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INFORME DE LA PRÁCTICA N° 9
Integrantes:
2.2.1. Colorimetría
Según Esquerre (2017), la colorimetría es la ciencia del estudio donde se estiman los
colores, desarrollando estrategias para cuantificar el color, es decir, se obtienen
valores numéricos del color. Es un procedimiento analítico y químico que está
fundamentado en la magnitud del color en todos sus tipos.
La evaluación de estas propiedades relacionadas al color pueden ser determinadas
mediante el sistema CIELAB que se basa en la respuesta de los observadores patrones
(estándares) a un estímulo luminoso, es decir, trata de imitar la respuesta humana
promedio a las longitudes de onda de la luz y cómo una persona promedio ve el color
a través del espectro visible. Este modelo ha sido muy utilizado para el control de
calidad de otros productos en la industria de textiles, de pinturas, de alimentos y en
otras frutas y hortalizas, debido a su facilidad de diferenciar el color de la muestra con
el color patrón o estándar. En este modelo, el espacio de color es un sistema
coordenado cartesiano definido por tres coordenadas rectangulares (L*, a*, b*) de
magnitudes adimensionales. La coordenada acromática L* es la luminosidad o
claridad y representa si un color es oscuro, gris o claro. Las coordenadas cromáticas
a* y b* forman un plano perpendicular a L*. La coordenada a* corresponde a rojo si
a* > 0, o a verde si a* < 0. La coordenada b* corresponde al amarillo si b* > 0, y al
azul si b* < 0. Un espacio de color similar a CIE L*a*b* es el CIE L*C*h*, el cual
usa coordenadas cilíndricas en lugar de coordenadas rectangulares. El valor de
luminosidad L* es el mismo, y las coordenadas croma (C*) y ángulo de tonalidad (h*)
se definen usando la siguiente formulación (Herrera, Torres, Tascón, & Montoya,
,2011):
...(1)
...(2)
3.2. Procedimiento
3.2.1. Equipo
3.2.2.Muestra
Los resultados obtenidos de color de cáscara se muestran en el Cuadro 1. Los valores de L*,
que representa la luminosidad o claridad, puede tomar valores entre 0 y 100 que son la
gradiente entre oscuridad y brillo máximo, en el caso de la cáscara de la lúcuma los frutos en
estado pre madurez fisiológica poseen un valor promedio de 46.7 y en el estado de madurez
fisiológica de 56.5, valores cercanos a los reportados por García (2016), quien obtuvo valores
de 40 a 50 en lúcuma, los resultados también evidencian que el parámetro L* es
significativamente mayor para las lúcumas en estado de madurez fisiológica respecto a las
muestras en estado pre madurez fisiológica.
Las ceras se sintetizan en células epidérmicas y se secretan sobre la cutícula, la cera cuticular
se compone generalmente de una mezcla compleja de compuestos alifáticos de cadena muy
larga (por ejemplo, ácidos grasos, alcoholes, alcanos, aldehídos, cetonas y ésteres alquílicos)
y cíclicos compuestos (por ejemplo triterpenoides y esteroides) (Chu et al., 2017). La
composición química y morfología del cutícula muestran una gran variación entre las
especies de plantas, órgano y etapa de desarrollo (Lara et al., 2014).
En cuanto al parámetro a*, representa las tonalidades de color rojo cuando toma un valor
positivo y verde cuando toma valores negativos, de acuerdo a esto, los resultados en el
Cuadro 1 indican, cáscara de color verde son diferencias significativas, con valores promedio
de -12.25, -9.10 y -7.29 para los diferentes estados. Según Bello (2008) la coloración de un
alimento se puede definir por la presencia de pigmentos o colorantes naturales, que son
sustancias que tienen una función biológica muy importante en el tejido, tal como en el caso
de la clorofila usada para la fotosíntesis, que se caracteriza por ser de coloración verde y está
presente en las frutas. La pérdida del color verde en la cáscara a medida que se da la
maduración es por el incremento de la degradación de la clorofila (Aular et al., 2002).
La coordenada b*, cuyos valores representan las tonalidades amarillo y azul, cuando los
valores son positivos y negativos, respectivamente, para la cáscara de lúcuma se encuentran
con valores de 18.33, 27.44 y 40.41, siendo estas últimas mayores significativamente y
cercanas al valor de 26.6 y 34.5 de lúcumas Beltrán y Seda, respectivamente a un día de
almacenamiento después de ser cosechadas (García 2016). La variación del valor b*, quiere
decir que las lúcumas se tornan hacia tonos más amarillos a medida que cambian de estado,
esto es debido a la presencia de carotenoides (carotenos y xantofilas) que proporcionan el
color amarillo a algunos vegetales, constituyen uno de los pigmentos más importantes en las
frutas, la concentración de estos compuestos van en aumento con la maduración porque se
induce su síntesis (Zapata et al. 2007).
