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Sinopsis ____________________________________________________________________ 3
Capítulo 1 _________________________________________________________________ 4
Capítulo 2 ________________________________________________________________ 12
Capítulo 3 ________________________________________________________________ 19
Capítulo 4 ________________________________________________________________ 23
Capítulo 5 ________________________________________________________________ 28
Capítulo 6 ________________________________________________________________ 36
Capítulo 7 ________________________________________________________________ 39
Capítulo 8 ________________________________________________________________ 43
Capítulo 9 ________________________________________________________________ 56
Capítulo 10 _______________________________________________________________ 60
Capítulo 11 _______________________________________________________________ 64
Capítulo 12 _______________________________________________________________ 81 2
Capítulo 13 _______________________________________________________________ 84
Capítulo 14 _______________________________________________________________ 88
Capítulo 15 _______________________________________________________________ 94
Capítulo 16 _______________________________________________________________ 97
Capítulo 17 ______________________________________________________________101
Capítulo 18 ______________________________________________________________107
Capítulo 19 ______________________________________________________________110
Capítulo 20 ______________________________________________________________113
Próximo libro _____________________________________________________________115
Sobre la autora __________________________________________________________116
Créditos _________________________________________________________________117
Sexys pensamientos sobre Cole invaden los sueños de Anna. Cada
detalle arde brillantemente en su mente; la manera en que sus manos
se sienten sobre su piel desnuda, el suave roce de sus labios contra los
de ella, y la manera en que los cuerpos de ambos encajan
perfectamente. Anna despierta jadeante, con escalofríos como si
aquello realmente hubiera sucedido. ¿Qué fue lo que produjo que
pensara en Cole de esa manera? Estaba completamente prohibido.
Sonriendo, se burla:
—Legal para hacer cosas que no podrías imaginar, viejo. —No tengo ni
idea de por qué lo digo, pero me hace sentir mejor. Cole permanece en
la sala de estar, cuando regreso con las bebidas, está sentado en mi
cama, también conocida como sofá.
—Salud.
Cole me sonríe.
—Me gustaría ver tus pinturas, de las que me contaste el otro día.
—Oh. —Y entonces está callado. Sus ojos miran su copa como si tuviera
la respuesta que él no tiene.
—¿Entiendo que no le muestras esas cosas a la gente demasiado a
menudo?
—Si realmente quieres verlas, te las voy a mostrar. Te lo debo por esta
noche.
—¿Sabes cómo puedo decirte que no eres tú? —Niego con la cabeza. Mi
corazón se acelera más rápido. Sus ojos buscan mi cara como si no
pudiera creer que no veo que no soy la razón por lo cual los imbéciles
acuden como manadas—. Eres curiosa por naturaleza. Lo cuestionas
todo, hasta el punto de exasperación. —Me sonríe como si fuera un
rasgo adorable—. Anna, las personas que cuestionan las cosas por lo
general se conocen a sí mismas bastante bien. Quieren saber por qué
las cosas funcionan y tratan de corregirlos cuando no lo hacen. Si él
estaba haciendo eso, si estaba tratando de cuidar de ti, no estarías
preguntándome esto ahora mismo, se lo estarías preguntando a él.
—Él está tratando de hacer lo que deseo. —Me doy cuenta hacia dónde
va a ir esta conversación. No estoy segura de si quiero hablar de eso
con él. Apenas conozco a Cole, pero a partir de hoy, las cosas han
cambiado. El hecho de que confía en mí ciegamente, no me extraña. Y
es tan fácil hablar con él.
Sonrío suavemente.
—¿Cómo sabías que era acerca del sexo? —Me estremezco cuando lo
digo, mis mejillas cada vez más calientes.
—¿Por qué otra cosa te pondrías roja ahora mismo? Y estoy en tus
diversiones. Galletas, caramelos, ¿siempre escoges la comida cuando 8
Asiento.
—¿No crees que cambiaría? ¿Que podría ser más... vainilla? —Hay
desesperación en mi voz, como si supiera la respuesta antes de que la
diga. En algún lugar en el fondo de mi mente, ya sé que las cosas están
destinadas a fracasar con Edward. Es sólo que no quiero descartar un
buen hombre por algo que parece tan egoísta, especialmente si él está
satisfecho. Al mismo tiempo, tratarse de sexo blando para toda la vida
es algo que no tiene mucho atractivo.
—Lo siento, pero no. Personas como esas tienden a ser apasionados y
quieren demostrarlo. También sale a la superficie en otras áreas de su 9
Me sonríe.
11
Traducido por flochi
Asiente.
—Sí, las modelos en los anuncios tienen Photoshop, eso es como los
retoques, pero es más que eso. Todas éstas están manipuladas en
cierta medida. Los muslos reales no se ven así.
—Es mi trabajo. Hacemos esto todo el día. Igual Anna, y es muy buena
en eso. Pero a veces en las líneas de productos más baratas puedes ver
defectos, como… —Se pone a dar vueltas a las páginas. Luego de pasar
tres veces, se detiene y alisa la hoja impresa—, aquí. ¿Lo ves?
—Sí. Lo han estado haciendo por años. Te dije que las mujeres de
verdad no se ven así. Eres hermosa y siempre lo has sido. No tienes
nada que envidiarle a estas ramitas, cariño. —Toma su mano mientras
habla. Siempre la ha adorado. Se miran el uno al otro.
***
Resoplo.
—No hay clientes. Vamos a estar editando todo el día. Y te ves bien, así
que no te preocupes.
Me rio.
—Sí. Buen intento, pero vi la manera en que te quedaste en silencio
hace unos segundos. —La manera en que me mira hace a mi estómago
dar un vuelco. Es como si verme hecha un lío desaliñado hace que me
guste más. Dejo de preocuparme por pequeñeces frente al espejo y
lanzo el pañuelo.
Cuando Cole lo nota, se acerca y se para encima de mí, con sus manos
sobre las caderas.
No la tomo.
—Ríndase, Lamore. Ruegue por ayuda. —Bate sus ojos y dice en una
voz femenina:
Estamos respirando con fuerza cuando tira mis manos y las golpea
hacia abajo sobre mi cabeza, estirándome. Mientras lo hace, nuestras
miradas se traban, y ahora mi camiseta se ha subido, revelando más de
lo que normalmente enseño. Siento la piel desnuda en mi estómago
contra su camiseta. Me hace sentir como si estoy cayendo. No quiero
que se detenga. No hay risas, sólo respiraciones entrecortadas
mientras nos miramos fijamente entre sí. Permanece sobre mí y no
puedo moverme.
