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Investiga y explica ampliamente qué fueron en la época de Trujillo, los

siguientes organismos:
a) La 40
LA CARCEL DE LA 40. Para que jamás olvidemos lo que se vivió en la ERA

Desde la época de Trujillo hasta hoy, los recuerdos de La 40, la cárcel ubicada en el sector
de Cristo Rey y ahora espacio de una escuela y la iglesia San Pablo, son imborrables. Ser
un opositor al régimen entre el 1930 al 1961 era condenarse a la muerte. La mayoría de
quienes lo hacían no se escapaban de los métodos anti-humanistas empleados por los
secuaces de Trujillo, quienes pretendían averiguar cualquier intento de conspiración
planeado contra el tirano.

Momentos desagradables, malas noches, dormir incómodos, estar desnudos y sufrir por
los maltratos, eran algunas de las cosas padecidas por los mártires pertenecientes al
Movimiento Revolucionario 14 de junio. El historiador Neida Nova cuenta que esa cárcel
era un centro de terror y tortura para los opositores del régimen. Otra cárcel similar es la
cárcel de 9, estaba ubicada en la avenida Mella, del kilómetro 9.

Trasladar a los presos dependía de los jefes de servicio en el centro penitenciario, por lo
general el interés de hacerlo era un secreto. La idea era enarbolar la democracia como
sistema político, pero todo el mundo sabía que era una dictadura en su práctica, basada
en terror, crimen y destierro, aclara. La cárcel la 40 fue expresión extrema de la represión,
el abuso de poder, crueldad, control y represión social en la dictadura. El sector militar,
los intelectuales, lo apoyaron, expresa Jacqueline Álvarez, antropóloga e historiadora,
refiriéndose a Trujillo.

Agrega que a ese lugar llevaban personas que de una forma u otra tenían inconformidad
con el régimen. Con el Servicio de Inteligencia Militar, SIM, a través de todo el proceso
de caliesaje y espionaje La silla eléctrica era el método de tortura más usado, para sacar
la confesión. Todavía se puede ver en el sótano (de lo que antes era una cárcel) las
manchas ensangrentadas y la marca de los tiros que se disparaban, afirma Nova. En la
actualidad la silla original se encuentra en el Museo del Hombre Dominicano. El Museo
de la Resistencia tiene una réplica. Además, estaba el tubo eléctrico usado en ese entonces
para producir intenso dolor físico (lo aplicaban sobre todo en las mujeres, en su parte
íntima).
Impacto de La 40. Según Nova, el impacto más grande que pudo dar La 40 fue luego del
ajusticiamiento de Trujillo, cuando su familia abandonó el país, en noviembre de 1961,
que comenzaron los testimonios. Los consejos de estado de esos momentos no querían
parecerse al déspota, aunque en el fondo eran similares, por esa razón permitían cierta
libertad a los torturados para que hablaran de lo que les ocurrió.

Sin embargo, el hecho de que no se volviera a usar la cárcel, no borra los recuerdos,
desalientos y malos ratos de algunos de los sobrevivientes. No será fácil olvidar que en el
sector de Cristo Rey ocurrieron grandes vejámenes.

Relatos de esa época. Rafael Valera Benítez cuenta en su libro Complot develado el
momento que llegó al centro de Tortura La 40: parecía una obra de alucinación Dantesca.
En todo el patio de la prisión y sus diversas dependencias se torturaba del más diverso
modo, en medio de un frenesí bestial en el que aparecían entremezclados, esbirros,
hombres desnudos y esposados, dando alaridos y revolcándose como gallinas
decapitadas. Recuerdos. Cuando llegué al frente de La 40 me fijé en un letrero sobre la
puerta que decía Villa Jacquelin. Su nombre se refería a la calle número 40, cerca de la
avenida Máximo Gómez y La Cementera, informa Bonelly en su escrito.

