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ABORTO – TRATAMIENTO CON AMEU Y LUI

Definición:

La Organización Mundial de la Salud ha definido el aborto como: “la expulsión o


extracción de su madre de un embrión o feto que pese 500 gramos o menos”. Este
peso corresponde a una edad gestacional entre 20- 22 semanas.

Como en el aborto retenido no ha ocurrido la expulsión, se podría definir mejor al


aborto corno la interrupción de un embarazo menor de 20-22 semanas o la pérdida
de un embrión o de un feto que pesa menos de 500 gramos.
Se denomina aborto temprano al que ocurre antes de las 12 semana de gestación
y aborto tardío al que se presenta entre las 12 y las 20 semanas de gestación. El
aborto puede ser espontáneo o inducido (provocado).

El concepto de viabilidad se considera entonces de acuerdo con la duración del


embarazo, el peso fetal y la disponibilidad de los recursos tecnológicos en el área
neonatal

Incidencia:

Según estadísticas de la organización mundial de la salud se estima que 46


millones de embarazos terminan en aborto inducido cada año, alrededor de 20
millones de estos se realiza de manera no segura.

La Organización Mundial de la Salud calcula que la incidencia del aborto en


Latinoamérica es la más alta del mundo, donde cuatro de cada diez embarazos
terminan en abortos.

Otros expertos, como Ahman y Shah , concluyen que la tasa más elevada de
abortos a nivel mundial se observa en América Latina, con 29 abortos por cada mil
mujeres de entre 15 y 49 años de edad.

La frecuencia del aborto identificado clínicamente aumenta de 12% en mujeres


menores de 20 años, a 26% en quienes tienen más de 40 años. La frecuencia de
aborto aumenta si la mujer concibe en los siguientes 90 días de haber dado a luz
un producto de término.

Etiología:

Más del 80% de los abortos ocurren en las primeras 12 semanas del embarazo y
cuando menos, la mitad es consecuencia de anomalías cromosómicas. Después
del primer trimestre disminuyen el índice de abortos y la frecuencia de anomalías
cromosómicas

La gran mayoría de los abortos espontáneos se deben a anormalidades


cromosómicas y a anormalidades morfológicas de los gametos, los embriones o
los fetos, incompatibles con un desarrollo normal. Entre los abortos que ocurren
antes de las 12 semanas de gestación se encuentran anomalías cromosómicas en
50-60% de los casos; la mitad de estas anomalías cromosómicas son trisomías
(en particular trisomia 16), aproximadamente un cuarto son monosomías X
(cariotipo 45, X0); también se encuentran poliploidías (triploidías o tetraploidías) y
un pequeño número presenta translocaciones desequilibradas y otras anomalías
cromosómicas.

Otras causas de aborto espontáneo son las siguientes: anormalidades anatómicas


del aparato genital materno (útero unicorne, útero bicorne, útero tabicado,
miomatosis uterina, incompetencia cervical, cicatrices y adherencias uterinas);
enfermedades endocrinas tales como la insuficiencia del cuerpo lúteo, el
hipotiroidismo, el hipertiroidisrno y la diabetes mellitus no controlada;
enfermedades sistémicas maternas como el lupus eritematoso, las enfermedades
cardiovasculares y renales y la desnutrición; infecciones maternas como sífilis,
rubeola, toxoplasmosis, listeriosis, e infecciones por el virus herpes 2, virus de
inclusión citoplasmática, Chlamydia trachomatis y Mycoplasrna hominis; factores
inmunológicos tales como la isoinmunización Rh, la incompatibilidad ABO o del
sistema Kell; factores tóxicos como el uso de antagonistas del ácido fólico y el
envenenamiento por plomo y traumáticos por lesión directa sobre el útero en
gestaciones del segundo trimestre.
Se denomina pérdida recurrente del embarazo a la ocurrencia de tres o más
abortos espontáneos consecutivos. Este término ha reemplazado al de aborto
habitual. La pérdida recurrente del embarazo se clasifica como primaria si la
paciente nunca ha tenido un fruto viable, o secundaria si la madre ha tenido un
bebé antes de las pérdidas consecutivas del embarazo. En la actualidad, cuando
una paciente ha presentado dos abortos consecutivos espontáneos, se inicia la
investigación como pérdida recurrente del embarazo debido a que la frecuencia de
hallazgos anormales es similar a la que se encuentra cuando se investigan las
pacientes después de haber presentado tres o más abortos. Las parejas con una
historia de tres abortos consecutivos, sin el antecedente de un hijo vivo, tienen un
riesgo de aborto espontáneo subsecuente de 50%.

