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(Premio Fundación Alejandro la primera mitad siglo XIX. En términos generales, tanto Francisco A. Ortega Martínez versidad y el país que aborden la problemática
histórica desde la perspectiva y los métodos
Ángel Escobar 2011, categoría como país como comunidad académica, desconocemos la Alexander Chaparro Silva de la historiografía cultural. En primer lugar,
Ciencias Sociales) riqueza acumulada en este corpus de impresos. editores la que examina los procesos de subordinación
Martha Luz Machado Caicedo y resistencia a la luz de micro-agencias que se
Lecturas CES
Colección Lecturas CES
University of Helsinki
The Research Project Europe
1815-1914
Catalogación en la publicación Universidad Nacional de Colombia
Disfraz y pluma de todos. Opinión pública y cultura política, siglos XVIII y XIX /
Francisco A. Ortega Martínez, Alexander Chaparro Silva, editores. – Bogotá :
Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Ciencias Humanas. Centro de
Estudios Sociales (CES) ; University of Helsinki. The Research Project Europe
1815-1914, 2012
564 p. – (Lecturas CES)
ISBN : 978-958-761-195-3
Disfraz y pluma de todos. Opinión pública y cultura política, siglos XVIII y XIX
© Universidad Nacional de Colombia,
Facultad de Ciencias Humanas, Centro de Estudios Sociales (CES).
© University of Helsinki
© Francisco A. Ortega Martínez, Alexander Chaparro Silva
© Varios autores
ISBN: 978-958-761-195-3
Primera edición: Bogotá, Colombia. Abril de 2012
Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra en cualquier forma y por
cualquier medio sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales.
Contenido
Introducción 11
Disfraz y pluma de todos. Opinión pública
y cultura política, siglos XVIII y XIX
Francisco A. Ortega Martínez, Alexander Chaparro Silva
Epílogo 527
Autores 549
Índice 557
El nacimiento de la opinión pública en
la Nueva Granada, 1785-1830
Preámbulo
Hoy en día la existencia de la opinión pública puede parecernos un hecho
social incontrovertible, incluso natural y beneficioso. Sin embargo, ese no
era el caso en 1811, el periodo de transformación política del conjunto
de la monarquía hispánica. Durante la época, en España, un bilioso
Diccionario razonado atacaba los nuevos lenguajes políticos por herejes
y desnaturalizados. Entre sus dianas favoritas figuraban los periódicos y
la opinión pública. A los primeros los definió como “Evacuación fétida y
asquerosa procedida de comunicación pecaminosa con personas infectas
de gálico; hai evacuaciones diarias, semanarias, menstruas y sin regla”
(Diccionario razonado, 1811, p. 56). Y la opinión pública resultaba “un
animal quadrúpedo que anda en los cafés, en las calles y en las plazas. Ved
aquí el oráculo que quieren los filósofos que consulten las Cortes para hacer
la felicidad de la nación: si es que quieren obrar conforme á la voluntad
del pueblo que las ha elegido” (Pérez, 1994, p. 209).1 Desconfianza que
se repetiría innumerables veces a lo largo del siglo XIX. Pero más que la
filiación ideológica de estos pronunciamientos, en este caso lo que nos
interesa destacar es la evidente opacidad que el sintagma tiene para un
amplio espectro de la población.
37
Y no era para menos. Antes de 1809 el sintagma opinión pública aparece
sólo de manera extraordinaria en el mundo hispánico (Vanegas, 2009, p.
1.037).2 Es importante insistir en que no es ésta una cuestión meramente
nominal. La ausencia del sintagma apunta a una configuración conceptual
y socio-política radicalmente diferente a la nuestra y evidencia de ese
modo la singularidad de la cultura política de Antiguo Régimen, no su
carácter primitivo o deficitario con relación a nuestra época. Aún más,
la proliferación del concepto opinión pública a partir de 1809 —tanto
para invocarla o elogiarla como para atacarla y desestimarla— sirve so-
bre todo para dar cuenta de la percepción común a los diversos actores
del periodo de que se vivía un tiempo nuevo, azaroso y excepcional, en
nada parecido a lo ya vivido. ¿Cómo entonces dar cuenta de la aparición
de ese concepto político en el escenario marginal de la Nueva Granada?
