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Las Obligaciones - Ramos Pozo
Las Obligaciones - Ramos Pozo
DE LAS
OBLIGACIONES
TERCERA EDICIÓN REVISADA Y CORREGIDA
DE LAS OBLIGACIONES
El Código Civil en el artículo 576 expresa que “las cosas incorporales son
derechos reales o personales” y, en las disposiciones siguientes, define el
derecho real como aquel “que tenemos sobre una cosa sin respecto a
determinada persona” (artículo 577), y el personal como el “que sólo pueden
reclamarse de ciertas personas que, por un hecho suyo o la sola disposición de
la ley, han contraído las obligaciones correlativas...” (artículo 578).
La concepción clásica que acabamos de enunciar, que diferencia con nitidez los
derechos reales y personales, es objeto de fuertes críticas.
No es cierto, se argumenta, que en los derechos reales exista un solo sujeto,
su titular, pues también hay un sujeto pasivo constituido por la colectividad
toda, en cuanto sus integrantes tienen la obligación de abstenerse de ejecutar
cualquier acto que perturbe o impida el ejercicio del derecho. Planiol y Ripert
explican que “el derecho real debe, pues, concebirse bajo la forma de una
relación obligatoria, en la cual el sujeto activo es simple y está representado
por una sola persona, mientras que el sujeto pasivo es ilimitado en número y
comprende a todas las personas que están en relación con el sujeto activo”3. La
situación es todavía más clara, se agrega, en los derechos reales limitados que
constituyen desmembración del dominio, pues éstos derechos deben ejercerse
sin perturbar el derecho de propiedad.
Tampoco cs efectivo que en los derechos reales exista una relación de
persona a cosa, pues siempre las relaciones jurídicas se dan entre personas, ya
que todos los derechos y deberes conciernen a las personas y afectan su
1
Antonio HERNÁNDEZ GIL: Derecho de Obligaciones, Edit. Ceura, Madrid, 1983, pág. 22.
2
Antonio HERNÁNDEZ GIL: ob. cit., pág. 23.
3
Marcel PLANIOL y Georges RIPERT, Tratado Elemental de Derecho Civil, Cádres Edit., México, 1991,
T. III, N° 2160, pág. 22.
De Las Obligaciones 29
5. - Concepto de obligación.
4
A. Von Tuhr: Tratado de las Obligaciones,T. I, pág. 1, Editorial Reus S.A.
30 RENÉ RAMOS PAZOS
5
Antonio Vodanovic: Derecho de Obligaciones, Ediciones Periodísticas y Estadísticas, Santiago, 1970,
págs. 21-22
6
Fernando Fueyo Laneri: Cumplimiento e Incumplimiento de las Obligaciones, segunda edición,
Editorial Jurídica de Chile, 1992, N° 7, págs. 18-19.
7
HERNÁNDEZ GIL, ob. cit., pág. 66.
De Las Obligaciones 31
9. - Características de la prestación.
10
Ob. cit. pág. 93.
11
Cit. por Fernando Fueyo, ob. cit., pág. 31.
12
Hernández Gil, ob. cit. pág. 102
De Las Obligaciones 33
Que sea posible quiere decir que se debe poder realizar. En caso contrario
nos encontramos ante la imposibilidad de la prestación, que puede ser
absoluta, cuando la prestación no puede cumplirse bajo ningún respecto, o
relativa, cuando objetivamente no hay imposibilidad pero para el deudor no es
realizable la prestación.
Que la prestación sea lícita significa que no debe estar prohibida por la ley
ni ser contraria a las buenas costumbres o al orden público (artículo 1461
inciso 3o).
Que sea determinada, importa decir que la prestación tiene que estar
precisada, identificada, y que sea determinable significa que pueda llegar a
definirse sin necesidad de un nuevo acuerdo de las partes (así ocurre, por
ejemplo, en las obligaciones alternativas, artículos 1499 y siguientes). El
artículo 1461 refiriéndose a las obligaciones de dar (o de entregar), nos dice
que cuando lo que se debe es una cosa “la cantidad puede ser incierta con tal
que el acto
o contrato fije reglas o contenga datos que sirvan para determinarla” (inciso 2°).
13
Roberto DE RUGGIERO: Instituciones de Derecho Civil, T. II, Vol. 1o, pág. 18, Editorial Reus, Madrid,
1944..
14
Hernández Gil, ob. cit., pág. 115
15
José Luis Lacruz Berdejo: Elementos de Derecho Civil, II, Derecho de Obligaciones, Librería Bosch
Barcelona, 1977, Vol. Primero, pág. 34
CAPÍTULO SEGUNDO
FUENTES DE LAS OBLIGACIONES
11. - Concepto.
Se han definido las fuentes de las obligaciones “como los hechos jurídicos que
dan nacimiento, modifican o extinguen las relaciones de derecho y las
obligaciones” (Fernando Fueyo, Derecho Civil, T. IV, De las Obligaciones, Vol. I,
N° 15, pág. 42). En forma más escueta, Stitchkin nos dice que “se llaman
fuentes de las obligaciones los hechos jurídicos que les dan origen.16
12. - Clasificación.
El artículo 578 del Código Civil al definir los derechos personales o créditos,
hace una primera distinción, al expresar que éstos sólo pueden reclamarse de
ciertas personas, que, por un hecho suyo o la sola disposición de la ley, han
contraído las obligaciones correlativas. De esta forma, las fuentes serían: un
hecho del deudor y la ley.
Pero como el hecho del deudor cubre distintas hipótesis -a) que importe un
acuerdo de voluntades, (contrato); b) que sea un hecho voluntario, lícito, no
convencional (cuasicontrato, artículo 2284);
c) que constituya una conducta negligente que cause daño a otro (cuasidelito
civil, artículo 2284), o d) que se trate de un hecho doloso que cause daño a otro
(delito civil, artículo 2284)-, el artículo 1437 ha precisado que “Las obligaciones
nacen, ya del concurso real de las voluntades de dos o más personas, como en
los contratos o convenciones; ya de un hecho voluntario de la persona que se
obliga, como en la aceptación de una herencia o legado y en todos los
cuasicontratos; ya a consecuencia de un hecho que ha inferido injuria o daño a
otra persona, como en los delitos o cuasidelitos; ya por disposición de la ley,
como entre los padres e hijos de familia”.
En resumen, para nuestro código civil, las fuentes de las obligaciones son:
a) El contrato,
b) El cuasicontrato;
c) El delito;
d) El cuasidelito, y
e) La ley.
16
David STITCHKIN BRANOVER: Derecho Civil, Edit. Universitaria S.A. T. I, Santiago, 1948, N° 19, pág.
13.
36 RENÉ RAMOS PAZOS
17
Guillermo BORDA, Tratado de Derecho Civil, Obligaciones I, Editorial Perrot, Buenos Aires, cuarta
edición, N° 13, págs. 22-23.
18
Cit. por DE DIEGO, ob. cit., pág. 87.
De Las Obligaciones 37
19
LACRUZ BERDEJO, ob. cit., pág. 75.
20
BORDA, ob. cit. N° 216, págs. 25 a 29.
21
HERNÁNDEZ GIL, ob. cit. N° 84, págs. 246 y siguientes.
22
Sobre este punto puede verse: HERNÁNDEZ GIL, ob. cit. N° 84, págs. 246 y siguientes; BORDA, ob. cit.
N° 16, págs. 25 y siguientes Fernando FUEYO, ob. cit., N° 27, págs. 53 y siguientes, David STITCHKIN, ob. cit.,
N° 40, págs. 24 y siguientes.
23
Daniel PEÑAILILLO ARÉVALO, Obligaciones, Teoría General y Clasificaciones, Editorial Jurídica de
Chile, 2003, pág. 130. Ver también del mismo autor: “La declaración Unilateral de Voluntad, como fuente de
obligaciones”, Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 96, Primera parte, pág. 91.
24
PEÑAILILLO, ob. cit., pág. 130.
38 RENÉ RAMOS PAZOS
25
Cit. por CASTÁN TOBEÑAS: Derecho Civil Español, Común y Foral, Tomo Tercero, Derecho de
Obligaciones, duodécima edición, Edit. Reus S.A., Madrid, 1978, pág. 90.
26
CASTÁN, ob. cit., pág. 90.
27
Castán Tobeñas : Derecho Civil Español, Común y Foral, Tomo Tercero, Derecho de Obligaciones,
duodécima edición, Reus S.A. Madrid, 1978, págs. 93-94.
28
Enrique RODRÍGUEZ R.: “El contrato Unilateral de promesa y la Promesa como declaración unilateral
de voluntad”, Memoria de Prueba, 1958, N° 35, pág. 49, citado en Repertorio Legislación y Jurisprudencia
Chilenas, Código Civil, T. V, edición 1997. Daniel Peñailillo también acepta esta fuente.
De Las Obligaciones 39
Se señala por algunos autores, que también se pueden considerar como fuentes
de las obligaciones, al enriquecimiento sin causa, la protección de la
apariencia, el respeto a la buena fe, etc. No lo pensamos así, creemos que se
trata únicamente de principios orientadores de la legislación. En esos casos la
fuente es la ley. Así, por ejemplo, el repudio al enriquecimiento sirve de
fundamento a instituciones como las recompensas en la sociedad conyugal
(artículos 1725 N°s. 3 y 4, 1734, 1740), o a la obligación de restituir lo no
debido (artículo 2300). Otros casos los encontramos en los artículos 668, 669,
907, 908, 909, 910, etc.
El respeto a la buena fe sirve de sustento a disposiciones como los artículos
122, 1546, 1576, 2301, 2302, 2303, etc.
El respeto a la apariencia es el fundamento del error común e inspira varias
disposiciones (310, 312, 313, 1490, 1491, 1576 inciso 2o, 1739, 2173, etc.).
29
PEÑAILILLO, ob. cit., pág. 136.
30
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 85, sec. 1a, pág. 104.
31
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 68, sec. 1a, pág. 217. Sobre la materia recomendamos ver
notas a las sentencias recién citadas en Repertorio de Legislación y Jurisprudencia Chilenas, T. V, edición
1997, págs. 14-15.
CAPÍTULO TERCERO
CLASIFICACIÓN DE LAS OBLIGACIONES
PÁRRAFO I
DIVERSAS CLASIFICACIONES
PÁRRAFO II
NUEVAS CATEGORÍAS DE OBLIGACIONES
Aparte de las clasificaciones anteriores, ya tradicionales, la doctrina
moderna ha ido elaborando nuevas categorías: obligaciones de medio y de
resultado; obligaciones reales, ambulatorias o propter rem; obligaciones
causadas y obligaciones abstractas. Estudiemos primero estas nuevas
categorías en los puntos siguientes.
32
Peñailillo, ob. cit., pág. 222.
33
Peñailillo, ob. cit., págs. 222-223.
42 RENÉ RAMOS PAZOS
negligente? o, por el contrario, ¿es el deudor el que debe probar que no fue
negligente?34 . Según este autor, tanto en las obligaciones de medio como en las
de resultado, corresponde al deudor probar el cumplimiento. Sin embargo, el
contenido de la prueba en ambos casos es distinto: en las de medio sólo se
debe probar que se actuó con diligencia (y con ello queda liberado de
responsabilidad porque cumplió), en cambio, en las de resultado, es dudoso
que la sola ausencia de culpa libere al deudor.
Nuestro Código Civil, al igual que la mayoría de los códigos civiles, no
contempla esta distinción. Lo hace en cambio, el Código Civil de Etiopía de
1960 que en el artículo 1712 expresa: “En las obligaciones de hacer, los
contratantes pueden obligarse sea a procurar a su co-contratante una ventaja
determinada, sea sólo a realizar lo posible para proporcionarla”.35
La Corte de Apelaciones de Santiago en sentencia de 31 de enero de 2002,
rechazó la distinción entre obligaciones de medio y de resultado, señalando
que “es desconocida en el Código Civil y tampoco la acepta la doctrina
(Alessandri y Abeliuk) por cuanto la disposición del artículo 1547 del Código
Civil presume la culpa contractual sin hacer diferencias...”.36
Alejandro García González acepta esta clasificación y concluye:
34
Peñailillo, ob. cit., págs. 227-228.
35
Cit. por Antonio VODANOVIC, ob. cit., págs. 135-136.
36
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 99, sec. 2a, pág. 9.
37
Alejandro GARCÍA GONZÁLEZ: Responsabilidad Civil Contractual. Obligaciones de Medios y de
De Las Obligaciones 43
Daniel Peñailillo define a estas obligaciones como aquellas “en la cual el sujeto
pasivo lo es como consecuencia de ser titular de un derecho real o de la
posesión de una cosa. Así, si se cambia ese titular cambia el deudor; ahora será
deudor el nuevo titular (por lo que también se le suele llamar “de sujeto pasivo
ambulatorio”). Ese cambio se produce de pleno derecho automáticamente, sin
necesidad de estipulación o declaración alguna”38. Estas obligaciones se carac-
terizan porque la persona del deudor queda determinada por su calidad de
dueño, poseedor o titular de un derecho real sobre una cosa, de manera que la
obligación se traspasa junto con ella o con el derecho real en que incide. Un
ejemplo de este tipo de obligaciones lo encontramos en el artículo 4o inciso 4o
de la Ley N° 19.537, sobre Copropiedad Inmobiliaria (Diario Oficial del 16 de
diciembre de 1997): “la obligación del propietario de una unidad por los gastos
comunes seguirá siempre al dominio de su unidad, aun respecto de los
devengados antes de su adquisición....”. Una situación análoga se halla en el
Código de Aguas, que hace responsable al titular de un derecho de
aprovechamiento de aguas, de las cuotas para gastos de contribución en favor
de las Comunidades de Agua o de las Asociaciones de Canalistas, aun de las
devengadas con anterioridad a su adquisición (artículo 214 inciso 2o).
Creemos útil consignar que la obligación compete no sólo al propietario,
sino también al poseedor de la cosa o de un derecho real limitado sobre ella. La
calidad de mero tenedor no es bastante para imponer este tipo de
obligaciones39.
Tres observaciones nos parecen de interés: a) la primera, que la obligación
propter rem, como toda obligación, se puede hacer efectiva no sólo en la cosa
que la motiva, sino en todo el patrimonio del deudor; b) que el deudor puede
liberarse abandonando o renunciando la cosa, siempre que ello lo haga antes
del incumplimiento; y c) que, aunque se ha discutido, por la relación que
tienen con los derechos reales, no pueden ser creadas por las partes, siendo su
única fuente la ley.
Toda obligación debe tener una causa real y lícita aunque no es necesario
expresarla (artículo 1467). De manera que no se piense que sólo tienen causa
las primeras. Lo que ocurre es que en las obligaciones abstractas o formales, se
produce una separación entre la relación subyacente y la obligación. Así
PÁRRAFO III
OBLIGACIONES CIVILES Y NATURALES
este hecho”40. La mayor parte de los códigos actuales las aceptan: Código Civil
alemán, artículo 814, Suizo de las Obligaciones, artículo 63; Código Civil
francés, artículo 1235, italiano, artículo 2034; brasileño, artículo 970,
argentino artículos 515 y siguientes; colombiano artículos 1527 y siguientes,
etc.
Esta materia está reglamentada en el Título III del Libro IV, artículos 1470 al
1472 inclusive. La primera de estas normas, después de definirlas en el inciso
3o, las enumera en el inciso 4o, señalando:
40
Guillermo OSPINA FERNÁNDEZ: Régimen Legal de las Obligaciones, Edit. Temis S.A. Bogotá, 1994,
N° 299 y ss., págs. 201-202.
46 RENÉ RAMOS PAZOS
“Tales son:
3o Las que proceden de actos a que faltan las solemnidades que la ley exige
para que produzcan efectos civiles; como la de pagar un legado,
impuesto por un testamento que no se ha otorgado en la forma debida,
4o Las que no han sido reconocidas en juicio por falta de prueba”.
a) El artículo 1470 las define, por lo que siempre que nos encontremos
frente a una situación que corresponda a esa definición estaremos ante
una obligación natural, y
41
Luis CLARO SOLAR: “Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado”, T. X, Editorial Jurídica
de Chile, N° 24, págs. 38-39.
42
Antonio VODANOVIC, ob. cit., pág. 38.
43
Hugo TAPIA ARQUEROS, “De las Obligaciones Naturales”, Memoria, Universidad de Concepción,
1941, N° 167, págs. 134-135.
44
STITCHKIN, ob. cit. N° 74, págs. 48-49.
45
Fernando FUEYO, Derecho Civil, T. IV, “De las Obligaciones”, Vol. 1, Ediciones Roberts y Cía.
Ltda., Santiago, 1959, N° 49, pág. 73.
De Las Obligaciones 47
46
Fueyo: Derecho Civil, T. IV, Vol. 1, De las Obligaciones, N° 49, pág. 74.
47
René ABELIUK, Las Obligaciones, Editorial Jurídica de Chile, 1993, T. I, N° 331, pág. 274.
48
David STITCHKIN, ob. cit., T. I, N°s. 107.108, págs. 73-74.
48 RENÉ RAMOS PAZOS
Respecto de esta causal 1o, cabe señalar que está referida a los incapaces
relativos, jamás a los absolutos porque estos últimos no tienen suficiente juicio
y discernimiento y además porque de acuerdo al artículo 1447 inciso 2o “sus
actos no producen ni aun obligaciones naturales, y no admiten caución”. Los
incapaces relativos hoy día son los menores adultos y los disipadores bajo
interdicción de administrar lo suyo (artículo 1447 inciso 3o). Pues bien, ¿a qué
incapaces relativos se refiere el artículo 1470 N° 1. Respecto de los menores
adultos no hay dudas que quedan comprendidos. El caso controvertido es el de
49
David STICHKIN, ob. cit., N° 110, págs. 76-77.
De Las Obligaciones 49
50
VODANOVIC, ob. cit., pág. 40.
51
ABELIUK, ob. y tomo cit., N° 320, págs. 267-268.
52
Hugo TAPIA, ob. cit., N° 144, págs. 116-117.
53
Arturo ALESSANDRI: Teoría de las Obligaciones,3a edición, 1939.
54
CLARO SOLAR, ob. cit., T. X N° 30, págs. 45 y siguientes.
55
Arturo ALESSANDRI, ob. cit., pág. 40.
56
FUEYO, ob. cit., T. 4o, De las Obligaciones, Vol. I, N° 44, pág. 70.
57
STICHKIN, ob. cit., T. I, N° 95, pág. 6.
58
ABELIUK, ob. cit., T. I, N° 321, págs. 268-269.
59
CLARO SOLAR, ob. cit., T. X, N° 32, págs. 48-49.
60
VODANOVIC, ob. cit., N° 5, pág. 42.
61-63
ALESSANDRI, ob. cit., pág. 40.
50 RENÉ RAMOS PAZOS
62
Gaceta de los Tribunales1882, N° 988, pág. 579, Gaceta Tribunales,1887 N° 1953,
pág. 1182.
64
Claro Solar, ob. cit., T. X, N° 34, pág. 50.
65
Vodanovic, ob. cit., N° 31, págs. 44 a 47.
66
Abeliuk, ob. cit. T. I, N° 323, pág. 269.
67
Alessandri, ob. cit., págs. 41-42.
68
Fueyo, ob. cit. N° 46, pág. 71.
69
Hugo TAPIA, ob. cit N° 157, págs. 122-125.
De Las Obligaciones 51
actos unilaterales;
b) Porque el ejemplo que pone el código, también corresponde a un acto
unilateral y según el Mensaje los ejemplos “ponen a la vista el verdadero
sentido y espíritu de una ley en sus aplicaciones”;
c) Por una razón histórica, ya que la norma fue tomada de Pothier quien, a
su vez, la había tomado de la tradición romana y también del proyecto
de García Goyena, los que el ejemplo lo entendían referido sólo a los
actos unilaterales, y
d) Porque sería injusto aplicar la norma a los actos bilaterales, como se
puede apreciar con el siguiente ejemplo: si se vende un bien raíz por un
instrumento privado, el comprador no podría obtener la tradición de la
cosa, porque el Conservador no inscribiría el título y tampoco podría
obtener la restitución del precio (por tratarse de una obligación natural).
Este último argumento nos parece definitivo.
Quedan comprendidas en este caso las obligaciones de que tratan los números
2o y 4o del artículo 1470, esto es, las “obligaciones civiles extinguidas por
prescripción” y “las que no han sido reconocidas en juicio por falta de
pruebas”.
32. - Obligaciones civiles que no han sido reconocidas en juicio por falta
de pruebas (artículo 1470 N° 4).
Para que nos encontremos en este caso, deben cumplirse los siguientes
requisitos:
70
Claro Solar, ob. cit. T. X, N° 56, pág. 54.
71
STITCHKIN, ob. cit., T. I, N° 99, págs. 66-67.
72
Alessandri, Teoría de las obligaciones, 3a edición, Zamorano y Caperán, 1939, págs. 36-37.
73
Alfredo BARROS ERRÁZURIZ: Curso de Derecho Civil,T. II, De las obligaciones, pág. 44.
74
Hugo TAPIA, ob. cit., N° 114, pág. 92.
75
Emilio RIOSECO ENRÍQUEZ: La Prescripción Extintiva ante la Jurisprudencia, Editorial Jurídica de
Chile 1994, comentario a sentencia 32, págs. 22-23.
76
ABELIUK, ob. cit., T. I, N° 326, pág. 271.
77
Hugo Tapia, ob. cit. N° 114, pág. 92
De Las Obligaciones 53
78
Claro Solar, ob. cit., T. X N° 45, págs. 60-61.
79
Barros Errázuriz, ob. cit., T. II, N° 28, pág. 42.
80
Hugo TAPIA, ob. cit. N° 248, pág. 183.
81
Caceta 1874, N° 2272, pág. 1906.
82
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 32, sec. 1a, pág. 551.
54 RENÉ RAMOS PAZOS
pagado.83
b) Pueden ser novadas. Para que valga la novación -dice el artículo 1630- es
necesario que tanto la obligación primitiva como el contrato de novación
sean válidos, a lo menos naturalmente.
c) Pueden ser caucionadas por terceros (artículo 1472). La razón de que sólo se
admita que puedan ser caucionadas por terceros, es que al ser natural la
obligación principal el acreedor no tiene acción para demandar su
cumplimiento. Por esa razón, y en virtud del principio de que lo accesorio
sigue la suerte de lo principal, tampoco podría demandar el cumplimiento
de la caución.
d) No producen la excepción de cosa juzgada. Así lo dice el artículo 1471:
“La sentencia judicial que rechaza la acción intentada contra el
naturalmente obligado no extingue la obligación natural”.
e) No pueden compensarse legalmente. Ello por no ser actualmente
exigibles (artículo 1656 N° 3).
Párrafo IV
Obligaciones positivas y negativas
34. - Concepto.
83
CLARO SOLAR, ob. cit., T. X, N° 46, pág. 61.
De Las Obligaciones 55
Párrafo V
Obligaciones de especie o cuerpo cierto y obligaciones de
género
35. - Concepto.
PÁRRAFO VI
OBLIGACIONES DE DAR, HACER O NO HACER
84
Albaladejo, Derecho Civil, T. II, Vol. I, pág. 36.
85
Santiago ESPIAU ESPIAU: Las obligaciones indivisibles en el código civil español, Edit. Centro de
Estudios Ramón Areces, Madrid, 1992, págs. 145-146.
De Las Obligaciones 59
el Título I del Libro III del Código de Procedimiento Civil; y para las
obligaciones de hacer y de no hacer, en el Título II del Libro III, del
mismo código.
c) El modo de extinguir pérdida de la cosa debida (1567 N° 7 y 1670 del
Código Civil y 464 N° 15 del Código de Procedimiento Civil) sólo se aplica
a las obligaciones de dar. El modo de extinguir equivalente en las
obligaciones de hacer, es “la imposibilidad absoluta para la ejecución
actual de la obra debida”, contemplado en el artículo 534 del Código de
Procedimiento Civil.
d) En los contratos bilaterales, en caso de incumplimiento de una obligación
de dar, el contratante cumplidor no puede demandar derechamente el
pago de la indemnización de perjuicios, por cuanto tal indemnización es
accesoria a las acciones de cumplimiento o de resolución del contrato.
Así aparece del artículo 148986. En cambio, si la obligación es de hacer, el
acreedor puede demandar directamente la indemnización de perjuicios
(artículo 1553 N° 3).87
Párrafo VII
D E las obligaciones de dinero y obligaciones de valor
43. - Concepto.
86
Revista Fallos del Mes 241, sentencia 3, pág. 382.
87
Fueyo, Cumplimiento e Incumplimiento de Obligaciones,pág. 345.
88
Mauricio Javier CASTELBLANCO KOCH: Las Obligaciones restitutorias del Código Civil y la inflación,
60 RENÉ RAMOS PAZOS
Ha sido definido el dinero como aquella cosa mueble -metal o papel- que el
comercio utiliza como medida de valor para toda clase de bienes materiales89.
Esta definición nos parece incompleta pues sólo comprende la segunda de las
funciones señaladas. Creemos que se puede complementar diciendo que es
aquella cosa mueble, fungible y divisible -metal o papel- que el comercio utiliza
como medio de cambio e instrumento de pago y que constituye el medio de
90
Antonio HERNÁNDEZ GIL: Derecho de las Obligaciones, Edit. Ceura, Madrid, 1983, N° 59, pág. 175.
91
Leslie TOMASELLO HART: Las obligaciones de dinero: régimen de reajuste e intereses, Edeval, 1983.
pág. 15.
62 RENÉ RAMOS PAZOS
Así, por ejemplo: si una persona se obligó a pagar $ 1.000.000 el año 1986 y
la deuda la paga el año 1990, si se sigue el criterio nominalista, se deberá
pagar la misma suma: $ 1.000.000. Pero también podría pensarse que el año
1986, ese millón de pesos representaba el valor de un departamento de 100
92
Atilio ALTERINI, citado por Jorge LÓPEZ SANTA MARÍA. Obligaciones y contratos frente a la inflación,
Editorial Jurídica de Chile, 1978, pág. 33.
De Las Obligaciones 63
93
Bernardo GESCHE: Jurisprudencia Dinámica, Editorial Jurídica de Chile, 1971, N° 37, págs. 74-75.
94
Jorge LÓPEZ SANTA MARÍA, ob. cit., N° 12, págs. 28-29.
95
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 60, sec. 1a, pág. 407.
64 RENÉ RAMOS PAZOS
96
Abeliuk, ob. cit., T.I, N° 356, pág. 291.
97
Fallo citado y comentado por Bernardo Gesche, ob. cit., pág. 48.
98-99
Fallos del Mes N° 274, pág. 381.
66 RENÉ RAMOS PAZOS
61. - Intereses.
a) Estipulados por las partes o fijados por ley (ejemplo: artículo 12 ley N°
18.010, artículo 1559 C.C., artículo 80 Ley N° 18.092 sobre Letras de
Cambio);
b) Legales, corrientes y convencionales, y
c) Interés por el uso del dinero e interés penal.
No hay una norma que lo defina en términos amplios, sino únicamente para las
operaciones de crédito de dinero (artículo 6o). Se acostumbra definirlo como
aquel que se cobra habitualmente en una plaza determinada. En la práctica,
para el cálculo del interés corriente se aplica el que define el artículo 6o de la
ley N° 18.010, para las Operaciones de Crédito de Dinero, lo que resulta
razonable pues es el que se cobra generalmente en la plaza.
De acuerdo a este artículo 6 “interés corriente es el interés promedio
cobrado por los Bancos y las Sociedades Financieras establecidos en Chile en
las operaciones que realicen en el país”, con exclusión de las comprendidas en
el artículo 5o. Y agrega que “corresponde a la Superintendencia de Bancos e
Instituciones Financieras determinar dicho interés corriente, pudiendo distin-
guir entre operaciones en moneda nacional reajustables y no reajustables en
una o más monedas extranjeras o expresadas en dichas monedas o reajustables
según el valor de ellas, como asimismo, por el monto de los créditos, no
pudiendo establecerse más de dos límites para este efecto, o según los plazos a
que se hayan pactado tales operaciones”.
De acuerdo a lo que señala esta disposición, en el hecho, la
Superintendencia fija distintos tipos de interés corriente. Así por ejemplo, en el
Diario Oficial del 4 de octubre 1997, aparecen fijados del modo siguiente:
100
Fallos del MesN° 446, sentencia 17, pág. 1963.
De Las Obligaciones 71
Interés convencional es que las partes contratantes acuerdan. Tanto para las
operaciones de crédito de dinero, como para las obligaciones de dinero, el
máximo interés permitido estipular asciende al interés corriente más un 50%.
Luego si el interés corriente es de un 10%, se podrá convenir hasta un 15%. Para
los efectos del cálculo se atiende al interés corriente al momento en que se
celebró el contrato (artículo 2206 del C. Civil y artículo 6o inciso penúltimo de
la ley N° 18.010).
En la misma publicación ya comentada de 4 de octubre de 1997, la
Superintendencia fijó el interés máximo convencional en los siguientes
términos:
En el caso del interés pactado por la mora, se estima que “queda sujeto a los
mismos límites que el interés convencional por el uso, de manera que si el
interés penal convenido es superior al 50% por sobre el interés corriente, pasa
a ser aplicable lo dispuesto en el artículo 8o de la ley N° 18.010 en el sentido de
101
Fallos del Mes449, sentencia 6, pág. 831.
72 RENÉ RAMOS PAZOS
69. - Anatocismo.
102-103
TOMASELLO, ob. Cit., pág. 89.
De Las Obligaciones 73
PÁRRAFO VIII
OBLIGACIONES DE OBJETO SINGULAR Y OBLIGACIÓN CON OBJETO PLURAL O
COMPUESTA
70. - Concepto.
Son obligaciones de objeto singular aquellas en que se debe una sola cosa, un
hecho o una abstención. No presentan mayores problemas.
Dentro de las obligaciones de objeto singular, comprendemos aun aquellas
en que lo debido es una universalidad jurídica o de hecho.
En estas obligaciones el acreedor sólo podrá exigir 1 a única cosa debida
(artículo 1569 inciso 1°) y el deudor cumplirá pagándola en su integridad
(artículo 1591). Si la obligación es de dar una especie o cuerpo cierto y la cosa
se pierde, los efectos serán distintos según la pérdida sea fortuita o culpable.
En el primer caso, la obligación se extingue por el modo “pérdida de la cosa
debida” (artículos 1567 N° 7 y 1670). En el segundo, el deudor queda obligado a
pagar el precio más indemnización de perjuicios (artículo 1672). Si la
obligación incide en un contrato bilateral, y la especie o cuerpo cierto se pierde
fortuitamente, entrará a operar la teoría de los riegos (artículo 1550).
a) Hay varias cosas debidas, pero se cumple pagando totalmente con una
sola, elegida por quien tiene la alternativa (artículo 1500 inciso 1o). Todas
las cosas se deben in obligationen, pero una sola in solutionen;
b) La acción para demandar el cumplimiento será mueble o inmueble, según
lo sea la cosa con que se pague y en la alternativa en que se cobre. Si la
alternativa es del acreedor, ello va a quedar definido cuando el acreedor
elija;
c) El acreedor sólo puede demandar la cosa en la alternativa en que se la
deban, salvo que la elección sea suya (artículo 1501);
d) Si los deudores o los acreedores son varios, se aplica la regla del artículo
1526 N° 6, esto es, deben hacer la elección de consuno.
La elección por regla general corresponde al deudor. Así lo dice el inciso 2o del
artículo 1500: “La elección es del deudor, a menos que se haya pactado lo
contrario”.
Tiene importancia saber a quién corresponde la elección, para los siguientes
efectos:
Si la elección es del deudor:
a) El acreedor no puede exigir determinadamente una de las cosas debidas
(artículo 1501), y
b) Puede el deudor “a su arbitrio enajenar o destruir cualquiera de las cosas
que alternativamente debe mientras subsista una de ellas” (artículo 1502
inciso 1o).
Las trata el código en el Título VII del Libro IV, artículos 1505 al 1507,
inclusive.
Según el artículo 1505, “obligación facultativa es la que tiene por objeto una
cosa determinada, pero concediéndose al deudor la facultad de pagar con esta
cosa o con otra que se designa”. Ejemplo: se celebra un contrato de
compraventa y se queda adeudando un saldo de precio ascendente a $
1.000.000, que se pagará a 6 meses plazo, quedando facultado el deudor para
poder pagar con el automóvil marca Ford año 1990, patente XX-600.
104
Corte de Santiago, 24 de diciembre de 2003, Gaceta Jurídica 282, pág. 115.
76 RENÉ RAMOS PAZOS
b) El deudor queda facultado para pagar con lo debido o con una cosa
distinta, que se designa. Nótese que la facultad corresponde sólo al
deudor (no al acreedor).
c) Esta facultad le debe ser otorgada al deudor al momento de contratar.
Ello, porque si se acuerda al momento del pago no hay obligación
facultativa, sino dación en pago; y si se acuerda después de celebrado el
contrato y antes del pago, existe una novación por cambio de objeto.
Así aparece del artículo 1507: “En caso de duda sobre si la obligación es
alternativa o facultativa, se tendrá por alternativa”.
PÁRRAFO IX
OBLIGACIONES CON UNIDAD Y CON PLURALIDAD DE SUJETOS
82. - Concepto.
Obligaciones con unidad de sujeto son aquellas en que existe un deudor y un
acreedor. No merecen un comentario especial, pues nada tienen de particular.
Obligación con pluralidad de sujetos es aquella en que hay un acreedor y
varios deudores (pluralidad pasiva); varios acreedores y un deudor (pluralidad
activa); o varios acreedores y varios deudores (pluralidad mixta). Las autoriza
expresamente el artículo 1438 del Código Civil: “cada parte puede ser una o
muchas personas”.
