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Provincia Cisplatina

Provincia Cisplatina o Estado Cisplatino fue el


nombre dado a la región de la actual República Provincia Cisplatina
Oriental del Uruguay entre 1817 y 1828, cuando
estaba bajo el control del Reino Unido de Portugal, Provincia del Reino del Brasil (1817-1822)
Brasil y Algarve y, posteriormente, del Imperio del Provincia del Imperio del Brasil (1822-1825)
Brasil. Desde la perspectiva luso-brasileña el
territorio se encontraba aquende ("de este lado") el 1817-1825
Río de la Plata y de allí deriva el nombre.

Durante este período la provincia estuvo gobernada


por el militar Carlos Federico Lecor.

Índice Bandera Escudo

Antecedentes
La invasión
La ofensiva oriental
Fin de la reivindicación
Véase también
Referencias
Enlaces externos

Antecedentes
Véase también: Carlotismo
Ubicación de Cisplatina en Brasil
El Tratado de Tordesillas trazó una línea de polo a
polo que asignó a la corona de Portugal una porción Capital Montevideo
de América del Sur. Esa porción, el Brasil, tenía un Entidad Provincia del Reino del
límite no demarcado con precisión con las áreas Brasil (1817-1822)
asignadas a España, por lo cual surgieron conflictos Provincia del Imperio del
territoriales. Esos conflictos llegaron a ser muy Brasil (1822-1825)
graves en la zona del Río de la Plata, especialmente
• País Brasil
a partir de la fundación portuguesa de Colonia del
Sacramento en 1680. Idioma oficial Portugués y español
Religión Iglesia católica
Desde entonces, Portugal pretendió expandir sus
Moneda Ninguna propia (desde
dominios sobre el Río de la Plata e incluso dominar
toda la Banda Oriental. La fundación del Virreinato 1817, real luso-brasileño y
del Río de la Plata en 1776 se debió a la necesidad desde 1822-1825, real
de frenar las ambiciones portuguesas. La capital del brasileño)
virreinato, Buenos Aires, fue dotada de abundantes Período histórico Siglo XIX
fuerzas militares. En la Banda Oriental, la ciudad de • 20 de enero Invasión Luso-brasileña
Montevideo fue amurallada y contaba también con de 1817
una fuerte guarnición militar. • 18 de julio Congreso Cisplatino
de 1821
En la primera década de 1800 Brasil era el principal
• 25 de agosto Declaratoria de la
rival y potencial enemigo del Virreinato del Río de la
Plata. En 1801 Portugal incorporó las Misiones de 1825 independencia
Orientales con las tierras de Brasil, sin que las Gobernador
fuerzas de Buenos Aires pudieran hacer nada para • 1817-1825 Carlos Federico Lecor
impedirlo o recuperarlas. El 12 de agosto de 1807 el • 1825-1828 Francisco de Paula
príncipe regente de Portugal, futuro Juan VI de Magessi Tavares de
Portugal, recibió un ultimátum conjunto de España y Carvalho
Francia: en veinte días debía declarar la guerra a
Gran Bretaña y cerrar todos los puertos a sus Precedido por Sucedido por
buques, además de expulsar a su embajador y ← →
detener a todos sus súbditos. Apurado por la
urgencia de la amenaza, Juan anunció al embajador
inglés, Lord Strangford, que simularía un estado de
guerra con Gran Bretaña, para ganar tiempo.

El ministro de relaciones exteriores británico, George Canning, propuso en cambio otro plan: el traslado de
toda la Corte portuguesa y la familia real a Brasil. El 22 de octubre, Canning y el embajador portugués
Domingo Souza Coutinho firmaron el tratado por el que se establecía:

La entrega de toda la escuadra portuguesa – de guerra y mercante – a Gran Bretaña.


El traslado de la Reina, el Príncipe, su familia y toda la corte a Brasil, en la escuadra
inglesa.
Un nuevo tratado comercial, que permitía a Gran Bretaña introducirse en el mercado
brasileño.
La ocupación británica de la isla de Madeira.

