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CÁNCER Y ALIMENTACIÓN

VEGETARIANA Y/O VEGANA


Diplomado en Alimentación Vegt. II
Nutrición y Dietética
Nta. Jorge Férnandez G.
Nayadee Souto C.
Universidad Adventista de Chile
INTRODUCCIÓN

Según la OMS, el cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo; en 2015, ocasionó 8,8 millones de defunciones. Casi
una de cada seis defunciones en el mundo se debe a esta enfermedad.
Cerca del 70% de las muertes por cáncer se registran en países de ingresos medios y bajos.
Alrededor de un tercio de las muertes por cáncer se debe a los cinco principales factores de riesgo conductuales y
dietéticos: índice de masa corporal elevado, ingesta reducida de frutas y verduras, falta de actividad física, consumo de
tabaco y consumo de alcohol.
En la actualidad, se observa un interés creciente por la alimentación, por la nutrición, y por la salud en general. Es innegable
que existe una clara relación entre la alimentación y la salud y nuestra sociedad está tomando conciencia de ello. Cada vez
más estudios científicos demuestran los beneficios que una dieta rica en productos de origen vegetal tiene sobre la salud.

La alimentación vegetariana y sobre todo, la vegana,


han demostrado en un buen número de estudios
epidemiológicos, que están asociadas a un menor
riesgo de enfermedad cardiovascular y de diabetes. Sin
embargo, en lo que a cáncer y alimentación se refiere
la evidencia es más limitada, ya que solamente
tenemos estudios epidemiológicos, principalmente los
realizados en los Adventistas del Séptimo Día
norteamericanos, así como en los vegetarianos y
veganos británicos.
TTO. NUTRICIONAL DEL CÁNCER

Las dificultades para realizar una dieta correcta y los problemas nutricionales son una complicación habitual de los pacientes con cáncer.
A las alteraciones generales inducidas por la neoplasia se suman los efectos locales de la misma, especialmente en los tumores del tubo
digestivo, y los efectos secundarios de la cirugía, quimioterapia y radioterapia que, en muchas ocasiones, dificultan o impiden la
alimentación oral del paciente. por ello la valoración sistemática del estado nutricional y el control periódico del peso deberían ser una
práctica regular en todos los pacientes con cáncer.
Los problemas más frecuentes que requieren modificaciones en la dieta son producidos por los efectos generales del tumor (anorexia,
disgeusia o hipogeusia), o los efectos secundarios del tratamiento (náuseas, vómitos, diarrea, mucositis, xerostomía). Los tumores de
cabeza y cuello y del tubo digestivo con frecuencia producen problemas locales por obstrucción o disfagia que también obligan a realizar
cambios en la dieta. En otras ocasiones, el tratamiento quirúrgico del tumor, al modificar la anatomía de la orofaringe o del tubo digestivo,
causa problemas específicos en la alimentación que requieren modificaciones en la dieta.
Aunque la alimentación artificial permite, en muchos casos, mantener satisfactoriamente el estado nutricional; sin embargo, siempre debe
intentarse la alimentación oral con alimentos naturales. la utilización de suplementos constituye un complemento importante de la dieta
oral.
No existe mayor evidencia científica que demuestre que una dieta especifica sea malefisiosa o beneficiosa al 100%, pero si se ha
expuesto a lo largo de los años que la dieta que previene el cáncer en la persona sana puede ser igual mente adecuada para la enferma, y
no sólo como medida para soportar mejor la enfermedad, sino corno parte de un tratamiento específico y una parte más de lo que debe
ser una dieta razonable, equilibrada y completa para un enfermo de cáncer.
INCIDENCIA DE CÁNCER EN VEGANOS,
VEGETARIANOS, OMNÍVOROS Y
PESCOVEGETARIANOS
• En uno de los análisis combinados más recientes publicados al respecto, con resultados obtenidos del EPIC Oxford Study y el Oxford
Vegetarian Study, se evaluaron 2 estudios prospectivos de cohorte en el que se comparaba la incidencia de cáncer en vegetarianos,
veganos, omnívoros y pescovegetarianos.

• Se vio que, en general, la incidencia de cáncer en vegetarianos, pesco vegetarianos y veganos era menor que en los consumidores de carne.
Concretamente, los pescovegetarianos presentaron un 12% menos de riesgo, los veganos un 19% y los vegetarianos un 11%.

