles ni sencillos
Paréceme ser obra meritoria : Por ser la danza toda de represas ,
Escuadras se repartan y se ordenen , Y aun estas cada cual dellos las mide
Y vamos por el orden que ellos vienen. No con aquel compás que el baile pide.
>El contrario tenemos ya vecino ; Yendo ya todos de color de gualdas ,
Su gente trae no mal repartida : Sin reparar y sin volver las ancas ,
Nosotros vamos por el mismo tino , Vinieron hasta dar con las espaldas
Segun la traza y orden proveida. >> En un rio de muy altas barrancas ;
Al fin los nuestros salen al camino , Por no poder pasar ni mojar faldas
A dar el parabién de la venida , No quieren mas tener las manos mancas ,
Y el mismo George Espira y el Esteban Porque por ia gran cava contrapuesta
El avanguardia de la gente llevan. O morir ó vencer solo les resta.
La hora, de temores alcahueta , Un indio sobre todos bien dispuesto
Hace temblar la barba y el copele ; Habia, que los otros mas incita
Tocóse por señal una trompeta , En daño de los nuestros y denuesto ,
De parte del peon y del jinete ; Y ronco ya de dar voces y grita ,
De todas partes cada cual aprieta De un terrible y espantable gesto ,
Las armas en las manos, y arremete ; Y que en los riesgos mas se precipita ,
El,Esteban Martin recata y mira A unos da calor , otros provoca ,
Con gran cuidado por el George Espira. Echando espumarajos por la boca .
Y el George Espira no se descuidaba Ansí como pastor que va gritando ,
De resguardar también el compañero : Acia corral las vacas recogiendo
El estrago que hacen declaraba Y a los toros que ve de cuando en cuando
Cualquiera dellos ser un Marte fiero ; La cornigera frente revolviendo,
La lanza duros pechos traspasaba , A perros que le vienen ayudando
Corta robustos brazos el acero : «Carga , carga, mastin , » anda diciendo ,
Aquestos dos que van en delantera Y aquellas voces hacen tal efeto
Amplisima dejaban la carrera. Que la manada ponen en aprieto :
El buen Filipe de Uten perseguia Ni mas ni menos estos indios diestros ,
La parte que su parte mas estraga ; Con ánimo que el otro les ponia,
Pues Bartolomé Berzar no dormia , A toda furia sueltan los cabestros
Antes para los indios es gran plaga : Sin jamás aflojar de su porfia,
¿Quién os podrá decir lo que hacia De suerte que tenian á los nuestros
El valiente Martino de Arteaga ? En una gran congoja y agonía ;
Qué Santa Cruz ? y qué Diego de Montes , Y el Esteban, vigor desta conquista,
Terror y espanto destos horizontes? En el bravo gandul puso la vista.
Y los demás de quien mencion no hago, Estaba de su puesto tales trechos
Aunque los conoci por fama y vista , Que brazo de mortal no los alcanza ;
Hacian en los indios tal estrago , Mas por opuestos indios y pertrechos
Que no hallan valor que los resista ; Y por los aires arrojó la lanza ,
Y el indio fiero, por hacerse pago , Que para traspasallo por los pechos
Con gran coraje sigue su conquista : Ejecutora fué de su esperanza ,
Los gritos , los clamores y el estruendo liasta clavar el suelo , y entró tanto
Los delicados aires va rompiendo. Que fué de los cercanos gran espanto.
Cada cual procurando su venganza , Mucho se resfrïó por esta parte
Frio temblor del pecho se destierra ; La furia de la gente cuasi prieta ,
Anda superior cristiana lanza ; Y viéndolos Espira de tal arte
Y cuando juzga dar lin á la guerra, Mandó tocar de nuevo la trompeta ;
De indios acudió tan gran pujanza , Aliento recobró cristiano Marte ;
Que nuestros españoles pierden tierra , Y ansí por todas partes los aprieta:
Y ser divino don cada cual piensa Tanta sangre de nuevo ven vertida,
El irse defendiendo sin ofensa. Que tuvieron por buena la hüida.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II , ELEGIA II , CANTO II. 217
La muerte donde quiera les amaga ; El español la paz les amonesta ,
Como huyen por campo descubierto Con la cual muchas veces les requiere ;
Ninguno dellos sabe que se haga : El barbaro feroz da por respuesta,
Quel vencido no ve reparo cierto. Que después la hará quien mas pudiere :
Cayó sobre los indios grave plaga , Niegan cualquiera condicion honesta
Y de cristianos fué ninguno muerto : Para que de amistad se desespere ;
Espira viendo tan honroso lance Y a querer socorrelles con comida ,
Mandó que no siguiesen el alcance. Los nuestros se pasaran de corrida.
Antes por ver las furias en remanso Pero dijeronles : «Perded cuidado ,
Que pudo prometer seguras treguas , Que vuestra voluntad ha de ser hecha ,
Y el contrario , segun iba ya manso , Pues el manjar mejor aderezado
No pensaba parar en muchas leguas , Ha de llevar la punta de la flecha :
De su consejo fué tomar descanso El dardo servira de pan pintado ,
Ellos y los caballos y las yeguas , Cuya punta no luego se desecha ,
Y volver donde fuesen proveidos Antes es tal, que donde quier que llega
A costa de los miseros vencidos. Con grande pesadumbre se despega.
Al pueblo principal fueron derechos , »Decidnos, ¿qué son vuestros pareceres ?
Y queriendo gozar de los despojos, ¿Con qué furia venís ó con qué viento ,
Hallaron ser menores los provechos Pues tan menoscabados de poderes
De lo que demandaban sus antojas. Os arronjais à tanto detrimento ?
La noche se pasó contando hechos No teneis hijos , no traeis mujeres ,
De cosas que se vieron por los ojos , No teneis pueblo , no haceis asiento ,
Alabando también á circunstantes No conoceis labranza ni bacienda ,
Que lo hicieron bien el dia antes . Sino muy mala suerte de vivienda,
Do cada cual quedaba satisfecho »Y si teneis mujeres, y son buenas ,
Del buen gobernador en este dia , Vosotros no debeis ser hombres buenos ,
Pues a su nombre traspasó su hecho Pues os quereis servir de las ajenas
Porque George Formut, quél se decia, Y andais à saltear bienes ajenos :
En aleman es hombre de gran pecho Las caras os dió Dios de pelos llenas ,
O de gran corazon y valentía ; Y de maldad teneis los pechos llenos :
Al cual, demás ser muy gentil hombre , Trabajá , trabajá , gente sin freno ,
Le venia pequeño mayor nombre. Y no querais comer sudor ajeno.»
Insigne capitán, y demás desto Estas palabras y otras semejantes
No menos devotisimo cristiano , Decian estos bárbaros vecinos
A nadie fué pesado ni molesto A nuestros trabajados caminantes
Con le dar ocasion y tener mano ; Y mas que fatigados peregrinos :
Toda su vida fué retracto honesto, Que si las miran ojos vigilantes ,
Sin nota ni resabio de liviano ; No fueron totalmente desatinos ;
Tuvo ya por poblados , ya por yermos, Pero los nuestros ya sin sufrimiento
Gran vigilancia sobre los enfermos. Determinados van al rompimiento .
En descansando pues dos ó tres dias , Y allí ninguno dellos se reparte ,
Espacio muy mas breve que bastante Antes toda la gente bien armada
Las ya menoscabadas compañías Quiso romper por una sola parte,
Determinaron de pasar delante : Que parecia mas acomodada.
Llevaban por entonces ciertas guias Crece la furia de uno y otro Marte ;
Que riqueza prometen abundante, Vuela la flecha , y anda la pedrada ;
Y para los poner en la tal tierra La castellana hacha corta y hiende
Habian de metellos por la sierra. Palos que el fuerte bárbaro defiende.
Oida la noticia que decimos, Por los palos que están mal ajustados
Cada cual el efecto deseaba , Hacen algun efecto las ballestas ;
Y segun del paraje coligimos Mas la solicitud de los cereados
Y la guia sus piés encaminaba , Non tarda en volvelles las respuestas :
Es este reino donde residimos , Dentrambas partes hay descalabrados ;
Que para mas tardíos se guardaba , Unas armas á otras son molestas ;
Pudiendo ser primero George Espira , Acuden allí tantos escuadrones
Pero Diego de Montes lo retira . Que se causaban grandes confusiones.
Persuadiendo ser entrada mala , No de llenas encinas tantos granos ,
Y ser cosa que mas les convenia Ni de lleno nogal nuez tan espesa ,
Continuar el llano por el ala Derriba la caterva de villanos
De la sierra, y aquella los pornia Andando vareando muy apriesa ,
Debajo de aquel círculo que iguala Cuanta caia sobre los cristianos
Distancia de la noche con el dia ; Piedra, saeta , dardo , que no cesa :
Pues aunque se hiciese mas rodeo, No les bastaba ya fuerza de brazos
Hallarian el fin de su deseo. Y los escudos hechos mil pedazos .
Estimulados pues desta sospecha, Pareciéndole gran inconviniente
Aunque fué lo que menos les convino, Estar todos allí como terreros,
Propósito primero se desecha , Retrájose del cuerpo de la gente
Teniéndolo quizá por desatino ; Estéban con catorce compañeros ;
Llevan la sierra sobre man derecha, Los cuales fueron abscondidamente
Adelante siguiendo su camino , Do parecian mas flacos maderos ;
Y á tres ó cuatro dias de jornada Danse tan buena maña sin sentillo
Toparon una fuerte palizada Que pudieron abrir un buen portillo.
De palos gruesos, altos, bien hincados, El Estéban Martin en el momento
Que con bejucos van entretejidos , Entró con el caballo bien armado ;
De tres ó cuatro cintas rodeados , Todos catorce van en seguimiento
Apretados y muy fortalecidos : Para señorear el gran cercado ;
Gran número de indios congregados Acuden bárbaros al rompimiento ,
Y á su defensa bien apercebidos , Mas era ya sin fruto su cuidado ,
Infinidad de flecha , dardo , honda , Pues no suele temer mayor pujanza
Y propugnáculos á la redonda. Estéban a caballo con su lanza.
218 JUAN DE CASTELLANOS .
Rodeado se ve de mil cuadrillas Aquestos son de víboras crueles ,
El y los que le siguen con rodelas , A quien ha la natura proveido
Mas él iba haciendo maravillas En punta de la cola cascabeles
Batiendo con buen aire las espuelas , Para que no se muevan sin ruido ;
Atravesando pechos y ternillas , Y ansí los infieles y fieles
Derribando quijadas , dientes , muelas : Se valen y aprovechan del oido,
Espira, viendo ya su gente dentro , Huyendo del mortífero veneno
Acudió con los otros al encuentro . Que suele de remedio ser ajeno.
Anda con tales brios el acero , Mas á nuestros guaypies nos volvamos,
Y el cálido fervor de la contienda , Que ansí los dichos indios se decian ,
Que quedó por señor el forastero , Los cuales de la suerte que pintamos
Y el morador huyó de su vivienda , Camino de los nuestros se venian ;
Sin poder amparar al heredero , Y alentados y sueltos como gamos ,
Ni poner en recado su hacienda : No con poco furor acometian
Recogen españoles los haberes Con muy grandes paveses y azagayas ,
Con cuantidad de niños y mujeres. Y los penachos son de guacamayas.
Reposaron después en el asiento A las plumas el cascabel asido ,
Seis dias , porque el campo se repare , Que como caracol os represento ,
Y prosiguiendo su descubrimiento Y como hoja seca su ruïdo ,
Bebieron de las aguas del Guayare ; Que lo puede también llevar el viento ;
El cual principio es y nacimiento Argúyese del número crecido
Del prepotente rio de Uyapare , Haber allí de viboras aumento,
Dicho por otros nombres Urinoco , Pues que traian dellos tantas sumas ,
De quien en lo de Ordás no dije poco. Colgando como digo de las plumas.
Caminando después una mañana Vinieron escuadrones bien armados ,
Orilla del Guayare poderoso , Haciendo como suelen gran estruendo ,
En una prolijísima zavana Contra treinta finísimos soldados
Dieron los de caballo con un oso : Que iban adelante descubriendo ;
Rodeólo la gente castellana Los cuales viéndose dellos cercados ,
Como toro que tienen en un coso , ¡ Santiago y á ellos ! » van diciendo :
Llegaron de peones gente mucha Dos de caballo hay en la zavana ,
Por respecto de ver aquella lucha. Un Damian de Barrios y un Lizana.
Arremetió Hierónimo Cataño También estaba Martin de Arteaga ,
Creyendo de poder alanceallo , Entre soldados buenos escogido ,
Mas el atrevimiento fué con daño, Mas agora no sabe qué se haga ,
Pues cuando se llegó para matallo Que el brazo diestro tiene mal tullido ;
Usó la bestia de mayor engaño, La fuerza de los iudios los estraga ,
Asiendo de las piernas al caballo , Y el escuadron cristiano va rompido :
Y como si tronchara flaco leño A Dios el Arteaga se encomienda ,
En tierra dió con él y con su dueño . Y en el rigor entró de la contienda.
De mano de la bestia carnicera A un fuerte gandul se fué derecho ,
El caballo quedó luego tendido : Tomando lanza con enferma mano ,
Hierónimo Cataño pereciera , Mas segun el suceso deste hecho ,
A no ser prestamente socorrido ; El golpe que dió fué de brazo sano ,
Y el oso se escapó de tal manera, Pues que le traspasó pavés y pecho ;
Que de ninguno pudo ser herido : Y hoy hace juramento de cristiano
Suelen algunas veces ser dañinos Que después en el brazo ni en la vena
A los indios que tienen mas vecinos. Jamás sintió dolor que le dé pena.
Bien cerca de un estancia que yo tengo Rompiendo fué por otros escuadrones ,
Y donde por un mal inconviniente Sin ponelle temor las puntas duras :
En alguna manera me detengo, Acuden caballeros y peones ,
Del cual diré quizá mas claramente , A fin de les romper las vestiduras ,
Un oso destos hubo tiempo luengo Pespuntando las calzas y jubones
Que consumió gran número de gente : Que el calcetero hizo sin costuras :
Matólo George Perez , un mestizo, Unos dejan allí las calzas luego ,
Con tiro de arcabuz que en él se hizo. Y otros tomaron las de Villadiego .
Alguna vez también hemos hallado Desbaratados pues estos gentiles ,
En arbor alto barbacoa hecha , Que con acometer de furias llenos
Donde ya sube puerco, ya venado, Revolvieron huyendo como viles ,
O cazas otras de que se aprovecha ; Los nuestros fueron á henchir los senos
En alto tiene hecho soberado, Al pueblo que llamaron de Perniles ,
Ypor sus manos cama donde se echa : Por se hallar allí muchos y buenos ,
Fuerza de osos es que no me espanta A causa de cazar estos guaypies
Subir venados á tan alta planta. Crecida cantidad de jabalíes.
Marchando pues con estos trompezones Y en aquellas regiones apartadas
Pasaron por algunos despoblados , ! Acontece topar en campo raso
Hasta que dieron en las poblaciones De puercos crecidísimas manadas ,
Que llamaron de los enmascarados ; Que al peregrino hacen muy al caso ,
Que al parecer venian con jubones Pues en necesidad de las entradas
Y con muy justas calzas atacados ; Son gran socorro del hambriento vaso ,
El cuerpo cada cual embarnizado Y el que caballo tiene y campo ancho,
De colores de negro y colorado. Con la lanza provee bien su rancho.
Sobre la ropa que les dió natura , Suerte de caza es tan deleitosa ,
Y como buen barniz bien asentado Que suele proveer hambrientos sacos ,
Era desta manera la pintura , en alguna manera peligrosa ,
Sin ninguno venir diferenciado : A causa de vejísimos verracos ,
Bitumen negro hasta la cintura . Que con navaja fiera y espumosa
Y todo lo demás de colorado , En su defensa no se muestran flacos ;
Las caras ansimismo traian negras , E uno destos por alanceallo
Plumas con cascabeles de culebras. A mí me hirió mal un buen caballo..
219
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELEGIA II, CANTO II.
Antonio de Esquivel , un caballero , Pues como la crecient e de aquel rio
Que ha poco que dió postrer suspiro , Papamene venia ya con saña ,
Contaba deste bárbaro montero George Espira hízo del desvío,
Un modo de cazar de que me admiro, Y su gente metió por la montaña :
Y fué que con tocar el solo cuero De grandes cenagales y rocío
Con no sé qué que ponen en el tiro , Muy fatigada lleva su compaña ,
Do quiera que le diere , si le acierta , Donde tanto atascaban los caballos ,
Cae la caza luego como muerta; Que muchos se quedaron sin sacallos.
Pero los que eran carga del caballo ,
Pero cumple llegar con gran presteza
A la caza después del tocamiento, Por vueltas de fortuna mal compuestas , .
Por no ser duradera la torpeza , Tienen por bien agora de cargallo ,
Ni aquella flojedad y adormimiento ; Y de llevallo huelgan á sus cuestas ,
Pues cobra la perdida lijereza , Sin dejar cuero , pié , tripa ni callo ,
Si hay en la matar detenimiento : Ni parte de las partes inhonestas ,
Pues de todos sus miembros lo mas maio
Débenle de tocar con algun hueso
Del peje temblador que atrás espreso, Era regaladísimo regalo.
Mas estando después en esta vega , Todos van sin vigor y sin sustancia ;
No con poco descuido los cristianos , Su gran necesidad es increible ;
Tuvieron una muy mala refriega Y en aquella larguísima distancia
Con otros indios destos comarcanos , Hallar grano de sal es imposible :
Que de todas las faltas de importancia
Do bárbara canalla se les pega , La falta de la sal es mas terrible ,
Hasta quitar las lanzas de las manos Pues cuando sal algun soldado tiene
A ciertos caballeros fanfarrones
De los que acá llamamos chapetones, Con solamente yerbas se mantiene.
En itálicas guerras ya tenidos , Sin ella son bocados de amargura ,
Segun ellos decian , en gran precio, Cortamiento de miembros , y un contino
Demás de ser mil veces instruidos Devanear no lejos de locura ;
En militar doctrina de Vegecio ; Antes es todo cuasi desatino ;
Mas agora quedaron muy corridos , Al fin , debajo desta desventura ,
Y cada cual en posesion de necio , Siguieron adelante su camino
Por no dar muestras en aquel rebato Con otros muchos fortunosos toques ,
De lo que pide bélico recato. Hasta llegar á tierra de los choques .
Mas contra las catervas atrevidas Nacion que no sé cómo me la llame ,
Los dos mancebos Berzares famosos , Pues esta es indubitablemente
La mas sucia , mas torpe , mas infame ,
Bartolomé y Filipe , dan heridas
Ygolpes de tal suerte sanguinosos , Que cuantas tienen hoy nombre de gente ;
Que dejaron las lanzas y las vidas Y aunque mas sus vilezas encarame ,
Los que con ellas iban victoriosos , Es sacar una gota de gran fuente:
Y las restituyeron á sus dueños , Su sustento lo mas es jan inmundo
A quien vergüenza hizo mas isleños . Que cosa no se vió más en el mundo.
De los dichos guaypies despedidos , Pues demás de comer humanas gentes ,
Caminaron por el orden que conviene , Maldad en que ellos viven muy espertos ,
Hasta mojar los piés y los vestidos Comen diversidades de serpientes ,
Sin que sepan tener limites ciertos :
En el famoso rio Papamene ; Comen sus propios hijos y parientes ,
Cuyos términos , siendo conocidos ,
Reconocieron que su curso tiene Suelen ser sepulturas de los muertos ;.
Gusanos come la uacion maldita ,
Por la equinoccial , do se barrunta
Que con el Marañon sus aguas junta . Y hasta los cabellos que se quita.
Corren las otras bandas , no sabidas Son demás de lo dicho gentes vagas ,
Y a vueltas de lo que comer procuran
De guias que llevaban por testigos : Comen hilas y parches de las llagas
Hallaron poblaciones destruidas Que quitan españoles que se curan ;
Por indios destos pueblos enemigos ; Si te lavas las manos , ó ya hagas
Las aguas de los rios van crecidas ; Lavarte los piés sucios , se apresuran
Convieneles buscar nuevos abrigos , A beber aquel agua sucia y fea
Pues la boca del Tauro les enseña Como delicadisima clarea.
Las Hiadas , de pluvias clara seña.
Son indios bien dispuestos y alentados ,
Preguntaron allí por tierra rica Sin orden , sin razon y sin gobierno ,
A un viejo gandul que fué tomado , Feroces , atrevidos , alocados ;
Yaqueste dió noticia de Ocoarica , El viejo, mozo y el muchacho tierno
Cacique de crecido potentado ; En el acometer determinados ,
Los nuestros le decian de Oroarica , No menos que demonios del infierno ;
Y después le llamaron el Dorado : Sus armas lanzas son , pavés y dardo
Y en aquella demanda y apellido Que bien ha menester duro reguardo .
Otras muchas armadas se han perdido.
En hacer estas armas no son rudos ,
Como Filipe de Uten , ya nombrado , Ni tienen , cierto , sutileza poca ;
Que quiso ver el fin desta jornada ; Pintan el sol en todos sus escudos ,
Y deste reino bien aderezado Con sus rayos , nariz , ojos y boca ;
Salió también Jimenez de Quesada , Los choques todos son hombres desnudos ,
Hermano de aquel buen adelantado Y á las hembras cubierta no les toca :
Que por allí después perdió su armada ; Todos andan al natural estilo ,
Y Ursua se perdió ni mas ni menos Sin torcer ni hilar un solo hilo.
Por falta de leales y de buenos.
Si vuelve las espaldas algun bando ,
És aquesta noticia , segun toco No es porque su furia se mitigue ,
En otra relacion que tengo hecha , Pues lo suelen hacer de cuando en cuando
Entrel gran Marañon y el Urineco , Para mas molestar á quien los sigue ;
Y es por Pirú la via mas derecha ; Porque dardos agudos van bincando
Y a quien de descubrir no gusta poco Adonde su contrario se castigue ,
Todavía le dura la sospecha Y en los hincar no son tan indiscretos
Que por aquel compás y largo seno Que no hagan mortíferos efetos.
Debe de haber algun pedazo bueno.
220 JUAN DE CASTELLANOS.
La mortal esperiencia desta maña Porque vista de fuerzas la penuria
Que tienen estas gentes fué sabida Que mostraba la gente rezagada ,
Por Joan de Castro , natural de Ocaña , Por los indios rompió con tanta furia ,
Corriendo tras quien iba de hüida , Que dejaron la presa mal tractada ;
Pues con la punta de la dura caña . Tomó cruel venganza del injuria
Al miserable le huyó la vida : Que hacen a la gente baptizada :
En efecto , la cosa fué de suerte Cabezas por el suelo van rodando ,
Que quien pensó matar padeció muerte. Manos y dedos andan palpitando.
Y otros ensangrentaron su carrera Aquellos que lo siguen y él gobierna
Cuando victoriosos se juzgaron. Esfuerzanse de ver tan grandes hechos ;
Al fin ellos pelean de manera Pero punta de hueso , nada tierna ,
Que muchos españoles me juraron Sin bastalle broquel , rompió los pechos ;
Nunca topar con gente tan guerrera , Otra le segundaron por la pierna
En todas las naciones que toparon ; Con que sus pasos hizo mas estrechos ,
Y el choque , ni por bien ni por herida , Porque le dieron por el espinilla ,
Se quiere , segun dicen , dar á vida. Metiéndole la punta en la canilla.
Luego pues que llegaron los cristianos Su muerte ya cercana conociendo ,
A unas mal compuestas ramadillas , Por las heridas de una y otra vara ,
Vinieron solos dos destos villanos Poco a poco se iba retrayendo ,
Con dos totumas de agua ó escudillas , Al escuadron feroz haciendo cara ;
Do mojaban los dedos de las manos Animosas razones va diciendo ,
Y tocaban las barbas y mejillas Y á todos como sano los ampara
A ciertos españoles que alli vieron , Con tan raro valor y tanta cuenta
Y sin hablar palabra se volvieron. Que ninguno dejó de todos treinta.
Y como se volvieron de improviso Aunque dolor de piernas embaraza ,
Sin muestra de placeres ni de enojo , Todavía por términos guerreros ,
Los nuestros españoles , no sin riso A pesar de los choques , hace plaza
Dicen « Menester es abrir el ojo, Por donde puedan ir sus compañeros ;
Porque mojar las barbas es aviso Porque los indios fueron dando caza
De que echemos las barbas en remojo ; Hasta que ya pasaron los esteros ,
Antes pues que se mojen los cabellos De do volvieron á sus campos anchos ,
Determinemos ir en busca dellos.>> Y los nuestros llegaron á sus ranchos .
Después de cada cual aderezado , Vido luego su fin el Valdespino
Fueron por un camino muy seguido , De las heridas malas y molestas ,
Dieron en un gran pueblo despoblado , Y ansi la mayor parte del camino
De solo desconsuelo proveido ; Cristianos lo trajeron á sus cuestas :
Por ser tiempo de pluvias tan pesado , Dicen ser valeroso, y hombre dino
Allí fué nuestro campo detenido , De no cortar el hilo las funestas
Sin poder por los grandes cenagales Laníficas hermanas en tal era,
Ir á buscar remedio de sus males. Sino de dalle mas larga carrera.
Para necesidades del hambriento , Mas otra pena muy mayor se siente ,
Que tales eran ya malos y buenos , Y es Esteban Martin , amigo caro
Dos caballos sirvieron de alimento , Del George Espira y de la demás gente ,
Tales , que menester no habian frenos ; Por no saber á nadie ser avaro :
Y en tan terribilisimo tormento , Y ansi de todos universalmente
Sal era lo que mas echaban menos ; Fué tenido por padre y por amparo ,
Y para dar remedios á su vida Y creian que estando de por medio
Por mil partes buscaban la salida. No les habia de faltar remedio.
El Esteban Martin y Valdespino , Hiciéronle muy abrigados lechos ,
A pié , con otros treinta compañeros , Y todo su remedio se procura ;,
Para buscar al bárbaro vecino Las heridas le ven , y muy á pechos
Pasaron grandes ciénagas y esteros ; Tomó Diego de Montes esta cura ;
Dieron en tierra seca , y en camino Un Joan de Oñate hizo los pertrechos
Que los cansados piés hizo lijeros , Para sacalle bien la punta dura ;
Por verse la comarca bien poblada Sacósela , mas aunque hizo esto
Y cuantidad de gente bien armada. No dejó de morir al dia sesto.
Como por ojos ya tuviesen prueba , Murió con confesion y testamento ,
Y número de gente descubriesen , A pobres repartiendo lo que alcanza ;
Viendo ser muy poquita la que lleva , Nunca pude saber su nacimiento ,
Esteban ordenó que se volviesen Ni el nombre del lugar de su crianza .
Al campo , para dar aquella nueva , Hicieron sus amigos juramento
Y todos ellos juntos acudiesen De tomar muy de veras la venganza ;
Con los caballos y el demás fardaje , No con menos dolor ni menos ira
Pues que sabian cómodo pasaje. Lo mismo prometia George Espira .
Volviendo pues atrás esta carrera , En este funeral y enterramiento
En recta guardia él y el Valdespino , También pudieras ver ojos llorosos ;
Natural de Jerez de la Frontera , Hicieron el humilde monumento
Parece ser que no tuvieron tino Debajo de unos árbores umbrosos ,
Los otros que iban en la delantera , Y el padre Fructos, no sin sentimiento ,
Yendo ya descuidados del camino ; Por honra de los huesos generosos ,
Y el buen Esteban , como mas esperto , En el troncon del árbor do yacia
Pasó para les dar camino cierto. Aquesta letra puso, que decia :
Y entre tanto que puso sus hermanos
En el cierto camino que traido AL CAPITAN VALEROSO
Habian, dieron indios inbumanos
LLAMADO ESTEBAN MARTIN
En Valdespino , que se vió perdido ,
Pues vivo lo llevaban fieras manos ,
E ya de dos heridas mal herido ; AQUI LE LLEGO SU FIN.
Lo cual visto por este varon fuerte ,
Quisoles dar la vida con su muerte.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II , ELEGIA II, CANTO II. 221
El arbor, de sus hojas descompuesto Por andar los cristianos mas despiertos
Por la gran aspereza del invierno , Que la gente de Indias ya rompida ,
Ya se vestia de pimpollo tierno Cuyos conciertos eran desconciertos ,
Cou aparencia de florido gesto, Sin tener esperanza de la vida ;
Cuando quien se preciaba del gobierno Al fin la mayor parte fueron muertos ,
Quiso luego dejar aqueste puesto , Y los cristianos, todos sin herida,
Inquirir y buscar tierra mas alta Quemaron luego por estos conveses
Para socorro de tan grande falta. Inumerables dardos y paveses.
Halló donde hirieron à su amigo Alli , demás de su contentamiento
Dispusicion de tierra mas lozana ; En poder subyectar duras cervices,
Determinóse de hacer castigo Hallaron copia de mantenimiento
En gente tan cruel y tan tirana , De yucas , boniatas y maices ,
Y todos cuantos el llevó consigo Y juntamente para su sustento
No creo que tenian menor gana ; Otras diversidades de raices ,
Y la contraria gente dura y tiera, Que los que no conocen abundancia
Tampoco recelaban la carrera. Afirman ser comida de sustancia.
Antes con un furor luciferino, Refrenada la loca fantasía
Como vieron venir nuestros varones, Y abatidas las crestas de los gallos ,
Concertaron salilles al camino Estuvieron allí por algun dia
Con bravos y feroces escuadrones : Para reformación de los caballos ,
Los españoles, con mejor desino, Pues , segun su flaqueza , bien habia
Envían al encuentro los peones Harta necesidad de reformallos.
Con orden que se fuesen retrayendo Después desto la gente fatigada
Y fingiesen hüir sin ir huyendo , Adelante prosigue su jornada,
Por traellos abajo de un repecho, Hasta llegar á un rio bermejo ,
Do quedaban caballos encubiertos , Donde no les faltó gente de guerra ,
Para poder mejor hacer su hecho , Y donde se juzgó por buen consejo
Por ser alli lugares mas abiertos , Que subiesen por él hasta la sierra ;
Y podian correr tan á provecho, Pero demás del débil aparejo
Que de victoria se juzgaban ciertos, Parecíales mal aquella tierra ,
Pues era , si los sacan á lo raso, Triste , lloviosa y áspera montaña ,
Negocio que les hace muy al caso. Y de sus pensamientos muy estraña .
Partieron los peones al instante, Visto pues por la gente peregrina
A punto la rodela y el espada ; Su primero vigor menoscabado ,
Mas viendo tantos indios por delante , El buen gobernador se determina ,
Fingieron de temor hacer parada, Con parecer de todos aprobado ,
Y luego con astucia semejante De procurar volver á la marina
Revuelven al lugar del emboscada : Para tornar mejor aderezado :
Ellos , juzgando ser el miedo cierto, Todos concuerdan con aquel decreto ,
Seguíanlos sin orden ni concierto. Y luego lo pusieron en efeto.
No tigre ni leon por la dehesa Hallábanse vacías las riberas ,
Se muestra tan veloz en su corrida , E ya rio ninguno los detiene ;
Tras la caza do quiere hacer presa Por pasos conocidos y carreras
Y piensa que la tiene ya cogida, Allegaron al rio Papamene ,
Cuantas eran las furias y la priesa Donde dejaron unas estriberas
De la gente feroz inadvertida , Y cosas que memoria no retiene ;
Hasta que descubrieron los recodos Y estas halló Francisco de Orellana
Adonde estaban los caballos todos . En aquel rio que su nombre gana.
Los cuales, como ya viesen la suya Recogiólas el indio mas cercano ,
Y tanta multitud sin ordenanza, Deste las rescató su mas vecino ,
Acometen á mia sobre tuya , Y ansi fueron á dar de mano en mano
Con deseo y ardor de la venganza : A indios mas lejanos en camino :
Rodéanlos para que nadie buya Hallólas en un pueblo comarcano
Del espada cruel ni de la lanza, Del rio Marañon, por donde vino;
Rompiendo aquí y allí con los caballos Después por estas gentes referidas
Para los dividir y derramallos. Fueron , por ser de azófar, conocidas.
Ensangrentando van acero fino , Luego del Papamene se partieron
Ningunos golpes dan que salgan vanos ; Para volver á do se deseaba ,
Y como fue negocio repentino Y si siempre no van por do vinieron ,
Y en lugares tan rasos y tan lianos , La falda de la sierra los guiaba ;
Los indios con el grande desatino Y ansi fué la derrota tal que dieron
Ni juegan de los pies ni de las manos, En el rastro que Fedrimán dejaba :
Antes cada cual anda sin sentido Tras él envian gente de caballo ,
De ver el animal que nunca vido . Pero nunca pudieron alcanzallo .
Como si par de alguno cayó rayo Y aun creo que el Espira no queria ,
Que por su buena dicha no le toca , Pues hay algunos hoy de pareceres
Sino que le pasó mas a soslayo Que un capitan de otro rebuia :
Rompiendo cerca dél la dura roca , Si la causa , lector, saber quisieres ,
Y demás de quedar con gran desmayo Es porque George Espira ya sabia
Aquel espanto le tapó la boca , Cómo esperaba Fedrimán poderes,
Y del tronido y el celeste fuego , Y hasta le venir, creyó que aposta
No solo queda mudo , pero ciego : Se detuvo gran tiempo por la costa
Avínoles ansi ni mas ni menos Y no fué vanidad el pensamiento
A la bestial , feroz y fiera gente, En lo que cerca desto se recela ,
Cuando vieron venir en piés ajenos Pues hizo Fedrimán detenimiento
A los que les salieron de repente ; Por la costa del Cabo de la Vela ,
Y aun menos impresion bicieran truenos, Por ver de su promesa cumplimiento
Pues por alli no faltan comunmente ; Y poner mas en orden esta tela ;
Alguno procuraba su defensa, Y en efecto los Berzares cumplieron
Yfué trabajo vano lo que piensa. Sin falta la palabra que le dieron.
JUAN DE CASTELLANOS .
Mas aunque se detuvo dos veranos Sabio fué y avisado cortesano
Por esta costa, no sin añagaza En todas sus costumbres y modesto ;
De cartas de los reinos castellanos , Para ser alemán era mediano ,
Nunca le llegó cosa que le plaza , Pero de proporciones bien compuesto ;
Por venir los despachos á las manos En el hablar retórico no vano;
Del factor alemán Jacome Gaza , De rojo , grave y apacible gesto ;
Que retuvo las cédulas que digo Tuvo también facecias escelentes
Por ser del George Espira gran amigo . A tiempos y lugares convinientes.
Escudriñando pues esta frontera , Yendo pues, como digo, sin revuelta ,
De la de Santa Marta topó gente , En toda la distancia que corrieron ,
Cuyo capitán fué Joan de Rivera , En un cierto camino gente suelta ,
Que con razon llamaron el valiente : Tomaron unos indios , que dijeron
Y el Fedriman , que mas mañoso era , Que George Espira daba ya la vuelta
Con él se concertó secretamente Con poca gente , de que coligieron ,
Para juntar aquella compañía Segun la que con él habia salido ,
Con la demás de Coro que traia. Cómo debia de volver perdido.
Alguna desta gente no quisiera Vista la relacion por Fedrimano ,
A su gobernador hurtar el lado ; Por no volver atrás de su desino
Y para que también Joan de Rivera Ni meterse debajo de su mano
Quedase desta culpa disculpado , Torció de sus derrotas el camino ,
El negocio se hizo de manera Entrando mas adentro por lo llano ,
Que pareció mas fuerza que por grado : Hasta tanto que vió que le convino
Ansí que, presos sin haber defuntos, Sacar su gente de la llana tierra
Al Maracaibo se vinieron juntos. Y volver a las faldas de la sierra.
De allí tentó hüirse cierta gente Caminan , y llegados en efeto
De los de Santa Marta que tomaron , Al pueblo de San Joan , hoy de cristianos ,
Mas Antonio de Chaves su teniente El dicho Fedrimán como discreto
Fué tras ellos, y á uno que hallaron No quiso caminar mas por los llanos ,
Mandó garrote dar incontinente ; Sino ver de las sierras el secreto
Los otros por lijeros escaparon : Con guias de los indios comarcanos ;
Destos fueron después mis compañeros Y para descubrir algun camino
El capitán Lorenzo y un Cisneros. Pedro de Limpias adelante vino .
Puestos en Maracaibo y en sus llanos, Llevó consigo gentes avisadas ,
Por parecelle tierra desgraciada Seis de caballo , los demás peones ,
El pueblo despobló de los cristianos , Tan diestros y curtidos en entradas
A fin de los llevar á la jornada ; Que no los espantaban trompezones ;
Destos vecinos escogió los sanos , Y a cabo ya de dos ó tres jornadas
Dejó en Coro la gente fatigada , Vieron humos de grandes poblaciones ,
Y en busca dijo ir de George Espira , Y sin que mas adentro procediese ,
Ya fuese con verdad ó con mentira. Hizo que Fedrimán luego viniese .
Los hombres de caballo y los infantes Con orden y debida vigilancia .
Que lleva son antiguos pobladores , Mas adelante van los peregrinos ;
Para sufrir trabajos tan bastantes Ven muestras por aquella circunstancia
Que pocos conocimos ser mejores , De grandisima copia de vecinos;
Y en todos los consejos importantes Pero hacian grande repugnancia
Muy ciertos y avisados consultores ;" Angostos y asperísimos caminos ,
Pero pobres y mal apercebidos , Que sin hallar allí quien contradiga
Pues apenas tenian ya vestidos . Subian con grandísima fatiga .
Andando pues por Barraquicimeto Mas en la cuesta de mayor altura
O por Carora , donde repararon , Habia pajonales sazonados ,
Llegaron Alderete y Martin Nieto , Donde las sierras hacen angostura
Y los que contra Ortal se rebelaron ; Con altísimos riscos à los lados :
A los cuales con todo buen respeto La gente por allí subir procura .
Recebieron muy bien y regalaron; Por no ver pasos mas acomodados ;
Mas Fedrimán de tres hizo desvío , Indios cercanos acudieron luego
Por no le parecer bien tanto brio. Y por los pajonales ponen fuego .
Los tres fueron à Coro brevemente Auméntanse las llamas en esceso
Con cartas que llevaban sal pimienta , Con furioso viento que venia ,
Y los demás quedaron con su gente , Y la nube de humo tan espeso
Haciendo dellos Fedrimán gran cuenta , La vista destas gentes impedia ;
Por ser cada cual hombre diligente , El repentino caso y el suceso
Y en los recuentros de mayor afrenta , En un terrible riesgo los ponia :
Donde muchos salieran con querella, Tal impetu de fuego los rodea
Pudieran ellos bien salir sin ella. Que no ven la salud que se desea.
Pusieron en efecto la partida , Haciendo pues șu natural oficio
Y en la prosecucion de su jornada Las llamas y fumosos arreboles ,
No llevan abundancia de comida , Fué tanta la presura y el bullicio,
Porque de los demás escarmentada Que por aquellos riscos y peñoles
Gente de indios era retraida Se despeñó gran parte del servicio ,
Y del paraje propio desviada ; Y entrellos no sé cuántos españoles ;
Mas ya con hambre, ya con alimentos, Cayó Miguel Holguin de peñol agro ,
Todos con Fedrimán iban contentos. Y el escapar fué cosa de milagro.
Pues para lo seguir hasta el infierno Como si ciervos puestos en un alto ,
Creo que les ganó las voluntades , Rodeados de áspera vertiente ,
Y ciertamente desde mozo tierno , Donde ni por corrida ni por salto
Si acaso no se niegan las verdades , Pueden hüir , sin gran inconviniente ;
Parece que nació para gobierno , Mas recebiendo grande sobresalto
Y en abundancia y en necesidades Por ver leon ó tigre de repente ,
En su campo jamás reinó discordia , Sin tiento se despeñan por la roca
Ni en su pecho faltó misericordia. Por escapar de carnicera boca .
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELEGIA II , CANTO II. 225
El indio , y aun la gente castellana , En gracia del mayor y del mas chico ,
Ansi con el temor que los incita El Fedrimán al fin se dió tal maña
De ver el gran ardor de la zavana , Que deste nuevo reino salió rico ,
Confusos movimientos y la grita , Y hizo su viaje para España :
Y aquí y allí la llama ya cercana El remate que tuvo no replico,
Sin ver por dónde va , se precipita , Pero dicen morir en Alemaña :
Haciéndose los unos mil pedazos , Y ansi ya dél mi pluma se retira
Otros quebrados piés , piernas y brazos. Por volver a tractar de George Espira.
Pero viendo tumulto ya tan ciego , Porque después de ya dejar aposta
Un portugués , soldado diligente , A Fedrimán que su viaje siga ,
A grande priesa puso contrafuego El con su compañia mas angosta,
Donde se recogió la demás gente ; E ya cuasi sin granos el espiga,
Y ansí cuando llegó la llama , luego A gran priesa se fué para la costa
Perdió la fuerza y el furor ardiente , Padeciendo grandisima fatiga
Por no tener alli tierra ni viento De hambre , tigres , y de enferma gente ,
Paja con que le diese nutrimento. Y entrellos Santa Cruz , su buen teniente.
Admirados de caso semejante, El cual, en cierto pueblo de lo llano,
El mas prudente dellos se embarbasca ; Reconoció su fin y acabamiento ;
Mas el buen Fedrimán y Limpias, ante Murió como católico cristiano ,
Que pudiese venir otra borrasca , Y con vivísimo conocimiento :
Con la gente pasaron adelante En el gobierno tuvo mucha mano
A la provincia que se llama Pasca , Por ser persona de merecimiento ;
Donde la buena tierra fué visible Dió Cárdenas también fin á sus dias ,
Y para los caballos apacible. Mas con donaires y chocarrerías .
Salieron los vecinos comarcanos Llegados pues á Barraquicimeto ,
Al tiempo que venian al encuentro , Hallaron asolada ya la tierra ,
Pero nunca vinieron á las manos , Y todos con flaquísimo subyeto
Ni tuvieron recuesta ni recuentro : Atravesando van áspera sierra ,
Antes significaron que cristianos Donde luego se vieron en aprieto
Estaban en la tierra mas adentro , Por acudir alli gente de guerra ,
Dando señas de trajes y costumbre, Que viéndolos volver de mala suerte
De que se recebió gran pesadumbre. A todos procuraban dar la muerte,
Pues segun los que viven este dia , Opor lo menos de llevar captivo
No se tuvo la pérdida de Rodas Al español que viesen rezagado ;
En tanto cuanto Fedrimán tenia Con los cuales intentos y motivo
El no ser el primero destas bodas , Llegaron giraharas por un lado ,
Pues con ciento y cincuenta que traia Y al buen Diego de Montes llevan vivo,
Pensaba conquistar las Indias todas : De gran enfermedad debilitado ;
Y es cierto que cualquiera de su bando Mas Joan Catahuyare, caquetio,
Pudiera bien regir y tener mando. Lo defendió con valeroso brio.
También el valeroso licenciado Porque llegó con armas de cristianos,
Don Gonzalo Jimenez de Quesada , Y en ellos hizo tal arremetida ,
Que fué quien antes dél habia entrado Que les quitó la presa de las manos,
En este nuevo reino de Granada , Con animosidad jamás oida :
Fué por via de indios avisado Hizo hechos el indio soberanos ,
Que entraba por alli gente barbada , Y ansi después de Dios le dió la vida ;
Y hizo despachar á la lijera Y el libre de tan áspera zozobra
Para reconocer y ver quién era. Reconoció después la buena obra.
De los que fueron , hay donde resido Prosiguen adelante sus caminos
Paredes, Calderon, hombre prudente, Discurriendo por pasos conocidos :
YJoan Rodriguez Gil , bien conocido Todos iban a pié , que los rocinos
Por cuerdo , por sagaz y por valiente , O quedaban ya muertos ó comidos ;
Y Anton Rodriguez, que por apellido Salieron á los términos marinos
Le llaman de Cazalla comunmente , Muy faltos de salud y de vestidos ,
Con otros para paz y para guerra, Bien mohosa la lanza y el espada,
Cuyos cuerpos nos encubrió la tierra. A cabo de tres años de jornada.
Llegaron estos hombres escogidos Llegaron pues los pocos al asiento
A Pasca , tierra ya conmemorada : De Coro, do hallaron sus amigos,
Dieron el parabién de bien venidos Y de quinientos no volvieron ciento ,
De parte del Jimenez de Quesada ; Faltando solos seis de los antigos ,
Fueron del Fedrimán bien recebidos Los tres de enfermedad y descontento,
Y de toda la gente del armada ; Los otros tres a manos de enemigos :
Partieron luego , visto su recado , Do se conoce bien cuánto aprovecha
Averse con el dicho licenciado. El ir à descubrir con gente hecha.
Viéronse juntos pues los dos mayores Y porque de los que volvieron baga
En Bogota , que fue primer asiento, Alguna relacion aunque sencilla ,
Donde de cortesías y primores Fueron Filipe de Uten , y Arteaga ,
A ninguno faltaba cumplimiento , Pancorvo , y Alcocer , Joan de Bonilla ,
Pues cada cual de los gobernadores Castrillo , y Urriola , y Arrizaga ,
Alcanzaba cabal entendimiento , Y aquel Rodrigo Infante de Sevilla .
Con cuantas partes eran concernientes Diego de Montes , Bustamante , Sosa ,
A los que rigen y gobiernan gentes. Y Bartolomé Sanchez de Hermosa.
Ganó con el valor de su cosecha Este, viniendo ya muy fatigado ,
Amistad de varones singulares , Esperando la hora postrimera,
Pero siempre la tuvo muy estrecha En un caballo puesto y amarrado
Con el capitán Gonzalo Suarez , Por no poder venir de otra manera ,
Varon que con fortisima derecha Rodando fué con un rucio rodado
Fundó lo principal destos lugares ; Bien doscientos estados de ladera ,
Pero de su valor y de su cargo Llevando como vió su vida poca
En otra parte tractaré mas largo. El nombre de Jesus siempre en la boca.
224 JUAN DE CASTELLANOS .
Viéndolo los demás ansi rodando , Visto por el doctor el movimiento ,
E ya ser imposible remediallo , Con copia de los hombres mas insines
Al sumo Hacedor están rogando Determinó de ir en seguimiento ,
Que tuviese por bien de perdonallo : A fin de castigar tales motines ;
Para lo sepultar yendo bajando , Y sabido que van por barlovento,
Overon dar relinchos al caballo , Por guias que sabian los confines
Yal Hermosa hallaron tan sin daños Supieron atajar de tal manera
Que vivió después desto muchos años. Que pudieron tomar la delantera.
Volvieron ansimismo á Venezuela Vinieron á caelles en las manos ,
El Bartolomé Berzar , y Zamora , Y todos , sin mostrar alteraciones .
Y el padre Joan de Fructos, de Tudela , A prima fronte se mostraron llanos ,
Que ha poco que vió postrera hora ; Con algunas disculpas y razones ,
Otros del alemana parentela Pero , como mañosos baquianos ,
En silencio se pasan por agora, Debajo de dañadas intenciones ;
Pues para proceder en el intento Y el Velasco , que mas astuto éra ,
Menester hemos ya cobrar aliento. Al doctor le habló desta manera :
Señor doctor, nosotros no faltamos
Del servicio del rey, ni tal queremos ,
Mas como sus vasallos nos pasamos
CANTO TERCERO. A tierras do mejor le serviremos ;
Dondese cuenta la venida del doctor Antonio Navarro & Venezuela á to- Pues ve vuestra merced cómo llegamos ,
mer residencia à George Espira y à sus tenientes, y lo que mas acon- Y la necesidad que padecemos ,
La cual tampoco puede socorrella
teció. Vuestra merced , pues no vive sin elfa.
En Indias es costumbre bien usada >>Porque si para lo que se procura
Cometerse gobiernos à letrados , Tuviérainos un recurso liviano,
Y siendo la razon considerada , ¿Qué mayor bien ni qué mayor ventura
Es justa ; pero por nuestros pecados , Que subyeccion debajo vuestra mano?
De tan estendidísima manada Cuvo valor, primor y gran cordura
Salen muy pocos dellos acertados , Todos juzgamos ser don soberano ,
Unos por gran soltura de conciencia, Con otras escelencias que la fama
Otros porque carecen de esperiencia. Con gran verdad aquí y allí derrama.
Los cuales seria bien no gobernasen » Pero puesto que esteis bien proveido
Hasta pasar siquiera de pasantes , De tantos dones de naturaleza ,
O por mejor decir que los pasasen A todos es notorio y conocido
A desiertos de tierras tan distantes No poder remediar nuestra pobreza ;
Que por ninguna via trompezásen Y si con todo esto sois servido
En cosa que criase litigantes ; Que no dejemos vuestra gran nobleza ,
Pues los mas destos eu poblada tierra Por cierto, sin usar contrarios modos,
Adonde mora paz encienden guerra. Que vuestra voluntad es la de todos.
Pervirtiendo las buenas intenciones >>Publiquesenos vuestro mandamiento ,
De Bartulos y Baldos y Felinos , Y ese sera la regla y el cuadrante ;
Abades , Albericos y Jasones , Pues à tener contrario pensamiento
Con otros de jurídicos caminos ; Pudiéramos estar tan adelante ,
ó
Y ansi, por aliciones pasiones, Que no nos alcanzara ni aun el viento ,
Se arronjan á trescientos desatinos , Cuanto menos la gente circunstante ;
Sin que temor alguno los fatigue, Mas caminábamos como forzados,
Habiendo Dios y rey que los castigue. Por seros todos muy aficionados.
Bien pudiera gastar alguna vela »Aquí no rehusamos la carrera ,
En este caso, pues me da gran cebo Y esto debe de ser lo que conviené,
La confusion que de presente vuela Porque vuestra merced, aunque no quiera,
Por este miserable reino nuevo ; Al fin nos ha de dar de lo que tiene;
Mas quiero concluir con Venezuela, Conocemos también que dónde quiera
Por no quebrar aquel hilo que llevo , Falta prosperidad que nos despene ,
Adonde vimos al doctor Navarro, Y denias de volver con quien volvemos ,
Que vino por auriga deste carro. Volvemos a la tierra que sabemos.
Era vaso de muy poca prudencia , Como se vió poner en tanto precio
Y no para tal cargo suficiente; El buen doctor se vido triunfante ,
Vino con provisiones del audiencia , El cual , demás de ser no poco necio ,
Estando Fuen Mayor por presidente , Pecaba grandemente de arrogante :
Y para que tomase residencia Al fin, lo que se dijo por desprecio
Al dicho George Espira y à su gente ; A él le pareció razon bastante ;
El cual, por mas autorizar su mando, Y antes de volver à la marina
Aborcó dos soldados en llegando : Ranchear los confines determina.
No de los que dejé recién venidos , Parecióle tener segura prenda ,
Pero de todos la mayor nobleza. Por ser Velasco mozo tan honrado ,
Quedaron grandemente desabridos Y ansí , sin proceder en la contienda ,
De ver la crueldad y la torpeza , Alli paró por ya venir cansado :
Y ansí por se hallar alli perdidos , Armaronle los suyos luego tienda ,
Sin ver remedio para su pobreza , Donde pudiese ser agasajado ;
Huyéronse, sin que el doctor los sienta, Ansimismo por aquel campo ancho
La vuelta de Cubagua hasta treinta. Todos y cada cual sentó su rancho.
Entrellos el Pancorvo y el Castrillo , No faltó quien còn rústico vocablo
El Diego de Urriola y Bustamante , Le dijo : Sepa vuestra reverencia
Sancho de Villanueva , Joan Morcillo , Ser esta gente toda del diablo ,
Todos y cada cual hombre bastante , Y cúmplenos vivir con advertencia ;
Francisco de Velasco por caudillo , No parezca simpleza lo que hablo ,
Alférez del Espira ya vacante , Pues tengo mas malicia que inocencia ,
Con otros que cumplieron este cuento , Y aunque me veis cubierto de mal pelo,
Con quien yo tuve gran conocimiento . Uvas conozco yo de mi majuelo.»
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II , ELEGIA II , CANTO III .
Otro le dijo que los desarmara >Pues si no favorecen el intento ,
Para poder dormir seguramente , Ni llevan de sus tiples los tenores ,
Y aun que los altos árbores poblara Está presta la cárcel y el tormento
Con los mas levantados desta gente. Y las acusaciones de traidores,
Respondió : « Como yo tenga mi vara , El confiscar de bienes al momento
No se desmandarà cosa viviente , Para los dar á vuestros valedores ,
E yo pienso hacer tan buen castigo, Con revueltas , con tramas y marañas ,
Que no se burle ya nadie conmigo .» De ley de Dios y rey todas estrañas.
Los hüidos con disimulaciones Con aquesto pensais dar el descargo
Hablaban con la otra compañía ; De la malignidad que vais tramando ,
Hubo tan eficaces persuasiones , Como si le pusiésédes embargo
Por modo que jamás se conocia Al divino Juez que està mirando ;
Que convirtieron á sus opiniones Y después de privados y sin cargo
A muchos de los quel doctor traia , Andais bumildes , bajos y llorando ,
Y los solares rayos encubiertos Justificando vuestras injusticias
Estaban acabados los conciertos . Y vuestras insolencias y malicias .
Cuando con soporiferos beleños »Y á los pobres que dabades de palos
Embriaga Morfeo los mortales , Hablais luego con gran meliflüencia ,
Y están gozando ya de dulces sueños Haciéndoles mil mimos y regalos ;
Los hombres y los brutos animales , Y el que tiene segura la conciencia
Para quitar caballos à sus dueños No teme las calumnias de los malos
Salen los inventores destos males , En la mas rigorosa residencia ,
Seyendo cómplices en la cautela Pues aquel que vivió con santo celo
Los mismos que bacian centinela. Tiene procuradores en el cielo.
Con indios suyos , diestros y ladinos , »No juzgueis pues à mal que se derramen
A tales lances muy aficionados , Contra vos cosas que no son novelas ,
Recogieron las lanzas y rocinos Sino que hagais cuenta ser vejamen
Con los demás pertrechos mas usados ; De los que suelen dar en las escuelas ,
E ya dispuestos para sus caminos , Y aun si con vos de vos haceis examen
Puestos en los caballos bien armados , Para mejor vivir serán espuelas ,
Tácitamente sin hacer estruendo
Como las que tenemos ya nosotros
Al rancho del doctor Hegan diciendo : Calzadas para bien herir los potros ,
¡ Ah, mi señor doctor ! ¿ está despierto? >Porque no nos cojais en el chinchorro
Vea vuestra merced lo que nos manda , De rebeldías y de contumacias ,
Que nosotros , por no volver al puerto , Pues el captivo quiere verse borro
Cambiamos el timon á estotra banda ,
Pareciéndonos sumo desconcierto De subyeccion de pleitos y falacias .
Con todo esto, por el buen socorro
Dejar de proseguir nuestra demanda , Os damos todos un millon de gracias
Por ser negocio muy desvariado En traernos caballos y soldados
Tornar a desandar lo bien andado . Con que vamos contentos y avïados . »
Como somos personas comedidas . El Navarro doctor que tal oia ,
De nuestra voluntad hacemos muestra , Como reconociese los engaños ,
Que tiene leyes no tan estendidas Da voces á los suyos , y decia :
Cuanto las que mostró la mala vuestra ; ¡ Viva el rey, viva el rey, mueran tacaños ! ×X
También porque mireis en las Partidas Pero la cuadrilleja respondia :
Alguna ley que tracte desta nuestra, « ¡ Viva , señor doctor , por muchos años !
Y si faltare , mirareis el Fuero Con tal que no digais por el de Francia ,
Y las Pandectas , pues que sois pandero , Por tocaros aquella circunstancia. »
Alli lo que la ley no nos declara , Acuden luego para la venganza
Aca desta manera lo glosamos ,
Que vuestra merced vnelva con su vara , Los que libres estan de la cautela ,
Ynosotros iremos donde vamos : Mas unos no topaban con la lanza
Al cetro no volvemos nuestra cara , Y a los otros faltaba la rodela;
Pero del mal ministro nos quejamos , Otros tienen temor de la pujanza ,
Y cada cual de golpe se recela;
Que piensa por sus vanos apetitos Y ansi los del motin, la burla hecha ,
Que matar hombres es matar mosquitos.
>Pues muchos de vosotros , en carrera A Cubagua se van via derecha.
Donde conviene retener las riendas , Caminan por aquella tierra llana ,
Contentos del buen salto que hicieron ,
Salis del justo curso tan afuera , Acia la costa de Maracapana ,
Que siempre maquinais cosas horrendas , Donde yo me hallé cuando vinieron ;
Y como cosa fácil y lijera Mas antes de salir de la zavana ,
Quitais vidas y honras y haciendas ,
Haciendo hacer falsos juramentos , Por un grande descuido que tuvieron ,
Por amenazas ó prometimientos. Indios de guerra les hicieron menos
Seis ó siete soldados asaz buenos .
Y para solapar vuestros errores No los pudo seguir el bravo toro ,
Forzais à las ciudades y lugares
A demandaros por gobernadores , Por faltalle caballos y peones ,
Aunque con pena rompan los ijares , Y fuera gran aumento de su lloro
Yandais ganando firmas y favores Perseverar en tales intenciones :
De seculares y de regulares ; Determinóse pues volver á Coro
Con dos ó tres caballos mancarrones ,
Y ansi por escapar de vuestras iras , Y aun del enojo por aquellos vermos
Escriben á su rey cien mil mentiras .
Cayeron él y los demas enfermos.
Triste de quien rebusa la carrera Viendo tan mal recado y aparejo
Y deja de ayudaros con un grito ,
Porque luego se fragua la quimera Para llegar al pueblo deseado ,
Adel antose Diego de Vallejo ,
Del grave y atrocisimo delito , Mancebo valeroso y esforzado ,
El cual se va pintando de manera
Quel mas ayuno dél dejais abito ; En paz y guerra de tan buen conseją,
Pues es verdad que faltarán testigos Que ninguno lo dió tan acertado :
O que los osan descargar amigos.. Vive hoy con valor y santo celo ,
T. IV. Y es contador real ek aquel suelo
13
226 JUAN DE CASTELLANOS .
Al pueblo declaró lo sucedido ; En indios y españoles bubo lloro ,
Y cosas necesarias provëidas , Lamentacion y tierno sentimiento ,
Luego volvió por el doctor perdido , Y aun en cabellos de madejas de oro ,
Cuyas fuerzas estaban ya caidas , Pues no faltó de damas ornamento;
Pues en Coro halló recién venido Y en el templo de la ciudad de Coro
Al obispo Rodrigo de Bastidas , Celebraron aquel enterramiento ,
Con provision real y poder lleno Do por don Joan Robledo le fué puesta
Para poder regir aquel terreno. Una letra latina como esta.
Mandándole también , que si volviese Mole sub hac Formuth requiescunt ossa Georgi
A la isla donde era residente , Qui invisus fatis , carus erat Superis.
Entre varones nobles escogiese , Nomine fortis erat , superabat nomina factis ,
Natus in Espira , conditus hoc tumulo.
O por gobernador ó por teniente , En aquesta sepultura Mas á su nombreVencia
A la persona que le pareciese Yace George Formud , La grandeza de su becha.
Ser para tales cargos suficiente , Vaso lieno de virtud , Fué de la ciudad de Espira,
Mas vacio de ventura . De alemana parentes,
Y quel dicho doctor fuese privado , Ser varon de fuerte pecho Y dentro de Venezuela
A causa de estar mal acreditado. Su nombre nos lo decia, Le llegó la fatal ira.
Y ansí , después de dar su residencia , Estando pues Montalvo detenido
A la Española yendo ya camino Do dije y en la tierra circunstante ,
Para se presentar en el audiencia , Supo ser el Espira fallecido ,
Tempestuoso tiempo sobrevino , Y sin avio ni favor bastante ,
Con tan impetuosa violencia De todos los soldados compelido ,
Y tan exorbitante torbellino , Procuró de pasar mas adelante ,
Que dieron al través en un bajio , Y llegó con la gente memorada
Do pereció con otros del navío. A este nuevo reino de Granada.
Acabó sumergido y ahogado Filipe de Uten vió cómo venia ,
Quien de clemencia nunca tuvo jugo ; Pero no quiso ser en el concierto ,
Mató sin culpa , y él murió culpado , Antes con una breve compañía
Siendo las blandas aguas su verdugo ; Luego determinó volver al puerto,
Y aun no sabemos si de su pecado Como quien el gobierno pretendia ,
En tan grave presura le desplugo , Que por su gran valor lo tuvo cierto :
Por ser de tal furor aquel tormento Y porque son prolijos sus procesos ,
Que debe de faltar conocimiento. Después os contaremos los sucesos.
Al tiempo que Bastidas hizo absencia
Para volver adonde residia ,
Al Espira dejó con la tenencia ELEGIA III.
Del gobierno, segun él lo tenia ,
Muy en conformidad y complacencia A la muerte del gobernador Filipe de Uten , donde se
De quien el mismo cargo pretendia , cuenta la entrada que hizo y cosas en ella acontecidos.
Por ser prudente todo lo posible , CANTO PRIMERO.
Y padre para todos apacible.
En esta coyuntura declarada , Después que nos dió luz la verdadera,
Fueron a Santa Marta y Cartagena Y al mundo se mostró quien lo sustenta ,
Gentes del nuevo reino de Granada , Computadas las vueltas del esfera
Por el gran rio de la Magdalena , Donde febea lumbre se aposenta ,
Que de la prosperisima jornada Tomando del ocaso la carrera,
Hicieron relacion no poco llena , Eran mil y quinientos y cuarenta
Riquísimas cadenas en los cuellos , Cuando Filipe de Uten, mozo tierno ,
Y fué Pedro de Limpias uno dellos. Puso sobre sus hombros el gobierno.
El cual á la Española hizo via , Mas , puesto caso que en adolescencia
De esmeraldas la bolsa proveida , Hombres valerosísimos regia,
Donde sus hijos y mujer tenia Su seso , su valor y su prudencia
Y do pensaba rematar su vida. La falta de los dias encubria ,
La fama de riquezas ya corria Donde mostraba bien la descendencia
Y por las islas dió tal estampida, Generosísima de do venia ;
Que en vaso de lijera carabela Cuya virtud muy mas notoriafuera
Pudo también llegar á Venezuela . Si à su valor fortuna respondiera .
Como todos estaban á la mira , Obedecido con pregon solene ,
E ya de Limpias viesen el recado , Y publicadas estas provisiones ,
Cada cual gime , cada cual suspira , Quiso ver otra vez el Papamene
A causa de perder tan buen bocado : Y escudriñar de choques los rincones,
Levantanse los piés al George Espira , Por parecer á todos que conviene
Y por volver mejor aderezado , Ver el remate de sus poblaciones ;
A ver al Limpias su persona sola Y con algunos para tal efeto
Determinó pasar á là Española. Se partió para Barraquicimeto .
Trajo caballos , trajo mercancía, Para que por allí se entretuviese
Y para no llevar camino ciego Y la gente mejor se sustentase,
Vino Pedro de Limpias por su guia Y el resto de soldados lo siguiese
Vencido y alentado de su ruego ; Después que cada cual se preparase ,
Y entre tanto que mas apercebia, Dejóles orden antes que se fuese ,
A Lope de Montalvo mandó luego Y diestro capitán que los llevase ;
Con parte de la gente caminase Mas antes que saliese del asiento
Y en Barraquicimeto lo esperase . De capitanes bizo nombramiento.
Pero como no bay hora segura El maese de campo Limpias era
Desque Montalvo hizo su partida, Principal adalid á maravilla ,
Espira procuró poner en cura Alcalde mayor Pedro de Ribera,
De su persona la salud perdida ; Un noble caballero de Sevilla ,
Mas no se le quitó la calentura Y Naveros llevaba la bandera ,
Hasta tanto que le quitó la vida , Deudo del contador de aquella villa ,
Yansi no procedieron conciertos,
• Porque quedaron todoslos como muertos.
El Arteaga, principal caudillo ,
Y con ellos Toribio de Vadillo.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELEGIA III, CANTO I. 927
Y Bartolomé Berzar, alemano , El alemán , que espera mas pujanza ,
Hijo de generosa parentela , Ignora la desgracia sucedida.
También Diego de Montes, cirujano , Muchos meses vivió con esperanza ,
Y el padre Joan de Fructos, de Tudela , Su gente fatigada y afligida ;
Con ellos Joan Dominguez Antillano . Y ansi viendo ser grande la tardanza
Joan de Guevara , Joan de Valenzuela , Con cientooyy doce hizo su partida ,
Pacheco , Joan Ibañez , vizcaíno , Pues hacer otra cosa no podia
Valdomeda , Briceño y Palomino. Por la gran hambre que se padecia.
Fué también Joan Martinez Palomero , Pues á miseria y anihilamiento
Y el de su natural Joan de la Rosa . Era venida toda la grandeza
Cada cual de los dos tan buen guerrero Que solia tener cualquier asiento ,
Que podian fialles cualquier cosa ; Y tales los estremos de pobreza
Ansimismo volvió por compañero Que cimirucos eran alimento ,
El Bartolomé Sanchez de Hermosa , Fructa que tiene forma de cereza ,
Con otros que pornemos en historia Y aun estos en los montes ya faltaban
Cuando los ofreciere la memoria. Por ser grande la priesa que les daban.
Y el capitán Gonzalo de los Rios , Huyendo de trabajos insufribles
Hoy en aquella tierra tesorero , Llevó mas adelante sus soldados ,
Que por su gran valor y fuertes brios Con otras desventuras mas terribles
Bien podia tener lugar primero, Por hallarse los campos anegados .
Como quien en sangrientos desafios Y demás de las hambres invencibles
Nunca dejó de ser el delantero ; De tigres todas horas infestados ,
El cual también en las demas entradas Guyas entrañas fueron sepulturas
Habia hecho cosas señaladas. De muchas racionales criaturas.
Como se iban pues apercebiendo Y à un rocin que estaba descansando ,
Los que seguian el guerrero bando , De todos el mayor y mas crecido,
De la ciudad de Coro van saliendo Llevó mas de cien pasos arrastrando
Para do los estaban esperando : Un tigre, sin poder ser socorrido :
Arteaga los anda recogiendo , Después la gente que lo va buscando
E yendo con cuarenta caminando, Hallaron el pescuezo ya comido ;
En unas angosturas, giraharas Y un Alonso García de Ribera
Acudieron con flechas y con varas. También fué cebo de la bestia fiera.
Y por ir descuidados del engaño , Una noche velando con cuidado
Picáronles las flechas y arpones: Y dentro de pajizos aposentos ,
Hirieron á Trebejo y á Cataño Arrebató también otro soldado,
Pasándole las armas y riñones ; Junto de Villagrán y de Barrientos : Y
En indios de servicio hacen daño Gritos oyeron dar al desdichado ,
Quitándoles algunas municiones. Despiertan los que estaban soñolientcs ,
Crece la furia deste torbellino Ocurre luego cierta compañía
Por una y otra parte del camino. Por dar vida á quien ya no la tenia.
No sabiendo la gente qué se haga Llegando cerca pues doce cristianos,
Para poder salir del angostura , Con Villagrán apechugó la plaga
Hubose de apear el Arteaga , Llevándolo también , y allí cercanos
Y fué subiendo por aquel altura, Gonzalo de los Rios y Arteaga
Vestido de escopil , espada y daga , Luego se lo quitaron de las manos.
Cubierto con el monte y espesura , Puesto caso que no sin una llaga
Hasta tomar el alto de la frente Que descubrió los huesos de la frente;
Que tenía gran parte desta gente. El cual sanó por cura diligente.
De los que mas cercanos se hallaron En la misma comarca, se nos cuenta
Tras Arteaga va gente rompida , Estar en un bubio recogidos
Los cuales de tal suerte pelearon Indios en cuantidad mas de cuarenta,
Que los indios pusieron en hüida : Con palos gruesos muy fortalecidos ;
Espadas ensangrientan, y cobraron Mas al techo subió fiera hambrienta ,
Hacienda que tenian ya perdida ; Y sin aprovechar grandes ruidos
Salieron todos luego del estrecho Saltó por la cumbrera ya rompida ,
Y tomaron lugar mas á provecho. Y á todos ellos los dejó sin vida.
Curaron á Trebejo, y á Cataño , Continuando pues esta jornada.
Cuya herida fué mas intestina, Con el rigor que tengo referido ,
Pues para clara muestra de su daño , Dieron en el camino de Quesada
Por el mismo camino de la urina Y Montalvo de Lugo, que salido
Salia presurosa por el caño Habian deste reino de Granada
No poca cuantidad de sangre fina ; Con número de gente bien crecido,
Pero la cura fué por tal concierto Dejando ya por aquellos desiertos
Que de heridas fué ninguno muerto. Cuantidad de indios y españoles muertos.
Sigue mas adelante su camino Iban también en busca del Dorado,
El Arteaga con los que llevaba , Y ansi siguen tras ellos estas gentes
Hasta tanto que ya con ellos vino Por un terreno cuasi despoblado,
Donde Filipe de Uten esperaba : Rodeados de mil inconvinientes;
Viendo después que para su desino Pasaron el Guauyare ya nombrado,
El resto de la gente no llegaba , Por caminos y pasos diferentes
Mandó volver a Coro seis soldados, De cuando vieron antes està tierra ,
Valientes , sueltos y hombres arriscados . Pues iban mas metidos en la sierra.
Atravesando sierras conocidas Porque Limpias decia, que conviene
Para llegar á los marinos puertos , Seguir los pasos del amigo viejo,
De giraharas, gentes atrevidas , Y porque por oráculo se tiene
Fueron estos soldados descubiertos : De la gente comun aquel consejo ,
Que puesto que vendieron bien sus vidas, Vieron segunda vez el Papamene ,
Al cabo todos ellos fueron niuertos . Y pasaron también rio Bermejo ,
También Pacheco , padre de doña Ana, Do por la hambre ser tan escesiva
Hoy en aquella tierra viva y sana. Fué milagro quedar persona viva.
228 JUAN DE CASTELLANOS.
Van por tierras de todo bien estrañas , Mas quiero concluir lo comenzado,
Sin que reconociesen mejoría, Volviéndome á la gente detenida,
Rompiendo por tan ásperas montañas Los cuales procuraron con cuidado
Que cuasi luz del cielo no se via : Buscar alguna buena descendida :
Algunos ranchos hallau y cabañas Esta fué con trabajo tan pesado ,
Absente dellas toda compañía , Que no fué sin gran riesgo de la vida ,
Continuando siempre su jornada Hincando estacas y cavando tierra
Porrastro de Jimenez de Quesada. Pára mejor bajar aquella sierra.
Y ansi subir la sierra se procura , Y aunque mas procuraban ayudallos
Por subidas tan ásperas y malas, Para que descendiesen con gran fiento,
Que para se poner en el altura Al fin se despeñaron tres caballos
Eran bien menester lijeras alas : Que les sirvieron de mantenimiento,
Algunas veces van por peña dura , Bajando por peñascos á buscallos
Otras con azadon hacen escalas , Con notable pasion y detrimento ;
Sin sillas y sin fustes los caballos Y después de bajar despeñaderos
Para poder mejor encaminallos. Dieron en ciénagas y atascaderos.
Quien discrepa por los despeñaderos Lo cual causó grandísima mohina
Puede de solo Dios ser socorrido ; Por quedarse caballos y cristianos,
Camino les dejaron los primeros , Puesto que echaron ramas y fagina
Pero ya lo hallaron destruido Sin descansar las mas hidalgas manos ;
A causa de terribles aguaceros Pero con todo esto se camina
Con tempestuosísimo rüido, Cuasi desesperados y mal sanos
Que por aquellas ásperas vertientes Hasta que ya llegó nuestro gentio
Suelen en todo tiempo ser frecuentes. A la ribera de un potente rio.
Ansí que, las cansadas compañias , Donde hallaron árbores uveros ,
Aquellas asperezas ya subidas, Bien conocidos ya de los antiguos ,
En lo alto pararon ciertos dias , Que para los hambrientos compañeros
Por se hallar maiz y otras comidas ; No dejaron de ser buenos amigos,
Y aunque las casas de indios ya vacías , Por tener sus racimos muy enteros,
A muchos fatigaron con heridas, Las uvas dellos grandes como higos,
A causa de tener en las entradas De gran suavidad y cordiales ,
Gran cuantidad de puyas soterradas , Y estos árbores son como nogales.
Y en las labranzas en el suelo ilano , Fuera del rio ya , dicho Montoa ,
Do mas acude la cudicia loca, El cual pasaron trabajosamente
Y aun dentro del espiga de aquel grano , Unos à nado y otros en canoa ,
Y en la madura fruta que provoca Pedro de Limpias con alguna gente
A que la coja la hambrienta mano , Acia septentrion puso la proa ,
Con riesgo de los dedos y aun de boca , Los otros á la parte del oriente ;
No siempre remediado de Minerva, Y ansi de tal manera caminaron
Pues las mas destas puyas tienen yerba. Que en tres meses ó mas no se juntaron.
Son estos indios grandes carniceros , El Limpias pues guiaba su camino
Sin reservar hermano ni aun hermana; Por rastro de Jimenez de Quesada ;
Comunicanse desde los oteros Los de Filipe de Uten van a tino
Por percebirse bien la voz humana, Por montañas de tierra despoblada ,
Mas para ir fronteros á fronteros Y una noche terrible torbellino
Han menester salir bien de mañana , Cargó sobre la gente fatigada ,
Pues en los altos esta cercania Del cual poder salir hombre nacido
Por las profundas vias se desvía. Se tuvo por milagro conocido.
Y ansi tres indios desta torpe gente, Por la ferocidad con que' venia
Que los cristianos iban acechiando , El impetu terrible de los vientos ,
Dieron con Artiaga de repente Agua por alto y bajo combatia
Que revolvió tras ellos braveando ; Los miseros cansados y hambrientos ;
Ypor huir aquel inconviniente , Ninguno voz del otro percebia ,
Del áspero camino, deslizando Ni salen bien formados los acentos,
Rodando se hicieron mil pedazos , Y aquel estruendo grave y el ruido
Cabezas, manos, piés, piernas y brazos . A todos los sacaba de sentido.
Lo cual no tengo yo por maravilla , Invaleciendo la tormenta brava ,
Pues ya me vi con seis, gente de flecha , Roba de selvas hojas y matices ;
Viniendo solo por una cuchilla A grosísimos árbores quebraba
De sierra, por los lados muy derecha : De sus ramosos altos las cervices ,
Uno tras otro sube la cuadrilla Y aquel que de su tronco confiaba ,
A causa de la senda ser estrecha ; Al cielo levantaba las raices :
Dióme su vista luego sobresalto, El remor, el sonido y estampida
Mas consoléme por tener el aito. Hace que desconfien de la vida .
A todos fué la vista repentina, Segun el gran rüido y alboroto
No sé para cuál parte más molesta , Parece de demonios ser dominio ,
Mas la mia seria muy aina Terrible huracán nada remoto
Con tener las tres piedras y la cuesta : De los portentos que nos cuenta Plinio
El escuadron feroz se determina , Y con similitud del terremoto
El espada también se hizo presta; Del tiempo de Tiberio y de Flaminio :
El riesgo no consiente ser tardio, Mas, ó gran Dios , pues en males tan llenos
Y el miedo mio proveyó de brio. La tormenta ninguno hizo menos.
Apechugué con ellos denodado, El fatigado y miserable bando,
Con la rodela y el acero fino : Sin poder de un lugar hacer desvío ,
Apartanse del mozo desbarbado, A Dios de corazon están llamando ,
Yocupados de grande desatino, De viento traspasados y rocío ;
Van rodando por uno y otro lado , En tierra de calor están temblando ,
Dejandome sin matas el camino, Creo que de temor mas que de frio ,
E yo puse los piés en tal concierto Y todos ellos con inmensa gana
Que no curé de ver si se habian muerto. De ver el resplandor de la mañana.
229
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II , ELEGIA III, CANTO I.
Estando con aquel mortal recelo El dardo de los indios es el gallo ,
Que al mas fuerte varon enflaquecia , Y las gallinas el espada y daga
Vieron el resplandor del turbio cielo , De soldados algunos que me callo ;
Por donde conocieron ser de dia ; Mas ya Filipe de Uten y Artiaga
De lo cual recebió muy gran consuelo Salen armados ambos á caballo ,
La mas que miserable compañía , El escuadron rompiendo desta plaga;
El impetu terrible ya mas mauso , Pero cierto gandul mas atrevido
Pero todos ajenos de descanso. Al buen Filipe de Uten ha herido.
Estando todos ellos empapados , Aflojó del furor el varon fuerte
Prosiguen sus prolijas estaciones : Por el grave dolor de la herida ,
Los pasos se hallaban ocupados La cual terrible fué , mas no de muerte ,
De las rompidas ramas y troncones ; Y menos español perdió la vida ;
Arbores prepotentes arrancados El cual indio , demás de la tal suerte ,
Que ceñir no pudieron seis varones ; La lanza le tenia muy asida ,
No podia pasar rocin ni yegua, Y viéndolos andar en este juego
Yesto por mas espacio de una legua. El Martin de Arteaga vino luego.
Por lo mas escombrado buscan via , Y ansi para venganza deste hecho ,
Sin concluirse tiempo fortunoso; No menos que leon determinado
Mas con estas zozobras aquel dia Atravesóle el asta por el pecho
Salieron á lugar mas espacioso , Y el hierro le salió por el costado ,
Y Cristóbal de Rivas tomó guia, Haciéndole soltar à su despecho
Como soldado diestro y animoso , La lanza , del vivir desconfiado;
Con la cual saltearon un asiento Mas antes de llegar eterno llanto ,
Adonde se halló mantenimiento . Tres gritos tales dió que puso espanto. ,
Halláronse comidas de sustancia, Conociendo la sucia pestilencia
De que se proveyeron los soldados , Ser de su capitán aquellos gritos ,
Y en obra de una legua de distancia Y como ya tenian esperiencia
Treinta pueblos de indios bien poblados : No ser las picaduras de mosquitos ,
De Coagoa es la circunstancia , Determinaron de hacer absencia
Provincia de los choques ya nombrados ; Dejando los recuentros y conflitos ;
Allí por se hallar tan buen gobierno Y perdida la furia que se trajo ,
Pasaron lo restante del invierno . Descuélganse por una cuesta abajo.
Entre tanto que el campo se repara , Fueron del Arteaga perseguidos
Salian à correr esta frontera Sin dalles un momento de sosiego ,
Mucha gente que aquí no se declara Pero los arciones de podridos
Con Bartolomé Berzar y Ribera , Faltaron , y él también se volvió luego
Gonzalo de los Rios y Guevara , Al lugar donde estaban los heridos ,
Rivas , Olea , Pedro de Herrera , Pues fuera mas seguillos caso ciego ;
Y Damián de Barrios y Barrientos , Y en este duro trance, no pequeño
Hombres que bien probaron sus intentos. Valor manifestó Sancho Briceño.
I
Fuera del campo todas estas gentes Escarmentados pues de las rencillas , .
Con los soldados de mayor provecho , Túvose vigilancia conviniente :
Rancheando por partes diferentes Vinieron luego todas las cuadrillas ,
Sin les acontecer notable hecho , Llegó Pedro de Limpias con su gede ,
Conociendo los choques ser absentes Que después que bajó por las orillas
Por indios que ponian en acecho , Del rio de Montoa prepolente ,
Mucha bárbara gente se convoca En busca de Jimenez de Quesada ,
A dar en la cristiana , por ser poca. No se pudo juntar con el armada.
Ciertos de sus inciertas confianzas , El cual Quesada, no sin barto gasto
Encubiertos por montes y quebradas , De vidas , y perdido y estragado
Caminan las guerreras ordenanzas De todos sus soldados el gran fasto ,
Con paveses y adargas muy pintadas , Habia por las sierras declinado 1
Gran número de dardos y de lanzas Hasta llegar á términos de Pasto ,
Con las puntas agudas y tostadas , De gente de Pirú recién poblado ;
Y dan á mediodía de improviso Y ansi Limpias por ver estar distante
En los que reposaban sin aviso . No curó de pasar mas adelante,
Y como fuese tanta la ventaja Por llevar cercenados los poderes
Que hacian los dardos al espada , Y el número de gente ser pequeño :
Al buen Diego de Montes y à Gibaja" Iba cou él Naveros el alférez ,
Hieren de la primera rocïada ; También Francisco Sanchez , estremeño ,
El caso repentino los ataja , Y Joan Galán , Leon , Salvador Perez ,
Arma del español anda turbada , Sarmiento , Santa Cruz y Joan Sedeño ,
Ocurren luego para los caballos , Con otros que serian hasta treinta ,
Yá gran priesa procuran ensillallos. Todos ellos soldados de gran cuenta.
Con golpes que le daban los atroces , Orilla de Montoa , con pesares
Diego de Montes anda fatigado : De no hallarse cosa de vianda ,
Vivo lo llevan, y aun le dan de coces , Van indagando villas ó lugares ,
Cuasi lo tienen ya supeditado ; Mas no hallaban por aquella banda
Acude para él Joan de Quincoces Sino ciénagas grandes y balsares
Como valerosisimo soldado , Que perturbaban siempre su demanda ;
El cual del escuadron lo sacó vivo , Yun dia por orilla de aquel rio
A pesar del ejército nocivo. Vieron con indios índico navío.
Otro gran escuadron por hacer presa Los indios mas adentro se metieron ,
A puerta de un bubio se abalanza , Huyendo como vieron la cuadrilla ,
Mas una mujer fuerte portuguesa Mas con señas de paz que les hicieron
Arrebató en las manos una lauza , Con recato volvieron a la orilla ,
Ylo hizo volver mal que le pesa O por algun rescate que les dieron
Con harto mas desorden que ordenanza , Debióles parecer gente sencilla ,
Y en el conflicto hizo por su parte Y ansi por ruego de los castellanos
Lo que pudo hacer el liero Marte. Llamaron otros indios comarcanos.
230 JUAN DE CASTELLANOS .
Vino su principal llamado Cathe, Como furor de perros importuno
Con mucha gente tan apercebida Que vienen a morder por tales modos
Como si fueran para dar combate , Que para sus defensas es alguno
Mas de mantenimientos proveida ; Diestro varon en menear los codos ,
Y ansi por pocas cosas de rescate Y si con el espada hiere uno ,
Les dieron oro , fructas y comida , Viendo quejar aquel buyeron todos ,
Y por persuasion de mucha gente Dejando proceder al peregrino ,
Prometen de volver dia siguiente . Siu mas perturbacion de su camino :
Pedro de Limpias pues allí se queda , Ansi viendo poner la falsa muestra ,
Y el dia concertado ya venido , Pararon los rabiosos escuadrones ,
En el monte se mete y arboleda Y a la mano siniestra y á la diestra
Para que presumiesen ya ser ido , Suenan aullidos y lamentaciones ,
Y destos indios guia tomar pueda ; Dejando caminar la gente nuestra
Los cuales , por cumplir lo prometido , Guïada de sus mismas intenciones ;
Con número crecido de canoas Y ansi tomaron rastros y llegaron
Al ya dicho lugar guian las proas. Donde los compañeros invernaron.
De dardos y guerreros instrumentos Esta venida dió grande contento ,
Los vasos de canoas traen llenos : Y dadas de lo visto relaciones ,
Si vienen con rüines pensamientos, Determinaron de mudar asiento
Pedro de Limpias no los tiene menos : Y entrarse mas en estas poblaciones ,
Como gentes no ven , alzan atentos Por proceder en el descubrimiento
Los ojos por aquellos anchos senos ; Y quebrantar soberbios corazones ;
Cathe por recelar casos siniestros Pues suele muchas veces osadía
Luego hizo salir dos indios diestros . Suplir lo que la fuerza no tenia.
Andan por todas partes descubriendo Deste primer asiento largos trechos
Aquestas dos espías quél envía , Habia , sin labranzas , campo raso ,
Y como nada sienten del estruendo Que para uso de guerreros hechos
Que hace semejante compañía , A ellos les hacia muy al caso ,
Al Cathe capitán vuelven diciendo Pero lleno de yerbas y helechos
Cómo ninguna cosa parecia , No menos al oriente que al ocaso ;
El cual saltó teniéndolo por cierto ," Ocuparon aquesta circunstancia
Con obra de cien indios en el puerto. Con toda la posible vigilancia.
Espera cada cual en su galera Y como sea ya vieja costumbre
Del resto de la gente que quedaba ; No comportar el corazon humano
La que saltó salió de la ribera Una sobresaltada pesadumbre
Negocio que la nuestra deseaba, De ver a su contrario tan cercano ,
Y ansi viendo ya cómoda carrera , Convocóse de indios muchedumbre
El español salió de donde estaba , Contra las flacas fuerzas del cristiano ,
Como balcon veloz por la dehesa Y en breve tiempo fueron congregados
Cuando se abate para hacer presa. Mas de quince mil indios bien armados.
Los indios todos vienen bien armados , También Cathe huyó por mal recado ,
Pero con el asalto repentino Y con ellos ansimismo se cierra
Sus duros tiros fueron ocupados Avivando furor ya comenzado
De terrible temor y desatino : E incitandolos para la guerra ,
Fueron por los caballos rodeados A trueco de se ver allí vengado
Por una y otra parte del camino; De los que lo sacaron de su tierra ;
Hubieron finalmente los cristianos Y segun se me dan las relaciones ,
Al Cathe y otros indios à las manos. Dicen que les habló tales razones :
Viendo los que quedaron en el rio « No sé si juzgareis à disparate
Cuan mal les sucedieron estos hechos , Lo que digo , señores de Coagoa ,
Por los dos indios que con desvario Porque debeis saber que yo soy Cathe ,
No descubrieron bien estos asechos , Señor de las riberas de Montoa ,
De disculpa y razon hecho desvío , Cuyas industrias en cualquier combate
Ambos los traspasaron por los pechos , No dejan de tener eterna loa ;
Y les quebraron piés , piernas y brazos , Mas ó por proprio ó por ajeno yerro
Haciéndolos allí cien niil pedazos. Me hacen padecer este destierro.
Luego de sus cornetas hay repique >Porque salteadores y ladrones
Para se convocar la gente brava : Que ya teneis en vuestras vecindades ,
Salen del agua todos muy à pique Debajo de dañadas intenciones
Proveida de tiros el aljaba , Conmigo celebraron amistades ;
A fin de libertar á su cacique , Mas luego me pusieron en prisiones ,
Que ya Pedro de Limpias les llevaba ; Descubriendo sus malas voluntades ;
De lebreles rabiosos es la furia Sácanme de mis tierras en cadenas
Para vengarse de tan gran injuria. Sin me las aflojar en las ajenas.
Con protervo furor los van siguiendo, Y como quien á mal está subyeto
Infinidad de dardos disparando ; Procura quebrantar la ligadura ,
Los nuestros , muchas veces revolviendo , Mis deseos vinieron en efeto
Rompen el escuadron alanceando ; Anoche por mostrarse muy oscura ,
Los vivos , en sus furias insistiendo , Y el caso se me hizo mas aceto
En gran aprieto ponen nuestro bando ; En venir à tan buena coyuntura ,
Mas viendo Limpias ser este debate Por entender que para vuestro hecho
Porque soltasen al cacique Cathe , Mi venida será de gran provecho.
El agudo cuchillo se adereza , >Y ansí quiero yo ser en el concierto
Y de los otros indios que traian Para participar de vuestra gloria ,
A uno le cortaron la cabeza , Teniendo , como tengo , por muy cierto
Y en una lanza puesta , les decian Que nunca volvereis sin la victoria ;
Ser de su capitán aquella pieza , Pues cada cual está ya cuasi muerto ,
Y el rey que demandaban y querian ; La poca cuantidad nos es notoria
Cesó de su demanda la recuesta La cual si yo no hice mal la cuenta
Desque la vieron en la lanza puesta. Con mas de diez no llegan á noventa.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II , ELEGIA III , CANTO I. 231
Demás de ser en esto tan sencillos , »Diérame mas temor la gran frecuencia
De llagas incurables están llenos Del concurso que vemos importuno ,
Desde las manos hasta los tobillos , Si no supiera yo por esperiencia
Pues tiene dos y tres quien tiene menos : El supremo valor de cada uno ;
Andan chupados , tristes , amarillos , Pues todos los que sois en mi presencia,
De corporales fuerzas muy ajenos , Sin que dejemos uno ni ninguno ,
Y elque parece dellos ser mas fuerte Del número que vemos ni otro tauto
Es el mismo retrato de la muerte. No suele fatigarse con espanto .
>Y aquellos en quien ponen ciertas sillas Bárbaros son soeces y abatidos ,
Do suben con grandísima destreza , Cuyos furores hoy serán conclusos ;
Apretándolos entre las rodillas , Conozco ser salvajes atrevidos ,
Y son venados en la lijereza , Mas no deben tener guerreros usos •
También podeis contalles las costillas Pues no vienen por orden repartidos
Por ser demasiada su flaqueza , Sino todos revueltos y confusos ;
Y puede quien ganar valor estima Y para salir bien de nuestro hecho
Derriballo con el que viene encima. No me parece ser poco provecho.»
Ansí que, pues victoria nos convida , Viendo los enemigos ya cercanos
Sin nos contradecir impedimento , No procedió la habla comenzada ,
Apréstese la gente recogida Autes vinieron todos á las manos
Yvamos á gozar deste contento ; Apretando la lanza y el espada :
Pues cuanto mas veloce la partida Los dardos ocupaban los cristianos
Mas presto gozareis del vencimiento : Con una y otra y otra rocïada ;
Muchos y sanos vamos contra cojos , El aire se rompia con tal grita
Y recios y robustos contra flojos . » Que el águila caudal se precipita.
Después que Cathe dijo su conceto Francisco de la Torre con sus hechos
Pusose la canalla mas lozana , Hacia su virtud bien conocida ,
Su parecer juzgando por discreto , Mas rompiendo lugares mas estrechos
Demás de lo tener ellos en gana : Al caballo le dan una herida ,
Muévense luego para tal efeto Y á él le segundaron por los pechos ,
Otro dia siguiente de mañana , De que perdió después la cara vida ;
Con tantas lanzas , dardos y paveses Cuyo valor y fuerza fué tan alta
Que henchian zavanas y conveses. Que su persona bizo harta falta.
Segun acuden los lascivos ciervos Por ser de gran valor y gran consejo
A las gamitaderas y añagazas , Dolió la muerte deste caballero ,
Y á carne muerta carniceros cuervos Y dicen ser la causa Joan Trebejo
Que por acá llamamos gallinazas : Por apartarse de su compañero .
Con tal impetu vuelan los protervos Menea pues las armas el mas viejo
Haciendo sus comunes amenazas Como si fuera mozo muy entero ;
E yendo cerca ya de nuestra gente Al fin en la batalla peligrosa
Dan con dos españoles de repente. Procura hacer mas quien menos osa.
El uno fué Francisco de la Torre , Necesidad al flaco hace fuerte
Al cual agora para que no muera Eusangrentando la cristiana lanza ;
Su propia lijereza lo socorre , Cada cual quiere mejorar su suerte
Mas presto dará fin á su carrera ; Pesándole de ver tanta tardanza :
El otro miserable que no corre Los nuestros por librarse de la muerte,
Alli vido su hora postrimera. Los indios con deseo de venganza ,
Y el Torre, que escapó , yendo huyendo Mas por venir revueltos de mal arte
Agrandes voces ¡ arma ! va diciendo. Llevaban sobre sí la peor parte.
Los cristianos, que deste rompimiento Acude luego con sus compañeros
Un punto no vivian descuidados El Limpias, que tardó por buenos trechos,
A las voces acuden al momento Porque cayeron cuatro caballeros
Con las posibles armas preparados : Yendo por entre ramas de helechos ,
En dos partes se parten con gran tiento En encubiertos troncos ó maderos
Peones y caballos mal armados ; Como si fueran puestos por asechos ,
A manera se tienden de dos alas , Y esperan los demás por ayudallos
No sin temor de tautas gentes malas. Hasta que ya cobraron los caballos.
Filipe de Uten , Pedro de Ribera , Partieron luego con gentiles brios
Al ala de la mano del poniente , Alanceando por una ladera ,
Limpias con la demás gente guerrera Mas hieren á Gonzalo de los Rios
Cayeron à la mano del oriente : Y el caballo de Pedro de Ribera :
Ordenados ansi desta manera Enciéndense sangrientos desafíos ,
Vieron la muched umbre de la gente , Ninguno de victoria desespera ;
Tantos paveses , dardos , lanzas tantas , Ansimismo rompiendo por la plaga
Como de espesa silva verdes plantas. Hirieron el caballo de Arteaga .
Parecióles tener el horizont e Resuenan por los valles mas abiertos
Que por allí divisan encubierto ,
Las voces de guerreras confusiones ;
Y con grave temor à prima fronte De sangre campos verdes ya cubiertos ,
El mas fuerte se tiene ya por muerto ; Gemidos suenan y lamentaciones ;
Mas tantearon el espeso monte Huellan caballos sobre cuerpos muertos ,
Cómo viene sin orden ni concierto ; La misma huella llevan los peones ;
Luego Filipe de Uten, como debe , No pueden numerarse los caidos
Alli habló segun el tiempo breve. Porque dellos montones hay crecidos .
«Caballeros, tengamos en memoria Bien como cuando campo se embaraza
De suplicar á Dios devotamente Con mieses sazonadas en calores ,
Que nos dé de su mano la victoria Y por alguna parte de la baza
Como guerreador omnipotente ; Entraron encorvados segadores ,
Porque nosotros por razon notoria Que cortando las cañas hacen plaza
Poco podemos contra tanta gente , Formando dellas haces muy mayores ,
Mas do su Majestad pone la mano Y aquella silva larga del barbecho
El mas alto poder se hace llano. A lugar se recoge mas estrecho :
232 JUAN DE CASTELLANOS .
Ansi de la zavana , que cubierta Viéndose pues de sanidad remotos
Esta de la nacion feroz y brava , Y en el número menos que bastante ,
Arma del Español en la reyerta Las ropas y vestidos muy mas rotos
Piés , manos y cabezas derribaba , Que los del mas mendigo mendicante ,
Y aquella multitud de gente muerta Hecha consulta, fueron los nias votos
Los menores espacios ocupaba , De se volver sin ir mas adelante :
Porque los ya caidos en la guerra Solo Filipe de Uten y Arteaga
Pocos estorbos ponen en la tierra. Eran de parecer que no se haga.
Llegó de nuevo cierta compañía , Y por muchas razones mas se aprueba
A morir ó vencer determinada : El parecer comun que de los menos ,
Con tal impetu rompe , que ponia Por el gran desavío que se lleva
En gran riesgo la gente baptizada ; Y todos de salud estar ajenos ,
Alli ninguno de otro ya confia Demás desto , tener por cierta nueva
Sino de solo Dios y de su espada , Estar de indios ya los campos llenos ,
Y ofrecíanse tantos embarazos Teniendo por locura conocida
Que no bastaba ya fuerza de brazos . Entrar donde era cierta la caida.
Mas como gentes sabias y advertidas Y ansí , como tuviesen en la mano
En los demás récuentros y desmanes , Para su prolijísimo camino
Ejecutaban siempre las heridas El apacible tiempo del verano ,
En los que parecian capitanes , La gente se volvió por donde vino ,
Corriendo mucho mas riesgo sus vidas Aunque para salir al largo llano
Por venir mas compuestos y galanes , Procuraron cortar con mejor tino ,
Viendo que si los tales hacen falla Saliendo destos choques y su tierra ,
Alloja de su furia la canalla. Sin volver por los altos de la sierra.
Y ansi , la falta destos conociendo Mas cayeron en grandes despoblados
Los indios a los nuestros mas cercanos Y en partes espesísima montaña ,
Hincaban por los cuentos, ya huyendo, Adonde fueron muy menoscabados
Los dardos que llevaban en las manos , Por aumentarseles enferma saña
Para que si los fuesen persiguiendo Que consumió gran copia de soldados ,
En ellos se clavasen los cristianos , Hombres que no se daban mala maña !
Segun suelen con lazos los absentes Destos fueron Gutierrez y Gibaja,
Matar los animales inocentes. Y antes Francisco Sanchez se aventaja.
Cuando ya demediaba su carrera Abreviando salidas destos senos ,
Aquel cuya presencia hace dia , Hallan los rios como les conviene ,
Y el uno y otro polo de la esfera Montoa y el Bermejo menos llenos ,
En iguales espacios repartia , Pues ninguna creciente los detiene ;
Toda la multitud de gente fiera Tornaron a beber ya muchos menos
Cesó de la demanda que traia , Del afamado rio Papamene ;
Metiéndose por montes y quebradas , Al fin salió la gente fatigada
Dejando descansar nuestras espadas . A tierra mas alegre y escombrada.
Los nuestros no mitigan sus denuedos Pero campos de todo bien esquivos ,
Con ponelles cansancio duros grillos , Y para socorrer á su tormenta
Y ansi ningunos dellos están quedos , Solos trece caballos llevan vivos ;
Antes mueven apriesa los tobillos , Españoles no llegan á sesenta ;
Mas con intento de ponelles miedos , Adelante prosigue sus motivos
Que por gana que tienen de seguillos ; La gente consumida de hambrienta ,
Pero por el peligro circunstante Indagando por aquellos rincones
No quisieron pasar mas adelante. Algunas proveidas poblaciones.
Dieron gracias a Dios como cristianos , Llevando ya caidas las cervices
Que con tan gran victoria los consuela ; Y los colores no como rubies ,
Curaron á heridos cirujanos Arrimáronse mas á las raices
Y el licenciado Pedro de la Muela , De la sierra y á tierra de Guaypies ,
Que fué de los mas viejos baquianos Donde hallaron copia de maices
De la gobernacion de Venezuela , Y muertos cuantidad de jabalies :
En su facultad hombre de substancia, Hubo sal ansimismo de por medio ,
Y en guerras no de menos importancia. Que fué lo sustancial de su remedio.
Pasados los sanguíneos efetos Recogiéronse mantas de algodones ,
Y trances regurosos deste dia , Para su desnudez grande reparo ,
Los indios estuvieron mas quietos, De que hicieron calzas y jubones ,
Pues à guerra ninguno se niovia; Que ya tomaran ellos por mas caro.
Pero como los hombres son subyetos Captivaron mujeres y varones ,
A males que la nueva tierra cria , Puesto que dieron ya de dia claro ,
Demás de fiebres , mal que comun era, Y un indio de los puestos en collera
Muchos adolescieron de ceguera. Con el Limpias habló desta manera :
Demás de sinsabores y de enejos , «Bien adevino yo lo que tú quieres ,
Erales el dolor tan importuno Porque vuestras demandas son antiguas,
Como si les picaran con abrojos ; Mas cuán angostos sean mis poderes
Y por ser el remedio tan ningano No menos que por ojos averiguas ;
Hubo quien se quedó sin ambos ojes , Mas si también deseas ver mujeres ,
Y otros, que es menos mal, con solo uno : Diréte dónde viven maniriguas ,
Demas desto, de indios y otra gente Que son mujeres sueltas y flecheras ,
Murieron muchos repentinamente. Con fama de grandísimas guerreras.
Cayeronse también caballos muertos , »Lindos ojos y cejas , lisas frentes ,
Para sus dueños grave desconsuelo ; Gentil dispusicion , belleza rara ,
Otros de lepra llenos y cubiertos , Los miembros todos claros y patentes ,
Otros sin les quedar un solo pelo. Porque ningun vestido los repara ,
Causaban otros muchos desconciertos Y tienen en las partes impudentes
Las malas influencias de aquel suelo : Mas pelos que vosotros en la cara :
La sal, que es gran socorro de la vida, Aquellos solos sirven de cubierta
Allí nunca jamás fué conocida. Para no ver los quicios de la puerta.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELEGIA III , CANTO I. 233
»De sus consorcios y congregaciones Después que ya volvieron al asiento
Fea , contrecha , manca se destierra ; Y del negocio visto dieron cuenta ,
No quieren compañía de varones , Volver sin hallar cosa de momento
Ni jamás los consienten en su tierra ; Filipe de Uten tiene por afrenta ;
Mas gozan á sus tiempos y sazones Y ansi mandó hacer ayuntamiento ,
De aquellos con quien ellas tienen guerra, Donde su voluntad les representa ,
Y entre tanto que dura la lujuria, Y después que los tuvo ya delante
Con ellos cesa la guerrera furia. Hizo razonamiento semejante ;
>Después deste lascivo regocijo , «Quisiera ser igual en elocuencia
Es la guerra de nuevo comenzada A los que en ella fueron eminentes ,
Y el bravo y antiquísimo letijo , Para decir , señores , la escelencia
Sin ser el amistad perpetüada ; De todos cuantos sois aquí presentes ;
Y si la manirigua pare hijo , Pues demás de captar benevolencia ,
El padre de quien ella fué preñada Supieran , si no saben los oyentes ,
Se lleva ; pero cuando pare hija Que su fuerza y virtud ha sido tanta ,
Sigue la condicion de la vasija. Que sobre ser humano se levanta.
>Ansí que , si quereis hacer empleo >Pero dejo hazañas sucedidas
En cosa de carnales aficiones , Con el honor que cada cual merece ,
Alli satisfareis vuestro deseo , Por ser en su valor tan estendidas ,
Y dareis fin á peregrinaciones : Que lengua y aun memoria desfallece :
Este camino es de gran rodeo Basta decir ser tan esclarecidas ,
Y tiene peligrosos trompezones ; Que sencilla verdad las encarece ,
Hay rios ansimismo caudalosos Sin las dorar figuras ni colores
Que salen de lugares montuosos.> De que suelen usar los oradores.
Estas falsas ó ya ciertas razones »Mas quiero contra vuestras opiniones
Oyeron todos muy de buena gana , Abriros lo secreto de mi pecho ,
Aunque las tengo yo por invenciones , Probando por certísimas razones
No sin olor de fabulilla vana ; Que no va nuestro campo tan deshecho ,
Pero dióme las mismas relaciones Que no pueda , halladas ocasiones ,
La boca de Francisco de Orellana , Efectuar algun insigne hecho :
Y agora me refieren lo que cuento Las cosas que yo vi con clara ¡umbre
Hombres de no menor merecimiento. Me dan de lo que digo certidumbre .
Es destos Artiaga mayormente . »Porque , ¿ dónde jamás hemos hallado
A quien vivo tenemos este dia , En todas las antiguas escrituras
Varon de fe , que se halló presente Haber tan pocos hombres conquistado
A todo lo quel indio les decia : Tantas y tan acerbas desventuras?
Es pues mi parecer indiferente , Unas veces por largo despoblado ,
Por no casarme con opinion mia , Otras rompiendo grandes espesuras ,
Pues en tan penitísimas regiones Y con bambres é indispusiciones
Podria ser que vivan amazones. Subyectar ferocisimas naciones.
Al fin, la gente ya mas reformada . Y no solo tenemos competencias
Determinan dejar aquel terreno Con enemigos bravos y sangrientos ,
Yproseguir la vuelta comenzada Mas también nos combaten las potencias
Por no dejar pasar tiempo sereno : De fuegos , aguas , furiosos vientos ,
Eran ya cuatro años de jornada , Y tierras de malignas influencias ,
Sin que jamás tuviesen dia bueno , Y finalmente todos elementos :
Y aun para ir al término marino Con todos ellos hemos peleado ,
Les restaban dos años de camino. Y de todos nos hemos escapado.
Finalmente , llegaron al Guauyare , »¿Qué me dicen de Baco , y furia brava
Tierra de todos ellos conocida , Del grande Macedón que después vino?
Hallaron pueblo donde se repare ¿Qué de cualquiera otro que ganaba
La gente , por ir ya desproveida ; Por su grande valor honor divino ?
Procuran invernar en Churupare , Pues nunca la comida les faltaba ,
Buen asiento , mas no mucha comida , ' Y siempre les sobraba pan y vino ;
Pero de allí salian los cristianos Siguieran por do vamos su carrera ,
Aranchear los indios comarcanos. Y veamos a ver cómo les fuera.
Yendo como diez dellos cierto dia >>>Vieran en qué paraba la pujanza
A caza de venados por un llano , De sus pintadas armas con matices ,
Un hombre de caballo parecia Y si les fuera bienaventuranza
Con lanza de dos puntas en la mano : Abajar el mas alto las cervices
Como no fuese desta compañía , A sacar con la punta de la lanza
Echaba cada cual juicio vano , Debajo de la tierra las raices
Y como no se mueve y los espera , Para que les sirvieran de vïanda ,
Determinaron ir á ver quién era. So pena de morir en la demanda.
Después de ya llegada nuestra gente »Vieran cómo sufrian fuertes mallas ,
Hubo de mucha risa gran tumulto , Hambrientos y sin copia de sirvientes ;
Y es porque conocieron claramente Vieran en qué paraban sus batallas ,
Caballo y caballero ser de bulto : A no hallar allí prósperas gentes ;
Desde los bajos piés hasta la frente Pues son para nosotros no hallallas
De paja y algodon era su culto , Los mas indómitos inconvinientes ,
Y desto tantas armas y tan varias, Y entonces es la gloria y el contento
Cuantas son en la guerra necesarias. Cuando de los contrarios hay aumento.
Todos estos ensayes se hacian »No son hechos de menos importancia
Por los indios , que son alli guerreros , Los nuestros ni de menos fortaleza ;
Para perder el miedo que tenian Mas solamente tienen de distancia
A los caballos y á los caballeros , En que , segun comun naturaleza ,
Y con aquellos bultos competian A los suyos encumbra la ganancia
Como si fueran hombres verdaderos ; Y á los nuestros abate la pobreza ,
Y ansi tenia este los costados Y en que cosas tan grandes , siendo pocos,
De lanzas y de dardos traspasados. Emprendellas parece ser de locos.
234 JUAN DE CASTELLANOS.
Mais si caso fatal nos ofreciera El Artiaga , vistas intenciones ,
Donde pudiéramos meter las manos 2 Dijo : Señores , yo soy vizcaíno ,
El hecho por cordura se tuviera Y como falto y corto de razones ,
Y nadie nos juzgara por insanos , Concluyo con decir que ese camino
Antes creed que nuestro nombre fuera No lleva ya debidas proporciones ,
Cantado con loores soberanos : Antes desproporcion y desatino ,
Ansí que , no es locura nuestro hecho , Pues en los choques hubo coyuntura
Sino vigor de valeroso pecho. Para seguillo con mayor ventura.
»Mas también , porque todo lo digamos, Mas agora ¿ quién es tan ignorante
Y el fin adonde vamos quede lleno , Que no conozca gran inconviniente
Muchos nos culparán como volvamos En el efecto? Pero no embargante
Perdidos y las manos en el seno , Que mi parecer sea diferente ,
Teniendo bien por donde descubramos Hágase , que yo tengo de ir delante
En tan amplas regiones algun seno ; Adonde quiera que guieis la frente ;
Mas ya conozco de vuestro semblante Solamente declaro lo que siento ,
Lo que quereis ponerme por delante. Y no creo que voy fuera de tiento.
>>Direisme cómo vais mal proveidos , >>Pues españoles sanos bien sabemos
Y de los que salimos muchos menos : Ser los menos de nuestra poca gente ,
Es verdad , mas los vivos tan curtidos Y aquella fuerza de que nos valemos
Que no tememos ya rayos ni truenos ; Contra furor de bárbaro valiente
Y siendo , como somos , escogidos , Son los caballos , y ocho que tenemos
Mucho mas quiero yo pocos y buenos ; Los cuatro son de nombre solamente ,
Y también en famélica tormenta Y todos despeados del viaje ,
Poca gente con poco se sustenta. Por no tener ya punta de herraje.
Cuanto mas que el valor de las Españas, Y aun para no llevar camino ciego
En todas coyunturas y ocasiones , Es menester también que guias haya :
Para hacer grandisimas hazañas Aquestas no las hay ; pero yo ruego
Han menester bien breves escuadrones : Que si la falta dicha no desmaya ,
Pudiéramos contar cosas estrañas Que á cualquiera parte vamos luego
Si no fuera por alargar razones ; Antes que tiempo seco se nos vaya ,
Mas dejo lo que fué con otra gente , Porque nadie será después bastante
Y trato de las Indias de occidente. Para volver atrás ni ir adelante.>>
>Tomemos los primeros fundamentos, Finalmente , de los invernaderos
Que son los que trajeron los Colones : Dudosos y perplejos se levantan ,
Pues españoles menos de quinientos ⚫ Buscan los macos , indios que fronteros
Vencieron de contrarios dos millones. Acia la serranía pueblos plantan :
Entre Fernán Cortés en estos cuentos Dieron en pocos , pero tan guerreros ,
Que con mas breve copia de varones Que de pocos caballos no se espantan ,
Venció tales recuentros y tan agros , E un gandul de los que hacen plaza
Que podemos contallos por milagros. Contra Filipe de Uten desembraza.
»Si Dios era con ellos , y sin duda El caballo le hiere por el cuello
Quiso hacer espaldas á su Marte , Con dardo que no fué de mano manca,
También él nos dará favor y ayuda , Luego para mejor echar el sello
Pues ansimismo va de nuestra parte : Con otro le segunda por el anca :
Nuestra lanza no es menos aguda , Dió mil corcovos sin poder tenello ,
Ni tenemos en guerra menos arte. A una y otra parte se abarranca ,
Paréceme , señores , gran cordura Anduvo tal á pelo y á pospelo ,
Tentar por otras vias la ventura. Que con el caballero dió en el suelo.
>>Podemos por lo mucho padecido Saltó luego con él el indio maco
Tener de gran honor salvo conduto , Muy mas lijero que veloce pardo ,
Mas es trabajo mal agradecido Y como ya del golpe ó ya de flaco
Cuando lo trabajado no da fruto : Filipe de Uten estuviese tardo ,
Llano tenemos largo y estendido , A nianteniente dió por el sobaco
Y tiempo de verano bien enjuto ; Una mala herida con un dardo ,
Ya que no por el llano , por la sierra Y á no lo socorrer la compañía
Descubramos alguna buena tierra. Aqueste fuera su postrero dia.
»Ansí como son cosas de importancia Pararon entre tanto que sanaba,
Estos descubrimientos que tractanios , A causa de ser llaga mal segura ,
Ansi requieren gran perseverancia , Y ansi segun lo mucho penetraba
Pues muchas veces donde no pensamos Se tuvo por milagro la tal cura ;
Suelen en tan amplísima distancia Pero Filipe de Uten se guardaba
Encubrirse las tierras que buscamos ; Para mayor dolor y desventura ,
Y muchos se volvieron de la puerta , Y en la presente lo curó tal mano ,
Donde hallaron otros dicha cierta. Que dentro de dos meses quedó sano
»Ya que , señores , à la costa vamos , Convalecido pues el miserable
Decidme , ¿ qué remedio hallaremos ? De la crüel y penetrante llaga ,
Qué bienes ó haciendas reservamos Con otro dardo muy mas entrañable
Para que lo perdido reparemos? Hirieron á Martino de Artiaga :
Pues muchos nos esperan que volvamos Gran tiempo se juzgó por incurable ;
A fin de que sus faltas remediemos ; Y ansi sin que remedio se le haga ,
Al menos hallareis quien deudas cobre , Tuvo la punta dentro de lo hueco
Y mal las pagará quien Hega pobre. Del jáculo mortal cruel y seco.
>Habrá bien cudiciosos mercaderes Herida fué que las entrañas toca ,
Prestos para hacer ejecuciones ; Y del terrible golpe de la lanza
Habrá procuradores y poderes , Flujo de sangre sale por la boca ,
Cárcel molesta , grillos y prisiones : Cuyos términos eran destemplanza :
De manera que son mis pareceres, Todos juzgaron ser su vida poca ;
Por evitar molestias y pasiones , El médico mostró desconfianza :
Que este descubrimiento persevere Montes y el licenciado de la Muela
A la parte que mas os pareciere .» Cada cual de por sí lo desconsuela.
233
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELEGIA III, CANTO II.
Mas él , con su dolor y desconsuelo , Después de gobernar algunos dias ,
Dice sus pareceres ser inciertos , Los señores de la real audiencia ,
Porque suelen los médicos del suelo Informados de algunas demasías ,
Errar cuando se muestran mas espertos : Envían á tomalle residencia
Médico muy mejor es el del cielo , Al cuerdo licenciado Joan de Frias ,
Pues del sepulcro resucita muertos , Hombre de buenas letras y esperiencia ,
Y puede su divina Providencia Y para que el gobierno retuviese
Usar también conmigo de clemencia. » Hasta tanto que el rey lo proveyese.
Y ansí , como cristiano preparado , En Coro , do llegó con su libranza ,
Vistas de cirujanos dilaciones , Se recibió con voluntad sincera ;
Abrióse las costillas y el costado , Tuvo Caravajal dello probanza
Y en efecto salieron los arpones , Por indios y por carta mensajera :
Ausimismo con un olor pesado Aquesta privacion y esta mudanza
Graves y sanguinosas corrupciones ; Sintió su corazon en gran manera ,
Y con ser tan sin cura la herida Y por vias diversas estorbaba
En el presente tiempo tiene vida. Al Frias el venir donde él estaba.
Con toda su vejez vive de arte Antes por le quitar aquella gente
Que tiene la salud que le conviene , Con que pudiera Frias hacer via ,
No sin reliquias del antiguo Marte , Caravajal sagaz y diligente
Porque con la memoria dellas pene , A un Joan de Villegas les envía
Pues purga siempre por aquella parte A Coro , que tractó secretamente
Por cierto cañutillo que allí tiene. Aquello que su parte pretendia ,
Recién herido pues caminó luego , Persuadiéndoles dejen á Coro
Sin que tuviese punto de sosiego. Y prometiéndoles los montes de oro .
Porque por todos ya se determina , Y aun cuéntanme personas fidedinas ,
Vista ser la tardanza peligrosa , Del Joan Caravajal que esto tramaba ,
A gran priesa volver à la marina Que hizo cédulas adulterinas
Porque hacer no pueden otra cosa ; Do la real audiencia decretaba
Con tanta desventura se camina " Que Frias gobernase las Salinas ,
Que no puede mi pluma presurosa Quiero decir , la costa donde estaba ,
Particularizar en escritura Y él lo de dentro por el mismo modo ,
Tanto trabajo y tauta desventura. Y en hecho de verdad fué falso todo .
Y pues que van á paso presuroso , Al fin , Caravajal se dió tal maña
Y ansimismo de ir en seguimiento Cual aquella crüel hija de Niso ,
Un camino tan largo y trabajoso Y aunque Frias sentia la maraña
Yo me hallo cansado y sin aliento , No le bastó razon ni buen aviso ,
Quiero tomar un poco de reposo De suerte que por falta de compañía .
Para que pueda con recogimiento Nunca pudo llegar adonde quiso ,
Poner en orden el futuro canto , De manera que por aquel partido
Que ya no será canto, sino llanto. Estuvo mucho tiempo detenido.
Perseverando pues en su malicia
Joan de Caravajal y otros livianos
Un cacique de paz le dió noticia
CANTO SEGUNDO . Cómo venia gente por los llanos :
Envió luego vara de justicia
Donde se tracta cómo Pedro de Limpias se amotinó con cierta gente , y
cómo llegó Filipe de Uten al Tocuyo , y lo demás sucedido hasta su Para saber quién eran los cristianos ;
muerte. Volvióse sin los ver quien llevó cargo ,
Porque para Cubagua van de largo.
Pesado mal , terrible pestilencia , Era Limpias con buena camarada ,
Es en algun gobierno dalle mano A quien el aleman Uten envía
Al que tiene soltura de conciencia Para ir à la costa deseada
Ysolas aparencias de cristiano , Y ver allá qué novedad habia ;
Mayormente si para su demencia Mas dióle Limpias mala cantonada
Puede soplar algun favor humano ; Sin que cumpliese con lo que debia ,
Porque viendo que hay quien lo defienda Pues fué acia Cubagua, como digo,
A todo mal obrar suelta la rienda. Movido del consejo de un amigo .
Retrato vivo fué desta sentencia Y fué Luis Fernandez atrevido,
Joan de Caravajal , el escribano Que de los viejos de Cubagua era,
Que en Maracaibo fué ; pues el audiencia Para cualquier motin apercebido ,
Doude fué relator , siendo mas cano, Pues aquesta no fué la vez primera ;
Viendo de tantos años el absencia Ansi que , Limpias dél persuadido
Sin acudir gobernador germano , A Cabagua dirige su carrera ,
Por importunidad y favor largo Adonde con los indios mas cercanos
A él le proveyeron este cargo. Huvo bien menester entrambas manos ."
Halló para poblar buen aparejo , Veinte lleva consigo , gente rara ,
Pues eran de Cubagua ya venidos Pues cada cual pudiera ser caudillo ;
El Losada , Villegas y Vallejo Entrellos iban Berzar y Guevara
Con copia de soldados escogidos ; Pulido , maestre Joan , Barrios , Vadillo ,
Y porque allí tracté de su consejo Que no por voluntad vuelven la cara
Y por la via que fueron traidos , Ni menos hacer pueden que seguillo ;
Basta decir aquí tan solamente Van Valenzuela , Najara , Trebejo ,
Cómo Caravajal tomó esta gente. A quien pesó tambien deste consejo.
Y entró la tierra dentro , confïado Tuvo crüel recuentro con Perima ,
De que el gobierno siempre fuera suyo , Cacique poderoso y esforzado ;
Y en esta tierra como ya cursado Mas Limpias de tal suerte lo lastima
Fundó luego la villa del Tocuyo : Que de la dulce vida fué privado ,
En esto fué tan bien considerado Segun habemos en octava rima
Que de locura no lo redarguyo , En la primera parte celebrado ;
Pues se perdieron tierras importantes Mató caballos, y murió Pulido ,
Por no poblallas otros mucho antes. Y maestre Joan quedó muy mal berido.
256 JUAN DE CASTELLANOS.
Viendo no tener ya mas que rodela Y aun el Filipe de Uten y el Villegas
Contra gente de guerra tan pujante , Eran compadres , pero ciertamente
Dieron la vuelta acia Venezuela En estas confusiones mas que ciegas
Por no poder pasar mas adelante ; Pudo mas la maldad que el ser pariente :
El pobre maestre Joan se desconsuela Caminan pues por valles y por vegas
Por no poder ser presto caminante , Hasta que se toparon con la gente ,
Que la grave herida no lo deja Do fué Filipe de Uten informado
E iba flojo ya mas que madeja. De lo que ya tenemos declarado.
Para traello no tienen caballo , Quisiérase pasar con sus varones
Y como vuelven cuasi de hüida , De largo con recelo de pendencia ,
Determinaron todos de dejailo Mas en Villegas bubo persuasiones
Por no perder por uno tanta vida : Y aun como de amenazas aparencia ;
En un rancho procuran abrigallo Y ansí , sin mas escusas ni razones ,
Repartiendo con él de su comida ; Fué delante de aquella pestilencia ;
Quedóse pues en el ajeno suelo El cual lo recibió cuando venia,
Rodeado de todo desconsuelo. Con gracia , con honor y cortesía.
Considerando sus postrimerías Por los cuarenta y seis años corria
A Dios de corazon se encomendaba ; De mas de quince números mayores
Crecen en oracion tales porfias El soberano parto de María ,
Que cuasi de comer no se acordaba ; Que fué reparacion de pecadores ,
Y a cabo ya de tres ó cuatro dias , Y el sol el signo Tauro poseia ,
Viendo como la yerba no trababa , Siendo cercana ya pascua de flores ,
En confianza del favor divino , Cuando Filipe con siniestro hado
Púsose tras los otros en camino. Aqueste pueblo vió recién poblado.
Hallóse tan lijero como sano Habla Caravajal , y él le replica ,
Después de se poner en la carrera ; Dan y toman en cosas de interese ;
E yendo caminando por un llano , Al fin , Caravajal le notifica
Al encuentro le sale bestia fiera : Que por gobernador lo conociese ;
Invoca luego la potente mano , El buen Filipe de Uten le suplica
Y al tigre dice: « bestia, tente afuera, Tan grande sinrazon no pretendiese ,
Deja desocupado mi sendero , Diciendo : «No me consta ni tal pienso ,
Que de parte de Dios te lo requiero ». Que yo de mi poder esté suspenso.»
Aquella carnicera pestilencia , Y aun cuasi la restante compañía
Fuera de lo que tiene de costumbre , Estaba de los mismos pareceres ,
Sus impetus mudados en paciencia Pues del Caravajal ya se sabia
Y su ferocidad en mansedumbre , Habelle revocado los poderes ,
Alejándose fué de su presencia Segun en aquel pueblo se decia
Hasta que ya traspuso cierta cumbre : Ansí por hombres como por mujeres ;
Maestre Joan caminó , y al cuarto dia El se bacia fuerte , sin embargo ,
Topó la deseada compañía. Publicando que tiene poder largo.
Holgóse grandemente la compaña , Respóndenle : « Señor , no se litiga
Y él de loar á Dios punto no cesa : Ser esa potestad larga ó angosta ,
Vido poco después reinos de España , Antes vuestra merced aquello siga
Y fué à Jerusalén à grande priesa Que de su gusto fuere mas aposta ;
Antes de ver las tierras de Alemaña, Pero venimos todos con fatiga
Porque debió hacer esta promesa ; Y con necesidad de ver la costa ,
Y después, algun tiempo ya pasado , Y ansí queremos irnos de camino
Lo vieron en Sanlúcar ser casado. Hasta llegar al término marino.
Con descontento pues del mal efeto El gobernador falso , como viese
De los otros caminos comenzados , Que con su voluntad no respondian,
Allegaron à Barraquicimeto , Ordenó que por fuerza se hiciese
Donde fueron por indios informados Lo que hacer de grado no querian :
Cómo Caravajal tiene subyeto Armada gente hizo que viniese ,
Al Tocuyo , y estar alli poblados Y á su llamado muchos acudian ,
Amigos suyos , principales hombres , Caballos arrendados , y él sin rienda,
Los cuales declaraban por sus nombres . Filipe de Uten quiere que se prenda.
Fué Limpias pues la vuelta del Tocuyo Buena cuadrilla pues apercebida
A ver aquella gente conocida ; Acometiéronles incontinente ,
Del gobierno tractó , y en saber cuyo Mas la del alemán recién venida
El alegría fué muy mas crecida , Se defendia valerosamente :
Por ser Caravajal amigo suyo , Apartanse sin muerte ni herida ,
El cual holgó también con su venida ; Porque Bartolomé como valiente
De todo dió razon , y demás desto Al mayoral rompiérale las venas
Dijo Filipe de Uten venir presto. A no lo defender sus armas buenas.
De cuanto le pidió relacion hecha , Volvióse con su gente sin ganancia ,
Segun á su negocio convenia , Pero no sin cautelas de hombre bajo ;
Tomo Caravajal mala sospecha También con la posible vigilancia
Que su gobierno no le duraria : El buen Filipe de Uten se retrajo
Todo temor de Dios de si desecha , A Guibor , siete leguas de distancia,
Y cautelosas mañas concebia , Y aun con algunos mas de los que trajo ;
Y ansi con ciertos hombres de á caballo De los cuales Vallejo fué primero ,
Fué su Joan de Villegas a buscallo. Gregorio de Plasencia y un Romero .
El cual debió de ir con buen intento ; Por evitar algun insano hecho
Mas aunque mal intento no llevase, Entre las dichas dos parcialidades ,
En efecto fue muy gran instrumento Ciertos hombres movidos de buen pecho
Con que Caravajal efectuase Tractaron muchos medios de amistades ,
De su mas que dañado pensamiento A cada cual dejando su derecho
Lo que le pareciese y agradase , Con deseo de ver conformidades ;
Pues los dos se tractaban como hermanos, Juan de Villegas pues tomó la mano ,
Y al fin eran entrambos escribanos. Y Melchior Gubiel , varon germano .
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELEGIA III, CANTO II. 237
Y Toribio Ruiz , clérigo cura , Con él estaban muchos detenidos
Bien creo yo que de maldad inciertos , Como si poseyera gran pujanza ;
Cada cual à las partes asegura Pero viendo los otros ya rendidos
Haciendo desta suerte los conciertos : Y- sobre su rodela tanta lanza,
Quel Filipe se vaya do procura Aflojaron furores concebidos,
Con los suyos á los marinos puertos , Perdida de socorros esperanza ;
Y que à Vallejo se le dé licencia Y ansi para principio de su pena
Y también á Romero y á Plasencia. Entró con los demas en la cadena.
Hicieron escrituras sustanciales , Vidose Diego Ruiz de Vallejo
Firmándolas con los gobernadores De seis buenos soldados rodeado ,
Mas de cincuenta hombres principales , Mas de no se rendir tomó consejo,
Con gravamenes , fuerzas y rigores Puesto caso que ya muy fatigado ,
De ser en opinion de desleales , Armóse de las armas del conejo
Infames , fementidos y traidores , Rompiendo con gran furia por un lado :
Si por alguno fuese quebrantado No Talus , no Filípides ni Ladas
Todo lo dicho , fecho y asentado. Levantan tan lijeras sus pisadas.
Aquesta paz dolosa concluida , Por bosques altos hace su huida,
Con los soldados del consorcio viejo Y sus lijeros pasos endereza
Hizo Filipe de Uten su partida ; A la gente que tengo referida
Y el dicho Diego Ruiz de Vallejo Por quien aquel camino se adereza ;
Mala sospecha tuvo ser fingida , La sangre descubrió cierta herida
Y ansi dijo : «Señor , de mi consejo Que le pudieron dar en la cabeza:
Enesta paz se haga confianza De ver ir tanta por jubon y sayo
Del espada , rodela y de la lanza . Sintió grave dolor, mas no desmayo.
Porque Caravajal está subyeto Pues de noche con grandes aguaceros ,
Tan á la ley de Dios como Antioco , Que fué de su valor bastante prueba ,
Por ser sin Dios, sin ley y sin respeto, Siempre hizo sus pasos mas lijeros,
Y tiene sus palabras en muy poco : Sin perder aquel buen tino que lleva :
Es su conciencia la de Bayaceto , Alcanzó pues los dichos compañeros ,
Bellaco juntamente con ser loco ; A los cuales les dió la mala nueva;
Tiene malos terceros à su lado Ellos con el recato que convino
Y ansi cumple que vamos à recado . Abreviaron á Coro su camino.
Ayudóle Gregorio de Plasencia , Van á Caravajal el mismo dia *
Y con esto se fueron su camino , El Limpias y el Armacha y otros tales ,
No sin algun recato y advertencia , Diciendo con furor : que¿qué hacia
Pero no tanta cuanta les convino , Sin matar enemigos capitales?
Pues pudieran bacelle resistencia , Pues gente que faltaba volveria,
Sino que para ir con mejor tino Y eran todos soldados principales ;
Envió treinta hombres adelante , Que mirase con peso y desengaño
Persona cada cual dellos bastante. Lo que al doctor Navarro hizo daño .
El signo tiene de los dos hermanos El y todos los otros alterados
Aquel que da colores al aurora , Con tales consejeros como estos,
Cuando los asechados castellanos Salen del rancho bien aderezados,
Tomaron la provincia de Carora : Y muchos dellos à caballo puestos,
Asientan todos las leales manos Machetes vizcaínos afilados ,
Sin recelar allí la fatal hora , Verdugos etiopes allí prestos ,
Y el contrario con intencion nefanda Camina la compaña detestable
Determinó partir en su demanda. Contra la compañía miserable.
Lleva gentes bien apercebidas El sol dorados rayos recogia
Y para dar batallas buen pertrecho ; Para tender su luz por otra hueste ,
Todas tres furias lleva revestidas O ya podria ser que lo hacia
En el cruel , bestial y falso pecho : Por no ver tan mal hecho como este ,
Haciendas de los otros repartidas , Usando del estremo de aquel dia
Sin mirar á justicia ni á derecho , En que buyó las ollas de Tieste ,
De ministros infames rodeado , Cuando para romper ilustres venas
Unos por fuerza y otros por su grado . Llegaron á los cepos y cadenas.
Entrellos Limpias y Luis Feruandez , Cuatro sacaron, hombres señalados ,
Cada cual digno de collar de espartos , Cuyos cuellos mandaba ser abiertos ,
Almarcha , muniquilla vil de Flandes , Los brazos atrás puestos y ligados ,
Que merecia bien ser hecho cuartos , Los rostros de mortal color cubiertos ;
Pues si piden castigo yerros grandes , Viendo los instrumentos preparados ,
Todos ellos habian hecho hartos : E ya con certidumbre de ser muertos,
Camina pues con estos consejeros Confesion piden , mas la bestia ciega ,
Y grande cuantidad de compañeros . Habiendo sacerdotes , se la niega.
El umbroso lugar de una quebrada De palabra pronuncia la sentencia
Filipe de Uten toma por asiento : El hombrecillo vil , pecho de perro :
Anda su gente toda derramada Comienza por Romero y por Plasencia
Procurando buscar algun sustento ; El impio , cruel y duro hierro ;
Llegó Caravajal con mano armada Mas adelante llega su demencia,
Y con impetuoso rompimiento , Pues para confirmar mas este yerro ,
Manda que roben , maten y que prendan Mando luego matar los capitanes ,
Antes que tomen con que se defiendan. Que son los dos ya dichos alemanes .
En cumplimiento deste su deseo , Bartolomé con un suspiro grande.
De buenas intenciones siempre falto , Al Caravajal habla desta suerte :
Prenden al Uten y al Bartolomeo «Vuestra merced de su rigor ablande ,
Estando descuidados del asalto ; Y en negocio tan grave se concierte ,
Cogen á los demás en el rodeo , Porque no faltará quien le demande
Muy sin sospecha deste sobresalto : La grande sinrazon de nuestra muerte.
En portugués llamado Gasparico «Agora lo vereis, dice riendo,
Mostró sumo valor y ánimo rico Y como del propósito me cnmiendo.D
238 JUAN DE CASTELLANOS.
Segun se lo mandó crüel azote , Alejáronse pues destos arroyos
El machete tomó la mano perra : Con Artiaga doce compañeros ,
Daba los golpes como con garrote , No de los que llamamos rompe- poyos ,
Que debia de estar ya hecho sierra ; Pues fué Joan de Quincoces y un Erveros,
Degollados al fin por el cocote , Barrientos , Pero Alonso de los Hoyos ,
Cabezas van rodando por la tierra ; Cuyo valor no fué de los postreros :
Ocupaba los presos gran espanto , Tuvieron en el ir tan buenos modos ,
Creyendo de pasar por otro tanto. Que llegaron á Coro vivos todos.
Al Uten encaminan su flagelo Habia de Castilla ya llegado
Los mandos de razon enajenados , A gobernar persona virtuosa ,
Que estaba las rodillas en el suelo , Varon prudente , bien intencionado ,
Ya sus colores rojos demudados , Enemigo de gente sediciosa,
Los ojos enclavados en el cielo Y este gobernador y licenciado
Demandando perdon de sus pecados , Se decía Joan Perez de Tolosa ;
Rezando con grandísima paciencia Pasó por la Española cuando vino ,
Los siete salmos de la penitencia. Do halló guia para su camino.
Para cumplir el mando riguroso Con él se vino Diego de Losada ,
Allega luego la mortal herida , Que por Caravajal fué desterrado ;
Y fué con un tormento trabajoso Quizá la causa fué bien sustanciada ,
Cabeza de los hombros dividida . Mas aunque no constase ser culpado ,
Quedó Caravajal victorioso Bastaba ser persona señalada
En haber hecho menos tanta vida; Y ser allí de todos respetado
Y ansi , porque también anochecia , Para no consentir furor insano
Cesó la crueldad por aquel dia. Personas que le fuesen á la mano.
Metida so las ondas de oceano Habiendo hecho ya su cumplimiento
La lumbre de mas clara hermosura , Con el gobernador aquesta gente ,
Fuése para cenar el mal tirano , Diéronle cuenta del atrevimiento
Contento de su pérfida locura : Quel testimonio hizo nias patente :
Quedáronse los cuerpos en el llano , El y Frias mostraron sentimiento
Que nunca quiso dalles sepultura , En oir un rigor tan insolente ,
Ni hubo , por no dalle descontento , Y al Joan Perez el Frias encomienda
Quien usase de tal comedimiento . Que con rigor usase del enmienda.
Después que pareció febea vela , Partióse pues el licenciado Frias
Fueron á la tiránica presencia A la Española , donde residia ;
El padre Joan de Fructos de Tudela Quedó Tolosa con las compañías
Y Artiaga con toda su dolencia , Debajo del gobierno que traia ;
A fin de le rogar que se conduela , Aprestóse después de algunos dias
Y tuviese por bien de dar licencia A castigar aquella alevosía
Para que por los campos y desiertos Su hermano Alonso Perez de Tolosa,
Pudieseu enterrar aquellos muertos. General desta gente belicosa.
Oido de los dos el justo ruego Juntó luego la mas cualificada
Que por enfermos iban sin cadena , De los varones del consorcio viejo,
Con un cierto desdén se la dió luego Y en la dispusicion de la jornada,
E hinchazon de majestades llena ; Habido cuerdamente su consejo ,
Y hecho de los cuerpos el entrego , El maese de campo fué Losada ,
También los entregaron al arena , Capitán de la guardia fué Vallejo ,
Dejando cuatro versos allí puestos , Joan Roldán , capitán de infanteria
Que si memoria tengo fueron estos : Por la gran esperiencia que tenia.
Ille Philipus Uten tumulo nunc conditur isto Aderezada pues la compañía
Et miserum Belzar continet ipse locos. De comunes pertrechos de Vulcano ,
. Dux erat insignis nec non Germanus uterque La vuelta del Tucuyo hace via
Infestaque simul procubuere manu. Con recato y aviso no liviano ,
Filipe de Uten difunto Ambos fueron alemanes
Queda en esta tierra dura, YLos escelentes Por ser mucha la gente que tenia
Y con igual desventura cuales encapitanes
una bora
,
Caravajal debajo de su mano :
Bartolomé Berzarjunto Vieron por mano traidora Topó ciertos soldados de buen peso
Y en la misma sepultura. Sus mortíferos desmanes.
Que al factor San Martin traian preso.
Conclusa ya la obra de clemencia Esta gente se hizo luego llana ,
Entre mirtos , segun á Polidoro , Y de lo que pasaba fué testigo ;
Y hecha la posible resistencia Y porque conoció ser gente sana
A piadosas lágrimas y lloro , Tolosa los llevó todos consigo ;
Los enfermos pidiéronle licencia Los cuales no mostraron mala gana ,
Para que se pudiesen ir á Coro : Teniendo por comun el enemigo ,
El se la dió sin se mostrar esquivo , Pues hace muchas veces, que no una,
Entendiendo ninguno llegar vivo, De amigos enemigos la fortuna.
Por haber de pasar guerreros puertos Procuran de hacer el paso presto
Y la brava nacion de Giraharas , Con toda la posible vigilancia ,
Los unos cojos y los otros tuertos , Hasta que se pusieron en un puesto ,
Con tan malas colores en las caras , Una legua seria de distancia ;
Que ya no parecian sino muertos : Por cubierta tomaron un recuesto
Y aun por armas llevaban en las varas Y el arboleda de su circunstancia ;
Engastadas tijeras y puñales ; Allí gran rato descansó la gente
Para se defender de naturales. Para salir á bora competente.
Con no podello ver mas que al demonio, Antes de se pasar nocturno velo ,
De Caravajal hacen despedida , Pareciéndoles ya ser algo tarde ,
El cual con muertes, como Marco Antonio Con el guion delante por señuelo,
Con la de Tulio, piensa tener vida : Camina por buen orden el alarde :
Artiaga le pide testimonio Caravajal vivia con recelo ,
De toda la tragedia sucedida ; Que su conciencia dice que se guarde ;
Mandólo luego dar , segun pedia , Y ansi hace velar los quel alcanza
Para mas publicar su valentía. Ser boinbres de valor y confianza.
259
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II, ELEGIA III, CANTO II,
Como mas el guion se fué llegando, Prometiendo hacer en ellos cura ,
Uno de los que velan pudo vello , Tal cual á su salud mas convenia ,
Y estaba por aquel cuartel velando Y que la gente sana bien segura
Un cierto portugués dicho Coello : A su pueblo viniesen otro dia ,
Y ansí como lo vió vuelve bradando Pues para los sacar del espesura
¡Arma, arma, que vein pendon bermello! » Alli les enviaba buena guia :
Entra luego diciendo la compaña , Todos los fatigados del viaje
¡Gobernador, gobernador de España !, Juzgaron ser del cielo tal mensaje.
El pueblo todo fué sobresaltado ; En cumplimiento pues del pio ruego
Meten en las canoas los tullidos ,
Toda la gente dél está suspensa ;
Rancho del malhechor es rodeado Y los sanos por tierra parten luego
Sin acudir favor à su defensa : Al pueblo , donde fueron recebidos
Piensa ser socorrido y ayudado , Con gracia , paz , amor y con sosiego,
Pero no le sucede como piensa ; Y muy bastantemente proveidos ;
Al fin en pago de sus sinrazones Mas por la buena obra recebida
Le pusieron gravísimas prisiones. Quisiéronlos robar á la partida.
Fulminóse por orden el proceso , Y aun captivar la gente mas granada,
Del cual , después de ser bien sustanciado, Maldad sobre maldad exorbitante ;
Resulta tal maldad y tal esceso , Pero do estaba Diego de Losada
Que mereció por él ser arrastrado No me espanto de cosa semejante ;
A cola de un rocin , y después deso Por otra gente bien considerada ,
A la rama de un árbor ahorcado ; La burla no llegó tan adelante ;
Y el arbor do hicieron el entrego Finalmente, volvieron al Tucuyo
Algunos dicen que se secó luego. Sin ajeno caudal y sin el suyo...
Al tiempo que vinieron ya corria
En las astucias fué como Cetego , Por los cuarenta y ocho de la era
En la locuacidad la ninfa Lara ,
En el morir me dicen no ser ciego , El sacrosanto parto de María ;
Y el animosidad también fué rara ; Y andando, como dicho tengo , fuera
En su generacion era gallego ,
Al licenciado como pretendia
Vecino natural de Ponferrara ; Le vino potestad muy mas entera ;
Diceme mucha gente conocida A traer los despachos se despacha
Vallejo para el rio de la Hacha ,
Que fué mejor su muerte que su vida.
Por ser una persona virtuosa,
Fueron los cómplices encarcelados ,
Segun el grave caso requeria , Dotada de grandisima templanza ,
Y de la cual Joan Perez de Tolosa
Llenos de los temores y cuidados Con gran razon hacia confianza;
Que su propria conciencia les ponia ; Fué navegando costa peligrosa
Mas todos ellos fueron sentenciados
Y vino sin hacer mucha tardanza ,
Con harta mas blandura que cumplía . Y demás desto fué tan buen correo ,
Sin padecer quien mas metió las manos, Que trajo mas que pide su deseo.
E yo los ví después libres y sanos .
Después que ya Caravajal fué muerto , Pues demás de le dar tiempo mas largo
Reformóse mejor aquel asiento , Cerca de gobernar á Venezuela ,
Pusiéronse las cosas en concierto También le vino comision y cargo
Fara bajar al Cabo de la Vela,
Y nombróse justicia y regimiento ; Y al pescador de perlas ser embargo
Dióse de lo que estaba descubierto
Al nuevo morador repartimiento ; Debajo de católica tutela ,
Finalmente, Tolosa con buen pecho Porque la majestad real queria
A cada cual guardaba su derecho. Quitar los indios desta granjería.
Luego puso por obra que su hermano El mando visto del real consejo
Y con gran voluntad obedecido ,
Sacase buena copia de varones Con esperiencia ya de varon viejo
Para poblar lugar que mas á mano Y en la gobernacion mas advertido ,
Hallase con algunas poblaciones , Su maese de campo fué Vallejo ,
Para que de la lumbre del cristiano Hombre de buenas partes proveido ,
Gozasen estas bárbaras naciones ; Al cual por el rumor de tierras ricas
Luego se despachó , y en la jornada Se le dió la conquista de Cüicas.
El maese de campo fué Losada.
A Villegas nombró por su teniente ,
Hombres bastantes son para la guerra Primero que á las perlas se partiese ,
Y bien ejercitados en batalla ; En tierras del Tocuyo solamente ,
Gastaron muchos dias por la sierra , Y Tolosa su hermano , si viniese ,
Mas cosa que contente no se halla ; Fuese por él en Coro residente ,
Y puesto que hallaran buena tierra . Donde lo de la costa proveyese ;
Supieran despoblar , mas no poblalla , Y en orden puesto lo de Venezuela,
Pues eran tan tentados deste vicio , Partióse para el Cabo de la Vela.
Que siempre lo tuvieron por oficio.
Recibiólo la gente muy contenta ,
Balanceando pues qué se haria , Obedeciendo cédulas reales ,
La gente principal quedó resuelta E ya cerca del año de cincuenta ,
En que por no ballar lo que queria Tomando cuentas á los oficiales ,
Al pueblo del Tucuyo den la vuelta : El se partió también para dar cuenta
Por el rio de Apure hacen via , Delante los divinos tribunales :
Rompiendo la montaña gente suelta , Murió como vivió cristianamente ,
Supo cómo volvian ya la proa Y vilo yo que me hallé presente.
Cierto cacique dicho Guaibacoa.
Aqueste con entrañas de clemencia Del audiencia por su fallecimiento
Vinieron provisiones despachadas ,
Su gran necesidad bien entendida , Mandando que no hagan mudamiento
Uso de tan cabal magnificencia , De las justicias quél dejó nombradas ;
Que no fué menos bien que dalles vida ; Y porque fueron cosas de momento
Pues envió con grande diligencia Las que después hicieron en entradas,
Tres canoas cargadas de comida . Quiero tomar un poco de sosiego ,
Y donde se metiesen los cristianos Que yo , mediante Dios , las diré luego.
Cojos de piés y flacos de las manos.
240 JUAN DE CASTELLANOS .
Donde todos sus llanos y collados
CANTO TERCERO . Ocupaba crecida muchedumbre ;
Los indios se mostraron alterados ,
Donde se tracta del entrada que hizo Diego Ruiz de Vallejo , maese de Viendo lo que no tienen de costun re :
campo, a los cúieas, los grandes recuentros que tuvo con los naturales , Vienen para romper determinados ,
con otras cosas que acontecieron hasta que se pobló la ciudad de Tro- Representando grande pesadumbre ,
jillo que all se fundó. Porque les parecio ser insolencia
Osar llegar allí sin su licencia.
Muy grandes hechos han acontecido Vallejo , con las lenguas que llevaba ,
En las jornadas hechas desde Coro , Antes que la contienda comenzasen ,
Indignas de cubrirse con olvido, Con amorosa paz los convidaba ,
Antes muy dignas del febeo coro ; Rogando siempre que se reportasen ;
Mas estos , por faltalles el ruido, Pero por mucho que los ablandaba
Estruendo y estampida que da el oro ,
Fué poca parte para que dejasen
Hanse quedado todos encubiertos De mostrar claramente por los hechos
En los mismos sepuleros de los muertos . La furia que traian en los pechos ,
Y si de Indias tracta coronista , Remitiendo las paces á las manos ,
Donde le dan olores de pobreza Armadas de durísimos arpones ;
Pasa de largo sin volver la vista , Y ansi los caballeros castellanos
Y para donde halla mas riqueza : Rompen por los espesos escuadrones :
Allí le da tal gusto la conquista , Van traspasando hierros inhumanos
Que tiene tractar otras por bajeza , Humanos y mortales corazones ,
Como quiera, lector, que en hechos buenos Aquellos van picando y estos huellan ,
Las otras fueron mas antes que menos . Unos encuentran y otros atropellan.
Ya que las ricas tengan gran altura . Vuélvese acá y allá la dura rienda,
Las pobres no se queden por los llanos , No sin grave dolor y duro llanto ;
Que también merecieron escritura Enciéndese mortífera contienda ;
Las fuerzas y el valor de fuertes manos ; La grita y el ruido suena tanto ,
Pues aunque les faltó rica ventura , Que no hablan palabra que se entienda ;
No les faltaron hechos soberanos ; Nació del alboroto gran espanto ,
Y si ricos defienden sus alhajas , Pues al indio dificil se bacia
Los pobres no se duermen en las pajas. Lo que por cosa fácil presumia.
Antes conozco de los naturales Juzgando luego por el aparencia
Con quien tractamos en indiana tierra , Ser los pocos de muy poco momento ;
Que cuanto son mas ricos sus caudales Pero vista la grande resistencia
Tanto son menos dados à la guerra : Y en daño suyo caso tan sangriento ,
Los pobres son guerreros principales Determinaron de hacer absencia
De quien todo regalo se destierra , Para volver con otro fundamento :
Y juzgan ser su bienaventuranza Dos caballos hirió contraria mano ,
La venenosa flecha , dardo, lanza. Mas el restante todo quedó sano.
Nunca preciaron oro fuertes scitas , Como varones diestros en la guerra
Mas no por eso fué flaco su tiro , Todos ellos se dieron buenas mañas ;
Antes venciendo gentes infinitas Mas Diego de Vallejo desencierra
Siempre quedaron libres de suspiro : De su brazo grandísimas hazañas ,
Grandes victorias suyas hay escritas , Por atemorizar toda la tierra
Sin escapárseles Dario ni Ciro ; Do pensaba plantar nuevas cabañas ;
Ansí que, no deshace la pobreza Y ansi todas las gentes del terreno
Al bueu brio que dió naturaleza. Tuvieron por entonces algun freno.
Tales son ciertamente los cüicas La rota de Carache y el estruendo
Donde entra Diego Ruiz de Vallejo , Va con la muchedumbre de pregones
A la fama y olor de tierras ricas , Por Boconó y Aborrenzais corriendo,
Con ánimo mas grande que aparejo ; Valles de generosas poblaciones ;
Mas la riqueza fué flechas y picas , Los nuestros ansimismo van siguiendo
En que se suelen ver como en espejo ; El fin de sus primeras intenciones ,
Sus soldados serian hasta treinta ,
Por reducir á paz la gente armada ,
Pero personas todas de gran cuenta. Y ansi con Boconó fué celebrada.
Porque por otras gentes y naciones La cual á nuestras gentes peregrinas
Andaban españoles repartidos , Hizo guardar Vallejo muy de veras ;
Y en estas coyunturas y sazones Alli les presentaron mantellinas
No pudieran ser mas apercebidos : O mantas de algodon algo groseras ,
Son veinte de caballo , diez peones , Y allí también se descubrieron minas
Entre los valerosos escogidos , De lo de Venezuela las primeras ;
Y tales que en valor en esperiencia Mas oro no les dieron en presente ,
Se conocia poca diferencia , Porno caber en uso desta gente.
Pues que podian bien probar la mano Mas traian noticia desde Coro ,
En el mayor rigor y donde quiera : Aunque eran muchas leguas de distancia ,
Van Luis de Narvaez y Antillano ,
No por parte menor de la bandera , Que cay allí queria decir oro ,
Barrios , Diego de Ortega , Trujillano , Y que dello tienen abundancia ;
Pero los indios tenian por tesoro
Peralvarez y Vasco de Mosquera ; Otra cosa de menos importancia ,
Va Joan de Salamanca , va Miranda , A que llamaban cay, y es el guitero ,
Fernando de Madrid , no lanza blanda. Cuentas que tratan ellos por dinero.
Sus claros resplandores estendia Conchas ó huesos son como las partas ;
Apolo ya por el octavo sino , Y ansí cuando Vallejo les pedia
Cuando la valerosa compañía
En concierto se puso y en camino : El cay , que pocas gentes hace hartas ,
El indio con quien habla le traia
Apercebidos van de buena guia De cuentas de guiterò grandes sartas ,
Los soldados del campo peregrino , Por la mas alta cosa que tenia ;
Y con la pretension de sus provechos Alguno tan menudo, que se mira
Al valle de Carache van derechos. Como la minutisima chaquira.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE I , ELEGIA III, CANTO III. 241
Esta muestra les dió poco contento , Descubren de los ídolos los senos,
Segun la gran noticia que traian ; Hechos de hilo, no sin sutileza ,
Mas ocurrióle s á su pensami ento Donde suelen meter los dones buenos ;
Riquísima noticia que tenian Pero no remediaron su pobreza ,
De un universal ofrecimiento ,
Donde diversas gentes acudian , Porque todos los mas estaban Henos
De lo que allí tenian por riqueza ;
Y parecíales ser necesario De manera que fué la fiesta toda
El descubrir aqueste santuario. Guitero , cuentas verdessyy baroda.
Icaque se decia , y era diosa Las petacas están llenas de huesos ,
Que de bulto tenian retractada Piedras de ijada, medicinal sajo ;
En casa de tres naves espaciosa , El oro fueron menos de cien pesos ,
De grandes y menores frecuentada ; Chagualas de guaní, que es oro bajo :
Hacíasele fiesta generosa Vistos pues desta guaca los escesos ,
(A tiempos y por dias ) señalada , Vallejo con sugente se retrajo,
Donde sacrificaban gentes vivas , Y del rescate dicho que tenia
O de sus naturales ó captivas. Tomaba cada cual lo que queria .
El sacerdote destos ministerios Después de concluidos los rigores
Entonces era Toy, gran hechicero , Del templo do llegó cristiana lanza ,
El cual interpretaba los misterios Revolvieron á ver los moradores
Y sucesos del tiempo venidero , De Escugue, no sin mala confianza ,
Ansí de honras como vituperios : Pero disimulando los temores
Como mas principal del falso clero Que nacian de ver tantà pujanza ;
Aqueste procuraron los cristianos Y ansi hallaron todas estas gentes
Haber por todas vías à las manos. De su primera vista diferentes.
Para que sus intentos ejecute, Bien que caricias hartás sin provecho
Procuraron traer á su sentencia Y aplauso juntamente no faltaba ;
Un indio principal, dicho Combute , Mas era diferente lo del pecho
Que con Carache tiene competencia ; Del ademán que fuera se mostraba ,
Aqueste , sin temor que se le impute Para poder efectuar el hecho
El tracto destas cosas á demencia , Que en daño de los nuestros redundaba ;
De buena voluntad sirvió de guia Pues no porque se callan los dolores
A la ciudad que Escugue se decia. Se hacen tolerables ni menores.
Las casas de grandeza tan pujante , Antes la pena con silencio muestra
Tantas y por tal orden y concierto , El modo de vengarse corazones ,
Que no se vido cosa semejante Y suele ser destrísima maestra
En cuanto por allí se ha descubierto : En fraudes, en cautelas y traiciones ,
Los indios les mostraron buen semblante , Y á la mas torpe gente hace diestra
Sin muestra de guerrero desconcierto ; En el ejecutar sus intenciones ;
Y allí tuvo Combute tal cuidado , Pero de la blandura contrahecha
Que luego vino Toy á su llamado. Agora se tomó mala sospecha.
El Vallejo le dijo : « Caro padre , Y ansí también el Diego de Vallejo ,
Sabed , pues vos estás en su servicio , So color de no selles importuno ,
leaque la gran diosa ser mi madre , Sacó su gente del asiento viejo
De quien recibo grande beneficio ; A lugar mas abierto y oportuno ,
E yo querria , porque mas os cuadre , Porque supiesen que de su consejo
En su templo hacelle sacrificio : Tampoco se hallaba muy ayuno :
Por tanto, pues aquí ninguno osa , Asentó media legua de distancia
Vos me llevad á ver tan grande diosa. Velándose con toda vigilancia.
El dicho sacerdote , con recelo Como vió que tercera luz habia
De robos ó quizá de ver que yerra, Pasado sin llegar inconviniente ,
Esclama : No bolleis el santo suelo, Perálvarez con cierta compañía ,
Mirá que os tragará luego la tierra , Que fueron las dos partes desta gente ,
Sin que quede de vos un solo pelo , Con orden que volviesen otro dia
Y temblarán los llanos y la sierra : Fué para descubrir aquella frente ;
Dadme lo que quereis dejar por prenda Y fue faltar en esta coyuntura
Para que baga yo la tal ofrenda. Amenaza de grande desventura.
Sacerdote só yo de quien se fie Pues con el nublo que la vista cierra
Lo que puede tocar a tal cuidado. De nocturnos vapores impedida ,
Mas respondiéronle que no porfie , Contra diez se juntó toda la tierra,
Pues su devanear es escusado ; Multitud por allí jamás oida ,
Finalmente hicieron que los guie · Con todos instrumentos para guerra
Por fuerza harto mas que por su grado ; Mas que bastantemente proveida ;
La gente que ballaron es inmen sa , Y con ser el ejército crecido
En armas puesta para su defensa. Jamás se pudo percebir rüido.
Y comoviesen ya la guaca cierta , El mismo capitán anda velando ,
Sin recelar sucesos venideros , Juntamente con él Diego de Ortega ,
Arronjóse Vallejo por la puerta Y en aquella sazon y tiempo , cuando
Y tras él diez ó doce compañeros ; La multitud de indios se congrega;
Los otros estuvieron muy alerta , Al Vallejo le están importunando
Afin de resistir á los flechero s;
Losindios estuvieron en espera , Que pues ya huye la tiniebla ciega
Quisiese dar por breves intervalos
Creyendo que la tierra los sorbiera. A los cansados ojos sus regalos.
El esperar aquesto los aplaca ; El cual , como cansado se sentia
Y elmaese de campo y sus soldados, Y convencido de tan justo ruego ,
Después que se metieron por la guaca , Viendo venir también la luz del dia ,
Hombres humanos ven sacrificados ,
Tantos ídolos, tanta de petaca, Bajóse por tomar algun sosiego ;
Y ansi la dicha vela se confia
Que todos se quedaron admirados , Del Ortega que fué rondando luego ;
Pensando la riqueza ser tamaña Y el caballo, segun sus mañas viejas ,
Como la de Pirú y de Nueva- España . Eahestó muchas veces las orejas.
T. IV. 16
242 JUAN DE CASTELLANOS.
Adonde las orejas mas inclina Ocupaban los llanos y las abras
El caballo con vista vigilante , De las cumbres por do vienen saltando ,
El Ortega sus pasos encamina Como monteses y lascivas cabras
Para ver lo que tiene por delante ; De riscos asperísimos bajando :
Y luego claramente determina No se puede pintar bien con palabras
Ser gente del lugar poco distante ; La gran ferocidad que van mostrando
Aprieta las espuelas de improviso El brioso furor, la torba cara ,
Para dar no sin voces el aviso. El meneo del arco y de la jara.
El maese de campo y los soldados Cada cual con mil rayas y pinturas
De sueños descuidados muy ajenos , Pechos, brazos y rostros adereza,
En el instante salen bien armados , Haciéndoles mas fieras las figuras
Las lanzas en las manos y los frenos : Mano de la mujer ó la combleza ;
Que los caballos tienen ensillados De plumas largas son las coberturas
Durante las tinieblas y serenos ; Con que todos adornan la cabeza ,
Y por ser el negocio de repente , Que con el movimiento y aire blan do
El Vallejo les dijo brevemente : Van por robustos hombros ondeando.
« Señores, ya la cosa va rompida : Carache muestra grandes alborotos ,
Cumplamos con aquello que debemos , Escugue representa su pujanza ,
Porque demás de defender la vida La gran ferocidad de los timotos
En la desproporcion destos estremos " Amenazando va cristiana lanza :
Honra de tantos años adquirida A Icaque todos ellos hacen votos
Nada vale si agora la perdemos ; De no volver sin áspera venganza ;
Y si aquella traeis à la memoria Ameruza venia diligente ,
Certísima hareis esta victoria. Y Boconó llegó por consiguiente.
> Si veis lo que vencistes con el asta , Aquestos se hallaron mas cercanos,
Con enfermedad, hambre , pesadumbre , Mas todos ellos ya cercanos eran ;
Y lo que tan crüel y baja casta Húndense las alturas y los llanos
Cuando le pican tiene de costumbre , Con voces que declaran « ¡ mueran,mueran!»
No digo yo los diez, mas uno basta Apréstanse las armas y las manos
Para tan increible muchedumbre , De los que vienen y de los que esperan ;
Y mas, bendito Dios, estando sanos Vuelan agudos dardos , vuelan flechas
Y los caballos gordos y lozanos. Que contra los cristianos van derechas.
» Diestros estamos bien en el oficio Muchas escuadras bay de picas gruesas,
Pues el menor se halla mas entero ; Negras como carbon, palo rollizo ;
Ninguno de nosotros es novicio Las hondas echan piedras tan espesas
Ni suele recelar encuentro fiero : Como nubadas grandes de granizo ;
Solo quiero decir que en el bullicio Y para cumplimiento de promesas ,
Cada cual mire por su compañero, Alguna de las muchas daño hizo ,
Y en el cambiar y menear la lanza Pues las que fueron bien encaminadas
Ninguno tenga loca confianza. Abollan morriones y celadas.
»Vea por el lugar por donde fuere Las cuerdas de los arcos dan crujidos
Aquello que le puede ser embargo ; Tantos y con tal furia los escesos ,
La lanza no repose de biriere , Que semejaban a los estallidos
Sino con el picar pasar de largo; Cuando se queman montes muy espesos ;
Y sila mano del gandul asiere , Y á no tener los brazos guarnecidos ,
Que suele con mortífero letargo , Les cortaran las carnes y aun los huesos
Apretalda debajo del sobaco , Las cuerdas, pero dan en parte hueca
Y pasad sin hacer el curso flaco, Con que va reparada la muñeca.
» Porque desta manera se subyeta Los diez de la cristifera bandera ,
La fuerza mas feroz y mas crecida ; Insignes y fortisimos atletas,
Cualquiera de nosotros acometa Tenian los caballos de manera
Con peso, con razon y con medida . Que por arremeter hacen corvetas ;
Porque por un descuido no se meta Y ansi sin recelar esta carrera
Donde halle dudosa la salida , Procuran apretar lanzas jinetas ;
Pues en negocio de tan gran momento Parten para hacer crüel estrago ,
Requiérese tener conocimiento. > Diciendo : « ¡ Santiago ! Santiago !»
No se le dió lugar á mas razones , Pensamiento no hay ni semejanza
Porque ya los venian rodeando De querer escaparse con hüida ,
Soberbios y feroces escuadrones En Dios solo poniendo y en su lanza
Que cielo y tierra van amenazando : La salud y remedio de su vida ;
Tiemblan los mas quïetos corazones , Crece la crudelisima matanza ;
Cuanto mas los que estaban esperando , No para ni reposa la herida ,
Viendo por estos campos y lugares Porque la lanza de menor provecho
Para cada varon cuatro millares. Traspasa muslo , vientre, brazo, pecho.
El clarísimo rostro del aurora Gran multitud de sangre va corriendo
A los mortales era ya patente , Que despide hervor de tanta vena ;
Y la febea luz en esta hora Este queda mortal , aquel gimiendo ,
Manifestaba su dorada frente , Otros dan vuelcos por aquel arena ;
Cuando con voz y grita mal sonora El suelo con las tripas van barriendo
Vieron el gran tumulto de la gente : Otros, cuya fatiga los refrena ;
Son tantos para tan breve conquista Embisten todavía los cristianos
Que no los puede comprender la vista. A los que se mostraban mas lozanos .
No tantas hojas selva montuosa Vuelan flechas y dardos , vuelan troncos
Tiende por su compás en el verano Sobre los que les hacen el injuria ,
No tantas olas mar tempestuosa Y los brazos no son mancos ni broncos ,
Levanta con la fuerza del solano , Ni de crüeles tiros hay penuria ;
Cuantos vienen con mano poderosa De dar gritos y voces están roncos ,
Contra tan breve número cristiano ; Auméntase el dolor, erece la furia :
No tantas yerbas hay en las zavanas Por consiguiente nuestros caballeros
Cuantas flechas y dardos y macaps Mucho mas ensangrientan sus aceros.
213
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELEGIA III , canto III.
Con sus caballos bien encubertados Siguen á los que buscan sus abrigos
De faldas, ancas, pechos y testera , Ya de temor, sin bélicos pertrechos ;
Rompen los escuadrones ordenados Prendieron señalados enemigos,
Para desordenalles la hilera ; Resfriada la furia de sus pechos ;
Y aunque de todas partes son picados , Hiciéronse después ciertos castigos ,
Cubiertas hacen que ninguno muera ; Aunque debieran ya bastar los hechos ;
Y el Diego de Vallejo mas brïoso Y agora por tomar algun sosiego
Rompió por escuadron mas peligroso . Para sus ranchos se volvieron luego.
De los que lo tenian rodeado Traian los caballos mal heridos ,
Era tan numerosa la pujanza , Con ir todos muy bien encubertados ;
Quel caballo cayó de muy cansado ; Quitáronse las armas y vestidos
Terrible piedra le quebró la lanza ; Aquellos que se sienten lastimados ;
El caballero suelto y alentado Halláronse los cuerpos denegridos
Luego se levantó para venganza , De los terribles golpes y pesados ;
Y a la crüel espada puso mano Mas ni con golpe grande ni herida
No con menos valor que de romano . Caballo ni español perdió la vida.
Dentro lo tiene viva talanquera Porque demás de ser diestro su Marte
Que lo fatiga sin le dar reposo ; En cualquiera beligera presura ,
Mas él muslos y brazos y mollera No deja de tener en esta parte
Cercena con su brazo vigoroso ; El Diego de Vallejo gran ventura ;
Acude luego Vasco de Mosquera Pues fué para quien sigue su estandarte
A librallo del trance riguroso , Muy pocas veces necesaria cura :
Juntamente con él Diego de Ortega , Es lo presente tan bastante prueba
Y Luis de Narvaez luego llega. Que se puede contar por cosa nueva.
Alli cobra gran fuerza la batalla Estando pues los diez mas vigilantes
Y enciende mas furor el Marte fiero ; Con atalayas fuera del asiento ,
Alli la gente que no viste malla Perálvarez llegó con los restantes,
Ya no recela puntas del acero ; De que se recibió grande contento :
Mas á pesar de toda la canalla Venian todos ellos ignorantes
Sacaron el caballo y caballero ; De tan prodigioso rompimiento ;
El caballo huyó por el egido , Porque de la gran fuerza de sus diestras
Y el fué luego con otro socorrido. Los montones de muertos daban muestras.
Los unos toman el caballo vago, Entretuviéronse por algun dia
Otros al escuadron vuelven la frente En estas populosas vecindades;
Con voz y con favor de ¡ Santiago ! Mas viendo que el Orïon les decia
Admirados los indios grandemente Venir sus pluviosas tempestades,
De ver la gran matanza y el estrago Y la mano del Tauro descubria
Por tan pequeño número de gente ; Las hermanas Virgilias ó Pleyades,
El Vallejo cebando mas la lanza Volverse pareció mas convenible
Salió de su consejo y ordenanza. Para tornar allí con mas posible.
Al tiempo que se daba mayor priesa, Pasadas del invierno las refriegas
Procura gran tumulto rodealio : Y vueltos los calores del verano "
Descarga dardo, flecha, piedra gruesa, Volvieron el Vallejo y el Villegas
Con esperanza cierta de matallo ; Con posibilidad de mayor mano :
Andaba la macana tan espesa Subyectaron las cumbres y las vegas ,
Que le cayó también aquel caballo ; Pero no se pobló pueblo cristiano ;
El cansado rocîn de sí desecha Mas en los rios y otras partes ciertas
Aprovechándose de su derecha. Dejaron minas de oro descubiertas.
Los golpes da segun Aristomenes Volviéronse al Tocuyo , do creian
Cuando lacedemones mata y hiende , Traelles ya remedio de su pena ,
Rodeadas de jáculos las sienes Pues la necesidad que padecian
De que celada tina lo defiende ; No podia llegar á ser mas llena ;
Mas acudióle luego Joan Jimenez , Pero también de lo que pretendian
Que sus atrevimientos reprehende, Llegó la compañía muy ajena ;
Y en el mismo momento le fué dado Y ansí por ser pesada su querella
Otro caballo ya mas descansado. Buscan remedio para salir della.
En este tiempo de sucesos varios , Para dar orden á lo que refiero ,
Cinco varones de la gente blanca Su gran necesidad sirvió de guia ,
Tanta priesa les dan à los contrarios , Y fué de su remedio lo primero
Que por aquel cuartel vuelven el auca : Darse todos á buena granjería,
Eran Madrid y Damian de Barrios , Para poder sacar algun dinero
Y el valeroso Joan de Salamanca, De cosas que la tierra producia ;
Con Antillano y Pedro de Miranda, E ya tenian en aquellos años
Ya victoriosos por aquella banda. De ganados allí buenos rebaños.
• Por estotro cuartel no se dormian Determinaron pues de hacer saca 1
El Vallejo, Narvaez y Mosquera , A tierras de longisima distancia ,
Ortega y Joan Jinienez , que herian Viendo que cabra , oveja , yegua , vara,
Con tan grande valor la gente fiera, Seria de grandísima ganancia ,
Que de los grandes brios que traian Si por los llanos , acia Guayamaca
Diminuyendo van en gran inanera ; Cortando por aquella circunstancia
Y cuanto mas van ellos aflojando , Se pudiese hallar algun entrada
Tanto mas los aprieta nuestro bando. A este nuevo reino de Granada.
Cuando mostraba ya febea cara Luego Vallejo, como bien cursado,
Ser de su curso la mitad notoria , Con soldados que trajo de buen tine ,
El sanguinoso campo desampara Y no pequeña copia de ganado ,
La gente que pensaba ganar gloria, Procuró descubrir aquel camino ;
Y por los españoles se declara Y fué tan venturoso y acertado
La miraculosísima victoria : Que con gran brevedad al reino vino :
Que tal nombre podemos dalle cierto, Vendieron principal y multiplicos ,
Pues que ninguno dellos quedó muerto. Y á sus moradas se volvieron ricos.
214 JUAN DE CASTELLANOS.
Y aunque tes pareció vender barato Mas al levantamiento se dió cura ,
Segun suele quien usa mercancía , Tal cual la suele dar lanza y espada ,
Algunos perseveran en el trato Por se ballar en esta coyuntura
Y enriquecen con esta granjeria ; Gente del nuevo reino de Granada ;
Y desde entonces se estampó contrato Y llegar á tal tiempo fué ventura ,
De que gozamos todos este dia , Segun iba la cosa mal parada :
Y dura y durará la compra y venta Pero Rodriguez fué de Salamanca
Que por aquel camino se frecuenta . Con gente para guerra nada manca.
De manera , señor , que del rega'o Y Cabrera de Sosa , varon dino
Que puede dar un territorio bueno , De selle la fortuna favorable ,
A los regaladísimos igualo La cual si se moviese por camino
Los hombres que poblaron aquel seno ; A sus merecimientos razonable,
Y el no hacello antes fué lo malo : Ternia tan cansado peregrino
Réstame pues decir deste terreno Un precio de valor inestimable ;
Los lugares poblados de presente , Mas unos hacen honorosos hechos
En un canto final y concluyente. En Indias , y otros llevan los provechos.
Estos con otras gentes de sustancia
Habian ido por comprar ganado
Para poblar el campo y el estancia ,
CANTO CUARTO . Del reino que tenian conquistado ;
Pues como fuere hecho de importancia
Donde se dicen los pueblos que hasta hoy conocemos fundados por los Subyectar el esclavo rebelado ,
españoles en la provincia de Venezuela , con lo cual se da fin à lo de Determinaron una y otra gente
aquella gobernacion.
De deshacer aquel inconviniente.
Buenos principios de conquista lleva , Treinta fueron de gente bien cursada
Y ansí serán los medios principales , En desmallar las lorigadas redes,
Si el capitán que halla tierra nueva En animo y valor tan estremada
Asienta pueblos con sus oficiales , Que pueden del vivir hacer mercedes ;
Y no se desbarata ni se ceba El valeroso Diego de Losada ,
En solo destruir los naturales ; Y alli Diego Garcia de Paredes ,
Porque sin duda es este remanso Valiente y esforzado caballero
Camino de riquezas y descanso . Y de paternas fuerzas heredero.
Y ansí los pueblos en aquel partido , Por la gran aspereza del camino
Por las contractaciones ser continas, Todos iban á pié como romeros ;
Grandemente se han ennoblecido Sirvenlos alpargates de rocino
Con riquezas y gentes peregrinas ; A los que son mas diestros caballeros ;
Y con los tales tractos han venido Bajan con el recato que convino
A sustentar esclavos en sus minas Por asperísimos despeñaderos ;
De oro, porque no se halla plata , Mas antes de podelles ver la frente
Y su principio fué Buburuata , Adelantose Diego de la Fuente.
El pueblo de la costa de Oceano , Negro de quien en la primera parte
Y tal el oro de su nacimiento, Conte con gran verdad grandes bazañas ,
Que por ensaye consta que su grano Pues en cualquier bandera y estandarte
Tiene de los quilates henchimiento : Acostumbró hacer cosas estrañas ;
Perálvarez , caudillo baquiano, Y agora sin favor de ajeno Marte
Fué fundador primero del asiento , Ansimismo se dió tan buenas mañas ,
Año de tres quinientos y cincuenta , Que trajo para guia del cercado
Segun el uso de cristiana cuenta. Un poderoso negro maniatado.
Y el de cincuenta y dos mas adelante Maravillóse nuestra compañia
Vió Damián de Barrios los Noaras , De ver tan à su salvo tan buen hecho ,
Y allí muestra de oro tan bastante , Porque segun lo que se pretendia ,
Que convino plantar sagradas aras Fué para lo demás de gran provecho :
En el rio Buría circunstante , El negro preso pues sirvió de guia
Que tú , nueva Segovia , desamparas , Para llevar camino mas derecho ,
Pues por ser á dolencias subyeto Hasta que ya tomaron la ribera
Se pasaron á Barraquicimeto. Que de viciosas arboledas era.
Donde faltaron las enfermedades Vieron aquellas playas blanqueando
Porque el asiento dél era mas sano , Con lienzos que tenian estendidos ,
Mas no faltaron las calamidades Y cuantidad de negras que lavando
Que ya dejamos dichas del tirano ; Estaban sus camisas y vestidos ;
También esclavos destas vecindades Por algunos que estan atalayando
Antes se levantaron á su mano , No pudieron dejar de ser sentidos ,
Haciendo por los pueblos algun daño Y ansi dicen los que la vela tienen :
Por estar descuidados del engaño . ¡ Arma , arma , que los barbudos vienen!»
Ciento y cincuenta negros son de guerra, Aquesta grita y alboroto dura
Gente feroz , bien puesta y arriscada , Sin momento dejar intermitente ;
Y en áspera quebrada de la sierra Tragos son de dolor y de amargura
Hicieron una fuerte palizada : Viéndose salteados de repente :
Pusieron en temor toda la tierra El español feroz luego procura
Por ser la nuestra poca y apartada , De rodear el golpe de la gente ,
Y cada cual guardaba sus asientos Porque negros que andaban divertidos
Esperando los negros por momentos. A su palenque fueron recogidos.
Porque juraron rey solemnemente , En un ancon fuera de la quebrada
Puestos en el lugar que les aplico : Tenian bien compuesta su manida :
Aqueste fué Miguel, negro valiente , Por la parte de tierra palizada
Criollo de San Joan de Puerto-Rico ; Para se defender fortalecida ;
Y el rey negro nombró lugar-teniente Por el arroyo va peña tajada
Creyendo ya valerse por su pico ; Que por ninguna parte da subida ,
Finalmente , solteros y casados Y el cercado tenian con dos puertas ,
Estaban todos atemorizados. Mas entrambas à dos estan abiertas.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELEGIA III, CANTO IV. 243
Sosa y Diego García van delante , Sucedidas aquestas cosas varias ,
Ocupando primero la primera ; Vino de buenas intenciones lleno
Paso Pedro Rodriguez mas avante Por su gobernador Alonso Arias
Tomando la que cae mas afuera ; De Villasinda , licenciado bueno.
Luego la demás gente litigante Las cosas de su tiempo son sumarias ,
Acude donde mas menester era, Por ser de novedades muy ajeno :
Todos de sus escudos bien cubiertos Murió , segun la cuenta verdadera ,
Porque contrarios tiros vienen ciertos. Por los cincuenta y siete de la era.
A causa de que barbaros guerreros Quedaron por alcaldes dos ancianos
Estaban por de dentro y alli junto , En el Tocuyo , ciudad primera ,
Vieron al rey Miguel de los primeros , El noble Joan Martin de Castellanos ,
Miguel que de leon es un trasunto : Y el generoso Vasco de Mosquera :
Requerianle nuestros caballeros Estos por no tener ociosas manos
Después que ya llegaron á tal punto : Determinaron que saliese fuera
Dale, date , Miguel , de buena suerte , A poblar los Cuicas compañía ,
Si no quieres morir de mala muerte .>> Y por su capitán Diego García.
El negro, ¡dar! oh! qué! les respondia : El cual luego tomó gente de guerra ,
Es pensar eso necedad notoria; Cuyo valor allí no fué sencillo ;
Antes os digo ser aqueste dia Recibiólo de paz toda la tierra ,
Un dichoso principio de mi gloria. Y pobló pueblo que llamó Trujillo :
Use de semejante cobardía Sustentaban la paz llanos y sierra
Quien no tiene por cierta là victoria : Obedeciendo todos al caudillo ;
Yo no, yo no , que tengo buenas manos Pero después por malos tractamientos
Para derramar sangre de cristianos. Mudaron estos indios los intentos.
Aquesas cotas y celadas finas Tornáronse soberbios y lozanos ,
Desharán almocafres , que provechos Sin tener reverencia ni respeto ;
Acostumbraban dar labrando minas ; Finalmente vinieron á las manos ,
Mas ya quieren labrar humanos pechos Y desto se siguió tan mal efeto ,
Yromper las entrañas intestinas Que consumieron diez y seis cristianos
Enastados, agudos y derechos.» Y ponen los demás en gran aprieto ,
Luego con uno dellos hizo tiro Los cuales viendo tal inconviniente
Con fortaleza de sabino siro. Envían al Tocuyo por mas gente.
Y aun con aquel furor y de tal arte Al tiempo questa gente ya llegaba
Que tiro de sulfúrea candela , Con despachos y cartas de creencia ,
Pues que le traspasó de parte á parte Gutierre de la Peña gobernaba
Al buen Pero Rodriguez la rodela ; Por provision de la real audiencia ,
Reparan al entrar del baluarte , El cual, segun las fuerzas alcanzaba ,
Y cada cual del golpe se recela , Apercibió con suma diligencia
Porque luego con increible ira A cierta gente bien aderezada ,
Y con las mismas fuerzas otro tira. Y fué con ella Diego de Losada.
Y en un madero de los del cercado Apaciguó la tierra circunstante ,
Entró la dura punta del cuchillo , Cuya ferocidad andaba suelta ,
No menos en el palo soterrado Pero mirando bien que la restante
Que si fuera con golpes de martillo , Eu no dar subyección está resuelta ,
Tanto que brazo muy aventajado Para traer ejército bastante
Fué poca parte para desasíllo ; Determinaron todos dar la vuelta ,
Ordenanse los otros en su plaza, Pareciéndoles ser intentos locos
Y cada uno dellos desembraza. Querer domar á muchos siendo pocos.
Comienzase la belicosa fiesta Después mandó Gutierre de la Peña
Que no piensa de sangre ser avara ; A Francisco Ruiz , el cual porfía
Arma Diego de Escorcha la ballesta En subyectar la gente zahareña ,
Que por blanco tomaba negra cara ; Aunque con brevecilla compañía :
En la cureña rasa tiene puesta En Escugue reforma su reseña ,
Con acerado hierro diestra jara : Y el pueblo que pobló Diego García
Apunta como diestro ballestero Con nombre que le dió siendo caudillo ,
Para hacer su tiro mas certero. Por ser el uno y otro de Trujillo.
Aunque tiene delante mucha gente , Estando pues Ruiz desta manera
Procura desarmar en el caudillo : Sin deslizarse del primer estado ,
La puntería fué tan escelente Después de tres quinientos de la era
Que no le lastimó por el tobillo , El de cincuenta y nueve comenzado ,
Antes fué tal el golpe de la frente Vino gobernador de do se espera ,
Que traspasó también el colodrillo : Y aqueste se llamó Pablo Collado ;
La vista de Miguel quedó perdida, El Paredes volvió luego á su cargo
Quedando perdidoso de la vida. De los Cuícas con poder mas largo.
Faltando la malilla deste juego , Diego García, con la pesadumbre
Se jugaron después muy pocas manos , De que gente guerrera no carece ,
Porque por las dos puertas entran luego Hizo venir á paz y servidumbre
Con gran brio y valor nuestros hispanos : Al que de mas defensa se guarnece ,
Muchos negros de sí hacen entrego , Volviendo su furor en mansedumbre ;
Otros mueren allí como romanos ; El cual dicho Trujillo permanece
Finalmente, gozaron del trofeo Con grande multitud de naturales,
Los nuestros , y partieron el rancheo . Y tiene granjerías principales.
Regocijados de tan buen efeto Al fin el español ya se averigua
Con los negros que vivos recogieron Con ellos , con tener mayor potencia
Se volvieron á Barraquicimeto Que en sus principios tuvo Hacarigua.
Y á su nueva Segovia , do salieron ; Hay poblada también nueva Valencia
Cuyos vecinos libres del aprieto En términos del lago Tacarigua ,
Con gran solemnidad los recibieron , Tierra fértil en hechos y aparencia ,
Teniendo por negocio del momento Y en cuyos ríos hay dorados granos
El deshacer aquel encantamento . Que sacan con esclavos los cristianos.
216 JUAN DE CASTELLANOS .
El año de sesenta ya presente , Para hacer mejor la tal jornada ,
Sin que el gobernador se lo permita , Puso , por ser persona conocida ,
Un Francisco Fajardo diligente , Los ojos en el Diego de Losada ,
Mestizo de la isla Margarita , Al cual antes que haga su partida
En los indios caracas metió gente La comision que pide le fué dada ,
Que la guerra dificil facilita : Y tal que fué su boca la medida ,
Era hijo de generoso padre , Con deseo de ver duros castigos
Y reina de la isla fué su madre. En tan desvergonzados enemigos.
Doña Isabel la India se decia , Porque después de ser Narvaez muerto,
Señora principal , mujer bastante , En esta crueldad perseverando
A quien grande respecto le tenia Mataron otros muchos en el puerto
Toda la tierra firme circunstante ; De gente que pasaron navegando :
Y por la madre que con él venia Usando destas mañas y conciertos ,
Los indios no mostraron mal semblante ; Que cuando vian ir emparejando
Fundó su pueblo , dicho San Francisco , Navios por sus playas y ribera,
Para traelios á mejor aprisco. Enarbolaban una gran bandera.
Conociendo ser cosa conviniente En ese mismo punto los fieles ,
Conservar al mestizo ya nombrado , Pensando gente ser de buena laya ,
Determinó nombrallo por teniente Mandaban echar fuera los bateles
Este gobernador Pablo Collado ; Y llegaban con ellos á la playa :
Al cual después por invidiosa gente Indios medio ladinos y crueles
Le quitó su poder y cargo dado , La gente persuaden á que vaya
Y el que con el poder nuevo venia A ver los españoles sus hermanos ,
Joan Rodriguez Suarez se decia. Cuyos pueblos decian ser cercanos.
El cual en valentía satisfizo Con aquesta mentira bien compuesta
A cuanto puede ser en ser humano , Engañaban la gente baptizada ,
Mas no sé qué negocios allí hizo Haciéndoles allí tan grande fiesta
Por do Collado no le dió mas mano Como si fuera paz muy asentada ;
Volviendo sus poderes al mestizo : Echaba de si luego la floresta
Aguirre vino luego , mal tirano , Terrible muchedumbre bien armada ,
Y tan perverso , que peor ninguno ; Ejecutando mil diversidades
Y esto fué año de sesenta y uno. De martirios con grandes crueldades .
Sabiendo Joan Rodriguez su venida , Con la maña y astucia que refiero
Para mostrar sus hechos señalados Y de sinceridad gran aparencia ,
Hizo de los caracas su partida Mataron à Joan Sanchez , caballero ,
Con seis escogidísimos soldados : Clérigo mal seguro de conciencia ,
Fin dieron todos ellos á su vida El cual fué provisor de nuestro clero ,
Por multitud de indios alterados ; Y allí se le tomó la residencia ;
Mas con venganza tal y de tal arte Otros quince mataron juntamente
Cuanto vistes en la primera parte. Que venian con este delincuente.
Los indios victoriosos con la muerte Estos mismos cogieron en sus redes
Del fuerte capitán por ellos muerto , Con las mismas caricias y halago
Dieron en el Fajardo de tal suerte Al buen Diego García de Paredes ,
Que le cumplió desamparar el puerto Aquel de quien atrás memoria hago ,
A Cumaná Fajardo se convierte , Viniendo de Castilla con mercedes
Donde el alcalde Cobo , mal esperto Que trajo del gobierno de Cartago ;
En cosás de justicia , mal la hizo Pues sabida la muerte del tirano
Y por términos malos del mestizo . Le hizo la merced rey soberano.
La madre pareció por su presencia Tan gran error, en un tan buen soldado,
A pedir el agravio recebido A todos nos causó gran maravilla ,
Delante los señores de la udiencia, Sabiendo bien Narvaez ser entrado
Donde fué su negocio bien reñido : Al tiempo quél se fué para Castilla
Vióse la causa , dióse la sentencia , A fin de castigar al rebelado ,
Cada cual defendiendo su partido ; Y ser aquella gente no sencilla ;
Mas la India no pleiteó de balde, Mas él pensó que lo tenia llano ,
Pues hizo que ahorcasen al alcalde. Y ser verdad haber pueblo cristiano .
En tiempo de la dicha competencia , Y fué demasïada la ceguera ,
Vino Bernaldez Tuerto , licenciado , Pues debiera tener por cosa clara
Por mandado de la real audiencia Que si cristiana poblacion oviera
Por ciertas quejas que hubo de Collado ; De gente conocida , no faltara
Tomóle rigurosa residencia , Quien paseara bien esta frontera ;
Y en efecto , sin culpas ó culpado Y aun fuérale mejor que la dejara
Collado del collado fué bajando E ir donde llevaba la demanda
Quedándose Bernaldez gobernando. Sin ver á Catalina de Miranda.
Por no tener Bernaldez horas vacas Al fin él se mostró poco discreto
Ni se mostrar gobernador sencillo , Eu se meter allí sin certidumbre ,
Gente hizo volver á los caracas Metiendo muchos otros en aprieto
Y á Luis de Narvaez por caudillo ; De muerte , con inmensa pesadumbre ,
Las fuerzas que halló no fueron flacas , Y con las crueldades que en efeto
Aunque las tuvo buenas su cuchillo ; Estos bestiales tienen de costumbre ;
Mas , de sesenta hombres desta gente , Y pues él dió ya fin á su jornada ,
Vivos salieron cuatro solamente. Volvamos á decir la de Losada.
Muerto Narvaez con tan grande daño , Por Terepaima guia su camino ,
A gobernar aquella tierra vino No menos industrioso que valiente ,
Don Pedro Ponce de Leon , el año Adonde deste bárbaro vecino
Ya de sesenta y seis : varon que dino Era la mayor fuerza de la gente :
Era de gobernar mayor rebaño , Embisten con el campo peregrino ,
Y ansi pasó muy bien aquel camino ; Mas el Losada fué tan diligente
Luego como llegó puso la frente Que con pesar de toda la ralea
En subyectar aquella brava gente. El alto de la loma señorea.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II, ELEGIA III, CANTO IV. 247
Para hacer al indio mas confuso , Volvióse donde estaba Mazariego ,
Donde mas pueblos hay allí se queda ; Ya de su poblacion desconfïado ,
Fundó ciudad , segun el comun uso , El cual gobernador mediante ruego
En parte rasa , limpia de arboleda , Hizo volver á Pedro Maldonado ,
Y Santiago de Leon le puso ; Que con valor insigne pobló luego
Otro en la mar llamó Caravalleda : El pueblo por Pacheco despoblado :
Son fértiles asientos y elegantes , Por nombre se le dió Nueva Zamora
Y cuatro leguas estarán distantes. Con el cual permanece hasta agora.
Al bárbaro feroz nada le plugo El lago corre con sus bergantines ,
De ver la poblacion de los cristianos ; Combatiendo con indicas canoas
Mas Losada les hizo que den jugo Que traian guerreros tan insines
Sacando de sus minas ricos granos ; Que no suelen volver siempre las proas :
Y tienen por mejor sufrir el yugo Vista dieron á pueblos que confines
Que venir con los nuestros á las manos : Están fundados sobre barbacoas ,
Finalmente , la gente castellana Donde se defendieron como diestros
Aquella tierra toda tiene llana. Y no sin algun daño de los nuestros.
Están en el servir muy adelante , Dejaron aquel bárbaro flechero
Y es de su natural aquella gente Sin poder subyectar su baluarte ,
En sus dispusiciones elegante , Y corrieron el lago por entero
Gallarda , limpia , suelta , diligente ; Descubriendo por una y otra parte ,
La tierra rica , fértil , abundante , Hasta llegar á su desaguadero ,
Y para la salud muy escelente : Donde la isla Tova lo reparte
Están pues los dos pueblos hoy enteros , En dos bocas , la una tal que tiene
Y serán para siempre duraderos. Una legua de ancho por do viene.
La máquina del mundo que se mueve La otra hace desta diferencia
Por orden del etéreo movimiento En no tener tan ampliados senos ;
Contaba por la cuenta que se debe La isla tiene de circunferencia
Al cómputo del santo nacimiento Hasta seis leguas , poco mas o menos ;
Ya de sus años los sesenta y nueve , Los moradores hacen resistencia
De mas y allende del quinceno ciento, Defendiendo sus casas como buenos :
Cuando se desasió don Pedro Ponce , Toda paz amigable se desecha ,
Para vivir con Dios , del mortal gonce. En agua confiando y en la flecha .
Pidió luego Losada su gobierno Para poder domar aquestas gentes ,
A Grajeda que entonces presidia ; Habian de hacer larga demora ;
Mas pudo mas en él el amor tierno Y ansí por les faltar los adherentes ,
Quel mérito de quien se lo pedia : Determinan dejallos por agora ,
Y ansi lo proveyeron á su yerno, Por socorrer á cosas convinientes
Que Francisco de Chaves se decia ; A la perpetuidad de su Zamora ,
Después del proveimiento del audiencia Que tal nombre le dieron en entrege
A Losada le dió cierta dolencia. Porque era de Zamora Mazariego.
Volvió de la Española sin el mando , En aquesta sazon y coyuntura ,
Y de su calentura con recelo , Siendo setenta y siete de la era ,
Llegó à Burburuata , y en llegando Pagando los tributos de natura ,
Alli murió con harto desconsuelo , Dio Mazariego fin á su carrera :
Perdon de sus pecados demandando Fué hombre de grandísima estatura
Al sumo Hacedor de tierra y cielo : Y en virtudes su vida muy entera.
Hombre guerrero fué , cuyos valores Don Joan Pimentel vino , y al presente
Se pueden igualar con los mejores . Modera las provincias y la gente.
Tracté mucho con este caballero , Varon cuyo valor y cuya vida
Y á grandes hechos suyos me vi junto : Es un debujo de virtud tan lleno ,
En las elegias del libro primero Que nos parece ser regla y medida
Hice mencion y lo dejé difunto , De cuanto tiene titulo de bueno :
Y fué por estar yo no tan entero Santa modestia , nunca divertida
Que me pensase ver en este punto ; A nota que denote ser sin freno ;
Y como Dios me dió mas larga vida , Y ansí va ya (su discrecion mediante)
Quise dar esta cuenta mas cumplida. Esta gobernacion mas adelante.
Después de aquestos fortunosos juegos , Los pueblos visitó por su presencia ,
Goberno Chaves , año de setenta ; Venciendo de rigor cualquier embargo ,
El año mismo vino Mazariegos , Tomando de jueces residencia :
Y gobernó seis años , á mi cuenta : A Maldonado priva de su cargo
Gobiernos claros fueron, y no ciegos , Por pronunciar una crüel sentencia ,
Segun su buena fama representa ; Y ejeoutalla muy a paso largo
Y entonces ya gustosos deste cebo, En Tejeda, soldado lusitano
El Maracaibo se pobló de nuevo . A quien mató por caso bien liviano.
Un Pacheco, que fué varon notable , Este, privado como delincuente
Fundó ciudad de gente castellana De la manera que se representa ,
En parte bien dispuesta y agradable El don Joan Pimentel, como prudente ,
Y al dicho Maracaibo muy cercana ; Por conocer daria buena cuenta ,
Mas esta poblacion no fué durable , A Joan Guillén nombró por su teniente ,
Aunque siempre duró la buena gana ; Que hasta hoy aquel pueblo sustenta ,
Pero como halló gran resistencia No sin copia de muertos y heridos ,
Convino del lugar hacer absencia . Por ser los naturales atrevidos.
Salió pues del compás de Venezuela , Tienen en pelear esfuerzo raro ,
Yfué con breve copia de cristianos Sin les faltar ardid y buenos brios ,
Ahablar en el Cabo de la Vela En el agua que toman por amparo ,
Al mariscal Miguel de Castellanos , Y en ella cuantidad de sus navios ;
Para con su favor y su tutela Pues como mas arriba me declaro
Volver luego las armas á las manos ; Dentro tienen sus casas ó buhios ,
Mas como la ganancia fallecia, Do hacen á pié quedo buenos lances ,
No concluyó con él lo que queria. Y no menos si van er los alcances.
248 JUAN DE CASTELLANOS .
Porque desta manera dieron cabo , > Porque no solamente se barrunta ,
Con número de gente bien crecido , Mas amigos avisan por muy cierto ,
De Cristóbal de Rivas, que yo alabo Como los indios todos hacen junta
Por ser soldado diestro y escogido ; Contra los quetenemos este puerto ;
Salió también con harto menoscabo Vida dareis a la ciudad difunta,
El Pedro Maldonado mal herido , Y resucitareis un pueblo muerto ,
Queriendo castigar aquel rebato . Si vos me socorriésedes con gente
De donde se escapó solo un mulato. Para dar en la junta de repente.
Entre los muchos pueblos de gentiles Por poder castigar el maleficio
Quel Maracaibo tiene congregados , Y atrevimiento desta gente perra,
Hay unos á quien llaman los aliles , Que solamente tienen por oficio
Indios feroces y desvergonzados : El uso y ejercicio de la guerra ;
En ensayos de guerra son sutiles , A Dios y al rey bareis grande servicio
Y en el acometer determinados ; Y perpetuareis aquesta tierra :
Estos tenian muy poco respeto Un solo barco quiero de los vuestros
Al capitán Guillén, y en gran aprieto. Ydos docenas de soldados diestros.
Y ansí, con otras muchas gentes fieras , >Con el avïamiento del vecino
Viendo la poca gente de Zamora , Iré de buenas esperanzas lieno ,
Habian concertadose de veras Y confiado del favor divino
Sobre venir á una misma hora : Que tengo de hacer un lance bueno ,
El Joan Guillén velaba sus riberas Con dalles un asalto repentino
Cercanas á la parte donde mora , Para terror comun deste terreno :
Con temor grande , por aviso cierto , Vuestra merced, señor, aquí se quede,
De ver presto contrarios en su puerto. Y aqueste bien me baga, pues que puede..
Al tiempo que Guillén está temiendo Cazares respondió con buen semblante
Tan impetuosísima carrera , A la demanda deste caballero ,
Los años del Señor iban corriendo Diciendo : « Para cosa semejante ,
Por los ochenta y uno de la era; Lo que quereis , señor, es lo que quiero ;
Y un Francisco de Cázares, viniendo Pero creed que tengo de ir delante
De España por ver bien esta frontera Y en los peligros he de ser printero :
Y la gobernacion estar á una , Vea vuestra merced lo que mas resta ,
Quiso meterse por el alaguna. Porque mi gente yo la tenga presta..
Pues como en otra parte se recita , Tomó dos bergantines al momento,
Cazares ha poblado por un canto Y de buenos soldados hasta treinta ,
El valle que llamamos de la Grita , Personas todos ellos de momento ,
Y á la ciudad del Espiritu Santo ; Y de quien él hacia mucha cuenta :
Y siendo la distancia bien descrita , Joan Lopez Orejon , que es su sarjento,
Son sobre quince leguas otro tanto , Por capitán del uno se presenta ;
Y adonde si por Cucuta navega En el otro va él con buen pertrecho
A su gobernacion muy presto llega. Y cuanto brio pide fuerte pecho.
Tiene pues, este lago rodeado , Por Joan Guillén , con no menos aceros ,
Distante poblacion por esta via , La lista de los suyos se comienza ;
El Cabo de la Vela por un lado , Mas por ser poca copia de guerreros
El valle de Upar mas al mediodía , No podia tejerse larga trenza,
Ocaña, pueblo mas encaramado , Pues solos lleva quince compañeros ,
Y Mérida, que poco se desvía ; Soldados de valor y de vergüenza ,
La Grita y à Trujillo referimos , En otro bergantin ; y hacen via
Hasta volver a Coro, do partimos. Cuando la noche ya los encubria.
También del alaguna está cercana De los aliles llevan la demanda
La ciudad que llamamos de Pamplona, Que son los que ponian el espanto :
Todos pueblos de gente castellana , No curan de llevar la boga blanda
Do predomina la real corona , Entre tanto que dura negro manto .
Y el natural se da de buena gana Buscando cierto rio que à la banda
Con sus tributos y por su persona : De Santa Marta nace , por do tanto
Entró Cazares pues, y con desino Habian de correr hasta ponerse
De dar á su gobernacion camino. Donde los indios han de recogerse.
Dos navíos metió con gentes raras Después que ya hallaron el entrada ,
Y número menor que convenible , Caminan por el orden que se debe ,
Y en las bocas topó con los toparas , Por agua tan quïeta y sosegada
Nacion feroz y gente de posible , Que parece que cuasi no se mueve ;
Que en canoas y número de jaras Compónese muy bien la pavesada ;
Arronjan siempre cuantidad terrible ; Fumoso tiro manda que se cebe :
Mas pasó con su gente vencedora Corren pues adelante por la ria
Hasta llegar al puerto de Zamora. Hasta que ya pasó de medio dia.
Regocijáronse por maravilla , A todos pareció generalmente
Teniendo por grandísima ventura Dar en ellos al cuarto matutino ;
Llegar allí navíos de Castilla Mas el gobernador no lo consiente ,
En tal necesidad y coyuntura ; Pareciéndole grande desatino ,
Y ansi los recibieron en la villa A causa de poder aquella gente
No con pocos aplausos de holgura : Ser avisada por algun camino ;
Reposaron la noche, y otro dia Y ansi sin esperar razon ni ruego
ElJoan Guillén habló por esta via : El solo quiso dar en ellos luego.
«Señor gobernador , haber venido Los otros barcos van con él à una
Vuestra merced al pueblo de Zamora , En su parecer, viéndolo precito,
Téngolo por milagro conocido , Y ansi fiandose de su fortuna ,
Y quiérole llamar dichosa hora : Yendo dispuestos todos al conflito,
De mal á bien será restituido , Dieron en un compás como laguna
Y causa sereis vos de su mejora , De tres leguas ó mas de circuito,
Librándolo del mal inconviniente Dentro de la cual vieron en entrando
Que lo mal amenaza de presente. Gran número de casas blanqueando .
1

VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II , ELEGIA III , CANTO IV. 249


