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UNIDAD III

Entorno histórico-geográfico del Primer


Testamento
1. La Biblia como memoria oral-escrita del pueblo de Dios
2. La geografía de los tiempos bíblicos.
3. La historia de Israel. Los imperios vecinos a Israel.
Monarquía unida, monarquía dividida.
4. Formación literaria del Primer Testamento
5. Alianza, idolatría y realeza.
6. Formación del Pentateuco. Historia deuteronomista.

“Hay una razón para seguir amando esta pobre tierra,


y es que ella produjo a Jesús”
Bonhoefer
(en la cárcel durante la II guerra mundial)

1. LA BIBLIA COMO MEMORIA ORAL-ESCRITA DEL


PUEBLO DE DIOS
La Biblia no es un libro de historia antigua, aunque relate viejas
historias. Tampoco lo es de ciencia o geografía. Es el Libro con mayúscula que
nos muestra el rostro de Dios vivo y nos permite escuchar su Palabra que da
vida nueva a todas las cosas.
Es también un camino de fe de un pueblo, en el cual va vislumbrando al
mismo Dios. Es una fe comunitaria con avances, retrocesos, aciertos e
infidelidades. Por ello es un espejo para nosotros hoy porque nos presenta los
valores que Dios nos invita a vivir para construir un mundo de hermanos,
donde reine la paz, la reconciliación y la justicia.
Este libro está dividido en dos partes: El Antiguo Testamento o pueblo de
Israel y, el Nuevo Testamento, Jesús, sus discípulos y la Iglesia.
Ahora, ¿debemos decir Antiguo Testamento o Primer Testamento?
Consideramos que la forma correcta de referirnos es la de Primer
Testamento, realidad valorada desde Vaticano II por varias razones:
1. Respeto al pueblo judío
2. lo antiguo es visto como pasado de moda e inútil. Hoy sabemos que el
PT contiene grandes tesoros de fe pero, sobre todo, nos muestra el
camino pedagógico por el que Dios nos habla. Ya lo dice Vat II: no puede
entenderse el ST sin el primero, el cual por su parte presupone el
segundo, cuyo centro es Cristo.
La historia de formación literaria del PT no es tarea fácil. Los ambientes,
autores y épocas de los libros crean frecuentemente problemas. Así, junto a
conclusiones críticas ciertas a veces, nos tenemos que contentar con
situaciones probables. El PT tiene sus raíces en la experiencia de fe de las
primeras oleadas migratorias que se asentaron en Canaán provenientes de
Caldea. Más tarde esos clanes se trasladan a Egipto, con el tiempo y con
Moisés a la cabeza son conducidos a la Tierra prometida, tras cuarenta años en
el desierto. Se organizan al principio por clanes y tribus hasta que aparecen los
Jueces y, sólo hacia el año 1000 a.C. Israel se convierte en monarquía.
Hasta ese momento el recuerdo de las experiencias pasadas se trasmitían
de generación en generación a través de tradiciones orales.
Dichas tradiciones eran comunes en el Medio Oriente para conservar la
memoria colectiva de los pueblos. A través de personajes, acontecimientos,
cantos, narraciones, himnos, lo vivido se hace patrimonio común y se va
enriqueciendo con el tiempo.
Era la forma, con relatos fáciles y de valor mnemotécnico con rimas y
repeticiones que las nuevas generaciones se iban apropiando de la experiencia
y conocimiento de las generaciones anteriores. Hoy vivimos un patrón de
comunicación escrita, sin embargo mantenemos algunas tradiciones orales
como refranes, canciones populares, chistes, cuentos. Son recursos que los
pueblos usan para trasmitir valores y hechos que no deben olvidarse.
Durante la monarquía muchas de estas tradiciones comienzan a ponerse
por escrito bajo la mirada de fe de un pueblo que mira la acción de Dios en su
vida. Ha comenzado el tiempo de la Biblia, cuyo proceso se completa en unos
mil cien años con continuos procesos de redacción, de los que destacaremos
los momentos redaccionales importantes, no sin antes estudiar un poco la
geografía de la región antes de sumergirnos en la historia.

2. LA GEOGRAFÍA DE LOS TIEMPOS BÍBLICOS


El pueblo de Israel es originario de Oriente, en un principio un pueblo
nómada que posteriormente se asentaría en un territorio situado entre la costa
del mar Mediterráneo y el desierto sirio-arábigo, conocido como Canaán, de lo
cual surge una pregunta: ¿ cómo debemos nombrar la región? ¿Canaán, Israel
o Palestina?
Durante el transcurso de la historia el nombre fue cambiando:
Canaán o tierra de cananeos, es el nombre de la región durante la época
patriarcal, cuando se establecieron los primeros clanes.
Israel es el nombre del patriarca Jacob, fue usado en los tiempos de la
monarquía.
Palestina o tierra de filisteos. Nombre empleado por los griegos para
referirse al territorio.
Formaba parte de una zona mayor conocida como la “Media luna fértil”, en
ella se sucedieron grandes civilizaciones y pueblos a lo largo de milenios. Era
paso obligado entre estos pueblos. Consecuencia de ello. Israel será un pueblo:
* Marcado por la mentalidad del Medio Oriente
* Condicionado por su situación geográfica
* Con características propias que lo distinguirá de los pueblos vecinos
También encontramos en la Biblia varios nombres para referirse al pueblo
de Dios:
Hebreos, cuya raíz significa “pasar” y esto fue el pueblo durante la época
patriarcal, gente de paso, siempre en movimiento, auténticos nómadas del
desierto.
Israelitas o “hijos de Israel “Se reconoce el nombre del patriarca Jacob,
Israel significa el que ha luchado con Dios y está a su lado.
Judíos o hijos de Judá. La palabra tiene el sentido de alabar, celebrar, Así
se les llamaba a los habitantes luego del destierro de Babilonia.
Estos diferentes nombres nos recuerdan tres importantes disposiciones en
el creyente: estar de paso, estar con Dios y alabarle.

CARACTERÍSTICAS GEOGRÁFICAS
El territorio que ocupó Israel era pequeño. Con una superficie de 25.000
km2, algo así como el estado Falcón. Abarca unos 250 km de largo y su ancho
varía entre 50 y 100 km en el extremo sur. Su geografía ofrece cuatro
regiones diferentes que se sitúan como franjas longitudinales paralelas de
norte a sur: la llanura costera, la región montañosa, la depresión del río Jordán
y el mar Muerto y, la meseta de Transjordania.

1. Clima
Existen prácticamente solo dos estaciones: la de lluvias (de octubre a
junio) y la de secas (de junio a octubre).
Las lluvias son más abundantes en la zona costera y en la cadena central
de montañas, y son muy escasas en el valle del Jordán, principalmente al sur.
Ahí el calor es muy fuerte, llegando a ser casi insoportable; por las noches
refresca un poco.
En el verano el rocío humedece la tierra, pero en el valle del Jordán ni
rocío cae. Entre las estaciones sopla un viento caliente y seco que llaman
Siroco, y perjudica a hombres y animales.
Las diferencias climáticas son muy grandes, hay llanuras fértiles,
desiertos desolados y nieves eternas como en el monte Hermon.

1. Valles y planicies
La palabra “valle” en el PT tiene varios significados: se habla de una
planicie (Gn 11,2), de un valle simplemente (Is 40,4), de un lugar bajo y
arenoso a la entrada de un río (Am 1,5), de las planicies bajas del Jordán (Dt
34,1-6). Las planicies se caracterizan por ser tierras fértiles, húmedas y
cultivables. Su vegetación es variada: acacias, viñas, olivares, etc.
Nombraremos:
Jezrael o Esdrelón: Esta es la planicie más importante de la Canaán porque
da acceso a la Transjordania juntamente con Bete-Sabe que separa las
montañas de Galilea de las de Efraín.
Sefelá y Hebrón: Estas planicies son importantes porque se ubican cerca de
las rutas comerciales. Hebrón se encuentra a 35 km. de Jerusalén. Ahí están
sepultados Abraham, Sara, Rebeca, Isaac y Jacob. Hebrón significa: Unión.

2. Montes
Podemos dividir los montes de Palestina en 2 grupos. Los de Palestina y
los de la Transjordania (Jos 20,7-8).
Montes de Palestina
Entre ellos, tenemos: la sierra de Galilea o Neftalí, de la que destacaremos
el monte Tabor en que se llevaron a cabo las batallas de Barac y Débora contra
Sísara (Jc 4), y de Gedeón contra los Madianitas (Jc 8).
La sierra de Samaria o de Efraim, en la que se encuentra el monte Garizim
(monte de la bendición), Gelboé donde murió el rey Saúl y su hijo Jonatán en
la batalla contra los Filisteos y 2 hijos más (1Sa 31,6-13).También el monte
Carmelo o “campo fértil”. Allí la Biblia menciona que había un altar muy
antiguo (1Re 18,32) donde el profeta Elías desafió a los 400 falsos profetas de
Baal. Allí también está la “gruta de Elías”. Hoy es un santuario musulmán.
La sierra de Judá, una serie de elevaciones separadas por valles donde
corren ríos. Principalmente son tres: Sión: con 800 m. de altitud, el más alto de
la zona. Desde este lugar se prestaba muy bien para la defensa de Jerusalén.
En Gn 22,2 ese nombre designa una región. Sobre este monte, David llevó el
Arca de la Alianza. Cuando se transfiere el Arca para el Monte Moria, el nombre
de Sión indicaba también este monte; y desde entonces pasó a indicar toda la
ciudad de Jerusalén. En el monte Moria, la tradición coloca el altar para
sacrificar a Isaac (Gn 22,9). En el mismo lugar, Salomón 100 años después
construye el templo de Jerusalén (2Cr 3,1). El tercero es el Monte de los Olivos
al norte del monte Sión. El valle Cedrón lo separa del monte Moria. En sus
lados tenía abundancia de olivos. Es de allí que, mirando hacia Jerusalén, lloró
Jesús sobre ella y pronunció las palabras proféticas de Lc 19,28-44.
Montes de Transjordania
Se agrupan en 3 regiones: Basán, donde habitaba la tribu de Manasés,
Galaad al norte del mar Muerto, ocupado por la tribu de Gad. Fue la tierra de
Elías también (1Re 17,1). Y Moab ocupado por los moabitas. En esta región
destacaremos además el monte Hermón de nieves eternas y el monte Nebo,
donde Moisés contempló la Tierra Prometida y murió (Dt 31,1-6).

3. Los caminos comerciales


Desde los tiempos de Abraham existían muchos caminos que cruzaban
la tierra de Canaán en todas las direcciones. Al principio eran caminos simples
por donde cruzaban mercaderes y pastores. En las épocas de Josué, Jueces y
Reyes, vemos que el uso de los carros de hierro exigía rutas mejores y más
definidas.
En los orígenes del pueblo de Israel las potencias vecinas (Egipto y
Mesopotamia) se disputaban la hegemonía del mundo: Israel era camino
inevitable para sus luchas de poder. Los caminos eran también el medio de la
comunicación entre los poblados, ciudades y continentes y eran el medio de
intercambio cultural, religioso, económico y político. Las rutas comerciales son
las que empujan las sociedades hacia el éxito y tienen un peso definitivo en las
decisiones políticas.
Hubo tres caminos importantes además de la vía marítima dominada
por los filisteos, así que la navegación no fue el fuerte de los israelitas.
Camino de las naciones: por el que los ejércitos de los grandes imperios se
desplazaban para dominar militarmente. Allí circulaban los carros de hierro
tirados por caballos de los egipcios, asirios, babilonios, persas. Esa ruta
empezaba en Egipto. Era llamado también “Camino de los filisteos” (Éx
13,17).
Camino de las montañas: Esta vía es llamada también “Camino Central”;
Jerusalén era un puente entre los dos caminos de las Naciones y de las
Caravanas y durante los reinos de David y Salomón en la que se erigió como
capital, su ubicación estratégica le valió ser el centro de toda la región.
Camino de las caravanas: llamado también “Camino de los Reyes”. Era un
camino de grande comercio internacional, unía a Tebas con la Mesopotamia.
Por aquí pasaba el comercio de oro, marfil, especias, seda y púrpuras.

4. Mares, lagos, puertos y ríos


Mar Mediterráneo: que baña toda la costa occidental de Canaán: de ahí
provienen normalmente las lluvias.
Mar Muerto: es el punto más bajo del planeta, se encuentra entre los montes
de Judá y Misabé, tiene 17 km de ancho y 76 de largo. Cerca de ahí estaban las
ciudades de Sodoma y Gomorra.
Mar de Galilea: Este es un lago del que se habla mucho en los evangelios.
Tiene varios nombres: en el libro de los Nm 34,11 se le llama mar de Quineret;
Lucas lo llama lago de Genesaret, Mateo y Marcos mar de Galilea, y Juan mar
de Tiberíades. Tiene 25 km de largo y 14 km de ancho con una profundidad de
hasta 50 m. Alrededor de este mar o lago, se desarrolla una buena parte de la
misión de Jesús.
Lago de Merón: es llamado actualmente como lago de Hule, se encuentra a
20 km al norte del mar de Galilea.
Río Jordán: es el principal río, corre de norte a sur y divide el país en dos
partes; Canaán y Transjordania. Su nombre quiere decir “declive” o sea “que
baja”. Se origina en el lago Merón . La tradición evangélica lo ubica como el
lugar donde fue bautizado Jesús.
Los afluentes del mar Mediterráneo: son los ríos Besor, Gaas, Caná y
Quison.
Los principales puertos de Canaán son: Jope, Aco, Dor y Gaza, Ascalón,
Sarepta y Sidón, todos a orillas del Mediterráneo.

5. Principales ciudades:
Gaza: Ciudad fortalecida de los Egipcios para el control del Faraón.
Jericó: Aparece como una de las ciudades más antiguas del mundo (6.000 aC), situada en la parte
inferior del río Jordán y a 25 km de Jerusalén.
Hebrón: Situada al sur de las montañas de Judá, y al oeste del mar Muerto. Allí murió Abraham.
David fue proclamado Rey de esta ciudad. Fue la capital de Israel durante 7 años antes de
Jerusalén.
Belén: Situada 10 km al sur de Jerusalén, en el camino que va a Hebrón. Ciudad de David y donde
nació Jesús como nos relatan los Evangelios.
Siquem: Su historia remonta a la época de los Patriarcas. Fue allí donde se celebró la conquista de
la Tierra Prometida (Jos 24). Fue la primera capital del Reino del Norte cuando se dividió
Israel. Después fue el centro religioso de los Samaritanos.
Samaria: Construida por Omri (dinastía del Reino del Norte) para ser la nueva capital del Reino.
Fue destruida por los asirios en 721 a.C.
Jerusalén: Principal ciudad de Israel. En el año 1005 a.C. David la conquistó del poder de los
Jebuseos y fue centro religioso y político del Reino. Salomón levantó allí el Templo.
       Jericó­Betel­Jerusalén forman un triángulo y están en el corazón de Israel.
Guibeá: Ciudad donde Saúl vivía (1Sam 11,4).
Guilgal:   Ciudad   donde   Saúl   fue  ungido  rey  por   Samuel   delante   del   pueblo   (1Sam   11,14;   Jos
5,8­12).
Silo: (en hebreo significa “lugar regado”). Ciudad de Efraim al norte de Betel. Quedó allí el Arca
de la alianza (cf.1Sam 1,3.9.24). Samuel pasó su juventud allí. (cf.1Sam 3). 
Meguido: Era una ciudad­estado, bien fuerte, de los Cananeos y otros pueblos dependían de ella
(cf. Jc 1,27­30;  Jos 17,11).
Bersebá: Antigua ciudad fronteriza Cananea, al sur de Canaán que tiene el venerado santuario de
El­Olam (Am 5,5; 8,14). En Génesis leemos que allí estuvo Abraham (21,32), Isaac (26,23) y
Jacob (28,10; 46,1­5).

