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TALLER ESTRUCTURA DE TEXTOS ACADEMICOS

PRESENTADO POR:
MARIANA CABALLERO LAGARES
ANGIE PAOLA FIGUEREDO ALVAREZ
MARIA CAMILA GIRALDO SOLORZANO
DARYN PAOLA MIRANDA ALTAMIRANDA

PRESENTADO PARA:
CARMEN MESTRA PADILLA

HORARIO
MARTES 10 A 11 AM
MONTERÍA, CÓRDOBA
UNIVERSIDAD DEL  SINÚ -ELÍAS BECHARA ZAINÚM
1. LENGUAJE
En el artículo “el agua fuente de vida”, se emplea un lenguaje formal ya que
requiere un protocolo en su forma, contiene un adecuado vocabulario y
estructuración de las oraciones, presencia de los signos de puntuación, se omiten
muletillas, vulgarismos, modismos y jergas.
Podemos encontrar unos términos especiales los cuales nos llevan a un ámbito
jurídico ambiental donde se va desarrollando la temática planteada. Algunos
términos que me indicaron este lenguaje fueron:
“ante esta situación resulta imperiosa la necesidad de tomar manos en el asunto”
“gestión integrada con las regiones”
“mejora de infraestructura y requerimientos mínimos en las plantas del
tratamiento”
“la administración del agua debe estar en pro del objetivo de cuidado y
conservación del recurso”
Entre otras…
2. ESTRUCTURA

 Introducción

El agua es un elemento esencial para la vida, ésta cubre el 72% de la superficie


de la Tierra y en el cuerpo humano ocupa un 55-78% de su masa dependiendo del
tamaño corporal; a pesar de ser vital para la existencia humana, la realidad se
muestra cada vez más abrumadora y preocupante: los efectos de la falta de
acceso y de la mala calidad del líquido afectan a millones de personas en todo el
mundo. En este panorama Colombia no se muestra como una excepción.
Lamentablemente, día a día millones de colombianos padecen de sed; otros, por
su parte, sufren por la mala calidad del agua que consumen, mientras quienes sí
tienen acceso a ésta, muchas veces, son suspendidos del servicio por no tener
con qué pagar las tarifas. Todo esto sin mirar la grave afectación acarreada sobre
los ecosistemas naturales por el alarmante calentamiento global.
Ante esta situación resulta imperiosa la necesidad de tomar manos en el asunto y
comenzar a plantear soluciones efectivas al problema. En el marco de la realidad
colombiana el debate gira en torno a la iniciativa ciudadana de un referendo por el
agua, por lo que resulta importante considerar, antes de establecer un mínimo
obligatorio para todos, la necesidad de poner en marcha estrategias, desde la
administración, dirigidas a conservar el agua a través de inversiones en cultura y
conciencia ciudadana, y no sólo centrar el debate en torno al precio. Sin lugar a
dudas, resulta necesario antes que nada reconocer la significativa participación
ciudadana encabezada por más de sesenta organizaciones sociales, entre las que
se encuentran:
• La Unión Nacional de Usuarios de los Servicios Públicos
• La Asociación de Vocales de Control de los Servicios Públicos.
• El Sindicato de Trabajadores de las Empresas de Servicios de Bogotá.
• Amigos de la Tierra.
• CENSAT y otras organizaciones más.
Estas instituciones han trabajado en la recolección de firmas a lo largo de todo el
territorio nacional; quizá esta iniciativa masiva a la utilización del referendo, como
un instrumento de participación ciudadana, hubiese sido poco probable y viable si
nos ubicáramos en el contexto antes de la Constitución de 1991, donde había
claramente mucho por escuchar y poco que opinar. Sin embargo, dicho contexto
enfrentó un indudable giro con la llegada de esta nueva constitución y la nueva
forma de Estado Social de Derecho. Aquella participación, vista como una utopía,
encontró respaldo en los diferentes mecanismos que hoy la Constitución Política
nos brinda para que podamos intervenir en los asuntos que nos interesan y que se
muestran como esenciales para nuestra vida. La posibilidad de que el pueblo se
organice planteando un referendo por el agua que conlleve a que todos tengamos
acceso a un mínimo de ésta, es algo que se podría calificar prácticamente como
“de nuevo puesto”, como lo señala A. Sánchez (2008):
“La participación ciudadana desde la década de los ochenta constituye, después
de la promulgación de la Constitución de 1991, no sólo una de las innovaciones
más importantes en el marco democrático sino también una perspectiva de
organización de la sociedad, que amplía el espacio de expresión ciudadana”

