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Seminario diocesano

“Nuestra Señora Del Carmen Y San José”

Tema:

LA CATEQUESIS EN EL DINAMISMO ECLESIAL

Curso:

Catequética

Alumnos:

Cleider Peréz Mejía

Felipe Urrego Acha

Ulises Llamo Mejía

Profesor:

Cesar Piscoya

Santa María - 2023

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LA CATEQUESIS EN EL DINAMISMO ECLESIAL

1. Introducción

Desde sus inicios la Iglesia, siguiendo las huellas de Cristo, ha considerado


que la catequesis desempeña un papel importante en el dinamismo eclesial,
puesto que contribuye enormemente a la formación y crecimiento espiritual de
los miembros de la Iglesia y, más aún, a la transmisión misma de la fe. Pues, la
catequesis tiene como principal objetivo proporcionar una sólida formación
religiosa y espiritual a los creyentes, para que, comprendiendo su fe, la vivan
de manera auténtica y efectiva (siendo testigos activos de su fe en el mundo).
Para que este objetivo se cumpla, a través de la catequesis se va preparando a
los fieles para la recepción de los sacramentos, los cuales marcan etapas en el
desarrollo de su vida espiritual. En este afán, en el dinamismo eclesial, la
catequesis no se limita a la enseñanza interna de la fe, sino que también tiene
un aspecto evangelizador. Ayuda a los creyentes a comprender y comunicar su
fe a otras personas, contribuyendo así a la misión de la Iglesia de difundir el
Evangelio. Esta labor conlleva, a tener una participación más consiente y activa
dentro de la comunidad eclesial, contribuyendo al dinamismo y la vitalidad de la
comunidad.

2. Especificación terminológica

El término Catequesis, proviene del griego κατήχησις ("katéchesis") y este a su


vez del verbo ήχη = rumor, de aquí κατήχέω= resueno, hago oír, enseño: En la
aurora del cristianismo significó la enseñanza oral de la doctrina evangélica
(véase. Pietro Parente, 1955). Razón por la que podemos señalar que el
término catequesis no significa, como generalmente se piensa, la organización
catequética, ni la ciencia catequética, ni tampoco la catequesis dirigida a los
niños; sino que se refiere, en general, a la acción de catequizar en su conjunto.
De este modo, podemos decir que todo acto de Iglesia es portador de
catequesis. Por ello, contribuyen a madurar la vida cristiana y son educadoras
de la fe. De ahí, que en Catechesi tradendae n 49, el mismo Juan Pablo II
señale que «toda actividad de la Iglesia tiene una dimensión catequética», es
decir, una capacidad para educar en la fe. Esta capacidad, no obstante, se ha
atribuido siempre de manera especial a las acciones vinculadas al ministerio de

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la Palabra, las cuales se designan con términos como: predicación, anuncio
misionero, catequesis, homilía y enseñanza teológica.

El término "dinamismo eclesial" está compuesta por dos palabras. Dinamismo


proviene del griego "dynamis", que significa "poder" o "fuerza". Hace referencia
a la capacidad de un sistema o entidad para cambiar, desarrollarse o ser
activo. Eclesial deriva del griego "ekklesia", que se traduce como "asamblea" o
"congregación". En el contexto cristiano, se utiliza para referirse a la Iglesia o a
las cuestiones relacionadas con la Iglesia (véase. Pietro Parente, 1955). El
"dinamismo eclesial", por lo tanto, refiere al concepto de que la Iglesia, en su
vida y acción, no es estática o inmóvil, sino que está en constante movimiento y
desarrollo. Implica una comprensión de la Iglesia como una entidad viva y en
continua adaptación, en lugar de una institución rígida. El dinamismo eclesial
se basa en la idea de que la Iglesia es una comunidad de creyentes que busca
vivir de manera coherente su fe y cumplir su misión en el mundo, que incluye la
predicación del Evangelio, la promoción de la justicia social, la atención a los
necesitados y la construcción de la comunidad, adaptándose a las cambiantes
circunstancias y desafíos, sin por ello comprometer sus principios
fundamentales.