La prevención, particularmente en el aborto de repetición (aborto habitual),


requiere por ser de origen multifactorial, de una adecuada valoración clínica y
estudios de laboratorio y gabinete para determinar su causa, de un tratamiento
especializado y posteriormente de una atención prenatal precoz y con calidad
durante todo el embarazo.
El riesgo de aborto espontáneo aumenta con el número de hijos procreados y
también con la edad de la madre y del padre.

Otros varios factores contribuyen al embarazo no planeado y al aborto, incluyendo


información insuficiente e imprecisa acerca de la anticoncepción, un acceso
inadecuado a los servicios y suministros, y una utilización de anticonceptivos
incorrecta e inconsistente.

Cuadro clínico:

En una mujer en edad reproductiva que ha tenido relaciones sexuales y presenta


un cuadro clínico caracterizado por dolor hipogástrico intermitente y sangrado,
después de retraso menstrual o amenorrea, o en quien se ha hecho previamente
el diagnóstico de embarazo, hay que sospechar amenaza de aborto.

Con el desarrollo del inmunoanálisis, que permite la identificación temprana de la


fracción beta de la gonadotropina coriónica humana, se cuenta hoy con un
instrumento muy sensible y específico tanto para el diagnóstico como para el
seguimiento y manejo de las complicaciones del embarazo temprano.

La gonadotropina coriónica humana (hCG) se puede detectar en la sangre


materna desde 7-l0 días después de la fertilización y guarda relación directa con el
crecimiento trofoblástico. En condiciones normales se encuentra una duplicación
de la concentración de hCG en el suero materno cada 48-72 horas. Cuando los
niveles de la hormona no ascienden adecuadamente, la curva se aplana, o los
niveles descienden antes de la octava semana de gestación, puede inferirse un
embarazo de mal pronóstico o no viable.

Por otra parte, los estudios ecográficos con equipos de alta resolución, permiten
visualizar por vía trans abdominal el saco gestacional a las cinco semanas de
amenorrea (tres semanas post concepción) como un espacio lleno de líquido
apenas medible (dos milímetros de diámetro).

A la sexta semana aparece el reborde trofoblástico y a la séptima semana de


gestación se puede observar la actividad cardiaca del embrión, lo cual comprueba
la vitalidad del fruto de la concepción.

También se puede observar el crecimiento del saco gestacional de 1 mm/día.


Cuando se realiza ultrasonido por vía transvaginal estos hallazgos se encuentran
aproximadamente una semana antes de las fechas mencionadas. Esto significa
que se puede diagnosticar en forma más precoz la aparición, localización y
características del embarazo con la ecografía transvaginal.

Las concentraciones de hCG se pueden evaluar en conjunto con los hallazgos del
ultrasonido para obtener una mayor precisión diagnóstica. Cuando los niveles
séricos de hCG son del orden de 5.000-6.000 mU/mL debe observarse ya un saco
gestacional con la ecografía transabdominal; con el transductor transvaginal se
puede visualizar el saco gestacional cuando el nivel de hCG se encuentra entre
1.800-2.000 mU/mL.
Estas dos pruebas han cambiado la forma de interpretar el cuadro clínico, la
evolución de la amenaza de aborto y el diagnóstico del embrión no viable, del
aborto y del embarazo ectópico. Por ejemplo, una paciente con retraso menstrual
que consulta por sangrado genital tiene una concentración de hCG de 3.000
mU/mL y hallazgos negativos a la ecografía trans-abdominal, amerita un estudio
transvaginal o un seguimiento de la hormona 48-72 horas después.
Si el embarazo es normal, la ecografía transvaginal debe mostrar crecimiento
intrauterino; y, si el trofoblasto está funcionando normalmente, el seguimiento de la
hormona deberá mostrar concentraciones cercanas a las 6.000 mU/mL.