Francisco Manuel Cordero Gonzales perdió la cordura a causa de las torturas y lo


asesinaron en La 40. Opositor al régimen desde la juventud democrática en Santiago.
Nova menciona que la mayoría de las relaciones diplomáticas rompieron con el régimen,
casi al final de la dictadura, al enterarse. Similitudes y diferencias de Balaguer y Trujillo.
La desaparición de los jóvenes, los llamados enfrentamientos, haciendo creer un
intercambio de disparos, el uso del látigo, método del carbón, agarrar a las personas por
dos extremidades, eran algunos métodos de la tortura policiaca en la época de Balaguer,
dice Nova. Los presos eran políticos y exiliados, perseguían los jóvenes que eran llamados
comunistas porque no simpatizaban con el régimen, esa es una de las similitudes al
gobierno de Trujillo, enfatiza.

Construcción de resistencia. La 40 fue un elemento importante para reconstruir la


resistencia del pueblo dominicano a las acciones represivas de la dictadura. En ella se
cometían los actos más extremos de tortura física, psicológica, donde se llevaban a los
opositores del régimen y dependía de la magnitud de la infracción o sospecha que se tenía
sobre esa persona pues se le sometía a un sinnúmero de torturas, sostiene Álvarez.
Tipos de torturas. Álvarez explica lo siguiente: Las torturas más clásicas eran utilizar la
luz; no dejar dormir; arrancar las uñas; uso de electricidad para la tortura directa, en los
testículos a los hombres, también usando agua, todo esto sucedía cuando se le hacia una
pregunta y la persona no contestaba o no decía lo que los inquisidores querían.

b) La 42
La dictadura de Rafael L. Trujillo se inició de manera formal el 16 de agosto de 1930.
Para que así fuera, el jefe del Ejército diseñó una estrategia político-militar que se
desarrolló durante largos meses, en los que promovió su figura, obtuvo el apoyo de
sectores económicos, logró acuerdos con fuerzas políticas contrarias al gobierno del
general Horacio Vásquez, y se preparó para, llegado el momento, asestar el golpe
contra la institucionalidad democrática de entonces. Todo esto se combinó con los
conflictos a lo interno del partido de gobierno, la crisis en la economía mundial y la
grave enfermad renal del presidente de la República.

El 22 de octubre de 1929, el presidente de la República general Horacio Vásquez


visiblemente enfermo, aquejado de un ataque “nefrítico y febricitante”, pero activo en
él el interés de permanecer gobernando el país, aceptó participar en las elecciones de
mayo de 1930 como candidato continuista del “Partido Nacional”. La coyuntura no
pareció ser favorable para su reelección pues una grave crisis económica sacudía el
mundo desde 1929, mientras que su partido estaba visiblemente dividido y por demás,
el peligroso estado de salud no auguraba nada positivo para su persona ni para el país.
Junto a estos ingredientes coincidentes negativamente en ese momento, sectores
políticos y económicos se movían en torno al jefe del Ejército en procura de formar
parte de su proyecto político-militar que buscaba el derrocamiento del gobernante.

Seis días después de aceptar presentarse a la reelección, el día 28 de octubre, Horacio


Vásquez tuvo que salir del país en viaje de emergencia hacia Baltimore, Estados
Unidos, donde fue sometido a una peligrosa cirugía con la que le extrajeron uno de
sus riñones. El rumor no podía ser más preocupante, pues se aseguraba que el
presidente no regresaría con vida a la República Dominicana. La situación produjo
movimientos que apuntaban a la consolidación de posiciones, a la espera del
desenlace fatal. Y de ser así, Trujillo, aventajado en la posición de comandante de
ejército, se preparó para dar el zarpazo y apoderarse del gobierno, evitando que las
fuerzas que les eran adversas en el gobierno, especialmente los vinculados al
vicepresidente José Dolores Alfonsea, asumieran el control de la presidencia.

Sin embargo, el presidente no falleció como todos parecían esperar. El regreso del
convaleciente líder político el día 5 de enero de 1930, retrasó los planes de golpe de
Estado, que estaba previsto para ejecutarse el 16 de febrero; pero no pudo evitarlo,
pues el domingo 23 de febrero, en un simulacro de revolución que partió desde la
Fortaleza San Luis de Santiago, el licenciado Rafael Estrella Ureña, líder principal
del “Partido Republicano”, avanzó hacia la capital con el discreto apoyo del jefe
militar, quien en realidad era el principal líder del movimiento “insurreccional”.