Este capítulo responde esa pregunta trazando las transformaciones
semánticas y sociales ocurridas en el seno de la publicidad de Antiguo
Régimen para identificar cómo de ella, aunque no sólo de ella, emerge
el concepto de opinión pública que caracterizará los primeros decenios
de la vida política republicana. Hemos organizado la exposición en
cuatro momentos. Primero examinaremos la publicidad americana a
partir de las gacetas e impresos de los siglos XVII y XVIII. Un segundo
momento está destinado a examinar la prensa ilustrada neogranadina.
Posteriormente examinaremos el convulso panorama de las primeras
repúblicas (1810-1816) y la Reconquista española (1816-1819).
Finalmente, trazaremos de manera general las principales líneas que
contribuyeron a la consolidación de la opinión pública como con-
cepto socio-político fundamental en la región desde el Congreso de
Angostura hasta el colapso de la Gran Colombia (1819-1830). Ahora
bien, es necesario señalar que este capítulo está escrito a cuatro manos.
2
En un artículo reciente, Isidro Vanegas indica que halló cuatro referencias entre más
de 4.500 páginas de documentación proveniente de la Nueva Granada. Por nuestra
parte, no hemos encontrado una sola instancia en un documento publicado en la
Nueva Granada en el periodo.
3
Calderón escribe en la tercera jornada de Los cabellos de Absalón (c. 1634) “Cómo se
vé en tus diversas/ opiniones, vulgo, que eres/ Monstruo de muchas cabezas” (Calderón
de la Barca, 1830). Ver también: Gracián, (1657).
4
“Voz del pueblo” (1726). Benito Jerónimo Feijoo, (1773). Teatro crítico universal: ó
discursos varios en todo género de materias para desengaño de errores communes. (Tomo I,
Discurso primero, p. 4). Madrid: Imprenta de Don Antonio de Sancha.
5
Aunque ambas son instancias del mismo fenómeno, en otros lugares de la monarquía,
existen, sin embargo, variantes propias que le dan un dinamismo propio en la Nueva
Granada. Así, la ausencia de una Corte hasta 1739 y de una imprenta secular hasta 1776,
el alto grado de mestizaje y la dispersión por una arisca geografía de los pocos asenta-
mientos castellanos determinaron un cierto modo laxo de publicidad y control social.
6
La ostentación para mantener la estima puede llegar a niveles asombrosos. Para un
excelente estudio sobre el papel del fasto en la fama en la España de los Austrias, ver
García Bernal, (2006).
7
Excelentes estudios recientes empiezan a desentrañar el abigarrado mundo popular de
la fiesta colonial. Ver: Jiménez Meneses, (2007); González Pérez, (2005); y a Hartman
& Velásquez, (2004). Para una visión centrada en la experiencia indígena, ver Llanos
Vargas, (2007).
8
Puede parecer paradójico argumentar la existencia de una publicidad a la cual no
tenemos acceso. Sin embargo, como ya notaron hace un buen tiempo Alex Kluge y Oskar
Negt en su crítica a Habermas, tras la esfera pública hegemónica existen igualmente
otras esferas de publicidad alterna. Ver Negt & Kluge, (1988). Una formulación en un
sentido análogo, pero desde una perspectiva foucaultiana puede verse en Scott, (1990).
9
Cfr., Phelan, (1980); Garrido de Payán, (1987). La referencia a economía moral
proviene del trabajo de Thompson, (2001).
10
Tomado de la reproducción facsimilar publicada por la Massachusetts Historical
Society en Boston, 1940. Para una visión panorámica, ver Lafaye, (2002).
11
Los ejemplares citados provienen de la colección de manuscritos de la biblioteca
Benson, de la Universidad de Texas en Austin.
12
Es interesante notar lo poco que se conoce este fenómeno. No hay muchos estudios,
ni en España ni en América, sobre estos primeros ejercicios publicitarios.
13
Documento digitalizado por la agencia Boletín Oficial del Estado del Ministerio
de la Presidencia de España y puesto a disposición del público en: http://www.boe.es/
aeboe/consultas/bases_datos/gazeta.php. (Las cursivas son nuestras).
