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Análisis de El matadero de Esteban Echeverría

Análisis-resumen de El matadero de Esteban Echeverría

Considerado el primer cuento de la literatura argentina, “El matadero” circunscribe las acciones


a un espacio geográfico ubicado en la zona intermedia o fronteriza entre la ciudad y el
campo. La dicotomía “civilización y barbarie”, que recorrió la literatura argentina
del  siglo XIX, ya aparece en la elección de este ambiente, porque el matadero era el lugar
por donde lo rural —la barbarie, según la visión de algunos intelectuales de la época—
penetraba en la ciudad: las reses eran traídas desde el campo para servir de
alimento a la gente de la ciudad. 
En ese mundo vivían los pialadores, los matarifes, los descuartizadores,
las achuradoras, las mulatas, que estaban en contacto con las vísceras y la carroña,
con la grasa y con la sangre.
Lo que desencadena la anécdota inicial del relato es la falta de reses en el matadero de la
Convalecencia, debida a las intensas lluvias. Luego de una descripción minuciosa del  ambiente, el
relato se detiene en el día en que se reinicia la faena: un toro se escapa y huye por las calles de la ciudad, un lazo le
cercena la cabeza a un niño, un unitario se acerca al lugar y es torturado y asesinado por los mazorqueros.
Leído desde la perspectiva del Romanticismo, “El matadero” es un relato de denuncia política y social que muestra
hasta qué punto, en esa época, la superación del enfrentamiento entre unitarios y federales era impensable. Los
jóvenes del matadero, entrenados en
el cuchillo y en la pelea, difícilmente podrían ser la cabeza pensante de una nación.
Esta representación del conflicto político propio de la época enfrenta dos mundos: el  del joven unitario y el de la
Mazorca, el de la civilización y el de la barbarie, el de la ciudad y el del campo, el del espíritu y el del materialismo. Esta
brutal oposición sólo pudo producir violencia y muerte.

Escrito entre 1838 y 1840, Juan María Gutiérrez lo da a conocer en 1871, en la Revista del Río de la Plata, precedido
de un juicio crítico. "La Refalosa", composición poética de Hilario Ascasubi que aparece en su Paulino Lucero, puede
considerarse antecedente de El Matadero. En ella, un mazorquero y degollador amenaza al gaucho Jacinto Cielo con
el martirio que padecen los unitarios, si no se convierte en adepto del Restaurador. Echeverría escribe en El Matadero:
"Un hombre, soldado en apariencia, [ ... ] cantaba al son de la guitarra la resbalosa, tonada de inmensa popularidad
entre los federales ... ".

Tema : El tema de la obra es el vejamen que los matarifes, secuaces de Rosas, le hacen a un joven unitario, víctima de
su régimen. Su contenido muestra un aspecto de la vida porteña en 1839, desde el punto de vista de un enemigo de la
Federación. Ángel José Battistessa ha precisado el año en que se desarrolla la acción -la Cua resma de 1839--, de
acuerdo con las referencias al luto que guardan por la muerte de doña Encarnación Ezcurra de Rosas, esposa del
Restaurador, acaecida el 19 de octubre de 1838, y por las noticias de los periódicos acerca del estado del tiempo.

Afirma Gutiérrez: "El Matadero fue el campo de ensayo, la cuna y de aquellos gendarmes de cuchillo que sembraban
de miedo y de luto todos los lugares hasta donde llegaba la influencia del mandatario irresponsable…Su escrito es una
página histórica, un cuadro de costumbres y una protesta que nos honra."

El realismo: El realismo de Echeverría tiene características románticas; éstas se advierten en ese juego de oposiciones
o claroscuros que presenta la obra: el unitario es el bien que cae bajo la garra del mal, representado por ese pueblo
sometido a los designios de Rosas. Además, el unitario lucha por un ideal. Dice Gutiérrez:" El artista contribuye al
estudio de la sociedad cuando estampa en el lienzo una escena característica, que transportándonos al lugar y a la
época en que pasó, nos hace creer que asistimos a ella y que vivimos con la vida de sus actores

