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Cicerón El Orador

- Autor: Marco Tulio Cicerón (106 a.C – 43 a.C)


- Destinatario: Marco Junio Bruto (85 a.C 42 a.C) político y militar romano de la etapa final de la
República Su madre fue amante de Cicerón.
- Año: 46 a. C.
- Obra: Forma parte de una trilogía de tratados ciceronianos sobre la elocuencia y el arte de hablar y
escribir, junto a De Oratore (1) y Brutus (2) (Orator, 3).

INTRODUCCIÓN (Por Sánchez Salor, Madrid. Alianza: 1991)


GUÍA PARA ORGANIZAR EL CONTENIDO Y ORGANIZACIÓN INTERNA DE LA OBRA:
El Orador en apariencia es una obra desorganizada e ilógicamente construida, esto se observa por
ejemplo en las múltiples repeticiones que aparecen a lo largo del texto, o las tres apariciones de un
prólogo dedicado a Bruto.
Esquema del contenido de la obra:
1- PRÓLOGO
a) Motivación y tema de la obra
b) Peligro de la definición de un modelo perfecto
c) El ideal oratorio. Teoría platónica sobre la “idea”
d) Justificación de la alusión a la filosofía platónica
e) El orador perfecto no ha existido
2- DESCRIPCIÓN DEL ORADOR PERFECTO
I- En lo que refiere al estilo oratorio
1. No lo es el que sobresale en UN solo estilo
2. Lo es el que sabe mezclar los TRES
A. Demóstenes: rechazo al neoaticismo
B. Rechazo al asianismo
C. El verdadero aticismo: no son los áticos imitadores de Tucídides.
II- En lo que refiere al genero oratorio
1. Dedicatoria a Bruto
2. Dificultad para definir al orador perfecto
3. El orador perfecto debe ser buscado en el género judicial; toma gran cantidad
de recursos del género demostrativo.
4. Historia del género demostrativo
III- En lo que refiere al officia oratoris
1. El orador perfecto aparece sobre todo en la elocutio.
2. La invención
3. La disposición
4. La elocución (donde aparece el orador perfecto)
a. acción y movimiento
b. elocución (del filósofo, del sofista, historiador, poeta y orador)
A. Debe adaptarse al decorum
B. Definición de los tres estilos: tenue, medio y elevado.
C. El orador perfecto mezcla los tres estilos.
IV- En lo que se refiere a los conocimientos
1. De otras ciencias (dialéctica; filosofía, historia, física, derecho)
2. De Retórica
a. Tipos de causas
b. Argumentos
c. Partes del discurso (decorum, tono elevado en cuestiones grales,
pathos y ethos).
d. Figuras (de palabra; de pensamiento)
V- En el uso de la prosa rítmica (x)
CONCLUSIÓN:
La unidad de la obra, su hilo conductor, es la búsqueda de la definición del mejor estilo oratorio, las
respuestas van apareciendo a lo largo de toda la obra.
Estas respuestas se pueden resumir en:
1. NO EXISTE EL ORADOR PERFECTO: No lo es por sí solo y en todo momento ni el elevado, ni el
medio, ni el bajo; el estilo perfecto responde al principio del decorum, lo que conviene en cada momento,
circunstancia y persona/s, es aquel que se adapta.
2. EL ATAQUE A LOS NEOÁTICOS: En la búsqueda de cuál es el mejor estilo oratorio, aflofa
constantemente este ataque a los neoáticos. Estos defienden como el mejor a un estilo seco y sencillo. Ponen
como mayor exponente a Tucídides aunque este autor no fuese como ellos lo describen.
La búsqueda del mejor estilo oratorio se hace desde diferentes puntos de vista:
Se busca definirlo en lo que se refiere a los 3 estilos, al género, las funciones del orador, a sus
conocimientos y a la prosa rítmica.
Esta búsqueda puede dividirse en dos (aunque haya un solo hilo conductor):
1. DEFINICIÓN DEL ORADOR IDEAL y MEJOR GÉNERO DE ESTILO EN LA PROSA ORATORIA
2. DEFINICIÓN Y CARÁCTERÍSTICAS DE LA PROSA RÍTMICA
Pero ambas partes no están desconectadas: Cicerón construye peldaño a peldaño la definición de mejor
orador teniendo en cuenta los pdv ya nombrados, incluso en lo que se refiere al ritmo en prosa. Esto es muy
importante, tiene la misma función que el resto de partes en el tratado: definir el mejor estilo a la hora de
utilizar el ritmo.
¿Por qué existen tantas repeticiones y aparente desorden? Teorías:
1. Negligencia y prisa
2. Serie de estudios asilados que luego forman una única obra.
Sabbadini divide la obra en 6 partes:
1. Planteamiento del tema y carácter filosófico de la investigación
2. Primer planteamiento: 3 géneros; Demóstenes
3. Exclusión del estudio del género epideíctico
4. Técnica tradicional de la Retórica estudiada según las cinco divisiones (invención, elocución, etc);
separación del estilo del orador del estilo del filósofo, historiador y poeta.
5. La cultura filosófica, jurídica, histórica: el establecimiento de la causa.
Según Sabbadini eliminando las partes 2, 4 y 6 se evitarían contradicciones y repeticiones; PERO
SANCHEZ SALOR NO COINCIDE con Sabbadini. Motivos:
1. ESTRUCTURACIÓN DIFERENTE: Cicerón pretende definir al orador y escritor perfecto en lo
definido al estilo, función y conocimiento. No se pueden obviar apartados de estos temas nombrados, como si
no hubiesen sido planeados, ni eliminar la polémica con los neoáticos (hilo conductor).
2. LAS PARTES PROPUESTAS NO SON PROPORCIONALES: Se puede aceptar que Cicerón no
tuviera en cuenta el decorum a veces pero NO que no pensara una estructura para el tratado.
3. HAY AGRUPACIONES O SECCIONES CONSIDERADAS INACEPTABLES: La parte 2 por
ejemplo es imprescindible por la dedicatoria a Bruto, la 4 y la 5 están conectadas entre sí por el tratamiento de
la elocutio (la 4 la e de los filósofos, la 5 la e del orador), etc.
Entonces
-No pueden ni suprimirse partes de la obra, ni aislar el núcleo originario
-La obra tiene sentido toda ella en su conjunto y el sentido es el ya mencionado.
Cuestiones (puntos de vista) que se tienen en cuenta para definir al orador perfecto:
1. ESTILO: a) Elevado b) Mediano c) Bajo
2. GÉNERO: a) Judicial b) Deliberativo c) Demostrativo
3. FUNCIONES: 1) Invención 2) Disposición 3) Elocución
4. CONOCIMIENTO: Solo técnica retórica o también otros conocimientos.
5. RITMO: Prosa suelta o técnicas de armonía y ritmo

