Entwined (Lily Black) Club de Las Mariposas

CʅυႦ ԃҽ ʅαʂ ɱαɾιρσʂαʂ
╬︎Tɾαԃυƈƈισɳ Ⴆყ Aʅҽҽʝα ╬︎
Entrelazados
Una Novela de Deseos Desviados
Lily Black
Copyright © 2023 por Lily Black.
Reservados todos los derechos.
Ninguna parte de este libro puede reproducirse de ninguna forma ni por ningún medio electrónico o mecánico,
incluidos sistemas de almacenamiento y recuperación de información, sin el permiso escrito del autor, excepto para
el uso de citas breves en una reseña de un libro.
Dedicación
A toda chica buena con un lado malvado.
Propaganda
Traté de resistirme a ella,
abstenerse de ceder.
Sé que lo que estamos haciendo está mal,
y ella también.
Pero el encanto de lo prohibido es jodidamente dulce.
Luego ella fue arrancada de mí,
Cuatro años que he pasado esperando.
Aguardando mi tiempo.
Porque una vez que la encuentre,
No la dejaré ir nunca más.
Capítulo Uno
Bella
Estoy aquí, Bel.
Estaré aquí hasta que pueda estar donde tú estás.
Y entonces nunca estarás sola.
Nunca escaparás de mí.
Miro por la ventana del pequeño restaurante de Main. Afuera llueve a

cántaros, pero la gente todavía se mueve hacia y desde su destino. Veo
tantas caras iguales que incluso les he contado historias a algunas de ellas
en mi mente. Sarah, mi mejor amiga, llega tarde. Ella siempre llega tarde.
Es, como suelo bromear con ella, su superpoder.
Hoy, sin embargo, pensé que sería diferente. Me voy y, después de años de
amistad, pensé que sería igualmente importante para ella decirme adiós.
Mi mamá y yo nos mudamos de estado. Es lo mínimo que puedo hacer.

Aunque todo sea en vano. Me encontrará sin importar a dónde vayamos
porque guardo un secreto. Uno que hará que su mundo se desmorone.
Quiere mantenerme alejada de lo que más me atrae.
Cuando salí de casa esta mañana, mi madre apenas estaba consciente

después de tres botellas de vino la noche anterior. Había estado despierta
toda la noche, haciendo las maletas y bebiendo.
El chico guapo en el mostrador me sonríe, obviamente reuniendo el coraje

para pedir mi número, y yo le devuelvo la sonrisa, bajando los ojos hacia
mi vaso de limonada. Todo irá como siempre. Preguntan y les digo que no,
que no estoy disponible.
No disponible, nunca disponible.
Miro la hora en mi teléfono y luego, suspirando, me levanto y dejo caer

unos dólares sobre la mesa. Necesito llegar a casa. Mamá y yo tenemos que
irnos, no hay tiempo que perder he estado jugando con fuego durante los
últimos cuatro años, pero ahora las llamas están lo suficientemente cerca
como para entender que el calor me incinerará.
Al salir del restaurante, me ajusto más la chaqueta, buscando refugio del

implacable aguacero que empapa mi piel. Cada gota se siente como un frío
recordatorio de la tormenta inminente que me espera.
Lo siento mirando antes de verlo. Estás acostumbrado a mirar por encima

del hombro cuando has pasado tu vida huyendo.
"Bella", dice una voz profunda antes de agarrar mi brazo y llevarme a un

callejón. "Te dije que te encontraría". Todo mi cuerpo se pone rígido
cuando la realidad golpea. Su rostro está cubierto por una sudadera con
capucha, pero su voz, su voz.
"Sin..." Me detengo mientras mi mundo se vuelve negro.
Capítulo Dos
Sin
Querido Sin.
No debería estar escribiendo. Si ella lo supiera, si alguien lo supiera, en realidad no

sé qué harían. Pero tenía que saber si estás, ya sabes, bien.
¿Está mal que te extrañe? ¿Está mal que piense en ti?
Cuatro años, ese es el tiempo que he esperado. Cuatro años de espera,

conspiraciones y anhelos. Seis putos años y ahora que la tengo, siento que
puedo volver a respirar.
Ella está en mi cabaña. Un lugar pequeño y apartado junto al lago, fuera de

la vista y del sonido. Cuatro años de prisión y nada apagó el deseo que
siento por Bella. Ella ya no es la niña que dejé atrás. A los 21 años, mi
hermana gemela es la mujer más bella del puto mundo. También recibí sus
cartas y fotografías, pero nada supera a lo real. Nada se compara con su
aroma, el sonido de su respiración.
La desnudé y la volví a acostar en la cama, más que nada por precaución.

El fuego calienta el pequeño espacio; las llamas proyectan sombras que
bailan sobre su piel perfecta. Pasé mis manos por cada centímetro de su
cuerpo, separé sus labios con mis dedos y pegué dos de ellos hasta su
úvula para probar su reflejo nauseoso. Chupé sus pezones erectos como un
bebé chupando el pecho de una madre. Besé su coño tantas veces, metí la
nariz allí para inhalar su dulce aroma. Estoy tentado a probarla, pero la
necesito despierta para eso. Quiero escuchar sus gemidos mientras vuelvo
a estirar su coño con mi lengua. Acaricio mi polla dura, gruesa y venosa,
palpitando furiosamente por estar dentro de ella.
Mis pensamientos se remontan a la primera noche que nos quedamos así,

completamente desnudos, en su dormitorio.
Entonces
“¿Me lo mostrarás, Sin?” Estamos parados afuera de su habitación.
“¿Mostrarte qué, Bel?”
Se muerde el labio inferior, sonriendo. Tiene los ojos vidriosos por el

bourbon de papá. "Quiero saber cómo se siente un orgasmo".
Mi corazón late con fuerza en mi pecho y mi polla crece en mis pantalones.

No puedo creer que a los quince años mi hermana no haya tenido un
orgasmo. Me masturbo al menos seis veces al día. Además, Bella es
hermosa, con cabello largo y oscuro que le roza el trasero, grandes ojos
azules, labios carnosos y un cuerpo… joder, un cuerpo que no debería
admirar en la forma en que estoy en este momento. Sus dedos recorren la
mitad de su garganta hasta su pecho.
Nuestros padres estuvieron fuera el fin de semana y vimos una de sus

películas con clasificación R, con tanto sexo que tuve que disculparme dos
veces. Y ahora quiere que se lo muestre. ¿Ella siquiera sabe lo que me está
haciendo? Plantando pensamientos en mi mente que nunca debí tener.
“No creo que pueda”, me tiembla la voz.
“Por favor…” se quita la camiseta y, por mucho que quiera mirar hacia otro
lado, no puedo. Los pequeños pezones de sus pechos pequeños y de forma
perfecta están erectos, pidiendo ser tocados y saboreados. Aprieto los
puños.
“Bella. Esto no es lo que hacen los hermanos”. Ella toma mi mano y la

coloca sobre su pecho, su duro pezón presiona contra mi palma. Estoy
dolorosamente duro ahora. Desesperado por encontrar alivio.
“Solo acuéstate conmigo. Dime cómo hacerlo”. Ese tono entrecortado es mi

perdición, y coloco mis manos en sus caderas, haciéndola caminar hacia
atrás hasta que la parte posterior de sus rodillas toca la cama. Ella alcanza
el dobladillo de mi camisa y la levanta. Llego detrás de mí y lo saco con un
movimiento rápido. Se lame los labios cuando sus ojos recorren mi pecho.
“Estás tan sexy, Sin. Realmente caliente”. Sus dedos recorren mi pecho,
luego mis abdominales y siento su tacto en todas partes. "¿Puedo tocarte?"
Pregunta, sus dedos juguetean con la cintura de mis pantalones cortos.
"Joder, Bella, estás haciendo que sea difícil decirte que no".
"Entonces no lo hagas", dice, quitándose los pantalones cortos y la ropa

interior y quitándoselos. Hago lo mismo, me dejo caer los pantalones cortos
y los bóxers y, por un momento, nos quedamos allí mirándonos el uno al
otro.
"Eres impresionante", digo, con la boca seca. Y ella lo es. Tal vez sea el
alcohol, pero tal vez sea algo más oscuro, algo primario.
“¿Mostrarte qué, Bel?”
Se muerde el labio inferior, sonriendo. Tiene los ojos vidriosos por el

bourbon de papá. "Quiero saber cómo se siente un orgasmo".
Mi corazón late con fuerza en mi pecho y mi polla crece en mis pantalones.

