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La Honra

El significado bíblico de la palabra honra deriva del hebreo kabôd que indica
gloria. Honrar a dios y a los padres, por ejemplo, implica alabar y estimarlos a
través de la obediencia, el respeto, la admiración y la retribución.
Sinónimos de honra son: respeto, estima, gloria y admira.
Romanos 13:7
“Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto;
al que respeto, respeto; al que honra, honra.”
Dios nos manda a honrar a quienes debemos honra, comenzando con nuestra
pareja, nuestros Padres, nuestros Pastores y a toda autoridad. Esta honra no
tiene requisitos ni condiciones. Esta honra debemos darla no porque la persona
lo merezca o no, sino porque es un mandato de Dios incondicional.
Cuando decimos: honrarás a tu padre y a tu madre, se refiere principalmente a:
obedecer y respetar a nuestros creadores en la tierra. Tratar de amarlos,
cuidarlos y tener un especial amor por ellos, ya que ellos siempre lo han tenido
y lo tendrán con nosotros. Esto aparece en el cuarto mandamiento.
En el Cristianismo, aquellas personas que no reconocen a Jesucristo, no están
honrándolo, están rechazando el verdadero amor.
Honrar en sí, depende de muchos grados y características, por ejemplo como
cristianos debemos de honrar a nuestros seres más cercanos, pero también a
otros. Las tareas que sirvan para ayudar al pueblo, son una forma de honrar a
nuestros semejantes. Dedicar humildad a los demás en el trato, hacer sentir a
los demás partícipe de nuestras vidas, mejorar la vida de los demás desde un
punto de vista altruista, es una de las más altas honras que podemos hacernos
a nosotros mismos y a los demás.
Acciones de la Honra:
1.- Obediencia
Éxodo 19:5
“Ahora pues, si obedeciereis mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi
especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.”
2.- Confianza
Salmo 18:2
“Jehová es mi Roca, mi castillo y mi Libertador; mi Dios, mi fortaleza, en Él
confiaré; mi escudo, el cuerno de mi salvación, y mi alto refugio.”
Jeremías 17:7
“Bendito el varón que se fía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.”

3.- Respeto
Romanos 12:9 y 10
“El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo y seguid lo bueno. Amaos los
unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a respeto, prefiriéndoos los unos
a los otros.”

El honor se origina en nuestros corazones y se refiere al valor que


personalmente le damos a algo o a alguien. Lo que otros subestiman puede ser
altamente valorado por alguien más y por lo tanto honrado. Honramos a otras
personas en la medida en que consideramos importante su posición y
contribuciones. Se nos ordena honrar a las personas por causa de su posición,
no por su desempeño. Se nos ordena honrar a:

 Nuestros padres y madres


Deuteronomio 5:16
``Honra a tu padre y a tu madre, como el SEÑOR tu Dios te ha mandado, para
que tus días sean prolongados y te vaya bien en la tierra que el SEÑOR tu Dios
te da”
Marcos 7:10
“Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldijere a su
padre o a su madre, muera de muerte.”

 A los ancianos
Levítico 19:32
“Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu
Dios tendrás temor: Yo Jehová.”

 Y a aquellos que gobiernan sobre nosotros


1 Pedro 2:17
“Honrad a todos. Amad la hermandad. Temed a Dios. Honrad al rey.”

Cuando honramos a Dios, estamos demostrando la alta estima que tenemos


por Él. Estamos reflejando su gloria en alabanza y adoración.
La Biblia muestra varias formas de honrar y glorificar a Dios. Le demostramos
una alta estima y reflejamos su carácter
 Siendo sexualmente puros
1 Corintios 6:18-20
“Huid de la fornicación. Todo pecado que el hombre comete, está fuera del
cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.”
“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en
vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?”
“Porque comprados sois por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y
en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.”
 Dando los Diezmos
Proverbios 3:9
“Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos;”
Malaquías 3:10
“Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa; y probadme
ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los
cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.”
 Y por vivir vidas dedicadas a Él
Romanos 14:8
“Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos.
Así que, ya sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.”

No es suficiente con simplemente honrarlo exteriormente. Dios desea el honor


que sale de nuestros corazones.
El Señor dice en Isaías 29:13
"Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra,
pero su corazón está lejos de mí"
Cuando nos deleitamos en el Señor, lo buscamos en todo lo que hacemos, y
hacemos elecciones que reflejan el lugar que Él tiene en nuestros corazones, le
damos el más grande honor.
Salmo 37:4
“Deléitate asimismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón.”
1 Crónicas 16:11
“Buscad a Jehová y su fortaleza; Buscad su rostro continuamente.”
Isaías 55:6
“Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está
cercano.”
Escrito está
Efesios 6:7
Sirviendo con buena voluntad, como al Señor, y no a los hombres;

¿ Qué es un servidor ?
Un servidor es el equivalente a un discípulo o a un apóstol dentro de la Iglesia. Es la
persona que ha recibido en su corazón el gran don de la fe, y ha experimentado una
de las gracias en su interior. La gran mayoría de las congregaciones crecen
especialmente cuando hay un proceso de servicio a los hermanos.
Lastimosamente, cuando emprendemos el camino del servicio, empezamos a subir la
cuesta de la fragilidad humana, que hace que suceda en ocasiones, que en vez de
servir y construir, generemos amargura, desazón o división del corazón de quienes
tienen que ver con nosotros; o lo peor, de quienes han de recibir el fruto de nuestro
servicio.
Un servidor bien formado, estará listo para producir fruto al ciento por uno donde
quiera que este: siempre será un fruto de bendición, porque lleva en su corazón las
virtudes del orden, la obediencia, la responsabilidad, el amor y la bondad.

