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Oximetría de pulso
El fotómetro del aparato se coloca en la yema de un dedo del paciente o en el pabellón auricular, y mide la
saturación de oxígeno. Este dispositivo es de uso obligado en el monitoreo continuo no invasivo, pero se debe
tener en cuenta que en los estados de hipoperfusión de los tejidos por bajo gasto cardiaco o por el uso de
vasoconstrictores se pierde la señal o no es confiable.
El objetivo del control transoperatorio es mantener la saturación siempre arriba de 90%.
Capnografía y capnometría
La espectrofotometría también permite determinar la presencia de CO con ese fin se utiliza una fuente
emisora. Si en el monitor se expresa con una curva, se le dice capnografía, y cuando aparece en forma
numérica recibe el nombre de capnometría.
La presión arterial sistólica normal en el adulto es de 100 a 140 mm Hg en la escala de Torricelli y de 60 a
80 mm Hg durante la diástole, con una diferencial media de 40 mm Hg entre las dos cifras que se obtienen en
el ciclo cardiaco.
---¡*Posición nauseoso en la que la talla torácica del sillón forma un ángulo de 30° -como máximo- respecto
al plano del suelo y en la que los pies del paciente quedan ligeramente elevado
pacientes cardiópatas (talla torácica a 60°-90°)
mujeres embarazadas de más de tres meses (talla torácica a 45°-60° y en decúbito supino lateral izquierdo
para evitar la compresión de la arteria aorta y la vena cava inferior)
**en la que la talla torácica del sillón forma un ángulo de 30° -como máximo- respecto al plano del suelo y
en la que los pies del paciente quedan ligeramente elevados. Esta posición estándar debe modificarse en
pacientes con reflejo nauseoso aumentado,
pacientes cardiópatas (talla torácica a 60°-90°) y en mujeres embarazadas de más de tres meses (talla
torácica a 45°-60° y en decúbito supino lateral izquierdo para evitar la compresión de la arteria aorta y la
vena cava inferior).
Complicaciones en el transoperatorio
Síndrome hipóxico
Anoxia” literalmente significa “privación de oxígeno”, y el término se usa para referirse a los estados de
oxigenación insuficiente; se le dice hipoxia cuando la anoxia es moderada e hipoxemia cuando se identifica
oxigenación defi ciente en la sangre.
Signos de hipoxia
En los pacientes sin sedación, sin narcosis y sin anestesia general, la hipoxia aguda produce incoordinación
motora, agitación, confusión y un cuadro que se asemeja al del alcoholismo
agudo.
Cuando la hipoxia se prolonga hay lesión tisular cerebral y miocárdica, ya que son los órganos más
susceptibles a la hipoxia. En el transoperatorio, el síndrome hipóxico se corrige aumentando la saturación de
oxígeno arterial.
El común denominador del colapso de la circulación es la caída de la presión arterial; ésta se conoce como
hipotensión arterial y se defi ne en el adulto como disminución de la presión sistólica, por lo general, abajo de
100 mm Hg, sin deterioro ni hipoperfusión de los tejidos.-
paro cardiorrespiratorio como la interrupción repentina de la función de la bomba
del corazón que produce lesión cerebral irreversible, a menos que se restauren con prontitud tanto
la función cardiaca como el flujo sanguíneo cerebral. La hipoxia por hipoventilación y por bajos niveles de
oxígeno en el gas inspirado son las causas subyacentes de la asistolia y de la fi brilación intraoperatoria
debido a broncoaspiración.
método de reanimación cardiopulmonar con el tórax cerrado es la técnica que en forma general ha
resistido todas las objeciones y continúa siendo una medida de urgencia segura, sencilla y eficaz en la
atención del paro cardiorrespiratorio.
Los tres factores por prevenir son la hipoxia, la hipercarbia y las dosis excesivas de fármacos depresores.