La pluralidad puede ser originaria o derivativa. Originaria, cuando la
obligación nace con pluralidad de sujetos. Derivativa, cuando la obligación
nace con unidad de sujetos y durante su vida se transforma en obligación
plural, ejemplo, cuando fallece una de las partes y sus herederos son varios;
cuando el acreedor cede sus derechos a varios sujetos, etc.
Las obligaciones que debemos estudiar son las con pluralidad de sujetos,
que pueden revestir tres modalidades:
Sección Primera
Obligaciones simplemente conjuntas o mancomunadas
83. - Concepto.
Sección Segunda
Obligaciones solidarias o in sólidum
86. - Concepto.
Así aparece del artículo 1511 incisos 2o y 3o: “Pero en virtud de la convención,
del testamento o de la ley puede exigirse a cada uno de los deudores o por
cada uno de los acreedores el total de la deuda, y entonces la obligación es
solidaria o “in sólidum”. “La solidaridad debe ser expresamente declarada en
todos los casos en que no la establezca la ley”.
Del hecho de que sea excepcional fluyen varias consecuencias:
1. Para que haya solidaridad tiene que haber una fuente de solidaridad:
convención, testamento o ley. No cabe que se declare la solidaridad por
sentencia judicial. Hasta antes de la ley N° 19.585, había una excepción -
y muy dudosa- que se encontraba en el artículo 280 N°5 inciso 3o, que esa
ley derogó y que establecía que ”Si varias personas hubieran consumado
la violación de la madre, deberá el juez determinar cuál es el presunto
padre del hijo que reclama alimentos. Si el lo no fuere posible, podrá
condenar solidariamente al pago de dichos alimentos a todos los autores
de la violación”.
105
Vodanovic, ob. cit. N° 74, pág. 77.
106
Victorio Pescio: “La acción resolutoria ejercida por uno de los herederos del vendedor”, Revista de
Derecho y Jurisprudencia, T. 49, Primera Parte, págs. 88-91.
107
Luigi Mosco: La resolución de los contratos por incumplimiento, Dux Ediciones, Publicaciones S.A.
Barcelona, pág. 234.
108
Arturo Alessandri: De la compraventa y promesa de venta, T. II, N° 1748, págs. 781 y siguientes.
De Las Obligaciones 81
109
Gaceta de los Tribunales, 1928, 1er semestre, N° 173, pág. 753; T. 67, sec. 2a, pág. 44.
110
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 33 sec. 1a, pág. 193.
82 RENÉ RAMOS PAZOS
solidaria por los ilícitos civiles, cuando son realizados por varias
personas (no existe una disposición como nuestro artículo 2317). Para
suplir este vacío, la doctrina supone que en los delitos civiles cometidos
por varias personas existe una solidaridad, que sólo produce el efecto de
que cualquiera de los deudores está obligado al pago del total; pero sin
que se apliquen los demás efectos propios de la solidaridad pasiva.
Como dice G. Marty, la explicación de esta solidaridad creada por la
doctrina al margen de la ley “se inspira en la teoría de la equivalencia de
las condiciones; cuando varias culpas han sido, cada una, condición
necesaria del daño sufrido por la víctima, cada una de las culpas se
considera causa del daño junto con las demás; de ello resulta que se
reúnen las condiciones de una responsabilidad íntegra, respecto de cada
uno de los autores culpables; cada uno de ellos está obligado a la
reparación in sólidum”.111
111
G. Marty: Derecho Civil, Teoría General de las Obligaciones, Vol. II, Editorial José M. Vajica Jr.
Puebla, México, pág. 145.
112
Corte de Apelaciones de Santiago, 2 de junio de 2003, Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 100,
sec. 2a, pág. 76.
113
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 32, sec. 1a, pág. 288.
De Las Obligaciones 83
114
Corte de Santiago, 2 de junio de 2003, Gaceta Jurídica 276, pág. 124.114 .
115
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 29, sec. 1a, pág. 480
116
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 59, sec. 2a, pág. 43.
117
Corte de Santiago, 2 de junio de 2003, Gaceta Jurídica 276, pág. 124.
118
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 86, sec. 6a, pág. 81.
119
Sobre este punto véase Repertorio Código Civil, T. V, edición 1997, pág. 193.
84 RENÉ RAMOS PAZOS
Si bien la cosa debida por los deudores es la misma, cada uno de ellos puede
deberla de diferente manera. Los vínculos pueden ser distintos. Así lo
establece el artículo 1512: “La cosa que se debe solidariamente por muchos o a
muchos, ha de ser una misma, aunque se deba de diversos modos; por
ejemplo, pura y simplemente respecto de unos, bajo condición o a plazo
respecto de otros”.
De este principio derivan importantes consecuencias:
120
Somarriva: Tratado de las Cauciones, N° 49, pág. 48.
121
“Inmobiliaria Cascadas de Villuco Ltda. con Sady Pincheira Oviedo y otra”, causas acumuladas roles
1253-2002 y 3927-2002.
De Las Obligaciones 85
Se caracteriza porque junto con existir varios acreedores de una obligación con
objeto divisible, cualquiera de ellos puede exigir su pago total, de manera que,
cumplida en esa forma, se extingue la obligación.
Los elementos de la solidaridad activa son:
1. Pluralidad de acreedores;
2. Cualquier acreedor puede demandar la totalidad de la obligación;
3. Extinguida la obligación por un acreedor, se extingue respecto de todos.
Dice el artículo 1513 inciso 1°: “El deudor puede hacer el pago a
cualquiera de los acreedores solidarios que elija, a menos que haya sido
demandado por uno de ellos, pues entonces deberá hacer el pago al
demandante”.
Lo anterior no ocurre sólo cuando la obligación se extingue por pago, sino
cualquiera sea el modo de extinguir. Así lo aclara el artículo 1513 inciso 2o: “La
condonación de la deuda, la compensación, la novación que intervenga entre el
deudor y uno cualquiera de los acreedores solidarios, extingue la deuda con
respecto a los otros, de la misma manera que el pago lo haría; con tal que uno
de éstos no haya demandado ya al deudor”.
a) La teoría romana, y
b) La teoría francesa o del mandato tácito y recíproco.
122
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 36, sec. 1a, pág. 330.
86 RENÉ RAMOS PAZOS
No hay duda que en materia de solidaridad activa, se sigue la tesis romana. Así
lo demuestran:
123-124
Somarriva, Tratado de las Cauciones N° 53, págs. 52-53.
De Las Obligaciones 87
activa exclusivamente.124
Habría según algunos un sólo caso, que sería el artículo 290 del Código de
Comercio: “La comisión colectivamente conferida por muchos comitentes
produce en ellos obligaciones solidarias a favor del comisionista, del mismo
modo que la aceptación colectiva de varios comisionistas produce obligación
solidaria a favor del comitente”. No nos parece. Creemos que es un caso de
solidaridad pasiva. Nótese que los “comitentes”, en la primera parte, y los
“comisionistas” en la segunda, son los deudores. Luego, se trata de casos de
solidaridad pasiva, no de solidaridad activa.
125
Alessandri: Teoría de las Obligaciones,pág. 228.
126
Vodanovic, ob. cit. N° 92, págs. 88-89.
127
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 17, sec. 1a, pág. 19; T. 19, sec. 1a, pág. 171; T. 27, sec. 1a,
pág. 513.
128
Claro Solar, ob. cit., T. X, N° 473, pág. 422.
129
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 19, sec. 1a, pág. 171.
88 RENÉ RAMOS PAZOS
fondo da lo mismo, porque basta que uno de los acreedores pueda gozar
del beneficio, para que el asunto se resuelva, cobrando él el crédito. Así
Vodanovic130 , David Stitchkin131 y Luis Claro Solar132 ;
e) La constitución en mora que hace un acreedor (demanda, por ejemplo),
constituye en mora al deudor respecto de todos los acreedores. No lo
dice el código, pero es obvio que es así por el efecto propio de la
solidaridad;
f) Las medidas precautorias en favor de un acreedor favorece a los otros.
Igual que en el caso anterior, aunque la ley no lo dice en forma expresa.
Y a sabemos que es aquella que recayendo sobre una cosa divisible, y en que
hay varios deudores, el acreedor pueda demandar la totalidad de su crédito a
cualquiera de los deudores, extinguiéndose la obligación respecto de todos.
130
Vodanovic, ob. cit., N° 97, pág. 90.
131
Stitchkin, ob. cit., N° 438, pág. 355.
132
Claro Solar, ob. cit., T. X, N° 444, pág. 406.
133
Claro Solar, ob. cit., T. X N° 450, págs. 409-410.
90 RENÉ RAMOS PAZOS
contra del deudor que le parezca más solvente. Como garantía es mejor
que la fianza porque no hay beneficio de excusión ni de división, que sí
operan en el caso del fiador. La Corte Suprema ha dicho que “la
solidaridad pasiva constituye una eficaz garantía personal porque ella
permite al acreedor hacer efectivo el derecho de prenda general sobre
tantos patrimonios cuantos sean los deudores solidarios y en
condiciones más ventajosas para el acreedor, ya que aquellos no pueden
oponer los beneficios de división y de excusión como en el caso del
fiador”.134 Es corriente ver en la práctica que una persona se obliga como
fiador y codeudor solidario. ¿Qué quiere decir esto? Esta fórmula es
importante para quien se está obligando en esos términos, pues con ello
se está demostrando que se trata de un codeudor solidario que no tiene
interés en la obligación, lo que le va a beneficiar al momento de resolver
las relaciones internas. Desde el punto de vista del acreedor no tiene
significación porque simplemente lo va a perseguir como deudor
solidario. Así se ha fallado. Una sentencia de la Corte de Santiago
resolvió que “la fianza y codeuda solidaria constituye una caución
personal surgida en el régimen contractual patrimonial y que resulta de
la combinación de las cauciones denominadas “solidaridad pasiva”
(artículos 1511 y siguientes del Código Civil) y “fianza” (artículos 2335 y
siguientes del mismo Código), estimando la doctrina y la mayor parte de
la jurisprudencia que las relaciones entre el fiador y codeudor solidario
con el acreedor, deben regirse por las reglas de la solidaridad,
considerándose por tanto al primero como deudor directo”135 . En igual
sentido se pronunció la Corte Suprema136 : “La circunstancia de que una
persona se haya obligado como fiador y codeudor solidario determina
que no pueden aplicársele las normas relativas a la extinción, relevo,
retractación o prescripción de la fianza, sino los principios aplicables a
la solidaridad pasiva, no afectando, por ende, su eficacia los hechos que
extinguen o relevan la fianza. Tampoco puede regir en esta fianza y
codeuda solidaria la caducidad contemplada en el artículo 1649 del
Código Civil, puesto que se aplica exclusivamente a los fiadores”.
Digamos de inmediato que no es lo mismo estar obligado como fiador y
codeudor solidario que como fiador solidario. Se habla de fiador
solidario para referirse al caso en que habiendo varios fiadores éstos se
han obligado solidariamente entre sí. Cada uno de ellos responde por el
total, pero como fiador, esto es, subsidiariamente, con beneficio de
división y de excusión.
2. Tiene mucha aplicación en derecho mercantil. Así el avalista responde en
los mismos términos que el aceptante de una letra de cambio (artículo 47
134
Fallos del Mes N° 419, sentencia 5.
135
Corte de Santiago, 25 septiembre 1995, Gaceta Jurídica 182, sentencia 3, pág. 76.
136
Corte Suprema 25 septiembre de 1996, Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 93, sec. 1a, pág. 118.
De Las Obligaciones 91
ley N° 18.092); todos los que firman una letra de cambio, sea como
libradores, aceptantes, endosantes, quedan solidariamente obligados a
pagar al portador el valor de la letra más los reajustes e intereses, en su
caso (artículo 79 ley N° 18.092).
3. Presenta todos los caracteres que hemos visto para la solidaridad. Sus
fuentes pueden ser la convención, el testamento o la ley (ejemplo: de ley
N° 2.317).
4. Ya hemos visto que, en general, se acepta que respecto de esta
solidaridad se sigue la teoría francesa o del mandato tácito recíproco137,
Stitchkin y Somarriva.138
137
Stitchkin, ob. cit. N° 370, pág. 300.
138
Somarriva, Tratado de las Cauciones N° 53, pág. 53.
139
Corte de Santiago, 7 de abril de 1999, Gaceta Jurídica 226, pág. 83.
92 RENÉ RAMOS PAZOS
por una misma cuerda140 y, además, porque el 1515 señala que la demanda
intentada en contra de uno no extingue la acción solidaria en contra de los
otros. Así lo ha reconocido también la jurisprudencia: “La ley autoriza al
acreedor de una obligación solidaria no sólo para dirigirse contra todos
los deudores solidarios en un mismo juicio o contra cualquiera de ellos a
su arbitrio, sino también para demandar simultáneamente a cada uno de
los deudores por cuerda separada”.141141 ¿Significa lo anterior que el
acreedor pueda demandar, en juicios separados y paralelos, a los diversos
deudores por la totalidad de la deuda?
Somarriva afirma que “la circunstancia de que el acreedor demande a un
deudor, estando el juicio pendiente, no es óbice para que pueda demandar
a los otros. Según él, el artículo 1515 aleja toda duda al respecto al
manifestar que la demanda dirigida contra uno de los codeudores no
extingue la obligación solidaria sino en la parte en que hubiere sido
satisfecha por el demandado”142 . Este principio, agrega Somarriva, fue
reconocido por la Corte Suprema en sentencia de 19 de agosto de 1931.
Un fallo español de 9 de mayo de 1973 da una respuesta diferente:
“además de que el acreedor pueda dirigir su acción contra cualquiera de
los deudores solidarios o contra todos ellos simultáneamente, con arreglo
a la normativa que rige civilmente la solidaridad de las obligaciones, en
forma alguna puede entenderse como equivalente a poder reclamar en
procesos distintos la totalidad del crédito individualmente a cada uno de
los mismos, pues tan sólo de no resultar cobrada la deuda, en el primero
de los supuestos, podría dirigir la acción posteriormente contra los
demás, cual prevé el artículo 1144 del Código Civil...”143 . Si bien la letra del
artículo 1144 del Código Civil español es diferente a nuestro artículo
1515, y da pie para la interpretación que ha hecho el tribunal español,
esta sentencia nos invita a reflexionar sobre el punto, pues no deja de
resultar violento admitir la posibilidad de que un acreedor pueda
demandar en forma paralela la totalidad de la obligación a cada uno de los
codeudores.
b) Si el deudor demandado paga el total de la obligación o la extingue por
cualquier modo, tal extinción opera respecto de todos los codeudores
solidarios, sin perjuicio de sus relaciones internas. Así lo dice el 1519 en
la novación; así aparece del 1668, en materia de confusión, desde que
autoriza al codeudor solidario para repetir por la parte o cuota que a los
otros codeudores les correspondan en la deuda. En el caso de la
compensación, el codeudor demandado puede oponer en compensación
140
Vodanovic, ob. cit., pág. 96.
141
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 28, sec. 1a, pág. 762.
142
Somarriva, ob. cit., N° 54, pág. 55.
143
Citado por Jorge Caffarena Laporta: La solidaridad de los deudores, Edit. Rev. Derecho Privado,
Madrid, 1980, pág. 9.
De Las Obligaciones 93
sus propios créditos (no los de los otros) (1520 inciso 1o a contrario
sensu).
c) Si el acreedor demanda a un deudor y no obtiene el pago total, podrá
dirigirse en contra cualquiera de los otros, por el saldo. Así lo establece el
artículo 1515: “La demanda intentada por el acreedor contra alguno de los
deudores solidarios, no extingue la obligación solidaria de ninguno de
ellos, sino en la parte en que hubiere sido satisfecha por el demandado”.
d) El título ejecutivo contra el deudor principal, lo es también en contra del
fiador y codeudor solidario. Así lo estima Somarriva. Afirma que la
jurisprudencia y los autores franceses en su mayoría (Planiol y Ripert;
Josserand, Baudry Lacantinerie) se inclinan por la afirmativa. Se funda en
la existencia del mandato tácito y recíproco, lo que implica identidad legal
de personas. Argumenta además que la cosa juzgada en una excepción
real que, por la misma razón, pueden oponer todos y cada uno de los
deudores solidarios.144
Un fallo de la Corte de Santiago de 2 de agosto de 1996 acoge esta tesis
afirmando que “resulta fuera de toda duda que respecto de ese fiador y
codeudor solidario, el título en el cual se fundamenta la demanda
deducida a fs. 13, tiene también la misma fuerza ejecutiva que el fallo
apelado reconoce en relación con el deudor principal”. El mismo fallo
agrega que “de diversas normas de derecho común aparece de manifiesto
que las obligaciones que contrae el fiador y codeudor solidario se hallan
forzosamente subordinadas a la naturaleza y características de aquellas
de que debe responder el deudor principal”;145
e) La sentencia dictada en contra de un codeudor produce cosa juzgada
respecto de los otros. Razones:
1) Hay identidad legal de personas, ya que si se sigue la teoría del
mandato tácito al demandarse a uno se demanda a todos;
2) La cosa juzgada en una excepción real, que mira a la naturaleza de la
obligación y tal obligación compete a todos los codeudores;146
f) La interrupción de la prescripción que opera en contra de uno de los
deudores solidarios perjudica a los otros. Dice al efecto el artículo 2519:
“La interrupción que obra en favor de uno de varios coacreedores no
aprovecha a los otros, ni la que obra en perjuicio de uno de varios
codeudores, perjudica a los otros, a menos que haya solidaridad, y no se
haya ésta renunciado en los términos del artículo 1516”. Seha fallado que
hace excepción a esta regla el artículo 100 de la ley N° 18.092 puesto que
en ese caso la interrupción de la prescripción que opera respecto de un
codeudor solidario en un pagaré no perjudica ni afecta a los restantes, por
144
Somarriva, ob. cit. N° 55, págs. 55-56.
145
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 93, sec. 2a, pág. 98, considerandos 2o y 3o.
146
Sobre la extensión de la cosa juzgada en esta materia, puede consultarse Jorge Caffarena Laporta, ob.
cit., N° 4, págs. 17 y siguientes.
94 RENÉ RAMOS PAZOS
147
Somarriva, ob. cit. N° 62, págs. 63-64.
148
Vodanovic, ob. cit. N° 118, págs. 102-103.
149
Somarriva, ob. cit. N° 62, págs. 64-65.
150
Stitchkin, ob. cit. N° 393, págs. 314 y siguientes.
151
Somarriva, ob. cit. N° 63, pág. 66.
De Las Obligaciones 95
las personales suyas, como lo dispone el artículo 1520 del Código Civil”.152
152
Gaceta Jurídica 133, considerando 7o.
153
Caffarena Laporta, ob. cit., N° 3, pág. 17.
De Las Obligaciones 97
Puede extinguirse:
Esto último ocurre en los casos de muerte del deudor solidario y de renuncia
de la solidaridad. Veamos cada caso por separado.
Esta cláusula tiene mucha eficacia y es muy usada por los Bancos.
154
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 19, sec. 1a, pág. 171.
155
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 37, sec. 1a, pág. 18.
De Las Obligaciones 99
Sección Tercera
Obligaciones divisibles e indivisibles
110. - Concepto.
156
Vodanovic, ob. cit., N° 165, pág. 155.
100 RENÉ RAMOS PAZOS
Lo que ocurre, sin embargo, es que en las obligaciones en que hay sujetos
únicos (un deudor y un acreedor), no tiene importancia la indivisibilidad
porque el deudor tiene que pagar la totalidad al acreedor (el pago debe ser
íntegro, según el artículo 1591 inciso 1o). La indivisibilidad sólo cobra
importancia en las obligaciones con pluralidad de partes, pues, en ellas, de
aplicarse la regla general, cada acreedor tiene derecho a exigir su cuota; y cada
deudor cumple pagando la suya. Pero esta regla se revierte cuando el objeto es
indivisible.
Porque la indivisibilidad tiene importancia en las obligaciones con
pluralidad de sujetos, algunos autores las definen como “aquella en que, por su
objeto, no es susceptible de división entre sus diversos sujetos activos o
pasivos”.157
157
Marty y Raynau, citado por Vodanovic, ob. cit., pág. 156.
158
Vodanovic, ob. cit. N° 167, pág. 156.
De Las Obligaciones 101
159
Stitchkin, ob. cit., N° 445, pág. 362.
102 RENÉ RAMOS PAZOS
el hecho convenido.
En doctrina, hay quienes piensan que la teoría de la indivisibilidad no tiene
cabida en estas obligaciones o la tiene en forma muy limitada, pues en caso de
contravención, el acreedor sólo puede demandar indemnización de
perjuicios160. Sin embargo, la generalidad de los autores afirma que las
obligaciones de no hacer pueden ser divisibles o no, según la naturaleza de la
abstención. Así Pothier. Así, también, la doctrina nacional.161
El Código Civil español se pronuncia expresamente por la afirmativa al
establecer que: “.. .en las obligaciones de no hacer, la divisibilidad o
indivisibilidad se decidirá por el carácter de la prestación en cada caso
particular” (artículo 1151, inciso final C. Civil español).
160
Jorge Giorgi, Teoría de las Obligaciones, Edil. Reus, Madrid, 1928, Vol. I, Nº 285, págs. 265 y
siguientes.
161
Stitchkin, ob. cit., N° 451, pág. 366.
162
Vodanovic, ob. cit., N° 173, pág. 160.
104 RENÉ RAMOS PAZOS
163
Abeliuk, ob. cit., N° 431. pág. 356.
De Las Obligaciones 105
164
Vodanovic, ob. cit., N° 177, pág. 165.
106 RENÉ RAMOS PAZOS
165
Fueyo, Derecho Civil, Obligaciones, T. 1, Nº 194, pág. 217.
De Las Obligaciones 107
inciso 1o: “La acción hipotecaria o prendaria se dirige contra aquel de los
codeudores que posea, en todo o parte, la cosa hipotecada o empeñada”.
Como las acciones hipotecaria y prendaria son reales se ejercen sobre la
cosa objeto de la prenda o hipoteca. Se demanda a quien está poseyendo la
cosa, por el total de la deuda y no por la parte o cuota que en la obligación
corresponda al deudor. Si se interpone la acción personal de cobro, ésta es
divisible por lo que a cada deudor se le debe demandar únicamente por su
cuota.
Si la cosa dada en prenda o hipoteca se encuentra en poder de varios de los
deudores, la acción real debe dirigirse en contra de todos ellos.166
Dice el artículo 1526 N° 4: “Exceptúanse los casos siguientes:.. .4°: Cuando por
testamento o por convención entre los herederos, o por partición de la
herencia, se ha impuesto a uno de los herederos la obligación de pagar el total
de una deuda, el acreedor podrá dirigirse o contra este heredero por el total de
166
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 14, sec. 1a, pág. 302.
167
Vodanovic, ob. cit., N° 180, pág. 167.
108 RENÉ RAMOS PAZOS
la deuda, o contra cada uno de los herederos por la parte que le corresponda a
prorrata” (inciso 1°).
En esta norma se tratan dos situaciones diferentes:
168
Alessandri: Nota al fallo publicado en Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 30, sec. 1a, pág. 425.
De Las Obligaciones 109
5, sec. 1a, pág. 282. En cambio, Luis Claro Solar169 Gonzalo Barriga 170 y Manuel
Somarriva171 sostienen que los herederos pueden demandar desde la delación
de la herencia, su cuota en el crédito, sin esperar la partición, pues la división
de los créditos se producen de pleno derecho, sin esperar partición (T. 30, sec.
1a, pág. 425). Estos autores concilian los artículos 1526 N° 4, con el artículo
1344, diciendo que tienen esferas de aplicación distintas: el 1526 rige las
relaciones heredero- deudor; y el 1344, las relaciones entre los coherederos. En
resumen, el heredero puede cobrar su cuota del crédito, pero si posteriormen-
te, al hacerse la partición, no se le adjudica el crédito, deberá reembolsar lo
percibido al respectivo adjudicatario.172
169
Claro Solar, ob. cit., T. 17, N°s. 2596 a 2603, págs. 202 y siguientes.
170
Gonzalo Barriga, en nota a sentencia publicada en Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 30, sec. 1a,
pág. 425.
171
Somarriva, Indivisión y Partición, Editorial Jurídica de Chile, 2a edición 1956, N° 552, págs. 340-341
y Las Obligaciones y los Contratos ante la Jurisprudencia, sentencia 466, pág. 356.
172
Claro Solar, ob. cit., T. XVII, pág. 208.
110 RENÉ RAMOS PAZOS
presume con respecto a cosas que pueden dividirse en partes reales, cuando no
pueden serlo sin que resulte un perjuicio al acreedor...”.173
La Corte Suprema ha aclarado que este N° 5 y el N° 2 del artículo 1526 se
refieren a cosas corporales, no a cosas incorporales.174
173
Claro Solar, ob. cit., T. X, N° 542, págs. 490-491.
174
T. 49, sec. 1a, pág. 165.
175
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 57, sec. 1a, pág. 253.
De Las Obligaciones 111
Así lo dice el artículo 1525: “El ser solidaria una obligación no le da el carácter
de indivisible”.
PÁRRAFO X
OBLIGACIONES PRINCIPALES Y ACCESORIAS
134. - Concepto.
PÁRRAFO XI
OBLIGACIONES PURAS Y SIMPLES o SUJETAS A MODALIDAD
La regla general es que las obligaciones sean puras y simples; que produzcan
sus efectos normalmente desde su nacimiento hasta su extinción. Sin embargo,
en virtud del testamento, de la voluntad de las partes o de la ley, se puede
agregar a la obligación una modalidad con el objeto de alterar sus efectos
normales, sea en cuanto a su nacimiento, a su ejercicio o a su extinción.
Que una obligación produzca sus efectos normales significa que:
Sección Primera
De las obligaciones condicionales
139. - Concepto.
Son obligaciones condicionales las que dependen de una condición, esto es, de
un acontecimiento futuro que puede suceder o no (artículo 1473).
De esta disposición y, además, de lo dicho en el artículo 1070 inciso 2o, que
define la asignación condicional como “aquella que depende de una condición,
esto es, de un suceso futuro e incierto, de manera que según la intención del
testador no valga la asignación si el suceso positivo no acaece o si acaece el
negativo”, se ha valido la doctrina para definir la condición como “un hecho
futuro e incierto del cual depende el nacimiento o la extinción de un derecho y
su correlativa obligación”.
Dos son los elementos de la condición: a) que sea un hecho futuro, y b) que sea
un hecho incierto.
a) Expresas y tácitas.
b) Suspensivas y resolutorias;
c) Positivas y negativas;
d) Posibles e imposibles, lícitas e ilícitas;
e) Determinadas e indeterminadas, y
f) Potestativas, casuales y mixtas.
“La positiva consiste en acontecer una cosa, la negativa, en que una cosa no
acontezca”.
Ejemplo de condición positiva: Te doy $ 1.000.000 si viajas a Santiago el
domingo;
Ejemplo de condición negativa: Te doy $ 1.000.000 si no viajas el año 1998
a Santiago.
Esta distinción adquiere importancia para determinar cuándo la condición
debe entenderse cumplida o fallida, pues según el artículo 1482 “se reputa
haber fallado la condición positiva o haberse cumplido la negativa, cuando ha
llegado a ser cierto que no sucederá el acontecimiento contemplado en ella, o
cuando ha expirado el tiempo dentro del cual el acontecimiento ha debido
verificarse, y no se ha verificado”.
También es importante para los efectos contemplados en los artículos 1475
y 1476, pues el primero establece que “la condición positiva debe ser física y
moralmente posible” (inciso 1°), agregando que “es físicamente imposible la
que es contraria a las leyes de la naturaleza física; y moralmente imposible la
que consiste en un hecho prohibido por las leyes, o es opuesta a las buenas
costumbres
o al orden público”. Termina esta disposición señalando que “se mirarán
también como imposibles las que están concebidas en términos ininteligibles”
(inciso 3o).
A su turno el artículo 1476 prescribe que “si la condición es negativa de una
cosa físicamente imposible, la obligación es pura y simple; si consiste en que el
acreedor se abstenga de un hecho inmoral o prohibido, vicia la disposición.
146. - Condiciones posibles e imposibles, lícitas e ilícitas.
176
Jorge Solís de Ovando: “De la caducidad de las condiciones”, Revista de Derecho y jurisprudencia, T.
37, Primera Parte, págs. 24 y siguientes.
177
Abeliuk, ob. cit., T. I, N° 487, pág. 391.
120 RENÉ RAMOS PAZOS
Comentario:
1. Es importante entender que lo que se anula es la obligación, no la
condición (artículo 1478).
2. Es importante también tener en cuenta que las únicas condiciones que
anulan la obligación son las meramente potestativas de la voluntad del
deudor, porque en ellas no hay voluntad seria de obligarse. Ejemplo: te
doy $ 1.000 si quiero.179
Las meramente potestativas de la voluntad del acreedor son válidas.
178
Ver, también, Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 83, sec. 5a, pág. 94.
179
Véase sentencia Corte Suprema de 21 de octubre de 1991, Gaceta Jurídica 136, sentencia 2, pág. 23
De Las Obligaciones 121
180
Alessandri, ob. cit., pág. 143.
181
Fueyo, ob. cit., N° 85, págs. 104-105.
182
Efraín Vio Vásquez: “Las Obligaciones Condicionales”. Memoria, Universidad de Concepción, 1945,
N° 35, págs. 51-52.
183
Claro Solar, ob. cit., T. X, N° 77, pág. 86.
184
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 19, sec. 1a, pág. 15; T. 35, sec. 2a,pág. 19; T. 43, sec. 1a, pág.
399.
185
Abeliuk, T. I, N° 489, págs. 391-394.
122 RENÉ RAMOS PAZOS
10 años, según hemos visto. Si en este plazo no pasa nada, se tiene por
cumplida la condición. Ejemplo: te doy una casa si no te casas. Y pasan
10 años sin casarse.
Tratan de esta materia los artículos 1483 y 1484, normas que, según algunos,
serían contradictorias. Nosotros no vemos la contradicción. Se aplica primero la
regla del artículo 1483: “la condición debe cumplirse del modo que las partes
han probablemente entendido que lo fuese, y se presumirá que el modo más
racional de cumplirla es el que han entendido las partes” (artículo 1483 inciso
1o). Esta regla guarda perfecta concordancia con la norma del artículo 1560
“conocida claramente la intención de los contratantes debe estarse a ella más
que a lo literal de las palabras”. El inciso 2o del artículo 1483 coloca un
ejemplo: “Cuando, por ejemplo, la condición consiste en pagar una suma de
dinero a una persona que está bajo tutela o curaduría, no se tendrá por
cumplida la condición, si se entrega a la misma persona, y ésta lo disipa”.
Precisado lo anterior, entra a operar la regla del artículo 1484 “las
condiciones deben cumplirse literalmente, en la forma convenida”. O sea,
determinada la forma cómo las partes querían que se cumpliera, tiene que
cumplirse de esa manera y no de otra. No pueden cumplirse por equivalencia.
Excepciones a esta regla en el artículo 250 N° 2, y en las asignaciones modales,
artículo 1093.
186
Vío Vásquez, ob. cit., pág. 116.
187
Daniel Peñailillo Arévalo: “El cumplimiento Ficto de la Condición", Revista de Derecho Universidad
de Concepción N° 178, págs. 7 a 36.
188
ABELIUK, ob. cit., T. I, N° 493, pág. 395.
189
Vio VÁSQUEZ, ob. cit., N°s. 108 y 115 y siguientes.
190
ALESSANDRI, ob. cit., pág. 151.
191
CLARO SOLAR, ob. cit., T. X N° 100, pág. 106.
De Las Obligaciones 125
192
Enneccerus, Ludwig; Kipp, Theodor y Wolff, Martín: Tratado de Derecho Civil T. 1o, 2o. Vol. 2o,
Parte General, pág. 685, cit. por Peñailillo.
De Las Obligaciones 127
vacío legal, que debe ser integrado, aplicándose la misma solución dada
para el caso del deudor.
Lo establece el artículo 1485 inciso 1o: “No puede exigirse el cumplimiento dela
obligación condicional, sino verificada la condición totalmente”, ejemplo: Te
daré esta casa si previamente das $ 1.000.000 a Juan y $ 1.000.000 a María. Es
obvio que no puede reclamar la casa, mientras no se cumplan ambas
obligaciones.
Ya hemos explicado que para saber cuándo falla la condición, será necesario
distinguir entre condiciones positivas y negativas. Falla la condición positiva
cuando ha llegado a ser cierto que no sucederá el acontecimiento contemplado
en ella o, cuando ha expirado el tiempo dentro del cual el acontecimiento ha
debido verificarse, y no se ha verificado (artículo 1482). Ya hemos explicado
que si la condición es indeterminada, falla si transcurren 10 años sin que el
hecho se verifique. Si la condición es negativa, falla cuando ocurre el hecho
que no debía ocurrir.
El efecto de la caducidad es el siguiente: Si la condición es suspensiva y
falla, el acreedor condicional no va a llegar a adquirir el derecho condicional; y
si es resolutoria, se consolida el derecho en poder del deudor condicional, que
ya nada deberá restituir.
193
Vio Vásquez, ob. cit. N° 127 y siguientes, págs. 144 y siguientes.
128 RENÉ RAMOS PAZOS
En Francia hay una norma expresa -el artículo 1179 del Código Civil- que
resuelve el problema “la condición cumplida tiene efecto retroactivo al día en
que se haya contraído la obligación”.
En Chile falta una norma semejante a la francesa y ello genera problemas,
pues hay casos en que se acepta el efecto retroactivo de la condición, y otros
en que se rechaza.
