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ERRORES DE LECTURA DE MENISCOS EN INSTRUMENTOS VOLUMÉTRICOS


CALIBRACIÓN DE BALONES Y PIPETAS AFORADOS

Working Paper · September 2016


DOI: 10.13140/RG.2.2.26244.73602

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5 authors, including:

Fernando Millán
Instituto Universitario Politécnico Santiago Mariño
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ERRORES DE LECTURA DE MENISCOS EN INSTRUMENTOS VOLUMÉTRICOS
CALIBRACIÓN DE BALONES Y PIPETAS AFORADOS

Fernando Millán, María Ocando, Elsy Gil, Milagros Valero y Carlos Méndez
*Instituto Universitario Politécnico “Santiago Mariño”, Mérida, IUPSM, Esc. Ing. Química
fcarlosmillan@gmail.com

Resumen
En el presente trabajo se evaluó la operación de enrase en instrumentos volumétricos aforados por
parte de alumnos cursantes de Laboratorio de Química Analítica. Específicamente se midió la
capacidad de los diferentes operarios en la lectura de meniscos en balones aforados de 50, 100, 250
y 500 ml así como en buretas aforadas de 1, 2, 5 10 y 20 ml. Como criterio de exactitud se tomó una
alta precisión y un sesgo pequeño del volumen promedio experimental (volumen real) con el
“volumen nominal” del instrumento, de manera que sólo aquellas operaciones con Error Relativo de
Exactitud, ERE y Desviación Estándar Relativa, DER menores al 0,1% pueden considerarse como
“mediciones exactas” o satisfactorias. Los resultados muestran que el factor humano juega un papel
fundamental en la operación del enrase de menisco y por ende la medición del volumen respectivo.
En el caso de los balones aforados, la mayoría de las operaciones tienen asociado valores de DER
mayores de 0,1 % con ERE por defecto entre 02 y hasta más de 1 %. Sin embargo, a nivel global las
DER tienden a ser menores para balones de mayor volumen más no así con el sesgo de las
mediciones. En el caso de la pipetas volumétricas, las DER son variadas y en la mayoría de los
casos supera el 0,1 % y ERE por defecto son más comunes en pipetas de mayor volumen. A pesar
de la experiencia previa de los operarios en laboratorios anteriores, los errores en la lectura de
meniscos se continúan cometiendo y la magnitud de estos errores se ve influenciada de manera
significativa por el factor humano y la mala praxis en el manejo de equipamiento de laboratorio en
general.
Palabras clave: instrumentos volumétricos, menisco, medición, calibración

MENISCUS READING ERROS IN VOLUMETRIC INSTRUMETS


CALIBRATION OF AFORATED FLASKS AND PIPETES

Abstract
In present paper were evaluated volume measurement operations in volumetric graduated
instrumentation by a group of students in the Analytical Chemistry Laboratory course. Specifically
it was measured de performance of the different operators for filling volumetric instrument
accurately up to calibration mark in volumetric flasks of 50, 10, 250 and 500 ml and volumetric
pipets of 1, 2, 5, 10 and 20 ml capacities. Accurateness was defined as a high precision and small
bias between the measured volume average (real volume) and nominal volume of the instrument, so
only those measurements with REE and RED less than 0.1% could be considerate as “accurate
measurement” or acceptable. Results show that human factor plays an important role in the correct
filling operation and consequently the respective volume measurement. In case of volumetric flasks
most of the operations have associated SRD higher than 0.1 % and REE by defect between 0.2 %
and more than 1 %. Nevertheless, the RSD are smallest with volumetric flasks of higher volume but
is not the same with the bias of the measurements. In case of volumetric pipettes, the RSD are very
different and most of them are higher than 0,1 % and the REE by defect are common in pipettes of
higher capacities. Although the experience of the operators in previous chemistry laboratories,
mistakes in reading calibrations marks steal remain and its magnitude is definitely and
significatively influenced by human factor, and bad praxis in the manipulation of laboratory
equipment in general
Key words: volumetric instrumentation, meniscus, measurement, calibration