No puedo creer que a los quince años mi hermana no haya tenido un
orgasmo. Me masturbo al menos seis veces al día. No solo eso, Bella es
hermosa, con cabello largo y oscuro que le roza el trasero, grandes ojos
azules, labios carnosos y un cuerpo… joder, un cuerpo que no debería
admirar de la forma en que estoy en este segundo. Sus dedos recorren la
mitad de su garganta hasta su pecho.
Nuestros padres estuvieron fuera el fin de semana y vimos una de sus

películas con clasificación R, con tanto sexo que tuve que disculparme dos
veces. Y ahora quiere que se lo muestre. ¿Ella siquiera sabe lo que me está
haciendo? Plantando pensamientos en mi mente que nunca debí tener.
“No creo que pueda”, me tiembla la voz.
“Por favor…” se quita la camiseta y, por mucho que quiera mirar hacia otro
lado, no puedo. Los pequeños pezones de sus pechos pequeños y de forma
perfecta están erectos, pidiendo ser tocados y saboreados. Aprieto los
puños.
“Bella. Esto no es lo que hacen los hermanos”. Ella toma mi mano y la

coloca sobre su pecho, su duro pezón presiona contra mi palma. Estoy
dolorosamente duro ahora. Desesperado por encontrar alivio.
“Solo acuéstate conmigo. Dime cómo hacerlo”. Ese tono entrecortado es mi

perdición, y coloco mis manos en sus caderas, haciéndola caminar hacia
atrás hasta que la parte posterior de sus rodillas toca la cama. Ella alcanza
el dobladillo de mi camisa y la levanta. Llego detrás de mí y lo saco con un
movimiento rápido. Se lame los labios cuando sus ojos recorren mi pecho.
“Estás tan sexy, Sin. Realmente caliente”. Sus dedos recorren mi pecho,
luego mis abdominales y siento su tacto en todas partes. "¿Puedo tocarte?"
Pregunta, sus dedos juguetean con la cintura de mis pantalones cortos.
"Joder, Bella, estás haciendo que sea difícil decirte que no".
"Entonces no lo hagas", dice, quitándose los pantalones cortos y la ropa

interior y quitándoselos. Hago lo mismo, me bajo los pantalones cortos y,
por un momento, nos quedamos ahí mirándonos el uno al otro.
"Eres impresionante", digo, con la boca seca. Y ella lo es. Tal vez sea el
alcohol, pero tal vez sea algo más oscuro, algo primario.
Mis dedos tiemblan contra su cintura y siento un tirón entre nosotros.
"Quiero tocarte", susurra, con una súplica en su voz.
Asiento con la cabeza, incapaz de negarle nada en este momento. Ella quita
la última capa de ropa que me cubre, mis boxers, y cierro los ojos con
fuerza, tratando de evitar correrme. Fui a la tercera base con dos chicas, me
tocaron, pero nada se puede comparar con la sensación de su pequeña
mano a mi alrededor.
“¿Son todos así de grandes?” Ella pregunta y le sonrío.
"Espero que nunca lo descubras".
Bella toma mi mano entre las suyas y me lleva a la cama. Ella se recuesta en
el colchón y me hace señas para que me una a ella. Su piel es suave contra
la mía mientras me siento a su lado; sus curvas se amoldan perfectamente a
mi cuerpo como si estuvieran hechas para mí. Nuestros labios se
encuentran y el beso es nada menos que eléctrico; Se siente como si un rayo
corriera por mis venas. Sus manos suben por mis costados, acercándome.
Sabe a miel, dulce, perfecta. Ella se funde en mi abrazo, cediendo al hambre
desesperada que ninguno de nosotros puede negar por más tiempo.
Su mano recorre mi pecho y envuelve mi polla nuevamente. Dejo escapar

un gruñido salvaje cuando ella me acaricia lentamente y tengo que romper
nuestro beso.
"Todavía no", susurro, agachándome y abriendo las piernas. Verla me deja

sin aliento.
“¿Alguna vez te han tocado, Bel?” Pregunto mientras paso mis dedos
arriba y abajo por su raja. Ella gime y luego susurra un no apenas audible.
Llevo mis labios a su oreja y le digo: "Déjame mostrarte cómo se debe

hacer".
Mis manos exploran cada área sensible de su cuerpo mientras ella gime y
se retuerce debajo de mí. Su respiración se acelera cuando beso mi camino
hacia abajo entre sus piernas, separando sus bonitos labios rosados y
soplando en su resbaladizo centro.
"Estás muy mojado. Así es exactamente como deberías ser para mí,
hermanita”.
Me sumerjo sin más dudas. Nunca me he acostado con una chica, pero es
muy natural con Bella. Ella grita con cada movimiento de mi lengua contra
su clítoris mientras aumento la velocidad de mis movimientos. Empujo un
dedo dentro de ella y ella se levanta de la cama, empujando mi lengua y mi
dedo más profundamente dentro de su calor húmedo.
“Oh, Sin, más, más…”
Puedo sentir sus músculos contraerse alrededor de mis dedos cuando

finalmente alcanza su clímax, y la rodeo con mis brazos con fuerza,
besando su coño con francés durante su orgasmo.
Ella jadea por aire mientras beso mi camino hasta tumbarme a un lado a su
lado.
Bella finalmente rompe el silencio con una sonrisa siempre satisfecha en su

hermoso rostro. “Ahora sé por qué a la gente le gustan tanto los
orgasmos…”
Sonrío, todavía duro como una roca. Ella se da cuenta y se sienta a

horcajadas sobre mis muslos, su coño empapa mi piel.
"Muévete hacia arriba y hacia abajo", gemí, apoyando mi polla sobre mi

estómago y mostrándole cómo acomodarse en ella.
Se mueve tentativamente mientras le explico lo que tiene que hacer, sus

caderas se balancean hacia adelante y hacia atrás y mis manos agarran su
trasero, guiando e intensificando la sensación. Gruño, arqueando mi
espalda hacia su coño mientras ella llega a todos los puntos correctos.
Sus manos recorren mi pecho arriba y abajo. Estoy perdida en las

sensaciones, tratando de no pensar en lo malo que es para mí estar aquí con
mi hermana de esta manera.
Agarro su culo con más fuerza, moviendo su coño más rápido sobre mi
polla.
"Sí, así, cariño", me quejo.
De repente, todo se derrumba sobre mí cuando llego a mi clímax: culpa,

tanto placer, rabia, necesidad y una gran dosis de vergüenza.
Bella parece sentirlo también, porque se detiene abruptamente y se baja de

mí. No decimos nada, pero entre nosotros se produce un entendimiento
tácito: ambos sabemos que esta es la última vez que algo así puede suceder
entre nosotros.
Salgo de su cama y voy a mi habitación, apagando las luces mientras

avanzo.
AHORA
Lo que pasó entre nosotros esa noche continuó, una y otra vez, hasta que
nos volvimos imprudentes. Hasta que nuestro deseo mutuo se volvió
demasiado fuerte... demasiado...
Bella mueve sus ojos, ajustándose a la luz de la cabina. La lluvia cae

furiosamente sobre el tejado. Ella se gira y cuando nuestras miradas se
encuentran, hay reconocimiento, miedo, fuego y confusión. Puedo leer
cada emoción que brota de ella.
“Sin”, mi nombre es como una oración en sus labios, y sin siquiera pensar
ni respirar, mis labios chocan contra los de ella. Intenta moverse, pero las
ataduras la detienen. No dejo de darme un festín, metiendo la lengua tan
profundamente en su garganta que tiene arcadas, la saliva se mezcla, las
almas ceden ante la necesidad y la rabia reprimida. Agarro su garganta
mientras conduzco más profundamente, flotando ahora sobre su pequeño
cuerpo, mis muslos a horcajadas sobre sus caderas, mis manos en su
cabello, agarrando su cuero cabelludo. Mi erección presionando entre
nuestros cuerpos desnudos.
La dejo subir a tomar aire y ella aspira aire con avidez. “Libérame, Sin,
quiero tocarte."
La voz de Bella flota en el aire, teñida de desesperación. Mi corazón late

dolorosamente en mi pecho y dejo escapar un largo suspiro desde algún
lugar profundo dentro de mí. La he extrañado muchísimo. Ella es la otra
parte de mi alma y ha estado muy lejos de mí.
Ella tiembla bajo mi tacto mientras paso suavemente mis dedos por las
curvas de su cuerpo, explorando cada centímetro de su forma perfecta con
ternura.
“¿Sabes cuánto tiempo he esperado este momento? Cuántas noches me he

sentado sola en mi celda y pensar en ti fue lo único que me mantuvo
adelante.
Sigo cuidadosamente el recorrido de cada sujeción mientras me desabrocho