El ambiente: El Matadero tiene rasgos naturalistas: la descripción del lugar; los animales y las personas que se
disputan las achuras; el degüello del niño. La descripción de las costumbres muestra en qué situación económico-
social viven funcionarios, mazorqueros, gringos, mulatos y negros. Afirma Gutiérrez que " La casualidad y la desgracia
pusieron ante los ojos de Echeverría aquel lugar sui generis de nuestros suburbios donde se mataban las reses para el
consumo del mercado, y a manera del anatómico que domina su sensibilidad delante del cadáver, se detuvo a
contemplar las escenas que allí se representaban.”
·El personaje: Para Gutiérrez: "La escena del «salvaje unitario» [ ... ] no es una invención sino una realidad que más de
una vez se repitió en aquella época aciaga.

Respecto al género narrativo al que pertenece, hay diversas opiniones: se lo considera "cuadro realista", "cuadro de
costumbres nacionales", "cuento, varios cuentos en uno", "boceto descriptivo", "truculento cuadro", "vigoroso apunte
naturalista" , "obra dramática en tres actos" . La tesis más defendida caracteriza El Matadero como "cuento" y como
"cuadro de costumbres"

Para los críticos El Matadero no es cuento, porque en su trama predomina la descripción; no es sólo cuadro de
costumbres, porque éste sirve para presentar la realidad y se advierte un intento de interpretarla y de censurarla; por lo
tanto, es también costumbres. La crítica actual prefiere hablar de una obra de transición: descripción, pero, hacia el
final, prevalece lo narrativo.

Respecto de la estructura de la obra, podemos dividirla en tres partes y una reflexión, cuyo contenido es el siguiente:

PRIMERA PARTE

· Ubicación temporal de los hechos. Estado del tiempo. Inconvenientes que sufre la población.

Lo que hace principalmente a mi historia es que por causa de la inundación estuvo quince días el Matadero de la
Convalecencia sin ver una sola cabeza vacuna, y que en uno o dos, todos los bueyes de quinteros y agua teros se
consumieron en el abasto de la ciudad. [ ... ] La abstinencia de carne era general en el pueblo ..

· Decisión del Restaurador de llevar ganado a los corrales. Referencia a las primeras actividades del Matadero.

En efecto, el decimosexto día de la carestía, víspera del día de Dolores, entró a vado por el paso de Burgos al
Matadero del Alto una tropa de cincuenta novillos gordos [ ... ]. El primer novillo que se mató fue todo entero de regalo
al Restaurador, hombre muy amigo del asado. [ ... ] Siguió la matanza, y en un cuarto de hora cuarenta y nueve
novillos se hallaban tendidos en la plaza del Matadero, desollados unos, los otros por desollar.

SEGUNDA PARTE

· Ubicación geográfica del Matadero. Presentación del personaje máximo y del lugar desde donde actúa: la casilla.

El Matadero de la Convalecencia o del Alto, sito en las quintas al sur de la ciudad, es una gran playa en forma
rectangular, colocada al extremo de dos calles, una de las cuales allí termina y la otra se prolonga hasta el este. [ ... ]
En la junción del ángulo recto, hacia el oeste, está lo que llaman la casilla [ ... ]. En la casilla se hace la recaudación del
impuesto de corrales, se cobran las multas por violación de reglamentos y se sienta el juez del Matadero, personaje
importante, caudillo de los carniceros y que ejerce la suma del poder en aquella pequeña república, por delegación del
Restaurador.

· Visión panorámica del Matadero. Presentación y movimiento de otros personajes.

La perspectiva del Matadero a la distancia era grotesca, llena de animación. [ ... ] En tomo de cada res resaltaba un
grupo de figuras humanas de tez y raza distinta. La figura más prominente de cada grupo era el carnicero con el
cuchillo en mano, brazo y pechos desnudos, cabello largo y revuelto, camisa y chiripá y rostro embadurnado de
sangre. A sus espalda se rebullían, caracoleando y siguiendo los movimientos, una comparsa de mu chachos, de
negras y mulatas achuradoras, cuya fealdad trasuntaba las harpías de la fábula, y entremezclados con ellas algunos
enormes mastines, olfateaban, gruñían o se daban de tarascones por la presa  .