1
Introducción

Una de las cuatro operaciones rutinarias en el laboratorio de análisis químico es la medición


de volumen por medio de instrumentos volumétricos como balones aforados, cilindros graduados,
pipetas (volumétricas y graduadas), y buretas para titulaciones. Las otras tres operaciones son la
medición de masas, la preparación de soluciones y la calibración de instrumentos. Los instrumentos
volumétricos están calibrados y/o graduados a volúmenes nominales de fábrica, representados por
las marcas de calibración y escalas grabadas en la parte exterior del instrumento, la medición de
volumen se realiza por medio de la operación de “enrase” que significa completar con el líquido
hasta la marca de la calibración del instrumento. Debido a que los instrumentos volumétricos son
cilíndricos, la superficie del líquido adquiere la forma de una banda cóncava a la cual se le
denomina “menisco” (Alexéev, 1975) y su lectura está sujeta a errores tanto sistemáticos como
aleatorios que deben ser del conocimiento de los operarios. Uno de los errores comúnmente
observado es el Error de Paralaje (Blaedel y Meloche, 1963, Kolthoff 1979) el cual se comete si no
se lee el menisco a la altura correcta que es la horizontal de los ojos. Si se lee el menisco en
dirección descendente se comete un error por defecto y si se lee en dirección ascendente se comete
un error por exceso. Inclusive, una iluminación no adecuada puede inducir a errores en la lectura del
menisco. Igualmente, la incorrecta interpretación de la “apreciación del instrumento” conlleva a la
lectura incorrecta del volumen, es común ver a operarios tanto principiantes y otros no tan
principiantes confundir la marca correspondiente a la mitad de mililitro con la marca
correspondiente al mililitro, en este caso el error es del 50 % (0,5 ml).

Por ser una operación rutinaria de laboratorio, los operarios aplican cierta ligereza en la
lectura de las escalas y es común observar a los operarios leer meniscos en dirección ascendente o
descendente. Puede que en el vástago angosto de una pipeta volumétrica el menisco puede ser
observado con mejor precisión y el error de paralaje puede ser despreciable, pero en buretas y/o
balones aforados donde el diámetro del tubo es mayor, la lectura aparente del menisco puede verse
seriamente afectada por la posición relativa del ojo del operado en relación al menisco. Esto se
traduce en errores de medición de volumen que finalmente se reflejan en las concentraciones reales
de las soluciones preparadas y /o en los cálculos volumétricos de una titulación.

Otros de los factores que podrían conllevar a una lectura incorrecta de un menisco podrían
ser los cambios de temperatura, cambios en propiedades físicas como viscosidad, tensión
superficial, pérdida de líquido en el trasvase, aire atrapado en el líquido y errores de pesada. Sin
embargo, la mala limpieza del instrumento volumétrico puede conllevar a errores en el caso de
pipetas y/o buretas, si las paredes internas están sucias y/o contaminadas no hay un drenaje
reproducible, por lo general gotas de la solución a dispensar se adhieren a las paredes internas del
instrumento.

Por ser una operación crítica en el análisis volumétrico, la correcta enseñanza de la lectura
de menisco a los operarios principiantes es importante ya que esta forma parte de las buenas
costumbres de laboratorio, esto minimiza los errores aleatorios y mejora la exactitud en la
operación de medición de volúmenes lo que se traduce en resultados más exactos en operaciones
analíticas.

Por tal motivo el presente trabajo tiene una motivación pedagógica y tiene como objetivo
principal comparar los resultados de la calibración de diversos instrumentos volumétricos
cuantitativos realizada por un grupo de estudiantes avanzados de Ingeniería Química. De esta
manera se espera evidenciar errores aleatorios y/o sistemáticos producidos por esas malas prácticas
en la medición de un menisco.