3. Período Postoperatorio.
Comprende el lapso de tiempo entre que finaliza la intervención quirúrgica y el momento a partir del cual
puede considerarse que el paciente ya ha recuperado su estado normal. Este periodo comprende entre 3 y 7
días, y que los cuidados y tratamientos a prescribir pueden ser de aplicación local y general.
El período postoperatorio propiamente dicho suele finalizar a los 7-10 días, coincidiendo con la retirada de
los puntos de sutura, si éstos eran irreabsorbibles.
Un tratamiento postoperatorio determinado puede modificar los resultados de la Cirugía y alterar o potenciar
las complicaciones o problemas surgidos durante su realización.
El paciente debe conocer detalladamente todo lo que acontecerá en el período postoperatorio: dolor, trismo,
colocación de drenajes, cambios de apósito, etc., y asimismo el cirujano debe anticiparle las características
de los signos y síntomas de posibles complicaciones, y la eventual posibilidad de que se presenten secuelas.
Tratamiento local
Es el que se efectúa sobre la zona o herida postoperatoria y sobre el conjunto de la cavidad bucal. Consiste en:
- Limpieza de la herida con suero fisiológico estéril que elimine restos o detritus que puedan contaminarla.
- Compresión con gasa seca estéril sobre la zona operatoria, para facilitar la hemostasia. Esta acción mecánica
sobre los tejidos suturados puede durar de 30 minutos a 1 ó 2 horas, dependiendo de las características de
cada intervención y del propio paciente.
- Iniciar la ingesta entre 2 y 6 horas después de finalizada la intervención, según el tipo de anestesia
efectuada. La dieta será durante las primeras horas líquida o semilíquida, y a temperatura ambiente o
ligeramente fría; se pasará lo antes posible a una dieta blanda compuesta por los alimentos que prefiera el
paciente.
- Pasadas las primeras 24 horas podrán iniciarse los enjuagues bucales con el fin de mantener una buena
higiene de la herida operatoria y de la cavidad bucal.
-Generalmente se utilizan colutorios con soluciones antisépticas, antiálgicas y antiinflamatorias -básicamente
antiedema.
-Deben evitarse los irritantes de la cavidad bucal como el tabaco y
el alcohol.
Los problemas más frecuentes suelen ser la dehiscencia de la herida y la infección que, a menudo, son
consecuencia de una mala técnica quirúrgica (traumática, carente de asepsia, hemostasia deficiente.
la hemorragia puede alterar gravemente el proceso de cicatrización, sobre todo retrasándola, por diversos
motivos:
- Desunión de la sutura.
- Coágulo voluminoso de mala calidad, que impide el afrontamiento de los bordes de la herida operatoria.
- Aparición de esfacelos, o de hiperplasias más o menos vegetantes.
Tratamiento antiedema
El edema postoperatorio, principalmente si ha existido resección ósea, es una reacción fisiológica tras la
agresión quirúrgica.
La hinchazón o edema, que a menudo se acompaña de equimosis subcutánea o de un verdadero hematoma,
aparece normalmente a las pocas horas de la intervención quirúrgica, pudiendo progresar hasta las 48 horas
Con el fin de evitar la aparición del edema postoperatorio o para minimizar su intensidad, se recomienda:
- Crioterapia. La acción del frío aplicado, en bolsas de hielo sobre toallas o gasas, sobre la cara del paciente
frente o encima de la zona, de la intervención- evita la congestión local, previene la hemorragia
y los hematomas, y disminuye el dolor y el edema, se recomienda mantenerlo durante 24 horas aunque su
mayor efecto se obtiene durante las 6 a 8 primeras horas. Su empleo más allá de los tres primeros días del
postoperatorio es completamente ineficaz o, cuando no, perjudicial.
Vigile no enfriar demasiado la piel de la mejilla (frío local durante 10 minutos y descansar después 10
minutos)
Tratamiento antiálgico
La aparición de dolor en el período postoperatorio es normal y su intensidad variará según la técnica
quirúrgica aplicada, y fundamentalmente por las características psicológicas del paciente, es decir
dependiendo de su umbral para la tolerancia al dolor.
