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El problema de las redes sociales

Todos sabemos que con las redes sociales y la tecnología la vida nos resulta
mucho más sencilla a la hora de querer comunicarnos, descubrir situaciones de
otros lugares del mundo, informarse de lo que pasa en el día a día, conocer a más
personas, etc.
Pero al igual que somos conscientes de que las redes sociales tienen muchas
ventajas, también debemos saber que tienen muchos inconvenientes y problemas
que debemos conocer para poder utilizar bien y moderadamente una red social.
Conectarse y compartir información hoy en día es más fácil que nunca gracias a
las redes sociales, y por ello, cada vez más jóvenes publican más datos de su vida
privada en la red. Si esto se lleva con moderación y cada uno piensa lo que va a
colgar antes de hacerlo, no tiene por qué ser un problema. Pero si no controlas la
información que estás subiendo a la red, tan rápido como lo publicas, esta
información se puede volver en tu contra o puede volverse público. Debemos tener
cuidado con lo que publicamos.
Abusar mucho de las redes, puede provocarnos problemas ya que muchas veces
no controlamos el tiempo que ejercemos en estas. Cada vez más jóvenes sufren
adicción a las redes sociales y esto provoca en ellos, inquietud, falta de
concentración y alteraciones del ánimo. Hay gente que se ve incapaz de pasar un
día sin el móvil y la idea de no poder revisar sus redes sociales y actualizarlas les
parece algo imposible y altera su comportamiento.
Los riesgos más importantes de las redes sociales son, además de la adicción, el
acceso a contenidos inapropiados, el ciberacoso o la vulneración de la
intimidad. Así, en las redes se puede acceder a contenidos pornográficos o
violentos, denigrar a personas, transmitir mensajes racistas, fomentar la anorexia
o incitar al suicidio.
Aquellos que han desarrollado un alto grado de dependencia de las redes
sociales, pueden terminar sufriendo estados de ansiedad y estrés.  Cuando
llegamos a este extremo, es posible que más adelante nos empiece a afectar a
nuestro día a día. Además, cuando pasamos mucho tiempo conectados, nos
olvidamos de lo más importante, que es lo que está a nuestro alrededor.

Las personas obtienen un nivel global de satisfacción en la vida que deriva de


fuentes diversas, tales como la familia, la pareja, el trabajo, las relaciones
sociales o las aficiones en las que están implicadas. Cuando una persona no
consigue diversificar sus fuentes de satisfacción o se siente insatisfecha en
algunas de ellas, puede recurrir al mundo virtual en un intento de compensar en el
mundo virtual lo que no tiene en el mundo real.

El abuso de las redes sociales es un fenómeno preocupante en algunos


casos, pero este hecho puede denotar la existencia de otras
alteraciones (personales o familiares) que hay que saber detectar adecuadamente
para abordar el problema en conjunto.

Las personas deben aprender a integrar las redes sociales virtuales con las


relaciones sociales reales. La riqueza de la comunicación interpersonal requiere
de un contacto cara a cara si no se quiere construir relaciones sociales ficticias
que antes o después acaban por derrumbarse

Para detener un poco esta adicción y no volvernos dependientes de las redes


sociales debemos ponernos unos horarios de uso de las redes sociales y del
móvil, intentar organizar nuestro tiempo de ocio, sin depender de estas, ser
capaces de olvidarnos, un rato cada día del móvil y nos estar consultándolo
continuamente, cuando estamos estudiando, no tener el móvil cerca para no
distraernos y centrarnos en lo que estamos haciendo, dejar el móvil en silencio
para olvidarte un poco de él y que no te suenen todo el rato las notificaciones. De
esta manera no tendremos la necesidad de usarlo tanto tiempo, por las noches
dejarlo en otro sitio que no sea tu habitación y así no perder tu tiempo de
descanso con las redes sociales y debemos pensar y organizar el uso que le
hacemos a las redes sociales y de esta manera nos ira todo mucho mejor de lo
que creemos.

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