2
Materiales y métodos

Los alumnos participantes, u operarios como se les denomina en el presente trabajo, son
cursantes del curso del Laboratorio de Química Analítica I y no tienen otra experiencia más que la
obtenida en laboratorios precedentes como los laboratorios de Química General I y II así como los
laboratorios de Química Orgánica I y II. En los dos primeros se instruye a los alumnos en los
procedimientos de calibración de aparatos volumétricos por lo que sólo se les solicitó retomar los
protocolos revisados entonces y proceder con los procedimientos de calibración de los instrumentos
seleccionados. El Procedimiento de calibración de los aparatos volumétricos se realizó por el
procedimiento gravimétrico clásico de pesar la masa de agua contentiva en el instrumento
volumétrico y a través de la densidad del agua a la temperatura dada se determina el volumen
ocupado por esa masa de agua y el mismo se le conoce como Volumen Real. (Millán, 2005). La
diferencia entre el volumen real (experimental) y el volumen nominal del instrumento se le
denomina el Factor de corrección, FC, el cual puede ser positivo o negativo tal como un error de
exactitud. El ERE se calcula según lo indicado en la literatura citada (Clavijo, 2002, Aranzeta,
2003). Para la calibración se utilizó una balanza marca UWE modelo NJW – 150 de capacidad 150
g x 0,005g para masas de agua de hasta 100 g y una balanza Mettler Toledo modelo PB 1502 de
capacidad 1510 g x 0,1 g para masas de agua mayores de 100 g. Todas las pesadas se realizaron por
diferencia para eliminar el error sistemático de las balanzas, si los hubiera. En el ejercicio se utilizó
sólo aparatos volumétricos clase A: Balones aforados de (10 ± 0,025) ml marca Pobel, (25 ± 0,03)
ml marca Pirex México, (50 ± 0,06) ml y (100 ± 0,1) ml marca Robel, (250 ± 0,15) ml marca LMS
Germany y (500±0,25) ml marca Lab Glass y pipetas volumétricas marca Pirex México de (1 ±
0,006) ml, (2 ± 0,006) ml, (5 ± 0,015) ml, (10 ± 0,02) ml y (50 ± 0,050) ml. Todos los instrumentos
fueron lavados previamente con detergente y los balones aforados fueron secados con acetona.

A fin de evidenciar el factor humano en las mediciones, cada aparato volumétrico fue
calibrado por cada uno de los integrantes del grupo por triplicado para poder calcular la estadística
básica para cada procedimiento. La interpretación y comparación de los resultados se hizo en base a
la definición de exactitud analítica la cual es la combinación de un sesgo pequeño (diferencia con el
valor verdadero) y una alta precisión (desviación estándar pequeña). El Factor de Corrección, FC,
representa al sesgo o diferencia con el volumen nominal del instrumento y el cual se puede expresar
de forma relativa, EER, mientras que la Desviación Estándar Relativa, DER representa la
variabilidad de las medidas del menisco, es decir la precisión con que se lee o se aprecia el aforo
respectivo. La DER y la ERE dependen entonces de cómo el operario entiende el proceso de la
lectura de un menisco.

Resultados

1.- Calibración de Balones aforados

Los balones aforados o matraces son instrumentos volumétricos calibrados a 20 oC y que


pueden contener volúmenes fijos de líquidos con una precisión relativa del 0,1 %. Existen algunas
fuentes de error que conspiran en contra de la consecución de este 0,1 % de precisión en la
medición volumétrica sin embargo, estas fuentes pueden ser controladas por medio de la aplicación
de técnicas experimentales apropiadas. Si se entiende como exactitud la combinación de una baja
variabilidad (DER) en la medición del volumen y un sesgo pequeño (ERE) en relación al volumen
nominal del instrumento, sólo aquellas operaciones con ERE y DER iguales o menores que 0,1%
pueden considerarse como exactas o satisfactorias.

En la Figura 1 se muestran los ERE y las DER, correspondientes a la calibración, por


triplicado, de un balón de 10 ml por parte de diez (10) operarios distintos. En este caso, el factor de
corrección debería ser menor a 0,010 ml, lo que representaría un ERE del 0,1 %. En ninguno de los
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casos se cumple la condición de medición exacta, hay una variabilidad significativa en la medición
del menisco y todas esas mediciones tienen asociado un error de lectura por defecto, lo que hace
que todos los ERE sean negativos. El 60 % de las mediciones presentan ERE que rondan el 1 %, lo
que es ciertamente inaceptable para operaciones analíticas y de preparación de soluciones patrones.

Figura 1.- ERE y DER de las mediciones obtenidas en la calibración de un balón aforado de 10 ml
por 10 operarios diferentes

En la Figura 2 se muestran los ERE y las DER, correspondientes a la calibración, por


triplicado, de un balón de 25 ml por parte de 8 operarios diferentes. En este caso, el factor de
corrección debería ser menor a 0,025 ml para que el ERE sea de 0,1 %. A pesar de que el 75 % de
las mediciones presentan una DER por debajo de 0,1 %, los ERE están por encima del 0,2 % de los
cuales el 50 % supera el 0,4 %. Un 38 % de las mediciones de menisco tienen errores por exceso
mientras que el reto tiene hizo mediciones con errores por defecto. Una evaluación un tanto
complaciente aceptaría solo la medición del operario G como satisfactoria (13 %) en el cual
probablemente, a pesar de su variabilidad en la medición del volumen, el promedio de estas
mediciones presentó un sesgo pequeño con relación al valor del volumen nominal del balón.

