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José Camilo Ramos Díaz

27171002
Universidad De La Salle.
Trabajo sobre los textos del magisterio (Familia)

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL


AMORIS LAETITIA
DEL SANTO PADRE
FRANCISCO
A LOS OBISPOS
A LOS PRESBÍTEROS Y DIÁCONOS
A LAS PERSONAS CONSAGRADAS
A LOS ESPOSOS CRISTIANOS
Y A TODOS LOS FIELES LAICOS

SOBRE EL AMOR EN LA FAMILIA

1. “33. Por otra parte, «hay que considerar el creciente peligro que representa un
individualismo exasperado que desvirtúa los vínculos familiares y acaba por
considerar a cada componente de la familia como una isla, haciendo que
prevalezca, en ciertos casos, la idea de un sujeto que se construye según sus
propios deseos asumidos con carácter absoluto»[12]. «Las tensiones inducidas por
una cultura individualista exagerada de la posesión y del disfrute generan dentro
de las familias dinámicas de intolerancia y agresividad»[13]. Quisiera agregar el
ritmo de vida actual, el estrés, la organización social y laboral, porque son factores
culturales que ponen en riesgo la posibilidad de opciones permanentes. Al mismo
tiempo, encontramos fenómenos ambiguos. Por ejemplo, se aprecia una
personalización que apuesta por la autenticidad en lugar de reproducir
comportamientos pautados. Es un valor que puede promover las distintas
capacidades y la espontaneidad, pero que, mal orientado, puede crear actitudes de
permanente sospecha, de huida de los compromisos, de encierro en la comodidad,
de arrogancia. La libertad para elegir permite proyectar la propia vida y cultivar
lo mejor de uno mismo, pero si no tiene objetivos nobles y disciplina personal,
degenera en una incapacidad de donarse generosamente. De hecho, en muchos
países donde disminuye el número de matrimonios, crece el número de personas
que deciden vivir solas, o que conviven sin cohabitar. Podemos destacar también
un loable sentido de justicia; pero, mal entendido, convierte a los ciudadanos en
clientes que sólo exigen prestaciones de servicios.”

2. “35. Los cristianos no podemos renunciar a proponer el matrimonio con el fin de


