Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La unidad no está solo en la relación entre las preguntas sino también entre las respuestas, porque
esta siempre es la misma: el orador perfecto debe hacer siempre lo conveniente.
Y en cuanto a las repeticiones, muchas surgen por el hecho de que son el hilo conductor de la obra
(como el decorum, la crítica a los neoáticos). Otras solo surgen porque son principios que forman parte de la
doctrina ciceroniana y el autor no pierde ocasión para exponer (como que el escritor debe tener
conocimientos sobre otras ciencias además de la retórica).
Cicerón repite ciertos temas cuando el esquema preconcebido del libro lo exige y no por mero
descuido.
EL RITMO EN PROSA:
Esta teoría ocupa más de una tercera parte del tratado. Se trata de la exposición más amplia y
detallada que la antigüedad clásica nos ha proporcionado sobre esta materia.
Son tres elementos los que según Cicerón producen el ritmo en prosa:
1. Los sonidos y sus combinaciones
2. La disposición simétrica de las palabras
3. La métrica en prosa
Cicerón se extiende en la materia del ritmo en prosa porque el en su obra y discursos las usa
conscientemente. Se extiende en el apartado de la métrica principalmente por sobre los sonidos y las
palabras.
EN RESUMEN:
La obra tiene unidad sin necesidad de tener que prescindir de ninguna parte de la misma, con un hilo
conductor y con un esquema claro, y el aparente desorden puede tener explicaciones coyunturales (como el
estado anímico del autor y el contexto político) como personales (como los determinados convencimientos de
Cicerón sobre la materia).
La obra trata de definir al orador perfecto y esa definición se hace a partir de diferentes perspectivas;
y el mejor orador es el que sabe mezclar, según el principio de lo conveniente los diferentes estilos (el que se
mueve en el género judicial usando recursos formales del género demostrativo, domina la elocución, es
hombre culto y sabe usar adecuadamente el ritmo en prosa). Solo quien hace todo eso y no prescinde de
ninguna parte será el orador perfecto.
Nota Google: en Cicerón se pone en evidencia la dificultad de encontrar un modelo de orador ideal,
producto de su preferencia por articular el arte retórico desde la retórica jurídica y su desconfianza en la
posibilidad de encontrar la verdad en el marco de la palabra persuasiva
Platón las llama ideas, y dice que ellas no se engendran, están contenidas en la razón y la inteligencia.
Por lo que todo lo que se trate con un método racional debe tener como punto de referencia la última forma e
imagen de su género.
4. Justificación de esta alusión.
¿Qué tiene que ver esto con la cuestión que nos ocupa? Con los razonamientos de Platón y otros filósofos
el orador sale muy baqueteado y protegido; a los cultos les faltó la elocuencia popular y a los oradores el
refinamiento de la cultura.
Sin filosofía no puede hallarse al orador que buscamos; ésta es importante para la elocuencia, sin la
filosofía nadie puede hablar con abundancia y amplitud, ni se puede juzgar lo verdadero de lo falso, ni
distinguir el género/especie de ninguna cosa, distinguir lo ambiguo, etc.
5. El orador perfecto no ha existido.
Nadie consiguió completa elocuencia porque las disciplinas que enseñan a pensar y las que enseñan a
hablar se estudian por separado.
Marco Antonio (abuelo de triunviro, famoso orador, uno de los principales interlocutores de De Oratore)
había visto a muchos que supieran hablar pero a nadie que pudiera ser llamado orador, tuvo en su mente un
modelo de elocuencia ide al al que nada le faltó.
DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL ORADOR PERFECTO
I- En lo que se refiere al estilo oratorio
1. No lo es quien sobresale en un solo estilo
Existen 3 tipos de estilo; el orador perfecto debería resaltar en los tres.
Hubo pensadores elegantes, serios1 y capaces de mover el ánimo (algunos de forma ruda y
mal construida, otros con frases pulidas y bien acabadas); Otros lo opuesto, sencillos2 y claros, de estilo
sobrio y apretado (también unos rudos y otros armoniosos); También los hubo intermedios3, ni agudos ni de
amplitud, sin las cualidades de los otros dos pero limítrofe entre ambos, que destaca por su facilidad y
uniformidad.
2. Lo es el que sabe mezclar convenientemente los tres
Han existido oradores que resaltan en uno u otro género, pero lo que buscamos es oradores
que hablen con elegancia y majestad a la vez que lo hacen con agudeza y sobriedad (para Cicerón existen
ejemplos en el exterior pero no entre los latinos).
3. Rechazo a los neoáticos:
Demóstenes: exponente del aticismo; Cicerón identifica sus cualidades como lo que él
considera elocuencia: es vigoroso, agudo y moderado. Es importante admirar a Demóstenes para aprender
qué es lo ático.