Figura 2.- ERE y DER de las mediciones obtenidas en la calibración de un balón aforado de 25 ml
por 8 operarios diferentes.

En la Figura 3 se muestran los ERE y las DER, correspondientes a la calibración, por


triplicado, de un balón de 50 ml por parte de ocho (8) operarios. Para este caso el FC debería ser de
0,050 ml, lo que representa un ERE del 0,1 %. Una primera observación muestra que a pesar de que
hay una mejora en la variabilidad con que se midió el menisco, el promedio de estas mediciones
todavía presenta un sesgo importante con el valor del volumen nominal del balón, lo que produce
ERE mayores al 0,2 %, en todos los casos de los cuales los operarios E y F dan muestra de mala
praxis en la operación de enrase. El 80 % de los operarios realizó mediciones de menisco con
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errores por defecto y el 20 % de estos lo hicieron con errores por exceso. En este caso, una
evaluación complaciente aceptaría solo a los operarios B y C (25 %) con mediciones satisfactorias.

Figura 3.- ERE y DER de las mediciones obtenidas en la calibración de un balón aforado de 50 ml
por 8 operarios diferentes

En la Figura 4 se muestran los ERE y las DER, correspondientes a la calibración, por


triplicado de un balón de 100 ml por parte de doce (12) operarios distintos. En este caso para que el
ERE esté por debajo del 0,1 %, el factor de corrección de las medidas, debe ser menor a 0,100 ml.

Figura 4.- Factores de Corrección y Coeficientes de Variación (%) de las mediciones obtenidas en
la calibración de un balón aforado de 100 ml por 12 operarios diferentes

A pesar de que el 75 % de las mediciones presenta DER menores a 0,1 %, los ERE
asociados a estas mediciones, en valor absoluto, son iguales o mayores que 0,3 %, el 90 % de las
mediciones de menisco fuero realizadas con errores por defecto, lo que produce ERE negativos. Por
lo tanto ninguna de las mediciones de los 12 operarios califica como medición exacta. Se observan
diferencias entre los ERE y DER individuales de cada operario debido justamente a cómo cada uno
de ellos aprecia el menisco del balón sin embargo, las mediciones realizadas por los operarios A, B,
C y D no difieren significativamente entre ellas, no siendo así para el resto de las mediciones.

En la Figura 5 se muestran los ERE y las DER, correspondientes a la calibración, por


triplicado de un balón de 250 ml por parte de cinco (5) operarios. En el caso del balón de 250 ml,
para que el ERE esté por debajo del 0,1 %, el FC de las medidas debe ser igual o menor a 0,250 ml.
A pesar de que en todos los casos la DER está por debajo del 0,1 % todas las mediciones de aforo se
realizaron con errores por defecto. Sin embargo, el 80 % de las mediciones se consideran
satisfactorias y que cumplen con la definición de medición exacta, siendo el operario E el de mejor

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performance. Sólo el operario A presenta un ERE mayor al aceptado, de manera que queda
excluido.

Figura 5.- Factores de Corrección y Coeficientes de Variación (%) de las mediciones obtenidas en
la calibración de un balón aforado de 250 ml por 3 operarios diferentes

En la Figura 6 se muestran los ERE y las DER, correspondientes a la calibración, por


triplicado de un balón de 500 ml por parte de ocho (8) operarios distintos. En este caso, para que el
ERE esté por debajo del 0,1%, el FC de las medidas debe ser menor a 0,500 ml. A pesar de que la
variabilidad en la medición del menisco está por debajo del 0,1 %, 90 % de los operarios realizó
mediciones de volumen con errores por defecto produciendo ERE negativos que superan el 0,1 %.
Por otro lado, se presentan diferencias entre los ERE individuales lo que refleja la inexactitud en la
apreciación o medición del menisco respectivo por parte de cada uno de los operarios. Se destacan
las mediciones realizadas por los operarios G y H (25% de los mismos) cuyos factores de
corrección son menores a 0,500 ml (0,207 y 0,037 respectivamente, lo que corresponde a ERE de
0,04 y 0,007 respectivamente) y sus DER menores a 0,1% cumpliendo con la definición de
exactitud aceptada para el presente trabajo.