Compuestas sobre fuertes talanqueras , Los nuestros no creian hacer mella ,
Que hacen mas dificil su conquista ; Segun la muchedumbre de las barcas ;
Las paredes guarnidas con esteras , Pero los indios no se ven sin ella ,
Que causaban de lejos bella vista ; Traspasados los pechos y las arcas ,
Y no tan sin defensa las fronteras , Y aquí y allí patente la querella ,
Que gran fuerza de gente no resista ; Viendo las aguas rojas y no zareas ;
Y antes del dicho pueblo grande trecho Y todavía la naval batalla
Los rodea palenque muy bien hecho. Hace bien sus efectos do se balla.
Porque para hacer casa redonda Y ansi canoas hay que proas viran
Y de madera gruesa cualquier trama , Con grandísimo daño de su gente ,
Desde sus barcas en el agua fonda , Queriendo por los muchos que suspiran
Agudo tronco limpio de su rama Del espalda robusta hacer frente ;
Muchas vueltas le dan à la redonda , Finalmente los indios se retiran
Hasta que ya lo fijan en la lama , Sin quedar dellos ánima viviente ,
Con la profundidad que se desea , Metiéndose por bocas y canales
Y aun es aquella lama como brea. Entre crecidos juncos y eneales.
Demás de aquesta pegajosa greda , El Cazares seguia la canalla ,
Hay fuera lagunazos de bitume , Y todos los demás con fuerte brio ,
Do quien entra yo fío que no pueda Por no les suceder en la batalla
Sacar presto su pié si se le sume , Herida , sinsabor ó desavio ;
Pues cualquier animal allí se queda Entraron en el pueblo que se halla
Hasta que ya por tiempo se consume ; De grandes y de chicos ya vacío :
Finalmente , fieles é infieles Todas las casas dél van abrasando ,
Suelen brear con ello sus bateles. La casa del cacique reservando.
Yendo Cazares pues desta manera Pasan allí la noche ,y otro dia
Las armas y los tiros muy á pique , Amigos indios van por agua y tierra ,
Vieron enarbolar una bandera Llamando la huida compañía
Encina de la casa del cacique ; Y convidandola con paz ó guerra ,
Y para que saliesen todos fuera , Quel sol por termino se les daria ,
De cuernos y fututos hay repique; Desde que sale basta que se cierra :
Los nuestros junto de la palizada No vienen , y cumplidos estos trechos
Por todas partes buscan el entrada. A la isla de Tova van derechos.
El bárbaro feroz anda lijero , Donde dieron de noche con obscuro,
Y los tres bergantines divertidos , Privando de la vida por sus manos
Buscando cada cual un entradero Al señor de la isla , varon duro ,
De palos apartados ó rompidos ; Consumidor de vidas de cristianos ,
El Cazares al fin entró primero Dandoles en prision guerrero juro
Por unos troncos que balló podridos ; A sus hijos , mujer y à sus hermanos ;
Mandó llamar el resto del armada Y hechos estos lances venturosos ,
Y todos entran en el estacada. A Zamora volvieron victoriosos.
Decian indios ya medio ladinos : Donde de los vecinos hecha junta ,
Gran contento me dan estos cristianos , A Cazares le dan mil bendiciones ,
Pues que sin que trabajemos en caminos , El cual a todos ellos les pregunta
Ellos mismos se vienen á las manos. Si quieren allanar mas trompezones :
Piensan los miserables peregrinos Responden que ninguno se barrunta
Que tienen de volver salvos y sanos : Que manifieste malas intenciones ,
Espera pues un poco, gente pobre , Porque los castigados y subyetos
Y vereis si batimos bien el cobre. Traian á los otros inquietos.
A este tiempo por el alaguna Hechas pues estas sanguinosas treguas
Venia de canoas muchedumbre , No menos que por punta de cuchillo ,
En orden puestas como media luna , Cazares con caballos y con yeguas
Regidas con muy poca pesadumbre ; Luego se fué la vuelta de Trujillo,
Grita por todas partes importuna , Distante de Zamora treinta leguas,
Segun los indios tienen de costumbre : Do todos procuraron de servillo ;
A ellos se va Cázares llegando , Luego con el consorcio fraterno
A todos los soldados animando. Se paró donde tiene su gobierno.
Diciendo : No temais el estampida Ansimismo mi musa por agora,
Ni el impetu presente que se mueve , De los pasados gastos poco franca,
Que presto los pornemos en hüida , Se pasa muy de paso por Carora ,
Como cada cual haga lo que debe ; Poblada ya por Joan de Salamanca ,
Y muy à poco riesgo de la vida Varon digno de lira mas sonora,
Hareis que to peor el indio lleve.> Y no para tocalla mano manca;
Y ansi con tiro de sulfúreo fuego , Pues subyectó los fuertes giraharas ,
La proa de su barco toma luego. Gente feroz, robusta, de dos caras.
Los de su bergantin bogan avante Y con aquesto tengo concluido
Por llegar al lugar que se pretende : Todo lo sustancial de Venezuela ,
Inmensidad de fechas por delante En cuya narracion he consumido
Efecto del propósito defiende ; Noches en cuantidad y alguna vela ;
Mas bala de arcabuz pasa volante , En todos los discursos muy asido
Lleva lo que la vista comprehende , A la verdad , sin mezcla de novela ,
Aunque al soltar el arcabucería Como dirán amigos y enemigos ,
El bárbaro con agua se cubria. Pues bay vivos aun muchos testigos.
Y el que se zabullió sin ser herido , Que no me culparán porque yo abone
Pudieras sobre el agua vello presto , Lo que merece que todos abonen ,
Con arco y flecha bien apercebido Y que estilo grandiloco pregone
Y en su canoa luego muy enhiesto ; Grandezas dignas de que se pregonen ;
Mas pecho que de bala fué rompido A los difuntos ya Dios los perdone ,
Nunca se via mas mostrar el gesto , Y a los vivos suplico me perdonen
Dándole por entonces sepultura Si por pasarseme de la memoria
El centro de las aguas y fondura. No hace mencion dellos el historia.
230 JUAN DE CASTELLANOS.
RELACION La del mariscal Diego, caballero,
La del jurado Joan de la Barrera ,
de las cosas del Cabo de la Vela, y de los primeros pobla- Potentes en haciendas y en dinero ,
dores dél , de la gran riqueza de perlas que allí se Con otros muchos que en aquella era
En tractos de caudal sano y entero
halla, con otras particularidades dignas de saberse : Corrian prosperísima carrera ,
EN UN SOLO CANTO . Tanto que los criados fueron amos
De muchos hombres nobles que callamos.
Por tal orden habemos caminado Y la del tesorero Castellanos ,
En la trama y urdiembre desta tela , Ansimismo Bartolome Carreño ,
Que ya, bendito Dios , hemos tornado De quien el alabanza de mis manos
A la costa del Cabo de la Vela ; Y el mas alto loor será pequeño ;
Donde para cumplir lo profesado Pedro y Diego de Almonte, dos hermanos,
Hay bastante razon que me compela, Ya poseidos del eterno sueño ;
Como quien sabe bien aquel camino Alonso la Barrera, Alonso Diaz,
Y ha sido mucho tiempo su vecino. De gran valor en estas compañías.
Puntas y promontorios señalados Un Alvaro Beltrán, varon muy dino
Se meten en la mar desta frontera , Del mas alto lugar en alabanza,
Altura de la cual son doce grados, Diego Nuñez Beltrán, su buen sobrino,
Segun cuenta de gente marinera ; De quien se hizo grande confianza,
Vense los montes altos y nevados Cuyas familias en aquel camino
Que Santa Marta tiene por cimera; Eran de crecidísima pujanza ;
Y el hermano mayor de los Colones Un Martin Lopez, un Pedro de Cales ,
Fué quien primero vido sus ancones. Entrambos capitanes principales.
Al tiempo que venian navegando Con treinta y ocho años tres quinientos
Y de la tierra con algun desvío , Corrian ya de la cristiana lumbre ,
Vieron aqueste cabo blanqueando Cuando de los preciosos ornamentos
Que parecia vela de navío ; Tuvieron en Cubagua certidumbre,
Después que ya se fueron allegando Y cuando muy alegres y contentos
Al desengaño dél y su bajío , En busca dellos va gran muchedumbre ,
El Cabo de la Vela se le puso Con armas y pertrechos necesarios
Por la similitud en aquel uso. Para se defender de los contrarios.
Es costa de cardones y de espinas , Estiéndense las velas á los vientos
Estéril y de secos arenales ; Y el acuoso camino se despacha ;
Gentes que por allí le son vecinas Llevólos donde lleva sus intentos
En estremo son malas y bestiales , La que las menos veces es sin tacha ;
A los cuales llamamos los cocinas Saltan en tierra, hacen sus asientos
De quien hemos ya dicho grandes males; Entre el Cabo y el rio de la Hacha ;
Hay copia de conejos y venados, A caballo y á pié gente de guerra
E ya gran muchedumbre de ganados. Se velan de los indios de la tierra.
Porque la tierra dentro, buenos ratos, Gran pueblo se trazó luego á la hora,
Hay campos estendidos, grandes llanos , Partidos por buen orden los solares ,
Do muchos tienen hoy muy grandes hatos , El nombre del cual fué Nuestra Señora
Mayormente Miguel de Castellanos, De los Remedios , por los que estos mares
A quien de ricos tractos y contratos Dieron , por ella ser intercesora ,
La fortuna le dió llenas las manos ; A la gran devocion destos lugares ,
Faltan ya para él indios de guerra , Donde se descubrió tan gran riqueza
Y no le sirven mal los de la tierra. Que no puede medirse su grandeza.
Hicieron pues aquí sus vecindades Nombran alcaldes hombres de gran cuenta,
Gente que de Cubagua procedia , Segun el orden que antes se tenia,
Compelidos de las necesidades Por tener en las partes do se asienta
Causadas por faltar la granjería Jurisdicion por si la granjería ,
De perlas, de que grandes cuantidades Y es de gobernador libre y exenta
Un tiempo por aquella mar habia, Estando (donde quier que se desvía)
Y acá se prometian copia harta Subyectos al audiencia del distrito ,
Por noticia de los de Santa Marta. Con diez leguas ó mas de circuito,
Es Diego de Paredes buen testigo, Segun consta por cédulas reales,
Soldado del primer descubrimiento , Con otras eminencias que no junto.
A quien conozco yo por gran amigo Tiene también por sí sus oficiales ,
Y en Tunja tiene buen repartimiento ; A cuyo cargo es el real quinto:
El cual yendo á hacer cierto castigo No cuento lo que dan estos hostiales ,
En los indios cocinas que ya cuento, Por ser inestricable laberinto ;
Vió de sartas de perlas buena trama, Mas aquel tracto suele comunmente
Y desde entonces se tendió la fama. Enriquecer gran número de gente.
Mas porque ciegamente no se mueva Hallaba pues la índica cuadrilla
De Cubagua la dicha granjería , Muy pobladas de conchas las arenas ,
Pero Rüiz de Tapia gente lleva Pues para proveer la redecia
Y hizo cata donde se decia : Cualquier placel les dá las manos llenas ,
Halló tan buena muestra, que la nueva Perla comun, aljófar , cadenilla
No pareció ser vana ni baldía ; De todas suertes y otras piezas buenas :
Y ansi la nueva Cáliz y sus hijos Hinchen las arcas, crecen los contentos,
Hicieron muy solemnes regocijos. Y con el gran caudal los pensamientos.
Crece placer y nacen nuevos brios Luego la fama da pregones gratos,
Con las nuevas que dan descubridores ; Certificándolos con evidencia :
Apréstanse canoas y navíos Auméntanse los tractos y contratos ;
Y gran suma de indios pescadores , Acude de navíos gran frecuencia ;
Con todos los pertrechos y atavios Hay regocijos y apacibles ratos ,
Necesarios á nuevos pobladores ; Gran amistad , amor, benevolencia :
Y al olor de riquísimos hostiales Fueron en general estos vecinos
Salieron muchas casas principales. Refugio de los pobres peregrinos.
231
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II , RELACION , CANTO UNICO.
» Si por el rey está ya libertado
Allí siempre halló favor y ayuda Cualquier indio de aquesta monarquia ,
Cualquiera que llegó necesitado : Los que tantas riquezas ban sacado
La pobre , la doncella , la viuda Bien merecen la carta de alhorría .
Tuvo dote y honor y buen estado , ¿Qué vendabal te dió que te ha mudado ?
Con tal munificencia , que sin duda ¿Qué brisa trastrocó tu fantasía ?
Nadie salió de allí desconsolado ; Venias publicando buenas bulas ,
Y el peregrino que buscó posada ¿Y agora que ves perlas disimulas ?
Nunca jamás halló puerta cerrada . » Liberta los idólatras insanos
Con voluntad á todos entrañab , le Quien tiene destas Indias los imperios ,
Caritativa , generosa , franca , Y nosotros que somos ya cristianos
Dulce conversacion , grata y afable , Nos quedamos en estos captiverios .
En todo buen aviso nada manca , Untáronte las palmas de las manos
Cada cual un aspecto venerable , Porque no pueden ser otros misterios :
Con tal autoridad de barba blanca , Coge de todos , date buenas mañas ,
Que parecian estos pobladores Que yo te digo que tu alma engañas .»
o
Consorci de romanos senador es.
Esto dijeron indios balbucientes
Mas no tentados de mundanos fastos , Al obispo , no menos que en presencia ,
Pues el de mas soltura fué subyeto O razones que son equivalentes ,
Atérminos honestos , limpios , castos , Sin que mudemos dellas la sentencia ;
Segun pide la vida del discreto : Pero ricos sobornos destas gentes
Todos tenian escesivos gastos , Su cordura volvieron en demencia ,
Porque todo venia de acarreto , Y ansi, sin mejorar los querellantes ,
Y aun hasta el agua les costaba cara , Se quedaron captivos como antes.
Por ser la tierra della muy avara. Después , pasados diez ó doce meses ,
Pues de jaqueyes de do se traia , Llegaron à la costa cierto dia
Eso me da en invierno que en verano , Navios bien armados de franceses
No con pequeño riesgo se cogia , A fama de ta rica pesquería :
Y siempre con las armas en la mano , Tenian mas pavores que paveses
A causa de que bien la defendia Los de la castellana compañía •
El indio lleno de furor insano : Y ansi desamparaban las arenas
Hartas veces volvió gente herida , Dejándose las ricas tiendas llenas :
Y aun algun español perdió la vida.
Huyendo los crïados y los amos ,
Y ansi , cuando venian al aguada Por faltar de defensa los arrimos ;
Los indios ó los negros arrïeros , Y en esta confusion de que tractamos ,
Para los defender del emboscada Se halló con la gente que decimos
Y asalto de los bárbaros flecheros , El general del reino donde estamos
La gente de caballo bien armada Y fundador de Tunja , do vivimos ,
Descubría las matas y senderos , Que es Gonzalo Süarez, muy bastante
Asegurándolos desta contienda , Para cualquier negocio semejante .
Hasta que ya hacian su hacienda . El cual mostró por hechos y por boca
Y adonde quiera que se descubria Sagacidad y pecho de valiente ,
Hostial que prometia mas ganancia , Pues para su defensa los provoca ,
Asentaban de nuevo ranchería
Usando de caudillo diligente ,
Algunas veces larga la distancia Supliendo faltas de la fuerza poca
Del pueblo principal que se tenía , Con una astucia harto conviniente ,
Guardándose con toda vigilancia , Y fué hacer enarbolar bandera
Hasta que ya cesaron estos daños Y recoger la gente cuanta era.
Por la continuacion de muchos años .
Y no fué tan baldío su trabajo
Y el de cuarenta y cuatro ya llegado , Con el ardid que luego contaremos ,
Para mejor gobierno destas greyes Que no fuese de males gran atajo
El César invictisimo , sagrado En la desproporcion destos estremos ;
Monarca de los principes y reyes , Pues hizo luego con el espantajo
Envió desde el otro potentado A los franceses suspender los remos :
A este nuevo mundo nuevas leyes , Juntó pues españoles desta gente
Entre las cuales una prohibia Setenta , y à caballo como veinte.
Estar indios en esta pesquer ía,
Con lanza cada cual y con adarga ,
Por la gente que en ella perecia , Y con los indios de la granjería ,
Y ser vida de grandes aflicciones , La playa destos términos embarga ,
En agua sumergidos en el dia , Puestos en orden como convenia ,
Las noches en cadenas y prisiones ; Con flechas , y otros una vara larga
Lo cual , como remedio requeria , Que desde lejos pica parecia ;
Se cometieron las ejecuciones Y de indios y negros hecha cuenta
A fray Martin , obispo desta gente , Eran mas de trescientos y cincuenta .
Del reino y Santa Marta juntamente,
Detiene sus bateles el pirata
El cual , segun ya queda referido , Viendo llena de gente la ribera ,
Llegó de su naufragio mal parado ; Y ansi de tal manera se recata
Fué desta noble gente socorrido , Que le pareció bien mirar de fuera ;
Y aun no sé si me diga cohechado , Y desde su patax ó su fragata
Pues nada del negocio cometido Enarboló de paz una bandera :
Quiso mudar de su primer estado ; A los indios el español esconde ,
Murmuraciones hubo no pequeñas , Y con la misma paz se le responde .
Que dádivas al fin quebrantan peñas.
Cada cual de las partes dió rebenes ;
Y aun hubo destos indios que decimos Hubo rescates sin poner estanco ;
Quien al obispo dijo con querella : Truecan cosarios los robados bienes
Si mis padres , hermanos y mis primos , Por perlas quellos llaman coral blanco ;
Con dulce libertad guian su huella , Y acabadas las ferïas solenes
¿Nosotros qué delito cometimos Quel español propuso con el franco,
Para que carezca mos siempre della? Dan los cosarios velas á los vientos ,
Saber sacar aljófar infinito Quedando los de tierra muy contentos .
Sin duda debe ser nuestro delito.
252 JUAN DE CASTELLANOS.
Pero como ya viesen descubiertos Acude turbamulta comunmente
Caminos á canalla tan borracha , O con su capitán ó con su jeque ,
Para poder estar mas encubiertos Cogen lo que parece conviniente ,
A buscar el remedio se despacha ; O ya para comer , ya para trueque,
Y ansi luego poblaron otros puertos Sacándole las tripas solamente ,
Mas abajo del rio de la Hacha , Al sol lo tienden para que se seque :
Do llaman la Barranca , campos buenos , Es de tan buen sabor , que lo mas malo
Del rio media legua y algo menos. Se podria tener por buen regalo.
Donde sin centinelas ni reguardo Prosiguiendo después nuestro camino,
Por un poco de tiempo se reposa , Eyo con mi caballo bien armado ,
Por ya no parecer flecha ni dardo Al rio se llegó de Palomino,
De la gente crüel y belicosa ; Donde cierto creí ser ahogado
Y en el mismo lugar pobló Luis Pardo Corriendo tras el bárbaro vecino ,
Un pueblo que llamó Villaviciosa , Sin mirar lo seguro deste vado ;
Que fué por don Alonso Luis de Lugo , Y aun el rio no vi haciendo esto
Por ponelles encima cierto yugo. Hasta tanto que encima me ví puesto.
Esto fué por el año señalado ; Y por amedrentar aquella gente ,
Mas ellos sín perder su señorio , Que para resistencia se despierta ,
El de cuarenta y cinco demediado , Entré sin mas mirar inconviniente ,
El asiento mudaron mas al rio , Y do pensé hallar salida cierta
O por ser puesto mas acomodado , El rocin atascó hasta la frente ,
O por cumplir hacer este desvío , Por ser la playa de un arena muerta :
Con el renombre de Nuestra Señora , Hurtéme del caballo por un lado ,
Con el cual permanece basta agora. Y salgo bien mojado y enlodado.
Hay campo por allí muy estendido , La lanza sin dejalla de la mano ,
Ya poblado de vacas y de yeguas , El espada también iba ceñida :
Cuyo compás se ve que mar ha sido Los indios desamparan aquel llano ,
Por espacio de dos y aun de tres leguas, Y todos se pusieron en huida .
E ya de tal manera retraido Juro como católico cristiano,
Que tiene para siempre hechas treguas , Que viendo tan gran riesgo de mi vida ,
Dejando gran espacio descubierto Me ocurrió la muerte de aquel hombre
Desde donde residen , que es el puerto. Por quien el rio tiene puesto nombre .
Y ansí por las cabañas y el aprisco Pues fué también en aquel mismo vado ,
Do pastan los ganados destas gentes , En el lugar y de la misma suerte ,
Se ven muchas horruras , mucho cisco , Encima del caballo bien armado ,
De marinas menguantes y crecientes , Y sin llevar recelo de la muerte :
Y aquí y allí montones de marisco , Varon en Santa Marta celebrado
Con otras muestras claras y patentes , Por diestro, valeroso, suelto, fuerte ;
Por do conocerá quien puede vello Si vivo, diré dél grandes hazañas
Ser mar antiguamente todo ello. Que ciertamente son cosas estrañas .
Algo después las gentes peregrinas , El engaño pues visto del arena ,
Viendo las perlas ya menoscabadas , Tan grande y manifiesto detrimento ,
Determinaron ir a buscar minas. Escarmentados en cabeza ajena ,
A las faldas de las sierras nevadas , Mas arriba mudaron el intento ,
Por estar a sus playas muy vecinas , Donde hallaron una parte buena
Y de tiempos antiguos afamadas , Por do pasaron todos á contento ;
Y ser de oro número crecido Otro dia pasamos adelante
El que de sus confines ba salido. Por Marona , que está poco distante.
Era Pero Fernandez, zapatero , Paso por todas partes mal abierto
Por ser de Santa Marta mas antigo , Que con dificultad pueden pasallo ,
La guia del aurífero venero , Donde se despeñó por mal concierto
Vendiéndose de vista por testigo : Al capitan Luis Pardo su caballo ,
Determinaron ir con él primero Y nopareció mas vivo ni muerto
A se certificar de lo que digo Ni fué cosa posible procurallo ,
Diego Nuñez Beltrán con gente diestra, Porque hasta la mar á donde vino
Y en efecto trajeron buena muestra. Había mil estados de camino.
Luego se despachó gente de guerra Después de ya romper camino ciego
Con armas de algodon y duro fardo : Y fatigada ya cualquier persona ,
Unos fueron por mar, otros por tierra , A la playa del mar bajamos luego
Con debidos avisos y resguardo ; Dejando las malezas de Marona :
Los que por tierra van acia la sierra, Pasamos otro rio de Don Diego ,
Por capitán llevaban á Luis Pardo , Que nace de los valles de Tairona
Y del bagax que por la mar camina Y pasamos también á la bajadà.
Iba por capitan Blas de Medina. El paso de la peña horadada.
Los de tierra se van por la marina , En confianza de otros alimentos
Peon y caballero bien armado ; Allegamos al río de Guachaca ,
Vimos el gran compas de la salina Pasamos y hecimos los asientos
De Tapé proveida de pescado , En parte que se dice Buritaca ,
Que por su cuantidad es cosa dina Ancon mal amparado de los vientos ,
Hacer della mencion este tractado , Entreste rio y el de Mendiguaca ;
Pues es general pesca los veranos Y el dia que llegamos á los ríos ,
De todos estos indios comarcanos . En el mismo llegaron los navíos.
Hinchese de la mar adonde toca , Y porque ya la noche se venia ,
Mediante los influjos y crecientes , No se desembarcó nuestro rebaño
Y en el verano ciérrase la boca Ni pudo la cansada compañía
Al tiempo que los soles son ardientes ; Satisfacer á su hambriento daño ;
De sal se cuaja cuantidad no poca , Mas esperábamos la luz del'dia
Y allí dentro de castas diferentes Para sacar el vientre de mal año ,
Infinidad de pejes abogados , Y fué desvanecido pensamiento
Que sin mas los salar quedan saladus . Por tempestad de pluvias y de viento.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II , RELACION, CANTO UNICO. 953
Brama la mar y húndese la sierra Ningun verso del salmo concluia,
Con impetus lluviosos y nocivos , Y en la pronunciacion como beodo ;
Porque de sus cavernas desencierra E una vez que ya lo proseguia
Los vientos que Eolo tiene captivos , Segun mi parecer de mejor modo,
Tanto que los que estábamos en tierra Cuando asperges me Domine decia,
Nunca pensamos amanecer vivos : Un gran golpe de mar me cubrió todo :
• Cesó
Los de la mar con vida mas incierta , la boca de su movimiento
Por tener los navíos sin cubierta. Quedando sin vigor y sin aliento.
Pasa por cima dellos el olaje No quedó menos todo nuestro hando ,
Embistiendo los indios y cristianos ; Faltos ya de palabras y aun de señas,
Desnudan todos ellos el ropaje , Los cabellos y barbas destilando
Y andan en jamurar listas las manos ; Gotas amargas nada halagüeñas ;
Alijan parte del matalotaje El barco demás desto va garrando
Para hacer los barcos mas livianos , A dar en medio de las duras peñas :
Y en medio de la dicha diligencia Avivanse los gritos y clamores,
Invocan la divina Providencia. Y crecen los mortíferos temblores.
A una india que halló frontera No quedando ya mas que la camisa,
Golpe movido del profundo centro , Desconfiados de la carabela,
Delbarco donde va la sacó fuera Como viese ventar alguna brisa
Con un terribilísimo recuentro ; Dije : Leva reson , guinda la vela ,
Mas otro golpe vino de manera Que ya nuestro remedio se divisa ,
Que con él se halló metida dentro , Y la Virgen y Madre nos consuela .>
Y entrestos furiosos embarazos La vela se guindó lijeramente ,
Nunca soltó su hijo de los brazos. Y ansi salimos del inconviniente.
Admiróse la gente castellana Cuando nos víamos en la presura
No viendo de quien fuese socorrida ; Diónos alivio grande ser de dia ;
Mas escapóla fuerza soberana, A estotros por la noche ser obscura
Y á ella y a su hijo les dió vida , Doblada confusion los afligia ;
Por ser una católica cristiana Y ansí por parecelles ser cordura
Y en cosas de fa fe bien instrüida ; Del puerto cada uno se desvia,
Y aun otros indios con esclamaciones Mil cosas alijando de la carga
Edifican cristianos corazones. Para poder salir à la mar larga.
Y ansi ni mas ni menos cierto dia Necesidad les daba priesa harta ,
En otro riguroso detrimento , Aunque todos confusos y turbados,
Un indezuelo y una india mia Para que cada cual navio parta
Me movieron á tierno sentimiento , A buscar puertos menos alterados :
Viéndolos invocar la Virgen pia Arribaron al fin á Santa Marta
Ambos con un fervor vivo y atento : Ellos y los navíos mal parados ,
Del peligro grandísimo que digo Y aunque con el rigor que represento
Vivo tenemos hoy algun amigo. Todos los llevó Dios en salvamento.
Este es Domingo Félix, hoy vecino Después que ya llegó la luz del dia,
En la noble ciudad de Cartagena , Sin dejar de llover el túrbio cielo,
Que como navegante peregrino Toda la fatigada compañía
Participaba de la misma pena; De aquellos que hollábamos el suelo ,
Y escapónos un indio muy ladino Viendo que ningún barco parecia
De no dar al través en el arena : Quedamos con terrible desconsuelo ,
Decíase Perico de Carmona , Creyendo nuestras gentes españolas
Y esto fué cabe el paso de Marona. Ser consumidas de las bravas olas.
El arraez determinó primero Estando todos pues desta manera,
Dar al través à do se representa , Los ojos en la mar asaz despiertos,
Y el indio que nos fué buen compañero Fuémonos perlongando la ribera
Le dijo con desdén y por afrenta : Mirando bien las playas destos puertos ,
¡Oh! Juan Beltrán! ¿ y vos sois marinero? Para ver si la mar echaba fuera
¿Del barco quereis dar tan buena cuenta ? Madera, ropas ó los cuerpos muertos ,
¿Y podreis escapar vos con la vida O ya reconocer señal alguna
En resaca de tumbo tan crecida? Por do se conociese su fortuna.
> Eu buena fe, teneis muy buena loa Prosiguiendo la playa y el camino
Entre las alabanzas españolas . Todos los mas á pié y á paso tardo,
Señores, si surgimos la canoa , En la resaca vimos un tocino
Yo pienso de libraros á mis solas Que fastidio ninguno dió su lardo ;
Con gobernar y componer la proa También una borracha de buen vino
Alimpetu terrible de las olas , Que vió Juan Pardo, hijo de Luis Pardo,
Y desta hinchazon y detrimento Bien atada la boca y ella llena
Saldremos en soplando cualquier viento. » Al rebalaj del agua y del arena.
Porque la furia toda fué de calma, Los que llevábamos la delantera
Con olas tan inmensas y estendidas Holgámonos de ver tan buen encuentro,
Que ponian desmayos en el alma Y estando muy mojados por defuera
Y en grandísimo riesgo nuestras vidas , También nos remojamos por de dentro ;
Dimos al indio pues aquella palma, Pero por ser alli gente guerrera,
Mediante las razones referidas ; Volvimos temerosos de recuentro
Surgimos , y la mar cuando venia Donde quedaba nuestra gente junta,
Los miserables cuerpos embestia. Que es donde la bahía hace punta.
Lloraba cada cual su desventura, Y ansí como no viésemos señales
El rostro sin color y lacrinoso , De muertos en aquellas confusiones,
Por no bastar esfuerzo ni cordura Juzgabamos que los mayores males
En alboroto tan calamitoso , Habian sido las alijazones ,
Do tiene mas valor quien mas jamura , Y estar, segun juicios principales,
Sin tomar un momento de reposo. Metidos en los mas bajos ancones ;
¡Oh cuantas veces dije miserere Y hasta que hiciesen su venida
Con mayor turbacion que se requiere ! Determinamos de buscar comida.
234 JUAN DE CASTELLANOS .
Fuimos una docena de españoles Con gran placer hollamos el arena,
Por aquel arcabuco mas cercano, Libres , bendito Dios , de todos males,
Porque para subir á los peñoles Por hallar ya la playa mas serena ,
Era bien necesaria mayor mano ; Absentes furiosos vendavales ;
Descubrimos auyamas y frisoles , Mas a mi se me dió fraterna buena
Razonable manjar, aunque liviano, Por Tapia y otros hombres principales,
Pero sin sal es cosa muy sandía , La cual consideré con justo peso,
Y esta del mar hacerse no podia. Reconociendo bien mi poco seso.
Bien que de agua salada se hiciera, Hecimos ranchos pues en la marina ,
Mas era menester haber navíos , Que muy poco compás desocupaba,
Por estar dulce toda la ribera A causa que la gente peregrina
De las crecientes grandes de los rios : Otro lugar mas apto no hallaba ,
En precio se tenia la salmuera Porque la tierra por allí vecina
De tasajos que no daban hastios , De todas partes es montaña brava,
Y pareceros ha gran disparate Y no tenia para fundar casa
Faltar la sal adonde la mar bate. Un solo palmo de zavana rasa.
A lo menos faltaban las sequías, Mas cerca de la playa donde digo ,
Pues podemos decir por cosa nota Como dos ó tres tiros de ballesta ,
Que por tiempo de seis ó siete dias Asiento fué de pueblo muy antigo,
Ninguno de nosotros bebió gota , Y entonces espesísima floresta :
Y pienso quel manjar que se comia Para defensa pues del enemigo ,
Hacia toda sed estar remota ; Por ser aquella parte mas dispuesta,
Mas sé con todo esto que la urina Cortamos grandes árbores sombrios,
A todas horas era muy contina. Y allí fundamos casas ó buhíos.
A cabo ya del catorceno dia, Rompiéronse los montes y riberas
Estando todos con congoja harta , Del rio de Guachaca circunstante ,
Vimos de indios cierta compañía Tantas y tan espesas cañaveras
Que venia de acia Santa Marta, Que no se vido cosa semejante ,
Que para dar aviso nos traia Donde se dieron buenas sementeras
De los de las canoas una carta, Por ser tierra viciosa y abundante ;
Diciendo que tuviésemos por cierto Mas daban pesadísimos desdenes
Estar sanos y salvos en el puerto. Mosquitos rodadores y jejenes.
Mas sus vecinos, no sé por qué vias, Llagadas las orejas y aun tobillos
Habian hecho cierto pedimento De todos los esclavos y sirvientes ,
Al docto licenciado Miguel Diaz , Los rostros consumidos y amarillos ,
Entonces morador en el asiento , Pecosas las mejillas y las frentes ,
Espresándole muchas demasías Aunque todos andaban con capillos
Si no nos perturbasen el intento ; Segun los que se ponen penitentes,
Mas por el pedimento ser injusto Abiertos solamente por do vian,
No nos dió pesadumbre ni disgusto. Y por allí también los afligian .
La sobredicha nueva y el consejo Luego vino de paz aquella gente
A mi me lastimó mal el oido , Que por esta frontera residia ,
Por me tener allá mi caudalejo Y aunque nos recelamos de presente,
Con inmensos trabajos adquirido : Segun en tierra nueva convenia,
Y ansi visto de guias aparejo Guardándoles la paz bastantemente
De los que con las cartas han venido , En ellos hubo toda cortesía;
Determiné con ellos ir por tierra Y rescatando sus mantenimientos
Estando la mayor parte de guerra. Volvian satisfechos y contentos .
Hecimos del ladron fiel amigo, De miel era lo mas que se traia
Atrevimiento de salud siniestro ; Pequeñas calabazas no bien llenas ,
Juan Pardo solamente fué conmigo, A causa de quel bárbaro tenia
Soldado de la tierra harto diestro ; Una cierta manera de colmenas
Partimos con los indios que ya digo, De dentro de la casa do vivia,
Fiando de tan infido cabestro, Abejas grandes, mansas y tan buenas
Por ser de Bonda, malos y crüeles, Que carecen de aquellos aguijones
Mas haciéndoles bien fueron fieles . Que lastiman y causan hinchazones.
Prosiguiendo pues nuestro desatino , En el arbor también hay abejera
A causa de ser tierra rebelada , Con abejas de casta diferente ,
En un dia volamos el camino Y en el labrar diversa la manera
Que fueron quince leguas de jornada, De aquel panal de castellana gente ;
Con reparar en partes que convino Mas son bolsas y cóncavos de cera
Resguardarnos de gente derramada ; Do la líquida miel está patente,
Pero temor hacia piés lijeros Y en partes hay de miel tal abundancia
Por sierras y asperísimos oteros . Que no deja de ser buena ganancia.
A Concha fuemos por hacer represa Al menos en los llanos hallan tanta ,
De lo que en Santa Marta sucedia, Que sus vecinos no tienen deseos
De cuya digresion nada nos pesa , Del Himeto , que musa vieja canta ,
Porque hallamos buena compañía Ni del dulce licor de los bibleos ;
De Francisco Ruiz y Luis de Mesa, Y es porque por allí cualquiera planta
A quien yo de Cubagua conocia, Imita las que tienen los sabeos ,
Los cuales me dijeron al instante 'Donde demás del singular incenso
Ir ya nuestras canoas adelante. Este licor se dice ser inmenso.
Reposamos la noche, y otro dia Mas líquida miel es que de Castilla ,
Nos embarcamos para Buritaca Mas á mi parecer no tan perfeta ,
En la canoa que Rüiz traia, Pero medicinal á maravilla
Yendo por puertos libres de resaca, Segun por esperiencia se decreta :
Hasta tanto que yo hallé la mia Cera nunca la vimos amarilla ,
En el ancon que dicen de Gairaca ; Ni por acá se saca sino prieta ;
Y luego con buen tiempo caminamos Miel se suele tornar aceda luego ,
Hasta llegar al puerto que dejamos. Y aquesto se remedia con el fuego.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II , RELACION, CANTO UNICO. 233
Esto deben causar las inflüencias El cual también anduvo la jornada
O cualidad de montes ó de breñas , Hecha sin el recato necesario ,
O de abejas las muchas diferencias , Y este riesgo corrió Juan de Cañada
Pues hay grandes , menores y pequeñas , A quien hoy tiene Tunja por vicario ,
Hasta tener de moscas aparencias , Cuya virtud de todos estimada
En árbores y cóncavos de peñas : Elogio merecia no sumario ;
Acúleos no tienen , mas sin ellos , Mas son las semejantes valentías
Se pegan á las barbas y cabellos. Cierto hervor de juveniles dias.
Y son tan importunas y tan prestas Otras temeridades peregrinas
En el acometer á todas cosas , Por parecer dudosas no decimos
Que no dejan de ser algo molestas Y en parte no parecen ser indinas
Y en todo cuanto pueden enojosas : De la tener en esto que escribimos ;
También hay por los valles y florestas Mas cumple ya labrar aquellas minas ,
Unas avispas grandes venenosas , Que fué lo principal á que venimos ,
Cuya berida vemos ser durable Conmovidos de voz que no fué flaca
'Y altera con dolor intolerable. Para ver las corrientes de Guachaca.
De las melíficas ninguna daña , En cuyo compás hay ciertas quebradas
A lo menos con tanta pesadumbre : Que de cercanos altos vienen llenas ,
Tienen gobierno como las de España , Y manifiestan siendo cateadas
Y poco diferentes en costumbre ; Cómo crian también doradas venas
Todas ellas se dan muy buena maña Aquellas faldas de sierras nevadas ,
En el multiplicar su dulcedumbre : Cuyo impetu roba las arenas ,
Tienen sus capitanes ó sus reyes , Por venir muy enhiestas las corrientes ,
Sin violar el orden de sus leyes. Y ser lo bajo cumbres eminentes.
Conocen sus asientos ó cortijos , Y hay hasta lo mas alto tales ratos
Y si caminan lejos , los atajos ; Donde la nieve ven perseverante ,
Comunes las moradas y los hijos , Que tengo por menor al monte Atos
Comunes ansimismo los trabajos , Y aquel que se nombró del rey Atlante :
Los pastos , los placeres , regocijos , La nieve , dicen hombres insensatos ,
Todos sus desenfados y gasajos : Ser piedra blanca , clara , rutilante ,
En la solicitud , en el meueo, Aunque por ojos y razon se pruebe
Es una voluntad y es un deseo. Ser lo mas alto verdadera nieve.
Están subyectas todas á gobierno , Y ansi con tiempos claros y serenos ,
Y tal que no parece ser insano , Bien mirada la cumbre donde toca ,
Pues para los sustentos del invierno A veces vemos mas á veces menos ,
Trabajan en el tiempo del verano : Unas veces hay mucha y otras hay poca
Unas recogen de la flor lo tierno ; Por derretirse parte de sus senos ,
Otras en el recibo tienen mano ; Y aun para confundir opinion loca
Eso me da de noche que de dia , Veremos en los tiempos mas lucidos
Conservan amistad y compañía. Venir los rios claros y crecidos.
Entre tanto que van las unas fuera , Luego pues nuestra gente determina
Las que quedan componen materiales , Con negros y con indios y gran grita
Y hacen habitáculos de cera ; De labrar la quebrada mas vecina ,
Otras sacan sus nuevos animales , Cerca del pueblo dicho Maconchita :
Otras reguardan la comun carrera , Cada cual sus cuadrillas encamina ,
Otras anuncian turbios temporales, Y fuemos al lugar que se recita ,
Y en barruntando tales avenidas Cuyas alturas son de tal manera
Se están dentro de casa recogidas. Que se sube lo mas por escalera.
Defienden sus trabajos y haciendas Escepto pasos , no tampoco llanos ,
Si las quieren robar sus adversarios ; Sino mesas que no son tan enbiestas ;
Tienen también sus guerras y contiendas Mas escalones van hechos á manos
Si se juntaron dos bandos contrarios ; ( En las que son insuperables cuestas
Y el polvoroso viento pone riendas Que no pueden subir los piés humanos )
En alborotos tan tumultuarios , De lajas grandes anchas bien compuestas ,
Do, segun el coraje de su Marte . Y escalas hay que tienen reventones
Escepta pluvia , nadie fuera parte. De mas de novecientos escalones.
Escogen el lugar menos nocivo Muchas en estas sierras son mayores ;
Para vivir en orden y concierto . Y en partes prolijísimas calzadas ,
¡Válgame Cristo , hijo de Dios vivo , No faltas de grandezas y primores
Y con cuánto descuido me divierto , Y de bermosas lajas enlosadas ,
Al sabor de la miel , en lo que escribo , Que arguyen gran potencia de señores
Por la que rescatamos en el puerto! Que solían tener sierras nevadas ,
Quiero , quiero volver mi pluma flaca Y en los remates dellas y recuestos
Al pueblo do partí , que es Buritaca. Hay poderosos mármores enbiestos.
Eramos todos pues de condiciones Llegamos todos pues á la quebrada
Tan blandas con el bárbaro vecino , Dicha de Maconchita , cuyos lados
Que hasta de los mas bajos ancones Tienen por guarnicion peña tajada ,
El contracto teníamos contino , El altura de mas de cien estados ,
Y sin hallar en él perturbaciones . Y aunque la baja peña va robada
Se frecuentaba bien aquel camino . Por los lugares más acomodados ,
Hasta que Ursúa revolvió la tierra , Las barras , almocafres , azadones
Y con su daño la dejó de guerra. Desenvuelven recodos y rincones.
Pues antes el cobarde y el valiente Estaban á la mira castellanos
Por los pueblos pasaba sin rodela , Deseando de ver ya los secretos
Y desde Santa Marta yo sin gente , Y en comenzando de mover las manos
Como quien el peligro no recela , Regocijáronse blancos y prietos ,
Con solo mi caballo y un sirviente Por descubrir alli tan buenos granos
Fué y vine basta el Cabo de la Vela : Que movieran los pechos mas quietos ;
Calderon de la Barca , que es amigo Y ansi cada cual viendo las señales
Destos negocios, me será testigo. Se prometia prósperos caudales.
956 JUAN DE CASTELLANOS.
El uno va cantando y otro salta De la costa del mar breve desvío ,
Al son de sus placeres y contentos , En parte rasa como les conviene ,
Creyendo como debe ser sin falta Sácanse ricos granos en un rio
Tierra de prosperados nacimientos , Que de San Salvador renombre tiene :
A poder subyectar la tierra alta Allí por dar la tierra buen avio
Y con seguridad ver sus asientos ; La gente peregrina se detiene ,
Porque segun las muestras de riqueza En los campos tomando propriedades
Los nacimientos son de gran grandeza. Para hacer estancias y heredades.
Pero por carecer de vertederos Nunca nos perturbó gente de guerra ,
O remansos que tiene tierra llana , Ni fué con malas obras provocada.
Y ser soberbios los despeñaderos El compás y distancia desta tierra
Que contiene la tierra comarcana , Se llama comunmente la Ramada ,
Granos de los auríferos veneros La cual hasta las faldas de la sierra
Van á dar á la mar que está cercana • Es toda de grandísima llanada :
Do hasta las arenas van barridas Partes son montes , partes campo raso,
Con las impetuosas avenidas. Do toman lo que hace mas al caso.
Antes pues que subamos á lo alto Un Bartolomé de Alba , después desto ,
Del agua que procede desta breña Del nuevo reino fué con provisiones
El golpe todo junto hace salto Para fundar allí pueblo compuesto
Con una decaida no pequeña , Con las acostumbradas condiciones :
Y el curso, de ruido nada falto , Nombre de Salamanca le fué puesto ,
Tiene cavada ya la dura peña Donde duran cristianas poblaciones ,
Y de seis brazas largas pozo hecho , Por ser aquel lugar al habitante
La boca y ancho dél no muy estrecho . De fructos y maices abundante.
Y como por allí siempre corria , Y los señores de la granjería
Sin poder declinar por algun lado , Deperlas allí hacen sementeras ,
Y en lo alto del salto se cogia Y tienen sus estancias todavía
Alguna cantidad de oro granado , Por la fertilidad de sus riberas,
Grandísima sospecha se tenia Siempre los indios en la pesquería ,
Estar allí gran golpe represado : Por no les dar su libertad de veras ,
Fué pues Francisco Caro pretendiente Aunque vinieron otras muchas veces
De desaguar el pozo con su gente . Para los libertar otros jueces.
No faltaron también otros hermanos ; Pues demás del obispo ya nombrado,
Y ansi para hacer lo que refiero Se proveyó Joan Perez de Tolosa ,
Siendo bien menester copia de manos Y no mucho después Pablo Collado ,
AJoan Ortiz tomó por compañero , Ninguno de los cuales hizo cosa ,
Un tio de Miguel de Castellanos , Dejándolos en el primer estado
Que no mucho después fué tesorero : Y en su captividad calamitosa ,
El agua no podia ser mudada Con un cierto color y condiciones :
Por ser altísima peña tajada . Tanto pueden las perlas y otros dones.
Y porque la grandeza del berrueco Hacen al fin que mandes y desmandes
Por ningun modo puede ser rompida , Y juzgues cosa mala por muy buena ;
Viendo dispusicion de tiempo seco Pero después llegó Pero Fernandez
Canal acomodada fué traida , De Bustos, que gobierna Cartagena.
Por cuya longitud y cuyo hueco Y visto los abusos ser tan grandes ,
Podia ir el agua recogida ; Acabó de romper esta cadena ;
Y con solicitud que no fué poca Y libre ya la indica ralea ,
La pusieron encima de la boca. Sacan perlas con gente de Guinea.
Viendo pues ir el agua por encima , En esto permanecen todavía
Haciéndose riquísima promesa Y permanecerán los sucesores ,
Comienzan á vaciar aquella sima Porque no faltará la granjería
Con cubos y con baldes á gran priesa : Entre tanto que oviere pescadores ,
El mas acobardado mas anima ; Por ser caudal que siempre la mar cria
Hierve la diligencia , que no cesa ; Y alli ser apropriados los humores :
Anda la obra sin que cesen della , Costa de agua Lan necesitada
De tal suerte que ya hacian mella . Que no se mezcla dulce con salada.
Indios buzos entraron sin recelo De la continuacion deste camino
Al tiempo que los otros lo vertian , Diversa pretension mis piés aparta ;
Mas no pudieron bien mirar el suelo Pero mucho después cierto vecino
Para certificar lo que querian ; Me dió muy larga cuenta por su carta :
Pero sacaron como por señuelo Cómo don Lope de Orozco vino
Hojas que de los árbores caian , Aser gobernador de Santa Marta,
Y entrellas ciertas niguas de buen oro, Y a poblar envió gente novela
Como por certidumbre de tesoro. Mas arriba del Cabo de la Vela.
En su prosperidad cada cual piensa ; No dejaron de concebir malicia
Y estando de esperanza todos llenos , Los de la granjería de presente ;
Obscurísima nube se condensa Mas don Lope , constando por justicia
Con furia de relámpagos y truenos , A su gobernacion ser competente ,
Y tempestad de pluvia tan inmensa , Y tener demás desto ya noticia
Que se hinchieron cóncavos y senos : Haber alli gran número de gente ,
Quedose como antes nuestro pozo , Determinó fundar pueblo con vara ,
Y dentro de sus aguas nuestro gozo. El cual no fuera malo si durara.
Al fin por estos dichos reventones Llámase la provincia Macoira ,
Permanecieron nuestras compañias , Tierra de serrezuelas y de anos.
Sacando por allí dorados dones La poblacion causó no poca ira
No por pequeño número de dias; Al mariscal Miguel de Castellanos :
Después mudamos nuestras poblaciones , Infámanlo , mas creo ser mentira
Y hecimos de nuevo rancherias E invencion de pérfidos cristianos ;
Entre Tapi y el paso de Marona , Pero dicen al fin que por su mando
Do tiene pueblo la real corona. Formó rebelion bárbaro bande
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, RELACION, CANTO UNICO. 237
Son intenciones falsas y malinas Con el ruido del arremetida
Que no perdonan las mas altas cumbres , Pálido sobresalto los despierta :
Pues á guanebucanes y cocinas Desean los remedios de su vida ,
Bastaba para sumas pesadumbres Y el esperanza sáleles incierta.
Ver gentes castellanas tan vecinas ¡ Oh cuántas veces piensan su hüida !
Perturbando sus usos y costumbres , Pero fortuna no les daba puerta.
Para hacer guerreros movimientos , Al fin salen á ellos como buenos ,
Y mas habiendo malos tractamientos. Porque ya no podian hacer menos .
Esto fué por el año de setenta Villana cobardía se desecha
Y siete , poco mas , segun se muestra : Del filo del espada castellana ;
No fué la poblacion poco sangrienta , Pero su filo no les aprovecha ,
Por ser la gente della poco diestra , Pues prevalecen golpes de macana :
Y á guerreros asaltos muy atenta No pueden resistir á tanta flecha ,
La otra de la bárbara palestra , Ni dellos queda ya persona sana ;
En fuerza y en esfuerzo y en aliento Y ansi los lleva fiero movimiento
Potente , y en soltura como viento . Como á pajas menudas recio viento.
Y díceme Juan Perez , un sillero El ímpetu fué tal y de tal suerte ,
Que paseó los llanos y la sierra , Que cada cual de vida desespera ;
Que si se cuentan todos por entero , Mas flacos son los golpes del mas fuerte
Habrá sobre seis mil hombres de guerra, Que de la mas cascada cañavera :
Recogidos en el rincon frontero , Murieron treinta y seis de mala muerte ;
De diversas naciones de la tierra : Murieran muchos mas si mas oviera.....
Confinan todos con el alaguna , Un muchacho huyó del mortal sueño ,
Y no muchas jornadas, sino una. Que no lo vieron ir por ser pequeño.
Nombró don Lope pues por su teniente, Este, que con aliento los piés mueve,
Para poblar en esta pertenencia , Pudo ver el lugar recién poblado ,
A Hierónimo Lerma , diligente , Donde quedaron solamente nueve ;
Mas para guerra falto de esperiencia , Los cuales en negocio tan pesado
Y dos hermanos suyos juntamente Tomaron el acuerdo que se debe ,
Criollos y de noble descendencia . Que fué poner en fuga su cuidado ,
Y fué su padre Francisco de Lerma , Y á no ser tan veloce la partida
Cuya bondad no vimos ser enferma. También partieran ellos de la vida.
Poblaron finalmente los hermanos Eran la mayor parte chapetones ,
Con otros que podrian ser cuarenta ; Rústicos labradores y villanos ,
Ypor todos los indios comarcanos Los cuales en aquestas ocasiones *
Una sincera paz se representa : Fiaron mas de píés que de sus manos :
Y ansi con el trabajo de sus manos De sed pasaron grandes aflicciones ,
El pueblo fabricado se sustenta , Hasta llegar á pueblo de cristianos ,
Do sin adivinar malos reveses Adonde procuraron dar cumplida
Residirian como cuatro meses. Cuenta de la desgracia sucedida.
Debajo de las cuales amistades El caso percebido por don Diego,
Los bárbaros feroces les servian , Hijo del buen don Lope que ya digo ,
Trayendo para sus necesidades Pareciéndole mal mucho sosiego
Aquellos materiales que pedian ; En ir á castigar al enemigo ,
Pero pasaron importunidades Con sesenta soldados partió luego
A pedilles el oro que tenian , A las ejecuciones del castigo :
Entrando por sus pueblos á buscallos Pero Ruiz de Tapia lo seguia ,
Muchas veces sin armas ni caballos. Hijo del otro desta nombradía.
No todos juntos, pero divididos Con los que van subyectos á su mando
Por asientos y partes diferentes , Entró por las primeras poblaciones ,
Sin considerar males sucedidos Prendió ciertos caciques en llegando ,
De semejantes inconvinientes ; Y enviólos en ásperas prisiones :
Y como mozos locos y perdidos , Después se congregó bárbaro bando
Llenos de juveniles accidentes , Para domar cristianos corazones ,
Cada uno se pensaba ser un muro Y acometer feroces y crüeles,
Para poder dormir sobre seguro. Segun á ciervos tímidos , lebreles.
Estando pues los Lermas cierto dia Asalto fué no poco riguroso
Entrellos, sin sospecha de su lloro , Por tomallos un poco descuidados ,
Un principal cacique les traia Y con aquel furor impetuoso
Algunas joyas no de muy buen oro ; Mataron luego dos ó tres soldados
Y elJuan de Lerma que las recibia , Y un docto sacerdote religioso,
Con ira, sin guardalle su decoro, El cual cayó los pechos traspasados :
Con los dones, por vellos no ser ricos , Finalmente, demás de los caidos ,
Al cacique le dió por los hocicos. Quedaron otros muchos mal heridos .
El bárbaro no hizo sentimiento ; Eq aquesta crüel arremetida ,
Mas viendo tan notoria destemplanza Como fortisimo leon de Caspia
Con disimulacion en el momento Don Diego de Orozco no se olvida
Propuso de tomar llena venganza ; De su generosísima prosapia ;
Y ansi luego salió del aposento Su buen valor ansimismo convida
Y apercibió macana, dardo , lanza , Al capitán Pero Rüiz de Tapia ,
Haciendo señas, sin abrir la boca , Rompiendo con caballos y peones
A las cuales su gente se convoca. Por duros y feroces escuadrones.
No va con tal vigor tras veloz cierva Desbarataron la mayor pujanza
El moloso lebrel que veh sus ojos , Haciendo cada cual heroicos hechos :
Cuanto furor llevaba la caterva Sanguinolento hierro de la lanza
Para satisfacer á sus enojos : Traspasa las espaldas y los pechos ;
Macanas largas, flechas no sin yerba , Pero no fué tan grande la venganza
Y dellas crecidisimos manojos , Que con ella quedasen satisfechos ,
Hallaronlos con muy quieto pecho, " Mas indica cuadrilla fué rompida
Y acaso se reian de lo hecho. Y entonces los pusieron en hüida.
T. IV. 17
258 JUAN DE CASTELLANOS.
Pero no por se ver ansi corridos Es aquesta marítima ribera
Su furia se mitiga ni resfría , Montaña de grandísima frescura ,
Por ser feroces, bravos y atrevidos Y la continuada cordillera
Los bárbaros de aquella compañía ; Alli levanta su mayor altura :
Y ansi los nuestros son acometidos La gente natural desta frontera
Otras dos veces en el mismo dia , Ninguna para guerra fué mas dura ,
Con tal furor y tan impetuoso Tanto , que pongo duda que el de Chile
Que no les daban punto de reposo . Las grandes fuerzas destos anihile.
Y en el mayor rigor del marcio fuego , Tienen flechas y arcos no pequeños ,
Cuando hicieron su postrer venida , Gruesos , y mal labrada la madera ,
La mano traspasaron á don Diego , Mas por fuerza los hacen ser cimbreños
Donde quedó la flecha detenida, Hasta hacer juntar el empulguera :
Estorbando la lanza de su juego Tanto mal bacen como duros leños
A causa de ser mala la herida ; Si á manteniente dan en la mollera ,
Pero con todo esto los rebate , Pues su golpe la hace dos pedazos
Y ansi cesaron del postrer combate . Al tiempo que ya vienen á los brazos .
Viendo pues enemigo tan molesto Tan terrible vigor su tiro lleva ,
Y que su gente toda lo recela , Que fuera de guerreras confusiones
Determinó salirse con el resto A uno le hicieron bacer prueba
Sin querer mas allí hacer candela : Sobre corazas armas de algodones ,
E yo también me salgo con aquesto Y traspasóló todo como breva ,
De la costa del Cabo de la Vela , Siendo de palo puro los arpones :
Por no saber agora desta playa Ponen arnés , por ver si lo pasaba ,
Otros negocios mas que nuevos haya. Mas en aquel la flecha deslizaba .
El tiro del carcaj va siempre lleno ,
Cuando se ven en bélica porfía ,
De pestilencialísimo veneno
Que mata dentro de natural dia ,
Algunos al tercero y al septeno ,
Con rabia que de seso los desvía ,
HISTORIA Y RELACION Y aun ellos se darian mala muerte
Si los dejasen solos desta suerte .
Gente de gran vigor de su cosecha
de las cosas acontecidas en Santa Marta desde su primera Es toda cuanta por allí confina ,
poblacion. Y esta primera elegía es á la muerte de su Y de mayor valor y mas bien hecha
primer gobernador que fué don Rodrigo de Bastidas. Cuanto se acerca mas à la marina :
Arma comun de todos es la flecha ,
Que pocas veces halla medicina ;
CANTO PRIMERO. Tiran perdidas ciertas silbaderas
Por emplear las otras mas de veras.
A Santa Marta llega ya mi pluma, Vístense de algodon de tela fina ,
tractaremos cosas principales , Y muchos dellos tienen solamente
• Do
Mas no de tal manera que presuma A las espaldas una mantellina ,
Podellas esplicar por sus cabales ; Y todo lo demás anda patente :
Pero haremos una breve suma A mas honestidad mujer inclina
Tocando las que fueron sustanciales , La parté que llamamos impudente .
Porque ningun historïador pudo Con manta de algodon por la cintura ,
Contar todas las cosas por menudo . Y otra de lo demas es cobertura.
Mas en prosecucion de mis intentos Tienen las hembras buenos pareceres ,
Haremos relacion con verdad pura Y por la mayor parte los varones
De casos varios y acontecimientos, Celan en gran manera las mujeres ,
Ya de ventura, ya de desventura , Demás de ser malditos bujarrones :
Los cuales me parece que son cuentos Entrellos bay algunos mercaderes
Dignos de se poner en escriptura, Y sus maneras de contractaciones
E ya muy olvidados de la mano Con los que están muy dentro de la sierra,
De todo coronista castellano . Que no pequeños términos encierra.
Provea de favor en la carrera Usan en regocijos y en sus fiestas
Y aparte las obscuras pesadumbres De ricas y galanas vestiduras .
Aquella luz y lumbre verdadera De plumas admirablemente puestas
Que procede del Padre de las lumbres, Que forman varias flores y figuras :
Siendo la Virgen pura medianera . Son gentes entre sí tan deshonestas
A quien para subir tan altas cumbres Que las espaldas andan mal seguras ,
He suplicado que me dé la mano Y en cualquiera lugar claro y oculto
Porque no sea mi trabajo vano. Se hallan muchos Príapos de bulto.
En aqueste favor pues confïados . Son cerimoniáticos algunos ,
Diremos algo destas poblaciones . O todos en grandísima manera ,
Las cuales estarán en once grados Y tienen prolijísimos ayunos
O poco mas, segun hay opiniones: Por sus hijos ó por su sementera ;
A Gaira y Concha tienen á los lados , Y entonces solamente los alunos
Con otros que llamamos los aucones , A cosas necesarias salen fuera .
Y el puerto principal es de manera Carne no comerán de ningun arte ,
Que por bueno le llaman la Caldera : Sino pescado por la mayor parte.
Que de todas tormentas está horro Hay en sus muertes un profijo lloro,
Por amparallo dos puntas ó rocas, Do cuentan sus desastres ó venturas ;
En medio de las cuales hay un morro Entiérranse con muchas joyas de oro ,
Que forma dos entradas ó dos bocas ; Segun vimos en muchas sepulturas ,
Y ansi de navegantes es socorro , A las cuales le guardan su decoto
Seguros bien de las borrascas locas : Segun sus ceremonias y locuras :
Es puerto limpio, de cabal fondura, Pues muchas de personas señaladas
Y contiene de dentro gran anchura. Entrellos suelen ser reverenciadas..
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE 11, HIST. DE SANTA MARTA, CANTO 1. 239
Adoran los planetas y los sinos Menos quiso prestar consentimiento ,
Regocijandose por los oteros ; Habiendo ya de hambre grande plaga ,
Hay muchas adevinas y adevinos Tomarse de los indios alimento
Y grande cuantidad de hechiceros , Sin que por ello diesen justa paga ;
Que dicen un millon de desatinos Mas el daba raciones al hambriento ,
Acerca de los tiempos venideros : En descontento de la gente vaga ,
Dan al demonio lo que no merece Por ser cazabi solo con tasajos ,
Pintándolo del arte que parece . Que mal satisfacian sus trabajos.
De yucas y maiz es su comida , Comian todos pues carne salada ,
De lo cual ansimismo hacen vinos ; Y tal que por ventura ya hedia ;
De fructos es la tierra bastecida Encharcaban en agua delicada
Silvestres , que no labran los vecinos ; Con los calores grandes que hacia :
Es larga serranía y estendida Cayó luego la gente regalada
Toda de fragosísimos caminos ; Y el que ningun regalo conocia;
Hay parras por los árboles tendidas , Morian con grandísima miseria
De racimos de uvas proveidas. Del mal de flujo dicho disenteria.
Aquestas son labruscas naturales , Pocos de los enfermos escapaban ,
Cuyos gustos allí no son inicuos , Antes fué tan crüel la desventura ,
Racimillos pequeños , pero tales Que dos y tres y mas cuerpos echaban
Que bacen pegajosos los hocicos. Juntos en una misma sepultura :
Los indios de la tierra principales A muchos cuasi no los enterraban ,
Y aun todos los demás eran muy ricos , A causa de hallar la tierra dura
Pues solian hallar tiempo pasado Y tener debilísimas las manos
Entrellos cualidad de oro labrado. Los de mayorvigor y los mas sanos .
Y ansí con este cebo los varones Viendo la perdicion de tantas vidas ,
Primeros en correr estas partidas , O con razones y con sinrazones
Rescataban de paz por los ancones En comun se quejaban del Bastidas ,
Y volvian las bolsas proveidas : No sin gran multitud de maldiciones ,
Fué principal en estas ocasiones Como suelen personas afligidas ,
El capitán Rodrigo de Bastidas , Y mas en semejantes aflicciones ;
Que en Haiti , do tenia su reposo , Fué Villa-Fuerte mas que duro guijo,
Se hizo con los tractos caudaloso. A quien Bastidas le llamaba hijo.
Sus principios no fueron tan profundos Pues en las ocasiones de que hablo ,
Cuanto los pintan otros que escribieron , Habiéndolo nombrado por teniente ,
Pues que nos consta ser de los segundos Y en su boca no ver menos vocablo
Que con el inclito Colon vinieron, Que bijo muy amado comunmente ,
Y no del número de vagabundos , De furor revestido del diablo ,
Mas uno de los que mejor sirvieron; Determinó matallo malamente ;
Y ausi con los navios y á su costa Y no faltaron otros malos pechos
Descubrió mucha parte de la costa. En las ejecuciones destos hechos.
Encumbrándolo mas en pensamiento Como Pedro de Porras y Bazantes
Riquezas , segun tienen de cosecha , Con el dicho teniente conjurados ,
Esto pidió por adelantamiento , Y estos llevaron otros ignorantes
Y por el rey le fué la merced becha , Del yerro para que fueron llamados
Señalándole límite y asiento Mas conocieron bien de sus semblantes
La costa de la mar via derecha Como debian ir apasionados ,
Hasta llegar al Cabo de la Vela , Siu poder en aquella coyuntura
Y norte sur lo que la tierra cela. Imaginar tan pértida locura.
Año de veinte y seis sobre quinientos A las ejecuciones del intento
Llegó con buena copia de soldados , Corren los tejedores de la trama :
Tan escogidos para sus intentos Los dos entraron en el aposento ,
Que fueron con razon solemnizados , Hallaron al Bastidas en la cama
Y en las entradas y descubrimientos Sin sospechar tan gran atrevimiento ,
Ningunos en valor mas señalados : Aunque se rezumaba ya la fama ,
Dia de Santa Marta tomó puerto , Y con palabras muy desacatadas
Y este nombre le dió comun concierto. Villa-Fuerte le dió tres puñaladas .
Como quinientos hombres fué la gente A las voces y gritos del mezquino ,
Que para la conquista con él vino : Que llamaba criados y parientes ,
Fué Juan de Villa-Fuerte su teniente, Acude con presteza Palomino
Y capitán Rodrigo Palomino ; Y los mas alentados destas gentes ;
Fernán Bermejo , mozo muy valiente , Luego por la montaña sin camino
Ortuño , Ortiz , Bazantes y Cansino, Se metieron los dichos delincuentes ,
Un Montesinos y Cristóbal Sierra Y por entonces no se fueron lejos ,
Con otros valerosos para guerra. Hasta ver bien de su maldad los dej -
Celebró paz con indios comarcanos , Estando pues aquestos alterados
Y para fundar pueblo , la montaña Por arcabucos y cañaverales ,
Talaban españoles con sus manos Parece ser que fueron avisados
De que no se causó pequeña saña : No mostrar las heridas ser mortales ,
Al fin en agradar á sus cristianos Y ansi volvieron nias determinados
El Bastidas se daba mala maña , De cortar los espíritus vitales :
Pues traian a cuestas la madera Sabido su furor luciferino ,
De la montaña hasta la ribera. Tomó luego la puerta Palomino .
Fué no querer mandar los naturales , Por estar el mas número doliente
Y fatigar la gente de quilates , Acudir no pudieron al instante ,
Origen y principio de sus males Mas él no sin estremo de valiente ,
Y causa de grandisimos dislates : Tan fuerte se mostró con un montante ,
Mas eran sus intentos principales Que de la compaña delincuente
Valerse de la paz y de rescates , Nadie pudo pasar mas adelante,
Y ansi de ningun arte consentia Antes confusa y en temor resuelta
A los indios hacerse demasia. Para los arcabucos dió la vuelta.
200 JUAN DE CASTELLANOS.
Metiéronse muy dentro de la sierra Pero como lo vió de tal manera ,
Viendo tan mal parada ya la cosa , Condoliéndose del suceso malo ,
Con ser populosisima la tierra Lo recibió con voluntad sincera
De gente por estremo belicosa , Y en su casa le hizo gran regalo :
Y ninguna de paz , sino de guerra , El Bastidas buscó posada fuera ,
Y de cristiana sangre cudiciosa: Rindiéndole las gracias al Gonzalo
Serian estos doce compañeros De Guzmán , por la gran magnificencia ,
Valientes , esforzados y lijeros. Y él se curó con suma diligencia.
Nunca pasaban , sino de corrida , Mas como por malicia de los guias
Por selvas y montañas sin camiuo ; Aquel viaje fué de mucha dura ,
De noche recogian la comida Las medicinas fueron tan baldías ,
De rocas ó labranzas del vecino , Que por ninguna via tuvo cura ;
No con pequeños riesgos de la vida , Y ansí , después de diez ó doce dias
Anejos á su grande desatino ; Le dieron honorosa sepultura :
Otras algunas veces dan de dia , En la Española tuvo mucha mano
Pero no siempre bien les sucedia. Con obras de católico cristiano.
El mas que miserable Villa - Fuerte Segun los que mas saben deste cuento,
Reconocia ya sus desconciertos , Fué principio y origen de sus males
Por que peregrinando desta suerte No consentir hacer mal tractamiento
Por los indios habian de ser muertos ; Ni robos en aquellos naturales :
Promételes también infame muerte Honró Guzmán aquel enterramiento
Volver a Santa Marta y á sus puertos , Con otros muchos hombres principales ;
Y habian ya de los soldados buenos Y encima de la losa por él puesta
Los indios hecho tres ó cuatro menos, Dejaron una letra , que fué sta :
En algunas refriegas bien reñidas ; Hic tumulus condit Bastidas saucia membra
Pero dejallos bemos por agora , Quæ fixit gladio nuper acerba manus .
A causa de volvernos al Bastidas , Ipse quia dives virtute et robore prestans ,
Que por la mala cura no mejora; Dux Sanctæ Martæ primus in orbe fuit.
Antes le dicen que con mas beridas Aquí hace su manida Tuvo pujanza yvalor,
Ha de dar cabo dél gente traidora , Don Rodrigo de Bastidas, De riquezas copia haria,
Que con crueles heridas Y ansi fué gobernador
Los cuales esperaban coyuntura Acabó la dulce vida. Primero de Santa Marta.
Metidos en el monte y espesura.
Y que no sanará como no haya Pues dió Bastidas fin à su camino
Cirujano que sea suficiente ; Por poca lealtad de su compaña ,
Y ansi le dicen todos que se vaya Bueno será volver a Palomino ,
Y salga de una tierra tan doliente , El cual con su valor y buena maña
Pues que tiene navíos en la playa , Hizo de paz á Gaira y al Dorsino ,
Sin faltalle recado conviniente . Y el confin de la costa que el mar baña , *
Y un Alonso Miguel , diestro piloto , A Concha y á Nenguanje, Chengue , Cinto,
El cual con todos era deste voto. Y a Gairaca con otros que no pinto.
su
Al fin en general todo bando El bárbaro su gente le sustenta
En este parecer malo consiente , Bastantísimamente de comida ;
Y Palomino , mas duro que blando , A todos los anima y los alienta ,
También le persuade grandemente , Y á su provecho y honra los convida :
A trueco de quedarse con el mando Toda la gente tiene tan contenta
• Por estar ya nombrado por teniente: Que cada cual porná por él la vida ,
Quel ambicion convierte muchas veces Y para mas aumento de su fama
Las loables costumbres en soéces. Con los indios de paz los otros llama.
Y ansí quieren decir que Palomino A los que vienen érales guardada
Al Alonso Miguel le dió cohecho , La paz y el amistad no sin recatos ;
A fin de que torciese su camino A los rebeldes daba trasnochada
Y a la Española no fuese derecho ; Aunque se padeciesen malos ratos ,
Y no fue la sospecha desatino , Tomando la mas gente descuidada
Segun se vido ciaro por lo hecho , De tales sobresaltos y rebatos :
Pues para ser patente su concierto , Tuvo para sus guerras y sus lides
En la isla de Cuba tomó puerto . Dos grandes y admirables adalides.
Donde Gonzalo de Guzmán tenia Un Fernán Vaez y un Fernán Bermejo ,
Gobierno por Colon , el almirante , Soldados que hicieron grandes bechos ,
Y entrel Bastidas y el Guzmán habia Muy diestros en sacar un rastro viejo
Enojos y rancor no bien sonante , Por las selvas ocultas y desechos ,
Por ocasion de cierta niñería Sagaces en astucias y en consejo ,
Usada por Bastidas poco ante ; Por estremo sutiles en asechos,
Y para que se sepa la querella , Puestos con arcos , flechas y plumajes ,
Quiero decir aquí la causa della . Posturas y meneos de salvajes .
En aquella sazon y tiempo , cuando Llegaban con obscuro desta suerte
El Bastidas tomó las posesiones Al pueblo que tomar se pretendia ,
De su gobernacion y de su mando , Tácitamente porque no dispierte
Parece ser que fué por los ancones El morador incauto si dormia :
Un Gonzalo de Vides rescatando Acechaban del pueblo lo mas fuerte ,
Esclavos , oro , mantas y otros dones Cuantas casas , y cómo las tenia ,
Por parte del Guzmán , que dió navio , Volvian por su gente hecho esto ,
Rescates , armas , tiros y atavio. Y a cada capitán daban su puesto.
Bastidas , sin mirar por quién venia , La gente dividida y ordenada ,
Quebró del amistad el noble gonce , Cuando la dama de Titon venia
Tomando los rescates que traia , Hacen señal , y dan el alborada
Armas y dos ó tres versos de bronce : Sobre la descuidada compañía :
Demás desto prendió la compañía Ensangrientan la lanza y el espada
Y al dicho Vides y un Antonio Ponce , Si la contraria parte resistia ;
De que Guzmán estaba muy corrido, Mas siempre por alli menester era ,
Y mas por ser amigo conocido. Por ser gente de suyo muy guerrera.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II, HIST. DE SANTA MARTA , CANTO I. 261
Encima de un caballo Palomino , Subió Bermejo con el aparencia
El cual tenia tal conocimiento De indio por lugares encubiertos :
Que ya no parecia de rocino El sitio mira con el advertencia
Sino de racional entendimiento , Que suelen adalides muy espertos ;
Corria por el áspero camino , Mas aunque tuvo suma diligencia ,
Como si fuera hijo de algun viento , No pudo ver las velas de los puertos ,
De noche tacitísimo su huello , Bajo donde quedaban de presente ,
Sin rüido , relincho ni resuello . Y llevó los peones desta gente.
El rocin Matamoros se decia , Acaso vieron encendida mecha
Del Palomino mas que rica prenda , Indios que velan en un altozano ,
Pues por instinto natural hacia Y teniendo por cierta la sospecha
Lo que pide razon en la contienda , En que debia ser algun cristiano ,
Y a las necesidades acudia Apuntan á la lumbre con la flecha ,
Sin meneo de espuela ni de rienda : Clavándole la mecha con la mano ;
Tordillo fué no grande , mas bien hecho Y como se quejó , sienten ruido ,
Desde la baja cola hasta el pecho. Y ausi dieron gran grita y alarido .
Puso los indios en tan gran cuidado ' Sale luego la gente que dormia ,
Con las insignes suertes que hacia , No sin algun temor de tal asalto ;
Que muchos lo tenian retratado Por una y otra parte se tendia
De bulto de la suerte que venia Ocupando de pasos lo mas alto :
Encima del caballo , bien armado, Vuela la venenosa flecheria ,
Con el adarga y lanza que blandia , De que ninguno dellos iba falto ;
Y cuantidad de indios á los lados Tantas descienden y con tanta priesa
Del riguroso yerro traspasados. Como geras de pluvia muy espesa.
Hizo venir al yugo los de Zaca , El español al fin se desatienta
Abatió la soberbia Chäirama, Viendo la muchedumbre que acomete ,
Quebró las fuerzas de Mamalazaca Y nadie dellos tiene por afrenta
Y las inmites gentes de Irotama : Revolver en demanda del jinete :
Por las riberas verdes de Guachaca Hirierou del primer encuentro treinta ,
Tiemblan grandes caciques de su fama ; De los cuales murieron veinte y siete :
Temen los moradores en Origua , Suenan escudos y armas de peones ,
Y no faltan temores en Bondigua. Que van rodando por los escalones .
Subyectó muchos otros deste modo Bien como las ovejas caminando
Soberbios , ferocisimos y bravos ; Por alta y asperisima ladera ,
Temblaba dél aquel terreno todo , Que del mejor camino resbalando
Que en guerra no supieron ser ignavos : Aquella que llevó la delantera ,
Todos el oro ya traen á rodo Todas ellas se van precipitando
Y muy crecido número de esclavos , Por do se precipita la primera ,
Que llevan a las islas los navíos Sin advertir ninguna del rebaño
Para traer comidas y atavios. Ser su camino para mayor daño :
Y como ya bullia la moneda , Ansi los españoles , revolviendo
Veriades mil damas y galanes Tras las pisadas del que fué primero ,
Con ropas costosísimas de seda , Unos sobre los otros van cayendo
Granas , veinte y cuatrenes , perpiñanes : Rodando por aquel despeñadero .
No se halla soldado que no pueda Sonaba de bocinas gran estruendo
Comprar ricas holandas ruanes • Por todas partes del compás frontero ;
Pues antes la coleta y el anjeo Ansimismo se hunden los altores
Solia ser el principal arreo. Con el ruido de sus atambores.
Aunque venian ya de á la redonda Huyen pues los heridos, y los sanos
Indios de paz con joyas y presentes , Por escaparse de que no los hieran ,
La gran ferocidad de los de Bonda Persiguiendolos barbaros villanos
Huye del amistad de nuestras gentes , Con intenciones de que todos mueran ;
Donde todas las noches hacen ronda , Hasta que ya bajaron a los llanos
Asegurando los inconvinientes Donde los de caballo los esperan ,
Que habian padecido sus vecinos Los cuales les salieron al camino
Por no velar entradas y caminos. Y el águila con voz de Palomino.
Diciendo, que las tales amistades Ya planetas y signos celestiales
Traian mayor daño que provecho ; Perdian resplandores de sus lumbres ,
Y ansi hablaban mil bravosidades Por se manifestar rayos febales
Vaciando por la boca lo del pecho : Dorando las alturas de las cumbres,
Mas no fueron tan faltas de verdades Y la solicitud de los mortales
Que no las confirmasen con el hecho , Repetią sus usos y costumbres
Como podrian ser testigos ciertos En tal manera , que cualquiera via
Gran muchedumbre de españoles muertos . El bien ó el mal de dónde le venia.
Pensando pues tomallos de improviso , Y á este tiempo bárbaros lozanos
Quebrantar su furor y castigallos , Seguian con grandisima pujanza
El valeroso Palomino quiso El escuadron por lo tomar á manos ,
Con el nocturno velo salteallos : Con sed insaciable de venganza ;
Mandó con gran secreto dar aviso Pero como bajaron á los llanos ,
A los peones y á los de caballos ; El Palomino nieneó la lanza
Fernán Bermejo fué como solia Vertiendo por aquellos escuadrones
Adelante de todos por espía. Sangre de los humanos corazones..
Tiene Bonda zavanas ampliadas Y como nunca vieron otro tanto ,
Que cercan el compás de su frontera , Sino tan solamente por la fama ,
Pero para llegar á sus moradas Cayó sobre los indios tal espanto
Habian de subir por escalera Que el fuego de los mas perdió la llama,
De losas bien compuestas y fijadas , Y de la mayor fuerza por un cante
Segun que muestra la presente era : Gran parte con temores se derrama ,
Subir no puede quien caballo trajo , Causandoles confuso desatino
Y ansi siempre se quedan en lo bajo. La priesa y el valor de Palomino.
262 JUAN DE CASTELLANOS.
Bien como plumas en lugar exento El mar en gran aprieto los ponia ,
Por ocasion alguna recogidas , Gombátelos el inconstante viento;
Que las saltea repentino viento Mas con fuerza de brazos y porfia
Con furias en sus soplos estendidas , Pudieron todos ir en salvamento :
Derramándose todas al momento Quizá nuestro Señor lo permitia
Por diferentes partes estendidas; Para morir con mas conocimiento.
O ya como monton de seca hoja Libres pues de las aguas de Neptuno
Que vuela sin haber quien la recoja : Procuró su remedio cada uno.
De todos los que tienen llana tierra Por ingenios y hatos de ganado
Se hizo division desta manera , Cada cual de por sí va divertido ,
Huyendo las borrascas de la guerra Y el Porras por ser hombre señalado
Y aquel atropellar de bestia fiera , Fué de cierto vaquero conocido :
Unos por los peñoles de la sierra , Såbenlo los señores del senado ,
Otros por el andén del escalera , Y fué por los Bastidas perseguido :
Quedando sin espíritu de vida En efecto , segun el justo fuero ,
No poca gente por allí tendida. Pasó por do pasó su compañero.
Recogió Palomino sus soldados , Otras cosas que sean sustanciales
Ansi los sanos como los heridos , Memoria cierta no me representa ,
Los cuales segun lances atrasados Porque muertos aquestos principales
Deste quedaron todos muy corridos : De los demás hicieron poca cuenta ;
A Santa Marta van encaminados , Y ansi quiero volver á los anales
Donde con lloro fueron recebidos , De Palomino , que valor aumenta ,
Porque de conocidos por ser buenos Pues para sus designos tuvo ronda
Quedaron luego veinte y siete menos. Y se vengó muy bien de les de Bonda,
Dejemos estas cosas desta suerte , Domeñó la cerviz y duro cuerno
Y demos fin á los del mal intento , De la mayor pujanza de la sierra;
Porque Porras con Joan de Villa-Fuerte Ningun rigor jamás lo halló tierno
Tuvo palabras de desabrimiento , De cuantos ofreció la dura guerra :
Y por faltar allí quien los concierte , Un año duraria su gobierno ;
Hicieron division y apartamiento : Y para lo tener en esta tierra
La demás gente cada cual seguia Envió con probanza copiosa
La parte que mejor le parecia. Al tesorero Pedro de Espinosa.
El Porras se fué acia la Ramada , Llegó con sus poderes en España ,
Al otro pareció que le convino Pidió lo que su parte pretendia .
Hacer á Santa Marta su jornada Gastó dineros , dióse buena maña ,
Por ver en qué paró su desatino : Pero su diligencia fué baldía ;
Entró siendo la noche ya cerrada , Pues al mayor pastor desta cabaña
Pero tuvo noticia Palomino , Este dicho gobierno se pedia
Y dióse tan buen cobro con su gente Para García de Lerma , varon lleno
Que prendieron al dicho delincuente, De lo que puede merecer un bueno.
Y á causa de poder hacer absencia , Mas cierta nao para tomar puerto
Por no tener en tierra buen avio , A Santa Marta fué via derecha ,
Luego con la posible diligencia Y al Palomino dijo por muy cierto
Le dió segura cárcel un navío , Habelle sido ya la merced hecha :
Que para ir á la real audiencia No recibió las nuevas hombre muerto ,
De Santa Marta hizo su desvio ; Sino quien ocasiones aprovecha
Y después hecho cuartos tuvo muerte Creyendo las novelas del navío ,
El miserable Juan de Villa-Fuerte. Y ansi mostró mayor valor y brio.
Paga de su maldad y su locura , Entonces ansimismo por absencia
Que de tal romería tal venera ; Del muerto , procurando de suplinio ,
Y en aquella sazon y coyuntura , Los señores de la real audiencia
Que fué del español dichosa era , Determinaron de nombrar caudillo ,
Un caso sucedió de gran ventura Y por tener en cargos esperiencia
Si para su remedio le valiera , Enviaron a Pedro de Vadillo ,
Pero no mereció su maleficio Primo del oidor que residia
Gozar de tan insigne beneficio. En aquella real chancilleria.
Entonces pues nació rey soberano A Santa Marta fué con tres navios ,
De las generosísimas entrañas Ciento y ochenta buenos compañeros ,
De la hija del gran rey lusitano , Adonde si llevaba buenos brios
Mujer del que fué suma de hazañas, No creo que halló menos aceros ,
Y el heredero fué Filipo Magno , Pues hubo repiquetes y desvios ;
Hoy rey universal de las Españas , Y cierto, si no fuera por terceros
Por cuyo nacimiento malbechores Tales que perturbaron el intento,
Alcanzaron perdon de sus errores. Vinieran en muy grande rompimiento.
Porque con tanta furia se destierra
Vistas las alegrías y perdones ,
Procuró luego Juan de Villa-Fuerte Rodrigo Palomino de razones ,
Aprovecharse destas ocasiones Que nadie consintió saltar en tierra ,
Para poder librarse de la muerte ; Menos quiso cumplir las provisiones ,
Mas importunidad y esclamaciones Y en la playa se puso para guerra
De los Bastidas fueron de tal suerte , Cargando tiros y otras municiones ,
Que los doctos señores del audiencia Con gran solicitud y vigilancia ,
Mandan llevar al cabo su sentencia. Sin desarmarse minima distancia.
Pedro de Porras y Martin de Roa Algunos de los de su compañía
Con otra gente desta camarada , Usaban en el caso tracto doble,
De ceiba hacen una gran canoa Y al Fernán Vaez , con quien él babia
En la costa que dicen la Ramada : Tenido siempre término muy noble ,
Entran los navegantes , y la proa Porque supo que todo lo movia ,
Para Santo Domingo fué guiada ; Lo hizo suspender en verde roble ,
Van , por hüir de muerte merecida , Luego con hierro liquido , redondo.
En grandisimo riesgo de la vida . Tentó meter las naos en el fondo.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II , HIST. DE SANTA MARTA, CANTO I. 263
Pero Vadillo viendo tal embargo Como por estos españoles fuesen
Y aquellas muestras de varon insano , Palabras semejantes entendidas ,
Hacerse con sus naos á lo largo Respóndenle que no se detuviesen ,
Le parecia ser consejo sano ; Porque todos pornán por él las vidas ,
Y ansi con los que vienen á su cargo Y setecientas vidas que tuviesen ,
A Concha se pasó , puerto cercano , Pues serian por él muy bien perdidas ;
Adonde para buena ó mala suerte Y ansi luego se fueron acercando
En tierra y en la mar se hizo fuerte. Do los otros estaban esperando .
Sabido dónde estaban rancheados , Puestos en el lugar que se refiere ,
El Palomino fué para buscallos Por una parte mar, por otra sierra ,
Con doscientos destrísimos soldados , Al Pedro de Vadillo se requiere
Los treinta y cinco dellos en caballos , Procure de dejar luego la tierra ,
Con armas de algodon encubertados , Y que si pone dientes y no quiere ,
Personas que sabian meneallos ; Apareje las manos á la guerra ;
Y los demás que no calzan espuelas Pues en el dia que presente era
Llevaban sus espadas y rodelas. Habia de quedar ó dentro ó fuera.
La voluntad de todos era harta Diciendo Palomino ser teniente
De se probar en este rompimiento ; Nombrado por Rodrigo de Bastidas ;
Pero cuando salió de Santa Marta , Vadillo les responde claramente
Deseando ponelles mas aliento , Ser tales tiranías conocidas ,
El dicho Palomino los aparta Y que no piensa de volver la frente
Para hacelles un razonamiento , Afanfarronerías ni heridas :
Fuera del pueblo ya la gente presta , Antes dice que rijan el alarde ,
Y la substancia del dicen ser esta : Pues para comenzar era ya tarde .
Señores , nunca hizo mano blanda Viendo tan sin razon y tan contrario
Buenos lances en bélica porfía , Al dicho Palomino con Vadillo ,
Y aquesta pretension y esta demanda , Y ser aquel un caso temerario ,
Que quiero llamar vuestra mas que mia , Procuran por mil vias impedillo
Es porque sepa la contraria banda Un fray Joan Perez , fraile mercenario ,
Que no tenemos menos osadía : Y un muy honrado clérigo Castillo :
Ypues que por vos va , correa y cueros Corren entrambas partes por los puertos
Conviene que pongais por defenderos. Tractándolos de medios y conciertos.
»Porque si los que veis son posesores Hubo tan eficaces persuasiones
De provincias y pueblos conquistados , Y tan sagaces importunidades ,
Siervos sereis adonde sois señores , Que compelieron a los dos varones
Ydo podeis mandar sereis mandados : A los efectos destas amistades
Los que vienen serán antecesores , Debajo de honorosas condiciones ,
Yvosotros sereis preposterados , Y fueron estas las conformidades :
Porque con tal promesa hacen cebo Que mandasen entrambos juntamente
Los que traen algun gobierno nuevo. Hasta venir recado mas patente.
» Y si quererme bien también os mueve Los dos gobernadores se abrazaron,
Por respectos que buenos engrandecen , Hecha solemnidad de juramento ;
A mi gran voluntad mucho se debe Oyeron misa, y ambos comulgaron ,
Y mis obras que todo lo mereceu ; Parten la hostia deste sacramento :
Pues que no faltará con quien compruebe Unos y otros se regocijaron
Ser mas que las palabras os ofrecen, Al parecer, sin otro mal intento ,
Do ballareis pospuesto mi contento Mas ninguno vivia descuidado
A vuestro gozo y aprovechamiento . Yuno de otro siempre recatado.
>Nunca me vistes triste ni severo , Y elvulgo muchas cosas sospechaba
Nunca supe tener mala crianza ; Que por ventura fueron vanidades ,
En los trabajos fuí buen compañero , Viendo que cada uno procuraba
En riesgos la primera fué mi lanza : Ganar las principales voluntades ;
Si os quesistes valer de mi dinero , Y atrás en este caso se quedaba
Ninguno tuvo vana confianza ; Vadillo, por faltar las cualidades
Pues segun mis deseos y mis mañas De liberalidad , que es alcahueta
Quisiera daros hasta mis entrañas. Con que la gente mucho se subyeta.
>Quien estos beneficios considera El Palomino muy mas compañero ,
Con la sinceridad que se requiere , Mas liberal, mas mozo, mas afable ,
Debe , si su amistad es verdadera, En todos los peligros el primero ,
No rebusar morir do yo muriere :. Sin se le conocer vicio notable :
Cuanto mas que no tiene mi bandera Vadillo ya mayor y más artero ,
Hombre que de victoria desespere , Y en su conversacion menos tractable ,
Pues con dificultad son rebatidos Para hacer mercedes duro seno ,
Los que nunca supieron ser vencidos. Antes lo proveia de lo ajeno.
Huya temor de los ocultos senos , Vadillo por tener mayor pericia
Pues vais contra cuadrilla mal compuesta : En aquello que ley civil encierra ,
Nosotros somos mas, ellos son menos Guiaba los negocios de justicia ;
Y fatigados de la mar molesta ; Y porque de los negocios de la tierra
Ellos enfermos, y nosotros buenos , Palomino tenia mas noticia ,
Y tenemos las piedras y la cuesta ; Tractaba los negocios de la guerra :
Ellos un escuadron flojo, confuso , Trajo también Vadillo por teniente
Nosotros en la guerra mayor uso. Hombre no menos sabio que valiente,
Y pues en los recuentros quehe tenido Que mucho con su buen seso remedia
Todos en general- fuestes cabales , En lo que ve confuso y alterado :
En el presente solamente pido Aqueste se llamó Pedro de Heredia ,
Que me seais fieles y leales : Siempre valerosísimo soldado :
El gobierno me está ya proveido , Adelante diré de su tragedia ,
Segun dicen personas principales ; Y cómo fué después adelantado
Si viniere, tendreis ilustre pago, De Cartagena , do si tengo vida
Y cada cual verá lo que yo hago. » Le daremos historia mas cumplida.
261 JUAN DE CASTELLANOS .
Siendo los dos que digo pretendientes Con ser en los peligros el primero
De salir cada cual con sus intentos , Y en osadía mas aventajado .
Tenian ya buen número de gentes , Y herir uno y otro compañero
Que con deseo de descubrimientos Conjuntos y pegados á su lado ,
De partes y lugares diferentes Aunque los otros fuesen con acero
Se recogieron mas de setecientos ; Cubiertos y él el cuerpo desarmado :
Y ansi con muchos dellos Palomino Lo cual á gente sabia y á sencilla
Hizo para la ciénaga camino. No causaba pequeña maravilla.
Cuyos términos son al mediodia En no le penetrar flechas sutiles
La costa abajo acia Cartagena, Habia sido su ventura tantå ,
Recodo de crecida pesquería Que si confabularan hoy gentiles
Cerca del rio de la Magdalena , Como los que la musa vieja canta ,
Y de tan gran valor la granjeria También dijeran ser segun Aquiles ,
Que al morador le da la bolsa llena ; Que no podia sino por la planta
Y el compás que la ciénaga rodea Recebir detrimento ni herida
Contiene mucha gente de pelea. Que pudiese privallo de la vida.
Pocigueyca la cerca por un canto , Viendo pues la malicia destos senos ,
Provincia que contiene gran altura , Y cómo de los indios los aparta
De nuestros españoles tal espanto , Agua de rios , mar y muchos cienos ,
Que nunca se vengó la sepultura El Palomino con congoja barta ,
De los que solemuiza tierno llanto , Con seis heridos y el caballo menos ,
Muertos à manos desta gente dura ; Determinó volver à Santa Marta,
Y es hasta hoy allí cosa notoria Donde le dió Vadillo ya venido
Que ningun español cantó victoria. El pésame del daño recebido.
Llegada pues la gente y estandarte Quisiera revolver incontinente
De los cristianos al ancon que digo , Con gente de pertrechos reformada :
Tomaron indios la contraria parte Dió parecer Vadillo diferente
Do no pudo pasar el enemigo : Diciendo ser mejor hacer jornada
Los nuestros los llamaron de buen arte , Donde fuesen entrambos juntamente ,
Mas ellos amenazan con castigo , La costa arriba acia la Ramada ;
Tirando flechas y haciendo fieros Pues antigua notícia les publica
Y aun hirieron algunos compañeros. Ser grande poblacion y gente rica.
Por pelear los indios con desvío, Aquel es un compás detierras llanas ,
Vióse desesperado Palomino , De largo veinte leguas , y de anchura
Yporque carecia de navío No menos , á las sierras comarcanas ,
Para hacer por agua su camino : Aunque por partes hay mas angostura :
Con el orgullo grande de su brio Contiene grandes montes y zavanas ,
A tal furor y á tal demencia vino , Y es tierra de grandísima cultura ,
Que encima del caballo bien armado Entre la mar y sierras de Herrera
Intentó solo de pasar á nado. Y el rio de la Hacha por frontera.
Y ansí por lo fondable fué nadando De pueblos do la mar está cercana ,
En Matamoros su caballo bueno , Algunos será justo que declare :
Que va saladas ondas apartando Dos Guaymaros , Debuya , Coriana ,
Como veloz delfin en ancho seno ; Tapi , Paraguanil , Biriburare ,
Mas como lo mas fondo fué faltando , Caborder , Macoir , Proceliana ,
Detiénele los piés limoso cieno , Maracarote , Ormio , Caraubare ,
Sin que su gran vigor fuese bastante Con otros infinitos separados ,
Para poder pasar mas adelante. Que callo por no ser tan señalados :
Como losindios vieren deste modo Poblaciones cercanas á los rios ,
Al valido rocin y á quien lo guia , Con sus calles bien puestas y ordenadas ,
Y que de las prisiones deste lodo' Fuertes y potentisimos buhíos ,
Ir atrás ni adelante no podia , Y a las puertas grandisimas ramadas
Con grita que se hunde el valle todo Para gozar del fresco de los frios
Descargan increible flechería Vientos , en las calores destempladas ;
En el caballo y en el caballero , Y por ser general aqueste uso
Bien ansí como suelen en terrero. El nombre de Ramada se le puso.
Nunca para matará bestia fiera Y a causa de cortar con gran trabajo
Con armas se juntaron tantas manos ; Con hachuelas de piedra la madera ,
No tantas puyas echa talanquera El arbor escavaban á buen tajo,
A toro rodeado de villanos ; E ya teniendo las raices fuera ,
No viento levantó de la ribera Tirabany arrancábanlo de cuajo ,
Del arena menuda tantos granos : Antes de tener hacha forastera ;
Cuantas flechas venian con veneno Y el tronco limpio ya de sus cervices ,
Contra los detenidos en el cieno. Lo hincaban , arriba las raices.
Aunque ya traspasados los ijares , Puestos ansi por orden admirable ,
El buen caballo sin perder aliento Para siempre , segun que se presume ,
Forcejó por salir de los lugares Por ser esta madera tan durable
Que causaron tan grave detrimento , Que solo vivo fuego la consume ,
Y vuelve por lo fondo destos mares En dulces rios y en la mar fondable
Aponer su señor en salvamiento ; Tan grave peso tiene que se sume >
Eva llegados á seguro puerto , Y los que cortan hoy viejo madero
El ilustre caballo cayó muerto. Trescientas veces mellan el acero.
Fué muy grande la lástima que hizo Es esto que decimos hoy visible
En ser tan sin remedio la fortuna , A quien asientos viejos ver procura ;
Aunque primeramente satisfizo Cuya madera es incorruptible ,
Al amo que sacó del alaguna ; Pues mucha hasta nuestro tiempo dura.
Cuyo cuerpo de flecbas un herizo Y no ternia yo por imposible
Salió también , sin lo herir alguna , Ser antiquísima su compostura ;
Ni jamás á su cuerpo dió herida Y en lo futuro puede ser testigo
Recuentro ni batalla muy rompida , Si no le toca fuego como digo.
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VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, HIST. DE SANTA MARTA, CANTO I.
Si la madera vieja ves cortando Perplejo pues cualquiera caballero
Con seguron ó hacha castellana , De los que van con él en seguimiento ,
Un sutil polvo verde va volando El Palomino quiso ser primero
Que toca la persona mas cercana , Y entró , no sin algun detenimiento
Y la camisa del que está sudando De su caballo de color overo ,
La pone de color de fina grana ; Que visto no pasar con buen aliento
Y es este colorado tan perfecto Volvió , no viendo cosa que le cuadre ,
Que no hará Brasil tan buen efecto. Diciendo : « Ya no pare mas mi madre » .
Antes de sus desdichas y desmanes , Pero vista la pota diligencia
Solian poseer aqueste suelo Que para lo tentar muestra su gente ,
Los indios tairos y guanebucanes , Faltó con el orgullo la paciencia ,
Por otro nombre del Calabazuelo : Y entró segunda vez en la corriente .
Los tairos son vestidos y galanes ; No sé con qué rigor ó violencia
Los otros han por bien andar en pelo, El buen overo trastornó la frente :
Solamente la parte vergonzosa Caballo solo ven volver al puerto ,
Con oro cubren ó con otra cosa, Y el amo nunca mas vivo ni muerto.
En un calabazuelo comunmente ; Van todos en aquel mismo momento
Y estos señoreaban mas la tierra. A lo favorecer si parecia ,
Y los vestidos tairos era gente A todas partes cada cual atento ,
Que procedia de los de la sierra ; Mas por ninguna dellas respondia ;
Mas puesto que de casta diferente Conocieron su mal acabamiento
Nunca jamás entrellos hubo guerra. Y ser aquel su postrimero dia :
Llamamos tairos á los de Tairona Revientan corazones de tristura
Y tierras que confinan con Marona. Llorando tan acerba desventura.
Son los guanebucanes bien dispuestos , No voz hercúlea por el alto cielo ,
Y ansimismo las hembras bien dispuestas ; Ni grito por los aires esparcido ,
Y si los hombres andan deshonestos , Sonó tanto , llamando su mozuelo
No menos las mujeres deshonestas : Hylas , en fondas aguas sumergido ,
Los tairos con sus mantas van compuestos , Cuanto sonó la voz y desconsuelo
Las tairas bien cubiertas y compuestas ; De los que lo llamaban sin sentido ,
Mas la gente desnuda poseía Pues con ser una cosa tan creible
Mejor dispusicion y gallardia : No podian creer fuese posible.
Gente de gran valor y valentía , De Hylas cuentan las antigüedades ,
Graciosa , de sinceras voluntades , Segun tienen poetas por estilo ,
Liberal en partir lo que tenia , Que dél enamoradas las Nayades
Debajo de ser buenas amistades. Lo recogieron en profundo silo :
Cada cual parte destas poseia De Palomino son ciertas verdades
De oro no pequeñas cuantidades , Sumergillo caimán ó cocodrilo ,
Innumerables joyas y chagualas Pues por los rios desta circunstancia
Para sus oruamentos y sus galas. Hay destas bestias fieras abundancia.
No parecian mal los blancos dientes Y todos los que corren alli juntos ,
Y el torcido mirar con ojos bellos Al caminante hacen ir confuso
De las desnudas ninfas destas gentes , Con tantos ; mas volviéndonos al punto
Y las peinadas crenches de cabellos, Del íntimo dolor dicho de suso
Con las preseas ricas que pendientes Desde entonces el nombre del difunto
Van de nariz , orejas y de cuellos , Al sobre dicho rio se le puso ,
Muñecas y molledos rodeados Y con aqueste son y nombradia
De brazaletes de oro mal labrados. Vemos que permanece todavía.
A fama de nacion tan opulenta, No viendo pues remedio de la falta
El Pedro de Vadillo y Palomino Que hizo capitán tan señalado ,
Recogieron trescientos y cincuenta Tomó la mano Sancho de Peralta
Soldados , y el pertrecho que convino ; Para buscar el paso comenzado :
Serian de caballo los setenta ; Y mas arriba por la parte alta
Con los cuales se ponen en camino Hallaron todos ellos muy buen vado ,
El Vadillo salió primeramente , Y ansi llegó la gente sin caudillo
Y con él cuasi que toda la gente. Adonde estaba Pedro de Vadillo.
El otro con algunos del armada El cual supo la nueva desta gente ,
Quedóse ciertas cosas ordenando; Cuyos ojos venian no sin jugo ;
El Vadillo prosigue la jornada Mostró pesalle della grandemente ,
Con paz y con amor acaudillando : Y maliciosos dicen que le plugo ;
Asentó su real en la Ramada Luego miró con mas rugosa frente
Por puntos y momentos esperando ; Y procuró poner mas grave yugo :
El Palomino fué por alcanzallo Dicen llevar en estas ocasiones
Con solos diez ó doce de caballo , El Palomino malas intenciones.
A los cuales él dió muy buen avío ; Y aun yo creo correr à las iguales
Y sin que cosa turbe su persona En intenciones de la paz ajenas ,
A Guachaca pasaron y al gran rio Porque si el uno las llevaba malas ,
Que sale de los valles de Tairona. El otro las tenia no muy buenas ;
El paso suben áspero , sombrío , Però favoreció la diosa Palas
Que hacen las montañas de Marona ; A aquel que merecia menos penas ,
Ven, al bajar, un rio de quien siento Pues en los medios y concierto hecho
Ser menester pasallo con gran tiento. El Vadillo perdió de su derecho .
Mis ojos pueden ser buenos jüeces , Por todos los soldados se comprueba
Pues lo pasaron sin ninguna guia Su cargo , sin poner escusaciones ,
No una sola, pero muchas veces Porque Vadillo del poder que lleva
Y aun solo sin ninguna compañía , Notificó de nuevo provisiones ;
E ya me vi revuelto con las heces Y á Santa Marta se llevó la nueva ,
Y lama que la mala playa eria ; Que fué causa de grandes turbaciones ,
Escapénie también de tigre fiera Mayormente sabiendo su vecino
Por llevar buen caballo de carrera. La inuerte de Rodrigo Palomino.
266 JUAN DE CASTELLANOS.
Pues no sin confusion y gran espanto Corren bajos y altos de la sierra
Se divulgan las nuevas al momento : Prendiendo y rescatando muchos reyes:
Comienza luego doloroso llanto Muchos vienen de paz y hallan guerra
Y un caos sin ningun orden ni tiento , Contra divinas y aun humanas leyes ;
Y ansi la viril capa como manto Prosiguen adelante por la tierra
Manifestaban tierno sentimiento ; Hasta venir á dar á Pacabueyes ,
Todos lamentan , cada cual se duele , Donde hallaron pueblos prepotentes,
Sin haber de por medio quien consuele . Hombres desnudos, però ricas gentes.
En blanquísimos pechos hay destrozo ; Argollones y joyas muy mejores
Despedazábanse rubios cabellos ; En ley que las demás deste camino ;
Dolor quita la toca y el rebozo Ansimismo tenian atambores
Que suelen encubrir cándidos cuellos , Aforrados en hoja de oro fino ,
Como si de la vida de aquel mozo Grandes culturas, ricos labradores,
Pendiera la salud de todos ellos : Templos dicados al honor divino ,
Y ansi con mil renombres que le daban Segun sú parecer y testimonio,
El padre de la patria le llamiaban. Mas eran engañados del demonio.
Flojos un poco los estremos tales , Metió Vadillo pues hasta los codos
Y el pueblo de su llanto mas quieto , Las manos, y los de su compañía
Determinaron hombres principales , Procuraban por los posibles modos
Reducidos à término discreto , Absconder cada cual lo que podia,
De le hacer honrosos funerales , Reconociendo dél que lo de todos
Los cuales se pusieron en efeto : Para sí solamente lo queria;
Sácanse lutos , hácese gran gasto Y ansi con su riqueza, que fué harta,
Para pompa cabal y mayor fasto . Determinó volver á Santa Marta.
Luego se congregó la clerecía De los términos sale deste suelo,
Para solemnizar estos oficios ; Debajo del ya dicho presupuesto,
Acude soldadesca compañía Y segun se decia, con recelo
Con tristes ceremonias y ejercicios : De que vernia con el cargo puesto
Que del difunto cada cual brabia De Castilla gobernador novelo
Recebido muy grandes beneficios ; Que le pidiese larga cuenta desto ;
Y ansi chico ni grande desta gente Y por irse con mando como vino
Dejó de se hallar allí presente . Abrevió lo posible su camino.
Endurecido pecho se quebranta Vió las ondas del mar con su cuadrilla ,
Llorando tan acerba desventura ; Habiendo recogido buena pella :
La música y el canto que se canta Entraron todos pues en esta villa
También representaba gran tristura ; Después un año que salieron della.
Túmulo generoso se levanta , Ocasiones buscaba de rencilla
Y no sin curiosa compostura , Vadillo, sin tener justa querella,
En torno del retratos de la muerte Y ansí quiso por el enojo viejo
Y letra que decia desta suerte : Poner prisiones á Fernán Bermejo .
Non Palominus habet tumulum quo morte quiescat , El cual, certificado del intento,
Ast dignus magni laudibus ingenii : Al templo se retrajo bien armado,
Nam si cuncta satis quae fecit gesta canuntur, Engañado del falso pensamiento
Hispanos inter grandis et esse potest.
Y de muchos amigos confiado ;
No reposa Palomino Porque las cosas estrañas Mas el Vadillo dió su mandamiento
En sepultura notoria, De sus hechos y hazanas. Para sacallo del lugar sagrado ,
Mas cierto fué varon dino Dichas en particular,
Que levante su memoria Bien pueden tener fugar Y ansi Pedro de Heredia su teniente
Algun ingenio divino : Con buenos de las Españas. Lo sacó convocando mucha gente.
Pues ya precipitó la falsa rueda Luego, sin aflojar el interese ,
La fuerza de virtud tan señalada , Era Fernán Bermejo maltratado
Volvamos á Vadillo donde queda Con diversos tormentos, porque diese
Robando y asolando la Ramada , Todo lo que traia rancheado ;
Donde sacó gran suma de moneda , Respóndele : « No tengo que confiese,
Y mas adentro fué con el armada, Porque vos lo teneis á buen recado ,
Pues con guia que tuvo conviniente Yo os entregué cuanto me dió fortuna ,
En el valle de Úpar metió su gente. Tomando para mí cosa ninguna.>>
Reposaron las gentes castellanas , Y no se contentó con desmembrallo,
Por ballar abundantes las comidas , Sino que concibió peor motivo ,
Campos muy estendidos y zavanas Teniendo por mejor el acaballo
De venados y puercos proveidas , Porque no hable, que dejallo vivo :
Y rios de las sierras comarcanas Fueron pues los efectos ahorcallo,
Con aguas en color esclarecidas, Rigor que pareció ser escesivo ,
Y todos estos rios abastados Contra derecho y á razon contrario,
De grandes diferencias de pescados . Y mas siendo varon tan necesario.
Tierra no de calores ni de frio Contar sus desatinos y pasiones
Que con esceso no podais sufrillo ; Seria trabajoso labirinto ,
Asentó ranchos luego par del rio Y à vueltas de cien mil murmuraciones,
Que de su nombre se llamó Vadillo ; Que particularmente yo no pinto,
Y de Fernán Bermejo por su brio Decian que hacia fundiciones
Fingióse ser grandísimo carillo , Dentro de casa sin pagar el quinto ;
Aunque con él estaba muy mohino Murmuraban también los oficiales
Por ser siempre parcial á Palomino. A cuyo cargo son rentas reales.
Este corrió las sierras y los llanos , El uno de los cuales fué Grajeda,
Por ser gran adalid á maravilla , Varon del hábito de Santiago ,
Prendió muchos caciques comarcanos Al cual con los demás también enreda
Que dieron harto para la vajilla ; Con falsedades por le dar el pago .
Fué cebando Vadillo bien las manos Y ansi pasó con otros por la rueda
Hasta llegar al rio Carrancilla , De la garrucha dura sin halago ,
Dicho Guataporí por otro nombre , Sin valelle razon ni hidalguía ,
Y el otro por morir alli tal hombre. Ni el autoridad grande que tenia.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II , HIST. DE SANTA MARTA, CANTO li . 267
Otros muchos pagaron el escote , Al fin el uso hace gente diestra
Segun a su cruel condicion plugo , Y a los futuros trances advertida .
Con público pregon y con azote Porque necesidad , como maestra ,
Librado de la mano del verdugo ; Aconseja que cada cual se mida
Y hizo dar á dos ó tres garrote, Con el posible que la tierra muestra ,
Otros buyeron del pesado yugo , Sin fausto que le haga dar caida :
A lo menos aquel que fué contino Que gran confusion es para los buenos
En fe y en amistad á Palomino. Por se poner en mas venir á menos.
Habia ya venido por prelado Y ansi los capitanes atrasados ,
Un fray Tomás Ortiz, dominicano , Aunque fueron primeros en el pasto ,
Docto varon y bien intencionado, Vivian recogidos y atentados
El cual viendo su término tirano En su casa , familia y en su gasto ,
Procuró por un orden moderado Por no se ver después menoscabados ;
Ille por todas vias á la mano , Pero Lerma traia tan gran fasto ,
Diciéndole ser ya Lerma vecino, Como si fueran infalibles cuentas
Porque los dos venian un camino. Haberse prometido grandes rentas.
Ya temeroso de su desconcierto , Cumplidos eran pues los tres quinientos
Por no ver ocupar otro su silla , Con otros veinte y ocho de la era ,
Ante quien le pidiesen el gran tuerto Cuando con sus soldados ochocientos
De los insultos hechos en la villa , Vido de Santa Marta la ribera :
Determinó salir del dicho puerto, Todos traen costosos ornamentos ,
Y ausi se fué la vuelta de Castilla , Bizarros y follones ; salen fuera
Dentro de pipas de agua su provecho , Calzas , jubones , varios en colores ,
Por mas disimular el hurto hecho. Y cueros de grandísimos primores.
Mas como se ganó con falsa maña , Los casados con capas y con sayos ,
Por malas vias, por inicuo modo , Ricamente vestidas sus zagalas ;
En las arenas gordas, en España, Hacen reverberar solares rayos
Aquel rico caudal se perdió todo Los plumajes con puntas y otras galas ;
Dentro de las riberas que el mar baña , Orden luengo de pajes y lacayos ,
Y el Vadillo quedó puesto del lodo Mayordomos , trinchantes , maestresalas ,
En otra carabela diferente , Con todos los restantes oficiales
Do se escapó de aquel inconviniente. Que tienen los señores principales.
No le quedó caudal para que pueda Pensaban viejos , viejas, mozos , mozas,
Solapar su maldad y atrevimiento, Ser poblacion de ricos aposentos ;
Pues suele muchas veces la moneda Y como vian hechas ciertas rozas
Ser de delictos gran medicamento : Que desmontaron para los asientos ,
El comendador pues dicho Grajeda Y en ellos poco mas de treinta chozas
Luego partió tras él en seguimiento; Comunes a las aguas y á los vientos ,
Trajole la persona tan corrida Imaginaban ser mas adelante
Que con prisiones acabó la vida. Otro lugar que fuese muy pujante.
Aqueste fué su fin bien merecido , Mas como los remates y los dejos
Y aun ayudaronle segun entiendo. De su viaje fueron de manera
Y pues con él babemos concluido , Que sin se divertir mas á lo lejos
Y Lerma llega ya con gran estruende, Los hacen alojar en la ribera ,
Quiero dejar pasar este rüido Quedaron muy confusos y perplejos ,
De trompas que los aires van rompiendo : Viendo que la ciudad aquello era ,
Notemos el entrada, y entre tanto Do para descansar miembros humanos
Daremos orden al segundo canto. Han de hacer los ranchos por sus manos.
Luego Lerma saltó con sus gentiles
Hombres y las personas mas acelas ,
Con otras invenciones mas sutiles ,
CANTO SEGUNDO. Mas ricas , mas costosas , mas perfetas :
Suenan altos y bajos ministriles ,
Don' se tracta de la llegada de García de Lerma á Santa Marta , el gran Húndese la ribera con trompetas :
fausto y pompa que trajo, con otras cosas dignas de escriptura. Un dia de juicio parecia
A nuestra baquiana compañía.
No pocas veces hace harto daño Los cuales , como ven tanta devisa ,
Al que de nuevo viene por regente , Tantas y tan costosas invenciones ,
Del modo del gobierno ser estraño Estando los mas dellos sin camisa ,
Y querer regulallo por su frente , Y apenas camisetas y calzones ,
Pudiendo libertarse del engaño No podian disimular la risa ,*
Siendo su desengaño ya presente : Hablando con algunos chapetones ,
Mas muchos destos hay tan obstinados Y cuando baquianos se topaban ,
Que no consienten ser desengañados. Cocando desta suerte murmuraban :
Y á mí paréceme que menos verra « ¿ Qué debe de comer aquel de sopas
Quien reconoce tractos diferentes Que trae los carrillos temblader os ? »
De los quél sabe , para paz ó guerra , Otro dice : « Descargarán las popas ,
Si se va por do fueron otras gentes Quedarán los navíos mas lijeros.>>
Que para gobernar aquella tierra Otro decia : « Para guardar ropas
Previnieron á los inconvinientes , Han de servir de cajas los gargueros ,
Conociéndolos ya por esperiencia , Pues faltando racion del que gobierna
Y rehuyendo dellos con prudencia. Las han de rematar en la taberna.
Pues para que se hagan sufrideros »Gallardísimos van amos y pajes ,
Trabajos insufribles de pesados , Derechas y bien puestas las braguetas ,
Mas saben todavía los primeros , Acabará nse los matalotajes ,
Como hombres mas rompidos y cursades , El lujo de picheles y limetas ,
Y ansi suelen decir que los arteros Vereis después caidos los plumajes ,
Se hacen de los bien escarmentados , Callar las cherimías y trompetas,
Y aun primero que hagan esta prueba Pues para remojar elintestino
Ha perecido harta gente mifeva . Agua delgada servira de vino.
268 JUAN DE CASTELLANOS.
» Vos vereis antes que la Pascua venga Pareciéndole bien estos intentos
Mozos en cuantidad y pajes horros , A la gente que estaba descontenta ,
Porque los amos con la hambre luenga Aprestando guerreros ornamentos
Irán á mariscar por esos morros , Cada cual á la lista se presenta :
Y les dirán Buscá quien os mantenga, Juntáronse soldados cuatrocientos ,
Que ya no es tiempo de criar cachorros , Y fueron de caballo los ochenta ;
Ni mis dientes consienten decir toma , Con ellos y con gran fausto que saca
Sino que cada puta bile y coma.» Se fué Lerma la vuelta de Guachaca.
Aqueste pasatiempo se tenia Alli llegó con orden diferente
Entre personas necias y aun discretas De los pretéritos gobernadores ,
De los antiguos desta compañía , Cama de campo , silla de gran frente ,
Gente de solamente camisetas ; Rica vajilla , muchos servidores ;
Y mucho mas al tiempo que com ia Con Betanzos , gran lengua desta gente ,
Lerma con cherimias y trompetas, Llamaba los caciques y señores ,
Riquísimo repuesto , muchas sillas De los cuales algunos acudian ,
Y ostentaciones grandes de vajillas. Yotros con una no quiero » respondian.
Juzgaba por ventura que le toca Muchos dellos también hacian fieros ,
Y le cumple lo tal en su comarca , Y ansi Lerma por atemorizallos
Pues era gentil -hombre de la boca Envió cuantidad de macheteros ,
Del César, invictisimo monarca : En cuyas manos no faltaban callos ,
Su hacienda gastó, que no fué poca, Para hacer por ásperos oteros
Sin reservar dineros en el arca , Camino por do fuesen los caballos ,
No por lo ya sabido destas sierras , Que iban con grandisimos trabajos
Sino con esperanza de otras tierras. Sirviendo solamente de espantajos ; .
Por ser gobernacion muy ampliada, Pues si supieran lo que de presente ,
Y aunque por asperezas insufrible, Que reconocen bien usos y modos ,
Esperaban que siendo mas calada Sin poder defendellos nuestra gente ,
La hallarian ser mas apacible ; En ásperas quebradas y recodos
Y ansi vino con él gente granada, Pudieran estos indios facilinente
Dejando sus haciendas y posible : Hacer que los perdieran allí todos ,
Algunos nombraremos en la historia , Porque la sierra es tan salebrosa
Y agora los que diere la memoria. Que no se vido semejante cosa.
Pedro de Lerma, mozo cuyo brio Al fin se mandan ellos por escalas ,
De rayas igualaba la mas alta, Que desechadas con algun relance
Escobar, Villalobos y Berrio, Todas las otras partes de muy malas ,
Juan de Montemayor, Muñoz, Peralta , Siempre prometen peligroso trance ,
Fernando de la Feria, que yo fio Y son bien menester lijeras alas
Que para capitan no tuvo falta, Para dar á los indios un alcance ,
Ansimismo Francisco de Arbolancha, Que corren á su salvo por la cumbre
Cuyo valor tampoco tuvo mancha. Dando sin recebilla pesadumbre .
Lorenzo de las Casas y el de Aldana, Y agora sin guerreros movimientos ,
Que después en Pirú tuvo gran mano , Siendo gente de suyo muy sangrienta ,
Céspedes y Fernando de Santana, Solamente quitaban alimentos ,
Y Anton Santana, su menor hermano, Sin perseguir la nuestra macilenta ,
Un Pedro de Sanlúcar, un Lizana, Los cuales , segun iban de hambrientos ,
Bueso, Juan de Ribera, Juan Toscano , Pudieran padecer mortal afrenta ,
Con otros valerosos , de los cuales Mas gran rüido va por los altores
A tiempos nombraré los principales : De flautas , de cornetas y tambores.
Entonces pues do quiera que se vaya Viendo la gente bárbara revuelta
Estaba toda la ribera llena : Y en grandes confusiones y alboroto ,
El costoso jubon , la rica saya, Por medio de la sierra dan la vuelta
Tendidos por descanso de su pena En todo defraudados de su voto :
De noche por aquella santa playa , Llegan caballos y la gente suelta
Sirviendo de colchones el arena, Donde llaman alli valle de Coto ,
Hasta que ya hicieron pobres ranchos , Seis leguas poco mas de Santa Marta ,
No tampoco pulidos ni muy anchos. Donde volvieron con congoja harta.
Después que reposaron algun dia , Porque nunca, después que se corria
Faltó racion de castellanos trigos , La tierra por aquella circunstancia ,
Y luego se cumplió la profecía Nadie hizo jornada tan baldía
Que les pronosticaron los antigos , Ni camino de menos importancia,
Porque la gente toda perecia, Pues del remedio que se pretendia
Y andaban muchos pobres y mendigos , Fué menos que ninguña la ganancia ;
Tanto que muchos de los mas gentiles Y ansi los pobres y necesitados
Los vian abatir á cosas viles. Se volvieron mas pobres y cansados.
Roconociendo los inconvinientes Grande murmuracion invalecia
Que nacian de las necesidades, En se volver á Santa Marta luego ,
Y cómo ya caian muchas gentes Porque necesidad los compelia
Con pesadísimas enfermedades, A no tener allí mucho sosiego;
Dejando quien curase los dolientes , Y ansi para salir por otra via
Que fueron no pequeñas cuantidades , Al Lerma combatia comun ruego,
Determinó de visitar la tierra , Al cual le pareció ser conviniente
Pues estaba de paz y no de guerra, Entrar en Pocigueyca con su gente ,
Porque los bárbaros desta frontera, A causa de tener ya relaciones
Con los ancones del compás marino De los antiguos con quien él pratica ,
Sustentaban la paz de la manera Ser aquellas insignes poblaciones ,
Que les mandó Rodrigo Palomino, Y ausí mismo la gente dellas rica;
Cuyo valor entre los indios era Demás desto tenian ocasiones
Tenido por no menos que divino ; Por paz , cuyo principio certifica
Y ansi Lerma queria por presencia La ciénaga que ciñe su frontera
Hacer ostentacion de su potencia. Porque ya sustentaba paz sincera.
269
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II, HIST. DE SANTA MARTA , CANTO 11.
Y á todos parecia buen empiezo Iba por capitán Juan de Berrio ,
Para poder entrar en su terreno , Varon cuya virtud fué muy entera ,
Quererles allanar el estrompiezo Y con él cien soldados de buen brio ,
Primero , los vecinos deste seno ; Como Mateo Sanchez y Ribera ,
También su principal, dicho Tocuezo , Fernando de Santana , Juan del Rio ,
Se profirió traellos á lo bueno , Anton Martinez , Pedro de Herrera ,
Debajo cuyas prendas y promesa Y otros algunos , gente conocida ,
Para llegar allá se dieron priesa. Que basta boy alguno tiene vida.
Salieron cuatrocientos escogidos , Suben con el valor que convenia
Serian de caballo mas de ciento , Como dos ó tres leguas de distancia ;
Dei seco pan de yuca proveidos , Llaman de paz aquella compañía
Que fué lo principal de su sustento : Que hallaban por esta circunstancia ,
Que los trabajos antes padecidos Tocuezo les habló lo que sabia
Pusieron á los mas en escarmiento , Ser para su quietud de mas substancia ;
Y es el cazabi pan que si se moja Mas ellos ya dispuestos à la guerra
De toda su substancia se despoja. Le responden que salgan de su tierra.
Pues el alforja siendo remojada Juntamente por muchos se comienza
Por ciénagas ó pluvias ó creciente , Un no sé qué de mal comedimiento :
Quien piensa llevar algo lleva nada , Los nuestros viendo tanta desvergüenza
Y puede ver comer y estar á diente ; A fin de los poner en escarmiento ,
Y quien lo come tenga preparada Quebrantaron los hilos de la trenza
Bebida con que pase buenamente , Que solia tejer buen sufrimiento ;
Pues si se retardasen los bocados Y ansi subieron por aquellas cuestas
Podríanse burlar los convidados. A punto las rodelas y ballestas.
Llevaba Lerma pues sus fuerzas todas , Era de tal altor esta frontera ,
Vajillas y larguísimos repuestos , Que para la subir , forzosamente
Como si fueran á solemnes bodas Habian de pasar por escalera ,
Y no para peligros manifiestos : Donde no vian defensor patente :
Van azadones , barras , van escodas El Berrío llevó la delantera ,
Para bacelle llanos los recuestos ; Y todos van con brio diligente ;
Va Tocuezo también muy diligente Mas parecieron luego tantas manos
Para llamar de paz aquella gente. Que hacen reparar a los cristianos.
Llegaron á las faldas de la sierra Y si para subir se daban priesa ,
Donde tenian muchas sementeras ; Para bajar no tienen menos ganas ,
Pobladisima ven toda la tierra , Porque sobrellos llueve muy espesa
Jusupérables todas las laderas ; Aguda flecha , golpe de macana ,
Mandanse ya de paz ó̟ ya de guerra Piedra de todas partes , que no cesa
Por enhiestas y largas escaleras De lastimar la gente castellana :
De grandes lajas puestas de buen arte , Unos saltaban dos , tres escalones ,
Por no poder subir por otra parte. Otros bajando van á trompicones.
Subió Tocuezo la cercana loma Bien como cuando carga mucha gente
Llamando los propincuos moradores : A ver algunas fiestas en tablado ,
Sobresaltáronse , mas él los doma Que se quiebran las vigas de repente
Y hizo que perdiesen los temores ; Y unos sobre otros van mal de su grado ,
Salió luego de paz su gran naoma Este se quiebra pié y aquel la frente
Con algunos caciques y señores ; Otro de piés ajenos es hollado ,
Lerma los recibió con buena maña Y el que pudo saltar mas y primero ,
Dandoles cosas hechas en España. Ese libró mejor si fué lijero:
Subieron pues al pueblo mas cercano , Ansí también la misma pesadumbre
Que de gran cuantidad de casas era Tuvieron los soldados deste bando ,
Por orden repartidas en un llano Pues cuando vieron tanta muchedumbre
O hoya bien ansí como caldera , Que venia sobrellos descargando ,
A causa de tener á cada mano A su pesar bajaron de la cumbre
Muy alta y asperisima ladera : Unos sobre los otros trompicando,
Hay en torno labranzas y frutales , Y el que saltar podia por encima
Regalos grandes destos naturales. Ese se tuvo por de mas estima.
Desampararon indios el asiento , Tiénese por rüin el mas tardío
O por ir á lugares mas seguros , Por de mayor valor el menos flojo
O porque de su proprio nacimiento Por seguro quien hace mas desvio ,
Son todos intractables y hombres duros : Quien huye por valiente y ortodojo :
Cada cual escogió buen aposento, A muchos hieren , hieren á Berrío ,
Y sin adivinar males futuros De tal suerte que siempre quedó cojo ;
Usaba Lerma siempre de sus pompas Y aun fué bien venturosa la herida ,
Con son de cheremias y de trompas. Pues no fué perdidoso de la vida .
Esperimentó luego rica silla Porque del número de los heridos
La majestad de Lerma cuánto pesa : Escaparon muy pocos ó ningunos,
Ostenta repostero la vajilla , Y a ser con mas instancia perseguidos ,
Los pajes diligentes ponen mesa ; No volvieran de males tan ayunos ;
Mas no ternia yo por maravilla Mas con vellos los indios divertidos ,
Los bárbaros hacer en todo presa , No curaron de ser mas importunos ,
Viendo la destruicion y destemplanzas Satisfaciéndose con lo ya hecho
En sus casas , frutales y labranzas. Y con manifestalles su mal pecho.
Y ansí los indios por las demasías Pues indios que tenian un cabezo
Ajenas de su poco sufrimiento , Y estaban à la parte mas cercana ,
Se detuvieron mas de treinta dias A voces dicen : « Húyete , Tocuezo .
Sin acudir con reconocimiento ; Si no quieres morir muerte temprana ,
Pero salieron ciertas compañias Porque te torceremos el pescuezo
A quien el Lerma dió su mandamiento Si acaso te halláremos mañana ;
Para que los caciques vengan luego , Y á Lerma dirás luego que se salga ,
O donde no , sus casas queme fuego. Si hallare guarida que le valga.
270 JUAN DE CASTELLANOS .
El amenaza que se le hacia Bien como lo que cuentan del rüido
Por sus proprios amigos y parientes, De ciertos montes septentrionales ,
Solamente Tocuezo percibia, Que no lo puede comportar oido
Y dió declaracion á muchas gentes : De todos cuantos hay de los mortales ,
Berrío recogió su compañía , Antes con tanta voz , tanto bramido
Ansí los sanos como los dolientes , Han perecido gentes principales :
Y con gran priesa bajan la ladera Ansí también aquí se desatina
Hasta llegar do Lerma los espera. El español con grita tan contina.
El cual de ver negocio tan confuso Porque las gentes á furor subyetas
Mostró gran sinsabor y sentimiento ; Se convocan , animan y se llaman .
* La venganza del hecho se propuso , Tocando sobre mas de mil cornetas
Segun pedia tal atrevimiento , Que parece tocándolas que braman :
Sin creer a la gente de mas uso , Innumerable copia de saetas
Que por ventura fué su perdimiento : Por una y otra parte se derraman ,
También Tocuezo dijo ser aviso Galgas lapideas, infinito canto ,
Salirse luego Lerma , mas no quiso. Que al mas fuerte causaban gran espanto.
Antes al indio dijo que volviese , No falta gran ruido de atambores
Pues era de cristianos tan amigo , Que tocaban en una y otra loma ,
Y a todos los caciques les dijese Con los pesados gritos y clamores
Que lo tuviesen ya por enemigo, Que suelen los secuaces de Mahoma :
Porque verian antes que saliese Quince caciques son, grandes señores ,
Un mas que crudelisimo castigo , Subyectos á los mandos del naoma .
Y hasta lo mas alto de la sierra Llamado , segun dicen , Marocando ,
Habia de quemar toda la tierra. Sus gentes cada cual acaudillando .
El indio , no queriendo dalles cebo Serian mas de veinte mil salvajes
Y ser mejor vivir á mira y anda , Inflados con guerreras apostemas ,
Le respondió : « Yo hice lo que debo Y con aquellas furias y corajes
Para tornar aquesta gente blanda ; De gentes renegadas y blasfemas :
Mas agora no puedo, ni me atrevo Menéase gran suma de plumajes ,
A les notificar esa demanda, Ricas coronas , lucias diademas ,
Porque descargarán unos y otros Resplandecientes pectos y chagualas,
En mi lo que desean en vosotros. Lucidos brazaletes y otras galas.
Y si teneis acaso presupuesto No venian con orden mal digesto ,
De ir á castigar estos salvajes , Sino con un compás bien concertado ,
No sudes en subir algun recuesto , Acomodado cada cual al puesto
Pues , sin que tú los busques ni trabajes, Que por su capitán fué señalado ,
Yo sé que te vernán á buscar presto , Sin que las asperezas del recuesto
Cargados de macanas y carcajes ; Efecto haga desproporcionado ,
Mas yo no quiero ver tan mala cosa , Porque venian estas gentes juntas
Sino poner los piés en polvorosa . » En dos prolijas alas ó dos puntas.
Lerma dijo : « Podrás estar seguro El un cacique , dicho Macopira ,
Que no querrán tomar tan mal consejo». Gobierna con Macorpes el un ala ;
Pero Tocuezo como ya maduro No con menos furor ni menos ira ,
Y con las esperiencias de hombre viejo , A la siniestra va Toronomala ;
La tierra ya cubierta con obscuro , En este mismo puesto Doromira ,
Arrebató las armas del conejo , El cual en gran destreza les iguala ,
Teniendo por mejor salto de mata , Y Marocando, principal regente,
Que la seguridad de que se trata. Va con otros caciques en la frente .
Ido Tocuezo , luego se procura Guïando van ansí los escuadrones
Velar por el compás á la redonda , Por recoger en medio los cristianos ,
Y á causa de la noche ser obscura Entre los cuales hay dispusiciones
Peones y caballos hacen ronda , Mas para sueltos piès que para manos
Con la solicitud del que segura Pues no menores son sus turbaciones
Quiere hacer su nave con la souda , Que de confusa junta de villanos ;
A fin de descubrir aquel engaño Y ansi para guardar la dulce vida
De donde le podria venir daño . Piensan que su salud es la büida.
Y al tiempo ya que la nevada cumbre A gran priesa pidió Lerma Polanco
Sus cándidos colores descubria , Arnés escogidisimo que lleva ,
Tocados y heridos de la lumbre Queriéndose con él armar en blanco
Quel hijo de Latona les envía , De lo superior hasta la greva ;
Apartada la ciega pesadumbre Mas bien pudieran dalle toque franco
Con la presencia del presente dia , Los indios , si hicieran en él prueba ,
Dejan los que dormian sus cubiles Porque para la guerra destas gentes
Al son de sonorosos ministriles. Las tales armas son impertinentes.
También del soporifero sosiego También las asperezas de la sierra
El confiado Lerma se levanta : Para caballos son inaccesibles :
De sus ropas le hacen el entrego Hay muchos aguaceros en la tierra,
Desde los altos hombros à la planta ; Y en ella los calores insufribles ;
Un capellán le dijo misa luego , A venenosas flechas desta guerra
Y no mucho después también ayanta Menos parecen armas invencibles ,
Con vajilla de plata bien labrada Pues por poco que quede descubierto
Y con la majestad acostumbrada. Por allí sin errar puede ser muerto.
Y al tiempo que se hacen ya pequeñas Y ansi para las tales ocasiones
Las sombras todas de los vejetales . Son mas acomodados y lijeros
Y huyen del calor à frescas breñas Los sayos estofados de algodones
Los unos y los otros animales , Que usan baquianos compañeros,
Parecieron por riscos y altas peñas Y sirven en las noches de colchones :
Inmensa cuantidad de naturales , Son defensa de grandes aguaceros ;
Con tales gritas , voces y gobierno , Si durmiendo rebato lo recuerda
Que parecian furias del infierno. Vestida tiene ya la mano izquierda.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, HIST. DE SANTA MARTA, CANTO II. 271
No se turba tomándolo dormido , Aparejose para la venganza
Por ya tener allí sin que se mude Un hombre de caballo poco diestro :
Con que poder salir apercebido , Contraria le salió su confianza ,
Y a la mano halló con que se escude, Y el hado que la dió le fué siniestro,
De sus industrias proprias socorrido , Porque Marcopes le tomó la lanza ,
No con mozo ni paje que le ayude , Asiendo muchos indios del cabestro,
Segun agora Lerma, y aun no puede, Y tantos apuntaron al terrero ,
Porque ningun lugar se le concede, Quel caballo murió y el caballero .
A causa de llegar el terremoto Y sin soltar la lanza de las manos
De flechas que no van sin yerba fina, Marcopes ocupó cierto canino
Y tan grande la grita y alboroto Angosto, por do huyen piés livianos
Quel buen gobernador se desatina ; De los que temen este torbellino,
Y ansi sin esperar ajeno voto Y con ella mató cuatro cristianos,
Aprieta las espuelas y camina : Y muchos mas matara , pero vino
Siguiólo mucha gente de caballo Pablo Fernandez en aquel instante ,
Tomando por achaque no dejallo. Poniendo la rodela por delante .
El peon, que no puede mas , espera Marcopes usa de su destemplanza ;
Y al impetu terrible que venia Pero fuéle la punta rebatida,
Hizo rostro la gente mas guerrera Y al tiempo que de veras se abalanza ,
Con el mejor concierto que podia : El asta mas compuesta y estendida ,
Juan de Céspedes y Juan de Ribera , Pablo Fernandez le ganó la lanza
Un Pedro de Sanlúcar, un Mejia, Y juntamente le quitó la vida ;
Feruando de Santana , Auton de Palma, Y ansi se libertó del detrimento
Queriéndola ganar, ó dar el alma. Y á muchos que le van en seguimiento.
Ejercitanse bien ambas escuelas , Muñoz y Juan Gutierrez y Zavallos,
Cada cual segun uso de su Marte ; Procurando llegar á tierra llana
No duermen las espadas y rodelas, E yendo todos tres en sus caballos,
Las macanas se juegan de buen arte, Topan á Delgadillo y á Santana
Derribanse narices , dientes, muelas, En grande confusion, y por librallos
Mortales golpes hay de cada parte : De la muerte que al ojo ven cercana ,
Unos caen los cascos ya deshechos , Como personas comedidas, francas,
Otros rotos los vientres y los pechos . Los dos peones toman à las ancas .
Un gentil indio viene dando carga, Mas antes de pasar los reventones
Que gran estrago por los nuestros hizo : Por adonde pasaron los primeros,
Era de nariz corva, barba larga, Llegaron otros nuevos escuadrones
Y tal que se creia ser mestizo ; Que mataron aquestos caballeros
Todo por donde va lo desembarga Y los caballos , mas los dos peones,
Por poderse hacer encontradizo Escaparon alli por ser lijeros :
Con Pedro de Sanlúcar , cuya espada Ansi lo cuenta como yo lo escribo
Mas que las otras era señalada. El Anton de Santana, que es hoy vivo.
Luego como llegó donde desea, Céspedes y Fernando de Santana
Juega la pesadísima macana ; Y Pedro de Sanlúcar y otra gente
Como lijero tigre se menea Que por acá llamamos baquiana ,
Avista de la gente castellana : Recogen los que pueden buenamente
Comiérzase la singular pelea , De la recién venida castellana,
A la cual el Sanlúcar fué de gana ; Cuya salud está dellos pendiente ;
Los golpes insufribles del desnudo E ya haciendo rostro, ya huyendo,
Atormentan el brazo del escudo. Se fueron à la playa retrayendo.
Queriendo segundar el indio fiero, Finalmente, de sanos y heridos
El Sanlúcar, al tiempo del amago, Formaron escuadron por tal concierto ,
El cuerpo le hurtó como lijero : Que nunca mas pudieron ser rompidos,
Dió la macana del gandul en vago ; Menos alguno destos quedó muerto,
Llegó luego la mano del acero Con pelear y ser acometidos
Para que no se vaya sin su pago, En cada reventon y en cada puerto,
Y antes que le pusiesen embarazos Poniendo corazon al que desmaya ,
Le llevó de revés entrambos brazos. Hasta que ya salieron a la playa.
Puestos en el hervor desta porfia. Do García de Lerma luego puso
Que ya contra los nuestros iba prona, La mano con dolor en la mejilla ,
En vizcaíno, Sancho de Murguía, Cercado de congojas y confuso
Procuró de tomar una corona De ver tan cercenada su cuadrilla ;
De cierto principal, à quien habia Y sin sacar provecho dalles uso
Muerto con gran valor de su persona : A bárbaras uaciones de vajilla ,
Tomóla, mas teniéndola cogida Quedando juntamente por rehenes
Dejola juntamente con la vida. Cama de campo y otros muchos bienes,
Desque Murguía dió postrer aliento, A quien se daba poco que se rompa
Con muerte castigada su demencia , Cualquier presea rica y estimada ;
Cargo tan invencible movimiento Mas el no comera con dulce trompa,
Que fué flaca cristiana resistencia ; Sino con trampa mas acomodada ,
Y de los españoles mas de ciento Y habrá por bueno de dejar la pompa ,
Del humano vivir hacen absencia : En semejantes guerras escusada ;
El resto no pudiendo defenderse , Pues el buen capitán acá no usa
Tuvo por buen consejo retraerse. Llevar sino las cosas que no escusa.
Mas el alférez dicho Benavides , Llegados pues los que salieron buenos ,
No sé si por quitar algun despojo , Con él a Santa Marta se volvieron.
Se quiso señalar en estas lides Pero de cuatrocientos ciento menos,
Con golpes llenos de mortal enojo ; Sin otros quince que después muneren ,
Pero poco duraron sus ardides, No de rabiosos términos ajenos ,
Por acertalle flecha por un ojo : Porque rabiando todos perecieron ,
Perdió la luz , y fue por la berida Y de piernas , molledos y de brazos
El anima del cuerpo despedida. Se caian las carnes á pedazos.
272 JUAN DE CASTELLANOS.
Lerma también constó sacar berida > Esta necesarisima jornada ,
De sus armadas piernas la derecha , Sin la cual no terneis hora segura ་
Llevándola tan torpe y entumida Para que vaya bien encaminada
Que sospechó ser venenosa flecha ; Tenia por grandisima cordura
Mas á la gente vil , descomedida , Dalles una terribie trasnochada
No dejó de ocupar falsa sospecha , Cuando la noche fuere mas obscura ;
Diciendo que se dió con un espuela , Pues que sabeis que aquella serrania
Mas fué maliciosisima novela: Nadie la salteó por esta via.
Pues se supo de cierto ser saeta > Para mejor pasar esta carrera
O flecha , no con yerba , sino pura , Y salirnos en salvo con el hecho,
Y en ocasion à ella tan subyeta Ninguno de caballo vaya fuera ,
A pocos ha cabido tal ventura ; Pues causara mas daño que provecho :
Gran número de dias tuvo dieta , Peones han de ser , gente lijera ,
Sin que faltase diligente cura , Que salga libre de cualquier estrecho ,
Y por ser flecha limpia de veneno Y han de dar en los indios à tal punto ,
A los cuarenta dias quedó bueno. Quel golpe y el tronido llegue junto.
Teniendo pues de vida confianza , » Segun aquello que la tierra muestra ,
Hizo congregacion de sus soldados Este parece orden convenible ,
Para comunicalles la venganza Si por juicio de la gente diestra
Que desean los hombres lastimados : Otro no se hallare mas factible ,
Manifestóles con gentil crianza Pues esperiencia , provida maestra ,
Sus trazas , sus intentos y cuidados ; Imposibilidad bace posible ;
Y las palabras del razonamiento Y ansi deseo que mayor prudencia
En substancia son estas que yo cuento : Sobre mi parecer dé su sentencia.»
« Señores, en guerrera competencia , Oida la razon , dijeron todos
Al teórico mas aventajado , Los que podian autorizar plaza ,
Si práctica le falta y esperiencia , Que para por ásperos recodos ,
Las menos veces es bien atinado , Que gente de contrarios embaraza
Y el uso y ejercicio sin prudencia Eran los dichos los mejores modos ,
Efecto no promete concertado ; La mas segura y acertada traza ;
Mas quien sin estas faltas hace suerte Porque yendo callados y secretos
Por imposible tengo que no acierte. Se podrian hacer buenos efetos.
> Yo conozco que traje buenas gentes Hízose lista pues de los cabales
De capitanes y soldados viejos , Hombres que allí tenia nuestra Hesperia :
Y en negocios de guerra tan prudentes Son doscientos y diez , de cuyos males
Que de muchos podrian ser espejos ; Nos da desdicha larga la materia ;
Mas acá son las cosas diferentes , Y fueron los caudillos principales
Y ansi cumple seguir nuevos consejos : Escobar y Fernando de la Feria ,
Que nuevas reglas , nuevas prevenciones Soldados valerosos , principales ,
Piden también las nuevas ocasiones. Pero no para mandos tan cabales.
» De presente querríamos eomiendas Al tiempo pues que nublo vespertino
De los pasados daños recebidos , Encubria los ricos y mendigos ,
Y procurar poner algunas riendas Todos ellos se ponen en camino ,
A bárbaros tan sueltos y atrevidos ; Sin quererse fiar de indios amigos
Y no será hacer malas haciendas Para que no tuviesen adevino
Tomar consejos de los mas curtidos ; Ni de su pretension otros testigos ;
Pues en los semejantes menesteres Y los nocturnos nublos apartados ,
Mas lumbre tienen viejos pareceres. En un monte estuvieron emboscados ,
> A mí del mismo yerro redarguyo . Hasta se despedir febea lumbre
Y el enmienda será la que ya muestro : Y volver las tinieblas à su juro ,
Seguir á los antiguos hombres , cuyo Vistiendo como tienen de costumbre
Parecer servirà de buen maestro , Todas las cosas de color obscuro ;
Para que corrijamos con el suyo Y entonces caminaron á la cumbre
El yerro cometido por el nuestro ; Por do les parecia mas seguro :
Mas antes que hagamos movimiento Subieron asperezas á porfía ,
Quiero decir también lo que yo siento. Pero no por el orden que cumplia.
» Del valor de los indios sois testigos , Porque sin esperar los diligentes
Y aun hoy con la victoria mas lozanos ; A los mas tardos y de menos tinos
A la mira teneis indios amigos Y sin examinar inconvinientes
Cuyos intentos no pueden ser sanos , Que de diestras consultas eran dinos ,
Si no damos calor á los castigos , Se partieron en partes diferentes
Y vieren que tenemos buenas manos ; Como dieron en copia de caminos ,
Pues sus deseos son y voluntades Puesto que cada cual tuvo creido
Gozar de sus antiguas libertades. Ir juntos y ninguno dividido.
» Por tanto , si reciente dolor arde , Pero llegados á las poblaciones
Que de venganzas es buen alcahuete , Do pudieron subir sin ser sentidos
Lo dicho con secreto se reguarde Los capitanes sin sus escuadrones
Y el buen efecto dello se decrete : Confusos se ballaron y perdidos ,
Pues cuanto lo hiciéremos mas tarde Contando solos veinte y seis peones ,
Tanto mayor peligro nos promete , 'Del cuerpo de la gente divididos ,
Y el abreviar en cosa semejante Sin poder atinar por qué ladera
Podémoslo tener por importante, Caminan los demás de su bandera.
» Bien veo que sus flechas son nocivas , Habian de subir á lo mas alto
Asperísima sierra, y ellos duros ; En las obscuras horas del sosiego ,
Pero no tienen armas defensivas Antes que dieren el primer asalto ,
Ni pelean detrás de fuertes muros " Y á los demás venir bajando luego :
Y en su flaco pajar con llamas vivas Pero Juan de Escobar , viéndose falto ,
Los podrian quemar sobre seguros ; En el pueblo mas bajo puso fuego ,
Pues à nacion tan vil , crüel y perra , Porque los divertidos acudiesen
A fuego y sangre cumple dalles guerra. A do la claridad del fuego viesen.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II , HIST. DE SANTA MARTA, CANTO M. 275
La viva llama su furor estiende Como la gente y el que los gobierna
Y por los altos de las casas vuela : Andaban más sin huelgo que con bazo ,
Caneyes potentisimos enciende , Mataron á Francisco de la Serna,
Aviva grande viento la candela ; Que peleaba con heróico brazo ;
Salia quien el fuego comprebende , Hirieron à Escobar en una pierna ,
No barruntando dolo ni cautela , De la cual luego se cortó un pedazo ,
Mas todavía sin haber sospechas , Por librarse con esta diligencia
En las manos los arcos y las flechas. De aquella venenosa pestilencia.
A las voces y gritos del despierto Y un indio desde el alto de un cabezo ,
El que estaba dormido se despierta , Con una piedra dió golpe tan lleno
Y en el salir tenian tal concierto Que del cayó Mateo de Burruezo ,
Que ningun español los desconcierta : Soldado conocido por muy bueno ;
Ninguno de los indios quedó muerto Al Escobar pasaron el pescuezo ,
De cuantos acudian à la puerta , Aunque con flecha limpia de veneno ,
Por salir cada cual tan á recado Que si no mal pudieran socorrello ,
Como si fuera sobre muy pensado. Pues no cumplia cercenar el cuello .
Reverbera la luz por los altores ; Dos veces mal herido tuvo vida ,
Suenan voces de gentes alteradas ; Con no poder tener a mano fuego.
Levantanse cercanos moradores , La demás gente desta dividida
Y acuden a las llamas levantadas : No traia menor desasosiego :
Claramente se ven los maſhechores ; Con golpe de mortifera berida
Resplandecen los yelmos y celadas ; Fernando de la Feria cayó luego ;
Y ansi los indios como los cristianos Al fin el español ya sin remedio
Aderezan las armas y las manos. Tierra determinó poner en medio.
Los españoles otros , que gran trecho Visto hüir la gente peregrina ,
Estaban apartados deste puesto , Sin esperar el sano por el cojo ,
l'or la lumbre que ven juzgan lo becho ; El bárbaro sus pasos encamina ,
Mas no pudieron acudir tan presto No con hervor de flaco ni de flojo ,
Por la gran aspereza del repecho Y de la sierra hasta la marina
Que por delante tienen contrapuesto ; El campo con la sangre dejan rojo ;
Pero ya resbalando , ya cayendo , Pues ya con flecha , ya pechos abiertos ,
La derecha ladera van subiendo. Quedaron sobre cien cristianos muertos.
Los otros que pusieron la candela Los bárbaros crüeles y nocivos
Y no salieron bien con el insulto , Por escudos y por espadas huellan ,
Cumpliales hacer buena rodela Con las cuales á todos los captivos
Para no dar las flechas en el bulto; Traspasan, hieren, matan y degüellan ;
Y el mas valiente dellos se recela Y a los cristianos muertos y á los vivos
Por oir de gandules gran tumulto , Las caras con las barbas les desuellan ,
Sonando por los altos y peñoles Que vista cada cual de paja flena ,
Cornetas de marinos caracoles. Espectáculo fué de harta pena.
Llenos de confusion , llegó la hora Aquellos que libró su lijereza
Cuando mostraba ya por el altura A Santa Marta fueron mal parados ,
Sus dorados cabellos el aurora , Mostrando las angustias y tristeza
Cuya lumbre les fué menos segura, Que nacen de sucesos desdichados ;
Pues aunque cumbres de los montes dora, Y habia de presente tal flaqueza
Sus corazones viste de tristura , Y número tan poco de soldados ,
Viendo la multitud que los rodea Quel gobernador tuvo por iucierto
Sin poder escusarse de pelea. Poderse sustentar en aquel puerto.
Bien como cuando de las dulces venas Por ser como doscientos castellanos ,
Salen nuevos enjambres en verano , O pocos mas de nuestros peregrinos ,
Que para no volver á las colmenas Y de los naturales comarcanos
Ocupan el espacio comarcano : Sobre noventa niil los mas vecinos ,
Ausi de indios ven laderas llenas Que con arcos y flechas en las manos
Que vienen al ejército cristiano , Son peores que espiritus malinos ;
Con tal braveza que de solo vellos Pero con todas estas turbaciones
Se ponen erizados los cabellos. Estuvieron quietos los ancones .
Llegados al conflicto y al aprieto , No para que jamas les fuesen gratos
Cada cual de sus armas se aprovecha , Los rostros de las gentes estranjeras ,
Declarando por obras su conceto , Mas por los vinos caros ó baratos
Pues ponen su salud en su derecha ; Que solían venir a sus riberas ,
Mas el arma que hace mas efeto Y por rescates otros y contratos
Es la mortal y venenosa flecha , De herramientas para sementeras ;
Cuya menor y mas leve herida Y lo mas cierto es, a lo que siento ,
Quita las esperanzas de la vida. Quitalles Dios aquel atrevimiento .
Auiman sus soldados los caudillos Pero la gente nuestra temerosa ,
De nuestros fatigados castellanos , Aunque velaba como convenia ,
Cuyo cansancio les ponia grillos , Pues el mas descuidado no reposa
Porque los indios sueltos y lozanos Y de la luenga noche hace dia ,
No solo no se hartan de herillos , Pensaba si rugia cualquier cosa
Mas quiérenlos tomar vivos á manos . Ser multitud de indios que venia ,
Con un recuentro tan impetuoso Hasta que deshacian sus antojos
Que no les daban punto de reposo . Con claridad y examen de los ojos.
Como toros a quien gente lijera Mas cuando se recela rompimiento ,
Va con agudas puntas enclavando , Considerando que los indios suelen
Que como nunca para su carrera , Enalmagrarse con aquel ungüento
Y aquí y allí y allá suenan gritando , De bija que con trenientina muelen ,
La lengua con sudor echan de fuera Los que tienen algun conocimiento
Yestan con los ijares arqueando : De lejos los barruntan y los huelen ;
Ansi tienen á nuestros españoles El cual olor también tienen las ram´s
Los bárbaros y los ardientes soles. Del arbor bija puestas enlas Mamus,
T. IV. 15
274 JUAN DE CASTELLANOS.
En este tiempo pues que se recela » Las obras y palabras de constante
La venida de los alderredores , Anejas son à vuestro nacimiento ;
Encendieron con bija la candela Y ansi conviene que para adelante
En casa de uno destos pobladores : Conozcamos en vos tan buen aliento,
Las narices de los que hacen vela Que visto vuestro brio , se levante
Al punto percibieron los olores ; El mas acobardado pensamiento ;
Fué cosa por entonces creedera Pues los soldados en cualquier demanda
Estar sobrellos toda la frontera. Andan con el calor del que los manda.
Tocaron arma los que tienen voto , » Demás desto , señor , no tengais pena
Pareciéndoles ser verdad patente : Por padecer pobreza de presente ;
Levántase ruido y alboroto ; Pues os daré también la bolsa llena ,
En confusion se ve quien menos siente , Si vuestra merced quiere darme gente :
Ansí como si fuera terremoto Prefiérome tener maña tan buena ,
Que viene con obscuro de repente; Quel mas frio soldado se caliente ,
Finalmente, la gente castellana Porque ya conoceis ser el dinero
Veló hasta que vino la mañana. Para los calentar gentil brasero.
Después del sobresalto, que fué sumo , > Si concebís acaso pensamiento
Llegada ya la luz del claro dia . De no cumplir agora salir fuera ,
Aquella turbamulta se fué en huno Por padecer el pueblo detrimento ,
Viendo cómo de humo procedia ; Estando de mal arte la frontera ,
Mas pues en este canto yo consumo Ningun temor tengais de movimiento ,
Mas espacio de tiempo que debria , Que no se mueven tan á la lijera ,
Y quedo cuasi sin aliento , quiero Mayormente do los caballos huellan
Cobrallo para el canto venidero. Y rompen , desbaratan y atropellan.
>Lo dicho me parece medicina
Para poder salir desta congoja ,
Y el remedio que hace mas aina
CANTO TERCERO . Fortísima la gente , de muy floja :
Quien al os aconseja desatina ,
Donde se cuentan varios acontecimientos de cosas durante el gobierno Y es lo demás andar de mula coja;
de Garcia de Lerma. Tengo mi parecer no por siniestro ,
Salva la correccion del mejor vuestro.
No cuantos tienen nombres de soldados El Lerma procuró de estar atento ,
Son dignos de por tales ser tenidos , Como varon sagaz y bien compuesto ,
Ansí como son muchos los llamados Y prometióle , no sin juramento ,
Y de los muchos pocos escogidos : Habiéndole cuadrado lo propuesto ,
Señalanse los hombres esforzados De le dar todo buen aviamiento ,
En animar á los que ven caidos , Y quel despacho dél seria presto ,
Porque en la haz del bélico tumulto Por parecer consejos de discreto
Muchos vereis que son como de bulto . Y convenir ponellos en efeto.
Y ansí también en las calamidades Luego con instrumentos musicales
En aquella sazon acontecidas , Se mandó pregonar un mandamiento,
Habia muchos destas vecindades Por el cual capitanes , oficiales
Que no hacian cuenta de sus vidas , Y soldados vinieron al momento ;
Y otros tenian las dificultades Y hechas de silencio las señales ,
A sus buenos esfuerzos sometidas , Declaró Lerma con razonamiento
Prestando á los demás , porque no penen , Que hizo, pretender perseverancia,
El animo y el brazo quellos tienen . Del cual aquí pornemos la sustancia.
Y el Lerma con aquestas turbaciones « Caballeros y amigos , el deseo
También se consumía con tristeza , Que para remediaros he tenido ,
Y quiso por las tales ocasiones Si no ciegan pasiones , yo bien creo
Desamparar aquella fortaleza , Que cada cual lo tiene conocido ;
Habidas muchas consideraciones Pero, como sabeis , ningun empleo
Cerca de los peligros y pobreza ; Hecimos que bien haya sucedido ,
Pero viejos en estos menesteres Y ansi mi voluntad no hizo muestra
Estaban de contrarios pareceres . De las obras debidas á la vuestra.
Destos antiguos era compañero »Mas tras tormenta viene la bonanza,
Un Alonso Martin , hombre famoso , Que no viento contrario siempre vienta ,
Varon en sus consejos muy entero Y ansi si nuestro mal hace mudanza ,
Y en los trances de guerra venturose , Y algun bieu la fortuna nos aumenta ,
Unico y admirable ballestero : De mi terneis entera confianza ,
Aqueste, como cuerdo y animuso , No menos en honores que de renta ,
A solas, sin testigos circunstantes , Habiendo cerca desta conveniencia
Al Lerma dijo cosas semejantes : También de vuestra parte diligencia.
Pena tengo, señor, del mal suceso , » Pues mal triunfará quien no pelea ,
Mas no me maravillo que lo haga ; Y el mancebo galán ó viejo cano
Pues en el caso próspero y avieso Menos alcanzará lo que desea
Nunca fortuna va por una raya : Estando siempre mano sobre mano :
Mil coces suele dar, mas no por eso Ejemplos vivos son los del aldea ,
El valeroso capitán desmaya , Do quien no siembra, nunca coge grano,
Antes cuanto mas flaco y abatido Y alli son los placeres y gasajos
Menos se reconoce por vencido. Donde nunca se huyen los trabajos .
» Este mismo valor quiero que siga Todo peligro vencen los despiertos :
Varon que tiene tan ilustres prendas , Sueño y ociosidad es el que daña ;
Y que no lo desmaye la fatiga Y ansi para borrar los desconciertos
Causada del rigor destas contiendas , Pasados , cumple darnos buena maña
Por no dar ocasion à que se diga Porque desamparar aquestos puestos .
Que con miedo quereis volver las riendas ; Sepa quien lo pensare que se engaña ,
Pues tal murmuracion el varon fuerte Pues a todos será muy mal contado
Procura de huir mas que de la muerte. Perder lo que los otros ban ganado.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II , HIST. DE SANTA MARTA , CANTO III . $75
Y ansi quiero que luego salga fuera Salieron pues , y el amistad antigua
Un escuadron de basta cien soldados , Sustenta Mamatoco , que los ama;
Que vayan recorriendo la frontera Pasando van por Zaca y por Origua;
De los pueblos que están muy sosegados , Bien recebidos son en Irotama;
Con cuerdo capitán , de quien se espera Saliéronles de paz los de Bondigua ,
Que todos volverán aprovechados , Y lo mismo hicieron en Chairama :
Y es Alonso Martin , amigo vuestro , Todos ellos traian manos llenas
En cualesquiera cargos hombre diestro. De los dones que dan doradas venas .
Para mas alentaros al camino Van á los siete pueblos comarcanos
Y averiguar alguna diferencia , En torno de brevísima distancia ,
Irá Pedro de Lerma , mi sobrino , Donde fueron señores siete hermanos ,
De cuyo valor hay gran esperiencia , Cada cual dellos hombre de sustancia :
No solo con el bárbaro vecino , Alli les presentaron ricos granos
Mas en otra cualquiera competencia : De oro y otras joyas de importancia ;
Es Fernando Pizarro buen testigo , Por otros pueblos van desta manera
Que huelga de tenello por amigo. Corriendo faldas de la cordillera.
>Y ansi juró después de la rencilla Mas por consejo del que los regia ,
Que le vistes tener con el Fernando , Nunca jamás la gente castellana
Que si Dios lo volvia de Castilla , En el lugar do les anochecia
De le dar en Pirú general mando ; Esperaban la luz de la mañana :
La cual promesa fué para cumplilla . En diferente parte ven el dia ,
Pues, segun piensan uno y otro bando; Porque si la canalla , como vana ,
El Almagro y Pizarro llevan viento Usase de las suyas en asechos ,
Que los ha de traer à rompimiento. Los ballaren de allí prolijos trechos.
>Pero dejemos amistad enferma ; Por otros pueblos pasan por la posta ,
Volvamos al negocio mas urgente : Mas siempre su caudal se perficiona
Digo que tiene de ir Pedro de Lerma De ricos dones ; y con ser angosta
Con Alonso Martin , que está presente , Y de pocos soldados la corona ,
Al cual encargo yo que no se duerina , Dejaron estos pueblos de la costa
Sino que luego salga con la gente , Y entraron en el valle de Tairona ,
Pues entendemos quel efecto desto De cuya boca fueron centinelas
Tanto mejor será cuanto mas presto. Los del pueblo llamado las Pijüelas.
Dada declaracion de sus intentos , Es valle de profundas angosturas ,
Contrarios á cobardes pareceres , Que rápida corriente lo reparte ;
Cobraron los antiguos sus alientos Pero las mesas dél y sus alturas
Y los que allí tenian sus mujeres ; Bien pobladas en una y otra parte
No menos fueron ledos y contentos De gente , curïosas las culturas ,
Aquellos cudiciosos mercaderes , Casas pajizas , pero de buen arte ,
Que con el esperanza de rancheos Y su grandeza y latitud es tanta,
Les habian fiado sus empleos. Que de caneyes grandes es la planta.
Calzanse luego de lijeras suelas , El caudal destos indios fué solene
Que de caballos todos iban faltos : Entre tanto que por aquel asiento
Anjeos y coletas son las telas Cudicia no llegó que lo cercene
Que cubren a los bajos y á los altos ; De los que suelen ir en seguimiento :
Caminan como diestras alcavelas Hay auríferas venas , y allí tiene
De lobos cuando van á hacer saltos , El rio de Don Diego nacimiento ,
Mas o menos en fuerzas , pero tales, El cual , por muerte deste caballero ,
Que en la destreza todos son iguales. Del nombre lo hicieron heredero.
Va Juan de Céspedes , varon famoso , Sus vados grandemente peligrosos
Dignisimo de historia mas entera ; Para los naturales y estranjeros ,
Van Pedro de Sanlúcar y Moscoso , Porque sus cursos van impetuosos ,
Bueso y el capitan Juan de Ribera , Y de grandísimos despeñaderos :
Luis de Manjarés el animoso , Hay puentes de bejucos correosos
Mancebo que después en otra era Asidos á los árboles fronteros ,
Fué de aquella ciudad el ornamento , Donde son menester sólidas sienes .
Su vida , su salud y su sustento. Porque quien pasa da muchos vaivenes .
Pedro de San Martin y Cascajales , Entrando por el valle la bandera
Santana , San Millán , Martin de Frías , Del español , que fué de breve lista ,
Blasco , Martin Monroy , Andrés Gonzalez, Alborotáronse sobremanera
Y Lorenzo Martin , cuyas poesías Los indios , recelando su conquista ,
No fueron de las menos principales : Y también porque fué la vez primera
Los cuales yo tracté por muchos dias , Que se desayunaban con su vista :
O los mas dellos , cuyos hechos buenos Cubre los altos cuantidad inmensa
Elogios merecian muy mas llenos. Apercebidos para su defensa.
Y Domingo de Aguirre , vizcaino , Mas Alonso Martin , con lengua diestra
Que fué tal cual conviene que hombre sea, Y en aquella de tairos instruida ,
En el tiempo de paz varon benino , Con señas y palabras hizo muestra
Fortisimo leon en la pelea ; No ser á mal efecto su venida ,
El cual al rematar de su camino Diciendo « Si quereis amistad nuestra ,
A mi me señaló por albacea , La vuestra no será mal recebida ,
Y soy su capellan en este dia , Pues deseamos ser vuestros hermanos ,
Y mi morada es la quél tenia. Sin que jamás vengamos á las manos.
Soldado principal desta conquista »No trae para furias de peleas
Ygran descubridor de sus rincones ; Ninguno de nosotros intenciones ,
Y como quien testigo fue de vista , No colleras ni duras arropeas ,
También en escribir gastó renglones , Ni hierros que semejen à prisiones :
Porque de cosas varias bizo lista Antes traenios joyas y preseas
Y me dejó cumplidas relaciones , A fin de celebrar contractaciones ,
Las cuales tengo yo por escriptura Para que deis vosotros y acá demos
Tan buena , que contiene verdad pura. Las cosas de mas precio que tenemos.
276 JUAN DE CASTELLANOS .
» Daremos cuantidad de herramientas Y estas son por acá querellas viejas ,
Con que podeis talar estas iberas , Pues que los mas ruines y mas bastos
Y sin sudor hacellas opulentas , Quieren correr con todos las parejas,
Engrandeciendo vuestras sementeras : Y de lo que no tienen hacen fastos :
Traemos demás desto muchas cuentas . De modo que el rehús de las ovejas
Muchos peines , cuchillos y tijeras , No se contenta con medianos pastos ,
Sombreros y bonetes colorados , Y no deja de dar al bueno pena
Y camisas con cuellos bien labrados . El ver cómo se meten en docena.
»A los indios que están á las vertientes Pero dejémoslos con sus locuras
De la mar , y aun distantes buenos ratos , Y verbos en que hacen gran instancia.
Tenemos por amigos y parientes , Digo que por aquellas espesuras
Y todos ellos se nos muestran gratos , Del puerto y fuera del poca distancia ,
Holgándose de ver cristianas gentes Se descubrieron muchas sepulturas
Y de tener sus tractos y contratos ; De donde resultó harta ganancia ,
De cosas que tenemos se proveen , Porque todos los indios principales
Y ellos nos dan el oro que poseen. Se entierran con sus joyas y caudales.
>> Si haceis esto con los peregrinos Un boyo se cavaba que á buen sondo '
Que de presente veis en vuestras cumbres, De la profundidad que contenia
Seguros podeis ir por los caminos Un estado seria lo mas fondo
A vuestros tractos , usos y costumbres : El cual derechamente descendia
Mas si no , de los términos marinos Bien así como pozo muy redondo ,
Vernán aquí crecidas muchedumbres Y en lo mas bajo deste se hacia
Y tantos escuadrones de cristianos Un grande socabón con partes anchas
Que todos estos cerros hagan Hauos. Losado todo él de lisas lanchas.
»Aunque , si no huis inconvinientes Puestos los edificios en su punto ,
Y estais en vuestro mal perseverantes , Aunque no por artifice romano ,
Los poquitos que veis aquí presentes En un duho sentaban al difunto ,
Para cosas mayores son bastantes : Con sus arcos y flechas en la mano
Por tanto cesen vanos accidentes , Vasos de sus bebidas alli junto ,
Volved al buen sosiego como antes , Ybollos y tortillas de su grano ,
Porque la buena paz á nadie daña Compuesta y adornada la persona
Y a muchos destruyó la ciega saña. » Conjoyas de oro , cuentas y cacora.
A las palabras y comedimientos Hallaron muchos en aquellos puertos
De quietud , amor y de templanza , No poca cuantidad destos archivos ,
Estuvieron los bárbaros atentos , Por el industria de los mas espertos ,
Admirados de ver la confianza A quien no defraudaron sus motivos ;
Que tenian los pocos y hambrientos ," Y ansi desenterrando cuerpos muertos ,
Innumerable siendo su pujanza ; Resucitaron muchos hombres vivos,
Y el indio principal Gairacimonde Pues el que mejoró la camiseta
Estas palabras breves les responde . Hablaba como dicen de ta oseta.
«Bien vemos que fastidian y empalagan Mas el gobernador luego procura
Rencillas y guerreras disensiones , Con toda la posible diligencia
Y que de los contractos que se pag: Que ninguno sacase sepultura
Redunda bien à todas las naciones , Si no fuese mediante su licencia :
Como los tales sean y se hagan Parecióles á todos cosa dura ,
Con el peso de sanas intenciones ; Yrenegaban ya de la paciencia ;
Y ansi debajo destas cualidades Y mas que se tomaba las mejores
Quiero y acepto vuestras amistades .» Quitándolas á los descubridores.
Luego de las alturas bajó gente Quedaron ansimismo descontentos
Con ledo rostro , sin minace brazo : Porque de pueblos mas acomodados
Gairacimonde con alegre frente Señaló suertes ó repartimientos
Al Alonso Martin dió gran abrazo , Dandoles lo mejor å sus criados ;
Y los mas principales en presente Y ansi los hombres de merecimientos
Ofrecieron de joyas buen pedazo , Quejosos se mostraron y agraviados ,
Y en los rescates el que mas ayuno Y la demora no se señalaba ,
Abalanzaba mas de mil por uno. Sino quien mas podia mas sacaba.
Acudió menos de lo que pensaron , Pues cierta cosa es y averiguada ,
Por no tener el oro valor lleno ; Que cuando la tal renta se pedia ,
Y en tres ó cuatro dias que tardaren El cacique menor de la Ramada
En sus contractos por aquel terreno , Les daba todo el oro que cabia
En patente y oculto rescataron En una caja grande ensayalada
Mas de noventa mil pesos de bueno , Que de piezas labradas se benchia ,
Con la cual granjearía que fué cierta Y aun aquel hueco que juntar no pudo
Resucitó la gente cuasi muerta. Rehenchian de oro mas menudo.
Dijo pues á los indios que estaria Cobrado gran caudal en oro puro,
Alli para buscar mas interese Fingian irse con aquel carguio ,
Hasta ya conclüir quinceno dia , Y al tiempo que dormia mas seguro
A fin de que mas oro se le diese ; El indio que les dió tan buen avio ,
Mas esa misma noche hizo via El español volvia con obscuro
Y salió sin que nadie lo sintiese , A saliear el resto del buhio ,
De la manera dicha proveido , Privandolo de todos sus haberes
Sin quedar hombre muerto ni herido. Y de queridas hijas y mujeres.
Llegaron á los puertos deseados , Con estas desvergüenzas y soltu as
Do con aplauso fueron recebidos Estos indios se fueron despoblando ,
Y del gobernador fueron honrados , Metiéndose por grandes espesuras,
Acariciados y favorecidos , Potente población anihilaudo ,
Aunque quedaron no pocos soldades Y aun hicieron algunas travesuras
Acerca de sus partes desabridos , Con los que los andaban salteando ,
Y es porque pretendia mayor parte Pues malaban personas españolas
El mas inutil en el estandarte. Cuando las encontraban a sus solas.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II , HIST. DE SANTA MARTA, CANTO III. 977
En aquesta sazon y en esta parte Que de ninguno recibirán daño
Humedeció su faz el duro suelo Si fuesen sus vasallos y subyetos ,
Con la sangre de Antonio de Yusarte , Y deste verdadero desengaño
Hermano de Hierónimo de Melo , Resultarán también otros efetos :
Que para la bandera y estandarte Que vernán al católico rebaño
Fué grave turbacion y desconsuelo , Do vivirán seguros y quietos ,
Por ser de gran valor estos hermanos , Con la noticia y el conocimiento
Y de los principales lusitanos. De aquel que les dió ser, vida y sustento.
Y ansi fué que buscando cierto dia Respondiéronle ciertos capitanes
En una pequeñuela carabela Que parecian ser allí mayores :
Perlas de que noticia se tenia Andad para bellacos, haraganes,
En la costa del Cabo de la Vela , Infames, mentirosos, burladores,
En la Ramada vieron rancheria Que pretendeis comer ajenos panes
Y cerca de la playa gran candela : Donde no derramais vuestros sudores ;
Antonio de Yusarte salió fuera Pues Pocigueica ya nos dió noticia
Creyendo ser de paz como antes era. De vuestras propriedades y cudičia .
Con solos diez y seis soldados llega » Si venís á cobrar algun tributo ,
A fin de les pedir mantenimiento : Aguilas de oro, petos y celadas ,
Recibieronlo bien, y él se sosiega Luego como pongais piés en enjuto
Como vido su buen comedimiento ; Las hallareis tan bien aderezadas ,
Mas luego sobrevino la refriega Que nunca volvereis sin aquel fruto
Que fué su destruicion y acabamiento , Que sacastes de aquellas cabalgadas.▸
Con tan impetuosos desconciertos , Esto decian y otras muchas cosas ,
Que en breve tiempo todos fueron muertos . Y disparaban flechas venenosas.
El barco como viese becha sarta Mas arriba de allí suben atoas ,
De cabezas de cuerpos divididas , Por no les ayudar viento bastante ,
Antes que contra él la furia parta Mas luego sobre mas de mil canoas
Al viento dió las velas estendidas : Vieron llenas de indios por delante ,
Llegó con dos ó tres á Santa Marta Que con todo favor guian las proas
Llorando las desgracias sucedidas ; Para tentar al nuevo navegante ,
Los principales vistense de duelo , El cual por escapar de la revuelta
Sin lo saber Hierónimo de Melo. A la mar procurò de dar la vuelta.
Desto fué la razon estar absente Al ímpetu se van de las corrientes
Y andar la costa abajo descubriendo Las velas á los aires estendiendo :
En una carabela con la gente Los muchos y atrevidos combatientes
Que como capitán iba rigiendo ; No con priesa menor los van siguiendo ;
El cual por ser sagaz y diligente Innumerables flechas van pendientes
En gracia y en honor iba subiendo , Del toldo del bajel que va huyendo ,
Y este Melo halló la boca llena Porque fuera notable desatino
Del rio grande de la Magdalena. No hüir tan terrible torbellino .
Y comolos designos en que estriba Y cuanto mas duraba la carrera •
Era sacar á luz no vistas sillas , Iba la tempestad en mas aumento ,
Determinó subir por él arriba Hasta tanto que ya salieron fuera
Aver lo que contienen sus orillas : A las ondas del mar y largo viento
Mandó pues que su gente se aperciba Los indios vuelta dan á șu ribera
Armando las espaldas y ternillas , Por no podellos ir en seguimiento.
Y toldando también de dura tela Ansi que consta ser este navio
Aquel espacio de la carabela. El primero que entró por este rio.
Hechas estas y otras prevenciones, Metió todos sus hombres en el puerto ,
Subieron sin que viento los resista , Ninguno mal parado, sino sano ,
Y con la cuantidad de poblaciones Y por lo que dejaba descubierto
Hincheron los deseos y la vista : Alegre se mostró y algo lozano ;
Pero tan deshonestas las naciones , Pero como dijeron ya ser muerto
Que no tienen cubierta que los vista : A manos de los indios el hermano ,
Oro labrado traen ellas y ellos La pena que tomó fué tan crecida
En orejas, narices y en los cuellos. Que le quitó los dias de la vida.
Tomó del inventor el nombramiento No menos esta muerte fué llorada
La primera ciudad en aquel suelo , De todos por tenello por amigo ,
Y aun hasta hoy le llaman al asiento Y para que también fuese vengada
El pueblo de Hierónimo de Melo , La de Antonio Yusarte que ya digo ,
No para que durase con aumento , Determinaron ir á la Ramada
Pues no parece ya bueso ni pelo , Para hacer un ejemplar castigo ;
Solamente nos queda la memoria Y ansi se tomó dello tal venganza
De grandeza tan grande y tan notoria. Que todo fué rigor y destemplanza.
Con recato guïaba su carrera Luego se caminó por las salinas
El Melo con la gente de Castilla : Y por zavanas secas y arenosas ,
No va por la corriente muy afuera , Hasta venir à dar á los cocinas ,
Ni tampoco pegado con la orilla ; Gentes desesperadas y animosas ,
Cubríase de indios la ribera Con quien entre cardones y entre espinas
A ver la nunca vista maravilla ; Tuvieron competencias rigurosas ,
Un indio que llevaban los entiende, Y después de vencidos, en su villa
Y les pregunta lo que se pretende. Hallaron ropa fresca de Castilla.
Rogándoles que no hagan bullicio Admiráronse todos de repente
Por ver el espectáculo presente , Viendo mercadería sin mercado ,
Pues los que ven no tienen por oficio Mas luego conocieron claramente
Damniticar al bueno y obediente : Ser de gente que habia naufragado ,
Solo quieren traellos al servicio Sin que lo declarase delincuente,
De un gran señor, monarca prepotente, Ni diese cuenta deste mal recado ;
A quien por su virtud, valor, clemencia , Mas todos recogieron ropa harta
Todos los hombres deben obediencia. Y se partieron para Santa Marta.
978 JUAN DE CASTELLANOS .
Al rio de la Hacha caminando , Mayormente de hombres que tenian
Antes que se pasase su ribera , Algunas honorosas cualidades ;
Por sus mismas pisadas aguijando Y porque muchos otros padecian
Dos hombres ven venir à la lijera : Varias dolencias y necesidades ,
Sabian bien que no son de su bando , Hospital hizo do se recogian
Y ansi toda la gente los espera , Y se curaban las enfermedades ;
Reconociendo con la vista sola Y estas espensas eran á su costa,
Que debia de ser gente española. Que cierto no podia ser angosta.
Llegaron no sin grande desconsuelo , También socorreria con sustento
El uno sacerdote y otro lego , Don fray Tomás Ortiz, sabio prelado,
Y hincan las rodillas en el suelo, A quien el Lerma dió repartimiento,
Sin que tomasen punto de sosiego , Que fué Bondigua, pueblo celebradu,
Porque poner los ojos en el cielo Donde hacia principal asiento,
Fué lo primero que hicieron luego , Y por esto no poco murmurado,
Dando gracias a Dios que les dio tino Por ser allí las grandes fundiciones
Para ver y tomar aquel camino. De las mas comarcanas poblaciones,
Luego de su negocio dieron cuenta De manera que la comun malicia
Con voz que mil suspiros entremete , Su vida religiosa maculaba,
Diciendo que corrieron gran tormenta Diciendo muchos dellos que cudicia
Y dieron al través en el portete, A residir allí lo convidaba,
Donde gente feroz , crüel, sangrienta , Y con diestros ministros de avaricia
Despojaron de vida ciento y siete Alguna joya mas se le pegaba ;
De pasajeros y de mercaderes , Mas él decia ser intencion sana
Sin perdonar à niños ni mujeres . Y por les enseñar la fe cristiana.
Los seis dellos se habian abscondido Solian pues soldados ir à obscuras
Escabulléndose de la refriega , Para sacar sepulcros acechados ,
Y fueron por camino no sabido Algunos solos á sus aventuras ,
El tiempo que duró la noche ciega ; Por causa de los mandos publicados ;
Cuatro dellos habian perecido Y ansi fueron á muchas sepulturas
Porque la sed á muerte los entrega ; Sin que fuesen en ellas sepultados ,
Y escapar ellos del inconviniente Pues por asechos en lugares ciertos
Fué milagro de Dios harto patente . De los vecinos indios eran muertos.
Pues caminando por una zavana De suerte que por muchas sinrazones
De noche, vieron rastros de caballos , Que se hicieron en aquella era,
Y allí durmieron hasta la mañana Conmutaron los indios condiciones
Para poder mejor certificallos ; Quitando paz á toda la frontera,
Y con divina fuerza mas que humana Dorsino, Gaira y los demás ancones,
Grande priesa se dan por alcanzallos, El de la tierra dentro y el de fuera,
Pues quiso Dios que sin merecimiento Sin acudir a tracto ni contrato ,
Tuviese su deseo cumplimiento . Ni dalles grano caro ni barato.
Pesóles de tan áspero suceso ; Mas ya por otras tierras y partidos
Y la fatiga destos remediada , Iba volando la veloce fama
El náufrago soltero y el profeso De los ricos sepulcros referidos,
Con los demás se van á la Ramada , Con trompa de cudicia que los llania
Donde otra vez usaron del esceso Y un son que deleitaba los oidos
Dándoles una buena trasnochada, Del cupido galán y de la dama :
So color del castigo dicho antes Ansi que ya tenia Santa Marta
Y causas que decian ser bastantes. De los recién venidos gente harta.
Pero demás de aquellos delincuentes Tanto, que de la mucha que venia
Que fueron agresores y culpados, Estaban llenos hasta los rincones ,
Algunos miserables inocentes Y en la misma sazon también habia
Fueron contra justicia castigados Necesidad con indispusiciones,
Con penas y castigos insolentes, Que Lerma por su parte socorria
A todas crueldades arronjados, Con algunos regalos y raciones,
Y las cudicias grandes del injusto No para ser cabal mantenimiento ,
Ordenaban los cargos à su gusto. Sino manera de entretenimiento.
Y aunque el gobernador no lo sabia, Mas el soldado que salud tenia
Antes refrenó siempre los rigores, Quisiera navegar con otros vientos,
Las malas intenciones todavía Porque la causa por que se movia
Criaron coronistas y escriptores , Eran conquistas y descubrimientos,
Pues quien sabia menos, escrebia Y andando rancheando todavía
Al gran emperador ó á los oidores Hallaba sin dineros alimentos ;
Que la Española tiene con audiencia , De suerte que la gente mas granada
Pidiendo contra Lerma residencia. Deseaba hacer algun entrada.
El cual ya poseido deste miedo , Alli Pedro de Lerma florecia
Determinóse de enviar a España En el tiempo que desto se tractaba ,
A su criado Nuflo de Sagredo Cuya buena presencia prometia
En confianza de su buena maña, Aquello que por obras ya mostraba ;
Y llevar en derecho de su dedo En esfuerzo, valor y gallardia,
Probanzas hechas contra quien le daña ; Aviso y discrecion se señalaba ,
Pues nunca faltan á quien manda junta Y en recuentros habia dado muestra
Mil testigos que hinchan la pregunta. Cual la podia dar persona diestra.
Fueron pues las probanzas gran embargo Joven , gallardo y en edad florida ,
Para se despintar algunos daños Bien acondicionado , bien dispuesto ,
Que resultaran del proceso largo La barba roja, llena, proveida ,
Primero que probara ser engaños ; Y de gracioso y agradable gesto ,
Y ansi le vino luego de su cargo Cualquiera proporción tan por medida
Prorogacion de tres ó cuatro años , Que no tenía miembro mal compuesto ;
Y a los mas flacos en sus amistades En la conversacion era suave,
Procuró de ganar las voluntades. No muy regocijado ni muy grave.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, RIST. DE SANTA MARTA, CANTO III. 279
Ofrécese también á la memoria A cuya fuerza no hay opuestos muros ,
Como decia dél alguna gente Ni rebelde que luego no despoje :
Su nombre proprio ser Pedro de Soria, Sobre potentes reyes tiene juros ,
Y el Lerma no venille propriamente, Y á su dominio todos los recoge ;
Y aun afirmaban por cosa notoria Viven libres , quietos y seguros
No ser deudo del Lerma ni pariente ; Los suyos , sin que nadie los enoje ,
Pero no sabré dar razon bastante Y desta libertad y beneficio
Por qué decian cosa semejante. Gozareis si venís á su servicio.
Pues antes y después que con él vino, »Si celebrardes estas amistades ,
A todos ellos era manifiesto Serán á todas partes honorosas ;
Tratallo Lerma como su sobrino , Y porque nuestras buenas voluntades
Y cuasi semejaban en el gesto : Conozcais , os daremos muchas cosas
Juzgamos pues de aquí ser desatino Que para vuestras huertas y heredades
Los que creian lo contrario desto ; Muy necesarias son y provechosas ,
Y ansi con ser el Pedro mozo tierno Y vosotros dareis en pagamento
Lo hizo general de su gobierno. Esó que solo sirve de ornamento.
Pues como general entonces era A do paró la gente castellana
Con todas las anejas condiciones, Bajaron luego muchos principales ,
Aderezose para salir fuera Ansi mancebos como gente cana ,
Con doscientos destrísimos peones : No sin ostentacion de sus caudales :
Que caballos en ninguna manera Arco no parecia ni macana ,
Pueden subir aquellos reventones , Antes de paz son todas las señales ;
Y mas adonde van valles horribles Ven de joyas de oro tal aumento
Cuyas entradas son inaccesibles. Que daban al deseo henchimierto .
Bocarabuey le llaman al primero, Y recebidos los primeros dones
Y Bongay es el nombre del segundo ; Y presentes que fueron de sustancia ,
Profundísimos son entrambos, pero Se comenzaron las contractaciones
El de Bocarabuey es mas profundo, Ricas y no de menos importancia ,
Rodeado de tal despeñadero Porque las maliciosas intenciones
Que no puede ser mas en este mundo ; Se holgaban en dar cualquier ganancia ,
Están nias adelante de Tairona Tanto que del caudal y venta hecha
Al paraje del paso de Marona. Cada cual concibió mala sospecha.
En ellos entran por un angostura El sol iba sus carros recogiendo
Aspera para gentes estranjeras : Al hemisferio del opuesto cielo ,
De dentro no contienen gran anchura , La lumbre de sus rayos abscondiendo
Pero poblados van por las laderas ; A los habitadores deste suelo ,
De yuca y de maiz es la cultura; Y el alegre color se va vistiendo
Son todas gentes ricas y guerreras , De la librea del nocturno velo,
Y bien como venados van lijeros Cesando por aquel inconviniente
Por peñascos y por despeñaderos. Contractos y el concurso de la gente.
Pues por los pasos mas acomodados Y ansí dijeron á las compañías
El general entró con los que lleva , Que del lugar hacian mudamiento ,
Y para ser los indios avisados , Que no fuesen pesadas ni tardias
Su propria vista les llevó la nueva : En acudir con reconocimiento ,
Fueron en breve tiempo convocados Pues habian de estar por muchos dias
Para venir en fuerzas à la prueba , Dentro del valle y en aquel asiento ,
Mas un cacique dicho Sollozoca Donde les convenia regalallos ,
Con aquesta razon abrió la boca : Porque, si no, saldrán á castigallos .
« Si conocemos términos discretos Pero ya despedidos los postreros ,
No conviene que nos alborotemos , El general babió con sus soldados ,
Pensando que hará malos efetos Y en secreto les dijo : « Caballeros ,
La poca cuantidad destos que vemos ; Ya nosotros tenemos embolsados
Y ansi mi parecer es que quietos Cuantidad no pequeña de dineros ,
Y con paz y amistad los esperemos , Pues pasan de cincuenta mil ducados :
Satisfaciendo bien sus intenciones Paréceme determinacion cuerda
Con alimentos y con ricos dones. Poner la presa donde no se pierda.
>Haremos al contrario descuidado , »Pues sospechosa es la buena gana
Viendo que se le da buen acogida , Con que dan sus haciendas los escasos,
Y no reposará sobresaltado Y ansí querría que con obscurana
Y con su gente bien apercebida ; No fuesen nuestros piés flojos ni lasos ,
Y ansí podremos darnos buen recado Porque cuando llegase la mañana
En privallos á todos de la vida , Tuviésemos tomados malos pasos ,
Cobrando sin ningun inconviniente Do sin riesgo podemos en la cumbre
Nuestro caudal y el suyo juntamente .» Defendernos de tanta muchedumbre.»
A todos pareció consejo bueno, A todos ellos en cabildo juntos
Y se ciñeron desta confianza : Les pareció consejo de discreto,
En quietud pusieron el terreno, Y el parecer que daba ser trasunto
Reduciendo sus gritos á templanza , De lo mas substancial y mas perfeto ;
Creyendo ver aquel efeto lleno Y con sus joyas en el mismo punto
De los que les promete su esperanza , La partida pusieron en efeto,
Midiendo todos ellos los efetos , De manera que fueron con obscuro
Segun sus pensamientos y concetos. Hasta llegar á puerto mas seguro.
Entre tanto llegaron los cristianos , Cuando llegaron , ya la bella dama
Hablandoles con lenguas convinientes Del antiguo Titon mostró la cara ,
Y haciéndoles señas con las manos E ya salia de la dulce cama
Para mas mitigar sus accidentes , Adonde del cansancio se repara ,
Diciéndoles : « Queremos ser hermanos , Y en la misma sazon febea llama
Amigos vuestros , deudos y parientes , Volvia las tinieblas en luz clara ,
Y que tengais por bien dar obediencia De suerte que los ojos en su daño
A un rey de grandísima potencia. Ya no podian padecer engaño.
290 JUAN DE CASTELLANOS .
Apenas pues los nuestros poscian Demás de ser la tierra no bien sana ,
Los altos y postreros reventones , Antes de tal calor que los abrasa
Cuando tras ellos vieron que venian Mas al fin fueron á provincia llana ,
Desnudos y atrevidos escuadrones , Que llamaron Caribes , tierra rasa ,
Que de diversas partes descendian No porque allí comiesen carne humana,
Con armas y dañadas intenciones , Mas porque defendian bien su casa ;
Haciendo que con mas furia se muevan Y ansi hicieron diez caballos menos
Ver que se van y ver lo que les llevan . Y diez y seis soldados de los buenos.
Los que mas dieron mas se señalaban Porque ponian cautelosamente
En animo y en dar paso lijero, Preseas á las puertas do moraban ,
Para con fin de los que lo llevaban Y al tiempo del tomar , incontinente
Cobrar por fuerza de armas el dinero ; Los que vivian dentro los flechaban ;
Pero para llegar adonde estaban Y ansimismo mataron mas de veinte
Habian de subir por contadero , De los amigos indios que llevaban ,
Porque el espacio desta serranía Que para les servir iban de Bonda
Por otra parte no les daba via. Y otros pueblos que hay á la redonda.
Nuestras gentes estaban descansadas Cuando tomaron la ciudad primera
Fuestos á punto tiros de ballesta , Desta provincia castellanas lanzas ,
Y prestos los escudos y celadas , Estaban muchos moradores fuera
Hoja desnuda y en la mano presta , Ocupados en casas y labranzas ;
Muchas galgas de piedras allegadas Mas son de viva voz los recupera ,
Para soltallas por la baja cuesta , Volviendo los deseos de venganzas ,
Y por tener el alto lugar fuerte Y viérontos venir los peregrinos
Ningun temor tenian àla muerte . Que velaban entradas y caminos.
Los indios á las faldas del altura Tocaron arma para subyectallos ,
Y congregado número sin cuento , Y suenan las trompetas con su canto ;
Por las ásperas sendas se procura Salieron al encuentro los caballos
Subir, y suben con gentil aliento ; A los indios poniendo gran espanto ,
Mas por perseverar en su locura Dejándose caer por no mirallos ,
Muchos dellos ovieron fin sangriento A causa que no vieron otro tamо;
Con crecido peñasco que rodante Y ansi prendieron á cuarenta dellos ,
Barria los opuestos por delante . Poniéndoles prisiones en los cuellos.
El cual con aquel impetu violento Y destos uno para ser gigante
Rompió de tal manera cuanto halla , Naturaleza no lo hizo falto ,
Que quedaron sin vida mas de ciento En la ferocidad y en el semblante,
Y derribada mucha mas canalla : Eu miembros, lijereza y en el salto ;
Al modo de terrible rompimiento Y en altor de los brazos adelante
En grave y asperísima batalla , Era sobre los altos muy mas alto,
Donde caen los muertos y los sanos Y de los españoles los mas hechos
Y unos quedan sin piés y otros sin manos. Apenas le llegaban á los pechos.
Visto su mal principio de contiendas Aqueste solo hizo resistencia
Con gentes tan mañosas y atrevidas , Y se mostraba ser lozano gallo ;
Determinaron de volver las riendas Mas volvió sus furores en paciencia ,
De seguir los alcances despedidas , Viendo sobre si tantos de caballo :
Y mas quisieron no cobrar haciendas Aprisionáronto con diligencia ,
Que perder las haciendas y las vidas : Y muchos hombres fueron en guardallo;
De manera que nuestros peregrinos Y allí con voz que gran temor ponia
Prosiguen sin estorbo sus caminos. A los presos con él reprehendia.
Llegaron á Bongay y entraron dentro : Decíales ansi : « Flacos villanos ,
Conocen ser la tierra mas amena , A quien su propria cobardía daña ,'
Mas apercíbense para recuentro , Tantos en escuadron y á mí cercanos.4
Por ver de gentes la zavana llena ; ¿Cómo nunca supistes daros maña
Pero de paz salieron al encuentro, Y me dejastes solo y entre manos
Escarmentados en cabeza ajena ; De gente que os constaba ser estraña ?
Dieron presentes , y el rescate hecho Pues con uno que espaldas ine hiciera
Fué de veinte mil pesos el provecho. Nadie me subyectara ni rindiera.
Vista la presa pues no ser angosta , » Antes á no perder mi fuerte maza
Antes digno caudal de ser guardado , Por vuestra culpa , tales ocasiones
Del valle se partieron por la posta Ella diera , tan buen orden y traza
A fin de lo poner á buen recado ; En machucar cabezas de ladrones ,
Finalmente salieron á la costa, Que de cuantos estaban en la plaza
Y fueron á su puerto deseado , Solamente quedaran los troncones ,
Donde la gente dél se hizo presta Y todos sin tomar ningunos presos
Para los recebir con grande fiesta. Rociaran la tierra con sus sesos.»
Descansaron después en la marina Los bárbaros amigos que lo viar
Algun tiempo , que fueron pocos dias ; En enojo y furor tan encendido ,
Pero cebados en la golosina Por algunos vocablos coligian
Del oro que les daban rancherias , De las palabras dichas el sentido ;
El buen Pedro de Lerma determina' Y como su venganza pretendian
Salir à descubrir por otras vias , Por ocasion del daño recebido ,
Y con trescientos hombres y el bagaje Pidieron al gigante por su suerte,
La costa abajo hacen su vïaje. Para vengarse dándole la muerte.
Soldados de valor son todos ellos , Pedro de Lerma , por les dar contento,
En guerra cada cual ejercitado ; Mandóles entregar el indio luego ,
Acia Chinila van guïando huellos Muy fuera de cristiano sentimiento ,
Por bosque que hallaban despoblado ; Pues no dejó de estar en esto ciego :
Don fray Tomás Ortiz iba con ellos , Asieron dél gandules mas de ciento
Primer obispo ya conmemorado , A quien se hizo del gandul entrego ,
Al cual ya parecian pasos malos Y brazos , piés , molledos y garganta
Aquellos que careceu de regalos. Amarraron á una gruesa planta.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, HIST. DE SANTA MARTA, CANTO III. 981
Estas crueles diligencias hechas , No faltó poblacion ni faltó puerto
Atado por mil vias al madero , Que por allí les vino muy á pelo ,
Aperciben los arcos y las flechas , Y no dejaron de tener por cierto
Y el mísero servia de terrero , Ser rio que cubria tanto suelo ,
Donde sin desviar iban derechas El que por mar habia descubierto
Al beneplácito del ballestero , El portugués Hierónimo de Melo :
Estremeciéndose con los dolores , Por cuyo curso , yendo bergantines ,
Y el arbor ansimismo da temblores. Descubririan tierras muy insines.
Con esta crueldad dicha de suso Por orden del caudillo que los manda ,
Le clavan pechos , brazos , coyunturas, Luego fueron en busca de buhíos .
Mas él con el dolor tal fuerza puso Y el cumplimiento ven de su demanda,
Que quebró las espesas ligaduras , Pues los hallaron , pero ya vacíos
Y á pelear con todos se dispuso , De moradores, que por otra banda
Sacando de sí mismo flechas duras , Apresurados van con sus navíos ,
Con puntas de las cuales ansimismo Donde llevaban todos sus haberes
El envió contrarios al abismo. Con prendas de hijuelos y mujeres.
Pues aunque ya traia traspasado Mas aunque no tenian indios presos,
De heridas mortales mortal vaso , Todavía de lo que les restaba
Tras ellos iba tan encarnizado Olieron los ventores y sabuesos
Como bravo leon en campo raso , Copia de oro fino que pesaba
Al tiempo que se halla rodeado En cuantidad de mas de diez mil pesos ,
De los que por allí pasan acaso , Muestra que mucho mas adivinaba :
Y si le pican se desembaraza , Con el cual cebo nuestras compañias
Y a cualquiera que toma despedaza. Alli gastaron diez ó doce dias.
Desta manera fué rompiendo venas Entre tanto que allí se detenian
De los que van huyendo del portento , E guias de la tierra se tomaban ,
Hasta que de las frágiles cadenas Muchos indios amigos que traian
ilizo separacion vital aliento , Fo aquel amplo rio se bañaban ;
l'ara morar en las eternas penas , Pero cuantos entraban no salian ,
Llevando cuatro muertos al tormento , Antes la mayor parte se quedaban ,
A quien él antes desta su partida Y con ser escelentes nadadores
Hizo que se partiesen de la vida. Siempre desparecian los mejores.
En la ciudad el resto de la gente Hallábase la gente descontenta ,
Jamás quiso salir de sus moradas , Ansi soldados como capitanes ,
Y defendian valerosamente Y á ningun español se representa
No ser de los estraños saqueadas , La causa ni razon destos desmanes ,
Hasta tanto que fuego mas ardiente Hasta que ya cayeron en la cuenta
Se las hizo dejar desocupadas ; De voraces lagartos ó caimanes ,
Prendieron muchos en aquel estrecho, Fiero dragon y acuática serpiente ,
Sin que tomasen cosa de provecho. Que hasta hacer presa no se siente.
Por mucha diligencia que se puso Esta bestia cruel parece muerta
En trastornar alhajas del vecino , En el agua y á modo de madero ;
No se halló cerrado ni recluso Pero para hacer su presa cierta
Punta de oro bajo ni de fino , No puede gavilán ser mas lijero :
Por no tener aquestas gentes uso Va por turbias orillas encubierta
De lo que causa tanto desatino : Adonde cogen agua ó lavadero ,
Solamente sus bienaventuranzas Y aun sin sacar del agua la ventrecha
Eran las sementeras y labranzas . De los que suenan fuera se aprovecha.
Destas era provincia proveida Pues como buela que por la ribera
Y por todos espacios bien poblada : Anda barbara gente ó española ,
Gente lozana , blanca , bien fornida Si no puede cazar de otra manera
Y a su defensa muy determinada , Procura hacer presa con la cola ,
Y ansi la nuestra no fué recebida Que con pesado golpe saca fuera,
De paz , ni puso miedos el espada , Y es tal , que bastara con ella sola
Ni de sus pueblos , vista su presencia , A llevar plantas gruesas arraigadas ,
Determinaron de hacer absencia. Cuanto mas á personas descuidadas.
Era para poblar de gran sustancia, Son en estas astucias tan continos ,
Si cayeran entonces en aquesto ; Que aunque viven con miedo del engaño ,
Mas como luego no viesen ganancia Todos aquellos bárbaros vecinos
Y tuviesen el riesgo manitiesto , Reciben destas bestias mucho daño ;
Salieron no con poca vigilancia Pues son en se lavar cuervos marinos ,
En busca de terreno mas compuesto , Y las corrientes aguas es su baño ,
Para que con aumento de despojos Y es su recreacion y policía
Se templasen los bélicos enojos. Lavarse muchas veces en el dia.
Caminaron con orden conviniente , Algunos indios por guarida cierta
Sin que ninguno dellos se desmande, Hacen dentro del agua palizadas ,
Y con deseo ya de ver la frente Para que por allí no halle puerta ,
De guia cierta que con ellos ande : Y ellos tienen por tierra sus entradas ;
Un dia dieron repentinamente Mas natural instinto que despierta
En aquel que llamaron rio Grande , Al caimán en las noches mas cerradas ,
La distancia del cual de orilla á orilla Entrase por la puerta que está fuera ,
No les causó pequeña maravilla. Y cubierto con agua los espera. •
Holgáronse de ver en sus riberas No para que el entrada les defienda
Diversidad de árbores sombríos ; El cruel alguacil , mas la salida
Entretejidas grandes cañaveras, Procura de estorbar , porque se entienda
Qe suelen ser ornatos de los rios ; Ser su jurisdiccion la tal guarida ;
En partes estendidas sementeras, Y ansi cuando se bañan le dan prenda
Por las aguas frecuencia de navíos , Que no les cuesta menos que la vida ,
Que son , segun dejimos , unos leños Yél para confirmar sus malas mañas
Clavados, palos grandes y pequeños. Les da por aposento sus entrañas.
282
JUAN DE CASTELLANOS.
Alguna destas bestias hay que tiene
A veinte y aun a treinta piés de largo : Poco después otro gentil soldado ,
A tierra sale cuando le conviene , Delante los demás desta conquista ,
Y un indio vide yo quedar amargo , Cierto rio tentó pasar á nado ,
Que por sacar cangrejos se detiene Y en presencia de todos y á su vista
Fué de cruel caimán arrebatado :
En playa do le dimos este cargo ;
El cual estaba tan embebecido Hay quien lo ve , mas no quien lo resista;
Pide favor , y nadie favorece;
Quel lagarto llegó sin ser sentido. Zabúllese con él , y desparece .
A los gritos acude gran gentio , Pudiéramos contaros maravillas
Y el de la presa no bien enterado De la braveza deste serpentino;
Volvió los pasos al cercano rio Mas bien será decir de Juan Varillas
Que estaba breves pasos apartado ; Y Martin Sanchez , boy nuestro vecino ,
Quedando del sangriento desafío
El misero gandul tan mal parado , Que vieron un caimán en las orillas
Que puesto caso que no faltó cura Del agua por do guian su camino ,
Al cual tiran y dan con un espada ,
Ví que su vida fué de poca dura .
Por no perdella con cordel atada.
Pero por cierto suerte fué galan a Luego con furiosos accidentes
La que supo hacer un Andresillo , Feroz arremetió con la canoa ,
Por librar su mujer llamada Juana
De boca del vorace cocodrilo , Y con aquellos espantables dientes
Asió de los remates de la proa :
Que como viese mano que cercana Asombráronse desto nuestras gentes
En el rio hinchese cantarillo,
Asióle della con su duro diente Con pesado pesar de que la roa ,
Y tras sí la llevó lijeramente. Porque cuanto mordió la bestia fiera
Otro tanto sacó de la madera.
Oyendo los clamores y la grita , El en efecto es boquirasgado ,
Y viendo que le lleva su querida , Sin lengua , con dos órdenes de dientes ,
El osado zagal se precipita De durísimas conchas rodeado ,
En la profundidad por dalle vida , Los piés no de lagarto diferentes :
Y dentro de las aguas se la quita
Sin que pudiese dalle mas herida ; Es largo de hocico y ahusado :
Son astutas y calidas serpientes ;
Porque con un machete que tenía
Los ojos al caimán entorpecia. Tigre los acomete si los halla
En tierra , y es de ver esta batalla .
No perdió los manjares de su mesa
Por cobardia , porque tiene poca ; Porque el pintado tigre lo rodea
Con presurosos saltos y lijeros ,
Pero por no quedar con vista lesa Defendiéndole el agua que desea
Cuando fuerza menor allí le toca ,
Con temor y dolor suelta la présa De rios , de lagunas ó de esteros ,
Y clávale durante la pelea
Del crüento sepulcro de su boca ; Con las uñas las conchas y los cueros :
Pues con ser animal feroz , rabioso , Da muestras el caimán de su braveza ,
Es siempre de sus ojos temeroso. Aunque le falta presta lijereza.
Muchos afirman este devaneo 9 Mas abre las durísimas quijadas ,
O verdad de que yo soy ignorante , Hace sus diligencias y se enhiesta ,
Y que para tan áspero torneo Dando tan sonorosas tenazadas
Este remedio dicen ser bastante ;
Como tarasca dia de la fiesta ;
Pero yo ciertamente no deseo Da vueltas con la cola tan pesadas ,
Necesidad de prueba semejante ,
Cuando para berir la hace presta ,
Aunque cierto español con estas mañas Que si con ella diese , por enmedio
Se libró de no ir á sus entrañas.
Alonso Sanchez este se decia , Al tigre partiria sin remedio.
De Murcia natural y allí nacido , Y si en el arsenal ó seca plaza
El cual en aquel tiempo que venia El tal tigre gozó de vencimiento ,
Arras tra luego la pesada caza
Gente por descubrir este partido , A montuosa cueva y aposento ,
Para juntarse con la compañía Adonde la desconcha y despedaza
De quien habia sido dividido , Para satisfacer pecho hambriento ;
Por no quedar allí le fué forzado Mas si pasar el rio le acontece
A riesgo de morir pasar á nado. El caimán es allí quien prevalece .
Llevando presurosa la carrera ,
Y de la concluir no sin antojos , Porque suele la maculosa fiera
Voracísima boca de la fiera Muchas veces pasar una corriente
A su vientre le quiso dar despojos : A nado , para ver parte frontera ,
El viéndose tractar desta manera Que de caza será mas conviniente ;
Acude con los dedos á los ojos , Mas si caimán lo ve por su ribera
Con la cual prevencion el sin ventura Subyéctalo en el agua fácilmente ,
Se libró de la viva sepultura. Y no tiene dudoso vencimiento ,
Sino cierto, por ser en su elemento .
Hiende las aguas con veloce mano
Por poderse hallar en el orilla ; Y ansi cualquiera dellos ba por buena
Mas antes que se viese tan cercano La pelea del puesto do se cria :
Que la tomase por segura silla , Quel tigre pasa el rio con su pena ;
Y el caimán , si del agua se desvia ,
La sierpe por las carnes del cristiano O para desovar en el arena.•
Ilincó dos o tres veces la mejilla ,
Y el español con lo que ya sabia O ya para dormir al sol del dia ,
Con gran valor de sí la despedia. De la manera dicha se aprovecha
El tigre , cuando ve su suerte becha.
Al fin pudo salir , mas de tal arte Los huevos como de ánsar y mayores
Y la misera carne tan rompida ,
Que diligente cura no fué parte En el arena deja sepultados ,
Para podelle dar alguna vida ; Adonde con la fuerza de calores,
Pues luego que topó nuestro estandarte Sin los ver el caimán , son animados :
Fué el alma de las carnes despedida , Toma n en ellos gustos y sabores
Habiendo ya limpiado su conciencia Los indios , aunque sean empollados ,
Con sacramento de la penitencia. Y aun si lo matan , como cosa buena,
De carne del caiman bačen su cena.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, HIST. DE SANTA MARTA, CANTO IV. 233
Y también en hambrienta pesadumbre Pues como fuese fábrica pajiza
Alguna vez le fué manjar aceto Y del calor sequísimas las pajas ,
A quien nunca lo tuvo de costumbre Con ventoso furor que las atiza
Ni pensó de se ver en tal aprieto; (Y allí son mas continas sus ventajas )
Pero la hambre pone dulcedumbre Presto se convirtieron en ceniza
En lo que careció de tal efeto : De unos y de otros las alhajas ;
Aconteció también desta comida Pero recién venidos destas gentes
Quedar no pocos hombres sin la vida . Perdieron mucho mas por ser absentes.
No vino sin aqueste detrimento Pues no les escaparon vestidura
Campo del español en la jornoda Ni aun otras cosas de valor mas fleno ;
Que entonces hizo del descubrimiento Y es ansí cierto que con la presura
De aqueste nuevo reino de Granada, Quel viento causa y el ardiente feno
Cuando por falta de mantenimiento La mejor amistad al fin procura
La gente se sentia fatigada Sacar antes lo suyo que lo ajeno ,
Junto del rio Grande , donde agora Cuanto mas que quien algo sacar pudo
Llaman los cuatro brazos y la Tora. Quedó menos vestido que desnudo .
Allí para pescar mas á provecho , Por levantarse grande torbellino
Un Juan Rodriguez Gil con un anzuelo, A medio día con nordeste viento ,
Con temor del caimán que por asecho E ir todos á casa del vecino ,
Al que se descuidó pescó de vuelo , Donde fué su primer encendimiento
Habia cierta barbacoa hecho Cocina de un Armentia , vizcaíno ,
Dos varas de medir alta del suelo , Destas casas la mas á barlovento ;
Pareciéndole que por esta vía Y ansi cuando volvian á sus casas
Ningun riesgo de muerte correria. Los demás las hallaban hechas brasas.
Llegóse con las aguas ocultado Diceme pues la compañía vieja
El vorace caimán à la ribera , Aqueste fuego ser red barredera ,
Y embistiendo con ellas el tablado , Que toda la ciudad hizo pareja ,
La cautelosa cola sacó fuera , Porque tan solamente quedó entera
Dando con ella golpe tan pesado La del gobernador por ser de teja ,
Que derribó por tierra la madera : Y estar también un poco mas afuera :
Al instante volvió la boca brava , En los cuales incendios contractantes
Mas no pudo pescar al que pescaba. Perdieron mercancías importantes .
Pues aunque se mojó con la tormenta Vista la destruicion y perdimiento ,
Del agua que el caimán echó por alto , El sabio general puso la frente
No le tocó la cola con que tienta En proseguir aquel descubrimiento
Para cebar la boca hacer salto , Para restauracion de aquella gente ;
Y el Juan Rodriguez hoy dia me cuenta Mas porque yo me hallo sin aliento ,
Cómo turbado deste sobresalto , Determino , primero que lo cuente ,
Con las manos y con los piés estriba , Tomar algunas horas de sosiego ,
Huyendo dél por la barranca arriba. Y en descansando yo volveré luego.
Después que derribó la barbacoa ,
Viendo que le faltó tan buen bocado ,
El cuerpo descubrió como canoa CANTO CUARTO.
No lejos de la orilla sobre aguado :
Acude luego Cristóbal de Roa ,
En puntería bien ejercitado , Donde se cuenta cómo Pedró de Lerma desde à pocos dias que llegó A
Santa Marta salió á descubrir tierras nuevas con algonas guias que
Y con el fuego que otras armas cala trajo de los Caribes.
En las entrañas le metió la bala.
Al profundo del agua se metia Origen fué de grandes perdiciones
Y brevemente se mostraba fuera ; Para los pobladores de algun puerto
La cola y la cabeza revolvia Faltar á los principios intenciones
Como si con alguno compitiera : De poner en jurídico concierto
Finalmente , lo vieron otro dia Aquellas grandiosas poblaciones
Ya muerto y al través en la ribera , Que con sudor habian descubierto ,
Con un olor de almizcle que dél nace Parando solamente sus deseos
Pesado ya por ser tan eficace. En el provecho vil de los rancheos.
Fué luego por el español abierto Pues absortos en esta golosina ,
Para lo sepultar en el arquivo , Lejana de quïeta providencia ,
Pero por el hambriento desconcierto Ninguno por allí se determina
El dragon se mostró vindicativo , A la perpetuidad y permanencia ,
Matando muchos mas después de muerto Antes sus intenciones encamina
Que pudiera matar estando vivo , A muertes , robos , sacos y violencia ,
Porque sobre sesenta perecieron Sin que gobernador hiciese cuenta
Que de las carnes del caimán comieron. De poblar, repartir y tener renta.
Pudiéramos , contando semejantes Y ansí también sin estos pensamientos
Trabajos , consumir algunos dias ; Sacó Pedro de Lernia sus soldados ,
Mas quiérome volver adonde antes Que fueron todos mas de cuatrocientos ,
Dejé las españolas compañías ; Valerosos y bien aderezados
Las cuales ya del rio van distantes , De todos militares ornamentos ,
Procurando volver mediante guias Con mas de cien cabalos estremados ,
Al mar de Santa Marta y á su tierra , Siguiéndolo la gente mas granada
Atravesando la cercana sierra. De la que con el vino del entrada.
Alguna población se descubría , Mas el obispo , lleno ya de saña ,
Y algun oro del bárbaro vecino , No quiso reiterar estos caminos ,
Mas para bestias por ninguna via Viendo cómo se daban mala maña
Pudieron hallar cómodo camino ; Para se convertir indios vecinos :
Y ansi volvieron por do ya sabia Antes determinó volver á España
Sus dormidas el campo peregrino ; Con buenos granos de veneros finos,
Vieron su Santa Marta deseada , Donde por apartarse de conseras
Tero hallaronla toda quemada. No quiso mas volver à sus ovejas.
JUAN DE CASTELLANOS.
Mas el Pedro de Lerma diligente Volvieron á la mar , y dada cuenta
La costa arriba hizo su corrida De lo que les habia sucedido ,
A la Ramada, parte conviniente Y en juegos , en amores , compra y venta,
Para llegar á tierra bastecida ; El despojo robado consumido , ■
Y en el valle de Upar metió su gente , Como no poseyesen otra renta
Provincia ya de todos conocida , Sino la que cogian del vencido ,
Caminando por entre las dos sierras En consulta comun han acordado
Hasta que descubriesen nuevas tierras. Volver á rebuscar lo vendimiado.
Muchos señores desta gente ruda 1 También para ver tierras no sabidas
Salian con pacífico semblante Y riquezas del bárbaro vecino ;
Dándoles el socorro y el ayuda E ya teniendo todos prevenidas
Que pretendia nuestro caminante : Las cosas necesarias al camino .
Llegan á Pacabuey , gente desuuda , Hubo ciertas palabras desabridas
Aunque provincia rica y abundante ; Entre los Lermas dos , tio y sobrino ,
Caminan hasta ver playa y arena Por un fulano Sanctos de Saavedra ,
Del rio grande de la Magdalena. Que después mala muerte fué su medra.
Cuyas riberas el cristiano bando , Al fin el sinsabor desta pendencia
Cebados en olor de ricos dones , Al sobrino le pudo dar abierto
Fué por algunos dias costeando , Camino para le pedir licencia
Y descubriendo muchas poblaciones , Para poder salirse deste puerto ,
De las cuales algunas , recelando Y el tio se la dió sin advertencia ,
Mañas y sutilezas de ladrones , Pensando su designo ser incierto ;
A la contraria banda destos rios Mas el Pedro de Lerma con coraje
Huian con sus joyas y atavíos. A tierras de Pirú hizo viaje.
Alguna gente menos recatada Acompañólo gente valerosa
Por algunos respectos les parece Que gastaron alli bartos otoños :
Ser mejor no salir de su morada , Fué Lorenzo de Aldana y Hinojosa
Antes buen amistad y paz ofrece , Y aquel bravo leon Rodrigo Orgoños ,
Y aquesta por los nuestros fué guardada , Y quisieran , segun iba la cosa ,
Cosa que pocas veces acontece ; Irse soldados viejos y bisoños ;
Mas no tomó la gente castellana Mas el gobernador les puso freno
Sino lo quellos daban de su gana. Por no desamparar aquel terreno.
Allí mediante paz se rehacian Sobrello castigaron atrevidos
De cosas necesarias al camino , Con penas y castigos diferentes;
Y de los comarcanos acudian Mas los cuatro que tengo referidos
A ver á nuestro campo peregrino , Llegaron á Pirú con otras gentes :
De los cuales algunos ofrecian Sou de Almagro y Pizarro recebidos ,
Preseas de oro bajo y oro fino ; Honrándolos con cargos eminentes ,
También daban noticia que adelante Y después en sus bandos y cuestiones
Habia tierra rica y abundante. Cada uno siguió sus aficiones.
Antonio de Lebrija con Berrío Orgoños por sus fuerzas y prudencia
Hicieron su corrida mas prolija Fué maese de campo del Almagro ;
Con algunos soldados de buen brio Cuyo valor no tuvo resistencia
Para poder tener nueva mas fija , En lo que se juzgara por mas agro ,
Y entonces descubrieron aquel rio Y en cualquiera sangrienta competencia
Que de su nombre llaman hoy Lebrija , Su brazo hizo cosas de milagro ;
Y allí todas las gentes descubiertas Y ansi de su virtud y de su lanza
Decian que las nuevas eran ciertas. Almagro hizo grande confianza.
Afirmaban haber á las vertientes El Lerma no fué menos estimado
De las sierras que lejos parecian Del Pizarro , que mucho lo queria ,
Crecidas poblaciones , cuyas gentes Pues por su general salió nombradu ,
De telas de algodones se vestian , Y en el cargo mostró su valentia :
Con otras circunstancias convinientes Después dieron à Alonso de Alvarado
A los que tierras nuevas inquirian ; Ellionoroso cargo quél tenia ,
Mas por no los creer ó por focura Por cuya causa Lerma , de corrido ,
Perdieron una buena coyuntura. Siguió con el Orgoños su partido.
Pues como ya tuvieron recogido Diego de Almagro hizo dél gran cuenta,
De joyas y preseas algun grano Por ser sus obras de todo bien dinas ;
Con que se mejorase su vestido , Después como batalla se presenta ,
Determinan volver al Oceano : Con las entrañas ya luciferinas ,
Apartando , segun después se vido , Orgoños vió su tin en la sangrienta
Aqueste nuevo reino de la mano , Batalla que se dió de las Salinas ,
Y pudiendo seguir tales carreras Y al Lerina mal herido y en su lecho
Entonces por provincias mas enteras, Acabó Samaniego por asecho.
Y con gente de guerra mas cursada Pero volvamos á Santa Marta ,
En la necesidad y en rompimiento , Porque nuestro disigno se concluya ,
Pues para cualquier áspera jornada Donde tenian vigilancia harta
Uno valia tanto como ciento ; En que la demás gente no se huya ;
Pero con todo eso descuidada Y ansí el gobernador hizo que parta
De se perpetuar en un asiento , Luego la mayor parte de la suya,
Sino siempre con torpe golosina A descubrir por tierra y con navíos
De robar y volver á la marina. Por aquel rio Grande y otros rios.
Adonde lo ganado con quebranto Un Juan de San Martin capitán era ,
Perdia tracto poco virtüoso ; Y Juan de Céspedes ni mas ni menos ,
Pero de Pedro de Lerma me espanto , Con ciento y diez soldados, que cualquiera
Mozo valiente, diestro y animoso , Podian igualar á los mas buenos ;
No querer ver lo que loaban tanto , No se llegaron mas en esta era ,
Siendo de cosas grandes cudicioso : Por haberse hüido destos senos
En efecto, con ser gente bastante , En barcos y navíos, á la fama
No quisieron pasar mas adelante. Que de Pirú por Indias se derrama.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, HIST. DE SANTA MARTA, CANTO IV. 235
Fué Sanctos de Saavedra bullicioso Apercebidos ya de buenas guias ,
Nombrado capitán de macheteros , Prosiguen adelante sus carreras ,
Para que por el bosque tenebroso E ya pasados tres ó cuatro dias
Abriese los caminos y senderos ; Vieron del rio Grande las riberas :
También para pasar lugar acuoso Supieron que las otras compañías
Determinan llevar barcos lijeros , Iban dias habia delanteras ;
Pues por el rio Grande y sus orillas Despacharon canoa de improviso
Han de comunicar âmbas cuadrillas . Con indios de paz que les den aviso.
Tres barcos llevan para tal socorro La canoa que fué , por ser lijera ,
Y para se valer con menos daño , En menos de dos dias los alcanza ;
Y para que detrás de punta ó morro Mas ellos en volver do el campo espera
Sean à los de tierra desengaño ; Hicieron ocho dias de tardanza :
Son Alonso Martin y Juan Chamorro Entre tanto Viana , como era
Capitanes , y Rodrigo Lïaño : Delicado varon y sin usanza
En efecto la principal demanda De padecer trabajo tan austero ,
Era poder pasar á la otra banda. Allí vido su dia postrimero.
Porque tenian ya noticia buena Hizo la diligencia que es aneja
Que la tierra cercada de dos rios , A quien de los presentes se desvía :
El de Cauca y el de la Magdalena , Conoce su maldad , de sí se queja
Se hollaba de grandes señoríos , Con las palabras que David decia,
Y cualquier poblacion estaba llena Y a San Martin y à Céspedes les deja
Del pálido metal que son sus pios ; Los cargos y poderes quél traia :
Y aun el dia de hoy aquel camino Saavedra recibe descontento
Es una pura pasta de oro fino. De que en ellos hiciese nombramiento.
En este tiempo vino por prelado Este fué gentil hombre de buen gesto ,
Un don Alonso de Robles , cristiana Mancebo generoso de Sevilla ,
Persona , y hombre bien intencionado Mas no tan corregido ni modesto
Consuelo desta gente castellana ; Que rebusase siempre la rencilla ;
Trajo por provisor cierto letrado Y ansi determinó de estorbar esto
Que llamaban el bachiller Viana , Moviendo para ello la cuadrilla ,
Clérigo grave , buen estudïante , Y á los que vienen en los bergantines
Y para gobernar hombre bastante. También solicitó para sus fines.
Aderezado pues lo conviniente Y dijo : «No será razon liviana ,
De caballos y militar arreo , Antes juicio de varon discreto ,
El clérigo Viana que presente Decir quel nombramiento de Viana
Se deseaba ver en el ranchen , Es en sí todo de ningun efeto ;
El Lerma lo nombró por su teniente , Porque Lerma con intencion cristiana ,
Conociendo ser este su deseo ; Y á cuyo mandamiento me someto ,
Coadyutor Cristóbal de Quiñones Quiere que eclesiástico prudente
Para las criminales ocasiones. Sea siempre cabeza de su gente.
La costa bajo van con gente poca , «Aquí tenemos á fray Pedro Zarco ,
Y no bien proveida la mochila , De tan buenos avisos y tan doto ,
Los barcos á meterse por la boca Que de quien manda en tierra y en el barco
Del rio que otros rios recopila ; Puede ser la cabeza y el piloto ;
Y el escuadron de tierra se convoca Es hombre de valor , de peso y marco ,
Para cortar á tierras de Chimila , Y como tal le quiero dar mi voto :
Y desde allí pasar por gente blanca Que tanto capitán , tanto tronido ,
Hasta poder llegar á la barranca . No pueden llevar campo bien regido.»
Do tienen de esperar la demás gente A unos pareció bien la demanda ,
Que sube por raudales inquietos , Y en otros también hubo repugnancia ;
Porque por agua y tierra juntamente Mas los que Sanctos tiene de su banda
Procuren de hacer buenos efetos : Hacian en el caso gran instancia ,
Rompen pues espesuras , do la frente Y el Céspedes les dijo con voz blanda :
Seguia por juicios mas discretos , «Señores , por ser cosas de substancia ,
Y sin mantenimientos y sin guias Por hoy el nombramiento se detenga ,
Tardaron en salir bien ocho dias. Y mañana bareis lo que convenga».
Viejo valor y el que de nuevo vino El alboroto dicho ya quïeto
Nunca pensó salir de la jornada , Con lo que Juan de Céspedes les pide ,
Porque con hambre y el sudor contino Hablan los capitanes en secreto
La gente se sentia fatigada ; Con Alonso Martin quel caso mide ,
Pero mediante Dios y su buen tino Y quedan concertados en efeto ,
Llegaron a la tierra deseada Que Rodrigo Liaño los convide
De Chimila , provincia bastecida , En su barco a comer dia siguiente ,
Donde hallaron copia de comida. Y a Sanctos de Saavedra juntamente.
Después para llegar do pretendia Llegada ya la general cubierta
El campo , y à esperar los barcos pare , Ansi de feo como de lo bello ,
Rio de Ariguani tomó por guia , Entre los capitanes se concierta
Y por aquel se fué hasta Cazares : El modo que ternán para prendello ,
Salen de la montaña que tenia Sin haber alboroto ni reyierta
A tierra quel camino les declare ; De parte de los que le dan resuello ,
Llegaron por hacer aqueste trueque Pues Sanctos de Saavedra , aunque liviano,
A las lagunas de Tamalameque. Tenia mucha gente de su mano.
Los indios de la tierra , como vieron Pero los capitanes y el Quiñones ,
Gentes de quien ignoran pensamientos , Por quien se concertaban estos tratos ,
En las islas que tienen se metieron Estaban hartos de sus sinrazones ,
Con hijos y mujeres y alimentos : Menosprecios , solturas , desacates ,
Desta causa los nuestros padecieron Y tenellos en tales opiniones
Aquello que padeceu los hambrientos ; Como si fueran unos insensatos :
Diose orden en que de paz se trate , Lo cual ellos con el que los avisa
Y ansi dieron coinida por rescate . El enojo mayor echan en risa.
286 JUAN DE CASTELLANOS .
Yagora , por estar determinados Como pararon los de la ribera
A que se haga dellos justa cuenta , Viendo las amenazas peligrosas .
Secretamente hablan á soldados Poneu al pobre Sanctos en collera ,
Que en número serian como treinta , Las manos apretadas con esposas ;
De quien vivian ellos confiado s Hacen informacion de cómo era
Ser buenos hombres en cualquier afrenta ; Un hombre de costumbres sediciosas ,
Y con aviso como convenia Toman de sus delictos seis testigos
Esperaban la clara luz del dia.. De aquellos que le son menos amigos.
Después que descubrió la frente clara Hecha la informacion desta manera ,
Y sus rayos aquel señor de Deles , Mas llena de rencor que de paciencia ,
La gente prevenida se repara Quiñones sentenció que luego muera ,
De municion y fraudulentos velos , Y el Sanctos apeló de la sentencia;
Pues por las aparencias de la cara Mas como la pasion fué medianera ,
Nadie pudiera concebir reçelos ; No le bastó razon ni diligencia :
Y el Quiñones llamó con gran sosiego Finalmente, fué muerte de garrote
A Luis de Manjarés que vino luego . La paga del convite y el escote.
Y díjole : Señor , es mi demanda, Confesó con un padre lusitano ,
Y destos caballeros congregados , Viendo de sus contrarios el intento ,
Que vuestra merced vea la otra banda Y no tener amigos á la mano
Con dos ó tres docenas de soldados ; Que mitigasen este movimiento :
Haga la lista Pedro de Miranda Murió como católico cristiano
De los que por vos fueron señalados : Y grandes muestras de arrepentimiento ,
Vereis qué poblacion dentro se encierra Y aunque en morir fué poca la tardanza,
Y qué dispusicion tiene la tierra >> Dió de su salvacion buena esperanza.
Luis de Manjarés que dello gusta , A tierra lo sacó contrario bando ,
Sin sospechar los trances rigurosos , Manifestándose nuevos editos ,
Como le pareció demanda justa Con voz de pregonero pregonando
Nombró treinta soldados animosos , No sé qué desvergüenzas y delitos ,
Los cuales se metieron en la fusta , Para que los subyectos á su mando
Y acertaron á ser los sospechosos : Supiesen que constaban por escritos :
El Alonso Martin les pasó el rio , Dejaronlo sobre la arena blanda ,
Y luego se volvió con el navío. Hasta venir los de la otra banda .
Vuelto Alonso Martin , llegó Lïaño Después que Manjarés ovo venido
A Sanctos que sospecha no tenia De donde fué con treinta compañeros ,
De donde le pudiese venir daño , Tomó tanta pasion cuando lo vido ,
Y díjole : «Holguémonos un dia Que llamó de bellacos , carniceros ,
De cuantos trabajamos todo el año , Cuantos en lo matar habian sido ,
Y vuestra merced tenga compañía Alevosos y malos caballeros ,
A estos caballeros y soldados , Y que sin quedar uno ni ninguno
Que son en mi navio convidados. Lo hará conocer à cada uno.
» Bien veo mi convite no ser dino Mostró cada cual dellos sentimiento
De personas de vuestras cualidades , Oyendo las palabras atrevidas ,
Pero no faltará bizcocho y vino Y quisieran ponelles escarmiento
Guardado para las necesidades ; Si pudieran hacello sin heridas ;
También tenemos lonjas de tocino , Mas disimulan el atrevimiento ,
Y demás desto buenas voluntades , Por no perder alli todos las vidas ,
Cecinas y tasajos de ternero , Pues si se comenzaran los maitines
Y si quisierdes mas por buen dinero.» Sus horas no tuvieran buenos fines.
Rióse Saavedra como angosto Porque todos los mas del estandarte
De sienes , y aceptó mala comida , Sentian de lo hecho grave pena ,
Porque no le sabia mal el mosto Y el Manjarés tenia de su parte
Con quel dicho Lïaño lo convida ; La gente principal y la más buena :
El cual no lo gustó , pero su costo Y ansi , viendo la cosa de mal arte ,
No menos se pagó que con la vida : Su disimulacion quedó mas llena ,
Entró pues el mancebo sin ventura Poniendo de por medio su cordura
En el barco que fué su sepultura. A la temeridad y á la soltura.
Tenian como suele comunmente San Martin y Cristóbal de Quiñones
Debajo la toldeta mesa puesta : Riñen á Manjarés su desatino
En medio le hicieron que se asiente , Debajo de amistad , y sus razones
Mas no para hacelle mayor fiesta , Bastaron á metello por camino ;
Pues Juan de Céspedes incontinente Y ansi se quietaron corazones
Asió del arma quel hacia presta ; Dispuestos a terrible torbellino ,
4
Cargaron cuantos son á la batalla Y pasada la furia deste fuego ,
Del espada que nunca quiso dalla. Nunca tuvieron mas desasosiego
Céspedes le requiere muchas veces Antes pues que la noche se viniese ,
Le dé las armas sin gastar razones ; Por todos sus amigos se procura
Responde : No os conozco por jueces , Que al miserable cuerpo se le diese
Sino solo á Cristóbal de Quiñones ; Cubierta de terrena sepultura ,
Porque vosotros sois unos soeces , Y allí fray Pedro Zarco que hiciese
Villanos y de malas intenciones» . Lo que debe hacer el docto cura;
Al fin Quiñones le tomó la espada Al cual no le faltaba sentimiento
La guarnicion torcida y aun quebrada. Por ser la causa de su perdimiento.
Oyendo los de tierra las recuestas , Llevó su cuerpo gente generosa
Acuden todos con sus municiones ; Al sepulcro que ya tienen abierto
Mas Alonso Martin tenia prestas , Debajo de la ceiba mas umbrosa
Con recelo de las alteraciones , Que pudieron hallar en aquel puerto ;
En su navío copia de ballestas Y encima del sepulcro ponen losa,
Armadas con saetas y arpones ; Por donde su lugar fuese más cierto,
Y ansí tienen por bien estar á raya Para lo trasladar en algun dia ,
Sin pasar adelante de la playa. Y allí pusieron letra que decia :
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II , HIST. DE SANTA MARTA, CANTO IV. 287
Aqui vió postrero di a Y aun aqueste mortal inconviniente ,
Un Sanctos de Sayavedra : De que los racionales se quejaban ,
Queda debajo està piedra La bestia caballar también lo siente ,
Muerto por quien lo temia. Pues los caballos todos se pelaban ;
No hace su eausa blanda
Ni carece de demencia Comen y roen con rabioso diente
El que toma competencia Cueros , ropas y cosas que topaban ,
Con la persona que manda. Hasta lamer con esta golosina
La tierra do derraman el orina.
A las exequias tristes dados Gues , Como se viesen pues menoscabados
Otro dia después deste siguiente , Muchos caballos y españoles muertos ,
En orden se pusieron bergantines
Y embarcan los caballos y la gente , En un parecer son determinados ,
Y fué volver á los marinos puertos :
Para poder pasar á los confines
De la ribera que tienen enfrente , Flacos , perdidos , mal aderezados ,
Pusieron en efecto los conciertos :
Que después se llamó de Cartagena , Balsas por ellos hechas dan avio
Entrel rio de Cauca y Magdalena.
Para pasar el caudaloso rio.
Estando todos ellos en la banda
De tierra que tenian por mas harta , Pasaron sin que hallen resistencia ,
Junta de capitanes que los manda Y á Santa Marta por aquel instante
Enviaron de la real audiencia
Ordena que la gente se reparta : Un oidor , que fué el doctor Infante ,
Van los de tierra pues en su demanda ; Para tomar al Lerma residencia ;
Vuelven los de la mar á Santa Marta , El cual halló la tierra de menguante
Donde de los rancheos que habian hecho
Llegaron todos con algun provecho. Y al gobernador Garcia de Lerma
En cama , su persona mal enferma.
Los otros van por entre los dos rios , Aquesta residencia proveida
El Grande y el de Cauca , que se llama Se hizo pregonar luego que vino ,
Hoy de San Jorge , cuyos señoríos Mas apresuró Lerma su partida
Fueron mucho menores que la fania ,
Pues no ven tanta copia de bubios Para la dar ante el juez divino ,
Cuanto noticia de indios encarama ; Huyendo los trabajos desta vida
Mas si pasaran el de Cauca sanos Por pasos de católico camino :
El Cenú les hincbiera bien las manos. Quedando por su fin desconsolados
Todos estos vecinos y soldados.
Adonde después los de Cartagena
En tierra de compás inhabitable , Por ser en sus costumbres tan modesto,
Hallaron , sin haber natural vena , Que no supo , con ser un hombre claro ,
Decir mala crianza ni denuesto ,
Riqueza de valor inestimable ,
En sepulturas , de que estaba llena , Ni quiso de sus bienes ser avaro ;
Con mortandad á vivos agradable ; Fácil en perdonar , y demás desto
Pues hubo de lo que por cuenta viuo Los pobres lo tenian por amparo :
Setecientos mil pesos de oro fino. Alli tuvo de oro buena suerte ,
Pero sin él al tiempo de su muerte .
Mas estos , puesto caso que noticia
Alguna se les dió destas culturas , Ordenan pues aquel enterramiento
No les fué la fortuna tan propicia Los hombres nobles y el doctor Infante,
El cual fué con mas tierno sentimiento
Que cayesen en estas sepulturas ; Que con vistosa pompa ni pujante ;
Antes los consumia la malicia
De malos aires , grandes espesuras , Y encima del humilde monumento
En cuyos arcabucos y conveses Puso dos versos un estudiante ,
Gastaron inas espacio de ocho meses. Cuyas palabras breves y funestas ,
Segun algunos dicen , fueron estas :
En montes era la mayor sustancia ,
Garrapatas , mosquitos y otras plagas, Terrestri lecto dormis nunc optimeLerma
Y destas ocasiones abundancia At tua non somno fuma sepulta manei.
De crueles y encanceradas llagas ,
Adonde no prestaba vigilancia En esta terrestre cama
En abrasallas con ardientes dagas : Duermes, Garcia de Lerma ;
Ansimismo do quiera que dormian Mas no conviene que duerma
En ella tu buena fama.
Murciélagos en vida los comian .
Demás de no hallar mantenimiento ,
Faltábales la sal , y es una cosa Cuando venian pues los del entrada
Buscando de comer por el camino ,
Que no causa pequeña detrimento Los visitó con paz enmascarada
En gente de salud menesterosa ,
Pues de faltas en un descubrimiento Alonso , principal indio ladino ,
Es aquesta la mas pernicïosa , Persona por allí bien señalada ,
Y ansí los cuerpos en aquellos puertos Que de Tamalameque fué vecino ;
Se hinchen de gusanos sin ser muertos. Y este les dijo si querian grano
Saliales á todos mucho grano Fuesen á Sopatin , pueblo cercano.
Con las alteraciones de un devieso , Y aunque tenian poco de presente ,
Y dentro molestísimo gusano , Suplirian los indios su penuria ,
Aspero, peludillo y algo grueso : En tanto que pasaba la creciente ,
Da voces y gemidos el mas sano , Por entrar el invierno con gran furia :
Por ser aquel dolor en gran esceso , Entró pues en acuerdo nuestra gente
llasta que ya cayeron en la cura , Sin sospecha de padecer injuria ,
Que fué facil y no de mucha dura. Y acordaron por no ser tan molestos
De que se repartiesen en dos puestos.
Pues de diaquilon un parche hecho
Sobre la hinchazon y carne flaca , En cumplimiento pues de lo que hablo
Hace la fuerza del tanto provecho , Se reparten los pobres peregrinos :
Que la mitiga y el gusano saca : El Céspedes al valle del Diablo ,
El duro torondon queda deshecho , Donde los huracanes son continos ,
La pena quita y el dolor aplaca ; Poniéndole los nuestros tal vocablo
alguno me vendió por manifiesto A causa de los muchos torbellinos :
Que falta de la sal causaba esto . Y también dicen que Diego de Almonte
Luchó con él en este mismo monte.
288 JUAN DE CASTELLANOS .
Pues en una labranza de aquel suelo A boga que no sienten los oidos ,
Recogiendo virtud para la panza , En el plan las espadas sin rodela
Se vino contra él un indezuelo Caminan , y desnudos de vestidos ,
Diciendo : « No me cojas mi labranza ». Con el obscuro nublo que los cela ;
Sobre lo cual los dos andan al pelo Pero con todo esto son sentidos
Un rato , que no fué poca tardanza ; De barbaros que hacen centinela :
Y el Almonte , con ser hombre bastante , Tocaron cuernos , dan grandes clamores ,
Le pareció luchar con un gigante . Convocando los otros moradores.
Y en confianza de su fuerza mucha Los españoles otros que despiertos
A los principios bien pensó amarratio ; Oyeron el ruido y estampida ,
Pero fuéle tormento de garrucha , Al Salguero contaban con los muertos •
Y por bueno tuviera ya dejallo , Y al buen Pero Martin no daban vida :
Porque durante la terrible lucha Salieron mil canoas de los puertos
Vido cómo tenia piés de gallo. Contra los que se ponen en hüida ,
Dijo ¡ Jesus ! Jesus ! » y en el momento Los cuales viendo ya tales estremos
El indezuelo se le tornó viento. Acuerdan de los brazos hacer remos.
Acudieron los de su camarada Y confiados en ayuda santa
A las débiles voces y al gemido : A nado van los dos via derecha ,
Hallaronle la cara rasguñada , Huyendo del clamor que los espanta
Ajeno de sus fuerzas y molido ; Y hace su carrera mas estrecha :
Y siendo la razon investigada , Al Salguero hirieron en la planta ,
Dijo lo que le habia sucedido ; De la cual luego se sacó la flecha ;
Y tiene hijos hoy aqueste hombre Al fin cada cual dellos persevera
En este reino , de su mismo nombre. Hasta que ya tomaron la ribera.
Al dicho valle con su gente viene Luego con la posible vigilancia
Céspedes do después sucedió esto , Y riesgos y trabajos no creederos ,
Y porque tal renombre no conviene , Encaminan sus pasos al estancia
Val de San Bartolomé le fué puesto , Donde estaban los otros compañeros ,
El cual renombre de presente tiene , Que seria seis leguas de distancia ,
Y el otro se quitó por ser molesto ; Atravesando ciénagas y esteros :
Pero , pues acabamos el digreso , Llegaron pues à do se representa
Justo será volver á mi proceso. Y de lo sucedido dieron cuenta.
El Juan de San Martin con el restante Curaron al Salguero la berida,
En Sopatin entró , pueblo cercado La cual no fué de flecha venenosa ;
De ciénagas que tiene por delante , Y la necesidad reconocida
Bien proveidas todas de pescado : Do la tardanza fuera peligrosa ,
Mostraronle los indios buen semblante, ElCéspedes abrevia su partida ,
Mas él siempre vivia recatado , Que punto de la noche no reposa ,
Tanto , que por los ver apercebidos Sino que por camino mal seguro ⚫
De sus casas se van sin ser sentidos. Siempre fué caminando con obscuro.
Viéndose solos en aquel asiento , E ya llegando cerca del asiento
Cercados de agua , faltos de comida , De aquel que su victoria regocija ,
Envían á buscar mantenimiento Entró con belicoso rompimiento ,
Cuatro mancebos en edad florida , Sirviéndole la noche de cubija :
Que por el agua van , con detrimento El cacique huyó de su aposento ,
Y no con poco riesgo de la vida , Pero prendieron la mujer y hija ,
A cierta poblacion que está frontera , Y estas mujeres dos fueron capaces
Seria media legua la carrera. Para que celebrasen luego paces.
Tres de los cuatro van á pié lijero , Porque el cacique vino ya de dia
Yun Ocampo llevaba piés bestiales ; Para las rescatar con algun trueque ,
Mas antes de tomar pueblo frontero Diciendo que si mal se les hacia ,
Los cercan con sus barcas naturales , Era por indios de Tamalameque ,
Embistiendo con Pedro Cocinero , De los cuales Alonso fué la guia .
Uno de los soldados principales ; A quien reconocian por su jeque :
Y el impetu fué tal y tan violento , Y que creyesen y estuviesen ciertos
Quel misero perdió vital aliento. Quél no tenia culpa de los muertos.
De los tres otros cada cual procura Vió pues el San Martin blanca bandera ,
Apercebirse para su defensa : Y conoció por ella buen efeto :
El ánimo sobró , faltó ventura Dió las gracias a Dios por verse fuera
Para que les suceda como piensa , Del riesgo no dudoso ni secreto ,
Porque su vida fué de poca dura , Porque si Céspedes no socorriera,
Por ser los indios cuantidad inmensa ; Dudaban escaparse del aprieto :
Y ansi fueron los miseros vencidos , Al fin durmieron juntos , y otro dia
Y dentro de las aguas sumergidos. Dan orden a lo que les convenia.
Los demás , á quien esto fué visible , Ayudaron los indios al pasaje ,
Maldicen sus trabajos y fortuna , Y diéronles también comida barta ,
A causa de que no les fué posible De que hicieron buen matalotaje ,
Podellos socorrer en la laguna , Mandando que por orden se reparta :
Y el riesgo do se vian ser terrible , Prosiguieron después aquel viaje
Sin ballar de canoas sino una Que se llevaba para Santa Marta :
Capaz de dos personas solamente , Y eso me da en rodeos que en atajos
Sin otra circunstancia ni adherente. Inumerables fueron los trabajos.
Acordose que la canoa fuese Teniendo concluida la jornada ,
Con dos valientes mozos nadadores , Al tiempo que llegaron al Dorsino
Para que Juan de Céspedes viniese Supieron de la muerte acelerada
A los librar de pérfidos traidores ; De Lerma y residencia que le vino,
. La cual determinaron que saliese Fué nueva para ellos tai pesada ,
Cuando faltasen claros resplandores : Que cierto se volvieran del camino ,
Fué pues en ella Francisco Salgnero A no saber alli toda la sierra
Con un Pedro Martin su compañero. Y la costa del mar estar de guerrɔ.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE 11, ELEGIA IV, CANTO 1. 289
Mas parecióles obra de villanos , Yansí por mejorar su pasadía
Sin uso de razon y gente dura , Vienen mil hombres á peor estado ;
No ir á socorrer á sus hermanos E yo sospecho que por esta via
En esta peligrosa coyuntura ; Fué don Pero Fernandez engañado ,
Pues si vinieran indios comarcanos Persuadido, segun que se decia ,
Abrieran para todos sepultura : Por Francisco Lorenzo del condado ,
Llegaron pues setenta de los ciento Que de los de Bastidas fué primero,
A tiempo que les dió sumo contento. Y casado con Isabel Romero.
Dió luego residencia quien regia , Que en este reino fué después casada
Y el golpe de la bolsa fué lijero , Con Céspedes , varon de cuyos hechos
Por llegar menos llena que vacía ; En este nuevo reino de Granada
Pero toda la pena fué dinero , No pueden sus enojos ser estrechos :
Porque el doctor Infante mas lo habia Dejó generacion multiplicada ,
Por las botas que por el escudero ; Que por herencia tiene sus provechos ,
Y ansi por vellos flacos de costilla Ganados con valor de su persona
Con menos que pensó volvió á su silla. En servicio de la real corona.
Mas luego como vino mandó fuera Oyendo pues el encarecimiento
Con gente y armas bien apercebido Y fama de la hermana de María ,
Al diestro capitán Juan de Ribera , El don Pero Fernandez , cuyo intento
Que nunca revolvió ni mas lo vido , Fué siempre de cristiana hidalguía,
Por ser de Fedriman en su bandera Demandóla por adelantamiento ,
Con sus soldados todos detenido , Demás del de Canaria que él tenia :
Segun mas largo tengo declarado Fuéle por nuestro rey la merced hecha ,
En otra parte deste mi tractado. Y para la partida se pertrecha.
Antes de se partir también habia Ayudaron también con sus caudales ,
A tierra de caribes dirigido Como coadyutores del armada,
Un cierto capitán dicho Mejía , Luis Bernal y Gomez de Corrales
Su deudo, que con él era venido ; O del Corral , persona señalada ,
El cual dentro del tiempo que queria Y Albaracin con otros principales,
Volvió de muchos indios proveido , Que fueron de la gente mas granadá ,
Y ansí como si fuesen de Etiopia Deste reino también descubridores ,
Este doctor llevó crecida copia. Aunque mal satisfechos sus sudores.
Ningun indio rebelde hizo llano , Los tres quinientos años ya corridos
Por faltar militares aderezos , Con otros treinta y cinco de la era ,
Mas puso para ello de su mano Con mas de mil soldados escogidos
Por justicia mayor un Anton Bezos, Procuró de pasar esta carrera ,
Que reconcilió lo mas cercano Con tantas variedades de vestidos
Y deshizo no pocos estrompiezos ; Como flores produce primavera :
El cual , aunque tenia feo nombre , Capitanes , alféreces , sarjentos
En todas cosas era cabal hombre. Y soldados con ricos ornaments.
Estuvieron ansi desta manera , Fué general , por ser hombre bastante ,
Con subyeccion del ordinario yugo , Su hijo don Alonso Luis de Lugo ,
Hasta tanto que por aquella era Y de lo ver con cargo semejante
Al gran emperador don Carlos plugo A ninguno del campo le desplugo ;
Dar por gobernador desta frontera Pero , como diremos adelante ,
A don Pedro Fernandez Luis de Lugo , Para su padre cuasi fué verdugo
Del cual quiero tractar ; mas determino En lo dejar sin oro ni vajilla ,
Descansar al principio del camino. Huyendo dél la vuelta de Castilla.
Fué justicia mayor el licenciado
Don Gonzalo Jimenez de Quesada ,
ELEGIA IV. Varon en varias letras señalado,
A la muerte de don Pero Fernandez de Lugo ; donde se El cual por su valor en el espada
cuenta la llegada à Santa Marta con el gobierno de Pudo llegar á ser adelantado
aquella provincia , y lo que sucedió durante su vida. En este nuevo reino de Granada ;
Y sé decir quel adelantamiento
CANTO PRIMERO. Era cifra de su merecimiento.
Cosa de risa es , ó ya de lloro , El diestro capitán Diego de Urbina
Desembarcarse gente chapetona Por maese de campo se pregona :
En las regiones indicas do moro, Don Diego Sandoval en él resina
Con gran autoridad en su persona , El cargo con que vino su persona ;
Y cómo piensa luego cargar oro Fué capitán por ser persona dina
En virtud de lo mucho que blasona , Ansimismo don Diego de Cardona ;
Y otros que truecan para volver ricos También lo fué Diego Lopez Haro
En cueras y jubones los pellicos. Y Gonzalo Suarez, varon claro.
Y ansí muchos ocupan los navíos , Don Pedro Portugal mando tenia
Para mas adornar el mortal vaso, Y Alonso de Guzmán , hombres enteros ,
De calzas , gorras , plumas y atavíos Cada uno con su capitanía
De terciopelo, tafelan ó rasu , Y en ellas valerosos caballeros ,
Que para las entradas son baldíos , Que tela de oro y plata los cubria ,
Y de quien bosques hacen poco caso , Donde gastaron suma de dineros :
Porque para romper el espesura Vinieron otros hombres eminentes
Poco vale pomposa vestidura. De los cuales muy pocos hay presentes.
También lo hace mal aquel que entiende Mas viven hoy Diego Rincon Barriga ,
Los negocios de Indias , y en España Pero Niño y Bartolomé Camacho ,
Como si fuese pura verdad vende De cuyo valor mucho que se diga
Lo que sabemos ser acá patraña ; Se dirá con verdad y sin empacho,
Y no sé con qué escusa se defiende Pues cualquier dellos en mortal fatiga
Aquel que tantos miseros engaña , Varon insigne fué con ser muchacho :
Haciéndoles creer que donde vino Vive por consiguiente Miguel Sanchez ,
Dejó montes cubiertos de oro fino. Terror grande de musos y de panchez.
T. IV. 19
200 JUAN DE CASTELLANOS.
Vive tambien Pero Rüiz García , Mas llama la limpísima Maria ,
Paredes Calderon , aquel de Ronda , Estrella de la mar y lumbre nota ,
En cuyo merecer la musa mia Y ansí lo socorrió , pues aquel dia
No puede hallar fondo con su sonda ; En demanda venia desta flota
Ve Juan Rodriguez Parra nuestro dia , Un rico galeon de mercancía
Y con los que se ven á la redonda Y por los mismos rumbos y derrota :
Hay Juan Rodriguez Gil , á cuyos hechos Enfrente se le pone y al encuentro ,
Se deben grandes colmos de provechos . Y con santo favor lo metió dentro.
Hay vivos Castro y Silva, lusitanos , Las otras alcanzó por ser lijera ,
Los cuales para todos hechos buenos Y allí las saludó segun su fuero ,
Nunca sus fuertes y veloces manos Sin les manifestar en la earrera
Tuvieron encerradas en los senos ; Larecuperacion del compañero ,
Manchado y Salamanca , ya muy canos . Porque luego tomó la delantera
De enfermedad y de miseria llenos , Y en Santa Marta se ancló primero
Con un Anton Rodriguez de Casalla Dos dias, y el armada ya venida
De manos prestas á cualquier batalla. Admiracion causó vello con vida.
Viven algunos otros querellantes Desembarcanse luego los gentiles
De los jueces y gobernadores , Hombres con bizarrías y primores ,
Por dar á los malsines y chocantes Que todos eran Héctores y Aquiles
Los ajenos trabajos y sudores , Y aun en las aparencias muy mejores :
Y verse de señores mendicantes , Tocan altos y bajos ministriles
Y ver los mendicantes ser señores , Los pifaros y cajas de atambores ;
Con ser descubridores y guerreros Por orden se componen las bileras ,
En este nuevo reino los primeros. Tendidos estandartes y banderas.
También las herederas de defuntos Hierven los militares ejercicios ,
Tienen por acertadas ordenanzas Briosos los mancebos y los canos;
Que seanjuveniles los trasuntos Caminan sin tumulto ni bullicios,
De los que las dejaron con pujanzas , En orden , con las armas en las manos,
Teniendo por mejores estos puntos Al templo de los santos sacrificios
Que las primeras puntas de las lanzas ; A dar gracias a Dios como cristianos :
Y en sus moradas lo que mas importa No pueden espresar breves cuadernos
Es ver calza follada y capa corta. Las galas con que salen los modernos.
Mozuelos son los que con ellas valen , Los antiguos con sus camisetillas,
Y el que era rompe- poyos es un Fúcar, Tan delgados de zancas y pescuezos ,
Y quieren que los curen y regalen Que pudieran contalles las costillas ,
Con guisadillos hechos con azúcar ; Arrinconados con el Anton Bezos ,
Mas quiérome volver á los que salen Contemplaban aquellas maravillas
De los puertos y barras de Sanlúcar , De trajes y costosos aderezos ;
Para se proveer en las Canarias Mas la contemplacion no fué sin mofa ,
De muchas otras cosas necesarias. Como gente de no menor estofa.
El número mayor de gente viene Ni mas ni menos á recién venidos
En itálicas guerras instruida , Les parecia ver embalsamados
E ya la isla Tenerife tiene Cuando vian los rostros percudidos ,
La cuantidad que digo recogida ; Viniendo todos ellos colorados :
Y a todos les parece que conviene Al fin burlaban de los mal vestidos ,
Apresurarse para la partida, Y esotros de los bien aderezados ,
Convidándolos con aviamiento Considerando que la dura hambre
La bonanza del mar y largo viento. Habia de ojear aquel enjambre.
Las áncoras del limo se despegan ; No se vió mejor rato de alegría
Pusiéronse las velas en concierto ; Al tiempo quel alarde se miraba
Con viento procelifero navegan Que oir à Manjarés lo que decía
Por altas ondas y por mar abierto , Y disimulacion con que hablaba .
Y dentro de cuarenta dias llegan Aquel descuido con que respondia
A la querida Marta y á su puerto , A quien alguna cosa preguntaba ,
Tendidas por las gavias y otras partes Diciendo : Yo no correré con gente
Flamulas, gallardetes y estandartes. Que trae tantas plumas en la frente.
Lucen las sedas, granas, perpiñanes , » Pues si quieren subir un alto monte
Disparan tiros, tócanse trompetas : O desechar un reventon acaso ,
Vereis luego de damas y galanes Cada uno será Belerofonte
Llenos bordos, cubiertas y jaretas ; Ayudado de plumas de Pegaso ,
Los soldados, sarjentos, capitanes , Y podrán rodear un horizonte
Con plumas de avestruces y garcetas ; Sin sudar cuera ni jubon de raso :
Miran por la ciudad mozos y mozas , No yo que siempre subo por escalas ,
Y no ven sino mal paradas chozas . Y flacos alpargates son mis alas. >
Mas vieron pasear por la ribera Uno decia y acudian todos ,
Mozo gentil en Málaga nacido , Picando cada cual con su facecia
Que se dijo Gonzalo de Cabrera , Por satíricos y dolosos modos ,
Soldado del ejército florido , De que en las Indias cada cual se precia,
Que les cayó á la mar andando fiera, Y Pedro de Madrid con sus apodos
Y no pudo ser dellos socorrido , Cuya dicacidad nada fué necia :
Porque por ser aquel tiempo terrible Aqueste fué de Eraso muy pariente
Amainar presto no les fué posible. Y en dichos repentinos escelente.
Cubríanlo los mares encumbrados , Hombre de guerra fué y hombre de plaza,
Y ansí ruega la gente descontenta Pero yo digo que sus apotemas
A Dios que le perdone sus pecados , Si lenguatorpe no los despedaza
Que de su vida no hicieron cuenta : Bien merecen tener sillas supremas ;
El joven con los ojos levantados Hoy posee su hijo Pedro Daza
Al cielo da clamores y se alienta , Sus suertes que no son de las estremas;
Rodeado de grave desconsuelo ,. Mas á la trisca vuelvo de aquel dia,
Porque ya no ve mas que mar y cielo. Donde por todos ellos se decia :
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II , ELEGIA IV, CANTO I. 291
Este se huella bien, aquel va tiesto , Como creciesen pues necesidades
Este como rocin hace corvetas , Y oviese de los aires inclemencia ,
Aquel segun las muestras de su gesto También crecian las enfermedades ,
Ha poco tiempo que dejó las tetas ; General corrupcion y pestilencia
Mas yo bien creo que bailarán presto De cámaras , de tales cualidades ,
A su pesar al son de las gambetas , Que no se les hallaba resistencia :
Cuando ya sin vigor y sin aliento El buen gobernador desconsolado
Les haga dar vaivenes flaco viento. » De ver su campo tan atribulado.
Quiñones, que no tan liviano pisa, El cual viendo lo mucho que le toca ,
Decia como cuerdo caballero : Segun suele católico cristiano ,
Mas es para llorar que para risa Con su solicitud, que no fué poca,
Tanto bueno venir al matadero : A todos procuraba dar la mano
Quedará quien viviere sin camisa , Hasta quitar la cosa de su boca,
Sin humano favor y sin dinero ; Con no se sentir él del todo sano,
Pues cada uno dellos, cuerdo ó loco , Curando pesadumbres y zozobras
Eu se valer ansi no hará poco.» Con santos dichos y cristianas obras.
Las triscas y las mofas acabadas , Procuró siempre que los sacramentos
El Anton Bezos con el regimiento Administrasen curas al doliente ;
Dieron á las personas señaladas Y con que se morian por momentos ,
Segun sus pobres fuerzas aposento ; A los entierros se halló presente ;
Y los demás tomaron por posadas No le faltaban tiernos sentimientos ,
La claridad del sol y el fresco viento ; Pues lo que sienten todos él lo siente :
Despuésjunto del mar y sus resacas Al fin en un angustia tan terrible
Formaron muchos toldos y barracas. El hizo de su parte lo posible.
Muchas dueñas con dones peregrinos Revolviendo mil cosas en su mente,
En estos pobres toldos se metieron , Viéndolos padecer desta manera ,
Ydigo peregrinos ó marinos Parecióle ser cosa conviniente
Porque dentro del mar se los pusieron : Salir alguna gente sana fuera ,
Acudian allí de los vecinos Pues todos deseaban ver la frente
A conversar, mas ellas les dijeron : Del indio que defiende su frontera ,
¿Dónde está la ciudad rica por fama Por ser comun á los que vienen rudos
Que Santa Marta dicen que se llama? Hacer poco caudal de hombres desnudos .
Yvosotros , vecinos sin provecho , Y ansi viendo de paz allí delante
¿Cómo podeis vivir desta manera Ciertos caciques , un capitán nuevo ,
En chozuelas cubiertas con helecho , Decia : « Volo á tal , á mi montante
Y quel viento menea la madera , Son dos mil destos muy pequeño cebo ,
Una pobre hamaca vuestro lecho , Y en cualquiera recuentro semejante
Una india bestial por compañera , Haré yo lo que digo y lo que debo.
Curtido cada cual, seco , amarillo , Mas no fué menester tan gran partida
Como los que castiga Peralvillo ? Para perder los fieros y la vida.
> Si por ventura es el mas decoro, Porque haciendo la primer entrada
Segun las casas son y vuestra ropa, Por aquellos lugares mas cercanos ,
El diablo se lleve vuestro oro Cuando queria dalles cuchillada
Y á vosotros también de proa á popa ; Sus piés no se hallaban tan livianos ;
Pues cieno veo yo, que no tesoro, Y ansí no fué montante ni aun espada
Adonde los vestidos son de estopa : Parte para librallo de sus manos
No veo yo delante de mi cara Antes flecha mortal vino volando ·
Gente con alpargate y antipara. » Con quel buen Salazar murió rabiando .'
Respondió Manjarés que está presente : Debajo pues del celo que se apunta ,
Señoras, la ciudad es invisible , Que fué tomar los mas sanos consejos ,
La cual tiene muralla trasparente El don Pedro Fernandez hizo junta
A los grandes calores convenible , Ansí de los modernos como viejos ;
Y mas para recién venida gente , Mas en satisfacer á su pregunta
El ardor de la cual es insufrible ; Los nuevos no podian ser parejos,
Tampoco podreis ver los aposentos Pero habló con todos de presente ,
Porque son hechos por encantamentos. Y ansi dicen que dijo lo siguiente :
En lo demás de nuestras vestiduras , « Caballeros, ya tienen entendida
Carnes curtidas secas y mal puestas , Y les consta por públicos pregones
Podríamos usar de bordaduras La causa principal de mi venida
Y poner en las gorras largas crestas ; A estas remotísimas regiones ;
Mas somos caballeros de aventuras , Es voluntad del rey obedecida ,
Que siempre caminamos por florestas Cédulas y reales provisiones :
Donde las guádubas y las yaurumas Agora es menester que se comience
Quitarian las gorras y las plumas. La obra quel esfuerzo y fuerza vence.
>Y ningunos podrían ser correos f
>> Sabeis que en nuestras tierras y reposo
Lijeros para ir tras una huella , Teníamos mediana pasadía ,
Adonde se celebran los torneos Y pasamos á Indias deseosos
Y el baul ó la haba se desuella , De la hallar con mucha mejoría ;
Porque todos corremos con deseos Mas si quisiésemos estar ociosos
De fajar con Angélica la bella Nunca podremos ver aqueste dia ,
Y metelle las manos por los senos Porque también acá como en España
Do se suelen ballar joyeles buenos. » Comerá quien se diere buena maña.
En tanto que estas cosas se reian »Que sean mis razones pertinentes
Y las mas necesarias ordenaban , Y sin desproporcion de la materia ,
Todos mantenimientos descreción Estos hidalgos que teneis presentes
Y venideras faltas se lloraban , Contarán maravillas de la feria ;
Porque ni los antiguos los tenian Pues por ser todos hombres diligentes
Ni los recién venidos los hallaban , Han podido vencer suma miseria ,
Ni habia do poder cómodamente Haciendo mil entradas y salidas
Repartir los lugares esta gente. Para traer con qué pasar las vidas.
292 JUAN DE CASTELLANOS.
Y tampoco no fué tan limitado Los treinta y seis corrian de la era
Lo que cogieron con su buena maña , Demás y aliende de los quince cientos ,
Que si por ellos fuese reguardado Cuando de Santa Marta salen fuera
No descansaran muchos en España ; Soldados cuantidad de novecientos ,
Mas pensar quel majuelo vendimiado Compuestos por el orden y manera
Por mas que lo vendimien no se daña , Que dan italianos documentos ;
Hizo tener en poco la riqueza Mas en aquella tierra tal alarde
Y también esperar mayor grandeza. No puede ni conviene que se guarde.
»A causa de tener por cosa cierta Ni sufren asperezas que se ordenen
Haber otras provincias estendidas Hileras ni formados escuadrones ,
Donde no vive gente descubierta , Sino que las industrias que se tienen
Sino gentes cubiertas y vestidas , Nacen de las presentes ocasiones ;
Hanse tornado muchos de la puerta Ni los indios en rompimiento vienen
Que tienen las entradas conocidas : Hasta debilitar los corazones .
Pues aquesta region que está doncella Pues diferentes altos fortifican
Habemos de morir ó dar en ella. Y desde lejos á su salvo pican.
>>Porque , señores , no somos venidos Y acontece venir un torbellino
A reposar detrás de la cortina , Que se desliza desde los altores
Ni conviene que estemos atenidos De galgas como piedras de molino ,
A solamente lo de la marina ; Y aun por la mayor parte son mayores,
Pues para buscar reinos estendidos Que barren cuanto topan de camino
La voluntad del rey nos encamina , De los que tienen por competidores ;
Y también fué mi principal intento Y ansi no suelen ser malos avisos
Engrandecer este descubrimiento . Al subir de los altos ir divisos.
» Pues aunque se hallara mas entero El campo todo va sin que se absconda,
Lo del mar y su gente mas compuesta , No como lo hacia diestra gente
Ya veis que para tanto caballero Cuando daban en los de la redonda
Es muy pequeña cabalgada esta : Con gran obscuridad tácitamente ;
Terreno con posible de dinero Porque con clara luz suben á Bonda
Habemos de buscar , y es lo que resta , Y en el mayor vigor del sol ardiente :
Donde podamos mejorar estado Vieron de indios cuantidad inmensa
Y quien trabaja viva descansado. Con determinacion de su defensa.
»El viaje será de poca dura , Subian con el buen adelantado
Segun da la razon quien lo cudicia , Los caballos por ásperas laderas ,
Y en Dios confío yo que la ventura Haciendo vueltas por el otro lado
A mí y á todos ha de ser propicia , Por no poder subir el escalera ;
Para que de caverna tan obscura Mas Céspedes , en un rucio rodado,
Saqueis à clara luz esta noticia Que nunca se vió bestia mas lijera ,
Que conyecturo ser de gran substancia Subia por los mismos escalones
Y no de menos honra que ganancia. Por donde van sudando los peones.
»Pero para que mas aseguremos Estando pues los bárbaros atentos ,
Los puertos que dejamos atrasados , Antes que concluyesen la subida ,
Conviene que primero castiguemos Se les hicieron tres requerimientos
Algunos destos indios rebelados , Con lengua de los indios conocida ,
Y de sus bienes nos aprovechemos : Para que dejen bélicos intentos
Haremos una via y dos mandados , Y vengan á la paz si quieren vida ,
Comprando del despojo del salvaje Subyectando sus pueblos y cabañas
Las cosas necesarias al viaje. Al poderoso rey de las Españas.
>Quedará de tal suerte castigado Los bárbaros con brios singulares ,
Que cese su molesta pesadumbre , Burlando de las lenguas y las guias ,
Y sabrá quien está mas alterado Defienden las entradas y lugares
Que tiene de mudar vieja costumbre ; Con sus acostumbradas valentías ;
E ya sea por fuerza , ya de grado , Mas Juan de Tapia y Gonzalo Suarez
Ha de venir à justa servidumbre , Animan sus lustrosas compañías ,
Subyectando ciudad , lugar ó villa , Y Céspedes que nunca quedó falto ,
A la real corona de Castilla. Hasta poder llegar á lo mas alto.
»Por tanto las guerreras compañías Piedras y flechas van enerboladas
Se pongan en el orden conviniente , Sobre quien sube con lijeras suelas ;
Porque dentro de tres ó cuatro dias Centellas ven salir de las espadas ,
Vamos á visitar bárbara gente : Quebrados los escudos y rodelas ;
Veremos estas grandes valentías , Abollan cascos duros y celadas ,
A las cuales yo quiero ser presente , Derribanse también dientes y muelas ,
Y luego don Alonso Luis ordene Crecia por momentos la porfia ,
Aquello que mas viere que conviene. » Y cuanto mas duraba mas crecía.
Por don Alonso la voluntad vista , Como si cuando soplan luego prende
Deseos y mandatos paternales , En cuantidad de leña viva llama ,
Luego mandó también hacerse lista Que tanto mas aquel furor enciende
De capitanes y otros oficiales , Cuanto la ceban mas con seca rama ,
Para que prestos para la conquista Y con mas fuerza su calor estiende
Tuvieren los soldados principales : Acia la parte donde se derrama,
Echanse bandos , tocan atambores , Y cuantos mas son los atizadores
Alcahuetes de bélicos ardores. Las llamas y los humos son mayores :
Capitanes , alférez y sarjentos , Ni mas ni menos fué cuando subian
Ansi modernos como los antigos , Los nuestros por los pasos referidos ,
Alistaron aquellos ornamentos Pues unos , otros y otros acudian ,
Que suelen en la guerra ser testigos Y cuantos vienen mas , mas encendidos,
O de victorias ó de vencimientos , Hasta dar con los arcos que traian ,
Que toman unos de otros enemigos : Después de ya los tiros consumidos :
El arcabuz , la lanza y el espada Pero ya trompezando , ya cayendo,
Esperaban la hora señalada. Siempre los españoles van subiendo.
293
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELEGIA IV, CANTO I.
Juan de Céspedes sube y arremete Porque el adelantado ya camina
Al escuadron que vió mas atrevido, A la parte de Bonda y á sus llanos ;
Y con aquel valor que se promete Con él van Orejuela y el Urbina ,
Los quitó del lugar fortalecido ; Que siempre los tenia mas cercanos .
De españoles quedaron muertos siete , Con Juan de San Martin , que los atina ,
Y Tapia , capitán , muy mal herido Por ser de los mas diestros baquianos ,
De una crudelísima pedrada Después de ya dejar incendio hecho ,
Que le llagó la mano del espada. Que fué de mayor riesgo que provecho.
Después que los peones prosiguieron, Sabiendo pues Suarez ya ser idos ,
La gente de caballo se apresura , Porque sin riesgo pasen la gran cuesta
Mas los veloces indios se subieron (Por cuya causa fueron repartidos )
En otras partes de mayor altura, Entre los españoles contrapuesta ,
Quedando tres ó cuatro que murieron Mandó que suban algo divididos ,
Con bala de arcabuz ó jara dura : Por tanta galga como los molesta :
Los españoles van en ese punto Finalmente , pasaron sin desmanes
A la ciudad mayor que tienen junto. Donde estaban los otros capitanes .
La cual era, segun se manifiesta , Para curar algunos del rabioso
Alcázar y morada de los reyes , Veneno , dieron luz á las candelas ,
Y la cabeza dicen ser aquesta Y allí para tomar algun reposo
De las que están subyectas á sus leyes : Asentaron real y ponen velas ,
Era de grandes casas bien compuesta , Por descansar el tiempo tenebroso
Que suelen por allí llamar caneyes , Debajo de fïeles centinelas ;
Donde no vieron ánima nacida , Mas el adelantado no reposa
Antes de todas cosas ya barrida. Admirado de tierra tan fragosa.
Otra vez con la paz les requerian , Pasada la nocturna pesadumbre ,
Con voces que les eran manifiestas , Y Apolo comenzando su carrera
Las cuales sus oidos ofendian , Mostrando por el alto de la cumbre
Teniéndolas por duras y molestas ; De la nunca domada cordillera
Y si desde los altos respondian , A la vista mortal aquella lumbre
Son flechas venenosas las respuestas , Que da mas resplandor en el esfera ,
Tantas , que les hirieron seis caballos El buen gobernador con pena harta
Sin que pudiese cura remediallos. Determinó volver á Santa Marta :
Vista pues por el buen adelantado Llevando por delante los heridos
La gran protervidad del enemigo, De los pestilenciales nocumentos ,
Determinó que fuese castigado Cuyas lamentaciones y gemidos
En lo que se pudiese dar castigo ; En él causaban tiernos sentimientos ;
Y ansi luego mandó ser abrasado Y siempre que tocaban sus oidos ,
Por todas partes el lugar que digo , Crecian sus fatigas y tormentos ,
Y los demás que van por las laderas Viendo que sin que lleguen á las manos
Talándoles también las sementeras . Y sin ver quién , le maten sus cristianos.
El alférez mayor Anton de Olalla Antes de se partir dejó mandado
Y el capitán Juan Ruiz Orejuela , Al hijo don Alonso que prosiga
Con cuyas fuerzas en cualquier batalla El castigo que tiene comenzado
El mas fuerte y el flaco se consuela , Con gente tan rebelde y enemiga :
Mandaron à la gente que se halla El cual como valiente y esforzado
Con mechas , aderecen la candela , No rehusó trabajo ni fatiga ;
Para que se conviertan en ceniza Y ansi para cumplir sus mandamientos
Las moradas de la ciudad pajiza. Tomó destos soldados ochocientos .
Fumosas llamas cercan el asiento Todos pasaron juntos por Origua ,
Que sobre muchos otros tiene mando ; Y después se partió la compañía ,
Vuelan luego con gran fuerza de viento , El capitán Suarez á Bondigua
Los bajos y los altos ocupando , Y el general para San Juan de Guía ,
Sin que manifestasen sentimiento Llevando gente de la mas antigua
Los indios que su mal están mirando ; Que ya los malos pasos conocia ;
Mas antes deseaban ver las casas Y aunque pasos algunos se defienden
Do cristianos entraron hechas brasas. Ambos à dos llegaron do pretenden.
Por las cercanas villas estendieron De paz los de Bondigua les salieron
Las llamas del incendio riguroso, Por ser su poblacion menos potente ,
Y luego visitaron y corrieron Y al capitán Süarez ofrecieron
A los valles de Cueto y Valhermoso , Algunas buenas joyas en presente ;
Con mas los siete pueblos do tuvieron Salieron destos pueblos y subieron
Ningun espacio largo ni reposo , A otra poblacion mas eminente
Antes desde los altos y peñoles En gentes y posible , que se llama
Les hirieron algunos españoles . El valle de los indios de Chairama.
Y en ciertas angosturas de lugares Hombres membrudos, sueltos , bien dispuestos,
Perecieran enfermos castellanos Mas que las otras gentes sus vecinas ,
Donde con instrumentos militares Los cuales fueron á las armas prestos
Los acabaran indios comarcanos , Cuando vieron venir las peregrinas ;
Si la virtud del capitán Suarez Y por aquellos altos y recuestos
No los quitara vivos de sus manos , El valle se hundia con bocinas ,
Y ansimismo don Diego de Cardona Hechas de las canillas de hombres muertos
Con insigne valor de su persona. Por ellos en aquellos mismos puertos.
Del hemisferio nuestro retrayendo Sube por un altísimo collado
Iba su presurosa luz Apolo, El Suarez al golpe de la gente :
Y sus dorados rayos estendiendo A San Maltin llevaba del un lado,
A las gentes que ven el otro polo, Varon en los recuentros escelente ;
Al tiempo que Suarez , conociendo Otro colateral es Juan Cuadrado ,
Que con su compañía queda solo, Alférez estimado por valiente :
Procura como capitán discreto Arronjan tantas galgas al instante ,
Sacar á sí y á todos del aprieto. Que vuelven mas atrás que van delante.
204 JUAN DE CASTELLANOS .
El español brioso y atrevido Deste jaez y muy mayor estruendo
Porfia con sudor en la subida ; Resulta de los palos y pedradas ,
El bárbaro no menos encendido , Que para los oidos es horrendo
Procura de privallos de la vida : De los que llevan piernas fatigadas ,
Suarez en la pierna fué herido , Al tiempo que la cuesta van subiendo
Y aunque no fué de muerte la herida , • Sin poderse valer de las espadas ,
En comer y beber tuvo gran freno Unos enhiestos y otros de rodillas ,
Creyendo ser la flecha de veneno. Y del sudor cubiertos las mejillas.
No cesan de subir , y como vieron Animan con cornetas los de fuera
Que ya no les podian poner rienda , Que son hechas de grandes caracoles ,
Los bárbaros sus casas encendieron Pero con todo esto persevera
Antes que nuestra gente las encienda , La fuerza de los nobles españoles ,
Y con flechas y piedras rehicieron , Hasta que ya subieron la ladera
Ayudados del humo, la contienda; Ahuyentándolos destos peñoles ,
Pero los nuestros son superiores , Adonde descansaron un buen rato ,
Haciéndoles tomar otros altores. Pero no sin temor y sin recato .
Después que por la poblacion entraron Porque segun aquellas ocasiones ,
Con una hambre loca y atrevida , Los tiempos de quietud eran escasos ,
Sin consideracion se derramaron Y para ir al pueblo de Quiñones
Los mas dellos en busca de comida : Restaban de subir dos malos pasos ;
Viendo que del buen orden no curaron Y ansi tomó Süarez de peones
Ni fué su voluntad obedecida , Los mas lijeros y los menos lasos ,
El Suarez mandó que con la hoja A fin de descubrir aquel engaño
El alférez Olaya los recoja. De donde les podia venir daño .
El cual luego partió como una jara Siguieron los demás á los primeros ,
Con la rodela y la espada lista , Segun guerreros usos ordenados ;
Y como por su mando no repara Indios algunos ven por los oteros ,
Un mancebo Bermejo, polvorista, Pero los pasos desembarazados ;
Dióle tal cuchillada por la cara, Procuran de hacer los piés lijeros
Que fué ventura no perder la vista : Antes que se descubran mas nublados :
El golpe fué debajo de las cejas Finalmente, llegaron al asiento
Tan largo que tocó las dos orejas. Sin ver alborotado movimiento.
Aprieta la herida con la mano Hallaron ya la gente retraida ,
El mísero , pidiendo luego cura : Vacías las moradas y aposentos ,
Fué el capitán Cardoso , cirujano , Pero dentro gran copia de comida
En medio del hervor desta presura, Que no fué lo menor de sus intentos ;
El cual en breve tiempo le dió sano , Porque de la larguísima corrida
Sin quitar el barniz desta pintura , Todos iban cansados y hambrientos :
Por no ser poderosos mil alcaldes Componen las dormidas y las cenas ,
A limpiar tan pesados albayaldes. Que después pagarán con las setenas.
Viendo quemadas ya por el vecino Viendo cómo queria coger heno
Aquellas afamadas poblaciones , Para cama cansado caminante ,
Los nuestros apresuran su camino Suarez dijo : «Por consejo bueno
Al pueblo que llamaban de Quiñones ; Ternia que pasemos adelante ;
El Juan de San Martin con ellos vino Salgamos de tan áspero terreno ,
Guïando por forzosos reventones , No hallemos en él quien nos espante ;
Los cuales ya tenian ocupados Porque destas señales se barrunta
Indios de todas armas pertrechados. Que se va convocando grande junta.»
Cuando llegaron á la postrer cuesta , El San Martin , que llevan por piloto,
No pudieron tomar algun reposo , Le respondió : « Señor , en este puesto
Porque segun el indio los molesta Ningun temor tengamos de alboroto
O subir ó morir era forzoso ; De indio que nos pueda ser molesto.
Y el capitán Suarez hizo presta, Ayudaronle todos con su voto ,
Para subir el paso peligroso , Porque por ir cansados quieren esto ;
Compañía de sueltos rodeleros , Y ansi reparte quien el cargo tiene
Yendo con ellos él de los primeros. Las velas por el orden que conviene .
Los pasos desta sigue la restante , Fuéles la cena bien aderezada ,
De diferentes armas pertrechada , Pues el mismo señor es el crïado ,
Llevando con buen orden por delante Y seria la mas aventajada
Aquella bien compuesta pavesada , Algunos puños de maiz tostado ,
Con tiros de arcabuz porque se espante Y alguna batatilla mal asada
La barbara canalla , confiada La sustancia mejor de lo guisado ;
De dar á sus deseos cumplimiento Y ansi durmieron en aquella cumbre ,
Sin ellos recebir desabrimiento. Sin que nadie les diese pesadumbre.
De bárbaros que tienen mas enfrente , Al tiempo ya que la febea llama
Ante que concluyesen la subida Comienza de dorar la verde planta,
Vino de flecha y piedra tal creciente Y en el altor de la tremente rama
Que se ven en gran riesgo de la vida ; El ave con arpada lengua canta ,
Y aun con los arcos dan á manteniente , El español de la terrestre cama
La municion de flechas consumida : Las armas en la mano se levanta ,
Los golpes insufribles de desnudos Y el bárbaro también por su partido
Atormentan y quiebran los escudos. No sale menos bien apercebido.
Como en tinieblas , muerta ya la lumbre Los nuestros bajan luego la ladera ,
Y el oficio divino concluido , Segun les pareció que convenia ,
Que hacen , de católica costumbre , Guiando San Martin esta carrera
Con palos y matracas gran rüido, Acia la playa de San Juan de Guia,
En memoria de aquella mansedumbre Adonde don Alonso los espera
Del justo que por Judas fué vendido , Con caballos y buena compañía ;
Y aquella multitud de roncos sones Pero por donde van , tienen los puertos
Entristecen cristianos corazones: Infinidad de indios encubiertos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELEGIA IV, CANTO I. 295
Pasando pues por un lugar estrecho ,
Temerosos y bien apercebidos , Hicieron pues sus pasos diligentes
Orillas de la mar y sus resacas ,
De los indios que estaban en acecho
Algunos españoles son heridos Hasta que ya toparon los dolientes ,
A los cuales traian en hamacas
De yerba ponzoñosa , y esto hecho , Que de cristianos hombros van pendientes :
Con gritas atormentan los oidos ,
Demás de los crujidos de las cuerdas , Y como no podian fuerzas flacas
Cuyos encuentros son manos izquierdas. Comportar los heridos ni llevallos ,
Pusiéronlos encima de caballos.
Segun suelen venir granizos gruesos
De la region del aire congelados , Puesto caso que no sin embarazos
Que lastiman las carnes y aun los huesos De prisiones y fuertes ligaduras ,
De las aves , conejos y venados , Porque después de hechas mil pedazos
Y también los rüidos son espesos Las ropas y sudadas vestiduras ,
Se mordian las manos y los brazos
De los golpes que dan en los tejados : Con estridor de dientes y bramuras ,
Tal y tan grande estruendo se hacia Retorciendo los labios y la boca
Al tiempo que se da la batería. Cuando la yerba las entrañas toca.
Los diestros y los menos enseñados Desta manera fueron caminando
En aquestas belijeras escuelas , Hasta San Juan de Guia , do primero
Estaban de rodillas encorvados
Detrás de los escudos y rodelas , Dimos razon estallos esperando
El resto del ejército guerrero ,
Que traspasaban tiros regulados
Como si fueran delicadas telas , Y donde con temblores y rabiando
Ansimismo clavando con la punta Vieron los mas su dia postrimero;
Y el dicho general por su persona
La carne que al escudo hallan junta. Determinó de entrar hasta Tairona.
Un terrible gandul , ya viejo cano , Aderezáronse como convino
Por el lugar mas descubierto corre , Para volver al beiicoso juego :
Con solas siete flechas en la mano
Y sin contrario tiro que lo borre : Llegaron por el término marino
Hirió con cada una su cristiano , A la boca del rio de Don Diego ;
Y entrellos al buen Gomez de la Torre , Por montuoso y áspero camino
Cuyo rabioso fin , triste y amargo , Para Tairona se partieron luego :
Entraron sin ver indica presencia
Un dia natural fué lo mas largo .
Y sin que les hiciesen resistencia.
Como creciese pues esta presura
Y el impetu de flechas insufrible , Por bajo valle va nuestro estandarte
Mirando poblaciones y culturas ,
Por estos capitanes se procura , Puestas en las laderas de tal arte
Segun el orden que les fué posible , Que hacen las subidas mal seguras ;
Sacallos del mal paso y angostura
No faltan flechas de una y otra parte
A parte mas capaz y convenible , Encaminadas desde las alturas ,
Donde de los heridos, hecha cuenta ,
Hallaron cuatro menos de cuarenta. De las cuales en un angosto puerto
Uno de los soldados quedó muerto.
En apartándose de los flecheros , Como la fusca noche se venia
Como ya por la playa caminasen , Quedando sin color sierra nevada ,
Despacháronse ciertos mensajeros
Al don Alonso , que le demandasen Y del largo camino se sentia
Caballos con algunos compañeros , La castellana gente fatigada ,
Para que los heridos se llevasen ; En parte que segura parécia
Y entre tanto lavaron las heridas Don Alonso mandó hacer parada ;
Con aguas de las ondas desabridas. Y á causa de peligros evidentes
Se señalaron velas convinientes.
Pues médicos de rústica Minerva
Les dijeron ballar por esperiencia Los indios, pocos pasos de desvío ,
Pusieron ansimismo veladores",
El agua de la mar ser contrayerba
Buena contra rabiosa pestilencia ; Y de una y otra parte de aquel rio
Usada ya por índica caterva , Tocaban infinitos atambores ,
Lavándose con suma diligencia ; Con grita que denota gran gentio
Mas ha de ser brevisima corrida Por cima de los ásperos altores ;
Y el ruido les fué tan enojoso ,
La distancia del agua á la herida. Que no tuvieron punto de reposo.
Pero la medicina mas segura
Es no se ver los hombres en estrecho , Don Alonso de Lugo , conociendo
Que de la dicha ni de mejor cura La grande multitud que se venia
Tenga necesidad humano pecho ; Por una y otra parte recogiendo
Pues en esta presente desventura' De aquella salebrosa serranía ,
Determinó de irse retrayendo
El remedio mejor fué sin provecho ,
Porque de las personas mal heridas Sin esperar allí la luz del dia ;
Porque si los tomaran las salidas ,
Dos ó tres escaparon con las vidas. Todos corrian riesgo de las vidas.
Dadas las nuevas en San Juan de Guia
A nuestros castellanos escuadrones , En el tiempo que ya la lumbre pura
Y conociendo cuánto convenia Del radiante hijo de Latona
El cumplimiento destas peticiones , Iba restituyendo su blancura
Don Alonso de Lugo les envía A la nevada cumbre de Tairona ,
Socorro de caballos y peones ; Los españoles tienen el altura
Siendo nombrado para su despacho Acercán dose mas acia Marona ,
Por caudillo Bartolomé Camacho , Sin sacar otra cosa destos senos
Mancebo natural de Villafranca , Sino cansancio y un cristiano menos .
Señalado lugar de Estremadura , Teniendo ya la playa por amparo
Y el frescor de los vientos oceanos ,
A quien valor y brio no le manca ,
Segun muestra su buena compostura : Acuerdan reposar el dia claro
Porque con el honor de barba blanca Para de noche dar en los hermanos ,
Lo vemos en aquesta coyuntura , Que fueron Marubare y Arobaro ,
Y es testigo fiel de lo que escribo , Caciques que tenian mas cercanos
Por vivir en el pueblo donde vivo. De los de la Ramada descendientes ,
Aunque de su riqueza diferentes.
206 JUAN DE CASTELLANOS.
Porque como se viesen perseguidos Estando pues los nuestros abscondidos,
Del cúpido furor de los de España , Al punto y hora que salir querian ,
Estaban con sus gentes recogidos Un asno daba grandes rebuznidos
En un cierto rincon desta montaña , Que los indios allá arriba tenían :
Pero no tan secretos y abscondidos Espantáronse todos los oidos
Que no los descubriese buena maña ; De aquellos que la voz reconocian ;
Pues muchos dias antes la cudicia Y es porque por allí después ni antes
Habia dado guias y noticia. Nunca nacieron bestias semejantes.
Llegado pues el tiempo vespertino Y como se subia por escalas
Y el fuego mitigado de la siesta , Para ir á tan ásperos terrenos ,
Cada cual desta gente se previno Decian : « Si son asnos tienen alas ,
Para romper con los de la floresta ; Y es imposible cosa que sea menos ;
Pero yo de cansado determino Y si son indios , son señales malas ,
De no decir agora lo que resta , Pues dicen que porque vamos sin frenos
Por querer Arobaro y Marubare Nos tienen de hacer tales regalos
Que con segundo canto se declare . Que saquemos á cuestas muchos palos. »
Uno que se decia Mala- testa ,
Estranjero y estudiante bueno
Dijo Podria yo hacer apuesta
CANTO SEGUNDO. Que debe ser el asno de Sileno ,
Cuyos roznidos en aquella fiesta
Donde se tracta cómo dieron de noche en los dos hermanos , Levantaron á Lótide del heno ;
Y que mas sucedió. Y ansi quiere que aeá nos levantemos
Para dar fin á lo que pretendemos.
Suelen tener mundanas condiciones »Mas á fe que si desta yo me escapo
De bondad y virtud galana muestra , Y salgo sin herida del bullicio ,
Y acaso no serán sus intenciones Que nos tiene que dar un gentil papo ,
De declinar á via mas siniestra ; Pues no puede hacer otro servicio ,
Pero metidos en las ocasiones, Antes que los devotos de Priapo
Cudiciosa maldad les es maestra, Lo lleven para dar en sacrificio.
Para meter en su hambriento seno Fuéronse pues con tácito semblante
Aquello que les consta ser ajeno. Al pueblo que tenian por delante.
Y no puede buir desta sentencia Por barrios va digesta y ordenada
Don Alonso de Lugo , pues tenia Su poblacion , no grande ni pequeña ,
De liberalidad gran aparencia, Pero fuerte si fuera bien guardada ,
Urbanidad , nobleza , cortesía, Por rodear los altos viva peña ,
Pero no poco suelto de conciencia, Y por la parte baja rodeada
Segun fueron las muestras aquel dia , De fondos pasos y de espesa breña :
Después que ya vinieron á sus manos Entradas cuatro son en cuatro cuestas ,
Ricas preseas de los dos hermanos . Para se defender no mal dispuestas.
Y ansi fué que , metiéndose las riendas Blasco Martin de noche las habia
De Flegon y Pirois en las obscuras Esplorado con otros atrevidos ,
Ondas , y se tendiendo las horrendas Y ansi fueron los desta compañía
Tinieblas con sus ciegas ligaduras , Por todas cuatro partes repartidos.
Entran los españoles por las sendas Dan Santiago ! con la luz del dia
Angostas de las dichas espesuras , En los vecinos desapercebidos ;
Cuyo camino nadie , segun era, Mas todavía con algun reparo
Sino sola cudicia lo siguiera: Salió de sus caneyes Arobaro ,
Trabados de las ropas y vestidos , Deseando que sepan lo que vale
Porque con vista no se comprehenden Golpe librado de su brazo fuerte ,
Y ansi los unos de otros van asidos O que ya su desdicha lo regale
Tentando los caminos que pretenden ; Con el postrero trago de la muerte ;
Y si quedan algunos divertidos Mas al encuentro don Alonso sale
Por silbos se convocan y se entienden , Por le caber aquel lugar en suerte ,
Dejando los caballos en la playa En el cual se halló con tal congoja
Por no tener por do caballo vaya. Que no cumplió mostrar la mano Boja.
Cebados en la vieja golosina Porque viendo venir gentes armadas ,
De los pasados robos y despojos , El Arobaro luego tocó cuerno ,
Sin sentir el garrancho ni el espina A cuyo ronco son sobresaltadas
De tunas , de cardones ni de abrojos , Acuden las que son de su gobierno ,
Cuasi toda la noche se camina Con tantos dardos , flechas y pedradas ,
Quebrándose las piernas y los ojos , Como gotas espesas en invierno ,
Hasta tanto que ya llegaron junto De tal manera , que quien vencer piensa
De donde no vivian sin barrunto. Tiene por gran victoria su defensa.
Pues cuando los flamigeros yugales Y como por entonces se conviene
Iban mostrando sus dorados frenos , El pelear en parte mas exenta ,
Y con su resplandor rayos febales En ciertas angosturas se detiene
Perturbaban coriferos serenos Hasta que se mitigue la tormenta ,
Vieron venir algunos naturales Contra la cual , segun terrible viene ,
De puestos do velaban los mas buenos , Apenas don Alonso se sustenta ;
Y ya viendo faltar nublos obscuros Y no menos andaba de caida
Pensaban estar salvos y seguros . La otra gente desta dividida.
Pero los encubiertos españoles , Pues cuando comenzaban el combate
Para salir en salvo con su hecho , El San Martin y el capitan Süarez ,
Entre verdes maices y frisoles El viejo Marubare los rebate
Estaban todos puestos en acecho ; Y hace retirar de sus lugares ,
Y cuando los purpureos arreboles Con determinacion que se remate
Herian la ladera y el repecho , La causa de sus lloros y pesares,
Tenian numerados los caneyes Y de una vez perder vital subyelo
Y las moradas destos dichos reyes. O los que lo traian inquieto.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II , ELEGIA IV, CANTO II. 297
Mas Juan de San Martin que lo conoce , El bélico despojo recogido ,
Le dice : « Date , date , Marubare , Y presos con el rey muchos vasallos ,
Pues sé que de cualquier crimen atroce Con escuadron muy bien apercebido
Aquí no faltará quien te repare ; De gente que sabia reguardallos ,
Y si no, contra puntas tiras coce, Fué por el don Alonso proveido
Y mas cuanto tu furia mas durare : Bajar luego do estaban los caballos ,
Date de paz, y no salgas armado , Y en hombres del ejército captivo
Y alcanzarás perdon de lo pasado. » Mandó también bajar el asno vivo.
El Marubare desto no se cura ; Con sus acostumbradas prevenciones
Antes decia , dándoles gran priesa : Los indios lo bajaron á lo llano ,
<Cruel guerra con vos es mas segura Y aprovechó después en ocasiones
Que cualquiera pacífica promesa , Que suelen ocurrir al baquïano ;
Pues toda vuestra paz es maldad pura Y aun fué descubridor destas regiones ,
Y á todos buenos términos aviesa ; Pues á este nuevo reino vino sano
Y cuando de la paz luce centella , Y el primero que destos animales
Es para nos robar debajo della. Vieron en esta tierra naturales.
Y pues teneis memoria del estrago Jumento y adjumento del entrada
Que en españoles hice , con despecho Fué para nuestras gentes peregrinas ,
De ver que la amistad , amor , halago , Al menos á los de la camarada
Fué contra nos el mas sutil asecho , Del sarjento mayor dicho Salinas ,
Acordaos también que yo no pago Persona por sus obras señalada ,
Con matar mil al mal que me habeis hecho ; Las cuales fueron de memoria dinas :
Y ansi quiero hacer ya confianza Cuyo consorte fué Juan de Montalvo
No de palabras , sino de mi lanza . » Hoy en aqueste reino sano y salvo .
Estando pues en peso la porfia , Lleváronlo también á la jornada ,
Enemistad antigua y homecillo , Llamada por antiguos del Dorado ,
El don Pedro de Portugal habia Que hizo Fernán Perez de Quesada ,
Entrado dentro ya por su portillo De do volvió después desbaratado;
Con la compaña que con él venia , Y el padre fray Vicente Requejada ,
Sin Marubare vello ni sentillo , En tiempo que fué pasto regalado ,
Hasta que por el uno y otro lado El cuero le quitó de las costillas
Se vido de españoles rodeado. Y convirtió las tripas en morcillas.
Avívanse los golpes al momento ; Llegados pues al mar y á su ribera ,
Enciéndese de nuevo la batalla ; Como ya descansasen y comiesen ,
Orejuela mostró su buen aliento , A los indios quitaron la collera
Sus proezas el alférez Olalla ; Mandando que á su pueblo se volviesen ;
El Marubare de su pensamiento Y siendo los deseos de cualquiera
Y determinacion atrás se balla , Quel oro y los despojos se partiesen ,
Pues cuando su victoria se declara Buscando don Alfonso dilaciones ,
Adverso bado le volvió la cara. A todos les habló tales razones :
Como nave veloz y diligente «Cierto , señores mios , no creyera
Que con favonio próspero navega De los mortales cosas tan estrañas ,
Para tomar el puerto donde siente Si por mis proprios ojos yo no viera
Tener seguridad después que llega , Vuestras proezas , hechos y hazañas ,
Y junto se levanta de repente Do ninguna nacion prevaleciera
Alguna procelifera refriega , Sino solo valor de las Españas ,
Haciéndola volver desde la puerta Cuyas heroicas obras ya son tales
Donde la vida tiene por incierta : Que me parecen sobrenaturales.
Al dicho Marubare y Arobaro La fama por España publicaba
Con fortuna lo tal les acontece , Ser cada natural un mostro fiero ,
Pues cuando les mostraba rostro claro Y grandes maravillas nos contaba
En ese punto se les escurece , Quien destas cosas era pregonero ,
Y al suelo que tenian por amparo Y entonces yo confieso que pensaba
La sangre de los suyos humedece ; Que hacian de pulga caballero ;
Y visto no valelles buena maña Pues agora que todo lo tanteo
Procuran de büir por la montaña. Lo dicho cifra fué de lo que veo.
Disponense los grandes y menores »¿Quién pudiera creer tanta miseria
A poner en efecto la hüida ; Como padecen hombres en conquistas ?
Mas usando de bélicos furores ¿ Quién osara decir en nuestra Hesperia
Impide don Alonso la salida : Cosas de los humanos nunca vistas ?
Y ansi prendieron estos dos señores , Al fin , señores , sois rica materia
Sin querer despojallos de la vida , Para los curiosos coronistas ,
Pero toman preseas y tesoro Y serán vuestros hechos duraderos ,
Con mas quince mil pesos de buen oro, Con espanto de siglos venideros .
Y el asno que dijimos recogieron >Lo substancial es esto ; y en la paga,
Que de los indios era maravilla , Que los hombres de bien tienen en menos,
Y para lo subir alli dijeron También es justa cosa que se haga ,
Que fué con palos hechos angarilla ; Pues por ella se mueven muchos buenos;
Al cual con otras cosas mas ovieron Mas no hallo valor que satisfaga
De naves que venian de Castilla A hechos tan heroicos y tan llenos ,
Y dieron al través en estos puertos , Y menos el caudal desta jornada ,
Donde los navegantes fueron muertos , Que es para cada cual menos que nada.
Y ansi salieron en sus escuadrones >>Mas esa cuantidad que recogida
Los indios cuando fueron salteados , Tenemos , es razon que se reparta ,
Algunos con camisas y jubones Y sea por cabezas dividida ,
Y muchos con bonetes colorados : Pues de lo justo nada nos aparta ;
Hallaron bachas , palas , azadones , La cual reparticion será cumplida
De que se aprovechaban los soldados, Llegados que seais à Santa Marta ,
Y ropas que los bárbaros desechan Y entre tanto seré yo tesorero
Y a nuestros españoles aprovechan. Yfiel guardador deste dinero.
298 JUAN DE CASTELLANOS .
Véalo mi señor padre primero , Atravesaron á las cordilleras ,
No diga si lo doy que lo destruyo ; Por parecelles ser tierras mas gratas ,
Porque después en ley de caballero Y ansi hallaron ciertas sementeras
Os empeño mis barbas, y concluyo De auyamas y de yucas boniatas ,
Con que luego que haga lo que quiero , Con mas otras raices comederas ,
Cada uno de vos habrá lo suyo , Que son pericaguazos y batatas ,
Y gozará de aquello que tuviere , De que fueron costales proveidos ,
O hará lo que bien le pareciere .> Pero de noche por no ser sentidos.
Vista por caballeros y peones Y atajando camino por un llano .
La prática , de fraude no distinta , Por mas presto volver á la Ramada,
A muchos contentaron sus razones , Acertaron de dar en un pantano
Y algunos también dieron en la pinta , O ciénaga prolija y ampliada ,
Reconociendo ser sus intenciones Do con el sol ardiente del verano
Llevallo todo y aun la parte quinta : La gente se sintió muy fatigada ,
Al fin los pretensores de la presa Y del número dicho cuasi todos
Han por bueno callar , aunque les pesa. Andaban como tontos y beodos .
Estando pues la gente descansada , La causa de tener flaca la nuca ,
Don Alonso de Lugo determina Que no puede hallarse peor tacha ,
De ver el morador de la Ramada Fué por haber comido mucha yuca ,
Que con aquellos términos confina , Que à los mas confiados emborracha ,
Pasando por la tierra levantada Porque con el sabor los embabuca
De Marona , que al mar está vecina , Y con malos efectos nos empacha ;
Do hallaron ramadas y buhios Desta perniosísima dolencia
De moradores ya todos vacíos. Só yo fiel testigo de esperiencia.
Cavaron dentro dellos los que fueron Porque viniendo cinco compañeros
Instituidos para tal cuidado , Atravesando cumbre de una sierra ,
Y también algun oro descubrieron Mendoza , Benavides y Cumeros ,
Que los indios dejaron enterrado : Bien conocidos en aquesta tierra ,
Todo lo cual al don Alonso dieron , Y un Juan Diaz é yo , con piés lijeros,
No sin desabrimiento del soldado ; Por ser aquel compás todo de guerra
Y como no hallaron bastimento Hicimos noche dentro de unas matas ,
La hambre los sacó de aquel asiento. Y fué la cena yucas bonïatas .
Al rio de la Hacha fué la gente , E ya que descansábamos un poco
Y no mucho compás de su ribera En las húmidas camas de belecho ,
Hallaron una casa prepotente , El Juan Diaz andaba como loco ;
Dentro sobre mil indios de madera , E yo que le reñia su mal hecho ,
Del altura que tienen comunmente , Con ojos y narices tierra toco ,
Hincados por buen orden en hilera , Con bascas y congojas en el pecho ,
Que debian de ser antecesores Sin fuerza , sin vigor y sin aliento ,
De los guanebucanes y señores. Y cuasi sin ningun entendimiento.
Mas como no hallasen sementera Y ansí también la gente que camina
Ni de dónde tomar mantenimientos , Por el dicho lugar de todos lleno ,
El portugués don Pedro salió fuera Con el ardor del sol se desatina
Con soldados que fueron cuatrocientos , Por el manjar que al fin tiene veneno :
Que todos ellos van a la lijera Quedaron pues allí sin medicina
Acia la parte de los lestes vientos , Cuarenta y cinco dellos en el cieno ;
A buscar grano por alguna via , Pudieran , segun dicen , remediallos ,
Porque toda la gente perecia. Mas los sanos no curan de esperallos.
Y al paraje del Cabo de la Vela , Antes el portugués , con ser modesto,
Por do todos andaban mariscando , E un Pablo Fernandez que los guia ,
Vieron ya cerca cierta carabela A gran priesa caminan con el resto
Que por la costa viene navegando : A do su general los atendia;
Hiciéronle señales con candela , El cual , aunque de todos supo esto ,
Y con un paño blanco van llamando ; Ningun justo socorro les envía :
Acuden á la seña marineros , Ansi que perecieron los cuitados ,
Y surgen en los términos fronteros. O por manos de indios ó ahogados.
Echaron el batel en breve rato , Puestos en la Ramada referida ,
Llegaron donde ven el blanco paño , Sin dar remedios al desmán que digo ,
Pero no sin recelo ni recato , A Santa Marta hacen su partida ,
Presumiendo que puede ser engaño ; Sin que puedan hacer otro castigo ;
Mas los que libres eran de mal trato Y al volver mucha gente fué herida
Manifestaronles su grave daño , En el áspero paso de Rodrigo ,
Diciendo que les vendan alimento De manera que de soldados buenos
Y pidan el valor á su contento. Indios hicieron los doscientos menos.
Vuelven los marineros à la nave Y un peon estranjero , que nombrallo
Y dieron al maestre su mensaje , No sabe quien la pluma me gobierna ,
Y en el batel écharon cuanto cabe A Gomez del Corral mató un caballo
De lo que llevan por matalotaje , Cortándole gran parte de la pierna ,
Que fueron grandes tortas de cazabe Y debió de meterse por guisallo
Y sazonadas puestas de carnaje : En alguna fondísima caverna ,
Volviéronles á dar este consuelo , Porque después que hizo el desconcierto
Puesto que todavía con recelo. No pareció jamás vivo ni muerto.
Porque desde el esquife se les echa Después que ya tomaron la zavana
Lo que pudo curar hambrienta llaga , De Bonda , do llegaba nuestro bando ,
Y vuelven a remar via derecha , Hizo parar la gente baquiana
Sin querer recebir por ello paga : Aquel que sobre todos tiene mando ,
El don Pedro con esto se pertrecha Dándoles à entender que tiene gana
Hasta que balle dónde se rebaga ; De que se queden ellos descansando
Y despedidos deste navegante Y solo quiere ir à dar la nueva
Procuran de pasar mas adelante. De lo que sucedió y lo que se lleva.
299
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELEGIA IV, CANTO II .
Partióse reguardando su fardaje Mas su voluntad era discrepante ,
Con mozos que le fueron mas acetos ; Y en hecho de verdad no lo sabia.
E yendo prosiguiendo su viaje , Hizo pues dar las velas al instante
Descubre don Alonso sus concetos , Por la derrota que le convenia ;
Segun quieren decir , á cierto paje Y fué tan venturoso navegante ,
De quien él confïaba sus secretos ; Que con buen tiempo fué donde queria ,
Y porque no me tengan por prolijo Estendiendo por corte mas las alas
Brevemente diré lo que le dijo : No sin ostentacion de ricas galas.
« Quiérote descubrir , mi buen Saucedo, Después de don Alonso ser partido,
Negocios que requieren confianza , Diego Lopez de Haro , muy quejoso
Y es que quiero salir de do no puedo Por no cumplir con él lo prometido
Valerme de caballo ni de lanza , Acerca del oficio mas honroso ,
Y donde vale mas un flaco dedo Embarcóse tras él harto corrido ,
Que brazo de vigor y de pujanza ; Y el sobrino Martin de Castañoso ,
Y mi partida tiene de ser cierto Y Alonso de Guzmán y otros , los cuales
En las naos que esperan en el puerto . Todos eran personas principales.
> Es menester que sigas mi consejo Que don Alonso tuvo de franqueza
Con pronta voluntad fiel y leda , Lo que suele tener uso profano ,
Porque quiero , pues hay buen aparejo, Y de valor, primor y gentileza
Acogerme con toda la moneda : Y aviso , lo que puede cortesano ,
Que la necesidad de nuestro viejo Al cual cierto pintó naturaleza
Otro la suplirá , y acá se queda , Con curiosa y acertada mano ;
Do cada dia pueden hacer presa , Pero , segun se vió por esperiencia ,
Pues que la tierra pone larga mesa. No muy escrupuloso de conciencia .
>Su parte tienen harto merecida Viendo su padre pues cómo lo deja
Todos estos valientes compañeros .; De mil necesidades rodeado ,
Pero , ¿quid inter tantos , por tu vida , Del paternal amor también se aleja ,
Siendo breve la copia de dineros ? Y enviando poderes y recado ,
Es algo para mí , mas repartida Ante el emperador formó su queja
Por tantas vias y desaguaderos , Pidiéndole que fuese castigado ;
Los tesoros no bastarán de Juno Y el licenciado dicho Villalobos
Ut modicum accipiat cada uno. Como fiscal pidió los tales robos.
»Demás de que yo tengo mis porciones, Estuvo , segun dicen , en España
Y á todos he de ir anticipado , Preso des que tuvieron el aviso ,
Cuanto mas que hurtando de ladrones Mas él lo tortuüoso que le daña
No me parece ser grave pecado , Enderezó muy bien y hizo liso ;
Ya que no consigamos los perdones Y en efecto se dió tan buena maña ,
Dichos en el refrán acostumbrado ; Que se salió con todo cuanto quiso ,
Pero tengamos oro por agora , Y ansi gozó después con cortesanos
Porque con él después todo se dora. Del industria y trabajo de sus manos.
Por tanto , fidelísimo criado , Acá volvió después pasados años .
La noche que ternás aviso mio , Para poder mas ampliar su renta :
Embarcarás el oro y el recado Visitó deste reino los rebaños ,
Que yo te diere y en aquel navío Do su vida no fué menos exenta ,
Que por mi boca fuere señalado , Pues muchos se quejaron de los daños
Con el recato que de ti confio , Que hizo , de los cuales daré cuenta
Que si conmigo vas en salvamento, Cuando lo deste reino se prosiga :
El galardon habrás á tu contento. » Que agora Santa Marta me fatiga.
El paje le responde : « Yo bien quiero Donde quedó su padre detenido
Cumplir en todo vuestro mandamiento ; Con falta de salud y adeudado ;
Pero vuestra merced vea primero Y ansí por capitanes fué pedido
Si podemos salir con el intento , Otro descubrimiento deseado ,
O si debe tan noble caballero Y es este nuevo reino do resido ,
Honrarse con el tal atrevimiento , De quien haré particular tractado,
Pues ya sabeis que en las personas altas Porque su nobilísima caterva
Son siempre mas notadas estas faltas. >> Para la cuarta parte se reserva.
« No caben en mí viles intenciones Mas visto por el don Pedro Fernandez
(Le responde) , pues esto yo lo gano , Lo que se le pidió con gran instancia,
Y en todos los armados escuadrones Prometiendo de dalle nuevos Andes
La mas acelerada fué mi mano. » O cosa de no menos importancia,
Llegaron pues al fin destas razones Hizo junta de chicos y de grandes
Al puerto , que tenian ya cercano , Para los animar á la ganancia ;
Donde por todos los de aquel asiento Y venidos en un ayuntamiento
Se le hizo muy gran recebimiento. Hizoles el siguiente parlamento :
Besó las manos al adelantado , « Caballeros, estas tribulaciones
Del cual fué gratamente recebido : Que todos padecemos de presente ,
Dióle cuenta de todo lo pasado , No piden gran estruendo de razones,
Mas ninguna del oro recogido , Pues cada cual de vos en sí las siente ;
Aunque no pudo ser tan ocultado , Pero declararé mis intenciones ,
Que callase del todo quien lo vido ; Que van encaminadas solamente
Y el buen viejo también lo pretendia A procuralles dar aquella cura
Para pagar los fletes que debia. Que nos encaminare la ventura.
Viendo ser el dinero descubierto , »Habeisme hecho muchos pedimientos,
Y aquella voluntad reconocida , Con la razon que en ellos se contiene ,
El don Alonso hizo su concierto , Cerca de proseguir descubrimientos
Efectuando luego su partida Y la buena noticia que se tiene ;
En un navío que salió del puerto E yo digo ser esos mis intentos
Pocos dias después de su venida , Y lo que mas á todos nos conviene ,
Eu el sereno de la noche blanda , Pues mas somos venidos á este puerto
Diciendo que su padre se lo manda. A lo por descubrir que descubierto.
300 JUAN DE CASTELLANOS .
>>Porque toda la tierra conocida , »Veo con buenos brios al mas cano,
A causa de los grandes desafueros , Timida cobardía despedida ;
Asolada la veis y destruida El apacible tiempo del verano
Por la loca maldad de los primeros, A los efectos desto nos convida :
Y nada della hinche la medida Solo resta que los que tienen mano
De tantos y tan nobles caballeros ; Quieran poner en orden la partida;
Y ansi por ser lo visto poco cebo Y ansí concluyo con que lo propuesto
Cumple que descubramos reino nuevo. Con tiempo tenga cumplimiento presto,»
>>Mas quiéroles decir á los que fueren , Vista su voluntad determinada,
Pues ni fuerzas ni ruegos los compelen, Todos los principales de aquel puerto,
Que como valerosos perseveren Con adherentes para la jornada ,
Y no se vuelvan luego como suelen , Pusieron sus personas en concierto ;
Y en la necesidad no desesperen , Mas agora que yo de la pasada
Antes unos á otros se consuelen, Me siento de cansado como muerto ,
Pues como desta suerte se provea Reposo quiero dar á mi fatiga
Algo se hallará que bueno sea. Antes que lo que resta se prosiga.
Donde fortuna mas os embaraza
Mostrareis menos tímido semblante ,
Y si para volveros diere traza, CANTO TERCERO .
Entonces colareis mas adelante ;
Pues al fin la porfia mata caza , Donde se tracta cómo salió la gente del puerto de Santa Maria, asípor
Y nada hizo bien el inconstante : mar como por tierra , para descubrir tierras nuevas , y de lo que les
No sean parte miedos en efeto sucedió en el rio Grande à la entrada dél , y en la prosecacion del
Para dejar de ver este secreto. viaje.
»Pocas veces dejó de ser propicia Contaba ya la religion cristiana
Cuerda solicitud á diligentes ; Treinta y seis años sobre quiuce cientos
Y ansi si no la borra la malicia Del parto de la Virgen soberana
De los angostos pechos y dolientes, En estrechos y pobres aposentos ,
No puede despintarse la noticia Cuando salió la gente castellana
Que tenemos por partes diferentes , Para continuar descubrimientos ,
Porque las mas distintas poblaciones Y el sol por el ecliptico camino
Conforman en el dar las relaciones. Queria visitar décimo sino.
>>Si tomais el negocio mas de veras Mil para tomar armas hay por cuenta ,
Que Lerma lo tomó tiempo pasado , Y destos los quinientos aviados
Sereis los que hollais estas riberas Por tierra , de caballo son los treinta
Inventores de nuevo principado , Y otros treinta rocinos van cargados ;
Cuyas provincias ballareis enteras, Van por mar cuatrocientos y sesenta
Y será cada cual aprovechado , Entrellos marineros y soldados ;
Trocando los trabajos en contentos Los de tierra por ahorrar carguíos
Con señoríos de repartimientos. Dejan de su caudal en los navíos.
>Y no pueden estar largo desvío Porque tienen de ir por gente blanca
De la prolija cumbre de la sierra ; Jornada larga , de trabajos llena ,
Y ansí para llevar mejor avio Antes de se juntar en la barranca
De cosas necesarias á la guerra, Del rio grande de la Magdalena ;
Irán los bergantines por el rio, Donde si de salud hay gente manca ,
Con quien se comuniquen los de tierra , La metan donde guindan el entena ,
Porque sean en tiempos afligidos Y hallen sus albajas y fardaje
Los unos de los otros socorridos. Para prosecucion de su viaje.
»Ya tiene mi poder y está nombrado Pero los mas que van por las florestas,
Para ser general en la jornada Eso me da cursado que novicio ,
El docto y animoso licenciado Ropa y comida va sobre sus cuestas
Don Gonzalo Jimenez de Quesada, Con armas para bélico bullicio ;
Varon de quien yo vivo confiado Y entre tantas compañas como estas
Que para bien regir le falta nada , Solas tres indias iban de servicio ,
Y Gonzalo Juarez, de quien siento Que tenian particulares dueños
Tener para gobierno gran talento. De aquellos capitanes mas isleños .
Van Juan delJunco, San Martin, Cardoso, Dirigen pues sus pasos á Chimila
El capitán Lebrija, Tesorero, Y á las provincias que le son fronteras ,
Y Juan de Céspedes, varon famoso , Mas llevando vacía la mochila
Con Valenzuela , noble caballero, Del grano que produce sementeras ,
Lázaro Fonte, diestro y animoso, Hambre y enfermedad los anihila :
Baltasar Maldonado , gran guerrero, Incultas ballan todas sus riberas ,
Escuadras y adalides de momento , Por estar ya los pueblos conocidos .
De quien todos teneis conocimiento . En partes diferentes retraidos.
De la gente que por agua camina, Los suspiros del pecho van á pares
En seis barcos y en una carabela , Del triste que se ve debilitado ;
Irá por general Diego de Urbina , Lo cual visto por Gonzalo Suarez
Cuya prudencia todo lo nivela ; Y el capitán Lebrija Maldonado ,
Va Manjarés, persona fidedina, Procuraron buscar nuevos lugares
Ya por allí cursada su rodela ; Con aquellos de quien tienen cuidado :
Va Juan de Albarracin, va Juan Chamorro, Y ansi fueron por partes diferentes
Ausimismo Gonzalo Garcia Zorro. En busca de comidas y de gentes.
»Van otros muchos diestros en asechos, El Gonzalo Suarez por buen arte,
Vivos en ojos, prontos en oidos ; Con soga de hamacas retorcida,
Van baquianos á las armas hechos , Pasó con su bandera y estandarte
En aquestos trabajos muy curtidos : Agua de Ariguani poco crecida ,
De bélicos arreos y pertrechos Y en los confines dél , en otra parte,
Todos medianamente proveidos, Recogió buena copia de comida ,
Y si destos algunos están faltos Cautivando también por sus florestas ,
Los ánimos los suplen , que son altos. Indios que la trajeron á sus cuestas.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II, ELEGIA IV, CANTO III . 301
Luego como llegaron al asiento , Ya veis , señor , la mar cuál anda fuera,
Se mandó repartir por don Gonzalo , Y que los barcos no van muy lijeros ;
Y el regocijo y el contentamiento El rio trae copia de madera ,
Mayor debió de ser que yo señalo ; Con sus raices árbores enteros ;
Pues el que perecia de hambriento , Recélase la gente marinera ,
Juzgábalo por celestial regalo : Tienen temor aquestos caballeros ;
Y ansi fueron con esto reparados Y para no venir á los estremos ,
Y con alguna caza de venados. Conviene que primero lo miremos. »
Estando pues con este regocijo , Respóndele : «Pues sois buen navegante ,
Una india , tendidos los cabellos , No receleis aqueste pilotaje ,
Que debió de hüir en el cortijo Que yo no veo cosa que me espante
Cuando los enlazaron por los cuellos , Para dejar de ir nuestro viaje ;
Con amor entrañable de su hijo Esperan los soldados adelante ,
Se llegó sin temor à todos ellos ; Cuya ropa llevamos y fardaje :
Y admirados de ver cosa tan nueva , Dénse , dénse las velas á los notos ,
Deseaban saber qué causa lleva. Y vayan con aviso los pilotos.>>
La cual , como con otros lo vió vivo , Luego de su partido descontentos ,
En brazos lo tomó con ansia viva , Las cañas se pusieron en timones ,
Y con aquel ardor caritativo Con fuerzas flojas y con brazos lentos
Que de todo temor á muchos priva , Las áncoras se levan y resones ;
Ďijo : «Pues eres, hijo, tú captivo, Desfiérense las velas å los vientos
No quiero yo büir de ser captiva , Con graves y pesadas turbaciones ,
Ni dejaré de ir donde tú fueres , Tanto que flojedad y pesadumbre
Y allí moriré yo donde murieres . >> Daban de su desdicha certidumbre.
Habiendo sus palabras reducido Tomada pues del rio la garganta ,
A castellanas voces los ladinos , E yendo ya por él poco desvío ,
Tan gran compasion dieron al oido Olaje tan soberbio se levanta
De nuestros fatigados peregrinos , De las aguas del mar y grande rio ,
Que no solo le dieron su querido , Que quien menos temia mas se espanta ,
Pero todos sus deudos y vecinos , Y menos muestras daba de su brio ,
Un viejo reservando que podia Viendo que no podia navegante
Ser para su camino buena guia. Volver atrás ni ir mas adelante.
Ven de Tamalameque los confines , Uno vereis lloroso y otro triste ,
Donde su morador de paz espera , Dan grita los mancebos y los canos,
Menoscabados hombres y rocines ; Agua por todas partes los embiste ;
Vieron del rio Grande la ribera , No les presta timon ni valen manos :
Y preguntando por los bergantines , Ya su salud en solo Dios consiste ,
Ningun indio les dió razon entera : Que no la pueden dar hombres humanos ;
De pálido color cubren el gesto , Y lo mas sustancial de su esperanza
Y agora yo diré la causa desto. Era tener ninguna confianza .
Salió Diego de Urbina de aquel puerto , Estando pues con este desatino
Yendo con él don Diego de Cardona , Causado del rigor de la procela ,
Puestos los bergantines en concierto, Un grande y orgulloso remolino
Llena de viento próspero la lona , Sorbió la sobredicha carabela
Piloto maestre Juan , varon esperto , Y un bergantin que junto della vino ,
Y el mozo Manjarés , cuya persona Y amortajó los hombres con la vela:
En aquellos caminos era diestra , Diez andan por las ondas de Neptuno ,
Y habia dado valerosa muestra. De los cuales fué Manjarés el uno.
Llegaron cuando ya la luz es poca Es nada lo que nada , pero viendo
Y bacia la noche su llegada , Acrecentar las olas sus enojos ,
Y ansi surgieron antes de la boca Cuando los barcos iban consumiendo ,
Del rio por do hacen el entrada , En un grueso tablon puso los ojos ,
Por mandado de aquel à quien le toca Y en él después se estuvo sosteniendo ,
Regir y concertar los del armada , Recogiendo también otros despojos ,
Esperando que venga nueva lumbre , De cosas de madera que allí hubo ,
Con la guarda que tienen de costumbre. Encima de las cuales se sostuvo.
Celebrábase pues siguiente dia Anda sobre el olaje fluctuando ,
Aquella Concepcion inmaculada El cual la flaca balsa desparpaja ,
De la generosisima María , Está por ir á tierra foreejando ,
Virgen , Señora nuestra y abogada , Mas no puede, por mucho que trabaja ;
Y por la gente toda se pedia Y cuanto mas andaba naufragando ,
Ser en aquel lugar solemnizada : Mas andaba tras él una baraja
Quisiéralo la gente peregrina , De naipes , que después él me decia
Pero no consintió Diego de Urbina. Que nunca lo dejó todo aquel dia.
Y ansí trocados los nocturnos fines Dicele pues, à vueltas de otras quejas ,
En aquel resplandor que nos consuela , «Vete, demonio , ya no me fatigues ,
Hizo tocar trompetas y clarines, Que si por tierra voy nunca me dejas ,
Mandando que se hagan á la vela Y agora por el agua me persigues ;
Aquellos dichos siete bergantines , A mis grandes pecados son anejas
El uno dellos buena carabela , Las cartas de maldad con que me sigues ,
Puesto caso que de contrario voto Porque con ellas fueste tal tercero ,
Fué siempre maestre Juan diestro piloto . Quel tiempo se perdió con el dinero..
Diciéndole : « Señor , inconviniente Mas con la devocion que convenia ,
Grande me representan las salidas ; No deja de llamar auxilio santo ;
El rio Grande viene de creciente , Y ansi , cuando la noche ya queria
Dejemos aflojar las avenidas , Cubrir todas las cosas con su mauto,
Pues con el ímpetu de su corriente Pudo llegar adonde pretendia,
Las olas andan altas y subidas ; Poco menos que muerto del quebranto ;
Inminente peligro nos despierta, Y con las mismas ansias y temores
Por llevar los seis barcos sin cubierta. Salieron otros siete nadadores.
302 JUAN DE CASTELLANOS .
El Cardona y Urbina con su pena «Caballeros , con gran razon se siente
Y paga de la culpa merecida , Una nueva de tanta desventura ;
Acia la banda van de Cartagena Pero quien es sagaz y hombre prudente
Compelidos también del avenida, Verá por su discreta conyectura ,
Y dieron al través en una arena , Cómo le cumple moderadamente
Do fué milagro reservar la vida ; Pasar por lo que ya no tiene cura ,
No quisieron volver mas á su cargo , Porque, perdidos los humanos cuellos ,
Antes para Pirú se van de largo. Solo resta rogar à Dios por ellos.
Dejando pues cien hombres ahogados , También quiero decir que no ví suerte,
Soldados de valor adamantino , En lo que profesais é yo profeso ,
Los otros cuatro barcos quebrantados Que se pasase sin alguna muerte ,
Llegaron á la playa del Dorsino : O tuviese del todo buen suceso ;
En Santa Marta fueron avisados Mas no porque el primero no se acierte
Del pesado desmán que les avino , Ha todo tiro de salir avieso ,
Y fué de tal manera la congoja , Pues si el un ballestero queda manco ,
Que en mucho tiempo no se hizo floja. Otro puede después dar en el blanco.
Mas don Pedro Fernandez no desmaya , Y aquella miserable contingencia
Antes los dichos cuatro barcos varan No puede deshacer la dicha mia ,
Por mandamientos suyos en la playa , Por haber sido falta de prudencia
Y los calafatean y reparan , Del loco capitán que los regia ,
Para quel resto de la gente vaya Opor ventura santa providencia
A ver las otras gentes en qué paran ; De aquella perenal sabiduría ,
A los cuales les fuera desavio Pues en faltar el uno y otro Diego ,
No llegalles socorro por el rio. Faltan bullicios y desasosiego .
Son pocos ó ningunos los sosiegos , »Faltando los dos dichos trompezones
Porque fuera dañosa la tardanza ; Con otra gente desasosegada ,
Y ansi nombraron de comunes ruegos Están absentes cuantas confusiones
Por general , mediante su templanza , Pudieran suceder en la jornada :
Al licenciado dicho Juan Gallegos , De suerte , que de sus tribulaciones
Persona de valor y confianza , Emana nuestra vida descansada ,
Que en Quito de Pizarro se rebela : Y el perderse , por poca vigilancia ,
Murió después con Blasco Nuñez Vela. Para nosotros todos fué ganancia.
Después que por el dicho licenciado >>La cual no será corta sino llena ,
El cargo se tomó , puso la frente Mediante Dios y su cabai ayuda ,
En ordenar lo que le fué mandado , Porque fortuna que unos desordena ,
Como varon sagaz y diligente : Para favorecer otros se muda :
Fué luego su viaje comenzado Que de topar habemos cosa buena ,
Con doscientos soldados solamente , Y cerca desto yo no tengo duda ,
Y por el rio de la Magdalena Como con el valor que se requiere
Subieron sin desmán que les dé pena. Cualquiera de nosotros persevere.
No los detienen guerras ni raudales ; »Y ansi cumple mostrar claro semblante
E yendo prosiguiendo la subida , A hambres y trabajos importunos ,
Supieron luego de los naturales Para poder pasar mas adelante
De la gente que estaba detenida O bien hartos de pan ó bien ayunos ;
En Sompallón , pero de muchos males , Y ninguno desmaye ni se espante ,
Hambre y enfermedad, enflaquecida , Cuando se vieren perecer algunos,
Y todos ellos no sin grande pio Pues donde quiera , semejantes dejos
De ver llegar los barcos por el rio. A todos los humanos son anejos .
Como les diesen pues carrera franca , Mayormente terreno donde toco
Sin conocerse voluntad aviesa , A todos los nacidos encubierto ,
Ora con remos , ora con palanca , Y donde no será menos que loco
Ora con sirga larga , se dan priesa Quien pensare que no puede ser muerto ,
Para poder llegar á la barranca , Porque nunca lo mucho costó poco ,
Do para se juntar fué la promesa ; Y el vivir á los hombres es incierto ;
Y al fin , en breve número de dias , Mas hasta ver qué hay , ó viva ó muera ,
Se vieron juntas ambas compañías. Yo no me puedo ya salir afuera.
Como de los deseos precedentes >>Que por acá la gente generosa
Sus proprios ojos fueron ya testigos, Muy mal puede vivir sino por guerra ,
Deshácense las rugas de las frentes , E ya que de riquezas deseosa
Ansí de los modernos como antiguos : De su naturaleza se destierra ,
Abrázanse parientes con parientes , Conviénele buscar alguna cosa ,
Huélganse los amigos con amigos ; Si quisiere volver á ver su tierra
Mas dellos cada cual espanto tiene , O cuando no hiciere tal trasunto ,
De ver el poco número que viene. Acá pueda tener honroso punto.
Y como lastimados corazones >Porque si la fortuna no se muestra
Dijesen al que estaba con recelo A nuestros pensamientos adversaria ,
La causa de sus grandes dilaciones , Aquella llamaremos patria nuestra
Y los que consumió marino duelo , Que diere la riqueza necesaria ,
Volvieron á formar lamentaciones , Y que con el valor de vuestra diestra
Mezclando su placer con desconsuelo , Hiciéremos de libre tributaria ;
Por perder en aquellas tempestades Y entonces lo feroz tornado manso ,
Sus antiguas y buenas amistades. Pasaremos la vida con descanso.
Pero como tristeza valga nada »Ansí que , para ver lo que decimos ,
Para restauracion de perdimiento , Quien estuviere frio se caliente ,
La gente baquiana mas cursada Que para coger fértiles racimos
Procuró mitigar el sentimiento ; Tierra de promision teneis enfrente ;
Y el general Jimenez de Quesada , Mas si volvemos como nos venimos ,
Para dar orden al descubrimiento , Cierto seria gran inconviniente ,
Después que á su presencia los convoca, Tanto que con mejor avïamiento
Saco tales palabras de su boca : Nadie podrá volver en salvamento.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELEGIA IV, CANTO III. 303
En los barcos ir todos no cabemos , Hierónimo de Insa va rompiendo,
Ni puede ser sin riesgo conocido : Por ser el capitán de macheteros,
Si por tierra, de qué nos manternemos , Espesísimos montes, y haciendo
Estando cualquier pueblo ya barrido Puentes para las ciénagas y esteros,
De manera que destos dos estremos , Los calurosos dias consumiendo
El no volver atras es buen partido : En trabajos que no son creederos ;
Cuánto mas ¿ qué bienes ó qué renta Tanto que con innumerable tinta
Dejastes en la mar sino tormenta ? No se podrá decir la parte quinta .
>Hambre y enfermedad nos perseguia Porque por la montaña do guiaban,
El tiempo que estuvimos en sus puertos , O sus cansados pasos ó las riendas,
Y nunca vi que se pasase dia Por mucho que buscasen no ballaban
Que no viésemos tres ó cuatro muertos : Señales de caminos ni de sendas :
Mirad la sierra si se defendia , Que los indios por aguas se mandaban
Y los heridos por sus desconciertos En todos sus contractos y haciendas,
Mandaban que con cepos estuviesen , Ni jamás se rompió tal aspereza,
Hasta que con la rabia pereciesen. Desde que la crió naturaleza.
>Sea pues la jornada larga ó corta , Y ansí, con trabajar las compañías
Duren prolijos montes y espesuras , Con el sudor á todos importuno ,
Que la resolucion que mas importa Aconteció romper en ocho dias
Es ver el fin de aquestas aventuras : Lo que pudieron caminar en uno ;
Este consejo da quien se reporta Y con buscarse por entrambas vias,
Y las noticia tiene por seguras , El alimento fué cuasi ninguno :
Y mas agora con el buen avio De manera, que con necesidades
Que tenemos de barcos por el rio. También crecian las enfermedades.
>Porque mientras durare la demanda , Aquellos que se sienten mas enteros
El orilla será nuestra carrera , Tienen necesidad que les ayuden,
Y los barcos por una y otra banda Y los mas amigables compañeros
Buscarán de comer por la ribera, Con mil desabrimientos se sacuden :
Acudiendo con alguna vianda Empapan los terribles aguaceros,
A los que nos hallamos acá fuera ; Sin tener otra ropa que se muden;
Y si por acá hallan buenos nidos , Y ansi, para secar la pobre tela,
También serán los barcos proveidos . El flaco cuerpo sirve de candela.
»Cuanto mas que la gente que hüida Cubiertos van de llagas y de granos
Hallamos de los pueblos y cortijos Causados de las dichas ocasiones ,
Otra banda la tiene recogida , En vida los comian los gusanos
Y allá están las mujeres y los hijos ; Que nacen por espaldas y pulmones,
Y es imposible no tener comida , No se pueden valer de piés ni manos ;
Como se busquen bien los escondijos ; En lo mas raso hallan trompezones ;
Y hallada por una y otra via , No tienen do llevar hombres enfermos ,
Ternemos razonable pasadía. Y ansí quedaban muchos por los yermos.
>Por tanto , los que rigen escuadrones , ¡ Oh , cuántos con suspiros y gemidos
Si no quieren seguir opinion vana , Allí se quejan por dejar su suerte !
Manden que suenen bandos y pregones Oh , cuántos al camino son movidos ,
Que digan cómo salgo de mañana ; Y atrás un flaco viento los convierte !
Los barcos , caballeros y peones , Oh , cuántos se quedaron abscondidos ,
Sigan mi parecer de buena gana , Por no verse vivir con tanta muerte ,
Porque con el favor del Rey de gloria Tomando por grandísimo regalo
Yo les daré ganada la victoria.» Acabar de morirse tras un palo!
En dando fin á su razonamiento , ¡Oh , cuántos en aquellas espesuras
Tuvo muy á su gusto la respuesta ; Fueron cebo de aves carniceras ,
Y ansi para venir al cumplimiento , Y cuántos á quien fueron sepulturas
Esta congregacion se hizo presta : Vivas entrañas de las bestias fieras ,
Viérades alistar el instrumento , Que saltean en las noches obscuras
El espada , la lanza , la ballesta , A gentes naturales y estranjeras !
Y los demás pertrechos y adherentes De suerte que á los bajos y á los altos
De que suelen usar guerreras gentes. Eran comunes estos sobresaltos .
Febeo resplandor en esta hora Con este general inconviniente
Apartando se va del hemisferio Va caminando castellana mano ,
Donde la belicosa gente mora , Sin poder sano socorrer doliente
Y con oscuridad en el imperio Ni doliente valerse de hombre sano :
La noche se quedó por sucesora , No procura pariente por pariente ,
Puesta vista mortal en captiverio , Hermano no se cura del hermano ,
O con sueños ó con impedimento , Y¿que presta querer? pues, aunque quiera,
De no ver su salud ó detrimento. Lo que desea dar es lo que espera .
Pero cuando doraba ya la planta Mas un hombre de aquella compañía ,
Apolo , reiterando su venida , De cuyo nombre yo soy ignorante,
Resuena de trompetas la garganta Y aun los que della viven este dia ,
Que suele despertar gente dormida ; No pudiendo pasar mas adelante ,
Y ansi la peregrina se levanta , Hablando con un hijo que tenia ,
Para poner por obra la partida : Para cualquier rigor hombre bastante ,
Los sanos , los enfermos , los tullidos , Le dijo : Hijo mio , yo me quedo ,
Segun pueden , están apercebidos. Que por ninguna via mas no puedo .
Luego por don Gonzalo se procura »De ti hago postrera despedida ,
Que se celebre divinal oficio ; Porque vital espiritu me calma ;
Y el buen padre Lezgamez , como cura, Está ya la virtud enflaquecida ,
A Dios ofrece santo sacrificio : Gozar quiere la muerte de su palma :
Oyose con devota compostura Harás , hijo , si Dios te diere vida ,
De los que profesaron su servicio ; Aquel bien que pudieres por mi alma ;
Y acabada la obra religiosa , Por el de hasta agora te bendigo ,
Prosiguen su jornada trabajosa. Y la gracia de Dios será contigo.
304 JUAN DE CASTELLANOS.
El hijo , con los ojos hechos rio , Acudieron soldados mas cercanos,
Responde con amor caritativo : Movidos de justísima clemencia ,
No quiera Dios que yo haga desvío Con espadas y lanzas en las manos
El tiempo que, señor, durardes vivo ; Y toda la posible diligencia ,
Y cuando ya tengais el cuerpo frio , Y con fuerza y esfuerzo de romanos
Mis manos abrirán comun arquivo Lo quitan á la viva pestilencia ;
En esta soledad y en tierra ajena , Però de la manera que conejo
Para mayor aumento de mi pena. Que suelta de los dientes perro viejo.
Y en tanto que no fueren descompuestas Desta misma manera se le saca ,
Del alma las terrenas ligaduras , Y por ver si podia tener cura ,
Yo tengo de llevaros á mis cuestas Le colgaron muy alta la hamaca ,
Por estas trabajosas espesuras : Entre tanto que llega la luz pura ;
Que no parecerá bien ir enhiestas Velóse cada cual en su barraca ,
Mis espaldas , pues pueden ir seguras Fatigados de tanta desventura ;
Con un peso que no me serà grave , Mas antes quel aurora lumbre diese ,
Antes no menos grato que suave. » Llevólo sin que nadie lo sintiese.
Asiento hecho pues de manta larga Y cuando ya las húmidas regiones
A las manos asida con correas , Se vestian del rayo soberano ,
Sobre sus pïadosos hombros carga Copia de caballeros y peones
La presea mejor de sus preseas , Lo buscaron , mas fué trabajo vano :
Ocupados mas tiempo con la carga , Ansí que , por las dichas ocasiones
Que con Anquises fueron los de Eneas ; Le llamaron el rio de Serrano ,
Pues durarian estas obras pias En memoria y acuerdo deste hombre ,
Por espacio de seis ó siete dias. Y siempre durará con este nombre.
Sin fallecer jamás en el intento Vistos aquellos miserables fines ,
Con los demás regalos quél podia , Luego bajó Pero Nuñez Cabrera ,
Hasta que le faltó vital aliento , Con diez soldados de los mas insines ,
Y lo mortal cubrió la tierra fria ; A ver del rio Grande la ribera ,
Y el pobre mozo del quebrantamiento Para hacer venir los bergantines ,
Poco después le tuvo compañía , Y en ellos travesar á la frontera
Con otros muchos que por despoblados Del rio de Serrano , ya nombrado ,
Acabaron la vida y los cuidados. Porque no le pudieron hallar vado.
Muchas veces el campo peregrino Llegaron pues los barcos al paraje
Está por dos ó tres dias parado , Que mas a su propósito convino ;
Entre tanto que rompen el camino Efectúan con ellos su pasaje,
Aquellos á quien dieron el cuidado ; Y en confianza del favor divino
Mas al enfermo de descanso dino Prosiguen adelante su viaje
Lo mandan luego ir por lo talado , Por un trabajosísimo camino
Pareciéndoles ser mejor remedio De espesos montes , ciénagas , esteros ,
Que los enfermos vayan en el medio. Y á cada paso mil atascaderos.
E yendo solos les acontecia Porque demás de ser esta montaña
Vellos los indios desde su navío , En espesuras sumamente ciega ,
Que por aquel compás iba ó venia , De limpios animales muy estraña ,
Y como fuesen todos sin avio , Y tal que clara lumbre se le niega,
Sin dejar nadie de la compañia , Cuotidiana pluvïa la baña ,
Los mataban y echaban en el rio , Y demás de lo quel mayor aniega ,
De donde los caimanes referidos Muchos rios que bajan de la sierra
Quedaron muy cebados y atrevidos. Inundan los conveses desta tierra.
Y viéndose después los sanos juntos , Yendo pues su viaje cierto dia ,
Como faltasen estos del rebaño , En un rio se dió de gran fondura ,
No ballándolos vivos ni difuntos , Que para proceder los impedia ,
Caso les parecia bien estraño ; El agua toda dél negra y obscura ;
Hasta que conocieron por barruntos Era profundo , mas su travesía
Las ciertas ocasiones deste daño : Como de treinta pasos en anchura :
Venian después dos con sus caballos Fueron por las orillas grande trecho ,
Con ellos para vellos y guardallos . Y no pudo hallársele deshecho.
Desta suerte prosiguen la jornada , No hay arbor desta parte conviniente ,
Huyendo cuanto pueden de reposo ; Y en la otra los hay de gran altura
Porque los amenaza con su entrada Que caen á propósito y enfrente
La furia del invierno pluvioso : De donde tiene mayor angostura ,
E yendo por la parte señalada , Y encima derribados harán puente ,
Toparon otro rio caudaloso , Por do la gente pase mas segura :
Cuyas corrientes dan en el arena Y ansí por don Gonzalo fué mandado
Del rio grande de la Magdalena. Que para los cortar pasen à nado.
Sus aguas lleva de color bermejo , Nunca la gente con quien él hablaba
Por la creciente grande que traia ; Mostró jamás temor á duro hecho ,
Faltó para pasar el aparejo , Y agora cada cual se recelaba ,
Demás de que la noche se venia , Con ser breve pasar aquel estrecho ;
Y ansi tuvieron por mejor consejo Mas Domingo de Aguirre , que callaba ,
Esperar lumbre del siguiente dia : Hendió las aguas con su fuerte pecho ,
Pluvias y truenos son por tales modos , Y como viesen ya hacer comienzo ,
Que pensaron allí perecer todos. Pasó luego tras él un Juan Lorenzo.
De riesgos otros menos son seguros , . Para dar via do se les empacha
Por haber otro mal cuotidiano ; Y hacer puente donde se les manda ,
Y ansí , tendidos nublos mas oscuros, Piden que les arronjen una hacha
Acudió luego carnicera mano ; A los que tienen la contraria banda ;
La cual, con uñas y con dientes duros , La cual brazo de fuerzas les despacha ,
Asió del miserable Juan Serrano : Y ansi cortaron una ceiba blanda ,
¡Valedme , dice , gente compañera , Con otras diferencias de maderas
Socorred, que me lleva bestia fiera! Que tocaban entrambas las riberas.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II , ELEGIA IV, CANTO III . 505
Pudiera Juan Lorenzo por la puente En tres leños se meten mal seguros ,
Pasar donde lo estaban esperando , Todos con canaletes en las manos ,
Y el miserable joven , imprudente , Cuando cobrian ya velos obscuros
Determinóse de volver nadando : Los árbores de montes comarcanos ;
Asióle del un pié fiera serpiente , Son un indio y un negro palinuros,
Y en el fondo lo mete forcejando ; De la familia destos dos hermanos :
Otra vez sobreaguó las manos puestas , Con tanto riesgo van , que se me jura
Y dijo dos palabras , que son estas : No sertanto valor cuanto locura.
¡Señor, misericordia ! » y al instante Aunque cercanos van à la ribera ,
Fué de la bestia fiera sumergido , Por ser aquel menor inconviniente ,
De suerte , que la gente circunstante Con gran trabajo pasan la carrera ,
Miró por él , mas nunca mas lo vido : Por no faltar raudales y corriente ;
Dió gran dolor al campo caminante , Mas el valor y fuerza persevera
Y no faltó ternísimo gemido , Hasta poder del indio ver la frente ,
Por ver ante sus ojos la violencia , Y andarian tres leguas de camino
Y no poder hacelle resistencia. Antes de ver el rayo matutino.
Con este general desabrimiento Mas al tiempo que de la parte eoa
Procede por allí la gente coja , Apolo sus cabellos esparcia ,
Sin padecer desmayos el intento Pudieron descubrir una canoa
Ni se reconocer voluntad floja , Que indios envïaban por espía :
Aunque tan faltos todos de alimento A ella cada cual guia la proa ,
Cuan llenos de dolor y de congoja , Pero con dos remeros que traia
Absortos y olvidados de su vida , De tal manera meneó las palas ,
Al olor de una cosa no sabida. Que dar alcance no pudieran alas.
El mas fuerte vigor es flaca hebra , Persiguiéndolos va la gente blanca ,
Que acá y allá lijero viento mueve; Aunque mas tardamente se menea ?
En el número dellos bay gran quiebra , Pero valor y brio no le manca
Pues cuatrocientos hay de cientos nueve ; Para guia tomar que buena sea ;