Este tratamiento sintomático puede realizarse con cuatro tipos de fármacos con actividad analgésica:
opiáceos mayores, opiáceos menores, actúan básicamente a nivel central, y el más representativo es la
morfina, uso de la meperidina o petidina -Dolantina®-. Este es un opiáceo de acción analgésica diez veces
superior a la morfina pero sin una acción depresora del sistema nervioso central tan patente; lógicamente su
uso se reserva para procedimientos anestésicos complejos
Opiáceos menores : Sus representantes de uso clínico más frecuente son la codeína y el dextropropoxifeno.
Se absorben bien por vía oral, se metabolizan en el hígado y se excretan por vía renal. Traspasan la barrera
placentaria y se encuentran en la leche materna. Las dosis habituales, por vía oral, son de 30 mg cada 6 horas
para la codeína -existe comercializado Codeisan con 30 mg-. El dextropropoxifeno tiene una vida media
bastante más larga y recomiendan dosis de 150 mg cada 8 ó 12 horas; sus preparados comerciales son
Darvon con 65 mg y Deprancol® con 150 mg.
el ácido acetilsalicílico, y también con el paracetamol, proporciona un efecto analgésico aditivo
efectos adversos más frecuentes de los opiáceos menores son náuseas, vómitos, mareo, somnolencia y
estreñimiento; en caso de sobredosificación puede aparecer euforia, hipotensión y depresión respiratoria.
-autores como Petersen y cols.,observan una acción analgésica superior cuando añaden la codeína –a dosis de 30 mg- a
los AINEs -concretamente a 200 mg de ibuprofeno pero también hacen mención que así se provoca una mayor incidencia
de efectos colaterales indeseables.
codeína en comprimidos de liberación sostenida (Perduretas de codeína) y la dihidrocodeína (Contugesic®), que
tendrían unas prestaciones farmacocinéticas superiores a la codeína habitual.
analgésicos no antiinflamatorios: derivados del paraaminofenol cuyo representante más conocido es el
paracetamol (acetaminofén) del que hay numerosísimos preparados comerciales (Gelocatil®, Duorol®, etc.);
se absorbe bien y rápidamente por vía oral. Se metaboliza en el hígado y se excreta por la orina. dosis
recomendada es de 600-900 mg cada 4 ó 6 horas, siempre por vía oral. Sus niveles plasmáticos terapéuticos:
empezarían a los 10 minutos y serían máximos a la hora. Tiene también efecto antipirético; a grandes dosis
puede llegar a producir necrosis hepática; es importante remarcar que en alcohólicos bastarían 3 ó 4 gramos
diarios para producir esta complicación.
pirazolona que es el metamizol o dipirona; debe advertirse que su separación de los AINEs es un tanto
artificiosa, administrarse por todas las vías; el pico plasmático es a los 30 minutos por vía intramuscular
-antes por vía endovenosa 60 minutos por vía rectal y 120 minutos por vía oral; el metabolismo es hepático
y la excreción renal; atraviesa la placenta y pasa a la leche materna vida media es corta -3 horas- y la fijación
con las proteínas débil (15%), razón por la cual es necesario un mínimo de 4 tomas diarias. Las dosis
recomendadas son de 500-1.000 mg cada 4-6 horas por vía oral; por vía rectal 1 g cada 6-8 horas y por vía
parenteral 1 g cada 4-6 horas.
metamizol es un analgésico de más potencia que el paracetamol, estando asociado a un riesgo de hipotensión
cuando se utiliza por vía endovenosa nombre comercial (Nolotil® entre otros) y la mayoría de los que se
administran por vía oral es de alrededor de 500 mg; al ser una dosis analgésica escasa,
Tratamiento antibiótico
indicaciones de la profilaxis de una enfermedad infecciosa a distancia, y la prevención de la infección de la
zona intervenida. El profesional debe tener el suficiente criterio para valorar:
- Existencia de enfermedades sistémicas en el paciente (susceptibilidad del terreno).
