Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Jesús devuelve la fe a su centro sin la formalidad externa. “Hay un modo infalible de vencer
el mal” dijo el Papa Francisco a la hora del Ángelus dominical: “Empezar por vencerlo dentro de
uno mismo”. Por esta razón el Santo Padre invitó a pedir a la Virgen María, “que cambió la historia
a través de la pureza de su corazón”, que “nos ayude a purificar el nuestro, superando ante todo el
vicio de culpabilizar a los demás y de quejarnos por todo”
Al comentar el Evangelio de la Liturgia del día que muestra a los escribas y fariseos
asombrados por la actitud de Jesús, que se escandalizaron al ver que sus discípulos toman alimentos
sin realizar las tradicionales abluciones rituales, el Papa dijo:
“También nosotros podríamos preguntarnos: ¿Por qué Jesús y sus discípulos descuidan estas
tradiciones? Al fi n y al cabo, no son cosas malas, sino buenos hábitos rituales, simples lavados
antes de tomar la comida. ¿Por qué Jesús no les presta atención?”
Devolver la fe a su centro.
“Es el riesgo de una religiosidad de la apariencia: aparentar ser bueno por fuera, descuidando
purificar el corazón. Siempre existe la tentación de ‘arreglar a Dios’ con alguna devoción externa,
pero Jesús no se conforma con este culto. No quiere lo externo, quiere una fe que llegue al corazón”
Tras recordar que Jesús dice a la multitud que "no hay nada fuera del hombre que, entrando
en él, pueda hacerlo impuro" y que, en cambio, es "desde dentro, desde el corazón" que nacen las
cosas malas, el Pontífice añadió:
“¡Cuántas veces culpamos a los demás, a la sociedad, al mundo, de todo lo que nos sucede!
Siempre es culpa de los ‘demás’: de la gente, de quien gobierna, de la mala suerte”
También afirmó que “parece que los problemas lleguen siempre de fuera”. Y que “pasamos
el tiempo repartiendo culpas; pero pasar el tiempo culpando a los demás es perder el tiempo”.
Por esta razón el Papa Francisco invitó a pedir al Señor “que nos libre de culpar a los
demás”. Y que pidamos asimismo “la gracia de no perder el tiempo contaminando el mundo con
quejas, porque esto no es cristiano”.
“Más bien, Jesús nos invita a mirar la vida y el mundo desde el corazón. Si nos miramos por
dentro, encontraremos casi todo lo que detestamos fuera”