Un corto tiempo después también se observará el saco por ecografía


transabdominal. Hallazgos diferentes hacen sospechar una gestación de mal
pronóstico o un embarazo ectópico.

En la actualidad también se ha dado importancia a la determinación única de la


concentración de progesterona cuando se investiga el pronóstico de un embarazo.
Una concentración de progesterona por debajo de 15 ng/mL se relaciona con
gestaciones intrauterinas de mal pronóstico y con embarazo ectópico. No se
requiere seguimiento de esta hormona en la investigación subsiguiente.

Clasificación del aborto:

Depende de la iniciación y de la evolución. Por la forma como se inicia se puede


dividir en espontáneo e inducido. Dentro de la última categoría se presenta la
posibilidad de que sea legal, ilegal y terapéutico.

Desde el punto de vista clínico el aborto se clasifica de la siguiente forma:

a) Amenaza de aborto:
Es la presencia de hemorragia vaginal y/o contractilidad uterina, sin modificaciones
cervicales.

La amenaza de aborto consiste en un cuadro clínico caracterizado por sangrado


de origen endouterino, generalmente escaso, que se presenta en las primeras 20
semanas de gestación, acompañado de dorsalgia y dolor tipo cólico menstrual. Al
examen obstétrico se encuentra el cuello largo y cerrado. Se considera que 50%
de las amenazas de aborto terminan en aborto a pesar de cualquier medida
terapéutica.
El tratamiento es el reposo absoluto en cama, con sedación según el estado de
ansiedad de la paciente. También pueden utilizarse analgésicos antiespasmódicos
para aliviar el dolor.

En los embarazos tempranos es importante definir el pronóstico del embarazo, si


existe embrión y si está vivo. El estudio ecográfico es una ayuda invaluable para
precisar el diagnóstico. En los casos de embrión vivo pueden observarse zonas de
desprendimiento o sangrado o sacos de implantación baja. Si de manera
inequívoca no se detecta embrión (huevo anembrionado) debe procederse a la
evacuación, mediante dilatación cervical y curetaje.

Si se detectan movimientos cardíacos por ecografía o se confirma la presencia de


un embrión viable, el pronóstico depende del grado de desprendimiento que se
observe; cuando el desprendimiento es pequeño el pronóstico generalmente es
bueno, desaparece el sangrado y la gestación continua su curso.

En 50% de los casos evoluciona hacia el aborto con tres cuadros clínicos: el
aborto retenido, el aborto incompleto o el aborto completo.

Conducta:

Ante una consulta compatible con un cuadro clínico de aborto se procede de la


manera siguiente:

1. Ecografía para descartar una mola o un embarazo ectópico y precisar si


existe o no una vida embrionaria o fetal.
2. Determinación de βhCG.
3. Mientras no se cuenta con el resultado de estas exploraciones, reposo en
cama. Hospitalizar si existen presiones familiares, se trata de aborto a
repetición o el embarazo ha sido calificado previamente de alto riesgo.
4. Abstención del coito.
5. Administrar sedantes uterinos si persisten las contracciones dolorosas.
6. Procurar tranquilizar a la paciente y a sus familiares.

