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PRIVATIZACION DEL AGUA POTABLE “SEDALID” EN TRUJILLO:

¿PROVOCARIA ESTA MEDIDA, EFICIENCIA Y SOSTENIBILIDAD?


Autor: Gina Milagros Peña Huamán
Gmail: gpenah@unitru.edu.pe

RESUMEN:
Los Países latinoamericanos han seguido la tendencia de la privatización de los servicios
públicos a fin de conseguir una mayor eficiencia, captación de ingresos, capitalización de
deudas y obtención del capital privado en los recursos públicos para afrontar las crisis
económicas y sociales. El resultado en Perú frente a esta medida de privatizar los recursos
públicos solo ha generado la obtención de irregularidades, en muchos casos aumentos de
precios y tarifas y, en otros, no había una adecuada fiscalización por parte de los
organismos de control.
En este trabajo se analizará el cómo sería el impacto de la privatización del agua potable
“Sedalib” en la ciudad de Trujillo ya que por Decreto Supremo número 214-2019-EF, se ha
fijado el mínimo de 30% de participación privada en el accionariado de las empresas
públicas para estar fuera de todo control público de los sistemas administrativos,
estableciéndose así, la privatización, no solo de Sedalib, sino de todas las demás empresas
públicas del Perú, está claro que “la ley lo permite, pero no está en la agenda del
Gobierno ejecutarse esta medida”. En vista a esto también se analizará el manejo del
recurso hídrico y la condición del servicio si estuviera en manos del sector privado.

INTRODUCCIÓN:
El Agua, un recurso natural y vital para la humanidad y para todo ser viviente, que se
renueva a través del ciclo hidrológico, tiene un valor social, ambiental y estratégico para el
desarrollo económico y social del país.
Ha sido desde siempre un tema de debate como lograr una mayor eficiencia y sostenibilidad
de este recurso, es aquí donde sale a flote “La privatización del agua potable”, una medida
que sus partidarios defienden porque se llevaría: 1º. una gestión más eficiente y
transparente, ya que la gestión pública solo ha estado en vuelta en casos de corrupción y
eso se denota en empresas que han sido gestionadas por la élite política y sus posteriores
acciones inmorales sacadas a la luz; y 2º. Se permitiría la formación de precios basados en
criterios de oferta y demanda, lo cual sería un elemento fundamental para racionalizar el
consumo y poder analizar las inversiones en el sector desde la perspectiva de coste-
beneficio (lo que impediría el derroche de recursos y la toma de decisiones guiadas por
intereses políticos).
Pero los partidarios de la propiedad pública del agua podemos fundamentar nuestra
hipótesis en base a los antecedentes de fracasos de la gestión privada. En Perú los traspasos
de las empresas del sector público al privado (contratos concesionarios o de transferencias
de los derechos y obligaciones), solo ha generado la obtención de irregularidades, en
muchos casos aumentos de precios y tarifas y, en otros, no había una adecuada fiscalización
por parte de los organismos de control.
A nivel internacional, uno de los casos más paradigmáticos fue el de la llamada “Guerra del
Agua” en Cochabamba (Bolivia), donde la privatización del suministro hídrico en el año
2000 dio lugar a un estado de intenso malestar social al suponer un incremento del 35% en
los precios al consumidor. El conflicto se resolvió con la retirada de la empresa
comercializadora y el traspaso de la gestión a manos municipales, lo cual no ha impedido
que aún el servicio siga siendo deficiente, pero en frente a esta disyuntiva es preferible
optar por la gestión pública. Y es así como otros países como: Ecuador, Uruguay y
Venezuela han establecido en sus respectivas constituciones y leyes el acceso al agua
potable como un bien público o social, en contraposición a la matriz ideológica que concibe
a este recurso como un bien económico que debe ser adquirido en el mercado,
excluyéndose así el uso a quienes no lo pueden pagar.

DESARROLLO:
En los años noventa, bajo la hegemonía neoliberal, surgió la ideología de que todo lo
privado es mejor que lo público, es así que en el gobierno del Presidente Fujimori se
transfirieron al capital privado muchas empresas de gestión pública bajo el régimen de
concesión, como también se promulgaron varias leyes para promover la participación del
sector privado en el agua potable con el fin de financiar proyectos de infraestructura que el
sector publico era incapaz de solventar. Pero el proceso de reformas generó una reducción
de la eficiencia operativa, el agua no facturada representó el 43% del total de agua
producida y el deterioro de la situación económica de los últimos años de la década de los
90 originó un incremento de las conexiones ilegales, mejoro un poco la calidad del servicio
ya era con 14 días para atender un reclamo, y en la situación financiera se mostró grandes
pérdidas, pero esta etapa de pensamiento Neoliberal duro poco ya que se comenzó a
entender la importancia del Estado dentro de la sociedad como ente regulador, como
promotor del desarrollo, de las políticas sociales y de la inclusión social con igualdad para
todos.
Es así que en el sector de Agua potable, actualmente según el Decreto Supremo número
214-2019-EF, se ha fijado el mínimo de 30% de participación privada en el accionariado de
las empresas públicas para estar fuera de todo control público de los sistemas
administrativos, estableciéndose así la privatización, no solo de Sedalib, sino de todas las
demás empresas públicas del Perú, entonces se sabe que “la ley lo permite, pero no está
en la agenda del Gobierno ejecutarse esta medida”, no se está pensando privatizar
“Sedalib”, ni las otras empresas públicas, porque se toma al agua como un derecho público
y no como un bien, tal como lo indica la Resolución 64/292 de la Asamblea General de las
Naciones Unidas.

CONCLUSIÓN:
La privatización de “Sedalib” generaría un protocolo perverso donde se presentaría
beneficios privados y perdidas públicas, El sector privado en su intento de maximizar la
rentabilidad de sus inversiones plantearían elevados precios y tarifas del recurso, y esto
provocaría claras desigualdades en el acceso, de tal forma que los sectores con menores
ingresos se verían perjudicados.
Así dedicar su mayor esfuerzo a suministrar agua a los sectores sociales con mayor poder
adquisitivo, y excluir, a regiones con altas desigualdades económicas, Algo tan común en
actividades que se gestionan con herramientas de libre mercado y esto se vuelve más
injusto aun, cuando se recuerda que el agua es una necesidad básica imprescindible para
garantizar los derechos a la vida o a la salud.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Miguel Solanes. (1995). Privatización de los servicios públicos del Agua. Revista de la CEPAL,
Disponible en: https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/11994/1/056149162_es.pdf

Ariela, Ruiz C. (2007). Las privatizaciones en Perú: un proceso con luces y sombras, Revista
Nueva Sociedad Nº 207, Disponible en: https://nuso.org/media/articles/downloads/3410_1.pdf

Alberto Pasco. (2001). El Impacto social de la privatización y de la regulación de los servicios


públicos en el Perú, Documento de trabajo 35, Grupo de Análisis para el Desarrollo, Disponible en:
http://www.grade.org.pe/wp-content/uploads/ddt35.pdf

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