cada hebilla, sin dejar de mirarla a los ojos. “No hagas que me arrepienta
de haberte liberado. No hagas que me arrepienta de esto. Porque te
encontraré, Bel. Siempre."
Ella jadea cuando las ataduras caen y mis manos se mueven hacia abajo,
trazando una línea invisible a través de su estómago antes de finalmente
alcanzar entre sus piernas. Está tan mojada cuando mis dedos se deslizan
dentro de ella; Presiono mi cara contra su cuello para evitar gruñir. Muerdo
la carne allí, provocando un largo gemido de éxtasis.
"¿Alguien te ha tocado desde yo?"
Ella me mira a los ojos y niega con la cabeza. "No ha habido nadie más",
susurra. El toque de emoción en su voz hace que me duela el pecho de
anhelo por ella.
Chupo desde sus pechos, succionando cada pezón tenso, luego bajo por su
estómago, probando cada centímetro y finalmente llego a su coño. La abrí
ampliamente, solo mirando su brillante piel rosada, mi lengua
explorándola como si fuera la primera vez. Bella agarra las sábanas con
ambas manos, arqueando su espalda de placer hasta finalmente rendirse a
una poderosa explosión orgásmica que reverbera por todo su cuerpo.
“Sin, espera…” gime, tratando de alejarme.
"No puedo", gruñí, sumergiendo mi lengua cada vez más profundamente

en su agujero.
"Esto está mal", insiste, pero está empapada y cubriendo mi lengua.
Empujo un dedo dentro de ella, sintiendo alrededor de su carne cálida y

húmeda. Mi polla palpita por estar dentro de ella. Sus protestas sólo hacen
que la desee más.
"No, Sin..." dice con un gemido mientras me subo entre sus muslos.
“¿No qué? ¿No estires tu coño con mi polla? ¿No te hagas venir como una
puta a mi alrededor?
Luego hundo mi polla en su calor apretado y dejo escapar un gruñido lleno

de dolor. Ella todavía está tan jodidamente apretada, tal como lo recuerdo.
Todas esas noches, sostuve mi polla con fuerza, tratando de tener esa
sensación de nuevo.
Mis ojos se ponen en blanco de placer. Sus piernas me rodean como un

tornillo de banco mientras me muevo dentro de su cuerpo.
“Mírame, Bella. Mírame mientras te reclamo”. Es como volver a casa. Esa

sensación de seguridad pura y absoluta.
Esos enormes ojos azules sostienen mi mirada y ella gime.
Dejo escapar un gemido bajo y gutural cuando su calidez me envuelve. Ella

es como fuego líquido, sus apretadas paredes se contraen y se liberan
alrededor de mi polla. Con cada embestida, puedo sentir la intensidad
aumentando, el calor irradiando a través de mi cuerpo en ondas.
Entierro mi cara en su cuello e inhalo profundamente, saboreando su

aroma. Huele a lluvia y rosas, una combinación de dulzura y almizcle en
un perfume embriagador que me embriaga.
Mis manos agarran sus caderas mientras la penetro más y más

profundamente, sus gemidos se hacen más fuertes con cada inmersión.
Puedo sentir sus músculos apretándose a mi alrededor, sus entrañas
apretándose y agarrando mi eje como si fuera parte de su propio cuerpo.
"He soñado con destruir este coño durante seis malditos años", le susurro al
oído. Ella responde con un suave gemido, sus labios húmedos e invitantes,
y me sumerjo en ella de nuevo con ferocidad.
En este momento, estoy más vivo que nunca en mi vida. Soy un animal
salvaje consumido por la pasión; una fuerza imparable de la naturaleza
desatada en el mundo. La llevaré más allá del placer y le mostraré lo que
significa estar verdaderamente violada. Y voy a disfrutar cada minuto.
Con cada embestida, ella jadea mi nombre contra mi pecho hasta que siento
que todo lo demás se desvanece excepto la sensación de estar
completamente enfundado en ella y listo para derramar mi semilla.
Nuestras caderas se encuentran con empuje tras empuje. Agarro su
garganta, empujándome con fuerza hacia ella, follándola violentamente
contra el colchón.
"¡Sin! ¡Sin!" Ella grita. "Ya voy. Ya voy."
Sus gritos, jadeos y gemidos llenan la habitación y mis pelotas se levantan.

Estoy a punto de correrme, y cuando sus paredes se estrechan a mi
alrededor y sus ojos se ponen en blanco, disparo mi carga profundamente
dentro de ella. Mi cuerpo se estremece mientras la lleno con las cuerdas de
mi semen. Y justo cuando creo que he superado las olas de mi orgasmo, me
golpea de nuevo y golpeo su coño hasta que grita.
Nos quedamos allí por un rato, jadeando y exhaustos, nuestros cuerpos

entrelazados y nuestros latidos disminuyendo al unísono.
"Estoy en casa, Bella."
Capítulo Tres
Bella
Estamos en la fiesta del decimoséptimo cumpleaños de nuestra amiga

Bailey y veo la mirada de Sin desde el otro lado del patio trasero. Mi
mandíbula se aprieta al ver a Julia tumbada en su regazo.
"Hola, Bella", mis ojos se dirigen al mejor amigo de Sin, Austin, quien me
sonríe, "Te pones más caliente cada vez que te veo". Sus ojos recorren mis
tetas con el top de bikini dorado y los diminutos pantalones cortos blancos.
Una sonrisa traviesa baila en mis labios mientras la mirada de Austin se

detiene en mi cuerpo. Los celos del pecado son palpables y no puedo
resistir la oportunidad de avivar el fuego. No me ha hablado desde hace
días, no desde esa noche. Con un movimiento juguetón de mis caderas, me
acerco a Austin, acortando la distancia entre nosotros.
"Bueno, Austin", ronroneo, pasando mis dedos por las definidas crestas de
sus abdominales, "tú tampoco te ves tan mal". Su sonrisa se amplía.
Los ojos de Sin se estrechan y su mandíbula se aprieta con fuerza mientras

observa nuestra interacción. Casi puedo sentir la tensión aumentando, una
tormenta lista para desatarse.
Austin se inclina más cerca y su voz es un susurro en mi oído. "Estás

jugando un juego peligroso, Bella".
Me río suavemente, mis dedos aún permanecen en su físico cincelado.

“¿Quién dijo que tenía miedo de un pequeño peligro?”
Justo cuando la atmósfera se electrifica con anticipación, Sin irrumpe con

los ojos en llamas.
“¿Qué carajo, hombre? ¿Coqueteando con mi hermana? Se enfrenta a

Austin.
"Hermano, relájate, solo estamos hablando", dice Austin, levantando las

manos en señal de rendición.
“Puedes hablar con otra persona. Bella está fuera de los límites”.
“¿Qué te da que pensar, hombre? Simplemente lo estamos pasando bien”.
Sus voces se elevan en una discusión cada vez más intensa, y no puedo
evitar sentir un revoloteo en el estómago ante la reacción de Sin.
Nuestros amigos se dan cuenta y forman un círculo alrededor del drama

que se desarrolla. Algunos chicos intentan evitar que los ánimos estallen,
pero Sin y Austin continúan intercambiando palabras acaloradas. Sus voces
son ahogadas por la música palpitante y el zumbido de la multitud. La
tensión llega a su punto de ruptura y, de repente, los puños empiezan a
volar y me doy cuenta de que mi pequeño juego de intentar poner celoso a
mi hermano ha resultado contraproducente.
El caos estalla con Sin y Austin en el centro. Es un torbellino de puñetazos,

gritos y cuerpos chocando unos contra otros. Miro impotente.
Los chicos intervienen, tratando de separarlos. Sus esfuerzos, aunque

caóticos, finalmente interrumpen la lucha. Sin y Austin son arrastrados
lejos el uno del otro, jadeando y cubiertos de sudor, con los ojos todavía
fijos en una mirada feroz.
Bailey da un paso adelante, con la cara roja como un tomate. “¿Qué carajo?
¡Suficiente! ¡Ésta es mi fiesta de cumpleaños! ¡Ustedes, imbéciles, no
arruinarán mi noche!
Mira fijamente a Sin y Austin, su voz llena de ira. "Será mejor que ustedes
dos salgan de aquí antes de que se arrepientan".
El silencio cae sobre nosotros y Bailey los mira fijamente hasta que se
separan de mala gana.
"Mi auto, ahora, Bella", gruñe Sin, su voz cargada de deseo a pesar de su
enojo. Si los demás notan cómo me mira, no dicen nada, pero mi coño
palpita ante la intensidad de sus ojos.
Nos escapamos sin intercambiar palabras entre nosotros.
Sin me agarra del brazo mientras nos dirigimos hacia su coche, una
advertencia silenciosa de que no hablaré a menos que me hablen. Su agarre
es firme pero suave, y sus ojos me advierten contra más tonterías de mi
parte.
Me quedo en silencio durante el resto del viaje, sabiendo que cualquier