Tratamiento médico:

• Si la ecografía demuestra viabilidad ovular y las pruebas bioquímicas son


normales, se debe instaurar reposo y precisar si existen o no causas
metabólicas, infecciosas o de otro tipo para la amenaza de aborto.
• Sí la ecografía aún no revela placa embrionaria o existe un desfase entre la
edad gestacional real y la ecografía, pero la prueba inmunológica es positiva,
solicitar una nueva ecografía en dos semanas y en el intervalo hacer guardar
reposo a la paciente.
• Sí la ecografía demuestra viabilidad ovular, pero demuestra un cierto
desprendimiento placentario se debe instaurar reposo absoluto.

b) Aborto en evolución:
Se define como el cuadro clínico caracterizado por la presencia de hemorragia
vaginal persistente de origen uterino, contracciones uterinas dolorosas,
intermitentes y progresivas y modificaciones cervicales (borramiento y dilatación)
incompatibles con la continuidad de la gestación. Las membranas ovulares se
encuentran íntegras. (26, 27,28)

El tratamiento consiste en hidratación, administrar analgésicos parenterales,


reforzar la actividad uterina si es necesario y esperar la expulsión fetal para
proceder al legrado o la revisión uterina.

Conducta:

1. Hospitalización inmediata de la paciente.


2. Revisión de los exámenes de laboratorio.
3. Solicitar hemograma, hemoclasificación.
4. Si se trata de un aborto del primer trimestre:
• Legrado uterino, previa dilatación del cuello uterino.
• Efectuar siempre exploración vaginal bajo anestesia en el momento del
legrado, para descartar un posible embarazo ectópico.
5. Anotar en la historia clínica los datos obtenidos. Si se trata de un aborto del
segundo trimestre:
• Si el cuello uterino está abierto o semiabierto.
• Si existe una dinámica uterina instaurada y si la metrorragia no es
alarmante, procurar el vaciamiento del útero mediante goteo de oxitocina
(1530 UI de oxitocina en 500 mL de Lactato de Ringer).
• Después de la expulsión del feto, practicar revisión uterina.

c) Aborto diferido o Huevo muerto y retenido:


Se presenta cuando habiendo ocurrido la muerte del producto de la concepción no
se expulsa en forma espontánea. Esta entidad presupone un lapso entre la muerte
ovular y la elaboración del diagnóstico. Generalmente existe el antecedente de
amenaza de aborto.

Debe sospecharse cuando el útero no aumenta de tamaño, los síntomas y signos


del embarazo disminuyen hasta desaparecer y el control ecográfico visualiza
embrión sin actividad cardiaca, con distorsión del saco gestacional, disminución
del líquido amniótico y en embarazos del segundo trimestre, cabalgamiento de los
huesos del cráneo.

El advenimiento de la ecografía permite el diagnóstico de la muerte embrionaria y


de la muerte fetal en forma precoz; por esta razón, para el manejo clínico no tiene
lugar en la actualidad el considerar aborto retenido solamente a aquel que tiene
tres o más semanas de muerte intrauterina.

Conducta:

El tratamiento del aborto retenido depende de la edad gestacional y del tamaño


uterino. En embarazos tempranos consiste en la evacuación del útero mediante
dilatación y legrado. En gestaciones avanzadas (mayores de doce semanas) debe
llevarse a cabo la maduración cervical con prostaglandinas y la inducción con
oxitocina. La oxitocina puede iniciarse mezclada con dextrosa al 5% o Lactato de
Ringer a una tasa de infusión de 1 mU/mL. La velocidad de la infusión puede
duplicarse cada 15 minutos hasta obtener contracciones uterinas adecuadas.
Cuando el feto se expulse se debe practicar legrado o revisión uterina con el fin de
completar la evacuación de los anexos ovulares.

d) Aborto incompleto
Cuando ha ocurrido la expulsión de una parte del huevo y el resto se encuentra
aún en la cavidad uterina. Cuando queda retenida la placenta el tratamiento
consiste en completar el aborto por medio del legrado o la revisión uterina.

e) Aborto inevitable
Variedad del aborto incompleto ya que la pérdida del líquido amniótico ya
configura un cuadro de aborto incompleto, que hace imposible la continuación de
la gestación generalmente por la existencia de hemorragia vaginal intensa, ruptura
de membranas, aun sin modificaciones cervicales o actividad uterina reconocible o
cuando las contracciones uterinas son más enérgicas, el cuello sufre borramiento
y dilatación, las membranas están rotas y se palpan a través del cuello las partes
fetales.