15
Referencias tomadas respectivamente de la Gaceta de México (enero 1, 1722) y de
la Gazeta de Lima (enero 18, 1744), ambos ejemplares consultados en la biblioteca
Benson de la Universidad de Texas, Austin, durante el segundo semestre del 2006.
“El Virrey de Santa Fe hace presente la urgente necesidad que en aquella ciudad
16
hay de una Imprenta”. Santa Fe, 15 de enero de 1777. En Toribio Medina, (1958).
17
“Fray Raymundo Azero, Premios de la obediencia, castigos de la inobediencia: platica
doctrinal exhortatoria dicha en la Plaza mayor de esta Ciudad de Santa Fé, concluído el
Suplicio, que por Sentencia de la Real Audiencia de este Nuevo Reyno de Granada, se
executó en varios Delinqüentes, el dia I. de Febrero, de este Año de 1782. Bogotá: Por D.
Antonio Espinosa de los Monteros, 1782”. En Biblioteca Nacional de Colombia, Fondo
Vergara 32. Recordemos que los últimos quince años habían irritado los ánimos de los
súbditos neogranadinos. La memoria de esos agravios se remontaba a la expulsión de los
jesuitas, las reformas educativas de Moreno y Escandón (1774-1779), la llegada del Visi-
tador Gutiérrez Piñeres (1777) y culminaron con el estallido del levantamiento comunero
(1781-1782) que sacudió el centro del país.
18
Gazeta de Santafé de Bogotá, 31 de agosto, 1785.
19
“Prospecto”, Redactor americano diciembre 6, 1806, p. 3. Son transformaciones
que no ocurren en el vacío. Para las últimas décadas del siglo XVIII el cuerpo de re-
formas administrativas, fiscales y militares conocidas como borbónicas y los procesos
de trasformación de la cultura política transatlántica se empezaban a dejar sentir con
fuerza en la Nueva Granada. Santafé sobrepasa los 20 mil habitantes y cuenta con doce
templos principales, tres universidades seculares (colegios mayores de San Bartolomé,
Rosario y Santo Tomás), tres eclesiásticas (San Buenaventura, de la Recoleta, y San
Nicolás de Bari), un colegio para niñas (Enseñanza), cinco escuelas populares, y cerca
de 400 estudiantes provenientes de todos los rincones del reino. Su vida intelectual está
animada por la recién creada Real Biblioteca (1777) y varias bibliotecas importantes de
claustros y particulares, dos tertulias conocidas (la Eutropélica, presidida por Manuel
Socorro de Rodríguez y El Arcano de la Filantropía, por Antonio Nariño) y, por dos
imprentas comerciales (Espinosa y Nariño). Por otra parte, en torno a la Expedición
Botánica (1783) y su director, José Celestino Mutis, se articuló y entrenó un selecto
grupo de jóvenes americanos en las ciencias y las artes e incluyó la creación del primer
observatorio astronómico en el continente americano (1803).
20
De las publicaciones peninsulares que circularon en la monarquía vale la pena
destacar el Mercurio histórico y político 1753; El Memorial Literario, 1784; y El Correo
de los Ciegos de Madrid (1786). Igualmente es importante destacar diversos periódicos
americanos, tales como el Mercurio volante con noticias importantes i curiosas sobre
varios asuntos de fisica i medicina, editado por el mexicano Ignacio Bartolache, 1772-
Una Gazeta es una carta común por la qual á todos se les avisa de lo que
subsede, ò se sabe en el lugar en que se escribe, y cada uno se aprovecha
1773; la Gazeta de literatura de México, editado por José Antonio Alzate, 1788-1795;
el Mercurio peruano de historia, literatura, y noticias, publicado por la Sociedad
Académica de Amantes de Lima, 1791-1794; y las Primicias de la Cultura de Quito,
el importante periódico ilustrado editado por Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz
y Espejo en 1792.
21
Al hacer más fácil y homogénea la circulación de noticias europeas en la monarquía,
el Espíritu se convirtió rápidamente en una de las fuentes favoritas para los editores y
redactores americanos.
abril de 1791).
abril, 1791).
26
Noticias sobre la Revolución francesa en Papel Periódico (1792-1795). Cita tomada
de Papel Periódico del 21 de febrero de 1794, p. 615.