EL PRINCIPIO DEL DECORUM DA UNIDAD A LA OBRA

La unidad no está solo en la relación entre las preguntas sino también entre las respuestas, porque
esta siempre es la misma: el orador perfecto debe hacer siempre lo conveniente.
Y en cuanto a las repeticiones, muchas surgen por el hecho de que son el hilo conductor de la obra
(como el decorum, la crítica a los neoáticos). Otras solo surgen porque son principios que forman parte de la
doctrina ciceroniana y el autor no pierde ocasión para exponer (como que el escritor debe tener
conocimientos sobre otras ciencias además de la retórica).
Cicerón repite ciertos temas cuando el esquema preconcebido del libro lo exige y no por mero
descuido.
EL RITMO EN PROSA:
Esta teoría ocupa más de una tercera parte del tratado. Se trata de la exposición más amplia y
detallada que la antigüedad clásica nos ha proporcionado sobre esta materia.
Son tres elementos los que según Cicerón producen el ritmo en prosa:
1. Los sonidos y sus combinaciones
2. La disposición simétrica de las palabras
3. La métrica en prosa
Cicerón se extiende en la materia del ritmo en prosa porque el en su obra y discursos las usa
conscientemente. Se extiende en el apartado de la métrica principalmente por sobre los sonidos y las
palabras.

