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La psicología como ciencia y epistemológicamente hablando el

constructor es un ideal que se tiene sobre las equivalencias y


construcciones de los procesos mentales del individuo. Por lo que la
psicología de la personalidad se fundamenta en la categorización
descriptiva bipolar del individuo.

La cual le permite estudiar la organización de las experiencias y la


realidad para definir de ellas los elementos y características con los
cuales cada ser humano ira construyendo su personalidad.

Las investigaciones en esta área se remontan a un siglo antes de Cristo,


en la sociedad Griega, la misma presento un interés afanado por asumir
diferentes personalidades dentro de una misma persona, así como de
representar estilos de vida diferentes a los propios gracias a las “persona”
(palabra proveniente del latín que significaba mascara).

Naciendo de allí a lo largo de los año el termino personalidad, el cual en


primera instancia fue definido por Marco Cicerón (106-43) como la forma
en que un individuo aparece frente a los demás, desempeñando un papel
en la vida lleno de cualidades.

Avanzando en la historia Allport (1975), asume la personalidad como una


integración de todos los rasgos y características del individuo que
determinan la manera en que se comporta. Formándose en función de los
elementos ambientales, biológicos y sociales que le rodean a lo largo de
su desarrollo, influenciando la modulación de este por lo que puede o no
mantener en su comportamiento.

Ademas, Allport (1975) sostiene que las características que la definen se


fundamentan en dos aspectos primordiales: el temperamento, el cual es
un fenómenos natural-innato emocional que también posee rasgos
hereditarios o genéticos, y el carácter este se define como el grado de
organización moral que tiene cada ser humano fundamentado mediante
los juicios de valor y ética propios, además se consolida como un conjunto
de sentimientos que el individuo va adquiriendo y desarrollando a lo largo
de su ciclo vital.
La comunidad internacional de psicologia y sus distintas áreas de
atención se fundamentan en el uso del Manual diagnostico estadístico de
trastornos mentales (DSM IV y V).

Este especifica todas y cada uno de los trastornos existentes y conocidos


hasta ahora que alteran la conducta regular o normal del individuo,
llamados trastornos de la personalidad.

Entendiéndose trastorno como una alteración en los procesos mentales


del sujeto, bien sea genéticos o causales de determinadas situaciones
vividas en cualquier etapa del desarrollo.

Estas alteraciones tienen patrones que son permanentes y son internos


es decir, sus manifestaciones son conductuales. Aunque pueden darse
por causas genéticas sus inicios se dan en la adolescencia o en la adultez
y como se menciona anteriormente es a largo plazo, siempre y cuando no
se tenga atención profesional. Dentro de los trastornos encontramos:

Al trastorno paranoide, el cual se basa en la desconfianza y sospechas


hacia el resto de los individuos que integran el grupo social, por lo que la
realidad y cualquier forma de comunicación o contacto se toma como una
forma malintencionada de contacto o maliciosa.

Trastorno esquizoide, en este caso el sujeto que lo presenta mantiene un


patrón de aislamiento social, sumándole una fuerte limitación emocional,
es decir, el sujeto manifiesta una fuerte desconexión y desinterés por el
contacto y las relaciones interpersonales, así como por manifestar y
querer sentir emociones hacia algún persona, animal y en ocasiones
objetos.

Trastorno esquizotípico de la personalidad, este presenta una serie de


incomodidades con las relaciones interpersonales y sociales en general,
además presenta distorsiones de la realidad a nivel cognitivo y por ende
perceptivo, es decir, la percepción que tienen de la realidad y de sus
acontecimientos son totalmente distintas y en ocasiones las asumen
trágicas o todo lo contrario, por lo que la excentricidad del
comportamiento es un aspecto común en esta alteración.

Esta también el trastorno antisocial, donde el sujeto en exceso es violento


y déspota en relación a la integridad y derechos de los demás, una
conducta muy común en delincuentes o jóvenes envueltos en procesos
penales. Sin embargo, no es un trastorno fijo de este porcentaje social,
sino que también se puede manifestar en cualquier individuo bien sea
dentro de una familia, comunidad, espacio laboral etc.

El trastorno límite de la personalidad, la inestabilidad general (emocional,


laboral, familiar, amorosa etc) en este tipo de alteraciones es el patrón
permanente del mismo, y se observa ante cualquier tipo de relación
donde se desenvuelva el sujeto, así como de una notable falta de cuidado
propio (autoimagen) y una impulsividad que conlleva en su mayoría a
futuros arrepentimiento.

Esta el trastorno histriónico de la personalidad, el cual en ocasiones


puede pasar desapercibido y que la sociedad suele confundirlo y
menospreciarlo ya que fija un patrón donde es necesaria y excesiva una
atención, es decir, el sujeto demanda atención con extrema intensidad, y
suele surgir por rupturas sentimentales de lazos fijados significativos por
diversos casos (ejemplo de ello puede ser la muerte de madre, padre,
ruptura de pareja, situaciones familiares o interpersonales en la niñez).