El Servidor es la primera cara de la congregación, la primera impresión que recibe la


gente cuando llega por primera vez a la iglesia. ... Por eso necesario que los
servidores se aseguren de saludar a la gente cuando llegan, sobre todo si no los han
visto antes, ya que posiblemente sean visitantes.

¿Cuáles son las características de un servidor ?

 Tener una relación cercana con Dios


 Un conocimiento amplio y responsable de las Sagradas Escrituras.
 Un entendimiento profundo y minucioso de la voluntad divina.
 Una disposición comprometida y ferviente a la obediencia de todos los
mandamientos y leyes que Dios ha entregado a su pueblo.
 Obediente, responsable, honesto, sujeto, fiel, respetuoso, amable, cortés,
amigable.
 Vestirse de manera apropiada (uniforme)
 Tener mentalidad de equipo
 Indicar la ubicación de las áreas de aseo y de los demás servicios según sea
necesario.
 Hacer revisiones regulares por las instalaciones para asegurarse de que nadie
esté por los pasillos.
 Mantener las puertas del santuario cerradas durante el servicio.
 Mantenerse alerta en todo momento.
 Presentarse en la iglesia por lo menos 30 minutos (de preferencia 1 hora)
antes del servicio para asegurarse de que el local esté listo.
 Hacer que todos, tanto miembros como invitados, se sientan bienvenidos e
importantes.
 Ayudar a los visitantes a encontrar sus asientos.
 Ayudar a las personas con necesidades especiales a entrar y salir de la iglesia.
 Familiarizarse con el orden del servicio para asegurar el ingreso fluido de los
que lleguen tarde sin interferir con el servicio en sí.
 Estar vigilante en la puerta para que vigile la entrada y la salida de personas
 No enfadarse con ningún miembro de la iglesia. No es el lugar para juzgar ni
para llevar rivalidades menores.
 Servir de corazón, como si sirvieras al Señor y no a los hombres.
 Mantenerse siempre alerta y observador para saber si algún miembro o
invitado necesita algo.
 Evitar las conversaciones largas (incluso con los demás servidores).
 El ministerio de los servidores es parte vital de toda iglesia. Los servidores
representan a la iglesia de manera visible y ayudan a crear el ambiente en
preparación al servicio, además ayudan con el desarrollo fluido del culto.
Buenos días mis apreciados Pastores y Hermanos del *Centro de Alcance
Mundial Renuevo de Dios* el Señor Nuestro y Dios Nuestro les Bendice
abundantemente.
Hoy en día la música ha estado cambiando de manera significativa nuestra
forma de pensar y en algunas personas la forma de actuar, es por ello que aquí
les comparto éstas líneas y reflexionemos al respecto.

En una iglesia las personas se reúnen y cantan alabanzas con el fin de adorar a Dios,
para hacer conexiones espirituales, para traer la presencia de Dios.

Escrito está:
*Salmos 22:3*
*Pero tú eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel.*
Hermanos
Ahora estudiemos el lado contrario. Cuando decenas (un grupo cantando), miles (un
concierto) o millones (la radio,tv y youtube) se unen a cantos llenos de sexo, violencia
y placeres ¿ quiénes crees que habitan en esa adoración? O ¿qué crees que traerá?.
El mundo espiritual está lleno de demonios que susurran apostasía contra la fe.
*1º Timoteo 4:1*
*Pero el Espíritu dice expresamente que en los postreros tiempos algunos apostatarán
de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;*
y que merodean para habitar en el hombre, dañar su estado espiritual y por ende su
estado físico y estos necesitan entrar por algún lado a tu vida.

*Mateo 12:43-45*
*Cuando el espíritu inmundo ha salido del hombre, anda por lugares secos, buscando
reposo, y no lo halla.*
*Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada,
barrida y adornada.*
*Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran
allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero.*
Por ello piensa un momento y dime: ¿No te parece extraño el incremento excesivo de
homicidios, pecados sexuales, aberraciones, guerras y todo eso, en los últimos
tiempos cuando todo es más liberal?. Los demonios, se nutren y se conectan a este
mundo por medio de esa sutil adoración que a veces solo es una «inofensiva
canción», pero la verdad es que el fondo está trayendo lo peor del mundo espiritual a
nuestro mundo para dañar lo que Dios creó.
Así que no te unas a ese coro que alaba al diablo mundialmente, que no se ve malo o
no se siente malo… al principio, pero es como un embarazo que con el tiempo da a luz
o si lo ves de otra manera es como un cuerpo muerto que con los días se vuelve
putrefacción, bacterias e infecciones capaz de destruir muchas cosas a su alrededor.
*El Señor Nuestro y Dios Nuestro te Bendice y recuerda*
*Efesios 5:11*
*Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien
reprendedlas*

