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Horacio Tarcus**·

El autor propone una serie lineamientcs teóricos y u.n


marco histórico para pensar la crisis del estado populista
argentino y la emergencia (lenta. problemática, ccnilicti-
va) de una nueva fonna ele domi..n.ación esr:at2-1 en nuestro
país. La hipótesis central consiste en que la sociedad y el
estado populista -una totalidad social que iD.1plicó 1111 es-
pecifico régimen de acumulación del capital, un t1po de re-
lación entre las clases, una forma. propia de ciomh2ción
estatal y una modalidad ideologia hegemór:ica---- consti-
tuyeron una salida eficaz a crisis ele la. s::.;ci edad. ol.iq-ár-
quico-liberal, pero en setenta se mostraban cada
vez más incapaces de asegurar las condicianes esenclales
de acumulació,.p y hegemonía. La actual ofensiva "liber2J"
contra el estado, en verdad no arremete contra el "estado
en general", sino contra llila forma histórica pa.rticu..lar a
éste: el populista.

• El presente texto constituye un adelanto de uria investigación de largo aliento sobre


la naturaleza y las transformaciones del estado en la Argentina Fue redactado en
1989 como documento de trabajo de la cátedra "Teorlas sociológicás del estado" de ·
la c;;arrera de Sociologia, UBA, y ligeramente retocado para su publicación en Reali-
dad Económica El autor desea aqradecer a Jorge Schvarzer, a los docentes de ia cá-
tedra Y a muchos de sus alumnos por los comentarios y criticas.
•• Profesor de Teoria del Estad.o en la Facultad de Ciencias Sociales, UBA. Integra el co- 1
mité editor de la revista El cielo por asalto. · '
42 La crisi, del estado populista _________ 3
· 4:.:::.

_-z\. ·~-1-=--

l. Introducción viejos partidos populistas eran hegemó- tegia-~e "ci'.ugía mayor·¡ Ayudada po~ jf- mulación del capital, un tipo de rela~ión
nicos, accedieron efectivamente al go- coyun ura t~er~a~?n~ que e¡~pu¡ab~ entre las clases, una forma propia de
Les golpes militares que se suce- biemo, desde Alan García al frente del ~n ese sen I o, ª icta ura mi itar logro dominación estatal y una modalidad de
dieron en América latina a lo largo de APRA peruano, a Carlos Menem enea- implementar ~rofund~s transformacio- ideología hegemónica-, que comenza-
los años sesenta y setenta, desde el bezando una alianza que tenía al Parti- ª
rn~s ~n la tot_alidad d~- 1 e5t ruct~ra eco- ron a configurarse en los '30, conocie-
del mariscal Castelo Branca en el Bra- do Justicialista por fuerza principal en la nomica. social Y politica del pais, en la ron su última forma bajo Perón-Gelbard
sil en 1964 hasta el del general Videla Argentina. Estos nuevos gobiernos, sin relación entre el estado y la sociedad, en 1973-74.
en la Argentina en 1976, vinieron a [n- embargo, profundizaron las "políticas de en los vínculos entre la clase dominante Incapaces cada vez más de garant[-
terrumpir violentamente las últimas ex- ajuste· de las economías latinoamerica- y el estado. El poder, aun el más d[cta- zar las condiciones esenciales de acu-
periencias de los gobiernos populistas nas, avanzaron en la estrategia de des- torial, como quiere Foucault, nunca es mulación del capital y hegemonía políti-
en el continente. Después de largos estructuradón de los estados populistas sólo represivo. Es también productivo. ca, desembocaron en una crisis política
al'ios de ·congelamiento· político, las y pusieron todo su consenso ai' servicio Como un autor ha señalado temprana- (cris¡s de una forma estado/crisis de un
crisis de las didaduras militares desde de disciplinar a la •mano de obra rebel- mente: "No se traté simplemente de modelo de acumulación): 1975-76. Esta
fines de los setenta y primeros ochen- de" con vistas a la •modernización capi- cambios en el peso relativo de ciertos crisis comienza a resolverse desde
ta permitieren el retorna de !os. parti- talista·, grupos que constrtuyen los hilos socia- 1976 en adelante, en las condiciones
dos y mov[mientos populistas a la are- Las primeras reacciones acudieron a les del poder, las bases sociales de do- excepcionalmente favorables que ofre-
na política. Volvieron a desempolvarse lo obvio: la 'iraición" de los dirigentes; la minación, sino una onda de estructura- ce la crisis capitalista mundial desatada
los viejos programas centrados sobre penetración de los poderosos lobbies ción que afectó también los lazos de en 1973-74, en que comienza a confl-
e! desarrollo económico, la promoción empresarios; las imposiciones del representación, el comportamiento de gurarse una nueva totalldad social (y
a la industrialización nacional, la vuelta FMI. .. Estas aproximaciones al proble- los actores de la sociedad civil y la una nueva forma de dominación esta-
a la redistribución progresiva del ingre- rna desde el discurso político "de la ca- constitución de las identidades políticas, tal) a medida que se va desartlculan-
so y el fortalecimiento del mercado in- lie" parecen poco apropiadas para dar ' culturales, ideológicas. En este sentido do la anterior.
terno, las políticas internacionales de cuenta de un proceso profundo, estruc- , podría decirse que el poder dictatorial Este proceso conoce hasta hoy tres
no alineamiento ... En fin, las clásicas tura!, que en América latina asume la -en las diversas manttestaciones que momentos (y tres modalidades que no
banderas de la justicia social, la sobe- forma de crisis de los estados popu- atravesaron todo e! cuerpo social--- no pueden confundirse, pero tampoco
ranía política y la independencia eco- listas y en los países del •centro· capi- actuó solamente en lo represivo, sino comprenderse como irreconciliables en-
nómica. talista se presenta como la crisis del también como formador de consenso, Y tre sí): la dictadura militar, la gestión del
El fracaso de las dictaduras militares "Welfare State". más aún, en su carácter -productivo .. • presidente Raúl Alfonsín y la gestión en
en c.:,nstituir partidos políticos que fun- El caso argentino, con sus agudos (Villareal, en Jozam~ 1985: 203). El de- curso del presidente Carlos Saúl Me-
cionaran como correlatos del poder mili- contrastes, es casi paradigmático del curso de los arios '80 permitió compren- nem. Dicho en otros términos, no es
tar y el renovado contacto de las cúpu- proceso que venimos describiendo. El der mejor que detrás de la aparente que confundamos el terror dictatorial
las de los partidos populistas con sus ciclo que va desde la politización y la "irracionalidad· del terror había una lógi- con estas democracias frágiles, pero
bases, parecían prometer que se podía euforia militante de los '82-'84 hasta el ca muy racional de poder, que el corte democracias al fin, de Alfonsín y Me-
desandar el camino de las dictaduras y desencanto de fines de la década, per- de 1976 era irreversible, que estába- nem. Lo que queremos sostener es que
retomar el sendero adecuado. Sin mitió acaso comprender que el camino mas instalados en un proceso "sin retor- por debajo de sus sustanciales diferen-
muestras de la radicalización deldiscur- transitado por la dictadura no -se podía no· (Schvarzer, 1990). cias políticas, hay que descubrir una
so y las prácticas populistas alcanzadas "desandar·; que más allá de la "desin- En las páginas que sigur-m quisimos continuidad, tras el corte de 1976. Que
en los '60, con la moderación que acon- dustrialización• se habían operado pro- esbozar los principales lineam[entos to• entre la !ey de reforma financiera impul-
sejaban las lecciones de una democra- cesas de ·recomposición industrial"; óricos Y un marco h[stór[co adecuado sada por el equipo de Martínez de Hoz
cia todavía frágil, los partidos populistas que detrás de los fracasos relativos del para pensar la cr(sfs del estado popu, a las leyes de ·reforma del estado" y
parecían llamados a revertir los proce- "Proceso de Reorganización Nacional", lista argentino Y la emergencia (lenta, "11exibilización salarial" del equipo mínis-
sos de "desindustrialización•, apertura de la aventura de la guerra de las Malvi- problemática) de una nueva forma de terial de Menem, existe, a pesar de las
indiscriminada de nuestras economías nas y su precipitada retirada, había una dominación estatal en nuestro país. La evidentes diferencias en el caráder de
distri~~ción regresiva del ingreso,. espe~ victoria de fondo. A diferencia de las hipótesis centra! consiste, precisamen• los gobiernos y de los regímenes po!iti-
culac1on financiera desenfrenada. experíenclas militares anteriores sufrí- te, en que la sociedad Y el estado po, cos una misma lógica, una estrategia
Los partidos populistas o alianzas das en el país, la del •proceso· había si- pullstas -una totalidad social que im- común, que responde a las neceslda-
políticas más amplias en l~s cuales los do eficaz en la aplicación de una estra- plicó un específico régimen de acu- des actuales de reformulación de la
acumulación del capital y ta domina-
ción política en la Argentina.
h2y una ~teoría per se,, y menos un B. Estado y forma~ históricas del esta- ca de las relaciones sociales) conlleva
~ marco teórico» que se pueda .. apli- do capitalista. Las formas estado y un¡¡_ forma específica de dominación,
car• No se puede .. deducir» el estado los ciclos en la historia del capitalis- propia del período de ascenso y conso-
en A,rnérica latina de una teoría general mo. Forma estado y régimen de acu- lidación de la burguesía como clase do-
11. Algunos lineamientos teóricos
del estado burgués• (lechner, 1977· mulación. minante en escala mundial.
-t 0\ .
¡ u¡.
C. Hegemonía, sistema hegemónico, Na obstante, a diferencia de las "1ilo-
los últimos veinte años conocieron
En este sentido, el presente trabaio crisis hegemórüca, ·revolución pasi- sofias del poder" en boga, entiendo que
un notable desarrollo de las distintas
no pretende ser ni un nuevo desarro!io va·. la dominación no se agota en el mero
escuelas de pensamiento que, en nom-
teór:co sobre el estado "en generai" ni D. Estado, régimen ¡:x:ilítico, gobierno. disfrute de ejercerla. Es en las relacio-
bre del marxismo. intentaron fundar o
es una investigación Ampirica centrada E. Estado, capitalismo y modernización. nes que se establecen entre los dueños
refundar una teoria marxrsta de! est2do
E:n un momento del desarrollo de la for- F. El Estado Periférico Latinoamerica- de las condiciones de producción y los
Y la politica. Desde los traba¡os pione
ma estado en la Argentina. Estas refle- no. Populismo. productores directos, y, por tanto, en la
ros de ~alph Miliband y Nicos Pouianl
xiones quieren Instalarse en ese "va- forma que adquiere la apropiación del
zas a fines de los sesenta, hasta :a~
c:io" apuntado por Lechner que A. Estado como relación social plustrabajo por parte de los primeros,
aportaciones más recientes de Górar:
existe entre teoría polítlca e Investi- "donde descubrimos el secreto intimo,
The~rn o Claus Off e, se ha desplega-
gación histórica, en el trazado de al- Partimos de cuestionar el nivel visi• el fundamento oculto de toda la estruc-
do un inst_rumental teórico y metodológi-
gunas líneas posibles de comunlca- ble, inmediato o apariencia! que confun- tu_ra social, y por lo tanto, de la forma
co especialmente apto para repensar
c¡ón. Partimos del presupuesto de que de estado con sus aparatos o institucio- política que adoptan las relaciones de
!as formas de dominación estatal en la
no sólo los nuevos desarrollos teóricos nes. Siguiendo e! método mar.dano de soberanía y dependencia; o sea, de to-
Argentina. No obstante, !a utilización de
pueden aportar nueva luz para pensar la "Crítica de la Economía Política•, que das las formas específicas de estado·
'estos desarrollos no es de "aplicación•
ía forma estado en la Argentina, sino .' pone en evidencia relaciones sociales (Marx, El Capital, 111). Esto nos lleva a la
directa sobre la realidad argentina o lati··
noamericana en general: necesita de qu::: to_~~s las modalidades históricas y
geogralIcas del estado .capitalista -in-
1 allí óonde la percepción inmediata o la conclusión de que dentro del conjunto
ideología perciben relaciones entre co- de las relaciones sociales que se produ-
las mediaciones que den cuenta de ia cluida la nuestra--- pueden y deben im- . sas o entre personas y cosas, entend~ cen y reproducen en una sociedad da-
especificidad de estas realidades (teorí- pulsar nuevos desarrollos teóricos. ! mas que el estado es una relación so- da, el papel determinante está dado
as del carácter periférico del capitalis- Pa_ra evitar el riesgo señalado, que · cial (esto, en el nivel más abstracto y -Bn última instancia- por las relacio-
mo y del estado latinoamericanos). Por Hevana a concebir un ·modelo general" general, lo que es válido para la mer- nes sociales de producción.