6. Vegetación
Ha habido una intensa variación desde los tiempos bíblicos debido a los
progresivos asentamientos humanos y también de los conflictos y guerras, que
desde antiguo han sacudido la región.
De acuerdo al clima se destacan diferentes tipos de vegetación. En los
tiempos bíblicos existían grandes extensiones de bosques en las regiones
montañosas. Lindante a esta zona encontramos la vegetación típica de la
pradera, pastizales y matorrales bajos.
Alrededor del mar Muerto encontramos desierto con su vegetación xerófila
característica adaptada a la falta de agua y humedad. Sin embargo
encontramos pequeños oasis donde en torno a los pozos de agua se desarrolla
una mayor vegetación.
Se destacan entre las especies:
 árboles que no dan frutos como los cedros, pinos, abetos, acacias y
encinas.
 Árboles frutales como el olivo, el almendro, la higuera, el trigo, la vid,
los dátiles.
 Flores silvestres como los lirios del campo, el cardo y la cizaña.
 Plantas medicinales como el ajenjo, comino, mostaza y anís.
 Plantas alimenticias como el trigo, la cebada, lentejas, etc.
 Plantas para diferentes usos como el lino y el papiro.
7. Fauna
 Animales para ganadería como cabras, bovinos y corderos
 Animales para el trabajo y la carga como asnos, bueyes y camellos.
 Animales salvajes como leones, osos pardos, lobos, zorros, ciervos y
gacelas.
 Caballos como símbolo de riqueza y poder.
 Aves comunes: gorriones, cuervos, palomas y pichones, codornices,
águilas, lechuzas y buitres.
3. LA HISTORIA DEL PUEBLO DE ISRAEL
Para su mejor estudio, en un primer momento vamos a dividirla en varios
ciclos:
1. CICLO PATRIARCAL: DE ABRAHAM A MOISÉS (1800-1250 a.C.):
Ubicamos una época de grandes imperios, donde encontramos a los
patriarcas inmersos en situaciones tensas por continuas guerras entre los
imperios: del norte, los hititas, de occidente los hicsos y del sur los faraones
egipcios quienes se desplazan unos contra otros continuamente por cuotas de
poder en la zona. Mayormente desértica la zona muestra destrucción masiva
y huída de sus pobladores en busca de seguridad y alimento. Son pueblos
nómadas, continuamente trasladándose de un lugar a otro.
De entre los clanes nómadas inmersos en los países del Oriente Medio, la
Biblia se centra en el clan de Teraj (cf. Gn 11,31), de donde proviene Abraham.
Y cuenta pequeñas historias, cosas de familia, discusiones, intrigas,
casamientos, nacimientos, compras, ventas, muertes, enfermedades, alegrías
y tristezas; un poco de todo, como la vida.
Se explica por tanto que Abraham, Isaac y Jacob formen tres ciclos unidos
por la confluencia de sus tradiciones dado que es muy poco probable el
parentesco directo. Lo cierto es que todos se mueven en el mismo esquema,
dándose un proceso socio-político-económico que a la vez trae consigo un
descubrimiento de Dios con una novedad: la promesa, que es lo que pone en
movimiento a un pueblo en la persona de Abraham, como respuesta al
llamado. Así, Abraham como dice C. Mester “es todo aquel que en nombre de
Dios y de su fe en él, y por causa de su amor a la vida, se levanta contra toda
situación de injusticia y de maldición creada por los seres humanos y busca
cambiarla, para lo cual está dispuesto a abandonarlo todo, a cambiar lo seguro
por lo inseguro, lo conocido por lo desconocido, el presente por el futuro”.
Las tradiciones A-I-J son todas orales, están en la memoria y adscritas a
algún santuario. Podemos agregar a este grupo las tradiciones de José que
inician el libro del Éxodo; su presencia en Egipto se vincula a algún faraón de la
época, posiblemente descendiente de los hicsos y con simpatía semita, con el
interés de traer gentes a sus tierras para poblarlas y tenerlas bajo su dominio.
Sin embargo, las tradiciones bíblicas le dan otro sentido: emigran por hambre y
la figura de José se presenta como la imagen de la inocencia, el perdón y la
fraternidad, lo que va preparando el ambiente de los patriarcas y las doce
tribus para conformar el pueblo.
Israel se forma en Canaán en un proceso lento y pacífico de inmigración, e
inculturación de grupos seminómadas (pastores a través del fenómeno de la
trashumancia).
Las historias patriarcales revelan una coexistencia en Canaán de
ganaderos, como Abraham, con reyes de poblaciones campesinas, como el rey
de Guerar (Gn 20). La historia sobre conflictos y entendimientos en torno a
pozos de agua entre Isaac y los habitantes de Berseba sería un reflejo de esta
coexistencia normalmente pacífica (Gn 26,15-25).
En un principio bastarían acuerdos para que durante el verano (temporada
de sequía) los pastores usaran los campos ya cosechados, mientras que
durante el invierno, cuando estaban sembrados los campos, se retirarían a las
zonas semidesérticas del país, además usarían los cerros que estaban sin
cultivo para pastar sus rebaños. Con el correr del tiempo y el aumento de la
población, habrían entrado en conflicto para controlar las mejores tierras del
país. Estos conflictos serían los que se describen en Josué 1-11 y a lo largo del
libro de los Jueces.
Esta teoría tiene su atractivo, pues explica la base social del conflicto entre
los israelitas y los cananeos. Se le ha criticado, sin embargo, con la
observación de que casi no se conocen pueblos que se dediquen
exclusivamente al pastoreo, tarea que usualmente se combina con el cultivo
de la tierra. También resulta un problema para esta teoría explicar por qué
estos pastores de Canaán acogieron a los hebreos que llegaron desde Egipto
después del éxodo.
Desarrollaremos este proceso de formación del pueblo relatando lo relativo
a las CIUDADES_ESTADO. Las investigaciones demuestran que los
hurritas-hicsos, son los primeros en “internacionalizar” Canaán. Imponen su do-
minio sobre las ciudades cananeas ya existentes y fomentan la edificación de
nuevas sedes urbanas. Estos centros urbanos formaban, juntamente con los te-
rritorios por ellas controlados, pequeñas ciudades-estado. Este modelo de ciu-
dad-estado duró hasta el final del segundo milenio. En las ciudades, los hicsos
se instalaron como casta militar dominante.
Los hicsos instalaron su supremacía a través de nuevos armamentos. Aun-
que el carro de guerra tirado por caballos sea anterior a ellos, fueron quienes
lo usaban para dominio. A ellos también se les puede atribuir los diferentes
usos del bronce, tanto para la protección de las ruedas de los carros de guerra,
como del propio combatiente, a través de corazas. Al introducir estas nuevas
modalidades, los hicsos marcan profundamente a la sociedad de Canaán.
Cuando los egipcios retoman la corte faraónica, pasan a asumir la herencia
de los hicsos, también en Canaán y Siria. Eso se da en el imperio nuevo (a par-
tir de 1580 a.C. con incursiones militares insistentes y repetidas para mante-
ner a Canaán bajo control. Esto evidencia que en las ciudades-estado cana-
neas, la oposición y revuelta contra los faraones era latente y permanente. El
dominio faraónico es acompañado por una resistencia cananea.
En su inicio, Israel, es pueblo de las montañas. Para poder comprender este
surgimiento de Israel en las sierras debemos preguntar: ¿cuáles eran las condi-
ciones de vida de las ciudades-estado? ¿Cómo funcionaba la presencia egipcia
en el sistema de las ciudades-estado, principalmente las asentadas en las mon-
tañas?
No tenemos noticias de que en el segundo milenio —antes o durante la supremacía
egipcia— se haya constituido un imperio o hasta un estado más significativo en Canaán. No
encontramos nada ahí que fuese comparable, por ejemplo, a Ugarit. Es muy posible que la
propia limitación natural contribuyese para ello, porque las montañas dividían la región en
pequeñas unidades y porque faltaban condiciones para puertos en el litoral. En todo caso, las
poblaciones cananeas no conocieron grandes unidades políticas. Las ciudades-estado exis-
tían en relativa abundancia: había “un mosaico de principados”. Cada ciudad-estado era di-
rectamente dependiente de los egipcios. Por tanto, los egipcios ejercían su hegemonía a tra-
vés de las ciudades-estado, específicamente a través de sus reyes.
No obstante, el régimen faraónico no se limitó a exigir juramentos y tributos a las ciuda-
des-estado. También habría reordenado, en algunos casos, la distribución de las tierras,. Igual-
mente, dejó algunas tropas atrincheradas en Canaán, ciertamente en Meguido, Betsán y en
especial, en Gaza. Estas guarniciones no parecen haber sido muy fuertes, porque el control
militar era ejercido más bien por las campañas militares regulares, que por el estacionamien-
to de tropas en territorio ocupado. Para el mantenimiento del orden interno, los egipcios se
reunían con los propios reyes locales, los cuales, en última instancia, estaban abocados a la
tarea de reprimir a la población nativa. Ciertamente decisivo para la larga dominación, ejerci-
da sobre Canaán y Siria, fue el establecimiento de la administración provincial.
Estos elementos nos permiten una deducción fundamental: la distribución
de las ciudades-estado en Canaán, permiten afirmar que, con certeza, el urba-
nismo cananeo era una economía y una cultura de planicie. Ella no alcanzaba
las montañas con la misma eficiencia, que controlaba las planicies. Y aún cuan-
do conseguía penetrar en regiones montañosas, sus sedes urbanas eran menos
expresivas. En diversos sectores de las montañas, el sistema de ciudades-esta-
do no llega a penetrar. Estas áreas en gran parte no alcanzadas por el sistema
cananeo, son las sierras de Galilea, de Efraín y de Judá. Ahora, justamente en
estas áreas, surge Israel luego del 1200 a.C. cuando los faraones perdieron el
control sobre Canaán
La ciudad no era un fenómeno nuevo, en la época del surgimiento de Israel.
¡Jericó ya estaba habitado en el 6º milenio a.C. Los hicsos habían dado fuerte
impulso a la urbanización. Los egipcios disfrutaron de estos beneficios. Tales
ciudades servían para la defensa. En general, había un doble cinturón de pro-
tección: el muro, preferencialmente con un solo portón de entrada, y el burgo,
una parte especialmente fortificada, en torno al palacio y al templo. Este burgo
abrigaba a los notables de la sociedad. El resto de la ciudad amurallada era
ocupada por quien ejecutaba los servicios subalternos en palacio y templo, por
militares subalternos, comerciantes menores y artesanos.
Las aldeas no tenían muro ni burgo (centro geográfico y político), motivo
por el cual la arqueología no nos proporciona más datos. Situándose alrededor
de la ciudad, dentro del territorio de influencia y dominado por el centro urba-
no.
La relación entre ciudad y aldeas era asimétrica. En las palabras de M. We-
ber, las villas eran “ciudades dependientes”. En ellas se concentraba el campe-
sinado, es decir, la amplia mayoría de la población. Es probable que este cam-
pesinado, alguna vez, se haya compuesto básicamente de “hombres libres”,
esto es, de clases que “poseían” un pedazo de tierra y que lo trabajaban de
modo relativamente autónomo. En este caso, la dominación ciudadana era
efectuada, a través de la cobranza de tributos, a cambio de “protección” militar
concedida por la ciudad. Esta categoría de campesinos “libres” ciertamente no
llegó a ser suprimida en el periodo de la hegemonía egipcia. Pero, a través de
saqueos, de nuevos tributos y por la organización más sistemática del trabajo
forzado, Egipto aceleró el proceso de empobrecimiento de la población campe-
sina, de tal modo que surgieron nuevos segmentos sociales. Sucede que la po-
sesión de la tierra, pasó más y más al control directo de la ciudad.
Eso implicaba que el campesino no fue transformado en peón, sino en ‘hop-
si’ persona “libre” pero sin tierra (cf Ex 21,2ss), en siervo, en esclavo, o como
aún veremos, en hapiru. Algunos textos se refieren al empobrecimiento del
campesinado y de su mayor dependencia del centro urbano. Tutmosis III afir-
ma, al final de su relato sobre la conquista de Meguido en 1468 a.C. que “la tie-
rra cultivable fue dividida en partes, calculadas por los inspectores de la
administración real, para cosechar su producción”. Por lo que se ve, los egip-
cios pasaron a una explotación más directa e incisiva en el campo. Los campe-
sinos que trabajaron en las tierras controladas por los egipcios seguramente
fueron peones y/o siervos. A través del trabajo forzado, los centros urbanos ga-
rantizaban mano de obra gratuita, para sus proyectos.
Con la caída del dominio egipcio las ciudades-estado más cercanas pasaron
a rivalizar entre sí. Eso generó más tributación e incluso destrucción de los
campos cultivados, por las batallas que se realizaban. Así, los campesinos que
cada vez se iban empobreciendo, tenían una doble opción: realizar trabajos for-
zados e irse convirtiendo poco a poco en esclavos o emprender la retirada a las
montañas ¡hacer un éxodo! fuera del alcance de los reyes. Esta opción la pu-
dieron realizar gracias a la aplicación del hierro en la agricultura. El
empobrecimiento llegó al extremo, que hubo gente que abandonó el campo,
quedó fuera de la ley y se dedicó al asalto o tareas mercenarias.

La hipótesis que desarrollamos, es que por lo menos cuatro grupos humano-ét-


nicos-sociales fueron los fundantes de lo que se llamó Israel que serían: los ha-
piru, que fueron gente que empezaron a actuar fuera de la ley, varios grupos
seminómadas “abrahmánicos”, un grupo de extrabajadores forzados, que hu-
yeron de la vigilancia del faraón egipcio liderados por Moisés, y por último otro
grupo seminómada que rendía culto al Dios-Yahve, que lo denominamos grupo
sinaítico.

A. HAPIRÚ
El fenómeno de los campesinos cananeos, que emigran y huyen del tributa-
rismo de la planicie, se asemeja al de los hapiru. A éstos, los encontramos en
documentos de Mesopotamia, de Asia Menor (hititas), de Ugarit, de Canaán
(cartas de Tell-Amarna) y de Egipto. En el PT la palabra “Hebreo” usada reitera-
damente en los textos sobre la opresión en Egipto y en el conflicto con los filis-
teos (1Sm 4,6.) efectivamente, debe ser identificada con hapiru. Por lo tanto,
los hapiru están extendidos en todo el Antiguo Oriente. Este hecho lleva a creer
que, no se trata de una sola raza, ni es una caracterización étnica. No es el
nombre de un pueblo, sino más bien, un término especial, que denotaba un es-
tado jurídico-social dado, y es ésta la aplicación que le dan en algunos casos,
los libros de la ley, del PT (cf.Ex 21,2; Dt 15,12).
En los países desarrollados del Antiguo Oriente las personas o grupos de
personas con derechos limitados y escasos recursos económicos, recibían el
nombre de “hebreos” y prestaban servicios cuando y donde eran requeridos.
No pertenecían o quizás dejaron de pertenecer a las distintas clases de pobla-
ción, establecida desde antes en el país, sino que representaban elementos nó-
madas: intranquilos, sin arraigo y sin tierra. Son “el proletariado del Antiguo
Oriente, dependiente, sin ningún privilegio y llenos de ímpetu rebelde”.
¿De dónde provienen estos hapiru que aparecen como mercenarios, como
trabajadores forzados, o como bandas de asaltantes? El origen hapiru está en
la planicie. Se trata del campesinado, al cual se le ha expropiado la tierra en la
planicie y, su mano de obra ha sido tan explotada, que es forzado a buscar su
sobrevivencia, al margen de las sociedades tributarias de las ciudades-estado,
en especial en las montañas.
Israel es una parte, de este fenómeno hapiru, tan difundido en el Antiguo
Oriente. Los propios textos bíblicos tratan de evidenciar esta proximidad, entre
israelitas y hebreos, por ejemplo en los textos referentes a la opresión en Egip-
to (Ex 1,15-16; 2,6.7.13; 3,18; 5,3; 7,16; 9,1.13; 10,3). Lo específco de Israel,
en medio del movimiento hapiru, de todo el Antiguo Oriente, consiste en que
Israel no permaneció ni dentro del ámbito de las ciudades, ni se convirtió en un
bando armado o en un grupo de mercenarios. Israel huyó del tributarismo y, en
un espacio hasta entonces no ocupado en las montañas, constituyó una organi-
zación propia. Israel es ‘hapiru’ sedentarizado en las montañas de Canaán.
¿Cómo los ‘hapiru’ israelitas van forjando su historia? ¿Cómo se va constitu-
yendo Israel? No parece que se pueda dar una respuesta uniforme para esta
pregunta. En las diversas regiones de la tierra de Canaán, la formación de Is-
rael debe haber sido diferente. Los textos bíblicos aún permiten que podamos
tener algunas escenas de la gradual organización de los grupos que van consti-
tuyendo el pueblo de Israel.
Los hapiru, campesinos que emprendieron la retirada de las ciudades, luego
de permanecer al margen de la ley se hacían mercenarios o sobrevivían de
otras formas. En el caso de Israel “sus abuelos” eligieron algo nuevo, ir a terri-
torios de montaña, a iniciar una nueva vida, fuera del alcance de los reyes.
Un ejemplo de lo afirmado está constituido por la tribu de Isacar. Se sabe
de indicios significativos que, en medio de los propios territorios de las ciuda-
des-estado, fueron surgiendo grupos, que ensayaban una solidaridad nueva y,
forjaban una identidad que los uniera.
En el caso de Isacar, debemos buscar el grupo que así se designa, en el
norte, en la parte sureste de la Sierra de Galilea y en parte de la planicie de
Jezrael (cf Jos 19,17-23). De este Isacar es el dicho de Gn 49,14ss: “asno fuer-
te” que “bajó su hombro para cargar y se volvió un trabajador forzado”. Se de-
be deducir de ahí, que Isacar fue esclavo de las ciudades-estado; sirvió de tra-
bajador forzado, de “burro de carga” dentro del tributarismo cananeo. Su pro-
pio nombre lo dice: Isacar probablemente es compuesto de “hombre” y “asala-
riar” (cf Gn 30,18; 49,14). Isacar es, entonces, “el hombre asalariado”, “jorna-
lero”. Lo sorprendente es que hasta tenemos un texto egipcio que es capaz de
dar una luz sobre su historia ( cf. Carta del rey de Meguido al faraón egipcio,
hacia el 1360 a.C. Isacar es un ejemplo, que nos permitirá concluir que:
1. conforma una tribu que surgió en Canaán, bajo las condiciones del tri-
butarismo vigente. ¡No proviene de las estepas!
2. Esta tribu sigue un lento proceso de surgimiento e independización.
3. Las primeras organizaciones de campesinos deben haber surgido en es-
pacios no controlados, en medio de la propia planicie. La rebelión efectiva con-
tra los señores de las ciudades, como la que se refleja en Jue 5, se da relativa-
mente tarde, en el siglo 12 y 11. La integración de las ciudades-estado de la
planicie en un único organismo político solo es efectuada en el estado davídico.
Algunas otras tribus eventualmente pasaron por una trayectoria semejante.
Por ejemplo: Zabulón (Gn 49,13; Dt 33,18ss), Aser (Jc 5,17), Dan (Jc 5,17). Es-
tán vinculados con servicios portuarios. En los textos citados no se afirma ex-
plícitamente que estas tribus fueran sometidas a trabajo servil, como lo obser-
vamos en relación a Isacar.
Tanto la trayectoria histórica de Isacar como el “Israel” de la columna de
Mernepta nos indican que, el primer contingente campesino que, buscó articu-
larse contra el tributarismo cananeo, lo hizo en medio de las planicies del Nor-
te. Esto corresponde a las condiciones del siglo 13 y 12, cuando las montañas
aún permanecían cubiertas de vegetación y que solamente eran capaces de
acoger provisionalmente a pequeños grupos hapiru-salteadores. Esta situación,
en parte, aún tiene lugar Jc 4-5. La evaluación histórica de estos dos capítulos
es compleja.
En las planicies se generaba la resistencia y en estas circunstancias, las montañas
posibilitaron algo verdaderamente nuevo. El asentamiento gradual de campesi-
nos, cansados del tributarismo cananeo de las planicies. Aporte significativo
fue la aplicación del hierro en la agricultura y el uso de cal en la construcción
de cisternas en las montañas.
Para los campesinos que emigraban para las montañas, estas se volvieron
tan importantes, que los nuevos conglomerados sociales que se iban formando,
en el caso de los clanes y, posteriormente, las tribus, fueron colocando sus
nombres a las montañas en que encontraban refugio. Los que ingresaron a las
montañas del sur, llamadas Sierra de Judá, pasaron a llamarse “hijos de Judá”.
Los que emigraron para la región montañosa de Canaán central, llamada Sierra
de Efraín, adoptaron el nombre de aquella área, designándose como “hijos de
Efraín”. Los de la Sierra de Neftalí, como “hijos de Neftalí”, los que, en la pers-
pectiva del norte, vivían en el sur pasaron a llamarse Benjamín, esto es, “hijos
del sur”. Las localidades y las regiones, iban colocando a los nuevos habitantes
sus nombres y atributos, lo que evidencia que, los nuevos agrupamientos so-
ciales, solamente se fueron constituyendo en las propias montañas. ¡Muchos
grupos se organizaron! No todos surgieron en el mismo periodo. Representan
fases diferentes. Por ejemplo, el grupo designado como Rubén ha de ser muy
antiguo, ya que tiende a desaparecer en los textos.

B. ABRAHÁMICOS
Positivamente se debe afirmar, antes que todo, que los patriarcas, efectivamente, son
personajes históricos. Hubo quien lo negara. Lo que contribuyó, para que se volviera a afir-
mar la historicidad de los patriarcas, fue el descubrimiento de los nombres de los patriarcas
en textos extra bíblicos. El nombre “Abrahán” significa “el Padre (divino) es elevado/exalta-
do”. El nombre “Jacob” debe ser la abreviación de un nombre con elemento teofórico “Dios
protege” . El nombre “Isaac”, para lo cual hasta ahora no existen paralelos del Antiguo Orien-
te, probablemente también contenía el elemento teofórico: “Dios quiera reír/sonreír”. Hoy se
asevera que los nombres de los patriarcas son en el caso de Abrahán y Jacob, nombres
comúnmente atribuidos a personas, durante el segundo milenio.
¿En qué contexto social vivían tales personas? Los patriarcas no viven en
las ciudades. Lot se integra a la población ciudadana (Gn 18-19), pero eso se
da por azar.
En general se piensa que para definir el origen de los patriarcas bastaría
discutir el origen de Abrahán, ya que los demás, como su hijo y su nieto, por sí
solos pasarían a estar definidos. Más, con buenas razones, se afirma hoy, en
general, que las genealogías representan el proceso fnal en la unión de las tra-
diciones. Las genealogías tienden a ser etiológicas, es decir, explican una situa-
ción presente, a través de la composición de un árbol genealógico. Esto tam-
bién valdría para la genealogía de Abrahán, Isaac y Jacob. Originalmente, re-
presentan personajes aislados. Hay quien afirma que Jacob sería el más anti-
guo. Por lo tanto, la definición del origen de Abrahán no equivale a la definición
del origen de los demás patriarcas.
Los patriarcas no son ciudadanos. Igualmente, no se encuentran entre los
campesinos. Esto se puede decir con certeza, porque los patriarcas no apare-
cen en los lugares típicos de las ciudades y de la agricultura en Canaán, esto
es, en las planicies.
Ellos ocupan los espacios entre los territorios de las ciudades-estado. Gn
12,8; 13,3, entre Betel y Hay y circulan en las periferias de las ciudades. Lle-
gan hasta los robles de Moré, en las proximidades de Siquén (Gn12,6); hasta el
robledal de Mambré, en las proximidades de Hebrón (Gn13,18; 18,1). Algunos
episodios de su vida se desenvuelven en oasis, situados entre las ciudades
(Gn16,14); allí residen (Gn25,11). Sus sepulturas se encuentran fuera del ámbi-
to de las ciudades (Gn23,19; 25,9).
La ciudad es vista, básicamente, de modo negativo. Cuando los patriarcas
entran en contacto con la población ciudadana, en especial con sus soberanos,
son amenazados. En las ciudades, las mujeres corren el peligro de ser integra-
das en el harén real (Gn20,1ss; 26,1ss, cf 12,10-20). Tampoco se respeta el de-
recho del huésped
En su ámbito ocurren guerras y secuestros de personas y sus moradores
no son fiables (cf. Gn 34: 14,1ss, 12ss). Las ciudades de Sodoma y Gomorra
son destruidas por Dios (18s).
En las historias de Jacob (cf. Gn 27), la crítica a la ciudad no es tan elabora-
da como en el caso de las historias de Abrahán e Isaac, lo que proviene del he-
cho de que los patriarcas pertenecen a aquellos sectores, que no son ni de los
grupos propiamente ciudadanos ni de los grupos campesinos en las aldeas, di-
rectamente dependientes de las ciudades.
Las historias de Gn 12ss privilegian cuestiones de la familia: nacimiento, vi-
da y muerte. Las diversas relaciones y los problemas familiares son tematiza-
dos: relación marido-esposa (Abrahán/Sara, Isaac/Rebeca, Jacob/Raquel), rela-
ción entre las esposas, en la poligamia patriarcal (Sara-Agar, Lía-Raquel), rela-
ción mujer-hijo (Sara, Rebeca y Raquel son estériles durante cierto periodo de
sus vidas), relación entre hermanos (Jacob-Esaú, José-hermanos), relación entre
parientes próximos (Abrahán-Lot, Ismael-Isaac), relación entre suegro y yerno
(Laban-Jacob). Todas estas temáticas son, estrictamente, familiares. Tensiones
e intrigas, amor y ternura varían en el escenario. ¡Hay un capítulo dedicado a
un casamiento! (Gn 24). A su modo, Gn 12ss son profundamente humanos.
La familia patriarcal, esbozada en Gn 12ss, no fue la sociedad ideal. Pero sí,
alternativa a las ciudades-estado que la circundaban. Primero: Cuando había
hambre, todos los integrantes de la familia eran igualmente afectados por la
escasez. ¡La miseria y el hambre no estaba reservada solo para algunos! (cf.
Gn47,13-26) ¡También el patriarca era alcanzado por la escasez! Segundo:
Existe una diferencia significativa entre las condiciones de vida de la mujer y
del niño entre los círculos abrahámicos y las ciudades-estado; en las ciudades,
los niños eran sacrificados. Entre los semi-nómadas, el niño es la gran esperan-
za de sobrevivencia. El sacrifico del niño fue superado desde un comienzo. En
las ciudades la mujer se destina al harén (Gn12,10ss; 20,1ss; 26,1ss). Entre los
semi-nómadas la mujer llega a desempeñar un papel de relativa autonomía,
como podemos ver en Sara (Gn18) y Rebeca.
Históricamente, los patriarcas no conocieron el culto a Yahve. La religión de
los patriarcas no es yavista. Esta información histórica no es transmitida por los
propios textos bíblicos. Pero sí se constata en las propias características de la
religión patriarcal, como la podemos deducir en Gn 12ss.
Un Dios personal. Es decisivo, primero, que la característica más impor-
tante de “Dios de…” es su vinculación a las personas. El “Dios de…” no está
vinculado a lugar alguno de la naturaleza o de la política, a árboles, piedras o
templo. Su identidad reside en su relacionamiento directo e inmediato con per-
sonas. El Dios de los padres es Dios personal. Dios es tan personal, que su pro-
ximidad puede ser calificada con atributos de las relaciones inter-personales.
La experiencia con el Dios personal, en verdad, está en el inicio de la historia
de la revelación.
Un Dios dinámico. Los atributos del “Dios de…” en segundo lugar, tam-
bién nos presenta la divinidad en su dinámica. El “Temor de Isaac” y el “Fuerte
de Jacob” califican a este Dios de los padres con categorías de acción e inter-
vención, no de estática y de distancia. Va de la mano con una teología de ac-
ción histórica.
Un Dios familiar. La experiencia social de los patriarcas está determinada
por familia y por migración. La religión patriarcal también. Se trata de una reli-
gión familiar de gente semi-nómada. Esto no se puede deducir de los nombres
y títulos de Dios, pero sí de las narraciones como un todo.
Se habla de Dios en relación a las realidades familiares y de grupos. No se
habla de Dios en relación a las necesidades del Estado o de la tribu. Por eso,
las narraciones de los padres no tematizan a Dios ni como promotor de guerras
ni como creador del mundo/universo. La preocupación teológica de las capas
antiguas de las narraciones gira en torno a las prioridades del grupo:
Dios está correlacionado a los eventos constitutivos del grupo familiar, y del
clan. Nacimiento y preservación del niño son tematizados en varias narraciones
(Gn16; 18; 21; 22; 25,19ss). La historia de Abrahán tiene en este asunto, su te-
ma e hilo conductor (Gn11,30). En este contexto, es incluida, en el siglo 6, la
circuncisión (Gn17). Finalmente, en este contexto también tiene sentido, que
la muerte es un asunto muy prominente (Gn23; 25; 49s). Y es trasmitida por
las generaciones como una religión de la parentela.
Un Dios peregrino. Simultáneamente, el Dios de los padres está correla-
cionado al grupo migrante de pastores semi-nómadas. Dios es quién protege,
para que las personas sedientas encuentren agua (Gn16; 21,8ss), para que los
hambrientos encuentren pan (Gn26, 37ss). Dios bendice para que el rebaño se
reproduzca (Gn29-33, cf 12,5.16; 13,2). Es Dios quien protege en el camino
(Gn26,3.24; 28,15; 46,3), esto es, él acompaña al grupo. El Dios que va junto,
que permanece ligado al grupo, que está donde están los suyos, es una de las
principales características de la religión de los padres.
Un Dios de la promesa. en los textos, la promesa de pastoreo fue reinterpretada y
sustituida por promesas de tierra cultivable y gran descendencia (Gn 12,1-3,7; 15). No obs-
tante, estas promesas, que constituyen el centro de Gn 12-50 en su formulación actual, son
posteriores y fueron formuladas con la visión de gente sedentaria, y bajo la experiencia del
Estado. Gran descendencia y tierra cultivable imposibilitan la vida seminómada, como lo
muestran los caps. 13; 37ss. El pastor no es campesino porque no puede, sino porque, efecti-
vamente, no quiere. Para el seminómada, la vida sedentaria es un retroceso. Cuando las
promesas de tierra cultivable y la gran descendencia sugieren lo contrario, demuestran ha-
ber sido pensadas y formuladas por gente sedentaria.
Un culto particular. El culto de los padres asume características peculiares, que lo di-
ferencian del culto celebrado en otros momentos de la historia de Israel. Las celebraciones no
están vinculadas a un lugar sagrado específico, a mediadores sacerdotales especializados,
a días santos pre-establecidos, a instrumentos sagrados. Los ritos relevantes son aquellos re-
lacionados a la vida familiar: nacimiento, casamiento, desmamar, muerte.
Al culto patriarcal pertenece el altar. Desempeña un papel destacado
en las narraciones. Son muchas las noticias de edificación de altares: Gn
12,7.8; 13,4.18; 22,9; 26,25; 33,20; 35,1.5.7. El altar aparece en el contexto de
un alto en el camino. Forma parte del ritual de llegada de los emigrantes. Es
provisorio. Indica un lugar sagrado para el momento. Cuando se da la partida,
el altar pierde su función (cf Ex 20,25). En la trashumancia, el altar ocupa la
función, que la promesa tiene en la transmigración. Función semejante a los al-
tares, tienen las columnas de piedras, levantadas en cierto lugar. Se trata aquí
de dioses caseros.
Un Dios mediador. El culto patriarcal no conoce un sacerdote, un especia-
lista de lo religioso. Las funciones sacerdotales son realizadas por los miembros
de la familia: por el patriarca (Gn17,23; 18,22ss; 21,4; 22), por mujeres
(Gn31,19ss, cf Ex 4,24). La falta de una intermediación rígida entre personas y
Dios probablemente explica también, la gran relevancia del sueño en las histo-
rias (Gn20,3.6; 28,10ss; 31,10ss.24; 37ss). Este momento retorna, con énfasis,
en las visiones proféticas.
Posteriormente… con rasgos sedentarios. La religión patriarcal tam-
bién asume, en las actuales narrativas, ciertos caracteres de la religión de se-
dentarios. Podemos observarlos en la valorización que reciben, los robledales
de Mambré en las historias de Abrahán (Gn13,18; 18,1; 23,17.19; 25,9; 49,30;
50,13) y en la importancia atribuida a Betel (Gn12,8; 13,3s; 28; 35). Betel/“la
casa de él” tal vez ya era un centro de culto cananeo en la época de los pa-
triarcas. En todo caso, se transformó en el lugar sagrado de mayor importan-
cia, en el Estado de Israel. La vinculación de historias de los padres a centros
de peregrinación, debe haber sido un proceso secundario, ocurrido en el trans-
curso de la formación de Israel.