Veámoslos:
a) El artículo 1486, por cuanto esta norma señala que el acreedor tiene
derecho a los aumentos y mejoras de la cosa, ocurridos cuando estaba
pendiente la condición (inciso 2o);
b) El artículo 2413, pues da pleno valor a la hipoteca desde la fecha de su
inscripción en el conservador de Bienes Raíces una vez cumplida la
condición suspensiva bajo la cual se otorgó (inciso 2o);
c) El artículo 1487, porque cuando se cumple la condición resolutoria el
deudor debe restituir todo lo que hubiere recibido con tal motivo, y
d) Los artículos 1490 y 1491, en cuanto privan de valor a las enajenaciones
hechas por el deudor en el tiempo intermedio, a menos que se cumplan
194
Luigi Mosco: La resolución de los contratos por incumplimiento, pág. 371, Dux Ediciones y
Publicaciones S.A., Barcelona.
195
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 80, sec. 2”, pág. 126.
De Las Obligaciones 129
determinados requisitos.
196
STITCHKIN, ob. cit., N° 245, págs. 173-174,
197
ABELIUK, ob. cit., T. I, N° 501, pág. 400.
198
Vio VÁSQUEZ, ob. cit., N° 148, pág. 157.
130 RENÉ RAMOS PAZOS
199
Luis COUSIÑO MAC IVER: “De la condición suspensiva”, Memoria de Prueba Universidad de Chile,
1926, N° 97, págs. 96-97.
200
Cousiño Mac Iver, ob. cit. N° 133, pág. 131.
De Las Obligaciones 131
201
Abeliuk, ob. cit., T. I, N° 512, pág. 406.
De Las Obligaciones 133
Los efectos son exactamente los contrarios a los señalados para la condición
suspensiva pendiente. Veamos:
Es la que deriva del artículo 1489 y se define como la que va envuelta en todo
contrato bilateral para el caso de no cumplirse por la otra parte lo pactado.
Dice el artículo 1489: “En los contratos bilaterales va envuelta la condición
resolutoria de no cumplirse por uno de los contratantes lo pactado” (inciso 1o).
Ejemplo: si el comprador no paga el precio, el vendedor puede pedir la
resolución del contrato, por haberse cumplido la condición resolutoria tácita.
La estudiaremos luego.
Estos efectos se deben estudiar en los tres estados en que se puede encontrar
la condición: pendiente, fallida y cumplida, lo que iremos haciendo en los
números siguientes.
202
Vio Vásquez, ob. cit., N° 216, pág. 214.
De Las Obligaciones 135
ese título, igual que si fuere un propietario puro y simple. Naturalmente que su
derecho está expuesto a extinguirse si se cumple la condición. Puede realizar
actos de administración, enajenación y gravamen, sujetos a resolverse si se
cumple la condición. (Véase, por ejemplo, el artículo 1950 N° 3o, en el caso del
arriendo). Si se trata de un asignatario condicional resolutorio, se produce la
inmediata delación de la herencia (artículo 956), y puede incluso pedir
partición.
El deudor condicional resolutorio tiene la obligación de cuidar la cosa y
conservarla como un buen padre de familia, para restituirla al acreedor si se
cumple la condición. Así fluye del artículo 1486 y tratándose del fideicomiso
del artículo 758 inciso 2o.
Por su parte, el acreedor condicional podrá impetrar providencias
conservativas (artículo 1492 inciso final y artículo 761 inciso 2o en el
fideicomiso).
203
Víctor SANTA CRUZ SERRANO: Comentario a sentencia publicada en T. 46, sec. 1a, pág. 109.
204
ABELIUK, ob. cit. T. I, N° 521, pág. 411.
De Las Obligaciones 137
205
Corte de Santiago. T. 92, sec. 2a, pág. 7.
206
Alessandri: De la compraventa y promesa de venta, T. II, N° 1632, pág. 494. Véase también T. 99 N°
1, sec. 2a, pág. 11.
207
Jorge GIORGI: ob. cit., Vol. IV, N° 205, págs. 213-214.
138 RENÉ RAMOS PAZOS
208
Henri y León MAZEAUD y Jean MAZEAUD: Lecciones de Derecho Civil, Parte Segunda Vol. III, N°
1089, Edit. EJEA, Buenos Aires, 1960, pág. 344.
209
MAZEAUD: ob. cit. N° 1089, págs. 344-345.
210
MAZEAUD: ob. cit. N° 1089, págs. 344-345.
211
Augusto ELGUETA ORTIZ: “La resolución y el incumplimiento recíproco”, Memoria, Universidad de
Chile, Santiago, 1947. En el mismo sentido, Augusto ELGUETA ANGUITA, Resolución de contratos y excepción
de pago, Editorial Jurídica de Chile, 1981, págs. 59-60.
De Las Obligaciones 139
212
Stitchkin, ob. cit., T. I, N° 195, pág. 133.
213
Alessandri, ob. cit., N° 166.
214
Vio Vásquez, ob. cit., N° 273, pág. 252.
215
Abeliuk, ob. cit., T. I, pág. 527, pág. 414.
216
Claro Solar, ob. cit., T. X, N°s. 157-158, págs. 169 y siguientes.
140 RENÉ RAMOS PAZOS
217
Véase: Gaceta 1886, N° 1292, pág. 875; Gaceta 1893, T. Y, N° 1253, pág. 858; Gaceta 1899, T. II,
N° 39, pág. 33; T. 3, sec. 1a, pág. 66; Gaceta 1921, 2o semestre, N° 299, pág. 1222; Revista de Derecho y
Jurisprudencia, T. 90, sec. 1a, pág. 14.
218
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 94, sec. 1a, pág. 50.
219
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 99, sec. 2a, pág. 104.
220
SOMARRIVA, Indivisión y Partición, Editorial Jurídica, segunda edición, N° 586, págs. 373-375;
CLARO SOLAR, ob. cit. T. XVII N° 2653 a 2658, págs. 242 y siguientes; Marcos SILVA BASCUÑÁN: La
Partición de Bienes, Editorial Jurídica de Chile, 1948, Nº 365, págs. 286 a 288; Pedro LIRA URQUIETA: La
Partición de Bienes, Editorial Jurídica de Chile, 1948, N° 121, págs. 207 a 209; ABELIUK, ob. cit. T. I N° 530,
De Las Obligaciones 141
Razones:
pág. 416. En el mismo sentido jurisprudencia; T. 3, sec. 1a, pág. 66; T. 5, sec. 1a, pág. 400. En sentido contrario,
T. 46, sec. 1a, pág. 459, con 2 votos disidentes (Alfredo Larenas y abogado integrante Marcos Silva Bascuñán).
221
Luis CLARO SOLAR (ob. cit., T. 10 N° 164, págs. 180 a 184), Arturo ALESSANDRI, De la Compraventa
y Promesa de Venta, T. II N° 1654; Efraín Vio VÁSQUEZ, ob. cit. N° 281, págs. 264 y 265; SOMARRIVA, Las
Obligaciones y los Contratos ante la Jurisprudencia, sentencia 14, pág. 11.
142 RENÉ RAMOS PAZOS
222
Augusto ELGUETA ORTIZ, “La resolución y el incumplimiento recíproco”, Memoria de prueba, pág.
66.
223
Augusto Elgueta Anguita: Resolución de contratos y excepción, Editorial Jurídica de Chile, 1981,
págs. 46-47.
224
Alessandri, ob. cit., pág. 166.
225
Somarriva: Las obligaciones y los contratos ante la jurisprudencia, sentencia 19, pág. 14.
De Las Obligaciones 143
No hay duda que sí. Tanto es así que el código lo permite expresamente en el
artículo 1875 inciso 2o. En esta parte hay unanimidad de la doctrina y
226
Claro Solar, ob. cit., T. X, págs. 190-193.
227
Abeliuk, ob. cit., T. I, N° 532, pág. 418.
228
Fueyo: El cumplimiento o incumplimiento de las obligaciones, pág. 306.
229
Gaceta, año 1920, segundo semestre N° 142.
230
Augusto Elgueta Anguita, ob. cit.
231
Enrique Alcalde Rodríguez: “Distinción entre obligaciones principales y secundarias ...”, Revista
Chilena de Derecho, mayo-agosto 2003 (Vol. 30 N° 2).
232
Cit. por Fueyo: Cumplimiento e incumplimiento de las obligaciones, pág. 302.
233
Juan Luis Miquel: Resolución de contratos por incumplimiento, Edit. Depalma, 1979, págs. 125-126.
234
Mazeaud, ob. cit. N° 1098, pág. 352.
144 RENÉ RAMOS PAZOS
jurisprudencia.235
Este requisito no aparece del artículo 1489, sino que derivaría del artículo
1552, en cuya virtud “en los contratos bilaterales ninguno de los contratantes
está en mora dejando de cumplir lo pactado, mientras el otro no lo cumple por
su parte o no se allana a cumplirlo en la forma y tiempo debidos”.
De consiguiente, si quien demanda la resolución no ha cumplido con su
propia obligación, se le opondrá por el demandado la excepción del contrato
no cumplido. En ese sentido la doctrina238 : Hay abundante jurisprudencia. Así,
por ejemplo, se ha fallado que “si una de las partes del contrato de promesa de
compraventa no ha cumplido enteramente con su obligación de pagar el precio,
mal puede demandar la resolución del contrato con indemnización de
perjuicios a la otra, que tampoco ha cumplido con la de las principales
obligaciones contraídas...”.239
Una opinión distinta encontramos en Elgueta Anguita, discrepancia que se
explica porque él no participa de la idea de que para que opere la resolución se
235
SOMARRIVA, ob. cit., N° 19, pág. 14, ABELIUK, ob. cit. N° 532, pág. 418. Igual opinión, en la doctrina
extranjera, hermanos MAZEAUD, Derecho Civil, parte II, Vol. III N° 1098, página 352. En el mismo sentido la
jurisprudencia, T. 28, sec. 1a, pág. 689.
236
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 28, sec. 1a, pág. 689; T. 57, sec. 1ª, pág. 274.
237
Somarriva: Las obligaciones y los contratos ante la jurisprudencia, N° 20, pág. 15, segunda edición,
1984.
238
CLARO SOLAR, ob. cit., N° 165, págs. 184 y siguientes; ABELIUK, ob. cit. N° 534, pág. 419, Arturo
ALESSANDRI, comentario a la sentencia publicada en el T. 28, sec. 1a, pág. 693; SOMARRIVA, ob. cit. N° 20,
pág. 14.
239
Revista de Derecho y Jurisprudencia 81, sec. 1a, pág. 158.
De Las Obligaciones 145
requiera de la mora del deudor... “A nosotros -dice Elgueta Anguita- nos parece
que no se puede resolver el caso aplicando el artículo 1552. Esta disposición
sólo establece que en los contratos bilaterales ninguna de las partes está en
mora no cumpliendo, mientras la otra no cumpla por su parte. Ni siquiera
consagra, a nuestro entender, la excepción del contrato no cumplido...”. Y
agrega más adelante: “La excepción de contrato no cumplido sólo se da al
demandado como medio de defensa cuando se le exige el cumplimiento, mas
no es defensa apta para enervar la acción resolutoria, ya que no es congruente
con ésta”.240
240
ELGUETA ANGUITA, ob. cit., págs. 51 y siguientes.
241
ABELIUK, ob. cit., T. I, N° 535, pág. 420.
242
Abeliuk, ob. cit., N°535, pág. 420; Vio Vásquez, ob. cit., pág. 292; Stitchkin, ob. cit., pág. 205; Fueyo,
Derecho Civil, T. IV, pág. 126, Claro Solar, ob. cit., T. X. Nº 161, pág. 176; Somarriva, Las obligaciones y los
146 RENÉ RAMOS PAZOS
contratos ante la jurisprudencia, comentario a sentencia N° 15, pág. 12. En ese comentario se cita abundante y
reiterada jurisprudencia (Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 12, sec. 1a, pág. 376; T. 33, sec. 1ª, pág. 514;
T. 35, sec. 1a, pág. 400; T. 38, sec. 1ª, pág. 318 y T. 77, sec. 2a, pág. 777, T. 87, sec. 2a, pág. 43, Gaceta
Jurídica N° 175, sentencia 3, pág. 30).
243
Claro Solar, ob. cit., T. X, N° 166, pág. 187.
244
Fueyo, obra cit. N° 199, pág. 127.
245
Abeliuk, ob. cit. N° 535, pág. 421.
246
Stitchkin, ob. cit. N° 208, pág. 142-143.
247
Vio Vásquez, ob. cit. N° 317, pág. 296.
248
Somarriva, Las obligaciones y contratos ante la Jurisprudencia, sentencia 16, págs. 12-13.
249
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 44, sec. 1a, pág. 288; T. 45, sec. 1a,pág. 597; T. 46, sec. 2a,
pág. 3; T. 77, sec. 2a, pág. 77; T. 84, sec. 1a, pág. 149.
De Las Obligaciones 147
250
Augusto Elgueta Anguita, ob. cit., págs. 97 a 121.
251
Daniel Peñailillo, Obligaciones, pág. 417.
252
Sergio Galaz Ramírez: “Puede el deudor demandado enervar la acción resolutoria pagando?”. Revista
de la Universidad Católica de la Santísima Concepción N° 12, año 2004, pág. 119.
253
Fernando Fueyo: Cumplimiento e incumplimiento de las obligaciones, págs. 343-344
148 RENÉ RAMOS PAZOS
254
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 30, sec. 1a, pág. 1; T. 89, sec. 2a, pág. 124.
255
Corte de Talca, Gaceta 1914, enero-abril, N° 100 pág. 225. En el mismo sentido do este voto disidente,
varios fallos: T. 19, sec. 1a, pág. 359; T. 21, sec. 1a, pág. 859; T . 37, sec. 1a, pág. 18, y T. 48, sec. 1a, pág.
116.
256
Somarriva, Obligaciones y Contratos ante la Jurisprudencia, sentencia 21,pág. 21.
De Las Obligaciones 149
257
Claro Solar, ob. cit. T. X, N° 171, págs. 193 y siguientes. En el mismo sentido, Vio Vásquez (ob. cit.,
N° 303, pág. 284) y Abeliuk (ob. cit., T. I, N° 544, págs. 429-430). Hay abundante jurisprudencia sobre el
tema, que cita Somarriva, al comentar la sentencia N° 24, página 17, en su obra De las obligaciones y los
contratos ante la jurisprudencia.
258
Vio Vásquez, ob. cit., pág. 290.
259
Revista de Derecho y Jurisprudencia 30, sec. 1a, pág. 495; T. 6o, sec. 2a, pág. 70.
260
Fallos del Mes N° 241, sentencia 3, pág. 382.
150 RENÉ RAMOS PAZOS
El pacto comisorio está tratado en el párrafo 10 del Título XXIII del Libro IV del
261
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 17, sec. 1a, pág. 117.
De Las Obligaciones 151
262
Vio Vásquez, ob. cit. N° 336, pág. 325.
152 RENÉ RAMOS PAZOS
La doctrina ha establecido esta clasificación del pacto comisorio, que extrae del
artículo 1879: “Si se estipula que por no pagarse el precio al tiempo convenido,
se resuelva ipso facto el contrato de compraventa, el comprador podrá, sin
embargo, hacerlo subsistir, pagando el precio, lo más tarde en las veinticuatro
hora subsiguientes a la notificación judicial de la demanda”.
De esta norma se infiere que existen dos modalidades de pacto comisorio:
arrendamiento;
b) Pacto comisorio calificado:
Ejemplo 1. Si el comprador no pagare el precio dentro del plazo
establecido, se resolverá de inmediato, ipso facto, el contrato de
compraventa.
Ejemplo 2. Si el arrendatario no pagare la renta convenida dentro del
plazo fijado, el contrato de arrendamiento se extinguirá ipso facto (por el
solo ministerio de la ley, sin necesidad de resolución judicial.
Los efectos del pacto comisorio en este caso, están tratados en el artículo
1879: “Si se estipula que por no pagarse el precio al tiempo convenido, se
resuelva ipso facto el contrato de compraventa, el comprador podrá, sin
embargo, hacerlo subsistir, pagando el precio, lo más tarde, en las veinticuatro
horas subsiguientes a la notificación judicial de la demanda”.
Como puede observarse, pese a que las partes convinieron que la
compraventa se resolviera ipso facto, es decir por el solo hecho del
incumplimiento, no ocurre de esta forma, puesto que se otorga al comprador
un plazo de 24 horas que se cuentan desde la notificación de la demanda, para
enervar la acción de resolución, pagando el precio adeudado. De manera que
está claro que la resolución no opera de pleno derecho, sino que se requiere de
una sentencia judicial que la declare.
Víctor Santa Cruz se pregunta: “.. .¿por qué el legislador cuidó de que el
pacto comisorio no produjera su efecto de resolver ipso facto la compraventa?
Y responde: “la razón es obvia: hay un interés social en la estabilidad de las
transferencias de dominio que sigue a los títulos traslaticios de propiedad,
como lo es la compraventa. La resolución de tales contratos no sólo afecta a las
partes, pues según los artículos 1490 y 1491 del Código Civil, puede alcanzar a
los terceros poseedores que hayan sucedido al comprador...”. Por la misma
razón es que “el pacto comisorio, que puede producir la resolución de la venta,
si el comprador no paga el precio a las veinticuatro horas de notificado,
prescribe en cuatro años, en lugar de diez años (hoy 5 años), artículo 1880; el
pacto de retroventa, que igualmente puede resolver la venta con consecuencia
para los terceros poseedores, no puede intentarse después de pasados cuatro
años desde la venta (artículos 1881, 1882 y 1885); la rescisión por lesión
enorme no procede cuando el comprador ya ha enajenado la cosa (artículo
1893)...”.263
Luego, si el comprador no paga el precio en la oportunidad convenida, y
existe este pacto comisorio calificado, de todas formas el vendedor tendrá que
demandar judicialmente la resolución del contrato, con indemnización de
perjuicios y, en su oportunidad, el tribunal dictará la correspondiente
sentencia dando lugar a la resolución y al pago de los perjuicios.
Se demanda la resolución en juicio ordinario, pues no hay un procedimiento
263
Víctor Santa Cruz Serrano: Comentario a sentencia publicada en Revista de Derecho y Jurisprudencia,
T. 46, sec. 1a, pág. 109.
De Las Obligaciones 155
264
Sobre este punto véase Vio VÁSQUEZ, ob. cit. Nº 346, págs. 336-337; ABELIUK, ob. cit., N° 542, págs.
425-426.
156 RENÉ RAMOS PAZOS
Para que este pago pueda enervar la acción de resolución debe cumplir los
siguientes requisitos:
En relación con los efectos del pacto comisorio calificado en estos casos, hubo
en un tiempo una discusión doctrinaria, que estimamos hoy prácticamente
agotada. El problema es resolver si la resolución opera de pleno derecho o si
requiere también, igual que en la compraventa por no pago del precio, de una
sentencia judicial que la declare. Una sentencia de la Excma. Corte Suprema, en
268
Revista Derecho y Jurisprudencia, T. 38, sec. 1a, pág. 318.
269
Vio Vásquez, ob. cit., N° 350, pág. 351. En el mismo sentido, Revista de Derecho y Jurisprudencia, T.
86, sec. 5a, pág. 92, Consid. 2.
270
Ob. cit., N° 223, pág. 155.
271
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 48, sec. 1a, pág. 109.
272
Femando Alessandri: “Explicaciones de los Códigos de Procedimiento Civil y Penal”. Apuntes, T. II,
pág. 198.
273
Arturo Alessandri: La compraventa y Promesa de Venta, T. II, N° 1703, págs. 655 y siguientes; Claro
Solar, artículo publicado en el T. VIII, I Parte, pág. 175.
158 RENÉ RAMOS PAZOS
274
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 46, sec. 1ª, pág. 120.
275
Revista Fallos del Mes N° 453, sentencia 17, pág. 1654.
276
Gaceta Jurídica 145, sentencia 1, pág. 80.
De Las Obligaciones 159
El artículo 1880 establece que “el pacto comisorio calificado prescribe al plazo
prefijado por las partes, si no pasare de cuatro años, contados desde la fecha
del contrato”. “Transcurridos estos cuatro años, prescribe necesariamente, sea
que se haya estipulado un plazo más largo o ninguno”.
Respecto de esta norma, es importante precisar lo siguiente:
277
En ese sentido sentencia de la Corte de Concepción de 29 de diciembre de 1994, causa Rol N° 709-94,
considerando 9o, no publicada.
278
Fallos del Mes N° 453, sentencia 11, pág. 1631.
279
Abeliuk, ob cit., T. I, N° 551, pág. 433.
160 RENÉ RAMOS PAZOS
Abeliuk la define como “la que emana de la condición resolutoria en los casos
280
Vio Vásquez, ob. cit., N° 348, pág. 343.
281
Vio Vásquez, ob. cit., N° 348, pág. 343.
282
Arturo Alessandri: De la compraventa y Promesa de Venta, N° 1874, pág. 964.
283
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 90, sec. i", pág. 72: “Fisco con Inversiones Comercial
Transegeo Ltda.”.
De Las Obligaciones 161
284
Abeliuk, ob. cit. T. I, N° 545, pág. 430.
285
Abeliuk, ob. cit. T. I, pág. 430.
286
Vio, ob. cit., N° 353; Alessandri, De la compraventa y Promesa de Venta, T. II, N° 1738, pág. 746;
Abeliuk, ob. cit., N° 546, págs. 430-431, Somarriva, Las obligaciones y los contratos ante la Jurisprudencia,
sentencia 25, págs. 18-19.
287
T. 10, sec. 1a, pág. 507.
162 RENÉ RAMOS PAZOS
Ello es así desde que su objetivo es dejar sin efecto un contrato patrimonial. No
cabe la resolución en el Derecho de Familia. Del hecho de ser patrimonial
derivan importantes consecuencias:
1. Es renunciable. Así fluye del artículo 1487 y es lógico que así sea, pues
sólo mira al interés personal del renunciante y no se encuentra prohibida
su renuncia (artículo 12 del Código Civil)290 . Se puede renunciar en el
mismo contrato, o posteriormente antes del incumplimiento.
Puede la renuncia ser expresa o tácita. El solo hecho de demandar el
cumplimiento, no supone, según ya lo hemos visto, la renuncia a la
acción resolutoria.
2. Es transferible y transmisible. En cuanto a la trasmisibilidad no merece
ningún comentario especial, atendido lo dispuesto en lo artículos 951,
inciso 2o y 1097 inciso 1o.
En cambio, sí vale la pena detenerse en lo relativo a su condición de
transferible. Ello con el objeto de precisar que algunos autores
consideran que si se cede un crédito, esta cesión no importa la
transferencia de la acción resolutoria. Esta opinión se funda en que la
resolución sería una excepción personal, que no queda comprendida en
la cesión, según el artículo 1906 del Código Civil. Así lo estima una
buena parte de la doctrina291 . Una opinión distinta encontramos en
Alessandri292 . Por ello, y para evitar problemas, cuando se cede un
crédito, parece importante ceder también la acción resolutoria, pues de
no hacerse así podría sostenerse que el cesionario no puede demandar la
resolución del contrato, pues la cesión traspasa únicamente el crédito, no
la calidad de parte contratante.
Una situación parecida a la anterior se presenta en el caso de que en una
compraventa el pago del precio lo haga un tercero con el consentimiento
del deudor y que en virtud de ello -atendido lo dispuesto en el artículo
1610 N° 5- se subrogue en los derechos del acreedor pagado (vendedor)
288
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 28, sec. 1a, pág. 185.
289
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 50, sec. 1a, pág. 57.
290
Corte de Santiago, 8 de agosto de 2003, Gaceta Jurídica 278, pág. 146.
291
Vio Vásquez, ob. cit., N° 363, pág. 36. En el mismo sentido Abeliuk, ob. cit., 1 .1 N° 550, pág. 433.
Así se ha fallado Gaceta del año 1882, sentencia 1840, pág. 1021.
292
Alessandri: De la compraventa y Promesa de Venta, T. II, N° 1729, pág. 733.
De Las Obligaciones 163
293
Vio VÁSQUEZ, ob. cit. N° 365.
294
Guillermo BORDA, ob. cit., T. I, N° 805, pág. 606.
295
Guillermo Ospina, ob. cit., N° 592, págs. 369-370.
296
Claro Solar, ob. cit. T. XII N° 1523, pág. 236.
297
Somarriva: Obligaciones y Contratos ante la Jurisprudencia, sentencia 115, págs. 79-80.
164 RENÉ RAMOS PAZOS
298
Vio, ob. cit., N° 359, pág. 361; Fueyo, Derecho Civil, T. IV, Vol. I, N° 101, pág. 128, Somarriva: Las
obligaciones y los contratos ante la jurisprudencia, sentencia 26, pág. 19. Así también jurisprudencia (T. 57,
sec. 1a, pág. 253).
299
Victorio Pescio: “La acción resolutoria ejercitada por uno de los herederos del vendedor”, Revista de
Derecho y Jurisprudencia, T. 49, I Parte, págs. 88-91.
300
Gaceta de Tribunales, T. I, sentencia 89, pág. 610, y por la Corte Suprema, Gaceta de los Tribunales,
año 1884, sentencia 169, pág. 136.
De Las Obligaciones 165
cumple lo pactado.
En cuanto a los efectos que produce la nulidad y la resolución son
también diversos. Como observa Abeliuk, la nulidad y rescisión borran
totalmente el acto o contrato, por lo que sus efectos son más radicales y, por
lo mismo, la nulidad judicialmente declarada da acción reivindicatoría
contra terceros, sin distinciones de ninguna especie (artículo 1689). En
cambio, la acción resolutoria sólo da acción contra los terceros de mala fe,
como lo veremos luego al estudiar los artículos 1490 y 1491. Hay diferencias
importantes, también en relación con las prestaciones mutuas, cuando se
acoge la nulidad o la resolución.301
Una cosa es importante: sólo cabe la resolución respecto de un contrato
válido, pues la acción de resolución deriva del incumplimiento del contrato.
Y si en virtud del efecto propio de la nulidad se determina que no hay
contrato, mal podrá haber acción resolutoria. Por ello se ha resuelto que no
puede demandarse la resolución de un contrato de promesa nulo. 302
Los efectos entre la partes son los propios de toda condición resolutoria, es
decir, volver a las partes al estado anterior a la celebración del contrato, como
si nunca hubieren contratado.
En virtud del efecto retroactivo, cumplida la condición, el deudor
condicional debe restituir lo que había adquirido bajo esa condición. Así lo
301
Abeliuk, ob. cit., T. I, N° 555, pág. 435.
302
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 46, sec. 2", pág. 79.
166 RENÉ RAMOS PAZOS
Esta norma establece que “si el que debe una cosa mueble a plazo, o bajo
condición suspensiva o resolutoria, la enajena, no habrá derecho a reivindicarla
contra terceros poseedores de buena fe”.
Señalemos, en primer término, que cuando la norma habla de “cosa mueble”
De Las Obligaciones 167
a) Dice “si el que debe una cosa mueble...”. Debemos entender que lo que
se quiere expresar es “si se posee una cosa mueble”, pues pendiente la
condición no se puede decir que se deba la cosa. Ello sólo vendrá a ser
cierto si la condición se cumple.
b) La disposición se pone en tres supuestos:
1. Que se tenga una cosa debida a plazo;
2. Que se tenga una cosa debida bajo condición suspensiva, y
3. Que se tenga una cosa debida bajo condición resolutoria.
La primera situación nada tiene que ver con la resolución, pues quien debe
una cosa aplazo, no es propietario sino usufructuario de la misma (artículo
1087 inciso 1°) y, por consiguiente, sólo le está permitido ceder y gravar su
derecho de usufructo (artículo 793). Si va más allá -enajena la cosa o la grava-
no se aplica el artículo 1490, sino las disposiciones generales sobre
enajenación o gravamen de cosa ajena, en virtud de las cuales tales
enajenaciones son inoponibles al verdadero dueño, sea que el tercero esté de
buena o mala fe.
El segundo supuesto es también imposible porque nadie puede poseer una
cosa sujeta a condición suspensiva. Si tiene la cosa y su posesión es
condicional, será deudor condicional resolutorio, no suspensivo.
De manera que, en definitiva, la norma sólo va a operar cuando se posea
una cosa mueble sujeta a una condición resolutoria. Es el único caso que el
poseedor, puede enajenar y gravar la cosa, enajenaciones y gravámenes que
deberán extinguirse de cumplirse la condición.
fallado.303
Esta norma establece: “Si el que debe un inmueble bajo condición lo enajena, o
lo grava con hipoteca, censo o servidumbre, no podrá resolverse la enajenación
o gravamen, sino cuando la condición constaba en el título respectivo, inscrito
u otorgado por escritura pública”.
También en este caso, al no distinguir la ley, la expresión “inmueble”
comprende tanto las cosas corporales como las incorporales. No se comprende
a los inmuebles por adherencia porque ellos son considerados muebles por
anticipación para los efectos de su enajenación (artículo 571).
303
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 45, sec. 1ª, pág. 324.
De Las Obligaciones 169
Una opinión distinta tenía don Ruperto Bahamonde, para quien sólo
constaría la condición resolutoria expresa.
Lo que venimos diciendo es del mayor interés, pues al examinarse títulos de
inmuebles, deberá estudiarse si existen obligaciones pendientes, pues de
haberlas, el adquirente de la cosa quedará expuesto a que su derecho se
resuelva, si el deudor no cumple esa obligación, por aplicación del artículo
1489. Así, por ejemplo, si quien pretende vender, al momento de comprar el
inmueble quedó adeudando un saldo de precio, deberá exigirse que se acredite,
con la correspondiente escritura de cancelación, que el saldo de precio se
encuentra pagado.
226. - ¿Por qué la ley dice que el título debe constar en el respectivo título
inscrito u otorgado por escritura pública?
Nótese, en primer lugar, que la ley no dice que para que opere la resolución la
condición tenga que encontrarse inscrita. Lo que se inscribe es el título no la
condición.
Si la ley habla de título inscrito u otorgado por escritura pública, es porque
hay ciertos títulos que no requieren de inscripción, como ocurre con las
servidumbres, cuya tradición se hace mediante escritura pública (artículo 698).
En el caso de actos que deben inscribirse para que opere el artículo 1491, tiene
que encontrarse el título inscrito. No basta la simple escritura pública.
Algunos atribuyen la frase “u otorgado por escritura pública”, al hecho de
que como el Conservatorio de Bienes Raíces no empezó a operar
conjuntamente con el Código, hubo un lapso (hasta el 1o de enero de 1859), en
que sólo podía hablarse de títulos otorgados por escritura pública, pues esa
fue la forma como se adquirían los derechos reales en el lapso intermedio, en
conformidad a lo dispuesto en el artículo 697 del Código Civil.
304
Arturo Alessandri: De la compraventa y Promesa de Venta. T. II, Nº 1788, pág. 865.
De Las Obligaciones 171
Agrega este autor que debe tenerse presente que “los artículos
1490 y 1491 no se aplican al que sujeta su dominio al evento de una condición.
Por ejemplo: Te daré mi casa si ocurre tal hecho. El acreedor en tal caso -afirma
Vio- no ha adquirido ningún derecho real en la cosa y sólo tiene acción
personal contra el deudor. Esto sucede si se inscribe la condición o el
contrato”. Finalmente señala que “respecto de las donaciones entre vivos, si
bien es un contrato con esos caracteres, no le son aplicables esos preceptos,
por cuanto existe un artículo especial, como es el 1432, que prevé la situación
305
Stitchkin, ob. cit., T. I, N° 262, pág. 262.
172 RENÉ RAMOS PAZOS
306
Ob. cit., N° 412, pág. 404.
307
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 33, sec. 1a, pág. 237.
308
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 31, sec. 1ª, pág. 480.
309
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 52, sec. 4a, pág. 52; T. 58, sec. 2a, Pág. 21.
310
Ob. cit. N° 414, págs. 406-407.
De Las Obligaciones 173
Sección Segunda
De las obligaciones modales
El código trata las asignaciones modales en el párrafo IV del Título IV del Libro
Tercero, artículos 1089 y siguientes. Según el artículo 1493, estas normas se
aplican a las convenciones en lo que no pugnen con los artículos anteriores.
Incluso, parece que Bello no era siquiera partidario de tratar las asignaciones
modales como asignaciones especiales, según lo expresa en una nota puesta en
el proyecto de 1853 “no parece haber un objeto práctico en hacer de las
asignaciones un modo, una clase particular”.312
Cabe hacer presente que el código es lógico al tratar esta modalidad en las
asignaciones testamentarias, pues es allí donde normalmente suele tener
aplicación. En doctrina extranjera se va más lejos, pues hay quienes piensan
que es una modalidad impropia de las convenciones a título oneroso313 . Incluso
la denominación modo proviene de la voz latina modus, que en el Corpus luris
era la carga impuesta a un acto de liberalidad que debe cumplir el que lo
recibe.314
311
Gaceta de los Tribunales, T. 2, sentencia 512, pág. 534.
312
Ramón Domínguez, Derecho Sucesorio, Editorial Jurídica de Chile, 1990, T. 1o N° 612, pág. 572.
313-314
DOMÍNGUEZ, ob. cit. T. I, pág. 573.
315
Ob. cit., T. I, N° 569, págs. 446-447.
316
Ob. cit., T. I, pág. 573.
174 RENÉ RAMOS PAZOS
aplicación o destinación que el asignatario debe dar a los bienes que le deja el
testador, o parte de dichos bienes...”.317
Así lo señala el artículo 1093 inciso 2o: “Si el modo, sin hecho o culpa del
asignatario, es solamente imposible en la forma especial prescrita por el
testador, podrá cumplirse en otra análoga que no altere la sustancia de la
disposición, y que en este concepto sea aprobada por el juez, con citación de
los interesados”.
