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Con relación al silencio administrativo negativo, se debe tener presente que:

Se considera al silencio administrativo como una ficción que la ley establece en beneficio del
interesado y el valor estimado o desestimado del silencio administrativo, está determinado por
la Ley. En el cual el primer caso; estamos ante el silencio positivo , y en el segundo, ante el
silencio negativo.

Ante ello, el Tribunal Constitucional se ha pronunciado sobre este beneficio a favor del
interesado: “…el administrado (…) transcurrido el plazo para que la administración resuelva el
recurso impugnativo interpuesto, tiene la potestad de acogerse al silencio administrativo y así
acudir a la vía jurisdiccional, o de esperar el pronunciamiento expreso de la administración. La
no resolución del recurso impugnatorio dentro del plazo de 30 días no puede considerarse
como causal de exclusión de la potestad del administrado de esperar el pronunciamiento
expreso de la administración” (SSTC Nros. 0815-2004-AA/TC y 4077-2004-AA/TC, del 25 de
junio del 2004 y 21 de junio del 2005, casos Paulino Nuñez Cabreras y María Del Pilar Gularte
Unyén, fundamentos jurídicos Nros. 2 y 1 respectivamente).

En tal sentido, debo indicar que se entiende como el silencio administrativo negativo, ante la
ausencia de una resolución expresa se considera una denegatoria ficta por parte de la
administración.

Así tenemos que el art. 38° del TUO de la Ley N° 27444, se hace mención al silencio
administrativo negativo, aplicable a los procedimientos de evaluación previa, y que
excepcionalmente es aplicable en las peticiones que afecta significativamente  el interés
público e incida en bienes jurídicos, entre ellos, el sistema financiero (numeral 38.1). es decir,
en los procedimientos establecidos en el TUPA.

Ahora bien, el art. 369° de la Ley N° 26702, señala que “Toda resolución administrativa que 
expida la Superintendencia en ejercicio de sus atribuciones podrá ser objeto de reconsideración
ante el funcionario que la expidió y  apelarse ante el Superintendente quien constituye última y
segunda instancia, en los plazos establecidos por la Ley General de Procedimientos
Administrativos. Esta norma no es aplicable a las resoluciones que expida el Superintendente
con criterio de conciencia, en los casos de excepción previstos en esta ley. La resolución
expedida por el Superintendente agota la vía administrativa.”

En tal contexto, La Resolución SBS N° 5826-2019 (Intervención de TFC) y Res. SBS N° 5855-2019
(Disolución y liquidación de TFC), son Resoluciones QUE NO CALIFICAN COMO EMITIDAS
COMO CON CRITERIO DE CONCIENCIA, dado que están basadas en Informes de los estamentos
inferiores de la SBS y por el cual se sostiene que se ha incurrido en infracciones establecidas en
el numeral 3° y 4° del art. 104 de la Ley N° 26702, y no por alguna excepción; más aun en ellas
no se señala que las citadas resoluciones se hayan emitido con criterio de conciencia, y sea por
una excepción señalada en la norma.

Por lo que considero, que a los recursos de reconsideración presentados, si le es aplicable el


SILENCIO ADMINISTRATIVO NEGATIVO.

Ello salvo mejor opinión.

Slds,

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