Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CONTEXTO HISTÓRICO
1Cf. FULBROOK, M. Historia de Alemania. New York, Cambridge University Press, 1990.
Traducción al español 1995. p. 191.
CONSIDERACIONES PRELIMINARES
Para Heidegger la investigación ontológica debe partir del modo en que las
cosas se muestran en la vida cotidiana. ¿Cómo se muestran esas cosas al
carpintero? Se muestran como útiles de empleo, mientras se ocupa en la fabricación
de una silla en el taller. Se dispone a sujetar las trozos de madera para trabajarlos.
Mira alrededor guiado por este proyecto, y en el ámbito abierto por su mirada se
destacan las pinzas y sargentos que lo ayudarán en esta etapa. Una vez sujetada la
madera, se dispone a darle forma. Mira nuevamente alrededor y descubre las gubias
y formones que puede utilizar para esta tarea. Luego procura suavizar las
superficies, y entonces detiene su atención en el cepillo y el taco de lija. Finalmente
para unir las piezas toma los clavos y el martillo.
Martín Ahualli – F. CONTEMP. UBA – borrador teórico Heidegger 5 y 12 de octubre 2017
11 de 58
En sus actividades cotidianas las cosas se revelan primariamente como útiles
de empleo. Solamente al adoptar una actitud teorética, que no es propia del
carpintero al punto de que probablemente no la adopte jamás en su vida, podrán ser
descriptas ontológicamente como objetos que tienen atributos o propiedades. Estas
nociones, que tradicionalmente han sido utilizadas (y todavía lo son) para
caracterizar la estructura ontológica del mundo como un todo estructurado de
objetos y propiedades, son para Heidegger derivadas de un estructura más
originaria que describe a las cosas tal como se nos aparecen regularmente en
nuestro quehacer. Si al objeto hacha se le atribuye la propiedad de ser filoso e
incluso se mide el espesor de su hoja para determinar cuán filoso, es porque antes
se ha empleado al útil hacha para cortar, esto es, se lo ha experimentado en su
capacidad.
Por otra parte, noten que en el ejemplo que usa Heidegger en este pasaje la
significatividad crece desde el proyecto o fin del hombre, su por-mor-de, hacia al
objeto. Esto es interesante, porque el dejar el libertad consiste precisamente en
revertir este camino, en dejar que la cosas se manifiesten tal como son. Heidegger
no desarrolla sin embargo qué efecto tendría esto en la configuración óntica de la
significatividad. Pero esta es claramente la dirección en la que apunta su filosofar
poetizante.
Ustedes tal vez habrán sentido, por otra parte, cierta inquietud por el uso de la
noción de condición de posibilidad en Heidegger, que aquí encontraremos en sus
variantes óntica y ontológica. No vamos a entrar ahora en esta problemática.
Digamos simplemente que el hombre es condición óntica de posibilidad del
descubrimiento del ente porque sin él no habría descubrimiento del ente. Se omite
aquí la problemática de los animales; recuerden que para Heidegger la piedra no
tiene mundo, mientras que los animales tienen poco mundo.
Heidegger nos ofrece aquí cuáles son las modificaciones por las cuales el “en
cuanto” apofántico se deriva del “en cuanto” hermenéutico. El útil “con-qué” HAGO
se convierte en el objeto “acerca-de-qué” PIENSO TEORÉTICAMENTE. El martillo
con que martillo, consolido, construyo, se reemplaza por el martillo pesado, oxidado,
prestado. La interpretación hermenéutica comprende al útil desde las acciones en
las cuales se emplea. Está remitida a esas acciones y a la totalidad respeccional en
la cual se llevan a cabo. Pero Heidegger no avanza hasta identificar la forma de la
interpretación hermenéutica. Aunque probablemente considera que esta
interpretación del sentido del útil parte de algún modo de la totalidad de remisiones
del por mor del dasein
“Escuchar” está tomado como descripción ontológica del discurso, como elemento
de la estructura existencial.