2. CICLO DEL ÉXODO Y MOISÉS (1400-1250 a.C.)


En el caso de Moisés, su vocación entra en el proyecto de Dios con la
orden de liberar a su pueblo y la celebración de la Pascua. Ha habido un
proceso histórico con una base socio-política-cúltico, basado en las alianzas
establecidas en los diferentes códigos antiguos. Este es un dato histórico. No
es mucho lo que podemos afirmar desde la historia. No hay documentos
extrabíblicos que hablen de Moisés. Sin embargo, su nombre es de origen
egipcio, lo cual permite afirmar que no debe ser inventado. De haber sido
posible los hebreos hubieran fabricado un héroe con nombre semítico ( Ska
p.50).
Es verosímil que un grupo de semitas haya residido en Egipto en
condiciones de esclavitud. Prueba de ello la encontramos en la iconografía
egipcia. Se sabe que hubo muchos esclavos durante la antigüedad en Egipto. El
traslado de israelitas a Egipto puede relacionarse con la continua afluencia de
semitas occidentales de Canaán al país del Nilo, iniciada a fines del tercer
milenio.. el término egipcio “hapiru” tenía una connotación amplia y
comprendía los diversos grupos de trabajadores forzados extranjeros en su
mayoría semita . (Ben-Sasson, p.58)
Los fenómenos descritos como las plagas de Egipto son comunes en la
región; sólo el granizo, desconocido en dicho territorio y la muerte de los
primogénitos no pueden ser explicados fácilmente. Su orientación teológica
permite conocer su carácter milagroso para transmitir un mensaje de fe pero,
no puede ser catalogado de histórico. Todo intento de fechar de manera exacta
los acontecimientos del Éxodo ha sido infructuosos.
C . MOSAICO
El PT atribuye, al evento libertador de la salida de Egipto, un papel funda-
mental para la existencia del pueblo de Dios. En la síntesis de la fe israelita, el
Éxodo ocupa un lugar privilegiado (Dt 6,20-24; 26,5-10). En la liberación nace
el pueblo.
Ex 15,21b es considerada la formulación más antigua, referente a los even-
tos en Egipto: “Cantad a Yahve pues se cubrió de gloria arrojando en el mar ca-
ballo y carro”.
Este breve cántico de alabanza no es una crónica histórica. Su intención es
alabar el testimonio de Yahve. De este testimonio podemos deducir tres infor-
maciones históricas:
1. El Dios del Éxodo es Yahve.
2. El hecho fue militar “precipitó a su caballo y a su jinete…”.
3. El lugar fue el mar.
Por ahora enfocaremos las dos últimas informaciones.
La noticia más antigua referente al lugar solamente habla del mar. No espe-
cifica cuál sería este mar. Esto implica que es muy difícil localizar, exactamen-
te, el acontecimiento de la salida, aún más, cuando otros textos solamente
mencionan el mar como escenario: cap. 14 y 15. Algunos textos —aparente-
mente los más recientes— buscan ser más específicos, refriéndose al “Mar Ro-
jo” o mejor “Mar de Junco” (Ex13,18; 15,4.22; Dt 11,4; Jos 2,10; 4,23; 24,6; Sal
106,7.9.22; 136,13.15; Ne 9,9). Sin embargo, esta especificación poco ayuda a
localizar efectivamente el evento, por que cuando el PT fija el Mar Rojo, lo iden-
tifica con el Golfo de Acaba (cf Dt 1,40; 1Re 9,26), donde ciertamente, no se si-
túa el lugar de la salida.
¿Qué habría de histórico en las narrativas sobre la entrada y salida de los
hebreos en Egipto? Los textos afirman que dicha entrada no se debió a la tras-
humancia, sino a la transmigración (Gn 12,10; 26,1-5; 37ss). Dt 26,5 afirma re-
sumidamente, que los antepasados que descendieron a Egipto eran “errantes”
y “dispuestos a perecer”. La ida a Egipto era una cuestión de sobrevivencia.
Aquí cabe una reflexión esclarecedora. En el tributarismo, el Estado no es
estructuralmente esclavizador. Por el contrario, él mantiene áreas de autono-
mía para sus campesinos y pastores, pues la explotación no se da, propiamen-
te, sobre la mano de obra, sino sobre la tributación del producto. Sin embargo,
para sus grandes construcciones, el Estado justamente necesita transgredir las
“reglas normales” de explotación. Carente de grandes contingentes de escla-
vos —como más tarde vamos a encontrar, entre griegos y romanos— el Estado
tendrá que recurrir al trabajo forzado, esto es, al reclutamiento excepcional y
temporal de campesinos y pastores para la edificación de monumentos faraóni-
cos. Este reclutamiento se constituye en el foco de discordia y resistencia, co-
mo lo evidencian innumerables revueltas de pastores y campesinos en el trans-
curso del II-I milenio a.C.
El Éxodo es uno de estos focos de conflicto entre el Estado faraónico que
recluta pastores (o campesinos cf Ex 1,14) que resisten. Con esto también que-
da aclarado que los “hebreos” de Egipto no son esclavos de Estado, sino traba-
jadores forzados reclutados para cierta tarea: la construcción de los silos de Pi-
tón y Ramsés. La imposición de esta tarea, a decir verdad, nada excepcional en
un Estado tributario, provoca una fuerte reacción. Por lo tanto, los eventos del
éxodo no fueron desencadenados, por algún acto poco común y descomunal
del estado, sino por su práctica habitual y diaria, como la edificación de obras
monumentales y nuevas capitales.
¿Cómo se dio la salida? Los textos afirman que la salida es obra exclusi-
va de Yahve. En eso hay inmensa riqueza teológica que no invalida la pregunta
histórica: ¿cómo se dieron los eventos entre los propios hebreos?. Por lo que
observamos en los textos, hubo una organización de los involucrados en la sali-
da. En ella, mujeres (1,15ss; 2,1ss) y ancianos (5,1ss) desempeñaron papeles
relevantes, juntamente con el liderazgo de Moisés. Hubo avances y retrocesos
(2,1ss; 5,1ss). Fueron establecidos objetivos más inmediatos (una fiesta en el
desierto) y a largo plazo (tierra). Se dieron los fenómenos normales en una or-
ganización de resistencia, en medio de situaciones de recrudecimiento de los
poderes opresores. Por fin, la salida se dio como fuga, ocasionada por las crisis
del régimen faraónico al final del siglo 12 —en dificultades internas y bajo la
amenaza externa de los filisteos— y, eventualmente, bajo las circunstancias
especiales de alguna peste y/o súbita mortandad infantil (cf. Ex 12,29ss?).
Algunas pequeñas observaciones de los textos aún nos presentan la salida
como fuga: la prisa de la fiesta de Pascua (Ex12,1ss, v.11!), el saqueo a las
egipcias (Ex3,22; 12,35s), la salida como expulsión de parte de los egipcios
(Ex12,29ss). En Ex14,5 menciona expresamente la huida de los hebreos. Esta
parece ser la tradición más antigua sobre el evento de la salida.
Lógico, los textos también presentan la salida en otros términos. Más fre-
cuente es la afirmación de que para salir era necesaria la licencia del faraón.
Esta es la premisa del escenario de los milagros y de las señales, en cuyo con-
texto la salida como fuga no tendría sentido. Todas estas premisas han llevado
a sustentar la teoría de que no hubo un solo éxodo, sino varios. Los autores no
se ponen de acuerdo en cuanto al número pero la mayoría parece coincidir en
que por lo menos fueron 2 éxodos. Es histórico que los egipcios habían
instalado guarniciones en el este del país para evitar el escape de esclavos
que iban hacia el desierto en busca de libertad (Papiro Anastasi). Tal escape es
contado en la Biblia como acontecimiento fundante de la fe de Israel pero,
hubo demasiados éxodos de esclavos para poder identificar el que plasma la
Biblia. Tampoco los archivos egipcios registran la desaparición de ningún
ejército en el mar mientras perseguían a un grupo de hebreos.
Por otro lado, la salida en términos geográficos supone diversas rutas, en
unos textos que se presentan como contradictorios. Si el pueblo es una
amenaza por lo que se manda a matar los niños, ¿cómo entender que luego no
los dejaran salir? Algo si es plenamente histórico: el contexto del mar Rojo y las
plagas.
Si esto es así, tendríamos que señalar el primer éxodo importante hacia el
1400 a.C. sería el de un grupo de expulsados, por causa de algunos
acontecimientos naturales (plagas?) ocurridos, que habrían tomado la vía de
las caravanas. A este grupo se une la tradición de las codornices, algunas
tradiciones patriarcales y se les localiza en el sur en torno a Mambré, Hebrón,
Berseba y Cades. Se les relaciona con las tribus de Rubén, Simeón, Levy y Judá.
La segunda gran salida: la de los huidos comandados por Moisés, hacia el
1250 a.C., tomaría la vía del desierto y el mar Rojo o mar de las Cañas. Se le
suma la epopeya del maná y los tamariscos. Entrarían a Canaán por el sur pero
seguirían hacia el Norte y se situarían en torno a los santuarios de Siquén y
Betel, trayendo consigo tradiciones de Jacob y José (cf. Ex 50). Se les relaciona
con las tribus de Isacar, Manasés, Efraín y Benjamin.
No se sabe que faraón era el que gobernaba. Si Ramsés que mandó 66 años
o, su hijo Menepta, en cuya época aparece la famosa estela que menciona a
Israel, canto de victoria egipcia, sobre Israel encontrada en 1896.
¿Qué grupo en concreto escapó? Y ¿de qué forma? Hay por lo menos dos
tradiciones: el paso del mar es explicable así como que alguna patrulla haya
podido hundirse en el mar, no así todo un ejército, lo cual evidentemente
aparecería en textos antiguos. Hay que tomar en cuenta que, al acercarnos a lo
histórico, tomamos en cuenta conceptos ideologizados e interpretados, que no
son menos ciertos pero, no se puede afirmar que haya habido un éxodo. Lo
teológico es que Dios crea salvación y el ser humano responde con dinámicas
de muerte. Y eso es histórico.
La salida como fuga corresponderá a la historia, la salida como autorización
corresponderá al testimonio teológico.
Si entendemos el éxodo como una huída, se hace también comprensible
por qué el milagro del mar se dio probablemente junto al Lago Sirbónico, bas-
tante distante de la Tierra de Gosen. Es el Camino de la Tierra de los Filisteos y
pasa junto a la costa mediterránea. Ahora, al huir, los hebreos deben haber
acompañado el Camino de la Tierra de los Filisteos, esquivando siempre a los
guardias egipcios. Pero, junto al Lago se hace difícil pasar desapercibido ante
los puestos de control. Los hebreos vienen a ser perseguidos. En este contexto
se dio el milagro del mar. En él estaba envuelto un pequeño contingente de los
guardias de la frontera.
La interpretación de la salida como fuga, ciertamente se contradice con los números
presentados por los textos bíblicos. Si de hecho salieron 600 mil hombres, “sin contar mujeres
y niños” (12,37) y “la mezcla de gente” (12,38), entonces no hay como hablar de fuga. La
cuestión es si este número —¡que excede la población de los posteriores estados de Israel y
Judá!— puede ser tomado en sentido histórico. La intención de estos números, es la de afian-
zar que el pueblo de Israel (1,7) surgió en Egipto. Este es un postulado teológico, de profundo
significado, pero no debe considerarse como histórico. En términos históricos, no debemos
pensar en mucho más que una centena de hebreos fugitivos. Los que asumieron el riesgo de
la fuga no habrán excedido a una pequeña minoría, insignificante en cantidad, pero decisiva
en calidad. Dentro de Egipto no debió ser importante, porque el hecho no está registrado en
ningún documento egipcio ¡fue muy pequeño como hecho! pero grande para la fe ¡Dios los
liberó de Egipto!
En este contexto, también cabe una breve nota sobre la duración de la per-
manencia en Egipto. Es interesante que los textos bíblicos, concretamente nos
den varias respuestas a este respecto. Ex 12,40 habla de 430 años (cf Gn
15,23 =400 años!). Gn 15,16 solo presupone tres generaciones en Egipto. En
Ex 1 aparentemente solo una generación separa a los hijos de José del inicio de
la opresión, pero a partir de los vv. 7 y 12, evidentemente, son presupuestas di-
versas generaciones.
Ex 6,13ss menciona cuatro generaciones entre Jacob y Moisés. Histórica-
mente la permanencia en Egipto “indudablemente no debió de ser muy prolon-
gada”. Es posible que, simultáneamente, todos estos datos bíblicos tengan al-
gún sentido, pues, deberíamos dejar de presuponer que los hebreos que ingre-
saron en conjunto también se desbandaron en grupo por las obras faraónicas.
Esta premisa no es históricamente necesaria. Más probable me parece ser que,
el reclutamiento para la ejecución de la misma obra, es lo que da unidad a los
hebreos. Los que huyen no son parientes, sino víctimas de una misma situación
de opresión. Unos posiblemente ya estaban más tiempo en Egipto, otros eran
recién llegados; unos eran pastores “libres” y otros, esclavos deportados de
guerra. Su destino común fue marcado por la opresión del trabajo forzado en
los silos del faraón. En la resistencia contra esta obra, se forjó su unidad. La fu-
ga, es un marco inicial decisivo en su vida común.
Son pocas las informaciones históricas que los textos bíblicos presentan
respecto del éxodo, porque el interés teológico-querigmático de este evento es
acentuado y, porque los textos fueron transmitidos a mucha distancia del lugar
de los acontecimientos. Aún así algunos aspectos históricos importantes pudie-
ron ser reconstruidos:
 El evento liberador decisivo se dio junto al mar, ciertamente en el Lago
Sirbónico.
 Desde tiempos remotos, pastores semi-nómadas ingresaban en la región
del Delta y hebreos eran traídos como prisioneros de guerra a Egipto.
 Los involucrados en los episodios fueron hebreos, sectores marginados
de la sociedad egipcia, gente reclutada para el trabajo forzado.
 Los hebreos fueron trabajadores forzados en la construcción de los silos
de Pitón y Ramsés, obras de interés del Estado.
 Opresión y liberación ocurrieron al final del siglo 13, en el periodo de
Ramsés II.
 El nombre de Moisés es egipcio y está inseparablemente ligado a los
eventos de la salida.
 La salida se dio en forma de fuga, envolviendo un pequeño grupo de
hebreos.
 Yavé no era conocido de los hebreos en Egipto. Su Dios es el “Dios de
los hebreos”, una divinidad con las características de un dios paterno.

Prevaleció el pasado glorioso del grupo mosaico por sobre el éxodo de tan-
tos y tantos otros grupos cananeos, porque solamente el grupo venido del Del-
ta, vio al faraón “cara a cara” y estuvo en el centro del poder, en la construc-
ción de la nueva capital del Delta, esto es, Ramsés. Ningún otro grupo había
enfrentado al enemigo común en su propia casa y en el centro de su poder. La
experiencia del grupo mosaico era la más calificada, porque representaba la
única que venció a los martirizadores seculares, de la Tierra de Canaán ¡ven-
cieron al faraón en su propia casa! El éxodo del grupo mosaico, fue capaz de
absorber a los demás éxodos, por haber visto la derrota del faraón en casa !esa
es su grandeza! Por ello pasó a ser el eje central de toda su teología.