No queda lagartija , ni culebra , Tras una punta vieron la barranca,
Ni sapo, ni raton , que no se pruebe : Y el pueblo pareció que se desea
Que la hambrienta gana y atrevida En enjuto lugar y parte exenta ,
Ninguna cosa halla prohibida. Y sus caneyes eran como treinta.
Demás deste rigor cuotidiano , Cada cual se compuso como pudo ,
Otro no menos mal les sobreviene , Pudiéndolos hacer estar á raya
Y es carecer del conditivo grano Muy pocos , mas cubiertos del escudo ,
Que da sabor á cuanto no lo tiene , Valor del español tomó la playa ,
Y en el varon enfermo y en el sano Pensando que de parte del desnudo
No hay necesidad con que mas pene ; No faltará quien contra ellos vaya ;
Y por la dicha falta cuasi todos Pero no pareció cosa viviente ,
Andaban como tontos y beodos. Por estar todo morador absente.
Comen raices de árbores , y tallos Porque desde que vieron los navíos ,
Tiernos , que nunca fueron conocidos ; Reconocieron ir en su demanda ,
Mataron con obscuro tres caballos Y ansi dejaron solos los buhios ,
En diferentes noches atrevidos , Tomando por amparo la otra banda,
Yes porque no pudiendo remediallos , Con todos sus pertrechos y atavios,
Han de ser por cabezas repartidos , Y lo demás que tienen por vianda ;
Y todos los quitaran de por medio De manera que por entonces poca
Si no se proveyera de remedio. Fué la recreación para la boca.
Y ansi la culpa desta golosina Pero por arcabucos y riberas ,
No quieren que se pague con septenas , Siendo por los soldados indagadas ,
Ni toman afrentar por medicina , Hallaron razonables sementeras ,
Antes el auto fué con estas penas : Algunas dellas cuasi sazonadas ,
Que quien comiere carne caballina Que fueron a las gentes estranjeras
Cuchillo rompa sus vitales venas ; Alivios , segun faltas atrasadas,
Y este pregon y mando fué tan bueno , Y por el orden grande que se puso
Que les bizo tener á todos freno. Sirvieron muchos dias á su uso.
En este tiempo de rigor horrendo, Recogieron algunas churcherias
Gallegos , el valiente licenciado , De las quel indio labrador alcanza ;
Andaba con los barcos descubriendo Esperaron allí las compañías
Por las orillas de uno y otro lado ; No sin demasiada confianza ,
Y andando desta suerte discurriendo , Porque serian seis ó siete dias
Vió cierto pueblo bien acomodado : Aquellos que hicieron de tardanza ,
Bajose , sin hacer guerrera prueba , Y si gente de indios acudiera
A dar al general aquesta nueva. Es de creer que mal les sucediera.
El cual no recibió poco contento , Mas con los sobresaltos y barruntos
Y eratanta la gana que tenia Con que sueño quïeto se destierra ,
De poder descubrir mantenimiento No dejaban de estar á todos puntos
Para la fatigada compañía , Opuestos á los trances de la guerra ,
Que por dar al deseo cumplimiento Hasta tanto que ya se vieron juntos
Mudó la discrecion en osadía : Los que por agua van y los de tierra ;
Quiso por agua ir de los primeros Y entre tanto que tienen alimento
Con solos seis ó siete compañeros. Determinan alli hacer asiento.
Su hermano Hernán Perez de Quesada, Entre las cosas alli rancheadas
Antonio de Lebrija Maldonado , Hallaron mantas de algodon tejidas ,
El alferez Olalla , cuya espada Pintadas con pincel y coloradas ,
Pone contrarias gentes en cuidado , De ningunos antiguos conocidas :
YVanegas , persona señalada , Con gran aplauso son solemnizadas
Y el Domingo de Aguirre ya nombrado , Por ser muestra de cosas mas subidas ,
También Pedro Velasco , cuya mano Y no de morar lejos de la tierra ,
El peligro mayor halla liviano. Viéndose muy cercanos á la sierra.
T. IV. 20
306 JUAN DE CASTELLANOS.
Pues porque no tuviesen destemplanza Viendo que los de tierra dan ruines
En recoger el grano deste puerto , Nuevas , determinaron que se mueva
Hay mando riguroso y ordenanza La compañía de los bergantines
Con público pregon y descubierto , Y hagan por el agua larga prueba
Que quien cogiese grano de labranza Recorriendo las playas y confines
Sin descargo de culpa fuese muerto , Para volver à dalles buena nueva :
Pues habia de ser la tal comida En cumplimiento de lo cual levantan
Por orden y concierto repartida . Corvos resones y los remos plantan.
Pocos dias después de su venida , Prosiguen pues por las acuosas vias ,
Los moradores destos señorios Mirando bien el uno y otro seno ;
A ver la nueva gente y atrevida No ven en los recodos ni bahias
Vinieron en sus futiles navíos , Tierra poblada ni recurso bueno;
Mostrándose de paz , aunque fingida , Gastaron en aquesto muchos dias ,
Pues no quisieron ir á los buhios ; Y al cabo se volvieron al veinteno,
Y á no ver en el rio bergantines Todos sin esperanza de remedio ,
Fueran en sus efectos mas rüines. Y algunos que faltaban de por medio.
Dentro del agua hacen su parada , Que puesto caso que por despoblados
Puesto que nuestra gente los convida , Y que nunca jamás holló vecino ,
Mas como tienen intencion dañada , Eran aquestos los mejor librados
Con flechas hacen un arremetida ; A causa de ser claro su camino ,
Y no fué tan veloce su llegada Todavía se ven menoscabados
Cuanto hicieron presta la büida , En cuantidad del número que víno ,
Diciendo de los nuestros grandes menguas , De hambre , llagas , calores terribles,
Segun interpretaron ciertas lenguas. Los cuales por allí son insufribles.
Al fin ellos volvieron de mal arte Aguaceros de invierno y de verano ,
Contra la potestad de las corrientes , De que su pobre ropa los escuda ,
Do la madre del rio se reparte Y siempre con los remos en la mano
En cuatro que son brazos prepotentes , Los unos y los otros á remuda ;
Y esto llaman la Tora, y es la parte Faltabales la sal , faltaba grano ,
Do reposan agora nuestras gentes , Que para los trabajos es ayuda ,
Y donde muchos Cloto , parca dura , Y de mosquitos tan terribles plagas ,
Metió dentro de viva sepultura. Que ya todos sus miembros eran llagas.
Pues por estar sin fuerzas y sin brio Como llegasen pues con descontentos
Usaban de sepulcros indecentes , Que yo por abreviar hago sumarios ,
Porque viendo quedar el cuerpo frio Viendo que cielo , tierra y elementos
Los vitales espíritus absentes , Les eran enemigos y contrarios ,
Echaban á los muertos en el rio , Para perseverar en los intentos
Donde los devoraban las serpientes , Los mas tenian pareceres varios ,
Y aun no estaban enteros como antes
Y ansí, cebados en aquel sustento ,
Iban sus osadías en aumento. Los que del escuadron eran atlantes.
Pues es ansi verdad que tanta era El San Martin y Céspedes son estos,
La vigilancia del portento duro , Hombres que para todos buenos hechos
Y hambre de la bestia carnicera , Jamás dejaron de hallarse prestos
Que ni con claridad ni con obscuro Sin concebir temor sus fuertes pechos,
Nadie tentó llegar á la ribera Y agora con caminos tan molestos
Que pudiese salir della seguro ; Y faltos de soldados y pertrechos ,
Y dejo de contar casos diversos Viendo del campo todo las querellas
Por no poder caber en pocos versos . De pura compasion se van tras ellas.
Pues antes de caer en el engaño , Y ansí , viendo la plaga miserable
Como llegasen muchos descuidados En que se ve la resta del armada ,
Por ser el San Martin varon afable
A beber o lavar el pobre paño
Por falta de criadas ó criados , Y su persona bien acreditada ,
Hicieron los caimanes mucho daño Le ruegan con instancia que le hable
En caballos y perros y soldados ; Al Gonzalo Jimenez de Quesada ,
Y ansi con vara larga se cogia El cual movido deste justo ruego
El agua que en el campo se bebia. Las razones siguientes dijo luego :
Y agora fué y en esta coyuntura "A quien fortuna no se muestra dura
Cuando Roa mató con tiro ardiente , A su casa le lleva la ganancia ,
Segun pusimos ya por escriptura , Mas á los que carecen de ventura ,
Aquella ferocisima serpiente Poco les presta buena vigilancia ;
Que tanto mal y tanta desventura Y pues siempre la veis triste y obscura
Muerta pudo causar á nuestra genté , A nuestra pertinaz perseverancia ,
Porque su gusto della fué de suerte , Tengo por bueno que salgamos fuera
Que tuvo quien comió gusto de muerte. De lugar do remedio no se espera.
Los sanos pues de nuestros peregrinos »Quizá cuando queramos no podremos
Determinaron de hacer salidas , Ni la debilidad abrirá puerta ,
A fin de buscar sendas y caminos Pues todo cuanto veis y todos vemos
Que los guien á tierras proveidas ; A mirar por nosotros nos despierta,
Pero de tanto bien no fueron dinos , Porque si prosiguimos , nos metemos
Que todas son montañas estendidas , Donde la perdicion tenemos cierta :
Tan lluviosas, tan tristes, tan obscuras , Y en tan grandes estremos es cordura
Que no pueden romper sus espesuras. Que sigamos la via mas segura.
Sus aposentos son húmidas matas ; »Cuanto mas se prosigue la jornada
Los árbores les sirven de cubijas ; Y mas llegamos á la sierra alta ,
Murciélagos , mosquitos , garrapatas Tanto mas la hallamos despoblada
Ocupan piés y piernas y verijas , Y de consuelo y de refugio falta :
Avispas y hormigas y mal gratas Montaña tenebrosa y asombrada ,
Culebras , sapos y otras sabandijas , Tanto que los humanos sobresalta ,
Que los hacen volver desesperados De sucios animales toda llena ,
A do quedaron los demás soldados. Cuya memoria sola causa pena.
VARONES ILUSTRES - DE INDIAS , PARTE ÍI, ELEGIA IV, CANTO III. 307
>No vemos de zavanas aparencias Y el acerbo dolor deste tormento ,
Que con su caza den algun consuelo , Con fatigas de todas partes llenas ,
Sino bosques que crian pestilencias Débese de creer que yo lo siento ,
Sin dar al aire cosa que dé vuelo ; Pues padezco también las mismas penas ,
Predominan malignas influencias , Y el singular dolor y sentimiento
Un contino lover , un triste cielo , Aquese pago yo con las septenas ,
Truenos , obscuridad , horror eterno , Porque flecha mortal mi alma hiere
Con otras semejanzas del infierno. Cuando de cualquier mal alguno muere.
Del rio son ya grandes las corrientes >Pero para curar el mal que veo
Para los bergantines que llevamos , Dadme remedio que remedio sea ,
Y faltan , mi señor , si parais mientes , Pues ese que me dais es devaneo
Dos partes de la gente que sacamos ;· Que juicio flaquísimo tantea ,
Llagados , consumidos y dolientes, Pasilanimidad y caso feo ,
Esos pocos soldados que quedamos ; Contrario del valor que se desea ,
E yendo por tan ásperos terrenos Y en el efecto consta claramente
Creed que cada dia seran menos. Ser el peligro muy mas inminente.
>Si no cabemos en los bergantines , >Porque todos sabeis y es cosa vista,
Otras ayudas hay que no son falsas , Que para subyectar esa partida
Que me señalan para tales fines Tiene de ser por agua la conquista ,
No personas insulsas , sino salsas ; Por ser su fortaleza y acogida;
Y son que podrán ir hasta rocines , Y nuestra gente para que resista
Haciendo de canoas buenas balsas: Esta de tiros mal apercebida,
Iremos agua abajo prestamente Y donde falta del caballo buella
Al morador de paz que nos sustente. En los indios se hace poca mella.
>Hay número de indios importante : »Demás desto , la gente que nos queda
Para traellos al real servicio Por espaldas son indios atrevidos ,
Buscaremos asiento do se plante E ya la masa dellos tan aceda ,
Ciudad que tenga cieło mas propicio ; Que tarde los veremos corregidos ;
Erigireis iglesia do se cante Y aun el armada quiera Dios que pueda
Y se celebre santo sacrificio ; Salir de sus provincias y partidos .
Formaremos allí perpetuos ranchos , Pues las contractaciones de los nuestros
Pues bay fertilidad y campos anchos. En guerra los ban hecho mas diestros.
>Gozaremos de suelos mas enjutos , Decis que de canoas harán balsas
Pues los hay en aquella circunstancia ; Para llevar mejor aviamiento :
Servirnos han aquellos hombres brutos Entenderá ser opiniones falsas
Que poseen larguísima distancia ; El que tuviere buen conocimiento ,
Pagarnos han demoras y tributos , Pues es al enemigo dalle salsas
Pues de oro tienen todos abundancia; Para mejor gustar de su contento ,
Y lo deste compás triste y horrendo Que cuando la flaqueza reconoce
Después podremos illo descubriendo. Se alienta para dalle mayor coce.
Es en Tamalameque y su distrito , Pintais con alabanzas aquel puesto
Rio Grande , lagunas y rincones, Por ver el oro que su gente tiene ,
El número de indios infinito , Y a todos es negocio manifiesto
Grandes y numerosas poblaciones , Cómo por via de contractos viene;
Que puestas y apuntadas por escrito Ansí que , bien mirado todo esto ,
Satisfarán á vuestras intenciones , Otro progreso cumple que se ordene ,
Y entendereis lo mucho que se gana Y es que quiero buscar, ó muera ó viva,
En asentar allí gente cristiana. La tierra de donde ello se deriva.
>En esta relacion he dado muestra »Porque si buen juicio lo tantea ,
De lo que siente nuestra compañia , Contracto es y habemos de buscallo ;
Ansi la chapetona como diestra , Y alli quiero parar donde me vea
Cerca de que dejeis esta porfia ; Quien no vió barba larga ni caballo ;
Mas yo puedo jurar que de la vuestra Y es este para lo que se desea
Está pendiente la voluntad mia , El último remedio que yo hallo:
Y no me hallareis menos constante Cuanto mas , que señal teneis alguna
Si quisierdes pasar mas adelante. Que no puede borralla la fortuna.
Pero vuestra merced se determine >Y porque no penseis que son novelas
En la resolucion y en la respuesta , Compuestas , ni livianas conyecturas,
Antes que tanto mal nos arrüine Aqui hallamos juntas cinco telas
Sin dejar en el campo cosa enhiesta ; Con mil diversidades de pinturas ,
Y Dios por su bondad nos encamine Que para mis designos son espuelas ,
En una confusion tan manifiesta , Por entender que ya no voy á obscuras ;
Do fortuna se muestra tan malina , Porque nunca jamás atrás se topa
Que todo buen juicio desatina.»> Entre los indios semejante ropa.
Oyó Quesada su razonamiento , Pues aunque discurrais desde los mares ,
Pero como faltó correspondencia De do comienzan estos hombres rudos ,
A su mas levantado pensamiento , Pasando por provincias y lugares
Guiado por divina Providencia, Que suelen visitar vuestros escudos ,
Tomólo con algun desabrimiento ; No vereis ejercicio de telares ,
Y ansi sin les captar benevolencia, Por ser sin escepcion bombres desnudos ,
Por desviar aquellas opiniones Y es el uso comun dellos y dellas ,
Tuvo por bien decir estas razones : Eso me da casadas que doncellas.
A todos es negocio creedero , >Y allí donde la tela fué tejida ,
Si viso de razon está presente , Gente debe de ser de mejor casta ,
Cómo nadie procura ni yo quiero En el honestidad mas advertida ,
El mal y perdicion de tanta gente ; No tan desvergonzada ni tan basta ,
Antes todos buscamos paradero Porque no dudo ser gente vestida ,
Para nuestro descanso conviniente , Nobles influjos y provincia fasta ,
Y con estos intentos y destinos Adonde nos esperan ricas medras ,
Preponemos romper estos caminos. Aureas joyas y preciosas piedras,
308 JUAN DE CASTELLANOS .
Este camino quiero y este sigo , En esto se mostro varon perfeto
Este debe seguir quien bien me quiere , Don Gonzalo Jimenez de Quesada ,
Y sepa que terné por enemigo Pues con ser el angustia y el aprieto
A quien aquestos pasos impidiere , El mayor que jamás tuvo jornada ,
Dándole con rigor aquel castigo Nunca lo vieron á temor subyeto ,
Que por inobediente mereciere : Ni palabra habló desconfiada :
Que no podrá temor ni dolor luengo Antes cuando mas mal se padecia ,
Quitarme del propósito que tengo. Mayor esfuerzo se le conocia.
Ni hallaré peligro que me espante Y ansí , visto que nublos desparecen
En la prosecucion desta pelea , Con pura claridad que los, destierra ,
Puesto que se me pongan por delante Mandó que los soldados se aderecen
Sirtes , Scila , Caribdis y Malea : Para guiar sus pasos á la sierra ,
Sola Laquesis puede ser bastante Cuyas cumbres su vista les ofrecen ,
A perturbarme para que no vea Aunque para llegar prolija tierra ,
De mi justo deseo cumplimiento , La cual es de montaña tan lluviosa ,
Haciéndome perder vital aliento. Que no se vido semejante cosa.
>Y admírome de ver que tantos buenos El Juan de San Martin , en esa bora,
Diestros en padecer calor ó frio Solamente tomó doce soldados
En estos tristes y espantables senos De todos los que estaban en la Tora,
Que hacen las montañas deste rio , Nadadores, briosos y esforzados ,
Eu este sinsabor vengan á menos De los cuales los mas viven agora ,
De su animosidad , valor y brio , Aunque ya con vejez debilitados ;
Principalmente donde tienen cebo Y porque mas sin pena descubriesen ,
Para recuperar ânimo nuevo. Acordose que por el agua fuesen :
¿Agora que teneis la presa cierta Por no cumplir que por aquel desierto
Dejais el uso della de las manos ? Número tan pequeño se desmande ,
Agora que llegamos á la puerta Y por agua verian algun puerto
No quereis ver los dones soberanos ? Que les diese camino que se ande :
Agora que la vemos mas abierta Tenian pues un rio descubierto ,
Al entrar concebis temores vanos ? Que desagua también en rio Grande,
Valor, valor en la mayor presura , Y ansi fueron por él en tres lijeras
Pues que nos llama próspera ventura . Canoas acechando sus riberas.
Volvamos á cobrar el esperanza , Yendo pues navegando por el rio ,
Que hizo principiar esta jornada : Aun no conclusa la postrer jornada ,
Afilemos el hierro de la lanza , Vieron en las barrancas un buhio,
No crie duros mobos el espada ; Casa de indios ya desamparada
Vistase cada cual de confianza , De los habitadores y atavio ,
Prosiguiendo la obra comenzada ; Pero de poco tiempo despoblada ;
Pues faltando temores de por medio , En la cual reposaron aquel dia ,
Brevemente vereis vuestro remedio. Pensando de tomar alguna guia.
»Por tanto , cuando fuere manifiesta Y como no se vió cosa viviente ,
La lumbre clara del futuro dia , Salieron otro dia de mañana ,
Vos , señor San Martin , bacednie presta Pugnando siempre contra la corriente ,
Gente sana de vuestra compañía , El agua clara ya , mas menos llana ,
Para continuar esta floresta Y luego dieron cuasi de repente
Por donde nos mostrare mejor via : En una canobuela que cercana
Que no es posible , yendo nias adentro , Venia con dos indios de lo alto ,
Dejar de salir indios al encuentro. Que repararon con el sobresalto.
»Y pues que la nocturna pesadumbre Ocuparon los nuestros el estrecho,
Nos cubre ya con velo tenebroso . Por ser el compás breve del riacho ;
Con la vela que tienen de costumbre Los indios recelándose del hecho ,
Los que pudieren vayan al reposo , Nadando procuraron su despacho :
Porque llegada la diurna lumbre Hiende las aguas con su fuerte pecho
Demos fin al camino trabajoso ; Por los tomar Bartolomé Camacho ;
Pues á pesar de la fortuna avara , Pero por le llevar la delautera ,
Habemos de salir á tierra clara . » Ocuparon primero la ribera.
Oidas por personas mas granadas Métense por el monte mal digesto ,
Las palabras de su razonamiento , Huyendo de no vista compañía ;
Se fueron á sus toldos y ramadas , Bartolomé Camacho , visto esto ,
Dudosos de se ver en tal contento ; Y que seguillos no le convenia ,
Y porque yo, que sigo sus pisadas , A tomar la canoa volvió presto ,
Del largo caminar también me siento Para ver lo que en ella se traia,
Algo cansado , de presente ceso , Y sacó todavía del rancheo
Que yo diré después su buen suceso. Algo que respondió con su deseo.
Porque llegada mas à la barranca
Y todas las balijas desplegadas ,
CANTO CUARTO . Hallaron grandes panes de sal blanca
Donde secuenta cómo fué el capitán Joan de San Martin por un rio pe- Y tres ó cuatro mantas coloradas ,
queño distinto del rio Grande , que bajaba de la sierra , por la misma Indicio que promete tierra franca
agua en canoas con pocos soldados , y lo que les aconteció antes de Con aquellas riquezas deseadas ;
dar la vuelta á los cuatro brazos que llaman la Tora, donde el campo Y ansi, vistas las muestras de consuelo ,
los esperaba. Luego las gracias dan al alto cielo.
Quien infortunios y dolor padece , No vuelven, aunque fué muestra bastante,
No por eso desmaye ni se tuerza , A dar al general estas razones ,
Porque no pocas veces acontece Antes luego prosiguen adelante ,
Valer mas el esfuerzo que la fuerza , Por ver si descubrian poblaciones :
Y la misma fortuna favorece Proceden pues con ánimo constante ,
A quien en los peligros mas se esfuerza ; Mirando los recodos y rincones ,
Y en los casos dudosos y arriscados Y en barrancas que hacen partes rasas
Son , los que osan , los mejor librados. Pudieron descubrir dos solas casas.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II , ELEGIA IV, CANTO IV. 309
Ninguna dellas morador tenia , Usa la furia lo que se pretende
Segun la otra que hallaron antes , Con cuantidad de flechas , que es inmensa ;
Por ser aquella plaza que servia El conflicto mortífero se enciende
A la contractacion de negociantes , Por salir cada cual con lo que piensa ,
Ansi del que de sierra descendia Ansi de parte del que los ofende ,
Como de los cercanos navegantes : Como de quien procura su defensa ,
Entraron dentro , vieron cada seno , Porque de solo Dios y de sus manos
Que de panes de sal estaba lleno. Pueden tener socorro los cristianos .
Porque tenian dares y tomares Y ansi de Dios y dellas socorridos ,
Con los del rio por do se venia ; Pudiérades ver pechos traspasados ,
Pues aunque muy remoto de los mares , Los brazos de los hombros despedidos ,
En este reino que se descubria Molledos y pescuezos cercenados;
Los mas mediterráneos lugares Penachos por el suelo van tendidos ,
Tienen de sal insigne granjería , Dardos de su señor desamparados ,
Tanto, que vemos hoy en sierra veta El suelo colorado , yerba roja ,
Cuyos peñascos son de sal perfeta. Y gritos de mortífera congoja.
Descansan pues aquello que convino Bien ansí como fuego cuando prende
Del tiempo que la humana vista cierra, La leña seca con bojosas ramas.?
Y después de llegar el matutino , Que cuanto mas la soplan mas se enciende,
Las canoas vararon en la tierra , Y se levanta con mayores llamas :
Con voluntad de ir aquel camino Ansi nuestro español que se defiende ,
Que traian los indios de la sierra , Por no perder alli vitales tramas ,
A causa de que ya desde este puesto Cuanto mas duran indios en la obra ,
Se hallaba camino manifiesto. Tanto mayor valor y esfuerzo cobra.
En el estancia quedan á guardalla Y ansí , vista la fuerte resistencia
Los tres soldados dellos solamente , Y gentes de las suyas estremadas ,
Mas tales , que en cualquier dellos se halla Y conociendo ya por esperiencia
Cuanto puede tener hombre valiente : El crüento revés de las espadas ,
Es uno Anton Rodriguez de Cazalla , Determinaron de hacer absencia ,
Cuya persona vemos hoy presente ; Metiéndose por bosques y quebradas ,
Juan Gordo fué segundo compañero, Dejando dos cristianos con heridas ,
Y vive también hoy Diego Romero. Que no denotan riesgo de las vidas.
San Martin procedió con el restante , Y de los del consorcio fugitivo ,
Deseoso de ver do haga presa ; Que se desvían del furor funesto ,
Y como cuatro leguas adelante El San Martin un indio tomó vivo ,
Vieron mas de una legua de dehesa , Que en menear los piés no fué tan presto :
Aunque de poblacion ningun semblante , Procuraron guardar este captivo ,
Mas de ser sin montañas rasa mesa : Y Piricon por nombre le fué puesto ;
Atravesaron basta salir della El cual por señas claras certifica
Por el camino de la mayor huella. Cómo tenian cerca tierra rica.
Mas de otras treinta leguas procedieron Porque cualquiera dellos lo regala ,
Guïados de caminos mas abiertos , Y como falta lengua que le hable ,
Hasta tanto que claramente vieron Eso que le señalan él señala ,
Ranchuelos en los altos destos puertos , De modo que lo hace ser palpable :
Y aunque de la montaña no salieron , Oro se le mostró becho chaguala ,
Por algun indio fueron descubiertos ; Y señaló caudal inumerable ,
Y en los humos. , labranzas y aparencia Con tales ademanes y meneos
Conocieron ser grande su potencia. Que se satisfacian sus deseos.
Parecióles á todos ser cordura Como les pareció negocio cierto ,
No proseguir caminos ni senderos , Y deseasen ya ser mensajeros
Antes con gran cuidado se procura Para resucitar el campo muerto
Hacer para la vuelta piés lijeros ; Con aquestos anuncios verdaderos ,
Y ansi se meten por el espesura Brevemente se ponen en el puerto ,
En busca de los otros compañeros , Que guardaban los otros compañeros ,
Y con aquella muestra que se lleva Algo dudosos en el esperanza ,
Bajar todos á dar la buena nueva. Pareciéndoles mal tanta tardanza.
Apriesa caminaron entre tanto Después de se juntar en la ribera ,
Que luz les dió la lámpara febea ; Necesidad urgente los exhorta
Pero llegado ya nocturno manto , A correr por el agua la carrera
Que los bosques vistió de su librea , Que deseaban todos ser mas corta ,
Para tomar reposo del quebranto Por dar al general que los espera
La pequeña cuadrilla se ranchea ; Esta nueva que tanto les importa :
Y aunque á sueño cansancios los convidan, Y no hacen parada ni demora
De guarda vigilante no se olvidan. Hasta llegar al pueblo de la Tora.
Antes , segun les cupo , hizo vela Y vistos los bukíos y ramadas ,"
El alentado joven y el anciano , Se pusieron al modo de salvajes ,
Compuesta y embrazada la rodela , Vistiéndose de mantas coloradas ,
El espada desnuda y en la mano , Cubiertas las cabezas con plumajes :
Sin calentar el suelo con la suela , Con voces altas y regocijadas
Por les cumplir allí hollar liviano ; Hacen ostentacion de nuevos trajes ,
El que duerme no menos está listo Diciendo: « ¡Tierra buena tierra buena!
Sospechando que los habian visto. Tierra que pone fin á nuestra pena.
Duros escudos en la tierra fria ¡Tierra de oro , tierra bastecida ,
Eran las almohadas de los cuellos . Tierra para hacer perpetua casa
Y al tiempo que la aurora descubría Tierra con abundancia de comida ,
Su dorada madeja de cabellos , Tierra de grandes pueblos , tierra rasa ,
Vestida y bien armada compañía Tierra donde se ve gente vestida ,
De los vecinos indios dió sobrellos , Y a sus tiempos no sabe mal la brasa ;
A su modo gentiles y lozanos , Tierra de bendicion , clara y serena
Y todos con penachos muy galanos. Tierra que pone fin á nuestra pena!
510 JUAN DE CASTELLANOS .
¡Tierra do se destierran las malicias Después de la comida mal digesta ,
De todas estas vivas pestilencias , Rompiendo van por la montaña brava ,
Y sus valles y cumbres son propicias , De la gente la mas tan indispuesta
Nobles y generosas influencias ; Que uno y otro y otro se quedaba ;
Tierra de quien pedimos las albricias , En efecto, llegaron con la resta
Porque no son fumosas aparencias , A los buhíos do la sal estaba ,
Sino de quien direis á boca llena Haciendo veinte dias de demora
Tierra que pone fin á nuestra pena ! » En allegar alli desde la Tora.
Saltaron pues en tierra , proveidos Llegó con sus navíos al paraje
De sal , que fue socorro de bambrientos ; Ansimismo la gente que navega ,
Fueron con el aplauso recebidos Pero ya por el agua su viaje
Que suelen descubrir contentamientos ; Por ser el fondo poco se le niega ;
Están , á lo que dicen , los oidos Al fin en este puesto y estalaje
De todos los del campo muy atentos , La una y otra gente se congrega ,
Y en tierra , de rodillas , juntas manos , Para que consultando se provea
Gracias al cielo dan como cristianos. Orden que para todos bueno sea.
Desean hacer luego movimientos En esto se tomó demora harta
De tierra que les es mala noverca Por haber pareceres diferentes ,
Cualquiera ya con otro pensamiento , Y acuerdan que la gente se reparta
Pues sobre no volver atrás alterca Y vayan en los barcos los dolientes
Antes unos a otros dan aliento , Para se reparar en Santa Marta ,
A que gocen del bien que tienen cerca: Y los sanos descubran nuevas gentes,
Con esto se dividen por ser hora , Y que dentro de un año quien viviere
Hasta ver nuevos rayos del aurora. Alli con bien ó mal al otro espere.
Luego que vieron resplandor propicio , Desta manera queda concertada
Asentaron altar en ligneas basas , La vuelta de uno y otro , que subyeto
Do celebró divino sacrificio Juró de estar à la palabra dada ,
El padre fray Domingo de las Casas : Si muerte no borrase su conceto ;
Vuelven los macheteros à su oficio , Pero después Gallegos y el Quesada
Haciendo de espesuras partes rasas , Faltaron en cumplilla con efeto :
Dejando ya la prepotente vena Que la necesidad y menesteres
Del rio grande de la Magdalena. Hacen mudar al hombre pareceres.
Mas siguen las orillas del brazuelo Después de repetir que no se olviden
Por donde el capitán San Martin vino , En ser al cumplimiento diligentes ,
Cuyos confines son y cuyo suelo Con otros cumplimientos se comiden ,
De malo y asperísimo camino , Segun suelen amigos y parientes ;
Y donde pocas veces se ve cielo , Y los unos y otros se despiden ,
Resplandor de planeta ni de sino , Los ojos y mejillas hechas fuentes ,
Sino cuasi perpetua tiniebla , Siendo comunes lloros y sollozos
Molestas pluvias y continua niebla . No menos en los viejos que en los mozos.
Los bergantines por la misma via Doscientos de los que salud mejora
Contra corriente van á puros brazos , Se quedaron en aquellos confines ,
Pues aunque recogido todavía Y fuéronse camino de la Tora
Podian navegar buenos pedazos ; Ciento y cincuenta con los bergantines ;
Pero cuanto por él mas se subia Y ansí los dejaremos por agora ,
Se topaban mayores embarazos Que yo diré después sus tristes fines ,
De piedras y de palos y corrientes , Porque quiero poner primeramente
Que todos eran riesgos eminentes. En tierra de salud estotra gente.
Y una noche llegó tal avenida , La cual con los caballos determina
Estando rancheados los de tierra , De caminar , siendo San Martin guia,
Con tan impetuosa descendida Y ansi luego sus pasos encamina
Corriente de los altos de la sierra , Acia la salebrosa serranía ,
Que no dejó recurso ni huida , Y el indio Pericon que los atina ,
Pues de una y otra parte los encierra , Puesto que no tan bien cuanto podia ,
Y estuvieron aquestas compañías Pues los lleva por pasos tan terribles,
Subidas en los arbores dos dias. Que para bestias son inaccesibles.
Bajan los miserables al asiento , Mas ello todo es camino malo ,
Desque se desaguó lo mas cercano Con lodo los mas altos reventones ;
Con el mas riguroso detrimento Va delante del campo don Gonzalo
Que pudo comportar valor humano , Con algunos caballos y peones ,
Pues no tenian para su sustento Deseando de ver algun regalo
Cosa de que pudiesen echar mano , Que levante caidos corazones ,
Y en todos ellos la mejor comida Y llegó con valor mas que de hombre
Era desconfianza de la vida. A la sierra que Atun tiene por nombre.
Mas el buen general, que se desvela Espesa breña , cenagoso suelo ,
En curar el dolor de penas largas , Y creo que el peor del Nuevo- Mundo ,
El mismo procuró sacar candela , Do nunca se ve luz que dé consuelo,
Preparadas de leña ciertas cargas : Y es el rigor de pluvias sin segundo:
Ponen la paila , ponen la cazuela Paréceles subir al alto cielo ,
Para cocer en ellas las adargas , Y al bajar, que descienden al profundo ;
Y todo cuanto tiene ser de cuero Al pié della dejaron los caballos ,
Echaron á cocer en el caldero. Por no ver por adó puedan llevallos.
También dan á comer á los caballos Dejó para guardallos al hermano ,
Hoja de caña que sirvió de heno ; Llamado Fernán Perez de Quesada ,
Ocupanse los amos en limpiallos , Con gente que tenia flaca mano
Porque tenian cuantidad de cieno : Y se sentia ya debilitada ;
Que Dios por su bondad quiso librallos Y él con el otro número mas sano
Cuando el rio vació su curso lleno , Subió para buscar tierra poblada :
Pues de la que vertió por las orillas Hallan por donde van buhíos hechos ,
Llegó hasta cubrir las espaldillas . O dormidas , que van puestas á trechos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II, ELEGIA IV, CANTO IV. 311
Camina la hambrienta compañía Admirada quedó toda la junta .
Cebada solamente de esperanzas , Que lo vieron quedar en un ranchuelo ,
De tal manera ya , que no podia No menos que persona ya difunta ,
Hacerse confianza de sus lanzas ; Sin habla , sin resuello , sin consuelo ;
Pero proveyó Dios al sesto dia Mas él responde si se le pregunta ,
Con ciertas sementeras y labranzas , Cómo tuvo favor del alto cielo ,
Adonde el animoso licenciado A quien con gran hervor y vehemencia
Reparó por sentirse fatigado. Sin cesar invocaba su cleinencia.
Y ansi , para venir donde él estaba , Y habiéndose traspuesto cierto dia,
Mandó llamar los otros peregrinos , Cercado de mortiferas peleas ,
Porque la tierra ya manifestaba Una bella señora le decia:
Mejor dispusicion y mas vecinos , @ No morirás agora, ni lo creas ;
Segun por todos ellos se juzgaba Levántate, que yo seré tu guia
Viendo las anchas sendas y caminos ; Para que puedas ir donde deseas.. >
Envió pues tres hombres à que venga Y como recordó con buen subyecto ,
El campo sin que punto se detenga. Lo que se le mandó puso en efecto.
Visto por Fernán Perez de Quesada Y ansí , por este tiempo que lo escribe
El aviso que dan los mensajeros , Que son ochenta y cuatro de la era ,
Prosigue por la sierra su jornada El dicho Tordehumos está vivo ,
Con trabajos que no son creederos ; Teniendo su vision por verdadera ;
Y en la montaña triste y asombrada Y consta que de mal tan escesivo
Se quedaron no pocos compañeros , No pudiera venir desta manera ,
De los cuales fué Tordehumos uno , Si favor y socorro soberano
De valedor y de salud ayuno. No tuviera por bien dalle la mano .
Y fué por no tener las urnas flojas De su salud, por ser hombre bien quisto,
Deucalion con recios torbellinos , El campo recibió mucho contento ,
Antes por donde van las gentes cojas Y algunos coligieron de lo visto
Siempre manaban agua los caminos , Haber de ser aquel descubrimiento
Y recibíanse sumas congojas Provincia do la fe de Jesucristo
Al subir ó bajar de los rocinos , Tuviese generoso crecimiento :
Pues del camino malo resbalando , Daban confirmacion à sus motivos
Mil estados habian de ir rodando. Lo que decian ya muchos captivos.
Demás deste mortal desasosiego Porque el alférez Antonio de Olalla,
De pluvias , con que no se ven las manos , Primero que llegase Fernan Perez ,
Tampoco se podía sacar fuego Habia ya tenido gran batalla
Para poder tostar algunos granos ; · En el valle que llaman del Alférez ,
Y en subiendo la sierra , sienten luego Porque la gente dél que allí se halla
Asperezas de frios inhumanos , Defendian los hijos y mujeres ;
Por salir de los términos calientes Pero venciólos con valor de hombre ,
Y luego dar en otros diferentes. Y el valle se quedó con aquel nombre .
Eir à todas horas hechos sopa De manera , que por allí salia
De lo que el húmido vapor condensa , A descubrir la gente mas granada ,
Tau pobres y tan miseros de ropa, Y aunque es toda montaña muy sombría,
Que no resisten pluvial ofensa , Al fin era la tierra mas poblada ;
Porque camisetillas son de estopa E ya con guias nuestra compañía
Vil débil y flaquísima defensa , Procede para ver la deseada ,
Y demás de la falta de atavios , Ofreciéndose mil inconvinientes ,
Siempre con los estómagos vacíos . Malos pasos y cumbres eminentes .
Con estas sobredichas destemplanzas Pues antes de salir de la floresta
De tiempos y de temple resfriado , Para su sanidad triste y avara ,
Se hicieron mayores las tardanzas La gran sierra de Opon también les resta,
De lo que requeria su cuidado ; Antes que puedan ver la tierra clara ;
Y ansí cuando ya vieron las labranzas En cuya larga y encumbrada cuesta
El número llegó menoscabado , El sano cansa y el enfermo para ,
Porque de los doscientos desta gente Y el caballo , con no ponelle silla ,
Los que faltaron fueron mas de veinte. Poder salir de allí fué maravilla .
Y de vivos el número mas poco Pero con este sinsabor allega
Podia ejercitar militar arte , El campo todo donde se recita
Cuyos trabajos solamente toco Haber tenido Olalla la refriega ,
Por no poder decir la menor parte ; Cuando con poca gente lo visita ;
Y de comer un sapo quedó loco Y agora copia de indios se congrega
Uno que se decia Juan Duarte , Que por los altos da terrible grita ,
El cual permaneció con su locura , ansí por los postreros que vinieron
Siu que jamás pudiese tener cura. También val de la Grita le pusieron.
Como llegase pues la compañía Y demás de los gritos y clamores
Tan estragada , triste y afligida, Que dan á la no vista compañía ,
Adonde el general los atendia , Tocan tantas cornetas y atambores
Labranza de maices proveida , Que pareció que el mundo se hundia ;
Mandóles descansar por algun dia , Mas los fortisimos conquistadores
En tanto que duraba la comida , Bajaron á las casas que tenia ,
Porque con mas vigor y mas aliento Llenas de regocijo las entrañas
Pasasen á buscar mejor asiento. Por ser aquel el fin de las montañas.
Y al tiempo que buscaban un camino Y el docto licenciado dijo luego :
Para salir , que fuese menos agro , Gracias os doy , Señor de los imperi
El Francisco de Tordehumos vino , Pues pasamos por aguas y por fuego
Que se tuvo por cosa de milagro ; Para venir á tales refrigerios ,
Pero no lo vendieran por tocino 'Donde vulgo bestial , crüel y ciego,
Segun de los trabajos salió magro , Oiga vuestros santísimos misterios ,
Y aunque seco de zancas y de cuello Y donde desterrada la malicia
El campo todo se holgó de vello. De vuestra santa fe tenga noticia.
312 JUAN DE CASTELLANOS .
Lo mismo , conmovidos deste celo , Otro miedo mayor sus pechos doma ,
Hacian las católicas cuadrillas , Y es , que vieron venir á la pelea
Las manos y los ojos en el cielo , Otros treinta caballos por la loma ,
Hincadas en el suelo las rodillas ; Que furia de españoles espolea ;
Alégranse de ver alegre suelo , El campo junto mas atrás se asoma,
Contemplan otras muchas maravillas , Que les bizo hacer hüida fea ,
Alaban los verdores y elegancia , Porque creyeron ser en aquel punto
Y al sabio general de su constancia. El hombre y el rocin un cuerpo junto.
Concepto tienen ya de verse hartos, Juntóse pues la gente dividida,
Fuera de la rabiosa pestilencia Y el don Gonzalo manda que se cuente,
De sapos , de culebras , de lagartos , Para que como sabia y advertida
Vuelta necesidad en opulencia : Caminase por orden conviniente ;
Velan la fria noche por sus cuartos Numeran que escaparon con la vida
Con toda la posible diligencia , Ciento y sesenta y seis tan solamente ,
Y las penas del frio no son tantas Y sesenta caballos mas o menos ,
Por arroparse ya con nuevas mantas. De los cuales los más salieron buenos,
Por los contrarios que hay á la redonda, Pues con ser el rigor tan importuno ,
Que ladran y dan grità como canes , Tanto risco , tanto derrumbadero ,
Y tienen flecha , lanza , dardo , bonda , Dellos se despeñó tan solo uno ,
Haciendo mil meneos y ademanes, Que fué del caporal Martin Ropero ;
El mismo general hacia ronda Con cuya carne y tripas el ayuno
Con otros principales capitanes , Hizo solemnes fiestas al garguero :
Y todos en comun están alerta , Hasta las uñas fueron substanciales
Hasta que ya la luz fué descubierta. Y no menos las partes genitales.
En descubriendo pues rubia cabeza Habia de pintar aquesta historia
Aquel hijo del rey altitonante , Una pluma de prósperos caudales ;
Para ver bien la tierra que se empieza Porque valor y fuerza tan notoria ,
A mostrar con clarífico semblante, Tanto perseverar en tantos males ,
La gente castellana se adereza Escede los mas dignos de memoria
Con gana de pasar mas adelante ; Y vuela sobre fuerzas naturales ,
Y el Insa , capitán de macheteros , Pues que solo Baltasar de Maldonado
Anticipóse con sus compañeros. Merecia particular tractado.
Y cuanto mas encumbra las laderas , Y todos los demás eran valientes ,
Mas á placer se ven las rasas cumbres , Modestos , comedidos , amigables ,
Llenas de cultivadas sementeras Al general subyectos y obedientes ,
Que quitan atrasadas pesadumbres , No sediciosos , varios ni mudables :
Fertilísimos valles y ríberas En las adversidades muy pacientes ,
Con los humanos usos y costumbres : En los trabajos son infatigables ;
Vense los pueblos , hierven los caminos , Tuviera bien en qué meter la mano ,
Los tractos y contractos de vecinos. En lo que trabajóJuan Valenciano.
Entrellos hay diversos pareceres : ¡Qué trabajó Juan Lopez ! qué Macías !
Unos quieren hüir , otros esperan , Pero Rodriguez Carrion Mantilla !
Unos ponen en cobro las mujeres , Qué Pedro Corredor! qué Juan de Frias !
Otros lugar no ballan aunque quieran, Qué Diego Montañés ! Juan de Pinilla!
Otros quieren usar de sus poderes Paredes Calderon ! Francisco Diaz !
Con intento de que los nuestros mueran ; Un Martin de las Islas ! un Chinchilla!
Mas la perplejidad era terrible , Paniagua ! Pero Ruiz Herrezuelo !
Viendo lo que jamás les fué visible. Y aquel que vive hoy Pedro Sotelo !
Sobre los altos hay juntas de gentes ¡Qué trabajaron otros que no espreso ,
Dispuestas para guerras y conflitos , No porque los olvido ni repruebo ,
Repartidos por partes diferentes , . Sino por remitillos al proceso
Que en número parecen infinitos ; Que tengo de hacer del Reino -Nuevo !
Convócanse los deudos y parientes ; Pues agora me cumple que digreso
Aqui sonaban voces , allí gritos ; Haga por acudir à lo que debo ,
Todos son alborotos , confusiones , Volviendo para atrás a ver los fines
Sin dar resolucion á sus razones . Y paradero de los bergantines,
Mas Sacre, principal que predomina Dejaremos pues este caminante
La provincia de acia la montaña , Que va continuando su conquista
Con oprobios y afrentas los indina , Por tierra rica , llena y abundante ,
Llamándoles cobardes y sin maña ; Que da contentamientos a la vista :
Y ansi con sus vasallos determina Que yo volveré presto , Dios mediante ,
Ver aquello que pueden los de España , A ser de sus hazañas coronista ;
Y con bravo furor rompió por ellos Pues para que por partes se reparta ,
Hasta llegar á barbas y á cabellos . Esto se quedará para la cuarta.
Visto por Insa tan pesado juego , Porque con estas dichas intenciones ,
Anima con valor à su cuadrilla , Mi celebrado funeral se funda
Y lo mejor que pudo saltó luego Correr primeramente los ancones
En caballo que no tenia silla ; Que suele combatir la mar profunda ;
No toma Juan Rodriguez Gil sosiego , Y en aquellas bahías y rincones
Ni la restante gente de Castilla ,. Tiene de fenecer parte segunda :
Apresurando carnicera prueba En estos pareceres me resuelvo ,
Con las espadas en la gente nueva. Y al licenciado Juan Gallegos vuelvo.
Esfuerzanse los flacos castellanos ,
Que temores de muerte los alientan ;
Andan listos los piés , prestas las manos ,
Con que las yerbas verdes ensangrientan ;
Apartanse los indios mas cercanos,
Que su crüel furor esperimentan ,
Admirados de vellos, mas no tanto
Que el caballo no cause mas espanto.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELEGIA IV, CANTO V. 313
Y puestos en aquella pertenencia ,
CANTO QUINTO. Ya de los españoles bien sabida ,
El Alonso les demandó licencia
Para ir á su casa por comida ;
Donde se cuenta la cruel y sangrienta batalla que tuvo el licenciado La cual , sin presumirse malquerencia ,
Gallegos, y lo demás sucedido hasta la muerte de don Pero Fernan- Le fué por Juan Gallegos concedida ,
dez de Lugo. Porque también el perro , mas que moro,
Prometió de traer copia de oro.
Quien hace confianza del amigo Al momento salió con sus galeras ,
Con violentas armas granjeado , Y luego comenzó desde lo alto
El se busca la pena y el castigo , A llamar y juntar gentes guerreras ,
Pues fía de enemigo solapado ; Para dar el combate y el asalto
Y si de la traicion tiene testigo , A los barcos de gentes estranjeras
Y todavía vive confiado , Y al capitán que va de gentes falto :
No se queje después ni espanto tenga Acudieron caciques de la tierra
De cualquiera trabajo que le venga. Con mas de veinte mil hombres de guerra .
El dicho licenciado Juan Gallegos , Tan gran número cuanto se publica
Y muchos de los de su compañía, Se convocó para una y otra banda ,
No fueron en aquesto menos ciegos , Y en diferentes partes les predica
Al tiempo que la gente se volvia , Ser bien justificada su demanda ;
Vencidos de promesas y de ruegos Porque contra quien van es gente inica,
Que un Alonso indio les hacia ; De todas las del mundo menos blanda ,
El cual atrás signifiqué ser jeque Y que si matan hombres tan perjuros ,
De la provincia de Tamalameque. Para siempre jamás serán seguros.
Este, cuando venian descubriendo Y ansi les dijo: «Yo , señores , vengo
Se vino con el dicho licenciado , A hablaros movido de buen celo ,
Mas su venida fué, segun entiendo , Y con la fuerza del amor que tengo
No tan de voluntad cuanto forzado ; A vosotros y á todo vuestro suelo ,
Y agora que volvian inquiriendo Y por libraros del trabajo luengo
Reliquias del sustento deseado , Que nos amaga con eterno duelo ,
Los que dellos están menos dolientes Cual es la miserable pesadumbre
Buscábanlo por partes diferentes . Que tiene la perpetua servidumbre.
También Gallegos va con el deseo Bien sabeis cómo yo larga distancia
Que suele fatigar humano pecho , Con esta gente fuí acia la sierra ;
Haciendo por el rio mas rodeo Y como les faltase la substancia ,
Que pudiera hacer yendo derecho , Haciéndoles la hambre dura guerra ,
Buscando pueblos donde del rancheo Algunos ó los mas con gran instancia
Se pudiera sacar algun provecho , Trataban de poblar en nuestra tierra ;
Por no volverse de tan largas vias Y cierto tentarán esta fortuna
Las manos en los senos y vacías. Si nuestra fuerza no se lo repuna.
Y como por confines de la Tora , Y si desto queremos evadirnos ,
En tanto que lo dicho se buscaba , A pernicioso mal nos subyectamos ;
Hiciesen mas tardanzas y demora Pues bien veis que no vienen à servirnos ,
De la quel indio malo deseaba , Sino porque nosotros les sirvamos ,
Mostró dolor con intencion traidora Y ansi dicen que han de repartirnos ,
De la necesidad que se pasaba; Y a todos los caciques dalles amo "
Y con señales del que pena siente , A quien acudiremos con tributos :
Para movellos dijo lo siguiente : Oro , joyas , preseas y otros frutos.
«Señores , ¿ para qué nos detenemos »Por tanto , quien maduro seso tiene,
En tierra que tenemos recorrida ? Y ve casa vecina que se arde ,
Pues cuanto mas despacio nos movemos, Mire con tiempo lo que le conviene ,
Mayor riesgo corremos de la vida ; Porque para la suya no se tarde ,
Cumple que siu tardanza nos bajemos , Pues pocas veces hay freno que enfrene
Y vamos donde sobre la comida ; Al hombre que no sabe ser cobarde ,
Porque mal hallaremos provisiones Mayormente si su buena ventura ®
En montes donde faltan poblaciones . » Le da tiempo , sazon y coyuntura.
Oida la razon del indio viejo , »Esta se nos ofrece de presente
Cuyos intentos eran inhumanos , Contra los violentos y profanos ,
Viendo para matallos aparejo Y paréceme gran inconviniente
Por ser mas los enfermos que los sanos , Tal ocasion soltalla de las manos :
Tomaron sin recelo su consejo , Ansi que cumple dar en esta gente ,
Confiando sus vidas de sus manos : De los cuales los menos vienen sanos ,
Y ansi luego partieron , y él los trajo Porque quitados estos de por medio,
Obra de treinta leguas mas abajo. Para los otros yo daré reniedio .
Hizo salir de paz indianas gentes , >> Cuanto mas que los otros mas espertos
Y agasajaronlos en estos puertos , Por la montaña van sin detenerse ,
Donde de los hipatos y dolientes Y no les quedan barcos en los puertos,
Echan al agua cada dia muertos ; Ya que determinasen de volverse ;
Y entonces con los indios que presentes Y aun creo ciertamente que son muertes
Estaban , se comienzan los conciertos Por no hallar adónde proveerse :
Por el Alonso señalando dia , Pues los de Santa Marta y Cartagena
Para la gran maldad que pretendia. Escarmentarán en cabeza ajena.
De alli también el mal intencionado »Ai vencimiento destos yo me obligo,
Les hizo que hiciesen movimiento , Y sé que no seré mal adevino,
Diciendo que les dará recado Porque tenemos para lo que digo
Do puedan rescatar á su contento ; Andada grande parte del camino ,
Y era por los llevar à mas poblado , A causa de tenerme por amigo
Para perficionar su mal intento ; Y ser para con ellos fidedino;
Y como parecia buen aviso , Y ansi por encubrir mi mal intento
Bajaron con los barcos donde quiso. Voy a llevalles hoy mantenimiento.
514 JUAN DE CASTELLANOS .
>>Mas para que sepais el orden mio , A todo cuanto se le proponía
Entre tanto que yo voy al Gallegos El indio se mostró con tal templanza ,
Ocupen mil canoas este rio Que por su rostro no se conocia
Y por todas sus playas grandes fuegos , Alteracion , vergüenza ni mudanza ;
Porque si falta sol al desafio Antes , de la manera que solia ,
Con tumbre prosigais bélicos juegos : Dijo : Por cierto poca confianza
Veremos dó hacemos puntería , Teneis , juzgando seros adversario
Y también al que tiene cobardía.» Quien por las obras muestra lo contrario
Después que ya tenia concertado >Porque si por ventura yo pensara
El conflicto con grandes y pequeños , Cosa tan sin razon y tan horrenda ,
Se vido luego con el licenciado , Pudiéralo hacer sin que gastara
Bien equipados tres ó cuatro leños , Con vosotros mis bienes y hacienda ;
Y llenos de maíz y de pescado , Pero quien os ampara y os repara ,
Con que regocijó nuestros isleños ; Para perpetuas paces mete prenda ,
Llevó mas un mil pesos de oro bueno Y es cosa justa , y es razon derecha
Que recogió Gallegos en su seno. Que no se tenga dél esa sospecha .
Abrazáronlo sanos y dolientes Habeisme dicho , para prueba desto,
Dándole gracias por aquel buen hecho , Sopatin y los suyos ser testigos ,
Estando todos ellos inocentes Y a todos es negocio manifiesto
De su malignidad y falso pecho ; Que somos capitales enemigos ;
Dió pues por parecer a nuestras gentes Y por envidia de me ver bien puesto
Que bajen con los barcos otro trecho Con los que sabe que me son amigos ,
A Sompallon , adonde proveidos Las tramas y maldades quél intenta
Serán de todas cosas y servidos. Procura que se pongan á mi cuenta.
Allí la gente mal apercebida »Consúmese de ver que Alonso priva,
Estaba los enfermos reformando , Como quien à traiciones tiene ojo ,
Y el Alonso con oro y con comida Y es por demás su voluntad nociva
No deja de venir de cuando en cuando , Y el procurar roer este tramojo ;
Persuadiéndolos á la partida Mas el bien sabe que como yo viva
Do los indios estaban esperando , No podrá daros el menor enojo :
Y el indio Sopatin por consiguiente Deshagase con invido veneno ,
Vino también á ver cristiana gente. Quél quedará por malo, yo por bueno.
Cuya benevolencia no fué corta , »De cosa no se muestra mas pesante
Y el socorro que trajo no fué flaco , Que de saber que hago beneficios
Pues viendo quel Alonso los exhorta Y regalos á gente semejante ,
A las dispusiciones de su saco , Y quellos no me son menos propicios :
Les dijo : « Lo que menos os importa Mandole yo pues de hoy en adelante
Es confïaros de tan gran bellaco, Han de ser mas colmados mis servicios:
Pues yo sé sin dudar que busca modos Por tanto si quisierdes ir conmigo
Para que los cristianos mueran todos. Hallareis ser verdad esto que digo.
>Ha convocado ya parcialidades ; »Y ansi me voy debajo los intentos
Solo yo nunca quise lo quél quiso , Ya dichos , no fingidos ni aparentes ,
Que cierto para vuestras amistades Sino de muy mas llenos cumplimientos
Me precio de tener un pecho liso : Que salen las palabras de mis dientes ;
Estas que digo no son falsedades , Descansareis en nuestros aposentos ,
Sino fiel , leal y buen aviso ; Ternán todo regalo los dolientes ,
Por tanto deteneldo con cadena , Haré que cada indio contribuya
Y antes que dé comida dalde cena. Con oro , joyas y hacienda suya.>
Y no son solos estos los engaños De todo sinsabor él salió horro ,
Que suele maquinar este vergante , Pudiendo detenello con prisiones ,
Porque también usó pasados años Atenido Gallegos al socorro
Con San Martin de treta semejante ; Que buscan cudiciosas intenciones ;
E bízole creer que de los daños Mas un capitán dicho Juan Chamorro
El indio Sopatin era culpante , Fué siempre de contrarias opiniones ,
Como quiera que yo podré jurarte Diciendo «Témome que de mañana
Que no supe jamás arte ni parte.> Nos ha de sacudir con la mediana.
El Juan Gallegos al Alonso llama , »Porque este principal es un gran perro ;
Diciéndole : «Pues somos tan hermanos , Y dias ha que yo por tal lo marco,
Cómo tienes ürdida cierta trama Desde la entrada larga y el destierro ,
Donde perezcan todos los cristianos ? Cuando lo bautizó fray Pedro Zarco ;
Certidumbre nos da tu mala fama , Y á mi juicio fuera menos yerro
Y Sopatin con otros comarcanos , Tenello con prisiones en un barco ,
Tus vecinos , tus deudos , tus amigos , Quitándole su maudo y señorío ,
Desta traicion tenemos por testigos . Hasta que ya saliéramos del rio.
>Mucho me maravillo que no sientas >>Hartas veces ha dado pesadumbre
No ser tan descuidados ní dormidos , A soldados de nuestra compañía ,
Que te dejen salir con lo que intentas Y no dudo , segun es su costumbre ,
Españoles sagaces y advertidos ; Urdir alguna gran bellaqueria ,
Demás de que en las guerras mas sangrientas Pues vemos de canoas muchedumbre
No pueden todos ellos ser vencidos , Que descienden abajo cada dia ;
Pues aunque muchos en peleas mueren , Y pasarse de largo sin mas cuenta,
Los vivos hacen todo lo que quieren . Novedad y misterio representa.
Y si desta maldad que se adereza >Si pensais de guiaros por su mano
Eres tú , como dicen , el primero , Fortalezcamos brazos y molledos ;
De llover tiene sobre tu cabeza , Pero yo juzgaria por mas sano
Y al fin bas de venir á pagadero , Que por agora nos estemos quedos :
Hasta te desmembrar pieza por pieza , No tengais este por temor liviano ,
Como vaca que pesa carnicero ; Pues estos son de los discretos miedos .
Por tanto , si de muerte te recelas , Cuando negocios duros y perplejos
Déjate de traiciones y cautelas.>> Demandan prevencion y piden lejos >
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELEGIA IV, CANTO V. 315
El Juan Gallegos respondió : «Por cierto Dicen acontecelles otro tanto
No me parece mal aquesa traza ; Entonces cuando fueron salteados ,
Pero si tienen hecho su concierto , Pues de los sobresaltos y el espanto
Acá ó allá nos tienen de dar caza , Quedaron poco menos que pasmados :
Y tarde que temprano deste puerto Llueve sobrellos flecha , dardo , canto ,
Al fin habemos de salir á plaza , Golpes de palo duros y pesados ;
Y ansí será mejor , segun entiendo , Y de los miserables castellanos
Que nos partamos en amaneciendo. » Treinta vinieron vivos à sus manos.
Con aquesto cubrió nocturno velo Estos á su sabor los maniatan ,
Las cosas que solian ser patentes , Que prevenidos vienen de cordeles ;
Y las menores lumbres en el cielo Con no vistos escarnios los maltratan,
Manifestaban sus doradas frentes ; Desollando las barbas con las pieles ;
Y ansi mandaron con aquel recelo Al fin los despedazan y los matan
Se metan en los barcos los dolientes , Con tormentos que pasan de crüeles :
Velando , como suelen , el estancia Rompe los aires el clamor terrible ,
Con toda la posible vigilancia. Causa la confusion temor horrible.
Llegada ya la luz de la mañana , Estaba Juan Gallegos, licenciado,
Que fué nublosa , triste , desabrida , Con diez ó doce de su compañía ,
Compúsose la gente castellana Junto del bergantin que está varado,
Para poner en orden la partida , Que por guardallo dél no se partia ;
Mas todos ellos tan de mala gana , Y ampárase detrás de su costado
Como si fueran á perder la vida ; De la nube de flechas que venia ;
Y nofueron inciertos sus concelos , Pero carga sobrél tan duro marte ,
Segun manifestaron los efetos. Que para se valer es poca parte.
Luego de Sompallon hacen desvío, Vista por Juan Chamorro tanta junta
Y bajan al amor de la corriente ; De gente que sobre Gallegos carga,
Y en medio la canal del ancho rio Con dos versos de bronce les apunta ,
Un agua se descubre de repente A causa de no ser distancia larga :
Por las cuadernas del mejor navío , Piernas, muslos y brazos descoyunta,
Donde iba Juan Gallegos el teniente : Y parte de la playa desembarga;
Quisiéronla tomar , mas no parece Mas es tal de los indios el aumento,
Manifiesto lugar, y siempre crece. Que por uno que muere cargan ciento.
Para lo sustentar , como no haya No faltan también tiros de ballesta,
Las cosas necesarias á la mano , Que ninguno salió desvanecido;
Antes que mas en crecimiento vaya , Mas para retraellos nada presta,
A todos pareció consejo sano Antes entre los indios no se vido
Llegar á zabordar en una playa Osadia jamás tan descompuesta ,
Del pueblo que tenian mas cercano ; Demencia ni furor tan atrevido ,
Y ansi desque tomaron la ribera, Pues sin recelar golpes inhumanos
Los enfermos y ropa sacan fuera. Tientan quitar las armas de las manos .
Compónense los bancos ó parales ; Al capitán Diego Rincon obliga
Asen manos de dura guindalesa ; A mostrar su valor y fuerte brio,
Con fuerza de soldados y oficiales Por ser florido grano desta espiga
Se vara, se ladea y atraviesa , Y no poder llegar á su navío ;
Y con los necesarios materiales El cual con molestisima fatiga
Calafate se da posible priesa : Procuraba salir de su bubio,
Saltan en tierra sanos y llagados , Que rodeado tienen escuadrones
Escepto Juan Chamorro y sus soldados. Con flechas, dardos y otras municiones.
Pues como nunca mas Alonso vino , Aderezose lo mejor que pudo,
Ni vieron indios por aquel partido , Y a todos cuantos hay con él anima
Temíase del mal que les avino Para salir al escuadron desnudo
Y quisose hallar apercebido : De los que por allí tienen encima ;
Su bergantin cubrió toldo de lino , Y ansi bien amparado del escudo,
Por todas partes dél bien estendido , Hizo principio de crüel esgrima ,
Que suele ser defensa que aprovecha Ya se va reparando, ya hiriendo,
Contra la pestilencia de la flecha. Con seis ó siete que lo van siguiendo .
En esta prevencion no paran mientes Hay por donde sus pasos endereza,
Los otros que dejaron sus navíos , Para llegar al rio, buen pedazo;
Antes soldados sanos y dolientes Es la hoja que lleva rica pieza,
Se ranchearon dentro de buhios , Increible valor el de su brazo,
Otros ponen también camas pendientes Pues de un revés llevaba la cabeza
Debajo de los árbores sombríos : De los que le ponian embarazo :
Con esta remision no bien compuesta Uno deja sin luz, otro difunto,
Pasaron el bochorno de la siesta. Y de su caminar no pierde punto.
Y cuando Titan iba declinando Como cuando hambrienta destemplanza
Al mar para lavar su clara frente , Llevó la fiera hasta las cabañas,
El pueblo donde están viene cercando Do perros si se ven con gran pujanza
Inumerable número de geute , La vuelven á meter entre montañas ,
Y la venida dellos tan callando Y si le dan alcance se abalanza
Que hasta dar el golpe no se siente , Y á quien le pica rompe las entrañas ,
Pues con ser multitud tan importuna , E ya vueltas espaldas, ya mordiendo ,
Ver , oir y sentir fueron à una, Siempre va su camino prosiguiendo :
Bien como cuando veis dia sereno , Ansi Diego Rincon , aunque heria
Y se espesa nublado repentino A quien en la carrera le picaba ,
De las exhalaciones de aquel seno Con aquella mañosa valentía
Que rompe fulminoso torbellino , Que la necesidad encaminaba ,
Y entonces suena tan terrible trueno , En su camino siempre procedia
Que causa no pequeño desatino , Para llegar adonde deseaba,
Tanto , quel bruto huye del ruido Es á saber , orillas del gran rio
Y el hombre queda cuasi sin sentido : Donde tenia surto su navío.
316 JUAN DE CASTELLANOS .
No consiente quedar manco ni cojo Inumerables eran los salvajes ,
De los pocos que son de su manada , A su modo feroces y gallardos ,
Y entonces se mostraba menos flojo Compuestas las cabezas con plumajes ,
Cuando su gente ve mas fatigada ; Proveidos de lanzas y de dardos ,
El escudo de acero lleva rojo , De flechas venenosas los carcajes ,
La hoja cortadora colorada , En las ejecuciones nada tardos :
Y cuanto se mostraba mas tajante , La postura, talante y el denuedo
Mas indios se ponian por delante. Al ánimo mayor pusiera miedo.
Al fin , arrebatado del esceso Ya por el horizonte ven los fines
De fuerzas que le dió favor divino , De la luz y febeos arreboles ,
No desmayaba punto del progreso ; Cuando llegaron á los bergantines
Bien ansí como campo peregrino Que tenian toldados españoles ;
Que va cortando por lugar espeso Servian de trompetas y clarines
Arbores que perturban su camino , Marinos y muy grandes caracoles ,
Y hace , ya por llano , ya por cumbre , Cuyo son , que los pechos sobresalta ,
Camino que dé menos pesadumbre : Rompe del aire la region mas alta.
Desta suerte llevaba recogidos Espesas rociadas de las flechas ,
Los que sacó , mirando por sus vidas , Para la ejecucion de sus concetos ,
Y ansi nunca pudieron ser rompidos Acia los blancos toldos van derechas
Con lanzas ni macanas estendidas , Tantas , que ya de blancos están prietos ;
Aunque de flechas iban mal heridos , No tienen por inciertas las sospechas
Y el buen Diego Rincon con tres heridas; De vellos todos muertos ó subjetos ,
Y con haber tan gran impedimento Y por mas abreviar aquel recuentro
Llegaron do llevaban el intento. Barloan para se les entrar dentro.
Alk fueron los golpes del espada Y en aqueste primero movimiento
Tales , que porque no serán creibles Era tan obstinada su porfia ,
Pasa por ellos pluma mas templada Que no se vió jamás atrevimiento
De lo que piden casos tan terribles , Con tal temeridad en osadía :
Porque cosas hicieron al entrada Nadie se espanta de se ver sangriento ,
Del barco , que parecen imposibles , Ni del que de la vida se desvía ,
Pues dejaron el agua del orilla Ni del que saca menos viva pieza ,
Harto mas colorada que amarilla. Ni del que lleva tiro la cabeza .
Dentro ya de su barco con la gente Son tan impetuosos movimientos,
Que pudo recoger de su bandera , Temeridad , obstinacion , porfía ,
Vido cómo traian al teniente Que sobrepujan sus atrevimientos
Indios à mal andar por la ribera : Cuantos pueden caber en osadía ;
Alla hizo remar incontinente , Caen indios en estos rompimientos ,
Y con ciertos soldados salió fuera ; Y con temor ninguno se desvía ,
Despide Juan Gallegos sus temores Ensangrentando bordos , popas , proas
Viendo llegar tan buenos valedores. De bergantines , barcos y canoas.
Y ansí, movido de mortal enojo, Porque cuando canoas llegan junto
Acometió con toda la cuadrilla , Y de los bordos ven manos asidas ,
Mas luego le clavaron el un ojo , Aquellas en aquese mismo punto
De que cayó no lejos del orilla ; Quedaban de sus brazos divididas ;
Los indios acullá sobrel despojo Muchos al agua van , uno difunto ,
Trabaron pesadísima rencilla , Otro con abundancia de heridas ,
Sirviéndoles los arcos de garrotes Otro que duro verso de fuslera
Con que se lastimaban los cocotes. Los sesos le sacó de la mollera.
Viendo Rincon la buena coyuntura , Mas no por esto concebian miedo ,
Pareciéndole tiempo convenible Ni para removellos aprovecha ,
Entre tanto que la revuelta dura , Antes el indio con mayor denuedo
Que deseaban ser incorregible , A derribar los toldos se pertrecha ;
Echar el barco al agua se procura Y en descubriendo brazo , mano , dedo ,
Con la presteza que les fué posible , Era luego clavado con la flecha ,
Y lo que no podian varar antes Dejándole también con la herida
Muchos , agora pocos son bastantes. Total desconfianza de la vida.
Con la misma presteza referida Rodeado de riesgo tan patente ,
Metieron al Gallegos cuasi muerto , El español de vida desespera ,
El cual , aunque sanó de la herida , Y el bárbaro crüel , como lo siente ,
No dejó de ganar nombre de tuerto ; Mayor priesa le da para que muera ;
Descuelga luego multitud crecida Van todos al amor de la corriente ,
De canoas que van al mismo puerto , Llena de grandes fuegos la ribera,
Y es tal la cuantidad que se presenta , Que mas de veinte leguas procedia ,
Que no se puede reducir á cuenta. Haciendo de la noche claro dia.
Porque se supo manifiestamente Como tenian áà la mano breña ,
Que con su potestad vino Melambo , Por el discurso dicho tienen hechos
Que es la barranca donde de presente Montones crecidísimos de leña
El español que pasa halla tambo , Que estaban encendidos á sus trechos ;
Y vino Pencellon , indio potente , La lumbre de los cuales les enseña
El gran Mompox , Tamalaísa Zambo , Ansi los daños como los provechos ;
Vino Chingalae , Cimiti , Maca Víanse por la playa con la lumbre
Y el gran cacique Tamalaguataca. De flecheros crecida muchedumbre.
Chocorí , Chiquichoque , Talaigua , Emparejando pues con el primero
Los indios de Tomala , los de Proa , El capitán Chamorro , que venia
Con todos los demás que se averigua De todos el mas sano y mas entero ,
Haber desde estos hasta Tacaloa; Asestó los versetes que traia ,
Y el que dejimos ser el estantigua Pareciéndole que de tal terrero
Y causa de veuir tanta canoa , No podia salir bala baldía ;
Alonso , cierta guia de la danza Y cuando componia su navío
Y ordenador de toda la matanza. Dió con él al través en un bajío.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II, ELEGIA IV, CANTO V. 317
Ansi como lo vieron encallado En armas y linajes varon claro ,
En parte do no pudo salir luego , Tales , que no merecen lenguas mudas ·
Al instante se vido rodeado Fué de los miserables gran amparo,
De los que estaban cerca deste fuego : De buérfanos tutor y de vïudas ;
Danle priesa por uno y otro lado No supo de sus bienes ser avaro ,
Sin concedelle punto de sosiego , Ni faltaron á pobres sus ayudas ;
Tanto que del navío le sacaron Jamás dió los oidos á novelas ,
Un español que vivo desmembraron. Ni le hallaron vicios ni cautelas.
Nunca se vieron en asiento lleno Fué muy comun aqueste sentimiento ,
De grande muchedumbre de colmenas Por lo ser este bien que les faltaba ,
Tantas abejas con aquel veneno Y su virtud , bondad , merecimiento ,
Que suele lastimar humanas venas , A mucho mas aun los obligaba ;
Al tiempo que le sacan de su seno Compúsose terreno monumento ,
El gustoso licor de que están llenas , Segun el orden dió quien celebraba ,
Cuantos tiros arronja la caterva , En torno dél retratos de la muerte
Todos untados de rabiosa yerba. Y letra que decia desta suerte :
Chamorro , como ve que el agua falta
Para poder nadar las carabelas , Hac dominus Petrus Fernandez
Conditur urna ;
En el bajio con algunos salta , Excelsus meritis , prosperitate minor.
Espadas en las manos y rodelas , Expensis multis quæsibit barbara regna,
Indicat ipse viam , sustulit alter opes.
Y a la gran multitud que los asalta El buen don Pero Fernandez
Hicieron retraer á las candelas : Yace en esta sepultura, Puso á descubrir el pecho ,
Haciendo armadas aposta ,
Trabajan luego de salir del cieno No muy lleno de ventura , Y habiendo hecho la costa ,
Hasta que ya hallaron fondo bueno. Pero con méritos grandes ; Otro gozó del provecho .
Embárcase la gente como puede ,
Los españoles en aquella era
Huyendo los espesos macanazos ; No dejaban de estar enflaquecidos ,
Pero contrario Marte no concede Y cuantos indios hay en la frontera ,
Ir salvas las espaldas y espinazos , Desvergonzados , sueltos y atrevidos :
Porque ninguno dellos hay que quede Templáronse después en gran manera
Por lo menos sin cinco ó seis flechazos Con el rumor de los recién venidos ,
De tan rabiosa yerba , que ninguno Que bien pensaron que de Cartagena
Dejara de morir con solo uno. Envïaban ayuda muy mas llena .
Murió Chamorro miserablemente
Ylos mas que salieron con heridas , Después para gobierno del cristiano ,
Pues de todos los barcos solos veinte , Que el pueblo sustentaba por España ,
Lüis de Manjarés tomó la mano ,
Y aun menos , escaparon con las vidas ; Y en guerra y paz se dió tan buena maña ,
Porque para la cura conviniente Que de los suyos un hecho liviano
Ningunas horas eran concedidas , Se podria vender por gran hazaña ,
Perseverantes indios en su brio
Pues con los mas indómitos y fuertes
Hasta que los écharon deste rio. Le sucedieron venturosas suertes .
Llegados á la mar con mal vïaje , Cuanto por allí ciñe la mar fonda
Conclusa la porfia del recuentro , Hizo venir de paz y á servidumbre ,
Y recog idos en aquel paraje, Quebrantó las cervices del de Bonda ,
Nuevos trabajos salen al encuentro ; Haciéndolo mudar de su costumbre ,
Porque la fuerza grande del aguaje Y todos los demás de la redonda
Del rio los metió la mar adentro , Le sirvieron á él sin pesadumbre :
No podiendo pegarse con la costa Decian Concha , Gaira y el Dorsino
Por la fuerza de remos ser angosta . Haber resucitado Palomino.
Auméntase la pena y el recelo Y sus hechos no fueron desiguales ,
Como se ven en este detrimento ; Ni menos liberal en las mercedes ,
Y para mas crecer el desconsuelo Ardides en la guerra principales
Agua dulce les falta y alimento. Para poder hüir bárbaras redes ;
Ojos del alma van al alto cielo Eran entonces sus colaterales
Demandando socorro de buen viento ;* Diego Rincon y Diego de Paredes ,
Y ansi sobre las ondas de Neptuno Que viven hoy y en Tunja son vecinos ,
Les vino viento fresco y oportuno . De gran honor y de memoria dinos.
Del deseado tiempo se aprovecha A Pocigueyca fué con tal fortuna,
La fatigada gente y afligida , Que ningun compañero dejó muerto ,
Y á Santa Marta van via derecha , Y al pueblo de Carbon , el cual repuna
Donde era deseada su venida ; Dejarse visitar del mas esperto ;
Pero sabida la matanza hecha
Fué antes y después fuerte coluna
Y los pocos que vuelven con la vida , Que sustentó las cosas deste puerto
Ojos del pueblo todo fueron fuentes , De Santa Marta, con hacer entradas ,
Llorando sus amigos y parientes . Que bizo muchas bien aprovechadas.
Entre los que se van desembarcando Poco después por la real audiencia
Vieron al Juan Gallegos salir tuerto , Hierónimo Lebron fué señalado
Diego Rincon , que hoy vive, cojeando ; Para gobernador desta tenencia ,
Y entonces los vecinos en el puerto Circumspecto varon y aventajado ;
Estaban las exequias celebrando
De don Pero Fernandez , que era muerto , Y vino por juez de residencia
Alanis de la Paz , un licenciado ,
Y hallaron también haber llegado
Juan Fernandez de Angulo por prelado : Y segun su poder , administraba
Cada cual dellos lo que le tocaba.
Persona tal , que fué del cargo dina , Esto con la posible vigilancia ,
Y de subir à muy mayor altura,
Ansi por su católica doctrina , En guerra y en negocios ordinarios ;
Pero cerca de aquesta circunstancia
Como por su virtud y vida pura : Los modos de los dos eran contrarios ,
Y en estos funerales él se inclina
A bacer los oficios como cura , Porque Alanis de Paz con gran instancia
Porque las cualidades del difunto La cobranza buscó de sus salarios ,
No podian subir à mayor punto . Y ausi ya por derechos ó cohechos,
No fueron los menores sus provechos.
318 JUAN DE CASTELLANOS.
Hierónimo Lebron vela su puerto Y á Manjarés se tuvo gran respeto
Y busca gente bien aderezada , En cometer también aquel gobierno ,
Reduciendo las cosas á concierto Por ser à todos capitán aceto ,
Con que pueda hacer una jornada Segun ha dado cuenta mi cuaderno ;
A lo mismo que tiene descubierto Pero ya lo traian inquïeto
Don Gonzalo Jimenez de Quesada , Envidias y malicias del infierno ,
Porque fama comun le certifica Maculando sus honras y trofeos
Estar en posesion de tierra rica. Con falsisima voz de casos feos.
Para cuyos efectos se mejora Y aunque cualquiera dellos fué patraña,
Con gente baquiana su bandera , Testigos falsos lo hicieron leso,
Con la cual fuè camino de la Tora Tanto , que lo llevaron en España
Diego Rincon guïando la carrera : Y ante el emperador pareció preso ;
Mas no tractaré della por agora , Mas justicia , verdad y buena maña ,
Por reservarse para la tercera En aire convirtieron aquel peso ;
Parte , donde, con el favor divino , E yo vi los testigos y malsines
Larga cuenta daré deste camino. Cómo todos ovieron malos fines.
Cuando partieron estas compañías , A su casa y honor volvió pujante ,
Vió , segun dicen, del mortal subyecto Libre de la maldad que le fué puesta ,
Don Juan de Angulo las postrimerias , Mediante su descargo ser bastante
Obispo principal y varon recto ; Y católica vida manifiesta :
Y desde á poco número de dias Contra fortuna se mostró constante ,
Fué en su lugar Calatayud electo , Tanto mas cuanto mas era molesta:
Fraile hierónimo , de quien di cuenta Trajo sus indios y repartimientos
En lo que mas atras se representa. Y cargos honorosos con aumentos.
Desque Hierónimo Lebron anduvo Hizo con los estremos de presteza
Aquel camino , no sin buena maña , Después que vino , sin tomar resuello ,
Con el gobierno que su padre tuvo En términos de Bonda fortaleza
Don Alonso Luis vino de España : Que fuese duro yugo sobre cuello ;
También diré después lo que mas hubo Usó de los ardides y destreza
Y lo que trabajó por la montaña Que fueron necesarios para ello ,
Al tiempo de venir al Reino-Nuevo , Por que los indios todos del terreno
Porque tractando dél allí lo debo. Tentaron siempre de quebrar el freno.
Estuvieron aquestas compañías Mas él salió muy bien con el intento ,
Debajo de sus sueltos pareceres , Y el del bárbaro fué trabajo vano ;
Subyectos á no pocas demasías, Al fin los años y el quebrantamiento
Aprovechándose de sus haberes : Lo privaron del gozo de hombre sano ,
Después el licenciado Miguel Diaz Y ansi murió con gran conocimiento
Vino con bastantísimos poderes ; Hechas las diligencias de cristiano :
Y aunque notado de lascivos hechos Vivenos hoy su hijo don Antonio ,
Nunca lo fué de robos ni cohechos. Que de sus hechos da buen testimonio.
Con todo esto tuvo residencia Absente Manjarés de aquestos mares
De las de por acá la mas terrible ; Cuando en España daba su descargo ,
Después la majestad y la potencia Un caballero Gregorio Suarez
De Carlos quinto, césar invencible. De Deza, vino luego con el cargo,
Al Nuevo- Reino dió real audiencia , Cuyos servicios fueron singulares ,
Porque le pareció ser convenible ; Aunque su galardon fué nada largo ;
Y desde entonces ella proveia Pues honestisimas hijas que deja
A Santa Marta quien le parecia. Tienen de su fortuna justa queja.
Vido Calatayud su postrer dia A este sucedió por varon dino
Por aquel tiempo y en aquel verano , En la gobernacion destos conveses
Y vino con el cargo quél tenia Juan de Otalora , noble vizcaino ;
Don Juan de Barrios , fraile franciscano , Y este gobernador algunas veces
Predicador en quien resplandecia El puerto defendió del torbellino
Virtud , bondad , valor , celo cristiano , Y lefantada furia de franceses ,
Incorrupto juez , pastor entero , Porque esta poblacion en tiempos varios
Y destos arzobispos el primero. Ha sido molestada de cosarios.
Por cuyo fin tenemos hoy segundo , Unas veces robando sus caudales,
Que se dice don fray Luis Zapata Sin poder escapar la menor pieza ,
De Cárdenas, en este Nuevo - Mundo Otras , que por venganza de sus males
La cuarta dignidad de que se trata ; El español las armas adereza ,
Elogio le daremos mas profundo Y con ayuda de los naturales
Si nuestra vital trama se dilata , También les ban quebrado la cabeza ;
Porque como la tal se me conceda , Aunque decian : à la yerba fina
Lugar mas á propósito le queda. ¡No forsa, no, la mala salvajina ! »
Tractaremos después en sus lugares Pero después la yerba del salvaje
De cada cual á tajo mas abierto ; En ellos imprimió de tal manera ,
Y agora vamos á los seculares Que muchos acabaron el viaje
Jüeces que vinieron á este puerto . Antes de se partir desta ribera ,
Para que los confines destos mares Y los hallábamos al rebalaje
Estuviesen en orden y concierto : Del agua que la mar echaba fuera ;
Pues, como dicho tengo, los oidores Porque por ser canalla mal regida ,
Proveian aquí gobernadores , Ningunos escapaban con la vida.
Por defender del bárbaro cercano Otras veces por falta de caudillo ,
Tan importante desembarcadero : O posible de armas y de gente ,
Y el primero que vino por su mano En viendo por la mar algun barquillo ,
Conocí ser un noble caballero , Aunque no conociesen mal patente ,
Andrés Lopez Galarza , que era hermano El vecino cogia su hatillo
De Galarza, también oidor primero ; Y el rico mercader por consiguiente ,
Después Luis Pardo , Luis de Villanueva , Huyendo la doncella y la casada ,
Que dieron de valor bastante prueba. Una desnuda y otra destocada.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE H , ELOGIO DE ROJAS , CANTO I. . 319
Y todos en comun huian luego Estas cosas y otras acontecen
Metiéndose por bosques y por cumbres , En aquellos lugares cada dia ,
Con el rebato y alboroto ciego Donde los sobresaltos que padecen
Que en los honestos usos y costumbres, No puede recoger mi fantasía ;
Demás del general desasosiego , Ni yo podré decir lo que merecen
Causaba muchas otras pesadumbres ; El contador Bartolomé García
Porque , rio revuelto , los mayores Y Castro , que gran número de años
Ganancia dicen ser de pescadores. Aquel puerto defienden destos daños.
También vimos soldados principales Porque gentes finitimas á Flandes
Mas que de paso ir este camino , Visitan aquel puerto con frecuencia :
A cuestas sus alhajas y caudales , Y en este tiempo fué Pero Fernandez
Y cofres proveidos de oro fino ; De Bustos con gobierno y eminencia ,
Y aun suelen trompezar en otros males Cuyas virtudes y proezas grandes
Causados por el bárbaro vecino , Merecen pluma de mayor esencia ,
Pues muchas veces nos hacian guerra Y ansi por su valor el rey ordena
Franceses por la mar , indios por tierra. Que pase á gobernar á Cartagena.
Y ansi, yendo cubiertos por florestas Otros tenientes bubo , mas no siento
Luis Feijo con otros seis soldados . Hecho que de memoria sea dino ,
Con un cofre de barras á sus cuestas Sino que la justicia y regimiento
Que bien valia veinte mil ducados , Proveyeron después lo que convino ,
Subiendo por las cumbres mas enhiestas Y sustentaron bien aquel asiento
Del Dorsino , do van encaminados , Hasta que don Luis de Rojas vino ;
El cofre del caudal puso en el suelo Cuyo gobierno fué no sin espanto ,
Y encima dél un pardo herreruelo. Y ansi lo tractaré con nuevo canto.
Y por le parecer lugar seguro ,
Sentose para descansar encima , ELOGIO
A tiempo que hacia muy obscuro
Por ser después del cuarto de la prima ; de don Luis de Rojas, gobernador de Santa Marta , donde
Estaban cerca de vecino duro , se cuentan las entradas que hizo, y lo demás acontecido
Cuyo compás también les pone grima ; el tiempo que allí gobernó.
Sintiérontos los indios , y están ciertos
Ser gente que huia de los puertos. CANTO PRIMERO.
Hecho pues por espías el acecho , La providencia santa de los reyes,
Pareciéndoles buena coyuntura A quien siguen humanas voluntades,
Para que no perdiesen el provecho Suele poner y suele quitar leyes ,
Que tan cerca les puso la ventura , Segun por tiempos hay necesidades ,
Juntáronse para venir al hecho Para regir y gobernar las greyes
Y acometieron con la noche obscura , Subyectas à sus altas potestades ;
Tirando muchas flechas silbaderas , Y si sus pueblos van en crecimiento ,
Y gritando por cima las laderas. También de sus jüeces hay aumento .
En oyendo la grita y estampida , En aquestas provincias y regiones
En tales ocasiones estupenda , De las Indias ansi les acontece ,
Abrevian piés cristianos la büida Pues como van creciendo poblaciones
Dejándoles aquella rica prenda , De reinos y provincias , también crece
Teniendo por mejor salvar la vida El número de las jurisdiciones ,
Que perdella demás de la hacienda : Señalando lo que les pertenece
Y ansí se la dejó, sin hacer cuenta A los jueces , para que descierna
De podella sacar desta tormenta. Cada cual en aquello que gobierna.
Acudieron los indios al rancheo Estando pues del reino separados
De lo quel español allí les trajo , Doscientas leguas estos moradores ,
Y cogen el hatillo de voleo , Para poder mejor ser gobernados
El lio , la petaca y el refajo ; El rey les envió gobernadores ;
Asen bárbaras manos del manteo , Y ansimismo fundó dos obispados
Y no vieron estar cofre debajo , Por ser ya necesarios dos pastores ;
De suerte , que dejaron en lo raso Y Santa Marta y otros cómarcanos
La presa que hacia mas al caso. Son hoy al Nuevo- Reino sufráganos,
De manera, que su caudal escapa , Por estar hoy arzobispal audiencia
Sin que fortuna le hiciese mella ; En Santa Fe de Bogotá fundada ,
Pero cerca de defender su capa , Y catedral que con papal licencia
Aquello quél no pudo , pudo ella , Fué desde Santa Marta trasladada ,
Pues no las faltas , mas las sobras tapa , Do hacen dignidades asistencia ,
Y defendió mejor la rica pella; Persona cada cual cualificada ,
Y por dejar al amo con que viva , Que por sus grandes letras y costumbres
Ella tuvo por bien de ser captiva. Merecian tener mas altas cumbres.
Y cuando ya sus rayos estendia Primer dean fué don Francisco Adame ,
Apolo por aquella cordillera , Ilustre vaso de virtudes lleno:
Con aumento de buena compañía Tal me manda razon que yo lo llame ,
Que fuerza de los indios resistiera, La cual en su loor no sufre freno ,
Volvió Frisol adonde le dolia , Pues escepta malicia del infame ,
Que de su buena dicha desespera ; Ninguno negará ser varon bueno ;
Mas aunque con recelos y confuso Llevolo poco ba Dios á su gloria ,
Su tesoro halló donde lo puso. Y ansí nos queda sola su memoria .
También Juan Alemán por un recuesto Ornamento segundo de aquel templo
Iba con lleno cofre de oro fino , Es don Lope Clavijo, arcediano ,
Y á causa de volver al pueblo presto , Que en letras , en doctrina y en ejemplo
Púsolo separado del camino : Se muestra ser católico cristiano ,
Para volver después al mismo puesto Cuya bondad y merecer contemplo
Faltó la providencia de buen tino ; En honor de lugar mas soberano ,
Halláronĵo trabajos y porfias , Pues para ir á dignidad mas alta
Mas el desgusto fué de hartos dias. De lo que se requiere nada falta.
320 JUAN DE CASTELLANOS .
Deste reverendísimo senado Eran ciento y ochenta los soldados,
Es el chantre don Gonzalo Mejía , Serian de caballo los cincuenta,
En quien aquel honor mas encumbrado Los unos y los otros pertrechados
No podemos llamalle demasia ; De lo que demandó guerra sangrienta ,
Varon insigne , siempre respetado Arcabuces y tiros preparados ,
De legos y de nuestra clerecía , Azadones y toda herramienta ;
Por haber sido siempre don Gonzalo Y el Castro , que podemos decir casto ,
A todos bueno y á ninguno malo. De todas estas cosas hizo el gasto.
Está también en el ilustre coro Lleváronse también ciertos lebreles ,
Un don Miguel de Espejo , tesorero , El uno dellos perro señalado ,
No solo tesorero , mas tesoro , El cual en guerras de indios infieles
Honra y autoridad de nuestro clero ; No ganó menos quel mejor soldado ,
Cuyas sentencias son bocados de oro Y ansi por hechos malos y crüeles
Que hinchen el juicio mas entero : Fué de diversas partes desterrado :
Al fin es luz y lumbre tal Espejo Llamábase Amadís , y fué mas fiero
De juvenil edad y del mas viejo. Quel otro fabuloso caballero.
Erigiéronse pues dos obispados Armábanlo también de duro fardo
De uno que no fué de gran sustancia , Como fuese patente la rencilla ;
Por estar los lugares apartados El cual sabia dar tan buen reguardo
Espacio de grandisima distancia , Al tiempo que rompia la cuadrilla ,
Y no podian bien ser visitados , Que piedra , palo , flecha , lanza , dardo ,
Segun pide cristiana vigilancia; Era si le tocaba maravilla ;
De manera que Santa Marta tiene Del cual tenia Castro confianza
Obispo de por sí , como conviene. Como de un escuadron de gran pujanza.
Fué fray Juan Mendez, fraile dominico , Porque su principal intencion era
El primero que por obispo vino , Entrar á Pocigueyca por la cumbre ,
Hombre modesto , de talento rico , Tomando mas atrás la cordillera
No menos virtuoso que benino ; Para llegar con menos pesadumbre ,
Y en todo lo demás yo certifico Y allí fortalecerse de manera
No ser de tanta dignidad indino , Que viniesen á dar la servidumbre ,
Porque en aqueste reino fué su vida Con asentar en la mayor altura
Gran número de años conocida. Y en ella colocar nueva cultura.´
Murió cuando venia visitando Nombró por capitán y por caudillo ,
⚫Las ovejas que son de aquel aprisco , Repartiendo la gente que se saca ,
Y por su muerte vino con el mando Al animoso Diego Jaramillo
Otro docto varon , fraile francisco, Y á Fernán Rüiz Cabeza de Vaca ,
Que se dice don Sebastian de Ocando , Que fué con sus consejos el castillo
Digao pastor de muy mas alto risco , Que los mayores impetus aplaca ;
De cuya cristiandad , virtud y ciencia , Fué otro capitán un Fernán Perez
Tenemos por aca gran esperiencia. E un Simon de Silva por alférez.
Convento se fundó dominicano Mayor sarjento fué Carlos de Vera ,
En este mismo tiempo que refiero ; Que de veras su buen valor enseña ;
De prelados que en él tuvieron mano Y no menos á toda la bandera
Un fray Luis de Orduña fué primero , En combatir la mas soberbia peña
De varia erudicion , de pecho sano , El circunspecto Pedro de Ribera,
Y en vida y en doctrina muy entero , Natural de la villa de Guareña ,
A cuya potestad es obediente De quien pudiera bien bablar mi boca
El convento de Tunja de presente. Si no fuera negocio que me toca.
Volviendo pues á los gobernadores Pues como don Lüis de Rojas vino ,
Que de España vinieron proveidos , Pareciendo negocio conviniente ,
Sé decir que con sus competidores No quiso perturballes su desino
De Bonda , Pocigueyca y sus partidos , Antes al Castro hizo su teniente ,
Fortuna no les dió tantos favores Y al mozo Juan de Rojas su sobrino
Que mas no fuesen desfavorecidos ; Por maestre de campo juntamente ,
Y el suceso de don Luis de Rojas El cual era de buena compostura
No se puede decir en pocas hojas. Si fuera tan compuesto de ventura.
Pero como me tienen puesta tasa Y entonces , como gente novelera ,
Otras ocupaciones manuales , A ver al don Luis eran llegados
Y es la presente tempestad escasa , Los indios que mandaban la frontera ,
Porque no todos tiempos son iguales , Que fueron del teniente convidados ,
Solamente diré de lo que pasa Y sobre mesa puestos en collera ,
Los acontecimientos principales , Donde estuvieron todos bien tractados,
Porque se vea desta serranía Porque para seguir aquel intento
Su fuerza , su valor y su porfia. No le fuesen algun impedimento.
Vino pues Rojas año de setenta , Pues nunca cosa que español pretenda
Con su mujer , criadas y criados , Puede ser por allí tan entre dientes,
Pero no con el fausto que se cuenta Que por indios ladinos no se entienda
De los gobernadores atrasados ; Y estos avisen luego á sus parientes ;
Mas de sus patrimonios y su renta Y para hacer Castro su hacienda
Todavía gastó con los soldados Fué bien asegurar inconvinientes ,
Que trajo , cuyo número no enseño Porque cualquier estorbo que dé pena
Porque segun parece fué pequeño. El indio de paz es el que lo ordena.
Todos los moradores deste puerto Y aun suelen ayudar al enemigo
Lo recibieron generosamente ; Cuando se muestran mas acariciados ,
Y como Manjarés fuese ya muerto , Y porque nadie pueda ser testigo
Y el buen Pero Fernandez dél absente , Van con betun de bija disfrazados ;
Regia por buen orden y concierto Por estos malos usos , como digo ,
Un Francisco de Castro su temente ; Consigo los llevaron enlazados :
Y entonces él tenia gente presta Uno de los caciques fué Coendo ,
Para ir à la sierra mas enhiesta. De los judios de Bonda mas horrendo.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II , ELOGIO DE ROJAS, CANTO 1. 321
Castro lo halagaba y abrazaba , Tomaron con trabajo la ribera ,
Prometiéndole dar de sus despojos ; Por ser impetuosa la corriente ,
Mas él de tal manera se mostraba Y el paso remediaron de manera
Que no disimulaba los enojos , Que pasaron por él bagax y gente ,
Tanto que parecia que lanzaba Y ansimismo después la que zaguera
Vivas llamas de fuego por los ojos , Quedaba con el general teniente.
Revolviendo venganzas en su pecho , Hallaron luego copia de buhíos ,
Después reconocidas por el hecho. Pero de moradores ya vacíos.
Estando preparados desta suerte Paró por descansar el caminante
Teniente , general y compañías , En un pueblo de buena compostura ,
Al efecto ya dicho se convierte , De fértiles labranzas abundante ,
Presos estos caciques y las guias ; Pero no vian viva criatura ;
Y ansi partieron á la casa fuerte Y tendiendo los ojos adelante ,
De Bonda , do estuvieron cuatro dias , Tres atalayas ven en un altura ,
Acompañandolos muchos vecinos Y el Juan de Rojas dijo : « Bien seria
Y el dicho don Luis y sus sobrinos. Que tomásemos uno para guia.
Al principio del año que siguiente Y no seria débil la hazaña
Fué sobre tres quinientos y setenta Del soldado que tales piés tuviese
Del parto de la Virgen escelente , Que cubriéndose bien con la montaña ,
Segun suele medir cristiana cuenta , Hasta llegar ninguno lo sintiese,
De Bouda salió Castro con la gente Y en lo raso se dé tan buena maña
A la jornada que se representa ; Que por lo menos uno no se fuese ,
Y en efecto llegó con la que saca Sino que cuando por la loma salga
Al ancon y provincia de Guachaca. Hacer que lijereza no le valga.
Para tomar allí buena carrera Oido por el Pedro de Ribera
En la prosecucion de su interese , Con otros tres de no menos soltura , 1
Con cierta gente fué Carlos de Vera En ese punto suben la ladera
Para que por el rio descubriese , Metidos por el monte y espesura :
Ayudado de Pedro de Ribera , Los indios venlos cuando salen fuera ,
El camino que mas cómodo fuese ; Y cada cual sus pasos apresura ;
Caminaron lavándose la planta Pero tan bien corrieron los cristianos ,
Y algunas veces hasta la garganta. Que los dos les quedaron en las manos.
Dos dias trabajaron , pero como Llevados estos dos por los cabellos
Fuesen de poco fruto las porfias , Do esperan españolas compañías ,
Sin enhestar el fatigado lomo , El Juan de Rojas se holgó de vellos ,
Volvieron á buscar por otras vias A causa de tener mejores guias :
Ydieron en un pueblo dicho Domo, Pusiéronles prisiones en los cuellos ,
A cabo ya de tres ó cuatro dias , Y ansi les enseñaron breves vias
Y en otro Bohocó , que es su vecino , Para llegar al dicho Cincorona ,
Que de paz les salieron al camino, Donde no se halló viva persona.
Dándoles de comer bastantemente Cuantidad hubo harta de alimento ,
De sus manjares mas acostumbrados , Aunque ningun tesoro para el arca.
Que segun la tenian de presente Seis dias hacen de detenimiento
Para su hambre fueron regalados ; Por la gran poblacion que se demarca
Ansimismo llevaron al teniente Y ser aquel el principal asiento
Destos indios gran número cargados A quien obedecia la comarca :
De yucas, de batatas y maices , Algunos indios van por los oteros
y otras diversidades de raices. Dando mil gritas y haciendo fieros.
Otro camino fué Diego de Andrada , Y en efecto la gente que se halla
Hidalgo portugués , noble persona , Recogida de pueblos comarcanos
Y dijo cómo tiene rastreada Un dia presentaron la batalla
La poblacion que dicen Cincorona , A nuestros peregrinos castellanos :
Y ser aquella la mejor entrada La tierra se convoca para dalla
Para llegar al valle de Tairona : Juntandose los mozos y los canos ;
De cuya causa se partieron luego , Pero por cosa cierta se averigua
Y pasaron el rio de Don Diego. Faltalles ya la potestad antigua.
El campo junto con razon bastante Porque considerando lo preseute ,
De su viaje para proseguillo , Ansi de gente como de riqueza ,
Castro mandó que pasen adelante, Esta de lo pasado diferente
El maese de campo por caudillo ; Y mil leguas atrás de su grandeza ,
Escogióse pues gente vigilante , Y a mas andar se pierde la simiente
Entrellos el Ribera y Jaramillo Desta mas que bestial naturaleza ;
Y el capitán Maceta , vizcaino , Y el venir tan á menos esta tierra
Con aquel aparato que convino . No podemos decir que fué por guerra.
Tomados cuatro dias de sosiego, Pues son , por los compases de aquel trecho,
Con guias y con paso diligente Segun y como mas atrás refiero ,
Volvieron sobrel rio de Don Diego , Contadas las entradas que se han hecho
Do los indios tenian una puente , Sacando por rescates el dinero :
No buena para caminante ciego , En esto reparaba su provecho ,
Por estar de dos árboles pendiente Quedando lo demás sano y entero;
De yedras correosas de arcabucos , Y si encuentros otros han tenido
A los cuales acá llaman bejucos. Mucho mas han gauado que perdido.
Hallan cortados los espesos ñudos Ver pues tan pocos de tan larga suma ,
Por mano de la bárbara canalla , A mí me da motivo y argumento ,
Y á nado pasan sobre los escudos Sin entendello , para que presuma
Soldados que pudiesen remedialla , Que gente de tan mal conocimiento
Espadas en las bocas y desnudos , Ha de permitir Dios que se consuma ,
Porque su desnudez era la malla ; Y llegue su total acabamiento ;
Pero no ven en la contraria banda Pues nunca se verájamás centella
Contrarios que perturben su demanda. En ellos de virtud, ni han olor della..
T. IV. 21
1322 JUAN DE CASTELLANOS .
Pero costumbres se verán malditas Pero mediante cura quedó bueno
En los que parecieren mas enteros , Por esperimentados cirujanos ,
Ypor la mayor parte sodomitas , Porque los moradores deste seno
Idolatras y grandes hechiceros , No todas veces tienen á las manos
Con otras abusiones infinitas La yerba ni mortifero veneno
Cerca de juzgar cosas por agüeros : Usado de los indios comarcanos :
Adoran en efecto los demonios , Dicen también que no prevalecia
Y aquestos no son falsos testimonios. Por ya participar de tierra fria.
Malicias hartas reinan en su seno , Vencidos de la suerte que refiero,
Y allá van do la carne los inclina , Con tres cabezas de indios principales
Sin haber cosa que les ponga freno El Juan de Rojas hizo mensajero
De las que suelen darnos medicina ; Para llamar al Francisco Gonzalez
Saben cual es lo málo , cuál lo bueno , De Castro, general , y por. lijero
Y siguen lo peor à la contina : Fué para presentar estas señales
Gente tan sin virtud , tan monstruosa , De los que quebrantaron vital gonce
Que de ley natural no guarda cosa. El alguacil mayor Hamado Ponce.
Padre con hija , hermano con hermana , Partió , dadas las nuevas , al instante
Acontece servilles de maridos ; Y á Cincorona llega , de do luego
Ninguno dellos vi que tengan gana Juan de Rojas partió con el restante
De ser en buenos usos instruidos , A Taironaca sin tomar sosiego ,
Aunque la voz de religion cristiana Que estaba dos jornadas adelante
También les ha tocado los oidos : Pegada con el río de Don Diego ,
Un barbarismo es sin luz de ciencia Pueblo que segun consta de presente
Y sin remordimiento de conciencia. No debia de ser poco potente.
Sonles buenos consejos odiosos Ciudad pajiza , pero bien fundada ,
Y todo lo que en si virtud encierra ; Escombrada por parte del oriente :
Pero flojos no son ni perezosos Es una de sus plazas enlosada
En el labrar y cultivar la tierra ; De lajas grandes , puestas igualmente ,
En sus oficios son ingeniosos , Y su hechura va triangulada
Y la holgazanía se destierra : Por cada parte cien pasos de frente ,
Hay muchos tejedores , hay plateros, Y en las tres puntas tres grandes caneyes ,
Y muchos , de sus usos , carpinteros. Moradas y aposentos de sus reyes ,
Horadan piedras en color sangrientas , Que son también pajizos aposentos ,
No malas para mal de los riñones ; Do suelen morar muchos de consuno ,
Tejen para sus compras y sus ventas Y se podian bien sobre trescientos
Mantellinas pulidas de algodones ; Soldados alojar en cada uno ,
También se labran muy menudas cuentas Con servicio , caballos y ornamentos ,
De conchas que llamamos nacarones , Dando lugar á todos oportuno :
Que por aqueste reino y su distancia Eran pues estos tres de las esquinas
Un tiempo fué rescate de importancia. Del rey , hijos , mujer y concubinas.
Para sus guerras y otros usos vanos Como llegasen pues à Taironaca ,
Tienen de plumas ricos ornamentos , Y el lugar estuviese todo vaco ,
Con que los capitanes mas lozanos El español ningun provecho saca
Manifiestan sus bravos pensamientos.... Donde pensó hallar próspero saco,
Y ansi vienen agora muy galanos Porque demás de la defensa flaca ,
A los premeditados rompimientos , En todo lo demás estaba flaco :
Dejando las alturas y peñoles De Pedro de Ribera sé que trajo
Para probarse con los españoles . Como trescientos pesos de oro bajo.
No torbellino ni huracán viento Vínoles el cacique después desto
De la media region del aire llega Prometiendo de paces el enmienda ,
Con tan apresurado movimiento Y entendióse venir con presupuesto
Cuando rompe la nube que congrega De procurar de ver aquella prenda ,
Exhalacion del árido elemento , Cuya razon les hizo manifiesto
De la cual con violencia se despega Estar ya muy atrás en su hacienda ,
Huyendo las frialdades de la nube , Porque solian ser gentes tan largas,
Adonde por calores del sol sube : Quel oro de guani daban á cargas.
Cuanta fué la braveza y el estruendo Pero mirado bien aquel terreno
Que la bárbara gente representa , Cuya dispusicion da mil contentos ,
Al tiempo que venia descindiendo Enamorados del lugar ameno
Llena de furia , de temor exenta . Y la fertilidad de los asientos ,
Y grita que los aires va rompiendo , Parecióles que allí seria bueno
Con intencion y voluntad sangrienta ; Poblar y señalar repartimientos ;
Y con aquel furor en breves puntos Y ansí Častro pobló segun es uso ,
Los unos y los otros se ven juntos . Y al nuevo lugar Ecija le puso.
Ordénase la gente castellana Cabildo se nombró , con las decencias
Aprestando siniestras y derechas , De personas honrosas y buen vaso ;
Rompen rodelas golpes de macana , Autos se pronunciaron y sentencias ,
Traspasan los escudos duras flechas ; Tomada posesion en campo raso ,
Pero con todo esto poco gana Haciéndose las otras diligencias
La bárbara nacion contra las mechas Que se suelen hacer en este caso ;
Del arcabucería , cuyos tiros Labrando con bervor en los lugares
Causan alli mortiferos sospiros. De sus huertas , estancias y solares.
El lebrel Amadís , viendo la caza , Y visto porlos indios comarcanos
Bien como lobo dentro de cabañas , Aquel negocio ser de permanencia ,
Unos derriba y otros despedaza Por ver edificar á los cristianos
Echándoles de fuera las entrañas , Con una fervorosa diligencia ,
Hasta bacelles escombrar la plaza Viniéronles de paz los mas cercanos "
Metiéndose por ásperas montañas , Y al rey Filipo dieron obediencia ,
Quedando solamente del rüido Ayudando también con sus servicios
Ochoa, vizcaíno , mal berido. A levantar los nuevos edificios.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II , ELOGIO DE ROJAS, CANTO I. 323
Después de reposar dos ó tres meses , Dijéronles que vuelvan intramuros
De los ochenta dellos hubo junta , Con sus mujeres , hijos y haciendas ,
Armados de arcabuces y paveses Pues en ninguna parte mas seguros
Para ver lo demás que se barrunta Que dentro de sus casas y viviendas ;
A ver por las alturas y conveses Que no son tan tiranos y tan duros
Que acia Rio-Grande hacen punta, Que quieran despojallos de sus prendas :
Porque por el compás de aquella frente Y solamente somos pretendientes
Nunca jamás llegó cristiana gente. De baceros amigos y parientes.
Como subiesen mas á los altores »>Aquí traemos paz y no cizaña ,
Los ochenta , que todos son infantes , Ni nos suelen mover otros respetos
Descubriéronse pueblos muy mayores Sino servir al grande rey de España ,
De los que por la sierra vieron antes , A quien los orbes dos están subyetos ;
Desamparados de sus moradores , Y los que en su servicio se dan maña
A causa de estar todos vigilantes Viven salvos , seguros y quietos :
Con muchas atalayas por los visos , Llamad pues los demás á mi presencia ,
Que por momentos daban los avisos. Para le dar servicio y obediencia. »
Mas como viesen en un alto cerro Los bárbaros responden con razones
Estar cierto gandul por atalaya , Que para lo hacer no van derechas ;
No tuvieron por culpa ni por yerro Y viendo Rojas tales dilaciones
Estorballe que á dar las nuevas vaya, Y otros indicios malos y sospechas ,
Y ansi soltaron el crüento perro , Mandó que los echasen en prisiones
Que no tiene pereza ni desmaya , Quitándoles los arcos y las flechas :
Hasta hacer con su crüel gobierno Pusiéronles collera y arropea ,
Que llevase las nuevas al infierno. Y dentro deste pueblo se ranchea.
Aquel lugar estaba confiado La sombra fresca del supremo monte
Del especulador que lo velaba ; Venia ya cubriendo la ladera ,
Pero de duras parcas ocupado , Y en aquel hemisferio y horizonte
No pudiendo llegar do deseaba , Apolo daba fin á su carrera ,
Tomaron aquel pueblo descuidado Y las obscuras nieblas de Aqueronte
Con cuanta gente dentro dél estaba : Se daban priesa para salir fuera ,
Procuraron con paz dalles contento , Cuando vieron bajar por un recuesto
Y ansi no se les dió desabrimiento. Gandul empenachado bien dispuesto .
Allí duermen con guarda vigilante , En todos sus meneos y semblante
Después de dar al cuerpo su sustento , Representaba singular soltura :
Y cuando ya lumbre radiante Tenia proporciones de gigante ,
Salia de dorados aposentos , Y no menos feroz en la postura ,
Determinaron de pasar delante Con un carcax de flechas abundante ,
En la prosecucion de sus intentos : Cubierta solamente la cintura ,
Vieron después de hecho gran desvío Arco que de los hombros va pendiente ,
Un valle fondo y un pequeño rio. Y en las manos macana prepotente .
Hacíase de dos lomas peladas , Cada cual español está confuso
Asperas cuestas y derrumbaderos , Viéndolo descender con tanta gana ,
A causa de que son avolcanadas Con armas y pertrechos de su uso ,
Y son bien necesarios piés lijeros ; Que son el arco , flechas y macana •
Abajo vieron casas asentadas Sin detenerse hasta que se puso
Y al morador hüir por los oteros ; Delante de la gente castellana ,
Háblanles lenguas desde los altores Con tanta baraunda y desatino
Diciéndoles que no tengan temores : Como si fuera espiritu malino.
Que bien puede volverse cada uno Pues en el punto que llegó comienza
A sus casas , labranzas y heredades , Con grandes voces y palabras rasas :
Pues no van á hacelles mal alguno , ¡ Salid ! salid ! bellacos sin vergüenza ,
Sino para sinceras amistades ; Sin que mas reposeis en nuestras casas ;
Demás de nadie selles importuno Que si ventura quiere que yo venza
En les contradecir sus voluntades , Os tengo de quemar en vivas brasas :
Porque no se pretende dar disgusto ¡ Salid ! salid ! salid ! malos cristianos ,
A los que se llegaren á lo justo. Recebireis regalos de mis manos.
Cada cual dellos la mujer absconde , » Llegados son vuestros postreros hados,
Aunque los llaman amigablemente ; Que de mi furia no podeis büiros.
Mas un bárbaro viejo les responde : Aguarichas estaisos encerrados ?
El cacique traerá toda su gente ; ¿De temor de la muerte dais suspiros ?
Con que vosotros no salgais de donde ¡ Mirad , mirad ! pues os estais parados
Os vemos reparados al presente , Si son medicinales estos tiros .>
Ni llegueis à morada deste puerto Y diciendo y haciendo tira flechas
Hasta ver si venimos á concierto. » No mal encaminadas ni mal hechas.
Concedidas aquestas peticiones , Quisieran salir muchos desta gente
Siéndole dicho que sin temor venga , A se probar en singular certamen ,
Llegóse mas á nuestros escuadrones Y el maese de campo no consiente
Y hízoles allí mayor arenga , Que hagan de sus fuerzas tal examen ,
Sacandoles mas llenas condiciones Diciendo : «Con menor inconviniente
A fin de que la gente se detenga, Deseo castigar este vejamen ;
En tanto que la suya desparece Este es un perro sin temor ni rienda :
Con el batillo que le pertenece . Con otro perro tenga la contienda.
Tomada la demora que convino »El lebrel Amadís está pidiendo
Para poner en cobro sus caudales , Las carnes deste indio para cena ,
Apresuró los piés aquel vecino El cual de ver la gritaay y el estruendo
En busca de los otros naturales ; Está remordiscando la cadena :
Y en breves horas el cacique vino Menester es que venga, y en viniendo
Con ocho capitanes principales , El le dará su merecida pena. »
Mas segun eran , túvose sospecha Van luego dos ó tres de la cuadrilla,
Ser indios de la mas baja cosecha. Y al perro le quitaron la traílla.
324 JUAN DE CASTELLANOS .
No Melampo , Harpago ni Dorseo , Pensó hallar salud en la hüida ,
Con tanta furia van por el egido Por hüir las zozobras de prisiones ,
Con Dramas , Harpolos y Melaneo Y el miserable huye de la vida ,
Tras el señor en ciervo convertido , Teniendo nadie tales intenciones ,
Cuanta fué la soltura y el deseo Solo ser su persona detenida
Del Amadis después quel indio vido ; Por evitar algunos trompezones ;
El cual también como le vió la cara Y ansi vista la fin deste pagano
Para la competencia se repara, A todos los demás dieron de mano.
Meneando los piés con buen talante , Prosiguen su derrota nuestras gentes ,
Con el baston que punto no se tarda , Que repartidos van desta manera :
Y golpes por detrás y por delante , Doce de los mas sueltos y valientes
Con mas velocidad que fiera parda , Perlongando la dicha cordillera ,
Con ambas manos juega de montante , Sin encumbrar á ver otras vertientes ,
De cuyos golpes Amadis se guarda , Sino subidos á media ladera ;
Y para dar contentos à su vientre Y por la parte baja va la resta
Busca lugar y modos por do le entre. A vista de los doce de la cuesta.
El perro con furor enerizado , Iba Pedro García por caudillo ;
Los piés como pantera diligentes , Los demás son Ribera y un Lozano ,
La nariz y hocico regañado , Tovar , Diego y Rodrigo Jaramillo
Mostrando los colmillos y los dientes En parentesco y en valor hermano ;
Con que tiene de ser despedazado Juan de Beleño , Pedro del Castillo
Sin valelle sus locos accidentes ; Bartolomé Pareja , Juan Sedano ,
Mas el gandul que su vivir pretende , Diego García , y un Martin Gonzalez
Con brios varoniles se defiende. Que fué de los soldados principales.
Anda la mortal obra que no cesa 9 Subiendo no con poca pesadumbre
Sin que para resuello se dé vado , Por asperísimos derrumbaderos ,
La pesada macana muy espesa , Salieron de lo alto de la cumbre
Guardándose por uno y otro lado ; Sobre los dichos doce compañeros
Mas el perro le daba tanta priesa De galgas infinita muchedumbre
Que ya se ven las muestras de cansado , Y número crecido de flecheros ,
Pues el golpe no sale tan entero Con tanta grita , tantos alaridos ,
Ni con tanto vigor como primero. Que les atormentaban los oidos.
Y aunque procura bien no dalle puerta , Son grandes los temores que conciben ,
Y por todas las partes se recata , Viéndose desta suerte salteados ,
Sucede para dalla mas abierta Por no hallar lugar sobre que estriben ,
Inconviniente grande que lo mata ; Que todos ellos son avolcanados ;
Y fué que en el compás se desconcierta , Y como con las galgas los derriben ,
Y un golpe que tiró lo desbarata Habian de rodar dos mil estados :
En una piedra frente del alano , Grave peligro si subir pretenden ,
Soltando la macana de la mano. Y mas crecido riesgo si descienden.
Quiso luego coger el empulguera ; Bien como malhechor que jüez prende ,
Pero no se le dan esos lugares , Y se fortaleció con sacra linde ,
Porque la presta boca carnicera El cual de dos estremos grandes pende
Asió con tal furor de los ijares , Y de ninguno dellos se rescinde ,
Que las humanas tripas salen fuera Pues lo mandan matar si se defiende
Para de las caninas ser manjares ; Y de morir no duda si se rinde ,
Y al fin como si fuera débil caza Y para verse libre del estrecho
El lebrel Amadis lo despedaza. Revuelve muchas cosas en su pecho :
Hechos en tierra viva los entierros A riesgo semejante sometida
Del miserable que mantuvo tela , Allí se via la compaña fuerte ,
Cubria manto negro ya los cerros Porque si sube perderá la vida ,
En los cuales hicieron centinela Y si baja será hasta la muerte ;
Sueltos el Amadis con otros perros Y ansi su libertad mas conocida
Que les ayudan a hacer la vela , En perplejos remedios se convierte :
Porque los indios que en prision tenian Solo llamar á Dios es lo que resta ,
Sospechaban no ser los que decian. El cual su gran bondad les manifiesta.
Las alturas y cumbres descubiertas Pues con venir espesas y derechas
Y desnudas del velo vespertino , Las galgas declinaban á los lados ,
Abiertas del aurora ya las puertas Sin hacer puntería con las flechas
Por donde sale resplandor divino , Por no hallarse bien acomodados ;
Las gentes vigilantes y despiertas Y acá no se valian de las mechas
Prosiguen adelante su camino , Tampoco, por estar como colgados ,
Los sobredichos indios en prisiones Padeciendo grandísima congoja
Por algunos respectos y ocasiones. Hasta que sientan el aljaba floja.
Los cuales bien mostraban su tristeza ; Van luego tras el que los acaudilla
Mas el cacique con humilde gesto Por los derrumbaderos gateando ,
Pidió relajacion del aspereza , Procurando tomar una cuchilla
Haciendo por señales manifiesto De la ladera por do van cortando ,
Que mandaba hacer naturaleza Que para se valer en la rencilla
Evacuaciones del manjar digesto , Tierra mas fija les esta mostrando
Lo cual se hizo sin tomar reposo Y un ensillada della mas á mano
Reconociendo ser uso forzoso. Donde podrán hollar con pié mas llano.
Pero como salió de la collera , Con el temor de la precipitada
Las espaldas y calcañares vueltos , Galga, van separados y disjuntos ,
En abajar buyendo la ladera Que por alguno desta camarada
Todos sus pensamientos son resueltos : Pasó distancia de pequeños puntos ;
Abrevia lo posible la carrera ; Tomaron todos pues el ensillada ,
Pero como los perros están sueltos Donde apenas los doce caben juntos ,
Vuelan tras él y van en el alcance Y allí los seis de nuestros andaluces
Sin poder impedilles aquel lance . Disparan los fumosos arcabuces.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II , ELOGIO DE ROJAS, CANTO I. 323
Porque seis dellos son arcabuceros De largas plumas las cabezas llenas ,
A quien toca llevar las cargas hechas , Diademas de oro por las frentes ,
Y los seis dellos eran rodeleros En los pechos chagualas ó patenas
Que los arrodelaban de las flechas ; Que los rayos del sol hacen patentes ,
Y aunque tienen inciertos los terreros , Con otras joyas de doradas venas
Y por allí las vias son estrechas , De las orejas y nariz pendientes ,
Todavía bicieron algun daño Embijados , compuestos y lozanos
Las balas en el bárbaro rebaño . Y con arcos y flechas en las manos.
Tras esto vino galga de lo alto Un gamo cada cual en la soltura ,
Sin punto declinar de la cuchilla , Páris en la certeza con que tira,
La cual no dió pequeño sobresalto Al ímpetu primero gente dura
A la famosa gente de Castilla ; Y el menor un Aquiles en la ira ;
Mas antes de llegar dió tan gran salto , La gran ferocidad de su postura
Que salvó por encima la cuadrilla : Tal , que pone temor á quien lo mira ;
Dan gracias al Señor omnipotente Y el feroz español con todo esto
Que los libró de riesgo tan patente. Procura de ganalles el recuesto.
Vido luego la gente que camina Requiérenles , con paz primeramente ,
Por lo bajo llegar indios sobrellos ; Segun y como tienen de costumbre ;
Oyen el arcabuz y la bocina Pero la paz al bárbaro valiente
Que tocaban los bárbaros resuellos ; Parece que le daba pesadumbre ,
Y el maese de campo determina Porque por dicho de la lengua siente
Enviar gente para socorrellos : Que lo quieren traer á servidumbre ;
Partieron luego veinte compañeros Y ansí de flechas eran las respuestas ,
De los mas alentados y lijeros . Haciendo sus entrañas manifiestas.
Con manos y con piés iban garrando Y como se hallaser ya cercanos
Por aquel reventon de cuesta luenga , Procurando ganar el lugar fuerte ,
Y el mas lijero dellos escarbando Espadas y rodelas en las manos
Para poner el pié do se sostenga : Y tiros causadores de la muerte ,
Pero Diego de Castro fué rodando Soltaron ante omnia los alanos
Sin hallar por allí do se detenga ; Para mas á placer hacer la suerte ;
Y a tal punto llegó de la caida Y al subir por las cuestas acia ellos ,
Que ya desconfiaba de la vida. Los indios les mataron cuatro dellos.
Pero sin esperar auxiliante , El Amadis con otros tan espertos ,
Los doce suben por las cuestas malas , En tanto quel primer ímpetu dura .
Llevando seis rodelas por delante , Están detrás de piedras encubiertos
Ojeando los indios con las balas ; Esperando sazon y coyuntura ;
Y como ven venir con tal seniblante . Y cuando della se hicieron ciertos ,
Los ministros beligeros de Palas , Los pasos cualquier dellos apresura ,
Tuvo por bien aquella muchedumbre Y por el mucho cebo de su mesa
De desembarazar toda la cumbre. En uno y otro y otro hacen presa.
Llegados á lo mas alto del puerto , Viendo los indios tan crüenta caza
Cubiertos de sudores y encendidos , Y tan fuera de los humanos usos ,
Un valiente gandul hallaron muerto , Gran multitud con ellos se embaraza
Traspasados de bala los oidos , Sin orden , apretados y confusos ;
Y de la fresca sangre rastro cierto Apuntan arcabuces à la plaza
Por do conocen ir otros heridos ; Con los globos que dentro van inclusos ,
Y allí , libres del trance riguroso , Y tanta priesa dan los perdigones ,
Tomaron algun tanto de reposo. Que los indios volvieron los talones.
Atalayaron bien aquella frente , Bien como cuando sale de sus senos
Y como ningun indio parecia , De providas abejas gran aumento ,
Antes que se resfrie lo caliente O contra las que corren sus terrenos
Del inmenso sudor que los cubria, O para la labor de su sustento ,
Al camino salieron a la gente Que si por aventura suenan truenos
Que para su socorro les venia , Y corre destemplanza de ålgun viento ,
No con menos fatigas y sudores Huyen á mas andar destos lugares
Procurando subir a los altores. A los asientos de sus colmenares :
Bajaron todos juntos la ladera , Ansi los indios viendo la caida
Buscando pasos mas acomodados , De sus colaterales y guajiros ,
Adonde Juan de Rojas los espera El gran rüido , trueno y estampida
Con los demás amigos y soldados. Que hacen arcabuces con los tiros ,
Apolo daba fin á su carrera Los piés pusieron todos en hüida
Apartándose ya destos collados ; Con acompañamiento de suspiros ,
Y ansi hicieron luego rancheria Largando mazas, flechas y carcajes ,
Hasta velle volver siguiente dia. Coronas , diademas y plumajes.
Y cuando revolvía los yugales Llevaron adelante su conquista
Que sobre todos tienen el imperio , Los que gozaron destos vencimientos ,
Para restituir á los mortales Y sin haber furor que los resista
La lumbre que quitó deste hemisferio , Por estos altos van á pasos lentos ,
Los hombres y los brutos animales , Hasta llegar adonde dieron vista
Ya fuera del nocturno captiverio , A pueblos estendidos en asientos
Prosiguen adelante su jornada, Y descubrieron ocho por acechos
Que no hallaron desembarazada. Distantes unos de otros pocos trechos.
Pues aunque caminaron de mañana E porque ven el término cumplido
Los fuertes y animosos peregrinos , :. Que por el general les era dado ,
Mas madrugó la gente comarcana Dejaron de correr aquel partido ,
De los habitadores convecinos , Mas fértil que otros y mejor poblado ,
Con armas ofensivas y con gana Y ansi fué con acuerdo difinido
De dar infame fin á sus caminos ; Que no se quebrantase su mandado ;
Y ansi vieron los pasos y las cuestas Vinieron todos en aquel decreto,
Ocupadas de geules bien dispuestas. Y luego lo pusieron en efeto.
526 JUAN DE CASTELLANOS .
Bajáronse de aquesta cordillera El y otro con sus dos rodeleros
Con orden y recato conviniente , El paso defendieron con tal ira ,
Y fueron perlongando la frontera Que como fuesen anchos los terreros
Que al valle de Upar tiene la vertiente , No va de balde bala que se tira ,
No cerca de la nieve , sino fuera , Hasta quel capitán y compañeros
Mas bajos por ladera mas caliente ; En salvo se pusieron y á la mira ,
Y con hacer buen rato de desvío Tomando las alturas de un repecho
Pensaron todos perecer de frio. Para se defender mas á provecho.
Por ser flacos los hilos de la tela De los cuatro que vamos refiriendo
Que los cansados miembros les abraza , Heridos ya los tres de dura jara ,
Y aun con tener refugio de candela, Se fueron poco a poco retrayendo ,
Estuvo cuasi muerto Juan Hogaza Al bárbaro cruel haciendo cara,
Una noche , cabiéndole la vela Hasta que ya se fueron encubriendo ,
Con otros tres soldados de su traza , Donde su compañía los ampara :
Los cuales del rigor estaban yertos Al Gonzalez y a los demás curaron ,
Ya no los socorrer quedaran muertos. Y de los tres ningunos peligraron.
Pues como les faltasen las frezadas Porque para curar este veneno ,
Para poder sufrir tales rigores , Que rarísimas veces es curable ,
Bajaron a buscar tierras templadas El estiércol de hombre hallan bueno
Por ser mas apacibles los calores ; Yha sido contrayerba saludable ;
Hallaban las alturas despobladas Y aunque el olor no sea para seno,
Y cuasi sin ningunos moradores , Porno ser apacible ni tractable ,
Aunque yo dias ba que tuve nuevas Deseo de escapar destas dolencias
Que los indios alli viven en cuevas. Hace hacer tan sucias esperiencias.
Y es una gente vil y serranilla , Allí hicieron noche con las guias ,
Y su terreno de substancia flaca ; Porque la luz del sol se les aparta ,
Salióse pues la gente de Castilla Y antes que se pasasen horas frias ,
Encaminada para Taironaca , Ni se pudiese ver letra de carta,
Adonde se pobló la nueva villa , Caminaron , y dentro de dos dias
Que de novelas no hallaron vaca , Llegaron al ancon de Santa Marta ;
Por ser de don Luis carta venida Y el Castro , mas tardío caminante ,
Para la gente toda , desabrida. Llegó poco después con el restante.
Diciendo que no dé repartimientos Al don Luis halló mal enojado
El general , sino por su mandado ; Porque dejó las nuevas poblaciones,
Y ansi por sospechar malos intentos , Y sin querer mirar lo procesado ,
Alcaldes y cabildo convocado , Requerimientos ni protestaciones ,
Al Castro hacen mit requerimientos Lo tuvo ciertos dias mal tractado ,
Para que despoblase lo poblado ; En cárcel y gravamen de prisiones ,
El cual lo rehusó , mas bien se entiende Con otros , de quien era manifiesto
Ser el primero el que lo pretende. Tener alguna culpa cerca desto.
El Juan de Rojas lo contradecia Como viesen la cosa de mal arte ,
Afeando las tales intenciones ; Y les faltase bolsa proveida ,
Instancia hizo , pero todavía De gente principal del estandarte
Fueron de poco fruto sus razones ; No pocos se pusieron en hüida ,
Y aunque no le faltaba compañía , Para poder buscar en otra parte
Pudieron mas las otras opiniones Las cosas necesarias á su vida ,
Contrarias , pues salieron con su intento Reconoc iendo su vivir estrecho
Y ansi desampararon el asiento. Y el riesgo grande sin ningun provecho.
Por Domo y Bohocó se volvió Castro , Mitigándose pues las tempestades
Y como fuese general teniente , Y los rigores del furor reciente ,
Cuasi todos los mas siguen su rastro , Incitado por malas voluntades ,
A causa de querello bien la gente , Metióse de por medio noble gente ,
Porque para ninguno fué padrastro Y al fin se celebraron amistades
Y á todos los tractaba noblemente. Entrel gobernador y su teniente ,
Juan de Rojas con guías de la tierra Con tal que en Pocigueyca pueblo funde
Por otra parte quiso ver la sierra. De donde mas provecho les redunde.
Llevaba solos treinta compañeros , El Francisco Gonzalez, lo rebusa
Todos ellos personas principales , Por ver muchos soldados ya hüidos ,
Mancebos alentados y lijeros Y ansimismo ponia por escusa
Que en juventud florida son iguales ; Estar los indios ensoberbecidos ,
Y destos la mitad arcabuceros , Y numerosa gente ser inclusa
Y dellos el mejor Martin Gonzalez , Dentro de aquellos pueblos y partidos ,
Segun mostró , con tres mancebos fuertes, Y en ir con poca gente y mal reparo
En un paso do hizo grandes suertes . No sucedelles bien estaba claro.
Y fué que demandando por Macinga Dijo mas que la gente que confina
Indios a Santa Marta ya cercanos , Mas a la mar , aunque venido haya
Cargando moradores de Gauringa De paz , es por gozar de la marina
Y de los otros pueblos comarcanos , Y por las pesquerías de la playa ;
Fué menester tenerse à la relinga Y si cualquiera dellos se amotina ,
Y aprovecharse bien de entrambas manos, Nada podrá hacer cualquier que vaya ,
Porque con arco , flecha , dardo , maza , Y si dos ó tres dias sufren carga
A los treinta les iban dando caza. No la querrán sufrir mas à la larga.
Pues como descendiesen del altura , Importunaron tanto los padrinos .
Conmovidos de bélico coraje , Que con la voluntad dellos consiente ,
Por los acapillar en la fondura Con que para hacer estos caminos ,
Del valle por do llevan su viaje , Por haber poco número de gente,
Habiendo de pasar un angostura Vayan esta jornada los vecinos
La gente del ejército salvaje , Y el don Luis de Rojas juntamente ;
Este Martin Gonzalez fué bastante Entraron en cabildo para ello ,
Para que no pasasen adelante. Y en efecto prometen de hacello.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELOGIO DE ROJAS, CANTO 11. 327;
Visto que los vecinos se disponen No cesan hasta ver el señorio
Aviaje de guerra tan dudada, De Pocigueyca, sierra soberana ,
Luego Castro mandó que se empadronen Alojáronse cerca de aquel rio
Por lista los que van á la jornada ; Que de la gran altura della mana ,
Mas entre tanto quellos se componen, Al cual antiguos llaman Rio- Frio ,
Quiero yo descansar de la pasada , Cuyas orillas tienen tierra llana ;
Para que la desgracia sucedida Y viendo de los indios el sosiego,
Con nuevo canto sea digerida. Determinaron de poblarse luego .
Regularon artífices la traza ,
De pedimiento de los populares ,
En un largo papel que se embaraza
CANTO SEGUNDO . Con cuadras do señalan los solares :
Aqui ponen iglesia y allí plaza ,
Beade se cuenta cómo llegó Francisco Gonzalez de Castro á Pocigueyca Tomando los mas cómodos lugares ;
ypobló á las faldas de la sierra, y lo que mas aconteció hasta dejar el Alcaldes nombran , hacen regidores
asiento que habian poblado. ' De los que les parecen ser mejores .
Por muchos casos dignos de memoria , Después de hechas las reparticiones ,
En diferentes tiempos sucedidos , Que fueron desta tierra las primeras,
Esá los hombres cosa muy notoria , Luego con acerados segurones
Si no por ojos, si no por oidos , De los cercanos montes y riberas
Que los que salen siempre con victoria Cortaron estantillos y horcones,
No fácilmente pueden ser vencidos , Varas, soleras , latas y cumbreras ,
Por romper los que fueron vencedores Para hacer con estos materiales
Sin temor , y los otros con temores. Las casas y las cercas de corrales.
Y ansí , segun parece , no se halla Viendo los indios cómo los cristianos
Tomaban el negocio tan de veras ,
Indios de Pocigueyca haber perdido Y como con las armas en las manos
Con españoles alguna batalla Osaban fabricar en sus fronteras,
De muchas que con ellos han tenido ,
Con carecer de cercas y muralla , Acudieron de paz los mas cercanos
Sino lugar exento y estendido ; Con muestras apacibles y sinceras,
Y desta causa ya perdido miedo , Ayudándoles mas de veinte dias
Esperan españoles á pié quedo. En obras proprias y en las obras pias.
Considerando Castro lo que toco , Eran al parecer sanos intentos,
Teniendo destas cosas esperiencia , Pues servian en cosas necesarias ,
Parecíale ser intento loco Trayendo siempre de sus alimentos ,
Emprender tan acerba competencia , Batatas y maiz, y frutas varias,
El número de los soldados poco , Sin que los levantados pensamientos
Y de los indios mucha la potencia; Pudiesen presumir cosas contrarias,
Pero por redimir prision y pena Aunque Castro como quien mas alcanza
Midió su voluntad por el ajena. De su paz tuvo poca confianza.
Y ansi , hecha la lista desta gente Dábales cada cual de lo que tiene
Que para tal jornada mejor era , Para tenellos gratos y pacientes ,
Se hallaron ochenta solamente , Y Castro les decia que si viene
Algunos recelando la carrera , No es á destruir ni matar gente,
Tanto , que por mandado del teniente Sino de la manera que conviene
Dos ótres se llevaron en collera , Hacellos sus amigos y parientes ;
Porque del conocido detrimento Que como tales tracten y contraten
Ninguno pretendiese ser exento. Y que jamás se hieran ni se maten.
Conviniéronse pues las camaradas Que tomen nuestra fe , dejando leyes
De los jinetes diestros y peones , De ceremonias rústicas y vanas
Las espadas y lanzas preparadas Que hacen en sus casas y caneyes ,
Y sayos de tupidos algodones , Con ritos y costumbres inhumanas ;
Versetes , arcabuces y celadas , Que sirvan al mejor rey de los reyes
Los cascos y fornidos morrïones , A quien sirven las gentes castellanas,
Con los demás pertrechos y adherentes Pues es ansí que siéndole subyetos
De que suelen usar guerreras gentes . Vivirán descansados y quietos.
El Juan de Rojas no se quedó fuera Y que si fueren en la paz constantes,
Con oficio de principal caudillo ; Ellos nunca serian importunos ;
Acompañólo Pedro de Ribera , Mas sus razones no fueron bastantes
El Diego y el Rodrigo Jaramillo , Para de sus resabios ir ayunos :
Andrada y Alatraz , Carlos de Vera Antes si pocos acudian antes ,
Y Juan Beleño , que era su carillo , Después jamás pudieron ver algunos ,
El capitán Macetà , Juan Cordero Y ansi por ser tardía la venida
Y otros que de presente no refiero. Su mala voluntad fué conocida.
Estos y los demás puestos á punto , Entendióse por cierto que Betoma,
De Santa Marta hacen movimiento ; Hombre sanguinolento , viejo cano ,
No sale don Luis con ellos junto , A quien reconocian por Naoma ,
Ni los vecinos dan consentimiento ; Que sobre los caciques tiene mano,
La causa debió ser , segun barrunto , Hizo congregacion en una loma
No convenir dejar aquel asiento , De los del territorio comarcano,
Porque tenian nuevas de cosarios Y estando gran ejército presente
Y á vista muchedumbre de contrarios. Quieren decir que dijo lo siguiente :
Mas a nadie lo tal fué descubierto, «Si alguno de vosotros me pregunta
Ni recelaron lance semejante , Por cuáles ocasiones ó de dónde
Sino que ya salidos deste puerto , Ha venido hacer aquesta junta,
Los soldados echados por delante , Necesidad presente le responde ;
El don Luis debajo de concierto Pues hay quien al compás de aquella punta
Habia de salir con el restante ; Vele sobre nosotros y nos ronde,
Y ansi Castro camina con ochenta , Nos robe, nos maltracte é inquiete
Serian de caballo como treinta. Y á su dominio duro nos subyete.
328 JUAN DE CASTELLANOS.
>Hacer reparos en aquel asiento , »Mas agora que estamos vigilantes
Salida general de nuestras vias, Por estos que teneis ante los ojos ,
Certidumbre nos da ser con intento Mayores huestes no serán bastantes
De perturbarnos nuestras granjerías , Para poneros tímidos enojos ;
Y para que sin su consentimiento Antes si (como siempre) sois constantes
No podamos gozar de pesquerías, Habeis de mejoraros en despojos,
Que son en esta tierra no vencida Y ansi ternán por bien, hecha la guerra,
Sustento principal de nuestra vida. De dejarnos vivir en nuestra tierra.
>Y no de balde se les representa »Es pues mi voluntad acerca desto
Que nos ponen allí gran estrompiezo , Quelviejo y el mancebo se prepare,
Y que con este solo hagan cuenta Y con volantes flechas esté presto
De teneruos el pié sobre el pescuezo ; Aquel dia que yo les señalare,
Y ansi yo por hüir desta tormenta Para que las victorias ó denuesto
Las manos y las armas aderezo, O por nos ó por ellos se declare ,
Y mi voluntad es y me parece Y por su mal el español entienda
Que cada cual de vos las aderece. Esta tierra tener quien la defienda .>
>Creer que buscan paz es desatino , Dijo, y un vejezuelo dicho Dano
Segun su vecindad es sabidora , Se levantó diciendo : «Buen Betona,
Que si la gozan es por oro fino Vuestro consejo me parece sano ;
O cosas que les pagan de demora ; Mas si mi parecer aquí se toma ,
Al fin quien vive cabe tal vecino No debemos buscallos en lo llano,
Olvida su cantar y siempre llora , Sino dejar que suban á la loma ,
Pues tienen los subyectos á su imperio Pues como ya de paz les falte muestra
Un mas que miserable captiverio. Ellos han de venir en busca nuestra.
>Ingratos á cualquiera beneficio, Que si para poblar en aquel puesto
Y puestos en tan grande desafuero, No los han ocupado flacos miedos,
Que demás de morir en su servicio Al buen entendedor es manifiesto
Han de contribuilles el dinero ; Que no deben querer estarse quedos ;
Y entrellos el que tiene vil oficio Velemos el camino y el recuesto
Se muestra mas feroz y mas severo : Y estén arcos pendientes de los dedos :
El amenaza presta , voz y grito, Que no faltara blanco ni terrero,
Desque tiene la suya sobre el hito. Pues tienen de subir por contadero.
>Entendidas teneis sus condiciones »De noche no hay canino que se siga,
Y los efectos que dellas redundan Que todos los tenemos derrumbados ;
Y cuáles pueden ser sus intenciones, De dia subirán con gran fatiga ,
Pues que dentro de nuestras tierras fundan Nosotros estaremos descansados ;
Y hacen ágran priesa poblaciones, Y si el ardor del sol no se mitiga,
Debajo las cautelas de que abundan , Ellos han de subir desalentados,
Fingiendo paz que dellos se destierra , Y entonces al subir de cualquier cuesta
So color de la cual nos hacen guerra. Su muerte desastrada tienen presta.>
>Ansí que, justa causa nos levanta Oida la razon del Dano viejo,
A las armias y bélicos ardores , En trances semejantes hecho callo,
Para desarraigar la nueva planta Y que donde no huella por parejo
Que hacen estos locos pobladores, Mal puede contrastallos el caballo ,
Cuya fuerza no debe de ser tanta A todos pareció ser buen consejo,
Que baste para nos poner temores , Y ansi determinaron de tomallo,
Pues mucha gente de mas alta guisa Y con velas y espías por de fuera
Nos han dejado hasta la camisa. Embarazaron toda la frontera.
Vistes las majestades y el estruendo Vista por Juan de Rojas la tardanza ,
De Lerma cuando vino de Castilla, Que ya de su pacífica venida
Y luego (de que yo me estoy riendo) , Tiene perdida toda confianza,
Aun no bien comenzada la rencilla, Para subir arriba se convida
A uña de caballo fué huyendo A procurar bubios ó labranza ,
Dejando los tapices y vajilla ; Do puedan proveerse de comida,
Vistes la mortandad y la miseria Porque mantenimiento les faltaba
Del capitán Fernando de la Feria. Como faltase ya quien se lo daba.
Vistes que de la flor de sus soldados El Francisco Gonzalez bien quisiera
Ovistes muchos vivos á las manos, Podelles estorbar estos caminos ,
Y veis los santuarios hoy poblados Diciendo cómo ya saben que espera
De barbas desolladas de cristianos, A su gobernador y á los vecinos,
Con otros mil despojos que colgados Y no ser cosa justa salir fuera
Dentro de vuestras casas teneis sanos Sin ver de sus consejos los mas dinos,
Por modo de blasones y ufanía Que puestos en consulta desque vengan
Y en memoria de vuestra valentía. Aquellos siguiràn que mas convengan.
»Valor de Pocigueyca conocido Al cual, la noble gente descontenta
Es el dia de hoy adonde quiera : Y harta de esperar, todos á una
Al mas aventajado y atrevido Le respondieron que no haga cuenta
Oyéndola le tiembla la contera ; De socorro ni de venida alguna,
Y es porque nunca supo ser vencido, Sino que la salida les consienta ;
Ni padeció contraste su bandera , Y en este caso fué tan importuna
Antes siempre gozó de la victoria Que con sus voluntades se conforma
Y ha de permanecer con esta gloria. Señalándoles términos y forma.
»Un solo lancecillo disminuye Salieron treinta y dos á la lijera,
La honra que teníamos bien puesta, Para por allí número pequeño :
El cual á Manjarés se le atribuye Van Alatraz y Pedro de Ribera,
Cuando nos salteó con mano presta ; Rodrigo Jaramillo, Juan Beleño,
Mas fué como ladron á muerde-huye, Diego de Fuentes y Carlos de Vera ,
Sin esperar el fin de la respuesta , Que son el andaluz y el estremeño ,
Pues por presto que fuimos en alcance El Juan de Rojas que los acaudilla
Era ya retirado con el lance. Juzga por invencible su cuadrilla.
329
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II , ELOGIO DE ROJAS, CANTO II .
Madrugan, y durante los frescores Uno dellos ovieron á las manos
Al pueblo suben que tienen enfrente Porque les hizo rostro resistivo ,
Los que de Pocigueyca son señores , Al cual dieron castigos inhumanos
Cuyos términos parte la corriente Y ajenos de católico motivo ,
Del rio que producen sus altores, Pues por los intestinos y livianos
Y en él entraron todos libremente, Al misero gandul empalan vivo ;
Por estar sus vecinos retraidos Pusiéronlo después en un collado ,
A los lugares mas fortalecidos. A vista del lugar recién poblado.
Trastórnanse pajizos aposentos , Al fin llevaron copia de alimento
Por los que buscan áurea ganancia ; Para las castellanas compañías
Pero segun sus ricos pensamientos Y reposaron en aquel asiento
Nunca se halló cosa de substancia , Por espacio de seis ó siete dias :
Puesto caso que de mantenimientos Crece de Juan de Rojas el intento
Crecidísima copia y abundancia, De trastornar aquellas serranías ;
De la cual proveyeron los costales , Y ansí debajo destas intenciones .
Con vela de soldados principales. Al Castro le habló tales razones :
Porque Alatraz y Pedro de Ribera «Señor , aquí se quejan los soldados
Con otros diez de no menos soltura , Por estar tanto tiempo detenidos ,
Del alto reventon desta ladera Y no les convenir estar parados
Tomaron luego la mayor altura, Las manos en los senos y dormidos ;
De donde devisaron mas afuera Pues consta que de estar acobardados
Diez indios de soberbia compostura , Los indios se harán mas atrevidos ,
Haciendo las pernetas y visajes Y su venida es á hacer llana
De que suelen usar estos salvajes. La gente de la sierra comarcana.
El Alatraz , que desto se reia , » Su parecer es este, y aun el mio ,
Enfucia de Amadis el bravo perro, A causa de que tengo por muy cierto
Atodos los demás persuadia Que la prudencia grande de mi tio
Que fuesen a quitallos de aquel cerro ; No tiene de desaniparar el puerto :
Mas á su voluntad no respondia Que seria notorio desvario
Alguno dellos, por parecer yerro, Y no poco culpable desconcierto
Esceptos el Ribera y un Morales , Desarraigar del pueblo sus poderes,
Con un negro del Francisco Gonzalez. En él dejando solas las mujeres.
Ribera y Alatraz, arcabuceros , » Hagamos por acá lo que debemos
Puesta la coce ya sobrel eslilla, Segun el orden diere gente diestra ;
El negro y el Morales, rodeleros, Pues la paz destos indios ya sabemos
Con el perro que llevan de trailla , Cuán mal y por mal cabo se encabestra;
Con piés mas afirmados que lijeros Y aun como por allá no los busquemos ,
Llegaron á la bárbara cuadrilla , Ellos han de venir en busca nuestra ;
Do luego descubrió con mil plumajes Y si vinieren como se barrunta
Un emboscada grande de salvajes. De muchas partes ba de ser la junta.
Las cuerdas de los arcos se menean » Luego mejores son mis opiniones
Suenan en las muñecas los crujidos , En illos a buscar á sus alturas ;
Por una y otra parte los rodean Estorbaráuse las congregaciones
Con temerosos gritos y alaridos ; Que hacen sus defensas mas seguras ;
Los cuatro que vinieron ya desean Cuanto mas que no son tales leones
Verse de los amigos socorridos : Cuanto nos representan las pinturas :
Apuntan balas à lo descubierto , Quel mas valiente y mas aventajado
Pero ninguno ven que caiga muerto. Al fin es indio vil, desventurado.
Hacer buenas rodelas aprovecha ; > He mirado también con advertencia,
Mas al Ribera, bala despedida , Segun la poblacion que se derrama ,
Traspasó luego venenosa flecha Que no debe ser tanta su potencia
La manga del jubon , sin dar herida ; Cuanto dicho comun nos encarama :
El negro se la quita con sospecha Por tanto dé vuestra merced licencia ,
Que fuera perdidoso de la vida, Veremos si conforman con la fama ;
Pero por no hacer buena rodela Pues, como digo, parecer es vano
Ovo de perder él la vital tela. Que nos estemos mano sobre mano.>>
Porque cuando pensó que se repara No hizo luego su respuesta llena
De las que descendian del cabezo , El Castro, por quedar algo suspenso ;
Mortifera, crüel y dura jara Mas por no parecer que desordena
La punta le metió por el un bezo, Lo que se le pidió tan por estenso
Y al tiempo que volvió la negra cara Le dijo : « Señor , id en enhorabuena ,
Otra le segundó por el pescuezo, Y no vais en aquella que yo pienso :
De tal suerte que no fué parte cura Antes perinita Dios que todo sea
Para dejar de ver la sepultura. Ansí como vuestra merced desea. »
El Amadis buscando va lugares El Rojas apercibe treinta y siete
Donde poder cebar su duro diente , Peones castellanos y andaluces ,
Pero por los flecheros singulares Porque en aquel altor donde los mete
Aquesta prueba no se le consiente , Se habian de hallar entre dos luces ;
Pues luego le pasaron los ijares. Aprestaron un tiro falconete ,
Las duras espaldillas y lafrente, Preparan las rodelas y arcabuces ,
Y en el morir las mas largas demoras Con el demás beligero pertrecho
No pasaron de veinte y cuatro horas. Que para guerras era de provecho.
Como faltó la fuerza del cachorro , En esta coyuntura por Beloma
Y el negro Juan también se les absenta , A ciertos capitanes fué mandado
Ninguno de los tres pensó ser horro Quitar el empalado de la loma
Ni libre de tan áspera tormenta; Y traello do fuese sepultado ;
Mas llegó Juan Beleño con socorro Tan furioso, que á su cargo toma
De gente que los timidos alienta , La venganza del indio justiciado ,
Y juntos bacen tal arremetida Diciendo: « Quien te dió tan duras penas ,
Que à los indios pusieron en hüida, El me lo pagará con las septenas. »
330 JUAN DE CASTELLANOS .
No dijo mas, pero sus intenciones Y estando juntos todos treinta y siete
Serian de hacer la tierra roja Previenen los pertrechos que traian ,
Con la sangre de humanos corazones Y disparan la carga del mosquete
De la gente cristiana y ortodoja ; Por ver acia qué parte se desvían ;
La cual ya meneaba los talones Ninguno de los nuestros arremete ,
Para buscar mortífera congoja ; Aunque los indios fingen que huian
Porque con el cuidado zahareño Para metellos en un emboscada
Era para sus ojos dulce sueño . Entre ramosas plantas ocultada.
Pues cuando soñolienta dulcedumbre Dejan con el mosquete seis soldados
Regalaba la luz de los humanos , Que guarden las espaldas, y al instante
Comienzan ellos à subir la cumbre . Los demás bien compuestos y ordenados
No solo con los piés, mas con las manos Proceden tras los indios adelante,
Con gran sudor y suma pesadumbre , Rodelas y arcabuces preparados ,
Por no hallar do pongan los piés llanos Y el mas remiso dellos vigilante ,
Sino cuchillas y derrumbaderos , Pues por lo que ya vieron, nadie niega
Donde valian poco piés lijeros. Haber de padecer dura refriega.
Destilando sudor barbas y cuellos , Y ansi les acontece, pues apenas
Aunque se caminaba con la fria , Llegaban á la ceiba los primeros ,
Pudieron con sus presurosos huellos Cuando con gran furor las matas llenas
Llegar donde una mesa se bacia ; Despachan tanta fuerza de flecheros ,
Allí pararon por tomar resuello Cuantos enjambres salen de colmenas
Con el recato que les convenia , En aticos y sículos oteros ,
Por ser entonces cosa creedera Con grita y estampida tan horrenda
Haber indios que velen su frontera. Que no hablan palabra que se entienda.
Cerca del paso y en aquella frente No fué de tantas gotas embestido
Adonde les llevaban sus intentos , Peñasco de la punta de Malea ,
Hubo ramosa ceiba y eminente , Siendo de todas partes combatido
Que sin esteriores instrumentos Por bravo viento que la mar menea ,
Al suelo vino repentinamente Cuanto fué de las flechas el ruido
Sin padecer contraste de los vientos , Que à nuestros españoles espolea ,
Cuyo rumor y temeroso trueno Con piedras como puños y mas gruesas
Lo bajo y lo mas alto hizo lleno. Que sobrel escuadron caen espesas.
Apuntaron las ramas acia ellos , Están los españoles de rodillas
Y visto que cayó sin ventisquero , Detrás de las rodelas encorvados ,
Yertos se le pararon los cabellos Cubiertas de sudores las mejillas,
Al mas aventajado compañero : Y algunos del vivir desconfiados ,
Y ansi sin ver los fines ni sabellos , Ya deseando que de las rencillas
Aquello se juzgó por mal aguero , Fuesen los duros golpes mitigados ;
Tanto , que muchos ya de mejor gana Mas el grave rigor desta presura
Volvieran á tomar la tierra Ilana. Tanto lo ven mayor cuanto mas dura.
Mas Juan de Rojas dijo : « No temamos El furor era de quietud estraño
Una señal tan leve como esta , Por lo mover Alecto con sus alas :
Porque si por agüeros nos guïamos , Dispara quien tenia férreo caño ,
Que tengo por locura manifiesta , Pero las punterías eran malas ,
Aquesta nos declara que bastamos Pues no se puede ver si hacen daño
Para que no les quedé casa enhiesta: Las impelidas y nocivas balas ;
Que pues se bajan plantas con raices , Y si tal hay que trama vital deja ,
También bajarán indios sus cervices. » No suspira, ni gime ni se queja.
Con estas y otras cosas los anima , Durantes las horribles confusiones ,
Y caminaron á tomar la loma , Apolo con sus rayos mas cercanos
Hasta que se pusieron mas encima Abrasa las humanas proporciones ,
A vista del gran pueblo de Betoma , E ya todos los tiros salen vanos
Do claridad de Venus les intima Por encenderse tanto los cañones
Venir aquel de quien la suya toma; Que no pueden sufrillos en las manos ;
Hicieron en aquel lugar remanso Pero con todo esto se desea
Para tomar un poco de descanso . Llevar mas adelante la pelea.
Luego del sol se vido la presencia Lléganse mas al escuadron desnudo ,
Ahuyentando la nocturna capa ; Y entonces arronjó brazo potente
Miran las poblaciones y opulencia Un guijarro rollizo tal que pudo
Que situadas van por una chapa ; Al mulato Francisco de la Fuente
Como no ven quien haga resistencia, Hacelle dos pedazos el escudo ,
Creen baber alguna gran solapa , Y hendelle los cascos de la frente ,
Fácil de conocer aquel secreto , El cual à pocos pasos dió caida ,
En ver aquel compás todo quïeto. Que fueron los postreros de su vida.
Los ojos van por una y otra via Desto los indios ensoberbecidos
Para ver el entrada mas segura ; Acudieron con otra mayor carga ,
Algo mas adelante parecia Y á muchos que vivian advertidos
Camino que contiene gran anchura , Muy poco les prestó hacer adarga :
Y por aquella parte lo cubria Catorce se hallaron mal heridos
Una ramosa ceiba y espesură , Que quisieran hacer hüida larga ;
Acerca de la cual vió nuestra gente Mas Rojas que gran brio maniljesta
Doce valientes indios solamente. Con aquesta razon los amonesta :
No cierto descuidados ni dormidos , « Animo, caballeros , y osadia :
Pues cada cual estaba bien armado , Mirad quién sois y vuestra descendencia ,
En las manos los arcos encogidos , Porque si no mostrardes cobardía
El venenoso tiro preparado ; Muy presto les vereis hacer absencia ;
Los españoles viendo detenidos Pero si la mostrais, hoy es el dia
Tan pocos en lugar embarazado , Eu que teneis la muerte por herencia ,
Preparan y reparan las rodelas Pues bien veis que consiste nuestra vida
Temiendo que los ceban con cautelas. En que nuestro poder no se divida. >
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELOGIO DE ROJAS, CANTO II . 331
El fuerte y animoso caballero Como grave calor los fatigaba
Con aquestas razones los sustenta , Y la terrible sed los afligia,
Mas uno que llamaban Espadero El Rojas al Ribera le rogaba
De sus consejos hizo poca cuenta , Le quitase las armas que traia ,
Pues en volver espaldas fué primero ; Que verdaderamente se ahogaba ;
Tras él ni mas ni menos todos treinta; Y el Pedro de Ribera respondia :
El Juan de Rojas del rigor horrendo «Vuestra merced apreste la carrera ,
Poco a poco se iba retrayendo. Que no puedo quitallas aunque quiera.»
Dale priesa la gente monstruosa Pues à la muerte viéndose vecino ,
Por la parte mas desembarazada , Tomó por parecer y por consejo
Con flecha, con pedrada rigurosa Seguir tras un mancebo vizcaíno
De que centelleaba la celada ; Que se libró de cierto gandul viejo ,
Mas ninguno de todos ellos osa Mas no del golpe con que sobrevino
Llegar á ver los filos del espada, Asentado detrás del pestorejo ;
Antes como confusos y perplejos El cual iba saltando por el heno
La guerra que le hacen es de lejos. Porque otro no le diese mas en lleno.
Bien como cuando gente se congrega Al maese de campo le parece
Contra tigre que sale de florestas , Que pudiera correr con tal soltura ,
Que con temor ninguno se le llega Y el peso de las armas entorpece
De todos cuantos armas tienen prestas , Sus piés y corpulenta compostura ;
Antes por escapar de la refriega Y pocos pasos dados , descaece
Desarman desde fuera las ballestas, El fuerte caballero sin ventura ,
Y el tigre con furiosos accidentes Cargando tantos animos protervos
Les enseña las garras y los dientes : Como sobre cadáver negros cuervos.
Desta manera va haciendo cara , Ocúpase la gente carnicera
Quitadas ya las plumas del almete , En la presa que tiene de presente ,
Porque la dura piedra, flecha, jara , Lo cual visto por Pedro de Ribera
Allí no balla cosa que respete ; Convoca luego la cristiana gente ;
Llegó donde la gente suya para , Pero ninguno dellos bay que quiera
Que fué donde dejaron el mosquete , Volver á socorrer à su regente ,
A la cual con modestia reprehende Porque todos seguian al Quiñones
Y les dice también lo que pretende. Cuyos piés no hallaban trompezones :
Porque viéndolos ya como difuntos Atajando gran parte de camino
Les dijo : « Bien, será que no se enfrie Por no querer subir a la ladera
La vuelta , por venir à tales puntos , Adonde el Alatraz primero vino
Que no puedo saber de quién me fie ; Y segun le mandaron los espera ;
Mas al bajar bajemos todos juntos El cual viendo bajar el torbellino
Sin quel uno del otro se desvie , Que le tomaba ya la delantera ,
Porque serian términos de locos Con los cinco que tiene determina
Dividirnos en partes siendo pocos. Bajarse por la parte mas vecina.
>Pero Juan Alatraz vaya delante Como los pobres iban de hüida
Con seis sanos y todos los heridos , Por pasos de lugar inaccesible ,
Y no sea tardío caminante : Y cuanto mas duró la descendida
Nosotros á la vista recogidos, Tanto mas la hallaron imposible ,
Pues como nadie huya , Dios mediante , Donde pensaron escapar la vida
Podremos caminar sin ser rompidos ; Llegó la muerte con rigor terrible ,
Y mas abajo tomen el collado Pues de ciego temor arrebatados
Frontero donde el indio fué empalado. » Alli quedaron estos despeñados.
Aquel alto mandó que le tomasen Los otros que hüian tras Quiñones ,
Y los heridos no se detuviesen , A causa de no ser senda bastante
Pero los sanos tiros disparasen Por ser angosta y altos reventones
Para que los del campo los oyesen , A los lados del triste caminante ,
Porque su menester manifestasen Unos á otros daban empellones
De tal manera que los socorriesen , Con gana de pasar mas adelante ,
Pues desde alli sulfúreos tronidos Y ansi por rocas y derrumbaderos
En el campo serian percebidos. Se despeñaron otros compañeros.
El Alatraz con paso no prolijo Van al fin como gente sin caudillo ,
Procuró de cumplir luego su mando Sin tener uno de otro confianza ,
Con grandes pesadumbres y cojijo Haciendo siempre doble de sencillo
Que padeció con el herido bando ; Por abreviar la cuenta desta danza .
Finalmente llegó donde le dijo , Ahogóse Rodrigo Jaramillo
Y estuvo los traseros esperando , Con aquella fogosa destemplanza ,
Los cuales mientras él iba huyendo Con otros dos ó tres que sin heridas
Estuvieron los indios deteniendo. Quedaron perdidosos de las vidas.
Luego Rojas compuso sus peones Con esta pesadumbre y agonía ,
Para que fuesen todos en hilera , Los heridos que iban ya por llano
Y un mestizo , fulano de Quiñones , Al general toparon que venia ,
En avanguardia fué y en delantera ; Espoleando bien su rabieano ,
Y en recta guardia , con sus morriones , Con gente de refresco que traia
Juan de Rojas y Pedro de Ribera ; Para socorro de la flaca mano ,
Y a las espaldas por angosta plaza Porque ya por los tiros y señales
Los indios le venian dando caza. Que hizo el Alatraz vieron sus males.
El Quiñones huyó por el camino Vido la demás gente divertida ,
Que mas á su propósito hacia , Y cómo sin ningun orden procede ;
Viendo que con furor luciferino Por la falda que ve menos erguida
Ejército crüel los perseguia ; Sube con el caballo cuanto puede ;
Venciéronse de tanto desatino , Recoge los que halla con la vida
Que ya sin orden cada cual huia , Procurando que nadie se le quede ;
Quedando solos con la gente fiera Al Juan de Rojas llama , no responde ;
El maese de campo y el Ribera. Pregunta dónde está , no dicen dónde.
352 JUAN DE CASTELLANOS.
* Viéndose los que quedan descontentos
De su salud y vida desespera
Viendo que no le dan razon patente , Por no ser parte para la frontera ,
Hasta tanto que Pedro de Ribera, Al Castro hacen mil requerimientos
Postrero que huyó de la creciente , Pidiéndole que luego salga fuera ;
Acabó de bajar de la ladera Y ansi desampararon las asientos
Midiéndola con paso diligente , Para ir á la miarítima ribera ,
Al cual por llegar falto de resuello Hasta la ciénaga , cuyos vecinos
Con dificultad pueden entendello. Eran de paz y ya todos ladinos :
Cansada turbacion su lengua para ; Gente que de la paz no se desvia ;
Pero desque cobró mayor aliento , Pero la de los indios es tan ciega ,
Al Francisco de Castro le declara Que yo por cierto no me espantaria
El desastrado fin y acabamiento , Ser aquestos también en la refriega;
Y que ninguno dellos escapara Llegados pues al indio que regia •
De manos del ejército sangriento , Por Francisco Gonzalez se le ruega
Si no se detuviera todo junto Traigan al empalado sin ventura
En rodear un cuerpo ya difunto. Para le dar terrena sepultura.
Y que como le vido desta suerte Dijo que lo hará de buena gana ,
Dió voces à la gente que hüïa ; Y número de indios prevenido ,
Pero como ninguno se convierte Mandóles ir por él con obscurana
A le dar el socorro que pedia , Porque no fuese visto ni sentido ;
El también por librarse de la muerte Y ansi no bien llegada la mañana
Se descolgó por do mejor podia , El infelice cuerpo fué traido ,
Pues dilatarse mas fuera de loco Con el cual de la suerte que podian
Y aprovecharse demás desto poco. A Santa Marta su camino guian .
El Castro por los ruegos incentivos Como fuese sabida por el tio
De los del escuadron desbaratado , La rota y el pesado desconcierto ,
Que como miserables fugitivos De luctuoso traje y atavio
Son poseidos de temor pesado , Fué para recebir el cuerpo muerto ,
Luego hizo camino con los vivos Siendo sus ojos abundante rio
Que vuelven al lugar recién poblado , Y de cuantos estaban en el puerto,
Do la seguridad era ninguna Por ser en sus costumbres bien compuesto,
Porque no se la daba la fortuna. Valiente , liberal y hombre modesto.
El no parar tomaron por regalo Luego campanas dan mudas querellas
Y el hüir escogian por honesto Y suenan sus clamores y señales ;
Escarmentados del suceso malo Lamentabanlo dueñas y doucellas
Y de ver levantar en un recuesto Presentes en aquestos funerales ;
Al Juan de Rojas en el mismo palo Relatan sus virtudes, y con ellas
Y adonde el indio fué por ellos puesto : Hechos y valentias principales ;
Espectáculo digno de lamento Y con gran pompa y aparato lleno
Y que causó notable sentimiento. A la tierra le dieron lo terreno.
Gran multitud de indios vieron luego Y para que corriese con aumento
Que se convocan por los altos puertos , La pesadumbre y el desasosiego ,
Que para descubrir el suelo ciego Entre los bondos hubo movimiento,
Y pasos con las yerbas encubiertos Del cual quisiera dar noticia luego ;
A las zavanas altas ponen fuego Mas porque por agora yo me siento
Para poder hallar mas cuerpos muertos , De los pesados lloros cuasi ciego ,
Cuyos miembros sirvieron de presentes Querria hacer pausa de presente
Enviados á partes diferentes. Y descansar primero que lo cuente.
¿Y quién duda que en este detrimento
Algunos que tenian por perdidos
No tuviesen aun vital aliento ,
Entre las altas yerbas abscondidos , CANTO TERCERO .
Y esperaban salir en salvamento
De los nocturnos nublos socorridos , Donde se tracta la rebelion de los indios de Bonda, y el orden que tuvie
ron para ganar la fortaleza , con otras cosas en aquel tiempo aconte-
Como el platero Pedro de Espinosa cidas.
Dentro de cierta mata montüosa ?
Este , cuando la furia se desata Al triste que persigue la fortuna ,
Y vido la fortuna ser aviesa , Para que no le quede donde estribe
Con sed intolerable que lo mata En dalle coces es tan importuna,
Y no poder hüir con tanta priesa , Que no para hasta que lo derribe ,
Cubrióse con la sombra de una mata Por ser de condicion que , dada una ,
Con cuantidad de árbores espesa, Para dar otras muchas se apercibe ;
Acerca de la cual agua corria , Y ansi los temerosos deste dolo
De donde con obscuridad bebia. Dicen bien vengas , inal , si vienes solo».
Allí fué detenido por dos dias , Desta manera pues le sobrevino
. Al cabo de los cuales , con obscuro , Al don Luis en estas turbaciones ,
Por no topar con bárbaros espías , Pues no bien enterrado su sobrino
En busca fué de puerto mas seguro ; Ni hechas funerales oblaciones ,
Halló las españolas compañías Se levantó notable torbellino
Muy apartadas ya del nuevo muro , De guerra por cercanas poblaciones ,
Reconociendo que no son bastantes En Bonda mayormente , gente fiera ,
Tan pocos para guerras semejantes. Cuyo suceso fué desta manera.
Y muchos delios sin pedir licencia , Habia Manjarés edificado
Viendo la tierra de peligros llena , Un fuerte por sus faldas y raices,
Determinaron de hacer absencia De los funiosos tiros preparado
Pasándose por mar á Cartagena : Que suelen ofendelles las narices ;
Digo en canoas, no sin diligencia , Por selles este yugo muy pesado
Por el gran rio de la Magdalena ; Y querello quitar de sus cervices .
Y el Quiñones muriera sin remedio Por muchas veces y con gran braveza.
A no poner el agua de por medio. Rodearon aquesta fortaleza.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II , Elogio de ROJAS, CANTO III . 333
Aqueste fué turbion de cada dia , Que los hombres estén en sus viviendas
Sin interposicion de mes ni año , Sin mostrar cobardía ni flaqueza ,
De bien apercebida compañía , Pero que las mujeres y haciendas ,
O ya con claridad ó con engaño ; Y lo mas substancial que de riqueza
Y aunque bárbara gente recibia Les parecian ser mejores prendas ,
De parte de los tiros algun daño , Luego llevasen á la fortaleza
Con sus flechas también hacian suertes De Bonda , pues entonces la ventura
Y de las partes ambas bubo muertes. No concedia parte mas segura.
Pero prolijo tiempo ya pasado , Tuvieron estos por consejos buenos ;
Como vieron que no les aprovecha Y á causa de que vian los navíos ,
Contrastar aquel fuerte fabricado , Envían adelante cofres llenos
Que siempre de mas armas se pertrecha , De oro, plata y otros atavios ;
No tanto por temor cuanto por grado No sacan las mujeres destos senos ,
Se concertó la paz y quedó hecha , Porque no tienen prestos los avios
Y dieron el servicio y obediencia Y porque por haber vientos contrarios
A quien de Manjarés cupo la herencia. No tomaron el puerto los cosarios :
Al cual estos servian muy de gana , Suceso de grandisima ventura
Y creo que también sirven agora Y merced proveida por el cielo,
A su hijo y á su mujer doña Ana Pues à salir en esta coyuntura
Ramirez , nobilísima señora , Fuera mayor dolor y desconsuelo ,
Ejemplo de bondad y de cristiana Porque la honra mas cabal y pura
Religion , en el pueblo donde mora ; Quedara derribada por el suelo ,
Y por obligacion ó por respecto De la manera que quedó su fuerte ,
Los bondos la servian en efecto. Que los indios ganaron desta suerte :
A sus ferias, contractos y mercados Al naoma de Bonda Macarona ,
Venian á los términos marinos , Por ladinos de malos pensamientos ,
Compraban cosas á que son usados , Oyéndolo tractar, se le razona
Pero principalmente buenos vinos , Cómo llevan mujeres y armamentos
Con muestras de que estaban olvidados Que tiene cada cual de su persona
De todos belicosos desatinos , A los fortalecidos aposentos ;
A sus encomenderos ya subyetos , El cual , viendo razon tan conviniente ,
Pacíficos , alegres y quïetos . A su general dijo lo siguiente :
Con estas muestras que de paz habia << Siento , Coendo, ser consejo sano ,
No fueron en la vela tan enteros Si queremos vivir vida segura ,
Cuanto para la vida convenia , Que no dejemos tiempo de la mano
Demas de ser ya pocos compañeros ; Ni perdamos aquesta coyuntura ,
Y estaba la tenencia y alcaidía Para que del ejército cristiano
A cargo de Alvaro de Ballesteros , Escaparse no pueda criatura ;
El cual tenia por estar absente Y agora quiero ver por esperiencia
Un fulano de Castro por teniente. No solo tu valor, mas tu prudencia.
Dió por algunos años buena cuenta »Ansí vecinos como mercaderes
En todos los guerreros movimientos ; Dicen que tienen en la fortaleza
Mas cuando numerábamos setenta Las prendas de sus hijos y mujeres
Y cinco ya de mas de quince cientos , Y todos sus caudales y riqueza ;
Del barbaro rigor esperimenta Yallí , como ya sabes , sus poderes
Sus golpes inhumanos y violentos , Sou agora notados de flaqueza ,
Por astucia de meditacion luenga , Y el alcaide con todos sus soldados
Que diremos á tiempo que convenga. De nuestra paz están muy confiados.
A doña Ana Ramirez , que es el ama »La demás gente por acá no viene ,
De lo superior deste gentio , Ni verná por agora , pues es cierto
Habia consumido veloz llama Que dentro de sus casas se detiene ,
Dentro de sus solares un bubio ; Concordes todos de comun concierto ,
Y para restaurar el daño, llama Velándose segun que les conviene ,
Indios sobre que tiene señorío , Para defensa y guarda de aquel puerto ,
Y el Castro, capitan , de la frontera Adonde como suelen otras veces
Mandó que le trajesen la madera. Dicen venir navíos de franceses.
Y estos indios de Bonda la cortaban »Conviéneme pues mucho que durantes
Por el orden que Castro les decia , En la marina tales turbaciones',
Y entre tanto que al pueblo la llevaban Procuremos acá de ser bastantes
Pegada con el fuerte se ponia ; Para ganalles estas municiones ;
El grande regocijo que mostraban Pues perder con personas semejantes
Ningun intento malo descubria , Tan buenas y adoptadas ocasiones
Aunque los mas traian en las manos Será tener con intima fatiga
Hachas y segurones castellanos, Delante de los ojos una higa.
Buscando coyuntura para prueba La cual me da mas grande desconsuelo
De sus crüeles tajos y reveses ; Que por palabras puedo declararte ,
Y antes que la madera que se lleva Y para derriballa por el suelo,
Hollase los marítimos conveses , Con lo mas fuerte de su baluarte ,
A los de Santa Marta vino nueva Ningun tiempo nos vino mas á pelo
Cómo venian naves de franceses , Ni menos advertencia de su parte ,
De que se recibió grande congoja , Ni se pudo hacer aqueste becho
Considerada su defensa floja. Con menos riesgo ni con mas provecho .
Y para dar el orden y concierto Reconocidas tienes las ventajas
A semejante trance conviniente , Que tenemos , pues siempre son continas ,
Cabildo se mandó hacer abierto , Y bien entenderás que no van pajas
Adonde se juntó toda la gente En recoger aquellas sedas finas ,
De los que residian en el puerto , El oro, plata y las demás alhajas ,
Do diga cada uno lo que siente ; Y las mujeres para concubinas ;
Y del seso comun de la consulta Las cuales cosas puestas en tu mano ,
Es esta la sentencia que resulta : Consuma lo demás el dios Vulcano.
334 JUAN DE CASTELLANOS.
Porque luego con su furor ardiente Y el capitán incauto ya salia
Serán los edificios consumidos , Del fuerte para donde se desea ,
E yo tendré gran número de gente El cual de la manera que solia
Para que si los vieren encendidos , Con aquel principal se chocarrea ;
Vayan à la ciudad incontinente La viga tanteó que se traia ;
A dar mal fin á todos sus maridos ; Pero Coendo, cuando la tantea,
Y aquestos estaran en el camino Alzó la hacha , y aunque hecha sierra ,
Para que su mal sea repentino. Por medio de las sienes la sotierra.
>>Haslo tú de hacer desta manera , Nunca herrero fué tan diligente ,
Para que todo vaya bien guïado : Nunca tan cierto ni con tanto brio
Al fuerte llegarás con la madera , Para hacer labor de hierro ardiente
Los indios con sus hachas y cuidado , Que sale del fogoso señorío ,
Y al tiempo quel alcaide salga fuera Y cumple martillallo de repente
A ver si le llevaste buen recado , Antes que del ardor separe frio,
Dale con el segur llaga segura Cuanto fué la presteza del Coendo
De no poder hallar humana cura. Al tiempo que dió golpe tan horrendo.
La hacha cortadora vaya cierta El miserable Castro dió caida ,
Para que de las sienes no se yerre ; Y en el suelo quedó pataleando ,
Ocupen luego la cerrada puerta La lumbre de sus ojos despedida ,
Los indios porque nadie te la cierre ; La sangre con la vida vomitando ,
Avívese de dentro la reyerta , Que no solo vertió por la herida ,
Y toda cobardía se destierre ; Pero por los oidos va manando ;
El fuerte se recorra y ensangriente , Y en el instante se tomó la puerta
Sin reservar en él cosa viviente. Que para volver él tienen abierta.
»No tengo yo de estar muy divertido , Luego de golpe todos entran dentro,
Sino con muchos indios en celada , En las manos las hachas aceradas ;
Porque como sintamos el rüido Salen dos descuidados al encuentro ,
Corramos a la presa deseada , Que muy presto quedaron sin quijadas :
Y saquemos el oro y el vestido Proceden en aquel crüel recuentro
Que alli tiene la gente baptizada , Y cogen muchas armas enhastadas ;
Y, como dicho tengo , las mujeres Y al tiempo que hacian el estrago
Para nuestros conteutos y placeres. También ellos decian : ¡ Santiago !
>Para bacelles guerra mas sangrienta Un Gonzalo Rodriguez fué derecho
Y por la via que de ti se espera , Aver la causa destas confusiones ,
Yo creo bien que se te representa Y al tiempo que pensó ser de provecho
El cómo te llevaron en collera : O por sus armas ó con sus razones ,
Que si lo consideras es afrenta Dura lanza rompió su fuerte pecho ,
No para la vengar á la lijera , Y el hierro le salió por los pulmones :
Porque los que vivieren adelante Perdió luego la fuerza y el anhelo ,
Se acuerden de castigo semejante. Tendiéndose por el sangriento suelo.
>>Debes encomendar á la memoria La demás gente dentro se congrega,
Que los de Pocigueyca , como buenos, Pero ninguno bien apercebido ,
Están con españoles de victoria , Por ser tan repentina la refriega ,
Haciéndoles dejar aquellos senos ; Que todos andan como sin sentido :
Y á tí te consta ser cosa notoria En este punto Macarona llega
Que los indios de Bunda no son menos : Con doscientos gandules al ruido;
Sé que me entenderás é yo te entiendo , Y ansi cuantos estaban en el fuerte
Pues yo soy Macarona é tú Coendo. Acabaron con miserable muerte.
»Aquesto baste sin que mas te diga, Sin reservar la bruta pestilencia
De que con gente vayas de mañana , A las indias ladinas que servian ,
Y carguen á los hombros una viga De su propria nacion y descendencia
Para los edificios de doña Ana ; Y que por sus parientas conocian ,
No lleves arcos , porque no se siga Y a niños en estado de inocencia
Sospecha , mas con hacha castellana También despedazaban y partian ,
Llegará cada cual , y en vez de plantas Sin que dejen piante ni mamante
Hended cabezas hasta las gargantas.>> De cuanto se ponia por delante.
Dijo, y el general , que mayor gana Mas una vieja india , lavandera ,
Tiene de tales trances como estos , Al tiempo del sangriento terremot
Abrevió la partida de mañana Habia con sus paños ido fuera ,
Con aquellos que pudo hallar prestos Y en oyendo la grita y alboroto
De la gente mejor y mas lozana Desamparó los paños y ribera
Veinte mancebos fuertes y dispuestos ; Metiéndose por el espeso soto ,
Y sobre sus robustos hombros carga Con intenciones de llegar al puerto
Una pesada viga y algo larga. A dar noticia deste desconcierto.
Con aquesta valiente compañía Que la nube del humo luego vido
Efectuó Coendo su viaje , Y al sol algo turbada su pureza ,
Y antes de su llegada bien se via Porque después que habian recogid>
De los que estaban en el homenaje ; Los indios municiones y riqueza ,
Mas sus conceptos malos encubria El fuego fué pegado y estendido
Ser pocos todos y en quieto traje , Por todas partes de la fortaleza ,
Y ya llegados al lugar frontero Y tuvieron á grande maravilla
Despiden de los hombros el madero. El no hallar mujeres de Castilla.
Todos ellos están ijadeando Pues segun el aviso que les dieron ,
Como rocin que dió larga carrera , Habian ya de estar aposentadas;
Y con grandes bufidos anbelando Mas como sucedió que no vinieron
Se reclinaron sobre la madera , Por las causas que tengo declaradas ,
Y con cansada voz suenan llamando Los cofres y las cajas recogieron
Al Castro, capitán desta frontera , Que contenian joyas estremadas ,
Para que vea bien si le contenta Las cuales repartia Macarona
Aquella viga que se le presenta. Segun la cualidad de la persona.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELOGIO DE ROJAS , CANTO III. 333
Fueron cargados de preciosas galas, Las dueñas y doncellas de rodillas ,
Oro, perlas y plata gran contía, Multiplicando ruegos y plegarias ,
Y á sus casas por ásperas escalas Lágrimas riegan candidas mejillas
Las piezas suben del artillería ; Con temor de las gentes adversarias ;
Llevaron polvorin , pelotas , balas En la plaza se ponen las cuadrillas
Y cuantas armas español tenia : Españolas , con armas necesarias ,
Espadas , cotas , lanzas , escopetas , Para que si los indios entran dentro
Que sus manos traian inquietas. En escuadron les salgan al encuentro.
Porque para sus bélicas porfías Pero detúvose la gente fiera
Aquellas aplicaron à su uso , Como los vido bien apercebidos ,
Ejercitándose las punterías Contentándose con tirar de fuera
Por acertar al blanco que se puso , Jáculos de veneno proveidos ,
Hasta que fué después de muchos dias Y con decilles desde la ladera
El cebó de la pólvora concluso , Oprobios á los hombres conocidos
Y aunque no les faltaran materiales Los unos y los otros à porfia ;
Faltáronles peritos oficiales. Principalmente Jebo les decia :
Antes pues del fatal desasosiego , << No penseis de hüiros , gallinazos ,
Estaban indios puestos en camino , Que no teneis navio ni guarida ;
A quien se les mandó que visto fuego Asidos os tenemos en los lazos ;
Creyesen ser cumplido su desino , Pordemás es pensar en la hüida ;
Y a Santa Marta se partiesen luego A bofetones , palos y leñazos
A pedir las albricias al vecino , Os hemos luego de quitar la vida :
Y si tiempo ballasen oportuno Que no queremos vivos los maridos ,
Diesen acerbo fin á cada uno. Sino las compañeras de sus nidos.
Era capitán destos un mancebo > En su poder las tienen los desnudos ;
De los indios de Bonda mas ladino , Acertádoles hemos en la vena ;
Y tal que del profundo del Erebo Y como tienen auchos los escudos
Nunca salió demonio mas malino : Las heridas les dan poquita pena ;
Aqueste capitán se dijo Jebo , Aquellas pocas son , putos cornudos ,
Maldito hechicero y adevino ; Andad , traednos mas de Cartagena :
Viendo pues ya de humo nube espesa , Que pues teneis mestizos en las nuestras
Caminó con sus gentes á gran priesa. Queremos desquitarnos en las vuestras.
No va sin regocijos y placeres » ¡ Ah don Luis ! de tí tengo mancilla
A los puertos la barbara caterva , Por el autoridad de tu persona,
Viendo que de los prósperos haberes Pues trajiste guarichas de Castilla
A cada cual su parte se reserva , Para servir á las de Macarona ;
Y que de las católicas mujeres Quitámoste del lado la costilla ;
Les habian de dar alguna sierva , Aquesta demasía nos perdona :
Creyendo que las damas referidas Que à bien librar tú quedarás vïudo ,
Estaban en el fuerte recogidas. Y no solo viudo pero mudo.
Llegaron á los términos marinos , » ¡ Ah Manjarés , chequito don Antonio!
De venenosas armas pertrechados ; ¿Adónde está tu madre mi señora?
Mas como los rebatos son continos Ella te podrá dar por testimonio
Y pocas veces viven descuidados , De cómo se le paga la demora ,
Hallaron á los mas de los vecinos Tu padre con nosotros fué demonio ,
Encima de caballos bien armados , Y tú sigues sus pasos desde agora :
A causa de decilles centinelas Vete , vete , rapaz , tú poco aá poco ,
Que vian por la mar dos ó tres velas. Mira que tienes términos de loco.
Rodea la distancia destos puertos ¡Ab, ojos de aspa tuerta , Ballesteros !
Por todas partes áspera montaña ; En mal cobro pusiste tu guaricha ,
Algunos cerros tiene descubiertos Tu plata , tus tapices y dineros ,
Desde donde la vista no se engaña , Pues ella nos está haciendo chicha
Para mirar de dia los conciertos Y dellos somos ya tus herederos ,
Y gente que las casas acompaña ; Lo cual debes tener á buena dicha :
Y muchos de los indios que vinieron, Liberal eres en pagar escote
Por aquellos cerrillos se subieron. Dándonos la mujer con larga dote.
Suena luego la grita y algazara, » Tesorero Bartolomé García ,
De bárbaras cornetas ronco canto ; Bien puedes enviar por tu mulata ,
Del alto viene numerosa jara ; Que por tener á cuestas tanto dia
De mas abajo hacen otro tanto ; Nadie la quiere cara ni barata ;
Los del pueblo de ver cosa tan rara E yo si por ventura fuere mia
Poseidos están de gran espanto : Darétela sin oro y aun sin plata ,
Dau arma luego , tocan atambores , Pues yo no me contento ni me alegro
Convócanse los grandes y menores. De ver tanto albayalde sobre negro.
La gente castellana se pertrecha > ¡Ah Francisco de Castro desbarbado !
A gran priesa de cuerpos y celada ; Libre puedes estar desta querella ;
Cargan el arcabuz , arde la mecha , Pues la virgen pegada con tu lado
Menéase la lanza y el espada ; No perderá la sangre de doncella ,
Y por la mayor parte se sospecha Si no fuese buscándole tocado
Estar la fortaleza ya tomada , Que pudiese mejor satisfacella,
Pues si no la tuvieran destrüida Que tus esfuerzos no serán bastantes
No fuera su maldad tan atrevida. Para dalle presea con pinjantes.
Otros tienen contrarias opiniones , » Alcalde trapacista Campuzano ,
Que no les pareció cosa posible ; No pienses desnudarte la pelleja,
Pero viendo que no cumplen razones Porque pensabas ya dalle de mano
En ocasion y riesgo tan terrible , Para buscar mas nueva haceleja :
Salen los caballeros y peones Que también por acá ningun anciano
Contra la tempestad alli visible , Se precia de vestir ropa tan vieja ;
Porque con gran aumento va creciendo Si no la compras con algun embuste ,
El ruido, la grita y el estruendo. Con ella pienso retovar un fuste.
356 JUAN DE CASTELLANOS .
» No tengas pesadumbres tú, Riberos , Con esta confusion y flaco marte,
Por faltarte las pasas y grajea , El trabajo duró casi dos meses :
Pues á trueco de muy pocos dineros El bárbaro furor por una parte
Trairás otra mas moza de Guinea : Por otra los temores de franceses ,
Que tienen linda tez aquellos cueros Sirviéndoles de cerca y baluarte
Para podellos blanquear con brea , Solamente rodelas y paveses ;
Y nosotros en las horas obscuras Hasta tanto que ya de Santa Marta
Hemos de recorrelle las costuras. » A los de Cartagena llegó carta.
Otras muchas afrentas y denuestos Viendo Pero Fernandez la demanda
Decian los demás en alto grito , Y las necesidades de la tierra ,
Que querer referillos , demás destos , Despacho de soldados cierta banda ,
Seria proceder en infinito , Yendo por su caudillo Yuste Guerra ,
Mayormente que son tan deshonestos Persona cuya lanza no fué blanda
Que no sufren ponerse por escrito , Y de quien negligencia se destierra ,
Y en los dichos mudamos elegancia , Pues por Malambo hizo su camino
Puesto que no se muda la substancia. Y con la brevedad posible vino.
Porque cada cual indio destos senos El rio grande de la Magdalena
Hoy dia puede ser lengua bastante , Y el de Pesta que pasan con buen tino,
Y son en sus palabras tan obscenos Y aquella grande ciénaga que llena
Que no se vido cosa semejante ; Hacen las ondas del licor marino ,
Y en obras de maldad no lo son menos , Huellan la larga playa y el arena
Antes el mejor es fino vergante , Que confina con tierra del Dorsino ,
Y cuanto se concluye y se comienza Siempre llevando paso presuroso
Por ellos es notable desvergüenza. Y sin tomar descanso ni reposo.
Y ansi dichas aquellas sinrazones , Por la sierra de Gaira procedieron ,
Como Febo sus rayos encubria Del Yuste Guerra pasos conocidos ,
Y faltasen aquellas municiones Llegan á Santa Marta , donde fueron
Que la caterva bárbara traia , Con increible gozo recebidos ;
A Bonda revolvieron escuadrones Cuarenta fuertes son los que vinieron,
Para saber qué parte les cabia ; En militares artes instruidos ;
Y cuando ya los indios iban fuera Mas no son parte para dar castigo,
Salió la india vieja lavandera. Segun la potestad del enemigo.
A la cual por entonces una cueva Pero gozábase de mas bonanza ,
Nemorosa la tuvo detenida Y estaban en el pueblo mas seguros ,
Con el mensaje triste que les lleva , Porque su defension era la lanza ,
Oyendo los rumores y estampida ; Y las fuerzas y esfuerzos eran muros ;
Pero los indios idos, dió la nueva Y ansi , vista por indios la pujanza ,
De la desgracia grande sucedida , No fueron tan molestos ni tan duros ,
Que fué causa de tierno sentimiento Teniendo cuando daban el rebato
Y de sus pesadumbres gran aumento. Un poco de temor y mas recato.
Las congojas que sienten son mortales Mas otro miedo no menos molesto
Viendo tan encendidas las contiendas Daba sospecha de sucesos varios ,
Y en poder de los indios sus caudales , Si vinieran al puerto descompuestos
Hechos señores ya de sus haciendas, Entonces galeones de cosarios ,
Y juntamente coir aquestos males Que fuera grande mal ; y demás desto
Poco posible para las enmiendas ; Faltaban alimentos necesarios ,
Hacen los mas ajenos de placeres Porque ya de ganados y labores
Las lástimas que dicen las mujeres. Eran indios de Bonda posesores.
Pues el consuelo mas las desconsuela , Pues esta gente bárbara y astuta
Puestas en ansiosa fantasía ; Sin las comer mató reses vacunas ,
Los unos y los otros hacen vela , Y en ellas sus furores ejecuta ,
Las armas en la mano noche y dia, Por lo cual las personas mas ayunas
Embrazada la cóncava rodela , Solamente comian una fruta
La lauza y el espada relucia , Que por acá llamamos aceitunas ,
Los caballos á punto y ensillados Que son en las figuras aparentes
Y en una casa todos congregados. Y en el sabor y gusto diferentes.
Viéndose padecer tantos desgustos , En este tiempo Benda determina
Sin baber quien de sueño se confie De reformar escuadras y banderas ,
Entre bárbaros fieros y robustos , Convocando la gente mas vecina
Determinaron todos que se envie O ya por ruegos ó amenazas fieras,
Razon á Pero Fernandez de Bustos Queriendo revolver à la marina
Para que cien soldados les avie , Y tomar el negocio mas de veras ,
Por no ser poderosos los vecinos En tal manera , que de los cristianos
Para salir por playas ni caminos. Ningunos escapasen de sus manos.
Pues para colmo de sus maleficios , Estando pues los indios con tan malas,
Los bárbaros crüeles y bestiales Protervas y dañadas intenciones ,
Les mataban los indios de servicio , El general Esteban de las Alas
Aunque fuesen sus proprios naturales , Allí llegó con siete galeones ,
Ocupados en algun ejercicio Pendientes de las gabias muchas galas ,
De los que suelen ejercer los tales , Flámulas , gallardetes y pendones ;
Tanto que , para ir por agua gente , También de las entenas van pendientes
Escolta se hacia diligente. Algunos cuerpos de cosarias gentes.
Iban por entre matas advertidos , Porque viniendo por los altos mares
Por ser estos caminos mal abiertos , Navegando la filipina flota ,
Arcabuces de balas proveidos Vieron dos galeones , singulares
Y rodeleros no menos despiertos ; Cosarios , que guiaban su derrota
Suenan por el compás tiros perdidos A los indianos puertos y lugares ,
Por descubrir engaños encubiertos ; Con apacible viento , larga escola ,
Y con ir con aviso y advertencia Los cuales , real flota conociendo ,
No siempre les valia diligencia. Con aumento de velas van huyendo.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELOGIO DE ROJAS , CANTO III . 357
Mas los de la católica bandera , Rióse destas nuevas el salvaje
Considerando ser honroso lance , Macarona , sin muestra de accidente ,
Con la presteza que águila lijera Diciéndoles : « Reios del mensaje ,
Sigue de prestas aves el alcance , Y nadie haga rugas en la frente ;
Abrevian lo posible su carrera , Pues que tenemos fuerzas y coraje
No rehusando belicoso trance , Para desbaratar doblada gente ,
Por ocasion patente que los llama Porque Dorsino , Gaira , Mamatoco ,
A los despojos y honorosa fama. Por ser pocos espántanse de poco.
Con vela de los vientos impelida › Vengan cubiertos de armas que en la fragua
El pirata ladron librarse piensa ; Con curiosidad herrero hizo :
Mas como nada presta su hüida , Nosotros solamente con la jagua
Apercibióse para la defensa : Pintados , y pajuelas de carrizo ;
Suena terrible grita y estampida ; Vengan , que su tormenta será de agua,
Nube grande del humo se condensa Y acá se la daremos de granizo ;
De los sulfúreos fuegos de cañones Pues de muchos mas bravos y guerreros
Y de las manuales municiones. Sirven en atambores hoy sus cueros.
Auméntanse reciprocos tronidos , »Vengan, vengan, y sean los que fueren,
Y el ruido de huecos atambores ; Que bien conozco gente sin cabellos ,
Hay hombres muertos , mancos y heridos ; Y sé que tantos cuantos mas vinieren
Rompen los aires gritos y clamores : Tanta mas perdicion es para ellos.
Los franceses al fin fueron vencidos , Vengan , vengan , y los que mas pudieren
Ynuestros españoles vencedores A los otros estirarán los cuellos ;
Traen las naos basta las riberas Pues á lo menos yo de mi confío
Ypuertos , arrastrando sus banderas. Que no me tienen de estirar el mio. »
Mas en los deste puerto , viendo tanto Estas bravosidades fanfarronas
Navio como junto dėl venia , Se dejaba decir el gandul viejo
Aumentóse la pena y el espanto , En el ayuntamiento de personas
Pensando ser francesa compañía ; Que fueron convocadas à consejo ;
Formaron las mujeres nuevo llanto, Y en esto todos eran macaronas ,
Y su dolor à mas andar crecia , Y el mas vil al mayor era parejo :
Hasta que vieron bien los desta villa Lo cual pasó la noche quel armada
Ser la real armada de Castilla. Al puerto dicho hizo su llegada.
Cuanto mas se venian acercando , Después que Febo con su movimiento
Tanto mas se mitigan los suspiros , Volvió su resplandor á la comarca ,
Marido à la mujer desengañando , Fué don Luis , cabildo y regimiento ,
Diciendo : No teneis por qué afligiros , A ver al general , que desembarca
Que ya los galeones van entrando , Con músicas sonoras y concento ,
Y hacen salva los fogosos tiros ; Como criado de tan gran monarca :
De Esteban de las Alas es el vuelo Vense los dos varones venerables
Que da seguridad á nuestro suelo. Con palabras y rostros amigables.
»Y å vueltas de los tiros también suena No faltó cumplimiento cortesano ,
Son de trompetas , voz de cheremías ; En que los dos se daban buena maña ,
Ya los vecinos huellan el arena El uno comedido y otro urbano ;
Con grandes regocijos y alegrías , Y ansí tractando de cosas de España ,
Y deseamos ver la playa llena A la iglesia se van mano por mano
De las recién venidas compañías . » Con mucha gente que los acompaña ;
Con esta certidumbre se mitiga Y dado fin á la divina fiesta ,
Aquella pesadisima fatiga. Lo llevan donde está posada presta.
Después que fué la flota recogida Y todos por hüir rayos ardientes
Y en los seguros puertos ancleada , Se recogieron á la sombra fria ,
Don Luis con persona conocida Tractando de negocios diferentes
Al general envía su embajada , De los que su congoja les pedia ;
Que fué del parabién de la venida Mas don Luis de Rojas, que presentes
Y con ofrecimiento de posada ; Sus injurias y pérdidas tenia,
El cual volvió las gracias y respuesta , Y para las vengar punto que obligue ,
Segun que suele condicion modesta. Al general habló lo que se sigue :
Debajo de las ondas encubria « Mi señor general , en ningun hecho
Ya Febo su preclara hermosura , He visto que se mida la ventura
Y del obscuro manto se vestia Tan á contento del humano pecho ,
Lo llano, la ladera y el altura ; Que sin falta le dé lo que procura ;
Los de la mar esperan otro dia , Mas hoy á mí me tiene satisfecho
Y acá durmió la gente mas segura , En traeros en esta coyuntura ,
Puesto que no sin guarda vigilante Porque por algun tiempo se mitigue
Por el otro peligro circunstante. Mal que por muchas vias nos persigue.
Luego los indios que hay á la redonda , » Por una parte dan mil sobresaltos
Ladinos , segun tienen de costumbre , Las atalayas à la mar atentas :
Procuran avisar á los de Bonda , Por otra viéndonos de fuerza faltos
Y dalles desta flota certidumbre , Nos cocan gentes viles y sangrientas ;
Diciéndoles que hagan buena ronda , Y siempre suenan por aquestos altos
Por ser llegada grande muchedumbre Amenazas envueltas en afrentas ,
De soldados bizarros andaluces De vergüenza y temor tan descompuestas,
Y copia y abundancia de arcabuces. Que ningunas yo ví mas deshonestas
Que no fien de vanas presunciones , >>Este es un sinsabor continuado ,
Sino que desde luego hagan cuenta Sin concedernos punto de sosiego ;
Que por sus odiosas poblaciones Ninguno de nosotros desarmado
Tiene de descargar esta tormenta , Sea con claridad ó nublo ciego ,
Y que con caballeros y peones Pues han por muchas veces intentado
Les tienen de hacer guerra sangrienta : A las casas de paja poner fuego ,
Que ya conocen españolas furias Guiándolo con punta de su flecha
Cómo jamás olvidan sus injurias. El barbaro crüel que nos acecha.
T. IV. 22
338 JUAN DE CASTELLANOS.
No siu inmenso riesgo deshacemos » Servicio fué vencer aquel cosario ,
Estos ardides hechos con obscuro , Y creed que será mas estendido
Porque , segun os consta , no tenemos Si de lo que le fuere necesario
Para nos defender cerca ni muro ; Aqueste puerto fuere socorrido ,
Solamente los brazos oponemos Por ser tan numeroso su contrario
A la ferocidad del marte duro , Y de españoles mal apercebido ;
Y podrian contarse por espantos Lo cual se suplirá con cien soldados
El valerse tan pocos entre tantos . Que nos dejeis de los mas escusados .
» Mas agora que se nos representa » Es cosa tolerable pues con esta
Por indios no confusos en acentos , Gente que se nos dé y algun pertrecho :
Como quiere venir una tormenta El armada no queda descompuesta ,
Congregada de todos cuatro vientos : Y nosotros salimos del estrecho
Gente poca , cansada , descontenta , Y gran perplejidad que nos molesta ,
Mal podrá resistir sus movimientos , Sin atinar a cosa de provecho ;
Mayormente que hacen su victoria , Pues es ansi que quien tan poco puede
Las muchas que han habido , mas notoria. Ni sabe si se vaya o si se quede.
Ayúdales á su desenvoltura » Pero dará, señor, vuestra respuesta
Haber ganado cierta casa fuerte , Desta resolucion algun indicio ,
Que no sabemos , aunque se procura . Y si, como deseo , la propuesta
El cómo se ganó ni de qué suerte ; Necesidad os mueve y el oficio ,
Mas sabemos que no quedó criatura Cosa notoria es y manifiesta
Que en ella se librase de la muerte ; Que á Dios y al rey haceis grande servicio;
Pues una sola india de servicio También por mi será reconocida
Vivió por estar lejos del bullicio. La obra mientras Dios me diere vida. »
» También participaron destos males Dijo , y el general que muy atento
Los en aqueste puerto detenidos , Estuvo hasta su postrero dejo ,
Porque teníamos nuestros caudales Antes de responder al pedimiento
En aquel mismo fuerte recogidos , Que à los necesitados es anejo,
Y todos los arreos principales Balanceaba con el pensamiento ,
De oro , plata , perlas y vestidos , Segun que suele quien está perplejo ;
Con temor del francés , que de presente Y ansí por no dar seco despidiente ,
Víamos y teníamos enfrente. Al don Luis le dijo lo siguiente :
» Y si para tomar el puerto diera «Señor gobernador , bien entendida
El mar insano viento favorable , Tenemos la necesidad presente ;
Nuestro dolor y desventura fuera Mas ya conocereis que mi venida
En escesivo grado lamentable , Ha sido para causa diferente ,
Llevando cada cual su compañera Y quel rey no me manda que divida
Al fuerte por lo ser inespugnable ; Algun miembro del cuerpo desta gente ,
Mas como negó viento la fortuna Y a mi no me seria bien contado
Del pueblo no salió mujer alguna . Esceder ni salir de su mandado .
» Viéndonos pues en riesgo tan terrible, » Pero haré, segun vuestros intentos ,
Y para resistir al enemigo Lo que puede hacer un buen amigo ,
Pocos soldados y ningun posible, Y es daros cuatrocientos ó quinientos
Por la desgracia grande que ya digo , Hombres para hacer un gran castigo
Teníamos por cosa convenible En las villas , lugares y en asientos
Salirnos del lugar tan sin abrigo , Del indio nas rebelde y enemigo ,
Por tener un momento de reposo Para que la comarca mas cercana
En algun puerto menos peligroso. Quebrante su furor y quede llana.
» Pero , bendito Dios , que ya trocamos » Yo les señalaré término cierto
En ratos de quietud las horas malas , Para domar el bárbaro coraje ;
No porque con las que antes trabajamos Y castigado bien el desconcierto ,
Estas pueden correr á las igualas , Brio y atrevimiento del salvaje ,
Pero largas ó cortas descansamos Con toda brevedad vuelvan al puerto
A la sombra y favor de vuestras alas , Para que yo prosiga mi vïaje :
A quien alientan águilas reales Que poca puede ser esta tardanza
Que vuelan sobre todas las caudales. Y fácil de tomar esta venganza .
» Cuyo valor y potestad notoria » Mi gente con deseo de preseas
Do quiera gozará de vencimiento , De bárbaros , irá de buena gana ;
Y en su virtud ovistes la victoria Resta que para ver estas peleas
Del soberbio francés y violento , Apercibais la vuestra baquiana ,
Para tener, señor, alas de gloria , Que les enseñen las personas reas ,
Como ya las teneis de nombramiento , Y partan si es posible de mañana ;
Y con las del que sube hasta el cielo , Porque de todas cosas mis soldados
Darán las vuestras encumbrado vuelo. Brevemente saldrán aderezados.
»Pero no solo fué vuestra venida » Aquesta me parece buena traza ,
Contra piratas y soberbios gallos ; Pues como se castigue la frontera ,
Mas como la necesidad lo pida Quieto quedareis en vuestra plaza
Quiere el rey que valgais á sus vasallos , Y hollareis seguro la ribera ;
Mayormente si van tan de caida Y si cosario fuerte diere caza
Que no pueden vivir sin remediallos : A salvo podeis ir por donde quiera :
E ya vereis estar desta manera Aquesto por servíros os concedo ,
Los que residen en esta frontera. En lo cual hago mas de lo que puedo
Y ansí , señor , en estos menesteres , Dijo , y el don Luis , á quien aceto
Uno de dos intentos son los mios El orden fué , segun dél se percibe ,
Y aun los universales pareceres , Las gracias le rindió como discreto ,
Y son : ó nos llevar en los navíos Y aquello que le dan eso recibe ;
Con nuestras casas , hijos y mujeres , Y para que se vea con efeto ,
O dejarnos aquí buenos avíos, A sus soldados viejos apercibe ,
Para que tenga defension bastante Que para tomar armas son ochenta ,
Un puerto tan antiguo é importante. Entrellos de caballos como treinta.
359
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II , ELOGIO DE ROJAS, CANTO III.
El dicho general sacó seiscientos » Sin dar lugar á selles defendida ;
Soldados que llamamos chapetones , Pues es ansí quel bárbaro guerrero
Con todos los guerreros ornamentos Ocupará cualquiera descendida
Que piden belicosas confusiones De tres por do se va por contadero ,
Y copia de fogosos instrumentos Y aquella no podrá ser impedida
Con las demás anejas municiones , Por estar español allí primero ,
Escudos , pectos , cotas y celadas , Y caer en aquel lugar que digo
Jaculos duros y armas enastadas. Que cumple comenzar este castigo.
Fué de la gente que se desembarca » La gente toda de caballo quede
Por capitán Antonio de Lobera , En aqueste lugar adonde estamos ,
Con otro capitan, Héctor Abarca , Porque si mal alguno les sucede ,
Varones respetados donde quiera , Que nunca plega Dios que tal veamos ,
Con otros , cada cual hombre de marca El bárbaro no haga lo que puede
Para poder regir gente guerrera , Y á los desbaratados defendamos :
Y alféreces , escuadras y sarjentos , Esto mi probe seso comprehende ,
Que no sabré decir sus nombramientos. Salvo juicio del que mas entiende. »
Unos y otros bien apercebidos, Examinadas bien estas razones ,
Y juntos en lugar que convenia , Todos cuantos allí fueron presentes
Mandóse , porque no fuesen sentidos, Se conformaron con sus opiniones ,
Que marchasen de noche con la fria : Por no les parecer impertinentes :
Caminan pues á pasos estendidos Marcharon pues apriesa los peones
El Viernes Santo , venerable dia , Con todos los recatos convinientes ,
Hasta que se pusieron en lo llano Y aunque con gran sudor y pesadumbre
A la sierra de Bonda mas cercano. Llegaron sin sentillos à la cumbre.
Allí llegados sin haber testigos El capitán Beleño que guïaba ,
De gente que con armas los detenga , En unos altos poco desviados
Para subir do están los enemigos , Del pueblo para donde caminaba ,
Cuesta no menos aspera que luenga , En contra de conciertos acordados
El don Luis llamó los mas antigos Mandó que se quedase Luis de Nava
Para que den el orden que convenga Con ocho validísimos soldados ,
En el acometer al indio duro Diciéndole quel paso defendiese
Y entrar dentro del pueblo con obscuro. Hasta tanto que por allí volviese.
Fué desta consultora compañía Viendo quel orden dado pervertia ,
Don Antonio , y el capitán Cordero , El cual era pasar mas a lo largo ,
Y el capitan Bartolomé Garcia , El dicho Luis de Nava le decia
En el presente tiempo tesorero , Que , pues por don Luis se le dió cargo ,
Y Francisco de Castro, que tenia Viese primero bien lo que bacia ;
En un buen parecer voto primero ; Mas el dicho Beleño sin embargo
Y ansi manifestando lo que siente Le respondió : « Señor , visto lo tengo
En la consulta dijo lo siguiente : Y sé y entiendo bien á lo que vengo.»
Por tres escalas suben esta roca Quedóse con los ocho reguardando
Enhiesta , cada cual á maravilla ; El paso que le dijo , y el Beleño
Acia septentrion por Geriboca , No lo fué para quien está roncando ,
A la parte del sur por Macinguilla , Mas antes un terrible quita sueño ,
Otra por medio donde se convoca Pues entró en el pueblo , y en entrando
El contracto comun para la villa , Enciende casas el ardiente leño ,
Cuyo comedio es y cuya frente Y resplandece luego la candela
Donde todos estamos de presente . Que con velocidad por ellas vuela.
» La parte destas tres mas descuidada Suena junto con esto tal rüido
En Macinguilla es y la mas cierta , Y grita de los que entran , que despierta
A causa de tener una quebrada Al bárbaro que se halló dormido ,
De grandes arboledas encubierta ; Acudiendo con armas à la puerta :
Y la gente de pié siendo guïada Uno sano huyó y otro herido,
Por allí, hallará segura puerta, Otro que dura muerte hallo cierta ;
Pues por esotras dos mas manifiestas Y como despertaban moradores
Es de creer que tienen velas puestas . Iban creciendo voces y clamores.
» El capitán Beleño será guia , Los altos ocupó llama lijera
Como quien estos pasos ha corrido , Impelida de furiosos vientos ,
Ypuede por aquella misma via Barriendo con su fuerza la acera
Llegar á la ciudad sin ser sentido ; Que tiene mas lucidos aposentos :
Y como suele liberal espía , Nubes de humo van acia su esfera
Vayan a paso sordo y estendido Con negros remolinos turbulentos ,
Los piés lijeros , tácita la huella , Y llenos de pavesas y centellas
Hasta poder llegar al cabo della. Que turbaban la luz de las estrellas .
>Desque lleguen al fin del pueblo , luego Bien como cuando la şulfúrea vena
Pongan à una sin hacer rüïdo De Quito sus ardores engrandece
Alos caneyes grandes vivo fuego En el volcán y fonda socarrena ,
Y á casas principales del partido , Y con espesos humos acontece
Porque con el calor y humo ciego La tierra circunstante ser tan llena ,,
Se desatine quien esta dormido ; Quel sol se les absconde y escurece ,
Y el que saliere deste sobresalto Y aunque distante dél , atemoriza
No le consientan ir á lo mas alto. Al morador que vé llover ceniza :
>Porque si se hallare gente presta Otra tal confusion y tan espesa
De los que siguen el contrario marte , De humo revalida la conquista ,
Cosa notoria es y manifiesta A causa de quel viento daba priesa
Acudir mucha por aquella parte , Y la llama veloz andaba lista
Do con espadas , arcabuz , ballesta , Corriendo varias partes que no cesa ,
Los deterná católico estandarte , No sin impedimentos de la vista ,
Bajando luego todos á lo llano Por ser fastidiosos los enojos
Pues escalera tienen á la mano. Que humos dan à los humanos ojos.
340 JUAN DE CASTELLANOS .
Horrisono clamor bay por las casas.> Porque como del bárbaro vecino
Como lo suele dar gente menuda Acudió mas allá furia tan brava ,
De muchos que perecen en las brasas No pudieron tomar aquel camino
Por carecer de paternal ayuda ; Del alto do quedó Lüis de Nava:
Procuran de salir à partes rasas Diligencia que menos les convino ,
La doncella , casada y la vïuda , Y de que nada les aprovechaba ;
Porque la llama y el vapor ardiente Y ansí vuelven al paso que frontero
Dentro de su caney no las consiente . Tenian , do se les mandó primero.
Bien como cuando quiere colmenero Llegando pues sobre los escalones ,
Hacer de dulce miel vasijas llenas , Del dicho Luis de Nava no curando ,
Que ahuyenta con humo de romero Vieron á caballeros y peones
Las providas abejas de sus venas , Que abajo los estaban esperando ;
Y sin orden el escuadron lijero Movieron todos ellos los talones ,
Desampara labor de sus colmenas Yendo su poco a poco caminando ,
Con un ronco clamor y voz molesta , Por ser la via que llevarse debe,
Pero tal que su pena manifiesta : Y que para los llanos es mas breve.
Ansi la gente mal apercebida , Y al tiempo que sus pasos encamina
Procurando huïr destas contiendas , El avanguardia con fumosas mechas ,
A trueco de escapar la dulce vida De la parte del monte mas vecina
Olvidan sus alhajas y haciendas , Vuela tan grande número de flechas ,
Con voz confusa , pero conocida , Quel de mejor reporte desatina,
En cuanto prometerse las enmiendas ; Por venir herboladas y bien hechas ;
Y ansi unos á otros se convocan Unos dellos se quejan , otros gimen ,
Con diferentes cuernos que se tocan. Otros huyen porque no los lastimen.
Mas en el gran caney de Macarona Volver atrás no pueden ni conviene ,
Tau prestás llamas levantó la paja , Por ser los indios número pujante ,
Que nunca pudo dél salir persona , Y el último remedio que se tiene
Y él mismo se metió en una tinaja , Es abreviar los pasos adelante ;
Donde de su furor se desentona , Mas tal lluvia de flechas sobreviene
Pues aquella le dió vez de mortaja ; Sobre el atribulado caminante ,
Y aunque hecho carbon y consumido Que para se quitar la dura jara
Fué por insignias ciertas conocido. Aquí gran salto dió , y allí se para.
Duran las confusiones del que llora La rezaga que ve las dilaciones
Y el gran tumulto de los ortodojos , Cuando mas brevedad les convenia
Consumidora llama se empeora , Dan á los delanteros empellones
Los soplos de los vientos no son flojos ; Y unos sobre otros iban á porfia
Mas ya mostraba la gentil aurora Rodando por aquellos escalones ,
Sus ojos claros y cabellos rojos , Y deslizando por acerba via ,
Y los flecheros y arcabuceria Tal que por asperezas do se juntan
Ven bien adonde hagan puntería . Se quiebran huesos y se descoyuntan.
Porque los indios del cuartel del cabo Uno rodando va, y el otro vuela ,
Do fué concierto comenzar la quema , Otro no para hasta la quebrada ,
Viéndose sin lision ni menoscabo , A este no quedó diente ni muela,
En tomar armas no tuvieron flema , Al otro se le tuerce la quijada ;
Con una diligencia que yo alabo Por aquí va sin dueño la rodela ;
En ardides de guerra por suprema , Por allí se desliza la celada ,
Y fué que , sus familias recogidas , Otro que si cayó donde no roda ,
Procuraron tomar las tres salidas, Pasa por cima dél la gente toda.
Por orden del fortisimo Coendo Como si con nocturno terremoto
Y de Jebo que , como no dormia , Huyesen á lo raso del poblado ,
En oyendo la grita y el estruendo Que con aquel ruido y alboroto
Vieron que hacer esto convenia , El menor y el mayor anda turbado ,
Después de lo cual fueron recogiendo Este sale desnudo , y aquel roto,
Larga y desesperada compañía ; Queda Juan muerto , Pedro mal parado ,
Era destos un capitan Gamita Este pide favor , aquel ayuda ,
Que desde los altores daba grita , Y no pueden hallar quien les acuda :
Diciendo : « No os loeis de la jornada Bien por este nivel acontecia
Ni de la valentía cometida, En esta confusion que se pregona ,
Hasta que ya volvais á la posada , Pues aquel á quien mano se pedia
Y la podais contar sobre comida ; Pasa de largo y el hüir abona ,
Porque si en vuestra mano fué la entrada , Porque con tal remedio pretendia
No sé si podrá sello la salida ; Poner en salvo sola su persona ,
Bien podeis alistar los calcañares , Sin esperar amigo que le cuadre ,
Pues los indios aprestan los pulgares. Ni aun hijo que volviese por su padre.
»Amigo Juan Beleño , yo te empeño Pues Miguel de Orozco dos tenia
Mis barbas , que tuvieras mejor saco " En la revolucion desta batalla ,
Si dejando vapores de beleño Y cuando filial favor queria ,
Tomaras un humillo de tabaco ; Allí no le responde ní lo halla ;
Pues boy han de tener moderno dueño Y ansi murió con otros este dia
Tu celada con plumas y tu jaco , A manos de la bárbara canalla ,
Y estos nocturnos saltos y estas penas Donde golpe crüel de mano perra
Las tienes de pagar con las septenas.>> Con sus sesos regó la dura tierra.
Aquesto dicho , desde la ladera Desta manera van dándoles caza
Con cuantidad de gente bien armada , Hasta que los arronjan en los llanos ,
Por arronjallos sobre la escalera Ensangrentando cada cual la maza
Disparan una y otra rocïada ; En generosa sangre de cristianos ,
Cercana la tenian y frontera , Y el escalera se desembaraza ,
Mas en cierto recodo gran celada Donde muchos ovieron á las manos
De la floresta, acia man derecha , Pues número mayor que de cincuenta
Donde ellos se desvían de la flecha. Aquellas anchas losas ensangrienta.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE 11 , Elogio de ROJAS, CANTO III. 341
Los altos aires braman con estruendo ; Cada cual dellos hace lo que debe
Auméntase de indios la pujanza , Porque temor de muerte los convida ;
De tal suerte que con rigor horrendo Mas tal inundacion de flechas llueve
Hasta medio del llano se abalanza En aquesta primer arremetida ,
Con el Gamita , Jebo y el Coendo , Que dos soldados buenos de los nueve
Que los animan á mayor venganza , Quedaron perdidosos de la vida ;
Sin miedo ni temor que les dé pena , Los otros , para ir donde pretenden,
Por ser esta pasion dellos ajena . Sin perder de su via se defienden.
Luis de Nava , viéndose perdido Ansí van en demanda de los llanos
Y arriba con los ocho compañeros , El vestido huyendo del desnudo ;
Por no poder cumplir lo prometido Y como se hallasen ya cercanos ,
Beleño , que escapó por piés lijeros , Cada cual escapó por donde pudo ,
Percibiendo la grita y el ruido Confiado de piés mas que de manos,
De indios y españoles delanteros , Y del espada mas que del escudo ;
Determinóse de bajar tras ellos Y como van por partes diferentes
E irse por aquellos mismos huellos. Tras ellos se dividen estas gentes.
Porque , segun él dijo , hizo cuenta , Bien oyeron los tiros y revueltas
No pareciéndole juicios vanos , Y tiros de arcabuz los caballeros ,
Que en tanto que duraba la tormenta , Los cuales también andan á las vueltas
Y los otros andaban à las manos , Con indios, defendiendo los primeros
Podrian descendirse sin afrenta Que descompuestos y las armas suelta.
Hasta ponerse junto con los llanos, Bajaron de los ásperos oteros ;
Y allí serian de peligros horros , Y de los mismos tiros coligian
Por tener mas á mano los socorros. Ser españoles que se defendian .
En tal necesidad nadie pudiera Guió pues á la sierra don Antonio
Imaginar mas cómodos consejos , Su presto y arrendado rabicano ;
Y entonces ciertamente descendiera Dióle su propia vista testimonio
Con pasos voluntarios y parejos ; Ser presa de dos indios un cristiano ,
Mas viéronlos venir por la ladera Cada cual dellos un feroz demonio
Los sacerdotes ó mobanes viejos Segun lo tienen con pesada mano ,
Que estaban en un alto contemplando Y luego conoció ser Luis de Nava,
La felice victoria de su bando. A quien fuerza y aliento ya faltaba.
Estos , mirando bien à la redonda , No puede con los indios lo que osa;
Vieron venir dos grandes escuadrones Vigor le falta, sobra la osadía ;
Con macana , carcaje , dardo , honda , Pero la destemplanza calurosa
De Macinguilla y otras poblaciones Y el largo curso fuerzas impedia ,
Con intencion de socorrer á Bonda , Y es porque nunca quiso dejar cosa
Vistos los fuegos y revoluciones ; De todos los pertrechos que traia :
Y ansi dan voces à los capitanes Con el calor aumentan el desmayo
Los cerimoniáticos mohanes, Celada y arcabuz y férreo sayo .
Diciéndoles: « Haced pasos livianos , Viendo pues que su fuerza no aprovecha
Y abreviad lo posible la carrera : Para se desasir en la porfia ,
Alcanzareis allí nueve cristianos En el calabazon metió la mecha
Que van bajando por el escalera.» Que relleno de pólvora traia ,
Ellos obedeciendo los dos canos , Y con humo y ardor de sí desecha
Los piés movieron mas à la lijera , Al barbaro crüel que lo tenia ,
Pero cuando llegaron al estrecho Pues de los dos con el súbito fuego
Distaban dellos no pequeño trecho. El uno quedó muerto y otro ciego.
Viéronlos ir apriesa caminando También al fuego dió su proprio pelo ,
Cerca ya del remate de las cuestas , El cual fué los vestidos encendiendo :
Y porque no se fuesen alabando Terrible pena, grave desconsuelo ,
De tales osadias como estas , Tristisimo espectáculo y horrendo ;
Los indios como cabras van saltando , Y ansi volcándose por aquel suelo ,
Los arcos prestos y las flechas puestas , ¡ Paciencia me de Dios ! » está diciendo ;
Con la grita que suelen cuando riendas Imprimen sus palabras dolor sumo
Sueltan á las rencillas y contiendas. Y el ver de cuerpo vivo salir humo.
Volvió los ojos el Luis de Nava , Como cuando llegó la fatal ira
Y conociendo ser dudoso trance , Del fuerte capitán, hijo de Alcmena ,
Con suma diligencia caminaba , Que don de su querida Deyanira
Por no poder jugarse mejor lance , A muerte desastrada lo condena :
Ya los demás soldados animaba Ansí brama, da voces y suspira
Antes que la tormenta los alcance ; Lüis de Nava por aquel arena ,
Pero para correr con mas aliento Y cuanto con mas furia se menea
Las armas eran gran impedimento . El miserable cuerpo mas humea.
Iba Luis de Nava bien armado El noble joven de valor altivo
Con pecto y espaldar , y con espada Llegó con su caballo, y en llegando
Que va pendiente del siniestro lado , Los ijares rompió del indio vivo
La cabeza cubierta con celada , Y asió del triste que se va quemando ;
Buen arcabuz, de balas pertrechado , Y sin sacar la pierna del estribo,
Ydemás de la pólvora tasada Lo llevó pocos pases arrastrando,
Un calabazo grande lleva lleno Hasta que dió con él en un alberca
Colgando, que a su tiempo le fué bueno. O charco que tenian allí cerca.
Aqueste peso y el ardor terrible Este fué gran alivio de sus males.....
Les hace la carrera menos llana , Y porque cargan nuevos escuadrones "
Y la gente bestial, incorregible , Acudieron soldados principales
Por su velocidad tierra les gana ; De fuertes caballeros y peones :
La cual con muestras de furor horrible Uno fué dellos Esteban Gonzalez ,
Cercando va la gente castellana , Dador de las presentes relaciones ,
Que con el arcabuz templa su via, Cuyos hechos allí no fueron menos
Y ansi tirando tiros se retira. Que los mas señalados y mas buenos.
342 JUAN DE CASTELLANOS.
Sin faltar en aquesta competencia Mas no por eso la canalla para ,
En cualquier necesaria coyuntura, Pues como victorioso los aqueja ;
Y por dicho favor y diligencia, Y entre tanto que el bárbaro dispara
El dicho Luis de Nava tuvo cura , Y la gente de á pié dellos se aleja ,
Aunque por ser pesada la dolencia Los de caballo van haciendo cara
Poder escapar della fué ventura ; Al escuadron que punto no los deja
Y aun si boy vital aura lo gobierna Por arcabucos y por partes rasas ,
Andará cojeando de una pierna. Hasta que los metieron en sus casas.
Estando pues allí donde la vida Y como gentes de temor exentas ,
Le dieron en el charco referido , A voces dicen : « Esperad, gallinas ,
Se recogió la gente divertida Para que rematemos nuestras cuentas
Y las reliquias vivas del vencido , Al son de las cornetas y bocinas.>
Ansi heridos como sin herida , Esto decian y otras mil afrentas
Porque la multitud del atrevido Que de poner en letras son indinas ,
Jebo cruel , con indomable pecho , Porque de las naciones es aquesta
Aun no se contentaba con lo hecho. La mas desvergonzada y deshonesta.
Desque los vivos fueron congregados , Después que los metieron en los puertos,
Hallaron que faltaban muchos buenos Revuelven los del bárbaro rebaño
Y estaban de sus armas cercenados "A ver sus casas y hacerse ciertos
Aquellos que vinieron dellas llenos. De su bien ó su mal con desengaño :
Los hijos de Orozco congojados Remanecieron muchos indios muertos
La prenda paternal echaron menos : Sin que pensasen ser tanto su daño ;
Preguntan, y afirmó testigo cierto Recogen á difuntos sus parientes
Que con los demás muertos quedó muerto. Poniéndoles renombres eminentes.
Aquesta certidumbre les aumenta Pues aunque nunca gocen de victoria ,
Las penas, las fatigas, los enojos ; De los indios que mueren en la guerra
La muerte desastrada se lamenta Dicen los vivos ser cosa notoria ,
Y el quedarse por bárbaros despojos : Digo los moradores desta sierra ,
Era su dolor tanto, que revienta Aquella muerte ser la mayor gloria
Por boca de los dos y por los ojos , Que les puede venir sobre la tierra ;
Y tales son los dichos y los hechos , Y ansi les cantan por algunos dias
Que hacen impresion en otros pechos. Sus grandes hechos y sus valentías.
Dijo el menor al otro : « ¿ Qué hacemos Y en una barbacoa se procura
Llorando sin provecho ni esperanza ? Al cuerpo suponer brasas ardientes ,
Cumplamos con aquello que debemos Y recoger en vasos la grosura
Tomando destos barbaros venganza , Por ministros que tieneu competentes ,
Pues el cómodo tiempo que tenemos La cual beben en tanto questo dura
Podríase perder con la tardanza ; Los mas aventajados y valientes ;
Vamos, ya muerte venga , ya nos buya , Después dan al sepulcro la ceniza ,
Y no queramos vida sin la suya.»> A la cual su linaje solemniza.
Dijo, y ambos á dos , como leones Y de los españoles hecha cuenta
Hambrientos que saltean las manadas , De los muertos á manos y heridos ,
Rompieron por aquellos escuadrones Hüidos de la haz sanguinolenta ,
De gentes con victorias levantadas , Hallaron ser entonces fallecidos
Y en los de mas gallardas proporciones Número que pasaba de noventa ,
Iban ensangrentando las espadas : Todos los mas de los recién venidos ,
Matan á Marocinda, Sanga, Toche , Sin los que remediaron cirujanos ,
YPanto vió su fin y eterna noche. O mancos de los piés ó de las manos.
Andando de los dos la punta aguda Esteban de las Alas , cuando llano
Intestinos y entrañas descubriendo , Pensó quedar el bárbaro guerrero ,
Sin esperar favor que les acuda Oyó que lo dejaban mas ufano ,
En riesgo y en peligro tan horrendo , Y en muy peor estado que primero ,
Acudió don Luis con buen ayuda Y cómo convenia mayor mano
Poniendo duros frenos á Coendo , Para domar esfuerzo tan entero ,
El cual venia contra los hermanos Y tomar las católicas banderas
Con nube furiosa de paganos. Aquesta punicion mas à las veras.
El don Luis los suyos solicita Considerando pues que no cumplia
Usando de caudillo diligente; Dejar en tantos riesgos aquel puerto ,
Con obras y palabras los incita , Quiso con don Luis , que lo pedia ,
Pero los mas pelean flojamente Efectuar aquel primer concierto ,
Por el cansancio grande que les quita Y ansi dejó bastante compañía
Las fuerzas y el calor del sol ardiente , Para se defender del indio yerto ,
Bien que con arcabuces hacen tiros Y despidiéndose de los vecinos
No todos con mortíferos suspiros. Adelante prosigue sus caminos.
Y Anton Bocancha, negro arcabucero , Viéndose don Luis con mas pujanza ,
El serpentin del arçabuz aprieta A la fortuna quiere dar un tiento ,
Contra Jebo que sale delantero Y para tener cierta la venganza
Llamándole de perro negro jeta ; Fatigaba su buen entendimiento ;
Pero la flecha que salió primero Y como yo también tengo la lanza
En la coce le dió del escopeta , Cansada del pasado rompimiento ,
Yfué la punta della de tal arte, Quiero primero que el suceso diga
Que la coce pasó de parte á parte. Algun alivio dar á mi fatiga.
Al fin el barbarismo prevalece ,
Y vista la pujanza y el estruendo ,
Y que la multitud de indios crece ,
Y los cristianos iban descreciendo ,
Al don Luis de Rojas le parece
Irse su poco a poco retrayendo ,
Llevando por delante recogidos
Ansi los sanos como los heridos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELOGIO DE ROJAS, CANTO IV. 343
Mas pajecillo vil del tesorero
Recorrió los retretes y recodos ,
CANTO CUARTO.. Ladino , mas al parecer sincero ;
Y tuvo tal ardid y tales modos
Donde se cuenta cómo en sabiendo los indios de Bonda ser ida el ar- Que sin faltar primero ni postrero
mada , vinieron sobre la ciudad de Santa Marta ; cómo se reedificó la Con granos de maiz los contó todos ,
fortaleza, con otras muchas cosas que en la reedificacion acontecieron. Y hecho cerca desto lo que quiso
A Jebo dió los granos y el aviso.
Los hombres honorosos que declinan Vistos los granos , lo demás pregunta ,
Del punto adonde estaban colocados , Y la respuesta fué no sin fastidios ;
Cuando contrarias partes arrüinan Porque mirada bien , della barrunta
Honores que tenian granjeados , Tener el puerto ya buenos presidios ,
Siempre sus pensamientos encaminan Y desta causa congregarse junta
A verse satisfechos y vengados , Para les imponer nuevos subsidios ;
Y mas si quien padece tal afrenta Y ansi volvieron no con pasos lerdos
Tiene superior à quien dar cuenta. A Bonda por tomar nuevos acuerdos.
Pues como don Luis de Rojas era Idos los indios , hubo gran consulta
Estimado varon y bien nacido , Entre los españoles de mas suerte ,
Y de los bárbaros desta frontera En parte que sabian ser oculta
Fué su sobrino muerto y él vencido , Para que lo que cumple se concierte ;
Deseaba de cualquiera manera Y al fin de parecer comun resulta
Cobrar algo del crédito perdido , Primeramente levantar el fuerte ,
Porque muchos de fuera hacen pausa Pues para proceder mas adelante
Juzgando los efectos sin la causa. Era negociacion muy importante.
Y cuando para dar un estampida Previenen necesarios materiales ,
El orden mas sin riesgo tantearon , Sin que ladinos indios los entiendan ,
En gente de los bondos atrevida , Y diestros y peritos oficiales
Que también sus venganzas deseaba , Que las obras del fuerte comprehendan ,
Supieron el armada ser partida , Con doscientos soldados principales
Pero no del presidio que quedaba ; Para que de los indios los defiendan ;
Y ansi hasta quinientos indios diestros Y Castro , Torquemada , Campuzano
Determinaron dar sobre los nuestros. Y don Antonio guian esta mano.
Con intenciones malas y protervas Luego pusieron manos en la obra
Se disponen el viejo y el mancebo ; Con gran hervor y viva diligencia ;
Son guias de las pérfidas catervas Pereza falta y el deseo sobra ,
Coendo , Gamita , Maciringo , Jebo ; Vela la discrecion y la prudencia ;
Y cuando ya las rociadas yerbas Mas todo se hacia con zozobra
Enjugaba calor del claro Febo , Por la cuotidiana resistencia
Ocuparon los bajos y los altos De bárbaros que tienen por injuria
Para dar en el pueblo los asaltos. El no mostrar alli toda su furia.
Hacen ostentacion de su tesoro En esto se deleitan y recrean
Puestos brazales , pectos , orejeras , · Para les estorbar lo que pretenden ,
Con otras diferentes joyas de oro Y aunque con arcabuces los ojean ,
Para cebar las gentes estranjeras ; Son poca parte para que se enmienden :
Daba su resplandor luz y decoro Unos labran al fin y otros pelean .
Al escuadron que va por las laderas Y el fuerte defendiendo los ofenden ,
Cuando lucido rayo del oriente Pues cuantas veces son acometidos
Hiere las diademas de la frente. Quedaban nueve ó diez indios tendidos.
Al claro manifiestan sus corajes Y aun entre muchos dias hubo dia ,
El meneo feroz y la postura , Segun hombre de vista representa ,
Y aquellos sagitiferos carcajes Que de la porfiada compañía
Cuyo veneno no consiente cura ; Quedaron sin la vida más de treinta ;
Todos con superbísimos plumajes , Mas no por eso cesa la porfia
Como de carrizal gran espesura De la bestialidad sanguinolenta ,
Cuando vellosos por las partes sumas Porque el mas flaco destas geutes todas
Producen tallos que parecen plumas. Reñir y pelear tiene por bodas.
Llegados á las partes mas vecinas , Viendo pues su maldad tan obstinada
Subidos en cerrillos y peñoles ,· Sin dia reposar desta contienda ,
Tocaron las cornetas y bocinas , Determinaron una madrugada
Cóncavos y marinos caracoles , Poner á su furor alguna rienda ,
Llamando por sus nombres de gallinas Acometiéndoles con emboscada
A los mas conocidos españoles , Donde ninguno dellos se defienda
Con un título mas tan sin vergüenza De los caballos diestros , si por caso
Que por su fealdad no se comienza . Los pudiesen sacar mas à lo raso..
Alborotóse la cristiana gente , Hay un monte que poco se desvia
Y quisieron los mas apercebidos De los ranchos que tienen fabricados ,
Al encuentro salir incontinente , Donde sin esperar la luz del dia
Porque les ofendian los oidos ; Entraron á caballo bien armados
Mas don Luis de Rojas no consiente Don Antonio y Bartolomé Garcia ,
Sino tener los suyos abscondidos , Y otros cuatro bien acreditados ,
Para que crean , viendo cobardía , Para que si los indios acudiesen,
No ser mas gente de la que solia. Los seis à las espaldas respondiesen .
Porque los españoles presumian Y si bajasen del cerro cercano ,
Estar todos los indios ignorantes Que del fuerte distaba poco trecho ,
De las defensas nuevas que tenian, Mostras en los demás tibia la mano
Sino que se quedaban como antes , Por ensoberbecelles mas el pecho ,
Y eu hecho de verdad no lo sabian ; Porque los caballeros en lo llano
Y si como venian elegantes Les pudiesen herir mas à provecho ,
Entraran en el pueblo con sus galas , Y alli la furiosa destemplanza
Mas de cuatro dejaran las chagualas . Ensangrentase filos de la lanza.
314 JUAN DE CASTELLANOS .
Después que se hicieron los conciertos , » Bien podeis regalar aquellos potros
Entraron cuando mas obscuro era, Porque tengais socorro caballuno :
Esperando que salga por los puertos Que tras unos recuentros vienen otros ,
La mas lucida lumbre de la esfera : Y no seré yo menos importuno
Los caballos armados y cubiertos Hasta que de nosotros ó vosotros
De pechos , faldas, ancas y testera , Uno no quede vivo ni ninguno :
Los cuales , segun el silencio tienen , Que la gente de Bonda no se cansa ,
Parece barruntar á lo que vienen. Ni fortuna podrá hacella mansa. »
Al tiempo pues que la febea lumbre Ensangrentando pues los escalones ,
Los rayos por las sierras estendia , Con esto consolaban su zozobra ;
Vieron cómo bajaba de la cumbre Mas en sus alterados corazones
Armada y arriscada compañía , El placer falta y el pesar les sobra :
Segun y como tienen de costumbre , Los nuestros, todos libres de lesiones
Y por el orden mismo que solia ; Apriesa vuelven manos á la obra ,
Todos al cerro van primeramente Unos tapiando y otros dando tierra
A fin de descubrir aquella frente. Y todos armas prestas para guerra.
Subido Jebo con escuadron luengo Parte velan la senda y el camino
Dió voces al ejército cristiano , Atalayando toda la frontera ;
Diciendo : « Ya sabeis á lo que vengo , Otros hachean el teoso pino
Subid, gallinas, daros hemos grano, Y ponen en concierto la madera ;'
Y pues que me pedis de lo que tengo , Otros mondan las ramas del espino
Estos regalos salen de mi mano.>> O planta que serábuena solera
Con esto ladeó sus hombros anchos , Para ranchos que dentro de los muros
Cuya flecha llegó basta los ranchos . Hacian para mas estar seguros.
No fué cualquiera dellos menos presto Vinieron en aquesta coyuntura
Con la grita que suelen y algazara ; Los de Macinga, poblacion notoria ,
Y visto por los españoles esto , So color de dar paz, y por ventura
Veinte y cinco peones hacen cara , Antes no la tenian en memoria ;
Llegando con rodelas al recuesto , Mas como quien sus tierras asegura
Del cual bajan los indios como jara , Dieron el parabién de la victoria ,
Porque viendo tan pocos , están ciertos Ayudas y favores prometiendo
Que podian contallos con los muertos . Para la obra que se va haciendo.
Todos acuden al número poco , Desto se recibió harto consuelo
Y los cristianos por sacallos fuera , Por los que a todas horas trabajaban ,
Ibanse retrayendo poco a poco , Viendo que les venia muy à pelo
Por apartallos mas de la ladera ; El ayuda que tanto deseaban ;
Y por los alcanzar el indio loco Y ansi ya por temor, ya con buen celo ,
A los caballos dió llana carrera ; Los bárbaros ya dichos ayudaban ,
Y en oyendo las señas que desean Cuya labor no fué tan sin aliento
Baten las piernas recio y espolean. Que no fuese con grande crecimiento .
Menéase con buen aire la lanza Sabido por los bondos el ayuda
De jerifaltes sueltos en la priesa , Que daban indios à los andaluces ,
Cada cual de los seis à quien alcanza Procuran enviar a quien acuda
Las espaldas y pechos atraviesa ; Con macanas, con flechas y gorguces ,
Gente de pié tras ellos se abalanza ; Y entrellos de la gente mas aguda
Anda la cuchillada muy espesa ; Seis ó siete con buenos arcabuces ,
Rompen entrañas y abren corazones Tan bien ejercitados en la mira
Las pelotas y duros perdigones. Que nadie dellos yerra donde tira.
El brazo se cercena con el hueso ; Estando todos pues apercebidos ,
Llueve sangre del duro desafío ; Bajaron sin hacer vanos bullicios ,
Grande priesa les dan, mas no por eso Y viendo dos ó tres indios subidos
Ven desmayar al bárbaro gentio , En bubios haciendo sus oficios ,
Pues cuanto su destino mas avieso , Con arcabuz despierta los dormidos
Mostraban mas valor y mayor brio ; Jebo, segun se supo por indicios ,
Y ansi formaron escuadron unido Y el muslo pasa de Juanico Minga,
Que nunca después pudo ser rompido. Capitan de los indios de Macinga.
Y los que ya de flechas carecian , Cada cual de los seis luego dispara
Que no gastaron números pequeños , El suyo, sin topar a quien ofenda;
De los robustos arcos se valian , Los nuestros viendo cómo se declara
Que no son menos que rollizos leños , Por los indios beligera contienda ,
Gon cuyos golpes grandes rebatian El arma necesaria se prepara
Las lanzas, los caballos y los dueños , Dejando de hacer otra hacienda ;
Trabajando llegar á la ladera Y ansi salieron todos à buscallos ,
Para se reducir al escalera. Los seis ó siete dellos en caballos.
Procuran impedilles los lugares Puesto por orden el cristiano bando ,
Los caballeros , viendo su concierto ; Arcabuces con diestros rodeleros ,
Mas á los sagitarios singulares En dos alas se fueron allegando
El viento mostró pelo descubierto , A los cerros y términos fronteros
Por donde traspasados los ijares A las alturas dellos apuntando
El un caballo dellos cayó muerto ; Con los fogosos globos y lijeros ,
Y desta suerte van en remolino Donde los posesores de la roca
Sin poder estorballes el camino . Aprestaron las manos y la boca.
Tomaron en efecto la subida , Porque segun sus viejas condiciones
No menos los heridos que los sanos , Levantan algazara, saltan, gritan ,
Dejando diez y ocho sin la vida Mas viendo humear nuestros cañones
De los mas señalados y lozanos ; Con gran velocidad se precipitan,
Viéndose Jebo pues ir de vencida , Y desde los ya dichos cerrejones
Esto habló con nuestros castellanos : Con retorno de flechas los visitan ;
Hoy por engaños ha sido la vuestra , Pero duraron poco, porque luego
Y mañana quizás será la nuestra. Dejaron a los nuestros en sosiego.
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VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II , ELOGIO DE ROJAS, CANTO IV.
Y no se supo si la despedida » De buena gana cada cual te escucha
Fué porque recibieron algun daño ; Y el mayor y el menor está rabiando ,
Pero quedó sin muerte ni herida Para meter las manos en la lucha
La gente del católico rebaño ; Sin esperar mas tiempo que mi mando :
Mas no por eso mal apercebida , Mira que todos tienen fuerza mucha
Antes con miedo de mayor engaño , Y al cabo tienes de salir llorando ;
Tanto , que cuando van por agua ó leña Si con la tuya vives à contento ,
Arcabucean la cercana breña. No te pongas en este detrimento. »
Y para descubrir maldad cubierta Responde : « Puesto caso que ansi sea,
No fueron diligencias sin provechos , No veines esa fuerza tan patente
Pues un dia sin verse cosa cierta Que me fuerce razon à que la crea
Disparan recelando los acechos , Hasta que su valor esperimente ;
Y en dos fuertes gandules abren puerta Será mi desengaño la pelea ,
Dos balas por enmedio de los pechos ; Y ansi la pido con el mas valiente ,
Los otros, como vieron estos muertos, Y tú ten las apuestas , si saliere ,
Con grita se hicieron descubiertos. • Para dallas á quien las mereciere . »>
Los cuales bien pensaron darse maña El Torquemada dijo : « Pues porfias ,
En tomar la venganza destas muertes ; Presto verás aqueste desengaño ,
Mas a la grita sale la compaña Y ansí quiero vencer tus valentías
De los que trabajaban en los fuertes , Con el mozo menor que viste paño ;
Y ansi no desamparan la montaña Mas tus quejas después serán baldías
Los indios , ni pudieron hacer suertes , Si de la lucha te viniere daño ,
Antes se meten á lo mas espeso Y los reales , si vencedor vienes ,
Con esperanza de mejor suceso . En tu bolsa haz cuenta que los tienes.>>
Pues como gente que de sí confía , Luego señaló cierto compañero ,
Este juzgaban por su mejor rato , Dicho Diego Rodriguez , no menudo
Y ansi nuncajamás tuvieron dia Ni grueso , pero joven : es lijero ,
Que se pasase sin algun rebato ; Medianete de cuerpo y espaldudo ,
Mas como lo pasado les dolia El oficio del cual era platero
Bajaban con grandísimo recato , Y en las presas de lucha nada rudo ,
Y en los cerros cercanossyy fronteros En todas las posturas maña varia ,
Subidos, les bacian estos fieros. E bijo de las islas de Canaria.
¿Y de qué sirve trabajar en vano , Habia por delante plaza llana ,
Gente vil, apocada, burladora , Bien limpia de cualquier inconviniente ,
Pues cuanto trabajais este verano En torno mucha gente castellana
Hemos de deshacer en una hora ? Y en el mismo compás barbara gente :
¿Quién te hizo valiente, Campuzano ? Allí con el frescor de la mañana
¡ Ah Torquemada ! ven por la demora ; Se ven el uno y otro combatiente ,
Las indias hilan ya vuestras desquilas Como si fueran Hércules y Anteo ,
Para meteros dentrode mochilas, >> A lo menos iguales en deseo.
En tanto questas cosas sucedian , Desnudos miembros el gandul robusto
So color de vender mantenimiento Y limpios del paléstrico ceroma ,
Algunos otros indios acudian Aquella parte que le dió mas gusto
Aver la fortaleza y el asiento , Del lugar que decimos , esa toma ;
Yen paga de las cosas que traian Diego Rodriguez con vestido justo
Ningunorevolvia descontento ; Musios y partes impudentes doma :
Traian yucas, plátanos, auyamas , Ambos se van llegando con gran tiento
Manzanas olorosas, piñas, guamas. Y en los rostros algun demudamiento.
Y un robusto gandul, de miembros llenos Firmes los piés , los brazos estendidos,
Alto , fornido, bien proporcionado , Entrambos iban por la llana mesa ,
Llamado Tiguer, con un ojo menos , Los ojos vigilantes y advertidos :
En varias guerras bien ejercitado , Arremetieron para hacer presa ;
Con una carga de plátanos buenos Ya los atletas dos andan asidos ;
Llegó con otros indios al mercado ; Resuena con bufidos la debesa ;
Preguntan & cuánto ? los que la pretenden , Bien tienen menester la plaza larga
Y respondió diciendo : « No se venden ; Segun el uno sobre el otro carga.
>>Pero si de vosotros hay quien pruebe Ambos reguardos dan á las gargantas
En la lucha mis fuerzas y mis huellos , Y a las partes que pueden dalles pena ;
Deposite cualquiera que se atreve Las prestezas de vueltas eran tantas
Dos reales de plata contra ellos ; Cuantas un remolino desordena ;
Y si pudiese mas , gratis los lleve La tierra se rompia con las plantas ;
Y a su contento pueda gozar dellos , Desgarros grandes bay por el arena ;
Y si mis brazos fuesen mas cabales Del gran reholladero de la rueda
Quedaránseme con los dos reales.> Los cubria nublosa polvareda.
De la cristiana gente que se halla No reposan en unos mismos puestos
Presente, como vieron tanto brio , Aquí y allí los lleva furia loca ;
Ningunos aceptaron la batalla Los indios que los miran hacen gestos
Ni salieron al dicho desafio ; Queriendo ver su Tiguer hecho roca ;
Y ansi cada cual dellos mira y calla Hasta los españoles mas enbiestos
Mostrandose con un semblante frio , Hacian mil visajes con la boca :
Bien que quisieran ver este certamen Uno se tuerce y otro se menea ,
Mas ninguno de si hacer examen. Y cada cual sin pelear pelea.
Mas el Antonio de Torquemada , Bien como cuando dos toros valientes
Capitán señalado desta gente , Muestran sus furias en el campo verde,
Viendola toda cuasi demudada Y hacen con los golpes de las frentes
Y uno y otro hablar confusamente , Al ganado dormido que recuerde ;
Con una cierta risa disfrazada , Crecen impetuosos accidentes
Al dicho Tiguer dijo lo siguiente : Y el que tierra ganó luego la pierde ,
¿Para qué quieres intentar contienda Y el perdidoso vuelve mas atroce ,
Adonde pierdas crédito y hacienda ? Y superioridad no reconoce :
346 JUAN DE CASTELLANOS.
Desta manera cada cual se muestra Cuando pasaban estas circunstancias ,
En su postura y en su movimiento , Los bondos no vivian sin bullicio ,
Sin que del gran rigor de la palestra Mas antes salteaban las estancias
Se pueda declarar el vencimiento : Y en ellas captivaban el servicio ,
Esta dudosa ya la gente nuestra Aprovechandose de las substancias
Y no menos el bárbaro convento , Del rústico trabajo y ejercicio,
Viendo que el español en la congoja Y prendieron también del Torquemada
Cuanto trabaja mas menos afloja. Un negro que guardaba su manada.
Andando pues trabada la rencilla , Y porque desto fuese mas pesante ,
Diego Rodriguez con honroso celo Dos indios de los desta cabalgada
No sé cómo se puso la rodilla Salieron de aquel monte circunstante,
tiempo que le vino muy á pelo , Quedando los demás en emboscada ,
Y de tal suerte fué la zancadilla Y al Torquemada ponen por delante
Que dió con el gandul en aquel suelo La presa que traian maniatada,
Diciendo : « Perro, ¿ tú no me conoces?» Porque si vienen á quitar la pieza ,
Y dióle luego tres ó cuatro coces. A su salvo le den en la cabeza.
Después que sus furores ejecuta, Y en efecto salia cierta banda
Con el se fueron hasta la posada De la gente mejor y mas hidalga ,
La gente principal desta conduta A causa de quel negro con voz blanda
Por mandado del dicho Torquemada , Y lastimosa pide quien le valga ;
Y el ocupó los dientes en la fruta Mas Torquemada con rigor les manda
A fuerza de sus brazos granjeada , A grandes voces que ninguno salga ,
Jurando que dulzuras de panales Por entender las mañas y cautela ,
Para su paladar no fueran tales. Y la gran multitud quel bosque cela.
El indio Tíguer bien arrepentido Mas un arcabucero diligente ,
De tomar con sus manos aquel baño Que se decia Pedro de Ribera ,
Fuése corriendo por quedar corrido , Apuntó bien con el cañon ardiente
Y tuvo sentimiento tan estraño Al uno de los dos que estaban fuera ,
Que por allí jamás hombre lo vido Y dióle por lo alto de la frente ,
Ni pareció por mas tiempo de un año ; Partiéndole por medio la mollera:
Pero vino después , mas no tan teso , Dos ó tres vueltas dió con desatiento ,
Sino con un poquillo de mas seso. Perdida ya la vista y el aliento.
Otro gandul entonces y en aquella El otro, como vido su pariente
Coyuntura que fué lo del atleta , Del resuello vital desamparado ,
Con gran instancia pide para vella Dió con flecha mortal á manteniente
Que le cargasen bien una escopeta Al negro que traian amarrado ,
Estimulado de tirar con ella ; Y al compañero , de la luz absente ,
Mas el soldado con razon discreta , Sobre sus hombros lo llevó cargado
Le dijo: « Mira que no te conoce A la montaña , pasos abreviando ,
Y sé que te dará terrible coce . >> Do los otros estaban esperando.
El indio dijo : « Vete en hora fea El negro , como nadie lo tenia ,
Con otros á hablar esas razones " Con piés lijeros hizo su hüida ,
Que yo no tengo para qué las crea , Mas¿qué prestó hüir ? Pues otro dia
Entendiendo dó van tus intenciones , Al miserable le huyó la vida ,
Porque yo no soy negro de Guinea Sin que pudiese nuestra compañía
Para no conocer estos cañones ; Algun remedio dar á la herida ;
Echale la carga si quisieres, Los indios huyen , porque ya sus hechos
Y verás cómo doy do me dijeres. » Eran tan solamente por asechos.
El Esteban Gonzalez enojado Con estos ocupaban el sendero
Dos cargas le metió dentro del seno , Esperando ver gente divertida ;
Redondo plomo puesto y apretado , Y entonces á cualquiera compañero
De muchos tacos el cañon relleno ; Español no sobraba la comida :
Y cuando para juego tan pesado Estaba pues un guayabal frontero
A él le pareció que estaba bueno , Cerca de do tenian su manida ,
De polvorin la cazoleja hecha, Y gente chapetona mal instruta
El arcabuz le dió con viva mecha. Entraban á coger aquella fruta.
El dispuesto gandul la coce puso Y ansí porque tenia la celada
Do la suele poner el que bien tira , Que podria cubrir el arboleda ,
Por do manifestaba tener uso El capitán Anton de Torqueniada
Y que su blasonar no fué mentira ; Con penas y amenazas se lo veda ;
El serpentin fumoso se dispuso Pero como con gente mal crïada
Y el blanco disponia por la mira ; No todas veces probibirse pueda ,
El gandul apretó la mano luego Hizo meter allí ciertos soldados
Y en ese mismo punto tomó fuego. Ocultos y de flechas preparados.
Dió tan terrible golpe y estampida Para que si personas desmandadas
Como si se soltara verso grueso , Entrasen á los frutos referidos ,
Tanto quel indio loco dió caida , Tirasen silbaderas despuntadas
Como la carga fué con grande esceso, Que les amedrentasen los oidos ,
La carne de los hombros despedida Y abreviasen al fuerte las pisadas
Y fuera de los límites el hueso : Sospechando ser indios abscondidos ,
Llegaron muchos por tener por cierto Porque con esta falsa diligencia
Quel misero gandul estaba muerto. Tuviese cada cual mas advertencia.
Aquel que fué la causa destos males Abscondióse pues Esteban Gonzalez,
Para lo remediar tomó la mano , Y con él Aravaca su vecino :
Que digo ser el Esteban Gonzalez Luego vieron llegar á los frutales
Hoy en aqueste pueblo cirujano ; Un Izaguirre , mozo vizcaíno ,
Y con los necesarios materiales Con otros dos mancebos sus iguales ,
Dentro de pocos dias lo dió sano, Los cuales con bambriento desatino
Y el indio que hablaba de la oseta Comienzan á comer del fruto bueno ,
No quiso tirar mas con escopeta. Y a meter en la boca y en el seno.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II , ELOGIO DE ROJAS , CANTO IV. 347
Los abscondidos tras matas fronteras Con otra le pasó tupido sayo
Por ponelles temores y escarmiento Al Esteban Gonzalez un mozuelo :
Tiraron tres ó cuatro silbaderas ; La barriga rompió , mas á soslayo ,
Huyen los vizcaínos al momento Causándole tan intimo recelo
Como tres velocísimas galeras Que con el golpe grande y el desmayo
Impelidas de remos y de viento , Tocó con las espaldas en el suelo ,
Y á grandes voces dicen deste modo : Y al mismo punto con furor insano
« Arma , arma , que viene sierra todo. Salieron ocho por echalle mano.
» Por orden luego, buenos escuadrones , Pero hallóse junto Juan de Alba ,
Daca , rodela grande y azagaya , Fidalgo portugués , que lo levanta ,
Porque , juras a tal , flechas montones Y al tiempo que de aquel riesgo lo salva
Venian sobre hijos de Vizcaya . >> Una flecha llegó con fuerza tanta
Causaron estas voces turbaciones , Que voló la montera de la calva ,
Y nadie dellos sabe dónde vaya Clavándole con la frontera planta ,
Porque de ningun indio ven la cara Y allí se la dejó clavada y rota ,
Ni suena de contrarios algazara. Segun están orejas en picota.
Echan sillas y frenos à rocines , Pues como la canalla los lastima ,
Previéneuse las armas que convienen , Y pone turbacion al mas entero ,
Y con alborotados desatinos Bartolomé Carrasco los anima,
Preguntan todos por adónde vienen , Mancebo cordobés arcabucero ,
Y respondíanles los vizcaínos : Y los llevó hasta poner encima
« Guayabos abscondidos te los tienen , Del mogote mayor que está frontero ,
A mal viaje hagas salvajina , Donde con brevedad mechas encienden ,
Y como tiras flecha que rechina.» Y con los arcabuces se defienden.
Andando pues la gente negociada Viendo que los cristianos representan
Aunque ningun contrario se divisa , Quererse defender y aun ofendellos ,
El capitán Anton de Torquemada Los indios con lo hecho se contentan ,
Apenas puede comportar la risa ; Y antes de les venir nuevos resuellos
Todavía con voz disimulada , Del emboscada huyen y se absentan,
Sin descubrir el hecho , les avisa Sin padecer desdén ninguno dellos ;
A todos que procuren adelante Luego del fuerte salen andaluces
No se poner en riesgo semejante. Al estampido de los arcabuces.
Con aqueste temor se reportaban Llegaron muchos bien apercebidos
Aquestas gentes ya menesterosas , Para los socorrer en la presura ;
Y ansi cuando la fruta procuraban , Pero como los indios eran idos ,
Llegaban muchos , y ante todas cosas Y nadie suena por el espesura ,
Aquellas partes arcabuceaban Recogieron al fuerte los heridos
Que parecian ser mas sospechosas , Para ponellos en dudosa cura ,
Y en tanto que en coger los unos tardan , Y aunque cortaron carne y hubo fuego
Otros los velan , miran y reguardan. El pobre Caravaca murió luego.
Pero los alimentos mas granados Otro soldado, que se dijo Teva ,
Como de la ciudad los esperasen , Segun dicen , del reino de Toledo ,
Torquemada mandó trece soldados Un sutilísimo rasguño lleva
Para que los caminos franqueasen ; Entre las coyunturas del un dedo ;
Los bondos pues no son tan descuidados Nunca se hizo medicinal prueba ,
Que no los viesen luego y asechasen , Porque su poquedad no puso miedo ,
Encubriéndose cerca de sus buellos Pero rabiando concluyó la vida ,
Para cuando volviesen dar con ellos. Con no tener semeja de herida.
Fueron los trece acia Mamatoco Quedó herido pues en la barriga
Para ver si venia bastimento ; El Esteban Gonzalez , cirujano,
Los indios en la parte que ya toco , Y padeció martirios y fatiga
Perseverantes en su mal intento , Cauterizado por ajena mano ;
Vieron tres de caballo desde a poco No se guarda , recata ni se abriga ,
Que de los trece van en seguimiento ; Y con hacer escesos quedó sano :
Dejáronlos pasar por ir armados Tiene salud y vida de presente
Y los caballos bien encubertados. Y es en aqueste pueblo residente.
Pues como la primera compañía Al tiempo pues que ya tenian llenas
Llevase limitado su camino , De tierra las paredes de los muros ,
Paró segun el orden que traia Y en torno levantadas las almenas ,
Para volver al fuerte de do vino , A cuyo respaldar estén seguros ,
Viendo que de la mar nadie venia , Y en lo mas bajo prevenciones buenas
Y se llegaba tiempo vespertino ; Que puedan contrastar males futuros ,
Mas luego sin pasar mucha tardanza El don Luis envia nueva cierta
La gente de caballo los alcanza , De que tienen cosarios á la puerta ;
Diciéndoles que vuelvan al instante Y que para defensa de la playa ,
Donde quedaba la demás compaña , Do cada cual tenia su hacienda ,
Porque los tres pasaban adelante La poca fuerza della lo desmaya ,
Hasta ver la ribera quel mar baña , Pues no son parte para poner rienda ;
Y que no hallarán quien los espante Y ansi se les mandó que luego vaya
En la senda que va por la montaña , Presidio largo con que se defienda ;
Por pasar ellos sin que se sintiese Y en cumplimiento desto Torquemada
Alguna cosa que de riesgo fuese. Envió gente bien aderezada. •
Por esto los peones, sin sospechas Y como por sus letras les espresa
De los indios que estaban emboscados , Que corria notable detrimento,
Apagaron el fuego de las mechas Los soldados se dieron tanta priesa
Algunos neciamente confiados ; Por escusar aquel desabrimiento ,
Pues en entrando caen tantas flechas Que llegaron segun fué su promesa ,
Como gotas espesas de nublados , En menos de tres horas mas de ciento ,
Y antes que se revuelva ni se valga A hora deseada y oportuna,
Al Caravaca hieren en la nalga. Pues ellos y el francés fueron á una.
348 JUAN DE CASTELLANOS.
El cual , reconocida la falanga Apartáronse del alojamiento ,
Que de gente de pié se muestra fuera , Però no de sus mañas y reveses ,
Y de los de caballo buena manga ,9 Pues para no venir en rompimiento
Que también rodeaban la frontera , Necesidad les hizo ser corteses ;
Volvió con sus navios à Taganga , Y dicen que salieron con intento
Ancon de los que tiene la ribera , De se comunicar con los franceses ,
Donde luego surgió y en tierra salta Por saber que se estaban reparando
A fin de tomar agua que le falta. Y en el ancon de Cinto resgatando.
Sabiendo don Luis cómo tenia Tuvieron luego por aviso cierto
El puerto que decimos ocupado , Haber de Cinto ya hecho desvío ,
Allà llevó por tierra compañía , Dejando mal parados en el puerto
De cuyo valor iba confiado , Los que robaron en aquel navío ,
Y con los arcabuces que traia Do ninguno dejara de ser muerto
Lo hizo retirar mal de su grado , A no les socorrer con buen avio
Y á vela y remo sale de los puertos El don Luis que de un indio ladino
Con algunos heridos y otros muertos. Tuvo razon del mal que les avino.
Salidos á la mar los luteranos , Y ansí certificado , mandó luego
• Huyendo del beligero rebato , Que fuesen al ancon treinta soldados
Los que para robar quedaron sanos Para sacallos del insano fuego
Recompensaron el pasado rato De que estaban los pobres rodeados ;
Con venilles á dar entre las manos Y por estar el mar en gran sosiego
Una naveta del comun contrato Fueron en seis canoas aviados ,
Que traia de mas de marineros En las cuales llegaron al abrigo
Alguna cuantidad de pasajeros. Donde estaban los náufragos que digo.
Holgáronse con las mercaderías , En la sobresaltada compañía
Por ser la cargazon de blanco y tinto, El gozo y el contento fué supremo ,
Y con aquellas presas compañías Y de tal cualidad el alegría ,
Volvieron al ancon que llaman Cinto , Cuando vieron llegar cristiano remo ,
Donde se detuvieron ciertos dias, Cuanta puede sentir el que se via
Que llegaron á ser número quinto, De peligro mortal en el estremo ,
Y resgataron oro y otros dones Y teniendo por cierta su caida
Con los indios que moran los ancones. Sobrevi no socorro de la vida.
Entre tanto los bondos avisados De lo que se les dió comen y beben ;
De todos los negocios sucedidos Quierenlos embarcar , y de repente
Y de cómo los mas de los soldados Los vientos circunstantes el mar muever
A defender los puertos eran idos , Con tal furor que no se les consiente ;
Al fuerte vienen bien aderezados , Paréceles á todos que no deben
Donde estaban los pocos recogidos ; Fiarse del cerúleo tridente ;
Cercólos luego barbara corona Desviáronse pues de la mar fonda,
Por mandado del nuevo Macarona. Y por tierra se fueron hasta Bonda.
Los buhíos y ranchos que están fuera Quedaron en el fuerte detenidos
Primeramente fueron encendidos ; Los que del francés fueron salteados ,
La vocería de la gente fiera Tostados , flacos y descoloridos ,
Rompe los aires con sus alaridos ; Y desnudos, descalzos , destocados ;
El encerrado capitán espera Pero de su pobreza de vestidos
Cuando serán los muros combatidos , Repartieron con ellos los soldados ,
Para que visto tiempo convenible Hasta que diese provision del cielo
En su defensa haga lo posible. Otro remedio de mayor consuelo.
Llegaron pues los indios inquietos , Como creciesen pues alteraciones
Encaminando flechas por la cumbre ; En el ancho reinado de Neptuno ,
Españoles callados y secretos Guió la proa acia los ancones
A los cargados tiros ponen lumbre , Aquel cosario para tomar uno ,
Pero no fueron tales los efetos Y en Chenque largó cables y resones
Que pudiesen causalles pesadumbre , Por ser puerto seguro y oportuno ,
Por llegar, temerosos del engaño , Entre tanto que las ondas mudables
Por donde no les puede venir daño. Ofrecian carreras navegables .
Y ellos tiemplan la vira cuando bieren Sabiendo los franceses ser entrados
Los altos aires por do va derecha En Chenque por hüir las tempestades ,
Con tiento tan sagaz , que lo que quieren Jebo hizo sus piés apresurados
Enclavan à la vuelta con la flecha ; A celebrar con ellos amistades ;
Por estas vias españoles mueren , Indios llevó consigo desarmados
Si maña no les da cubierta hecha , Para representar seguridades ,
Y agora ya ninguna les acierta Y en poniendo los piés en la ribera
Por tener un terrado por cubierta. Mostró señal de paz, blanca bandera.
Combatian los fuertes aposentos Los navegantes , no sin gran recato ,
Segun que suele furiosa saña , Envian un bajel en el cual vino
Mas no pueden salir con sus intentos Un vascongado con quien un buen rato
A causa de no darse buena maña ; El Jebo razonó como ladino ,
De mas de que faltaban instrumentos Diciéndole que vienen á contrato
Del globo que los muros desentraña ; Y que traian joyas de oro fino ;
Pero duraron sin cesar porfias Y el navarrisco, que por ellas muere,
Espacio de dos noches y dos dias. Dijo que le dará cuanto pidiere.
Y como don Luis ya conocia Que traian buen vino de Sorrento ,
Las fumites y duras condiciones Hachas , machetes , coseletes , cotas;
Quel inquieto bárbaro tenia , Jebo responde : « Mi mayor intento
Temiéndose de sus alteraciones , No fué comprar el vino de tus botas ,
Dandoles provision , al tercer dia Mas la playa tendrás muy à contento
Mandó volver aquellos escuadrones ; Si pólvora me dieres y pelotas
Y cuando descubrieron por los llanos Y algunos arcabuces competentes ,
Dejaron el empresa de las manos. Que sean lisos , limpios y sin fuentes.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELOGIO DE ROJAS , CANTO IV. 349
Como Jebo ceñia espada y daga , Viendo las muestras y los pareceres ,
Entienden que de veras lo decía , Algunos de la gente castellana
Y con tan buenas joyas los amaga Dicen : «Contentas van estas mujeres ,
Que le vendieron cuanto les pedia ; Pues canta cada cual de buena gana ;
Y es cosa creedera que la paga Di , Jebo , ¡si serán estos placeres
Fué siete veces mas que merecia; Por parecelles bien gente cristiana ,
Al fin los indios vuelven à sus nidos Y porque salen ya de vuestras redes,
De pólvora y pelotas proveidos. Que las guardais detras de mil paredes ? »
Y en todo tiempo, donde residian, El Jebo les responde : « No me espanto
En las horas nocturnas y quietas , Que levanteis tan falso testimonio ,
Para velar personas se ponian Pues de vosotros ellas al mas santo
De las mas avisadas y discretas , No querian mas verle que al demonio :
Y al tiempo que los cuartos se rendian Es esa la manera de su llanto ,
Disparaban cargadas escopetas , Y llaman á don Gairo y à don Nonio
De tal manera que cristianos hartos Y a don Barco , porque estos son mohanes
Oyéndolas también rendian cuartos. Que las pueden librar destos desmanes.
Ansí que , si recuentros sucedian , >>Y estas no son mujeres labradoras ,
Allende de los arcos y las flechas , Antes en Bonda pocas hay iguales :
También con arcabuces acudian Mi mujer una , las demás señoras
Algunos dellos ya las cargas hechas , Casadas con varones principales ,
Frascos que de los hombros dependian , Como veremos antes de mil horas ,
En los brazos los rollos de las mechas , Que cada cual vendrá con sus caudales
Las cabezas cubiertas con celadas Para dar libertad á su querida ,
Y todos los mas dellos con espadas. Aunque por precio della dé la vida. >»
En esta sazon pues el fuerte estaba Esto que Jebo dijo salió cierto ,
Para se defender del enemigo , Como quien los tenia conocidos ;
Y el dicho don Luis á quien tocaba Y ansi no bien entradas en el puerto ,
Tener en la ciudad mejor abrigo , De paz vinieron todos los maridos
Alli dejó la gente que bastaba Para hacer con ellos el concierto ,
Y toda la demás llevó consigo , Y cumplir los rescates prometidos ;
Y por los bajos valles ó por altos Mas don Luis pidió por esta suerte
Salian á hacer algunos saltos. Todo cuanto robaron en el fuerte.
Cuadrillas de soldados se metian No pudieron salir á los partidos ,
Cerca de los caminos y las vias Y aunque quisieran , imposible fuera,
Por do los indios iban y venian Por ser bienes á muchos repartidos
A sus contractos y sus granjerías, Y que se trasportaban donde quiera :
Y por la mayor parte recogian Dieron los que pudieron ser habidos,
Algunos por ser diestros los espías , Y entrellos las dos piezas de fuslera ,
Y vinoles en esta coyuntura Y con añadir mas de sus haberes
Un lance de grandisima ventura. Todos ellos llevaron sus mujeres .
Yfué Jebo pasar por la montaña Y aunque piden á Jebo , no por eso
Cerca de donde estaban abscondidos El don Luis cumplió su pedimento ,
Con breve número que lo acompaña , Antes por sus delitos en esceso
Tres indios y seis indias sin maridos ; Se procedió por orden mas sangriento .
Y el Jebo de los hechos en España Ponele defensor , hace proceso ,
Lleva sus aderezos y vestidos Dásele crudelisimo tormento ,
Y espada , dåga , por bordon jineta , Y confesó que por sus propias manes
Y un paje junto con el escopeta. Mató mas de tres veintes de cristianos .
El Jebo sospechoso destos males Y el fué quien hizo levantar la tierra ,
Haciales apresurar la buella ; Y otros atrevimientos infinitos
Pero salieron águilas caudales Durantes los encuentros de la guerra ,
Con gran velocidad á detenella : De los cuales los menos van escritos ;
Fernán Dominguez y Esteban Gonzalez Al fin , el gobernador lo destierra ,
Al Jebo por llevar la mejor pella , Vistos sus atrocísimos delitos,
Y Orozco y Juan de Alba juntamente", Y lo mandó llevar aprisionado
Y Cordero , caudillo diligente. Al navío que estaba preparado.
Viendo contrarios el gandul membrudo Ligados piés y manos con prisiones ,
Y tantos españoles de improviso , Yendo para la dicha carabela ,
Quiere valerse del guzguz agudo , Bien fuera ya de las reventazones ,
Pero lugar no tuvo cuando quiso , Se trastornó la chica canobuela ,
Que cuando lo bajaba , ya no pudo , Adonde fenecieron sus traiciones
Porque los cuatro con gentil aviso Y todas sus cautelas con cautela ,
Juntáronse con él pecho con pecho , Y las ondas del mar y su fondura
Sin consentille golpe de provecho. Le dieron inquieta sepultura.
Mas como tiene fuerzas de gigante , Fué , demás de su fuerza y aspereza ,
Nervosas y terribles proporciones , En regular la flecha tan perito ,
No pudo la de cuatro ser bastante Que pudo competir con la destreza
A le poner las manos en prisiones , Del Hércules discípulo de Eurito :
Sin acudir ayuda del restante Un tiro solo de su gran destreza
Que pasaba de veinte y seis peones , Manda razon que pongan en escrito
Asiéndole de brazos y de dedos En un francés que va con vuelo presto
Hasta ligalle brazos y molledos. A la gabia del árbor mas enhiesto.
Y sin derramar sangre , hecho esto , Donde por ser el término prolijo.
Con él y las mujeres se camina , Ningun arcabuz llega desde el puerto ,
Haciéndoles venir à paso presto Y este gandul a don Luis le dijo :
Para los presentar en la marina , Dime qué me darás si yo le acierto ;
Porque corrian riesgo manifiesto Quedareis todos libres de cojijo
Si los sentia gente convecina ; Si yo le hago venir al agua muerto.
Y al tiempo que venian caminando El don Luis promete y el vecino
Las indias todas seis iban cantando . Que le darán un cántaro de vino.
350 JUAN DE CASTELLANOS.
Llegóse luego do la mar batia; A sus indios el viejo les decia :
Después que le dió vueltas á la cuerda « Como la llama por los altos vuele ,
Segun el punto que le parecia La guarda de la cárcel se desvia
Para quel duro tiro no se pierda , A socorrer aquello que les duele ;
Tentó la flecha que le convenia , Llegará luego nuestra compañia
El arco toma con la mano izquierda , Viendo que ya no tiene quien lo vele ,
Atrás estriba con el pié derecho , Y, aunque con grillos , nos daremos maña
Tuerce para tirar el ancho pecho. Para lo retraer à la montaña.>>
Encorva los fortísimos pulgares , Con estas intenciones se congrega
Y sale dellos la veloce flecha Toda la gente de mayor sustancia ,
Cortando los aéreos lugares Y con el nublo de la noche ciega
Por do la mandan ir via derecha ; Caminaron con cauta vigilancia :
Rompe la dura punta los ijares El escuadron en breve tiempo llega
Del triste que no tuvo tal sospecha ; Al pueblo por ser breve la distancia ;
Recógele la mar , do su caida Mas vieron gentes bien apercebidas
Fué para despedirse de la vida. Que velaban entradas y salidas.
Viendo la buena suerte de la jara He dicho cómo toda la frontera
Los bárbaros que están en la ribera Desta ciudad es monte y espesura ;
Alzaron grande grita y algazara , La iglesia della tiene algo fuera,
Contentos por el premio que se espera ; De los tales rebatos mal segura ,
La suya cada cual dellos dispara , Y ocho gandules desta gente fiera,
Mas no llegaron donde la primera ; Viendo por esta parte coyuntura ,
Trajéronles el vino prometido , Al oratorio santo ponen fuego ,
Que fué por todos ellos consumido . El cual por todas partes ardió luego.
Viendo pues los piratas y cosarios Vistos los resplandores de candela
La obra que hacian las pajuelas , En tal lugar y en noche tan obscura ,
Tenian por juicios temerarios Adevinóse luego la cautela
Esperar mas tan impías espuelas ; Y de quién emanaba la locura :
Y ansi, sin hallar votos contrarios Al arma tocan los que hacen vela ;
. Procuraron hüir á todas velas Acuden muchos á la voz del cura ;
Desde donde flecharon al mancebo, Sacaron el divino Sacramento,
Que fué la parte donde murió Jebo. Y la posible ropa y ornamento.
Que fué mas por industria que por ferro El viejo con los otros no se tarda
Haberse la canoa trastornado , En ir para soltar el hijo preso ;
Para que se cumpliese su destierro Pero para ponelle mejor guarda ,
Primero que saliese desterrado , Cuando mas confusion hubo mas seso:
Por ser para cristianos tan mal perro Hubo ballesta , lanza y alabarda ,
Que jamás les dejó de dar bocado , Y españoles con él de mucho peso ;
No faltando después entrestas gentes Y los indios por no ser conocidos
Otros tan atrevidos y valientes. Se volvieron confusos y corridos.
Pues otras muchas veces acudieron Pensando pues que de la maldad hecha,
Al fuerte y á los fosos que estan hechos , Por ser ellos de paz , nadie podria
Pero ninguna cosa concluyeron Tener ni concebir mala sospecha ,
Por faltalles las mañas y pertrechos ; A los puertos volvieron otro dia
Y aunque valientes bárbaros murieron , Con intencion que no les aprovecha ,
Jamás faltó la furia de sus pechos , Culpando la rebelde serrania ;
Antes como fortisimos y diestros Mas con el agua y el cordel molesto
Derribaban algunos de los nuestros. Hicieron su delito manifiesto.
Pues no pudo librarse desta plaga , Visto de sus delitos el abismo ,
Cuando pensaba della ser seguro , Al viejo con tres otros ahorcaron ,
Un Pulgarin , vecino de Azuaga, Y precediendo santo catecismo ,
Detrás de las almenas en el muro Antes que padeciesen se lavaron
Por haber en lo bajo quien amaga Los cuatro con el agua del bautismo ,
Y no ver en lo alto mal futuro ; Porque con gran hervor lo demandaron
Pero cierto gandul de la canalla Y como no constó ser delincuente ,
A raiz se pegó de la muralla , Ir dejaron al preso libremente.
Y estando puesto donde deseaba , Después de cumplida la sentencia
Envió su arpon al alto cielo , Que mereció tan torpe desatino ,
Y en faltando la fuerza que llevaba El dicho don Luis tuvo licencia
Que ya no pudo dar mas alto vuelo , Del rey para seguir otro camino ;
Abajo vuelve y al bajar enclava Y para le tomar la residencia
El hombro del impróvido mozuelo : Elbuen don Lope de Orozco vino ,
Lloraron todos esta desventura , Y por gobernador y por regente ,
Porque su vida fué de poca dura. Adonde permanece de presente .
Durante pues las guerras y pendencias El rey al don Lüis manda que lleve
Del español y bárbaro vecino , Cargo de gobernar á Venezuela.
Nacieron, sobre ciertas diferencjas Don Lope resta ver , à quien se debe
De pescas en el término marino, El elogio postrero desta tela :
Pesadas y sangrientas competencias Este quiero cantar, y seré breve :
Entre los bondos y los del Dorsino ; Pues tratando del Cabo de la Vela
Y con aquestas guerras intestinas Hice memoria dél en Mocoíra
Descansaban las gentes peregrinas . Y de los que mató bárbara ira.
Mas aqueste descanso duró poco ?
Porque teniendo preso por tributo
Al indio principal de Mamatoco ,
El padre dél , como varon astuto ,
Por dalle libertad , un modo loco
Tomó pensando que sacara fruto ,
Y fué debajo de sus amistades
Abrasar las cristianas vecindades.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELOGIO DE OROZCO , CANTO I. 351
ELOGIO De su venida la razon se lleva
A Bonda y á la tierra comarcana
de don Lope de Orozco desde que vino á gobernar á Santa Y como viesen ya justicia nueva ,
Marta,donde se hace mencion de las cosas en aquella Vinieron á la paz de buena gana ,
La cual el buen gobernador aprueba ,
gobernacion sucedidas hasta el año de 1385. Y toda aquella tierra quedó llana ,
CANTO PRIMERO. Hallando para esto ser remedio
Quitar la fortaleza de por medio.
Ya corria la era de setenta Porque por todos gran examen hecho,
Y seis años del santo nacimiento , Vian ser en cualquiera coyuntura
Demás de quince cientos , cuya cuenta Las costas muchas y ningun provecho ,
De cuentas es la luz y fundamento , Y de los españoles sepultura ;
Cuando don Lope de Orozco tienta Cesaron pues asaltos y el asecho ,
Sulcar la mar y dar velas al viento Dudosos trances de la guerra dura ,
Con dos naves fortisimas aposta Y agora un hombre solo no recela
Hechas á sus espensas y á su costa. Por tierra ir al Cabo de la Vela.
Trescientos hombres van, buenos soldados , De donde , por haber seguras treguas
De gente principal y populares , Con todos los caciques del terreno ,
De todas armas bien aderezados Por espacio de mas de treinta leguas
Y ropas y atavíos singulares ; Ha mandado hacer camino bueno ,
Los ciento desta gente son casados , Y ha metido por él vacas y yeguas ,
Dispuestos á poblar nuevos lugares , De quel compás de Bonda tiene lleno ;
Y en ellos con designos y esperanzas Porque los que tenian en la tierra
De se valer por crias y labranzas. Habian perecido con la guerra.
Trajo sus hijos , porque con él vino Puestas todas las cosas en sosiego ,
Don Alonso y don Pedro y otro hermano , Y dejando recado conviniente ,
Don Andrés de Pineda , su sobrino , Al gran valle de Upar se partió luego
Hombres para regir guerrera mano ; Con razonable número de gente ,
Porque don Diego ya fué peregrino Llevando su mayor hijo don Diego
En estas tierras y hombre baquïano , Cargo de general y de teniente ,
Varon en este reino muy aceto El cual poco después hizo viaje
Y á quien todos tenian gran respeto. A Macoira contra su salvaje.
Porque don Lope de Orozco tuvo Por los respectos que mas atrás digo ,
En este reino cargos eminentes , Cuando poblaron en aquellos puertos ,
Y en el servicio de su rey anduvo Y en la rebelion del enemigo
En Indias por provincias diferentes , Los tres hermanos Lermas fueron muertos,
Y aquí no pocos años se entreluvo , Y fué don Diego para dar castigo
Casando muchos deudos y parientes , A los culpados en los desconciertos ,
Y á su hermosa bija Marïana , Adonde hizo bechos tan notables ,
Ejemplo grande de virtud cristiana. Que á los presentes fueron admirables.
Agora de sus peregrinaciones Y un Juan de Sorocoís , vizcaíno ,
En aqueste compendio no se trata , Mancebo de no flacas esperanzas ,
Por no poder decir breves renglones Cuyo valor á mi noticia vino
Los naufragios del Rio de la Plata , Después de las sangrientas destemplanzas,
Do fortuna le dió de los baldones Paréceme que no fué menos dino
Que suele cuando mas se desacata ; De lo solemnizar con alabanzas ,
Y estos para ponellos en memoria Pues á caballo con la crüel asta ,
Han menester particular historia. No pocos hizo menos desta casta.
Pudiéramos correr á vela y remos , Mas con el grande sol que los fatiga
Segun teníamos materia harta ; Causó del Sorocois el caballo ;
Mas como vamos ya por los estremos , Cuanto con las espuelas mas instiga,
De donde razon pide que me parta , Tanto menos podia rodeallo;
En esta parte solo tractaremos Y la crüel canalla y enemiga
Los negocios que son de Santa Marta , A manos procuraban de tomallo ,
Cuyas revueltas , tramas y marañas Y cuando su prision via ser cierta ,
Me dejan quebrantadas las entrañas . La lanza de don Diego lo liberta.
Con esta gente pues conme morada Con no menos furor que brava fiera
Guió don Lope proas al poniente , Revuelve luego sobre los paganos ;
La mar algunas veces alterada El cansado rocin en la carrera
Y llena de mortal inconviniente ; Los piés mostró mas tardos que livianos ,
Pero pudo llegar á la Ramada , Y dos veces demás de la primera
Donde desembarcó toda la gente , Don Diego lo sacó dentre sus manos ;
Porque en la costa y en aquellos llanos Mas no salió tan libre del enojo ,
Esta puerto poblado de cristianos . Que no le dièse flecha por un ojo.
Por Bartolomé de Alba fué fundado , Por la cuenca rompió de tal manera ,
Por mandado desta real audiencia , Que no quedó la lumbre dél difunta ;
El año de sesenta ya pasado , El tendal se quitó que quedó fuera ,
Que llevó deste reino la licencia ; Y dentro consumió toda la punta ,
Y aunque fué por algunos contrastado
Y segun pareció , tan larga era ,
No pudieron borrar su permanencia : Que con la nuca, sin salir , se junta ,
Es para sementeras tierra franca, por entonces no se vido cosa
Y llámase la nueva Salamanca.
Que mostrase herida peligrosa.
Por ser tierras de sus jurisdicciones , Antes el dicho golpe se le enjuga ,
Allífué recebido del vecino , Y todos lo tuvieron por sencillo ;
Y con refrescos y recreaciones Mas allí se crió cierta berruga ,
En dar el hospedaje fué benino ; Y à la parte también del colodrillo
E informado destas poblaciones , Un cierto torterillo como oruga ,
A Salamanca hizo su camino , Que crecia segun un lobanillo ,
Donde luego tomó la residencia Que tuvo muchos meses , y por donde .
Hasta que pronunció final sentencia. Después aquella punta corresponde.
352 JUAN DE CASTELLANOS.
Y ansi sin la torcer , via derecha, Consuela sus tristezas y pesares
Juan Perez , un mulato , por su mano Viendo tan oportuno caminante
Un largo geme le sacó de flecha , Para poder salir destos lugares ,
Sin que menester fuese cirujano , Pues sola no pudiera ser bastante ;
Pues la tubércula quedó deshecha Y un Antonio Gonzalez y un Suarez
Y el dicho Sorocois vive sano , Se juntaron con ellos adelante ,
El ojo claro , sin lesion alguna , Y estos solos de todos los cuarenta
Que fué caso de próspera fortuna. Pudieron escapar de la tormenta.
Fué pues la conclusion del marcio juego Corren luego las gentes rebeladas
Los bárbaros quedar con la victoria La costa donde esta la granjeria
Y con mayor furor, segun allego De perlas, defendiendo las aguadas
En lo que dicho queda desta historia : De donde el español se proveia ;
Lo cual reconocido por don Diego , Huyeron las canoas asombradas,
El poder escapar tuvo por gloria , Con la gente que en ellas residia ,
Y ansi con los que puede se retira Y al rio de la Hacha se vinieron
Del feroz morador de Macoira. Donde por muchos meses estuvieron.
Con su padre habló dándole cuenta Llamaron al don Lope los vecinos,
De sus trabajos y dolor inmenso ; Vista la desventura sucedida ;
Y como para guerra tan sangrienta Suspende por entonces sus caminos ,
No tenian posible tan estenso , Dándoles certitud de su venida
Hasta después tres años del de ochenta En castigando ciertos desatinos
Aquel castigo se quedó suspenso ; De otra rebelion mas atrevida ,
Y entonces de lugares diferentes De la cual brevemente se despacha ,
Determinaron de convocar gentes . Y partió para el rio de la Hacha.
Y teniendo de gente castellana Y en servicio de la real corona
Cuarenta para lo que se desea , El trabajo tomó por regocijo ,
Que fué hacer aquella tierra Ilana Queriendo castigar por su persona
En tanto que de mas gente se arrea , El mas recio furor que duro guijo ,
Enviólos al pueblo de Santa Ana En cuyo riesgo grande no perdona
Y por capitán dellos un Olea : A don Pedro de Cárcamo su hijo ,
Era pueblo de paz y comarcano Que hizo cosas en aquel viaje
De Macoíra y en el mismo llano. Decentes al valor de su linaje.
Hay por aquel compás indios anatos Estimulados pues de justa ira ,
Con los guanebucanes y cocinas , Rompieron los caciques rebelados
Y en estos llanos grandes muchos hatos En tierras de Soturma y Macoira ,
De vacas que recorren las salinas , Con número de hasta cien soldados ;
Sin impedir los tractos y contratos A defenderse cada cual aspira ;
Del español las gentes convecinas ; Mas brevemente son desbaratados ,
Y en estos hatos tienen los señores Los principales dellos hechos piezas
Españoles y negros por pastores. Y las sendas pobladas de cabezas.
Sabiendo pues los indios que volvia Punida con rigor la gente suelta
Con orden militar gente cristiana, Y puestos los rebeldes en cordura ,
Y esperaban mas amplia compañía Al valle de Upar luego dieron vuelta ,
En aquel dicho pueblo de Santa Ana , Provincia que tenian mal segura,
Primero que gozasen deste dia Por una pesadísima revuelta
Quisieron tomar ellos la mañana : Y suceso de grande desventura ,
Digo los indios, porque de repente Del cual aquí daremos breve cuenta
En el Olea dieron y en su gente. Segun la relacion nos representa.
En noche triste, negra y oportuna, Hay dentro del Upar muchas naciones ,
Se repartieron bárbaros guerreros En las lenguas y ritos diferentes ,
Con orden para dar todos á una Pero todas de fieras condiciones ,
En las estancias sobre los vaqueros , Y destas son los tupes mas valientes ,
A quien fué tan contraria la fortuna Altos y de fornidas proporciones
Que vieron sus remates postrimeros , Y á los cristianos no muy obedientes ;
Y al mismo punto la mortal pelea Mas todavía por aquel paraje
Sobrel desventurado del Olea. También reconocían vasallaje .
Entraron en el pueblo repartidos Destos , Francisca, india ya cristiana ,
En donde los cristianos se aposentan ; Casada con Gregorio, muy ladino ,
Suenan gritos mortales y gemidos Vivian entre gente castellana
De los que la crueldad esperimentan ; Instructos en católico camino ;
Huellan sobre los cuerpos de caidos Y un Pereira, de gente lusitana ,
Quel suelo de las casas ensangrientan , Que en el valle de Upar es hoy vecino ,
Pechos rompidos, quebrantados brazos Tenia sin pensar tal maleficio
Y cabezas partidas en pedazos . A marido y mujer en su servicio.
Viendo cuán derendo iba la cosa , Antonio de Pereira era casado ,
Sin ver por dó hüir el mas despierto , Y segun dicen con mujer celosa ,
El mulato Juan Perez de la Rosa La cual siempre vivia con cuidado
En el suelo se estiende como muerto ; De la Francisca, porque fué hermosa ;
Pasó por él la gente belicosa Y por ventura, sin haber pecado ,
Teniendo, tal está, su fin por cierto ; El ama desta india sospechosa ,
Pero después que vido coyuntura Con azotes hirió sus miembros bellos
Como ciervo sus pasos apresura. Y trasquilóle todos los cabellos.
E yendo por aquella gran campiña Corrida desto la Francisca bella ,
Escombrada de montuosa rama , Segun suele feminea destemplanza ,
En camisa, sin ropa ni basquiña , Puso los ojos en venganza della ,
Vido hüir también á cierta dama , Y para ver cumplida la yenganza
En los trémulos brazos una niña ; Al Gregorio presenta su querella ;
Yerónima de Manjarés se llama Y ambos debajo desta confianza
Esta mujer, que quiso Dios libralla Se fueron á los tupes sus parientes
Del impio furor desta batalla. Movidos destos locos accidentes.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELOGIO DE OROZCO, CANTO 1. 333
Cuando la india vió las plantas puestas » Solo quiero decir que cada uno
Do su querer mandó que las aplique , Trabaje no tener la mano floja,
Sus bellas carnes hizo manifiestas Y en viendo lugar cierto y oportuno
Ante Coro Ponaimo su cacique ; Procure de hacer la tierra roja ,
Pues en aquel lugar las mas bonestas De manera que cristiano ninguno
Y todos cuantos hay andan á pique , Se libre de mortífera congoja ,
Usando de la justa vestidura Y dé cada caudillo buen recado
De que los proveyó don de natura. Del cuartel que le fuere encomendado.
Y ansi la dicha moza se compuso »Entrar por cuatro partes sea notorio
Con desnudez , aunque ropas llevaba , A todos por la una Quiria Imo ;
Para mas conformarse con el uso Por otra con su gente va Gregorio ;
De la barbara tierra que hollaba : Por otra mi hermano Curunaimo ;
El indio, contemplando lo recluso , Otra , que es mia , con el oratorio
Con amorosos ojos la miraba , Buena cuenta dara Coro Panaímo ;
Y pidiendo razon de su venida , Vendrán itotos y los cariachiles ,
Dijo que à le servir toda la vida. Y si no, quedaránse para viles.
Porque las españolas son molestas , »Podrá ser que de industria se detengan
Y no queria mas gustar sus hieles ; Y estar como cobardes á la mira ,
Y en aquestas demandas y respuestas 0 que en el parecer se desavengan
Saliéronse las gentes infieles , Tomando por escudo la mentira ;
Y ellos entre requiebros y recuestas Pero digo que vengan ó no vengan ,
Vinieron á juntar entrambas pieles , Cristianos han de ver su fatal ira ,
Quedando del contacto de los pechos Pues para tan liviano hecho basta
Los dos nuevos amantes satisfechos. Coro Ponaimo con los de su casta.
Después del sensual ayuntamiento, » Por tanto caminemos con el dia
Supo tan bienjugar con el tirano , Lo que nos resta dél incontinente ,
Que cosa no le daba mas contento Porque llegada ya la noche fria
Que lo que se guïaba por su mano ; Estemos á la hora competente
Y al marido le bizo tractamiento Sobre Guatapori, que se desvía
Como si fuera su mayor hermano ; Pocos pasos de la cristiana gente ;
Y viendo la Francisca ser dispuesto Y cuando se tocare la corneta
Ano la disgustar , le dijo esto : Cada cual á sus casas arremeta. »
Dime , señor , un hombre tan discreto , Dijo Coro Ponaimo su desino,
No menos poderoso que valiente , Y los guerreros escuadrones puestos
¿Cómo puede sufrir estar subyeto Continuando fueron su camino
A los mandados de estranjera gente , Por lugares que ven menos enhiestos ,
Pudiéndolos poner en el aprieto Hasta que ya la noche sobrevino
Que suele decepar mala símiente, Y fueron repartidos por sus puestos ,
Pues para concluir cosa tan alta Presentes de Francisca los enojos
Sola tu voluntad es la que falta? Para ver la venganza por sus ojos.
A los hombres , señor, de tu valía ¡ Oh cuánta desventura , cuántos daños
Y que tienen tan amplios los poderes , Al pueblo lleva su furor sangriento !
No cumple por temor ni cobardía ¡ Cuán descuidados ya destos engaños
Obedecer ajenos pareceres ; Dormia cada cual en su aposento !
Y aquesta servidumbre se desvía Pues se pasaron bien treinta y seis años
Facilisimamente si quisieres , Del tiempo que poblamos el asiento ,
Porque solo querello , como digo , Sin que cacique desta serranía
Será la perdicion del enemigo. Concibiese jamás tal osadía.
› Ningun cristiano dellos se recela Bien que nos defendian sus partidos
Sea con claridad ó con obscuro ; No con menos valor que de romanos ,
Yo sé que su ciudad nunca se vela , Y en algunos recuentros bien reñidos
Con no la rodear cerca ni muro ; Hubieron españoles á las manos ;
En ningun tiempo ponen centinela ; Pero nunca jamás tan atrevidos
Duermen á sueño suelto sin seguro ; Que bajasen al pueblo de los llanos,
La gran dispusicion y el aparejo Con ser à los principios los soldados
Son los que también dan este consejo. Muy pocos y muy mal aderezados.
El cual si por ventura se tomare , Mas es ansí que la gente mas llana
Siendo como lo es tan acertado , De cuantos indios hoy están subyetos ,
Por todas las provincias del Upare Con la conversacion cuotidiana
Será siempre tu nombre celebrado ; Despiden los temores y respetos ,
Y ansi lo necesario se prepare Y notan de la gente castellana
Para hacer mi corazon vengado , Sus mañas , sus ardides y secretos ;
Pues cierto , si tus armas no se ablandan , Y todos ellos cuando ven la suya
Tú solo mandarás lo quellos mandan . >> No dejan ocasion que se les huya.
Dijo la mala hembra , y el beodo No toman la virtud destas escuelas ,
A todo le prestó fácil oido , Sino pecados , juegos, desatinos
Y la respuesta suya fué de modo Y tanto mas abundan de novelas
Que hizo general á su marido ; Cuanto se van haciendo mas ladinos ;
El cual desque juntó su poder todo , Y estos en los engaños y cautelas
Y estando cada cual apercebido , Son peores que espíritus malinos ,
El cacique que vió sus gentes prestas , Y entrellos no se ve mozo ni viejo
Dijo pocas palabras, y son estas : Que quiera ser capaz de buen consejo.
Amigos y parientes, de quien fio Y con ser el ladino desta gente
La guerra do me lleva mi deseo : En astucias plenísimo venero ,
Bien sabeis todos el intento mio Por no perder algun gusto presente ,
Y en que pretendo de hacer empleo ; No recelan del gusto venidero ,
Estais compuestos de valor y brio , Y a trueco de vengar un accidente
Armas bastantes , militar arreo ; Dejan la soga ir tras el caldero ,
Venís á redimir vuestra zozobra : Segun estos presentes enemigos
Resta poner las manos en la obra, Que pensaban quedarse sin castigos.
T. IV. 23
354 JUAN DE CASTELLANOS.
Porque llegada ya la fatal hora, » Socórranos, Señor, vuestra clemencia,
El Gregorio dió golpes à la puerta Y en este movimiento tan atroce
Del Antonio Pereira y su señora ; No prevalezca bruta pestilencia
El amo recordó y ella despierta, Que no os sabe , ni cree , ni conoce;
Y mandan que no abran á deshora ; Nuestros grandes pecados y demencia
Pero sus pajes se la dan abierta : Merecedores son de mayor coce ;
Entró luego de gente gran rüido Pero no midais vos , Redentor mio ,
Y el Pereira saltó del dulce nido. La punicion segun mi desvarío.
Y al tiempo de salir del aposento, » Estrella de la mar , Virgen, Señora,
En el rostro le dan una herida ; Santa de santidad insuperable ,
Otro golpe secundan mas sangriento , Tened por bien de ser intercesora
Pero ninguno le quitó la vida ; Por esta compañía miserable ;
Una lanza sin hierros y sin cuento Cánsese ya la mano vengadora
En el suelo topó que está caida , Desta nacion bestial y detestable ;
Y con ella sin armas y desnudo Matan vuestros devotos y sirvientes ,
Los entretuvo todo cuanto pudo. Van degollando niños inocentes. >
Pero su mujer Ana de la Peña , Y es ansí que por todos se reparte
Hiriéndole las voces el oido , La turbacion , la confusion y pena ,
Reconoció ser bárbara reseña , Porque la furia del sangriento Marte
Y femenino miedo despedido Cosa no ve mover que no cercena ,
Saltó como novilla zahareña , De tal manera, que cualquiera parte
Empuñando la espada del marido : De miembros palpitantes está llena ;
Da tajos y reveses de tal suerte Casa no queda donde falte llanto ,
Que se libraron ambos de la muerte. Dolor , temor , horror , mortal espanto.
Rompieron ambos el contrario bando Bien como los mortíferos venenos
Escapando del duro captiverio ; En los estómagos de los humanos ,
Juntos , el uno al otro reguardando , Que de los miembros que tenian buenos
No padecieron otro vituperio ; Ningunos dellos les quedaron sanos,
Por medio de la calle van volando Antes los hacen de vigor ajenos
Para poder llegar al monasterio , Debilitando piés , brazos y manos ,
Donde los religiosos y reclusos Sin dejalles artejo ni juntura
Andaban ya revueltos y confusos. Que no recorra tanta desventura :
Porque de la ciudad no queda casa Ansí también los bárbaros tumultos
Por cuya cumbre no volasen llamas , Donde quiera sus furias acrecientan ,
De lo superior hasta la basa Corriendo los lugares mas ocultos ,
Deshechas todas las pajizas tramas ; Que todos los maculan y ensangrientan ,
El templo principal ya hecho brasa , Y donde quiera que divisan bultos ,
Donde llegaron con ardientes ramas , Jáculos penetrantes les presentan ,
Mas ante todas cosas los violentos Y de la mas que bárbara caterva
Robaron los benditos ornamentos. Ningun varon ni hembra se reserva.
Coro Ponaimo de su furor ciego , Vieron su triste fin en la pelea ,
Viendo quel monasterio permanece , Partidas sus cabezas con macana ,
Cinco veces ó seis le puso fuego La bella doña Guiomar de Urrea
Y admirase de ver que no le empece ; Y doña Beatriz , su cara hermana;
Crece la grita y el desasosiego , Este mismo rigor mortal se emplea
El fuego donde quiera resplandece ; En otra principal dicha doña Ana ,
Los frailes viendo tanto desconsuelo Doña Ana de Anibal digo que era ,
Invocan el favor del alto cielo. Quel pecho mas feroz enterneciera.
Mas el viejo fray Pedro de Palencia , Isabel de Briones quedó manca
Con un mulato suyo Juan Carnero , De vida temporal , y en dura tierra
A los bárbaros hizo resistencia El arroyo de sangre no se estanca
En una puerta del zaguán primero , Del cuerpo bello de María Becerra ;
Tanto que no bastó su violencia , Cayó la varonil Elvira Franca ,
A volvelle los filos del acero , Ana Ruiz del mundo se destierra ,
Ni para que dejase la rodela Ana Fernandez en escondedrijos
Que fué mantenedora de la tela. La vida concluyó con sus dos hijos.
Y ansí con ella del furor escapa Quebrantadas las frentes y las cejas
Diciendo con acentos conocidos : Luego con asperisimos cuchillos ,
Ovejas del obispo de Chiapa , A las galanas mozas y á las viejas
Ningun gusto me dan vuestros balidos , Que traen arracadas y zarcillos ,
Pues que por fuerza nos quitais la capa A raiz les cortaban las orejas
Sin darnos un vellon para vestidos ; Y los dedos también de los anillos ,
Y ansi de lana que tan mal se bila Desnudándolas de sus vestiduras
Renuncio para siempre la desquila. » Hasta dejallas en las carnes puras.
Fray Dionisio de Castro , sin aliento , Catalina Rodriguez , desposada
Viendo de desventuras tal sumario , El infelice dia malhadado ,
Convocó religiosos del convento En el infausto lecho fué hallada,
Y abrió presto las puertas del sagrario ; Su muy hermoso pecho traspasado ,
Sacan el sacrosanto Sacramento Adonde la dejó desamparada
Y á la bendita Virgen del Rosario ; El mas que temeroso desposado ;
Llevólos á lugar sin cobertura , El cual salió después de salir ellos
Aunque la iglesia se quedó segura. Chamuscadas las barbas y cabellos.
Delante dél , hincadas las rodillas , En manos la dejó de quien la mata ;
Con intimos suspiros y vertiendo Mas della se colige , si pudiera,
Lágrimas con que riega sus mejillas , Que no buyera del en el combate ,
Ante su Majestad está diciendo : Antes otra Hipsicratea fuera ,
« Restaurador de las eternas sillas , Aunque él no se mostró ser Mitridate,
Libradnos de peligro tan horrendo : Pues en hüir de allí salud espera,
Oid , Señor, los gritos y clamores Dejando su querida para cebo ,
Destos atribulados pecadores. Venciendo su temor al amor nuevo.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELOGIO DE OROZCO, CANTO 1. 333
Fueron mas de cincuenta los difuntos , Como fuese con voces importuno
Los cuales por sus nombres no refiero ,
Pues no podré decir en breves puntos Por recoger la gente divertida ,
Dos á dos , tres á tres y uno á uno ,
Los que vieron su dia postrimero ; Salian á la voz reconocida ,
Mas con mujer y cuatro hijos juntos Hasta tanto que ya quedó ninguno
También murió Hierónimo Romero ,
De los que se escaparon con la vida ,
Y su pequeña bija quedó viva Pero ninguno dellos tan exento
Que los bárbaros hoy tienen captiva . Que no guie sus pasos con gran tiento.
Durantes pues los gritos y clamores Bien como los ratones que comiendo
Y el mal que por momentos se empeora , Algun mantenimiento que los ceba ,
Tomó sus armas Antonio de Flores , Que si perciben el menor estruendo ,
Un principal hidalgo de Zamora ,
Y ensilló su caballo sin favores , Con gran priesa se vuelven á la cueva ,
Por nadie los tener en esta hora ; Mas luego poco a poco van saliendo
No sintiendo remor de cosa nueva ,
Y digolo porque este zamorano Y de tal modo gustan la comida
Es un soldado manco de una mano.
Quel ojo principal es la hüida :
Púsole su pretal de cascabeles , Los mismos sobresaltos y recatos
Y abrevia lo posible la carrera Traian las mujeres y varones ,
A la parte do suenan mas tropeles
Y mayor junta de la gente fiera ; Y con mayor temor que de los gatos
Suelen tener los tímidos ratones ;
Y como por algunos infieles Aumentando con otros malos ratos
Entendieron andar caballo fuera,
Antes que contra ellos arremeta Aquellas angustiosas turbaciones ,
Viendo la cuantidad de gente muerta
A recoger tocaron la corneta. Que para grandes gritos abrió puerta.
Recogiéronse todos al momento El rostro de las dueñas era rio ;
En arboledas y lugar opaco ; Hinchese de clamores aquel Hano ;
Va solo Flores en su seguimiento
Amenazándolos con brazo flaco , Unas están diciendo : « ¡ Hijo mio ! »
Pero no les perturba su contento Otras: «¡Ay, primo! Y otras : ¡Ay, hermano!»
Ni les pudo quitar el rico saco ; Otras dicen : « ¡ Ay , madre , padre ó tio!»
Otras el parentesco mas cercano ;
Que por las muchas piedras del camino Suena dolor, terror, angustia , duelo,
No podia romper con el rocino. Congoja, turbacion y desconsuelo.
Antes cuando los iba persiguiendo ,
Que la distancia fué largo pedazo , Lleva Guataporí por sus riberas
Un ladino gandul iba diciendo : Un ronco son de voces mal abiertas ,
Volvamos á matar tan duro mazo Porque de lamentar las mas enteras
Que nos hizo hüir con el estruendo , En su pronunciación quedan inciertas :
Y no menos dolores concibieras
E yo sé que no tiene mas de un brazo , De ver las gentes vivas que las muertas ;
Y nos ha becho con su vana lanza
Quedar sin hacer llena la matanza », Pues en aquel bullicio ya propuesto
Salió quien mas llevaba descompuesto.
Fácil se les hiciera la contienda , Porque de la manera que despierta
A no tener sus tretas el tullido
Para poder meter y sacar prenda , En aquel repentino sobresalto,
Saltó por los corrales ó la puerta
Y ansi ninguno fué tan atrevido : Yotros algunos por lugar mas alto ;
Fuéronse pues con toda la hacienda El uno la cabeza descubierta ,
Y saco que llevaban recogido ; Otro descalzo, y el que menos falto
El Flores se volvió via derecha Hallóse rico, si la tierra pisa
A ver la destruicion que quedó hecha . Con solo zarafuelles y camisa.
En este tiempo ya llegó la hora Como quien naufragó cerca de puerto,
Que por los abrasados aposentos Que para se salvar en la ribera ,
Estendiese sus ojos el aurora ,
El vestido de que estaba cubierto
Ojos encarnizados y sangrientos , Desechó por ir mas á la lijera ,
Segun suele tenellos cuando llora Y aquel que mas no pudo salió muerto,
Quien por ellos desagua sus tormentos ; Y desnudo también quien salió fuera :
Y ansi luego cubrió su rostro puro Ansí se vian semejantemente
Con toca de nublado muy obscuro . Los muertos y los vivos desta gente.
¡ Oh ! qué espectáculo tan lastiniero Mas Antonio de Flores , como era
Al Flores se le puso por delante ! Persona principal y proveida ,
¡Qué corazon de piedras ó de acero • Hizo subir la gente mas entera
Qué pecho de tan duro diamante , A caballo muy bien apercebida ;
Qué hombre tan cruel y carnicero Y si tan buen aviso no tuviera
Que viendo lo quél vió no se quebrante ! Todos ellos quedaran sin la vida,
¡Quién estuviera sin alterar venas Porque vino gran copia de gentiles
Viendo caidas tantas Polixenas ! Itotos y de indios cariachiles.
Unas desnudas , otras mal vestidas , Venian caciquejos seis ó siete ,
Y todas de su sangre rubricadas , Que fueron con los tupes en consejo :
De los terribles golpes y heridas Orva , Alonso, Cuoque é Ichopete,
Las íntimas entrañas traspasadas ;
Cabezas en pedazos repartidas , Y Pericote y un Juan Cabellejo ,
Orejas y narices cercenadas ; Que para lo que cada cual promete
Traian gentil orden y aparejo,
Otras con fuego de sus proprios nidos Pensando de hallar el otro alarde ;
Sus cuerpos en carbones convertidos. Pero cuando llegaron era tarde.
Viendo la destruicion digna de luto , Todos los escuadrones son lucidos,
Y no por ilusion ni por antojos , Con soberbios plumajes y galanos :
Engrandeció su voz Flores Enjuto , A vista llegan de los afligidos
Enjuto, pero ya no de los ojos, Que temblaban de vellos tan cercanos
Pues llorando llamó los que tributo Mas viéndolos estar apercebidos
Al bárbaro pagaron con despojos , Con adargas y lanzas en las manos ,
Porque los que tuvieron buenas piernas Pasaron á quemalles las estancias
Metíéronse por bosques y cavernas.
Por quitalles del todo las substancias.
356 JUAN DE CASTELLANOS.
Fueron á ellos pues incontinente Pues aflojando van en gran manera
Con grandes alborotos y bullicios, Turbados con aquella pesadumbre ;
Y alli mataron toda cuanta gente Y los de la cristífera bandera ,
Tenian para rústicos servicios ; Conociendo de indios la costumbre ,
Las violentas llamas del ardiente Abrevian el subir de la ladera
Fuego les consumió los edificios ; Hasta que ya llegaron a la cumbre ;
Y aquestas heredades hechas brasas, Los defensores della viendo esto
Se volvieron los indios á sus casas. Procuraron tomar otro recuesto.
De los cristianos unos los senderos A sus casas llegó nuestra cuadrilla
Velan , y los demás llaman al cura Donde tuvieron no menor recuentro ;
Para que den, segun los pios fueros, Mas aunque duró mucho la rencilla,
A los nuestros terrena sepultura : Con voces que metian en el centro ,
Hicieron a don Lope mensajeros, Pudiéronles ganar aquella villa,
Dándole cuenta desta desventura ; Y aquella noche reposaron dentro ,
El cual, viendo negocio tan terrible, En confianza de sagaces velas
Apresuróse todo lo posible. Y á punto las espadas y rodelas.
Procuró consolar los moradores , Venidos ya los rayos soberanos ,
Dándoles de las cosas quél alcanza, Por asechos de amigos naturales
No sin reprehension à regidores Coro Ponaimo les cayó en las manos
Por su demasiada confianza , Con otros ciertos indios principales :
Y prometió que de los malhechores El castigo se dió segun los males
Presto se tomaria la venganza ; Que dellos recibieron los cristianos ,
Y ansi para que fuesen castigados En la uña baciendo los procesos,
Nombro luego caudillos y soldados. Vista la gravedad de los sucesos.
Guerreros instrumentos apareja, Este castigo que decimos hecho ,
Y para que subiesen la ladera Aunque no por entonces concluido,
Nombró cincuenta de la gente vieja Los españoles con algun provecho
Y de las otras la que mejor era, Volvieron sanos á su propio nido ;
Y un Alonso Rodriguez de Calleja, Pero nunca Francisca por asecho
Natural de Jerez de la Frontera, Se pudo descubrir ni su marido ,
El cual con el recato que convino Ni don Francisco, bárbaro ladino,
Guió para los tupes su camino. No menos atrevido que malino.
Cuando subian por los altos puertos, Pero los tupes deste territorio,
Donde los enemigos habitaban, Mirando lo que cada cual arrisca,
Fueron al mismo punto descubiertos Y el daño recebido ya notorio,
Por espías de indios que velaban, Cuyo principio vino de Francisca
Que ya todos sabian los conciertos Y del indio Francisco y del Gregorio ,
Y duras intenciones que llevaban ; Principales cabezas en la trisca ,
Y ansi se junta toda la ralea Andaban por quebrar allí sus sañas
Dispuesto cada cual para pelea. Y ver qué color tienen sus entrañas.
Ocuparon las cumbres y peñoles ; Con este miedo que los tres atierra,
Hieren con grita los mudables vientos Huyendo por lugares mas opacos
Cornetas y torcidos caracoles, Se pasaron á la frontera sierra,
Usados en guerreros movimientos ; Donde residen indios aruacos ;
Muchos traen vestidos españoles, Los cuales en los trances desta guerra
Y muchos los benditos ornamentos, Nunca tuvieron términos bellacos ,
Haciendo por escarnios y desdenes Antes su principal cacique quiso
Ostentacion de los robados bienes. De la venida dellos dar aviso.
A vueltas del clamor y vocería Sabida por don Lope la venida
Galgas se precipitan, flechas vuelan ; Y parte donde estaban abscondidos ,
Respóndeles el arcabucería , Envió gente bien apercebida
Que todos estos bárbaros recelan ; Para que fuesen presos y traidos
Y nuestros españoles todavía A pagar cada uno con la vida
Por les ganar un reventou anhelan : Pecados y delictos cometidos ;
Auméntase la grita y el estruendo , Y ansi los trajo Pedro de Morales,
Uno subiendo y otros defendiendo. Con guardas y durísimos ramales.
Estaba Curunaimo delantero, Venidos pues los malaventurados,
Sin recelar los manuales truenos , Procédese con suma diligencia,
Y el Alonso Rodriguez mas certero Y todos tres procesos substanciados
Que muchos, con tener un ojo menos , Con la declaracion de su demencia,
Con una bala le pasó el garguero, A muerte natural son condenados ,
Haciendo sus clamores menos llenos ; Y ejecutóse luego la sentencia ,
Y no cayó con el caliente rayo , Con un alto pregon que dió noticia
Aunque sintió con él algun desmayo . Del caso por que hacen la justicia.
Pero después que vió de la garganta Antes de lo subir al escalera
El golpe grueso que de sangre mana , Pidió Gregorio, por merced subida,
Arrimo las espaldas á la planta Que su muerte dél fuese la primera
Que por allí tenia mas cercana , Por no padecer dos en una vida,
Y con ferocidad que los espanta , Una , la suya propria quél espera
El arco suelto, toma la macana y otra de ver morir á su querida ;
Para vengar con ella sus enojos , Admiranse de ver lo que decia,
Mas faltóle la vista de los ojos. Y ansi se hizo como lo pedia.
Pues al tiempo que hizo movimiento, Demandaron perdon puestas las manos
La maza levantada y estendida, Por todas las pasadas insolencias,
Llegó de su salud e ! rompimiento, Diciendo cómo con furores vanos
Y el ánima se fué por la herida Usaron de tan grandes inclemencias ;
A las eternas penas y tormentos , Finalmente, con muestras de cristianos
De la tierra de vivos despedida , Hicieron otras santas diligencias ,
No sin grandes congojas y pesares Y créese , segun píos motivos ,
De los indios cercanos en lugares. Que fueron á la tierra de los vivos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II, ELOGIO DE OROZCO, CANTO II. 357
Castigaron después á los itolos Y ansi Pero Ruiz su gente saca
Y á los que fueron en el movimiento, Caminando por do mejor pudieron
Los cuales en batalla fueron rotos Tierra de poblaciones algo flaca ,
Y en ella perecieron mas de ciento ; Hasta ver la provincia que dijeron
Y mitigados estos alborotos Val de San Sebastián de Taironaca ,
Con medicina de rigor sangriento , Desde cuyos asientos se volvieron
Luego don Lope mil cosas ordena , Por no hallar la tierra tan entera
Mas una dellas sobre todas buena. Cuanto solia ser en otra era.
Aquesta fué, que para mas seguro Por Tairona después hizo camino ,
De los que padecieron el asalto, Valle por muchas veces referido ,
Y en las horas de luz ó con obscuro Mas con temor del otro torbellino,
Pudiesen reposar sin sobresalto , De Castro lo halló todo barrido ,
Hizo cercar la ciudad de muro Por estar, segun, dicen el vecino
Que dicen ser de seis tapias en alto Dentro de Pocigueyca recogido ,
Muy anchas y de buenos fundamentos , Y de presente ser aquella tierra
Y de piedras bien puestos los cimientos. La mayor fortaleza de la sierra.
Llamó copia de indios , y dió corte En efecto volvieron al arena
Cómo les ayudase la canalla Del valle do tenian sus reposos ,
Por términos guïados con reporte; Tan vacía de oro la crumena
Y es la ciudad primera que se halla Cuanto de vella llena deseosos ;
En tierra firme de la mar del norte , Mas pues cansancio , sinsabor y pena
Toda fortalecida de muralla, Olvidan con regalos amorosos ,
Sin mucha pena de los naturales, Razon será que yo huelgue la siesta
Por tener á la mano materiales. Antes que se dé fin á lo que resta.
Porque hizo domar muchos novillos
Con que los traigan y con que cultiven,
Y hizo labrar tejas y ladrillos
Para cubrir las casas donde viven , CANTO SEGUNDO .
Que pueden hoy servilles de castillos ,
Donde de sus haciendas no los priven, Donde se tracta cómo don Lope de Orozco envió al capitán Antonio
Porque la fabrica de paja hecha Cordero á poblar la provincia de Chimila, y gente blanca, y las co-
sas que sucedieron durante la poblacion.
Consigo se traia la sospecha.
Está la ciudad en gran zavana, Muchas veces habemos dado cuenta
Y tiene nobilísima templanza ; De las cosas antiguas de Chimila ,
Posee gran compás de tierra llana ; En lo que mas atrás se representa
Es fértil en labranza y en crianza ; Y mi memoria flaca recopila :
Hayfrutos de la tierra castellana, Tierra bien asombrada , clara , exenta ,
Y de los naturales mil alcanza ; Pero sus poblaciones anihila
Gran cuantidad de vacas y de yeguas, La gran saca de esclavos que solia
Y estará de la mar veinte y dos leguas. El antiguo tener por granjería.
En tanto que don Lope proveia Que los antiguos no tenían ojo
Tantas cosas, que yo me maravillo , A se perpetuar ni hacer nido ,
Andaba fuera mucha compañía , Sino con los esclavos y despojo
Y como general y su caudillo Mejorar cada uno su vestido ;
Pero Ruiz de Tapia la regia ; Y ansi las inquietudes y el enojo
Junto con él don Alonso Carrillo, Han muchos destos indios consumido,
Que es hijo del don Lope, cuya lanza Mas no de tal manera que no quede
No recelaba la mayor pujanza. Quien de sus descendientes los herede.
Ven los que nunca dieron obediencia Y aun en aqueste tiempo que lo cuento,
Lejanos aruacos, gente fiera , En belicoso tracto y ejercicio
Que tienen su lugar y residencia Uno vale ya tanto como ciento ,
En lo supremo desta cordillera , Por ser cursados bien en el oficio ,
Donde tuvieron dura competencia , Y en un desesperado rompimiento
Pero prevaleció nuestra bandera ; Ningun indio presume ser novicio ;
Salen de sus asientos esto hecho Mas todos usan de sagacidades
Por parecelles gentes sin provecho. Segun los tiempos y necesidades.
Corrieron por las cumbres comarcanas, En la sazon que Manjarés vivia ,
Hasta que ya bebieron agua fria Allí tuvieron un pueblo fundado ,
En la província de los maconganas , Y despoblóse no sé por qué via,
Judios, segun á todos parecia, Porque desto no soy bien informado ;
Que nunca vieron gentes castellanas Mas Lorenzo Jimenez se decia
Hacer camino por aquella via ; El capitán entonces señalado ,
Y ansi tres mil ó mas en ordenanzas Y este despareció por allí junto,
Acometen con flechas y con lanzas. Sin mas ballallo vivo ni difunto.
Animan los caciques sus vasallos Viendo don Lope pues ser conviniente
Con principal ardor y diligente ; Aquella poblacion ir adelante ,
Pero con arcabuces y caballos Para los allanar envió gente
Fueron desbaratados fácilmente ; Tal cual le parecia ser bastante :
Huyeron, y procuran alcanzallos Fué Antonio Cordero por teniente ,
Y prendieron algunos desta gente, Cursado para cargo semejante ;
Los cuales se mataban con sus manos Eran ciento y setenta los soldados ,
Por no se ver en las de los cristianos. De cosas necesarias pertrechados.
Aquestos españoles eran ciento ; La ciudad en llegando fué trazada ,
Y pareciendo número bastante , Y las cuadras iguales en medidas ,
Por no les contentar aquel asiento , En parte rasa bien acomodada
Ni para fundar pueblos elegante , Y con buenas entradas y salidas ;
A que llevaban principal intento , La poblacion Sant Angel fué llamada
Determinaron ir mas adelante Por causas que no tengo conocidas ;
Haciendo su camino la corona Buscaron hombres destas vecindades
A las otras vertientes á Tairona. Para hacer con ellos amistades.
588 JUAN DE CASTELLANOS .
Pero primero que saliesen fuera «Señores , la necesidad presente
A descubrir los bárbaros avaros , Y el blanco donde va vuestro deseo ,
Hicieron un buen fuerte de madera , No quiero consentir que se me cuente ,
Con bastiones , trincheas y reparos , Pues por mis proprios ojos yo lo veo,
Pues á causa de ser gente guerrera Y sabe Dios lo que mi alma siente
Pudieran los descuidos costar caros ; Viendo tan pocos en tan buen empleo ,
Y esto hecho salieron á buscallos De donde me parece ser afrenta
Con copia de peones y caballos. El querer alijar sin ver tormenta.
Salió Sorli , cacique conocido , Y puesto caso que veais alguna ,
Con mucha gente bien apercebida ; No por eso tengais desconfianza :
El capitán Cordero que lo vido Que cuando su furor mas importuna
A concierto de paces lo convida ; Lo suele mitigar cristiana lanza ,
Sorlí también acepta su partido , Y nunca duró tanto la fortuna
Sin poner dilacion en su venida Que no venga tras ella la bonanza ;
Y ansi con un mozuelo bien ladíno Demás de que también hay parentesco
Se dieron relación de su desino. Que me envíe soldados de refresco.
Diciendo que en pasados desatinos >Entre tanto los que se sienten buenos
Los españoles no paraban mientes , Estén á todas horas vigilantes ,
Antes serian mansos y beninos Que no digo nosotros , pero menos ,
Como no fuesen indios imprudentes; Para se defender serán bastantes ,
Porque venian para ser vecinos , Aunque vengan aquestos campos llenos
Amigos verdaderos y parientes , De grandes estaturas de gigantes ;
Y con determinados presupuestos Pues para confundir bárbaro marte
De no selles pesados ni molestos. Está la voz de Dios de nuestra parte.
Los indios estuvieron muy atentos »Aquesta es la principal ayuda ;
Notando las pacíficas razones , Y teniendo propicios sus favores,
Y aunque fuesen contrarios sus intentos ¿Qué nos pueden hacer gente desnuda ,
Correspondieron á sus opiniones : Que no quedemos siempre por mejores?
En efecto , volviéronse contentos Ninguno de vosotros tenga duda
Y agasajados con algunos dones De ser en los encuentros vencedores ;
De rescates que tienen por ganancia Pues bien sabeis ser sus antiguos modos
Y no son cosas ellas de substancia. Viendo caido uno hüir todos.
Otros también vinieron de buen arte , »Y pues en el mayor inconviniente
Con cuantidad de indios de rebaño , Fuesteis tan valerosos y constantes,
A ver nuestra bandera y estandarte Agravio me haceis si yo presente
Usando de la paz mas de medio año , No fuerdes todos lo que fuestes antes ;
Sin que la una ni la otra parte Pues yo no tengo de volver la frente,
Se desmandase ni hiciese daño ; Antes , adonde todos sois atlantes ,
Pero cosa no dan de su cosecha Sin ser el compañero que no nombro ,
Que con paga no sea satisfecha. A vuestro peso suporné mi hombro.
Y al tiempo de poner en astillero >>Cerca del galardon ternáse cuenta
El reconocimiento y obediencia , Con aquellos que han permanecido ,
En prisiones llevaron al Cordero Asegurándoles la mejor renta
Por provision desta real audiencia ; De todo cuanto fuere repartido ;
Gran desavío fué , pero primero Pues este poco número sustenta
Nombró por capitán en su tenencia La tierra que los otros han perdido ,
Un Cristóbal Fernandez de Sanabria , Y es razon que donde ella no fallece
Natural de las islas de Cauaria. Lleve buen galardon quien lo merece.
Y viendo ser el general absente , »Ansí que , pues el duelo padecido
Teniendo por incierta su venida , Ha de ser olvidado con ganancia ,
Huyóseles de noche mucha gente A todos amigablemente pido
Sin poder estorballes la salida ; Se perficione la perseverancia ;
Y ansí quedaron poco mas de veinte Que para mejorar vuestro partido
No menos deseando la partida, En mi no faltará toda constancia ,
Pero púsose grande diligencia Como después vereis por el efeto ,
En no les consentir hacer absencia. Con mas ventaja de lo que prometo. »
Mas como por don Lope se supiese Dijo su voluntad , y los soldados
Que le llevaron preso su caudillo , Que estaban en aquel ayuntamiento
Envió luego para que lo fuese Quedaron satisfechos y pagados
A su hijo don Alonso Carrillo. De ver aquel urbano cumplimiento ,
A ninguno pesó de que viniese , Y por las mismas causas obligados
Y el pueblo se holgó de recebillo , A no le dar jamas desabrimiento ,
Porque todos estaban descontentos Y tan feroz la mínima bandera
Y no menos medrosos que hambrientos . Como si se hallara muy entera.
Padecíase miserable vida , Y ansí por muchos dellos se procura
Pues cualquier indio se les desacata , Dejar algunas horas sus abrigos ,
Y quien antes vendia la comida Con quien el don Alonso se aventura
Ya no la daba cara ni barata ; A contrastar algunos enemigos ,
Andaba la vergüenza despedida , Donde de su valor en guerra dura
El fiero presto, pronta la bravata , Los unos y los otros son testigos ;
Menosprecios aliende de los fieros , Y también en el bélico teatro
Y aun mataron algunos compañeros. Murieron de los suyos tres ó cuatro.
Diéronle larga cuenta del aprieto , Mas ya ganando tierra , ya perdiendo ,
Que fué de mas desgusto que se intima, No holgaban espadas ni paveses ,
Y la dificultad de ver subyeto Cuotidianamente recorriendo
A bárbaro que tanto los lastima ; Rancherías de indios y conveses ;
Mas don Alonso como muy discreto Y en esta variedad que voy diciendo
Y mozo valeroso los animă , Se gastarian tres ó cuatro meses ,
Pues para levantar á los caidos Al cabo de los cuales el Cordero
Hirió desta manera sus oidos : Volvió libre y al cargo que primero.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II, ELOGIO DE OROZCO , CANTO II. 359
Don Alonso holgó con su venida , Esperaban por horas el rebato
Yporque convenia que se parta , De parte de la gente monstrüosa ;
En orden puso luego su partida Y estando con el tímido recato
Para la ciudad de Santa Marta ; Con que suele vivir la sospechosa ,
Y como por la falta de comida Llegó de las marinas el mulato
La gente se ballaba no bien harta , Que se dice Juan Perez de la Rosa,
El Cordero quisiera salir fuera Al cual agasajaron aunque solo ,
Arecoger maiz por la frontera. No menos que si fuera dios Apolo.
Pero venia muy debilitado Este , como no vió mejor portillo
A causa de continua calentura , Para poder salir del labirinto,
Y ansí para vivir le fué forzado Hizo que se nombrase por caudillo
Irse donde pudiese hallar cura, Un cierto portugués, Salvador Pinto,
Quedando por caudillo señalado Y de cuantos están en el castillo
Sanabria , que por tierra mal segura Ninguno tuvo parecer distinto ,
Fué con los diez y ocho desta gente Sino que cada cual quedó contento
A ver y ranchear aquella frente, De se hacer en él el nombramiento.
Aqueste capitán , sin advertencia Y para que mas bultos pareciesen,
Las rozas y labranzas les estraga , Viendo cuán pocos eran, el Juan Perez
Aprovech ándose con violenci a También aconsejó que se vistiesen
De lo que no quisieran dar sin paga ; En hábitos de hombres las mujeres,
Vase llegando su fatal sentencia Y ansí se les mandó que lo hiciesen
Que con acerbo golpe les amaga ; Teniéndolos por buenos pareceres ;
Y en cierto pueblo que llamaban Ancho E ya cubiertas de viriles telas
Quisieron una noche hacer rancho. Les dieron sus espadas y rodelas.
Donde dormian , vela tienen puesta Las cuales bien armadas, como vian
Y ronda de caballo con su lanza ; En trajes usurpados sus personas ,
Mas à los miserables , ¿ qué les presta Tal furor les tomó, que presumian
Velarse de tan áspera pujanza? De ser otras segundas Amazonas,
Fuérales la hüida mas bonesta Y en la postura con que se movian
Que loca y atrevida confianza, Todas eran Minervas ó Belonas ,
Porque gente terrible de pelea Y el riesgo de los riesgos mas acedo
Por todas cuatro partes los rodea. Ahuyentaba femenino miedo.
La noche por igual peso partida , Tenian un caballo los cristianos,
Y al tiempo que la lumbre de Diana Para socorro deste su trabajo,
Fué de aquel hemisferio retraida Manco de todos cuatro piés y manos,
(Seria por no ver sangre cristiana Y los cuadriles hechos un andrajo ;
Por mano de los bárbaros vertida ) , Cubren con armas pues sus pelos canos
Rodearon la gente castellana , Para que les sirviese de espantajo,
En el acometelles tan á punto , Encima dél, no mas que para carga,
Quel peligro y el miedo llegó junto. Un español con lanza y con adarga.
Corre los campos anchos són horrendo , Estando cada cual apercebido
Estiéndese la grita y el rüido ; Certísimos del bárbaro bullicio ,
Pero mayor la obra quel estruendo Vieron venir un indio mal herido
Y mas grave la plaga quel gemido, De los quellos tenian de servicio ; ·
Vanse los españoles consumiendo, Este dentro del fuerte recebido
Y es de contrarios número crecido Les dió de sus sospechas mas indicio ,
Y tan apresurada la rencilla , Diciendo cómo grande compañía
Que falia buelgo para resistilla. Habia de venir siguiente dia.
Bien como nave cuando le sacude Y para certidumbre, dijo, sea
Por una y otra parte la refriega, Aviso, que vereis por la mañana
Que para tener término que ayude Un bárbaro con una hicotea
No se le da lugar al que navega , Y señales de paz, pero no sana ,
Antes cuanto mas agua mas acude Pues su venida es para que vea
Hasta que la zozobran y se aniega, Y cuente bien la gente castellana ;
Y aquella presurosa desventura No le dejeis entrar, estése fuera ,
Fué la que les sirvió de sepultura: Y aun si posible fuere luego muera.
Ansi fué huracán no menos ciego »Esto me fué notorio, porque yendo
Aqueste mal, y tan impetuoso , A casa de Sorli para holgarme,
Que para poder entablar el juego Oi las tramas y escapé huyendo,
Nunca se les dió punto de reposo ; Porque su voluntad era matarme ;
Pues acudian unos y otros luego, Viniéronme con flechas persiguiendo ,
Sin cesar el estrago presuroso, Pero nunca pudieron alcanzarme,
Hasta que todos en aquel combate Sino fué con los tiros, y Dios quiso
Ovieron triste fin y mal remate. Darme la vida hasta dar aviso .»
Y en aquellos nocturnos desconciertos , Dados estos avisos á quien toca
Comun fué para todos el engaño, Guardallos en peligros semejantes ,
Porque vieron también pechos abiertos La vida del ladino fué muy poca
Y rotos los que nunca rompen paño ; Por ser las mas heridas penetrantes :
Pero fueron sus números de muertos El gran temor á vela los provoca,
Muy pocos en razon del otro daño ; Y ansi todos estaban vigilantes,
Y cuando sucedió la mala suerte Hasta tanto quel sol día siguiente
Ocho solos quedaban en el fuerte. Los visitó con su dorada frente.
Los cuales como viesen la tardanza Miran, y ven venir por aquel llano
Y no venir al tiempo prometido, Al que enviaban para los acechos ,
Adevinaron luego la matanza Y con las hicoteas en la mano
Y que todos habian perecido ; A los nuestros llevó pasos derechos ;
Perdieron de vivir el esperanza Mas el Juan Perez viéndolo cercano
Y cada cual se tuvo por perdido : Con una bala le rompió los pechos ;
Diez mujeres habia que con llantos Cayó luego con un terrible grito
Mucho mas aumentaban los espantos. Que oyeron los que vienen al conflito.
300 JUAN DE CASTELLANOS .
Por estar ya cercanos á los muros, Porque prendieron veinte principales
Porque el muerto tomó la delantera Y á todos los pusieron en cadena ,
Con intenciones de hacer seguros Entrellos á Sorli, que de los males
A los que tienen relacion entera , Pasados merecia mayor pena ;
Y usando la cautela de sus juros Estragaron sus casas y caudales
Armalles so color de paz sincera, Procurando hacer la bolsa llena,
Y los demás guiaban trás sus huellos Y puestos en collera tantos cuellos
A repentinaniente dar en ellos. A la ciudad de Aucho van con ellos.
Pensando de ballar lugar abierto Repararon allí, por ser asiento
Por do la fortaleza se destruya, De cosas necesarias abundante ,
Mas no permitió Dios que tal concierto Y porque si tuviesen rompimiento
Con daño de los nuestros se concluya , Tuviesen lugar ancho y elegante ;
Pues el falace bárbaro fué muerto Y es donde vió también su fin sangriento
Y estotros no salieron con la suya ; Cristóbal de Sanabria y el restante,
Pero reconociendo ser sentidos Y alli venian indios desarmados
Descúbrense con grandes alaridos. A ver a los que están aprisionados.
Y sale la caterva de salvajes Y un dia segun tienen de costumbre
Con posturas feroces y galanas , Entraron donde estaban con Rieros ,
Las cabezas vestidas de plumajes , Con muestras de quieta mansedumbre,
Arcos, flechas, y dardos y macanas, Desarmados, alegres, placenteros ;
Saltos y brincos, gestos y visajes , Pero cargó tan grande muchedumbre
De que suelen usar gentes insanas ; Que fatigó cristianos compañeros,
Mas no van tan derechas sus derrotas Y el mulato Juan Perez de la Rosa
Que no tengan temor de las pelotas. Dijo : « No juzgo yo bien desta cosa.
Con cuyo miedo tiemplan los insultos »Señor Rieros, mucha gente carga ;
Y para les entrar no hacen prueba , Bueno será que nos salgamos fuera
Sospechando segun vian los bultos Do tengamos compás de plaza larga ,
Habelles socorrido gente nueva Que gran zagalagarda nos espera ,
Y que tenian muchos mas ocultos Y será menester lanza y adarga
De aquellos do Sorli la vista ceba ; Antes que nos santigüen la mollera.»
Descúbrese también por el cercado El Rïeros con ásperos vocablos
Aquel caballo bien encubertado. Respondió : « los con todos los diablos.
Un español , alzada la visera , >>Que vos con vuestros miedos indiscretos ,
Encima dél, con armas bien cubierto, Sin qué ni para qué tengais sospecha,
No para confialle la carrera, Quereis alborotar pechos quietos
Pues demás de sus males era tuerto, A fin de quebrantar las paces hechas,
Y en meneo y en paso de manera Viniendo todos ellos mansuetos
Que sin mas lo matar estaba muerto ; Sin macanas, sin arcos y sin flechas.>
Pero con todo esto fué tan bueno , Juan Perez de la Rosa quedó mudo,
Que sin lo tener él les puso freno. Y salióse lo mas presto que pudo.
Porque viendo blandir aquella lanza Poco después, un indio chimileño,
Y en la cerca soldados mentirosos , Entre la muchedumbre recogido,
Sospechando tener mayor pujanza, Un palo recogió nada cimbreño
Han por bueno volver a sus reposos ; Por modo tan sagaz que no se vido ;
Y los que no tenian confianza Y en un instante con el grueso leño
Quedaron por industria victoriosos ; A Rieros le dió tras el oido,
Y al partir la canalla les decia : Con tal vigor que dió con él en tierra
«Por acá nos terneis à tercer dia». Dando principio de sangrienta guerra.
Estando con temor desta tormenta , Porque en el mismo punto cada uno
Antes de ser los tres dias cumplidos Eso que puede ver toma y apaña
Volvió Cordero con soldados treinta Con que pudiese ser mas importuno
De todas armas bien apercebidos , Y dar mejores cebos á su saña ;
Dióseles á los indios larga cuenta , No queda indio uno ni ninguno
Cerca de los que son recién venidos ; Que no dé gran calor á la cizaña ,
Y ansi vistas las nuevas municiones Tiembla la tierra con los duros huellos ;
No procedieron en sus intenciones. Barren el suelo barbas y cabellos.
A la gente con él recién venida Vuelan sobrellos piedras y tizones ,
Como perder el tiempo les escuece , Echando mano de lo que se halla ;
Y demás de lo dicho la comida Audan los puntapiés y mojicones ,
Es tal que ni se asa ni se cuece, Suena la grita y arde la batalla ;
Huyeron, y después de la hüida, Crecen por las cabezas torondones ,
Cordero se quedó con solos trece, No vale morrion ni presta malla ;
Con los cuales también quisó mudarse Aquí se desmenuzan las rodelas .
Viendo que no podia sustentarse. Aquí derriban dientes y allí muelas.
Porque le parecia ser mal seso Echan mano de cepas y raices ;
Permanecer en tales confusiones , Sacanse varas de las casas viejas ;
Como faltaba gente de buen peso Unos andan torcidas la cervices,
Que resistiese bárbaras naciones ; Otros destilan sangre de las cejas ;
A Santa Marta fué, y estuvo preso , Los unos ahajadas las narices,
Porque desamparó las poblaciones , Los otros arrancadas las orejas ;
Pero dió sus descargos por escrito , Ningunos golpes hay que no segunden ,
Y ansi disimularon el delito. Y todos se revuelven y confunden.
Don Lope tuvo vivos los aceros Bien como cuando dos mozos livianos
Para hacer aquella gente blanda ; Echan en plaza mano á las espadas ,
Y ansí convocó muchos compañeros Que los tios, los primos, los hermanos ,
De que se hizo razonable banda ; Con piedras, palos y armas enastadas ,
Por capitán un Melchior Rieros Acuden a meter allí las manos
Que tuvo por acepta la demanda , Y sobre todos cargan cuchilladas
El cual entró también con los de España , Y en la revolucion y desconcierto
Y á los principios dióse buena maña. Uno queda herido y otro muerto :
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE II , ELOGIO DE OROZCO, CANTO II. 361
Ansí por no temer primer encuentro Esta , lectores , es la postrimera
Y en los principios ser mal avisados, Cosa que sé decir de Santa Marta ,
De los cristianos en aquel recuentro De casos sucedidos en mi era
Y de los indios hay descalabrados , Y donde padecí congoja harta ;
Y los que se hallaron mas adentro Y porque tengo larga la carrera
Aquesos fueron los peor librados , La misma Marta dice que me parta
Porque los otros como gente suelta A la solicitud de lo que resta ,
Señores de si son en la revuelta. Y la segunda parte será esta.
Echó mano Juan Perez el mulato Segun primera traza , yo quisiera
Diciendo con airado movimiento ⚫ Tractar también aquí de Cartagena ,
Bien me temia yo deste rebato ; Y por ser esta mas que la primera
¡ A ellos , que se van del aposento !» Aquel orden que di se desordena :
Acuden todos , y en pequeño rato Allí comenzaremos la tercera ,
Murieron de los indios mas de ciento ; Y no creo será la menos llena ,
Desamparan el pueblo los restantes , Pues las cosas en ella sucedidas
Mas no todos tan sanos como antes. No pueden ser en poco resumidas.
Pues en retorno de sus malos hechos De hechos venideros soy exento ,
No pocos llevan fieras cuchilladas: Los cuales siendo dignos de memoria
Unos rompidos parte de los pechos , Otros habrá de muy mejor talento
Otros con las espaldas coloradas , Que hagan dellos general historia ;
Otros iban torcidos y contrechos Y aunque la suya sea de momento ,
Huyendo de las lanzas afiladas , No se terná la mia por escoria ,
A causa del caballo que va encima Por ser el fundamento de la casa,
Y con pena de muerte los lastima. Y aquella chapitel y aquesta basa.
Ejecutándose la misma pena , También con gran instancia le suplico
Sin tener antes tales intenciones , A quien en Santa Marta residiere ,
En aquellos que estaban en cadena Que si deste principio que publico
Ypor quien fueron las revoluciones , En algun tiempo sus hazañas viere ,
Porque la turbamulta tal ordena , Y se sintiere con talento rico ,
A fin de los librar de las prisiones ; Sobrél asiente lo que mas oviere ,
Y aquello que tomaron por remedio Y sea con tan pura y verdadera
Fué causa de quitallos, de por medio . Relacion como fué nuestra primera.
Entrando pues do fueron los ruidos Pues sin fantasear vanos concetos ,
Dejando de seguir al fugitivo , Segun suelen cursados y novicios ,
Hallaron veinte suyos mal heridos Aquellos indios son tan inquietos
Con el Rieros todavía vivo , Y lan acostumbrados á bullicios
Aunque cuasi perdidos los sentidos Que le darán materias y subyetos
Para reconocer su mal motivo ; Para fabricar altos edificios ,
Mas él y los demás con los escesos Sin enjerilles fábulas inciertas
Molidas las entrañas y los buesos. Que yo quiero llamallas obras muertas.
Y ansi de todos estos que lastaron
El ímpetu primero de la gente , LAUS DEO.
Los seis ó siete dellos escaparon
Y los demás murieron brevemente. Salid, historia fiel,
Compuesta de verdad pura ,
Yendo por el camino que llevaron Y donde vierdes laurel
Al pueblo del Upar incontinente , Tened à muy gran ventura
Que os dejen llegar á él.
Porque les pareció ser desatino Conviene que lo adoreis ,
Querer esperar otro remolino. Pero no que os coroneis
Con él , porque sois indina ,
Aderezado pues cristiano bando , Aunque corona de encina
En efecto se puso la partida Yo sé que la mereceis.
Por derecha derrota caminando
Hasta tanto que vieron la guarida ;
Llegó vivo Riëros , y en llegando
Partió de los peligros desta vida ,
En la ciudad llamada de los Reyes ,
Con diligencias de cristianas leyes.