- Naturaleza del proceso nosológico en tratamiento.
- Existencia o no de infección previa, o previsión de su probable aparición.
- Tipo de intervención quirúrgica (grado de traumatismo operatorio,duración, exposición de los huesos
maxilares, etc.).
Controles postoperatorios
-Control de la diuresis
El paciente debe orinar voluntaria y espontáneamente en las 8 a 12 horas tras la intervención quirúrgica.
-Fiebre postoperatoria
La fiebre puede ser definida por sobrepasar en más de 1 °C la temperatura corporal normal; deben tenerse en
cuenta las variaciones personales, las diferencias debidas al ritmo circadiano -de 0,5° a 1 entre las tomas
diurna y nocturna-, y la vía utilizada (oral, axilar, inguinal, rectal).
Una hipertermia moderada de menos de 38°C, durante los 2 ó 3 días siguientes a la intervención quirúrgica,
suele ser frecuente.
la interleucina 1, que tendría acción pirógena al actuar sobre el sistema nervioso central.
Si esta febrícula "fisiológica" persiste después del tercer día del postoperatorio o sobrepasa los 39°C, deberá
investigarse su causa e iniciarse la administración de antipiréticos.
examen general que comprenda: anamnesis, inspección y examen físico local, regional y general, cultivos de
sangre, orina y de líquidos de exudación o supuración, radiografía de tórax, etc. Tras el conocimiento de la
etiología de la fiebre se hará el tratamiento causal.
-Náuseas y vómitos postoperatorios
el postoperatorio inmediato (primeras 24 horas) y sobre todo tras intervenciones quirúrgicas realizadas bajo
anestesia general.
tratamiento de las náuseas y los vómitos se han administrado fármacos con acción antiemética como algunas
fenotiazinas -clorpromazina, ondansetrón (Zofran®)- y el mismo haloperidol; en el ámbito ambulatorio,
la metoclopramida (Primperan®) permite una posología cómoda con menores riesgos para el paciente,
aunque hay que reconocer que su efectividad va estrechamente ligada a que las molestias tengan un origen
digestivo.
una crisis hipertensiva es aquélla en que la presión diastólica es igual o excede de 120 mmHg
-generalmente se acompaña de una presión sistólica con cifras superiores a 180 mmHg- considerándose
una emergencia cuando concurre la lesión de algún órgano -sistema nervioso central, miocardio-, o una
urgencia si no existe
- Hipotensión postoperatoria:
Puede originarse por estas causas:
• Pérdida sanguínea importante capaz de producir una hipovolemia.
• Pérdidas de otros líquidos biológicos (poliuria, diarrea, vómitos, su doración profusa, etc.).
• Patología cardíaca (bradicardias, arritmia auricular o ventricular, insuficiencia cardíaca congestiva, infarto
de miocardio, etc.).
***ESTUDIOS PREOPERATORIOS***
Se ha generalizado la costumbre de calificar al paciente según su estado físico de acuerdo con las categorías
propuestas por la ASA (American Society of Anesthesiologists); así tenemos 5 categorías o estatus ASA (I, II,
III, IV y V). A cada clase se le atribuye un riesgo de mortalidad peroperatoria
Mediante dicha valoración de la ASA, los enfermos que se someterán a una intervención quirúrgica se
clasifican en cinco clases.
Clase I: Sujeto normal sin daño orgánico, fi siológico, bioquímico o psiquiátrico. La causa de la operación es
una lesión localizada y no conlleva perturbación sistémica.
un sujeto “sano” con una hernia inguinal o una mujer sin otra alteración que fi brosis uterina.
