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Las canicas
El juego de 'Las canicas' mantiene el mismo nombre en Perú que en otros
países de habla hispana, aunque hay países como Chile que prefiere
llamarlo 'Las bolitas'. Este pasatiempo se juega en todas partes del mundo
ya que es muy simple y solo se necesitan unas bolitas hechas con vidrio o
metal.
Hoy en día todavía se puede ver a algunos niños jugando en los parques,
pero poco a poco se está perdiendo uno de los juegos infantiles más
tradicionales.
2. El trompo
Este pasatiempo podría clasificarse dentro de los juegos de habilidad.
Algunos lo reconocerá mejor como 'La peonza', esa figura de madera con
forma de pera y punta metálica que es lanzada con una cuerda para hacerla
rodar sobre el suelo. Para bailar el trompo hay que rodearlo con un cordel y
lanzarlo enérgicamente para que la cuerda se desenrolle por completo en
el aire haciendo girar el trompo.
5. Las estatuas
El origen de este juego en muy antiguo, incluso existen otras variedades
como puede ser 'El escondite inglés' o 'El aguanta'. El juego consiste en
moverse mientras que uno de los niños se sitúa de espaldas al resto.
Cuando la persona que liga decide darse la vuelta, el resto de
participantes deberán quedarse quietos como estatuas. Se deben
quedar inmóviles y no reaccionar ante estímulos para no perder. Si se ríen,
se mueven, pierden pie o repiten las posturas, pierden y así hasta que
quede solo uno que será el ganador.
A todos los niños del mundo les encanta jugar. A través del juego, los
niños aprenden, se relacionan, se ríen, disfrutan, mejoran habilidades, se
mantienen activos, fortalecen su cuerpo... ¡El juego tiene innumerables
beneficios para los pequeños (y también para los padres, por supuesto)!
Viendo las tantísimas ventajas que el juego tiene para los más pequeños, es
muy posible que sean muchos los padres que se pregunten: ¿y cuánto
tiempo al día necesitan jugar los niños? La respuesta es rápida (aunque no
tan sencilla de lograr): todo el tiempo que les sea posible. Efectivamente,
a veces resulta tan complicado de conseguir porque los niños tienen
agendas casi tan complicadas con la de los adultos: colegio, extraescolares,
deberes, recados...
¡Casi no les queda tiempo para jugar! Y el poco tiempo que les queda, a
menudo se sienten tentados con dedicarlo al móvil, tablet, videojuegos...
¿En qué lugar quedan los juegos tradicionales? Esas actividades divertidas
que no requieren muchos materiales, pero sí mucha imaginación y ganas
de pasarlo bien.