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Recepcionista: Buenas tardes, señorita. ¿En qué puedo ayudarla?

Clienta: Buenas tardes… disculpe, he reservado una habitación doble y me han entregado las llaves
de una habitación individual.

Recepcionista: ¿Podría decirme su apellido, por favor?

Clienta: Gómez

Recepcionista: Un momento por favor, comprobaré los datos. Sí, aquí está su reserva… habitación
doble en media pensión hasta el 26. Le han asignado la habitación número 315.

Clienta: ¡No! A mí me han dado las llaves de la 215.

Recepcionista: Disculpe señorita, se han debido equivocar con los llaveros. Aquí están las llaves de
la 315, en el tercer piso. Ahora mismo le digo al botones que suba su equipaje.

Clienta: Gracias

Minutos después…

Recepcionista: Recepción, dígame, ¿en qué puedo ayudarle?

Clienta: ¡No lo puedo creer! Acabo de entrar en mi habitación y está todo desordenado, hasta un
calzón hay, ¿Pero qué clase de servicio es este?

Recepcionista: Disculpe, señorita, creo que la camarera se ha olvidado. ¿Desde qué habitación me
está llamando?

Clienta: Soy la señorita Gómez, habitación 315.

Recepcionista: Llamo enseguida a la camarera y le digo que suba inmediatamente. Le ruego que
disculpe este olvido, señorita. Si le parece puede tomar un aperitivo sin costo en el bar del hotel
mientras terminan con su habitación.

Clienta: De acuerdo, pero coméntele que no se lleve mucho tiempo y avisen cuando ya este, por
favor.

Recepcionista: Descuide, nosotros le avisamos.

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