lo demás, entiendo con Lechner que la
de estado capita!ista, respecto del cual cancía, el dinero o el capital. El método Este abordaje de ningún modo diluye
relación entre una teoría general del es- cada ·caso concreto· aparecería como , de la ·crítica.. .", superando el fetichis- !as relaciones de dominación en la rela-
tado y la política, por un lado, y una in- una "desviación•, partimos de concebir mo propio de la esfera mercantn, descu- ción de explotación {o bien, las relacio-
vestigación histórica sobre una realidad
al cap~afismo mundial como una totali- , bre la naturaleza relacional de estos nes políiicas en las económicas), sino
estatal latinoamericana (particular), no
dad (compleja, contradictoria, en movi- conceptos). que concibe a cada una como dos mo-
es de "aplicación": uconsidero esta se- miento), y a· la sociedad argentina, su Ahora bien, si la naturaleza del esta- mentos particulares dentro del procaso
paración ~n error político y metodológi- modalidad. de capitalismo, de estructura do es relacional, no todas las relacio- de reproducción social global. A dif eren-
co. Es evidente la limitación política de de clases, de estado, como una forma nes sociales remiten al estado. Este en- cia de un abordaje econornicista (que
un análisis teórico que no logra •aterri- particular a través de la cual se concre- carna (o materializ;a) cierto tipo de entiende el nivel o la base económica
zar» en la realidad concreta o, mejor di- ta el desarrollo capitalista, como uno de relaciones sociales: las relaciones so- corno un proceso inmanente y autoge-
c~o •. ~e una re(lexión sobre un procesa los momentos (particulares) de la repro-
h,stonco especifico que no logra desen-
ciales de dominación, aquellas que nerado, al que a postedon' se agregan
ducción global del capital en su conjun- separan (al mismo tiempo que integran) formas jurídico-políticas e ideológicas
tranar su movimiento interno. Entre to. a dominantes y dominados en una es- correspondientes) o de un abordaje po-
•marco teórico» y •análisis empírico,. Pasaremos revista, brnvemente, a
hay un vacío. Es decir, no hay una con- tructura social dada. Las distintas mo- liticista (que deshistoríza la problemáti-
seis núcleos teóricos que consideramos dalidades de dominación (de articu!a- ca del poder, reduciéndolo a voluntad
ceptualización a partir de la oráctica so-
pertinentes para los objetivos enuncia- {. ció n de la relación dominantes/ absoluta, al ejercicio de su propi~ satis-

l
cial, i;ior lo que el despliegue de las ca- dos:
tegon_a~ _deviene una falsa abstracción. dominados) remiten a las distintas for- facción), de lo que se trata aqu1 es de
i
1 Las v1cisít~~es ~el análisis político remi- A. Estado como relación social ;estado mas históricas del estado. la separa- establecer un vínculo necesario, estruc-
!
ten a def1c1enc1as metodológicas. No y clase dominante; estado y capital; ción estado/sociedad civil {que implica tural, entre economía y política, que no
i estado y trabajo; E'.Stado y sociedad}. determinado modo de institución políti- reduzca uno a otro. Y precisamente en
!
,_._:.~...~_.:._..~'....J.;..).::::~~--"•_.:;~,:,.;':~-... --- ;-.-~.
·'. .-'"..:i.- :-~.,
. ..,_,_ ....,,,..:..,.,, ~ ..,..,._.__, • ··-• ' -.,.... ·e·,.-.•••··•~•~'" - .,
46, · 47
----'------------------------~---~----- -

las sociedades capitalistas esto es es- -·-·-----·----- ----·-···--------- -----------·- '·--·-- --·· - . ·----·--------. - - - - - ' - - ;
sentación sociJlmente crc2ni:::c ,: f-~3•.JC,:1i;sr1,.J tarcío 0stac.:o ab-solut1sta
pecialmente importante. porque al elimi- capital total. Es en la r2:aé:ón d,: c,i 13;;tadü acurnuk~tlVO____ _
narse la compulsión extraeconómica tal --que engloba no sólo !os e:
::.2p1ta1:.srno d0 laisse 1 -fa1ro - estado de arn1onía _____ _
para la apropiación del excedente, las capitales sino también la re!;1c ,.~ ,
formas de la explotación (económica) -c:.,pÍ1,'él;tsmo 1mperiaiista --- estado expansionista -
tal/trabajo--- que radica la f.Jrí"i:a c:r; CJC- •
se han escindido de las formas de do- neralidad del estado. Es C8rno CJ2:211'.e; ostado de "franquicia"
minación (polítieas). La esfera de la po- de esta relación soc;JI aue el es:2cic ss
lítica, del estado, de los derechos del capitalista. El estado, siendo un es,aco ,\Jrique sir1 :,0\ncidir p!enarneqt2 con
1 iT1ic:1 ::i:,tinque al menos dos largos ci-
ciudadano, se ha escindido de la estera de clase, puede funcionar et:co2::1enre oe::odiz;:;ción de "Nolíe, bue- c:c:,s, separados entre sí por un proceso
de lo económico, de la sociedad civil, como estado capitalista solame,,:e e;, 'a de cri:;is o reestructuración:
de los derechos del burgués. El estado medida en que aoarece ba:o 1.;na \::r:;--,a
aparece así como una forma separada de generalidad y 'iorma!mente esc:ndico wprta 1isrno de iaissez-faire estado !iberal
de la sociedad (según la filosofía políti- de la sociedad civil Es ·aos:r~,,6r,º~.,~- DsriccG de crisis v recomposición crisis del estado liberal, experiencias
ca clásica), aunque en realidad es un de los antagonism~s de cla~ecn~i~::~- i '¡:guerras tmoerialistas, crisis mundialos) "intervencionistas·
momento necesario de su reproduc• nos al propio capital) cor.,o el estacr:, c2pitalisrno "tardío" (Mando!.), "maduro" estado interventor-benefactor
clón. garantiza y reproduce l2s reiac:c,,::s so- !l-1-a.bermas, Otfe) o 'iordisrno" (.Aglietta'¡ !,.eynesiano
Para decirlo en palabras de Poulant- ciales globa!es.
zas: "L1s relaciones político-ideclógicas Ce--: : c:c:c :-nplica, pues, una modaii- es que una clase económicamente do-
desempeñan un papel esencial en la re- dad ;Je 2u_;rnuí2ción de! capital 1_deter- minante se transforma en dirigente, al-
producción de las relaciones de produc- B. Formas históricas :--in;2cas f::wnas de organización del ternando (o articulando) fuerza (coer-
ción, justamente porque están presen- del estado capitalista proceso de trabajo, de división social ción) y consenso ("dirección intelectual
tes desde el primer momento en la dei tíabajc, de procesos tecnológicos}, y morai"). Cada uno de los ciclos (pro-
constrtución de estas últimas. Y por eso Una teoría histórico-materiatisu dei ce producción y reproducción de las cesos) históricos que consideraremos
el proceso de producción y de explota- estado no puede, como señala Pcular::- c:ases fundamentales y su vinculación aquí, entendidos como unidades contra-
ción es, al mismo tiempo, proceso de zas, ser aislada de una historia cic su orgánica entre sí (Cn), determinada lor- dictorias que articulan una modalidad
reproducción de las relaciones de domi- constitución y de su reoroouc.ciór:. Pari- nia de estado. Cada proceso de crisis, de acumulación (producción/distribu-
nación/subordinación política e ideológi- mos pues del supuesto --que no pode- al mismo tiem¡:::o que amenaza la conti- ción), un tipo de estructura de clases,
ca. De este dato fundamental deriva la mos demostrar aquí- de qus a cad3 n1Jtd2d de :a reproducción del sistema una forma de dominación estatal y un
presencia, específica para cada modo forma histórica del estado cap¡-taiista (re·:olución), implica la posibilidad --a sistema ideológico dominante, tienden a
de producción, del estado, que concen- le corresponde un ciclo preciso en la ;ra,1és de !os prncesos de expulsión de estabilizarse como sistemas hegemó-
tra, condensa, materializa y encarna las historia de los grandes ciclos en ei pro- fuerza de trabajo y de desvalorización nicos .
relaciones político-ideológicas en las re- ceso de acumulación caDrtalista mun- ·_"e c:aoitai--- de un relanzamiento oei La dinámica histórica que intentamos
laciones de producción y en su repro- dial. Ya sea que apelemos' a :a (e•Jría c:e ,, proceso de acumulación bajo ur¡a nue- captar ,1/J se reducirá pues, ni a una me-
ducción• (Poulantzas, 1978: 25). los "ciclos largos· o "ciclos Kcrvfr::. 1,sf va ':rrna, una :;tteración en las relacio- r::=; sucesión de etapas de arumulación
De ahí que la naturaleza de clase tal como ~,a sido apropiada poi Ernes1 r¡es de fuerza (de pooer) entre el capital (::;obre .las que a posteríori se eregiría to-
(burgués) del estado (capttalista) no se Mandel, o que nos remitamos al con- y el trabajo y una reformulación de la do el edificio jurídico-político e ideológi-
desprenda de que esté instrumentaliza- cepto más reciente de "régimen de acu.- relación estado/socieda,j (Altvater, co correspondiente) ni un desarrollo de
do directamente por dicha clase domi- mulación" que aporta la ·escuela regu- 1981 ; Giily, 1987). regímenes políticos (oposición gobier-
nante, ni por ninguna alianza conspirati- lacionista·, querernos sostener la nos civiles vs. rnilttares, o variantes por
va entre la élite burocrática y los existencia de una unidad compleja (o C. Hegemonía el estilo). La prioridad de las relaciones
monopolios. El estado -tal como lo mejor, de una totalidad), para cada gran :'.'-Ociales de producción que postulamos
comprendió Weber- es una farma lm- ciclo histórico, entre las modalidades de El concepto de hegemonía tendrá es metodoló;¡ica (analítica), no histórica
'il personal de dominación. Pero como acumulación del capital, la específica una centralidad explicativa en !a articu- (ontoló;¡ica). De ahí que no entendamos
senaló Marx viendo más lejos que We- estructura de clases y la forma estado. lación de cada totalidad, entre la base a lo político-estatal como lógicamente
ber -y como han recordado Altvater A partir del análisis teórico-histórico económica y las superestructuras jurídi- derivado o posterior, sino corno momen-
Hirsch y los teóricos de la ·escuela d~ de Alan Wotfe (19TT), podrían distin- co-políticas e ideológicas. A través de to co-constltutlvo de las relaciones
la derivación"-; el estado es la repre- guirse los siguientes momentos: una práctica y un discurso hegemónico capitalistas de producción.