D. SINAÍTICO
En los orígenes de Israel cada grupo aportó con algo de sus costumbres y
experiencias de historias particulares, que poco a poco se fueron recontando
como una sola historia. El nombre de Dios es la contribución peculiar del grupo
sinaítico. De él, Israel hereda el culto a Yahve.
Para el Pentateuco, los casi dos años de campamento, junto al Sinaí (cf Ex
19,1; Nm 10,11) constituyen un momento importante. Los eventos en el Sinaí
no llegan a ser independientes de los episodios liberadores ocurridos en Egipto,
como se ve en Ex 19,1; 20,2. En el Sinaí se desarrolla Ex 19-Nm 10; Dt 1-33,
esto es, ¡la mitad del Pentateuco acontece en el Sinaí! Por esto, no es casual
que el Pentateuco pasará a ser designado como “Torá”. Para los redactores del
Pentateuco los eventos en el Sinaí fueron significativos. Se puede decir, que la
tradición del Sinaí es la tradición marcada por el culto. Hablan del lugar sagra-
do, del tiempo sagrado, de las palabras sagradas, en fin del culto. Sí, para el
templo de Jerusalén la tradición del Sinaí fue decisiva. Tal vez se pueda decir
que el éxodo representa al pueblo campesino (Dt 26!) y el Sinaí representa al
sacerdocio de la ciudad.
¿A quién se rendía culto en el Monte Sinaí? El PT habla de un culto en
el Sinaí, como lo fueron experimentando las generaciones de varios siglos pos-
teriores. Siendo así, se hace difícil reconstituir los elementos más antiguos y ru-
dimentarios que configuraban aquel culto. A pesar de eso, nos da algunas pis-
tas preciosas y refleja usos religiosos del primero y no del segundo milenio.
Su lugar de culto es el Monte Sinaí. Allí, se celebra el culto a Yahve (cf.
1Re 19). La vinculación entre Yahve y Sinaí es antigua y tan estrecha que el Si-
naí llega a explicar o hasta identificar a Yahve (cf. Jc 5,5; Sal 68,9. Yahve no es
una divinidad cananea y tiene su origen fuera de la tierra de Canaán. Su culto
es extra-cananeo. Se peregrina para adorar a este Dios. Yahve se distingue, en-
tonces, del culto del Dios de los padres. El Dios paterno conmemora una divini-
dad acompañante, Yahve conmemora un Dios local. No es Dios que viene. La
gente va a cierta localidad para encontrarse con Dios. El lugar de la celebra-
ción es un monte. Es una divinidad de la montaña. No necesitamos agregar
pruebas a esta constatación. Cuando Salomón edifica el templo de Jerusalén en
Sión, en la parte más elevada de la ciudad, en cierto modo “transfiere” para
allá el Monte Sinaí. Isaías dice que Sión es la morada de Yahve. Otros profetas
contestaron esta teología. Jesús radicalizó la imposibilidad de fijar a Yahve en
un lugar. No obstante nuestras iglesias actuales continúan celebrando, implíci-
tamente, al “Yahve de la montaña”, la divinidad consagrada en un lugar especí-
fico.
Su nombre indica acción. Las divinidades cananeas son designadas por
sustantivos, particularmente por nombres: El, Baal, etc. Definitivamente, Yahve
no es un nombre propio. Es una afirmación respecto de la divinidad. Significa
“él actúa/es/acontece” y se torna comprensible y experimentable en su actuar
en la historia. Con el transcurrir del tiempo, se olvidó que la palabra Yahve no
es un nombre, sino una forma verbal que señala un accionar.
Su origen es pre y extra israelita. Este culto al Yahve del Sinaí probable-
mente es anterior a las experiencias que con él hicieran los primeros grupos,
que posteriormente se agregaron a Israel. Diversos indicios señalan en esta di-
rección.
1. El culto a Yahve proviene de una región al sur del Mar Muerto, que fue
habitada por los edomitas a partir del siglo 13/12 y anteriormente por
los madianitas. El PT localiza la manifestación de Yahve explícitamente
en la Tierra de Madián (cf Ex 3,1ss).
2. Entre Moisés y los madianitas existen estrechas ligaduras. El madianita
Jetro es suegro de Moisés (Ex 2,16; 3,1; 4,18s; 18,1; Nm 10,29), además
de eso es sacerdote. y asume funciones relevantes como tal (cf. Ex
18,1ss).
3. En Gn 4,26 nos encontramos con dos pistas en cuanto al origen del culto
a Yahve. Enóc, hijo de Set, comienza a invocar a Yahve lo que hace
pensar que su culto es anterior a los patriarcas, postulando así la anti-
güedad del culto a Yahve. En Gn 4,15 se habla de una señal especial,
que Caín recibió de parte de Yahve. Si Caín es prototipo de los quenitas
está vinculado a Yahve, tanto más que el suegro de Moisés es cataloga-
do como quenita (Jc 1,16; 4,11); que tales quenitas, en parte, eran alia-
dos de los israelitas (Jc 5.24ss; 1Sm 15,5s; 30,29, 1Cr 2,55).
4. En un texto egipcio se menciona, alrededor del año 1400, la “tierra de
los beduinos de Yahve”. En verdad, cuando los textos egipcios hablan de
la “tierra de los beduinos de Yahve” no lo están identificando
necesariamente como una divinidad. Puede ser un lugar. Tal vez hasta
sea las dos cosas simultáneamente: localidad y divinidad. En este senti-
do, los textos egipcios confirmarían, que en sus primeros tiempos, era
percibido como Dios de una localidad.

Características del culto de Yahve


Se expresa por fenómenos de la naturaleza. La teofanía de Yahve está
relacionada a fenómenos de la naturaleza. Algunos nos hablan de relámpagos,
truenos, viento y lluvia. En ellos, aparece como divinidad de fenómenos climáti-
cos, como también lo era el baal cananeo. Es probable que estas característi-
cas solo fueran atribuidas a Yahve en la tierra cultivable. Otros textos relacio-
nan a Yahve con fenómenos volcánicos (humo, fuego, horno, temblor de tierra).
Estos, eventualmente, fueron los fenómenos originales, que acompañaban la
teofanía de Yahve. Por cierto que los actuales textos vetero-testamentarios re-
lacionan a Yahve, preferencialmente con la palabra.
Yahve es Dios único, cuidadoso, celoso. Por no admitir a otros dioses,
no admitía la imagen de sí mismo. Por ser único no puede ser representado! Ni
el dios cananeo ni el Dios paterno de los patriarcas presentaban esta caracte-
rística. El culto celebraba a un Dios supremo, en medio de otros dioses. El Dios
de los padres era único en su respectivo clan; en otra familia podía haber otro
Dios paterno (Gn 31,53). Constituye lo específico del PT y el decálogo, es enca-
bezado por esta característica (Ex 20,2-6); el Código de la Alianza del siglo 11
tiene su centro en la polémica a los ídolos (Ex 20,22-26; 22,17-19; 23,13ss); en
Jc 5,8 la pregunta ya está presente.
¿Cómo llega el culto de Yahve a Canaán?
Por ser clanes seminómadas. A través del ritmo regular de la trashu-
mancia, “beduinos de Seir” podían alcanzar regiones más septentrionales, lle-
gando a ingresar a Canaán. Jc 6-8 narran tales avances de la población del sur
(los madianitas) en tierras del norte.
Por una reestructuración social. En los siglos XIII/XII se organizaba al
sur del Mar Muerto el reinado de los edomitas, moabitas y amonitas, mucho an-
tes de la formación del reinado israelita (cf Gn 36,31ss) lo que trajo consigo
una reestructuración de sectores de la población de la región. Especialmente,
los pastores. A través de este proceso migratorio, beduinos de la región de
Edom habrían alcanzado las montañas cananeas.
Por ser clanes dedicados a la metalurgia. Se presenta una tercera
teoría que capaz de agregar un elemento nuevo a las posibilidades presenta-
das. En la región de la depresión de Arabia, se encuentra cobre y hierro que, en
tiempos remotos, era explotado. Se agrega a esto, dos elementos más: los que-
nitas son relacionados con la metalurgia de bronce y hierro en Gn 4,17ss. Y se
les vincula al origen del culto yavista. Por otro lado, un grabado egipcio del si-
glo IXX a.C. incluye, entre los utensilios traídos por beduinos, que solicitan in-
greso en el Delta del Nilo, instrumentos para trabajo en metal. Estos dos indi-
cios indican que el trabajo con metal, puede ser una especialidad de semi-nó-
madas. Así, es posible que un grupo de seminómadas ¿quenitas? venidos del
sur del Mar Muerto adoradores de Yahve hacia el siglo XIII se hayan reubicado
en la zona central de Israel.
Podemos resumir los grupos que contribuyeron a la formación del
pueblo de Israel en el siguiente cuadro:
GRUPO ORIGEN OCUPACIÓN FE EN DIOS ¿CÓMO
LLEGAN?
Hapirú Empobrecidos Asaltantes Dios guerrero, Salen del
del sistema Contratados con experiencia sistema
tributario para la guerra. de combate. para no
cananeo Campesinos Dios que lucha venderse y
de las con ellos. van a las
planicies montañas.
Abrahamic Sur de Palestina Pastoreo de Dios familiar, Buscando
o Sucot Belén ganado. Que acompaña, tierra y
Edom Pascua. dará tierra y pasto para
Seminómadas descendencia. el ganado
Dios personal,
dinámico,
peregrino
Mosaico Egipto Hapiru Elohim paterno Huyendo de
llevados como Dios liberador la opresión
esclavos y buscando
construccione liberación.
s.
Sinaítico Fuera de Canaán Campesinos y Yahve. Lo ven en Buscando
Península criadores de el relámpago, la pastos para
arábica (Sinai?) ganado naturaleza, el ganado
menor. lluvia.
Dios único, de la
montaña,
celoso.

3. LA CONQUISTA: JOSUÉ Y JUECES (1250-1050 a.C)


Después que el pueblo ha sido conducido a Canaán ocurrió un fenómeno: la
conquista de la tierra por Josué, quien recoge la herencia de Moisés, con la
ayuda de los Jueces hasta la época de los Reyes. Hay luchas entre los nómadas
beduinos y los cananeos por la conquista de la tierra, a la que se suma el grupo
de las Doce tribus. Esto nos lo relata la Biblia, afirmando que su entrada fue de
una sola vez; lo cual es incierto pues, no se trató de un movimiento uniforme ni
unánime en el tiempo. Hubo múltiples movimientos de entrada para minar las
defensas cananeas.
Cabe preguntarse ¿cómo unas tribus seminómadas, sin preparación militar
ni armadas, pudieran imponerse a un enemigo cananeo superior? Una
respuesta podría buscar se en varios factores: empobrecimiento de Canaán por
la explotación egipcia, inseguridad (tablillas de El Amarna), la lucha interna
entre las ciudades cananeas,, la heterogénea composición étnica de la zona,
factores topográficos y climáticos para anular los carros cananeos y, finalmente
, el fervor religioso y nacional de los hebreos y su servicio de inteligencia y
logística que les proporcionó un acercamiento militar indirecto.
La arqueología ha confirmado la presencia de una población nueva en la
región hacia el 1200 a.C. pero se sospecha que puedan haber sido más bien,
pueblos filisteos (Ska). Se sabe que los israelitas solo lograron imponerse en las
regiones montañosas del país (Ben- Sassón) .
De acuerdo a Ben Sassón, la penetración israelita se dio en por lo menos
dos etapas: la primera corresponde a las tribus de Lia y Judá, y la otra, las
tribus de Raquel. Las tribus asignadas a las criadas Gad y Aser y, a Dan y
Naftalí han sido consideradas apéndices de las otras en un orden inferior.
No se sabe con certeza la fecha exacta de la conquista pero, existe una
base histórica suficiente para reconstruir los hechos. La fecha tradicional
(1200-1100 a.C.) plantea un problema: las ciudades de Jericó y Ay no estaban
ocupadas para esa época, ni los hallazgos de Jericó concuerdan con el relato
histórico de la caída de la ciudad. Concuerdan sin embargo, con el resto del
relato bíblico
Existen tres teorías para explicar el origen de Israel en Canaan:
1. La conquista militar (Albright) producida hacia el 1200 a.C. pero no es
posible probar que Israel haya sido conquistado en ese momento ni se han
encontrado pruebas arqueológicas de una conquista a partir de la
Tranjordania... Se piensa por tanto que, la campaña relámpago es una
reconstrucción literaria.
2. Asentamiento progresivo de los seminómadas (Alt) Infiltración lenta y
pacífica de seminómadas provenientes de regiones desérticas y que se fueron
asentando progresivamente en Canaán, primero en las montañas y luego en
las llanuras fértiles. Tampoco hay testimonios arqueológicos que las confirmen.
3. Rebelión de campesinos contra las ciudades cananeas (Mendenhall y
Gottwald) siendo los hebreos una población de campesinos y esclavos en las
ciudades cananeas y unidos en la fe de un Dios único y comandados por un
grupo de levitas venidos de Egipto se rebelaron contra sus patronos y huyeron
a las colinas. Las ciudades cananeas debilitadas por la pérdida de su mano de
obra, terminaron por perder la batalla contra esta gente. Esta teoría choca
con la falta de continuidad entre la cultura de las ciudades cananeas de la
llanura y los que ocuparon las colinas. La dificultad de esta teoría es la
ausencia de textos que hablen de insurrecciones en Canaán, quedando en los
textos solamente la memoria intencional de borrar una memoria subversiva,
cuando Israel dejó de ser una nación tribal para aceptar reyes (después de
David).
Algunos autores combinan la segunda y tercera hipótesis que
consideran que el sistema cananeo se apagó por si mismo, y su población
disminuyó en las llanuras hacia el 1800-1200 a.C., época que coincide con la
de la conquista; así pues, Israel tomó el lugar de una cultura cananea
moribunda.
Para entender esta teoría conviene regresar al modelo del modo de
producción tributario. Las aldeas que formaban la base de la sociedad muy
bien podían subsistir sin el rey y sus aparatos de Estado. Y la insurrección
campesina que se postula como la base de la unidad tribal habría sido el
rechazo de la dominación de los reyes a nombre de la sociedad campesina
igualitaria. Las condiciones que provocaron rebeliones en diferentes partes del
territorio de Canaán eran los conflictos continuos. Los reyes no podían
garantizar la seguridad de las aldeas.
Y la posibilidad de rebeliones estaba dada por la presencia de amplias
zonas despobladas en los cerros de Canaán. Una pequeña migración podía
llevar a la población de cualquier aldea a una zona despoblada que podía ser
talada y sometida a cultivo. Además, el siglo XIV vio la introducción de dos
avances tecnológicos que facilitaron estas migraciones. Por un lado el
descubrimiento de la cal como material apto para revocar a las cisternas que
se usaban para almacenar agua. Y por otro el comienzo del uso del hierro para
implementos de trabajo, desplazando al bronce.
Tenemos en los textos bíblicos una historia de migración desde la
llanura para asentarse en la montaña, la historia que se cuenta en Jc 17-18
acerca de la tribu de Dan. Esta teoría postula que varios de los relatos de
“conquista” en los libros de Josué y Jueces serían incidentes que habrían
surgido de migraciones similares.
Del punto de vista del historiador la gran ventaja de esta teoría es que
permite explicar cómo el grupo que salió de la servidumbre en Egipto vino a
contribuir su historia como la historia oficial para toda la nación. ¡Todos
habrían vivido experiencias similares en su pasado!. También la fe de Israel en
un Dios que libera a los oprimidos era una base material en movimientos
sociales de liberación. Se explicaría así el mandamiento de no tener otros
dioses fuera de Yahve, pues otros dioses podían legitimar una vuelta a la
servidumbre a reyes humanos.
Sabemos Que la tierra de Canaán estaba habitada por distintos
pueblos. Los filisteos dominaban la región costera y los cananeos las llanuras
interiores. Existían ciudades estado-fortificadas independientes entre si.
En el libro de Josué se narra la entrada en forma victoriosa. Los libros
de Jueces y Samuel muestran una perspectiva distinta, más ajustada a la
realidad. Tribus nómadas que se van ajustando al territorio progresivamente
mediante luchas, a veces por pactos, otras perdiendo terreno. Se organizan en
clanes y posteriormente eligen Jueces para que los gobiernen. Estamos
datando estos hechos hacia los siglos XI-XI (1250-1050 a.C. aproximadamente).
Hay un detalle que hace referencia a la historicidad (Jueces 1) contradice a
Josué cuando se refiere a las tierras no conquistadas por Josué y, que son las
ciudades cananeas de la costa mediterránea, la llanura de Yesrael y otra zona
que iba de Gebus (Jerusalén) al mar Mediterráneo. Según Jueces, Israel
conquista históricamente hablando, lo desocupado pues, se ha demostrado
que para el Bronce tardío, la zona estaba despoblada.
Lo cierto es que Israel guarda en su memoria un pasado nómada y la
ocupación de la tierra fue producto de un proceso de población en las zonas
montañosas muy lento (desde el 1200 con la crisis de las ciudades cananeas
que no se habría completado para la época de la monarquía)
¿De dónde adquiere Israel la conciencia de unificar todas esas tribus que
se identifican de modo distinto, no agrupadas precisamente en la misma zona
y terminan tomando conciencia de pueblo? Esto lo explica la teoría de la
anfictionía pero se cae, porque; no hay Templo ni santuario, no hay sacerdocio,
ni hay ley de derecho divino. Pero, si hay elementos como: procedencia
nómada, que vivían en las montañas, odio a los cananeos, explotación,
tradiciones venidas del desierto.
En cuanto a la época de los Jueces hay ciertas características como:
* El que haya una doble doctrina: la periodicidad histórica (ciclos recurrentes
de etapas sucesivas: idolatría, dominio por el extranjero, apelación de auxilio a
Dios y redención) y, una perspectiva pan- israelita que eleva los hechos a un
nivel nacional. Esto habla a favor de una época posterior de crisis,
posiblemente la monárquica, que añora de la necesidad de líderes
carismáticos que tengan estrecha relación con Dios y extraordinario valor.
* La Biblia presenta diferencias entre dos clases de jueces: los salvadores y los
menores, lo que nos remite a distintas fuentes literarias. Los primeros se
registraron como relatos populares y los menores, proceden de crónicas
familiares y locales.
* La campaña de Débora marca el punto culminante de la solidaridad nacional
contra la opresión extranjera en todo el período de los Jueces, desde Benjamín
en el sur hasta Neftalí en el norte.
El libro de los Jueces es profundamente antimonárquico. El deseo de
perpetuar y estabilizar la esporádica dirección de estas figuras carismáticas era
una tendencia común de otros pueblos que buscaba sumar esfuerzos para
reemplazarlos por una monarquía dinástica., lo cual en el seno del pueblo
israelita fracasó, por lo menos en sus primeros intentos. Esto nos remite al
exilio cuando la relectura de los hechos, les hace comprender que todo tiempo
pasado fue mejor y que la monarquía no fue para ellos más que una institución
fútil y absolutista.
La época de los Jueces, suma 271 años los mayores y si agregamos los
menores, tendríamos más de trescientos años de experiencia de Jueces. Si la
conquista fue hacia el 1250, Samuel se ubicaría en el 950.
Lo cierto es que hubo una época anterior a la monarquía y que fue
posterior al nomadismo, lo cual fue fundamental para el pueblo, porque es la
toma de conciencia de pertenecer a un mismo pueblo, a pesar de la diferente
procedencia, lo cual finalmente les llevó a la monarquía.
Con Josué, Jueces y Reyes comienza:
1. Asentamiento histórico-social-político
2. Asentamiento de la Alianza
3. Se echan los cimientos a las tradiciones orales que empiezan a ser
escritas. Es el momento en que el pueblo empieza a tomar conciencia de
la realidad hablada y nace la tradición escrita.
4. LA MONARQUÍA UNIDA (1050-931 a.C.)
Abarca 70 años de la historia de Israel y sólo tres reyes mantuvieron
unido el territorio: Saúl, David y Salomón. Las tribus se unifican bajo el poder y
autoridad de un rey.
Las razones que explican el cambio de una confederación de tribus
independientes a una estructura política centralizada son tres:
1. La presión de los filisteos que hostilizaban en forma creciente a los
israelitas, lo que hacía necesaria la aparición de un caudillo militar.
2. Las necesidades propias del paso de una civilización de tipo nómade a
una sedentaria.
3. La influencia de los pueblos vecinos que poseían reyes.

Saúl es coronado rey hacia el 1050 a.C. Le sucede David y salomón, con
quienes el reino de Israel conocerá sus momentos más prósperos y de mayor
esplendor, facilitado por la decadencia temporal de los egipcios y la escasa,
todavía influencia del imperio asirio que comenzaba su expansión.
Es la época de oro del pueblo de Israel, de paz y esplendor, de la
construcción del templo, de la formación de escuelas de sabios que reflexionan
y escriben las tradiciones (J) ofreciendo una luz que va desde la creación hasta
David, siendo el Éxodo y la conquista las etapas más importantes. Para el
pueblo la presencia de Dios está latente en medio de ellos. Esta tradición nos
habla de la multiplicidad de la gente (Babel), del diluvio, del castigo; más no se
habla todavía de las tablas de la Ley, la relación del ser humano con Dios y
entre si mismos (Caín y Abel).
Sin embargo, la prosperidad creciente fue acompañada de un aumento
desmedido de la estructura estatal (funcionarios, ejército, sacerdotes). Esto
ocasionó una fuerte subida de impuestos y el empobrecimiento progresivo del
pueblo, debilitándose la unidad que fue consolidada con la división a la muerte
de Salomón, lo que ocurrió en el año 931 a.C.
En los libros 1-2 Samuel, 1-2 Reyes y 1-2 Crónicas encontramos abundante
material sobre estos años, aunque su perspectiva sigue siendo religiosa y no
histórica.