FIN DE LA SEGUNDA PARTE DE LAS ELEGÍAS DE LOS VARONES ILUSTRES DE INDIAS,


POR JUAN DE CASTELLANOS.
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ELEGIAS Y ELOGIOS

DE

VARONES ILUSTRES DE INDIAS ,

COMPUESTOS

POR JUAN DE CASTELLANOS ,

BENEFICIADO DE LA CIUDAD DE TUNJA, EN EL NUEVO REINO DE GRANADA.

TERCERA PARTE .

Donde se da razon de las cosas acontecidas en las gobernaciones de Cartagena y Popayán, desde el tiempo
que en ellas entraron españoles hasta el año de 1588.

DEDICATORIA

A la Majestad del rey don Filipe, nuestro señor.

Católico señor , rey soberano ,


Do celestial virtud se manifiesta ,
Y en cuya potestad hoy tiene puesta
Dios la tutela del honor cristiano :
Esta labor que lleva solo grano
De verdad pura y al examen presta ,
Para prosecucion de lo que resta
A vuestra Majestad pide la mano .
Porque si mereciere tal defensa
El gran memorial que redimiendo
Voy de la tiranía del olvido ,
Será la mas insigne recompensa
Que se me pueda dar é yo pretendo
Por paga del trabajo recebido.
364 VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III.

AL LECTOR. Del licenciado CIPRIAN DE LA CUEVA.


Lector amigo , claramente veo El seno mas preñado y generoso
Salir á luz aqueste monumento De la concha avarísima que cria
Sin aquellos matices y ornamento Los tersos granos que Colonia envía
Que por ventura tienes en deseo. Al último britano , al chino hermoso;
Con solo la verdad lo hermoseo , Y el objeto mas grato al codicioso
Porque no pide tanto crescimiento De fértil vena , que su aumento fia
De variedades , mas detenimiento Del planeta mayor , y al claro dia
Del que suele llevar veloz correo. Hurta el vivo color rojo y fogoso ,
La peregrinacion es inexhausta , Por luna menstrua y por su hermano ardiente
La vida breve , vena mal propicia Se alteran en virtud de oculto genio
Para me detener en las jornadas. Faltando á los pronósticos indianos :
Y ansi vamos de paso , porque basta Tú solo , sin temer nuevo accidente ,
En aqueste compendio dar noticia Coges el fruto eterno de tu ingenio
De las cosas que estaban olvidadas. En heroicos poemas , Castellanos.

De DIEGO DE BUITRAGO, vecino de Tunja.


ELOGIOS DE LA OBRA
Los claros rayos del moderno Apolo
POR VARIOS INGENIOS . Alumbran y esclarecen la memoria
De nuestros españoles , con historia
Domini MICHAELIS DE ESPEJO , præfecti ærarii ecclesiastici Que no contiene fabuloso dolo.
Sanctæ fidei, et vice præsulis hujus novi regni. Es Juan de Castellanos á quien solo
Deben los deste nombre dar la gloria
AD LECTOREM. Por hacer él la dellos ser notoria
Al morador del uno y otro polo.
Indorum quicumque cupis cognoscere terras Y ansi de le llamar Febo segundo
Immites gentes , proelia , regna, duces ; Gran sinrazon seria que lo priven
Mores, monstra, feras, et fortia facta virorum, Los que de sus efectos están ciertos :
Et varios cultus , quos novus orbis habet : Pues con su luz en este nuevo mundo
Perlege quae docti decantat musa Joannis Los grandes hechos de los vivos viven
De Castellanos carmine perspicuo . Y renacen hazañas de los muertos.

Del licenciado CRISTÓBAL DE LEON, vecino de Santa-Fe. De GABRIEL DE MINAYA.


Si pudiera llegar mi flaco vuelo Poeta lleno de licor divino ,
Adonde con el tuyo te abalanzas , Por influjo del alto firmamento,
Tuvieras , Castellanos , alabanzas Para manifestar vuestro talento
Tan altas que subieran hasta el cielo. Tentastes asperísimo camino.
Supla la falta dellas este celo Y en el progreso que de vos es dino
Que tuvo levantadas esperanzas Adelante pasais del pensamiento
Cuando pensé con tales confianzas Fabricando perpetuo monumento
Volar sobre los términos del suelo. Al español en Indias peregrino .
Mas ya que mas no puedo, me contento Homero tuvo de los suyos cargo ,
Con hacer de mi parte lo posible , Virgilio de la lacial arena
Que es admirarme tu cabal historia , Y reliquias fugaces de troyanos :
De fábricas eterno monumento Mas en las Indias , un mundo tan largo,
En verso terso , dulce y apacible, ¿ Quién puede ? Nadie , fuera de la vena
Digno por cierto de inmortal memoria. Casta del casto y llano Castellanos.

De FRANCISCO SOLER, vecino de la ciudad de Tunja.


Soneto del sarjento mayor LázARO LUIS IRANZO.
De tales elegancias se matiza Hechos heroicos de cenizas frias ,
Vuestra suave musa cuando canta Que en el olvido fueron sepultados ,
Que á la de los antiguos se adelanta En esta historia están resucitados
por los que son hoy se solemniza. Con gloria eterna de sus bizarrías :
Aliéntase la frigida ceniza Las batallas , contiendas y porfias ,
Que del sepulcro frio se levanta Reinos en nuevo mundo conquistados
Øyendo vuestra lira , que con tanta Por españoles , cuyo triunfo y hados
Facundia sus hazañas eterniza. Se vino á celebrar en nuestros dias.
Con gran razon , heroico Castellanos , Levántase el que está mas abscondido ,
Indiano morador os quiere y ama , Y toma nuevo espíritu viviente :
Mediterráneos y marinos puertos , Que Castellanos con su voz lo llama.
Viendo que con labor de vuestras manos Sus nombres sonarán de gente en gente
Viven los vivos por eterna fama, Sin temer las tinieblas del olvido ,
Y tienen vida hechos de los muertos. Siendo este Apolo trompa de su fama.
ELEGIAS Y ELOGIOS DE VARONES ILUSTRES DE INDIAS .