_,
- ----"·~· ... ; Pasaremos revista Iuego ª ,u i..\U~ L.1- c:.:;,1.auu, 1cy,.111c,, fJUIIU\..U
entendemos como el sistema hegemó-- gobierno •
nico oligárquico-liberal, el populfsta y
otro en ciernes que llamamos neo-libe- De acuerdo con _o:oonnell, distingui-
z< ral o neo-conservador. Sin embargo, la ~os entre estado, regImen político y go-
a:: apelación a este concepto no debería bierno. Este autor entiende por régimen
LLJ
o hacer oividar que, al menos desde ·a1 conjunto de patrones realmente vi-
o 1930, se hace visible la dificultad para gentes (no necesariamente consagrados
¿
la estabilización de un sistema hegemó- jurídica o formalmente} que establecen
<
z nico populista (u otro alternativo). Se ha las modalidades de reclutamiento y ac-
¡:: hablado, pues, de crisis permanente ceso a los roles gubernamentales, así
z de hegemonla (y aun de empate hege- como los criterios de representación so-
w
(.'.J mónico) atendiendo a la dificultad es- bre cuya base se formulan expectativas
e::
< tructural de la clase dominante argenti- de acceso a dichos roles" t1982: 21 ). El
< na de transformarse en hegemónica, gobierno está constituido por dichos ro-
.....l
esto es, de validar sus intereses parti- les, desde donde se movilizan. directa-
z culares corno intereses ·generales· (o mente o por delegación a escalones infe-
w
z "nacionales"} (Portantiero, en Braun riores de la jerarquía burocrática, en
o 1973). apoyo de órdenes y disuasiones, los re-
u Finalmente, entendemos que una cursos controlados por el aparato esta-
<
.....l crisis hegemónica puede resolverse tal, .incluso su supremacía coactiva. Se
::J
~ en el sentido de una revolución puede concluir, con 0'Donnell, que el go-
,... ::J pasiva, esto es, de una •revolución-res- bierno es la cumbre del aparato estatal y
ou
-o<
ca w
tauración" (Gramsci): se trata de un pro- el régimen es el trazado de las rutas que
ceso molecular de recomposición hege-- conducen a esa cumbre (lbíd., 22).

ªº z
UJ
¿
mó n ica que termina alterando la comer incluye dentro def régimen
composición precedente de fuerzas. factores tales como el método de selec-
Gramsci sef\ala que fracasada la revo- ción del gobierno (elecciones, golpe mi-
(.'.J lución socialista en Europa occidental, litar ... ), mecanismos formales e infor-
w
a:
>- .
o
-o
.;
la crisis de hegemonía burguesa se re- males de representación (sistema de
solverá, como· revolución pasiva, bajo partidos, sistema corporativo ... ), así ro-
o(.) .
o
E
las nuevas estrategias fordistas (en ni- mo modos de represión (Collier, 1979:
vel económico) y de •ampliación del es- 404).
E..J
o
u. tado" (en nivel político). Podríamos conduir, que si definimos
oc. En el presente trabajo sa sostendrá al estado como condensación-materiali-
que la crisis de hegemonla desatada zación de determinadas relaciones so-
z en 1930 intentará resolverse a través ciales, debemos entender al gobierno
w
;§ de una revolución pasiva iniciada por como un espacio decisivo dentro del ;
(.'.J un sector de la clase dominante (plan aparato estatal, y al régimen como una :
UJ
a: Pineda) y culminada por el peronismo estructura formal que define uno de los !
o en el gobierno. Veremos entonces que aspectos centrales de la circulación del !
o ni el peronismo es ·revolución" ni la "dé-- poder: el acceso a los roles guberna- ,
~ cada infame· es "restauración": ambos mentales.
U)
constituyen una unidad contradictoria, Esta distinción !e permite a O'Don-
w
un proceso simultáneo de "revolu- nell una aproximación sutil a la teoría
ción-restauración", por utilizar la fór- de las crisis, reconociendo crisis de go-
mula de Gramsci. bierno, crisis de régimen, crisis de ex-

... '.:..--•":",,.
tensión de IJ arena política, crisis de zo" m1:x1iante---- se
, ;ccumulación y crisis de dominación o
_-, :·~,, r "\
i:'.
~1 1 , , ·.,_.,
,r~ ..,
·., ::i ,,:,:.1c;o hu~ocrz,ticchJl'·· 1Jc !a soc1ologí¿¡ dcadérnica es el
lógica de !o que ?.cui mc, 1t;:,; que idoe puouiísmo. Tdmbién aquí se trata de.
rc,c111
crisis del estado (íbíd., 47-59).
Estado Popu1is~2. C1..; ¡ne 32 (¡ 1; !i1i\:: cJliá. d:=; !os aborda¡es descriR\ivos.;,:
De aquí desprendemos que, así co-
Carlos Portant1ero 2 ~ 2 'Jn c,J1; ,,'.;imilan f\Í populisrno a "estilos de
mo no todo cJmbio de gobierno (o todd
lance de dicho periodo, "L2.s C1¿r,2,) c;obiorr:o" o de litjerazgo _¡:x:ilítico a partir
crisis gubernamental) implica un cambio
madas completan 2.sí en 1>:6 ,,n de o~x:1siciones del tipo lider demagogt-
de régimen (ni crisis de régimen), tam-
polí!ico cuya primera versión ,sé co/rnasas disponibles. Entendemos que
poco todo cambio (o crisis) de régimen
político implica que se alteren en sus ci- liado en 1955". Más prec:s2mu1:c:: · '\:<muiismo· no define tanto la naturale-
mientos las bases profundas de domina-
cantenidos del movímíer,:o ca·-,:~:, ~c- za
cie un c¡obíerno o de un régimen polí-
t:cu (pues hay populísmos civiles y mili-
ción estatal. Si es correcto lo apuntado iaban ya larvadamente di.senados :0::x,-
tares, popul1smos resultado de tnunfos
en la sección 8 (relación orgánica, es- do encontró su techo, a r1edi2ccs ds ia
tructural, entre una forma histórica del década de los '50, el mcde!c ce c:sci-
electorales o golpes milrtares, etc.) sino,
miento capitalista •;igenie h2s::; 2,· c1- antes que nada, a una modalidad de
estado y un modelo de acumulación),
,1cumulación del capital, a un tipo de es-
sólo una alteración profunda del modelo ces". La crisis de 1952 ser,aia,:2 e! ¿cc-
de acumulación, del tipo de estructura tamíento del mcdeio ce inclus,,1¿iiz2cTó17
truc1ura de clases y a una forma esta~o
(y deberíamos 3gregar, a una ideolog,a
de clases, estaría indicando una trans- liviana, políticas distribucionisT2.s e ir:e:i•
~· 'una cultura política específicas). Pn-
formación estructural de la forma hisróri- ciencia competrtiva resultado de! amp2-
~1ero F. Wetfort y O. lanní, y luego Y es-
ca del estado. En dicho sentido, y en ro proteccionista. El dE:sarroiiisr,,o de
pecialmente Carlos Vilas, han puesto en
oposición a buena parte de la literatura Frondizi en 1958 y el corcDrZ::t1vi::;rrc in-
especializada (con excepciones nota- dustrialista de Onganía .~ne,;,sr c::n 19SS
~;videnc:3, ¡:::or detrás de rasgos Instrtu-
,:;ion2les e ideológicos, el encuadra-
bles, como por ejemplo David Rock, son dos hitos dentro del segundu ~~o-
miento estructural del populísmo. _
1975), entendemos que con el acceso mento de industriaiizac:ón sustítuti':2,
(Portantiero, en Braun, ·¡ 973) Una modaiidad de acumulación cap1-
de Hipólito Yrigoyen al gobierno en 1916
taiísta centrada en la industrialización
no se opera una transformación de la
E. Estado, capitalismo 2 ustitutiva en economías semicerr_adas,
forma estado, sino que desde algún y modernización
en la redistribución progresiva de! ingre•
tiempo antes (desde la "Revolución del
90" hasta 1912, con la sanción de la ley so (pues la ampliación del consumo
Sáenz Pe/'Ja) lo que se opera es una Intentamos una re20¡-coi2ción c: í:ic2 0 personal es, como insiste Vilas, condi-
amplíacióri (o transformación) del régi- del concepto de moderr;z2.c:ón, po.-qc:e ción de esta modalidad de acumula·
men político. Pero el cambio de gobier- entendemos que es e! rnás 2aecu2do ción), en políticas activas d~ interven-
no y el cambio de régimen no implican para dar cuenta de :os oroce::os de ción estatal en la econom1a (tarifas
. aquí transformación estructural de la transiormacíón de una fase CJp,t21ls~ aduaneras, subsidios, créditos, obra~
forma estado. De modo similar, y a di- ta a la siguiente y de una fo,ma cj2 2s,- núblicas, gastos sociales, etc.). Cond1-
ferencia de la por otro lado sugestiva te- tado a otra forma siguiente, transicio- c:ión y al mismo tiempo prod~cto d~ es-
sis del Estado Burocrátíco-Autorrtario de nes que son vividas y s:gnificada:;; te proceso fueron las m1gr~c1on_~s inter-
por la ldeologia dominante.! ccr:,o pa- nas v la acelerada urban1zac1on, que
Guillermo o·oonnell (en cuya consídera-
sajes de lo arcaico a lo moderno, de condujeron al crecimiento de un pro_let~-
c:ón no nos detendremos aquQ, enten-
demos que la instauración de la llamada la menos racional a lo más racional, riado altamente concentrado y s1nd1cah-
''Revolución .A,rgentina· de 1966 significó de formas menos desarrolladas a for- zc=ido, que busca el reconocir:níento de
un cambio de régimen pero no una alte- mas más desarrolladas, etcétera. Di- su organización y sus conquistas e~
cho concepto debe ser despojado de nómicas, sociales y culturales a c?~bio
rac:ón de la forma estado: industrializa-
ción pesada, intervencionismo estatal, sus ronnotaciones racionalistas, evofu- de su integración (siempre co~thctiv~)
corporativismo, patemalismo militar, cíonistas y, en última instancia,· apologé- en el sistema político, compro~rso defi-
a¡::oyo en un sector "negociador'' del sin- ticas, tal como aparece en la ·sociología F. El Estado Periférico nido por Przeworski/Wallerstein en los
dicalismo, etc., con todas las variantes de (a modernización" (Seymour M. líp- Latinoamerícano. Populismo siguientes términos: "qui~~es n~ pose-
sufridas entre 1966 y 1973 -"Cardaba- set, Gino Germaní, etc.}. Buena partt1 en ios medíos de produccion ac-..ptan la
del debate contemporáneo sobre el po· Otro concepto que es necesario rea- institución de la propiedad privada del
medios de pmduc~ión aceptan ra;; in,;i1
,_;:Jmun Le cJbe a Jorge F. Sabato el mente líquidos, actuando con más crrte-
luciones políticas que perrnire11 a otrDc;
,r,:ér::c ,;e haberla puesto en cuestión, rio de comerciante o de financista. que
grupos expresar sus reclamos en tr':nm
soster1:e;1do en cJmbio la hipótesis de de productor (Sabato, 1988).