3. Naturaleza, finalidad y tarea de la catequesis

La catequesis es una acción esencialmente eclesial. El verdadero sujeto de la


catequesis es la Iglesia que, como continuadora de la misión de Jesucristo, ha
sido enviada para ser maestra de la fe. Por ello, la Iglesia, imitando a la Madre
del Señor, conserva fielmente el Evangelio en su corazón, lo anuncia, lo
celebra, lo vive y lo transmite en la catequesis a todos aquellos que han
decidido seguir a Jesucristo.

El fin de la catequesis es de conducir a la comunión con Jesucristo [...]; sólo Él


puede conducirnos al amor del Padre en el Espíritu y hacernos partícipes de la
vida de la Santísima Trinidad (CEC.426).

A partir de la conversión inicial suscitada por el Espíritu Santo mediante el


primer anuncio, la tarea de la catequesis es de fundamentar y hacer madurar
esta primera adhesión. Se trata, entonces, de ayudar al recién convertido a
«conocer mejor a ese Jesús en cuyas manos se ha puesto. La iglesia como

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madre (que engendra a unos hijos por obra del Espíritu) es también la
educadora de nuestra fe, así se convierte en madre y maestra al mismo tiempo.
Las tareas de la catequesis corresponden a la educación de las diferentes
dimensiones de la fe (rezar, evangelizar, las actitudes evangélicas, etc.), ya
que la catequesis es «una iniciación cristiana integral, abierta a todas las
esferas de la vida cristiana»1. En virtud de su dinámica interna, la fe pide ser
conocida, celebrada, vivida y hecha oración. La catequesis debe cultivar cada
una de estas dimensiones. Pero la fe se vive en la comunidad cristiana y se
anuncia en la misión: es una fe compartida y anunciada. Y estas dimensiones
deben ser, también, cultivadas por la catequesis.

4. Formación espiritual y crecimiento en la fe

La catequesis tiene como objetivo fundamental proporcionar una sólida


formación religiosa y espiritual a los creyentes, ayudándoles a comprender y
vivir su fe de manera más profunda. Esto contribuye al crecimiento espiritual de
los fieles, lo que es esencial para el dinamismo de la Iglesia.
El que se ha encontrado con Cristo desea conocerle lo más posible y conocer
el designio del Padre que él reveló. El conocimiento de los contenidos de la fe,
viene pedido por la adhesión a la fe. Como, por ejemplo, en el orden humano,
el amor a una persona lleva a conocerla cada vez más. La catequesis debe
conducir, por tanto, a «la comprensión paulatina de toda la verdad del designio
divino» (DGC.253), introduciendo a los discípulos de Jesucristo en el
conocimiento de la Tradición y de la Escritura. Este profundizar en el
conocimiento de la fe ilumina cristianamente la existencia humana, alimenta la
vida de fe y capacita también para dar razón de ella en el mundo. La
catequesis es esa forma particular del ministerio de la Palabra que hace
madurar la conversión inicial hasta hacer de ella una viva, explícita y operativa
confesión de fe: «La catequesis tiene su origen en la confesión de fe y conduce
a la confesión de fe». (DGC.240)

5. Preparación para los sacramentos:

La instrucción catequética juega un papel fundamental al preparar a los


creyentes para la recepción de los sacramentos como el bautismo, la primera
comunión, la confirmación y el matrimonio. Estos actos sacramentales

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representan hitos cruciales en la vida de un cristiano, marcando momentos
clave en su crecimiento espiritual.