Padre eterno, gracias por haberme tomado en cuenta y escuchar mi oración. Perdona
todos mis pecados de estar poniendo atención a tanta inmundicia que entran por mis
oídos y los he guardado en mi corazón, ayúdame Padre amado a tener fortaleza para
no escuchar ni prestar atención a los chismes, habladurías y a tantas cosas que quieren
sacarme de mi comunicación contigo. Padre te pido protección y discernimiento para
estar atento y poder destruir al ladrón que pretenda venir a robarme la tranquilidad, el
gozo e intimidad contigo; que nada ni nadie venga a perturbar mi conexión con tu
Santo Espíritu, amén.
*Escrito está*
*Juan 10:10*
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; *yo he venido para que tengan
vida, y para que la tengan en abundancia.*
*La vida de la cual Jesús habla, es innegablemente la vida eterna.* En contraste con el
ladrón que viene para arrebatar la vida, Jesús da vida. La vida que Él ahora da es
abundantemente más rica y plena es eterna y, sin embargo, comienza de inmediato.
La vida de Cristo se disfruta en un plano más elevado debido a su sobreabundante
perdón, amor y dirección.
El ladrón viene por causa de la soberbia del hombre,
*Abdías 1:3-5*
*La soberbia de tu corazón te ha engañado, tú que habitas en las hendiduras de la
peña, en las alturas de tu morada; que dices en tu corazón: ``¿Quién me derribará por
tierra? Aunque te remontes como el águila, y aunque entre las estrellas pongas tu
nido, de allí te derribaré--declara el SEÑOR. Si vinieran a ti ladrones o salteadores de
noche (¡cómo quedarías arruinado!), ¿no robarían hasta que les bastara? Si vinieran a
ti vendimiadores, ¿no dejarían rebuscos?…*
Recuerda que los ladrones provocan ruinas en lo que natural; ya sea en tus finanzas,
en tu familia y también en tu vida espiritual, provocando desánimo, amarguras y
cualquier cantidad de acompañamientos que te llevan a desviarte del propósito de
Dios.
Es necesario, pues, que como hijos de Dios tengamos más cuidado (sobre todo en
estos tiempos) con lo que estamos escuchando, además no debemos prestar nuestros
oídos a los chismes, críticas y quejas de las personas; ya que es ese el momento que
aprovecha el ladrón para entrar y robar tu herencia espiritual, matar tu fe y destruir tu
conexión con el Espíritu Santo.
Les Bendigo mis Hermanos y recuerden
Juan 17:3
*Y ésta es la vida eterna: Que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo,
a quien tú has enviado.*

Escrito está:

*Salmo 34:17*

*Claman los justos, y Jehová oye, Y los libra de todas sus angustias.*

Señor, ayúdame a ser una persona justa que se ancla en Tu Palabra para obedecerla. Ayúdame
a tener un corazón limpio delante de Ti. Permite que viva en la seguridad de que Tú me ves y
respondes a mi clamor en el tiempo de necesidad, amén

Somos “justificados por la fe en Jesús” (Romanos 5:1), esto quiere decir que Jesús nos hace
justos y también nos hace uno con el Padre. El mismo Señor oró para que nosotros seamos
uno, así como Él y su Padre son uno.

Recordemos que *“el que se une al Señor un espíritu es con Él”*, esta es la razón por la cual
claman los justos y Jehová los oye. Porque Cristo nos promete que todo lo que pidamos al
Padre en oración creyendo lo recibiremos.

Esa es la enorme bendición de tener a Jesús en nuestro corazón, porque aunque el mundo nos
odie y suframos aflicciones por causa del Señor, tenemos la seguridad que Él nos oye.

Por esta razón sigamos practicando la justicia a través del sacrificio de Jesús. Sabiendo que sus
oídos están atentos al clamor de sus justos y que su presencia está en contra del pecado.

Les Bendigo mis Hermanos y recuerden

*1 Pedro 3:12*

*“Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones: Pero el
rostro del Señor está sobre aquellos que hacen mal”*
¿QUÉ SIGNIFICA VOLVER A LAS SENDAS ANTIGUAS?

Volver a la Senda Antigua es establecer las autoridades espirituales en la iglesia cómo están
descritos en Su palabra: Apóstoles, Profetas, Maestros, Evangelistas, Pastores, este es su único
modelo y por años ha sido marginado, escondido, alterado por otras cosas, pero llegó la hora
de volver al modelo bíblico, escritural y teocrático, Dios gobernando a través de estas
autoridades espirituales en Su iglesia.

La senda antigua es la necesidad de la iglesia de volver a Dios. Nuevo nivel de unción, de poder
y autoridad, milagros, sanidades y prodigios.

La senda antigua es la necesidad de la iglesia de VISIÓN fresca, ya no más por nuestra cuenta,
ni con habilidades humanas ni pensamientos intelectuales de hombres sino con la absoluta y
total dependencia del Espíritu Santo.

La senda antigua es la necesidad de la iglesia de un liderazgo verdaderamente espiritual.


Gente carnal, gente sin visión, gente sin unción, son estorbos en medio de los tiempos de
restauración que estamos viviendo. Es necesario un liderazgo espiritual, ungido, con visión y
con compromiso.

La senda antigua es la necesidad del milagro de LA HABITACIÓN DE DIOS en medio de la iglesia.


No es una visita temporal de Dios sino la permanencia de Dios en medio de nosotros, que
habite, que more y así gobierne, hable y dirija a su pueblo. En el nuevo testamento, el Espíritu
Santo estaba activo, presente, hablando, dirigiendo, guiando, disciplinando, revelando.

Volver a la senda antigua es extirpar la religiosidad de la iglesia. No más ceremonias muertas,


ritos sin vida, sin Presencia, sin poder, sin unción, ¡ya no más huesos secos! ¡Ya no más de vivir
de apariencia y sin profundidad espiritual! Dios va a comenzar a desenmascarar y a revelar.

Volver a la senda antigua es recibir una fresca unción. La unción no es por títulos, la unción y el
llamado es por obediencia, sumisión y entrega, en esa sumisión y entrega, la persona estudia
la Biblia sin exaltarse por ello, pero a la vez sin ser un ignorante de la Palabra.