nos de la asignación de los recurso:; y
la distribución del ingreso" (Puewc,;,·;. ,, . se unieren parz: cnn- una (]r3n racionalidad en el sistema Pero esta multifacética clase domi-
soI1dar la estíUctur2 e ¡¿¡ vez econói,1ico, debidamente adaptada a nante necesitó de un estado moderno
ki/Wallerstein, 1982: 37)
y dependíente de i;1 eccí,om i.1 ias condiciones de producción y merca- que integnra la economía argentina en
Este OJmpromiso o "pacto populista" na· (1 %9: 36), c!ave de su
entre el caprtal y el trabajo está media- do de ia éooca. La utilización predomi- el mercado mundial, al mismo tiempo
te a :o cel C:c!o y ae su nan:.e de! íactor tierra y el desestímulo a que llevara a cabo en el orden interno el
do por el estado; o, dicho en otro:3 tér-
minos, la nueva relación de fuerzas es- un empleo más intenso del capital (uso primer proyecto de mcx:Jernización capi-
La elev2.dísirna renté: diferencia: dP ,:xtens,vo en la explotación de la tierra); talista. Así, el estado nacional argentino
tablecida entre las clases antaqónicas v
la tierra que bene:ició duran¡e - la conveniencia de mantener grandes fue construido de "arriba hacia abajo",
al interior de la clase dominante signiÚ-
a la Argentina por obra v crac:a de ¡2 p1ooisiJ2des, frenando una especializa- para dar cabida a una sociedad caprta-
c~ _la aparición de esta modalidad peri- [ertilidad natural de su s'uelo -lo que
tenca de estado interventor-beneiactor, ción a.g;ícoia que favoreciese su frac- lista en formación. La creación del esta-
s1g nrt1ca menores cost:::;s es proc:ucc:ón cionamiento; la tendencia a adecuarse do fue, así, "producto de una voluntad
que va a jugar su doble rol de imouisor
para el poseedor de esas tierras, que a l;::.s fluctuaciones de precios y ofertas deliberada y consciente de un grupo so-
y regulador dE¡ la industrialización· susti- se' benekia con 2:>::vadisima,..., riari:on~
tutiva (función acumulativa) y de amorti- . ~.,.._. de cada tipo de productos, reorientando cial del país que, hasta cierto punto, se
c1as, ya arrendándoía como siííDle te- !as inversiones no sólo dentro de las ac- adelantó a las necesidades de la épo-
guador-mediador del OJnflicto de clases
rrateniente, ya expictá~dcla COiT.O te- ti',idzdes agrarias, sino también hacia ca". La organización estatal, entonces,
vía canalizador de demandas (función
hegemónica). r,ateniente/capitalista--, no es ot,;; tas comerciales, financieras y ulterior- en gran medida precedió y fue condición
cosa que parte de la masa de olusva!ía ,,,er.te iíldustriales, no fueron sino con- para que se formasen una economía y
producida en nivel mundial e i~troduci- secuencias de específicas condiciones una sociedad que luego habrían de sus-
da en el pais en v;rtud ce la demanda de produc.dón y de mercado. tentarlo (Sabato, 1988: 163 y ss.).
l!L Los tres grandes ciclos
de materias orimas proveniente cei En la medida en que la economía en Pero dada esta peculiar secuencia
de la Argentina moderna
mercado mundiaL "De ahí aue i¿ Ar- su coniunto estaba sujeta a fluctuacio- histórica entre estado y sociedad civil,
gentina, al absorberla, cbtuviera un ele- nes pronunciadas (ciclos productivos ya "en la creación del estado está ínsito
La Argentina moderna ha cumplido
vado ingreso p-er cáprta que no guarda- sucesivos, crisis cíclicas, variaciones el tema de su control político·. Este
ya más de un siglo. Desde 1880, año
ba relación con su esfuerzo produc- 'oruscas en los volúmenes o en los pre- "estado cautivo· de la clase dominante,
clave, _en que terminan de OJntigurarse
tivo.· Al transformarse la renra diferen- cies de la demanda internacionaL ), la · erigido en el marco de una democracia
a traves de un largo e intrincado proce-
cial en el motor de todo el proceso la disc<Jsición de una alta flexibilidad para restringida, con un mercado político se-
so, un estado, un mercado nacional y
una estructura de clases modernos
a
expansión de la renta pasa ocuoar' en coi'ocar excedentes tenderá a inhibir micerrado, constituye un verdadero es-
nuestra economía el lugar que 'en un (haciéndolas más costosas) la realiza- tado oligárquico. Una base económica
hasta el presente, pueden disei'lars~
capitalismo no deo-endiente corresoon ción de inversiones fijas especializadas. liberal se articula con una superestruc-
tres grandes ciclos históricos, tres confi-
de a la acumulación de caoital. PenJ estas circunstancias históricas permiten tura política oligárquica, es decir, junto a
guraciones cenirales, separados entre si
corno la magn!tud de i3 renta drieren- la 1omiación de una clase dominante una estructura cuya matriz está consti-
por grandes mutaciones del OJnjunto de
cial depende de la oosibilidad de celo- muv unrticada, definida por su facilidad tuida por relaciones de producción capi-
la estructura social, por otras tres "mo-
car las materias primas en el rnen;ado 0ar'a colocar los excedentes apropiados talistas, se erige una superestructura
dernizaciones" que les dieron origen.
mundial, toda !a expansión eccnómic3 en una amplia gama de actividades. A política no ajustada a los cánones de la
del país terminaba por depender de difeíencia del desarrollo capitalista clá- democracia burguesa. Lejos de existir
una variable que escapaba a su control sico, en que los empresarios buscaron "desfase· entre una y otra, hay entre
(Laclau, 1969: 37). la maxímización de sus ganancias en ellas total coherencia y corresponden-
Desde 1880 hasta la crisis de 1930 Ahora bien, el relativo atraso del ca- los aumentos de la productividad, en la cia: la necesidad, por parte de la clase
se dibuja una configuración social bien pitalismo agrario argentino no es, para Argentina se configuró una estructura dominante, de la más amplia libertad
delimitad~_. La Argentina se incorpora este período, resultado de !a estructura
como reg1on agroexportadora al merca- tal que los agentes económicos encon- económica, junto a la restricción de la
misma del latifundio, usufructuado por traron más conveniente aprovechar las participación y decisión política, está
do m~ndial, desarrolla un capitalismo una clase terrateniente ociosa y parasi- oportunidades abiertas por diversas ac- sel'lalando la debilidad estructural y la
agrario que generalizó las relaciones
taria, según un modelo de interpreta- tividades, para lo cual lo más importan- fragilidad de una hegemonía duramen-
;::aí□\ ,.~1 ite ei ~·.Jbfeff'JJ !a S•.Y-:11.:daj i-~ :;;úl:,ito "nac1onal1sr110 económico"
te alcanzada y nunca consolidada defi- sarrollo se proouce e;r;:;cias ::: ~ rá; 'al Argentina, iJ. Boisa de Comercio. ía un sedo, de la case dominame 1'es-
nitivamente (Ansaldi, 1985, p. 582). extensión 'd8 la Troñtera aoriom. la am- Cont:~;derac!On de la fnriu.r:; 2 la ~ecesidad de canservar las
Este conjunto de determinaciones pliación del tamaño r,,edio de :as ex~ i;• .ria. : i~:om~?:c::ot la u1;; ,y1;1anc:as y rentas del caprtalismo ar-
constitutivas del sfstema hegemónico taciones y la constante agrt;g :ición c 1
abar;derados del liberalismo), reclaman· genlir'c en i2s condiciones de desinte-
ollgárqulco (en síntesis: capitalismo nuevas unidades de producción. Al aqo rJo ur1J ~dític:J de protecóonismo adua- mJción del comercio mundial. Mientras
agrario basado sobre la explotación ex- tarse la frontera, ef mecanis~c ce la iéX- iero 1 de tocL:; especici para la e,1 el ciclo anterior la economía argenti-
tensiva, economía abierta orientada a la plotación extensiva r1abía cejado de la 9anadería y la agricultura, no const:- na crece viGorosamente "hacia afuera·,
exportación de materias primas, clase funcionar como estímulo al crecimiento:
dominante diversilicada aunque homo- de ahí en adelante, los aUíT;entos oe
.uía c':J,1 un orograma aiterr1ativo L:Ohe·• estimulada por i2. expansión del merca-
,ente, e-ero \nc:caba una vía de salida a dc, 1nternacional, a partir de la Gran Cri-
génea, una estratificación social y cultu- producción debían lograrse esencial- la crisis a través de la regulación est2.tai sis :3. clase dominante se esfuerza en
ral compleja, un proletariado y una pe- mente incrementando la productividad de la economía. Es ei camienrn de un 8'jtirnular el desarrollo económico hacia
queña burguesía urbanos en sostenido del factor tierra, esto es, des.·Holl;:i,,('.7 adentro, acud:endc; a un activo interven-
proce.;;o de crisis y . . . .
crecimiento, un sistema de dominación una explotación intensiva, lo qul3 choc:a- sistema 11egemónicc ol1gárqu1co 11oer':'C:, c:on,s,no y al fomento de la industria
estatal oligárquico-liberal) encerraba ya ba con las tendencias a inh;bir ínve:s;o- que c:rnc!uirá en la segunda mita(j de manufacturera. A partir del primer Plan
las contradicciones que llevarían a su nes lijas por obra de los riesgos del los ar\o:; '40 con ía consolidación de un Pinado, e! estado apuntaló la renta
crisis y posterior colapso. Si la crisis se mercado (Sabato, 1988: i19-l26). nueve sistema: el populista. agraria comprando las cosechas a pre-
hace m3nifiesta en la otra !echa clave, la crisis de 1929 puse fin, entonces, cios superiores a los del mercado m:.m-
1930 -y lo hace doblemente, por la di- también en estas tierras, a la ilusión del dial. , favoreció el desarrollo de la
recta repercusión de la Gran Crisis en progreso indeíinido. los capitales na- :ndusÍria local a través del estableci-
nuestra economía, y por el golpe militar cionales y extranjeros ad•.1ertía 1 1:i Lo seaunda rnodernizaclón y la 1:on--· miento del control de cambios, los crédi-
uriburista que inaugura la era del "poder necesidad de un gobierno desligad,J ele iiquració1Í rfo !a ~JJciedad populista tos a largo plazo, etc., y desplegó un
militar· en la Argentina moderna-, en compromisos con las masas populares- te la crisis abierta en 1929 y el agote.· plan de obras públicas.