 Desarrollo

Sin embargo, y sin desmeritar el alcance logrado por este componente de


participación ciudadana, constituye también una tarea interesante analizar qué
tanto alcanzaría a responder, qué tan efectiva sería y qué tanto lograría detener la
propuesta de un referendo que garantice un mínimo vital de agua, que aborde las
problemáticas de calentamiento global, escasez de agua potable, depredación del
medio ambiente, entre otros aspectos que hoy aquejan a nuestro planeta.
Desde el punto de vista del beneficio de las fuentes de agua, resultaría poco
probable el alcanzar un impacto positivo sobre éstas, ya que en un país en el que
a pesar de las altos precios que se pagan por el servicio de agua, las personas
desafortunadamente no tienen una conciencia de ahorro y cuidado hacia ésta, una
medida como la que propone el referendo del agua podría tender a una
lamentable cultura de derroche del recurso.
Antes de tomar una medida como ésta resulta indispensable el desarrollo de una
cultura hacia el buen manejo del recurso hídrico, ya que sólo cuando los
ciudadanos re-aprendamos buenos hábitos de uso del agua, lograremos
comprender que gran parte de la razón básica de los altos precios que se pagan
por el servicio está relacionada con la gran cantidad de agua negra que hay que
descontaminar a causa del uso indiscriminado y excesivo.
Una medida como ésta encuentra un ejemplo ideal en el Acuerdo 347 de
diciembre 23 de 2008 del Concejo de Bogotá, por medio del cual se establecieron
lineamientos en lo referente a la política del agua, que encuentran su principal
fundamento en un fuerte componente de participación ciudadana, dirigida desde la
administración local. Ejemplos como éste se encuentran reflejados en aspectos
como:
• Eficiencia del agua.
• Ahorro del agua.
• Gestión integrada con la región.
• Uso de tasas ambientales del agua.
• Reutilización del agua.
• Uso de las aguas lluvias.
• Preservación, desde el distrito, de la totalidad de ríos y quebradas. • Inversiones
en cultura y educación ciudadana.
Los aspectos anteriormente mencionados son los medios más adecuados para
lograr un cambio en la comunidad, generando implicaciones positivas en el uso del
agua a partir del trabajo conjunto de toda la población.
Asimismo, se suma a la necesidad de una inversión en cultura y educación
ciudadana el deber de analizar, en nuestro país, el manejo de elementos de gran
importancia tales como: la planeación, el control, la vigilancia y la gestión para la
inversión pública. En cuanto a la planeación se puede observar que en Colombia
una parte considerable de las entidades territoriales poseen los suficientes
recursos financieros para brindar un buen servicio de agua potable y saneamiento
básico, pero el gran problema radica en que no se tienen las capacidades técnicas
y sociales suficientes por medio de las cuales se les pueda dar un uso adecuado a
los servicios públicos, en este caso, el agua. Es por ello que, en la medida en que
el manejo de los recursos financieros no cuente con una planeación sólida
proveniente de las entidades territoriales, resultará difícil cumplir con la necesidad
básica y fundamental de brindar a la totalidad de la población un adecuado
suministro de agua potable. De igual manera, resulta de suma importancia el tema
del abastecimiento de agua potable en nuestro país como punto clave para
adoptar nuestra postura en cuanto al referendo del agua.
Según un informe dado por la Defensoría del Pueblo, la mitad de Colombia
presenta problemas de abastecimiento de agua potable12, es así como 14
millones de habitantes padecen día a día la escasez de agua, especialmente, en
lo que concierne al sector rural, en el cual se puede apreciar la gran diferencia que
existe entre éste y el sector urbano en cuanto a cobertura de servicio de agua y
alcantarillado se refiere.
Lo que resulta aún más preocupante es que la oferta de este recurso esencial
para la vida puede verse reducida debido a la falta de un amplio y adecuado
cubrimiento en la labor de tratamiento de aguas residuales; aspecto que requiere
manejarse con una indispensable mejora de infraestructura y requerimientos
mínimos en las plantas de tratamiento, para así poder garantizar el acceso y
calidad del agua, sobre todo, en las zonas del país que resultan más afectadas.