palabra equivocada podría desatar una ira aún mayor de la que ya he
provocado esta noche. La tensión en el coche es palpable y parecen pasar
horas antes de que lleguemos a casa.
Finalmente habla cuando nos detenemos frente a nuestra casa.
"Nunca vuelvas a hacer eso, Bella", dice en voz baja pero firme, enviando
escalofríos por mi columna a mi pesar.
Entramos a la casa sin decir una palabra más y él me lleva arriba, a mi

dormitorio. Una vez dentro, se vuelve hacia mí con firmeza en sus
movimientos y me mira fijamente a los ojos antes de cerrar la distancia
entre nosotros. En el pasillo, Sin me acerca. Nuestros padres están
durmiendo a unos metros de distancia. "No me hagas lastimar a ningún
cabrón que mire en tu dirección". Sus labios encuentran los míos entonces,
y todos los pensamientos de protesta huyen de mí cuando su lengua
invade mis labios. Empuja la puerta de mi habitación para abrirla y me
lleva hacia adentro.
Sus manos se mueven hacia mi abdomen desnudo mientras deja besos por
mi cuello. Puedo sentir su dureza presionando contra mí a través de sus
jeans, y anhelo que me tome.
"Cállate", sisea contra mi oreja, y mis pezones presionan dolorosamente

contra la parte superior del bikini que todavía llevo puesto.
"Y nunca, jamás te vistas como una puta para nadie más que para mí", dice,
pellizcando mis pezones con fuerza entre sus pulgares e índices.
Quiero protestar,directo acerca de nuevo, empujándome contra la pared y

metiendo dos dedos dentro de mí.
"Este coño está goteando, Bella", se ríe. "Pequeña zorra necesitada".
Cada embestida es como una descarga eléctrica que atraviesa mi cuerpo.
"Joder, Sin".
"Shh", dice, quitando los dedos y metiéndolos en mi boca. Sus rodillas

presionan mi coño e instintivamente me aprieto contra él. El sabor de mi
excitación es extraño, nuevo y muy caliente.
"Chúpalo".
Hago lo que dice, gimiendo entre sus dedos.
"Ahora, ven por mí".
Empuja sus rodillas con más fuerza contra mí, ayudándome con la fricción,
y en segundos, me corro, con fuerza allí mismo, sobre sus jeans.
Mis ojos se ponen en blanco y él mete los dedos más en mi boca hasta que
tengo arcadas.
Él exhala y yo respiro profundamente.
Se desabrocha los pantalones. “Ahora, hermanita, súbete a esa cama, con la

cabeza colgando del borde. Es hora de que te enseñe cómo tragarte una
polla, hermanita.
Su voz es baja y profunda, provocando escalofríos por mi columna. Hago

lo que me dicen sin dudarlo, mi cuerpo tiembla, anticipando lo que viene.
Él está encima de mí, con la polla gruesa y palpitante. Empuja su polla
entre mis labios.
"Abierto."
Respiro profundamente mientras él entra en mi boca lentamente,

centímetro a glorioso centímetro, hasta que golpea la parte posterior de mi
garganta. Se mantiene quieto por un momento permitiéndome adaptarme
a él, su polla deslizándose prácticamente por mi garganta antes de entrar y
salir. Toca mi garganta. “Respira, cariño”, me anima, pero no puedo. Tengo
arcadas, la saliva gotea de mi boca mientras él me usa por placer.
"Ahora tócate", me ordena, y deslizo mis dedos entre mi raja, rodeando mi

clítoris.
Siento que me acerco y sé que él no está muy lejos de mí. Su respiración es

áspera y entrecortada, provocando escalofríos por mi columna mientras
acelera sus embestidas. Intento controlar mi reflejo nauseoso, pero se
vuelve cada vez más difícil con cada segundo que pasa.
"Eso es, bebé", gime mientras sus movimientos se vuelven más frenéticos.
"Tómalo todo."
Y luego sucede. Se libera dentro de mí con un profundo gemido gutural

que resuena en las paredes, empujándolo al límite y enviándome a un
intenso orgasmo poco después de él.
AHORA
El pecado es insaciable. Cuando creo que ya ha tenido suficiente, está listo

para empezar de nuevo. Una y otra vez. Me ha follado en carne viva y
todavía me duele el coño por su polla, que me golpea a toda velocidad. Sin
había sido implacable con su agresión sexual a mi cuerpo y no podía
decirle que se detuviera. Le debía tanto. Le debía mi vida. Ni siquiera sé
cómo me siento con todo esto. Mi hermano acaba de salir de prisión y el
primer lugar al que vino fue a buscarme. Y yo soy responsable de eso. No
podía alejarme, así que le escribí cartas. Y cuando me respondió, sentí que
finalmente podía respirar.
Pero Sin es como una bestia en este momento, devorando mi coño con su
lengua, sus dedos estirándome hasta que grito, de dolor, de placer, de puro
y absoluto alivio. Saborea mis zonas sensibles con fervor. Grito cuando tres
dedos me estiran, jadeando su nombre sin aliento en el aire de la noche.
Aumenta la intensidad con cada movimiento de sus dedos mientras toca

mi clítoris, introduciéndolos más profundamente dentro de mí hasta que
ya no puedo contenerlo. Mi espalda se arquea fuera de la cama mientras
una oleada tras otra de orgasmo se apodera de mí. El pecado parece
decidido a exprimir cada pedacito de deseo de lo más profundo de mí,
incluso si eso lo mata a él o a ambos.
"Necesito sentir más de ti, bebé".
"Yo... Sin... no lo sé".
Me mete cuatro dedos y dejo escapar un grito. Eso parece incitarlo y chupa
mi pezón. Los empuja hasta el fondo hasta que sus nudillos empujan
contra mí. Continúa follándome con los cuatro dedos.
“Necesito más, Bella. Esperé esto… te esperé”.
Y sus palabras se hunden hasta lo más profundo de mi ser. Quiero hacerlo

feliz. Quiero ser cualquier cosa que él necesite.
"Pon un poco de lubricante en tu mano y prueba con todos los dedos",

digo, sin siquiera reconocer mis palabras.
“¿Toda mi maldita mano? ¡Pues joder!
Se levanta y va hacia la mesita de noche. Cuando regresa a la cama, tiene

un tubo de lubricante.
"¿Está seguro?" Él pide.
Asiento y él comienza con tres dedos nuevamente, luego cuatro, todo

mientras chupa mis pezones. El dolor me hace gritar, pero el placer es muy
intenso. Él empuja sus dedos dentro de mí.
Respiro a través del dolor, las lágrimas me queman los ojos.
“¿Estás bien, Bel?”
Asiento y él empuja más hacia adentro. Mi cuerpo se resiste y su mano

finalmente pasa la sección más ancha y se desliza hacia adentro.
"Toda mi mano está en tu coño", gruñe, y me siento estirada más allá de las
palabras.
Gimo en voz alta mientras me folla con el puño, incapaz de respirar,

incapaz de creer que pueda llenarme así. Pronto se siente celestial. Saca su
mano, dejando algunos dedos mientras su pulgar rodea mi clítoris y me
corro. Mi orgasmo se apodera de mí.
Y justo cuando creo que ya no queda nada que dar, me folla fuerte y luego
aún más fuerte, enviando ondas de choque a través de mi cuerpo que me
mantienen soldada a la cama. El dolor se mezcla con el placer y también
me hace sentir completamente conectada con él. Su polla de nueve
pulgadas me empala. Y cuando llega el orgasmo, siento que me ahogo en la
lujuria, hundiéndome juntos en un mar de éxtasis.
Capítulo Cuatro
Sin
La casa está en silencio esta noche, salvo por el sonido de la lluvia cayendo
abajo y el chisporroteo de la chimenea. No he encendido las luces, ni
siquiera una.
Mientras me cierro sobre Bella, mis ojos fijos en ella, mi corazón se acelera,
mi pene palpita y le pregunto con voz ronca: “¿Estás lista para esto, Bel?
¿Listo para ser mío?
Con los labios temblorosos, ella asiente. La luz de la luna se filtra a través
de las puertas francesas abiertas de mi dormitorio, proyectando un brillo
que la hace parecer casi de otro mundo. “Quiero esto, Sin. Quiero que seas
mi primero, mi único”, susurra. “Hemos estado juntos toda nuestra vida y
quiero que tengas esto. A mí."
Me acerco cada vez más a él; Nuestros labios apenas se tocan. "Quiero
enterrarme tan profundamente dentro de ti, Bel, que olvidarás dónde
empiezo yo y dónde terminas tú".
Ella me acerca hasta que nuestros labios chocan, mis manos se enredan en
su cabello, mi espesa erección presiona contra su calor empapado. Deslizo
mi polla arriba y abajo por su raja y ella gime en mi boca. Es tan
jodidamente perfecta que me levanto, agarrando mi longitud y empujando
su entrada.
"Hazme tuya, Sin", susurra. La agarro con fuerza, empujándola una vez y
sintiendo resistencia; su coño me agarra como un vicio.
"Oh, joder, te sientes tan bien, bebé", le digo con un gemido mientras
empujo más profundamente, provocando un grito en sus labios.
"Grande. Eres demasiado grande", dice, casi sin aliento.
Eso me hace sonreír, me deslizo hacia afuera y vuelvo a entrar, empujando

