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Universidad Nacional Experimental de Guayana

Proyecto de carrera: Contaduría Pública y Ciencias Fiscales

Asignatura: Desarrollo Humano

Informe

Inteligencia emocional y estados de


ánimos

Profesor: Yonardo Sanchez Realizado por:

yonardosanchez@gmail.com Bolívar Mari Elitza-28.667.012


Contaduría Publica.

García Yorgelis-29.

Ciencias Fiscales.
¿Qué es la inteligencia emocional?

La inteligencia emocional se define como un conjunto de habilidades que


una persona adquiere por nacimiento o aprende durante su vida, donde destaca la
empatía, la motivación de uno mismo, el autocontrol, el entusiasmo y el manejo de
emociones.
Luego de la teoría desarrollada por Gardner en la Universidad de
Harvard sobre las inteligencias múltiples, el concepto de inteligencia emocional fue
utilizado por primera vez en el año 1990 con Peter Salovey y John Mayer, dos
psicólogos norteamericanos, para luego ser trasladado a un libro homónimo
escrito por Daniel Goleman.

Este tipo de inteligencia no consiste en alterar la capacidad de generación


de emociones con respecto a diferentes estímulos del entorno, sino se relaciona
más con la reacción que una persona tiene frente a ellas, que muchas veces son
más impactantes que las emociones en sí que desencadenan esta acción.

 Características de la Inteligencia Emocional

¿Qué características tienen las personas con alto grado de Inteligencia


Emocional?:
 Prestan atención a sus emociones: las personas que desarrollan este tipo de
inteligencia analizan sus emociones y las escuchan, no solo se limitan a sentirlas.

 Conocen sus sentimientos y no los reprimen: estas personas son auténticas y


sinceras, ya que expresan sus sentimientos de forma clara.

 Analizan sus proyectos y sueños: no viven en un sueño constante, sino que


saben razonar sobre lo que sienten y si alguna meta puede ser alcanzada o no.

 Tienen un balance constante en sus acciones: saben que todo tiene su lado
bueno o malo, por lo que dirigen su atención a las cosas que pueden solucionar o
que pueden ser de utilidad para ellos mismos.

 No toman nada personal: cuando una persona los altera o algo en su entorno
no sale como lo tenían planeado, analizan qué pudieron haber hecho mal y qué
cosas mejorar a futuro. No se concentran en algo que no pueden controlar.

 Son autocríticos con sus acciones: las emociones no los controlan, ellos
controlan lo que deciden hacer con ciertas emociones y reconocen cuando algo se
les fue de las manos.

 Se fijan en las emociones de otras personas: intentan ser siempre empáticos


con sus semejantes para saber cómo expresan sus emociones. Así, se relacionan
mejor con los demás.
 Conocen siempre gente nueva pero se rodean de aquellos con los que tienen
una conexión: A través de otras personas, conocen diferentes puntos de vista y
comparten más con aquellos que son compatibles con la suya. No pierden tiempo
en relaciones tóxicas ahorrándose así una incomodidad innecesaria.

 Se motivan a sí mismos constantemente: estas personas se emocionan


cuando sucede algo que les gusta o realizan una acción determinada. No se
enfrascan en por qué ya no les motivan cosas antiguas, sino que buscan siempre
renovar su emoción con nuevas experiencias.

¿Cuáles son los tipos de inteligencia emocional?

La inteligencia emocional no es una sola. Abarca diferentes tipos y


características que definen el coeficiente intelectual de un aspecto de la persona.
Estas pueden dividirse en cinco categorías básicas:
Empatía: Consiste en entender cómo se sienten los demás y aprender a
comunicarse correctamente para lograr un objetivo común. Cada persona
reacciona de diferente manera a ciertos estímulos dependiendo de su contexto y
su experiencia.
 Habilidades sociales: Las buenas relaciones
interpersonales guían a las personas al éxito, ya que pueden lograr más cosas
con liderazgo, gestión de conflictos, cooperación y trabajo en equipo.

 Autoconocimiento: Este tipo de inteligencia


emocional consiste en la capacidad de reconocer los sentimientos que uno
alberga y cómo estos pueden afectar las acciones que hacen. La conciencia
emocional y la confianza son vitales para su desarrollo.

 Motivación: Este tipo se relaciona con el


compromiso de llegar a los objetivos que uno se plantea, cómo se mantiene el
positivismo ante las adversidades y cuál es la iniciativa que una persona maneja
para plasmar determinadas metas.

 Autorregulación: Las técnicas de autocontrol son


esenciales en la inteligencia emocional. Controlar la duración de nuestras
emociones y que tanto influyen estas en nuestras decisiones es vital para este
tipo de inteligencia emocional.

Ejemplos de inteligencia emocional

Valorar los triunfos de los demás sin caer en comparaciones con otras
personas o uno mismo.

Aceptar los errores cometidos y ser capaces de perdonarse así mismo para
aprender de lo ocurrido.
No juzgar el hecho de sentirse bien o mal más que por lo que son:
emociones transitorias que pasarán con el tiempo.

Analizar las reacciones inmediatas a las emociones, interpretarlas y


aprender de cada una de ellas para manejarlas de ser necesario.

Comprender cuál es la emoción que uno siente y no dejar que el cerebro


confunda una con otra. A veces el enojo puede presentarse cuando en
realidad se siente tristeza.

Evitar estimulantes como el alcohol, cafeína, drogas o algún fármaco


relacionado para tener ciertas sensaciones.

Entender que cada persona es individual con sus experiencias y relaciones.


Los sentimientos personales pueden generalizarse para los demás hasta
cierto punto.

Encontrar el equilibro entre los éxitos y errores, no dejándose llevar por el


narcisismo o por una lástima por sí mismo

¿Qué es un estado de ánimo?

