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José Camilo Ramos Díaz

Código: 27171002
Universidad de La Salle

LA EDUCACIÓN DESDE EL MAGISTERIO

La Encíclica Divini Illius Magistri del Sumo Pontífice Pío IX sobre


la educación cristiana de la juventud, escrita y publicada en diciembre de 1929,
nos plantea una realidad inminente y una necesidad tanto de la educación como
de la conciencia pedagógica, el mundo de hoy requiere un método, no solo que
facilite, sino que cree una nueva generación, dice en el punto número tres de esta
encíclica; que pueda capacitar esta nueva generación para lograr la felicidad.
Para prevenir errores en la parte educativa es necesario creer y tener ayuda de la
gracia divina, tener una idea clara y precisa de lo que es la educación cristiana y lo
esencial de la misión de educar, a partir de los contextos actuales, tener claro el
fin y la forma de la educación cristiana
Sin embargo, la educación según el papa Pio IX no es una obra de los individuos
es una obra donde interviene toda la sociedad en su conjunto, y debe haber una
armonía entre lo que Dios quiere y los hombres ya que las sociedades de orden
natural como la familia y el estado conectan con las de orden sobrenatural como lo
es la Iglesia, por consiguiente se requiere de todos los medios necesarios por ello
el Estado es parte fundamental ya que al tener todos los medios necesarios
porque es una “Sociedad Perfecta” debe intervenir en la familia y proveer
educación.
La educación es importante en la Iglesia y es conferida por Dios mismo, por ello es
superior al orden natural, la misión docente y la autoridad suprema del magisterio
van de la mano, por Cristo que es maestro, con el mandato de enseñar la verdad a
los hombres la fe Divina que justamente se relaciona con la siguiente cita bíblica
“Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra; id, pues, enseñad a todas
las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
enseñándoles a observar todo cuanto yo os he mandado. Yo estaré con vosotros
siempre hasta la consumación del mundo (Mt 28,18-20)”. Cristo ha conferido a la
Iglesia el mandato de enseñar su doctrina por ello de dirige a los hombres, a las
sociedades humanas y a la vida en general los valores y costumbres, la integridad
divina, la honestidad que requiere seguir las normas y la doctrina revelada por
Dios, por ello la Iglesia se hace cargo de la educación. 1
La Iglesia fomenta la literatura, la ciencia y el arte porque son útiles para la
educación, esta labor de salvación de las almas es una escuela en la que estos

1
CF Pío IX, En. Quum non sine, 14 de juliio de 1864: AP 3,328ss.
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elementos culturales y físicos puedan ayudar al pueblo a crecer y perfeccionarse


como creaturas de salvación2.

Por otro lado, la encíclica Laudato si , nos recuerda que la educación integral de
los signos de los tiempos actuales tiene que ver con el cuidado de la tierra, esta
encíclica que concentra todos los conocimientos y experiencias de la nueva
globalización y los nuevos cambios climáticos que afectan el mundo, concluye en
su apartado 210 que la educación debe estar centrada en la prevención de riesgos
ambientales, el cuidado de la naturaleza y de los seres vivos, la solidaridad con los
demás y el cuidado del medio ambiente en general, disponernos a dar un salto por
la educación ambiental requiere del sentido del otro y de lo otro, los itinerarios
pedagógicos sobre la ética del cuidado, una forma de crecer en la solidaridad, la
responsabilidad y el cuidado basados en la comprensión teológica de la educación
para el bien común y no pensando en el consumismo desmedido y la acumulación
de cosas materiales que conllevan a crear falsos paradigmas de felicidad. Por
tanto, una educación del cuidado plantea un itinerario basado en la solidaridad, la
responsabilidad y la comprensión de los individuos como seres conscientes del
planteamiento ecológico del mundo actual.
Por consiguiente, estamos llamados a crear una ciudadanía ecológica que
desarrolle hábitos en el conocimiento de las leyes y normas que protegen los
ecosistemas, para tener efectos duraderos a partir de la conciencia de los
individuos, el deber de cuidar la creación y la acción salvífica de la educación van
de la mano, es un estilo de vida, la educación tiene una gran responsabilidad
ambiental el hecho de ver la educación como un acto de generosidad y cultivo de
la creatividad que promueva profundas motivaciones por el cuidado de lo común y
del medio ambiente, es prioritario, el amor es una expresión de la dignidad por ello
el maestro tiene la responsabilidad de enseñar esto y aplicarlo por medio del
testimonio hacia sus estudiantes.
En efecto, es un acto de nobleza asumir el deber de la creación, perfeccionar la
obra de Dios, por ello el Papa de turno, debe animar las acciones cotidianas en
relación con la creación y lo maravilloso que es la educación en la promoción de
estas motivaciones que conforman la vida misma, por consiguiente y en
conclusión esta revisión y rastreo de la palabra educación se realizó con dos
encíclicas que se diferencian de años una de otra, pero que llevan a la misma
conclusión.
La responsabilidad de educar es un acto de fe, es la construcción de la educación
un medio de salvación tanto para los estudiantes como para el maestro es
indispensable resaltar que la acción cotidiana del maestro, su testimonio, su estilo
2
Cf. CIC cn 1375.
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de vida es fundamental en el acto de enseñar, ser capaz de educar desde la vida,


por la vida y para la vida, en la acción cotidiana de las cosas pequeñas es el reto
del maestro.

Bibliografía
 Iglesia Católica. Papa (1929 - S.S. Pío XI,), Divini Illius Magistri, sobre la educación
cristiana de la juventud a todos los patriarcas, primados, arzobispos, obispos y demás
ordinarios de lugar en paz y en comunión con la sede apostólica y a todos los fieles del
orbe católico

 Iglesia Católica. Papa (2013 - Francisco)., & Francisco, P. (2015). Laudato SI': Carta
encíclica del Sumo Pontífice Francisco: a los obispos, a los presbíteros y a los diáconos, a
las personas consagradas y a todos los fieles laicos sobre el cuidado de la casa común.

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