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Extractos de:

- AAVV (1973) Hacia una filosofía de la liberación, Editorial Bonum,


Buenos Aires

Son co-autores de los textos siguientes: Osvaldo Ardiles, Hugo Assman, Mario Casalla,
Horacio Cerutti, Carlos Cullen, Julio de Zan, Enrique Dussel, Aníbal Fornari, Daniel Guillot,
Antonio Kinen, Rodolfo Kusch, Diego Pró, Agustín de la Riega, Arturo Roig, Juan C. Scannone.

A MANERA DE MANIFIESTO
Sin lugar a dudas un nuevo estilo de pensar filosófico ha nacido en América Latina. No
se trata ya de un pensar que parte del ego, del yo conquisto, yo pienso o yo como voluntad de
poder europeo imperial (teniéndose en cuenta que Estados Unidos y Rusia son las dos
prolongaciones del hombre moderno europeo). Es un pensar que parte del oprimido, del
marginado, del pobre, desde los países dependientes de la Tierra presente. La filosofía de la
modernidad europea constituyó como un objeto o un ente al indio, al africano, al asiático.
La filosofía de la liberación pretende pensar desde la exterioridad del Otro, del que se
sitúa más allá del sistema machista imperante, del sistema pedagógicamente dominador, del
sistema políticamente opresor. Una filosofía que tome en serio los condicionamientos
epistemológicos del pensar mismo, los condicionamientos políticos de un pensar
latinoamericano desde la opresión y la dependencia, no puede ser sino una filosofía de la
liberación. En América Latina, y muy pronto en África y Asia, la única filosofía posible es la que
se lanza a la tarea destructiva de la filosofía que los ocultaba como oprimidos y, luego, al
trabajo constructivo, desde una praxis de liberación, de esclarecimiento de las categorías
reales que permitirán al pueblo de los pobres y marginados acceder a la humanidad de un
sistema futuro de mayor justicia internacional, nacional, interpersonal. La filosofía de la
liberación sabe que las opciones políticas, pedagógicas y eróticas previas al pensar son
determinantes, y por ello les presta atención primera. La ontología abstracta deja así de ser el
origen, y cobra en cambio fisonomía de philosophia prima la política como posición primera
del hombre ante el hombre, de la Totalidad ante la Alteridad, de Alguien ante Alguien otro.
Filosofía de la liberación entre nosotros es la única filosofía latinoamericana posible,
que es lo mismo que decir que es la única filosofía posible entre nosotros. El pensar filosófico
que no tome debida cuenta crítica de sus condicionamientos y que no se juegue
históricamente en el esclarecimiento y la liberación del pueblo latinoamericano es ahora, pero
lo será mucho más en el futuro, un pensar decadente, superfluo, ideológico, encubridor,
innecesario.

PUNTOS DE REFERENCIA DE UNA GENERACIÓN FILOSÓFICA


Desde 1971 se viene reuniendo anualmente en Santa Rosa de Calamuchita (Córdoba,
Argentina) un grupo de profesores universitarios de filosofía, interesados en la filosofía
latinoamericana. El primer año se planteó el método de la fenomenología existencial como
camino para una hermenéutica de la realidad latinoamericana. En 1972 el grupo se vio
enriquecido por nuevos miembros y por las discusiones tenidas tanto en el Segundo Congreso
Nacional de Filosofía, de junio 1971 (especialmente en el simposio "América como problema"),
cuanto en las Segundas Jornadas Académicas de San Miguel (agosto 1971), dedicadas a la
"Liberación Latinoamericana". Ese año (enero 1972), luego de haberse replanteado la
cuestión de la experiencia ontológica fundamental y su situacionalidad histórica, se trató sobre
todo de las mediaciones histórico-sociales y filosófico-históricas necesarias para pensar dicha
experiencia y el proceso de liberación latinoamericano. También se criticó la ideología
subyacente a un universalismo filosófico abstracto y ahistórico. Por último, en enero de 1973,
el grupo dio un tercer paso, pues no centró su trabajo en discusiones metodológicas y
programáticas, sino que comenzó a elaborar creativamente nuevos contenidos. Por un lado lo
hizo en forma crítica, abordando la destrucción tanto de la historia de la filosofía en América
Latina, como de planteos actuales acerca del filosofar en nuestro continente. Por otro lado lo
hizo positivamente, no sólo explicitando la relación de la actitud filosófica con la opción
política y la educación liberadora, sino también señalando en forma determinada y concreta la
alternativa que se ofrece al pensar originariamente latinoamericano. Al fin de dicha tercera
reunión el grupo reflexionó sobre el camino por él ya recorrido (que arriba hemos esbozado),
así como sobre sus coincidencias básicas, que expondremos a continuación.
La primera coincidencia básica, que de alguna manera tuvo y tiene un carácter
fundacional del grupo, es la de querer hacer filosofía latinoamericana, que sea auténticamente
filosofía, y por ello de valor universal, y sin embargo genuinamente latinoamericana, es decir,
históricamente situada en nuestro aquí y ahora. La segunda coincidencia es el convencimiento
de que para lograrlo es necesaria una ruptura con el sistema de dependencia y con su filosofía,
y que por lo tanto, se hace imprescindible la superación de la filosofía de la modernidad, a fin
de que el pensamiento se ponga, como pensamiento, al servicio de la liberación
latinoamericana. La tercera coincidencia básica es que el filósofo debe hacerse intérprete de la
filosofía implícita del pueblo latinoamericano, interpretándola críticamente. Se podría añadir
una cuarta coincidencia relacionada con ésta, aunque explicitada más tarde: que es en el
pobre y oprimido ("en el pueblo", según otra expresión) en donde se manifiesta lo nuevo de la
historia, que el filósofo ha de pensar y decir.
Además de coincidir en esos puntos básicos, se estuvo de acuerdo en la interpretación
de los pasos que el grupo ya ha ido avanzando, según fue historiado brevemente más arriba.
En especial se reafirmó la voluntad de proseguir en la elaboración positiva ya iniciada, evitando
discusiones meramente formales acerca del método. También se convino en aceptar como
regla de la discusión la disposición de todos para criticar y ser criticado en los presupuestos,
aun de carácter político, del discurso y de las preguntas y objeciones que se hagan. Ello no
excluye, sino que presupone el respeto mutuo de las diferencias. Finalmente el grupo constató
que los intereses de sus miembros cubren prácticamente las distintas áreas del filosofar, con lo
cual se hizo fácil una distribución de tareas en la tarea común de filosofar desde (y no sólo en)
América Latina.

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