Figura 6.- FC y CV (%) de las mediciones obtenidas en la calibración de un balón aforado de 500
ml por 8 operarios diferentes

2.- Calibración de pipetas volumétricas

Las pipetas volumétricas son instrumentos aforados que miden volúmenes fijos con mayor
exactitud que las pipetas graduadas y pueden dispensar desde 1 ml hasta los 50 ml, con errores de
precisión que pueden ir desde un 0,6 % para una pipeta de 1 ml hasta 0,1 % para una de 50 ml. Es
de suponer que propiedades que afectan el drenaje como la densidad, viscosidad y tensión

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superficial del agua de calibración no cambian durante el experimento por lo que las mediciones
son independientes de estos factores. Como se mencionó anteriormente la exactitud es la
combinación de una baja variabilidad en la medición del aforo y un sesgo pequeño entre el
promedio de estas mediciones y el volumen nominal del instrumento, de manera que sólo aquellas
operaciones con ERE y DER iguales o menores al 0,1% pueden considerarse como exactas o
satisfactorias.

En la Figura 7 se muestra los ERE y las DER, correspondientes a la calibración, por


triplicado de una pipeta volumétrica de 1 ml por parte de doce (12) operarios distintos. En este caso
el factor de corrección debería ser menor a 0,0010 ml, lo que representaría un ERE del 0,1 %. El
gráfico muestra que el 50 % de las mediciones fueron hechas con errores por exceso y el otro 50 %
con errores por defecto, las DER están por encima de 0,2 % y la mayoría presenta errores de
precisión que superan el 0,5 %. Esto es por supuesto el reflejo de una mala praxis en la operación el
enrase del instrumento.

Figura 7.- Pipeta volumétrica de 1 ml

En la Figura 8 se muestra los ERE y las DER, correspondientes a la calibración, por


triplicado de una pipeta volumétrica de 2 ml por parte de los 12 (12) operarios en cuestión. En este
caso el FC debería ser menor a 0,0020 ml, para que el ERE sea del 0,1 %.

Figura 8.- FC y %CV para la calibración de una pipeta volumétrica de 2 ml por tres operarios
diferentes
Los ERE obtenidos entre el 0,18 % y 4,4 % por lo que ninguna de las mediciones se
considera satisfactoria sin embargo, una evaluación complaciente podría considerar al operario J (<

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0,1 %) como medición satisfactoria con una DER de 0,02 % y un ERE de 0,5 % por exceso. El 75
% de las operaciones de aforo fueron realizadas con errores por defecto y el 25 por exceso y es
notoria la variabilidad entre las operaciones realizadas por los diferentes operarios, el 90 % de las
DER están por encima de 0,4 %. Los ERE están entre el -0,09 % y el 1,06 %. Cabe destacar el caso
del operario G con un ERE de 0,09 % por defecto presenta una DER de 1,21 %, lo que sugiere el
promedio de esos valores muy dispersos presentó un sesgo pequeño con el volumen nominal del
instrumento sin embargo, debido a su gran variabilidad la medición queda excluida de la definición
de medición exacta. Una evaluación complaciente podía incluir en la definición a la medición
realizada por el operario B que a pesar de su ERE de 0,4 % por defecto tiene una DER asociada del
0,18 %. El resto de las mediciones quedan excluidas de la definición de medición exacta.

En la Figura 9 se muestra los ERE y las DER, correspondientes a la calibración, por


triplicado de una pipeta volumétrica de 5 ml por parte de doce (12) operarios distintos. En este caso
el factor de corrección debería ser menor a 0,0050 ml, para que el ERE sea de 0,1 %. El 75 % de
esas medidas presentan un DER mayor a 0,1 % y un poco más del 80 % de las mediciones tienen
asociado un ERE por defecto que varió entre un 0,5 % hasta un poco más del 2 %. Es interesante el
caso de los operarios A y M con precisiones aceptables (DER iguales a 0,004 y 0,006 %
respectivamente) sin embargo, el promedio de sus mediciones tienen un sesgo importante en
relación al volumen nominal del instrumento y esto obviamente es debido a una lectura errónea de
menisco.

Figura 9.- Pipeta volumétrica de 5 ml

En la Figura 10 se muestra los ERE y las DER, correspondientes a la calibración, por


triplicado de una pipeta volumétrica de 10 ml por parte de nueve (9) operarios distintos. En este
caso el FC debería ser menor a 0,010 ml, para que el ERE sea del 0,1 %. El 88 % de las medida
tienen asociado ERE por defecto, el 55 % de las mismas tienen asociados DER y ERE mayores que
0,2 % por lo que no pueden ser incluidas en la definición de medición exacta. Sin embargo quedan
un 44 % de las mediciones (operarios A, D, E y F) las cuales por medio de una evaluación
complaciente pueden ser incluidas ya que sus ERE son menores de 0,1 % por defecto y sus DER
están por debajo de 0,2 %.