En estos casos el tratamiento consiste en hidratar la paciente, reforzar la actividad


uterina con oxitocina si es necesario, administrar analgésicos parenterales y
esperar la expulsión del feto. Posteriormente se procederá a practicar legrado o
revisión uterina.

Conducta:

• Hospitalización, ordenar hemograma, hemoclasificación y serología.


• Si se trata de un aborto incompleto y la pérdida sanguínea es notable, es
necesario realizar legrado uterino inmediato con goteo oxítocico simultáneo.

Los cuidados posteriores incluyen:

• Goteo oxitócico durante 2-3 horas después de la evacuación uterina.


• Globulina anti D en las pacientes Rh negativas.
• Efectuar un adecuado soporte psicológico.
Al dar de alta se debe instruir a la paciente en los siguientes tópicos: No usar
tampones o duchas vaginales y abstenerse del coito durante tres semanas.
Aconsejar visita médica en caso de fiebre, dolor suprapúbico o aumento brusco de
la pérdida hemática. Control en consulta externa a las 4-6 semanas.

f) Aborto completo o consumado:

Se denomina aborto completo a la situación en la cual hay expulsión total del


embrión o del feto y de las membranas ovulares. Desde el punto de vista clínico se
identifica porque desaparece el dolor y el sangrado activo después de la expulsión
de todo el producto de la concepción. Puede persistir un sangrado escaso por
algún tiempo.

Tratamiento: Cuando ocurre en embarazos tempranos el tratamiento consiste en


la observación solamente, confirmación por ecografía y si se considera necesario,
el seguimiento de la hCG.

g) Aborto habitual

Es la pérdida repetida y espontánea del embarazo en tres o más ocasiones o


de 5 embarazos en forma alterna.

h) Aborto séptico

Cualquiera de las variedades anteriores a las que se agrega infección


intrauterina.

MÉTODOS DE EVACUACIÓN UTERINA

Evacuación uterina es la extracción del contenido del útero. Al utilizar un método


de evacuación uterina se debe evaluar la dilatación cervical, las semanas de edad
gestacional, presencia y gravedad de la hemorragia
Evaluación preoperatorio:

• Informar a la paciente y firmar el consentimiento informado.


• Análisis: hematocrito, hemoglobina, pruebas de coagulación, grupo y Rh
• Transfundir a la paciente en caso fuese necesario
LEGRADO UTERINO INSTRUMENTADO (LUI):

Es de los procedimientos que con mayor frecuencia se realizan en obstetricia. Se


conoce además con el nombre de dilatación y curetaje. El LUI es un método
quirúrgico de evacuación uterina. En el tratamiento de las complicaciones del
aborto el LUI se utiliza tanto en el primer trimestre como en el segundo trimestre.
La OMS recomienda que deba utilizarse únicamente en casos en que no se
disponga de AMEU (Aspiración Manual Endouterina) por las posibles
complicaciones. Debe ser realizado solamente por personal capacitado, de
preferencia medico.

Indicación:

En la actualidad existen dos tipos de legrado, el obstétrico y el ginecológico. El que


se realiza en la gestante o en la puérpera para suspender el embarazo temprano,
para limpiar la cavidad después de un aborto incompleto o en los siguientes 42
días post-parto o post-cesárea, para limpiar la cavidad endometrial, es el que se
denomina obstétrico. El legrado ginecológico es el que se realiza a pacientes que
no están embarazadas o no tienen patología relacionada directamente con la
gestación, cuando se desea realizar biopsia del endometrio, hemorragia
disfuncional, gestaciones menores de 15 semanas.

Tipo de anestesia: Anestesia de tipo general, regional o sedación que puede


variar de superficial a profunda.