Los estados de ánimo son parte de nuestra experiencia subjetiva, al igual


que las emociones. Ambas son sensaciones que nuestro cuerpo genera en
respuesta a determinados estímulos y factores ambientales, pero las
emociones tienen un carácter más transitorio, ocurren y se desvanecen con
rapidez.

Los estados de ánimo se mantienen en el tiempo, influenciando nuestra


conducta y forma de pensar. Estos, a su vez, están influenciados por nuestras
necesidades y características biológicas, como la nutrición, el sueño, la
actividad física o el nivel de estrés. Pueden durar minutos, pero también
pueden durar horas, semanas o incluso más.

Según científicos expertos como Robert E. Thayer, se trata de una suerte


de “ruido blanco”, que experimentamos en relación a una serie de factores
internos y externos, según dos sistemas de excitación biológica subjetiva, dos
variables del estado de ánimo a las que se refiere como nivel de tensión y nivel
energético.
¿Qué tipos existen?

Existen una multitud de estados de ánimo, ya que son causados por una
complicada combinación de factores. La mayoría de la población se encuentra
en un estado de ánimo “normal” -en el sentido de no producir problemas para
la vida de la persona-, denominado eutímico.

Es un estado de ánimo calmado, de baja intensidad, que se caracteriza por


no estar especialmente elevado o deprimido. Se encuentra en un espectro
entre dos extremos, la distimia -depresión anímica- y la hipertimia, la activación
anímica

Según las teorías científicas actuales, los estados dependen de la


interacción de dos sistemas biológicos de respuesta emocional. Por un lado
estaría el que se encarga de generarnos tensión, por otro lado estaría el que
se encarga de generar energía. Estos irían respectivamente de tenso a
relajado, de activo a cansado y vice-versa.

Esto genera varias combinaciones según el estado de cada una de las


variables del estado de ánimo que, como hemos comentado previamente,
dependen de factores psicofisiológicos como el hambre o el estrés. Podemos
explicarlas alrededor de 4 estados de ánimo que van fluctuando:

1. Calmado-Activo
El estado de ánimo calmado-activo se considera uno de los más
beneficiosos y agradables. Es el óptimo para mantener una actividad productiva y
suele presentarse por las mañanas, en parte por la acción de los ciclos
circadianos, que afectan a nuestro estado emocional.

2. Calmado-cansado

El estado de calma y cansancio está relacionado con la relajación. Es como


nos sentimos especialmente por las noches, antes de dormir. El punto de “cero
energía, cero tensión” sería el que alcanzamos justo antes del sueño.

3. Tenso-Activo
Este estado también está caracterizado por una alta productividad, pero a la
vez por el nerviosismo y la urgencia, manifestada también a nivel fisiológico, por
ejemplo en la actividad cardíaca o la liberación de hormonas como el cortisol y la
adrenalina, relacionadas con el estrés.
4. Tenso-Cansado

El estado de tensión y cansancio es habitual cuando nuestras energías


están muy bajas. El estado físico se encuentra afectado u agotado, lo que genera
emociones negativas y nerviosismo. Está promovido por el atardecer.

Estados de ánimo patológicos

Los cambios de humor son naturales, ocurren de manera constante en


relación con nuestra vida. A pesar de que nos condicionan, su intensidad no
supone un problema para la población general, pero sí lo es para aquellas
personas que los experimentan con mayor intensidad.

Cuando estos estados de ánimo se “radicalizan”, pasan a afectar el


funcionamiento normal del individuo, en ocasiones de manera patológica, tanto de
sus emociones como de sus interacciones sociales.

Un estado excesivamente elevado, más allá de la hipertimia, es


considerado un estado de manía. Por el contrario, un estado excesivamente
distímico puede acabar derivando en estados de ánimo depresivos. Este tipo de
estados de ánimo están asociados a enfermedades psicológicas y psiquiátricas,
como la depresión o el trastorno bipolar.

Depresión
La depresión es un trastorno mental que provoca un estado anímico bajo,
de infelicidad. La duración e intensidad de las emociones se incrementan en
relación a los estímulos negativos. Es decir, una intensificación de los sentimientos
de tristeza.

Las causas de la depresión son varias, pero su explicación fisiológica no


está todavía definida de forma sólida, ni tampoco sus causas. Las personas con
sentimientos depresivos crónicos presentan en muchas ocasiones factores
genéticos que los predisponen a estos síntomas, como mutaciones en importantes
receptores neurotransmisores -por ejemplo, los de la serotonina-.

Manía
La manía se refiere a un estado excesivamente elevado de sentimientos
eufóricos o de irritabilidad -con tendencia a la irritabilidad ante los estímulos
negativos-. En casos extremos, los estados de manía pueden provocar
alucinaciones o delirios, pero está caracterizada por la excitación, la aceleración
del pensamiento, la hiperempatía y la locuacidad.
Los estados de manía pueden ser utilizados positivamente, como
demuestran algunos actores y artistas - por ejemplo, Stephen Fry-, pero
también pueden ser increíblemente destructivos, ya que las personas en episodios
de manía tienden a no poder controlar su energía desmedida.

Otras patologías asociadas


La labilidad del estado de ánimo, también conocida como inestabilidad
anímica o emocional, es relativamente común. Es una parte importante de varios
desórdenes psiquiátricos, afectando a aproximadamente el 14% de la población.

La gran mayoría de personas con inestabilidad anímica se relaciona con la


depresión, los trastornos de ansiedad, los trastornos de estrés postraumático.
También son parte importante de los síntomas con desórdenes como el trastorno
bipolar, algunos casos de trastorno del déficit de atención e hiperactividad o las
adicciones.

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