realidad ya existía bajo una forma larva- y sin veleidades obreristas, u:1 gobie,-r.o miento del modelo basado sobre \as Este modelo explicativo descarta las
da e intrínseca al mismo sistema oligár- fuerte capaz de salvar la cuota de ga- exportaciones de artículos primarios, se hioétesis 'ciásicas· de conflicto central
quico. Su. estallido final no es el resulta- nancia a expensas del nivel de vida e~ abri2.n dos cpdones: ia recesionísta y la entre burguesía agraria ("oligarquía") y
do de un freno externo (sea la crisis las masas trabajadoras y gob€rnaí en "industrialista". la primera consistía en burguesía industrial ("nacional7. Apare-
mundial, sea un "poder milita(' ajeno al íntimo contacto con. los altos círculos reducir !a participación de la oferta ce. según lo expuesto hasta aquí, más
cuerpo social), sino el producto más ge- capitalistas. Evidentemente, ei gobierno bal " c:::indem,.r la economía a una para- satisfactoria la explicación que hace na-
nuino de su propio desarrollo. de Hipólito Yrigoyen no era apto para lización virtual en espera de una coyun-· cer ei proceso industlializador más in-
La forma oligárquico liberal del esta- esta 1unción, ya que había perdido el rnra más favorable para entone% tenso como rnsuctado de una estrategia
do capitalista argentino se mostró ca- respaldo de los sectores m2cios como aumentar e! coeficiente de integración de un sector especialmente lúcido y di-
paz, al menos por un tiempo, de articu- consecuencia de la crisis social que re- ::n el mercado mundial. La segunda námiw de :a clase dominante argentina
1ars e en un régimen político de sultó de la Gran Depresión. La clase proponía modrricar la estructura produc- que mpresentaría Pineda en el aparato
democracia ampliada (aunque excluía dominante logró retomar fáci1mente el tiva, ri:;duciendo ciertos íter:ns de las im- de! e.stado. La crisis política que efecti-
a las mujeres de la ciudadanía). Se tra- control directo del estado con el golpe pcrtadones y sustituyéndoles por medio '1ame11te divide a la clase dominante
tó sólo de una experiencia límfte den- militar del 6 de setiembre de 11330 (Pe· d2i incentivo a :a producción locai. Este arqenlina no se opera entre terratenien-
tro de su propia estructura, que se /'\a, 1973; Rock; 1975). útLmo c2.minn, si de la 'irxlustrialización t,!s o industrialistas, sino entre "moder-
mostró más flexible y adaptativa de co- La impotencia del gobierno de Yrigo- sustitutiva de irnpon:acicnes·, ·seudoin- niZadores· y opositores a la "moderniza-
mo se la entiende comúnrr.€nte. yen trente a la depresión -carente de ::!ustriallzaciórl" (M. Pe!'\a) o 'semiindus- ción" del capitalismo argentino. Mientras
Simultáneamente, en la estera eco- cualquier programa arternativo :ie in 1nal'izació11" (P. Salama), lmpulsad,:i por éstos pretenden implementar política~
nómica, el extraordinario dinamismo del dustrialización y reestructoración esta- el sector más dinámico y lúcido de ía recesivas esperando que "pase· la ai-
modelo agroexportador no sólo llega a . tal- contrasta con la rápida iniciativa :::ase c,:)minante, sólo seré\ imple- sls mundial para retomar los flujos ~nte-
su fin por la caída de los precios inter- del sector más dinámico ce la ciase do- mentado desde fines con el 1rnmpidos con Gran Bretaria, los pnrne-
nacionales tras la Gran Depresión, sino minante, que comíenza a vislumbrar !a ascenso al poder de un eum:'J- ro s advierten la magnitud de las
que se produce un agotamiento Intrín- necesidad de una nueva estrate,J;a para .,,;co ensabezado por PiRedo transformaciones mundiales y la necesi-
seco del"modelo al agotarse la frontera salir de la crisis. La presentación con- (Murmis-Portantiero, 1969, p. 1 dad ,je una estrategia de largo plazo
agrícola. La brillante fase inicial de de- junta que el 22 de agosto de 1930 reali-
(políticas defensivas de indu~,tríJlizc1C::ir1 d~.~<:. lnd11:;1.r1z:~\c:s rsc;r:~ :il!'\ CínL1Jrgo, e1 11uevu 1lluuc:,u uc l)IC,//ll..., 1n_,.._,.,_,..._,..__.,,,.._, J , ........ ~·-··-· __
e intervencioílisrno estatal, 2ceícarn1c11- UU\. Fir'aimer't·,, Sdu:', pc;:iu!is¡a sólo S~fªª terminar sión de un modelo de acumulación ba-
to económico con los tst2.do.; Unidos, ··:)~;tir;_~n en el porf~f ;nt_.;(r:!:J.~':-? entre 1943 y 1946. Si c:Jn sado sobre el mercado interno. Pero la
,:;te.). Aquí, como en el resto de ,,'\mér:ca u r1a c~ase de :-n \ :·'lJ ¡: t. 2 - ,- -r'•nsdo se ,,mpIían las funciones clase dominante es incapaz de llegar
latina, la crisis polític3 en e! s2r10 de Id que,. de acuercio CCi"! 1::is CG\'!__T,: _.¡,·.~:~'.;, J ,_:el es,acc1 - J parti, de la demanda de tan lejos, ni siquiera sus sectores más
clase dominante parece ser una do IJ~ª :los ciclo~:: c.1rnbiJíi~~:·s es ::: rn.~-~
1 'Jíl :.>~c-;cr de la propia burguesía en ta- lúcidos. Tampoco los persuasivos argu-
condiciones de posibilidad de la en;ec- sicnult~ánean1ente, c:or0e r~_;::.::,rl :;·;, ~-'::t·; .::_-t¡:;. <~: c,e ia rsgulación e intervención esta- mentos del coronel Perón en el célebre
gencia del populisrno. nientü rJ lndustria/, ;Je:o r~u .·.:-J r~·:::¡rr:::Jc:rr_;- é'.:gu:]ndo los lineamientos del capi- discurso en la Bolsa de Comercio del
Murmis-Portantiero primero (\ 96c:) y r~:.iernc se rige r~"_\F '...T;a fi;·;2r-:c.:er~: tZi'l',;rno mundial-, sólo diez años 25 de agosto de 1944 (en que hablaba,
Sabato-Schvarzer luego (1983). han de- (disposición rjr; c2~_J:~c,.!es ui{j,;-.:,s pare, desoués e! estado Interventor se según la lúcida expresión de Engels,
sarrollado algunas intuiciones de Milcia- reinvertir segúr, la tr:rnsformará en el "estado benefac- como "capiialista colectivo ideal" a una
des Peña en tomo a los conflictos eco- /\sí, a part1r de '1 tor" propio del sistema hegemónico clase caprtalista sumergida en su crisis
nómicos y políticos que afectaron en los 9ración d2! com~2rc(o mundl3i, ·:2. cíls:s pJpu!ista. La crisis del estado oligár- hegemónica) tueron escuchados. Para
'30 y primeros '40 a la clase oominante. agropeai2.ria y el c:esarrcl!o ind:.;stri2i (d ~ :ncc líber a I i ue definitiva en 1933, que el tan largamente gestado estado
"En realidad -señala M. PeñJ-, nun- los que sa sum2. \a ¡-::Jeva tendencic. de.\ c cwdc el estado interventor es llamado
1 populista acabara por nacer 1ue nece-
ca hubo entre estos sectores (agrope capital internaciona! 2 invenrr nJ ya prin- 2. cumpiir una /unción anticrisis (cons- sario, finalmente, el 17 de octubre de
cuario e industrial de la burguesía ar- . clpalmente en empréstitos 0 servicios trucción de obras públicas, creación de 1945. Junto con las condiciones estruc-
gentina) neta diferenciación ni conflictos públicos sino en industíias ,,,a,,utacture- ia,; Juntas Reguladoras, del Banco turales, se articu!aron los nuevos suje-
agudos, porque la burguesía industriaJ ras que producen caía e! nierccdc inte'- Cerrtr2.I. de Fabricaciones Militares). tos históricos. La lucha de clases, aun
surgió de la burguesía terratenisntE:, v no de los p;Jf.s,::.s a!r2.s2co.s)" se va c::. ~1-n- 1 •C,s:c e! intervencionismo estatal acon- ba¡o la formas autoenmascarantes del
la caprtalización de la renta agc,iria y iá ~urando un CFJevc p~~,-1¡ ~-:.:on.ó:-:---:.:!J~ 1
sce undamentaimente en el terreno populismo, tuvo la última palabra.
territorialización de ia gananc:é\ indus- ~;cxi2i, en e¡ qus se h;ir tr2rsic.hr~1aCo sn ECJ,,ó,:1:co y en teneficio de las ciases El estado populista será el resultado
trial barran continuamente íos inprt.Jci- fJ<).'.)O.-s artes la ce rn r.K.i si ció t~: de1prcxj uc: e :-csaecorc:s, sin una contrapartida para sobredeterminado de esta suma de pro-
sos límites que las separan. Además, nacionai1 k~ d:stnt,ución o:upé:c!cn:~i ,je i¿s cia.ses populares, quienes no ven cesos que acabamos de serialar. Se de-
terratenientes e industriales estaban ín- la población, ia composición dG :as ),r;- 2ur1enta, el inareso en esos arios. Se sarrollará a través de distintos mecanis-
timamente vinculados al CJ.prta! extran-- partacianes, e! o,igen c'.e ¡,--_;5 ingresos fis- ' ,rata L,davia de un estado que no distri- mos que reorientarán la distribución del
jero, y todos se hallaban unidos por el cales y otras carac1erfst]:~as centr;=.ilss de ouyi:, sociaímente la riqueza; para ello ingreso. Por una parte, financia el desa-
común antagonismo contra la c1asf.:, tra- La econo,nia 2rge;1tinr.:L Si !;! ir;c'.\.ist~!2 :1c.1ra falia una nueva modalidad de in- rrollo industrial a través de distintos me-
baiadora· (Pería, 1964: 42-43}. orientada a.i mercac!:1 inte:-r,c ,_;omienza tervención, el estado populista con una canismos de transferencia de ingresos
Si hasta 1933 existieron entre ambos par ser, segun !a sonocicJa metáfora je ;lL:sv¿; alianza de clases· (Ouiroga, del sector agrícola al manufacturero:
sectores ciertos roces que giraban en Pineda, L!na de ias ·n.JediiS rnencres" S:.J· 19:35: 59). mantiene hacía la actividad industrial
torno al debate proteccianisrno/iibre- bordinada a ia ·gran r'Jeda naestra· que Ei crecimiento cuantrtativo y cualitati- una política proteccionista y un régimen
cambio, a partir de la crisis mundial la mpresentaba el comercie exocrtador de "'J de una ciase obrera que va configu- arancelario y crediticio que la favore-
burguesía agraria (o, al menos, su se1:- productos p,imar:os. term:nará pe, CDns- r.?.ndose a !o largo de los '30 y '40, al cen. Además de su función reguladora,
tor más dinámico) se vuelve ella misma tituirse en e! factor dinamiz2dor -:.:el con- caior deL intenso proceso de migracio- el estado populista interviene directa-
proteccionista y apoya el desarrollo in- junto de :a actividad económica Jur:rnte 1es intem2s, urbanización e industriali- mente en la producción como importanº
dustrial. La diferencia entre un enfoque todo un cic!o histórico que c:::inc'.uirá en zación, presiona en ese sentido. Si el te propietario de bienes de producción,
y otro CDnsiste en que si para Pe."ia hay 1976~ ULas altas tasas de g2ri2.ncla que esté:do abandonaba su papel ·prescin- ya sea a través de la nacionalización de
unidad de Intereses entre dos secto- podían cbtenerse en el sector industriai dente" respecto de! capital, ¿por qué no importantes sectores de la economía o
res de una misma clase dominante (y atrajeron capital de otros sectores; parti- habría de inte1Venir también, vía políti· bien de la creación de empresas públi-
donde el sector industrial nace CDmo di-- cularmente del comercio, e incluso tam- cas de seguridad social y reconocimien- cas o mixtas de explotación de recursos
f erenciación en su seno del sector agra- bién de los sectores agropecuario y fi- to sindical, haciendo menos insegura la considerados vitales para la economía
rio), para Murmis-Portantiero se trata de nanciero. La posibilidad de explotar condición obrera? Por otra parte (y las del país. Al nacionalizar el Banco Cen-
una alianza de clases entre el sector mercados altamente protegidos fue políticas keynesianas ensayadas en ni- tral, el estado ejerce el control de los re-
más fuerte de los ganaderos (Inverna- aprovechada también par e! capital ex- vel mundial también presionaban en cursos financieros del país.