Clase II
Paciente con perturbación ligera a moderada cuya causa es la enfermedad que se debe tratar mediante cirugía
u otro proceso, por ejemplo, enfermedad cardiaca no orgánica o ligeramente limitante, diabetes controlada,
hipertensión esencial o anemia. Algunos incluyen aquí a los neonatos y a los octogenarios, aun cuando no se
detecte enfermedad sistémica. La obesidad extrema y la bronquitis crónica pueden incluirse en esta categoría.
Clase III
Paciente con enfermedad sistémica grave que limita la actividad, pero no es incapacitante, aun cuando no sea
posible definir el grado de incapacidad con precisión, por ejemplo, enfermedad cardiaca orgánica limitante;
diabetes grave con complicaciones vasculares; insuficiencia pulmonar moderada a grave; angina de pecho o
infarto miocárdico cicatrizado.
Clase IV
Persona con enfermedad sistémica incapacitante que pone en peligro la vida y no siempre es susceptible de
corrección por la cirugía; por ejemplo, paciente con enfermedad cardiaca orgánica y signos marcados de
insuficiencia cardiaca, grados avanzados de insuficiencia pulmonar, hepática, renal o endocrina.
Clase V
Es el enfermo moribundo que no sobreviviría 24 horas sin operación o tiene una pequeña oportunidad de
sobrevivir con una operación en situación desesperada; por ejemplo, aneurisma abdominal roto con estado de
choque; traumatismo cerebral mayor con hipertensión intracraneal progresiva; embolia pulmonar masiva.
Estado E
Es el caso de una operación de urgencia, antes del número romano de la clasificación se coloca la letra E. En
cualquiera de las clases antes mencionadas cuando se opera como emergencia se considera una mala
condición física.
En estas circunstancias, el paciente se clasifica como E-I cuando la hernia que antes no tenía complicaciones
ahora está incarcerada, y ocasiona náuseas y vómito; por definición, la clase V siempre constituye una
emergencia.
indicacion quirrugica
1. tipo urgente: es necesaria para salvar la vida del px. O la función de un órgano, depende de la protitud con
la que se realice. Es inmediada de minutos o horas
2 tipo programa: evita a largo plazo, complicación en agudo no representa riesgo para la vida mi a función.
Largo plazo semanas o meses
3 tipo necesaria: la enf. Requiere tx a corto plazo por que amenza la vida del px o la función, corto plazo
horas-dias
4.tipo electiva. no amenaza la vida ni la funciónno representa el riesgo, el px es el que decide hacer o no la
cirugía, años.
Pronostico grave o mal pronostico: riesgo intermitente de fallecimiento o tenga vida pero con un estilo de
vida bajo.
Inmediato_ 0-72hrs
Mediato:72- 7 dias
*Tipos de dx.
dx. clinico: si se logró exclusivamente a través de los síntomas y del examen objetivo del paciente. Incluye
ciertos medios de examen como inspección, palpación, Este método se basa en el procedimiento mediante el
cual el profesional de la salud, dependiendo de los síntomas, identifica una enfermedad (o la ausencia de
ella) en el paciente con la ayuda de varias herramientas que permiten definir su cuadro clínico.
2. Diagnóstico diferencial: El diagnóstico diferencial se define como el proceso por el cual se identifica una
determinada enfermedad mediante la exclusión de otras posibles causas, ya que los síntomas pueden ser
comunes para diversas patologías.
3. Diagnóstico etiológico: Esta variante tiene como objetivo descubrir las causas o los factores que han
desencadenado la enfermedad en el paciente. Por ejemplo, una persona puede presentar bronquitis severa,
pero la investigación del por qué de la misma es terreno del diagnóstico etiológico (por ejemplo, preguntarse
si es por su condición de fumador).
5. Diagnóstico topográfico: En este caso, estamos ante un método de diagnóstico que se basa en
la localización e identificación de las lesiones en los diferentes órganos y tejidos . En otras palabras, se
trata de comprender los signos y síntomas a través del componente anatómico que se ve alterado durante la
enfermedad en sí.