5. LA MONARQUÍA DIVIDIDA (931-587 a.C.)


Muerto Salomón el reino se divide en dos:
 El reino del Norte o Israel, con capital en Samaria, que agrupa las tribus
del centro y del norte.
 El reino del Sur o Judá, con capital en Jerusalén integrado por la tribu de
Judá y parte de la de Benjamín.
El reino del Norte es poderoso y rico, con mayor comunicación con otros
pueblos. Al cabo de dos siglos de luchas internas, en el año 722 a.C. cae bajo el
poder asirio.
El reino del Sur es más pequeño y pobre. Permanece menos expuesto a las
influencias de otros pueblos. Y mantiene la dinastía de David hasta el año 587
a.C. cuando fué sometido por Nabucodonosor y los babilónicos.
Encontramos estos sucesos en los libros de 1-2Reyes y 1-2 Crónicas. A este
período corresponden también muchos libros proféticos, tanto en el reino del
Norte como en el Sur.
Son la voz de la historia y hacen tomar conciencia al pueblo de sus fallos, lo
proclaman ante el rey, sacerdotes y autoridades; son la voz de Dios que clama
por la justicia social.
En el Norte profetizan: Amós y Óseas. Al Sur: Isaías, Jeremías, Miqueas,
Sofonías, Nahum y Habacuc. Nos encontramos entre el 924-721 a.C.
En el siglo VII se pone por escrito la parte central del actual Deuteronomio
que es una larga reflexión sobre la alianza, va desde Abraham hasta Reyes y se
incorpora a las dos tradiciones precedentes, enriqueciéndola.

6. EXILIO EN BABILONIA (587-539 a.C.)


Cuando es destruida Jerusalén en el 587 a.C. por los ejércitos
babilónicos, el rey y todas las personas importantes son deportadas, entre ellos
un grupo de sacerdotes, asistidos y guiados por Ezequiel y el II Isaías. Otra
parte permanece en el país y otro grupo va a Egipto. Así se origina la diáspora
de los judíos.
Con el grupo que va a Babilonia nace una nueva tradición escrita que
abarca desde la creación hasta la muerte e Moisés. Se le conoce como (P) y
recopila una serie de tradiciones que vienen del Templo de Jerusalén con
algunas características: pureza legal, presencia de Dios en el culto, vinculación
con el Templo y la reinterpretación y actualización de leyes y costumbres
cultuales como el sábado, la circuncisión, la pascua e imposiciones
sacerdotales y levíticas para tratar, más que todo, de salvaguardar su
identidad étnico-cultural-religiosa.
A pesar del desaliento, el exilio se transforma en tiempo propicio para la
reflexión teológica y se escriben varios libros pertenecientes al PT.
Todas estas formas constituyen la cuarta tradición que logra sintetizar lo
dicho por las tradiciones precedentes bajo una visión sacerdotal, describiendo
por ejemplo, el tabernáculo del desierto como el prototipo del lejano templo
destruido. Sacerdocio, sacrificio, año sabático, etc. son propuestas que
funcionan como piedras de reconstrucción de la comunidad santa.
Faltan en esta tradición los escritos apocalípticos y sapienciales, además
de Crónicas y otros pero, la base del Pentateuco en sus grandes líneas queda
configurada hacia el 500 a.C.
Es en el Exilio donde se preguntan el porqué de muchas cosas como el
origen de la vida, la multiplicidad de las lenguas, etc. lo que ayuda a conformar
los primeros 11 capítulos del Génesis configurados por reflexiones sapienciales
comunes a todos los pueblos de la época. Por tanto, no hablamos acá de
hechos históricos., más bien reflexiones míticas.
En el año 537 a.C. el rey Ciro de Persia derrota a los babilónicos y
permite el regreso de los judíos.

7. EL JUDAISMO (537-333 a.C.)


Se inicia el proceso de reconstrucción. Es un período que comienza con
la vuelta del exilio y termina con la muerte de Alejandro Magno. El pueblo
regresa pero no se encuentra completamente libre. Ya nunca más lo será, ni
será independiente políticamente; se requiere construir el Templo nuevamente
lo cual se hace bajo el patrocinio de Ciro hacia el 515 a.C. pero su viejo
esplendor no se verá sino hasta la época de Herodes. De allí que se aboquen a
un proceso de espiritualidad y reflexión que se conoce como “Judaísmo”,
proceso que comienza en el exilio pero se afianza en Palestina. El pueblo que
regresa es un pueblo pobre, de allí que nace la temática del “resto fiel” que es
desarrollada por los profetas postexílicos.
La organización del pueblo pasará a manos de los sacerdotes que
recuperan el Templo, la Ley y el culto. Esdras promulga una reforma
social-político-religiosa.
En esta época la mayoría de los textos del PT ven su redacción definitiva.
En el Pentateuco se funden todas las tradiciones existentes, tomando el
trazado marcado por la tradición sacerdotal. Nace la obra del cronista, que
comprende el I-II libro de Crónicas, Esdras y Nehemías, abarcando el período
más largo de la historia sagrada, desde la creación hasta la reconstrucción del
Templo y la restauración del Judaísmo.
La intención del cronista es dar una justificación a los fundamentos de la
vida judaica: la Ley, el Templo, el sábado, la circuncisión y la esperanza
centrada en el Mesías.
Los escritos de los profetas sufren retoques e incorporaciones por
redactores, siendo los profetas post-exílicos: Ageo, I-II Zacarías, II-III Isaías,
Abdías, Joel y Malaquías.
Después del exilio se desarrolla también la literatura sapiencial: Salmos,
Proverbios se completan, Job, Eclesiástico, Eclesiastés, Cantar de los cantares,
Sabiduría. Posteriormente parecen los Midrash, pequeños escritos con base
histórica que muestra reflexiones sapienciales con el fin de instruir para la vida,
como: Tobías, Esther, Rut, Judith, Jonás,..

8. HELENISMO (333-167 a.C.)


El emperador Alejandro Magno derrota a los persas y anexa la Palestina
a su imperio. Esta época, que recibe el nombre de helenista, es una época
apocalíptica y último período de la historia del PT. Es un proceso
social-político-religioso-cultural que se da luego de la muerte de Alejandro
Magno (323 a.C.) cuando comienza la presión sobre la tierra de Palestina de
pueblos como los sirios que presionan al pueblo judío para exterminar su
religión, apoderarse de la tierra e implementar su propia religión de corte
griego, por lo que comienzan guerras de guerrillas que son inmortalizadas por
los libros de los Macabeos (167-135ª.C.) a favor de la fe de Israel. Es en los
tiempos de crisis cuando es más propicia la literatura apocalíptica, es un
género de resistencia y de oposición, de lo oculto y claro a la vez, el libro de
Daniel es un buen ejemplo de ello.

9. DOMINACIÓN ROMANA (63- ª.C.)


En el año 63 a.C. Pompeyo destruye Jerusalén y el Templo, anexando
Palestina a la provincia romana de Siria.
En el año 40 a.C. el senado romano nombra rey de Judea a Herodes El
Grande, quien reconstruye el Templo, más sus intenciones de promover la
cultura helenística-romana le ganan la enemistad del pueblo. Muerto Herodes
en el año 4 a.C. el reino se divide entre sus hijos y hacia el 41 d.C. se unifica
nuevamente el reino pero la tensión con roma se acrecienta y en el año 66
comienza la guerra contra los romanos que termina desastrosamente para los
judíos en el año 70 con la caída de Jerusalén y nuevamente la destrucción del
Templo. Ya estamos en la época del ST.

3. 1. LOS IMPERIOS VECINOS A ISRAEL.


La historia de Israel se desarrolla a la sombra de los imperios de Egipto, Asi-
ria, Babilonia, Persia, de Grecia y de Roma. Es más, los dos eventos de mayor
importancia para el pueblo de Israel, como son el Éxodo y el exilio transcurren
fuera de su tierra: en Egipto y en Babilonia.

Influencia Egipcia. En torno al Nilo se desarrolló una de las civilizaciones


más importantes de la antigüedad. Las crecidas anuales de este gran río
arrastraba gran cantidad de limo que fertilizaba las tierras de cultivo, siendo la
principal fuente de economía del pueblo egipcio. En sus primeros tiempos se
establecieron dos reinos, uno al norte en la región del delta llamado Bajo
Egipto y otro, hacia el Sur en el valle, denominado Alto Egipto. Hacia el 2900
a.C. un rey unificó ambos reinos y dio comienzo a la primera dinastía de los
faraones, alternando épocas de esplendor con otras en que eran dominados
por otros imperios.
La historia nos muestra tres momentos de apogeo:
El Imperio Antiguo (2600-2100 a.C.), cuya capital fue Menfis.
El Imperio Medio (2040-1640 a.C.) con capital en Tebas.
El Imperio Nuevo (1550-1070 a.C.) . Su relación con los israelitas es
antigua pero es hacia la segunda parte del segundo milenio, los egipcios tuvie-
ron la supremacía sobre la región de Siria y de Canaán. Fue el tiempo en que
los israelitas bajaron a Egipto por hambre, posteriormente se afincaron en el
territorio y llegaron a ser numerosos, constituyendo preocupación para los
faraones. Luego de un período largo de faraones débiles, lo que coincidió con
las invasiones de los pueblos hicsos, los faraones del Imperio Nuevo ubicaron
nuevamente a Egipto como centro de poder en la región. Las dinastías 18°-20°
dieron un renovado impulso a las construcciones y conquistan y se destacaron
nombres como Seti I y Ramses II quienes edificaron grandes ciudades,
utilizando como obreros a los hebreos en un régimen esclavizante. Fue el
tiempo de Moisés y el Éxodo.
Los años que van del 1070-33 a.C. se caracterizaron por su inestabilidad y
creciente decadencia. Para el 330, Alejandro Magno conquistó Egipto y a partir
de él y hasta los tiempos del imperio romano, las dinastías faraónicas tuvieron
un origen griego (los Ptolomeos).
Influencia de los Hicsos. En el segundo cuarto del segundo milenio (de
1786 hasta 1580 a.C.), el propio Egipto fue dominado por los hicsos vía la lenta
infiltración de poblaciones seminómadas en el Delta del Nilo. Estos se adueña-
ron de Canaán. Los hicsos, que dominaban en Egipto aparentemente no consti-
tuyeron un Imperio, pero prepararon el camino para el efectivo control egipcio
sobre Canaán, y ya para el imperio nuevo pasó a efectuar la integración de Si-
ria y de Canaán a sus dominios. La formación de Israel, se da bajo las condicio-
nes de la supremacía egipcia sobre Canaán.
Influencia Asiria. Pueblo de origen semita que habitó la zona de
Mesopotamia cerca del río Tigris, en lo que es el Irak actual. Se cree que se
asentaron en la región en tiempos anteriores al 2000 a.C. Sus ciudades más
importantes fueron Asur y Nínive.
Su territorio con tierras aptas para el cultivo y agua abundante era
codiciado por sus vecinos, por lo cual los asirios se convirtieron en un pueblo
belicoso. En torno al 1550-1100 a.C. se expandieron hacia el Eúfrates. Luego
vino una época de inestabilidad política hasta que una serie de reyes
conquistadores los llevó a convertirse en imperio. Los asirios alcanzan un pri-
mer auge bajo Tiglat-Pileser I, alrededor del 1000 a.C. En esta época alcanzan
el Mar Mediterráneo, al norte de Siria. Sus avances fueron marcados por la ex-
trema crueldad. El ejército asirio parece haber sido especialista en el terror:
destierro, masacre, destrucción. Otro momento importante de la expan-
sión asiria, se da en el noveno siglo, cuando amenazan a los arameos (Damas-
co). El punto máximo del Imperio Asirio se presenta a partir de mediados del
octavo siglo, bajo Tiglat-Pileser III (745-727 a.C). Damasco es conquistado el
año 732, los sectores del norte del estado de Israel son anexados en el año
732, la capital de Israel (Samaria) es destruida en el año 722. La mayoría de
sus pobladores deportados y suplantado por gentes de otros lugares. La mezcla
de pueblos hizo que los judíos comenzaran a despreciar a los samaritanos,
situación que persistía en tiempos de Jesús.
Judá es arrasada y Jerusalén cercada como un “pájaro enjaulado” en el año
701. Siria e Israel son integradas al poder asirio, al final del siglo octavo. El te-
rritorio de Israel es transformado en provincia. Incluso, el propio Egipto es ame-
nazado y en el año 671 es conquistado. En el siglo séptimo, llega a su cumbre
la expansión asiria. Sin embargo, el reino de Judá soportó el asedio de Asiria,
cuya invasión no pudo conquistar Jerusalén. Pero el territorio de Ezequías, el
monarca de entonces quedó muy disminuido. Al final de este siglo, también
ocurre su rápido declive. En el año 612 a. C. la capital Nínive, es conquistada.
Los asirios son sustituidos por los babilonios, en el dominio internacional.
Influencia Babilónica. También los babilonios, tienen larga historia de muchos conflic-
tos, con naciones vecinas, en especial con los asirios. Ocuparon l región sur de Irak actual, en
torno a la ciudad de Babilonia, en las márgenes del Éufrates Así como se impusieron, también
fueron vencidos. Babilonia ya alcanzó cierto auge en la primera mitad del segundo milenio
bajo Hamurabi, el famoso legislador (1792-1750 a.C.). Varias leyes del Éxodo y el Levítico
están emparentadas con estas leyes. Otro punto máximo de la expansión se presenta en el
siglo sexto, cuando conquistan la supremacía como sucesores de los asirios. En el año 605,
Nabucodonosor derrota en Carquemis a los egipcios, que con ocasión de la derrota del im-
perio asirio, habían conseguido hacer avanzar sus ejércitos hasta aquella localidad a orillas
del Éufrates (cf . Jr 46,2). Repeliendo el avance egipcio, los ejércitos babilónicos pasan a im-
ponerse en Siria e Israel, sin que lograran conquistar el territorio de Egipto. Algunos millares
de la población de Judá, en especial de la élite son deportados en 597 cuando aplastó la
rebelión del rey Joaquín. Lo sucedió Sedecías, quien también se alzó contra el poder babilónico y
en 587, Jerusalén, sus muros, sus palacios y su templo son arrasados y quemados. Judá es
integrado a la provincia de Samaria. El imperio babilónico no fue de larga duración. En el 539
a.. C.. las puertas de Babel, la capital, se abrían para recibir en fiesta, un nuevo ejército victo-
rioso: los persas, bajo la dirección de Ciro.
Influencia Persa. El origen de los persas está en las montañas, al este de
Mesopotamia. En una rápida ascensión, Ciro, uno de los soberanos persas, ex-
pande el dominio de los ejércitos sobre medos (553), libios (546) y babilonios
(539). Su sucesor, Cambieses, también vence e integra, en 525, el territorio
egipcio al poder persa, constituyendo así el gran imperio persa, que mantuvo
el control sobre el oriente hasta 330 a.C. Judá formaba parte de un bien organi-
zado sistema de provincias. Inicialmente era parte de la provincia de Samaria,
posteriormente pasó a formar una provincia persa. La política de dominio de
los persas se valía de métodos diferentes de los de Asiria y de los babilonios.
Aquellos pretendían estabilizar su dominio, a través del terror y de la deporta-
ción; los otros, por el refuerzo a las culturas locales, en especial por la valoriza-
ción de las religiones de los pueblos dominados. En los moldes de esta política,
los persas restauraron muchos locales de culto y reintrodujeron divinidades
perseguidas. La restauración de Jerusalén, en 515 a. C. es muestra de este con-
texto. Establecieron su dominio hasta el advenimiento de Alejandro Magno,
quien los derrotó en el 333 a.C.
Influencia Griega. Los persas dominaban Israel desde el oriente. Sus su-
cesores griegos en el control sobre la Tierra de Israel, provienen del occidente.
Derrotan a los persas, y se adehesan Siria, Israel, Mesopotamia y Egipto. El
gran imperio conquistado por Alejandro, El Grande, es subdividido, después de
su muerte, entre algunos de sus generales. En esta ocasión, la tierra de Israel
es asignada a Ptolomeo, que se adueñó de Egipto (Alejandría). Los Ptolomeos
la gobiernan hasta 198 a.C. No obstante, Israel también estaba en la mira de
Seleuco y de sus sucesores, a los cuales les correspondió Asia Menor y Siria. En
198 a.C. los seléucidas arrebatan la Tierra de Israel a los Ptolomeos. Durante
los próximos 70 años, la comunidad judaica tendrá estos nuevos señores. Jus-
tamente, en el conflicto con los Seléucidas, en especial con Antíoco IV Epífanes,
nace el movimiento de resistencia de los Macabeos que, en un desarrollo
posterior redundará, bajo los Hasmoneos, en una breve restauración de un go-
bierno autónomo en Judá, en las décadas que le antecedieron a la invasión ro-
mana de Israel.
Influencia Romana. A partir del 63 a.C. los romanos integran la Tierra de
Israel en su sistema de provincias. Judea, era parte de la provincia de Siria. No
faltaron movimientos de resistencia a los romanos. En este contexto, la ciudad
de Jerusalén y su templo acabaron siendo destruidos nuevamente por los
ejércitos de Pompeyo. En un primer momento gobiernan los hasmoneos con
cierta autonomía pero, posteriormente imponen como rey, en el año 37 a.C. a
Herodes.

Otros pueblos vecinos a Israel


Influencia cananea. Habitaban la tierra de Canaán. Con este nombre se
conecta hacia el siglo XIV a.C. una provincia egipcia ubicada en la región que
ocuparía Israel, el Líbano y Siria. En la práctica, varios pueblos recibían esa
denominación como los asmorreos. No eran unificados lo que facilitó la
conquista, existían numerosos reyes. Sus costumbres eran parecidas a los
israelitas pero su religión era diferente y una tentación constante para el
pueblo de Israel. Sus dioses eran personificaciones de las fuerzas de la
naturaleza. Los principales eran Baal y su esposa Astarté. La Biblia condena su
culto con mucha dureza.
Influencia fenicia. Grupo de cananeos que se establecieron al norte, en la
franja costera del actual Líbano. Fueron hábiles comerciantes y navegantes que
expandieron su influencia por el Mediterráneo. Su ciudad más importante
fueron Biblos, Sidón y Tiro. De esta región se exportaba madera de cedro y el
colorante de púrpura, muy preciado en la antigüedad. El idioma que hablaban
era el cananeo y su religión incorporaba elementos cananeos como el culto a
Baal.
Influencia filistea. Ocupaban una franja de terreno donde se levantaban
cinco ciudades: Gaza, Ascalón, Asdod, Gat y Ecrón. Eran muy agresivos;
dominaban la técnica del hierro y su elaboración con las que construían
poderosas armas. Libraron muchas batallas contra los israelitas, sobre todo en
tiempos de los Jueces. Para enfrentarlos con decisión y coraje surgen los reyes
en Israel. Más, Saúl se les enfrentó varias veces pero fue David quien los
derrotó en forma definitiva.
Otros pueblos. Al este del Jordán en las regiones de Amob y Moab vivían
amonitas y moabitas. Y al sur del mar Muerto se situaban las regiones de Edom
y Amalac, donde habitaban edomitas y amalacitas. Estos pueblos están
relacionados con los israelitas por antepasados comunes, pese a lo cual
hostigaron a Israel con incursiones en sus territorios. Encontramos muchas
referencias sobre ellos en el PT.
Por lo tanto, constatamos que la Tierra de Israel tiene la función de un
puente. La posición geográfica que la Tierra de Israel ocupa dentro del “cre-
ciente fértil”, entre las vertientes fluviales del Eufrates/Tigris y Nilo, ya la carac-
terizan como argolla de unión, como lugar estrátegico ¡zona disputada! que los
imperios buscaban controlar. La historia de la Tierra de Israel desempeñó este
papel, porque en esta región pasaban las rutas comerciales que unían Mesopo-
tamia o Asia Menor con Egipto. Tanto en el Nilo como en los ríos mesopotámi-
cos, se desarrollaron imperios muy interesados en el control del puente. Por
consiguiente, la historia de Israel está bajo el constante impacto y la
dependencia de grandes potencias de la época: egipcios, hicsos, asirios, babilo-
nios, persas, griegos y romanos. ¡La historia de Israel cuenta, la trayectoria de
un pueblo dependiente!

4. Formación literaria del Primer Testamento


1800 PATRIARCAS Abraham, Isaac, Tradiciones orales
Jacob
(Gn 12-50)
1400 DOMINACIÓN Moisés, Myriam, Primeros elementos de
-120 EGIPCIA Josué la ley toman forma
0 (Éx, Dt) escrita
1200 CONQUISTA Y Josué y Jueces Épicas sobre héroes
-105 ASENTAMIENTO [Gedeón, Débora, contemporáneos.
0 Sansón] (Jos, Jc)
1050 MONARQUIA UNIDA Saúl, David y 1° Algunos Salmos y
-721 Salomón Templo proverbios. Comienza
la tradición escrita.
Algunos profetas
MONARQUÍA escriben sus oráculos.
DIVIDIDA: Profetas de Israel: En el Sur nace Y
Israel (Samaria) Elías, Eliseo, Amós,
Judá (Jerusalén) Óseas En el norte nace E
Profetas de Judá:
Isaías y Miqueas
(1-2Sam; 1-2Re;
1-2Cr; libros
proféticos)
721- DOMINACIÓN ASIRIA Profetas: Sofonías, Algunos Proverbios
597 716 Ezequías rey de Julda, Jeremías. Se funden Y-E
Judá
Profetas: Habacuc, Deuteronomio. Nace D
620-602 Josías, rey Nahum (1-2Re; 1-2Cr; Josué, Jueces, Samuel,
de Judá libros proféticos) Reyes comienzan a
redactarse
597- DOMINACIÓN Pueblo conducido por Jeremías, Ezequías,
539 BABILÓNICA sacerdotes. Leyes, Lamentaciones,
Profetas: 2Isaías, Levítico, Historias,
Ezequiel sagas.
(2 Is, Ez). Nace la tradición S
539- DOMINACIÓN PERSA Ciro- Darío I 2° Algunos textos se
333 Esdras y Nehemías, Templo redactan en forma
Noadías Meguillot definitiva.
Profetas: Ageo, Abdías, Joel, Malaquías,
Zacarías, Abdías, Job, Jonás, Proverbios,
Malaquías, Jonás, Cantar, Rut, Esdras,
Joel, 3Isaías Nehemías, Crónicas,
(Esd,Neh, Profetas) Salmos, Tobías, Isaías
completo.
Se funden Y-E-D-S
333- DOMINACIÓN Alejandro Magno Tradición de los LXX
67 GRIEGA Tolomeos y Baruc, Eclesiastés,
Seléucidas Esther, Eclesiástico
167: Insurrección de Macabeos (140)
los macabeos Profetas: Daniel Daniel
(1-2Mac, Dn) 1-2Macabeos y Judit
Sabiduría (80)

5. Alianza, idolatría y realeza.


La tradición deuteronomista se mueve en la temática de la Alianza 1, de
allí que la consecuencia de su incumplimiento sea la idolatría, realidad que la
Biblia señala como infidelidad a Yahve. En la tierra que mana leche y miel se da
la heredad de Yahve2. Y el pueblo, está comprometido a ser fiel, de allí los
esquemas de bendiciones y maldiciones vinculadas al recuerdo de las
intervenciones de Dios. Como acota Croatto:

El Deuteronomio es el documento de la renovación de la Alianza con


Josías. A través de la amargura que siente el redactor deuteronomista al
repasar tantos reyes mediocres e infieles al primer mandamiento,
podemos captar por qué el Deuteronomio se traslada al momento de la
travesía del Jordán, al Israel que fracasa en Canaán. El Deuteronomio se
remonta a un tiempo virgen, anterior a la experiencia de pecado. Con ello
exhorta a Israel a recomenzar, como si suspendiera el tramo deteriorado
de su historia una vez dueño del regalo de Dios3.