no contradecir la sensibilidad actual, para estar a la moda, o por sentimientos de
inferioridad frente al descalabro moral y humano. Estaríamos privando al mundo
de los valores que podemos y debemos aportar. Es verdad que no tiene sentido
quedarnos en una denuncia retórica de los males actuales, como si con eso
pudiéramos cambiar algo. Tampoco sirve pretender imponer normas por la fuerza
de la autoridad. Nos cabe un esfuerzo más responsable y generoso, que consiste en
presentar las razones y las motivaciones para optar por el matrimonio y la familia,
de manera que las personas estén mejor dispuestas a responder a la gracia que
Dios les ofrece.”
3. “40. «Aun a riesgo de simplificar, podríamos decir que existe una cultura tal que
empuja a muchos jóvenes a no poder formar una familia porque están privados de
oportunidades de futuro. Sin embargo, esa misma cultura concede a muchos otros,
por el contrario, tantas oportunidades, que también ellos se ven disuadidos de
formar una familia»[14]. En algunos países, muchos jóvenes «a menudo son
llevados a posponer la boda por problemas de tipo económico, laboral o de
estudio. A veces, por otras razones, como la influencia de las ideologías que
desvalorizan el matrimonio y la familia, la experiencia del fracaso de otras parejas
a la cual ellos no quieren exponerse, el miedo hacia algo que consideran
demasiado grande y sagrado, las oportunidades sociales y las ventajas económicas
derivadas de la convivencia, una concepción puramente emocional y romántica del
amor, el miedo de perder su libertad e independencia, el rechazo de todo lo que es
concebido como institucional y burocrático»[15]. Necesitamos encontrar las
palabras, las motivaciones y los testimonios que nos ayuden a tocar las fibras más
íntimas de los jóvenes, allí donde son más capaces de generosidad, de compromiso,
de amor e incluso de heroísmo, para invitarles a aceptar con entusiasmo y valentía
el desafío del matrimonio.”
4. “45. «Son muchos los niños que nacen fuera del matrimonio, especialmente en
algunos países, y muchos los que después crecen con uno solo de los padres o en
un contexto familiar ampliado o reconstituido [...] Por otro lado, la explotación
sexual de la infancia constituye una de las realidades más escandalosas y perversas
de la sociedad actual. Asimismo, en las sociedades golpeadas por la violencia a
causa de la guerra, del terrorismo o de la presencia del crimen organizado, se dan
situaciones familiares deterioradas y, sobre todo en las grandes metrópolis y en sus
periferias, crece el llamado fenómeno de los niños de la calle»[28]. El abuso
sexual de los niños se torna todavía más escandaloso cuando ocurre en los lugares
donde deben ser protegidos, particularmente en las familias y en las escuelas y en
las comunidades e instituciones cristianas[29].”
5. “55. El varón «juega un papel igualmente decisivo en la vida familiar,
especialmente en la protección y el sostenimiento de la esposa y los hijos [...]
Muchos hombres son conscientes de la importancia de su papel en la familia y lo
viven con el carácter propio de la naturaleza masculina. La ausencia del padre
marca severamente la vida familiar, la educación de los hijos y su integración en la
sociedad. Su ausencia puede ser física, afectiva, cognitiva y espiritual. Esta
carencia priva a los niños de un modelo apropiado de conducta paterna»[44].”
6. “59. Nuestra enseñanza sobre el matrimonio y la familia no puede dejar de
inspirarse y de transfigurarse a la luz de este anuncio de amor y de ternura, para
no convertirse en una mera defensa de una doctrina fría y sin vida. Porque
tampoco el misterio de la familia cristiana puede entenderse plenamente si no es a
la luz del infinito amor del Padre, que se manifestó en Cristo, que se entregó hasta
el fin y vive entre nosotros. Por eso, quiero contemplar a Cristo vivo presente en
tantas historias de amor, e invocar el fuego del Espíritu sobre todas las familias del
mundo.”
7. “67. El Concilio Ecuménico Vaticano II, en la Constitución pastoral Gaudium et
spes, se ocupó de «la promoción de la dignidad del matrimonio y la familia» (cf.
47-52). Definió el matrimonio como comunidad de vida y de amor (cf. 48),
poniendo el amor en el centro de la familia [...] El “verdadero amor entre marido y
mujer” (49) implica la entrega mutua, incluye e integra la dimensión sexual y la
afectividad, conformemente al designio divino (cf. 48-49). Además, subraya el
arraigo en Cristo de los esposos: Cristo Señor “sale al encuentro de los esposos
cristianos en el sacramento del matrimonio” (48), y permanece con ellos. En la
encarnación, él asume el amor humano, lo purifica, lo lleva a plenitud, y dona a los
esposos, con su Espíritu, la capacidad de vivirlo, impregnando toda su vida de fe,
esperanza y caridad. De este modo, los esposos son consagrados y, mediante una
gracia propia, edifican el Cuerpo de Cristo y constituyen una iglesia doméstica
(cf. Lumen gentium, 11), de manera que la Iglesia, para comprender plenamente su
misterio, mira a la familia cristiana, que lo manifiesta de modo genuino»[59].”
8. “62. Los Padres sinodales recordaron que Jesús «refiriéndose al designio
primigenio sobre el hombre y la mujer, reafirma la unión indisoluble entre ellos, si
bien diciendo que “por la dureza de vuestro corazón os permitió Moisés repudiar a
vuestras mujeres; pero, al principio, no era así” (Mt 19,8). La indisolubilidad del
matrimonio —“lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre” (Mt 19,6)— no
hay que entenderla ante todo como un “yugo” impuesto a los hombres sino como
un “don” hecho a las personas unidas en matrimonio [...] La condescendencia
divina acompaña siempre el camino humano, sana y transforma el corazón
endurecido con su gracia, orientándolo hacia su principio, a través del camino de
la cruz. De los Evangelios emerge claramente el ejemplo de Jesús, que [...] anunció
el mensaje concerniente al significado del matrimonio como plenitud de la
revelación que recupera el proyecto originario de Dios (cf. Mt 19,3)»[55].”
9. “119. En la vida familiar hace falta cultivar esa fuerza del amor, que permite
luchar contra el mal que la amenaza. El amor no se deja dominar por el rencor, el
desprecio hacia las personas, el deseo de lastimar o de cobrarse algo. El ideal
cristiano, y de modo particular en la familia, es amor a pesar de todo. A veces me
admira, por ejemplo, la actitud de personas que han debido separarse de su
cónyuge para protegerse de la violencia física y, sin embargo, por la caridad
conyugal que sabe ir más allá de los sentimientos, han sido capaces de procurar su
bien, aunque sea a través de otros, en momentos de enfermedad, de sufrimiento o
de dificultad. Eso también es amor a pesar de todo.”