Volver a la Senda Antigua es volver a recibir palabra del Espíritu que dé vida a la iglesia. Palabra
que te confronte, palabra que te cambie, palabra que te sane, palabra que te discipline,
palabra que te prospere, palabra que te libere, palabra que te dé victoria, palabra que haga
algo permanente en tu espíritu, palabra que produzca un efecto en tu vida, palabra de
revelación que te saque de donde estás y te lleve a aguas profundas

Volver a la senda antigua es extirpar la mundanalidad la tibieza Y LEGALISMO de su iglesia. Los


creyentes incrédulos, tibios y mundanos no podrán disfrutar de la gloria postrera que viene
para su iglesia porque no soportarán la corrección y la amonestación a caminar en rectitud y
santidad.

Volver a la senda antigua es restaurar la seriedad y el celo por las ofrendas y los diezmos en la
casa de Dios. 1Co. 16:2 dice que el primer día de la semana traían ofrenda “según habían sido
prosperados”, No un ritual de ofrenda sino “como habían sido prosperados.
Volver a la Senda Antigua es obedecer a las autoridades espirituales en la iglesia cómo están
descritos en Su palabra. Respeto, sumisión, obediencia.

Volver a la senda antigua es tener un EQUILIBRIO entre el espíritu y la palabra.

La palabra es espíritu y es vida es Jesucristo la palabra encarnada, y necesitamos más oración


más consagración, pero también necesitamos escudriñar, estudiar y aplicar la palabra a
nuestra vida cotidiana.

Volver a las sendas antiguas es tener el poder del espíritu para derrotar al adversario y ser más
que vencedores.

Volver a las sendas antiguas es tener el espíritu MISIONERO. Vivir gozar y trabajar, para Dios en
las misiones.
Bendiciones y Milagros
Es cierto que nosotros servimos a un Dios de Milagros. Pero agárrense, porque
lo que estoy a punto de decirles va a llegar como un shock total a algunos de
ustedes. La presencia del Señor no es cubrir tus necesidades a través de un
milagro.
Ahora antes de que ustedes piensen que yo he perdido toda mi fe,
escúchenme bien. Yo defino un milagro coma la suspensión o la superposición
de las leyes naturales y, personalmente yo he recibido muchos. No hay duda
en mi mente de que el Señor realiza milagros y los usa como la campana con
la que llama a la gente hacia Él.
Pero déjame preguntarte ¿preferirías recibir el milagro de la sanación o el vivir
con la bendición de la buena salud? ¿Preferirías que el Señor hiciera un
milagro para sacarte de la bancarrota o el ser tan bendecido financieramente
que El no tuviera que sacarte? Creo que la respuesta lógica para ambas
preguntas es obvia.
Siempre es mejor evitar los problemas, que es el resultado de vivir en
bendición; en lugar de tener que ser rescatado de los problemas, lo cual
requiere un milagro.
Hay tres razones importantes para preferir recibir a través de Dios bendiciones
en lugar de milagros.
Primera, las bendiciones previenen crisis, mientras que los milagros se
requieren en las crisis.
Segunda, una bendición es siempre un suministro mucho más abundante de lo
que es un milagro.
Tercera, los milagros son un ajuste o arreglo temporal, mientras que las
bendiciones son soluciones permanentes. Por lo tanto, si tú estás viviendo de
milagro en milagro, esto probablemente signifique que tú estás viviendo de
crisis en crisis.
La intención original de Dios para Su creación fue que funcionaran bajo Su
bendición en lugar de un milagro. Si el pecado no hubiese corrompido la
creación de Dios, no habría necesidad de los milagros. Todos serían sanos,
todos serían prósperos, y la lucha, la causa de las relaciones rotas y guerras,
nunca hubiera existido.
Desafortunadamente, hay corrupción en la tierra, y siempre habrá lugar para
los milagros. Sin embargo, Jesús no sólo nos perdonó por nuestros pecados, Él
nos redimió de la maldición y puso bendiciones en Sus seguidores.
Gálatas 3:13 dice, “Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose
maldición por causa nuestra, porque la Escritura dice: Maldito todo el que
muere colgado de un madero.”
Si nosotros creyéramos que somos bendecidos y actuásemos en
consecuencia, nosotros podemos evitar muchos de los problemas que nos
hacen ser candidatos para los milagros.

Déjame ejemplificarlo. Algunos creyentes oran para tener milagros financieros


pero no están practicando el principio de dar y entonces no funcionará. Ellos
saben que Dios los ama, entonces ellos están confiando y creyendo que se les
hará el milagro. Y eso es justo lo que se necesitaría. Ellos no están
obedeciendo la Palabra de Dios en fe, entonces ellos no pueden recibir la
bendición que Dios ha hablado sobre ellos.
El Señor nos dijo que trabajemos para que El pueda bendecir el producto de
nuestras manos y que si nosotros damos, nos será dado.
Leemos en 2 Tesalonicenses 3:10, “Cuando estuvimos con ustedes, les dimos
esta regla: El que no quiera trabajar, que tampoco coma.”
Deuteronomio 28:12 dice, “El Señor te abrirá su rico tesoro, que es el cielo,
para darle a tu tierra la lluvia que necesite; y hará prosperar todo tu trabajo.
Podrás prestar a muchas naciones, pero tú no tendrás que pedir prestado a
nadie.”
Lucas 6:38 dice, “Den, y recibirán dones gratuitos; la medida completa,
compactada, remecida, y rebosante se le pondrán en sus regazos. ¡Porque la
misma medida con que ustedes midan, será usada para medirlos a ustedes!.”
Si nosotros no le obedecemos a Él en estos mandamientos, es por ignorancia o
porque nosotros no confiamos completamente en Sus promesas. Eso no
significa que el Señor nos odie, pero significa que nuestra incredulidad está
deteniendo la bendición que Él ha pronunciado para que venga a posarse en
nuestras vidas.
Entonces la falta de fe en las bendiciones de Dios ocasiona que nosotros
entremos en crisis, y justo antes del desastre si nosotros continuamos fijos en
nuestra creencia para un milagro, recibimos justo lo suficiente para librarla.
Entonces al mes siguiente necesitaremos otro milagro.
Dado que los milagros son “sobrenaturales”, ellos nunca son permanentes. El
Señor creó las leyes que gobiernan la operación de Su creación. El algunas
veces, temporalmente, las suspende, pero la situación siempre regresa de
vuelta a su operación natural bajo dichas leyes.
Por ejemplo, si nosotros abusamos de nuestros cuerpos, podemos recibir el
milagro de la sanación. Pero si no se lidia con la raíz del problema, la
enfermedad regresará y necesitaremos otro milagro.
Pero cuando creemos en la Palabra de Dios y seguimos sus instrucciones, Él
nos enseñará cómo comer, ejercitarnos y disfrutar de salud emocional que
funciona como una medicina. El Señor prefiere mantenerte sano a través de Su
bendición que sanarte mediante un milagro.
Proverbios 17:22 dice: El corazón alegre es buena medicina; mas el espíritu
triste seca los huesos.
Y a diferencia de los milagros, una vez que la bendición es recibida, ninguna
fuerza externa puede detenerla:

Números 23:20: “He aquí, he recibido orden de bendecir; El dio bendición, y no


podré revocarla.”
La única cosa que puede detener la bendición de Dios en nuestras vidas es
nuestra incredulidad. Qué verdad tan poderosa. La maldición de Balaam no
pudo detener la bendición que estaba sobre la nación de Israel. La bendición
recibida en fe siempre triunfará sobre la maldición.
Entonces, ¿qué es la bendición de Dios y cómo la recibimos? Para empezar, la
bendición de Dios no es una cosa. La bendición de Dios producirá cosas, pero
la bendición no son cosas.
Gálatas 3:14 dice,
“Esto sucedió para que la bendición que Dios prometió a Abraham alcance
también, por medio de Cristo Jesús, a los no judíos; y para que por medio de la
fe recibamos todos el Espíritu que Dios ha prometido.”
La bendición de Abraham viene a nosotros a través de la fe en Cristo, y la
bendición no son las cosas que Abraham poseyera. ¿Te gustaría tener los
animales de Abraham que han estado muertos por cuatrocientos años?
¿Quisieras sus tiendas y sus vestiduras? No lo creo. Lo que tu quieres es el
favor de Dios que fue dicho sobre él y que le produjo la abundancia física y
espiritual.
Eso es lo que es la bendición de Dios, es Su favor divino hablado. Y eso es
bendición, si se mezcla con fe, producirá abundancia en cuerpo, alma y
espíritu.
Los milagros son temporeros, pero la bendición es eterna. Tus hijos no pueden
heredar un milagro tuyo, pero sí pueden heredar tu bendición. Un milagro que
Dios te dé a ti, tus hijos no lo pueden heredar, pero la bendición en la que tú
camines, se las puedes transferir a ellos. Por eso, en el Antiguo Testamento, lo
que se transfería era la bendición. Elías lo que le transfirió a Eliseo fue la
bendición. Jacob lo que le transfirió a sus hijos fue la bendición. Abraham lo
que le transfirió a su hijo, Isaac, fue la bendición. Y, cuando Dios le habló a
Jacob, lo que le dijo fue que Él le había dado una palabra a su padre y a su
abuelo, Abraham e Isaac, y Él la iba a cumplir con Jacob; porque Dios no
hereda milagros, pero sí hereda bendiciones. La bendición de Dios se puede
transferir. Cuando tú crías tus hijos con una consciencia de bendición, sus
vidas son totalmente diferentes porque no están buscando depender de nadie,
no buscan extender su mano para tomar; son gente que siembran, que dan,
que obedecen a Dios, que producen, que trabajan; saben que, cuando Dios les
ha dado una palabra, Él va a cumplir. No es que no pasen por problemas, pero
mientras caminan por esas dificultades, las convierten en prosperidad. (Salmo
84:6) Esa es la generación que tú tienes que levantar; gente empoderada, que
le crea a Dios, que camine con Dios. Lo que tus hijos van a recibir de ti es la
bendición; y esa bendición es la unción espiritual que tú cargas, es tu
consciencia, tu manera de pensar, de ver las cosas. Todo esto se transfiere,
mientras que los milagros no son eternos, sino temporeros. Un milagro que
Dios haga contigo, no se los puedes pasar a tus hijos; puedes pasarle el
resultado del milagro, pero no el milagro como tal. La bendición sí la puedes
pasar. Y Dios te ha llamado a transferir bendiciones a las generaciones.
¿Por qué entrar en el sistema de Dios? ¿Por qué diezmar? ¿Por qué reposar?
Porque la bendición se obtiene por obediencia. Tienes que reposar, por
obediencia. Tienes que diezmar y ofrendar. Tienes que amar a Dios por encima
de todas las cosas. Podrías seguir trabajando un rato más, pero Dios dijo que
descanses. Tienes que descansar. Dios dijo al pueblo de Israel que trabajara la
tierra 6 años y el 7mo descansara. La tierra seguía siendo buena, podía
producir; pero Dios dijo que descansaran, y tenían que hacerlo por obediencia.
Cuando te pones a pedir explicaciones, o a seguir trabajando la tierra cuando
Dios te dijo que descansaras, no vives en bendición.
Tú cuidas de tus hijos, porque son tus hijos. Procuras, en la manera que
puedas, dejarles algo; educación, por ejemplo. Pero, si quieren lo óptimo de ti,
tú les requieres que obedezcan. Y así es Dios. Él puede cuidar de ti, sin tú
diezmar y ofrendar; Él te da maná. ¿Por cuánto tiempo? Al pueblo de Israel, se
lo dio por 40 años. ¿Por cuánto tiempo lo necesitas tú? ¿40 años? Lo que tú
tienes que saber es que, cada vez que comas maná, no estás comiendo lo
óptimo de Dios. Lo óptimo viene cuando tú entras en contacto con Él, y eres tú
con Él haciendo, trabajando, esforzándote; entonces, la bendición de Dios
camina contigo.
Hay mucho más para contrastar las bendiciones y los milagros de lo que yo
podría presentar aquí. Si podemos hacer el ajuste para cambiar de una
mentalidad de milagros a una mentalidad de bendiciones, comenzaremos a
prosperar como nunca antes.
Para culminar mis Hermanos
La buena noticia es que ya estamos bendecidos. La mala noticia es que la
mayoría no conoce el poder de esa bendición.
Dios es Bueno.
A través de sus profetas, Dios reveló la existencia de un libro muy especial en
el que registra los nombres de personas particularmente valiosas para Él.