El tono H° de las cáscaras de lúcuma en los diferentes estados es 56.07, 71.46 y 79.29,
correspondiendo todos a tonos alrededor del verde-amarillo con diferencias significativas
probablemente por la pérdida de tono verde, es conocido que la degradación de la clorofila
forma feofitina que implica una cambio de color verde brillante a verde oliva opaco (Eskin y
Hoehn 2013). Para diferenciarlos estos tonos requieren acompañarse del Croma o C*, que
para estos casos es 22.06, 28.97 y 41.21, estos últimos son similares a los valores de C* en
cáscara de lúcuma de variedad Beltrán y Seda de 26.7 y 34.8, respectivamente, estados de pre
madurez fisiológica y madurez fisiológica, respectivamente. La diferencia entre estados
indicaría que a medida que aumenta la maduración habrá mayor saturación o pureza del color
o tono amarillo. Solarte et al. (2010) afirma que el pico climatérico es independiente del
viraje de verde a tonalidad amarilla y que la velocidad de cambio de color no depende de
niveles excesivamente altos de etileno, esto explicaría la variación de color a pesar de que el
estado pre maduracion final aún no sintetiza etileno.
El Cuadro 1 también se presentan los parámetros L*, a*, b*, C* y tono h° de la pulpa de las
lúcumas en diferentes estados. El parámetro L* de la pulpa de lúcuma es 83.75, 75.55 y
74.25; siendo cercanos a los valores hallados por García (2016) en lúcuma seda después de
un día de almacenamiento partiendo del estado de madurez fisiológica de 72.5. Además los
valores de L* de las pulpas de las lúcumas en estado pre madurez fisiológica son
significativamente mayores que para las de estado de madurez fisiológica, tiene la misma
tendencia de disminución de luminosidad que el sapote (mamey) de 70 a 60 durante la
maduración (Diaz-Perez et al. 2000). Según Casas, citado por Diaz-Perez et al. (2000), el
oscurecimiento progresivo de la pulpa está posiblemente asociado con la alta concentración
de fenólicos en frutas maduras.
Respecto al parámetro b*, se obtuvo que para la pulpa de lúcuma es 25.57, 47.89 y 57.96;
este parámetro es significativamente mayor en el estado de madurez fisiológica que en el
estado pre madurez fisiológica. Al respecto Fuentealba et al. (2016) afirman que el color de
pulpa de la lúcuma amarillo-naranja, está dada por la presencia de carotenoides, que incluyen
carotenos y xantofilas. Eskin y Hoehn (2013) indican que durante la maduración de frutas
existen cambios de color de verde a naranja o rojo y que está dada por la pérdida de clorofila
y la síntesis de carotenoides, de los cuales el -caroteno es el predominante. En el caso de la
lúcuma García (2016) señala que los más predominante son las xantofilas, tales como la
neoxantina, violaxantina, zeaxantina e isómeros de luteína.
Respecto al tono h°, en la pulpa de lúcuma los valores fueron 14.15, 75.36 y 85.75, los cuales
son pertenecientes a tonos de amarillo-rojo a amarillo y amarillo rojo (Capilla et al. 2002);
encontrándose diferencias significativas entre ellos . Los valores son muy similares a los
hallados por García (2016) en lúcuma Beltrán y Seda de 74.5 y 78.2, respectivamente en el
estado de madurez fisiológica . En cuanto al valor C*, en la pulpa de lúcuma los valores
fueron 25.61,49.70 y 58.12; en estado pMF es un valor promedio de 38.4 y en estado de MF
de 48.9, obteniéndose que éste último es mayor significativamente; los valores son cercanos
al encontrado por Yahia et al. (2011) que obtuvo un valor promedio de 38.4 en estado pre
madurez fisiológica y en estado de madurez fisiológica de 48.9, siendo este último el que se
acerca más a los últimos valores obtenidos.
Los resultados en el cuadro 2 muestran diferencias entre los parámetros de color de cáscara
para ambas variedades. Si bien los valores de los parámetros L* y b* fueron similares para
ambos variedades, la diferencia entre ambos se basó en el parámetro a*. Mientras que en una
variedad este parámetro toma valores positivos (rojo), en la otra variedad, tomó valores
negativos (verde). Esta diferencia se vio manifestada en el parámetro h (tono), el cual fue
81.22 (color amarillo anaranjado) y 76.85 (color verde amarillo). La aparición de tonalidades
amarillo-anaranjadas se atribuye a la síntesis de carotenoides. A medida que el fruto madura,
se degrada la clorofila y se sintetizan carotenoides. Esta transformación está regulada por la
acumulación de azúcares en el epicarpio de la fruta, fenómeno que ocurre paralelamente
durante la maduración (Eskin y Hoehn, 2013). Estas diferencias en el color de la cáscara
podrían sugerir que el balance síntesis-degradación de clorofila durante la maduración es
distinto entre ambas variedades de lúcuma. Bajo condiciones tales como oscuridad y
protección del calor, la degradación de la clorofila puede reducirse e incluso se puede
favorecer su síntesis por presencia de etileno (Eskin y Hoehn, 2013).
Se debe tener en cuenta que no se han reportado correlaciones lineales entre el contenido de
pigmentos (clorofila, carotenoides, antocianinas) y los parámetros de color (Lancaster et al.,
1997). Adicionalmente, los autores señalan que no es posible atribuir cambios en el color de
la cáscara en frutas a un solo componente, debido a que por lo general varios grupos de
pigmentos están presentes y cada uno de ellos está ampliamente diversificado. En mango, se
ha reportado una correlación positiva entre el contenido de carotenoides en la cáscara y el
valor C, mientras que esta correlación es negativa con el valor h (Ornelas Paz et al., 2008)
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