—¿Realmente tengo que rogar, Cole? —Mi voz es muy profunda, muy
sensual. Lo digo juguetona, pero no puedo conseguirlo. Mi voz me
traiciona y mi inocente pregunta suena a todo menos inocente. El calor
se apresura a mis mejillas, y se siente como si cada parte de mi sueño 17
estuviera pintado sobre mi cara. No respiro mientras lo veo, esperando
a que reaccione, pero no lo hace.
—Demonios, sí. Ruega por ello, Anna. Ruégame… —Sus labios están
tan cerca de los míos, pero no me besará. Me retuerzo debajo de él,
intentando cerrar las distancias, pero no me deja.
18
Traducido por magdys83
—No pasa nada. El metro no está tan lejos y voy a estar en casa en
menos de una hora…
Lamore. Puso esa distancia aquí, como si fuéramos amigos, pero está
metiendo el cabello detrás de mi oreja y está parado muy cerca para
eso. No entiendo que está haciendo. Es como si me deseara, pero aún
no se comprometiese con la idea.
Mi voz es suave.
—Oh, ¿y no querrás? —Río, pero suena hueco. Me digo a mí misma que
es porque estoy cansada. No tiene nada que ver con tomar malas
decisiones basadas en la libido en un elevador.
Se inclina más cerca, sus labios casi rozando los míos. Cuando habla, su
cálido aliento se desliza a través de mi boca.
—Sólo te estaba ofreciendo una cama por esta noche —dijo, como si no
significara nada, como que no significa nada. El elevador da repique de
que estamos en la planta baja. Las puertas se abren y salvan a Cole de
conseguir ser abofeteado. Quiero gritarle. Quiero que deje de jugar y
me diga lo que piensa, pero se aleja con pasos largos. Cuando salimos
del edificio agarro su brazo. Se detiene y me mira.
Para el momento en que abre la puerta del coche, vuelve a ser un feliz y
despreocupado Cole. Se ve apático, como si no se preocupara por mí de
una forma u otra, pero sus ojos cuentan otra historia. Sus ojos tienen
cerca de veinte años más que los míos, y han visto cosas que los míos 22
—No hago lo de una noche. Lo siento. —Antes de que pueda decir algo
más, giro en mi tacón y me alejo.
Traducido por Selene1987
—Sí, tuve que trabajar hasta tarde anoche. —Me mira por encima del
borde de la taza—. Le dije que viniera en un par de horas.
Me encojo de hombros.
—Quizás un poco. —Tomo una taza y la lleno de café. Siento sus ojos
en mi espalda mientras lo hago y empiezo a preguntarme en qué está
pensando—. ¿Por qué lo preguntas?
Le corto:
La manera en la que entró por la puerta y siguió hablando hace que sea
muy difícil para mí decir nada. Me doy cuenta DE que sigue
haciéndome lo mismo: cuando intento hablar, habla por encima de mí. 25
Sueno compungida.
—Ver a otras personas. Claro, ¿por qué no? —Se encoge de hombros,
sonando enfadado. Sus dedos se centran en un puño y parece como si
quisiera golpear la pared, pero no lo hace. En lugar de eso respira
profundamente e intenta sacudirse la ira que se forma dentro de él.
Jamás le he visto tan enfadado. Jamás pensé que lo tendría.
Me mira.
27
Traducido por Veroonoel
No, no puedo ver a Cole. No aún. Así que dejo el casco en la moto y
camino hacia el agua. El sonido del mar rompiendo en la orilla me
calma. Cole es tan afortunado de tener este lugar. Viviría aquí todo el
año si tuviera un lugar como este. Está aislado, pero es parte de una
pequeña ciudad fuera de la aldea de los Hamptons1, o como quieras
llamarlos. ¿Municipios? De todas maneras, es perfecto. La ciudad en sí
se siente como un pedazo de Nueva Inglaterra Americana. Es
pintoresca. Agrégale la casa y es un sueño. Me siento en la arena, y
miro las olas rompiendo en la orilla. El viento azota mi cabello,
separando pequeñas hebras que flotan por su cuenta. Mi mente se
despeja luego de unos momentos y me siento un poco mejor.
—Ah, y ese es el tipo de belleza más fascinante. ¿No es así? —Cole está 29
de pie, descalzo, a unos pasos de mí.
El exterior del estudio luce como una pequeña casa de tejas grises y
ribetes blancos al estilo Cape Cod2. Es perfecta. Pasamos a través de
las puertas corredizas de vidrio que conducen a la playa.
Cole dice:
1 Los Hamptons: Son un grupo de villas y aldeas al este de Long Island, Nueva York. Contiene
algunas de las propiedades más caras de los Estados Unidos.
2Cape Cod: Es un estilo de casa originaria en Nueva Inglaterra en el siglo XVII. Se caracteriza por
ser un edificio de poca amplitud y de media altura, con un techo empinado de aguilón (tejas), una
gran chimenea en el centro y poca ornamentación.
—El estudio tiene varias habitaciones. Hay una sección de invitados
con ropa de cama completa. Cada habitación tiene un baño privado. —
Y lo hace. Mientras echamos un vistazo en las habitaciones vacías, Cole
me muestra las exclusivas terminaciones con azulejos de mármol y
lámparas blancas. Es tan suave y femenino. Desearía tener un baño
como este. Es completamente perfecto. Cole no se olvidó de nada.
Me mira y me dice:
—El personal recibe estas dos habitaciones y el resto son para clientes
que necesitan quedarse por la noche. Algunos querrán volar o
necesitan la sesión en la tarde. La asistente se encargará de supervisar
todo eso, así que no tienes que preocuparte por eso. —Antes de que
pueda preguntar algo, está caminando de nuevo. Dejo de mirar la
habitación y lo sigo.
Finalmente pregunto:
—¿Qué es este lugar, Stevens? Tiene el nombre de tu estudio, pero no
es tu marca. ¿Qué pasa?
—Estoy intentando algo nuevo. Esa es la razón por la que quería que tú
tomaras la pasantía conmigo y no con Sottero. He mantenido un
seguimiento sobre ti por un tiempo, viéndote convertir en la artista
perfecta para trabajar aquí.