Veamos un poco de ese camino infiel. Ya Samuel lucha contra la


idolatría: “ Si vuelven a Yahve con todo su corazón, quiten de en medio de
ustedes los dioses extranjeros. Fijen su corazón en el Señor y sírvanle a él sólo
y entonces él los liberará.” (1Sm 7,3).
Para los profetas la idolatría no se reduce al culto de los dioses paganos
de la antigüedad, cada vez más lejanos a nosotros, ni la limitan a lo cultual, o
al uso de las imágenes en el culto yavista y a la celebración de ritos, ofrendas y
sacrificios a los dioses paganos. Para los profetas, la idolatría es la negación en
1 CROATTO J., o.c, p.178.

cf. Dt 4,21; 26,1.

3 CROATTO J. o.c. p. 180.


la práctica del único Dios verdadero, tentación permanente para el pueblo y
presente en todos los espacios relacionados de la vida diaria.
Por ello, no sólo acusan al rey y a los sacerdotes, también acusan al
pueblo en su conjunto, de ir en pos de “los ídolos seductores de fertilidad y la
abundancia, el placer y la orgía por un lado, y los ídolos del poder y la riqueza,
del despojo, de la guerra y de la muerte, por otro” 4 Cualquier realidad puede
ser divinizada por el ser humano, si tenemos en cuenta que la idolatría abarca
dos aspectos fundamentales: adorar lo que no es Dios (prohibido por el primer
mandamiento) y la manipulación del Señor (condenada por el segundo
mandamiento) Por eso, siempre ha existido la tentación de que surjan nuevos
rivales de Dios o de que intentemos rebajarlo a la categoría de un ídolo.
En el texto encontramos "No habrá para ti otros dioses delante de mí"
(Ex 20,3; Dt 5,7), "¿Hasta cuándo vas a estar cojeando con dos pies? Si Yahve
es el Dios verdadero, síganlo; y si lo es Baal, sigan a Baal", grita Elías en el
monte Carmelo (1Re 18,2l) Para los profetas dos son los grandes rivales de
Yahve que intentan suplantarlo permanentemente: el poder, y la riqueza.
Hablar de idolatría para los profetas es denunciar la divinización del
poder, de la política y de las grandes potencias. En la idea sacral del pueblo de
Israel, sustentada por la fe en el Dios liberador de la esclavitud que los había
conducido a la tierra que mana leche y miel, la idolatría radicaba en el hecho
de suplantar a Dios por el poder político, absolutizándolo. Se trataba de
convertir al Estado y a quien detenta el poder, en dioses, haciendo del pueblo
un súbdito del poder dominante.
La idolatría del poder se expresa en el culto a la propia sabiduría, que
supone suplantar el proyecto liberador de Dios, cosa que ocurrió al pueblo
escogido una vez, que se asientan en la tierra prometida 5. Más adelante en
Oseas, notamos que sustituir la voluntad de Dios por los cálculos políticos del
gobernante se convierte en norma de conducta. Isaías fue el profeta que más
duramente atacó el culto a la propia sabiduría política. 6 El ejército, las armas,
las fortificaciones, completan el culto al poder militar; es el militarismo
idolátrico7.

4 FRADES E., El profetismo en Israel. Ponencia I CBN. p. 4.

5 cf 1Sm 8.15; 1Re 22.

cf. Is 8,5-8; 28,1-4.7-13.14-22; 29,15-16;30,8-17.

7
Los grandes imperios no quedan atrás, la idolatría se refleja en las
alianzas entre Egipto, Asiria, durante los siglos VIII-VI a.C. con grandes
ambiciones de dominio, mientras los pequeños pueblos como Israel o Judá,
piensan que la única salvación consiste en firmar tratados con ellas y enviarles
tributos, más que en la cercanía y acción protectora de Dios. Al hacerlo, se
busca la supervivencia de la nación. En adelante, si el pueblo continúa
existiendo, lo deberá a estos dioses, no al Señor que los sacó de Egipto.
La actitud idolátrica la señalan los Profetas en dos direcciones: una
afectiva, de acuerdo con la concepción de los dioses como amantes y de la
idolatría como adulterio; otra de confianza, según la concepción de los dioses
como punto de apoyo y lugar de refugio. En la primera línea, se describe la
actitud idolátrica como enamoramiento y prostitución, que impulsa a seguir a
los amantes y a caminar tras ellos. En la segunda, se resalta la búsqueda de
seguridad y confianza.
La primera actitud supone una ofensa a Dios como esposo; la segunda,
una negación de Dios como protector de su pueblo y como padre que se
preocupa por sus hijos. Las acciones idolátricas están representadas en
cualquier forma de ponerse en contacto con las potencias extranjeras, tales
como la firma de tratados y el pago de tributos.
Todo culto implica generalmente una ofrenda a los dioses o unas
víctimas. Entre las formas más degradadas de la experiencia religiosa está el
soborno a los dioses.8 A veces los dones se describen globalmente como
“regalos”, “dones de amor”. Isaías habla de “tesoros y riquezas”. En efecto,
todas estas expresiones se refieren a los tributos aportados por Israel y Judá a
los imperios.
La víctima de la idolatría a los imperios mediante las alianzas políticas
y los tributos, será el mismo pueblo. Suponen nuevos y fuertes impuestos que
gravarán sobre las clases más débiles. 9 Los ejemplos de los profetas muestran
una verdad del principio: “La seguridad de los de arriba se sustenta al precio de
la inseguridad de los de abajo”.
Los profetas insinúan el segundo gran ídolo que suplanta radicalmente
al único y verdadero, al Dios de los empobrecidos: Mammón, el dios dinero que
transforma a su paso todo el mundo circundante. El testimonio y actitud de los
profetas del pueblo, nuevamente nos cuestiona y pone ante nosotros algunos
interrogantes que no podemos evadir: ¿Cuáles son los ídolos de la nueva época
que está naciendo tan vigorosamente?

cf.1Sm 16, 2 Sam 2; Os 1,7; 8,14;10,13b; Miq 5,9-10; Hab 1,16; Zac 4,6.

8 cf. Ez 22, 12.

9 cf. 2Re 23,35


De la postura crítica de los profetas ante el desempeño del poder
monárquico y de otros líderes sociales, y ante la condena casi total de
los reyes históricos en la obra deuteronomista, la lección a aprender es
el mantenimiento de una actitud vigilante, capaz de mirar la realidad y
juzgarla desde el lado de las víctimas del sistema o de sus abusos; por
ello son especialmente críticos frente a la prepotencia imperial. No se
trata de una demonización de todo poder político, ni del monárquico en
concreto. Más bien, es cierto que los profetas no ofrecen alternativas
políticas a la monarquía, pero sí a su desempeño histórico, manteniendo
siempre el ideal de un rey justo, que se preocupe especialmente de los
pobres y oprimidos. Tampoco tenemos hoy los creyentes alternativas
mejores que las que pueda ofrecer cualquier pensador o cuerpo social;
pero sí debemos mantener ese ideal de justicia, por más que otros lo
tilden de utopía políticamente irrealizable10.

El exilio sumió al pueblo judío en una terrible crisis de fe. Los hechos
apuntaban al triunfo de Marduk sobre el Dios de Israel, más el Deuteronomista
se hizo a la tarea de desmontar esa visión, insistiendo en el señorío de Yahve.
Si, ha caído el reino del Norte (722 a.C.) y si ellos han sucumbido bajo el poder
de los asirios y de los babilónicos, todo ha ocurrido bajo el control de Yahve,
que los ha utilizado para castigarlos. El Deuteromista describe este proceso
como corrupción del pueblo y de sus gobernantes quienes eran considerados
como personalidades corporativas, y sus actos asumidos como la expresión de
las ansias populares.
La lectura deuteronomista asume la ruina y caída de Jerusalén como un
episodio encabezado por los merecidos pecados de los reyes. Por eso el furor
de Yahve es tan terrible.11 Empero, Yahve siempre misericordioso está abierto a
reforzar los lazos con su pueblo, exigiendo sólo que se sometan a la Ley y le
rindan total fidelidad. Castigo y bendición son las dos opciones históricas a las
que el pueblo opta en el uso de su libertad (cf. Dt 28).
Luego del exilio el Deuteronomista relaciona la figura de David con la
idea de reavivar la esperanza en el pueblo; de allí, las múltiples referencias a
su nombre como hombre fiel, que fue amado y bendecido por Yahve 12. Gracias
a él, Yahve mantendrá su promesa de bendecir a sus descendientes a pesar de
los malos reyes que le sucedieron 13, quienes al ser cotejados con David

10 FRADES E., “De Babel al neoliberalismo” en II CBN, p.5.

11 cf. 2Re 23,26; 24,3.

12 cf. 1Re 3,6; 11,4; 2Re 19,34; 20,6.

13
siempre salían perdiendo en la comparación. Así, la palabra de Dios, dada en el
pasado, confirmaba y fortalecía la casa de David. 14
La tradición deuteronomista une culto y santuario. Recomienda la
centralización del culto en el Templo de Jerusalén y la demolición de santuarios,
Sólo allí debe rendirse culto a Yahve, ofrecerle diezmos, holocaustos y votos. 15
Todas las tentativas reales de promover culto en otros lugares fueron mal
vistas. Así, puede entenderse la crítica a Jeroboán I de entronizar becerros de
oro en Dan y Betel, usurpando incluso, funciones sacerdotales 16 y, la
aprobación de reyes como Ezequías y Josías.
La mayor preocupación del deuteronomista es el llamado a la
conversión, recordando el esquema que aparece en el libro de Jueces: pecado,
castigo, conversión, salvación17Así, el exilio es el justo castigo por una
infidelidad de siglos pero, la historia continúa, lo que hace necesario una
transformación del corazón, es allí donde la teología de la Alianza funge como
telón de fondo a la reflexión. Hay ahora, una oportunidad de recapacitar y
enderezar el rumbo18 donde la presencia profética corresponde a la voz de
Yahve clamando incansablemente por una conversión del pueblo.

cf. 1Re 2,33.45; 3,14.

14

cf. 1Re 6,12; 8,16.25.26.

15 cf. Dt 12,5-6; 14,23; 1Re 6,1-7,51; 8,1-66.

16

cf. 1Re 12,26-33.

17 cf. Jc 2,10-19.

18

cf. 1Re 8,33-34.


Es el propio cultivo de la esperanza del Deuteronomista que asume a
Yahve como un candelero que ilumina al pueblo y nunca se apagaría. Así los
descendientes de David serán luces puestas por Yahve en la vida de Israel para
iluminarlo con la luz de la voluntad divina. 19Y, en los momentos más aciagos de
su historia, el redactor sabe que Yahve traerá salvación para Israel, no sabe
cómo pero sí, que lo hará.
La macroestructura del Estado permite entender el Deuteronomio, pues
las leyes presentes en el texto se reelaboran en función de las reformas de la
corte, con miras a consolidar el sistema urbano.
En lo económico porque se establece un sistema fiscal (diezmos) y se
centraliza la fiesta como elemento aglutinador de la población, incentivando
con ello, el comercio. En lo social porque surge una nueva clase, la de los
escribas y se implanta un legalismo que transforma las relaciones sociales
entre el rey y su séquito y, los súbditos, acentuando lo piramidal.
En lo político porque al aprobar la existencia de un rey, legitima la
organización socio-política del Estado, la represión política 20 y la legitimación
de la limpieza étnica. Además, en lo ideológico y religioso se dan ciertas
premisas: un Yahve baalizado 21, como único rey22, a la vez que celoso y
vengativo23, un pueblo elegido como santo y separado 24 y un nacionalismo
exacerbado.

19 cf. 2Sm 7,1-17; 21,17.

20 cf. Dt 13,2-19; 17,2-7.

21

cf. Dt,11,10-17.

22

cf. Dt 17,2-7.

23

cf. Dt 6,14-10; 28,15-46.

24
cf. Dt 7,5, Esd 9-10.
El Deuteronomio25 asocia claramente la profecía con, los otros oficios
normales de juez, rey y sacerdote; y cada uno de ellos tiene un espacio
signado durante las festividades importantes26. La historia de Israel muestra
que el nacimiento del profetismo fue contemporáneo al de la realeza, y no deja
de ser extraño que los profetas tuvieran una función oficial en la corte; más las
relaciones, fueron a menudo conflictivas.
Al ejercer una función crítica de la monarquía, trataron de preparar al
pueblo para ser fieles a la alianza, sin las mediaciones institucionales
tradicionales. Sin embargo, el deuteronomista no critica al rey, sino a la
monarquía en si, su propósito es de carácter ideológico para apoyar la reforma
político-religiosa del rey Josías. 27 Es más, los profetas expresan la verdadera
voluntad de Dios en momentos de crisis, sobre todo, cuando el poder
monárquico se comporta de manera nefasta, cuando las idolatrías, venganzas
y traiciones imperan y se consideran justificadas por las circunstancias
históricas. Es cuando, los profetas quieren preservar la utopía de una sociedad
equitativa e igualitaria.

Entre profetas y sacerdotes por su parte, parece haber una clara


distinción. Los sacerdotes ocupan un lugar en los santuarios y realizan el culto
sacrificial; los profetas se encuentran en una relación más inmediata con Dios
que los sacerdotes, quienes parecen desempeñar sólo, el ministerio sacerdotal.
Así, la polémica entre28 profetismo y sacerdocio no fue tal, ambas instituciones
constituyen el piso de la religión de Israel. Sin embargo, no son unánimes las
opiniones al respecto.
Los profetas llamaban a cuentas a reyes y sacerdotes y,
paradójicamente, “la religión bíblica halló la supervivencia gracias a sus
paladines y centros institucionales, pero, sólo era digna de sobrevivir gracias a
los líderes de los antiestablecimiento: los profetas-profetisas”. 29 Sin embargo,
no hay que oponer de manera radical a profetas y sacerdotes. “Los profetas,

25 cf. Dt 15,18: 18,15-22.

26

SENIOR R.,- STUHLMUELLER C., Fundamentos bíblicos de la misión, p. 87.

27 cf. BALANCIN E.,“Sobre Juizes, sacerdotes, reis e profetas”. Em Obra


histórica Deuteronomista.p. 53.
verdaderos y falsos, tuvieron relaciones con el culto y el templo y, los
sacerdotes, tuvieron en común con los profetas, su papel de educadores”. 30
Los profetas presentan un proyecto que analiza la realidad la critica y la
proyectan como esperanza, “al negar la esperanza crean, paradójicamente
esperanza, que nace de la realidad de muerte e injusticia; el pueblo toma
conciencia de la situación y crea algo nuevo, ajustado al querer del Dios que
libera”31.

6. Formación del Pentateuco. Historia deuteronomista.


6.1. Formación del Pentateuco32
A través del estudio de la estructura narrativa del Pentateuco se ponen de
manifiesto dos mensajes medulares: la centralidad del período Egipto/Sinaí
como eje de la memoria histórica de Israel y, las promesas_ otro eje
semántico fundamental_ no aparecen como cumplidas en el interior del texto
para que lo sean para los destinatarios que lo leen en cada generación.

28 El punto de conexión entre profetismo y culto ha recibido generosos


tratamiento en las últimas décadas. En reacción contra la vieja tendencia
liberal de mostrar en pleno antagonismo dos suertes de religión, la cultica,
representada por el sacerdocio, y la ética, representada por el profetismo, se
ha venido a acercar tanto sacerdocio y profetismo en el quehacer cultico, que
habría que ver las dos instituciones como funciones distintas en el ámbito
común de los santuarios o del Templo. GONZÁLEZ A.-LOHFINK N.-VON RAD G.,
o.c, p. 54.

29 SENIOR D., STUHLMUELLER C., o.c. p.46.

30

VAUX R., o.c, p. 495.

31 JACIR DE FREITAS F:;“Denuncia, solución y esperanza en los profetas” En


Ribla 35-36, pp. 34-35.

32 Este apartado será tomado de CROATTO J.,” El propósito querigmático de


la narración del Pentateuco” en RIBLA 23. Recu, Quito(1996) 9-16.
En este sentido, toda obra literaria se escribe con una intención que se
expresa en varios niveles: el literario, el narrativo (por la configuración de la
trama), el estructural por simetría de identidad y oposición) y el conceptual
(vocabulario y temas), éste último se ha privilegiado en la lectura bíblica. En
cuanto al Pentateuco lo narrativo no ha sido explorado porque no se le toma
como obra literaria por una parte; por la otra, los MHC insisten en interpretar
los estratos pre-redaccionales y cuando llegan a la redacción no le dan la
misma importancia que a aquellos.
En esta perspectiva hablaremos del Pentateuco como obra de un solo
autos tomando en cuenta el texto final, sin negar que haya una teología en los
estratos subyacentes.
El itinerario del Éxodo-desierto-nomadismo nos lleva a considerar varias
características narrativas en la redacción del Pentateuco:
1. el tema de las migraciones. El Pentateuco nos da la idea del ser humano en
constante movimiento, su instalación en Canaán desde Ur resulta provisoria.
Está siempre en marcha, en camino, errante, nómada, construyendo ciudades.
2. la tierra dada nunca es segura y es puesta en peligro por continuas salidas.
La otra tierra es siempre la de la opresión y el sufrimiento (la de Egipto, la del
desierto) por la que hay que pasar para ir a la tierra de la promesa.
3. Esto nos lleva a considerar un género literario de itinerario, consiste en
marcar las etapas y escalas de ciertos viajes significativos. Así, en numerosas
escalas se interrumpe la secuencia geográfica para marcar hechos
importantes.
4. La escala del Sinaí es lo más importante del Pentateuco hasta el punto de
ocupar la tercera parte del mismo (Éx 19-Nm 10,10). Son casi 60 capítulos de
los 188 que tiene el Pentateuco.
5. Tematiza enfáticamente las promesas de la tierra y del pueblo grande, por lo
que resulta extraño que no haya ningún relato de posesión de la tierra, sino
que es mostrada como dada al futuro y perseguida en la larga marcha por el
desierto. Este tema de las promesas mantiene en suspenso toda la narración.
Es un recurso teórico que expresa la voluntad de Dios sobre un pueblo que
comienza una marcha hacia la vida plena.
6. El lector se identifica con los personajes del relato y los asume como
modelos. Así Abraham es receptor de la promesa pero también el padre de
Israel para indicar que el itinerario seguido por él, es el mismo que deben
iniciar ellos mismos ahora, no en vano Abraham viene de Ur, en Babilonia,
justamente donde ellos vienen del exilio.
7. Eso sí, las promesas no cumplidas tienen una garantía de cumplimiento. Con
mucha sagacidad el autor final del Pentateuco organiza los episodios y desde
el comienza acentúa la eficacia de la Palabra divina, en Gn 1 el autor afirma: 8
veces “dijo Dios” lo que inicia las obras de la creación seguidas de una fórmula
de cumplimiento: “así fue”, “hubo luz”, “creó”. Esquema que se repite en Ex
40 con la consagración del santuario, en los que se dan 7 fórmulas de
cumplimiento (cf. Ex 40,19b.23b.25b.27b.29b.32b).
8. Hay periodización de la historia, visible en la estructuración total del
Pentateuco. Ejemplo lo tenemos en el “antes” y “después” del diluvio, es el
esquema de Gn 5 con sus diez personajes anteriores al diluvio, siendo una
lectura de la visión cosmovisional de Mesopotamia. Esta apropiación
antropológica del esquema mesopotámico de una lectura política de la historia
que sirve de estructuración total a la obra. Esto lo hace mediante el uso de
una fórmula genealógica especial llamada “TOLEDOT” la cual sería una serie
de fórmulas que introducen historias o genealogías, constituyendo las partes
del Génesis. A veces, introducen sólo una lista de nombres, pero otras,
introducen una historia. Según esta fórmula:
Preámbulo al Pentateuco: Gn 1,1-2,3
1ª Toledot: la generación de los cielos y la tierra: 2,4-4,26 *
2ª Toledot de transición: historia de Adám: 5,1-6,8
3ª Toledot. Historia de Noé (narración): 6,9-9,29 *
4º Toledot: historia de los hijos de Noe: 10,1-11,9
5ª Toledot: historia de Sem: 11,10-26
6ª Toledot: historia de Teraj (narración): 11,27-25,11 *
7ª Toledot: historia de Ismael: 25,12-18
8ª Toledot: historia de Isaac: 25,19-37,1 *
9ª Toledot: historia de Esaú; 36,1-37,1
10ª Toledot: historia de Jacob: 37,2-Nm 3,1 *

9. Como estatuto esencial de Israel, entronca sus instituciones en la


primordialidad de la creación y de los orígenes.
10. Entre las características literarias podemos destacar:
a. narraciones desordenadas (cf. Gn 19,38/20,1; Gn 3,26/5,1)
b. se emplean dos nombres para llamar a Dios.
c. Hay dobletes o repeticiones (cf. Gn 16/21; Ex 3/6: vocación
de Moisés; Ex 16/Nm 16; Gn1,1-2,4a/Gn 2,4b-25).