Los ejemplo de los operarios B, C, H y J, son ejemplos claros de mala praxis ya que no solo
presentan una gran variabilidad en la lectura del menisco sino que el promedio de estas medidas
presentan un sesgo importante en relación al volumen nominal del instrumento. Esto también puede
ser evidencia de la introducción de un error sistemático por parte del operario que hace que los
mismos lean el menisco por debajo de la marca de calibración.

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Figura 10.- Pipeta volumétrica de 10 ml

En la Figura 11 se muestra los ERE y las DER, correspondientes a la calibración, por


triplicado de una pipeta volumétrica de 20 ml por parte de doce (12) operarios distintos. En este
caso el FC debe ser igual a 0,020 ml, para que el ERE sea de 0,1 %. Todas las mediciones tienen
asociado ERE por defecto y en más del 60 % de los casos estos errores están entre 0,4 % y el 1 %.
Sólo un 30 % presenta ERE por debajo de 0,2 %. Según estos resultados, sólo un operario (operario
B) puede entrar en la clasificación de medición exacta y con cierta flexibilidad en la definición se
pueden incluir otros dos operarios A y C. El operario D a pesar de presentar un factor de corrección
adecuado, la variabilidad en las mediciones individuales es más de tres veces mayor que la aceptada
para la definición de exactitud. El operario E a pesar de presentar una DER aceptable, el ERE es
más del doble del valor aceptado.

Figura 11.- Pipeta volumétrica de 20 ml

En la Figura 12 se muestran los ERE y las DER, correspondientes a la calibración, por


triplicado de una pipeta volumétrica de 50 ml por parte de nueve (9) operarios distintos. En este
caso el FC debería ser menor a 0,050 ml para que el ERE sea de 0,1 %. Nuevamente en este caso
todas las mediciones tienen asociado un ERE por defecto, de las cuales un 77 % de las mismas el
ERE es mayor que 0,2 % sin embargo, las DER están por debajo del 0,1 % en todos los casos. Pero
sólo las mediciones realizadas por los operarios A y B (22 %) pueden incluirse en la definición de
medición exacta, a pesar que sus ERE están cerca del 0,15 %.

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Figura 12.- Pipeta volumétrica de 50 ml

Discusión de resultados

Las fuentes de error en la calibración de estos instrumentos volumétricos pueden tener


diferentes orígenes. Una es la posible variación de la temperatura de una medida a la otra es una
pérdida de agua en el trasvase, un escurrido diferencial del agua, un error en la pesada o una lectura
incorrecta del menisco. Es muy improbable que durante el corto tiempo que duran las mediciones
ocurra un cambio en la temperatura ambiente del laboratorio como para producir cambios
apreciables en el volumen calibrado. Igualmente un error en la pesada también es improbable ya
que las pesadas se realizan por diferencia entre el peso del envase vacío y el lleno, lo que elimina
cualquier error sistemático de la pesada. Un escurrimiento diferencial del agua también es
improbable ya que los instrumentos fueron lavados previamente para eliminar vestigios de sucio o
grasa adherida a las paredes internas. Quedan entonces dos fuentes de error que pueden
considerarse como más probables ya que es factible la perdida de agua en el trasvase por descuido
del operario o una lectura incorrecta del menisco respectivo. Suponiendo que hubo cierto cuidado
en el trasvase del agua, entonces la lectura incorrecta del menisco es la fuente más probable de error
que puede explicar la diferencia entre los resultados obtenidos por los diferentes operarios que
realizaron las operaciones de calibrado.

En el caso de la calibración de balones aforados, los ERE obtenidos son en su gran mayoría
por defecto y presentan gran variabilidad en cada uno de los experimentos. Igualmente la
variabilidad en las mediciones de los volúmenes es significativa, no solo para un mismo operario
sino entre los diferentes operarios, lo que sugiere que cada quien tiene su manera de leer el menisco.
Sin embargo, si se considera el promedio del ERE, como el error colectivo, para cada uno de los
balones aforados se obtiene lo esperado en el sentido que la calibración de instrumentos de mayor
capacidad está sujeta a menos error. En la Figura 10 se muestra el comportamiento de los errores
promedio tanto de sesgo como de variabilidad en las mediciones y se observa claramente que
ambos errores son menores si el volumen del balón aforado es mayor.