dores, ligados al trlgorífico, y represen- tranjero, sobre todo, norteamericano· ese sentido), un patrón de distribución La mayor parte de estos procesos de
tante_s de la Sociedad Rural) y los gran- (Vitas. 1981: 118). del ingreso progresivo era absoluta- ampliación del estado estaban ya con-

•-, r
tenidos en los lineamientos del plan Pi- pos de ingresos attcs y medios (a lo que ' en el marco del si~iema pcpulista ,~tni.Jal ticlamenie, pero-cuyas líneas maestras .
neda (Peña, 1~64, 1973) y no constitu- contribuyó el mejoramiento de la red viah ,-,,--=-ne redado del pemni'.:;mo, prcductc de o v;,n periilando:
yen otra cosa que la continuación y el y ferroviaria, el sistema de comunicacio- !as transformaciones sufridas pcr 81 pa·
remate de la estrategia iniciada en nes, entre otras medidas). La extensión is en tos años '30 y '40. Asi, los suces1·
1933. Pero la especificidad del estado del mercado.ª travé_s de la incorporación vos gcbiernos civiles y militares, cada IV. Cíclos y cr!sis
populista o estado benefactor (Ouiroga, al consumo 111dustnal de las clases po- uno con sus motivos, fueron "desarro- del capitalismo
1985: 60-61 ), consiste en ampliar no pulares, tuvo lugar básicamente como, !listas·, "estatistas·. ·nacionalistas·, aun-~
sólo la esfera económica-financiera sino derivación del aumento_dcl empl~_urbaJ., r.iue en diferente grado y de diferer'.te Tres ciclos históricos, tres totalida-
también la social. Se trata de un estado na (sectores secundano y terciana, es modo. Ninguna podía --fli se proporna, des sociales separadas entre sí por pre-
distribucíanista, que aumenta la partici- decir el empleo industrial y el del sector como cree cierta mitoloQía ce:. /JS de crisis y recomposición, por
pación de los asalariados en el ingreso servicios): se apoyó más en la expan- volver atíás ía rueda C:c 12 rupturas que se piensan a sí mismas
neto total, a través tanto del incremento sión creciente del empleo de fuerza de irnceder al modelo agroex¡::;c~tadcr. corno "modernizaciones" en la medida
del salario real como del llamado salario trabajq asalariada y no siempre en el in- aun en el plano político y a pes,1t en que consideran que dejan atrás mo-
diferido o indirecto (asignaciones fami- cremento de las remuneraciones (Vilas, de que se proscribiera a! peron1smo delos "tradicionales·, "obsoletos", para
liares y sociales que cubren diversos 1981: 114-124). (sin.toma manifiesto de la crisis hege- trasponer el umbral de los \iempos mo-
riesgos y necesidades: enfermedad, las tres décadas a lo largo de las mónica irresuelta, y por e!lo •'hecho í!":al- demos, para reubicar a la nación en el
maternidad, accidentes de trabajo, vi- cuales se extiende el modelo populista dita" de la política argentina), las con- contexto internacional, para ponerla ª. la
vienda, educación, etc.). (aprox!madamente. 1946-1976) de acu- quistas sociales de las masas, incluida , altura de l_as vertigino~as transformac10-
Carlos Vilas ha insistido en que lapo- mulac1ón, de sociedad y de estado, su poderosa organización sindical, ya e nes que vive el capital1sn:o mun~1a_l..
lítica de ampliación del consumo no res- atravesaron diversas modalidades, sin no podían dejar de ser reconocidas. Los En efecto, los tres_ ciclos_ h1storicos
ponde a meras contingencias de alianza escapar al patrón arriba senalado; En el sindicatos siguieron constituyendo, irre- del capitalismo argentino, as1 como las
de clases, integración política y organi- terreno económico, el modelo de acu- versiblernente, después d(, 1955, un crisis y recomposiciones que los sepa-
zación de consenso, sino a necesidades mulación basado sobre la sustitución de factor clave en la conliguraci0n de! po- ran entre sí, se articulan con los ciclos
Q
estructurales de acumulación y realiza- im_portaciones conoció _una prin:era fa~e i der en la Argentina. La ideología popu- h!stó~l~cs del capltall:~º mundia!,
ción propias de la etapa populista. La onentada a.fa producaón de bienes ae lista del desarrollo nacional, del estado sus crisis y sus recampo;:i1c1ones. El pn-
expansión del capital industrial se de- consumo inmediato para alcanzar pos- árbitro y benefactor, del pacto social, • mero de ellos se articuló con {y fue
senvolvió atada al problema de la ex- t~riorm_ente ran:ias más co_mpiejas d_e ~abía teiminado permeando a todos los posible en) u.na_ prclongad~ fase e-:pa~- ,
pansión del mercado interno constituido bienes intermedios y de capital; conoció • sectores del arco político, desde la 1z- s1va del capitalismo mundial, caracten- @
por el consumo personal. En un primer variantes "concentradoras· y "distribu- quierda a la derecha. zada par el pasaje del capitalismo de li-
momento el hecho de que la industria tu- cionistas·, etc., pero no un cuestiona- bre competencia a la fase imperialista.
viera como mercado al consumo interno miento estructural sino a partir de 1976 3 Esta expansión, resultado sobredetermi-
no implicó inmediatamente la incorpora- (Azpiazu-Basualdo-Khavisse, 1986), En nado de una revolución tecnológica, la
ción de las ciases populares a ese mer- el plano político, ninguno de los regíme- El agotamiento de la sAgunda E.1tapa cancentiación monopolista de! capital,
cado. Las preocupaciones de quienes nes constitucionales o que se sucedie- dei modelo mercadointernista de susti- 1a !usión del capital bancario con el ca~
invertían en la industria en este primer ron tras el golpe de estada de 1955, ni lución de importaciones. la crisis capiia prtai industrial, la exportación de captta-
. momento, estuvieron referidas al. nivel aun los regímenes militares que accedí- lista mundial de 1973-1974 y el pmyec- :es, ei reparto del mercado mundial par
de protección con que podían contar an al gobierno cuestionando la "cierna- to retundacional de la dictadura militar parte de un conjunto de naci~nes im~E:
frente a las importaciones competitivas, gogia peranista·, pusieron en cuestión (vía el plan de Martínez de Hoz), van a rialistas, implicó una determinada d1v1-
a la posibilidad de obtener exenciones este modela, sino que Intentaron con marcar el cierre de aquel ciclo histórico sión internacional del trabajo par el cual
· de derechos de importación de maquina- mayor o menor fortuna reformulaclo- de varias décadas para instalarnos en estas naciones industrializadas deman-
ria, herramientas y en general bienes de nes dentro de él. Todos produjeron 1 las puertas de otro. un nuevo intento daban de las naciones peritéricas mate-
inversión, a la disponibilidad de créditos agudas modificaciones en el campo pa- •refundacionai-, una nueva ·moderniza- rias primas necesarias para el consumo,
suficientes y adecuados a las modalida- lítico, promovieron distintas alianzas, ción' desde arriba, salvajemente m.rtori- productivo o improductivo, en sus pro-
des operativas de la industria, a conse- combinaron de modo desigual fuerza y taria y excluyente, comenzó a imple- píos mercados. Esta estructura provocó
guir un tratamiento impositivo favorable, consenso, pero cada uno intentó resol- mentarse desde 1976, comenzando a un desarrol:a complementario -aunque
etcétera. La producción industrial buscó ver la crisis de dominación política y ar- disel'lar un nuevo ciclo liistórico cuyos desiqual- entre naciones periféricas
capturar primero la demanda de los gru- ticular su propio proyecto hegemónico · rasgas todavía no pueden percibir~;e ní- proveedoras de. materias primas Y na-
cidnes centrales industri;_11iz:ad:i:.:. L~: ":( ,:,) pleno empleo, el esiaao cu111µu:,1uu11 Ut! Id:, \.,id:,t!:, :C,U\.,ldlt!:C, y
plotac:ón de una elev:id í,;ím:1 rr,nt;1 ,~e;-;e;: 1 r;•cr y el crecimiento (social, sin- ·, de las relac!onesentre ellas, se confi-
tural provenic!nte de la lertilidJd r1,, ,u •J¿1 !¿¡ clase obrera, ele- gura un nuevo padéteconómico a partir
suelo colocó a la Argentina, :/;:, ~,;s c;:,nstituyeron las rnndicio- del predominio definitivo de grupos na-
mundo", entre las primeras, p:Js1biiicJad de emergencia del cionales y empresas extranjeras diversi-
dose así la estructura económica, ·:::Jci:i! ·~·:r.J nc;!l)e:t; soiJr e 2n los éH'!os '30 y '4D. La cri- liCJdos y/o integrados, SB vuelve "cos-
y política peculiar de tuda '\~;re HI ;ración de los partidos polí-
como la describirnos arriba. ~;~n'~i:•r:1i1:s ,~{~~~:~,:;:)~,e; 3'~~~:; ~;~~,i~1ic:,\, ticcs ,J.J~Juiistas en América latina
toso" el antiguo estado benefactor y,,
comienza el proceso de su ureestruc-
A este ciclo largo expansivo ie sucü- SeQunílo \:n1f}:J, ei c~¿j kJs -·ne12:3 :: 1,:-- 'f, 19EJ 7) no es otra cosa que el co- turaclón" definitiva, Este nuevo mode-
de otro, caracterizado por una lasa ,je ricJpol1os nrier1tadcs r1acia ia rcel2to [XÚtico de las transformaciones lo en vías de contiguración, que aún no
crecimiento más baja. El período q'1e va de bienes de equip..J, ~~ u~a r-J- es::uc:ur2ies que vienen sufriendo es- constrtuye un verdadero sistema hege-
de 1914 a 1940-45 fue un ciclo de es- distri!Jución de las g21,:c:1c2s ec, si se,;o tes ,k.ís~s desde los arios '70. mónico (esto es, que aún no ha logrado
tancamiento de la producción c2.p1talis- de la burguesía. :rnperialista º e:c2c:s2s cerrar la prolongada crisis po!itica,
ta, en el que se sucedieron crisis eco- de !os ant¡í~uos sec:0res (f 11a ne' i S2C1· construyendo una nueva hegemonía),
nómicas agudas (parncularmente ia de 98-99). El rubro do,1:inanre eri !e expor- v. !...a e: !s!s del estado populista es el resultado de un triple proceso (Az-
1929), se desarrollaron dos guerras tación dt; capitate~ Ge/8. de s:J !~¡ ele iJS piazu, Basualdo, Khavisse, 1986):
mundiales, estallaron revoluciones y emoréstitos púbiic::Js paía orie 1t2rse ha- ,3¡ cor:10 recuerda Attvater, "la crisis a) el agotamiento de la segunda eta-
contrarrevoluciones. Un nuevo c:clo iar- ci2 las ¡n\lersioncs privact~,s G's c:.r2.c~er ~ no es sino la agudización dramática de pa del modelo de sustitución de impor-
go expansi 110 comenzó con la scm!nda productivo¡ al misri"Lo tler:1cx,,.. cr__;e E::r2~ l2. nor,-;1alid2.d burguesa· (1978: 5), ella taciones;
guerra mundial, el del llamado "c.aprta- dos Unidas termin2 cJ·s 'cisspJr:.2?~:-- 2 c:c1moorta, en consecuencia, una agudi- b) la crisis capitalista mundial de
lismo tardío", caraderizado r<Jr u1, e~;ta- Gran 8(etaña de( HCa:2.2;---.; :;~1p2r-is:is~a z2c:ón 0e: sustrato de esa normalidad, 1973-74;
do "ampliado" a las funciones de r2qula Cc.:ti la crisis de "! j73--~-,~~, ss ;r~ic:a 1
¡3 iü-:na de ciases, la contradicción ca- c) el proyecto refundacional de la
ción e intervención directa eri el
proceso de acumulación capitalista, así '.~t~~ r;~º;~n¿,~·~i\;s::; jp~:2siv:, a +~;:·
:::~alit:Jbaio. v de !a forma de esa nor-
rna>jé',d, ia cÓrnpetencia entre diversos
dictadura milrtar a través del plan Martí-
nez de Hoz.