Richard Simone en 1678 establece tres hipótesis para explicar estas


discordancias:
I. Hipótesis documental, por la que en el Pentateuco hay dos fuentes
principales, elohista y yavista, además de otras desconocidas. Esta
hipótesis asume el Pentateuco como recopilación de un solo autor.
II. Hipótesis de los fragmentos, que viene a ser una ampliación de los
relatos.
III. Hipótesis documentaria, que fue la más aceptada por mucho tiempo, la
cual asumía que el Pentateuco constaba de cinco libros diferentemente
influenciados por diversas corrientes de pensamiento o tradiciones: Y, E,
D, S.
Esta obra fue terminada sobre el final de la era de los persas, en torno al
400 a.C. En este marco que tiene como referencia el regreso de
Babilonia, por el que la mayoría de los judíos exiliados quedaron en el
mundo del imperio persa y, la pobreza generalizada en la ex Judá
provocó el autoexilio que muestra la extensa dispersión que se percibe
en la redacción final de los textos proféticos de Jeremías y Ezequiel. En
estas condiciones no había una identidad “judía” ni se poseía la tierra de
los antepasados (cf. Ne 9).
En este horizonte ¿cómo narrar la posesión de la tierra prometida a los
padres? El efecto habría sido negativo si se narra como una historia
pasada y el no cumplimiento de las promesas hubiese puesto en ridículo
a su Dios Yahve. De allí que, comprender que las promesas no se han
cumplido todavía propone un proyecto y suscita una esperanza.
El Pentateuco es así, un texto abierto porque lo que acontece
narrativamente también sucede en la vida y es abierto para los lectores de
todas las épocas. Para nosotros/as leer el Pentateuco nos alienta a llegar a la
posesión de la tierra prometida que nos corresponde.
El Pentateuco es el arquetipo de toda la historia de la salvación porque
muestra el modo característico de Dios de salvar en la historia. Esto está de
manifiesto en la primera palabra con la que comienza cada uno de los cinco
textos que lo conforman:
Génesis: “en el comienzo” o tyviÞarEB.
Éxodo: “estos son los nombres de los israelitas” o laeêr"f.yI
ynEåB. ‘tAmv. hL,aeªw>
Levítico: “Yahve llamó a Moisés” o hv,_mo-la, ar"Þq.YIw:
Números: “En el desierto” o rBe’d:y>w:
Deuteronomio: “Estas son las palabras” o ~yrIªb'D>h;
hL,aeä
6.2. Historia deuteronomista.
La historia Deuteronomista es una obra narrativa maestra que muestra
los diversos episodios de fidelidad e infidelidad del pueblo a la Alianza, gira en
torno a la época de las tribus y los reinados en Israel y Judá (1200-587 a.C.)
donde sobresale la visión de poder como proveniente de Dios, todo ello
enmarcado por el mensaje profético. Desde el anciano del clan al rey, pasando
por el juez, el profeta o el sacerdote, todos derivan su poder desde Dios, más la
responsabilidad por el uso de ese poder recae sobre la persona que lo ejerce.
Es allí donde comenzamos a desarrollar la historia Deuteronomista,
entendida no, como historiografía en el sentido moderno del término, sino más
bien, como historias ejemplares que transmiten un mensaje para nuestra
existencia, una historia que hacemos y vivimos. Es la acepción de Noth, 33 quien
propone por primera vez, que los libros de Josué, Jueces, Samuel y Reyes
forman una colección de tradiciones, que deberá ser llamada historiografía
deuteronomista34, nombre que le fue atribuido por su semejanza con las leyes y
discursos exhortativos del Deuteronomio. Acota además, que seguramente fue
redactada por un solo autor,35 posiblemente en la Palestina del siglo VI a.C 36.
La identidad de este libro es un problema central en la investigación
bíblica y las discrepancias en este punto son suficientes para afirmar que es
una constante a analizar por los exégetas. En general, se acepta que el Libro
de la Ley37 era el Deuteronomio38, siendo el único texto que recalca la
prohibición de rendir culto a Dios fuera de la ciudad elegida (Dt 12,5). Su

33 El análisis composicional de la literatura bíblica historiográfica desde que


apareció en 1943 fue aceptado por Noth y tres generaciones de estudiosos le
han seguido promoviendo la discusión de la literatura prehistórica de 1-2
Reyes- cf. BOYD BARRICK W., o.c, pp. 10-11.

34
descubrimiento39 y las reformas a las que dio lugar, marcaron un renacer en la
historia de Israel, haciendo revivir los valores nacionales arraigados en la
tradición histórica, expresada en términos de alianza.
Da Silva sugiere, siguiendo a Wette que el libro de la Ley, que impulsó la
reforma de Josías, debía corresponder al Deuteronomio, o, por lo menos a una
firma más primitiva de este libro 40. Incluso asume que el Deuteronomio original
fue compuesto en la época de Josías, guardado enseguida en el Templo y usado
como instrumento de propaganda para la reforma del rey. 41
Actualmente se ha abandonado la opinión, durante mucho tiempo
sustentada, de que el Deuteronomio se había escrito para legitimar la reforma
de Josías; es seguramente más antiguo y, estudios recientes parecen haber
probado que reunía tradiciones levíticas provenientes del reino del Norte y,
llevadas al sur, luego de la caída de Samaria, aún cuando no se pueden aplicar
a todas sus prescripciones.42
Handy llama la atención que la mayoría de la legislación contenida en la
sección legal en uso del libro, no puede ser leída como una porción del
Deuteronomio, dada las implicaciones para el pueblo, como fue la devastación
de la religión de la tierra 43, que fue lo que ocurrió durante el exilio. También
Liverani44 acota sobre lo que considera una estratagema: descubrir un
manuscrito antiguo para dar aval a la autoridad tradicional y promover una
reforma innovadora. Es curioso que ocurra precisamente en el momento de la
Tomando en cuenta lo concerniente al lugar ocupado por la historia
deuteronomista, especialmente la historia del judaísmo monárquico, hay
discrepancia entre el Deuteronomio y la historia deuteronomista. La aplicación
del Deuteronomio dependerá de la ley de centralización, lo cual no explica los
diferentes hechos que el Dt no explica, lo cual sugiere una distancia entre la
palabra y la Historia Deuteronomista. KNOPPERS G., “Solomon Fall and
Deuteronomy’s Scholar ship at the turn of the millennium” pp. 402-403.

35

No hay uniformidad entre los especialistas sobre la fecha del escrito original, sobre la
identidad de sus autores o sobre el número de reediciones por las que el texto pasó. Algunos
defienden su origen en Israel, antes de la caída de Samaria, en medios levítico- proféticos; otros,
ubican su primera redacción por refugiados, levitas del reino del Norte, venidos a Jerusalén en la
época de Ezequías; otros, que fue escrito en la época de Josías, por escribas reales. Sólo hay
consenso en cuanto a su contenido: el Deuteronomio original comprendería los capítulos
12,1-26,15, un código de leyes, ornamentado por una introducción, los capítulos 4,44-11,32 y,
una conclusión, los capítulos 26,16-28,68. DA SILVA A. “O contexto da Obra Histórica
Deuteronomista”. En EB 88, p.19.

36

NOTH M., Estudio de historia de las tradiciones, pp. 18-39.


decadencia asiria, lo que es asumido como una oportunidad por parte de Josías
para suscribir una dependencia y fidelidad a Yahve.
Comparto la opinión de García López cuando afirma que “el libro del
Deuteronomio es una encrucijada. En él desembocan las tradiciones primitivas
de los cuatro primeros libros de la Biblia hebrea, y de él, parten las tradiciones
más recientes de los libros siguientes, de Josué a Reyes” 45 En efecto, lo
indiscutible es que el nuevo movimiento inspiró una composición literaria: la
historia Deuteronomista, que forma la base del actual libro de Reyes, 46y que
ciertamente, lleva a los lectores de manera crítica a concluir que es paradójico:

37 El Deuteronomio primitivo no se presenta como un texto de formación


jurídica, sino como un texto encontrado en su versión original y del que no
existen copias. Así es como se entiende en 2Re 22,8, del que deriva el
compromiso público para observar dicho Libro (…) El texto actual del
Deuteronomio da por supuesto que la Torá escrita por Moisés existe en un solo
ejemplar, depositado ante los levitas (Dt 17,18), junto al arca de la alianza (Dt
31,26). El rey no puede hacer una copia, sino un segundo ejemplar para leerlo
cada día. Aunque esto no haya ocurrido de esta forma, refleja la idea que se
hacían en tiempos del exilio. Según el mismo Deuteronomio, el texto no se
dará a conocer mediante la difusión y lectura de rollos, sino por la lectura
pública cada siete años, la memorización individual y la recitación meditada y
su uso en inscripciones murales (Dt 5,9), que en lo esencial procede de la
época de Josías. LOHFINK N., Las tradiciones del Pentateuco en la época del
exilio. CB 9, p.50.

38

No faltan sin embargo, opiniones que consideran que la redacción final de


este texto es tardía; solo después del exilio de Babilonia, se puede mirar hacia
atrás en retrospectiva, para calibrar la magnitud de los errores cometidos y
re-escribir la historia.

39

El conocimiento de que el libro encontrado era un motivo histórico y literario


que reflejaba la palabra antigua, fue para justificar los cambios religiosos a los
que dio lugar y, el libro de la Ley puede haber sido escrito para legitimar la
reforma; no es casual que los reformadores asumieron la reforma justo cuando
pro monárquico y antimonárquico a la vez, de origen diverso y proveniente de
diversos círculos.
En él se conjugan cinco elementos: Dios, pueblo, Ley, tierra y santuario.
Y construye su ética basada en cuatro pilares 47: la misericordia (D>s.x), el
derecho (jP'v.m)i, la justicia (hq'êd"c). y la fidelidad (tm,êa/.)48
Cristalizado a finales del siglo VII, el Deuteronomio se completa en el exilio y
abarca, desde los sucesos del Sinaí hasta la ruina de Jerusalén y el destierro.
Estos dos polos dan sentido a todo el libro del Deuteronomio, centrado en los

se hizo necesario encontrar el texto. Incluso, hay una clara conexión entre el
Deuteronomio, con el reino de Josías, aunque no por ello vamos a decir que es
enteramente una ficción. El Deuteronomio no puede ser una historia inventada
porque un descubrimiento tan importante no puede ser hecho fuera de la ley,
siendo la guía de Israel por la cual, los reyes de Israel son evaluados;
existiendo una simple copia que desapareció por largo tiempo y no fue avalada
para consulta, hasta que sucedieron las refacciones ordenadas por Josías.
McKENZIE S., JSOT , pp.262-263,n°3.

40 cf. La tesis de W.M.L. de WETTE fue publicada en 1805 en su “Dissertatio


criticoexegética”. En seguida, el retoma sus ideas en su “Beoträge zur
Einleitung in das Alte Testament “(Contribuciones para la Introducción al
antiguo Testamento) 2 “Bde. Halle: Schimmelpfennog, 1806-1809” ( reimpreso
en un volumen: Hildessheim George Olms 1971. Citado por DA SILVA A. o.c.
p.18.

41

cf. SKA J:, Introducción a la lectura del Pentateuco: claves de interpretación


para los cinco primeros libros de la Biblia. ,pp. 147-148.

42 VAUX R., o.c. p.441.

43 HANDY L., ZAW 106,1, pp.49-50.


temas de la obediencia a la alianza, del amor al Dios de la bondad salvadora y
del don de la tierra de la promesa. 49
Es una anticipación al Segundo Testamento 50 porque insiste en la ley de
Moisés no como un imperativo a cumplir, sino como amor absoluto del Dios de
la Alianza,51 toda la Biblia es una apuesta entre la fidelidad de Dios y la del ser
humano52 y, sobre todo, elabora una sabiduría narrativa para inculcar virtudes:
amistad, lealtad, paciencia, etc. 53
Lo que procede ciertamente del Deuteronomio es la Pascua en Jerusalén,
que se presenta a la vez como novedad y como vuelta a una práctica olvidada

44

LIVERANI M., Oltre la Bibbia: Storia Antica di Israel, p. 194.

45 GARCIA LÓPEZ F. El Deuteronomio, CB 63, p.6.

46

MALAMOT A.,-TADMOR H.,-STERN M., Historia del pueblo judío I , p. 184.

47 VITORIO J., “Ai de quem constrói a casa sem justica” En EB 88, pp.
33-34.

48

cf. Os 6,4; Is 30,18; Jr 22,3; Zac 8,3.

49

CROATTO J., Historia de la salvación: La experiencia religiosa del pueblo de


Dios, p. 211.

50 Ibid, p. 177.
(2Re 23,21-23). El Deuteronomio la convierte en “fiesta nacional” 54 y que debía
celebrarse en el Templo de Jerusalén. Es probable que haya servido de
plataforma a las reformas.

51

cf. Dt 19,21.

52

27 La historia deuteronomista es perfectamente profética, pues su predicación y fin se


comprenden de este modo: Israel debe ser un pueblo santo (cf. Lv 19,2) en el que reine la
voluntad de Yahve, y esta santidad debe basarse en el culto, en la justicia, en la verdadera
adoración de Yahve y en la equidad hacia los seres humanos.

53

BALANCIN E.,“Sobre juizes, sacerdotes, reis e...profetas”. En EB 88, p. 51.

54 BUIS P., El libro de los Reyes. CB 86, p. 44.


LITERATURA SAPIENCIAL
La sabiduría de Israel, antes de tomar su forma concreta como géneros literarios, y
antes de ser consignada como escritos canónicos reconocidos por el Judaísmo y más
tarde asumidos por el cristianismo, es consecuencia de una actitud de percepción de los
valores y antivalores de la vida, lo cual se conecta con la capacidad espiritual que pone
la presencia de Dios en todo. Gracias a ella, el ser humano puede encontrarle sentido a
la vida por más difícil, confusa o complicada que sea.
Lo que pretende el sabio es dar respuestas a los grandes desafíos de la historia y
sus ambigüedades. No es saber muchas cosas, sino tener un profundo conocimiento de
la vida, del ser humano y de Dios,
La sabiduría está enmarcada en el contexto social de quien reflexiona, por eso
asienta o critica lo que percibe de ello, Y más que punto de llegada es punto de partida
en el que confluyen la realidad social, la libre actitud y la apertura a Dios que ofrece su
amor a lo largo de la historia. La articulación de tales elementos nos hace sabios o
necios.
Los sapienciales no dudan en calificar la sabiduría como hija de Dios haciendo
parte del proyecto creador, creando vida, alimentándola y protegiéndola. Opción que
tiene en cuenta la muerte, donde desemboca irremediablemente toda vida y nadie
puede escapar.
Israel y demás pueblos de Oriente comprendieron sin embargo, que no sólo la
muerte amenazaba la vida, sino toda fuerza externa o estructura de poder que ponga en
jaque la vida deshumanizándola. Decimos que es común a los pueblos de Oriente; es
más, Israel admiraba la sabiduría de egipcios y mesopotámicos; por eso cuando alaba la
Biblia a Salomón por sabio, lo compara con lo vecinos (cf. 1Re 5,10). Se le consideraba
un bien cultural con un trasfondo popular y tradicional (refranes, dichos, etc).
Comienzan a escribirse con la monarquía sobre todo en la época de Salomón, lo
cual contribuyo para que se le considerara un rey sabio. Al punto de atribuírsele la
autoría de todos los sapienciales. Nada más falso. . Además, entre la monarquía y el
exilio, la sabiduría no es vista con buenos ojos. Ya dijo Isaías 5,21; 29,14 como se debe
desconfiar de los que creen que saben mucho. (cf. Jr 8,9; 911) Es la experiencia del
destierro en Babilonia que canoniza la sabiduría, lo cual tendrá una importante
consecuencia literaria: una interpretación de la historia que recogía viejas enseñanzas y
tradiciones, la crítica de los profetas y una conciencia de universalidad que trascendió al
mismo pueblo.
Entre los temas más comunes de la Sabiduría están:
 La fe, entendida como gracia y responsabilidad
 La razón, como mediadora para descubrir la obra creadora(límites del ser humano)
 Lo cotidiano, espacio de la revelación divina.la cultura, vehículo de sabiduría
 La universalidad, como nuevo horizonte de la sabiduría israelita.
 Temor respetuoso a Yahve.
 Sabiduría de la ley y de la libertad
Frente a toda esta riqueza como interpretación religiosa de la historia, enfrentamos dos
tareas:
1. Saber interpretar la situación original de opresión por la que surge el texto.
2. Conocer la situación actual en la que releemos dicho texto.

Tres corrientes:
Ortodoxa-conservadora, parte de un ingenuo optimismo que le
hace interpretar que Dios ejerce su juicio en la historia castigando el pecado y premiando
la justicia.
Proverbios
Sirácida
Sabiduría
Heterodoxa-intelectual, pone en evidencia lo contradictorio de lo
anterior en el grito del pobre y el sufrimiento del inocente.
Job
Qohelet
Con identidad propia:
Salmos
Cantar de los cantares

PROVERBIOS
Reflexiones e intuiciones en forma poética que abordan la presencia divina en la vida
cotidiana
* En hebreo mashal lvm
* Dato literario común a todas las culturas
* Colecciones diversas:
Cap.10-22: Colección de Salomón (siglo X a.C.)
Cap.25-29: Colección de Ezequías (siglo VIII a.C.)
Cap. 22,17-24,22: Agregado a la colección de Salomón con añadidos
extra-bíblicos
Cap.30-31: Cuatro agregados de difícil datación
Cap. 1-9: colección más reciente (550-450 a.C.)
• Sabiduría de la experiencia: contrapone parejas antitéticas de personajes
morales prototípicos, justo e impío, sabio y necio, diligente y perezoso, lo que Dios quiere
y lo que Dios detesta.
FORMAS LITERARIAS CONCRETAS
• Proverbios numéricos (6,16-19).
• Discursos instructivos (3,1-12).
• Relato autobiográfico (7,6-23).
• Poema didáctico (8,22-31: sabiduría trascendente como proyecto en la
mente de Dios y sabiduría encarnada en el sabio y en el cosmos, se encarna en el ser
humano, en su inteligencia y su justicia.
• Poema alfabético (acróstico) (31,10-31)
• Estilo antológico (1-9) utilizando como fuentes Dt, Jr e Is 56-66

SIRACIDE
También llamado Eclesiástico, está formado por 4 himnos, entre los que encontramos
proverbios, reflexiones y meditaciones
• Autor: Jesús, hijo de Sirá (50,27; 51,30)
• Siglo III a.C.
• Conocido sólo en griego hasta 1896 cuando Salomón Schecter encontró un
manuscrito hebreo medieval.
También apareció en Qumram en hebreo.
Hebreo cap. 31-36 están invertidos en
Griego 34-35-36-31-32-33
No forma parte del canon hebreo.
• Estilo repetitivo con finalidad didáctica
• Intento de judaizar la sabiduría identificándola con la Torah
• Cuatro himnos:
Naturaleza y beneficios de la sabiduría (1-23)
Excelencia de la sabiduría (24,1-42,14)
Sabiduría de la naturaleza y en la historia (42,15-50,25)
Elogio de los padres de Israel (51)

SABIDURIA
Texto deuterocanónico escrito en Alejandría.
Último texto escrito del Primer Testamento
Discurso protréptico, forma de exhortación didáctica de la filosofía griega.
Utiliza la diatriba, las comparaciones (11,6.15), el silogismo (6,7-21), la aporía
(6,22-11,1), los elencos de virtudes (7,22) y el midrash (cap. 11-19)
Su contenido aborda tres temas:
1. la inmortalidad, don divino, comunión plena con Dios que concede a quienes son
fieles. Reflexiones que ocupan los cinco primeros capítulos del libro.
2. la sabiduría, fuertemente personificada como la mediadora entre Dios y el
cosmos y la historia (Cap.6-9)
3. El Éxodo, meditación poética sobre el Éxodo (cap.10-19) distribuidas en siete
escenas en las que se contrapone los distintos destinos de justos e impíos.