Este libro, “el libro de la vida del Cordero”, no es un libro físico, sino espiritual, y
le pertenece a Jesucristo (Apocalipsis 21:27). En él se encuentran los nombres
de quienes son considerados justos ante Dios y que, si permanecen fieles
hasta el fin, recibirán la vida eterna (Apocalipsis 3:5). Cuando alguien es
borrado del libro, significa que está destinado a morir para siempre (Apocalipsis
3:5; 20:15).

El Libro de la Vida se menciona por primera vez en Éxodo 32:31-32, cuando


Moisés le ofrece a Dios ser borrado de su registro diciendo: “Te ruego, pues
este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro, que
perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito”.

Pero Dios “respondió a Moisés: Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi
libro” (Éxodo 32:33). Por nobles que hayan sido las intenciones del patriarca al
tratar de proteger a Israel, Dios no negocia así con la salvación.

¿Quiénes están en el Libro de la Vida?


El Libro de la Vida contiene los nombres de quienes se han convertido al
camino de Dios y han dedicado sus vidas a servirle.

Moisés, por ejemplo, sabía que su nombre estaba en este libro y, ya que
Abraham, Isaac, Jacob y los profetas estarán en el reino de Dios, sus nombres
también deben estar en el registro (Éxodo 32:31-32; Lucas 13:28). Cristo dijo
además a sus discípulos: “regocijaos de que vuestros nombres están escritos
en los cielos”, y, en una de sus cartas, el apóstol Pablo nombró a varios “cuyos
nombres están en el libro de la vida” (Lucas 10:20; Filipenses 4:3).

¿Qué tienen en común Moisés y los destinatarios de Pablo? Tanto los profetas
y patriarcas antiguos como los miembros de la Iglesia de Dios tienen el don del
Espíritu Santo como garantía de que recibirán la vida eterna en el futuro Reino
de Dios (1 Pedro 1:10-12; 2 Pedro 1:21; Romanos 8:9, 11). Tener esta garantía
es sinónimo de estar inscrito en el Libro de la Vida (Malaquías 3:16-17).

¿Puede ser alguien borrado del Libro de la Vida?


Dios fue muy claro al respecto: “Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi
libro” (Éxodo 32:33).
Apocalipsis revela que “Si alguno añadiere a estas cosas [las palabras de la
profecía de la Biblia], Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este
libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará
su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están
escritas en este libro” (Apocalipsis 22:18-19).

Además, la Biblia dice que en los tiempos del fin resurgirá un sistema religioso
falso que estará basado en la adoración de un hombre, será comparable a la
adoración del mismo Satanás, y engañará a tantos, que lo “[adorarán] todos los
moradores de la tierra cuyos nombres no [estén] escritos en el libro de la vida
del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo” (Apocalipsis 13:8,
13). Sólo aquellos que se resistan a este falso sistema inspirado por Satanás
recibirán su recompensa (Apocalipsis 15:2; 17:8; 20:4).

La esperanza de los fieles


En una visión de Daniel acerca del “tiempo de angustia” que vendrá al fin de
esta era, Dios promete que “será libertado tu pueblo, todos los que se hallen
escritos en el libro [de la vida]” (Daniel 12:1).

Dios también le reveló al apóstol Juan que, cuando “la gran ciudad santa de
Jerusalén” descienda del cielo, “No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o
que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el
libro de la vida del Cordero” (Apocalipsis 21:10, 27).

Esta esperanzadora promesa se repite en el libro de Malaquías cuando Dios le


habla a su obstinado pueblo, Israel. Si bien el mensaje comienza como una
corrección y advertencia para los israelitas por haberse alejado de sus leyes
cuando Él pedía honra, fidelidad y obediencia, Dios luego promete dar vida
eterna en su Reino (escribir en el “libro de memoria”, o Libro de la Vida) a todo
el que le temiera por amor a su pueblo.

“Entonces los que temían al Eterno hablaron cada uno a su compañero; y el


Eterno escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que
temen al Eterno, y para los que piensan en su nombre. Y serán para mí
especial tesoro, ha dicho el Eterno de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y
los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve” (Malaquías
3:16-17).