Con el paso de los años se han descrito y utilizado diferentes tipos de anestesia
para la realización de los legrados obstétricos, tales como: anestesia local,
bloqueo paracervical con premedicación analgésica, sedación consciente,
anestesia general con y sin agentes inhalados, siendo la anestesia general
endovenosa la más utilizada actualmente por los anestesiólogos, dado que, la
técnica inhalatoria general presenta inconvenientes en cuanto a costos,
contaminación del área quirúrgica, aumento de sangrado transoperatorio y en
todos los casos es necesario controlar la vía aérea y la ventilación del paciente
con los riesgos que ello implica.
La técnica anestésica adecuada para este tipo de procedimientos, será entonces,
aquella que proporcione las condiciones óptimas para el procedimiento tales
como: inducción rápida sin cambios bruscos en los signos vitales, fácil
administración, vida media corta, analgesia, control neurovegetativo, recuperación
rápida, ausencia de efectos secundarios, además de satisfacción para el
ginecólogo durante el procedimiento y para el paciente posterior al mismo.

Instrumentos:

• Espéculos de Guttman.
• Pinzas de Pozzi.
• Histerómetro.
• Tallos de Hegar.
• Pinzas de Winter o Forester.
• Legras romas y filosas del tipo Recaimen fenestradas.

Procedimiento:

a) Dilatación: La paciente debe estar en posición ginecológica, se debe


extraer el dispositivo de dilatación cervical si se ha utilizado previamente,
se realiza asepsia de genitales externos y vagina, se realiza tacto para
determinar la consistencia, el tamaño y la posición del útero; se colocan las
valvas de Doyen o especulo de Guttman, para visualizar el útero, se realiza
el pinzamiento del cuello cervical con las pinzas de Pozzi, con las cuales
se tracciona y se estabiliza el útero; se realiza histerometría para
determinar la dirección del canal cervical y el tamaño del útero; se realiza
dilatación del cuello con los Tallos de Hegar utilizando el de menor calibre
hasta alcanzar el grado de dilatación necesaria para poder utilizar las
legras o las pinzas durante el procedimiento.
b) Evacuación: Se introducen las pinzas de Winter o Forester, deben ser
introducidas hasta el fondo del útero donde se abren y rotan dentro de la
cavidad uterina para poder atrapar los restos más gruesos. Se completa la
evacuación utilizando las legras (preferiblemente romas), estas se pasan
sistemáticamente por las paredes uterinas hasta conseguir sensación de
rascado “grito uterino”, justo cuando la sangre se vuelve roja, escasa y con
burbujas.

El procedimiento debe ser cuidadoso, se debe evitar ser enérgico y destruir la


capa basal provocando sinequias uterinas (Síndrome de Asherman) dando
como resultado esterilidad.

c) Control postoperatorio
• Evaluar constantemente presencia de hemorragias.
• Recogida del material evacuado para estudios histológicos.
• Administrar vacuna anti-D si la paciente fuese Rh negativo.
• Observar a la paciente durante 24 horas.
• Control postoperatorio a las 3 a 5 semanas de practicado el procedimiento.

Seguridad y eficacia clínica

Implica altas tasas de complicaciones como hemorragia, infección pélvica, lesión


cervical y perforación uterina.

Aceptación

El riesgo de complicación lo hace menos aceptado por las pacientes, además de


necesitar altas dosis de analgésicos, pudiendo provocar estancias hospitalarias
más largas.

ASPIRACIÓN MANUAL ENDOUTERINA (AMEU):

Es un procedimiento de evacuación uterina principalmente para el primer trimestre


de gestación, respaldada por la FIGO (Federación Internacional de Ginecología y
Obstetricia) y la Confederación Internacional de Matronas (ICM), la OMS junto con
UNICEF y el Banco Mundial, considera la AMEU como una tecnología esencial
para la evacuación Endouterina.

Puede ser realizada por un ginecólogo, un médico general o por cualquier otro
personal de salud que esté capacitado. Puede realizarse como un procedimiento
ambulatorio disminuyendo la estancia hospitalaria.

Según la OMS la aspiración manual endouterina (AMEU) es el método de primera


elección para el tratamiento de la atención post aborto; cabe mencionar que,
aunque la OMS recomienda el AMEU en muchos establecimientos de salud aun
se utiliza el LUI.