—Porque soy muy joven para ser confiada en algo como esto.
—¿Quién lo dice? ¿Tú? ¿Me estás diciendo que no querrías esto? ¿Que
no lo podrías hacer?
—Sí, claro. El fondo fiduciario del bebé debe haber tenido dificultades
instalando todo esto. —Hay algo de mi voz cuando hablo de nuevo.
Dice no jodas conmigo y Cole lo siente—. Cada cosa que tienes te fue
entregada por tu nombre y tu fortuna. No me hables de sangre, sudor y
lágrimas. Esas son cosas que tú no entiendes. Los ricos son frías
serpientes maquinadoras, jugando juegos por la eternidad, tratando de
burlarse de todos a su alrededor, pero al final pierden, siempre
pierden, porque descubren que nunca tuvieron a alguien que no los
amara por su dinero. —Cuando he terminado, mi cuerpo está cerca de
temblar. Por alguna razón esto se siente increíblemente personal.
Estabilizándome a mí misma, me doy cuenta que es por mi abuela y el 32
efecto que ha tenido en mi familia.
—Boudoir.
pican mis ojos, pero parpadeo. Me doy la vuelta hacia él y se desliza del
escritorio. Golpeo mis manos en su pecho—. ¿Cómo me pudiste hacer
esto? ¡Me ofreciste todo lo que quiero y todo lo que dije que nunca
haría! —No es algo que me debería hacer llorar, pero estoy hecha un
lío. Lágrimas corren por mis mejillas y no las puedo detener.
—¿Por qué estás llorando? Pensé que estarías feliz. Te gusta aquí. Tu
familia está cerca. No estarás sola. Y el estudio…
—¡No! ¡No lo es! Estas son fotos de por favor fóllame. Ni siquiera es
arte. Cole, el hecho de que tú…Deja caer mis manos como si lo hubiera
quemado y sacude su cabeza. Se aleja de mí y corre sus manos en su
pelo.
—Si puedes ver que esto es arte, si puedes ver que esto es romántico e
importante, ¿puedes hacerlo? ¿Puedes intentarlo?
—Eres un dolor en el culo. Sólo di sí o no. Si puedes ver que es arte, ¿lo
harás?
—Sí. Ahora, por favor pruébame que no has jodido mi vida sin
posibilidad de reparación. Muéstrame los artísticos pechos para que
pueda rogarle a Sottero por una segunda oportunidad el próximo año.
35
Traducido SOS por Fanny
—Soy Regina Davenport. Soy la asistente del Sr. Stevens. Escuché que
eres la nueva interna, bueno, la única interna.
Confundida, pregunto:
Ríe:
Asiento lentamente.
—Sólo es difícil llevarse con él. Tiene sus propias ideas sobre cosas y si
las tuyas no se alinean, bueno, no hay futuro para ti aquí. Pero te
ofreció esto, así que debe respetarte muchísimo.
37
No sé qué decir, así que asiento. Dice:
—Te está buscando. Dijo algo sobre un trabajo de arte que mostrarte.
Le dije que iba a checar, que pensaba que estabas durmiendo. ¿Qué te
gustaría que le dijera?
—Una chica tiene que hacerse su vida, Srta. Lamore. Y es mucho más
bonita allá afuera que en Manhattan. Sin desplazamientos. ¿Se
imagina?
Finalmente lo entiendo.
—¿Sí?
—No me llames señora. Soy más joven que tú. Y si me hablas como si
fuera una persona vieja, de verdad voy a volverme loca.
38
Traducido SOS por Isa 229
—Dios mío. Señorita Lamore, sólo salta. Si de verdad crees que voy a
matarte, por favor salta ahora antes de que realmente lo haga.
Frunzo el ceño.
—Yo no…
—¿Yo te irrito? —Me río. Doblo mis brazos sobre mi pecho para
asegurarme de no estremecerme y alcanzar la puerta otra vez.
Murmuro algo sobre los agricultores y las horcas.
—No soy Señorita Vainilla, listillo, así que deja de llamarme así. —
Estoy callada por un momento, tratando de ponerlo en palabras—. En
cuanto a los desnudos, creo que pertenecen a las pinturas, no a las 40
Asiento.
—Sí. Botticelli era un artista. Heffner es un pornógrafo. Nadie se
masturba mirando a Venus en una concha.
—Los chicos se tiran todo tipo de cosas, así que eso no debería ser tu
criterio para algo. En cuanto a tus factores de identificación de lo que
es arte y qué no, dime… ¿Qué hace al arte? ¿Puedes definir eso?
Su voz es suave.
Cole se ríe.
—No, esa no fue tu opinión. Era lo que has oído, lo que has aprendido.
No es lo que piensas. La semana pasada lo vi en tu cara durante las
filmaciones. Este tipo de fotografía, este tipo de trabajo, no es lo que
pensabas que era.
42
Traducido por Clary y PatyNenu
El portero asiente.
Antes de que pueda hacer algo estúpido, suspira y camina hacia mí. Él
sostiene mi mano.
Me da un vaso de vino.
—No sé tú, pero esto es inusual para mí. —Sé lo que quiere decir. Esta
situación lo pone nervioso. Ya que me siento de la misma manera, tomo
el vaso.
En lugar de decir más, Cole alcanza en las sombras y saca una gran
pintura que está cubierto con una sábana blanca. Acercándome, entro
en su armario conteniendo el aliento. Se me pone la piel de gallina en
mis brazos. Y los pelos de punta en la parte trasera de mi cuello. Estoy
nerviosa. Mi estómago está retorciéndose y no sé por qué.
—Cole. —Me quedo ahí congelada. Por alguna razón no se siente como
si estuviera tratando de probar un punto. No puedo sacar la sábana.
Parece que estoy viendo algo prohibido.
—Te prometo que te lo voy a contar —dice Cole—, pero dime lo que
piensas.
—Te recuerda a ¿qué? —Su voz es tan dulce, tan frágil, no respondo.
Presiono mis labios juntos cuando me doy cuenta de que esta pieza se
ajusta a mi descripción de arte. No quiero reconocerlo, pero es verdad.