Médicos de Madrid ó de Toledo ,


TERCERA PARTE. O de mas largas y prolijas vias ,
Narices le sacaron del molledo
Porque las otras se ballaron frias ;
HISTORIA DE CARTAGENA. Y sin se menear estuvo quedo
Por mas espacio de sesenta dias ,
CANTO PRIMERO. Hasta que carnes de diversas partes
Pudieron adunar médicas artes.
Dejad de descansar, pluma cansada , A mi se me hacia cosa dura
Que no cumple dormir tanto la siesta ; Creello; pero con estas sospechas
Pues si pensais dar fin á la jornada , Hablándole , miraba la juntura ,
Gran peregrinacion es la que resta ; Y al fin me parecian contrahechas
Añadid á la tela comenzada Segun manifestaba su hechura ,
Aquella ciudad sobre mar puesta Por ser amoratadas y mal hechas :
Y aquel emporio cuyo nombre suena, Certificábanlo muchos antigos
Por la bondad del puerto , Cartagena. Que todos ellos fueron mis amigos.
Desta y de Popayán , si tengo dia , Después desta pasion, en tiempos varios
Propongo de tejer parte tercera. Como se viese ya con miembros sanos
Intemerata Madre , Virgeu pia , Teniendo los avisos necesarios
Linterna de la lumbre verdadera, Que suelen tener hombres homicianos,
Bien conozco ser flaca mi Talía Mató de seis los tres de sus contrarios
Para poder pasar esta carrera ; Por no poder haber mas á las manos ;
Mas con vuestro favor , escelsa Musa , Fué también bombre de armas en fronteras,
No se me hará larga ni confusa. Y no fueron sus lanzas las postreras.
Dicen en mas de diez grados ser esta Pero por declinar furor insano
Costa , los que regulan el altura ; Que de sus agraviados se movia ,
La gente natural es bien dispuesta , A las Indias pasó con un hermano ,
Y pura desnudez su vestidura ; Y este Alonso de Heredia se decia ,
La mano para guerra siempre presta, Varon sagaz , en dias mas anciano ,
Las mujeres de grande hermosura , Y no menos en cuerda valentía ;
Y el arma de quel indio se aprovecha En la Española fué primer escala ,
Es de mortal y venenosa flecha. Y el Alonso después fué á Goatemala.
A los principios hubo gran tesoro Quedó Pedro de Heredia donde digo
Que por el natural se poseia , Con mediano recurso de substancia ,
Porque todos traian joyas de oro , Por haber heredado de un amigo
Aunque la tierra destos no lo cria ; Un ingenio de azúcar y un estancia ;
Mas resgatábanlo para decoro Mas deseoso de hallar abrigo
Y aumento de su mucha gallardía Donde fuese crecida la ganancia ,
De lugares que son poco distantes A Santa Marta fué como caudillo ,
De auríferos veneros abundantes. Y teniente de Pedro de Vadillo.
Desta riqueza la comun cudicia Ido Vadillo ya para Castilla
Que los humanos pechos afligia , Sin dar de sus delictos residencia ,
Habia dado ya cierta noticia Pedro de Heredia gobernó la villa ,
A quien en la Española residia ; Usando como siempre su tenencia ,
Y la gente de allí , menos novicia , Y capitaneaba la cuadrilla
Estos puertos y playas recorria, Con viva y admirable diligencia ,
Como fueron Ojeda y el Bastidas , Hasta que Lerma vino con el mando ,
Personas de quien ya conté sus vidas. A quien dió sus descargos en llegando,
Y aun antes no se daba poca priesa Por no faltar quien diese dél querella ,
En saltear por mar aquella tierra Pero como no fué de casos feos ,
El gobernador Diego de Nicuesa Honoríficamente salió della ;
Con otro capitán dicho Luis Guerra , Y como de rescates y rancheos
Que no cumplieron bien con su promesa, Tenia recogida buena pella ,
Porque fuerza de indios los destierra , En ir á España puso sus deseos
Y allí vino también Juan de la Cosa , Para pedir al rey el señorío
Sin la hacer que fuese provechosa. De las otras riberas del gran rio.
Pero poco después desta tragedia , Efectuóse luego su viaje
Cuando de Santa Marta fué teniente , Con mediano caudal , y en salvamento
Acudió por allí Pedro de Heredia A su mujer y hijos y linaje
Con razonable número de gente , E á sus amigos dió contentamiento ,
Cuya necesidad grande remedia Como le vieron en ilustre traje ,
Con despojos del barbaro valiente , Y con tan levantado pensamiento.
Y la riqueza de la tierra vista Habló al emperador como debia ,
Deseaba pedir esta conquista. Dando razon de lo que pretendia.
Fué de Madrid hidalgo conocido , Presentó luego las informaciones
De noble parentela descendiente , De sus servicios llenas de testigos ,
Hombre tan animoso y atrevido , Mas no faltaron malas intenciones
Que jamás se halló volver la frente Y envidias de los émulos antigos ,
A peligrosos trances do se vido , Que contrastaban estas pretensiones
Saliendo dellos honorosamente ; Segun suelen mortales enemigos ;
Mas rodeándolo seis hombres buenos , Pero los del consejo sin embargo
Escapó dellos las narices menos. Desta gobernacion le dieron cargo⚫
366 JUAN DE CASTELLANOS.
Representándole las cosas varias Y el fuerte capitán Nuño de Castro ,
Que sucedieron en aquella tierra Cuya noble progenie fué notoria ,
Desde que le mataron á Pedrarias El cual dejó de su valor tal rastro
Trescientos con el capitán Becerra, Que allí será perpetua su memoria :
Con amonestaciones necesarias , Padre de peregrinos , no padrastro ,
Mas para santa paz que para guerra , Y ansi goza de Dios y de su gloria ,
Y que cumplian para su demanda Pues sus limosnas y misericordia
Grandes avisos y la mano blanda. Lejos iban del reino de discordia.
Heredia tuvo cumplimiento lleno Era de Burgos raro cortesano ,
De cortesanos agradecimientos , A guerrero rigor la mano presta ,
Diciéndoles también que de aquel seno Y al tiempo que yo fui misacantano
Eran antiguos sus conocimientos , En su casa se celebró la fiesta ,
Y pensaba traellos á lo bueno En amistad me fué padre y hermano ,
Con amistad y buenos tractamientos , Y ansí diré después lo que me resta;
Usando de los términos cristianos Pero segun su gran bondad obliga
Primero que viniesen á las manos. .Poco será por mucho que se diga.
El despacho se dió que pretendia Siendo pues yo soldado peregrino,
De la gobernacion de Cartagena , Alli me dieron amigable mano
Y el término de tierra se estendia Y recebí las órdenes , indino
Desde el gran rio de la Magdalena De subir á lugar tan soberano ;
Hasta el de Darién y su bahía , Y en mi primera misa fué padrino
Y por la tierra adentro fué muy llena , Eldean don Juan Perez Materano,
Con las fuerzas y vínculos bastantes Venerable persona , docto, santo ,
Que se dan en negocios semejantes. Y Jusquin en teórica de canto.
Puesto debajo la real tutela , Y el canónigo Campos, que hoy nos dura,
Luego se despacho para Sevilla , Entonces provisor en aquel clero ,
Adonde para ver tierra novela Por mas honrarme me nombró por cura,
Se le convidó gente no sencilla ; Después su Majestad por tesorero ;
Compróse galeon y carabela , Mas porque para lo que se procura
Estancos de costados y de quilla , Este digreso es algo rastrero ,
Y una fusta mandó hacer aposta Quiero volver á nuestros navegantes
Para poder correr aquella costa. Y al mismo punto do quedamos antes.
Cargó mucha harina , mucho vino , Vino también Saavedra , tesorero ,
Armas , machetes , hachas y alpargates , Y Juan Velazquez , que veedor era,
Y para contractar con el vecino Con otros cuyos nombres no refiero
Diferentes maneras de rescates , Por no nombrar á toda la bandera ;
Con todo lo demás que le convino , Mas en prosecucion de lo que quiero ,
Hasta que á la moneda dió remates ; A su tiempo daré razon entera
Y de la gente que se le llegaba Cuando lo demandare la escritura
Escogió la que vido que bastaba. Y vinieren á buena coyuntura.
Y en general á todos les avisa Estando todo pues aderezado
En ropas ricas no hacer empleo , Para hacer viajes tan remotos
Pues en entradas sobre la camisa Entraron en el puerto deseado
Podrian comportar otra de anjeo , Todos ellos contritos y devotos ,
Y no ropa de paño ni de frisa , Siendo Ginés Pinzon , hombre cursado,
Por ser para calores mal arreo , Y Juan Gomez Cerezo los pilotos;
Ni curasen de plumas ni de cueros , Y ansi dieron las velas á los vientos
Pues no los respetaban aguaceros . Año de treinta y dos y tres quinientos.
Y ansí cada cual dellos se pertrecha Pasan por las Canarias , ven el pico
Del atavío que les representa De Teida que domina los celajes;
Que para las entradas aprovecha , Corta las ondas náutico hocico ;
Sin que de galas se hiciese cuenta ; Continuando prósperos viajes,
Y los soldados ya la lista hecha Llegaron á San Juan de Puerto- Rico ,
Fueron por todos tres veces cincuenta , Contentos marineros y los pajes
Varones singulares , de los cuales Por no ver en marinos movimientos
Nombraremos algunos principales. Rigores que les den desabrimientos.
Urriaga, que fué guipuzcoano , Compran guayaba , plátano , batata ,
Y un Sebastián de Risà , vizcaíno , Y ven gente que traen á su voto ,
Hector de Barras , hombre lusitano , Perdidos de jornada menos grata ,
Con dos valientes hijos y un sobrino ; Que los traia Sebastián Gaboto
Y Pedro del Alcázar , sevillano , A conquistar el rio de la Plata ,
Y el leal Juan Alonso Palomino', Y se volvió con miedo de ser roto ;
Después , en un rebelde desconcierto, Estaban pues alli con intenciones
Por Francisco Fernandez Giron muerto. De no perder honrosas ocasiones.
Y Sebastián de Heredia su pariente , Destos que procuraban su provecho,
Los Albadanes, dos hermanos nobles , Fué Francisco de César escelente
Con los cuales vinieron juntamente Y César en el nombre y en el hecho,
Aquellos dos hermanos dichos Robles , A quien Heredia hizo su teniente
Que sin temor de Dios ni rey potente Y lo tractó con amigable pecho
En el Pirú tuvieron tractos dobles ; Por sus estremos grandes de valiente ;
Vino Pedro Martinez de Agramonte , Porque el gobernador los tuvo tales,
También el capitán Alonso Monte. Y siempre se preció de sus iguales.
Y Gonzalo Fernandez , cuyo marte Siguieron estas mismas opiniones ,
Fué de las guerras todas buen testigo , Por estar de fortuna mal opresos ,
Y ansi destos discursos me dió parte Dos hermanos llamados Hogazones,
Como quien me tenia por amigo ; Y dos que se decian Valdiviesos ;
Los cuales por escrito los reparte Y no señalo los demás varones
De la misma manera que los digo ; A causa de abreviar estos procesos :
Y es tanta su bondad , que me asegura Basta decir que fueron casi treinta
Ser todo lo que dice verdad pura. Hombres de bien para cualquier afrenta.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, HIST. DE CARTAGENA, CANTO I. 367
Con esta gente, que tenia brios Al oriente le cae por frontera
Bastantes para bélicas contiendas , Un promontorio , no de gran altura,
Deste puerto mandó hacer desvios Que comunmente llaman la Galera
Levando cables y encorvadas riendas ; Por la similitud de su hechura ;
En la Española surgen los navíos Al poniente del puerto, no muy fuera,
Y en Azica do tenia sus haciendas : La isla de Carex le da clausura ;
Allí desembarcó toda la gente Y á causa deste natural concierto
Y dió mantenimiento competente . Por dos canales entran en el puerto.
Luego determinó por su presencia , La latitud de mar á mar es breve
Dejándolos á todos proveidos , De quien el istmos dicho va cercado ;
De ver á los señores del audiencia A la parte del sur el mar aleve
Y á los demás amigos conocidos ; Ancon hace quïeto y abrigado ;
Recibieronlo con benevolencia , En la ciudad el agua que se bebe
Y alli halló también de los perdidos Es gruesa , de sabor algo salado ,
De don Diego de Ordás y de Sedeño , De jaqueyes que tienen estas gentes ,
Los cuales deseaban hallar dueño. Que son manantiales no corrientes.
Porque como tuviesen ya noticia Mas donde de regalos hay ventajas
De su valor y gran, entendimiento , Y desean beber el vaso lleno ,
Y la jornada fuese de cudicia , El agua tienen muchos en tinajas
Segun en otras partes represento , Donde gozan de sol y de sereno ,
Cada cual lo regala y acaricia, Cerradas porque no les caigan pajas
Y él tuvo generoso cumplimiento ; 0 (de los muchos ) animal obsceno ;
Y ansi recogió copia de soldados Y de mañana sacan agua fria
Viejos y en los trabajos mas usados. La que pueden beber en aquel dia.
Y fueron los mas dignos de memoria , No faltan calurosas pesadumbres ,
Diestros en semejantes menesteres , Y cuasi siempre suda la mejilla;
Un Gonzalo Ceron , Juan de Villoria , Hay huertas hoy pobladas de legumbres
Martiniañez , Tafur , Sebastián Perez, Nativas y traidas de Castilla ;
El bachiller ó licenciado Soria, Mas estas allí mudan sus costumbres ,
Montemayor , que fué después alférez, Pues no producen granos de semilla ,
Pinos , Alonso Lopez el de Ayala , Y ansi siempre les va de tierra estraña,
Y Bautista Cimbrón, que les iguala : Deste reino mas breve que de España.
Bartolomé de Porras , Villafaña , Hay pepinos , cohombros y melones ,
Rivadeneira , Diego Maldonado , Copia de calabazas , berenjenas ;
Fué Francisco Cortés desta campaña , Hay naranjas y limas y limones,
Julian de Villegas , Alvarado , De que casas y buertas están llenas ;
Y Juan de Peñalver, que tuvo maña Hay uvas , á sus tiempos y sazones ,
Con ánimo y valor de buen soldado , De parras que se dan allí muy buenas ;
El capitán Hurones, Juan de Urista; Hay de la tierra frutas diferentes,
Con otros que no van en esta lista. Gustosas , olorosas y escelentes.
Serian pocos menos de cincuenta , Hay caimitos , guanávanas , anones
Hechos á hambres , frios y calores , En árbores mayores que manzanos ;
De quien Heredia hizo mucha cuenta Hay olorosos hobos que en faiciones
Por ser antiguos y conquistadores ; Y pareceres son mirabolanos ;
Y ansi por no perder tiempo ni renta Hay guayabas , papayas y mamones ,
Luego se despidió de los oidores , Piñas que hinchen bien entrambas manos ,
Fletando carabelas do llevallos Con olor mas suave que de nardos,
Y número bastante de caballos. Y el nacimiento dellas es en cardos.
Esta guerrera gente recogida Hay plátanos que es fruta cudiciosa ;
Con los demás pertrechos que llevaban , A manera de árbor es su planta ,
Efectuóse luego la partida Mas no lo es aquella muy umbrosa
A Azúa do los otros esperaban , Y estéril de quien vieja musa canta ,
Donde se proveyó de mas comida , Pues á la fruta destos deliciosa
De la que sus estancias abundaban , Musa le llaman en la tierra santa ,
Y alli tuvieron en aquel asiento Y no sé por qué via ó qué hombre
La fiesta del divino Nacimiento. Acá de plátano le puso nombre.
Año de treinta y tres era llegado
Del parto de la Virgen soberana ,
Cuando para viaje deseado (Aquí faltan una 6 dos hojas del original.)
Al manso viento dieron la mesana
Por no lo ser entonces destemplado ,
Antes ballaron siempre la mar llana ;
Y á trece dias ya del mes de enero
Vieron á Calamar , pueblo frontero.
Al cual llaman agora Cartagena , Y en una jaula destas en mis dias ,
Y tal nombre le dieron al instante En cierto pueblo de doña Costanza
Los que surgieron en aquel arena , De Heredia , su criado Pero Diaz
Por tener apariencia semejante En seis ó mas ensangrentó la lanza ,
A la que de tormentas es ajena No sin ayuda de las compañías
En las aguas que dicen de Levante ; A quien mas competia la venganza ,
Mas este espacio es , segun mi seso , Pues en sabiendo ser presa la fiera
Península de mar ó Quersoneso. Luego se convocaba la frontera.
Es asiento que corre leste oeste , Cosa digna de ver es la postura
Y cuasi norte sur la travesia ; Y el rostro fiero con que se menea
De los confines puertos es aqueste Viéndose rodeado de clausura,
El que menos enfermedades cria ; Y fuera gente que lo garrochea :
De raras disenterias es la peste , Tienta los gruesos palos , y procura,
Pero de las demás tierra sanía , Rompellos por salir à la pelea ;
Y al novicio que viene mal dispuesto Mas como bajo y alto halla fuerte
O le da sanidad ó mata presto. Con lanza ó arcabuz padece muerte.
368 JUAN DE CASTELLANOS.
Yo ví los cueros , y uno dellos era Cargan en ellos todos los pertrechos
Tal que lo tanteaba con espanto , Que son del uso del cristiano bando,
Pues (segun lo comun en esta fiera) Adargas y rodelas en los pechos ,
Tenia lo que todos , y otro tanto, Los caballos asidos y nadando ,
Menos lugar cubrió bima ternera A la frontera playa van derechos
Bien estendido su velloso manto ; Do bárbaros estaban esperando ;
Y este , considerados sus tamaños, Mas como de los tiros hay estruendo ,
Era como novillo de tres años. A Calamar se iban retrayendo .
Es la tierra por partes salebrosa , No viendo ya peligros manifiestos ,
Y poca que se pueda decir llana , Sacan a tierra gentes y caballos ,
Y por la mayor parte montuosa , Y como tienen aderezos prestos ,
Aunque como dijimos tierra sana , Brevemente pudieron ensillallos ;
Por ser siempre mas seca que lluviosa ; De necesarias armas son compuestos
Para ganados hay poca zavana : Aquellos que sabian meneallos
Ciertos batos hay hoy de lo vacuno , Colchadas de tupidos algodones
Pero de los demás cuasi ninguno. Y coracinas todos los peones.
Muchas gallinas hay de gentil casta ; Las láminas de cuernos aserrados
Y como por allí ceban con grano , Que con fuego trajeron á blandura ,
Carne de puercos es la que se gasta , Al modo de corazas enlazados
Y tiénese por alimento sano ; Que puestos imitaban su hechura;
Mas esta , ni de fuera no les basta , Mas fueron tan molestos y pesados
Por ser mucho gentio castellano ; Quel sufrimiento fué de poca dura :
Perdices también hay en la montaña Övieron estos cuernos en los hatos
En grandeza mayores que de España. De la Española , por valer baratos.
Son poco diferentes en la traza Mas á los que los llevan por tutela
Y no menos gustosos sus bocados ; El peso de tal suerte les embarga •
Hay conejos , coríes y otra caza , Que quien mas de la flecha se recela
Pero muy poca la de los venados , Tuvo por bueno de dejar la carga ;
Pues como dicho tengo se embaraza Armándose de sola la rodela
La tierra con los montes apretados ; Aunque no fuese la carrera larga :
Aves diversas la marina cria , Que la fatiga del calor inmensa
Y en sus ancones mucha pesquería, No consintió llevar otra defensa.
Ya dije desnudez ser el arreo Recoge pues Heredia sus soldados
Ansi de hembras como de varones , Formando concertados escuadrones ;
Y para remediar el traje feo Los caballos delante bien armados ,
Podrian tener copia de algodones ; A las espaldas dellos los peones ,
Mas ya se cubren todos con anjeo Y á pasos lentos porque descansados
De justas camisetas y calzones , Entrasen en guerreras confusiones ,
Y las hembras por campos y por villas Fueron al pueblo do mas gente suena 9
También usan camisas y faldillas. Que es Calamar y agora Cartagena.
Esta costumbre tienen desde cuando Los indios , conociendo su venida ,
El doctor Melchior Perez de Artiaga Las mujeres y hijos echan fuera ,
Como censor andaba visitando Y luego como vieron estendida
Las villas y lugares desta plaga ; Cercana de las casas la bandera,
Y ansi la gente dellas por su mando También ellos se ponen en hüida
Cubrió su desnudez segun la paga , Que ningun morador destos espera ,
Porque varon y hembra se vestia Salvo Corinche, barbaro ya cano ,
Por orden del posible que tenia. Que no pudo huïr de muy anciano.
Pero dejemos estos atavíos Una india , llamada Catalina ,
Como cosa que tiene su concierto , Desde Santo Domingo se traía ,
Y agora no tractemos de los rios Y era de Zamba , pueblo que confina
Ni de lugar poblado ni desierto ; Con los que viven en esta bahía ;
Pues es justo volver á los navíos En lengua castellana muy ladina,
Que ya dejamos surtos en el puerto , Y que la destas gentes entendia ;
Los cuales vistos por la gente fiera La cual desde esta costa llevó presa ,
Apellidaron toda la frontera. Siendo muchacha , Diego de Nicuesa.
Y aquella noche , puestos en paradas Con esta le hablaron al captivo⚫
En partes encubiertas y secretas Las cosas que les eran convinientes ,
Haciendo grandes fuegos y ahumadas , Y fué lo príncipal que su motivo
Sonaba gran estruendo de cornetas , Era hacellos deudos y parientes ,
Y por la playa van gentes armadas Y siempre con amor caritativo
Que no quieren á sueño ser subyetas , Enseñalles costumbres escelentes ,
Porque de los recuentros atrasados Abriéndoles con ellas un camino
Estaban temerosos y avisados. Cuyo fin goza de favor divino.
Fueron tantos los fuegos y faroles Y pues él sabe cuál es mas abierto
Que el indio hizo para su seguro , Para Zamba , con toda diligencia
Ya por la playa , ya por los peñoles Procure de mostralles uno cierto
Del promontorio con intento duro , Si no quiere que pierdan la paciencia ;
Que no pudieron nuestros españoles Pues tienen de hacer en aquel puerto
Saltar en la ribera con obscuro ; Para siempre jamás su permanencia ,.
Y ansi determinaron que saltasen Y que por bien ó mal , ó paz ó guerra ,
Cuando solares rayos alumbrasen. No tienen de dejar aquella tierra .
Y cuando ya venia descubriendo Corinche , percebidas las razones ,
Apolo su dorada cabellera , Luego les respondió que le placia ,
Los nocturnos vapores esparciendo Pero no con sinceras intenciones ,
Y nublos que cubrian la ribera , Segun que vieron el siguiente dia ;
Por inquietas ondas estendiendo Pues fué guïando por las poblaciones
Lumbre que por la cumbre reverbera , Donde la mayor fuerza residia ,
Marineros , maestres , coroneles , La tierra adentro acia Turuaco ,
Ponen á punto barcos y bateles. Que deste compás fué lo menos flaco.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , HIST. DE CARTAGENA, CANTO 1. 369
Sabiendo bien que por aquella frente Viendo su lanza ser embarazada
Mataron en los años atrasados Del escuadron feroz que la pretende ,
Al justador Pedrarias mucha gente, Valióse de los filos del espada
Siendo todos magnánimos soldados, Con la cual desta furia se detiende ;
Y al capitán Becerra juntamente, Lastima con sangrienta cuchillada ,
De quien eran no mal acaudillados ; Corta molledos, y cabezas hiende ;
Y ansi pensó que los recién venidos Miran acaso, ven las confusiones ,
Fueran desta manera consumidos. Acuden caballeros y peones.
Llegado pues el nublo tenebroso , Llegaron á tan buena coyuntura ,
En Calamar la gente castellana Repartidos por una y otra parte ,
Puso sus velas y tomó reposo Que se pudo librar de la presura
Hasta tanto que vino la mañana. Donde ya lo traian de mal arte ,
Díjoles misa cierto religioso , No sin estrago de la gente dura
Que llamaban el padre Mariana , Que hizo con el fino bracamarte ;
Y dados á los cuerpos alimentos Pero salió del dicho detrimento
Prosiguen adelante sus intentos. Cubierto de sudor y sin aliento.
Dejando los navíos á recado Porque entonces el sol con su cuadriga
Y en ellos gente bien apercebida, El hemisferio por igual demedia ,
El caballero y el peon armado , El aire falta quel calor mitiga ,
Pusieron en efecto la partida ; Ningun soplo de viento lo remedia ;
Corinche, de peones rodeado, Aumentan demás desto la fatiga
Guïando por la via referida Las armas de algodon al buen Heredia :
A Turuaco , mas llegando junto Y ansi con ansiosas turbaciones
Guerreros escuadrones ven á punto. Pide que le relajen los botones.
Opónense catervas de salvajes ; Acuden españoles que hay en torno ,
Levantase la grita y alaridos , Para hacer aquello que pedia :
Larga y espesa selva de plumajes , Mitigase la furia del bochorno ,
Voces que se confunden los oidos ; Porque también le dieron agua fria ;
Resuenan sagitiferos carcajes , Mas si el lugar ardia como horno ,
Los golpes de los arcos y crujidos ; Mucho mas la batalla se encendia;
Rompe los aires índica corneta , Y ansi sin esperar el aire frio
Y aca cualquier caballo se inquïeta. A ella revolvió con mavor brio.
Dan muestra las orejas que se espanta El Francisco de César acompaña ,
De ver y oir salvajes inbumanos ; Montes y Juan Alonso Palomino ,
Sobre los piés traseros se levanta , Juan de Villoria, Pinos, Villafaña :
Ningun sosiego tiene con las manos , Que en este riguroso torbellino
Y tanto mas se azora y se quebranta Todos se daban admirable maña
Cuanto los indios via mas cercanos , Y hacian bien ancho su camino ;
Hasta tanto que ya nuestro jinete Mas bien han menester que les acuden ,
Hiere de las espuelas y arremete . Pues cuantos mas derriban nas acuden.
Pelea cada cual donde se halla , Con su valor Heredia los provoca ,
Sin poder acudir adonde quiso , Y el valeroso César muchos hiere :
Porque la ferocisima canalla Es su caballo muy duro de boca,
Se vido cuasi cuasi de improviso : Y no puede mandallo como quiere :
Cobra valor y fuerza la batalla , Mas se desmanda cuanto mas le toca
Andan entrambas partes con aviso , La flecha , sin que los demás espere ;
La tierra cubren venenosos tiros Pero por donde quiera que lo lleve
Y golpes causadores de suspiros . El caballero hace lo que debe.
Bien como cuando de los altos senos En este tiempo los arcabuceros
Viene ventosa nube descargando En los indios hacian gran estrago ,
Granizo con relámpagos y truenos, Por tener tan espesos los terreros
Las sendas y caminos ocupando , Que ningunas pelotas dan en vago ;
Pues los altos y bajos quedan llenos Los indios no se hallan tan enteros
Y el circunstante suelo blanqueando , Como los que decian ¡ Santiago !
Poniendo las borrascas semejantes Y ansi se meten por las espesuras
Impedimentos á los caminantes : O partes que les eran mas seguras.
No con menos horror suenan los puertos El buen gobernador incontinente
En aquestos conflictos presurosos , Mandó que se recojan los soldados
Los lugares que huellan ya cubiertos Que pelearon valerosamente ,
De piedras y de tiros venenosos , Aunque, como ya dije, derramados ;
Andan por cima de los hombres muertos , Recorre las escuadras de su gente,
Destiérranse descansos y reposos : Halló los treinta dellos maltractados ,
Quien mas pelea y el que mas trabaja A los cuales él bizo curar luego ,
No conoce victoria ni ventaja. Y la principal cura fué con fuego.
El gobernador va por la pelea Estos con buena guarda de caudillos
Como bravo leon en el semblante : Encaminaron al marino puerto ;
Atropella , derriba y alancea Danles à beber agua de membrillos ,
A cuantos se le ponen por delante ; Y sanaron mediante buen concierto ,
Con singular destreza se nienea Aunque quedaron flacos y amarillos ,
Al fervoroso Turno semejante, Y Juan del Junco Montañés fué muerto ;
Y tanto prosiguió pasos perplejos , Pero de los caballos que hirieron
Que de los suyos se halló muy lejos. Cuatrode los mejores perecieron.
Los indios que lo ven en el conflito Y el de César , con ser el que tenia
Solo , sin que con él alguno sea , La carne mas que todos lastimada ,
Formaron un espeso circuito Escapó del gran riesgo que corria,
Caudillos de la bárbara ralea , Y le sirvió muy bien en la jornada ;
Con número de indios infinito Y es porque le lavaba cada dia
Que de una parte y otra le rodea ; Las heridas con el agua salada ;
Yfué tan numerosa la pujanza Mas túvose por grande maravilla
Que pudieron asille de la lanza. Salir el amo bien de la rencilla.
T. IV. 24
370 JUAN DE CASTELLANOS .
Pues cuando fuga el caballo hizo , Dijo su parecer, y los soldados
El freno remordiendo con los dientes ,
Descargaban en él como granizo Las condiciones puestas obedecen ,
Los mas modernos dellos admirados
Las mortiferas flechas destas gentes , De ver los escuadrones que parecen
Y tantas como puntas un erizo Con diademas de oro coronados ,
De las colchadas armas van pendientes ;
Las muy metidas fueron veinte y una , Que de rayos heridos resplandecen ,
Mas á las carnes le llegó ninguna. Y con betumen negro ó colorado
Viene cada cual dellos embijado.
La causa fué de no herille tanta
Flecha las buenas armas de algodones , En esto ya llegaban á la plaza ,
Debajo dellas una cuera de anta No con menos furor que bestias fieras
A donde reparaban los harpones , Dando lijeros saltos tras la caza
Y abalanzándose por las laderas :
O por mejor decir ayuda santa El arco corvo se desembaraza ;
Y algunas religiosas devociones ; Suenan engañadoras silbaderas ;
Pues no matallo los que vieron esto
Decian ser milagro manifiesto. Mas desque ya los vieron en los llanos
Al encuentro salieron los cristianos .
Dejando pues aquel espacio vaco El buen gobernador iba delante
Los indios à les fuertes vencedores , Dando de su valor patente muestra ,
Entraron la ciudad de Turüaco Recambiando la lanza penetrante ,
Sin se hallar en ella moradores ; Vez á la diestra, vez á la siniestra;
Pero tuvieron razonable saco Corria rojo rio y abundante
No sin gana de ver otros mejores ,
Porque lo substancial de sus haberes De los que clava su potente diestra ;
Habian abscondido las mujeres . Brama la tierra con mortal gemido ,
Y auméntase la grita y alarido.
Visto pues que la gente se desmanda Césariba haciendo maravillas
Mas de lo que cumplia salir fuera , Dignas de su valor y de su nombre ,
Con penas de rigor Heredia manda Rompiéndoles costados y ternillas ,
Que todos se recojan á bandera , Con brio que parece mas que hombre ;
Como quien conocia no ser blanda Acuden las católicas cuadrillas ,
La gente natural desta frontera ; Procura cada cual ganar renombre ,
Y ansi huyendo del inconviniente ,
A los soldados dijo lo siguiente : Cubre los campos ciega polvareda
De la batida y rehollada greda.
«Esta gente yo sé no ser cobarde , Confúndese la junta de salvajes ;
Antes falta de todo sufrimiento , Crecian los horrisonos bullicios ,
Y tienen de buscarnos esta tarde Acrecen
Con intencion de darnos otro tiento ; tando furias y corajes
Con los sanguinolentos ejercicios ;
Y aquí no nos conviene que se aguarde Cubríase la tierra con plumajes
Sino que les dejemos el asiento , Caidos de los vivos edificios ;
Y en tal lugar debemos esperallos Huellan unos y otros litigantes
Que puedan revolverse los caballos. Por encima de miembros palpitantes.
» Paréceme ser, como lo pedimos ,
Aquel llano poblado de labranzas ; Bien como los que van rompiendo breña
Ellos han de pensar que les hüimos , Espesa con agudos segurones,
Y allí se han de templar sus destemplanzas Para cosas que siempre les enseña
Necesidad maestra de invenciones ,
Porque podremos bien, segun decimos,
Menear los caballos y las lanzas . » Ocupando la tierra con la leña ,
Esto dicho , sacó la compañía Trozos de palos , ramas y troncones ,
Ocupando la parte que decia. Quedando de los árbores tal rima
Que no pueden andar sino por cima :
Y mandóles estar apercebidos , Desta manera son los embarazos
A punto las espadas y rodelas ,
En partes diferentes repartidos Que ponen á los vivos los caidos ,
Y el caballero prestas las espuelas : Con piernas y con piés, manos y brazos
Ansimismo por árbores subidos Que por aquel lugar están tendidos:
Soldados que hacian centiuelas , Cabezas repartidas en pedazos ,
Porque si descubriesen escuadrones Y sesos derramados y esparcidos,
Diesen aviso y arma con pregones . Con los demás beligeros pertrechos
Presto se vido ser consejo sauo Con que se mueven semejantes hechos.
Para salir mejor de los conflitos ; Incitan á la bárbara bandera
Pues apenas llegaban a lo llano , Las noctígenas hijas de Aqueronte ;
Cuando vieron plumajes infinitos Mas ella de victoria desespera ,
Que descendian con potente mano , Buscando los latibulos del monte ;
Dando terribles y espantables gritos , Y ansi cuando su roja cabellera
Temeroso rüido de cornetas El sol metia tras del horizonte ,
Y abundancia de dardos y saetas. Los indios que quedaban con la vida
Sin orden se pusieron en hüida.
Vistos por el Heredia, dijo luego :
Viéndose la victoria ya patente,
<« Señores, si ganais esta victoria ,
Con ella granjeais vuestro sosiego , Y para mas honor mayor indicio ,
Y vuestra gran virtud será notoria : A Dios dió cada cual devotamente
Y pues sois españoles, solo ruego Gracias por tan inmenso beneficio ;
Que de vuestro valor tengais memoria , Pues con el vencimiento desta gente
Que si ponemos esto por delante Vernian los demás á su servicio ,
Ningun rigor habrá que nos espante. Y ansi el gobernador con grato gesto ,
Recogida la gente, dijo esto :
»Gran nube viene, y el turbion es grande
A causa de llover sobre mojado ; «Cierto, señores mios, yo no siento,
Mas aqui le haremos que se ablande Si buenos hechos piden alabanza ,
Quien de dureza viene mas armado , Quién pueda dar con ella henchimiento
Como ningun soldado se desmande A los que vemos hoy de vuestra lanza
Del orden que tenemos concertado , En este milagroso vencimiento
Con el cual, en oyendo nuestra trompa , Contra dudosa y áspera pujanza ;
Abra los ojos , y contrarios rompa . » Cuya hüida vino tan á pelo
Que bien pareció ser obra del cielo .
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE II , HIST. DE CARTAGENA, CANTO II. 371
A Dios demos las gracias y la gloria, Y ansí , sin ofrecerse desavíos ,
Y el rey del galardon tenga cuidado, Llegaron á la playa ya notoria
Porque de Dios nos vino la victoria , Con aquellos despojos y atavios
Y aquí venimos por real mandado , Que suele dar la guerra meritoria :
En cuyo nombre yo terné memoria Salieron luego los de los navíos
Que sea cada cual galardonado A dar el parabién de la victoria
Con aquel miramiento que conviene , Con encarecimientos elegantes
Después de ver lo que la tierra tiene. Usados en negocios semejantes.
»Vencimos el contrario mas soberbio Cumplidos eran ya los dias vein te
Que solia tener esta frontera ; Del mes nombrado del bifronte Jano,
Vencimos y cortamos aquel nervio Del año que dijimos ser presente ,
Que á los demás servia de barrera ; Y dia del beato Sebastiano ,
De manera que todo queda pervio Cuando para trazar pueblo potente
Para poder pasar por donde quiera , Cristiano morador tomó la mano,
Pues los temores destos rompimientos Repartiendo por orden los solares
Son durísimos frenos y escarmientos. En el istmos que goza de dos mares.
Y pues se llegan ya nublos obscuros , Segun comodidad se dió la traza
Vamos á Turüaco, cenaremos , Por diestros y peritos medidores :
Que puesto que durmamos intramuros , Lo que era monte se desembaraza ,
Ningun impedimento hallaremos , Talándolo los nuevos pobladores ;
Antes nos hace su temor seguros Señalaron iglesia , dióse plaza ,
Para que del trabajo descansemos , Y á San Sebastián dos de los mejores
Mayormente teniendo velas puestas , Solares , donde hay hospital nombrado,
Rondas y centinelas por las cuestas. » Y es hoy como patron reverenciado.
Aquesto dicho , fueron al asiento Nombráronse justicias ordinarias ,
Sin que hallasen bárbaro contrario , Segun dispusicion de justo fuero,
Y con el recatado miramiento Con otras muchas cosas necesarias ,
Que no tiene juicio temerario Las cuales de presente no refiero ,
Dan á los cuerpos el mantenimiento Pues á causa de ser muchas y varias
Que fué segun su hambre necesario ; Se quedan para el canto venidero ;
Y como suelen los que se recelan , Y de presente tengo justa causa
Los unos duermen y los otros velan. Por donde me conviene hacer pausa.
Mas cuando descubrió su roja freute
Apolo con el rapto movimiento ,
El sabio capitán y diligente CANTO SEGUNDO .
De principales hizo llamamiento
Para manifestalles lo que siente Donde se tracta cómo los indios comarcanos vinieron á dar lapaz, y bastó
Y conocer ajeno sentimiento la batalla que se dió en Turuaco para atemorizar los demás caciques
Cerca del parecer que mejor era , y señores de aquella provincia.
El cual lo consultó desta manera :
⚫ Señores , sí el camino comenzado La punicion á veces es tan buena
Puede por tiempo dar algun reposo , Para todos , que no tan solamente
Paréceme que ya teneis andado Corrige los delictos y refrena
No menos que lo mas dificultoso ; Al loco y atrevido delincuente ,
Pues que , bendito Dios , va desmembrado Pero también avisa que en ajena
Un enemigo siempre victorioso, Cabeza se reporte y escarmiente
Cuya crüel y vengadora diestra Quien estaba dispuesto por ventura
Nadie la quebranto sino la vuestra. Para hacer alguna travesura,
Agora será bien que se discante Desta verdad ejemplo fué patente
Sobre cuál destos es mejor concierto : La gran rota del indio mas cercano ,
O pasar con las armas adelante Adonde fueron muertos solamente
Por el camino que teneis abierto , Seis ó siete caballos y un cristiano,
O determinacion mas importante Y de los indios numerosa gente ,
Anuestra pretension , volver al puerto , Que por entonces sin probar la mano
Para reconocer con advertencia Estuvieron dudosos y perplejos ,
Asiento que prometa permanencia. Ausi cercanos como los de lejos.
Esta perplejidad os manifiesto, Heredia , vistas las perplejidades ,
Cuya resolucion de vos confio ; Mandó luego partir al indio viejo
Y segun que por vos fuere dispuesto , A los cercanos pueblos y ciudades ,
Desa suerte daremos el avio, Rogandole que diese por consejo
Pues vuestro parecer acerca desto No rebusasen estas amistades
Determino tener por proprio mio , Agora que tenian aparejo ,
Y no traspasaré ilano ni cumbre Porque si procedian en la guerra
Sin que vuestro consejo me dé lumbre.» Asolarianles toda la tierra.
Responden los que deben obediencia, Diéronsele cosillas que de España
Y César con la gente mas granada : Traian castellanas compañías ,
« Vos , señor, teneis ciencia y esperiencia Con que la vista bárbara se engaña
Para nos adestrar en la jornada ; Teniéndolas por ricas mercancías ;
Vuestra boca pronuncie la sentencia , Corinche prometió de darse maña
Y esa será por todos aprobada , Y dar la vuelta dentro de tres dias ,
Pues como por tan buen seso se ordene, El cual partió para Carex el rico ,
Todo se guïará segun conviene.» Por haber Carex grande y Carex chico.
Reconocidas estas intenciones , Este indio tractó hidalgamente
Luego, segun las suyas , determina Aquel negocio que se le encomienda ,
Dejar aquellos senos y rincones Encareciéndoles de nuestra gente
Y dar la vuelta sobre la marina , Su noble condicion y su vivienda ;
Para hacer con nuevas poblaciones Pero Carex respóndele que miente
Albergos de la gente peregrina ; Porque él sabe que roban la hacienda ;
Y no fué la partida menos presta Y ansí le dijo quél no quiere vellos,
De lo que fué durable la respuesta. Y si algo quieren dél que vengan ellos.
372 JUAN DE CASTELLANOS .
Vista la voluntad que manifiesta El respondió por términos urbanos
Con amenazas otras que no cuento , Que todo lo posible se baria ,
Al Heredia volvió con la respuesta
Pero que se le diesen dos cristianos
Representándole su mal intento : Para llevallos en su compañía ;
El gobernador hizo gente presta Allí los mas valientes y lozanos
Para punir aquel atrevimiento , Teníanla por temeraria via ,
Y con soldados válidos ocupa Escepto dos mancebos caballeros
Un grande bergantin y una chalupa. Que no dudaron ser sus compañeros.
En ellos van ducientos y cincuenta Uno don Pedro de Abrego se llama ,
Soldados , de quien él se certifica De Sevilla , tenido por valiente ;
Ser tales que saldrian sin afrenta El otro don Francisco Valderrama ,
Deste recuentro donde los aplica : De Córdoba , no menos eminente :
Ante Carex el grande se presenta Estos sin recelar bárbara trama
Adonde llaman hoy la Boca-chica, Adonde va Caron ponen la frente ,
Y allí se muestra cantidad inmensa Y con gentiles brios y donaire
De bárbaros dispuestos à defensa . Llegaron al gran pueblo de Bahaire.
Los españoles ya breve desvío Del cacique Dulió fué recebido
De la playa largando los resones ,
En ella saltó luego Juan de Jio Caron, con gran contento y alegría ,
Y dos hermanos dichos los Cerones : No sin admiracion después que vido
Venir con él estraña compañía :
Acuden estos al primer bubio Ocurren cuantos hay de su partido
Rompiendo por soberbios escuadrones , A ver la nueva gente que venia ,
Por ser aquella cara señalada Tanto que los ponian en aprieto,
Y en ella mucha gente reparada. Pero con grandes muestras de respeto.
Allí de la primer arremetida Después de ya hablar en su lenguaje
Mataron muchos , y al cacique prenden ; Y á su modo palabras placenteras ,
Pero la multitud fué tan crecida Caron dió relacion de su viaje
De los que con orgullo lo defienden ,
Que Cristóbal Ceron quedó sin vida ; A lo que pareció muy à las veras
Con toda la substancia del mensaje
Los dos aunque heridos no pretenden De parte de las gentes estranjeras ;
Soltallo , ni los indios tal pudieron Y el Dulió , vista la razon propuesta ,
Hasta que ya los nuestros acudieron. Pidió dos dias para dar respuesta.
Enciéndese de nuevo la pelea
Convocándose muchos naturales El Caron con tenello por amigo ,
No sabiendo si bien ó mal ordena ,
Que Piorex exhorta y espolea No las tenia ya todas consigo
Y Curixix , señores principales ,
Porque del término que señorea Y quisiera volver á Cartagena :
Pero los caballeros dos que digo
Carex eran aquestos generales ;
Mas en los sanguinosos desconciertos Le dijeron que no tuviese pena ,
Ambos á dos allí quedaron muertos : Porque cualquiera dellos solo basta
A destruir aquella fiera casta.
Con otra mucha gente que se calla ,
Pasados de mortíferos barrenos , Dicen luego con lengua bien instruta
Que sin cubrirse jacerina malla Dirás al perro hijo de la perra
Al señor defendian como buenos ; Quel español no teme gente bruta ,
Mas no costó tan poco la batalla Ni nosotros saldremos de su tierra
Que no hiciesen de los nuestros menos Hasta llevar respuesta resoluta
Diez ó doce soldados , cuya muerte O de la blanda paz ó dura guerra ;
Quito quilates à la buena suerte. Que determine luego lo que quiere ,
Y espere dello lo que le viniere. »
Al fin con el sangriento torbellino Estas razones y otras que no toco
Prevalecieron españolas manos ,
Saqueando las casas del vecino Notó Caron y estuvo bien atento ,
Pareciéndole ser término loco
Para poner temor á los cercanos : Tener alli tan gran atrevimiento :
Donde se recogieron de oro fino
Cien mil ó pocos menos castellanos , Nada les respondió , mas desde à poco
Demás del alimento que se lleva Mostró con lágrimas su sentimiento .
Para sustento de la ciudad nueva. Dulió que vido muestras mal sonoras
Le dijo : «¿Qué es la causa por que lloras?,
Pasaron á Caron incontinente,
Pueblo del de Carex poca distancia , El respondió : a« Sabrás que no lamento,
Mas este recibiólos blandamente Dulió , por ocasion à mi tocante ,
Redimiendo su mal con su substancia : Sino tu destruicion y asolamiento
Dió joyas de valor con que se aumente Si no vas con nosotros por delante ;
La cudiciosa sed y la ganancia , Porque esta nacion es , à lo que siento ,
Porque el ardor crüel desta fatiga Con enemigos fiera y arrogante ,
Cuanto mas bebe menos se mitiga. Pero con los amigos apacible,
Regalándolos todo lo posible. »
Quedaron los demás pueblos ilesos ,
Matarapa , Cacon y el de Cospique , El dijo : « No son tales mis concetos
Porque se muevan á mejores sesos Que piense contrastar su duro marte,
Cuando la rota deste se publique : Mas a los mios aunque son subyetos
Volviéronse con muchos indios presos Heme de subyectar á dalles parte ,
De Carex , y con ellos su cacique ; Porque con pechos sanos y quïetos
No se les hizo tractamiento malo Aquesta paz reciban de buen arte ,
Antes grandes caricias y regalo. Pues ningun señor hay tan absoluto
Que no deba cumplir este tributo .
Asegurándoles de mas combate » Esto sin falta se hará mañana ,
Como tuviesen corazon sincero ,
Dándoles muchas cosas de rescate Y la contradiccion terná castigo;
Habla con esta gente castellana
Y á Caron , un insigne hechicero , Certificándoles que soy amigo ,
Le ruegan que con otros pueblos trate Y pues mi voluntad la tienen llana ,
De la paz , y les sea medianero ;
Porque los deste término marino Sea la suya tal para conmigo ;
Lo tenian por mago y adevino. Aquí se holgarán dos ó tres dias
Porque no quiero ir manos vacías. »
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, HIST. DE CARTAGENA, CANTO II. 373
Los bárbaros acentos declarados Al buen Heredia hizo sus ofertas
Por lengua que la suya determina , Con mansas señas y palabras blandas ,
A cada uno de los dos soldados Que daban los intérpretes abiertas
De oro se les dió chaguala fina , En idiomas proprios á las bandas ,
Cuyo valor montó hartos ducados ; Y dijole : « Si yo tuve reyertas
Y ansi perdieron ambos la mohina , Por aceptar la paz que me demandas ,
Demás de tener mesas proveidas Caron y las personas de quien fías
Abundantísimas de sus comidas. Diran lo que me pasa con las mias.
Hizo congregacion dia siguiente > Porque no pudo ser sin fin sangriento
De capitanes y otros caballeros , De cierto capitan , hombre robusto ,
Y dijoles ser cosa conviniente Que procuró poner impedimento
Confederarse con los estranjeros , A los efectos de negocio justo ,
Pues su destruicion era patente Debiendo medir siervos su contento
Teniéndolos cercanos y fronteros , Con lo que á su señor diere buen gusto :
Si con paz , discrecion y aviso bueno , Sé que coligirás de lo que digo
A sus intentos no ponian freno. Que deseo la paz y soy amigo.
Que tanteasen bien como discretos » Esta será segura por mi parte ,
Que las guerras consumen los poderes , Sin atender á varios pareceres ;
Y cómo no responden sus efetos Bien puedes para mas asegurarte
A los precipitados pareceres ; Venir conmigo , si por bien tuvieres ,
Demás de vivir todos inquietos , Porque , cierto , deseo regalarte
Descarria dos hijos y mujeres ; Segun yo soy , que como quien tú eres ,
Yansi su parecer , que muchos mide , Mis ministerios no serán tan altos
Era de dar la paz que se le pide. Que suban de valor á no ser faltos. »
De aquellos capitanes el mas viejo , No tuvo desabrida la respuesta ,
Oida su razon , incontinente Antes con el Dulió se partió luego
Le dijo : Buen Dulió , vos sois espejo Adonde se le hizo grande fiesta ,
Donde contempla cada cual su mente ; Mas no quiso tomar mucho sosiego ;
Nadie , teniendo vos ese consejo , Y porque no partiese con la siesta ,
Hay aquí que lo tenga diferente : De parte del señor hubo gran ruego ,
Con vuestra voluntad medid la nuestra , Y aun que esperase la mañana
Pues la de todos es la misma vuestra. » Por venir la tiniebla ya cercana..
Otro con soberbísimo denuedo , Heredia respondió cumplidamente •
Pesándole de las conformidades , Con el aviso que menester era ,
Levantóse diciendo : « Yo no puedo Diciendo que no puede de presente
Sufrir acobardadas poquedades ; Dejar de se tornar a su frontera;
Parece que te ciscas ya de miedo , Pero si puede ser dia siguiente
Pues apeteces estas amistades ; Vayan à Calamar , do los espera ,
Perdido va , Dulió , tu fuerte brio , Porque también querria cuando fuese
Mas no se perderá jamás el mio. » Agasajallo con lo que pudiese.
El Dulió , vista la soberbia vana Y que, pues era principal cacique,
Y ser principio de otros embarazos , De comarcanos defensor y capa,
Alzó con gran presteza la macana Procurase llevar los de Cospique ,
Tirando golpe de nervosos brazos : Cocon , Caricocox y Matarapa ,
El cual , como se dió de buena gana , A los cuales la paz les certifique ,
Le hizo la cabeza dos pedazos ; Sin engaño , cautela ni solapa ,
Necesario no fué golpe segundo Porque si todos vienen à lo bueno ,
Para sacallo fuera deste mundo. Ternian quietud en su terreno .
El hecho del cacique se engrandece Con esto se pusieron en camino
Por todos , y otra cosa no se trata Con la chalupa de comida llena ,
Sino decir que tal pena merece Y á los dos caballeros por quien vino
El que contra su rey se desacata : Mandó volver también à Cartagena ,
Con aquesto la junta se fenece Porque le parecia desatino
Y la contraria duda se desala , Quedarse solos en aquel arena :
Pues todos , por tener mejor aviso , Rogáronle con encarecimientos
Vinieron en lo quel cacique quiso . Que no les perturbase sus intentos ;
En este tiempo los de Cartagena, Porque serian sus trabajos vanos ,
Que de Caron hicieron confianza, E ya de corazon poco constante,
Tenian por los dos soldados pena , Dejar aquel cacique de las manos
Pareciéndoles mal tanta tardanza ; Hasta que lo llevasen por delante ,
Y el gobernador mas , el cual ordena Porque para hacer los otros llanos
Ir á buscallos , no con gran pujanza , Era negociacion muy importante ;
Mas solos veinte y dos en el navío Y en aquesto hicieron tal instancia ,
De que era capitán el Juan de Jio. Que se quedaron llenos de arrogancia.
Llegaron a la boca del estero , El buen gobernador fué navegando
Por do para Bahaire hacen via ; Con manso viento que les aspiraba ,
No puede navegar el marinero , Y á su nueva ciudad llegaron cuando
Que la chalupa mas fondo pedia ; El curso de la noche demediaba ;
Mandósele soltar al artillero En tierra saltan todos publicando
Dos piezas que declaren quien venia , Aquel efecto que se deseaba ,
Porque si gozan de vital aliento Diciendo que Babaire con su gente
Los dos acudan à su llamamiento . Los recibió caritativamente.
Ellos , reconociendo los motivos , Y que paz de su parte se pregona
Para de su salud bacellos ciertos , Por los cercanos puertos y babias
Con indios que de paz no son esquivos Con subyeccion à la real corona ,
Bajaron en canoas a los puertos ; La cual darian antes de tres dias ,
Auméntanse los gozos en ver vivos El cacique Dulió por su persona ,
A los que ya contaban con los muertos ; Y con él otras muchas compañías ;
Mas el Dulió con barca mas lijera El pueblo recibió mucho contento ,
Ganó con el Caron la delantera . Deseando de ver el cumplimiento.
374 JUAN DE CASTELLANOS.
Lo cual efectuó , y ansi lo hizo Aunque, segun las relaciones nuevas
Aquel cacique y otros señalados , Que de la villa de Mopox me envía
Y trajo joyas de metal obrizo , El antiguo soldado Juan de Cuevas ,
Que valieron sesenta mil ducados , No fué poco sangrienta la porfia ,
Demás del grano con que satisfizo Pues antes de la paz hicieron pruebas
La hambre que tenian los soldados , De lo que cada cual parte podia ;
Llenas canoas de comidas varias , Mas Gonzalo Fernandez no da cuenta
A nuestros españoles necesarias. Sino de lo que aquí se representa.
Entrados los caciques en la villa , Salió de paz ansimismo Tocana ,
Suntuoso convite les fué becho , Señor de Mazaguapo , con Guaspates
Abundante de vino de Castilla , Y los de la ciudad de Turipana ,
De que mucho gustó bárbaro pecho ; Y Cambayo, cacique de Mabates :
Diéronles muchas cosas , que sencilla A los cuales la gente castellana
Gente juzgaba ser de gran provecho , Dió bonetes , camisas y rescates ,
Como corales , cuentas y bonetes Con aquellas apacibilidades
Colorados , cuchillos y machetes. Que suelen granjear las voluntades.
Y ansí los reyes desta pertenencia , De muchos indios dellos se barrunta
Que tuvo cada cual reino distinto , Que vienen á mirar y ser testigos ,
Dieron el vasallaje y obediencia Y teniendo sospecha que en la junta
Al gran emperador don Carlos quinto : Los menos corazones son amigos ,
Hízose con solemue diligencia , Heredia con la lengua les pregunta
Que no referiré, por ser sucinto ; Si tienen en sus tierras enemigos ,
Solo diré tener principios buenos Para que con sus armas y caballos
Para poder entrar otros terrenos. Vayan los suyos á desagraviallos.
Teniendo pues de paz aquella raya , Respóndele Cambayo : « Si sois tales
Dejando guarda como convenía , Que deseais empresa generosa,
Determinóse que la flota vaya De todas las ciudades principales
A Zamba para ver lo que tenia ; Sola Cipacua es mas poderosa,
El gobernador iba por la playa Cuyos vecinos son mis capitales
Con bien aderezada compañía , Contrarios , con pelea rigurosa ;
Y con ellos la india Catalina, Y como tú , señor , subyectes esta ,
Que deste dicho puerto fué vecina. Ningun peligro hay en lo que resta.
Como con el recato conviniente »Bien creo que saldrás con el intento,
Llevasen por delante corredores , Y si me haces este beneficio
Dos hombres de caballo y el teniente No faltará mi reconocimiento
Prendieron á dos indios pescadores : Con gran obligacion á tu servicio :
Hablóles Catalina cuerdamente , Eres hijo del sol á lo que siento ,
Diciendo, que perdiesen los temores Y aqueste siempre te será propicio,
Y no tuviesen miedo de cadeua , De mas de que también de parte mia
Pues la que vian era gente buena. Irá muy bien armada compañía.»
« Estos , decia , son nobles cristianos , El Heredia riendo le responde :
De costumbres loables y escelentes , «Esa Cipacua para sojuzgalla
Y vienen para ser vuestros hermanos No restà mas de que sepamos dónde,
Y á haceros sus deudos y parientes : Para dársele luego la batalla ;
Jamás tuvieron violentas manos Pero si da la paz y no se absconde ,
Contra los que se muestran obedientes ; Has de saber que tengo de guardalla ,
Mis ojos proprios son buenos testigos Y quien por buen amigo se me diere
De cómo saben ser buenos amigos. Héselo yo de dar mientras viviere.>
>Mas no se libra de su lanza dura El bárbaro , no de razon ajeno ,
Quien por contrario risco se desgalga : Antes al parecer hombre bastante ,
Por tanto , pues hay buena coyuntura , Dijo : «Señor , tú hablas como bueno,
Decid á Zamba que de paz les salga , Mas no vernán á tracto semejante ,
Porque para tener vida segura Porque los que dominan aquel seno
No hay otro remedio que les valga ; Es gente poderosa y arrogante ;
De paz está Carex y la marina Y si pasion acaso no me ciega ,
De cuanto por aquel compás confina.>> En las manos tenemos la refriega.»
Entendieron los indios el lenguaje , A su razon Heredia respondia :
Y fué también la india conocida , «Huelgo de que me quieras por padrino ;
Por ser de su lugar y su linaje Apercibe tu gente , yo la mia ,
De parentela luenga y estendida : Agora con el nublo vespertino ,
Admiranse de ver en nuevo traje Para que con la nueva luz del dia
La que nació de madre no vestida , Nos pongamos en orden y camino ;
Pues alli hasta partes impudentes Y si no vienen á la paz que digo
Suelen andar abiertas y patentes. Verás en ellos ejemplar castigo.»
Fueron los indios pues en la demanda Quedó pues el negocio concertado
A lo que pareció con buen intento , Cuando faltaba ya febea lumbre ;
Porque por las palabras que se manda El indio con solicito cuidado
Refirieron aquel razonamiento ; Apercibió guerrera muchedumbre ;
Fué la respuesta que les dieron blanda El gobernador sabio y avisado
Y no con variedad el cumplimiento , Velóse segun tiene de costumbre ,
Antes salió del pueblo mucha gente Pues aunque parecia gente noble
Con comidas y algun otro presente. Sospechaba poder ser tracto dôble.
Al gobernador dieron joya fina Y cuando la dorada cabellera
Para suplir algunos menesteres ; De Febo descubrió por el oriente ,
Ocurrian á ver á Catalina Vieron cubierta toda la ribera
Número no pequeño de mujeres , De bien compuesta y ordenada gente ;
La cual como servia de madrina Llamó todos los suyos á bandera
No dejó de sacar para alfileres , El buen gobernador por consiguiente ,
Y aun con lo que sacó de la cacica Que bien apercebidos acudieron
Otra de mas estofa fuera rica. Porque la noche toda no dumieron.
VARONES ILUStres de indiAS, PARTE III, HIST. DE CARTAGENA, CANTO II. 375
A sus cuadrillas bárbaras atentas Item, promete con verdad sincera,
Dijo , haciendo señas , el Cambayo : Porque su ciudad no desampare ,
Mirad que no demandan las sangrientas De no meter en ella su bandera ,
Rencillas cobardía ni desmayo , Antes adonde está manda que pare
Y que para vengar vuestras afrentas Para se ranchear por acá fuera ,
Llevamos fuerzas de divino rayo , Donde el señor cacique señalare ,
Pues aqueste señor que nos ayuda Y esto se cumpliria sin que vea
Hijo del sol debe de ser sin duda . Desdén ni vuelta que contraria seɔ.
Hagamos el deber en las contiendas , La lengua dijo lo que le mandaron ,
Pues vamos amparados de tal muro , Usando fielmente del oficio ,
Tomando del contrario las enmiendas Lo cual los principales escucharon ,
Que para todos fué crüel y duro ; Sin que de pelear diesen indicio ;
Ireis à vuestras casas y haciendas Mas antes todos ellos mitigaron
Cada uno de vos sobre seguro , Los clamores y el áspero bullicio ,
Y gozareis de vuestras granjerías Y el señor , entendidas las razones ,
Ansí de cazas como pesquerías. >> Aceptó las honestas condiciones.
Aquesto dicho , luego los provoca Y ansi dijo : « Con esa confianza ,
A caminar con ordenada mano ; Y que castigareis á mi contrario ,
Y como la distancia fuese poca , Me huelgo de hacer el alianza ,
Llegaron aquel dia muy temprano Y de seros amigo tributario ;
Al primero lugar que llaman Oca , Por asiento terneis esa labranza
A Cipacua subyecto y sufragano , Donde yo proveeré lo necesario ;
Do no hallaron anima viviente , Sabed guardar los pactos como buenos ,
Mas todo su caudal allí presente . Que por mi parte no vernán a menos » .
Como viesen la gente ser hüida Esto dicho , se fué con sus vasallos ,
Y de sus bienes cosa no faltase , No con resabios de voluntad mala ,
Mandóse que so pena de la vida Antes con intencion de regalallos ,
Alhaja ni comida se tomase , Como con lo posible los regala ;
Sino que fuese presta la salida Los nuestros arrendaron sus caballos
Y sin tocar en cosa se dejase : En el mesmo lugar que les señala ,
Ningun español hay que se desmande Y cada cual compone y adereza
Ni cosa recogió chica ni grande. Hamaca do recline la cabeza.
Pero los indios , no bastando ruego , Luego los indios desde sus posadas
Amenazas de muerte ni otros males , Enviaron algunos ricos dones ,
Todas las casas saquearon luego Y cuatrocientas viejas que cargadas
Robándoles los bienes y caudales ; Iban de diferentes provisiones ,
Y aquesto hecho les pegaron fuego Que mandó repartir por camaradas
Con otras malas obras de bestiales , Heredia , dando largas las raciones
Y buyen por quebradas y peñoles Y las joyas con las demás juntasen
Dejando solos a los españoles. Para que se repartiesen y quintasen .
Los indios que dejaron sus posadas Vinieron á los ranchos después desto
Y fueron á Cipacua con recelo , Sobre cien mozas bien encaconadas ,
Como viesen las grandes ahumadas Cada cual dellas de gracioso gesto ,
Que con centellas van al alto cielo En todos miembros bien proporcionadas,
Suenan de las viudas y casadas Pero todas en traje deshonesto ,
Clamores que causaban desconsuelo , Porque sus cueros eran las delgadas ,
Y ocurre mucha gente de pelea Y elvergonzoso y ampollado vaso
A ver los que quem aron el aldea. Con natural labor en campo raso ( 1 ).
Revuélvese terrible torbellino No vírgenes vestales , sino dueñas ,
Con gran selva de flechas y macanas , Ansimismo ningunas conyugadas ,
Y a brevecillos pasos de camino Pero solteras todas y risueñas ,
Encontraron las gentes castellanas : Y para lo demas aparejadas ;
Los gritos son con tanto desatino Al fin se conoció por ciertas señas
Que no parecen ser voces humanas ; Que debian de ser enamoradas ,
Pero con parecer infernal ira Pues por alli también hay cantoneras
De todos cuantos son ninguno tira. Y mujeres que son aventureras.
El Heredia no menos importuno Y todas en comun son generosas
A la lengua para que los exhorte En dar lo que les dió natural uso ,
De cómo no les hizo mal alguno Sin el de vestiduras engañosas
Ni fué participante ni consorte , Ni del que suele ser velo confuso ;
Antes esta del hecho muy ayuno En efecto por ser estas hermosas ,
Y que su gente tuvo gran reporte , Pueblo de las Hermosas se le puso ,
Siendo solos los indios de Mabates Y ansi Cipacua , porque lo merece ,
Los maestros de aquellos disparates. Con este mismo nombre permanece.
Y que promete , si Cipacua quiere Traian por los cuellos y muñecas
Venganza por el daño recebido , Cuentas de oro , y otros ornamentos
De dalles tal castigo cual requiere De chaquiras compuestas á sus ruecas
El crimen y delicto cometido , Labradas con mal primos instrumentos.
Y de tal modo que mientras viviere En efecto , volvieron boquisecas
Se recuerde quién fué tan atrevido , Y defraudadas de sus pensamientos ,
Aunque su condicion y su costumbre A causa de que los de nuestras gentes
Es el amor , la paz y mansedumbre. Serian de los suyos diferentes.
Mas agora, por el atrevimiento
De bacer la maldad en su presencia ,
Habia de mudar su buen intento
Si le daba Cipacua la licencia ;
Rogábales también que del asiento (1) Estos dos versos van rayados en el original, yal margen sustituides
Ninguno cure de hacer absencia , de mano de Pedro Sarmiento con los siguientes .
Sino que se quïeten y estén quedos Y las partes impuras al vreo
Apartando de sí pesados miedos. Con un bestial y rústico rodeo ,
376 JUAN DE CASTELLANOS .
Porque todos los mas de aquella era , El indio no dejó de estar atento
Segun manifestaba su presencia , A lo dicho por lengua suficiente ,
Eran, demás de ser gente guerrera, Y tanteó con el entendimiento
Hombrazos de valor y de prudencia , Cuál seria menor inconviniente ;
Y que sabian do menester era Y al cabo se resume ser contento
Vivir con vigilancia y advertencia , De darse por vasallo y obediente
No queriendo por bajas aficiones De rey que tiene por vasallos reyes ,
Cobrar con indios malas opiniones. Y estar en obediencia de sus leyes.
Pues la visita por las damas hecha De quel gobernador vió la respuesta
Que para trompezar iban á pique , Que con su voluntad correspondia ,
Túvose por certisima sospecha Dióle las gracias , bizole gran fiesta ,
Hacerse por industria del cacique ; Y presentóle cosas que traia , ⚫
Pero ninguna cosa le aprovecha Bonete colorado con su cresta
Por no la ver de que se certifique : De pluma roja con argentería ,
Mas sin que de Cipacua me müeva , Camisa , zarafuelles , ciertas cuentas ,
Añadiremos una cosa nueva. Y para sus culturas herramientas.
Y es decir Juan de Cuevas, que primero También á la partida se le ruega
Que con Cipacua fuesen los conciertos , Que todos los demás indios ablande ;
Hubo con Tubará recuentro fiero Y ansi fué caminando sin refriega
A la subida de sus altos puertos ; De indio que con guerra se desmande ,
Murió don Juan de Vega Caballero Hasta tanto que con su gente llega
Después que por él fueron muchos muertos , A beber de las aguas de rio Grande ,
Y allí también de pálidos metales Dejando con los buenos tractamientos
Ovieron crecidisinios caudales. Todos aquellos bárbaros contentos.
Y captivo quedó Morotoava , Y por no ser molesto ni pesado
Y otro cacique, Hare , su sobrino ; Al tiempo de pasar esta frontera ,
Hallaron templo donde se adoraba Puesto caso que fuese convidado
Con gran veneracion un puerco espino , Para dormir en casas de madera ,
Que por romana vieron que pesaba Nunca metió su gente por poblado ,
Cinco arrobas y media de oro fino , Y siempre quiso ranchearse fuera;
El cual puerco hallaron en Cipacua , También porque si indios maleasen
Y otro templo también en Cornapacua. Tuviesen campo do se rodeasen.
En el cual (estos hombres insensatos ) Pacificando pues estas naciones
Eran por dioses suyos adorados Prosigue sin azar aquella via,
Con grandes ceremonias ocho patos Hasta dar en las grandes poblaciones
Que pesaron cuarenta mil dudados , De la tierra que llaman hoy Maria :
Donde tuvieron bien para zapatos Allí pararon nuestros escuadrones ,
Este gobernador y sus soldados ; Y fué concierto de la compañía
Ansi que de Cipacua y sus recodos Volverse por rodeos y desvios
Salieron bien aprovechados todos. A Zamba do dejaron los navios.
Tuvieron pues allí la noche fria Donde con gran contento y alegría
No sin fuerza de guarda vigilante ; Se cumplió su deseo y esperanza
Y al tiempo que llegó la luz del día De vellos en el puerto, pues habia
Quien regia la gente caminante Sido de cuatro meses la tardanza ,
Al cacique le dijo , que queria Y con aquel temor que se tenia
Pasar con sus soldados adelante , Estaban ya para hacer mudanza :
Y que para cumplir con lo que debe Al fin á Calamar los encanina ,
Trabajaria de volver en breve. Y él fué con los demás por la marina.
Y entonces como menos impedido Adonde todos juntos, se hicieron
Oiria las contiendas y debates Fiestas y juegos de mayor substancia,
Acerca del agravio recebido Y es porque del rescate que trajeron ,
De Cambayo , cacique de Mahates , Habido por aquella circunstancia,
Pues habia de ser restituido Pagado real quinto, les cupieron
Cipacua con aumento de quilates , A mas de seis mil pesos de ganancia ,
Certificándose de la malicia , Con que compraban fanfarrona seda,
Y á cada cual guardando su justicia. Como bullian ya con la moneda.
Y que siempre harian asistencia Fueron luego por partes diferentes
Dentro de Calamar muchos cristianos, Algunos capitanes y soldados ,
Por venir con poderes y licencia Para pacificar las otras gentes
Del mejor rey de todos los humanos , Cuyos pueblos no fueron visitados ;
A quien debian honra y obediencia Vinieron los mas dellos obedientes
Los príncipes y reyes soberanos , Siendo con santa paz amonestados ,
Y a quien daban tributo y vasallaje Y los rescates de oro por momentos
Las naciones del mas alto linaje. Iban en caudalosos crecimientos.
Y el ansimismo para que pudiese Al fin que como no vuelven vacíos ,
Gozar de quietud con beneficio , Y en rescatar se daban buena maña ,
Mucho le convenia que se diese Crece la poblacion de los buhios ;
Con los demás á su real servicio ; Dábales materiales la montaña.
Pues cada y cuando que menester fuese Llegaron pues al puerto dos navíos
En él ternia defensor propicio , Que del Nombre de Dios iban á España ;
Amparando sus tierras y haciendas Holgáronse de ver aquel arena
De cualesquier tiránicas contiendas . Con renombre de nueva Cartagena.
Item , le dijo no ser sus concetos Saltan en tierra no sin gran contento
Otros en ir à ver tierras estrañas , De ver escala para su viaje ;
Sino para decilles , si quïetos Hízoseles muy buen acogimiento ;
Quieren tener albergos y cabañas , Hallaron pasajeros hospedaje ;
Se hagan tributarios y subyetos Dióles Pedro de Heredia bastimento
Al poderoso rey de las Españas , Por venir faltos de matalotaje ,
Y lo mismo le daba por consejo Y al tiempo del partirse les suplica
A él , pues tiene tiempo y aparejo. Digan do quiera ser la tierra rica.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , HIST. DE CARTAGENA, CANTO III. 377
Y que podian afirmar por cierto Y siempre sucedian compañeros
Ser demás de lo dicho tierra sana , Que llegaban de todas condiciones ,
Con apacible y escelente puerto Pues que vinieron hasta melcocheros
Para contractacion cuotidiana , Y gozaron de tales ocasiones ,
Ypara mas prosperidad abierto Que volvieron cargados de dineros
Camino, por estar su gente llana, De vender sus melcochas y turrones,
La cual como les era ya propicia Por estar todo tan de oro becho
Daban de mas adentro gran noticia. Que nadie daba paso sin provecho.
No dijeron á sordos las razones , Viendo pues la ciudad bien pertrechada
Pues do quiera que cada cual surgia, Quien de la gobernar tenia cargo,
Alli solemnizaba con pregones Y como para ser perpetuada
La gran riqueza que se descubria No le podian ya poner embargo,
En aquellas provincias y regiones , Determinó hacer una jornada
Demas de la que ya se poseia, Cuyos caminos fuesen a lo largo
Y que los naturales antes bravos Acia la mar del Sur, cuya riqueza
Servian ya mejor que los esclavos. Se publicaba ser de gran grandeza.
Luego la fama como suele vuela Año de treinta y cuatro por enero
Entre guerreros y entre contractantes : Iba corriendo, cuando hizo lista
Alistan el espada, la rodela , Del práctico peon y caballero
Limpian las armas olvidadas antes ; Para continuar esta conquista ;
Cual carga nao, cuál la carabela , Examináronse por él primero
De caballos y cosas importantes , Con la conversacion y con la vista ;
Como de sedas, granas, perpiñanes, Y ansí por acudir á sus intentos
Finísimas holandas y rüanes. De todos escogió hasta ducientos.
Fué luego la ciudad de Cartagena Varones de quien él hacia cuenta
Frecuentada de barcos y navios, Ser tales al rigor mas importuno ,
Y en breve tiempo la ribera llena Y que metidos en cualquier afrenta
De ricos y costosos atavios, Podria recelarse de ninguno :
Que vienen a buscar dorada vena Serian de caballo los cincuenta
Y a conquistar no vistos señoríos ; Con dos y tres caballos cada uno,
Los españoles van en crecimiento Con todos los pertrechos y la carga
Y las contractaciones en aumento. Que se requieren en jornada larga.
Con las cuales engruesa su hacienda Y también entre dos ó tres peones
El mercader sagaz à quien le toca ; Para carga llevaban un rocino,
Vereis vacías una y otra tienda Do cargaban aquellas provisiones
En breves dias y en distancia poca ; Necesarias al cauto peregrino ,
La tasa de los precios y la rienda Hachas, machetes, barras y azadones
Era por la postura de su boca, Con que pudiesen allanar camino ,
Y en aquel tiempo que se representa Y pasos que impidiesen el pasaje
Iban juntas la paga con la venta. Para prosecución de su viaje.
También á vueltas de los mercaderes Aderezado pues el aparato ,
Llegaron en aquellas coyunturas Hizo de los oficios nombramiento ,
Los molestos melindres de mujeres Los cuales de presente no relato
En seguimiento de sus aventuras ; Por no dar al lector desabrimiento ;
Unas dellas con sueltos pareceres , Y también quiero descansar un rato
Y otras con maritales ligaduras, Con presupuesto de volver al cuento ,
Cuyas fantásticas ostentaciones De manera que sea manifiesto
Se confirmaban con postizos dones. Todo lo sucedido después desto.
Jactándose de noble parentela ,
Tal que ninguna padecia mancha ,
Arrastra cada cual sérica tela , CANTO TERCERO .
No cabe por la calle que es mas ancha ;
Una se puso doña Berenguela , Donde se cuenta cómo el gobernador Pedro de Heredia salió de la ciu-
Otra hizo llamarse doña Sancha : dad de Cartagena con docientos hombres bien aderezados , y llegó a
De manera que de genealogía la provincia de Cenú , y lo que mas aconteció en su pacificacion y con-
Esa tomaba mas que mas podia. quista.
Salen á luz vestidos recamados, Muchas veces se ve por esperiencia ,
Con admirables fresos guarnecidos ; Demás de lo que consta por lectura,
Relumbran costosísimos tocados Que suele ser la viva diligencia
Que de rayos del sol eran heridos ; Guia para tener buena ventura ;
Otras sacan cabellos encrespados Mas en los hombres faltos de prudencia
Y en redecillas de oro recogidos ; Aquesta también es de poca dura ,
Y ansi con vestiduras escelentes Y muchos vemos de riqueza llenos
Llevan trás sí los ojos de las gentes. Que procurando mas vienen á menos .
No dejan los plateros à la balda , Y en parte no fué libre destas penas
Pues los ocupan en labralles oro ; La cudicia de nuestro caminante ,
Engástase la perla y esmeralda, Pues sin la defender armas ajenas
Yotras piedras anejas á tesoro ; Dieron en tierra rica y abundante ;
Tiene ya cada cual paje de falda, Y con tener allí las manos llenas
Por mas autoridad y mas decoro ; Procuraron pasar mas adelante ,
Adórnase los dedos con anillos ; Y faltó poco por sus desvaríos
Penden las arracadas y sarcillos. Para que se volvieran manvacios.
Del galán á la dama corre paje Porque yendo la gente caminando ,
Con blanda locucion y bien compuesta ; Movida y alentada por la fama
Oyese por las partes el mensaje ; Que de riqueza dió barbaro bando,
Vuelve no menos grata la respuesta ; En la sierra que de Abreva se llama ,
La dulce seña sirve de lenguaje Tierra poco poblada conquistando
Do la palabra no se manifiesta ; De la que fuera della se derrama,
Estaba todo lleno finalmente Llegaron adestrados por las guias
De todos tractos y de toda gente. Al Čenú las cristianas compañias.
378 JUAN DE CASTELLANOS.
Donde paró la gente castellana Habia muchos árbores afuera
Algunos dias para su reparo , Pegados con el dicho santuario ,
A causa de tener larga zavana Colgados de los ramos en hilera
Y no de caza su compás avaro , Campanas de oro no de talle vario,
Porque todo lo mas es tierra Ilana Mas en tamaños , formas y manera ,
Y á manchas también tiene monte claro , Segun un almirez de boticario ;
Con perdices , conejos y venados , Y en un momento manos bien instructas
De que se proveian los soldados. Los despojaron destas bellas fructas.
Corriendo pues el seno comarcano Recogidas las dichas campanillas,
Heredia con los hombres principales , Cuyo sonido daba gran consuelo ,
Una ciudad hallaron en lo llano Para ver si eran de oro las costillas
De pocos aunque ricos naturales , Derriban las estatuas en el suelo :
Hüidos del ejército cristiano , Quitan las vestiduras amarillas ,
Con hijos y mujeres y caudales ; No de brocado ni de terciopelo ,
Y ansí por no hallar impedimento Mas oro puro , boja mal batida ,
Dentro della tomaron aposento. De mas valor cuanto menos polida.
A fin de ranchear algun alhaja Todos estos despojos congregados
Un negro del Heredia muy ladino, Con la fidelidad que convenia ,
Que con favor del amo se aventaja A su rey y señor quintos pagados ,
A visitar las casas del vecino , El restante del oro bien valdria
Una mucura vió como tinaja Mas de ciento y cincuenta mil ducados
Cubierta con chaguala de oro fino , Para partir entre la compañía ;
La cual á su señor puso en las manos Que fué para principio buen rancheo ,
Y pesó cuatrocientos castellanos. Mas no tal que hartase su deseo.
En este cobertor la vista ceba , Pues inquiriendo guias deste suelo,
Con el cual se recrea y alcohola ; Del cual mas beneficios esperaban ,
Y para dalles esta buena nueva Ovieron á las manos un mozuelo ,
Luego mandó llamar gente española , Natural del lugar adonde estaban :
Diciendo : « Tierra que esta fruta lleva Preguntó luego cudicioso celo
No debe de tener aquesta sola ; Por el rico metal que le mostraban ,
Antes nos hace ciertos tal encuentro Y el indio prometió que los pornia
Del bien que nos espera mas adentro. Adonde suma cuantidad habia.
>¡ Ea ! que la fortuna nos es diestra Oyendo tales nuevas como estas ,
Y guia nuestros pasos de buen arte , Apercibiéronse para seguillo,
Pues no faltando diligencia vuestra Haciéndole regalos , mimes , fiestas
En buen puesto teneis el estandarte ; Al que promete dalles amarillo ;
Y si lo demás es como la muestra , Los piés lijeros y las manos prestas
Por cien mil pesos no daré mi parte Porque no huya por algun portillo,
En este solo pueblo , si es habido El que causas gravísimas concluye ,
Aquello que dejaron abscondido . » Y tarde y mal aquel de quien él buye.
Acude la cristiana compañía Mas no fué necesario mudar hito
A ver pieza que tanto se señala ; Para se descubrir este misterio ,
Fué sumo su contento y alegría Pues en el santuario que repito
Viendo tan gran grandeza de chaguala , Y á la redonda por el cementerio ,
Demás de la fineza que tenia, Que tomaba muy grande circuito ,
Quel oro mas subido no le iguala Aquel que padecia captiverio
De lo que mas afuera comunmente Les dijo : « Cuanto veis en esta tierra
Solia poseer la demás gente. Tesoros prosperísimos encierra.
Luego con la hambrienta golosina » Porque segun antigua gente canta ,
De cada casa buscan el erario ; Y es opinion de todos mis mayores ,
Vuela por todas partes la rapina Esta que veis es toda tierra santa ,
Buscando los rincones del contrario ; Llena de sepulturas de señores :
Y en una plaza vieron al esquina Encima dellas ponen una planta
Un grande y espacioso santuario , Destas que veis ó grandes ó menores ,
Tan capaz, que tenia cumplimientos Y otras en la grandeza mas enbiestas ,
Para dar á mil hombres aposentos . Segun los tiempos en que fueron puestas .
Y aun dos mil hombres no quedaran faltos >Ansí que, porque el muerto menos pene,
De lugares cumplidos y bastantes : Aqueste lugar toma por abrigo ,
Dentro dél se pusieron en dos saltos O natural ó quien de lejos viene ,
Esos que por allí llegaron antes : Y aqueste suele ser orden antigo ,
Idolos veinte y cuatro vieron altos Que las preseas quel defunto tiene
Todos como grandísimos gigantes, Al mundo donde va lleva consigo ,
De madera labrada lo intestino Y la macana y arco y el aljaba
Y lo de fuera hoja de oro fino. Con que cuando vivia peleaba .
Tenia cada cual puesta tiara »Y aquellos que tenia por captivos ,
O mitra de oro puro bien tallada ; Aceptos á sus ojos y presencia ,
De dos en dos tenian una vara Ansimismo con él entierran vivos
Sobre sus anchos hombros travesada , En señal de dominio y obediencia ,
Cuyas posturas son cara con cara Sepultando también en los archivos
Y una hamaca del baston colgada , Las concubinas de mayor decencia ,
En las cuales hamacas recebian A fin de que lo sirvan y regalen ,
El oro que los indios ofrecian. Y allá valgan con él lo que acá valen.
Era todo lo mas oro labrado » La cueva que le hacen es cuadrada ,
Y habia también oro derretido , Y aquella tierra que sacaron fuera
Finísimo después de quilatado , Es luego del sepulcro desviada
Puesto que por encima denegrido , Sin la volver al hoyo de donde era ;
Que algun tiempo debió de ser quemado . Y llénanlo de tierra colorada
Aqueste santuario referido ; Que cogen de la haz de una ladera ;
Y ansi los indios con aquel mal talle Y en el sepulcro ponen pan y vino
Se lo dejaron sin osar tocalle. Para matalotaje del camino .
> En VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE III, HIST. DE CARTAGENA, CANTO III. 379
un duho lo ponen asentado ,
Que muchos dellos suelen ser de oro ; Pusieron en efecto la partida
Ansimismo pendiente del un lado Porgrandes asperezas de caminos ;
La mochila de hayo y el poporo ; Hallan la tierra falta de comida
De todos sus sirvientes rodeado , Por la tener alzada los vecinos ;
Acompañados ya de mortal lloro ; Sobrevino gran lluvia y avenida ,
Mas hace que este llanto se reprima Terribles y espantables torbellinos ,
La muc ha tierr a que echa n por enci ma. E ya por los poblados , ya por yermos ,
>Y sepulturas bay piramidales , Los mas de los soldados van enfermos .
Hechas à la manera de montones , Fueron con gran trabajo prosiguiendo
Que no tienen tan prósperos caudales Sin hallar do tomar algun reposo ;
Por ser no de tan altas condiciones ; Los rios sin cesar iban creciendo ,
Estas son las que veis por las señales Y el curso dellos es impetuoso ;
De mogotillos ó de farallones , Ya la gente se va disminuyendo
Las cuales no ternán tanta valía , A causa del ivierno riguroso :
Pero ninguna dellas hay vacía. Hijo no hay que à padre dé la mano ,
> Pudiera daros cuenta mas menuda Ni hermano que se valga del hermano.
De los lloros , areitos , borracheras, Y aunque mas por algun rastro procedan
Manera de llorar de la vïuda , Menos fin hallan á sus desventuras ,
Triste cantar de las endechaderas ; Y pocos en el campo que ya puedan
Pero basta lo dicho , pues sin duda Mandar las descarnadas coyunturas ;
Son estas rela ciones verd aderas ; De dos en dos y tres en tres se quedan
Por tanto si buscais prósperos dones Muertos y sin gozar de sepulturas ;
Anden listas las manos y azadones . » Demás desto los indios en algunos
Dijo , mas no dejaron sus progresos Pasos también les eran importunos .
A causa de pensar que les engaña , Viendo que todo bien se les oculta
Viendo los dichos árbores tam gruesos Y que su perdicion era patente ,
Y aun mas que los de mas vieja mon taña ; Entra ron los mas sanos en consulta
Y haber debajo los defuutos huesos , Con el gobernador y su teniente ;
Todos los mas pensaban ser patraña Dieron su parecer , del cual resulta
Eran hobos los mas y ceibas tales Al pueblo del Cenú volver la frente ,
Que su grandor admira á los mortales. Viendo que con trabajo tan terrible
También á las sazones hubo gente Era no morir todos imposible .
Que sospechaba por algun respeto Con los mismos trabajos escesivos ,
Quel gobernador maliciosamente Tanto que no podré yo numerallos ,
No mandó descubrir este secreto , Volvieron , aunque pocos dellos vivos ,
Por consultallo con algun pariente Cuyos mantenimientos eran tallos
Y vol ver con sus neg ros al efeto , De bihaos que son muy dejativos ,
Sin testigos de gentes españolas Y con alguna carne de caballos ,
Y sacar las riquezas á sus solas . O de los que de flacos se quedaban ,
Juan de Orosco fué de los que digo , O que también de noche los mataban .
Capitán de valor bien conocido , Es el bihao dicho , cierta planta
El cual tenia voto de testigo Que por lugares cenagosos sale ,
Que pudo deponer de lo que vido , Como plátano blanda , mas no tanta
E yo lo tuve siempre por amigo Su grandeza que con la dél iguale ;
En aquesta ciudad donde resido ; Es su cogollo cebo de garganta
Persona bien dotada de prudencia Del que no tiene con que la regale ;
Y á quien se puede dar toda creencia. Comida triste , floja , desabrida ,
El cual en prolijísimos ringiones , Y mas cuando sin sal está cocida.
Antes que viese su fatal partida , Tiempo fué que comí tales bocados ,
Hizo libro de peregrinaciones Y en oillos nombrar agora temo :
Hechas en el discurso de su vida , Pues cuando los procuran los soldados
Y también escribió destas regiones Es ya señal que están en el estremo ;
Alguna parte no tan estendida , Tallos tiernos de hobos sancochados
En su libro llamado Peregrino, Alguna vez me fué manjar supremo ,
Cuanto yo podré dar deste camino. Y mas si los cocíamos con bledos ,
Otros afirman quel Heredia dijo : Porque les dan sabor por ser acedos.
Si por las sepulturas comenzamos Algun tiempo también las verdolagas ,
Habemos menester tiempo prolijo , Si las habia por algun terreno ,
Y no podremos ir adonde vamos Cuando se padecian estas plagas
Sin grandes pesadumbres y cojijo Con ellas proveíamos el seno ;
Del agua , del ivierno que esperamos ; Y los jueces dan muy malas pagas
Y si algunas los indios ven abiertas A quien de mal camino hizo bueno ,
Sacarán las mejores y mas ciertas. Porque viniesen ellos caminando
» Pues tienen de pensar que volveremos Avino y á capones regoldando.
Al cebo , si las vieren comenzadas ; Esto no tiene fin si se comienza ,
Ansí que mejor es que las dejemos Y ansí fuera mejor dalle de mano ;
De la suerte que están disimuladas : Mas es sobrada ya la desvergüenza
Que si lo hay , aquí lo ballaremos , Que tienen con el pobre baquïano ,
Desengañándonos con las azadas ; Sin esperar razon que los convenza
Mas agora mi parecer se cierra Ni derecho ni mando soberano ;
En que vamos á ver lo de la sierra. > Y todo lo mejor de las conquistas
No queriendo creer pues del salvaje Se llevan holgazanes papelistas.
La relacion particularizada , Y estos con quien usaron de balago
Determinaron de hacer viaje Y por quien encargaron su conciencia ,
A la sierra que tengo declarada : Esos mismos después les dan el pago
Proveyéronse de matalotaje , Al tiempo que les toman residencia ;
Menos de lo que pide gran jornada , Y algun dia que vimos acïago
Y el oro que tenian rancheado Visitador revuelto con audiencia ,
Quedó secretamente sepultado . Estos fueron la causa de su tema ,
Y al fin , del monte sale quien lo quema.
380 JUAN DE CASTELLANOS .
Porque toda la gente baquiana , « Señores , yo conozco ser justicia
Eso me da pasada que presente , Vuestra protestacion encarecida,
A todos sus mandatos está llana Pero locura grande , por cudicia
Y los cumple leal y fielmente ; De oro , consumir aquí la vida ;
Perdicion de jüez , de jüez mana Porque para sacar esta noticia
Y de su coronista y escribiente ; Necesidad tenemos de comida ;
Y tengo por notorios desatinos Para traella yo no sé de dónde ,
Culpar en este caso los vecinos. Pues en cualquier lugar se nos absconde.
Puesto caso que cuantos golpes tiran » Hay demás deste mas inconvinientes
Descargan en los míseros pacientes , Dignos de los mirar ojos atentos :
Porque se diga bien , reges delirant, Que somos pocos , flacos y dolientes,
Y pagan miserables inocentes : Y faltos de guerreros instrumentos ,
Los que con claridad aquesto miran Hasta de los que son pertenecientes
Mejor lo notaran que los absentes , Para poder cavar enterramientos ;
Que por los papelistas de mal modo Pues como veis , por escapar la vida ,
Culpan do no lo ven un reino todo. La carga principal quedó perdida.
Y con dalles antiguos la comida > Tengo por mejor ir á Cartagena
Y ser amados dellos y servidos , Para que de salud nos reformemos ,
Niugunos hombres hay en esta vida Pues que podemos ir la bolsa llena
De los jueces mas aborrecidos ; Con que necesidades remediemos ;
Y no por eso dellos hay quien pida Y de lo que dejais no tengais pena ,
Cosa de los agravios recebidos : Porque con gran presteza volveremos ,
Sus Faraones son embarradores Y podrá sucedernos de manera
Que solian gozar de sus favores. Que hayamos lo de dentro y lo de fuera..
De tan intolerable desafuero Este razonamiento fué bastante
A todos los jueces no condeno ; Para no replicar parecer vario ,
Pues aquí vimos al doctor Venero Ni fuese de su voto discrepante
Que de toda virtud fué vaso lleno , Soldado que sintiese lo contrario :
El cual tractaba con amor sincero Partieron pues llevando por delante
A los descubridores deste seno , El oro que salió del santuario :
Y como sabio , docto , circunspecto En efecto , llegaron á su puerto
A los antiguos tuvo gran respecto . Sin que quedase destos hombre muerto.
Duró paz y quietud en este reino Recibióse contento y alegría
El tiempo que por él fué gobernado , Viendo venir la gente del armada ,
Y aquella duracion de su gobierno No sin admiracion , porque traia
Bien se puede llamar siglo dorado ; La cara cada cual amortiguada ,
Fué primavera , vino tal ivierno Y la mitad de tanta compañía
Que lo cubrió tristísimo nublado : De vida y de riquezas defraudada ;
Todas son bullarazas y contiendas Mas mitigóse su dolor y lloro
Con gran asolamiento de haciendas. Con ver aquella cuantidad de oro.
También faltan palabras con que pueda El cual por los soldados se reparte ,
Eucarecer aquella virtud pura Hecha la cuenta de lo que montaba ,
Del gran varon Juan Lopez de Cepeda , Segun las condiciones y del arte
Oïdor en aquella coyuntura ; Que gente de razon acostumbraba ;
Mas si dia fatal no me lo veda De lo cual ansimismo dieron parte
Ocupará lugar en mi escriptura A la gente de guerra que quedaba
Méritamente , pues agora ceso En guarda y en custodia destos senos ,
A causa de salir deste digreso. Y á iglesia y hospital ni mas ni menos.
Volviendo pues à nuestros caminantes , Luego se mejoraron en los trajes ,
Que por rios , quebradas , cenagales , Segun uso del tiempo los pedia ,
Salieron al Cenú , no como antes , Cadenas de oro , gorras con plumajes ,
Sino pocos y llenos de mil males , Ricas medallas con su pedrería :
Hallaron los sepulcros ya menguantes Andan recios los juegos y tablajes ,
De muchos que sacaron naturales ; Medra la dama , y el que la servia
Y segun otros dieron el tesoro Va desmedrando siempre , porque en esta
Debieron de sacar un millon de oro. Feria to mas barato caro cuesta.
Conocieron las frescas aberturas , Durantes estas flores y esta gala
No sin dolor que sus entrañas pica ; Que con razones cortas manifiesto ,
Pues segun infalibles conyecturas Ansimismo llegó de Guatimala
Que la misma razon les certifica , El Alonso de Heredia muy bien puesto:
Desenvolviendo viejas sepulturas , Por el hermano visto lo regala ,
Ya sabrian cual era la mas rica ; Y todos los demás hicieron esto ,
Lo cual se vió después mas claramente Holgándose de ver los dos hermanos
Por ser hechas de traza diferente. Segun la condicion de los humanos.
Que los entierros que se descubrian Eran ambos à dos hombres bastantes ,
En forma de cuadrángulo cuadrados , Y en el valor corrian por parejo ,
Habia muchos dellos que tenian Pero segun que ya dijimos antes ,
A treinta y á cuarenta mil ducados ; El Alonso de Heredia fué mas viejo,
Y los como montones no se vian Y el menor en las cosas importantes
Con tanta suma ni tan bien labrados, Aprovechábase de su consejo :
Y destos mas o menos en el punto , Y ansi la paz y guerra se hacia
Segun las cualidades del defunto. Del modo quel Alonso disponia.
Desenvolviendo pues un monumento , Pedro de Heredia con la noble gente
Como próspera muestra se hallase , Celebraron con fiestas estas vistas ,
Luego hicieron un requerimiento Y concluidas generosamente
Al gobernador para que poblase , Hicieron para guerra nuevas listas ,
Y no desamparasen el asiento Al Alonso nombrando por teniente
Hasta tanto quel oro se sacase ; Y general de todas las conquistas :
Mas él con diferentes intenciones Y por esta razon que voy tractando
Dicen que respondió tales razones : Escluso quedó César deste mando.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , HIST. DE CARTAGENA, CANTO III. 381
El cual , segun mostró por las señales, Y para que sin largas dilaciones
Disgusto no tomó del nombramiento , Volviesen los navíos aviados ,
Mas sus apasionados y parciales Determinó con sanas intenciones
Recibieron algun desabrimiento , De pedir los dineros emprestados ;
Y como suelen en las cosas tales , Digo los que en Tulú y en sus rincones
Quedaron con aquel remordimiento : Habian rancheado los soldados ,
Mas en César jamás se vió centella Diciendo que en habiendo mas provechos
De secreta ni pública querella. Serian en sus partes satisfechos.
En este tiempo, para mas decoro Envió luego cartas al hermano
De lo por conquistar y conquistado , Para que lo que digo concluyese ,
De iglesia catedral se erigió coro , El cual con gran hervor tomó la mano
Siendo de la diócesis y obispado A fin de que su mando se cumpliese ;
Primer obispo fray Tomás de Toro , Mas á ninguno dellos halló llano,
Varon no menos santo que letrado , Como tocaron en el interese ,
De la orden de los predicadores Y quien mas descubrió voluntad mala
Y digno de los mas altos honores. Fue César y también Lopez de Ayala.
De los eclesiásticos primeros Vinieron de razones en razones
Fué deán desta catedral escuela A decirse palabras desiguales ,
Un don Hierónimo de Ballesteros , No sin alteracion de corazones ;
Y obispo fué después de Venezuela : Y el general , por evitar mas males ,
En buena vida no de los postreros, Hizo poner en ásperas prisiones
En condicion de noble parentela ; Estos dos por cabezas principales ,
Primer arcediano dan mis cantos Y aun fueron los enojos de tal suerte
A don Francisco Díaz de los Santos. Que los queria condenar á muerte.
Don Francisco Fernandez lo es hoy dia , Pero como terciase gente buena ,
Y deán es también don Juan Fernandez : Pudieron mitigar el accidente ,
Sabia, limpia y honesta clerecía , Y no tanto que no les diese pena
Con ornamento de virtudes grandes , Vellos hablar desvergonzadamente ;
Tanto que no podrias , pluma mia , Y ansi no les quitaron la cadena
Decillos , aunque mucho te desmandes ; Ni grillos que tenian de presente ,
Es primer chantre don Anton Verdugo, Adonde padecieron muchos dias
Cuya bondad á mi siempre me plugo. Sin que bastaran ruegos ni porfias.
El Alonso de Heredia pues usando Y las necesidades que tenia
De los poderes largos que tenia , Pedro de Heredia , su menor hermano ,
Llegó de los subyectos á su mando Púdolas remediar por otra via
Lucida y estremada compañía : Por tener el remedio muy á mano ,
Suenan los atambores y echan bando , Porque sacaban oro cada dia
Manifestando cuándo se partia En aquel cementerio comarcano :
A tierras del Cenú , pero constante Unos dellos buscaban alimentos
En procurar pasar mas adelante. Y otros cavaban los enterramientos .
Doscientos y diez fueron los soldados , Era la hambre que se padecia
En trabajosas guerras ya curtidos , En aquella sazon en sumo grado,
De cosas necesarias pertrechados , Y de los sacadores tal habia,
De caballos y armas proveidos, Que sin regatear en el mercado
De grandes esperanzas alentados Diera cuanto dinero le cabia
Y por noticias ricas conmovidos ; Por cuatro puños de maiz tostado :
Y César ansimismo se presenta Tanta necesidad los desbarata ,
De quien el general hizo gran cuenta. Que reniegan del oro y de la plata.
Al tiempo ya que resplandor febeo Pero con todo esto trabajaban ,
Queria visitar el sesto sino, So pena de prisiones ó de azotes ;
Apartándose del leon nemeo, Y entonces los sepulcros que sacaban
Y Pedro y Diego y Juan vieron divino Eran los que llamaban de mogotes ;
Fulgor en el inmenso Nazareo , Mas estos abusados no mostraban
Se pusieron á punto y en camino Tener en sí tan caudalosos dotes
Año de tres quinientos con mas treinta Como los que tenian las gargantas
Y cuatro, segun da cristiana cuenta. Debajo de las muy crecidas plantas.
Como sabian muchos desta gente De las cuales quizá la menor era
Guïar mas á provecho la carrera , Tan gruesa como tres novillos juntos
Llegaron al Cenú mas brevemente Y las alturas dellas de manera
De lo que se llegó la vez primera ; Que subian de los comunes puntos ;
Ivernaron en parte conviniente , Por lo cual no fué cosa creedera
Y esperaron alli la primavera , Haber debajo huesos de difuntos ,
Y en tanto César fué con gente diestra Hasta tanto que con mayor ayuda
A tierras de Tulú, por ver su muestra . Salieron todos ellos desta duda.
Hallaron indios con los arcos tesos , Estas eran cuadradas sepulturas,
Pero prevaleció cristiano marte ; Y tenian riquísimos caudales ,
Y de caciques que tomaron presos , Tanto que nos afirman escrituras
Segun el uso de militar arte , Que pesaban el oro por quintales ;
Recogerian como diez mil pesos , Piezas de diversísimas figuras
En que tenian todos ellos parte ; Y de todas maneras de animales ,
Yde cualquiera cosa mala o buena Acuáticos , terrestres , aves , hasta
Iban mensajes para Cartagena. Los mas menudos y de baja casta.
Súpose pues del oro rancheado Dardos con cercos de oro rodeados ,
Por el gobernador con otros cuentos ; Con hierros de oro grandes y menores
Y el contador Durán ha bia llegado Y en hojas de oro todos aforrados ;
De los reinos de España con doscientos Ansimismo muy grandes atambores
Soldados que traia por mandado Y cascabeles finos enlazados ,
Del rey, para seguir descubrimientos ; Segun los de pretales y mayores ,
Y para flete destos pasajeros Flautas , diversidades de vasijas ,
Hallóse por entonces sin dineros. Moscas , arañas y otras sabandijas .
382 JUAN DE CASTELLANOS.
Entonces no creian haber cueva Luego Yapel que la razon percibe,
Debajo, como tengo referido ; Por se vengar del campo peregrino
Por las de mogotillos hacen prueba , Armas y muchas gentes apercibe
Y gran monton de oro recogido, Para les estorbar aquel camino ,
A Cartagena se llevó la nueva Sin recelar poder que lo derribe;
A los que con Durán habian venido ; Y fué furor que menos le convino ,
Y ansi con capitán y buen avio Pues aquel belicoso movimiento
Vinieron á ver este señorío. Salió contrario de su pensamiento.
Fueron pues de la gente mas lustrosa Salieron en venganza de sus tuertos
Don Martin y don Juan , ambos Guzmanes, Bien dos mil indios por carrera llana ,
Parientes y de casta generosa , Y vieron que los toros eran ciertos
Y Lorenzo y Giraldo Estopiñanes , Reconociendo gente castellana :
Y Peralta también de Peñalosa , Abȧtense y estaban encubiertos
Hallándose con estos capitanes Con yerbas que tenia la zavana ,
Don Juan de Sandoval , diestro caudillo , La cual es por allí de tal altura
Hoy en Pirú vecino de Trujillo. Que podria servir de cobertura.
Viendo pues tan lustrosa compañía , Prosiguiendo los nuestros sus viajes
De todas cosas bien aderezada , Y sin este recelo caminando,
El Alonso de Heredia conocia Cerca ya de llegar à los parajes
Convenilles hacer otra jornada , Do los indios estaban esperando ,
Y llevar la derrota de su via Los de caballo ven ciertos plumajes
Al oriente del sol encaminada , Por cima de las yerbas ondeando :
Y á causa de la falta de comida El avanguardia dijo lo que via ,
Abreviar lo posible la partida. Y hizo reparar la compañía.
Aderezado pues lo conviniente, Viendo que nuestra geute se paraba ,
En el lugar que tengo señalado Conocieron los indios ser sentidos ,
Dejó no poco número doliente Y salen con aquella furia brava
Para que de cavar tengan cuidado : Que suelen cuando van mas encendidos :
Garci Avila de Villarey, teniente , Sácanse luego tiros del aljaba ;
Juan de Villoria , contador nombrado El ancho campo hunden alaridos ;
Para que de los quintos tenga cuenta Vuela por la siniestra y la derecha
Y no se defraudase real renta. Infinidad de piedra , dardo , flecha.
Año de treinta y cinco por enero, Nunca se vido nao mas combatida
Conelusos pluvïales movimientos , En tiempo de rigor con tanta onda ,
Salian el peon y caballero Cuanto se ven con el arremetida
Para continuar descubrimientos , Los nuestros de los que hay á la redonda;
Y fueron del ejército guerrero Resuenan los crujidos y estampida
En el número mas de cuatrocientos , De los corvados arcos y la honda ;
De pertrechos acémilas cargadas Vense cercados de mortal injuria
Para hacer caminos y calzadas. En tanto que duró la primer furia.
Caminan á la parte del oriente Mas como campos hay acomodados
Por algunos terrenos despoblados , Para poder romper esta pujanza ,
Y aunque fueron por parte diferente Salen los de caballo bien armados ,
De los primeros mal afortunados , Olvidadas las leyes de templanza ;
Pero hallábase campo patente Abren salvajes pechos y costados
Y zavanas con copia de venados , Ensangrentando la blandiente lanza ;
Que por aquellos encumbrados cerros La verde yerba se paraba roja
Mataron con caballos y con perros. Y crece la mortífera congoja.
Y aunque la tierra por do van es mala Viendo que los tractaban desta suerte
Y no se descubria cosa buena , Y cuán siniestramente les sucede ,
Al Francisco de César y al Ayala En silencio la grita se convierte
Nunca quiso quitalles la cadena ; Huyendo cada cual por donde puede;
A entrambos con collares los iguala : Y aquel que se libraba de la muerte
Que no fué para todos poca pena , Lugar no ve donde seguro quede ,
Hasta tanto que las necesidades Porque muchos con estos desconciertos
Y los ruegos les dieron libertades. Se metian entre los cuerpos muertos.
Como por relacion que vino llena Tomaron muchos indios dellos vivos
El gobernador supo la partida , Para que al español su carga lleve ,
Hizo la suya desde Cartagena Y ansi los que venian muy altivos
Al Cenú , do quedaba recogida Y furiosos , en espacio breve
Gente para cavar en el arena , Se vieron en prisiones y captivos ;
Y por mas abreviar esta venida , Y el que no tuvo hado tan aleve ,
Por mar le pareció bacer su via AYapel ocurrió con paso tieso
Con doscientos soldados que traia. A llevalle la nueva del suceso.
A los cuales se dió ninguna mano Los caballeros en su seguimiento
Para poder tomar nuevos resuellos , Abrevian lo posible su corrida :
Pues sacando los piés del mar insano En un alto divisan un asiento
Apenas asentaron bien los buellos , De poblacion bien puesta y estendida ;
• Cuando los envió tras el hermano , Dióles aquella vista gran contento
Y al Alonso de Cáceres con ellos Por ser su gran compás tierra florida ,
Por capitán que los acaudillase Y la disposicion y circunstancia
Y hasta dar con él que no parase. Prometia hartura y abundancia.
Siguió su rastro pues con buen avio ; Porque tenian estos naturales
Y el general y los que con él fueron Las casas todas bien aderezadas ,
Habian descubierto cierto rio Con gran copia de huertas de frutales
Que Brazo de San Jorge le pusieron , Maravillosamente cultivadas ,
Donde Yapel tenia señorío, Grandísimas labranzas de yucales
Segun decian indios que prendieron Y otras raices dellos estimadas ,
En un pueblo do dieron de improviso, Como batatas , ajes , himoconas ,
Del cual huyó quien pudo dar aviso. Que suelen ser regalos de personas.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , HIST. DE CARTAGENA, CANTO III. 383
Asiento limpio por cualesquier vias , Habiendo hecho ya largo desvío ,
Campiñas espaciosas por los lados , Y muchos españoles perecido ,
Todas sus partes rasas y sanías Vieron en una isla deste rio
Purisimos los aires y templados , Cierto pueblo por barrios dividido ;
Aguas delgadas , espejadas , frias , Para pasar a él no ven avio ,
Rios con abundancia de pescados , Por no selles el vado conocido ,
Y la templanza dicen ser tan buena Pero buscólo gente de pelea,
Que frio ni calor no les dió pena. Y al fin halló por dónde se vadea.
Después que lo poblado descubrieron Procuran caballeros pasar luego ,
Pican con mas instancia los rocinos , Pero los indios, viendo como vienen,
Pero por mucha priesa que se dieron A todos sus bubios ponen fuego
Habian ya hüido los vecinos , Y en las canoas meten cuanto tienen ,
Con aquellas preseas que pudieron Dejando sin consuelo con el fuego
Y por diversas sendas y caminos , Aquellos que del aire se mantienen ,
De manera que los desta conquista Pues no pudo hallar hombre cristiano
Entraron sin que nadie los resista. Cosa de que pudiesen echar mano.
Luego los caballeros y peones En esta mas que misera tormenta ,
Pensando de hallar un gran tesoro Mucho mayor que yo la represento ,
Escudriñaron casas y rincones El mas bajo y el hombre de mas cuenta
Sin les guardar respecto ni decoro , Por no morir en este detrimento
Y en estas diligencias de ladrones Con tallos de bihaos se sustenta :
Recogerian seis mil pesos de oro , Desventurado y mísero sustento ,
Quedando con disgustos y querella Pues los flojos cogollos destas berzas
Por se les escapar toda la pella. Cien mil desmayos dan en vez de fuerzas
Otros pueblos habia por las frentes , Todos á mas andar se consumian ,
Como dos leguas el que mas escluso , Y eso me da mancebo que mas viejo ,
Subyectos , tributarios y obedientes , Y en el cansado cuerpo no tenian
Segun se conocia por el uso , Sino los huesos solos y el pellejo ;
A este , que por castellanas gentes Y como nada bueno descubrian
Nombre de Pueblo Grande se le puso , Entraron principales en consejo ,
Donde Yapel , que todos los regia , Y la razon de todos fué resuelta
Iviernos y veranos residia. En que para la mar diesen la vuelta.
Habia por sus campos y llanuras , Volvieron pues la fatigada planta
En grandor mas o menos señaladas , Al prolijo camino que sabia ,
Muchas piramidales sepulturas Mas la debilidad era ya tanta
Y por la mayor parte renovadas ; Que muchos perecian cada dia :
Y estas por intentar otras venturas El que caia nadie lo levanta ,
No fueron desenvueltas ni sacadas , Y si lo procuraba no podia ,
Antes tocar en ellas nadie osa, Porque comunes eran estos males ,
Por mandarse con pena rigurosa . Y los altos y bajos van iguales.
Esta se denunciaba con pregones , Los mas sanos caminan lo que pueden
Y algunos murmuraban y decian Mas de la muerte que de vida ciertos ;
Ser debajo de malas intenciones Pues no van de manera que no queden
Aquestas penas que se les ponian ; De dos en dos y de tres en tres niuertos ;
Mas el general daba sus razones • A pocos sepulturas se conceden ,
Diciéndoles que allí se las tenian ; Y estos cuasi quedaban descubiertos ,
Pero queria que buscasen antes Aunque se lo mandaban á peones
Otras tierras mas ricas y abundantes. Que venian atrás con azadones.
Y que puesto quel pueblo fuese sano, Mas no puede cavar la tierra dura
Era raiz la principal comida , El que mas vigoroso parecia ,
Sin que hallasen de maiz un grano , Y aun al hacer la funeral cultura
Y no les iba menos que la vida , Mas que segunda vez acontecia
Si paraban en tiempo del verano Quedar muerto sobre la sepultura
Que para su jornada les convida ; El misero peon que la hacia ,
Y ansi después que allí se rehicieron Y ansí quien intentó cubrir el muerto
Mucho mas adelante procedieron. Quedó sin sepultura y descubierto .
Siempre acia la parte del oriente , Muchos con el hambriento desatino ,
Por partes de terreno despoblado , Demás de sabandijas que no cuento ,
E ya no poco número doliente , Habiendo guazumas por el camino
Y el mas sano de todos mal parado , Las tenian por principal sustento :
Dieron después en un pueblo sin gente Sequísimo manjar , gusto malino ,
Aunque bien proveido de pescado Desde el principio de su nacimiento ;
En barbacoas asada muchedumbre , Es fruta como mora , pero dura
Como tienen en Indias de costumbre. Y muy mas seca cuanto mas madura.
Deste vientres vacíos proveyeron Moras dirá que son el mortal ojo ,
Y luego con aquel pio hambriento El orden de granillos algo ralo ,'
Buscaron por allí , mas no pudieron Y ha menester echallas en remojo
Hallar otro ningun mantenimiento ; Quien quiere que de jugo den regalo ;
Y aunque estese halló, los mas salieron Pero cuando mas rico , su despojo
Tales que los batia flaco viento , Es el que dan astillas de algun palo ,
Y con ir desta suerte , todavía Y el árbor que las da con todo esto
Pertinacísimos en su porfia. Quedaba de su fructo descompuesto ,
Continuando pues esta conquista Por despojallo manos diligentes
Segun la voluntad que los ordena , Y ser cuasi que todos á cogellas ;
Al gran rio de Cauca dieron vista Pero menester ha muelas y dientes
Aumentador del de la Magdalena , Quien quiera digerillas y molellas ;
De quien he sido yo buen coronista Bien que para comellas estas gentes
Y he dado relacion no poco llena ; Un no sé qué de dulces tienen ellas ,
Y con enfermedad que los derriba Mas el estómago de calor poca
Muchas jornadas van por él arriba. Lanzaba las comidas por la boca.
384 JUAN DE CASTELLANOS.
Pero como su necesidad le mande Tales razones y por esta via
No llevar el Heredia pasos lentos , Estrellaron en medio de sus cejas ;
Y Dios diese vigor para que ande , Mas él como sagaz también sabia
Quien escapó con él de detrimentos Hacer á tiempos sordas las orejas ;
Llegó segunda vez al Pueblo Grande , Al fin los hizo ir donde queria ,
Menos de sus soldados los trescientos : Usando siempre de sus mañas viejas ,
Los indios se pusieron en hüida , Con palabras de buen comedimiento
También necesitados de comida. No todas veces dando cumplimiento .
Los nuestros rebuscaron las horruras Lleváronlos como de los cabellos ,
De las raices y otras chucherías , Sin les valer razon , queja ni ruego ;
Por aquellas labranzas y culturas El Alonso de Heredia fué con ellos
Que consumieron los pasados dias ; Con intenciones de volverse luego :
Abrieron ansimismo sepulturas Llegaron á Tulú cansados huellos
De huesos llenas , de metal vacías , Donde pararon con algun sosiego ,
Aumento grande de sus aflicciones Porque por sus lugares y distancia
Y pena de perder las ocasiones. Hallaban de maices abundancia.
Estando pues allí la compañía Como tuviesen pues harta comida ,
Cercada de mortales descontentos , Algunos se hartaron de tal suerte,
Con Cáceres llegó la quél traia Que pensando tener con ella vida
No menos fatigados y hambrientos ; Tragaron las angustias de la muerte :
De suerte que por una y otra via Dejando ya la gente proveida
Fué la necesidad en crecimientos , El Alonso de Heredia se convierte
Y ansi por no cumplilles el sosiego Al pueblo del Cenú lijeramente ,
Juntos para la mar partieron luego. Y el Cáceres quedó con esta gente.
Pero para llegar á los confines El gobernador antes con navio,
Y términos del rico santuario , Por ahorrar por tierra de trabajo ,
El general mandó matar rocines Subió desde la mar por aquel rio
Por no poder hacerse lo contrario , Que es en grandeza no menor quel Tajo ;
Entresacando de los mas rüines Y á las cuarenta leguas de desvío
El que les era menos necesario , Halló con remos principal atajo,
Y aqueste fué grandisimo remedio Porque cerca del rico santuario
Para no faltar muchos de por medio. Se podia llevar lo necesario.
Y al repartir las partes del caballo Sin que la gente que llegó perdida
En él no se hallaba cosa fea , Este nuevo secreto conociese,
Sin desecharse pié , tripa , ni callo , Ni pudo, pues aun bien no fué venida
Ni cuero , ni juntura de manea ; Cuando le hizo luego que partiese :
Cuecen en ollas el genital tallo Allí tenia barca prevenida
Como regaladísima lamprea , Para cuando la tal menester fuese ,
Y las unas y otras reventando Visto que con los remos y corriente
Siempre remanecia menos blando. A la mar se llegaba brevemente.
Con estas desventuras repugnantes Llegado de Tulú pues el hermano,
A piés que parecian ir con grillos , Es de creer que como consejero
Entraron en las tierras circunstantes No le querria dar consejo vano
Del Cenú , rotos , flacos y amarillos ; Acerca de la guarda del dinero ;
Mas el gobernador dos leguas antes En lo que fué después no pongo mano
Salió con gente para recebillos, Ni me conviene sin comer primero,
Y en viéndolo la que llegó perdida Porque me tienen ya la mesa puesta ,
No pudo juzgar bien de su venida. Y hay mucho que decir en lo que
Háblanse los hermanos como hermanos, • resta.
· Abrazar on amigos sus amigos ,
Representándoles trabajos vanos ; CANTO CUARTO.
Largos caminos , yerbas sin abrigos ;
Del tierno sentimienlo los humanos Donde se tracta del odio que concibió la gente que quedaba en Tui
Ojos pudieran ser alli testigos , contra el gobernador Pedro de Heredia, por no querellos admitir á las
Y mas desque supieron claramente sepulturas ricas que con sus negros y otras personas que alli quedaren
Muertes y perdicion de tanta gente. sacaba, y las demás variedades que entonces acontecieron.
Y para mas doblar el desconsuelo El que manda soldados de conquista ,
El gobernador , hecho sentimiento , Puesto caso que sea comedido ,
Dijo , que reparar en aquel suelo Como de cortedad no se desista
Los que venian era perdimiento , Ni fuere como debe bien partido,
Por no poder hallar un solo pelo Del mayor y menor es cosa vista
En toda la provincia de sustento ; Que tiene de quedar aborrecido ,
Que pasen á Tulú , tierra sabida , Y mas si les usurpan los provechos
Donde tendrian cierta la comida. Justamente debidos à sus hechos.
Algunos hombres dellos impacientes Y ansi la gente que en Tulú quedaba
Respondieron con alterados pechos : Perdida del entrada, viendo esto,
« Señor, señor, esos inconvinientes No sin palabras feas blasfemaba
Bien entendemos dónde van derechos : De su gobernador y de su gesto ;
Quiere vuestra merced y sus parientes Y como ya con fuerzas se hallaba
A sus solas gozar de los provechos , No quisieron estar en aquel puesto,
Y al hi de puta vil que lo trabaja Antes ir á buscar á Cartagena
Quitalle los granzones y la paja. Una comodidad que fuese buena.
>>Porque todos sabemos la grandeza A Cáceres dijeron el intento,
Y cuantidad del oro que se saca ; Al cual no pareció ser desatino ,
Quépanos parte pues de la riqueza, Antes conforme con su pensamiento
O de las sepulturas la mas flaca ; De buena voluntad en ello vino ;
Veis nuestra desnudez , nuestra pobreza , Y aprestadas las armas y alimento
Cubierta con pedazos de hamaca ; Al punto se pusieron en camino,
Y pues llevamos los peores ratos , Rancheando los pueblos y lugares
Hayamos para calzas y zapatos.>> Que confinaban por aquellos mares.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE III, ĦIst. de cartagENA, CANTO IV. 385
Pedro de Heredia, con la bolsa llena Como los indios vieron poblaciones
De ricas piezas y de vasos finos , De mayor duracion y mas provecho,
Tenia siempre sospechosa pena Vinieron á las ver con intenciones
Que los que se partieron dél mohinos De no perder su tierra ni derecho ;
Irian contra él á Cartagena Sobre la villa dieron escuadrones ,
Para se rebelar con sus vecinos ; Cosa que nunca tal habian hecho ,
Y ansi determinó de salir fuera Y agora que venian al remedio
A fin de les tomar la delantera. Tomaron aquel rio de por medio.
Por sí ó por no, como varon discreto Vinieron perlongando las riberas
Y animosísimo sobremanera, A compás de sus roncos atambores,
Teniendo por verdad su mal conceto , Escuadras ordenadas por hileras
Pasó con brevedad esta carrera, Como suelen cursados guerreadores ;`
Por tener ya para cualquier efeto Solamente faltaban las banderas
A punto bergantin en la ribera Por no llegar allí los inventores ;
Del rio do tenian sus asientos En lo demás el escuadron camina
Y sacaban aquellos monumentos. Segun orden de buena disciplina.
En él entró con poca compañía, Unos dellos con picas en las manos •
Mas no sin maña y ánimo supremo ; Otros, dorados arcos y carcajes ,
Llevó también el oro que tenia Muy gallardos los mozos y los canos,
De piezas cudiciosas por estremo ; Sobre diademas de oro sus plumajes ,
E ya llegado do la mar batia Y á su modo tan puestos y galanos ,
Hizo navegacion á vela y remo, Que no se vió de traza de salvajes
Y al puerto vino mas de veinte dias Ötra de mas vistosa compostura
Primero que las otras compañías. En gala, proporciones y hechura.
Llegado Cáceres con sus soldados Llegados pues al arenal frontero
Cerca de Calamar y su frontera, Del lugar do la villa se hacia,
Todos ellos quedaron admirados Dispararon del escuadron primero
De vello pasear por la ribera Copia de venenosa flechería ,
Con muchos caballeros á los lados, Y a don Martin Guzmán, un caballero,
Gente recién venida forastera ; Mataron dos caballos que tenia ,
Uno dellos se rie y otro pasma , Cuyo grave pesar fué de tal peso
Diciendo no ser él sino fantasma. Que quedó sin caballos y sin seso.
Pero llegados mas á los lugares, Hacen los españoles armas prestas
Cada cual sus enojos desencierra, Para tirar á la contraria banda ,
Y alli tuvieron dares y tomares, Contra las flechas duras y molestas ,
Mas para blanda paz que dura guerra ; Y el general á grandes voces manda
Y él mitigó sus furias y pesares, No tiren arcabuces ni ballestas ,
Y á todas sus querellas echó tierra , Mas antes con palabras los ablanda ,
El oro suyo todavía horro Por ver si puede por alguna via
Sin ofrecelles punta de socorro. Traellos á la paz que pretendia.
Mitigada doméstica tormenta Pero los mal sufridos andaluces ,
De lo que presumió sin estar cierto , Viendo contrarios tiros importunos,
A los contractadores se dió cuenta Disparan las ballestas y arcabuces,
Haberse por el rio descubierto Con que debieron de herir algunos ;
Por donde celebrasen compra y venta , Y ansi huyeron todos de las cruces
Y barcos y navíos tengan puerto Sin que parasen por alli ningunos ;
Cercano de las ricas sepulturas Tras dellos fué con españoles ciento
Por aguas mansas, llanas y seguras. Garci Avila del Rey en seguimiento.
Aun no fué la razon bien entendida Siguió por las señales de sus huellos ,
Cnando, sin esperar prolijos ratos, Con otro capitán Antonio Perez ,
Partieron barcos llenos de comida Y no pararon hasta dar en ellos,
Para gozar de prósperos contratos ; Donde prendieron hijos y mujeres ;
Llegaron á la parte referida Pero hicieron luego paz con ellos
Donde los precios no fueron baratos, Soltándolos con todos sus haberes,
Pues se vendian los canarios quesos Y desde entonces gente castellana
A treinta y cinco y á cuarenta pesos. La tierra del Cenú tuvo muy llana.
Y con ser el viaje sin trabajos Porque estos indios son ahidalgados ,
Y la brevedad grande del camino , Y guardan amistad si la prometen ;
Vendian un arroba de tasajos Gentiles hombres, bien proporcionados,
A veinte y cinco pesos de oro fino, Prudentes en las cosas que prometen ;
Y poco menos una ristra de ajos , Tienen buhios bien aderezados ,
Mas de cien pesos un barril de vino ; Y aquellos aposentos do se meten
Y cuanto se llevaba de acarreto Las mujeres gallardas y dispuestas ,
Compraban estas gentes al respeto. Pulidas y en el traje mas honestas.
Hasta que con ganancia tan suprema Andan cubiertas desde la cintara
Acudian ya tantos al chillido , Hasta los piés con una mantellina
Que de los precios abajó la flema Que hace razonable compostura ,
Poniéndolos en término medido ; De tela de algodon, delgada, fina ;
Pero no fué la baja tan estrema Unas son blancas , otras con pintura,
Que dejase de ser precio subido, Segun su voluntad les encamina ;
Pues arrojaban oro tan sin tiento Es gente finalmente que se pica
Que ganaban á mas de mil por ciento. De ser muy estimada, por ser rica.
Viendo la mucha gente que se llega' En aquesta sazon y coyuntura
A mejorar allí su pobre capa , Gobernaba Francisco Barrio- Nuevo
Fundose pueblo donde se congrega, En Panamá, de quien en mi escriptura
Y el Alonso de Heredia hizo mapa Atrás hice memoria como debo ;
Para trazar solares en la vega El cual gobernador hizo cultura
Del rio que se llama Catarapa , En Acla reformando pueblo nuevo ,
Hoy villa de Tulú segun parece, A Julián Gutierrez dando gente
La cual en este tiempo permanece. Por ser su capitán y su teniente.
T. IV. 25
386 JUAN DE CASTELLANOS.
Aqueste capitán era casado El general Heredia , náda falto
Con Isabel Corral, india ladina, De aquel esfuerzo que se requeria ,
Hermana de Urabá , señor nombrado Buscó ciertas llanadas en un alto
En todo lo que por allí confina , De donde mar y tierra parecia ,
Con fama de caudal aventajado Y sin contradiccion de mas asalto
Mas que ningun señor de la marina, El pueblo se fundó que pretendia .
Y por respecto della su marido Al cual por ser patron de la conquista
Era del Urabá favorecido. Nombró San Sebastián de Buena- Vista,
Tractábanse de tiempo mas antigo , Señalan plaza , calles , pertenencias,
Pues siendo capitán y rescatando Al norte , sur , oriente y al ocaso ,
Con españoles que llevó consigo Y danles sus medidas y decencias ,
Por esta costa de quien voy tractando , Segun daba lugar el campo raso,
Del Urabá se hizo gran amigo, Y hácense las otras diligencias
Como persona que tenia mando Que se suelen hacer en este caso ,
En tiempo de Pedrarias, de quien era Señalando lugar para castillo ,
Caudillo y capitán en la frontera. Y pusieron también horca y cuchillo.
Este cacique con voluntad sana, Visto por Julián aquel asiento
Por ser de sus parientas la mas bella , Y ranchos de los nuevos pobladores ,
Dióle para mujer aquella hermana, Con don Martin Guzmán y regimiento
Con el honor y gracia de doncella ; Vinieron con trompetas y atambores
A la cual Julián bizo cristiana A les hacer un gran requerimiento
Y después desto se casó con ella, A los otros modernos regidores ,
Y en el baptismo de la ley divina Los cuales respondieron que lo oian
El nombre se le dió de la madrina. Y que á su tiempo les responderian.
El Alonso de Heredia, como vido Volvióse luego con sus bergantines
Por Barrio-Nuevo poblacion fundada El Julián al pueblo donde estaba ,
En el ancon y puerto conocido Con voces de trompetas y clarines
A quien llamamos hoy el Ensenada, Y gente de quien él se confïaba ,
Parecióle caer en el partido Y después en sus puertos y confines
De la gobernacion al Pedro dada, El uno y otro bando se velaba ;
Y quel de Panamá fuera salia Pero ya por cordura, ya por miedo,
Del término quel rey le concedia. Entonces cada cual estuvo quedo.
Con el desasosiego desta pena, Mas el Julián Gutierrez que sabía
No pareciéndole consejo vano , Quién el gobernador Heredia era ,
Determinó de ir á Cartagena El puerto donde está fortalecia
Para le dar avisos al hermano ; Con bastiones de tierra y de madera ;
Y después de tener consulta llena También bizo plantar artillería
A todos pareció ser lo mas sano En lo mas cómodo de la ribera,
Poblar en Urabá que es allí junto , Simpre con centinelas en un viso ,
Pues tienen para ir naves á punto. Para si viesen velas dar aviso.
Prepáranse pertrechos y atavíos , Mas el un bando y el otro se refrena
Caballos, armas, estofado sayo , Velándose muy bien con sus parciales ;
Soldados viejos y de buenos brios Y en estos dias ocasion ordena
Que no muestran flaqueza ni desmayo ; Venir nueve mancebos principales ,
Doscientos hombres van en tres navios Para desembarcar en Cartagena ,
Año de treinta y cinco, mes de mayo, De Madrid todos ellos naturales :
En el uno valientes caballeros, Diego Lujan y don Juan de Guevara ,
Y César de quien eran compañeros. Don Nuño , y los demás de estirpe clara.
Estos como se viesen apartados Desembarcados do se representa ,
De Cartagena, vela levantada , Al gobernador vieron al momento ;
Por aquellos enojos atrasados Mostró que de su vista se contenta
Determinaron dalles cantonada ; Por ser antiguo su conocimiento ;
Metióse César pues con sus soldados Pero no hizo dellos tanta cuenta
En Acla y en el mar del Ensenada , Que pasase de vano cumplimiento ,
Y Julián Gonzalez el teniente Pues siendo de su patria y tal linaje
Fortalecióse mas con esta gente. No mandó les buscasen hospedaje.
El Alonso de Heredia ya testigo Despídense confusos , y primero
De los culpados en hacer absencia , Reconoció la noble camarada
Llegó con los demás adonde digo Alonso de Saavedra tesorero ,
Que querian hacer su permanencia , El cual los convidó con su posada ,
Y por el Urabá mal enemigo Enemigo mortal y delantero
Se le hizo terrible resistencia En mala voluntad muy arraigada
Con encubiertas , saltos , emboscadas Contra Pedro de Heredia , por sus fines
Y flechas de veneno preparadas. Y pretensiones buenas ó rüines.
Y ansi murieron de la primer mano Y es de creer que por el hospedaje
Un capitán llamado Juan Terrero , Y voluntad con que los regalaba ,
Alvaro de Jaen y otro su hermano , Que à vueltas de los gustos del potaje ,
Un Alonso Rodriguez y un Montero , Si de Pedro de Heredia se tractaba ,
Y Diego de Artes, un italiano , Habian de hablar aquel lenguaje
Que no las tuvo contra mal tan fiero , En que su mismo huesped les hablaba ,
Y muerte sumamente trabajosa Y serian los mas de la comedia
A causa de la yerba ponzoñosa. Entremeses tocantes al Heredia.
Aunque el pobre zagal iba burlando Después desto , semanas ya pasadas
De los salvajes y de su palillo , Oyó el gobernador por cosa cierta,
Mas el engaño suyo sintió cuando Quitar estos hidalgos las espadas
Con el dolor mudado y amarillo A mozos que pasaban por su puerta,
Traspellados los dientes y rabiando So color de pedillas emprestadas ;
Hacia de la boca colodrillo , Y presumiendo mal desta cubierta
Como suelen hacer con violencia Fué luego con un solo compañero
Los que padecen esta pestilencia. A la casa del dicho tesorero.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE III , HIST. DE CARTAGENA, CANTO IV. 387
A fin de descubrir esto que digo Mas el gobernador con tal gobierno
Y quél adivinaba con el dedo ; Iba desembargando su pasaje ,
Y este bidalgo que llevó consigo Que no se vido furia del infierno
Decíase fulano de Saucedo , Que mostrase mas áspero coraje :
Deste gobernador fiel amigo , El duro bote se le hace tierno ;
En cuyo pecho nunca cupo miedo ; Cosa no halla que no desparpaje ;
Ambos à dos con sendas alabardas , Y ansi se mete por las lanzas todas ,
Y sin mas prevenciones ni mas guardas. Como si fueran opulentas bodas.
Aunque vestidas armas de algodones , Viendo que no les calan el ropaje ,
Sayos y zaragüelles estofados, El Lujan dijo con acerbas sañas :
Y en las cabezas puestos morriones , «¡Oh ! reniego de mí y de mi linaje !
Las espadas ceñidas á los lados , Cómo tanto nos duran dos arañas ?
Y con determinadas intenciones Hago pleito solemne y homenaje
Entraron à buscarlos alterados, De me pelar las barbas y pestañas
Cuando la noche ya cerrada era ; Si no salimos bien con el motivo ,
Pero los de Madrid estaban fuera. Y este crüel tirano queda vivo.
Al dicho tesorero solamente » ¡ A él , á él , hidalgos de Castilla ,
Hallaron y sin otra compañía ; Si de vuestros honores teneis celo! »
El cual como al Heredia vió presente Acude luego toda la cuadrilla ,
Y de la mala suerte que venia , Y con botes á pelo y á pospelo
No sin alteraciones y accidente Le hicieron doblar una rodilla ,
Preguntó luego qué es lo que queria ; Y con ella tocar el duro suelo ;
El Heredia con voz no menos presta Y con estar ansi hizo su mano
Estas palabras dió por su respuesta : Lo que pudo hacer valor humano.
¿Qué disfraces son estos? qué rebozos ? En aqueste durable desatino ,
Qué cautelas? qué tractos? qué traiciones? Con haber voces de plebeya gente ,
¿ Por qué quitais espadas á los mozos Nunca salió soldado ni vecino ,
Y las meteis detrás de los rincones? Sino Pedro Romero su teniente ;
¡Estamos en el monte de Torozos? Aqueste con la vara del rey vino
¿Es esta casa cueva de ladrones ? Y el buen Joan de Orozco juntamente ;
Vivid bien, tesorero Saavedra , Cenaban ambos , y el manjar remoto
Y si no, sobre vos caerá la piedra.» Vinieron á la grita y alboroto.
Responde : «No hay aquí gente tirana ; Viendo al gobernador en los conflitos
El mal sale de vos y en vos se encierra.. Con valor y destreza de romano ,
Y como vió respuesta tan lozana , Dicen¡ aquí del rey ! » á grandes gritos ,
Heredia de paciencia se destierra , Las espadas desnudas en la mano :
Dándole con la dicha partesana Han por bueno los nueve mudar hitos
Un coscorron que dió con él en tierra , Viendo su mal propósito ser vano ,
Y aquesto hecho con gentil denuedo Y con temor de no padecer muertes
A su casa se fué con el Saucedo. En su posada se hicieron fuertes.
Y aunque como sagaz reconocia Prender los malhechores bien quisiera;
Volver los otros por el agraviado , Pero aunque los llamó Pedro Romero ,
Con esperiencia de su valentía Ningun vecino quiso salir fuera ,
El vivià de sí tan confiado , Antes se hizo cada cual roncero ;
Que no quiso llamar mas compañía De quel gobernador se desespera
Del Saucedo, por ser fino soldado; Con furia de leon ó tigre fiero ,
Y ansi las novedades esperando Pelándose las barbas con despecho
Por la puerta se andaban paseando. De no poder salir con aquel hecho.
Vinieron luego los del alianza , Fué milagro de Dios quedar con vidas
Y viendo de su huésped el afrenta Los dos de tantas lanzas rodeados ;
A su cargo tomaron la venganza Ellos al fin quedaron sin heridas
Todos con intencion sanguinolenta : Y dos de los contrarios lastimados ,
Toman cada cual dellos una lanza Aunque traian cotas revestidas
Y en busca van de quien se les presenta , Y todos nueve bien aderezados :
Porque viendo venir el torbellino El gobernador pues quedó corrido
Los dos les hacen ahorrar camino. Y contra los vecinos desabrido.
Habláronse palabras algo bastas , Llamándolos traidores , desleales ,
Segun que las dictaban accidentes ; Y quejuraba á Dios, en quien creia,
Y como todos son de buenas castas , De los haber y publicar por tales ;
Con presuncion de diestros y valientes , Que pues ninguno dellos acudia ,
Diéronse como dicen de las astas En el crimen debian ser parciales ,
Aferrandose bien frentes con frentes , Y en tan grande traicion y alevosía ;
Pues cuantos eran , sin curar de espadas , Y con este furor bravo y acedo
Jugaban con las armas enastadas. A su casa volvió con el Saucedo.
Mas cuando las median sus furores , Quisiéranle hablar antes que entrase
Cada cual procurando su venganza , A fin de que templara los enojos ,
Lanzas eran allí superiores Mas no sufrió que tal se le tractase
Por ser mayor el asta de la lanza ; Dándoles con las puertas en los ojos ;
No por eso los dos eran menores Saucedo le rogó que descansase ,
En el esfuerzo y en la confianza , Pero contrarios eran sus antojos ,
Pues en la mas que vil y civil guerra Pues sin se desarmar , por su palacio
No pierden, sino van ganando tierra . Se paseaba solo no despacio.
Porque el gobernador en el combate , Y cuando ya Diana daba fines
Con prontitud , valor y gran destreza , A sus cursos en esta media esfera ,
Las unas y las otras les rebate , De sus negros llamó los mas insines
Sin que mostrase brizna de flaqueza ; En el uso del arte marinera ,
Pues del dicho Saucedo no se trate Y entró con ellos en los bergantines
En que tuviese punto de pereza , Que solia tener en la ribera ;
Sino que con furor luciferino Y en uno dellos con su compañero
Adelantaba siempre su camino. A Carex se partió, que está frontero.
388 JUAN DE CASTELLANOS .
En la isla saltó con su carillo , >Testimonio del gran dolor que siento
Después que ya llegó la luz del día ; Son lágrimas que salen de mis ojos ,
Salió todo Carex á recebillo Viendo que vuestro buen entendimiento
Con amor ó temor que le tenia ; Se deja subyectar de sus enojos ,
El señor de la isla por servillo Queriendo macular ese talento
Inquirió la demanda que traia , Con apasionadísimos antojos ,
Y el Heredia con muestra placentera Pudiendo castigar los delincuentes
Al indio respondió desta manera : Sin usarse de medios indecentes.
«De te favorecer son mis cuidados , »Pues aunque con razon justa merezcan
Y de mis obras eres buen testigo Castigo los que la maldad hicieron ,
En todos los negocios atrasados ; La misma no requiere que padezcan
Y pues te vendes por mi fiel amigo Aquellos que ninguna cometieron ;
Hasme de dar mil hombres bien armados Y diligencias hay donde parezcan
Para que á Calamar vayan conmigo , Otros ocultos si la consintieron ,
Porque quiero quemar estos cristianos, * Para que se castigue la malicia
Y allí ternás donde henchir las manos.>> De los unos y otros con justicia.
El indio que le vió pedir ayuda , »Esto pudiera ver vuestra cordura
Reíase pensando ser ficciones ; Antes de tan pesadas novedades ,
Mas el Heredia dijo que sin duda Y no poner en riesgo y aventura
Venia con aquellas intenciones , Personas de tan buenas cualidades ,
Y dandole por cuenta mas menuda Y vuestro seso y ser con la locura
Alguna relacion de sus pasiones , De mal consideradas mocedades ,
En un instante saca de su tierra Pudiendo con papeles, como digo ,
Mil indios escogidos para guerra. Dalles segun las culpas el castigo.
Pintanse todos, pónense plumajes , » Y si fué por probar lo que valia
Segun suelen hacer indios guerreros ; Aquel esfuerzo raro que en vos cabe ,
Arrebatan los arcos y carcajes , Poca necesidad, señor, habia ,
Ponen en las muñecas flechaderos , Pues acá y en España bien se sabe ;
Con aquellas posturas y visajes Y ansi de muchas esta valentía
Que los hacen mas torvos y mas fieros ; De anoche no merece que se alabe ;
Entraron en sus barcas ó canoas , No porque no lo fué , mas en tal caso
Y para Calamar guian las proas. Indigna fué de tan prudente vaso.
Para mas animar la compañía »Muy buenos estarian los jueces ,
Y hacelles cobrar bravo talante , Cuando se les ofrecen ocasiones ,
El dicho bergantin era la guia Teniendo de su rey poder y veces
Porque el gobernador iba delante ; Para convocar gentes con pregones ,
Y á hora poco mas de medio dia Querer domar à solas altiveces
Surgen en Calamar poco distante , De los desvariados corazones ,
Y a todos les causó tan gran espanto Como vuestra merced anoche quiso
Que de mujeres hubo grande llanto. Sin querer á los suyos dar aviso.
Porque el tumulto fiero y estupendo , » Do contra tantas fuerzas invencibles ,
Al tiempo de surgir en la bahía , Hablando sin lisonjas y sin dolo ,
Hizo con sus cornetas tal estruendo Hector, ni Telamon, ni el gran Aquiles
Que pareció quel mundo se hundia , Hicieran lo que vos hicisteis solo ,
Con grita que los aires va rompiendo Rodeado de armas con astiles
Y á todo corazon temor ponia , Con mas hierros que rayos tiene Apolo ;
Y mucho mas à quien tales rüidos Pero segun mi seso mejor fuera
Nunca jamás tocaron los oidos. Que lo guiarades de otra manera.
No se pueden pintar las confusiones , »Por ser gran freno contra gente verde
Los rumores, las gritas mal formadas La gravedad y peso del anciano ;
De mujeres, de niños , de varones Y ansí como vuestra merced acuerde
Viendo ya sobre si gentes armadas ; De tomar sin pasion consejo sano ,
Ocurren á las armas de algodones , Si buena coyuntura no se pierde
Búscanse las rodelas, las espadas ; Agora la tenemos en la mano ,
Mas cuanto se prepara, busca, piensa, Y bastará salir vuestra presencia
Era muy poco para su defensa. Sola, para teneros obediencia.
Pues los soldados que hay no son bastantes, Por tanto , yo por todos ellos salgo
Por ser pocos en estos menesteres , A suplicar aqueste beneficio ,
Puesto caso que muchos contractantes Empeñando ini fe de hijodalgo
Habia, y abundancia de mujeres ; Ser esto sin aleve maleficio :
Y gritos y rebatos semejantes Deseo pues que sepan lo que valgo
No son para prendados mercaderes : Yo con vuestra merced y en su servicio ,
Al fin los baquïanos son los menos Para que paguen los que son culpantes
Y salen con sus armas como buenos . Y no lo lasten pobres ignorantes.
Allí Joan de Orozco dijo : « Quiero Dijo, con otras cosas que yo dejo ,
Si sois servidos de me dar licencia , Las cuales el Heredia fué notando,
Hablar con el gobernador primero Y con aquel reporte que es anejo
Rogándole que mire su conciencia , A los cuerdos que tienen algun mando ,
Considerando bien el paradero Estuvo por un rato muy perplejo
Desta desatinada competencia . > Sus determinaciones tanteando ;
Todos à una le ruegan que vaya , Llegó pues à la proa desde donde
Y ansí se llegó junto de la playa. Estas pocas palabras le responde :
Y en tono que podia ser oido, <<Todo lo que decís , señor Orozco ,
Dijo con las comunes prevenciones : De cosas dirigidas à templanza ,
«Señor gobernador, sea servido Sin que me las digais yo las conozco ;
De me dejar decir cuatro razones Mas son los mas vecinos en la danza,
Porque para decillas soy movido Y seria yo mas que vil y tosco
Con buenas y con sanas intenciones , Si de tales hiciese confianza ;
Y en hecho de verdad guïado vengo Y ansi no quiero ir ni quiero vellos ,
Por el amor que à vuestra merced tengo. Si no fuere para vengarme dellos.
VARONES ILUSTRES de Indias, partE III , HIST. DE CARTAGENA, Canto IV. 589
› Agradezco, señor, vuestro buen celo, De donde segun uso cortesano
Visto que lo teneis en bonra mia ; Habló , manifestando que su intento
Y porque me parece ser del cielo Era mediante pluma y escribano
Dejaré de hacer lo que queria; Venilles á hacer requerimiento ,
Mas no para que quede sin repelo Del sitio que poblaron alcen mano
De me satisfacer en otra via. » Por ser de sus confines el asiento ;
Y aquesto dicho por la costa abajo Y si, por no querer, males viniesen ,
A Carex envió los mil que trajo. Daños ó muertes, á su cargo fuesen.
Los nueve de Madrid, vista la cosa, Con mayores instancias que yo digo
Primero que por partes los reparta , Leyó prestándole consentimiento
Pusieron luego piés en polvorosa El escribano que llevó consigo
Huyendo por la mar á Santa Marta, De verbo ad verbum el requerimiento ;
Con ayuda de gente generosa , Y en tono que podia ser testigo
No sin obscuridad y priesa harta ; Cualquiera de los del ayuntamiento ,
Mas el gobernador con duro pecho El Julian Gutierrez dió respuesta ,
Al pueblo de Urabá se fué derecho. Y la substancia dicen ser aquesta :
No sin aplauso de contentamiento « Señor gobernador, yo fui mandado ,
Fué del mayor hermano recebido , Y aunque poblara mal y do no debo ,
Y el resto de la gente del asiento Agora me seria mal contado
No menos se holgó cuando lo vido ; Si sin tener licencia me remuevo;
Mas a nadie dió parte del intento Y para ver si es bien ó mal fundado
Ni cuenta del negocio sucedido ; Habie vuestra merced con Barrio- Nuevo ;
Y entonces solamente hizo cebo Pues hasta ver aquello quél dispensa
Con que venia á ver el pueblo nuevo. Tengo de procurar yo mi defensa.
A todos abrazó con buen semblante , » No se juzgue por loca demasía
Grata conversacion , que tal lo era ; En poner en aqueste caso dientes ,
La cual como llevasen adelante Porque vuestra merced también querria
Vinieron á tractar de la frontera, Que lo mismo hiciesen sus tenientes ;
Do Julián estaba muy pujante Y si por leyes de razon se guia ,
Con gente que huyó de su bandera , Las mias no serán impertinentes ,
Y cómo vino con aquel ostento Y no me faltarán mañas y modos ,
A les hacer un gran requerimiento . Pues por su Majestad poblamos todos. >
Heredia respondió : « Pues él espera Oido lo que Julián decia ,
A negociallo por aquesa via , Con levantado y alterado pecho ,
No será malo que se le requiera Dellos se despidió con cortesía ,
Que salga de la tierra, pues es mia; Manifestando que de su derecho
Y donde no, haremos de manera La Majestad real conoceria,
Que baje de su loca fantasía , Del cual asaz estaba satisfecho ;
Porque también acá tenemos manos, Y encubriendo sus mañas y cautelas
Si no quiere tomar consejos sanos. Mandó levar las anclas y dar velas.
» Estos , señores, son mis pareceres ; Quedaron muy enhiestas las cervices
Quizá donde nos piensa dar zozobra , Diciendo como ya lo vieron fuera :
Socorreremos nuestros menesteres ¡Cuerpo de tal con él y sus narices
Si ponemos las manos en la obra , Y sus palabras de santiguadera !
Por acudir alli mil mercaderes ¿Pensaba con blanduras y matices
Con tanto de regalo que les sobra ; Tornarnos á meter en su bandera ?
Y esta negociacion sea temprana , Muy engañada pues vive la zorra
Y si quereis, hoy antes que mañana.> Que con hijo de madre no se ahorra. >>
Como tocasen en el interese Tales cosas decian en su junta
Y estuviesen allí necesitados , Después que su bahía dejó sola ,
Todos le respondieron que partiese , Porque ninguno teme ni barrunta
Porque presto serian aviados , El golpe de revuelta con la cola :
Al dia y á la bora que quisiese , Heredia pues paró tras una punta
Esos que por él fuesen señalados : Con su gente de negros y española ,
Holgóse mucho que con él concorden, Para los asaltar con mas seguro
Y para la partida dieron orden. Revolviendo sobrellos con obscuro,
Y para que con mas pujanza vaya , Y ansí cuando los ojos de mortales
Despachó treinta dellos con rocines , Suelen con sueño mitigar su pena ,
Que fuesen caminando por la playa Y por alli marinos animales
Hasta se congregar en los confines , Salen á desovar en el arena ,
En cierta parte quél les dió por raya , A ellos revolvió con sus parciales ,
Con los que fuesen en los bergantines , Sin ir vela pendiente del antena ,
Que serian sesenta solamente Sino con solos remos y á la sorda
Con tiros y aparato conviniente. Hasta llegar á parte de zaborda.
Los que por tierra van hallan lugares Era cuarto de legua mas abajo
Inaccesibles para caballeros , Del asiento de los fortalecidos ,
Por ser la costa toda de manglares , Y allí desembarcó con los que trajo ,
Malos pasos de ciénagas y esteros , Donde no fueron vistos ni sentidos ;
Y con reventazones de las mares A ciertas espesuras se retrajo ,
No podian hacer los piés lijeros ; Hasta que los demás fuesen venidos ,
Y ansí por selles todo tan contrario Y se juntasen mas allá del puerto ,
No llegaron á tiempo necesario. Segun hicieron antes el concierto.
Porque el gobernador y compañía Mas ya tenia débil esperanza ,
Que en bergantines por la mar llevaba , Pues poco mas o menos adevina
A causa de ser poca travesía Haber de ser prolija la tardanza ,
Llegaron brevemente donde estaba Por ser de mal camino la marina.
El Julián, que como ya los via De los que tiene hizo confianza ,
Armadas sus escuadras esperaba : Y á dar en Julïán se determina ;
El Heredia de paz puso bandera Y porque no rehusen la carrera
Hasta poder surgir en la ribera. A todos animó desta manera :
390 JUAN DE CASTELLANOS.
Señores mios, ya se hace tarde , Vistas las cartas y el comedimiento,
Y para dar sazon á lo que vengo , Vino César con otra noble gente ,
No consiente razon que mas aguarde, Y no sin lamentable sentimiento
Por ser lo que esperais negocio luengo : Isabel Corral vino juntamente ;
Y para subyectar este cobarde El gobernador hubo gran contento ,
Sobra la noble gente que yo tengo , Y a todos recibió muy blandamente ,
Y no digo con tantos , mas con menos , Y usó con César , à quien bien queria,
Siendo tan valerosos y tan buenos. De gran urbanidad y cortesía.
Y aunque con claridad estemos ciertos Esperaron allí, y al tercer dia
Que llegarán aquí con los rocines , Después que fué la villa saqueada ,
Es imposible no ser descubiertos Llegó por tierra la caballería
Por indios que verán los bergantines ; De los trabajos grandes fatigada ;
Y los que duermen estaran despiertos En cuyos rostros bien se parecia
Para nieternos en dudosos fines : El escabrosidad de la jornada ,
Tengo pues la victoria por mas cierta Y demás de otros males infinitos,
Si nuestra voz y lanza los despierta. Llagados y comidos de mosquitos.
» Si hay otro parecer que mejor suene , Mandó el gobernador á costa ajena
Cada cual lo declare sin espina. > Partir con ellos ropas y vestidos ,
Respondiéronle todos que conviene Y aparejalles opulenta cena,
El que su voluntad les encamina , Do fueron largamente proveidos :
Y que ninguno dellos otro tiene De diversas conservas mesa llena ,
Que les sea mas cierta medicina ; Vinos tintos y blancos escogidos ;
Pues brevedad en trance semejante En tal manera, que vacíos pechos
Quita cíen mil estorbos de delante. Quedaron por entonces satisfechos.
Oidas á su gusto las razones , Después , el cuarto dia ya venido ,
Como buen capitán , en el instante En los navíos meten por su mando
Ordenó sus pequeños escuadrones , A la Isabel Corral y á su marido
Ballestas y arcabuces adelante ; Y á César con algunos de su bando ;
Y por mas levantar los corazones Y á los demás del número vencido
En avanguardia va con un montante ; Mandó dar libertad , apregonando
Los que velaban en paradas hechas Que desde luego cada cual siguiese
Vieron de lejos relucir las mechas. La bandera que mas gusto le diese.
Dan arma , segun es comun usanza ; Como treinta soldados lo siguieron
Recuerdan los dormidos al aprieto ; De los que Julian acaudillaba ,
Luego sin mas recato ni ordenanza Y los demás á Panamá se fueron
A caballo salió Rodrigo Nieto ; A dar las nuevas al que gobernaba ;
A los contrarios arroujó la lanza Los treinta de caballo no pudieron
Como vido venir el bulto prieto ; Sino volverse por la costa brava ;
El desdichado nunca hizo suerte , La causa desto fué por los caballos
Y si la hizo fué para su muerte. Por no tener navíos do llevallos.
Pues un soldado de la gente suelta Con esto se partió del Ensenada
La misma levantó con los pulgares , A verse en Urabá con el hermano,
Y cuando Nieto quiso dar la vuelta El cual , de ver la buena cabalgada ,
Con ella le rompió los dos ijares ; Y quel gobernador volvia sano ,
El alma de las carnes fué resuelta , Hízole festa muy regocijada ,
Mostrándole su lanza los lugares , Y á todos un convite soberano :
Pues la con que pensaba hacer tiro Hubo juego de cañas que pudiera
Aquesa le causó mortal suspiro. Parecer en Jerez de la Frontera.
No con menos esfuerzos y denuedo, Aqueste general convite hecho
Salió acia la grita y estampida Con servicios de gran magnificencia ,
El valiente Francisco de Quevedo , Que parte se suplió con el provecho
Lozano joven y en edad florida ; Habido de la nueva competencia,
Mas Cloto hizo que estuviese quedo El vencedor desencerró del pecho
Pues una bala le quitó la vida , El enojo de la primer pendencia ,
Y desta juliana compañía Y estándole la gente bien atenta,
Otros dos vieron su postrero dia. Con esta relacion lo representa:
Acuden otros muchos al rebato , << Señores , admiraros heis si cuento ,
Pero mal puestos y peor regidos , Pues todos me teneis amistad buena ,
Y no con aquel orden y recato Un desacato y un atrevimiento
Que suelen los que son acometidos ; Cuya recordacion me causa pena ;
Y ansi los del lugar en breve rato Y fué juntarse muchos con intento
Fueron desbaratados y vencidos , De me querer matar en Cartagena ,
Y los tractantes y los mercaderes Viniendo nueve mozos al efeto ,
Ven en ajenas manos sus haberes. Que cierto me pusieron en aprieto ,
Prenden con Julián mucha compaña , a Con largas lanzas y con hierros finos ;
Al menos principales capitanes , E yo y Saucedo que teneis presente ,
Y aquellos que se dieron mejor maña Que hizo hechos de memoria dinos ,
Fueron con César y los dos Guzmanes. Nos defendimos valerosamente
A tomar por amparo la montaña Sin querer ayudarnos los vecinos ,
Con Isabel Corral y otros galanes, Şino solo Romero mi teniente ,
Que por les conceder poco sosiego El cual para prendellos tuvo duda ,
Tomaron presto las de Villadiego . Porque ninguno quiso dar ayuda.
Pero llegada la febea lumbre , >Vista de los vecinos la malicia
Cartas con ciertos indios les envía , Y de mayortraicion alguna muestra ,
Diciendo que ninguna pesadumbre Para seguir la causa por justicia
Para siempre jamás se les daria, Hame de socorrer ayuda vuestra ;
Y que su condicion y su costumbre La cual, pues que me fué siempre propicia,
Ya cada uno dellos la sabia , Agora sé que no será siniestra,
Y con cuántas blanduras y paciencia Pues para corregir el mal que digo
Perdonaba cualquiera maſquerencia. Algunos tengo de llevar conmigo.
391
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , HIST. DE CARTAGENA, CANTO IV.
Ansi como tocaron los oidos Luego Pedro de Heredia , con cudicia
Estos atrevimientos que les cuenta , De cosas que por indios entendia,
De gran espanto fueron poseidos Ordenó descubrir la gran noticia
Oyendo desvergüenza tan exenta ; Que por nombre Dabaibe se decia :
Y ansi dijeron los mas advertidos Dejó las cosas puestas en justicia ,
Tocar á todos ellos el afrenta , Y al Darien llevó su compañía ,
Y era muy grande cargo de conciencia Guïando por el rio , con intento
No castigar tan pérfida demencia. De ver las tierras de su nacimiento .
Juan de Montemayor , que era maese Año de treinta y seis , á doce dias
De campo , dijo : « Mas son en la danza Del mes de abril , segun las relaciones ,
Si dellos escrutinio se hiciese , Entraron las cristianas compañías
Y mal aseguramos la balanza , A descubrir provincias y regiones ,
Disimulando yerro como ese Movidos por los dichos de las guias
Y no se castigando sin tardanza ; Que llevaban con guardas y prisiones ;
Y aun serán pareceres acertados Los hombres de caballo son sesenta
Que vaya buena copia de soldados.» Y todos los de pié ciento y cincuenta .
El gobernador dijo : « Diferente Caminaron por tierra despoblada ,
En el número es lo que yo siento , Donde sus esperanzas son aviesas ,
Pues dos docenas bastan solamente ». Pues con haber andado gran jornada
Y hizo luego dellos nombramiento ; Las guias no cumplian sus promesas;
Mandólos embarcar incontinente , E yendo ya la gente fatigada
Yfueron navegando con buen viento , La meten por montañas muy espesas ,
Procurando por evitar reproche Cuyo lodoso y empapado suelo
Entrar en Calamar á media noche. Jamás lo visitó lumbre del cielo.
Saltaron antes de llegar al puerto , Esta molesta y enfadosa breña
Y de lo que hicieron lo primero Era de suyo tal y tan lluviosa ,
Fué , por secretas vias con concierto , Que recurso ninguno les enseña
Entrar en cas del dicho tesorero : Para valer su vida trabajosa ;
El cerrado lugar hacen abierto , Ni podian hallar siquiera leña
Pero hallándolo sin compañero , Para poder guisar alguna cosa ,
De su propria posada fue remoto Pues por ser agua cuanto della sale
Sin sentirse rüido ni alboroto. La mayor diligencia no les vale.
Luego lo ponen en ajena sala , Pedro de Heredia , con desabrimiento
Con cepo y grillos y con guardadores , Viendo su perdicion y el desatino ,
Y al buen Nuño de Castro y al Ayala , Amenazó los indios con tormento
Diciendo ser aquestos los fautores : Si no guïasen por mejor camino :
La vida que les daban era mala , Ellos representando buen intento ,
Y llena de pesados sinsabores ; Responden no deber estar mohino ;
Y sobre la prision que los estraga Pues por aquel restaban tres jornadas
Habia de mosquitos grande plaga. Para dar en las tierras deseadas.
Aquestas cosas hechas segun trato , Con aquella promesa ya hacian
Barrio-Nuevo , varon de cano seso , Cuenta de ver cumplidos sus deseos ,
Sabiendo en Panamá del desbarato , Con ser tercero mes que los traian
Y Julián Gutierrez estar preso , En estos circuitos y rodeos :
Determinóse ,por mostrarse grato Siguieron pues los indios que los guian
Al que por sus respectos era leso, Sin ver mejora para sus rancheos ,
Por su persona ir á Cartagena Antes por ser prolijos estos yermos
Para librallo de prision y pena. Los mas dellos estaban muy enfermos.
Fué caballero natural de Soria , Continuando pues aquella via ,
En estas partes único soldado Atormentados con el mucho lodo ,
Que hizo hechos dignos de memoria , Era peor lo que se descubria ,
Algunos de los cuales he tractado Y el infernal terreno de tal modo ,
En diferentes partes de mi historia , Que por poco quel hombre se movia
Donde queda su nombre celebrado : Daba grande temblor el suelo todo :
Era valiente y á las armas presto , Van atollando no sin gran fatiga ,
De nobles condiciones y modesto. Y los caballos hasta la barriga.
Efectuóse luego su partida En estos pegajosos tremadales
Con gana de traer à su caudillo : Desmayaba quien era mas constante ,
Supo Pedro de Heredia su venida , Y no pueden los brutos animales
Salió con la ciudad á recebillo ; Salir de desventura semejante :
Y toda pesadumbre despedida, Allí ciertos peones principales
El mismo lo hospedó por mas servillo , Dejándolos pasaron adelante ,
Donde los dos conformes en razones Y prosiguiendo mas dos ó tres dias
Vieron unas y otras provisiones. Encontraron con muchas rancherías.
Dieron trazas y cortes en el paño En partes montuosas y no rasas ,
De los bajos y altos de la sierra , Pero los bajos limpios y sin ramas ,
Aunque ningunos dieron en el daño Ven infinitos rastros , no ven casas ,
De los bienes robados en la guerra. Ni señales de ranchos ni de camas ;
Barrio-Nuevo quedó con desengaño Olor cierto de humos y de brasas ,
Y el buen Pedro de Heredia con la tierra ; Sin que pudiesen divisar las llamas ;
Y dióle con alguna mas hacienda Alzan los ojos , miran al desgaire ,
A Julian Gutierrez y á su prenda. Y vieron que vivian en el aire.
Esto hecho rogó por los opresos Porque tenian sus casillas hechas
Y en aquella sazon encarcelados , Encima de los árbores y plantas :
Haciendo perdonar culpas y escesos , * Era gente de débiles cosechas
Ya fuesen inocentes , ya culpados : Sin uso de vestidos ni de mantas ,
En efecto , quemaron los procesos Proveidos de dardos y de flechas ;
Contra los susodichos fulminados , Su comun caza báquiras y dantas ,
Y dado fin á todo cuerdamente Sus tractos son por rios en canoas
A Panamá volvió con su teniente. Y viven en aquellas barbacoas.
392
JUAN DE CASTELLANOS .
Tomaron dos gandules desta gente
En cierta senda do hicieron salto ;
Todos los otros valerosamente CANTO QUINTO.
Hicieron resistencia de lo alto ,
Hasta les arronjar agua caliente Donde se cuenta cómo á pedimiento de hombres apasionados, la audien-
Para que se dejasen del asalto : cia real de Santo Domingo envió al licenciado Juan de Vadillo, cider
Al fin con estos dos indios volvieron della , á tomar residencia al gobernador Pedro de Heredia , y lo que
A dar la relacion de lo que vieron. durante su tiempo aconteció.
La gente castellana toda junta Segun reconocemos el enmienda
A la lengua mandaron que les hable, Poca , de las sobradas sinrazones ,
Y hecha por mil vias la pregunta, Aquel que en Indias tiene su vivienda
No respondieron cosa saludable , No debria faltar en oraciones
Antes de lo que dicen se barrunta Al sumo Hacedor que lo defienda
Ser gente pobre , vil y miserable ; De jüeces de malas intenciones ;
Y ansí para del todo no perderse Pues aunque los castiguen cada hora ,
Determinaron luego de volverse. Muy pocos ó ninguno se mejora.
Volvieron á la mar rugosas frentes Bien señalados son los que estas greyes
Aquestos fatigados peregrinos , Han gobernado con sencillos pechos ;
A caballo llevando los dolientes Mas otros so color de servir reyes
Con términos cristianos y beninos ; Nos tienen asolados y deshechos ,
Y como ya dejaban hechas puentes No por servir al rey ni cumplir leyes ,
Y aderezados pasos y caminos , Sino por acudir á sus provechos,
Tardaron en volver por estas vias Tan sueltos á cualquiera desverguenza
Al pueblo de Urabá cuarenta dias, Que quien mas dice dellos no comienza.
Hallaron acogidas abundantes Una destas solicitas raposas ,
De cuanto por su parte se procura, Que de Heredia solia ser amigo ,
Por acudir al puerto contractantes Con blandas muestras aunque cautelosas,
Que traian regalos en hartura : Segun se notará de lo que digo ,
Volvieron á sus fuerzas como antes Viniendo por jüez usó de cosas
Los enfermos mediante buena cura ; Dignísimas por cierto de castigo ;
Murieron pocos antes de los puertos , Aqueste se llamó Juan de Vadillo ,
Y caballos también quedaron muertos. Primo del otro no mejor caudillo.
Muchos murieron por faltalles heno , Senador fué de la real audiencia
Y demás desto cuando los caballos De la Española , de los mas antigos ;
Estaban atollados en el cieno Y como se pidiese residencia
No teniendo vigor para sacallos , Contra el Heredia por sus enemigos ,
Ni dónde restribar en el terreno , Enviaron aquesta pestilencia ,
No se podia menos que dejallos , Aunque contradecian los amigos ;
Pues atascaba hasta la espaldilla, Y él hizo gran instancia con su ruego
Y el español à mas de la rodilla. Por una cosa que diremos luego.
Y en el cenagosísimo combate Al tiempo que voló por los caminos
También el atollar era de modo, Fama desta riqueza que fué brava ,
Que dejaban los mas el alpargate Como el Heredia y él fueron vecinos
En mas profundidad de largo codo ; Y por sus cartas amistad duraba ,
Y quien por lo sacar hombros abate Envióle Vadillo dos sobrinos,
Las barbas arrastraba por el lodo : Desde Santo Domingo donde estaba ,
No faltaban también en las fatigas Para que fuesen dél favorecidos
Murciélagos , mosquitos y hormigas, Y en aprovechamientos preferidos.
Y con ser la jornada tan nefanda, Y como fuese gente regalada
La gente como ya se vido buena , Y en buscar de comer mal advertida ,
Deseaba volver à la demanda Con otra harto mas cualificada ,
Sin acordarse de pasada pena , De hambres y trabajos afligida,
Con intento de ir por otra banda Al tiempo que hacian un entrada
Por tener el Dabaibe fama llena : Ambos á dos partieron desta vida ,
Y ansi ruegan á César lo tractase Y dieron á entender malos intentos
Y el mismo César los acaudillase . Que murieron por malos tractamientos.
Tuvo César en esto diligencia Teniendo pues reales provisiones ,
Para que su desco se cumpliese : Y no menos escriptas en el pecho
Dióle Pedro de Heredia la licencia Sus malas propriedades ó pasiones
Para que cien soldados escogiese , Que se manifestaron por el hecho ,
Y con guias de mas inteligencia Pues cuanto hizo fueron sinrazones
Aquella gran noticia descubriese ; Sin regla ni medida de derecho ;
Y el señaló del número robusto A Cartagena vino con buen viento ,
Peones y caballos á su gusto. Do le bicieron gran recebimiento.
Con ellos se partió de su presencia Vino para que fuese su teniente
Y caminó por parte diferente ; Fernán Rodriguez Sosa , lusitano ,
Mas yo que de reñir tanta pendencia Comendador de Cristo , y otra gente,
Me siento fatigado de presente , Oficiales ya hechos á su mano ;
Querria , buen lector , mudar sentencia , Fué alguacil mayor por consiguiente
Si vuestra buena gracia lo consiente , Un Pedro de Jureta , y escribano
Por mandarme decir Pedro de Heredia Un Juan Rodriguez, hombre temerario,
Un rüin entremés de su tragedia. Que después condenaron por falsario.
Como fué recebida su persona
Con las solemnidades convinientes ,
Luego la residencia se pregona
Contra el gobernador y sus tenientes ;
A todos sus amigos desentona ;
Privan con él los émulos presentes ;
Secuéstrales los bienes y hacienda ,
Y á Urabá fué gente que lo prenda.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE IN , HIST. DE CARTAGENA , CANTO V. 393
En bergantines fué la compañia Componen á su gusto los delitos
Con Cazares y el Sosa lusitano , Buscando fabulosos delatores ,
Yhabiendo navegado breve via, Y cuando presentaban los escritos
Vieron otro que viene ya cercano En su contradicion los defensores ,
Donde el gobernador mismo venia , Eran amenazados con mil gritos
Y alli ni mas ni menos el hermano , Los letrados y los procuradores ,
Ambos à dos quietos y muy fuera Demás de molestallos con prisiones
Del duro sinsabor que los espera. Cuando les alegaban defensiones.
Como se viesen ya poco desvío , Al tiempo quel testigo declaraba
Cazares dijo yendo con los remos : Debajo de solemne juramento ,
« Pase vuestra merced á mi navío El falso Juan Rodriguez asentaba
Para serville como lo debemos . » Lo que no le pasó por pensamiento ,
Respóndele : « Mas vos pasad al mio. Sino lo que Vadillo deseaba ,
Sabré las novedades que tenemos. Por dar colores á su mal intento ;
El Cazares pasó sin detenencia , Y púdose saber de cierta ciencia
Y dióle cuenta de la residencia. Cuando se les tomaba residencia.
Ningun alteracion lo desenfrena Entre tanto que causas difinia
De lo que le contó como testigo , Por términos que no tuviera moro ,
Y en ser Vadillo tuvo poca pena , A los indios de paz gentes envia
A causa de tenello por amigo : A que por fas ó nefas diesen oro ,
Llegaron todos pues á Cartagena Y en estos miserables se hacia
Adonde no hallaron buen abrigo , Una crueldad dignísima de lloro :
Pues á los dos agravan con prisiones , Baltasar de Ledesma los regia
Con guardas de malditas condiciones. Y Montemayor era también guia.
Crece la furia, saña y homecillo Estos dos capitanes fueron tales
Del cúpido y avaro licenciado , Y tan perjudiciales y nocivos ,
En tal manera que con ser Vadillo Que demás de roballes los caudales
Ninguno le podia hallar vado ; De cuanto contenian sus archivos ,
Busca por todas partes amarillo Llevaron presos muchos naturales
Metal, que no lo quiere colorado , Que hicieron esclavos y captivos ,
Y por momentos al contrario bando Sin causa de delictos cometidos ,
Les iba las prisiones agravando. Antes siendo de paz y repartidos.
Y apsí con el trabajo recebido Seria de quinientos la partida ,
El Heredia mayor ( ¡ Oh gran mancilla ! ) Digo quinientos de Cipacua sola ,
Aquello que vivió , siempre tullido , Mozos y mozas gente muy lucida
Y el poder escapar fué maravilla ; Contra la voluntad sacra charola ;
Y el tiempo que de mí fué conocido Y el Vadillo después de recebida
Andaba como Leiva en una silla , Mandolos enviar á la Española
Pues á cualquier lugar que se mudase Para sus intereses y ganancias
Habia de tener quien lo llevase. Y servir en ingenios y en estancias.
El licenciado pues que mal los quiere , Robando pues estos alderredores
Con gana que su honra se destruya , Una noche soldados que velaban ,
So graves penas los oidos hiere , Vieron desde la cumbre resplandores
Como dicen, á mia sobre tuya , Que sobre Calamar reverberaban ,
Contra quien ó supiere ó encubriere Y tuvieron por cierto ser ardores
Cualesquier bienes ó hacienda suya , De casas que en el pueblo se quemaban :
Y si manifestasen oro alguno Y ansi por la distancia ser cercana
También se les daria de diez uno. Vinieron en llegando la mañana.
Atormentaba negros y criados Pero lo que pensaron no fué cierto
Para que descubriesen el tesoro, Ni hallaron el pueblo con desdoro ,
Los cuales como fuesen apremiados Sino mayores males en el puerto
Descubrieron, por redimir su lloro, Y en aquel tiempo dignos de mas lloro :
En diferentes partes enterrados La causa desto por haberse muerto
Al pié de cien mil pesos de buen oro , Su buen obispo fray Tomás de Toro ,
Marcados ya, y en los libros reales Ansi que la señal esclarecida
Pagados quintos á los oficiales. Dió clara muestra de su buena vida.
Estos ó poco menos que yo pinto En estos mismos dias César vino
Envió por servicio no pequeño Al pueblo de Urabá de su jornada ,
Al gran emperador don Carlos quinto Con mas de cien mil pesos de oro fino;
Con proceso que fué de falso sueño ; Pero toda su gente fatigada,
Pues como de verdad era distinto Por ser trabajosísimo camino
Volviéronse después al proprio dueño ; Aquel por do hicieron el entrada ,
También él envió por propria cuenta Montañas bravas , por cuyos conveses
Dinero harto de que compró renta. Anduvieron perdidos siete meses,
Podia bien compralla de las sobras Tierra lluviosa, ciega y espantable ,
Porque tuvo donde meter las manos ; De todo morador aborrecida
Y no tan solamente las zozobras Sin recurso de cosa saludable
Se repartian por los dos hermanos , Que pudiera servilles de comida ;
Mas á todos bacia tales obras Y por ser tal y tan inhabitable ,
Cuales suelen hacer hombres tiranos , Se vieron en gran riesgo de la vida ;
Hasta bacelles dar cuero y correas Sustentábanse con arbóreos tallos
Con amenazas de palabras feas. Y con hoja de cañas los caballos.
Con este furioso desatiento Hecho cien mil pedazos el ropaje
Quisiera, por sacar oro guardado , De romper por aquellas espesuras ,
Al Alonso de Heredia dar tormento ; Y por los grandes cienos del viaje
Mas como lo tenia recusado , Llenos de llagas y de desventuras ,
Nunca quiso prestar consentimiento No les quedaba callo de herraje •
Martin Rodriguez el acompañado , Y los caballos ya sin herraduras ;
Doctor de buenas letras y esperiencia Faltábanles ya diez de los mas buenos ,
Y de mejor y mas sana conciencia. Y de los españoles veinte menos.
394 JUAN DE CASTELLANOS.
Yendo pues con miseria tan contina Cuando venian era de ver dino
A desastrado fin suelta la rienda , El orden que traian los salvajes ,
Sin esperanza de la medicina Aquellas joyas ricas de oro fino ,
Que promete salud á la vivienda , Aquella gran soberbia de plumajes ,
La gran bondad de Dios les encamina Aquel alborotado torbellino ,
Un arroyo do vieron cierta senda , Aquellos ademanes de corajes ,
Y aunque de pocos huellos y maltrita Y de los españoles el mas fuerte
La gente cuasi muerta resucita. Tragada , como dicen , ya la muerte.
Siguieronla por ver si su costumbre Puestos en Dios los flacos corazones ,
Los guia donde van sus esperanzas , Haciendo votos y prometimientos ,
Y sacólos á tierra de mas lumbre, Y suplicándole con oraciones
Mejores influencias y templanzas : Que les libre de tales detrimentos ,
Por ella suben basta cierta cumbre , Porque tan crudelísimas naciones
1 Devisan rasos campos con labranzas , No hagan de sus carnes alimentos ,
Tantas y tan crecidas poblaciones Mas prestos los dolientes y los sanos
Que se vian eu grandes confusiones. A se valer de Dios y de sus manos.
Porque se vian todos de mal arte , General del ejército pagano
Hambrientos, fatigados y dolientes , Que los unos y otros animaba
Y ansi les parecia no ser parte Era de Utibarà menor hermano ,
Para salir á dar con tantas gentes ; Que no se supo cómo se llamaba :
Y demás de sentir flaco su marte De grandes miembros , mozo tan lozano
No tenian caballos convinientes ; Que todos los demás sobrepujaba
El uno estremo y otro les es duro , En la disposicion y en ornamentos ,
Mas tomaron al fin el mas seguro. Y en sus astucias y acometimientos.
Aqueste sobredicho potentado Bajó pues la beligera refriega ,
Es tierra del Guaca que se derrama Segun guerreros usos ordenados ,
Por rico mineral à cada lado , Hasta ponerse dentro de la vega
Cuya grandeza publicó la fama ; Do los nuestros estaban afirmados ,
Y el indio de quien era gobernado Que viendo la gran furia que se llega
Utibará supieron que se llama ; Salen á su defensa reportados ;
Hicieron pues los nuestros sus conciertos Por todos son ochenta solamente,
De estarse por entonces encubiertos. Entrellos de caballo hasta veinte.
Por ir apriesa Titan al ocaso Baten las piernas en las confianzas
Y esperar á sazon mas convenible ; Del que domina las eternas sillas ,
E ya de dia , por henchir el vaso Rompiendo van los hierros de las lanzas
Y dar satisfaccion al mal terrible , Bárbaros hombros , pechos y costillas ;
Salieron todos ellos á lo raso Y por aquellos campos y labranzas
Con aquel orden que les fué posible, Hacian todos ellos maravillas ,
Y no pararon con los escuadrones A las espaldas siempre los peones
Hasta meterse por las poblaciones . Apriesa meneando los talones.
Firmes se hacen en el valle llano Sin osar desmandarse de la buella
No sin admiracion de los vecinos , De los caballos que les van delante ,
Porque nunca jamás vieron cristiano Y al escuadron que ven que se atropella
Ni caballos bollaron sus caminos ; Acude cuchillada penetrante ;
Buscaron pues los españoles grano , Para poder en ellos hacer mella
Y dieron de comer á los rocinos : Presume cada cual de ser gigante ,
Los hombres barbaros temblaban dellos Pues no les iba menos que las vidas
Oyendo sus relinchos y resuellos . Si con intermision dan las heridas.
Hablóles César amigablemente El animoso César , becho torre
Con lengua que traia curiosa , Que por diversas partes es batida ,
Y puesto caso que era diferente Ningun escuadron balla que no borre
Entendian al fin alguna cosa ; Dejando los regentes sin la vida ;
Acude grande número de gente Vuelve sobre los suyos , y socorre
A la que tienen por maravillosa , La parte que ve mas enflaquecida ,
Trayéndoles á todos por momentos Y el caballo de carnes mal compuesto
Gran abundancia de mantenimientos. A todos lances lo hallaba presto .
Mas Francisco de César, aunque vido Las voces y terribles alaridos
Ser de sinceridad el aparencia , Rompen los aires hasta las estrellas ;
Como capitán diestro y advertido Resuenan por los campos estendidos
Velábase con grande diligencia , Los gritos de las dueñas y doncellas ;
Porque se via mal apercebido En diferentes partes hay gemidos
Y de los indios grande la potencia ; Y sones de mortiferas querellas ;
Demás desto muy flacos los caballos Cesa con ellos , porque son mayores ,
Para con las espuelas fatigallos. Aquel de sus cornetas y atambores.
A cabo pues de tres ó cuatro dias, Y el César todavía con reguardos ,
Supo por mensajeros en la sierra Porque su gente no se desordene ,
Utibará que nuestras compañías Va derribando de los mas gallardos
Andaban recorriéndole la tierra , Con tal velocidad cuanta conviene ;
Y para quebrantar sus lozanías Acometia no con pasos tardos ,
Trajo como dos mil hombres de guerra, Y sobre sus peones luego viene
Con flechas , hondas , y con largas lanzas. Haciendo de sus golpes el empleo
Y con sus atambores y ordenanzas. En los que via con mejor arreo.
Habia de cornetas gran repique Bien como torbellino violento
Ostentando sus fuerzas y poderes , Que lleva su furor por la cultura
Y todos cuantos son puestos á pique De plantas do de fructas hay aumento ,
Segun requieren tales menesteres : Del cual ninguna puede ser segura;
En ricas andas traen al cacique ; Mas con los soplos del nocivo viento
También viene gran suma de mujeres Siempre suele caer la mas madura ,
A gozar de la caza castellana , Y con mas lijereza que de jara ,
Que todos allí comen carne humana. Donde los daños bace no repara :
393
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, HIST. DE CARTAGENA, CANTO V.
Bien como puercos en el arboleda
A su similitud y semejanza Que son de cauto lobo salteados ,
El violento César y arriscado ,
Rompiendo por aquella gran pujanza Y con gruñidos grandes forman rueda ,
Volviendo los colmillos afilados
Derriba lo mejor y mas granado ,
Recambiando los lances de su lanza Con tenazadas para que no pueda
A diestra mano y al siniestro lado , Sacar al ya herido por los lados :
Precipitando cuerpos por el suelo Ansí se puso quien se halló junto ,
Temiendo que les lleven el defunto.
Y recogiéndose con presto vuelo.
Viendo tanta matanza como digo Y luego con aqueste pensamiento
Lo levantaron del sangriento llano ,
Utibará se pasma con espanto , Y con arrebatado movimiento
Y mucho mas de ver un enemigo Lo pusieron delante del hermano ,
Solo ser causa de tan duro llanto ; El cual con entrañable sentimiento
Y no sé yo si César el antigo Del campo por entonces alzó mano ;
Con Petreyo y Afranio hizo tanto , Y ansi se recogieron los gigantes
Cuando con hechos dignos de memoria
Les quitó de las manos la victoria. No con el brio que vinieron antes.
Pues es ansí quel general maestro, Pues lamentando suben por el puerto ,
Hermano del cacique que los rige , Sin mas mirar la gente forastera ,
Llegó los derramados como diestro Utibará pegado con el muerto ,
Haciéndolo llevar en su litera :
Y en escuadron formado los corrige , Los españoles puestos en concierto
Y con su cuerno del lugar siniestro
Al batallon cristiano mal aflige, Hasta que traspasaron la ladera ,
Porque con picas largas tal se cierra El de mas humildad y el menos manso
Harto necesitado de descanso.
Quel español cansado pierde tierra.
Mas como de los rostros y mejillas
Bien ansí como cuando toscas gentes Cesasen ya los cálidos sudores ,
Encierran el índómito ganado , Hincando por el suelo las rodillas
Que por partes que son mas convinientes
Dan gracias al Señor de los señores ,
Lo llevan recogido y enhilado : Obrador de tan grandes maravillas ,
Pero si vuelven las cornudas frentes
A ellos , han por bien de dalles lado , Tantos bienes , mercedes y favores ,
Pues en aquella peligrosa suerte
Huyendo su furor sin aguardallo , Ningun herido dellos fué de muerte.
Eso me da de pié que de caballo :
No menos fué la grande arremetida Desarman los caballos y á sus puntos
Diéronles de maiz bateas llenas ;
Desta gente feroz y carnicera , Cenaron ansimismo todos juntos
Pues cuando todos iban de vencida
Sobresaltadas y lijeras cenas ,
Y el español allana su carrera , Habiendo despojado los difuntos
La gente por el indio recogida De joyas de oro que trajeron buenas
Una carga le dió de tal manera, Diademas , chagualas , capacetes ,
Que con aquel estremo de congoja Orejeras y ricos brazaletes.
Traia cada cual la mano floja.
El animoso César bien lo via, No parecia indio ni semeja ,
Y á gran priesa volvió por aquel lado ; Hasta que ya pasó tercero dia ,
Procuró de romper , mas no podia Que captivaron una buena vieja ,
A quien amenazaban á porfía
A causa del caballo ya cansado , Que le desollarian la pelleja ,
Demás de que con larga piquería Si buenamente no les descubria
Aquel gran escuadron halló cerrado , Dónde tenian sus enterramientos
Los cuentos dellas en el suelo puestos
Y guiadas las puntas á los gestos . Los indios cuyos eran los asientos.
Con el deseo de se ver segura
Andando pues en el guerrero trato De tan cruel ensayo y aspereza ,
Como leon que busca sus despojos , Dijo que les daria sepultura
En las mayores furias del rebato De donde sacarán mucha riqueza ;
En aquel principal puso los ojos , Que la mostrase luego se procura
Y dijo con gemido : « Si este mato, Por estar su salud en la presteza ;
Honroso fin ternán nuestros enojos ; Estaba pues tres leguas de desvío,
No sé qué medio tenga ni qué haga Y habian de pasar un grande rio.
Para dar fin á tan ardiente plaga.»
Siendo certificados y advertidos
Al cielo van sus ojos con suspiro , De cómo les daria buena pella ,
Y dijo : · Dios inmenso , soberano , De cosas necesarias proveidos ,
Mirad la desventura que yo miro La vieja camino , siguen su huella ,
Si nos vence furor tan inhumano ; Y porque no cumplió ser divididos
Y ansi para que pueda hacer tiro El campo todo junto fué tras ella :
Guie la vuestra mi cansada mano ;
No prevalezcan los que no os entienden Vieron el grande rio nada sesgo ,
Y con tantas maldades os ofenden. » Mas al fin se pasó sin haber riesgo.
Para hacer el tiro que nivela La temerosa vieja que los lleva ,
Sobre los dos estribos se levanta ; En cierta parte poco montüosa
Manifestó la boca de la cueva
El brazo sacudió y el asta vuela Cubierta de una bien labrada losa ;
Encaminada con ayuda santa , No fué para hacer cúpida prueba
Pues el golpe le dió , y el hierro cuela
Rompiéndole por medio la garganta ; La gente castellana perezosa ,
Quedó pendiente del robusto cuello , Bajando por algunos escalones
Con lumbre para ver bien los rincones.
Y luego le faltó vital resuello.
El suelo maculó con su caida , Sepulcro fué , segun que parecia ,
Forzado de mortales confusiones ; Y entierro de señor cualificado ,
Por ser todo de buena cantería ,
Por ambas partes vierte la herida Y á manera de bóveda labrado :
Sangre que sale dél á borbollones , Buscóse lo que mas se pretendia ,
Avueltas de la cual salió la vida
Y hallaron de oro buen recado ,
Con tal espanto destos escuadrones , Pues los públicos fueron cien mil pesos
Que todos cuantos junto del confinan Sin los que por los senos fueron presos.
Con fria confusion se remolinan.
396 JUAN DE CASTELLANOS .
Porque llegó la noche y obscurana , » Que bien sé del pasado desvarlo
Cercanos al raudal se detuvieron , Y de vuestros honores el embargo ;
Y llegada la luz de la mañana Mas el gobierno ya , señor , es mio ,
Pasaron con la priesa que pudieron , En el cual duraré por tiempo largo ;
Y para se afirmar en tierra llana Y ansí demás de daros buen avio ,
Allugar conocido se volvieron , Quiero restituiros vuestro cargo
Donde tomaron otra vieja buena De general y mi lugarteniente ,
Que por ventura los libró de pena.. Con poder y recado conviniente.
Porque les descubrió que congregaba »A todos los que siguen vuestro bando
Utibarà gran número de gentes , Bien les podeis decir y hacer ciertos
Y que la tierra toda se juntaba Que los Heredias ya no tienen mando ,
Con armas y furiosos accidentes ; Y que pueden contallos con los muertos ;
Con cuyas nuevas cada cual temblaba , A miserable fin se van llegando
Por ser tan pocos, y los mas dolientes, Por sus intolerables desconciertos ,
Y de comun acuerdo todos quieren Y mas en apelar de mi sentencia
Dejar la tierra sin que los esperen : E ir á España con su residencia.
Pareciéndoles cosa mas segura » Sus causas van asaz bien substanciadas,
Estar de su furor larga distancia Y tan probadas culpas cometidas
Que subyectar á riesgo y aventura Que les harán mercedes señaladas ,
Las vidas y las honras y ganancia ; Si los dos escaparen con las vidas ;
Pues aquello que dió la sepultura Pudieran las sentencias pronunciadas
Valor y caudal era de substancia ; En muy mayor rigor ser convertidas ,
Y ansí puestos en orden y concierto Y a mí me culpará cualquier prudente
Volvieron riendas al marino puerto. Por haberme mostrado tan clemente.
Guiando por diversa derescera »Muchas cosas intentan y menean
Pablo Fernandez , adalid famoso , Para diminucion de su delito ;
Atinó siempre , pero de manera Llanisimo negocio fantasean
Que fué camino menos trabajoso , Con ser el de sus culpas infinito ;
Y en cincuenta y tres dias de carrera Y allá me lo dirán desque se vean
Llegaron al lugar de su reposo , Los crímines atroces por escrito,
Que es Urabá , donde dijimos antes Do se conocerá patentemente
Llegar aquestos mismos caminantes. Que yo no me moví por accidente.
Llegados á la mar y á su castillo »Mas desto no se tracte, pues que tiene
Estos a quien libró propria prudencia , Su fin y paradero con revista :
El César preguntó por su caudillo Volvamos al Guacá , donde conviene
Para le dar razon con obediencia ; Llevar mas adelante la conquista ;
Y respondiósele cómo Vadillo Para lo cual vuestra merced ordene
Le toma rigurosa residencia , Cómo hagamos luego nueva lista
Al insigue valor dando baldones , Y por entrambas partes se trabaje
Y á buen servicio malos galardones. De dar buenos despachos al vïaje. »
El buen César responde no ser dina Dijo Vadillo lo que le parece
Su gran virtud de semejante pena , Convenir mas á su aprovechamiento ;
Y decia ser intencion malina Y el Francisco de César agradece
La que con tal rigor se desenfrena ; Aquella voluntad y ofrecimiento ,
Y ansi con sus soldados determina Demás de que las cosas engrandece
Partirse luego para Cartagena , Que vieron en aquel descubrimiento ;
A ver la residencia cómo anda , Y ansí con atencion á sus provechos
Y lo que por Vadillo se le manda. Se conformaron ambos à dos pechos.
Puestos en Calamar la luz absente ,. En seguimiento pues de su rencilla
Ver al gobernador fué lo primero , Pendiente de testigos y probanzas ,
Entregandole muy secretamente Pedro de Heredia fué para Castilla ,
La parte que le cupo del dinero , Alentado de buenas esperanzas :
Y consolándole del mal presente ; Al Alonso por cárcel da la villa ,
Ven la presencia del juez severo , No sin seguridades de fianzas ,
Que por lo que de César habia oido Habiéndose pasado ya dos años
Contento recibió cuando lo vido. Que duraban las penas y los daños.
El César le habló como discreto, En aquesta sazon el uso viejo
Vadillo lo regala y acaricia , De la veloce fama frecuentado,
Ambos á dos hablaron en secreto Mediante prevenciones y aparejo ,
De cosas que rastrea la cudicia , Habia en la Española publicado
Preguntándole muchas , y en efeto Tomarse mal en el real consejo
César dijo traer cierta noticia Las insolencias deste licenciado ,
De prósperos y auriferos terrenos , Por cuyos desvaríos y demencia
Cuyos principios vieron y eran buenos. Con brevedad vernia residencia.
Dió cuenta del recuentro riguroso Como la nueva desto se tendiese ,
Pintándolo con encarecimiento , Por quien amistad llana le debia ,
Y ser negocio rico y honoroso Aviso se le dió para que viese
Continuar aquel descubrimiento ; Aquello que á su honra convenia ,
De suerte quel letrado cudicioso Y con mejores obras deshiciese
En esto colocó su pensamiento ; Lo que por sus contrarios se decia ,
Y percebidas bien las relaciones Pues todos publicaban sinrazones
Con él César habló tales razones : Indignas de sus buenas opiniones.
« Para que tanta tierra se subyete , Y si de sí sentia maleficio
Rica segun se ve por el indicio , Y olor alguno de jüez tirano ,
La continuacion à vos compete , Procurase hacer algun servicio
Por ser tan singular en el oficio ; A Dios y al rey y al reino castellano;
Pues vuestra buena fama me promete Pues tenia soldados y el oficio
Que à Dios y al rey hareis este servicio , Y buenas ocasiones en la mano ,
Y otra paga mejor y otros provechos Y tal podria ser alguna dellas
Acá sabremos dar á vuestros hechos. Que no diesen oidos á querellas.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , HIST. DE CARTAGENA, Canto vi. 307
Las cartas vistas y por él abiertas , Fué capitán de la caballería
Comole remordia la conciencia , Juan de Villoria , noble caballero ;
No tuvo tales nuevas por inciertas , Por consiguiente del infantería
Mayormente viniendo del audiencia ; Alonso de Saavedra , tesorero,
Túvolas solapadas y encubiertas , Montemayor alférez , y regia
Mas no para hüir de su sentencia , El escuadron que llaman machetero
Pues luego hizo junta de varones , Baltasar de Ledesma , que contino
Con quien comunicó sus intenciones. Habia de romper duro camino.
Y díjoles : «Señores , mi deseo Escuadra fué Francisco de Mojica
Es de servir à la real corona , Y otro dicho Joan Ruiz de Molina ,
Y pues á quien le da mejor empleo Y con los mismos cargos les aplica
Su Majestad , mejor lo galardona , A un Caravajal y otro Medina ,
En aquesta jornada que proveo Y á Noguerol , que ser francés publica ,
Yo me quiero hallar por mi persona ; A quien muerte crüel hado destina ,
Que no conviene , yendo tanto bueno , Pues fué de los soldados el primero
Quedarme yo las manos en el seno. Que peleando vió su fin postrero.
Mi determinacion es la que digo, Es adalid por sus antigüedades
Y en cualquiera rigor hallarme quiero , Pablo Fernandez , que en los menesteres,
Sin rebusar encuentro de enemigo . Inconvinientes y necesidades,
Ni de sangrienta lid el trance fiero ; Tuvo bien acertados pareceres ;
Todos terneis en mí fiel amigo , Son sus colaterales Juan de Frades ,
Un llano capitán y compañero , Un Portalegre y un Alonso Perez,
Y en el gobierno y en el tractamiento De quien en los rigores ó bonanzas
A ninguno daré desabrimiento. Hizo Vadillo grandes confianzas.
Y pues tenemos todo buen recado Para celebracion de sacramentos
Y el tiempo de verano nos convida , Van cuatro religiosos ordenados ,
Pido las voluntades y cuidado De quien no sé decir sus nombramientos ,
Para la brevedad de la partida ; Y es porque no me fueron declarados ;
La falta del que va mal avïado , Lleváronse cumplidos ornamentos
Antes boy que mañana me la pida , A santos sacrificios dedicados :
Porque sin reservar dinero mio También llevan trompetas y clarones
Procuraré de dalle buen avio.» Para mover humanos corazones.
Vista su voluntad , con la blandura Aderezados ya desta manera ,
De tanto cumplimiento cortesano, Un bando de atambor la gente llama
Correspondieron con lo que procura Para que se juntasen á bandera ,
No menos el mancebo quel anciano ; Al tiempo que á Titon deje su dama ;
Diciéndole tener á gran ventura Mas entre tanto quellos salen fuera ,
Que los rigiese tan ilustre mano , Yo determino de tomar mi cama ,
Pues con tal capitán duda ninguna Pues apresura Cintia sus caballos
Tenian de su próspera fortuna. Y se reiteran voces de los gallos.
Conocido de todos el intento
Que de seguir el suyo se tenia , CANTO SESTO.
Vadillo, lleno de contentamiento,
A cada cual las gracias le rendia , Donde se cuenta cómo el licenciado Joan de Vadillo salió del puerto de
Y para su mejor aviamiento Cartagena por la mar hasta llegar á Urabá, y desde allí fué en deman-
Las cosas necesarias proveia ; da del Guacá y otras provincias , y las cosas acontecidas en aquella
Y todos ellos luego hacen prestas jornada.
Fumosas escopetas y ballestas.
Ocupan fraguas en hacer harpones ; Cuando con lumbre de la cuarta esfera
Afilanse las lanzas , las espadas ; Se descubria tiempo matutino,
Afórranse los duros morrïones , Y el mismo rey de Delos con carrera
Los defensivos cascos y celadas ; Veloce visitó décimo sino ,
Ponian á las armas hebillones Siendo ya quince cientos de la era
Que tienen de algodones preparadas , Y treinta y nueve del natal divino,
Manijas y brazales de rodelas , Sonaron trompas que la gente vaya ,
Por mas fortalecer tales tutelas. Y ansi se congregaron en la playa.
De trescientos soldados es la copia , Vergas en alto tienen los navíos,
Varones de valor y vigilancia , Prestos en la ribera los bateles ;
Bien aviados á su costa propia , Embárcanse caballos y atavios,
Por tener de dineros abundancia ; Soldados, capitanes, coroneles ;
Van mas de cien esclavos de Etiopia Hacen de Calamar luego desvíos ,
Que hubo cada cual de su substancia ; Hinchen velas los vientos infieles ,
De indios y de indias gran bullicio , Entonces buenos, pues con larga escota
Que también llevan para su servicio. Al puerto de Urabá llegó la flota.
Llevaban de caballos copia larga , Fueron en aquel pueblo recebidos
Que podian romper cualquier rencilla , De los vecinos con amor fraterno ,
Porque demás de muchos para carga Y negocios algunos proveidos
Iban sobre doscientos para silla , Por el Vadillo cerca del gobierno ,
Do pueden menear lanza y adarga Vuelven á los navíos referidos
Los jinetes que van en la cuadrilla ; Porque los convidó viento galerno ;
Llevan sus faldas , pechos y testeras , Llegaron á la playa de aquel puesto
Con otras circunstancias cumplideras. A donde Julián fué descompuesto.
Presentan al Vadillo pues la lista El práctico soldado y el novicio,
De todos los soldados principales Para prosecucion de su vïaje ,
Aderezados para la conquista, Desembarca caballos y servicio
De fieros y remotos naturales ; Con los demás pertrechos y fardaje ;
La cual , como ya fuese por él vista , Hierve la diligencia y el bullicio,
Nombró los capitanes y oficiales : Enfardelándose matalotaje ,
A César hizo general teniente , Harina de maiz , ante's tostado ,
Por ser para tal cargo suficiente. Para se sustentar en despoblado.
398 JUAN DE CASTELLANOS .
Hicieron del asiento su partida Bien como cuando veis cielo sereno,
Después de cuatro dias ya pasados ; Y repentinamente de verano
Y por la tierra ser desproveida Viene nublado de tormenta lleno
Por partes que sabian los soldados, Amenazando pago comarcano ;
Por llevar en caballos mas comida, El cual rompiendo con horrendo trueno
Iban á pié los mas cualificados, Perjudicial y congelado grano,
Pareciéndoles ser crüel batalla Es por los bravos vientos esparcido
La gran necesidad de vitualla. Con impetuosísimo rüido :
Pasan por Urabaibe, pueblo antigo Ansi después de dar horrenda grita
En aquella sazon ya despoblado , Los abscondidos en lugar secreto,
Cuyo señor solia ser amigo, Tan aspero turbion se precipita
Y entonces á los montes retirado ; De tiros incitados por Aleto ,
Atraviesan desiertos sin abrigo , Que al escuadron cristiano necesita
Adonde les valió su buen recado ; A irse retirando del aprieto ,
De allí fueron peones y caballos Pues à causa de ser lugar estrecho
Al rio que llamaban de los Gallos. No fueron los caballos de provecho.
Que todas estas gentes convecinas, Hallábase la gente como manca
En tiempos atrasados de Pedrarias Sin poder menear hierros agudos,
Iban á contractar á las marinas Mas los peones de la gente blanca,
Y habian de españoles cosas varias ; Cubiertos de los cóncavos escudos ,
Y ansi corrió la casta de gallinas Procuran de ganalles la barranca
Por las gentes de paz y las contrarias : Do se fortalecian los desnudos ;
El rio pues tomó tal apellido Y después de pelea bien reñida
Entonces por un caso sucedido. Al cabo los pusieron en hüida.
Y fué, que caminando por aquesta Tantos fueron los dardos y la piedra
Parte ciertos soldados atrevidos , Contra la gente bien apercebida ,
Como no se ballase senda presta Quel caballo murió de Saavedra ,
Ni rastro para ver bárbaros nidos , Y los heridos mas tuvieron vida ;
El canto de los gallos manifiesta Hirieron un trompeta dicho Tiedra,
La parte donde estaban abscondidos : Pero no fué de muerte la herida :
Ansi que por los hombres de aquel uso Luego con toda priesa se procura
El rio de los Gallos se le puso. Salir de la quebrada y angostura.
Hallóse pues alli rastro patente Atravesando van tierras vacías
Y huella de salvaje compañía ; Hasta el rio de los Caricuries ,
Luego Pablo Fernandez fué con gente Ausí llamado porque en estos dias
Para poder tomar alguna guia ; Tomaron dos à ciertos alfaquíes ;
El campo caminó por consiguiente Después al rio de las Monterías,
Al rio que del Tigre se decia, Porque mataron ciertos jabalies ;
Por un tigre que César habia muerto Luego dirigen las humanas proas
Al tiempo que pasó por aquel puerto. Al rio dicho de las Barbacoas.
Allí con música no mal compuesta Dieron algun vagar á sus porfias
Se celebró, por ser su santo dia , Por ser aquel terreno menos ciego,
La Purificacion , divina fiesta Y haber peregrinado muchos dias
De nuestra benditísima María ; Sin que hallasen dó tomar sosiego ;
Y el licenciado tuvo mesa puesta Salió con gente para tomar guias
Donde regocijó la clerecía, El adalid Pablo Fernandez luego ,
Repartiendo con ellos sus regalos Entre tanto quel campo descansaba
En tiempo que ningunos eran malos . Y otro mejor recurso se hallaba.
Y para mejor postre de la mesa Por otra parte fué también Mojica
El buen Pablo Fernandez allí vino, Para buscar pais que se cultive ,
El cual traia cierta gente presa Pues en tierra do estan, por no ser rica,
Y cuatrocientos pesos de oro fino ; De gente natural muy poca vive,
Recibieron contento con la presa Y diferente trocha los aplica
Y otro dia prosiguen su camino, A la provincia que llaman Abive ,
Llevando ciertos indios á recado Terreno de poquitos moradores ,
Para que los metiesen en poblado. Mas eran curiosos labradores.
Sabian ya de nuestros españoles, Humana carne comen todos ellos,
A causa de sonar los ministriles Y es gente de gallarda compostura ;
Por aquellas alturas y peñoles Traen ellas y ellos los cabellos
De barbaros desnudos y hombres viles , Tan largos que traspasan la cintura ;
Que meten dentro de unos caracoles Hombres luengos de zancas y de cuellos,
Por gran honestidad miembros viriles ; El cuerpo sin ninguna vestidura ,
Las mujeres encubren sus mancillas Pero cubren las partes vergonzosas
Con hojas ó con ciertas pampanillas. Con pedazos de manta y otras cosas.
Yendo marchando pues con buen avio Gente de soberbísimo semblante,
Segun suelen en guerra los espertos , De corazon altivo y esforzado ;
Encima las barrancas de aquel rio Tienen caza de puercos abundante
Habia muchos indios encubiertos ; Y cuantidad inmensa de pescado ;
Pasan los nuestros sin hacer desvio Hallaron pues los que iban delante
Porque de la celada van inciertos, Quinientos pesos de oro mal labrado,
Y al tiempo que la recta guardia llega Mas era tan cabal en la fineza
Comienza la beligera refriega. Que prometia mucha mas riqueza.
Suena terrible grita y estampida Pues como se juntasen sin sentillo
Del indio que del paso se aprovecha , En Abive por via diferente
Por ser aquella parte la subida Francisco de Mojica y el caudillo
Y por otra ninguna se desecha ; Pablo que caminó primeramente ,
Vuela sobre la gente detenida Envian mensajeros à Vadillo
Inumerable piedra, dardo, flecha ; Para que venga luego con la gente ,
Resuenan las rodelas y celadas Pues en aquel lugar que represento
Que de las duras piedras son tocadas. Se hallaba gran copia de alimento.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, HIST. DE CARTAGENA, CANTO VI. 399
Como llegasen estos mensajeros Y muchas veces les acontecia
Recógense los toldos con presteza ; Sacando los caballos de la greda ,
Van adelante los hazadoneros El pié que entre raices se metia
A fin de remediar el aspereza De las espesas matas y arboleda ,
De las barrancas y derrumbaderos , No vello de la suerte que solia ,
Bajadas y subidas de grandeza , Porque la uña dentro se le queda :
Porque todos aquellos son caminos Y ansi servian en aquel viaje
De todos los del mundo mas malinos. Muchos rocines de matalotaje .
Llegados á las dichas rancherías No dejaba por esto su demanda
Donde los esperaban los soldados , Aquel que lleva la real conduta ,
Alli holgaron mas de veinte dias Hasta que vieron en contraria banda
Sin ser de naturales contrastados Tierra mas clara y algo mas enjuta
Hasta tanto que ya las compañías Adonde reparó ; mas luego manda
Y los caballos fueron reformados ; Que con alguna gente bien instruta
Mas todavía por los malos puertos Camine Pablo porque los adiestre ,
Quedaron seis caballos allí muertos. Hasta ver tierra que mejor se muestre.
El cuarto dia siendo pues llegado Como tuviese Pablo gente presta
De aquel mes que tomó nombre de Marte, Cual era menester en su contienda ,
Con voces de trompetas fué mandado Dos dias le duró tierra molesta ,
Salir y caminar el estandarte Al cabo de los cuales vido senda
Por áspero camino y encumbrado Que rastro de seguir les manifiesta
Sin lo ballar mejor por otra parte ; Y aliento para mas soltar la rienda ;
Y de caballos , cuando se subia , Y ansi fueron con buenas esperanzas
Cuatro se despeñaron aquel dia. Hasta que vieron pueblos y labranzas.
Sierras montosas faltas de las lumbres Era valle de grande circuito ,
De rayos cuya vista da consuelo , De espesas y bien puestas poblaciones ;
Tales que parecian que sus cumbres Aqueste se llamó valle del Pito ,
Comunicaban con el alto cielo ; Que yo no sé decir las ocasiones ;
Y para mas molestas pesadumbres Mas número de chinches infinito
Lodos intolerables por el suelo ; Hay por allí contrarios en faiciones ;
Y allí los que pasaban delanteros Llámanse pitos , tienen las costumbres
Caminaban mejor que los postreros. De chinches y aun mayores pesadumbres.
Por ser aquel camino de manera , Encima de los próximos oteros
Con la blandura grande que tenia , Quedó Pablo Fernandez encubierto :
Que cuanto mas hollado peor era Al gobernador hizo mensajeros
Y dél con mas trabajo se salia ; Para que de lo visto fuese cierto,
Y algunas veces toda la bandera Y se partiese con los compañeros
Dormir en una parte no podia , A ver lo que tenian descubierto ;
Sino que cada uno se quedaba El cual visto mensaje tan aceto
Do la lluviosa noche lo tomaba. Mandó que se partiesen al efeto.
Y si por aquel bosque tan estraño Con la apacible priesa caminando
Oviere naturales congregados, Llegaron donde Pablo los espera,
Hicieran ciertamente mucho daño Y allí hicieron noche , consultando
En los que se quedaban rezagados ; El orden que ternán en salir fuera ;
Mas la maleza dél fué desengaño Dióse por parecer que salgan cuando
Para no recelarse los soldados ; Venga la lumbre de la cuarta esfera ;
Y en esta pena de rigor terrible Y puestos en el orden conviniente
Vadillo hizo mas de lo posible. Esperaron á ver la roja frente.
Y ansi mas adelante se desliza Cuando la sombra de la noche triste
Y fué por estos trabajosos lodos , De aquellos horizontes rehüia ,
Hasta que ya halló casa pajiza El róseo color en quien consiste
Y al cuarto dia se juntaron todos ; La lumbre clara del alegre dia
Miércoles señalado de Ceniza Las cumbres altas y los valles viste
Do se tomó segun cristianos modos , Con aquel resplandor que les envía ;
Y con la ceremonia que conviene Alistaron pertrechos necesarios
Allí se celebró misa solene . Para salir á dâr en los contrarios .
Bajó luego la gente fatigada Mas antes de dejar montes opacos
Aquel jueves que fué dia siguiente , Hizo Vadillo sus razonamientos ,
Y otra sierra peor que la pasada Y los vestidos de estofados jacos
Por donde tienen de ir vieron en frente , Correspondieron bien con sus intentos ;
En dos partes la gente separada Los hambrientos caballos , aunque flacos,
Fué , porque vayan mas cómodamente : Parecian tener nuevos alientos ,
Vadillo con los unos va delante , Pues viéndose con armas van alegres
Y Villoria quedó con el restante. Barruntando también llenos pesebres.
Papel ni pluma no serán bastantes , Y ansí llegados á la gran zavana ,
Ni hojas ni prolijas escripturas , Cubiertos de cubiertas de algodones ,
Si queremos de trances semejantes Puestos en orden y en carrera llana
Particularizar las desventuras A vista de las grandes poblaciones ,
Que padecieron estos caminantes En batiendo la gente castellana
En aquellas montañas y espesuras ; Las piernas , salen como los halcones
Gastaban pues aquestos dias todos Cuando se abaten para hacer presa
En sacar los caballos de los lodos. En la liebre que va por la debesa.
No bastaba la soga ni correa , Oyéndose la grita de repente
Y todos , ya sin sillas y sin frenos , Que dieron los que van en altas sillas ,
Amos y ellos van de una librea , Öcurre grande número de gente
Pues todas las cubiertas eran cienos : De parte de las bárbaras cuadrillas ,
Valioles mucho gente de Guinea Y admiranse de ver equina frente
Que para los trabajos eran buenos , Y bestias que no saben resistillas :
Pues en rigores tan intolerables Quedan como pasmados , porque antes
Eran ellos los mas infatigables. No vieron animales semejantes.
400 JUAN DE CASTELLANOS.
Mas como fuesen ásperas naciones , Despachóse la gente que sabia
Cursadas en comer carnes humanas , Para los polvos ser y para lodos ,
Prestamente formaron escuadrones Mas esta diligencia fué baldía ,
Las gentes que se hallan mas cercanas ; Pues indios los habian muerto todos :
Salen unos con arcos y harpones , Gente salteadora que venia
Otros con largas lanzas y macanas Acechando quebradas y recodos ,
Otro con dardo , piedra , palo llano , Fueron muertos por esta gente dura,
O lo que se hallaba mas a mano. Y en sus vientres les dieron sepultura.
Como pueblo de término marino Sabido por Vadillo lo que digo ,
Que duerme descuidado de batalla , Al buen Pablo Fernandez luego manda
Y dan algun rebato repentino Trabaje de buscar al enemigo
Diciendo que se sube la muralla ; Que tenia costumbre tan nefanda ;
Toca la voz orejas del vecino Y en las ejecuciones del castigo
Y sale cada cual como se halla , Ningun soldado muestre mano blanda ,
Y puestos muchos juntos do pretenden Antes á fuego y sangre baga guerra
Con el valor posible se defienden : A nacion tan bestial, cruel y perra.
Desta manera fué ni mas ni menos Partió Pablo Fernandez con soldados
Luego que los sintió bárbara peste , Que van movidos de las mismas sañas ;
Que de diversas armas salen llenos Llegaron donde fueron salteados ,
Y dellos se formó prolija hueste , Y en rastrear se dieron tales mañas ,
Donde se defendian como buenos ; Que estando del asalto descuidados
Mas no fué tal defensa que les preste Rodearon las sordidas cabañas ,
Porque los que decian ¡ Santiago ! » Y sin dalles lugar á mas contento ,
En ellos van haciendo gran estrago. Mataron veinte y cuatro sobre ciento."
Rompiendo pechos, hombros y costillas , Hallaron de vestidos los retazos
Con hierro que les era muy molesto , De los que fueron miserablemente
Abríanse costados y ternillas Repartidos en puestas y en pedazos
Adonde César se hallaba presto ;
El cual iba haciendo maravillas , Para manjares desta dura gente :
Alli hallaron piés, manos y brazos
Aunque entonces estaba mal dispuesto : Que los cocia ya licor ardiente ;
Todavía la gente carnicera Tuvieron los caribes negra cena ,
En defender sus casas persevera. Y estotros de la ver inmensa pena.
Anda la cuchillada muy espesa,
Librada del cristiano peonaje ; Recogieron los hijos y mujeres ,
Corria por el campo vena gruesa El oro que hallaron y el hatillo ,
Con todo lo demás de sus haberes ,
De sangre del ejército salvaje : Que debia de ser caudal sencillo ;
En efecto les dieron tanta priesa Fueron encarecidos los placeres
Que huyen los del bárbaro linaje : Que del castigo recibió Vadillo ,
Saquearon aquel pueblo primero
Do hallaron maices y dinero. Y á Noguerol y á Caravajal manda
Vayan á descubrir por otra banda.
Después del honoroso vencimiento Cincuenta valerosos hombres fueron
Prendieron muchos del contrario bando,
Y estánse firmes en aquel asiento Con estos sobredichos caporales ,
Los otros españoles esperando ; Y un valle dicho Mauri descubrieron ,
Habitado de muchos naturales ;
Procuran recoger mantenimiento
Peligros inminentes reguardando ; En él un pueblo con obscuro dieron
Porque los indios en aquella tierra Donde tomaron gentes y caudales ,
Usan muchas cautelas en la guerra . Y antes que la demás fuese avisada
Se recogieron con la cabalgada.
Cuatro dias después de la victoria
Habida de los indios fugitivos , Ya cualquier valle que se descubria
Con su gente llegó Juan de Villoria , Tierra fué del Guacá tras de quien imos ,
Toda la cual Ulibará regia ,
Que por ser los caminos tan nocivos
Y maleza de montes tan notoria , Aquel señor de quien mencion hicimos ,
Fué maravilla grande salir vivos ; Adonde César y su compañía
Pero de los caballos hecha cuenta Entraron por el orden que dijimos ,
Faltaban dos ó tres sobre cincuenta. Mas no por do caminan de presente
Salíanlos á ver estotras gentes Sino por otra parte diferente.
Cómo venían tristes, lasos, mudos , Pues agora cortaron por atajo
Que parecian mustios penitentes , Que parecia ser camino presto ,
Descalzos, destocados y desnudos ; Y salió tan ajeno de gasajo
Todos ellos con cargas diferentes Cuanto por mis escritos manifiesto ,
Trastrabillando piés los mas agudos , Y tan intolerable su trabajo
Y muchos que tuvieron piés ajenos, Que no pudo llegar á mas molesto ;
Los suyos proprios ya les eran buenos. Y aun César sacó algo de su hecho ,
Pero Vadillo muy poco provecho.
Junto con esto cada cual venia
Tan cubierta de cieno la figura , Siendo pues veinte dias ya pasados
Que della cosa limpia no se via Que estaban en el Pito, valle llano ,
Sino la mal usada dentadura; Persona s y caballos reformados ,
Y fuera poca parte la lejía A causa de tener copia de grano ,
Para restituilles su blancura Vadillo se mudó con sus soldados
A las pobres camisas y jubones A Mauri por hallarse mas cercano
Que salían de tales estaciones . Al rio del Guaca , porque queria
Láyase cada cual y desenloda , Hacer de paz aquel por quien venia.
Llegados à los dichos aposentos , Y para que por bien ó mal viniese
Donde con ropas que no son de boda A lo reconocer por el respeto ,
Entraron miserables y hambrientos ; De superioridad con interese ,
Vadillo los recoge y acomoda Mando que lo pusiesen en aprieto ,
E hizo proveer mantenimientos , Y tan ardiente guerra se hiciese ,
Mandando ir por dos ó tres soldados Que Utibarà se diese por subyeto ,
Y negros que quedaban desmayados. Para lo cual por una y otra banda
Dos capitanes sigan su demanda.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , HIST. DE CARTAGENA, CANTO VI. 401
Salieron dos nombrados, con valientes Cuando la dulce Venus descubria
Soldados asüetos á la guerra, La purísima lumbre de su esfera ,
Por partes y lugares diferentes Manifestando que del santo dia
Para correr á Utibará la tierra , A los mortales era mensajera ,
El cual con grande número de gente César apercibió la compañía ,
Tenia lo mas alto de una sierra : El cual quiso llevar la delantera
Pablo Fernandez fué por un sendero, Por una senda menos peligrosa
Por otro Saavedra, tesorero. Y por entrambas partes montüosa.
Saavedra sesenta de pié lleva No caminaban ya por alta cuesta
y otros diez de caballo bien armados ; Sino por llano , de que no les pesa ,
El cual de ciertas guias tuvo nueva Con esperanza de que con aquesta
De cantidad de pueblos retirados , Solicitud harian buena presa :
Y ansi determinó de hacer prueba Salieron todos pues de la floresta
En aquellos que están fortificados , Y de repente dan en una mesa
Con los cuales intentos y desino De gentil vista , todas partes rasas',
Prosiguen adelante su camino. Y en ella grande número de casas.
Mas antes de llegar adonde siente Y al tiempo ya que la febea lumbre
Estar con el señor fortalecidos , Doraba partes desta cordillera ,
En cierto reventon y'en una puente Dan Santiago ! como de costumbre
Tuvieron dos recuentros bien reñidos , Tienen los españoles donde quiera ;
Y en el postrero tanta fué la gente , Salió tan increible muchedumbre
Que se vieron los nuestros afligidos , Contra la poca gente forastera ,
Y ansi tomaron por consejo sano Que como de caballos no hay ayuda,
Volver con los caballos á lo llano. El poder escapar ponen en duda .
Vista por Saavedra la potencia , Mas como tienen puestos estos hechos
Envió por socorro prestamente , En Dios y en el valor de sus espadas ,
Vadillo con la misma diligencia Derribanse pescuezos y abren pechos ,
A Francisco de César su teniente ; Cercénanse mejillas y quijadas ,
El cual, aunque no falto de dolencia , Abren por los lugares mas estrechos
En la venida no fué negligente Lugar las presurosas cuchilladas ;
Con veinte y cinco de los mas insines , Acuden bárbaros à la refriega ,
Y cinco bien apuestos en rocines. Y el escuadron cristiano no sosiega .
Después de los socorros ser venidos Nunca mostraron tan veloce mano
A muy buena sazon y coyuntura , Los violentos rayos fabricando
Fueron para su hecho convenidos Aquellos oficiales de Vulcano
Acometer con hora mas obscura , Golpes unos sobre otros reiterando ,
Subiendo sin rumores ni ruidos Cuanto la fuerza del valor hispano
Hasta la cumbre de mayor altura, Por atemorizar contrario bando ,
Do Utibara tenia sus poderes , Cuya presencia tal se representa
Grandes riquezas, hijos y mujeres. Que de los muertos hacen poca cuenta.
Mortal camino para piés humanos No se vido de tordos ni estorninos
Por ser tan larga y áspera subida, Volando por los aires tal nubada ,
Que tienen de hacer piés de las manos Ni de diversos pájaros marinos
Con manifiesto riesgo de la vida ; En bajio de mar tan gran manada ,
Arriba se hacian ciertos llanos Cuanto la muchedumbre de vecinos
Donde tienen ciudad fortalecida , Salia de la gente mas granada ,
Frigidas aguas, cristalinas fuentes Con tanta grita , voces y clamores ,
Y los mantenimientos convinientes . Que hacen retumbar otros altores.
Es aspereza suma, monte grande , Los unos y los otros se desvelan
Y del camino tal el angostura , En alentar y mejorar su mano ;
Que cualquier hombre que por ella ande Piedras y flechas , palos , dardos vuelan
En gran riesgo se pone y aventura ; Sobre los del ejército cristiano ,
Pues con algun desdén que se desmande Tantos , que todos ellos se recelan
Irá dos mil estados de hondura , De no poder salir con hueso sano ;
Y antes que hallen do parar los brazos , Y ansi del furor bravo y estupendo
Serán hechos millones de pedazos. Se fueron poco á poco retrayendo.
Cubiertos pues los montes con obscuro De tal manera que ninguno para,
Y manto negro de la noche fria , Pero con avisada compostura ,
Caminan todos al nativo muro Al ímpetu feroz haciendo cara ,
Que de peñascos altos se ceñia , Hasta venir á dar al angostura
Do cualquiera pensara ser seguro Del arboleda , porque vieron clara
Segun la fortaleza que tenia : Su gran temeridad y su locura ;
Dejaron en lo bajo los caballos Toman aquel lugar por ser de arte
Con gente de valor para guardallos . Que no pueden entrar por otra parte.
Llegada ya la hora sosegada El valeroso César al instante ,
Que los humanos cuerpos hace mudos , El puesto y el entrada defendiendo ,
Encaminó la gente baptizada Mandó que todos fuesen adelante
Sus piés à saltear bárbaros erudos ; Con la posible priesa descendiendo ,
En la boca la hoja atravesada , Porque él solo podría , Dios mediante ,
A las espaldas puestos los escudos , Entretener aquel furor horrendo ;
Con piés y manos sin hacer estruendo Cuatro quedaron en su compañía
La peligrosa roca van subiendo. Y los demás caminan á porfia.
Desta manera con furor insano Apriétanlos las gentes monstruosas
Unos tras otros iban gateando , Con cargas porfïadas y terribles ,
Sin discrepar un punto pié ni mano Y estas cinco personas valerosas
So pena de volverse despeñando ; Resistian los ímpetus horribles ;
Tomaron en efecto cierto llano Lo cual durante se hicieron cosas
Do juntos estuvieron descansando , Que son á los humanos imposibles ,
Metidos en el monte y arboleda , Mas mi cierta , fiel y recta pluma
Por ser mas llano ya lo que les queda. Hace dellas agora breve suma.
T. IV. 26
402 JUAN DE CASTELLANOS .
Llegan hasta venir á los cabellos , Apercibió su gente mas anciana ,
Viendo la poca gente detenida ; Y sube con ejército formado ;
Y un gandul , con codicia de rompellos, En Utibará dió muy de mañana ,
En la parte que tengo referida Estando del Tuatoque descuidado ,
Se arronjó y abrazó con uno dellos , El cual aunque pensó que iba por lana
Mas no le costó menos que la vida ; Volvió de la refriega trasquilado ,
Y á cuantos intentaron esto mismo Porque Utibará no perdia punto,
Presto los enviaron al abismo. A causa de tener cristianos junto.
Teniendo pues por cierta la bajada Y ansí cuando rompieron á su puerta
De los que en ella fueron preferidos , E ya la claridad iba rompiendo ,
El César con la gente rezagada Utibará vivia tan alerta
Caminaron á pasos estendidos ; Que no le descompuso grande estruendo ;
Los indios recelando ser celada Dejó Tuatoque mucha gente muerta ,
Estuvieron un rato detenidos , Y el con muy pocos escapó huyendo ,
Por ser aquel camino ya cerrado Quedando su contrario victorioso
Y espeso monte de uno y otro lado. Ÿ él de muchos vasallos perdidoso .
Al fin entró la gente mas bien puesta Viendo que no bastó con su pujanza
Mirando de la selva lo cercano Para hacer á sus contrarios llanos ,
Y como no ven cosa manifiesta Determinóse por tomar venganza
Levantaron el paso mas liviano"; De salilles de paz á los cristianos ;
Pero cuando llegaron á la cuesta Y ansi debajo desta confianza
Estaban ya los nuestros en lo llano, Trajo mil y quinientos castellanos ,
Dando gracias a Dios que fué servido En joyas que valieron la partida,
Librallos de furor tan encendido. Y cien indios cargados de comida.
Estando todos ellos congregados Muestra con ademanes el intento
Por industria del capitán discreto , Y voluntad de paz con que venia ,
Fueron á los caballos y soldados Haciendo luego reconocimiento
Que allí dejaron para tal efeto ; Al Vadillo del oro que traia ;
Mil indios los tenian rodeados La lengua le habló con tal acento
Y puestos en angustia y en aprieto , Que declaró muy bien lo que queria ,
Pero viendo venir quien los detienda Y dijo quél y todo su linaje
Huyeron y dejaron la contienda. Darian al Vadillo vasallaje .
Pero si mayor rato se tardaran Por no ser él segun el que se encierra ,
En espantar al bárbaro nocivo , Huyendo de cristianas amistades ,
Bien se puede creer que no hallaran Por los peñascos altos de la sierra
Hombre viviente ni caballo vivo , Y en asperísimas concavidades ;
Sino que todos ellos acabaran Y que si le quisiere hacer guerra
En trance de clemencia tan esquivo ; El supliria sus necesidades
Que puestas y pedazos todos hechos Y acudiria con toda su potencia
Habian de ser cebo de sus pechos. Contra los que no dieren obediencia.
Recogidos pues estos compañeros Vadillo recibió contentamiento
Veláronse la noche , y otro dia Con las joyas y con lo que decia
Al Vadillo hicieron mensajeros Cerca del general ofrecimiento
Para que viese lo que convenia , De le favorecer por cualquier via ,
Representándole los trances fieros Porque le pareció venir á cuento
En que se vió la breve compañía , En lo que de presente pretendia ;
Y Ulibará tener en alta sierra Y ansi le dió también algunas cosas
Hartos mas de diez mil hombres de guerra. Que no serian ricas ni costosas.
Pablo Fernandez era ya venido Parecióle muy bien aquel presente ;
Con algun oro y con alguna gente , Y porque su deseo se concluya ,
Y ansí por el Vadillo recebido Encargóle que fuese por su gente ,
Mensaje del deseo diferente , Pues el tenía ya presta la suya,
Fué por comun acuerdo proveido Para que sin quedar cosa viviente
Ir él y el carruaje juntamente ; Utibará cacique se destruya ,
Y ansí partieron con guerrera guarda Do podrá vengar muy bien su pecho
Adonde su teniente los aguarda. Y ser de sus agravios satisfecho.
Llegaron al Guacá, rio potente , El indio se partió debajo desto
Y aunque lo vadeaban con concierto Prometiendo venir á tercer dia ;
A Santa Cruz llevó la gran corriente , Mas aunque se pasaron quinto y sesto
Varon en las batallas bien esperto ; Con otros siete mas , no parecia ;
Mas su caballo trastornó la frente Siéndoles pues á todos manifiesto
Do nunca pareció vivo ni muerto ; Ser falso lo quel indio prometia,
Causó pena , dolor y descontento, Hizo junta de todos el regente
Mostrando todos tierno sentimiento. Para representalles lo siguiente :
Después de se pasar el agua brava , Necesidad urgente nos obliga
Por mal de Santa Cruz , mas advertidos A hacerjunta , donde se requiere
Llegaron donde el César esperaba , Que cada cual de nos en ella diga
Y dél alegremente recebidos , Aquello que mejor le pareciere ,
A Vadillo contó lo que pasaba Para que de los votos se consiga
Acerca de los lances sucedidos ; La determinacion que mas cumpliere ;
Ambos procuran dar alguna traza Y antes que procedamos en aumento
Para poder tomar aquella plaza. Quiero representar lo que yo siento.
Es de saber cómo sin ver presencia Amigos y soldados valerosos ,
De cristiana nacion en su cultura, A cada cual es cosa conocida
Tüatoque , señor de igual potencia , Salir de nuestras casas y reposos
Con el otro traia guerra dura ; Para gozar de mas dichosa vida,
Y agora quiso, vista su dolencia , A la cual si no somos perezosos
Aprovecharse desta coyuntura , El negocio presente nos convida ;
Acometiéndole por otra via Y seria de torpes y livianos
Y otra mejor entrada quél sabia. Soltar las ocasiones de las manos .
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , HIST. DE CARTAGENA , CANTO VÌ. 403
»Porque , segun la muestra que se vido Y como de los lances atrasados
En aquella primera sepultura , Agora se recatan y recelan ,
Y aquello que tenemos entendido Es de creer que por entrambos lados
De lo que por las lenguas se procura , No faltan escuadrones que los velan ,
Grandísimo tesoro recogido Segun suelen hacer escarmentados
Tienen los indios en aquel altura ; Que todo lo consultan y nivelan ;
Y aqueste cumple mucho que ganemos E ya no creerán que con obscuro
Para que todos nos aprovechemos. Ha de faltar quien suba por el muro.
Allí teneis caudales para rentas , Aquí tenemos guia que publica
No falsa ni dudosa la ganancia ; Haber otros riquísimos terrenos
Cursados sois en guerras mas sangrientas La provincia de Nori ser muy rica,
Y antes de mas que menos importancia ; La de Buriticá ni mas ni menos ;
No se sufre que con nuestras afrentas Vamos do la ventura nos aplica ;
Muestren estos salvajes arrogancia , Corramos otros valles y otros senos ;
Porque tan honoroso vencimiento Podria ser en tan larga distancia
Sea para los otros escarmiento. Hallar con menos riesgo mas ganancia.
>Bien conozco ser áspera ladera >Ansí que , pues agora no se puede
Y grande la defensa del tirano ; Deste fuerte sacar valor alguno ,
Mas à los españoles donde quiera Por haber tanta gente que lo vede ,
Lo mas dificil se les hace llano, Y tanto riesgo que mayor ninguno ,
Y mucho mas en parte donde espera Mi parecer , señor , es que se quede
Cualquiera dellos de henchir la mano , Para tiempo mas apto y oportuno ,
Pues entonces las cosas imposibles Y el mismo tiempo que las cosas cura
Fáciles se les hacen y apacibles. Ofrecerá sazon y coyuntura.»
>Ansí que, para ver desta pelea Dijo César las cosas que sabia
Los fines concebidos en mi pecho , Ser à seguridad mas convinientes ,
Este es mi parecer , el cual se vea Y en general por todos se decia
Para que se confirme con el hecho ; Que sus razones eran concluyentes ;
Mas si teneis razon que mejor sea Vadillo , que las mismas conocia ,
Y venga por camino mas derecho , Midió su voluntad con las presentes ,
Esa se tomará y esa se siga , Y ansi mandó que cuando la luz viesen
Y quien supiere mas , luego la diga.» En demanda de Nori se partiesen .
Dijo Juan de Vadillo lo que siente Al tiempo que los prados con corona
Como poco cursado baquïano ; De flores se venian alegrando ,
Y Francisco de César su teniente , Y el radiante hijo de Latona ,
Usando siempre de varon urbano , Por términos usados caminando ,
Como viese callar toda la gente, Dejaba primer signo de la zona ,
Para le responder tomó la mano ; Cuernos del blanco toro visitando ,
Y hecho su debido cumplimiento, Vadillo con el campo peregrino
Aquesto respondió que represento : Para Nori dirige su camino.
« De los que labran, tractan ó pelean , Caminan con las mismas pesadumbres
Pocos hombres habria que perdiesen , En aquesta jornada sucedidas ,
Si de la suerte que ellos las tantean Por descubrirse mas soberbias cumbres ,
Las cosas intentadas sucediesen : Mas altas y mas ásperas subidas ;
Todos en general su bien desean Y aunque daban las guias certidumbres ,
Y que desgracias nunca les viniesen ; Erradísimas van y divertidas
Mas acontéceles contrario desto Por grandes despoblados y por yermos ,
Si se ofrecen á riesgo manifiesto. Y los mas españoles muy enfermos.
>Por esta causa suelen los prudentes Amenazó Vadillo mal las guias
Examinar de lejos el suceso , Si no lo sacan presto desta sierra ;
Fantaseando los inconvinientes Dicen que no se tractan estas vias
Que podrian venir en el progreso ; Por haber entre indios cruda guerra ,
Y acerca desto muchos bay presentes Mas que prometen antes de tres dias
Que puedan ventilar largo proceso , De los poner en abundante tierra ,
Como personas que del aspereza Pues aunque se perdieron los caminos,
El escapar tuvieron por riqueza. No por eso llevaban malos tinos.
Y cada uno dellos bien alcanza , Y como Pablo vió miseria tanta ,
Si tiene de razon viva centella , Y el campo por mil vias afligido ,
Poderse vencer mal tanta pujanza Con cincuenta soldados se adelanta
Con poca gente do rocin no huella , Rompiendo por el monte mas tejido ,
Ni menea los lances de la lanza Y en breves horas con ayuda santa
El que con él revuelve y atropella ; Dieron en un camino mal seguido ,
Ansí que , como falten los caballos Por el cual fueron hasta ver acaso
Tengo por imposible subyectallos. Lumbre que denotaba campo raso.
Y es esta que tenemos retraida , Cobraron todos ellos nuevo brio
Segun por esperiencia vimos antes , Que les ponia ciertas esperanzas ,
Gente desesperada y atrevida , Y dos cuartos de legua de desvío ,
Con miembros y estaturas de gigantes ; Llevando recatadas ordenanzas ,
Tienen una feroz arremetida Desde un árbor divisan cierto rio ,
Y en ella firmes , fuertes y constantes ; Ambas orillas llenas de labranzas
Son sobre doce mil , à lo que pienso , Y grande poblacion continuada
Y el número de tiros es inmenso . Por una y otra parte derramada.
»Las fuerzas de sus brazos son terribles, Luego se hizo mensajero listo ,
Que traspasan sus tiros el acero ; Y á Vadillo llegó con el mensaje ,
Los golpes de mi escudo son visibles , Dando razon entera de lo visto ,
Que dellos escapó hecho harnero ; Y haber sido de fructo su viaje ;
Las entradas también inaccesibles , El cual , después de dar gracias á Cristo ,
Pues hemos de subir por contadero , Apriesa caminó con el bagaje ,
Y barrerán las galgas al instante Por tenellos la hambre de tal suerte
Cuanto se les pusiere por delante. Que estaban á las puertas de la muerte .
404 JUAN DE CASTELLANOS .
Mas el Pablo Fernandez entre tanto Llegados á lo raso los peones
Con los demás soldados abscondidos , Del avanguardia , con sus armas prestos
Después que ya la noche con su manto Vieron en unos altos reventones ,
Huyó , rayos de Febo ya venidos , Por do tienen de ir , indios opuestos,
Salieron de la selva por un canto , Llenos de sus guerreras municiones
Pensando por allí no ser sentidos ; Para los contrastar en los recuestos ;
Mas hallóse confuso y arrepiso Mas , aunque conocieron el desino ,
Por ver estar los indios con aviso. Los nuestros no dejaron su camino.
Debian de tener algun barrunto , El avanguardia sube todavía
Segun que pareció la noche antes , Do bélico furor se multiplica ,
O dellos que durmieron allí junto , Y entonces por Vadillo bien se via
O de contrarios otros circunstantes , Con cuánta fuerza cada parte pica ;
En efecto , hallaron muy á punto Y ansi con cierta gente les envía
Un escuadron formado de gigantes , Al escuadra Francisco de Mojica ,
Con tales armas y de tal manera , Pero cuando llegó , de huelgo falto ,
Que cierto les pesó por salir fuera. Ya los otros estaban en lo alto.
Mas como ya no puedan hacer menos , Reconocieron ser bien defendidos
Por ser suceso de manos à boca , Los pasos á la gente forastera ,
Asen las armas , y los puños llenos , Por ver inmensos dardos esparcidos
Contra los muchos fué la gente poca , Y lanzas de durísima madera ;
Acometiendo todos como buenos , Muchos gandules muertos y heridos ,
Y cada uno por lo que le toca ; Y bien ensangrentada la ladera ,
Puestos al punto del rigor amargo , Donde los arcabuces y ballestas
Danse tantas en ancho como en largo. Dieron libres pasajes en las cuestas.
Porque los indios con gentil denuedo, Subieron los demás sin sobresaltos ,
Con ser primera vez que ven cristianos , Por no hallar azar que los impida ,
Con lanzas y macanas , á pié quedo , Y á causa de que estaban della faltos
Sabian menear muy bien las manos : Recogieron gran golpe de comida :
Hierve la furia y el furor acedo , Durmieron todos en aquellos altos
Los golpes que se dan no son livianos , Porque nocturna sombra los convida,
Cuela por las costillas férrea punta Puestas por pasos desta dicha cumbre
Y el tajo y el revés que descoyunta. Las velas que tenian de costumbre.
Crecen sanguinolentas tempestades Cuando mostraba ya la rociada
De los que van diciendo ; Santiago ! Aurora sus colores por oriente ,
Juan Ruiz de Molina y Juan de Frades Toda la gente sana bien armada,
En bárbaros hacian grande estrago ; Y con bastante guarda la doliente ,
Pablo socorre las necesidades Prosiguen adelante la jornada
Con filos que no saben dar en vago ; En busca de estalaje competente ,
Y todos los restantes compañeros Adonde el español menesteroso
No muestran menos vivos los aceros. Algunos dias goce de reposo.
Vereis el golpear á todo brazo , Yendo con la posible vigilancia
Cascar rodelas y hender escudos ; Por dos partes caballos y peones ,
Desciende la macana que destroza Descubren valles de mayor distancia ,
Por todas partes materiales nudos ; Y en ellos muy espesas poblaciones
Y al capitán Alvaro de Mendoza Que de comida tienen abundancia ,
Por su rodela llegan tan agudos , Sin defensa de duros escuadrones ,
Que al tiempo que con ella se cobija Por ser de miedo ya todos hüidos
Le quedó della sola la manija. Y á partes de mas fuerza retraidos.
El brazo quedó mal atormentado ; Aquestas eran ya las serranías
Mas con el otro tuvo tales mañas , De Nori , do llevaban el intento ;
Que la hoja pasó por el costado , Y ansi , llegadas nuestras compañías
Rompiendo del contrario las entrañas ; A pueblo que tenia buen asiento ,
Fué luego socorrido y ayudado Hicieron pausa por algunos dias ,
Del antiguo valor de las Españas , Los cuales se pasaban á contento ;
Pues muchos ocurrieron al instante , por diversas partes los caudillos
Poniendo sus rodelas por delante. Buscaban los metales amarillos.
Ambas partes están encarnizadas ; Daban noticias indios que tomaban
Inumerable sangre va vertida ; Tener el valle número crecido
Admirase de ver las cuchilladas De oro , pero todos afirmaban
Quien no las vido tales en su vida ; Un gran señor tenello recogido ;
Al fin prevalecieron las espadas , Y ansi de sepulturas que cavaban
Poniéndose los indios en hüida , Ninguna les mostró próspero nido ;
Tomando todavía de los vivos Alguno se cogia de rancheos ,
Aquellos que pudieron ser captivos. No tanto que hinchese sus deseos.
Conclusa la batalla con ventura , Perseverantes pues en su porfia
La sentencia de todos fué resuelta Hambrienta que tenian de oro fino ,
En determinacion de gran cordura , Uno de la captiva compañía ,
Sin querer esperar á la revuelta ; Desta provincia natural vecino ,
Antes por la montaña y espesura Dijo de cierto pueblo que sabia ,
En busca de Vadillo dan la vuelta : Poco mas de tres dias de camino ,
Caminaron la noche , y otro dia Y que, segun por ellos se publica,
Encontraron el campo que venia. Sobraban minas y era gente rica.
Diéronle cuenta de lo descubierto La cudiciosa nueva percebida,
Y de aquella guazávara terrible , Cincuenta luego con el Pablo fueron
Do gran número de indios quedó muerto , Por sierrra de muy áspera subida
Y será su seguro convenible Y por tan malos pasos , que se vieron
Llevar militar orden y concierto ; En harto detrimento de la vida ;
Y ansi pusieron el que fué posible , Y al cabo de tres dias descubrieron
Con las preparaciones vigilantes Aqnel pueblo quel indio les decia ,
Que llevan los guerreros caminantes. Cuya vista desgusto les ponia.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, HIST. DE CARTAGENA , CANTO VI. 405
Porque tenian casas fabricadas , Los cuales , aunque buenos corredores,
Altas del suelo hasta seis estados , No sin ijadear y sin aceso ,
Encima de los árbores fundadas , Dan nuevas á los otros moradores
Sobre fortalecidos soberados , De cómo su señor quedaba preso ,
Con vigas bien compuestas y trabadas , Con ocho capitanes y señores ,
Por barrios unos de otros separados , Entrellos personajes de gran peso ,
Segun hallaban estos moradores Por aquellos barbudos caminantes
Los árbores mas gruesos y mejores. De quien tuvieron nuevas poco antes.
No selva que podamos decir densa , Los de los mas cercanos aposentos ,
Antes el suelo limpio y escombrado , Oidas las pesadas relaciones ,
Donde su morador rústico piensa Recogen belicosos instrumentos
Valerse por estar encaramado ; Y ordenan guerreros escuadrones ;
Tienen pertrechos para su defensa , Serian en el número quinientos
Y el alto por lugares horadado , Gandules, mas feroces que leones ,
Para que por allí contrarios miren Para probarse con la gente nueva
Y con las armas ofensivas tiren . Y quitalles la presa que les lleva.
Dicen tener aquestas poblaciones Pero los españoles que esto sienten ,
Para se defender de las estrañas Por no caer en términos de locos ,
Gentes , y tigres , osos y leones, Para que con temor se desatienten ,
Que crian estas ásperas montañas , Con tiros de arcabuz les hacen cocos ,
Y por otras algunas ocasiones A fin de que no lleguen y los cuenten
No fundan en el suelo sus cabañas ; Y vean claramente que son pocos,
Es gente de gentiles proporciones Pues estaban dudosos y perplejos
Y algunos tienen telas de algodones. A causa de tener el campo lejos.
Y aunque brazos y piernas descubiertas, La bárbara canalla se repara ,
A vergonzosas partes dan reguardo ; No sin frio temblor y gran espanto ,
En uso de sus armas son espertos, Oyendo truenos y estampida rara
Y para las tomar ninguno tardo ; A ellos que no vieron otro tanto ;
En los tiros que hacen son muy ciertos ; Traspasa pechos la veloce jara ,
Usan macana , honda , lanza , dardo ; El salitroso humo causa llanto
Quisieran luego nuestros castellanos En aquellos que dél eran heridos
Que bajaran á dar amigas manos. Y á miserable fin fueron rendidos.
Mas no consienten que de paz se trate ; En esto la nocturna pesadumbre,
Y ansi para bajallos de las casas , Por apartarse ya rayos febales ,
Entran debajo para su combate , Cubrió los hondos valles y la cumbre,
Procurando cortar nativas basas ; Dando paz á los otros animales ;
Y como nadie dellos se recate , Mas antes que viniese nueva lumbre
Encima llueven encendidas brasas , Y se juntasen estos naturales,
Rescoldo vivo y agua tan hirviendo , Los nuestros á gran priesa se volvieron
Que del lugar se vuelven retrayendo. Por el mismo camino que vinieron.
También caian tan pesados cantos Como fuesen por camino sabido ,
Por una y otra y otra saetera , De menos duracion fué la distancia ;
Que no dejaban de poner espantos Vadillo se holgó cuando los vido
A los que los miraban mas afuera ; Con los captivos, aunque sin ganancia ;
De dardos ansimismo vuelan tantos , Diéronle cuenta de lo sucedido
Que temia la gente forastera ; Y no cumplir allí hacer instancia,
Fué desde la mañana la porfia Por ser las barbacoas gente diestra
Hasta quel sol pasó de medio dia. Y no hallar de oro buena muestra.
Visto que diligencia no les presta En este tiempo, como mas vecino
Ni por vias de paces ni por fieros , Del pueblo que ocupaba nuestra gente ,
La bala de arcabuz y la ballesta El cacique de Nori de paz vino
Apuntan por algunos agujeros ; Que llamaban Nabuco comunmente,
Y acaso sin saber á quién asesta Y trajo dos mil pesos de oro fino
Mataron dos ó tres indios guerreros , Con otras muchas cosas en presente :
Y otros algunos hubo mal heridos , Sagaz y en el aspecto venerable
Que se supo después de ser rendidos. Y para bárbaro varon afable.
Porque el crüel efecto de la bala Fué del gobernador acariciado ,
Al indio principal escandaliza , Y porque de su pecho no presuma
Como le vió hacer obra tan mala , Vivir de recompensa descuidado ,
Y á todos los demás atemoriza ; Mandóle dar una galana pluma
Y ansi mandó que larguen una escala En un bonete nuevo colorado
A manera de puente levadiza , Con otros dones de pequeña suma ;
Por do bajaron él y otros cincuenta , Y aunque no fueron cosas de momento
Y mujeres y niños en mas cuenta. El bárbaro mostró quedar contento .
Mas antes que bajasen al entrego Fué luego separado de la junta ,
De los que estaban dél desconfiados , Y para percebir lo que replica
A sus ropas y joyas ponen fuego Vadillo con la lengua le pregunta
Encima de los altos soberados ; Por dónde podrán ir á tierra rica ;
El cacique llegado dijo luego : Que diga con verdad lo que barrunta
• Decid à qué venís encaminados , O la fama comun le certifica,
Qué bienes pretendeis ó qué provecho O si tiene contrarios en su tierra
De quien nunca jamás mal os ha hecho. ». Porque ellos vayan á hacelles guerra.
La lengua declaraba las razones ; Nabuco dijo, que de las veeinas
Pero para volvelle las respuestas , Tierras donde poseen minerales ,
Sus voluntades y sus intenciones Sabia por personas fidedinas
Hizo Pablo Fernandez manifiestas , Los de Buriticá ser principales ;
Pues luego les mandó poner prisiones Y que por ser tan prósperas sus minas
Que para tal efecto tienen prestas , Eran ricos aquellos naturales ,
Sin dejar pieza de las que salieron , Y que para llegar donde decia
Escepto dos ó tres que se huyeron. El queria servir de buena guia.
406 JUAN DE CASTELLANOS.
Tal secreto Nabuco desencierra , Un camino hallaron espacioso ,
Segun quieren decir vivos testigos, Del cual diré después en mi tractado ,
A fin de que saliesen de su tierra Porque de tanto trance riguroso
Y no hagan allí largos abrigos ; Agora yo me hallo fatigado ,
O como siempre tienen dura guerra , Y quiero dar los brazos al reposo
Por ser unos de otros enemigos , Y á los ojos el sueño deseado ;
Pues hasta hoy, do quiera que se tomen, Pues à causa de ser la vida breve
Es muy averiguado que se comen. A ratos quito lo que se les debe.
Pero Vadillo con la buena nueva,
Que fué para su hambre conviniente ,
Y por certificarse con la prueba , CANTO SEPTIMO.
Determinó partir dia siguiente
Por el camino que Nabuco lleva , Donde se cuenta lo sucedido en la provincia de Buritică, y en las demi
Que por dos ó tres dias fué patente ; provincias por donde pasó el licenciado Juan de Vadillo, hasta ques
Mas este se perdió con espesuras gente lo dejó, y no quiso seguillo.
Y en bosques y montañas muy obscuras.
Donde hallaron grandes cenagales Aunque para salir con sus intentos
Cuyos discursos eran intractables , Tengan hombres avisos necesarios ,
Tierra que tiembla, sucios tremedales , No siempre pueden los entendimientos
Do se gastaban horas miserables , Evitar casos que les son contrarios ;
Tanto que fueron los pasados males Y ansi los regulados pensamientos
En su comparacion mas tolerables ; Acontece tener sucesos varios,
Iban todos al fin de tal manera Y el que da mejor orden á su vida
Que cada cual de vida desespera. Después balla diversa la salida.
Y muchas noches, aunque habia rama Desta manera pues en el progreso
Donde poner los cuerpos fatigados , Del licenciado, que salió pujante,
No siempre se podia hacer cama , El intento no tuvo tal suceso
Y estaban á las plantas arrimados, Que no fuese del suyo discrepante ;
Los piés metidos en aquella lama Y su diseño tuvo fin avieso,
Y de cien mil misterios rodeados : Como declararemos adelante ,
Tal es la condicion del cudicioso No porque le faltase gran prudencia,
Que no halla camino trabajoso. Solicitud y viva diligencia.
Pero viendo su gente de mal arte Y en los trabajos de cualquier estrecho
El cauto y animoso licenciado, Y del riesgo mayor y mas pesado ,
Al Nabuco mandó llamar aparte , Nunca dejaba de poner el pecho
Diciéndole Tú, perro , me has burlado.» Tan bien como cualquiera buen soldado ,
El dijo : «Nunca yo quise burlarte, Mostrando siempre ser hombre de hecho
Ni tuve contra tí pecho dañado ; Y en acontecimientos denodado ;
Mas por guerra que tienen los vecinos A tiempos tuvo condicion terrible,
No se frecuentan sendas ni caminos. Y á tiempos muy afable y apacible.
Al mal que padeceis yo voy subyeto, Hallado pues aquel primer sendero,
Sin ser de mas quietud las horas mias ; Con deseo de ver tierra poblada ,
Pero presto veremos el efeto , Determinó de ser el delantero
Y estas pisadas no serán baldías Por animar la gente fatigada :
Pues en Buriticá, donde prometo , Vieron luego su fin y paradero ,
Podemos entrar antes de dos dias ; Mas no para hacer alli parada,
E yo no prometi ni es en mi mano Pues se continuó por una cuesta
Daros la tierra con camino llano.. Angosta, prolijísima y enhiesta.
Con esto perdió saña que tenia Peñol inaccesible que tenia
El Vadillo, quedando convencido , Altísimos los lados y la frente,
Y el indio cumplió bien lo que decia Al cual por dos entradas se subia,
Sin alargar el plazo prometido ; La una de la otra diferente ,
Pues antes de cumplir tercero dia De tan grande angostura, que podia
En la provincia dicha fué metido Una persona ir tan solamente;
Y en tierra rasa, clara y escombrada, Y en lo alto después de la subida
Pero tal que ninguna tan doblada. Habia mucha gente recogida.
Pues al septentrion y al mediodía, Porque tenian principal asiento
Y al orto y al ocaso, van subidos Y en lo inas llano dél pueblo fundado,
Cerros, la cumbre dellos algo fria; Y para mayor fortalecimiento
Y ansí los indios andan bien vestidos, Estaba de palenque rodeado ;
Dispuestos y de mucha gallardía, Dentro crecida copia de alimento,
Valientes, sueltos, bravos y atrevidos Y de diversas armas pertrechado,
Y ricos, pero poco labradores, En tal manera que segun la muestra
Por ser de oro todas sus labores. Debian esperar la gente nuestra.
A las cuales inclinan bieu el cuello La principal subida que se via
Al tiempo que doradas venas hieren ; Estaba tan profunda por los lados ,
El oro es el que les da resuello , Que si de lo hollado desmentia
Por ello viven y por ello mueren ; Quien llevase los piés mal asentados ,
Por ello tienen bienes, y por ello Como bala que polvorin envía
A sus casas les traen cuanto quieren ; Habia de rodar dos mil estados ,
Y en la tierra domina tal estrella Donde con muerte de crüel tormento
Que es una pasta de oro toda ella. Pagase su furor y atrevimiento.
Entrados pues en tierra sin montaña Estando nuestra gente pues confusa
Y de las condiciones que ya digo Mirando los peñoles y aspereza ,
Nabuco se volvió con su compaña Juan de Vadillo dijo : «No se escusa
A do tenia natural abrigo , Tomar esta nativa fortaleza,
En gracia y en amor de los de España Donde podeis creer estar reclusa
Y para nunca selles enemigo ; Alguna grande copia de riqueza,
Y sigue su viaje nuestro bando Pues no de balde su morador piensa
Algunas poblaciones indagando. Tener aquí segura la defensa.
407
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, HIST. DE CARTAGENA , CANTO VII.
Ea pues , gente clara castellana , Llueve por todas partes piedra gruesa,
Que bien conozco vuestra fortaleza De dardos una y otra rocïada ;
En los negocios que tomais de gana ; Viene volando no con menos priesa
Pues la mayor altura y aspereza Lanza de palma dura bien tostada ;
Soleis supeditar y hacer llana, De cada cosa nube tan espesa
Sin mostrar cobardía ni flaqueza ; Como la que de rayo fué rasgada ,
Y ansi lo que tenemos de presente Tanto que Noguerol ya no prosigue
De vuestra voluntad está pendiente. Y espera que la furia se mitigue.
Subamos por la via manifiesta , Y el mísero parece que sospecha
Yendo detrás de cada rodelero Aquel dia fatal que nos espanta ,
Ofensa de arcabuz y de ballesta Pues no sé de qué mano fué derecha
Que pueda contrastar al indio fiero; Funesta punta de tostada planta ,
Porque cuanto la loma mas enbiesta Cuyo furor escudo no desecha
El contrario será menos certero, Hasta que se metió por la garganta :
E yendo por el medio de la senda Rompe las venas, sangre va vertida ,
Los caballos podrán subir de rienda.. Y tras ella huyó la cara vida.
Con tales alabanzas los sublima , Detiénelo Orozco que no caya
Y allí los esforzó de tal manera , En la profundidad, aunque él recela
Quel de mayor y de menor estima. Otro tan duro golpe de azagaya ;
Y el que mas recelaba la carrera, Pero cubrióse bien con la rodela ,
Con fuerte brio los demás anima Y todos los demás están á raya ,
Y muere por llevar la delantera ; Como no sube la primer tutela ;
Y segun lo dispuso la cabeza De mano en mano va por los oidos
Cada cual se dispone y adereza. Noguerol muerto y otros diez heridos.
Guarnécense de pectos de algodones, Sabido por Vadillo, les decia :
Espadas y rodelas embrazadas, Adelante, valientes españoles .
En las cabezas fuertes morriones, Que si Noguerol vió su postrer dia,
Los cascos aforrados y celadas, Por eso quedan muchos Nogueroles ,
Proveidos de plomos los cañones , E ya la cuesta poco se desvía ,
Ballestas con harpones encajadas : Para poder ganar estos peñoles ;
Desta manera suben las cuadrillas Y cuanto mas allá vamos llegando
Y a veces hacen piés de las rodillas. El camino se va mas ensanchando.»
El avanguardia Noguerol la toma, Caminan pues como mejor podian
Mancebo valeroso y esforzado ; Saltando siempre balas y harpones ,
A sus espaldas iba por la loma Y de los fuertes altos no venian
Joan de Orozco, práctico soldado ; Tantos ni tan espesos los turbiones ,
En seguimiento dél atrás asoma Por cuya causa todos presumian
Un hermano de Rojas , señalado : Acabárseles ya las municiones ;
Vecinos estos dos en Tuuja fueron Y ansi cristiano marte se apresura
Y ha menos de seis años que murieron. Hasta llegar á parte mas segura.
Ansí los demás iban enhilados , Pues el Joan de Orozco como via
Que no pueden subir de otra manera ; El terrible furor algo mas manso
Los caballos quedaban rezagados Ganó cierto mogote que hacia
Con sillas solas, faldas y testera, Una cierta manera de descanso ,
Los cuales como bien amaestrados No llano, que planicie no tenia,
Con gran tiento subian la ladera ; Pero su compás era mas espanso :
Y aunque se daba grita de lo alto Y en lo restante de los reventones
No por eso tomaban sobresalto. Podian ir ya juntos tres peones.
Que luego se mostraron los morenos Con mas velocidad continuaron
Con la grita que tienen de costumbre , Como los piés podian hacer presa ,
Saliendo de los cóncavos y senos Y tal maña se dieron que ganaron
Nubadas de crecida muchedumbre ; Otro compás de mas cómoda mesa ,
Los riscos y peñascos están llenos Adonde se pararon y afirmaron
Cuantos había por aquella cumbre , Porque la gente fuese menos lesa ;
Sin dejar en aquel frontero lado Y allí mas à placer se defendieron
Lugar que no tuviesen ocupado. Hasta que los caballos ya subieron.
Segun de torres altas las almenas Como fuese mas llano lo restante ,
Cuando vienen de tordos mil manadas , Tal que podian ir á media rienda ,
Que todas negreguean y están llenas Saltan en los caballos al instante
De chirladoras aves ocupadas, Y aprietan las espuelas por la senda :
Y abiertas y patentes socarren as Los indios que caballos ven delante
Son de unas y de otras visitadas , Parecíales ser vision horrenda ,
Andando con bullicio presuroso Y ansi con rostro triste y amarillo
Sin punto de sosiego ni reposo : Van áponer en cobro su hatillo.
Ni mas ni menos andan inquietos El tumulto fué luego dividido ,
En partes cómodas encaramados , Saliendo del peñol por otro lado ,
Dispuestos á los bélicos efetos , Y el cacique por ser mas atrevido
Los unos y los otros embijados Quisose defender en el cercado ,
Con un cierto betúnien, unos prietos El cual lijeramente fué rompido
Y otros por consiguiente colorados , Por ser de pocos indios ayudado ;
Y cada cual de los de á la redonda Admiranse de ver equinos cuellos,
Con dardo, con macana, lanza , honda. Y ansi huyeron y el señor con ellos.
Los cuales como vieron que se llega Entraron pues ajenos pareceres
El escuadron sencillo de cristianos , Desenvolviendo fardos y balijas ;
Comienza la durísima refriega Hallaron muchos niños y mujeres
Saliendo tiros de robustas manos , Y ropa de sus mantas ó cobijas ;
Guïados del ardor y furia ciega No hallaron del cacique sus haberes ,
Que enciende y alborota los humanos ; Mas su mujer prendieron con dos hijas :
Suenan los golpes dados en testudos Era moza de cuerpo bien dispuesto
De cascos, de celadas y de escudos . Y de hermoso y agraciado gesto.
408 JUAN DE CASTELLANOS.
Joyas de oro hallaron principales , Desta suerte lo sacan de la villa ,
No tantas cuantas son sus intenciones ; Asidos todos cuatro de la rienda;
Mas hallaban do quiera materiales A las espaldas la demás cuadrilla
*Y fraguas do hacian fundiciones , Dispuestos á beligera contienda :
Y muestras de tener ricos caudales , El índio guia por una cuchilla
Que no fueron falaces opiniones ; De gran altor y muy estrecha senda
Pero túvose por averiguado Profundos y derechos ambos lados
Que todo lo tenian enterrado. Por do van todos ellos enbilados.
Y por hallarse mucho bastimento Yendo desta manera caminando ,
Y llegar fatigados del viaje , En unos ásperos derrumbaderos
Pausa hicieron en aquel asiento El indio se arrojó , precipitando
Proveyéndose de matalotaje : Tras si todos los cuatro compañeros ,
El cacique después del rompimiento Unos sobre los otros trompicando ,
Al gobernador envió mensaje , Rodando por aquellos peladeros ,
Diciéndole querer venir á vello Hasta que cierta mata que allí bubo ,
Si le daba licencia para ello. Que fué ventura grande los detuvo.
Holgó Vadillo con el mensajero , Pero sus pensamientos fueron vanos
Tractándole con amigable mano , En quererse librar desta manera ,
Y dijo : « Dias ha que yo lo espero Pues los cuatro soldados veteranos
Con firme voluntad de pecho sano , Iban todos siguiendo la collera ,
Y ansí podrás decille que yo quiero Sin soltar la cadena de las manos ,
Tenelle por amigo y por hermano ; Con ir á su pesar por la ladera
A su casa se venga y á su nido Todos cinco revueltos de mal arte ,
Porque será de mi bien recebido, a Hasta que dieron en aquella parte.
Como le diesen este buen recado , Eran, segun Orozco me declara ,
Determinó venir dia siguiente , Zarzales los opuestos embarazos ,
De capitanes bien acompañado , Do cada cual llegó rota la cara
Vestidos de algodon galanamente ; Y desollados piés, piernas y brazos ;
Holgóse de lo ver el licenciado , Mas si deste lugar se discrepara
Y el indio mostró grave continente : Se hicieran trescientos mil pedazos :
Era de grandes miembros , gentil hombre , Los que miran de arriba con espantos
Y ninguno se acuerda de su nombre. A Dios los encomiendan y á sus santos .
El astuto gandul como sintiese Y muchos ansimismo con el miedo
La sed insaciable que traia , De vellos ir rodando que no paran ,
Rogó con gran instancia que le diese A grandes voces dicen: « Credo, credo ,
La mujer y las prendas que tenia , Como si de la borca los echaran ;
Y que por el rescate le pidiese Quedó Vadillo con el resto quedo ,
La cantidad de oro que queria : Que bien pensó que nunca mas tornaran ,
Vadillo, viendo las promesas largas, Porque fué tal espacio lo que fueron
Pidióle de buen oro doce cargas. Rodando, que de vista los perdieron.
Otra cosa pedia demás desto , Pero los cuatro deste detrimento ,
Negocio que no menos se estimaba , Puestos en el zarzal ya referido ,
Y fué que le hiciese manifiesto Después de recobrar algun aliento
El venero de donde se sacaba ; Suben con el cacique bien asido :
Todo lo cual con apacible gesto Juan de Vadillo recibió contento
El prometió segun se le mandaba , Con todos los demás cuando los vido ,
Como quien no tenia pensamiento Porque ninguno ya hacia cuenta
De dar á sus palabras cumplimiento. Escapar vivos de tan gran tormenta.
Dijo pues que soltasen su matrona Y no volvieron por aquella frente
Para que busque los ocultos bienes , Por donde se vinieron despeñando ,
Y en vez que represente su persona Sino por otra parte diferente
El queria quedarse por rehenes : Por menos asperezas rodeando ;
Vadillo viendo lo que le pregona Mas tales que no van seguramente
Aquesto le concede sin desdenes ; Sino con piés y manos gateando ,
Partióse luego con los que queria Hasta que con inmensa pesadumbre
Quedando de volver á tercer dia. Todos cinco llegaron á la cumbre.
Estuvieron diez dias en espera , Desgarrados los cueros y pellicos ,
Sin respuesta tener mala ni buena; Las cabezas bien atorondonadas ,
Y viendo no venir la compañera Y todos ellos hechos los hocicos
Y el cacique mostrar ninguna pena , Al modo de mujeres mal casadas ;
El cuello le pusieron en collera, Lo cual se padecia por ser ricos
Pendiente della siempre la cadena : Con otras desventuras no contadas,
Que sin prisiones lo tenian antes De las cuales la parte menor pinto ,
Rodeado de guardas vigilantes. Por ser inestricable laberinto.
Como perdiesen pues el esperanza Llegado pues el mísero captivo
De podelle sacar estos dineros , A la presencia deste licenciado ,
Tractan de la segunda confianza Luego como varon vindicativo
Que fué les descubriese los veneros ; Y en los enojos nada reportado ,
Y el indio dijo sin mostrar mudanza A sus negros mandó quemallo vivo,
Fuesen con él algunos compañeros , Los cuales ejecutan su mandado ,
Prometiendo mostrar á los cristianos Sin que bastasen ruegos ni razones
Dónde sacaban los dorados granos . Que daban mas compuestas condiciones.
Apercibióse número de gente Al pueblo se volvieron con aquesto ,
Con deseo de ver lo prometido , Deste mal hecho cada cual pesante ;
Y fué Juan de Vadillo y el teniente , Bajaron otro dia del recuesto
Cada cual dellos bien apercebido ; Y el cuerpo caminó, mas adelante ,
Cuatro soldados del ramal pendiente Entrando por camino tan molesto
Llevaban al cacique bien asido , Que no se vido cosa semejante ,
Suero, Diaz, Patiño , Alvar García , Y llevando del diestro los caballos
Y otro que Portalegre se decia. Que de otra suerte no pueden llevallos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, Parte III, hist. DE CARTAGENA , CANTO VII . 409
Al cabo de seis dias de camino , Caminaron la vuelta del ocaso ,
Con deseo de ver tierra mas llana , Con aquel orden que les convenia ,
Pablo Fernandez , hombre de gran tino , Al llano que hacia muy al caso
Descubrió luengo trecho de zavana ; Para valerse la caballería ;
Mas no se pudo captivar vecino Pero cuando salieron á lo raso ·
Ni verse por allí villa cercana ; La barbara caterva no dormia ,
Pero como por ellas se desmande Antes su pensamiento les engaña ,
Las aguas descubrió de un rio grande. Pues ven gentes armadas en campaña.
Después que ya llegó toda la gente , El son de sus cornetas suena luego
Rancheáronse cerca del arena , Que vieron á la gente peregrina ,
Y como viesen rio tan potente Y porque no gozasen del entrego
Juzgaron ser el de la Magdalena ; De la villa que estaba mas vecina ,
Impetuosa lleva su corriente , A las pajizas casas ponen fuego
Por las barrancas va la madre llena ; Con determinacion luciferina ,
En la parte frontera ven labores, Y en escuadron formado, como diestros ,
Y allá procuran ir diez nadadores. Al camino salieron á los nuestros.
Sintieron al pasar terrible frio ; Espesura de lanzas y de dardos
Hallaban la corriente menos blanda Por una y otra parte se menea ;
Cuanto mas van, y ansi del medio rio Gandules bien dispuestos y gallardos
Revolvieron á la primera banda Y multitud de barbara ralea ,
Pareciéndoles torpe desvario Con todos los conciertos y reguardos
Proseguir adelante su demanda : Que suelen los cursados en pelea ,
Vadillo se holgó cuando los vido , Y con la mano presta y alterada
Porque contra su voto habian ido. Se llegan á la gente baptizada .
La gente se juzgaba por perdida , Como la guerra ya se les intima ,
Por haber grande número de dias En los caballos que iban encubiertos
Que padecian falta de comida , Aquellos cuyos son saltan encima
Y no podian captivarse guias Para romper los bárbaros conciertos ;
A causa de saber de su venida , El indio mas feroz se desanima ,
Mediante relacion de las espías ; Y algunos se quedaron como muertos ;
Y si hallaban pueblos á los lados , Otros con el espanto y el recelo
Estaban los vecinos retirados. Pegan el rostro y ojos por el suelo.
Mas el Pablo Fernandez , aunque flaca Como quien va de noche por camino
Tenia ya su fuerza de gigante, Con algun temeroso pensamiento ,
De la gente mas sana treinta saca , Que vió sombra de espíritu malino
Descubriendo con ellos adelante Y queda sin vigor y sin aliento
Una provincia que llaman Iraca , Cayendo con el grande desatino
Llena de poblaciones y abundante ; Forzado de tan mal impedimento ,
Y antes que por la tierra se metiese Y por sus coyunturas corre rio
Al campo dio mandado que viniese. Con la superfluidad del sudor frio :
Llegaron al Vadillo tres peones Ansí los bárbaros se desalientan
Con el recado del que los envía , Cuando vieron cuadrúpedos armados ,
Al cual no le faltaban aflicciones , Y mas desque el rigor esperimentan
Viendo con afliccion su compañía ; De lanzas con los hierros afilados ,
Pero después que oyó las relaciones , Que por los escuadrones ensangrientan
Mudólas en contento y alegría , Las espaldas , los pechos y costados ;
Y por estar la noche ya cercana , Otros también tomaban por remedio
Partieron otro dia de mañana. Poner no poca tierra de por medio .
Abreviando la gente su carrera Estos se desviaron larga presa ,
Porque necesidad los compelia , Dejando las guerreras municiones .
Llegaron donde Pablo los espera Sin que torciesen punto la cabeza
Oculto con aquellos que tenia ; Atrás , á causa de no ver visiones ;
Y porque ya remate de luz era Y por donde sus pasos endereza
Esperaron la del siguiente dia : Ninguno dellos halla trompezones ,
Duermen debajo de fieles velas Antes el reventon y el altozano
Y á punto las espadas y rodelas. Por do guia sus piés hallaba llano.
Desque se despidió nocturna hora , Los que gozaron destos vencimientos
Que de plantas cubria verdes cuellos , Sin recebir contraste ni herida ,
Y la real presencia del aurora Como necesitados y hambrientos
Serenos descubrió sus ojos bellos , Adelante llevaron su corrida ,
Y el rey de Delos desde donde mora Hasta que ya hallaron aposentos
Tendió doradas hebras de cabellos , Sanos y proveidos de comida ;
La gente fuerte que mi pluma canta Y por ser buen terreno y abundoso
Para nuevos recuentros se levanta. Estuvieron dos meses de reposo.
Aprestan armas para las reyertas , También hallaron sal en abundancia ,
Cursadas en horrisonas contiendas ; De que necesidad se padecia :
Componen los caballos con cubiertas , Teníanla los indios por ganancia
Subyectos al meneo de las riendas , Y era su mas preciada granjería ,
Los cuales como bestias bien espertas De pozos que por esta circunstancia ,
Mostraban de razon no sé qué prenda , Por ser de agua salada , se hacia ;
Pues cada cual se alegra y regocija , Y ansi quisieron en aquel asiento
Viéndose con beligera cobija. Hacer mas largo su detenimiento.
A pié van los ginetes por la senda , Porque de los trabajos precedentes ,
Porque por ir mas altos no los viesen , Que parte dellos queda referida ,
Llevando los caballos de la rienda , Andaban fatigados y dolientes ,
Y subir luego que menester fuesen , La cara cada cual descolorida ,
Y porque su venida no se entienda Y no pocos soldados escelentes
Hasta tanto que los acometiesen ; Habian concluido con la vida ,
Pues su negocio lleva bien guïado Yel buen Pablo Fernandez , varon fuerte ,
Quien al contrario halla descuidado. En Iraca también halló la muerte.
410 JUAN DE CASTELLANOS.
Porque de la pasada desventura Defendíanse bien en la batalla
No se sentia todos dias bueno , Estos seis blancos y la gente prieta ;
Y allí le dió tan recia calentura Mas era tanta la cruel canalla
Que le despacho dentro del septeno, Que por todas las partes los aprieta ,
Sin que pudiese remediallo cura , Que derribaron sin valelle malla
Aunque no tuvo cumplimiento lleno ; A Fernando de Hoyos , un trompeta ,
Pero hízose todo lo posible
Para libralle deste mal terrible. Y en el arrebatado desconcierto
También Diego de Tapia quedó muerto.
Causó la muer te suya grave pena , Crecida multitud los señorea,
Por ser en proseguir esta jornada
Principal eslabon de la cadena De jáculos agudos todos llenos ;
Los cuatro blancos y los de Guinea
Las veces que se vió casi quebrada ;
Hizo lo que la santa ley ordena Gran rato pelearon como buenos ;
Pero cansados ya de la pelea
Al tiempo de partir desta morada , Huyeron de los doce diez morenos :
Recibiendo los santos sacramentos
Y con declaracion de sus intentos. Los dos abominando la hüida
Pelearon hasta perder la vida.
Porque Vadillo , no sin gran prudencia, Como se viesen ya sin esperanza
Y con la necesaria vigilancia ,
A los enfermos de cualquier dolencia De poder escapar los cuatro blancos
Pusieron en sus piés la confianza ,
Aconsejábales con gran instancia Huyendo por quebradas y barrancos ;
Examinasen luego su conciencia A Fresno le clavó volante lanza ,
Y dispusiesen bien de su substancia , Mas todavía dió veloces trancos :
Y él mismo con cristiano pensamiento Espuela mala para su carrera ,
Daba la claridad del testamento.
Mas con ella la hizo mas lijera.
También en las montañas mas molestas
Que cumplia con brevedad dejallas , Emboscáronse pues por matas ciegas,
Si por ventura señaladas fiestas Cada cual por su parte dividido ,
Venian antes de poder pasallas , Pero cansado Pedro de Villegas
No mirando razones contrapuestas , En cierto hoyo se quedó metido ;
Con devocion hacia celebrallas , Los tres que se libraron de las bregas
Dieron nuevas del mal acontecido ,
Sin consentir quel campo se moviese ,
Aunque necesidad los compeliese. Aunque primeramente se las dieron
Aquellos diez esclavos que huyeron.
Iraca pues como se desocupe
Del cebo que tuvieron abundante , Pues sin llegar los tres , habia rato
Por relaciones del Orozco supe , Que hizo caminar Juan de Vadillo
En el mismo vïaje caminante , Caballos y peones al rebato ,
Cómo quisieron ir à Naratupe , Baltasar de Ledesma por caudillo ;
Provincia que tenian adelante , Llegaro n donde fué sù desbarato ,
Mas bárbaro no ven para seguillo ,
Y para la hallar allá camina Y de los muertos solo las cabezas ,
Con soldados Joan Ruiz de Molina.
Que los cuerpos llevaron hechos piezas.
La guia que la nueva certifica , Mándanlas enterrar en un ejido ,
En la tierra de Iraca residente
Afirmábales ser la tierra rica Poniendo ciertas cruces en señales ;
Y tener grande número de gente ; A las voces que daban y al ruido
Y por esto Francisco de Mojica Salió Villegas de los matorrales ,
Fué con este caudillo juntamente , Donde quedaba solo y abscondido
Con miedo de los barbaros bestiales ;
Por aquel orden que Vadillo quiso ,
Porque mas presto diesen el aviso. Y dió gracias a Dios devotamente
Por lo sacar de riesgo tan patente .
Entre tanto la gente detenida Con él al campo luego se volvieron ,
Con Vadillo , diez negros enviaron No sin derramar lágrimas los ojos ;
Por las labranzas á buscar comida ,
A los cuales los indios saltearon Y á la venida , por los altos vieron
Indios que les mostraban los despojos ;
Y privaron al uno de la vida , Mas por la gran altura no pudieron
Porque por piés los otros escaparon ; Jamás vengar en ellos sus enojos ,
Y al miserable que quedó captivo Con ya hacelles cada dia fieros ,
Para comer le desmembraron vivo. Dando grita por cima los oteros.
Como por el Vadillo se supiese Escuadrones andaban por la cumbre,
Aquesto que sucintamente digo , Sin bajar á hacer con armas prueba ,
A Caravajal hizo que partiese Y estuvieron en esta pesadumbre
Con gentes á buscar al enemigo , Cinco ó seis dias , hasta saber nueva
Y con sangrienta mano , si pudiese , Que diese claridad y certidumbre
Relajase las riendas al castigo : De los caminos que Molina lleva,
Partió luego con treinta peregrinos, Para salirse ya del estalaje
Los seis ó siete dellos en rocinos.
Y llevar adelante su viaje.
Los indios esper aron en campaña ,
Sin rebusar venir en rompimiento , El cual con el Mojica peregrina
Por ver de Naratupe las fronteras ,
Pero la gente válida de España
Aquesta concluyó con fin sangriento , Y los pasos por donde se camina
Pues en el pelear se dió tal maña Son altas y asperisimas laderas ;
Que mataron por uno mas de ciento , Opónese la gente convecina
A contrastar cristíferas banderas ,
Y con algunas joyas á los cuellos Mas los soldados del cristiano bando
Se volvieron al campo todos ellos.
No pierden , antes siempre van ganando.
Dos dias después desta cabalgada , Enviáronse pues de gente diestra
Por tener de comida gran inopia, Peones á llamar al licenciado,
Salió de seis soldados camarada
A la buscar con doce de Etiopia ; Porque lo que ya vian daba muestra
Los bárbaros hicieron emboscada De ser el territorio bien poblado :
Juan de Frades llegó que los adiestra,
Al tiempo que volvian ya con copia , Y Vadillo partió , visto recado ,
Y muchedumbre de caribe gente Yendo delante los azadoneros
Dieron en ellos repentinamente . Para hacer caminos andaderos .
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , HIST. DE CARTAGENA, CANTO VII. 411
Mas aprovechan poco los conciertos Como suelen hacer en coso llano
Para llevar subida descansada , Al toro que á la lidia se subyeta,
Por ser tan asperísimos los puertos Que le da grandes silbos el villano
Que apenas hallan dó hacer parada, • Y hace cocos para que arremeta ,
De noche , segun son altos y yertos Y en soltando la vara de la mano
Y la cuchilla dellos delicada ; Busca luego guarida dó se meta ,
Suben con grande tiento los caballos , El ojo siempre vivo y el pié presto ,
Tanto que fué milagro sustentallos. Para poder tomar seguro puesto :
Y cuando se quedaban alojados El bárbaro crüel desta manera
En medio de los ásperos recuestos , Con importunidad anda silbando ,
Los caballos , en árbores atados , Y con brincos y saltos desde afuera
De tan mala manera quedan puestos , Agudos jáculos desembrazando ;
Que parece tenellos ahorcados , Si el español acude, no le espera ,
Sobre los piés traseros muy enbiestos , Mortifera respuesta recelando ;
Asidos siempre de la gruesa rama , Y la nube de dardos que no cesa ,
Sin osar en el suelo tomar cama. Cuanto mas tura tanto mas espesa.
Y cuatro que quisieron de cansados Crece la saña del furor horrendo ;
Tomalla por allí , como mal diestros , Auméntase terrible torbellino ;
Sin medio de poder ser ayudados , Los que con los caballos van subiendo
Quebraron fácilmente los cabestros Abrevian lo posible su camino ,
Rodando sobre mas de mil estados , Y es porque cada cual con el estruendo
Do no fueron mas vistos de los nuestros ; Era de los efectos adevino :
Pues antes de llegar a las honduras Quedaron pues , oyendo los tropeles ,
Iban deshechas ya las coyunturas. Cuasi pasmados estos infïeles.
Con este sinsabor y desavío , Porque por el lugar que le compete,
Y rebatos también que no faltaban , Para romper furiosa confianza,
Llegaron á Garú , que es cierto rio, Bate los calcañares el jinete
Donde los dos caudillos esperaban : Y da tiempos debidos à su lanza :
Habia por allí mucho gentío , El Francisco de César arremete
Cosa que todos ellos deseaban ; No con aumento poco de matanza ;
Supo de ciertos indios el Mojica , Y ansí por su lugar en breves puntos
La ciudad dicha Cori ser muy rica. Habia copia grande de defuntos.
Lleváronlos delante del regente , Fué de los indios la turbacion tanta ,
El cual, certificado, luego manda Viendo delante lo que nunca vieron ,
A Francisco de César , su teniente, Que ya ninguna grita se levanta ,
Vaya con brevedad en su demanda ; Ni después de sus armas se valieron ;
El cual nómina hizo de la gente , La voz del español victoria canta ;
Caballos y peones, buena banda : Los bárbaros callaron y huyeron ;
Por todos van sesenta , cinco menos ," Siguieron media legua los alcances ,
Que se sentian de salud mas llenos. Do se hicieron sanguinosos lances.
Pasaron asperísimos recuestos Vuelven á saquear bárbaros nidos ,
Que pocos en altura semejantes , Donde no se halló próspera suerte ;
Y desde los collados mas enhiestos Curaron luego todos los heridos ,
Vieron las casas ya poco distantes ; De los cuales ninguno fué de muerte :"
Los vecinos están en arma puestos Vadillo por los hombres impedidos
Y, á lo que parecia , con semblantes En este lugar se hizo fuerte
De creer que tenian para cena Por espacio de diez y siete dias
De carne de español la mesa llena. Hasta convalecer las compañías .
Reparáronse pues nuestros peones , Pues de la hambre y el rigor contino
Porque los de caballo no venian Los menos dellos se sentian buenos ,
A causa de los grandes reventones Y ansí , haciendo lo que les convino ,
Y malos pasos do se detenian : El alma dan á Dios en estos senos
Pero los carniceros escuadrones , Los valerosos Miguel Vizcaíno ,
Pensando que de miedo lo bacian , Soto , Esquivel y dos ó tres morenos ,
Acometieron bravos y lozanos Que de trastornar sierras y montañas
Para tomallos vivos á las manos. Tenian ya molidas las entrañas.
Rompiendo van los aires vivos gritos , Cargó también á César la dolencia ,
Espesura de lanzas los rodea , El cual , en confianza de ser nada,
Crece furia y ardor de los conflitos , No bizo la debida diligencia ,
Enciéndese bravísima pelea ; Siendo de dia en dia dilatada ,
Caen sobrellos dardos infinitos , Y ansi sin el examen de conciencia
El español brioso se menea , La muerte le tomó la madrugada :
Apresurando los filos agudos A todos fué su muerte lastimera ,
Y'amparándose bien con los escudos. Y mucho mas en ser desta manera.
Poco compás ocupan los cristianos , En Indias fué persona señalada ;
Y alli firmes están como raices ; Y relatar ahora su proceso
Pero cuando llegaban los paganos Seria cosa desproporcionada
Algunos revolvian sus narices : Por no cumplir aquí largo digreso ;
Aquí cortan molledos , allí manos ; Podria ser al fin de la jornada
Acullá cercenaban las cervices ; Deciros algo dél ; y agora ceso
Unos vuelven sangrienta la mollera , Por volver al viaje de Vadillo ,
Otros con las entrañas todas fuera. Pesante por el fin de su carillo.
Mas todavía son acometidos A quien todos los mas dicen que yerra
Los nuestros de terrible muchedumbre , En hacer de la mar tan gran absencia ;
Los doce dellos ya muy mal heridos , Mas él á lo muy lejos se destierra
Y todos con inmensa pesadumbre ; Por lo que le dictaba su conciencia ,
Crecen los silbos y los alaridos Poniendo de por medio tanta tierra
Que tienen estos indios de costumbre , A causa de huir la residencia ,
De tal manera , que por todos lados Porque debia de tener por cierto
Los tienen afligidos y acosados. Tenella sus contrarios en el puerto.
412 JUAN DE CASTELLANOS .
Y en tener tal sospecha no se engaña , Esta razon por el Vadillo vista,
Pues en esta sazon era venido Puesto caso que no sin gran mobina
El licenciado Santa Cruz de España , Y mas avilantez que de jurista ,
Para su residencia proveido ; A morir ó vivir se determina
Despachóse tras él cierta compaña Llevar mas adelante su conquista,
Si por caso pudiese ser habido Antes que revolver á la mariua ,
Y el capitán Luis Bernal venia Y á las guias mandó que como deben
Tras él con bien armada compañia. A la tierra de Cuicuí lo lleven.
Hasta Lile siguieron sus pisadas Métenlos por montañas y breñales
Los peones y gente de caballo , Por donde todos van desesperados ;
Alguna vez doblando las jornadas , Los lodos y pesados tremedales
Haciendo su poder por alcanzallo ; Esceden al rigor de los pasados ;
Pero por cosas que serán contadas Los que son menos y los principales
Menos allí pudieron ya hallallo , Caminan del vivir desconfiados ,
Por haberse partido para Quito , Por no tener en tiempo tenebroso
Cansado del entrada , mas no ahito. Donde tomar brevísimo reposo.
Vadillo pues con miedo semejante Sin vigor el mancebo y el anciano
Por aquel émulo que en corte clama , Y sin lugar enjuto do se sienten ;
Trabaja de pasar siempre delante Los caballos tampoco comen grano ,
A ganar opinion y buena fama ; Ni topan yerba con que se sustenten ;
Y agora procuró con el restante Juzgan á su mayor por inhumano ,
Llegar a la provincia de Cartama , Aunque siente también lo quellos sienten ;
Que , segun por las guias se publica , Pero con padecer esta fatiga
Era tierra de minas y muy rica. Ninguno dellos hay que contradiga.
Ciertos soldados van por su mandado Pero vista su grande pertinacia
Para ver el camino mas seguido , Que parecia de varon insano ,
Y en un pueblo de indios ya quemado So color de facecias y de gracia
Tuvieron un recuentro bien reñido : El comendador Sosa , lusitano ,
Salió Caravajal descalabrado En un gran lodazal por do se espacia ,
Y el capitán Mendoza mal herido : Para lo convencer tomó la mano ,
Fueron peligrosísimas heridas , Y con aviso de varon prudente
Mas ambos escaparon con las vidas. Riéndose le dijo lo siguiente :
Por ser pocos los desta compañía , < Todos, señor , andamos de mal modo,
Por los indios se vieron afligidos ; Y tengo para mí que cualquier bueno,
Pero mostraron bien su valentia Adonde vos estais puesto de lodo
Contra los escuadrones atrevidos , No dudará meterse por el cieno ;
Pues con ser mucha gente , todavía Mas si conviene tanteallo todo
Fueron desbaratados y vencidos , Con seso libre , de pasion ajeno ,
Algunos dellos presos y captivos También seria de persona cuerda
Que se llevaron al Vadillo vivos . Mirar cómo su vida no se pierda.
El cual se holgó de vellos, y al instante > El seso , la razon y la cordura ,
A preguntar por tierra se levanta , Las intenciones buenas y cristianas ,
Que próspera le sea y abundante Son menester en esta coyuntura ,
Para hacer en ella nueva planta ; Sin dar lugar á conyecturas vanas ;
Respondieron estar mas adelante Pues tan acerbo mal y desventura
La provincia llamada Caramanta , No pueden comportar fuerzas humanas ,
La cual es tal, que si la señorea , Antes si lo mirais es imposible
Largamente tendrá lo que desea. Poder vivir con pena tan terrible.
Alegres con las nuevas de las guias , Al principio peon y caballero
Partieron todos en su seguimiento Sufrialo, por ir bien preparado ,
Por altas y soberbias serranías , Con recias fuerzas y vigor entero ,
Que parecen llegar al firmamento , De negros y caballos ayudado ;
Y en espacio menor que de tres dias Agora ningun mal es sufridero ,
Vieron de poblaciones gran aumento , Porque llueve , señor , sobre mojado ,
Tantas que no tenian ya por bueno Tanto quel mas bien puesto y el mas fuerte
Entrar tan pocos en compás tan lleno. Anda ya peleando con la muerte.
Vieron la gente bien apercebida » A cuantos huellan la terrena bola
Y con intento firme de esperallos Con tanta muchedumbre de naciones ,
Para que les sirviesen de comida , Basta para matar la hanıbre sola ,
Hacellos postas y descuartizallos ; Cuanto mas tantos colmos de aflicciones
Pero sin parar ánima nacida " Como veis padecer á la española
Huyeron desque vieron los caballos , Que traeis , no con malas intenciones ,
Y por ser el terreno tan doblado Porque bien se colige de lo hecho
Ninguno dellos pudo ser tomado. Que deseais su bien y su provecho.
El primer pueblo destas vecindades » Aquesto yo lo sé de cierta ciencia ,
De todas cosas lo hallaron falto , Y no lo duda persona ninguna ,
Y los indios con grandes cuantidades Y que con regalada providencia
Tenian de la sierra lo mas alto ; Curais el mal que mas nos importuna;
Mas con ciertos soldados Juan de Frades Pero ¿ qué presta tanta diligencia
Tomó siete gandules en un salto , Si nos desfavorece la fortuna ,
Y con intérprete que los entiende Antes, segun que vemos de hora en hora,
Vadillo preguntó lo que pretende. Donde bien esperamos se empeora?
De por sí cada uno respondia »Por estos asperísimos conveses ,
Sin mostrar intencion diferenciada , Con inmenso sudor y hambre luenga,
Y en el dar las respuestas parecia Habemos caminado ya diez meses
Gente de mas razon que la pasada ; Sin que hallemos cosa que convenga ;
Pero del oro que se pretendia Lástima con desgracias y reveses ,
La certidumbre fué menos que nada; Sin darnos tierra que nos entretenga ,
A Cuicuí cualquiera los aplica , Y cuando se pensó hallar consuelo
Afirmándoles ser provincia rica. Aun para resollar nos falta suelo.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE III , HIST. DE CARTAGENA, CANTO VII. 415
>Faltan soldados muchos y muy buenos Al principio tenian algun miedo ,
Como vuestra merced , señor , bien sabe ; Pero después cobraron mas aliento ,
Nosotros cada dia somos menos Usando de sus armas á pié quedo
Cosa no hay que no se menoscabe ; Y desmandándose cada momento
Querer continuar aquestos senos Hasta sacar los ojos con el dedo ,
Tan insufribles , en razon no cabe , Sin temor de venir en rompimiento ;
Sino los que tuvieren ya la vida Y serán tantos mas los atrevidos
Con desesperacion aborrecida. Cuantos volvieren menos y perdidos.
A cualquiera mortal inconviniente › A toda ley colar mas adelante
Nunca dejamos de poner el pecho ; Es lo mas sano destos dos estremos ,
No se puede hacer humanamente Con valor y con animo constante
Mas de lo que nosotros hemos hecho ; De buenos , basta tanto que topemos
El cielo por ventura no consiente , Con gentes que de ver barbas se espante ,
Y el camino nos hace mas estrecho ; Que presto , Dios mediante , los veremos ,
Antes pues que faltemos de por medio Pues la fragosidad desta carrera
Demos á nuestro mal algun remedio. No puedo yo creer ser duradera.
Y será de remedios el mas cierto , Será pues mi respuesta concluyente
Segun el parecer desta compaña , Que vuelva quien la vuelta deseare :
Que nos volvamos al marino puerto Que yo juro por Dios omnipotente ,
Antes que nos consuma la montaña , Que cuando ningun hombre me quedare
Pues dejamos camino bien abierto Ir mi viaje yo tan solamente
Que del fructo que hay nos desengaña : Adonde la ventura me guiare ;
Vuestra merced , señor , lo considere , Esto como lo digo será cierto ,
Y disponga segun le pareciere.» Y no volver atrás vivo ni muerto.»
Dijo su parecer como caudillo Aquesto dicho , no con poca saña ,
A quien tomaron todos por escudo , A piè , sin que curase de rocino ,
No sin alteraciones del Vadillo Comenzó de romper por la montaña
Por ser de sufrimiento muy desnudo ; Con indio que adiestraba su camino ;
Paróse demudado y amarillo . Lo cual visto por los de su compaña ,
Mas reportóse todo cuanto pudo , Hablaronle con término benino ,
Y aquella primer cólera compuesta , Diciéndole que vaya do quisiere ,
Estas razones dió por su respuesta : Que todos morirán donde él muriere.
Un hombre de quien yo tanto confío , Con estos insufribles sinsabores
Por su valor y buen entendimiento , Pasaron adelante cuatro dias ,
No debe dar favor á desvario Cuyas jornadas fueron muy peores
Con parecer que va sin fundamento ; De lodos y prolijas serranías ;
No porque yo me case con el mio , Gastábanse los tristes gastadores
Y menos en lugar do voy á tiento , En adobar las cenagosas vias
Antes deseo que se me dé lumbre Y hubo dia , por ser paso malino ,
Para salir de tanta pesadumbre. De solo media legua de camino.
Mas si teneis aquesa por segura , En este lago de calamidades
Como tractada ya con gente diestra , A voces se quejaban del Vadillo ,
Es como la tiniebla mas obscura Y él pasaba por hartas necedades
Que da de resplandor ninguna muestra ; Dichas acaso por el mas sencillo ;
Pues para la salud que se procura Pasó pues adelante Juan de Frades
No pudo ser consulta mas siniestra , Con gentes , como próvido caudillo ,
Y á la seguridad es tan aleve Mandandole que vuelva, si por caso
Que nuestra perdicion será mas breve. Viese luz que denote campo raso.
>Porque , señores , para la tornada Caminaron la vuelta del oriente
Por los lugares por do habeis venido Dejando por los árbores señales ,
¿Dejais la vitualla concertada ? Y fué colando por aquella frente
Algun mantenimiento proveido? Dos jornadas , al cabo de las cuales
Toda la viña queda vendimiada ; Vió claridad y vió campo patente
Ningun lugar que no quede barrido ; Con mucha poblacion de naturales :
Recurso no lo hay ni yo lo siento Alabaron á Dios desque lo vieron ,
Que pueda proveernos de sustento. Y á dar la buena nueva se volvieron.
»Y si los indios tienen algun resto , Pero como quien va de los cabellos,
Que nada puede ser en buen romance " Por ir faltos de fuerzas y de brio ,
Bien se puede creer tenello puesto Delicadas las zancas y los cuellos ,
Donde no le podamos dar alcance ; Desnudos, y el estómago vacío ;
Esto que digo es tan manifiesto Y ansi se desmayaron los dos dellos
Que hallareis no ser falso balance , Al tiempo que pasaron cierto rio ;
Antes si quereis ir por esa puerta Mas Juan de Frades prosiguió su via ,
Ninguna cosa hallareis mas cierta. Dejándolos allí con compañía.
»Pueblo no lo vereis adonde estaba , Yendo por aquel cieno trabajando
Que los indios los mudan fácilmente , Sin alpargates y con harta pena ,
Pues visteis que cualquiera los quemaba Con el Vadillo dió que caminando
Por apartar de si cristiana gente ; Venia de dolor el alma llena ;
Es allá la montaña muy mas brava , Danle las buenas nuevas en llegando ,
Mayor y de peor inconviniente ; Diciéndole que vieron tierra buena ,
Tampoco ballaremos sementeras Y él a Dios muchas gracias y loores
Con miedo de las gentes estranjeras. Por esperar salir destos rigores.
>Porque son indios sumamente brutos , Y todos los demás con los contentos
Carecientes de leyes que los domeu , Y esperanzas de ser campos abiertos ,
Y han por bueno perder todos los frutos Tornaron á cobrar nuevos alientos,
Dellas porque cristianos nada tomen ; Porque ya los traian cuasi muertos;
En la voracidad tan disolutos , Todos son en quitar impedimentos
Quellos inismos se matan y se comen ; Viendo cómo los toros eran ciertos ,
Yes de creer que ya libres de espanto For llegar cada cual do se rehaga
Harán de los que vuelvan otro tanto. Y salir presto de tan grave plaga.
414 JUAN DE CASTELLANOS .
Y ansi segundo dia ya pasado Apolo ya sus rayos estendia ,
Después que fué la nueva percebida , Dorando las alturas de la cumbre ,
Salieron á lo raso y escombrado Cuando la carnicera compañía
Do vieron poblacion bien estendida : Llegó donde tenia de costumbre ,
Hallan el primer pueblo despoblado , Y para sus efectos aquel dia
Aunque con abundancia de comida , Cargó mas arriscada muchedumbre
Y por el buen recurso que allí hubo Con infinitos dardos y saetas
El campo veinte dias se detuvo . Y estruendo temeroso de cornetas.
Entre tanto Joan Ruiz de Molina , La gente del real , que está de cara
Con la gente que estaba menos lesa , De la bestial y bruta pestilencia ,
Sus pasos á rancheos encamina , Luego salió de los buhíos para
Y captivó de gente buena presa , Hacer ostentacion de su presencia,
Con dos mil pesos de moneda fina ; Y ver ni mas ni menos en qué para
Ansimismo vió mas amplia dehesa , Después que se comienza la pendencia ,
Ameno valle todo cultivado , Adonde el emboscada ya camina
Y poblacion por uno y otro lado. Con el arremetida repentina.
La gente con deseo de ganancia , Los caballos con pechos y con faldas
Que ya mas reformada se sentia , E ya de muchos dias reformados ,
Al valle se pasó , cuya substancia Rompen la multitud por las espaldas
Era de señalada mejoría ; Por do nadie pensó ser asaltados :
Allí se procuró con gran instancia Quedaron amarillos como gualdas ,
Saber cómo la tierra se decia , Dejándose caer por todos lados
Pero los siete indios caramantes Con una turbacion triste y horrenda ,
Huyéronseles una noche antes. Sin se desenvolver en la contienda.
Y ansí , por lo demás que se pretende , El hierro de la lanza se ensangrienta
Segun necesidades ocurrian , Con presurosa voz de ¡ Santïago !
Aquesta falta mucho los ofende , Peones con espada violenta
Pues aunque destos indios inquirian , En indios hacen no menor estrago ;
Ninguna de las lenguas los entiende Creció la crueldad sanguinolenta ,
Ni supo declarar lo que decían , Tanto que en suelo seco hacen lago :
Y con reiterar en la respuesta Algunos desamparan los tumultos ,
Ninguna cosa dicen manifiesta. Y otros quedaron como vanos bultos.
Viendo ser nada cuanto se replica , Pero muy poca gente quedó viva
Por ser allí la diferencia tanta , Con el ciego furor y turbulento ,
Ofrecióse Francisco de Mojica Y desta mucha parte fué captiva
Ir por algun gandul á Caramanta , Que del lugar no hizo movimiento ;
Por ser lengua que estotra verifica , Al campo la victoria se deriva ,
Y por las quellos traen se discanta , De que Vadillo tuvo gran contento ,
Y ansi sin tomar tanta pesadumbre Y ansi nunca después deste rebato
Unas á otras se darian lumbre. Hubo bravosidad ni desacato.
Este con caballeros y peones Mas viniendo después de la presura
A la lijera fué por la montaña ; Garci - Lopez , finísimo soldado,
Llegaron donde son sus intenciones , Entró por ciertas matas y espesura
Ven con obscuridad una cabaña , A fin de descargar vientre cargado :
De do trajeron muchos en prisiones , Infelice sazon y coyuntura
No sin defensa de guerrera saña , Y dia suyo mal infortunado ,
Pero como soldados de momento Pues allí de los bárbaros lucidos
Salieron con honor del rompimiento. Estaban ciertos dellos abscondidos.
Llegados pues donde los esperaban , Viéndole por la via deshonesta
El Vadillo holgó con su venida , Y en ocasion tan bien acomodada ,
Y al fin supieron lo que deseaban , Saltan con gran furor de la floresta
Porque por lengua dellos entendida Rodeando la caza deseada :
Se supo ser Encerma donde estaban , Viólos , y como la tenia presta
Que por sus minas es esclarecida ; Puso mano veloz en el espada ,
Y Cuicuí, de quien llevan demanda, Pero los zaragüelles eran grillos
Quedaba mas atrás en otra banda. Para no menear bien los tobillos.
Como tuviesen pues mantenimiento Hiérenlo todos ellos á menudo
Y noticia de minas tan pujante , Como tiran á cuerpo descubierto ,
Un mes gastaron en aquel asiento , Por no llevar á cuestas el escudo
Sin que quisiesen ir mas adelante ; Y del dia fatal estar incierto ;
La gente natural con descontento Al fin él mató dellos los que pudo
De ver sus sementeras de menguante, Y el triste miserable quedó muerto ;
Venian á los collados fronteros Los compañeros el rumor oyeron,
A los amenazar con grandes fieros. Y con lijeros pasos acudieron.
Y como ningun dia se dejase Entran los que se hallan mas espertos ,
De hacer esto , para castigallos , Mas aunque fué lijera su corrida ,
El Vadillo mandó que se emboscase Ya hallaron á cuatro indios muertos
Mojica con peones y caballos, Y al fuerte Garci -Lopez sin la vida ;
Y cuando la caterva comenzase Del modo de su muerte fueron ciertos
A los amenazar y deshonrallos , Por la señal y muestra referida :
Tomase las espaldas con la gente Al cuerpo se le dió terrena sima
Y rompiese por ellos de repente. Y le pusieron una cruz encima.
Tomó diez caballeros y cuarenta Y en esta parte, do se représenta
Peones de la gente mas granada , Haber sido la muerte y el conflito ,
Y al tiempo que la noche representa Empalaron después mas de cincuenta
Estar humana gente reposada , Que estaban harto libres del delito ;
En parte se metió donde no sienta Ÿ ansi toda la tierra se amedrenta
El barbarismo vil el emboscada : De modo que no dan guerrero grito ,
Quebrada montuosa muy cercana Antes de paz un cierto señor vino
De do suelen venir cada mañana. Y trajo dos mil pesos de oro fino.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, HIST: DE CARTAGENA, CANTO VII. 415
Doce de su jaez trajo consigo , Son harto mas seguros que de barro ,
Y al Vadillo habló desta manera : Y para cualquier uso mas lijeros ;
Has de saber que Riteron me digo , Suele ser su cañuto muy buen tarro
Señor universal desta frontera ; Donde reses ordeñan los vaqueros ;
Deseo que me tengas por amigo , No se les pega de la leche sarro ,
Y que el amistad sea verdadera ; Y aunque queden al sol , duran enteros ;
Y para que ser tal la mia creas Sirve también aquesta cañavera
Yo te quiero mostrar lo que deseas. Para pajizas casas de madera.
> Si quieres que te cubra mejor pluma , Y aun muchas veces yendo los soldados
No gastes aquí mas horas baldías : Fatigados de sed por tierra seca ,
Vamos á la provincia de Guacuma , Aquellos que son diestros y avisados ,
Jornada solamente de dos dias ; Como conocen ser la planta hueca
De oro hallarás inmensa suma : Y haber dentro licuores represados ,
Tinajas , ollas , platos , almofrías ; Con el espada por la baja rueca
Y porque tengo cierta confianza La cortan, y en el hueco hallan tanta
Yo quiero ser la guia desta danza. » Agua que satisface su garganta.
Con tan próspera nueva como esta Tienen pues estos indios inhumanos
Contentamiento recibió Vadillo ; Cada cual una guaduba hendida
Dióle de mil favores la respuesta A su puerta , y en ella piés y manos
Diciendo que seria su carillo , De los que las perdieron con la vida ;
Y todos le hicieron grande fiesta Pues con voracidad de los bircanos
Por prometellos copia de amarillo ; Tigres , tienen los hombres por comida ,
Pues con tantas tinajas y vasijas Y es el de mas valor y mejor maña
Podian bien casar hijos y hijas. Quien tiene mas piés puestos en su caña.
Mas nunca vieron tan felice año , En muchas cañas del primer cercado
Aunque dieron en bien poblado seno , A manera de fistulas habia
Pues eran relaciones con engaño En diferentes partes un horado
A fin de los sacar de su terreno , Que herido del viento que corria
Adonde recibian mucho daño Como si fuera canto concertado
Y estaba ya vacío de muy lleno ; Formaban consonancia y armonía ,
Pero debajo de lo que decia Y de voces concordes y sonoras
En su demanda fueron otro dia. Oian música todas las horas.
Hallaron por los altos reventones Ocho noches durmieron en el fuerte ,
El camino bien hecho nuevamente Y allí de enfermedad que ya traia
Por estos indios , con las intenciones Luis de Tapia vió su fin y muerte :
Ya dichas en el verso precedente : También Diego de Heredia fatal dia ,
Entraron en crecidas poblaciones , Hombre muy principal y de gran suerte
Mas no ballaron ánima viviente ; Y no menos cabal en valentía ;
No ven señal ni muestra de ganancia , Ansimismo Cristóbal de Villoria ,
Pero de lo demás gran abundancia. Cuya virtud á todos fué notoria.
Ya les habian dicho que barbuda Sintióse mucho su fatal desvío ,
Gente también llegó por allí antes, Y el licenciado tuvo harta pena ;
Y no creyeron la razón desnuda Juan de Villoria mas , por ser su tio
De señales algunas importantes , Del muerto , que sacó de Cartagena
Hasta que ya salieron desta duda Proveyéndole todo buen avio
Con vellas bien patentes y bastantes , Segun que lo pedia la cadena :
Que fué la calavera de un caballo Dada pues á los nuestros sepultura ,
Y otras cosas que de presente callo. Siguieron adelante su ventura.
Vadillo pues , sintiéndose corrido En Otumani no hicieron cama
Porque pensó medrar con las migajas . Por ver el valle mal acomodado ;
Al indio dijo : « Dí , ¿ por qué has mentido? Pasan á la provincia de Guarama
¿ Adónde están las ollas y tinajas? » Y todo lo hallaron abrasado ;
Respondióle : « Los indios han hüido , Allí tuvieron mas entera fama
Y llevaron consigo sus alhajas ; De españoles que van por otro lado ,
Buscad como debeis al enemigo, De los cuales Nacor fué destruida ,
Y hallareis ser cierto lo que digo. Con ser provincia larga y estendida.
Buscaron , mas no ven señal preciosa Pasan á Dabitó va mas avante
A los humanos ojos agradable , De Nacor y sus altas serranías ,
Escudriñando gente cudiciosa , Y por ser valle lleno y abundante
Que en esto suele ser infatigable ; En él pararon mas de treinta dias ,
Mas vieron á las puertas una cosa Hasta tanto que para lo restante
Odiosa , bestial y detestable , Se reformaron bien las compañias ;
En guadubas hendidas que tenian Luego por altas sierras van á tino
Manos y piés de hombres que comian. Sin que pudiesen descubrir camino.
Estas guadubas son muy gruesas cañas , No pongo cerca desto por memoria
Huecas y altas sobre seis estados , Otros muchos trabajos y afliciones ;
De que rodean muchos sus cabañas Mas ya viendo su muerte ser notoria
Componiendo fortisimos cercados , Si no hallaban nuevas provisiones ,
Que de duro rigor no son estrañas , Adelante pasó Juan de Villoria
Pues han menester hierros afilados : Con algunos caballos y peones ,
Córtanlas ellos con agudas guijas , Prometiendo tomar aquel cuidado
Y en muchas partes sirven de vasijas. Y no volver al campo sin recado .
Tal planta es que nunca lleva fruto Por haber sido antes Juan de Frades
Ni de viciosa hoja se cobija , En inquirir caminos importuno ,
Sino ramo de puntas mal instruto , Mas no pudo por las fragosidades
Y bien puede lo hueco ser vasija , Ver en aquellos términos alguno ;
Pues de los gruesos el mayor cañuto Y ansí para suplir necesidades
Tiene capacidad de una botija , El remedio que trajo fué ninguno ;
Y ba menester tener el brazo bueno No vió senda, labranza ni buhío ,
El que de agua lo llevare lleno. Mas dió segunda vez en el gran rio.
416 JUAN DE CASTELLANOS.
Tentaron ir á la contraria banda Al tiempo que la guerra comenzaban ,
Ciertos soldados, buenos nadadores, Llegaban a las barbas y cabellos ;
Para tomar á quien por allí anda Mas como tantos dellos derribaban
Y descubrir conucos y labores ;. Muchos abaten los soberbios cuellos ,
Ahogóse Simon en la demanda Y por ninguna via comportaban
Por el agua llevar grandes furores ; El ver á los cuadrúpedos entrellos ,
Volvióse Juan de Frades menos este Porque por la presteza y el gobierno
Y sin descubrir cosa que les preste. Juzgaban ser demonios del infierno.
Juan de Villoria fué por otras vias , Y ansí viendo su hueste tan rompida
Espesuras de gran desabrimiento ; Y por diversas partes derramada,
Anduvieron perdidos siete dias Toda la multitud hizo hüida
Llenos de confusion y descontento : Dejando nuestra gente fatigada ,
Desesperadas estas compañías Ninguno con tan áspera herida
Hacen al capitán requerimiento Que brevemente no fuese curada ;
Que salga de montañas y de lodos Buscaron el lugar mas à provecho
Y no permita que perezcan todos. Donde la fortaleza fué su pecho.
Mas él los animó con su respuesta Y fué bien menester lanza y aljaba
Hasta salir á mas raso terreno Con fuerzas y favores del muy Alto,
Y de mejor y mas clara floresta ; Por ser esta nacion feroz y brava
Y ansi , pasados dias , al noveno Y barbarismo de temores falto ,
Dieron en la provincia Proponesta , Y tal que ningun dia se pasaba
Graciosa vista y espacioso seno , Sin que les diesen un crüel asalto ,
Do vieron tantos campos cultivados Hasta tanto que ya vieron el dia
Que quedaron confusos y admirados. Que trajo la restante compañía.
Como la poblacion se descubriese La cual como sus fuerzas rehiciese
En valle de comida proveido , Para vengar las injurias atrasadas •
Para que buena nueva se le diese Sin que la bárbara nacion viniese
Al campo que quedaba detenido , Los iban á buscar á sus posadas ,
A Mojica con tres mandó que fuese Y por ser principal el interese
Con paso presuroso y estendido ; De tamajiras de oro bien labradas ,
El cual con los demás al campo vino Por aquellos lugares y conveses
En menos de tres dias de camino. El campo reposó mas de dos meses.
Fueron del licenciado recebidos Tuvieron siempre pasadía buena ,
Con voz de cumplimientos honorosos , Por ser provincia rica y abundosa ;
Y consoláronse los afligidos Y allí se desasió de la cadena
Deste remedio no poco dudosos ; De vida corporal y trabajosa
Los toldos fueron luego removidos Un noble regidor de Cartagena
Caminando con pasos presurosos 9 Que se decia Juan de Peñalosa ,
Y como se llevaban buenas guias Y otro Diego Cortés en esta via
Tardaron en llegar solos seis dias. Ansimismo le tuvo compañía.
Llana se les hacia cualquier sierra Viéndose pues la gente con talante ,
Por llegar á los otros compañeros ; Cabales fuerzas , voluntad y brio ,
Y entre tanto la gente de la tierra , A fin de proceder mas adelante
Como por ella viesen estranjeros , Del valle principal hacen desvío :
Determinaron de les hacer guerra La tierra por do van es abundante
Como belicosísimos guerreros , Y dan tercera vez en el gran río,
Y teniendo por ciertă la victoria De muchas sementeras y de villas
Dieron en el asiento de Villoria. Crecida poblacion en las orillas.
El acometimiento fué terrible , E yendo caminando cierto dia
El número de bárbaros sin cuenta , Cerca del agua que los embaraza ,
El son de las cornetas insufrible , Toparon una grande ranchería
La furia de temor libre y exenta : Que contenia no pequeña plaza ,
Juzgara la razon ser imposible Hecha por españoles , donde habia
El poder escapar de la tormenta ; Sueltos sin dueño dos perros de caza
Mas á los de valor y á los inertes Los cuales á las gentes españolas
Necesidad los hizo ser mas fuertes. Se llegaron triscando con las colas.
Cúbrese de penachos aquel valle , Vadillo se quisiera hacer cierto
De lanzas y de dardos gran boscaje ; De qué gobernacion la gente fuese ,
Como Juan de Villoria pues se halle Y como buen camino ven abierto
Con caballeros diez y peonaje , Sin que trabajo ya se recibiese ,
Rompe con gran furor baciendo calle Mandó con gente capitán esperto
Por medio del ejército salvaje ; A que los alcanzase si pudiese ;
Siguieron los peones tras su huella Hajlaron los que van en la demanda
Haciendo todos no pequeña mella. Haber pasado de la otra banda.
Como cuando novillos mal domados Eso mismo hicieron los soldados
Van arrastrando golpe de madera Con determinaciones de alcanzallos ,
Que huyendo de quien eran guïados Y de las otras partes de los vados
Entraron en alguna sementera . Hallaron anchos rastros de caballos
Y estando ya los trigos sazonados Y mas de siete mil indios armados ,
Dejan por ellos ancha la carrera , Que de cierto señor eran vasallos ;
Hollando y abatiendo las espigas Mas como viesen bueste tan pujante
Con las hendidas patas y las vigas : Con temor no pasaron adelante.
Desta misma manera van rompiendo , Contaron lo que vieron en llegando
Sin que ninguno muestre mano floja , Y cómo los retrajo cuerdo miedo ,
Soberbia de plumajes abatiendo Mas lo que no supieron caminando
Donde la verde yerba queda roja ; Después se lo dijeron à pié quedo;
Crece rigor , temor , furia y estruendo , Y fué seguir los indios deste bando
Aquí y allí mortifera congoja ; Las partes de Jeorge de Robledo
Este queda sin piés , aquel contrecho , Prestándole favor para la guerra,
Otro lanzando sangre por el pecho. Contra los moradores desta tierra.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE III , HIST. DE CARTAGENA, CANTO VII.
Examinando pues dudosos trances , 417
De que nacian varias opiniones , »Adelante , segun habeis oido
Diferentes juicios y balances De los que de Pirú por horas vienen ,
Sin atinar a las resoluciones, Está todo de paz y repartido
Y cuantos indios hay señores tienen ;
Siguió Juan de Villoria los alcances Lo cual examinado , soy movido
Con algunos soldados y peones ,
Hasta llegar á bárbara cabaña A tractaros negocios que convienen
Para que como gente generosa
Que de ver españoles no se estraña. No repareis con tan menuda cosa.
Antes sin le mostrar pecho contrario No sin razon aquesto represento
La gente que en el tambo residia Por obviar á voluntad mudada ,
Les proveyeron de lo necesario Porque yo poco mas ó menos siento
Con apacibilidad y cortesía ; De muchos que la tienen depravada ,
Mas el bablar, por ser acento vario , Y están,desque vinieron con intento
Por señas solamente se entendia ;
Y allí hallaron puercos y gallinas De rematar aquí nuestra jornada ,
Contentos con maiz y con tocino
En aquellas regiones peregrinas. Que les dan á la mesa del vecino.
Proceden adelante ya por via
Para la proseguir asaz patente , »De lo cual le resulta gran afrenta
Hasta llegar a Lile , que es hoy dia A cualquiera varon de casta buena,
Pues como mendicante se sustenta
Cali , y ansi se llama de presente , De los relieves de la mesa ajena ;
Quel capitán Miguel Muñoz habia Y es loco si con esto se contenta
Poblado por Pizarro nuevamente ; Quien podria tener la suya llena ,
Y Sebastián de Benalcázar era Sin contemplar á huéspedes la cara
El general de toda la bandera. Si la tienen sin luz ó muestran clara.
Antes de ser à la ciudad venidos
Los vido quien velaba los altores ; >Que muchos lo dan hoy de buena gana ,
Teniendo la comida bien guisada ,
Salen algunos bien apercebidos , Y por ventura no lo dan mañana ,
Y conociendo ser conquistadores , Faltando con què pueda ser comprada ,
Fueron con gran aplauso recebidos Y aun por molestia ser cuotidiana
De todos estos nuevos pobladores , Quieren que desembarguen la posada ;
Dándoles hospedaje convenible Pues bien sabeis que huésped de por vida
Con el regalo que les fué posible. Es pesadumbre muy aborrecida.
Y sabiendo ser breve la jornada >>En parte ver agora no quisiera
De donde se quedó Juan de Vadillo Soldados que por mios no se cuentan ;
Esperando razon determinada Mas huélgome de ver en gran manera
De quién fuese la gente y el caudillo , Donde estos moradores se aposentan ,
La gente deste pueblo mas granada Para que vean los de mi bandera
Acordó de salir á recebillo , Con cuán poquita cosa se contentan ,
Con ellos por personas de mas fondo Y que si lo mirais , dejais , señores ,
Pedro de Ayala y Antonio Redondo. Atrás tierras mas ricas y mejores.
Los cuales le llevaron el recado,
Bellos y fertilísimos asientos
Y ambos , en cumplimiento del oficio , Que no se harta vista de mirallos ,
Suplicaron al dicho licenciado Donde podeis tener repartimientos
Les hiciese tan grande beneficio Con número crecido de vasallos ,
De ver aquel lugar recién poblado Noticias de soberbios nacimientos
Y recebir en él algun servicio :
Vadillo tuvo cumplimientos bellos , De oro que podeis luego labrallos ,
Demás de valles y de poblaciones
Y por los contentar se fué con ellos. Que deben de tener otros rincones.
Mas por las casas ser en esta era »Porque no todo puede ser visible
Pocas , donde vivian encogidos , En tierra tan doblada y estendida ,
Los soldados se ranchearon fuera , Mayormente con tiempo tan terrible
Do fueron largamente prøveidos , Y cuasi sin parar nuestra corrida ;
Por ser los del lugar en gran manera Ansí que tengo yo por imposible
Nobles y cortesanos comedidos : No quedarnos callada y abscondida
Alli fué pues el dicho licenciado Grande prosperidad á cualquier mano ,
Ocho dias ó diez muy regalado. Que podremos hallar este verano.
El tiempo que decimos ya pasado , »Por tanto yo , señores , os suplico
El comendador Sosa , su teniente , Que ninguno rehuse la carrera ,
Segun que pareció por su mandado Porque mediante Dios ha de ser rico
Al campo convocó toda la gente ; Aquel que no dejare mi bandera ;
Y después que los hubo congregado , Y de mi tractamiento certifico "
El Vadillo les dijo lo siguiente : Como será con amistad sincera ,
Amigos y señores , sed servidos Pues aunque tengo repentina ira
De me prestar atentos los oidos. También sabeis que luego se me tira.
Bien escripto terneis en la memoria »De los bienes que tengo no soy duro ,
Con cuál intento fué nuestra venida , Y bien conocen todos los presentes
Los trabajos y pérdida notoria Con cuánta caridad y amor procuro
Unos de su caudal y otros de vida , La vida y la salud de los dolientes ,
El provecho ninguno , poca gloria Y que con claridad ni con obscuro
De tanta desventura padecida , Nunca fuí de los menos diligentes ;
Y sobre tantos males , no pequeño Antes en cualquier riesgo manifiesto
Aportar á region que tiene dueño , Con todos los demás me hallé presto.`
» Pizarro tiene desto la conquista
»Cualquiera bueno pues que me siguiere
Con posibilidad engrandecida ; Y con mi voluntad se conformare ,
Benalcázar, la tierra tiene vista Sepa que moriré donde él muriere
Y hasta la de Encerma recorrida , Y él gozará de lo que yo gozare ;
De todos los caciques hecha lista Y el que contrario parecer tuviere ,
Y toda la provincia repartida , También me holgaré que se declare
De manera que ya no tiene cebo Para que percebida su respuesta
Aquel que por aquí viene de nuevo. Haga la diligencia que me resta.»
T. IV.
27
418 JUAN DE CASTELLANOS.
Dijo Vadillo lo que pretendia , Y entre tanto que cosas encarama,
Segun manifestó con pecho sano , A las lisonjas dando suelta rienda ,
Y visto que ninguno respondia Como estaba debajo de su cama
De soldado novel ni veterano , Del Vadillo y al lado de la tienda,
Francisco de Mojica fué la guia Un negro del Ledesma, segun fama ,
Que para responder tomó la mano , Hurtó por su mandado la hacienda ,
Declarando comunes intenciones Y cuando sintió ser el salto hecho
En esta breve copia de razones : La prática dejó por el provecho.
« Señor gobernador , bien entendida Despidióse con grande reverencia ,
Tenemos todos la voluntad vuestra , Segun el uso de amistad estrecha :
Porque de la merced hoy prometida Imputan al Vadillo la dolencia
En el viaje distes clara muestra , Desque remaneció la maldad hecha ;,
Y en servíros , sin falta conocida , El cual perdió del todo la paciencia
También sabeis cuán buena fué la nuestra, Viéndose macular desta sospecha ,
Y aun con venir tan llenos de fatiga Y con briosos y feroces modos
No faltará quien vuestros pasos siga. Soltó largo la lengua contra todos.
» Pero de muchos otros imagino , Fué la vuelta de Quito pues Vadillo
Y de todos será la mayor parte , Con Villoria y algunos caballeros
Que no querrán volver por tal camino Que de su voluntad quieren seguillo
Ni habrá quien del contrario los aparte ; Sin que lleven recurso de dineros ,
Pues á muchos hablé cuando convino , Por los coger Ledesma su carillo
Y sus respuestas fueron de mal arte , A ellos y á los otros compañeros ,
Diciéndome que desto nadie gusta Y el licenciado iba con consejo
Y con escusa que parece justa. De ir á Panamá por Puerto-Viejo.
Porque dicen que vienen del viaje Constó de la maldad ser inocente ,
De todas cosas mal apercebidos , Porque desque de Lile fué partido
Sin salud , sin servicio , sin ropaje , El que decimos ser el delincuente
Llagados , estragados y perdidos , Mejoró las alhajas y el vestido ,
Pocos caballos y ningun herraje Y por velle gastar tan largamente
Y sin poder aqui ser proveidos ; De los demás soldados fué tenido
Pues los desta ciudad bajos y altos En aqueste delito por culpado ,
También de muchas cosas están faltos. Por donde lo pusieron á recado.
Y si de los vecinos hay presea , Tomó del crimen el conocimiento
Que por se la pedir á precio sale , Un alcalde que fué George Robledo ;
Ninguno dellos hay de quien no crea Al amo y al criado dió tormento
Que para la vender no se regale , Con los rigores de juez acedo :
Y el precio que pidiere que no sea Negaron ambos con viril aliento ,
Seiscientas veces mas de lo que vale , Mas al cabo Ledesma con el miedo
Y ninguno de nos tiene quilates El oro dió , de mas mal sospechoso,
Para comprar dos pares de alpargates. En confesion á cierto religioso."
»Volver pues pocos , mal encabalgados , El cual , mediante señas evidentes ,
Y sin llevar de cosa cumplimiento , Del oculto lugar lo desentierra ,
Seria propio de desesperados Y repartióse por los pretendientes ,
Y faltos de cabal entendimiento ; Segun que trabajaron en la guerra ;
En conclusion : yo sé que los soldados Disimulóse con los delincuentes ,
No se pornán en este detrimento , Y al crimen y maldad echaron tierra ,
Y ansi vuestra merced no los espere , Pues mas gritaban al jüez severo
Sino haga lo que le conviniere. Por las botas que por el escudero.
»Lo que resta , señor , es que veamos , Después del oro todo repartido
Pues es cosa que á todos nos conviene , Sin haber el Vadillo parte dello ,
Ese poco caudal que rancheamos Con gente que seguia su partido
Y que vuestra merced en guarda tiene, Llegó Luis Bernal para prendello ;
Para que lo pesemos y partamos Y como le dijesen ya ser ido ,
Y sepa cada cuál lo que le viene : Nunca curó de mas seguir su huello ,
Que bien es menester en los estremos Por ir cansado ya , de cuya causa
De la necesidad en que nos vemos.» Alli con los que trajo hizo pausa.
Dijo , y el licenciado bien consiente Juan de Vadillo prosiguió su via
En se hacer del oro partimiento , A Panamá , segun se da noticia ;
Pero de remontársele la gente Y el licenciado Santa Cruz tenia
Sintió mas que mortal desabrimiento ; Allí malsin con carta de justicia ;
Y ansi tento por via diferente Y aunque la gente que lo conocia
Haciéndoles un gran requerimiento , Con amistad To tracta y acaricia ,
Y entonces si pudiera tirar puyas Lleváronlo con guardas y cadena
Es cierto que hiciera de las suyas. A la gobernacion de Cartagena.
Desbravó con palabras por un rato En la cual le tomaron residencia
Viendo que diligencia no le presta ; Y anduvo bien trabada la rencilla ;
Mas recelándose de desacato Al fin él apeló de la sentencia
Mudó su condicion en mas modesta , Y preso lo llevaron á Castilla ,
Porque hubo murmurios de mal trato Adonde pareció por su presencia
. De gente no del todo bien compuesta : Ante jüeces de suprema silla ,
Al fin la particion que se pedia Y en la grita de cargos y descargos
Quedó de se hacer siguiente dia. Se consumieron cuatro lustros largos.
De la manera que decimos queda , Y Juan Rodriguez Gil , que fué por esta
Y fué su voluntad determinada Sazon allá, le dijo : «¿ Por qué tiene
Para que con razon y cuenta pueda La sentencia tardanza tan molesta,
Ser á gusto de todos liquidada ; Y no pide con priesa que se ordene ?>
Pero por un Ledesma la moneda Dióle Juan de Vadillo por respuesta :
Aquella misma noche fué hurtada , «Por ser cosa que menos me conviene ,
Que , como su privado , habló largo Antes la dilación yo la procuro
Con e. Vadillo cerca de su cargo. Porque con ella vivo mas seguro.»
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE ш , HIST. DE CARTAGENA, CANTO VIII. 419
Después , teniendo flaca la costilla Y para peregrinos siempre llena :
Y posibilidad menoscabada , Está la villa sobre la barranca
Murió , segun me dicen , eu Sevilla , Del rio grande de la Magdalena ,
Sin ser su causa toda sentenciada. Tanto que cuando va menos quieto
He dado cuenta sin faltar hebilla Pone los moradores en aprieto .
De lo mas substancial de su jornada; Lugar es donde viven á gran vicio
Y ansi quiero.primero que mas diga, De muchas cosas , fructas y pescado ,
Algun alivio dar á mi fatiga. Mas de mosquitos no poco bullicio
Siempre que sopla viento sosegado :
CANTO OCTAVO . Los caimanes les comen el servicio
Pande se da cuenta cómo volvió don Pedro de Heredia con título de ade- Cuando llega por agua descuidado ;
lantado, y cosas sucedidas después de su venida, y antes que llegase á Hay manaties , pesca de deleite ,
Cartagena.
Cuya grosura tienen por aceite.
En los incultos versos desta historia , Es este rio dellos abundoso
Que nunca de verdad tienen inedia , Sin le faltar ivierno ni verano :
Hemos dejado puesto por memoria Es pece grande y en sabor gustoso ,
De la suerte que fué Pedro de Heredia Para los achacosos no bien sano ;
A Castilla , por la pasion notoria En guisados y en tiempo tenebroso
De quien ya recitamos su tragedia ; Esta manteca tienen á la mano ,
Y resta por que todo se concluya Segun ala la cola , y á manera
Que tractemos agora de la suya. La boca que parece de ternera.
A Castilla llegó con sus recados , Tantos tasajos da como un ternero
Y como fuese negociante viejo , Y alguno como mas crecidas reses ;
Después de los jueces informados , Indios algunos usan de su cuero
Presentó los procesos en consejo , Haciendo dél adargas y paveses
Y vistos los agravios y notados Que no puede pasar indio flechero,
En su favor halló buen aparejo ; Y hacen poca mella los reveses ;
Y ante la majestad del rey invito Son torpes en remanso y en corriente,
También dió relaciones por escrito. Yansí los pescan indios fácilmente.
El cual , de sus servicios enterado También aqueste pueblo se regala.
Y de su calidad estando cierto , Con los refrescos que de España tienen ,
Lo nombró luego por adelantado Por ser este lugar puerto y escala
De lo que por él fuese descubierto ; De tractantes que al nuevo reino vieneu ;
El oro le volvieron secuestrado , Y allí hacen el precio y el iguala
Porque constó hacérsele gran tuerto ; Para que sus viajes les ordenen
Y ansí por su bondad , gracia y aviso , En canoas , con bárbaros remeros
Sus causas concluyó segun que quiso. Que les granjean copia de dineros.
Mas antes , como queda repetido , Cincuenta leguas ponen por el rio ,
Contra quien lo quító de su reposo Desde la mar á la ciudad novela ,
Pidió jüez , y fuéle proveido Y bien puede venir alto navío
A Santa Cruz , un hombre virtuoso , Si hinche viento próspero la vela ,
El cual en Cartagena recebido Segun un singular amigo mio
No procedió por orden riguroso , Lo hizo con su propria carabela ,
Pues en el tiempo que duró con mando En Indias de los viejos peregrinos
Menos pecó de duro que de blando. Y gran indagador de sus caminos.
Corrian ya , segun cristiana cuenta , Es su nombre Juan Nieto , y es tan neto
Cuando por tal juez Santa Cruz vino , En letras y en virtud , y tan bastante
Sobre mil y quinientos y cuarenta En los etéreos cursos y el efeto
Otros dos años del natal divino , Dellos , que si no fuera tan distante
Y entonces por obispo se presenta Dijéramos algunos que Juan Nieto
Fray Hierónimo de Loaysa , dino No podia no ser nieto de Atlante
De gobernar mas estendidas greyes , O de Conon , Meson , Anaximenes
Y ansi murió arzobispo de los Reyes, O ya de Endimion ó Sosigenes.
Tenia Panamá real audiencia
Goza méritamente desta gloria
A la sazon que Santa Cruz gobierna , Por esta gracia ya conmemorada,
Y viniendo de la real presencia Y no menos son dignos de memoria
Por un oidor Lorenzo de la Serna , En Indias los efectos de su espada ,
Tomóle de camino residencia , En allanar provincias de Victoria
Que fué de licenciados la mas tierna ; En este nuevo reino de Granada ,
Y por irse los dos aquel ivierno Como mediante Dios dirá mi marte
A los cabildos dieron el gobierno. Cuando vengamos á la cuarta parte .
En esta coyuntura señalada
Y antes de dar Vadillo la estampida , Y porque me parece que conviene
Poner aquí la muestra deste rio ,
La villa de Mopox era poblada Con pueblos de españoles que mantiene
Y entre nobles su tierra repartida : Con sus tributos bárbaro gentio ,
Por Alonso de Heredia fué fundada , El dicho , por el gran curso que tiene,
Y los vecinos , gente bien nacida , Aquí lo dibujó por ruego mio ,
Todos ellos soldados escogidos Con rumbos y derrotas y tal traza ,
Y en las entradas largas bien curtidos. Que con verdad podrá salir á plaza ( 1).
Martin Rodriguez un doctor fué destos , Volviendo pues al punto , ya se trata
Ayllon y Andrés zapata , principales , Regirse por cabildos el rebaño ,
Los dos Sedeños , hombres bien compuestos , Y el doctor dicho y el Andrés Zapata
Y un padre y hijo dichos Sandovales , En Mopox gobernaban aquel año ;
Retes y Rentería siempre prestos
Los cuales por tener la gente grata
A dar de su valor buenas señales ;
Fué Juan Gomez Cerezo de los buenos Y porque el ocio no causase daño ,
Determinaron de correr la sierra
Y Alonso de Caravajal no menos. E ir calando mas aquella tierra.
Un Juan Martin de Urista , Villafranca,
Cogollos, Cano y otra gente buena , (1) El diseño 6 plano á que se hace referencia , no existe hoy dis en la
En la guerra ninguno mano manca biblioteca de la Academia de la Historia , de donde hemos sacado la co-
pia de la segunda y tercera parte. (N. de losE.J
420 JUAN DE CASTELLANOS.
Y siendo por los dichos acordado Cargó sobre la gente baptizada
Que se nombrase capitán decente , La que por su defensa se desvela :
El Alonso de Heredia fué nombrado Es de piedras terrible la nubada ,
Por estar en el pueblo de presente , Nube de flechas y de dardos vuela ;
Y ser hermano del adelantado Los golpes atormentan la celada ,
A quien ver esperaban brevemente ; Descomponen la cóncava rodela :
El cual, puestas las cosas en concierto, La confusion , la grita y algazara
Salió con cien soldados deste puerto. Los aires rompe , y el herir no para.
Algunos van con intencion malina , El escuadron cristiano no procede
Porque no muchas leguas desviados A mas amplo lugar del que tenia ,
Aquel Andrés Zapata se amotina Y tal es el que tiene , que no puede
Con la parte mayor de los soldados , Desenvolverse por ninguna via :
Y al tiempo que por él se determina Terrible fuerza hace que se quede
Al Heredia prendió y à sus crïados , Donde desembarcó cuando venia ,
Al cual para Mopox envió preso Esperando que lleguen con su mano
Con los que no siguieron su mal seso. El don Pedro de Heredia y el hermano.
Después de cometer aquel esceso Llegaron pues los barcos rezagados
Por ambicion del mando solamente , A las turbadas voces y al ruido :
Y sin considerar otro suceso Hallaron á los suyos mal parados
Que de su sinrazon iba pendiente , Y al mozo don Antonio mal herido ;
No perturbando nadie su progreso Fué con los compañeros y soldados
Acaudilló después aquella gente Dentro de los navíos recebido ,
Por tierra rica , fértil, bien poblada Ojeando los indios desde fuera
En aquella sazon y edad dorada. Con fulminosos tiros de fuslera.
Pero su presuncion y su locura Metia Febo ya carro dorado
Duró poco después de la rencilla , En las profundas ondas de occidente ,
Porque sintieron mal de la soltura Y el rio Darien conmemorado
Todos los moradores de la villa , Impetuosa trajo su corriente ,
Y vino por la misma coyuntura En tal manera , que les fué forzado
El don Pedro de Heredia , de Castilla, Al pueblo de Urabá volver la frente ,
Con el orden y faustos arrogantes Donde el gobernador por su querido
Anejos á los cargos semejantes. Estuvo muchos dias detenido.
Culparon por varon facineroso Estando pues con sus soldados quedo
Al Zapata , sus deudos y parientes , En la seguridad deste castillo ,
Y como fuese nada perezoso Allí también llegó George Robledo
En obviar á los inconvinientes , Por el camino que llevó Vadillo ,
A Mopox vino sin tomar reposo Con gente que mostraba con el dedo
Y fué tras los incautos delincuentes , Lo que fué menester para seguillo,
Trastornando las sierras y los llanos Por ser estos de los cartagineses
Hasta que le cayeron en las manos. Que sabian rincones y conveses.
Con gran facilidad los desbarata Habia dos ó tres pueblos fundado
Con treinta , como capitán esperto , Con instruccion por Benalcázar dada ,
Y á mas de los sesenta manïata Como teniente suyo señalado
Hasta ser-informado de lo cierto : Y capitán de los de su jornada ;
Huyó de los conflictos el Zapata , Y el Robledo por ir á mayor grado
Y no pareció mas vivo ni muerto ; Determinó de dalle cantonada ,
Murieron en los árbores colgados Y en España pedir al gran monarca
Cuatro de los que fueron mas culpados . Lo quél pobló con toda su comarca.
A Mopox se volvieron con el resto Al Heredia dió cuenta del digreso ,
Algunos enlazados en cadena , La causa que lo trae y el intento ,
Adonde por un término modesto El cual se concluyó con fin avieso ,
Los otros castigó con leve pena; Dignísimo de lloros y lamento ;
Indios trajo de paz , y hecho esto Y como sea largo su proceso ,
A la ciudad volvió de Cartagena , En este de presente no lo cuento ,
No para reposar, mas con intento Mas en tanto que llega su tragedia ,
De adelantar el adelantamiento. Querria concluir la del Heredia.
Y ansí de los soldados mas insines El cual , como Robledo se embarcase ,
Juntó trescientos á las armas hechos , No dejó de tomar alguna pena
Carabelas y fuertes bergantines De que por otra gente se poblase
Llenos de vitüallas y pertrechos , Lo que se descubrió por Cartagena ;
Con los cuales salió destos confines Y ansi , sin que mas tiempo se tardase ,
Y al rio Darien fueron derechos , Para Buriticà partir ordena ,
Y el hermano y el hijo don Antonio , Llevando de soldados buena copia
Que dió de su valor buen testimonio. A la ciudad que llaman Antioquia.
Fieras naciones fueron conquistando , Donde la mayor parte de la gente
Que todas usan venenosa vira , Era de aquella que llevó Vadillo ,
El Darien arriba navegando Y Alvaro de Mendoza por teniente ,
Donde los contrastó bárbara ira , Del don Pedro de Heredia gran carillo ;
Y mas cuando llegó cristiano bando Aqueste deseaba grandemente
Al pueblo que llamaban Oromira , Que la ciudad quisiese recebillo
En una fértil isla deste rio Por su gobernador , pues era cierto
Poblada deste bárbaro gentio. De su gobernacion lo descubierto.
Adelante del buen adelantado Y puesto caso que por el absencia
El hijo don Antonio tomó tierra, Del George Robledo gobernaba
Que como valeroso y esforzado Y él mismo le dejó con la tenencia
El cobarde temor de si destierra ; En tanto quel gobierno negociaba ,
Opónese por uno y otro lado Ponia la posible diligencia
• Pujanza numerosa para guerra En atraer á lo que deseaba
De bárbaros crüeles y valientes, A vecinos , justicia y regimiento ,
Con armas y pertrechos diferentes . Haciéndoles aqueste parlamento :
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , HIST. DE CARTAGENA , CANTO VIII. 421
«Si , señores , es nuestro presupuesto « Razon y obligacion tengo bastante ,
Servir al rey con un pecho cristiano , Si debe ser amor con tal pagado ,
Entiendo que se puede hacer esto Para hallarme yo muy adelante
Muy bien debajo de cualquiera mano , En el servicio del adelantado ;
Como no sea yerro manifiesto Mas en consentimiento semejante
O que traiga sospecha de tirano ; No me conviene ser precipitado :
Pues aunque sean puestos diferentes , Que las cosas de honor sabios y buenos
Al fin al rey estamos obedientes. No las bacen á poco mas o menos.
>Todos aquellos que esto pretendemos , >Vuestra merced ha dicho lo que siente,
Consta por muchas vias y razones, Y aquese parecer tiene por pio :
Que muy mayor servicio le hacemos Yo con licencia desta noble gente
En evitar pendencias y pasiones , Quiero, señor, también decir el mio ,
Que los que se pusieren en estremos El cual si se mostrare diferente
De largas y sangrientas disensiones , No se debe juzgar á desvarío ,
De que resultan males y caidas , Pues cosa comun es en menesteres
Con pérdidas de honras y de vidas. Haber siempre contrarios pareceres.
»Con lo cual nos amaga la presente » Benalcázar no vió nuestra presencia ;
Venida del señor adelantado , Menos vimos la suya los presentes ,
De lo que hemos poblado pretendiente , Por él andar con viva diligencia
Por ser de gente suya conquistado ; Descubriendo provincias destas gentes ;
Y ansi deseo yo que cuerdamente Mas en su nombre dimos obediencia
Este negocio sea consultado , A los que señaló por sus tenientes ,
Y para no hablar sin fundamento Y en el nombre del rey y dél poblamos
Quiero decir aquí lo que yo siento. Aquesta vecindad adonde estamos.
A todos los que estamos en aquesta »Y aunque esta fundacion pública fuese
Tierra que por Pirú se nos cercena , Y con solemnidad autorizada ,
Es cosa por papeles manifiesta El dia , mes y año se escribiese ,
Ser del gobernador de Cartagena, Segun la condicion acostumbrada ,
Pues con soldados y bandera puesta Ninguno vimos que contradijese :
En ella hizo la primer estrena , Antes por todos fué ratificada ,
Como testigos sois todos de vista , Y tiene quien agora la subyeta
Que trabajastes bien en la conquista. Su posesion pacífica y quieta.
Y como sabe que le pertenece Y esto solo condena las reyertas
Aquesta poblacion y su terreno , Que podria mover poca prudencia ;
Determinó venir , segun parece , Pues aunque sean tierras descubiertas
Para sacallo de poder ajeno ; Por otros , no consiguen la tenencia
De gentes y caballos no carece , Dejándoselas solas y desiertas
Ni de cañones de sulfúreo trueno ; Y sin hacer en ellas asistencia;
Nosotros carecemos de potencia Y ninguno debria formar queja
Si queremos hacelle resistencia. Porque pueblen los otros lo quél deja.
Y aquesta, puesto caso que la bubiera , » Las dichas diligencias al mas ciego
Si cada cual de nos fué su soldado , Jüez le mostrarán camino llano ,
Algunos buenos se harán afuera Y los de Cartagena yo no niego
Y ternán por honesto dalle lado, Entrar en esta tierra mas temprano
Por no pelear contra la bandera Y que dieron las cartas en el juego ,
Debajo de la cual han militado ; Pero ganóle quien jugó de mano ,
Y es muy mejor quel pueblo se convide , Procurando hacer nueva cultura
Dándole llanamente lo que pide. Desque vieron sazon y coyuntura.
>Todos tenemos ya conocimiento > En lo demás de no salir afuera
De su virtud , valor y cortesía , Deste otro bando donde nos metimos ,
Amor , urbanidad , comedimiento , Conozco que debajo de cualquiera
En paz y guerra , cuando nos regia Gobernador á nuestro rey servimos ;
Con un caritativo tractamiento , Mas en tal ocasion , nunca Dios quiera
Y en cualquier ocasion que se ofrecia Que falte nuestra fe donde la dimos ,
De batalla campal ó de recuentro Pues la lealtad que á nuestro rey tenemos
Ninguno se hallaba mas adentro. También á sus jueces la debemos.
» Digo lo que mi seso comprehende >> Menos lo que traeis á la memoria
Por evitar algun mortal suspiro ; De Robledo , señor , me satisface ,
Y en esto Benalcázar no se ofende Pues aunque le cargueis culpa notoria ,
Si lo mirare como yo lo miro , A la nuestra no borra ni deshace ;
Y mas considerando que pretende Demás de quél á nadie da su gloria
Jorge Robledo de hacelle tiro , Y á sí tan solamente se complace ;
Yendo para los reinos castellanos Y quien sopló seria con intento
A le quitar aquesto de las manos. De que su Majestad fuese conteuto.
>Y algunos ayudaron con un grito , » Reconozco también venir pujante
Que por no convenir no los enseño , Como negociacion premeditada ,
Poniendo sus servicios por escrito , Pero yo competencia semejante
Dando dineros para su diseño ; No la quiero poner en el espada ,
Acá no me parece ser delito Porque medios ternemos, Dios mediante ,
Que volvamos las tierras á su dueño : Para salir con paz desta jornada ;
Haya resolucion antes que venga , Y si el adelantado dellos huye ,
Y examinemos lo que mas convenga, » Con le dejar el pueblo se concluye.
Dijo , y hubo diversas opiniones > Irémonos nosotros , y él se quede
Después que percibieron la propuesta ; Sin mano le mostrar sanguinolenta ;
Y estando proponiendo sus razones , Daremos los avisos à quien puede
Sin resumir cuál fuese mas honesta , Concedelle lo que pedir intenta;
El capitán Rodrigo de Quiñones Y si después algun mal le sucede ,
Tomó la mano para la respuesta , No se podrá poner à nuestra cuenta ,
Y con recato de varon prudente, Antes con hacer esto con buen seso
En esta junta dijo lo siguiente : Eu nada queda nuestro punto leso.
422 JUAN DE CASTELLANOS.
Es pues mi parecer que se reciba Por él apaciguadas las contiendas
Muy bien y sin mostrar alteraciones , A su costa , sin ver de quién le vino,
Y conocido dél en lo que estriba , Por evitar revueltas mas horrendas
Daremos las escusas y razones , Y no venir á torpe desatino ,
Al cual si se le hacen cuesta arriba Mandó volver los suyos á sus tiendas
Saldrémonos con sanas intenciones Y los otros se fueron su camino ;
A dar razon á quien la tierra tiene , Y fué tal la herida de la mano
Con la fidelidad que nos conviene. » Que tardó muchos dias en ser sano.
Dijo Quiñones lo que represento , En este mismo tiempo ya sabia
Como varon entrellos mas anciano , El Benalcázar por informaciones
Y todos los de aquel ayuntamiento Lo que George Robledo pretendia ,
Tuvieron este por consejo sano ; Y para que lo lleven en prisiones
Y ansí vinieron en consentimiento Capitán y soldados proveía ;
Sin que contrarios fuesen à la mano; Mas ya fueron tardías prevenciones ,
Apártanse con esto , y entre tanto Porque llegaron á Antioquia cuando
Llegó la noche con su turbio manto. Iba por altas ondas navegando ,
Y cuando de la tierra rehuia Quien vino para tal efecto era
El fumoso vapor de Flegetonte , Su mismo general , hombre valiente ,
E ya febeo rayo descubria Aqueste se decia Juan Cabrera
Sus resplandores por el horizonte , No menos esforzado que prudente:
Dorando por el curso que solia El cual después en la batalla fiera
Las cumbres altas del opuesto monte , De Quito pereció con otra gente ,
Levantáronse todos con intento Ya maese de campo del escuela ,
De le hacer aquel recebimiento. Belicosa de Blasco Nuñez Vela.
Eljinete compone su rocino , Viniendo pues aquesta compañía
Aprieta con reata la coraza , Sin ser de los sucesos adevinos ,
Vistese fuerte jaco jacerino , Encuentran á Mendoza que venia
Adarga cada cual dellos embraza ; A los buscar con todos los vecinos :
Salieron una legua de camino Oyó Cabrera cómo se movia
Hasta hallar en él cómoda plaza , A causa de los otros peregrinos ,
Y al tiempo que venia ya cercano Y envió luego como varon saje
Regocijáronse por aquel llano. A don Pedro de Heredia su mensaje.
La tal escaramuza concluida , Y lo que su mensaje contenia
Adonde no faltó destreza y arte, Era decille: Yo soy un soldado
El parabién le dan de la venida Al servicio de vuesa señoría ,
Todos y cada uno por su parte ; Por grandes beneficios obligado ;
Y como fuese gente conocida , Pues en tiempo que menos poseia
Que fué de su bandera y estandarte , En Nicaragua fuí muy regalado
Correspondía con razon propicia , Por el señor bermano, que fué mio,
Y á todos los abraza y acaricia. En buenas obras y en socorro pio.
Caminan sin tractar de su litijo » Mi denominacion es Juan Cabrera
A la dicha ciudad recién fundada , Tengo de Benalcázar provisiones
Adonde con placer y regocijo Para le defender esta frontera
Hospedaron la nueva camarada , Con justificadísimas razones ;
Y al buen adelantado y á su hijo Y esme testigo Dios que no quisiera
Alvaro de Mendoza dió posada Hallar tan peligrosas ocasiones ,
En la suya , que muchos insistia Pues como falte buen comedimiento
Aquel mando le diesen, otro dia. Habremos de venir en rompimiento.
Aquella noche puso diligencia , · > Don Sebastián de Benalcázar tiene
Y el intento de todos conocido , El adelantamiento desta tierra ;
Parecióle mejor mudar sentencia Tiene la posesion que le conviene
Y dejar a los huéspedes el nido ; Que dentro de sus términos encierra ,
Y ansi hizo con los demás absencia Y agora vuestra señoría viene
Antes de ser el resplandor venido : A se la perturbar, mediante guerra :
El gobernador supo de su gente Es agravio notorio y es ofensa
Irse los moradores y el teniente. Que pide por su parte la defensa.
Por él reconocida la mudanza , »Y pues por el discurso de su vida
Siguió con pocos hombres tras sus huellos Usó siempre de términos cristianos ,
Debajo de falace confianza A su bondad suplico que se mida
Pensando con palabras atraellos : Primero que vengamos á las manos ,
Hablóles con amor do los alcanza , Porque será sin falta defendida
Mas no fué parte para convencellos , La tierra con los valles comarcanos ,
Y los suyos y los del otro bando Y por la defender y estar en ella
Estuvieron allí dando y tomando. Habemos de bebella ó de vertella.»
Y entre gente menuda de peones , El don Pedro de Heredia, vista esta
Que no fueron personas señaladas , Amenaza del capitán severo ,
De términos usaban fanfarrones Alteracion ninguna manifiesta ,
Con algunas palabras mal criadas , Antes recibió bien al mensajero,
Tales que de razones en razones Enviándole luego la respuesta
Vinieron á probarse las espadas , Como cuerdo y honrado caballero ;
Y el don Pedro de Heredia mas remoto Y porque no podia tomar pluma ,
Oyó las cuchilladas y aboroto. De sus palabras esta fué la suma :
Fué para ellos lo mejor que pudo «Que porque no tuviesen cherinolas
A fin de mitigar aquel ruido , En semejantes averiguaciones ,
Tomando su presencia por escudo Y entre gentes amigas y españolas
Sin de otras armas ir apercebido; Cesasen las molestas disensiones ,
Y en esta confusion de vulgo rudo Ambos á dos se viesen á sus solas
En la mano derecha fué herido , Examinando bien las provisiones,
Y fué de los contrarios un soldado Y coligido dellas lo mas cierto
En la cabeza mal descalabrado Vernian á cualquiera buen concierto.
423
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, HIST. DE CARTAGENA, CANTO VIII .
Aquel que vino con el embajada Esperaron dos dias , y venidos
Miró con atencion toda la gente , Los que de nada fueron sabidores ,
Y vióla mal dispuesta y agravada , Estuvieron al mal de los vencidos
Los mas con calentura pestilente , Y al albedrío de los vencedores ;
De la trabajosísima jornada , Ponen por lista bienes recogidos
No de la de Vadillo diferente ; Estos solícitos recogedores ,
Y al don Pedro de Heredia no tan sano • Para los repartir por las coronas ,
Que pudiese valerse de su mano. Segun la cualidad de las personas.
Lo cual al Juan Cabrera representa Teníanlos con guardas dentro y fuera
Y á los que con él eran congregados , En un cierto caney, casa pajiza ,
Dando de lo que vido larga cuenta , Y otra noche después de la primera
Y quel gobernador y sus soldados Con fuego tal que los escandaliza ,
Para se defender en tal afrenta No saben cómo ni de qué manera ,
Los mas dellos imposibilitados , Todos se convirtieron en ceniza ;
Y andaba fuera la gente mas sana Y ansi se consumieron sin gozallos ,
Visitando la tierra comarcana. Escepto los esclavos y caballos.
Y los que le quedaban sin aquestos , Este gobernador con sus guerreros ,
Por estar impedidos de mil males , De la manera dicha desarmados ,
Como en acometelles fuesen prestos El padre é hijo como prisioneros
Sin esperar los otros principales , A Benalcázar fueron presentados ;
Fácilmente serian descompuestos Viéronse los dos viejos sin terceros
Y habrian á las manos sus caudales ; Mostrando provisiones y recados :
Y que en tal ocasion le parecia Aseguraba cada cual su puerto
Ser esto lo que mas les convenia. Y ansi nunca vinieron en concierto.
Oidas las razones , insistian El don Pedro de Heredia , no sin pena
No pocos con cudicia de roballos , Por ver opinion suya decaida
Porque también les dijo que traian Habiéndola tenido siempre buena ,
Gran cuantidad de negros y caballos , Y tal que nunca supo ser vencida ,
Con otras muchas cosas que podian Tuvo por bien volver á Cartagena
En sus necesidades remediallos : Y efectüóse luego la partida
Condescendió Cabrera con su ruego , Por Panamá , do vino manvacío
Y para tal efecto partió luego, Aunque no de coraje ni de brio.
Ordenando como persona diestra Estando descansado del camino ,
Todos sus caballeros y peones ; No sin alteracion de lo pasado ,
Y el buen Heredia como vió la muestra Don Francisco de Benavides vino ,
Reconoció las malas intenciones Fraile hieromitano , por prelado ;
Y no poder hüir suerte siniestra Y entonces un gran mal era vecino
Si no lo remediaba con razones ; Alpuerto , que por mí será sumado,
Y ansi salió con una yegua blanca Primero que pasemos adelante
Y unos papeles en la mano manca. A decir del Heredia lo restante .
Entrellos se metió con escribano Seis años iban ya sobre cuarenta
Que de los autos diese testimonio , Del parto de la Virgen siempre pura ,
Y por lo reguardar , allí cercano Con mas los quince cientos de la cuenta
Se puso su querido don Antonio ; Que suelen substanciar un escriptura,
Mas como ya los otros en lo llano Cuando nuestra ciudad esperimenta
Entrasen con furores del demonio , Una calamitosa desventura ,
No se curaron de escuchar razones, Víspera del patrono Santiago ,
Ni cédula real ni provisiones. Dia por nuestras culpas aciago.
Llegó Francisco Nuñez que es Pedroso, A veinte y cuatro pues de julio era,
En este reino harto conocido , Dia que se tenia señalado
Uno de doce del motin famoso Para velar al capitán Mosquera
En la ciudad de Lima cometido , Con una hermana del adelantado,
Cuando fué con remate lacrimoso Antes que lumbre dé la cuarta esfera
Aquel marqués de vida despedido : Tendiese por allí rayo dorado ;
Aquel don Francisco Pizarro digo Pero cesaron estas bendiciones
Por quien huyó Pedroso del castigo. Por anticipacion de confusiones.
El dicho pues con los demás venia , Y porque de raiz el caso cuente ,
Y al Heredia llegó de los primeros , La que diré lo fué dél alboroto
Diciéndole con cierta compañía Alonso de Bejines , un teniente
Que traia de muchos ballesteros : Del don Pedro de Heredia mi devoto ,
Dése por preso vuestra señoría A causa de ser grave delincuente
A mí y á los presentes caballeros ; Castigó con azotes un piloto ,
Pues es merecedor de grave pena Y aqueste con inicua vigilancia
Quien usurpa gobernacion ajena .. Por se vengar llamó gente de Francia.
El hijo don Antonio que esto vido, Serian los que fueron convocados
No le pareció bien tener estanco Para robar aquestos señoríos
El brazo , defendiendo su partido , Mas de mil hombres bien aderezados ,
Y bubo la suerte de caer en blanco , Todos de belicosos atavíos
Pues en la mano luego fué herido , Y de broncinos tiros pertrechados ,
De la cual para siempre quedó manco ; Sin lanchas y patajes , tres navíos ;
De manera que entrambos fueron presos , Y por el mal piloto que esto ordena
Y en bienes y caudal no poco lesos. Fueron á la ciudad de Cartagena.
Pues luego sin haber quien les defienda Llegados los piratas al paraje
Preseas sometidas á sus bechos , Que para su negocio convenia ,
Recogieron apriesa la bacienda , Antes que diese Venus el mensaje
Caballos , negros , armas y pertrechos ; De la venida deste triste dia ,
Y fenecida la civil contienda Guiándose por el piloto saje
Pusieron escuadrones en asechos , En las tinieblas de la noche fria ,
Los cuales estuvieron en espera Entraron con su tácito concierto ,
De los que sin los ver estaban fuera. Sin que fuesen sentidos , en el puerto.
424 JUAN DE CASTELLANOS .
Desembarcaron en la misma hora Prendieron al mayor destos Atrides
Con aquel aparato conviniente , Por estar de las piernas ya tullido ;
Antes que con lo claro del aurora Prendieron al obispo Benavides ,
Se pudiese mostrar cosa patente : En aquella sazon recién venido ;
El piloto fué luego donde mora Prendieron otros muchos en las lides,
Alonso de Bejines el teniente , Y al fin el pueblo todo fué rendido ,
Con infernal deseo y esperanza Con todas sus preseas y decoro
De tomar á su gusto la venganza. Y no pequeña cuantidad de oro.
Compuestas las falanges, y digestas El aurora rorífera venia
Segun que lo pedian ocasiones , Ya descubriendo su dorada frente ,
Tocan trompetas que levaban prestas , Cuando fué la robada compañía
Guerreros añafiles y clarones ; Recogida por mano delincuente,
Los vecinos creian ser las fiestas En un solo lugar do se tenia
Que se hacian por las velaciones , Por los piratas guarda diligente ;
Y ansi ninguno por su parte piensa Descalzos , destocados y afligidos ,
Tener necesidades de defensa. Y cuasi sin reparos de vestidos.
Pero sus desventuras hizo ciertas Todas las mas mujeres sin tocados
Son ronco de guerreros atambores, Y sin aquel amparo que desean ,
Y oir batirse las cerradas puertas A la tierra los ojos inclinados ,
De los sobresaltados moradores , No deseando ver ni que las vean ;
Que no sin violencia son abiertas Las mejillas y pechos empapados
Por manos de nocturuos robadores : De lágrimas sin fin de que se arrean,
Todos se sobresaltan y se espantan Apeteciendo mas la sepultura
Y de los dulces nidos se levantan. Que ver tanto dolor y desventura.
Crece la turbacion con el estruendo , A Dios las oraciones encendidas ,
Armas uno tomó y otro no pudo ; Suplicándole dentro de su pecho
Lugar por do escapar van inquiriendo , Que ya que sus haciendas son perdidas
Este vestido va y aquel desnudo ; En aquel tan inopinado hecho ,
Toma con sobresalto tan horrendo Permitiese perder antes las vidas
Quien puede la huida por escudo ; Que dar á deshonor su casto lecho ;
Uno pelea y otro se retrae , Y Dios omnipotente fué servido
Este va troimpezando y aquel cae. Oir aqueste tácito gemido.
Bien como cuando por alguna plaza Porque el pirata capitán ordena ,
Anda la cuchillada muy aguda , Y ansi fué por el pueblo pregonado ,
Que para meter paz se busca traza , Que se metiese la que fuese buena
Y aquel rigor aquí y allí se muda ; En la posada del adelantado :
Pero huyendo la desembaraza En un momento fué la casa llena ,
Con gran temor la gente mas menuda , Y subidas al alto soberado ;
Y por la parte que se le concede Ypara guardas del lugar recluso
Escapa cada uno como puede : Al buen obispo y al Heredia puso.
'Desta manera les acontecia Aqueste capitán , aunque tirano,
A cualquiera varon joven ó calvo , Segun decian era caballero ,
Pues en tanto que aquel se defendia , Y en este caso tuvo pia mano
Este se procuró poner en salvo ; Sin consentir hacerse desafuero ;
Y en estas confusiones se valia Robado pues lo fano y lo profano ,
De piés , eso me da negro que albo : Yrecogidas ropas y dinero ,
A muchos les valió tenellos prestos , Tractó con los vecinos que se diese
Aunque la menor parte fueron estos. Por aquel pueblo lo que bueno fuese.
Pues turbados en estos menesteres Porque si no venian á concierto
Con los temores que les son anejos , Cerca de ser el pueblo redimido ,
En dejar sus haciendas mercaderes Primero que saliesen de aquel puerto
Se hallaban confusos y perplejos : Seria de las llamas consumido :
Otros celando hijas y mujeres Fué para resumir el precio cierto
Parecíales mal hallarse lejos , Por los unos y otros conferido ;
Y por gritos de dueñas y doncellas Creo que fueron hasta dos mil pesos ,
Allí quieren morir por defendellas. Y para los buscar sueltan los presos.
El piloto que fué de buena gana Hallaron para dar estos dineros
A rodear la casa del Bejines , Oro poco , mas fué multiplicado ,
Como lo vió salir con furia vana Revolviendo con ello candeleros ,
Al son de las trompetas y clarines , Siendo por fundicion todo mezclado ,
Traspasólo con una partesana, Y después con industria de plateros
Diciéndole C Bellaco , tales fines Con otro fino fué sobredorado :
Merecen , y aun de mas miserias llenos , Al fin, aquel ladron quedó contento
Los que tan sin razon afrentan buenos.» Con ver que se le dió buen cumplimiento.
Mas el don Pedro , como quien él era , Con aquel buen color los engañaron,
Con una pica y unas coracinas Por tener de buen oro la devisa ;
Defendió con valor un escalera , Con engaño mayor ellos quedaron
Deteniendo las gentes peregrinas Sin cubiertas de paño ni de frisa ;
Hasta tanto que ya salieron fuera Y todos (porque todo lo robaron)
Sus queridas hermanas y sobrinas , Descalzos y con sola la camisa:
Que las echaron por un colgadizo , Nuño de Castro mas , el cual procura
Aunque para tal caso no se hizo. Poderse mejorar en vestidura.
Diciéndole ser fuera las doncellas , Y ansi viendo poner en la ribera
Acude , como dicen , al reclamo , Gran cuantidad de ropas y fardaje ,
Y por aquel lugar saltó tras ellas , Al tiempo que la gente forastera
Por ser un hombre suelto como gamo , Aderezaba para su viaje ,
Para las amparar en sus querellas Pasó con una yegua muy lijera
Y no dejar las hojas sin el ramo ; Apriesa por enmedio del pillaje,
Con ellas en el monte fué metido Y arrebató , pasándose de claro ,
Sin poder del cosario ser habido . Ropas y lienzo para su reparo.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, HIST. DE CARTAGENA, CANTO VIII. 425
Al monte se retrajo como viento, Caminaron por via conocida ,
Que no parece que la tierra pisa ; Y aunque no con cabal aviamiento
Quedó de ver aquel atrevimiento Entraron todos sanos y con vida
El capitán francés muerto de risa , En Urabá , do fué su pensamiento ;
* Porque todas sus armas y ornamento Hallaron al Heredia de partida,
Eran tan solamente la camisa , Y dan á sus diseños mas aliento,
Sin calzas , sin zapatos , y de talle Y ansí con caballeros y peonaje
Cual no vean un perro de la calle.. Abrevia lo posible su viaje.
Fuéronse los piratas para Francia , En este mismo tiempo se rebela
Y dicen que sacaron deste puerto Pizarro contra regio mandamiento ,
Bien doscientos mil pesos de ganancia , Y procuraba Blasco Nuñez Vela
Y tengo para mí no ser incierto ; Gente para venir en rompimiento ,
Quedaron los vecinos sin substancia , Hombres valientes , de quien no recela
Mas el Bejines solamente muerto": Estar prendados de traidor intento ,
Vivieron con recatos adelante ,. Y ansi vinieron á real bandera
Dias y noches guarda vigilante. Benalcázar también y el Juan Cabrera.
Pero cualquier cosario los lastima Y aquel no menos docto que valiente
Y lleva sus defensas abarrisco ; Licenciado llamado Juan Gallegos ,
Y al mismo punto y hora desta rima De quien hemos tractado largamente
Vino nueva quel capitán Francisco , En otros trances y desasosiegos
Primer pirata que por mar de Lima De Santa Marta , donde fué teniente ,
Robó la plata del escelso fisco , Y se gastaron cuantidad de pliegos,
Alli llegó con muchos galeones , Y el Juan Cabrera y él en la batalla
Lanchas y mas de siete mil peones. Muertos con otros que mi pluma calla.
Y con estar la gente preparada Heredia pues , habiendo caminado
Y toda la ciudad fortalecida , Con toda la posible diligencia ,
De todas municiones pertrechada , Entró por el lugar recién poblado
De consejos reales advertida , Sin hacelle vecinos resistencia :
La gente (segun dicen) mas granada Antes fué recebido y hospedado
Tomaron por amparo la hüida ; Y todos le prestaron obediencia ,
Hicieron todos los demás absencia , Y este mismo querer también enseña
Y entróse la ciudad sin resistencia. El capitán Gonzalo de la Peña .
Destas sobresaltadas turbaciones Al cual dejó nombrado Madroñero
Y plaga de las plagas mas molesta , Después que removió repartimientos ,
No puedo por agora dar razones A causa de ser válido guerrero ;
Por no me ser la rota manifiesta ; Y ansi tuvo crüeles rompimientos
Pero ternemos llenas relaciones Con estos indios del compás frontero ,
Y a su tiempo diremos lo que resta , Ya rebelados todos con intentos
Dando primero fin á la carrera De hacer á cristianos crüel guerra
Del don Pedro de Heredia, que me espera. Hasta poder echallos de la tierra.
El cual , aunque con daño manifiesto Mas el Heredia , puesto donde digo ,
De lo que le robaron los ladrones , Con mañosos ardides y discretos ,
Nunca mudó jamás su presupuesto O ya por blanda paz , ya por castigo ,
De volver con caballos y peones Volvieron á servir y ser subyetos,
A do fué por Cabrera descompuesto , De suerte quel amigo y enemigo
A vengar las pasadas sinrazones ; Vivieron sosegados y quietos ;
Y para dar la vuelta siu recelo Y al Isidro de Tapia quél traia
Vino lo que diremos inuy á pelo. Volvió los mismos cargos que tenia.
Después que Heredia fué desbaratado Luego corrió con sus cartagineses
Y Benalcáz ar le tomó la gente , Valles hasta su tiempo no sabidos ,
El pueblo de Antioquía fué mudado En cuyas poblaciones y conveses
A sitio y á lugar mas conviniente ; No faltaron encuentros bien reñidos ;
Y un Isidro de Tapia , señalado Y espacio ya de diez ó doce meses
Del dicho Benalcázar por teniente , En peregrinaciones consumidos ,
Por avisados modos y por guerra , Volvió donde quedaron los vecinos ,
Hizo venir de paz toda la tierra. Solos tres menos destos peregrinos.
De los cartagineses conocidos Teniendo pues los indios en sosiego,
Fueron los recuentros mas sangrientos , Porque la tierra mas se perpetue ,
Y por el mismo caso preferidos Alonso de Caravajal fué luego
En los oficios y repartimientos . A poblar lo que llaman Maritúe ;
Estando pues los indios repartidos , Hecho de los poderes el entrego
Como quedasen muchos descontentos , Para que sus mandados efectúe ,
Vuelan con cartas invidas centellas Dióle pertrechos, y de noble gente
A Benalcázar dando mil querellas . La que le pareció ser conviniente.
Oidas pues las quejas deste bando , Fundó ciudad , do manda que se haga
Con otras cosas mas que no refiero , En vistoso lugar y parte bella ;
Despachó Benalcázar en llegando Alcalde fué Francisco de Arriaga
Al bachiller llamado Madroñero , Y otro llamado Diego de Corvella ,
Dándole su poder y lleno mando ; A quien pluma mas alta no les paga
Y el bachiller , como jüez severo , Por mucho que procuren estendella ,
Partió la tierra por sus aliados , Tractando sus debidas alabanzas,
Proezas y valores de sus lanzas.
•Y los otros quedaron despojados .
El Tapia , viéndose desposeido El pueblo Maritúe ya poblado ,
Ansi de mando como suerte buena , (Aunque después necesidad ordena
Habló sin que pudiese ser sentido Por poca gente ser desamparado)
A los participantes de su pena : Y de bárbaros la provincia llena,
Fué para su venganza concluido Nuestro gobernador y adelantado
Hacer viaje para Cartagena , Determinó volver á Cartagena,
Y con la prevencion de gran secreto Pareciéndole gran inconviniente
La partida pusieron en efeto. Tanto tiempo del mar estar absente.
426 JUAN DE CASTELLANOS .
Corrian ya del santo Nacimiento
Cuarenta y ocho sobre quince cientos , CANTO NOVENO.
Cuando con pocos hizo mudamiento Donde se da razon de las novedades que hubo en Antioquía después que
De la nueva ciudad y sus asientos el adelantado don Pedro de Heredia se vino para Cartagena, y donGear
Llegó con los demás en salvamento , ge Robledo llegó con título de mariscal y con poderes del licencias
Amigos y parientes descontentos Miguel Diaz Armendariz, gobernador de todas aquellas gobernaciones,
A causa de hallar en su tenencia y de los casos acontecidos en Cartagena hasta la muerte de don Pen
Otro nuevo juez de residencia. de Heredia.
Mas este como fuese caballero , Los casos venideros y secretos ,
Hombre de gran valor y circunspecto , Aunque prudentes algo dellos vean
Diferencióse mucho del primero Suelense defraudar los mas discretos
Y túvole grandísimo respecto ; Midiéndolos segun ellos desean ,
No maculó su fama por dinero Y las mas veces salen los efetos
Ni de cudicia mala fué subyecto ; No como los nivelan ni tantean ,
Traia sobre seis gobernaciones Por ir por otras vias la ventura
Gobierno por reales provisiones. De las que debujó su conyectura.
Aqueste se llamaba Miguel Diaz , Ansí los que dejamos señalados ,
Varon de grandes letras y loables ; Hombres todos sagaces y prudentes ,
Fué notado de algunas demasías Cuando pensaban ser en sus estados
Que no fueran en otros tan culpables ; Seguros de pasados accidentes ,
Pues segun las que vemos estos días Mudables condiciones de los hados
Aquellas eran más que tolerables Los llevaron por vias diferentes
Porque paraban en lascivos hechos De las que merecia su talento ,
Sin pretension de robos ni cohechos. Virtud , bondad , valor , merecimiento.
Agora los dos males andan juntos , Al Heredia pues invida cuadrilla
Pues si lasciva Venus los abrasa , Tanto lo persiguió con residencia ,
No por eso jueces pierden puntos Que le hicieron remover la silla ,
En recoger pillajes acia casa : Y con apelacion de la sentencia
Estas no son sospechas ni barruntos , El y el hermano fueron à Castilla ,
Porque lo hacen ya por plaza rasa ; Donde se remedió con su presencia ;
Pero callemos deshonestidades , Y ansi los dos después de ser oidos
Que dan grande disgusto las verdades. Volvieron libres y favorecidos.
Durante pues aquesta residencia , Y antes que los hermanos diesen vuelta,
Que yo también de vista tractar puedo , Y aun antes de salir destos estados ,
De Popayan y de su pertenencia En Antioquia vimos gran revuelta
Vino por mariscal George Robledo , Entre los de los dos adelantados ,
Casado con mujer de tal decencia Como sucede cuando gente suelta
Que la podríamos loar sin miedo : A varios bandos son aficionados ,
Esta señora fué doña María Por acudir allí como primero
Que de Caravajal nombre tenia. El bachiller Alonso Madroñero.
Trajo consigo candidas doncellas , El cual luego privó de su derecho
Deudas cercanas suyas principales , A los cartagineses principales ,
Y aquí tenemos hoy á las dos dellas Deshaciendo lo por Heredia hecho ,
Con el renombre de Caravajales , Hasta las cosas menos substanciales ,
Con hijos de valor y hijas bellas Repartiendo los indios de provecho
Y en todas partes de virtud cabales :" A sus apasionados y parciales ;
Y son doña Francisca , gran cristiana , Y de nuevo cabildo y regimiento
Y doña Leonor , que fue su hermana. Ansimismo hicieron nombramiento.
De la doña Francisca fué marido No podian llevar los despojados
Diego García Pacheco , señalado Aquestos menosprecios con templanza :
En este nuevo reino y escogido , Buscaban modos para ser vengados
Y el capitán Baltasar Maldonado Y no vian camino de venganza ,
De la doña Leonor , en quien se vido Por ser pocos y mal aderezados ,
Valor sobre valores encumbrado , Y los contrarios de mayor pujanza ;
Como mas largamente lo diremos Mas las iras , enojos y rancores
Cuando los deste reino celebremos. Pudieron mucho mas que los temores.
Siendo Robledo pues encaminado Pues convocados donde les cumplia,
Al pueblo de Antioquía residente , Sin que se rezumase tal intento ,
Para que fuese mas autorizado Se concertaron en un mismo dia ,
Y el Benalcázar menos impaciente , Ligados con solemne juramento ;
Fué por el Miguel Diaz señalado Ansí que , desecharon cobardía ,
De Popayan por general teniente , Por dar á su deseo cumplimiento
Y con poder, demás de la tenencía , En viendo coyunturas y sazones
Para tomar á todos residencia. Que concordaron con sus intenciones.
A fin crüel lo lleva su destino, Apercebido cada compañero
Y de su pensamiento muy avieso , Con ropas , no de fiestas ni de bodas,
Siendo varon de tanto mal indino Sino con las que bacen del acero ,
Y digno de mas próspero suceso ; Luego prendieron á Gaspar de Rodas
Mas vaya por agora su camino , Y al bachiller Alonso Madroñero,
Hasta que relatemos el proceso , Y en un instante las personas todas
Porque para poner mayor espanto Mas arriscadas , y de quien se piensa
Lo quiero concluir con nuevo canto. Que juntos procuraran su defensa.
Estaban fuera destos pensamientos
Las personas que fueron prisioneras ,
Unos seguros en sus aposentos ,
Otros en su labor de sementeras ;
Al fin salieron bien con sus intentos
Y á todos los pusieron en colleras ,
Y con guardas bastantes y en cadena
Los enviaron para Cartagena.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE III, HIST. DE CARTAGENA, CANTO IX. 427
Yendo por harto trabajosa via Diciendo , no sin un cierto gemido
Y con mayor zozobra que yo digo , Sacado del profundo de su pecho :
Toparon al Robledo que venia , « Con malos términos ha respondido
Y soltó muchos que llevó consigo ; A lo que siempre yo por él be hecho ,
Soltó también á Rodas que tenia Siendo de mí Robledo preferido
Por especial y singular amigo , En voluntad , en honra y en provecho ;
El cual gobierna boy la tierra misma Pero podria ser , pues tiempo rueda,
Sobre que sucedió la dicha cisma. Pagalle yo con otra tal moneda.>>
Al pueblo de Antioquïa venido No faltaron muy buenas voluntades
En infaustas y tristes conjunciones , Entre varones nobles desta gente ,
De todos ellos fué bien recebido , Solicitos en las conformidades ,
Y con sinceridad de corazones Y no hallaban seco despidiente
Por justicia mayor obedecido Ni razon resoluta de amistades
Desque manifestó las provisiones ; Que por entero fuese concluyente ,
Y en gran conformidad usaba dellas Pues solamente siendo persuadido
Oyendo las demandas y querellas. Parecia prestalles buen oido.
Otros pueblos también lo recibian , Sabido por Robledo que venia ,
Donde manifestaba sus recados , En su lugar , á le besar las manos ,
De los cuales algunos lo hacian A Barros y al comendador envía ,
No tanto por amor cuanto forzados , Ambos à dos hidalgos lusitanos ,
Dándole por disculpa que debian Y Alvaro de Mendoza que los guia ,
A Benalcazar ser notificados Y otros muchos que van con pechos sanos ;
Primero , pues à la real corona Los cuales topan con el avanguardia ,
A servir fué por su propria persona. Y dicenles venir en retaguardia .
También constaron otros desafueros , Pasaron todos ellos adelante
Porque prendió los regios oficiales A dar de su mensaje las razones :
Por no querer prestar ciertos dineros Benalcázar mostró ledo semblante ,
De las cesáreas rentas y reales , Pero no sin dañadas intenciones ;
Que para tener malos paraderos Pues desarmándolos en un instante ,
Una fué de las causas principales A todos les mandó poner prisiones ,
Tomallos él por fuerza de la caja Y caminó con ellos á recado
En la ciudad de Arma donde baja. Sin Robledo poder ser avisado.
En Popayan la nueva fué sabida , El sol cubria ya dorada frente ,
Y luego se partió gente lustrosa Dejando sin su luz la media esfera ,
A dar el parabién de la venida Y el dicho Benalcázar no consiente
Y del poder y dignidad honrosa : Que la gente detenga su carrera ,
Alvaro de Mendoza se convida , Hasta llegar adonde de presente
Pedro de Barros y el cruzado Sosa , Los avisos el mariscal espera,
Con otros conocidos caballeros En un pueblo que se llamaba Pozo ,
En trabajos pasados compañeros . Do se precipitó todo su gozo.
Fuéte la vista dellos agradable Y ansí por asperisimo camino
Por ser conversacion de muchos años , Y un riguroso paso de quebrada ,
Tracto sincero y amistad loable El animoso Benalcázar vino
Y libre de los pérfidos engaños ; A Pozo , villa ya conmemorada
Mas esta vista , rueda varïable Donde sobresaltaron al vecino
Hizo que fuese para grandes daños , Y al mariscal cercaron la posada ,
Por dalle sus favores sin malicia Al cual pusieron inmediatamente
Y no pensando ser contra justicia. En cepo y grillos como delincuente .
En este mismo tiempo que se halla Con examinador de pecadoras
Robledo con amiga parentela , Almas, lo meten en pequeña pieza ,
En rompimiento vino de batalla Y sin mas intervalos ni demoras
Pizarro contra Blasco Nuñez Vela ; Tapete y el cuchillo se adereza ;
Murió con muchos que mi pluma calla De manera que dentro de dos horas
Del escuadron de su leal tutela , Mandó que le cortasen la cabeza ,
Personas de valor y de gran peso , Y al comendador Sosa , que sin rienda
Y Sebastián de Benalcázar preso . En los negocios suyos metió prenda.
Tractólo bien el vencedor tirano , Dia del bienaventurado santo
Por haber sido capitán antigo Seráfico Francisco , cuya fiesta
En los gobiernos del marqués su hermano Se suele celebrar con dulce canto
Y entonces del Gonzalo gran amigo , Del coro de católicos , aquesta
Aunque después por sí tomó la mano Se celebró con lágrimas y llantos ,
Por los medios que agora yo no digo ; Y traje que tristeza manifiesta ;
Pero si vida mas nos acompaña Apelan del rigor de la sentencia ,
Diremos su valor y buena maña. Mas nunca lo movieron á clemencia.
Usando pues Gonzalo de clemencia . Cargaron religiosos y los legos
Y respetando su conocimiento , Con pientísimas intercesiones ,
Para poder volver le dió licencia Mas fueron poca parte con sus ruegos
A su gobierno y adelantamiento ; Para les otorgar apelaciones :
Y demás desta tal magnificencia , Tan vivos y encendidos son los fuegos
Se le dió todo buen avïamiento De los apasionados corazones ,
Y cosas necesarias á su gasto Pues en lo mas o menos importante
Hasta llegar á la ciudad de Pasto. No se les pone cosa por delante.
En aquella sazon allí vecino Sacaron de la cárcel los dos juntos
Un Francisco Fernandez Giron era , Con espantosa voz de pregonero ,
Nombrado luego por ser hombre dino Los graves rostros ya como defuntos ,
En el cargo que tuvo Juan Cabrera ; Enajenados del color primero :
El cual con mucha gente con él vino Sollozos y suspiros son los puntos
A su gobernacion y à su frontera , De los ministros del honesto clero ;
Quejoso como supo del enredo La muchedumbre que los acompaña
Usado por el don George Robledo. Con lágrimas sin fin el rostro baña.
428 JUAN DE CASTELLANOS.
Al horrible lugar del sacrificio Mas antes que lleguemos al remate
Los llevaron con cruces en las manos ; Y fin acerbo del varon famoso ,
Llegóse de los indios gran bullicio Quiero contar un pérfido dislate
Para ver justiciar los dos cristianos ; Intentado por cierto religioso ,
Hicieron los verdugos el oficio Porque razon requiere que lo trate
Que suelen los ministros inhumanos : Por ser atrevimiento monstruoso ,
Quedaron con las impïas heridas Y sin entremeter paja ni ripio
Las almas de los cuerpos despedidas. Diremos el origen y principio.
En dos partes divisa la garganta , El año de quinientos y cincuenta
Sale vital humor y rubicundo , Hicieron los Contreras tal esceso ,
Porque veais cuán presto se quebranta Que con mano sacrílega, violenta ,
El edificio vano deste mundo , Mataron al obispo Valdevieso ;
Que sobre grandes torres se levanta Y en él también sus manos ensangrienta
Y en un punto lo veis en el profundo : Castañeda, que fué fraile profeso
Locura es no recelar mudanza En Nicaragua, do con los traidores
Quien mas subida tiene la balanza. Se congregaron muchos malhechores.
Ahorcado murió desde á dos dias Fueron á Panamá los delincuentes
Baltasar de Ledesma ya nombrado , Do hicieron también hechos ínicos ,
Y otro con él, que fué Cristóbal Diaz , Y con lo que robaron á las gentes ,
Para cualquier afrenta buen soldado : Si les durara, fueran todos ricos ;
Hizo prender al padre Juan de Frias , Iban allí como sobresalientes
Y estuvo con prisiones molestado ; También otros dos frailes dominicos ,
Al Mendoza y al Barros antes presos Fray Andrés de Albis muy desvanecido ,
Con solamente cárcel fueron lesos. Con otro fray Alonso tan perdido.
Para librarse del rigor malino , Vencidas estas pérfidas banderas
Furiosas y primeras tempestades , Por un Martin Rüiz, dicho Marchena ,
Valió no se hallar al desatino Y poblados los campos y riberas
De las antioquenas vanidades , De los que merecian mortal pena ,
Y Francisco Fernandez ser padrino Nosé yo por qué vias ó maneras
En que les concediesen libertades , Fueron los frailes dos á Cartagena ,
A causa que de tiempos mas antigos En cuyo territorio y hemisferio
Ambos à dos le fueron muy amigos. Era recién fundado monasterio.
Pues Benalcázar por echar el sello Fray Josepe de Robles fué primera
A los enojos de varon severo , Persona fundadora del convento ,
Envió por juez à Juan Coello No donde agora está , sino mas fuera ,
A Antioquía con poder entero , Que en los jaqueyes fué primer asiento ;
Con presupuesto de estirar el cuello Este los recogió, que no debiera ,
A los de la prisión de Madroñero , Aunque debió de ser con buen intento;
Y el buen Gaspar de Rodas por teniente Después al reino se mudó, dejando
Y capitán mayor de aquella gente. Al fray Andrés de Albis con su mando.
Mas el Gaspar de Rodas como bueno , Viéndose ya señor del monasterio ,
Deseando librallos desta pena , El apetito fué de mayor cebo ,
Puso secretas cartas en un seno Pues quiso ser monarca del imperio
A punto y á sazon que les fué buena , De cuanto damos hoy al mundo nuevo ;
Pues los culpados dejan el terreno Y no fuera milagro ni misterio
Y caminaron para Cartagena ; Ahogarse con un tan solo huevo ,
Y anst Coello por aquellas sendas Porque veais á qué se determina
Nunca halló culpados ni haciendas. En traje de humildad una gallina.
Destos un Almaraz era primero , En este tiempo, por lo sucedido
Clérigo que tenian en estima , En los rebeliones mal fundados ,
Y Diego de Mendoza y Ladrillero , Habian muchos de Pirú venido
El cual tuvo después indios en Lima ; Por Gasca, presidente , desterrados ;
Fué Diego Hogazon su compañero , Y el destierro debió de ser medido
Con otros que no caben en mi rima , Segun la cualidad de los pecados ,
Soldados del Robledo valedores Y los que merecian menor pena
De los mas escogidos y mejores. Se quedaban allí por Cartagena.
Sin sucedelles mal inconviniente Diego de Vargas Caravajal era
Llegaron donde tengo referido , Uno destos, y Ochoa , vizcaíno ,
Y estos con mucha cuantidad de gente Que mucho rehusaron la carrera
Que residian por aquel partido Cuando con la traicion el fraile vino ;
Llevó consigo Gasca, presidente Mas él los indució de tal manera
Que ya contra Pizarro era venido ; Que se prendaron deste desatino ;
Ansi que de la gente mas lucida estos dos , que después hicieron piezas,
La costa por alli quedó barrida. Quedaron señalados por cabezas.
El don Pedro de Heredia, que cansado Comienzan á juntar gente baldia,
Estaba de jornadas, y en efeto Armassy y belicosos instrumentos ,
De golpes de jueces descarnado , Con el secreto que les convenia
Que cierto lo pusieron en aprieto , Debajo de solemnes juramentos ;
Viéndose de vejez ya rodeado , Y el dicho fray Andrés señaló dia
Puso los ojos en estar quieto , Para principios tristes y sangrientos ,
Si dominio fatal y violento Ocupados estando los vecinos
Condescendiera con su pensamiento . En los oficios sacros y divinos.
Mas aunque ya con horas y rosarios Fué la resolucion entrellos esta ,
Eran sus tractos y conversaciones , Dispuesta por el mónaco profano :
Teniendo los avisos necesarios Predicar él en una cierta fiesta,
En nunca perder misas ni sermones • Por ser predicador el mal cristiano ,
Todavia duraban de contrarios Y allí los acabase gente presta
Dañadas y malditas intenciones , Cuando hiciese señas con la mano ;
Cuyos contrastes eran de tal suerte Mas para sus contentos y placeres
Que fueron ocasiones de su muerte. Reservasen á solas las mujeres.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, HIST. DE CARTAGENA, CANTO IX. 429
Concertados los torpes desvaríos , El mozo le responde : « No se espante
Puestas las cosas todas en sus manos , Vuesa merced , señor , que no quisiese
Hacian cuenta de tomar navíos , Por agora pasar mas adelante ,
Y en ellos embarcarse los tiranos Pues en ello me va gran interese ,
Para domar los otros señoríos Y sé que me dirá ser importante
De Panamá, con pueblos comarcanos , Si por ventura yo se lo dijese. »
Y desde Panamá pasar á Lima El Alonso Ruiz luego le instiga
Y subyectar el resto de por cima. Con importunidad que se lo diga.
Estas cosas y otras representa Llegóse del oido muy cercano,
El mal prior á todos los damnados , Y declaróle toda la substancia :
Y dice que de gente descontenta El otro , que sintió furor tirano ,
Le dijo sin guardar mas circunstancia :
De los que fueron mal galardonados , ¡Oh hi de puta , puto , mal cristiano !
Y muchos que vivian con afrenta , ¿Y ese llamais negocio de importancia ?
Inumerables eran los soldados
Dispuestos aá pasar esta carrera , Id al adelantado , dadle cuenta
En viendo levantar cualquier bandera. Quién es aquel que tal maldad intenta.
Encarece su próspera ventura No repareis ganarmę por la mano
Hablando con la pérfida cuadrilla , Antes que mis palabras se deslicen ;
Promete colocallos en altura Mira que luego declareis de plano
De que suele gozar escelsa silla : Todo cuanto sabeis y aquellos dicen ,
Mirad á cuánto llega la locura Porque si no, prometo de un villano,
De un hombrecillo vil y con capilla , Que tengo de hacer que os descuarticen .»
Queriendo ya trocalla por almete El mozo le rogó que con él fuese
Y de tan gran traicion ser alcahuete. Para que su mandado se cumpliese.
Pues cuando la traicion y alevosía Viéronse pues con el adelantado ,
Intentaba con tácito recado, Y el Alouso Rüiz , como debia ,
Era ministro de la sacristía Dijo luego: « Señor , este soldado
Un Alonso Rüiz , bien inclinado , Quiere hablar con vuestra señoría
Que fué después por su sabiduria Un negocio que dice ser pesado ,
En este Nuevo Reino prebendado , Y rogóme que fuese yo la guía :
Músico principal de voz y dedo , No sé lo que se quiere ; pero siento
Y natural del reino de Toledo. Que debe ser negocio de momento. »
Este que no sabia desta guerra Para que la razon fuese tan nota
Que por traidora gente se movia , Cuanto fueron los sones que le dieron ,
Un mancebo tenia de su tierra En parte de la casa mas remota,
En su posada y en su compañía : Heredia y el mancebo se metieron ,
La memoria del nombre ya se yerra , Donde le relató , sin faltar jota ,
Que no me acuerdo cómo se decia ; Lo que los tres soldados le dijeron ;
Pero por no tener avïamiento Y ansi con la debida diligencia
Para Pirú , vivia descontento. Mandó traer los tres á su presencia.
Y viéndolo con angustioso pio Fué la prision nocturna , sin rüido ,
El Alonso Rüiz , por consolallo , Y con tan recatado miramiento ,
Que de nadie fué visto ni sentido
Para subir al reino por el rio
Habló con quien podia negociallo , Aquel acelerado mandamiento ;
Y hasta la barranca le dió avio Y dellos el delicto conocido ,
De tamemes ladinos y caballo , Sin que los apremiasen con tormento ,
Y alli canoas y matalotaje Supo también , para mayor aviso ,
Para que prosiguiese su vïaje. En otras circunstancias lo que quiso.
Pues como la maldad fuese notoria
Salió de la ciudad el peregrino Contra las honras , vidas y caudales ,
Con este sobredicho pensamiento , Y no para perder de la memoria
Y á la primer jornada del camino
Topó con tres de los del alzamiento , El hacer diligencias puntuales ,
En heredad cercana de un vecino , Fué , como general , Joan de Villoria
Donde les proveian de sustento , Con copia de vecinos principales
A Cipacua , para prender traidores
Debajo de buen fin y sin sospecha Y al fraile y á los otros dos autores.
De la grave maldad que se pertrecha.
Los tres de la cuadrilla detestable Despachóse también por otra via
A don Luis Bravo , cierto çaballero
Hiciéronle muy buen acogimiento , Que en este Nuevo Reino do vivia
Y mediante conversacion afable ,
Lo conocí después encomendero ;
Supieron de sus pasos el intento : Aqueste recogió gente baldia
Dijeronle ser tierra miserable
Y camino de gran desabrimiento ; Tocada de la mancha que refiero,
Que se lo mostrarán de mas regalo , Y culpados ó libres de la pena ,
Llevó gran cuantidad á Cartagena .
Donde deseche presto pelo malo.
Muchas cosas le dicen , y en efeto , Hizo Villoria pues jornadas largas
Después de conjuradas prevenciones , Hasta poner en su lugar la proa :
Espanta nse de ver lanzas y adargas
Le descubrieron en lugar secreto
Sus traidoras y malas intenciones ; Que hieren rayos de la parte eoa ;
El cual sin discrecion y sin respeto Prenden por buenos términos al Vargas ,
Se venció de sus pérfidas razones , A los frailes también y al Pedro Ochoa;
Y basta ver aquella maldad llena Ansimismo prendieron los soldados
Determinó volver á Cartagena. Que con ellos estaban congregados .
Algunos sueltos y otros en cadena
Entróse sonriendo por el nido
Adonde hizo su primer escala ; Con palabras de buen comedimiento ,
El Alonso Rüiz , como le vido Llegan á la ciudad de Cartagena ,
Y al Vargas se le dió luego tormento ;
Entrar con su hatillo por la sala , El cual y los demás dignos de pena
De repentina cólera movido , Declararon con él su mal intento ,
Le dijo : «Vengais mucho en hora mala ; Y segun merecia su malicia ,
Gasté por aviaros infinito , Se hizo dellos ejemplar justicia :
¿Y volveisos á las ollas de Egito ? >
450 JUAN DE CASTELLANOS .
El Ochoa y el Vargas arrastrados Pero la llama con sus remolinos
Y en ocho partes ambos divididos ; Por varias partes los escandaliza ,
Los demás oficiales ahorcados , Y el viento con fumosos torbellinos
Y con azotes los demás punidos ; Y presurosos soplos mas atiza ,
A Castilla los frailes desterrados , Tanto que casas de los mas vecinos
Con grillos en navíos son metidos ; Se convierten en polvo y en ceniza :
Otros menos culpados en el yerro La revuelta , la grita y el estruendo
Condenados salieron á destierro. De las gentes y llamas es horrendo.
Como surgiese pues en la Habana Segun un rio cuando va crecido
La nao do fray Andrés estaba preso , Y baja de los altos de repente,
Tentó de se büir con obscurana, Por piedras y peñascos divertido ,
Sin nadie poder ver aquel esceso ; Fuera del curso viejo la creciente ,
El cual , viendo con viento tramontana Que con aquel acuático ruido
Estar un cable acia tierra tieso , Se turban los oidos de la gente ,
Asiendo del creyó que guia fuese Y con el rumor sordo y espantable
Para llegar adonde se abscondiese. No se percibe cosa que se hable :
Y ansi le sucedió , pues en alcance Ansí también con los fogosos sones
Yendo de tierra para tomar puerto , De las pajizas casas que se encienden ,
La nao parece ser hizo balance , Iban en crecimiento turbaciones,
Tal que quedó con aguas encubierto ; Sin que supiesen quiénes los ofenden ;
Y en este mas que miserable trance Y si preguntan causas y razones ,
Lo recibió la blanca Tetis muerto : Los unos á los otros no se entienden ,
Dicen que lo hicieron dios marino , Ni nadie dellos en aquella plaga
Mas á creello no me determino. Sabe qué se responda ni qué haga.
Aqueste fué su fin y paradero Los que pensaban ser cosario marte
Por noviembre del año precedente .... Y sobresalto de francés avaro ,
Y luego después desto, por enero , Huyendo van por una y otra parte ,
El otro que á cincuenta fué siguiente , El absencia tomando por reparo ;
Espanto y alboroto mas entero Pero la mucha lumbré fué de arte
A la ciudad le vino de repente , Que se desengañaran con su claro :
Por casual y general incendio , Cada cual vuelve do su casa arde ,
Del cual quiero hacer breve compendio. Pero cuando vinieron era tarde.
Tenian casas en aquella era Porque la llama fué tan presurosa,
Personas pobres ó cualificadas , Sin que breve momento reparase ,
Los altos y los bajos de madera Que fué substancia poco provechosa
Con cogollos de palmas cubijadas ; Ya que de llamas algo se librase ,
Y aun boy algunas hay desta manera, Y a todos cuasi no les quedó cosa
Que no todos las tienen mejoradas , Que no se consumiese y abrasase ;
Y son las sobredichas coberturas De tal manera , que los mas subidos
Para llamas de fuego mal seguras. Quedaron totalmente destrüidos.
Porque con soplos del continuo viento Heredia viendo desde plaza rasa
Y el ardiente calor, están las ramas Arder la iglesia , fué por socorrella ,
Dispuestas siempre para nutrimento Y cuando revolvió sobre su casa ,
De las veloces y movibles llamas, Do vió prevalecer viva centella ,
No con menos lijero movimiento Hallóla toda ya tan hecha brasa ,
Que globos que deshacen duras tramas , Que se le quemó todo, sin que della
Impelidos del polvo salitroso Pudiesen escapar cosa ninguna :
Por el cañon crüel y fulminoso. Que fué terrible golpe de fortuna.
Al tiempo pues que negras confusiones La cual no tuvo menos inclemencia
Cubrian con su nublo tenebroso Con él después , trïenio ya pasado ,
A gentes de las indicas regiones , Porque le vino para residencia
Llenas de soporifero reposo , Por jüez el doctor Juan Maldonado ,
Una mujer tomaba las unciones , Fiscal y oidor después en el audiencia
Que padecía mal contagioso , Deste distrito ya conmemorado ,
Y las ministras se dejaron brasas Donde residen boy sus tres sobrinas
Pegadas à la cerca de las casas. Que son de grandes alabanzas dinas.
Enciéndense los palos con la lumbre, Doña Leonor , doña Isabel , doña Ana ,
Y fué la fuerza dellos de manera , Puestas con gran razon en escriptura
Que voló presto hasta la techumbre Con tinta de alabanza soberana ,
Y salió por encima la cumbrera, Porque demás del don de hermosura ,
Usando de su natural costumbre , Su gran bondad , honor , vida cristiana ,
Invalesciendo contra la madera : Camino van de celestial altura ,
Salta del lecho la doliente dama Y no menos lo llevan sus concetos
Como vido los humos y la llama. De hijos y de bijas y de nietos.
Eran aquestas casas al remate Aqueste doctor era de Sevilla
Del pueblo , que es do leste se deriva ; Y por algunas prendas obligado
Y entonces era tanto su combate Al favor de George Quintanilla,
Que no se vido cosa mas esquiva : Vecino principal y muy honrado ,
Centellas sobre las demás abate , Pero del número de la cuadrilla
Y con furiosos soplos las aviva ; Que perseguian al adelantado ;
Vieron la lumbre gentes castellanas Y en esta residencia que refiero
Y a gran priesa repican las campanas. A mí me consta selle mal tercero.
Los de la ciudad alborotada , Para tomalle pues la residencia
Pensando ser cosarios , salen fuera : Término señalado se pregona ;
Huye sin su marido la casada , Y aunque tuvo debida reverencia
Sin esperar á padre la soltera, En tractar con respecto su persona,
Una descalza , otra destocada Aquel odio , rancor y mal querencia
Y otra con menos ropa que quisiera ; Del que ya señalé lo desentona ,
Otros acuden al primero fuego Y otras muchas dañadas intenciones
Imaginando mitigallo luego. Le hicieron usar de sinrazones.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , HIST. DE CARTAGENA, CANTO IX. 431
También Beltrán, á cuyos pedimientos El cual llevaba del Pirú bastantes
El juez vino con humor adusto Recados de poderes é instrucciones
Por agravios y malos tractamientos, Para pedir al rey cosas tocantes
Fué causa principal de su disgusto, Al bien de aquellas prósperas regiones ;
Pues en dar ó quitar repartimientos Y solo , sin los otros navegantes ,
Ningun juez en Indias es tan justo Quiso salir de aquellas confusiones ,
Que pueda segun las variedades En San Andres, un galeon terrible
Ajustarse con todas voluntades. Que compró por ser hombre de posible.
A dar favor á este se convierte Tal intencion por el Farfan sabida ,
Toda la junta de los mal querientes , Que por ventura fué con tal intento ,
Con ser un hombre no de tanta suerte Dió pregon que so pena de la vida
Que poseyese prendas eminentes ; Nadie haga del puerto mudamiento ;
Mas en efecto , causa de su muerte Mas aprestóse para la partida
Y de gran sinsabor á sus parientes , No sin sospecha grande de mal viento ,
Por arrimar jüeces el derecho Pero por los murmurios de las gentes
A quien les encamina mas provecho. No curó de mirar inconvinientes.
Y ansi, para salir con el intento , Salió del puerto , no de buena gana ,
Este doctor con leyes lo reboza ; Que de mar bonancible desespera,
También con sus parientes al momento Y del galeon hizo capitana
Anduvo la pasion á toda broza ; Donde iba don Antonio de Ribera ;
Quitó los indios y repartimientos No hallan los navíos la mar Ilana ,
Al capitán Alvaro de Mendoza ; Antes los contrastó tormenta fiera ,
Pero volvióselos mejor justicia Y cuanto mas la noche se cerraba
Después que les constó de la malicia. La mar mas se movia y alteraba.
Pues el adelantado como via Durante pues aquella noche ciega,
Que procuraban dalle zancadilla , Por un rumbo que estaba mal seguro,
Y que con el doctor prevalecia El galeon á mas andar se aniega ,
La mala voluntad de Quintanilla , Del cual mandan soltar un pasamuro ;
Consideró que mucho le cumplia Luego la flota toda se le llega ,
Apresurar sus pasos á Castilla ; Y dió cuenta Farfán del trance duro ,
Y ansí se despachó secretamente , Y á grandes voces le responde luego
Y Alvaro de Mendoza juntamente. Un piloto llamado Joan Gallego :
Sigue con mal agüero la derrota , « Señor , pues dais tan malas esperanzas
Y en una conjuncion que no debiera , De poder escapar desos estremos ,
Porir en los navíos de la flota Al sur teneis el puerto de Matanzas,
De que Gomez Farfan general era , Allá conviene mucho que arribemos ,
Donde fortuna mala fué pilota , Porque fuera de tales destemplanzas
Entonces falsa y antes lisonjera ; Esas necesidades remediemos ;
Pero pudo meter en el Habana Mas al entrar mirad por el albaja
Cosme Farfán su flota toda sana. Porque no zabordeis en una laja .>
Hasta llegar allí no faltó maña , El general le dijo : «Sed vos guia ;
Por ser hombre de mar bien advertido ; Poned farol con la posible priesa ,
Serian veinte naves de compaña , Porque por donde vos hicierdes via
Con las cuales estuvo detenido , La derrota de todos será esa.»
Esperando las de la Nueva-España , Entraron todos bien por do decia ;
Tres meses en amores divertido , Mas la nao llamada la Condesa ,
Todos los del viaje descontentos Por no saber el bajo no se arriedra ,
Por las tardanzas y detenimientos. Y al entrar encalló sobre la piedra.
Durantes estos dias mal gastados , Surtas las otras naos y bajeles ,
Como por ciertas causas se desamen Luego las otras gentes del viaje
Santos de Alger y Marañon , soldados , Rodean la Condesa con bateles
Allí tuvieron singular certamen , Y sacan oro , plata y el fardaje ,
Y solos , de sus armas preparados , Hasta la carga de bovinas pieles ,
Hicieron de las fuerzas tal examen,
Y grandes cajas de matalolaje ;
Que en el litigioso desconcierto Después con anclas y con cabestrantes
Uno destos soldados quedó muerto, Hicieron que nadase como antes.
El vivo , por la pena merecida Metiéronła , ya libre de la peña ,
Que recelaba por sus maleficios , Por parte que no cubre mal engaño ,
A gran priesa tomó para guarida Y la cuadrilla náutica domeña
La casa de los santos sacrificios : Brazos robustos al heniesto caño
Farfan al Marañon viendo sin vida , De la bomba , que luego les enseña
Tomó soldados que balló propicios , Tener remedios prestos aquel daño ;
Y al Santos que con santos halló solo Y ansi los marineros oficiales
Sacólo de la iglesia y ahorcólo. Acuden con debidos materiales.
Hizo sus diligencias el prelado Della y del galeon fuera la ropa ,
Antes que ejecutase la sentencia ; Con lado que les da quien los menea ,
Y visto no cumplirse su mandado , Recorriendo de proa basta popa ,
Sino perseverar en la demencia, La parte peligrosa se tantea :
Con anatema fué descomulgado , Aprietan calafates el estopa ,
Por los quebrantamientos y violencia ; Cubre costuras la teosa brea ,
Reiase Farfan , y como loco De tal manera , que se hacen ciertos
Tuvo la tal descomunion en poco. Que podrian dejar aquellos puertos.
Y ansí , sin procurar absoluciones Pero por se mostrar el mar obscuro ,
Ni se parar á correccion cristiana , Cuarenta dias tienen de reposo
Haciéndole cien mil protestaciones Allí, que saben ser puerto seguro
Cada dia la gente castellana Contra furias del Orion procelosó
Acerca de sus grandes dilaciones , Y bravas tempestades del Arturo
Determinó salir de la Habana , Que entonces se mostraba riguroso ;
Y aun porque don Antonio de Ribera Al cabo de los cuales con bonanzas
Esta quiso dejar y salir fuera. Salieron deste puerto de Matanzas.
432 JUAN DE CASTELLANOS .
Al escorpion nocivo Febo deja Bien creo yo que no haré cosquillas
Por visitar al fuerte sagitario , Al bien intencionado ni al modesto ;
Cuando la turba nautica perpleja Mas de muchos que vi por estas villas ,
Echa juicios con parecer vario ; Hablo tan solamente deste puesto,
Pero por votos de los mas , se aleja Podria declararos maravillas ,
Con los amenazar tiempo contrario , Por mi consideradas cerca desto ;
El efecto del cual fué de manera Cuya muerte de nadie fué plañida
Que cada cual de vida desespera. Y tal que dió gran muestra de su vida.
Y ansi la flota no va recogida , Hambrientos lobos que todo lo quieren
Porque con los rigores turbulentos Y á los demás les cuentan los bocados ;
Fué por diversas vias divertida , Vayan las cosas por adonde fueren
Molestada de aguas y de vientos ; La casa llena hasta los tejados;
Llegó Cosme Farfan á la Florida Robando viven y robando mueren
Con las naos que siguen sus intentos ; Y en robos son sus dias acabados ;
Hallóse la Condesa que echó sonda Y al cabo de la vida tanta mengua
En solas ocho brazas de mar fonda. Que pocos dellos mueren con su lengua.
Aviso quiso dar de la fondura Destos iban allí no sé qué tantos,
Con voluntad , á lo que dicen , sana ; Y cada cual el cofre proveido,
Pero como no hay hora segura , Que vistos los mortíferos espantos
Llegó sin que amainase la mesana , Quisieran muy mejor haber vivido :
Y por inopinada desventura Todos llaman al Santo de los santos
Embiste con la nao Capitana , Con devocion y lánguido gemido,
Y el golpe que le dió fué tan pesado Porque el viento, la mar, la destemplanza,
Que la rompió por medio del costado. Quitaba del vivir la confianza.
Todo cuanto tenia la cubierta Con esta furiosisima refriega
Al mar tempestuoso se convierte ; Llegaron al paraje de Zahara,
A las saladas aguas abrió puerta La costa della toda turbia, ciega,
Para trance mortal infausta suerte , Y tal que no se via cosa clara ;
Pues allí si se via cosa cierta A los cables y áncoras entrega
Era la certidumbre de la muerte : Buitron la nave dicha y allí para ,
Oyense grandes gritos y alaridos Pensando que los inconstantes vientos
De los que de las aguas son sorbidos. Mitigaran sus ásperos alientos .
Tristes pero brevísimas querellas Pero la furia dellos era tanta
En balde pudo dar Ana Carmeña , Que desconsuela la compaña triste,
Y con ella también ocho doncellas Y de los bajos piés à la garganta
Mestizas que servian a esta dueña ; El espumoso golpe los embiste ;
Pues hechas una balsa todas ellas Hasta las altas gavias se levanta ,
El impio mar la muerte les enseña , Y por ninguna via se resiste :
Con otros , que debieron ser cuarenta , Cuanto oyen y ven los amenaza
Absortos de la grávida tormenta. Y el hilo del vivir les adelgaza.
Los otros de la mísera tragedia , Temen quel agua no los arrebate
Por jarcias y por mástiles asidos , De la cubierta por do va corriendo ;
Entre tanto que gente los remedia Oyen por los peñascos el combate
Y sean con bateles socorridos ; Donde las olas quiebran con estruendo ;
Entrestos mismos don Pedro de Heredia , Impetuoso viento los abate
Farfán y don Antonio, sin vestidos , Con furia, tempestad y son horrendo ;
Que con el resto que no se pregona En camisa, sin calzas y sin sayos,
Entraron en la nao Bretendona. E ya todas sus fuerzas son desmayos.
Perdido pues aquel desta manera Los unos y los otros lamentando ,
Por ocasion y via tan estraña , Hiriendo con temblor dientes con dientes ,
Los otros prosiguieron su carrera Tablas, barriles, palos procurando
Hasta poner las proas en España ; Con otros materiales diferentes,
Mas en el golfo , con tormenta fiera Para llevar con ellos sustentando
Que cuanto mas navegan mas se ensaña , Los cuerpos miserables y dolientes ,
La nao Bretendona mal se halla Rendidos al rigor del mar airado
Con agua que no pueden agotalla. Bravo, feroz y desapiadado.
Pidió socorro como convenia , En este trance mas que miserable
Y á lo dar ocurrieron con presteza Porque la noche no los ocupase,
Con nave que Cosme Buitron traia , Pareciéndole medio razonable
Donde metieron toda la riqueza ; Con que la gente toda se salvase ,
Y entró la temerosa compañía Mandó Cosme Farfan cortar el cable,
Llena de confusion y de tristeza , Y en la playa la nave zabordase ;
Trocado cada cual de su figura Lo cual se hizo como lo mandaba ,
Por tan continüada desventura. Pero no sucedió como pensaba.
Entraron licenciados y doctores , Porque como llevaba tanta carga ,
El buen Heredia y otros caballeros , A breves pasos encalló la quilla ;
Y Góngora y Galarza , dos oidores Fué para brazos la distancia larga ,
Que deste reino fueron los primeros ; Pues con ellos pretenden el orilla;
Entraron confusiones y temores Alli la confusion triste y amarga,
Adivinando malos paraderos ; Allí la turbacion y la mancilla ;
Entró fuera de todo regocijo Fuera recelan el mortal encuentro ,
El gobernador Sancho de Clavijo. Peor y mas crüel si quedan dentro.
Ansimismo subyectos à Neptuno Ya la nao por partes se reparte ;
Otros iban alli no tan insines, Fuera de su lugar el timon anda ,
Mas con temor no menos importuno : Las obras muertas van por una parte,
Notarios, escribanos y malsines , Jarcias y velas van por otra banda
De los cuales á uno ni ninguno Nadan los que son diestros en el arte,
Conocí que tuviese buenos fines , Como, necesidad urgente manda ;
Antes tristísimos acabamientos A tierra llegan recios marineros
Y sin gozar de santos sacramentos. Y Farfan y Buitrón de los primeros.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , HIST. DE CARTAGENA, CANTO IX . 433
Los menos diestros en aquestos usos,
Cuyas cubiertas son las carnes solas, Llegó la nueva pues à Cartagena
Y larga relacion deste conflito ,
Andan alli revueltos y confusos Donde se recibió tan grave pena
Tragando ya la muerte con las olas ; Que no sabré pintalla por escrito :
Quiebra Laquésis los vitales husos En cada casa generosa suena
A mas de cien personas españolas, Un gran clamor y doloroso grito ;
Entre los cuales son los dos oidores
De mas quieto fin merecedores . Las generosas damas y doncellas
Daban impacientísimas querellas.
Otros muchos juristas y escribanos En todos era general el lloro ;
Bullian por las ondas muy espesos ,
Pero no se valian de sus manos Amigos y enemigos enlutados ;
Para contra la mar hacer procesos : Los cabellos que esceden hebras de oro,
Perecen ellos y papeles vanos Vuelan aquí y allí despedazados ;
Destiérranse las galas y el decoro
Do pintaron aposta los escesos ; Que solian usar tiempos pasados ;
Y á los del licenciado Juan Montaño Hacen demostracion destos dolores
El agua no les quiso bacer daño. Las sonoras campanas con clamores .
Porque viéndolos ir con tales sellos, Y aquella dueña digna de memoria ,
El marino rigor dellos se espanta : Su sobrina mayor doña Costanza ,
Digo que se espantó la mar de vellos, Viuda ya del buen Juan de Villoria,
Y ansi no los corrompe ni quebranta ; Con prendas de no menos esperanza,
Y tales en efecto fueron ellos, Su sentimento fué cosa notoria
Que su culpa pagó con la garganta , A los que conocimos su templanza ;
Pues exencion tan llena de furores Pues yo con otros muchos circunstantes
No debió merecer fines mejores. Oíamos palabras semejantes :
Téllez, que secretario fué primero « ¡Oh lumbre de mis ojos , padre mio ,
En este reino, ya libre de faldas , De mi ventura claro fundamento ,
Se concertó con cierto marinero Pues que padre me fuestes mas que tio,
Que lo sacase sobre sus espaldas , En regalos , amor y tractamiento !
En pago de lo cual le dió dinero No merecia ser vuestro desvío
Y algunas buenas piedras esmeral das ; Fatal entre furores de agua y viento ,
Cogió las joyas y el delfin se anima Do la manera del morir escede
A navegar con Arion encima. Al dolor que quitar la vida puede.
El Arion novelo se consuela »A todas las humanas criaturas
Viéndose ya llevar desta manera : Bien veo quel morir les es anejo ;
Mas el delfin robusto que recela Mas de morir en estas coyunturas
Poder llegar al fin de la carrera • Y concluir con tan amargo dejo ,
Faltó como faltaba la vihuela , Las entrañas crüeles y mas duras
Antes de lo sacar á la ribera : Conocerán que con razon me quejo ;
Al fin Alonso Téllez se le queda Pues que ser y valor tan agradable
Muerto, y él escapó con la moneda. No merecia fin tan miserable.
La dura tempestad le fué propicia »¡Oh fortuna crüel , vil , inconstante ,
Viéndole las espaldas descargadas ; Cuan insufribles son tus desafueros !
Mas con duro flagelo de justicia ¿Quién vivirá con golpe semejante
Después se las pararon coloradas , Sin desear sus dias postrimeros ,
Diciendo que lo hizo de malicia Pues ansi nos quitaste de delante
Personas que venian rezagadas, Honra de los honrados caballeros ?
A quien valió contra la violencia ¡ Arrebatástenos, facinerosa,
Saber nadar y buena diligencia.
Un ejemplar de vida virtuosa !
El buen adelantado se adelanta » Venciste ya la vencedora mano ;
En confianza de salir á nado : Llevastenos al invencible pecho ,
Una vez con las olas se levanta , Aquel entendimiento soberano ,
Dellas es otra vez precipitado , Y al instrumento del comun provecho ,
A la resaca llega, mas es tanta A quien à todos fué padre y hermano ,
Que no le consentia tomar vado , Cabal en las palabras y en el hecho ,
Y ansi lo que buen ánimo consulta Fácil en perdonar cualquier injuria
Quebrantada vejez le dificulta. En movimiento de la mayor furia.
Adonde ve mas quïetud arriba, »Nunca jamás apeteció venganza ,
Su vencedora fuerza ya vencida ; Y en las ejecuciones del castigo
En tierra dos ó tres veces estriba ,
Muy menor el rigor que la templanza ,
Poco le falta para la salida.... Y tanta mas cuanto mas enemigo :
Mas un gran mar de tumbo lo derriba , Comun y general es la probanza
Que fué postrer remate de la vida Que puede confirmar esto que digo ;
Del capitán egregio, sabio , fuerte , Razon bace hablar, y no fatiga ,
Indigno de morir tan mala muerte. Sin temor de que nadie contradiga..
No pudiera con él onda violenta Con tales loas voz enternecida
Viendo sus brazos en edad mas moza ; Los oidos birió de los oyentes ;
No falta pues allí quien lo lamenta Las cuales , si razon es conocida ,
Y que de corazon gime y solloza ; No se pueden decir impertinentes ,
Pues escapó de la crüel tormenta Y a vuelta de las quejas no se olvida
El capitán Alvaro de Mendoza , - De las cosas al alma convinientes ,
Marido digno de mujer tan dina
Cual es doña Francisca su sobrina. Pues para celebrar los funerales
Hizo las diligencias principales.
Digo sobrina del adelantado , Vinieron luctuosas compañías ,
En su remate falto de ventura , Ansi de dueñas como de varones ;
Cuyo cuerpo no pudo ser hallado Acudieron devotas cofradías ,
Para dalle terrena sepultura, El dean y cabildo y religiones :
Aunque con ansiosísimo cuidado
Alvaro de Mendoza lo procura, Hubo por el espacio destos dias
El cual se libró de la mar insana Luculentos y providos sermones ,
Y todo lo demás tan en su punto
En una carabela lusitana.
T. IV. Que se mostró por él el del difunto.
28
454 JUAN DE CASTELLANOS.
El túmulo rodean luminarias Fué capitán de la caballería
Que tienen en las manos diferentes Alvaro de Mendoza , que hoy nos dura,
Naciones bravas que le dieron parias Nuño de Castro del infantería :
Y á sus mandados fueron obedientes ; Ambos en valentía y en cordura
Allí pusieron muchos letras varias , Cabales , si tuvieran aquel dia
Epitafios y versos escelentes , Mas posibilidad y mas ventura ;
Mas no puedo hacellos manifiestos El un alférez fué Francisco Portes,
Por acordarme solamente destos : Y no refiero los demás consortes.
Perdidit invictum Martem furibunda procella, Mandó venir al indio Maridado,
Tempestas famam perdere nulla potest, Cacique principal de los fronteros ,
Quinpotius scribi calamo sua facta perenni El cual acudió bien acompañado
Poscunt, in nullos interitura dies.
De quinientos destrísimos flecheros ,
Al insuperable Marte Antes la mas breve suma De venenosos tiros pertrecbado
Venció la tormenta fiera , De sus hechos pide pluma Cada cual , segun bárbaros guerreros;
Dando fin à su carrera, De tan sonorosa trompa,
Pero no pudo ser parte Que ni el tiempo la corrompa Luego la playa por las partes juntas
Para que su fama muera : Ni malicia la consuma. Fué sembrada de venenosas puntas.
Cuando queria pues del primer sino
Febeo resplandor hacer desvíos ,
ELEGIA Y entrar en el de Toro por camino
A la muerte de Joan de Bustos de Villegas , segundo go- Compuesto de dorados atavíos ,
Vieron por aquel término marino
bernador de Cartagena por provision de la R. M. Venir estos beligeros navíos ,