Lo anterior constituye otra diferencia importante con la condición que tiene
que cumplirse literalmente en la forma convenida (artículo 1484).
317
Cit., T. X, N° 218 y siguientes, págs. 253 y siguientes.
De Las Obligaciones 175
El artículo 1096 señala estos efectos: “Siempre que haya de llevarse a efecto la
cláusula resolutoria, se entregará a la persona en cuyo favor se ha constituido
el modo una suma proporcionada al objeto, y el resto del valor de la cosa
176 RENÉ RAMOS PAZOS
La ley no fija plazo de prescripción, por lo que cabe aplicar las reglas
generales, esto es, 5 años desde que la obligación se hizo actualmente exigible
(artículos 2514 inciso 2o, 2515).
El artículo 1095 establece “si el modo consiste en un hecho tal, que para el fin
que el testador se haya propuesto sea indiferente la persona que lo ejecute, es
transmisible a los herederos del asignatario”.
Sección Tercera
Obligaciones a plazo
La regla general es, dentro del ámbito patrimonial, que cualquier obligación
puede estar sometida a un plazo. Podrían señalarse como excepciones, entre
otras, el artículo 1192, que prohíbe las modalidades respecto la legítima
rigorosa; los pactos de que trata el artículo 1723 del C.C. (artículo 1723 inciso
final).
El artículo 1094 señala que “el plazo es la época que se fija para el
cumplimiento de la obligación...”, definición que comprende exclusivamente el
plazo suspensivo, pero no el extintivo. Por ello es mejor definirlo diciendo que
“es un acontecimiento futuro y cierto que suspende la exigibilidad o la
extinción de un derecho y que produce sus efectos sin retroactividad.
1. Determinado e indeterminado;
2. Fatal y no fatal;
3. Expreso o tácito;
4. Convencional, legal y judicial;
5. Continuo y discontinuo, y
6. Suspensivo y extintivo.
64 del Código de Procedimiento Civil señala que “los plazos que señala este
código son fatales cualquiera sea la forma en que se exprese, salvo aquellos
establecidos para la realización de actuaciones propias del tribunal. En
consecuencia, la posibilidad de ejercer un derecho o la oportunidad para
ejecutar el acto se extingue al vencimiento del plazo...”.
No es lo mismo “plazo fatal” que “plazo no prorrogable”, pues hay plazos
que son fatales, pero que el juez puede prorrogar, ejemplo: artículos 280 y 302
del Código de Procedimiento Civil.
Esta distinción la hace el artículo 1494, que también define el tácito como “el
indispensable para cumplirlo”. Plazo expreso es el que estipulan las partes.
Ejemplo de plazo tácito: cuando la cosa tiene que entregarse en un
determinado lugar, se supone que el deudor necesita para ello el plazo
necesario para llevar la cosa a ese lugar.
Tiene importancia esta clasificación para los efectos de constituir en mora
al deudor, pues el artículo 1551 señala que “el deudor está en mora: ...2o
Cuando la cosa no ha podido ser dada o ejecutada sino dentro de cierto
espacio de tiempo, y el deudor lo ha dejado pasar sin darla o ejecutarla”.
El Código Civil habla de plazo de gracia en el artículo 1656 inciso final: “Las
esperas concedidas al deudor impiden la compensación; pero esta disposición
no se aplica al plazo de gracia concedido por un acreedor a su deudor”. El
concepto “plazo de gracia”, en esta norma, no es el mismo que usan algunas
legislaciones extranjeras (Francia, por ejemplo), que entienden por tal el que
otorga el juez al deudor para que pueda cumplir la obligación más allá del
plazo convencional (el deudor que no puede pagar pide judicialmente que se le
otorgue este nuevo plazo de gracia). En Chile, un plazo de gracia de ese tipo no
existe porque va contra la ley del contrato (artículo 1545) y en contra de lo
dicho en el artículo 1494 inciso 2o.
Lo que el artículo 1656 llama “plazo de gracia”, no es más que una espera o
prórroga, que otorga el acreedor.
Vencido el plazo, la obligación del deudor pasa a ser actualmente exigible, por
lo que empieza a partir de ese momento a correr la prescripción; y la obli-
318
Ob. cit., pág. 151, N° 121.
182 RENÉ RAMOS PAZOS
Pendiente este plazo, el acto o contrato produce todos sus efectos, como si
fuera puro y simple. Así, si el contrato de arriendo es por 3 años, el
arrendatario usará la cosa y pagará las rentas hasta que no venzan los 3 años.
Cumplido el plazo extintivo. Se extingue el derecho, por el solo ministerio
de la ley, pero sin efecto retroactivo. En los contratos de tracto sucesivo,
cumplido el plazo, se extingue el contrato (artículos 1950 N° 3, en el arriendo;
y 2163 N° 2, en el mandato).
Se produce cuando las partes en forma expresa acuerdan que el acreedor pueda
exigir el cumplimiento inmediato y total de la obligación, si el deudor
incumple. Es muy corriente esta cláusula en los contratos en que el pago se
debe ir haciendo en forma escalonada.
La caducidad convencional es lo que se llama hoy día “cláusula de
aceleración”319 , que ha creado numerosos problemas relativos al momento en
que debe empezar a correr el plazo de prescripción, cuando se ha estipulado
dicha cláusula.
La Jurisprudencia se ha orientado en dos sentidos. En primer lugar,
reiterados fallos han sostenido que debe distinguirse según sea la forma como
se ha redactado la cláusula de aceleración. Así, si se ha convenido que la
319
Sobre cláusula de aceleración, recomendamos la obra de Luis Ubilla Grandi, La cláusula de
aceleración en la obligación cambiaría, LexisNexis, 2008.
184 RENÉ RAMOS PAZOS
cláusula opere de ipso facto, la prescripción debe comenzar a correr desde que
se produjo el incumplimiento, porque a ese momento se hizo exigible la
totalidad de lo adeudado. La obligación a plazo se transformó en una
obligación pura y simple En cambio, si es facultativa, la situación es distinta,
porque la fecha en que se produce el incumplimiento determinará el momento
desde el cual cada cuota es exigible y, por lo mismo, respecto de cada cuota, la
prescripción empezará a correr desde el respectivo incumplimiento. En este
sentido.320
Pero también hay fallos que han sostenido que la cláusula de aceleración
está establecida en beneficio del acreedor, y por consiguiente, aunque se trate
de una cláusula ipso facto, es necesario para que la deuda se haga exigible que
exista una manifestación expresa del acreedor y, por consiguiente, mientras
aquello no ocurra cada cuota será exigible desde la respectiva fecha de
vencimiento y desde allí se contará el plazo de prescripción para esa cuota.321
En lo relativo a cláusulas de aceleración ha habido una nutrida y variada
jurisprudencia. Pocas veces se encuentra una materia tan controvertida y en
que se hayan dado soluciones tan disímiles. Pero, en general, nos parece que
los criterios para resolver el problema han sido los dos señalados. Hay muchas
sentencias con matices diversos. La última que conocemos ha dicho que
“tratándose de una obligación divisible, cada cuota es exigible al respectivo
vencimiento, empezando a correr la prescripción desde esa fecha, se haya
estipulado o no cláusula de aceleración”. Esta sentencia señaló “que el que se
haya sostenido que la cláusula de aceleración es en beneficio del acreedor es
cierto en cuanto por ella puede exigir el pago de las obligaciones no vencidas,
según contrato, beneficiándose al proteger su acreencia futura la que se hace
exigible en su totalidad en casos en que el deudor haya caído en mora”
(Consid. 12), pero estas cláusulas no hacen revivir las cuotas vencidas y
prescritas, porque “importa hacer depender la vigencia de la deuda de algún
tipo de discreción u opción del acreedor dejando así sin aplicación la
institución de la prescripción y que, como se sabe, sus normas son de derecho
público, las que además de ser disposiciones que crean un elemento
estabilizador de los derechos y acciones que permiten la certeza en las relacio-
nes jurídicas, constituyen una sanción para el acreedor negligente, que
pudiendo ejercer las acciones legales correspondientes, no lo hace”.322
Sobre cláusulas de aceleración recomendamos ver los siguientes fallos,
publicados en revista Fallos del Mes: N° 383 sentencia 4,pág. 577; N° 386,
sentencia 5, pág. 799; N° 403, sentencia 3, pág. 291; N° 403, sentencia 4, pág.
320
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 87 sec. 1a, pág. 13; T. 89 sec. 1ª, pág. 78; (¡aceta Jurídica N°
122, pág. 41, Gaceta Jurídica N° 124, pág. 27.
321
Revista de Derecho y Jurisprudencia T. 87, sec. 1a, pág. 156; T. 86, sec. 1a, pág. 38; T. 85, sec. 1a,
pág. 210.
322
Revista Fallos del Mes N° 449, sentencia 13, pág. 606, considerando 13.
De Las Obligaciones 185
297; N°432, sentencia 10, pág. 825; N° 442, sentencia 5, pág. 1172; N° 442,
sentencia 6, pág. 1176; N° 446, sentencia 20, pág. 1991; N° 446, sentencia 30,
pág. 2053, N° 453, sentencia 12, pág. 1632. Ver también T. 93, sec. 1a, pág. 19.
Véase también comentario de jurisprudencia sobre “Cláusula de Aceleración y
Prescripción”, de los profesores Ramón Domínguez Benavente y Ramón
Domínguez Aguila, publicado en Revista de Derecho de la Universidad de
Concepción N° 190, págs. 153 a 160. Puede consultarse, también, Emilio
Rioseco Enríquez, “La Prescripción Extintiva y la Jurisprudencia”, Editorial
Jurídica de Chile, 1994, comentario a sentencias 55 a 61, pág. 130.
SEGUNDA PARTE
EFECTOS DE LAS OBLIGACIONES
323
Arturo Alessandri R., Teoría General de las Obligaciones, pág. 54.
324
Ob. cit., T. II, N° 1023, pág. 467.
325
Cumplimiento e Incumplimiento de las Obligaciones, N° 2, págs. 12-13.
326
Hernán Troncoso Larronde: De las Obligaciones, Edic. Universidad de Concepción, 1997, pág. 131.
De Las Obligaciones 187
El código regula esta materia en el Título XII del Libro Cuarto, artículos 1545 y
siguientes. Como observa Claro Solar, pese a que el nombre del título es
“Efectos de las obligaciones”, el código trata promiscuamente los efectos de los
contratos y los efectos de las obligaciones, que son cosas diferentes, defecto
éste que viene del código francés. No deja de llamar la atención que los autores
en que se inspiró el código francés, Pothier, Domat, no incurrían en esta
confusión, y distinguían con claridad ambas cosas. Los artículos 1545, 1546,
1547, 1552, 1554 y 1558 tratan de los efectos del contrato. Las demás normas
del Título XII se refieren propiamente a los efectos de las obligaciones.
Claro Solar explica los motivos de la confusión expresando que se debe a
que “siendo las obligaciones el efecto del contrato, y habiéndose propuesto
tratar de las obligaciones convencionales (contractuales) y no, en general, de
las obligaciones, estimaron que en el efecto de las obligaciones se comprendía
también el efecto de los contratos”.327
En todo caso, tengamos claro que los efectos del contrato son los derechos
y las obligaciones que genera. El contrato es una de las fuentes de
obligaciones. En cambio, el efecto de la obligación, mirado desde el punto de
vista del deudor, viene a ser la necesidad jurídica en que éste se encuentra de
tener que dar, hacer o no hacer algo en favor de acreedor. Y mirado, desde el
punto de vista de este último, son los medios que la ley le otorga para obtener
del deudor el pago íntegro y oportuno de la prestación debida.
327
Ob. cit., T. XI N° 1023, pág. 467.
188 RENÉ RAMOS PAZOS
PÁRRAFO I
CUMPLIMIENTO FORZADO DE LA OBLIGACIÓN
a) Obligaciones de dinero;
b) Obligaciones de dar una especie o cuerpo cierto que está en poder del
deudor;
c) Obligación de hacer, y
d) Obligación de no hacer.
329
Aspectos de la indemnización de perjuicios por incumplimiento del contrato, Editorial Jurídica, 1959,
N° 21, pág. 29.
192 RENÉ RAMOS PAZOS
que sea necesaria dicha destrucción para el objeto que se tuvo a la vista
al contratar (artículos 1555 del Código Civil y 544 del Código de
Procedimiento Civil).
PÁRRAFO II
CUMPLIMIENTO POR EQUIVALENCIA: INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS
Consiste en el derecho que la ley otorga al acreedor para obtener del deudor el
pago de una cantidad de dinero equivalente al beneficio pecuniario que le
habría reportado el cumplimiento exacto, íntegro y oportuno de la obligación.
Según Abeliuk: “...las características fundamentales de la indemnización de
perjuicios son: que tiende a reparar el perjuicio sufrido por el acreedor por el
incumplimiento imputable del deudor, y que no implica un cumplimiento igual
al que debió prestarse".330
La indemnización de perjuicios cumple una doble función. Es una sanción
para el deudor que incumple con dolo o culpa; y, a la vez, es un medio dado al
acreedor para que pueda obtener el cumplimiento de la obligación por
equivalencia.
Cabe observar que la indemnización de perjuicios no es la única forma de
resarcir al acreedor en caso de incumplimiento. También sirven esa función la
resolución del contrato y la nulidad.
330
T. II, N° 814, pág. 668.
331
Gatica, ob. cit., N° 22, pág. 30.
De Las Obligaciones 193
a) En que los artículos 1553, 1555 y 1537 son normas de excepción, pues
en caso contrario no se justificaría que el código las hubiere establecido,
y
b) En caso de aceptarse la tesis contraria, la obligación se transformaría en
alternativa cuya elección correspondería al acreedor, situación que por
ser excepcional tendría que consignarla expresamente la ley.332
David Stitchkin está por esta segunda tesis, por estimar que es la que mejor
se ajusta al espíritu de la legislación y a la equidad. No ve por qué el hecho de
que el deudor incumpla justificaría modificar el objeto de la prestación. Da
algunos argumentos adicionales, como el artículo 1672, que autoriza cobrar el
precio de la cosa cuando la especie o cuerpo cierto perece por culpa del
deudor. Luego, si la cosa no perece, el deudor sólo es obligado a ella; y el
artículo 438 N° 1, que ordena que la ejecución recaiga sobre la especie o cuerpo
cierto debida, cuando existe en poder del deudor. Concluye David Stitchkin
afirmando que “no cabe duda, entonces, que tratándose de una obligación de
332
Ob. cit., pág. 65.
194 RENÉ RAMOS PAZOS
a) Compensatoria y
b) Moratoria.
333
Derecho Civil, T parte, pág. 33.
334
Ob. cit., N° 24, pág. 31.
335
Ob. cit. N° 235, pág. 252.
336
Baudry-Lacantinerie et Barde, Traité Theorique et practique de Droit Civil. Des obligations, T. XII,
págs. 482 y 483.
337
Baudry-Lacantinerie et Barde, ob. cit., págs. 482-483.
De Las Obligaciones 195
338
Stitchkin, ob. cit. Segunda Parte, N° 523, pág. 35; Claro Solar, T. XI, N° 1067, págs. 521 y siguientes;
Arturo Alessandri, De la Responsabilidad Extracontractual en el Derecho Civil Chileno, Imprenta
Universitaria, N° 28, pág. 54.
339
“De la responsabilidad civil en general y de la delictual entre los contratantes”, Memoria, Universidad
de Concepción, 1941, N° 309, pág. 349. También en Ducci Claro, “Responsabilidad Civil", Memoria de
prueba, 1936, N° 11.
De Las Obligaciones 197
la propiedad salió a remate público y el precio en que se adjudicó fue tan bajo
que aun de haberse inscrito la hipoteca ese acreedor hipotecario no habría
alcanzado a pagarse.340
340
Véase Fueyo, De las Obligaciones, T. I, pág. 260, N° 249.
341
Véase sobre la materia nutrida jurisprudencia que consigna el Repertorio del Código de Procedimiento
Civil, a propósito del artículo 173.
342
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 5o, sec. 1a, pág. 225.
198 RENÉ RAMOS PAZOS
343
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 33, sec. 1a, pág. 161.
344
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 27, sec. 1a, pág. 265; T. 13, sec. 1a, pág. 199, T. 13, sec. 1a,
pág. 226; Gaceta Jurídica 277, pág. 154.
345
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 31, sec. 1a, pág. 462, T. 31, sec. 1a, pág. 144, T. 32 sec. 1a,
pág. 538, T. 51, sec. 1a, pág 216. En sentido contrario, véase Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 94, sec.
2a, pág. 3. Gaceta Jurídica 277, pág. 154.
346
GATICA, ob. cit. N° 71, pág. 95.
347
René BANDERAS: “Indemnización de daños morales”, Memoria de Prueba, 1934. citado por Orlando
TAPIA, ob. cit., pág. 17.
De Las Obligaciones 199
348
Cumplimiento e Incumplimiento de las Obligaciones, págs. 364 y 369.
349
El daño extracontractual. Jurisprudencia y doctrina, Editorial Jurídica de Chile, 2002, pág. 75.
350
En este sentido pueden verse, entre otras, las sentencias publicadas en Revista de Derecho y
Jurisprudencia, T. 60, sec. 4a, pág. 55; T. 68, sec. 4a, pág. 168; T. 70, sec. 4a, pág. 65, Gaceta Jurídica 108,
pág. 82; Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 81, sec. 4ª, pág. 140; T. 81, sec. 4a, pág. 128, Gaceta Jurídica
228, pág. 71, Consid. 11, etc.
351
Gaceta Jurídica 46, pág. 93, Consid. 8o.
352
DIEZ, ob. cit., pág. 77.
353
Responsabilidad Extracontractual, Editorial Jurídica de Chile, 1999.
200 RENÉ RAMOS PAZOS
Los perjuicios que se indemnizan son los que provienen del incumplimiento.
Messineo expresa esta idea señalando que “debe existir un nexo o relación
inmediata, de causa a efecto, entre el acto o hecho del hombre (acción u
omisión) y el evento o daño, de manera que se pueda inferir de ese nexo que el
daño no se habría verificado sin aquel acto, pues, debe ser premisa necesaria
para verificación del daño”356 . En el Código Civil esta exigencia se desprende
del artículo 1556: “...la indemnización de perjuicios comprende el daño
emergente y lucro cesante, ya provengan de no haberse cumplido la obligación,
o de haberse cumplido imperfectamente, o de haberse retardado el
cumplimiento...” y con más claridad todavía, del artículo 1558, en cuanto
establece que en caso de incumplimiento con dolo, el deudor “es responsable
de todos los perjuicios que fueron una consecuencia inmediata o directa de no
haberse cumplido la obligación de haberse demorado su cumplimiento”.
Consecuencia importante de lo que venimos diciendo es que no se
indemnizan los perjuicios indirectos ni aun en el caso de haberse incumplido
con dolo (artículo 1558).
El requisito nexo causal no sólo se exige en la responsabilidad contractual,
sino también la extracontractual. Sólo se indemniza el daño proveniente del
hecho ilícito.
354
Ob. cit., págs. 305-306.
355
Gaceta Jurídica 228, pág. 71, Consid. 11.
356
Francesco Messineo, Manual de Derecho Civil y Comercial, 8a edición italiana, pág. 247, Editorial
EJEA, Buenos Aires, 1979
De Las Obligaciones 201
Precisar el nexo causal es fácil cuando el daño proviene de una sola causa, pero
la realidad demuestra que no siempre las cosas ocurren de esa manera.
Para resolver los problemas que esta situación plantea se han elaborado
distintas teorías, siendo las más conocidas la de la “Equivalencia de las
Condiciones”, la de “la Causa Próxima” y la de la “Causa Eficiente”. Para la
primera, que es la que ha tenido mayor acogida en las sentencias de nuestros
tribunales, todo efecto es el resultado de la conjugación de todas las
condiciones, que deben ser consideradas equivalentes en lo causal y en lo
jurídico, de manera que constituyen “condictio sine qua non del resultado
final”357 . En cambio, según la doctrina de la causa próxima, sólo constituyen
“causa” aquellas condiciones necesarias de un resultado que se halla
temporalmente más próxima a éste; las otras son simplemente condiciones. Por
último, los que sustentan la teoría de la causa eficiente, afirman que todas las
condiciones no tienen la misma eficacia en la producción del resultado, por lo
que no son equivalentes, y debe estarse entonces a la más activa o eficaz.
357
Gaceta Jurídica 262, pág. 81.
358
“La obligación como deber de conducta típica. La Teoría de la Imprevisión en Chile”, Facultad de
Derecho Universidad de Chile, año 1992, págs. 45 y siguientes.
202 RENÉ RAMOS PAZOS
El dolo opera en los tres campos que hemos señalado. El concepto en todos
ellos es el mismo. Por eso se habla de un “concepto unitario del dolo”. Ello se
colige de los siguientes antecedentes:
359
Ob. cit., pág. 49.
360
El cumplimiento e incumplimiento de las obligaciones, pág. 419.
361
Pablo Rodríguez, ob. cit., pág. 35.
De Las Obligaciones 203
El dolo, dice el artículo 1459, “no se presume, sino en los casos especialmente
previstos por la ley. En los demás deberá probarse”. Esta norma si bien está
establecida al tratar del dolo vicio del consentimiento, es de aplicación
general. Ello, por otra parte, resulta absolutamente concordante con el
principio de que “la buena fe se presume”, que si bien está establecido en
materia posesoria, hay unanimidad para entenderlo como principio general.
El dolo se puede probar por cualquier medio probatorio, sin que rijan las
limitaciones que para la prueba de testigos establecen los artículos 1708 y
siguientes.
Por excepción, hay casos en que se presume: artículos 1301 (albacea que
lleva a efecto disposiciones del testador contrarias a las leyes); ocultación de
un testamento (artículo 968, regla 5a); el artículo 2261 presume dolo en la
apuesta, cuando se sabe que se va a verificar o se ha verificado el hecho de que
se trata; en el artículo 94 N° 6, en la muerte presunta, “el haber sabido y
ocultado la verdadera muerte del desaparecido, o su existencia, constituye
mala fe”; en el artículo 280 del Código de Procedimiento Civil, cuando se
solicita una medida precautoria en el carácter de prejudicial y no se demanda
en el plazo fijado por la ley, etc.
Sea que estimemos que existe una sola culpa o que estemos con los que
piensan que la culpa contractual y extracontractual son diferentes, es lo cierto
que se pueden apreciar en ellas algunas diferencias importantes:
362
Ob. cit., T. XI, N° 1065, págs. 119 a 521.
363
Teoría de las Obligaciones, pág. 73.
De Las Obligaciones 205
364
Ob. cit., págs. 73-74.
365
Ob. cit., págs. 55-56.
206 RENÉ RAMOS PAZOS
del Código Civil equipare el dolo a la culpa grave no significa que ésta deba
probarse al igual que aquél”366 . Somarriva comenta esta doctrina que le merece
algunos reparos por tres razones:
a) Porque el artículo 44 no hace distinciones, sino que equipara en una
forma absoluta ambos conceptos;
b) Porque la norma viene de Pothier, que le daba al principio un alcance
amplio, y
c) Porque no le parece lógico presumir la culpa grave contractual en
circunstancia que ni el dolo ni la mala fe se presumen por expresa
disposición del legislador367 . En el mismo sentido, Tomás Chadwick368 y
Pablo Rodríguez.369
Este último autor estima que “si la culpa grave en materia civil se asimila (la
ley dice “equivale al dolo”), ello implica que la culpa grave debe también
probarse, al igual que el dolo”. Y da sus razones: “si la culpa grave se
presumiera (como consecuencia de que deba probarse la diligencia debida por
quien está obligado a prestarla) y los efectos de la misma fueran los que
corresponden al dolo, ello implicaría que sería más grave y perjudicial
incumplir una obligación con culpa grave que incumplirla con dolo”.370
Sin embargo, según la mayor parte de la doctrina, la equivalencia no tiene
alcances probatorios. De consiguiente, tratándose de culpa, cualquiera que ella
sea, incluso la grave, se presume siempre, por lo que corresponde al deudor
probar el descargo, acreditando que ha empleado la diligencia debida; en
cambio en el dolo, la prueba corresponde al acreedor371 . El primero de estos
autores expresa que la equivalencia entre la culpa grave y el dolo no pueden
llegar a significar que sean una misma cosa, pues si así fuere el artículo 44 no
habría dado dos definiciones. Y agrega que “el artículo 1547 no hace referencia
al dolo, sino únicamente a la culpa y no habría razón para suponer que no se
haya referido a la culpa lata al exigir al deudor la prueba del cuidado que según
la naturaleza del contrato se le exige”.
¿Cuál es, entonces, según la doctrina mayoritaria, el alcance de la
asimilación? Simplemente que cuando el deudor incumple con culpa grave, su
responsabilidad se agrava, igual que en el dolo, respondiendo de todos los
perjuicios directos, previstos e imprevistos. Además, no podría renunciarse
anticipadamente la culpa grave (1465); y si hay culpa grave de varios deudores,
366
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 19, sec. 1ª, pág. 415.
367
Ob. cit. sentencia 55, pág. 42.
368
“De la naturaleza jurídica del dolo”, Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 36, Primera Parte, págs.
98 y siguientes.
369
Ob. cit., págs. 58 y siguientes.
370
Ob. cit., págs. 55-56.
371
Claro Solar, T. II, N° 1070, pág. 525; Alessandri, ob. cit., pág. 74; Fueyo, Derecho Civil, T. I, N° 298,
pág. 296.
De Las Obligaciones 207
372
Sobre esta materia recomendamos consultar: Banfi del Río, Cristián: “La asimilación de la culpa grave
al dolo en la responsabilidad contractual e Chile”, Revista Chilena de Derecho, Vol. 217, N° 21.
208 RENÉ RAMOS PAZOS
Ya hemos dicho que el inciso final del artículo 1547 permite a las partes alterar
el grado de responsabilidad, idea que repite el artículo 1558, inciso final.
Luego las partes pueden celebrar distintos pactos para modificar su
responsabilidad:
373
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 8, sec. 1a, pág. 62.
374
Ver ob. cit., sentencia 206, pág. 160.
De Las Obligaciones 209
304. - Culpa del deudor por el hecho de personas que dependende él.
Los artículos 1679 y 1590, incisos 1° y 3o, hacen responsable al deudor por el
hecho de terceros que dependen de él. La primera de estas normas expresa que
“en el hecho o culpa del deudor se comprende el hecho o culpa de las personas
por quienes fuere responsable”; y la segunda reitera la misma idea.
Algunas disposiciones establecen igual regla para casos especiales, como
ocurre con el contrato para la construcción de edificios por un precio único
prefijado (contrato de empresa), artículo 2003, regla tercera; en el contrato de
transporte, artículo 2014 “las obligaciones que aquí se imponen al acarreador,
se entienden impuestas al empresario de transportes, como responsable de la
idoneidad y buena conducta de las personas que emplea”; el artículo 1941, en
el arrendamiento de cosas, hace al “arrendatario responsable no sólo de su
propia culpa, sino de las de su familia, huéspedes y dependientes”.
En el caso de hechos de terceros por quienes no responde el deudor, el
acreedor sólo podrá exigir que se le ceda la acción que tenga su deudor contra
el tercero autor del daño (artículos 1590 inciso final y 1677).
375
T. 87, sec. 2a, pág. 23.
210 RENÉ RAMOS PAZOS
c) Estado de necesidad;
d) El hecho o culpa del acreedor (mora del acreedor), y
e) La teoría de la imprevisión cuando por hechos posteriores al contrato se
ha producido una alteración grave del equilibrio patrimonial de las
prestaciones.
El artículo 45 del Código Civil lo define diciendo que “se llama fuerza mayor o
caso fortuito el imprevisto a que no es posible resistir, como un naufragio, un
terremoto, el apresamiento de enemigos, los actos de autoridad ejercidos por
un funcionario público...”.
Se ha señalado que la definición es incompleta por faltarle el requisito de la
inimputabilidad, que es indispensable si se considera que nuestro código sigue
el sistema de la responsabilidad subjetiva. Pero se agrega que esta omisión
aparece suplida por el artículo 1547 que en su inciso 2o dispone que “el deudor
no es responsable del caso fortuito, a menos que... haya sobrevenido por su
culpa”.
Nuestro código hace sinónimas las expresiones “fuerza mayor” y “caso
fortuito”. Así también lo estima la doctrina376 . Así lo ha dicho también la
jurisprudencia377 . Hay autores que hacen la distinción, pero no existen criterios
claros, generalmente aceptados, de diferenciación378 . Generalmente se afirma
que en la fuerza mayor el hecho imprevisto, imposible de resistir, proviene de
un hecho de la naturaleza, como un terremoto o una inundación, en cambio, en
el caso fortuito proviene de un hecho del hombre, como sería un acto de
autoridad.
a) Hecho inimputable;
b) Imprevisto, y
c) Irresistible.
376
Giorgi, Demolombe, Baudry Lacantineríe et Barde, Demogue, Dalloz, Aubry y Rau y, entre nuestros
autores, Luis Claro Solar, Arturo Alessandri y Manuel Somarriva.
377
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 28, sec. 1a, pág. 329; T. 55, sec. 2a, pág. 17; T. 69, sec. 1a,
pág. 117.
378
Sobre esta materia puede verse El caso fortuito ante el Derecho Civil de Alberto Coutasse del C. y
Femando Iturra A., Editorial Jurídica, 1958, Nª 21, págs, 67 y siguientes.
De Las Obligaciones 211
308. - Inimputable.
Quiere decir que debe ser ajeno al deudor; no debe provenir de su hecho o
culpa o del hecho o culpa de las personas por quien él responde. Así resulta de
varias disposiciones: artículos 934, 1547 inciso 2o, 1590, 1672 inciso 1o, 1679,
1925 inciso 1o, 1926 inciso 1o, 2015 inciso 3o, 2016 inciso 2o, 2178 N° 2, 2242,
etc.
Sobre esta materia, en Francia se ha fallado que un comerciante que vende
mercaderías a plazo, que él no tiene, debe daños e intereses si una fuerza
mayor le impide hacerlas venir lo suficientemente rápido como para
entregarlas dentro de plazo379 . No hay c a s o fortuito por faltar la
inimputabilidad: es culpable la conducta del deudor de ofrecer mercaderías
que no tenía.
309. - Imprevisto.
Así lo dice la definición. Es el elemento típico del caso fortuito. Que sea
imprevisto significa que dentro de los cálculos ordinarios de un hombre
normal, no era dable esperar su
ocurrencia. Lorenzo de la Maza define los acontecimientos imprevistos como
aquellos poco frecuentes, que por excepción suelen sobrevenir, y que no han
sido tomados en cuenta por las partes al momento de contratar380 . La Corte
Suprema ha dicho que “el caso fortuito es imprevisto cuando no hay ninguna
razón esencial para creer un su realización”.381
310. - Irresistible.
379
Dalloz, Les Codes Annotes, T. X N° 23, pág. 1037, citado por Coutasse e Iturra, ob. cit., pág. 87.
380
Lorenzo de la Maza: “La Teoría de la Imprevisión”, Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 30, I
parte, págs. 73 y siguientes.
381
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 46, sec. 1a, pag. 533; T. 60, sec. 1a, pag. 49
382
Revista de Derecho y Jurisprudencia 46, sec. 1a, pág. 533; T. 60, sec. 1a, pág. 59.
212 RENÉ RAMOS PAZOS
383
Cit. por De LA MAZA, ob. cit., pág. 82.
384
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 89, N° 3, sec. 5ª, pág. 254.
De Las Obligaciones 213
Los artículos 1547 inciso 3o y 1674, establecen que incumbe la prueba del caso
fortuito al que lo alega. Estas disposiciones constituyen una aplicación de la
regla general de onus probandi contemplada en el artículo 1698, según el cual
corresponde la prueba de la extinción de una obligación al que alega esta
circunstancia.
La prueba del caso fortuito, dice Fueyo, debe comprender los siguientes
aspectos:
385
Ob. cit., T. I, N° 264, pág. 274.
386
Revista de Derecho y Jurisprudencia,T. 3, sec. 1ª, pág. 36.
214 RENÉ RAMOS PAZOS
Para que entre a operar la teoría de los riesgos deben cumplirse los siguientes
requisitos:
La regla en esta materia está establecida en el artículo 1550 del Código Civil: “El
riesgo del cuerpo cierto cuya entrega se deba, es siempre a cargo del
acreedor...”.
Esta regla es manifiestamente injusta, pues contradice el principio de que
las cosas perecen para su dueño. En efecto, celebrado el contrato y antes de la
tradición de la cosa, el deudor continúa siendo su dueño, por lo que si la cosa
se destruye fortuitamente, debería ser él quien debiera soportar su pérdida, no
pudiendo por ello exigir a su contraparte el cumplimiento de su propia
obligación.
La explicación de esta situación tan poco equitativa radica en que Bello
habría copiado esta disposición del código francés, sin reparar que como allí
no se exige la dualidad título modo, bastando el solo contrato para transferir la
propiedad, la regla era justa pues el deudor, celebrado el contrato, ya había
transferido la cosa al acreedor, debiendo por ello este acreedor soportar su
pérdida.
387
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 46, sec. 1ª, pág. 533.
388
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 3, sec. 1a, pág. 36.
389-390
Ob. cit., T. II, Nº 849, págs. 694-695
391
Ob. cit., T. II, N° 1224, pág. 730.
De Las Obligaciones 217
que pudiendo cumplir, no lo hace para evitar un mal mayor. Se diferencia del
caso fortuito, en que no hay un impedimento insuperable. Fueyo coloca varios
ejemplos. Veamos uno de ellos: el del capitán del barco que, en peligro de
naufragar, lanza al mar las mercaderías que transporta, ¿debe responder?