Es evocador. Cierro los ojos, al darme cuenta de que lo digo, que acabo
de probar su punto para él. Cuando abro mis ojos le susurro:
—No soy hipócrita. No todos pueden ser así. Cada imagen no puede
representar emociones así, Cole. No es posible.
—Te prometí que lo verías. Anna, esto no es algo que nunca has visto
antes. Míralo y dime lo que ves... por qué te volteaste.
—¡Cole, ella está…! ¡Eso es…! —Yo estoy farfullando como una idiota.
La imagen es hermosa, pero siento la cara creciendo más y más
caliente. No puedo ver esto.
De repente, no sé. Debe ser el mismo. Pero no lo es. Este muestra a una 48
Quizás. No me atrevo.
Él se ríe. 49
—No. Ella estaba tirada en el piso frío. Eso la hizo arquear la espalda
así. —Él me mira, sus ojos estudiando mi cara. No está siendo
arrogante ahora. La incertidumbre le sienta bien, si nada lo hacía más
atractivo. Ver a este confiado hombre preocupado por lo que yo
pensaba me hace preguntarme por qué.
—Anna, me gustaría que pudieras ver lo que yo veo. —El tono de voz
de Cole es suave, melancólico.
Cole da unos pasos más cerca de mí. Sus ojos están a un lado de mi
cara, tomándola como si no pudiera tener suficiente. Puedo decir que
quiere decir algo, que quiere responderme, pero no lo hace. Mi corazón
se acelera mientras me mira. No puedo respirar. Está demasiado cerca.
Esto es demasiado íntimo. Parece como si estuviera comenzando a
trastornarme y no sé qué hacer, qué decir. El efecto que tiene sobre mí
es de gran alcance, y estoy teniendo problemas para ocultarlo. Si mi
corazón latiera más duro, lo juro por Dios, él lo oiría.
Cole baja su barbilla. Pone su vaso de vino en alguna parte. Sus brazos
se cruzan sobre su pecho. El hermoso cabello oscuro brillante cae
sobre sus ojos, por lo que es imposible verle en la luz tenue. Me
gustaría poder leer su cara, sus ojos, de la misma manera en que él lee
la mía. Me gustaría estar en su cabeza cuando hizo esta pintura. 50
¿Realmente ve algo más? ¿No es realmente una representación de
éxtasis? ¿Y si lo es, está mal? ¿Es pornográfico? En este mismo
momento, no parece que lo fuera. Es más como una belleza sublime,
como el último lienzo que me mostró.
El cabello largo oscuro cae sobre sus caderas en rizos. Sus brazos están
estirados por encima de su cabeza, empujando el pecho hacia fuera. La
luz ilumina la curva de la parte inferior de su pecho, la suavidad de su
mandíbula, la plenitud de sus caderas, y las brillantes joyas cuelgan
encima de sus pezones.
Echándole un vistazo, me pregunto quién es, esta mujer sin rostro que
está oculta en las sombras, oculta en el fondo de su armario, encerrada
del mundo. Es parte de una vida oculta, una parte de Cole Stevens que
sigue siendo un secreto.
Cole niega con la cabeza una vez. El pelo oscuro se balancea sobre sus
ojos bajos. No mira hacia arriba. No responde. No sé si no quiere o no
puede. Esta no es una modelo aleatoria. La imagen parece demasiado
intensa para eso.
Tratando de ser menos personal, pregunto:
Miro el lienzo y no giro la cara hacia él. Por un momento, no digo nada.
Un pensamiento loco está rebotando en mi mente y no se calla. Ver
esto, ver esta parte de Cole, es impactante. No sé por qué, pero
supongo que no soy capaz de esto. Sólo estoy ahí, muda, hasta que me
lo pregunta de nuevo y esta vez asiento. En ese momento, reconozco
que mi percepción ha cambiado. Puedo sentirla haciéndose añicos,
agrietándose como fragmentos de hielo, desapareciendo.
—Quiero uno.
—¿Qué? —Cole se vuelve hacia mí. Parpadea y abre más los ojos como
si pudiera refutar lo que él me ha escuchado decir.
Esa era la idea que estaba atrapada dentro de mi mente. Tan pronto
como siento mis conceptualizaciones anteriores agrietarse, sé que me
gustaría aprender todo lo relacionado con esto. Estoy intrigada y
aterrorizada.
—No creo que sea una buena idea. —Sus labios se mueven como si
quisiera decir más, pero no lo hace. 54
—Nunca dije que fuera sólo un rollo de una sola noche. Te ofrecí una
aventura de una noche.
Estoy mirando las pinturas. La idea de una sesión como esta tiene
mariposas arremolinándose en mi estómago. Camino más allá de Cole
y saco más lienzos, mirando más de las obras de Cole. Me mira en
silencio. Las pinturas no son lo que yo pensaba que serían. Si la luz
pudiera estar licuada y vertiente en una lata de pintura, lo que Cole
hace era algo sensual, bello y completamente sexy.
—Dios, Anna. Yo… —Pasa sus manos por su pelo y suspira. Sé que he
ganado. Sé que lo hará.
55
Traducido SOS por magdys83
—Nada realmente.
—No es asunto mío, pero vi algo que se suponía que no debí ver
cuando agarré tu dinero de la fianza. —Me encojo de hombros como si
no fuera gran cosa, y lo miro por el rabillo de mi ojo—. Era una
fotografía tuya en un uniforme del ejército y una desvencijada caja de
Tiffany’s. Se veía como si hubiera sido atropellado. —No dice nada y
mira fijamente la carretera vacía, concentrándose como si fuera hora
de apresurarse. Me miro las manos, dirigiendo mi pulgar sobre la vista
en miniatura en mi otra mano.
57
Mi voz es suave.
—Te ves tan joven y asustado. Y el anillo, ¿supongo que hay una
historia desgarradora ahí? —Sus hombros se tensan. Cole mueve su
mandíbula y traga duro mientras termino de hablar. Pienso que está
enojado, pero no lo puedo asegurar. Miro a mis manos y digo:
—Está bien. Había olvidado que estaba ahí. El resto de esas fotografías
fueron quemadas. —No admite el anillo de Tiffany’s.
¿Quemadas? Hay una historia ahí, una parte de él que quiero conocer.