Pendientes dellos por diversas partes
EN UN SOLO CANTO .
Flámulas , gallardetes y estandartes.
Después de ser en el adelantado Bateles artillados traen fuera
Ejecutada la fatal sentencia , O lanchas y lijeros bergantines ,
El doctor gobernó Juan Maldonado , Y cuando ya tuvieron la frontera ,
A quien luego de la real audiencia Rompen el aire trompas y clarines ;
Fué deste nuevo reino señalado Al puerto van y toman la ribera
Por jüez que tomase residencia Para de sus intentos ver los fines ;
Don Gonzalo Jimenez de Quesada , Mandan que gente de caballo vaya
Persona grave , docta y estimada. A ver si desembarcan en la playa.
Pero por ser á su salud embargo En el puerto , de la ciudad distante
El temple de las tierras y contrario , Poco menos que legua de comarca ,
Su morada no fué de tiempo largo , El francés cudicioso y arrogante
A causa de buscar el necesario ; Mas de mil hombres diestros desembarca:
Y á Francisco Velazquez dejó el cargo, Caminan bien armados adelante
Hoy en aqueste reino secretario , Contra pocos del español monarca ;
Que aunque mozo mostró tener talento Los de caballo que eran centinelas
Para negocios de mayor momento. Baten á toda furia las espuelas.
Y ansí con su valor y buenas mañas Avisan á las gentes castellanas
Compuso graves y pesadas bregas , Y á voces dicen que los galos llegan ;
Por no faltar allí parciales sañas , Tocan los atambores y campanas ,
Contrarios bandos y pasiones ciegas ; Y dentro de la plaza se congregan
Y con poder del rey de las Españas Robustas fuerzas , y las viejas canas
Sucedió Juan de Bustos de Villegas , Se sobresaltan y desasosiegan ;
Del cual quiero tractar por orden raso Mas el Bustos formó sus escuadrones ,
Las cosas que hicieren mas al caso. Hablándoles allí tales razones :
Uno faltaba ya para sesenta < Buen ánimo , carísimos hermanos ,
Años de mas de mil y otros quinientos , Que para mas honor y mayor gloria
Cuando con este cargo se presenta , La batalla tenemos en las manos ,
Mediante los reales niandamientos. Y della nos dará Dios la victoria :
Daba de su gobierno buena cuenta , No temais estos viles luteranos ;
Alegres los vecinos y contentos , Baja canalla es y vil escoria ;
Pero poco después al Juan de Bustos Por buen Dios peleais y por las prendas
No faltaron enojos y disgustos. De hijos y mujeres y haciendas.
De los cuales no fué menor azote En el pueblo teneis vuestras albajas,
Venir para robar el oro y plata , Que de lo substancial no falta pelo ;
El próspero caudal y rico dote Negocio es adonde no van pajas
Destos marinos puertos, un pirata Y no cumple tomallo con recelo :
Que se dijo don Juan , y un Martin Cote , Ellos tienen favor de sus ventajas ,
Franceses de la Galia bracata , Pero nosotros el del alto cielo ,
Con siete naos , cada cual potente , E yo confio de su gran clemencia
Y en ellas grande número de gente. Que no puede durar su violencia. >
Sabida su venida por la via Esto dicho , camina con la gente
De Santa Marta , cuyo flaco puerto Para los encontrar en los caminos,
El robador cosario ya tenia E Luis de Villanueva su teniente ,
A su querer y voluntad abierto , Con los que del lugar eran vecinos ,
El Juan de Bustos , como convenia , Cada cual conocido por valiente
Puso sus pocas gentes en concierto En muchos belicosos torbellinos :
Para se defender desta potencia , Todos y cada cual mostraba gana
Haciendo la posible resistencia. De romper con la gente luterana.
Mandó hacer trincheas y bestiones Habia ciertos hombres forasteros
Con gran solicitud en las entradas , A vueltas de los dichos moradores ,
Aunque de necesarias municiones , Que presumian mucho de guerreros ,
Por le faltar, no bien aderezadas ; Y aquestos , no sin voces y clamores ,
Convocó caballeros y peones , Decian : « No conviene , caballeros ,
Hizo venir las gentes derramadas , Salir de donde somos muy mejores :
Entrellos los antiguos capitanes , Yerro notable es el que hacemos ,
Dispuestos á victorias ó desmanes . Y en salir de la plaza nos perdemos,.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, ELEGIA A BUSTOS , CANTO UNICO. 435
Juan de Bustos se lo contradecia , La gente castellana , mal armada ,
Teniendo por mejor salir afuera ; Con ánimo feroz les acomete ;
Mas fué tan pertinace la porfia Pero de la primera rucïada
De la ya dicha gente forastera " Mataron de peones diez y siete ;
Que lo hacen volver do no queria , Entran los de caballo , y al entrada
Y porfió hasta la vez tercera Pereció Santa Cruz, un buen jinete ,
A salir , con enojo manifiesto , Con otro que Espinosa se decia ,
Mas no pudo sacallos de aquel puesto . Que hizo buenos hechos aquel dia.
Habia solos diez arcabuceros Rompió como quien bravo monte tala
Vecinos , y con ser gente tan poca , El buen Francisco Portes por un lado ;
Divisos de los otros compañeros , Sus golpes á los de Hércules iguala ,
Por acudir á lo que mas les loca, Con brazo viguroso y esforzado ,
De la calle por do vienen los fieros Hasta tanto que con ardiente bala
Franceses se pusieron à la boca, Fué de vital calor desamparado ,
Y allí hicieron la posible salva Dejando de la fuerza de su diestra
Francisco Sanchez y Francisco de Alba. Horrible voz de sanguinosa muestra.
También allí Bartolomé de Arjona, Tanto , que dados fines à la guerra
Con los siete que no van señalados , Decian los franceses en su gloria :
Hacia cada cual por su persona « A tener muchos destos esta tierra
Lo que suelen hacer buenos soldados , Desesperáramos de la victoria >>.
Sin que de los demás desta corona Luego pues el don Juan se desencierra
Fuesen favorecidos ni ayudados , Teniendo ya la suya por notoria ,
Sino Mendoza que con los caballos Viendo que nuestras gentes eran rotas
A ellos se llegó por reguardallos. Por la gran multitud de las pelotas.
Acércanse los galos con estruendo , No dejó de hacer con su caterva ,
Suena para romper trompa sonora En tanto que duraron los cristianos ,
Donde los diez estaban atendiendo Maridado gran mal en la proterva ,
Que salieron con furia vengadora ; Pues disparaban pocos tiros vanos ;
Por dos veces los fueron retrayendo, Y ansi hirió con venenosa yerba
Espacio que duró mas de una hora, Crecido número de luteranos ,
Hasta que ya cesaron los cañones Y consumidos ya los tiros diestros
Por se les acabar las municiones. Al monte se retrajo con los nuestros.
Conocida por el francés la falta Los cuales desamparan sus placeres ,
Del fumoso cañon y del mosquete , Llevando por delante los heridos
Por dos partes del pueblo los asalta Y cuan tidad de niños y mujeres ,
Y mas adentro las escuadras mete ; Movidos de sus ásperos gemidos ;
A los unos Mendoza sobresalta , Y ansí vecinos como mercaderes
Y con veinte caballos arremete ; Quedaron asolados y perdidos ,
Retrájolos á parte conviniente , Por ser inopinada la venida
Do se empuyó gran número de gente. Y muy poca hacienda guarecida.
Pero como persona que sabia Y mujer pobre y el cansado viejo ,
Tener aquel lugar mortal engaño , Aunque sepan haber algun cosario ,
Y que por esta causa no podia Y reconozcan ser sano consejo
Por alli pelear sin proprio daño , Trasponer su caudal á lugar vario ,
Retrájose con esta compañía Fáltales el avío y aparejo
A la ciudad con el demás rebaño, En tales coyunturas necesario ;
Y con los que seguían su bandera Demás de que con tales confusiones
Junto à Santo Domingo los espera. Tanibién roban domésticos ladrones.
Viendo que ya llegaban al paraje , A los cuales se quedan en rehenes
Antes que del lugar viesen el centro , Alhajas de las gentes mas amigas ;
Rompió por ellos varonil coraje ; Y por los montes á los salvos bienes ,
Y fué de tantas muertes el encuentro , Demás destas zozobras y fatigas ,
Que muchos , del cosario peonaje Gonsumen los ardientes comijenes ,
Huyendo, se metieron mar adentro ; Que son blanca manera de hormigas ,
Mas todos los que son menos inertes En las tierras calientes una plaga
En un cercado se hicieron fuertes. Que nada dejarà que no deshaga.
Oyendo Bustos la sangrienta caza , Esta perniciosa sabandija
Pareciéndole ser exorbitante Sobre la tierra hace su morada,
Negocio no salirse de la plaza , Y al modo de hormiga se cubija ,
Y mas en coyuntura semejante , Aunque sobre la haz muy levantada ,
Aquella parte se desembaraza , Donde cria sus pollos y se ahija
Y el buen alférez Portes por delante Y aumenta crecidísima manada ;
Acudió con alguna gente suelta Pero su cualidad es tan ardiente
A do sonaba la mayor revuelta. Que lo duro deshace brevemente.
Yendo dispuesto para la pelea Hasta de la madera se mantiene ,
Hicieron que torciese su camino Y en el hierro y acero hace caño ;
Antes de se hallar donde desea , Al mercadante pues no le conviene
Por voces que le dió cierto vecino : Tardar en revolver lienzos ó paño :
Acá, señor , acá , que nos rodea Que si por algun tiempo se detiene
Otro nias peligroso torbellino » . Ha de hallar irreparable daño ,
Y fué verdad , porque gentes armadas Y en guerra mal se puede hacer esto
Tenian ya las calles ocupadas, Andando por los montes descompuesto.
De tal manera , que nunca fué parte Ansi que por ingleses ó por Francia
Para poder hacelles resistencia ; Hoy es trabajosísima vivienda ;
Ni valian allí mañas ni arte , Pues aunque por los tractos hay ganancia
Animo , ni valor ni diligencia ; Fácilmente se pierde la hacienda ,
Mas Portes prosiguió con su estandarto Faltando mayormente tal instancia
Do Mendoza tenia la pendencia, Que con valor y brio la defienda ;
En el cercado do se defendia No porque en el conflicto de que trato
El don Juan con la gente que tenia. Dejasen de bacella muy gran rato.
436 JUAN DE CASTELLANOS.
Y si el gobernador no se rigiera , A las personas pues encarceladas
Cuando se vieron en aquel aprieto , La gente desta pérfida canalla
Por gente fanfarrona forastera Juraba de les dar de puñaladas
Que siempre lo trajeron inquieto , Si no se componian en la talla ,
Tengo yo para mí que se hiciera O si las otras gentes retiradas
De parte de los nuestros buen efeto , Segundaban à dalles la batalla ;
Porque su voluntad y su desino Y que del pueblo quemarán el resto
Siempre fué de salilles al camino. Si no les daban el rescate presto.
Y la gente vecina que se halla Hízose cerca desto mensajero ,
Y allí se fortalecen entre tanto ;
Con él , de caballeros y peones ,
Aunque faltos de bronces y de malla , Corrió la diligencia del tercero
Tenian estas mismas intenciones , Que pretendio librallos del espanto ;
Deseosísimos de la batalla Al fin les dieron copia de dinero,
Fuera de la ciudad con los ladrones , Pero yo no sabré deciros cuánto,
Con ser en número siete doblados Mas de que se partieron con provecho
Y venir todos ellos bien armados. Y el pueblo que lo dió quedó deshecho.
Viendo pues ya perdida su bandera , Traian estos cierto sacerdote
Por no dar largas à peor estado , Llamado don Martin , el cual trompieza
Su gente trabajó sacallo fuera En no sé qué pasion con Martin Côte ,
Con importunidad mas que por grado , Que hizo disparar broncina pieza,
Llevando gente que menuda era , Cuya bala le dió por el cocote
Segun pudo furor arrebatado , Quitando de los hombros la cabeza ;
Do Gonzalo Fernandez guió el freno Decian ser por yerro , mas no yerra
Haciendo lo que debe cualquier bueno. El golpe, pues que dió con él en tierra.
También Rodrigo Lopez à caballo Mostraron un fingido sentimiento ,
Con esta voluntad iba corriendo , Y á causa de ser hombre señalado
Con valor que podríamos contallo Hicieron singular enterramiento
Versos mas abundantes estendiendo ; En lo mas alto del lugar sagrado ;
Mas una bala pudo derriballo Mas don Juan de Simancas al asiento
Con estampida de furor horrendo , Vuelto , de donde estaba retirado ,
Privándolo de luz y del consuelo Mandó sacallo de la sepultura
Que le dieron los hados en el suelo. Y cubrir el cadáver con basura.
Digo que dellos fué favorecido Habíanos venido por prelado
Dos años antes deste luterano ,
En dalle generosa compañía , Y renunció después el obispado ,
Pues aqueste hidalgo fué marido En el cual doce años tuvo mano ;
De aquella hermosísima María
Que tiene de Aguilar por apellido ; Y en España después de renunciado
Acabó cordobés arcediano :
La cual, con el valor que convenia , Fué antes fray Hierónimo Beteta ,
Escedió con bondad su hermosura
Después y antes desta desventura. Mas acá poco tiempo se quieta.
Nuño de Castro , por cuya prudencia Pues sin ver la ciudad de Cartagena
Pudiera la victoria ser habida , Do tenia su catedral escuela ,
Viendo su parecer y su sentencia O no le pareciendo tierra buena ,
Ser del gobernador mal admitida , O porque de la carga se recela ,
La gran tristeza le causó dolencia En viendo de las Indias el arena
Y en pocos dias le quitó la vída Se volvió desde el Cabo de la Vela:
Al varon de virtudes relicario Ansi que , después dél , Simancas vino,
Y para paz y guerra necesario. Clérigo singular y hombre benino.
Todos lloraron el acabamiento ; El don Juan de Simancas apartado
Mas su doña Francisca de Padilla Del gobierno desta catedral silla,
Mostró tan entrañable sentimiento Don fray Luis Zapata fué nombrado,
Que movia las piedras á mancilla ; Caballero notorio de Castilla ;
La cual le hizo tal enterramiento Mas por ser para él corto cuidado ,
Que se puede contar por maravilla : Antes de se partir para regilla,
Llorábalo cualquier menesteroso Dignidad de arzobispo le fué dada
Por ser dellos amparo generoso, En este nuevo reino de Granada.
Señoreóse pues de Cartagena Salida pues la robadora plaga
La gente cudiciosa del pirata ; Y mal de la francesa pestilencia
Hallaronla de muchas cosas llena , De Cartagena con forzosa paga,
Pero pocas preseas de oro y plata ; Bajó luego desta real audiencia
Y su victoria no fué tan sin pena El oidor Melchior Perez de Arteaga
Que pudiesen tenella por barata , A visitar aquella pertenencia,
Pues de los empuyados y sangrientos Tasar los indios y poner concierto
Sus muertos pasarian de trescientos. En las cosas tocantes á aquel puerto.
Y aun el don Juan salió de una lanzada Negocios proveyó bien necesarios ;
El molledo derecho traspasado , Y al bárbaro que nada se vestia
De que después fué nueva divulgada Usar hizo de nuestros vestuarios,
Que por la mar dió fin á su cuidado : Y en ellos permanecen hoy en dia:
Hüida pues la gentes mas granada , Quemó gran cuantidad de santuarios,
Y el pueblo mucha parte del quemado , Desterrando bestial idolatría ;
Prendieron por alli gentes imbeles Persiguió por la mar ciertos piratas
Y no sé cuántos indios infieles . Que salteaban barcos y fragatas,
Y adonde Juan de Bustos residia Deseaba hacer algun buen lance
Los hizo recoger el enemigo , Por quitar á los tractos mal embargo ;
Y aquí reside Beatriz Garcia Mas ellos temerosos deste trance
Que fué del número de los que digo : Hicieron sus navios á lo largo ,
La cual , como persona que lo via Y ansi no les pudieron dar alcance ;
Es de lo que pasó no mal testigo , Al fin los dias que duró su cargo
Demás de que me consta claramente , Quedó con opinion entre la gente
Porque yo me hallé cuasi presente . De singular jüez y de valiente.
437
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , ELEGIA A BUSTOS, CANTO UNICO.
Estando de la suerte que discierno Aqueste caballero fallecido ,
Las cosas que lo son en importancia , Cuya muerte no fué sin sentimiento ,
De que hace mencion este cuaderno , Para la defension deste partido
Dejando la menuda circunstancia , Fué luego por cabildo y regimiento
Al Juan de Bustos dieron el gobierno Don Alonso de Vargas elegido ,
De Panamá por ser de mas substancia , Hasta venir escelso mandamiento ;
Y su teniente Salazar , letrado , El cual llevó como varon bastante
Quedó para regir aquel estado. Guerreros ejercicios adelante.
Al cual vino poder para que haga Al mas dormido hace que dispierte ,
Cargos , tomando luego residencia Al mas imbele singular atleta ,
Al dicho Melchior Perez de Arteaga , Y como capitán que bien advierte
A quien por su valor y suficiencia A cuán pesado yugo se subyeta ,
Le dió su Majestad honrosa paga , Mandó que se hiciese cierto fuerte
Y mis manos tuvieron la sentencia En la parte que llaman la Caleta ,
Impresa , de la cual quedó con fruto Adaptado lugar y conviniente
De juez en sus cargos incorruto. Para se defender de mala gente.
Después aqueste noble caballero , Con gran solicitud y diligencia
Cuyas partes por brevedad abscondo , Estas cosas y otras ordenando ,
El hábito tomó del santo clero , Vino por provisiones del audiencia
Teniendo por mejor el sacro pondo ; Don Lope de Orozco con el mando ;
Y agora por la via que refiero Hizo como tres meses asistencia ,
Me dicen ser abad del Burgo Fondo , Las cosas de gobierno regulando ,
Y aunque es gran dignidad do permanece, Por cuasi que venir à las igualas
Es cifra de lo mucho que merece. Por gobernador Martin de las Alas.
Al Juan de Bustos pues à nuevo cargo El cual á Santa Marta gobernaba
Lo lleva la fortuna que lo adula Entonces, y en aquella serranía
Con esperanzas de provecho largo Porque poco caudal interesaba ,
Que los humanos pechos estimula , Aquesta se le dió por mejoría,
Adonde concluyó con fin amargo En guarda de la cual siempre se daba
Precipitado de su propria mula ; Tan buena maña cuanto convenia ,
Y ansi damos remates á su historia Sino que vivió poco, y entre tanto
Con suplicar á Díos le dé su gloria. A los cosarios puso gran espanto.
Varon fué grave, de gentil aspeto , Juan Acle pudo ser testigo desto ,
Alto, con miembros bien proporcionados , Inglés cosario, cuya gran pujanza
Y aunque yo lo tenia por discreto , Por la costa barrió lo mas compuesto
Algunos términos tuvo pesados , Sin se les oponer guerrera lanza ;
Pues no guardó decoro ni respeto Mas Martin de las Alas mostró gesto
A los eclesiásticos prelados ; Siempre de vencedora confianza ,
Y los hombres que fueren desta suerte Aunque de Santa Marta vino nueva
Pocas veces beredan buena muerte. De la terrible potestad que lleva.
Después que con tal coce de fortuna Mas el dicho con brios singulares
Al Bustos sepultó fatal arena , Puso furor á temerosos pechos ,
Aquel buen Anton Dávalos de Luna Y reparó los cómodos lugares
Vino para regir á Cartagena : Con posibles defensas y pertrechos ,
Varon que fué de generosa cuna , Fortaleciendo por entrambos mares
Persona de virtud no menos llena, Los fuertes para tal ocasion hechos ;
Y cuyas principales aficiones Y con la diligencia que cumplia
Eran armas, alardes y escuadrones. No paraba de noche ni de dia.
Y ansí para defensa de aquel puerto , Congregó del terreno circunstante
Mil veces infestado de cosarios , Españoles é indios comarcanos ,
Hizo poner las cosas en concierto , A los cuales habló con tal semblante,
Buscar caballos y pertrechos varios , Que deseaban ver los luteranos ,
Hizo trincheas como bien esperto Pareciéndoles, viéndolo delante ,
En partes y lugares necesarios , Tener ya las victorias en las manos :
Nombrando proveedor que visitase Todos los españoles son docientos,
Las armas, y las viese y alistase. Y los bárbaros como cuatrocientos.
De noche por la playa sus espías , Arcabuceros eran los cincuenta ,
Atalaya de dia que reguarde , No con sobrada pólvora ni balas ;
Instruyendo bisoñas compañías Destos como caudillo tiene cuenta
-Por levantar al ánimo cobarde : Su buen hijo Gregorio de las Alas ;
Ordenó que de quince en quince dias Rige caballos que serán sesenta
Hiciese cada capitán alarde , Pedro de Barros, no con ganas malas ;
Y de tres en tres meses se muñesen El maese de campo fué Mendoza ,
Para que todos juntos lo hiciesen. Ambos insignes en edad mas moza.
Como buen capitán y buen vasallo Sembraron muchas puyas por la playa ,
En estos ejercicios se recrea , Untadas con venenos pestilentes ,
Y domingos y fiestas á caballo Porque cuando contraria gente vaya
A los que son jinetes acarea, Por ella, sin les ser alli patentes ,
Porque mejor supiesen meneallo En paga de sus maleficios haya
Al tiempo que viniesen á pelea ; Muerte con miserables accidentes ;
Pero su bondad fué de poca dura Puso de mar á nar como cadena
Por acaballa cierta calentura. Enhiestas pipas llenas del arena.
Era del hábito de Santiago , Tractadas otras cosas en consejo ,
De las Españas defensor y guarda ; Segun necesidad encaminaba ,
Estraño fué de sensual halago Al tiempo que la imagen del cangrejo
Que varoniles pechos acobarda; El resplandor febeo visitaba ,
Su fama buena se le da por pago , El juvenil hervor y frio viejo
Indigna de tener historia tarda ; Manos á la labor aparejaba,
Mas si de luz gozare su escriptura Por julio de sesenta y cinco cuando
Podrá sacallo de la sepultura. Las naos se venian acercando.
438 JUAN DE CASTELLANOS .
Once potentes, gavia sobre gavia , Entró también Cardoso con su ruego
Bien poblado de tiros cada lado , Importunándole que se reporte ,
Manifestando robadora rabia , Con gran retórica diciendo luego :
Con banderas de blanco y colorado , « Señor, de ningun mal yo soy consorte,
No llegan con temor ni con ignavia Ministro soy de paz y de sosiego ,
Al paraje que tienen deseado : Que vengo para dar algun buen corte ;
Una lancha delante con la sonda Luego me volveré, y antes que parta
Para dalles camino de mar fonda. Tened por bien leer aquesta carta. »
El Alas con la gente mas guerrera El gobernador pues aunque severo ,
Moviólas á la playa para vellos , Como varon ornado de prudencia ,
Do la lancha de paz puso bandera Mandó dar de comer al mensajero ,
Viniéndole derecha para ellos ; Sirviéndole con gran magnificencia :
Hácense señas que se salga fuera Salió para hablar con el guerrero
Por no querer oillos ni creellos : Mendoza, so color de la licencia
Vista su voluntad al descubierto Que por aquella parte se demanda
Determinó de se bajar al puerto. Para contractos de una y otra banda.
Mas para no dejallos sin espantos , Mas fué para decir que proveyese
Soltaron dos horrisonos cañones ; Con diligencia lo que convenia
Tiéndense por el mar fumosos mantos , Hacer, cuando Cardoso se partiese
Suenan por alto los fogosos sones ; Con la respuesta desto que pedia ,
Respóndenles acá con otros tantos Porque de las defensas entendiese
Porque sepan que tienen municiones ; Mas posibilidad de la que habia ;
Y estos dos, que con mas no se hallaron , Y luego con las cartas en la mano
En el muelle y caleta se soltaron. Volvió para hablar al lusitano.
Y fué la diligencia de tal arte , Era lo que la carta contenia ,
Que con la gran presteza se podia Encarecer que à todas las naciones
Imaginar que tiene cada parte Derecho natural les permitia
Para se defender artillería ; Comunicarse por contractaciones ,
Al puerto llegó pues el estandarte Y que copia de buena mercancía
De la facinerosa compañía : Traian en aquellos galeones ;
Los de tierra van por las riberas , Que celebrasen ferias y contratos ,
Puestas en buen concierto sus hileras. Pues sus precios serian bien baratos.
En avanguardia llevan los flecheros , Y esto que no debian rehusallo ,
Indios feroces y etíopes diestros , Principalmente con Ingalaterra ,
Que muchos dellos son buenos arqueros , Pues él de nuestro rey era vasallo
Y en la batalla los peones nuestros : Como los moradores de su tierra ,
En retaguardia van los caballeros Y el tracto no podian estorballo
Acaudillados todos por maestros , Por derecho de leyes ni de guerra ;
Francisco de Caravajal entrellos Y otras razones en la carta dijo
Que como diestro puede componellos . Que no refiero por no ser prolijo.
Caminan las hileras bien digestas El Martin de las Alas al maldito
Por aquella marítima ribera ; Pirata respondió razon abierta ,
Mas paran do las puyas tienen puestas , Y no queriendo dalla por escrito
Por no tener tan ancha la carrera ; A sus contractos le cerró la puerta,
Allí se afirman con las armas prestas , Y al portugués le dijo que el conflito
Y para poner orden mas entera Seria la contractacion mas cierta ,
Enviaron dos hombres á caballo Mandándole que luego se partiese
Al punto para mas señoreallo . Y con ningun mensaje le viniese.
Mandándoles que vean cuerdamente Mas quitóse del cuello la cadena
Qué hacen los ladrones ancleados , Que pesaba cien pesos de oro fino,
Y vengan con el paso diligente Y al portugués la puso por ser buena,
Si ven desembarcar hombres armados ; Que el don agradeció como convino ;
Y retrajéronse del sol ardiente Y ansi sin tantear á Cartagena
A fin de se hallar mas alentados : Lo vuelven á meter en el camino ,
Fueron pues donde están las naves todas En un caballo bien enjaezado
Hierónimo Rodriguez, Juan de Rodas. De veinte de caballo rodeado .
Yendo los dos con paso presuroso , Cincuenta arcabuceros desta gente
Toparon al remate del camino Salva hacen al tiempo que camina ;
Un portugués llamado Juan Cardoso , Luego pasaban abscondidamente
En varias lenguas hombre peregrino ; A hacer otro tanto en cada esquina,
Dijoles traer cartas del famoso Y cada vez en parte diferente ,
Juan Acle, general, varon benino, Segun quien los ordena determina ;
Para el gobernador à quien queria Y ansí por industriosos mandamientos
Dar aquellos recaudos que traia. Cincuenta parecieron ser docientos.
Eran aquestos dos personas mancas Gregorio de las Alas con licencia
De cautelas que pérfidos intentan , Del padre, lo llevó hasta las naves ;
Y por les parecer razones francas Volvióse después desta diligencia ,
Estas y muchas mas que no se cuentan , Al tiempo que las chirladoras aves
Al Cardoso tomaron á las ancas Por faltar apollinea presencia
Y al Martin de las Alas lo presentan , Cesaban de sus cánticos suaves ;
El cual , como lo vido de sus ojos , Y luego por las partes convinientes
Disimular no pudo los enojos. Pusieron centinelas diligentes.
Mandó prender á los que lo trajeron En cada cuarto son de los vecinos
Con intencion de les torcer los cuellos , Veinte con sus caballos bien armados,
Porque de sus mandados escedieron Puestos donde se juntan los caminos ,
Cuando menos cumplia salir dellos ; Que son lugares mas ocasionados ,
Pero personas graves acudieron Atalayando términos marinos
Que con grande hervor ruegan por ellos, Por partes que divisan ambos lados
Y ansi se quebrantaron las pasiones Del istmos , acia donde los ladrones
Con tenellos diez dias en prisiones . Tenian sus potentes galeones.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE III , ELEGIA A BUSTOS, CANTO UNICO. 439
De los fuertes ninguno quedó solo , »Cualquier ladron es de verdad estraño
Y con el principal tenia cuenta Y en falsedades hace gran instancia ;
El capitán llamado Diego Polo , Sus tractos y contractos son engaño,
Hombre cabal para cualquier afrenta : Y cuando pone cebo de ganancia,
En tanto pues que claridad de Apolo Será para haceros mayor daño ,
A los mortales ojos se presenta, Aunque vivais con mucha vigilancia
En todos los lugares del estancia Por ordenar mejor un maleficio
Se tuvo la posible vigilancia. El hombre que lo tiene por oficio.
Cuando ya por las ondas de Oceano Y aquestos, so color de tracto blando,
Luz clara perfilaba los celajes , Quieren con sus engaños y cautelas
Vieron segunda vez al lusitano Poco á poco venírsenos entrando
Cercano de sus puestos y parajes ; Y descuidar las guardas y las velas,
Mas por ninguna via le dan mano Entradas y salidas tanteando ,
Para llevar al pueblo sus mensajes, La municion, la gente, las tutelas,
Diciendo que procure la hüida Y al descuido menor en breves puntos
Si no quiere perder allí la vida. El golpe y el amago llegan juntos.
Oidas las razones por Cardoso, >Es esta la mas cierta mercancía
Que fueron dichas con soberbios brios, Con que suelen cazar al mas esperto ;
Pareciéndole mal mucho reposo, Y ansí no cumple por ninguna via
Y no cumplir allí pasos tardíos , Dalles resquicio ni rincon abierto ;
Temblando de temor y disgustoso, Porque quien de ladrones se confia
Se volvió luego para los navíos , Su perdicion y daño tiene cierto ,
Y al Juan Acle le dió razon estensa Y con aquellos pensamientos vanos
De cuán prestos están á su defensa. El se toma la muerte con sus manos.
Entendidas por él aquellas graves >Cuanto por parte mia se dispensa,
Palabras, sin temor de la batalla, Paréceme no ser mal proveido ,
Mas acia la ciudad llegó las naves Y por estarazon el ladron piensa
Con intenciones de bombardealla ; Estar el pueblo bien apercebido,
A dos cañones apretó las llaves, Y que confía bien de su defensa
Que pasaron por cima sin tocalla, Como no le salimos á partido ;
Porque en aquel lugar quel agua cierra Pero para salir con su interese,
La mar está mas alta que la tierra. Otra cosa seria si lo viese.
Aquesto visto por aquel buen Diego >Otra razon también nos encamina,
Polo, que pusilánimos anima , Demás de las ya dichas importantes,
A las dos piezas gruesas puso fuego Y es que la ley humana y la divina
Que también le pasaron por encima, Prohiben los contractos semejantes ,
Y al mal pirata fueron como ruego Por ser herejes de opinion malina ,
Para que sus propósitos reprima , Cuyos errores son exorbitantes,
Porque no viendo las respuestas tardas Fuera de lo que manda fe cristiana
Tuvieron gran silencio sus bombardas. Y la Iglesia católica romana.
Visto por el Juan Acle que tenia Y ansi por ser intolerable yerro ,
Competidor terrible y animoso, Notoria perdicion y disparate,
Quísolos engañar por otra via Para siempre jamás la puerta cierro
Si le valiera lance cauteloso ; A que deste negocio se me trate,
Para lo cual un bergantin envía So pena de prision y de destierro,
A disculparse con aquel Cardoso, Y a mi razon con esto doy remate :
Diciendo que sin orden de cabezas Que hagais, pues que va mas que dineros,
Soltaron artilleros las dos piezas. Aquello que debeis à caballeros . >
Como viesen venir el bergantino Dijo, y el capitán Mendoza luego,
Con pacífica seña que traia, Como viese la prática propuesta
Con otro le salieron al camino Encaminada para su sosiego ,
Para reconocer lo que queria : Y lo demás ser falta manifiesta ,
Oyeron la disculpa del malino , Por todos ellos y de comun ruego
Y que tan solamente pretendia Tomó la mano para la respuesta ,
Vendelles cien esclavos de Etiopia, Diciéndole : «Señor, estos varones
De los cuales traia buena copia. Están en esas mismas opiniones.
Mandaronle que luego se tornase, >Y si algunos ajenos de maldades
Con amenaza ya de voz airada, No tenian cautelas entendidas ,
Y no le consintieron que llegase Bien informados de vuestras verdades
A tierra para dar el embajada , Prestos están al riesgo de sus vidas,
Diciendo que de cuanto demandase Pues por vuestro querer y voluntades
Ellos habian de salir á nada , Todas las nuestras han de ser medidas ;
Demás de que tenian de la casta Porque falto será de entendimiento
De esclavos tanta copia que les basta. Quien tuviere contrario sentimiento. >
En efecto, Cardoso determina El buen gobernador destas razones
Volverse viendo términos tan bravos ; Y muchas otras recibió contento ;
Y entendido por la gente vecina Y ansí debajo destas intenciones
Cómo los convidaban con esclavos, Se despidieron del ayuntamiento ;
Picaron en aquella golosina , Anduvo visitando municiones
A lo menos los hombres mas ignavos ; Con el docto prïor de aquel convento,
Mas Martin de las Alas les advierte Fray Pedro Mártir, hombre de gobierno
Hablándoles á todos desta suerte : Y después provincial en este reino.
«Aunque de la bondad de los presentes El cual , en estos lances bien instruto
Estoy en gran manera satisfecho, Y en otros importantes menesteres,
Algunos sin mirar inconvinientes Hizo con su consejo harto fruto
Al honor anteponen el provecho , Por tener acertados pareceres ;
Creyendo recebillo destas gentes Al fin Juan Acle no fué resoluto
Sin Dios, sin ley, sin rey, y cuyo pecho En les acometer con sus poderes ,
Nunca jamás aclara lo que siente , Antes por ocho dias cada dia
Sino razon del hecho diferente. Con nuevas invenciones les salia.
440 JUAN DE CASTELLANOS .
Vacas, puercos y agua les demanda, Y como ya tenian esperiencia
Si no, que tenderá su mano luenga De la nobleza deste caballero ,
Con grandes amenazas de su banda ; Enviaron à la real audiencia
Y los nuestros también dicen que venga, A que le den el cargo mensajero ,
Porque no hallará la suya blanda , Al cual lo proveyó con diligencia
Aunque trescientos años se detenga; El doctor Andrés Diaz del Venero
Y si mal le viniere no se queje , A la sazon en ella presidente ,
Pues siempre le requieren que los deje. Teniéndolo por hombre suficiente.
Viendo que nada se le concedia Y ansí, venidas estas posiciones,
Y el mal aliño para buen pillaje, La ciudad adornó con obras varias :
Determinó salir de la babia Ensanchó muelles, hizo torreones,
A lo largo haciendo su viaje : Fuentes y muchas cosas necesarias ,
Y en la isla Carex cuando partia , Que por no dilatar estos ringlones
Agua buscando por aquel paraje, En esta relacion pongo sumarias ;
Antes de se volver á los navíos Pues presto diré dél en su carrera
Quemaron de un estancia los buhíos. Lo que nunca jamás decir quisiera.
Quedaron libres desta pestilencia Seria pues el año de setenta
Los nuestros por mostrarse tan constantes. Del nacimiento del Verbo divino ,
¡Ob cuánto vale siempre la prudencia Con el millar y medio desta cuenta,
Para negociaciones importantes , Cuando salió del término marino ,
Las industrias, ardides y esperiencia Porque con real carta que presenta
En las necesidades semejantes , Francisco Bahamon de Lugo vino
Y el ser á los gobiernos proveidos Para que del gobierno cargo tenga
Los que por su valor son conocidos ! Y en él la vigilancia que convenga.
Durante pues aqueste torbellino En este nuevo reino fué soldado,
De guerra que les fué poco molesta , Que porque yo lo vi lo certifico ,
En la morada de cualquier vecino Y en Italia, segun soy informado ,
Hallaban los soldados mesa puesta, Y en otras partes mas que no publico ;
Con muy buenas vïandas, pan y vino , Después en estas Indias le fue dado
Y liberalidad a todos presta : Gobierno de San Juan de Puerto- Rico,
Negocio por allí bien necesario, Donde justa razon será que cuente
Por no les prometer otro salario. Una cosa que hizo de valiente.
El Juan Acle se fué con su compaña , La era de sesenta y cinco años,
Ganancias y caudal en la capilla , En un hato que llaman el Coamo ,
Y por la costa de la Nueva- España Andando visitando los rebaños
Encontró con armada de Castilla , De cuadrillas que tienen allí amo ;
Do no pudo por fuerza ni por maña Oyendo los caribes hacer daños,
Ser poderoso para resistilla ; Acudió , como dicen , al reclamo ,
De manera que por aquellos puertos Procurando hacer algun buen lance
Huyo él, y los suyos fueron muertos. Si acaso les pudiese dar alcance.
Mas Martin de las Alas no se olvida Supo ser ochocientos la cuadrilla ,
De su solicitud y diligencia Y que para manjares de la mesa ,
En tener la ciudad bien proveida; Después de saltear á Guadianilla ,
Pero poco después le dio dolencia Llevaban número de gente presa
De calenturas con que desta vida Demás de los despojos de la villa ;
Con gran dolor de todos hizo absencia De lo cual en el ánimo le pesa ,
Para poder gozar la sempiterna, Mayormente que desde aquella estancia
La cual le dé quien todo lo gobierna. Habia veinte leguas de distancia.
AMEN. Gente buscó que por allí se aloja ,
A causa de faltar pueblo cercano ,
ELEGIA Pero muy poca halla que recoja ,
Pues solamente vienen á la mano
A la muerte de Francisco Bahamon de Lugo , quinto go- Un Tello de Monroy, dicho Pantoja ;
bernador de Cartagena. Y Rodrigo Ramirez , escribano ;
Gaspar Lorenzo y un Diego García ,
EN UN SOLO CANTO . Joan Diaz de Santana, de quien fia ;
Después que ya paró la dura parca Otros dos españoles estancieros
En Martin de las Alas fatal buso , Que recogió de los cercanos hatos,
En tanto que venia del monarca Y de los que servian de vaqueros
Nombrado sucesor para tal uso , Menos de doce negros y mulatos :
La gente principal desta comarca Hacen adargas de vacunos cueros ,
En elegir gobernador se puso : En que no se gastaron largos ratos ,
Y en estos nombramientos y elecciones En caballos y yeguas muy lijeras ,
Habia diferentes opiniones. Y en vez de lanzas dejarretaderas.
Una parcialidad destas acuerda Y como ya tuviesen cierta fama
Alvaro de Mendoza ser decente ; Que los caribes iban navegando
Otros nombran al licenciado Cerda, A la boca del rio de Guayama ,
Que del gobernador era teniente ; Las estancias y hatos rancheando,
Otros no quieren quel cabildo pierda Entregados á la vorace llama ,
AqueHo que les era concerniente ; Allí los estuvieron esperando
Y en estas banderizas discusiones En los espesos montes encubiertos ,
Hubo también rencillas y prisiones. Hasta que ya llegasen á los puertos.
Y al tiempo que tenian los disgustos Pusieron en un árbor atalaya,
Dispusicion de mas vivas centellas , Cubiertos todos en lugar sombrio,
Gobernaba Pero Fernandez Bustos Y costeando la marina playa ,
A Santa Marta, do le dan querellas ; Vieron venir el bárbaro gentio ,
El cual, guiado por deseos justos, El cual , sin que mas adelante vaya ,
Determinó de ir a componellas ; Se meten por la boca de aquel rio
Y ansi luego con términos discretos Con sus barcas de remos ó piraguas ,
Pacíficos quedaron y quietos. Y allí surgieron en las dulces aguas.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, ELEGIA A BAHAMON, CANTO UNICO. 441
Salieron los crüeles escuadrones El Francisco de Lugo representa
A la tierra que ya sabian antes , Las fuerzas y destreza de su diestra,
Aljabas proveidas de harpones , Pues con los señalados tiene cuenta
Segun suelen en trances semejantes ; Que dejan conocerse por la muestra ,
Gallardos son en las dispusiciones , Cuyos crüeles pechos ensangrienta ,
Miembros y proporciones de gigantes , Poniendo brios à la gente nuestra ,
Todos con superbísimos plumajes , Viendo los que derriba con el asta
Y llenos de veneno los carcajes. Desta feroz y carnicera casta.
Sobre las naturales vestiduras , En uno y otro y otro va picando ,
Digo las que les dió naturaleza , Metiendo poca lanza como diestro,
Llevan diversidades de pinturas , El asta sanguinosa recambiando
Muestra y ostentacion de su braveza ; Veloz al diestro lado y al siniestro ;
Los semblantes , meneos y posturas Llévale los tenores nuestro bando,
Aumentan grandemente su fiereza , Siguiendo las pisadas del maestro,
Tanto, que nadie juzga del denuedo Junto con él el caballero Tello ,
Haber peligro que les cause miedo. Que en lo que hizo bien mostraba sello .
Y en hecho de verdad son combatientes En las alborotadas confusiones
Prontísimos á guerra y advertidos , Ambos rompiendo van bárbaras pieles ,
Y no menos astutos que valientes Como si por ventura dos leones
En saberse valer siendo rompidos , Dieran enjunta grande de lebreles ,
En la mar y en la tierra diligentes , Que con aquellas fieras condiciones
Mañosos en ardides y atrevidos , También se muestran bravos y crüeles ,
Y es su ferocidad en grado tanto , Y cada cual en este que lo caza
Que en estas islas es comun espanto. Sus durísimos dientes embaraza.
Sacaron pues á tierra las robadas No muestran pues los indios cobardía ,
Haciendas , por estancias y por villas , Ni fué su furia menos impaciente
Y mas treinta personas maniatadas , Que las soberbias fuerzas y osadía
En lágrimas bañadas las mejillas , De los que les salieron de repente :
Viendo que para ser despedazadas Suenan las voces , crece la porfía ,
Las han de repartir á las cuadrillas , Los tiros vuelan con furor ardiente ,
Y desmembradas por las coyunturas Iumóbiles están como peñoles ,
Les tienen de dar vivas sepulturas . Hieren caballos , hieren españoles.
Estas en Guadianilla las prendieron , En grande multitud vuelan agudas
Y eran las mas mujeres españolas . Flechas y dardos y tostadas lanzas ;
Porque de los demás los que pudieron Suenan los bosques y montañas mudas ;
Al bárbaro furor vuelven las colas ; Los frios miedos y las confianzas
Los rústicos maridos se buyeron De las gentes vestidas y desnudas
Y hijos y mujeres dejan solas : Tienen por igual peso las balanzas ,
Dos solos que hicieron resistencia Porque por mas espacio de una hora
Perdieron luego la vital presencia. Ninguna de las partes se mejora.
Pues como Babamon de Lugo via Mas el gobernador, con los enojos
Para rompellos cómoda zavana, De ver que punto no los debilita ,
Animó su pequeña compañía , Y que los míseros que son despojos
Haciéndoles exhortacion cristiana , Puestos en oracion daban gran grita,
Nombrando por alférez aquel dia En un viejo gandul puso los ojos ,
Al alguacilJuan Diaz de Santana , Que con horrenda voz indios incita:
Sirviéndoles entonces de bandera Rompe los escuadrones y espolea
Una toalla blanca bien lijera. Hasta poder llegar donde desea.
De los dos estancieros que llevaba , El caribe feroz , que no se espanta
Uno , que el nombre dél no me fué dado, De ver delante sí fuerzas ajenas ,
De los setenta y nueve ya pasaba , Con pasos alentados se adelanta
Decrépito , rugoso , corcobado , Para probar las suyas con sus penas ;
A quien este Juan Díaz desdeñaba Pues el asta coló por la garganta ,
Por parecer imposibilitado Rompiendo luego las vitales venas ,
Para se menear en la batalla : Adonde con un grito no pequeño
Hacia burla dél , y el viejo calla. Rindió los ojos al eterno sueño.
Embrazan pues espadas y rodelas Asieron dél los que se hallan prestos
Para salir al funeral estrago ; Para hacer con él largo desvío ,
Hieren á los caballos las espuelas , Porque viendo sus daños manifiestos ,
Diciendo : « ¡ Santiago! Santiago ! Quedaron muy atrás del primer brio
¡Y tú , Juan, negro borro, te recelas , De tal suerte , que todos descompuestos
Pues para te hüir haces amago ! »> A nado se metieron por el rio ;
Mas el Francisco Bahamon de Lugo Los nuestros ocurrieron á las aguas ,
Aquella cobardía le desplugo. Adonde les tomaron dos piraguas.
Y ansí, con una voz acelerada , Fuéronse los demás en las restantes ,
Por ver al negro tan acobardado , Y apriesa bogan como bien espertos ,
Un muslo le pasó de una lanzada , Mas no tan victoriosos como antes ,
Haciéndolo volver mal de su grado ; Desampararon los marinos puertos ;
El cual hizo después que le fue dada Y por los españoles triunfantes
Lo que pudo hacer un buen soldado ; Setenta y siete dellos fueron muertos :
Y al alférez Joan Diaz el caballo Quedó herido mal Diego García,
Le huye sin que pueda subyectallo.. Y murió dentro de tercero dia.
Por volver el caballo desbocado, Francisco Bahamon salió herido,
Cayóse de la mano la bandera ; Por faltalle las armas defensoras ,
Mas aquel vejezuelo corcobado El cual de muerte no fué poseido ,
Tan presto la cobró, como si fuera Mas su caballo dentro de dos horas ;
Un muchacho robusto y alentado , Un negro su postrero dia vido ,
Y encima de su yegua bien lijera Sin dar la corrupcion largas demoras ;
Rompió por los caribes de tal suerte , Los demás , en quien fué veneno flaco ,
Que doce por su mano ven la muerte. Se curaron con zumo de tabaco .
442 JUAN DE CASTELLANOS .
Escaparon los miseros captivos ELOGIO
De bestias en costumbres tan horrendas ,
Y á los que fueron muertos y á los vivos
Se les restituyeron sus haciendas ; de Pero Fernandez de Bustos, gobernador de la provin
Volvieron a su pueblo con motivos cia de Cartagena , donde se cuenta el discurso de su
De no permanecer en sus viviendas ; vida hasta la venida del poderoso cosario que se dice
Mas entre tanto quel gobierno tuvo el capitán Francisco Draque.
Bahamon , nunca mas caribes hubo.
Y al viejo corcobado y estanciero , Ya cincuenta y dos años se contaban
Porque lo hizo valerosamente , Del parto de la Virgen consagrada,
De la caja le dió cierto dinero Que sobre quince cientos numeraban
A sus necesidades competente , Los de nuestra católica manada ,
Y túvolo por bien aquel guerrero Y Góngora y Galarza gobernaban
Rey Filipo , monarca prepotente , Aqueste nuevo reino de Granada ,
Como quien a los hechos que son tales Cuando Pedro Fernandez , no sin lloro ,
Remunera con premios principales. A las regiones vino donde moro.
Y ansi viendo también la maña buena A causa del desastre no pequeño
Deste Francisco Bahamon de Lugo , Que padeció la flota do venia
Por dalle mas favor y mejor cena, Por general Bartolomé Carreño ,
A la sagrada Majestad le plugo En las ondas del mar esperta guia ;
Que los de la ciudad de Cartagena Mas , salteada del eterno sueño ,
Estuviesen subyectos á su yugo ; Pereció generosa compañía
Y allí dejó la vida transitoria , Y del Pero Fernandez un hermano
Sin hacer cosa digna de memoria. Con las ardientes llamas de Vulcano.
Pero creemos de sus condiciones El cual , siendo del rey favorecido ,
E ya reconocida valentia , Para principio de mas largo pago
Que si tuviera tales ocasiones A la gobernacion fué proveido
Cuales tuvieron otros este dia , De lo de Popayán y de Cartago ;
Mayormente con tantas municiones Mas dentro de la mar fué consumido
Y copia de española compañía , En fuego que causó mortal estrago ,
O feneciera con honrosa muerte , Con muchas mas personas conocidas
Olos nuestros hicieran mejor suerte. Que fueron perdidosas de las vidas.
Y para régimen de lo sagrado Quisiera yo destas adversidades
Vino por este tiempo que publico Dar larga relacion en el historia,
Fray Dionisio de Sanctis por prelado , Mas con oir particularidades
Peritisimo fraile dominico , Muy pocas me quedaron en memoria ;
De sanctis et cum sanctis munerado Pero por varias villas y ciudades
Por ser de santidades vaso rico ; Aquesta desventura fué notoria ,
Mas por venirnos en edad cansada Y ansi solo diremos la substancia,
Brevemente dió fin á su jornada. Sin reparar en otra circunstancia.
Muerto pues Bahamon de su dolencia , Una noche de tiempo bonancible ,
Bien quisto de los hombres populares , Navegando con lumbre de Diana ,
Aunque no sin pasion y competencia Viva llama que dió temor horrible
De personas algunas singulares , Se tendió por la nao capitana ,
Se proveyó desta real audiencia Que remedialla no le fué posible
A la gobernacion Fernán Süarez A la misera gente castellana ,
De Villalobos , natural de Ocaña , Pues ver y peligrar junto le vino
Y que supiera darse buena maña. En aquel sobresalto repentino.
El de setenta y cuatro ya corria A gran priesa la popa desocupa
Cuando llegó de la real audiencia Quien vido luego quel prois ardia,
Un doctor dicho Francisco Mejía Para se recoger en la chalupa
Para tomar al Lugo residencia , Que por la dicha popa se traia;
Contra quien se pidió cuando vivia ; Algunos saltan que la mar los chupa ,
Este por oidor iba del audiencia Porque el bajel del fuego se desvía ;
De la isla Española , y á la ida Dentro Pero Fernandez y el Carreño
Franceses lo privaron de la vida. Con pocos mas que recogió su dueño.
En estas coyunturas y sazones A las voces y gritos del despierto
Que este doctor estaba recebido , Recuerdan sobresaltos al dormido :
Pero Fernandez tuvo provisiones Uno huyendo va para ser muerto ,
Que de su Majestad habian venido , Otro se turba para ser perdido ;
El cual fué con lustrosas invenciones Aquí y allí y allá su fin ve cierto,
A la gobernacion restituido , Ninguno de ninguno socorrido;
Por ser de condicion noble y afable Crecen las confusiones y el estruendo,
Y á los vecinos todos agradable. Hierve la nave con rumor horrendo.
El cual en este tiempo que yo escribo Muerte de todas partes los emplaza ;
En la gobernacion y cargo dura , Ocúpalos obscura humareda ;
Mas no sin confusion , pues aunque vivo , El ánima del cuerpo desenlaza
Parece desear la sepultura ; El fuego de alquitrán al que se queda,
De los contentamientos es esquivo, Con no menos rigor los amenaza
Por una miserable desventura La bulliciosa mar, porque no pueda
En la costa del norte sucedida , Escapar ni valerse criatura
Digna de ser notada y entendida. De tan acelerada desventura.
Y para que se ponga sin ficciones , Alli son los singultos , alli llantos ,
Sino con sencillez aqueste llanto , Allí con el calor frios temblores ,
Buscó las mas veraces relaciones Allí son los mortíferos espantos ,
Que son sonoros cantos de mi canto ; Y el ocupar el humo los clamores ,
Pues por haber agora paliaciones , Querer pedir socorros à los santos
Cada cual dellas con diverso manto , Y ser impedimento los vapores ;
Habrá de hacer pausa mi escriptura Allí penas , angustias , turbaciones,
Hasta reconocer la verdad pura. Que no pueden pintarse con razones.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, ELOGIO DE BUSTOS. 413
En rodear la nao poderosa No le pudo la próspera ventura
Consumidoras llamas no son tardas ; Hacello digno de mejor empleo ,
Corren por la madera resinosa , Pues si contentamiento se procura
Obscurecen el aire nubes pardas , En discrecion , prudencia , buen aseo ,
Enciéndese la especie salitrosa , Virtud , bondad , honor y hermosura ,
Bufan los pasamuros y lombardas , Satisfaccion terná cualquier deseo ,
Vuelan aquí y allí cuerpos humanos Pues alli hallará de lo mas bueno
Y huyen los navios mas cercanos. Aquello que lo puede hacer lleno.
Vereis partidos cuerpos en pedazos Después, segun habemos declarado
De mujeres , de niños , de varones ; En algunos lugares precedentes ,
Van por el aire piernas , manos , brazos , Por diversos oidores fué nombrado
Mas negros que los mas negros carbones ; En cargos á su punto concernientes ,
Dáles el agua y fuego sus abrazos , Y con suerte de indios premiado
Abrazos de crüeles perdiciones : De las que son allí mas eminentes ;
¡ Oh caso triste , duro y espantable , Hizo dejacion della , con ser buena ,
Y por ninguna via remediable! Por ir á gobernar á Cartagena.
Las mas duras entrañas enternecen Allí por muchos años ha vivido
Los mal formados sones de gemidos ; A contento de toda la frontera ;
Las furias de voraces llamas crecen , Mas si tiempo menor hubiera sido ,
Grandes y presurosos estallidos... Es cosa clara que mejor le fuera ,
Tres veces ciento son los que perecen A causa del negocio sucedido ,
Dellas y de las aguas confundidos , Dura calamidad de nuestra era ,
Quitando ya delante de los ojos Pues de reputaciones adquiridas
Los miserabilísimos despojos. Han sido no pequeñas las caidas.
Digo quel mar profundo no fué tardo A lo menos en uso de guerrero ,
En sepultar la miserable gente , Por nunca ser en él ejercitado ,
Y al gobernador Bustos , que reguardo En todo lo demás varon entero ,
Neptuno no le dió con su tridente , Afable , circunspecto , bien mirado ,
Juntamente con él Alonso Pardo , Y ansí como cristiano caballero
Perito licenciado , su teniente , Dió ser y dió valor à su cuidado :
Hermano del factor real , Rodrigo Durante su gobierno y en sus dias
Pardo , que yo conozco por amigo. Muy adelante fueron obras pias.
El cual en este Nuevo Reino habita Y ansí, con el hervor de celo santo
Con eminencias de principal hombre , Y pia devocion , tomó la mano
Y su preciosa doña Margarita , En hacer hospital de cal y canto
Cuyas obras esceden à su nombre ; Con otras diligencias de cristiano ;
Pues como la desdicha que se cita Hizo , ni mas ni menos , otro tanto
Con su rigor á todos los asombre , En obras del convento franciscano ,
Cada cual procuró ser vigilante Pues las antiguas eran obras muertas
Porno se ver en trance semejante. Por ser de paja todas las cubiertas.
Y cierto no conviene de quién quiera Mas entonces faltábales posible ,
Fiar fuego con tantos detrimentos Diestros y bien instructos oficiales ,
En morada de pez y de madera , Para labrar por orden convenible
Y estopa y otros tales nutrimentos ; Pulidos y adaptados materiales ,
Porque si corre riesgo quien espera , Hasta tanto que ya tiempo movible
No menos los que hacen mudamientos ; Acrecentó limosnas y caudales ,
Y en esto no mirar el que navega , Con que hicieron obras de momento
Inadvertencia es bestial y ciega. Donde les concedieron el asiento.
Siguen pues su derrota por la carta , Y es por adonde van á Turüaco
Ningun rostro de lágrimas enjuto : Y de la otra parte de la puente ,
Llegaron al ancon de Santa Marta , Que muchos dias conocimos vaco ,
Donde de su pasion fué bien instruto , Sin pensar ser allí tan eminente
Pues al Carreño ví con gente harta , Casa , por parecer terreno flaco ;
Cuyas cubiertas son paños de luto , Mas agora lo vemos diferente ,
Y el mismo me contó lo que yo cuento , Pues están ya poblados sus confines
Por ser antiguos en conocimiento. De fructíferos huertos y jardines.
Y entonces , si de componer historia Al contador Durán aquel asiento
Tuviéramos algunas intenciones , Le fué con otras tierras proveido ;
Encomendáramos á la memoria Beatriz de Cogollos al convento
Otras particulares aflicciones ; Lo dió , porque Durán fué su marido.:
Mas no me juzgué digno desta gloria Señora de cabal merecimiento ;
Ni de dar fin á peregrinaciones , Y la misma le dió por apellido
Por las cuales y falta de talento Nuestra Señora de Lorito pia ,
Nunca tal me pasó por pensamiento. Y ansi le llaman el presente dia.
En Santa Marta pues do yo vivia Pero diversas son mis opiniones ,
Salió Pero Fernandez mal parado , Y no creo será juicio vano
Que no solo perdió lo que tenia , Si digo hacer estas donaciones
Mas en manos y piés fué lastimado , El deán don Juan Perez Materano ,
Y entre la gente que lo conocia Por tener él aquellas posesiones
Fué de ropas decentes reparado ; Mucho tiempo debajo de su mano ;
Después desto con el comun avio Y en ser lugar de la ciudad escluso
Al Nuevo Reino vino por el rio. Materano Getsemani le puso.
Visto su merecer y su presencia Y el convento dos veces fué fundado ,
Y la calamidad del mar insano , • El un sitio no permanecedero ,
Los señores de la real audiencia Y aquel podria ser , siendo mirado ,
Le dieron el gobierno del hermano ; La doña Beatriz dallo primero :.
En el uso del cual , con gran prudencia Fray Pedro de la iglesia fué prelado
Buen espacio de tiempo tuvo mano , Primero , con un solo compañero ;
Y allí con matrimonio lo consuela Y por franceses que después vinieron
Su muy loada doña Micaela. Lo despoblaron y a Tolú se fueron.
444 JUAN DE CASTELLANOS.
Mucho tiempo después desta rŭina, Es su nombre don Pedro de Ludueña,
Año de tres quinientos y sesenta , El cual con ordenada diligencia
El padre fray Francisco de Molina Rompiendo va la montüosa breña
Lo levantó donde se representa ; De aquellos á quien toma residencia;
Y allí por los de ley adulterina Los cargos que salieron en reseña
También ha padecido gran tormenta , Al fallo se verán de la sentencia :
Y no menos los frailes agustinos Ventura le dé Dios y favor largo
En aquella ciudad nuevos vecinos. Para que salga bien del nuevo cargo.
Pues ochenta del santo Nacimiento Yporque no sé mas de Cartagena ,
Corrian de la luz que nos repara , Della huye mi pluma ya cansada
Cuando fundó la casa y el convento De daros hasta hoy relacion llena
El padre fray Hierónimo Guevara ; Desde el primero por quien fue fundada ;
Y con el necesario cumplimiento Que cierto para tan angosta vena
Este gobernador les hizo cara , Ha sido trabajosa lajornada :
De manera que su mando durante Otros historiadores mas enteros
Aquella ciudad fué muy adelante. Dirán después sucesos venideros.
Vinieron en su tiempo dos galeras Al fin con esto ceso, mas no cesa
Y un bajel que llamaban Saetilla , La peregrinacion de mis porfías ,
Que con sesenta tiros , piezas fieras , Porque para cumplir con mi promesa
Se armaba para náutica rencilla , Me cumple caminar por otras vias,
Hechas para guardar estas fronteras Que deseo correr á toda priesa,
Y contrastar pirática cuadrilla : Viendo cuán abreviados son los dias ;
Corrian ya setenta y ocho años Pues en tal caso la mas clara lumbre
De la reparacion de nuestros daños. Es esperanza con incertidumbre.
Soldados y pertrechos tan á pique
Cuanto requieren ocasiones tales ; LAUS DEO.
Dellas por general don Pedro Vique ;
Y á Castañedo y á Martin Gonzalez
También manda la fama que publique
Que fueron capitanes principales : ELEGIA
Serian setecientos numerados
De chusma , marineros y soldados.
A la muerte de don Sebastián de Benalcázar, adelantado
Destas galeras fué la capitana
Una que se decia Santiago; de la gobernacion de Popayán, donde se cuenta el des-
La otra la ocasion que hizo vana cubrimiento de aquellas provincias, y memorables co-
Un infelice dia y aciago, sas en ellas acontecidas.
Al tiempo que la gente luterana
En Cartagena hizo gran estrago;
Ypara que yo della salir pueda, CANTO PRIMERO.
Este suceso solamente queda.
Yporque de raiz el caso cuente Dejemos de presente la marina
Con los negocios que le son ancjos , Y la gobernacion de Cartagena ,
Paréceme ser cosa conviniente Pues la de Popayán , con quien confina ,
Comenzar la carrera de mas lejos , Segun atrás toco gracil avena ,
Porque los que lo vieron y el oyente Quiero tomar agora por vecina
No queden desabridos ni perplejos , Para dar della relacion mas llena ,
Y si de verdad algo me divierto, Contando sus auríferos veneros
Digo lo que me venden por muy cierto. Y los célebres hechos de guerreros .
Al fin mi flaco marte se convierte Dadme la mano vos , escelsa Musa ,
Adiferentes guerras y porfias , Templo vivo de Dios enriquecido ,
Para tractar la ventajosa suerte Porque la mia no quede confusa
Del diestro capitán Francisco Diaz, Pintando lo que tengo prometido ;
De quien quisiera mas contar la muerte Y la luz de verdad que está reclusa
Que recitar sus grandes valentias, Rompa la nube ciega del olvido ,
Y esta terrible plaga y este llanto A la posteridad haciendo claras
Se quiere comenzar con nuevo canto. Hazañas tan heroicas y tan raras.
A la parte del sur de Cartagena ,
Cauca , gran rio , tiene nacimiento ,
El cual y el grande de la Magdalena
DISCURSO Nacen del rumbo deste mismo viento
Distantes hasta cerca del arena
Del capitán Francisco Draque , de nacion inglés, con que Del mar del Norte , donde con aumento
se da fin à la historia de Cartagena, compuesta y orde- Juntan sus aguas , y ambos hechos uno
nada por Joan de Castellanos , clérigo beneficiado de Ensoberbecen ondas de Neptuno .
Tunja , el cual discurso comienza desde el segundo Estos dos dichos rios inundantes
canto, en cuyo tiempo este cosario vino á la dicha ciu- Los campos y montañas adyacentes ,
dad el año de 1586. Menos de cuatro mil pasos distantes
Un caso Tienen sus nacimientos y sus fuentes
En sierras de Hibague , do declinantes
NOTA. Desde la antepenúltima octava del canto anterior, lo que pone- Al mar del Norte tienen las vertientes ,
mos de letra cursiva, està testado en el original , y siguen cortadas ciento Y con otros menores crecen tanto ,
nueve hojas que debian contener seiscientas cincuenta y cuatro octavas , Que su grandeza causa gran espanto.
á seis por hoja. Luego siguen testadas tres octavas , que son las últimas
del discurso y se copian à continuacion de esta nota. Sin duda el con Aunque parejas cumbres los despiden
sejo mandaria omitir todo lo de Draque en la impresion , quizá por dic- Corren por diferentes señoríos ,
tamen del censor á quien se cometió el examen de esta tercera parte ; y Pues antes que se junten los dividen
parece que lo faé el célebre Pedro Sarmiento de Gamboa, de cuya mano Sierras que llaman dentre los dos rios ,
se halla escrito al margen de la penúltima octava del antecedente canto :
Desdesta estancia se debe quitar.- Sarmiento.- Rubricado. Y al mar- Que cuasi paralelamente miden
gen de la última octava que cierra el discurso, dice : Hasta aquí es el Sus cursos , sus distancias y desvios ;
discurso de Draque que se ha de quitar.-Sarmiento.- Rubricado. Mas por do Cauca guia sus corrientes
Las tres octavas últimas son las siguientes : Hay vegas grandes , valles escelentes.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , ELEGIA A BENALCAZAR, CANTO 1 . 445
Y en aquellas llanadas por do viene Pareciéndole bien esta conquista ,
Fundó gobernacion cristiana gente , Presentóse delante del caudillo ,
La cual de Popayán renombre tiene Diciendo que lo pongan en la lista ,
Y con él permanece de presente ; Porque con los demás quiere seguillo ;
Son pues los aledaños que contiene Pedrarias se holgaba con la vista
Acia la mar del Sur , que es al poniente , Y buen donaire del villanchoncillo ,
Escelsas sierras en supremo grado , Y no teniendo de cognomen uso ,
Que por aquella parte hacen lado. El de su propio pueblo se le puso.
A la parte de oriente desta tierra , Llegan al Darien con la compaña ,
Donde muchas ciudades hay fundadas , Que pasaba de doce veces ciento ,
Le demora también aquella sierra Con los vecinos dél , hombres de España
Por quien son las dos aguas separadas ; Primeros pobladores del asiento ;
Esta gobernacion alli se encierra , Y el Sebastián se daba buena maña
Y tienen españoles sus moradas Cuando buscaban indios y alimento ,
(Que dilatando van su señorío) Llegándose , con otros que no narro ,
A una y otra banda de aquel rio. A los ranchos de Almagro y de Pizarro,
Tienen ya grandes hatos de ganados, Porque estos eran en aquellas lides ,
Y en rios abundante pesquería; Desde que descubrieron aquel rio ,
Viven los moradores regalados Antiguos y admirables adalides
Con varios fructos que la tierra cria , Y amigos de soldados de buen brio ;
Y de los estranjeros trasplantados Pedrarias , por se ver en los ardides ,
También produce los que no solia ; Luego del Darien hizo desvío ,
Hay grandes montes , bosques y breñales, Y acia Panamá guió la proa
Y de oro soberbios minerales. Al mar del Sur , que descubrió Balboa.
A don Pedro de Heredia se debia Al cual Balboa , si mas tiempo dura
La gloria del primer descubrimiento ; Espíritu vital en mis entrañas ,
Mas por hallar mas apacible via Deseo colocar en escriptura
Benalcázar gozó del vencimiento Y sus heroicos hechos y hazañas ,
Por Pizarro , marqués , de quien tenia Su fatal y temprana sepultura ,
Poder, autoridad y mandamiento ; Do lo pusieron invidiosas sañas
Y al Benalcázar tal nombre le viene Del que tenia cargo del gobierno ,
De ser del pueblo que este mismo tiene. Con habello tomado ya por yerno.
Tuvo padres de llanas condiciones , Llegó Pedrarias pues donde queria ,
Y su linaje fué desta manera , Mas él y todos los demás mohinos
Porque todos vivian de los dones Por no poder tomar alguna guia
Que les daba campestre sementera ; Para que descubriese los caminos ,
De un parto parió dos , ambos varones , A causa de que desta serranía
Su madre , fuera de la vez primera , Andaban alterados los vecinos ,
Y al nacer Sebastián , el uno dellos , Y acrecentaba mas el descontento
Primero sacó piernas que cabellos. El no poder hallar mantenimiento.
Y cuando destos géminos podia Como cada cual dellos se desvela
Cada cual en astil poner la mano , En remediar la falta que les daña ,
A los padres llegó su fatal dia , El Sebastián haciendo centinela ,
Encomendándolos al mas anciano ; Humo vido salir de una montaña ,
Y algunas veces Sebastian solia, Y aunque lejos , bien vió ser de candela ,
Por mandamiento del mayor hermano , Y no vapor , que mil veces engaña ;
O por su voluntad , ir à la breña Algunos compañeros llamó luego
Con un jumento do traia leña. Que se certificaron ser de fuego .
Trayéndolo cargado por sendero Al rancho del gobernador se vino
En que pluviosa tempestad embarga , Diciéndole ser fuego ciertamente ,
En un atolladar y atascadero Y él mismo confiado de su tino
Cayó la flaca bestia con la carga ; Prometió dar en él dándole gente ;
Quitó la soga , lazos y el apero , Animólo Pedrarias al camino
Auímalo con gritos porque salga , Con algunos , que fueron hasta veinte ,
De la cola con gran sudor ayuda , Mandóles que cada cual hiciese
Mas el jumento flaco no se muda. Lo quel imberbe mozo les dijese.
Entonces él con juvenil regaño Con aqueste favor mas alentado ,
En las manos tomó duro garrote , Recogidos los veinte compañeros ,
Diciéndole : « Sabed que si me ensaño Entróse por aquel bosque cerrado ,
Vos os habeis de erguir y andar á trote. » Ajeno de caminos y senderos ,
Al fin , sin voluntad de tanto daño , Con tan puntual tino y acertado ,
Con uno le acertó tras el cocote , Que dió sobre los bárbaros guerreros :
Y fué de tal vigor aquel acierto Övieron del rancheo tres mil pesos ,
Quel asno miserable quedó muerto. Y de todas edades muchos presos.
El mal recado visto , no se tarda Para Pedrarias señaló la parte
En huir , conocida su locura , Que le venia de lo rancheado ,
Dejando leña , sogas y el albarda , El restante por todos se reparte,
Y el vivir en pobreza y angostura , Y a nadie quiso ser aventajado :
Con imaginaciones que le aguarda Finalmente , lo hizo de tal arte
En otra tierra próspera ventura , Que quedó desta bien acreditado ,
Y selle muy mejor ir á la guerra Y ansi holgaban todos de seguillo
Que cultivar los campos en su tierra. Las veces que le cupo ser caudillo.
Peregrinando pues de villa en villa Como mas en edad fuese creciendo
Con falta de las cosas necesarias , Y en bienes por su lanza granjeados ,
Quiso ver las grandezas de Sevilla , Iba también ganando y adquiriendo
Adonde concurrian gentes varias ; Mucha reputacion entre soldados ,
Alli llegó y oyó por maravilla Y en estos intermedios descubriendo
Alabar la jornada de Pedrarias En honras pensamientos levantados ,
Del Darien , por que hacia gente Y ansi granjeó nombre brevemente
Como gobernador de aquella frente. De diestro capitán y de valiente.
446 JUAN DE CASTELLANOS .
Fué liberal , modesto y apacible , Vista por Benalcázar tal oferta
Amigo de virtud y de nobleza , Y que de mas atrás lijera fama
En los recuentros de rigor terrible Vendia la noticia por muy cierta ,
Jamas en él se conoció flaqueza , Determinó de ir á quien lo llama :
A pié brioso todo lo posible , Compró navío grande de cubierta ,
A caballo grandisima destreza : Y con aquel ardor otros inflama ,
Hombre mediano , pero bien compuesto , Llevando , no sin costa de dineros ,
Y algunas veces de severo gesto. Seis caballos y treinta compañeros.
Alfin en Panamá hacen asiento Recibiólo Pizarro con buen pecho
El Pedrarias y sus conquistadores , Y su venida fué regocijada ;
Donde por las personas de momento Dióle mas larga cuenta de lo becho ,
Repartió los caciques y señores : Y efectüose luego la jornada ,
Al Benalcazar dió repartimiento La cual por la grandeza del provecho
Igual á los mas ricos y mejores , Fué por el universo divulgada ,
Porque en aquellos tractos y ejercicios Y en hacer aquel grande reino llano
De guerra fueron grandes sus servicios. El Benalcázar tuvo mucha mano.
En estos dias le nació el mestizo Pasaron varias cosas , que yo callo
Al buen Almagro , que se llamó Diego , Por ir do me movió mi fantasia ,
El cual después en tiempo banderizo Y es quel marqués Pizarro, por honrallo,
En el Pirú causó desasosiego ; Las guerras de substancia le confia :
Al cristianallo gran fiesta se hizo , A Piura con gente de caballo
Y en el baptisnio fueron por su ruego Fué , para socorrer la compañía
Pizarro y Benalcázar los padrinos , De españoles que estaban en aprieto ,
Por ser allí los mas ricos vecinos . Y á hacer aquel término subyelo.
Subyecta pues la gente convecina Domó la furia de los adversarios
Y la ciudad de Panamá fundada , Y aquella multitud sanguinolenta ,
Pedrarias de Avila se determina Haciéndolos de libres tributarios
Hacer de Nicaragua la jornada , Con yugo de pagar perpetua renta ;
Porque sus capitanes la marina Y en otras guerras y recuentros varios
Por el rey y por él tienen poblada ; Honra ganó, sin padecer afrenta ,
Y ansi con voluntad llana y amiga Antes à mas rigor mayor audacia ,
A Benalcázar ruega que le siga , Sin sucedelle trance de desgracia.
Prometiendo debajo juramento Holgábase Pizarro grandemente
En provechos y honras preferillo ; De ver cómo se daba buen recado ,
El cual luego prestó consentimiento Y conociendo dél ser suficiente
Dándole la palabra de seguillo. Para le cometer cualquier cuidado ,
Al Pizarro pesó del mudamiento , En San Miguel lo hizo su teniente ,
Y Almagro y él procuran impedillo : Que es en Tangarará pueblo fundado
Responde , como quien virtud profesa , Alli primero por gente de España ,
No poder ya faltar de su promesa. Donde también se daba buena maña.
Cada cual de por sí le representa Allanó muchas veces lo mas agro
Tenelle sin revés aficion pura , De guerras que otros ponen en escrito ;
Y que esta , puesto caso que se absenta , Después desto , Pizarro y el Almagro
En todo tiempo la terná segura , Le mandan ir á conquistar á Quito ,
Rogándole también que les dé cuenta Cuyas riquezas vende por milagro
De daños ó regalos de ventura , La veloz fama con soberbio grito,
Pues ellos en quietud ó con quebranto Y también por domar la tiranía
De su parte harian otro tanto. De Hruminavi, questo pretendia.
Con esto se despide sollozando Porque viendo debajo fatal tumha
De los que lo tenian por amigo, A Guaxcar y Atabaliba señores ,
Y con próspero viento navegando , Adonde mortal odio los derrumba ,
Llegan y desembarcan donde digo. Este se rebeló y otros traidores
La ciudad de Leon se fundó cuando Como Zopozapagua , Quingalumba ,
A Nicaragua lo llevó consigo Raurau, contra sus emperadores ,
Pedrarias , y alli fué primer alcalde ; Y Quisquiz que , con otros presupuestos ,
Y es cierto no comer el pan de balde. Venia para se juntar con estos.
Pues en pacificar estos estados , Yendo pues Benalcázar avïado
Con mañas y valor de varon fuerte, Segun que pide militar escuela ,
Al rey hizo servicios señalados , Procurando de ser bien informado
Y ansi le cupo razonable suerte. Del reino donde van y su tutela ,
Pizarro con los otros alïados Cierto cacique , Chaparra llamado ,
Acia la costa del Pirú convierte Lo mandó dibujar en blanca tela
La lanza con ventura mas propicia , Con entradas , salidas y defensa
Trayendo con caudal rica noticia. Y de guerreros cuantidad inmensa.
Entendida grandeza tan estraña Benalcázar holgó de ver la planta ,
Por indios que deponian de vista , Y de que se le dé tan buena nueva
Embarcose Pizarro para España , Porque de la grandeza no se espanta ,
Donde de sus servicios hizo lista ; Antes desea ya venir á prueba ,
Volvió gobernador con gran compaña , Aunque para romper multitud lanta
Para prosecucion de la conquista , Solo ciento y setenta y cinco lleva :
Y al Benalcázar invió mensaje Son los sesenta y cuatro caballeros
Para se valer dél en el vïaje. Y diez ó doce buenos ballesteros.
Diciéndole que mas no se detenga Todos los mas restantes son peones
En tierra corta do viviendo muere , Que llevan sus escudos embrazados.
Pues que ventura se la da mas luenga Encontraron de bárbaras naciones
Con la prosperidad que se requiere ; Cincuenta y cinco mil hombres armados ,
Y quél no partirá hasta que venga Que muchos dellos eran orejones
Con los soldados que traer pudiere , Eu uso militar ejercitados ,
A los cuales hará que huellen suelo Puestos en orden en llanadas bajas
En el cual mudarian el mal pelo. De los campos que llaman Teocajas.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , ELEGIA A BENALCAZAR, CANTO 1 . 447
Al bravo Hruminavi va subyeto » Ansí que , pues en esto no va menos
Aquel gentil ejército pagano , Que las honras , haciendas y las vidas ,
Que con sagacidades de discreto Y tenemos aquestos campos llenos
Los congregó debajo de su mano , De gentes diestras bien apercebidas ,
Poniendo sus contrarios en aprieto Haced aquello que debeis á buenos
Con crüeles estremos de tirano; En refrenar las sueltas y atrevidas ,
Porque este se escapó de Caxamarca ( 1 ) Porque si no , vereis en sus poderes
Al tiempo que prendieron su monarca. Vuestras queridas hijas y mujeres. »
Y viéndolo prender , en el conflito , Dijo , y aquellos fieros capitanes ,
Cuando española mano dél afierra , O principales de los orejones ,
Fué recogiendo por el circuito Con palabras y bravos ademanes
Sobre catorce mil hombres de guerra , Correspondieron con sus intenciones ,
Con los cuales entró dentro de Quito No recelando muertes ni desmanes
Levantándose con aquella tierra , Que nacen de las tales ocasiones.....
Con muertes de los que del mal intento Y en este tiempo Benalcázar llega
Pudieran ser algun impedimento. Con todos los demás á la gran vega.
Y agora Hruminavi , como piensa Descúbrense millares de millares ,
Que Benalcázar trae su demanda , Con las armas que tienen de costumbre ,
Apercibióse para la defensa Dignas de ver las joyas singulares ,
Con tanta multitud de los que manda , La rica y adornada muchedumbre ,
Que parecia cuantidad inmensa Tanto , que reverberan los solares
Los que lo ciñen de una y otra banda , Rayos con el refracto de su lumbre ;
A los cuales atentos y armas prestas Inumerables hondas , dardos , lanzas
Dijo tales palabras como estas : Y armas de defension á sus usanzas.
«Ya veis el miserable captiverio Escopies bastados de algodones ,
Con que los hados van amenazando , Con gran primor colchados y tupidos ;
Y cómo de los Ingas el imperio De palo bien tallados morriones
Estrañas gentes vienen ocupando , Con hoja gruesa de oro guarnecidos ;
Con muertes , deshonor y vituperio Plumajes , diademas , invenciones
De los que sobre nos tenian mando : Varias en las maneras de vestidos ,
El gran emperador Guaxcar sin vida , Porque segun las tierras y raleas
La de Atabalibá también perdida. Usaban de los trajes y libreas.
Otros poseen ya su plata y oro Viendo que Benalcázar descubria
Y buscan lo que mas hay abscondido ; Por ancho campo de compás jocundo ,
El caudaloso fausto y el tesoro Suena clamor y grita que rompia
De Cuzco y Caxamalca veis perdido ; Los aires con rüido furibundo ,
La majestad , respecto y el decoro Y tal hervor y horror , que parecia
De nuestros orejones abatido , Desbacerse la fábrica del mundo ,
Haciéndoles que acudan con tributos Engrandeciendo siempre los clamores
De plata y oro , joyas y otros frutos. Con bocinas y grandes atambores.
>Y también vienen en demanda nuestra A la bandera nuestra y estandarte
A fin de que hagamos otro tanto , Animó quien sobrellos tiene mano ,
Si no convierte vuestra fuerte diestra Diciendo : « No temais contrario marte ,
Su crecido placer en duro llanto , Pues vale menos euanto mas lozano ,
Y aquel dominio de la gloria vuestra Y al fin han de llevar la peor parte
No les pone temor , terror y espanto , Queriéndonosla dar en campo llano ,
Encomendando bien á las memorias Adonde los caballos corredores
Vuestros heroicos hechos y victorias. Y los que van encima son señores.
›Pues si con estas asestais la vira » Dejadlos vengan : no hagais amago
Adonde pretendeis hacer empleo , Hasta que los tengamos mas cercanos ;
En cualquier parte que pongais la mira Y cuando yo dijere ¡ Santiago !
Acertareis al blanco del deseo , Cada cual se aproveche de sus manos.
Y abatireis aquella mortal ira Verán á pocas vueltas el estrago
A quien anima su primer trofeo , Que hacen los poquitos castellanos ;
Ganado sin rigores de pelea Pues ellos como ven que somos pocos
Ni movimiento que defensa sea. Se hacen mas soberbios y mas locos.
Y es fácil de domar esta demencia » A cualquiera gandul que con mas gala
Por ser pocos y en fuerzas no mejores ; Vierdes , y mas compuesto de librea ,
Pues que nos consta ya por esperiencia Y en acometimiento se señala
Que padecen flaquezas y temores ; Incitando los otros á pelea ,
Veis demás desto cuánta diferencia Habeis de trabajar dalle de mala
Hay de ser siervos á quedar señores , Con el violento fin que se desea ,
De perder ó cobrar vuestros estados , Pues todos acobardan viendo estos
O de siempre mandar ó ser mandados. De la querida vida descompuestos.»
› No cause lo de Caxamalca miedo , Al tiempo pues que el padre Faetonte
Por nos vencer allí pocos cristianos ; Demediaba su rápida carrera ,
Pues cada cual de nos estuvo quedo Cuando la sombra del frondoso monte
Sin querernos valer de nuestras manos , Cerca las plantas sin salir afuera
Porque juzgábamos por el denuedo En aquel hemisferio y horizonte ,
Y el aspecto no ser hombres humanos ; Equinoccio perpetuo del esfera ,
Mas ya nos consta por sus condiciones Los confiados indios acometen ,
Que son hombres mortales y ladrones. Y nuestros caballeros arremeten ,
»Y aquellos pocos de redondas uñas , Rompiendo por la bárbara pujanza ,
Do suben y les sirven de castillos , Siguiendo las pisadas del caudillo :
Podeislos enlazar por las pesuñas , Roja se para la pungente lanza ,
Como cuando cazais con los aïllos El suelo rubicundo y amarillo ;
O los civis con que tomais vicuñas , El rigor, el furor , la destemplanza
Usando tal ardid en vez de grillos ; Ensangrientan los filos del cuchillo,
Y a tierra vereis ir en ese punto Tanto , que del barbárico gentio
Caballo y caballero todo junto. La sangre derramada forma rio.
(1) Por Cajamalea.
448 JUAN DE CASTELLANOS .
Mas los indios no son flojos ni tardos Cuadróles mucho lo que representa
En respondelles con ardiente priesa ; Acerca de tomar otra derrota ,
Pues sin intermisiones ni reguardos Porque el indio les dió razon y cuenta
De la confusa grita que no cesa , Acerca de le ser la tierra nota :
De violentas piedras y de dardos Acuerdan pues salir sin que lo sienta
Nube descarga multitud espesa , Aquel que las provincias alborota ,
Quel cielo de los ojos arrebata , Apriesa caminando con la guia
Y con su violencia los maltrata. Sin esperar la claridad del dia.
Bien como de langostas las nubadas Cuando los horizontes se entristecen ,
Que suelen impedir la vista clara , La luz debajo dellos abscondida ,
Ansi son las espesas ruciadas En su real mil fuegos resplandecen
Del dardo , de la piedra , de la vara , Con muestra de guisarse la comida ;
Atormentando cascos y celadas , Mas fueron todos estos que parecen
Escudos y rodelas , donde para, Por disimulacion de la partida ,
Cuyos pesados golpes también labran , Pues dejándolos vivos y atizados
Matan caballos , y hombres descalabran. Caminaron por donde son guïados.
No se mostraban flojas ni tardías Sin vellos la rabiosa muchedumbre ,
Del fuerte Benalcazar las lanzadas , La noche caminaron sin recuestas ,
Y las del capitán dicho Rui Díaz Y cuando pareció la nueva lumbre
De Rojas no son menos señaladas , Atrás dejaban ya pasos y cuestas ,
Cuyos hechos , proezas , valentías Donde podian dalles pesadumbre
A milagro podrán ser comparadas ; Las galgas ponderosas y molestas :
Y todos en aquellos trances duros Vieron los nuestros pues en este punto
Parecian ser mas que hombres puros. A la ciudad de Riobamba junto.
Porque de los contrarios combatientes Los indios agraviados y vencidos
Ciucuenta y cinco mil es el estima , Que volvían á nueva competencia ,
De los mas ahechados y valientes Como reconocieron ser partidos ,
Que moran desde Quito hasta Lima , Creyendo de temor hacer absencia ,
Demás de los tener allí presentes Siguen el rastro de furor movidos
Hruminavi feroz que los anima , Con toda la posible diligencia :
Sin que se pierda punto do se balla A los de retraguardia dau alcance ,
En la prosecucion desta batalla. Donde se vieron en dudoso trance.
La cual por ambas partes se regia Piden á Benalcázar mas varones
Con tal obstinacion y rabia pura , Para mejor librarse de la plaga ,
Que pelearon desde medio dia El cual les respondió : « Buenas razones :
Hasta llegar la ceguedad obscura ; Van treinta caballeros en rezaga
Donde los de la bárbara porfia Con treinta validísimos peones ,
Juzgaron la hüida por segura , ¿Y pedís que de gente se rehaga?
Dejando de los suyos setecientos Si la que va juzgais no ser bastante ,
Desamparados de vivos alientos. Mirad la que tenemos por delante.
Huyeron á los cerros mas subidos , » Acá y allá conviene buen concierto
Y por las asperezas de los puertos Y que nadie camine descuidado ,
Quedaron tres peones mal heridos Antes todos con ánimo despierto
Y tres caballos ansimismo muertos : Y no con corazon acobardado ,
Velaron por sus cuartos repartidos Pues yo no veo palmo descubierto
Hasta que nueva luz los hizo ciertos Que no tengan estotros ocupado :
Cuánta fué la mortífera rüina , Aprestad manos , porque no podemos
Mas no lo quel contrario determina. Hacer hoyo donde nos enterremos. »
Y por ser aquel campo conviniente , Esto responde , pero todavía
Si por ventura vuelven á buscallos , Envió cierto capitan Mosquera
Para se defender cómodamente Con cuatro de caballo , que sabia
Queriendo Hruminavi contrastallos , Darse principal maña donde quiera ;
Descansaron allí dia siguiente Cuando llegaron vieron que venia
Regalando con grano los caballos Toda la retraguardia muy entera ,
Y curándoles algunas heridas , Sin que los indios punto los discorden
Porque de su vivir penden sus vidas. De lo que deben á militar orden.
El Benalcázar luego hizo junta Yendo cansados con algun desmayo
De los hombres en guerra mas maduros , De ver inumerables naturales ,
Y en la congregacion se les pregunta Un bárbaro daquellos , dicho Mayo ,
Qué caminos serán los mas seguros , Falto de los pendientes genitales ,
Porque de Hruminavi se barrunta De paz se les llegó, siéndoles ayo
Acometelles en los pasos duros , Para les descubrir ocultos males ,
Donde podria con algun engaño Manifestándoles partes no vacas
Al caminar hacelles mucho daño. De hoyos y acutísimas estacas.
Porque de sus astucias se creia El Hacedor omnipotente quiso
Tener hechos reparos á sus trechos , Por boca deste bárbaro prudente
Y mayormente por aquella via A nuestros españoles dar aviso
Que llevan , cuantidad de hoyos hechos , A punto y á sazon tan conviniente ,
Para lo cual remedio les seria Pues daban en los hoyos de improviso ,
Evitarse los pasos mas estrechos , Adonde pereciera mucha gente ,
Y à Riobamba ir por otra mano Yla parte mayor de los rocines
Seria lo mejor y lo mas sano. Allí tuvieran desastrados fines.
Un soldado llamado Juan Camacho , Este por Hruminavi fué privado
De San Miguel de Piura vecino , De los lascivos gustos y placeres ,
Dijo : «Para llevar mejor despacho Y con otros eunucos diputado
En la prosecucion deste camino , Para le ser custodia de mujeres ;
Guia podria ser un mi muchacho Y siempre , como cuerpo lastimado,
Que podemos fiarnos de sutino , Tuvo vindicativos pareceres ,
Porque sabe muy bien toda la tierra Y esperando hallar vez oportuna ,
Ansi del llano como de la sierra.» Tomó la que le trajo la fortuna.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, ELEGIA A BENALCAZAR, CANTO I. 449
Y ansi le descubrió los hoyos hechos , En este tiempo Pedro de Alvarado
Y todo lo que Hruminavi piensa También de Guatimala se destierra ,
En los puertos y pasos mas estrechos Y vino con ejército formado
Hacer para fortisima defensa; Metiéndose con él por esta tierra.
Bajan los españoles satisfechos Diego de Almagro fué determinado
De subyectar la cuantidad inmensa A se la defender por paz ó guerra ;
Que cerca de Riobamba los espera El cual con treinta de caballo vino
Con varias armas y aparencia fiera. Tras Benalcázar con aquel desino.
Pero como bajaron á lo llano , Hallólos en la parte referida ,
Por ir toda la gente fatigada , Porque siempre vinieron por su huella :
El atrevido campo castellano Regocijáronse con la venida,
Alli determinó hacer parada , Sin certidumbre de la causa della ,
Las sillas puestas , armas en la mano , Mas cada cual después de conocida
Con vela que por cada camarada Tomó por propria suya la querella ,
Se repartió con orden curioso Y tanteando de defensa modos ,
Hasta pasar el tiempo tenebroso. A Riobamba se volvieron todos.
Y cuando ya venian descubriendo Allí por el Almagro fué mandado
Los febeos caballos por oriente , Estar apercebidos y en espera ,
De sus doradas bocas esparciendo Siendo de naturales informiado ,
Anhélito de luz resplandeciente , Presos en el compás desta frontera ,
Benalcázar andaba previniendo Quel sobredicho Pedro de Alvarado
A Ruy Díaz de Rojas , su teniente , Venia por aquella derrotera
Que fuese por el llano circunstante Y que, segun el rostro trae puesto ,
Con treinta caballeros adelante . En Riobamba lo verian presto .
Con esta gente bien apercebida , Diego de Almagro con sospecha mala
A la ciudad de Riobamba llega ; De que los otros son superiores ,
Pusiéronse los indios en büida , • Para ver si su gente les iguala
Sin que fuese durable la refriega ; En número y vigor , ó son menores •
Y por hallar gran copia de comida Enviaron á Cristóbal de Ayala ,
El resto de la gente se congrega , Con otros seis caballos corredores ,
Y alli holgaron estas compañias Que los tanteen bien , puestos á viso ,
Por espacio de diez y siete dias. Y abrevien el venir á dar aviso.
Hallaron algun oro los soldados , Aquestos siete caballeros fueron
Que fué poco segun el apetito , Acia la parte do sospecha tienen ,
Porque como golosos y picados Mas en el caminar no procedieron
A caudal aspiraban infinito. Con tal orden que no se desordenen,
Estando pues caballos reformados , Y ansi por mal concierto que tuvieron
Determinaron de llegar à Quito , A todos los prendieron los que vienen ,
Y hubo por el camino pocos ratos Y como prisioneros á recado
Que no tuviesen gritos y rebatos. Los llevaron al Pedro de Alvarado.
Usando con solicito cuidado Holgóse de los ver en su presencia ,
Hruminavi de ardides diferentes , Por informarse de lo que queria ,
Y por un orden muy disimulado Hasta la mas menuda menudencia
Mil hoyos en los pasos mas urgentes ; Que para tal sazon le convenia ,
Pero por aquel barbaro capado Y aquesto hecho , dándoles licencia,
Quedaban descubiertos y patentes, A quien los enviaba los envía ,
Y ansi sin sucedelles caso feo Dando la relacion de su vïaje , -
Llegaron do los lleva su deseo. No sin muestra feroz en el mensaje.
Entraron pues en la ciudad potente Diciendo que , mediante provisiones
De Quito , donde estaba recogida Emanadas del rey y su consejo ,
Inumerable número de gente, A conquistar venía las naciones
De varias armas bien apercebida ; Destos confines desde Puerto -Viejo ,
Mas viéndolos entrar incontinente , Con grandes gastos en las prevenciones ,
Fué por diversas partes esparcida , En buscar buena gente y aparejo ;
Dejándola con sus pertrechos varios Y ansi defenderia con la espada
A la dispusicion de los contrarios. La tierra que en gobierno le fué dada.
Y ansi hallaron muchos ornamentos Dióle Diego de Almagro por respuesta ,
Preciados entre bárbaras naciones . Que cumple que la tenga prevenida ,
Y demás desto grandes aposentos Porque la suya para lo que resta
Llenos de grano y otras provisiones , No vive descuidada ni dormida.
Otros con belicosos instrumentos, Cada parcialidad en fin va puesta
Lanzas , macanas , dardos , morriones , A riesgo manifiesto de la vida ,
Y para guerra todo buen recado ; Ordenando sus haces al momento
Mas oro poco , por estar alzado. Para venir al duro rompimiento .
Recogieron aquello que se halla , Queriendo comenzarse los rigores ,
Trastornando las casas y rincones. Caldera , licenciado de Sevilla ,
Los indios , rebusando dar batalla , Se puso dando voces y clamores
Acudian de noche con tizones En medio desta y daquella cuadrilla :
Por partes mas ocultas á quemalla ; ¡ Paz y amistad , paz y amistad , señores ,
Y aunque no salen con sus intenciones, Nunca permita Dios esta rencilla !>
La llama todavía hizo mella Acuden á lo mismo religiosos
En algunas pajizas casas della. Destas conformidades deseosos.
No procedieron , por la resistencia Todos prestan atentos los oidos ,
Que hallan en contrarias voluntades , Por pedillo personas de respeto,
Encaminadas á la permanencia Los unos y los otros comedidos ,
De firmes y católicas verdades , Y cada cual con pecho mas quieto :
Destruyendo con suma diligencia Remedios dan á los que van perdidos,
La falsa religion destas ciudades ; Y fueron que con término discreto
Y ansi procuran en aquel asiento Tracten las dos cabezas españolas
Plantar luego cabildo y regimiento. De medios convinientes á sus solas.
T. IV. 29
450 JUAN DE CASTELLANOS .
Juntáronse los dos adelantados Y ansi con Benalcazar caminaban
A la traza por buenos deseada : Para les ayudar á sus contiendas ,
Quedaron aquel dia concertados , Y en cualquier parte que se rancheaban
Después de conferida y altercada , Los nuestros , ellos asentaban tiendas ;
Pues el Almagro dió cien mil ducados Y allí los españoles que velaban
Al Alvarado por aquel armada , De noche los visitan á sabiendas ,
Para que con aquellos se volviese Con sospecha de que harán mudanza ,
Luego sin pretender mas interese. Por ser geute de poca confianza.
Volvióse , los dineros recebidos , Y en un rancheadero del camino ,
Solo con sus crïados y sirvientes , La ronda principal de las espías
Y dejó cuatrocientos escogidos Puestas , cerca del tiempo matutino ,
Hidalgos generosos y valientes ; So color de le dar los buenos dias
A estos les llamaban los vendidos , Hasta las tiendas del cacique vino ,
Mas eran tales y tan escelentes Las cuales halló puestas y vacías ;
Que los mas dellos en la paz ó guerra Y las personas que hacian vela
Fueron los principales de la tierra . Tocan al arma vista la cautela.
Fué con Almagro pues el Alvarado Los rastros buscan bombres diligentes ,
A San Miguel antes de su partida , Que como van con intencion malina
Porque Pizarro vea su recado Volvian por caminos diferentes ;
Y cumpla la moneda prometida. Mas Juan de Ampudia que bien adevina
Quedó con Benalcázar de su grado Hüirse por matar á los dolientes ,
Mucha gente de la recién venida , Tras ellos con aquel temor camina
Bastantes en esfuerzo y en prudencia Con treinta sueltos y ocho con caballos
Para desbaratar cualquier potencia. Que gran priesa se dan por alcanzallos.
Destos fué Juan de Ampudia, Juan Cabrera, Pasan dos rios que los detuvieron ,
Juan del Rio con Baltasar su hermano , Y no sin riesgo toman la ribera
El capitán Tovar , Muñoz Mosquera , Contraria ; mas después tanto corrieron ,
Luis Mideros , Florencio Serrano , Con ser catorce leguas de carrera ,
Vivos aquestos dos en esta era , Que al Chamba con trescientos indios vieron
El capitán Añasco , sevillano , Cómo bajaba por una ladera
Con otro primo suyo , cabal hombre , Para cortar el hilo de las vidas
Pedros entrambos y del mismo nombre. A su fe fraudulenta cometidas.
Y Pedro de Guzmán , Luis de Lizana Para romper los duros escuadrones
Avendaño , Juan Muñoz de Collantes , Los ocho de caballo ponen frentes ;
Martiniañez Tafur, de quien no vana Llegaron á la villa los peones
Fama publica ser hombres bastantes , Do vieron de rodillas los pacientes ,
Segun en Paria y en Maracapana Porque sabian ya las intenciones
Del Avendaño y él tractamos antes , Que traian los indios delincuentes ,
Sanabria de quien ya hice memoria Por una india de la Nueva- España
En diferentes partes de mi historia. Que supo la traicion y la maraña.
Porque de las conquistas atrasadas Gracias inmensas dan al alto cielo
Tuvimos especial conocimiento , Por socorrellos en tan gran presura ;
Y hoy vemos hijas suyas agraciadas El repentino gozo y el consuelo
Que son de Tunja lustre y ornamento , Desterró la pesada calentura ;
A conyugales nudos obligadas Huyen del infiel y crüel suelo ,
Con personas de gran merecimiento , Vista la venturosa coyuntura ,
De cuya virtud y ánimo constante , Y el de dispusicion débil y flaca
Mediante Dios, diremos adelante. De sus debilidades fuerza saca.
La mayor dellas , doña Catalina , Los de caballo lanzas ensangrientan
Subyecto de bondad enriquecido , En los culpados de furor nocivo :
Que de purpúrea flor y clavellina Todos los desbaratan y abuyentan ,
Posee lo mejor y mas subido , Escepto Chamba que quedó captivo ,
Tiene como de tanto premio dina El cual por culpas que se representan
Al buen Martin de Rojas por marido , Poco después murió quemado vivo ,
Con prendas que les son correspondientes - Y esto tracta el obispo de Chiapa ,
En virtudes y gracias eminentes. Pero de demasía no se escapa.
Es en edad menor doña Lüisa , Diciendo que se hizo larga riza
De gracias y primor verjel ameno , Cuando Chamba con fuego fue punido ,
Pues de lo quel humano ser divisa Por relacion de fray Marcos de Niza
Tiene sobre lo bueno lo mas bueno : Informado de cosa que no vido ,
Cordura que las mas cuerdas avisa , Y ansí de la verdad quebró la triza,
Y a don Diego de Vargas en su seno , Porque con Alvarado era ya ido ;
Que en jornadas desde sus tiernos años Pero su compañero fray Iodoco
Ha padecido pérdidas y daños. Toca con gran verdad lo que yo toco.
Teniendo Benalcázar pues trescientos Y aun viven hoy algunos caballeros
Hombres en Riobamba bien armados , Cuyos dichos tenemos á la mano ,
Hizo de capitanes nombramiento Que destos es el capitán Mideros
Valerosos y bien acreditados , Y el capitán Florencio Serrano ,
Y á Quito , donde llevan los intentos , Varones graves y de los primeros
Revuelven muy mejor aderezados , Que hicieron aquel imperio llano ;
Yendo con ellos , desde Riobamba , Los cuales no deponen por oidas
Un cacique de paz llamado Chamba. Sino de cosas vistas y sabidas.
Que debajo de buenas amistades Llevó pues Juan de Ampudia los dolientes
Hizo que se quedasen en su villa Adonde Benalcázar los espera ;
Los impedidos con enfermedades , A punto se pusieron combatientes
Nuevamente venidos de Castilla ; Después de recogidos á bandera,
Y él recogió de indios cuantidades Y para dar asientos permanentes
Con intencion , al parecer , sencilla A Quito dirigieron su carrera ,
De les favorecer y ser propicio Y comenzaron á fundar aprisco
En el hervor del militar oficio . El dia del seráfico Francisco,
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE III , ELEGIA A BENALCAZAR , CANTO II. 451
Año de treinta y cuatro con los cientos Aquesto dicho , baja del rocino
Quince , que cuenta religion cristiana , Y encaminó sus piés à la ladera,
Donde se pregonaron mandamientos Rodela y morrion de acero fino ,
Del rey de monarquía soberana , Espada do la lumbre reverbera ;
Tomando posesion de los asientos Y cada cual se juzga por indino
Ganados por la gente castellana , De quedar en la parte mas zaguera ,
Dando de San Francisco nombradia Unos garrando , y otros de rodillas ,
A causa de llegar el mismo dia. Y todos bien sudadas las mejillas .
Hízose de justicia y regimiento Como los indios vieron ir subiendo
Eleccion de personas singulares , Gente que su rigor no recelaba ,
Y luego general repartimiento Alzaron grita , y el rumor horrendo
De campos , huertas , casas y solares ; Los montes y los valles atronaba :
Demás desto mortal preparamento Rompe los aires vagos el estruendo
Contra las altas rocas y lugares , Horrible , que momento no cesaba ;
Cuyos altores Hruminavi piensa Los brazos fuertes con furor se mueven ;
Ser adaptados para su defensa. Espesas piedras , lanzas , dardos llueven.
Doscientos hombres salen escogidos No suenan tan espesos estallidos
A domeñar la gente rebelada ; Cuando las fuerzas de los fuegos crecen
Quedaron ciento bien apercebidos , En los espesos montes encendidos ,
Guardando la ciudad recién fundada ; Que de rocío y humedad carecen ,
Mas porque para trances tan reñidos Siendo de bravos vientos conmovidos ,
No se requiere pluma mal cortada , Que los soplan , avivan y engrandecen ,
Lo que resta , cortándola primero , Cuantos son los crujidos de la honda
Diremos en el canto venidero. Que suena aquí y allí y á la redonda.
Galgas inumerables van saltando ,
Que los duros encuentros hacen moles ,
Contra los que se vienen acercando
CANTO SEGUNDO . A los que defendian los peñoles ;
Y ansí quedaron del cristiano bando
Donde se cuenta cómo Sebastián de Benalcázar prosiguió la guerra con- Perniquebrados ciertos españoles,
tra Hruminavi y los otros capitanes de Alabaliba, que se habian alzado Y con las otras mas pequeñas piezas
con el reino de Quito, hasta la muerte dellos. Corriendo sangre no pocas cabezas .
Los que tienen diversas opiniones No por esto cesaba la porfia ,
Cuando contrarios turban su sosiego , Sin se reconocer ánimo falto ,
Y cada cual mediante divisiones Pues, aunque maltractados , todavía
Quiere hacer cabeza de su juego , Perseverantes van en el asalto ,
Cercanos andan de las perdiciones Y con volantes jaras se hacía
Encaminadas por juicio ciego ; Algun daño también en los del alto ,
Pues por seguir particulares modos Y lastimándolos ó padeciendo
Y no se conformar se pierden todos. Antes iban ganando que perdiendo .
Cayeron en errores semejantes Aquesta rigurosa competencia
Los del reino de Quito pretensores , Tuvo tan espaciosas dilaciones ,
Porque , segun que ya tractamos antes , Quel sol queria ya bacer absencia
Eran aquestos cinco ó seis señores , Daquellos hemisferios y regiones ;
Todos ellos valientes y pujantes , Y habian en la dura resistencia
Que pudieran en uno ser mejores , Los indios consumido municiones ,
Porque divisos era cosa vista De cuya causa tibios en la ira
Ser de menos peligro la conquista. Alguna parte dellos se retira.
Era destos el principal tirano Después , como se vió la pertinacia
Hruminavi , sagaz , crüel , severo , De los que proseguian la subida ,
Y porque lo tenian mas cercano Faltóles con la luz del sol audacia ,
Este quisieron allanar primero , Y todos se pusieron en hüida
Pues , quebrantada su potente mano , Por parte que con miedo de desgracia
Lo demás se juzgaba por lijero : Tenian antes desto prevenida ,
Tenia capitanes de mas suerte Para hacer desvíos mas prolijos
Y el gran peñol de Pillaro por fuerte . A tierras y montañas de los quijos.
Vieron pues el altura de la peña Los españoles todos recogidos
Que parecia ser inaccesible ; Con los despojos en aquel altura ,
En lo mas alto della verde breña A los perniquebrados y heridos
Con agua y aparato convenible , Se les dió luego la posible cura ;
La cual por todas partes les enseña Descansan de trabajos recebidos
Ser la subida de rigor terrible , Aquel espacio que la noche dura ,
Haciéndola muy mas inespugnable Teniendo siempre vigilante guarda
Gente que vian ser inumerable . El tiempo quel aurora fresca tarda.
En el mas riesgo las honrosas canas Y cuando descubrió su rostro rojo
De los aventajados orejones , Esparciendo la lumbre matutina ,
Todos puestos en orden por andanas El católico campo y ortodojo
Con varias y diversas prevenciones , Seguir á Hruminavi determina ,
Selva de lanzas , dardos y macanas , Sobre bárbaros hombros quien va cojo
Hondas con apropriados perdigones, Debajo de custodia fidedina ;
Las violentas galgas y molestas Y como se halló fresca la huella ,
En partes bien acomodadas prestas. Peones y caballos van tras ella.
Visto por Benalcázar el derecho Hallaron luego por el circuito
Peñol cercado de dificultades , Indios sin dardo , lanza ni macana
Dijo : « Señores , al español pecho Porque la gente natural de Quito
No suelen espantar fragosidades ; Tomaba armas ya de mala gana ,
Antes para salir bien con un hecho Y todos deseaban infinito
Basta poner en él las voluntades , Amistad con la gente castellana ;
Pues como su deseo no se tuerza Y ansí , pidiendo paz , les daban nueva
Nunca les faltará maña ni fuerza.» De la vía que Hruminavi lleva.
452
JUAN DE CASTELLANOS.
Siguiendo lo quel rastro certifica ,
Dieron en otra parte mas exenta, De la manera dicha , brevemente
Con el industria de las dichas telas ,
Y un peon , dicho Miguel de la Chica , Subió la mayor parte de la gente ,
Vido cierto gandul que representa Sin los sentir allí bárbaras velas ;
En aquel traje ser persona rica , A lo mas alto van incontinente,
Y conociendo ser hombre de cuenta ,
Juzgaba que seria vano seso A punto las espadas y rodelas ,
No le llevar á Banalcázar preso . Hasta llegar al cuerpo del gentío,
Mal advertido por el mucho frio.
Mas él se defendió como valiente ,
Sin dejarse vencer del peregrino , Acometen , y sueltan lenguas mudas
Y un Alonso del Valle que al presente Diclendo¡ Santiago ! denodados :
En Pasto tiene vida y es vecino , Las tajantes espadas van desnudas ,
Viéndolo pelear varonilmente , Y los escudos fuertes embrazados ,
Batió las piernas al veloz rocino , Las manos vengadoras y sañudas
Y siendo de uno y otro combatido , Rompen pechos , cabezas y costados ,
Sin recebir herida fué rendido. Sin que reserven en aquel instante
Cosa que se les ponga por delante .
Este fué Hrumanivi , desgraciado Suena rumor horrible por el alto,
En hallar se con pocos orejo nes , D
Al cual luego pusieron á recado La voz confusa , la mortal querella :
Arma no hallan con el sobresalto ,
Con guarda de caballos y peones : Ni se les da lugar á jugar della ;
De su muerte no soy certificado ,
Pero creo morir en las prisiones ; El mas aventajado quedó falto,
Y ansi se concluyó su valentía Mas no de turbacion , pues que con ella Les
Y los conceptos altos que tenia. Se precipita por adonde puede
Y por donde lugar se le concede.
El fuego mitigado desta fragua Bien como ciervo que temor incita
Con soplos ambiciosos encendida ,
Fueron adonde está Topozopagua • A quien tocaron ya caninos dientes ,
Otra roca muy mas fortalecida , Que huyendo de perros y de grita
Dentro mantenimientos , leña y agua , Por cima de peñascos eminentes ,
Aunque la gente no tan escogida , Dellos por escapar se precipita
Pero pasos mas duros y derechos Y arroja sin mirar inconvinientes ,
Y libre de la boca del latrante
Y grandes prevenciones de pertrechos. La muerte que huyó halla delante :
Acometieron el dudoso fuerte
En tres ó cuatro partes divididos : Ansí los recogidos en el fuerte ,
Defiéndense los indios de tal suerte , Como de noche son sobresaltados ,
Huian muchos dellos de tal suerte ,
Que quedan españoles mal heridos , O por los unos ó los otros lados ,
Aunque ninguno dellos fué de muerte , Que con temores grandes de la muerte
Pero todos confusos y corridos Algunos perecieron despeñados ,
De ver en indios pertinace brio, Y muchos dellos presos y captivos
Y cómo su trabajo fué baldío.
Otro dia la roca se tantea De los restantes que quedaron vivos.
Por ver la parte menos imped ida, Huyó Topozopagua destos trances
Pero ninguna ven do no se vea Con los que pudo de la muchedumbre ,
Imposibilitada la subida , Y aunque bizo sus cuentas y balances
Y, si les es posible, que no sea Para volver á dalles pesadumbre ,
Con manifiesto riesgo de la vida ; Diéro nle tan apriesa los alcances
Y ansí lo que por fuerza no se puede Que lo rindieron á la servidumbre ,
Hacer , la buena maña lo concède. Y á Quingalumba y otros no menores
Que pretendian ser grandes señores.
Ven cierto lado del peñol derecho , Quisquiz restaba , cuya confianza
Pero la parte baja de manera
Que por no ser altura de gran trecho Fué grande prosiguiendo su porfía ;
La podrian subir con escalera , Rogóle Guaypalcon que con templanza
Pidiese paz , y como no queria ,
Y desde allí podrian á provecho
Caminar lo demás de la ladera : Por los pechos le dió con una lanza ,
Y ansi se concluyó la valentia
Hicieron pues unas escalas altas , Del buen Quisquiz , que entre los orejones
Pero no tanto que no fuesen faltas. Fueron muy grandes sus reputaciones .
Y cuando ya Morfeo , con obscuro Aqueste capitán ( 1 ) no fué tirano ,
Sueño , cansados ojos regalaba ,
Pareciéndoles ser tiempo seguro Sino que solamente pretendia
Para subir donde se deseaba , Resta urar el imperio de su mano
Las arrimaron al altivo muro ; Para lo dar á quien pertenecia .
Mas el reniate dellas no llegaba , El reino pues de Quito quedó llano ,
Y todavía Florencio Serrano O lo que dél al caso les hacia ;
Trabajó de llegar á lo mas llano. Y ansi procuran por tierras no vistas
Estender adelante sus conquistas .
Asiendo de las rugas de la roca
Con ambas manos lo mejor que pudo , Pues otra mayor trompa que Syringa
El espada pendiente de la boca , Riquezas prometia de gran fasto (2)
A las anchas espaldas el escudo, En tierra que se llama Quillacinga ,
Hasta que con los piés lijeros toca Donde es agora la ciudad de Pasto ,
Provincia conquistada por el Inga ;
Por do poder llegar al vulgo rudo ; Do mandan ir al capitán Añasco ,
Luego subió tras él Gomez Fernandez ,
Subyectos ambos á peligros grandes. Y allí con principal gente de guerra
El comenzó de conquistar la tierra.
Después quel primer suelo se tenia
Por estos dos que nuestra ritma canta ,
El resto de la gente que venia (1) Este Qaisquiz fué capitán de Atagualpa ; fué compafiero de Chal
cochima, y ambos prendieron á Guascar Inga , que era hijo legitimedr
No padecia ya fatiga tanta , Guaynacapac, ylo mató. Y ansi fué tirano Quisquiz, y Chalcechimay
A causa de que cada cual subia gualpa. Y ansi toda esta estancia se debe enmendar si se ha de escribit
A los cabos asido de una manta , cierto. Porque yo averigűé por justicia esta verdad y toda la mona
Que los primeros con el pié quieto de indios Ingas y conquista de españoles en tiempo del virey dan Fra
cisco de Toledo. ( Nota de mano de Pablo Sarmiento .)
Cuelgan y tiran para tal efeto. (2) Por fausto.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , ELEGIA A BENALCAZAR, CANTO II. 485
Después que con aquella gente vino Apartado del término marino ,
Añasco, Benalcázar inquiria Por allí subiria como treinta
Un indio forastero peregrino Leguas , ó poco menos , de camino,
Que en la ciudad de Quito residia , Y vista tierra que se representa
Y de Bogotá dijo ser vecino , Fértil , sacó su campo peregrino ,
Allí venido no sé por qué via ; Cuyo número fué ciento y setenta
El cual habló con él , y certifica Soldados , que dispuestos para guerra
Ser tierra de esmeraldas y oro rica. Comenzaron á descubrir la tierra.
Y entre las cosas que les encamina Pelearon con bárbaras naciones ,
Dijo de cierto rey que , sin vestido , Saliendo bien de muchas competencias ;
En balsas iba por una piscina Mas como todos eran chapetones
A hacer oblacion segun él vido , Y mal propicias estas influencias ,
Ungido todo bien de trementina , Luego cargaron indispusiciones ,
Y encima cuantidad de oro molido , Y fueron tan pesadas las dolencias ,
Desde los bajos piés hasta la frente , Que dellas y de llagas y mosquitos ,
Como rayo del sol resplandeciente. Quedaron con la vida muy poquitos.
Dijo mas las venidas ser continas Y como ya los viese desta suerte
Alli para hacer ofrecimientos El natural , de piedad esquivo ,
De joyas de oro y esmeraldas finas Con ímpetu rabioso se convierte
Con otras piezas de sus ornamentos , A que ninguno dellos quede vivo ,
Y afirmando ser cosas fidedinas : Y ansi murieron todos mala muerte,
Los soldados alegres y contentos Escepto Juan Martin, que fué captivo,
Entonces le pusieron el Dorado Que cuasi por grandeza lo reserva
Por infinitas vias derramado. Para servirse dél esta caterva.
Mas él dentro de Bogotá lo puso , Lo cual hizo con toda diligencia
O término quel nuevo reino boja , Al indio principal que lo tenia ,
Pero ya no lo pintan tan incluso Y en cualquiera guerrera competencia ,
En él que su distancia lo recoja , De muchas que tenian cada dia ,
Antes por vanidad de nuestro uso En el acometer ó resistencia
Lo finge cada cual do se le antoja , La parte del contrario lo temia :.
Y en cuanto se descubre , corre y anda, El finalmente tuvo tales modos ,
Se lleva del dorado la demanda. Que ya por él se gobernaban todos.
Aquí pues damos la razon abierta Y en ardides del militar oficio
De do le vino pico á la castaña , Ninguno proveyó que no cuadrase ;
Lo cual os vendo yo por cosa cierta , Y como no hacian ejercicio
Y lo demás que dicen es patraña ; Do con ventaja no se señalase ,
Ansi que la tal es demanda muerta Tuvo mujeres, casas y servicio
Y fantasía de verdad estraña : Y tierras adaptadas que labrase ;
Mas bien guiada llevará la proa Reprehendia flojos, torpes, malos ,
Quien procurare ver lo de Manoa. Hasta les dar de coces y de palos.
Tierra que de ninguno fué hollada , Al lenguaje quel bárbaro hablaba
Y reinos que demoran al oriente Estuvo con oidos tan atentos ,
De aqueste nuevo reino de Granada , Que ninguno mejor articulaba
Do hallarán inumerable gente La dura cuantidad de sus acentos ;
En las costumbres bien diferenciada Y ansi de luengas tierras procuraba
Y no menos en traje diferente : Saber con especiales documentos ,
Para llegar es poca la distancia , Y desde el Marañon , do residia ,
Ycreo que será de gran substancia. Al Viapari qué leguas habria.
Pues en tan largos y prolijos senos Y poco mas o menos hecha cuenta
En el presente tiempo no sabidos , De soles que ponian de tardanza
Salvo por las noticias de que llenos (Pues un sol cada dia representa ,
Tenemos los antiguos los oidos , Segun entrellos es comun usanza ) ,
Es imposible no hallarse buenos Eran sobre trescientos y cincuenta
Algunos , y en provincias estendidos , Leguas , y numerosa la pujanza ,
Del rio de Uyapar al de Orellana, En medio de provincias estendidas
Do cae la provincia de Guayana. Hasta hoy nunca vistas ni sabidas.
Mas esta buena tierra que sospecho , Son Alagarian , Mayos , Meriones ,
Por muchas leguas á la mar no llega , Pererías , Anita , Pericoros ,
Porque los llanos en crecido trecho Donde hay inumerables poblaciones ,
Gran multitud de rios los aniega ; También Carunarota , Tapamoros ,
Los pueblos tienen en algun repecho Y otras que vienen en sus relaciones ,
Adonde la creciente no los riega ; Mas todas ellas faltas de tesoros ;
Otros viven también en barbacoas , Algun oro poseen medio cobre ,
Y unos y otros tienen sus canoas. Y en todo lo demás es gente pobre.
Aquesta relacion que doy agora , Los indios entre sí de paz remotos ,
Juan Martin , un soldado , la revela , Los mas dellos traidores inhumanos ,
El cual es hoy vecino de Carora Pues hay caribes , y hay paravocotos,
En la gobernacion de Venezuela , Decayos , tivuties , siyaguanos ,
Y alli hizo siete años de demora Hay ciaguanes y bay calamocotos ,
Entre gente que nunca cubre tela , Chapaes , atüacas , mas urbanos ,
Porque sus galas son y gentileza Y entre los rios dos ya memorados
Pintar las que les dió naturaleza. Hay otros ocho todos señalados .
De don Pedro de Silva fué soldado , El uno mayormente dicho Toco ,
Y entró con él cuando llevaba pio Que cuando las arenas del mar toca
De descubrir la tierra del Dorado Mas poderoso va que el Urinoco ,
Con pocos y con un solo navío Pues cuatro leguas largas son de boca;
Que le quedó ; y ansi mal avïado Y aun el autor afirma dalle poco ,
Se metió por un brazo del gran rio Antes su latitud no ser tan poca ;
Del Marañón acia la mano diestra , Los otros dice no venir tan llenos ,
Que no fué para él sino siniestra, Sino que son la tercia parte menos.
JUAN DE CASTELLANOS .
454 Oyendo decir cosas semejantes
Estos rios son fines y aledaños
A cada cual nacion allí poblada , A indio que traia pampanilla ,
Pues como Juan Martin por tantos años Y razones tan vivas y elegantes
En bien cortada lengua de Castilla ,
Tuviese ya la tierra tanteada , Luego le rodearon circunstantes
A los que de verdad viven estraños
Determinó de dalles cantonada , Para saber aquella maravilla ,
Y en un momento templo y sacristia
Porque le remordia la conciencia De gentes admiradas no cabia.
Vivir entre tan bárbara demencia .
Y ansí debajo del favor divino Al razonar están bocas abiertas ,
Y católico celo que lo incita, Y él dijo : « Por amor de Dios os pido
Que mis curtidas carnes descubiertas
Tentó peligrosísino camino Las honesteis , señores , con vestido,
De bestias fieras y nacion maldita , Porque después , de cosas que son ciertas
A fin de se llegar por aquel tino Podré satisfacer al buen oido ;
Acia la Trinidad y Margarita , Pues el que viene desde el rio Toco
Pues los indios à ellas comarcanos
Le darian noticia de cristianos . Lo mucho no podrá decir en poco. »
Que bien podia sin pedir licencia Mas antes de decir estas razones ,
Salir del pueblo siempre que queria ; Como su propria vista los avisa ,
Y ansí mil veces hizo dél absencia Uno venia ya con los jubones ,
Otro con zarafuelles y camisa,
A rescatar por una y otra via , Otro con sayo , capa y otros dones ,
Mediante la sutil inteligencia
Que del lenguaje bárbaro tenia , Para lo componer á nuestra guisa ;
Yendo y viniendo sin tener mas cuenta Y su persona toda reparada
Con él que con cualquiera que se absenta. Le dieron muy á gusto la posada.
Después dió cuenta de su perdimiento
Siendo pues desta suerte libertado, En busca y en demanda del Dorado ,
Cuando tenian dél menos sospechas , Que no tiene ni tuvo fundamento
Untóse de betumen colorado, Ötro mas del que tengo declarado ;
Y armóse de macana y arco y flechas : Algunas cosas mas de las que cuento
El hayo y el poporo preparado , Dice , de que no soy bien informado ,
Con las demás costumbres contrahechas , Mas sé de cierto que no certifica
Y en traje y aparencia de salvaje , Nueva ni relacion de tierra rica.
Puso descalzos piés en el viaje.
En un sola relacion estriba :
Invocando la Majestad divina
Del alto Criador de tierra y cielo , Quel arüaca para su ganancia
Y á la que los errados encamina , Navega por los rios muy arriba,
Quiera romper el tenebroso velo Camino de grandísima distancia ,
Llevándolo de tierra tan malina Donde no falta gente que reciba
A parte de católico consuelo ; Su contracto por cosa de importancia;
En la cual oracion perseverante , Y destas ferias , tractos y rescates ,
Traen oro de hasta diez quilates.
De nacion en nacion pasó delante.
Vióse con gentes de crüel motivo , Van por los rios que les son anejos,
Donde no reparó por ser bellacas , Do tienen sus perpetuas poblaciones;
Y segun en la mar bacen los dejos,
Y donde fué milagro quedar vivo No me parece fuera de razones
Segun llevaba ya las fuerzas flacas :
Al fin pudo llegar á Vesequivo , Juzgar que se derivan de muy lejos ,
Rio que está poblado de arüacas Regando diferencia de regiones ;
Y donde Juan Martin morada hizo
De noble condicion , y aunque guerreros
Tractan con caridad los estranjeros. En los inviernos es anegadizo.
Y aunque solian ir á hacer guerra
Acariciaron bien al indio estraño ,
Entre los cuales seis meses habita, Por los campos enjutos en verano ,
Por ser esta nacion libre de engaño , Y entraban muy adentro por la tierra
Todos los años con armada mano ,
Que á quien le pide paz no se la quita; Nunca jamás pudieron ver la sierra
Y como suelen estos ir cada año
En sus piraguas á la Margarita Que norte-sur perlonga por el llano ,
A rescatar con gente baptizada , Adonde de Manoa y de Guayana
Allá se fué con la primer armada. Creemos la noticia no ser vana.
Llegados á la isla que refiero , Ansi que por aquellas vecindades ,
En el puerto saltó hecho salvaje Tengo por cosa muy averiguada
Con la postura y el meneo fiero Que hallará cien mit dificultades
El que tentare de hacer entrada ,
Que suelen los que son deste linaje ; Y grandísimas las comodidades
Ỹ fué , tomada tierra , lo primero Desdeste nuevo reino de Granada ;
Ir á la iglesia con el mismo traje , Pues de la falda dél , teniendo tino ,
Y ante el altar hincado de rodillas , No son doscientas leguas de camino.
Con lágrimas regando las mejillas ,
Dijo , hablando lengua castellana : Tener tal opinion por cosa cierta
«Bendito seais vos ,, Redentor mio , A nadie le parece desvario ,
Pues sabemos volverse de la puerta
Y vuestra Madre, Virgen Soberana , El capitán Antonio de Berrío ,
Que sin yo merecer favor tan pio, Porque para hacella mas abierta
Me trajistes à caridad cristiana Llevaba de soldados mal avio;
De las tinieblas del bestial gentío. Y ansi le pareció que convenia
¿Qué gracias, qué alabanzas, qué servicio, No proceder con poca compañía.
Haré por tan supremo beneficio ?
»A este vuestro siervo sin provecho Año de ochenta y cuatro, porenero,
Deste reino salió con cien soldados,
Invialde , Señor , divino cebo , A las espensas deste caballero
Santa sinceridad , un limpio pecho , La mayor parte dellos avïados ,
Puras entrañas , un corazon nuevo
Para que por el bien que me habeis hecho La via del oriente que refiero ,
Por campos de español nunca hollados
Os sepa dar las gracias como debo , (Quiero decir aquella derescera) ,
Pues mi talento nada bueno tiene
Si de vuestras alturas no me viene. » Y ausí pudo ver otra cordillera.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , ELEGIA A BENALCAZAR , CANTO II. 458
Pasó los rios Pauto , Cazanare Pues usando de próvida clemencia
Y al de la Candelaria dicho Meta , Alvaro Jorge , noble lusitano ,
A Dubarro , y á Daume y al Guauyare , Tuvo tan cuidadosa diligencia
Con otros que mi pluma no decreta ; Que dentro de ocho dias quedó sano;
Pero tiempo verná que los declare Y gran tiempo después de la pendencia
Con relacion que sea mas aceta , El lo tuvo debajo de su mano ,
Pues el Dorado por andar avieso Haciéndole regalos y caricias,
Nos ha hecho sacar este digreso. Y ansí coligió dél muchas noticias.
Yendo pues el Antonio de Berrío Dijo como verán á la vertiente
Por donde nunca fué cristiana gente , De aquella sierra poblacion crecida ,
No sin escaramuzas del gentio Y un rio mas allá cuya creciente
Mas acá de la sierra residente , Anibila la mas engrandecida ,
Antes della topó con el gran rio Y otra sierra después mas eminente
Barraguan , sobre todos prepotente ; Adonde hallarán gente vestida ;
Y ansí, para pasar tan largo trecho, Y el agua grande dijo que se llama
Hicieron barco grande muy bien hecho. Manoa , que es Guayana segun fama.
A su ribera juntos y cercanos Refrescó demás desto los oidos
Por el barco hicieron asistencia , Con nuevas ya tractadas aunque raras "
Estando de la sierra comarcanos Y son , de las mujeres sin maridos ,
Siete leguas segun el aparencia : Armadas con aljabas y con jaras ;
Habia dellos ya muy pocos sanos , Y por naturaleza proveidos
Porque prevalecia la dolencia , Hombres , en la cabeza , de dos caras (1);
Y para procurar llegar á ellas Y en indios de los llanos la conseja
Hacian los enfermos grandes mellas. Es cosa no moderna , sino vieja.
Todavía Berrío con la gana Porque también afirman indios viejos
De ver aquellos senos abscondidos, Haber vecinos en aquel paraje
Escogió de la gente castellana Que en barbas y cabellos son bermejos,
Catorce de los menos impedidos , Diferentes deste comun linaje ,
Y á pié , por no ser ya la tierra llana , Valientes mas vivos en consejos ,
Anduvieron cansados y perdidos , Mas pura desnudez su proprio traje ,
Y sin poder romper las espesuras Solo cubrian partes vergonzosas :
Se volvieron con recias calenturas. Esto decia y otras muchas cosas,
En estas atrevidas estaciones Que por no ser palpables ni visibles ,
Gastó diez dias en ida y venida : Sino con turbio velo de estrañeza ,
Quizá fueron divinas provisiones A todos nos parecen increibles ,
El no hallar camino ni subida , Y no dudar en ellas es torpeza ;
Pues á dar en algunas poblaciones Pero muchos sospechan ser posibles,
Ningunos escaparan con la vida , Pues las puede hacer naturaleza ;
Y cuando revolvieron al asiento Y destas ponen hartas los autores
Iban enfermedades en aumento. Antiguos , en espanto no menores.
También en el temor eran iguales , Y ansí , pues que me viene tan á mano,
Pues para proceder todos temblaban , Quiero deciros una cosa estraña
Viendo la multitud de naturales Afirmada por hombre baquïano
Que por entre los rios les quedaban , De quien puedo creer que no me engaña ,
Y pasada la sierra , principales Y es Melchior de Barros , lusitano,
Noticias que captivos indios daban , Soldado de Pirú y de Nueva -España
Señalando con mil admiraciones Al cual tengo por huésped de presente ,
Bárbaros diferentes en naciones. Y vido por sus ojos lo siguiente :
Y Alvaro Jorge , capitán prudente , Seria por el año de setenta ,
De quien yo tengo llena confianza Cuando, de gente y armas pertrechado,
No ser en escrutinios negligente Salió del Cuzco por buscar mas renta
Ni tener en sus cosas destemplanza , Juan Alvarez, que llaman Maldonado ;
Informándome dél , dice que siente Y en el entrada donde se presenta,
Haber tras de la sierra gran pujanza , No mucho de los Andes apartado ,
Segun un su captivo le decia , De los pigmeos que la fama siembra
Al cual prendieron por aquesta via. Captivaron un macho y una hembra (2) .
Uno que por su honor quiero callallo , Y por ser mas veloz en la hüida
En un encuentro de sangriento duelo Quel marido la mínima zagala ,
Batió las piernas por alanceallo , Alcanzóla de lejos impelida
Y el bárbaro gallardo sin recelo De salitrosos fuegos una bala :
Abrazóse con el veloz caballo , La miserable dió mortal caida ,
Y con el caballero dió en el suelo : Sin ella merecer obra tan mala ;
Acudieron peones al combate Viendo quien la hirió de sí cercano
A socorrello porque no lo mate. Tapábase la vista con la mano.
El indio , la macana levantada , Con voz en sumo grado delicada ,
Sin muestra de temores los espera , Segun persona de razon se queja ;
Rebatiendo cualquiera cuchillada Pero de tal manera pronunciada
. Librada por la gente forastera ; Que cosa que perciba no le deja ;
Mas uno dellos con un estocada En su tamaño bien proporcionada ,
Las tripas al gandul echó de fuera , Y al rostro suyo perfeccion aneja ,
El cual con una mano las melia , Tal , que no le faltaba hermosura ,
Y con otra , de tres se defendia. Y un codo poco mas el estatura.
Alvaro Jorge , vista la refriega
Y el bárbaro feroz cuán bien se vende ,
Batió las piernas y á caballo Hega (1) Estos son los Iscaycingas , que quiere decir dos narices y no des
Adonde el aguazávara se enciende , caras.
De tal manera , que con él se pega (Nota de mano de Pablo Sarmiento.)
Y de los españoles lo defiende ;
Al fin sin acaballo fué rendido (2) No hubo tal cosa, que yo estaba alli , y Juan Alvarez Maldonado en
Lima.
Y con piadosa cura socorrido. (Nota de mano de Pablo Sarmiento.)
456 JUAN DE CASTELLANOS.
El compañero que quedó captivo No vengo yo, señores , à contienda
Entre las castellanas compañías , De monstros , mas de gente que me entienda.
Al Cuzco lo mandaron llevar vivo , »Volvámonos en paz á buscar tierra
Y allá murió dentro de quince dias , Donde hallemos racional cultura ,
Callado, congojoso, pensativo , Porque meternos en aquesta sierra
Aunque lo regalaban por mil vias : Paréceme grandísima locura.>>
Allí llaman á estos sachalunas (1) , Porfiaban con él que no se yerra
Y no pudieron ver otras algunas. En dalle conclusión al aventura ;
Deste paraje donde los hallaron Mas él los increpó de gente suelta ,
(Que fué de los haber muestra bastante ) , Y ansí con todos ellos dió la vuelta.
Por rio, dicho Magno, navegaron Aquí no contaremos el suceso
Mas de doscientas leguas adelante ; Que tuvo su larguísima carrera ,
Y en cierta playa donde ranchearon Por relatar el mas largo proceso
Para mirar la tierra circunstante , De nuestro Benalcázar , que me espera,
Del campo salen con Diego de Rojas Y me hizo sacar este digreso
Once con arcabuces y con hojas. Para deciros que en aquella era
E yendo por un arboleda clara , Se levantó la fama del Dorado
Limpio suelo, los árbores lejanos, Por lo que ya dejamos declarado.*
Y tan altos que apenas una jara Paréceme que doy justas escusas ;
Pasara sus estremos soberanos : Y si salieron otras digresiones
El pié del uno no se rodeara Que en el discurso desta van inclusas ,
Con diez hombres asidos de las manos ; Enlázanse razones de razones ,
A cuya sombra fresca y espaciosa Que cumple para no quedar confusas
Una vision estaba monstruosa. Alargarnos en las declaraciones ;
Salvaje mas crecido que gigante , Pues en comedias suelen muchas veces
Y cuyas proporciones y estatura Entremeter graciosos entremeses .
Eran segun las pintan en Atlante , Y pues pasaron estos , razon manda
De hombre natural la compostura , Tentar otro viaje mas prolijo,
En el hecico solo discrepante , Y es el de Benalcázar, el cual anda ,
Algo largo y horrenda dentadura , No sin solicitud y sin cojijo ,
El vello cuasi pardo, corto, claro , Aprestándose para la demanda
Digo no ser espeso , sino raro. De lo quel indio de Bogota dijo ;
De ñudoso baston la mano llena , Y por ser cosas de gustoso cebo
El cual sobrepujaba su grandeza , Su principio será con canto nuevo.
Pues era como la mayor entena
Y del cuerpo de un hombre la groseza ; CANTO TERCERO .
Y aqueste meneaba tan sin pena Donde se cuenta cómo Benalcázar procuró llegar á sí el número de es-
Como caña de mucha lijereza : pañoles que le fué posible para ir en seguimiento de la noticia que de
Hermafrodito, porque los dos sexos Bogotá le dió el indio que halló en la ciudad de Quito , y lo que acon-
Le vieron no mirandolo de lejos . teció en aquel viaje à él y á sus capitanes.
Yendo Rojas delante sin sospechas Si pudiesen por letras ser patentes
De tal encuentro, los de retraguarda , Los pasos por do fueron los primeros ,
Viendo moverse piernas tan mal hechas , Escelsas cumbres , sierras eminentes ,
A grandes voces dicen : ¡ guarda, guarda ! La brava multitud de los guerreros ,
Apuntan los cañones do las mechas Pornian en espanto los presentes
Impelen luego la pelota parda , Y en gran admiracion los venideros ,
Y todos , por tener ancho terrero , Y ternian por hechos soberanos
Acertaron á dar al monstro fiero. Aquellos que resultan de sus manos.
Cayó con el baston en tierra dura , Mas como los que vienen nuevamente
Rompiendo con baladros vagos vientos , Hallan ya por allí meson y venta ,
Y el dicho Melchior de Barros jura Guisada la comida , y el sirviente
Que hizo la cercana sentimientos Humilde para lo que les contenta ,
Con temblores , al tiempo que procura Nada , viendo no mas de lo presente ,
Levantarse , cebaron instrumentos De lo pasado se les representa ;
Con uno y otro tiro penetrante , Y ansí no corre mas baja moneda
Estorbando que mas no se levante. Que quien lo conquistó, si vivo queda.
Del aliento vital desamparado , Y no fué cada cual , à lo que veo,
Mandaban un soldado diligente Menor en allanar dificultades ,
Con avisos al dicho Maldonado Quel nieto validísimo de Alceo ,
Que la monstruosidad le represente ; Celebrado de las antigüedades ;
Mas túvose después por acertado Porque no son las del leon Nemeo ,
Que vuelvan todos ellos juntamente , Sino mayores monstrüosidades ,
Y ansi fueron al campo detenido Y si los tales eran hechos buenos
A dalle cuenta de lo sucedido . No fueron los de Benalcázar menos.
Movido por los ciertos mensajeros El cual , dispuesto para la jornada
A ver tan monstruosos animales , Que vistes en la rhitma precedente ,
Vino con treinta y dos arcabuceros , A la ciudad volvió recién fundada
Mas no hallaron mas que las señales Del dicho San Miguel á buscar gente ,
De la sangre , con los reholladeros Dejando con caballos aviada
De rastros en grandeza tan iguales , Aquella que tenia de presente ,
Y segun pareció por las florestas Con Ampudia , que luego hizo via
El defunto llevaron á sus cuestas. A Pasto, donde Añasco residia.
Caminan por el rastro que seguido Fué Juan de Ampudia dél obedecido
Subió acia la sierra que frontera Por general , supuesto que traia
Tenian , en la cual oyen rüido Buenos recados y poder cumplido
Tan grande , que temblaba la ladera : Del dicho Benalcázar, que lo invia :
Juan Alvarez, que tal estremo vido , Cada cual dellos pues apercebido ,
Atodos les habló desta manera : Y el indio que dijimos siendo guia ,
(1)Sacharunas son bombres salvajes, y son grandes y vellosos. A Bogotá dirigen su cuidado
(NotadePabloSarmiento, quien enmienda Sachalunas por Sacharunas.) En busca y en demanda del Dorado.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE HI , ELEGIA A BENALCAZAR, CANTO III. 457
Anduvieron gran número de dias , Reparte pues Ampudia sus soldados
Rompiendo por montañas despobladas , Con la presteza que se requeria :
Tristes , lluviosas , cenagosas, frias , Salen los caballeros bien armados
De luz y de salud desamparadas , Al lado cada cual que le cabia ;
De por medio las altas serranías Ciento y setenta son los señalados
Y cordillera de sierras nevadas , De peones y de caballería ,
Que dividen la poderosa vena Y de los enemigos diligentes
Del rio Cauca y de la Magdalena. Sobre tres mil robustos combatientes."
Viendo cómo la gente perecia De las robustas y violentas manos
Y que la tierra daba mala muestra , Ya los jáculos vuelan á porfia ,
A todos pareció que convenia En partes rasas y lugares Manos ,
Ir declinando acia la siniestra Segun el español apetecia ;
Mano; mas aquel bárbaro porfia Auméntanse les golpes inbumanos ,
Que su Dorado dejan á la diestra , Suena la descompuesta vocería ,
Y ellos huyendo de los despoblados Pelea cada cual donde se balla ,
A Cibundoy salieron mal parados. Sin ver quién hace mas en la batalla.
Provincia que tenia sus terrenos Porque de tantos eran rodeados ,
De buenos alimentos proveidos , Que no se dejan ver hazañas bellas ;
Donde llegaron ya caballos menos Bien como muchedumbre de nublados
Y algunos españoles fallecidos : Impide claridad de las estrellas ,
Reformáronse pues en estos senos , Hasta tanto que son ahuyentados
Estando veinte dias detenidos , Por secos vientos y parecen ellas :
Desde donde salian en cuadrillas Ansí no ven la gloria ni la injuria
A descubrir las mas cercanas villas. Hasta que ya pasó primera furia.
Destos una guerrera compañía El de caballo rompe y atropella
De fuertes caballeros y peones Cambiando aquí y allí lanza no tarda ;
Descubrieron el valle de Patía , El brïoso peon sigue su huella ,
Adonde vieron buenas poblaciones Que con gran vigilancia lo reguarda ;
Y gente bien armada , que venia Cada cual en su puesto hace mella
Con brazaletes , pectos , morriones Por la gente que via mas gallarda :
y otras diversas joyas de oro fino , Rompe los aires vagos con gemidos
Agradables al campo peregrino. La grande multitud de los caidos.
Rodearon con redes las zavanas Hierve la furia , crece la matanza ,
Para tomar con ellas los caballos : Como lobos entre balantes reses ,
Los nuestros , como viesen partes llanas , Anda lista la punta de la lanza ,
Do pueden á su gusto meneallos , Apresurados pasos y reveses ;
Jugaron de las astas castellanas Huellan los de católica crianza
Sin temor de las redes ni trasmallos ; Por cima de los dardos y paveses ;
Y ansi caidos como los enhiestos Y bárbaros que dellos tienen usos
Quedaron de sus joyas descompuestos. Revueltos , descompuestos y confusos.
Conclusos los guerreros movimientos Finalmente , la gente baptizada
Y vencida la bárbara braveza , La priesa que les dió fué de manera
Recogieron aquellos ornamentos Que la bárbara , vil y desalmada
Y á Cebundoy volvieron con presteza , Tuvo por bueno de salirse fuera
Alegres , placenteros y contentos Del compás que tenia la llanada ,
Por ser indicio de mayor riqueza ; Teniendo por mejor una ladera ;
Y ansí todos entraron en Patía Y ansi pusieron tierra de por medio ,
Para ver los secretos que tenia. Que fué lo principal de su remedio.
Asentaron real en los ejidos Repararon las gentes españolas ,
Para se defender acomodados , Ya deseosos destos intervalos ,
Y tres dias después de ser venidos , Pero dos con caballos á sus solas
Estando del asalto descuidados , Fueron tras ellos , y en los pasos malos
Fueron de multitud acometidos Indios les echan mano de las colas ,
No menos que por todos cuatro lados , Y allí les daban infinitos palos ;
Cada cual indio con pavés de danta Y si tan presto no los socorrieran
Que cubre de los piés á la garganta. Ellos y los caballos perecieran.
Los rostros con pinturas espantables , Desta manera Florencio Serrano ,
Muestra de la braveza de sus pechos , Por quitar á dos indios los joyeles ,
Caribes , carniceros , detestables ; A pié tras ellos fué , mas ya cercano
Lanzas y dardos eran los pertrechos Revuelven contra él como lebreles,
Que defensivos hacen penetrables , Con paveses y dardos en la mano ,
Por ser de palma , duros y bien hechos ; Segun suelen aquellos infieles :
Un rüido feroz , un ronco canto No le bastó rodela ni reguardo
Que no dejaba de causar espanto. Para que no lo hieran con un dardo.
Escuadras á su modo bien compuestas , Pegáronse con él , vista la llaga ,
Regidas por caudillos principales ; Rebatiendo con furia sus pertrechos ,
Sobre coronas de oro van enhiestas Para que con humana carne haga
Plumas y colas de otros animales ; Los carniceros vientres satisfechos ;
Gran número de redes dejan puestas Aprovechóse presto de la daga ,
En los caminos y cañaverales , Atravesando los caribes pechos :
Con todos los avisos y recados Escapó dellos y de la herida ,
Que suelen en las cazas de venados. Y en el presente tiempo tiene vida.
Porque si de sus manos escapase Alguna gente de caballo vido
O ya caballo , ya peon lijero , Aquel conflicto y afliccion notoria,
Allí se detuviese y ocupase Y no pudo ser dellos socorrido ,
En los opuestos lazos del sendero , Por no hallarse via transitoria :
Y gente que los pasos reguardase Al fin él , puesto caso que herido,
Y en ellos prevenido carnicero , Volvió con ricas joyas y victoria;
Que cuando cae la fugace caza Y todos sin mortifera querella
Con mano liberal la despedaza. Alli tuvieron razonable pella.
458 JUAN DE CASTELLANOS.
Descansaron la noche , y otro dia No muestra Juan de Ampudia lanza vana
Parte de los caballos y peones Pues la trae de sangre rubricada ;
Recorren aquel valle de Patia, Mas por un principal dura macana
Descubriendo bien puestas poblaciones, Con tan terrible golpe fué librada ,
De las cuales la gente les buia Que le quitó y echó por tierra llana
Sin intentar beligeras cuestiones : El fuerte morrïon ó la celada :
Hallaban proveidas las posadas , El noble capitán se vió perdido ,
Y ansi hacian cortas las jornadas. Y en aquel punto cuasi sin sentido.
Yendo pues nuestra gente castellana Como lo vieron con algun sosiego ,
Mirando bien el uno y otro seno , Algo turbada la guerrera mano ,
Subieron con frescor una mañana Cargo sobrél impetuoso fuego
A parte que mostró mejor terreno " Y multitud de bárbaro cercano :
Crecida poblacionen tierra Ilana , Francisco de Aguilar acudió luego
Y de grata labor el campo lleno : Juntamente con Florencio Serrano ,
Tierra de Popeyán , de cuyas venas Y en escapándose de la canalla
Dorados granos daban manos llenas. Volvió con mas rigor á la batalla.
Era la fuerza deste principado , Rompe la lanza pechos y ternillas
Que Popayán tenia por segura , De los que con mas brio se declaran ;
Un espacioso fuerte rodeado Las verdes yerbas , rojas y amarillas,
De guadubas nativas y espesura Con sangre de los miseros se paran ;
De cerca , que tenia cada lado Finalmente , las bárbaras cuadrillas
Sobre cincuenta pasos en anchura : Atónitas el campo desamparan :
La cual cerca , demás de ser tan gruesa , Los españoles ponen su cuidado
Era sobremanera muy espesa. En tomar las entradas del cercado.
Son cañas altas , huecas , pero duras Dos eran , una de otra separada ,
Tanto que no terné por gran esceso Que miran al oriente y occidente ,
Comparallas en estas escripturas Angosta cada cual en el entrada ,
A la dureza del humano bueso : Pues un caballo cabe solamente ;
Largos cañutos son sus coyunturas , Entraron sin rencilla porfiada
Como muslo de un hombre lo mas grueso; Por haberse hüido ya la gente :
Alli muy enhetradas y nacidas Hallaron grano y otros alimentos ,
De muchos años y de largas vidas. Y bien acomodados aposentos .
Pues como viesen ir nuestros soldados Aquestos se hicieron mas abiertos
Los que dellos estaban en espera , Para dormir el campo peregrino ;
Siendo de centinelas avisados , Tomaron de los vivos y los muertos
Del cercado que digo salen fuera Grande copia de joyas de oro fino;
Cuantidad de tres mil hombres armados , Van á Patía mensajeros ciertos,
A fin de les tomar una ladera , Y el capitán Añasco luego vino ,
Con posturas gallardas y lozanas , Do celebraron la sagrada fiesta
Paveses , dardos , lanzas y macanas . De Todos Santos , con la mano presta,
Inumerables joyas fanfarronas Año de treinta y cinco de la era,
Del oro quel latino llama puto , Con mas un mil y cinco veces ciento.
Con pectos , brazaletes y coronas Alli pues reformada la bandera ,
Que son segun caperuzas de luto, Dejaron a los indios el asiento ;
De bija rubricadas las personas , Fueron por el compás desta frontera
Alarde y escuadron no mal instruto , Continuando su descubrimiento ;
Y cargadas de dardos mil mujeres Hallaron cuatro leguas del cercado
Que servian en estos menesteres. El pueblo Popayán conmemorado.
El alto pues tomó nuestro caudillo Crecida poblacion en gran manera ,
Primero que la gente de Poporo , Y toda suntuosa casería ,
Y tanto metal vieron amarillo Mas sola paja cubre la madera ;
Que con la muestra de mayor tesoro Y entrellas una casa que tenia
Dijo rïendo Miguel de Trujillo : Cuatrocientos estantes por hilera ,
«་ ¡Oh ! plegue à Dios, amén, con tanto oro; Tan grueso cada cual , que no podia,
Buen ánimo, buen ánimo , cristianos , Por una y otra parte rodeado ,
Que bien teneis donde llenar las manos. >> Ser de dos españoles abrazado.
Acometiéronles desde las cuestas Catorce los horcones, y cualquiera
Para quitar las crestas á los gallos ; El mayor que producen las florestas ;
Mas ciénagas hallaron contrapuestas , Admiracion causaba la cumbrera
Impedimento para los caballos ; Por verse pocas plantas como estas ;
Llevaban solamente tres ballestas Casa decian ser de borrachera
Y amparo de quien sepa reguardallos , Donde solian celebrar sus fiestas :
Y destas ayudados los peones Alojáronse pues en un recodo
Pasaron empleando los harpones. Ellos y bestias y el servicio todo.
Con valor admirable pelearon , Mas luego vieras sacudir las plantas
Y furia de los indios resistieron , Y dar mil brincos el caballo laso ,
Hasta que los caballos ya pasaron Porque niguas y pulgas fueron tantas
Por cómodo lugar que descubrieron ; Que no se vió reposo mas escaso :
Con gran obstinacion indios cargaron , Yansí cubiertos hasta las gargantas
Y con mayor los nuestros combatieron , Los echan del lugar mas que de paso ,
Aunque no con avisos convinientes De manera que les hicieron guerra
Por se hallar en partes diferentes. En vez de los vecinos de la tierra.
Uno de los jinetes se abalanza Los cuales con temor de nuestra gente
Solo , sin tomar término medido , Habian ya dejado sus culturas ,
Mas de la mano le sacó la lanza Con las mujeres , hijos y adherente ,
El bárbaro con ella mal herido ; Que pudieron en tales coyunturas ;
Tomara con la misma la venganza , Y ansí los bárbaros tan solamente
A no ser de españoles socorrido , Les daban grita desde las alturas ,
Quitándola con dalle mortal sueño , Sin descendir á los lugares llanos
Y ansi se la volvieron á su dueño. Ni venir por entonces á las manos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE III , ELEGIA A BENALCAZAR, CANTO III. 459
Con el desgusto pues el caminante Con el hierro de la bandera cala ,
Con que de la gran casa salió fuera , Y el asta mete con entrambas manos :
Un poco camino mas adelante Encontró con finísima chaguala
Alojándose mas à la ribera Que pesaba trescientos castellanos ;
De Cauca , donde por ser importante Entran otros soldados en la sala
El Ampudia maudó hacer bandera , Con manos prestas y con piés livianos ,
Para que cuando necesaria fuere Y en este mismo hoyo que cavaron
Pugnen con orden tal cual se requiere. Otros cinco mil pesos se hallaron.
Fué Florencio Serrano con oficio Por ser aquel asiento sospechoso
De alférez por Ampudia señalado , Y no tener salidas à contento,
Y al tiempo del divino sacrificio Tuvieron pocos dias de reposo ,
Por Garci Sanchez el beneficiado , Yfueron a buscar mejor asiento
Que fué después en este beneficio Orillas de aquel rio caudaloso
Primero ( por babello trabajado ) , Que de Cauca tenia nombramiento,
Esta primer bandera se bendijo Donde con guadubas hicieron fuerte,
Dia del (por Egeas ) Crucifijo . El cual fué fabricado desta suerte :
Mas por entonces no se pretendia Cortaron muchas en el espesura
Dejar en Popayán pueblo fundado , Que contenia cuantidad inmensa,
Porque tenian ojo todavía Ÿ á la parte de tierra se procura
A los descubrimientos del Dorado : Hacer con ellas una cerca densa ;
Habíaseles muerto ya la guia A la banda del agua , mas segura,
Que las noticias les habia dado , El rio les servia de defensa
Ÿ la tal ocasion no fué bastante Contra los otros , por les ser remedio
Para que no colasen adelante. Tener aquel gran rio de por medio.
Y ansí por do ventura los aplica Aquellos ven desde sus vecindades
Prosiguen adelante su camino En la barranca ranchos forasteros ,
Hasta cerca de Cali , tierra rica , Y á causa de saber las novedades
Donde hallaron peines de oro fino , Envían por el agua mensajeros ;
Con otra cuantidad que certifica Los nuestros procuraron amistades ,
Ser próspero caudal el del vecino : Llamándolos con rostros placenteros,
Casas pajizas , pero con primores , Y ansí por ruegos de la gente blanca
Absentes dellas ya los moradores. Ovieron de llegar á la barranca.
Entrellas muchas chozas muy pequeñas , Diéronles cuchillejos y machetes ,
Redondas , do varon jamás entraba , Algunas estragadas herramientas ,
Por ser albergues hechos para dueñas Ciertas albaneguetas y bonetes ,
El tiempo que su menstruo les duraba , Corales y otras vidriosas cuentas :
Donde ni por palabras , ni por señas , Fueron aquestos dones alcahuetes
Con ellas nadie se comunicaba , Para hacer alli gentes atentas
Ni consienten que cosa dé ni tomen , A la contractacion cuotidiana
Y á la puerta ponian lo que comen. Que tenian á tarde y á mañana.
Yendo pues prosiguiendo su conquista , Y no solo varones acudian
Escudriñando valles y rincones , A tales ferias y contracto pio,
Dieron al rio de Xamundi vista , Pero también mujeres se atrevian
Por sus riberas grandes poblaciones : A pasar á lo mismo por el rio :
Alli hallaron gente que resista , Diré de la manera que venian,
Lucidos y compuestos escuadrones , Que no será ficcion ni desvarío ,
Con coronas , con pectos y brazales Sino pura verdad y certidumbre ,
Del mas alto metal de los metales . Segun en lo demás es mi costumbre.
Espolean , mas hay atascaderos , En una gruesa caña cabalgando,
Para poder llegar á ellos antes , Y en ella de su vino cierta pieza
Impedimento de los caballeros ; Como botija, con los piés bogando
Pero juzgando ser allí bastantes , Donde su voluntad las endereza ;
Pasaron como sueltos y lijeros Con rueca y huso todas van hilando ,
Con Florencio Serrano los infantes : Cesta de fructa sobre la cabeza,
Suenan los golpes y el furor se enciende , Y ansi pasan el rio mas derechas
Para dar fin á lo que se pretende. Que por carreras llanas y bien hechas.
A las joyas el español anhela , Juan de Ampudia después envió fuera
El bárbaro defiende sus cabañas : A cien personas bien aderezadas
Hierve la confusion y el tiro vuela ; Para pasar aquella cordillera
Aquí y allí se daban buenas mañas ; Que llaman por allí sierras nevadas :
Hay dardo que traspasa la rodela , Hallaron ser difícil la carrera
Y espada que descubre las entrañas ; Para ver las vertientes deseadas,
Descarga golpe la macana presta , Y en mas de treinta leguas de camino
Mas no se tarda la mortal respuesta. Nunca se vido paso sin vecino.
Estuvo la victoria pues perpleja Poblados montes y las partes rasas ,
Por la fuerza del bárbaro gentio ; Los fondos valles hasta los altores,
Mas el espada tanto los aqueja Y pueblo se hallaba de mil casas
Que les forzaron á pasar el rio ; Grandes, de seis y siete moradores
A los nuestros el pueblo se les deja En cada una, donde de sus brasas
Con cuantidad de joyas y atavio : Y humos divididos son señores •
Aumentó su temor para dejallo Con hijos y mujeres y sirvientes
Ver apriesa venir los de caballo. Albergados en partes diferentes .
En este mismo pueblo se ranchean Cada cacique guarda su cabeza
Como salieron con sus intenciones ; Sin divertirse de su pertenencia ,
Luego miran, trastornan y catean Los súbditos convoca y adereza ,
Los nuevos moradores los rincones ; Y hace la posible resistencia.
Halláronse del oro que desean Era caudillo Francisco de Cieza ,
Aguilas finas, pectos , morriones , Que contrastaba bárbara potencia,
Y en el remate de un buhio vido Con cuya prontitud contraria saña
El alférez el suelo removido. Antes recibe daño que les daña.
460 JUAN DE CASTELLANOS.
Continuando siempre la porffa Era profunda y áspera quebrada
Y pelea, do quiera que llegaron, Forzoso paso para su viaje ;
Tanto que cinco veces en un dia Reconoció la gente baptizada
Con unos mismos indios pelearon : Los intentos del escuadron salvaje ;
Nadie de sus vecinos se valía, Pero la presta barra y el azada
Ni los unos á otros ayudaron , Apriesa hizo cómodo pasaje ;
Sin junta general ; mas á hacella , Y'ansí, cuando llegó contrario marte,
Con gran dificultad salieran della. Tenian ellos la contraria parte.
En el discurso pues deste viaje, Usaron desta buena diligencia ,
De que prolija relacion no hago , Que los libró de grave pesadumbre,
Llegaron a las tierras y paraje Antes que la clarifica presencia
Donde después fundaron á Cartago ; Del sol los visitase con su lumbre ;
Y viendo tanta multitud salvaje Pues alli la mas firme resistencia
Que de congregacion hacen amago, Era de su salud incertidumbre,
Determinaron de volver al fuerte Por no tener espacio los caballos
Con seis heridos, aunque no de muerte. Cómodo, donde puedan meneallos.
Hallaron de salud impedimento Ya cuando los febeos resplandores
A causa de la vecindad del rio, Calentaban las gentes convecinas ,
Mucho servicio sin vital aliento , Cubiertos vieron todos los altores
Y lo vivo sin fuerzas y sin brio ; De los que van tras nuestras peregrinas
Y ansi luego mudaron el asiento Aquí y allí resuenan atambores ,
A Calí , prepotente señorío, Cóncavos caracoles y bocinas ,
Donde hicieron poblacion fundada Animándolos el cacique Pete
Que la villa de Ampudia fué llamada. Que por diversas partes acomete.
Estando centinelas á la mira, Manifestaba bien ser gente rica ,
Un escuadron crüel fué descubierto , Segun las joyas y gallarda traza ;
El cual llegó con increible ira Entre los escuadrones la cacica
Y un negro del Añasco quedó muerto ; Y otras mujeres muchas , ó con maza,
Mas fuerza de caballos los retira O con grueso baston, ó larga pica,
Y los bizo volver con desconcierto , Para las emplear en esta caza,
Sin que fuese bastante su rencilla Con que pensaban ocupar las brasas
Para no proseguir la nueva villa. Y colgar fos pellejos en sus casas.
Pocos dias después destas cuestiones, De jáculos y piedras va volando
Españoles corrieron la frontera , Sobrellos un espeso torbellino ;
Y entonces descubrieron los gorrones , Vanse los españoles adargando
Gente que les caia mas afuera ; Por el orden mejor que les convino ,
Pero volviéronse con intenciones Los unos á los otros reguardando
De ver la mas cercana cordillera Y siempre prosiguiendo su camino;
En demanda del gran cacique Pete, Los indios apartados de su huello
A quien lo mas de Cali se somete. No les daban un puncto de resuello.
Seis caballeros son, treinta peones. No con trabada mano se litiga,
Soldados viejos, diestros y alentados , Por tener lo mas alto la canalla ;
Que por los mas enhiestos reventones Calor y sed y hambre los fatiga,
Suben con los escudos embrazados , Sin que les den lugar á mitigalla ;
Apresurando siempre los talones El agua ven, al paladar amiga ,
Entre tanto que no son contrastados ; Pasan por ella, no pueden gustalla ,
Y ansi llegaron sin que se defienda Que no se lo permite ni consiente
Donde Pete tenia su vivienda. De los espesos tiros la creciente.
Vieron en uno de sus aposentos Defendiéndose van desta manera ,
Monstruosidad que los escandaliza , Del escuadron cristiano nadie leso,
Cueros de indios sobre cuatrocientos Hasta que Titan en la cuarta esfera
Colgados, todos llenos de ceniza, Puso su resplandor en igual peso ;
Cuyas carnes sirvieron de alimentos : Y habiendo demediado su carrera
Uso que por allí se solemniza ; Fuéles bien menester valor y seso ,
Y en otras casas, desta suerte llenos, Porque lengua mordaz de la cacica
También á seis y á diez, y á mas y á menos. Con tal reprehension á todos pica :
Segun victoriosos las banderas « O gente baja, vil, floja, cobarde ,
Que ganaron de sus competidores , Digna de feminino nombramiento ,
O como las pellejas de las fieras ¿ Es posible que tanto tiempo tarde
Que cuelgan los monteros de señores , Con tan pocos venir á rompimiento ,
Estas mas brutas y mas carniceras Y que la parte nuestra mas aguarde ,
Ostentan desta suerte sus furores , Habiendo para uno mas de ciento ?
Y aquel era mejor y mas honrado Romped, romped, y apechugá con ellos
Que mas indios habia desollado. Y asildes de las barbas y cabellos.>
En estos inhumanos pareceres , Quedaron tan confusos y corridos
Costumbres duras y desaforadas, De lo que dijo la mujer de Pete ,
Entraban ansimismo las mujeres Que como de demonios revestidos
Que solian cazar y ser cazadas, Luego cada cual dellos arremete ;
Y ansi por sus enojos ó placeres Mas no fueron los nuestros removidos,
Tenian las pellejas ahumadas : Antes menos ganó quien mas se mete ,
Eran también crüeles y homicidas, Porque vieras allí lanzas y espadas
Y solian comer y ser comidas. Por ijares y pechos traspasadas.
Huyóles á las gentes castellanas Aquí vieras cabezas ir rodando ,
Pete, como llegaron á su tierra , Allí regar la tierra roja vena ,
Mas luego convocó las comarcanas Ir unos con las tripas arrastrando ,
Después que mas entraron en la sierra : Otros tenderse por aquel arena ,
Alistan dardos , arcos y macanas , Brazos caidos , manos palpitando
Con los demás pertrechos para guerra ; Que de los cuerpos el furor cercena ,
Un paso ven los nuestros por delante Mostrando claramente ser mejores
Para los moradores importante. Los que eran en el número menores.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE III , ELEGIA A BENALCAZAR , CANTO IV. 461
Como flujo de mar que la corriente Aquesta gente pues bien informada
De los pequeños rios entorpece , De que venian ya por la frontera ,
Haciéndolos volver acia su fuente Determinaron ir de mano armada
Sivernal sequedad los enflaquece , Para saber de qué gobierno era :
Mas en tiempo de lluvias su creciente La vista dellos fué regocijada
Contra marinas ondas prevalece , Desque reconocieron la bandera ,
Tanto que por gran trecho se señala Por ser su Benalcázar que venia
El agua dulce dentro de la mala : Con peones y gran caballería.
Ansi los que ya iban con intento Multiplicáronse contentamientos
De retraer los pasos y la lanza , Del Ampudia con los recién venidos ,
Aquel encarnizado rompimiento Usando de los nobles cumplimientos
Trocó de tal manera la templanza, Que suelen los amigos conocidos :
Que con ensangrentado crecimiento Vinieron á los nuevos aposentos ,
Prevalecieron contra la pujanza Do fueron regalados y servidos ,
Que los entretenia no sin miedo , Que seria lo mas cuotidiano
Antes que se probasen á pié quedo. Un poco de pescado y algun grano.
Algunos de los nuestros lastimaron Después que descansaron algun dia,
Los tiros de la bárbara cuadrilla , Por Benalcázar fué determinado
Aunque ningunos dellos peligraron ; Que lleven adelante la porfia
Pero por evitar mayor rencilla De los descubrimientos del Dorado;
De dar la vuelta se determinaron Mas para yo llevar la misma via
A los albergues de la nueva villa, Siéntome de presente fatigado ,
Y porque el sol estaba ya cubierto Y ansí , primero me será forzoso
Tomaron por amparo cierto puerto. Tomar algun espacio de reposo.
Allí tuvieron vigilante ronda,
Viendo cubiertos los demás altores
De gente de macana , dardo, honda , CANTO CUARTO.
Que los atormentaban con clamores,
Sin quitarse jamás de á la redonda , Donde se cuenta cómo Benalcázar despobló la villa de Ampudia y pasó
Tocando mil bocinas y atambores , adelante con toda la gente que tenia, con esperanzas de hallar tierras
No concediendo punto de sosiego de mayor grandeza ; y ansí por él y por sus capitanes se tentó por di-
Cuando lo suele dar el nublo ciego. versas partes aquel compás que hoy se llama gobernacion de Popayán.
Mas cuando resplandor de la mañana La condicion del corazon humano
Abuyentaba la nocturna lumbre , Con tales esperanzas se halaga ,
Con gran orden la gente castellana Que cuantas inas riquezas á la mano ,
Comenzó de bajarse de la cumbre , Menos la cudiciosa sed apaga :
Y de los bárbaros la mas lozana Y en el noble varon y en el villano
Siempre les iba dando pesadumbre ; Antigua suele ser aquesta plaga ,
Las mujeres también destas aldeas Porque la hambre de crecida renta
Los amenazan con palabras feas. Cuando mas come queda mas hambrienta.
Porque tras ellos van por las laderas Bien vido Benalcázar el provecho
Llamándolos ladrones , robadores , Que la tierra que huella prometia ,
Las cuales de por sí tienden bandera , segun el concepto de su pecho
Y ansimismo tocaban atambores : El mando y el gobierno pretendia ;
Llevan macanas , lanzas , tiraderas , Mas aunque de las muestras satisfecho ,
Agudos y volantes pasadores , Otra cosa mejor apetecia ;
Sin dejar reposar bando cristiano Y ansi , debajo de mejorar silla
Hasta que ya lo vieron en lo llano. Per él se despobló la nueva villa.
Ningun bárbaro mas el pié levanta A la parte caminan del oriente
Ni quiso descender á llana via: Donde su voluntad les aconseja ,
Los nuestros fueron á su nueva planta, Y el capitán Miguel Muñoz con gente
Donde su capitán los atendia : Al rio que llamaron de la Vieja ,
Llegaron martes de Semana Santa , Por una con quien dieron de repente
Año de treinta y seis que ya corria , Llena de espesas rugas la pelleja ,
Pero por ser los curas ignorantes , Pero con tantas joyas su persona
La celebraron ocho dias antes. Como si fuera moza fanfarrona.
Estando celebrando soberanos No porque la pintó natura fea ,
Misterios , aunque fuera de su dia , Mas el tiempo trocó formas primeras ,
Supieron de los indios comarcanos, Y ansi suplia lo que ser desea
Mediante lengua que los entendia , Con brazales , collares y orejeras ;
Cómo crecida copia de cristianos Cinta de oro batido le rodea
Entraba por aquella serranía , El vientre , los ijares y caderas ,
Siguiendo sus pisadas y sus huellos, Las cuales joyas en ajenas manos
Y que venian en demanda dellos. Pesaron ochocientos castellanos.
No supieron quién eran de presente , Luego Miguel Muñoz la desembarga
Y el capitán Ampudia se recela , Debajo de clemente mansedumbre ,
Imaginando que seria gente Con lástima de ver edad tan larga
De los de Santa Marta ó Venezuela ; Traer a cuestas tanta pesadumbre ;
Y ansí con el recato conviniente Mas él no rebusó llevar la carga
A todas horas bubo centinela, Ni de subir con ella por la cumbre ,
Porque solian resultar cuestiones Y ansi volvió con muestra placentera
Del término de las gobernaciones. Adonde Benalcázar los espera.
Pues hartas veces vimos furias sueltas Volvieron otra vez à los gorrones ,
Sobre las tierras en gobierno dadas , Donde deseo de poblar los llama ;
Contenciosos bandos y revueltas, Mas en sus estendidas poblaciones
Cabezas locas bien ensangrentadas , Nunca hicieron permanente cama :
Yno pocos soldados à las vueltas Continuaron peregrinaciones ,
Muertos de las espesas cuchilladas , Pasaron por Encerma y por Cartama ,
Y unos y otros en aquel instante No sin grandes contrastes de guerreros,
La voz del rey poniendo por delante. Pantanos , ciénagas y atascaderos.
462 JUAN DE CASTELLANOS .
Con pérdida de hombres y caballos Dejando pues presidio conviniente
Por incultas montañas y espesuras , Para seguridades del vecino ,
Do los dejaban sin poder sacallos , Miguel Muñoz fué puesto por teniente,
Con trabajos de tantas desventuras Y Benalcázar con su buen destino
Que no podrán particularizallos Tomando lo restante de la gente ,
Otras mas ampliadas escripturas : A lo de Popayán hizo camino :
Al fin , dejadas estas estaciones , Fundóse la ciudad en el asiento ,
Vuelven tercera vez á los gorrones . Do vieron antes el gran aposento.
Desde donde con cierta compañía Hizo sus diligencias y procesos ,
De treinta dellos cada cual lijero , En obediencia del real escudo ,
El general Benalcázar envia Y porque barruntaba los escesos
Al diestro capitán Juan Ladrillero Del barbaro traidor , feroz y crudo ,
A descubrir dónde la mar batia Con palenques de guadubas espesos
Y ver la costa como marinero , Se fortaleció lo mejor que pudo ,
Para dejar en ella descubierto Año de treinta y seis el mes postrero
Algun ancon ó conviniente puerto. Del cómputo que corre desde enero.
En Ladrillero hizo nombramiento No fueron escusadas ni baldías
Por ser en cosas de la mar esperto ; Las prevenciones y las diligencias ,
Y era de Benalcázar el intento • Porque todas las noches y los dias
Si por allí pudiera hallar puerto , Venian á guerreras competencias :
Ir a pedir el adelantamiento Hubo continuadas baterías
De la tierra que habia descubierto , Ybien ensangrentadas resistencias ;
Pues al marqués Pizarro no podia Mas ni por sangre ni por medio bueno
Hurtar el cuerpo por contraria via. A su soltura pueden poner freno.
Guió pues Ladrillero sus sodales No se pasaba dia sin bullicio
Treinta dias ó mas por el altura , Ni noche que quieta se durmiese ;
Mas los opuestos bosques y breñales Velar y pelear es el oficio,
No dan lugar á lo que se procura ; Sin que ninguno resposar pudiese ;
Topaban con algunos naturales Matabanles los indios de servicio
Que en barbacoas hacen su cultura , Al descuido menor que se tuviese ,
De donde cada cual se defendia , Y en un momento , ya varon , ya hembra,
Y cuando mas no puede se hüia. Por la cürel canalla se desmiembra.
Porque estaban de guadubas cercados , Partiéndolos pedazo por pedazo
Nativas que llegaban á lo alto , Y dividiendo cada coyuntura ,
Y en viéndose los indios aquejados , El uno lleva pierna , el otro brazo ,
No pudiendo librarse del asalto Otro las tripas sin el asadura ,
A las flexibles plantas abrazados Otro riñones , hígados y bazo ,
Daban un gran vaivén para su salto , Si no podia mas por la presura
Y sin se desasir hacian vuelo Y revuelta de la gente malina ,
Hasta poner los piés en fijo suelo. Andando todos à la rebatina.
Que la guaduba verde se domeña Sus bocas son no menos carniceras
A la parte que tira quien colgado Que las de bravos tigres y leones ,
Va della , sea ya varon ó dueña , Antes aventajados á las fieras ,
Uso que tienen bien ejercitado ; Hienas , cocodrilos y dragones ,
Era guarida la cercana breña Esceden en crueldad á las panteras
Que los rodea por cualquiera lado , Y tienen muy peores condiciones ;
Y ansí desparecian en un punto , Y aun el dia de hoy gente de España
Pues saltar y hüir andaba junto. No les puede quitar aquella maña.
Esto hacian con tan gran destreza No reposaban mucho las espadas
Maridos y mujeres y menores , De nuestros españoles circunspetos ,
Que podia pasar por gentileza Pues viendo questas gentes alteradas
Entre los escogidos trepadores ; Perdian el temor y los respetos ,
De suerte, que con esta lijereza Les dieron tres ó cuatro trasnochadas ,
Dejaban frios á los vencedores , Tales que ya vivian mas quietos ,
Quedando cada cual dellos ayuno , Y ansí con el rigor de los castigos
Sin poder tomar uno ni ninguno. Granjearon algunos por amigos.
Visto que no valian buenas mañas Viendo que del cercano circuito
Para poder tomar alguna guia , Venian ya de paz con lisa frente ,
Y que por el embargo de montañas Acordó Benalcázar ir á Quito
Aquel camino se les impedia , A recoger caballos y mas gente ;
Acordaron volver á las. cabañas , A Popayán le señaló distrito
Donde su general los atendia , Y al Ampudia nombró por su teniente ;
Hambrientos y los mas dellos enfermos, Quedó Pedro de Añasco por alcalde ,
Y otros que perecieron en los yermos. Que no supo comer el pan de balde.
Luego por todos fué determinado Con Pizarro se vió dándole cuenta
Volver a Cali , porque les parece De su peregrinar y de lo hecho :
Que gozarán , teniéndolo poblado , Particularidades representa ,
Del fructo que la tierra les ofrece : Pero no los conceptos de su pecho ;
Por Benalcázar fué pueblo fundado Dijo ser tierra donde se cimienta
Allí , que con el nombre permanece Con minas de grandísimo provecho ,
De Cali , donde hizo nombramiento Aunque por ser su gente belicosa
De cabildo , justicia y regimiento. Seria la conquista trabajosa.
El un alcalde fué Pedro de Ayala , Pizarro se holgó con su presencia
Y Anton Redondo regidor primero ; Y de la buena nueva que traia ;
A los demás que entraban en la sala Confirmóle de nuevo la tenencia
De sus acuerdos, yo no los refiero , Con mas largo poder del que tenia,
Porque la relacion no los señala Y diósele sin límite licencia
Ni los vivos la dan como yo quiero; Para hacer la gente que queria ;
Pues aunque por mis cartas los exhorto , Mas no pudo hallar aviamiento
El que mas dice dellos queda corto. Tan presto como fué su pensamiento.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , ELEGIA A BENALCAZAR, CANTO IV. 463
Porque buscando por diversas vias » Trescientos hemos de ir este camino ,
Soldados , consumió mas de un ivierno, Los ciento de caballos proveidos ,
Y recogidas buenas compañías Que bastarán con el favor divino
Del viejo morador y del moderno , Por ser varones diestros y rompidos ;
Volvió con ellos á las serranías A los que son caudillos les asino
Adonde se plantaba su gobierno, Los que tienen de ser apercebidos :
Año de treinta y ocho por las flores Aliste cada cual sus compañías
Del mes llamado mayo de mayores. Porque salgamos de hoy en ocho dias. >
A Popayán llegó con gran armada Dijo su voluntad , y los presentes ,
En este mes y por la dicha era , Atentos á la prática propuesta ,
Cuya venida fué regocijada No mostraron las suyas diferentes ,
De todos los que estaban en espera , Segun se coligió de la respuesta ;
Por estar nuevamente rebelada Tomaron á su cargo los agentes
La mas gente de aquella cordillera De hacer cada cual su gente presta
Y tan alborotados los terrenos Tan buenos, quel menor dellos tenia
Que miedo de morir era lo menos. Punto , valor , esfuerzo, bizarría.
Mas viendo gente nueva castellana Con armas necesarias , y cualquiera
Muchos se redujeron á sosiego , Proveido de seda , lienzo , paño ,
Movidos de temor mas que de gana Aunque la duración del tiempo fuera
Que tuviesen de mitigar el fuego 9 De segundo , tercero y cuarto año ;
Ni jamás voluntad tuvieron sana ; Van Juan de Ampudia , Añasco , Juan Cabrera,
Antes conformes en el odio ciego Martiniañez, Tafur , Juan de Avendaño ,
Disimulaban en el aparencia Luis de Sanabria, que estos tres postreros
Enemistad, rancor , malevolencia. En Cubagua también fueron guerreros .
Esperando sazon y coyuntura Llamados pues del tiempo ya propicio,
Correspondiente con sus pensamientos , Prados con flores, plantas con coronas ,
Que no siempre concede la ventura , Para salir al militar oficio ,
Antes suele cortar tales intentos , Pusieron muy en orden sus personas ,
El Benalcázar pues luego procura Muchos indios é indias de servicio
Hacer las suertes y repartimientos , Que por acá llamamos yanaconas ,
Para que cada cual con oro y frutos Y enbusca de region mas eminente
Asus amos acuda con tributos . Caminaron la via del oriente .
Después viendo su gente descansada , Dejando los albergues agradables ,
De mas premio y honor estimulado , Los campos y zavanas apacibles ,
A su rancho llamó la mas granada Por las montañas van inhabitables
Para manifestalles su cuidado , Y lugares que son inaccesibles,
Cerca de proseguirse la jornada Y con trabajos tan intolerables
Y noticia que tienen del Dorado ; Que no pueden pintarse de terribles :
Y congregados los de mas estima , Obscuros bosques , ásperos breñales ,
Con este parlamento los anima : Avolcanadas tierras , cenagales .
«Caballeros , el tiempo nos convida , En cuyas espesuras y conveses ,
Ynuestro proprio punto nos exhorta Sin hallarse recurso de cultura ,
A poner en efecto la partida Peregrinaron mas de cuatro meses
En demanda de lo que mas importa ; Subyectos á continua desventura ;
Porque para gozar próspera vida , Con estos infortunios y reveses ,
Aquesta tierra me parece corta , Algunos ocultó la sepultura ,
1 Y al fin fueron á dar á las llanadas
Y aquella do quereis hacer empleo
Podrá mejor cumplir vuestro deseo. De Neiba, que hallaron bien pobladas :
Y pues , bendito Dios , estamos sanos Tierra de fertilísimas labores
Y bien apercebido nuestro bando Y campo que hartura prometia ,
A De caballos lijeros y lozanos , Adonde ni los frios ni calores
Vamos estas riquezas indagando , Se podian juzgar á demasía ,
Antes que nos las quiten de las manos Aunque tienen aquestos moradores
Algunos que las vengan rastreando ; Igual siempre la noche con el dia ,
Porque , como sabeis , por muchas bandas Por ser debajo del ecuante cincto
Corren descubrimientos y demandas. Por quien un polo y otro fué distincto.
> Y en noticia que da tal esperanza , En aqueste terreno provechoso ,
Cuanta mas brevedad menos se yerra , Contrario de pasadas inclemencias ,
Porque de flojedad y de tardanza Que lo hacían ser mas deleitoso
La próspera fortuna se destierra : Y de maravillosas influencias ,
Sea pues la primera nuestra lanza Tuvieron muchos dias de reposo ,
Que tome posesiones en la tierra , Aunque no sin guerreras competencias
Donde demás del aprovechamiento No tales ni con tanta muchedumbre
Terneis para con Dios merecimiento . Que les diese notable pesadumbre.
» Pues no cebará tanto su garganta A causa de hallar estos gentiles ,
En estas tierras infernal abismo , Al tiempo que vinieron , ocupados
Dándoles mandamientos de fe santa , En guerras intestinas y civiles ,
Y el agua de católico baptismo ; Crüeles contra sí y encarnizados ;
Haremos de ciudades nueva planta Y ansi por estas competencias viles
En medio deste rudo barbarismo , Hallaban muchos pueblos asolados ,
Para que vengan en conocimiento La cual obstinación , para sí dura ,
De aquel que les dió ser y da sustento. A nuestros españoles fué segura.
» Aquí porque sustenten lo poblado Mas no hallaban del dorado grano
Y al barbaro se pueda poner rienda , Tanto que fuese rica la contía ;
En cada pueblo quedará recado Y ansi les pareció consejo sano ,
Con que de movimientos se defienda : Entre tanto que mas se descubria ,
Hombres son de valor y de cuidado No dejar tan á solas de la mano
Los que de buenas suertes tienen prenda , Aquella tierra vista que lo cria ,
Y unas veces por paz , otras por guerra , Donde fundaron pueblos oportunos
Ellos allanarán los de su tierra. Y podian fundar otros algunos.
464 JUAN DE CASTELLANOS.
Fué por estas razones acordado Brevemente dió fin á su carrera ,
Quel Añasco y Ampudia se volviesen A causa de llevallo piés lijeros ;
A Popayán , do con fiel cuidado Fué la grita que dió de tal manera
Las cosas importantes proveyesen , Que se sobresaltaron compañeros ;
Y en Timaná, terreno bien poblado , Oida la razon por Juan Cabrera ,
Cristianos fundamentos se pusiesen Salió luego con veinte caballeros ,
Para propagacion de la fe santa , Pedro de Puelles, Juan Diaz Hidalgo ,
Haciendo de vecinos nueva planta. Juan de Arévalo y otros hijosdalgo.
En cumplimiento de lo que les manda , Llegaron á la gente mal vestida
Vuelven con gente que les fué bastante , La no menos briosa que galana .
Y el Benalcázar por aquella banda Donde cada cual parte fué medida
Quel sol descubre rostro radiante , Segun la condición de ley urbana :
Deseoso del fin de su demanda , Dan reciproca cuenta de su vida ,
Pasó con los restantes adelante ; Principal punto de que tienen gana;
Mas no fué su sospecha falso sueño Y ansi por ruegos y amigables prendas
Cuando se receló de nuevo dueño. A todos los llevaron á sus tiendas.
Pues atinando por lugar incierto Recibió Benalcázar al Quesada
Y via nunca vista ni bollada , Con la modestia de sagaz concierto ,
Aquel fuerte varon , sabio y esperto Y estotro con prudencia recatada
Don Gonzalo Jimenez de Quesada Tractó de lo que habian descubierto :
A la sazon habia descubierto Tierra que para mas rica jornada
Aqueste nuevo reino de Granada , Les mostraba camino bien abierto ,
Que es el cierto Dorado y el empleo Porque ya por los términos cercanos
Que trae Benalcázar en deseo. Inmensidad se ve de campos llanos.
Y ansí donde la suerte los aplica , Vistas las esperanzas que engrandece
Eso me da por llano que por sierra , Y de lo descubierto los provechos ,
Hallaban rastro que les certifica El dicho Benalcázar les ofrece
Haber otros cristianos en la tierra : Soldados y caballos y pertrechos ,
El invido dolor al alma pica , Porque la paga dellos apetece
Cuya fuerza suspiros desencierra , Por ir á dar noticia de sus hechos
Por ver indicios que hacian prueba Al rey, como quien era pretendiente .
E indios que de vista daban nueva. Ya de gobernador y no teniente.
La cual , aunque gran trecho de camino El Fernán Perez, no menos urbano ,
Y en aspereza por estremo malo , Le suplicó que lo hiciese dino
Ansimismo con presto vuelo vino De ir á Bogotá , porque su hermano
A la congregacion de don Gonzalo , Viese tan afamado peregrino ,
Diciendo venir campo peregrino Porque todos debajo de su mano
Que se tractaba con mayor regalo , Le servirán allá y en el camino ,
No como los primeros caminantes , Y que podria ser que se concorden
Sino con ropas ricas y elegantes . Los dos , y à sus conceptos diesen orden.
Luego con gente bien aderezada , Entrellos no quedó determinado ;
Dispuesta para lo que sucediese , Mas la gallarda gente que traia
El sabio general desta manada Con pecho de Pirú sobresaltado ,
Ordenó que con ella se partiese Quisiéralo guiar por otra via ;
Su hermano Fernán Perez de Quesada Y Juan de Céspedes disimulado ,
Para que la verdad reconociese , Que parte del intento coligia ,
Y tomase razon de sus intentos , Dijo : « Señores, las tierras ganadas
Buenos ó maliciosos pensamientos . Defendéroslas hemos á lanzadas ..
Llegan á Guataquí por sus jornadas Oyólo Juan Cabrera , varon puro
Cerca de Neiba , do los naturales Y digno de las laureas guirnaldas ,
En respuesta de cosas preguntadas Y dijole · Señor , dormid seguro
Hicieron mas patentes las señales , Con vuestras tierras , oro y esmeraldas ;
Porque mostraron jaras emplumadas , Mas si viniésemos a trance duro ,
Evidencia notoria de sus males ; Nunca nos las dareis en las espaldas :
Y por estos también fueron guïados Paz se pretende , quïetud , sosiego ,
Al sitio donde estaban alojados. Y no venir á término tan ciego .
Ocultados en cómodos lugares Quebrado de pendencias aquel ramo ,
Cuentan los toldos destas compañías ; El dicho Juan Cabrera le pescuda :
Y el capitán Pedro de Colmenares ¿Quién es vuestra merced , porque lo amo
Y Juan Rodriguez Gil y Juan de Frias Y deseo servir sin esta duda ?»
Con algunos soldados singulares Dijo : «Capitán Céspedes me llamo ,
Se bajaron al rio por espías ; Harto mas conocido que la ruda ,
Porque si tiempo viesen oportuno Y en estas partes de las Indias hombre
Para saber quién son, prender alguno. Que por tierra y por mar vuela mi nombre.»
Ocultos estos en la fértil vega , Cabrera respondió desta manera :
Cuyas verdes orillas y confines « Señor , á mi noticia no ha venido
El rio de la Sabandija riega , Tal nombre , pero yo soy Juan Cabrera ,
De los otros, en traje mas insines , Soldado rodeado del olvido ,
Un cierto joven á caballo llega , A causa de faltarme la primera
Anzuelos prestos con sus volantines, Hazaña por do sea conocido ;
Y encima puesto sin hollar arena Y aunque muchos me dan otros derechos,
Peces quiere llevar para su cena . Nunca me lisonjeo de mis hechos.»
Cuando lo vieron mas embebecido , Entrestos dos destrísimos jinetes ,
Procuraron estotros rodeallo , Cada cual dellos valido guerrero ,
Mas él , los ojos prontos al oido Pasaron estos dichos repiquetes
Del rocin , como 'viese meneallo , Por las mismas palabras que refiero ,
A do los inclinó la gente vido , Sin que se lastimasen los almetes
Y ansi batió las piernas al caballo , Ni descubriesen filos del acero ;
Saliendo como jara de ballesta , Pero guïándose por cuerdos modos
Sin esperar pregunta ni respuesta. En gran conformidad quedaron todos .
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE III , ELEGIA A BENALCAZAR, CANTO IV. 463
Y no prevaleció lo comenzado Y demás de lo proprio recogieron
Que maquinaba juvenil sentencia , El oro que tenian los soldados ,
Porque puestas las cosas en estado Por caballos y esclavos que les dieron
Dispuesto para llamas de pendencia , A precios á su gusto moderados ,
Puede sagaz varon y reportado Pues los caballos que menos valieron
El fuego mitigar con su prudencia , Encajaban á mas de mil ducados ,
Segun agora hizo quien lo era , Y entonces no se tuvo por esceso
Que entiendo por el dicho Juan Cabrera. Por la necesidad y el caudal grueso .
No resolutos en los pareceres Pasaron con los tres esta carrera
De ir á Bogota , segun le pide De su gente la mas aprovechada.
A Benalcázar nuestro Fernán Perez , Quedó pues general desta frontera
Dél y de sus soldados se despide , El dicho Fernán Perez de Quesada.
Que con grandes ofertas y placeres Para Neiba se vuelve Juan Cabrera
Cada cual por su parte se comide ; Con larga comision que le fué dada :
Y el Benalcázar y otros de su bando Los mas de Benalcázar con él fueron
Por buen trecho los van acompañando. Y otros en Bogotá permanecieron.
Llegan á Bogotá , do los espera En Neiba Juan Cabrera pueblo funda
El sabio y animoso licenciado : Por el poder y comision que lleva,
El Fernán Perez dió razon entera Porque le pareció tierra fecunda
De aquello que tenia deseado , Demás del esperanza que le ceba ;
Diciéndole que Benalcázar era Y aun dicenme que fue la vez segunda
Capitán de Pizarro , que poblado Que poblaron aquesta tierra nueva ,
A Popayán dejó , á Cali y Quito Y dejalla Benalcázar poblada
Con mas lugares deste circuito . Viniendo al nuevo reino de Granada.
Después de se juntar los dos hermanos , Puestos en orden ya los peregrinos
Pasados como seis ó siete dias , Que van á España con la bolsa llena ,
Por nuevas de los indios que cercanos Volvieron á los términos marinos
Estaban algo destas serranías Por el gran rio de la Magdalena :
Supieron que por via de los llanos Vieron y conversaron los vecinos
Estaban españolas compañias ; De la nueva ciudad de Cartagena ,
Y este era Fedrimán , de quien mi historia Desde donde con buen avïamiento
En otra parte ya hizo memoria. Llegaron a Madrid en salvamento .
Dije cómo se vieron el aspeto Dejémoslos agora negociando
Y se comunicaron blandamente , Sus nobles y honrosas pretensiones ,
Uno varon sagaz , fuerte , discreto , Porque del Benalcázar diré cuando
El otro discretísimo y valiente : Llegaren oportunas ocasiones.
Ambos se concertaron en efeto Al Añasco y Ampudia voy buscando ,
Y hicieron un cuerpo de su gente , Que fueron á fundar las poblaciones
Juzgando que los dos hechos á una A Timana , provincia populosa ,
Podian contrastar dura fortuna. Y de gente valiente y orgullosa.
Apenas tal resolucion se toma De Popayán cincuenta leguas dista ,
Entrestos dos insignes capitanes , Y es tierra fértil pero montuosa ,
Cuando por las laderas de una loma Con aspereza que la humana vista
Vieron las sedas , granas , perpiñanes Nunca jamas la vió mas salebrosa.
De Benalcázar , con el cual asoma Entraron pocos para la conquista ,
Gallarda bizarría de galanes , Siendo los indios mano poderosa ,
Que entre los otros que valor abona, Los Paeces , Yalcones y Pirama ,
Parecian á los de Meliona. Y Guanaca , provincias de gran fama.
Que los de Fedrimán y del Jimenez , Viendo los nuestros incomodidades
A causa de su muy larga carrera , Para poder hacer abierta guerra ,
Tenian por los mas preciados bienes Procuraron por bien las amistades
Una ropeta de algodon lijera , De caciques algunos de la tierra :
Y para dar cubiertas á sus sienes Acudieron á las conformidades
De lo mismo también una montera ; De los quel próximo compás encierra
Pero de todos el de menos nombre Del pueblo do hicieron los cimientos ,
Se podria tener por mas que hombre. Fin del de treinta y ocho y tres quinientos.
Pues como granos de la mina rica Como viese de paz el aparencia
De mas bajo metal entreverados , Juan de Ampudia del indio convecino ,
Quel fuego y el crisol los purifica Al Añasco dejó con su tenencia
Y quedan afinados y apurados , Y á Popayán dirige su camino.
Ansi clara verdad nos certifica Añasco puso suma diligencia
Estar aquestos válidos soldados , En contentar al que de paz le vino ,
Por haber , no sin gran desasosiego , A lo menos al hijo de Pioanza ,
Pasado por el agua y por el fuego. Yalcon , señor de próspera pujanza.
Llegó pues Benalcázar donde quiso , Era mozo bien acondicionado,
Y fué graciosamente recebido , Que por Pedro de Añasco se perdia ,
Y no de la salud tan sin avíso El cual no lo quitaba de su lado
Que fien sus cabezas del olvido ; Y á su buen amistad correspondia ;
Mas su venida fué con pecho liso A nuestro modo bien aderezado ,
Debajo del diseño referido , Y en su caballo siempre lo traia ,
Por ver si por allí se daba maña Pareciéndole ser el mozo prenda
Para guiar sus pasos en España. Para seguridad de su vivienda.
Vino su diligencia muy á cuento Este para hacer repartimientos
A los que le hicieron hospedaje ; Y las suertes de los conquistadores ,
Pues declarándoles su pensamiento Le dió la relacion y documentos
Como requiere provido lenguaje , Con que reconociese las mejores ;
Supo tener entrambos en intento Y ansi ya hechos los apuntamientos ,
Efectuar aquel mismo vïaje , A los caciques señaló señores ,
Porque de lo del reino y del camino Y para tributar á nuestro marte
Tenian buena copia de oro fino. El dicho mozo fué no poca parte.
T. IV. 30
466 JUAN DE CASTELLANOS .
El á lo mas insigne se convierte , Entendida la cifra y el lenguaje,
Como superior en elecciones , Juan de Ampudia le dió razon bastante
Y ansi tomó por generosa suerte De las penalidades del viaje ,
Añasco toda la de los yalcones : Como quien fué del mismo caminante
Ministro presuroso de su muerte , Y dónde lo dejó , y en qué paraje ,
Contra las filiales intenciones , Con intenciones de pasar delante
Pues cuanto mas del hijo fué querido , Por la noticia próspera que lleva
Tanto del padre mas aborrecido . De que siempre hallaba buena nueva.
Ofrecióse, después desto que digo , Estúvose suspenso y en espera,
Añasco ir al pueblo popayano Sin mas alteracion ni movimiento ,
Para buscar de gente mas abrigo Por ver si Benalcázar respondiera,
Con que hacer aquel terreno llano : O mensajeros por su mandamiento.
Al hijo del señor llevó consigo , En este tiempo vino Juan Cabrera
Que nunca lo dejaba de su mano , A deshacer aquel encantamiento ;
Ni el mozo mismo tal apetecia , Y como supo ser ciertos los toros ,
A causa del amor que le tenia. Cesaron los respectos y decoros.
Juan del Rio quedó por su teniente , Notificó despachos competentes
Hombre de valerosas cualidades . A todos los cabildos y concejos ,
A Popayán llegaron finalmente , Y puso de su mano los tenientes ,
Camino de cien mil dificultades : Aunque mudó después estos consejos ;
En la ciudad halló nuevo regente , Pues viéndolos leales y obedientes
Cosas modernas , grandes novedades , Se volvieron las varas á los viejos
Las cuales de presente yo no pinto , Por el rey y el marqués , por quien fue cierto
Mas pintarélas en el canto quinto . Haber el Benalcazar descubierto.
Dadas en el gobierno las razones
Que parecian ser mas convinientes ,
El Añasco llegó de los valcones ,
CANTO QUINTO . Con quien tuvo los mismos accidentes ;
Mas luego se dió nuevas comisiones
Donde se cuenta cómo Lorenzo de Aldana vino á Popayán por mandado Y le llegó buen número de gentes
del marqués don Francisco Pizarro y con provisiones suyas para tomar
en si el gobierno de Popayán y sus anejos. Por el rey y el marqués , dándole cargo,
Grandes favores y poder mas largo.
En tiempo que del hilo de esperanza Estúvose por algun tiempo quedo ,
Humano corazon está pendiente No punto que podamos llamar vago ,
En medio de temor y confianza Y entonces envió á George Robledo
Incierta , por algun inconviniente , A poblar en Encerma y en Cartago
Suele ser congojosa la tardanza Y en Antioquia , pero decir puedo
A quien de tal ardor está doliente , Que debió ser aquel dia aciago ,
Y tanto mas aquejan los ardores Pues ambiciones , si se bien advierte ,
Cuanto las causas dellos son mayores. Fueron las alcahuetas de su muerte.
Ansí Pizarro , como no tenia De las cuales ya hice breve suma
Nuevas algunas de descubrimientos En otra que no fué menor historia ,
Que en su nombre Benalcázar hacia , Y ansí no será justo que consuma
Y habian de venille por momentos , Tanto papel en cosa que es notoria :
• Vista la gran tardanza , presumia Bastará de presente que mi pluma
Que debia tener nuevos intentos ; Refresque deste hecho la memoria ,
Y la sospecha de mudar costumbre Pues pretendió que los pueblos poblados
No le causaba poca pesadumbre. Por él, le fuesen en gobierno dados.
Aquesta presuncion , que no fué vana, Mas no salió con estas intenciones ,
Segun atrás habemos relatado , Y fué solicitud desvanecida ,
Comunicó con Lorenzo de Aldana , Por la cual y por otras ocasiones
Hombre de quien vivia confiado ; El Benalcazar le quitó la vida ;
Y respondióle que de buena gana , Y ansí quiero volver a dar razones
Si le quisiere dar aquel cuidado , Antes que del Aldana me despida ,
A Popayán irá , do con buen celo Cómo se conservó con gran prudencia
A la verdad podrá quitar el velo. El tiempo que allí hizo residencia.
Gusto le dieron estos pareceres , Dado pues orden , cual se representa
Dándole gracias por la tal oferta ; E yo con brevedad posible narro ,
Y ansi le concedi ó largos poderes A Pirú se volvió para dar cuenta
Y para todo comision abierta , De los sucesos al marqués Pizarro ,
Segun que piden tales menesteres ; Donde tenia generosa renta
Mas en un caso le cerró la puerta , Y era de los aurigas de aquel carro ,
Y es que , constando su leal abono , Pero no siempre con tan justa vida
Quedase Benalcázar en su trono. Que en algo no saliese de medida.
• Añasco se volvió con buen recado
Efectüóse presto la jornada
A las provincias de aquel hemisferio , A ver de Timaná los señorios ,
Cuya gente quedó maravillada De treinta caballeros rodeado ,
Y luego sospechó traer imperio , Cursados en ausonios desafios ;
Juzgando que persona señalada Juan de Orozco y Arias Maldonado ,
No hizo su venida sin misterio ; A quien yo tuve por amigos mios ,
La cual , puesto que no faltó recuesta , Fueron también en esta coyuntura ,
A ninguno la hizo manifiesta. Para Pedro de Añasco mas que dura.
Solo les dice cómo saber quiere , Porque como se viese con mejora
Pues con tanto hervor se le pregunta , De buenos hombres y demás posible ,
Si vive Benalcázar ó sí muere , En cobrar los tributos y demora
O qué de sus conceptos se barrunta , Los aquejaba con ardor terrible ;
Para quel pecho del marqués se entere Y el venir á servir á punto y hora,
De lo que pasa , por estar defunta Por pecho lo tenian insufrible ,
En su noticia , la que va buscando , No queriendo con su bestial linaje ,
Como si della no tuviese mando. Reconocer á nadie vasallaje.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE III , ELEGIA A BENALCAZAR, CANTO V. 467
No les pone temor el estandarte Con esta prática , mas ampliada
Aumentado de gente castellana : De lo que manifiestan mis razones ,
Todos al fin andaban de mal arte Hicieron aquel dia su jornada ;
E ya servian muy de mala gana , En los principios de las poblaciones
Para lo cual no fué pequeña parte Hallaron mucha gente retirada
Una india llamada la Gaitana , Y los demás con tibias intenciones
Ofuese nombre proprio manifiesto , Llamaron otro dia de mañana
O que por españoles fuese puesto. Al hijo principal de la Gaitana.
En aquella cercana serranía Vuelven los mensajeros aquel dia
Era señora de las mas potentes , Al declinar el sol al occidente ,
Ypor toda la tierra se tendia Y preguntándoles qué respondia ,
Gran fuerza de sus deudos y parientes : Dijeron no querer distintamente : 凛
Viuda regalada que tenia Añasco , capitan , por él envía
Un hijo que mandaba muchas gentes, A su primo con guias y con gente ,
Al cual por no acudir como vasallo Para que lo salteen en el sueño
Añasco procuró de castigallo. Y lo traigan á ver su nuevo dueño.
Salió de Timaná con este pio , A la hora que llaman intempesta
A caballo con él veinte y un hombre , Hizo con seis ó siete su partida :
Entrellos iba Baltasar del Rio Obscuridad inmensa los molesta ,
Y el primo Añasco de su mismo nombre; Mas alguno por ella tuvo vida ,
E ya como dos leguas de desvío , Pues Añasco rodó por una cuesta
Agüero no faltó que los asombre ; Y un brazo se quebró de la caida :
El hijo de Piganza va con ellos A todos causó pena la desgracia ,
No menos que quien va por los cabellos. Que para su salud fué mas que gracia.
Sucedió quel caballo do camina Como se lastimase malamente ,
El capitán Añasco , se recela Sin pasar adelante le convino
Donde no vian ocasion vecina Volverse do quedaba su pariente ,
Que para retardarse le compela : Pero los otros fueron su camino
Si le metia bierro , mas se empina Y prendieron al indio delincuente ,
Y nada se le da por el espuela , Si tal nombre merece de condino ;
Aunque nunca jamás dió tal molestia , Mas si se fulminara por escrito
Antes tuvo valor mas que de bestia. Muy tolerable era su delito.
Viendo que no podia , segun muestro, De su reposo lo sacaron fuera
Hacello proceder donde repara , Con todas las acciones afrentosas .
Bajóse para lo llevar del diestro ; A punto se llevaba la collera,
Creyendo todos ellos que bastara , Puestas ni mas ni menos las esposas ;
Tiraban á porfia del cabestro , Vió finalmente la presencia fiera
Dandole por detrás con una vara ; De quien presto hará peores cosas :
Mas la solicitud no fué bastante Al bijo sigue la mujer viuda
Para que lo pasasen adelante . Sin acordarse de pedir ayuda.
Ponen otros caballos à su frente Nunca creyó tan ásperos sucesos
Para lo convidar por esta via , Al tiempo de tomalle residencia ,
Y aunque no lo hallaban diferente , Por ser de los actores los escesos
Tanto pudieron palos y porfia, Y del reo las culpas inocencia ;
Que pasó con los otros juntamente En la uña bicieron los procesos ,
Del lugar llano do se detenia : Y dióse vocalmente la sentencia :
En él subió , ballándolo tan bueno Que muera hecho brasas y ceniza
Como después que supo tener freno. Mandó , cuyo rigor escandaliza.
Del suceso nacieron ocasiones Pertinaces en este mal motivo ,
Por donde muchos destos compañeros Juntóse luego cuantidad de rama,
Pronosticaban con murmuraciones Traen después al mísero captivo
Malos y desastrados paraderos. En presencia de aquella que lo ama :
El dijo : «a No mireis en abusiones , De fuscos humos rodeado vivo
Pues todos sois cristianos caballeros , Su vida consumió la viva Hama ;
Que no es el asna de Balam aquesta Y ya podeis sentir qué sentiria
Para que hagais della tanta fiesta. La miserable madre que lo via.
Menos es mi caballo semejante Decia : «¡ Hijo mio ! cuán incierta
A Bucéfalo , Cyllaro ni Lamo , Es á los confiados confianza !
Ni aun Eon , el caballo de Pallante , ¡Para cuántas borrascas abre puerta
De curso mas veloce que de gamo , Un brevecillo rato de bonanza !
Cuyo lloro fué grande y abundante Hijo , que sin tu vida quedo muerta ,
Sobre la sepultura de su amo ; Mas no lo quedaré para venganza :
Ni el de Diomedes , que si bien advierto , Bien puedo yo morir , pero tus penas
Con hambre se mató , su dueño muerto. De pagármelas han con las septenas. »
>Conozco que de brutos animales Con esto se partió dando clamores
Tomaron documento los terrenos Todas las horas sin cerrar la boca :
Para reconocer los temporales Los estremos que hace son mayores ,
Si son tempestuosos ó serenos ; Y de mas furia que de mujer loca ;
Mas en aquestas cosas especiales A todos los caciques y señores
De las pronosticar están agenos , Se queja , y á venganza los provoca ,
Y quien por bestias casos adevina Hasta tanto que ya ganó los votos
En los mas atinados desatina. De los cercanos y de los remotos.
>Y revelársenos desta manera Uno tan solamente le faltaba
Algunos males , no somos tan santos , Para dar conclusion á sus andenes :
Ni semejante caso sucediera Este era Pigoanza que abundaba ,
En uno solo donde vienen tantos , De gentes atrevidas y de bienes ,
Pues todos recelaran la carrera Mas una cosa la desconfïaba ,
Y también padecieran sus espantos : Y es el hijo que tienen en rehenes ;
¿Qué será pues en uno sin los otros , Pero después diré que á su gemido
Sino mañas que suelen tener potros?> También este señor quedó rendido.
468 JUAN DE CASTELLANOS.
Volvamos al Añasco , que tenia, » De la mujer , del bijo , del marido
Segun la confianza de su pecho , Se sirven , y los tienen por despojos ;
Por una señalada valentía Y no pequeña parte te ha cabido
Lo que tan sin razon habia hecho , De la continuacion destos enojos,
Y que toda la tierra temblaría Pues tienen con engaños detenido
Para sacarse della mas provecho ; Al bijo que es la lumbre de tus ojos :
Pero presto vera ser un engaño No lo goza su deseosa madre ,
Que trocó los provechos en gran daño . Ni le consienten ir á ver su padre.
Porque la vanidad y la malicia » Aquel origen triste de mi llanto ,
Segun su propriedad el dejo tiene , Hijo mio , dolor de mis entrañas ,
Y los ojos con velo de cudicia Quemaron vivo por poner espanto
No siempre miran lo que les conviene : A nuestras gentes y á las mas estrañas :
Añasco pues con esta sinjusticia, De ti sé que harian otro tanto :
Para correr la tierra se previene , Tales son sus cautelas y sus mañas ;
Y al primo le mandó que se tornase Mira por tí , pues ellos son de arte
A Timana para que se curase. Que será menester anticiparte.
El , sin temor de guerra ni recuentro , > Bien hace quien de tal golpe se escuda ,
Con diez y ocho solos á su lado , Y huye de mojarse cuando llueve ;
Se metió mucho mas la tierra adentro , A nuestra causa la razon ayuda ,
Del rehén que tenia confiado : Y la ventura va con quien se atreve ;
Asentó luego toldos en el centro De la victoria nuestra no se duda
Y comedio de lo mejor poblado , Ni de pagar su deuda quien la debe;
Pero la tierra tal y tan fragosa , Bien sabes que será juicio vano
Que no se vido semejante cosa. Soltar las ocasiones de la mano.
En toda la distancia comarcana , » A quien fué causa de mi desventura ,
Con ser culturas como de jardines , Junto lo tienes y aun te hace cocos :
Ningun espacio ven de tierra llana Es cómodo lugar , gran angostura ,
Do se puedan valer de los rocines ; Los tuyos muchos , y los suyos pocos ,
Pero basta que vino la Gaitana Nunca mejor sazon y coyuntura
Quietos estuvieron los confines , Para que nadie quede destos locos ;
Y acudian algunos naturales Dad en los que los hados amonestan ,
Con dones y pacíficas señales. Porque después dareis en los que restan.
Puestos los nuestros en aquel paraje , >>Este propósito tiene Pirama ;
Al señor de la tierra, Pigoanza , Guanaca quiere questo se concluya ;
Hizo Pedro de Añasco su mensaje , Los Paeces que acuden á la trama
Mandándole que venga sin tardanza Tu determinacion es propria suya ;
Para reconocelle vasallaje , En todo cuanto Timaná se llama
Y acudille también con la pitanza No resta voluntad mas que la tuya:
Lo mismo se le ruega por su hijo , En guerra que desean tantos buenos
Con harto mas pesar que regocijo. No tienen los yalcones de ser menos.
Nunca quiso cumplir sus mandamientos » Mira , señor , la general fatiga ,
Ni los ruegos del hijo detenido : El miserable pueblo cómo anda ,
Pesos de oro le envió seiscientos , La justísima causa que te obliga
Y de criados número crecido , A querer aceptar esta demanda ,
Que le hicieron buenos aposentos Pues eres general en esta liga
Donde pudiese ser mejor servido ; Do van tantos caciques de tu banda :
Pero pronto verá tales halagos Cuanto les ordenares harán luego ,
Ser víspera de dias acïagos. E yo de parte suya te lo ruego..
Porque él estaba ya mal indignado Semejantes palabras le decia
Desde que supo cuán atrocemente La bárbara crüel para su hecho ;
Mataron al mancebo desdichado , Con mal de corazon se amortecia :
A quien reconocia por pariente : Por ventura seria contrabecho ;
Hízolo luego mas acelerado Mas al fin alteraba y encendia
La que su madre fué , que mas lo siente , El rústico , feroz y bravo pecho ,
La cual con otras dueñas tan ancianas El cual en regalalla se desvela ,
Allí llegó mesándose las canas. Y con tales palabras la consuela :
Ronca la voz , los ojos hechos fuentes , « Pésame de te ver tan lastimada
Turbada , despulsada y amarilla , Y el venerable rostro hecho piezas :
La voz apenas saca de los dientes , La vida no podrá ser restaurada
Despedazada cada cual mejilla , Con cuantos hombres y armas aderezas ;
Diciendo : « Deudos mios y parientes , Mas yo te la daré tan bien vengada
Muévanos mis desdichas á mancilla : Que recibas por una cien cabezas ,
A tí mas que á ninguno , Pigoanza , Y de pellejos de tus adversarios
Competen los rigores de venganza. Verás poblados estos santuarios.
»A tí me quejo , y el favor invoco » Aquesto te promete Pigoanza .
Con que mi gran agravio se castigue , Para satisfacer á tu querella ;
Pues nuestro parentesco no es tan poco , Y huélgome que pidas la venganza
Que por muchas razones no te obligue A quien no se hallaba fuera della ,
A refrenar la furia deste loco Pues en estos y en los de mas pujanza
Que á tí y á mí y à todos nos persigue , Habia de bebella ó de vertella :
Con cuyos vientos vamos navegando , Mitiga tus dolores si pudieres ,
en un mismo navío naufragando. Cierto de que haré cuanto quisieres. >
» Comun y general es la tormenta ; Al punto despacharon mensajeros
Nadie desta fortuna se reserva ; Para sus capitanes obedientes :
Truécause los honores en afrenta , Los de Pigoanza fueron los primeros;
La noble libertad se hace sierva ; Mas de seis mil cursados combatientes
Quien tal calamidad esperimenta Serian , validisimos guerreros ;
Busque la verdadera contrayerba Muy pocos menos de las otras gentes
Que deste mal es único remedio , Que meneaban procelosas ondas
Quitándolos a todos de por medio. De macanas , de flechas , lanzas , hondas.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , ELEGIA A BENALCAZAR, CANTO VI. 469
¿Qué borrasca mayor ó batería No faltaban aullidos entre tanto
Pudieran dar las ondas de Neptuno ? De fieras por sus sendas mas estrechas ,
¡Qué fuerza , qué vigor , qué valentía Ni las aves nocturnas que con canto
Saliera de rigor tan importuno? De lloros confirmaban las sospechas ;
Siendo pura verdad que combatia Los buhos conmovidos del espanto
Contra mas de seiscientos cada uno , Por cima les cantaban las endechas .
Y en lugar cuyo mas llano repecho Con otras mas señales que no cuento ,
Era para caballos sin provecho . Por quien iba temor en crecimiento.
Bastara la primer arremetida Ninguno los anima con arenga
De tantos capitanes y vasallos , Porque à la prontitud temor escede ,
Para que la creciente y avenida Y si comienza cosa que convenga
Pudiera consumillos y anegallos , Que al medio del camino no se quede ;
Aunque fuera la copia mas crecida El tiempo breve , la resolucion luenga,
De diestros españoles y caballos ; Quisieran dalla , pero nadie puede ,
Pues raras veces pocos temerarios Por no les dar la misera dolencia
Desbaratan gran fuerza de contrarios. Lugar para tener tal advertencia.
El propósito duro y el concierto Todavía con ánimo valiente
Al noble mozo hijo de Pigoanza Añasco les mandó que estén alerta ,
Le fué por ciertas indias descubierto, Y entre lugares repartió su gente,
Significandole la gran matanza Que cada cual abria larga puerta ;
Que se haria por el indio muerto , Y para que muriesen brevemente
Y cómo se juntaba gran pujanza , No se pudo hacer cosa mas cierta
Sin esceptuar ninguno de la tierra Que dividir sus pocos combatientes
Que fuese conviniente para guerra. En partes y lugares diferentes .
El mozo con el rostro de difunto ¿Qué hueste de Anibal , ó de Antioco
Al Añasco le dijo , y al oreja : O del gran Taburlan ha dividido?
Acabo de saber en este punto . A mi paréceme término loco
El gran conflicto que te se apareja : Y orden de mercader desvanecido ,
El poder de la tierra viene junto Si su posible , siendo caudal poco ,
Importunado por aquella vieja ; Corre por muchas manos repartido ,
Si no huyes , ello va de suerte Pues para que la suya se consuma ,
Que yo no tengo duda de tu muerte. Basta pasar por una y otra pluma.
Las vidas, mi señor, prendas son ricas : Mucho dura la fabrica trabada ,
Perdidas, no se hallan á la mano; Mas tiran que uno dos bueyes unidos ;
Ruégote por el Dios que me predicas Mal pueden de la mano separada
Ser autor de lo bajo y soberano , Ser los restantes miembros socorridos :
Y esotras cosas que me certificas , Fué cierto cosa desproporcionada
Que luego nos salgamos a lo llano , Pocos en muchas partes repartidos ,
Pues la partida que al vivir importa Porque con menos fuerzas es quebrado
Tanto mejor será cuanto mas corta. Solo hilo sencillo quel doblado.
>En riesgos y peligros tan patentes Pero cuando prudencia se desvía ,
Suplicote , señor , que no te tardes : Dase las menos veces en el hito ,
Que si vosotros pocos sois valientes , Y es una ceguedad de muchas guia ,
Ningunos de los muchos son cobardes ; Segun claro constó deste conflito ,
Conozco bien sus bravos accidentes , Cuyo triste suceso yo queria
La determinacion de sus alardes , Poner muy á lo cierto por escrito ;
Que puestos en estremo semejante Y porque del resultan mas rencillas
No se les pone cosa por delante. »> Habré con canto nuevo de decillas .
Añasco le responde : « Vive ledo ,
Yno quieras por esto fatigarte ,
Pues para retraerme un solo dedo CANTO SESTO .
El mundo todo no podrá ser parte ;
En este sitio con estarme quedo Donde se cuenta cómo vino multitud de indios sobre el capitán Pedro
Han de volver huyendo de mal arte , de Añasco, y le mataron la gente que tenía, escepto tres que escaparon
Y habrán por bueno viendo su castigo mas milagrosa que casualmente, y á él lo tomaron vivo, con otras des-
De no querer burlarse mas conmigo. gracias que entonces acontecieron.
8 »
El mozo bueno su razon ataja Seguro y especial salvoconduto
Llorando su notorio desatino , Es en aquesta vida la templanza ;
Diciendo : « Señor , mira la ventaja Amargo , duro , pernicioso fruto
Que tienen á tu campo peregrino , Nace de la soberbia confianza ;
Porque todos sereis como la paja Quien es en sus antojos resoluto ,
Movida de terrible torbellino , Sin ajustar fiel en la balanza
O flaca llama cuando resplandece Ni querer admitir consejo sauo,
Y en ese mismo punto desparece .>> A trabajoso fin anda cercano.
No lo pudo vencer con otros ruegos Bien se conocerá por lo que digo
Demás de los que tengo declarados ; Ser el Añasco destas condiciones ,
Mas todavía con desasosiegos Sin consideracion en dar castigo ,
El negocio tractó con sus soldados , Casado siempre con sus opinioues :
Y todos ellos estuvieron ciegos , Menos tomó consejos del amigo
Torpes , perplejos , indeterminados , Para se reservar de puniciones ,
Hasta tanto que ya rayos solares Y ansi Laquésis , rigurosa parca ,
Fueron á visitar otros lugares . Su vida señaló con breve marca.
Absentes los febeos resplandores Porque ya descubriendo por oriente
E ya venida la tiniebla fria , La dulce Venus su real corona ,
Crecieron las congojas y temores Anunciadora de la roja frente
De los de cristiana compañia : Del rutilante hijo de Latona ,
La mortificacion de los calores Llegó la tempestad y la creciente
Vitales , cada cual en sí sentia , Que muerte desastrada les pregona ,
Con sudor frio por las coyunturas , Por las tres partes donde hacen vela ,
Anuncio de sus ciertas desventuras. Y á todos fué comun la centinela.
470
JUAN DE CASTELLANOS.
Luego la temerosa grita suena El desconcierto visto del caballo
Del bárbaro gentio furibundo ; De diestro y arrendado fugitivo ,
La tierra con temblor se desordena Con gran instancia van á rodeallo
Y las concavidades del profundo ; Los fuertes del ejército nocivo ;
No pone rota nube cuando truena Pero muerto cayó sin derriballo ,
Con rayos tantos miedos en el mundo , Y al misero señor tomaron vivo :
Cuanto concibe quien un Dios adora Vivo lo toman , y quedó de veras
Viendo presente ya su postrer hora. Por escarnio y por carne destas fieras.
Adonde mal gobierno los reparte Como de fuscos tordos á la baza
Todos se muestran con ardor terrible , Acudir suele multitud crecida
Y cada uno dellos por su parte Cuando las rojas mieses embaraza,
Hacia mucho mas que lo posible ; Hallando sin defensa la comida :
Caian de los del bárbaro marte Ansi luego vinieron á la caza
Número de cabezas increible , Que vieron los demás estar caida ,
Por ser en general estos soldados Con tanta grita de uno y otro cuerno
De los mas principales y apurados . Como ministros fieros del infierno.
Mas la nube de jáculos espesa ¡ Oh caso de los casos mas atroce ,
Momento no cesaba de por cima : Suceso de sucesos el mas duro !
Pigoanza por cumplir con su promesa Porque veais si puede de una coce
Con voces presurosas los anima ; Fortuna derribar un alto muro.
Aquí y allí y allá bierve la priesa ; Cuántas veces agora reconoce
Un escuadron y otro los lastima , El consejo del mozo ser seguro ,
Por espaldas , por pechos y por lados , Y que son cosas dejuicio loco
Ellos y los caballos traspasados. Tener las importantes en tan poco !
No recibió Piton , serpiente fiera , ¡ Cuántas muertes le están aparejadas,
Tantos tiros de la potente mano Cuantos tormentos desapïadados ,
De Apolo, cuantos ya tiene cualquiera Cuántos azoles , cuántas bofetadas
De los del breve número cristiano : Descargan sobre miembros fatigados !
Al remate van ya de la carrera Luego sus carnes fueron despojadas
Y al término fatal del ser humano ; Hasta de los vestidos mas delgados ,
A todas partes y do quier que sea Dejándolo con no mas cobertura
La imagen de la muerte los rodea. De aquella que le proveyó natura.
Ya faltaba vigor del primer brio ; Delante de Pigoanza fué llevado
Cualquiera les rebate ya la lanza ; Y del bijo llamado don Rodrigo ,
Cavó Benalcazar , Baltasar del Rio , Que con gran diligencia fué buscado ,
Francisco Sanchez , Pedro de Esperanza , Y el padre lo tenia ya consigo :
Y la de todos que en el desafío Vidolo triste , mustio , demudado ,
Pretendian hacer crüel matanza : Con sentimientos de fiel amigo ;
Libres quedaron tres de la rüina , Y allí delante la proterva ira
Luis Mideros , Cornejo y un Medina. Gime cada cual dellos y suspira.
Habló con ellos el Luis Mideros , Los ojos del mozuelo hechos rio,
Digo con el Medina y el Cornejo , Con el Añasco razonó deste arte :
Diciéndoles : « Señores compañeros , « Al alto Dios pluguiera , señor mio ,
Tengo por salutífero consejo , Que mi fuerza pudiera remediarte ;
Pues somos hombres sueltos y lijeros , Mas en la confusion deste gentio
Que tomemos las armas del conejo : Paréceme que soy ninguna parte :
Será servido Dios darnos ventura El poderoso Dios te de talento
Para poder salir desta presura.»> Para morir con buen conocimiento.
Apenas lo habló cuando fué hecho ; »Si murieras por caso repentino,
Y reguardándose los tres peones , Menos pudiera ser mi sentimiento,
A la dificultad poniendo pecho , Por ser la muerte general camino
Hicieron calle por los escuadrones ; Y vida temporal lijero viento ;.
Finalmente salieron del estrecho Mas por las crueldades que adevino
Con gran solicitud de los talones , Lo que durares con vital aliento,
Hasta ver la montaña mas espesa Padezco tal y tan inmeusa pena
Por donde se metieron á gran priesa. Que no puede llegar á ser mas llena.
Dejemos estos en el espesura >>En esto se recrea la demencia
Hasta que lleguen horas deputadas : Deste bestial gentio , torpe, fiero :
Volvamios al Añasco sin ventura , Armate del escudo de paciencia ,
Que cierto hizo cosas señaladas , Pues naciste cristiano caballero ;
Y en el conflicto riguroso dura Apartome de tí con tu licencia ,
Con daño de las gentes alteradas , Que no me dejan verte, ni yo quiero,
Y el buen caballo contra los que hiere Por no ver espectaculo tan triste .....
Sube y desciende por adonde quiere . ¡No sé, señor, por qué no me creiste ! >
Donde ve muchedumbre mas estrecha , Con esto desviaron al mozuelo ,
Allí se mete con vigor ardiente , De lágrimas los ojos empapados.
Porque demás de sello de cosecha Añasco, despedido de consuelo,
Necesidad lo hace mas valiente ; Los suyos á los cielos levantados ,
Pero para vivir ; qué le aprovecha , Dijo : «Yo te doy gracias, Rey del cielo,
Teniendo lo contrario ya presente ? Que mas merezco yo por mis pecados;
Yfué tal , que mejor hubiera sido Y pues por ellos viene tal castigo,
Quedar con los demas allí tendido. Otro millon de veces te bendigo.
Habiendo pues llegado la mañana , »De tu fe santa nada me desvío :
No con plácido rostro ni sereno , Protesto de morir en su creencia ,
Hizo terribilísima macana Fuera del alocado desvario
En dientes del caballo golpe lleno : De desesperacion é impenitencia ;
Demás de no quedar la boca sana Pues aunque de mi vida desconfio ,
Los tiros quebrantó del duro freno ; Muy confiado voy de tu clemencia;
Corre por donde ve vez oportuna Tu santa voluntad sea mi guia
A su albedrío y sin orden alguna. Para corroborar aquesta mia.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , ELEGIA A BENALCAZAR, CANTO VI . 471
D En esta confesion firme y entero, Llegaron los mozuelos en un salto
Aprieten los carnifices las llaves, Para cumplir aquellos mandamientos ,
Porque si tú por mi, manso Cordero , Y luego dieron grita desde el alto
Padeciste tormentos muy mas graves, Que estaba cerca de los aposentos :
Con la recordacion dellos espero Causáronles terrible sobresalto
Que todos estos me serán suaves.> Después de declarados los acentos
Quisiera decir mas, y no lo dejan Por lengua que tenian que declara
Las burlas y ludibrios que lo aquejan. Lo que decian en el algazara.
Llamó pues Pigoanza la Gaitana Parecióles la grita gran soltura
Para le dar al misero paciente , Y no buena señal hacelles cocos,
La cual contra la gente castellana Y ansi tuvieron todos por cordura
En el recuentro se halló presente : No reposar allí siendo tan pocos ,
Ella lo recibió de buena gana , Y en aquella sazon y coyuntura
Y no menos crüel que diligente Su consideracion no fué de locos :
Descubrió luego con acerbo hecho Vuelta de Timaná se fueron luego
La rabia y el coraje de su pecho. Con harta mas congoja que sosiego.
Pues como de mujer son sus antojos , Desta manera fueron caminando
Si tiene mano contra quien la injuria, Hasta verse metidos en el ala
Que da satisfaccion á sus enojos Y amparo cierto del señor Inando ,
Dejándolos correr á toda furia ; Que como buen amigo los regala ;
Y ansí primero le saca los ojos , Del cual indio tuvieron en llegando
Segun à Mario la romana curia , Mas certidumbre desta nueva mala :
Porque lo que durase desta suerte Era cacique noble, de buen pecho,
Viviese con deseo dela muerte. Y que mostró gran pena por lo becho.
Después desto la desapïadada , Tuvieron algun tanto de reposo
Crüel de suyo con la pena loca , Por llevar los caballos fatigados ,
La barba por debajo horadada , Mas luego con el paso presuroso
Grueso cordel en cantidad no poca Por el Inando fueron aviados :
Le metió por aquella cuchillada , A Timaná hallaron sospechoso ,
Cuyo cabo sacaron por la boca, Y fuélo mas después de ser llegados,
Y allí le dieron á la soga ñudo , Mas su declaracion no tan patente
Con gran aplauso deste vulgo rudo. Que la supiesen dar precisamente.
Desta manera fué dél trïunfando, Y es porque de las cosas que dudamos,
Aquel cordel sirviendo de trailla , Cuyas noticias no llegan enteras,
La victoria y trofeo publicando Aquellas que tememos y odiamos
Por los mercados de ciudad ó villa ; Siempre se hacen menos creederas :
Y de los estirones que va dando Razones aparentes les buscamos,
Desencasada cada cual mejilla, Y ansi las daban muchos tan de veras
Con tal alteracion el bello rostro , Que parecia concluyente prueba,
Que ya no parecia sino mostro. Mas yo reniego de la mala nueva .
Reconociendo que de ser humano Juan del Rio tenia las opuestas
Huian los espíritus vitales , Opiniones, y por no ser tardio
El pié le cortan , otra vez la mano , Al cargo que tomó sobre sus cuestas
Otra vez pudibundos genitales , Y en ir á ver á Baltasar del Rio,
Hasta que con paciencia de cristiano Su hermano, bizo luego gentes prestas ;
Salió de las angustias de mortales , Pero hasta salir con mas avio
Para volar, segun pios motivos , Fueron delante cinco buenos hombres
A la quïeta tierra de los vivos . De caballo , de quien diré sus nombres.
Los atroces tormentos acabados Y son , si la memoria me socorre ,
Segun feroz bestialidad ordena , Los que llevaron esta delantera
Los caballos y dueños desollados Juan Vazquez y Francisco de la Torre ,
Y de ceniza la pelleja llena , Y Pedro de Guzmán, que no debiera ;
Unos y otros fueron cuarteados Un Juan de Cespedes con ellos corre,
Para guisarse la nefanda cena , Y juntamente Diego de Mosquera :
Y de los cascos ya limpios y rasos Destos , dejándolos ir su camino ,
Para beber en ellos hacen vasos. Después diremos lo que les avino.
Cuando la borrachera se hacia Juan del Rio salió con veinte y siet
Que con cantos y bailes celebraban , Otro dia después de su partida ;
El primo del Añasco todavía Cada cual dellos era buen jinete
Se estaba quedo donde lo dejaron , Y en este menester gente rompida ,
Con dos hidalgos en su compañía La cual por otra via se entremete
Que para lo curar con él quedaron, Que parecia menos impedida ,
Y para dar en ellos apareja Y fue por Aniabongo, cuya tierra
Sus valedores la proterva vieja. Metió manos y codos en la guerra.
El hijo de Pigoanza que recela Llegaron cuando ya se les estrecha
Destos tres españoles la caida, El resplandor clarifico de Apolo :
Determinó librallos con cautela Vieron insignias de la maldad hecha,
Que de nadie pudiese ser sentida : Y de los indios presumieron dolos,
La cual fué despachar quien los compela Porque para tener esta sospecha
A poner en efecto la hüida, El pueblo principal hallaron solo ;
Dándoles mucha grita desde fuera Demás desto tomaron una vieja
Y alborotándolos desta manera : Que dijo todos ser en la conseja.
«Esperad, esperad , gente cristiana, Viendo de guerra toda la frontera
Vereis nuestra macana cuánto pesa , Y teniendo del caso certidumbre ,
Pues antes que se llegue la mañana Sin dilacion quisieran salir fuera
Habeis de ser manjar de nuestra mesa ; Si les diera lugar febea lumbre ;
Aquí llegará presto la Gaitana Mas con obscuridad no se pudiera
Que en vuestro capitán ha hecho presa ; Caminar sin notoria pesadumbre,
Los buesos podeis ver de los vencidos , Pero con todo esto los mas votos
No solo descarnados, mas roidos .>> Eran de verse diez leguas remotos.
472 JUAN DE CASTELLANOS.
Hablóles desta suerte Juan del Rio : Mas si su dueño con auxilio santo
« Señores, esperemos la mañana, Traspasa pechos y ensangrienta frentes ,
Quel deseo de todos es el mio ; El buen rocin Ocon con otro tanto
Mas dejar esta poca tierra llana Baña las herraduras y los dientes ,
Téngolo por notorio desvario, No sin admiracion ni sin espanto
Y muy mayor salir con obscurana , Del español y bárbaros presentes ,
Donde por ser tan áspera la sierra Pues sin espolear ni meter hierro
Podeis morir sin ver quién os da guerra. Los va remordiscando como perro.
»Conviénenos velar y estar á pique A los mas señalados arremete ;
Y que tomemos por alojamiento Con bocados y coces los lastima ;
La casa y el cercado del cacique , Admira la ventura del jinete ,
Porque mejor lugar yo no lo siento , Andar sin cinchas y durar encima;
Pues si de los contrarios hay quien pique, Vuelve y revuelve, gira y acomete ,
Es uno mas allí que dellos ciento : Y con sus voces los demás anima,
Rondarán á caballo por de fuera Porque ya todos van por sus pisadas
Desde el llano compás á la ladera. Y andaban bien espesas las lanzadas.
»Si pasase la noche sin estruendo La parte de los nuestros se mejora ,
Y sin acometer bando contrario, Cosa que pareció ser imposible :
Salirnos hemos en amaneciendo Victoriosos van, y en esta hora ,
Con orden y recato necesario . » Para ser la victoria mas visible,
Entraron pues adonde voy diciendo ; Asomó por sus puertas el aurora
Mas tres tuvieron pensamiento vario, Con rostro rubicundo y apacible ;
Alejándose fuera del cercado E ya del todo las tinieblas sueltas ,
Con sus caballos y el demás recado. Vieron los indios las espaldas vueltas.
Dos para cada cuarto son las velas, Prosiguen el sangriento desafio ,
Ellos y los caballos bien armados , Que la vertida sangre no les basta ;
Con otras prevenciones y cautelas Antes cobrando todos nuevo brio
Que tienen en la guerra los cursados : Mucha mas vierten desta dura casta ,
Duermen todos calzadas las espuelas , Adonde la pasion del Juan del Rio
Las sillas y los frenos alistados , La hizo bien crecida con el asta ,
Para cualquier rumor hallallo junto Dejando por allí la tierra roja
Y ensillar y salir en ese punto. A causa de la fraternal congoja.
El cuarto de la prima fué rendido Con estos gloriosos vencimientos ,
De la modorra semejantemente , Dignos ansi de ser intitulados,
Sin sentirse bullicio ni rüido Pues eran indios mas de diez quinientos,
De viva criatura ni aparente, Hombres furiosos y desesperados ,
Aunque cuasi pegado con el nido Volvieron á los dichos aposentos
Crecidísimo número de gente ; A curar los caballos fatigados ,
Y era cuando velaban la mañana Para luego volver á su reposo
Diego Quintero y Luis de Lizana. Por estar el terreno peligroso.
Y al tiempo quel lucero matutino Cada cual su caballo regalaba
Su resplandor venia descubriendo , Con grano que hallaron en la villa ,
Salió la tempestad y torbellino Y cuando Juan del Rio se apeaba 1
Con estampida de clamor horrendo : En el suelo cayó con él la silla ;
Los tres hombres mataron de camino , La cincha vieron , y segun estaba ,
Estando sus caballos componiendo ; Túvose por divina maravilla ,
Mas no les dió lugar el avenida E yo que tracto con quien pudo vella
En multitud y en ímpetu crecida. En esta posesion quiero tenella.
Los indios procuraron el entrada , Y no son estas de las vanidades
Mas con sumo valor fué defendida , Que en los poemas van entrejeridas,
Y de la gente bárbara granada Porque demás de ser mis propriedades
No poca cuantidad quedó tendida , Hüir admiraciones fementidas ,
Unos caidos en el albarrada Hay tanto que decir en las verdades
Y otros dispuestos á perder la vida ; Que no hallan lugar cosas fingidas ;
Y como viesen el sangriento juego Y ansí , nunca jamás fatigué pluma
Determinaron de ponelles fuego. En cosa que ser cierta no presuma.
Venian ciertos indios con candela, Voy al nivel de la verdad atado ,
Por ser aquellos los ardides ciertos V della discrepar punto no oso ,
Y aun el riesgo mayor que se recela Por parecerme tiempo mal gastado
Por los que peleaban encubiertos : Mezclar lo cierto con lo fabuloso ,
Mas con su sangre por los dos de vela Pues à causa de ir entreverado,
Ellos y los tizones fueron muertos , Lo verdadero queda sospechoso :
Ya no salir tan bien lo que se hizo , Muchos lo hacen , pero tal idea
Perecieran por ser todo pajizo. Menos tiene de bella que de fea.
Ocupó Juan del Rio los arzones Conozco que soy torpe coronista ,
De un salto por salir à la rencilla , Pero de tantas cosas peregrinas
Y un negro suyo con las turbaciones De muchas soy testigo yo de vista ,
(¡Oh caso singular y maravilla!) En guerras estranjeras é intestinas ;
El caballo cinchó por los riñones , Y las que pongo por ajena lista ,
La cincha por debajo de la silla ; Yo sé que son personas fidedinas
Ansi que para la batalla dura Aquellas que me dictan lo que escribo ,
Las piernas solas eran ligadura. Y algunas dellas viven donde vivo.
Ocon tiene por nombre su caballo , Para que vean lo que vo escribiendo
Del cual dicen algunos tantos bienes Les damos el cuaderno descubierto ,
Que con razon podremos igualallo Y lo primero que les encomiendo
Al de Adriano dicho Boristenes : Es advertirme siempre de lo cierto,
Agora no podia sosegallo Porque pongamos antes el remiendo
Oyendo los carcajes y almacenes : Quel ocular testigo caiga muerto ;
Rompió con él por la mayor pujanza, Y acontece sobre un mismo subyecto
Haciendo maravillas con la lauza. Tener diez relaciones de respecto.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE III , ELEGIA A BENALCAZAR , CANTO VI.
473
Ansi quel curioso que procura A velar el del alba fué llamado
Historias verdaderas , esta lea ,
Juan Vazquez , que es el cuarto que les resta :
Porque le sé decir que mi lectura Apeóse Guzmán , porque su hado
No dirá cosa que verdad no sea : Tenia ya sobrél la mano presta ;
Matices faltaràn en la pintura Junto de su caballo maneado
Y los colores de la docta dea ; Sobre los cuerpos de armas se recuesta ,
Mas la sinceridad que represento No por gozar del ocio soñoliento ,
Le servirá de lustre y ornamento . Sino por descargar á su jumento .
Volvamos á los válidos guerreros
Pues aunque fuera ronda centinela
Por quien con gran recato se camina Que vueltas da por los cercanos senos,
A Timaná , donde con piés lijeros A todos ellos fué comun la vela ,
Llegaron á la hora vespertina : De gustos soporiferos ajenos ,
Alli hallaron al Lüis Mideros , Fijada la hebilla del espuela ,
Al Francisco Cornejo y al Medina , Los caballos con sillas y con frenos ,
Que son los tres que del recuentro agro Porque sintiendo mano que lastima
Del Añasco salieron por milagro. Puedan con brevedad subir encima.
Y en el aspecto dellos bien se via La roja aurora sus purpúreas puertas
El continuo trabajo y el tormento , Abria ya sobre dorado quicio ,
Pues habia pasado quinto dia A los mortales dando nuevas ciertas
Sin dar á los estómagos sustento , De la venida del ardor propicio ,
Caminando de noche , porque el dia Cuando de las escuadras encubiertas
En el monte cumplió hacer asiento , Oyó Juan Vazquez tácito bullicio :
Los piés descalzos , desnudos los brazos , Batió las piernas á manifestallo,
Y los vestidos hechos mil pedazos. Y al punto suben todos á caballo.
También llegaron en aquel instante , El Pedro de Guzmán subió de un salto ,
O poco antes del Luis Mideros , Como quien con soltura se menea,
De los cinco que fueron adelante No se acordando con el sobresalto
Del Juan del Rio , cuatro caballeros , De quitar al caballo la manea ;
Con paso presuroso de portante , Metiole hierro , mas hallólo falto
Desnudos , en la mano los aceros , De aquella lijereza que desea;
Porque al uno mató la gente fiera , Quiso bajar, y vióse rodeado
Y el caso medió desta manera : De barbaros por uno y otro lado.
Con priesa que se dieron aquel dia Porque reconociendo ser sentida
Llegaron a las casas del Inando , Aquella turbamulta de bestiales ,
El cual los recibió como solia , No llama de los vientos impelida
Personas y caballos regalando ; Vuela tanto por secos pajonales,
También les dijo cómo convenia Cuanto fué la feroz arremetida.
No proceder en lo que van buscando , De mas de cuatro mil lobos cervales ,
Porque tenia por avisos ciertos Cuyas bocinas y alaridos crecen ,
El Añasco y los suyos estar muertos. De suerte que los campos ensordecen.
No dejó de temer el mas robusto .. • Como no pudo con los embarazos
Y sobre dar la vuelta se porfía ; Seguir Guzmán sus cuatro compañeros ,
Al Pedro de Guzmán no le dió gusto Descargó la violencia de los brazos
Usar de semejante cobardía , Con golpes tan pesados y tan fieros ,
Demás desto decia no ser justo Que al caballo y a él bacen pedazos
Volverse por lo que un indio decia : Aquellos infernales carniceros ,
Los otros , de no menos presunciones , Mas hambrientos , voraces y protervos ,
Condescendieron con sus opiniones.
Que sobre muertos multitud de cuervos,
Pero no me parece de prudentes , Mirad la presuncion del ser humano
Cuando necesidad no los convida ,
Con fanfarronerías de valientes En qué viene a parar cuando mas osa ,
Y cómo muchas veces de su mano
Ir á notorios riesgos de la vida : Se buscan hombres muerte trabajosa ,
Eran las tristes nuevas evidentes , Cómo también Juan de Guzmán , su hermano ,
Y el indio no habló cosa fingida , Aquel que combatió con Espinosa ,
Antes pura verdad , y no embargante Fuertes , honrados , nobles caballeros,
Su buen consejo , fueron adelante . Y ambos tuvieron malos paraderos .
No fué su caminar á pasos lentos , Los cuatro que salieron adelante ,
Antes apresurando la corrida No viéndolo , pararon breves puntos ,
Llegaron a los mismos aposentos • Por la desgracia ser en un instante
De do los tres hicieron su hüida ; Y el trueno con el rayo llegar juntos ;
Mas con especular y estar atentos , Mas en oyendo la tumultüante
No descubrieron ánima nacida Turba , contáronlo con los difuntos ,
De quien pudiesen colegir respuesta Reconociendo que tenian caza ,
0 de paz óό de guerra manifiesta. Pues tantos reparaban en la plaza .
Perplejo cada cual porque no via Allí se señalaba la Gaitana ,
Salilles à hablar mozo ni cano 9
Que va tras ellos ya con gran bullicio ;
Bien quisieran (á dar lugar el dia) Pero como tenian tierra llana
No tener el azar tan á la mano ;
Cumplian con el militar oficio ,
Mas ya la luz de Febo se metia Y por usar de condicion humana
En las profundas ondas de Oceano ; Llevaban por delante su servicio ,
Venian fatigados demás desto , Porqu e todos corrian detrimento
Y ansi fué de velar el presupuesto . Y fueran de los indios alimento.
Por cuartos fué la noche repartid a, Acometiendo pues y alanceando
Y siempre los caballos ensillados , A los que se mostraban con esceso ,
Sin tener cosa mal apercebida Se fueron retrayendo y alejando
De las que suelen providos soldados , Deste bestial y duro sobrehueso :
Y mas en ocasion tan conocida Llegaron al cercado del Inando ,
De tantos enemigos rodeados : Quel pésame les dió del mal suceso ,
Veló la prima Diego de Mosquera , Manifestándoles estar corrido
Guzmán a la modorra salió fuera.
Por avisallos y no ser creido.
474 JUAN DE CASTELLANOS.
Ellos le dieron su descargo cierto , Y ansí los indios del compás froutero
Y bien pudieran dallo sin malicia , Les salieron de paz , aunque fingida ,
Porque se descargaron con el muerto El uno ( cosa nueva ) con sombrero ,
Que de llegar allí tuvo cudicia ; Presea del Añasco conocida.
El buen indio no con intento tuerto El capitán Serrano, que primero
Los sirve , los regala y acaricia , Tuvo la vista mas apercebida ,
Y dellos cada cual alli mitiga Dijo : No tengo yo por señal buena
El cansancio , la hambre y la fatiga. Cubriros con sombrero la melens.>
Y fuera cierto general rüina , Por el mismo Serrano preguntado
Si en este tiempo de furor insano Quién le hizo merced de la montera,
No proveyera la bondad divina El indio respondió disimulado
De la fidelidad deste pagano , Quel capitán Añasco se la diera.
Sin dar vaivén su condicion benina , Antes te diera su rucio rodado,
Ni contraer jamás la pia mano , Replica , y esto yo te lo creyera ,
Aunque pudo tener vez oportuna Porque su vista , de salud ajena ,
Para seguir mudanzas de fortuna . Con este recibia menos pena.»
Después que con las obras los consuela Los indios se partieron en efeto ;
Y palabras de vivo cumplimiento , Mas el Serrano, como bien curtido,
Fueron a Timaná , que se recela Dijo : «Señores mios , el discreto
De mas encancerado rompimiento ; Procure de velar apercebido ,
Y ansi tenian vigilante vela Porque segun lo visto yo os prometo
Noches y dias sin faltar momento , Que se nos apareja mal ruido ,
Por ser notoria ya la desvergüenza Y si ya por ventura no me engaño ,
Y el daño mucho con que se comienza. En la tierra tenemos mucho daño.»
Habia ido Florencio Serrano , Respondió Pedro Lopez del Infierno
Primero quel Añasco pereciese, (Que tal nombre le dan por apellido,
Con dineros al pueblo Popayano Porque traspuesto por su mal gobierno
Para que de gañados proveyese Allá dijo que habia descendido ) :
Este terreno que teniau llano , «Un paco de los mios , el mas tierno,
Sin que contrariedad se presumiese : Asegurar podrá nuestro partido :
Seis mil pesos llevó para gastallos Velen esas ovejas por su dueño,
En puercos , pacos , yeguas y caballos. Que no me quitará temor el sueño.
Que va por ser ganancias importantes , ElFlorencio Serrano le responde :
En pueblos ricos y recién fundados «Andaos á decir gracias de contino ,
Desde Pirú bajaban contractantes Que si la luz del sol se nos absconde ,
Con estas diferencias de ganados , Podria ser con vuestro desatino
Y de negociaciones semejantes Que muy presto bajásedes adonde
Todos volvian bien aprovechados ; Sabeis , pues anduvistes el camino ,
Hizo pues el Florencio buen empleo Y quel burlar en vida desa suerte
De las cosas que tienen en deseo . Os saliese de veras en la muerte.»
El cual , desque compró lo que queria El dicho Pedro Lopez todavia
Para los militares menesteres , Su caballo mandó poner á gesto,
Volver á Timaná (por otra via Y un sobrino de Ampudia , que regia ,
De la que trajo) son sus pareceres , A los demás mandó que hagan esto ;
Por ser mas llana ; y en su compañía Mas no tan juntos como convenia ,
También venian ciertos mercaderes , Pues se acomodan en diverso puesto,
Con intencion de dar con su manada Y no porque el lugar era muy ancho ,
En este nuevo reino de Granada. Mas cada cual miraba por su rancho.
Porque como supiesen haber puerta, Porque quien menos tiene pone tienda
Aunque con muchas leguas de distancia De varia mercancia proveida ,
En tierra nuevamente descubierta Que se llevaba para su vivienda ,
Necesitada de la tal substancia , Y no querian vella divertida ;
Siendo primeros , era cosa cierta Pero & de qué me sirve la bacienda
Sacar del reino próspera ganancia , Si por la réguardar pierdo la vida ?
Y ciertamente caudalosa fuera Por cuerdo tengo quien largó la capa,
Si como se pensó les sucediera. Si con dejalla de la muerte escapa.
Mas entonces no fueron opiniones En este tiempo ya se recogia
Ciertas al armentario contractante , A los antipodas febea lumbre ,
Porque tenia varios trompezones Llevándose tras si la luz del dia
Peligrosos opuestos por delante ;- Segun y como tiene de costumbre ,
Pero los cudiciosos corazones Dejándonos aca la noche fria ,
Cosa no tienen por exorbitante , Sombra de la terrestre pesadumbre ,
Y las dificultades mas insanas Terrible , pero no de tal manera
Se les antojan fáciles y llanas. Que no sea peor lo que se espera.
Van pues á Timaná veinte personas El Florencio Serrano, que no duda
Guiadas todas por adverso hado , Habérseles de dar el alborada ,
Unas para quedar, las otras pronas Estuvo con el espada desnuda
Al viaje que tengo recitado : Y la rodela presta y embrazada :
Llevaban muchos indios yanaconas Unas veces se sienta , otras se muda ,
Por guardas y pastores del ganado ; En la cabeza siempre la celada ,
Al fin hicieron una noche cama Teniendo la quietud por enemiga ,
En la quebrada que llaman Pirama. Y el miedo tolerando la fatiga.
Los caballos descargan y las yeguas El violento curso presuroso
Para dormir al pié de aquel recuesto , Causado por el móvile primero,
Seria la distancia de dos leguas Habia vuelto ya del mar undoso
De donde fué el Añasco descompuesto ; La luz resplandeciente del lucero ;
Mas el quebrantamiento de las treguas El tiempo se llegaba fortunoso ,
A ellos no les era manifiesto , Y los rigores del asalto fiero,
Porque pensaban estos caminantes Hora que toman bárbaras espías
Estar de paz la tierra como antes. Para venir á dar los malos dias.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, ELEGIA A BENALCAZAR, CANTO VI.
Habló Serrano con los compañeros 475
Estando desta suerte combatiendo,
Que por allí dormian mas cercanos " Demandando favor al alto cielo ,
¡ Alerta , alerta ! buenos caballeros , Un caballo llegó con gran estruendo ,
Que la hora tenemos entre manos :
Apretemos en ella los aceros , Cuyo señor quedaba por el suelo :
Asióle de las riendas , y subiendo
Prestos los golpes y los piés livianos. » Con tan buen salto que pareció vuelo ,
Y aun no bien concluyó con sus razones , Batió las piernas para la hüida ,
Cuando salen bramando los yalcones.
Y a poco trecho le faltó la vida.
Por todas partes son acometidos : Salió de encima luego, visto esto,
Rodéandolos va red barrendera ;
Las voces atormentan los oidos Antes que llegue la caribe saña ,
A fin de se subir por el recuesto
Y grita de la gente carnicera ; Que muy espesa tiene la montaña ;
Los pocos peleaban divididos , Siguen los indios el alcance presto,
Y no tienen recurso de bandera ;
Fáltales orden y el valor les sobra , Tanto que no le vale buena maña ;
Con el cual entran en la mortal obra. El lamentaba ya su fin amargo ,
Y ellos riendo pásanse de largo.
El compás de la tierra mas cercana Viendo buena sazon y coyuntura
Con sangre de los bárbaros se riega ,
Y allí llegó la mano castella na Y que el bravo furor le daba lado ,
A lo que natural fuerza no llega , La gran fragosidad y la espesura
Sustentándose basta la mañana , Del mon te tuvo por lugar sagrado :
Entró por ella como lo procura
Con ser sobre tres mil en la refriega , El ciervo de los perros acosado,
Todos determinados y valientes
Y con tantas victorias insolentes. Do le pasaron otras muchas cosas
Que ciertamente fueron milagrosas.
Hierve la confusion , y en ella caen
Bárbaros , destroncadas las cervices , ¡ Oh ! cuántas veces rodeó la frente
Con antojos confusos y perplejos ,
Y no pocos heridos se retraen, Y pudo mitigar la sed ardiente
Unos sin dientes , otros sin narices ;
Prevalecen al fin esos que traen Con los licores que le son anejos !
Fundamento crecido de raices , Mas pasa por la frigida corriente
Con el deseo de se ver mas lejos ,
Y ansi con cargas de furor horrendo Hasta que la tiniebla sobrevino,
Se van los españoles consumiendo.
Y aun procuró de caminar á tino.
El de mayor vigor se siente laso , Yendo por los parajes que sabia
Y fuéranlo también los doce Pares ;
El número de vivos es escaso , Ser para su derrota bien guïados ,
Inmensas las angustias y pesares ; Despu és que ya llegó la luz del día ,
Los caballos no pueden ya dar paso , Dejando los caminos desusados ,
Rotos y traspasados sus ijares , Topó con española compañía
Caen rendidos á la fatal suerte , Que traian ansimismo ganados ,
Y con ellos los amos a la muerte . Y dandoles razon de la revuelta ,
Con él á Popayán dieron la vuelta.
Porque las mazas de mortales pesos ,
O las macanas con que los herian , Por el semblante pálido que lleva
Rocïaban la tierra con los sesos Se pudo conocer el detrimento :
De los desventurados que caian ; Ningun vecino hay que no se mueva
Mas á vida ningunos fueron presos , A compasion , dolor y descontento ;
Antes de tal manera combatian , Pero sabida dél la mala nueva
Se hizo mas acerbo sentimiento,
Que ninguno cesaba del combate
Hasta llegar al último remate. Por ser los muertos hombres principales ,
Y lo que se perdió gruesos caudales.
Y ansi las resistencias y porfia Unos lloran la muerte del pariente ,
Duraron con aquel valor esquivo Otros la del amigo y del vecino,
Hasta que fueron ya las diez del día : Y el Juan de Ampudia, que es allí teniente
De todos ellos uno solo vivo , También lamenta la de su sobrino ;
Que milagrosamente se valia , El cual en breve tiempo llegó gente
Y aun hoy me da razon de lo que escribo, Y á la provincia de Pirama vino
Y es Florencio Serrano , de quien siento
Que cuenta la verdad en lo que cuento. Con cincuenta peones afamados
Y veinte de caballo bien armados.
A todos consta bien ser su costumbre Cuando Febo por natural carrera
Sin interposicion de vil artista , Tenia de los sinos el primero,
Y él y Orozco , que me dan la lumbre , Y con la propria vuelta de su esfera
De la dificultad desta conquista Visitaba los cuernos del carnero ,
No hablan cosa con incertidumbre , Año de treinta y nueve de la era
Antes lo que deponen es de vista , Con mas los quince cientos que refiero,
Y un Arias Maldonado, cuya fama El Ampudia llegó con los que cuento
Otra mas diligente pluma Ïlama. Al impio lugar del rompimiento.
Con los tres tracto, hablo, comunico , El bárbaro que, pronto y avisado ,
Y con su relacion me favorecen , Vivia , por estar mas à provecho,
Aunque de lo que dicen y publico En las laderas de un cerro pelado,
Con humildad sus hechos obscurecen : Por donde su camino va derecho
Quisiera yo tener talento rico En angosto lugar y acomodado,
Para les dar aquello que merecen , A mano tienen un gran bosque hecho ,
Pero como la parca se detenga Dentro del cual oculta y emboscada
Atiempo lo diremos que convenga. Copia de gente bien aderezada.
Volvámonos al Florencio Serrano, Allí Serrano va , pero repara ,
Que solo, como válido y esperto , Considerando ser nueva cultura :
Alli pelea con sangrienta mano, Algunos indios fuera hacen cara,
En el cansancio de sudor cubierto ; Amenazando con desenvoltura ;
Pero su buen caballo rabicano Tras ellos van , y buyen como jara
Ya desangrado se le cayó muerto ; Para metellos en el angostura ;
La lanza deja, bien ensangrentada , Mas antes de llegar al arboleda,
Y aprovechose luego del espada. El que mas cuerdo es atrás se queda.
476 JUAN DE CASTELLANOS .
Uno que procedió menos cobarde , Bien esplorados del cercano viso,
Sin tener atencion á lo que empieza , Bajos los cuerpos como convenia ,
Esperimenta del oculto alarde Atrás volvieron para dar aviso
Lo que suele hacer la dura pieza ; Al Tovar y á la gente que venia ;
Revuelve luego sin que mas aguarde , Mas en aquel instante dar no quiso
Manando roja sangre la cabeza , En ellos , antes algo se desvia ,
El cual fué tan veloz en la hüida Hasta que el soporifero beleño
Que la velocidad le dió la vida. Del vino les agrave mas el sueño.
Viéndole revolver de malos modos Jinetes y peones fueron velas ,
Aquellos que quedaban detenidos , Lanzas prestas , desnudas las espadas ,
Desordenados revolvieron todos Vestidos escolpíes, las rodelas
Los unos de los otros impelidos , Embrazadas y puestas las celadas ,
Dándose con las manos y los codos ; Hasta tanto que vieron las candelas
Unos trompiezan y otros hay caidos , Faltas de resplandor y amortiguadas :
Y ansi los indios de los mas cercanos Indicios manifiestos que señalan
Un español ovieron á las manos. Cómo profundos sueños los regalan.
Acude Juan de Ampudia por librallos Luego para llegar los espolea
Con toda la posible lijereza , Acomodado tiempo y oportuno ,
Aunque para correr con los caballos No con tal movimiento que se crea
Les da poco lugar el aspereza ;¸ Hollar aquel lugar varon alguno ,
Los bárbaros por bien han de dejallos Pero tan sin rumor cual se menea
Por ir á mas segura fortaleza , Con calma muerta golfo de Neptuno ,
Opor se contentar con aquel muerto Hasta que vieron bultos de fieles
Que les tomaron en el desconcierto. Bárbaros que velaban por cuarteles.
Y con ser brevecilla la tardanza Tocan al arma para lo que resta ,
En aqueste latíbulo primero, Que es venir á las manos sin tardanza ;
A uno de caballo se abalauza Mas su preparacion no fué tan presta
Un esforzado bárbaro lijero , Cuanto la punta de cristiana lanza ,
Y de las manos le quitó la lanza , Que con sangrientas obras manifiesta
No sin gran confusion del caballero, El deseo que trae de venganza ,
Por ser aquellos pasos de tal arte Diciendo Santiago ! Santiago !
Que para la cobrar nunca fué parte. Dando principios al crüel estrago.
Ellos al fin pasaron la quebrada Los bárbaros del sueño se enajenan,
Y asentaron real en tierra llana Y a los que quieren impedir el daño
Con buenas velas , y à la madrugada Los que huyendo van los desordenan
Los veinte de la gente mas lozaua Y caen en las redes del engaño :
Se fueron á poner en emboscada , Crece la confusion , los gritos suenau •
Donde tomaron, clara la mañana , Revueltos como suelen en rebaño
Seis gandules que van por el sendero Las ovejas de lobos salteadas ,
Y entrellos aquel indio del sombrero. Que ya van juntas , ya descarriadas.
Al campo los llevaron maniatados , ¿Quién os podrá decir lo que hacia
Adonde procedieron por justicia , Cuando con dura lanza los aqueja
Y fueron en efecto castigados El valeroso Francisco Garcia
Por sus atrevimientos y malicia , De Tovar , que la tierra dura deja
Siendo de muchas cosas preguntados , Blanda , pues de la sangre que vertia
Entre las cuales les dieron noticia Corre la superficie conveja,
Estar muchos caciques en su junta Sin dar lugar a paez ni yalcones
Una legua de allí tras cierta punta. A que puedan formar sus escuadrones?
Hizoles el temor que se prevengan Y todos los demás andan gallardos
Para contravenir con antuviada , Ansi jinetes como los infantes ,
Y por no les cumplir que se detengan Con manos prestas y los piés no tardos
En dar la traza mas proporcionada , Al dar de las heridas penetrantes :
Determinaron ir antes que vengan Ya huellan por paveses y por dardos ,
A dar adonde estan el alborada , Por cabezas y miembros palpitantes ,
Pues tendría la bárbara pujanza Acudiendo con suma diligencia
Algun descuido por su confianza. Adonde ven alguna resistencia .
El campo se quedó do se tenia , Al encuentro con gente que acaudilla
Con Juan de Ampudia , principal regente ; Un cacique salió llamado Meco ,
Fué con cuarenta Francisco García Y el valiente Tovar en la rencilla
De Toyar , en las armas escelente , El hierro que metió no sacó seco ,
Y demás de su grande valentja Pues la lanza rompió por la tetilla ,
Circunspecto varon , sagaz , prudente ; Y de allí no paró hasta lo hueco :
Y el sol entrado ya por el ocaso Cayó con el dolor de la herida ,
Vieron los fuegos en un campo raso. Y en el profundo dió mayor caida.
Adonde concurrió la muchedumbre En otros muchos maculó la lanza ,
De aquelias serranías y fronteras , Por cuya causa los de aqueste bando ,
Usando como tienen de costumbre Pareciéndoles mal mucha tardanza ,
La destemplanza de sus borracheras , A gran priesa se fueron deslizando ;
Siempre que dan guerrera pesadumbre Aquesto mismo hizo Pigoanza
A gentes naturales ó estranjeras : Por inculto camino rodeando ,
Con la tiniebla pues a la malina Mas entonces la gente que lo pisa
La gente castellana se avecina. Fué tanta que á tres leguas se divisa.
Van algo separados de sus huellos Cuando de la region de los argivos
Delante dellos dos sueltos peones , El sol trajo su luz á nuestros puertos ,
Oidos prontos , tácitos resuellos , El campo quedó libre de los vivos
Con gran tiento mudando los talones , Y lleno y ocupado de los muertos :
Hasta poner la vista ya sobrellos , No siguen á los indios fugitivos
Tanto, que percibian sus canciones Mas de por los lugares descubiertos ,
Donde bebiendo cuentan sus proezas Donde muchos andaban embebidos
Y de los españoles las flaquezas. En despojar el oro de caidos.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , ELEGIA A BENALCAZAR , CANTO VII. 477
Como muchos huian con herida Desta bestialidad testigo sea
O ya por el ijar , ya por el pecho , Sin que de mas hagamos escrutinio ,
Y antes que diesen la mortal caida El torpísimo hecho de Medea ,
Podian caminar algun buen trecho , O de Tulia la hija de Tarquinio ,
Un español salió de la medida O Scila que por apetencia fea
Al lugar do pensó hallar provecho . Quiso quitar al padre su dominio ,
Y en vez de la ganancia que procura Con otras cuyo pecho furibundo
El misero halló la sepultura . Causó notables daños en el mundo.
Porque cuando las manos embaraza Y si por causa débil y liviana
En quitar á defunto cierta pieza , Aun suelen concebir odios mortales ,
Un abscondido vivo hizo chaza , ¿Qué podremos decir de la Gaitana
Pues los nervosos brazos endereza Revestida de furias infernales ?
Y descargando la terrible maza Contra la poca gente castellana
Le hizo dos pedazos la cabeza : Convoca multitud de naturales ,
Fué con aquel azar turbia y aguada Y para que mayor venganza vea
La victoria de todos estimada. A todos los aguija y espolea.
Avisaron al campo peregrino Nunca jamás siguieron al de Tracia
Del buen suceso , sin inconveniente Tantos absortos en sus dulces sones ,
Otro quel dicho, por el desatino Cuantos á ella , vista su desgracia ,
Y cudicia notable del paciente ; Querellas , lloros y lamentaciones :
El capitán Ampudia luego vino No faltaban razones y eficacia
Con mas caballos y la demas gente , Que mueven los humanos corazones ;
Que con las condiciones de la guerra Y ansi tanto valió con estas gentes
Corrieron por alli toda la tierra. Que de su voluntad están pendientes.
Entró hasta los paez la contienda , Teniendo pues la voluntad ganada
Nacion guerrera y en estremo brava , Hasta del más lejano señorío ,
Adonde no hicieron la hacienda Habló con Pigoanza la malvada
Tan á su gusto como se pensaba , Y en la resolucion lo halló frio ,
Por hallar quien la tierra les defienda , Poniendo por escusa la pasada
Proveida de tiros el aljaba , Donde Meco murió , que era su tio ;
Y tal bravosidad y pertinacia Pero la mala vieja macilenta
Que no fué de los nuestros sin desgracia. Con aquestas razones lo calienta :
Porque en batalla dura tan reñida « Caro señor , el amistad estrecha
Cuanto deseo de vencer ordena , Y nuestro parentesco me provoca
Al Juan de Ampudia dan una herida A decir lo que a todos aprovecha
Que del cuello rompió la blanda vena , Y para bien comun abrir la boca ;
Y á pocas horas exhaló la vida : Pues en particular yo satisfecha
De que se recibió crecida pena , Estoy de la venganza que me toca ,
Por ser un valeroso caballero Por tu bondad y por tus beneficios ,
Y en armas y consejo marte fiero. Sin que lo mereciesen mis servicios .
No sin recelo de mayor rüina , » Pero de aquellos polvos tales lodos
Como ya por momentos los asechen Han resultado de una y otra banda ,
Escuadrones de gente convecina Que ya no va por mi sino por todos
En pasos puestos que les aprovechen , El llevar adelante la demanda ;
Francisco de Tovar se determina A todos cumple menear los codos
Salir de Paez antes que los echen , Y á ninguno mostrar la mano blanda ,
Y ansi desampararon sus terrenos. Siendo de condicion el enemigo
Y á Popayán llegaron todos buenos. Que nunca se descuida del castigo .
Dejemos estas gentes descontentas >> Las afrentas y muertes de varones
Haciendo por Ampudia sentimiento , Como se vean con mayor pujanza ,
Y á guerras mas crüeles y sangrientas No las ban de dejar entre renglones
Vuelva mi peregrino pensamiento ; Asegurándose con la venganza ;
Pues los que en Timana tienen sus rentas Y consta que sus odios y pasiones
Piden la reflexion de mi talento , Tienen de descargar en Pigoanza ,
Para que con prolijo canto diga Por regirse por él toda la tierra
La gran prolijidad de su fatiga. Y ser el nervio duro de la guerra.
Y si por caso , lo que Dios no quiera ,
De paz o guerra caes en sus manos ,
CANTO SEPTIMO . Reconocida tienes la manera
Del castigo que dan estos tiranos :
Tonde se cuenta cómo Pigoanza, por importunidad de la Gaitana , con- Vivos en ardentísima hoguera
vocó otros muchos caciques , y vino sobre el pueblo de Timana con Los sepultan por casos muy livianos ;
mis de doce mil hombres de guerra, y las grandes cosas que en la de- Pues considera si serán mas justos
fensa de los españoles se hicieron.
Contigo que les das tantos desgustos.
Ningun animal hay de su cosecha » Estos son los regalos y mercedes
Tan cruel , tan protervo ni tan fiero , Que hacen á quien es mas obediente ;
Cuanto flaca mujer , si se pertrecha Y ansi circuncidar aquestas redes
(Para vengarse ) de furor severo ; Será de valeroso y de prudente :
Y aun con matar no queda satisfecha , Ninguno mas que tú pues solo puedes
Siendo de las venganzas lo postrero , Librarnos de tan mal inconveniente ;
Pues muchas dellas con los cuerpos muertos Tantea , mira , piensa bien los modos
Usaron detestables desconciertos. Porque tu voluntad es la de todos.
Estas costumbres son de largos años >>Cuantos quisieres entran en la liga ,
Entre mujeres varias insolentes , Y de su general tieues los votos :
No solamente para con estraños Ninguno dellos hay que no te siga
En nacion y linaje diferentes , De los cercanos y de los remotos ;
Pero también se estienden estos daños Tardanza solamente los fatiga
A los padres , hermanos y parientes , Y no desmayan los que fueron rotos,
Porque su crueldad y su demencia Por ser aquel un caso repentino ,
Caminan sin que hagan diferencia. Sepultades en sueño con el vino .
' 478 JUAN DE CASTELLANO .
S
» De cuyo mal sacamos advertencia »El mayor y menor dellos trabaja ,
Para siempre vivir apercebidos , Cansados andan , flacos y deshechos ;
Por ser cosa comun con esperiencia No se nos aventajan una paja
Hacerse descuidados advertidos. En fortaleza y animosos pechos ;
Hay demás desto grande diferencia Solamente nos tienen de ventaja
De acometer á ser acometidos ; Tajantes y acutisimos pertrechos ,
Pues para destruillos y vencellos De los cuales algunos ya son mios ,
Nosotros hemos de ir en busca dellos. Ganados en sangrientos desafíos .
Tú llevas gran pujanza y eminencia ; De los nuestros , aunque de peor traza,
Su gran flaqueza ya nos es notoria ; Infinidad verán á la redonda
Cosa principal es la diligencia Con dardo , flecha , pica , lanza , maza ,
Y no para tener por accesoria , Volante piedra de estallante bonda ,
Porque si destos crece la potencia , Que cuando fuerte brazo desembraza
Habra dificultad en la victoria ; Hasta las plantas de sus ramos monda ,
Mas si tu dilacion no les ayuda Y en las sensibles rompen sus escesos
De su destruicion no tengo duda. Dientes y muelas , y quebrantan huesos .
» Por tanto , mira bien lo que conviene ¡ Ea pues, valerosa compañía !
Con tiempo , pues lo tienes de presente : Poned los piés en orden y las manos ,
No se diga por ti , quien tiempo tiene Y caminemos por secreta via ,
Y otro mejor atiende se arrepiente ; No por campos abiertos ni por llanos ;
La perplejidad ciega se cercene , Saldreis mañana , porque esotro dia
Y no vivamos tan infamemente , Hemos de beber sangre de cristianos ,
Ni rebuses entrarles por su puerta , Y de la carne misera vencida
Pues te la da fortuna tan abierta. » Terneis à vuestro gusto la comida. >
Dijo , y el Pigoanza convenido Dijo su parecer el Pigoanza
De las persuasiones desta vieja , Y arrimáronse todos á su voto ,
A fin de se quitar de mal ruido Asegurados de la confianza
Determinó hacer lo que aconseja : Que tienen de tan provido piloto :
Convocó los que siguen su partido ; En el beber creció la destemplanza ,
Flechas , lanzas y dardos apareja ; El estruendo , murmurio y alboroto ,
Llegáronse de partes diferentes Segun que suelen en infame boda
Sobre doce mil bárbaros valientes. Después que ya la gente se embeoda .
No con ropas de grana ni de seda , Y cada cual de las parcialidades
Sino las que les dio naturaleza , Se jacta de sus fuerzas y su maña ,
Sobrellas oro y el betun de greda Con las inicuas monstruosidades
O bija por salud ó gentileza : De que tenia llena su cabaña ,
Faltanie copia con que decir pueda Diciendo que las mismas crüeldades
Su brio , su postura , su braveza , Esperimentarian los de España ;
Feroz y denodado continente , Las pellejas al fin de los mejores
Al de su corazón correspondiente. Habian de ser cueros de atambores.
Llegados todos al alojamiento Este concurso , como quier que fuese
Proveidos de jáculos mortales , A muchos sospechosos ocultado ,
El Pigoanza hizo llamamiento No lo fué tanto que no lo supiese
De todos los caciques principales : Inando , y aun acaso fué llamado ,
Hubo de capitanes nombramiento Y pudo ser que sus disculpas diese
Y de los necesarios oficiales , Y quedase con ellas escusado.
Y para dar sazon à lo que resta El , en efecto , como buen tercero,
Con tal exhortacion los amonesta : A los cristianos hizo mensajero ,
<< Bien sabeis , sin que yo lo represente, Diciéndoles que miren por sus cuellos
El fin para que somos congregados , Y estén alerta bien apercebidos ,
Que de las causas es la mas urgente Porque tal dia llegaran sobrellos
Y la que mas despierta descuidados , Sobre doce mil indios atrevidos ,
Pues que nos quiere peregrina gente Y que con lo que puede socorrellos
Quitar la libertad y los estados , Es avisar que vivan advertidos ,
Y consentirselo será de locos , Usando de las buenas prevenciones
Siendo nosotros muchos y ellos pocos. Que piden semejantes ocasiones.
» Y no mejores, si haceis examen Item , que por ser tantos en la masa,
De sus fuerzas , ardid y valentía , El no podia ir personalmente ,
Pues como se confundan y derramen , Porque también temor le pone tasa
Su mas alto valor es cobardía ; Para neutral mostrarse de presente ;
Y á parangon en singular certamen Mas á decilles todo lo que pasa
Ninguno dellos prevaleceria Invïaba persona suficiente ,
De los que veo con el menos hombre, Que le pregunten lo que conviniere
Si de menos pudiera tener nombre. Y no duden de cosa que dijere.
» Piés de caballos son en los que estriban El mensajero sigue su viaje ,
Para hüir en viéndose acosados ; Y como mozo suelto y advertido
Y sus encuentros , como se reciban Atravesó por montes y boscaje
Por hombres con aviso reportados , De ningunas espías impedido ;
. Con facilidad grande se derriban A Timaná llegó con su mensaje ,
Como si fuesen tímidos venados : Que fué por todos bien agradecido ,
Esperiencia tenemos con su daño No sin alteraciones de los pechos ,
Y a su costa patente desengaño . Dudosos en los fines destos hechos.
» Antes teníamos otros concetos , El bárbaro le hizo manifiesto
Juzgándolos por hombres inmortales , Al Juan del Rio cuanto le pregunta ,
Mas ya reconocemos ser subyetos Por ser el capitán , y demás desto
A bambre , sed y los comunes males , Aquellas circunstancias que barrunta ;
De suerte que los blancos y los prietos Y ansí , por les venir el golpe presto ,
Somos en el morir todos iguales , Luego de los vecinos hizo junta ,
Mas mucho mas cercanos a la pena Que no pasaban todos de noventa ,
Los que son pocos en region ajena. Serian de caballo los cincuenta.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , ELEGIA A BENALCAZAR, CANTO VII. 479
Cada cual dellos es hombre bastante El globo de la densa pesadumbre
En esfuerzo , valor y en esperiencia , Ya los dorados rayos encubria
Pero contra tumulto semejante De la preclara y rutilante lumbre
Dudosos por la falta de potencia ; Que lleva con la suya la del dia ,
Mas como fuese lo mas importante Cuando los nuestros con incertidumbre
Alli la brevedad y diligencia , De la turbada hora cuál seria ,
No pudiendo del mal bacer desvío , Se pusieron sus haces ordenadas
Habló desta manera Juan del Rio : En las partes que fueron señaladas.
« Señores , dentro estamos en la danza, Seis rondas de caballo por defuera
Y para la danzar buenos y sanos ; Del pueblo , repurgados los oidos ,
Refugio no lo hay ni confianza , Los ojos á la selva que frontera
Sino, después de Dios, de nuestras manos: Tienen , con atención van dirigidos ,
De prevalecer tiene nuestra lanza , Porque los indios cosa cierta era
Pues somos españoles y cristianos ; Venir por espesuras abscondidos ;
Al mal inevitable poner pecho , En lo cual y en lo mas que represento
Que donde hay fuerza pierdese derecho. Nunca se defraudó su pensamiento.
>Gracias al soberano paraiso , Porque con estos mismos pareceres
Eterna gloria de los celestiales , Tomaron las montañas por cubijas ,
Que por un infiel bárbaro quiso Con mas de diez ó doce mil mujeres ,
Mercedes nos hacer tan esenciales , Y con las madres las adultas hijas ,
Porque si nos tomaran sin aviso , Cargadas en aquestos menesteres
No se nos escusaban grandes males ; Unas con armas , otras con vasijas ,
Pero con él la cuantidad inmensa Para guisar la caza sin tomalla ,
Peor negociará de lo que piensa. Ni ver el cierto fin de la batalla.
»Manos á la labor , señores mios , Y con ser este número crecido ,
Y en ellas sin faltar las armas prestas , Que siempre caminaba por boscaje ,
En el orden y medios no tardios , Nunca jamás se percibió rüido
Porque las dilaciones son molestas , En toda la distancia del viaje ;
Y á quien espera tales desafíos Al fin , con paso lento y encogido,
No le conviene reposar las siestas : Todos llegaron juntos al paraje ,
Parecer pido para que se vea Cuando Titan entró por el ocaso ,
Qué modo se terná que mejor sea. » Y no por eso salen á lo raso.
El buen capitán Arias Maldonado, Antes en la montaña se sepultan
En ausonio pais soldado viejo , Esperando mas cómodas sazones ,
Dijo : Sea por fuerza que por grado Segun para hacer salto se ocultan
Todos han de seguir vuestro consejo , Los carniceros tigres y leones :
So pena que quien fuere descuidado Los caciques se juntan y consultan
Ha de dejar por prenda su pellejo : El orden que ternán los escuadrones ,
A vos , señor , mandarnos pertenece, Los cuales determinan y decretan
Y a mí que diga lo que me parece . Que por dos partes entren y acometan .
Los indios , como suelen , con obscuro Esta fué la razon , segun se piensa ,
Han de venir por partes asechadas : Que por ser pocos los acometidos ,
Adevinemos con juicio puro Y de su parte multitud inmensa ,
Cuales tienen de ser estas entradas ; Serian con facilidad vencidos ,
Ternemos , pues no hay cerca ni muro, Por haber de salir á su defensa
Las bocas de las calles ocupadas , Los nuestros en dos partes divididos ,
Formados nuestros breves escuadrones Y barrerian el impedimento ,
De buenos caballeros y peones. Segun á flaca paja recio viento.
»Pues eHos tienen de entablar sujuego Y en esto no hacian falsa cuenta
Por donde fuéremos acometidos , De no tener la gente peregrina
Poniéndoles a los bubíos fuego , Fuerza para salir desta tormenta
Y á podello hacer somos perdidos ; Si no les acudiera la divina ;
Mas puestos donde digo , pueden luego Mas todo cuanto multitud intenta ,
Ser de su mal intento rebatidos , Esta lo desbarata y arruina ,
Y á ballarnos afuera ó en el medio Sin fallecer en cosa que comience ,
Del pueblo , carecemos de remedio . Pues con su voluntad todo lo vence.
A caballo se ronde por defuera. Antes pues de salir á rasa plaza ,
Por hombres que se den tan buena maña En el monte metidos y reclusos ,
Que en el rondar lo hagan, de manera Para que los de honda , dardo , maza
Que den la vuelta hasta la montaña , No fuesen mal digestos ni confusos ,
Pues que pueden venir á la lijera Se dió tan buena y ordenada traza
En sintiendo llegar bárbara saña , Cuanto pudieran dar ítalos usos ,
Y el arma que se diere y el mensaje Repartidos los doce mil que pongo
Ha de ser por aquel mismo paraje. Entre dos , Pigoanza y Aniobongo.
Este cual ha de ser yo lo barrunto , Tan bien proporcionadas las bileras
Y aun por dos partes tentarán el nido : Como tudescos de los mas cursados ,
Allí estaremos , y en oyendo junto Picas ó lanzas son las delanteras ,
La voz despertadora del oido , Luego los macaneros esforzados ,
Acomodarnos hemos tan á punto Las crujidoras hondas y lijeras
Que defendamos bien nuestro partido : Con adaptadas piedras á los lados ,
Este es mi parecer , y al mas perfecto Cuyos tiros no salen menos ciertos
Que podrian dar otros me subyecto. » Que los de los flecheros mas espertos
Considerada pues esta sentencia Pareciéndoles pues ser oportuno
Segun urgente brevedad ordena , Tiempo para salir de la emboscada ,
De todos , sin ninguna diferencia , A su lugar acude cada uno
Fué dada y aprobada por muy buena ; Por tácita señal que les fué dada ,
Y ansi con la posible diligencia Tan sin rumor como si de ninguno
A los cuerpos se dió temprana cena , La tierra por allí fuera hollada ;
Debajo de tener ya por las cuestas Y en la reformacion al monte junto
Con gran aviso centinelas puestas. Las haces se pusieron en su punto.
480 JUAN DE CASTELLANOS.
Y ansí cuando queria ya la Aurora Ensangrentando pues duro cuchillo
Apartarse del frigio marido , Uno que bien sabia meneallo ,
Por se llegar la reiterada bora Encuentra con un bárbaro caudillo
En que suele dejar el dulce nido , Con tal punta que pudo derriballo ;
La gente que pensó ser vencedora Queriéndolo valer , abren portillo
Y no hallar al pueblo prevenido , Y entró luego por él con su caballo
Se fué llegando con los pasos lentos El Juan del Rio , que de tal ventura
A los apercebidos aposentos. Deseaba la vez ỳ coyuntura.
Mas el pronto mirar de los de España , Rompe por las hileras y atropella
Entonces mas despiertos y advertidos , El buen Ocon usando de sus mañas ;
Consideró que acia la montaña Van veinte de caballo por su huella
Inclinan los caballos sus oidos ; Alanceando bárbaras entrañas ;
Allá los ojos van , y en la campaña En los que mas se muestran hacen mella ,
Vieron los escuadrones estendidos ; Mella que no padecen sus bazañas ,
Vuelven las riendas todos de improviso , Aunque dellas no damos tal trasunto
Y¡ arma ! diciendo , ¡ arma ! dan aviso. Que las subamos al debido punto.
El católico bando reconoce Y ansi después que vido Pigoanza
Venir los indios ya por la debesa : Por su cuartel el escuadron rompido ,
Al bárbaro feroz , cruel , atroce , Y que hacia la cristiana lanza
De la señal que vió mucho le pesa; De sangre barbara rio crecido ,
Ansi nuncajamás fiera veloce Dejó de vencedor la confianza ,
Con tal presteza va por hacer presa , Y a temor se rindió de ser vencido ;
Cuanto los barbaros en su corrida , Mas todavía con ardor terrible
Sin salir de la orden referida. Hacia de su parte lo posible.
Acometieron por las dos entradas Las quiebras reparando y socorriendo
Que por los nuestros eran defendidas , Con algunos de los de mas estima ,
Donde por no las ver desamparadas Adonde los que halla combatiendo
Aman el detrimento de sus vidas ; Por honorosos términos anima ,
Ya son perdidas , ya recuperadas , Y á los que sueltamente van huyendo
Con reciprocaciones repetidas , Con obras y palabras los lastima ;
Segun en la maritima ribera Pero siempre faltó correspondencia
Ondas que ya van dentro , ya van fuera. A su valor y buena diligencia.
Un entrada defiende Juan del Rio Porque los nuestros daban tanta priesa
En el caballo Ocon ya memorado ; Que cuanto hace se desproporciona ,
Guardan la otra , no con menos brio , Y ansi viendo la suerte ser aviesa ,
Juan de Orozco y Arias Maldonado ; La cual à mas andar lo desentona ,
Tientan romper al bárbaro gentio De concertar el desconcierto cesa ,
Con los caballos , pero tan cerrado Dando seguridad á su persona ,
Hallan el escuadron y tan atento Tomando por amparo la montaña ,
Como la prontitud. del pensamiento. En tristeza y temor vuelta su saña.
Suenan las voces y las destemplanzas , Los otros que por Arias Maldonado
Apresuradas las arremetidas , Y su compaña fueron rebatidos ,
Tanto , que llegan á medir las lanzas Oyeron o supieron mal su grado
Las unas de las otras rebatidas ; Ser los de Pigoanza ya rompidos :
Son de la multitud las confianzas , Con la cual turbacion hallaron lado
Mas no sin esperiencia de heridas , Los pocos españoles advertidos ,
Por la destreza de los españoles , Y en el instante la cristiana lanza
Mas firmes y mas fijos que peñoles. Por donde halló puerta se abalanza .
De parte de los bárbaros gobiernos , Rompen con los caballos, hieren, matan,
En una y otra parte represados , No faltando peones que segunden ,
El ruido fué tanto de los cuernos Encuentran , atropellan , desbaratan ,
O caracoles grandes engastados , Sin dejar puesto que de nuevo funden ,
Que parecia que de los infiernos Antes de los que tienen se desatan ,
Salian rebramando los dañados Y todos se revuelven y confunden ,
Gritos de las mujeres y clamores , Do los efectos del crüel torneo
Y roncos sones de sus atambores. Fueron à la medida del deseo.
Rompen los aires y las nubes hienden ; Porque los nuestros ya juntos pelean
Obra la furia , crece la porfia ; Contra la haz del bárbaro gentio ,
Palabras ciertas no se comprehenden , Y á toda broza hieren y alancean
Porque la confusion prevalecia ; Segun su voluntad y su albedrio ,
Solas las manos son las que se entienden Y por cualquier lugar do se menean
Por quien contrario golpe recibia ; La sangre derramada hace rio ,
Hablan tajo , revés , aguda punta , Que despedian las entrañas rotas
O macana que brazos descoyunta. Como de gran turbion espesas gotas.
No vuela bala de arcabuz ardiente , Cesó la grita , suena duro llanto
Ni la que batir suele la muralla , Del misero que dió mortal caida ;
Porque fuerza de brazos solamente Atónitos los vivos , con espanto
Es la que da valor á la batalla ; Apresuraron todos la hüida ;
La lanza y el espada del valiente El español los sigue hasta tanto
Se deja conocer donde se balla , Que tomaron el monte por guarida ,
Tanto , que no debieran tales hechos Adonde los dejaron no tan llenos
Contarse con elogios tan estrechos. Como vinieron , sino seis mil menos.
Y ansi de señalados en la furia Quedó victoriosa nuestra gente
No declara los nombres nuestra historia , Y libre de tan áspera zozobra ,
Porque del tiempo la comun injuria Reconociendo , como fué patente ,
Los ha borrado ya de la memoria , Haber sido de Dios aquella obra ,
Y varias relaciones por incuria Porque con su favor al impotente
Como cosa los dejan accesoria , Virtud , valor y prontitud le sobra
Pero dellos los mas particulares Para poder vencer con flaca lanza
Alli hicieron lances singulares . A quien estriba sobre gran pujanza.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, ELEGIA A BENALCAZAR, CANTO VII. 481
A los opresos de fatal yactura > Estas que digo son las intenciones
Que les encaminó su propria ira , Que tienen arraigadas en sus pechos ,
En las entrañas de la tierra dura Porque por muchas causas y razones
Ninguno los encubre ni retira , Están de la victoria satisfechos ;
Por dalles en la suya sepultura Y desta vez los pérfidos ladrones
Los bárbaros que estaban á la mira ; Han de ser consumidos y deshechos :
Porque gran cuantidad desta canalla Podrias tú tener demoras luengas ,
Esperaban el fin desta batalla. Mas de vencer ninguna duda tengas.
Gente de quien la nuestra se servia >> Su cierta perdicion no me es oculta ,
En lo que suelen los subyectos siervos , Porque de mis encantos apremiado
Amigos por la mucha cercanía , Tuve con el demonio gran consulta
Mas en voluntad falsos y protervos : Para hacerte mas desengañado ,
Los cuales à la carne que yacia Y ansi de la razon que dió , resulta
Acudieron como voraces cuervos , El cumplimiento de lo deseado ,
Y en breves horas los campos cubiertos Pues afirmó vencer el estandarte
Quedaron libres de los cuerpos muertos. Que la verdad tuviere de su parte.
Destos de paz un bárbaro doliente » No debes recelar suerte siniestra ,
Que sobre báculo se sostenia , Segun aquel espíritu me inspira ,
Pidió para comer un delincuente , Porque mas claro que la luz se muestra
Diciendo que con él engordaria ; No poderse librar de nuestra ira :
Concediéronselo liberalmente , Que la verdad está de parte nuestra
Y dió fin dél en un tan solo dia : Y de los mentirosos la mentira ;
Hinchió del vientre tanto los lugares Por tanto reconoce tus ventajas ,
Que luego reventó por los ijares. Pues no te mueves à humo de pajas. >>
Desta voracidad que hemos contado Dijo la mala vieja su compuesta
Dió ( por ser caso raro contingente ) Razon , y como para tal empleo
Testimonio Francisco de Alvarado , Estaba la materia bien dispuesta ,
Escribano , que se halló presente. Con la promesa de ganar trofeo
Quedó pues Pigoanza quebrantado Tuvo de Pigoanza la respuesta
Y del pasado brio diferente , En nada discrepante del deseo ;
Pero no la venéfica Gaitana Y ansi luego despacha sus recados
Perdida por beber sangre cristiana, Para juntar amigos y aliados.
La cual con esta sed insaciable Y ella misma con deudos y parientes
Y duros apetitos de venganza , Otros algunos bárbaros visita ,
No con ver el conflicto miserable A los cuales con lágrimas ardientes
De sus propósitos hizo mudanza , A que la favorezcan los incita ;
Ni pudo contenerse sin que hable Y para tener buenos espedientes
Con grande libertad al Pigoanza , Halaga , sarjentea y solicita:
Atreviéndosele como pariente , Atrajo los panaes ó panaos
Y lo que le habló fué lo siguiente : Y la brava nacion de los pijaos.
« No sé si duermes ó si estás despierto; Ansí los llaman á los desta casta
Pero si yo no hago falsas cuentas Los españoles , y es la razón cierta
Menos es de dormido que de muerto Porque la corpulencia de aquel asta
Aquesa turbacion que representas : Se precian de traerla descubierta :
Agora cumple pues ser mas alerto Gente suelta , feroz , fornida , basta ,
Y no rendirte para mas afrentas Y en uso de la guerra muy esperta ;
A la fortuna , pues por bien que remen Membrudos, bien dispuestos , caras torvas,
Peor negocian los que mas la temen. Las frentes anchas , las narices corvas.
» Y si por el desastre sucedido Selváticos , caribes , atrevidos
Tus vecinos te ven acobardado , Todos en general, y en tanto grado ,
Tu que solias dellos ser temido Que muertos pueden ser, mas no rendidos
Has de temer al de menor estado , A condiciones de servil estado ;
Porque todos se atreven al caido , Y con estar boy cuasi consumidos ,
Y de ninguno es anticipado ; Aquel terreno traen fatigado ,
Pero si muestras das de que confias Tanto , que se reparten en la tierra
No dejarás de ser lo que solias. Gastos , para les ir á hacer la guerra.
»No pierde con la sombra del nublado De cuyos pechos y repartimientos ,
Sus naturales rayos el estrella , Todas aquellas veces que hay entrada,
Pues el vapor resuelto y acabado , Para dar necesarios instrumentos ,
Queda su lumbre sin padecer mella ; No suele ser persona reservada ;
Y el bueno de fortuna contrastado , Y en la contribucion no son exentos
No por eso se deja vencer della , Los deste nuevo reino de Granada ,
Por tener sus efectos esta tasa , A causa de los pasos y caminos
Que próspera ó adversa luego pasa . Por dose comunican los vecinos.
» Entonces te cubrió nublado triste, Suelen pues suceder penosos trances
Pero si como bueno perseveras , A muchos que frecuentan estas sendas ,
Muy presto ganarás lo que perdiste Adonde yéndoles á los alcances
Tomando los negocios mas de veras : Aquestas gentes bárbaras y horrendas
La voluntad de todos conociste , No dejan de hacer algunos lances
Y agora se las tienen tan euteras , Costosos á las vidas y haciendas ;
Los cuales sin mirar en lo pasado Con que , si llega toda la cuadrilla
Desean otra vez pasar el vado. A quinientos , seria maravilla.
» Nuevamente por mi son convocados Civiles guerras fueron su quebranto
Con gran solicitud y diligencia , Y los unos de otros ser comida ;
Y todos están prestos y aviados Pero pocos conformes valen tanto
Sin nadie rebusar la competencia, Como si fuese multitud crecida :
De mortíferas armas pertrechados De manera , que son temor y espanto
Y mas aventajados en potencia : Al tracto de la gente bien nacida ,
Es determinacion tan necesaria Porque sus términos en osadía
Que burlan de quien tiene la contraria. Esceden á cualquiera valentia.
T. IV. 31
482 JUAN DE CASTELLANOS.
Su grande prontitud en la pelea, »Mas ya que vuestro buen entendimiento
El hervor , la postura y el cuidado , En mejorarse hace gran instancia ,
Fuerza y agilidad con que menea Prestamente vereis el cumplimiento
Cuerpo , y el bote del astil tostado , Si peleais con orden y observancia ,
Es ver cuanta destreza se desea Sacando del error acertamiento
En un escogidisimo soldado ; Y de pasada pérdida ganancia ,
Muchos ya traen armas enastadas , Como suele quien tiene buen aviso
En guerras adquiridas y ganadas. Tomándolo de aquello que no quiso.
Puede dar desto relacion integra, »Porque falto seria de prudencia
Por ser en sus recuentros bien usado , Quien ya padeció riesgo de la vida
El capitán Diego de Bocanegra , En alguna notable contingencia
Varon no menos diestro que esforzado , Por descuidos ó casos sucedida ,
El cual con sus victorias nos alegra No vivir con recato y advertencia
Y aun bace dellas él cierto tractado ; Huyendo siempre de la recaida ;
Prometido me ha dar copia luenga , Pues tiene descubiertos los engaños
E yo las cantaré cuando la tenga. Que fueron el origen de sus daños.
Adonde se verán hazañas dinas > Es la substancia pues de lo que quiero,
De tener entre buenas sus lugares , Tener en el romper tanto cuidado ,
Suertes y valentías peregrinas , Que aunque caiga cualquiera compañero
Luchas y desafios singulares ; De las contrarias armas derribado ,
Pero dejadas estas , que por finas El escuadron esté firme y entero
Sus elogios ternán particulares , Y en su prosecucion siempre cerrado
Volvámonos á la vieja maldita, Con tal vigor las lanzas , que no halle
Que también à pijaos solicita. Portillo que caballo haga calle.
A la cual , como los lisonjeaba »Porque con los caballos nos destruyen
Diciendo ser terror de todas gentes , Si falta fuerza para detenellos ;
Oian bien aquello que rogaba Con ellos entran y con ellos huyen ,
Y á todo se mostraban obedientes ; Valiéndose de sus veloces huellos ;
Y ansi junto de aquella nacion brava A ellos sus victorias atribuyen ,"
Tres mil aventajados combatientes , Que pié con pié mejores somos quellos :
Reacia , pertinaz , perseverante , Por tanto , do caballos dieren priesa
Hasta llevallos todos por delante. Allí de lanzas multitud espesa.
Ya congregada la bravosa lanza , » Cada cual con la suya corresponda
Macana y dardo de tostada punta , Haciendo que se tengan á lolargo,
Van caminando con la confianza Y al escaramuzar á la redonda
Del que victorioso se barrunta : Un solo pié no ballen sin embargo ;
Llegaron donde estaba Pigoanza Entonces los de flecha , dardo , honda
Y los demás consortes de la junta , Usen de lo que tienen á su cargo ,
Que los reciben con alegre cara Y aunque este quede muerto y aquel pene
Y grandes regocijos y algazara. El escuadron jamás se desordene.
No cabe Pigoanza de contento , » En esta proporcion siempre constante
Viéndose con ejército pujante Desque saliéremos de la montaña,
Que contra fuerza de mayor momento Sin reparar iremos adelante
Mucho menor pudiera ser bastante : Hasta ganar el pueblo que nos daña ;
Tuvo con ellos largo cumplimiento , Pues desta suerte no será bastante
Y otro dia teniéndolos delante , Caballo ni peon ni buena maña ,
En alto trono , con la voz severa " Para que por mi parte no se vea
A todos les habló desta manera : El glorioso fin desta pelea.
« Amigos y parientes , si se debe > Tenemos los contrarios descuidados ,
A beneficios recompensa larga , De nuestro revolver inadvertidos ,
El que de vos recibo no es tan leve Los pasos sospechosos ocupados
Que no me sea ponderosa carga ; Por do puede llegar á sus oidos ;
Y aunque causa comun á mí me mueve Nosotros en las selvas ocultados
Por ocasion que á todos es amarga , Saldremos á sazon que estén dormidos ,
Vuestra bondad , valor y cortesía , Hasta que duro golpe los despierte
Hacen que la comun tenga por mia. Para dormir el sueño de la muerte.
» No cierto por provecho que pretenda » Avisos tengo desto fidedinos
De lo que desta guerra resultare , Con otra certidumbre , y es aquesta :
Sino para que cada cual entienda Que nuestros consultores adevinos
Quel tiempo que la vida me durare Dicen ser la victoria manifiesta.
He de poner la vida y la hacienda ¡ Ea pues, corazones diamantinos !
En cualquiera negocio que os tocare , Vamos con brevedad , que es lo que resta
Vista vuestra leal correspondencia, Para gozar , pues hay vez oportuna ,
Virtud , solicitud y diligencia . Del bien que nos ofrece la fortuna. »
Y no ser parte nuestro mal suceso Esto dicho , la turba de gentiles
Para haceros de valor ajenos , Que la razon oyó con advertencia ,
Pues aunque maltractados , no por eso Alzaron los beligeros astiles
Quereis rendiros ni venir à menos , Prometiendo de estar à su obediencia :
Antes en el enmienda del avieso Allí se muestran Héctores y Aquiles
Estais determinados como buenos , En el hablar y en la correspondencia,
Con otra mas atenta disciplina Con posturas no menos y semblantes
Que aquella que causó nuestra rüina. Que suelen los salvajes semejantes.
Por ser parte de nuestra mal andanza Luego los campos , donde están inclusos
En el entrar tener término loco, (Sin los mozos bisoños y novicios )
Y confiados de nuestra pujanza , Quince mil que de guerra tienen usos ,
A los contrarios práticos en poco ; Demás de las mujeres y servicios ,
Pues á no se romper el ordenanza , Suenan á todas partes con confusos
Otros fines tuviera lo que toco . Rüidos y murmurios y bullicios ,
Y en veces del estrago lamentable Como susurros de los vientos prestos
Ganáramos victoria memorable. Formados en los árbores opuestos ;
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , ELEGIA A BENALCAZAR, CANTO VIII. 483
Ocomo cuando de las nubes rotas » Anda con Dios , que la razon te sobra ,
De fulminosa furia descendiendo Y si pudieres por algun acecho
Vienen espesas y crecidas gotas Mas avisos nos dar desta zozobra ,
Los aires vaporiferos rompiendo , Usa del bien que siempre nos has hecho ,
Que con venir de nos algo remolas Porque con otras muchas esta obra
Õimos el ruido y el estruendo , Nunca se borrará de nuestro pecho ;
Hasta tanto que sirven de flagelo Y tú verás que lo que te prometo
Para blandura dar al duro suelo. Subirá de quilates el efeto . »
En el interin pues quel señalado Hizo luego su paso presuroso
Dia llegaba para su demanda , En apartándose del Juan del Rio ,
Después de ver el jáculo tostado El cual quedó no poco congojoso
Ser tal que no tuviese punta blanda , Por esperar tan duro desafio ;
Aquel que dellos era mas templado Mas pues Inando va tras su reposo ,
A sucias borracheras se desmanda , También será razon gozar del mio
Con cantos y con bailes de placeres Mientras se llega la penosa fiebre ,
Donde también entraban las mujeres. Porque con canto nuevo se celebre.
Del tumulto furïoso desta junta ,
Do cantando declaran sus concetos ,
Fué sabidor Inando , que barrunta CANTO OCTAVO .
Della no resultar buenos efetos ;
Y ansí por tantas vias lo pregunta Donde se cuenta cómo Pigoanza vino sobre Timaná con quince mil hom-
bres de guerra, ferocisima é indómita gente, ylo que sucedió en aque-
Que descubrió los tractos y secretos , lla batalla contra menos de cien españoles , los cuarenta poco mas ó
Y luego procuró como solia menos de caballo, y los demás peones .
Avisar la cristiana compañía.
Mas no se confiando de tercero Suma solicitud deben los buenos
Que supiese llevar aquel recado , Tener en el concierto de su vida ,
El mismo quiso ser el mensajero , Procurando de no venir á menos
De noche , por camino desusado : De la opinion que tienen adquirida ,
A Timaná llegó cuando el lucero Porque la condicion de los terrenos
Iba sobre los montes encumbrado , Algunas veces va tan sin medida ,
Y para desaguar el fïel pecho Que si después de glorias hay afrenta
A cas del Juan del Rio fué derecho. Solamente con ella tienen cuenta.
Fué su persona dél bien recebida , Pues como los sucesos igualmente
Porque tenian amistad estrecha , No respondan al bien afortunado ,
Y en ser estraordinaria la venida El Juan del Rio gran congoja siente
Y á hora que da luz untada mecha , En verse de potencia cercenado ,
No pudo , sin la causa ser sabida , Porque podria ser en lo presente
Dejar de concebir mala sospecha : Perder el crédito de lo pasado ,
Recógense los dos incontinente , Mayormente sabiendo ser ya mucha
Y elInando le dijo lo siguiente : Desproporcion para vencer la lucha.
«Huélgome de hallarte levantado Pero por demás era tener vario
Y con calzado de lijeras suelas , Querer , fuera del trance peligroso ,
Tu buen caballo presto y arrendado , Que la presta venida del contrario
Calzadas todavía las espuelas , No da lugar á pausa ni reposo ;
Por ser señal que vives con cuidado Acometelles era voluntario ;
Y vienes de mirar las centinelas ; Esperar bien ó mal, era forzoso ;
Pero si haces esto de ordinario , Y ansi guïado deste pensamiento
Agora mucho mas es necesario. Hizo de sus consortes llamamiento.
No conviene dormir noche ni siesta , Luego vinieron todos à bandera
Sino que te prepares segun puedes , Cuantos en el lugar hay congregados ,
Porque la mala vieja que os molesta No de sus armas tan á la lijera
Por todos cuantos hay tendió sus redes ; Que no viniesen bien aderezados ,
Y estos son tantos que si salís desta Porque como soldados de frontera ,
Os hará vuestro Dios grandes mercedes : Nunca jamás estaban descuidados ;
Ha congregado bravas compañías , Y viéndoles aquel que los convoca
Y aquí serán antes de cuatro dias. Para los advertir abrió la boca ,
» Entiéndese segun mi conyectura Diciéndoles : « Inando me dió cuenta ,
Y lo que por razon he descubierto , No de mas tiempo questa madrugada ,
Porque como mujer los apresura Aparejarsenos una tormenta
Y el término que doy es el mas cierto , De mayor tempestad que la pasada ,
Sé que padecereis gran desventura Y porque cumple para tal afrenta
Si no teneis buen orden y concierto : Estar la gente presta y avisada,
Apercebíos como dicho tengo, He querido , señores , que se ordene
Pues por este respecto solo vengo. En esta junta lo que nos conviene .
Yo cumplo , capitán , con lo que debo »El golpe sé que viene ya cercano
Al amistad que tengo prometida ; Con no menos de quince mil infantes ;
Conozco ser la nuestra flaca mano
Y pues que cosa mas no sé de nuevo , Contra tal multitud de litigantes ;
Licencia pido para mi partida ,
Porque salir con claro no me atrevo , Mas tengo por regalo soberano
Quizá no den en mí de recudida , Habernos dado los avisos antes ,
Segun que muchas veces acontece Porque quien para ellos abrió puerta ,
A quien con sus avisos favorece. » Que es Dios , nos ha de dar victoria cierta.
Agradeció la voluntad sincera , » Volvámonos á él con importuna
Aunque la nueva no le fué yocunda , Oracion de católicos fervores ,
Y dijo : «Dios lo haga de manera, Y confesémonos una por una
Pues que su santa ley aquí se funda , Pidiéndole perdon de los errores ;
Que como no ganaron la primera , Lo cual hecho creamos sin ninguna
Pierdan ni mas ni menos la segunda ; Duda que quedaremos vencedores
" Como de la pasada , pues que llenos
Y si él me da victoria , yo te digo
YJuro de te ser fiel amigo. Vistes de cuerpos muertos estos senos.
484 JUAN DE CASTELLANOS .
Limpios pues como digo nuestros pechos Reconociendo ser mensaje cierto
Primeramente de mortal ofensa , De las horas confusas y turbadas ,
En la solicitud de nuestros hechos Pusiéronse las cosas en concierto ,
No conviene tener mauo suspensa , Segun que las tenian ordenadas :
Sino ver las industrias y pertrechos Dos centinelas van á cada puesto
Mas eficaces para la defensa , Que daba mas abiertas las entradas ,
Porque cuando la furia nos asalte Y otras dos á la parte de aquel seno
De lo que ser pudiere nada falte. Del indio capitán dicho Cameno,
Y porque para lo que se pretende De paz y que tenia casa puesta
Conviene ser comun el advertencia , En un alto de Tinianá cercano ,
Aquel que mas ó que menos entiende Seria como tiro de ballesta
En dar su parecer tiene licencia , Del pié del cerro lo que va por llano ;
Pues en tal caso mas se comprehende Y en aquellos principios de la cuesta
Por muchas que por una providencia , Pusieron á Medina y à Solano ,
Y quien parece de juicio manco Soldados diestros , cada cual valiente ,
Acontece mejor dar en el blanco . >> Aunque el Solano dicen ir doliente.
Con aquesto dió fin al parlamento , Mas no sufrían tales coyunturas
Que se cumplió con fiel obediencia , Por ser pocos , que cojos ni llagados
Y fray Francisco Torreblanca siento Ni los que padecian calenturas
Que luego los oyó de penitencia , Fuesen destos trabajos reservados :
Con otro padre cuyo nombramiento Salen caballos pues con armaduras,
En blanco se quedó por negligencia ; Colchadas de algodon encubertados
Y hecho de do tanto bien resulta , Y ocupan los peones con los dalles
Segunda vez entraron en consulta. Las bocas principales de las calles,
En la cual luego fué determinado Dieron en fin un orden compatible
Por todos, de comun consentimiento , Y á su flaco poder cómoda traza ,
Que el Orozco y el Arias Maldonado Contra la tempestad fiera y horrible
Con algunos varones de momento Que campos comarcanos embaraza ;
A su cargo tomasen el cuidado Y los demás en modo convenible
De las industrias y preparamento ; Andaban en cuadrillas por la plaza ,
Y no salió su parecer avieso , Para que do los indios respondiesen
Segun se vió después por el suceso. Y diesen arma, todos acudiesen.
Mandan fortalecer los escaupiles , Los cuales indios , cuando Febo gira
Celadas y cualquiera cobertura ; A las partes occidüas el freno ,
Hiciéronse cuarenta y seis astiles Llegaron con las muestras de su ira
De veinte y cuatro palmnos de largura , Al tambo y aposentos de Cameno ;
Con hierros tan tajantes y sutiles, Este con sus vasallos se retira ,
Que pudieran romper cosa mas dura O con temor ó ya por no ser bueno ,
Que desarmados y desnudos pechos , Y ansi nunca jamás supieron dónde
Segun el temple con que fueron hechos. La multitud de bárbaros se absconde.
De cuatro buenos fuertes hubo traza Allí paró la bárbara cuadrilla
En cuatro casas de las cuatro esquinas Con todas sus mujeres y servicio ,
En aquellas entradas que à la plaza Y con estar las velas de la villa
Estaban mas cercanas y vecinas ; Cercanas , que bacian bien su oficio ,
Y destos fuertes cada cual se abraza Fué gran admiracion y maravilla
De guadubas , de robles y de encinas No sentirse murmurio ni bullicio ,
Y en estos , por estar mejor guardados , Antes aquel silencio de tal suerte
Se metian de noche los ganados. Como fatal idea de la muerte.
Hicieron en los fuertes sus garitas La parte que llamamos intempesta
Con pretiles , amparos y coronas , Del obscuro vapor pasada era ,
Do con dardos y piedras infinitas Y al tiempo que ya Venus manifiesta
Entraron muchos indios yanaconas , La luz de su dorada cabellera ,
Para que desde allí cuando las gritas Tacitamente bajan por la cuesta
Oyesen , señalasen sus personas , A pasos lentos , pero de manera
Por ser algunos dellos orejones Que procediendo con sus ordenanzas
Cursados en beligeras cuestiones. Tocaban unas en las otras lanzas.
Fueron á las garitas arrimadas Aquellos dos soldados estremeños
(Ardid y estratagema castellano) (Entiendo por Medina y el Solano )
A trechos vigas gruesas empinadas , Que sin saber los bárbaros diseños
Largas que no dejaban hueso sano Aquel cuarto velaban en lo llano ,
Cuando sobre las gentes alteradas Oyeron estos toques de los leños
Se derribaban , dándoles de mano ; O lanzas que traian en la mano ,
Y ansí para reparo de aquel daño Y comotemen y el temor acecha ,
Era la muerte sola desengaño. Con él acrecentaron la sospecha.
A muchas cosas otras dan avio, Pero como también quien oye yerra
Y estas apenas acabaron , cuando Y lo que piensa sale diferente ,
Recibió mensajeros Juan del Rio Algunas veces póstranse por tierra
Enviados de parte del Inando , Para divisar mas atentamente ;
Diciendo que la turba del gentio Y ansi mirando bien acia la sierra,
A gran priesa venia caminando , Vieron el grande bulto de la gente ,
Por haber ya tres dias que pasaba En la distancia no prolijos puntos ,
El gran rio que de por medio estaba. Antes cuasi que ya llegaban juntos.
Manifestando que por llegar mueren ¡ Arma , arma , señores ! van diciendo,
A concluir la bélica porfía , Procurando hacer los pies livianos ;
Mas que no sabe por adónde quieren Mas el pobre Solano no pudiendo
Entrar en la ciudad ni por qué via , Asieron dél los indios mas cercanos :
Pero por todas partes los esperen A las voces Medina revolviendo
Con el aviso que les convenia ; Salvo se lo sacó dentre las manos ;
También dicen creer entrar sin lumbre , Echólo por delante , sin dejallo
Segun y como tienen de costumbre. Hasta que llegó gente de caballo.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE III , ELEGIA A BENALCAZAR , CANTO VIII.
483
De manera quel Diego de Medina De la manera que con buen gobierno
Alli hizo tan célebre hazaña ,
Que puede ser contada como dina Agua de algun acequia va guïada,
Entre las honorificas de España ; Sin hacer curso por lugar moderno
Cuando la fuerza della va templada ,
Pero creamos ser fuerza divina
Mas que virtud mortal ni buena maña , Mas llegada la furia del ivierno
Segun la cuantidad de los pertrechos Rompe la presa hecha y albarrada ,
Por donde se metió rompiendo pechos. Y no vale ni puede ser bastante
Resistencia que halle por delante :
Y á tiempo que convino se despega Ansi llevan la gente baptizada ,
Cuando sintió ser lejos el Solano , Con ser valerosísimas personas ,
A quien el gran temor de la refriega Hasta junto del fuerte y emboscada
Líbró de la cicion y quedó sano ;
Mas el duro conflicto se le llega De los apercebidos yanaconas ,
Al escuadron pequeño castellano , Que con una y con otra rociada
Rompian frentes, sienes y coronas ,
Que con vigor de mas que diamante Tanto que no pequeño daño hizo
Al ímpetu se puso por delante.
La tempestad espesa del granizo.
Invoco tu favor , escelsa Musa ,
Madre de piedad y de clemencia , Alléganse las gentes enemigas
Con ánimo de dalles mortal pago :
Para que la verdad que está reclusa Precipitaron las pesadas vigas
Cerca desta terrible competencia ,
De las cuales ningunas dan en vago,
Mi pluma no mendace ni confusa Y no fueron tan leves las fatigas
A luz la saque con su diligencia , Que no hiciesen un crüel estrago ,
Porque la cualidad desta victoria Pues sacan de una dos y tres cabezas
A la posteridad sea notoria.
Comienzan los armiferos espantos Y parten cuerpos en diversas piezas.
A los principios con el nublo ciego , Como losa que al cebo convida
Pero como los indios eran lantos A la perdiz incauta y engañada,
A ciertos edificios ponen fuego : Que en veces del regalo de comida
Arden aquestos por los cuatro cantos ; Fué de la presta laja salteada ,
Mortiferas heridas crecen luego ; Y con aquel ruido y estampida
Hace la lumbre que cada cual vea Se sobresalta toda la manada,
El rostro airado de con quien pelea. Y huyen del lugar, porque la suerte
Sustento prometió para dar muerte :
Defienden los peones las entradas Turbáronse por via semejante
A costa de la bárbara venida Los escuadrones de las gentes fieras,
Con las picas que son aventajadas Mas esta turbacion no fué bastante
En hierros penetrantes y en medida : Para retrogradar en sus carreras,
Que las contrarias son puntas tostadas
Aunque dispuestas á mortal herida , Antes á punto y en el mismo instante
Mas en esta sazon menos nocivas Estaban ya rehechas las hileras ;
Por dar sobre las armas defensivas. Y ansi proceden en gallarda traza
Hasta tomar el medio de la plaza.
Puesto caso que indios principales
Traian en sus astas afijadas Canta victoria ya bárbara trompa,
Muchas dagas , cuchillos y puñales, Y el fiel español confuso calla
Tijeras, recaton, puntas de espadas, Por no se ver lugar por do se rompa
Y con el aficion destos metales El orden que traian de batalla ;
Circungiran caballos con la pompa
Hasta las guarniciones afiladas ;
Agudos los botones ó las bolas , De armas, y manera no se halla
Demás de buenas lanzas españolas. Con tanta muchedumbre de pertrechos
Como se les ponian á los pechos.
Rompe los aires grita y alarido ; No falta quien calumnie que podian
Hierve la furia con ardor funesto ;
El escuadron no puede ser rompido Rompellos antes y desbaratallos ,
Para dar á caballo lugar presto , Diciendo que de industria no querian
Pues al instante que uno ven caido Porque no les matasen los caballos ,
El vivo sucesor estaba puesto : A causa de que muchos pretendian
Cuantos mas mueren , tanto mas se cierra, Para hüir en ellos reguardallos;
Otros dicen que fueron invenciones
Y ansi los indios van ganando tierra. Impuestas por los válidos peones.
La gran solicitud del Pigoanza, Los cuales, como ya dijimos antes,
La prontitud, aviso y el cuidado , Llamaban, y faltaban las respuestas
Allí pudo llegar do lo que alcanza Que para turbaciones semejantes
El mas mañoso y esperimentado : Necesidad pedia ser mas prestas ;
Y en la prosecucion de su ordenanza Y en hecho de verdad fueron Atlantes
Estuvo tan entero y esforzado ,
Que con ver tanto número difunto Que las cargas llevaron á sus cuestas,
Y como fuese tan pesado peso
Del concierto jamás perdia punto. Pesábales de velles tanto seso .
Menos nuestros peones andan broncos , Su parte pues por puntos se empeora ,
Aunque de resistir hechos pedazos , Sin llegalles socorros competentes :
De pedradas sufrir y duros troncos Vian su perdicion, y en esta hora
Cansados y molidos ya los brazos, Llena de confusion é inconvenientes
De llamar los caballos todos roncos , Descubrió sus colores el Aurora ,
Y estos no pueden por los embarazos Con que las suyas fueron mas patentes
De las espesas y mortales puntas Y entonces de un soldado destos nace
Que por cualquier lugar hallaban juntas. Ardid á sus remedios eficace .
Desta suerte procede la conquista Un Antonio Bocarro , lusitano,
Y el cobre como dicen se martilla , Hidalgo de hidalgas valentías,
Sin que española fuerza les resista Habia hecho del ardor vulcano
Irse metiendo dentro de la villa ,
Yfuego artificial dos alcancías
Hasta que dieron á la plaza vista Que se guïaron por su propria mano
Con gran dolor de la fïel cuadrilla Al avanguardia destas compañías,
A quien el impetu de las opuestas Adonde muchos de concierto faltos
Armas, les bace dar represas prestas . No les vagaba dar brincos y saltos.
486 JUAN DE CASTELLANOS .
Villamayor y Sebastián Moreno , Y en tanta muchedumbre de salvaje
Alvaro Lopez, y también Francisco Como en el pueblo padeció yactura,
De Aguilar, como vieron tiempo bueno Menos fué menester que se trabaje
Para jugar mejor del obelisco, En ponelles de tierra cobertura ,
Do fué la turbacion dieron delleno, Porque los deste bárbaro linaje
Y todos los llevaron abarrisco, En sus vientres les dieron sepultura,
Haciendo con las picas tal desvío Y los guisaban con ardientes ramos
Que entró con su caballo Juan del Rio. Dentro de las cocinas de sus amos.
Y todos los caballos ponen pecho Recibíase desto gran fatiga ,
Al rompimiento, con tan grande furia, Y con el mal olor grave tormento ;
Que no se daba paso sin provecho Mas español no hay que contradiga
Ni de rojo licor hubo penuria; Huyendo de les dar desabrimiento,
Ansi que mejorandose su hecho Porque mostraban voluntad amiga,
A su gusto vengaban el injuria ; Aunque tuviesen otro pensamiento ;
Y donde el orden era mas durable Pues mal se ligan en amor perfecto
Un caso sucedió harto notable. Aquel que manda y el que está subyecto.
Aqueste fué que cierta vegua blanca , Y ansi los españoles mas rompidos
La cual sin recoger andaba fuera (Con que salieron bien de la rencilla,
Con otras diez, demás de su potranca , Pues hubo solamente seis heridos
Asombrada llegó de tal manera Y aquestos fuera de mortal mancilla)
Con las otras pegadas á su anca, Estuvieron dispuestos y movidos
Que rompieron la fuerza mas entera A luego despoblar la nueva villa,
Sin punto reparar en el embargo , Temiendo que si quedan se les llega
Y aun no pararon en lugar mas largo. Otra mas dura y áspera refriega.
Pero caballos con andar paciendo Sobre lo cual consulta se tenia,
Algunas noches hacen otro tanto, Segun que piden casos semejantes,
Cuando por el real oyen estruendo Y en la resolucion también habia
Y los bárbaros dan por algun canto : Algunas opiniones repugnantes ,
A los ranchos y tiendas van corriendo Pocas, pues la mayor parte seguia
Poniéndoles espuelas el espanto , Al alcalde Juan Muñoz de Collantes,
Y pudiendo hacerse mas remotos Después en este reino residente,
Acuden a las gritas y alborotos. Que en su cabildo dijo lo siguiente :
Quien en algunas partes esto vido « Siendo todos aquí de una sentencia,
También puede ponello por escrito , Conozco que no fuera de discreto
Y en un trance nocturno bien reñido Anular votos y tomar licencia
No de poco peligro su conflito : Para contradecir á su decreto ;
Los bárbaros huyeron del rüido , Pero visto que en esta diferencia
Teniendo ya la suya sobre el hito , Cada cual manifiesta su conceto ,
Porque les pareció venir encima Quiero, señores , yo decir el mio
Gente que con la lanza los lastima. Debajo de amistad y celo pio.
Fueron pues por las yeguas rebatidos »Aquellos a quien cargos se conceden
Los que permanecian mas cerrados : Y en ellos tienen militar usanza ,
Los unos rebollados y caidos , No se estienden á mas de lo que pueden
Otros sin armas , otros asombrados , Midiendo su posible con templanza,
Y todos en comun mas esparcidos Por no meterse donde los enreden
E ya de su salud desesperados , Lazos de mal medida confianza ,
Porque cualquiera caballero hiere Y pierdan por faltar esta cordura
Y hace de su lanza lo que quiere . Otra mejor sazon y coyuntura.
Advirtióse también de la corrida »Bien sabemos haber acontecido
De las cerreras yeguas y sin frenos, Vencer à grandes huestes pocos buenos;
Que rompiendo por gente proveida Pero lo mas comun y mas seguido
De lanzas de que estaban todos llenos, Es llevar lo peor los que son menos :
Saliesen sin lision y sin herida , Poquito de los pocos be leido ;
Salvo la una con un ojo menos ; De los muchos están los libros llenos ;
Pero por este se quebraron tantos Y ansí negocios de tan grande peso
Que duraron gran tiempo los espantos. Piden consejos de maduro seso.
Pues tanto la matanza se estendia Y porque el que yo do sea creible
Como hallaban ya pasos abiertos, Suplicoos que mireis con advertencia
Que por ninguna vía se podia Cuán flaco y débil es nuestro posible
Andar sino por cima de hombres muertos ; Contra las fuerzas desta pestilencia ;
Y el bravo Pigoanza como via Y ansi ballareis no ser convenible
Las turbaciones y los desconciertos , Hacer en estas tierras asistencia,
No siendo parte para dar remedio , A lo menos en tanto que no acude
Puso con otros tierra de por medio. Otra mano mayor que nos ayude.
Y ansi salió con pérdida y afrenta »Los indios tienen firme pensamiento
Destas revueltas y rebeliones , En destruir aquesta nueva planta :
Y aun dicese que no escaparon treinta Su desvergüenza y gran atrevimiento
De todos los pijaos y yalcones , A todo lo que piensan se levanta ;
Por acudilles otra gran tormenta Para venir á darnos otro tiento
Al tiempo de volver a sus rincones Han de convocar gente cuatro tanta :
De parte los panaes que á la mira Decidme, ¿ qué paredes ó qué muros
Estaban, hasta ver quién se retira. Teneis para poder estar seguros ?
Porque la dura y áspera canalla »¿Qué fuerzas de Milán ó de Mecina,
A los principios vino de su bando, Qué violento tiro de bombarda ,
Mas en el rompimiento no se halla , Qué trueno de fumosa culebrina ,
Los fines y remates esperando : Qué balas de arcabuz ó de espingarda,
Y a quien vivo salió de la batalla Qué mil hombres de diestra disciplina ,
Andaban por las silvas monteando, Para quien tanta multitud aguarda ,
Anteponiendo sus voracidades Sino solas las manos y los brazos
A todos parentescos y amistades. De cien soldados hechos mil pedazos ?
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , ELEGIA A BENALCAZAR, CANTO VIII . 487
Pues aunque cada cual destos tuviera >>Rehenes son y válida fianza
Cuantas el centimano Briareo , Quel ardor de los bárbaros apaga ,
Ninguno de cansado se moviera , Pues no fué tan pequeña la matanza
Segun la duracion deste torneo. Ni tan fácil la cura de su plaga ,
Habeis habido desta gente fiera Que no gaste la vida Pigoanza
Dos veces la victoria y el trofeo : Primero que de gente se rehaga ,
Cesen por algun tiempo las porfías , Y cuantos estuvieron á la mira
No tentemos á Dios por tantas vías. Hoy tiemblan con temor de nuestra ira.
»A él se den las gracias y la gloria » Pero quiero decir que vengan cuantas
Por este beneficio soberano, Gentes la tierra cria y adereza ,
Porque tan honorífica victoria Y questos montes todos con sus plantas
No tuvo fuerza de poder humano : Se tornen indios sin que falte pieza ,
Que contra tantos bien os es notoria Si mil veces vinieran , otras tantas
La gran debilidad de nuestra mano ; Han de volver quebrada la cabeza ,
Y pues Dios acudió con su clemencia, Porque demás de no venir mejores
No nos pongamos mas en contingencia. Vienen vencidos contra vencedores.
»Ansí que , pues que todos sois testigos » De suerte que si estamos á razones
De la dura cerviz destas naciones , Con advertencia de juicios sanos ,
Vámonos a los pueblos mas antigos Buscando coyunturas y sazones
Hasta tener bastantes municiones ; Para hacer aquestos indios llanos ,
Y creedme que los indios amigos Las ciertas y seguras ocasiones
No tienen mejoradas intencioues , Son las que ya tenemos entre manos ,
Antes terné la misma confianza Habiéndoseles dado dos tan buenas
Dellos que del potervo Pigoanza. » Que valen mas que grillos y cadenas.
Esto dijo Juan Muñoz de Collantes , >Para tan numerosa pesadumbre
Que de los que tuvieron eminencia Reconozco ser poca la substancia ,
A caballo, fué de los inportantes , Mas esta poca tiene de costumbre
Y en ánimo, valor y en esperiencia ; Salir de las peleas con ganancia ;
Al cual contradijeron circunstantes , De manera que no la muchedumbre
Mas al fin aprobaron su sentencia , Vence , sino valor, orden , constancia ,
Y todos de comun consentimiento Y pocos quiero mas con estas partes
Ya querian dejar aquel asiento. Que muchos y confusos estandartes.
Cuando la gente pues se disponia »No tracto de los casos precedentes
A dejar la ciudad desamparada 9 Que ponen los antiguos escriptores ,
La que era de caballo pretendia De vencidos ejércitos potentes
Venir al nuevo reino de Granada ; Por los que en cuantidad fueron menores ;
El peonaje no, porque queria Pues bastan los ejemplos que presentes
A lo de Popayán hacer jornada : Vemos de los demás conquistadores ,
Quedó determinado que siguiese Que en estas partes acabaron cosas
Cada cual lo que mas gusto le diese. No tan beróicas cuanto milagrosas.
Los yanaconas , en las divisiones , »Alguna parte desto nos alcanza ,
Dijeron á sus amos rasamente Segun manifestó nuestra defensa ;
Que querian seguir á los peones , Y ansi faltar aqui cristiana lanza
Porque cada cual dellos fué valiente Mal engañado vive quien lo piensa ;
En romper los feroces escuadrones , Y este no es tiento, sino confianza
Sin querer acudir equina frente ; Que tengo yo de la bondad inmensa:
Pesóles deste bárbaro bullicio , Antes lo tienta con crimen atroce
Por quedar mancos sin aquel servicio. Quien tan alta merced no reconoce .
De reinos de Pirú fué su venida >Que claramente veis quél nos sustenta
Con los que los tenian por vasallos ; Y con favores pios nos regala ;
Cada cual dellos grande busca-vida , Demás desto caemos en afrenta
Curiosos en el pienso de caballos , Tal que la mas enorme no la iguala ;
Y ansi de yanaconas fué servida Al fin, como yo tengo de dar cuenta ,
La gente que podia sustentallos , No la querria dar de mi tan mala ,
Juzgando ser personas principales Porque disculpa que razon repuna
Los que gozaban destos animales. Al claro se conoce ser ninguna.
Y como barbaros ahidalgados , »Sé que no faltará concepto duro
Entrellos se juzgó por villanía Que juzgue mi razon à devaneo,
(Hablamos de los tiempos atrasados) Imaginando ser lo que procuro
Servir à quien caballo no tenia ; Por no dejar el mando que poseo ,
Y agora por los casos relatados Mas bien podré jurar sobre seguro
Mudaron parecer y fantasía , Que no lo pretendí ni lo deseo ;
O por ventura fué sagaz lenguaje Y para ver lo que mi pecho tiene
Por no peregrinar largo viaje. Hagamos una cosa que conviene.
Viéndolos en efecto deste brio »En Neiba está poblado Juan Cabrera,
Ya resolutos y determinados , Do sabemos que vive descontento :
Hizo segunda junta Juan del Rio, Vayan a lo llamar a la lijera
Y dijo, siendo todos congregados Con carta de cabildo y regimiento ;
Estos negocios , à juicio mio, Verna luego con los de su bandera ,
Demasiadamente van errados , Pues hay color para mudar asiento ;
Y quien se determina prestamente Reharemos el nuestro con su bando,
Dicen que muy despacio se arrepiente. Y estaremos debajo de su mando .>>
Y si el señor Collantes el destierro Visto que daba parecer discreto,
Tiene deste lugar por acertado, Enviáronse luego los recados ,
Yo no quiero venir en este yerro Con encarecimiento del aprieto
Ni llevar paso tan acelerado, Y fuerza de los indios rebelados :
Pues del amago solo huye perro Holgóse Juan Cabrera del efeto ,
Que vez alguna fué mal lastimado ; Y ansi vino con todos sus soldados ;
Y ansi nuestras victorias son ya muros Quedó por general obedecido
Para vivir quïetos y seguros . Y justicia mayor de aquel partido.
488 JUAN DE CASTELLANOS.
Luego se divulgó por el terreno Salió Cabrera pues de los yalcones
El socorro de gente que venia , Y fué por Aniobongo su corrida ;
Y que tenian ya poder mas lleno Pero como tenian relaciones
De peones y de caballería : Ser la paz que promete fementida ,
Que fué bastante para poner freno Desampararon casas y rincones ,
A otra tempestad que se movia , Tomando la montaña por guarida :
Templándose los indios inquietos Nadie quiso venir , y desta causa
Y sirviendo mejor los ya subyetos. A Timaná volvió, do hizo pausa.
El Cabrera con sesenta peones Y preparando lo que convenia
Y veinte de caballo salió luego Para volver sin pluvias del ivierno ,
A castigar algunas poblaciones Estendióse por indios que venia
Mas culpadas en avivar el fuego : A lo de Popayán nuevo gobierno : d
Fué la primera la de los yalcones , Este diré quién fué , però querria
Por ser origen del desasosiego , Dar á la novedad canto moderno ;
Do con cautela hizo Juan Cabrera Y ansi , para salir con el intento
Un negocio que yo no lo hiciera. Me conviene tomar algun aliento.*
Y fué llamar de paz aquellas gentes ,
Diciendo que traia limpio pecho , CANTO NOVENO.
A cuya voz vinieron obedientes
Algunos con preseas de provecho ; Donde se tracta cómo Pascual de Andagoya, siendo proveido por gebr
Hízoles con caricias aparentes nador de la tierra adyacente al rio que llaman de San Juan , se estra
No recelarse de contrario hecho, por la tierra conquistada por Benalcázar y sus capitanes, y se hizoche
decer en Popayán y en los otros pueblos desta gobernacion , yleis
Pues por ser capitán recién venido más que de su venida resultó, hasta la venida de don Sebastian at
Facilisimamente fué creido. Benalcázar.
Díjoles que declaren sus intentos El gusto sensual del avariento
A todos los caciques y señores , Al interese corre tan sin freno ,
Y que traia buenos pensamientos , Que lo que puede dalle henchimiento
Aunque cierto pudieran ser mejores ; Parece que lo hace menos lleno ,
Al fin mandó que ciertos aposentos Y con lo proprio suyo no contento ,
Do posaban allí , fuesen mayores ; Mete las manos en lo que es ajeno ,
Dicen que los harán , y este concierto Fantaseando que cualquier provecho
Fué donde Pedro de Guzmán fué muerto. A él solo le viene de derecho.
El Pigoanza y otros principales , Aquestas insolentes sinrazones ,
Sin ir ellos mandaron comisarios Que vuelan á mil fines aplicadas ,
Con basta cuatrocientos naturales No faltaron en indicas regiones
Cargados de maiz y fructos varios , Antes de estar las cosas asentadas ,
Y la madera y otros materiales Y hubo grandes encuentros y pasiones
Para bacer la obra necesarios ; Sobre las tierras en gobierno dadas ;
La cual adonde se les dió licencia De las cuales será prueba patente
Se comenzó con grande diligencia. La que se nos ofrece de presente.
Y estando todos ellos descuidados De la sierra do nacen los dos rios
En asentar los palos embebidos , Cauca y el otro de la Magdalena ,
Del Juan Cabrera fueron asaltados Que riegan diferentes señoríos ,
Y de los que con él eran venidos , Segun he dado ya cuenta mas llana ,
Y como los cogieron desarmados , Otro procede no largos desvíos ,
Quedaron la mitad dellos caides ; Llamado de San Juan , pero su arena
Y otra canalla desta gente perra Al antártico polo va guïada
Dentro de sus entrañas los entierra. Y en las ondas del Sur hace parada.
Porque venian en aquel viaje Por diversas provincias se derrama ,
Para les ayudar en la ruina , De que no sabré yo ser coronista ;
No por otro salario ni otro gaje Mas sé que rio de San Juan se llama,
Sino la monstruosa golosina : Por ser tal dia su primera vista ,
Que la bestialidad deste linaje Y dél pidió, guiado por la fama ,
Con mas ferocidad se desatina Un Pascual de Andagoya la conquista ,
Que las fieras del mas sangriento pio , Persona que debia merecella ,
Pues nunca comen las de su natío. Y ansi vino con gente para ella .
Y estos no dejan deudo ni pariente , A su gobernacion en el destajo
Ni reservan hermano ni á la hermana , No le puso medida tan estrecha
Hijo de sus entrañas procedente , Que no saliese por algun atajo
Decrépito varon , ni vieja cana ; A lo que mas le cuadra y aprovecha ;
Y muchos dellos tienen de presente Y ansí , por ahorrar duro trabajo
Contracto público de carne humana , Determinó venir á casa hecha ,
Que son pijaos , cuyas condiciones Que es la de Popayán , por ser vecina
Esceden á las mas fieras naciones. De la que se le dió, con quien confina.
• Fué cierto principal destos gentios Y si pudo lugar haber alguno
Reprehendido por términos buenos , Para hacer creer ser sus anejos ,
Porque con sus voraces desvarios Entonces lo halló bien oportuno
Muchos súbditos suyos hizo menos , En los pechos dudosos y perplejos ,
Y respondió : «Yo como de los mios , Por conocer gobernador ninguno ,
Que no voy á comer de los ajenos.» Salvo Pizarro, pero tan de lejos
Mas yo creo que fué tal el enmienda Que dalles otro gobernador era
Que nunca comió mas de su hacienda. Por esta causa cosa creedera.
Que las exorbitantes sinrazones El Andagoya pues allí , venido ,
Desta nacion crüel , ciega , perdida , Hizo presentacion de provisiones ,
Hacian à las pias condiciones Dándoles à las letras el sentido
Salir algunas veces de medida , Que conformaba con sus pretensiones ;
Juzgando que tan duros corazones Y aunque reconociesen ir torcido
Eran indignos de gozar de vida ; Y se pudieran alegar razones ,
Y aun con usar entonces de rigores , Los de cabildo, por tener sosiego, 1
No por eso los vivos son mejores. En Popayán lo recibieron luego, ·
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, ELEGIA A BENALCAZAR, CANTO IX.
489
Y en todos los demás por sus tenientes Tener por bien , si la razon enfrena
Fué recebido sin contrarios votos ,
Estando destas cosas inocentes A los que della no van discrepantes ,
Darme todos los indios de cadena
En Timaná , por ser los mas remotos ; Y al alcalde Juan Muñoz de Collantes ;
Mas porque los rumores precedentes
Con mayor claridad les fuesen notos , Y aquesto hecho , id enhorabuena
Con todos los demás indios restantes ,
Secretamente fueron enviados
Dos yanaconas diestros y avisados . Porque los sin prisiones bien entiendo
Que de su voluntad os van siguiendo . »
Estos trajeron relacion entera , Concédenle los indios de collera
Bien informados de ocular testigo ,
Con que del Juan Muñoz no se tractase ,
No sin grave dolor del Juan Cabrera Rogándoselo mucho Juan Cabrera ,
Por la suerte contraria del amigo Mas no pudo con él que lo dejase :
Benalcazar, el cual antes que fuera En efecto , volvió do no quisiera
Tractó con él la pretension que digo ; Porque el gobernador no lo vejase ,
Y ansi determinó hacer jornada Pero llegado tuvo tal aviso
A este nuevo reino de Granada. Que hizo sus negocios como quiso.
Y el viaje tardó mas en pensallo Los otros prosiguieron su jornada
Que en poner en efecto la partida : Por pasos del Cabrera conocidos :
Quisieran los que quedan estorballo,
Llegan al nuevo reino de Granada
Mas no bastó palabra comedida ; Cansados , pero no diminuidos ;
Con él se fueron treinta de caballo
Amigos , de la gente mas lucida , Donde por Fernán Perez de Quesada
Fueron con gran aplauso recebidos ,
Y de los fugitivos caminantes
El uno fué Juan Muñoz de Collantes. Y no poco conjuntos á su lado
Juan de Orozco y Arias Maldonado.
Ellos partidos , al tercero dia Volviendo pues las manos á la trenza
Allí llegó por el nuevo regente Que del nuevo regente se tejia ,
Aquel capitán Francisco García Digo que sin empacho ui vergüenza
De Tovar , para ser allí teniente , Usaba del poder que no tenia ,
Y vistos los poderes que traia , Y la guerra de paeces comienza
Lo recibieron amigablemente , Con estampida de arcabuceria ,
Mas requiriéronie por vez tercera Que muchos arcabuces alli puso
Que fuese tras el dicho Juan Cabrera. Y desde entonces hubo dellos uso.
Porque llevaba muchos naturales En tierras de los paeces entrados ,
De los subyectos que les daban renta , Caribe gente por estremo fiera ,
Con férreas colleras y ramales Tuvieron dos recuentros porfiados ,
Y no de carga la cerviz exenta , Do ganó poco la fiel bandera,
Y á Juan Muñoz , que de rentas reales Pues fueron compelidos y forzados ,
Que fueron á su cargo no dió cuenta , Con pérdida de gente , salir fuera ;
El cual en este tiempo que refiero Y ansi volvieron á cristianos puestos
Era , demás de alcalde , tesorero. Fatigados y cuasi descompuestos.
Bien entendido su requerimiento La fama , como no pierde camino ,
Y no le convenir disimulallo , Ni se le pone limite ni tasa ,
Partió para le dar el cumplimiento En ponderar el dicho desatino
Con treinta y cinco hombres de caballo : De Andagoya no quiso ser escasa ,
Tanta priesa se dan al seguimiento , Y á los oidos de Pizarro vino
Que en tres dias pudieron alcanzallo ; Con larga relacion de lo que pasa ;
Mas el Cabrera con los suyos piensa El cual , en pena de tan poco seso
Remitir á las manos su defensa. Mandó que luego se lo lleven preso .
Vista por el Tovar el aparencia Estos poderes fueron enviados
Y el denuedo de la contraria mano , A Juan de Ampudia por su gran cordura ,
Mediante tinta hizo diligencia , Pero cuando llegaron los recados
Y por papel y pluma de escribano : Estaba dentro de la sepultura ;
Están enteros en su resistencia , Mas para ser mejor ejecutados
Y como viese ser trabajo vano , Llegó mas adaptada coyuntura ,
Debajo de amistad al Juan Cabrera Don Sebastian de Benalcazar digo
El Tovar le habló desta manera : Cuyos discursos son estos que sigo .
«Señor Cabrera , yerro manifiesto Año de quince cientos y cuarenta
Es el que cometeis sin fundame nto , Cumplidos del divino Nacimiento ,
Porque querer por armas llevar esto La majestad imperial atenta
No me parece ser acertamiento ; A sus servicios y merecimiento ,
Limitese con término modesto Demás de dalle generosa renta ,
Un hombre de tan próspero talento , Autorizó con adelantamiento ,
Pues conoceis de mí que ya que salgo Trocando su virtud y valentía
No tengo de volver sin hacer algo. Título de merced en señoría.
» Sali forzado por requerimiento Por los de sus antiguas amistades
Que me hicieron todos los vecinos , La nueva divulgada y estendida ,
Pero cierto no tuve pensamiento Ocurren de las villas y ciudades
De querer estorbar vuestros caminos ; A dar el parabién de la venida.
Pues solo fué mi principal intento Obispo trajo con sus dignidades ,
Volver indios bozales y ladinos , Mercenario , persona conocida ,
Y al señorJuan Muñoz , que de sus cargos De los primeros en esta jornada ,
Se viene sin dar cuentas ni descargos. Y este fué fray Francisco de Granada .
»Y pues un servidor como yo viene Del signo del Leon era salido
Y en amistad y amor somos hermanos , Y á Virgo daba resplandor Apolo ,
Suplícoos que mireis lo que conviene , Cuando fué Benalcázar recebido
Porque los reyes tienen luengas manos Y Pascual de Andagoya quedó solo :
Y do quiera que vais el mismo tiene Eu prisiones lo tuvo detenido
Jueces y fiscales y escribanos ; Algunos dias por aqueste dolo ,
Y ansi para büir estremos graves , Hasta que à gobernar al Pirú vino
Los medios me parecen mas suaves . Vaca de Castro , de tal cargo dino .
490 JUAN DE CASTELLANOS .
Aqueste , como trajo poder largo Con inminente riesgo se trabaja
Y al Andagoya tuvo por amigo , Al entrar por aquellas angosturas ,
Hizo de sus prisiones desembargo Do los indios pelean con ventaja
Y á Pirú luego lo llevó consigo . A causa de tomalles las alturas :
Sus insignes bazañas en su cargo Alguna parte del furor ataja
Por escribillas otros no las digo ; Sulfureo tiro con pelotas duras ,
Mas sé que en gobernar y hechos buenos Cuyo veloce vuelo mas alcanza
Ningunos fueron mas , y muchos menos . Quel presuroso golpe de la lanza.
Estos negocios de Andagoya llanos , En cualquier paso de quebrada fonda,
Como de Popayán ya se destierra , Antes que della nuestra gente salga ,
El Benalcázar aprestó las manos Por cuantas partes hay á la redonda
Con presupuesto de allanar la tierra : Viene rodando peñascosa galga :
Convocó los amigos baquianos Resuenan los crujidos de la honda ,
Para hacer á los de Paez guerra , Tantos , que no hay escudo que les valga
Cuyo nombre da muestras de dulzura , Hubo sangrientas frentes y mejillas ,
Pero segun antifrasis figura. Brazos quebrados , piernas y rodillas.
Apercibiéronse mas de doscientos Aquesta furia nunca fué bastante ,
Soldados , por sus hechos conocidos , Enhiesto cerro ni áspera ladera ,
Y en estos belicosos rompimientos Para que no procedan adelante
No menos rompedores que rompidos : Y de las angosturas salgan fuera :
Ballestas y fumosos instrumentos A cierto rio llegan abundante ,
Fueron en cuantidad apercebidos , El cual tenia puente de madera ,
Con todos los pertrechos necesarios Donde con superbísimo coraje
A guerra de tan duros adversarios. Los bárbaros impiden el pasaje.
Son ciento de caballo , que cualquiera Gran espacio duró la competencia
Eu este menester era perfeto ; Mas su trabajo no se perficiona ,
Entrellos va Tovar , que no debiera , Aunque el adelantado , sin paciencia ,
Segun parecerá por el efeto ; En grande riesgo puso su persona ;
Llevó también , por ya saber quién era , En estas dilaciones hizo absencia
Al capitán llamado Martin Nieto , La clara luz del hijo de Latona ,
Y á don Francisco su hijo mestizo , Y ansí por esta causa se retrajo
Que muchas honorosas cosas hizo. El campo de los nuestros mas abajo.
Y al capitán Baltasar Maldonado , Con el obscuro de la noche fria
Que en este reino de descubridores Buscan pasaje menos arriscado ,
Y en sus conquistas fué tan señalado, Y donde mas el agua se tendia
Que ningunos en él fueron mejores ; Hallóse para los caballos vado ;
Del cual , aunque reposa sepultado , Pero para bagaj é infanteria
No pueden sepultarse sus loores , Ganar aquella puente fué forzado ,
Y en Tunja deja para mayor gloria Y este dificultoso desembargo
Hijas que resucitan su memoria. Tomaron tres peones á su cargo.
Dellas es la mayor doña María , Del uno dellos yo no sé su nombre ,
Que si á merecimientos de doncella Por injuria del tiempo varïable ;
Ventura se mostrase madre pia , Y aunque tenemos destos tres un hombre,
Ninguna la ternia mayor quella ; Perdiólo su memoria deleznable :
Otra doña Ana , cuya gallardía , Solo me dice merecer renombre
Virtud y gracia vencen la mas bella ; Adornado de fama perdurable ,
Y Alonso Maldonado ya difunto , Pues nunca se hallo negar el pecho
Que fué de su valor claro trasunto. Al mas dudoso y espantable becho.
No quiso ser exento destas redes , Fué Martin de las Islas el segundo ,
Por ser no menos diestro que valiente , Que en este nuevo reino de Granada
Nuestro vecino Diego de Paredes Y en otras partes deste nuevo mundo
Calderon , que tenemos hoy presente , Hizo bien larga prueba de su espada ;
Dignísimo de mas amplas mercedes El tercero , que hoy nos es yocundo ,
De las que su ventura le consiente ; Con evidencias de la edad pasada ,
Y otros algunos deste nuevo reino Paredes Calderon , el cual ha sido
Que se ballaron en aquel gobierno. Ejemplo de valor engrandecido .
Habíalos entonces enviado El curso de la noche demediado ,
Desde este nuevo reino de Granada Segun del polo muestran las tutelas ,
Don Alonso de Lugo, adelantado , Se disponen al hecho señalado ,
A recoger la gente derramada Armados con espadas y rodelas :
Que del descubrimiento del Dorado No hallan al contrario descuidado ,
Salió con Fernán Perez de Quesada ; Antes con vigilantes centinelas
Y entrar en Paez era su desino , Que tocan arma , y en aquel instante
Atajar, al volver , algun camino. Opuestos dos mil bárbaros delante.
Efectüóse pues esta partida No baja con tal ímpetu creciente
For los que militar ardor inflama De las alturas á los campos llanos ,
En oportunidad que los convida , Ni llamas prestas de vigor ardiente ,
Aunque suceso bueno no los llama. Impelidas de cierzos ó solanos ,
La nueva y el tropel de la venida Cuan prestos se abalanzan á la puente
Por la tierra de Paez se derrama , Estos tres valerosos castellanos :
Y antes quel español entrase dentro , Menean brazos , y estos movimientos
Los bárbaros salieron al encuentro. Igualan á los mismos pensamientos.
Estimulados de las furias locas Andan listos los piés, prestas las manos,
Aquellas gentes bravas y terribles , No sin sangre de quien el paso quita ,
Que en aquella sazon no fueron pocas Y ansi de los que hallan mas cercanos
Y en opiniones proprias invencibles , Este cae y aquel se precipita :
Ocuparon los pasos y las rocas Crece la multitud de los paganos ;
A los humanos piés inaccesibles , Confúndense con voces y con grita,
Cuyos anfractos duros y aspereza Por no dalles lugar el angostura
Son estremados en naturaleza . Para poder entrar quien lo procura.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , ELEGIA A BENALCAZAR, CANTO IX. 491
Tanta priesa les dan y tanta caza , « Caballeros , cualquier riesgo patente
Que con la mejoría de sus suertes Es gran acertamiento que se buya ;
La puente toda se desembaraza , Pero será mayor inconviniente
Y al cabo della se hicieron fuertes , Salir aquestos indios con la suya ,
Porque salir á mas estensa plaza Porque de muchos el temor presente
Era pagar las muchas con sus muertes ; En lo futuro no se disminuya ,
Y alli valerse sin mortal mancilla , Pues cada cual sabeis á lo que tira
Se tuvo por divina maravilla. Y cuánta multitud hay à la mira.
Sus fuerzas llegan al supremo grado , Primero pues que llegue la mañana
En las cuales estan todos enteros ; Manifestándonos sus arreboles ,
Mas no bastaran ellas ni el cuidado Quiero que de la gente mas lozana
Para no ver sus dias postrimeros , Suban cien señalados españoles ,
A no haber don Francisco ya pasado Porque la tierra toda queda llana
El vado con cincuenta caballeros , Si podemos ganar estos peñoles ,
Que llegaron con paso presuroso Y vayan por caudillos al efeto
A la puente y al trance riguroso. El capitán Tovar y Martin Nieto.
Quedaron libres estos tres soldados > Lleven sus armas defensivas puestas,
Con aquesta veloz arremetida ; Y con las ofensivas en la mano ,
Los indios compelidos y forzados Cargados arcabuces y ballestas
A rehüir el riesgo de su vida , Que pongan frenos al furor insano ;
Viendo que a muchos los siniestros hados Los demás con caballos y armas prestas
Hicieron que abreviasen la partida Estaremos arriba de lo llano ,
A la profundidad de los infiernos , Cuanto cómodamente ser pudiere ,
Donde son los tormentos sempiternos. Por acudir á lo que sucediere . »
Quitados de la puente los rigores , Correspondieron todos gratamente ,
Do la española parte se mejora , Por ser en punto gente tan entera
Dió don Francisco gracias y loores Que para riesgo muy mas evidente
A sus atletas , y en aquella hora Ninguno recelara la carrera :
Iba restituyendo sus colores Previene cada uno diligente
A los escelsos montes el aurora ; Aquel recado que menester era ,
Y ansi el adelantado brevemente Y apercebidos para la jornada
Vino con el restante de la gente. Esperaban la hora señalada.
Prosiguen adelante sus caminos Al tiempo pues que la menor estrella
Al valle que promete buenas suertes , Moradora del cielo mas cercano ,
Pero todos los pueblos convecinos , Aquella digo que la lumbre della
Que para pelear no son inertes , Es sola la que toma del hermano ,
Con galgas como piedras de molino Entraba con pureza de doncella
En un alto peñol se hacen fuertes , A se lavar en ondas de Oceano ,
Varios pertrechos , hijos y mujeres , E ya la soporifera tardanza
Y lo mas substancial de sus haberes. Igualaba del peso la balanza :
Señoreábase desde el altura El capitán Tovar , que no dormia ,
Cuanto puede visible subtileza : Hizo de los soldados llamamiento ,
Si lugar áspero formó natura , No con aquel ardor con que solia
Alli pudo llegar el aspereza ; Llegar á belicoso rompimiento ,
Forma piramidal es su bechura , Mas contibieza tal , que parecia
Pero sitio capaz en la grandeza; Présaga de su mal acabamiento ,
Algunos montes hay en las vertientes , Asaltado de natural sospecha
Y no faltaban cristalinas fuentes. Que estímulo de honor de si desecha.
Las partes dél imposibilitadas Y ansí , los compañeros recogidos ,
Para subir por ellas piés humanos : Otro concepto del que tiene muestra ,
Solamente tenia dos entradas , Y los dos capitanes convenidos ,
Do no podian asentarse llanos , Martin Nieto tomó la senda diestra ;
Antes las sendas van tan empinadas , El Tovar por los pasos mas erguidos
Que en vez de piés se sirven de las manos ; Y de riesgo mayor, á la siniestrå ;
Y en estas no faltaban compañías Y entrambos con silencio necesario
Que velaban las noches y los dias. Fueron subiendo por camino vario .
Hízose la posible diligencia El Nieto , no por ir mas advertido
Con prometelles amistad de hermanos , Sino por un regalo de ventura ,
Si diesen vasallaje y obediencia Subió sin ser de nadie resistido
Al mejor rey de todos los humanos : Ni vello , por la noche ser obscura ,
Fué dellos la final correspondencia De tal suerte , que cuando fué sentido
Querer averiguallo por las manos , Estaba ya cercano del altura ,
Que las aprieten , y quien mas pudiere Y al tiempo que acudieron gentes prestas ,
Del vencido bará lo que quisiere. Disparan arcabuces y ballestas .
Por el adelantado visto esto , Cuyos tiros ningunos dan en vano ,
Y que le convenia sojuzgallos , Antes los mismos cuerpos son adarga ;
Asentó ranchos en lugar dispuesto Luego con la violencia de Vulcano
Para se menear con los caballos : Apresuróse la segunda carga ;
Noches y dias con furor molesto Al fin pusieron piés en lo mas llano
Acuden bárbaros á contrastallos , Que a su pesar el dueño desembarga ,
Dando tan á su salvo los asaltos , Y ansí los sanos como los heridos
Que revolvian libres á sus altos. Fueron ahuyentados y esparcidos.
Consideradas las obstinaciones Allí paró con los de su estandarte
Y fieros de la bárbara jactancia , No consintiendo mas tender la rienda ,
Que ya con atambores y pendones Contento con tomar aquella parte
Hacian, recogidos à su estancia , Ya sin que la contraria se defienda :
Queriendo declarar sus intenciones Y en tiempo que pudiera de buen arte
A los comilitones de substancia , Llevar mas adelante la contienda ,
El Benalcázar por oir respuestas Parecióle volver sin hacer pausa ,
Dijo pocas palabras , que son estas : E yo no sé decir cuál fué là causa.
492 JUAN DE CASTELLANOS.
Pero debió tener causas bastantes Usábase traer barba crecida
Que fuera van de mis obligaciones , En aquella sazon y autorizada ,
Porque suelen en cosas semejantes Y era la del Tovar barba vellida ,
Engaños padecer las opiniones : Largos bigotes , toda bien poblada ,
Antes pues que de estrellas radiantes , Y entonces la traia recogida
Que en los mortales hacen impresiones , Al modo de cabellos entrenzada ;
La luz con la del sol fuese resuelta ,
Para el adelantado dió la vuelta. Y á los soldados , antes que comiencen ,
A gran priesa mandó la desentrencen.
Tuvo suceso deste diferente Debió de ser , segun lo que yo puedo
El capitán Tovar en la subida , Congeturar de aquesta diligencia ,
Por ser inumerable la creciente A los imberbes indios poner miedo
De la gente feroz endurecida ; Con la ferocidad de su presencia :
Mas él propuso con fervor ardiente Y ansi con ferocísimo denuedo ,
Ganar los altos ó perder la vida ; Confiado de Dios y su clemencia ,
Y ansi con tiros y con hechos buenos Puso los pensamientos y la frente
Allá subieron sin bacellos menos. Adonde vió mas multitud de gente .
En esta hora de temor horrendo , Mandó hacer el acometimiento
Hora menguada y hora lastimera , Diciendo : « Si Dios quiere que este dia
Venia ya sus rayos descubriendo Sea de mi final acabamiento ,
Aquel planeta de la cuarta esfera : Su voluntad se cumpla y no la mia ,
Auméntase la grita y el estruendo Incierta de cuál es acertamiento
De gentes , como si de talanquera Si por la santa suya no se guia. »
Vieran pelea de leon y oso ,
O tuvieran los toros en el coso. Y aquesto dicho , los insignes martes
Rompen la furia por entrambas partes.
Hay tanta multitud que los oprima Por donde fué la gente sin caudillo ,
Como gran espesura de arboleda , A causa de ir Tovar por otra via ,
A la similitud que en el esgrima Tentó subir el capitán Morillo
Gran cuantidad de gente hace rueda :
Llueven dardos y piedras de por cima Que con treinta soldados acudia
Por tantas partes , que ninguna queda A la gran algazara del castillo ,
Donde nuestro Tovar , como quien era A los cuales Benalcázar envia,
En su defensa justa persevera . Considerando que en el alto morro
Necesidad habia de socorro .
Duró desta manera la porfia Puso Morillo suma diligencia
Con recíprocos acometimientos , Por llegar con los suyos al aprieto ,
Hasta que declinó del mediodía Mas al subir fué tal la resistencia
El sol con sus lijeros movimientos : Que se volvieron sin hacer efeto ;
El calor y la sed que se sufria Los otros que rompieron la violencia
Pasó de los humanos sufrimientos , Sin aguardar decoro ni respeto ,
Y traspasó la raya del espanto Se desgalgaron por la cuesta abajo
Poder hombres mortales durar tanto.
Por el camino que Morillo trajo.
No les sirven ballesta s ni cañones Levanta los tobillos quien mas puede
Con que bala mortal es impelida , Para juntarse con los de los llanos ,
Y con que la braveza de escuadr ones
Habia sido siempre rebatida , Y aunque este se despeñe y aquel ruedé
Nadie cura de amigos ni de hermanos :
Porque faltaban ya las municiones , El furor de los indios que procede
Artificiales rayos y estampida ; Hubo los siete dellos á las manos ;
Y ansi los indios , que lo tal sospechan , Los otros escaparon de las redes ,
Oportunas sazones aprovechan . Y destos es el Diego de Paredes .
Comienzan de mas cerca los combates
Largando riendas á las osadías ; Rompido por Tovar el torbellino
Pero los nuestros suben de quilates Que le cabia por su derescera ,
Su brio , su valor y valentías , Metióse por un monte convecino
Dando crüeles fines y remates Pensando que mejor le sucediera ;
A las mas, atrevidas gallardías ; Mas en prosecucion de su camino
Aunque desbaratados los que encuentran , Dió con inumerable gente fiera ,
Demás de los que fueron en alcance
Por espaldas y lados otros entran . Por no perder aquel honroso lance.
Bien quisieran hüir tan mala suerte , Viéndose salteados de repente
Mas su resolucion es homicida ,
Porque si huyen caen en la muerte , De crüel escuadron aunque desnudo,
Y si no huyen piérdese la vida ; Quien mas aliento tuvo de su gente
Al fin no puede , de lo que se advierte , Huyó por donde buenamente pudo ;
La determinacion şer digerida ; Quedaron con él once solamente ,
Mas uno , que no sé decir quién era , La mayor parte dellos sin escudo ,
Al Tovar le habló desta manera : Que no haciendo cuenta de sus vidas
Procuran de vendellas bien vendidas.
འ« Decidme , señor mio, ¿ qué esperamos
Cuando menos conviene que se espere? Mas el mayor estrago fué ninguno ,
Por las dos partes les acometamos Si lo uno y lo otro se avalía ,
Por donde mas el ímpetu nos hiere. Pues importaba mas la vida de uno
¡ Sus ! en cuadrillas dos nos dívidamos , Que cuantas el peñol alto tenia ;
Y caiga de nosotros quien cayere ; El impetu de muchos importuno
Con terrible calor prevalecia ,
Pues quien rompiere , como vivo salga , Y de los miserables el mas fuerte
Podria ser que de los piés se valga.» A brazos anda con la misma muerte .
Lo dicho por aquel soldado viejo Desta manera la fiel docena ,
No les pareció mal à los oyentes , Traspasada por pechos y por lados ,
Porque en perplejidad cualquier consejo Anda pagando la severa pena
Da muestra de razones concluyentes :
Hallando pues en ellos aparejo Que destinaron sus atroces hados ,
Sin haber pareceres diferentes , Hasta que en sangre propria y en ajena
Para romper á los que los impiden Quedaron todos ellos anegados ,
Cortadas al momento las cabezas
En dos partes iguales se dividen.
Y los llagados cuerpos hechos piezas.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE III, ELEGIA A BENALCAZAR, CANTO X. 493
Ansí tuvo Tovar acabamiento Después ya de punir aquestas gentes ,
Que cuasi del Añasco fué trasunto , Sobre cuantas nacieron inhumanas •
El cual pudo fingir impedimento Recorrieron provincias diferentes ,
Cuando de tacto mal tuvo barrunto ; Ansi remotas como comarcanas ,
Mas no quiso hüir el detrimento , Gastándose los tres años siguientes
Por no caer un punto de su punto , En las pacificar y hacer llanas ;
Y á sus escusas todos dieran lado Al cabo de los cuales nuestros reyes
A causa de estar bien acreditado. En Indias estamparon nuevas leyes.
Decian muchos ser fatal sentencia , Para Pirú con esta diligencia
Planeta , signo , constelacion dura , Por yirey vino Blasco Nuñez Vela ,
Pero la semejante dependencia Donde la tierra falta de obediencia
No tiene fuerza sobre la cordura , Contra mandatos regios se rebela ;
Pues el varon dotado de prudencia Y porque de aqui tiene dependencia
Muchos inconvenientes asegura , Aquello que me resta de la tela
Cuanto mas quel peligro del enhiesto De Benalcázar , la porné cumplida ,
Peñol á todos era manifiesto. Pero con canto nuevo difinida.
A los demás que por despeñaderos
Huyeron divididos y apartados ,
Dioles la vida ser de piés lijeros , CANTO DECIMO ,
Y entonces mas veloces que venados ,
Y estar los indios , con los compañeros Donde se cuenta la venida del virey Blasco Nuñez Vela á Popayán, y có
Que con Tovar quedaron , ocupados ; mo allí se rehizo de gente para ir contra Gonzalo Pizarro, y llevó con.
Pues con cudicia del presente cebo sigo al adelantado don Sebastián de Benalcázar, y á Juan Cabrera y
otros valerosos soldados.
No fueron á buscar otro de nuevo.
Como suelen en indica dehesa Los que mal hacen , porque no se entienda ,
Cazadores con perros de traílla , Huyen de donde resplandece lumbre ;
Que buscando sustentos de su mesa A los incorregibles el enmienda
Toparon de venados gran cuadrilla , Les es intolerable pesadumbre ;
Y en aquellos que pueden hecha presa , Y ansi suelen decir , á los sin rienda
La resta no procuran de seguilla , A par de muerte ser mudar costumbre ,
Contentos con lo que en las manos queda , Que como sobre mal subyecto caiga
Sin que tras lo dudoso se proceda : Con gran dificultad se desarraiga
Desta suerte los bárbaros espertos Pues como corregillos es al gusto
En correr por lugares salebrosos , Y voluntad de los celosos reyes ,
No quisieron dejar los lances ciertos Y en Indias no viviesen tan al justo
Por seguir los inciertos y dudosos ; Que no tractasen mal bárbaras greyes ,
Mas repartidos ya los cuerpos muertos El gran emperador César Augusto
Por los que se mostraron mas briosos , Don Carlos quinto hizo nuevas leyes
Determinaron con potente mano Para que desterrada la malicia
Romper con el ejército cristiano. Se besasen la paz y la justicia.
Ocuparonles todas las salidas Fueron en el Pirú mal recebidas ,
Con tantas gentes y de tal manera , Y el virey, mas brioso que paciente ,
Que corrieran gran riesgo de las vidas Con celo de las ver obedecidas ,
Si por adonde entraron se saliera ; Queríalo llevar por lo valiente :
Después á salvo dan arremetidas La furia de las gentes atrevidas
Tantas , que les convino salir fuera , A tal temeridad puso la frente ,
Tomando las montañas por amparo Que para lo prender se dieron maña ,
Para por ellas ir á campo claro. Y preso le mandaban ir á España .
Caminaron con gran desabrimiento Mas en el mar del Sur el mensajero ,
Por los habidos en aquel viaje ; Pareciéndole grave desatino.
Y en confianza de cursado tiento No dalle libertad al prisionero ,
Rompieron por el áspero boscaje , En ella lo dejó por el camino :
Camino de mayor detenimiento , El para castigar el desafuero
Hasta que ya llegaron al paraje A la ciudad de Popayán se vino ,
De Cali , do salieron mal parados , Adonde Benalcázar y sus gentes
Mas no de sus venganzas olvidados . A sus mandatos fueron obedientes.
Y ansí , después que ya la primavera Como reconoció leales pechos
Del de cuarenta y uno fué llegada , En todos estos pueblos comarcanos ,
El fuerte Benalcázar persevera Juntó soldados , armas y pertrechos
En la guerra de Paez comenzada , Para revolver sobre los tiranos ;
A la cual coyuntura Juan Cabrera Los cuales ya sus temerarios hechos
Volvió del nuevo reino de Granada , Sustentaban con armas en las manos ,
Que no le dió pequeño regocijo Cierto papel tomando por cubija
Por le tener amor de mas que hijo. Y á Gonzalo Pizarro que los rija.
Y en comun redundaron los placeres El cual , sabidas bien las intenciones
Por él hacellos á cualquiera banda , Del virey , segun hemos declarado ,
Demás de que vulgares pareceres Para Quito guió sus escuadrones
Se van tras el que tiene quien los manda ; Y puso contra rey campo formado ,
Dióle de general largos poderes , Con tantas y tan buenas prevenciones
Y fueron contra la nacion nefanda , Cuantas pedia caso tan pesado
Donde después que entraron en la tierra , Hizo el virey la misma diligencia ,
Sin mal suceso les hicieron guerra. Pero menoscabado de potencia.
El modo de hacella no lo digo, Fué Benalcázar pues en su servicio ,
Por ser inacabable si se empieza , Y con honroso cargo Juan Cabrera ,
Pero sé que se hizo gran castigo, Con otros muchos que en aquel oficio
Adonde les quebraron la cabeza , Pudieran ser preciados donde quiera ;
Satisfaciéndose del enemigo, Mas no les acudió hado propicio
Sin morir español ni faltar pieza ; A los que siguen la real bandera ,
Mas con los castigar segun le plugo Porque los mas murieron junto à Quito
No pudo sometellos à su yugo . En aquel asperísimo conflito.
494 JUAN DE CASTELLANOS .
Al fin prevaleció lo mal fundado , Vísto por Benalcázar el edito
Y entonces el derecho quedó leso , Y sello de potencia soberana ,
Por se hallar el campo rebelado Con gente se partió via de Quito ,
Con posibilidad de mayor peso : Porque ya la ciudad estaba llana;
Fué pues el Blasco Nuñez degollado , Al fin se vió con él y en el conflito
Y nuestro Benalcázar quedó preso , De la batalla de Xaquixaguana ,
No libre de heridas, mas de suerte Do Gonzalo Pizarro con el resto
Que se halló cercano de la muerte. Quedó de vida y honra descompuesto.
Mas la que no le dió confusa mano El cual pudo vivir rico y contento
Cuando Mejera su furor enciende , Sin aspirar á regio señorío ,
Quisiera se la dar un mal cristiano Mas tendió velas á su desatiento
Que ( porque fué leal ) lo reprehende ; Por golfo de supremo poderio ,
Y Gomez de Alvarado , mas humano , Y ansi , con soplos de soberbio viento
Del ímpetu tirano lo defiende , Y poco lastre , zozobró el navío ,
A cuya fe de noble caballero Ahogando proezas de servicios
Benalcázar se dio por prisionero . En ondas de tiránicos bullicios.
Quieren decir algunos que Gonzalo Viérades por el lodo las grandezas
Pizarro , precediendo sinsabores , De los que se mostraban mas lozanos ,
No tuvo contra él intento malo , Y en qué pararon sueños y torpezas ,
Tractandolo por términos mejores ; Furias y devaneos de tiranos ,
Pero para privallo del regalo Y cómo los varones de riquezas
No faltaban perversos consultores , Con nada se hallaron en las manos ,
Diciéndole: « Señor , destos los menos , Confiscado caudal , honras perdidas ,
Que tarde , mal y nunca serán buenos .» Demás de las yacturas de las vidas.
Al fin el Alvarado con prudencia , Dado ya fin à la tirana guerra ,
Siendo su proprio honor el interese , Cuyo castigo fué sanguinolento ,
Solicitó con suma vebemencia Demás de multitud que se destierra
Que libertad precisa se le diese , Menos culpados en el alzamiento ,
Y ansi Pizarro proveyó licencia Benalcázar volvió para la tierra
Para que a su gobierno se volviese ; Donde tenia su adelantamiento ,
Y al mismo punto quel despacho vino, Con deseo de ya vivir quïeto
Se puso con algunos en camino . Si pudiera gozar de tal efeto.
Huyendo de los términos tiranos Mas en la rueda del humano juego
Ninguno de buen pecho mas espera , Siempre fortuna da carta cubierta ,
Dejándoles las capas en las manos , Y ansi cuando teneis algun sosiego ,
Y destos Francisco Fernandez era , Que raras veces à venir acierta ,
Aunque después el pobre cascos -vanos Para lo perturbar acuden luego
Contra pendon real alzó bandera : Cien mil desasosiegos à la puerta ;
En los cuales sucesos no me alargo Porque la quietud de los humanos
Porque otros los tomaron á su cargo. Es tal que se desliza de las manos.
De Benalcázar tracto solamente , El mas cierto placer es como sueño
Que caminó con la licencia dada , Que en memoria no hace permanencia ;
por consejo de dañada gente Lo cual en Benalcázar os enseño ,
Fué dentro de dos dias revocada ; Que cuando vido dél un aparencia ,
Y ansi fueron con paso diligente El licenciado Francisco Briceño
Tras él por estorballe la jornada , Llegó para tomalle residencia
Pero , herido ya desta sospecha, Sobre la muerte de George Robledo
El camino real de sí desecha. Y algunas cosas que escribir no puedo.
Por la sierra se fué con este miedo , Hasta de la mas baja menudencia
Sin reparar desque salió de Quito , Le hizo cargo , y admitió querella
Por verse lejos de tan mal enredo, De la viuda que con impaciencia
Cual es el que pusimos por escrito ; Lloraba siempre la marital mella :
Y entonces sucedió lo de Robledo , Vistas las causas , pronunció sentencia ,
Que porque lo conté no lo repito , Que fué de muerte , mas apeló della
Mas quien quisiere relacion mas llena Ante el monarca de suprema silla ,
Lea lo que tracté de Cartagena. Para seguir sus causas en Castilla.
Sobre mil y quinientos ya corria Tomó fianzas el que lo condena ,
El de cuarenta y seis de nuestro fuero , E ya puesta por obra la partida ,
Y en el décimo mes al cuarto dia Vejez , enfermedad y grave pena ,
Vieron este suceso lastimero , Le cortaron el hilo de la vida
El mismo año que furores cria Dentro de la ciudad de Cartagena ,
La muerte del virey fué por enero ; Emula gente , pero comedida ,
Y este negocio , de lealtad ajeno , Que como nobles y de canas sienes
En las Españas dió terrible trueno. Le hicieron exequias muy solenes .
Por el Pirú la furia mas se empina , Pagado pues el natural tributo
No que faltase quien al rey obligue Cargado sobre todos los mortales ,
Pero comunidad , si desatina , El don Pedro de Heredia puso luto
Olvidada del bien lo malo sigue. Con los demás vecinos principales ,
Al fin su Majestad se determina Haciéndole sepulcro bien instruto ,
Enviarles juez que los castigue , Honrosos y cumplidos funerales ,
Y fué contra la pérfida borrasca Y encima de la tumba dò yacia
El cuerdo licenciado Pedro Gasca. Pusieron una letra que decia :
A Panamá llegó , donde la llama Ista Benalcazar potuit concludere lumba,
Tiránica tendia su creciente ; Ipsius at famam claudere non valuit :
Mas á los principales de la trama Succubuitfatis, quæ passim candida turbant,
Gesta tamen calamo sunt celebranda pio.
Ganó las voluntades fácilmente , Yace Benalcázar fuerte Fué de los bados rendido,
Y á Benalcázar por su buena fama En esta terrestre cama Ya la injuria sometido
Escribió que procure hacer gente , Que
Pero cubre la fragil
pudo trama ; Massushechos
muerte De mudanzas temporales;
Para luego pasar en su demanda no la fueron tales
A Pirú contra la rebelde banda. Encubrir su buena fama. Que no merecen olvido,
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE III , ELEGIA A BENALCAZAR , CANTO X. 495
Cuando cerró los ojos con eterno Porque como varon de quien büia
Sueño , fué por el año de cincuenta , Término simulado de malicia ,
Y basta ver gobernador moderno Les dijo rasamente que cumplia
O lo que mas al alto rey contenta , Perder de presentarse la cudicia ;
Briceño se quedó con el gobierno ; Pues presentado , por ninguna via
Y ansi para dar dél honrosa cuenta , El dejaria de hacer justicia ,
Dió conductas y cuerdas instrucciones Y lo mejor de las informaciones
Para hacer cristianas poblaciones . Era salirse dentre los tizones.
A Vasco de Guzmán , por el abono Sabida por Oyon la resoluta
Que dél tenia por la comun fama , Respuesta dada por jüez severo ,
Mandó poblar en lo de Guachicono , Sin réplica de prueba ni disputa
Que por los nuestros Almaguer se llama ; A Popayán llevó paso lijero ,
Al cual poco después quitó del trono Donde halló tener cierta conduta
Por dar oidos à quien lo desama , De capitán un Sebastián Quintero
Siendo del desacrédito terceros Para poblar los cambis de camino,
Un Juan de Medellin y Luis Mideros. Y era de donde Oyon y su vecino.
A cuya peticion fué proveido El cual como le viese descontento
Alonso de Fuen Mayor , que era verno Le dijo : « Señor , id á mi jornada ,
De Benalcázar , hombre ya rompido , Que creo que será de mas momento
Y de buenas industrias y gobierno : Que la que vos teníades poblada ;
Muchos soldados siguen su partido, Terné de capitán yo nombramiento ,
Que no señalará nuestro cuaderno ; Por vos será la gente gobernada ,
Mas dellos fué Vicente de Tamayo Y de las suertes digo desde agora
Que desta tela me proveyó sayo. Que la vuestra será con gran mejora.
Y un Alvaro de Oyon, de quien la historia Aceptó la promesa y el regalo
Que hago tractará prolijo rato , Que se le dió de buen aviamiento ,
Haciendo de sus cosas la memoria Sin presumirse del intento malo ,
Que los antiguos hacen de Herostrato , Porque no se le dió desabrimiento ;
Vaso de necedad y vanagloria , Antes le dió Quintero mando y palo
Arronjadizo , torpe , mentecato , Y punto no faltó del cumplimiento ;
Mas del vulgo tenido comunmente , E ya la gente bien apercebida ,
Siendo hombre temerario , por valiente. En efecto se puso la partida.
Era de Guelva , pueblo del condado , Sobre mil y quinientos ya corria
Segun oimos á personas varias , El de cincuenta y uno de los años
Nieto del comunero condenado Del parto pio de la Virgen pia
Que dijo « mi compadre Gomez Arias » , Que fué reparacion de nuestros daños ,
Que por ser un romance muy trillado Cuando poblaron do se pretendia
Las razones se dan aquí sumarias , Para la conversion de los estraños;
Pero quien del suceso mas desea Y por hallar alguna , segun fama ,
Lo restante de aquel romance vea. San Sebastián de la Plata se llama.
El Oyon ansimismo fué culpado Allanada la tierra con aumento,
En el Pirú con los del alzamiento , Fué su persona bien gratificada ,
El cual vino con otros desterrado , Y el Sebastián Quintero , con intento
Personas que no fueron de momento ; De vella mucho mas acreditada ,
Después en Almaguer fué señalado Envïólo con el apuntamiento
Por escuadra , con otros que no cuento , A este nuevo reino de Granada ,
Y allí sin ocasion de tener guerra Siendo Galarza y Góngora oidores
Riñó con un soldado de su tierra. Primeros , y después pocos mejores.
Fué Francisco Dominguez el que digo , A Bogotá llegó , y al presidente
Y aunque los despartieron sin herida , Presentó los recaudos y escriptura ,
Sancho de Rojas , del Oyon amigo , E yo lo ví , que me hallé presente
Fué del dicho Dominguez homicida , En la ciudad en esta coyuntura ,
Sin que pudiese declarar testigo Donde no tuvo tal el despidiente
Otra razon ni causa conocida : Que conformase con su conyectura ,
Sabido por Oyon el mal recado . Porque en el confirmar algo se altera ,
Los dos se retrajeron à sagrado. Y no faltó quien dijo quién él era.
Luego de Guachicono se salieron Y entonces à la puerta de un platero ,
Usando de recatos necesarios , Jorge de Quintanilla que lo via
Y á la villa de Cali se volvieron Con paño de cabeza y un sombrero
Fuera de los caminos ordinarios , ( Presente yo ) le dijo , ¿ qué tenia ?
Adonde dicen que se retrajeron respondió : « Señor , aquí me muero
Al monasterio de los mercenarios ; De dolor de cabeza cada dia ».
Y los intentos del Oyon han sido Y no pudo hablar mejor sentencia ,
Librarse del delicto cometido. Pues esta fué su principal dolencia.
Porque se proferia dar bastante Hombre mas que mediano, bien fornido,
Informacion , que de la contingencia Y no de entendimiento delicado ,
En la desgracia nada fué culpante Pues aunque bijodalgo conocido ,
Ni riñeron los dos en su presencia ; Bronco me pareció y avillanado ;
Antes del caso que le fuè tocante Andaba del demonio revestido ,
Habia ya pasado la pendencia , El rostro torvo , melancolizado ,
Y estaba con quietud en su posada Como quien se quemaba con el fuego
Cuando supo la muerte desastrada . De la fea maldad que diré luego.
Quiso pues presentarse de su grado Para cuyas horrendas pretensiones
Debajo de tener prenda segura , Compró del caudal poco que tenia
Para lo cual Tamayo fué rogado Arcabuces y algunas municiones ,
Y otros presentes à la coyuntura, Conformes á su loca fantasía ,
Que hablasen al dicho licenciado So color de que son preparaciones
A quien tocaba la judicatura : De guerra que en los cambis se bacia ,
Hablaronle , del cual tuvieron presta Adonde se volvió con los que vino ,
Y fuera de su gusto la respuesta. Rendidos á su torpe desatino.
496 JUAN DE CASTELLANOS .
En la misma sazon el licenciado Y ansi como negocio tan terrible
Briceño , ya tomada residencia No sufria prolijas dilaciones ,
A capitanes del adelantado , Con la presteza que les fué posible.
Se vino para la real audiencia Alistaron guerreras municiones ,
Del nuevo reino , por estar nombrado Y antes que la maldad fuese visible
Senador della por real potencia ; Avisaron cercanas poblaciones ,
Llegó también en este mismo año Y con temor que à Popayán acuda ,
El suelto licenciado Juan Montaño. A Cali y Almaguer piden ayuda.
El Oyon á los cambis ya venido Cali , que con las mismas conyecturas
Con tres ó cuatro de su compañía , Venir alli primero se recela ,
Fué del leal Quintero recebido No le pareció bien quedar á obscuras
Con mejor pecho quel traidor traia : Por dar al otro pueblo la candela ;
Dió larga cuenta de lo sucedido , Los de Almaguer, aunque las nuevas duras
Mas no de la traicion que pretendia , Pedian mas posible de tutela ,
Porque si della vieran aparencia Enviaron por ser mas comedidos
Fuera luego punida su demencia. Doce vecinos, hombres escogidos.
Pero con otra juvenil compaña , Estos son : Luis Mideros , lusitano,
Veletas que se van tras cualquier viento , Francisco Ruiz y Alvaro Gudino ,
Facilitándoles esta hazaña Antonio de Guevara , toledano ,
Con grande prevencion de juramento , Y Joanes de Gaviria , vizcaíno ,
El perfido traidor se dió tal maña Tamayo, Alonso Casco , trujillano ,
Que ganó votos y consentimiento , Martin Muñoz , de Ubeda vecino ,
Pesando la graveza deste peso Cosme de Torres , Pedro Galiciano ,
Con la balanza de su poco seso. Gonzalo Gomez , Juan de Medellino ,
En caballos lozanos y lijeros ,
Y es consideracion que nos admira
Deste pobre mas pobre de aquel suelo , Y por su capitán Luis Mideros.
Que para tirar alto se retira Llevaron paso bien apresurado ,
De la seguridad del fiel celo ; Y a la ciudad de Popayan venidos ,
Y al tiempo del tirar puso la mira Fueron del capitán Diego Delgado
En un blanco clavado con el cielo , Y del cabildo muy bien recebidos ;
Donde toda la fuerza de fortuna Fueron , segun el orden mas cursado ,
Para llegar es menos que ninguna . Oficios de la guerra proveidos ,
Pero comunes son estos escesos Que por los ignorar no los estampo :
En gente torpe cuando devanea , Solo sé ser Lobon maese de campo.
Adoptando principios y progresos De los unos y otros hecha cuenta ,
Al desvanecimiento de su idea , Dispuestos à la cota y al almete ,
Y que no serán menos los sucesos Hallaron cinco menos de setenta ,
De como su juicio los tantea ; Entrellos de caballo diez y siete ,
Y ansi sin prometerse mal remate Que muchos en rigor de mas afrenta
Dió el Oyon en este disparate. Sacaron bien la barba y el copete :
Veinte personas pues ya conjuradas Negros preparan , indios yanaconas ,
Demás del número destas personas.
Para la gran traición que se tramaba ,
Al Quintero le dió de puñaladas Cada cual en su pueblo se velaba
Y a los demás de quien se recelaba , En las nocturnas horas y de dia ,
Que no querian ir por las pisadas Y el capitán Delgado procuraba ,
Del áspero camino que llevaba , Con barbaras espias que tenia ,
Teniendo cada cual libre su pecho Saber del mal Oyon donde llegaba
De tan atroz , cruel y enorme hecho. Para ver la derrota que seguia ;
Mas & quién devisará cubierta brasa Y de los indios de repartimientos
En la ceniza del traidor amigo , Tenian los avisos por momentos .
Que goza de mi mesa y de mi casa Oyon desque cortó la vital trama
Y en gran conformidad tracta conmigo , A los que conocia ser leales ,
Muestras sinceras, aparencia rasa , El príncipe de libertad se llama ,
Y en las entrañas bosque de enemigo , Siendo captivo de sus proprios males :
De donde sale para hacer salto Y entre los herederos de su fama
El con ardid aleve , yo dél falto ? A su gusto nombró los oficiales ;
Muertos del pueblo pues los mas insines, Y destos Diego Gomez de Casañas ,
A dos dellos por gran ruego destierra , Maese de campo fué de las marañas.
Haciendo cuenta que por los confines Hecha por él aquesta diligencia ,
Los matarian indios de la tierra : En ese mismo punto determina
El uno fué Juan Lopez Paradines , Dar en los pueblos de menos potencia :
Que con el otro por gente de guerra Primero Neiba , por le ser vecina ,
Pasaron, con notable detrimento , Adonde por faltalle resistencia
Desarmados y sin mantenimiento. Y no ser destos males adevina ,
Debió de ser divina providencia Mató los del cabildo y regimiento ,
Desterrar estos dos el torpe ciego , Y los demás llevó que yo no cuento.
Porque si Popayán sin advertencia A Timaná llegó con sus soldados ,
Estuviera del pérfido cetego , Muchos sin voluntad destas pendencias ,
Estendiérase mas esta dolencia Adonde como estaban descuidados
Y fuera malo de matar el fuego ; Usó de sus sangrientas insolencias :
Pero guïólos la bondad inmensa Los muertos no me fueron señalados
Por mejor via quel tirano piensa. Ni las particulares menudencias ;
Pues aunque por montañas y breñales , Pero robó del rey caudales ciertos
Huyendo de caminos y de asiento Y el oro de los vivos y los muertos.
Poblado de los bárbaros bestiales , Las armas recogió, y aquesto hecho,
Y sin pacífico conocimiento , Alli tuvo de gente mas aumento ,
Rotos , descalzos y con otros males , Que contra voluntad y á su despecho
Fueron á Popayán en salvamento , Metieron prenda de su perdimiento ;
Do publicaron la traicion y modo , A Popayán se fué luego derecho,
Con sobresalto general de todos. Do siempre tuvo principal intento ,
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , ELEGIA A BENALCAZAR, CANTO X. 497
Porque subyectos estos á su mano , En las manos aguda partesana ,
Pensaba lo demás tenello llano. Celada fuerte la cabeza vana.
¡Oh vana presuncion , consejos vanos , No pudo caminar tan recatado
Y cuán preciso forma su balance Que de las velas no fuese sentido :
En yerros tan pesados de livianos Al pueblo se le dió luego mandado
Que como tales ha de errar el lance ! Tácitamente sin hacer ruido ;
Pues aun á lo seguro y entre manos Esperólos el capitán Delgado
Apenas le podemos dar alcance , Dentro de la ciudad apercebido ,
Y el mentecapto de conciencia loca Porque , por ser la noche tenebrosa ,
Mide sucesos á pedir de boca. No cumplió que hiciesen otra cosa.
Agora va feroz , brioso , fuerte , El pueblo todo se desembaraza
Sin temor de contraste ni caida , No dejando persona divertida ,
Llevándolo su perniciosa suerte Porque la nuestra y aun la gente baza
A los remates de la mala vida , En dos casas estaba recogida ,
Con afrentosa y abatida muerte , Cuyas puertas salian á la plaza ,
Segun él la tenia merecida , Cada cual dellas cómoda guarida ,
Corriendo mas dos años de la cuenta Hechas por las paredes y aceras
De los mil y quinientos y cincuenta. Para los arcabuces sus troneras.
Era venido ya don Juan de Ovalle , Estos , segun el orden que tenian ,
Obispo , natural de Moazonillo , Fueron en sus lugares repartidos ,
Aquien por su valor quisiera dalle Puestos de tal manera que podian
Elogio que no fuera tan sencillo ; Ofender sin poder ser ofendidos ;
Pero no será justo que se calle Caballeros armados atendian
El baber sido principal caudillo En un zaguán secretos y abscondidos ,
En industrias , defensas y en ardides , Para tomalles las espaldas luego
Para desbaratar tiranas lides. Que viesen comenzar el marcio juego.
En todas ciencias fué varon entero Mas el efecto desto no se vido
Y en esto dió prudentes pareceres ; Puntualmente como se declara ,
Armóse de las hojas del acero , Por cierto caballero, mal sufrido.
Y ansimismo con él todo su clero ; Que llamaban Antonio de Guevara ;
Metieron en el templo las mujeres , Pues pareciéndole tiempo perdido
Do con semblante de leon severo , El que después de vellos esperara ,
Recogidas casadas y doncellas , Quiso , sin que pasasen mas adentro ,
A su cargo tomó la guarda dellas. Salir con los jinetes al encuentro.
Llegaron pues á la ciudad pajiza , Y ansí , cuando llegaba ya cercana
Aunque de tapias las demás labores , La turba ciega de los conjurados ,
Cuando la Santa Madre solemniza, « Aquí estamos , les dijo , no sin gana
Juntos los celestiales moradores , De ver vuestros remates desastrados :
Y por los convertidos en ceniza ¡Oh miserables , que venís por lana
Con pias oraciones da clamores ; Adonde sereis presto trasquilados ,
Adonde dar con claridad no quiso , Divisos de los cuerpos vuestros cuellos ,
Pensando que vivian sin aviso. Porque caigan de golpe los cabellos ! >»
Quel gran peligro los hacia ciertos Estos requiebros del leal jinete
Ser luego los dos hombres desterrados , Apenas percibieron los oidos ,
A manos de crüeles indios muertos , Cuando bando traidor les acomete
Y de otros no poder ser avisados : Y fueron del leal acometidos ;
Estuvieron pues todos encubiertos Pero los cinco destos diez y siete ,
En los cañaverales mas cerrados , De pálido temor siendo rendidos ,
Por asaltar el pueblo con obscuro , Desparecieron como flaca paja
Suponiendo dormir sobre seguro. Que violenta furia desparpaja.
Y en esto no llevaban malós tinos , Sus nombres no se ponen en historia,
A no ser su cautela conocida ; Por no decillos quien los conocia ;
Pero como tuviesen los vecinos Pero yo hiciera dellos la memoria
Entera relacion de su venida , Que su bajeza grande merecia ,
Fuera velaba gente los caminos , Para que con razon fuera notoria
Y la del pueblo bien apercebida , A la posteridad su villanía :
Estando do recelan mas el rayo Quedaron pues los doce sin delicto
Un Francisco de Arévalo y Tamayo. En la tribulacion y en el conflicto.
Estos dos en caballos principales , Estos con los caballos van rompiendo
Con guerreros recatos y cautelas , Haciendo lo posible como buenos ,
Y metidos en ciertos matorrales Los pocos a los muchos retrayendo ,
Dos prontas y avisadas centinelas , Y los muchos á veces á los menos
Porque sintiéndose los desleales Heridas dando , golpes recibiendo
Batiesen y arrimasen las espuelas Que les bacian detener los frenos ;
A dar de la venida relaciones , Pero volvian al sangriento trato ,
A las ancas llevando los peones. Y en esto consumieron largo rato.
Y ansi , tendidas las nocturnas alas Hasta que los tiranos encendidos
Y del sueño la dulce pesadumbre , En escuadron cerrado revolvieron ,
Ausente de palacios y de salas Juzgando los leales por perdidos ,
El fuego material que les da lumbre , Segun el poco número sintieron ;
Salieron por su mal las gentes malas Con la cual furia fueron retraidos
A hacer lo que tienen de costumbre : Al patio de la casa do salieron ,
Eran setenta y cinco todos ellos , Y a pié , con buenas armas enastadas ,
Y algunos van como de los cabellos. Con gran valor defienden las entradas.
Otros desde los piés á la garganta Crecen las temerarias confusiones
Cubiertos de la malla jacerina , Y voces del Oyon que los anima ,
Y á todos se aventaja y adelanta El cual , reconociendo ser varones
Aquel que para mal los encamina, Con quien combaten de valor y estima ,
Guarnido de una dura cuera de anta Subió por la pared con intenciones
Encima puesta de la cota fina , De solo se meter en el esgrima ,
T. IV. 32
408 JUAN DE CASTELLANOS.
Para que dentro él y en la reyerta Salieron todos , y el Diego Delgado
Los de fuéra ganasen esta puerta. Mandó tomar la puerta del cercado.
Mas Juan de Medellin , como cercana Por indios de macanas y flecheros
Persona que lo vió y el ardid siente , Ansimismo la cuadra se rodea ,
Le dió tal golpe con la partesana Que por los transparentes agujeros
Que lo precipitó galanamente : Sus flechas cada cual dellos emplea ,
Espaldas tocan à la tierra llana , Porque los fuegos altos y lijeros
Y mejoró los pies incontinente , Les descubrian la caterva fea ;
Maldiciéndose á sí y á sus bellacos De suerte que los miseros tiranos
Por mostrarse tan flojos y tan flacos. La pena se tomaron con sus manos .
A la puerta revuelve con los brios Por cuya causa , de la parte rasa
Que pudiera llevar fiera serpiente , Do la fuerza del fuego convertia
Diciéndoles : « Aquí , soldados mios , Los edificios pálidos en brasa ,
Aquí y á ellos , porque no son veinte.» Se desvió la torpe compañía
Tamayo dice: « Vuestros desvarios Para se defender en otra casa
Os ponen esas cosas en la frente : Mayor, que dentro del solar habia;
Llega con vuestro loco pensamiento , Y ansi se recogieron tras paredes ,
Y pareceros han los pocos ciento .>> Que fué dar de los lazos en las redes.
Durante la borrasca , que fué brava , Como dará cualquier que se menea
Uno de la tiranica cuadrilla A caso feo de lealtad estraño;
Sacó arpon agudo del aljaba Y aunque le venga de lo que desea
Para se valer dél en la rencilla , Algun gusto , será para mas daño :
Y á Francisco de Arévalo le clava Pues está claro que lo que tantea
Por el siniestro lado la mejilla : Con proprios desengaños es engaño ,
Cayó del golpe luego cuasi muerto , Y al fin ha de venir á pagadero ,
Dejándoles el paso mas abierto. Segun aquestos , cuyo fin espero.
Porque los once , con el sobresalto , Los cuales , como dentro se metiesen,
Aflojaron en alguna manera , El Delgado tomó la puerta luego
Y entonces el Oyon de un solo salto Con los demás , diciendo que se diesen
En el umbral se puso , mas cualquiera Y se dejasen del intento ciego ;
De los otros allí no quedó falto Porque si su defensa pretendiesen
De fuerte brio por echallo fuera , Al aposento le pornian fuego ,
Lo cual se hizo con ardor terrible , Donde ellos con sus pérfidos motivos
Haciendo todos mas que lo posible. Habian de morir quemados vivos.
Huye la cobardía y el desmayo , Con aquesto cesó la resistencia ,
Segun necesidad les aconseja ; Diciendo : « Por amor de Dios rogamos
Y entonces al Vicente de Tamayo , Useis en este caso de clemencia ,
Que á los herculeos golpes se empareja Porque como católicos muramos
Con el impulso de sulfúreo rayo , Con sacramento de la penitencia ,
Los tiranos le dieron en la ceja : El cual pedimos y este deseamos :
No le quedaron ambos ojos llenos , Que ya todos los mas en los estremos
Pues que lo vemos hoy con uno menos . Estamos , de heridas que tenemos. >»
A Antonio de Guevara, que lozano A tiempo lo pidieron oportuno
Allí se muestra con un alabarda , Para se redimir de llamas vivas ;
Le llevaron un dedo de la mano Y todos los leales de consuno
Con duro globo de la masa parda ; Admitieron aquellas rogativas ,
El número de nueve quedó sano Mandándoles que salgan uno a uno
Y con ellos Guevara hizo guarda Sin armas defensivas ni ofensivas ;
De tal manera , que aunque dan en ellos , Porque sin falta se les dará gusto
Poderosos no son para rompellos. Cerca de lo que piden , por ser justo.
Mas ya muchos estaban mal heridos Salieron su locura maldiciendo
Por los demás leales , que al seguro Y del movedor della blasfemando ,
Del lugar donde estaban abscondidos E uno á uno como van saliendo
No yerran á los bultos con obscuro: Los iban en cadenas enlazando :
Halláronse confusos y perdidos , Unos lamentan , otros van gimiendo ,
Y ansi huyendo deste trance duro , Su desastrado fin adevinando,
Acuerdan todos en el mismo punto Porque crimen tan feo y tan atroce
Entrar en un solar que estaba junto. Pedia ser mortifera la coce.
Para ver si de dentro se podria Después que fueron bien aprisionados,
A los heridos dar alguna cura , Ansí los sanos como los heridos ,
La cual su grave yerro no sufria Ya por los bajos valles y collados
Por ser mal incurable tal locura: Iban febeos rayos estendidos ,
Consultaban también qué se haria Y a punto sacerdotes convocados
Acerca de buscar parte segura , Que para culpas abran los oidos ,
Creyendo ya de la leal potencia Y para los delictos manifiestos
No quererse poner en contingenciá. Ejecutores ansimismo prestos.
Antes piensan que lo que se dilata Al Oyon y otros tres hicieron cuartos ,
De tiempo todos estarian quedos , Como culpados mas en los escesos ;
Mandandoles hacer puente de plata ,. Cuelgan catorce de ásperos espartos ,
Acobardados con villanos miedos ; Sin gastarse papel eu los procesos ;
No mirando cuán presto desbarata Manos y piés también cortaron hartos
La justicia de Dios falsos enredos , De los que constó ser menos aviesos ;
Y que quien sobre vanidad estriba Y los otros à penas mas lijeras ,
Cae , pues ella misma lo derriba. Azotes ó destierros , y á galeras.
Conformes en aqueste desvario , Antes que al Alvaro de Oyon se diera
Que no les costó menos que las vidas , Aquel castigo , de su culpa dino ,
Encendieron un pequeño buhio Demandó de comer , como si fuera
Para ver con su lumbre las heridas : De menos pesadumbre su camino ;
Los leales , que no largo desvío Y ansí comió y bebió la vez postrera,
Estaban , viendo lumbres encendidas , Siempre con un esfuerzo peregrino ,
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE III , ELEGIA A BENALCAZAR, CANTO XI. 499
Que por ventura fué mas de valiente , Algunos destos Fuen Mayor tenia
Que de bien preparado penitente. Y elbuen Villavicencio en su posada ,
Y al tiempo de sus justas puniciones Con liberalidad y cortesía ,
En él notaron una cosa dina Como si fuera gente mas granada ;
De no se nos pasar entre renglones , Mas no ganaron en la mercancía,
Por ser á lo que creo peregrina : Antes perdieron por estar dañada ,
Cerdas de mas rigor que de lechones , Su crédito quedando de menguante
Nativas en la via de la urina , Segun declararemos adelante.
Algo larguillas , y de tal manera En aquesta sazon era venido
Que buen espacio le salian fuera. A gobernar la tierra deste fuero
Estos fueron los fines y remates Un Luis de Guzmán, hombre rompido ,
Desta caterva loca sediciosa , Valiente y honoroso caballero ,
Que quiso de antiparas y alpargates De semejante mal inadvertido ,
Investirse de ropa mas costosa ; En todo lo demás vivo y entero ,
Pero los semejantes disparates Con buenas prevenciones y recato ,
No vienen á parar en otra cosa ; Mas sin sospecha del tirano trato.
Y aun no bastaron muertes y tormentos Y ninguno creyera ser tan loca
Para refrenar furias de otros vientos. Conjuracion y tan desvanecida ,
Porque después , algunos desterrados Que guïara camino por la roca
Que en lo de Francisco Fernandez fueron Do ya se lastimó con gran caida ,
Al tiempo que se rebeló culpados , Siendo también esta caterva poca
A la ciudad de Popayán vinieron , Y en pueblos diferentes dividida,
Adonde , como mal acostumbrados , Pues eran basta diez los desterrados
Alzarse con la tierra presumieron : En Popayán y Cali separados.
Daré pues relacion deste dislate Y si tenian otros por escudo ,
En canto con que todo se remate. Segun alguna gente presumia ,
Dicen que hasta hoy nunca se pudo
CANTO UNDECIMO . Averiguar la tal algarabía ;
Donde se da conclusion á la historia de lo sucedido en la gobernacion Al fin ellos querian dar de agudo
de Popayán hasta el tiempo presente , y se da cuenta de cierto al za En ambos pueblos en un mismo dia,
miento que allí se intentó por algunos soldados que vinieron desterra- Y al Guzmán y á los hombres de mas suerte
dos de Pirú, cuando se rebeló Francisco Fernandez Giron en el Cuzco. Hacer entrega dellos à la muerte.
Las malas mañas y costumbres viejas Destos era, segun se supo claro
Raras veces las vemos con enmienda : Después de descubierta la celada ,
Cortan á los ladrones las orejas , Un Pedro Lopez Patiño de Haro ,
Porque la punicion les ponga rienda ; Persona principal y señalada ,
Mas aunque mudan suelo las vulpejas , En lealtad y valentía raro ,
No pierden las astucias y vivienda , Y al capitán Alonso Fuenlabrada ,
Hasta tanto que ya su vivir malo Y entrellos á Henao, maesescuela,
Hace dejacion dellas en el palo. Diestro para beligera tutela.
Para verificar como parece Y otros algunos mas que yo no cuento,
Ser aqueste su fin y paradero , Porque reconocian ser varones
Otro rebelion se nos ofrece Que podrian poner impedimento
No menos mal fundado quel primero , A las desvergonzadas intenciones ;
Adonde lo de Popayán fenece De los demás tenian pensamiento
Por ser de su terreno lo postrero , Forzallos à seguir sus opiniones ,
Cuya revolucion y desatino Mas todos ellos perecieran antes
Este canto dirá de dónde vino. Que dar favor á tractos semejantes.
Midiendo ya la celestial espira Saliendo bien deste primer conflito ,
Años cincuenta y cinco de la era Sin que contraria mano los oprima,
Sobre mil y quinientos donde tira Pensaban de revuelta dar en Quito
El cómputo de cuenta verdadera , Y subyectar á la ciudad de Lima,
Un Francisco Fernandez Giron gira Adonde hallarian infinito
Los pasos llanos de leal carrera , Número de baldíos que se arrima
A precipicio cuya dependencia A lo que pide su bestial deseo ,
Le dió traidor renombre por herencia. Sin consideracion y sin tanteo.
Este con los demás colaterales Y á tal estremo llega de locura
Fueron para Pirú nocivo rayo, El insensato que se desvanece ,
Hasta tanto que buenos y leales Que ya por infalible conyectura
Rompieron los girones deste sayo ; Tenian esta, porque les parece
Y en penas y castigos de sus males Ser cómoda sazon y coyuntura
Padecieron mortifero desmayo , La que lo sucedido les ofrece
Y los de menos prendas en el yerro En Pirú, por haber en sus concetos
De Pirú condenados á destierro. Cuantidad de discípulos secretos.
Quitados los troncones de la roza, ¡ Oh vana presuncion y sin aviso
Fueron en el destierro compañeros Del ágil y continuo movimiento ,
Mateo del Saz y Pedro de Mendoza , Donde siempre se ve que de improviso
Pedro de Villagrán , Castro , Riveros , Suele calmar tempestuoso viento ,
Barroso , Orquijo y otra gente moza Y en el acuerdo nuestro mas preciso
Celpados en los dichos desafueros , Defraudado quedar el pensamiento :
Que para Popayán alzaron faldas Y ansi pocos intentos, segun creo ,
Algunos santiguadas las espaldas , Suceden á medida del deseo.
Disimuladas bien con perpiñanes , Fué pues la máquina que se levanta
Galanos y bonoríficos vestidos ; En el celebro desta pestilencia,
Y como fuesen diestros charlatanes, En tiempo sancto que la Madre Santa
Fanfarrones y muy entremetidos , Tiene dicado para penitencia,
Ganaron lado de los capitanes Después un año del que ya se canta
En Cali y Popayán en mas tenidos , Que fueron desterrados por sentencia ;
Como digamos Fuen Mayor, Florencio , Y el salto concertaron entre tanto
Serrano y Diego de Villavicencio. Que se disciplinaban, Jueves Santo.
500 JUAN DE CASTELLANOS .
Para mejor urdir aquesta trama Alegres muestras , pero de malinos
Y por tal ocasion andar armados , Intentos, sediciosos y profanos ,
Con falsa relacion echaron fama Que no ganaran en los desatinos
Estar los naturales rebelados : Si comenzaran hechos inhumanos ,
Esta con tal astucia se derrama , Por estar bien armados los vecinos
Que puso por allí nuevos cuidados , Y copia de arcabuces en las manos ;
Y en efecto por darse buena maña Y ansí con aparencias sencillas
Hicieron ser creible la patraña . Ante el altar hincaron las rodillas.
Mas el astucia para su mal hecho Después les dieron cortesanamente
Y el orden que tenian concertado , Las buenas Pascuas, como por cohechos,
A los vecinos fué de gran provecho , Mostrándoles el rostro diferente
Por andar todos ellos à recado ; De aquello que tenian en los pechos :
Y aun la malicia del tirano pecho Pretenden luego dividir la gente
Se habia no sé cómo rezumado Para mejor efectuar sus hechos,
Por clérigo quel caso representa, Manifestando cartas fementidas,
Y á Vicente Tamayo le dió cuenta . Diciendo ser de Popayán venidas.
Diciéndole : « Señor, vivid alerto Y lo que contenian en substancia
Para la gran maldad que se recela , Era decir tenellos apretados
Porque si no, sin duda será muerto Caciques que con fuerza y arrogancia
Con otros vuestro hermano maesescuela : Acometieron por diversos lados,
Hase por ciertas vias descubierto Y que los tambos de cualquier estancia
Traicion que yo no tengo por novela , Tenian destruidos y asolados ,
Y hay gran necesidad que se provea Con tal color y tanta menudencia
A lo que puede ser, antes que sea. » Que de verdad traian aparencia.
Esto fué en Calí, do visitaba Consultaron lo que hacer se puede
Entonces el obispo ya nombrado , Sin saltar del buen término la raya,
Y el Luis de Guzmán también estaba Porque podria ser, como sucede,
Allí, ni mas ni menos ocupado ; Que en la resolucion engaños haya ;
Tamayo, puesto caso que de brava Y ansi conciertan que Guzmán se quede
Enfermedad se via fatigado , Y el obispo con solos veinte vaya ;
Tomó las armas y saltó del lecho , Y el negocio sabido por entero
Y al buen gobernador se fué derecho. A las voladas venga mensajero .
Diciéndole « Señor , como doliente Partióse luego con aquella gente
Traigo harta mas cólera que flema , Que señalaron para compañía ,
Por otro mal que tiene de presente Vicente de Tamayo juntamente
De se curar necesidad estrema, Quel número de veinte concluia :
Primero que la hinchazon reviente A Popayán llegados , ven patente
Y á sanos inficione su postema , Ser falso todo lo que se decia ,
Porque esta noche santa se desmanda Y ansi con relacion de lo que consta
A duro sinsabor rebelde banda. Enviaron à Cali por la posta ;
Conviene que vivamos advertidos, Do Fuen Mayor, por término discreto,
Listos el arcabuz , caballo y lanza , Antes de levantarse mayor llama ,
De todas armas bien apercebidos Al Lüis de Guzmán en gran secreto
Hombres de quien se tenga confianza , Fué descubriendo hilos de la trama ,
Porque si fuéremos acometidos De lo cual resultó quedar subyelo
Tomeis à vuestro gusto la venganza , A sospechas tocantes á su fama ,
Y para descubrir esta demencia Y él y Villavicencio de sus puestos
Se haga la posible diligencia . » En alguna manera descompuestos.
Guzmán que por el gran César Augusto Por regalar aquella picardía
Mandaba, dió respuesta comedida , Bergantisca de mozos inquïetos
Diciendo : « Señalad á vuestro gusto En sus moradas , con intencion pia
Personas que aseguren la partida , O por otros magníficos respetos ;
Pues es lo que pedis negocio justo, Mas al fin de la mala compañía
Y en ello no va menos que la vida : No podian nacer otros efetos ,
Apercebirlos heis, y sin embargo Y ansi por imputalles la malicia
Las diligencias quedan à mi cargo. > Les convino purgarse por justicia.
Al capitán Patiño luego vino Sabida pues la pérfida maraña
A le notificar el embajada Y tractos desta máquina traidora ,
Con Alvaro Patiño su sobrino , Y visto cómo muchas veces daña
Y al Alonso también de Fuenlabrada , En semejantes casos la demora ,
Y á un Alonso Flores, hombre dino El Luis de Guzmán se dió tal maña ,
De confiar el caso de su espada , Que se prendieron dentro de una hora ,
Y Alonso Ramos y Alonso Burgueño, Poniéndoles prision cual convenia ,
Alonsos todos , pero no con sueño. Y guardas que los velen noche y dia.
Porque, con otros bien aderezados, Y al mismo Fuen Mayor le dió recados
Tal orden dieron en las procesiones, Para que á Popayán luego se parta
Que no pudieron dar los conjurados A recoger los otros encartados ,
Efectos á sus malas intenciones ; De quien él mismo dió noticia harta :
Pero firmes en ellas y obstinados Cumplió con su deber, y de culpados
Esperan adaptadas ocasiones, A Calí trajo razonable sarta ,
Sabiendo bien disimular el ascua Que decian : « Alonso, buen alhaja,
Hasta llegar primer dia de Pascua. Encima nos echastes la baraja.»
Entonces, los oficios comenzados, Y otras desenfrenadas demasías ,
Y cada cual con su mujer ó hijo Cuyo son lastimaba sus orejas ,
Dentro del santo templo congregados , Porque le dicen : «¿ Cómo te desvías ,
Entraron so color de regocijo Siendo zorro mayor, de las vulpejas,
Con breve compañía de soldados Habiendo solo tres ó cuatro dias
El Villagrán, Mendoza, y el Orquijo , Que corrias con ellas las parejas?
Arcabuces cargados, vivas mechas , Debió de ser que por algun espanto
Y de sulfúreo polvo cargas hechas . Te hizo la Semana Santa, santo.»
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, GOBERNADORES DE POPAYAN. 501
Pero costumbres son de los bestiales ,
Por barajar el juego del castigo, CATALOGO
Encartar á los hombres principales
Pensando por allí ballar abrigo : de los gobernadores de Popayán, y cuasi epílogo de lo
Lo mismo fué lo destos desleales , contenido en su historia.
Poniéndole la mácula que digo,
Porque después en la real audiencia
Quedó libre del caso por sentencia. · EN METROS SUELTOS .
Al fin , llegado con oprobios hartos
A Calí con los cómplices del yerro, Don Sebastián de Benalcázar vino
Pedro de Villagrán fué hecho cuartos , Por el marqués don Francisco Pizarro ;
Y á su cabeza dan jaula de hierro :
Algunos estiraron los espartos , Este con más altivo pensamiento
Y otros se condenaron á destierro , Quiso bacer cabeza de su juego
Embarcándolos con guarda segura En la tierra que habia descubierto ,
En el puerto de la Buenaventura. Y al gran emperador don Carlos Quinto
Della pedir el adelantamiento.
Adonde residia de presente Con estas intenciones resolutas
Por alcalde mayor destos ancones Partió para Castilla , y entre tanto
Un Nicolás Blandon , mozo valiente , 1 Llegó de Lima Lorenzo de Aldana
A quien los entregaron con prisiones ; A tomar el gobierno por Pizarro ,
Y sobre los tractar ásperamente Que sus propósitos adevinaba.
Orquijo le habló malas razones , Aldana , removiendo los jueces ,
Y con su cólera , que fué postrera , Puso por el marqués otros tenientes ,
Tiróle con un zueco de madera.
Cabildos y justicias , y esto hecho
Abajóse Blandon en el instante , A Pirú se volvió para dar cuenta
Pasó por alto, mas do se endereza De cómo lo dejaba todo llano
El golpe topó cierto mareante Y en obediencia suya los vecinos.
Que de los dos distaba breve pieza , Poco después un Pascual de Andagoya,
Y el mísero , de tal fin ignorante, Que fué del Rio de San Juan nombrado
Cayó, hecha pedazos la cabeza : Gobernador, entró violentamente
El Blandon revolvió, manos armadas , En Popayan , diciendo ser aquello
Y al Orquijo le dió de puñaladas. De la gobernacion que le fué dada :
Ejecutada la severa pena Y fué de todos los conquistadores
En el Orquijo por su desconcierto, Por tal gobernador obedecido.
Luego hizo Blandon probanza llena Benalcazar volvió con el gobierno
Con los que se hallaron en el puerto : E título y honor de adelantado ,
Sustanciada la causa , lo condena El cual fué con aplauso recebido
A muerte corporal , después de muerto, De todos ellos , porque le tenian
Haciéndolo colgar en un madero Amor sincero, claro y entrañable ,
Por traidor y con voz de pregonero. Y al Pascual de Andagoya prendió luego
Ansi que , para proseguir su via Haciendo diligencias en el caso.
A la sazon llegó Vaca de Castro
No hubo menester matalotaje ; Que lo mandó soltar de las prisiones
Y aun el Blandon , con blanda cortesía ,
No consintió pagase carcelaje ; Como juez superior en mando,
Mas embarcó la otra compañía , Llevándolo con otras compañías
Y a Panamá hicieron su viaje , A reinos de Pirú , do sospechaba
La cual , segun sus términos rüines , Habello menester para la guerra
No debió de tener mejores fines. Que por la muerte del marqués Pizarro
Y aunque la causa fué después reñida Esperaba tener, como la tuvo,
Con el mestizo don Diego de Almagro.
Cuando del cargo fué residenciado , Pasados años , Blasco Nuñez Vela ,
Al fin Orquijo se quedó sin vida , Estando por virey de aquellos reinos ,
Y el Blandon no por eso castigado. Habiendo padecido duros trances •
Con esto será bien que me despida A Popayán se vino retrayendo ;
De lo de Popayán , pues he tractado Y para revolver contra rebeldes
Los negocios que son de mas substancia : Llevó con otros muchos valerosos
Supla verdad la falta de elegancia. A Benalcázar en su compañía.
Dejamos de decir en sus lugares Estando Benalcázar ocupado
Cómo también etiopes süeces , En servir al virey, llegó de España
De que hoy en las minas hay millares, Un licenciado dicho Miguel Díaz
Allí se rebelaron por dos veces ; De Armendariz , que trajo por gobierno
Pero con los castigos ejemplares El reino y otras tres gobernaciones ,
Tienen tan gran temor a sus jueces , Que la de Popayán una fué dellas ,
Que ya ninguno del trabajo huye , Adonde desde la de Cartagena
Y el mio con aquesto se concluye. Jorge Robledo vino por teniente ,
Mi voluntad reciban los presentes Quel dicho Miguel Diaz envïaba ,
Hoy reservados de mortal yactura , Como quien lo tenia por amigo ,
Y agradezcanmelo los descendientes Porque vinieron de Castilla juntos ,
De los que cubre ya la sepultura ; El Robledo por mariscal nombrado
Y si varones diestros y valientes Desta gobernacion , donde antes era
Quedan sin se poner en escriptura , Capitán por el dicho Benalcázar ;
La culpa tienen destas sinrazones Do resultó querer correr parejas
Aquellos que me dan las relaciones. Con él, y al rey pedir otro gobierno
Que bien quisiera yo ser coronista De los pueblos que por el Benalcázar
Dellos , por dalles nombre sempiterno ; El Robledo fundó, segun se dijo
Mas ya solo me resta hacer lista , En el proceso largo desta historia ;
Para dar, conclusion à mi cuaderno, Pero faltando la correspondencia
De los que comenzada la conquista Del consejo real á su deseo,
Contentóse con la mariscalía.
A su cargo tuvieron el gobierno, Llegado pues Robledo donde digo ,
O señalados por real presencia , Desvanecióse con los nuevos cargos ,
O nombrados acá por el audiencia.
502
JUAN DE CASTELLANOS.
Enbestándose sobre los estribos Dió la de Panamá , donde la parca,
Con mas soltura que le convenia Hechas las diligencias de cristiano,
Para pasar seguro la carrera , Cortó los hilos de la vital trama ,
Pensando por ventura ser ya muerto Con gran dolor de los que lo perdieron.
Benalcázar en aquella batalla , Vino después Francisco de Mosquera
Donde el virey murió, cerca de Quito ; Por la audiencia de Quito proveido ,
Mas no le sucedió como pensaba , El cual en Popayán es hoy vecino.
Pues vino Benalcázar, y en llegando . Pero después la deste nuevo reino
Dió sobrel mariscal Jorge Robledo , A su fiscal Valverde le dió cargo
Y de sus insolencias hecho cargo, De aquel gobierno , donde fué subiendo
Quitóle de los hombros la cabeza. A mas altos honores , pues ha sido
Vino después contra los rebelados En diferentes partes presidente.
Que mataron á Blasco Nuñez Vela , Don Pedro de Agreda por este tiempo
El cuerdo licenciado Pedro Gasca, De Castilla llegó con el gobierno ,
Y á Benalcázar manda que le siga No sé deciros si después ó antes ,
Con gente y armas, para dar batalla Pero bien entendemos haber sido
A los culpados en el alzamiento : A todos apacible caballero.
Cumplió con diligencia su mandado , Después dél fué García de Gamarra ,
Hallándose con él en el conflicto Hoy morador en la ciudad de Pasto ,
Do Gonzalo Pizarro fué vencido . Por provision desta real audiencia
Dado ya fin á la sangrienta guerra , En el dicho gobierno colocado .
Volvióse Benalcázar á su casa , En aquesta sazon llegó don Alvaro
Y muy poco después de su venida De Mendoza , del hábito de Alcántara ,
Llegó para tomalle residencia El cual casó durante su gobierno
El licenciado Francisco Briceño : Con su bella mujer doña Jordana ,
Procedió contra él , y dió sentencia A quien da vasallaje Cajamalca ,
De muerte por tres veces , y convino En reinos de Pirú , donde hoy reside ;
Con el apelacion ir á Castilla ; Y en aquel tiempo que este caballero
Y en el camino dió fin á sus dias En lo de Popayán tenia mando ,
Dentro de la ciudad de Cartagena. En tierra de los paeces inmites
* Quedó Briceño por algunos meses Pasaron cosas que por ser notables
Aquella nueva tierra gobernando, Habré de fatigar manos y pluma
Y puestas las justicias de su mano, Para las celebrar , pues son indignas
Al nuevo reino de Granada vino De las obscuridades del silencio :
Al uso del oficio que traia , Y será necesario que tomemos
Por ser oidor de la real audiencia , Esta carrera desde su principio ,
Donde también lo era Juan Montaño : Diciendo la substancia solamente.
El cual sabiendo los rebeliones El año de sesenta y dos corria
Que de Alvaro de Oyon hemos contado , Cuando pidió de Paez la conquista
Fue proveido para que viniese Un Domingo Lozano , que vecino
A deshacer la máquina traidora ; Fué deste Nuevo Reino , do tenia
Pero cuando llegó con este mando Mediana suerte con que sustentarse ;
Estaban los tiranos ya deshechos. Pero la condicion de los humanos
En este medio tiempo , nuestro César, Como las menos veces se contente
Sabiendo ser ya muerto Benalcázar , Con una moderada pasadía ,
Hizo gobernador un caballero A fama de los prósperos veneros ,
Que se decia García de Bustos , Auríferas quebradas y riberas
Al cual , viniendo por neptunas ondas , Vistas por muchos en aquel terreno ,
Consumieron las llamas de Vulcano , Salió de su reposo , con conducta
Y ansi nunca gozó deste gobierno. De capitán y número de gente ,
Hallando pues Montaño ya quïeta Para fundar ciudad en aquel suelo
La tierra y el tirano castigado , Que de ninguno pudo ser domado ;
Volvióse con la gente que llevaba Y alli llegado con el aparato
A la real audiencia , donde hizo De gente y armas que le fué posible ,
(Entre tanto quel rey lo proveia ) De tal manera fué la resistencia
Dar el gobierno á un hermano suyo , Y obstinacion del bárbaro gentio ,
Dicho Pedro Escudero Herrezuelo. Acometiéndoles à todas horas,
Y viniendo de España proveido Sin dalles un momento de sosiego ,
Un fulano Ceron , tampoco tuvo Que con algunos españoles menos
Ventura de llegar donde queria , Dejaron la conquista principiada
Porque metiendo paz en las Canarias , Y a los indios lozanos y soberbios.
Le dieron una mala cuchillada Pasáronse después algunos años ,
Que le quitó los dias de la vida. Y el Domingo Lozano todavía
Fué por la muerte deste proveida De revolver sobrellos deseoso ,
Por la real audiencia deste reino Ansí por el honor de su persona
La gobernacion á Pedro Fernandez Como por lo demás que pretendia ,
De Bustos , que después por el consejo Entró segunda vez , que no debiera ,
De Indias otra vez se le dió cargo Con ochenta soldados muy bien puestos
Della , y en breve tiempo mejorado Y no pequeña copia de ganado
En la gobernacion de Cartagena. De vacas y de puercos y de yeguas ,
Y á la de Popayán fué proveido Y los demás pertrechos necesarios,
Luego Diego García de Paredes , Para hacer morada permanente
Que queriendo venir por Venezuela , Y restaurar la pérdida pasada
Fué muerto por los indios de Caracas , O morir en aquella su demanda ,
No sin descuido del entendimiento , Como le sucedió , mas por descuido
Segun vereis en la segunda parte , Y menosprecio que por cobardía;
Adonde tracté dél mas largamente. Pues que como caudillo diligente ,
La real Majestad , por muerte suya , Con esta breve copia de guerreros
A Luis de Guzmán le dió la suerte , Contrastaba los impetus terribles
Un caballero de Guadalajara , Desta nacion cruel, nunca rendida ,
Hombre de gran valor y limpia vida , Sin aflojar en tan dudosa guerra ,
A quien después el rey por mejoría Cuyas prolijidades quebrantaran
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE HII, GOBERNADORES DE POPAYAN. 503
La mas firme constancia y osadía , Al Domingo Lozano le dió cuenta
Porque fué de mas tiempo la distancia De lo que su crïada le decia.
Que la de los argivos y troyanos , Responde con desdén , altos los dedos ,
Con mil encuentros de sucesos varios Sin dar reguardos á su salud propria :
Y trances de reciprocas victorias. » Esos deben de ser los vanos miedos
Pero de tal manera , que los indios De los soldados viejos de Antioquia ;
Con su ferocidad no fueron parte Los indios en sus pueblos están quedos ,
Para que los fortísimos iberos Y no tienen de fuerzas tanta copia
Desamparasen los tugurios hechos , Que gozando de paz en sus viviendas
Y un razonable fuerte que de tapias , Procuren renovar viejas contiendas. >>
Con grandes sobresaltos y rebatos , Esto le respondió , de que me espanto ,
En la nueva ciudad habian hecho. Por ser hombre sagaz y recatado ,
Viendo los indios pues esta constancia , Antiguo capitán , y en estos trances
Y cómo en doce años de conquista Ninguno mas astuto ni rompido ;
Nunca jamás hicieron mudamiento , Pero la presuncion y confianza
Antes con mas hervor y diligencia Que de su discrecion algunos tienen ,
Se mejoraban en los aposentos , Suele cegalles el entendimiento
Saliéronles de paz ciertos caciques , De tal manera que no ven las redes
Y dieron subyeccion mal entendida , De los engaños hasta que perdidos
Los cuales convocaron otros muchos Y sin tener remedio dan en ellas.
Que con gran humildad daban servicio Al fin el Arce se volvió corrido,
Y todo lo demás que les pedian , Mas de su vida nada descuidado ,
Segun y como tienen de costumbre Pues alistó sus armas , y al caballo
Los bárbaros domados y quietos ; Le puso silla y freno , y ansimismo
Y en esta subyeccion permanecieron Apretó las correas al espuela ;
Algunos dias , siempre deseando Y la nocturna sombra ya tendida
Hallar dispusicion acomodada Por aquel hemisferio y horizonte ,
Para poder hacer algun buen salto. Purgó bien los oidos , y á los ojos
El Domingo Lozano , como viese Nególes el regalo que pedian ,
Estas esteriores aparencias , Por no dormir el sueño de la muerte.
Creyendo ser la causa porque estaban Llegóse pues aquella mortal hora ,
Ya quebrantados de tan larga guerra , Terrible y espantoso sobresalto ,
Procuró luego de coger el fructo Cuando la fusca noche demediaba
De sus trabajos , y los ricos granos Sus cursos y en olvidos sepultados
Que las doradas venas producian , Estaban todos con el torpe sueño :
Con mayor libertad y mas á gusto Acometiéronles por todas partes
Que solian en otro tiempo , cuando Segun impetuoso torbellino
Eran ratos hurtados y medrosos Que barre cuanto halla por delante.
Los que en los minerales se gastaban : Encienden luego los pajizos ranchos ;
Y ansí se hizo luego ranchería Rompe los aires el clamor horrendo
Donde se recogiesen españoles Del bárbaro furor , y los gemidos
Y los indios y negros que labraban De aquellos miserables que teñian
Las vetas y veneros caudalosos , El suelo con la sangre de sus venas ;
Cuya prosperidad , si les durara , Pues aunque los mas dellos toman armas
Fuera mas que bastante recompensa Con algun daño de los vencedores ,
A riesgos y trabajos padecidos ; Fué tan impetuosa la creciente
Y ansi para que con seguridades Que no les dió lugar á congregarse
Gozasen desta grata granjería , Para hacer comun la resistencia.
Se repartieron en iguales partes Y ansí , sin escapar cosa viviente ,
Unos en la ciudad que la guardaban , Pasaron por el trance postrimero ,
Y otros para defensa de las minas : Escepto Alonso de Arce, que velaba ,
En las cuales el Domingo Lozano Y al primero bullicio salió fuera
Con los demás soldados asistia , En su caballo bien apercebido ,
E un Alonso de Arce , sevillano , Cebando bien el hierro de la lanza ;
Soldado de los viejos de Antioquía , Pero la multitud de las opuestas
Que tuvo siempre mala confianza , Cargó sobre con tanta vehemencia ,
Y no sentia bien de la blandura Que luego le hirieron el caballo
Desta dura nacion ; y no fué vana De mortales heridas , pero antes
Aquella presuncion con que vivia , Que lo dejase dentro del conflicto
Pues habiendo gastádose dos meses Salióse fuera lo mejor que pudo
En recoger gran cuantidad de oro Con gran solicitud de las espuelas ,
Con la solicitud de las bateas , Hasta que le faltó vital aliento ,
Una bárbara del Alonso de Arce , Y el amo se quedó sin el alivio
Que lo queria bien segun parece , Que le solian dar los piés ajenos ;
En gran secreto le habló diciendo : Pero valióse luego de los suyos
Aquesta noche se nos apareja Rompiendo por el monte mas cerrado
Grave calamidad y pesadumbre , Vuelta de Timaná , por ser viaje
Segun me certifica cierta vieja. De mas seguridad para su vida.
» La cual vió que bajaba de la cumbre Y dándole temor lijeras alas
Con lanzas y macanas y con flechas Cuando febeos rayos parecian ,
De bárbaros crecida muchedumbre . Vido del rio Grande las riberas,
»Tomad las armas y encended las mechas , Cuyas aguas tenia contrapuestas ,
Y guarde cada cual de vos su frente , Y para cuyo curso presuroso
Porque estas no son frívolas sospechas. Sus fatigados brazos fueron remos ,
Y si pudiere ser incontin Con los cuales llegó donde ya pudo
Enviareis à la ciudad correoente Poner las plantas en enjuto suelo ,
Que les avise del inconveniente. Harto necesitadas de descanso ;
» Pues dice que darán , é yo lo creo Mas inminente riesgo no consiente
En una y otra parte juntamente , Hacer un solo punto de tardanza ,
Para poder hacer mejor empleo. » Y ansí vuelven al curso dividido ,
El Arce , como bien acuchillado , Hasta que en Timaná hicieron pausa ,
Y destas amistades sospechoso , Con tal demostracion que bien se via
504 JUAN DE CASTELLANOS.
La priesa que trajeron caminando. Aquel incendio del pajizo templo ,
Allí manifestó la desventura ; Que no mostrase Dios sus maravillas
Y como brevemente convenia Con un alto milagro bien sabido
A don Alvaro dar aviso presto , De cuantos viven en aquel terreno :
En Popayán adonde residia Y fué que con estar de vivas llamas
Despacharonle las cartas , y al momento Un alto Crucifijo rodeado
Que de tan gran desman tuvo noticia Que en el templo tenian , y abrasarse
Sesenta buenos hombres apercibe, Lo circunstante dél sin quedar cosa ,
Y a Santa Cruz que fuese por caudillo , La cruz se halló sana , y él ileso ,
Capitán de valor y confianza: Y en tanta perfeccion que con su vista
El cual luego salió con pié siniestro Olvidaron su grave desconsuelo ;
A socorrer el pueblo , presumiendo Y como tanteando la hüida
Que pues allí tenian fortaleza , (A que anhelaban siempre ) si pudieran,
Podrian algun dia defenderse , Faltaba cómodo para llevallo
Y entretenerse hasta quél llegase , Con la decencia que se requeria
Pues era cosa clara y evidente Por ser imagen prócera de bulto ,
Que muertos los que estaban en las minas Tallada de materia ponderosa ,
Habian de barrer lo que quedaba Entre toda la gente se reparte ,
Si no se recogian donde digo , Quedando cada cual con su reliquia ,
Pero si dentro dél se defendian , Tenidas hoy en grande reverencia ;
Se podria llegar á coyuntura Por cuyos medios Dios ha restaurado
Que les valiese mucho su socorro. A muchos hombres la salud perdida.
Aquesta conyectura no fué vana , Mas ellos no pudieron por entonces
Pues es ansi que por el mismo tiempo Hurtar el cuerpo deste grande riesgo ,
Que dieron en el Domingo Lozano , Porque noches y dias los velaban ,
Estaban sobrel pueblo dos mil indios No sin intolerables baterías ,
Para dar el asalto concertado ; Las cuales resistian los cercados
Pero como tenian centinelas Con balas de fumosos arcabuces
Y rondas á caballo vigilantes , Y jaras impelidas de ballestas ,
Sintieron la tormenta que venia Con que no poco daño les hacian.
Y á grandes voces dicen : « ¡ Arma, arma ! » En aquella sazon questo pasaba
Despiertan á la grita los dormidos , El Santa Cruz venia caminando
Y á gran priesa metieron en el fuerte Con aquellos sesenta señalados
A los imbeles niños y mujeres Para los socorrer en tal angustia,
Y cosas que hallaban mas a mano. Sin lo saber los que se ven en ella :
Ansimismo llegada la pujanza Socorro necesario si viniera
Y terribilidad de los contrarios , Para se deslizar de la presura ;
Los unos y los otros se encerraron Pero desbaratóse su llegada
Con los caballos , armas y alimentos Por un crüel antojo de fortuna.
Quel caso repentino les concede. Este fué , que los barbaros supieron
Y la tumultuosa pestilencia , De espías por la parte que venia ,
Con el alborotado movimiento Y ocuparon un paso montuoso
Que suele cuando va desenfrenada , De gran dificultad en su salida :
Saqueó luego las desiertas casas Alli se puso número de gente
Y el resto que quedó de las albajas ; Oculta y repartida por el orden
Fueron por todas partes encendidos Que mas les pareció que convenia;
Los mal afortunados edificios , Dejaronlos entrar , y caminando
Y estiéndense las furiosas llamas ; Por el cerrado paso y angostura ,
Vuelan acá y allá vivas centellas Precipitaron galgas preparadas
Por los movibles vientos derramadas , Que por delante todo lobarrian ,
De tal manera que los resplandores , Quebrando piernas , brazos y cabezas ,
Hacian de la noche claro dia , Huesos , costillas y otras conyunturas ,
Y el número crecido de paganos Llueven lanzas y flechas mas espesas
Se descubria con la mucha lumbre , Que gotas por los aires esparcidas
No sin grave dolor de los cercados Cuando preñadas nubes las envian ;
Viendo la furia que los amenaza , Noles valen escudos ni celadas ,
Y para resistilla solos treinta Lorigas ni las armas ofensivas ;
Que puedan contra tantos tomar armas Caballos y señores hay caidos ,
Vian aquella fuerza de lebreles Revueltos y confusos , como cuando
Que ya se prometian la victoria Una rigurosísima procela
Para cebar los vientres carniceros Pasa bramando por espesa selva
En carne del católico rebaño ; Altas y bajas plantas arrancando .
Vian poco recurso de alimentos Y en confuso monton las acumula ;
Para se defender prolijos dias Horrisonos clamores y gemidos
En la desproveida fortaleza ; Dan clara muestra desta gran desdicha ,
Vian que no podian dar aviso Ansí de parte de los vencedores
A quien les proveyese de socorro , Como de los vencidos miserables ,
Y que segun las muestras eran muertos A quien los bárbaros sobre seguro
Aquellos que asistian en las minas ; Por una y otra parte rodearon ,
Vian que puesto caso que escapasen Con golpes de macana rigurosa
(Por imposible ) desta desventura , Y con espesas lanzas , hasta tanto
Paupérrimos quebaban y desnudos Que á la sangrienta lid dieron remate.
Y en estremo de miserable vida ; Y todos , sin quedar cosa viviente ,
Y demás desto , cosa que mas duele , Gustaron en brevísima distancia
Vian que de las llamas no reservan De los acerbos tragos de la muerte ,
La casa de los santos sacrificios , Escepto dos ó tres de rectaguardia
Imágines de sanctos y de sanctas Que quedaron atrás embarazados
Y todos los benditos ornamentos Y se valieron de sus piés lijeros
Alli dicados al divino culto , Rompiendo por caminos desusados ,
Que sin haber défensa ni remedio Hasta llegar á Popayán , do dieron
Fueran en breve espacio consumidos. Nuevas de la desgracia sucedida.
Mas no fué de misterios tan ayuno Y ansi don Alvaro con el deseo
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE III, GOBERNADORES DE POPAYAN. 505
Que tiene de librar á los del pueblo Dejando su camino comenzado ,
Del gran aprieto que se presumia, Salió la turbamulta de los lobos
Apercibió cien hombres principales Siguiendo la católica manada ,
Que le siguiesen en aquel camino , Y alcanzaranlos antes del refugio
En cuyo riesgo puso su persona , Si las opuestas vacas no les fueran
Y con la priesa que se requeria Corriendo acá y allá gran embarazo ;
Trabajó de hacer esta jornada. Mas apenas tomaron la clausura
En este medio tiempo los sitiados Cuando llegó la barbara potencia ,
En su defensa no perdian punto Comenzando de nuevo los combates ,
Contra los bárbaros atrevimientos , Donde los fatigados españoles
Queriéndoles entrar á escala vista , Responden con esfuerzo mas que humano
Inquietándolos á todas horas; Tiempo y espacio que duró dos dias ,
Mas viendo que las balas y saetas Sin que tuviesen punto de descanso .
A muchos traspasaban las entrañas, Faltaban ya guerreras municiones ,
Fingieron irse todos á sus casas Faltaban ya las fuerzas de los brazos ,
Alzandoles el importuno cerco , Faltábales sustento con que puedan
Creyendo (como fué ) que ya tenian Cobrar aliento para la pelea ,
Falta de necesarios alimentos , Con gran protervidad continuada.
Y que debajo de nocturna sombra A Dios van importunas oraciones ,
Habian de desamparar la cerca Armas que solamente les restabann ;
Procurando hacer oculta fuga. Y estas fueron tan fuertes y eficaces ,
Habia pues un paso trabajoso Que llegada la luz del tercer dia
Inevitable para su jornada , Después que sucedió lo de las vacas
No lejos del asiento deste pueblo , Huyen los indios repentinamente 1
Donde los cautos indios se emboscaron Segun pareció ser , por la noticia
Cubiertos con el monte , y estuvieron Que tuvieron de que venian cerca
Una , dos y tres noches esperando. Cristianas gentes bien aderezadas
Los miseros cercados , como viesen Y que estaban de allí poca distancia.
Que ya todas las cosas les faltaban Los nuestros piensan ser estratagema,
Y que ningunos indios parecian Y alguna astucia como la pasada ;
Que pudiesen poner impedimento , Pero salieron presto desta duda
Entraron en acuerdo y en consulta , Oyendo voces de los españoles
En la cual de comun consentimiento , Y estruendo de caballos , con que luego
A morir ó vivir , fué concertado Se desterraron pálidos temores :
Que cuando la tiniebla los cubriese Con presurosas manos quitan trancas
Hiciesen oracion devotamente Del aferrada puerta , y á porfia
Y luego se pusiesen en camino Salen á ver quién eran los que traen
A pueblos de cristianos , do pudiesen La salud y reparo de su vida ;
Tener algunas horas de descanso . Conocen á don Alvaro , delante
Viendo pues una noche tenebrosa , De quien hincaron todos las rodillas ,
Tácitamente , sin haber bullicio , Desfigurados , flacos , consumidos ,
El parecer pusieron en efecto , Con pálidas y sórdidas mejillas :
Y en escuadron , aunque debilitado Danle mil bendiciones y alabanzas
Con niños y mujeres , caminaron Al obrador de tales maravillas,
Al angostura que forzosamente Que cuando mas desnudos de esperanza
Habian de pasar sin escusalla , Proveyó de socorro tan á puncto ,
Adonde los ministros de la muerte Que si dél discrepara, su remedio
Tenian á su gusto la celada , Era muerte crüel y desastrada.
Con algunas espías por de fuera Visto pues por don Alvaro la falta
Que por ocultas vias acechaban ; De posibilidad para valerse
Y ellos entre temor y confianza Entre tan atrevido barbarismo ,
A priesa caminaron por lo llano , Trajo consigo los que en él estaban ,
Sin hallar cosa que les perturbase Quedándose los paez con su honra ,
Hasta llegar á vista de aquel paso , Libres de vasallaje y servidumbre ,
Con el cual deseaban encubrirse Y en franca libertad , sin que consientan
Y salirse del raso descubierto Estraño morador en su provincia.
Antes de vellos enemigos ojos , Concluso por don Alvaro su curso ,
A quien la turbia niebla de los suyos Sucedió don Hierónimo de Silva ,
No vian , aunque los tenian juntos , Y por absencia dél fué deste reino
Y quieren á sus manos entregarse. Bartolomé de Mazmela nombrado
Mas antes de dejar el campo raso En tanto que de España proveian ;
(¡ Oh clemencia de Dios omnipotente ! ) Y entonces fué cuando Pero Fernandez
Un escuadron de vacas de las suyas, Tuvo despachos del real consejo
Que se quedaban á sus aventuras , Para tener de Popayán el mando ,
Allí se les pusieron por delante , Pasándolo después á Cartagena.
Las cornigeras frentes sacudiendo , Sucedióle después Sancho García
La tierra con las uñas escarbando , Del Espinal , hidalgo conocido ,
Y con los torvos rostros encarados Dicace de gentil entendimiento ,
Para romper con ellos , muchas veces Que per antiphrasim era su nombre ;
Con acometimientos denodados , Pues al saber callar le llaman Sancho ,
Pero de tal manera que no llegan Y él por saber hablar satirizando
A herir ni hollar ni maltractallos ; Fué por los senadores descompuesto ,
Mas con tanta porfía de amenazas Que en la ciudad de Quito residian ,
Con cuernos y bramidos , que convino Francisco Auncibay el uno dellos ,
Volver donde vinieron retrogrados , Y otro Cañaveral , su compañero (1) .
No sin admiracion deste suceso , Y aquestos dos prendieron al obispo
Mal entendido dellos por entonces ;
Mas no se tardó mucho sin que sientan (i) El original decía :
Haber sido regalo soberano , Y otro Cañaveral que Cañavera
Porque como los bárbaros oyesen Le dan por otro nombre detractores.
De los que los tenian espiados Lo cual está testado, con una nota al margen que dice : estas cosas des-
Que se volyian à la casa fuerte doran la historia.
506 JUAN DE CASTELLANOS .
De Popayán , don Agustin Coruña , Dice que entre los rios ya nombrados
No sé con qué color , mas no les falta Hay también otros dos harto famosos ,
A los que tienen intencion dañada ; Nichi y Porce, que pueden ser contados
El cual en Popayán es hoy prelado, Entre los que llamamos caudalosos ;
Doctísimo varon , fraile agustino , Y por los unos y los otros lados
Ejemplo de esencial recogimiento, Hay indios por estremo belicosos,
Removido pues el Sancho García , En sus costumbres poco diferentes ,
Vino con el gobierno de Castilla Y las provincias son estas siguientes :
Un Juan de Tuesta Salazar , que todos
Hoy conocemos con aqueste cargo , La principal en estas es Catia ;
Y conocimos antes de tenello A la segunda llaman Ibijico ,
Comun contracto desta serranía ,
Por hombre bien compuesto y avisado. Y ansi su morador sagaz y rico ;
Estos gobernadores solamente
Tuvo desdel primero fundamento Pequí se sigue, cuya valentía
Hasta el año que corre de presente Escede todas estas que publico ;
Mas adelante desta van las casas
Doce menos del número de ciento
Con los mil y quinientos de creciente, De Penco, tierra de zavanas rasas.
Contados desde el santo Nacimiento Por las cuales también la de Norisco,
Del Hijo que parió Madre doncella : Sin ocupar lugar montaña alguna ,
Inmensas gracias doy á él y á ella. Y las que caen en él, que es montisco ,
Son Itúango, Pubio, Ceracuna,
Ve con Dios, historia mia , Pebere Nitana , Tuin , Cuisco ;
Salida de mis entrañas ; Tierras de menos próspera fortuna,
No temas mordaces mañas Araque , Carautá , con Guazuceco ,
Ni al que tiene, como Lia, Y otra primera quellas, dicha Teco.
Ojos llenos de lagañas : Todas estas de montañés terreno ,
Este tal nunca te vea ;
Mas suplico que te lea Y por do la montaña se divierte,
Usan todos de flechas con veneno ,
Quien es de verdad amigo , Certísimo ministro de la muerte.
Pues tú no llevas contigo
Cosa que verdad no sea. Es grande la distancia deste seno,
Pues corre la montaña de tal suerte,
Que sin hallar de tierra rasa corte
Pasan al mar del Sur y al mar del Norte.
Y cuanto mas se llegan mas lluviosas,
HISTORIA Pantanos, y las gentes no son tantas ;
Mas esas pocas , bestias belicosas ,
de la gobernacion de Antioquía y de la del Chocó , adya- Desnudas de los piés à las gargantas ;
centes á la de Popayán , nuevamente desmembradas de- Solo cubren las partes vergonzosas
lla por provisiones de la real Majestad del rey don Fi- Con cortezas ó hojas de las plantas,
lipe, segundo deste nombre, nuestro señor. Gentil dispusicion , traza garrida
Ellos y ellas, mas de poca vida.
De lo de Popayán dimos razones Entiendo las montañas adyacentes
Desde su primitivo fundamento ; Al Darien ó tierras de Ballano ,
Mas como ya cristianas poblaciones Que son de las de arriba descendientes,
Por sus confines van en crecimiento , Donde no ballareis asiento sano ,
Restan agora dos gobernaciones Antes en general todos dolientes,
Subyectas á moderno regimiento , Eso me da en ivierno que en verano ,
Inclusas entre los tres grandes rios Porque los altos es tierra sanía
De quien atrás tractaron versos mios. Desde donde comienza la Catia ,
Y ans para que quede difinido Que es á lo de Antioquía mas cercana ;
Lo deste territorio, con historia Y todas las provincias comunmente
Que haga su discurso conocido Son caribes que comen carne humana ,
No las quiero dejar sin esta gloria, Sin reservar å deudo ni pariente ;
Pues en aquellas han acontecido Y aquesta de Catía , mas serrana ,
Proezas altas dignas de memoria , Es en comun (demás de ser valiente)
Ansí de parte de la gente nuestra Nacion ingeniosa , bien vestida ,
Como de la de allí, no menos diestra. Y que vive con peso y con medida.
Aquestos rios pues de quien di llena Y aun entre sus avisos principales
Relacion en las partes que convino, Historian las cosas sucedidas ,
Son Darien, Cauca y de la Magdalena, Mediante hieroglíficas señales
Que corren gran distancia de camino En mantas, y otras cosas esculpidas ;
Hasta que juntos llegan al arena En oro y mantas crecen sus caudales
Y riberas del término marino ; Con gran primor labradas y tejidas ;
Y entre los tres hay rios y quebradas Raices es el pan cuotidiano,
Tantas, que no podrán ser numeradas. Porque la tierra lleva poco grano.
Donde, segun la vista verifica , Pero como son ricos contractantes,
Se contiene riquísimo tesoro , Y es de oro tan grande la ganancia ,
Por ser en general la tierra rica , De tierras mas viciosas y abundantes
Y rios y quebradas manan oro ; Se lo suelen traer en abundancia.
Y ansi dice quien esto certifica , Son bárbaros de miembros elegantes
Que mora de presente donde moro, Y de bravo denuedo y arrogancia,
Haber en todas partes y lugares Honestísimas todas las mujeres ,
Infinidad de minas singulares. Gallardas y de bellos pareceres .
Juan de Alvarado Salazar se llama , Alindados los rostros en faiciones ;
Viejo conquistador de aquellos senos Mas ellos algo bazos y morenos ,
Cuyo valor en ellos se derrama De gran verdad en sus contractaciones
Y en otras partes por sus hechos buenos, Sin de su crédito venir à menos ;
De los cuales nos da muchos la fama , Usan lanzas, y dardos , y bastones ,
Pero los que publica son los menos ; Y flechas, pero limpias de venenos ,
En esta descripcion, la suya sigo , Traen cabellos largos en su tierra,
Por ser antiguo y ocular testigo. Pero quitanselos habiendo guerra.
507
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , HIST. DE ANTIOQUÍA, INTRODUC.
Ellas lo traeu mucho mas crecido , En su vulgar, à Dios llaman Abira,
Segun en otras muchas partes vemos ; Que representa sumamente bueno ;
Es su comun manera de vestido Al español por nombre dan Aira,
Largo , tanto que cubre los estremos ; Que quiere decir, bijo de su seno ;
Joyeles cuelgan de uno y otro oido Dellos el hechicero se retira ,
Y de narices, en valor supremos ; Y si repara por aquel terreno,
Usan de sus maneras de alcoholes, Como sepan sus tractos, de tal suerte
Aman y quieren á los españoles. Lo castigan, que muere mala muerte.
Los adúlteros son aborrecidos , Para los casamientos hay terceros ,
Y cerca desto viven con gran cuenta Y siendo moza, virgen y hermosa,
En no violar los maritales nidos ; Promete buena copia de dineros
Mas como deste mal algo se sienta, Aquel que la pretende por esposa ;
Suelen tomar venganza los maridos Cuando se juntan , miran en agüeros,
De los que les hicieron el afrenta ; Y á la doncella él tocar no osa
Cualquier otro pecado les es blando , Si la que ya desea verse dueña
Pero sin culpa siempre del nefando . No lo convida con alguna seña.
Aman á sus mujeres tiernamente , Cuando se mueren estos naturales,
En tal manera que les son subyectos ; Unos diceu que hembras y varones
Algunos hay que tienen mas de veinte Se transforman en bravos animales ,
O las que puede para sus afectos ; Como serpientes, tigres y leones
No reconocen rey ni presidente Otros entiérranse con sus caudales ,
Que les imponga leyes y preceptos , Criadas y criados y otros dones ,
Mas cada cual lo es de su cabaña , Con fusia de tener en otra vida
Y el que mas rico es, mayor compaña. Armas, oro, sirvientes y comida.
Pero todas las veces que se piensa Estas son las costumbras de catíos,
Sobrevenir beligeros aprietos , Segun se sabe ya de cierta ciencia ;
Están unidos para su defensa , Mas entre Nichi y Cauca, los dos rios ,
Y entonces tienen príncipes eletos, Hay otra gente que se diferencia
Los cuales tienen potestad estensa , En el lenguaje y en los atavíos ,
En ejercicio della circunspetos, Y terreno mejor en influencia
De cosas à la guerra concernientes ; Por ser de sementeras abundante
Y a estos son subyectos y obedientes. Y el morador soberbio y arrogante .
Tienen esclavos para sus servicios , Es por naturaleza gente cruda ,
De gente que en la guerra se captiva, Guerrera sobre todas las que cuento ,
Los cuales hacen rústicos oficios Gentil dispusicion , pero desnuda
Si no los come condicion esquiva, Como gozan de buen temperamento :
Por usar todos destos maleficios ; La cual no muestra ser torpe ni ruda
Pero muerto su amo , como viva, En admitir cristiano documento ,
Es el esclavo del caudal entero Pues toman bien lo que se les predica ,
Y de mujer y de hijos heredero . Y es sobre todas la nacion mas rica.
Si venden un esclavo por chagualas , Porque quebradas, rios, vertederos ,
De cuyo valor tienen certidumbre , Y cualquiera lugar que se catea ,
En una venta hacen tres igualas : Manifiestan auríferos veneros
Una las manos por la servidumbre , Con quel avaro pecho se recrea,
Otra la carne, questas gentes malas Y la solicitud de los mineros
Tienen en esto pésima costumbre , Saca bien proveida la batea :
Otra por la cabeza , que ya muerta Llámanse nutabees estas gentes ,
Por houra grande ponen à la puerta. Herbolarios demás de ser valientes .
Y aunque nunca jamás gente catía Contractanse con gente tahamía ,
En torpes borracheras se agasaja , Que para guerra no fué gente manca ;
Con gran jactancia de su valentía Tienen gran hermandad y compañía
Dice quel español es una paja : Y es la contractacion entrellos franca ;
No les escede, pero todavía Sirven los tahamies hoy en día
Reconocen tenelles gran ventaja A Bartolomé Sanchez Torreblanca,
En los fogosos tiros que disparan Y son los mas propincuos al partido
Y en letras que sus ánimos declaran . Del Nuevo Reino donde yo resido .
No se les han hallado santuarios , Mas entrellos y él hay naturales
Aunque los tienen otros desta tierra ; Diversos y de vida mas sincera ,
Y cuando combatidos de contrarios Desnudos, descuidados de caudales,
Se ven los comarcanos de su tierra, Y lijerisimos en gran manera ,
A ellos les dan sueldos y salarios Pues alcanzan silvestres animales
Para que les ayuden en la guerra , Sin alargarse mucho la carrera ,
La cual hacen leal y fielmente , Baquiras mayormente , que son reses
Sin declinar áà tracto diferente. Lijeras, y en faicion puercos monteses.
Muchos dellos adoran la milicia Y Antonio de Mancipe , que presente
De las estrellas que su vista marca ; Da relacion de muchas cosas destas ,
Del general diluvio dan noticia Me dice tener barbara sirviente
Y gentes que escaparon en el arca ; Que por zavanas rasas ó florestas
Reconocen haber Dios de justicia , Corria como perra diligente ,
Del cielo y de la tierra gran monarca ; Hasta tomar alguno , y á sus cuestas
Y aunque al demonio tractan con regalo Lo traia segun fácil oveja
Temblando dél , conócenlo por malo. Asido de la pierna y el oreja.
Y ansi le llaman ellos al diablo Son hombres bien dispuestos y docibles
Cunicuba, que malo representa Para servir en lo que son instrutos ;
En la lengua catia tal vocablo Gozan de montes claros y apacibles
Y otros ningunos hay de mas afrenta ; Que los regalan con diversos frutos ;
No le hacen pintura ni retablo , Son las mujeres dellos convenibles
Aunque los amenaza y amedrienta : Mas que para servir hombres tan brutos ,
Diceles quél crió todas las cosas , Porque sacadas de sus naturales
Con otras invenciones fabulosas. Salen limpias y grandes serviciales.
თევ JUAN DE CASTELLANOS .
Por estos indios y y otros mas cercanos Deste quiero tractar ; pero primero
Al Nuevo Reino y á sus señoríos , Que lleguen los mortíferos espantos ,
Tuvieron gran noticia los cristianos Los rigurosos trances y contiendas
De la riqueza dentre los dos rios , En su demarcacion acontecidos ,
Y cómo poseian ricos granos Del tercero diré cómo se tiende
En cualquiera provincia sus gentios ; Entre el gran rio de la Magdalena ,
Y ansi los incitaba la cudicia Y los inmensos llanos de quien hice
A querer ver por ojos la noticia. Mencion en otras partes do convino ;
Y los de Popayán, segun que veo El cual ramo se va continuando
Por otra relacion que me fué dada, Por la costa del mar de Santa Marta ,
Estaban ansimismo con deseo Del Cabo de la Vela y Venezuela ,
De poner en efecto la jornada , Y por el alaguna que se llama
Porque para hacer aquel empleo En aquella provincia Maracaibo.
No dió lugar la tempestad pasada Pero donde contiene mas anchura ,
De guerras que tenian entre manos Con multitud de gentes naturales ,
Con bárbaros al pueblo comarcanos. Valles amenos, fértiles culturas ,
Herbosos campos, fuentes cristalinas ,
De manera que en una coyuntura De varias mieses grandes sementeras ,
Dos partes pretendian la ganancia : Dehesas proveidas de ganados
Estas declararé con ligadura ,
Con pastos que no pierden sus verdores ,
Mas sin obligacion de consonancia, Claras corrientes , lagos espaciosos ,
Por ser mas descansada compostura Diversas cazas, pescas apacibles ,
Y haber hecho de ritmas abundancia , De plata y oro prósperos veneros ,
Y porque viéndome cansado viejo, Piedras preciosas, ricas esmeraldas ,
Amigos me lo dieron por consejo. Templanza salutifera , pues nunca
¡Oh Musa, la mas alta de la cumbre Frio fatiga ni calor da pena ,
Del Apolo a quien es todo posible , Con otras muchas cosas necesarias
Que sin perder virginea costumbre A la conservacion de los mortales :
Al invisible Dios distes visible ! Es en la parte donde situado
Provéame por vos de clara lumbre , Vemos el nuevo reino de Granada ,
Aquella lumbre que es inaccesible , En hemisferio ártico que cae
Para que con favor suyo proceda Debajo de la mas ardiente zona ,
En la jornada larga que me queda. En el primero clima , y es distancia
Que corre desde tres á siete grados.
En estas levantadas serranías
CANTO PRIMERO . Hay valles y llanuras apacibles
Por do se tienden bárbaras moradas
Donde se da razon de los primeros capitanes que entraron en las pro- Y tienen sus ciudades españoles :
vincias de entre los rios Cauca y el de la Magdalena, ansi de la gober- Es la de Santafé cabeza dellas
nacion de Popayán como deste Nuevo Reino. En cuatro grados y minutos veinte
Debajo del primero paralelo ;
La cordillera de las altas sierras Aquí la majestad del rey hispano
Que salen de la parte del estrecho Puso su sello con real audiencia ,
A quien dió Magallanes nombramiento , Que decide las causas , sentenciando
Que es en cincuenta y dos grados y medio, Segun disposicion de los derechos ,
Do constituyen la templada zona Y dan conductas á los capitanes
Del antártico polo los que miden Para conquistas de diversas tierras.
Latitud y longura de lugares, Corriendo pues del parto de la Virgen
Al norueste viene declinando , Años cincuenta sobre tres quinientos ,
Con grandes brazos della dependientes Un diestro capitán, Francisco Nuñez
A diferentes vias estendidos Pedroso , de quien ya tractamos antes ,
Incluyendo las sierras de los Andes , Fué por estos oidores proveido
Pues al sur le demoran las grandezas A la jornada dentre los dos rios ,
De Chile , Pirú , Quito ; y á la parte Acuyos senos voy encaminando.
Del norte lo del rio de la Plata , Este salió con gente valerosa ,
Brasil y Marañon , y las provincias Soldados escogidos y cursados
A las árticas ondas adyacentes ; En las penalidades de conquistas ,
Y en la continuacion de su corriente Do la seguridad mas evidente
Se viene por la tórrida metiendo Amenaza con muerte trabajosa :
Y la equinoccial atravesando ; Ochenta fueron estos compañeros ,
Pero ya cerca della se divide De caballos y armas pertrecbados ,
En tres brazos la dicha cordillera , Y en número pasaban de quinientos
Que contienen amplísimos terrenos : Los indios que llevaban de servicio .
El uno destos ramos va corriendo Entró con este buen avïamiento
Entre la mar del sur y rio Cauca, Adonde lo llevaban sus intentos ,
El cual continuando su derrota Siendo con estos mismos ya salido
Pasa por Panamá , y enfermo suelo De la ciudad de Arma , subyacente
Del que Nombre de Dios heredó nombre , A la de Popayán , con mas posible
Y va hasta llegar á Nueva -España . El capitán Fernando de Cepeda
El otro ramo dentre los dos rios A fin de subyectar aquellos indios
Que es el de Cauca y de la Magdalena , A la ciudad de Santafé nombrada
Do se contienen las provincias dichas Que de la de Antioquía tiene nombre ,
De los catíos y otras gentes bravas De quien hemos tractado largamente
Prestas á la defensa de sus tierras , En el discurso de Pedro de Heredia.
Es de menor discurso su corrida , Estos dos capitanes que decimos ,
Pues el remate dél es á las juntas Aunque entraron por vias diferentes
Donde las dos corrientes hacen una , (Sin saber uno de otro ), se juntaron
Que será veinte leguas la distancia Y tuvieron pesadas diferencias ,
Desde su conyuncion à la marina , En las cuales Pedroso, descompuesto ,
El sitio destas juntas á diez grados Al reino se volvió do residia ,
De latitud , segun que se tantea Quedándose Cepeda mas pujante,
Por hombres que regulan el altura. El cual con aquel bárbaro gentio
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , HIST. DE ANTIOQUIA, CANTO 1 . 509
Tuvo batallas y recuentros varios No poca cuantidad de los contrarios ;
Que contrastaban siempre sus intentos ; Mas era la rüina poca parte
Y ansi potencia bárbara le hizo Para poner á sus furores freno ,
Dejar de proseguir esta demanda , Porque cierto gandul embravecido ,
Con pérdida de muchos españoles. De miembros y estatura de gigante ,
Entró después Bernardo de Loyola , Con voces espantables los auima
Vecino principal de los Remedios , Facilitándoles esta victoria.
Que con el de Victoria confina , Este se puso junto del cercado ,
Ambos pueblos de aqueste nuevo reino: En la mas alta parte , donde estaba
Fué sin autoridad y sin licencia Un árbor que tenian ya cortado :
De los señores del real senado , Chaguala fina pende de su pecho ,
So color de buscar prósperas minas. De orejas y narices otras joyas ,
Sabida su demanda por don Diego , Penachos variados ondeando ,
De los Caravajales descendiente , Bravo meneo y áspera postura ;
Vecino de la villa de Victoria , El terrible baston que meneaba
O por enemistad que le tenia Al de Goliat era semejante ;
O por cudicia grande de la empresa , A voces allí puesto desafia
Denunció dél ante los senadores , Con grandes vituperios á los nuestros ,
Los cuales , las razones comprobadas , De los cuales ( que estaban mas à mano )
Le dieron comision para prendello Salieron cuatro , Pinto , lusitano ,
Y con los que tenia y él llevaba Francisco de Aguilar y Sancho Velez ,
Poblase do mejor le pareciese . Y Alonso de Arce , todos con escudos
Efectüó con esto su viaje , Y espadas cortadoras en las manos.
Y aquella provision notificada , Llegaron al lugar, y el árbor era
Loyola se salió dentre los rios , Para fajar con él impedimento ;
Quedándose don Diego con la gente , Mas todavía con aquel coraje
Al cual dieron los indios tanta priesa , Que crian vengadoras voluntades ,
Que con algunos españoles menos Rodean al gandul, que se novia
Tuvo por bien dejar la tierra libre. Con suma lijereza , meneando
Pero después, el año de sesenta , El áspero baston á todas partes ,
Quiso tentar segunda vez la suerte , Y al Sancho Velez que halló mas cerca ,
No sin aquel ardor que caballeros Cubierta la cabeza con celada
Suelen tener en puntos honorosos ; Y la rodela puesta por delante ,
Mas con solos cuarenta compañeros , Tan gran golpe le dió con la macana
Algunos de los cuales conocimos , Que la tierra midió cuasi que muerto ;
Y todos dignos desta confianza , Al Arce revolvió luego con otro ,
Pues destos era Leonel de Ovalle , Al cual hizo pedazos el escudo,
Gallego , natural de Salvatierra , Y lo tendió también en aquel suelo.
Sancho Velez , Sarmiento y Andrés Pinto , Francisco de Aguilar, que bien pensaba
Francisco de Aguilar y Alonso de Arce , Quedar victorioso del gigante ,
Francisco de Silvera , lusitano , El ponderoso palo lo compele
Y otros de cuyos nombres falta copia ; Ajuntar las rodillas con la tierra.
Pero tenemos la de sus hazañas Entonces Andrés Pinto , como suelto0 ,
En trances rigurosos y arriscados . Abalanzóse por el diestro lado
Llegaron con aquella vigilancia Antes que revolviese con el leño ,
Que suelen los que tienen esperiencia Y con la punta del cruel acero
De la ferocidad destas naciones , Rompió por el ijar bravas entrañas
Y en parte rasa , con la diligencia Del bárbaro feroz , en tal manera
Que piden los peligros evidentes , Quel ánima salió por la herida
Hicieron fuerte , donde de la furia Y el cuerpo monstruoso cayó luego ,
Barbarica pudiesen ampararse , Con una voz y grito tan horrendo ,
Las armas en las manos todas horas , Que los que se hallaron à la mira
Y prestos los fumosos arcabuces , De sus furores fueron aflojando..
La cual solicitud no fué baldia , Por otra parte Leonel de Ovalle
Antes de su salud segura prenda , Con otro principal acaso vino
Porque sabido por los naturales A singular certamen , donde presto
El concepto de nuestros españoles , El bárbaro perdió la lozanía ;
Nunca jamás se les pasaba dia Y los demás habiendo consumido
Sin dalles mil desgustos con asaltos Las flechas y los dardos que traian ,
Los indios que tenian mas cercanos. A sus pajizas casas se volvieron ,
Mas viendo que fogosos instrumentos No presurosos , mas á paso lento , -
A muchos traspasaban las entrañas , Diciendo : « Descansad , gente barbuda ,
Acudió multitud inumerable , Porque para dar fin à la contienda
De jáculos mortales proveidos . Aquí seremos de hoy en cuatro dias. »
Con macanas y lanzas penetrantes , Los nuestros, reparados los heridos ,
De ricas diademas coronados , Entraron todos ellos en consulta ,
Con otras varias joyas que declaran En la cual de comun consentimiento ,
La gran prosperidad de sus terrenos : Visto que les faltaban municiones
Tal es el resplandor que reverbera , Y no ser parte para sustentarse ,
Que del refracto de solares rayos Apriesa negociaron la partida.
Potencia visual es ofendida. Entró poco después un Juan Valero ,
Las voces impelidas de los pechos Ejemplo de virtud y de modestia
Y estrépito de rústicas bocinas ( Hablo como testigo de su vida
Rompen los vagos aires, y la tierra Por amistad de tiempos atrasados ).
Parece fatigarse con temblores , Y aunque llevó mas número de gente ,
Como cuando de trueno fulminoso Vista la gran dureza del salvaje
Es en alguna parte lastimada. En dar la paz que siempre les pedia ,
Aquesta furiosa muchedumbre También se viño sin hacer efecto ,
Rodeó los valientes españoles , Y no tan de reposo que no fuese
Los cuales , por don Diego bien instructos Con renombre de fuga la salida.
Y de sus instrumentos ayudados , Aqueste capitán es el postrero
A los tartáreos fuegos encaminan Que deste Nuevo Reino fué con gente ;
310 JUAN DE CASTELLANOS.
El cual entonces iba descubriendo
Y ansi para decir quién permanece Tierras que con el mar del Sur confinan ,
En las conquistas deste barbarismo ,
Habré de convertir mi flaca pluma Pero salióse Rodas con su gente ,
A la ciudad ó villa de Antioquía , Vista la perdicion desta jornada ,
Tomando de muy lejos la carrera El año de cuarenta y uno , cuando
Para que sea mas inteligible Vino Vaca de Castro con poderes
Esto que de presente pretendemo Del gran monarca contra los rebeldes
s En reinos de Pirú sin obediencia.
Poner en escriptura verdadera ;
Cuyos sucesos varios remitimos Con él se vino Rodas hasta Cali,
A los versos del canto venidero . Adonde Benalcazar gobernaba ,
Con quien Vaca de Castro tractó cosas
Tocantes al viaje que hacia.
Quedó Rodas debajo del gobierno
· CANTO SEGUNDO . Del dicho Benalcazar , donde siempre
Donde se da relacion del primero fundador de la ciudad de Antioquía, y En cargos honorosos le dió mano ;
cómo después fué mudada de aquel asiento primero á mejor sitio, Y por el crédito que dél tenia,
donde permanece con nombre de villa de Santafé de Antioquía. Para mudar el pueblo de Antioquia
Le dió poder é bizo su teniente
En el proceso largo desta historia, Al principio del año de cincuenta ,
Algunas veces hemos referido Que vino por jüez de residencia
Cómo George Robledo fué el primero El licenciado Francisco Briceño ,
Cimentador del pueblo de Antioqui , a A quien la dió también Gaspar de Rodas
Y su primera fundacion adonde Como teniente del adelantado.
Fué don Pedro de Heredia descompuesto Dió sus descargos , y esperó sentencia ,
Por Juan Cabrera y otros capitanes En que se pronunció que merecia
Del buen don Sebastián de Benalcázar: Cargos de muy mayores eminencias ;
La cual participaba de las tierras Mas aquel pueblo nuevo que tenia
Que tienen entre si las ricas aguas Ciudad de Santa Cruz por apellido ,
Del rio Darien y rio Cauca. Mandó que fuese villa , y adelante
Pero después de aquellas competencias, Santafé de Antioquía se llamase :
Por no ser sitio bien acomodado, La cual con este nombre permanece ,
Ansi para salud como defensa Y en ella desde el tiempo que decimos
Del nuevo morador , por la braveza Gaspar de Rodas hizo su vivienda ,
Del natural vecino repugnante , No sin deseo de fundar mas pueblos
Por orden del ilustre Benalcázar En las provincias dentre los dos rios ,
Aquesta poblacion fué trasladada A lo cual aspiraban otros muchos
Acia Buriticá , do mas propicio Varones de caudal y principales ,
Y mas alegre cielo se mostraba , Que de la gran riqueza de aquel suelo
Terreno sano , nobles influencias , Tenian ya noticia y esperiencia.
Aires de salutífera templanza , Destos fué Lucas de Avila , vecino
Campos mas espaciosos y estendidos , De Encerma , que tenia gran posible ,
Do pueden en beligeros rebatos Y pretendió pedir aquellas tierras
Mandarse los caballos á contento , Por gobierno de Popayán distinto ;
Y hacer mas estrago con la lanza El cual comunicó sus intenciones
En los que contrastaban sus diseños , Con Andrés de Valdivia , su carillo ,
Y donde los auríferos veneros Sagaz , astuto y hombre diligente
Esceden á los ricos celtiberios Para negociaciones semejantes ,
Y sobrepujan á los de Dalmacia , El cual facilitó sus pretensiones
Con que los moradores enriquecen , Y prometió traelle los despachos
Y mucho mas jueces , comisarios Dentro de breve tiempo de Castilla.
Frecuentes , por livianas ocasiones Acudió Lucas de Avila con oro
(Absortos en aquesta golosina) Con larga mano para su vïaje ;
A ser universales herederos Pero después en el real consejo
De lo que valerosos han ganado Negoció para sí , que no debiera ,
A costa de la sangre de sus venas. El gobierno quel otro pretendia ,
Para trasladar pues aqueste pueblo A costa del que hizo confianza
Al asiento que queda declarado , De sus palabras y amistad antigua.
El Benalcázar hizo confianza En este tiempo bárbaros vecinos
Del diestro capitán Gaspar de Rodas , A los subyectos indios de Antioquía
De quien hice memoria muchas veces Persuadian infinitas veces
En los lugares donde convenia Negasen á los nuestros obediencia
De sus trabajos varios dar noticia. Y de su libertad fuesen señores ,
Es pues aqueste noble caballero Pues nunca fueron sus antepasados
Del pueblo belicoso de Trujillo , Subyectos á serviles condiciones,
Morada principal de Estremadura , Porque para quedar libres y exentos
De bien nacidos padres heredero ; Ellos tenian ya las armas prestas ,
Pues fué su padre Florencio de Rodas , Y no les faltarian sus favores
Alcaide de la fuerza dicha Lole , Hasta desarraigar cristiana planta,
En la provincia fértil del Algarve ; De quien se recelaban también ellos
Su madre doña Guiomar Coello , Por vellos tan pegados y propincuos.
Que en Lusitania , donde fué nacida , Los indios de Antioquía bien quisieran
La ciudad de Lamego fué su cuna. Quitar de sobre sí tan duro yugo ;
A las Indias pasó joven florido , Pero los moradores de la villa
Y en duros ejercicios de la guerra Tenian el aviso necesario
Desde su juventud se dió tal maña , Y el asiento del pueblo tan á gusto ,
Que todos igualaban sú prudencia Que los subyectos fueran poca parte
A su bien aprobada valentía . Para los lastimar sin daño suyo ;
Entró primero con alguna gente , Y ansi , no respondieron con efecto
A sus espensas proprias granjeada, A las persuasiones que decimos,
Al socorro de don Juan de Andagoya , Los pechos inquietos , mas las manos
Hijo de don Pascual , de quien mi pluma Quietas con temores del castigo.
En lo de Popayán hizo memoria ; Y ansi Toné , cacique comarcano ,
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, hist. de antioQUIA, CANTO II. 511
Bravo de condicion y sedicioso, El arco tenga cuerda mas estrecha ;
Por la seguridad de su partido , La voladora flecha nunca pare ;
De los pacíficos mas principales La macana declare su justicia ;
Hizo congregacion en las montañas , Salgan á la milicia desde luego
Y en banquete costoso que les hizo , Bien tostados al fuego los astiles ;
Después de satisfechos y contentos Huyan temores viles de los senos ,
Y en furia levantados con el vino, Pue's veis que no va menos en la obra
Pidióles atencion , las manos altas ; Que gozar sin zozobra de las prendas
Y estando reportados y quïetos , De hijos y haciendas y mujeres.
Les dijo las palabras que se siguen : Aquestos pareceres no son vanos :
« Oid con atencion , fuertes varones Por tanto nuestras manos y nobleza
Deciros be razones que os espanteu Muestren su fortaleza y estén prestas
Y el ánimo levanten mas caido , A redimir molestas vejaciones. »
Pues quiero , no movido por antojos , Esto dijo Toné , porque desea
Poner ante los ojos desventura Ver ya toda la tierra levantada
Que pide ser la cura sin tardanza , Y á nuestros españoles ocupados
Antes que mas pujanza destas gentes En guerras mas cercanas á su pueblo ,
Atraiga nuestras frentes à su yugo. Reconociendo ser impedimento
Durísimo verdugo , va sin freno Para se quedar él sin el castigo
Usurpando el ajeno territorio , Que por aquellas muertes merecia ;
Y segun es notorio los haberes , Lo cual aconteció , segun él dijo ,
Los hijos y mujeres y haciendas. Entrando sobre paz Pedro de Frias
Para tomar enmiendas falta brio ; A pedir el tributo que debia ,
Cada cual está frio conociendo Por ser indios en él encomendados ,
Que nos van consumiendo poco a poco ; Mas él y los demás , sobre seguro ,
Paréceme ser loco sufrimiento Por mano del Toné pagaron antes
Dejar su desaliento sin castigo. Aquel que ley precisa les impuso ,
Por vosotros lo digo , gente fiera , Y el caso sucedió desta manera :
Que ya puede cualquiera subyectaros , Estando juntos estos españoles
Moveros y mandaros como á brutos , Para comer sentados á la mesa ,
Pagándoles tributos y á porfia Cayeron de lo alto del buhio ,
Cumpliendo noche y dia voluntades Sin parecer de dónde procedian ,
Ajenas de verdades y modestias : Cinco gotas de sangre , no dudosas ,
Llévanos como bestias donde quieren ; Que mancharon los cándidos manteles :
Vuestros hijuelos mueren sin venganzas; De que quedaron mustios y turbados
En minas y labranzas que les labran Y con sudores frios , como cuando
Azotan , descalabran á los flojos ; Quedan aquellos quel color mudado ,
Vosotros como cojos y sin manos Enbiestos y erizados los cabellos ,
Sufrís estos cristianos. ¡ Ay, catíos ! En noche tenebrosa caminando ,
¿Qué son de vuestros brios y braveza? Fantasma se les puso de delante ;
¿Qué es de la fortaleza que solia Lo cual por mal pronóstico se tuvo .
Domar la serranía peleando? Y ansi Pedro de Frias al caballo
¿Quién ha tornado blando vuestro pecho ? Ocurre para se poner encima,
¿Quién turba y ha deshecho los alardes ? Los otros á las armas que tenian ;
Bajos, viles , cobardes corazones , Mas no fué tan veloz su pensamiento
Pues tantas sinrazones como estas Cuanta fué la presteza con que llegan
Llevais à vuestras cuestas con paciencia. Gran multitud de bárbaros armados ,
Mirad la diferencia de las mias , Y el impetu furioso de manera ,
Pues que Pedro de Frias sabeis cierto Que puesto que con daño de los indios
Ser por mis manos muerto y otros siete Todos los españoles fueron muertos ,
Y el lengua y alcahuete Juan Gonzalez , Escepto Juan Gonzalez , un mestizo ,
Mestizo, que si tales todos fueran, Que se les escapó dentre las manos ,
Sus vidas nos vendieran á mas precio ; Y con aliento de veloce ciervo
Mas este como necio confiado , Llegó donde pudiera salir salvo ;
Habiéndose librado del rebato , Pero teniendo por afrenta grave
Dijo desde á buen rato con voz alta : Hüir él solo del combate duro
¡ Ah ! perros, el que falta viene à veros, En que dejaba los de su compaña ,
Que sin sus compañeros Dios no quiera Volvió como leon encarnizado ,
Que huya , y aunque muera , como muero, Y hizo lo quel indio representa
He de vengar primero su mal hado.- En el razonamiento referido ,
Y ansi desesperado se abalanza , Donde con sus razones persuade
Que ni bastaba lanza ni macana A rebelarse contra los cristianos.
A resistir su vana lozanía : Y ansí por sus industrias y consejo
Gran estrago hacia con la espada Negaron subyeccion á quien la daban ,
En la gente granada , de tal suerte , Dando principios à sangrienta guerra ;
Que vieron de la muerte los espantos Y porque con la villa no podian
En un momento tantos cuantos fueron Dieron en las cuadrillas de las minas ,
Aquellos que murieron de su parte. En hatos y en estancias de sus amos ,
Mas el contrario marte, que no cesa , Matando negros , indios y españoles
Le dió tan grande priesa por los lados , Con tal obstinacion , que desde el año
Que fueron traspasados brevemente ; De quince cientos y sesenta y cinco
Y aquel mozo valiente que pudiera Llegó la duracion al de setenta ,
Irse donde quisiera sin herida , En cuyos intermedios padecieron
Allí perdió la vida por sus muertos, Grandes trabajos y desasosiegos ,
Amigos mal espertos . Ved qué ejemplo Que si quiero particularizallos
Es este que contemplo con aviso , Seria proceder en infinito.
Pues este morir quiso por su villa Pero sabido por quien gobernaba
Y vengar la cuadrilla que era poca. A Popayán en esta coyuntura ,
Aquel á quien le toca mayor daño Que don Alvaro de Mendoza era ,
No cumple ser estraño de venganza : Dentro de cuyos términos caia
La vil desconfianza se deseche ; Entonces esta villa que decimos ,
El tiempo se aproveche , no se pierda ; Puso los ojos para dar remedio
512 JUAN DE CASTELLANOS.
En la destreza de Gaspar de Rodas , Y un Alonso Serrano , de Florencio
A quien se dieron largas comisiones , Serrano hijo, bárbara su madre,
Ausí para castigo de culpados Pero de noble genealogía ,
Como para fundar mas poblaciones Mancebo suelto, diestro y esforzado.
En las provincias dentre los dos rios ; Estos y aquellos bien aderezados
El cual luego tomó sobre sus hombros De todos los pertrechos convenientes
Este ponderosísimo cuidado , A las ejecuciones del intento,
Y convocó de partes diferentes Con estendida copia de ministros ,
Soldados de discurso y esperiencia Caballos y abundancia de ganados ,
Y en valor y caudal acreditados , Llegaron à la villa de Antioquía ,
De los cuales algunos nombraremos Donde su general los esperaba :
Cuando dispusicion abriere puerta. Del cual y los demás allí vecinos
Mas antes que pasemos adelante , Fueron con gran aplauso recebidos
En esta me conviene dar noticia Y en amigables ranchos regalados ,
Cómo primero que Gaspar de Rodas Pero con mas espacio que quisieran
Tentase de hacer esta jornada , Aquellos que venian ya dispuestos
Anduvo por allí Gomez Fernandez , A las beligeras ejecuciones ;
Antiguo capitán y celebrado , Porque Gaspar de Rodas suspendia
Conquistando los bárbaros inmites Con algunas escusas la partida ,
Fortalecidos en las barbacoas ; Por algunos respectos necesarios
Del cual , cuando tractare de chocoes , A la seguridad de su persona ,
Gobierno ya distinto del que tracto , A causa de las chismes y novelas
Contaremos particularidades Sembradas por algunos susurrones ,
Indignas de quedarse rezagadas , Que sin haber olor adevinaban ,
Pues por no confundir á los lectores , Sobre mandar, algunos movimientos.
De cada cual gobernacion diremos Vista por los del reino la tibieza
Aquello que le fuere concerniente , Y ser demasiada la tardanza ,
Señalando los tiempos , aunque vayan El capitán Ospina se dispuso
En el lugar primero los postreros ; A preguntar al Rodas por qué causa
Pues cada cual gobierno de los dichos Se dilataba tanto su viaje ,
Ha de llevar particular historia. Diciéndole « Señor, yo soy venido
Y agora solamente de negocios En compañía destos caballeros
Que son tocantes à Gaspar de Rodas Que por respecto mio se han movido.
Quiero tractar; y para mayor lumbre »Consumieron gran copia de dineros
Será con canto nuevo su principio. En rehacerse de guerreras prendas
Para poder mejor obedeceros.
>>Han dejado sus casas y haciendas ,
CANTO TERCERO. Donde todos vivian con sosiego
En sus repartimientos y encomiendas.
Donde se da razon de la entrada que hizo entre los rios Gaspar de Rodas, Mediante vuestras cartas y mi ruego
la gente que le acudió , y orden que tuvo en hacer la guerra. Acudieron á tiempo conveniente
Uno faltaba ya para setenta Y acomodado para partir luego.
Años del parto de la Virgen pura La tardanza que vemos de presente
Con el millar y medio desta cuenta , Y remision parece que nos muestra
E ya febeo carro se llegaba Que ya teneis intento diferente.
»De ajena voluntad pende la nuestra, 1
A la quinta señal del zodiaco, Y para proseguilla , con respeto
Cuando Gaspar de Rodas se dispuso
A dar á su promesa cumplimiento , Suplicoos me digais cuál es la vuestra.
Habiendo convocado sus amigos , Pues si acaso teneis otro concelo,
Ansi del nuevo reino de Granada Por ocasion que con razon se mida ,
Como de Popayán y otros lugares , Volvernos hemos sin hacer efeto.
»Pero si no se halla quien impida
Que por el crédito que dél tenian La via que tenemos tan á mano ,
Y fama del tesoro de la tierra , Bien es acelerar esta partida.
Pusieron en olvido sus reposos ,
Do tenian honrosa pasadía , El tiempo nos convida del verano,
Indios encomendados y haciendas Cuando tienen culturas y florestas
Abundancia de fructos y de grano.
Con vencedoras armas adquiridos , Las corrientes serán menos molestas
A costa de las cuales se pertrechan De los rápidos rios y quebradas
De varios instrumentos y ministros Grandes y á cada paso contrapuestas .
Etiopes , caballos y las cosas >>No serán parte gentes alteradas
Al uso de la guerra necesarias. Para nos defender trémulas puentes
Uno fué destos Francisco de Ospina,
Célebre capitán de los Remedios , Con frágiles bejucos enlazadas.
>>Cria la dilacion inconvenientes ,
Ciudad en este reino cimentada
Y dellos por perderse coyuntura
Por él , que fué su fundador primero ; Andan malos sucesos dependientes.
A quien siguieron hombres de substancia , »Si razón adaptada se procura
Y á su contemplacion por consiguiente Para poder domar bárbara frente ,
Otros muchos vecinos de Victoria , En las manos está la mas segura .
Como Bartolomeo de Pineda ,
Anton Lobo de Sande , Juan Velasco , »Y si dejais la que teneis presente ,
Gonzalo Verde y Antonio Machado , No se podrá sin mil dificultades
Pero Fernandez de Rivadeneyra , Juntar después tan escogida gente.
»A nuestras dudas y perplejidades
Y Diego de Guzmán y Juan de Aldana , Dará resolucion vuestra prudencia,
Que todos llegarian á sesenta Porque con ella nuestras voluntades
Varones , á quien hechos memorables Hagan sin disonancia respondencia .>
Dieron renombre digno de valientes.
De Popayán también salieron treinta , Dijo, y el capitán Gaspar de Rodas
En fama señalados y en posible , Oyó con atencion esta demanda ;
Cursados en beligeros encuentros , Y con aquel reporte quel prudente
Suele tener en casos semejantes
Como Francisco Lopez de la Rua , Para templar los pechos alterados,
Joan Arias Ruvian , Gaspar Delgado , Usando de cortés comedimiento
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, HIST. DE ANTIOQUIA, CANTO III. 513
A los del reino dijo lo siguiente : Prontos y atentos y las armas prestas ,
Amigos y señores , conocida Segun militar uso repartidos
Tengo la gran merced que se me hace Por obviar a los inconvenientes
Dispuesta para ser agradecida. Que podria parir algun descuido ;
La partida pedis , y á mí me place , Porque los bárbaros no pierden punto
Supuesto no tener inconveniente En aceptar dispuestas ocasiones
Que desta voluntad me desenlace. Cuando se las ofrece la ventura.
D El gasto que hecistes es patente Desta manera fueron caminando
En cosas de que todos salis llenos Por alturas que son inevitables ,
Al encuentro de guerra tan urgente . Asperas y fragos as serranías ;
E yo no convocara tantos buenos Y diez y siete dias consumidos
Asegurados de mi confianza , En aquellos caminos salebrosos ,
Si vinieran á poco mas o menos. Entraron sin hallar opuestas armas
»Negocio es que no sufre mudanza En Tociná, provincia de Ibijico ,
Este que tan de veras yo prevengo ; Indios cuyas astucias y cautelas
Y el preparallo bien no fué tardanza. Vencen a las de Ulises y Sisifo ,
»Pues por razon de ser discurso luengo Encomendados en un Juan Taborda ,
Me faltaban algunas municiones , Vecino de la referida villa :
Y las que deseaba ya las tengo. Los cuales acudieron dando muestras
>>Manifestastes vuestras intenciones De paz , à la cual fueron admitidos ,
A tiempo y á sazon que me movia Por ser las principales intenciones
A publicar mis determinaciones. De reducillos al real servicio
Salís á ellas como yo queria. Sin efusion de sangre ni venganza
Aderezarnos solamente resta De muertes ni de daños recebidos.
Para salir de hoy en tercer dia Allí se detuvieron en el campo
Que se celebra señalada fiesta .>> Algunos dias , y hicieron lista
Después que satisfizo brevemente Del número de gente que venia :
El general á sus comilitones Hallaron ser los españoles ciento ,
Por términos urbanos y sucintos , Hasta seis menos , pero todos ellos
Y ellos á su decir correspondieron De todas buenas armas pertrechados ;
Con largo cumplimiento de razones Los caballos pasaban de trescientos ;
Usadas entre gente comedida , Setecientos los indios de servicio ,
Alegres , satisfechos y contentos Y algunos etiopes , aunque pocos ,
Todos á sus hospicios se volvieron , Pero para cualquier trance dudoso
Donde con fervorosa diligencia Arronjadizos y determinados ;
Alistan los pertrechos necesarios De vacas se llevaban cuatrocientas.
A las usadas peregrinaciones Quinientos puercos, antes mas que menos,
Y a las seguridades de sus vidas : Y otros rebaños de menor ganado
Este refina salitroso polvo , Para sustento del cristiano campo ;
Aquel derrite plomo para balas ; Y con propósitos determinados
Otros con rascadores mundifican De no volver atrás sus estandartes
Cañones de fumosos arcabuces ; Hasta poner cristianos fundamentos
Otros afilan hierros de las lanzas ; En medio deste rudo barbarismo ,
Otros requieren las jinetas sillas , Y subyectar durísimas cervices
Con las demás guerreras prevenciones Al prepotente rey de las Españas.
Que piden ejercicios militares Allí pues estuvieron descansando
Y la necesidad les aconseja , Del sudor y trabajo padecido ;
Segun los de mecánicos oficios Y entre tanto salia gente suelta
Cuando labran diversos materiales Por unas y otras partes descubriendo
A un tan solo fin encaminados Algunas poblaciones comarcanas ,
Para la perfeccion del edificio Por ver la voluntad de los vecinos
Cuya hechura toman entre manos. Que para santa paz eran llamados ,
Ďesta manera todos ocupados Importunándoles con gran instancia
En cosas al viaje convenientes , Evitasen los daños venideros
Llegaron á ponellas en el punto Y los dudosos fines de las guerras ,
Que los efectos dellas demandaban. Que no siempre responden tan á gusto
Para los cuales el Gaspar de Rodas Cuanto prometen los principios dellas :
Hizo de capitanes nombramiento , Lo cual , habiendo tierra de por medio ,
Con otros necesarios oficiales : Cuando coloquio se les ofrecia
Al Ospina nombró por su colega Intérprete católico declara
Teniente general del campo todo ; En idioma proprio de catíos.
Velasco, capitan de infanteria ; Mas la caterva fiera y arrogante ,
Pineda,de la gente de caballo ; Fiando de sus fuerzas , les responde
El general alférez fué Molano ; Que sobre el caso se terná consulta ,
Juan Arias Ruvián su consejero , Y enviarán al campo castellano
Hombre de gran discurso y esperiencia ; Clara resolucion de sus acuerdos ,
Y á los que con oficios no podia , Que no podrá pasar del cuarto dia.
Con preciadas preseas tornó gratos , Aquesto se cumplió segun dijeron ,
En tal manera que cualquiera dellos Mas no con la pacífica respuesta
A su moderacion quedó rendido. Que nuestros españoles esperaban ,
Llegado pues el año de setenta , Antes contraria de su buen deseo ;
A los seis dias del bifronte Jano , La cual por ser principio desta guerra
Cuando la santa Madre celebraba Sanguinolenta , queda reservada
La solemne venida de los reyes , Al canto que se sigue después deste.
Al soberano Rey con oblaciones ,
En aquellas regiones tiempo seco
Y para caminar acomodado ,
Habiendo celebrado los oficios
Fray Pedro de Guzmán , dominicano,
Andaluz caballero , que con ellos
También iba con otros religiosos ,
Salieron con ardor á la demanda ,
T. IV. 35
514 JUAN DE CASTELLANOS .
Y destas intenciones que tenemos
Luego les inviemos razon clara :
CANTO CUARTO . Digales en la cara aquel que fuere
Que cualquier que venciere sirva al otro,
Donde se cuenta cómo los indios de la provincia de Pequi enviaron su Pues caballo ui potro ni escopeta
embajada al campo de los españoles, y lo que en ella se contenia. No vence ni subyecta los catios ,
Ni castellanos brios serán parte
Cualquier hombre, por rústico que sea, Para que de su marte caigan punto. »
Ama su libertad y da de mano Esto dijo Sinago, cuyo voto
Con toda la posible resistencia De todos los caciques de la junta
Al yugo y observancia de las leyes Fué sin contradicciones aprobado ;
Que le hacen estar al cumplimiento Y como confiados de sus fuerzas ,
De nuevos vasallajes y tributos ; Acordaron que fuese mensajero
Y tanta mas es esta repugnancia , A les notificar á los cristianos
Cuanto mas suele ser envejecido Sus determinaciones y deseo
El uso y exencion en que se cria. De vellos y probar su valentía.
Y ansí , como los barbaros supiesen Deste mensaje prometió Yutengo
Las españolas mañas , anhelantes Ser cierto portador dia siguiente ;
A que reconociesen vasallaje Y ansí , por no faltar de su promesa ,
Al amo que les fuese señalado , Llegó delante de los españoles
Y ellos nunca tuviesen de costumbre No mostrando pacífico semblante ,
De dar á los estraños obediencia , Antes agudos dardos en la mano,
Antes como soberbios y arrogantes , Penachos variados ondeando ,
Criados en tan próspero terreno Y diadema de oro , como suelen
Que siempre huellan por doradas venas , Salir á sus guerreras competencias , **
Con que los ánimos se ensoberbecen , Y ansi brioso , fiero y arrogante
Presumian que todos se la deben En su materna lengua les pregunta
Y que seria de varones viles Quién es el capitán que los gobierna :
Venir á menos del altivo punto Señálanselo luego , y él se pone
En que su presuncion los tiene puestos ; Delante con gallarda lozanía ,
Debajo de lo cual indios de Pequi , Diciéndole palabras semejantes :
Gente feroz y nunca domeñada , < Capitán español , yo soy Yutengo ,
Por el inducimiento de Sinago , No menos en valor que en bienes rico :
A quien esta provincia respectaba , A denunciar la guerra crüel vengo
Se hizo junta de los principales De Pequí , porque salgas de Ibijico ;
Para deliberar en su consulta Si pides la razon , otra no tengo
De las cosas tocantes à la guerra Fuera de aquesta que te notifico ,
Que por los españoles se movia. Que es guerra capital á sangre y fuego ,
Vinieron del Sinago dos sobrinos , Y la paz para siempre te la niego.
Yutengo y Aramé , mancebos fuertes > El gran Sinago con sus dos sobrinos
Y por beroicos hechos señalados ; Te suplican que vayas brevemente ,
Vino Chacuri , vino Nuguireta , Porque ellos harán anchos los caminos
Guaracho , Ereta , Panque , Agrebara , Por do metas ganados y tu gente ;
Insignes en las armas y en consejo ; Lo mismo piden todos los vecinos
Los cuales en consulta conferida Que ya desean de te ver la frente ;
Determinaron resolutamente Pero para llegar buenos y sanos
De conservar su libertad antigua Llevad prestas las armas y las manos. »
Y no se subyectar al duro yugo Oyó Gaspar de Rodas el mensaje,
Que padecian otros sus vecinos : Y díjole : « Yutengo , yo no creo
Deste parecer fueron todos ellos , Que tanto se desee mi vïaje ;
Mayormente Sinago , que les dijo : Mas pues lo dices tú que eres correo ,
Varones fuertes y en virtud constantes, Diles que hago pleito y homenaje
A cosas importantes nos juntamos , De cumplilles muy presto su deseo ,
Porque si bien notamos dura plaga, Pero que tomen mas modestos modos
No solo nos amaga , mas ya llega ; Porque la paz es buena para todos.
Y aunque con paz nos ruega , sin ofensa , » Por fama te conozco ya , Yutengo ,
Debajo della piensa dar de mala. Y tú también sabrás que yo soy bueno;
Al principio regala mano blanda : Por largos dias y por tiempo luengo
Importuna demanda viene luego , Me vereis trastornar vuestro terreno ;
Fomento de gran fuego , porque priva Por guerras ó, amistades yo no tengo
De libertad nativa y otros frutos , De volverme las manos en el seno :
Imponiendo tributos y servicios A la partida ves mi gente presta ,
De viles ejercicios , do perecen Y aquesto puedes dalles por respuesta. »
Cuantos hoy obedecen sus mandados Partióse luego , y el Gaspar de Rodas
Y inal considerados pareceres ; Con algunos soldados se reia
Pues hijos y mujeres no reserva Del brio y arrogancia del salvaje :
Esta crüel caterva de ladrones , Pero luego mandó que se prevengan
Cuyas ocupaciones principales Para mudarse dentro de tres dias ,
Son robar los caudales del terreno Ansí por no faltar de lo que dijo
Y del sudor ajeno sustentarse , Como porque los indios de Ibijico ,
Servirse y regalarse sin templanzas ; Atocina , Cucuba y Bererúa ,
En minas y labranzas los ocupan : Y Rucabé , caciques principales ,
Al fin todo lo chupan y consumen. Tenian por molesta la tardanza
Y ansi los que presumen de valientes De huéspedes tan llenos de bullicio :
Deben mostrar los dientes y las manos : Y ansi les daban priesa , prometiendo
Libremos de tiranos nuestra tierra ; De les guardar la paz y las espaldas.
Hartémoslos de guerra , pues la quieren , Llegóse pues el dia señalado ,
Que también dellos mueren los mas buenos, Y el campo fué marchando acia Pequi
Y acá no somos menos en pelea ; Con todos los avisos necesarios
El orden desto sea sin que luenga En los ásperos pasos y quebradas
Tardanza nos detenga ni retarde ; Do podian hacelles algun daño ;
El valeroso guarde sus regiones , Mas no les sucedió por el camino
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE HI, HIST. DE ANTIOQUIA, CANTO V. 515
Dudoso cosa que de contar sea, Doscientos validísimos gandules
Hasta que descubrieron lo poblado , A que secretamente se metiesen
Y asentaron real en un altura , En aquel pajonal que reservado
Cuya comodidad los convidaba Fué por solicitud de los cristianos ,
A reparar allí por algun tiempo , Y en él permaneciesen hasta tanto
La duracion del cual diremos ; Que Febo desterrase los bumores ,
Porque por ser principio desta guerra Y cuando con sus carros fervorosos
Conviene que hagamos nuevo canto. Oviese demediado la carrera ,
Y el cálido refracto de los rayos
Tuviese ya la paja como yesca ,
Pusiesen fuego por dos ó tres partes ,
CANTO QUINTO. Porque los españoles acudiesen
Sin orden ni recatos al remedio ,
Donde se da razon de lo que sucedió después que los españoles entraron Segun y como lo hicieron antes ,
en la provincia de Pequl. Y al tiempo que los viesen ocupados
En mitigar las llamas violentas ,
Uno de los avisos importantes Les acometan con tan grande furia
Que se pueden tener entre guerreros , Que los compelan á precipitarse
Es saber escoger alojamiento Por la derecha y áspera ladera :
En sitio fuerte , cuyas adyacencias Donde buyendo del mortal conflicto
Puedan señorearse con la vista , Diesen en muerte vil y desastrada ,
Y tenga leña y agua tan á mano Pues hallarian gentes cuyas manos
Que sin que corran riesgo los sirvientes Abriesen las católicas entrañas .
Usen inescusables ministerios . Salido pues el capitán Pineda
Tal lo supo tomar Gaspar de Rodas , Con orden de volver el mismo dia ,
Como varon sagaz , y en este caso Los bárbaros por parte diferente
Ninguno mas mañoso ni solerte , Subieron á la parte señalada ,
El cual , llegando ya cerca de Pequi , Donde sin ser sentidos estuvieron
Y á vista de los bárbaros vecinos , Ocultos y encubiertos ; y á la hora
Se refirmó , segun militar uso ." Que para poner fuego convidaba ,
En sitio que llamó la Lagunilla , De palos apropriados á tal uso
En parte rasa y alta, proveida Y presto movimiento de las manos
De las comodidades referidas , Socaron fuego , con que brevemente
Y cuyas descendencias á lo llano Se levantaron llamas presurosas ,
Eran en gran manera salebrosas. Segun la fuerza del pasado dia ,
Y este sitio tomó con pensamiento Y que causaron por su cercanía
De no dejallo por algunos dias , Mayor alteracion y sobresalto ;
Porque los bárbaros con la tardanza Y ansi los españoles y el servicio,
Perdiesen algo de su lozanía ; Incautos del ardid de los contrarios,
Los cuales , como viesen en su tierra Acudian á mitigar el fuego
La gente forastera que esperaban , Todos con ramos verdes en las manos.
Creyendo no hacer allí parada , Pero Gaspar de Rodas , como diestro ,
Sino que prosiguieran su camino , El astucia sintió puntualmente ,
Pusieron en concierto sus escuadras , Y mandó que ninguno se divierta
Y ocuparon los pasos , desde donde Sino que se recojan á bandera ,
Pudieran ser los nuestros ofendidos , Hasta ver por adónde respondian
Con sonorosa grita y algazara Los indios , pues debian de ser muchos
Y estruendo de atambores y cornetas ; Aquellos que tentaron aquel hecho.
Todo lo cual cesó reconociendo Y ansí puestos á punto de pelea ,
Asentar tiendas en aquella altura , Cargados de mosquetes y arcabuces ,
Y como no hicieron mudamiento Esperaron el acometimiento
Aquella noche ni siguiente dia , Del bárbaro furor , que como viese
Considerando ser estratagema Estar en escuadron los españoles ,
Y haber dispusicion para celadas Y no tentar de mitigar las llamas ,
De parte de la gente peregrina , Suena terrible grita y alarido ,
A causa de los altos pajonales Y sale con el ímpetu que suele
Que rodeaban este circuito , Amenazando para rompimiento ,
Levantados , espesos , y de suerte El cual con el impulso de las balas
Que podian tener hombres ocultos , Fué reprimido con algunos menos ,
Determinaron de ponelles fuego . Volando de su parte los tostados
El cual voló con ímpetu terrible Jaculos que venian bien espesos ,
De vientos furiosos ayudado , Sin llegar á medir palo con hierro ,
Por hallar la matería bien dispuesta Ni se les dió lugar á que durase
A causa de la seca del verano. Espaciosa distancia la refriega ;
Y ansí toda la tierra comarcana Porque Pineda que se halló cerca
Quedó sin ocasion y descubierta , Oyo luego la grita y alboroto ,
Escepto lo que con su diligencia El fuego y estampida de los tiros ,
De manos y de ramos guarecieron Y como can de casta generosa
Los del alojamiento para pasto Que siente, rodeando la manada ,
De bestias y ganados que traian , Ser salteada de rapace fiera ,
Que por algunos dias padescieron Y acude do berrea la juvenca
Mucha necesidad, por abrasarse De violentos dientes oprimida
Las partes do solían mantenerse. Para le dar socorro con los suyos :
Pasada la refriega del incendio , Ansí por las señales reconoce
Al tiempo que la noche demediaba , El conflicto crüel y la presura ,
Y el nublo tenebroso predomina , Y a pasos presurosos dió la vuelta ,
El capitán Pineda con cuarenta De fluidos sudores empapado ,
Soldados valerosos salió fuera Hasta llegar adonde pretendia ,
Para hacer alguna buena suerte Que fué muy á su gusto , porque dieron
En indios que hallase mas a mano ; En las espaldas de los indios fieros.
Y en esta misma noche los caciques , Los cuales desta suerte salteados
Sin saber sus intentos , enviaron Y defraudados de sus pensamientos ,
516 JUAN DE CASTELLANOS .
Tomaron por remedio la hüida , Volver con orden á tomar la loma
Haciendo grandes fieros , y diciendo : Antes que fuese de otros ocupada.
<< Mal nos ha sucedido la primera ; Fuélos siguiendo la caterva fiera
Mas tentaremos luego la segunda , Hasta metellos en el angostura
• La cual daremos á cureña rasa , Mas apropriada para su defensa ,
Y será dentro de tercero dia : Porque desdella mas seguramente
Entre tanto curad vuestros caballos , Se podian jugar los arcabuces
Que nosotros haremos otro tanto Con daño de los bárbaros fronteros
A estos que llevamos por delante. Que , como ya de tiros carecian ,
Que fueron tres ó cuatro , sin que parte Por habellos gastado con la priesa
Fuesen para quitarselos entonces , Y obstinado furor con que vinieron
Por no podellos ver á los principios. Y algunos estuviesen mal heridos ,
Pero Gaspar de Rodas y los suyos , Con pasos reportados se volvieron ,
Como saliesen bien desta borrasca , No sin intentos de tomar venganza
Habida su consulta determinan De los que fueron causa de su pena ,
Salillos a buscar antes que vengan ; Los cuales libres , sanos y contentos
Y ansi dia siguiente caminaron Llegaron á dar cuenta de lo hecho
Cuarenta validísimos peones Donde Gaspar de Rodas esperaba ;
Y Gonzalo de Vega por caudillo , El cual , habiéndose certificado
Soldado viejo bien acreditado , De las dispusiciones de la tierra
De cortesanas partes , y en la guerra Y el cómodo de cosas necesarias ,
No menos venturoso que valiente , Acordó de pasar allá su campo :
Con orden de pasar la contrapuesta Habia la quebrada de por medio ,
Quebrada Pequi , de la cual hereda Impedimento para los ganados ,
Y toma nombre toda la provincia. Y para hacer paso conveniente
Fuélos el general acompañando A Gonzalo de Vega le dió cargo
Con veinte de caballo bien armados , Con cuantidad de indios y de negros ,
Quedando desta parte por reguardo Que con los necesarios instrumentos
Y muro , si volviesen por ventura Fueron apercebidos otro dia ,
Del bárbaro tumulto contrastados ; Y treinta compañeros bien armados
Porque pasar con ellos adelante Que les asegurasen las espaldas
Erales imposible con caballos , Cuando pusiesen manos en la obra.
Por el impedimento de barrancas Salió con ellos , no con el orgullo
Altas que perturbaban el pasaje , Ni con aquel semblante que solia
Las cuales se lo dieron á peones Cuando facilitando cualquier riesgo
Cuando nocturna sombra los cubria , A todos los movią y animaba ,
Y con la misma fueron caminando Mas melancolizado y pensativo ,
Hasta llegar al alto de una loma , Con unos esperezos adevinos
A cuyo pié después vieron un llano. Del trabajoso fin y desventura
Poblado de labranzas y apacible , A do su duro hado lo llevaba ,
En cierta parte dél doce caneyes Cuyo decreto desapïadado
O casas de vistosa compostura , Ejecutado fué por esta via :
Moradas de los indios mas cercanos . Antes de se llegar á la quebrada
Allí , cuando la luz del sol doraba Donde se concertó hacer camino ,
De los escelsos montes las coronas , Habian de pasar forzosamente
Acometen diciendo : ; Santiago !» Por ciertos pajonales intricados
Andan lijeros piés y manos prestas De yerbas y de frúctices diversos ,
A recoger los bárbaros despojos : Con espesura tal y tan cerrada
Captivanse muchachos y mujeres , Que fuera de una muy angosta senda
Porque de gente para tomar armas Con gran dificultad se caminaba ,
Muy pocos les hicieron resistencia, Lugar dispuesto para que los indios
Por se hallar absentes celebrando Pudieran dar algunos sinsabores ;
Los tristes funerales de Sinago , Y el Gonzalo de Vega , conociendo 1
Que murió cuasi repentinamente , Esta dispusicion para su daño
Con íntimo dolor de los vecinos , A tales ocasiones obviando ,
Que de su gran valor y buen consejo A los soldados dijo lo siguiente :
Tenian infalible confianza Amigos , en aqueste lugar ciego
En todas ocasiones belicosas ; Podrian indios y serán bastantes
Y ansi su falta se juzgó por todos , A dar algun mortal desasosiego
Alo menos en esta coyuntura , A los inadvertidos caminantes :
Por adversa señal y mal agüero . Bueno será que le pongamos fuego ,
Corrió la nueva pues por las labranzas Y anticipémonos nosotros antes ,
Cercanas , cómo pocos españoles Porque bien arderá por ser pajizo.
Entraron en el pueblo referido , Parecióles muy bien , y ansi se hizo.
Y en breves boras , de mancebos verdes Mas como lo pusieron de mañana
Se convocaron mas de cuatrocientos Y las mas altas ramas estuviesen
Que , como tigres fieros à balantes Entonces algo lentas del rocio ,
Ovejas , acometen á los nuestros, La menudilla yerba solamente
Y encienden luego sus pajizas casas Se iba por debajo consumiendo
Segun y como tienen de costumbre Sin llegar á las zarzas y virgultos ;
Cuando son infestadas de contrarios ; Al fin , visto ser vana diligencia ,
Unos hacian esto , y otros llenos Pasó delante con los compañeros
De flechas , dardos , piedras y de lanzas , Al principal efecto de su cargo ,
De que volando van nubes espesas , Y el mísero no ve que deja puestos
Cercan el escuadron de los cristianos Lazos adonde caiga cuando vuelva ,
Que , como gente diestra y animósa , Como le sucedió ; porque ya llanos
Defienden bravamente su partido Los ásperos barrancos del arroyo ,
Y ofenden con las balas , cuyos vuelos Y á sus alojamientos revolviendo ,
A muchos encaminan al infierno ; Llegan al pajonal , que todavía
Mas todos ellos fueron poca parte Humeaba por partes diferentes ,
A reprimir la furia y el coraje E ya con la gran fuerza de la siesta
Que los movia , por lo cual convino Para tomar el fuego sazonado.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , HIST. DE ANTIOQUIA, CANTO VI. 517
Mas , sin estímulos desta sospecha , De Pequí , con la muerte de Sinago ,
Por medio dél prosiguen su camino De cuya voluntad y pareceres
Con viento que por puntos resfrescaba Pendian todos los de los vecinos ;
Los soplos dél á las espaldas dellos : Pero como faltó , cada cual dellos
Estos invalescieron de tal suerte Quiso hacer cabeza de su juego ,
Que levantaron presurosas llamas Y ansi Gaspar de Rodas con su gente
Cuya sonora tempestad y furia Entró sin que hallase resistencia ,
Vuela y a mas andar los va siguiendo . Antes Yutengo y Aramé su primo
El Gonzalo de Vega que quedaba Quemaron sus asientos y labranzas
En rectaguardia , como conociese Y con la gente que seguirlos quiso
El riesgo y amenaza de la muerte , Se fueron al partido de Carauta.
Agrandes voces dijo : « Fuera , fuera, Los otros , que de mal se les hacia
Andar , andar , andar á parte rasa , Dejar sus casas y sus propriedades ,
Porque si no tomamos la ladera Aceptaron la paz que les pedian ,
Con tiempo , nos haremos todos brasa. » Debajo de la cual los españoles
Huyen los delanteros velozmente , Eran medianamente regalados
Y él , como se quedaba rezagado El tiempo que estuvieron en su tierra ,
Por no dejar atrás alguno dellos , Que fué de tres semanas , porque luego
Cuando quiso salir de la presura Fueron á la provincia de Norisco ,
Hallóse tan cercano de las llamas De grandes poblaciones , y abundante
Que tentó de saltar por medio dellas De los mantenimientos necesarios ,
Acia lo que quedaba ya quemado Rica de telas de algodon y oro ,
Por ser lo mas seguro , confiando Cuyos caciques eran dos hermanos ,
De su velocidad y lijereza ; Quel uno se llamaba Bayaquima ,
Mas el impetuoso torbellino Otro Tacujurango , ricos hombres ,
Como si fuera paja lo arrebata Con otros principales que salieron
Y vuela mas atrás , donde la nube Ansimismo de paz , dando preseas
De la fumosa llama se tendia , De sus preciadas telas y oro fino.
Dejándolo sin barbas ni cabellos , Alli pararon por algunos dias ,
Las manos , piés y rostros abrasados , A causa de ser tierra proveida;
Ardiendo los vestidos , que quisiera Mas como Febo visitar queria
Rompellos y apartallos ; mas no puede De los doce chatones el primero
El miserable darse tanta priesa El estrellado cinto que rodea
Quel fuego mas no fuese penetrando , Toda la redondez oblicuamente ,
Segun al gran Alcides la camisa Y entonces en aquellos hemisferios
Vestida por engaño del Centauro. Sabian que venian ya cercanos
Pasada pues la fuerza del incendio , Los procelosos nimbos del ivierno ,
Al som de sus lamentos y gemidos A todos pareció que convenia
Volvieron compañeros á buscallo , Pasar a la provincia de Itüango ,
Y con apresurada diligencia Do se remata ya la tierra rasa ,
Empapan las ardientes vestiduras Por la rica noticia que les daban
Con agua que tenian á la mano : Los indios principales de Norisco ,
Las cuales resilbaban como cuando Diciendo ser la tierra de Itüango
En la ciscosa pila del her ero Tal que satisfaria su cudicia
Meten el instrumento caldeado ; Ansí de oro como de sustento ;
Y sin parar , en unos y otros hombros , Cuyos caciques eran caudalosos ,
Lo llevan al real por dalle cura A lo menos Tecuce y Agrazaba ,
En vano , pues un dia solamente Dos señores , hermanos valerosos ,
Tuvieron vida los tostados miembros : Que los harian fácilmente ricos :
De que todos, por ser hombre bien quisto, Esto decian todos , mayormente
Manifestaron tierno sentimiento , Tacujurango que , con el deseo
Y el general lo muestra mas acerbo De vellos fuera de su territorio ,
A causa de tenello por amigo , Al general habló desta manera :
El cual , después de dalle sepultura Capitan , si pasares adelante ,
Segun el tiempo y el lugar concede , Los tuyos no serán trabajos vanos ,
Determinó dejar aquel asiento Pues verás tierra rica y abundante
Y ranchearse donde mas propincuas De bastimentos y dorados granos ,
Tenga las ocasiones à que viene ; La cual afirmo que será bastante
Cuyos sucesos varios contaremos Para poder llenaros ambas manos ,
En el canto siguiente , Dios mediante. Porque demás de ser provincia bella
Es una pasta de oro toda ella .
»Traeis para poblar en buen terreno
Encaminadas vuestras voluntades :
CANTO SESTO . Ninguno hallareis tal ni tan bueno ,
Ni tan á punto las comodidades ;
En el cual se da razon cómo Gaspar de Rodas pasó su campo à la pro- Por todas sus distancias aquel seno
vincia de Pequí, donde no se le hizo resistencia, antes algunos Indios Tiene las convenientes cualidades :
le dieron la paz. Alegre suelo , talantaso y alto ,
Segun sobre fortísima coluna Y que de sanidad nunca fué falto.
Se suele sustentar un edificio , De nosotros podrás asegurarte ,
Y en tanto que ella dura no padece Ya que la paz habemos prometido ,
Yactura , detrimento ni rüina, Que se sustentará por nuestra parte
Valor de un hombre solo también suele Con vinculo que no será rompido ,
Con las buenas industrias y consejos Antes en socorrerte y ayudarte
Que tiene , conservar grandes estados ; Aquí podrás tener favor cumplido :
Pero faltándoles este cimiento Desto que digo no hallarás cosa
Y estribo que la fábrica tenia . Que con razon la llames fabulosa. »
Los miembros que una voluntad guïaba Esto certificó Tacujurango ,
Suelen en diferentes dividirse , Y aunque no fué segun encarecia ,
Los nuestros con aquellas buenas nuevas.
Y por tener diversas opiniones
Unos y otros vienen á perderse , Determinaron de hacer viaje
Como la gente deste principado A la provincia que les alababa ,
518 JUAN DE CASTELLANOS.
Con intenciones de poblar en ella , Pues todo lo hallamos diferente
Efecto grandemente deseado De lo que dijo bárbaro lenguaje :
De todos cuantos van en la jornada , Paréceme ser cosa conveniente
Que ya se prometian grandes rentas Buscar invernadero y estalaje ,
Ansi de minas como de tributos Pues seco tiempo no será bastante
Impuestos á los indios que les diesen Para poder pasar mas adelante.
Segun uso comun en encomienda. » Estamos al remate del verano ,
Salió pues nuestra gente de Norisco Cuando preparan ranchos y cabañas
Con los caciques dél que la guïaban , Los que se temen del rigor cercano
Los cuales , por no saber caminos De las molestas y lluviosas sañas ;
Mas apacibles , ó con mal intento , Y ansi no tengo por parecer sano
Iban por salebrosas asperezas , Meternos de presente por montañas ,
Riscos y peñascales , donde siempre Aunque mas ricas y pobladas sean ,
Andaban ocupados gastadores Pues ternemos sazon en que se vean.
Haciendo paso para los caballos , » Salidos del compás de la zavana
Con tanta pesadumbre todas horas Los caballos y yeguas y el vacuno ,
Que no puede por letras esplicarse . Si se dice verdad , es cosa llana
Al fin en Itüango los metieron Quel pasto que ternán será ninguno,
Adonde comenzaba lo poblado , Y ayunará, la gente castellana
Cuya vista no fué de tanto gusto Si le hacen á él estar ayuno ,
Cuanto fueron los encarecimientos Por ser como sabeis en los estremos
De los que de Norisco los movieron , El principal recurso que tenemos.
Y ansí por no salir tan puntuales »Hallareis otros mil inconvenientes
Pusieron muchos dellos á recado , Los que ya conoceis las travesuras
Aunque se disculpaban con decilles Destas inmites y mudables gentes
Estar mas adelante la grandeza ; Que no pierden las buenas coyunturas ;
Y aqueste desengaño dos soldados Y ansí con los amigos mas patentes
Insigues lo tomaron á su cargo , Las espaldas dejamos mal seguras ,
Que fueron descubriendo por las lomas Pues cuando muestran mas quïeto pecho
Hasta llegar a parte de do vieron Es para perpetrar algun mal hecho.
Un pueblo de cien casas populosas, Y con quien tiene tan ruïnes dejos ,
Cuyos confines , campos y repechos Como sabemos ya por esperiencia ,
Tenian buena copia de culturas , No tengo por seguro que a lo lejos
Adonde por gozar de mejor sitio Determinemos de hacer absencia ,
El campo se pasó ; pero los indios Antes en puestos que les son anejos
Cuando los vieron ir no se tardaron Conviene que hagamos asistencia ,
En convertir sus casas en ceniza , Pues cuanto mas cercanos á su planta
Ansimismo talando las labranzas Tanto mas su braveza se quebranta.
Que les podian dar mantenimiento ; >>Mas aunque nos detengan los rigores
Lo cual fué causa de que padeciesen Del agua, no estaremos tan quietos
Grave necesidad , y mayor fuera Que no vayan en tanto corredores
Si no se socorrieran del ganado A descubrir sus casas y secretos ,
Y fructa de aguacates que hallaban Y vean qué lugares son mejores
En grande cuantidad , cuya hechura Para poner en obra los concetos :
Es a similitud de pera verde , Mi parecer es este de presente,
Aunque mayor y de mas largo cuello , Salva la correccion del que mas siente.»
De gusto simple cuasi de manteca , Dijo , y á los de sanas voluntades
Ningun olor , mas tales hay que tienen Parecieron razones concluyentes ,
El del anís , y su sabor el mismo , Y que su discursion y raciocínio
Una pepita sola , y esa grande Era debajo de comun provecho ;
Poco menos que huevo de gallina : Y ansí muchos dijeron que la traza
Es fruta sana , y es el árbor alto, Que daba para todos era buena ,
No muy bojoso , mas de buena vista. Más los del nuevo reino de Granada.
Destos se sustentaron algun dia , Confirmáronse mas en la sospecha ,
En tanto que caudillos diligentes Y ser todas aquellas dilaciones
Que la tierra corrian por momentos A fin de no poblar , y que tiraba
Descubrian asiento mas propicio ; A sus particulares intereses :
El cual no se hallaba , porque todos Aquesto murmuraban muchos dellos ;
Estaban abrasados , y los indios Mas Francisco de Ospina cuerdamente
Dentro de las montañas comarcanas Por todos respondió desta manera :
En pueblos de sus deudos recogidos. « Señor, no me parecen mal fundadas
Y aquesto visto por Gaspar de Rodas, Las razones de vuestro parlamento ,
No quiso fundar pueblo por entonces , Y basta para ser verificadas
Y aun opiniones hubo que decian Ser orden de tan buen entendimiento ;
Haber sido su principal intento Pero las cosas bien examinadas
Hacer que estas provincias acudiesen Se hacen con mayor acertamiento ,
A servir à la villa de Antioquía , Por no ser tan cabal mortal aviso ,
Por engrosar las suertes que tenia Que tenga siempre parecer preciso.
Y otros particulares intereses , »No quiero reprobar parecer vuestro ,
No sin agravio de los que vinieron Porque ine consta ser bien acordado
A le favorecer en la jornada, Buscar invernadero como diestro ,
En confianza de que fundaria Antes que llegue tiempo destemplado ;
Nuevos albergues do permaneciesen . Mas este sea para siempre nuestro
Siendo señores de repartimientos , Y por su Majestad pueblo fundado ,
Como lo suelen ser en estas partes Con diligencias fijas y bastantes ,
Aquellos que conquistan huevas tierras. Segun piden negocios semejantes.
Esta sospecha pues tuvo principio >> Porque con este mismo pensamiento
De ver la dilacion y la tibieza Dejamos nuestras casas y sosiego ,
De un razonamiento que les hizo , Y vos manifestastes tal intento
Cuya substancia fué la que se sigue : Al tiempo que cumplimos vuestro ruego;
Carísimos amigos , claramente No siento ni lo hay impedimento
Conoceis el engaño del viaje , Para que lo dejeis de hacer luego
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, HIST. DE ANTIOQUIA , CANTO VII. 519
Haceldo ; cumplireis con vuestro oficio , Será justo volver á los que fueron
Y a Dios y al rey hareis muy gran servicio. A descubrir las gentes de nutaves ,
» Todos lo piden , nadie lo defiende ; Y valle donde fué Rivadeneyra.
Hay de por medio buenas ocasiones ,
Y es la principal cosa que pretende
Don Alvaro , que diò las comisiones ; CANTO SETIMO .
Si alguno con sospechas os ofende ,
Con esto se deshacen opiniones , Donde se da relacion de lo sucedido á Juan Velasco y à Pedro Fernan
Pues verán que la suya fué siniestra , dez Rivadeneyra, en la provincia de los nutaves y valle de Teco.
Y quedará sin macula la vuestra.
Vuestra merced por tanto se declare De cuánto precio sea la templanza
Y sin perplejidad nos encamine Medida y regulada con prudencia
A la resolucion que mas cuadrare , Para quietar alborotados pechos
Para que cada cual se determine ; Cuando de la razon pierden las riendas ,
Porque si de la nuestra discrepare , Bien se manifestó , segun dijimos ,
Yo me quiero volver por donde vine En el orden que dió Gaspar de Rodas ,
A mi reposo y á mi residencia , Pues con los ocupar en honorosos
Y desde luego pido la licencia. >> Cargos , y dividillos en dos partes
Dijo , y aunque se tuvo cumplimiento Con gente de quien él se confiaba ,
Por el Gaspar de Rodas con Ospina , Cesaron confusiones arroujadas
No fué tan á su gusto que viniese A mas encanceradas pesadumbres .
A declararse como se pedia; Y ansi los dos caudillos que la parte
Y ansi sobre volver á sus baciendas Seguian del Ospina , convencidos
Y al nuevo reino hizo tal instancia , Del cortesano término que tuvo
Que se le concedió libre licencia El general haciendo confianza
Con veinte de los mas aventajados De sus personas en aquel vïaje ,
A le hacer escolta , hasta tanto Con ánimos quietos y obedientes
Que lo dejasen ya fuera de riesgo. Siguió cada cual dellos su derrota.
Y ansi se despidió de sus amigos Y el Juan Velasco , por aquel paraje
Con intimo dolor de todos ellos De montañas do viven los nutaves ,
Y desconsuelo general del campo , Prosiguió su camino hasta tanto
Por ser varon á todos agradable Que vió las aguas del potente rio
Y de tal condicion que nunca supo De Cauca y una puente de bejucos
Negar favor a quien se lo pedia A la cual le llamaban los antiguos
Ni para hacer bien cerrar la mano . Españoles la puente de Aberunco ,
Y desta causa cada cual hablaba Asaz nombrada , pero los modernos
Contra Gaspar de Rodas , el cual viendo Puente de Neguerí , por un cacique
Quedar toda la gente desabrida , Guerrero que después allí vivia ,
Por deshacer vanílocos concilios Le llaman de presente desde donde
Mandó que luego salga Juan Velasco , En la contraria banda descubrieron
Gran carillo del Francisco de Ospina, Ameno valle de zavanas rasas
. Con cuarenta soldados diligentes Por una y otra parte bien poblado ,
A descubrir el gran rio de Cauca, Y cuyas apariencias eran tales
Do cae la provincia de nutaves , Que deleilaban los humanos ojos ,
Bravísima nacion y rica de oro ; Deseosos de ya ver tierra clara ;
Ausimismo mandó por otra parte Porque los territorios circunstantes
Que saliese con veinte compañeros Por una y otra parte son montañas,
Pero Fernandez de Rivadeneyra , Aunque pobladas y de gente rica ,
Gallego valeroso y esforzado Por razon de las minas que poseen ,
Y del Ospina no menos amigo , Que son en gran manera caudalosas.
A descubrir el gran valle de Teco , Al raso pues adonde dieron vista
Y él se quedó con los mas impedidos Le llamaron el valle de la Vieja ,
Y menos sospechosos en el campo , Por una que prendieron en la puente ,
Con lo cual como capitán prudente Mujer negociadora que tractaba
Desbarató nublosas confusiones Por aquella comarca como muchas
De los que miden sin hacer discurso Viudas allí tienen de costumbre ;
La justicia y razon por sus antojos . Mas , en aquel vïaje , de sus tractos
Dejando pues al Francisco de Ospina Otros arrebataron la ganancia
En tierra que constaba ser segura , Quitándole preseas que valian
Aquellos veinte que le fueron dados Arriba de mil pesos de buen oro ,
Para seguridad de su persona Y si por cambio dellos algo dieron
Al campo se volvieron con gran priesa , Seria bofetones el retorno ,
Por la que se les daba por los indios , Porque les diese largas relaciones
Que fueron salteados à la vuelta : De lo que la provincia contenia ,
Para satisfacion de su trabajo, Y ella les declaró por cosa cierta
Y por sus buenas mañas y destreza , Ser su prosperidad engrandecida ,
Llegaron con salud y con ganancia. Pero los moradores belicosos
Y el Francisco de Ospina ya llegado Y prestos siempre para su defensa.
Con otros á la villa de Antioquía , Lo cual se mostró bien , pues en sabiendo
Al gobernador hizo mensajero Venir en su demanda los barbudos ,
Dandole cuenta de lo sucedido , Cargó tal multitud sobre los pocos ,
Y cómo fué su gasto sin provecho , Que de comun acuerdo concertaron
Porque Gaspar de Rodas atendia Irse con buen aviso retrayendo
A lo que le tocaba solamente , Al castellano campo ( donde dieron
Y que reconocido su diseño Enteras relaciones de lo visto )
Determinó volverse de menguante, Dentro del tiempo que les señalaron ,
Lo cual sonó muy mal á los oidos Lo cual Rivadeneyra nunca hizo ,
De su gobernador , y con enojo Porque tomó mas dias de demora
Acordó revocalle los poderes De los que se le dieron limitados ,
Y dallos á su hermano don Alonso , De donde resultó quél y los suyos
Segun declararemos adelante Corriesen grande riesgo de la vida
A tiempo que convenga , pues agora Habiéndoles cabido buena suerte
520
JUAN DE CASTELLANOS .
A los principios , sin tener zozobra , Reconoció la quiebra que traian
A causa de que entraron en el valle Y despachó socorro de soldados
A hora que los ojos ocupaba Que llegaron á buena coyuntura
Nocturna quietud y blando sueño ;
Y ansi prendieron gran copia de gente , A los que deseaban el presidio ,
Porque demás de que venian faltos
Y al principal cacique de la tierra De municiones para defenderse ,
Con todas las preseas y caudales Estaban muchos dellos mal heridos ,
Que tienen hombres ricos, sin sospecha
De ser acometidos y asaltados ; Y mas el capitán Rivadeneyra,
Mas no supo gozar desta ventura A quien en las horrisonas refriegas
Por esperar á la tener mas llena Dieron cinco flechazos peligrosos,
Rogado del cacique , que le dijo : Y todos se juzgaban por perdidos
A no llegar la gente de refresco ;
« No cumple , capitan , tan brevemente Pero con su favor fué rebatido
Hacer esta mudanza ni desvío ,
El bárbaro tumulto brevemente ,
Si quieres buen rescate desta gente
Y salir de miseria con el mio , Y sanos y heridos españoles
Porque lo daré tal que te contente , Llegaron á su campo , donde fueron
Y demás desto todo buen avio , Con la posible cura reparados ,
Como dos ó tres dias mas esperes Cortándoles las carnes lastimadas ,
Para llevar el oro que quisieres . Y con ardientes hierros las heridas
» Ya saben cómo estoy aprisionado Quemadas fuertemente , porque pierda
Mis amigos , mis deudos y herederos , El veneno mortífero la fuerza ,
Por ser de los antídotos aqueste
De los cuales estoy bien confiado
Que vernán ellos ó sus mensajeros El que se tiene por mas eficace.
A dar dentro del tiempo señalado Luego Gaspar de Rodas, viendo flaco
Por mi rescate copia de dineros ; Recurso de comida en Itüango ,
Y á trueco de llevar mayor ganancia , Y comenzar las aguas del invierno ,
Dos dias mas es breve la distancia. » Determinó , por ser mas proveida ,
Esto dijo debajo de cautela Volver á la provincia de Norisco ;
Aquel astuto bárbaro , y el otro Y ansi para buscar gente de carga
Vencido de cudicia , comun lazo Salió por capitán Andrés de Soria
En que caen los hijos deste siglo , Con treinta compañeros bien armados ,
Creyó la falsedad del enemigo , El cual en breve tiempo trajo mucha
De quien aun la verdad es sospechosa , Gente de los confines de Agrazava.
Pues es de presumir cuando la dice Y este cacique , como no pudiese
Ser para dar sazon à sus engaños ; Quitar la presa por sálirse fuera
Y ansi llegada ya la madrugada El Soria brevemente con el salto ,
Del dia que esperaban la riqueza , Vino de paz con otros principales ,
Acometioles tempestad horrible Y al general le dió copia de oro ,
De flechas , piedras, dardos y macanas , Ansí por amistad y vasallaje
Y tan apresurado torbellino Como por redempcion de sus captivos
Como viento tifónico revuelve Que llevaron las cargas à Norisco ;
Cuando con mas furor se precipita Donde hasta pasar el biemal curso
Y de sus soplos fuertes impelidas Tuvieron sitio bien acomodado ,
Las cosas ponderosas van volando : De cosas necesarias proveido
De tal manera que los españoles A las espensas de Tacujurango.
Fueron de sus asientos removidos , Salió luego Pineda con cincuenta
Atentos todos ellos solamente Soldados animosos al castigo
A las seguridades de sus vidas , De Teco , por aquel atrevimiento
Sin dárseles lugar á que retengan Que tuvieron y queda declarado ;
La presa de captivos ni despojos, Y como fueron bien apercebidos
Antes en momentánea distancia Y en ajenas cabezas avisados ,
Fueron desposeidos , y aun dejaron Tomaro n à su gusto la venganza
Algunas cosas mas quellos traian , Sin que bárbara mano les ofenda
Juzgando por grandísima ventura Ni pueda resistir á la cristiana.
Escapar con las armas en las manos,• La cual, después de Teco castigado ,
Con cuyos presurosos golpes hienden Rompió por la provincia de Cüisco
Cabezas y andan miembros palpitando Y por Araque y valle de Tüingo ,
De los que quieren mas aventajarse Que las corrientes del Cenú visitan
En aquel furioso rompimiento . Y hacen rico con dorados granos ,
Adonde sin temor de las respuestas Cuyas impetuosas aguas vienen
A dura resistencia se abalanzan , De Carauta, Itüango , Ceracuna ,
Mas no sin el castigo sanguinoso Y guïan con aumento su carrera
Que sacan los que llegan á las manos." Por Guacuceco, Nitaná , Pubío ,
Que no quieren atarse ni rendirse Pebere y otras tierras montuosas
De naciones crüeles indomables
A la dispusicion de las contrarias ;
Porque con los aceros afilados Y de riqueza que es inestimable
Y violentas pílulas de plomo Por los veneros prósperos que tiene
A muchos entregaban à la muerte , El húmido compás destas montañas.
Y á los demás templaban el orgullo Cuyos secretos deseaban todos
Para que no llegasen tan sin freno Hacer deste viaje manifiestos ;
A los que caminaban retrogrados Y ansi, sin atender al limitado
A su campo , mas no tan libremente Tiempo que se les dió para la vuelta ,
Que no les fuesen siempre dando caza , Pregunt aron a indios de Tüingo
Sin que cesasen de una y otra parte Cuales provincias eran mas pujantes
Los jáculos y tiros salitrosos , En oro y en vecinos, de las cuales
Pudiese resultalles mas provecho ,
Y sin que con obscuro ni con claro
Les diesen un momento de reposo, Porque les dejarán sus casas libres
Hasta llegar cercanos al asiento Y luego partirán en su demanda :
Adonde el general los esperaba. Los indios , ó por ser sus enemigos
Los que vivian á los nacimientos
Cuyos oidos como percibiesen Del río del Cenú conmemorado ,
El estampida de los arcabuces ,
O por enemistad continuada
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, HIST. DE ANTIOQUIA, CANTO VIII. 321
Que tienen á las gentes españolas , Destrisimos soldados y animosos ,
Callaron la verdad , diciendo : « Pobres Los cuales ya llegados à la parte
Son todas las provincias adyacentes Donde Pineda tuvo ranchería ,
A las marinas ondas y riberas ; Bajaron por orillas de aquel rio ,
Mas á las cabezadas deste rio Y en menos de dos dias de jornada
Hallareis poblaciones opulentas, Descubren generosas poblaciones
Y gozareis de próspera ventura ; Que se continuaban por espacio
Que tal es la que tienen sus vecinos De mas de veinte leguas , tierra fértil ,
En quietud y ocio, porque nunca De saludables aires y apacible
Alli llegaron gentes estranjeras " Ampolla
da de cerros sin montañas ,
Que sus ricos caudales disminuyan .» Sino zavanas llenas de culturas.
Fueron aquestas nuevas apacibles Dieron en los primeros moradores,
A nuestros españoles , y dejando Incautos , sin sospechas deste daño ,
Abajo lo que mas les convenia , Adonde recogieron manos prestas
Siguieron la derrota de Carauta , Chagualas y otras joyas de oro fino ,
Espacio de tres dias de camino Y demás desto cuantidad de ropa
Por páramos y riscos levantados De tela de algodon y otras preseas
De tierra frigidisima y helada , Preciadas entre bárbaro gentio ,
Que la hacia mas intolerable De maíz casas llenas, y cecinas
La pluviosa fuerza del invierno . De puercos, jabalíes y venados
Hallaron buen abrigo, porque luego Abundancia de sal y de pescado ,
Les salieron de paz los moradores , Diversas fructas y regalos otros
Aposentándolos benignamente Que producen las tierras abundantes ;
Con todos los regalos y caricias Y con aqueste cebo procedieron
Que podia hacelles gente pobre ; Por esta poblacion continuada
Pero de los soldados por ventura Dos ó tres dias mas , y como viesen
Algunos indios fueron agraviados , Quedar á las espaldas mucha gente ,
Pues que por un atajo no sabido Antes que se convoquen los vecinos
De nuestros españoles , que pensaban Derramados en varias granjerías
Estar prolijas leguas de su campo , En aquella sazon, determinaron
Fueron al general á dar querellas De se volver con esta rica presa
Contra los que hicieron el agravio ; Al castellano campo, donde fueron
Y por Gaspar de Rodas entendida Con aplauso solemne recebidos ,
La razon y la parte donde estaban , Ansí por los despojos que traian
Después de halagar los querellantes , Como por la razon que se les daba
Despachólos con cartas, por las cuales De lo que la provincia prometia ,
Al Pineda mandaba que se vuelva , A la cual unos y otros anhelaban ;
Y á los demás que no le reconozcan Y ansi Gaspar de Rodas pidió votos
Por capitán, ni pasen adelante , Para fundar ciudad en Itüango
Sino que luego, pues están cercanos 9 En parte convenible , y en asiento
Procuren de venir a su presencia. Cuya comodidad correspondiese
Abreviaron los indios el camino A lo lejano y á lo mas vecino ;
Y dan las cartas á los descuidados Y de conformidad de todos ellos
De recebillas, donde presumian • Escogieron el sitio que diremos
No poderse tener noticia dellos ; En el octavo canto que prometo .
Pero sin rehusar el cumplimiento
De lo que les mandaba , se partieron
Por el camino breve que los indios
Usaban en los tractos de Norisco , CANTO OCTAVO.
En aquel tiempo via peligrosa, Donde se tracta de la fundacion de la ciudad llamada San Joan de Ro-
A causa de pasar por un altura das, y cómo à Gaspar de Rodas le vino nueva que don Aivaro de Men-
De tierra rasa , fria , despoblada , doza enviaba à su hermano don Alonso de Caravajal , para que le su
Que páramo llamamos comunmente , cediese en el cargo.
Do corren insufribles ventisqueros ,
Imbríferos y tales que traspasan
Al tiempo que por proprio movimiento
Sus pluviosos soplos las entrañas, Apolo visitaba la doncella
De donde resultó quedarse yertos Con sus dorados rayos influyendo
Y sin vital calor doce sirvientes , Secas operaciones con templanza ,
Y á dos ó tres soldados cuya ropa Y en estos hemisferios comenzaban
Era de poco tomo, por librallos Los apacibles dias del verano ,
Del áspero rigor del viento y agua , Gaspar de Rodas con sus españoles
Los fueron a gran priesa vareando Salió de la provincia de Norisco
Para les dar calor , por ser remedio Y en Itüango puso sus banderas ;
En tal necesidad con que se escapan Donde después de tantear la tierra
Algunos deste gélido rocío . Y aquellos términos que pretendia
Al fin saliendo desta destemplanza Hacer anejos á la nueva planta ,
Llegaron á Norisco , temple grato , Parecióle ser sitio conveniente
Donde del general y los amigos
Fueron reprehendidos por el yerro La parte que llamaban Paramillo ,
Que distaba dos leguas poco menos
De no seguir el curso de las aguas Del rapidísimo río de Cauca ,
Del rio del Cenú por él abajo , Y allí fundó ciudad en obediencia
Cuya noticia que tenian antes Del máximo monarca don Filipo,
Les prometia prósperos despojos . Con nombramiento de San Juan de Rodas ,
Mas no faltó quien por tentar la suerte , Porque el del fundador fuese notorio
Del yerro recibió content amiento : A la posteridad en aquel suelo :
Este fué Juan Velasco , deseando Lo cual fue por el año de setenta ,
Hacer aquel viaje , y ansi pide A diez dias andados de setiembre.
Con gran instancia se le dé licencia , Nombrado pues cabildo y regimiento
La cual le concedió Gaspar de Rodas , Y hechas las comunes diligencias ,
Con orden que no fuese la tardanza Con dia , mes y año, segun suelen
En dar la vuelta mas de treinta dias. Hacerse semejantes fundaciones ,
Partió pues Juan Velasco con cuarenta Revolvió sobre Pequi é Ibijico ,
522 JUAN DE CASTELLANOS.
- Provincias mas cercanas de Antioquía , De la de Popayán , como la vemos.
Para mas subyectar los moradores Fué su llegada pues mes de febrero
Y dalles á entender cómo tenian Y por el año de setenta y uno
De dar el vasallaje y obediencia A Santafé , la villa de Antioquía ,
Al prepotente rey de las Españas , Adonde presentó las provisiones
Y acudir con demoras y tributos Que por su Majestad le fueron dadas ;
A quien por él les fuese señalado ; Y aunque las condiciones declaraban
Y cuando lo de Pequi visitaba Que no cayesen en gobierno suyo
Con el intento que tenemos dicho , Los lugares poblados de españoles
Recibió cartas de los de Antioquía , Ni de los bárbaros pacificados ,
Por las cuales avisan que venia De tanta fuerza fueron sus astucias ,
Para tomalle cuenta de lo hecho Caricias y promesas á vecinos ,
El don Alonso, como ya tractamos Que lo reconocieron en la villa
En las quejas de Francisco de Ospina : Por su gobernador, y los del pueblo
Lo cual sabido por Gaspar de Rodas , Recién fundado de San Juan de Rodas ,
Volvióse con la gente que tenia Sobre lo cual después ovo litigio
Al nuevo pueblo que dejó fundado , Entrél y don Hierónimo de Silva
Y repartió la tierra por soldados , En la real audiencia deste reino ,
Segun lo que juzgó de cada uno , Que no fué por entonces difinido ,
No tan á gusto de conquistadores Porque luego Valdivia , con deseo
Que no dejase muchos descontentos , De conservar la gente que quedaba
Por ser cosa comun en tierras nuevas En aquel pueblo de San Juan de Rodas
El querer cada cual ser preferido , Y en trance peligroso , por ser pocos
Y es imposible que el humano seso Para se defender de las provincias
Vaya tan regulado y advertido Que estaban alteradas nuevamente
Que se pueda medir con el de todos Con menoscabo de los españoles ,
En cosas de interese , mayormente En Juan Velasco hizo nombramiento
Cuando de pundonor llevan mistura. De justicia mayor, y envió gente ,
Aumentóse también aqueste odio, Ganados , municiones y pertrechos ,
Porque las suertes y repartimientos Entre tanto que con mas aparato
De Péquí é Ibijico no se dieron Entraba su persona por la tierra ,
A los del pueblo de San Juan de Rodas , Con lo cual se animaron y salieron
Antes à Santafé las adjudica , A castigar á Pequi , do mas daño
Tomando para sí lo mas granado , Con simulada paz habian hecho ;
Porque segun parece fueron antes Y ansi los españoles con silencio
A los vecinos della repartidos . Nocturno dieron en los delincuentes ,
Puestas en estos términos las cosas En los cuales tomó cristiano marte
Que por su voluntad se disponian , Venganzas á medida del deseo :
El Rodas se partió para su casa , Prendieron al cacique , y un mancebo
Dejando su poder à Juan Velasco Gallardo y animoso , fué de siete
De justicia mayor y de teniente , Soldados en un patio rodeado ,
Con orden que dejasen aquel sitio El cual con la macana ponderosa
Y en el valle de Teco se plantase Con tal brio y valor se defendia
El nuevo pueblo con el mismo nombre, Que espíritu maligno no pudiera
Porque le pareció ser mejor puesto Poner en tal aprieto tantos buenos :
Para su duracion y permanencia , Espadas rebatia, y en pedazos
Y ser el sitio donde fundó pueblo Hace volar escudos y rodelas ,
Años antes el don Pedro de Heredia , Lastima y ahuyenta , hace plaza
Que duró poco, como queda dicho Como si con ancipite montante
En lo que se tractó de Maritúe , Diego García de Paredes fuera ;
Del cual salieron pocos con la vida , Los nuestros , ya confusos y corridos,
Y entrellos el buen padre Juan de Frias. Por una y otra parte perseveran
Allí pues se mudó con descontento Los unos y los otros , hasta tanto
De muchos que con estas pesadumbres Quel joven orgulloso fué rendido ;
Determinaron de hacer absencia , Y aquellos españoles , con la saña
Hurtándose por via fugitiva Y enojo que tenian de que un indio
E yéndose la vuelta de Antioquía ; Ansí los ojease con sus golpes
De donde resultó que los de Pequi Ya muchos lastimase con el palo
Matasen al pasar por su provincia Por pechos , por espaldas y cabeza ,
Algunos españoles principales , Le dan inumerables cuchilladas ,
Que tales fueron un Gonzalo Verde Y con agudas y aceradas puntas
Y Alonso Maldonado, dos soldados Espesas estocadas á porfia ,
Indignos de remate tan acerbo ; Pero ninguna hizo mas efecto
Pero Gaspar de Rodas llegó salvo Que plumas derramadas por el viento ,
A Santafé , do fué bien recebido Tanto que muchos dellos sospechaban
De todos sus amigos y vecinos , Que debia de ser algun demonio ;
Quejoso de don Alvaro, diciendo Y como tanto hierro no fué parte ,
Que en pago de servicios señalados Tentáronlo matar por otra via ,
El cargo le remueve y enviaba Queriéndolo empalar, y Alonso de Arce ,
Jüez que le tomase residencia ; De quien memoria hice muchas veces ,
Mas aquesta cesó, porque le vino De compasion movido por ventura ,
Entonces al don Alvaro la suya , Por no ver espectáculo tan duro , dijo :
Y habia para gobernar la tierra «Señores , es trabajo vano
Llegado don Hierónimo de Silva , Aquesa diligencia que se intenta ,
Y en la misma sazon y coyuntura Pues no puede perder este pagano
El Andres de Valdivia , de la corte , La vida por herida violenta :
Con el gobierno dentre los dos rios ; Miradle bien las rayas de la mano
El cual , como ya queda declarado , Los que con ciromancia teneis cuenta ,"
Siendo por Lucas de Avila movido Y vereis que bañó miembros viriles
Y á sus espensas proprias aviado , En las estigias ondas como Aquiles.
A costa de quien dél se confïaba , Y pues que fué por Telis encantado
Trajo gobernacion ya desmembrada De tal manera que la punta dura
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, Parte III , HIST. DE ANTIOQUIA, CANTO VIII . 525
De tanto puñal lucio y afilado Ni lo debe tener quien es discreto
En él no hizo mella ni rotura , En venir à la paz tan fàcilmente ,
Disponga dél su favorable hado , Siendo cualquiera dellos inquïeto ,
Y vayase con Dios y su ventura : De soberbia cerviz y dura frente ;
Terna bien que contar del captiverio , Y esta sospecha mia corrobora
Y nosotros también deste misterio.> Lo que quiero decir y oireis agora.
Esto dijo con buenas intenciones , Tengo noticia , no por fantasías ,
Mas contra ellas Gavilán discanta , Sino por verdaderas relaciones ,
Diciéndole : «También hay opiniones Que de todas aquestas serranías
Quel gran Aquiles no mojó la planta , Se van juntando bravos escuadrones :
Y ansi no bañaria los talones Y los que nos regalan son espías
Este , ya que bañase la garganta , Que nos descuidan con sus ilusiones
Y allí conviene que hagamos prueba , Y aparencias de llanos pensamientos
Porque con tanto brio no se mueva.>> Para mejor salir con sus intentos.
Al fin se le cortaron los garrones >Y si quereis en juegos semejantes
Y orejas, porque fuese conocido ; Ganar la mano, que es lo mas seguro,
Y si de doce meses a esta parte Podeis muy bien , si dais en ellos antes ,
No es muerto , todavía permanece Que por su parte llegue trance duro ;
A nuestra fe cristiana convertido. Pues para lo hacer somos bastantes
Con aquesto de Pequi se salieron Si les acometemos con obscuro ,
Y se volvieron á San Juan de Rodas , Mayormente que hoy desta cautela
Adonde consumieron hartos meses Ningun barbaro dellos se recela.»
En guerras de los indios comarcanos , Este parecer fué del Alvar Sanchez ,
Hasta tenellos un poco quietos ; Y á todos pareció consejo sano ,
Mas ellos no por esto se quietan , Porque demás de ser el mas seguro,
Antes como quedase Juan Velasco Ranchearan alli ricos despojos ,
Con grandes aficiones à las tierras De que los indios tienen abundancia ,
Confines al Cenú , que descubrieron Por ser inestimable la riqueza
Cuando por las riberas de aquel rio De que gozan aquellos naturales ;
Bajo con los cuarenta compañeros , Mas Juan Velasco, como pretendia
Determinó volver con menos gente Ganar fama y honor por ser primero
Por no dejar el pueblo sin recado , Que hacia de paz estas provincias ,
Y ansi bajó con treinta solamente , Tuvo por cosa desproporcionada
Hombres de quien podia bien fïarse , Pagar las buenas obras recebidas
En trances arriscados y en consejo , Y beneficios con alevosía ;
Con seis caballos y otros tantos perros , Y ansi contradiciendo sus razones,
Cuyas entrañas impías estaban Les dijo : « Caballeros , cosa fea
En las de gente barbara cebadas , Seria para gente tan cristiana
Y acostumbrados á los rompimientos , Perturbar con escesos de pelea
Donde suelen hacer mortal estrago , La paz que se nos da de buena gana ;