Temer a Dios es tener un profundo respeto y amor hacia Él; amar a Dios es
guardar sus mandamientos, y guardar sus mandamientos es el único propósito
del hombre (1 Juan 2:5; 5:3; Eclesiastés 12:13).
Las Escrituras revelan que Dios conoce las obras de “los que temen al Eterno,
y… los que piensan en su nombre”, lo cual implica que siempre está atento a
sus conversaciones y sus actos de amor y misericordia (Malaquías 3:16; Mateo
10:42; 25:34-40). Como dice Hebreos 6:10, “Dios no es injusto para olvidar
vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre,
habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún”.

¿Qué más registra Dios?


Por lo que vemos en la Biblia, tal parece que Dios también lleva registro de
nuestra constante lucha por mantenernos en su camino a pesar de la tentación
y adversidad. Es por esto que, en un mal momento de su vida y estando
rodeado de enemigos, David (próximo a ser rey de Israel) le pide a Dios
recordar sus angustias pasadas: “Mis huidas tú has contado; pon mis lágrimas
en tu redoma; ¿no están ellas en tu libro? (Salmos 56:8).

Y, en cierta ocasión, Nehemías le rogó a Dios: “Acuérdate de mí, oh Dios, en


orden a esto, y no borres mis misericordias que hice en la casa de mi Dios, y
en su servicio”, lo cual nuevamente sugiere la existencia de un registro de
nuestras buenas obras (Nehemías 13:14).

¿Lleva Dios registro de nuestros pecados?


Todos seremos juzgados según nuestras acciones: “Dios traerá toda obra a
juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala” (Isaías
66:15-16; Romanos 1:18-32; Eclesiastés 12:14).

Después de regresar a la tierra, Cristo juzgará a la humanidad: “aclarará... lo


oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones” (1
Corintios 4:5). De hecho, Él mismo nos advierte que “de toda palabra ociosa
que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por
tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado” (Mateo
12:36-37).

Si bien estas Escrituras no comprueban que Dios tiene un listado escrito de


nuestros pecados, sí comprueban que sabe todo lo que hacemos; y ya que la
memoria de Dios es perfecta, podemos decir que lleva un registro.

Afortunadamente, hay algo que podemos hacer para que nuestros pecados
sean borrados y Dios los olvide para siempre: arrepentirnos y aceptar el
sacrificio que Cristo hizo para pagar la pena de muerte que merecíamos por
nuestros pecados (Hebreos 8:12).
El profeta Ezequiel fue inspirado a escribir: “apartándose el impío de su
impiedad que hizo, y haciendo según el derecho y la justicia, hará vivir su alma.
Porque miró y se apartó de todas sus transgresiones que había cometido, de
cierto vivirá; no morirá” (Ezequiel 18:27-28). En otras palabras, cuando un
pecador se arrepiente “todas las transgresiones que cometió, no le serán
recordadas”, “yo [Dios] soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y
no me acordaré de tus pecados” (Ezequiel 18:22; Isaías 43:25).

La base del juicio de Dios


En una visión del trono desde el cual Dios juzgará a la humanidad, Daniel vio
que “fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días... el Juez se sentó, y
los libros fueron abiertos” (Daniel 7:9-10).

Y en una visión similar, Juan vio “un gran trono blanco y al que estaba sentado
en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró
para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los
libros fueron abiertos” (Apocalipsis 20:11-12).

Estos libros son los libros de la Biblia, los cuales contienen las leyes de Dios —
que son los parámetros de su juicio; “fueron juzgados los muertos por las cosas
que estaban escritas en los libros, según sus obras” (v. 12).

Juan luego vio que “otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida”, pues,
cuando ya haya terminado el juicio, Dios revisará su registro “Y el que no se
halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego (vv. 12, 15).

¿Cuándo se ingresa un nombre al Libro de la Vida?


El primer paso hacia la salvación es creer en el evangelio de Jesucristo. El
siguiente paso ocurre cuando, “habiendo oído la palabra de verdad, el
evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, [somos] sellados con
el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la
redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria” (Efesios 1:13-
14).

En el momento en que alguien recibe el Espíritu Santo (el sello de la promesa),


pasa a formar parte de la familia de Dios —“la congregación de los
primogénitos que están inscritos en los cielos”— y su nombre es inscrito en el
Libro de la Vida (Romanos 8:14, 16; Hebreos 12:23).

¿Qué debemos hacer para ser inscritos en el Libro de la Vida?


Para que Dios escriba nuestro nombre en su Libro, debemos arrepentirnos de
nuestros pecados, bautizarnos y convertirnos espiritualmente, teniendo en
cuenta que el bautismo en agua implica un compromiso de por vida con el
camino de Dios (Hechos 2:38).

En Juan 6:27, Cristo nos dice: “Trabajad, no por la comida que perece, sino por
la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará;
porque a éste señaló Dios el Padre”. Pero ¿por qué deberíamos hacerlo?

Porque sólo “el que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré
su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y
delante de sus ángeles” (Apocalipsis 3:5).

La familia es un tesoro valioso.