No puedo no preguntar. Cuidadosamente digo:
—Pareces saber algunas cosas, para una chica que odia tanto a las
personas ricas. 58
—Sí, bueno, digamos que la vida no fue amable con mis padres. Vi
cosas desde el lado equivocado y tomó su cuota en mí. —De repente
dejo de hablar. Ese es mi secreto más oscuro. Me llena de rabia y
vergüenza incluso mencionarlo, rabia hacia mi abuela por tratar a su
hija tan cruelmente, vergüenza de que ya no soy como mi madre. Ella
tenía unas agallas que nunca voy a tener. Miro por la ventana, pero aún
veo a Cole por el rabillo de mi ojo, mirándome.
Finalmente digo:
—Ya lo sé.
Traducido por Lola Irina y Lapaskis
Golpean en mi puerta.
—Adelante —digo. Cuando lo miro, Cole está de pie en la puerta. Estoy
usando pantalones cortos de algodón y una camiseta delgada. Son
pijamas de residencia de estudiantes, que significa que son seguros de
chicos. Al menos eso es lo que Emma y yo solíamos decir.
Sonríe.
—Me llevará mucho tiempo estar preparada. Y tengo que decirte que
no me traje nada conmigo que pudiera ser incluso un poco adecuado
para este rodaje. ¿Tiene respaldos o algo que yo podría ver?
***
Una hora después, Cole se ha ido y todavía estoy mirando entre las
cajas. Encuentro algunos pendientes largos de piedras preciosas que
puedo usar. Tienen un gancho, pero cojo un cortador y alambre. Planeo
modificar su uso, un poco, si es necesario. Aparte de eso, no veo nada
más. 62
1N. de Tr: En el original hace una broma con un juego de palabras utilizando lace, en primer lugar
como lencería y en segundo lugar como encaje (en los vestidos de novia).
Me encojo de hombros y pongo las braguitas de nuevo en su sitio. Me
río nerviosamente y la miro.
Cole dice:
—Pensé que podríamos verter esto sobre mí. —Eso parece una versión
más moderada de mi plan original. No tengo ni idea de lo equivocada
que estoy hasta que empezamos.
Él mira a escondidas en la caja y su frente se arruga. Mirando hacia mí,
puedo ver que no lo entiende.
—No lo estoy viendo, Lamore. Guíame. ¿Qué más llevarás puesto? ¿Sólo
estas piezas decorativas? —Mete la mano en la caja y cuando la
levanta, los cristales se vierten entre sus dedos.
—¿Cómo eres tan tímida? Tienes veintidós años, por el amor de Dios.
¿Cómo todavía te sonrojas de esa manera?
Riendo, dice:
—De acuerdo, veo lo que quieres hacer, pero tengo que decirte que
mentí la otra noche. No puedo fotografiar exactamente lo mismo. Ya no
soy la misma persona. Y tú eres… —Él me mira sonriendo—. Diferente.
Así que la pregunta es, ¿confías en mí para hacer algo nuevo, algo
igualmente fascinante y hermoso?
Lentamente, me giro hacia él. Mis ojos se encuentran con los suyos.
Sabía que esto pasaría, pero parecía mucho más sensato en mi cabeza.
Respirando demasiado fuerte, alcanzo el lazo en mi cintura y tiro. El
nudo se suelta y el cinturón cae al suelo, revelando la piel desnuda de
mi cuello para abajo. Mis dedos se deslizan debajo de los hombros de la
bata y resbala, cayendo al suelo junto al cinturón.
—Yo no dije eso. —Se detiene delante de mí y me mira a los ojos. Mis
latidos se aceleran—. Puedo hacerlo; sólo que es más complicado de lo
que originalmente pensabas.
—Sóolo hazlo, Cole. Sé que ésta es tu forma de decirme que mi idea era
buena, pero imprecisa. Sólo arréglalo y haz lo que quieras. — Mi voz
suena brusca, pero no era mi intención. Estoy más que nerviosa y no sé
lo que quiere hacer él.
Cole asiente con la cabeza y sale de la habitación por un momento. La
tensión se drena de mí tan pronto como él se aleja. Me siento en una
silla y cruzo las piernas, regañándome, enfócate, Anna. Cuando Cole
regresa, tiene un brazo lleno de botellas de plástico y unos pinceles.
Confundida, pregunto:
Lo veo mientras mezcla tres líquidos claros y luego sacude con fuerza
la botella. Los músculos en sus brazos se abultan ligeramente mientras
lo hace. Mis ojos están puestos en sus brazos y mi cerebro no está
funcionando. Él se detiene, vierte el contenido en una taza, agarra un
pincel y dice:
—¿Qué haces?
Quiero decir que no puedo hacer esto. Quiero tirármele encima, pero
no lo hago. Mis uñas se clavan en la madera.
—Lo sé. Y esta es una gran idea. Sé exactamente lo que quiero hacer...
—respira con fuerza—. Pero es extraño porque eres tú. Te conozco. —
Me mira por un momento y se da cuenta de lo tonto que suena. Una
sonrisa pasa por sus labios y se sienta en la mesa—. Entonces, los dos
queremos esto, pero es…
—Sí, así es. —Levanta la vista hacia mí. Cole parece más relajado que
yo. Mi mirada se bloquea con la suya y mis labios se separan. Sé que lo 71
—Sí —respondo, asintiendo con la cabeza, sin quitar mis ojos de los
suyos. Mientras él se acerca, mi estómago revolotea y mi piel
hormiguea. Cole se detiene delante de mí. Sus manos están en sus
bolsillos. Sus hombros están caídos hacia adelante levemente, como si
estuviera dudando acerca de algo. Y su mirada no deja mi cara. La
mirada en sus ojos hace que mi pulso se acelere.
Cole está tan cerca que puedo sentir su aliento en mi piel. Se inclina
más cerca de mi cara y no se detiene hasta que estamos nariz con nariz.
Yo lucho por controlar mi respiración, tratando de tranquilizar mi
acelerado corazón. Rompe la mirada y mira mis pechos cubiertos de
cristales y eleva los ojos a mis labios. Cuando él habla, me derrito.
—Esto no debería ser así... pero lo es. Quería tener una excusa para
tocarte, cualquier cosa... y ahora que la tengo, no puedo hacerlo.
Cole vacila mientras estoy sentada frente a él, desnuda, salvo por el
pegamento y la brillantina. Siento sus dedos en mi mejilla,
deslizándose lentamente sobre mi cara, apartando hacia atrás mi 72
—Ponte de pie.