corno a una política de asignación ,:!e vasto proceso de re;est: '":c~L:r2cíón de 1 1 capi,a!es. Corno seriala Gilly, "la crisis El plan Perón-Gelbard (1973-74)
recursos orientada a la ampliación ckl qran relieve y 2ic2~ce. t✓ c se t,.:;¡¿, ,j3 c-:,n1cKJíia una renovada agresividad de! constrtuyó el último proyecto populista
consumo, Será el estado r}ene1ac:or una ínera cr[sis >J2 ,jesar:-ct!o cJphctli~.L:'i c::::.D~3! CDntra la fuerza de traba¡o y de que intentó ensayarse durante el último
que, a través de la "regulación keyne- sino una crisis en fa fo~rna ,~;9 est.c: cL:~- c:réi2 caprtal contra los otros capitales tramo de la etapa de sustitución de im-
siana·, se orientará a solventar ia de- 3émollo social, d2 !2s !orr;-:as ;-;aía a través de los procesos concomi- portaciones. El popullsmo tardfo del
manda y la ampliación ,je/ rw!rca\jo, 'i econóinic:J.s de '.~:.'lws ce desvaiorización de la fuerza plan mostró sus límites dentro de un
sentará las bases para una nueva rela·- !o ca~1itcjstéL '4:Je tr~.ll2 :js ;é:1 r:.risL_ :je_: -fi ··~ u::;.b3¡c ! desvalorización del caprtal, modelo que, como resultado de su pro-
ción entre el capital y el traba¡o, crean n-1odeia, [;::i_ crisís de[ ~<cvncsiani2rnc. ,::-_:uperar ia tasa de ganancia y relan- pio desarrollo, había llegado a un eleva-
do las condiciones para una colabma- :·,
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__,S...Jl l-...,..._.~l,_ .• , ·.. •·ai-.c>.'
rl¡·· li ,...,-..._ll-'· 1.2r léi acumulación capitalista· (1981: do grado de trasnacionalización de la
ción estrecha entre las burguesías en crisis de !as tn.stttuck: nes de: rne:cz~do 1 economía (lo que entraba en contradic-
expansión y las capas más bvorecidas mundial, cris:s de! Wetfare Si:Je" (A,rtva- Este proceso de agudización ción con las condiciones de producción
de un movimiento obrero c:1.da vez más ter, 1985). Del mismo rr.,Jdc que 2r los c,;Jr~pe,rtíva entre los distintos capitales industrial dentro de un mercado semice-
fortalecido, ar1os 1930-40~ sn los 1970-30 nos en- ¡ de ,n asiva agresión del capital sobre rrado), una crisis fiscal permanente (que
La emergencia del caprtalismo tardío contracnos ante el fin de un modelo his· s; ,rabajo, analizado por Altvater, Man- convertía al estado benefactor en de-
en los países centrales estuvo ac:ompa- tórico de acumulación b.1sadJ en el cre- ,jet, Gilly y otros autores en nivel inter- masiado "costoso· para el capital) y ha-
l'lada por una nueva división internacio- cimiento dt~ la ocupación, las reformas nacional, es el que permite comprender bía generado un poderoso proletariado
nal del trabajo en la que los países perí- sociales, la ampliación del estado, las · el profundo proceso de crisis y re- urbano, con un alto y complejo nivel de
r éricos, tras el dislocamiento del ideologías de la integración y el desa- composición del capttallsmo argenti- organización y contestación frente al
mercado mundial durante las guerras rrollo ... no Iniciado a mediados de los años capital. Simultáneamente, la emergen-
mundiales y la crisis, comienzan a apa- La crisis capitalista internacional sig- '70. Desde entonces comienza a es- cia de la crisis capitalista internacional
recer como productores masivos de nifica en los países periféricos serniin- tructurarse en nuestro país un nuevo hace fracasar el proyecto Perón-Gel-
ciertos productos de industria lígera que dustrializados el agotamiento del mode· rég!men de acumulaclón (sobre la de- bard de diversificación de las inversio-
sustituyen a los importados. En el ínte- lo basado sobre la industrialización cadencia del anterior), se inicia una re- nes extranjeras de carácter productivo,
•,x1r las nueves condic10-
con el fin de renegociar la dependenci3 na les que 2ccedie1 ::¡,¡ d ,:, · in ulació n y c:omüracipn
sin romper con el modelo cresta, 19 75, da. ~!o se traté( · ciesclc \'J76 a dr,:::r,~antelar una
De Riz, 1981), así corno lleva a 13 súbi- ·tr;,ic:ón" de la gestión ce :nal\a de inst:t1-.:c:ones con-
ta expansión de un rnerc¿¡do financiero Menem con resoecio a sus c:eoeme cue só'u podían cJnalizar en el históricamente 2. lo \argo de
internacional --dada la sobreacumula- históricas o sus plataíom12s e!euc ri-:e:rc2Co r~1u1:dia\. F:ue asi que por el pro\etari::.::.co argenttno,
Ción de capitales propia de toda crisis sino de regímenes un ens2yo exportador de ciertos bienes
•~ }t,. c.orovcchando la debi!id2.d y el descon-
capitalista- a través del perverso me- les, altamente condicionac,os, c¡ue °'"' (agroindustrias, química, in-
cierto propios de toda etapa de recom-
canismo de las inversiones especulati- encuentran ante un curso de ,!Ícler~t; c ustrias CT',é;lá!icas básicas, etc.) que íue
posición protunda. Las fuerzas del capi-
vas y del masivo endeudamiento exter- recomposición nacional y mund',2i c:ue t:::r12J1ido :uerza a \o \argo de los ochen·~
ta\ apuntaron a disminuir el peso social
no (Schvarzer, 1983). no deja márgenes para ···:eformisr.,cs· ta (Sc'~,\,2.rzer, 19·90). de los trabajadores, 2.sentado sobre
Finalmente, señalaremos la emer- de ninguna índole. L.a reestructuración de \as re\aciones
una estrecha red de solidc.ridad interna,
gencia de la dictadura militar que, a tra- Es así que desde med:2 1:!os ce '.os ss¡a,::Jc/scc',ed2,d también comenzaron
a la que se buscó disclver por diversos
vés del llamado plan Martínez de Hoz, '10 hasta hoy vemos ccera¡se ur1 e! c ccssc rn:iitar, continuJron ccn
0
medios: a) favorecer la diferenciación
se propuso re!undar estructuralmente la proceso: una reestructuréición iJ :;e~u:;:-1 ¿:tcns:nista y p2.recen termi-
salarial dentro de cada r2.m2 y entre ra-
sociedad argentina, tanto en términos económica del Cqlitalismo a:genk,o ( ✓ í72:' Ce ::::niiauí2Jse can el rnenen11srno.
rn2s económicas y aumentar la depen-
e;:.,, 1,;;p ne 1~a mentada "racionalización
económico-sociales como políticos, el esbozo de una nueva ir:tegr2c:ér1 al ,.__,e;¡ •• U-'-' '""'\.., ' . .,,
dencia del salario en relación con el
consolidando un nuevo proyecto domi- mercado mundial); una reestructura- oel estado" que no signiiíca su meco
rendimiento individua\; b) consolidar
nante (Schvarzer, 1983: Azpiazu y ción política a través de la rel2ción es- "ac:-,ica,:,,:en:o·, sino el desmantela-
una tasa estable de desocupación es-
otros, 1986). Semejante objetivo preci- tado/sociedad y, íinalmerte, ura rees- rn:2I0to de !as instrtuciones y íunciones
tructural; c) asociar, ccn una movilidad
saba, en una primera etapa al menos, tructuración social er1 \2 rel2:ción dei estaco beneractor, cuya crisis !iscal
salarial ascendente, a un sector de los
de un enorme poder represivo que estu- capital/trabajo. perm1r,ente lo había vuelto ·costoso"
asalariados a la expans;ón del capital, a
viera en condiciones de agredir una es- A partir de la estrategia d:ser,ada oor ücía \as nuevas condiciones de acurnu-
en ;ta de! estancamiento o \a declina·
tructura social constituida a lo largo de el plan Martínez de Hoz se recurre a ;2c:ón y dominación del capital. En este
r::ón del salario y la protección social del
varias décadas. No se trató, simplemen- una apertura de la emnornía cJe :e,-;ni- urocesc convergen las f)íivatinci::,nes
uiniunto de las trabajadores; d) asociar
te, de pasar de una variante de indus- na por romper definitivarneme ;.:on 21 ::;'," e:",r;rese.s p(iblicas, !a co:ocación de a tr'avés de leyes y los contratos a los
trialización "distribucionista· a otra "con- modelo sustituista semiGsrcacio, ?. tf¿vés :as ,estantes oajo la égida de c)í::,ndes
trabajadores al "éxrto· de su propia em-
centradora· de los ingresos -tal el de la reducción de araí1ce!es q'Je ,Jr'l'/3.- qn;DCS económims (es decir. St, subc1r•
pcesa, antes que a la solidaridad con su
caso de la denominada Revolución Ar- ban los bienes importados, la rnaniou!a- dinació:1 a la racionaiidad del caprtal
secior social (Gilly, 1987: 3).
gentina bajo el plan Krieger-, sino de ción del tipo de cambio y de las tasas ve.ca cor encima de la del caprtal esta-
Se trata, por otra parte, de recuperar
remover las propias bases económicas de interés por medio de un sistema ii- tal), e't achicamiento de la protección y
para el capital el pleno control del espa-
y sociales de aquel modelo. No se bus- nanciero que pasa a ser, junto 2! esiado la seguridad sociales, así como el refor-
cio !abril-productivo a través de: 1) la
có, simplemente, proscribir al peronis- y más allá del estado, el principal rea- zamiento de sus !unciones y apara.tos
"flexibll!zaclón" del uso de la fuerza de
~o o atacar salvajemente a la vanguar- signador de recursos externos· e inter- de control y represión.