PEREGRINACIÓN APOSTÓLICA A BOGOTÁ

DISCURSO DEL SANTO PADRE PABLO VI


A LAS NUEVAS FAMILIAS CRISTIANAS

Sábado 24 de agosto de 1968

1. “Es Ella modelo de tantas virtudes necesarias para superar cristianamente los
peligros de la vida. Es modelo de oración humilde, de fe en la Providencia, de
sacrificio constante, de obediencia sumisa, de caridad ardiente: actitudes que
deben imitarse para garantizar una existencia, individual y familiar, serena y
feliz. (párrafo 3)”

CONSEJO PONTIFICIO PARA LA FAMILIA

CONFERENCIA DEL CARDENAL ENNIO ANTONELLI,


PRESIDENTE DEL CONSEJO PONTIFICIO PARA LA FAMILIA
A INVITACION DE MONS. ANDREATTA

“LA FAMILIA ESCUELA DE HUMANIDAD Y VIDA CRISTIANA”

Villa Razzolini – Instituto Cavanis de Possagno (Treviso)


Jueves, 17 de septiembre de 2009

1. “La crisis de la pareja se manifiesta en una avalancha creciente de separaciones,


divorcios, familias monoparentales, familias alargadas, cohabitación, homosexuales,
tantísimos solteros, con pesadísimos costos psicológicos, éticos, económicos,
sociales, con innumerables sufrimientos, desgraciadamente ignorados por los
medios de comunicación, sobretodo de los niños, pero también de los cónyuges, de
los padres, de los amigos. La familia no viene percibida como una comunidad
específica de personas y como un sujeto social de base; más bien viene reducida a
una suma de individuos que habitan en la misma casa por un cierto tiempo, mientras
obtengan una ventaja. Aún mas a veces se llega considerar a la familia como un
residuo del pasado, destinado a disolverse en un futuro no muy lejano, cuando la
diferencia de sexos perderá todo su significado y los niños sean concebidos por
inseminación artificial y no por copulación.”

2. “La crisis de la natalidad es particularmente grave en Europa, Rusia y Japón, pero


comienza a suscitar preocupación también en otras áreas geográficas. En la Unión
Europea el índice promedio de fecundidad por mujeres 1,56 (en Italia 1,3) por
debajo de la cuota de reemplazo generacional (2,1 por mujer) y muy por debajo del
deseo expresado, y por varias dificultades no realizado, de las parejas jóvenes de
esposos (en promedio 2,5 hijos). Se va al encuentro de un rápido envejecimiento (y
posterior caída) de la población con pesadas consecuencias económicas, sociales y
culturales. Dentro de cuarenta años por cada anciano mayor de 65 años habrán solo
dos trabajadores, que deberán proveer y asegurar la pensión, media pensión cada
uno: lo que es insostenible si se piensa que ahora mismo se tiene grandes
dificultades con cuatro trabajadores por cada pensionado mayor de 65 años. Con
motivo de estas inquietantes previsiones demográficas, se multiplican las solicitudes
de adecuadas políticas de apoyo a la familia y se desea que el índice de fertilidad en
los diferentes países pueda aumentar cuando el desarrollo humano (ingresos,
esperanza de vida, educación, paridad hombre mujer) alcanzará un índice
sumamente elevado (0,86). Pero no es solo la demografía motivo de preocupación.
No podemos olvidar: el impresionante número de abortos, el alto porcentaje de
niños nacidos fuera del matrimonio (1/3), el recurso a la fecundación artificial, el
uso éticamente desordenado de la biotecnología, la comercialización del material
reproductivo.”

3. “Según la antropología cristiana, el dominio es una desviación del sentido original


de la sexualidad, un fruto del pecado: “Sentirás atracción por tu marido y el te
dominará” (Gen 3,16). Es necesario salir de la lógica del poder y entrar en la del
amor. “Todos los que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos”
(Mt 7,12). “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mt 22,29). No se trata de
renunciar al bien propio, sino de armonizarlo con el de los demás. Crecemos juntos;
nunca separados o en contra de los otros. El amor es deseo y don, eros y agape,
“nunca separados del todo”. (Benedicto XVI D.C.7)”
4. “Pero sujeto indispensable de evangelización es también la familia cristiana,
realización parcial de la Iglesia, “iglesia doméstica” (Concilio Vaticano II LG 11),
“iglesia en miniatura” (Juan Pablo II FC 49). “La  familia cristiana – explica Juan
Pablo II está insertada de tal forma en el misterio de la Iglesia que participa, a su
manera, en la misión de salvación que es propia de la Iglesia. Los cónyuges y
padres cristianos, en virtud del sacramento, «poseen su propio don, dentro del
Pueblo de Dios, en su estado y forma de vida».(115) Por eso no sólo «reciben» el
amor de Cristo, convirtiéndose en comunidad «salvada», sino que están también
llamados a «transmitir» a los hermanos el mismo amor de Cristo, haciéndose así
comunidad «salvadora». (Juan Pablo II FC 49). El sacramento del matrimonio
confiere a los esposos un ministerio eclesial, para la edificación del pueblo de Dios,
similar al de los sacerdotes ordenados. (cfr. Catecismo de la Iglesia Católica,
1535)”