Sin decir una palabra, hago lo que dice. Cole pasa su pulgar sobre la lisa
piel que desaparece entre mis piernas y yo jadeo.
—Los cristales deben atravesar tus caderas y por aquí, ¿correcto? —Su
dedo dibuja la línea curva que pretende cubrir con cristales. Parece
que dibujara en mi piel con fuego.
—Sí. —Esa corta palabra me traiciona. Cole está de rodillas frente a mí.
Llega a los cristales y a la taza de adhesivo y los pone en el piso.
—Aparta tus… 74
Lo corto en seco:
Él no me mira:
—Mírate.
—Sé cómo me veo Cole. Déjame ir. —Salgo de su agarre. No quiero ver
como luzco. Eso podría traer recuerdos que se hicieron hoy más
profundos en mi mente. Con Cole actuando frío y caliente, no quiero
correr el riesgo.
—De nuevo, ¿de qué estás hablando? Estoy cansada de tus juegos y tú
Síndrome Pre Menstrual está dándome latigazos.
Cole se detiene y mira hacia abajo, hacia mí. Sus ojos están brillando,
azul brillante.
—Es increíble que seas tan ciega… que no veas lo que me haces.
Lo juro, Anna... —Aprieta sus manos y las obliga a abrirse. Cierra los
ojos con fuerza y cuando los abre, baja la mirada moviendo la cabeza—.
¿Lógica demente? ¿En serio? ¿Eso es más fácil de creer que la verdad?
—Te he dicho cosas que nunca le dije a nadie. Yo te diría cualquier cosa
si tuvieras las agallas para preguntar sin agregar esas ridículas 76
clausulas al final. —Él apaga la luz y la sala se queda en oscuridad.
—¿Cómo te sientes por mí? —Antes de que pueda decir algo más, el
obturador de la cámara se dispara y estoy quieta de nuevo. Cole no
responde de inmediato. Su luz está al lado de mi cabello, moviéndose
en rápidas barridas sobre el lado derecho de mi cuerpo.
Finalmente dice:
Cole cambia su peso por lo que una de sus piernas está entre las mías y
la otra está sobre un costado. Los músculos de sus brazos están
apretados como cables mientras se sostiene arriba para evitar
aplastarme. Tomo una de sus manos entre las mías y la bajo
lentamente. Sus dedos están bajo los míos. Mientras muevo su mano,
siento que su palma patina sobre mi estómago y desciende a mi muslo.
Cole levanta sus labios de mi cuello. Respira fuertemente, mirándome,
sintiendo mi piel. Su palma está caliente mientras su mano se mueve
cada vez más abajo.
Nuestros ojos se bloquean. Esto es más que besos, más que lujuria. Lo
siento. Sé que él lo siente. Mientras su mano se desliza sobre los 79
cristales en mi labio inferior, lo miro a los ojos. Él no está respirando.
Mi boca está abierta, esperando que sus dedos lleguen entre mis
piernas y me acaricie. Mis rodillas se separan mientras muevo su mano
ahí, pero se detiene. El sonido de mi pulso ruge en mis oídos. Cole
respira lentamente, deteniendo su mano. Esta descansa un poco más
arriba. Sus pulgares acarician una de las piedras en mi piel, dudando.
—Cole, detente. Quiero esto tanto como tú… —Está callado. La tensión
crece entre nosotros. Me inclino hacia adelante hasta que puedo sentir
su aliento en mis labios—. ¿Cole?
—Anna, yo…
Respiro.
—¿Me deseas?
—No sabía que ustedes dos eran íntimos. Pensé que era una sesión de
fotos. —Ella hace caer la tela que agarraba entre los dedos. La
expresión de su cara me dice que está igual de horrorizada.
—Si era una sesión de fotos, pero… —Me encojo de hombros como si
no supiera lo que pasó—. Las cosas tomaron un giro interesante. Te lo
hubiera dicho, ya sabes. Si nosotros fuésemos... —Dejo de hablar. El
nudo en mi garganta me está estrangulando. ¿Si nosotros fuésemos qué,
Anna? No hay nada entre Cole y yo, salvo unos cuantos besos. En lo
profundo de mi mente, escucho su voz… ese tono silencioso
confesando que está enamorándose de mí. No puedo ignorarlo.
—Pensé que todo había sucedido, pero resultó ser nada. Emma,
llévame lejos de aquí.
Traducido por Lexie'
—Al parecer no. Dijo que necesitabas espacio, pero que ustedes
estaban bien. Siempre ha sido un poco idealista, pero esto es un poco
extraño, incluso para él. —Inclina su cabeza de lado mientras cambia
de carril, diciendo:
—La cosa es que creo que lo he encontrado. Cole no es como nadie que
haya conocido. —Él es apasionado, determinado, poderoso.
—Anna, si alguna vez tengo alguna idea de por qué un hombre hace
algo moriré de la impresión. —Ella se lanza entre los autos mientras
conducimos hacia la ciudad. Ella me mira antes de agitar el volante—.
Una cosa es cierta, él piensa que eres ardiente y es demasiado cobarde
para actuar. Puedes olvidar todo el asunto que pasó o acorralarlo y
obtener tu respuesta.
Eso suena como una mala idea. Arrinconar a Cole. Me estremezco sólo
pensando en ello. Vamos en silencio cuando finalmente se me ocurre
que Emma condujo dos horas para verme y no llamó primero. La miro,
notando que ella parece feliz, pero está tratando de ocultarlo. Una
sonrisa torcida se extiende a través de mis labios:
Ella se ríe.
—Algo importante tuvo que pasar para que vinieras hasta aquí, sin ni
siquiera una llamada... —Le sonrío, esperando que me lo diga. Cuando
sonríe, sé que tengo razón.
—Estoy tan feliz por ti, Em. Sé lo mucho que querías esto. Vas a hacerlo
genial. Sólo imagina, tu propio artículo de periódico con una pequeña
fotografía de tu cabeza. Va a ser retuiteado en todo el mundo y se
convertirá en una sensación de la noche a la mañana.
Ella resopla.