 Conclusión

Todas estas razones sumadas a las anteriormente expuestas nos muestran


nuevamente que no resulta idóneo brindar el servicio mínimo de agua potable de
forma gratuita, sin antes subsanar los inconvenientes que aquejan a nuestra
administración de servicios domiciliarios y sin crear conciencia ciudadana en la
población, ya que las personas deben comprometerse a tener un adecuado
conocimiento de sus deberes y derechos como suscriptores de servicios públicos
y no dejar sólo en manos de la administración la puesta en marcha de medidas
efectivas en pro del cuidado adecuado del recurso hídrico.
Por otra parte, es importante que la ciudadanía conozca lo que comprende la tarifa
de servicios públicos, de este modo y para este fin, resulta pertinente referirse al
papel de la Ley 142 de 1994 con la cual se extendió el principio de
autofinanciación a todos los servicios públicos. Esto hace referencia a que las
tarifas por el servicio prestado deberán, entre otros aspectos, garantizar la
recuperación de los costos y gastos propios de operación, incluyendo la
expansión, la reposición y el mantenimiento. Al mismo tiempo que deberán
permitir remunerar el patrimonio de los accionistas en la forma en que una
empresa eficiente lo haría. Por último, también permitirán utilizar tecnologías y
sistemas administrativos que garanticen la mejor calidad, continuidad y seguridad
a los usuarios. Al respecto se podría entrar a observar que el problema en relación
a las altas tarifas requiere de un análisis de hasta qué punto éstas comprenden los
gastos que, como mencionamos anteriormente, generan tanto la prestación
efectiva del servicio como la purificación de las grandes cantidades de aguas
contaminadas por el uso indiscriminado de personas y fábricas.
Es por esto que para lograr un uso racional del recurso hídrico es necesario que
tanto la oferta como la demanda del servicio cumplan ciertas funciones. La oferta
necesita ofrecer un producto de calidad y ser capaz de reutilizar los productos ya
aprovechados. La demanda necesita evitar el despilfarro y crear una cultura de
ahorro del agua. Reiterando de esta manera la necesidad de reafirmar una
consciencia ciudadana hacia el buen uso del agua.
Asimismo, y según el criterio de S. M. Retortillo Baquer, la administración del
agua debe estar en pro del objetivo de cuidado y conservación del recurso: el
valorar la demanda de los recursos a partir de constatar las necesidades efectivas
y reales; fijar los caudales disponibles para evitar que se llegue a situaciones
deficitarias; así como la recuperación de aguas residuales (dentro de unos costos
razonables) y la implementación de una política de ahorro del agua. Las aguas
residuales, una vez tratadas, pueden destinarse a usos urbanos como el riego y la
limpieza, además, para usos domiciliarios relacionados con el aseo (esto implica
una doble red de suministro: una potable y otra para usos varios). Esta técnica ya
ha sido implementada en Israel, donde se reutilizan el 70% de las aguas
residuales. El éxito de una política de ahorro del agua radica en llevarla a cabo
acompañada de un programa organizado y metódico de investigación científica
permanente, que haga monitoreo de los distintos tipos de aprovechamiento.
De igual manera, al ser el agua un elemento esencial del ambiente, su
preservación, conservación, uso y manejo están vinculados con el derecho que
tienen todas las personas a gozar de un ambiente sano. Además, la conservación
de la calidad de las aguas, su disponibilidad y suficiencia para el consumo humano
se consideran esenciales para asegurar el goce y vigencia de los derechos
fundamentales a la salud, a la vida y a los demás derechos que se derivan de
éstos. Considerando, entonces, algunas de las variables que interfieren de manera
directa o indirecta en el consumo y manejo del agua, se podría agregar que una
de las razones por las cuales se insiste en la necesidad de fortalecer una cultura
ciudadana de ahorro es la relacionada con el lograr responder con nuestro
accionar a un adecuado desarrollo sostenible.
El desarrollo sostenido es una teoría que se dio a conocer a comienzos de los
años setenta, la cual es, a definición de la Comisión Mundial sobre Medio
Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas, nuestro destino común, en el
reporte Brundtland: “Aquel desarrollo capaz de satisfacer las necesidades de las
generaciones presentes, sin perjudicar o comprometer la habilidad de las futuras
para satisfacer sus propias necesidades”
Basados en este reporte debemos preguntarnos: ¿Estamos pensando en el
futuro? Probablemente, la respuesta de muchos sería que no. Diariamente
gastamos y contaminamos nuestros recursos de agua potable sin considerar los
problemas que esto acarreará a largo plazo. Es muy probable que en el futuro
nuestros hijos sufran de la escasez de tan valioso recurso como consecuencia de
prácticas inadecuadas que afectan nuestro medio ambiente y que,
lamentablemente, no tienen en cuenta el daño que le estamos causando a las
próximas generaciones, es decir, nuestra descendencia. ¿Este es el legado que
queremos dejarles? En esta medida, ¿responde la determinación de un mínimo
vital obligatorio de agua, a lo que realmente buscamos: el cuidado y conservación
de la misma?
3. IDEAS

 La falta de acceso al servicio de agua y la mala calidad del mismo son


problemas generalizados en Colombia

 Día a día millones de colombianos padecen de sed; otros, por su parte,


sufren por la mala calidad del agua que consumen, mientras quienes sí
tienen acceso a ésta, muchas veces, son suspendidos del servicio por no
tener con qué pagar las tarifas

 la administración del agua debe estar en pro del objetivo de cuidado y


conservación del recurso: el valorar la demanda de los recursos a partir de
constatar las necesidades efectivas y reales; fijar los caudales disponibles
para evitar que se llegue a situaciones deficitarias; así como la
recuperación de aguas residuales (dentro de unos costos razonables) y la
implementación de una política de ahorro del agua. Las aguas residuales,
una vez tratadas, pueden destinarse a usos urbanos como el riego y la
limpieza, además, para usos domiciliarios relacionados con el aseo.

 La conservación de la calidad de las aguas, su disponibilidad y suficiencia


para el consumo humano se consideran esenciales para asegurar el goce y
vigencia de los derechos fundamentales a la salud, a la vida y a los demás
derechos que se derivan de éstos.

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