su apretado coño.
"¡Mierda!" Ella grita cuando empujo lentamente más profundamente y más

rápido. Sus ojos se ponen en blanco de placer mientras su cuerpo tiembla
con cada golpe de mi polla. Puedo sentir sus paredes apretadas contra mí,
sus músculos temblando a medida que me adentro más en sus
profundidades.
Ella jadea ruidosamente cuando golpeo el lugar especial dentro de ella, y

su espalda se arquea sobre la cama.
"Oh, Dios mío", gime y se aprieta aún más a mi alrededor.
Acelero, empujándola con más fuerza que antes. Sus jadeos se convierten
en gemidos cuando golpeo ese punto dulce repetidamente. Casi me corro
cuando sus ojos se ponen en blanco de maravilloso placer y envuelve sus
piernas alrededor de mi cintura mientras la penetro con más fuerza.
"Más fuerte", suplica, moviéndose conmigo mientras nos volvemos uno en

nuestro ritmo apasionado.
A medida que nuestra respiración aumenta y nuestros movimientos se

vuelven más rápidos y urgentes, entonces ella se corre, las paredes se
tensan y aprietan mi polla dentro de ella. Mis movimientos se vuelven
erráticos mientras llevo mi orgasmo a casa, mis bolas se levantan y luego
mi cuerpo se estremece cuando entro dentro de ella.
Jadeando, me desplomo a su lado.
Ella se ríe, "Eso fue..."
"Increíble", termino, besando sus labios.
Nos quedamos allí tumbados, nuestros cuerpos sudorosos todavía bajando

de nuestra euforia. Beso su frente y la abrazo fuerte, sintiéndome
completamente contenta.
"Eres hermosa", le susurro, todavía abrazándola cerca.
Ella sonríe y tiene la cara sonrojada.
"Te amo, Sin", susurra y sonríe ampliamente.
"Yo también te amo", sonrío. "Y me encanta este puto coño".
AHORA
La miro dormir y no puedo creer que esté aquí después de todos estos
años. Su móvil no ha dejado de sonar. Nuestra madre. En todos mis años
en prisión, ella ni siquiera intentó visitarme. Quiero decir, ¿por qué lo haría
ella? Yo era la mancha en su vida perfecta. Siempre seré un recordatorio
del día en que su vida cambió. El día que su mundo se vino abajo, yo
estaba literalmente al volante. Bella se despierta, sus grandes ojos azules
instantáneamente encuentran los míos. Ella se estremece cuando intenta
moverse y la tomo en mis brazos.
"¿Un baño?"
Ella asiente, me bajo de la cama y me acerco a su lado. Sus ojos recorren mi

cuerpo. He cambiado en los últimos cuatro años, he envejecido y he
ganado volumen.
Bella se despierta, sus grandes ojos azules instantáneamente encuentran los

míos. Ella se estremece cuando intenta moverse y la tomo en mis brazos.
"¿Un baño?"
Bella asiente, me bajo de la cama y me acerco a su lado. Mientras camino,

sus ojos recorren mi cuerpo. He crecido, envejecido y ganado volumen en
los últimos cuatro años.
Levanto a Bella fácilmente, acunándola contra mi pecho y la llevo al baño.

La siento suavemente en el borde de la bañera y le preparo un baño tibio.
Cuando está listo, Bella interviene y se sumerge en el calor. Un grito de
alivio sale de sus labios y viaja directamente a mi polla.
Me siento en el borde de la bañera y la miro. No sé ni por dónde empezar.

Hemos estado separados durante tanto tiempo y hay tantas cosas que
discutir. Pero por ahora basta con sentarse en silencio y simplemente ser.
Después de un rato, Bella se recuesta y cierra los ojos.
"No deberías estar aquí, Sin", susurra.
“¿Dónde más estaría?”
Ella abre los ojos. “Ella me necesita, ¿sabes? Y ella nunca entenderá esto...
nosotros.
“Me has escrito casi todos los días durante los últimos cuatro años. Me
pediste que fuera a ti y ahora estoy aquí. No voy a renunciar a ti tan
fácilmente, Bel”.
Incapaz de resistir la atracción magnética que siempre ha existido entre

nosotros, me uno a ella en la bañera y mi cuerpo encaja perfectamente
detrás del de ella. Ella jadea cuando mi piel toca la suya. Cuando envuelvo
mis brazos alrededor de su pequeño cuerpo, ella se apoya contra mi pecho
y exhala.
“Me alejé de ti una vez, Bel. No lo volveré hacer."
Ella me mira, su mirada llena de deseo y miedo. Odio que ella tenga que
luchar contra este sentimiento entre nosotros. Joder, entiendo por qué. Sufrí
por este sentimiento aquí mismo, perdí cuatro años de mi vida, pero lo
volvería a hacer en un puto instante.
La acerco más y beso su cuello y hombros mientras mis manos trazan

suavemente los contornos de su cuerpo, redescubriendo las curvas y caídas
que han perseguido mis sueños. Le enjabono el cuerpo con un poco de
jabón y le lavo el pelo. Ella gime cuando le masajeo el cuero cabelludo.
"Eres incluso más hermosa de lo que recuerdo", le susurro, besando su

oreja mientras palmeo su puñado de senos. "Voy a follarte ahora y, si tengo
suerte, pondré un bebé en tu vientre". Mi polla se endurece aún más al
pensar en ella hinchada con mi bebé.
La levanto ligeramente y empujo mis caderas hacia arriba, mi polla se

desliza fácilmente hasta que estoy enfundada en su apretado y húmedo
coño. Gimo de placer mientras ella se balancea hacia adelante y hacia atrás
encima de mí, su cuerpo tiembla bajo mi tacto y el agua salpica el borde de
la bañera.
"Fóllame más fuerte, Sin".
La follo más fuerte, mis dedos se hunden en sus caderas.
Envuelve sus brazos alrededor de mi cuello, presionándose contra mí con

un suspiro entrecortado.
“Eso es todo, cariño; dame todo lo que tienes”.
Giro su cabeza hacia la mía y capturo su boca en un beso hambriento

mientras la penetro más profundamente. Puedo sentir que mi orgasmo
aumenta y alcanzamos nuestro clímax simultáneamente. Bella grita de
éxtasis, luego se hunde contra mí, jadeando por aire. Mi polla todavía late y
pulsa dentro de ella.
La envuelvo en una toalla después de que ambos nos secamos y la llevo de

regreso a la cama.
Capítulo Cinco
Bella
Ahora
"¿Dónde diablos estás, Bella?"
“Mamá, cálmate. Estoy bien."
“El oficial de libertad condicional de Sin llamó. Está fuera”.
"Oh, sí... no lo sabía". Sin me mira desde el otro lado de la habitación.
"Mamá. I…"
"¿Está seguro? ¿Puedes prometerme que no estás con él?
“Mamá… estoy con una amiga. Me reuniré contigo en un par de días”.
No sé que más hacer. No puedo dejar que nuestra madre sepa que estamos
juntos. Tiene reglas de libertad condicional. Tiene que consultar con su
oficial de libertad condicional todas las semanas. No puede beber, fumar ni
consumir drogas; Lo más importante es que no puede verme.
No soy tan tonto como para creer que lo que Sin y yo estamos haciendo
alguna vez será aceptable ante los ojos de la ley o la sociedad.
Cuando corto la llamada, me hundo en la cama junto a él, mirándolo por el

rabillo del ojo. Este nuevo extraño, un hombre que ya no es mi hermano.
No dice nada pero mira por la ventana como si buscara algo lejano. Sé lo
que debe ser para él ser tratado como un criminal cuando todo lo que hizo
fue amarme como yo quería que lo hiciera. Intentar empezar de nuevo pero
sentir que nunca volverás a ser el mismo.
Él también ha cambiado físicamente. Es mayor y más grande. Los tatuajes

cubren su cuerpo. El chico que me dejó hace cuatro años se ha ido, y en su
lugar está este hombre, todo asperezas y atractivo sexual.
Nos sentamos así hasta que Sin finalmente se mueve y se levanta. “Vamos
a comer algo”, dice en un tono casi resignado.
Asiento con la cabeza y lo sigo hasta la puerta. No hablamos mucho en su

