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Seminario Diocesano de Matamoros

Instituto de Teología
Gabriel de la Cruz Santiago
Exhortación Apostólica: Catechesi Tradendae

La exhortación apostólica remarca la importancia de la catequesis como una consigna que


Jesucristo deja para sus apóstoles y que posteriormente se transmite a su Iglesia por el
mandato dado: hacer discípulos a todas las gentes, enseñándoles a observar todo lo que Él
había mandado. Con el tiempo todo este proceso se le fue conociendo como catequesis
refiriéndose al conjunto de esfuerzos realizados en la Iglesia para hacer discípulos, para
educarlos e instruirlos en la vida, y poder construir el cuerpo de Cristo.
Con el paso del tiempo se aprobó en 1971 el “Directorio general de la catequesis”, como un
documento para orientar la renovación catequética en toda la Iglesia, que define el papel y
la significación de la catequesis en la vida y en la misión de la Iglesia. Una de las
características importante dentro de la catequesis es que debe ser cristocentrica, y en que
destacan dos palabras: Persona, y la Doctrina de Cristo.
Encontramos la Persona de Jesús, que es el camino la verdad y la vida. Y encontramos la
doctrina como el misterio vivo de Dios, Jesús que hizo y enseñó otorgándole el título de
Maestro, en el que la vida entera de Cristo fue una continua enseñanza. Esta enseñanza se le
transmite a los Apóstoles después de la resurrección hacer discípulos a todas las gentes, y
ellos se lo transmite a las comunidades, a la Iglesia que gracias a ellos nace y se nutre de la
Palabra del Señor, la celebra en el sacrificio eucarístico y da testimonio al mundo.
La Iglesia continua con la enseñanza de los Apóstoles, haciéndose discípula del Señor, se le
ha llamado Madre y Maestra. Una forma donde la catequesis se renueva ha sido por medio
de los concilios, uno muy concreto es el concilio de Trento donde se remarca como
prioridad la catequesis. Dentro de la catequesis se marcan dos aspectos: derecho y deber de
la Iglesia. La catequesis es un deber sagrado es un mandato del Señor y es un derecho de
todo bautizado.
La catequesis como obra de la Iglesia, tiene responsables dentro de sus miembros
comenzando con los Obispos como los máximos responsables de la catequesis, el papa con
una responsabilidad primaria, e incluye a los sacerdotes, religiosos padres de familia como
responsables de la formación de la conciencia del creyente.
Toda catequesis no es de una forma abstracta, sino que sistematizada y organizada, y debe
de enseñar y alimentar la fe preparando una adhesión a Jesucristo, alimentando la vida
cristiana de los fieles. Toda catequesis debe estar en estrecha relación con el primer anuncio
del Evangelio, con los sacramentos; pero sobre todo que debe de desarrollarse en una
comunidad eclesial ya que fuera de ella corre el riesgo de esterilizarse.
Toda la catequesis no ocurre como un hecho aislado, ya que está en relación con la Palabra
de Dios, la Tradición y la Escritura como fuentes de la misma, siendo conducidos por los
pastores y del Magisterio.

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