EN RESUMEN:
La obra tiene unidad sin necesidad de tener que prescindir de ninguna parte de la misma, con un hilo
conductor y con un esquema claro, y el aparente desorden puede tener explicaciones coyunturales (como el
estado anímico del autor y el contexto político) como personales (como los determinados convencimientos de
Cicerón sobre la materia).
La obra trata de definir al orador perfecto y esa definición se hace a partir de diferentes perspectivas;
y el mejor orador es el que sabe mezclar, según el principio de lo conveniente los diferentes estilos (el que se
mueve en el género judicial usando recursos formales del género demostrativo, domina la elocución, es
hombre culto y sabe usar adecuadamente el ritmo en prosa). Solo quien hace todo eso y no prescinde de
ninguna parte será el orador perfecto.

Nota Google: en Cicerón se pone en evidencia la dificultad de encontrar un modelo de orador ideal,
producto de su preferencia por articular el arte retórico desde la retórica jurídica y su desconfianza en la
posibilidad de encontrar la verdad en el marco de la palabra persuasiva

EL ORADOR (Cicerón: 46 a. C.)


PRÓLOGO:
1. Motivación y Tema de la Obra:
Dedicación a Bruto; tarea difícil de emprender.
El pedido de Bruto consiste en preguntar qué tipo de oratoria aprueba más Cicerón;
2. Peligro de la definición de un modelo perfecto:
Éste teme paralizar las aficiones de los novatos haciendo esto pues no es esa su intención.
En lo referido a los oradores (los griegos al menos) quien sobresale es solo uno: Demóstenes.
3. El ideal oratorio, teoría platónica sobre la “idea”
El orador perfecto nunca existió; por lo que no se busca a quién lo fue sino qué es aquello más perfecto,
que aparece en algunos oradores con más frecuencia y en otros más raramente.
Imagen ideal del tipo platónica: de la misma forma en que en las formas y figuras (que pertenecen al mundo
de las artes plásticas) hay algo perfecto que no entra en el dominio de la vista, así también contemplamos en
nuestro espíritu el ideal y buscamos con nuestros oídos la imagen perfecta de la elocuencia. A estas formas