En efecto, «Cristo está siempre presente en su Iglesia, sobre todo en los


sacramentos» (SC.255). La comunión con Jesucristo conduce a celebrar su
presencia salvífica en los sacramentos y, particularmente, en la Eucaristía.
Según el concilio Vaticano II, la Iglesia desea ardientemente que se lleve a
todos los fieles cristianos a aquella participación consciente, activa y
fructuosamente que exige la naturaleza de la liturgia misma y la dignidad de su
sacerdocio bautismal. Para ello, la catequesis, además de propiciar el
conocimiento del significado de la liturgia y de los sacramentos, ha de educar a
los discípulos de Jesucristo «para la oración, la acción de gracias, la
penitencia, la plegaria confiada, el sentido comunitario, la captación recta del
significado de los símbolos» (DGC. 257); ya que todo ello es necesario para
que exista una verdadera vida litúrgica.

6. Participación activa en la comunidad y su entorno

Es tarea de la catequesis procurar que las personas estén atentas a sus


experiencias más importantes, ayudarlas a juzgar a la luz del Evangelio las
preguntas y necesidades que de estas experiencias brotan, educar al hombre a
vivir la vida de un modo nuevo. De esta forma la persona ser capaz de
comportarse de modo activo y responsable ante el don de Dios. La experiencia
ayuda a hacer inteligible el mensaje cristiano. La experiencia es mediación
necesaria para explorar y asimilar las verdades que constituyen el
contenido objetivo de la revelación. Por ello el catequista debe ayudar a la
persona a leer de este modo lo que está viviendo, para descubrir la
invitación del Espíritu Santo a la conversión, al compromiso, a la
esperanza, y así descubrir cada vez más el proyecto de Dios en su propia
vida.

La pedagogía catequética es eficaz en la medida en la que la comunidad


cristiana se convierte en referencia concreta y ejemplar para el itinerario de fe
de cada uno. Esto sucede si la comunidad se concibe como fuente, lugar y
meta de la catequesis. En concreto, la comunidad viene a ser lugar visible
del testimonio de la fe, cuida la formación de sus miembros, les acoge

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como familia de Dios, constituyéndose en ambiente vital y permanente del
crecimiento de la fe. Junto al anuncio del Evangelio de forma pública y
colectiva, será siempre indispensable la relación de persona a persona, a
ejemplo de Jesús y de los Apóstoles. De ese modo la conciencia personal se
implica más fácilmente; el don de la fe, como es propio de la acción del Espíritu
Santo, llega de viviente a viviente, y la fuerza de persuasión se hace más
incisiva. Es por ello que dentro de las comunidades dónde compartimos las
catequesis debe existir siempre representatividad, sencillez, emotividad.
Estas cualidades permiten que en la convivencia de la catequesis no se caiga
como lo rutinario de un salón de clases o un dictado de normas o conceptos
religiosos. Por el contrario, es un lugar dónde las personas se sienten familia
de Dios y participan activamente en las actividades propias de la catequesis
desde su propia experiencia y realidad, conociendo siempre más al Señor.

7. Diálogo y adaptación:

El documento de Aparecida dirá: “En la experiencia eclesial de algunas iglesias


de América Latina y de El Caribe, las Comunidades Eclesiales de Base han
sido escuelas que han ayudado a formar cristianos comprometidos con su fe,
discípulos y misioneros del Señor” (A. 178). El directorio general para la
catequesis (DGC) nos dirá de igual forma: “Inspirándose continuamente en la
pedagogía de la fe, el catequista configura un servicio a modo de un itinerario
educativo cualificado; es decir, por una parte, ayuda a la persona a abrirse a la
dimensión religiosa de la vida, y por otra le propone el Evangelio de tal manera
que penetre y transforme los procesos de comprensión, de conciencia, de
libertad y de acción, de modo que haga de la existencia una entrega de sí a
ejemplo de Jesucristo” (N. 147)