En el caso de la calibración de las pipetas volumétricas, los ERE obtenidos son por defecto
especialmente en pipetas de mayor volumen y presentan gran variabilidad en cada uno de los
experimentos al igual que la variabilidad en las mediciones de los volúmenes, no sólo a nivel de
operario sino entre los diferentes operarios, producto pues del descuido y la lectura incorrecta de los
meniscos.

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Figura 10.- Relación de ERE y %CV en promedio con el volumen del balón aforado calibrado

En la Figura 11 se muestra el comportamiento de los errores promedio tanto de sesgo como


de variabilidad en las mediciones de los volúmenes. La curva correspondiente al ERE promedio
indica que el sesgo es menor cuando se utilizan pipetas de mayor capacidad pero hay un problema
en la calibración de pipetas de volumen pequeño debido justamente a la gran variabilidad en la
medición de los volúmenes respectivos. Sin embargo, los DER son menores si el volumen de la
pipeta es menor, tal como es de esperarse.

Figura 11.- Variación de los ERE y DER en promedio con el volumen de la pipeta calibrada

Conclusiones

La medición de volúmenes es una de las operaciones rutinarias de laboratorio y un aspecto


importante en esta operación es lo que se conoce como “el enrase” que no es más que completar
con agua o solvente hasta la marca de la calibración del instrumento volumétrico. El correcto aforo
de los meniscos en las mediciones de volúmenes con instrumentos volumétricos adquiere una
mayor importancia en el análisis químico cuantitativo en general debido a la preparación de
soluciones patrón que serán utilizadas como titulantes, en el caso del análisis volumétrico o como
patrones de calibración en el caso del análisis instrumental. En este último caso los cuidados deben
extremarse ya que se requiere el uso de instrumentos volumétricos de poco volumen, justamente es
entonces donde la amenaza de los errores de enrase es mayor. De manera que la exactitud de los
resultados de un análisis químico depende en gran medida de la correcta preparación de las
soluciones y esta a su vez de la correcta medición del volumen en el instrumento volumétrico. De
hecho en los procedimientos de regresión lineal aplicada a las rectas de calibración se asume que el
error asociado a la preparación de las soluciones patrón es menor del 0,1 %, considerando solo los
errores en la medición de la señal analítica. Los resultados del presente trabajo han indicado dos
11
fuentes de error que pueden considerarse como más probables en la correcta medición de los
volúmenes. El primero es la posible pérdida de agua en el trasvase, lo que es causado por el
descuido del operario y el segundo una lectura incorrecta del menisco respectivo, lo que también
puede ser causado por descuido o por un desconocimiento del procedimiento correcto en la
medición de un menisco. De estos dos posibles errores el último se le asigna una mayor
ponderación ya que la pérdida de líquido en el trasvase es menos probable; la preponderancia de
ERE por defecto tanto en balones como en pipetas aforadas es una muestra de la mala praxis
generalizada entre los estudiantes. Siendo los operarios seleccionados estudiantes del Laboratorio
de Química Analítica, estudiantes que ya han adquirido entrenamiento en los laboratorios de la
Química General I y II, donde se les adiestra en la calibración de los diferentes instrumentos
volumétricos, así como de los laboratorios de Química Orgánica I y II, es de suponer que los
mismos ya deben poseer las destrezas suficientes para minimizar estos errores personales sin
embargo, los resultados del presente trabajo han indicado que prevalecen los errores aleatorios que
ocasionan una mala precisión en la medición de los aforos y sesgos importantes que ocasionan
diferencias significativas entre el volumen real y el volumen nominal del instrumento calibrado y
ocasionando ERE tanto por defecto como por exceso, siendo los primeros los más frecuentes. Se
debe realizar entonces un esfuerzo mayor a nivel de docencia para que los estudiantes puedan
concientizar mucho mejor el modus operandis correcto en el uso de instrumentos volumétricos a fin
de que obtengan mejores resultados en sus trabajos de laboratorio. Una mayor y mejor supervisión
por parte del profesor de laboratorio para que cada estudiante adquiera las destrezas necesarias y
requeridas en el manejo correcto de los instrumentos volumétricos y del material de laboratorio en
general.

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