27
En un excelente trabajo reciente Carlos Villamizar explora las transformaciones
semánticas del concepto “patria” durante la última década del siglo XVIII a través
de una lectura cuidadosa del Papel Periódico. Ver “La felicidad del Nuevo Reyno de
Granada: el lenguaje patriótico en Santafé (1791-1797)”, tesis presentada para optar
el título de magíster en el Departamento de Historia, Universidad Nacional de Co-
lombia, octubre de 2010. Apartes aparecerán con el título “Patria y Monarquía en el
Papel Periódico de la Ciudad de Santafé de Bogotá (1791-1797)” en el libro en prensa
Conceptos fundamentales de la cultura política de la Independencia. Bogotá: Universidad
Nacional de Colombia, 2012.
Extracto de las primeras juntas celebradas por la Sociedad Económica de los Amigos
29
del País, Santafé de Bogotá, Don Antonio Espinosa de los Monteros, Ympresor Real,
1785, pp. 3-4.
núm. 2.
31 Correo Curioso, núm. 41, 24 de noviembre de 1801, pp. 185; 187.
32
Geografía de la Nueva Granada, núm. 1, enero de 1808, pp. 1-2.
33
Mauricio Nieto Olarte ha explorado a fondo la construcción de una autoridad
científica y un público dócil a través del examen de los recursos argumentativos des-
plegados por los ilustrados en el Semanario. Ver, en especial, el artículo que escribió
junto con Paola Castaño y Diana Ojeda en el 2005, “El influjo del clima sobre los
seres organizados” y la retórica ilustrada en el Seminario del Nuevo Reyno de Granada,
Historia crítica, núm. 30, pp. 91-114.
34
Semanario del Nuevo Reyno de Granada, “Discurso sobre la educación”, núm. 9,
febrero 28 de 1808, p. 72.
35
Caldas extiende “El discurso sobre la educación” hasta el número 15 (10 de abril
de 1808). En el número 20 (15 de mayo de 1808) publica la disposición del virrey de
acoger la iniciativa privada para abrir escuelas públicas de la patria.
36
Semanario del Nuevo Reyno de Granada, “Reflexiones sobre la educación pública”,
núm. 10, 6 de marzo de 1808, p. 78.
40
Para la importancia de Jovellanos en el surgimiento conceptual, ver Fernández
Sebastián, (2000). Otros autores influyentes, con amplia circulación en la Nueva Gra-
nada, son León de Arroyal, Valentín de Foronda y Cabarrús. Ver Fernández Sarasola,
(2006); Álvarez de Miranda, (1992); Maravall, (1991).
41
Las cursivas son nuestras.
42
La referencia específica de Jovellanos es a la Real Academia de la Lengua, la cual
toma de modelo en esta ocasión.
43
Voz Fixar en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, (1780).
Acto 1, escena V. Cito de Jovellanos, (1956, vol. 1, p. 85). (Las cursivas son nuestras).
44
45
Biblioteca Nacional de Colombia, Hemeroteca, Correo Curioso erudito, económico
y mercantil, núm. 1, Santafé, 17 de febrero de 1801, p. 2.
46
Renán Silva ha descrito los lazos y valores que cohesionaron este grupo de ilustrados
en Silva, (2002). Ver también Peralta Agudelo, (2005).
47
Papel Periódico, núm. 24, publicado el 21 de septiembre de 1792. Igualmente
legendaria es la tertulia El Arcano Sublime de la Filantropía que Antonio Nariño
organizaba en su estudio entre aproximadamente 1789 y 1793. Ver Blossom, (1967).
48
“Prospecto”, Redactor Americano, 6 de diciembre de 1806.
49
“Continuó la lectora, hasta que la detubo la bonita, preguntando ¿acia donde caya
el imperio del idiotismo? A que respondió muy serio el Petimetre: acia el Sur, y parece
que confina con Popayan, y el Gran Turco”.
50
Correo Curioso, 7 de abril de 1801, pp. 30-31.
51
Y, más adelante, “En el conjunto de los hombres se descubre un extraño y raro
modo de pensar. No es una misma su opinión. Es preciso que haya un superior que
decida la cuestión para la conservación de la paz y quietud en aquellos miembros que
componen el Cuerpo de la República. La Naturaleza destierra toda confusión y pide
la seguridad del buen orden”, (Finestrad, 2000, p. 308).