El retiro indeseado del general Vásquez de la primera magistratura dio paso a la


juramentación de Rafael Estrella Ureña como presidente provisional, a la vez que se
mantuvo la convocatoria para las elecciones generales del 16 de mayo del mismo año.
Pasado el momento del derrocamiento, las fuerzas opuestas se compactaron para
participar en las mismas. A ellas concurrieron dos grandes bloques: por un lado, la
“Alianza Nacional-Progresista”, con Federico Velázquez y Ángel Morales como
candidatos y por el otro la “Confederación de partidos” que aglutinaba a la “Coalición
Patriótica de Ciudadanos”, al “Partido Liberal”, “Partido Republicano”, “Partido
Obrero Independiente” y otras pequeñas fuerzas que se aglutinaron bajo el amparo de
las candidaturas Trujillo-Estrella Ureña.

La “Confederación de partidos” resultó triunfante, pues a pocas semanas de las


elecciones se apropiaron del control de la Junta Central Electoral y sometieron a la
población a un terrible ambiente de represión política en que participaba el ejército y
la pandilla que había organizado Trujillo para imponerse en el certamen electoral,
obligando a los candidatos opuestos a sus intereses a tener que abstenerse de participar
en el proceso, decisión que fue impuesta a “sangre y fuego”. Trujillo se impuso, y la
pandilla de delincuentes que todos conocían como “La 42”, fue instrumento
importante, junto al ejército, para alcanzar la primera magistratura del Estado.

De acuerdo con Félix Evaristo Mejía–testigo importante de los acontecimientos de


1930—, la represión impuesta por Trujillo para ganar las elecciones fue terriblemente
sangrienta y se inició un día de abril en el que la “Alianza” dio una demostración de
fuerza en el Parque Colón. La multitud que se aglomeró para apoyar las candidaturas
antitrujillistas hizo que el jefe del Ejército ordenara de inmediato la acción de los
militares contra los concurrentes, llegando a mandar a que varios aviones
sobrevolaran la manifestación, y los militares a caballos atacaran la multitud
repartiendo macanazos y haciendo disparos:

“Las ametralladoras tabletearon y los fusiles dispararon, aunque al aire, para sembrar
el pánico y la confusión que habían planeado. Y así fue; la manifestación se dispersó
con la rapidez propia en esos casos, sin haber podido llenar tampoco su último
cometido. (…). A partir de ese momento no fue posible celebrar ninguna otra reunión,
ni pública ni privada; ya no se pudo laborar, porque “La 42” se hizo dueña absoluta
de la situación; arbitra de los destinos del país.

Debido a que la oposición reclamó ante la Junta Central Electoral que tomara el
control del proceso impidiendo la participación de los militares a favor de Trujillo,
pues los mítines en las ciudades y las caravanas de vehículos de los candidatos de la
“Alianza” eran atacados a tiros, lo que impedía el normal desarrollo de su campaña
electoral, se emitió una resolución obligando a la concentración de los militares en
sus cuarteles. Sin embargo, esto no impidió que los miembros del ejército siguieran
apresando y atacando a los líderes aliancistas.

Ante el acuartelamiento militar, la estrategia del futuro dictador sería la utilización de


manera abierta de la agrupación pandillera, la que tuvo luz verde para actuar a todos
los niveles, llegando inclusive, como lo plantea el historiador Bernardo Vega, a
utilizar la banda de delincuentes contra instancias judiciales que debían tomar
decisiones jurídicas relacionadas con las elecciones.

c) Qué fue el Movimiento 14 de junio


Movimiento Revolucionario 14 de junio. También conocido como Agrupación
política 14 de junio, llamado años más tarde 1J4; fue un movimiento clandestino de
oposición a la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo con orientación izquierdista que
llego a cubrir casi todo el territorio nacional, con unos 6,000 comprometidos de todos
los sectores sociales.