La doctrina no es unánime. Chironi, por ejemplo (citado por Fueyo), cree
que para quedar exento de responsabilidad tiene que existir fuerza mayor. En
la doctrina nacional, Abeliuk está en esa posición392 . Estima que si no se
configura un caso fortuito, debe cumplir. Pero la tendencia moderna es que el
estado de necesidad legitima el hecho y lo convierte en lícito, liberando de
responsabilidad al deudor.
El Código Civil, en un caso, toca el punto desechando el estado de
necesidad. Es la situación del comodatario que en un accidente, puesto en la
alternativa de salvar la cosa prestada o la propia, opta por esta última (artículo
2178 N° 3). Hace responsable al comodatario, lo que se explica porque
responde hasta de la culpa levísima.
392
T. I, N° 850, págs. 696-697.
218 RENÉ RAMOS PAZOS
393
La Teoría de la Imprevisión", Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 30,1 parte, pág. 93.
394
De la Maza, artículo cit. pág. 122.
De Las Obligaciones 219
395
ZAKI, cit. por DE LA MAZA, ob. cit., pág. 108.
396
DE LA MAZA, artículo cit., pág. 111.
220 RENÉ RAMOS PAZOS
397
Ob. cit., pág. 148.
De Las Obligaciones 221
Abeliuk define la mora del deudor (mora solvendi) “como el retardo imputable
en el cumplimiento de la obligación unido al requerimiento o interpelación por
parte del acreedor”400. En términos semejantes Stitchkin: “retardo culpable en el
cumplimiento de la obligación más allá de la interpelación del acreedor”.401
398
Claro Solar, T. II, N° 122, pág. 731; Alessandri, ob. cit., pág. 79; Fueyo, ob. cit., T. I, N° 305, pág.
300; Abeliuk, ob. cit., T. 2, N° 868, pág. 711.
399
Stitchkin, ob. cit., Segunda Parte N° 583, pág. 82; Abeliuk, ob. cit. T. 2 N° 868, pág. 711.
400
Ob. cit. T. II, N° 868, pág. 711.
401
Ob. cit. Segunda Parte, N° 584, pág. 83.
222 RENÉ RAMOS PAZOS
Se define como el acto por el cual el acreedor hace saber al deudor que su
retardo le causa perjuicios.
Hay tres formas de interpelación, que están contenidas en el artículo 1551,
que a la letra señala “El deudor está en mora, 1o Cuando no ha cumplido la
obligación dentro del término estipulado, salvo que la ley en casos especiales
exija que se requiera al deudor para constituirlo en mora; 2o Cuando la cosa no
ha podido ser dada o ejecutada sino dentro de cierto espacio de tiempo, y el
deudor lo ha dejado pasar sin darla o ejecutarla; 3o En los demás casos, cuando
el deudor ha sido judicialmente reconvenido por el acreedor”.
Atendido lo dispuesto en esta disposición, la interpelación se produce en
cualquiera de estos tres casos, constituyendo la regla general el contemplado
en el N°3.
De Las Obligaciones 223
Opera cuando las partes han establecido un plazo en el contrato, para que el
deudor cumpla su obligación. Por el solo hecho de cumplirse el plazo, el
deudor queda constituido en mora, salvo que la ley exija que se le requiera
para constituirlo en mora. Así ocurre, por ejemplo, en el contrato de arriendo:
artículo 1949: “...para que el arrendatario sea constituido en mora de restituir
la cosa arrendada, será necesario requerimiento del arrendador, aun cuando
haya precedido desahucio...”; en el artículo 1977, cuando el arrendatario se
encuentra en mora de pagar la renta, es necesario dos reconvenciones, entre
las cuales debe mediar a lo menos 4 días.
Se ha entendido que si la deuda es a plazo, se necesitará requerimiento
judicial si así lo hubieren convenido las partes.402
Para que nos encontremos en el caso del N° 1 del artículo 1551, es preciso
que se trate de un plazo convenido por las partes, pues la norma habla de no
haberse cumplido la obligación “dentro del término estipulado”. Por ello, no
rige por ejemplo en el caso en que haya sido establecido por el testador (para
pagar un legado), caso éste en que será necesario para constituir en mora al
deudor requerirlo judicialmente.
Si se trata de obligaciones de cumplimiento fraccionado, la mora respecto
de cada cuota, se irá produciendo al vencimiento del plazo establecido para su
pago. Ello, sin perjuicio de que pueda haberse convenido una cláusula de
aceleración que pueda producir la caducidad del plazo y, por consiguiente, la
mora respecto de todo el saldo insoluto.
402
Abeliuk, ob. cit. T. II, N° 873, pág. 717.
224 RENÉ RAMOS PAZOS
403
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 28, sec. 1a, pág. 717; T. 28, sec. 1ª, pág. 717.
404
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 9, sec. 1a, pág. 79.
405
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 30, sec. 1a, pág. 561; T. 36 sec. 1a, pág. 102, etc.
406
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 23, sec. 1a, pág. 522; T. 23, sec. 1a, pág. 354; T. 21, sec. 1a,
pág. 490.
407
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 9, sec. 1a, pág. 358.
408
ABELIUK, ob. cit., T. II N° 872, págs. 714-715.
De Las Obligaciones 225
409
Derecho Civil, T. IV, De las Obligaciones, Vol. I, N° 311, pág. 303.
410
ABELIUK, ob. cit. N° 877, págs. 718-719.
226 RENÉ RAMOS PAZOS
Los efectos que se producen con la mora del acreedor son los siguientes:
PÁRRAFO III
DE LA AVALUACIÓN DE LOS PERJUICIOS
411
Claro Solar, ob. cit., N° 1242, pág. 750.
De Las Obligaciones 227
a) La avaluación judicial;
b) La avaluación legal, y
c) La avaluación convencional (Cláusula Penal).
Es la que hace el juez. Para ello, éste debe pronunciarse sobre tres cuestiones:
a) Primero, determinar si procede el pago de la indemnización, para lo cual
el tribunal tendrá que ver si se cumplen los requisitos generales que hemos
estudiado;
b) Determinar los perjuicios que deben indemnizarse, y
c) Fijar el monto de los perjuicios.
Para los efectos de este estudio, recordemos los distintos tipos de perjuicios:
1. Compensatorios y moratorios;
2. Ciertos y eventuales (sólo se indemnizan los ciertos);
3. Perjuicios directos e indirectos (sólo se indemnizan los directos);
4. Daños materiales y morales;
5. Daño emergente y lucro cesante, y
6. Perjuicios previstos e imprevistos (sólo se indemnizan los previstos,
salvo que exista dolo o culpa grave).
412
Puede verse: Fernando Fueyo: “El Daño Extrapatrimonial y su indemnización especialmente en
materia contractual”, Separata de la Revista de Derecho Privado, Año 1 N° 1, enero-marzo, 1966, y en su libro
Instituciones de Derecho Moderno, Editorial Jurídica de Chile, 1990, pág. 71; Leslie Tomasello Hart: El daño
moral en la responsabilidad contractual, Editorial Jurídica de Chile, 1969,págs. 165-166;Carmen Domínguez
Hidalgo: El daño moral, Editorial Jurídica de Chile, T. I, pág. 350.
413
Lorenzo de la Maza, quien estima que el contrato no es un instrumento de satisfacción de orden moral
o espiritual, sino de creación, circulación y distribución de bienes y servicios. “La responsabilidad civil que
puede derivar de la actividad médica", Revista Chilena de Derecho, Vol. 15N° 1, págs. 29 y siguientes; y a José
Pablo Vergara Bezanilla: “La mercantilización del daño moral”, Revista de Derecho del Consejo de Defensa
del Estado, año 1 N° 1 (julio de 2000), pág. 70.
414
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 48, sec. 1a, pág. 252. En una nota puesta al pie de la
sentencia, se dice que es el primer fallo que acepta el daño moral en materia contractual.
415
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 91, sec. 1a, pág. 100; T. 98 sec. 1a, pág. 234, Gaceta Jurídica
257, pág. 39, Fallos del Mes 431, sentencia I, pág. 657. Véase un comentario de esta última sentencia de la
Excma. Corte Suprema de 20 de octubre de 1994, en Revista de Derecho de la Universidad de Concepción Nº
196, pág. 155, que hace el profesor Ramón Domínguez A.
De Las Obligaciones 229
contractual” 416
¿Qué razones se han dado para no indemnizar el daño moral?:
416
Gaceta Jurídica 292, pág. 117.
417
Véase sobre este punto, extenso y documentado comentario a la sentencia citada, hecho por Ramón
Domínguez Águila, Revista Derecho Universidad de Concepción N° 196, pág. 155 a pág. 160.
418
Sentencia de la Corte Suprema de 3 de mayo de 2001, Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 98,
sec. 5a, pág. 87.
230 RENÉ RAMOS PAZOS
419
Fallos del Mes N° 431, sentencia 1.
420
Citado por Fueyo, ob. cit., pág. 73.
421
Ramón Domínguez A., comentario cit., Revista de Derecho Universidad de Concepción N° 196, págs.
159-160.
De Las Obligaciones 231
422
Cit. por FUEYO: Instituciones de Derecho Civil Moderno, Editorial Jurídica, 1990, pág. 71.
423
Jaime Santos Briz: Derecho de Daños, Editorial Revista de Derecho Privado, Madrid, 1963, pág. 124.
424
CLARO SOLAR, ob. cit. N° 1242, pág. 750.
425
Fallos del Mes N° 450, sentencia 16, pág. 950.
232 RENÉ RAMOS PAZOS
No es fácil la prueba del lucro cesante. Por la misma razón, la prueba que se
rinda se debe apreciar con mayor liberalidad. Así lo entiende Sergio Gatica “el
lucro cesante, a diferencia del daño emergente, es difícil de establecer, por su
carácter esencialmente eventual, que lo transforma en un principio jurídico
lleno de vaguedades e incertidumbres”. Y agrega que por la misma razón el
“legislador ha prescindido de dictar normas al respecto, dejando entregada a la
prudencia del tribunal la sana aplicación de los hechos de la causa”426. Así ha
sido reconocido también por la Corte de Concepción, en el juicio “Cadi con
Municipalidad de Concepción” en sentencia de 19 de diciembre de 1994, en
que se establece que “en todo caso, para dar lugar al pago a la indemnización
por lucro cesante, debe el tribunal adquirir la convicción de que había una
probabilidad cierta del negocio en que se obtendría la ganancia así como de las
utilidades que de él provendrían” (considerando 27).
Perjuicios previstos son los que se previeron o pudieron preverse al tiempo del
contrato (artículo 1558 inciso 1o). Los que no cumplen con que estos requisitos
son imprevistos. Se indemnizan sólo los previstos, salvo en los casos de dolo o
culpa grave (artículo 1558).
En relación con esta materia, la Corte de Apelaciones de Concepción ha
precisado que cuando el artículo 1558 habla de “tiempo del contrato...”, esta
última expresión no significa “fecha del contrato”, pues en el caso del
arrendamiento (y lo mismo cabe para cualquier contrato de tracto sucesivo)
tiempo del contrato “es el período durante el cual se desarrolla el contrato,
desde su nacimiento hasta el momento en que se haya producido la restitución
del inmueble arrendado”.427
348. - Las partes pueden alterar las reglas sobre los perjuicios a
indemnizar.
Así lo consigna el inciso final del artículo 1558: “Las estipulaciones de los
contratantes podrán modificar estas reglas”.
426
Sergio GATICA:Aspectos de la Indemnización de perjuicios por incumplimiento del contrato,Editorial
Jurídica de Chile, 1959, pág. 108.
427
Sentencia de 19 de diciembre de 1994, dictada en la causa “Cadi con Municipalidad de Concepción",
considerando N° 16. Sentencia no publicada.
De Las Obligaciones 233
Regla Primera del artículo 1559. “Se siguen debiendo los intereses
convencionales, si se ha pagado un interés superior al legal, o empiezan a
deberse los intereses legales, en caso contrario; quedando, sin embargo, en su
fuerza las disposiciones especiales que autoricen el cobro de los intereses
corrientes en ciertos casos” (1559 N° 1).
Luego, en conformidad a esta regla, habrá de distinguirse varias situaciones:
a) Que las partes hayan pactado intereses convencionales y que éstos sean
superiores al interés legal,
b) Que las partes no hayan pactado intereses o que pactándolos han sido
428
Ob. cit. N° 899, pág. 728.
234 RENÉ RAMOS PAZOS
inferiores al legal, y
c) Si se está frente a una disposición que autorice el cobro de intereses
corrientes en ciertos casos.
Ya la hemos explicado. Sólo nos resta agregar que se pueden cobrar otros
perjuicios, siempre que se acrediten.
para negar intereses moratorios por sumas de dinero adeudadas cuando ellas
son rentas, cánones u otras pensiones periódicas”429. Por las razones anteriores
no comparto la afirmación que se contiene en una sentencia de la Corte
Suprema de 21 de septiembre de 1990 en el sentido que la sentencia recurrida
habría infringido las reglas 3 y 4 del artículo 1559 del Código Civil, según las
cuales es improcedente el pago de intereses sobre pensiones periódicas, como
lo son las pensiones de jubilación.430
Hay dos formas diferentes de tratar la cláusula penal: como una clase especial
de obligaciones, que es lo que hace el Código Civil en el Título XI del Libro IV,
“De las Obligaciones con cláusula penal” y que es la forma como la tratan la
mayoría de los códigos modernos; o bien, como una de las maneras de avaluar
los perjuicios, que corresponde al enfoque que nosotros seguiremos. Esta
última forma proviene de Zacharie y ha sido adoptada por un gran sector de la
doctrina.
Como advierte Abeliuk, ambas posiciones son defendibles, porque si bien
en la cláusula penal hay una avaluación convencional y anticipada de los
perjuicios, su ámbito de aplicación es bastante más extenso431 . La verdad es
que la cláusula penal cumple funciones diversas que la transforman en una
institución autónoma.
356. - Concepto.
Está definida en el artículo 1535: “La cláusula penal es aquella en que una
persona para asegurar el cumplimiento de una obligación se sujeta a una pena,
que consiste en dar o hacer algo en caso no ejecutar o de retardar la obligación
principal”.
Esta definición presenta algunas incorrecciones. La primera es su propia
denominación “Cláusula Penal”, pues ello será así únicamente si se pacta
conjuntamente con el contrato principal. Mas deja ser cierto si se establece con
posterioridad, pues en tal caso deja de ser una cláusula que se inserta en un
contrato principal. Por ello hay quienes piensan que resulta más propio hablar
de “estipulación penal” 432
También resulta inadecuado decir que tiene por objeto asegurar el
cumplimiento de una obligación principal, desde que por sí sola nada
429
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 89, sec. 2a, pág. 72. En el mismo sentido, Revista de Derecho
y Jurisprudencia, T. 46, sec. 1a, pág. 647.
430
Fallos del Mes N° 455, pág. 2036.
431
Ob. cit., T. II, N° 904, pág. 742.
432
Sergio GATICA, ob. cit. N° 226, pág. 304.
236 RENÉ RAMOS PAZOS
433
Guillermo DÍAZ: “La inmutabilidad de la Cláusula Penal”, citado por Sergio GATICA, ob. cit. N° 226,
pág. 305.
434
Gaceta de los Tribunales, año 1884, N° 2112, pág. 1311.
435
José PEIRANO FACIÓ: La cláusula penal, Editorial Temis, Colombia, 1982,N° 10, pág. 15.
De Las Obligaciones 237
permite dividir la pena entre los distintos herederos del deudor a prorrata de
sus cuotas hereditarias.
Como forma de avaluar perjuicios, presenta dos características: a) es
convencional y b) anticipada.
436
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 55, sec. 2a, pág. 123; Gaceta Jurídica 269 pág. 51 Otro fallo
ha señalado que “la regla general es que la cláusula penal sea compensatoria; así se deduce del texto del
artículo 1537” (Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 61, sec. 1a, pág. 121). Véase también Gaceta Jurídica
269, pág. 51.
238 RENÉ RAMOS PAZOS
437
Fallos del Mes N° 450, sentencia 5, pág. 902. Ver Consid. 3o.
438
Gatica, ob. cit. N° 287, pág. 378.
De Las Obligaciones 239
Así está dicho en la propia definición legal. Puede agregarse que la cláusula
penal nació en el Derecho Romano con una finalidad estrictamente
sancionadora, carácter que aún conserva.
365. - Características.
1. Es consensual;
2. Es condicional;
3. Es accesoria, y
4. Puede garantizar una obligación civil o natural.
366. - Consensual.
439
GATICA, Aspectos de la indemnización de perjuicios por incumplimiento del contrato, Editorial
Jurídica de Chile, 1959, N° 252, pág. 339.
240 RENÉ RAMOS PAZOS
367. - Condicional.
Tiene ese carácter porque el derecho del acreedor a cobrar la cláusula penal
está sujeto al hecho futuro e incierto que se produzca el incumplimiento del
deudor y que éste se encuentre en mora (artículo 1537). En este sentido.441
368. - Accesoria.
Esta característica proviene del hecho de ser una caución. De ello surgen varias
consecuencias importantes:
440
Tratado de las Cauciones N° 20, pág. 22.
441
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 32, sec. 1a, pág. 188.
De Las Obligaciones 241
442
Tratado de las Cauciones N° 17, págs. 19-20.
242 RENÉ RAMOS PAZOS
La cláusula penal puede extinguirse por vía principal y por vía accesoria. Por
vía principal, cuando se extingue no obstante mantenerse vigente la obligación
principal (por ejemplo la cláusula penal es nula y la obligación principal es
válida, artículo 1536 inciso 1o); y por vía accesoria, cuando desaparece como
consecuencia de haberse extinguido la obligación principal, en razón de su
carácter accesorio.
Para que el acreedor pueda cobrar la pena deben cumplirse las condiciones ya
estudiadas para la indemnización de perjuicios, con la salvedad que no es
necesario probar la existencia de los perjuicios. Luego se requiere de:
a) Incumplimiento de la obligación principal (artículo 1535);
b) Que este incumplimiento sea imputable al deudor;
c) Mora del deudor, requisito este último exigido expresamente en el
artículo 153 8445 , y
d) Cuando incide en un contrato bilateral, es accesoria a la petición de
cumplimiento o de resolución por tratarse de una forma de
indemnización de perjuicios 446
¿Se debe la pena aun cuando el incumplimiento se deba a caso fortuito? Así se
ha pretendido, fundándose para ello en que el artículo 1542 expresa que
“habrá lugar a exigir la pena en todos los casos en que se hubiere estipulado...”
Esta posición es equivocada, porque si hay caso fortuito la obligación principal
443
Meza Barros, Obligaciones N° 77, pág. 50.
444
GATICA, ob. cit. N° 280, pág. 366.
445
Así, Gaceta Jurídica 269, pág. 51, Consid. 15.
446
Corte de Santiago, 16 de abril de 2002, Consid. 13, Gacela Jurídica 269, pág. 51.
De Las Obligaciones 243
Está claro que para que se pueda hacer efectiva la cláusula penal, el deudor
tiene que estar constituido en mora, pues así lo dice en forma expresa el
artículo 1538. En relación con este requisito se ha planteado que existiendo
cláusula penal, no operaría respecto de la obligación principal la interpelación
voluntaria expresa del N° 1 del artículo 1551, en razón de la frase con que
comienza el artículo 1538; “Háyase o no estipulado un término dentro del cual
deba cumplirsela obligación principal...”, por lo que siempre se necesitaría de
interpelación judicial. La doctrina no participa de esa idea, entendiendo que el
deudor puede quedar constituido en mora por cualquiera de las formas de
interpelación contempladas en el artículo 1551447 . Por ello, cuando la obligación
principal es a plazo, el deudor queda en mora por el solo vencimiento del
plazo, y como el acreedor tiene la opción de pedir el cumplimiento de la
obligación principal o el pago de la pena (artículo 1537), si opta por la pena,
deberá demandar su pago. “En otros términos -dice Claro Solar- la constitución
del deudor en mora para cumplir la obligación principal no es suficiente
constitución en mora de la cláusula penal...”.448
Si el acreedor acepta del deudor un pago parcial, el deudor tiene derecho a que
“se rebaje proporcionalmente la pena estipulada por la falta de cumplimiento
de la obligación” (artículo 1539).
El código establece en los artículos 1537 y 1543 algunas reglas sobre lo que
puede cobrar el acreedor cuando se incumple una obligación caucionada con
cláusula penal. Estas reglas son las siguientes:
447
GATICA, ob. cit. N° 316, págs. 416-417; ABELIUK, ob. cit., N° 913, pág. 750.
448
Ob. cit., T. II, N° 1237, págs. 746-747.
244 RENÉ RAMOS PAZOS
449
Corte de Santiago, 16-abril-2002, Gaceta Jurídica 269, pág. 51, Consid. 11.
450
Sentencia anterior, Consid. 13.
De Las Obligaciones 245
carácter accesorio que tiene451. Abeliuk estima que esta solución es discutible,
porque la indemnización de perjuicios es conjunta aun entre los deudores
solidarios. “Por otro lado, agrega, pesa el argumento de que todos los
codeudores han consentido en someterse a la pena”452 . A nosotros también nos
parece discutible la solución porque la solidaridad requiere de texto expreso.
Trata de esta situación el artículo 1541: “Si a la pena estuviere afecto hipoteca-
riamente un inmueble, podrá perseguirse toda la pena en él, salvo el recurso de
indemnización contra quien hubiere lugar”. Esta solución es consecuencia del
carácter indivisible de la hipoteca.
No está resuelta esta situación en la ley. De acuerdo a las reglas generales, cada
acreedor sólo podrá demandar su cuota en pena, salvo que la pena fuere de
cosa indivisible o hubiere solidaridad activa.
Esta materia está regulada en el artículo 1544, que distingue varias situaciones:
451
Así SOMARRIVA, Tratado de las cauciones N° 63; CLARO SOLAR, T. I, N° 597, pág. 536; GATICA, ob.
cit., N° 351, pág. 460.
452
Ob. cit., T. II, pág. 755.
246 RENÉ RAMOS PAZOS
PÁRRAFO IV DERECHOS
AUXILIARES DEL ACREEDOR
386. - Concepto.
Como en virtud del Derecho de Prenda General (artículo 2465 del Código Civil)
es el patrimonio del deudor el que está respondiendo del cumplimiento de sus
obligaciones, la ley otorga al acreedor ciertas acciones o medios destinados a
mantenerla integridad de ese patrimonio. Estas acciones o medios son
denominados “Derechos Auxiliares del Acreedor”.
453
Alessandri (ob. cit., pág. 117); Somarriva (ob. cit. N° 33, pág. 35); Gatica (ob. cit., N° 379, pág. 486);
Claro Solar (ob. cit., T. X Nº 590, pág. 530); Fueyo (ob. cit., T I, pág. 360), Abeliuk (ob. cit. T. II. N° 923, pág.
757).
454
Leslie TOMASELLO, ob. cit., pág. 89.
455
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 5, sec. 1a, pág. 238. En el mismo sentido, véase Fallos del
Mes N° 385, sentencia 11, pág. 757.
De Las Obligaciones 247
387. - Enumeración.
No hay uniformidad sobre cuales serían esos derechos. Pero hay un cierto
consenso en atribuirle este carácter a los siguientes:
Sección Primera
Medidas conservativas
456
Alessandri, ob. cit., pág. 113.
457
Claro Solar, ob. cit. T. XI, N° 1093, pág. 557.
248 RENÉ RAMOS PAZOS
Hay varias disposiciones que facultan a quien está obligado a entregar una
cosa, para retenerla, con el fin de asegurarle un derecho que según la ley le
corresponde. Es el caso, por ejemplo, del arrendatario que puede retener la
cosa arrendada hasta que se le pague o asegure por el arrendador el importe de
las indemnizaciones que este último le adeuda (artículo 1937); del mandatario
que puede retener los efectos que se le hayan entregado por cuenta del
mandante para la seguridad de las prestaciones a que éste fuere obligado por
su parte (artículo 2162); del comodatario para retener la cosa prestada
mientras no se le paguen las indemnizaciones contempladas en los artículos
2191 y 2192 (artículo 2193); del depositario que puede retener la cosa
depositada, en razón de las expensas y perjuicios que le adeude el depositante
(artículo 2234), etc.
Constituye el derecho legal de retención una verdadera medida precautoria,
que debe ser declarada judicialmente (artículo 545 del Código de
Procedimiento Civil). “Los bienes retenidos por resolución ejecutoriada serán
considerados, según su naturaleza, como hipotecados o constituidos en prenda
para los efectos de su realización y de la preferencia a favor de los créditos
que garantizan. El decreto judicial que declare procedente la retención de
inmuebles deberá inscribirse en el Registro de Hipotecas” (artículo 546 del C.
de Procedimiento Civil).
Sección Segunda
Acción oblicua o subrogatoria
458
Ob. cit. T. II, N° 758, págs. 624 y siguientes.
De Las Obligaciones 249
Respecto a los requisitos que debe cumplir el acreedor, se estima que sólo
debe tener interés, lo que va a ocurrir cuando la negligencia del deudor en
ejercitar el derecho o acción comprometa su solvencia. Por ello, falta este
requisito si el deudor tiene bienes suficientes para cumplir sus obligaciones.
Ello explica que el artículo 2466 hable del “deudor insolvente”.
En cuanto a los requisitos que tiene que tener el crédito del acreedor para
poder accionar, tendrá que ser cierto y actual mente exigible, es decir, no
podrá estar sujeto a plazos o a condiciones suspensivas.
Todos los efectos que se siguen son consecuencia del principio de que el
acreedor va a actuar por cuenta y a nombre del deudor. Se parece a la
representación, pero es diferente, porque en la representación el representante
interviene en interés del representado. Acá, en cambio, lo mueve su propio
interés.
Los efectos son consecuencia de que el acreedor va a actuar por cuenta del
deudor:
Hay distintas opiniones sobre este punto. Para algunos460 sólo cabe para los
casos en que la ley expresamente lo autoriza. Para otros461, en cambio, la acción
oblicua opera en forma general. Pese a no haber un texto tan claro como el de
Francia, la situación sería semejante y emanaría de los artículos 2465 y 2466.
459
Ob. cit. T. II. N° 762, pág. 627.
460
ALESSANDRI, ob. cit., pág. 116; FUEYO, ob. cit. T. 1o, pág. 375, N° 389.
461
CLARO SOLAR, ob. cit. 11, N° 1.113, pág. 582.
De Las Obligaciones 251
462
Ob. cit., T. II N° 766, pág. 629.
252 RENÉ RAMOS PAZOS
el Código Civil con el carácter general la acción oblicua, por lo que sólo cabe en
los casos especiales en que la ley la contempla.463
Sección Tercera
Acción pauliana
Esta acción tiene su origen en Roma. Allí los actos realizados por un deudor en
fraude de sus acreedores constituían un delito privado, “el fraus creditorum”,
sancionado mediante una acción especial llamada por los comentadores
“acción pauliana”. G Marty afirma que “el origen de este apelativo es mal
conocido. Algunos autores pretenden que se deriva del nombre del pretor que
estableció la acción, el cual se llamaría Paulus. Es más verosímil -agrega- que
ese nombre derive del gran jurisconsulto Paulo, que trata de la acción en un
fragmento del Digesto”464 . Se le llama también acción revocatoria porque tiene
por objeto revocar, dejar sin efecto, los actos fraudulentos del deudor
realizados en perjuicio de sus acreedores.
Está tratada en el artículo 2468. Abeliuk la define como “la que la ley otorga
a los acreedores para dejar sin efecto los actos del deudor ejecutados
fraudulentamente y en perjuicio de sus derechos y siempre que concurran los
demás requisitos legales”.465
La acción pauliana puede intentarse para dejar sin efecto cualquier acto o
contrato voluntario del deudor (no los forzados, pues en tal caso no se divisa el
fraude). Los términos del artículo 2468 son bastante amplios. Pueden ser actos
o contratos de distinto tipo (unilaterales, bilaterales, gratuitos, onerosos,
pueden ser actos de renuncia, etc.). Sin embargo, la Corte Suprema en una
463
Ob. cit., T. II, N° 771, págs. 633-634.
464
Ob. cit., pág. 77.
465
Ob. cit. N° 774, pág. 637.
De Las Obligaciones 253
oportunidad estimó que no procedía la acción pauliana para dejar sin efecto un
pacto de separación de bienes466 . Somarriva comparte esta sentencia en razón
de ser “el pacto de separación total de bienes uno de esos derechos absolutos,
que escapa al control de los acreedores”467 . Estoy de acuerdo con la doctrina de
la sentencia que se viene comentando, pues no veo cómo la separación de
bienes puede perjudicar a los acreedores, desde que el artículo 1723 inciso 2o
establece que “El pacto de separación total de bienes no perjudicará, en caso
alguno, los derechos válidamente adquiridos por terceros respecto del marido
o de la mujer...”. Al respecto, la Corte Suprema, en sentencia del 21 de abril de
2003, ha resuelto “Que si bien es cierto, el pacto de separación de bienes
inscrito dentro de plazo es perfectamente válido, no lo es menos que sus
efectos están limitados respecto de los terceros acreedores del cónyuge que
tenía esa calidad con anterioridad al pacto, en los términos de que trata el
aludido artículo 1723 inciso 2o del Código Civil, quienes no pueden ser
afectados en sus derechos”.468
No obstante que la acción pauliana procede tanto respecto de los actos
gratuitos como de los onerosos, los efectos que se siguen en uno y otro caso
son diferentes. Así, si el contrato que produce la insolvencia del deudor es
oneroso, para revocarlo será necesario probar la mala fe del deudor y la mala
fe del adquirente, esto es, acreditar que ambos conocían el mal estado de los
negocios del deudor. En cambio, si el contrato es gratuito, basta que el
acreedor pruebe la mala fe del deudor y el perjuicio de los acreedores.
466
T. 67, sec. 1a, pág. 463.
467
De las obligaciones y los contratos ante la jurisprudencia,comentario a sentencia Nº 93, pág. 67.
468
Gaceta Jurídica 244, pág. 75, considerando 8°.
469
G. Marty, ob. cit., pág. 78.
254 RENÉ RAMOS PAZOS
El acreedor que entabla la acción debe tener interés, y sólo va a tenerlo cuando
se reúnan los siguientes requisitos: a) que el deudor sea insolvente o que con el
acto haga aumentar su insolvencia; y b) que su crédito sea anterior al acto que
produce la insolvencia470. Somarriva explicado estos requisitos señala que “se
entiende que existe este perjuicio cuando a consecuencia del acto el deudor
queda en insolvencia, o se aumenta la ya producida”. Y agrega: “Con lo
expuesto se comprenderá que al acreedor que adquiere el carácter de tal
después del acto, éste no puede causarle perjuicios, pues él conocía el estado
en que se encontraban los negocios del deudor y aceptó contratar en esas
condiciones” 471
470
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. II, sec. 2ª, pág. 75.
471
Ob. cit. comentario a sentencia 91, pág. 66.
De Las Obligaciones 255
Claro Solar estima que a los subadquirentes se les debe aplicar las mismas
reglas que a los adquirentes472 . Alessandri, partiendo de la base que la acción
pauliana es una acción de nulidad relativa -el artículo 2468 emplea la expresión
“rescindan”, “rescindibles”-, estima que basta con probar la mala fe del deudor
y del tercero adquirente, no siendo necesario probar la mala fe del tercero
subadquirente. Ello porque la nulidad judicialmente declarada produce efectos
respecto de terceros independientemente de su buena o mala fe.473
Somarriva hace algunas distinciones:
472
Ob. cit., T. II N° 113, págs. 608 y siguientes.
473
Ob. cit., pág. 133.
256 RENÉ RAMOS PAZOS
acreedor.
Por aplicación del efecto relativo de la sentencia judicial -artículo 3o del
Código Civil- la revocación, sólo afectan a las partes que litigaron.
Sección Cuarta
Beneficio de separación de patrimonios
En virtud de los principios sobre sucesión por causa de muerte, fallecido una
persona, su patrimonio (activo y pasivo) pasa a sus herederos, confundiéndose
con el patrimonio de éstos. Al producirse lo anterior va a ocurrir que si el
heredero estaba cargado de deudas, sus acreedores personales van a mejorar
su situación pues tienen ahora un patrimonio más rico sobre el cual hacer
efectivas sus acreencias. Pero ello, en perjuicio de los acreedores que el
difunto tenía en vida (acreedores hereditarios) y de aquellos cuyos créditos
han sido adquiridos en virtud del testamento (acreedores testamentarios,
474
Ob. cit., pág. 133.
475
Ob. cit., T. II N° 782, pág. 645.
De Las Obligaciones 257
legatarios) quienes verán peligrar sus acreencias al tener que concurrir con los
acreedores personales del heredero.
Por este motivo, se establece el beneficio de separación de patrimonios que
tiene por objeto evitar que se confundan los bienes del causante con los del
heredero, para que, de esa forma, puedan pagarse en los primeros, los
acreedores hereditarios y testamentarios, con preferencia a los acreedores
propios del heredero.
Al estudiar sucesión por causa de muerte, se analizará en detalle esta
importante institución, que el código regula en los artículos 1378 al 1385
(Título XII del Libro III).
CAPÍTULO QUINTO
De LOS MODOS DE EXTINGUIR LAS OBLIGACIONES
410. - Concepto.
El artículo 1567, ubicado en el Título XIV del Libro IV “De los Modos de
Extinguirse las Obligaciones, y primeramente de la Solución o Pago Efectivo”,
hace una enumeración de los modos de extinguir, que contiene 10
numerandos.
En relación con ella, queremos formular las siguientes observaciones:
Está establecido este modo de extinguir en el artículo 1567 inciso 1o: “Toda
obligación puede extinguirse por una convención en que las partes, siendo
capaces de disponer libremente de lo suyo, consientan en darla por nula”.