52
“Prospecto”, Redactor Americano, 6 de diciembre de 1806, p. 3.
53
“Voz del pueblo”, Feijoo, Teatro crítico universal: ó discursos varios en todo género de
materias para desengaño de errores communes, p. 2.
54
José Toribio Medina (1958) señala que “en julio de 1800 llegaba una de cerca de
cuarenta y nueve arrobas —de letras de cinco cuerpos, una prensa grande de imprimir,
otra para hacer libros y cortar papel, dos mesas de mármol, y los respectivos compo-
nedores, galeras, tinta, y demás instrumentos y utensilios del arte. Lo singular fue que
precisamente a ese tiempo se hallaba en la ciudad un impresor ‘instruido’ a quien no
le fue difícil, como se comprenderá, entenderse desde un principio con la Junta del
Consulado. Ofreció imprimir por un precio equitativo los papeles de la Corporación,
enseñar a dos oficiales hasta dejarlos perfectamente al corriente en las cosas del oficio,
y pagar en cuatro años, por anualidades iguales, los 1.168 pesos 4 reales a que, con
el valor de los seguros, había ascendido el costo total de la imprenta. Pudo, pues, por
un momento lisonjearse el Consulado con que vería logrados sus anhelos de dotar a
la ciudad de un taller tipográfico; y al intento de que éste comenzase a funcionar sin
pérdida de tiempo, en la misma sesión en que se había llegado a un arreglo con el im-
presor, acordó avisar el fausto acontecimiento al prelado y al gobernador de la plaza,
a fin de que, dentro de sus esferas respectivas, prestasen su licencia para dar a luz los
trabajos que se encomendasen a la imprenta”.
55
“El Virrey de Santa Fe remite el expediente del Consulado de Cartagena, sobre
el establecimiento de una imprenta en aquella plaza”. Santa Fe, 19 de julio de 1806.
En AGI. Papeles por agregar. Santa Fe, 120-123, legajo titulado “Consultas y reales
resoluciones”, núm. 455. Reproducido en Toribio Medina, (1958, vol. 2, p. 500).
“Informe del fiscal Don Manuel Mariano de Blaya al virrey Amar y Borbón, en
56
1808”. Impreso en El Correo Nacional, núm. 430, 3 de marzo de 1892, pp. 2-3.
Difundir las luces, instruir a los pueblos, señalar los peligros que nos
amenazan y el camino para evitarlos, fijar la opinión, reunir las voluntades
y afianzar la libertad y la independencia […].
Para el editor, era claro que en las inciertas circunstancias del momento la
58
“Carta de Camilo Torres a Ignacio Tenorio, Oidor de Quito”. Cito de Copete
Lizarralde, (1960).
59
“Prospecto”, Semanario Patriótico, Madrid, fin de agosto de 1808, p. 3.
60
La disposición corresponde al Artículo 3 de la Sección II “De los derechos del
hombre en sociedad”. Un estudio reciente de Gilberto Loaiza Cano examina las trans-
formaciones culturales, sociales y legales que hicieron pensable la libertad de imprenta.
Loaiza Cano, (2010). Como ya lo reseñaremos más adelante, Loaiza Cano insiste en
que ésta era “una libertad concedida con ambigüedades y temores” (p. 64).
61
La Bagatela, Bogotá, núm. 38, 12 de abril de 1812, p. 146.
En otro impreso del mismo año, La verdad sin sobretodo (1811), atri-
buido a Nariño, el diálogo entre un chispero y un joven ingenuo, revela
dos visiones diferentes sobre el papel de la opinión pública en la vida
política. Ante la conmoción de las transformaciones políticas, el chispero
le increpa al ingenuo letrado timorato
63
Manuel Bernardo Álvarez, “Justo desengaño al público a que obliga el papel titulado
La Contrabagatela”. Bogotá: En la Imprenta Real, 1811. (Citado en Posada, 1917, p.
255). Otros textos señalan como “llenas de entusiasmo, las pasiones se han metido a
escritoras públicas para deprimir científicamente a las virtudes”. Sin título, Santafé de
Bogotá, Imprenta de Nicolás Calvo y Quixano, 1812. (Posada, 1917, p. 290).