En 1960 se inician las conversaciones para establecer un movimiento que agrupó y


consolidó los espacios antitrujillistas que existían. Y en efecto, en el último encuentro
para tratar ese tema, realizado en Mao, Valverde, se decidió fundar una Organización
Revolucionaria de nombre Movimiento Revolucionario 14 de junio, en honor a los
dominicanos de la Gesta de Constanza, Maimón y Estero Hondo, de quienes
adoptaron también el Programa Mínimo.

Acciones de 1963

El Movimiento Revolucionario "14 de junio", se convirtió en la tercera fuerza política


de entonces y la principal organización antiimperialista, había alertado sobre la
posibilidad del golpe y a través de su líder, Manuel Aurelio Tavárez Justo, en una
concentración en la avenida el Conde en Santo Domingo afirmo:

Instalado el gobierno del Triunvirato, el Movimiento Revolucionario "14 de junio",


cónsono con la orientación de su líder, dio inicio, la noche del 28 de noviembre, a una
insurrección con seis frentes guerrilleros, que tenía como propósito el retorno al orden
institucional y la reposición de la Constitución del 1963.

En el más importante de los frentes, el Enrique Jiménez Moya, ubicado en Las


Manaclas, estaba Manolo Tavares, quien a la vez era el comandante General de la
guerrilla.

Con una débil y pobre preparación física y militar, junto a un entorno político nacional
dominado por la derecha y donde en el ámbito urbano la resistencia era escasa e
inefectiva, el movimiento insurgente fue rápidamente diezmado, al extremo de que a
20 días de iniciado, cuatro de los seis frentes estaban desvertebrados, con la agravante,
tal y como se consigna en el Diario de la Guerrilla de Las Manaclas, que más de la
mitad de los integrantes del principal frente guerrillero estaba al borde del colapso.

Acciones de 1965

Muerto su líder (Manolo), presos y deportados otros y otras, el 1J4 registraba una
crítica situación interna que le hacía peligrar como organización de masa. El 14, aun
con su crisis interna, tuvo una protagónica integración a la lucha en la llamada la
Guerra de abril 1965 a partir del 25 de abril, cuando su Comité Central Provisional
tomó la decisión de profundizar el movimiento armado en desarrollo. Su influencia
política era tal que aun así llegó a dirigir la mayor parte de los Comandos, forma de
organización armada que se dio el pueblo para enfrentar a la contrarrevolución criolla
y extranjera.
Los catorcistas fueron parte activa, junto al pueblo, los militares constitucionalistas,
el Partido Socialista Popular (PSP) y el Movimiento Popular Dominicano (MPD), de
los principales acontecimientos militares ocurridos durante la Revolución de Abril,
ya fuera en la Batalla del Puente Duarte, en la Operación Limpieza de la Zona Norte
de la Capital articulada por la contrarrevolución, en los combates antiyanquis del 15
y el 16 de Junio o en el intento de asalto al Palacio Nacional donde morirían, entre
otros extraordinarios combatientes, el Coronel Fernández Domínguez, el líder en ese
momento del Movimiento Revolucionario "14 de Junio", Juan Miguel Román, y otros
dirigentes muy destacados como Euclides Morillo que también había participado en
el alzamiento guerrillero del 1963, entre otros.

Fin del Movimiento

Terminada la Guerra de Abril, se agudizó la crisis del 1J4, donde se decía que su papel
ya había llegado a su fin, esta crisis culminaría con su desintegración en 1968.

d) Qué fue la Palmita


El Partido Dominicano, constituido el 16 de agosto de 1931, marcó un radical cambio de
rumbo de la historia dominicana. Surge, según sus fundadores, con la “devoción
democrática” de no ser “partido y partición”, que era la inveterada costumbre del pasado,
pero que todavía hoy se mantiene.

El sociólogo Juan Ulises García Bonnelly en su libro Las obras públicas en la Era de
Trujillo resalta que por primera vez en los anales dominicanos y posiblemente en la
historia de América Latina, “un partido político, en lugar de arrastrarse sirviendo al
significado de su expresión etimológica activa, -división, partición, separación,
abatimiento- hacía profesión de fe para unir, para levantar, para construir”.