5. “La oración  transforma y eleva gradualmente la vida personal y familiar, haciendo


crecer el amor recíproco y hacia todos. Activa la transmisión de la fe y de las
virtudes cristianas de los padres a los hijos. Hace de la familia un sujeto de
evangelización en su ambiente. Las formas de oración pueden ser muy variadas. Me
parece que hoy sea de promoverse con apoyos idóneos sobretodo la oración de
escucha de la Palabra de Dios para vivirla, como ha recomendado Juan Pablo II:
“Dado que participa de la vida y misión de la Iglesia, la cual escucha religiosamente
la Palabra de Dios y la proclama con firme confianza,(120) la familia cristiana vive
su cometido profético acogiendo y anunciando la Palabra de Dios. Se hace así,
cada día más, una comunidad creyente y evangelizadora” (Juan Pablo II, FC 51).”

6. “La colaboración entre la parroquia y la familia. Subrayo solamente aquello que se


refiere al itinerario de iniciación cristiana de los hijos. Se involucra a los padres
durante todo el trayecto: algunos encuentros de preparación al bautismo de los hijos;
algunos encuentros después del bautismo cada año, para ayudarles en la educación
de los niños (al menos de tres años en adelante); papeles complementarios a
aquellos de los catequistas en la catequesis de preparación para la confirmación y la
primera comunión. Así mientras se transmite la fe a los hijos, redescubren y
profundizan la fe también los padres.”

MANIFIESTO FINAL DEL CONGRESO


"LA FAMILIA, ESPERANZA DE LA SOCIEDAD"

1.� La familia, verdadera "ecología humana"

“Reconocemos, además, que la familia es como la célula del entero organismo


social. La familia sana hace posible la salud y el vigor de toda la comunidad
civil. La familia enferma, por el contrario, desintegra y desvertebra el conjunto
de la sociedad. La familia armónica es como el hábitat o ecosistema del ser
humano:  la cuna, casa y escuela de la vida humana.”
“Donde acaba la familia comienza la soledad y la marginación. La familia, por
su amor a cada persona concreta, es el más importante bien social. La familia,
como corazón de la sociedad, se halla en la entraña del bien común que debe ser
protegido y promovido.”

2.

“Las condiciones para que la familia pueda existir y actuar requieren la creación
de un marco jurídico y socioeconómico justo. Hoy en día, por desgracia, ese
marco resulta muy precario. Este marco requiere: 

- legislaciones familiares congruentes con su verdadera identidad, sin asimilar


al matrimonio y a la familia otras realidades que no lo son;

- políticas fiscales verdaderamente familiares, conforme al nivel de los países


más desarrollados de la Unión europea;

- una política de viviendas decorosas para todas las familias, a precios


asequibles, evitando la actual especulación;

- una política social de ayudas a las familias con especiales dificultades, como
la viudedad, la separación conyugal, la discapacidad, ancianidad o enfermedad
de alguno de sus miembros, favoreciendo la tutela de las familias numerosas así
como la reagrupación de las familias de emigrantes;

- una política laboral que permita a los matrimonios jóvenes afrontar el futuro


con sosiego, a las mujeres ser madres y cuidar de sus hijos pequeños, a los
padres dedicar tiempo a la convivencia familiar;

- una política sanitaria que favorezca la atención de los familiares


enfermos tanto hospitalaria como a domicilio;

- y, en fin, una política solidaria con las familias  pobres  del  tercer  mundo y
con  las personas sin familia, marginadas de  nuestra sociedad, expuestas a
degradaciones inhumanas como la prostitución, la drogadicción o el
alcoholismo.”
3. Solidaridad con las familias rotas
y denuncia de la violencia doméstica

“Queremos expresar nuestra cercanía a las familias desunidas y rotas, cuyos


miembros sufren con frecuencia la falta de confianza y apoyo. La violencia
doméstica es, en realidad, la dolorosa excepción:  una degeneración de la
atmósfera de acogida cordial propia de la inmensa mayoría de nuestros hogares.
En cambio, el que no tiene un hogar normalmente malvive en la intemperie y el
desamor.”