camioneta, pero puedo sentir la tensión después de esa llamada con
nuestra madre.
“¿Dirás algo?” Pregunto.
"¿Que qué? Que no volverás con ella. Que no te dejaré ir. Ella es una mujer
adulta. Ella puede cuidar de sí misma”.
¡Le debemos algo! Grito, sin querer sonar tan duro como lo hice. Pero es la
verdad. Nuestra relación le quitó todo lo que ella conocía y amaba.
ENTONCES
"Más fuerte", gemí mientras él empujaba su polla dentro de mí. Desde que
empezamos a follar, Sin y yo no nos cansamos el uno del otro. Me alegro
mucho de no tener que quedarme callado esta noche. Nuestros padres
regresan tarde y tenemos horas para disfrutar el uno del otro. Estamos en
su cama, una sucia fantasía nuestra. Se inclina y mete la lengua entre mis
labios mientras juega con mis tetas. Gimo en su boca cuando sale y vuelve
a entrar. Me encanta sentirlo dentro de mí, la forma en que me estira por
completo.
"Dios, tu apretado coño se siente tan bien", gime mientras bombea más
rápido y más fuerte dentro de mí. Mis manos recorren su espalda y su
firme trasero.
“Mmm… folla más fuerte a tu hermana pequeña, Sin. Dame tu gran polla,
hermano mayor”.
“Te gusta esto, ¿no, pequeña zorra? Tomando mi polla en ti. Ordeñarme
hasta dejarme seco.
Sonrío, acercando su rostro al mío nuevamente y besándolo fuerte. “Tengo

tantas ganas de que vengas dentro de mí. Necesito tanto que vengas en mí.
¡Por favor!" Hemos tratado de tener cuidado después de esa primera vez
que usé condones o de que él se corriera sobre mi estómago o mi cara en
lugar de dentro de mí, pero ahora lo necesito tanto.
Levanta y dobla mis piernas y las empuja junto a mis hombros. Grito por lo
profundo que está llegando.
"Maldita zorra", gruñe mientras me golpea contra el colchón.
“Fóllame, Sin. ¡Oh Dios, fóllame más fuerte!
Me empuja más rápido, sus caderas chocan contra mí. "Hermana, voy a
llenar tu coño ahora. Joder, tu coño se siente tan bien.
"Ven dentro de mí", gimo.
"¡Oh, joder, sí!" Él gruñe mientras su polla palpita dentro de mí y su semen

húmedo llena mi coño. No deja de bombear, sino que alcanza para
pellizcar mi clítoris y luego lato a su alrededor, perdiéndome en su
sensación.
"¡Ya voy! ¡Dios mío, ya voy!
"¿Qué carajo está pasando?" Escucho a mi padre un segundo antes de que

me arranque a mi hermano. El semen todavía llora de la polla de Sin. El
puño de mi padre conecta con la cara de Sin y un grito se libera desde mi
interior. Mi mamá está ahora en la habitación, mirando la escena frente a
ella, nuestra desnudez revela todo lo que necesita saber.
"¡Salir! ¡Vete a la mierda! Papá está arrastrando a Sin por el cuello fuera de
la habitación y yo salgo corriendo de la cama, tratando de llegar hasta ellos.
"¡Vestirse!" Dice mi madre, agarrándome del brazo e impidiéndome salir

de la habitación. Una mirada a sus ojos, el disgusto que hay allí me hace
ponerme la ropa al azar. No nos decimos una palabra como lo hago yo.
Cuando termino, me dice que vaya a mi habitación y me quede allí. Puedo
oír a Sin y a mi padre discutiendo en algún lugar de la casa. Sólo quiero ir
con él. Estar a su lado y decirles a nuestros padres que nos amamos, que
esto no es como ellos creen.
No sé cuánto tiempo estoy sentada allí, pero pronto mis ojos se vuelven
pesados y me acurruco en la cama, rezando para que todo esto sea una
pesadilla.
AHORA
Volver a esa época siempre me duele el pecho. Sin se detuvo en un Drive-

through y compró tres hamburguesas con queso, dos para él y una para mí.
Mastico papas fritas mientras regresamos.
“No es culpa tuya”, dice, rompiendo el silencio. Lo miro, las luces del
tráfico que viene en sentido contrario cruzan su rostro. “Lo que pasó esa
noche no es culpa tuya. Si alguien aquí es inocente en todo esto, eres tú”.
Sacudo la cabeza. “Sé que te gusta creer eso, Sin, pero te dejo cargar con
toda la culpa. Podría haberme esforzado más en decirles la verdad, en
verte… antes de que todo sucediera”.
Toma mi mano y me tira sobre el asiento del viejo Chevy hasta que estoy
recostada contra su costado. Uno de sus contactos desde prisión le conectó
con el camión, la cabina y los suministros. Es temporal. Tiene un trabajo en
las montañas y quiere que vaya con él.
Estoy destrozado. Amo el pecado. Quiero estar con él, lejos de todos y de
todo lo que pueda separarnos. Pero mi madre me necesita.
Capítulo Seis
Sin
M i padre me dio una hora para empacar mis cosas y salir de casa
después de que admití que había sido yo quien inició la escena
ilícita en la que entraron. Que amenacé a Bella y la obligué a
tener sexo conmigo. Que sucedió una vez y nunca antes. Recibí la bofetada
que me dio mi madre en la cara. Guardo algunas mudas de ropa, dinero de
mi fin de semana y trabajos de verano, que es hasta donde llegaba mi plan.
Papá me llevaría a la estación de autobuses y de allí en adelante estaría
solo.
Odiaba no poder siquiera despedirme de ella, pero sabía que era lo mejor.
Mi madre ni siquiera podía mirarme. El disgusto estaba escrito en todo su

rostro. Me subí al auto y ni siquiera miré hacia atrás.
"Lo que hiciste, no hay vuelta atrás, así que mantente alejado de Bella".
Asiento con la cabeza. “Lo dejaste claro, papá. Me voy."
“Perdiste el derecho a llamarme así. ¿Que hiciste? Debería…”, se calla.
Mi padre me dio una hora para empacar mis cosas y salir de casa después
de que admití que había sido yo quien inició la escena ilícita en la que
entraron. Que amenacé a Bella y la obligué a tener sexo conmigo. Que
sucedió una vez y nunca antes. Recibí la bofetada que me dio mi madre en
la cara. Llevo algunas mudas de ropa y dinero de mis trabajos de fin de
semana y de verano, y hasta ahí llegó mi plan. Papá me llevaría a la
estación de autobuses y de allí en adelante estaría solo.
Odiaba no poder siquiera despedirme de ella, pero sabía que era lo mejor.
Mi madre ni siquiera podía mirarme. El disgusto estaba escrito en todo su

rostro. Me subí al auto y ni siquiera miré hacia atrás.
"Lo que hiciste, no hay vuelta atrás, así que mantente alejado de Bella".
Asiento con la cabeza. “Lo dejaste claro, papá. Me voy."
“Perdiste el derecho a llamarme así. ¿Que hiciste? Debería…”, se calla.
Mi padre jadea.
"¿Estás bien?" Pregunto, en pánico.
De repente, mi padre tiene dificultad para respirar y estaciona el auto a un

lado de la carretera. Su agarre se aprieta sobre su pecho mientras lucha por
entrar un poco de aire, pero no parece que esté funcionando. Ayudo a
guiar el volante a pesar de que él intenta alejarme.
Mi corazón deja de latir en ese momento, no sé qué debo hacer ni cómo

ayudarlo, pero el miedo y la desesperación me invaden, salgo del auto y
corro hacia el lado del conductor.
“No”, protesta mi padre mientras lo ayudo a salir del asiento del conductor
y sentarse en el asiento trasero.
Salto al asiento del conductor.
"Papá, ¿qué diablos está pasando?" Pregunto.
“Duele…”, dice.
No lo sé con seguridad, pero parece que le está dando un infarto.
“Hospital”, dice, y sin pensarlo dos veces, me doy la vuelta y me dirijo

hacia el hospital.
Mi padre está sudando ahora y puedo verlo por el espejo retrovisor. Sus
ojos se ponen en blanco.
"¡Papá!" Grito, y cuando mis ojos vuelven a centrarse en la carretera, me

doy cuenta demasiado tarde de que me he desviado hacia el carril
contrario. Me dirijo directamente hacia un auto e intento desviarme de

nuevo, pero las luces son demasiado brillantes y el mundo se mueve
demasiado rápido, y luego siento el impacto en mis entrañas, y estoy
siendo suspendido, y todo se pone negro...
AHORA
Sin,
Mamá está en espiral, Sin. Ella me necesita más de lo que crees. Sé que quieres que
siga con mi vida, pero ella no ha estado sobria ni un solo día desde que te
sentenciaron. Sé que crees que me está usando como vicio, pero después de que
papá murió, después de que descubrió lo nuestro, todo es demasiado para ella.
Tengo que estar aquí. Te amo. Te necesito. Te extraño.
Después de cuatro años, vuelvo a reclamar lo que es mío. Mi niña ya no