64
Para un examen de la noción de soberanía en la Nueva Granada véase Restrepo,
(2005); Thibaud & Calderón, (2006). Por último, ver la reciente compilación de
ensayos de la Universidad Nacional de Colombia titulada Conceptos fundamentales
de la cultura política de la Independencia, en particular los capítulos de Zulma Rocío
Romero Leal, “La soberanía como principio y práctica del nuevo orden político en la
Nueva Granada, 1781-1814” y de Alexander Chaparro Silva, “La voz del Soberano.
Representación en el Nuevo Reino de Granada, 1785-1811”.
65
Sobre la imprenta en Antioquia, Popayán y Tunja véanse: Posada, (1928); Higuera,
(1982).
66
Sobre la Primera República puede consultarse: Ocampo López, (1999); Llano Isaza,
(1999). Sosa Abella, (2006); Sourdís de La Vega, (1988); Martínez Garnica, (1998);
McFarlane, (2002); Gutiérrez Ardila, (2010).
67
Un acercamiento panorámico sobre la Reconquista puede verse en: Díaz Díaz,
(1965).
Indias, En la Imprenta del Gobierno. Por D. Ramón León del Pozo. Año de 1816,
s.n., BN, Fondo Quijano 29, Pieza 6.
71
Un análisis reciente y pormenorizado sobre el Gobierno Real de Cartagena durante
la Reconquista puede verse en Cuño, (2008).
72
Gobierno Real de Cartagena de Indias. (Óp. cit., s.n.).
Una pequeña nota biográfica sobre García puede verse en Otero Muñoz, (1945).
73
Sobre la obra de García, ver: Jaramillo de Zuleta, (2004, pp. 65-66); y Posada, (1917,
pp. 319-320, 340-341, 353, 365-371, 389-393).
74
Durante la instalación, en Angostura, del denominado Consejo de Estado, el 10 de
noviembre de 1817, Bolívar sostendría que la opinión pública era la “primera de todas
las fuerzas”, el “más firme escudo del gobierno”, por encima de los ejércitos armados.
“Discurso pronunciado por el libertador en Angostura el 10 de noviembre de 1817,
al declarar solemnemente instalado al Consejo de Estado” (Bolívar, 2009, p. 112).
75
Para un análisis más detallado véanse las fichas técnicas y analíticas de estas publi-
caciones elaboradas en el marco del Programa Nacional de Investigación “Las culturas
políticas de la independencia, sus memorias y sus legados: 200 años de ciudadanías”
(Vicerrectoría de Investigación de la Universidad Nacional de Colombia, código
9714, con vigencia 2009-2011), en el portal web de la Biblioteca Luis Ángel Arango.
Recuperado de: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/prensa-colombiana-
del-siglo-XIX
Sobre el Correo del Orinoco puede verse especialmente Pino Iturrieta, (1973).
76
Para los republicanos, los editores de las gacetas realistas habían tomado
partido por una causa inmoral; por ello ya no lograban persuadir a sus
lectores, objetivo fundamental de esta prensa de guerra. La legitimidad
del Antiguo Régimen, y con él la de sus gacetas, se había ido erosionando
paulatinamente, entre otras, por obra del discurso político de las publi-
caciones republicanas, que lo habían convertido en símbolo inequívoco
de tiranía, explotación y oscurantismo. No obstante, estas últimas jamás
bajarían la guardia; hasta el final manejarían un discurso encendido, que
daría cuenta de las dimensiones de su difícil empresa: convencer a los
lectores sobre la inevitabilidad y la conveniencia de la ruptura con España
para embarcarse en un nuevo sistema político independiente.
78
Sobre el caso colombiano pueden verse: Mejía, (2007); König, (1994); Bushnell,
(1985); Hensel Riveros, (2006).
79
Para un análisis panorámico sobre la construcción de la ciudadanía durante el siglo
XIX en Iberoamérica véanse Sábato, (1999); Rodríguez, (2008); Annino & Guerra,
(2003); Annino, (1995); Chust Calero, (2008); Pérez Ledesma, (2008).
Para una mirada panorámica sobre la prensa grancolombiana véase Bushnell, (1950).