“La resolución jurídico-social de los conflictos familiares, mediante la


mediación por parte de especialistas competentes y esforzados, no ha de ser una
mera facilitación del divorcio, sino una verdadera orientación familiar, dirigida a
rehacer el entramado familiar y a recuperar una convivencia estable y
respetuosa.”
4.
Necesidad y urgencia de un foro
o plataforma nacional de las asociaciones familiares
5. “La familia es esperanza de la sociedad porque el compromiso de fidelidad que
la origina y anima es un proyecto de custodiar la vida de las personas en el
verdadero bien de la comunión. El futuro de nuestra sociedad está en su mano,
puesto que la familia es promesa de plenitud humana, gestación del porvenir de
vida y amor que todos queremos.”

PAPA FRANCISCO

MISAS MATUTINAS EN LA CAPILLA


DE LA DOMUS SANCTAE MARTHAE

Como una familia

Martes 26 de septiembre de 2017

1. “De aquí, sugirió el Pontífice, cada uno puede valorar su propia relación con
Jesús y preguntarse: ¿Es una actitud formal, educada? Yo voy a rezar, después
voy con mis cosas, me olvido de Jesús y hago mis cosas, vuelvo a rezar. ¿Es,
por tanto, una actitud diplomática»? O ¿es una actitud familiar, en la que se
siente familiaridad con el Señor? Para responder hay que comprender «qué
significa esta palabra que los padres espirituales en la Iglesia han usado tanto y
nos han enseñado: la familiaridad con Dios». A este respecto, el Papa dio
indicaciones. Antes de nada, significa «entrar en la casa de Jesús: entrar en esa
atmósfera, vivir aquella atmósfera que hay en la casa de Jesús. Vivir allí,
contemplar, ser libres, allí». De hecho, aquellos que «habitan la casa del Señor»,
ya que son «hijos» y «tienen familiaridad con Él», son también «libres». Hay
una diferencia sustancial con quien no tiene esta familiaridad: Francisco reclamó
una expresión bíblica, o sea «los hijos de la esclava» y la aplicó a aquellos que
«son cristianos, pero no osan acercarse, no osan tener esta familiaridad con el
Señor y siempre hay una distancia que los separa del Señor».”

2. “Por tanto, y es el segundo aspecto para considerar, «familiaridad con Jesús


significa estar con Él, mirarlo, escuchar su palabra, buscar practicarla, hablar
con Él». Un diálogo simple, explicó el Pontífice en el que se habla con el Señor
de las cosas de cada uno, con «aquella oración que se hace también de camino:
“Pero, Señor, ¿qué piensas?”». Se trata, por lo demás, de aquella familiaridad
que tenían los santos. El Papa recordó, por ejemplo, a Santa Teresa, «que
encontraba al Señor en todas partes, era familiar con el Señor en todas partes,
incluso entre las cazuelas en la cocina».”

Referencias

 Santo padre pablo VI, (1968), exhortación apostólica postsinodal, amoris laetitia del santo
padre francisco a los obispos a los presbíteros y diáconos a las personas consagradas a los
esposos cristianos y a todos los fieles laicos sobre el amor en la familia.
(https://www.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-
francesco_esortazione-ap_20160319_amoris-laetitia.html#_ftn22)
 santo padre pablo VI, (1968) peregrinación apostólica a bogotá,discurso del santo padre
pablo VI, a las nuevas familias cristianas.
(https://www.vatican.va/content/paul-vi/es/speeches/1968/august/documents/hf_p-
vi_spe_19680824_famiglie-cristiane.html)
 Villa Razzolini – instituto cavanis de possagno (treviso) ,(2009), consejo pontificio para la
familia, conferencia del cardenal ennio antonelli, presidente del consejo pontificio para la
familia a invitacion de mons. andreatta “la familia escuela de humanidad y vida cristiana”

 Papa Francisco, (2017), manifiesto final del congreso, "la familia, esperanza de la
sociedad", misas matutinas en la capilla, de la  domus sanctae marthae.
(https://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/family/documents/rc_pc_family
_doc_20090917_scuola-umanita_sp.html)
 Manifiesto final del congreso, "la familia, esperanza de la sociedad" (2017),
(https://www.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2017/documents/papa-
francesco-cotidie_20170926_como-una-familia.html)

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