Al centrarse en cada tipo de cáncer, donde se vio que estos patrones alimentarios otorgaban mayor protección, fueron: en el cáncer de
estómago, ya que los veganos y vegetarianos presentaron un 63% menos riesgo y los pescovegetarianos tuvieron un 34% menos de riesgo de
cáncer colorrectal.
Por otra parte, la alimentación pescovegetariana y sobre todo, la vegana y vegetariana, estaban asociadas con un significativo menor riesgo de
cánceres hematológicos, concretamente un 36% menos (media entre mieloma múltiple, leucemia y linfoma). Se vio que los veganos y
vegetarianos tenían un 77% menos de riesgo de mieloma múltiple.
Concluyendo, en general, las dietas veganas, pescovegetarianas y también las vegetarianas se vio que estaban
asociadas a menor riesgo de cáncer en general
• En otro de los estudios realizados por la Universidad de Loma Linda, se vio que la incidencia
de cáncer, en general, en veganos, vegetarianos y pescovegetarianos era menor que los que
consumían carne:
• Los vegetarianos fueron los que presentaron menor incidencia de cánceres gastrointestinales,
seguidos de los pescovegetarianos y los veganos.
• Los pescovegetarianos fueron los que presentaron un menor riesgo de cáncer del sistema
respiratorio, esto es cáncer de pulmón, tráquea, laringe, etc., seguido de los veganos y los
vegetarianos.
• Los veganos fueron los que presentaron menor incidencia de cánceres específicos de la mujer,
seguidos de los pescovegetarianos y los vegetarianos.

En general, y como he mencionado anteriormente, estos tipos de alimentación estaban


asociados a una menor incidencia de cáncer.
RESULTADOS DEL ADVENTIST HEALTH
STUDY, EL EPIC-OXFORD STUDY Y OXFORD
VEGETARIAN STUDY

Cáncer colorrectal

Resultados del Adventist Health Study-2, publicados en 2014, en el JAMA, en el que estuvieron siguiendo a vegetarianos, veganos, pescovegetarianos y
omnívoros: los pescovegetarianos fueron los que menos riesgo de cáncer colorrectal presentaron, pero, en general, el patrón alimentario vegetariano
(vegetariano, vegano y pescovegetariano) estaban asociados a un 20% menos riesgo de cáncer colorrectal.

Sin embargo, el Oxford Vegetarian Study, se vio que dietas vegetarianas no estaban asociadas a un menor riesgo de cáncer colorrectal.

Los investigadores no saben con exactitud por qué se han obtenido resultados contradictorios entre los adventistas norteamericanos y los
vegetarianos británicos en lo que a cáncer colorrectal respecta. Parece ser que los adventistas vegetarianos están más interesados en la alimentación
saludable que los británicos.

Por ejemplo, los adventistas vegetarianos comían bastante más fruta y verdura que los participantes del estudio británico. Además, los veganos
adventistas consumen bastante más fibra y vitamina C que los vegetarianos del Oxford Vegetarian Study.

La fibra es uno de los componentes de la dieta que más ayuda en la prevención del cáncer colorrectal.
Aunque no se sabe con claridad por qué esa diferencia de resultados en ambos
estudios, lo que sí podemos decir es que el hecho de ser vegetariano no implica
que uno coma sano, ya que tener una dieta saludable no es solo cuestión de
quitar la carne; es mucho más. Hay vegetarianos cuya ingesta de ultra procesados
es hasta mayor que la de algunos omnívoros. Para que una alimentación vegana o
vegetariana sea saludable, deberá estar basada en verduras, frutas, granos enteros,
leguminosas, frutos secos y semillas. Las galletas, los panes industriales, yogurt de
sabores cargados de azúcar, helados industriales veganos… por muy vegetarianos
que sean, distan mucho de un alimento saludable.
CÁNCER DE MAMA Y PRÓSTATA

