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Levantamiento del general Valle: El inicio de la Resistencia Peronista.

En septiembre de 1955, la autodenominada “Revolución Libertadora” (Los peronistas, en cambio, la


llamaron “la Fusiladora”, por sus ataques de 1955 y los fusilamientos de 1956), una asonada militar
liderada por el general Pedro Aramburu y el almirante Isaac Rojas, derroca a Perón, y pone fin al gobierno
peronista, elegido poco antes por el 60% de los argentinos.

POLÍTICA DE DESPERONIZACIÓN
El 13 noviembre de 1955, el general Pedro Eugenio Aramburu había asumido la presidencia del país.
Durante su gobierno se intervino la CGT, se persiguió a la clase dirigente peronista, se desmanteló el IAPI, y
hasta se prohibió, por decreto, todo tipo de mención de términos, palabras o frases vinculadas al peronismo.
No se podía nombrar a Perón. El decreto 4161, del 5 de marzo de 1956, establecía:
“Queda prohibida la utilización (…) de las imágenes, símbolos, signos, expresiones significativas, doctrinas
y obras artísticas (…) pertenecientes o empleados por los individuos representativos u organismos del
peronismo. Se considerará especialmente violatoria de esta disposición, la utilización de la fotografía
retrato o escultura de los funcionarios peronistas o sus parientes, el escudo y la bandera peronista, el
nombre propio del presidente depuesto el de sus parientes las expresiones ‘peronismo’, ‘peronista’,
‘justicialismo’, ‘justicialista’, ‘tercera posición’ la abreviatura ‘PP’, las fechas exaltadas por el régimen
depuesto las composiciones musicales ‘Marcha de los Muchachos Peronista’ y ‘Evita Capitana’ o
fragmentos de las mismas y los discursos del presidente depuesto o su esposa o fragmentos de los mismos”.
La política de desperonización fue llevada adelante en todos los ámbitos (sociedad, educación y economía)

Perón había comenzado un exilio que duraría 17 años. En un acto cargado de perverso simbolismo el
cadáver de Evita había sido secuestrado de la sede de la CGT. La Constitución sancionada en 1949, que
daba rango constitucional a los derechos económico-sociales fue anulada y miles de dirigentes gremiales y
políticos peronistas fueron a dar con sus huesos a las cárceles de la dictadura.

En este contexto, no era fácil para el movimiento peronista resistir el intento dictatorial de hacer desaparecer
todo vestigio del pasado reciente. Los comandos de la resistencia, fabriles o barriales, estaban escasamente
coordinados y las directivas del líder exiliado apenas se comprendían. Para muchos peronistas, ante el
retraimiento de los políticos y el golpe a los sindicatos, la vía golpista con militares leales no dejaba de ser
tentadora, aunque a Perón no le sedujera la opción.

EL LEVANTAMIENTO CIVICO-MILITAR
Los generales Valle y Tanco, entre otros oficiales y comenzaron a conspirar para armar una contrarrevolución
cuyas principales demandas serían exigir el cese de la persecución al peronismo, la restitución de la
Constitución de 1949 y la libertad a los miles de presos políticos y gremiales encarcelados. Ahí comenzó el
movimiento que tomó fuerza unos meses después.

En la noche del 9 de junio de 1956, el general Juan José Valle encabezó una rebelión cívico-militar que tuvo
sus focos aislados en Buenos Aires, La Plata, Avellaneda y La Pampa. El intento concluiría al cabo de unas
pocas horas. El 12 de junio de 1956, el general Valle sería fusilado junto a otras 26 personas. La medida
contribuiría a profundizar todavía más los odios y rencores.

¿Cómo ocurrieron los hechos?

Aramburu y Rojas, su vicepresidente, tenían información de la conspiración pero decidieron no interrumpirla


para "dar un escarmiento". Tal es así que en la noche del 8 de junio de 1956 son apresados cientos de
dirigentes gremiales para socavar la base social del movimiento.
Valle y Tanco, que estaban ya en la clandestinidad, deciden iniciar las acciones. El epicentro del alzamiento
estuvo en el Regimiento 7 de Infantería de La Plata y la Guarnición de Campo de Mayo.
La rebelión se extendió el Regimiento II de Palermo, la Escuela de Mecánica del Ejército, y el grupo de
civiles que debía operar en Florida. También hubo civiles armados y militares que intentaron sublevarse en
otras provincias. Salvo en La Pampa, la mayoría de los jefes de la sublevación fueron apresados. Ante el
fracaso del levantamiento, el general Tanco se dirige a Berisso para lograr apoyo, inútilmente, y debe huir y
esconderse. Mientras el general Valle también se oculta ante la certeza de que el movimiento había sido
delatado y había fracasado.

Como respuesta el gobierno dictatorial declara la ley marcial, que determina la suspensión de las garantías
individuales dispuestas en la Constitución y la delegación de facultades extraordinarias a las fuerzas
armadas.
Los levantamientos ocurrieron entre las 22 hs. y las 24 hs. del 9 de junio. A las 0,30 hs del 10 de junio, el
gobierno estableció la Ley Marcial. Es decir, que para que la ley marcial fuera utilizada contra los
sublevados ésta debía ser aplicada con retroactividad al delito cometido, violando el principio legal de la
irretroactividad de la ley penal. Pocas horas después, se firma el decreto que ordena el fusilamiento de
quienes violen la Ley Marcial.

LOS FUSILAMIENTOS
En la madrugada del 10 de junio, son asesinados los detenidos en Lanús. Horas más tarde, en los basurales
de José León Súarez,se ordena a la policía que se fusile a 12 civiles, de los cuales siete logran huir pero
cinco mueren posteriormente. Uno de los sobrevivientes, Juan Carlos Livraga, será el "fusilado que vive"
que permitirá al escritor y periodista Rodolfo Walsh reconstruir la historia a través de una investigación
publicada en 1957, y que luego constituyó la base de su célebre libro "Operación Masacre". A través de
su investigación fue posible conocer que el arresto de los obreros en Jose León Suarez habia sido realizado
antes de la aplicación de la ley marcial. De este modo,el libro devela las irregularidades del hecho, y se
convierte en un documento muy valioso para reconstruir este fragmento de la historia.

En Campo de Mayo, un tribunal militar que realiza un juicio sumarísimo y concluye que los sublevados no
deben ser fusilados. Pero Aramburu ratifica su decisión y firma el decreto que detalla la lista de militares
que deben ser fusilados. Este es el único documento que queda oficialmente inscrito en la historia. No
existen registros de esos juicios sumarios. No existe registro del informe forense que debió determinar la
causa de la muerte de las víctimas.

- El 12 de junio, Valle decidió entregarse a cambio de que se detuviera la represión y se le respetara la vida.
Ese día, Valle ingresa al Regimiento I de Palermo donde es interrogado y juzgado por un tribunal. Después,
Valle es enviado a la Penitenciaría Nacional, donde a las 22,20 fue fusilado por un pelotón. No hubo orden
escrita ni decreto de fusilamiento, ni registro de los responsables.

El 13 de junio, cesó la ley marcial. El saldo de la sublevación fue trágico y premonitorio de lo que vendría:
18 militares sublevados, entre los que se encontraba el general Valle, fueron fusilados. 13 civiles fueron
ejecutados en Lanús y un grupo de obreros fue asesinado en un basurero de Jose León Suarez. Raúl Tanco y
Julio Troxler, fueron algunos de los pocos sobrevivientes.

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