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LEY DE GRANOS

Lina Marcela Barrero


Maricela Valencia Delgado

Universidad De Caldas

Facultad De Ciencias Económicas Y Políticas, Administración Financiera

Fundamentos en economía

Docente: Juan Carlos Yela Amézquita

Manizales

2021
LEY DE GRANOS
Leyes sobre los granos o Corn Laws, se les llamó así a las medidas tomadas en Inglaterra a
partir de los siglos XVII y XVIII para la de protección arancelaria mediante la imposición
de impuestos a las importaciones y exportaciones de granos, esto con el fin de proteger las
producciones locales.

Hacia el año 1813 una comisión de la Cámara de los Comunes recomendó que se
excluyeran de la importación de granos extranjeros, hasta que el valor del trigo producido
en el país fuese igual a 4 libras esterlinas por 218.8 Kg. Para Thomas Malthus esta< era un
precio justo, pues consideraba peligroso para Gran Bretaña importar trigo a un precio
inferior, pues reduciría la remuneración a los campesinos y adicionalmente los industriales
sufrirían pérdida de ingresos de los propietarios de los terrenos.

Para el año 1814 se logró reducir el precio del trigo y fe allí donde el gobierno de Tory de
Lord Liverpool se propuso lograr la aprobación de esta ley y esto llevó a graves disturbios
en Londres. David Ricardo en defensa de la libertad de comercio, rechazó por mucho
tiempo dichas medidas pues pensaba que Gran Bretaña podría utilizar su capital y
población a su favor.

Esta ley tuvo como resultado que para el año 1815, mantener el precio del pan más alto de
lo que hubiese estado si hubiesen sido permitidas las importaciones libres de granos

En 1838 es cuando fue fundada en Manchester la Anti-Corn Law Association (que se


convirtió en 1839, en la Anti-Corn League), compuesta principalmente por miembros
pertenecientes a la clase media, procedentes de los industriales del Norte. Esto con el
propósito de dejar dicha ley sin propósito, para lo cual argumentaron: en primer lugar, las
Corn Laws eran obsoletas y sólo traían beneficios a los terratenientes y a los granjeros, por
lo que era totalmente egoísta de la parte estas personas utilizar su poder en el seno del
Parlamento para mantener esta normativa. Además, se le criticaba a las Corn Laws no haber
tenido el efecto esperado de reducción del precio del pan, sino por el contrario, haber
favorecido un impuesto adicional sobre las clases más pobres; despojados de su dinero,
estos ya no tenían con qué comprar los productos industriales.

Es de esta manera que las Corn Laws fueron definitivamente abrogadas el 26 de junio de
1846, los partidarios de Peel se unieron a los miembros irlandeses del Parlamento, a los
miembros del Parlamento de la Sociedad de opositores a las Corn Laws y a la mayoria de
los Whigs. Solo unos pocos Whigs se opusieron, así como los viejos Tories favorables al
proteccionismo.

Esta abrogación llegó un poco tarde para rescatar a los irlandeses, sin embargo, promovió
rápidamente una era de prosperidad en Gran Bretaña, reduciendo el precio del pan,
apoyando al empleo y mejorando globalmente el nivel de vida de las masas, a pesar de las
profecías de mal agüero de los propietarios de las tierras. La agricultura británica no sufrió
inmediatamente de la competencia extranjera, los agricultores reaccionaron adoptando una
política llamada de high farming a partir de 1850, que consistía en una mejoría de los
suelos mediante el drenaje, el uso de nuevos fertilizantes y un progreso del maquinismo
agrícola. Sin embargo, desde 1873 y hasta 1914, la agricultura entró en un período de
depresión debido a varios factores, principalmente el clima, pero también por la
competencia del trigo y de las producciones animales extranjeras: en 1895, la tercera parte
de la carne consumida era importada principalmente de Nueva Zelanda y de Argentina.

De esta forma, si las profecías que habían visto una amenaza en la abrogación de las Corn
Laws fueron, sin duda, un poco prematuras, con el tiempo probaron ser correctas. Debe
señalarse que las condiciones sociopolíticas habían cambiado: los terratenientes no
dominaban ya el Parlamento, especialmente por cuanto ahora todos los trabajadores
varones de la industria tenían el derecho a votar; ya no era posible, por tanto, revocar la
abrogación.

Dicho lo anterior, Inglaterra enfrentó dos prolongadas y costosas guerras: la de


independencia de su principal excolonia (1776–1783) y las napoleónicas, contra Francia
(1793–1815), al final de las cuales el comercio internacional de los cereales empezó a
normalizarse y, por tanto, la protección automática sobre la producción agrícola interna
tendía a desaparecer. 
Las ventajas en costos de los Estados Unidos y de Francia sobre Inglaterra resultaban
evidentes y, en esa medida, bajarían los precios de los cereales importados desde esos
países desplazando la producción nacional, se contraería la demanda interna de tierras y se
reducían las rentas de los terratenientes. Para eliminar estas amenazas comerciales el
parlamento inglés estableció, 
entonces, por medio de las leyes de granos, impuestos arancelarios a la importación de los
cereales y el maíz. 
Al finalizar las guerras, la demanda de cereales aumentó y los precios se multiplicaron por
cuatro. Los ingresos de los terratenientes se incrementaron en proporción a la renta de la
tierra, que también subió, determinando que éstos se opusieran, por todos los medios a su
alcance, a la importación de cereales procedentes del exterior (especialmente de Francia). 
Por otra parte, las malas cosechas llevaron el precio del trigo a niveles insostenibles, al
punto de que un bushel de ese grano llegó a valer el doble del salario semanal de un obrero.
Los industriales reclamaban autorización de importaciones, que abarataran los alimentos
cuyos precios impulsaban los salarios hacia arriba, deteriorando la tasa de ganancia de la
industria. 
Ricardo, publicó su Ensayo sobre la influencia de un bajo precio del grano en las ganancias
del capital, en el cual crítica las ‘leyes de granos' y, donde deriva conclusiones
fundamentales acerca del proceso de acumulación del capital y el crecimiento económico.
Estas conclusiones básicas para el desarrollo del pensamiento ricardiano posterior se
pueden sintetizar en:
1. La reducción de las ganancias de los capitalistas a favor de los terratenientes desacelera
el 
proceso de acumulación y crecimiento.
2. Las restricciones al librecambio evitaban el empleo eficiente de los recursos productivos 
que suponía la especialización internacional sobre la base de costos mínimos. 
David Ricardo y Thomas Robert Malthus compartieron unos mismos principios filosóficos
y económicos, pero llegaron a unas conclusiones y a unas propuestas de política económica
radicalmente diferentes. Si bien Malthus y Ricardo coincidían en su enjuiciamiento
pesimista de la situación de las masas de población, su temor era de índole diferente.
Malthus se preocupaba por la tendencia que el pueblo manifestaba a aumentar en
progresión superior a los medios de sustento, mientras Ricardo temía que lo hiciera con
mayor intensidad que el capital. Ambos se fundamentaron sobre Smith, aunque de manera
diversa; por eso son opuestos sus puntos de vista sobre la renta de la tierra y los aranceles
del trigo. 

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