Platón las llama ideas, y dice que ellas no se engendran, están contenidas en la razón y la inteligencia.
Por lo que todo lo que se trate con un método racional debe tener como punto de referencia la última forma e
imagen de su género.
4. Justificación de esta alusión.
¿Qué tiene que ver esto con la cuestión que nos ocupa? Con los razonamientos de Platón y otros filósofos
el orador sale muy baqueteado y protegido; a los cultos les faltó la elocuencia popular y a los oradores el
refinamiento de la cultura.
Sin filosofía no puede hallarse al orador que buscamos; ésta es importante para la elocuencia, sin la
filosofía nadie puede hablar con abundancia y amplitud, ni se puede juzgar lo verdadero de lo falso, ni
distinguir el género/especie de ninguna cosa, distinguir lo ambiguo, etc.
5. El orador perfecto no ha existido.
Nadie consiguió completa elocuencia porque las disciplinas que enseñan a pensar y las que enseñan a
hablar se estudian por separado.
Marco Antonio (abuelo de triunviro, famoso orador, uno de los principales interlocutores de De Oratore)
había visto a muchos que supieran hablar pero a nadie que pudiera ser llamado orador, tuvo en su mente un
modelo de elocuencia ide al al que nada le faltó.
DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL ORADOR PERFECTO
I- En lo que se refiere al estilo oratorio
1. No lo es quien sobresale en un solo estilo
Existen 3 tipos de estilo; el orador perfecto debería resaltar en los tres.
Hubo pensadores elegantes, serios1 y capaces de mover el ánimo (algunos de forma ruda y
mal construida, otros con frases pulidas y bien acabadas); Otros lo opuesto, sencillos2 y claros, de estilo
sobrio y apretado (también unos rudos y otros armoniosos); También los hubo intermedios3, ni agudos ni de
amplitud, sin las cualidades de los otros dos pero limítrofe entre ambos, que destaca por su facilidad y
uniformidad.
2. Lo es el que sabe mezclar convenientemente los tres
Han existido oradores que resaltan en uno u otro género, pero lo que buscamos es oradores
que hablen con elegancia y majestad a la vez que lo hacen con agudeza y sobriedad (para Cicerón existen
ejemplos en el exterior pero no entre los latinos).
3. Rechazo a los neoáticos:
Demóstenes: exponente del aticismo; Cicerón identifica sus cualidades como lo que él
considera elocuencia: es vigoroso, agudo y moderado. Es importante admirar a Demóstenes para aprender
qué es lo ático.
4. Rechazo al asianismo:
Asia menor: región inculta y falta de refinamiento; el gusto del auditorio ha sido la guía de
sus oradores, género de elocuencia adaptado a sus oídos; rechazado por Rodas y Grecia. Incluso
Demóstenes es criticado por agregar en su discurso palabras molestas o pedantes, pero hacerlo es
necesario.
5. El verdadero aticismo: no son áticos los imitadores de Tucídides.
Los que se deben considerar como áticos son quienes se adaptan al oído delicado y
escrupuloso de los áticos. Pero se cree ahora que el único estilo ático es tosco, descuidado y directo. Sí es
un tipo de estilo ático, pero no el único (ej: Pericles no lo era si no Aristófanes no lo hubiera descrito como
estruendoso y brillante). El estilo ático también puede ser adornado y fuerte (como Esquines y Demóstenes);
Lisias es ático no solo por ser sencillo y carente de adornos sino porque nada sobra en él, nada es insólito.
Imitar a Lisias tiene sentido porque se imita a un abogado que se desenvuelve no de forma
majestuosa pero sí precisa. Pero imitar a Tucídides es absurdo, es un gran historiador, presenta hechos
históricos de forma majestuosa pero su discurso oscuro es el mayor de los defectos para, por ejemplo, el
discurso político.
Por ello Tucídides no ha sido considerado nunca como orador, nadie imita tampoco la fuerza
de su discurso, sino sus frases inacabadas; cosa que sin maestro también puede hacerse.
EN SÍNTESIS: No hubo un solo estilo ático. Es ático quien se adapta al oído de los áticos, a
quien nada le sobra ni nada le falta; imitar a un autor puede ser útil para ciertos géneros donde resulta útil uno
de sus fuertes sin embargo no tiene sentido imitar sus falencias cuando estas resultan problemáticas para
otros géneros.
II- En lo que se refiere al género oratorio
1.Elogio a Bruto; 2. Excursus: Dificultad de la definición del orador perfecto:
Es difícil exponer el modelo (charakter) de la perfección, entr los griegos la opinión es
variada y no es fácil saber cuál es el modelo que sobresale por encima de otros. Pero no es imposible para un
conocedor de la materia descubrir lo perfecto, aunque esté oculto.
3. El orador perfecto es buscado en el género judicial, pero toma gran cantidad de recursos
del género demostrativo.
Nota: No se ocupará de ningún discurso que no tenga relación con el discurso del foro, ni
del epideiktikon ya que esos discursos se componen para el deleite y ser contemplados. Son discursos
nodriza para el orador pero nos referiremos a los de mayor profundidad.

Nota Wikipedia Anaxímenes: el género demostrativo o epidíctico es el de los discursos