En la transmisión de la fe, la Iglesia no tiene de por sí un método propio ni


único, sino que, a la luz de la pedagogía de Dios, discierne los métodos de
cada época, asume con libertad de espíritu "todo cuanto hay de verdadero, de
noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y
cosa digna de elogio" (Flp 4,8), en síntesis, todos los elementos que no son
contrarios al Evangelio, y los pone a su servicio. Esto lo confirma de modo
admirable la historia de la Iglesia, en la que numerosos carismas de servicio a
la Palabra de Dios han dado origen a muy diversos métodos. De este modo, "la
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variedad en los métodos es un signo de vida y una riqueza", y a la vez una
muestra de respeto a los destinatarios. Tal variedad viene pedida por "la edad y
el desarrollo intelectual de los cristianos, su grado de madurez eclesial y
espiritual y muchas otras circunstancias personales".

8. Conclusión

Referente a todo lo expuesto diremos las siguientes conclusiones:

 El dinamismo eclesial impulsa a la Iglesia a ser una comunidad viva y en


constante crecimiento, y la catequesis desempeña un papel fundamental en
este proceso al proporcionar la formación religiosa y espiritual necesaria
para que los miembros de la Iglesia vivan su fe de manera auténtica y
efectiva. La catequesis ayuda a los fieles a ser testigos activos de su fe en
el mundo, lo que contribuye al dinamismo de la Iglesia en la sociedad
contemporánea.
 El catequista transmite siempre lo que él o ella ha recibido. San Pablo lo
escribió primero: el evangelio que él anunciaba y que las comunidades
recibían y en el cual permanecían firmes es el mismo que el Apóstol recibió
a su vez (cfr. 1 Cor 15,1-3). Se recibe la fe y se trasmite la fe. Este
dinamismo eclesial de transmisión del Mensaje es vinculante y garantiza la
autenticidad del anuncio cristiano.
 El catequizar o el evangelizar siempre es un servicio eclesial, nunca
solitario, nunca aislado, nunca individualista. La evangelización se hace
siempre in ecclesia, es decir, en comunidad y sin hacer proselitismo porque
eso no es evangelización.

La dimensión eclesial de la catequesis siempre competerá desde el análisis de


los “Signos de los Tiempos”, una Iglesia que siempre se renueva en el
evangelio y que estudia el magisterio para poder renovarse e innovarse
constantemente para nuestro mundo de hoy.

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BIBLIOGRAFÍA

BIBLIA DE JERUSALÉN, Desclée de Brouwer, 20195.

CATHOLIC.NET: https://www.es.catholic.net/op/vercapitulo/3780/capitulo-iii-
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CONCILIO ECUMENICO VATICANO II: Sacrosanctum Concilium, Paulinas,


1997.

Catequesis de san Cirilo de Jerusalén - mercaba.org

CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio General para la Catequesis,


Cap.III. Naturaleza, finalidad y tarea de la catequesis, Paulinas, Roma
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EVANGELIZACION., Directorio general de la catequesis, Bogotá, 2020.


1
EXHORTACIÓN APOSTÓLICA CATECHESI TRADENDAE DE SU
SANTIDAD JUAN PABLO II AL EPISCOPADO AL CLERO Y A LOS
FIELES DE TODA LA IGLESIA SOBRE LA CATEQUESIS EN NUESTRO
TIEMPO, N°. 27.

FRANCISCO, Aud. Gral., Catequesis. La pasión por la evangelización: el celo


apostólico del creyente 6. El Concilio Vaticano II. 1. La evangelización
come sericio eclesial, Roma 2023.

M. PEDROSA, M. NAVARRO, R. LÁZARO y J. SASTRE, Nuevo Diccionario de


Catequética, San Pablo, Madrid, 1999.

PONTIFICIO CONSEJO PARA LA PROMOCION D ELA NUEVA

P. FRANCISCO, La evangelización como servicio eclesial. Audiencia general


del miércoles, 8 de marzo del 2023.

PIETRO PARENTE., Diccionario de teología dogmática. Ed Liturgia Española.


Barcelona, 1955.

V CELAM, Documento conclusivo de Aparecida, San Pablo, Aparecida 20073.

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