—¡Es por eso que venía por ti! ¡Sabía que serías la persona perfecta
para celebrarlo! —Ella me mira—. Tengo una bolsa de playa llena con
toallas, bikinis, y libros de romance basura. Mi plan original era
descansar en tu playa, pero creo que un poco de tiempo lejos de Cole le
ayudará a tu cerebro a funcionar mejor. Necesitamos una zona libre de
Cole. ¿Por qué no nos desviamos a Jones Beach y pasamos el rato? Tú
puedes relajarte y yo puedo celebrarlo.
Emma corta a través de seis carriles de tráfico y creo que voy a morir.
Llegamos a la rampa de salida para la playa y las dos empezamos a reír.
87
Traducido por Lapaskis
La playa es uno de mis lugares favoritos… cuando está vacía. Hoy está
rebosante de gente. Emma para en un sitio apartado y elegimos un
lugar en la arena entre varios buscadores de sol. Levanto la cara y
respiro profundamente. El sonido del océano llena mis oídos, mientras
la brisa salada mueve mi pelo. Emma arroja las toallas y las estira.
Mientras Em corre a cambiarse, me acuesto en las toallas con mis
tirantes y pantalones vaqueros cortos, ajustando mis gafas de sol para
que estén en el lugar correcto. Mientras entrelazo mis dedos detrás de
mi cuello, cierro los ojos.
Eres una cobarde, Anna, susurra una voz en el fondo de mi mente. Tal
vez lo soy. Quizá Cole no es el hombre adecuado, pero tan pronto como
lo pienso, sé que eso es una equivocación. Cole se siente adecuado.
—Anna —dice Edward. Su sombra cae sobre mí. Entorno los ojos hacia
él, preguntándome cómo pudo verme. Estoy rodeada de un montón de
gente y después de lo que dijo Emma, realmente no quiero hablar con
él ahora mismo.
—Estoy bien. Trabajando mucho, pero bien. —Hago una pausa y trato
de mirar su cara otra vez. Algo en la forma en que está de pie me hace
sentir incómoda. No puedo decidir qué. Me aclaro la garganta y le
pregunto:
89
—¿Cómo van las clases? ¿Alejado de problemas?
Levantando la mano a su cara, sonríe hacia mí. Puedo ver sus ojos
ahora.
—Las clases bien. Bueno. ¿Oí que te quedabas en los Hamptons este
verano?
Sonríe tímidamente.
—Igual que tú, a menos que te echaran… —Sabe cómo alterarla. Sus
palabras hacen a Emma hincharse, lista para pelear.
Edward sonríe.
—¿Es eso cierto? Bueno, bien por ti, hermanita. Bien por ti. —Me mira
y asiente con la cabeza—. Nos vemos, Anna.
Me sonríe.
—No me dijo gran cosa. Sólo que eras su amiga y que yo era tu tipo. Así
que pensé en venir, decir hola, y ver si nos llevamos bien. Si no es así —
dice encogiéndose de hombros—, ningún problema. ¿De acuerdo?
—De ninguna manera —le digo, sorprendida, tirando de mis pies más
cerca de mí—. ¿Cuándo te graduaste? —Envuelvo mis brazos alrededor
de mis rodillas mientras hablo.
—Creo que es posible que tengas un poco. —Se acerca más a mi cara y
roza un beso en mis labios. Estoy sorprendida, pero no me muevo. Mil
pensamientos corren por mi mente, y cada uno deriva en Cole. Me
siento atrapada en el medio. Jesse es el tipo de persona que me
gustaría. Emma lo hizo bien, pero no quiero renunciar a Cole.
No le devuelvo el beso.
Me da su número, y lo cojo.
Él asiente.
—Por supuesto. Que tenga un buen día. —Me deja sola en el vestíbulo
con un gordo sobre.
Me he estado preguntando por qué parece que hay sólo tres personas
trabajando aquí. He estado asumiendo que simplemente no he
coincidido con los otros, especialmente desde que Cole dijo que el
equipo de Nueva York fue enviado aquí, pero aparte de los primeros
días, parecen haber desaparecido.
—Señorita Lamore. —La profunda voz de Cole hace eco a través del
espacio. Se pone de pie enfrente del camino al otro lado de la sala de
tomas en un pasillo contiguo.
—Esto llegó para ti. Parece importante. Pensé que lo querrías. —Cruzo
la habitación y lo coloco en su mano. Cuando baja la vista hacia él, se
pone rígido.
—Gracias. —Se voltea para irse, pero agarro su brazo. Cole se detiene y
mira hacia abajo, a mi mano sobre su piel.
—Dime —exijo, mi voz firme. Cruzo los brazos sobre mi pecho y miro 95
un lado de su cara—. Dime, ¿cómo pudiste hacer esas cosas, decir esas
cosas, y luego irte como si no significara nada?
Al final, digo:
—¿Tal vez debería trabajar en otro lugar?
—No, Cole. No lo hizo. Sólo pensé que tal vez sería demasiado
incómodo estar aquí, que debería...
Sacude su cabeza.
—Cole, no entiendo por qué quieres que trabaje aquí. Hay personas
más cualificadas, honestamente. Y el personal...
Él me mira confundido. 96
Ella sonríe.
—Espero que te luzcas en su obra. Hay algo en la mente de un artista
como Cole. No lo sé. Es como si estuviese roto y sólo me dieran ganas
de arreglarlo. Al mismo tiempo, si no estuviese en tan mal estado, no
podría crear tan maravilloso trabajo.
Se ríe suavemente y la miro. ¿Es eso lo que me atrae de él? Cole está
roto. Fue abandonado por sus padres, llevando una vida totalmente
solitaria, una vida que nadie conoce. Cole ha estado solo desde que
tenía dieciocho años, desde su fotografía con el uniforme del ejército. Y
ahora algo más está sucediéndole, algo que le está pesando. Ella tiene
razón. Quiero arreglarlo. Quiero que Cole sepa que no está solo.
Me mira.
—¿Cómo lo sabes?
Me encojo de hombros.
—Vine aquí un par de veces cuando era más joven. Me dije que si salía 99
—Sólo, que la vida no tiene que ser tan malditamente solitaria. —Mis
ojos se encuentran con los suyos y no puede mirar hacia otro lado. Esas
infinitas piscinas azules me clavan al suelo. Dentro de mi mente estoy
rogándole, suplicándole que me deje entrar, pero no digo nada. No hay 100
nada más que decir. De pie, me dirijo a él y apoyo mi mano sobre su
hombro, y descanso. Hay tantas cosas que quiero decir. Siento las
palabras en mi boca, pero no digo ninguna de ellas. Mi mano se
desprende de su hombro. Me alejo y Cole me deja.