Luego, la resciliación es un acuerdo de voluntades (convención) en que las
partes dotadas de capacidad de disposición dejan sin efecto un acto anterior,
extinguiendo de esa manera las obligaciones pendientes provenientes de ese
acto.
Como observa Stitchkin, si bien esta disposición habla de “toda
obligación”, es indudable que la resciliación sólo tiene cabida tratándose de
obligaciones contractuales, es decir, emanadas de un acuerdo de voluntades
pues, precisamente, se funda este modo en que habiéndose generado la
obligación por un acuerdo de volunta des, por un nuevo acuerdo pueden las
partes dejarla sin efecto. Si la fuente de la obligación es otra (delito,
cuasidelito, etc.), la voluntad de las partes juega de otra manera, pudiendo
dar lugar a otros modos de extinguir: remisión de la deuda, novación, transac-
ción, renuncia, etc., según los diferentes casos.476
Constituyendo una convención, sus requisitos son los propios de todo acto
jurídico: consentimiento, capacidad de las partes, objeto, causa. Nos interesa
detenernos en los dos primeros.
Las partes tienen que consentir, convenir, en dejar sin efecto en todo o parte
un acto jurídico anterior. Las partes son, por cierto, las mismas que celebra-
ron el acto jurídico que por medio de la resciliación dejan sin efecto.
Un fallo sentó la doctrina de que “la resciliación debe hacerse y por ende
perfeccionarse con la misma solemnidad que las partes adoptaron al convenir
el contrato”477. (En el caso se trataba que las partes celebraron por escritura
pública un contrato de extracción de basuras, que es meramente consensual).
La Corte entendió que al
476
Ob. cit., T. II, pág. 147
477
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 93, sec. 1a, pág. 15.
260 RENÉ RAMOS PAZOS
haber pasado a ser solemne por voluntad de las partes “la resciliación de
dicho contrato debió hacerse también en forma solemne, es decir, con la
misma solemnidad que las partes adoptaron al convenir el contrato de
recolección, que fue el otorgamiento por escritura pública, porque en Derecho
las cosas se deshacen de la misma manera como se hacen, y al no cumplir con
la solemnidad elegida por el las mismas, la resciliación invocada por la
Municipalidad no se perfeccionó” (considerando 10).
No estamos de acuerdo con la conclusión del fallo. Las solemnidades son
de derecho estricto, y la ley no ha establecido ninguna para la resciliación, de
tal suerte que no aparece adecuado afirmar que en el caso resuelto tuviera
que otorgarse por escritura pública. El fundamento dado en el fallo -en
Derecho las cosas se deshacen de la misma manera como se hacen- nos
parece débil.
417. - Para que haya resciliación tiene que existir una obligación
pendiente.
Este requisito no aparece del artículo 1567, pero todos los autores lo exigen,
pues no hay que olvidar que la resciliación esun modo de extinguir
obligaciones, por lo que si no hay obligaciones que extinguir la resciliación no
tendría objeto.
La pregunta que cabe formularse es si las partes, en virtud del principio de
la autonomía de la voluntad, podrían dejar sin efecto un contrato que ya
estuviere cumplido. Nos parece que en ese caso no debe hablarse de
resciliación. Las partes para lograr lo que pretenden (dejar sin efecto el
contrato anterior) tendrían que celebrar un nuevo contrato igual al primero,
478
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 84, sec. 1a, pág. 76; Gaceta Jurídica N° 118, pág. 19, Gaceta
Jurídica 112, pág. 22.
De Las Obligaciones 261
pero en sentido contrario, vale decir, por ejemplo, si A le vendió una casa a B;
en el nuevo contrato B tendría que venderle la misma casa a A). En el mismo
sentido Albaladejo “el desligarse por mutuo disenso supone que el contrato
aún no se consumó, puesto que una vez consumado, les liga ya”. Y agrega:
“Ciertamente que incluso después de consumado, cabe mediante un nuevo
contrato inverso, restablecer el estado de cosas anterior al primero. Pero tal
cosa no es desligarse de este primer contrato por mutuo disenso, sino
simplemente celebrar un segundo contrato contrario”.479
En sentido contrario María José Naudon dell’Oro480 . Se funda en que “lo que
se rescilia no son las obligaciones que como bien se ha sostenido ya están
extinguidas, sino el contrato, es decir, su causa eficiente. De esta manera al
invalidarse el contrato por el consentimiento mutuo, como expresamente lo
permite el artículo 1545, se invalidarán con él las obligaciones, pues el efecto
que las partes pretenden es volver al estado anterior a la celebración, con el
límite que ya hemos señalado respecto de los terceros” (pág. 908). Agrega que
no es cierto que la resciliación sea un simple contrato al revés, pues “es una
convención absolutamente distinta, en ella las partes no se comprometen a
realizar las prestaciones del contrato que quieren resciliar en un sentido
contrario, sino se comprometen a exigirse las prestaciones mutuas, según los
artículos 1687 y siguientes, es decir, según las normas de la nulidad”.481
La opinión que se tenga sobre el punto no es intrascendente, porque si se
acepta la tesis tradicional y se trata, por ejemplo, de la resciliación de la
compraventa de un bien raíz, no procede hacer una nueva inscripción en el
Registro, sino simplemente cancelar la inscripción actual, con lo que revive la
anterior (artículo 728 inciso
1 o del Código Civil). En tanto que si se estima que hay un nuevo contrato en
sentido inverso al primero, será necesario practicar una nueva inscripción,
para que opere la tradición del derecho de dominio.
Podría sostenerse, sin embargo, que de aceptarse la tesis de María José
Naudón en su integridad tampoco sería necesario una nueva inscripción, pues
no se trataría de un nuevo contrato en sentido inverso, sino de una
convención en que las partes únicamente se obligan a realizar las
prestaciones mutuas necesarias para volver al estado anterior, igual a lo que
ocurre cuando un contrato se anula.
479
Manuel ALBALADEJO: Derecho Civil II, Derecho de Obligaciones, volumen primero, Librería Bosch,
Barcelona, 1980, págs. 471-472.
480
María José NAUDÓN DELL’ ORO: “La resciliación en los contratos cumplidos”, Revista Chilena de
Derecho, Facultad de Derecho Pontificia Universidad Católica de Chile, Vol. 25 N° 4, págs. 897 a 913.
481
Maria José Naudón, ob. cit., pág. 908.
262 RENÉ RAMOS PAZOS
El artículo 1567, al dar el concepto de resciliación, habla de que con ella las
partes consienten en dar por nula una obligación. Esto es un error. Para que
haya nulidad debe existir un vicio originario, esto es, existente al momento en
que se formó el consentimiento, ejemplo: fuerza, dolo, incapacidad, etc. En el
caso de la resciliación, el acto no nació viciado, luego no cabe hablar de
nulidad. Tampoco son las partes las que podrían declarar la nulidad de un
acto, sino la justicia. En definitiva, entonces, no es cierto que con la
resciliación las partes puedan dar por nula una obligación.
Lo que ha querido decir el 1567, es que con la resciliación las partes
acuerdan dejar sin efecto el acto. Eso es diferente.
Corrientemente se dice que la resciliación no opera retroactivamente, sino
hacia el futuro, y ello con el objeto de proteger a los terceros que pudieran
haber celebrado algún contrato sobre la cosa objeto del contrato resciliado.
Sin embargo, como observa Stitchkin, eso no es tan cierto, pues entre las
partes la resciliación tendrá los efectos que las partes hayan querido darle:
para el futuro o retroactivamente. Cuento aparte es que tal acuerdo no puede
afectar a los terceros.482
Por ello, y siguiendo a este autor, parece preferible tratar los efectos de la
resciliación distinguiendo entre: a) efectos entre las partes; y b) efectos
respecto de terceros.
La resciliación produce los efectos que las partes quieran atribuirle, rigiendo
en plenitud el principio de la autonomía de la voluntad. Por ello, si ellos
quieren atribuirle a su resciliación efecto retroactivo, no se ve inconveniente
en que así lo establezcan.
482
Ob. cit., T. II, pág. 149.
De Las Obligaciones 263
PÁRRAFO I
DE LA SOLUCIÓN O PAGO EFECTIVO
Esta forma de pago está tratada en el párrafo 1o del Título 14 del Libro IV,
artículos 1568 y siguientes.
Sin duda, es el más importante modo de extinguir las obligaciones. y por
ello es el primero que enumera el artículo 1567. Está definido en el artículo
1568 como “la prestación de lo que se debe”. De esta definición surge de
inmediato una importante consecuencia: el pago es un modo de extinguir
cualquier tipo de obligación, no sólo, como podría pensarse, aquellas de pagar
una suma de dinero. Si la obligación es pintar un cuadro, construir una casa o
tocar el piano, esas obligaciones serán pagadas, pintando el cuadro,
construyendo la casa o tocando el piano. En todos esos casos el deudor estará
prestando lo debido.
Otra consecuencia que deriva de la definición, es que todo pago supone
una obligación preexistente, civil o a lo menos, natural. Tanto es así que si
por error se paga una obligación inexistente, quien paga tiene derecho a
repetir (2295 inciso 1o). El artículo 2297 agrega que “se podrá repetir aun lo
que se ha pagado por error de derecho, cuando el pago no tenía por
fundamento ni aun una obligación puramente natural”.
El pago, se ha dicho, más que un modo de extinguir una obligación, es la
forma natural de cumplirla.
264 RENÉ RAMOS PAZOS
Luego no hay pago si por acuerdo de las partes, la obligación se satisface con
una cosa distinta de lo debido. En tal caso, estamos frente a una dación en
pago, como lo veremos más adelante.
El pago es una convención, esto es, un acto jurídico bilateral que extingue
obligaciones, celebrado entre el solvens que paga y el accipiens, que recibe el
pago. No es un contrato, porque no genera obligaciones. Como acto jurídico
que es, debe cumplir los requisitos generales de todo acto jurídico:
consentimiento, capacidad, objeto y causa.
Algunos discuten que sea una convención, porque si el deudor se resiste a
recibir el pago, se le puede pagar aun en contra de su voluntad, mediante el
pago por consignación. Esto se explica porque el deudor tiene el derecho a
liberarse de la obligación, tiene el derecho a pagar, y el acreedor no puede
impedirle que lo ejerza. Somarriva estima discutible que el pago sea un acto
jurídico. Es mejor -dice- aceptar la tesis de que es un hecho jurídico, como se
viene sosteniendo por algunos doctrinadores483 . Cuando la obligación es de
dar, se paga haciendo la correspondiente tradición. Por eso se suele decir que
la tradición es un pago. La tradición extingue la obligación de dar que se
generó en el título traslaticio de dominio.
Ello significa que debe hacerse “bajo todos respectos en conformidad al tenor
de la obligación...”, sin que pueda ser obligado el acreedor a recibir “otra cosa
que lo que se le deba ni aun a pretexto de ser de igual o mayor valor la
483
Ob. cit., comentario a sentencia N° 98, pág. 71.
De Las Obligaciones 265
lo que significa que “el deudor no puede obligar al acreedor a que reciba por
partes lo que se le deba, salvo el caso de convención contraria; y sin perjuicio
de lo que dispongan las leyes en casos especiales” (artículo 1591 inciso 1o).
Por excepción, se puede dividir el pago, en algunos casos:
a) Si así lo acuerdan las partes. En este caso “se entenderá dividido el pago
en partes iguales, a menos que en el contrato se haya determinado la
parte o cuota que haya de pagarse a cada plazo” (artículo 1593);
b) En las obligaciones simplemente conjuntas o mancomunadas en que
cada deudor sólo está obligado a pagar su cuota (artículos 1511 y 1526);
c) En las deudas hereditarias se divide el pago entre los herederos a
prorrata de sus cuotas hereditarias (1354 inciso 1o);
d) Cuando existen varios fiadores, la deuda se entiende dividida entre ellos
por partes iguales. Es lo que se denomina beneficio de división (2367);
e) Cuando existe controversia sobre la cantidad de la deuda, o sobre sus
accesorios, podrá el juez ordenar, mientras se decide la cuestión, el
pago de la cantidad no disputada (artículo 1592);
f) Cuando las partes son recíprocamente deudores y acreedores, puede
operar el modo de extinguir compensación, en cuya virtud se extinguen
ambas deudas hasta la de menor valor, lo que viene a importar una
especie de pago parcial. Volveremos sobre este punto cuando veamos
este modo de extinguir, y
g) En los casos en que el deudor esté constituido en quiebra, y sus bienes
no alcancen para cubrir la totalidad del pasivo, el síndico hará pagos
parciales a los distintos acreedores a prorrata de sus créditos, salvo que
exista alguna causal especial de preferencia.
Esta materia la trata el código en el párrafo 2o del Título 14, artículos 1572 al
1575.
Pueden hacer el pago:
266 RENÉ RAMOS PAZOS
a) El deudor;
b) Un tercero interesado en extinguir la obligación, y
c) Un tercero extraño a la obligación.
1) Pago hecho por el representante legal del deudor. Ello porque, según el
artículo 1448, “lo que una persona ejecuta a nombre de otra estando
facultado por ella o por la ley para representarla, produce respecto del
representado, los mismos efectos que si hubiere contratado él mismo”.
En relación con lo que se viene diciendo, debe recordarse que el artículo
671 en su inciso 2o del Código Civil, señala que “pueden entregar y
recibir a nombre del dueño sus mandatarios o sus representantes
legales”; y agrega en el inciso final que “la tradición hecha por o a un
mandatario debidamente autorizado se entiende hecha por o a el
respectivo mandante”;
2) Pago hecho por un mandatario del deudor (artículos 1448 y 671, en la
tradición), y
3) Pago hecho por un heredero del deudor. Esto porque en conformidad al
artículo 1097 del Código Civil, los herederos “representan a la persona
del testador para sucederle en todos sus derechos y obligaciones
trasmisibles”.
Hay personas que no siendo los deudores tienen un directo interés en el pago
de la deuda. Estos son:
1) El codeudor solidario;
2) El fiador, y
3) El tercer poseedor de la finca hipotecada.
del acreedor a quien paga, pasando a ocupar su lugar frente a los otros
codeudores solidarios, para cobrarles a cada uno su cuota. Ya sabemos
que si el deudor solidario que paga no tenía interés en la obligación se
le considera fiador y en tal caso se subroga en los derechos del acreedor
pudiendo dirigirse por el total en contra de cualquiera de los otros
codeudores solidarios interesados en la obligación (artículos 1522; 1610
N° 3; 2372);
4) Pago hecho por un fiador. También el fiador que paga se subroga en los
derechos del acreedor a quien paga (1610 N° 3), y
5) El tercer poseedor de la finca hipotecada. Se entiende por tercer
poseedor de la finca hipotecada, el poseedor del inmueble hipotecado
que no está obligado personalmente al pago de la deuda. Esta situación
se da en dos casos:
a) Cuando se hipoteca un bien propio para garantizar una obligación
ajena, y
b) Cuando se adquiere un inmueble hipotecado.
Según artículo 1572 “puede pagar por el deudor cualquiera persona a nombre
del deudor, aun sin su conocimiento o contra su voluntad y aun a pesar del
acreedor” (inciso 1o).
La ley acepta que un tercero no interesado pueda pagar por varias razones:
a) Porque desde el punto de vista del acreedor, lo que le interesa es que le
paguen, no le importa que lo haga el deudor o un tercero, y
b) Porque a la sociedad misma le interesa que las deudas se paguen, que
exista el menor número de personas obligadas.
Se ha resuelto que el pago que hace un tercero por el deudor, aun a pesar
del acreedor, no está sujeto a formalidades especiales y puede hacerse en las
mismas condiciones que lo haría el deudor484 . Somarriva comenta
favorablemente este fallo señalando que “la sentencia está en la razón”, pues
484
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 6o, sec. 1º, pág. 58.
268 RENÉ RAMOS PAZOS
Los efectos que de cada uno de estos pagos siguen son diferentes, como se
pasa a explicar.
El que paga en este caso se subroga en los derechos del acreedor a quien
paga. Así lo establece el artículo 1610 N° 5o del Código Civil.
En el fondo, esta persona viene a ser un verdadero mandatario del deudor,
y por la misma razón va a tener dos acciones para poder resarcirse de lo que
pagó:
485
Ob. cit., comentario a sentencia N° 69, pág. 69.
De Las Obligaciones 269
De acuerdo al artículo 1573, “el que paga sin el conocimiento del deudor no
tendrá acción sino para que éste le reembolse lo pagado; y no se entenderá
subrogado por la ley en el lugar y derechos del acreedor, ni podrá compeler al
acreedor a que le subrogue”. No hay entonces en este caso subrogación legal.
Sólo podría haber subrogación convencional, si el acreedor a quien pagó, le
subroga voluntariamente en sus derechos (artículo 1611).
Así las cosas -y salvo la posibilidad de esta subrogación convencional- el
tercero que paga sólo va a tener acción de reembolso en contra del deudor,
acción propia de la gestión de negocios ajenos. No tiene esta acción de
reembolso ninguna de las ventajas y prerrogativas del crédito antiguo.
El artículo 1574 regula esta situación, en los siguientes términos: “...el que
paga contra la voluntad del deudor, no tiene derecho para que el deudor le
reembolse lo pagado, a no ser que el acreedor le ceda voluntariamente su
acción”.
Esta persona que paga por otra, sin poder, es un verdadero agente oficioso.
Y esto es importante, porque el código al tratar de la agencia oficiosa, artículo
2291, dice una cosa distinta a lo que establece el artículo 1574. Según el 2291,
“el que administra un negocio ajeno contra la expresa prohibición del
interesado, no tiene demanda contra él, sino en cuanto esa gestión le hubiere
sido efectivamente útil, y existiere la utilidad al tiempo de la demanda, por
ejemplo, si de la gestión ha resultado la extinción de una deuda, que sin ella
hubiera debido pagar el interesado” (inciso 1o).
La contradicción entre las dos normas es evidente: según el 1574, no hay
acción de repetición; según el 2291, si el pago fue útil al deudor (es decir si
extinguió la obligación) hay acción de repetición.
486
Sentencia Revista de Derecho y Jurisprudencia. T. 98, sec. 3", pág. 83, reconoce validez al pago
hecho por un tercero con el consentimiento del deudor.
270 RENÉ RAMOS PAZOS
487
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 39, Primera Parte, pág. 100.
488
Ob. cit., T. II, págs. 160-161.
De Las Obligaciones 271
la cosa pagada es fungible -ya sabemos que el código confunde fungible con
consumible- y el acreedor la ha consumido de buena fe, se valida el pago,
aunque haya sido hecho por el que no era dueño, o no tuvo facultad de
enajenar”.
La exige el artículo 1575 inciso 2o: “Tampoco es válido el pago en que se debe
transferir la propiedad, sino en cuanto el que paga tiene la facultad de
enajenar”.
El pago efectuado por el que no tiene capacidad de disposición adolece de
nulidad relativa, porque se ha omitido un requisito exigido por la ley en
consideración al estado o calidad de las personas que lo ejecutan (artículo
1682). Ahora, si quien hizo el pago es absolutamente incapaz, la nulidad será
absoluta (1682 inciso 2o).
Este requisito lo exige el artículo 679: “Si la ley exige solemnidades especiales
para la enajenación, no se transfiere el dominio sin ellas”. Así ocurre si lo que
se debe pagar es un derecho inmueble que exige inscripción en el
Conservatorio de Bienes Raíces (artículo 686).
Regla esta materia el párrafo 3o del Título 14, artículos 1576 al 1586. Es muy
importante pagar a quien corresponde porque si se paga mal, el deudor no
queda liberado de la obligación. “El que paga mal paga dos veces”, reza el
viejo aforismo.
El artículo 1576 indica a quién debe hacerse el pago:
De acuerdo al artículo 1576, “para que el pago sea válido debe hacerse o al
acreedor mismo (bajo cuyo nombre se entienden todos los que le hayan
sucedido en el crédito, aun a título singular)...”. Luego vale el pago que se
hace al acreedor, al heredero del acreedor (artículos 951 y 1097); al legatario
del crédito (artículo 1127) o al cesionario del crédito (artículos 1902 al 1905).
272 RENÉ RAMOS PAZOS
Ello se explica porque el pago es un acto jurídico bilateral, que requiere que
ambas partes sean capaces.
La sanción si se paga a un incapaz va a ser la nulidad relativa, a menos que
se haya pagado a un absolutamente incapaz, en que será nulidad absoluta
(artículo 1682). Como es nulidad relativa, puede sanearse de acuerdo a las
reglas generales.
Sin embargo, el pago va a ser válido si quien lo hizo prueba que fue útil al
acreedor y en cuanto se justifique este hecho con arregloal artículo 1688, vale
decir, probando que el acreedor se hizo más rico, entendiéndose que es así
cuando las cosas pagadas le hubieren sido necesarias o si no lo fueron,
subsistan y se quisiere retenerlas. En definitiva, valdrá el pago probando que
lo pagado le sirvió al acreedor, que no malgastó lo recibido.
Código Civil: “...se puede pedir la tradición de todo aquello que se deba, desde
que no haya plazo pendiente para su pago; salvo que intervenga decreto
judicial en contrario”.
Se ha fallado que para que se produzca este efecto tanto el embargo como
la retención deben notificarse al deudor. De no ocurrir así el pago sería
válido.489
1) Representantes legales;
2) Judiciales, y
3) Convencionales.
489
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 6, sec 2a, pág. 40; T. 21, sec. 1a, pág. 583. Sobre esta
materia: Véase Somarriva: Obligaciones y contratos ante la jurisprudencia, comentario a sentencia 95, pág.
70.
274 RENÉ RAMOS PAZOS
Vale el pago que se hace a la persona designada por el juez para recibirlo
(artículos 1576 y 1579). Puede ser el caso de que exista una medida
precautoria de secuestro (artículos 290, 291 del Código de Procedimiento
Civil).
Este mandatario puede incluso ser relativamente incapaz. Así lo dice el 1581,
que no hace más que aplicar la regla del artículo 2128. El mandato para recibir
el pago puede revestir tres modalidades:
490
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 29, sec. 1a, pág. 611.
De Las Obligaciones 275
El artículo 1576 inciso 2o regula esta situación: “.. .el pago hecho de buena fe a
la persona que estaba entonces en posesión del crédito, es válido, aunque
después aparezca que el crédito no le pertenecía”. El caso más corriente es el
pago hecho al heredero a quien se concedió la posesión efectiva; o al legatario
del crédito. Abeliuk señala además el caso del cesionario del crédito, si
después se anuló la cesión de créditos.
Los requisitos de la norma son dos: que el que recibe el pago se encuentre
en posesión del crédito (la norma tiene importancia porque es la única que
habla de la posesión de un derecho personal); y que el que paga lo haga de
buena fe, entendiendo que está pagando al dueño del crédito. La buena fe se
presume. Este es un caso de aplicación de la teoría de la apariencia o del error
común.
491
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 22, sec. 1a, pág. 674.
276 RENÉ RAMOS PAZOS
El párrafo 4o del Título XIV del Libro IV, artículos 1587 al 1589, trata de esta
materia.
Este aspecto del pago es importante, porque el deudor cumplirá su
obligación pagando en el lugar que corresponde, sin que se le pueda exigir
que lo haga en otro lugar. Y, recíprocamente, el acreedor no puede ser
obligado a recibir el pago en un lugar diferente. Esto último queda probado en
el caso del pago por consignación en que para que la oferta sea válida se
requiere “que se ofrezca ejecutar el pago en el lugar debido” (1600 N° 4).
Las reglas sobre el lugar en que debe hacerse el pago son las siguientes:
492
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 5, sec. 2a, pág. 140.
493
Las Obligaciones y Contratos ante la Jurisprudencia, sentencia 104, pág. 74.
494
En el mismo sentido, Abeliuk, ob. cit.,T. II, N°623, pág. 517; Stitchkin, ob. cit., T. II, N° 100, pág.
191.
495
Stitchkin ob. cit. N° 100, pág. 191.
De Las Obligaciones 277
El código trata de esta materia en el párrafo V del Título XIV del Libro IV:
“Cómo debe hacerse el pago”.
La idea central es la establecida en el artículo 1569: “...el pago se hará bajo
todos los respectos en conformidad al tenor de la obligación; sin perjuicio de
lo que en casos especiales dispongan las leyes” (inciso 1o). La misma norma
agrega que “el acreedor no podrá ser obligado a recibir otra cosa que lo que se
le deba ni aun a pretexto de ser de igual o mayor valor la ofrecida” (inciso 2o).
Además, recordemos, el pago debe ser total y no se puede dividir, salvo las
excepciones ya mencionadas (1591).
Precisado lo anterior, para saber cómo se hace el pago deberá estarse a la
naturaleza de la obligación de que se trate. Y entonces podemos distinguir:
Esta situación está tratada en el artículo 1594: “Cuando concurran entre unos
mismos acreedor y deudor diferentes deudas, cada una de ellas podrá ser
satisfecha separadamente; y por consiguiente el deudor de muchos años de
una pensión, renta o canon podrá obligar al acreedor a recibir el pago de un
año, aunque no le pague al mismo tiempo los otros”.
De acuerdo al artículo 1698 del Código Civil, la prueba del pago corresponde
al deudor. Para ello puede valerse de todos los medios de prueba legales, con
las limitaciones que para la prueba de testigos establecen los artículos 1708 y
De Las Obligaciones 279
PÁRRAFO II
DEL PAGO POR CONSIGNACIÓN
Constituye una modalidad del pago, reglada el párrafo 7º del Título XIV,
artículos 1598 al 1607.
Del artículo 1599 se desprende que es el que se hace con las formalidades
legales, mediante el depósito de la cosa debida en manos de una tercera
persona, en los casos de negativa o no concurrencia del acreedor a recibirlo o
de incertidumbre acerca de la persona de éste.
Es sabido que el pago es una convención, lo que significa que se
perfecciona por el acuerdo de voluntades de deudor y el acreedor. Sin
embargo, esta característica se altera en el pago por consignación. Ello se
explica porque el deudor tiene el derecho a pagar, derecho que no podría
ejercer si el acreedor se niega a aceptar el pago o no concurre a recibirlo o si
existe incertidumbre acerca de la persona del acreedor. Por ello, el artículo
1598 expresa que “para que el pago sea válido, no es menester que se haga
con el consentimiento del acreedor, el pago es válido aun contra la voluntad
del acreedor, mediante la consignación”.
Manuel Albaladejo precisa que el deudor más que el derecho a pagar tiene
el derecho a liberarse del vínculo obligatorio, lo que se demuestra por el
hecho de que éste se puede extinguir por otras razones, como, por ejemplo, la
remisión de la deuda.496
496
Derecho Civil II, “Derecho de Obligaciones ”, volumen primero, Librería Bosch, Barcelona, 1980,
pág. 120.
De Las Obligaciones 281
a) La oferta;
b) La consignación propiamente tal, y
c) La declaración de suficiencia del pago.
469. - La oferta.
El artículo 1600 señala que “la consignación debe ser precedida de una
oferta”.
497
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 60,2a parte, sec. 2a, pág. 48. Somarriva, Las obligaciones y
los contratos ante la jurisprudencia, comentario a la sentencia 108.
282 RENÉ RAMOS PAZOS
justicia.
Decimos que es formal, porque debe cumplir determinados requisitos de
forma y de fondo que establece el artículo 1600 y que examinamos en el
punto anterior.
Hay situaciones en que, por excepción, se puede pagar por consignación sin
que preceda oferta. Así ocurre en los siguientes casos:
498
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 45, sec. 1a, pág. 597, T. 44, sec. 1a, pág. 288.
499
Somarriva, ob. cit., comentario a sentencia N° 103, págs. 74.
284 RENÉ RAMOS PAZOS
siguiente: la consignación.
477. - La consignación.
500
ABELIUK, ob. cit., T. II, N° 644, pág. 535.
501
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 28, sec. 2a, pág. 63; T. 32, sec. 1a, pág. 376.
286 RENÉ RAMOS PAZOS
De acuerdo al artículo 1603 inciso 2o, ”La suficiencia del pago por
consignación será calificada en el juicio que corresponda promovido por el
deudor o por el acreedor ante el tribunal que sea competente según las reglas
generales”.
En conformidad a esta norma, tanto el deudor como el acreedor pueden
demandar la declaración de suficiencia del pago. Este juicio no tiene por qué
ser un pleito cuyo objeto específico sea obtener esta declaración. Cualquier
juicio en que se discuta el incumplimiento (resolución; ejecutivo de
cumplimiento, etc.) es suficiente.
Sobre este punto, es importante precisar que lo corriente va a ser que
demande el acreedor, en razón de lo establecido en el inciso 3o del artículo
1603: “.. .sin embargo, si el acreedor no prueba, dentro del plazo de 30 días
hábiles contados desde la fecha en que haya sido notificado de la
consignación, la circunstancia de existir juicio en el cual deba calificarse la
suficiencia del pago, el juez que ordenó dicha notificación lo declarará
suficiente, a petición del deudor, y ordenará alzar las cauciones, sin más
trámite. Las resoluciones que se dicten en virtud de este inciso serán
apelables sólo en el efecto devolutivo”. El inciso 4o agrega que “no obstante, el
juez podrá prorrogar hasta por 30 días el plazo establecido en el inciso
anterior si por causas ajenas a la voluntad del acreedor no ha sido posible
notificar al deudor”. No dice el código que esta prórroga sea de días hábiles,
por lo que podría entenderse, de acuerdo al artículo 50, que serían días
corridos. No nos parece que sea así, pues al tratarse de una prórroga de un
plazo de días hábiles, parece razonable entender que la prórroga tenga el
mismo carácter.
Se ha resuelto que para la validez del pago por consignación, es requisito
la calificación de suficiencia del mismo.503
a) En el caso que se acaba de señalar, del artículo 1603 inciso 3o, en que va
a ser competente para hacer la declaración de suficiencia del pago, el
que ordenó la notificación, y
502
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 37, sec. 1a, pág. 549.
503
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 67, sec. 2a, pág. 24.
De Las Obligaciones 287
Son de cargo del acreedor. Así lo dispone el artículo 1604: “Las expensas de
toda oferta y consignación válidas serán a cargo del acreedor”.
PÁRRAFO III
DEL PAGO CON SUBROGACIÓN
504
C. Suprema, 21 de enero de 2003. Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 100,sec. 1a, pág. 7.
De Las Obligaciones 289
Pothier sostenía que en el pago por subrogación existe una cesión de derechos
ficticia. La verdad es que las dos figuras sea semejan, pues en ambas se
produce un cambio en el titular del crédito. Sin embargo, hay entre ellas
diferencias importantes, siendo la fundamental el que la cesión de derechos
importa una especulación y la subrogación un pago. En efecto, el cesionario
pretende hacer un negocio, comprando el crédito barato y cobrándolo en su
integridad. No ocurre lo mismo en la subrogación, en que el tercero que paga
sólo cobrará lo que pagó. Constituye únicamente una garantía para el que
paga, pues subsisten las acciones, derechos, privilegios, prendas e hipotecas
del crédito pagado.507
En efecto, va a tener el mismo crédito del acreedor a quien pagó, con sus
acciones, garantías y privilegios. Pero también podrá hacer uso de las
acciones que deriven de la vinculación que él pueda tener con el deudor. Así
por ejemplo, podría ser fiador, y tendrá las acciones de la fianza; si paga con
el consentimiento del deudor, será su mandatario y tendrá las acciones
propias del mandante; si paga sin la voluntad del deudor, será su agente
oficioso, y tendrá las acciones que en tal carácter le competen, etc.
505
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 17 sec. 1a, pág. 542. Véase también Revista de Derecho y
Jurisprudencia, T. 94 sec. 1a, pág. 94.
506
Abeliuk, ob. cit., T. II, N° 652, pág. 542.
507
Véase CLARO SOLAR, T. XII, N°s. 1505 al 1515, págs. 211 a 227.
290 RENÉ RAMOS PAZOS
Opera por el solo ministerio de la ley. Así lo dice al artículo 1610, “se efectúa
la subrogación por el ministerio de la ley y aun contra la voluntad del
acreedor, en todos los casos señalados por las leyes, y especialmente a
beneficio...”.
508
Somarriva, Tratado de las Cauciones, N° 415; Arturo Alessandri, Del traspaso del Derecho de
Hipoteca en el pago con subrogación, T. 21, Primera Parte, pág. 5, en que comenta la sentencia publicada en
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. XXI, segunda parte, sec. 1a, pág. 146; David Stitchkin, ob. cit., T. II,
N° 184, págs. 216-217; Luis Claro Solar, T. XII, N° 1579, pág. 278; Abeliuk, ob. cit., T. II, N° 672, págs.
559-560.
509
Revista de Derecho y Jurisprudencia T. XXI, sec. 1a, pág. 146.
510
Ob. cit. T. 12, N° 1579, págs. 277 y siguientes. Posteriormente, la Corte Suprema tomó el buen
camino (T. XXVI, sec. 2a, pág. 43).
292 RENÉ RAMOS PAZOS
“Del heredero beneficiario que paga con sus propios dineros las deudas de la
herencia”. Heredero beneficiario es el que goza del beneficio de inventario,
que según el artículo 1247,“consiste en no hacer a los herederos que aceptan
responsables de las obligaciones hereditarias y testamentarias, sino hasta
concurrencia del valor total de los bienes que han heredado”.
Se trata entonces de que este heredero que goza de beneficio de inventario
paga más allá de lo que le corresponde. En tal caso, se subroga por este
exceso, en los derechos del acreedor a quien paga, para cobrarlo a los demás
herederos.