que se ocupan de hechos pasados y se dirigen a un público que no tiene capacidad para influir sobre
éstos, sino sólo de asentir o disentir sobre la manera, convicción, arte y elegancia que tiene el orador de
presentarlos, alabándolos o vituperándolos.
el género judicial se ocupa de los discursos sobre acciones pasadas que califica un juez
o tribunal que establece conclusiones aceptando lo que el orador presente como justo y rechazando lo que
presente como injusto
el género deliberativo o político se ocupa de los discursos sobre acciones futuras, siendo
calificado por el juicio de una asamblea política que acepta lo que el orador propone útil o provechoso y
rechaza lo que propone dañino o perjudicial.
Es del género del que se nutre la abundancia de palabras, cuya construcción y ritmo son
más libres, al que se le permite la combinación simétrica de frases, y una agrupación de palabras que
responden como si estuvieran medidas. Este estilo más libre es buscado por los pleitos reales muy rara y
discretamente. Isócrates (maestro del género demostrativo) confiesa que él lo busca no para un combate
judicial, sino voluntariamente para el placer de los oídos
4. Historia del género demostrativo:
Trasímaco y Gorgias: los 1ros que recurrieron a estos procedimientos (sinceladores de
palabras). Al nacer por 1ra vez este estilo, vemos frases pequeñas muy bordadas; por ello son más
admirables Heródoto y Tucídides: por alejarse de esos bobos refinamientos.
Isócrates es alabado, por Cicerón, siempre por encima de los demás escritores del género
demostrativo.
Género demostrativo, definición y crítica: El citado género demostrativo se trata de un
discurso agradable, fácil, abundante, con frases ingeniosas y palabras armoniosas, propio de los sofistas,
apartado del foro donde se discuten asuntos públicos.
III- En lo que se refiere a los officia oratoris (funciones del orador)
1. El orador perfecto aparece sobre todo en la elocutio.
El orador perfecto debe tener en cuenta solo 3 cosas: qué decir, en qué orden y cómo.
No daremos ninguna regla pero es conveniente indicar qué es lo mejor en cada uno de
estos puntos (de forma un poco distinta) ilustrando la imagen y el tipo de la elocuencia perfecta.
Ahora, es necesario aclarar los dos primeros puntos, que son serios e importantes pero no
precisan de gran esfuerzo: la invención y la disposición.
2. La invención (1ra función)
Decidir y encontrar qué decir es muy importante y propio del bien sentido pero no tanto de la
elocuencia. El orador perfecto conocerá los tópicos y razonamientos de la argumentación.
En toda cuestión objeto de debate hay que plantearse si lo cuestionado existe, qué es y
cómo es de este modo: 1. La existencia mediante palabras; 2. La esencia mediante definiciones; 3. La
cualidad mediante la división entre el bien y el mal.
El orador perfecto utilizará el método deductivo: se apartará de las circunstancias
particulares de la persona y el tiempo, yendo de lo general a lo particular.
La tesis es la cuestión trasladada de la situación particular (quaestio finita) a la general
(quaestio infinita).
El orador perfecto procurará recorrer todos los lugares (tópicos, es decir, las etiquetas de los
argumentos), seleccionará los apropiados y hablará en general, sacando de allí los argumentos generales.
No hará uso irreflectivo de estos lugares y será consciente de que estos no sirven para
todas las causas; también de esos lugares pueden surgir argumentos de poco peso, ajenos a las causas o
inútiles. Es importante hacer una selección de los mismos.
3. La disposición (2da función)
Una vez hallado lo que va a decirse, se lo ordenará con diligencia:
-introducción digna y atrayente
-pondrá los argumentos más fuertes uno primero y otro último, e intercalará los más débiles.
4. La elocución (Elocutio 3ra y más importante función)
En ella aparece el orador perfecto.
Una vez hallado qué se dirá y en qué orden, lo más importante es ver de qué modo.
Incluso en filosofía, donde se mira el contenido y no la forma, importa cómo se dicen las
cosas.
Es difícil hallar qué género es mejor, no solo porque la lengua toma cualquier forma que uno
quiera darle, sino porque la disparidad de sentimientos ha creado una multitud de géneros diferentes (unos
prefieren facilidad y rapidez en el discurso, suave y uniforme; otros separado y pausado, puro y limpio).
Según la división de estilos (grave, tenue, moderado) hay tantos tipos de oradores como
tipos de estilo).