Puede utilizarse en zonas rurales, puede realizarse en una clínica o en un servicio


de consulta externas, que requiere menos recursos y disminuye el costo del
tratamiento. En lugares donde se puede reutilizar el instrumental, el costo por cada
procedimiento puede ser relativamente bajo. El aumento en la disponibilidad local
de la atención médica y la disminución del tiempo de espera para recibir
(30, 31, 32, 33, 19,20)
tratamiento lo hace un método aceptado por muchas mujeres.

Indicación:

Está indicado en gestaciones menores de 12 semanas de gestación.

Tipo de anestesia: Analgesia, sedación superficial o anestesia local.

Instrumentos:

• Aspirador manual portátil.


• Cánulas Karmant de 4, 6, 7, 8, 9 y 12mm.

Procedimiento:

a) Dilatación cervical

En los casos de aborto inevitable o de aborto incompleto, puede que el cuello


uterino esté lo suficientemente abierto como para permitir la evacuación
endouterina, sin la realización de una dilatación complementaria o mediante sólo
una dilatación mínima.

b) Evacuación

Para realizar el AMEU, se introduce una cánula de plástico, se dispone de


diferentes tamaños evitando la necesidad de dilatación cervical en algunos casos,
luego se conecta a un aspirador manual de plástico de 60 centímetros cúbicos
(que tiene apariencia de jeringa grande) cargado con el vacío. El vacío se libera al
oprimir los botones en el aspirador y la cánula se gira delicada y lentamente
mientras que se desplaza hacia adelante y hacia atrás en el útero. El aspirador
sirve como fuente del vacío para aspirar los restos ovulares a través de la cánula
hacia el interior del cilindro del aspirador con una presión de 26 pulgadas de
mercurio, hasta que llega el 90 por ciento de su capacidad. No produce ruido,
debido a que la acción se realiza mas suavemente, la bolsa gestacional
permanece intacta asegurando una completa evacuación uterina.

La indicación de que el procedimiento ha finalizado es la obtención de una espuma


rosada en la cánula, cuando no se observa paso de tejido, al percibir aspereza en
las paredes del útero, y dificultad para mover la cánula, cuando el vacío hace que
se adhiera a las paredes uterinas.

d) Control postoperatorio
• La recuperación de la paciente se hace en una camilla normal donde
descansa hasta sentirse en condiciones de levantarse y caminar sin ayuda.
• Se da egreso entre 4 y 6 horas posteriores al procedimiento.

Seguridad y eficacia clínica

En comparación con el LUI, la AMEU permite disminuir considerablemente los


riesgos de infección, de lesión cervical y de perforación uterina; además, con la
AMEU la necesidad de dilatar el cuello uterino es menor, el sangrado no es tan
abundante, la estancia hospitalaria es más corta y la necesidad de administrar
medicamentos anestésicos es menor.

Aceptación

El AMEU es bien aceptado por las mujeres, ya que requiere niveles bajos de
manejo del dolor, es por esto que el tratamiento de la atención post aborto puede
proporcionarse en ámbitos de pacientes en consulta externa, y las mujeres suelen
preferir esta opción a una larga estancia hospitalaria.

Efectos secundarios de los métodos de evacuación endouterina

• Cólicos abdominales
• Náuseas leves a moderadas
• Vómito
• Dolor
• Sangrado similar al de una menstruación Complicaciones de los

procedimientos LUI Y AMEU:

• Evacuación incompleta.
• Reacción vagal.
• Lesión cervical o uterina, como perforación/laceración.
• Infección pélvica.
• Complicaciones de la anestesia.
• Sepsis.
• Hemorragia.
• Hematómetra aguda.
Algunas de estas afecciones pueden llevar a infertilidad secundaria, graves
lesiones y en algunos casos a la muerte. El riesgo de complicaciones graves es
más elevado para los procedimientos de evacuación endouterina en el segundo
trimestre que para aquellos que se practican en el primer trimestre. Debe tratarse
de inmediato toda entidad que amenace la vida de la paciente, tales como shock,
hemorragia, infección cervical o pélvica, sepsis, perforación y lesión abdominal, las
cuales pueden presentarse en los casos de aborto incompleto o de aborto
clandestino.

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