Traducido por Shilo
—Lo lamento, pero el Sr. Stevens no está esperando a nadie esta noche.
—Fue estúpido, Anna. —Su voz está entrecortada, la tensión alinea sus
hombros.
Murmuro.
—Hago cosas estúpidas, Cole. —Como seguir pensando en ti cuando
obviamente tienes mejores cosas que hacer. Quiero pelear. Lo siento
dentro de mí, la tensión esperando para explotar.
—Te vas a quedar aquí está noche. —Es una afirmación. Un hecho.
—¿Lo haré? —No quiero irme, pero algo en la manera en que lo dice, lo
hace rechinar.
—¿Mejor?
Asiento.
—No arruinaste nada. —Su voz es suave, como si quisiera decir más,
pero no lo hace—. Y bueno, ¿qué era tan importante que condujiste
hasta aquí en la lluvia?
—Tuve un presentimiento de que algo estaba mal. Sólo sentí como que
necesitabas ayuda. No puedo explicarlo. No tiene sentido. Entonces,
salté a mi moto y vine a asegurarme que estabas bien.
—Mmmm, tal vez, pero ella se veía mucho menos que horrible para mí.
—¿Acerca de qué?
—Todo, Anna.
106
Traducido por LizC
—Sí, bueno, incluso hasta tú tienes suerte de vez en cuando. —Me río.
Mis dedos acarician las sábanas de seda. El número de hilos tiene que
estar cerca de un trillón. Se siente como si fuera de mantequilla, suave
y flexible bajo mi palma. Me dejo caer de espaldas en las almohadas y
miro al techo—. Será mejor que me vaya. Mi jefe va a estar enojado. No
he avisado que voy a faltar hoy y voy a llegar tarde unas tres horas
para el momento en que llegue. —Me quedo mirando el techo, notando
que tiene un aspecto nacarado que hace que la habitación tenga un
suave resplandor.
—Sí, he oído que puede ser un idiota. Es posible que desees darte prisa
y salir de aquí, encargarte de tus clientes, y tal vez él no te encadene en
el sótano por llegar tan condenadamente tarde… bueno, no por más de
unas cuantas noches de todos modos. —Las esquinas de los labios de
Cole se alzan. Es una sonrisa sexy que hace que mi estómago de
volteretas. Sus dedos tocan el e-reader, y lo levanta, sus ojos
escaneando las líneas, pero veo el protector de pantalla y sé que no
está ni siquiera encendido.
—¿Sí, jefe? —Formo una sonrisa, pero se siente hueca. Lo miro desde
detrás de una pared de cabello oscuro y rizado.
—Regina, por favor, calma al perro —le digo, apretando mis sienes con
los dedos. Por una fracción de segundo me imagino dispersando a un
cortejo de damas de honor y a la feliz pareja sonriéndome de vuelta.
Entonces miro hacia abajo a Mitsy quien piensa que morder constituye
hablar. Muerde a Regina mientras reposiciona al perro por orden de su
amo. 110
Más tarde esa noche, Cole llega y hojea a través de las fotos sin
procesar conmigo. Cuando llega a la última de las tomas se detiene y
mira a la pose con el perro en sus brazos con más cuidado. Se inclina
cerca de la pantalla conmigo sentada frente a la computadora.
—¿Qué piensas? El perro me volvió loca. No sabía qué hacer con ella y 111
la estúpida cosa no se quedaba sentada en silencio.
—Creo que esto es increíble. Quiero decir, la gente nos pide hacer y
fotografiar todo tipo de cosas, pero esto… maldición Anna… —Se
acaricia la barbilla, mirando la pantalla—. Incluso hiciste que el perro
se vea sexy. —Se ríe y me mira.
Sonrío alegremente.
—Gracias, Cole. Eso significa mucho para mí. —El peso de su mano de
repente se siente como algo más. Mi piel hormiguea y quiero que me
toque, que acaricie mi rostro con su mano. Cole me observa con esa
expresión que no puedo descifrar.
Cole tiene esa sonrisa en su rostro mientras escucha. Desliza las manos
en sus bolsillos e inclina la cabeza.
Bajo la carpeta y lo sigo hasta fuera. Cuando mi mano apaga las luces,
me pregunto cuándo me volví tan obediente y descubro que no me
importa. Si eso significa estar cerca de Cole, y verlo feliz, voy a saltar
cuando él chasquee los dedos. Por lo menos un poco. Va en contra de
cada fibra de mi ser dejar que otra persona se haga cargo, pero con
Cole, se siente cómodo.
Traducido por LizC
—¿Estás saliendo con alguien? —Tal vez eso era todo. Tal vez tiene a
una amiga para el sexo y yo soy su otra amiga. Con la que duerme.
Flameantes celos se disparan a través de mí ante el pensamiento.
Quiero ser la amiga para el sexo. Caray, quiero ser su única amiga.
—¿Por qué lo preguntas? —Se detiene y me mira desconcertado.
Me encojo de hombros.
—No lo sé. Es sólo que… —De repente él está mucho más cerca. Está de
pie al lado de la cama mirando hacia mí. Mantengo mi mirada en el
techo.
—No hay más que esto. Esto es lo mejor que puedo ofrecerte. El resto
es demasiado… —Niega con la cabeza—, simplemente no es posible.
114
Cuando Anna admite que está
enamorada de Cole, no puede creer
su respuesta. Él la aparta con una
excusa que parece dudosa para ser
real. Aplastada, Anna sigue
trabajando en el estudio de Cole en
Long Island, pero no puede dejar de
pensar en él. No es hasta que Anna es
llamada a la oficina del decano que
comienza el verdadero problema.
Para empeorar las cosas, Edward
sigue apareciendo en los peores
momentos, recordándole todo lo que
ella quiere olvidar.
115
H.M. Ward es una autora
superventas del NEW YORK TIMES,
habiendo vendido más de 5 millones
de libros desde su debut en 2011.
Staff de traducción
Lola Irina Fanny Isa 229
Staff de corrección
beatrix85 Mariandrys Flochi
LulaaMaddox LadyPandora
Recopilación y revisión
LadyPandora
Diseño
Móninik
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