4.a) Acción y Movimiento


No solo hablaremos de estilo sino también de la acción. En lo referido al cómo hay que
hablar es importante la acción y la elocución.
-Acción: elocuencia del cuerpo: se basa en la voz y el movimiento, también en el gesto.
La elocución no es nada sin la acción, y viceversa.
El orador perfecto deberá adoptar un determinado tono de voz según el sentimiento que
quiera dar impresión que le afecta y según el sentimiento que quiera provocar en el ánimo del público.
Así el orador perfecto variará y cambiará la voz, subiéndola a veces y bajándola otras.
Recurrirá a los movimientos sin exagerar demasiado (recto y erguido, de desplazamiento
moderado, etc)
El rostro es muy importante, y más los ojos (aunque hay que procurar que en él no haya
nada de inapropiado).
4.b) La elocución:
El orador perfecto sobresale solo en esto, en la elocución.
De las demás funciones que hay en el orador todo el mundo reivindica una parte pero el
poder supremo de la palabra (la elocución) solo le es conocido al orador.
4.b) 1. La elocución del filósofo: El discurso del filósofo aunque puede tener
elegancia, carece de la agudeza, el nervio, los altibajos y sobresaltos de la oratoria y el foro
(diferencia fundamental entre oratoria y filosofía + historia).
Buscan apaciguar los sentimientos de las personas cultas, no excitarlos,
para instruir y no para seducir.
Es un estilo suave y sombrío, sin ataduras por el ritmo, sin frases dirigidas
al pueblo: es un estilo libre, por ello es más bien plática antes que discurso.
4.b) 2. La elocución del sofista: Se asemeja más al orador por pretender
alcanzar los mismos adornos en las causas, pero estos buscan también aplacar los sentimientos ni
buscan tanto persuadir como deleitar, además se apartan con frecuencia del tema con metáforas,
rimas, paralelismos etc.
4.b) 3. La elocución del historiador: El historiador es similar al orador, en la
historia hay elegantes narraciones y frecuentes descripciones de lugares y batallas, pero diversa en
que su estilo no es tenso ni vivo.
4.b) 4. La elocución del poeta: Antes la diferencia entre los poetas y los
oradores estaba solo en el ritmo y verso pero ahora los oradores también usan el ritmo. El verso sin
embargo no es lo más importante de la poesía, aunque el poeta es digno de alabanza por buscar las
cualidades del orador y ser esclavizado por el verso. Sin embargo, en la poesía hay mayor libertad
que en la oratoria a la hora de la creación y composición de las palabras. La poesía es más esclava
de la forma que del contenido.

4.b) 5. La elocución del orador: Ya hemos aislado el estilo del orador de


otros que usan la elocuencia, ahora toca definir la elocución del orador.
A. Debe adaptarse a los principios del decorum:
Será elocuente aquel que en las causas forenses y civiles hable de forma que pruebe,
agrade y convenza.
-PRUEBE: Con estilo preciso por necesidad.
-AGRADE: Con estilo mediano por belleza.
-CONVENZA: Con estilo vehemente (ardiente) por la victoria.

El orador que sepa ensamblar esta triple variedad tendrá grandes habilidades pues deberá poder
discernir qué conviene en cada caso
Pero la base de la elocuencia (y de todo) es el buen sentido, y también en los discursos lo
más difícil es ver que es lo conveniente, conveniente no solo en ideas sino también en palabras.
Las personas con diferentes circunstancias, prestigio, edad, lugares, momentos y oyentes
no deben tratar ni con el mismo tipo de palabras ni de ideas.
Y lo conveniente depende del tema y las personas (las que hablan y las que escuchan).
Se yerra muchas veces en el contenido pero también muchas veces en la forma, aunque sin
contenido la forma no tiene sentido, el mismo contenido muchas veces es aceptado/rechazado
según se presente de una forma u otra; lo conveniente lo es en todo, tanto los hechos pequeños
como en los grandes.
Pero lo conveniente no es idéntico a lo obligatorio. Lo conveniente es lo apropiado,
adaptado a las circunstancias y personas; lo obligatorio lo es siempre y en todo momento.
También es evidente que no solo las partes de un discurso deben tratarse de una forma u
otra, sino que los discursos en su conjunto deben ser tratados así.
B. Definición de los tres estilos:
B.1) Estilo tenue:
ADORNOS
-Para los neoáticos es el único estilo ático.
- Es sencillo y bajo, su modelo es el lenguaje normal, coloquial.
- Es más cercano a la elocuencia de lo que aparenta: la precisión del estilo parece imitable
pero no lo es en la práctica.
-Está “eximido” del ritmo (el orador debe observar cierto ritmo oratorio pero en este estilo
debe desecharse completamente)
-Debe haber cierta libertad pero no con desorden.
-Pero aunque en el ritmo y el trabazón de las palabras más libre con lo demás el orador
deberá tener mucho cuidado, esas frases exigen cierto descuido cuidadoso.
- En este estilo se rechazará todo adorno llamativo, hay algo que produce gracia, deleite
pero no está a la vista.
LENGUA
-La lengua del estilo tenue será puramente latina: de expresión clara y llana
-Siempre atenderá a lo conveniente.
-Hará uso directo de accesorios decorativos de la elocuencia (ornamentación agradable y
abundante)
- Se traerán con frecuencia pensamientos sutiles (forma de hablar sentenciosa).
FIGURAS
Las figuras tantp

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