Para hablar de familia tenemos que entender y empezar diciendo, que la familia
fue instituida por Adonay, en otras palabras, es un invento del creador.
Después que Hashem creó todas las cosas, creó al hombre.
Génesis 1:26
Y dijo Adonay: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza; y señoree en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y
en las bestias, y en toda la tierra, y en todo animal que anda arrastrando
sobre la tierra.
Luego de haber creado al hombre Adonay dice:
Génesis 2:18
Y dijo Adonay Elohim: No es bueno que el hombre esté solo; le haré
ayuda idónea para él.
Génesis 1:27
Y creó Adonay al hombre a su imagen, a imagen de Adonay lo creó; varón
y hembra los creó.
Dios creó a un ser humano, lo formó de la tierra, le dio una compañera y al final
de todo dijo, que todo lo que había creado era bueno.
Y si dijo que era bueno, es porque verdaderamente es bueno, porque él nunca
miente.
Dios es especialista en detalles y es perfeccionista, entonces debe ser que es
bueno que el hombre tenga una compañera.
Al crear al hombre y a la mujer les dio unas instrucciones muy específicas
Génesis 1:28
Y los bendijo Adonay; y les dijo Adonay: Fructificad y multiplicaos, llenad
la tierra y sojuzgadla, y señoread sobre los peces del mar, y sobre las
aves de los cielos y sobre todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
Así que la familia forma parte del plan de Dios, para que las personas nazcan y
se desarrollen plenamente, para gozar de todo lo creado.
Ese es el propósito de la institución de la familia, para que la gente nazca en el
seno de una familia, para que se desarrolle y para que pueda disfrutar de todo
lo creado.
Lo que pasa es que a causa del pecado, nosotros hemos cambiado todo lo que
se instituyó al principio.

Es el propósito de Dios que un hombre y una mujer, ojalá, sin haber tenido
sexo previo, se unan para entonces conformar una familia.
Entonces la gente se ha inventado miles de excusas para tener sexo y
disfrutarlo.

Esa es la sociedad que tenemos hoy día, a eso es a lo que nos enfrentamos.
Abramos los ojos porque nos están bombardeando por todos lados y han
dicho, incluso, que el modelo que Dios ha establecido está errado y hay que
reformarlo.
Recuerda que tu familia le interesa a Dios
Los muchachos hoy en día quieren tener relaciones sexuales, a los doce y
trece años, no sabiendo que eso lo instituyó Dios con un propósito, claro que
es para disfrutarlo, pero tiene su tiempo, su momento y su finalidad.

No podemos aceptar que la gente cambie lo que Adonay ha dicho, para


congraciarnos con el mundo.

Quien más que Hashem para saber el asunto de las familias, de los padres, de
los hijos, si él fue el que lo inventó; si Adonay lo creó, entonces él tiene la
primera y la última palabra sobre eso.
Entendamos, la familia fue instituida por Hashem, es por eso que ella es la
institución fundamental de la sociedad, porque es en el seno de ésta donde se
fomentan los valores y principios.

Pero para entender el propósito o la razón de la familia, tenemos que conocer


los diseños y los principios que sustentan dichos principios que fueron
diseñados por quien la instituyó.

Adonay como diseñador y creador de la familia, nos muestra en su palabra


cómo funcionan las familias; eso que llaman los roles, las funciones, eso lo
explica la palabra de Elohim

Efesios 5:25
“Maridos amad a vuestras mujeres, como Cristo amó a la iglesia y se
entregó a sí mismo por ella”.

Lo que pasa es que los caballeros por lo general son amables con las demás,
pero con la que está en la casa no lo son y por esto las mujeres siempre se
quejan.

En la carta que el Apóstol Pablo le escribe a los Efesios aparecen unos


principios, si estudiamos cómo Cristo amó a la iglesia.
Efesios 5:22-33
Si un hombre se da a la tarea de cuidar a su mujer y de darle el trato como
Cristo dice, entonces qué mujer no se convertirá a como es la iglesia con
Cristo.
Así que hay unos principios que están puestos, delineados, que no se puede
cambiar.
La familia tiene un diseño, unos roles o funciones que fueron establecidas en la
palabra de Dios.

Tipos de Familia en la Biblia

 Familias Bendecidas
La bendición de Dios manifestada llegaría a todas las familias de la tierra.
Génesis 28:14
Y será tu simiente como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente,
y al oriente, y al norte, y al sur; y todas las familias de la tierra serán
benditas en ti y en tu simiente.

 Familias Pueblo de Dios


Dios preparo lugar y tiempo para ser el protector de las familias que se
apartaran para ser su pueblo santo.
Jeremías 31:1
En aquel tiempo, dice Jehová, yo seré Dios a todos las familias de Israel,
y ellos serán mi pueblo.

 Familias Amonestadas

Dios se acuerda en corregir a sus hijos, cuando lo considera necesario, el ama


a las familias.
Amós 3:2
A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por
tanto visitaré contra vosotros todas vuestras maldades.

 Familias de Fe

Gálatas 6:10
Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos; y
mayormente a los de la familia de la fe.
En este verso somos orientados hacer bien a nuestra familia cristiana, que
están fundamentados en la fe en Jesucristo

 Familias de Pacto.

El Dios de pacto tiene presente a las familias que habitan en la tierra como en
el cielo, somos conocidos por Él y nos llama por nuestro nombre.
Efesios 3:15
de quien recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra

 Familias Piadosas

La piedad es una virtud que agrada a nuestro señor, trae contentamiento al


corazón de un padre, debemos ser diligentes con los necesitados incluyendo a
nuestros familiares y más aún los de la fe.
1 Timoteo 5:4
Pero si alguna viuda tuviere hijos, o nietos, aprendan éstos primero a ser
piadosos en casa, y a recompensar a sus padres; porque esto es bueno y
agradable delante de Dios.

Requisitos cristiano para tener una Familia Unida


 Se debe tener un compromiso con Dios.
 Los padres deben enseñarles los valores bíblicos a sus hijos.
 El papa debe tener un liderazgo en la casa y en la iglesia.
 Todos los miembros de la familia deben de tener fe en su creador.
 Deben ofrecer el apoyo al familiar que lo necesite.
 Deben tener compañerismo con el grupo familiar.
 Deben tener una misma fe y un mismo señor.
 Deben tener compromiso y responsabilidad en la casa y en la iglesia.
 Cristo debe ser el centro de su vida y de la casa.

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