80
Se trata, entonces, de una opinión pública que coincide con las normas
de moralidad socialmente compartidas. Su carácter público garantizaba su
corrección. Ante las desviaciones producto de las pasiones individuales, el
Areópago oponía la publicidad, la sanción social producto del escándalo,
del consenso moral. El poder del Areópago era el poder de la opinión en
tanto verdad encarnada en los valores republicanos y la Constitución.
De esta manera, en el marco de estas discusiones sobre la formación del
nuevo ciudadano republicano descuella por su importancia el papel capital
asignado a la opinión pública y a la imprenta. Ya en la discusión anterior
sobre la pertinencia del Areópago se evidenciaba su centralidad cuando
una de las partes proponía conformar un tribunal similar de carácter
educativo con una imprenta y la responsabilidad de redactar un “papel
público en que aparezca con honor y aprecio toda la clase de los más
virtuosos, y lleno de confusión y vituperio, el hombre corrompido, que
desprecia y ultraja la moral pública” (Núm. 15: 8-V-1823: 109-110).
La imprenta aparecía así indisolublemente ligada a los principios
republicanos de libertad, felicidad y virtud. De hecho, para ciertos sec-
tores de las élites la falta de imprentas en Colombia (Nueva Granada,
Venezuela y Ecuador) impedía la formación y consolidación efectiva de
los valores republicanos y la unión de los pueblos. Así lo manifestaba en
1822 Vicente Azuero en el prospecto de su publicación La Indicación.
Según el editor, en el país:
Puede ser que este periódico logre escitar un vivo y eficaz deseo de
solicitar y traer imprentas á cualquier costa, y puede ser que consiga esti-
mular a personas mas instruidas, para que con sus escritos enseñen a sus
conciudadanos las grandes verdades que tanto les importa conocer, y les
tracen la senda firme y segura que deben emprender para no estraviarse,
ni malograr los óptimos productos de 12 años de sacrificios (Prospecto,
17-VII-1822: s.n.).
Como todas las opiniones tienen sus partidarios puede haber personas
republicanas, y patriotas y considerar como un mal la discusión política,
tanto en sí misma, cuanto por ser inoportuna en el presente estado de
la República […No obstante] las verdades políticas, deben ser expuestas
como el Evangelio con mansedumbre, y caridad, y los errores perdonados
recíprocamente por hombres expuestos a errar (Núm. 1: 6-IV-1822: 3).
Los papeles públicos han venido á ser la primera arma de una nación
y de un partido: ellos solos pueden difundir con rapidez las opiniones; y
dirigidas por manos diestras obran más efectos útiles que muchos millares
No hay duda que la unanimidad debe ser deseada en todas las materias,
cuando ella nace del convencimiento racional; pero también es cierto que
nada puede ser más pernicioso á la felicidad de un Estado que la aparente
conformidad que resulta de la indiferencia de los ciudadanos respecto de la
forma de gobierno ó de la falta de libertad, é inteligencia para examinarla
[…] ¿Será falta de patriotismo en las circunstancias presentes hablar de
nuestra Constitución, y gobierno? No parece difícil el responder a estas
cuestiones: un gobierno libre gana fuerza por la discusión como la encina
se endurece por el huracán que la conmueve (Núm. 1: 6-IV-1822: 4-5)
Conclusión
El presente capítulo ha examinado la emergencia del concepto y ejercicio
de la opinión pública en el antiguo territorio de la Nueva Granada, desde
su transformación en el seno de la publicidad de Antiguo Régimen hasta
su constitución como fundamento del régimen republicano durante la
tercera década del siglo XIX. Para ese entonces, el concepto, que había
generado tanta resistencia en el momento de la crisis política, ya no
causaba gran sobresalto aun cuando los dilemas que había enfrentado
seguían estando presentes. En 1839 un impreso anónimo, Los sastres,
intenta definir lo que significaba la palabra periódico. Chepe, el personaje
interpelado, responde con sarcasmo:
Los sastres, 1839, núm. 2, 15 de noviembre, 1839. Bogotá: Imp. por N. Gómez.
83
Referencias
Almarza Villalobos, Á. R. & Martínez Garnica, R. (Eds.) (2008). Instrucciones
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