Por otro lado se encuentra el trastorno narcisista de la personalidad,


ciertamente este trastorno cause confusión ya que tener alta autoestima y
amor propio no puede considerarse una alteración, sin embargo, cuando
los niveles de estas sobre pasan los límites del respeto, exigen una
admiración por encima de la que se posee, sumándole una empatía
prácticamente nula es señal que los procesos psicológicos de la
personalidad del sujeto manifiestan una alteración, alejando a este de las
expectativas sociales y familiares así como de las relaciones cercanas. En
pocas palabras el sujeto es poco a poco rechazado por sus pares a raíz
de sus ínfulas de superioridad.

Siguiendo se encuentra un patrón de inhibición social, este es definido por


el trastorno de la personalidad por evitación. Se caracteriza por presentar
sentimiento de inferioridad, incompetencia y una elevada sensibilidad ante
críticas o evaluaciones negativas de otras personas. Por lo que el sujeto
busca recurrentemente apartarse de grupos o pares, debido al temor y al
sentimiento de insuficiencia, lo que ocasiona además una baja de
autoestima considerable.

Están además el trastorno de la personalidad por dependencia, este


patrón es muy importante reconocerlo ya que se presenta es gran
porcentaje de la población femenina, y los individuos con este tipo de
alteraciones en ocasiones son víctimas de abusos por parte de sus
parejas, familiares, compañeros, etc. Se caracteriza por un
comportamiento muy sumiso, obediente, y dependiente de otro, a casi un
nivel general (dependencia económica, amorosa, de decisiones, cultural,
religiosa, laboral entre otras) además de una importante necesidad de ser
y estar al cuidado de alguien más, no tener la capacidad de cuidarse a sí
mismo ni tomar las riendas propias de la vida ante ningún contexto.

Y el trastorno obsesivo compulsivo, en este caso imperante resaltar que


es quienes lo manifiestan son en exceso perfeccionistas, desean tener
todo bajo un control total y absoluto, poseen una preocupación por el
orden además de querer conocer a detalles cada situación, son muy
buenos creando relaciones y manejan un vocabulario atractivo ante
cualquier persona, por lo que se les facilita desenvolverse socialmente y
tener pareja. Sin embargo, el que algún elemento se salga de esa
perfección o control es el detonante de actitudes violentas.
El diagnóstico y tratamiento de cualquier de estos trastornos es un trabajo
complejo, debido a que los rasgos de la personalidad solo se ven
alteradas ante un deterioro funcional significativo.

Por lo que es necesaria una evaluación de los patrones en la cotidianidad


del individuo, así como ante diversas situaciones y problemáticas, lo que
permitirá diferenciarlos de los trastornos del estado de ánimo o también
de un trastorno de ansiedad. Los cuales tienen caracteres muy
semejantes a los trastornos de la personalidad.

En relación a su tratamiento y abordaje luego de una evaluación


exhaustiva, donde se determine el tipo de alteración la base e inicio es sin
duda la terapia conversacional.

También llamada psicoterapia, donde se le ofrece al sujeto sesiones para


principalmente construir una relación con el terapeuta y de esa manera
mitigar la sensación de estar siendo atacado, o en como muchos
mencionan ser tratado como un enfermo, todo lo contrario el ambiente
generado busca prestar ayuda para estabilidad la salud mental y que el
paciente hable sobre sus emociones, pensamiento, pasado, familia y todo
lo que tenga relación e influencia sobre su vida.

Ademas el terapeuta será el tutor que le instruya las herramientas


pertinentes con las que pueda acorto o largo plazo controlar y sobre llevar
y reducir pensamientos, estrés y por ende las conductas generados por
las alteraciones psicológicas que no dejan que el paciente avance en su
vida de una manera positiva y productiva.

Por otro lado si el profesional constata que el trastorno de personalidad es


muy agudo y que es parte de lesiones físicas, morales, sexuales y
psicológicas para el propio paciente y para otros, debe remitir al sujeto
ante el psiquiatra y a la atención medica pertinente para complementar el
tratamiento con fármacos.
Aun cuando los trastornos parezcan a simple vista para la sociedad en
general, simples tonterías, van más allá. La mente humana es tan
poderosa, enigmática y compleja que la más mínima alteración en
cualquier proceso psicológico puede ser el inicio que desencadene
trastornos tan agudos que no puedan ser tratados con terapias y mucho
menos controlados con químicos farmacéuticos.

Por ello frente a otros ojos la personalidad y conducta del hombre son
pasajeras, esos comportamientos quedaran atrás cuando llegue la
adultez, pero para la psicologia los trastornos a medida que pase el
tiempo corren el riesgo de ser tan afianzados que consuman al sujeto por
completo, lo terminen aislando hasta de sí mismo. O aun peor desarrolle
no solo uno sino varios trastornos.

Los pacientes que acuden a terapia por lo general lo hacen ya cuando se


dan cuenta que su comportamiento afecta su vida, principalmente la
amorosa, o cuando son obligados por terceras personas a quienes le
interesa su comportamiento.
REFERENCIAS.

 Moreno, J. B., María, P. G. A., Antonio, R. C. J., Pilar, S. S., &


Beatriz, R. L. (2012). Psicología de la personalidad. Editorial UNED.
 de Psiquiatría, A. A. (2000). Manual Estadístico Diagnostico DSM-
IV-TR.
 Esbec, E., & Echeburúa, E. (2011). La reformulación de los
trastornos de la personalidad en el DSM-V. Actas españolas de
Psiquiatría, 39(1), 1-11.

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