será prisionera de mi madre. De pie en la puerta de la antigua casa de mi
infancia, levanto la mano para llamar a la puerta azul marino. Mamá abre
la puerta y casi jadeo al verla. Sus ojos azules están apagados, con bolsas
debajo. Su cabello castaño, que alguna vez estuvo perfectamente peinado,
ahora es gris en un moño en la nuca. Mamá es delgada, espantosamente
delgada.
"¿Qué estás haciendo aquí, Sinclair?" Ella pregunta, su voz ronca. La voz de
un bebedor. Apesta a alcohol.
"Necesitamos hablar."
Ella se cruza de brazos. “No tengo nada que decirte. ¿Sabe su oficial de
libertad condicional que está en nuestra puerta?
“¿Está ella en casa?” Pregunto, haciéndome el tonto.
Ella suspira. "No, pero podría estar en casa pronto". Oh no, ella no lo hará.
"No tardaré tanto".
Ella suspira y luego se hace a un lado para dejarme. La nostalgia me invade

cuando entro a mi antigua casa. Flashbacks de Bella y yo cuando éramos
niños, corriendo por estos espacios habitables, riendo. Nuestro papá
haciendo girar a nuestra madre por el comedor. Tiempos más felices y más
sencillos.
“Estoy escuchando”, dice mi madre, sacándome de mi ensueño.
Después de todos esos años en prisión, pensé en lo que le diría. Pensé en

esa noche, cuando los paramédicos y los trabajadores de emergencia me
sacaron de los escombros. El cuerpo sin vida de mi padre siendo cortado
del mismo montón de metal. Había muerto de un ataque al corazón,
confirmó la autopsia. Ninguno de los dos sufrió heridas que pusieran en
peligro su vida, pero a los ojos de mi madre, yo asesiné a mi padre. Ahora
me mira con el mismo odio que la mañana que la llamaron al hospital.
Nunca pude asistir al funeral de mi padre. Para entonces ya estaba

arrestado. Mamá me denunció y dijo que obligué a mi hermana a hacerlo.
No lo negué. Vi a Bella sólo una vez y ella quería decirles a todos que
nunca fue coaccionada, que todo fue consensual, pero no la dejé. Hizo su
promesa.
“Hace años, dejé que me culparas por la muerte de papá, pero tú y yo

sabemos que sufrió un ataque cardíaco. Murió minutos antes del
accidente”.
Ella se burla: "Un infarto provocado por la suciedad que tuvo que
presenciar".
"Puede ser difícil de aceptar o incluso comprender, pero Bella y yo no

pudimos evitar lo que sentíamos el uno por el otro, entonces y ahora".
Sus ojos se abren. “¿La has visto?” No tenía intención de hacer esto. Bella ni
siquiera sabe que estoy aquí.
Me encojo de hombros, “Eso no es importante. Lo que importa es que

tienes una opción, dejar que Bella viva su propia vida en caso de que
puedas verla y tener una relación con ella, o no volver a verla nunca más. Y
si mis oficiales de libertad condicional se enteran de mi pequeña visita,
pueden esperar lo segundo”.
Abre la boca para decir algo, pero sus hombros se hunden y se deja caer en
una silla.
"No puedo perderla a ella también", susurra, con los ojos llenos de
lágrimas. "No puedo prometer que estaré bien con que mis hijos tengan ese
tipo de relación, pero no te causaré ningún problema".
Asiento, luego me giro para irme. "Por si sirve de algo, te amo, madre".
"¿De verdad ella dijo eso?" Bella dice, riendo y sentándose a horcajadas
sobre mí después de que nos desnudamos.
Paso mis manos por su cabello y ella guía mi polla hacia los labios de su
coño, frotando la punta contra su clítoris y bajando por su raja.
"¿Cómo carajo puedo concentrarme cuando estás haciendo eso?"
"Dime", dice, haciendo pucheros, provocando mi punta contra su abertura.
"Oh, joder bebé, hagamos esto y hablaremos más tarde".
Se sienta en mi regazo hasta que estoy completamente enfundado en ella.

Tiene la cabeza echada hacia atrás, las tetas son tan jodidamente perfectas
que tengo que apretarlas mientras le pellizco los pezones. Cuando pierdo la
batalla para detenerme, la empujo, enterrando mi polla en el resbaladizo
coño de mi dulce hermana.
Mis manos se mueven hacia sus caderas y la guío hacia arriba y hacia abajo
más rápido. Ella jadea más fuerte y trata de taparse la boca con la mano.
¿Cómo puede una mujer sentirse tan jodidamente perfecta? Las paredes de
su coño envuelven mi polla en un estrangulamiento, cálidas y húmedas y
absolutamente llorando.
Ella rebota arriba y abajo por mi longitud, los libros se mueven. Los ruidos
que está haciendo son demasiado jodidamente insoportables.
"Fóllame, cariño, eso se siente tan bien". Gimo mientras ella sube y baja
sobre mi polla. Su culo perfecto presiona contra mis muslos, y cada vez se
agacha. Me agacho y rodeo su clítoris, y eso la vuelve loca. Ella agarra la
almohada a cada lado de mi cabeza, inclinándose para besarme mientras
me folla la polla más fuerte que nunca.
"Estoy tan cerca, bebé", gemí.
"Yo también. Ven en mí, Sin. Quiero sentir que llenas mi coño".
"Oh, joder". Gruño, volteándonos para que ella esté debajo de mí. La
empujo con fuerza y ella gime hasta alcanzar el orgasmo y grita mi
nombre. Eso es todo lo que necesito para llenarla con mi semilla. "Mierda.
Mierda. bella. Mierda."
Capítulo Siete
Bella
Ahora
Paso mis uñas por el pecho desnudo de Sin mientras me cuenta sobre su
conversación con nuestra madre.
"Quiero mudarme contigo, Sin", digo las palabras que he estado

reflexionando. Nuestra madre puede dejarnos en paz, pero nunca aceptará
realmente esta relación y no quiero vivir mi vida bajo su escrutinio.
Parece un niño abriendo regalos la mañana de Navidad.
"Lo dices porque no puedes recuperar esa mierda", dice, apretándome

contra su pecho.
“Sin, no hay ningún lugar en el que preferiría estar que contigo. He pasado
cuatro años anhelando exactamente esto y no puedo dejarlo pasar. Yo
también merezco una vida”.
"Te amo jodidamente", dice, agarrando mi barbilla y presionando sus

labios contra los míos.
"Yo también te amo."
"Ahora, ¿qué tal si eres una buena chica y te pones de rodillas?"
Mi coño se aprieta ante sus palabras. Todo lo que quiero es ser la ahijada de
Sin.
"Codos en el colchón", me ordena mientras me pongo en posición,

sintiéndome expuesta mientras se coloca detrás de mí, su dura polla
empujando mi estrecho agujero.
Me golpea el trasero una vez, grito y luego lo calma. “Qué culo tan bonito.
¿Hiciste lo que te dije que hicieras? ¿Preparaste ese agujero para mí?
Mi cara se calienta y él se ríe, abriendo mi trasero. "Joder, cariño, cada

centímetro de ti es perfecto, Bel".
Antes de que pueda tomar el siguiente aliento, Sin se sumerge y pasa su

lengua pecaminosa de arriba a abajo por mi raja de un agujero a otro. Besa
mi coño, luego mi culo. Nunca he sentido nada igual.
Y justo cuando creo que es todo lo que va a hacer, abre más mis nalgas y
mete su lengua justo en mi culo. ¡Mierda! Su dedo entra y sale de mi coño,
haciéndome gemir, y cuando se vuelve demasiado difícil de soportar, grito
y caigo de bruces sobre la cama.
Sin gruñe cuando su lengua se desliza fuera de mi trasero y me agarra

ajustando mis caderas. “Boca abajo, culo arriba”. Cuando obedezco, me
come el culo otra vez, hundiendo dos dedos más en mi coño, palpando
hasta el punto de que no puedo respirar ni pensar.
Ahora estoy empapado y él mete la lengua más profundamente en mi culo

mientras golpea mi coño con lo que ahora deben ser tres dedos. Me estiro
dolorosamente y dejo escapar un grito. Sus dedos deslizan mis jugos hasta
mi trasero, y luego hunde al menos un dedo en mi agujero arrugado. La
presión es demasiada, la agonía de verse estirado de forma tan poco
natural.
"Sí, eres amable y estás lista para mí, bebé", dice, besando mi nalga y
mordiéndola.
"Demasiado", digo. "Mucho."
“Puedes hacerlo bien, cariño. Tu culo es absolutamente perfecto para mi