García Bonelly más adelante señalaba que “bajo tan levantados auspicios se inició la
realización de un programa de gobierno que se contenía en esta sola palabra: construir”.
Al volver a hacer uso de la reseña histórica podría decirse que logró su propósito de
construir, sin particiones, pero un único partido.

Esta organización representó el soporte e instrumento político para Rafael Leonidas


Trujillo Molina lograr la reelección presidencial en el período 1934-38, que fue el bautizo
de la Era de Trujillo. Como dato curioso, el Partido Dominicano figuró inclusive en la
Constitución de la República de 1955, en el párrafo del artículo 106. Su símbolo era una
palma y el carné de miembro era obligatorio para todas las personas mayores de edad.
Las fuerzas de seguridad exigían a los ciudadanos lo que denominaban “los tres golpes”:
la cédula de identidad; el papel de certificación de haber hecho el servicio militar
obligatorio y el carné del Partido Dominicano, conocido como la palmita.

La falta de uno de estos documentos era motivo de una acusación del delito de vagancia,
que estaba penalizada. De manera que todos los dominicanos eran “miembros” de esa
organización, la más poderosa de la historia republicana. Su lema era: “Rectitud, Libertad,
Trabajo y Moralidad” que es el acróstico formado por las iniciales de las letras del nombre
de Rafael Leónidas Trujillo Molina. Esto desvelaba el carácter unipersonalista de la
naciente formación.

Como pólvora el Partido Dominicano fue estructurado en toda la geografía del país.
Desarrolló un plan de asistencia y mejoramiento social, era la plataforma para el trabajo
político y tuvo como trampolín las revistas cívicas, aquellas visitas que Trujillo realizó
desde el 1932 a los campos y las ciudades montado a caballo, en las que ciudadanos
“libres y espontáneamente” solicitaban la reelección del mandatario. El nombre de
revistas cívicas fue tomado del llamado Movimiento Cívico, que nominalmente encabezó
el general Rafael Estrella Ureña para derrocar al presidente Horacio Vásquez, el 23 de
febrero de 1930. El partido fue registrado oficialmente en la Junta Central Electoral el 11
de mayo de 1932, Trujillo como director y Mario Fermín Cabral como presidente de la
junta superior directiva.

Trujillo inicia oficialmente su campaña reeleccionista el primero de enero de 1932


argumentado que no había terminado su programa de gobierno. Contó con el respaldo de
los poderes fácticos, entre ellos la Iglesia católica y los empresarios estadounidenses
radicados en el país. En su campaña cabalgó el país. Con la demagogia de la mayoría de
los políticos daba dinero, besaba mujeres y cargaba niños. Dicen que en ocasiones
agarraba a las mujeres por la cintura para “entibiárselas”.

Se hacía acompañar de conjuntos típicos con el tradicional merengue “ripiao”, muchas de


estas piezas alababan su figura.

Algunos medios de comunicación de la época respaldaron su campaña reeleccionista.

El periódico La Opinión el 23 marzo 1933, en su primera página publicó que el doctor


José Enrique Aybar expresó que “el presidente era tan popular que debía realizarse una
reelección sin elecciones, pues más del 90% de la población exige la reelección…”. La
emisora la HIX en sus transmisiones decía “el pueblo pide reelección”. Cuentan que
Trujillo le decía al embajador estadounidense H. Arthur Schoenfeld, que deseaba
dedicarse a sus actividades privadas, mientras que por otro lado sus funcionarios
realizaban manifestaciones reeleccionistas. Antes de producirse la reelección en el año
1934 la naciente dictadura estaba políticamente sólida, sin oposición, con un partido único
y la población sojuzgada por los delfines del régimen ante la sensación de alerta y
angustiada por la presencia de un peligro que significaba oponerse al estatus quo. La
creación del Partido Dominicano le dio al régimen trujillista solidez y perdurabilidad.

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