“Del que ha prestado dinero al deudor para el pago, constando así en escritura
pública del préstamo, y constando además en escritura pública del pago
haberse satisfecho la deuda con el mismo dinero”. Este caso se diferencia de
los anteriores, en que quien se subroga no es el que pagó una deuda ajena,
sino quien le prestó dinero al deudor para que pagara la deuda. Los franceses
le llaman “subrogación consentida por el deudor”, y lo clasifican como
subrogación convencional. En Chile, es un caso de subrogación legal, porque
así lo establece el artículo 1610 N° 6.
Intervienen el acreedor, el deudor y el tercero que presta el dinero para el
pago y que es quien se subroga en los derechos del acreedor pagado.
Para que opere este caso de subrogación deben concurrir los siguientes
requisitos:
1. Que el tercero preste dineros al deudor para que pague;
512
Ver Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 98, sec. 1a, pág. 94.
De Las Obligaciones 295
513
Stitchkin, ob. cit. N° 208, págs. 232-233.
514
Ob. cit., T. 12, N° 1562, pág. 263.
296 RENÉ RAMOS PAZOS
Los efectos de la subrogación legal o convencional son los mismos y son los
indicados en el artículo 1612: “La subrogación, tanto legal como convencional,
traspasa al nuevo acreedor todos los derechos, acciones, privilegios, prendas
e hipotecas del antiguo, así contra el deudor principal, como contra
cualesquiera terceros, obligados solidaria o subsidiariamente a la deuda”. Y el
515
Cit. por Claro Solar, ob. cit., T. 12, pág. 265.
De Las Obligaciones 297
Nos asisten dudas de que ello sea así, pues lo que se traspasa es el crédito,
no el contrato. Sin embargo, si se piensa que si al acreedor no se le hubiere
pagado la obligación que deriva de un contrato bilateral, él podía demandar la
resolución, no se ve por qué este tercero no podría también hacerlo, desde
que pasa a ocupar su lugar.
Se ha fallado que el tercero que paga a la Caja de Crédito hipotecario y que
se subroga en sus derechos no puede cobrar el interés del 2% mensual que esa
institución está por ley autorizada a cobrar518 . Esta doctrina fue confirmada
por la Corte Suprema en sentencia publicada en el T. 23 sec. 1a, pág. 25. Según
516
Abeliuk, ob. cit., T. II, pág. 558.
517
Ob. cit., T. II N° 670, pág. 558.
518
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 16, sec. 1a, pág. 62.
298 RENÉ RAMOS PAZOS
519
Revista de Derecho y Jurisprudencia,T. 16, sec. 1a, pág. 62.
520
Las obligaciones y los contratos ante la jurisprudencia, sentencia 115, págs. 79- 80. El asunto es bien
discutible, y hay una sentencia posterior, de la Corte de Temuco, en sentido contrario (T. 35, sec. 2a, pág. 68).
De Las Obligaciones 299
PÁRRAFO IV
PAGO CON CESIÓN DE BIENES O POR
ACCIÓN EJECUTIVA DEL ACREEDOR O ACREEDORES
Esta materia está tratada en el párrafo 9o del Título XIV del Libro IV, artículos
1614 al 1624. Dentro de este párrafo hay dos materias diferentes:
521
Claro Solar, ob. cit., T. XII, N° 1581, págs. 282-283.
300 RENÉ RAMOS PAZOS
505. - Características.
\
506. - Requisitos.
Los requisitos para que opere la cesión de bienes son los siguientes:
507. - Procedimiento.
PÁRRAFO V
PAGO CON BENEFICIO DE COMPETENCIA
Trata de esta modalidad del pago el párrafo 10 del Título XIV del Libro IV,
artículos 1625 al 1627.
Según el artículo 1625: “Beneficio de competencia es el que se concede a
ciertos deudores para no ser obligados a pagar más de lo que buenamente
puedan, dejándoseles en consecuencia lo indispensable para una modesta
subsistencia, según su clase y circunstancias, y con cargo de devolución
cuando mejoren de fortuna”.
Como se puede ver, la finalidad de esta institución es no dejar al deudor en
la absoluta indigencia.
o ascendientes;
4 A sus consocios en el mismo caso; pero sólo en las acciones recíprocas
o
prometida;
6 Al deudor de buena fe que hizo cesión de bienes y es perseguido en los
o
512. - Características.
PÁRRAFO VI
DE LA DACIÓN EN PAGO
522
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 95, sec. 2a, pág. 65.
523
Hernán Barrios Caro y Gabriel Valls Saintis, “Teoría General de la Dación en Pago”, Memoria de
prueba, Editorial Jurídica de Chile, 1961.
524
Las obligaciones y los contratos ante la jurisprudencia, sentencia 119, págs. 81-82.
525
Revista de Derecho y Jurisprudencia 93, sec. 1a, pág. 94.
De Las Obligaciones 305
526
Así lo resolvió la Corte Suprema en sentencia publicada en el T. 35, sec. 1a, pág. 12 y posteriormente
en sentencia publicada en T. 40, sec. 1a, pág. 351. Somarriva comentando la primera de estas sentencias
(Obligaciones y Contratos ante la Jurisprudencia, sentencia 119, págs. 81 -82) expresa que le parece
perfectamente ajustada a derecho.
527
Ob. cit., T. II, N° 713, pág. 588.
528
Ob. cit., N° 32, págs. 48 a 50.
306 RENÉ RAMOS PAZOS
Según los que sustentan esta tesis, el deudor está vendiendo al acreedor el
objeto dado en pago. El precio de esta compraventa, que el acreedor debe
pagar al deudor, se compensaría con la obligación que el deudor tenía en
favor del acreedor. Por tratarse de una venta, el deudor estaría respondiendo
del saneamiento de la cosa vendida, como corresponde a todo vendedor.
Sigue esta tesis Pothier.
Se la critica porque es artificiosa. Jamás ha estado en la mente de las
partes celebrar un contrato de compraventa. Además, tiene el inconveniente
de limitar la dación en pago únicamente a las obligaciones de pagar una suma
de dinero, pues el precio de la compraventa tiene necesariamente que
estipularse en dinero (artículo 1793). Se contrargumenta diciendo que en este
caso puede considerarse la operación no como una venta, sino como una
permuta.529
Por otra parte, si la dación en pago es compraventa, no podría haberlas
entre marido y mujer (artículo 1796), lo que sería contrario a los artículos
1763 y 1792-22, en que justamente se establecen casos de daciones en pago
entre cónyuges.
Esta tesis ha sido rechazada siempre por la jurisprudencia:
En todo caso es útil consignar que la dación en pago presenta semejanzas
con la compraventa, que a veces hace sea difícil diferenciarlas y ello no es un
problema menor, pues las consecuencias jurídicas que se siguen según sea
compraventa o dación en pago son diferentes. Como explica Hernán Larraín
Ríos, “determinar si un acto es dación en pago o es una compraventa es una
cuestión que tienen que resolver, en el caso concreto sometido a su decisión
los jueces de la causa; será menester analizar el contexto del contrato, la
intención de los contratantes, etc.”.530
529
G. Marty, ob. cit., pág. 29.
530
Hernán LARRAÍN RÍOS : Teoría General de las Obligaciones, LexisNexis-ConoSur, 2p02, pág. 381.
De Las Obligaciones 307
Es la opinión seguida por autores como Colin y Capitant y, entre nosotros, por
Abeliuk537 y Barrios y Valls.538
Nos parece que decir que la dación en pago es una figura autónoma, no
soluciona ningún problema. Para nosotros es una modalidad de pago, como lo
sugiere su propio nombre y la consecuencia de ello es que se le deben aplicar
las reglas del pago, en la medida que ello no sea contrario a su propia
naturaleza.
Barrios y Valls afirman, según se acaba de señalar, que la dación en pago es
531
Ob. cit., pág. 346.
532
Ob. cit., T. XII, N° 1672, págs. 366 y siguientes.
533
Ob. cit., págs. 25 y siguientes.
534
MARTY, ob. cit., pág. 29.
535
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 35, sec. 1a, pág. 12.
536
Las obligaciones y los contratos ante la jurisprudencia, comentario a sentencia N° 119, págs. 81-82.
537
Ob. cit.. T. II, N° 707, pág. 584.
538
Ob. cit., N° 19, pág. 36.
308 RENÉ RAMOS PAZOS
una figura autónoma. Pero agregan que “deben aplicarse a la dación en pago
las reglas y principios que rigen el pago”. “.. .en razón de los rasgos comunes
que presentan”.539
Esto quiere decir que las partes deben tener la intención compartida de
extinguir de esta manera la obligación.
539
Ob. cit., N° 19, págs. 36-37.
De Las Obligaciones 309
Produce los mismos efectos del pago, esto es, extinguir la obligación con sus
accesorios. Si es parcial, subsistirá en la parte no solucionada.
contrario sensu), y
c) En el mismo contrato anterior, pero antes de los 30 días las partes
acuerdan cambiar la cosa debida, obligándose el deudor a entregar un
avión en vez del automóvil. Se está cambiando una obligación por otra.
Hay sustitución de una obligación a otra que queda por tanto
extinguida. Esta figura constituye, como pronto lo veremos, una
novación objetiva por cambio de objeto (artículo 1628).
PÁRRAFO VII
DE LA NOVACIÓN
Ello es así porque produce el doble efecto de generar una obligación nueva
(contrato) y de extinguir una obligación anterior (convención extintora de
derechos y obligaciones).
queda libre...”.
1647, primera parte, 1648, 1649 y 1650, una serie de casos en que por no
haber diferencias esenciales, no hay novación. Veámoslos en los párrafos
siguientes.
El artículo 1648 establece que “la simple mutación de lugar para el pago
dejará subsistentes los privilegios, prendas e hipotecas de la obligación y la
responsabilidad de los codeudores solidarios y subsidiarios, pero sin nuevo
gravamen”.
540
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 2, sec. 1ª, pág. 217.
De Las Obligaciones 313
Así lo establece el artículo 12 de la ley N° 18.092, inciso 1o: “.. .el giro,
aceptación o transferencia de una letra no extinguen, salvo pacto expreso, las
relaciones jurídicas que les dieron origen, no producen novación”. Ya la Corte
Suprema había dicho que no había novación si el acreedor acepta letras de
cambio que tienen por único objeto facilitar el pago de la deuda.542
541
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 2, sec. 1a, pág. 217. Véase también T. 94, sec. 2a, pág. 119.
542
Revista de Derecho y Jurisprudencia,T. 37, sec. 1a, pág. 520.
543
Revista de Derecho y Jurisprudencia,T. 21, sec. 2a, pág. 461.
314 RENÉ RAMOS PAZOS
Está establecido este requisito en el artículo 1634: “Para que haya novación,
es necesario que lo declaren las partes, o que aparezca indudablemente, que
su intención ha sido novar, porque la nueva obligación envuelve la extinción
de la antigua” (inciso 1o). “Si no aparece la intención de novar, se mirarán las
dos obligaciones como coexistentes, y valdrá la obligación primitiva en todo
aquello en que la posterior no se opusiere a ella, subsistiendo en esa parte los
privilegios y cauciones de la primera” (inciso 2o).
De esta disposición se desprende que no es necesario que este ánimo se
544
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 41, sec. 1a, pág. 150.
545
Revista de Derecho y Jurisprudencia,T. 8, sec. 1a pág. 288
546
Revista de Derecho y Jurisprudencia,T. 22, sec. 1a, pág. 388.
547
Ob. cit., comentario a sentencia 124, pág. 85.
De Las Obligaciones 315
548
Fallos del Mes N° 449, sentencia 12, pág. 598.
316 RENÉ RAMOS PAZOS
549
Véase Abeliuk, ob. cit., T. II, N° 1138, pág. 932.
318 RENÉ RAMOS PAZOS
Así lo establece el artículo 1644: “En los casos y cuantía en que no pueda
tener efecto la reserva, podrán renovarse las prendas e hipotecas; pero con las
mismas formalidades que si se constituyesen por primera vez, y su fecha será
la que corresponda a la renovación”.
Esta norma nos parece absolutamente de más, pues es evidente que las
partes en virtud del principio de la autonomía de la voluntad pueden
establecer estas nuevas cauciones.
PÁRRAFO VIII
DE LA COMPENSACIÓN
559. - Definición.
550
Somarriva, Tratado de las Cauciones, pág. 305, Claro Solar, ob. cit., T. 12, Nº 1732, pág. 431.
320 RENÉ RAMOS PAZOS
a) Legal;
b) Convencional, y
c) Judicial.
Para que opere la compensación legal deben cumplirse varios requisitos que
iremos analizando en los números siguientes.
564. - Que ambas deudas sean de dinero o de cosas fungibles o
indeterminadas de igual género y calidad (1656 N° 1).
Este requisito tiene por objeto que exista perfecta equivalencia en el objeto de
ambas obligaciones. Por ello permite la compensación de cosas fungibles, es
decir, de cosas que tienen el mismo poder liberatorio.
Las obligaciones de especie o cuerpo cierto no se pueden compensar,
porque sólo se pueden cumplir entregando la especie o cuerpo cierto debido.
No debe olvidarse que el pago debe hacerse conforme al tenor de la
obligación, no pudiendo ser obligado el acreedor a recibir otra cosa que la
debida (artículo 1569).
Esta última disposición establece que “para que haya lugar a la compensación
es preciso que las dos partes sean recíprocamente deudoras” (inciso 1o).
No basta con que sean deudores y acreedores recíprocos. La ley es más
exigente: requiere que sean deudores personales y principales. Consecuencia
de ello es:
inciso 2o, “la sociedad forma una persona jurídica distinta de los socios indivi-
dualmente considerados”.
Así lo establece el artículo 1661 inciso 1o: “La compensación no puede tener
lugar en perjuicio de los derechos de un tercero” (inciso 1o). Y agrega: “Así
embargado un crédito, no podrá el deudor compensarlo, en perjuicio del
embargante, por ningún crédito suyo adquirido después del embargo” (inciso
551
Revista Fallos del Mes N°452, sentencia 5, pág. 1350. Considerando 5o. Sobre el mismo tema y en el
mismo sentido, C. Suprema 28 de abril de 2005, Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 102, sec. 5a, pág.
429
324 RENÉ RAMOS PAZOS
2o).
Cabe agregar que el artículo 61 de la Ley de Quiebras prohíbe compensar
los créditos adquiridos contra el fallido con posterioridad a la declaración de
quiebra. Luego el acreedor del fallido debe enterar a la masa lo que él debe y
verificar su crédito igual que cualquier otro acreedor.
PÁRRAFO IX
DE LA REMISIÓN
576. -Definición.
552
Ob. cit., T. XII, N° 1770, pág. 470.
553
Ob. cit., N° 703, pág. 438.
326 RENÉ RAMOS PAZOS
La remisión por acto entre vivos está sujeta en todo a las reglas de las
donaciones entre vivos y requiere de insinuación en los casos en que ésta la
necesita. La que hace una persona en su testamento importa un legado de
condonación al deudor (artículo 1127).
554
Ob. cit., T. XII, N° 1771, pág. 472. En el mismo sentido, Germán MARTÍNEZ BUSTOS, “Ensayo de
una Teoría General sobre la Renuncia de los Derechos”, Memoria, Universidad de Concepción, 1940, N° 98,
pág. 127.
555
Ob. cit., N° 706, págs. 441 y siguientes.
De Las Obligaciones 327
que tal aceptación puede prestarse: y así resultará del concurso de las
voluntades del acreedor y del deudor” (ob. cit., tomo XII, N° 1772, pág. 472).
El artículo 1653 parece dar a entender que pudiera haber remisión onerosa.
Sin embargo, ello no es así. Es de la esencia de la remisión su gratuidad. Si es
onerosa degenera en un acto jurídico diferente, que puede ser novación,
dación en pago, transacción, etc.557
556
CLARO SOLAR, T. XII N° 1788, págs. 481-482.
557
CLARO SOLAR, T. XII N° 1770, pág. 470.
328 RENÉ RAMOS PAZOS
El inciso final del artículo 1654 expresa que “la remisión de la prenda o de la
hipoteca no basta para que se presuma remisión de la deuda”. Esta norma es
lógica, pues si bien lo accesorio sigue a lo principal, la regla no juega en
sentido inverso.
PÁRRAFO X
DE LA CONFUSIÓN
586. -Concepto.
558
Claro Solar, ob. cit. N° 1780, pág. 477.
559
ABELIUK, ob. cit. N° 741, pág. 608. En similares términos lo hace OSPINA FERNÁNDEZ: “La
confusión es un modo de extinguirse las obligaciones por la concurrencia en una misma persona de las
De Las Obligaciones 329
Hay dos razones por las cuales se puede reunir en una misma persona la
calidad de acreedor y deudor: que haya operado la sucesión por causa de
muerte (el heredero representa al causante, artículo 1097); o, quepor un acto
entre vivos, el deudor haya adquirido el crédito existente en su contra.
Si bien de acuerdo a la teoría clásica las personas sólo pueden tener un solo
patrimonio, hay casos especiales de pluralidad de patrimonios en un mismo
sujeto. Ello plantea la duda de si se produce la confusión cuando un titular de
varios patrimonios es acreedor en uno de ellos y deudor en el otro. La
doctrina no acepta la confusión en este caso. El Código Civil no da una
solución integral al problema, pero adopta el mismo criterio de la doctrina en
el caso particular del heredero beneficiario. Dice al efecto en el artículo 1669:
“Los créditos y deudas del heredero que aceptó con beneficio de inventario no
se confunden con las deudas y créditos hereditarios”. El artículo 1259 repite
la regla casi en idénticos términos. Lo anterior significa que si el deudor tenía
una deuda con el causante, debe pagarla a los herederos; y recíprocamente, si
el causante le debía, podrá cobrar su crédito a los herederos. Claro Solar,
explicando esta situación, expresa: “Uno de los principios del beneficio de
inventario es precisamente que se conserve al heredero el derecho de obtener
el pago de sus créditos contra la sucesión, lo que trae como necesaria
contraposición que el heredero sea obligado a pagar sus deudas a favor de la
sucesión. La confusión queda impedida con esto”.561
Fueyo afirma que esta norma constituye un resguardo más en favor del
heredero beneficiario.562
Lo que se viene diciendo es importante, pues “la circunstancia de no
producirse la confusión entre la calidad de heredero y la de acreedor o deudor
de la herencia, implica que los créditos y las obligaciones que el heredero
tenga para con la herencia, siguen sus propios plazos de prescripción”.563
El artículo 1668 prescribe: “Si hay confusión entre uno de varios deudores
solidarios y el acreedor, podrá el primero repetir contra cada uno de sus
codeudores por la parte o cuota que respectivamente le corresponda en la
deuda” (inciso 1o), y agrega: “Si por el contrario, hay confusión entre uno de
varios acreedores solidarios y el deudor, será obligado el primero a cada uno
de sus coacreedores por la parte o cuota que respectivamente les corresponda
en el crédito” (inciso 2o).
Como puede observarse, el artículo 1668 da por supuesto que entre el
acreedor y uno de los codeudores se produjo la confusión, y sólo se limita a
resolver el problema de las relaciones internas.
560
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 33, sec. 1a, pág. 165.
561
Ob. cit. T. XII N° 1873, págs. 545-546.
562
Derecho Civil, T. IV, De las Obligaciones, volumen 2, N° 593, págs. 178-179.
563
Ramón DOMÍNGUEZ BENAVENTE y Ramón DOMÍNGUEZ ÁGUILA: Derecho Sucesorio, T. I, Editorial
Jurídica de Chile, 1990, N° 26, pág. 44.
De Las Obligaciones 331
PÁRRAFO XI
IMPOSIBILIDAD DE LA EJECUCIÓN Y PÉRDIDA DE LA COSA DEBIDA
El artículo 1567 N° 7o contempla “la pérdida de la cosa que se debe” como una
de las formas de extinción de las obligaciones. Posteriormente regla esta
materia en los artículos 1670 y siguientes.
595. - Definición.
564
Ob. y tomo cit. N° 608, pág. 190.
332 RENÉ RAMOS PAZOS
La pérdida debe ser fortuita, pues si es culpable o si la cosa perece por culpa
del deudor, la obligación subsiste, pero varía de objeto, quedando el deudor
obligado al pago del precio de la cosa más indemnización de perjuicios
(1672). Si el deudor está en mora y el cuerpo cierto que se debe perece por
caso fortuito que habría sobrevenido igualmente a dicho cuerpo en poder del
acreedor, sólo se deberá la indemnización de los perjuicios por la mora (1672
inciso 2o).
El código presume que la pérdida de la cosa es culpable: “Siempre que la
cosa perece en poder del deudor, se presume que ha sido por hecho o culpa
suya” (artículo 1671). Esa disposición es concordante con el artículo 1674, en
cuanto esta norma obliga al deudor a probar el caso fortuito que alega, y para
el caso que alegue que el caso fortuito habría sobrevenido del mismo modo
aunque no estuviere en mora, será también obligado a probarlo.
En todo caso, no se aplican estas reglas “si el deudor se ha constituido
responsable de todo caso fortuito, o de alguno en particular...”, caso en que se
observará lo pactado (artículo 1673). Esta regla es una reiteración de lo dicho
en el artículo 1547 inciso final.
El código no acepta que quien ha hurtado o robado un cuerpo cierto,
alegue que la cosa ha perecido por caso fortuito, aun de aquellos que habrían
producido la destrucción o pérdida del cuerpo cierto en poder del acreedor
(artículo 1676).
De Las Obligaciones 333
El artículo 1677 establece que “Aunque por haber perecido la cosa se extinga
la obligación del deudor podrá exigir al acreedor que se le cedan los derecho o
acciones que tenga el deudor contra aquellos por cuyo hecho o culpa haya
perecido la cosa”.
Así está dicho en el artículo 1679. Fueyo entiende que debe entenderse que el
deudores responsable de las personas que están a su cuidado, principio
contenido en el artículo 2320 inciso 1o. 565
Ya hemos explicado que el Código Civil no trató el tema. Esta omisión está
reparada en el Código de Procedimiento Civil, cuyo artículo 534 expresa: “A
más de las excepciones expresadas en el artículo 464, que sean aplicables al
procedimiento de que trata este Título, podrá oponer el deudor la de
imposibilidad absoluta para la ejecución actual de la obra debida”.
565
Ob. y T. cit. N° 619, pág. 206.
334 RENÉ RAMOS PAZOS
Párrafo XII
De la prescripción
607. - Definición.
El Código Civil en los artículos 2492 y 2514 y siguientes, señala que lo que
prescriben son las acciones. Cabe preguntarse, entonces, si las excepciones
también prescriben y de ser la respuesta afirmativa, de acuerdo a qué reglas.
Este es un problema que se plantea no sólo en Chile sino en el Derecho
Comparado. Así, en Francia, gran parte de la doctrina y de la jurisprudencia
siguen la tesis de Savigny en orden a que las excepciones son
imprescriptibles. Opinión distinta sustentan Baudry Lacantinerie y Laurent.
En Argentina, Borda distingue dos situaciones distintas: si la excepción no
ha podido hacerse valer como acción, sino sólo como defensa, debe
considerarse imprescriptible mientras no ha sobrevenido el ataque que
permita oponerla. Si ha podido hacerse valer como acción (por ejemplo, la
nulidad), entonces la excepción prescribe (Guillermo Borda: “Tratado de
Derecho Civil, Obligaciones”, cuarta edición, tomo segundo, N° 1010, pág. 15).
En Chile, Luis Eguidio Contreras estima que las excepciones son, en
principio, absolutamente imprescriptibles mientras presenten el carácter
distintivo de tales “precisando que los casos de nulidad y rescisión merecen
un análisis aparte” (ob. cit., N° 125, pág. 52). En cambio, Ramón Domínguez
Aguila afirma que la doctrina más admitida “en el derecho comparado es que
la excepción prescribe en el mismo tiempo que la acción y que no hay razones
para no entenderlo así” (ob. cit., pág. 57).
Como observa este último autor, la jurisprudencia nacional sobre este
punto es escasa, citando un antiguo fallo publicado en la Gaceta de 1873, N°
1289, pág. 570.
tenga que ser alegada. En primer lugar, el deudor debe probar en juicio que se
encuentran cumplidos los requisitos de la prescripción. En seguida, porque es
necesario dar al acreedor la oportunidad procesal para que pueda renunciar a
la prescripción (artículo 2494).
En el caso de los comuneros, se ha fallado que “si la prescripción es
alegada por uno de los comuneros demandados, falla ultra petita la sentencia
que la acoge en favor de todos ellos”566 . El fallo es lógico pues, como observa
Rioseco Enríquez, entre los comuneros no hay unidad de prestación respecto
del acreedor.567
Respecto de esta alegación, hay dos aspectos que parecen oportunos
comentar, lo que haremos en los puntos siguientes.
La regla es que la prescripción por ser una excepción real, puede ser alegada
por todos los obligados al pago de la obligación. Por consiguiente pueden
alegarla tanto los deudores principales, como los codeudores solidarios o
subsidiarios. Como observa Contreras Aburto, en la expresión “deudores”
quedan comprendidos tanto los que asumen este carácter al comienzo de la
relación obligatoria como a sus sucesores a título universal o singular.
Además pueden alegar la prescripción los terceros que tienen obligaciones
accesorias, como los hipotecarios y prendarios, cuyas cauciones se extinguen
junto con la obligación principal (ob. cit., N° 295, pág. 96).
En el caso de los fiadores el artículo 2496 señala que "el fiador podrá
oponer al acreedor la prescripción renunciada por el principal deudor”.
En relación con esa materia, un novedoso problema le Uno fallar a la Corte
de Concepción (sentencia de 31 de diciembre de 1998, causa Rol N° 1239-96).
El problema era, en síntesis, el siguiente: en una tercería de prelación, el
tercerista ejercito una acción contra el ejecutado y otra frente al ejecutante,
ambas distintas en cuanto al tipo y en cuanto al fundamento. Por el lo d ice el
fallo-, el tercerista revestía el carácter de doble demandante Deduce dos
acciones diversas contra dos demandados diferentes -ejecutante y ejecutado-
reclamando un distinto beneficio jurídico. Ahora bien, el demandante de
autos -el ejecutante- al contestar la tercería, adujo que la acción ejecutiva
emanada del título hecho valer por el tercerista estaba prescrita. La sentencia
desestimó la excepción de prescripción, fundada en que en nuestro derecho
sólo pueden oponer la prescripción las personas a quienes expresamente se
confiere esa facultad, es decir, el deudor mismo y sus sucesores a título
universal o singular, los deudores solidarios y subsidiarios y los terceros que
caucionan la obligación principal extinguida por la prescripción. Cita la
sentencia las opiniones de don Luis Eguidio Contreras (ob. cit., pág. 97), de
don Emilio Rioseco (La prescripción extintiva ante la jurisprudencia, pág. 17)
566
Revista Derecho y Jurisprudencia, T. 22, sec. 1a, pág. 748.
567
Emilio Rioseco E., ob. cit. sentencia 221, págs. 17-18.
338 RENÉ RAMOS PAZOS
y de don Sergio Rodríguez Garcés (Las Tercerías, tercera edición, año 1987, T.
II, pág. 597).
Si bien la sentencia que comentamos está muy bien fundada y cuenta con
el respaldo de insignes autores, nos asisten dudas de que su conclusión sea
correcta. Para nosotros, la regla de oro para determinar quién puede intentar
una acción cualquiera, está dada por el principio de que tiene acción todo
aquel que tiene interés. Y en el caso que resuelve la sentencia, el interés del
tercerista es evidente desde que de acogerse la excepción de prescripción
planteada por él, las posibilidades de pagarse mejoran ostensiblemente. Y
Contreras al sostener que “habría que colocar, además, entre las personas que
pueden oponer la prescripción válida y legítimamente a los terceros que
tienen obligaciones accesorias, como los deudores hipotecarios y
prendarios...”, nos estaría dando la razón, por cuanto el tercero poseedor de
una finca hipotecada no tiene la calidad de deudor.
568
Sobre la oportunidad de alegar la prescripción en juicio sumario, véase Fallos del Mes N° 452,
sentencia 6, pág. 1354.
569
Héctor Méndez Eyssautier, “Reglas comunes a toda prescripción”, Memoria de prueba, Universidad
de Concepción, 1944, N° 18, págs. 46-48.
De Las Obligaciones 339
570
Luis A. Contreras A., ob. cit., números 335 y siguientes, págs. 108 y siguientes; Abeliuk, ob. cit. N°
1225, pág. 1000; Somarriva, ob. cit., sentencia 148; Emilio Rioseco E. y La prescripción extintiva ante la
Jurisprudencia, Editorial Jurídica 1994, sentencia 30, págs. 21-22; Ramón Domínguez Águila, ob. cit., págs.
74 y siguientes. En el mimo sentido, Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 33, sec. 1a, pág. 373; T. 41, sec.
1a, pág. 289; T. 45, sec. 2a, pág. 49; T. 64, sec. 1a, pág. 236; T. 93, sec. 2a, pág. 117. En contra, Revista de
Derecho y Jurisprudencia, T. 37, sec. 1ª, pág. 348.
571
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 27, sec. 1ª, pág. 549.
572
Manuel Somarriva: ob. cit., comentario a la sentencia 146, pág. 103. En el mismo sentido Méndez
Eyssautier (ob. cit. N° 33, págs. 68-69); Emilio Rioseco E., La prescripción extintiva ante la Jurisprudencia,
Editorial Jurídica, 1994, sentencia 22, pág. 18. Véase también, Fallos del Mes N° 455, sentencia 43, pág.
2214.
340 RENÉ RAMOS PAZOS
618. - Toda prescripción puede ser renunciada pero sólo una vez
cumplida.
Así lo establece el artículo 2494 inciso 1°. Se explica la exigencia de que esté
cumplida, pues de hacerse antes del vencimiento del plazo, la actitud del
acreedor importaría una interrupción natural de la prescripción (artículo 2518
inciso 2o). Así lo afirma Emilio Rioseco, comentando la sentencia publicada en
el T. 43, sec. 1a, pág. 2: “Es requisito esencial que el plazo ya esté cumplido,
porque si se encuentra aún en curso el acto abdicativo comportará más bien
una interrupción natural de la prescripción."575
Además, si se aceptare la renuncia en forma anticipada, pasaría a ser
cláusula de estilo en todos los contratos, con lo que se perdería el efecto
estabilizador de derechos que persigue la prescripción. Contreras Aburto
explica que “la institución de orden social y público que es la prescripción
quedaría en completo desuso o, cuando menos, se dejaría al mero arbitrio de
los particulares su aplicación.576
La renuncia puede ser expresa o tácita. Es expresa cuando se hace en
términos formales y explícitos; y es tácita “cuando el que puede alegarla
manifiesta por un hecho suyo que reconoce el derecho del dueño o del
acreedor, por ejemplo, cuando cumplidas las condiciones legales de la
prescripción, el poseedor de la cosa la toma en arriendo, o el que debe
dineros pagara intereses o pide plazo” (artículo 2494 inciso 2o).
La Corte de Santiago ha dicho que “la renuncia a una prescripción importa
una manifestación inequívoca y unilateral de voluntad en orden a abandonarla
facultad de pedir que se declare extinguido por la prescripción el derecho que
otro tiene, manifestación de voluntad que debe hacerse sin compensación,
por mera liberalidad o moralidad”. Y agregó que “la transacción tiene una
naturaleza jurídica diversa de la renuncia de la prescripción”577. Emilio
Rioseco, comentando este fallo, expresa que “el contrato de transacción por sí
solo no comporta una renuncia a la prescripción de cualquiera de las
partes....”, pero agrega que “nada se opone a que dentro de las estipulaciones
de la transacción se contemple, entre las concesiones recíprocas que le son
573
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 18, sec. 1a, pág. 23.
574
Ob. cit. sentencia 16, págs. 15-16.
575
La prescripción extintiva ante la Jurisprudencia, Editorial Jurídica de Chile, 1994, sentencia 37, pág.
24.
576
Luis Eguidio CONTRERAS ABURTO: “De la Prescripción Extintiva Civil”, Memoria Universidad de
Concepción, 1945, N° 5567, pág. 190.
577
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 77, sec. 2a, pág. 28.
De Las Obligaciones 341
578
Ob. cit., comentario a sentencia 38, págs. 24 y 25.
579
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 83, sec. 2a, pág. 56.
580
Ob. cit. comentario a sentencia 40, pág. 25.
581
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 84, sec. 3a, pág. 53.
582
Rioseco, ob. cit. sentencia 42, pág. 26.
583
Sobre renuncia de prescripción de la acción ejecutiva véase Fallos del Mes 451, pág. 1126, C.
Suprema, 4 de junio de 1996.
584
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 41, sec. 1a, pág. 368. Así lo entiende la doctrina: Abeliuk,
ob. cit. N° 1226, pág. 1001; Emilio Rioseco, ob. cit. sentencia 43, pág. 26.
342 RENÉ RAMOS PAZOS
La parte final del artículo 2497 deja en claro que esta regla de la igualdad se
aplica a los “particulares que tienen la libre administración de lo suyo”. Lo
anterior está dicho para compatibilizar esta disposición con la institución de
la suspensión de la prescripción, de que trata en el artículo 2509, pues ésta
implica que respecto de ciertas personas -las que indica el artículo 2509- los
plazos de prescripción se prolonguen.
Nos parece que otra excepción puede hallarse en el artículo 100 del Código
Penal, en cuanto establece que “cuando el reo se ausentare del territorio de la
República sólo podrá prescribir la acción penal o la pena contando por uno
cada dos días de ausencia, para el cómputo de los años”.
La regla es que toda acción sea prescriptible. Sin embargo, y por razones
superiores, se establecen algunas excepciones, entre otras:
El artículo 2518 señala que “la prescripción que extingue las acciones ajenas
puede interrumpirse, ya naturalmente, ya civilmente” (inciso 1o). “Se
interrumpe naturalmente por el hecho de reconocer el deudor la obligación,
ya expresa, ya tácitamente” (inciso 2o). “Se interrumpe civilmente, por la
demanda judicial; salvo los casos enumerados en el artículo 2503” (inciso 3o).