En tanto grado que sulfúrea bala Demás desto, no cumple que se crea
Ni jara despedida de ballesta , Cualquier susurro ni bablilla vana ,
Entre los indios no se teme tanto, Pues muchas veces salen los efetos
Aunque necesidad suele mostralles Contrarios de sospechas y concetos .
En repentino salto la defensa , >>Error es que por cierto se celebre
Que es dalle cebo con siniestro brazo Cuanto suele herirnos el oido ;
Y descargar el diestro con la maza , Y aunque sea verdad que de tal fiebre
Desmenuzando cascos y quijadas Bárbaro morador esté herido,
Del incauto lebrel que sin reguardo Por parte de nosotros no se quiebre
Fajó con el gandul apercebido , La paz que les habemos prometido ,
Y ansi queda por cebo hartas veces Pues mas tenido es á no rompella
De aquellos en quien él suele cebarse. Quien mas conocimiento tiene della.
Llegaron pues los treinta compañeros »A la guerra veníamos volando ,
Con estas prevenciones à las tierras Y en ella se hiciera gran instancia ,
De Cuisco y Araque y Guacucevo , Si no halláramos hospicio blando
Donde los naturales con fingida Y á gusto del deseo la ganancia ;
Y simulada paz los recibieron , Tenemos , si se fueren maleando ,
Y donde con los dones ordinarios Los mismos brios , armas y substancia :
Tuvieron generoso cumplimiento ; Lo que entonces pusiéramos por obra
Pero las muestras iban aforradas Haremos si llegare la zozobra.
En falsas y dañadas intenciones »Pero seríanos muy mal contado
Encaminadas à les dar la muerte , Si comenzamos antes que comiencen ,
Para lo cual se fueron convocando Por habernos á todos regalado
Todos los principales de la tierra ; Con obras que los buenos se convencen ;
Mas la fiel Inés , india ladina , De nuestra parte no se les ha dado
Criada de Alvar Sanchez , un soldado , Ocasion para que se desvergüencen :
Intérprete cabal de aquella lengua , Solo resta vivir con vigilancia ,
Con otras desta tierra conversando , Y que nos mejoremos en estancia.
Coligió por preñeces de palabras »Bajémonos al valle de Nitana ,
Haber algunos pérfidos conciertos , Pues dista de nosotros poco trecho :
Y en la prosecucion de sus preguntas Gozaremos allí de tierra Ilana
Enteramente fué certificada Y ternemos lugar mas á provecho ;
Del número de gente que venia , Si vinieren , quizá vernán por lana
El dia del conflicto y en la parte Y volverán pesantes de su hecho :
Que la bárbara turbà se congrega : Aquesto me parece que se ordene ,
De todo lo cual fué por esta moza Y allá veremos lo que mas conviene.
Su señorAlvar Sanchez avisado , Aquesto dicho, convocó los indios
Y este soldado, como bien rompido Del pueblo donde estaban alojados ;
Y destas amistades sospechoso , Y con intérprete que declaraba
A los demás habló desta manera : En idioma dellos sus palabras ,
«Señores , nunca tuve buen conceto Gran rato les estuvo predicando ,
De la mucha laneza desta gente , nándoles á entender que son vasallos
524 JUAN DE CASTELLANOS.
Del gran Filipo , rey de las Españas , Donde los esperaban encubiertos
Universal señor del Mundo - Nuevo Mil y quinientos hombres bien armados
Y de otros muchos reinos y provincias , Y al tiempo que pasaban sin sospecha
El cual , como católico cristiano ; Del riguroso trance repentino
Con ardiente deseo de que todos En avanguardia dieron los salvajes
Se salven y ninguno se condene , Con impetu terrible y espantable :
A ellos les mandó venir agora Rompen los aires las horrendas voces ;
A les mostrar certísimo camino Ocupan el camino los tostados,
Por do puedan subir á las alturas Jáculos de veneno proveidos :
De Dios , donde los bienaventurados Este cae y aquel va traspasado ,
Estan gozando de perpetua gloria Otros andan á brazos con la muerte
Y gozarán sin fin , porque guardaron Y al cabo se despiden de la vida ,
La regla de sus santos mandamientos Porque quien de los unos se burtaba
Y conocieron ser un Dios inmenso , Con el valor y fuerza de sus manos ,
Trino en personas y en esencia uno, Mas adelante halla quien le roba
Y causa de ninguna dependiente , Espiritu vital y gallardia.
Antes universal , de quien dependen Como quien naufragó cerca de puerto
Todas las causas , y el autor que hizo Dejando ya la nave sumergida
El cielo, tierra y mar y lo criado , Do muchos perecieron , y él se vale
Y cuantas cosas vemos y no vemos , De sus robustos brazos , y nadando
Y el hombre para que gozase dellas , Trabaja por llegar á la ribera
Al cual hombre también hizo de nada , En busca de salud y de remedio,
Y dió capacidad y entendimiento Pero la mar de tumbo lo contrasta
Y el albedrío libre, con que haga Y lo detiene hasta que perece :
Buenas ó malas obras libremente , Ansi los mas mañosos y esforzados
Pero quien mal hiciere con su pena , Salidos de un recuentro ballan muchos
Y aquel que bien obrare colocallo Donde se remató su valentía ;
En las eternas sillas de su gloria ; Cayó desta manera Fernan Sanchez ,
Y que en aqueste Dios omnipotente , Francisco de Moron, Andrés Garcia,
Que es sumamente sabio, justo, bueno , Tocino, Cañas , Antonio Fernandez ,
Habian de creer y dalle siempre Fernando Ramos, Gavilán, Saboya
Cánticos á su modo de alabanzas , Y otros nueve soldados escelentes
Servillo, bendecillo y adorallo , Que cumplieron el número de quince,
Y no como lo hacen à las cosas Y los del batallon no fueron parte
Que fabricaron ellos con sus manos , Para tener los indios de las cargas ,
Ni á sol , ni luna , signos ni planetas , Que cada cual huyó con su carguío
Rios ni fuentes , montes nilagunas , Llevándoles el oro rancheado
Pues eran todas estas criaturas Con ropa de vestir quellos traian ;
Que Dios habia hecho por el hombre , Y Juan Velasco , que la rectaguardia
Y todos bendecian y adoraban Traia , como viese tanto daño
Al mismo por quien ellas fueron hechas , Y el desastrado fin que lo amenaza
Que es el Dios en quien creen los cristianos , Si no hacia mas que lo posible ,
Y que creyesen que esto que les dice Puso los ojos en el alto cielo
Era pura verdad , sin haber dolo A Dios pidiendo fuerzas y socorro
Ni mezcla de mentira ni patraña , Para poder salir desta presura,
Porque lo principal de su venida Y recogidos los que vivos quedan
Es á los instrüir y sacar fuera Con aquestas palabras los anima :
De las tinieblas ciegas de ignorancia , «Ea , señores, que si valentía ,
Donde el demonio los tenia presos Fuerza , valor, esfuerzo , buena maña
Para llevar sus almas al infierno , Quereis perficionar, hoy es el dia
Lo cual conocerian claramente Y el colmo de la más alta bazaña :
Cuando viniesen otra vez à vellos Rompamos, que yo quiero ser la guia,
Y á declaralles esto mas despacio , Y acordaos que sois hijos de España ;
Porque agora no pueden detenerse Tened de Dios enteras confianzas ,
Por cumplilles pasar mas adelante. Y el prestará vigor à vuestras lanzas.>
Para lo cual rogaba que les diesen Aun no bien acabó de decir esto ,
Hombres que les llevasen el bagaje , Cuando con otros dos en los caballos
Y les encomendaba que tuviesen Que les quedaban vivos baten piernas
La paz y el amistad inviolable , Pegados à las ancas los peones
Pues ellos ansimismo prometian Y sus ladinos indios de servicio ,
De selles para siempre favorables , Los unos á los otros reguardando,
Y defender sus casas y sus tierras Y siendo de los perros ayudados
De cuantos intentasen ofendellos. Rompen por el opuesto remolino
Con esto concluyó su parlamento , De barbaros astiles y macanas ,
Pero los bárbaros , en sus inicuos Con furiosa rabia traspasando
Intentos pertinaces y obstinados , Robustísimos pechos de salvajes,
Por palabras humildes y aparencias Hasta que ya tomaron la ribera
Fingidas , manifiestan ser muy bueno Cercana del Cenú , donde hallaron
Aquello que les dice y amonesta , En las barrancas una casa yerma,
Y que lo cumplirán como lo manda ; En la cual luego se hicieron fuertes
Y ansi le dieron luego para carga Y con los fulminosos arcabuces
Ochenta robustisimos gandules , Del áspero furor se defendieron ,
Que cada cual llevaba su macana , Hasta que ya la noche sobrevino ,
Costumbre suya cuando van cargados , Y los indios con miedo de los perros
Para que la molestia del camino Durante la tiniebla se quedaron
Con el báculo sea menos grave , Gran trecho de la casa desviados,
Mas agora con otro fin se mueven , Pero velándolos, porque hacian
Y era para valerse contra ellos Cuenta que ya llegada la mañana
Cuando viesen sazon y coyuntura , Con carne de la gente baptizada
Segun que ya tenian acordado. Habían de hacer solemne fiesta ;
Partieron pues , y fueron caminando Y ansí cierto cacique, que Tirrome
Hasta cierta quebrada montüosa , Era su nombramiento, desdeñando
525
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , HIST. DE ANTIOQUIA, CANTO IX.
Del Dios que les habia predicado ,
Con otras amenazas le decia :
«¡Ah Velasco ! ¿ qué tal está tu seno CANTO NOVENO.
Y los de tus amigos y parientes? En el cual se dice cómo los indios vinieron sobre la ciudad de San Juan
Agora que de angustias estás lleno
Quiero con gran aviso parar mientes de Rodas , la muerte de Juan Velasco , y otras muchas cosas que ari
sucedieron.
Si tu Dios que predicas ser tan bueno
Te libra de mis manos y mis dientes :
Dile que te dé alas con que vueles, Cuando por movimientos de la tierra
Antes que desollemos vuestras pieles. El edificio queda mal parado , ·
»Porque si no, mi dios se determina Los providos y cautos moradores
Que tú con esos pocos compañeros Suelen con presurosa diligencia
Desollados entreis en mi cocina Apuntalallo lo mejor que pueden ,
Para saborear nuestros gargueros, Y tienen el aviso necesario
Y satisfecha nuestra golosina Para que no les coja descuidados ;
Manda benchir de paja vuestros cueros Y ansi considerando Juan Velasco
Y que por vuestro dicho temerario Estar el suyo para dar en tierra
Estén colgados en su santuario.> Si gran solicitud y vigilancia
Al tiempo que estas duras amenazas Faltaba de por medio, por ser pocos
Percebian los pocos españoles , Los moradores dél, pues no pasaban
Unos dellos estaban muy alerta De treinta y dos varones de pelea ,
Velando, y otros dellos hacen balsas Y mucha la pujanza de los indios
De palos que sacaban del bubio De quienes sospechaba que vernian
Para se dejar ir el agua abajo A dar algun asalto y alborada
Hasta llegar á parte mas segura; Por saber que vinieron de vencida
Las cuales, como fuesen ordenadas Y muchos señalados hombres menos ,
No sin apresurado movimiento Y querrian tentar, viendo la suya ,
Y aquellas ligaduras no tan fuertes Desarraigar aquella nueva planta ,
Cuanto con quietud suelen trabarse, El por la sustentar y estar á punto
Después de se embarcar amos y mozos Teuia las posibles prevenciones ,
Dejando los caballos á sus anchos, Pero faltabale mantenimiento ,
Apoco trecho yendo navegando Falta que los caciques mas cercanos
Quebráronse las flacas ataduras, Suplian por temor mas que por gana ;
Dividense los palos, y quedaron Pero como después de aquella rota
Los unos y los otros en el agua : Quedasen menos blandos que soberbios
Alli la confusion y la revuelta , Y no les acudiesen provisiones ,
Dolor, temor, fatiga , desatiento , Vivian en grandísima penuria ,
Tragos amargos , afliccion, angustia , Y ansí determinó que parte dellos
Sordo rumor, sin nadie desmandarse Saliesen á buscar algun sustento ,
A levantar la voz, porque de fuera Con orden que volviesen brevemente
La muerte de quien huyen esperaba , Por quedar en gran riesgo los restantes ;
Y dentro la tenian ya presente ; Y otro dia después del que salieron
Estaban de concierto dos caciques ,
El agua que tomaron por amparo , Guacuce y Catiburi, con su gente
Esa los desarmó de todo punto
Llevando las pesadas a su centro, De dar en la ciudad y destruilla,
Y escudos y rodelas arrebata De que todos estaban ignorantes.
Encaminándolos tras de sus ondas , Salieron pues los quince por comida
Y el que por ellas sabe menearse Distancia de tres leguas, y hallaron
Procura de valerse de sus brazos En un pueblo pequeño tanta copia
Para salir a tierra, mas dos dellos Cuanta bastaba para su deseo ,
En las profundidades se quedaron Sin hallar resistencia ni contraste ,
Y algunas indias buenas juntamente. Porque los moradores dél estaban
Salieron los demás à la ribera Con todos los demás de aquella junta
En agua y en angustias empapados, Prestos para salir en su demanda
Sin armas, sin comida , sin vestidos A dar en los cristianos otro dia ,
E ya de todo bien desamparados ; Y desta causa se quedaron solas
Mas en el mismo punto se metieron Las mujeres y niños en sus casas.
Por un espeso bosque, sin que nadie Las cuales como viesen españoles
Quiera mirar por otro ni lo espere , Huyeron á los bosques mas cerrados ;
Antes el que mas puede mas camina Y estando con intento los cristianos
La vuelta de su pueblo, que distaba De reposar allí toda la noche
De aquestas poblaciones veinte leguas ; Porque llegaron algo fatigados ,
Y ansi llegaron en diversos dias , Una de aquellas indias abscondidas ,
Descalzos, desgarrados, consumidos Quizá de buen espíritu movida ,
De hambre, de mosquitos , garrapatas , Se vino para ellos y les dijo :
Pero contentos en salir con vida # «Y ¿qué haceis aquí, nacion cristiana,
De trances tan pegados á la muerte : Bien como si viniésedes á bodas ,
Al fin allá quedaron diez y siete Teniendo ya la muerte tan cercana
Con mas de ochenta piezas de servicio , Al albedrío destas gentes todas ?
Y la fiel Inés, de quien se dice Creed sin duda que darán mañana
Que viva la partian en pedazos En vuestro pueblo de San Juan de Rodas,
Y hablando con ella la comian , Y si no volveis hoy con piés livianos
Con otros cinco de los españoles Verneis unos y otros á sus manos.
Que vivos los cayeron en las manos , >Caminad sin ningun detenimiento
Adonde se hicieron crüeldades Esto que resta de la luz del dia,
De ninguna nacion imaginadas ; Y no pareis por el impedimento
Y aun no se contentó la fatal dea Caliginoso de la noche fria ;
Con dar al Juan Velasco tan mal golpe, Y para que veais que yo no miento
Pero con otro no menos acerbo Me llevareis en vuestra compañía ,
Está con gran furor amenazando, Porque quiero, por las cosas que he visto,
Segun declararemos en el canto Tomar la santa fe de Jesucristo.>>
O llanto de su muerte desastrada. Oidas las razones que creyeron
526 JUAN DE CASTELLANOS.
Ser ciertas por las muestras evidentes Y estos con las espadas afiladas ;
Que vieron, y sospechas atrasadas , Hechos tan señalados van haciendo ,
Sin mas se detener un solo punto Que no parecen ser fuerzas humanas :
Cargaron la comida recogida Rompen cabezas, descoyuntan miembros,
En piezas y caballos à gran priesa , Traspasan pechos, hombros desencasan,
Y con la misma fueron caminando En tal manera que la sangre corre
Con claro resplandor y con tiniebla Por el coinpás del áspero conflicto,
Sin que perdiesen tiempo, hasta tanto Como nubes en agua ya resueltas
Que cuando ya la noche demediaba Que de los recios vientos sacudidas
Se hallaron cercanos de sus casas : Los sitios á que son correspondientes
Entraron arma dando por el pueblo , Aniegan con la fuerza de sus gotas.
Donde como velasen los mas dellos Acuden los restantes al triunfo,
Y estaban temerosos y avispados , Y declaróse mas con su venida ,
Los unos y los otros brevemente Porque los bárbaros desordenados
Salieron á la plaza bien armados De todo punto huyen, y volvieron
Los caballeros todos y peones , Mas de trescientos menos á sus casas,
Y el capitan Velasco los dispuso Dejando de los nuestros con heridas
Al orden que mejor le parecia De yerba ponzoñosa diez ó doce ,
Para poder yalerse contra tanta Entrellos Juan Velasco , traspasado
Muchedumbre de bárbaros , cursados Un brazo, y un flechazo por la cara,
En guerras y borrascas tan continas ; Y el caballo de Leonel de Ovalle
A lo menos los indios señalados Con siete, de los cuales uno pasa
Fueron mil y quinientos sin la chusma, Las fuertes armas de algodon colchadas,
Los cuales se venian acercando , Los bastos de la silla, la madera ,
Segun de las señales coligian, Sin que parase hasta las entrañas ,
Por oler á humadas de tabaco , Quedando, no sin gran dolor del dueño,
Bijas y trementinas con que vienen Del resuello vital desamparado ;
Untados cuando van á rompimiento ; Otro le dieron á Rivadeneyra
Y no fueron allí de los antojos Que entró por la nariz , y mas de palmo
Que dicen de quien bueyes ha perdido , De flecha le salió por el oreja.
Pues salió con la luz el desengaño . Cantada la victoria, que podría
Porque cuando la lumbre del aurora Canonizarse por maravillosa ,
Venia descubriendo por oriente Socorren los heridos con la cura
Ahuyentando las tinieblas tristes , Que hallan ser mejor contraveneno ;
Y á los escelsos montes restituye Mas en algunos fué la diligencia
Sus colores nativos y verdores , Baldía , pues murieron tres ó cuatro ,
Salió la tempestad embravecida Entrellos Juan Velasco su caudillo ,
Con los impetuosos accidentes Valiente capitán y circunspecto,
Que suelen cuando van determinados . Mancheño, natural de la Membrilla,
No tigre, no leon , no bestia fiera Por cuya desastrada muerte todos
Se mueve con denuedo tan terrible Quedaron tristes y desconsolados ;
Al tiempo que á la caza se abalanza Y como los negocios que entre manos
Para satisfacer vientre hambriento , Tenian de la guerra comenzada
Cuanta fué la braveza y el orgullo Eran de condicion que les cumplia
Que muestra la caterva carnicera Tener grandes avisos y concierto,
En el asalto duro y espantoso, So pena de perder allí las vidas,
Con estruendo, rüido y alboroto Determinaron de nombrar cabeza
De horrisonas bocinas y cornetas , A quien prestasen todos obediencia,
De canillas, de brazos o de piernas Y en tal necesidad el orden diese
De sus contrarios muertos en la guerra , Que para su salud menester era ;
Apresurados sones de atambores Y ansi de voluntad de todos ellos
Y voces que confunden los oidos : Salió nombrado Leonel de Ovalle ,
Entran volando flechas, duros dardos , Bastante para paz y para guerra,
Y piedras de las hondas impelidas , El cual importunado de sus ruegos
Picas en escuadron que perturbaban El cuidado tomó sobre sus hombros ,
A los caballos el entrar por ellos ; Y vista la flaqueza que tenian
Y ansi los españoles por tres veces Para perseverar en aquel sitio
Iban perdiendo tierra de la plaza, De gente tan guerrera rodeado ,
Muchos de las espesas rociadas Después de congregados los vecinos
De flechas y pedradas mal heridos. Les dijo las palabras que se siguen :
En esta confusion atribulada , « Señores, entended que donde quiera
Aquellos que tenian arcabuces A vuestra voluntad estoy rendido ; ¸
Derribaron algunos de las picas Pero, segun la mia, mas quisiera
Opuestas á los que iban á caballo , Obedecer que ser obedecido ,
Y hubo lugar por donde Juan Velasco Porque de mí conozco que cumpliera
Y Leonel de Ovalle, que mil veces Lo que por otro fuera proveido,"
Tentaron de rompellos y volvian Pasando bien ó mal esta tormenta,
Al lugar do salian mal su grado , Sin que los yerros fueran á mi cuenta.
Entraron en la fuerza mas entera , »Pero , pues os parece convenible
Abriendo la carrera mas á gusto Seguir mis pareceres y mi traza ,
Para poder valerse de las lanzas ; Considerando bien aquel terrible
Acuden con espadas y rodelas Furor con que esta gente nos da caza ,
Pero Sanchez de Oviedo, varon fuerte , Digo que los que sois es imposible
Pero Fernandez de Rivadeneyra, Poderos sustentar en esta plaza ;
Juan Rüiz Ruvïan , ambos gallegos , Y antes que llegue nuevo torbellino
Un Antonio Machado , lusitano , Será bueno ponernos en camino.
Manuel Ruviales de Alcanchele >> Error es esperar otra refriega
Y Juan García Sativa, nacido En tierra de tan áspero montisco ,
En las tierras del campo de Arañuelo ; Porque si mas pujanza se congrega ,
Acompañólos Juan Alonso Rubio El pueblo todo llevan abarrisco ;
Ansimismo siguiendo los caballos , Y ansí , para gozar de rasa vega ,
Aquellos con las lanzas penetrantes Pasémonos al valle de Norisco ,
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE HI , HIST. DE ANTIOQUIA, CANTO IX. 527
Pues en aquel , demás de ser mas llano , Hacerse prestos al dudoso hecho
A Santafé tenemos mas á mano, » Y ansi cuando las alas de la noche.
A todos les cuadró lo que decia Cubrian y ocultaban los colores
Y luego lo pusieron en efecto , De selvas y de prados con el suyo ,
Mas no pudieron tan secretamente Y á visual potencia perturbaban
Que de los mas cercanos enemigos Lentos y soporiferos dulzores ,
No se supiese luego la partida ; El Leonel de Ovalle con los quince
Los cuales acudieron como lobos Por presurosas aguas van nadando ,
Hambrientos à la presa que pretenden , Llevando cada cual de leves palos
Y sin que reparasen un momento A modo de escalera cierta balsa ,
Les fueron dando caza por aquellos Porque con menos riesgo y mas descanso
Caminos asperisimos que llevan , Llevasen las espadas y rodelas ,
Que hasta provincia de Norisco Con el cual adminiculo seguros
De siete leguas era la distancia. Llegaron á poner los piés en tierra ,
Al fin les ocuparon ciertos pasos Y después de cobrar algun aliento
Forzosos en aqueste su viaje Hicieron oracion devotamente .
Los indios repartidos en tres partes , Partieron luego los determinados
Sin que dejasen senda ni portillo Varones á su célebre hazaña
Por adonde pudiesen deslizarse. Con pasos atentados y movidos
Están los afligidos españoles Por las inteligencias del engaño ,
Entre los unos y otros afirmados Los corazones prontos , manos prestas ,
Ya sin ningun recurso de comida Tentadas de rabioso rompimiento ;
Llenos de angustias y desconfianza , E ya cuando llegaron poco trecho
Y en un trabajo mas que miserable : De la pajiza casa , vieron velas
Un escuadron de bárbaros tenia Que segun pareció hacian guardia :
La contraria ribera de aquel rio Altéranse los pechos , y el enojo
Que corre por el valle de Itüango , Crïó nuevos alientos , y acometen
Viaje de más cómodo camino Con la velocidad que jerifalte
A no tener aquel impedimento , Se va precipitando tras la presa ;
Azar terrible para su pasaje. Los unos en las velas ensangrientan
Estos serian hasta cuatrocientos Espadas afiladas , y los otros
En una casa grande rancheados Ocuparon la puerta de la casa.
Avista de los nuestros , y que siempre Recuerdan al ruido los que duermen :
Les daban grita con palabras feas , Corre la confusion y el alboroto ,
Y denunciándoles infausta muerte. Por una y otra parte murmurando
El Leonel de Ovalle , conociendo Un bullicioso son y descompuesto ,
La desventura que los amenaza , Como cuando de puercos muchedumbre ,
Y condoliéndose de las mujeres, En el nocturno tiempo , de algun tigre
Muchachos y la chusma de sirvientes , Fueron en los corrales asaltados ,
Que después del favor de Dios estaban Que suenan los ronquidos presurosos ,
En sus industrias buenas confiados , Y de los dientes y colmillos duros
Batió las alas del entendimiento Las amenazadoras tenazadas :
Para ver si podia dar alcance Que tales parecian los estruendos
A traza que les fuese saludable De los arcos , macanas y las lanzas ,
En trance de salud enajenado , Al tiempo que en el ciego sobresalto
Y donde los ministros de la muerte Las unas se tocaban con las otras
Iban en crecimiento por momentos . Para salir al campo donde puedan
Al fin en un intento resoluto, Valerse de sus manos y pertrechos.
Llamó quince soldados valerosos , Baldías diligencias y perdidas ,
Que por corrientes de profundas aguas Pues entre tanto que unos españoles
Sabian menear piernas y brazos , Impiden la salida , dividiendo"
Y díjoles : « Alli teneis enfrente Cabezas de los hombros , tres ó cuatro
Quien de lo que hará nos desengaña , Por diferentes partes ponen fuego :
Y todos conoceis precisamente Estiéndense las llamas presurosas ,
Adónde llega su rabiosa saña ; De los ventosos soplos impelidas ,
En un riesgo tan claro y evidente Y ansi sin escapar cosa viviente
Es menester valor y buena maña Quedaron convertidos en carbones ,
Y que de nuestra parte se procure Y nuestros españoles victoriosos
Algo que nuestras vidas asegure. Inmensas gracias dan al alto cielo.
» Y en esta confusion entristecida Los cuales cuando por doradas puertas
Habemos de tentar alguna suerte, Salian apolíneos yugales ,
La cual , si no saliere bien medida , Y nocturno rocío relumbraba ,
A lo menos es bien que se concierte , Herido de los rayos matutinos ,
Pues es para remedio de la vida , Dan orden como pasen sin peligro
Y no venir à deshonrada muerte ; El rio los restantes españoles
La divina bondad su favor preste Y los imbeles niños y mujeres
Al orden que daré , que será este : Con toda la familia de servicio ,
» Por selles este rio como muro , Sin que de los demás bárbaros , puestos
Aquellos bárbaros duermen sin velas : En otros pasos , fuesen contrastados ,
Podemos bien pasallo con obscuro Antes como supieron el suceso
A nado , con espadas y rodelas ; Se volvieron confusos á sus casas.
Bajarnos hemos á lugar seguro Los nuestros prosiguieron su camino
Hasta que se amortigüen sus candelas , Hasta llegar al valle de Norisco ,
Señal del soporifero beleño , No sin deseo de le dar noticia
Y entonces les daremos mortal sueño. Al Andrés de Valdivia de sus daños ;
Dudosos estuvieron muchos dellos Pero para hacer este recado
Por se poner en riesgo conocido ; No se hallaba via ni remedio ,
Mas viendo ser mayor el que esperaban A causa de que ya toda la tierra
Segun la gente que se congregaba Estaba con rigor en armas puesta.
Para romper con ellos otro dia , Mas como la veloce fama tiende
Dijeron selles útil el consejo, Por varias bocas acontecimientos ,
Y á morir ó vivir les convenia Fuése de pueblo en pueblo rezumando
528 JUAN DE CASTELLANOS .
Aquel asalto de San Juan de Rodas , Dentro del señorío de Agrazava ,
Hasta venir à dar en los oidos Uno de los caudillos desta guerra.
Mas el autor que todo lo movia
De los indios ladinos de Antioquía , Era Pedro Catía , baptizado
Donde Andrés de Valdivia recogia Muchos años habia , muy ladino ,
Gente para llevar à su conquista ; Del servicio de un Francisco Lopez ,
Y siendo destas nuevas advertido , Al cual por ser astuto y animoso ,
Aunque no con mas llena certidumbre
Y saber los secretos de los nuestros
De la que suele dar la mala nueva Que sin pensar sus tractos y cautelas
Con cincuenta soldados que tenia , Unos y otros dél se confiaban ,
Caballos y pertrechos , aunque pocos , Por general nombró toda la tierra
Abrevió lo posible su camino , Para la guerra , que por sus industrias
Y sin les suceder cosa notable
Entraron en el valle de Norisco , Contra los españoles preparaban ;
Y con las misinas el prevaricato ,
Adonde se juntaron con los otros A los católicos entretenia ,
Inadvertidos desta su venida ; Con les traer de paz y amistad falsa
Mas , aunque repentina , fué crecido
El gozo y el contento que reciben Al Agrazava y otros principales,
A vueltas de los cuales acudian
Los unos y los otros , que con brazos
Abiertos y amigables se saludan. Gran cuantidad de bárbaras mujeres ,
Al fin , después de dalle larga cuenta Que de los españoles no se estrañan ,
Al Andrés de Valdivia del estado Antes los miran con lascivos ojos.
De las provincias todas de la tierra , Entrestas una muy gallarda moza ,
Y descansar allí dos ó tres dias , Hermana de Agrazava , también vino
Entraron en consulta los mayores A ver los españoles muchas veces ;
Y como de las tramas y conciertos
Para tractar del orden que ternian Estaba satisfecha y enterada ,
En la refundacion del nuevo pueblo , De compasion movida por ventura ,
Y qué sitio seria conviniente ; O por otros respectos amorosos •
Cuya resolucion , aunque sucinta , Determinó hablar al don Antonio
Diremos en el canto venidero.
Secretamente , para dalle cuenta
De lo que los caciques ordenaban ;
Y con intérpetre de quien la moza
CANTO DECIMO . Tenia ya segura confianza ,
Le dijo las palabras que se siguen :
En el cual se tracta de la reedificacion de San Juan de Rodas , y cómo « Por no te ver en riesgo de la vida ,
Andrés de Valdivia se volvió á Santafé de Antioquía dejando por te- De piedad movida , quiero darte
niente à don Antonio Osorio de Paz con la gente que trajo. Secretamente parte de la guerra
A que toda la tierra se convoca ;
No tiene tan precisos pareceres Y pues á todos toca semejante
En elecciones el humano seso , Riesgo , ten adelante mas aviso ,
Que del primer voleo vayan ciertos Antes que de improviso quedes muerto,
A dar al blanco de lo que desean ; Porque ternás por cierto que mi hermano
Y ansi lo que parece ser hoy bueno , Y otros que tienen mano mas potente ,
Mañana por ventura se reprueba , Ruegan á mucha gente les ayuden ,
Porque temporal curso va mostrando Y sé que les acuden de lugares
Los daños ó provechos que resultan Millares de millares muy de veras :
De lo que por los hombres se tantea. Han hecho sementeras en gran copia
Desta manera nuestros españoles , Para que por inopia de sustento
Considerando los inconvenientes No dejen el sangriento desafio ;
De tornar à poblar en aquel sitio Y aqueste desvarío quien lo guia
De Teco y Maritúe montuoso , Es un Pedro Catia , lengua vuestra ;
Donde por esperiencia conocian Aqueste los adiestra y el os vende.
Ser para sus diseños mal seguro ,. Remedie quien entiende mis razones •
Juzgaron ser mejor aquel asiento Porque no son ficciones las que digo
Antiguo que llamaban Paramillo , Antes como testigo las declaro
Donde fue su primero fundamento. Porque hallen reparo las peleas ;
Allí de nuevo se hicieron ranchos Y para que me creas venir llana',
Y repartieron tierras y solares , Pido como cristiana el agua santa .
Nombrando sus alcaldes y rectores , Pues creo lo que canta la fe vuestra ,
Con diligencias y solemnidades Y huyo la siniestra de bestiales',
Anejas á los tales nombramientos ; Huyo mis naturales imprudentes ,
Y el Andrés de Valdivia , repartida Y a deudos y parientes , vulgo ciego ,
La tierra , mas por gusto que justicia , Renuncio desde luego por entero ,
A Santafé volvió dejando cargo Y entre vosotros quiero vivir siempre. »
De justicia mayor y de teniente Oida la razon por don Antonio ,
A don Antonio Osorio de la Pace, En gran perplejidad se vido puesto,
Un caballero de Ciudad - Rodrigo . Pareciéndole ser novedad grande
El cual con el deseo que tenia Venir á declarar aquella moza
De ganar opinion entre los indios , Las determinaciones del hermano ;
Salió por la comarca contra ellos , Y discurriendo con el pensamiento
Y á fuego y sangre hizo gran estrago ; . Por cosas que los hombres circunspectos
Mas no por eso concibieron miedo ? Suelen considerar antes que crean
Antes mas indignados y protervos , Negocios que de suyo son pesados ,
Viéndose de vigor menoscabados , Sospechó que debia ser cautela
A sueldo procuraban valedores Por alguna pasion que su discurso
De todas las montañas circunstantes ,
No bien comprehendia ni alcanzaba.
Enviándoles prendas y rehenes , Y ansí de los soldados hizo junta ,
Y entera certidumbre de la paga. Y después de decir puntualmente ,
Y para que guerra no cesase
Por falta de alimentos , desde luego Lo que la bárbara representaba ,
Ocuparon las manos en labranzas Rogó que le dijesen qué haria
Que de comunidad en cierto valle En verificaciones del negocio ;
Y de comun acuerdo determinan
De gran fertilidad hicieron todos
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, HIST . DE ANTIOQUIA, CANTO X.
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Que la india dijese por tortura
Lo que de voluntad habia dicho : A llevar el ganado que traian
Diligencia no bien considerada , Hasta ponellos sin recebir daño
Y término de gente mal medida . Cerca del pueblo de San Juan de Rodas ,
Tormentos se le dieron finalmente , Donde se despidieron dando quejas
Y en ellos siempre dijo lo que antes , Del don Antonio por haber prendido
Sin que de la substancia discrepase Debajo de amistad tantos caciques ,
Ni de las intenciones que traia Y quellos no pasaban adelante
De profesar la fe de Jesucristo : Por escusarse de otra tal molestia.
Lo cual hizo después devotamente , Llegaron pues los diez al pueblo nuevo,
Dándosele por nombre Catalina ; Que no menos lo fué de su venida ,
Y aquel desgusto grande no fué parte Con gran admiracion solemnizada
Para de sus propósitos movella , Por los vecinos dél desque supieron
Que piamente debe de creerse Haber pasado sin tener contraste
Venir de santos soplos inspirada , Por tan endurecido barbarismo ;
Porque permaneció y hoy permanece Y hizo muy mayor aquel espanto
Dándoles cuenta de la cortesía
En la santa creencia y observancia.
Estando pues los españoles ciertos Y liberalidad de que con ellos
Deste rebelion , porque hallaron Usaron y llaneza nunca vista ;
Aquella gran grandeza de labranzas Sobre lo cual algunos afirmaban
Y otros indicios claros y evidentes , Que ya necesidad los compelia
A su Pedro Catía procuraron A procurar la paz , porque con guerra
Prender secretamente , y él astuto Vian su perdicion y su rüina ,
Estando del intento sospechoso , Mas otros lo contrario porfiaban
No quiso mas volver á los cristianos Porque decian ser estratagema
Como vió que la india Catalina , Por los asegurar con esta muestra ,
De lo quél meneaba sabidora , Y acometelles viendo coyuntura .
Estaba de propósito con ellos ; Al fin , destas contrarias opiniones
Mas ordenó que fuesen los caciques Aquella que mas ocio prometia ,
Con simulada paz como solian , Como sucede por la mayor parte ,
Para que conociesen con aviso Parece que les dió mas en el gusto,
Si acaso su traicion se rezumaba. Segun aquel enfermo que lo toma
A lo cual fueron luego dos hermanos , En el manjar que mas daño le hace ;
Tucure y Agrazava , ansimismo Y ansi deste socorro confiados
Chacuri , Nuguireta , Tacüica , Y de la gran blandura que los indios
Tacujurango y otros principales , Les mostraron al tiempo que venian ,
Con algunos regalos de comida , Se fueron á dormir á sus posadas
A los cuales prendieron en llegando , Debajo de sencilla centinela ,
Poniéndolos á todos en clausura Y no como solian en la plaza
Con guardas vigilantes y prisiones ,
Velan do por sus cuartos cada noche ,
Y avisan al Valdivia por la posta Sin reservarse nadie del trabajo.
Del riguroso trance que esperaban , De manera que cuando son los ojos
Y las necesidades de socorro , Presos del soporifero sosiego ,
Los bárbaros astutos se venian
Pues por dar libertad á los caciques A las modernas casas acercando ,
Acudiria poderosa hueste ;
Y en tanto que venia la respuesta Cuyo sitio y asiento no tenia
Para poder llegar mas de una entrada ,
El pueblo se velaba todas horas , Y esta por una muy angosta loma
Sin caerse las armas de la mano.
Como de cuatro pasos el anchura ,
En este tiempo , sin saber Valdivia Que todos los demás eran lugares
Aquestos desabridos movimientos , Para los rodear inaccesibles ,
Habia proveidoles ganado
Con solos diez soldados , confïando Y el pueblo dentro dellos no tan llano
Que los del nuevo pueblo les saldrian Que faltasen algunas costezuelas ;
A cierta parte donde por sus cartas Cuya comodidad á los incautos
Les habia con indios avisado , Vecinos por ventura dió la vida ,
Para metello mas seguramente Pues á poder entrar la hueste junta
En las estancias del moderno pueblo ; Y no por el forzoso contadero ,
Mas estas no llegaron á sus manos Fuera miraculosa contingencia
Porque los portadoras yanaconas Quedar alguno dellos con la vida.
Fueron en el camino salteados , Al tiempo pues que la gallarda Venus
Venia descubriendo sus dorados
Y ansi vinieron solos su viaje ,
Acompañados siempre del peligro Copetes por las puertas del Aurora,
Reventó la apostema represada ,
Que con muerte crüel amenazaba :
El uno destos era sacerdote Y aquella tempestad impetuosa
Que se llamaba Juan Ruiz de Atienza , Rompió por el estrecho y angostura.
Cuya virtud a mí me fué notoria La centinela huye , y arma dando
Convoca los vecinos soñolentos :
Un tiempo que tuvimos un hospicio
Y no menos lo es en el presente Responde de cornetas al instante
En la gobernacion donde reside ; Horrisono tumulto y estampida ,
El cual de santa caridad movido Y á las primeras casas ponen fuego.
En este riesgo puso su persona Corre la turbacion y desatino
Por ir á consolar aquella gente Por algunos vecinos , de tal suerte
Que deste ministerio carecia. Que con tener las armas donde duermen
Llegados pues adonde gran posible Prestas para cualquiera sobresalto ,
De duras armas era necesario Unos no las hallaban , y otros toman
Para salir ilesos de las manos Imbeles instrumentos y escusados ,
De bárbaros opuestos al encuentro , Segun á naufragantes acontece
No solamente no les acometen , Cuando la nave repentinamente
Mas antes con pacificos semblantes Es de las altas ondas sumergida ,
A dar lo necesario se convidan ; Que de la tabla , del barril ó caja
Procura cada uno de valerse ,
Y ansi les proveyeron de alimentos Aunque sea con vanas esperanzas .
Y los acompañaron, ayudando Destos un Fernán Sanchez , animoso
T. IV.
34
530 JUAN DE CASTELLANOS .
Vecino , natural de la Membrilla , A riesgo de su vida clara fama ;
Acudió mal armado , y acomete Y todos los demás , que no pasaban
Con ánimo soberbio y alterado ; De treinta y seis con los recién venidos ,
Mas al salir de casa ponderoso De cuyos nombres no se me dió copia
Golpe le desmenuza las quijadas , Para los celebrar , segun merecen
Dando con él en tierra , y allí queda Tan raras valentías y hazañas :
El alma con la sangre vomitando. De las cuales aquesta merecia
Joan de Ortega, de Ubeda , venia Ser de mas alta lira celebrada ,
Con pasos presurosos , sin rodela ; Pues eran los contrarios tres quinientos ,
Pero volante piedra que de honda Robustos , esforzados y atrevidos ,
Venia por los aires impelida Y con preparacion de varias armas ,
Le quebrantó las sienes , y los ojos Y en ellas todos diestros y cursados.
Perdieron luego la virtud visiva : Y ansi la multitud que quedó fuera
El cuerpo se tendió por aquel suelo, No hizo mudamiento por entonces ,
Y despedida dél el alma huye. Antes portérmino de cuatro dias
Pedro de Vega junto dél se halla , Tuvieron sitiados á los nuestros ,
Mejor apercebido , mas en balde Que por amedrentallos , á su vista ,
Quiso teñir los filos del espada , De los caciques que tenian presos
Por anticipacion de dura flecha Aborcaron los dos , á Nuguireta
Que las venas rompió de la garganta , Y á Chacuri , con otros ciertos indios
Por donde desaguỏ luego la vida. Que por su valor eran estimados ;
En este tiempo salen á la plaza Mas aqueste castigo fué fomento
Armados con espadas y rodelas De mas indignación y mayor ira :
Un Pero Sanchez , natural de Estrella , Y ansi corrieron todas las estancias
Cerca de Talavera de la Reina , Que tenian pobladas los vecinos ,
Y un Juan Mateos Corzo , de Segura Los cuales destruyeron y quemaron ,
De Leon , y con estos juntamente Dando crueles muertes à los indios
Estéban de Ribera de Albuquerque Y negros que tenian de servicio ;
Con un Juan de Cotura , valenciano , Ansimismo talaron las labranzas ,
Y Diego de Guzmán , el de Segovia , Refugio principal de los vecinos ,
Los tres ó cuatro dellos en camisa ; Y achaque para que después Valdivia
Pero con pensamientos arronjados , Los hiciese mudar de aquel asiento ,
Al precio del honor , sin que temores Como se tractarà mas largamente
De muerte se les pongan por delante , En el proceso del siguiente canto.
Ocurren al entrada de la loma
Por donde se venia deslizando
Aquella tempestad fiera y horrible , CANTO UNDECIMO .
Y por ella rompieron como cuando Donde se tracta del socorro que trajo el gobernador Andrés de Valdícia,
Elfulminoso fuego descendiendo la mudanza del pueblo de San Juan de Rodas, con otros varios sucesis,
De la media region del aire rasga y cómo vino de España declarado no caer en el gobierno de Valdivia
El búmido nublado contrapuesto , Santafé de Antioquía, ni San Juan de Rodas.
Y el tortuoso vuelo desmenuza Las argucias del hombre caviloso ,
Acero , hierro y otros materiales : Las urdiembres y tramas de sus telas ,
Ansi rompen ijares , y cabezas Son como las que tejen las arañas
Saltaban de los hombros despedidas ; Faciles de romper, y sus colores
Piernas, brazos y manos descoyuntan , De poca duracion , porque desdicen
Y al fin detienen el impetuoso Cada y cuando que son examinadas
Curso de la creciente y avenida. En toque de verdad , que es el verdete
Como peñascos que temblor de tierra De que usan los aurifices queriendo
Les hizo que bajasen del altura Ver aquello que dudan ser buen oro ,
Y fueron á parar á la corriente El cual si por ventura se vestia
Del agua , y ocupando la salida Del rubio resplandor sin la substancia ,
Por diferentes partes se derrama , Ninguna señal deja de quilates ;
Por el obstáculo que halla puesto Como también la roja margarita
En el lugar por do correr solia : Engaña nuestra vista muchas veces ,
No menos fué la furia desta gente Y en ardiente crisol hecha la prueba ,
Por estos cinco solos impedida , En vaporoso humo se va toda ":
Porque con esta brava resistencia Desta manera fueron las argucias
A los de fuera y dentro defendieron Y vanas subtilezas del Valdivia ,
Ansi la entrada como la salida , Torciendo con sofisticas razones
De tal manera que los de caballo La letra del despacho que traia;
Tuvieron tiempo para bien armarse Y los de Santafé , como sabian
Y de cebar las lanzas en aquellos Mejor menear armas que cautelas ,
Primeros que saltaron en el pueblo ; Creyeron el sentido que les daba
Acudieron ansimismo peones A las reales cédulas , y luego
Reportados y mas en orden puestos ; Fué por gobernador obedecido.
Y unos y otros tal maña se dieron Y como con mas sólidas razones
Que dejaron muy pocos con la vida. Y menos aparato de palabras
Cantóse la victoria finalmente , Siguiese don Hierónimo de Silva
La cual después de Dios , de cuya mano En consejo de Indias esta causa ,
Recibieron aqueste beneficio , Vinole declarado por sentencia
Fué por el gran valor de aquellos cinco , No caer en gobierno del Valdivia
De los cuales Estéban de Ribera La dicha villa ni San Juan de Rodas ;
Y el Pero Sanchez fueron mal heridos , Y ansi cayó la máquina compuesta
Mas no halló lugar la dura parca , Por orden de vanílocas industrias.
Por ser con buena cura socorridos . Viéndose destas suertes despedido,
Y en este rompimiento sanguinoso Pueblos que le hacian muy al caso
No menos se mostraron esforzados Para se sustentar en su gobierno
Y belicosos Juan Alonso Rubio , Y autorizallo con mayor posible ,
Juan Rüiz de Buensuelo , que lo huella Puso los ojos y los pensamientos
Con sangre por sus manos derramada , En cosas arduas y dificultosas ,
Y un Alonso Martin Merchan, que merca Facilitándolas con su juicio.
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, parte II , hisT. DE ANTIOQUIA, CANTO XI. 531
Del cual muy confiado presumia Que fué cuasi de un año la tardanza ,
Con un palmo de hilo hacer redes Pudiéramos hacer largo volumen
Tan largas y tan gruesas que con ellas Si fuéramos particularizando
Pudiese rodear el universo ; La terribilidad de los trabajos
Porque con poco número de gente, En el discurso dél acontecidos ;
En un tiempo y en una coyuntura , Pero diremos una sola cosa
Tentó poblar en diferentes partes , Dicha por el factor Rodrigo Pardo
Que para cada cual menester era Y Francisco Mantilla de los Rios,
La cuantidad de gente que tenia Que vive de présente donde vivo.
El primer pueblo dellos Antioquía Aquesta fué que cuando se volvian,
La vieja , do quedaron oficiales Perdidos los caballos y sirvientes ,
En la caja real , y por teniente Desnudos, desarmados y hambrientos,
Antonio de Tovar , el tesorero ; Y de setenta y tantos españoles
Mas la refundacion no fué durable , Mas de los treinta dellos fallecidos,
Porque poco después gente catía Venia muy enfermo Fernan Perez ,
Vino sobrellos , y antes que llegasen Mancebo natural de Salamanca ,
Al pueblo dieron fin de tres soldados E ya desamparado totalmente
Inadvertidos, que encontraron fuera ; De fuerzas y vigor con que pudiese
Y esta venida fué con tal aviso Proceder adelante con los otros ,
Que los de la ciudad no lo tuvieron. Que con poca mas fuerza se movian,
Mas remediólo la bondad inmensa Junto de la ribera de un arroyo
Con rara y espantosa maravilla , Se recostó diciendo : « Dios os guie
Lo cual yo no pusiera por escripto Y á mí provea de conocimiento
Si no fueran personas fidedignas Con que de su bondad no desconfie
Aquellas que la dictan á mi pluma : En este mi final acabamiento ;
Y fué , que la mañana que venian Pues para caminar aunque porfie
A dar en la ciudad , el tesorero Fáltame lo mejor, que es el aliento ;
Y otros amigos suyos juntamente Al ánima dé Dios salud y cura,
Querian almorzar en su posada Quel cuerpo no la tiene ni ventura.>
Puchas ó poleadas , cuyo nombre Hallóse junto dél Rodrigo Pardo,
Es en aquestas partes mazamorra , Que para todos era gran alivio ,
Entonces por ventura gran regalo , Ansí con obras como con razones
Porque tenian leche para ella , Cristianas y animosas , y responde :
Y aquesta cuando por las porcelanas « Buen ánimo, señor, valor y brío,
Se difundia , fué , segun afirman Que à vuestra condicion no le es honesto
En finísima sangre convertida : Hacer un tan notable desvario,
Amarillez mortal ocupó luego Pues á cada cual veis ir mal dispuesto ;
Todos los rostros de los convidados , Volved, volved en vos, que yo confio
Y los pálidos miembros destilaban En Dios que hallareis remedio presto,
Un sudor frio con el gran espanto , Porque llevamos ya senda trillada ,
De tal suerte que los turbados pechos La cual nos ha de dar tierra poblada.»
No podian dar fuerzas á la lengua Otras muchas razones le decia,
Para decir palabra bien formada , Ayudandole porque se levante ;
Como á quien opresion de pesadilla Mas no bastó su buena diligencia,
Fatiga hasta tanto que recuerda ; Por lo hallar imposibilitado ,
Mas esta turbacion y sobresalto Y él mismo lo despide con aquesto :
En alguna manera despedidos , « Señor, ningun trabajo mas perdido
Ocurren á las armas y caballos , Que lo que procurais en este caso ;
• Y sin mas esperar á los efectos ་ Porque me voy, del orto despedi ,
do
Con quel prodigio los amenazaba , A mas andar la via del ocaso.
A Santafé se fueron retrayendo Una merced tan solamente pido,
Dejando la ciudad desamparada. Y es que me la bagais de aquese vaso
Y ansi cesó por parte del Valdivia Para beber con él desta agua clara
Aquesta poblacion que pretendia Mientras la vida no me desampara.»
Hacer cabeza del gobierno suyo. Viendo ser por demás hacer instancia
También antes que entrase con socorro En que se levantase , dióle luego
Esta postrera vez á los que estaban El vaso que pidió, y una cruz puso
Necesitados en San Juan de Rodas , En el mismo lugar, no sin suspiros ,
Habia despachado mas soldados Y de su ruego lo llegó mas cerca
Con otro capitán Juan de Zavala De la corriente, porque con la mano
Y con el capitán Rodrigo Pardo , Pudiese coger agua de aquel rio ;
Que es hoy factor real en este reino , Y ansi se despidió con grave pena ,
A conquistar la tierra de chocoes Amonestándole por muchas veces
Y las que con el Darien confinan , Que nunca divirtiese la memoria
Para fundar ciudades do hallasen En desvanecimientos transitorios ,
Buena comodidad en aquel suelo , Sino que siempre la tuviese puesta
Que es una pasta de oro , si la tierra En quien por él habia padecido
Fuera para vivir mas apacible , Y por la redencion del mundo todo ,
Pero ninguna mas incomportable En arbor y figura semejante
Ni mas perjudicial al ser humano , De aquel que le dejaba por amparo ,
Por ser anegadiza , montuosa , Pues la necesidad lugar no daba
Con otras cien mil plagas insufribles , A le favorecer con otras cosas ,
Y cuyas influencias solamente Y que con armas de oracion contina
Son adaptadas para criar oro , Se defendiese de las tentaciones
De que gozan algunos naturales , Del infernal dragon , que siempre busca
Rarísimos , en árbores subidos , Animas que tragar, principalmente
Sobre los cuales tejen barbacoas , En tal tiempo y en tales ocasiones ;
Y en ellas sus tugurios ó chozuelas , Y que cualquiera golpe resistiese
Por las inundaciones de los rios , Con el escudo de la fe cristiana.
Que suelen ser allí cuotidianas : Aquesto dicho, pasan adelante ,
Vivienda vil y mas que miserable No sin el afliccion con que caminan
Y ansi de su viaje trabajoso , Aquellos que no tienen certidumbre
532
JUAN DE CASTELLANOS .
De hallar el remedio que desean,
Antes la que tienen por mas cierta En aquella montaña tenebrosa,
Era morir de hambre todos ellos ; En el húmido suelo recostado ,
Mas aquella divina Providencia, Al agua pluviosa y al sereno,
A cabo ya de seis ỏ siete dias Sin ropa ni recurso de comida ,
Que la flaqueza y la desconfianza Y en tanta soledad y desconsuelo ;
En tal angustia los tenia puestos, O quién le proveia de alimento ,
Que muchos se quedaban desmayados , Porque vivir sin él hombres mortales
Proveyó de remedio, porque dieron En tan prolijo número de dias,
En ciertas poblaciones abundantes Teníanlo por caso milagroso.
De la substancia que era necesaria El Fernán Perez luego les enseña
Al adelantamiento de sus vidas ; Una crucita de oro bien labrada ,
Y con ser los vecinos de aquel suelo Que pesaria como seis tomines ,
Asperos y crueles por estremo , Inclusa y engastada dentro della
Y tantos que podian fácilmente Una astillica muy subtil de palo ,
Cortalles el estambre de la vida , Y díjoles con voz mas esforzada :
Por ir debili tados y no junto s, Nunca jamás gusté mantenimiento
Mas derramados y con el desorden Después que me quedé, ni tal he visto
Que llevan los que van á quien mas puede , En esta soledad y descontento.
Se mostraron tan pios y benignos »Pero la piedad de Jesucristo
Que los acariciaron en sus casas Le dió virtud al agua que bebia
Y proveyeron de lo que tenian, De substancial y necesario pisto .
En tiempo que lo vil y menos sano >>Porque esta cruz en ella la metia,
Les fuera cordial mantenimiento ; La cual contiene parte del madero
Y no solos aquell os que llegar on En que Dios padeció por culpa mia.
Primero recibieron beneficio , »Ovela yo de cierto caballero
Pero manifestándoles por señas Canónigo que fué de Salamanca ,
Quedar otros atrás que no podrian En su fin y remate postrimero.
Llegar sin les llevar algun socorro, Oida la razon por todos ellos ,
En ese mismo punto se cargaron No sin admiración , y dando gracias
Algunos indios dellos de comida, Al Obrador de tantas maravillas ,
Y ansí como los iban encontrando Prostráronse por tierra y adoraron
Les iban proveyendo , hasta tanto Aquella preciosísima reliquia ,
Que los metieron dentro de su pueblo, Porque les pareció, segun la obra
Adonde se estuvieron reformando Tan rara, tan estraña y admirable,
Por mas espacio de cuarenta dias. Que seria segun les declaraba ,
Después volviendo por aquel camino , Y quel arbor que dió fructo de vida
Por ser aquella la derecha via Al hombre que quedaba cuasi muerto ,
Para salir á puebl os de españ oles , Tambi én se la daria basta tanto
Llegaron al paraje do dejaron Que con preparaciones de cristiano
Al Fernan Perez , y reconocido , Pasase por do pasan los mortales .
Habló Rodrigo Pardo con los otros , Y luego dieron orden como fuese
Y dijóles : « Si puede tino mio En hombros de los indios de servicio,
Tener verificados pareceres , Ayudándole todos, hasta tanto
Aqueste me parece ser el rio Que entraron en pacíficas regiones
Do dejamos al pobre Fernán Perez : De indios obedientes ya subyectos,
Suplicoos que, pues es poco desvío Do lo dejaron muy encomendado
Y son caritativos menesteres , Y á un criado suyo yanacona
Que lleguemos á ver su desventura : Del servicio del mismo Fernán Perez ;
Daremos á sus huesos sepultura . » Mas el dicho Factor Rodrigo Pardo
Todos condescendiendo con su ruego No me sabe decir el fin que tuvo ,
Llegaron á la cruz que quedó puesta, Porque llegados á las ciudades
Y vieron al soldado de la suerte Y pueblos de españoles, cada uno
Y en el mismo lugar que lo dejaron Procuró solamente su remedio ,
Habia ya sobre cincuenta dias : Por diferentes vias derramados
Acuden con el tacto de las manos, Y algunos se volvieron al Valdivia .
Y conocieron que tenia vida ; Al cual, segun que dejo declarado ,
Mas aunque lo llamaban por su nombre, En Santafé le fué notificada
Dándole voces, nada respondia. La provision real y la sentencia
Pero Rodrigo Pardo, con deseo Cerca de no caer en su gobierno
De se certificar enteramente , Aquellos pueblos dos fundados antes
Con la carne de mico que llevaba Que la merced á él se le hiciese.
Asada para su matalotaje , Y ansi con la presteza con que suele
Le refregó los dientes y la boca , Astuto negociante prevenirse ,
Procurando con grande vehemencia Antes que la noticia les llegase
Hacelle traspasar alguna brizna : A los que estaban en San Juan de Rodas,
En efecto, se vido que mostraba Determinó partirse con la gente
Algun tanto de mas vital meneo ; Que pudo recoger ; y porque supo
Tornaron á dar voces , preguntando Por lengua de los indios contractantes
Si conocia ser sus compañeros , Estar en gran angustia por lo dicho
Y respondió con una voz muy débil : En los versos del canto precedente ,
No veo, que la vista me fallece ; En tanto que mas gente recogia
Pero si no me engañan los sentidos Despachó diez ó doce compañeros
Voz de Rodrigo Pardo me parece Con municiones, y por su caudillo
Aquesta que me toca los oidos. » Al capitán Francisco Maldonado ,
No se puede pintar el alegrí a Un vecino que fué de Caramanta ,
Que recibieron todos desque vieron El cual dió perfeccion à su camino
Que con algun acuerdo les hablaba ; En pocos días con aquel socorro.
Y ansí reiterando las preguntas Y su llegada fué ya demediado
Con encar ecimi ento le rogar on Diciembre por el año de setenta
Que se esforzase para declaralles Y tres, á deseada coyuntura ,
Cómo pudo vivir tan largo tiempo A causa de que todos los del pueblo
Estaban puestos en tan gran peligro
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE III , HIST. DE ANTIOQUIA, CANTO XI. 533
Por falta de alimento , que no vian Los pocos españoles acordaron
Otro refugio que mas cierto fuese Volver á su ciudad , imaginando
Que perecer, pues con la misma vida Que los astutos indios revolvieran
Se habia de comprar si lo buscaban , A dar en ella viéndolos absentes ;
Por la gran vigilancia de los indios Y aunque mal proveidos de sustento
Continuas asechanzas , y dispuestos Efectüaron luego la partida.
A dar con mas hervor y mas pujanza Donde con gusto de los atendientes
En los que conocian temerosos, Representaron este vencimiento
Quedos y acorralados en su sitio. Que los regocijó con esperanzas
Pero como llegasen los que digo De poder atraellos á lo bueno ;
Con buenas municiones, desterróse Mas aunque se hicieron diligencias
El pálido temor y cuerdo miedo , Modestas y de cierto cumplimiento ,
Y ansi salieron á buscar comida La bárbara dureza pertinace
Veinte y cinco soldados principales Nunca jamás dió muestras de blandura.
Con un Juan Lopez Bravo por caudillo , Lo cual reconocido , determinan
Soldado de gran uso y esperiencia , Con mas severidad probar la mano ;
Y hombre no menos cauto que valiente. Mas el hilo cortó de sus intentos
En este mismo tiempo se movieron El Andrés de Valdivia, porque vino
Los bárbaros protervos con intento En aquella sazon con poca gente ,
De no dejar las armas de las manos Pues aquestos y aquellos computados
Hasta desarraigar la nueva planta , Eran dos ó tres menos de cincuenta ;
Y dar á las católicas entrañas Y como no sabian ser escluso
En sus voraces vientres sepultura ; Del jurídico mando deste pueblo,
E yendo nuestra gente sin sospecha Fué con aplauso grande recebido
De tal encuentro, repentinamente Y con aquel respecto que debian
Dieron en el ejército pagano A su gobernador, y él ansimismo
Que venia marchando con el orden Se les mostró benigno y apacible,
Y recato que suele gente diestra , Comedidísimo , grato y afable
Acaudillándolos Pedro Catia, Con unos y con otros, de tal suerte
Capitán general de la caterva. Que para sus propósitos los tuvo
¿ Qué habian de hacer en tal estremo ? Muy prontos , adaptados y compuestos.
Porque volver atrás no convenia, Y ansí después de tres ó cuatro días
Por ser camino cierto de la muerte , Habiendósele dado larga cuenta
Y acometer á tanta muchedumbre De sus necesidades , y cuán duros
Grande temeridad por consiguiente , Eran en dar la paz los naturales ,
Pues la dificultad les declaraba Juntólos en las casas de cabildo,
A todos el remate de su vida. Y hízoles aqueste parlamento :
Pero como Juan Lopez Bravo viese « Caballeros, amigos, de quien fio
No se poder usar de otro remedio Aquello que es en mí de mas momento ,
Sino de rompimiento, dijo luego : Paréceme notable desvarío
« A ellos, caballeros, que sin duda Permanecer tres años en asiento
Conocereis por vero testimonio De tan protervo y áspero gentio ,
Que valen mas los pocos con ayuda Y en tan reconocido detrimento,
De Dios, que muchos con la del demonio. >> Que es de sus mejorías la mas cierta
Disparan arcabuces al momento , Retracto vivo de esperanza muerta.
Y con hilos de alambre las pelotas , » Porque, como sabeis à costa vuestra,
Quevanrompiendo pechos , brazos, cuellos, Los indios deste pueblo mas cercanos
Con una y otra carga derribando De mala digestion han dado muestra,
Penachos y coronas por el suelo ; Y con dificultad los hareis llanos :
Soltáronse los perros que traian Lleguémonos á gente menos diestra
Cebados en entrañas infieles, Y de menos contracto con cristianos,
Y en breve tiempo hacen tal estrago, Con el cual suelen aun los mas subyectos
Que se confunden y se desordenan Perder algunas veces los respectos.
Los unos y los otros escuadrones »Será lo mas seguro y acertado
Sin dárseles lugar á rehacerse, En esta turbacion el mudamiento •,
En tal manera que desatinados Alo menos por tiempo limitado ,
Volvieron las espaldas , y los nuestros Para volver con otro fundamento ,
Siguieron el alcance derramando Pues que reconoceis ser escusado
Infinidad de sangre, de tal suerte El procurar aqui mantenimiento ,
Que les pedian ya misericordia , E ya que lo halleis, es la comida
Ajena de sus ritos y costumbres ; Comprada con el precio de la vida.
Y un indio desde un alto les decia : >Cauca rio teneis bien à la mano
« Cesen, cristianos, cesen las matanzas, Dos leguas solamente de distancia,
Que sangrientos estais hasta los codos : El estalaje tengo por tan sano
Dejad algunos que hagan labranzas De mas fertilidad y mas substancia,
De que comais y que comamos todos.> Pues dado caso que nos falte grano ,
Bastó para cesar oir aquesto Hay de pescado y fructas abundancia :
Y para que pensasen quel castigo Mudémonos á él y á su ribera,
Inopinado les pornia freno , Tractaremos con gente mas sincera.
Principalmente por haber caido »Para restauracion deste quebranto
En el mortal rigor Pedro Catia , No se puede tomar mejor camino ;
Aunque también se dice que los indios Y en aquel rio ya sabemos cuánto
Son los que lo mataron y comieron Tesoro se recoge de oro fino :
Después deste recuentro sanguinoso , Alguno buscaremos entretanto
Por les facilitar este triunfo , Que llega Pedro Pinto Vellorino ,
Cuya dificultad hizo notoria El cual verná sin duda brevemente
La caida de tantos indios diestros , Con razonable número de gente.
Diciendo que bastaba defenderse » Porque este favorece mi jornada
En sus terrenos de los españoles Debajo de concierto convenible :
Sin illos á buscar á sus albergues . Persona sabeis ser acreditada ,
Habiendo pues ganado la batalla De condicion modesta y apacible ;
Con desesperacion acometida , Y para recoger gente granada
534 JUAN DE CASTELLANOS.
Tiene sagacidades y posible : Le dieron conclusion , que fué dificil
Alli dareis el orden desque venga Y trabajosa por la gran distancia.
Que para nuestros fines mas convenga. El Andrés de Valdivia , como viese
Aquesto me parece y es intento Conclusa y acabada la pendiente
Que de buena razon no se divierte , Puente , sin un momento de tardanza
Pues el cuotidiano descontento Hizo pasar por ella diez soldados
En vida mas quïeta se convierte , De los mas avisados y brïosos ,
Y el esperar aquí mejoramiento De quien él presumia que tenian
Es andar vacilando con la muerte : Algun resabio de sus intenciones ,
Vuestra comodidad quiero , y es esta Los cuales fueron muy de mala gana ;
Si medis con mi gusto la respuesta. » Mas so color de descubrir caminos
Dijo ; mas las palabras encubrian En efecto pasó la demás gente
Diversas intenciones en su pecho , El dia santo de la Candelaria
Porque su pretension era sacallos O Purificacion, solemne fiesta
Con este paliado parlamento De aquella que nació purificada ,
Afuera del ajeno territorio A nado los ganados por el agua ,
Para valerse dellos en la tierra Pero la mayor parte de las vacas
De su gobernacion , que limitaban Y puercos y caballos se volvieron
El rio Cauca y de la Magdalena ; Temerosos del ímpetu del rio ,
Y á la resolucion se dió tal priesa , Y salieron á partes diferentes ,
Antes que por aviso de vecinos De suerte que de todos recogieron
De Santafé tuviesen certidumbre Setenta y nueve vacas solamente
Estar todos exentos de su mando , Y veinte y un caballos , cuya falta
Que con aquel respecto y obediencia No dejó de ser grande desavío
Que de gobernador le daban antes , Para prosecucion de su jornada ;
Dieron a su querer consentimiento , Cuyos sucesos callo por agora,
Siu que ninguno lo contradijese , Con presupuesto de poner la mano
Escepto Alonso Díaz , un alcalde , En ellos en el canto venidero.
Que tuvo diferentes pareceres;
Mas como singular , fué rebatido
Su voto , y en efecto despoblaron ,
Y se llegaron al rio de Cauca , CANTO DUODECIMO .
A la demediacion del mes de enero.
Asentaron real en la ribera Donde se da razon de lo que hizo el gobernador Andrés de Valdivia des-
Donde Valdivia deseaba vellos , pués que tuvo la gente de la otra parte del rio Cauca.
Y como sus intentos fuesen otros
De los que con la lengua predicaba, Mucho pueden palabras comedidas
Antes pasar el rio desde donde Y términos afables en las gentes ;
Conmenzaban los términos anejos Y el conocer los tiempos y usar dellos ,
A su gobernacion , segun he dicho , Moderando las cosas con templanza ,
Otro dia después de su llegada Es un cierto camino por do pueden
Hizo junta de todos en su rancho , Llegar los hombres à lo que desean ;
Y con el enerjía y eficacia Y esta sagacidad no se podria
Con que daba tropel à sus razones Negar en el Valdivia totalmente
Les dijo : « Caballeros , grandemente En los principios de sus pretensiones
He deseado por do mas estrecho Con todos los soldados que seguian
Aqueste rio corre hacer puente , El son esterior de sus acentos.
Porque seria celebrado hecho , Y ansí , después que ya los tuvo puestos
Para lo cual à tan heroica gente En la contraria parte de aquel rio ,
Solo resta querer poner el pecho, Manifestó su pecho claramente
Como quien sabe dar fin á las cosas Haciéndoles aqueste parlamento :
Mas arduas y muy mas dificultosas. Señores , ya hollais aquesta parte
» Que para nuestros fines y demandas , En quien español nunca hizo mella ,
Soldados valerosos, nos conviene Ni plantaron cristianos estandarte
Aprovecharnos por entrambas bandas Aunque morian por llegar a ella ;
Y rastrear lo que la tierra tiene : Agora será bien que me descarte ,
Esta solicitud irá por tandas , Visto que pié católico la huella ,
Y a mí me dad el cargo que la ordene , Porque seria grave maleficio
Pues no será trabajo tan durable Usar de mas cubierta y artificio .
Que lo tengamos por intolerable. » Vuestras mercedes sepan quel rey manda
» Pues de cueros de vacas retorcidos Y viene por sentencia declarado
Haremos las maromas ó ramales , Que mi gobierno sea desta banda
Con bejucos espesos y tejidos Sin lo que fué por Popayán poblado ;
Segun suelen aquestos naturales , Mas sustentar los pueblos ¡ qué demanda ,
A una y otra banda bien asidos •, Trabajo , riesgo y oro me ha costado !
Abincados estantes y puntales , Y el daros y aviaros compañeros,
Y pasarán algunos cuando fuere Ansimismo se hizo con dineros .
Menester y algun caso lo pidiere. » Y pues son oculares los testigos
» Este motivo ruego se consulte , De cómo di favor á la vivienda
Por ser aquí de muy gran importancia , De los modernos y de los antiguos ,
E ya podria ser que dél resulte No me culpeis metiendo tanta prenda ,
A todos crecidísima ganancia , Por quererme valer de mis amigos
O por no la hacer se nos oculte Con quien he despendido mi hacienda
Alguna tierra de mayor substancia : Y gastaré con fuerzas y con mañas
Si ha de ser tarde , hágase temprano , Mi proprio corazon y mis entrañas.
Y pongamos en ella luego mano. » » Conozco que por mí quedó desierto
Cuadróles la razon á todos ellos , Pueblo do cada cual tenia suerte ;
Pareciéndoles ir encaminada Pero del gozo dellas lo mas cierto
Al provecho comun , de cuya causa Era de lo quel bien en mal convierte :
Pusieron luego manos en la obra Que ya camino víades abierto
Con tal solicitud y diligencia , Para todos morir infausta muerte ,
Que en espacio de diez ó doce dias De lo cual daba claros desengaños
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , HIST. DE ANTIOQUIA, CANTO XII. 535
Esperiencia que pasa de tres años. Proceden adelante por caminos
En los cuales , demás de la penuria Bien anchos y seguidos que les daban
Que cerca del comer se padecia , Indicios de soberbias poblaciones ;
Fueron notables daños con injuria Y ansi dieron à nueve de febrero
De muertes de españoles cada dia, En up valle llamado de Guarcama ,
Sin poder refrenar aquella furia Que por contemplacion del que gobierna
Que tiene siempre la nacion catia, Valle de San Andrés heredó nombre,
Que morirá mil muertes cada hora . Como le llaman hoy los españoles :
Por no pagar tributo ni demora. Cuya fertilidad los incitaba
Acá los riesgos no serán tan graves A ver lo mas secreto de la tierra ,
En recuentros5 y faltas de comida , Con pronta voluntad encaminada
Porque venís á tierra de nutaves , A vivienda que fuese permanente ,
Gente ni vencedora ni vencida : Porque los convidaba la frescura
Nosotros somos las primeras llaves De fructiferas plantas y arboledas ,
Desta puerta sin sernos defendida , En campos abundantes de labranzas
E ya sabeis por fama que publica Regadas de las aguas cristalinas ,
Ser esta tierra sumamente rica. Terreno sano , claro , descubierto ,
> En los repartimientos y otros dones Desabahado de montisca sombra ,
Que de rico caudal la tierra cria , Por longitud de hasta veinte leguas ,
Entendereis que gratificaciones Y en latitud ternia diez ó doce ,
No tienen de faltar por parte mia; A trechos pueblos ricos y opulentos
Amigos somos , y estas aficiones Por minas , por labor y granjerías
Antiguas no ternán mano vacía , De los algodonales que poseen,
Lo cual prometo con intento sano De que se hacen telas razonables ,
Y católico pecho de cristiano. Blancas y variadas en colores.
» Socorro nos verná de cierta ciencia Eran los principales y caudillos ,
Con el capitán Pinto Vellorino ; Que tenian distintos sus albergues ,
Y á quien le pareciere ser demencia Do cada cual mandaba sus subyectos ,
Ir en prosecucion deste camino , Guarcama , Cuerpia , Pipiman , Oceta ,
Libre y abierta tiene la licencia Maquira y Aguasici , pero destos
Para volverse por adonde vino : Divisos y apartados mas afuera
Haga su voluntad en este dia , Del valle muchos otros , como fueron
Porque ya le declaro yo la mia. Omoga , Negueri , Yusca , Aguataba ,
» Puente para pasar se tiene puesta , Abaniquí , Cüercia , Taquiburi ,
Y puesta se estará cuanto durare : Moscataco , Cuerquici , con Carime ,
Pido resolucion en la respuesta , Y otros algunos hombres belicosos ,
Y cada cual su pecho me declare; Flecheros , carniceros y herbolarios ,
Pues salidos de aquí , hallará presta Destrisimos en guerra por estremos,
Y dura punicion quien me dejare , Y en acometimientos tan precitos
Porque yo por ningun inconveniente Que los efectos no corrian menos
Tengo de revolver atrás la frente. » Que la velocidad del pensamiento
Ansí habló , y estando los soldados En dar ejecucion á sus conceptos ;
Mirándose los unos á los otros , Mas por entonces , como gente nueva
Algunos admirados del astucia En la conversacion de los cristianos ,
Que tuvo para que se despoblasen , Tuviéronles respecto y obediencia,
A Juan Lopez de Oviedo dieron mano Saliéndoles de paz y con socorro
Para que le responda , y ansi dijo : De comida , por ellos deseada ,
« Señor gobernador, tan buen semblante Los principales indios deste valle ,
Hay acá como allá para serviros , A la boca del cual hicieron pausa ,
Y ninguno será tan inconstante Personas y caballos reformando ,
Que no lo haga, porque sé deciros Y preparando sayos estofados
Que la presuncion de ir mas adelante Como hallaron copia de algodones ,
Acá no faltará para seguiros , Espacio y dilacion de nueve dias.
Y á cualquier riesgo que pongais el pecho Al cabo de los cuales se pasaron
No ballareis el nuestro ser estrecho. » Tres leguas adelante do tenia,
Valdivia recibió contentamiento El capitán Oceta su dominio ,
Viendo tan á su gusto la respuesta , En el cual estuvieron alojados
Y tuvo cumplimientos cortesanos Mucho mas tiempo sin hacer mudanza ,
Bastantes á cazar las voluntades Sin conocer en indio mal resabio ,
De los que por ventura las tenian Antes amor y voluntad sincera.
A diferentes fines inclinadas ; Y como ya la fama publicase
Mas Antonio Machado , que vecino El amistad y paz destas provincias ,
Fué después de la villa de Antioquía Emulos del Valdivia lo supieron
Le dijo : «Yo , señor , no determino En Santafé por indios contractantes ,
Solapar ni cubrir con aparencia Y estos fueron los indios tahamies
Mi cierta voluntad y mi desino , Que Bartolomé Sanchez Torreblanca
El cual de los demás se diferencia ; En encomienda tiene de presente ,
Y ansi para seguir otro camino Que son á los nutaves convecinos ,
Suplicoos que me deis libre licencia , Y emparentados unos con los otros ;
Porque me quiero volver á la villa Y quiérese decir quel Torreblanca
De Santafé , do tengo mi casilla» . Pesándole de ver el buen suceso ,
Valdivia se la dió liberalmente ; Por odio que al Valdivia le tenía ,
Y aunque con grande riesgo de la vida , A sus encomendados persuade
Como sabia bien toda la tierra Que pasasen al valle de Guarcama
Y era soldado de valor y maña , Y que con gran instancia procurasen
Por bosques y montañas encubierto. Apartar á los indios del intento
Llegó donde queria brevemente. De conservar la paz con tales hombres ,
El Valdivia con los que le restaban , Sino que los matasen si pudiesen ,
Que de cuarenta y seis era la copia , O les hiciesen guerra hasta tanto
Y veinte negros suyos que tenia Que los desarraigasen de su tierra ,
Y otros doscientos indios de servicio Por ser gente de malos pensamientos ,
De los que cada cual dellos llevaba ,, Engañadores , falsos , fementidos ,
536 JUAN DE CASTELLANOS .
Y aun dicen enviar un mozo suyo , Pues vuestros buenos piés y la espesura
Juan Baptista Vaquero , grande lengua Os han de preparar via segura. »
Del idioma dellos , al efecto. Dijo , y aunque dudosa la carrera ,
Mas aquesta sospecha bien podria Por no venir á menos del concepto
Ser invencion de gente descompuesta ; Que dellos se tenía , respondieron
Pero ya con verdad, ya con mentira, Que si menester fuese hasta Chile
Al Bartolomé Sanchez Torreblanca Irian , cuanto mas camino breve ;
Yo lo vi preso por aquesta causa Y ansí partieron cuando los cubria
En la cárcel real en este reino , La sombra fusca del nocturno manto ,
Y el mozo Juan Baptista se rètrajo No con menos ardor , valor y brio
Entre los indios que lo respectaban Que de Niso y Euríalo se cuenta ,
Con gran veneracion porque hablaba Pero con mas ventura , pues llegaron
La lengua dellos admirablemente. Salvos do los llevaba su deseo.
En efecto, los indios deste valle Y entendida por Pinto Vellorino
De San Andrés , y los de mas afuera , La causa y la razon de su venida ,
Tomaron armas y hicieron guerra Con cuanta brevedad le fué posible
Con tal obstinacion y pertinacia Partió con treinta y seis hombres guerreros
Al Andrés de Valdivia , que murieron Y cuantidad de vacas y de puercos
Algunos de los suyos en recuentros Y muy buenos caballos , siendo guias
Con aquellos estremos lamentables Aquellos dos soldados que vinieron ;
Que suelen padecer miseros cuerpos Los cuales , abreviando las jornadas ,
Heridos de la yerba ponzoñosa , Llegaron à la puente que dejaban
Entre los cuales dió pena notable Sobrel rio de Cauca fabricada ,
Pero Fernandez de Rivadeneyra , Por do pasaron luego , mas las vacas
Magnánimo soldado , fuerte , diestro, Y los demás cuadrupedos dejaron
Y de grandes ardides en la guerra. Allí perdidos , porque no pudieron
Aquesta furia fué continuada Vencer el impetu de la corriente ,
Por espacio de dos ó de tres meses En la cual perecieron dos soldados
Sin haber remision que les conceda Que por los aviar se confiaron
Dejar punto las armas de la mano , De la destreza y fuerza de sus brazos.
No sin yactura grave de los indios Los otros con acerba pesadumbre
Caidos en las duras competencias , De ver aquel principio desgraciado ,
Porque el gobernador en ellas bizo Prosiguen adelante su camino
Cuanto cumplia para su defensa. Hasta llegar al valle de Guarcama ,
Pero como se viese fatigado , Y al campo de los nuestros , donde fueron
Falto de gentes y de municiones , Con los brazos abiertos recebidos ,
Y sin recurso de mantenimiento , Y con aquel contento y alegría
El cual si se buscaba ya sabian Que se puede pensar de los que estaban
Ir á pena de muerte condenados , En trance riguroso y en estado
Por la gran vigilancia de los indios , Que los amenazaba con la muerte ,
Que sin perturbacion ni daño suyo A no venir aquel socorro presto ,
En pasos de latíbulos ocultos De buenas municiones proveido ;
Herian españoles á su salvo , Con la cual nueva bárbaro gentio
Fatigaba remedios inquiriendo Estuvo por entonces mas quïeto ,
A todas horas el entendimiento , Y nuestros españoles dieron orden
Y de varios balances uno solo , De salirse del valle con intento
Aunque dificultoso , le convino. De fundar pueblo permanecedero
Habló con Juan Alonso de Santana , En apropriado sitio , desde donde
Soldado de los de Lope de Aguirre , Pudiesen subyectar cómodamente
Y con otro Bartolomé Jimenez , Los términos que dalle pretendian .
Entrambos hombres de quien bien podia Veinte y cuatro de junio se contaban
Fïar cualquiera hecho memorable , Dia del que nació santificado ,
Y díjoles : « Ya veis por la presura Cuando salieron fuera deste valle ,
A cuán acerbo fin vamos cercanos ; Y habiendo caminado pocos dias
Hemos de procurar alguna cura , Llegaron à la loma de Nohava ,
So pena de ser torpes y livianos ; Donde la tierra rasa se remata ,
Y aquesta colocó mi conyectura Porque lo que se sigue después della
En vuestros sueltos piés y fuertes manos , Es tierra montüosa , mal poblada ,
Como quien sabe ya pasar rigores De ricos minerales , mas enferma ,
Y escaparse de riesgos muy mayores. Con molestos mosquitos y otras plagas ,
Confiandome pues de vuestro tino Y por les parecer estar la loma
Con que soleis guïar puntualmente , En cómodo lugar para su pueblo ,
Antes de ver el rayo matutino , Fundaron la ciudad de Ubeda , porque
Quiero que á Santafé guïeis la frente El Andrés de Valdivia fué nacido
Para que Pedro Pinto Vellorino En aquella que deste nombre goza
Abrevie su partida con la gente , En la provincia del Andalucía.
Y demás de le dar aquesta carta , Tomaron posesion por el monarca
Parte sereis para que luego parta. Filipo maguo , rey y señor nuestro ,
> Será hazaña bien engrandecida Nombrándose cabildo y regimiento ,
Del siglo venidero y el presente , Y haciendo las otras diligencias
La cual , si Dios á mí me diere vida , A nuevas poblaciones concernientes ,
Terná su galardon correspondiente ; Y repartidas tierras y solares
Ha de ser esta noche la partida Luego se comenzó sangrienta guerra
Con prontitud y paso diligente ; Con todos los caciques declarados ;
Haced a Dios y al rey este servicio , Cuyos rigurosísimos sucesos
Yá mí tan amigable beneficio. Seriame confuso labirinto
Conozco que poneis frágil navío Particularizallos por escrito :
En ondas que denotan detrimento , Basta decir que fué tan porfiada ,
Segun aquel que corre por bajío Que los paganos y los españoles
Con recios soplos de soberbio viento; Vinieron á notable menoscabo ,
Pero no las temais , que yo confio Y para sustentarse nuestra gente
En Dios que llegareis á salvamento , Por falta de servicio les convino
537
VARONES ILUSTres de indias , PARTE III , HIST. DE ANTIOQUIA, CANTO XIII.
Hacer labranzas con sus proprias manos ; Volved , gobernador , por vuestra honra,
Mas estas cuando daban esperanzas Porque la lealtad que prometida
Del grano sumamente deseado , Fué con vínculo santo , no se guarda ,
Los indómitos indios las talaron Y el sacro genio de la casta cama
Sin dejalles gozar el fructo dellas , Anda menospreciado y abatido ,
Estímulo terrible que los mueve Y aquella compañía de parientas
A castigar aquel atrevimiento ; Que con ella quedaron en Victoria ,
Porque la saña y el enojo daba Adonde las dejastes , ansimismo
Fuerzas insuperables con que pueden No viven con aquel recogimiento
Tomar destos agravios la venganza , Que deben á su noble parentela.
Aunque no sin retorno de heridas Aquesta novedad , aunque fingida ,
De rabioso remate mensajeras , Y por inicuos hombres inventada ,
Pues los que de la muerte se libraban Hizo tal impresion en su memoria ,
Era cortando carnes lastimadas , Que sus palabras y obras eran masa
Abrasándolas con ardientes hierros. De muy desatinados desvaríos ,
Pero los bárbaros reconociendo En tanto grado que se sospechaba
La gran diminucion de sus guerreros Ser con industria de desesperado,
Con guerra tan cruel y tan prolija Por poner en estremo los soldados ,
Que después que poblaron fué durable Con tantas ocasiones , que tomasen
Por seis ó siete meses , sin que dia Las mismas para le quitar la vida.
De sosiego tuviesen ambas partes , Y ansi luego con riguroso mando
Saliéronles de paz , y socorrieron Hizo que despoblasen el asiento
La falta de alimentos que tenian , Que con penalidades insufribles
A lo que pareció , con blando pecho ; Habian sustentado tanto tiempo ;
Porque perseveraron de tal suerte Lo cual Valdivia hizo con intento
Que la paz y amistad fué divulgada De se precipitar por las montañas ,
En Santafé y en todos sus confines , Sin admitir razones ni consejo
De tal manera que indios contractantes De los que con palabras comedidas
Entraban y salian inquiriendo Y términos urbanos procuraban
Ganancia que les dan sus granjerías , Hacelle que mudase pareceres .
E iban y venian muchas veces Ansimismo los indios del terreno
Con cartas y mensajes de vecinos , En gran manera se maravillaron
Con que lenguas absentes comunican De ver esta mudanza repentina ,
Sus intenciones ó necesidades. Y algunos , que presentes se hallaron ,
Mas este dulce hilo fué cortado De los mas principales le dijeron :
No tanto por malicia de los indios Presuminios que debes estar loco ,
Cuanto por la de pechos invidiosos Pues tienes en tan poco lo que has hecho,
De la felicidad y bien ajeno , Y al tiempo del provecho te vas fuera ,
Segun declararemos con ayuda Por dudosa carrera haces via ;
De Dios en otro canto por estenso Harto mejor seria darnos amos
Pues por estar la pluma ya cansada , A quien reconozcamos vasallaje ,
La suelto de las manos entre tanto Y cada cual trabaje dar contentos
Que con agudos filos se prepara. A quien repartimientos les cupieren :
Esto piden y quieren los señores
Caciques y mayores destas frentes , '
CANTO DECIMO TERCERO . Que son los que presentes aquí tienes.»
Oyó la peticion con impaciencia
Donde se da razon de la que le pareció á Andrés de Valdivia que tuvo El Andrés de Valdivia , y ansi hizo
para despoblar á la nueva ciudad de Ubeda. Poner estos caciques en prisiones ,
Amenazándolos con mayor pena
Como sea gustosa la bonanza Si mas acerca desto le tractaban ;
Después del sinsabor de la tormenta , Y aunque los soltó luego de la cárcel
Y el gozo de la paz de gran dulzura Quedaron indignados malamente.
Pasados los trabajos de la guerra , No pararon en esto los furores ,
Los moradores de la nueva planta Pues en confirmacion de su locura
Estaban muy alegres y contentos A los caballos les cortó las piernas ,
Viendo pacíficos los naturales Que fué para sus dueños dolor grave ,
Al cabo de tan duras competencias , De los cuales algunos , viendo tantos
Prometiéndose vida descansada , Escesos furiosos , rehuyendo
Después que los caciques y señores De no venir con él á rompimiento ,
Les fuesen repartidos , y tuviesen A Santafé se fueron deslizando ,
Merecedores dellas encomiendas , Mas á los tres primeros que huyeron
Lo cual se procuró con gran instancia Indios en el camino los mataron ;
Por dar á sus trabajos recompensa ; Los otros los siguieron hasta tanto
Y el que los gobernaba no tenia Que entraron por la tierra montuosa
Contrarios los intentos , conociendo Y a las que llaman boy las Pesquerías ,
Ser tales sus servicios , que con premios Por la gran abundancia de pescado ,
Mayores no quedaban satisfechos. Tierra que cria ricos minerales ,
Pero cuando queria dar contento Mas como ya dijimos mal poblada
A sus comilitones , deseosos Y enferma , pero fértil de comida ,
De ver efectos que correspondiesen Donde ballaron copia de labranzas .
A los ofrecimientos hechos antes , Y pareciéndole que convenia
Ministros del demonio que no faltan Fundó nueva ciudad en aquel sitio ,
Turbaron sus propósitos modestos Y algo mas reportado , conociendo
Usando de un ardid abominable , Estar de su gobierno descontentos,
Y tal que después dél fueron sus obras Y no guardalle ya tanto decoro
De frenético , loco , furïoso , Como solian antes los soldados ,
Sin atinar á cosa que cumpliese. Hizo congregacion de los que pudo ,
Este fué , que con otras que vinieron Porque muchos andaban derramados ,
De Santafé le dieron una carta A los cuales por términos modestos
Sin firma , cuya letra disfrazada Procuró granjear sus voluntades
Al autor encubrió , la cual decia : Con un razonamiento que les hizo ,
538 JUAN DE CASTELLANOS .
La substancia del cual es la siguiente : Y antél formar querellas del Valdivia,
«Amigos , si ȧ razon estais atentos Para lo cual desesperadamente
Aquellos que por ella sois medidos , Y como temerarios se arronjaron
Entendereis haber desabrimientos En una mal parada canouela
Que turban las potencias y sentidos , Por las corrientes del rio de Cauca ,
Donde los primitivos movimientos Do bárbaros guerreros son frecuentes ,
Con gran dificultad quedan vencidos , Con harta mas sospecha de la muerte
Y tal dolor será que la mas alta Que de escapar ninguno con la vida ;
Prudencia della misma queda falta. Pero venciendo las dificultades
>>Y ansi , los que me veis desta manera Llegaron á Mopox en salvamento ,
Con turbaciones y paciencia poca , Y por el rio de la Magdalena
No debeis espantaros aunque muera Subieron todos tres al Nuevo Reino,
Segun el duro golpe que me toca : Y en la real audiencia dieron queja
Del cual diera razon , si la tuviera , Del Andrés de Valdivia , demandando
Para poder bosallo por la boca : Juez que de las causas conociese ;
Basta decir que fueron ocasiones Y fuéles para ello proveido
Terribles y de malas intenciones. Anton Gomez de Acosta , lusitano ,
»Pues no sé quién sin fin de amistad buena Noble de condicion y de linaje ,
Me escribió lo que no supo ni vido, Hombre de buenas partes , mas con ellas
Y aunque lectura de verdad ajena, Mas de sinceridad que de dobleces ,
Del autor infernal estoy corrido ; Al cual yo conversé por muchos dias
Y en efecto, me dió tan grave pena Y reconocí ser de liso pecho.
Que cuasi me privó de mi sentido , Diéronsele poderes y recados
Y con aquel dolor corrí sin freno , Bastantes , y á medida del deseo
Sin querer admitir parecer bueno. De los apasionados querellantes ;
»Mas aunque mi pasion y mi congoja Pues mandan al Valdivia que parezca
Es de tal cualidad que desespere Ante los senadores , y entre tanto
Para siempre jamás de vella floja , Antonio Gomez quede gobernando ;
Como caso tan grave lo requiere , Con esto se partió para los rios ,
Mi buena voluntad no queda coja Los tres soldados en su compañía
Para serviros en lo que pudiere , Y algunos otros que se le llegaron ,
Pues demás de lo mucho que se os debe Entrellos dos cuñados del Valdivia ,
Obligacion particular me mueve . Bermudez y Loaisa , que sabiendo
»Es mi deseo pues que por lo hecho Ir el Antonio Gomez con el cargo ,
Ninguno se me muestre desabrido, Para tenello grato y apacible
Sino que se quïete vuestro pecho, En negocio que tanto les tocaba ,
Pues hasta agora nada se ha perdido , Juntamente hicieron el viaje ,
Antes ha sido para mas provecho Ganando voluntades alteradas.
Poblar en este sitio proveido Y avisado Valdivia por algunos
De grano, de pescado, de legumbres , Que seguian sus partes en la villa
Y de prósperas minas certidumbres. De Santafé , después que allí llegaron
Y no por nos meter en arboleda Salió del pueblo de las Pesquerías
Perdemos el terreno mas aceto , Con algunos soldados mas amigos
Pues volver cuando buenamente pueda , Para los recebir en aquel valle
En ley de hijodalgo lo prometo , De San Andrés , adonde se juntaron ,
Para poblar en lo que de paz queda Y con premeditada cortesía
Y repartiros todo lo subyeto : Al juez recibió y á los contrarios ;
Aquesta es mi voluntad abierta Habló con los cuñados en secreto ,
Que sin duda podeis tener por cierta.> Informándose dellos largamente
Qidas las razones comedidas Ansi de los poderes que traia
Por aquellos que estaban en la junta , Como de las novelas de la carta ,
Tuvieron cortesanos cumplimientos Que fué tan nueva cosa para ellos
Prometiendo de dalle todo gusto , Que quedaron con un desgusto grave
Con el respecto, gracia y obediencia De la invencion , en tanto perjuicio
Que á su gobernador le era debida ; De su punto y honor sin haber causa ;
Y encarecidamente le rogaron Finalmente , Valdivia satisfecho
Que no hiciese caso de novelas , De la limpieza y honra de su casa ,
Pues todos entendian ser escriptas A su nuevo jüez acudió luego
Debajo de malignas intenciones, Antes que las reales provisiones
Por poner á las suyas honorosas Le fuesen intimadas , y apartado
Algun impedimento con envidia. De los demás , le dijo lo siguiente :
En efecto, quedaron muy conformes , «Señor Antonio Gomez , gran ventura
Pero pasado número de días , Ha sido para mi venir á esto
Queriendo recogellos y sacallos Un hombre noble, de conciencia pura ,
Para pacificar algunos indios , Y cuyo celo vemos manifiesto ,
Y dar orden á cosas necesarias , Pues guia los negocios con blandura
Ninguna parte fué para juntallos , Y sin querer á nadie ser molesto ,
Y con aquella cólera y enojo Orden de que se precian las mas veces
A Diego de Montoya dió garrote , Cristianos y católicos jueces ,
Soldado principal , con pensamiento Que no de todos vientos son movidos ,
Que los demás vernian á medirse Antes como varones reportados
Con lo que su mayor les ordenaba . Reservan uno de los dos oidos
Mas desto que tomó para remedio Para con él oir los acusados ,
Nació mayor rancor y mayor odio, Porque de los descargos detenidos
Porque se conjuraron tres soldados, Sucede los absentes ser culpados ;
Que fueron Juan Alonso de Santana , Y ansí podria ser que yo lo fuese
Pero Sanchez de Oviedo, y el tercero Por faltar quien mi causa defendiese.
Manuel Ruviales , con diseño »Está claro de ver por lo que digo,
De venir á la audiencia deste reino Y porque quien pidió la residencia
En coyuntura que lo gobernaba Consta ser hombre infame y enemigo ,
El licenciado Francisco Briceño , Traidor en sus efectos y aparencia ;
Recién venido por su presidente , Sirvió , quien fué la parte , de testigo
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE III, HIST. DE ANTIOQUIA,CANTO XIV. 539
Cargando con mis cargos su conciencia ; Para que con el cargo que llevaba
Pero podria ser que tal engaño Alli baga con ellos asistencia ,
Se fuese declarando con su daño. Y trabaje traer al regio yugo
Aunque deseo yo, si ser pudiese , Indomita cerviz de aquella gente.
No venir en aqueste rompimiento , Y el capitan Francisco Maldonado
Como vuestra merced servido fuese Ansimismo pasó por orden suyo
Que diésemos los dos algun asiento , El gran rio de Cauca con soldados
De donde con honor se le siguiese A ver las poblaciones que tenian
Gran interese y aprovechamiento , Indios nutaves en aquella parte ;
Cuya satisfaccion hará sumarios Y el gobernador con sus dos cuñados
Y de poco momento los salarios. Y trece compañeros y los negros
»Porque estos son por tiempo limitado, De su servicio, que serian quince ,
Y en mi gobernacion tiempo tan luengo De cuya valentia confiaba,
Cuanto por vos me fuere señalado Si por los indios guerra se moviese ,
Sereis igual en el poder que tengo , En el ya dicho valle hizo pausa ,
Y en daros suerte de lo mas granado Donde para valerse y ampararse
Y de mas tomo desde luego vengo, Mandó hacer un fuerte , mas no tanto
Sin faltar punto de lo que prometo , Que lo pudiese ser contra la furia
Como conocereis por el efeto. Movida contra él , ya conclüidas
>> Debajo pues de dar lo que propuse Las obras , en mal punto fabricadas ,
En las significadas condiciones , Pues fueron tan baldías diligencias
Os quiero suplicar que no se use Cuanto su temeraria confianza ,
Conmigo del poder ni comisiones , Como se tractará mas largamente
Porque razones hay con que se escuse En otro canto , que será remate
El no llegar á las ejecuciones , De su discurso dél y de su vida.
Y aunque la diligencia no se haga ,
No por eso será menor la paga.
»Por medios honorosos y cristianos
Pido que esta merced se me conceda ; CANTO DECIMO CUARTO .
Y si acaso se temen dichos vanos
De los que menearon esta rueda , Donde se cuenta cómo viendo los indios la gente española dividida en
A todos ellos yo los haré llanos , tres partes, determinaron de dar en ellos en un mismo dia en los lu-
Amigables y blandos como seda , gares adonde estaban, sin se poder valer los unos á los otros por ser
Pues como yo les hable , me profiero mucha la distancia.
De traellos á todo lo que quiero .
»Porque conocen de mi diligencia , Quien se guia por solos sus antojos ,
Si los negocios andan enconados . Sin la moderacion que se requiere
Que pareciendo yo por mi presencia Tener en los negocios importantes
Han de quedar desbechos los nublados , De guerra , mayormente do no siempre
Y los señores de real audiencia Responden al deseo los efectos ,
Sabrán los que son libres ó culpados ; A trabajoso fin se va llegando ,
Y aun ellos holgarán en gran manera Como nuestro Valdivia , que sin copia
De que vos deshagais esta quimera. De gente que sufriese dividirse
»Porque dellos el principal intento En partes tan remotas como dije ,
Es de que los litigios se cercenen , Repartió los soldados que tenia ,
Y ansi reciben gran contentamiento Pensando subyectar en breve tiempo
Cuando los litigantes se convienen ; Lo que con mas reporte se pudiera
Puede vuestra merced ser instrumento Hacer, midiéndose con su posible,
Desta conformidad con los que vienen Allanando la tierra todos juntos
Con malas intenciones y conmigo , Sin derramarse por diversas partes ;
Que cumpliré sin falta lo que digo.» Mas con aquel orgullo presuroso
Dijo, y Antonio Gomez no teniendo De que naturaleza lo compuso,
Dañada voluntad contra ninguno , Salió del término que convenia
Estuvo bien en lo que le decia , A su salud y vida , pues que puso
Y ansi sucintamente le responde : En evidentes riesgos su persona
«Señor gobernador, por mandamiento Quedándose con pocos , y aun algunos
Vengo de la real chancillería ; No poco descontentos conociendo
Si para no pedir el cumplimiento Que los cuñados suyos pretendian
La parte demandante se desvía , Gozar de los trabajos y sudores
No se me puede dar mayor contento Ajenos , sin haber metido prenda
Que difinillo por aquesa via ; Para ser antepuestos en la tierra
Con ellos el negocio se concluya , A los que los habian padecido :
Porque mi voluntad será la suya.»> De cuya causa seis de aquellos trece
Conocidas las sanas intenciones Que con él en el valle se quedaron ,
Del noble portugués por el Valdivia , Le burtaron el cuerpo con sus armas
Vióse con los contrarios ansimismo, Y como diestros hombres en la tierra
Y tuvo tanta fuerza y eficacia Salieron á la villa de Antioquía ,
En lo que les tractó secretamente , Dejándolo con solamente siete
Que quedaron conformes y rendidos Y aquellos etíopes que tenia.
A su dispusicion como solian , Y ansi los indios , siendo convidados
Y aun con mayor respecto y obediencia. De coyuntura que les prometia
Compuestas las borrascas que movian Infalible victoria , despacharon
Los vientos enemigos , cumplió luego A las otras provincias mensajeros
Con el Antonio Gomez su promesa Para que los caciques estuviesen
Dándole bastantísimos poderes A punto cierto dia , y á tal hora
De general teniente , con los cuales Acometiesen á los españoles
Y algunos compañeros proveidos Que cada cual tenia mas á mano ,
De buenas municiones , el Valdivia Porque los que caian á la suya
Mandó que se partiese brevemente Con el gobernador en aquel valle ,
Al pueblo que dejaba cimentado En aquel tiempo que les señalaban
En aquel sitio de las Pesquerías Ansimismo serian asaltados.
Donde dejó los otros españoles , Concertados los indios desta suerte ,
540 JUAN DE CASTELLANOS.
Cuando del mes de octubre se contaban La cual con increible lijereza
Diez dias , año de setenta y cuatro, Del suelo levantó , y enarbolada ,
Habian al Francisco Maldonado El violento golpe descendiendo
Dádose ya de paz aquellos pueblos De los nervosos brazos sacudido ,
Nutaves , que tenian sus viviendas Rompió los cascos hasta las encías
En la contraria banda de aquel rio , Al capitán Francisco Maldonado ;
Donde pasó con treinta y seis soldados , Descargó luego con la misma hacha
Y allí los regalaban y servian Sobre Juan de Cotura , valenciano ,
Proveyéndoles de mantenimientos Y del tercero golpe dió remate
A ellos y al servicio que llevaban ; De Chaves , valentísimo guerrero.
Mas llegada la hora del concierto , Los miserables caen despedidos
En el dia que habian señalado , Del aliento vital , y Sancho Velez ,
Vinierou treinta y seis tan solamente , Insigue montañés por sus hazañas ,
Para cada español un indio solo , Alli las remató con fin acerbo ,
Todos ellos sin armas , y cargados Con otros cinco válidos soldados
Cada cual con un gran hace de guamas, De cuyos nombres no se me dió copia ,
Fructa gustosa , dulce , delicada , Mas sé que la tuvieron de heridas
Y á corporal salud nada nociva , Que penetraban hasta las entrañas ;
Antes a quien del hígado se siente Pero los otros, aunque mal heridos
Enfermo, cierto se la restituye , De los primeros golpes de antuviada ,
Segun he visto yo por esperiencia : Volvieron sobre sí , y á las espadas
Será su longitud mas de tres palmos , Echaron mano con terrible furia ,
Y el grueso de tres dedos largamente , Y aprietan á los bárbaros de suerte
O mas o menos , blanda la corteza , Que muchos dellos en aquel conflicto
Rolliza y arrugada por defuera, Tuvieron á los muertos compañía ,
Y esta rompida , dentro se contienen Y los demás á paso presuroso
Jugosos globos que se continúan Se fueron retrayendo con intento
Al modo de unas cuentas ensartadas De volver con mas indios y pertrechos ;
Juntas y despegadas unas de otras Pero los españoles conociendo
Que hinchen la longura de la guama , Que de sus piés lijeros dependia
Y es la blancura destas pelotillas El escapar de tanto detrimento ,
A copillos de nieve semejante , Tomaron por remedio la hüida
Una pepita dentro cada una , Y por lugar sagrado la montaña ,
Tierna , piramidal en la hechura ; Por donde caminaron á gran priesa
Pero lo que se come desta fructa La vuelta de la villa de Antioquía
Es aquel blanco que algodon semeja , Juzgando ser camino mas seguro
Que dentro de la boca se deshace , Que ir á se juntar con el Valdivia.
No sin suavidad del que lo gusta ; El cual en esta misma coyuntura
También hay otras diferentes guamas Estaba rodeado de la muerte ,
Que son á la manera de algarrobas , Porque Cuerquia y Oceta y Ucharie ,
No mas en el tamaño , y aplanadas Ubana y Quimé , caciques bravos ,
Que tienen los efectos de las otras ; Con quinientos fortísimos guerreros
Pero las que traian estos indios Aquella noche antes se metieron
Eran de las mas luengas y rollizas , Dentro de la quebrada montuosa
En cada hace dellas encubierto Que distaba del fuerte breve trecho ,
Afilado machete vizcaíno , Y cuando ya febeos resplandores
Y ciertos trozos de madera dura Doraban las alturas y los valles ,
Mas ponderosa que de pardo plomo , Enviaron al fuerte ciertos indios
De la corteza limpios y muy blancos , Cargados de regalos , cuyos gustos
Que se juzgaban ser palos de balsa Habian de ser tragos de amargura ;
Lijerisima no menos que corcha , Pues fueron enviados por cubierta
Y cuyas aparencias encubrian De sus intentos duros y malicia ,
La gran dureza y el mortal engaño. Y para descuidallos del asalto
Acuden pues los nuestros al regalo , Y golpe que cercano les venia.
Cebados en aquella golosina Fingieron pues los bárbaros cansancio ,
Do venía la muerte disfrazada Diciendo que venian de mas lejos ,
No menos que con ropas de dulzura ; Y que los enviaban los caciques
Y al tiempo que llegó cada cual dellos A ver si les faltaban alimentos
A tomar la porcion que le cabia , Para les proveer lo necesario ,
Con la siniestra dieron el presente , De que Valdivia recibió contento ,
Y con la diestra sacan los podones , Y aquella compañía desdichada ,
Con tanta prontitud en dar el golpe No conociendo bien ser el postrero
Quel pensamiento y él fueron a una , Que en esta vida frágil y caduca
Ensangrentando cada cual los filos Habian de tener por su mudanza ;
En los incautos que con regocijo Pues cuando repartian los presentes ,
Iban á recebir su desventura , Embajadores mudos de sus males ,
Que comenzó con fieras cuchilladas Salió la tempestad fiera y horrible
Y palos que los cascos desmenuzan : Con mas impetuoso movimiento
Cortan rostros , cabezas y pescuezos , Que viento proceloso que remueve
Derribanse narices y quijadas La ponderosa tierra , y arrancando
Que caian con dientes y con muelas , Va los frondosos árbores su fuerza ,
Crece la confusion y el alboroto , Pues no menos lo fué la palizada
Anda la lucha fiera y orgullosa , Hecha para valerse dentro della ,
Abrázanse heridos con los sanos , Porque turbados todos del asalto
Y algunos se aprovechan de las dagas Repentino , sin dél haber sospecha ,
Vengando sus injurias en algunos Apenas ocurrieron á las armas
De los astutos bárbaros y fieros ; Cuando ya la tenian ocupada ,
Mas como los vestidos no tenian Aportillada , rota y abatida.
En los desnudos donde hacer presa , Y para resistir aquella furia
Lijeramente se les deslizaban , Pedro Valero y un Leon salieron
Y andando fervorosa la pendencia Como valientes hombres al encuentro ;
Un terrible gandul vió cierta hacha, Pero barriólos luego la creciente
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, HIST. DE ANTIOQUIA, CANTO XIV. 541
Segun que suele la de raudo rio Que suelen estas gentes apocadas ,
Opuesta presa de reparo débil , La intérprete con él , que también teme
Pues al Valero ponderoso golpe Ser à pena de muerte condenada ,
Le derramó los sesos, exhalando Haciéndole preguntas odiosas
Luego la dulce vida por la boca , Para mayor dolor encaminadas :
Y el Diego de Leon cayó pasados Al fin Valdivia, por no quedar corto
Los pechos de dos jáculos agudos , En un trance de tanta desventura ,
Con rabia de la muerte remordiendo Quiso tentar el vado peligroso
Lo circunstante del sangriento suelo. Tomando por bordon estas razones :
Acudieron los negros y españoles «En vuestra potestad estoy captivo ,
Que quedan , animándolos Valdivia Y de vivir no tengo confianza ;
Desde lo alto de una barbacoa , Pero si proseguís vuestro motivo ,
Adonde se halló cuando vinieron , Declaro lo que mi razon alcanza ,
Y una india ladina que tenia , Y es que no morireis si quedo vivo ,
Intérprete cabal de aquella lengua ; Y si muero vereis crüel venganza ,
Y ansi salieron todos al encuentro Pues del menor hasta el mayor caudillo
Con el brio y valor que cualquier bueno Habeis de pasar todos á cuchillo.
En tal tribulacion mostrar debia, »Pensad con atencion en lo que digo
Pero la duracion de sus ardores Y sin duda creed que si yo muero
Fué como llama blanda que procede Habeis de ver un ejemplar castigo ,
De las estopas secas y esparcidas Tan grande que ninguno mas severo ;
Que consumidas son en un instante Y vale mas ganarme por amigo ,
Y apenas dejan rastro de ceniza : Que lo seré leal y verdadero
Ansi fueron de vida descompuestos , Si me haceis mercedes de la vida ,
En el impetuoso torbellino , Obra que será bien agradecida.
Entrellos cierto fraile carmelita , Permitid que me vaya libremente
Dicho fray Bernabé , capellán suyo ; Sin pretension de dar fin á mis dias ,
Juan Rodriguez de Atienza, solamente, Porque luego, con paso diligente ,
Sobrino de aquel clérigo que dije Me partiré para las Pesquerías ,
Decirse Joan Ruiz de Atienza antes , Y desta tierra sacaré mi gente ,
Y Gaspar Negro , de nacion jilofo, Sin que revuelvan otras compañías
Duraban en el áspero conflicto A daros inquietud ni mover guerra ,
Con bazañas que son merecedoras Mas siempre será libre vuestra tierra.
De celebrarse con eterna pluma , » Niégueme su fulgente luz Apolo
Pues dos veces rompieron los salvajes Si yo volviere mas á la porfia ;
Haciéndoles á todos perder tierra , Antes se cumplirá sin haber dolo ,
Dejándola de sangre proveida Olor ni semejanza de falsía :
Haceldo , pues matar un hombre solo
Y de barbaros cuerpos ocupada ,
Del estrago que cada cual hacia; Antes es poquedad que valentía ,
Y por mas animar al etïope Y dejándome ir hareís un hecho
El fuerte Juan Rodriguez le decia : De virtud y de honor y gran provecho . »
<< Ea , Gaspar, no cesen tus tajantes La lengua declaró lo que decia ,
Golpes contra la bárbara canalla , Y los caciques todos estuvieron
Porque si perseveras , son bastantes Atentos y algun tanto reportados ,
A vencer otra mas dura batalla : Los unos con los otros praticando ,
Ayudaréte yo con semejantes Tomando pareceres y los votos
En tanto que la muerte no me halla ; Cerca de lo que mas les convenia ;
Pero ya que la temporal nos llama , Y un indio principal dicho Carcara
Haremos con que viva nuestra fama. » (Y don Martin después de baptizado )
-El Negro le responde : « De la vida À todos les habló desta manera :
Ya que, señor, me siento ser ajeno , Amigos y parientes , de mi voto
Vuestro valor escelso me convida No lo hareis remoto de la vida ,
A mi venganza y la de tanto bueno , Porque será perdida diligencia
Hasta que por entero se despida Y acrecentar pendencia con cristianos :
Humana fuerza de Gaspar Moreno : Lavemos nuestras manos deste hecho ;
Lo peor es que nadie nos espera , Satisfaced al pecho que se mide
Porque pelean todos desde fuera. » Haciendo lo que pide brevemente ,
Y es ansí que se fueron retrayendo , Pues tiene rey potente que lo envía
Huyendo las cercanas cuchilladas , A nuestra serranía , y es mandado ,
Y segun á los toros que se lidian Y siendo su crïado , y él tan fuerte,
En coso, los están garrocheando Ha de vengar su muerte , porque tiene
Con multitud de dardos y de flechas Gran multitud que viene cada dia ;
Y al fin es cobardía detestable
Que llovian sobrellos á nubadas ,
Hasta tanto que los atletas fuertes , Matar al miserable ya rendido.
Desangradas y rotas las entrañas , Aquí no soy movido con engaños ,
Fueronrendidos del eterno sueño. Mas por evitar daños venideros ,
Valdivia solo resta, que herido Fines y paraderos lamentables ,
Estaba de un flechazo por la boca Que son inevitables si este muere.
Al cual ovieron á las manos vivo : Si su palabra fuere vil y corta ,
Vivo tomaron al desventurado , Un hombre mas no importa ya que vuelva
Con la moza ladina que tenia. Con otra mayor selva peregrina ,
¡ Oh cuántos desconsuelos y aflicciones , Pues una golondrina nunca bizo
Cuántas angustias y penalidades Verano, ni un granizo ocupó plaza ,
Rodeaban al triste que se via Ni destruyó la haza ni simiente.
Cercado destos lobos carniceros , Soltallo de presente poco cuesta
Ajenos de piadosa compostura ! Usando con él desta hidalguía . >>
¡ Qué de conceptos varios y discursos Dijo Carcara, no sin gran deseo
Mueven la voluntad , para que diga De lo librar de la mortal angustia ;
Alguna cosa la turbada lengua Mas un Quimé , cacique furioso ,
Con que á misericordia los moviese ! De mala digestion , protervo , duro ,
Asentáronlo pues en una piedra Con iracundo rostro le responde :
Con aquellos escarnios y ludibrios Gentil predicador nos es venido
542
JUAN DE CASTELLANOS.
A defender partido de un tirano ,
Cuya sangrienta mano hizo menos Que sin le dar segundo quedó muerto
Inumerables buenos en la tierra , Y la celada dentro de los sesos.
Quedando de la guerra sin ayuda Acudier on las guardas al ruido ,
Tanta mujer vïuda , y sus hijuelos Y viendo su caudillo derribado ,
Sin padres , sin abuelos, sin amparo : Menean las espadas cortadoras ,
Las cóncavas rodelas embrazadas,
De negocio tan claro sois testigos
Pues de los enemigos los mas pocos .» Y aunque el del azadon á tajo fondo
Aquesto dicho levantó la maza 9 Quiso desarraigar las otras plantas,
Los acerados filos y las puntas
Bajándola con golpe tan horrible
Que le desmenuzó cascos y sesos : Con tal solicitud fueron guiadas ,
Cayó lanzando sangre por la boca , Que en breve tiempo por el aposento
Y el ánima salió de aquella cárcel Quedaron muertos todos veinte y cuatro,
Mortal adonde estaba detenida. Y á gran priesa salieron de la casa
Ansimismo la india que servia Contra los demás indios que de fuera
Andaban con los otros españoles
De lengua padeció la misma muerte Midiendo con el hierro las macanas ;
Por mano de Ubaná , y aquesto hecho ,
Cortóles las cabezas, y á los otros Pero prevalecieron los aceros
Cristianos que murieron peleando , Y maña de la gente baptizada ,
Y púsolas en medio del camino De suerte que los bárbaros buyeron
Por donde , si los de las Pesquerías Con menoscabo de los mas gallardos.
Oviesen escapado del conflicto Los nuestros sanos y victorïosos
En que se vieron este mismo dia , No quieren esperar otra borrasca ,
Habían de pasar forzosamente Y ansi determinaron de partirse
Para poder juntarse con Valdivia , Para se congregar con el Valdivia ,
Y vistas las cabezas no parasen No sabiendo su muerte desastrada.
Con miedo de pasar por otro tanto Por todos ellos eran veinte y uno ,
Y se saliesen fuera de la tierra. Cuyos heroicos hechos yo no puedo
Verdad sea quel Ubaná quisiera Particularizar, aunque merecen
Hacer un emboscada , mas los otros Ser los de cada cual eternizados.
Dest os fueron delante tres soldados
Caciques no quisieron acudille ,
Diciendo que los indios tabamies Para que descubriesen con aviso
Al gobernador solo les mandaban Los pasos peligrosos y quebradas :
Hombres no menos sueltos que valientes
Quitar la vida , como lo hicieron ;
Y ansi se retrajeron de aquel sitio Y de quien justamente se podia
Y se volvieron todos á sus casas , Hacer tan importante confianza ;
En tanto que sabian el suceso El uno dellos era Juan Melendez,
De los que estaban en las Pesquerías ; Que de presente tiene por posada
A los cuales vinieron aquel dia En este pueblo donde yo resido
Gran número de bárbaros valientes La del noble vecino Juan de Vargas,
Con algunas comidas y regalos , Que es escribano hoy deste cabildo
Pero los españoles como diestros Y entonces por allí participante
Reconocieron ser estratagema , De riesgos y trabajos insufribles ;
Y que las intenciones que traian El otro Baltasar Muñoz, que vive
Eran de descuidallos con aquello En un pueblo de los de Venezuela ,
Y en viendo coyuntura dar de mala ; Y Mateo Fernandez , color loro ,
Y ansi prendieron veinte y cuatro dellos , Pero su gran virtud y valentía
Conocidos por hombres principales , Cubrian, si lo es, aquesta falta :
Metiéndolos en una casa fuerte, Hijo de india es y de etiope ,
Con guardas que pusieron á la puerta. Y natural desta ciudad de Tunja.
Y en la cámara donde los metieron Llevaban estos tres en su defensa
Habia un azadon, sin otra cosa Tres perros señalados en braveza , ´
De que pudiesen estos echar mano , Turquillo, Amigo, y otro Menalao,
Y un indio de los presos recogiólo Que para se valer en la jornada
Entrél y la pared disimulado , Les fueron á su tiempo provechosos.
Que no podia verse porque todos Yendo pues caminando con recato
Estaban alli juntos y apiñados : A su salud y vida necesario,
Estando desta suerte detenidos , Dieron en las cabezas de los muertos
Guardándole la puerta seis soldados Y en aquel espectáculo crüento ,
Entró el Antonio Gomez con sus armas, Adonde repararon con estasis
Una celada puesta, y en la mano En pálido color los rostros vueltos,
La vara de justicia si prestara ; Desamparándolos el humor noble
Y hallándolos todos asentados , Por ir à socorrer en tal espanto
Paseándose por delante dellos , La parte principal enflaquecida ;
No con aquel aviso que debiera Porque su dolor fué tan escesivo ,
Tener con gente tan determinada , Conociendo los míseros pacientes,
Con habelle rogado que no entrara Que perecieran en aquel angustia
Los seis soldados que hacian guarda , Si no se desaguara por los ojos
Por atemorizallos con palabras Alguna parte de su sentimientő ,
Les dijo: «¿ Qué maldades son aquestas? Donde hasta los perros lo hicieron
Decid, traidores, perros, refalsados, De natural instinto convocados.
¿Venís de paz , y las macanas prestas Y habiendo coligido por las muestras
Pensando de tomarnos descuidados ? Toda la rigurosa desventura,
Pues veinte y cuatro horcas tengo puestas Perplejos no sabian qué hacerse,
Donde morireis todos ahorcados , O revolver atrás á dar la nueva ,
Porque sin jamás daros ocasiones O proceder á pueblo de cristianos,
Usais destos ensayes y traiciones. » Pues en cualquiera de los dos caminos
Aun no bien acabó de decir esto , Se corria gran riesgo de la vida ;
Cuando el del azadon asió del cabo , Al fin , destos estremos eligieron
Y con aquel ardor que tigre suele Pasar á Santafé por mas seguro ,
Abalanzándose tras el venado , Y en la prosecucion de su viaje,
Saltó con él , y dióle tan gran golpe Sembrado de cien mil inconvinientes,
Demás de les faltar mantenimiento
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , HIST. DE ANTIOQUIA, CANTO XIV. 543
Para se remediar y cobrar fuerzas, Del que va solo que de muchos juntos ,
Que ya la bambre se las consumia , Donde quien cae halla sublevante ,
De los tres perros uno degollaron Y al solo faltará quien lo levante.
Que por nombre tenia Menalao , Para que esto tengais por acertado,
Y bien ó mal asado fué socorro Buen paradigma es el mal presente ,
Para poder llegar en salvamento Que nos declara ser desamparado
A Santafé , donde también habian Valdivia de gran parte de su gente ,
Entrado los heridos que escaparon Quedandose con él en el cercado
De do murió Francisco Maldonado, Estos seis españoles solamente ,
Que segun los trabajos padecidos, Pues á ser mas, quien estos hizo piezas
Terribles y profundas cuchilladas, Aquí pusiera las demás cabezas.
Poder llegar se tuvo por milagro ; Y aun estos juntos, con tener aviso
Y alguno dellos , que es Suero Rodriguez, No pasaran por tan adversos hados ;
Hoy morador del pueblo do yo vivo , Mas cada cual debió de estar diviso
Con seis peligrosísimos flechazos, Siendo con falsa paz asegurados ,
E uno dellos fué penosa rienda Segun aquella gente que nos quiso
Por el miembro viril atravesada. Burlar, aunque quedaron mas burlados ,
Pero llegados á la noble villa, Mas á no conocelles el amago
De los vecinos y los mercaderes Pasáramos por este mismo trago.
Caritativamente recebidos »De manera que ya por este año ,
Y con gran diligencia remediados ; Mediante Dios y avisos que preceden ,
Y desde que llegaron los primeros Seguros estaremos del engaño
Hizo Gaspar de Rodas gran instancia Y de que con regalos nos enreden ;
En que se proveyese de socorro Y si salieren á hacernos daño ,
Al Andrés de Valdivia, no sabiend o Las armas de Dios son las que mas pueden :
Hasta llegar los tres su mal remate , Vámonos retrayendo y apartando ,
Y el Antonio Machado de quien dije Y a Dios rogando y con el mazo dando .
Salirse con licencia del Valdivia, »Digo que juntos con las oraciones
En Santafé nombrado por alcalde . Estén siempre mechones encendidos,
Primero que llegase Juan Melendez Prestos y bien cargados los cañones ,
Habia ya salido con cuarenta Los demás instrumentos prevenidos :
Soldados viejos bien apercebidos , Que para resistir sus escuadrones
Los cuales, aunque no fueron á tiempo No somos torpes, mancos ni tullidos ,
Para podelle dar este presidio , Haciendo cada cual lo que en si fuere
Aprovecharon á los que venian Y Dios aquello que por bien tuviere.
De do mataron al Antonio Gomez ; »El camino niejor y mas abierto
Que como prosiguiesen su camino Es este para trance semejante ,
Tras Melendez , Muñoz , Mateo Fernandez, En cuya confusion tengo por cierto
Dieron en las cabezas ansimismo Que Melendez coló mas adelante,
De su gobernador y de los otros O sea con temores de ser muerto ,
Que de su bado fueron herederos , O por le parecer ser importante
Las cuales conocidas, no se pueden Primero dar avisos á la villa
Encarecer sus grandes turbaciones, Que volvellos á dar á su cuadrilla.
El tierno sentimiento que hicieron , »Y si van con aqueste presupuesto,
Las muchas lágrimas que derramaron Como por conyecturas adevino ,
Ansí los españoles como indios Algun socorro toparemos presto
E indias que llevaban de servicio, Y aun por ventura viene ya camino ;
No solamente ya por sus amigos, De dos estremos, lo mejor es esto,
Pero también por ellos , por hallarse Y lo contrario torpe desatino :
Cercanos á la misma desventura , Estemos juntos á cualquier asalto ,
Y porque sospechaban quel Melendez Y en aqueste lugar bagamos alto.
Con los dos que iban en su compañía No para reposar en coyuntura
Estaban de la vida descompuestos , Cuyos trabajos son inevitables ,
Pues no volvieron á les dar aviso Sino para que demos sepultura
Ni salian á se juntar con ellos ; A las cabezas destos miserables ,
Y ansi cada cual destos pretendia Ya que nos ha traido la ventura
Acogerse buyendo del peligro A ver estos sucesos lamentables ;
Por donde su ventura lo guïase, Pues seria gran falta de clemencia
Juzgando que si fuesen divididos Irnos sin bacer esta diligencia.>
Podrian hüir mas seguramente , Aquesto dijo Juan Rüiz de Atienza,
Pero los mas enteros en consejo Y á todos pareció consejo sano ;
Tuvieron parecer diferenciado, Lo cual se puso luego por la obra ,
Porque venia Juan Ruiz de Atienza Y allí hicieron noche ; pero cuando
Y Bartolomé Jorge, sacerdotes , Su curso demediaba caminaron
Leonel de Ovalle, Pinto Vellorino, La vuelta de la villa de Antioquia ,
De los cuales Atienza mas atento Las armas alistadas y esperando
Por animar á todos los restantes El acometimiento de los indios ,
Que en número serian diez y ocho , Mas no les sucedió cosa notable
Les dijo las palabras que se siguen : Por apartarse de las ocasiones,
« Caballeros, los fuertes corazones Y al cabo de dos dias de jornada
No desmayan en las perdidas lides ; Encontraron con Antonio Machado
Antes, de repentinas ocasiones Y los demás amigos, cuya vista
Sacan para salvarse mil ardides : Disminuyó la pena y el cansancio ,
Quel buen agricultor planta mugrones Y convirtió congojas y trabajos
Adonde hace mella muertas vides , En ratos mas quietos y agradables ,
Y no por ver la falta de aquel suelo Contando los pasados sinsabores ,
Desampara la viña ni majuelo. Hasta que ya llegaron á la villa
»Ninguno piense pues tener mas vida Donde los que venian mal parados
De la que tienen hoy estos defunctos , Hallaron todo buen acogimiento.
Si para ser.la gente dividida Ansí que , por entonces se quedaron
Juzga ser acertados sus barruntos , Los indios victoriosos, y las tierras
Siendo mas sin remedio la caida Que fueron del gobierno de Valdivia
544
JUAN DE CASTELLANOS .
Desamparadas de los españoles,
Hasta tanto que por Gaspar de Rodas , Desarraigándolos de sus provincias
Con muertes afrentosas y otros daños,
De quien agora resta que tractemos, Los de nacion catía conociendo
Fueron pacificadas con castigo , De sí no ser de menos valentia
Segun declararemos adelante Ni menores ardides en la guerra,
Ayudándome de las relaciones Por no perder aquellas ocasiones
Y cartas de Hierónimo de Torres , Negaron vasallaje y obediencia ,
Que es ocular testigo, y hoy vecino De suerte que ningunos acudian
De la nombrada villa de Antioquía , A los acostumbrados ministerios.
Antiguo peregrino destas partes , Los nuestros , que tractaban del remedio,
Y cuyo marte fué contra tiranos Considerando cuánto convenia
En muchas ocasiones señalado
En esta turbacion tener caudillo
Después quel licenciado de la Gasca Autorizado por real consejo
Plantó pendon real contra Pizarro,
Y de quien tengo cierta confianza Que los asegurase y reduciese
Que todo lo que dice va tejido A la paz, quietud y servidumbre ,
Con hilos de verdad irrefragables, Y castigase los atrevimientos,
Desacatos y muertes de cristianos ,
El cual demás del crédito que tiene Despacharon á la real audiencia
De bien compuesto, con ingenio claro, Del Nuevo Reino, donde presidia
Segun que sus papeles manifiestan , El licenciado Francisco Briceño ,
Esta relacion hizo por mi ruego (1) Con otros dos oidores , uno dellos
Pidiéndoselo yo con gran instancia ; Antonio de Cetina , licenciado ,
Del cual á tiempo, si me lo concede
La fatal parca, tractaremos largo , El otro Auncibay, y fiscal della
El licenciado Alonso de la Torre ;
Pues este no lo es por ir asido
Mas entre tanto que esto les venia,
A las proezas de Gaspar de Rodas, Despachó la justicia y regimiento
Que piden ser cantadas con elogio Con toda brevedad á Juan Melendez
Que no sufre paréntesis prolijo ; De Valdés con alguna gente diestra
Y ansí, pues rematamos el discurso En seguimiento de los alterados ,
Con términos incautos del Valdivia,
Primer gobernador destas provincias, El cual con su valor y buena maña
Conviene que tractemos del segundo Les hizo que mudasen pensamientos ,
Que con moderacion y con templanza Asegurándolos de tal nianera
Abatió la soberbia destas gentes, Que dejaron las armas, y quietos
Reduciéndolas al real dominio. Volvieron al antiguo vasallaje.
Mas en esta sazon y coyuntura
Un alboroto sucedió notable ,
Que por haber testigos hoy presentes
Que vocalmente me lo representan ,
ELOGIO Al menos Juan de Vargas, escribano,
Que entonces se halló con otros muchos
En ir á deshacer aquel engaño,
de Gaspar de Rodas, segundo gobernador de las provin- Persona de quien puedo confiarme,
cias de Antioquí a , cuyo discurso comienza desde que Demás de cierta relacion que tengo
fué promovido al cargo de capitán general de aquella Firmada de varon no menos grave ,
tierra por los señores de la audiencia real deste Nue- Me pareció ponello por escripto
vo Reino. Por decir algo de las invenciones ,
Tramas y embustes quel dïablo tiene
CANTO PRIMERO . Para cazar las almas miserables
Desta gentilidad prompta y atenta
Una sierpe fingieron los poetas A recebir cualquiera desvarío .
Con número crecido de cabezas , En el valle de Penco, comarcano
De las cuales algunas estirpadas Y á la villa de Santafé subyecto,
Con violencia de tajante golpe Cierto demonio, que por nombre Sobce
Otras le renacian con aumento : Era nombrado, se mostró patente
Enigma por el cual se nos declara A todos cuantos vello deseaban,
Que una desgracia muchas acarrea Vestido segun indio de la tierra ,
Si con fuego de viva diligencia Todo de negro y el cabello largo ,
Algun berculeo brazo no refrena Una manta revuelta sobrel hombro ,
El origen y fuente de do nace Y era, segun se vido claramente,
Familiar de cierta pitonisa ,
Aquel profluvio, cuyas dependencias Encantadora vieja que tenia
Son mas irremediables muchas veces
Que sus principios y ocasion primera. Una hijuela de hasta diez años ,
Destos inconvenientes perniciosos Hermosa, segun dicen , por estremo,
Se vian ya cercanos los vecinos Y esta hija del sol decian que era
La falsa hechicera y el demonio.
Y gente forastera de la villa, El cual cuando hablaba con los indios
Si por alguna via les faltara' Encima se sentaba de la vieja,
Presta solicitud y providencia ;
Porque como los bárbaros nutaves A quien el Sobce le llamaba madre.
Oviesen triunfado de españoles Estaban pues los bárbaros atentos
A todas las palabras que hablaba,
(1) Desde este verso va enmendado el original , donde estuvo escrito Y dicen que le vian bien el rostro
lo siguiente : Los indios infieles, mas los otros
Esta relacion hizo por mandado Que estaban baptizados no podian
(Pidiéndoselo yo con gran instancia) Velle la cara por ninguna via ,
Del doctor Barros, digno presidente Ni aun era menester que se la viesen,
De la real audiencio, que reside Pues no podia ser sino tiznada ,
En la ciudad de Quito por agora,
Porque su rectitud, valor y ciencia O por mejor decir fiera y horrible.
A mas altos honores lo convidan . Hacíales ver cosas monstruosas
Del cual á tiempo, sí me lo concede, etc. Como buen jugador de pasa pasa ,
Todo lo que va con letra cursiva está testado en el original, el cual Y tantas aparencias de milagros ,
debió de enmendar el censor mismo que cortó las hojas donde se tra- Que les hizo creer ser el inmenso
Labade Dracke. Hacedor de alta y baja monarquía,
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , ELOGIO DE RODAS, CANTO I. 545
Y que las ceremonias que tenian A causa del delicto que ya dije
Antes que conociesen à cristianos Serle no sin indicios imputado
Eran buenas y tales, que con ellas Acerca de la muerte de Valdivia ;
Habian de serville si querian El cual , por la destreza que tenia
Gozar de su favor en todo tiempo, En aquel idioma de los indios ,
Porque las que tenian españoles Era de todos ellos estimado
En gran manera las aborrecia ; Y en opinion de mozo que tractaba
Yansí queria luego confundillos Verdad en cuantas cosas les decia.
Con un diluvio donde pereciesen , Llegó la novedad á sus oidos
Sin dejar dellos ánima viviente , Por el alborotado movimiento
Porque quedasen ellos en sus tierras De gentes en el valle congregadas ,
Libres de subyeccion tan miserable , Oyendo los inicuos adevinos
Lo cual baria dentro de seis dias. Que denunciaban el horrendo caso ;
Por tanto que llamasen sus parientes , Y como se le diese larga cuenta
Ansí los que servian á cristianos , De lo que por los viejos se decia ,
Ladinos que con ellos residian , Riéndose Baptista dijo luego :
Como los que vivian estramuros « Llamámelos acá , que quiero vellos ,
Y les reconocian vasallaje , Y cuando no quisieren buenamente
Si no querian ver el fin acerbo Vengan á su pesar por los cabellos ;
Que á solos españoles ordenaba . Hareles entender que Sobce miente
Señaló tres lugares donde todos Y que ni mas ni menos mienten ellos ,
Habian de juntarse , cumbres altas , Sembradores de sordida simiente ,
Páramos solitarios y desiertos Segun y como quien los ha movido ,
De grandes precipicios rodeados , Infame , sucio , vil y fementido. »
Por donde se colige que queria En efecto , pusiéronle delante
Mediante sus astucias despeñallos A los tres como tontos y asombrados ,
Antes de recebir el agua santa , Con meneos y gestos espantables ,
Puerta de los divinos sacramentos , Que parecian infernales bultos
Y de ser instruidos y enseñados Y que lanzaban fuego por los ojos ;
En la verdad católica cristiana. Y el Baptista, después de encomendarse
Allí mandó llevar de todas suertes Al sumo Hacedor devotamente ,
Semillas y raices y otras cosas Una cruz en las manos , apsí dijo :
De que este barbarismo se mantiene , « Ministros de maldad , engañadores ,
Porque pasadas las inundaciones Revestidos de espíritu malino ,
Volviesen á hacer sus sementeras. ¿ Por qué venís á ser predicadores
Y para publicar esta novela De tan desvariado desatino ,
Salieron por mandado del demonio Ciegos embarbascados en errores
Tres hombres viejos , grandes hechiceros, Y ajenos del católico camino ?
Los cuales fueron por la tierra toda En llegando la hora de esa ira
Aquestos desvaríos predicando , Conocereis al claro ser mentira.
Cuyas palabras fueron admitidas » El que teneis por dios es un tirano
No menos que si fueran pronunciadas Bajo , suez , de condicion horrenda ;
Con aquel celo del profeta Jonas , Y si quien lo crió no le da mano
En tal manera que de los ladinos Seguros estareis que no os ofenda :
Que estaban en la villa de Antioquía , El verdadero Dios y soberano
El año de setenta y seis , á doce Quiere que por aquí su fe se estienda ,
Del mes de marzo, no se halló indio Y á los que lo creemos y adoramos
Ni india que del pueblo no buyese Nos ha de conservar adonde estamos.
A las alturas yermas donde Sobce Y las cautelas frívolas y engaños
Les habia mandado que subiesen ; Que en vuestros corazones Sobce planta ,
Lo cual visto por nuestros españoles , No serán parte por eternos años
La mañana que los echaron menos Para desarraigar la gente santa :
Desta gran novedad inadvertidos Vernán sobre vosotros esos daños
Y con sospecha de levantamiento , Si no creis lo que nuestra fe canta ;
Siguieron el alcance por el rastro Pero si lo creyerdes con baptismo ,
Hasta tanto que ya dieron en ellos, Escapareis del infernal abismo. »
Gran cuantidad de lágrimas vertiendo , Estas y muchas otras cosas dijo ,
Los unos y los otros lamentando ; Particularizánd oles misterios
Y preguntandoles por qué hüian Tocantes à la fe de los cristianos ,
Y cual era la causa de su lloro , Porque tenia buen entendimiento :
Les respondieron : «¡ Pobres de vosotros, Los indios defendiendo sus errores ,
Cuán ayunos estais del mal futuro Sobre los cuales hubo gran disputa
Y de la muerte que teneis cercana, Que yo por abreviar no la refiero;
Pues antes de tres dias á lo largo Pero con tanta fuerza y enerjia
Ninguno de vosotros terná vida. Este mozo Baptista les hablaba ,
En aguas inundantes ahogados ! » Que de los tres los dos de menos años
Al fin les declararon el misterio Quedaron convencidos y creyeron ,
Dol horrible diluvio que esperaban , Y el mas viejo en edad y mas protervo
Contra los españoles destinado , Desesperábase viendo la vuelta
Que celebraron ellos con gran risa ; Que hizo dar á los coadyutores ,
Y aunque por muchas vias procuraban Haciendo varios gestos y visajes ,
Ponellos en razon y desengaño , Y estaba ya tan ronco de dar voces ,
Me dice Juan de Vargas que tenian Que no se percebian sus palabras,
Aquella vanidad tan arraigada Pero después en algo reportado
En sus entendimientos torpes , como Habló con el Baptista desta suerte :
Si vieran los efectos ya presentes , « Pues dices que tu Dios es verdadero ,
Y ansí cuasi forzados los mas dellos En nombre suyo quiero que delante
Volvieron á la villa temerosos. Desta gente ignorante, vidriosa ,
Llegaron pues los falsos hechiceros Hagas alguna cosa tal que crea
Aquestas invenciones pregonando Que milagrosa sea , pues yo fio
Al valle de Ibijico , donde estaba En el nombre del mio , que desdeñas ,
Juan Baptista Vaquero retraido , Mover las grandes peñas deste suelo,
T. IV. 35
546 JUAN DE CASTELLANOS.
Y dejen, dando vuelo , su cimiento Para la tempestad que nunca vino ,
Bailando por el viento con zumbido ; Antes dia sereno , claro , puro
Y ansí será creido quien hiciere Y manifestador de su mentira ,
Aquello que dijere : ya yo salgo ; El viejo hechicero fué delante
Dí tú que harás algo, Juan Baptista , De muchos destos indios , y al Baptista
Porque desta conquista claro quede Llamándolo priniero con voz alta
Quién es el que mas puede destos dioses. >> Le dijo las palabras que se siguen :
Juan Baptista le dijo : « Mira, perro , «Para te convencer en tu porfia ,
La santa fe que tengo me declara Sobce te desafía , ven conmigo ,
Cómo tentar á Dios es grave yerro ; Y ternás con quien digo la disputa
Mas yo, haciendo tú cosa tan rara , En el peñol de Nuta do te espera ;
Con esta fe podré mudar el cerro No temas la ladera por ser alta ,
Alto que ves enfrente de tu cara , Que yo no haré falta en ayudarte
Pero delante mí , ten entendido Porque de cada parte sus razones ,
Que no podrás hacer lo prometido. » Y de las opiniones diferentes
El indio hechicero , confiado Tomen aquestas gentes la mas cierta.»
De que su Sobce no haria falta Baptista respondió : « Viejo demente ,
En cualquiera señal que le pidiese , De condicion que nada se mejora ,
El cuerpo se lavó primeramente , Ya ves aqueste sol resplandeciente ,
Y luego hizo sus ofrecimientos La claridad alegre del aurora :
De mantas y de oro y otras cosas , Baste para saber que Sobce miente
Y sahumó las ponderosas piedras Habérsele pasado ya la hora
Que quiso que volasen por el aire , Del gran diluvio, con que por sus manos
Dándoles de varazos , invocando Habia de ahogar á los cristianos.
Con gritos y alaridos al demonio , » En eso que me dices cómo tiene
Con gran solicitud y diligencia Gana de disputar con Juan Baptista
Como si fueran mulos ó caballos ; Para que con razones me refrene
Mas ellas no por eso se movian Y él quede vencedor en la conquista ,
Ni quisieron cumplir su mandamiento , Ninguna cosa menos me conviene
Reiterando por diversas veces ; Que ver tan mala y espantable vista ,
De que toda la bárbara caterva , Ni poner en disputa mi partido
Presente para ver la maravilla , Con un bellaco falso , fementido.
Hacia burla dél escarneciendo , » Pues ha mil siglos que por su pecado
Reconociendo ya su desvarío , El verdadero Dios que nos gobierna
No sin contento y alegría grande Triunfó dél , quedando condemnado
De ver que lo que dijo Juan Baptista A tormentos de damnacion eterna ,
Cerca de no movellas salió cierto. Y de los altos cielos desterrado
El cual con la victoria que pretende , A cárcel de luctífera caverna ,
Por mas los agradar está diciendo : Y sé que ha de hüir , como yo vaya,
« Da grandes voces, porque no te entiende , Del peñol que tomó por atalaya.
Que debe reposar y estar durmiendo ; » Mas para que conozcas que yo digo
Conoce las mentiras que te vende La verdad que no tienes entendida ,
Ese falso , traidor , sucio y horrendo ; Escusarme no quiero de ir contigo ,
Mira cuál es y á quién haces regalo , Aunque dura tres leguas la subida ;
Pues siempre huye deste santo palo, La santa cruz de Cristo va conmigo ,
» Por ser similitud de la cruz santa Donde mi Dios murió por darme vida :
Vencedora del infernal alarde , Con ella volveré yo triunfante ;
Bandera que do quiera que se planta Anda , maldito viejo , ve delante,
No para con estremos de cobarde , Procuraron los indios deste valle
Y siempre que la ve della se espanta, Estorbar el camino peligroso
Dando la vuelta sin que mas aguarde , Debajo del amor que le tenian ;
Porque la cruz le dió golpe terrible , Pero nunca pudieron detenello ,
Y tal que sanar dél es imposible. Y en efecto se fué tras el mal viejo ,
Y como perro que padeció llaga , Yendo de sus amigos principales
Que si la mano de quien fué herido Mas de trescientos en su seguimiento ,
Hace meneos y otra vez amaga , Ansi para guardalle las espaldas ,
Vuelve huyendo de temor vencido , Como para mirar en qué paraba
Ansí viendo la cruz , aguda daga El singular certamen á que iban,
Con que fué lastimado y abatido , Al cual como salieron sobre tarde ,
El mal aventurado por no vella Y era camino largo , salebroso ,
A grande priesa va huyendo della. Aspérrima subida por estremo,
» Aquesta hace pues que se detenga , Llegaron á la cumbre con obscuro ,
De cristianos certísimo trofeo , Y el indio hizo sus invocaciones ,
Y aunque le hagas oracion mas luenga Visajes , gestos , saltos y bramuras ,
Con tu solicitud y devaneo , Por atemorizar á su contrario
Esta señal le hace que no venga O por tener demonio revestido ;
A dar satisfaccion à tu deseo : Pero Baptista con la cruz delante
Por tanto haz lo que estos dos han hecho, Los símbolos decia con voz alta ,
Que tomaron camino mas derecho . » No sin erizamiento de cabellos ;
Con estas y otras muchas mas razones Y en esto se pasó toda la noche
Procuraba Baptista convertillo , Sin ver cosa que diese pesadumbre ,
Pero ninguna dellas lo movia Salvo las voces y el horrendo gesto
De sus propósitos endurecidos , Del hechicero , y el haber estado
Antes como corrido y afrontado En pié toda la noche y al sereno.
Con pasos presurosos se fué solo Y cuando ya venia descubriendo
Por unas sierras altas murmurando ; Apolo por las puertas del oriente
Y la caterva bárbara tractaba Sus dorados cabellos desviando
Al Baptista con grande reverencia , Las obscuras tinieblas con su lumbre ,
Teniendo por razones infalibles El Baptista llamó los compañeros
Las que después y antes les decia. Que se quedaron algo mas abajo
Y estando descuidados otro dia , Sin subir al pináculo mas alto ,
Término señalado por el Sobce Y díjoles : « Carísimos amigos ,
VARONES ILUSTres de Indias, PARTE III , Elogio de rodas, CANTO II . 517
Tened siempre memoria de lo visto , Y ansi le despacharon provisiones
Pues que todos vosotros sois testigos Para poblar y castigar caciques
Cómo para venir me balló listo , Culpados en la muerte de Valdivia
Sin traer contra tales enemigos Y de los españoles que debajo
Mas armas que la cruz de Jesucristo, De falsa paz habian sido muertos ;
Porque con ella yo sé que se vence Las cuales recebidas , se dispuso
Cualquier demonio que se desvergüence . Al cumplimiento del real mandado,
» Y pues los mas estais catecizados Y a costa de sus bienes llamó gentes ,
En los preceptos del camino santo , Que por llevar caudillo tan insigue
Si creyerdes y fuerdes baptizados No rebusaron ir à la jornada,
También bareis vosotros otro tanto : Demás de los soldados que salieron
No os dejeis engañar destos malvados , De la rota pasada mal parados ,
Ni os pongan sus cautelas en espanto ; Porque los mas volvieron deseosos
Hüid de sus consejos y razones , De recebir el premio que se debe
Porque todas son falsas invenciones. A los honrosos hechos y trabajos.
» Dejemos al mal viejo y obstinado Destos fué Pedro Pinto Vellorino ,
Que huye de creer verdades rasas , Luis Céspedes de Vargas y su hermano,
El cual debe de estar precipitado Que es Alonso de Vargas , naturales
En la prision de las eternas brasas ; De Fregenal, y Sancho de Quevedo ,
Y pues su Sobce huye y ha faltado , Estéban de Ribera de Albuquerque
Vamos á descansar á nuestras casas , Juan de Alvarado Salazar , Fernando
Do si volviere con tan mal motivo , De Ovango , esturiano , Pero Sanchez
Tenemos luego de quemallo vivo. » De Oviedo , natural de Estremadura,
Con esto se bajaron victoriosos Manuel Ruviales , y con ellos
Y muy regocijados y contentos El Juan Ruiz de Atienza , sacerdote ,
Al vaile do tenian sus albergues Juan Fernandez Eraso , de Navarra ,
Y donde por consejo del Baptista Y don Antonio Osorio y Pedro Arce ,
Se baptizó gran número de gente ; Pablo Fernandez de Eras , y Molano
Y los de Santafé prendieron luego Y el Alonso Martin Merchan , Mateo .
La vieja pitonisa con la hija , Fernandez , el mulato , deste reino ,
Muchacha que dijimos ser hermosa, Todos valerosisimos soldados ,
La cual se baptizó , pero la vieja Que con los congregados nuevamente
A destierro perpetuo condemnada . En número llegaron á setenta:
Y ansi se deshicieron los nublados , Con los cuales entró Gaspar de Rodas
Quedando los ladinos y chontales Tan confiado de allanar la tierra ,
Con aviso de nunca dar oidos Como si le siguieran setecientos ,
Jamás á semejantes devaneos , Y caminó con provido concierto
Y en aborrecimiento del demonio ; Hasta llegar al sitio y al asiento
De cuyas desvergüenzas bien pudiera Del fuerte do mataron al Valdivia ,
Tractar aquí mil cosas sucedidas Do son mas numerosas poblaciones.
En otras partes do visiblemente Allí se refirmaron por el orden
Y en figura de indio se mostraba , Que mas les convenià , convocando
Hasta serville de caballerizo De paz á los caciques comarcanos "
Y después de cabrero hartos años Los cuales acudieron con preseas
A cierto capitán bien conocido , De oro y otras cosas con que suelen
Sin saber él quién era ; pero cuando Granjear amistad con españoles :
Tractemos de las cosas deste reino , Que no fué con buen pecho , segun dicen,
Si Dios me diere vida para ello , Sino con intencion de descuidallos ,
Alargaréme mas , pues de presente Para les sacudir viendo la suya ;
Por volver á la guerra comenzada , Pero Gaspar de Rodas nunca quiso
De donde nos salimos esperando Tomar oro ni cosa por entonces ,
Reales provisiones del audiencia Haciéndoles creer que su venida
Y comision para Gaspar de Rodas , Era por granjear sus amistades ,
No puedo detenerme , y ansí quiero Y no para tomalles sus haciendas.
Volver á la conquista de nutaves , Aquella tarde pues que se contaron
Que se celebrará con canto ñuevo . Ocho dias del mes que del dios Fébruo
Heredó nombre por las lustraciones
Que la gentilidad acostumbraba ,
CANTO SEGUNDO. Año de quince cientos y setenta
Y siete del divino Nacimiento ,
Donde se cuenta cómo los señores de la real audiencia enviaron comi- Gaspar de Rodas convocó su gente ,
sion á Gaspar de Rodas para castigar los indios rebeldes, y poblar en Y con cuanto secreto fué posible
las tierras donde fué muerto Andrés de Valdivia. A todos les habló desta manera :
« Señores , ya sabeis á lo que vengo ,
Cuando las cosas arduas se cometen Y veis que los que desta gente dura
A varones prudentes y sagaces Hemos de castigar, aquí los tengo ,
Que no guian á poco mas ó menos Y que dejallos ir será locura ;
Negocios importantes cometidos Gocemos , sin tomar tiempo mas luengo,.
A su dispusicion y buen discurso , De tan acomodada coyuntura ,
Responden los efectos y remates Prendiendo los caciques señalados
Las mas veces á lo que se desea Para proceder contra los culpados.
Por los que los escogen y señalan; »Y para defender nuestros partidos,
Lo cual considerando los oidores Si por ventura veis armas opuestas ,
De la real audiencia deste reino , Los caballos esten apercebidos ,
Que fueron los que quedan declarados , Y tenga cada cual las suyas prestas ,
Hicieron elección y con acuerdo De tal manera , que los atrevidos
Mas lleno de razon que de favores , Lleven las puniciones á sus cuestas ;
Que suelen defraudar merecimientos , Y luego sin guardalles mas respecto
Salió nombrado para tal empresa Quiero que lo pongamos en efecto. »
El diestro capitán Gaspar de Rodas , Aun no bien acabó de decir esto ,
Atlante fuerte sobre cuyos hombros Cuando con la presteza que cumplia
El peso se sostuvo de aquel suelo. Disimuladamente se pusieron
548 JUAN DE CASTELLANOS .
A punto con sus armas y caballos , Y copia de vecinos naturales
Y el general llegó con los peones Que por aquel compás tenian casas ,
Acia la parte de la turbamulta , Y cerca del asiento do fué muerto
Y de los principales conocidos El Andrés de Valdivia fundó pueblo ,
Veinte y cuatro pusieron en colleras. A quien ciudad de Cáceres dió nombre;
Alborotáronse los indios todos , Nombró treinta vecinos , hombres nobles ,
Y comenzaron à desenvolverse ; Entre los cuales repartió la tierra ,
Pero Gaspar de Rodas con la lengua Cinco mil indios, pocos mas o menos,
Con tales amenazas los asombra , En aquella comarca moradores ;
Que pudo deshacer sus movimientos Y dello dió razon á los jueces
Diciéndoles : « No meneeis los brazos , De la real audiencia del suceso ,
Porque si dais algunas ocasiones Yendo por mensajero don Antonio
A todos os haremos mil pedazos . Osorio de la Paz con los recados.
Estos solos ponemos en prisiones Mas como no pudiese dar contento
Porque Filipo magno , rey potente , A todos los soldados de un voleo ,
Ansí lo manda por sus provisiones. Quedándose sin suerte muchos dellos ,
»Cualquier rey ó señor le es obediente; Principalmente de los de Valdivia ,
Y si quereis tener vida quieta , Con pena del agravio recebido
Habeisle de servir por consiguiente . Hurtáronse del pueblo tres ó cuatro ,
» Seguro vive quien se le subyeta; Y caminaron tras el don Antonio
Pero también castiga los escesos A procurar remedio por justicia:
De los que con él juegan falsa treta. Oyéronse sus causas y razones ,
» Aquí venimos á hacer procesos Y los oidores alteraron luego
Contra los que debajo de paz blanda Aquel apuntamiento que envïaba ;
A su gobernador fueron aviesos. Lo cual sabido por Gaspar de Rodas ,
>>Mas en vuestros delictos también manda A defender las suyas por presencia
Que no castigue rigurosamente De su persona propria se dispuso ;
Aunque la maldad fué mas que nefanda. Y ansi, dando razones concluyentes ,
›Veremos quién ha sido delincuente; Se confirmó de nuevo lo que hizo ,
Y hechas bien las averiguaciones , Siéndole favorable para ello
Conocereis en mí padre clemente. El licenciado Juan Rodriguez Mora ,
Porque yo no me muevo por pasiones, En aquella sazon recien venido
Antes me guia piadoso celo , Por oidor de la chancillería ,
Como vereis por las ejecuciones . Cuya sagacidad encaminaba
» Y á cuantos hoy vivís en este suelo A su dispusicion los compañeros ,
He de favorecer y ser amigo , Por ser ya muerto Francisco Briceño
Como no deis la paz con falso velo. Incorrupto jüez , claro y entero ,
» En mi hallareis todos gran abrigo : Dignísimo del cargo que tenia ,
Por tanto la quietud os encomiendo Cuyos principios bien manifestaban
Y que creais ser cierto lo que digo . » Habernos dado Dios felice suerte
Con esto se pusieron en sosiego , Después de la del buen doctor Venero ,
Y con ver que de tanta muchedumbre Ejemplo de virtud y santo celo ;
De bárbaros culpados, solamente Pero la parca dura y envidiosa
Prendieron las cabezas y caudillos , Quitónoslo delante brevemente ,
A quien por substanciar mejor la causa Pues no gozó seis meses de la silla.
Les dieron defensor juramentado Y ansi desde su muerte hasta agora
Con la solemnidad que se requiere ; Nunca faltaron grandes pesadumbres
E ya conclusos todos los procesos , Entre jueces y secuaces suyos ,
Los seis fueron á muerte condemnados Con tantas invenciones y cautelas
Dé los caciques presos , y los cuatro Y falsos testimonios cuantos suelen
A les cortar las manos , de los cuales Investigar inicuos y olvidados
El uno fué Guarcama , gentil hombre , De Dios , por dar valor á la mentira ;
Feroz y de cabal entendimiento . Y es lástima que los del Nuevo Reino,
Y antes de padecer temporal muerte Gente llana , fiel , modesta , clara ,
Aquellos seis señores belicosos Leal , humilde , sana y obediente ,
Pidieron el baptismo todos ellos En opinion esté de revoltosa
Con grande devocion , y fuéles dado ; Con los señores del real consejo ,
Y cuando los llevaban á la horca No mirando que son los movedores
Contritos y con cruces en las manos De las revueltas , tramas y bullicios ,
Alzaron una voz entristecida Los jueces que vienen á regirnos ,
Diciendo : « Quien tal hace que tal pague : En cuya consecuencia me parece
Nosotros padecemos justamente , Que viene bien aquí , delirant reges
Pero los tahamies nos movieron Et plectuntur Achivi , sin que pequen :
Al crimen y delicto cometido , Mas aquesta, por ser materia larga,
De nuestros pensamientos y deseos A tiempo conveniente la remito .
Entonces muy remoto y apartado. » En esta sazon pues que Rodas vino
Disimulóse por algun respecto Estaban rebelados los gualies ,
Esta declaracion postrera , pero Indios cuyos confines están juntos .
Demás de las sospechas atrasadas , Con Mariquita , puerto deste reino ,
Indicio no pequeño fué que cuando Muy necesario para sus contractos ,
Vino Gaspar de Rodas al castigo Donde se labran ricas minas de oro
Trajo dos lenguas indios tahamies , Y de presente plata , cuyas velas
Llamados Pedro Amato y Aguasici, Dan grandes esperanzas de riqueza ;
En aquella provincia principales, Y aunque el adelantado , que Dios haya,
Y oyendo la razon de los pacientes Don Gonzalo Jimenez de Quesada ,
Volvieron las espaldas madrugando Les quebrantó las fuerzas , y los trajo
Sin saludar los huéspedes del rancho , Al servicio del rey fundando pueblo,
Parece ser que por no ver visiones . Ciudad de Santa Agueda nombrado ,
Al fin ejecutada la sentencia Después los indios por absencia suya
Y todos los demás dados por libres , Negaron otra vez el vasallaje ,
Gaspar de Rodas recorrió la tierra , No sin daño de muchos españoles ,
Tanteando los pueblos con aviso A quien pusieron en estremos tales
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , ELOGIO DE RODAS, CANTO III.
549
Que se metieron todos en un fuerte
Con hijos y mujeres y servicio , Quedan, segun se ve por esperiencia ,
Puestos en riesgo y en trabajo grande De su reputacion menoscabados.
Por la frecuentación de los combates. Manifestóse bien esta niudanza
Lo cual sabido por los del audiencia , Con el absencia de Gaspar de Rodas
De la ciudad de Cáceres moderna ,
A quien tocaba dar socorro presto ,
Por ser riesgo notorio la tardanza , Porque los bárbaros , reconociendo
Buscaban capitán cuya prudencia Faltalles el caudillo cuya maña
Diese satisfaccion á su deseo A sus conceptos era duro freno ,
Perdieron la vergüenza y el respecto ,
Y al negocio que dél se confiaba ; Y ansi matarou de los españoles
Y como se halló Gaspar de Rodas
Presente cuando se tractaba desto , En partes y en lugares descuidados
Teniendo conocido que ninguno Un Alonso Gonzalez de Montijo ,
podria Y otro Alonso Fernandez de Membrilla ,
Se hallar de mejor maña , Y á Lorenzo de Rufas y otros hombres
Por ellos al acuerdo fué llamado , Demas de mucha gente de servicio ,
Y le mandaron que se dispusiese Con intencion de dar en los restantes ,
Para hacer al rey este servicio : Para lo cual determinadamente
El cual como persona circunspecta Se convocaba ya toda la tierra ,
Este cargo tomó de buena gana Siendo caudillo desta rebeldía
Y aderezose para la partida Un Omagá , cacique belicoso ,
Con ciento y diez soldados á su gusto. A quien todos los otros respectaban.
Con los cuales entró por las provincias Dieron aviso deste movimiento
De los briosos indios rebelados , Indias nacidas en aquel terreno ,
Y dentro de tres meses no cumplidos
Les hizo dar la paz y bizo llanos , Que servian á nuestros españoles ,
Poniéndolos en obediencia firme , Y ellos lo dieron á Gaspar de Rodas
Eu la cual hasta agora permanecen , Que recogia gentes y pertrechos
Valiéndose de dos fuertes caudillos Dentro de Santafe con intenciones
De los soldados suyos, que se llaman De ver lo que tenia su gobierno ;
Juan Melendez y un Alonso Fernandez El cual por acudir á dar remedio ,
Molano , de quien yo mencion he hecho A gran priesa salió con treinta hombres
Y razonable copia de ganado ,
En muchas partes deste mi discurso , Cuya venida fué regocijada ,
Por ser ambos personas señaladas.
Dejando pues la tierra sosegada , Ansi por el socorro tan á punto
Pacificos los indios y quietos , Como por el gobierno que traia.
A la real audiencia volvió Rodas Algun castigo hizo con templauza
A dar llena razon de lo que hizo , En los que le constó ser mas culpados
Y los señores della conociendo En las muertes de aquellos españoles ;
Mas Omaga , que estaba retraido
Su valor y servicios señalados , Dentro de las montañas con su gente ,
Le dieron en gobierno las provincias No pudo ser habido por entonces.
Que fueron asignadas á Valdivia , De cuya causa fué Francisco Alférez ,
El cual su Majestad confirmó luego Hombre mas papelista que guerrero ,
Con otras eminencias y favores Con cuarenta soldados a buscallo ;
Que suele la real magnificencia
Dar à criados de quien es servido , Y aunque tomó dos meses de demora ,
Volvióse con las manos en el seno >
Incluyendo también en su gobierno
Por causas y razones alegadas O por mejor decir en la cabeza.
A Santafé , rememorada villa , Y el gobernador , viendo cuán inútil
Salió la diligencia y el trabajo ,
Y ansí quedó distinta y apartada Determinó que fuese por caudillo
De lo de Popayán , y en ella tiene Juan Arias Ruvïan , gallego , y este
Su principal asiento nuestro Rodas. Volvió con veinte hombres solamente ,
El cual como se viese colocado Pero de tal valor , que de cualquiera
En generoso cargo y esperanzas Pudiera confiarse la jornada.
De mas altos honores , por promesa
Salieron por principio de diciembre
De lo bacer el rey adelantado El de setenta y nueve cuasi fuera ,
Después que ya poblase tres ciudades Y fueron caminando hasta donde
O villas de vecinos españoles , Hace fin y remate tierra rasa
Convocó gentes de unas y otras partes Y las montañas altas se comienzan ,
Para prosecucion de su conquista , Adonde reparó para dar orden
Y ver la tierra de la cordillera A la prosecucion de su viaje ;
Que divide los dos rios ya dichos , Mas el astuto bárbaro tenia
Que los gobernadores atrasados De su venida relacion entera ,
Intentaron hollar y no pudieron ;
Pero con menos gente y aparato Y para descuidallos les envia'
Mucha gente cargada de regalos
El buen Gaspar de Rodas se dispuso Por continuacion de muchos dias ,
A deshacer aquel encantamento , En que iban y venian mensajeros
Cuyos sucesos quedan reservados Cuotidianamente , prometiendo
Para los referir en otro canto.
De dar segura paz inviolable ,
Trayendo los mensajes su sobrino
Llamado Teguiri , gentil mancebo,
CANTO TERCERO . Bien conocido de la gente nuestra,
Y en opinion tenido de valiente.
4 Donde se cuenta cómo los indios repartidos á la ciudad de Cáceres, Juan Arias Ruvian la paz acepta,
viendo que Gaspar de Rodas habia salido de la tierra, se atrevieron á Y al sobrino le dijo que viniese ,
K matar algunos españoles , y no acudian á servillos. Sin que recele pena ni castigo ,
Pues si hiciere cierta su promesa
En mucho precio debe de tenerse De dar segura paż , se le perdona
Aquel á quien natura dió talento Cualquier delicto grave cometido ,
Para guïar negocios importantes , Y que señale parte do se vean
Pues a la sombra dél los otros hombres
Los unos y los otros , porque quiere
Subyectos á cumplir lo que dispone , Oir aquello de su propria boca.
Tienen valor y ser , y cuando falta El Teguirí volvió con el mensaje
550 JUAN DE CASTELLANOS.
Al Omagá su tio , y otro dia Y de los que vinieron á la tarde
De mañana volvió con la respuesta , Hicieron otro tanto , de manera ,
Diciendo : « Bien podeis entrar seguros , Que miércoles y jueves amarraron
Porque cerca de aquí tenemos hechos Cincuenta sin sabello los caciques
Dos aposentos en zavana rasa Ni los participantes del engaño.
Donde sereis servidos , y mi tio Llegóse pues el dia del conflicto ,
Alli verná con oro y otras cosas Viernes, postrero dia de diciembre ,
Para el gobernador , pues es el amo Cuando el año de ochenta comenzaba ,
A quien ha de servir y ser subyecto . » Dia de confusion y desconsuelo
Los españoles , aunque sospechosos Para los pocos , que hacian cuenta
De lo que sucedió , por no mostrarse Que si del alto cielo no venia
Acobardados , fueron do decia , Remedio , no podian escaparse
Y subieron á cierta loma , donde Del durísimo trance que esperaban ;
Habia como cien pasos en cuadra Y ansi Juan Arias Ruvian, que via
De raso , lo demás espeso monte , Ponelle culpa por haber entrado
Y en el raso dos casas pequeñuelas , Contra la voluntad de los mas dellos ,
Muchos indios é indias esperando En su disculpa dijo lo siguiente :
Con copia de comida que les dieron ; «Señores , de mi loca confianza
Alojáronse dentro destos ranchos , No sin razon formais justa querella ;
Donde sin acudir aquel cacique Pero los que nos vemos en la danza
Estuvieron también algunos dias , Hemos por fuerza de danzar en ella ,
Pero venian indios con sus armas , Y con pié firme sin hacer mudanza
Con tal denuedo que se conocia Habemos de bebella ó de vertella :
Ser muestras de dañadas intenciones. Ningun remedio tiene ya lo hecho ,
Y ansi los españoles procuraron Sino poner à bien ó mal el pecho.
Coger un indio que se quedó solo , » Acercándose van las confusiones
Sin que de los demás fuese sentido , Y la disparidad de la pelea;
Y en remoto lugar dentro del monte Cursados sois en tales aflicciones ,
Le dieron tracto hasta que ya dijo Donde ninguno hizo cosa fea ;*
Las determinacione s de los indios ; Vuelen al cielo nuestras oraciones
Siendo la lengua con que preguntaban Para que de remedio nos provea :
Una ladina moza dicha Ana , Que si fiais en Dios como cristianos
Cristiana , del servicio de un soldado , La victoria tenemos en las manos.
Declarando que dentro de tres dias » Creed que venceremos en batalla
Habian de venir muchos caciques A la multitud destos fementidos ,
De los mas principales de la tierra , Y dad gracias a Dios, que no nos halla
A vellos , no con mas de diez ó doce Descuidados ni desapercebidos ;
De sus subyectos cada cual cacique No es la primera vez que de canalla
De por sí solo con su compañía , De mayor fuerza sois acometidos ;
Pacíficos , quïetos y sin armas , Y pues siempre hecimos como buenos ,
Y en diferentes horas por no dalles No tenemos agora de ser menos.
Ocasion de sospechas , y debajo > En tanto pues que llegan las rencillas
De querelles servir , allí esperasen Desta mas que proterva pestilencia ,
Entre los españoles , basta tanto Demandemos prostrados de rodillas
Quel señor Omagá viernes siguiente Al inexhausto golfo de clemencia
Allí llegase con los que traia , Tenga por bien usar sus maravillas
También sin armas , que eran veinticuatro , Dando favor á quien lo reverencia ,
Dejando setecientos emboscados Pues nuestra mano poca fuerza tiene
A la redonda de la zavaneta , Si de la santa suya no nos viene .>
Con armas y pertrechos convenientes ; Esto con gran fervor hicieron todos ,
Y que cuando lo viesen llegar junto , Y en oraciones santas ocupados ,
Aquellos indios que llegaron antes El Omagá llegó con veinte y cuatro
Acometiesen á los españoles Robustisimos indios desarmados ,
Dos ó tres dellos contra cada uno, Y disimulacion tan bien compuesta ,
Ansí por pechos como por espaldas , Que si no se tuviera certidumbre
Y entonces Omagá sobrevernía Del propósito malo que traia ,
Dando voces à los del emboscada , Ninguno presumiera ser fingida ;
Y ansi darian fin de los cristianos Pero como no vió quien respondiese
Sin padecer los indios detrimento. Al acometimiento concertado ,
La trama descubierta y el astucia , Quisiera con aquellos que presentes
Los nuestros estuvieron vigilantes , Con él allí venían al efecto
Las armas en la mano todas horas , Usar de aquel ardid que los primeros
Cargados los sulfúreos instrumentos , Habian de tener , pues no los via ;
Fortaleciendo sayos estofados • Mas apenas miró los compañeros
Y los demás pertrechos que tenian ;. Haciéndoles del ojo diestramente ,
Demás desto también se previnieron Cuando con todos ellos en el suelo
De mucha cuantidad de ligaduras Cayó hecho pedazos, dando voces ,
Que llamamos cabuyas comunmente , A las cuales salió la gran caterva ,
Apercebidos todos y en espera Que mal podia ya dalle remedio ,
De ver algun principio de lo dicho , Pues él y los demás en un instante
Porque si viesen algo no dudaban Caminaron la vuelta del infierno.
Ser cierto lo demás que se declara. Y en ese mismo punto ven delante
Llegóse pues el miércoles , y vino Los españoles la tumultuosa
Un cacique llamado Taquimiqui Hueste de los salvajes , la cual era
Con diez indios sin armas , bien dispuestos En número mayor que se pensaba ,
Y de robustos miembros y elegantes , Con orden singular los escuadrones ,
Pacíficos semblantes y aparencias Ordenados á nueve por hilera
Encubridoras de su mal intento , Con sus sobresalientes señalados ,
Mas á los españoles ya patente : Gallardos y feroces todos ellos ,
Y ansi no se tardaron , pues al punto Llenas las sagitíferas aljabas
Que entraron en la casa los prendieron , De tiros venenosos y mortales ,
Yataron pies y manos con cordeles , Picas tostadas y macanas duras ,
VARONES ILUSTRES DE INDIAS , PARTE III , ELogio de rodaS, CANTO III . 551
Y estalladoras hondas á las vueltas. Por ser escudo de los españoles ,
Era su general que los regia Determinaron de ponelles fuego ,
El Teguerí , del Omagá sobrino , Sin tener atencion á los cincuenta
Y el capitán Maubita, yerno suyo , Que dentro se tenian amarrados ,
Y un Ochari mañoso y esforzado : Donde se convirtieron en carbones ,
Vuelan luego los jáculos y piedras Pues como fuese fábrica de paja
Como turbion espeso de los granos En espacio brevísimo la vieron
Congelados de los vapores gruesos De las voraces llamas consumida ;
En la media region en el verano ; Saliéndose los nuestros hechos rueda ,
Acuden con mortiferas respuestas Los unos á los otros reguardando ,
Nuestros esclarecidos españoles , Pero con tales brios y coraje
Que cuasi pié con pié derraman sangre Que como si los golpes comenzaran
Ojeándolos con los arcabuces , En aquel punto , se desenvolvieron
Con los cuales por los tener tan cerca Tras ellos , aunque ya los arcabuces
No pocas veces les acontecia Por estar muy calientes no hacian
Matar á dos y tres de cada tiro Tales efectos como deseaban ,
Desde la casa del alojamiento Faltándoles también las municiones ;
Que tenian los nuestros por amparo , Pero con las espadas tanta priesa
Saliendo siempre con arremetidas Les dieron , que salieron de lo raso
Juan Arias Ruvïán y Juan Mateos , Y se metieron por el arboleda.
Y Mateo de Acosta , lusitano , Adonde no faltaban indios muertos
Pablo Sarmiento y otros que tenian De los que mal beridos se salieron
Espadas y rodelas en las manos : A los principios desta gran refriega ;
A cuyos hechos encarecimiento Porque en la zavaneta solamente
Cualquiera que se dé no será largo , Fueron cincuenta y dos los que quedaron
Pues por aquella frente no podian O muertos ó cercanos à la muerte ,
Hollar sino por cima de hombres muertos. Demás de los que consumieron llamas :
Mas esto no bastó para que dejen En efecto , segun después se supo ,
Los bárbaros inmites su porfía, Fué de mas de trescientos la yactura
Antes el Teguerí , como rabiando Que padeció la bárbara compaña ,
Por muerte de su tio , no reposa , Quedando de los nuestros diez y siete
Diciéndoles : « Amigos y parientes , Cada uno con cinco y seis flechazos .
Haced como valientes , y el constante Los cuales puesta buena centinela
No se mude ni espante porque vea Con grande diligencia se curaron ,
Caer en la pelea tanta gente ; Abrasando con fuego las heridas
Que al fin solos son veinte los cristianos , Y cortando las carnes lastimadas ;
E ya se ven cercanos al remate ; Mas no se pasó mucho sin que diese
Y aunque mas se dilate su caida , Arma la centinela que pusieron ,
Han de perder la vida , que mortales Porque Ocharí que dije ser herido
Son , y tiros letales ya rendidos En la cara con un ardiente globo
Los tienen , que heridos están todos ; Que no bien encarnó por ir avieso ,
No menean los codos como antes : Viendo que caminaban á sus casas
A ellos , mis gigantes , dadles priesa , Y no se proseguia la contienda ,
Cumpla con su promesa vuestra lanza , Con voz apresurada les decia :
Y tomemos venganza de las muertes ¿Dó va la compañía que no siente
De tantos hombres fuertes deudos nuestros. >> La pérdida presente de señores
Con semejantes dichos y razones Muertos en los rigores desta guerra
Andaba donde via mas tibieza , Por libertar su tierra de tiranos
A los unos y otros animando Y sacar de las manos de estranjeros
Con tal solicitud y diligencia , A vuestros herederos y parientes?
Que á nuestros españoles admiraba ; O flojos, negligentes , vulgo loco ,
Los cuales viendo que les va la vida ¿ Cómo teneis en poco la venganza
En quitalle la suya brevemente , Del estrago y matanza de los nuestros ,
Juan de Alvarado Salazar apunta Animosos y diestros en sus hechos ?
Con el cañon fogoso; y acertóle Volved , volved, pertrechos á la mano,
Por medio de la frente , de tal suerte , Y no quede cristiano que no muera ;
Quel alma de las carnes despedida Pues quedan de manera todos ellos
Fué caminando tras la de su tio. Que podremos vencellos fácilmente.i
Mas no por eso los demás cesaban Bastaron las razones referidas
De su ferocidad , porque Maubita , Para volver , aunque de mala gana ,
El yerno de Omaga , con increible Y no con aquel brio que primero ,
Solicitud anima la caterva ; A causa de sentirse fatigados
Al cual tiró Domingo de Herrera , Y de tiros vacías las aljabas ;
Y con la parda bala hizo puerta Y ansí como hallasen (por el arma
Por donde desaguó vital substancia. Que dió la centinela ) preparados
El Ocharí no menos se mostraba A nuestros españoles , no proceden
Terrible y orgulloso , bravo , fiero , Ni pasan adelante de la ceja
Tanto que parecia que ninguno Del monte que rodea la zavana ;
Faltaba de los otros principales ; Desde donde, quietos y callados
Al cual por ser persona señalada Los otros , cierto viejo les decia :
Los nuestros deseaban derriballo , « Valientes españoles , no creyera
Y un Diego de Avila puso la mira Que tan durable fuera la pendencia
Algo mas alta de lo que quisiera , Ni vuestra resistencia , si mi daño
Mas todavía le rompió la cara, No fuera desengaño conocido
Y como se sintiese mal herido , Del yerro que he tenido tiempo luengo,
Salióse del conflicto , que procede Mas ya para mí tengo ciertamente
Con tal obstinacion como si nadie Que mas heroica gente no ha nacido ,
, Faltara , con haber tres horas largas Pues habeis adquirido tanta gloria ;
Que duraba la dura competencia. Pero de la victoria no esteis ciertos :
Y ansí los indios , por le dar remate , Estaldo de ser muertos y perdidos ,
Viendo que las dos casas impedian Que todos vais heridos del molesto
El gozo del triunfo que esperaban , Veneno , y demás desto vuestra gente
552 JUAN DE CASTELLANOS.
Es nogocio patente ser ya muerta Que ya hollaban la contraria banda ,
En otra tal reyerta sucedida Y con el regocijo de la vista
Después de la partida que hecistes. Los unos á los otros hacen salva ,
Ansi que si tuvistes boy ventura , Dando gracias a Dios por el socorro
Será de poca dura la ganancia, Llegado tan á punto, que juzgaban
Porque el pueblo y estancia de cristianos Ser milagrosamente proveido.
Los indios mas cercanos han quemado , En efecto , hicieron buenas balsas
Vencido y acabado moradores : Aquellos que llegaron descansados ,
Aca sois vencedores y temidos , En que pasaron todos libremente ,
Y allá sereis vencidos y captivos Y llegados al pueblo , fué la cura
Los que llegardes vivos , en llegando ; Con tal solicitud y diligencia ,
Y pues de nuestro bando sois azote , Que después de los dos conmemorados
Mirad por el virote , y esto baste.» Ninguno pereció de los heridos ,
Aquesto dicho, nunca mas los vieron , Cuyas hazañas fueron tan nombradas
Y á los nuestros , demás de sus trabajos, Entre todos los indios de la tierra ,
En angustia terrible los pusieron Que muy poco después los trajo Rodas
Y en grande confusion aquellas nuevas , A que reconociesen vasallaje.
Por las cuales aquel significaba El cual , segun he dicho, preparaba
Ser la ciudad de Cáceres quemada Gentes y municiones con intento
Y los vecinos della consumidos ;
Y en hecho de verdad acometieron De ver y descubrir lo nunca visto
En la distancia dentre los dos rios :
Los indios que decia , pero nunca
Tocaron en el pueblo, sino fuera Que para concluir con mi promesa
Tuvieron cierto leve repiquete, En el elogio de Gaspar de Rodas
Hasta la era del de ochenta y nueve ,
Donde mataron indios yanaconas
Es esto solamente lo que resta ;
Y un español ó dos en las estancias. Mas porque se concluya mas á gusto
Al fin estos soldados afligidos Será con canto nuevo celebrado.
Aquella triste noche se quedaron
En el mismo lugar de la batalla ,
Entre los cuerpos muertos alojados ,
Al frio y al sereno, sin refugio
De ropa ni comida ni consuelo, CANTO CUARTO.
Do no faltaron íntimos gemidos , Donde se cuenta cómo Gaspar de Rodas salió de la villa de Santafé de
Ansi de parte suya como de los Antioquía con setenta hombres de pié y de caballo, y fue descubriendo
Indios en quien duraban los vitales por el rio de Porce abajo, hasta que halló terreno donde pobló la cis-
Espíritus cercanos á la muerte. dad de Zaragoza.
Pero pasada ya la media noche ,
Dejaron el lugar , y caminaron No se pueden decir enteramente
Por bosques solitarios sin camino, " Las congojas , fatigas y trabajos ,
Por hurtarse del otro, do pensaban Riesgos , penalidades , desventuras
Estar algunos indios emboscados ; Que los descubridores destas tierras
Y ansí por ser rodeos espaciosos , Y pacificadores padecieron
Como por ir heridos gravemente , En las conquistas rigurosas dellas ;
Tardaron cinco dias en jornada Y ansí por ser prolijo labirinto ,
Que pudieron andar en medio dia Tocamos solamente los provechos
Si recta via fueran caminando : Que de su gran valor han resultado
Llegaron pues al puesto que tuvieron A los que comen hoy de sus sudores ,
Antes de se meter en la montaña , Y con manos lavadas y piés limpios
Donde se proveyeron de comida Hallan la cama hecha y mesa puesta ,
De aquella que dejaron rezagada ; Y las incomparables asperezas ,
Pero luego pasaron adelante , A los humanos piés inaccesibles ,
A causa de no ser lugar seguro , Apacibles é ya bien frecuentadas
Y con deseo de subir á parte De varios contractantes que por ellas
Do se desengañasen con la vista Vienen y van de partes diferentes ,
De la mala sospecha que llevaban. Cebados en la próspera ganancia
Y en estos intermedios fallecieron Con que sus mercancías los convidan.
Lucas Sanchez y Mateo de Acosta , Y no tan solamente por la tierra
Entrambos valentísimos soldados, Dieron vias por donde se contractan
Cuyas heridas eran penetrantes Unos pueblos con otros , con jumentos
Y no curadas con aquel reposo, De especies varias ; pero por los rios
Abrigo y vigilancia que requiere Se comunican con aquellos puertos
Aquella venenosa pestilencia. Que gozan de marítimas riberas.
Finalmente , subieron á la loma Y aunque parezca ser en lo presente
Que cae sobrel gran rio de Cauca, No de tanto momento como Flandes ,
El cual para llegar al pueblo nuevo Venecia y otros pueblos prepotentes
Habian de pasar forzosamente , Que tienen antiquisimos cimientos ,
Obstáculo de gran inconveniente , Aquellos también consta que tuvieron
Ansí por no tener aviamiento Principios no tan altos que no fuesen
Para pasar los miseros heridos , De lo que son agora diferentes :
Como porque los bárbaros no suelen Corrieron sus edades hasta tanto
Perder las semejantes ocasiones. Que por tiempo se fueron estendiendo
Mas en aqueste tiempo ya tenian A la virilidad y á la potencia
Los vecinos de Cáceres noticia En que las vemos hoy establecidos.
Por indios del suceso trabajoso , Lo mismo puede ser en estas partes
Pero con adicion de que ningunos De Indias , segun vemos el aumento
Habian escapado con la vida ; Numeroso de gente que se cria ,
Y ansí para tener razon entera Ansi mestiza como castellana ,
Salió luego del pueblo Juan Melendez Y la fertilidad de los terrenos
Con treinta compañeros bien armados , Dispuestos á perpetua permanencia
Los cuales á la misma coyuntura Y á la procreacion de tantas cosas
Que vieron los heridos el gran rio Cuantas son en el mundo necesarias
Ven al Melendez con su compañía , A la conservacion de los mortales ,
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE HII , ELOGIO DE RODAS, CANTO IV. 553
Pues de las que carecen estos dias Pectos y diademas de buen oro,
Es mas por negligencia de cultores Con otras joyas que manifestaban
Que falta de propicias influencias ; La soberbia riqueza de las minas
Mas la necesidad , hábil maestra , De que gozan aquellos naturales ;
Les ha de compeler á que corrijan Y con estar el río de por medio ,
Sus ociosas costumbres con trabajo , No dejan de volar algunas nubes
Y aun á dejar sus proprios naturales , De tiros venenosos que despiden
Buscando nuevas tierras y regiones Los encorvados y flexibles arcos ;
Do puedan sustentarse y estenderse Y acá responden con los arcabuces ,
Después que ya no quepan en las suyas , Esféricas pelotas escupiendo,
Pues hay por descubrir varias provincias, Con poco daño de las partes ambas ,
Inmensidad de campos y naciones , Por ser algo prolija la distancia.
Algunas de las cuales estuvieran Pero Francisco de Taborda , mozo
Debajo del dominio y obediencia Mestizo, buen soldado y animoso
De la real corona de Castilla , Y singular en buena puntería ,
Si por los que gobiernan se tuviera En el indio que mas se señalaba
Mas esforzado celo del aumento En galas , majestad , valor y brio ,
Del aprisco cristiano, mayormente Mostrándose señor, puso la mira ,
Habiendo tanta gente holgazana Y el invisible globo fué volando
Que podria fundar nuevos albergues , Hasta dar en el pecho, cuyo golpe
Aun en lo descubierto , pues bay tierras También por las espaldas abrió puerta
Por do se despidió vital aliento :
Baldias , provechosas y dispuestas Acudieron los bárbaros cercanos
Para se socorrer del fructo dellas , Para lo levantar , mas fué baldía
Valles amenos , fértiles riberas,
Cuya dispusicion està pidiendo Su gran solicitud y diligencia,
Del corvo labrador ser desenvuelta No sin admiraciones y alborotos
Y de todos ganados ser hollada , De ver aquella muerte repentina ,
Mas no miran en esto los que llevan Porque del dañador tan solamente
Por sueño y ocio generosa paga. El sanguinoso rastro parecia ;
Destos no quiso ser Gaspar de Rodas , Al fin unos llevaron el cadáver
Pues por aquella suerte que le cupo Y otros quedaron para la defensa
Huyó de dar á sus cansados miembros Del paso, que con suma vigilancia
Aquel regalo que se les debia , Y no menos furor les defendian.
Por unas y otras partes descubriendo Pero Gaspar de Rodas , como diestro,
Dónde fundar cristianas poblaciones Vista la pertinace resistencia ,
En aumento de la real corona , Dejando gente que hiciese rostro
No sin propagacion de la fe sancta. En aquella frontera , do los indios
Con el cual pensamiento se dispuso Pretendian quitalles el pasaje ,
Año de ochenta con los quince cientos , Con treinta y seis bajó tácitamente ,
Con obra de setenta compañeros , Ocultos todos con el arboleda
Caballos y pertrechos necesarios , Que por el rio va continuada ,
Caminando la via del oriente Hasta llegar á parte sin estorbo ,
Hasta ver las zavanas de aquel rio Por donde les mandó pasar á nado
De Aburra , do tiene nacimiento Con el cuidado que se requeria ;
El mismo que después le llaman Porce, Y como rebusasen la carrera ,
El curso de sus aguas prosiguiendo , Del peligroso trance murmurando,
Acia septentrion encaminadas , El mismo comenzó de descalzarse
Por tierras despobladas , muchos dias , Y á priesa despojarse del vestido ;
De bosques tenebrosos y montañas , Mas todos los soldados , como viesen
Donde se padecieron insufribles Su determinacion , no le consienten
Trabajos por la falta de alimentos , Poner en tanto riesgo su persona ,
Demás de atascaderos y pantanos Y ellos , pospuestos los temores flacos ,
De gran dificultad en su viaje , Desnudos , con espadas y rodelas ,
Que no menor seria referillas , Impetuosas aguas van cortando ,
Espresando particularidades Yendo delante con insigne brio
Acontecidas hasta que llegaron El mestizo Francisco de Taborda
A tierra cuyos montes daban muestra Y Alonso de Taborda , dos hermanos :
Al fin tomaron todos la ribera
De suelo mas enjuto y apacible ,
Mas claras y amigables arboledas , Contraria donde van encaminados ,
Y otros indicios que manifestaban Y después de cobrar algun aliento ,
Haber mediana copia de cultores. Prostradas en el suelo las rodillas ,
Pero segun las guias declaraban , Hicieron oracion como cristianos ,
A la contraria parte de aquel rio Y luego con el paso reportado ,
Habia población de mas substancia , Proceden adelante con recato ,
Lo cual se conocia claramente Sirviéndoles el monte de cubierta,
Por ver trilladas sendas y caminos , Hasta que ya llegaron al paraje
Humos á todas partes y labranzas ; Del bárbaro furor embebecido ,
Y ansi para pasar el campo todo En los opuestos en contraria banda
Buscaron un lugar acomodado , Desembrazando los mortales tiros ,
Y del cercano salto descuidados
Do se hiciese puente de bejucos ,
Remedio que se tiene comunmente A los lejanos mal amenazaban :
Con que pasan la ropa y el servicio : Mas luego como perros que latiendo
Que los soldados por la mayor parte Saltan lijeramente tras la caza ,
Cortando van las aguas con el pecho , Salieron los heroicos españoles
A mano la rodela y el espada. Diciendo : « ¡ Santiago ! Santiago ! »
Al tiempo pues que para tal efecto Ocupa turbacion salvajes pechos ;
Andaba negociada nuestra gente , Corre la confusion desordenando
Gran número se vió de la contraria La bárbara caterva , que no para
Opuesta para defender el paso Por diferentes partes derramada,
Con multitud de flechas y de dardos Bien como las ovejas salteadas
Y los demás pertrechos usuales : De las rapaces fieras y voraces ,
Que las que se libraron de sus uñas
Ondea bizarría de penacho
554 JUAN DE CASTELLANOS.
Van donde su temor las encamina ; Y ansí deste gobierno me despido ,
Y ansi dejaron desembarazado Porque futuros acontecimientos
Aquel compás y toda la ribera , Dirálos á su tiempo quien los vido ,
De manera que sin impedimento Cumpliendo cada cual con sus intentos ;
Pasaron los demás y el campo todo , Pues agora mi principal ha sido
Hicieron allí noche y otro dia Tractar de los primeros fundamentos
Colaron adelante descubriendo Desde el principio hasta nuestra era ,
Aquellas poblaciones circunstantes. De quien si mas supiera mas dijera.
Do no faltaron acometimientos
Y algunas resistencias porfiadas ,
En las cuales cuotidianamente , RELACION BREVE
Llevaban lo peor los naturales ,
De tal manera que por bien tuvieron de las tierras de la gobernacion del Chocó , y cosas en ella
Acudilles de paz algunos dellos ; acontecidas desde el tiempo que entró en ella el capi-
Y tanteada ya toda la tierra tán Gomez Fernandez, hasta que le fué dado el gobierno
Y a poco más o menos los vecinos y conquista á Melchior Velazquez , vecino de la ciudad
Que podria tener , buscaron sitio de Buga.
Para fundar morada permanente ,
Y diez ó doce leguas adelante CANTO PRIMERO .
Del paso que los indios defendian Otra gobernacion agora resta ,
Hallaron un asiento proveido
De las comodidades necesarias , Que es el Chocó , de quien algunas veces
Donde con las solemnes ceremonias Hemos tractado como de pasada ,
Usadas en negocios semejantes, Cuyos confines sé que simbolizan
En nombre del invicto rey Filipo Con los de Santafé que van corriendo
Fundaron la ciudad , à quien se puso Acia la mar del Norte por montañas ;
Nombre de Zaragoza , cuya tierra Y este gobierno tiene de presente
Abunda de riquísimos veneros , Un Melchior Velazquez , no tan lleno
Y es el dia de hoy por su riqueza De prósperos sucesos de fortuna
De varios negociantes frecuentada Cuanto de virtuosas propriedades
Ansí por tierra como por los rios Y partes que son dignas de alabanza ,
Que van á desaguar al mar del Norte , Soldado viejo de los mas antiguos
Por estar Zaragoza situada De Popayán , y bien ejercitado
Acia las juntas de los rios Porce En todos los trabajos de conquistas.
Y Nichi , cuyas aguas dan aumento Cuyo discurso no será prolijo ,
Por ser gobernacion algo moderna ,
Al gran rio de Cauca que se mezcla Y haber faltado por la tierra della
Después con otro de la Magdalena , Buena comodidad para poblalla ,
Los unos y los otros navegables , A causa de ser toda montuosa ,
Aunque por las zozobras de corrientes
Los vasos do navegan son canoas Húmida , pluviosa , desgraciada ,
De pocos naturales , aunque ricos ,
Que pegadas á tierra van bogando. Porque la tierra toda va sembrada
Fué pues el fundamento deste pueblo De venas caudalosas de buen oro ,
Año de ochenta y uno , demediado Vistas y cateadas por los nuestros
El mes que los hebreos idar llaman ; En diferentes rios y quebradas.
Y hecha descripcion y apuntamiento , Y ansi corria la noticia della ,
Fueron cuarenta solos los vecinos
Encomenderos de repartimientos , Con otra mas antigua del Dabaibe ,
Que por aquel paraje se publica
Segun la cuantidad de naturales Estar, y aunque de muchos inquirida,
Que por aquellos montes habitaban. Ningunos le pudieron dar alcance ;
E ya puestas las cosas en el orden Adonde segun fama las riquezas
Que parecia ser mas conveniente De los enterramientos sobrepujan
A la defensa desta nueva planta , A las que del Cenú se descubrieron ,
Electos los alcaldes y oficiales , Segun en su lugar quedó notado ,
Nombró Gaspar de Rodas por teniente De cuya causa principales hombres
A Fernán Sanchez , hombre de gobierno , Apetecian el descubrimiento ,
Y él se partió con los demás soldados Entre los cuales fué Gomez Fernandez ,
Al sitio donde fué San Juan de Rodas , Primero fundador de Caramanta ,
En la parte que llaman Itüango , Del cual hice mencion en otras partes
Que despobló Valdivia , segun dije Por ser hombre de gran merecimiento ,
Atrás en el discurso de su vida ; Valiente , liberal , industrioso
Donde pacificó los naturales , Y en posible no mal afortunado.
Erigiendo ciudad en el asiento Este , con el deseo que tenia
Antiguo con el nombre que tenia , De rastrear aquella gran noticia
A la cual dió vecinos veinte y ocho Y ver el fin de aquel encantamento ,
Que son encomenderos , y hoy se valen Demandó la conquista desta tierra
Entre tan indomable barbarismo A los señores del real senado
Mediante las industrias y consejos Que en este nuevo reino de Granada
Deste gobernador , cuya prudencia En aquella sazon eran jüeces :
Al bárbaro feroz ha puesto freno. Los cuales se la dieron fácilmente ,
Dejando pues allí por su teniente Atentos al valor de su persona
A Juan de Rodas , un pariente suyo , Y à la mucha substancia que tenia
A su casa volvió con intenciones Para hacer soldados y pertrechos
De convocar soldados con que pueda A su descubrimiento necesarios ;
Escudriñar secretos de la tierra , Pero diósele con aditamento
Que por estar cerrada de montañas De que primero y ante todas cosas
No sin dificultad pueden saberse ; Allanase los indios rebelados ,
Y presumen habellos importantes , Iniportunos entonces y molestos
Porque claro se ve ser una pasta A Santafé, la villa de Antioquía ,
De ricos minerales donde quiera Desde aquel tiempo que Toné cacique
Que rios y quebradas se cateen ; Los hizo levantar , segun se dijo
Mas agora de nuevo no sabemos En el lugar y parte que convino,
Otra cosa que sea de momento. Y con que diese nuevos fundamentos
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, HIST. DEL CHOCO, CANTO I. 555