· Episodio del toro y degüello del niño. Descripción naturalista de las tareas.
-El matambre a Matasiete, degollador de unitarios. ¡Viva Matasiete.! [ ... ] ¡Allá va el toro! [ ... ] el animal acosado por
los gritos y sobre todo por dos picanas agudas que le espoleaban la cola [ ... ] arremetió bufando a la puerta, lanzando
a entrambos lados una rojiza y fosfórica mirada. Diole el tirón el enlazador sentando su caballo, desprendió el lazo del
asta, crujió por el aire un áspero zumbido y al mismo tiempo se vio rodar desde lo alto de una horqueta del corral,
como si un golpe de hacha la hubiese dividido a cercén, una cabeza de niño ...

• Aparición y caída del gringo por la fuga del animal. Matanza del toro.
Cierto inglés, de vuelta de su saladero, vadeaba este pantano a la sazón, paso a paso, en un caballo algo arisco, y sin
duda, iba tan absorto en sus en sus cálculos que no oyó el tropel de jinetes ni la gritería sino cuando el toro arremetía
al pantano. Azorose de repente su caballo dando un brinco al sesgo y echó a correr dejando al pobre hombre hundido
media vara en el fango. Este accidente, sin embargo, no detuvo ni refrenó la carrera de los perseguidores del toro,
antes al contrario, soltando carcajadas sarcásticas: -Se amoló el gringo; levántate, gringo -exclamaron, y cruzando el
pantano amasando con barro bajo las patas de sus caballos, su miserable cuerpo. Salió el gringo, como pudo, después
a la orilla, más con la apariencia de un demonio tostado por las llamas del infierno que de un hombre blanco pelirrubio.

TERCERA PARTE

Episodio del unitario y de Matasiete. Vejamen y muerte del unitario.


Mas de repente la ronca voz de un carnicero gritó: -¡Allí viene un unitario!, y al oír tan significativa palabra toda aquella
chusma se detuvo como herida de una impresión subitánea.
-¿No le ven la patilla en forma de U? No trae divisa en el fraque ni luto en el sombrero.
-Perro unitario.
-Es un cajetilla.
-Monta en silla como los gringos.
-La mazorca con él.
-¡La tijera!
-Es preciso sobarlo.
-Trae pistoleras por pintar.
-Todos estos cajetillas unitarios son pintores como el diablo.
-¿A que no te le animas, Matasiete?
-¿A que no?
-A que sí.
Matasiete era hombre de pocas palabras y de mucha acción. Tratándose de violencia, de agilidad, de destreza en el
hacha, el cuchillo o el caballo, no hablaba y obraba. Lo habían picado: prendió la espuela a su caballo y se lanzó a
brida suelta al encuentro del unitario.
(…)
A la casilla con él, a la casilla. Preparen la mashorca y las tijeras. ¡Mueran los salvajes unitarios! ¡Viva el Restaurador
de las leyes!
(…)
El joven, en efecto, estaba fuera de sí de cólera. Todo su cuerpo parecía estar en convulsión: su pálido y amoratado
rostro, su voz, su labio trémulo, mostraban el movimiento convulsivo de su corazón, la agitación de sus nervios. Sus
ojos de fuego parecían salirse de la órbita, su negro y lacio cabello se levantaba erizado. Su cuello desnudo y la
pechera de su camisa dejaban entrever el latido violento de sus arterias y la respiración anhelante de sus pulmones.
-¿Tiemblas? -le dijo el Juez.
-De rabia, por que no puedo sofocarte entre mis brazos.
(…)
Sus fuerzas se habían agotado; inmediatamente quedó atado en cruz y empezaron la obra de desnudarlo. Entonces un
torrente de sangre brotó borbolloneando de la boca y las narices del joven y extendiéndose empezó a caer a chorros
por entrambos lados de la mesa. Los sayones quedaron inmobles y los espectadores estupefactos.

Finalmente, la lectura detenida de El Matadero revela la existencia de símbolos. Echeverría censura el régimen político
a través de ese lugar y de su gente:

·El Matadero es el país


·la casilla es Buenos Aires
·el juez es Juan Manuel de Rosas
·los matarifes son la Mazorca
·el unitario simboliza a la joven generación argentina

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