En uno de los trabajos más recientemente publicados por los adventistas, se ha visto que la
alimentación vegana está asociada a un menor riesgo de cáncer específicos de la mujer (como
el mama y ovario), en comparación con omnívoros. Más tarde, en 2016, se publicó otro estudio
perteneciente al Adventist Health Study-2, en el que los vegetarianos no presentaron menor
riesgo de cáncer de mama. Sin embargo, en este mismo estudio, se vio que los veganos sí
presentaron cierta protección frente al cáncer de mama. Los resultados son verdaderamente
interesantes, pero es necesario que se lleven más estudios en los que se siga a los participantes
durante aún más tiempo y que haya un mayor número de veganos.
• En cuento a cáncer de próstata, en Adventist Health Study 2, los veganos parecen tener menor
riesgo de cáncer de próstata, en comparación con los omnívoros. Además, en este tipo de cáncer, la
alimentación vegana parece ser más beneficiosa que la vegetariana, lo cual se deba posiblemente a la
exclusión de los lácteos y los huevos, que se trata de alimentos que en diversos estudios se han
asociado a un mayor riesgo de cáncer de próstata, aunque son necesarios más estudios al respecto
que aporten datos más consistentes.
En el EPIC-Oxford y el Oxford Vegetarian Study, también se vio algo de menos riesgo de cáncer de
próstata en veganos.
En el caso de cáncer de próstata, en 2008 se publicó un ensayo clínico llevado a cabo por el doctor Dean Ornish y su equipo,
acerca del potencial de una alimentación basada en plantas y un estilo de vida saludables en la progresión del cáncer de
próstata. Los participantes eran pacientes con cáncer de próstata temprano y de bajo riesgo que no estaban siguiendo
tratamiento. Los 93 participantes fueron divididos en dos grupos: control (49 participantes, que no hizo ninguna modificación
en su estilo de vida) y el de intervención (44 participantes). El grupo de intervención siguió las siguientes modificaciones en su
alimentación y estilo de vida:
 Siguieron una dieta vegana saludable (basada en alimentos vegetales integrales, esto es, frutas, verduras, frutos secos, granos
integrales, leguminosas) suplementada con soja (tomaban una ración de tofu al día + proteína de soja en un batido).
Además, se suplementaron con ácidos grasos omega 3, vitamina E, selenio, vitamina C, incluyeron en su rutina el ejercicio
físico moderado durante unos 30 minutos al día y, por otra parte, comenzaron a introducir prácticas de relajación,
concretamente 60 minutos diarios de yoga.

Los resultados fueron bastante prometedores. Los pacientes que habían seguido los cambios que hemos mencionado
en su alimentación y estilo de vida, vieron reducidos sus niveles de PSA en un 4%, mientras que en el grupo control
aumentaron en un 6%. Por otra parte, el crecimiento de las células LNCaP de cáncer de próstata fue inhibido unas 8 veces
más en el grupo experimental (que siguió la alimentación vegana y demás) que en el grupo control. Concretamente, en el
experimental se inhibió el crecimiento en un 70%, mientras que en el grupo control se inhibieron un 9%.

• Tras dos años de seguimiento, el 27% de los participantes del grupo control tuvo que someterse a tratamiento
convencional de cáncer de próstata (prostatectomía, radioterapia o deprivación androgénica). En cuanto al grupo
experimental, solo el 5% (2 de los 43 integrantes del grupo) tuvo que someterse al tratamiento convencional.
Cáncer de ovario
• Resultados obtenidos del EPIC-Oxford y el Oxford Vegetarian Study, sugieren que la alimentación vegetariana (en esta ocasión
los veganos no fueron clasificados como un grupo aparte, sino que iban incluidos en el grupo de los vegetarianos) estaba
asociada a un menor riesgo de cáncer de ovario, pero la dieta que se vio más protectora fue la pescovegetariana.

Cáncer de estómago
• En el EPIC-Oxford y el Oxford Vegetarian Study se vio que tanto la dieta vegetariana (en este grupo también iban incluidos los
veganos), como la pescovegetariana, estaban asociadas a significativo menor riesgo de cáncer de estómago. Concretamente, las
dietas vegetarianas y veganas estaban asociadas a un 63% menos de riesgo de cáncer de estómago.

Cáncer de páncreas
• Acerca de este cáncer, los datos más recientes los tenemos del estudio EPIC-Oxford, también se vio que los vegetarianos
tenía menor riesgo. En esta ocasión, los veganos no estaban diferenciados de los vegetarianos. Es decir, dentro del grupo
“vegetarianos” estaban incluidos los ovolactovegetarianos y los veganos.

Cáncer de vejiga y riñón


• También en el EPIC-Oxford se vio que el grupo de los vegetarianos también los veganos) presentaban un menor riesgo de
cáncer de vejiga. Sin embargo, cabe mencionar que, tras ajustar el índice de masa corporal, dicha asociación no fue
estadísticamente significativa.
CONCLUSIÓN

En general, según los resultados obtenidos del Oxford Vegetarian Study, los veganos (no
consumen ningún alimento de origen animal) presentaban un 19% menos de cáncer total.
Los pescovegetarianos (consumen pescado, pero no carne) un 12% menos y los vegetarianos
(toman lácteos y huevos, pero ni carne ni pescado), un 11% menos riesgo de cáncer.
En el Adventist Health Study 2, en general, también los veganos fueron los que presentaron
menor riesgo de cáncer. Concretamente, los veganos presentaron un 16% menos
riesgo de cáncer total y los vegetarianos un 8% menos riesgo de cáncer total.
REFERENCIAS

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