4. Rechazo al asianismo:
Asia menor: región inculta y falta de refinamiento; el gusto del auditorio ha sido la guía de
sus oradores, género de elocuencia adaptado a sus oídos; rechazado por Rodas y Grecia. Incluso
Demóstenes es criticado por agregar en su discurso palabras molestas o pedantes, pero hacerlo es
necesario.
5. El verdadero aticismo: no son áticos los imitadores de Tucídides.
Los que se deben considerar como áticos son quienes se adaptan al oído delicado y
escrupuloso de los áticos. Pero se cree ahora que el único estilo ático es tosco, descuidado y directo. Sí es
un tipo de estilo ático, pero no el único (ej: Pericles no lo era si no Aristófanes no lo hubiera descrito como
estruendoso y brillante). El estilo ático también puede ser adornado y fuerte (como Esquines y Demóstenes);
Lisias es ático no solo por ser sencillo y carente de adornos sino porque nada sobra en él, nada es insólito.
Imitar a Lisias tiene sentido porque se imita a un abogado que se desenvuelve no de forma
majestuosa pero sí precisa. Pero imitar a Tucídides es absurdo, es un gran historiador, presenta hechos
históricos de forma majestuosa pero su discurso oscuro es el mayor de los defectos para, por ejemplo, el
discurso político.
Por ello Tucídides no ha sido considerado nunca como orador, nadie imita tampoco la fuerza
de su discurso, sino sus frases inacabadas; cosa que sin maestro también puede hacerse.
EN SÍNTESIS: No hubo un solo estilo ático. Es ático quien se adapta al oído de los áticos, a
quien nada le sobra ni nada le falta; imitar a un autor puede ser útil para ciertos géneros donde resulta útil uno
de sus fuertes sin embargo no tiene sentido imitar sus falencias cuando estas resultan problemáticas para
otros géneros.
II- En lo que se refiere al género oratorio
1.Elogio a Bruto; 2. Excursus: Dificultad de la definición del orador perfecto:
Es difícil exponer el modelo (charakter) de la perfección, entr los griegos la opinión es
variada y no es fácil saber cuál es el modelo que sobresale por encima de otros. Pero no es imposible para un
conocedor de la materia descubrir lo perfecto, aunque esté oculto.
3. El orador perfecto es buscado en el género judicial, pero toma gran cantidad de recursos
del género demostrativo.
Nota: No se ocupará de ningún discurso que no tenga relación con el discurso del foro, ni
del epideiktikon ya que esos discursos se componen para el deleite y ser contemplados. Son discursos
nodriza para el orador pero nos referiremos a los de mayor profundidad.
El orador que sepa ensamblar esta triple variedad tendrá grandes habilidades pues deberá poder
discernir qué conviene en cada caso
Pero la base de la elocuencia (y de todo) es el buen sentido, y también en los discursos lo
más difícil es ver que es lo conveniente, conveniente no solo en ideas sino también en palabras.
Las personas con diferentes circunstancias, prestigio, edad, lugares, momentos y oyentes
no deben tratar ni con el mismo tipo de palabras ni de ideas.
Y lo conveniente depende del tema y las personas (las que hablan y las que escuchan).
Se yerra muchas veces en el contenido pero también muchas veces en la forma, aunque sin
contenido la forma no tiene sentido, el mismo contenido muchas veces es aceptado/rechazado
según se presente de una forma u otra; lo conveniente lo es en todo, tanto los hechos pequeños
como en los grandes.
Pero lo conveniente no es idéntico a lo obligatorio. Lo conveniente es lo apropiado,
adaptado a las circunstancias y personas; lo obligatorio lo es siempre y en todo momento.
También es evidente que no solo las partes de un discurso deben tratarse de una forma u
otra, sino que los discursos en su conjunto deben ser tratados así.
B. Definición de los tres estilos:
B.1) Estilo tenue:
ADORNOS
-Para los neoáticos es el único estilo ático.
- Es sencillo y bajo, su modelo es el lenguaje normal, coloquial.
- Es más cercano a la elocuencia de lo que aparenta: la precisión del estilo parece imitable
pero no lo es en la práctica.
-Está “eximido” del ritmo (el orador debe observar cierto ritmo oratorio pero en este estilo
debe desecharse completamente)
-Debe haber cierta libertad pero no con desorden.
-Pero aunque en el ritmo y el trabazón de las palabras más libre con lo demás el orador
deberá tener mucho cuidado, esas frases exigen cierto descuido cuidadoso.
- En este estilo se rechazará todo adorno llamativo, hay algo que produce gracia, deleite
pero no está a la vista.
LENGUA
-La lengua del estilo tenue será puramente latina: de expresión clara y llana
-Siempre atenderá a lo conveniente.
-Hará uso directo de accesorios decorativos de la elocuencia (ornamentación agradable y
abundante)
- Se traerán con frecuencia pensamientos sutiles (forma de hablar sentenciosa).
FIGURAS
Las figuras tantp