polla.
"¿Fóllame, Sin?" Susurro y él saca los dedos y los reemplaza solo con la
punta. Inspiré y contuve la respiración.
Empuja mi trasero pulgada a pulgada, deteniéndose y esperando a que me

adapte antes de volver a entrar poco a poco.
Grito fuerte, crudo. “Esa es una buena chica. Grita por mí, cariño”.
"Estoy tan lleno de polla, Sin. Tan lleno."
"Cariño, ni siquiera he llegado del todo".
Se desliza hacia afuera y luego vuelve a entrar, esta vez más

profundamente, y juro que nunca había sentido algo así. Sus movimientos
son ásperos, implacables, sus caderas empujan hacia mí con un hambre que
envía ondas de deseo a través de mi cuerpo. Arqueo mi espalda contra él y
le ruego más. Golpea mi trasero con la palma de la mano y jadeo, la
sensación repentina solo alimenta mi deseo.
Su ritmo aumenta, sus bolas golpean mi coño y cada embestida me lleva al

borde del éxtasis.
"Tócate", me ordena, y hago lo que dice, frotando mi clítoris incluso

mientras él sigue golpeándome. Siento que perdería la cabeza a medida
que él acelera el ritmo. Mi ritmo coincide con el suyo hasta que me corro
duro. Y luego se tensa y se corre dentro de mí. Puedo sentir su cálida
semilla en mi trasero, goteando fuera de mí.
Nos quedamos así por unos momentos, nuestra respiración lentamente

vuelve a la normalidad, y luego él sale de mí y me lleva a la ducha, la abre
y me deja en el suelo. El agua tibia cae en cascada sobre nosotros, lavando
el sudor de nuestro sexo. Enterro mi rostro contra su pecho, sintiéndome
completa y absolutamente adorada.
Toma una pastilla de jabón y me lava, sus manos deslizándose arriba y

abajo por mi cuerpo. Su toque es suave pero firme, encendiendo chispas de
placer en mi cuerpo con cada golpe.
Cuando termina, le quito el jabón y le devuelvo el favor, frotando su pecho

y espalda y masajeando sus músculos. Bajo mis manos, enjabonándole las
caderas, el culo y las piernas. Su respiración se acelera cuando mis manos
bajan hasta llegar a su polla.
Lo tomo en mi mano mientras él cierra los ojos de placer al sentirlo entre

mis dedos. Lo acaricio suavemente de arriba a abajo mientras él se apoya
contra mí para apoyarse. Gime suavemente mientras aumento la presión
de mis caricias antes de finalmente volver a entrar dentro de mí bajo el
cálido chorro de la ducha.
Más tarde esa noche, nos acostamos en la cama escuchando la lluvia afuera.
Su brazo me rodea y mi cabeza descansa sobre su pecho. Besa mi frente,
cierro los ojos y siento que la satisfacción me inunda.
Trazo círculos contra su pecho con la yema del dedo y él tararea

suavemente. No decimos nada, pero el silencio es confortable y lleno de
amor.
Después de unos momentos, rompe el silencio. "Podría quedarme así para

siempre", susurra, y yo asiento con la cabeza. Nos quedamos allí durante lo
que parecieron horas, simplemente hablando y abrazándonos hasta que
finalmente nos quedamos dormidos en los brazos del otro.
El fin
Sobre el Autor
Lily Black es una autora independiente que escribe historias oscuras y deliciosamente tabú para alimentar tus deseos
más oscuros y desviados.
Correo electrónico: lilyblackbooks@gmail.com
Suscríbase al boletín para ver los primeros capítulos, extractos, obsequios y más
También de Lily Black
The Deviant Desires Novellas (novelas tabú)
Solo disponible en mi tienda Payhip y Eden Books
Obsesiones (Padre/Hija)
Lazos ilícitos (hermano/hermana)
Tentame (Estudiante/Profesor)
Olvido 1 (RH) (Familia)
Olvido 2 (RH) (Familia)
Corte final (padre/hija)

Entwined (Lily Black) Club de Las Mariposas

Cargado por

Información del documento

Título original

Derechos de autor

Formatos disponibles

Compartir este documento

Compartir o incrustar documentos

Opciones para compartir

¿Le pareció útil este documento?

¿Este contenido es inapropiado?

Copyright:

Formatos disponibles

Entwined (Lily Black) Club de Las Mariposas

Cargado por

Copyright:

Formatos disponibles

CʅυႦ ԃҽ ʅαʂ ɱαɾιρσʂαʂ

Reservados todos los derechos.

A toda chica buena con un lado malvado.

Sé que lo que estamos haciendo está mal,

Pero el encanto de lo prohibido es jodidamente dulce.

Luego ella fue arrancada de mí,

Cuatro años que he pasado esperando.

Porque una vez que la encuentre,

No la dejaré ir nunca más.

Estoy aquí, Bel.

Estaré aquí hasta que pueda estar donde tú estás.

Y entonces nunca estarás sola.

Nunca escaparás de mí.

Miro por la ventana del pequeño restaurante de Main. Afuera llueve a

Mi mamá y yo nos mudamos de estado. Es lo mínimo que puedo hacer.

Cuando salí de casa esta mañana, mi madre apenas estaba consciente

El chico guapo en el mostrador me sonríe, obviamente reuniendo el coraje

Miro la hora en mi teléfono y luego, suspirando, me levanto y dejo caer

Al salir del restaurante, me ajusto más la chaqueta, buscando refugio del

Lo siento mirando antes de verlo. Estás acostumbrado a mirar por encima

"Bella", dice una voz profunda antes de agarrar mi brazo y llevarme a un

"Sin..." Me detengo mientras mi mundo se vuelve negro.

No debería estar escribiendo. Si ella lo supiera, si alguien lo supiera, en realidad no

¿Está mal que te extrañe? ¿Está mal que piense en ti?

Cuatro años, ese es el tiempo que he esperado. Cuatro años de espera,

Ella está en mi cabaña. Un lugar pequeño y apartado junto al lago, fuera de

La desnudé y la volví a acostar en la cama, más que nada por precaución.

Mis pensamientos se remontan a la primera noche que nos quedamos así,

“¿Me lo mostrarás, Sin?” Estamos parados afuera de su habitación.

“¿Mostrarte qué, Bel?”

Se muerde el labio inferior, sonriendo. Tiene los ojos vidriosos por el

Mi corazón late con fuerza en mi pecho y mi polla crece en mis pantalones.

Nuestros padres estuvieron fuera el fin de semana y vimos una de sus

“No creo que pueda”, me tiembla la voz.

“Bella. Esto no es lo que hacen los hermanos”. Ella toma mi mano y la

“Solo acuéstate conmigo. Dime cómo hacerlo”. Ese tono entrecortado es mi

"Entonces no lo hagas", dice, quitándose los pantalones cortos y la ropa

“¿Mostrarte qué, Bel?”

Se muerde el labio inferior, sonriendo. Tiene los ojos vidriosos por el

Mi corazón late con fuerza en mi pecho y mi polla crece en mis pantalones.

Nuestros padres estuvieron fuera el fin de semana y vimos una de sus

“No creo que pueda”, me tiembla la voz.

“Bella. Esto no es lo que hacen los hermanos”. Ella toma mi mano y la

“Solo acuéstate conmigo. Dime cómo hacerlo”. Ese tono entrecortado es mi

"Entonces no lo hagas", dice, quitándose los pantalones cortos y la ropa

Mis dedos tiemblan contra su cintura y siento un tirón entre nosotros.

"Quiero tocarte", susurra, con una súplica en su voz.

“¿Son todos así de grandes?” Ella pregunta y le sonrío.

"Espero que nunca lo descubras".

Su mano recorre mi pecho y envuelve mi polla nuevamente. Dejo escapar

"Todavía no", susurro, agachándome y abriendo las piernas. Verla me deja

Llevo mis labios a su oreja y le digo: "Déjame mostrarte cómo se debe

“Oh, Sin, más, más…”

Puedo sentir sus músculos contraerse alrededor de mis dedos cuando

Bella finalmente rompe el silencio con una sonrisa siempre satisfecha en su

Sonrío, todavía duro como una roca. Ella se da cuenta y se sienta a

"Muévete hacia arriba y hacia abajo", gemí, apoyando mi polla sobre mi

Se mueve tentativamente mientras le explico lo que tiene que hacer, sus

Sus manos recorren mi pecho arriba y abajo. Estoy perdida en las

"Sí, así, cariño", me quejo.

De repente, todo se derrumba sobre mí cuando llego a mi clímax: culpa,

Bella parece sentirlo también, porque se detiene abruptamente y se baja de

Salgo de su cama y voy a mi habitación, apagando las luces mientras