Apenas llegada a Brasil, la corte portuguesa dio nuevo impulso a las ambiciones expansionistas contra las
vecinas posesiones españolas, especialmente sobre el Río de la Plata. El más entusiasta partidario de esa
política expansiva fue el ministro de Negocios Exteriores y Guerra, Rodrigo de Sousa Coutinho, conde de
Linhares, que se proponía lisa y llanamente anexar al Brasil toda la Banda Oriental. Souza Coutinho llegó a
iniciar la reunión de un poderoso ejército de invasión hacia el sur.

Souza Coutinho escribió a su hermano:

”Que marchen, pues, los ejércitos de Su Majestad hasta llegar a la línea natural de las fronteras
de su reino… que las tropas portuguesas del Brasil desde Río Grande y Matto Grosso,
penetren y se extiendan, como lo crean conveniente hasta el Río de la Plata y las minas de
Potosí; publicado las mismas proclamaciones de hostilidad que el general Junot y el marqués
del Socorro publicara al entrar en Lisboa al frente de los franceses y españoles, y este
equivalente sin declaración de guerra será la mejor y más segura forma de hacer respetar su
reino y sus vasallos en Europa.”1

En consonancia con esa política, el brigadier Joaquín Javier Curado fue enviado al Río de la Plata, con un
ultimátum a sus autoridades, en el que ofrecía en nombre de su soberano tomar el cabildo y el pueblo de la
ciudad de Buenos Aires y todo el virreinato bajo su Real Protección. Caso contrario se desataría la guerra,
ya que su rechazo significaría tener que "hacer causa común con su poderoso aliado", es decir, con Gran
Bretaña.
La noticia de las abdicaciones de Bayona produjo un cambio de planes y Souza Coutinho pensó que la
nueva situación le permitiría a su rey apoderarse, ya no de la Banda Oriental, sino de todo el Virreinato del
Río de la Plata, con el cual el Brasil compartía alrededor de 4.000 kilómetros de fronteras. El instrumento
de su política iba a ser la esposa del príncipe regente, residente también en Río de Janeiro, Carlota Joaquina
de Borbón, hermana mayor de Fernando VII de España. Por otro lado, residía también en Río de Janeiro su
primo Pedro Carlos de Borbón, hijo de Gabriel de Borbón, hermano del Rey Carlos IV.

Simultáneamente con los planes de Souza Coutinho, otros dos personajes estaban haciendo planes: la
infanta Carlota Joaquina y el comandante de la escuadra británica en el Brasil, lord William Sidney Smith.
Este era un admirador de la princesa y dirigió, junto con ella, un plan ambicioso. Carlota Joaquina reclamó
el trono español y, dado que no podía ir a reclamarlo en la porción europea de su reino, comenzaría por las
dependencias americanas, sobre todo por la más cercana, el Río de la Plata.

Tras darlo a revisar por Sidney Smith, Carlota redactó dos documentos iguales, firmados por ella y el
príncipe Pedro Carlos, para presentarlos al príncipe regente. Se trataba de la "Justa Reclamación", por la
que solicitaban a don Juan su protección ante la usurpación napoleónica, para conservar los derechos de su
familia en la América española, ocupando el trono como regente del reino de España en los virreinatos y
capitanías generales americanas.

El 11 de septiembre de 1808 el comerciante Carlos José Guezzi entregó los pliegos de Carlota Joaquina a
diversos personajes como el virrey Santiago de Liniers, el alcalde de 1.er voto, Martín de Álzaga y el
comandante del Regimiento de Patricios, Cornelio Saavedra. También estaba dirigido al gobernador de
Montevideo, Francisco Javier de Elío.

El virrey le escribió inmediatamente, contestando que

"Después de haber jurado la majestad del Señor Don Fernando VII, y reconociendo la Junta
Suprema de Sevilla quien lo representa, nada se puede innovar a nuestra presente constitución
sin su acuerdo."

En el mismo sentido respondieron todos los otros destinatarios de la Justa Reclamación. El cabildo fue el
más explícito, reclamando ante lo que consideraban una injerencia de la Corte Portuguesa en los asuntos
internos de España. El histórico enfrentamiento entre España y Portugal por la cuenca del Río de la Plata
hizo prácticamente imposible que semejante pretensión de la esposa del heredero del trono portugués fuera
aceptada.