Alguien mueve las manos. ¿Por qué mueve las manos? Porque me está
llamando. Aquí no hay palabras aquí, llaman sin palabras. Para pedir auxilio. Fui
llamado a prestar servicio en el ejército. Fui convocado. Se me ordenó prestar
servicio.
¿Qué debo hacer para ser yo mismo? Creo que estoy al comando de mi vida y de
pronto siento que soy arrastrado por la masa, por la ideología o por mi padre.
¿Cómo puedo afianzarme en la confianza del camino elegido? Según Safranski
Heidegger era consciente del formalismo de su interpretación y no le importaba.
Pero en algunos pasajes Heidegger parece pensar que existe una experiencia no
fenoménica del sí mismo y de la propiedad. Nos dice que no puede desconocerse
“cuán certera es la dirección a que apunta” la llamada.
Este pasaje lo comento brevemente por dos razones. En primer lugar porque
anticipa o permite una comparación con la conciencia universal de Kant, según creo.
Y en segundo lugar, por esta anotación que uno encuentra en otras partes de Ser y
Tiempo, esta sugerencia de que la llamada procede de algo que está más allá de mí,
que vuelve relevante determinar cómo debería interpretarse esta idea de un «más
allá de mí».
Nos ponemos a ver una película, nos ocupamos de ordenar la casa, y en ese
estado de ánimo se cierra la condición de arrojado. Sigue Heidegger:
En este pasaje vemos que la angustia abre o descubre la desazón que había
sido encubierta por el ocuparse en las tareas cotidianas. Ya habíamos visto en el
Martín Ahualli – F. CONTEMP. UBA – borrador teórico Heidegger 5 y 12 de octubre 2017
51 de 58
parágrafo acerca de “La habladuría” que la angustia puede ser vista como una
radicalización de la desazón. Esta se vuelve más patente hasta configurarse como
angustia.
En fin, nada que agregar por el momento a la nada del mundo. Excepto que
aquello que se abre con la angustia, junto con la nada del mundo, es la posibilidad
del poder ser más propio. Pues al hacerse patente que el mundo es incapaz de
fundamentar la acción del hombre se le muestra también al hombre la posibilidad de
asumirse a sí mismo como fundamento de la acción. Heidegger llama ‘resolución’ al
reconocimiento por parte del Dasein de ser él mismo el único fundamento de lo que
hace. Entonces la angustia como disposición afectiva abre la nada del mundo y a su
vez vuelve presente la posibilidad de la resolución, en la que el hombre, al no
encontrar fundamento en el mundo, se toma a sí mismo por fundamento. Y fíjense
como continúa con este tema, (en la página 296 o 271 según la edición, o sea en la
misma página que la cita anterior) dice:
La llamada silenciosa, que ha sido descripta antes como una apelación y una
intimación, es desazonante. ¿Qué quiere decir Heidegger con esto? Que produce
desazón, produce desabrimiento y desconsuelo. A través de la llamada el hombre
experimenta esta desazón y desarraigo que siempre lo acompaña en tanto él es un
ser arrojado.
Fíjense cómo sigue en este otro pasaje (página 262 o 297), cito:
Y hacia el final aparece este aspecto con el que quería dejarlos y despedirme
de ustedes, en el cual lo dicho en la llamada parece ser, como decíamos la vez
pasada anticipando el pasaje de este parágrafo, lo dicho en cuanto tal bajo el modo
de la intimación es que el hombre ha de asumirse como culpable, como deudor.
Ustedes imaginan lo inquietante que resulta esta observación en un autor tan
venerado. Una inquietud que no deberíamos subestimar, sino explorar con todas
nuestras fuerzas, desde la inocencia del devenir o a la estricta ciencia natural, para
abrazarla o combatirla, tanto en su contexto histórico como en este nuevo comienzo
de siglo. Pero cuando relean los parágrafos recuerden mantener activa la pregunta
acerca del modo en que ellos iluminan el fenómeno principal que nos ocupa aquí: el
lenguaje. Con esto termino la exposición de los seis parágrafos seleccionados de
Ser y Tiempo. Ahora si quieren dedicamos algún tiempo a las preguntas.