Podemos decir entonces que la interrupción es el hecho impeditivo de la
prescripción que se produce al cesar la inactividad del acreedor o del deudor.
En el primer caso, la interrupción será civil; en el segundo, natural.
El artículo 2518, en su inciso 3o, expresa que “se interrumpe civilmente (la
prescripción) por la demanda judicial; salvos los casos enumerados en el
artículo 2503”.
585
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 60, sec. 2a, pág. 130.
586
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 43, sec. 1a, pág. 2 (véase SOMARRIVA, Las Obligaciones y
Contratos ante la Jurisprudencia, sentencia 154, págs. 109 y 110).
587
Gaceta Jurídica 122, pág. 33.
344 RENÉ RAMOS PAZOS
Relacionando los artículos 2518 y 2503, se tiene que para que haya interrup-
ción civil, deben cumplirse los siguientes requisitos:
a) Demanda judicial;
b) Notificación de la demanda, y
c) Que no se haya producido alguna de las situaciones contempladas en el
artículo 2503 (abandono del procedimiento, desistimiento de la demanda o
sentencia absolutoria).
588
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 44, sec. 1a, pág. 486.
589
Derecho Civil, T. IV, De las Obligaciones, Vol. II N° 668, pág. 257.
De Las Obligaciones 345
590
Revista de Derecho y Jurisprudencia,T. 98, sec. 2a, pág. 124.
591
Ob. cit., pág. 57.
592
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 46, sec. 1a, pág. 647; T. 50, sec. 1a, pág. 320; T. 52, sec. 1a,
pág. 185; T. 60, sec. 2a, pág. 130; Fallos del Mes 264, pág. 394, Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 98,
sec. 2a, pág. 124. Por la tesis contraria: T. 36, sec. 1a, pág. 225; T. 74, sec. 4a, pág. 298; T. 83, sec. 1a, pág. 41.
Sobre esta materia, recomendamos ver SOMARRIVA, ob. cit., sentencia 152, págs. 107-108) y Emilio RIOSECO,
ob. cit., sentencia 94, pág. 52.
593 Emilio Rioseco, ob. cit., comentario a la sentencia 109, pág. 59.
594 En este sentido Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 44, sec. 1a, pág. 130; Revista de Derecho
Universidad de Concepción Nº 75, pág. 125; T.52, sec. 1a, pág. 145; T. 62, sec. 3a, pág. 69; y T. 66, sec. 3a,
pág. 78; T. 99, sec. 1a, pág. 100.
595 Fallos del Mes N° 453, sentencia 18. En el mismo sentido, Fallos del Mes N° 452, sentencia 10, pág.
1381.
596
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 60, sec. 2a, pág. 130.
346 RENÉ RAMOS PAZOS
597
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 98, sec. 2a, pág. 124.
De Las Obligaciones 347
598
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 46, sec. 1a, pág. 186.
599
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 89, sec. 3a, pág. 246.
600
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 82, sec. 1a, pág. 92.
601
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 75, sec. 2a, pág. 538.
348 RENÉ RAMOS PAZOS
602
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 48, sec. 1a, pág. 231, T. 88, sec. 2a, pág. 20; T. 88, sec. 2a,
pág. 46; T. 88, sec. 1a, pág. 64; T. 89, sec. 2a, pág. 46; T. 89, sec. 1a, pág. 178; T. 89, sec. 1a, pág. 194,
Gaceta Jurídica 275, pág. 108.
603
Gaceta Jurídica 122, pág. 33, Consid. 6o.
604
Emilio RIOSECO, ob. cit. sentencia 126, págs. 65-66. Véase además en la misma obra, comentario a
sentencia 170, págs. 86-87.
605
Gaceta Jurídica 138 pág. 103, considerando 4o.
De Las Obligaciones 349
606
Corte Suprema 19 de noviembre de 1993, Fallos del Mes 443, sentencia 12,pág. 1392.
607
Abeliuk, ob. cit. N° 1240, pág. 1010; Somarriva, Las obligaciones y contratos ante la jurisprudencia,
comentario a sentencia 150, págs. 106-107.
350 RENÉ RAMOS PAZOS
608
La prescripción extintiva ante la Jurisprudencia, Editorial Jurídica de Chile, 1994, sentencia 16,
págs. 15-16.
609
Fallos del Mes N° 451, sentencia 4, pág. 1126.
610
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 98, sec. 1a, pág. 94. Véase también sobre este punto
sentencia de la Corte Suprema de 8 de junio de 2006, publicada en Revista Leyes y Sentencias N° 20, pág. 26.
611
En ese sentido Luis Ubilla Grande: Teoría General de la Letra de Cambio y del Pagaré en la ley
18.092, Editorial Jurídica, 1990, pág. 55; Alvaro Puelma Accorsi, Letra de Cambio y pagaré. Ley 18.092,
Editorial Jurídica de Chile, 1985, pág. 42.
De Las Obligaciones 351
612
Gaceta Jurídica N° 124, pág. 15; Gaceta Jurídica N° 108, pág. 54.
613
Gaceta Jurídica N° 203.
614
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 98, sec. 1a, pág. 94. Véase también sentencia de Corte
Suprema de 1o de julio de 2003, en Gaceta Jurídica277, sentencia 6, pág. 76. En igual sentido, Luis Ubilla,
ob. cit., pág. 67.
615
Gaceta Jurídica 122, pág. 33, considerando 4o de la sentencia confirmatoria.
616
Esta sentencia es comentada favorablemente por los profesores Ramón DOMÍNGUEZ BENAVENTE y
Ramón DOMÍNGUEZ AGUILA, “Prescripción de la Acción Hipotecaria. Interrupción Civil”, Revista de Derecho
352 RENÉ RAMOS PAZOS
Universidad de Concepción N° 190, págs. 160 a 163. (Recomendamos la lectura de este comentario, por tocar
varios aspectos de importancia en materia de prescripción, como por ejemplo, si interrumpe o no la
prescripción la gestión previa de desposeimiento). Véase también sentencia de 24 de diciembre de 2001, y el
voto disidente (Revista de Derecho y Jurisprudencia T. 98, sec. 1a, pág. 295); y Emilio RIOSECO, ob. cit.,
comentario a sentencia 171, pág. 87.
617
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 33, sec. 1a, pág. 406.
618
Ob. cit., T. 8o, N° 1239, pág. 407. En el mismo sentido, Abeliuk, ob. cit. N° 1244, págs. 1012-1013.
De Las Obligaciones 353
El párrafo IV del Título 42 del Libro IV del Código Civil, artículos 2521 al 2524,
tratan “De ciertas acciones que prescriben en corto tiempo”.
Se trata de casos especiales, que constituyen excepciones a la regla de
prescripción del artículo 2515. Se clasifican en:
Las tres primeras categorías se rigen por las mismas reglas; no así la
última, que tiene algunas especiales, y por ello, la trataremos en forma
separada.
619
Arturo Alessandri, Manuel Somarriva, Antonio Vodanovic: Tratado de los Derechos Reales, Bienes,
T. II, quinta edición, N° 1021, Editorial Jurídica de Chile, 1993, págs. 169-170.
620
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 18, sec. 1a, pág. 23.
621
Ob. cit. comentarios a sentencias, 16 y 88.
354 RENÉ RAMOS PAZOS
Están contempladas en el artículo 2521 inciso 1o: “Prescriben en tres años las
acciones a favor o en contra del Fisco y de las Municipalidades provenientes
de toda clase de impuestos”.
Respecto de estas prescripciones, cabe formular los siguientes alcances:
1. Se refieren exclusivamente a las acciones relativas a impuestos, y
2. El código tributario y otras leyes particulares contemplan normas
sobre prescripción de ciertas obligaciones tributarias, que por ser
especiales deben aplicarse con preferencia a las del Código Civil.
Especial importancia presentan los artículos 200 al 202 del Código
Tributario.
El artículo 2521 inciso 2o, establece que “Prescriben en dos años los
honorarios de jueces, abogados, procuradores; los de médicos y cirujanos; los
de directores o profesores de colegios y escuelas; los de ingenieros y
agrimensores, y en general, de los que ejercen cualquier profesión liberal”.
Para que se apliquen estas reglas tienen que cumplirse copulativamente los
dos requisitos del artículo 2521:
622
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 63, sec. 1a, pág. 283; T. 32, sec. 1a, pág. 494.
De Las Obligaciones 355
El efecto que produce esta interrupción es que “en ambos casos sucede a la
prescripción de corto tiempo la del artículo 2515” (artículo 2523 inciso final).
Este efecto especial de la interrupción, es lo que en doctrina se denomina
“interversión de la prescripción”.
Respecto a lo dicho en el N° 2 del artículo 2523, se ha fallado que se refiere
al requerimiento extrajudicial623 , pues si hay demanda judicial, se aplican las
reglas generales de los artículos 2503 y 2518. Esta es también la opinión de
Emilio Rioseco624 . Hay fallos en sentido contrario.625
El artículo 2524 del Código expresa que “Las prescripciones de corto tiempo a
que están sujetas las acciones especiales que nacen de ciertos actos o
contratos, se mencionan en los títulos respectivos, y corren también contra
toda persona; salvo que expresamente se establezca otra regla”.
Respecto de estas prescripciones especiales, debe tenerse presente:
623
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 64, sec. 1a, pág. 236.
624
Emilio Rioseco, ob. cit. sentencias 129 y 130, págs. 66 y 67.
625
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 78, sec. 2a, pág. 73.
356 RENÉ RAMOS PAZOS
626
Mazeaud, Derecho Civil. Parte II, volumen III, N° 1192, Editorial EJEA, Buenos Aires, 1960, págs.
437 y siguientes.
627
Guillermo A. BORDA, Tratado de Derecho Civil, Obligaciones II, N° 1160, págs, 111 a 113.
628
Ob. cit., T. II, N° 1233, pág. 1005.
De Las Obligaciones 357
629
Ob. cit., sentencia 53, págs. 30-31.
630
Ob. cit.. N° 1060, pág. 112. En el mismo sentido. MAZEAUD, ob. cit., N° 1192, págs. 437-438.
631
Pedro LIRA U., “El concepto jurídico de la caducidad y la prescripción extintiva", Revista de
Derecho y Jurisprudencia, T. 24, primera parte, pág. 144.
632
Citado por Pedro LIRA, ob. cit., pág. 154.
633
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 80, sec. 1a, pág. 34.
358 RENÉ RAMOS PAZOS
634
Ob. cit., comentarios a sentencia N° 77. Véase también los comentarios a sentencias 78 a 91.
635
Derecho Civil, T. II, volumen I, N° 1002, págs. 767-768.
636
Las Obligaciones y los Contratos ante la Jurisprudencia, comentario a sentencia 150, págs. 106-107.
Opinión contraria sustenta, como ya lo hemos dicho, Emilio RIOSECO, ob. cit., sentencias 77, 78 a 91.
De Las Obligaciones 359
637
En este sentido, Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 18, sec. 1a, pág. 23, T. 40, sec. 1a, pág. 486.
Así la doctrina (JOSSERAND, Derecho Civil, Obligaciones, T. II, Vol. I, N° 1005, pág. 769; Vitorio PESCIO,
Manual de Derecho Civil, T. II, pág. 430),
638
Ob. cit., comentario a sentencia N° 156, pág. 111. En el mismo sentido, BORDA, ob. cit., T. II, N°
1161, págs. 113-114. Así ha sido fallado T. 65, sec. 1a, pág. 286; T. 44, sec. 1a, pág. 486.
639
Borda, ob. cit., T. II, N° 1161, págs. 113-114; Josserand, ob. cit. N° 1005, pág. 769.
Capítulo sexto
De La Prelación de Créditos
Hemos dejado para el final esta materia, pues nos parece que no guarda
relación de continuidad con ninguna de las otras tratadas en el texto. Por ello,
al no encontrar ningún lugar más adecuado, preferimos hacerlo de este modo.
Con ello, por lo menos no se rompe el orden que hemos querido seguir en
nuestro estudio.
653. - Generalidades.
Si los bienes del deudor no son suficientes para que en ellos puedan hacerse
exigibles la totalidad de los créditos de sus diferentes acreedores, en teoría
hay tres formas de resolver el problema:
640
Galvarino PALACIOS GONZÁLEZ, “La Prelación de Créditos en la Legislación Chilena”, Memoria de
Prueba, Universidad de Chile, 1939, pág. 13.
641
La Prelación de Créditos,Editorial Nascimento, 1940, N° 3, pág. 9.
642
Revista de Derecho y Jurisprudencia,T. 31, sec. 2a, pág. 65.
643
Sobre la materia puede consultarse Sergio RODRÍGUEZ GARCÉS, Tratado de las Tercerías, 3a edición
1987, T. II, págs. 565 y siguientes.
362 RENÉ RAMOS PAZOS
644
Ob. cit., N° 14, pág. 15.
645
Ob. cit., pág. 17.
646
Ob. cit., pág. 18.
647
Ob. cit., N° 78, pág. 65.
De Las Obligaciones 363
No hay una razón única que justifique que determinados acreedores deban ser
pagados en forma preferente. Cada caso tiene su propia explicación. Así, a
veces, puede tener por fundamento el fomento del crédito. Bello, en el
Mensaje del Código, señala que: “Se ha simplificado notablemente el arreglo
de la prelación de créditos, el fomento del crédito ha sido en él la
consideración dominante”. En otros, la explicación de las preferencias se
encontrará en razones de humanidad, como ocurre con el pago preferente de
las expensas funerales o el pago de los artículos necesarios de subsistencia
suministrados al deudor y su familia durante los últimos tres meses; o
razones económicas, como es el derecho del Estado a pagarse preferente por
lo adeudado por impuestos de retención y recargo; o en razones sociales,
como ocurre con las remuneraciones de los trabajadores, etc.
648
La Prelación de Créditos, Editorial Jurídica de Chile, 1993, pág. 33.
649
Ob. cit. N° 12, pág. 13.
650
Ob. cit., pág. 22. Lo mismo, Luis Felipe BAHAMÓNDEZ, ob. cit., pág. 44.
364 RENÉ RAMOS PAZOS
(artículo 2489).
El artículo 2472 indica los créditos de primera clase. Señala: “La primera clase
de créditos comprende los que nacen de las causas que en seguida se
enumeran:
655
Ob. cit., pág. 42.
656
Clemencia MUSALEM SARQUIS: La Primera Clase de Créditos Privilegiados, Editorial Jurídica de
Chile, 1983, pág. 64.
657
MUSALEM, ob. cit., pág. 64.
366 RENÉ RAMOS PAZOS
más de seis meses, fijará el juez, según las circunstancias, la cantidad hasta la
cual se extienda la preferencia;
4. Los gastos en que se incurra para poner a disposición de la masa los
bienes del fallido, los gastos de administración de la quiebra, de realización
del activo y los préstamos contratados por el síndico para los efectos
mencionados;
5. Las remuneraciones de los trabajadores y las asignaciones familiares;
6. Las cotizaciones adeudadas a organismos de Seguridad Social o que se
recauden por su intermedio para ser destinadas a ese fin, como asimismo, los
créditos del fisco en contra de las entidades administradoras de fondos de
pensiones por los aportes que aquél hubiere efectuado de acuerdo con el
inciso tercero del artículo 42 del decreto ley N° 3.500, de 1980;
7. Los artículos necesarios de subsistencia suministrados al deudor y su
familia durante los últimos tres meses;
8. Las indemnizaciones legales y convencionales de origen laboral que les
correspondan a los trabajadores, que estén devengadas a la fecha en que se
hagan valer y hasta un límite de tres ingresos mínimos mensuales por cada
año de servicio y fracción superior a seis meses por cada trabajador con un
límite de diez años. Por el exceso, si lo hubiere, se considerarán valistas;
9. Los créditos del fisco por los impuestos de retención y de recargo”.
acreedores”.658
4. Prefieren en el orden de su numeración. Así lo señala el artículo 2473 en
su inciso 1°: “...y no habiendo lo necesario para cubrirlos íntegramente,
preferirán unos a otros en el orden de su numeración, cualquiera que sea su
fecha, y los comprendidos en cada número concurrirán a prorrata”;
5. Los créditos de primera clase se pagan con preferencia a los
comprendidos en las otras clases. Sin embargo, respecto de los bienes dados
en prenda o hipoteca, los acreedores prendarios e hipotecarios se pagan con
preferencia sobre estos bienes a menos que los demás bienes del deudor sean
insuficientes, pues en tal supuesto, prefieren los acreedores de primera clase.
Así fluye de los artículos 2476 y 2478.
En el caso en que los bienes del deudor no sean suficientes para pagar a los
acreedores de primera clase y en que, por aplicación del artículo 2478, deba
hacerse efectivo su privilegio sobre los bienes hipotecados, debe tenerse
presente que en virtud de lo establecido en el artículo 105 inciso 3o de la Ley
de Bancos (D.F.L. N° 3, D.O. del 19 de diciembre de 1997), el Fisco y las
municipalidades gozarán de la preferencia que les acuerdan los artículos 2472
y 2478 del Código Civil (privilegios de primera clase) respecto de los créditos
del banco, sólo cuando se trate de impuestos que afecten directamente a la
658
Clemencia Musalem., citando a Jaime Illanes, ob. cit., pág. 76.
659
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 25, sec. 2a; pág. 73. En el mismo sentido, Corte de
Concepción en sentencia de 26 de junio de 1998, causa Rol 201-96 caratulada Fisco con Machuca Panes, José
R. y Otros.
660
Revista Leyes y SentenciasN° 24, pág. 7. Véase también sentencia del 27 de marzo de 2007 (Semana
Jurídica N° 335).
368 RENÉ RAMOS PAZOS
Recordemos que el artículo 139 del Código de Procedimiento Civil clasifica las
costas en procesales y personales, señalando que “son procesales las causadas
en la formación del proceso y que corresponden a servicios estimados en los
aranceles judiciales”, y personales “las provenientes de los honorarios de los
abogados y demás personas que hayan intervenido en el negocio, y de los
defensores públicos en el caso del artículo 367 del Código Orgánico de
Tribunales.
Para que las costas personales gocen de este beneficio es necesario que se
causen en el interés general de los acreedores. Clemencia Musalem661 plantea
algunos problemas con respecto a esta norma. Se pregunta, en primer
término, si las costas generadas por una acción pauliana, intentada por un
acreedor, quedan o no comprendidas en el privilegio. Su respuesta es
negativa, porque porser personal la acción pauliana, sus resultados afectan
solamente al acreedor o acreedores que la hayan intentado. Otro caso, más
frecuente que también es dudoso, es si quedan comprendidos dentro del
privilegio los honorarios del abogado del fallido que pide su propia quiebra.
La autora que venimos citando concluye que esos honorarios no se benefician
con el privilegio porque la quiebra no se pidió en el interés general de los
acreedores sino en el del particular del fallido. Agrega que también se ha
rechazado esta preferencia “basándose en que el crédito invocado por el
abogado no constituye costa judicial por provenir de un contrato entre éste y
el fallido”.
En los juicios ejecutivos “las costas procedentes de la ejecución gozarán de
preferencia aun sobre el crédito mismo” (artículo 513 inciso 2o del Código de
Procedimiento Civil). Fundada en esta disposición, la Corte Suprema acogió un
recurso de casación en el fondo. El Considerando 5o del fallo de casación
señala “que las normas de la prelación de créditos establecidas para los
procesos concúrsales, en los artículos 2471 N° 1 y 2474 N° 3 del Código Civil,
aplicadas implícitamente por los sentenciadores, al negar lugar a la
preferencia del pago de las costas de ejecución, por no haberse efectuado en
interés general de los acreedores, no tiene aplicación en la especie, ya que el
precepto del artículo 513 inciso 2o del Código de Procedimiento Civil, debe
aplicarse preferentemente en el caso sub-lite, pues contiene una regla de
carácter especial, que determina específicamente el orden de preferencia en
que concurren las costas con respecto a los créditos en el juicio ejecutivo, y
661
Ob. cit., N° 26, pág. 88. En el mismo sentido sentencias publicadas en Gaceta Jurídica 242, pág. 102
y Gaceta Jurídica 279, pág. 118 (sentencia del 4 de septiembre de 2003).
370 RENÉ RAMOS PAZOS
Esta disposición establece que “si la enfermedad hubiere durado más de seis
meses, fijará el juez, según las circunstancias, la cantidad hasta la cual se
extienda la preferencia”. Concordamos con Josserand, cuando justifica el
privilegio, en la necesidad de asegurar el crédito del deudor en presencia de
gastos urgentes.
Dentro de la expresión gastos de enfermedad deben comprenderse los
honorarios médicos, los costos de hospitalización, el valor de los exámenes
médicos, etc.
662
Fallos del Mes N° 452, sentencia 8, pág. 1367). En el mismo sentido, Corte de Concepción, sentencia
de 22 de marzo de 2004, causa Rol 580-2004.
663
Ob. cit., pág. 95.
De Las Obligaciones 371
664
Gaceta Jurídica 277 pág. 266.
372 RENÉ RAMOS PAZOS
675. - Los créditos del Fisco por los impuestos de retención y de recargo”
(artículo 2472 N° 9).
En relación con este privilegio es importante tener presente que los impuestos
de retención y de recargo son aquellos en que el sujeto pasivo (aquel
legalmente obligado al pago del impuesto) no soporta en su patrimonio el
gravamen, sino que lo traslada a un tercero que es el verdaderamente
incidido. En ambos casos, la ley autoriza al sujeto pasivo para trasladar la
incidencia del gravamen; actuando dicho sujeto como un verdadero
recaudador fiscal. De allí que el legislador en diversas disposiciones (véanse
los artículos 24 inciso final, 97 N° 11, 147 inciso 7o, todos del Código
Tributario), les otorga un tratamiento especial e idéntico, en general más
drástico frente a las hipótesis de incumplimiento. La diferencia entre ambos
tipos de impuesto resulta de la dirección de los flujos de dinero: si la
prestación va del incidido al sujeto pasivo, el impuesto es de recargo, como
ocurre con el Impuesto al valor agregado del Título II del decreto ley N° 825;
en caso contrario, es de retención, como acontece en el impuesto único a las
rentas del trabajo dependiente del artículo 42 N° 1 de la Ley sobre Impuesto a
la Renta, decreto ley N° 824.
Quedan excluidos, por consiguiente, los demás impuestos que no tengan
este carácter y que constituyen la regla general, como por ejemplo, el
impuesto de primera categoría o el impuesto global complementario, ambos
de la Ley sobre Impuesto a la Renta. También quedan fuera los demás tributos
que no son impuestos, como las tasas y las contribuciones especiales o de
mejoras.
A nuestro juicio, no quedan cubiertas con el privilegio en estudio, las
multas, por el carácter excepcional de los privilegios. Pero sí los intereses, en
virtud de lo establecido en el artículo 2491, y los reajustes, por tratarse
simplemente de un valor actualizado.
669
Ob. cit., págs. 111 y siguientes.
670
Jaime ILLANES, La primera clase de créditos privilegiados, 1943, pág. 52; Clemencia MUSALEM, ob.
cit., pág. 81.
De Las Obligaciones 375
679. - Crédito del posadero sobre los efectos del deudor introducido
en la posada (artículo 2474 N° 1).
671
Ob. cit.. N° 94, pág. 71.
376 RENÉ RAMOS PAZOS
Bajo la sola vigencia del Código Civil no era concebible que una misma cosa
fuere entregada en prenda a varios acreedores, por tratarse de un contrato
real que se perfecciona por la entrega de la cosa. Esta realidad se vio alterada
con la aparición de las distintas prendas sin desplazamiento.
La ley N° 20.190, publicada en el Diario Oficial del 5 de junio de 2007, en
su artículo 14 derogó las distintas prendas especiales creando una sola
prenda sin desplazamiento, que entrará a regir 90 días después de que se
dicte el Reglamento de que trata el artículo 28 de la misma ley. De acuerdo a
esta nueva normativa un bien pueda quedar gravado con distintas prendas:
“Se podrá constituir una o más prendas sobre un mismo bien, prefiriéndose
por el orden cronológico de sus respectivas inscripciones en el Registro de
Prendas sin desplazamiento”. Como vemos establece reglas semejantes a las
que el artículo 2477 del Código Civil establece para las hipotecas.
La ley N° 20.190 trata lo que ocurre cuando se constituye una prenda sobre
un bien inmueble por destinación o adherencia, señalando que se entiende
que esa prenda está constituida sobre bienes futuros, debiendo aplicárseles la
regla del artículo 9o de la misma ley, “entendiéndose que las cosas llegan a
existir cuando son separadas del inmueble a que acceden o cesa la afectación
a un predio, por la voluntad o el hecho de su dueño y el consentimiento del
acreedor hipotecario, si fuere el caso” (artículo 14).
El inciso segundo de la misma disposición resuelve la situación que se
produce cuando se constituye prenda sin desplazamiento sobre bienes
corporales muebles que posteriormente se transformen en inmuebles por
destinación o adherencia, señalando que en ese caso subsistirá la prenda “sin
que sea necesario el acuerdo del acreedor hipotecario y gozará de preferencia
sobre la hipoteca si se anotare al margen de la correspondiente inscripción
hipotecaria… agregando que “si no se practicare esta anotación, la ejecución
de la hipoteca producirá la purga de la prenda, sin necesidad de notificación
del acreedor prendario”.
La nueva ley resuelve también lo que ocurre cuando se produce colisión
entre el derecho legal de retención que en conformidad al artículo 1942 del
Código Civil se otorga el arrendador sobre los bienes muebles con que el
arrendatario haya amoblado, guarnecido o provisto la cosa arrendada y exista
un derecho de prenda sin desplazamiento sobre esos mismos bienes. Al
respecto dice el artículo 22: “El arrendador podrá ejercer su derecho legal de
retención sobre especies dadas en prenda, sólo cuando el contrato de
De Las Obligaciones 377
El artículo 2477 señala que “la tercera clase de créditos comprende los
hipotecarios” (inciso 1o). Y el artículo 2480 agrega a esta clase los censos
debidamente inscritos los que, según esta misma norma, serán considerados
como hipotecas y concurrirán indistintamente entre sí y con las hipotecas
según las Fechas de las respectivas inscripciones.
También quedan comprendidos en esta clase los bienes in muebles,
respecto de los cuales se ha declarado judicialmente el derecho legal de
retención, siempre que este decreto se encontrare inscrito; y el crédito del
aviador en el contrato de avío minero, reglamentado en los artículos 206 y
siguientes del Código de Minería.
Respecto al derecho legal de retención, así lo señala el artículo 546 del
Código de Procedimiento Civil: “Los bienes retenidos por resolución
ejecutoriada serán considerados, según su naturaleza, como hipotecados o
constituidos en prenda para los efectos de su realización y de la preferencia a
favor de los créditos que garantizan. El decreto judicial que declare
procedente la retención de inmuebles deberá inscribirse en el Registro de
Hipotecas”.
En cuanto al avío minero “no existe una norma explícita que aclare de qué
clase es el crédito que tiene el aviador, porque el inciso segundo del artículo
2475 del Código Civil remitió el asunto al de Minería y éste nada señaló sobre
el particular. No obstante, el artículo 219 del Código de Minería vigente, unido
al inciso segundo del artículo 202 del Código de 1930 (antecedente del inciso
segundo del actual artículo 230), permite deducir que el crédito del aviador -
como el del acreedor hipotecario- es de tercera clase y que, por lo tanto, goza
de la correspondiente preferencia en relación con la pertenencia aviada. Por
otra parte, si bien normalmente el aviador tiene derecho a pagarse sólo con
los productos de las pertenencias y el precio de la subasta de ella no lo es, el
aviador puede pagarse en este caso con cargo a dicho precio”.672
672
Juan Luis Ossa Bulnes, Editorial Jurídica de Chile, 1989, pág. 281.
378 RENÉ RAMOS PAZOS
673
Arturo ALESSANDRI, La Prelación de Créditos. N° 56, pág. 47.
674
Ob. cit., N° 1015, págs. 835-836.
De Las Obligaciones 379
permite hacer efectivo el crédito sobre la finca sin importar quien la esté
poseyendo, sino, además, presenta la utilidad de que los acreedores
hipotecarios pueden pagarse de inmediato sin tener que esperar el resultado
de la quiebra, reservándose únicamente lo necesario para asegurar el pago a
los acreedores de primera clase.
La Ley de Quiebras no ha modificado estas disposiciones, pues en su artículo
150 dispone que “los acreedores de la tercera clase se pagarán en la forma
que determinan los artículos 2477, 2478, 2479 y 2480 del Código Civil”
(inciso 1°) agregando que “los concursos especiales de hipotecarios que se
formen sin declaración de quiebra se regirán por las disposiciones del Código
Civil y del de Procedimiento Civil” (inciso 2o).
675
Rafael MERY BERISSO, Derecho Hipotecario, Editorial Jurídica, Santiago, 1958, págs. 390-391.
Otros autores estiman que no se requiere de tercería. ABELIUK, ob. cit., T. II, N° 1019, pág. 837.
676
Gaceta de los Tribunales, 1922, 1er semestre, pág. 392.
677
Ob. cit., N° 1021, pág. 839.
380 RENÉ RAMOS PAZOS
Por tratarse de una preferencia especial, se hace efectiva sobre el precio que
resulte de la subasta de la finca (o sobre la indemnización, en el caso del
seguro, si se produjo el siniestro, o en el caso de la expropiación). También
por aplicación de lo que disponen los artículos 2420 a 2422, sobre los
inmuebles por destinación o adherencia, futuros aumentos y mejoras que
haya tenido la cosa hipotecada.
Por el hecho de afectar la hipoteca no sólo la finca sino también los bienes
que por accesión se reputan inmuebles según el artículo 570 -artículo 2420-
pueden generarse conflictos cuando sobre algunos de esos bienes se ha
constituido también prenda sin desplazamiento. La ley N° 20.190 resuelve el
problema en el artículo 14, en el sentido que ya hemos visto al tratar de la
prenda En el caso de la hipoteca sobre una concesión minera, los bienes que
quedan afectos a la hipoteca no pueden ser dados en prenda sin el
consentimiento del acreedor hipotecario. Así quedó constancia al discutirse el
Código de Minería en las Comisiones Legislativas679 . Si hay consentimiento,
creemos que el acreedor prendario e hipotecario deben concurrir a prorrata.
687.
678
Ob. cit., N° 458, págs. 468- 469.
679
Juan Luis OSSA BULNES, ob. cit., pág. 385.
680
Luis Felipe Bahamóndez Prieto, ob. cit., pág. 126.
De Las Obligaciones 381
Se pueden señalar como características de los créditos de esta cuarta clase las
siguientes:
Como afirma Alessandri, cualquiera que sea el motivo por el que una persona
recaude o administre bienes fiscales, opera este privilegio, sin que importe la
denominación del cargo (ob. cit., N° 60, pág. 50). Si el crédito del Fisco deriva
de otras causas, distinta a la recaudación o administración, no queda
comprendido dentro de este numerando.
681
Ob. cit., págs. 132-133.
De Las Obligaciones 383
Pueden alegar este privilegio sólo las mujeres casadas en régimen de sociedad
conyugal; sus herederos, en virtud del artículo 1097, y sus cesionarios.
682
Ob. cit., N° 66, pág. 57. En el mismo sentido Luis Felipe BAHAMÓNDEZ, ob. cit., págs. 136 y 137,
quien cita también a Hernán LARRAÍN RÍOS : La Cuarta Clase de Créditos Privilegiados ante nuestra
legislación, año 1940, pág. 92.
683
Ob. cit., N° 68, págs. 59 a 61
684
Ob. cit., N° 68, págs. 62, 63.
De Las Obligaciones 385
700. - Crédito privilegiado del hijo por los bienes administrados por su
padre o madre (artículo 2481 N° 4).
685
Ob. cit., N° 68, pág. 62.
686
Revista de Derecho y Jurisprudencia, T. 33, sec. 1a, pág. 53; T. 27, sec. 2a, pág. 41. En el mismo
sentido de ALESSANDRI, Luis Felipe BAHAMÓNDEZ (ob. cit., pág. 137).
386 RENÉ RAMOS PAZOS
Esta norma establece que gozan de privilegio “todo pupilo contra el que se
casa con la madre o abuela, tutora o curadora, en el caso del artículo 511”.
Tenía sentido la disposición cuando el artículo 511 del Código Civil era el
siguiente: “Si la ascendiente legítima o madre natural, tutora o curadora,
687
Luis Felipe BAHAMÓNDEZ, ob. cit, pág. 146. En igual sentido Gaceta de los Tribunales año 1883, N°
1024, pág. 524.
De Las Obligaciones 387
703. - Privilegio por expensas comunes de una unidad que forme parte de
un condominio.
a) Hace excepción a la norma del artículo 2482, según la cual los créditos
de cuarta clase prefieren según las fechas de sus causas. En este caso, el
privilegio prefiere, cualquiera sea su fecha, a los enumerados en el artículo
2481;
b) El privilegio en estudio, constituye una excepción a la regla, contenida
en el artículo 2486, de que las preferencias de la cuarta clase afecten a todos
los bienes del deudor, por cuanto sólo se hace efectivo sobre la Unidad del
propietario moroso en el pago de las expensas comunes;
c) El privilegio alcanza a quien adquiere la unidad aun respecto de las
expensas generadas antes de su adquisición. Constituye por ello, una
excepción a la regla del artículo 2485 de que los créditos de cuarta clase no
dan derecho contra terceros poseedores.
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Revistas
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2. Gaceta de los Tribunales.
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4. Revista Fallos del Mes.
5. Revista de Derecho Universidad de Concepción.
6. Revista Chilena de Derecho.
7. Revista Leyes y Sentencias.
De Las Obligaciones 395