La invasión
Véase también: Invasión Luso-Brasileña

En agosto de 1816 un poderoso ejército del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve invadió la Provincia
Oriental por mar y tierra, en conocimiento del Congreso de Tucumán, el cual tenía prácticamente la
totalidad de sus recursos dedicados a afrontar las acometidas realistas procedentes del Alto Perú e, incluso,
del reocupado Chile. Tras el hecho consumado de la invasión, se buscó luego la incorporación "de
derecho", la que se obtuvo el 18 de julio de 1821 en el Congreso Cisplatino, una asamblea de "notables"
orientales (entre los que se encontraba Fructuoso Rivera) adictos a las tropas de ocupación, que aclamaron
a Portugal.

Allí se fijaron los límites: por el Este, el Océano Atlántico; por el Sur, el Río de la Plata; por el Oeste, el Río
Uruguay; y por el Norte el río Cuareim hasta la Cuchilla de Santa Ana. En ese acto, territorios
tradicionalmente pertenecientes a la Banda Oriental, como las Misiones Orientales, fueron anexados a la
jurisdicción del Estado de Río Grande del Sur.
Durante los primeros años de ocupación el
dominio militar portugués fue total. En 1817
Juan Antonio Lavalleja se sostuvo
vigorosamente junto a Rivera en el Paso de
Cuello, contra un muy superior número de
soldados de Lecor. El 3 de abril de 1818
Lavalleja fue apresado en el arroyo Valentín
(Salto) y, remitido a Montevideo, fue
trasbordado a Río de Janeiro, donde quedó
confinado en un pontón. Posteriormente fue
transferido a la isla Das Cobras junto con
Fernando Otorgués, Manuel Francisco
Artigas y Leonardo Olivera. Embarque de la infantería portuguesa en Río de Janeiro el
7 de junio de 1816
En 1820 Andrés Latorre fue sorprendido y
derrotado en la Quebrada de Belarmino.
Latorre penetró hasta Tacuarembó, donde montó campamento esperando órdenes de José Artigas, que
había ido a Mataojo a buscar caballos. El 22 de enero de 1820 en las puntas del arroyo Tacuarembó Chico,
mientras los orientales que se encontraban acampando con unos 2.000 hombres, fueron sorprendidos por
las tropas de ocupación mientras dormían, librándose la batalla de Tacuarembó.

Según el parte portugués, los 3.000 soldados portugueses realizaron una gran matanza: 800 muertos y 500
heridos por el bando artiguista y solamente un muerto y cinco heridos en el campo de batalla por el bando
portugués.2

Tras la derrota de Tacuarembó, Artigas y 300 hombres cruzaron el río Uruguay para pedir apoyo a sus
aliados de la Liga Federal, entrerrianos y correntinos. Francisco Ramírez, quien pretendía extender su
mando a toda la región, lo enfrentó por las armas, produciéndose una serie de combates en junio y julio de
1820. Artigas, ya sin hombres ni recursos, se exilió en Paraguay.

En 1821 se autorizó su vuelta de Lavalleja a Montevideo, quien inmediatamente tomó servicio en el


Regimiento de Dragones de la Unión, cuyo jefe era Rivera. Cuando se proclamó la independencia de lo
que hoy es Brasil para constituirse en Imperio del Brasil, Rivera y Lavalleja estuvieron junto con Lecor a
favor, firmando el acta de aclamación y reconocimiento del emperador Pedro I de Brasil, el 17 de octubre
de 1822.

En 1824 Lavalleja pasó a Buenos Aires y las autoridades imperiales lo declararon desertor, confiscándole
los bienes.

La ofensiva oriental
El 15 de septiembre de 1823 el enviado del presidente argentino Bernardino Rivadavia, Valentín Gómez,
entregó en Río de Janeiro un memorándum en donde se sostenía que en ningún momento la Provincia
Oriental había dejado de pertenecer al territorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Gómez recibió
esta respuesta:

La incorporación de la Provincia Cisplatina al Imperio es un acto de la libre voluntad de todos


sus habitantes, y el Brasil, por los sacrificios que ha hecho, está resuelto a defender aquel
territorio, no admitiendo que se consulte nuevamente la opinión respecto a la incorporación de
aquel Estado a las Provincias Unidas. (...) el Gobierno de S.M.I. (...) no puede entrar con el
de Buenos Aires en negociaciones que tengan por base fundamental la cesión del Estado
Cisplatino, cuyos habitantes no debe abandonar.3
El 19 de abril de 1825 Lavalleja y sus hombres (conocidos como los
Treinta y Tres Orientales) desembarcaron, provenientes de Argentina,
en la Playa de la Agraciada. Se emprendieron operaciones ofensivas,
logrando el 24 entrar en Santo Domingo de Soriano y seguir luego en
busca de Rivera, al cual se le encontró en el paraje llamado Monzón
el día 29. Tras corta entrevista de los antiguos compañeros y amigos,
Rivera quedó incorporado a las fuerzas patriotas con los soldados a
sus órdenes.
Bandera de la Provincia Oriental
Prosiguiendo las operaciones, las villas de San José y Canelones del Uruguay, utilizada entre 1825
cayeron en poder de los patriotas y, el 14 de junio, fue establecido en y 1828. Aprobada por el
Florida un Gobierno Provisorio bajo la presidencia de Manuel Congreso de Florida, estaba
Calleros. Allí, el 25 de agosto de 1825, la Sala de Representantes basada en la Bandera de los
Treinta y Tres Orientales aunque
proclamó la independencia de la provincia y de inmediato declaró su
ya sin el lema en la franja blanca.
unión a las demás del Río de la Plata.

Rivera batió a sus adversarios en Rincón de Haedo el 24 de


septiembre y el 12 de octubre Lavalleja obtuvo su triunfo en Sarandí.

En 1826, el hacendado Tomás García de Zúñiga es designado Presidente de la Provincia Cisplatina.

En el Congreso de la Florida se restableció por parte de los patriotas el nombre original de Provincia
Oriental, el cual fue refrendado fácticamente cuando el frente terrestre del ejército combinado de 8.000
soldados provenientes de todas las otras Provincias Unidas y de la Banda Oriental venció en la batalla de
Ituzaingó (la principal de la Guerra del Brasil) a las fuerzas brasileñas el 20 de febrero de 1827.

Fin de la reivindicación
Por presión diplomática del Reino Unido, el mismo 20 de febrero de 1827 se abrieron las tratativas de paz
entre las Provincias Unidas del Río de la Plata y el Imperio del Brasil, con la mediación de Gran Bretaña.

Lord John Ponsonby fue el enviado de Londres y propuso como solución la independencia total de parte de
la Provincia Oriental o Cisplatina. La propuesta inglesa tenía como finalidad restablecer la paz en el Plata,
consolidar el comercio inglés e impedir que fueran dos grandes estados -Brasil y Argentina- los que
dominaran el estuario. El diplomático convenció a Argentina y Brasil para que no gastaran dinero en una
guerra por la Provincia Oriental.

Representantes brasileños y argentinos se reunieron para negociar la paz en Río de Janeiro entre el 11 y el
27 de agosto de 1828. Allí se firmó la Convención Preliminar de Paz, por la que se acordó la
independencia del actual Uruguay respecto de los actuales Brasil y Argentina. La independencia de
Uruguay quedaría definitivamente sellada el 4 de octubre del mismo año cuando, en Montevideo, las
naciones firmantes canjearon las ratificaciones del tratado.

A fines de 1828, Lecor evacuó Montevideo y se trasladó a Río de Janeiro.

Véase también
Banda Oriental
Misiones Orientales
Club del Barón
Campaña Libertadora de Los Treinta y Tres Orientales
Guerra del Brasil
Estado Oriental del Uruguay

Referencias
1. Roberto Etchepareborda, Qué fue el carlotismo, Ed.
Plus Ultra, Bs. As., 1972, pág. 63.
2. Según Lincoln R. Maiztegui Casas. El parte de los
portugueses es difícilmente creíble, formula que si
los portugueses hubieran tenido 500 heridos, de
haber sido así, es evidente que hubo que haber
tenido una terrible degollatina después del
combate, cosa que no aparece en ninguno de los
registros, ni en el portugués ni en el oriental,
tampoco existen registros de ninguna de las dos
partes sobre que pasó con esos 500 supuestos
heridos. Factor por el cual hace especular, sobre la
credibilidad de la parte portuguesa (Libro Orientales
Tomo I, de Lincoln R. Maiztegui Casas)
3. Historia de las Relaciones Exteriores de Argentina
Carlos Federico Lecor, Vizconde de la
(http://www.argentina-rree.com/3/3-018.htm)
Laguna

Enlaces externos
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