A la vieja Antioquía despoblada . Encima de una loma que tenia


Aceptó la merced y hizo gente De longitud hasta doscientos pasos ,
De caballo y de pié , y en el avio Pero de latitud la mitad menos :
Gastó crecida suma de dineros : La cual por todas partes ocupaba
Finalmente salió de Caramanta El fuerte y edificio de madera ,
Con ochenta soldados escogidos , Y por cualquiera parte la subida
De los cuales es uno Bernardino Para llegar á él era ladera
Mojica de Guevara , varon noble , Aspera de subir y trabajosa.
En este pueblo donde yo resido Puestos á punto pues los españoles ,
Vecino principal y contioso ; Por una y otra parte rodearon
Y en cumplimiento del real mandado La dicha fortaleza , defendiendo
Fué por el año de cincuenta y siete Que no pudiesen indios acudilles
Con aquestos soldados en demanda De los que estaban fuera con socorro ,"
Del cacique Toné , bárbaro duro , Y requiriéndolos por muchas veces
Gallardo mozo , suelto , bien dispuesto , A los que estaban dentro que se diesen ,
De fuerzas monstruosas y atrevido , Porque si se mostraban pertinaces
En quien nunca jamás hubo descuido Los pasarian todos á cuchillo ,
Para se defender de sus contrarios Y saliendo de paz no les darian
En ciertas barbacoas , cuyos troncos Sinsabores , agravios ni molestias :
Gruesos , bien afijados en la tierra , Los indios respondian con las armas
Subian en altura cuatro brazas , Y con mayores fieros y amenazas ,
Espesas las hileras , y por orden Toné principalmente , que decia :
Que, travesadas vigas por lo alto «Llegaos un poco mas acá , cristianos ,
Y dada perficion al soberado , Por el tributo que se os adereza :.
Pudieron fabricar seguramente Dejaremos las armas de las manos
Casas pajizas para sus albergues ; Para ponéroslas en la cabeza ;
Y lo mas alto de la barbacoa Y aun de vosotros á los mas lozanos
Ceñido con maderos ajustados Tengo de desmembrar pieza por pieza ,
Que volaban segun el colgadizo Porque si padeceis muerte prolija
Que llaman los latinos meniano , La paz que me pedís quedará fija. »
Tan alto que servia de muralla Oidas por los nuestros las razones
Y amparo contra tiros estranjeros , Con otras desvergüenzas insufribles ,
Por el hechas troneras provechosas , Comenzóse de veras el combate
Para poder valerse de los suyos ; Por una y otra parte , disparando
De que tenian cuantidad inmensa , El arcabucería violenta
Lanzas muy largas , piedras ponderosas , Al pretil y troneras dirigida ,
Flechas y dardos , gruesos estacones Por no dalles lugar á los contrarios
Que piramidalmente van labrados Para que de sus armas se aprovechen ;
Hasta se rematar en subtil punta Y entre tanto los otros españoles
Tostada , tan aguda que desmalla Se llegaban con mantas de madera
Las mas fortificadas armaduras ; Cubiertos al enhiesto baluarte ,
Empinadas á trechos grandes vigas Que no podia ser sin mucho riesgo
Sueltas y sin ninguna ligadura , A causa de las nubes que caian
Pero de tal manera que juzgaran De dardos , flechas , lanzas y de piedras
Ser á la fabrica correspondientes , Y algunos estacones de los cuales
Y para substentar su pesadumbre , Uno cayó sobre Diego de Ardila ,
Siendo cualquiera mano poderosa * Que ponia rodela por delante
Para precipitallas fácilmente A un soldado de los mosqueteros ,
Sobre los que llegasen descuidados . De tal manera , que rompió la punta ,
Tenian abundancia de alimentos La rodela, cojin y fuertes armas ,
Arriba recogidos , y en canoas Y el brazo del Ardila juntamente
O maderos cavados agua mucha , Por una y otra parte traspasado ;
Demás de las vasijas de sus vinos ; También á Bernardino de Mojica ,
Y para no perder la que del cielo Rodelero de aquel García de Arce
El pluvioso nimbo destilaba , A quien después mató Lope de Aguirre
Tenian en las alas de las casas En el rebelion ya referido
Hechas de gruesas guádubas canales , En la primera parte de mis cantos ,
Cuyas corrientes iban dirigidas Una piedra le dió por el costado
A los vasos que estaban contrapuestos. Encima de las armas , que lo hizo
Ansimismo sembraron los caminos Rodar por la ladera trompicando ,
De hoyos do cayesen los caballos , Mas luego revolvió con mas coraje
Y en ellos estacones afijados , Al puesto do quedó su compañero ,
Puyas por consiguiente peligrosas Y estando los dos juntos vió García
Por unas y otras partes derramadas : Una gran viga que se despegaba
Todo con tal industria disfrazado , Del baluarte , y en aquel instante
Que la del español fué necesaria Al Mojica diciendo : « ¡guarda , guarda ! »
Para poder librarse del engaño , Le dió tal empellón que lo retrajo
Porque Gomez Fernandez como diestro Hartos pasos atrás , y él ansimismo
A todo dió reguardo descubriendo Se desvió con un veloce salto ,
Cualquiera trompezon disimulado , Y fué tan necesaria la presteza
Y ansi sin sucedelles desavío , Que si tardaran un solo momento
Llegaron al primero soberado' Allí quedaran hechos mil pedazos.
Donde Toné tenia su morada , En esto consumieron aquel dia
Sus hijos y mujeres y familia, Sin se hacer efecto provechoso ,
Y entrellos cien gandules de pelea Y el tiempo que duraron las tinieblas
Para defensa desta fortaleza ; Nocturnas, fué comun la vigilancia
Porque los escuadrones que hallaron Rondándose la cerca con silencio ,
Opuestos al camino que llevaban , Porque se recelaban de hüida ,
Que pelearon pertinacemente , A causa de tener el monte cerca ;
Habian sido ya desbaratados. Y porque les faltasen las señales
Salidos pues del monte mas cercano , Y objetos á los tiros de las flechas
Vieron la fabricada fortaleza Que con obscuridad iban volando
556 JUAN DE CASTELLANOS.
A poco mas o menos en demanda Resolucion y cierta brevemente ,
Del católico bando que no vian , Para que con mi gente luego salga.
Los nuestros no quisieron hacer lumbre Oyeron las razones declaradas
Hasta llegar la del siguiente dia , Por lengua que sabia su idïoma ,
Donde se refrescaron los combates , Ypor satisfacer à su demanda
Fuegos artificiales y alcancías , Luego Gomez Fernandez le responde :
Baldías pues al alto no llegaban , «Bien conozco , Toné , que guerras luengas
Porque con el temor de las respuestas Nunca jamás se ven sin hombres muertos :
De jáculos que punto no cesaban , Temor de lo pasado no lo tengas ,
No les daban el vuelo que pudieran Pues sales á pacíficos conciertos ;
A no tener escudos embrazados Haz lo que dices , porque como vengas
Con el cuidado que les convenia , Yo te recibiré brazos abiertos ,
Que para las mover con llena fuerza Y ausí lo manda la real persona
No dejaba de ser impedimento ; Que los yerros pasados te perdona.
Bien que Garcia de Arce muchas veces » Este es el gran Filipo , señor mio ,
En el cañon del arcabuz cargado Gloria de los imperios castellanos ,
También ponia flechas encendidas A cuya majestad y señorio
Que daban en la paja de las casas , Obedecen los principes cristianos ,
Mas esto remediaban prestamente Y el infiel y bárbaro gentio
Los bárbaros con agua y otras cosas A su potente voz se hacen llanos ;
Que no dieron lugar à que la llama Lo cual si haces tú como discreto ,
Cobrase fuerza ni prevaleciese. Seguro de la vida te prometo . »>
Y ansi permaneció la fortaleza El bárbaro segunda vez promete
Ilesa por espacio de seis dias, De dar la paz y ser leal amigo
Sin que los defensores aflojasen Debajo de lo cual muchos soldados ,
Ni les faltasen armas ofensivas ; Sin el recato que les convenia ,
Y al cabo deste tiempo de los nuestros Se fueron acercando mas al muro ,
Solos dos escaparon sin heridas , Y á uno que llegó mas descuidado
Aunque ninguna dellas peligrosa , Un jáculo mortal de dura punta
Pues por la mayor parte los calios Le traspasó las íntimas entrañas
Nunca tuvieron uso de veneno. Y dió fin á sus dias brevemente.
Vista pues la dureza de los indios, En este tiempo ya por otra parte
Mas eficaz remedio procuraron , Iban huyendo acia la quebrada
Y fué ponelles fuego por debajo , Montuosa que estaba por delante
Para lo cual trajeron mucha paja , Un golpe de muchachos y mujeres ,
Haces lijeros que con una mano Sirviéndoles el humo de cubierta ;
Podian arronjar al pié del fuerte , Y un lusitano dicho Juan Fernandez
Con la siniestra bien arrodelados : Acaso vió hüir por la ladera
Al fin pusieron fuego, puesto caso A gran priesa la gente que salia ,
Que no faltó terrible resistencia , El cual dió voces à los compañeros
Con industrias y mañas admirables ; Diciéndoles «¡ A ellos, que se huyen ! ►
Y como los estantes eran gruesos Acuden los que cerca se hallaron
Y la madera dellos no dispuesta Para los detener y bacer presa ,
Para que facilmente se quemase , Y en este punto para defendellos
No hicieron entonces los efectos Arronjóse Toné por el portillo
Que nuestros españoles deseaban , Con un espada lucia castellana ,
Pero del humo las molestas nubes Despojo por sus manos adquirido ,
En escesivo grado fatigaban Poniéndose delante de los nuestros ,
A los que ya perdian esperanza Con tan terribles golpes y osadía ,
De se poder valer estando dentro. Que detuvo sus pasos presurosos
Y ansi Toné mandó que se hiciese Por dalles mas lugar á los que huyen :
Acia la parte menos asechada Rebate los aceros castellanos
Un portillo pequeño por adoude Con tal compás de piés y lijereza ,
Saliesen las mujeres entre tanto Y priesa de reveses tan á punto ,
Quél razonaba con los españoles , A los unos y otros acudiendo ,
Y procurasen con veloce paso Que parecia verdaderamente
Meterse por el monte mas cercano Estar de mil demonios revestido ;
Pues tenian bien cerca la guarida Y cuando ya sintió que sus mujeres
Y los obscuros humos ayudaban Y hijos estarian en el bosque ,
Para hacello mas cómodamente. Quisose desgalgar la cuesta abajo ,
Esto se puso luego por la obra ; Y recelándose que Juan Fernandez ,
Y el astuto Toné con la voz alta Que mas se le metia por un lado ,
Les dijo : « Por amor de Dios, os ruego Al tiempo que volviese las espaldas
Que no me pongais fuego , pues ya veo Ejecutar podria sus intentos ,
Ser torpe devaneo resistencia No saben cómo dió con él en tierra ,
Y que mi diligencia nada presta O ya podria ser caer el mismo ,
Contra vuestra molesta pertinacia ; Mas no bien acabó de caer cuando
Paz , amistad y gracia quiero y pido Asió dél por la pierna con la mano
Y darme por vencido con mi muro , Siniestra, y arrastrando lo llevaba ,
Como me deis seguro de la vida , Segun suele hacer rapace fiera
Porque soy homicida de cristianos Al hombre miserable que durmiendo
Que fueron por mis manos descompuestos , O ya velando , con imperceptible
Viendo sus deshonestos pensamientos Velocidad de salto lo arrebata ,
Y mil atrevimientos insufribles ; Que si por caso gente bien armada
Y en casos tan terribles la defensa La presa le sacó dentre las manos
Es en cualquier ofensa permitida. Queda miembros y huesos quebrantados
Recelo mi caida , y ansí quiero Atónita , pasmada , sin sentido :
Dejar el arco fiero con sus tiros , Y poco menos de tan mala burla
Prometiendo serviros llanamente , El fuerte y atrevido lusitano
Sin que jamas intente movimiento Al tiempo que Toné dejó la carga
Que os dé desabrimiento ni desgusto : Por ille Bernardino de Mojica
Si es lo que pido justo , dad abierta Con otros dos ó tres en el alcance ,
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, hist. del choCO, CANTO 1 . 537
El cual por salir libre del conflicto Que sin faltalles abundantemente
Tuvo por bien de les dejar la presa Podian sufrir cerco muchos dias ;
Y sin ella meterse por el monte ; Y ansi lo defendieron treinta y nueve
Pero de lance tan inopinado Con gran obstinacion , y fué la causa
El portugués quedó harto corrido Ser muy mas empinadas las laderas
Y no menos molido que asombrado. Do fué la fundacion del edificio ,
Entre tanto los otros españoles Al cual pusieron cerco por dos partes ,
Armados ocuparon el portillo , Haciendo sus trincheas y reparos
Y algunos intentaron entrar dentro Porno ser ofendidos de los tiros
Creyendo que se dieran los restantes , De que diurnas y nocturnas horas
Y que gozaran de despojo rico , Daban en el real nubes espesas ,
Que lo debia ser si no saliera Sin que por parte de los españoles
El esperanza vana , porque fueron Se pudiese hacer efecto bueno
Con increible furia rebatidos , A causa de ser agra la subida.
Y en la presura y acometimiento Y ansí, porque con salitrosos tiros
Dos españoles valerosos muertos ; Señoreasen mas la fortaleza ,
Por cuya causa los demás soldados Y desde lugar alto descubriesen
Avivaron el fuego retenido Y viesen los ocultos defensores ,
Con cuantidad de leña que pusieron Tentaron de hacer un balüarte
Por una y otra parte de la fuerza , Alto, donde subiesen diez ó doce ;
Cuyas voraces llamas dieron vuelo Pero cuando los palos arbolaban ,
Hasta llegar á las pajizas casas , Fueron tantos los jáculos y piedras,
Donde la turbacion confusa corre , Que birieron en piernas y cabezas
Murmurio y alboroto descompuesto , La mayor parte de la gente noble
Las voces y los ojos ocupados Que ponian las manos en la obra ,
Del inconstante humo removido Y a Bernardino de Mojica dieron
Por el sonoro soplo de los vientos, Con violenta piedra la herida,
Que no les da camino por do puedan Cuya cicatriz hoy se manifiesta
Hallar algun recurso de hüida. En la mejilla del venusto rostro ;
Segun que muchas veces acontece Y ansi paró la máquina que digo.
Andar revueltos varios animales Pero con presurosa diligencia
Cuando suelen indianos cazadores Volvieron a las mantas de tablones,
Quemar zavanas altas en verano , Con las cuales tentaron muchas veces
Que viéndose de fuego rodeados Llegar al ligneo muro ; mas por bajas
Corren acá y allá con desatino , Troneras asomaban gruesas picas
Y cuanto mas el fuego se recoge Bien de cincuenta piés, con duras puntas ,
Y en mas breve distanci a los congreg a, Que cuantidad de indios meneaban,
Mayor es el confuso movimiento , Y con ellas herian malamente
Bullicio , confusion , desasosiego , Los piés que no podian ir cubiertos ;
Hasta que vivas llamas los ahogan : Y aunque García de Arce, cuyos tiros
Ansí los miserables se confunden No menos que de Febo fueron ciertos ,
Unos sobre los otros apiñados , Hacia mucho daño con las postas
Adonde perecieron brevemente ; Que cargados cañones escupian
Verdad sea que muchos antes desto Contra los asechantes agujeros ,
Con miedo del incendio peligroso No por eso faltaban indios sanos
Salieron y se dieron desarmados Que luego socorrian y estorbaban
A la dispusicion de nuestra gente , El acometimiento de los nuestros.
Mas otros duros , malos , pertinaces , Y un Valdelomar, mozo robusto,
Tomaron por remedio mas acepto De grandes fuerzas, hombre corpulento,
Ser del inmite fuego consumidos , Con su celada fuerte y otras armas
Tanto que si sus hijos y mujeres Y una media burra de madera,
Querian evadirse del peligro Fué por el reventon mas adelante ,
Ellos con manos impias, crüeles , Pero no sin castigo peligroso,
Al fuego los volvian , donde fueron Porque violenta piedra con su golpe
Los unos y los otros abrasados ; Abolló la celada borgoñona
Y ansi se dió fin á la fortaleza Y dió con él en tierra cuasi muerto ,
Deste valle que llaman Penderisco. Diciendo : «¡ Dios me valga!» y al momento
Ahorcaron algunos después desto Fué socorrido de los compañeros,
De los que se prendieron, y cortaron Que fuera lo sacaron aturdido
Manos , sin que mostrasen sentimiento Y con herida grave , cuya cura
Al golpe del machete los pacientes , Tardó no poco número de dias .
Antes ejecutada la sentencia Vista pues la dureza de los indios
Metian ellos mismos en el fuego Y cuán bien defendian su partido,
La sangrienta lision del trunco brazo Procuraron valerse de la leña
Quemando fuertemente la herida ; Para ponelles fuego , segun antes
Y estos con libertad desenfrenada , Les convino hacer en Penderisco ;
Al tiempo de salir dentre los nuestros Mas con aquellos largos hurguneros
Iban diciendo dellos mil blasfemias , La desvïaban toda fácilmente
Afrentas , vituperios y amenazas. Haciéndola rodar la cuesta abajo
Después que castigaron estos indios Por ser de reventones muy enbiestos .
Caminaron dos leguas adelante , Y en esta porfiada pesadumbre
Adonde reposaron algun tiempo Habian consumido treinta dias,
En un asiento llano y apacible Los unos y los otros fatigados ,
Hasta convalecer de las heridas ; Tanto que ya los bárbaros cesaban
E ya recuperada mejoría De las continas gritas y algazaras
Determinaron ir á Nogobarco Con que vituperaban á los nuestros ,
A combatir el fuerte que tenia Antes con reportadas aparencias
En parte mucho mas inespugnable , Estaban en un tácito silencio,
Y en él bombres de guerra solamente , Tal que los españoles sospechaban
Absente la demás imbele chusma. O que dormian ó que estaban muertos ;
Tenian los pertrechos y adherentes Y ansi determinaron dos soldados,
Que del priinero dije , pero tantos Francisco Barco y Cristóbal Gonzalez ,
558 JUAN DE CASTELLANOS .
Mancebos animosos y lijeros , Mas Francisco Moreno, valeroso I
Una siesta llegar tacitamente Soldado, de los viejos de Antioquia,
Por parte mas oculta y encubierta , A quien después mató Gaspar de Rodas
Y entralles en el fuerte gateando En singular certamen combatiendo ,
Por los estantes que caian fuera, Levantóse del lecho mal herido ,
Armados de sus sayos estofados , Y dijo las palabras que se siguen :
A las espaldas puestos los escudos, «Espántome, señores , grandemente
Ceñidas las espadas y las dagas : Deste mal acordado movimiento,
Lo cual efectuaron, pero cuando Y de que pechos de tan diestra gente
Llegaban cerca para saltar dentro , Conciban semejante pensamiento ,
Acudieron rabiosos defensores Pues soltar de las manos lo presente
Con gran rüido , grita y alboroto Es dar a los demás fuerzas y aliento,
Y diferentes armas en las manos, Y en vez de domeñar duras cervices
Con que precipitaron mal heridos Plantar para mas guerra mas raices.
A los determinados compañeros , »Lo que nos cumple para paz entera
Los cuales se volvieron à sus ranchos Y dar á lo demás abierto tajo ,
Con harto mayor priesa que vinieron, Es deshacer aquesta ladronera
Y fué bien menester su lijereza Que nos ponen aquí por espantajo,
Para se defender de la creciente Porque haciéndolo desta manera
De jáculos y piedras que tras ellos Lo demás allanamos sin trabajo ;
Iban encaminadas por los aires. Mas si con su dureza dejais esta,
Tuvieron después desto los cércados La tierra toda queda descompuesta.
Grande solicitud y vigilancia >> Las armas nos tenemos en la mano
En se velar las noches y los dias, Y á nuestros enemigos tras paredes :
No sin aquellas gritas que solian Nunca Dios mande que el honor hispano
Con afrentas, oprobios y amenazas : A menos venga por vuestras mercedes ;
Un bárbaro ladino mayormente Perseverad, pues tarde que temprano
Se solia poner en cierta parte Han de venir á dar á vuestras redes ,
En lo alto del fuerte cada noche, Y queriendo hacer mas asistencia
Confiado de que con obscurana Maña no faltará ni diligencia. >>
Tiro no le podia hacer daño , Estas y otras razones dijo, como
Y en lengua castellana les decia Vecino de la villa de Antioquía,
Desvergüenzas y deshonestidades ; En cuyos proprios términos caian
Pero García de Arce, puesto caso Las gentes que venian allanando ;
Que no podia ver al que hablaba, Y ansi Gomez Fernandez informado
Do sonaba la voz guió la bala, De lo que los soldados procuraban ,
Y fué con tan buen tino que con ella Les declaró su voluntad diciendo :
Hizo que resollase por el pecho , «Merece punicion aquel que anda
El cual con el angustia de la muerte Tractando semejante desvarío,
Cayó dando gemidos lamentables. Y aquesta no será con mano blanda
Pero los otros, porque no sintiesen Cuando tentare de hacer desvío ,
Los nuestros las querellas del caido , E yo no lo haré desta demanda
Cantaban y hacian gran estruendo ; Hasta ya dalle fin ó ver el mio ,
Y él mismo les decia : «Ya mi vida Y para dallo sin que mas se espere
Conozco ser rendida de la muerte, Cada cual haga lo que yo hiciere.>
Y cómo se convierte mi sentido Aquesto dicho, fué por su persona
Al fin aborrecido que tenemos ; A la roca que estaba mas cercana ,
No pueden los estremos de tristura Cultura de los bárbaros cercados
Callar la desventura y el tormento Que contenia cuantidad de leña ,
Del gran dolor que siento, y al mas lleno Y sobre sus antiguos hombros puso
Juicio le es ajeno sufrimiento Un ponderoso hace, y arronjólo
Que como veloz viento se le aleja ; Al pié de la ladera que distaba
Es el dolor de queja muy pariente Doscientos pasos de la fortaleza ;
Y del triste doliente la querella , Y todos los demás por muchas veces
Y ausí me voy con ella deslizando ; Hicieron esto mismo, hasta tanto
Mas porque los del bando peregrino Que se llegó crecida copia della.
No sientan mi mezquino acabamiento , Armaronse las mantas después desto,
Será de gran momento lo que ruego, Burras y medias burras de madera,
Y es que me mateis luego, sin tardanza Y detrás dellas gente que hacia
Y que tomeis venganza de mi muerte.» Hoyos con barras y otros instrumentos ,
Esto pusieron ellos en efecto, Donde hincaban palos en hilera
Y aun por ventura fué mantenimiento Como cuarenta piés del alto fuerte ,
De sus voraces vientres , como suelen. Atravesando varas por los palos
Después los bárbaros por un portillo , A manera de seto mal tejido ,
Lugar secreto bien disimulado, Pues era solamente por respecto
Salian muchas noches con sus armas De que la leña no se deslizase
Y daban en el campo de los nuestros Por la clivosa y áspera subida
Con impetu terrible, de tal suerte Cuando los pertinaces defensores
Que no dejaban de hacelles daño , Usasen del astucia que solian ;
Y fuera mucho mas si no tuvieran Lo cual hicieran ellos fácilmente
Los españoles suma vigilancia , A no hallar obstáculo delante
Estando todos bien apercebidos , Y violentas balas que volaban
Sin reservar heridos ni dolientes. A las troneras bajas y á las altas,
E ya, del largo tiempo fatigados , Defendiendo por una y otra parte
Algunos murmuraban y quisieran Los hombres ocupados en la obra.
Dejar aquel empresa de las manos, La cual conclusa como deseaban ,
Y efectuar su principal viaje Y cercada la parte que podia
En busca de la tierra del Dabaibe , En alguna manera ser hollada,
Pareciéndoles ser tiempo perdido Cubiertos de los cóncavos escudos
Aquel que se gastaba porfiando A causa de los jáculos y piedras
En allanar aquella fortaleza De que siempre llovia muchedumbre ,
Al parecer comun inespugnable ; Iban las diestras manos arronjando
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, Hist. del CHOCO, CANTO I. 559
Con gran solicitud la seca leña Castigo guardó paz inviolable.
Entre la fortaleza y el cercado , Entró García de Arce mas adentro
Tanto que ramas, pajas y fomentos De las montañas con alguna gente ,
Subieron dos estados en altura , Y con él Bernardino de Mojica ,
Bastante para lo que pretendian ; Y allanaron algunas barbacoas
Mas como ya la sombra de la noche De menos importancia ; y esto hecho ,
Venia los objetos encubriendo , En cumplimiento de lo que mandaron
Esperaron al dia venidero Los jueces de la real audiencia ,
Para ponelle fuego, porque nadie A la poblacion fueron de Antioquía ,
De los que dentro de la fortaleza Donde poblaron , y quedó con veinte
Estaban escapase de ser preso . Soldados un Francisco Barahona ,
Y el capitán y los demás soldados Cuya refundacion duró muy poco,
Nunca se divirtieron de aquel puesto , Por no ser parte para sustentarse.
Las armas en la mano todas horas , Partió Gomez Fernandez con los otros,
Sin que por el espacio de la noche Que serian ochenta , prosiguiendo
A los cansados miembros se les diese Aquella gran noticia del Dabaibe ,
Aquel regalo que se les debia ; Rompiendo por montañas tenebrosas ,
Y no menos los indios procuraban Con tantas desventuras y trabajos
Desbaratar la máquina compuesta Que seria particularizallas
Usando mil astucias y cautelas , Entrar en un confuso labirinto ;
Hasta les arronjar vasos inmundos Y muertos dellos ya la mayor parte ,
De fétidos y sucios escrementos, Viendo su perdicion y desavío ,
Pero ningunas cosas fueron parte En balsas se bajaron navegando
Para desarrimallos de la leña ; Por el rio que llaman de las Redes
Hasta tanto que ya febea lumbre Hasta las playas de la mar del Norte,
Vino tendiendo sus dorados rayos Desde donde los pocos que quedaron
Por aquel hemisferio y horizonte , Aportaron con riesgos increibles
Y antes que comenzasen los incendios A Tulú y á la mar de Cartagena.
Los llamaron de paz, y les hicieron Donde Gomez Fernandez , no cansado
Requerimientos y protestaciones De tan adversos trances , hizo gente ,
Baldías. Y ansi , vista su dureza , Y con basta sesenta compañeros
Poner fuego se tuvo por remedio , Volvió por mar en unos bergantines ,
Cuya veloce llama fué subiendo Que lo desembarcaron en las playas
Hasta llegar á los pajizos techos ; De aquel rio que llaman Oromira ;
Lo cual visto por ellos , paz pedian Mas oro no míró, sino trabajos ,
Algunos , y esos no sin arrogancia , Hambre, calamidad , penalidades,
Porque decian : « Ya sabeis , cristianos , Que para las hacer encarecidas
Cuasi que tanto como los catíos Basta ser tales cuales se padecen
En astucias y en ardides de guerra. » En los apócrifos descubrimientos.
Al fin salieron muchos , pero como Y ansí por no hallar tierra dispuesta
Estaban represados mil enojos , Para hacer morada permanente ,
Algunos fueron muertos por los negros Tomó la derecera de Antioquía ,
Esclavos que venian en el campo Atravesando ciénagas y rios ,
Y aun por los españoles agraviados ; Montañas y breñales pluviosos ,
Otros prendieron , y otros mas protervos , Donde la dura hambre dió remate
Con verse ya cercanos á la muerte , De muchos ó los mas desta compaña ;
Siempre permanecieron peleando Y cuando los restantes allegaban
Desde la fortaleza , hasta tanto A Tabebe , provincia que confina
Que ya se convirtieron en ceniza ; Con el fértil terreno de Antioquía ,
Ÿ à vueltas de otros muchos que hirieron Do quedaba poblado Barahona ,
Antes de ver su trance postrimero, Los indios viéndolos debilitados ,
Dieron á Bernardino de Mojica Enfermos , flacos , flojos , consumidos ,
En un hombro con piedra ponderosa , Dieron en ellos , y al primer encuentro
Con tal quiebra de huesos , que este dia Mataron fácilmente tres ó cuatro ,
En tiempos pluviosos y revueltos E yendo ya los otros de vencida ,
No deja de sentir algun trabajo. Huyendo de la muerte que llevaban
Algunos ahorcaron de los presos , Consigo , si las manos acobardan ,
Y el uno dellos , cuando pregonaban El buen Francisco Barco les decia :
« El rey manda hacer esta justicia >> « Parad , parad , parad , gente perdida ,
Dijo con un desgaire desdeñando : Que si no baceis cara , nada presta
¿Qué rey, qué rey es ese que lo manda?» En trance semejante la hüida ;
Y el capitán , por ver el desacato El auxilio de Dios es el que resta ,
Y aquel torvo mirar y furibundo , Las manos y el espada bien regida :
Mandó soltar un perro furioso , A ellos , pues sabeis ser mas honesta
En estas cazas muy ejercitado , La muerte peleando, que huyendo ,
Que con impetuoso movimiento La cara vida y el honor perdiendo .
Fajó con él , y estándolo comiendo El capitán lo mismo les decia ,
El indio le decia : « Come , come », De quien no se apartó Francisco Barco;
Sin que de su tormento diese muestra , Y ansi volvieron todos , y acometen
Formase queja ni torciese gesto. Como rabiosos perros á los indios ,
Los demás enviaron libremente, Porque el temor sacó de la flaqueza
Algunos sin narices y otros mancos , Briosas fuerzas y gentil denuedo.
Que fueron pocos y de los mas viejos Con que hicieron bechos admirables ,
Que siempre suelen ser mas indomables ; Tanto que se creyó que meneaba
Y los que de lisiones iban libres Virtud superior piernas y brazos ;
Llevaban todos cruces en las manos, De cuyos golpes atemorizados
Encomendándoles que convocasen Los indios los dejaron y huyeron ,
Sus amigos , sus deudos y parientes Y ellos continuaron su camino ,
A la paz y amistad de los cristianos , En el cual los que dellos perecian
Lo cual ellos hicieron con llaneza ; Los apartaban fuera grande trecho ,
Y ansi vinieron muchos , de los cuales Porque si les viniesen dando caza
El uno fué Toné , que después deste Esta diminucion no conociesen .
560 JUAN DE CASTELLANOS.
Al fin , con esta grave pesadumbre Destos ha sido Melchior Velazquez ,
Llegaron á Autioquía, do pensaban De quien he de tractar en lo que resta
Hallar algun refugio ; pero cuando Para dar fin à la tercera parte ,
No vieron español en el asiento Porque con su discurso se concluye
Donde quedó poblado Barahona , Lo que de Popayán es dependiente.
Crecieron las congojas y el desmayo Este hidalgo pues , siendo vecino
Y la desconfianza de la vida. De la ciudad de Buga , que confina
Mas en aqueste tiempo ya tenian Con tierras del Chocó do voy entrando ,
En Santafé noticia por los indios Teniendo buena suerte por servicios
De paz cómo venian mal parados, Hechos en allanar aquella tierra
Y en ese mismo punto despacharon Y otras muchas provincias belicosas ,
Algunos españoles , y cargados Como tuviese nuevas de la muerte
Con ropas y alimentos yanaconas , Del otro capitán Gomez Fernandez ,
Para favorecellos entre tanto Y se hallase con algun posible
Que llegaban allá los miserables. Para subir á dignidad mas alta ,
Estos los encontraron , pero tales Importunado fué de sus amigos
Que corazon humano no pudiera A demandar al rey aquel gobierno
Dejar de derramar lágrimas vivas : Con aquella esperanza cudiciosa
Fueron los que venian veinte y cuatro ,、 Que su predecesor también tenia ,
Y destos , ya cercanos á la villa , Por ser , segun habemos declarado ,
Con regalallos todo lo posible , Una pasta de oro toda ella ,
Los tres ó cuatro dellos perecieron ; Aunque no con aquellas cualidades
Y los restantes que llegaron vivos Que para la poblar son necesarias ;
Fueron tractados generosamente Mas con pensar que yendo mas adentro
Por la gran caridad de los vecinos. Hallarian terrenos apacibles ,
E ya Gomez Fernandez reformado , Envió sus despachos à la corte ,
Partió para su casa que en Encerma Que fueron á su gusto proveidos ,
Tenia , con cuadrillas en las minas , Vista la cualidad de su persona
Que mientras él absente le sacaron Y méritos bastante bien probados.
Mas de sesenta mil pesos de oro : Y antes que los recados le viniesen
Alivio singular y recompensa Entró con cien soldados descubriendo,
De costas hechas en aquel vïaje , Y en un rincon halló las poblaciones
Do nunca lo dejó Francisco Barco De los indios que llaman coronados ,
Hasta ponello dentro de su casa ; Con otros que se llaman los tutumas ,
Y visto su leal comedimiento , Que los unos y otros computados
Con esperimentada valentía Se llegarian á seis mil vecinos ,
En aquella jornada trabajosa , Malos de conquistar por ser valientes
Fué deste capitán favorecido . Y bien ejercitados en sus armas ;
El cual vino después al Nuevo Reino , Pero su buena maña pudo tanto
Y dada cuenta de lo sucedido Que los hizo venir á servidumbre ,
A los jueces del real senado , Y en sitio para pueblo conveniente
Por cuya comision él se dispuso A la ciudad de Toro dió cimiento
A la ciega demanda del Dabaibe, Que promete perpetua permanencia
Partió poco después para Castilla , Por la riqueza grande de sus minas.
Adonde , todavia con su tema , Entró mas adelante conquistando
El gobierno pidió de los chocoes , Indios que conpetian con tutumas ,
Que por el gran Filipo le fué dado ; Que a la nueva ciudad contribuian ,
E ya cuando venia con el cargo Y eran de los chocoes infestados ,
Dentro de la ciudad de Cartagena Y dellos trajo copia de captivos ,
Cortó la dura parca sus diseños , Joyas y de veneras rica muestra ,
Los cuales acabaron con su vida. De que quedó mas engolosinado.
Autorizaron estos funerales En este mismo tiempo gobernaba
Pocos de los antiguos conocidos , Bartolomé de Mazmela la tierra
Porque ya los amigos de su tiempo De Popayán , el cual le dió licencia
Gustado habian deste mismo trago; A Francisco Redondo , que es vecino
Mas no faltó quien sobre su sepulcro De Cali , hijo de Antonio Redondo ,
Mandó poner la letra que se sigue : Para hacer entrada por aquellas
Aquí yaz Gomez Fernandez Montañas , cuya fama se estendia
En lugar estrecho puesto , Cerca de la riqueza de sus venas ;
Antes altivo y enhiesto ;
Pero las cosas mas grandes Mas este capitán salió huyendo
Vienen a parar en esto. Con pérdida de muchos españoles
Tuvo presuncion subida , Que le mataron en algunos pasos
Sin temor de la caída , Los bravos defensores de su tierra.
No queriendo conocella
Con esperanza de vida , Y entonces le llegaron los despachos
Que es lo mas incierto della.
Al Melchior Velazquez del gobierno ,
Los cuales recebidos bizo gente ,
Yjuntaria como cien soldados
CANTO SEGUNDO . Con quien consumió copia de dineros
Dándoles los avíos necesarios .
Donde se tracta cómo por muerte de Gomez Fernandez se proveyó la go- Entró con ellos pues por las montañas,
bernacion del Chocó a Melchior Velazquez , y las entradas que hizo. Llevando falsas guias de chocoes
Que desviaron maliciosamente
Del ejemplo pasado se colige A nuestros españoles de los pueblos
Cómo nunca jamás al apetito Que prometieron dalles en las manos ,
Humano sucedió suerte tan llena Y ansi fueron guïando por un rio
Que con aquella quede satisfecho ; En una y otra parte mal poblado ;
Y ansi no pocas veces acontece E ya reconocida la malicia
Que por subir á mas altiva cumbre Por ser la dilacion de muchos dias ,
Los hombres que vivian descansados Apartadas las guias y la lengua ,
Con una moderada pasadía India ladina de su propria casta,
Caen en los trabajos y aflicciones El Melchior Velazquez les pregunta :
Que la necesidad trae consigo . "¿Por qué me habeis mentido y engañado
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III, HIST. DEL CHOCO, CANTO II. 561
Usando de tan gran maldad conmigo , Podian ir personas y adherentes ;
Trayéndome por este despoblado Una sola canoa razonable
Sin gente , sin labor y sin abrigo? Do Melchior Velazquez navegaba
Con gran razon estoy determinado Con seis arcabuceros , recogiendo
De daros duro y áspero castigo , Las balsas rezagadas que quedaban
Para que los demás con escarmiento Por mil inconvenientes que suceden.
Enmienden este gran atrevimiento. » Y habiendo desta suerte navegado
El indio mas antiguo le responde : Tanta distancia como de diez leguas ,
Tengo por acertados los engaños Dieron las balsas repentinamente
Evitando los daños y los males Encima de un raudal impetüoso
De nuestros naturales y parientes , De peñas descubiertas y cubiertas ,
Por no dallos á gentes estranjeras , Donde se trastornaron sin remedio
Y tú mismo hicieras otro tanto : Ansi las balsas como la canoa ,
Usa, que no me espanto de la pena , Y cada cual por escapar la vida
Pues estoy en cadena detenido ; Asidos de los frágiles navíos
La muerte yo la pido , yo la quiero Sustentaban los cuerpos en el agua ;
Contento , pues que muero sín ofensa Pero celadas , cotas , arcabuces
Y por justa defensa de mi tierra » . En busca fueron luego de su centro,
El Melchior Velazquez reportóse Y arrebatados de la gran corriente
Oyendo lo quel bárbaro decia , Los sayos estofados y rodelas
Y con amenazallo solamente Y los demás reparos de vestidos
Cumplió con sus enojos y pasiones ; Acia la mar del Sur iban nadando ,
Y luego hizo junta de su gente Dejándose los dueños á lo largo ,
Para tomar acuerdo resoluto Sin esperanza de poder cobrallos.
En determinacion de su vïaje , Salieron pues los nuestros á la playa ,
Y á todos les habló desta manera : Mas por milagro que por fuerza suya ,
<Amigos , mala burla nos han hecho Los unos de los otros divididos ,
Los indios que traíamos por guias Segun mejor podia cada uno ,
Saltando del camino mas derecho Sin recurso de ropa que mudasen
En solitarias y dudosas vias , En vez de la que sacan empapada ;
Por donde caminamos sin provecho Yjuntos fué comun el desconsuelo ,
Por tan crecido número de dias En hambre y desnudez todos iguales ,
Sin descubrir terreno que contente , Aunque mas perdidoso quien habia
Ni cosa de que el campo se sustente. Hecho la costa del aviamiento.
De cuya causa yo me determino, Al fin como se viesen descompuestos
Viendo tan enfadosos trompezones, Y de tantas angustias rodeados ,
De no proseguir mas este camino El último remedió fué volverse
Ni meteros en otras confusiones , A Toro, con trabajos que no pueden
Sino volver atrás é ir á tino En prolijo papel ser numerados :
En demanda de aquellas poblaciones, Y ansi llegaron tales que gastaron
Porque las guias, como no se mueran , Dos años y algo mas en reformarse.
Nos las tienen de dar aunque no quieran. Al cabo de los cuales el Velazquez
> Orden daremos para que se ablanden Tuvo noticia de los noanamas 1
Y sean mas sinceros ó sencillos ; Provincia del Chocó, de quien tractamos,
E ya que con engaños se desmanden Y con aquel deseo virtuoso
Por los hilos se sacan los ovillos, Que tienen corazones generosos
Pues caminos ternán por donde anden Con celo de vivir después de muertos
Por los cuales podremos descubrillos : Dejando por sus hechos buena fama,
Aquesto me parece y esto siento Armó como setenta compañeros
Debajo de buscar vuestro contento.» De todas armas bien aderezados ,
Oidas las razones , todos ellos Y entró con ellos siempre por caminos
Le respondieron cómo no tenian De gran dificultad , hasta que dieron
Querer ni voluntad mas que la suya , * En un gran rio cuya travesía
Y aquella seguirian donde quiera Era dos veces mas en la distancia
Que le pluguiese de hacer viaje. Quel rio grande de la Magdalena ,
Con esto se volvieron á sus ranchos , Y en las riberas dél algunos pueblos
Y un clérigo de misa que llevaban Cuyos caminos eran por el agua,
Oyó , parece ser , algunas cosas Sirviéndose de barcas ó canoas
De lo que prometieron diferentes , En todos sus negocios y contractos.
Y al Melchior Velazquez en secreto Y en el primero pueblo que se vido
Le dijo: « Procurad otro concierto , En la contraria banda situado
Porque me consta ser gente doblada , Habia cuantidad de plantanales
Y si volveis atrás tengo por cierto Que las orillas frescas ocupaban ,
Que os tienen de dar todos cantonada , Racimos sazonados y maduros
Pues murmuran de vos al descubierto Pendientes de las plantas , convidando
Pesantes de venir en la jornada : A los que se llegaron con canoas ,
Remédiese no sero , sino serio , En que vinieron del opuesto lado ;
Y creed que no hablo sin misterio. » Y con decilles Melchior Velazquez
El buen gobernador quedó confuso , Que no llegasen á los platanales ,
Y porque no saliesen de las redes No fuesen las Hespérides aquellas
Estuvo dando trazas y tanteos Donde el dragon guardaba las manzanas ,
No sin fatiga del entendimiento ; Con la cudicia del suave fructo
Y al cabo tuvo por mejor remedio Faltóles obediencia , y acometen
Bajar en balsas por aquel gran rio Sin orden divididos , derribando
Que parecia sesgo y apacible Aquí y allí racimos á porfía,
Para poder por él ir navegando Sin recelar el daño que tenian
Una y otra ribera descubriendo. Cercano, pues estaban emboscados
Mandó hacer las balsas otro dia , Dentro del platanal bárbaros fieros ,
Y cada camarada tuvo cargo Que cuando mas los vieron embebidos
De componer los palos en que fuese Salió la multitud y torbellino
Con fuertes ligaduras amarrados , Con acometimiento furibundo,
De manera que sin tocar al agua Y del primer encuentro se llevaron
T. IV. 36
362 JUAN DE CASTELLANOS .
Once soldados con sus arcabuces. Respondieron con loro no fingido
Recógense los otros, y detienen Que todos los barrió crüel y brava
Aquella tempestad impetuosa Peste que por allí se padecia :
Defendiéndose dellos un buen rato , Esto reconocieron claramente
Y el Melchior Velazquez á la grita Por infalibles muestras y por cuerpos
Acudió con los que con él estaban , Que por haber faltado manos sanas
Y alli le traspasaron el un brazo ; No se les dió terrena sepultura .
Pero con su venida los salvajes , Volviéronse con esta mala nueva
Por faltalles ya tiros , se desvian Y sin otra ganancia ni provecho
Y se precipitaron en el agua , Que lastima , dolor y pesadumbre ,
Cortándola con brazos desenvueltos , Cual la tenemos hoy en este reino ,
Como gente que en estos menesteres Pues por la era del de ochenta y ocho
Sabia diestramente menearse , Hubo tal mortandad de naturales ,
Y ansi no fué posible tomar indio , Que los diamantinos corazones
Muchacho ni mujer de quien pudiesen A tierno sentimiento se movieran ,
Saber lo que la tierra contenia. Viendo cómo la flor de todos ellos ,
Quedando pues los vivos afligidos Mozos y mozas en edad florida,
Por la grande desgracia sucedida , Y de los nobles jóvenes patricios ,
Pasaron á la banda do dejaban Damas de gran primor y gallardia ,
Los ranchos asentados y el servicio , Eran arrebatados de la furia
Y su pasaje fué muy trabajoso De aquella tempestad fiera y horrible ,
Y no sin grande riesgo de la vida. Sin que bastasen curas ni remedios ,
Allí , por venir muchos mal heridos , Solicitud , cuidado , diligencia
Se detuvieron por algunos dias , De amos ni de médicos peritos ,
Al cabo de los cuales una noche Con largos gajes , premios y salarios
En el postrero cuarto segundaron Que cada cual vecino prometia
Los bárbaros con otra rociada , Deseando salud á su familia ;
Y acometieron con tan grande furia Y no bastando ya fuerzas humanas
Que fueron removidos de su campo Para cesar la plaga de viruelas
La mayor parte de los españoles , Que todo lo barria y asolaba ,
Los mas dellos heridos , y dos muertos , Ocurrimos al Médico supremo
Y el Melchior Velazquez el un muslo Con cristianas y pias diligencias ,
Por una y otra parte traspasado ; Procesiones , ayunos y limosnas ,
El cual con la presteza que cumplia Que ciertamente se hicieron muchas
En orden puso todos los soldados, En este pueblo donde yo resido
Ansí los sanos como los enfermos , Y en todos los demás del Nuevo Reino .
Y tal priesa se dieron las espadas Pero desta ciudad llamada Tunja
Que los feroces bárbaros perdieron Fueron por una imagen de la Virgen
El campo con la presa que tenian , Que está en Chiquinquira, pueblo de indios
Tomando por guarida la del rio , Que dista deste mas de siete leguas ,
Dejando nuestra gente maltractada. Do la bondad de Dios ha comenzado
Y ansi considerando cuán sin fructo A se mostrar con altas maravillas ,
El tiempo se gastaba , requirieron Sanando ciegos , cojos y tullidos ,
A su gobernador que se volviese , De que daremos cuenta mas estensa
Y como no podia hacer menos , En otra parte , dándome Dios vida.
Condescendió con lo que le rogaron : Trájose con debida reverencia
Efectuóse luego la partida ; Sérico palio, hachas encendidas ,
Pero como salieron lastimados Y era para notar la muchedumbre
Y sin ajenos piés que socorriesen , De bárbaros incultos que salia
Por tierras montañosas sin refugio , A vella , recebilla y adoralla .
Comiendo tallos de silvestres plantas Con lumbres encendidas en las manos,
Y cosas mas inmundas , veinte dellos Prostradas en el suelo las rodillas ,
Dieron fin á trabajos con la muerte , Pidiéndole favor, reconociendo
Y del gobernador lo mismo fuera Ser Madre del que puede socorrellos ,
A no tener en esta desventura Hasta coger las gotas de la cera
Un noble hijo de su mismo nombre Que las ardientes hachas destilaban
Que en todos los trabajos padecidos En tierra , que tenian por reliquia ,
Nunca jamás faltó de su presencia , Y los caciques que tenian pueblos
Cumpliendo fielmente lo que deben Algo mas apartados del camino,
Los buenos hijos al amor paterno. Rogaban la pasasen por sus casas
Llegaron pues á Toro los restantes , Prometiendo magníficas limosnas.
Donde fueron caritativamente Finalmente , después que la trajeron
Curados y á salud restitüidos. Y la pusieron en una capilla
Pasáronse después algunos meses , De ricos ornamentos adornada ,
Y el Melchior Velazquez con deseo Inumerables gentes acudian ,
De mas acrecentar aquel gobierno, Ansi de naturales como nuestros ,
Como ya se sintiese fatigado Continuando santos sacrificios
De los trabajos , y con largos dias , Que celebraban voces acordadas
Al hijo le mandó recoger gente Con solemne concento y armonia :
Para buscar aquellas poblaciones Y fué servido Dios por su clemencia
De que tuvo primero la noticia ; De luego mitigar aquella ira ,
El cual usando de las comisiones Que agora va corriendo y abrasando
Llegó setenta y cinco compañeros , Tierras de Popayán y Quito y Lima ,
Con los cuales entró por la montaña , Por gran descuido de los que gobiernan ,
Y en breve tiempo dió con los asientos ; A proprios intereses anhelantes ,
Pero hallólos todos despoblados , Sin que del bien comun tengan acuerdo.
Desiertos y sin muestra de cultura. Porque esta plaga vino de la costa ,
Dos o tres indias viejas solamente Y pues sabian ya la furia della ,
Ovieron á las manos , y otros pocos Facilisimamente se pudiera
De indios muy enfermos consumidos , Cerrar la puerta por adonde vino
Y preguntándoles adónde estaban Con impedir la boga por entonces
Todos los moradores de la tierra , Yponer guardas en el rio Grande
VARONES ILUSTRES DE INDIAS, PARTE III , hist . del chOCO, CANTO II . 533
Que se cumpliera bien y fielmente De la cual á su tiempo , Dios mediante ,
Con solos seis ringlones del audiencia. Tractaremos particularidades .
Y ansi por una negra que venia Y agora será justo hacer pausa ,
Tocada deste mal contagioso Contento con que dejo descansando
De la costa del mar á Mariquita , Al Melchior Velazquez en su casa ,
Segun comun decir, ha sido causa Y habiendo dicho lo mejor que puedo
Desta calamidad y desventura , Las cosas sucedidas en aquellas
Y que pudiera ser quedar ilesos Cuatro gobernaciones que confinan
Usando de la dicha diligencia ; Y van asidas unas de las otras.
Pruébolo, pues sabemos que en Pamplona No para reposar , pues que me que da
De aqueste reino, por el gran cuidado Larga , prolija y áspera jornada ,
Y vigilancia de Cristóbal Joven , Do con razon me manda que proceda
Siendo corregidor que la regia , Don Gonzalo Jimenez de Quesada
No dejando llegar los caminantes , Cursor primero que ganó la seda
Con sanidad quedó como solia En este nuevo reino de Granada ;
Y libre de la dura pestilencia. De cuyo fuerte brazo y estandarte
Llevamos pues la imagen á su casa Promete de tractar la cuarta parte ( 1 ) .
Con la veneracion que fué posible ,
Y con magnificencia de limosnas ,
De que se van labrando mas decentes
Y mas autorizados edificios ,
Donde también hay lámparas de plata , (1) Cumplió escribiendo la cuarta parte , la cual vió en la librería de
don Alonso Ramirez de Prado , con licencias para imprimirse , Lucas
Ricos y muy costosos ornamentos Fernandez Piedrahita , segun dice en el prólogo á su historía del
Por devotos cristianos ofrecidos , Nuevo Reino. Desfrutóse en esta obra, y se ven en ella versos copiados.
Y segun la frecuencia de fïeles Vide Pp. 365, 587.
Será basílica de gran momento ; (Nota puesta probablemente por el censor antes nombrado.)

FIN DE LA TERCERA PARTE DE LAS ELECÍAS Y LLOGIOS DE VARONES ILUSTRES DE INPIAS , Y DEL TOMO CUARTO
DE LA BIBLIOTECA DE AUTORES ESPAÑOLES.
INDICE .

con grandes valedores de caribes .. 61


Páginas. CANTO SESTO.- Donde se cuenta cómo llegó el armada á la Do-
PROLOGO.. minica, cómo cobraron las negras de Cristóbal de Guzmán
DEDICATORIA al rey don Felipe II. 1 y muchas indias , y lo que mas sucedió , con otros saltos
CENSURA DE AGUSTIN DE ZARATE al consejo real.. 2 que después hizo Yahureibo en la isla de San Juan ó Bori-
3 65
ELOGIOS DE LA OBRA, por varios ingenios.. CANTOquén.
SÉTIMO.- Donde se cuenta cómo privaron del gobierno á
PRIMERA PARTE. Joan Ponce de Leon, el mal galardon que se dió á los vale-
rosos conquistadores que hallaron la tierra, las novedades
ELEGIA I.- CANTO PRIMERO..... que hubo después que Joan Ponce dejó el cargo, con otras
CANTO SEGUNDO.- Donde se trata de las diferencias que hubo muchas cosas hasta la muerte del dicho Joan Ponce.... C8
entre los soldados , y cómo uno habló atrevidamente contra ELEGIA VII. - Elogio de Diego Velazquez de Cuellar , adelan-
Colon , y lo que mas sucedi ó.-Primero viaje de Colon á las tado o gobernador de la isla de Cuba ó Fernandina , con la
8 descripcion della y la relacion de cosas all acontecidas.
Indias....

10
CANTO TERCERO.- Donde se cuenta la gran tormenta que pade- En un solo canto...... 70
cieron antes de ver tierra, y cómo la gente se alborotó otra VIII . A la muerte del adelantado don Francisco de
vez; y del razonamiento que les hizo Vicente Yañez Pinzon. 41 ELEGIA Garay, donde se describe la isla Jamaica.
CANTO CUARTO. Donde se trata cómo hallaron tierra , y 73
descubrieron la grandeza deste nuevo mundo con grandes CANTO PRIMERO . ...... .
muestras de riquezas. Y lo demás que les aconteció con las CANTO SEGUNDO. Donde se trata del órden que tuvieron para 70
primeras gentes que vieron. . . . . . . 13 salir de allí, y la muerte de don Francisco de Garay.....
CANTO QUINTO. - Cómo vino la india mensajera y con ella el rey CANTO TERCERO.- Donde se trata cómo llegó Francisco de Garay
Goaga Canari con gran número de gente , con el cual hizo al rio de Palmas, de lo que allí le sucedió, y de su muerte. 78
amistades, y lo demás que all: se hizo.. 16 ELEGIA IX. - A la muerte de Diego de Ordás , donde se cuenta
CANTO SESTO. - Donde se trata cómo durante el tiempo de su la gran entrada que hizo por el río de Uyupari , y las cosas
viaje , la vuelta de España , decian varias opiniones cerca en ella sucedidas.
de estas partes. Y cómo llegando á España se divulgó con CANTO PRIMERO.... 80
gran admiracion el descubrimiento susodicho........ 19 CANTO SEGUNDO.- Donde se cuenta cómo Diego de Ordás subió
ELEGIA II.A la muerte del capitán Rodrigo de Arana , en la con su armada el rio Uyapari arriba , y cómo volvió perdido
cual ansimismo se prosigue el descubrimiento de las Indias. á Paria , y lo que mas aconteció hasta su muerte...... 81
23 ELEGIA X.- Conquista de la isla Trinidad y cosas en ella acon-
CANTO
CANTO PRIMERO.. lecidas desde su primer gobernador , que fué Antonio Se-
SEGUNDO. Donde se cuenta la muerte del capitán Ro-
drigo de Arana , cordobés , y de lo que hizo Colon llegado deño , hasta que vino Joan Ponce de Leon , natural de San
26 Joan de Puerto-Rico , y nieto del que conquistó aquella isla.
à la Española ..
ELEGIA III . — A la muerte de Francisco Bovadilla , donde an- CANTO PRIMER
CANTO SEGUNDO. O. - Donde se cuenta cómo los indios revolvieron , 87
simismo se cuenta cómo Colon continuó su descubrimiento ,
con otras muchas cosas que sucedieron en aquella sazon. y á los nuestros les fué forzado dejar la isla.. 00
90
30 CANTO TERCERO. Donde se cuenta cómo Antonio Sedeño salió
CANTO PRIMERO....
CANTO SEGUNDO.- Donde se cuenta las revoluciones que hubo en de Puerto-Santo y fué à Paria, donde se concertó con Alonso
la Española entre Colon y los que allí estaban, y cómo los re- de Herrera y Agustin Delgado, y revolvió sobre la isla Trini-
10

yes proveyeron sobre ello, y lo que mas aconteció en las dad ; y lo queDonde
le aconteció.. 91
34 CANTO CUARTO. se cuenta cómo Baucunar hizo llama-
guerras que de indios tuvieron.... miento de capitanes para ir con gran pujanza sobre Antonio
CANTO TERCERO.- Donde se cuenta cómo tuvo Coanabo cercada
1505

la fortaleza , y lo que sucedió durante el cerco y después que Sedeño, y lo que mas aconteció.. 93
ron.. 37 CANTO QUINTO. Donde se cuenta el rompimiento de la batalla,
los indios se retrajese 93
CANTO CUARTO. Donde cuenta la venida del comendador Ni- y de lo que en ella aconteció..
colas de Ovando , la vuelta de Cristóbal Colon , y muerte de CANTO SESTO. Donde se cuenta cómo Sedeño volvió á Paria con
Bobadilla , con otras muchas cosas que en aquella sazon intencion de reconcilia rse con el Alonso de Herrera, y lo que
CO

acontecieron en estas partes.. 40 le aconteció. . . . . .


ELEGIA IV. Muerte de Cristóbal Colon , donde se cuenta lo ELEGIA XI. A la muerte de Jerónimo de Ortal , segundo go-
que descubrió en el postrero viaje. En un solo canto.... 42 bernador de Paria , donde se cuenta de la segunda en-
trada que se hizo por el rio Urinoco , con otras muchas co-
ELEGIA V. - A la muerte de don Diego Colon, segundo almirante, sas que entonces acontecieron.
donde ansimismo se cuentan otras muchas diversidades de 99
cosas acontecidas en la Española después que murió don CANTO PRIMERO..
CANTO SEGUNDO.- Donde se cuenta el trabajoso viaje que llevó el
:

Cristób al Colon. capitan Alonso de Herrera, y cosas en él acontecidas.. 101


44 CANTO TERCERO. Donde se cuenta la muerte del valeroso ca-

CANTO
CANTO PRIMERO....
SEGUNDO. Donde se tratan las variedades que hubo en pitán Alonso de Herrera , y cómo luego se volvió la gente
este gobierno, la venida del audiencia real, y muerte de don sin pasar mas adelante.. 103
Diego . 46 CANTO CUARTO. Donde se cuenta la mudanza que hubo en el
Colon.......
ELEGIA VI. A la muerte de Juan Ponce de Leon , donde se campo del gobernador Jerónimo de Ortal , y cómo determinó
cuenta la conquista del Boriquén , con otras muchas par- entrar por Maracapana , y las demás cosas acontecidas en
ticularida .des
CANTOaquella provincia
QUINTO. Donde . se cuenta cómo muchos señores indios 410

51
CANTO PRIMERO.
CANTO SEGUNDO. Donde se trata el gran rebelion de los indios vinieron de paz, y cómo si poblaran los españoles y repar-
boriquenes , y cosas que pasaron durante la guerra.... 54 tieran la tierra, se hiciera un negocio de gran importancia, 114
CANTO TERCERO. Donde se cuenta cómo llegó Guarionex al CANTO SESTO. - Donde se cuenta cómo la gente de Sedeño, des-
pués que se metió la tierra adentro, dieron en la gente de
8885

pueblo dicho Montemayor sin ser sentido, y lo que mas su-


56 Jerónimo de Ortai, cuyo capitán era Alonso Alvarez Guerrero,
cedió................. y les quitaron los caballos, y lo que mas aconteció.. 119
CANTO CUARTO. Donde se cuentan otras victorias que los espa- CANTO SÉTIMO. Donde se cuenta cómo Jerónimo de Ortal llegó
fioles tuvieron en pacificacion del dicho Boriquén.. 59
CANTO QUINTO.- Donde se cuenta la pacificacion de todala isla , á su pueblo de Neveri en la costa, cómo se escapó de An-
y la postrera batalla , donde todos los indios estaban juntos tonio Sedeño, y lo que mas le sucedió hasta su muerte . 123
566
INDICE.
ELEGIA XII. A la muerte de Antonio Sedeño , donde asimismo
se cuenta el suceso de su jornada. cemos fundados por los españoles en la provincia de Vene-
CANTO PRIMERO.. zuela , con lo cual se da fin á lo de aquella gobernacion.
CANTO SEGUNDO. Donde se cuenta el suceso desta gente hasta 126 ELEGIA IV. Relacion de las cosas del Cabo de la Vela, y de los
la muerte del Antonio Sedeño, y cómo se dividió su gente rimeros pobladores dél, de la gran riqueza de perlas que
en dos bandos y parcialidades.. alli se halla, con otras particularidades dignas de saberse.
CANTO TERCERO. Donde se cuenta cómo los de Sedeño conti- 131 En un solo canto....
nuaron su descubrimiento, acabado el invierno, y el fin y su- HISTORIA Y RELACION de las cosas acontecidas en Santa Mar- 250
ceso desta jornada.. ta desde su primera poblacion. Y esta primera elegía es a la
ELEGIA XIII. Elogio de la isla de Cubagua, donde se trata 133
muerte de su primer gobernador, que ¡ué don Rodrigo de
la gran riqueza que allí hubo y su perdicion y asolamiento. Bastidas.
CANTO PRIMERO. - Donde se trata de su primero descubrimiento y CANTO PRIMERO ..
esterilidad, con otras particularidades dignas de memoria. 441 CANTO SEGUNDO.-Donde se tracta de la llegada de García de Ler-
CANTO SEGUNDO. - Donde se cuenta cómo llegó Gonzalo de ma á Santa Maria, el gran fausto y pompa que trajo , con
Ocampo al puerto de Cumaná, la buena maña que se dió en otras cosas dignas de escriptura..
prender algunos indios culpados, la justicia que dellos se hi- CANTO TERCERO. - Donde se cuentan varios acontecimientos de 200
zo, con otras muchas cosas que entonces sucedieron . cosas durante el gobierno de García de Lerma....
CANTU TERCERO. Donde se cuenta à cuánta diminucion vino la 143 CANTO CUARTO. Donde se cuenta cómo Pedro de Lerma desde á 271
granjeria de las perías de Cubagu , el asolamiento de aque- pocos dias que llegó à Santa Marta salió á descubrir tierras
lla ciudad , con otras cosas ali sucedidas.. nuevas con algunas guias que trajo de los Caribes .....
ELEGIA XIV. Elogio de la isla Margarita, donde se da relacion 149 ELEGIA V. A la muerte de don Pero Fernandez de Lugo. 253
de la vivienda de la gente que allí reside, y de los infor- CANTO PRIMERO. Donde se cuenta la llegada á Santa Marta con
tunios que ha padecido, con otras muchas particularidades el gobierno de aquella provincia, y lo que sucedió durante
dignas de memoria. su vida .
CANTO PRIMERO.... CANTO SEGUNDO. Donde se tracta cómo dieron de noche en los 983
CANTO SEGUNDO. Donde se da à entender quién era Pedro de 131 dos hermanos, y lo que mas sucedió..
Ursua y su descendencia , con otras cosas ála historia con- CANTO TERCERO. Donde se trata como salió la gente del puerto
vinientes .... de Santa Marta , asi por mar como por tierra , para descubrir
CANTO TERCERO. Donde se cuenta la partida de Pedro de Ursua, 156 tierras nuevas , y de lo que les sucedió en el rio Grande à
con buena copia de gente , aunque alguna della inquieta la entrada dél , y en la prosecucion del viaje...
y facine rosa, y las demas particu laridad es sucedi das antes CANTO CUARTO. Donde se cuenta cómo fué el capitán Joan de 300
de embarcarse en el rio por donde habían de hacer su viaje . 158 San Martin por un rio pequeño distinto del rio Grande , que
CANTO CUANTO . Donde se da razon del mai fin que hubier on bajaba de la sierra , por la misma agua en canoas con pocos
todos los conjurados que fueron en la muerte de su gober- soldados, y lo que les aconteció antes de dar la vuelta a los
nador, y cómo Lope de Aguirre se hizo señor de toda la cuatro brazos que llaman la Tora, donde el campo los espe-
gente con muerte de muchos que tenia por sospechosos y raba
que murmuraban y abominaban de su loca demanda.. .. CANTO QUINTO. - Donde se cuenta la cruel y sangrienta batalla SUS
CANTO QUINTO . Donde se cuenta cómo Aguirre entró en la 465 que tuvo el licenciado Gallegos, y lo demás sucedido hasta
isla Margarita, prendió al gobernador y principales , y las la muerte de don Pero Fernandez de Lugo ......... 313
grandes crueldades que usó el tiempo que allí estuvo.... ELOGI O de don Luís de Rojas , gobernador de Santa Marta, donde
CANTO SESTO. Donde se cuenta cómo Lope de Aguirre salió de 167 se cuentan las entradas que hizo, y lo demas acontecido d
la isla Margarita y entró por Burburata, pueblo de la costa, la tiempo que allt goberno.
tierra adentro hasta la nueva Valencia, con otras cosas que CANTO PRIMERO.......
acaecieron antes de su vencimiento.. CANTO SEGUNDO. Donde se cuenta cómo llegó Francisco Gon- 319
CANTO SÉTIMO. Donde se trata del vencimiento de Lope de 170 zalez de Castro á Pocigueyca ypobló à las faldas de la sierra,
Aguirre, la justici a que dél y otros se hizo, con el cual se
remata ansimismo esta historia, y la primera parte de las Ele- y lo que mas aconteció hasta dejar el asiento que habian
poblad o..
gias CANTO TERCERO. - Donde se tracta la rebelion de los indios de 327
172 Bonda, y el orden que tuvieron para ganar la fortaleza , con
SEGUNDA PARTE.
DEDICATORIA á la majestad del rey don Filipe nuestro señor.. otras cosas en aquel tiempo acontecidas ...
479 CANTO CUARTO. — Donde se cuenta cómo en sabiendo los indios 332
CENSURA DE DON ALONSO DE ERCILLA . . . . Bonda ser ida el armada , vinieron sobre la ciudad de
ELOGIOS DE LA OBRA, por varios ingenios. 180 de
Santa Marta ; cómo se reedificó la fortaleza, con otras mu-
INTRODUCCION.. 180 chas cosas que en la reedificacion acontecieron........ 313
ELEGIA I. — A la muerte de Micer Ambrosio, primero gobernador 181 ELOGIO de don Lope de Orozco desde que vino á gobernar á
por los alemanes, donde se cuentan las cosas sucedidas en la Sunta Marta, donde se hace mencion de las cosas en aquella
provincia de Venezuela hasta su muerte. gobernacion sucedidas hasta el año de 1585..
CANTO PRIMERO.. CANTO SEGUNDO. Donde se tracta cómo don Lope de Orozco en- 331
CANTO SEGUNDO. Donde se tracta cómo el jurado Leiva y Pedro 186 vió al capitán Antonio Cordero a poblar la provincia de Chi-
de Limpias prosiguieron adelante por las zavanas del Cabo mila, y gente blanca, y las cosas que sucedieron durante la
de la Vela y Soturma , en busca de alguna gente para guias , poblacion....... 357
y de lo que les sucedió con unos indios que encontraron . 193 TERCERA PARTE.
CANTO TERCERO. Donde se cuenta cómo micer Ambrosio volvió
con la gente que recogió en la ciudad de Coro, al pueblo que DEDIC ATORIA à la majestad del rey don Filipe , nuestro señor ...
ELOGIOS DE LA OBRA, por varios ingenios.. 363
dejó poblado en el Maracaibo, y de la entrada que hizo por 364
aquella via . HISTORIA DE CARTAGENA.
CANTO CUARTO. Donde se cuenta cómo caminó micer Ambro- 20 1 CANTO PRIMERO.
sio con esta gente , descubriendo tierra hasta llegar adonde CANTO SEGUNDO. Donde se tracta cómo los indios comarcanos 203
está ahora poblada la ciudad de Pamplona, distrito deste vinieron a dar la paz, y bastó la batalla que se dió en Turuaco
nuevo reino donde lo mataron ........ para atemorizar los demás caciques y señores de aquella
ELEGIA II. —A la muerte de George Espira , cuarto gobernador de 206 provincia....
lasprovincias de Venezuela. CANTO TERCERO. -Donde se cuenta cómo el gobernador Pedro de 371
CANTO PRIMERO.. Heredia salió de la ciudad de Cartagena con docientos hoin-
CANTO SEGUNDO. Donde se cuentan los grandes recuentros que 211 bres bien aderezados , y llegó à la provincia de Cenu , y lo
tuvieron , y cómo viéndose George Espira con gran falta de que mas aconteció en su pacificacion y conquista...
gente determinó de volver à la ciudad de Coro, y lo que su- CANTO CUARTO. — Donde se tracta del odio que concibió la gente 377
cedió en el camino ... que quedaba en Tuu contra el gobernador Pedro de Here-
CANTO TERCERO. Donde se cuenta la venida del doctor Antonio 215 dia, por no querellos admitir à las sepulturas ricas que con
Navarro à Venezu ela á tomar residen cia á George Espira yá sus negros y otras personas que allí quedaron sacaba, y las
sus tenientes , y lo que mas aconteció.. . demás variedades que entonces acontecieron....
ELEGIA III. — A la muerte del gobernador Filipe de Uten , donde 224 CANTO QUINTO . Donde se cuenta cómo á pedimiento de hombres 384
se cuenta la entrada que hizo y cosas en elia acontecidas . apasionados, la audiencia real de Santo Domingo envió al li-
cenciado Juan de Vadillo , oidor della , á tomar residencia
CANTO PRIMERO . al gobernador Pedro de Heredia, y lo que durante su tiempo
CANTO SEGUNDO. Donde se tracta cómo Pedro de Limpias se 226 aconteció..
amolinó con cierta gente , y cómo llegó Filipe de Uten al CANTO SESTO, Donde se cuenta cómo el licenciado Joan de Va- 392
Tocuyo, y lo demás sucedido hasta su muerte... dillo salió del puerto de Cartagena por la mar hasta llegar á
CANTO TERCERO.- Donde se tracta del entrada que hizo Diego Ruiz 235 Urabá, y desde allí fué en demanda del Guaca y otras provin-
de Vallejo , maese de campo , á los cúicas, los grandes re- cias, y las cosas acontecidas en aquella jornada .....
cuentros que tuvo con los naturales, con otras cosas que acon- CANTO SETIMO - Donde se cuenta lo sucedido en la provincia 397
tecieron hasta que se pobló la ciudad de Trujillo que allí se de Burítica, y en las demás provincias por donde pasó el l-
fundó ...... cenciado Juan de Vadillo , hasta que su gente lo dejó , y no
CANTO CUARTO.- Donde se dicen los pueblos que hasta hoy cono- ... 210 quiso seguillo...
CANTO OCTAVO.- Donde se da cuenta cómo volvió don Pedro de 106
INDICE .
Heredia con título de adelantado , y cosas sucedidas después HISTORIA de la gobernacion de Antioquía y de la del Chocó, 567
de su venida , y antes que llegase á Cartagena ..
CANTO NOVENO. Donde se da razon de las novedades que hubo 419 adyacentes a la de Popayan, nuevamente desmembradas de-
en Antioquía después que el adelantado don Pedro de Here- llapor provisiones de la real majestad del rey don Filipe se-
dia se vino para Cartagena , y don George Robledo llegó con gundo deste nombre , nuestro señor...
titulo de mariscal y con poderes del licenciado Miguel Díaz CANTO PRIMERO.- Donde se da razon de los primeros capitanes 506
Armendariz, gobernador de todas aquellas gobernaciones , que entraron en las provincias de entre los rios Cauca y el
y de los casos acontecid......
os en Cartagena hasta la muerte de de la Magdalena, ansi de la gobernacion de Popayán como
don Pedro de lleredia ........ deste Nuevo Reino .
426 CANTO SEGUNDO.- Donde se da relacion del primero fundador 508
ELEGIA a la muerte de Joan de Bustos de Villegas , segundo go- de la ciudad de Antioquía , y cómo despues fué mudado de
bernador de Cartagena por provision de la R. M. En un solo aquel asiento primero á mejor sitio , donde permanece con
canto ....... 434 nombre de villa de Santafé de Antioquia...
LEGIA a la muerte de Francisco Bahamon de Lugo, quinto gober CANTO TERCERO. Donde se da razon de la entrada que hizo en- 510
nador de Cartagena. En un solo canto... tre los rios Gaspar de Rodas , la gente que le acudió , y or-
... 410 den que tuvo en hacer la guerra...
ELOGIO de Pero Fernandez de Bustos , gobernador de la pro- CANTO CUARTO. Donde se cuenta cómo los indios de la pro- 512
vincia de Cartagena , donde se cuenta el discurso de suvida vincia de Pequi enviaron su embajada al campo de los espa-
hasta la venida del poderoso cosario que se dice el capitan ñoles, y lo que en ella se contenia.. .....
FranciscoDraque .
........... 442 CANTO QUINTO . - Donde se da razon de lo que sucedi ó después 511
ELEGIA a la muerte de don Sebastian de Benalcázar , adelan- que los españoles entraron en la provincia de Pequí..
CANTO SESTO. En el cual se da razon cómo Gaspar de Rodas 513
tado de la gobernacion de Popayan, donde se cuenta el des- pasó su campo à la provincia de Pequí , donde no se le hizo
cubrimiento de aquellas provincias, y memorables cosas en resistencia, antes algunos indios le dieron la paz.....
ellas acontecidas. CANTO SÉTIMO . - Dondè se da relacion de lo sucedido à Juan Ve- 517
CANTO PRIMERO . 444 lasco y á Pedro Fernandez Rivadeneyra en la provincia de
CANTO SEGUNDO. -Donde se cuenta cómo Sebastián de Benalcázar los nutaves y valle de Teco ...
prosiguió la guerra contra Hruminavi y los otros capitanes de CANTO OCTAVO . Donde se tracta de la fundacion de la ciudad 519
Alabaliba, que se habian alzado con el reino de Quito, hasta llamada San Joan de Rodas, y cómo à Gaspar de Rodas le vi-
la muerte dellos... 451 no nueva que don Alvaro de Mendoza envíaba á su hermano
CANTO TERCERO. Donde se cuenta cómo Benalcázar procuró lle- don Alonso de Caravajal , para que le sucediese en el cargo. 521
gar á si el número de españoles que le fué posible para ir en CANTO NOVENO. En el cual se dice cómo los indios vinieron so-
seguimiento de la noticia que de Bogotá le dió el indio que brela ciudad de San Juan de Rodas , la nuerte de Juan Ye-
halló en la ciudad de Quito, y lo que aconteció en aquel viaje lasco , y otras muchas cosas que allí sucedieron. . . . . .
á él y á sus capitanes.. 436 CANTO DECIMO. En el cual se tracta de la reedificacion de Sar 523
CANTO CUARTO. Donde se cuenta cómo Benalcázar despobló la Juan de Rodas, y cómo Andrés de Valdivia se volvió á Santa-
villa de Ampudia y pasó adelante con toda la gente que te- fé de Antioquía dejando por teniente à don Antonio Osorio
nia, con esperanzas de hallar tierras de mayor grandeza ; y de Paz , con la gente que trajo..
ansi por él y por sus capitanes se tentó por diversas partes CANTO UNDECIMO. Donde se tracta del socorro que trajo el go- 123
aquel compás que hoy se llama gobernacion de Popayán... 461 bernador Andrés de Valdivia , la mudanza del pueblo de San
CANTO QUINTO.- Donde se cuenta cómo Lorenzo de Aldana viño á Juan de Rodas, con otros varios sucesos, y cómo vino de Es-
Popayán por mandado del marqués don Francisco Pizarro y paña declarado no caer en el gobierno de Valdivia Santafé
con provisiones suyas para tomar en si el gobierno de Popa- de Antioquia, ni San Juan de Rodas ..
yán y sus anejos.... 466 CANTO DUODECIMO . Donde se da razon de lo que hizo el gober- 530
CANTO SESTO. Donde se cuenta cómo vino multitud de indios nador Andrés de Valdivia después que tuvo la gente de la otra
sobre el capitán Pedro de Añasco, y le mataron la gente que parte del rio Cauca..
tenia, escepto tres que escaparon mas milagrosa que casual- CANTO DECIMO TERCERO. Donde se da razon de la que le pareció 554
mente , y a él lo tomaron vivo, con otras desgracias que en- á Andrés de Valdivia, que tuvo para despoblar la nueva ciu-
tonces acontecieron .. 469 dad de Ubeda...
CANTO SÉTIMO. Donde se cuenta cómo Pigoanza, por importu- CANTO DECIMO CUARTO. Donde se cuenta cómo viendo los indios 537
nidad de la Gaitana , convocó otros muchos caciques , y vino la gente española dividida en tres partes, determinaron de
sobre el pueblo de Timaná con mas de doce mil hombres dar en ellos en un mismo día en los lugares adonde estaban,
de guerra, y las grandes cosas que en la defensa de los espa- sin se poder valer los unos à los otros por ser mucha la dis-
tancia
holes se hicieron.. 477 ..
CANTO OCTAVO. Donde se cuenta cómo Pigoanza vino sobre Ti- .... 539
ELOGIO de Gaspar de Rodas , segundo gobernador de las pro-
mana con quince mil hombres de guerra, ferocisima é indó- vincias de Antioquía , cuyo discurso comienza desde que fue
mita gente, ylo que sucedió en aquella batalla contra menos promovido al cargo de capitán general de aquella tierrapor
de cien españoles, los cuarenta poco mas ó menos de ca- los señores de la audiencia real deste Nuevo Reino .
ballo, y los demás peones....... 483 CANTO PRIMERO..
CANTO NOVENO. Donde se tracta cómo Pascual de Andagoya, CANTO SEGUNDO.- Donde se cuenta cómo los señores de la real 541
siendo proveido por gobernador de la tierra adyacente al rio audiencia envíaron comision á Gaspar de Rodas para cas-
que llaman de San Juan , se entró por la tierra conquistada tigar los indios rebeldes, y poblar en las tierras donde fué
por Benalcázar y sus capitanes, y se hizo obedecer en Popa- muerto Andrés de Valdivia..
yan y en los otros pueblos desta gobernacion , y lo demás CANTO TERCERO. Donde se cuenta cómo los indios repartidos á 647
que de su venida resultó, hasta la venida de don Sebastián la ciudad de Cáceres, viendo que Gaspar de Rodas habia sa-
de Benalcázar.. fido de la tierra, se atrevierou á matar algunos españoles y
CANTO DÉCIMO. Donde se cuenta la venida del virey Blasco Nu- 488 no acudían á servillos..
ñez Vela à Popayán , y cómo allí se rehizo de gente para ir CANTO CUARTO. - Donde se cuenta cómo Gaspar de Rodas salió 549
contra Gonzalo Pizarro, y llevó consigo al adelantado don de la villa de Santafé de Antioquía con setenta bombies de
Sebastián de Benalcázar, y & Juan Cabrera y otros valerosos pié y de caballo, y fué descubriendo por el rio Porce abajo ,
soldados . 495 hasta que halló terreno donde pobló la ciudad de Zaragoza. 559
CANTO UNDECIMO. Donde se da conclusion à la historia..... de lo su- RELACION BREVE de las tierras de la gobernacion del Chocó ,
cedido en la gobernacion de Popayán hasta el tiempo pre- y cosas en ella acontecidas desde el tiempo que entró en ella
sente , y se da cuenta de cierto alzamiento que alli se in- el capitan Gomez Fernandez, hasta que le fué dado el go-
tentó por algunos soldados que vinieron desterrados de Piru, bierno y conquista á Melchior Velazquez, vecino de la ciu-
cuando se rebeló Francisco Fernandez Giron en el Cuzco... 499 dad de Buga.
CATALOGO de los gobernadores de Popayán, y cuasi epilogo de CANTO SEGUNDO Donde se tracta cómo por muerte de Gomez 554
lo contenido en su historia . En metros sueltos... Fernandez se proveyó la gobernacion del Chocó á Melchior
501 Velazquez, y las entradas que hizo .
853

FIN DEL INDICE.


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