trabajo (contratos temporarios, trasla-
~1a obrera, sino privar tanto al popu- nos (Schvarzer, 1983: Azpiazu y otrDs, Fina!mente, e! éxito de \odas estas
dc1s, desconocimiento de categorías,
l17mo como al movimiento obrero orga- 1986). Tras la imagen de mera "oeca- J,J\íticas reestructuradoras tienen una
.nizado de la propia base material en dencia de un régimen social de acumu· :ondlc:ón ineludible: reestructurar tam- uso polivalente del tr2.bajador, etc.); 2)
lntensi!lcaclón de los ritmos de traba-
que se asentaban (Vi!larreal, en Jozami !ación" (Nun, 1985) o aun de una "de- bién las relaciones históricas entre
jo; 3) introducción de nuevas tecnolo-
198si • sind ustrialización" de la economía capital y trabajo (Gilly, 1987: 3). La cri-
gías que reorganizan la base del proce-
Aprovechando la situación de "tierra (Ferrer y otros) sin alternativas viables, sis y reestructuración capitalista provo-
so de trabajo y dan •racionalidad
arrasada" que provoca toda crisis, así la emergencia a fines de la década del caron un proceso de profunda recompo·
objetiva" a los puntos prece<ientes; 4)
como una larga permanencia en el po- ochenta de un sector industrial exporta- sición en el mundo del trabajo
descalificación de oficios (con pérdida
. der, ~st~ alianza entre el nuevo poder dor parece avanzar en la definición de (proletarización de sectores medios,
de conquistas) y recatiilcación de otros
econom1co y el poder militar apuntó a un nuevo régimen de acumulación. Se disminución del peso específico de la
(sin conquistas equivalentes, saivo
transformaciones estructurales de la so- trata de grandes empresas, pertene- clase obrera industrial de:itro del con·
eventualmente en el plano salarial)
ciedad argentina, que se convirtieran en cientes muchas de ellas a los grandes junto de los asalariados, pauperización,
un punto de partida Irreversible para grupos económicos, que al enfrentarse m2.rg\naHdad, etc. (lñigo Carrera-Podes- (Gi!ly, \ 987: 3).
11'Jdas estas polit:ec.s parciales, sec-
los próximos goblemos constltuc!o- en estos arios a una demanda interna tá, 1985). Las grandes líneas
. t~do social, proveniente,; ~le.. u,~ 1i : ,.:: 1\l/0;1s ín de Parque Norte y do afanosamente un atajo para su en-
de muy d1st1ntc1 e;¡, l ílO 1'<JIÍ ll('[1 ,- ,1 ;,",·:.
11 '.,' ,, :. e
coní1gurar - -u1ri SL'S ,ri';,r1 :,.. _,,. ,,/ ("·ri'·· s JS inr ei :C1lJC3lcs "orgárTicos".7=rJ5roce- cuentro con las masas, la izquierda ar-
m::i . ~
,.J _...._,.,te•·
U,'S0 no sólo sepultó los suenos gentina intentó (con más audacia unas
u.TCílJ.S SUS ofensiva:::;
1 S!J'r.:·; i' r~>~r,r:, lv, . 1 __
c,,c)uC:c1nznos de los '60 y '70; parece corrientes, con más demora otras) no
cias-:~ un nuevo perfil de la s<;Cll;t;;~,'.J ' .i 1 di 1,al2: cnnc!uic!o también con las más sólo "populizar" su di:;'curso, sino articu-
gentina, Una economí·, ·¡,;; f'J
orientada a la exportaci¿~l d~'
[J/(;~li:i3
;r•édic2.s aspiucíones democráticas de
:es ;:i1irneros '80 .
larse como ala izquierda de la sociedad
populista. A partir de los at'los '40, sacu-
trad1c1ona!es y no lradícionalEis, un no-
dida por la súbita emergencia de! pero-
~emso m:rcado financiero, Uf: estack)
nismo, la propia izquierda comienza a
achicado , un mercado interne 'c?:d .JC1
/L L:i,,c!uslón: repensar la estrategia socialista para
1oº¡ ~arecen ser
algunos de !os e_iemen
crisls de! popullsmo y entenderla como consumación final del
~ onst1tut1_~0s de un nuevo regrmen
de ~cumulac1on. Una nueva alianza en-
,'!1,:,r,,Jtiva socialista nacionalismo, el estatismo y e! obreris-
tre ,os grupos económiDJs y las e1nprn- mo populistas.
.as ,declogfas ¡xipulistas y socialis-
1 Así, muchas corrientes de la izquier-
sas extranieras diversiíicadas y!c in!¿:
2.sis.2n estupBfactas al renacimiento da vernácula fueron abandonando y re-
gradas con el estado, (.,e:i:-,:ce
corresponderse con un '''""\r r-r•o -'·: ,.
L:,, neolibe,alismo. La ideología libera!- legando el discurso y la práctica del in-
de crecimi~nlo económi¿; ~u,i ;;\;¡~ :.011':,ervadara que sostenía a! Individuo
F'0sesi·✓o írente a la Comunidad Organi-
ternacionalismo proletario, entendiendo
que la nueva táctica adecuada consistía
ª:~era a mas de la mrtad de ta uobla-
c1on_ · Z?.C i:l, ta iibre regulación del mercado en "mrrer por izquierda" el nacionalismo
frente a las políticas de regulación esta- antimperialista del populismo. No había
Como ha sei'lalado recientement:J
tal, la ewnomía privada ante las empre- que enfrentarlo "abstractamerrte·, según
Sch~arzer, el sector agropecuario ar
sas del estado, la reducción del gasto modelos "foráneos·, sino apoyarlo y su-
gentino puede producir 30 ó 4iJºic, rr:ás
púbiic0 contra el Estado Benefactor, perarlo. la lucha antiimperialista deven-
de_granos y oleaginosas que e! afio ar.·
peímaneció marginada durante el auge dría, por su propia dinámica. arrticapita-
tenor con una demanda mínima . si rw
de le. sociedad populista Pero su eclip- !ista. Casi todas !as corrientes de
1nula, de mano de obra· el ,:ect,.,;p·"'r'···-
9 ...., o.Vi VI '..,;
se ne era más que una postergación: izquierda fueron abandonando la bús-
.ero pu 7de desarrollarse con una ¡ie-
vor1ería, con 13 crisis de esta sociedad, queda de sus propios programas de
manda intima de personal; hay oran<ies
a c.nbrar su revancha. El agotamiento a transición al socialismo, entendiendo
proyectos petroquímicos que rtiquieren
qu2 había !legado el modelo populista que la extensión progresiva del sector
grandes inversiones de capital pero quo
p.-ooorcionó al neolibera!ismo la ocasión público de la economía que impulsaban
sólo ocupan entre 1oo y· 2 oo perso-
:-iara emprender la gran ofensiva ideoló- las experiencias populistas sería el ca-
nas ... P~r lo tanto, hay sectores que
'-11Je tiene por temas el fin del esta- mino más adecuado para encaminar a
p~eden din~mizar el crecimiento eccmó-
t,sr ,e, y Is economía capitalista de mer• la sociedad hacia el socialismo. No ha-
m,co (agro-industria, alimentos, nuirni
cado como saiida de la crisis. Ha sido la bía más que "desbordar" los límites ca-
ca, denvados _del petróleo, etc.).' ¡:;ero
"rr:odemizacion· capitalista en curso la pitalistas del populismo. la estatización
~ue no garantizan de ninguna manera
que sentó las bases materiales para su creciente devendría, por su propio pe-
a~m~nda_ de empleo ni proceso ele re-
:'Sr.a.cimiento~ so, socialización. Finalmente, casi todas
d 1stribuc1ón d_el ingreso f PáginaJJ.?,
617189). La saltda capitalista a l;..:¡ crisi<, Pero !a ofensiva liberal -y esto es lo las corrientes de izquierda, tras un re-
;nás grnve- no sólo ha herido de chazo inicial, basaron sus pofí1icas de
parece ser. fa de una sociedad c1u,;, m1Jerte al populismo, sino a todas las ·acumulación" sobre la perspectiva de
que buscana dividir al proletariadci ::ir··-
tual e d · • · · '····· tradiciones del socialismo comprometi- que la amplísima "base obrera· del ·mo-
. ~ os gfl!~S antagorncos: los que das, de una u otra forma, con la ideolo- vimiento nacional peronista· desborda-
contmu~~ part1c1pando en el proceso de
gía populista_ La imagen recurrente que ría y terminaría desplazando a la "cúpu-
prod~?C 1on (con una tendencia. a la re-·
e! neoliberalismo hizo del socialismo co- la burguesa· que lo contenía. Por la
ducc1on de !as salarios) Y aquellos ql;e
estando exduidos de este proceso, so:. mo· versión extrema del populismo, se dinámica de clases propia del populis•
corresponde con la imagen que cierta mo, e! peronismo devendría socialismo.
izquierda propició de sí misma. Buscan- Nada de esto sucedió, sino más bien
todo lo contfano. E! nacional-antiimpe- ::;iones productivas. Ser;\. imprescindible,
rialismo dev¡no alineamiento occidental por otra parte, terminar de v,Jncer la ;-,:;-
con Menem-Cava!!o. El naciona!-estatis- sistencia de los tratJajacores a: ,:Jesrran-
rno derivó en liberal-privatismo, con Me- tetamiento de conquistas históric:.a.s. Es
nern-Dromí. La "dirección burguesa· del difícil prever, a pesar de que Menern
•movimiento nacionat no sólo no se de- ofrezca todo su ascendiente política al
bilitó, sino que se fortaleció en alianza servicio de ello, que un sistema inc::rpa.z
con los grandes grupos económiCús. El de crear empleo, generar condiciones
estado actual de !a izquierda argentina, para mejorar sensiblemente los ni1eles
que combina altas dosis de incompren- de ingreso de la mayoría de !a población
sión y de parálisis, puede entenderse y ofrecer mayores canales de ¡nrticipa-
como !a quiebra de su modelo de análí- c:ión política, logre generar una verridde-
5¡s y praxis política. No son las ideas de ra hegemonía. No obstante, pan que la
izquierda las que están en crisis, no es izquierda haga algo más qu:;3 rnslstir ¿¡
el socialismo como tal el que está en la consolidadón de e.ste nuevo mcdeio,
cuestión, sino aquella izquierda y aquel para que wmience a generar ~u propia
socialismo comprometidos con el pasa- atternativa de sociedad so::::ialista, nece-
do, con un paradigma populista en fran- sita un verdadero rearme teórico fr~r,t,1
ca descomposición. a una realidad que se ha \ransiormado
El nuevo delo histórico que está tran- estructuralmente y ya no se oorresponde
sitando la sociedad argentina desde con sus esquemas. La crisis de la iz-
1976 está lejos de consolidarse. Un nue- quierda argentina no es sino una de las
vo régimen de acumulación cuyo factor múltiples facetas de ta crisis definitiva de
dinámico es el mercado externo encon- la sc:;iedad populista, as¡ como una de
trará serias diftC1.1!tades en las condicio- las invitaciones más creativas para su
nes de proteccionismo y crisis mundiales superación.
y necesitará, además, de grandes inver-

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