JOB
Búsqueda de Dios en la oscuridad y el dolor que desemboca en la confianza: Dios es
más grande que el ser humano y su proyecto incomprensible para la criatura. ¿Tiene
sentido el sufrimiento?
“Explicar a Job es como intentar tener en las manos una anguila, cuanto más se la
aprieta, más rápidamente escapa de la mano” San Jerónimo

Canto de la miseria del existir


Canto del estupor de la fe
*Siglos V-IV a.C.
• Tres autores:
1° (1-2;42,7-17) es un prólogo en prosa de un personaje rico y piadoso sometido a
pruebas.
2° ( 3-31; 391-42,6) diálogo de un Job inconforme y rebelde que defiende su inocencia.
3° (32-37) monólogo en boca de Elihú
* 5 nombres para designar a Dios: Yahve, Elohim, El, Eloah, Shadday
Vocabulario de las tradiciones proféticas: la preocupación por el destino individual del ser
humano, la creación y el universalismo de la obra.
Más que una meditación sobre el sufrimiento, el libro de Job nos propone una
reflexión sobre los caminos de Dios, conservándonos las huellas de un verdadero drama
de fe. En efecto, el destino típico de Job y los diversos poemas que lo interpretan
cuestionan directamente la imagen de Dios y la esperanza del justo enfrentado a una
calamidad no merecida.
Cada creyente cree reconocer en Job un compañero de camino que se atreve a
decir en voz alta lo que todo el mundo siente confusamente en la hora de la prueba. El
choque del sufrimiento hace bambolear las evidencias, las certezas fáciles y las bonitas
ideas tranquilizantes. Sobre todo cuando sufren es cuando los hombres se vuelven a Dios
o, por el contrario se apartan de Él; pero, en ambos casos, se enfrentan cara a cara con
su misterio. ¿Dónde están las fronteras entre los que creen y los que no creen? ¿Acaso
no pasan por en medio de cada conciencia, dolorosamente?
Este combate de la fe, que tan bien atestigua el libro de Job, no es sino la tragedia
de la condición humana, vivida ante Dios, ante el silencio de Dios; sobre todo cuando se
trata del sufrimiento de los inocentes. Este es un libro terrible, no sólo por lo complejo,
sino porque es capaz de arrastrar al creyente sincero hacia los márgenes oscuros de la
fe, en donde, finalmente, se juegan las relaciones del ser humano con Dios.
Toda lectura seria del libro de Job desemboca en esos problemas primordiales con
los que el creyente tiene que vérselas más tarde o temprano: el misterio del mal y del
sufrimiento, el encuentro con Dios hasta en el fracaso aparente de todo éxito humano,
las dificultades de dialogar con el hombre que sufre, y finalmente la imagen de Dios y el
sentido de la propia vida, cuando se trata de integrar en ella la perspectiva de la muerte.
No hay circunstancia humana, que nos ponga a mayor distancia de la aceptación
del amor gratuito de Dios que nuestra propia experiencia del sufrimiento, en particular si
es injusto. Por ello si desde esta situación límite un creyente es capaz de vivir su fe con
desinterés y encontrar el lenguaje adecuado para hablar de Dios, entonces el Dios de la
Biblia puede ser reconocido auténticamente por el ser humano.
Es necesario meterse en la piel del protagonista, comprender su situación, sus
reacciones psicológicas y creyentes. Ser capaces de mirar a Dios como lo hace Job, sin
tenerle miedo, con libertad y sin intereses, desde una gran sinceridad, desde la propia
conciencia, sumido en dolor y desechando todas las “doctrinas” que le ofrecen los sabios
creyentes acerca de Dios y su modo de actuar. Sumiendo a su protagonista en una
profunda noche oscura, el autor ofrece en Job la experiencia trágica de que realmente
“para tener el Todo hay que dejarlo todo” hasta las “seguridades” de la fe. Aquí no hay
más seguridad que dejarse llevar por él, incluso por los caminos más absurdos. ¡ y
confiar a pesar de todo!

PROBLEMAS QUE PLANTEA EL LIBRO DE JOB


1. Dentro del marco narrativo:
 En los dos primeros capítulos se dice que los males de Job los causa
Satán y en el epílogo se dice que es Dios quien los provoca (Job 42,11)
 No se hace mención de la enfermedad de Job en el final de la obra,
siendo tan importante al principio
 La figura de Satán que es clave al comienzo, no está presente al final.
Lo mismo podemos decir de la mujer de Job
2. Entre las partes de prosa y poesía:
 El uso del nombre de Dios no es el mismo en la prosa y en la poesía
 La imagen de Dios es distinta: ingenuo y bonachón en la prosa;
potente y hasta caprichoso en la poesía.
 Incluso la imagen de Job: paciente y cultual en la prosa, es rebelde,
blasfemo y secularizado en la poesía.

PLANTEAMIENTO TEOLÓGICO
Riquezas y salud de un lado, pobreza y enfermedad del otro, son sanciones divinas a los
que obran bien y a los que actúan con injusticia, respectivamente.
Los profetas y sabios a través de la fe, penetraban con el sufrimiento en el
misterio de Dios; el salmista invita a confiar en Dios que siempre está a favor de los
justos y los débiles. Otras veces, partiendo del dogma de la retribución y observando la
experiencia de vida en la que aparecen frecuentemente los malvados triunfantes y
gozosos, el justo duda de la verdad de tal dogma y siente envidia de la prosperidad, al
menos aparente del malo. Los cantos del siervo de Yavé en el Deuteroisaías revelarán el
sentido misterioso del inocente que sufre por los culpables, tomando sobre sí sus faltas y
pecados (Is 53). Pero, el autor de Job va mas allá y cuestiona los planteamientos
tradicionales de Israel, a su respuesta se aproximan la ortodoxia y la ortopraxis, la teoría
y la vida, los prejuicios rígidos y la búsqueda libre de Dios, la religión interesada, que sólo
busca el premio y, la gratuidad.
El Segundo Testamento concibe la retribución no como recompensa intramundana
al estilo fariseo, sino como donación gratuita de Dios al hombre. La máxima recompensa
será Cristo mismo. Por eso nosotros tenemos más luz que los contemporáneos de Job:
Jesús, el Santo y el Justo, también sufrió.
De allí el valor de este difícil texto, cuyo autor pone en boca de Job sus
reflexiones, más blasfemo que un “ateo”, hay una gran evolución personal en la
experiencia de Dios, reflejada en Job. Años de lucha interior, de duda y de silencio,
pensando, blasfemando y rezando, hasta que Dios se da a conocer en forma nueva.
Descubrir a ese Dios hoy en nuestro mundo y nuestra historia es entrar en una
aventura apasionante, que nos muestra que el ser, todo ser, con su tragedia a cuestas,
con su angustia, su dolor, su desesperación, sus dudas y su ansia insatisfecha, es capaz
de tener un encuentro amoroso con El y solidario con el hermano que lo necesita.

QOHELET
Eslabón en la cadena de la Revelación divina que culmina en Jesucristo: la existencia
humana aparece encerrada en un continuo sucederse los mismos acontecimientos.
Llamado también Eclesiastés.
2987 palabras hebreas lo componen
Post-exílico en dos fases: persa (siglo II a.C.) y
Helenista (siglo II a.C.)
El autor aparece en 1° persona 85 veces, 7 con el sinónimo de “qohelet” (1,1.2.12; 7,27;
12,8.9.10) y a veces con el perfil de Salomón. ¿Anciano? ¿intelectual irónico?
Tema primordial: el vocablo “hebel” (38x) que hace referencia a algo vacío e
inconsistente, el desencanto y la vanidad.
Lenguaje valorativo: no sólo observa la vida y la muerte, sino que distingue entre bien y
mal, la justicia de la maldad y el malvado.
Lenguaje antropológico: lo demuestra el predominio de la palabra “adam” ser humano
con su corazón, cuerpo, mente y hálito vital.
Lenguaje teológico: Elohim (40x) y creador (12,1)

CANTAR DE LOS CANTARES


Canto al amor humano, cuyos protagonistas representan todas aquellas parejas que
repiten el milagro del amor, a la corporeidad, a la naturaleza y al goce de vivir.. La
tradición judía y cristiana lo ha interpretado simbólicamente como los esponsales de Dios
con su pueblo.
Un cantar atribuido a Salomón
Del siglo III a.C.
Poema de 1250 palabras hebreas
Superación de la imagen femenina: sierva de la monarquía, infiel de los profetas,
viuda del exilio, encerrada como ama de casa: Es la puerta de entrada a un cambio de
paradigma femenino: la sexualidad y la sensualidad al servicio del amor.
Vivimos en una época explosiva en cuanto a la sexualidad y el erotismo. Esto, por
una parte es positivo: es una progresiva pérdida de la vergüenza a hablar y expresar
sentimientos hasta ahora reprimidos o, abiertamente rechazados por sucios por una
moral hipócrita. Pero, esta apertura va acompañada de una propuesta en la que lo
erótico está vinculado a la búsqueda individual de placer dentro del marco estrecho de la
genitalidad.
En esta propuesta, el otro no es el ser amado con quien se comparte una
experiencia vital y profunda, sino un objeto útil a las necesidades, o de lo contrario será
descartado para ser reemplazado por un objeto mejor, Además, por los medios, se
vincula con frecuencia sexualidad y violencia, placer y dominación. Estás actitudes llevan
al empobrecimiento del erotismo y a la posterior insatisfacción que conducirá a alimentar
un sentimiento de fracaso inevitable. Allí estarán haciendo falta el fuego y la ternura de
un amor compartido en todos los aspectos de la vida que exigirá de nosotros un esfuerzo
para regresarlo a su pureza original.
Esa es la propuesta del Cantar de los Cantares. Estando hoy la experiencia erótica
tan deteriorada de sus valores humanos, acercarnos a este texto y ubicarlo en el lugar
correcto, nos ofrece, no una meditación sobre la sexualidad humana, ni se dedica a
analizar el amor ni lo define; simplemente, ofrece un testimonio vivo de un amor
verdadero para que, nutriéndonos de el, alimentemos nuestros propios sentimientos y
actitudes.
Con el correr de los capítulos, vemos como en estos poemas lo erótico esta
vinculado a la ternura y nunca a un acto de fuerza o imposición; los poemas nos llevan a
valorar los lugares íntimos y la privacidad de la unión sexual, algo privado a la vista de
intrusos, donde sólo la naturaleza es testigo de las caricias. Estos poemas nos invitan a
adentrarnos en el mundo de los sentidos, los aromas, los sabores, el tacto, la belleza de
las formas del cuerpo, el sonido suave y agradable de la voz del amado/a
No creo que pueda expresarse en pocas líneas toda la carga emotiva y hermosa de
este texto. Si se quiere podría mostrarte varias claves de lectura:
+ el valor del amor entre el hombre y la mujer porque este libro no habla de Dios sino de
lo humano.
+ que el amor humano tiene que ver con Dios porque en esta experiencia
hombre/mujer Dios se revela y allí puede el ser humano experimentar el amor de Dios en
su vida, no en vano, la experiencia orgásmica tiene mucho de divina ( no en el sentido
de sabrosa)
+ la dimensión personal de lo afectivo y los sentimientos porque describe el romance
entre una chica y su amado
+ es una denuncia al sistema que desvirtúa el sexo y el amor; el cual era pervertido en
la época del Cantar con la prostitución sagrada (Cf Os 1,1; 3,5); era objeto de venta (Cf 1
Re 14,23-24), era usado sólo como medio de reproducción o manipulado por otros
intereses (CF Jr 2,20,23-25). Este libro tiene el coraje de afirmar el valor y la dignidad del
seco y el amor.. es una denuncia del sistema vigente
+ la mujer es cuanto mujer que ama y es amada, en una época en que la mujer era
marginada y vista como impura por su menstruación (Cf Lv 15,19-20), en la que la
extranjera era vista como peligrosa (Esd 9,1.2), en la que prevalecían las normas del
patriarcado. Este libro denuncia esta situación.
+ Otra cosa es que, sin fiesta no hay lucha. El libro habla de la danza y la belleza, de
flores, enamoramiento y paseos por el campo. Es la gratuidad de la relación amorosa
hecha realidad.
+revela también el amor de Dios al pueblo que en el amor humano se presenta como
fuerza creadora.
Se le llama “Sulamita”, ese nombre tiene que ver con Salomón (Cant 3,7-11;
8,11-12); Salem (Cant 1,5), Jerusalén (Cant 6,4) y paz, que en hebreo es shalom (Cant
8,10).La amada responde afirmando la mutua pertenencia y la pasión que el amado le
confiesa. A ella corresponde las frases que siguen: “ven amado mío, busquemos el lugar
y el tiempo; te daré mi amor, mi jardín, mis aguas cristalinas, mi viña, mis granados, mi
miel,…” Y todo será tuyo para siempre, solo para ti……

SALMOS
HIMNOS
A Dios Creador y Señor de la Alianza: Sal 9,19…
Reales y mesiánicos: Sal 2, 18,20,..
Cánticos a Sión y de peregrinación: Sal 46,48,…
SÚPLICAS
Individual: Sal 5,6,7,13,…
Colectiva: Sal 12,44…
De confianza: Sal 3,4,…
De acción de gracias: Sal 9,10
INSTRUCCIONES
Salmos históricos: Sal 78,105,…
Salmos litúrgicos: Sal 15,24,91,…
Salmos proféticos: Sal 14,50,52,54,…
Salmos sapienciales: Sal 1, 37,49,…

RUT
El libro de Rut comienza así: “En los días en que gobernaban los jueces” (1,1). Sin
embargo esa afirmación no quiere decir que haya sido escrito en esa época. ( el tiempo
de los Jueces abarca la época desde la muerte de Moisés hasta el profeta Samuel). Hoy
muchos comienzan así; “sucedió en la época de Gómez”...
¿Cuándo se escribió? ¿Quién lo hizo?
El libro no lleva fecha ni firma, tan solo habla de dos viudas. Se considera en la
Biblia junto con Tobías, Judith y Esther entre las historias episódicas, es decir, ficciones
con fines teológicos.
Ha sido calificado a menudo como una especie de novela rosa o idilio en la que
una variante de cenicienta, Rut, es agraciada por la caridad de un varón rico a causa de
unas virtudes meritorias: la devoción y fidelidad a su suegra Noemí. Pero es bastante
más compleja.
Comparando las afirmaciones del libro con la historia del pueblo de la Biblia sólo
se puede concluir que data en torno al 450 a.C., unos cien años del exilio. ¿Qué época
fue esa? Nabucodonosor, rey de Babilonia, había destruido la ciudad de Jerusalén, parte
del pueblo fue al exilio y permaneció oprimido y explotado por unos 50 años, cuando
Ciro, rey persa derrotó a los babilónicos y permitió al pueblo volver a Jerusalén.
Este pueblo, con muchas ganas de organizarse de nuevo como pueblo de Dios, no
tuvo éxito. Desde esta época hasta que se escribe el libro de Rut consiguió muy poco. Por
el contrario la situación empeoraba cada vez más. Los principales problemas eran:
1º tierra: la mayor parte del pueblo vivía de la tierra, pero ya no tenían tierra, ni
medios para defenderla. Y el que la tiene se ve obligado a venderla o a abandonarla,
empujado por los impuestos y el hambre.
2º hambre: consecuencia de lo anterior. La gente no tiene que comer, por eso
mucha gente vende a sus hijos e hijas como esclavos para que trabajen la tierra de otros
(Rut 2,5.9)
3º familia: los pobres ya no pueden vivir con sus parientes, la necesidad los ha
obligado a dispersarse, incluso en el extranjero (Rut 1,1). Las familias ya no son fuente
de fraternidad, ya no logran defender los derechos de sus miembros más pobres y la
explotación ha entrado hasta en las mismas familias: hay ricos y pobres dentro de una
misma familia.

ALGUNOS PROYECTOS PARA RESOLVER EL PROBLEMA DEL PUEBLO


1º PROYECTO DE ZOROBABEL Y DE JOSUÉ ( Esd 3,1-13)
Zorobabel fue hijo de Selatiel, descendiente del rey de Judá (1 Cro 3,1-13) y Josué
fue hijo de Yosadac, discípulo del sumo sacerdote de Jerusalén (1 Cró 5,40-41).
Ambos con el apoyo de profetas como Ageo (Ag 1,12-15) y Zacarías (Zac 4,6-10)
trataron de reconstruir el templo destruido por Nabucodonosor hacia el 520 a.C. Creían
que el sufrimiento del pueblo era castigo de Dios y trataron de reconstruir su identidad
en torno al culto y el altar, lo cual se vio obstaculizado por los samaritanos 8 Esd 4,1-23)
2º PROYECTO DE ESDRAS (Esd 9,1-10,44; Neh 8,1-18)
Doctor de la ley y escriba, actuaba en nombre del rey de Persia. Visitó Jerusalén en
el año 458 a.C. También creía que el dolor del pueblo era castigo de Dios y propuso:
- expulsar a las mujeres extranjeras y a los hijos nacidos de ellas (Esd
10,3-11)
- mayor observancia de la Ley (Neh 8,1-8).
Se trataba de reconstruir el pueblo en base a la observancia de la Ley y de la
pureza de raza
3º PROYECTO DE NEHEMÍAS (NEH 5,1-19)
Gobernador de Judá, nombrado por el rey de Persia (445 a.C.), era la misma época
de Esdras. Era un hombre bueno y veía con pesar como los gobernantes y los ricos
explotaban a los pobres, por lo que indignado:
- convocó a una reunión y en nombre de Dios les exigió que devolvieran a
los pobres las tierras robadas y que les perdonasen las deudas acumuladas (Neh 5,7-13).
Él mismo dio ejemplo (Neh 5,14-15)
- trató de reconstruir las familias y clanes ( Neh 7,4-72)
- veló por la seguridad reconstruyendo las murallas de Jerusalén (2,11-3,38;
5,16)
Trataba de reconstruir al pueblo en torno a la observancia del año jubilar. Esta ley
ordenaba que cada 50 años, se rescindieran las compras y ventas de tierras (Lev
25,1-34= ley del rescate) y que se cumpliera la ley del levirato (Dt 15,1-11). El quería
que los ricos vivieran con el temor de Dios observando la ley (Neh 5,9).
La palabra que más se repite en esta parte es “rescatar”. ¿ En qué consiste?
La Ley del rescate:
Establecía principalmente dos cosas:
1. cuando alguien, por causa de su pobreza se vea obligado a vender su
tierra, su pariente más cercano está obligado a rescatar la tierra y comprarla de nuevo,
pero no para sí, sino para el paciente pobre que corría el riesgo de perderla (Lev
25,23-25).
2. Cuando alguien por causa de su pobreza, se vea obligado a venderse a si
mismo como esclavo, entonces su pariente más próximo tiene el deber de rescatar esa
persona, y, pagar para que el hermano pobre pudiese recuperar su libertad (Lev
25,47-49). En ambos casos ese pariente recibía el nombre de Goél ( el que rescata)
El objetivo de esta ley era defender y fortalecer la familia a la vez que estimulaba
la corresponsabilidad de todos en el bienestar de todos, en el seno de una misma familia
o comunidad. Por eso, Noemí alaba a Dios cuando descubre que Booz es su “goél”.
Ley del levirato o del cuñado:
Otra ley, la del levirato establecía lo siguiente: cuando un hombre casado moría sin hijos,
el hermano del fallecido tenía que casarse con la viuda y los hijos que tuvieran entre
ambos no debían ser considerados como hijos del varón, sino del hermano fallecido (Dt
25,5-10)
No se trata aquí, de la gran familia, sino de la familia pequeña. Solamente
obligaba a los hermanos, hijos del mismo padre, y no así a los primos u otros parientes.
Su intención era garantizar la continuidad de la familia e impedir que, por falta de un
heredero, la familia se extinguiera.
En el caso concreto de Noemí, la situación no podía ser más grave. Majlón, el
marido de Rut había muerto sin descendencia; de acuerdo a la ley, su cuñado tendría
que casarse con ella y darle un hijo al fallecido. Pero, tal hermano tampoco existía.
Noemí no tenía más hijos y su familia estaba en peligro de extinción.
Al igual que ella, las familias pobres de la época vivían desintegradas, incapaces
de defenderse contra la ambición de los ricos y se veían obligados a vender sus tierras y
sus hijos. Lo peor es que ya la familia no funcionaba en defensa de los más pequeños de
sus miembros y las leyes aunque buenas ya no funcionaban ni se cumplían.
Este es el contexto de la familia de Noemí: sin comida, sin tierra, sin futuro,
obligada a vivir fuera de casa sin el apoyo de los parientes..
Este libro llama la atención más por lo que no dice, que por lo que dice:
1. no dice nada del rey ni de los sacerdotes
2. no dice nada del templo ni del altar
3. no dice nada de Jerusalén ni de los sacrificios
4. su centro es precisamente una extranjera y se llega a pedir que sea como
Raquel o Lea, las dos madres que están en el comienzo del pueblo de Dios.
5. Llama la atención como se resuelve el problema con Booz. El pertenece a
la clase social de los que han sido interpelados por Nehemías. Pero, quien toma la
iniciativa no es él, sino las dos viudas pobres. Es una historia sutil que quiere trasmitir un
mensaje.
Otro detalle es el sentido oculto de los nombres de las personas. Cada uno revela
lo que es y hace en la historia:
1º EIMELEC: Esposo de Noemí, significa “mi Dios es rey” . Es la profesión de fe del
pueblo. Así era en la época de los Jueces (Jc 8,23) Después cuando el pueblo le pidió a
Dios un rey, el mismo Dios protestó y dijo: “ No te han rechazado a ti (Samuel), sino a
mí, para que no reine sobre ellos” (1 Sam 8,7). Pero Dios no rechazó la petición del
pueblo y tuvieron un rey ( 1 Sm 12,12,-17) La historia de los reyes fue desastrosa, acabó
con la fe en Dios, Señor y Rey del pueblo, haciéndola morir. Eimelec murió( Rut 1,3)
2º NOEMÍ (GRACIA) Y MARA (AMARGURA): la gracia para el pueblo nace del amor fiel de
Dios para con los que ha escogido. Reconociendo a Dios como rey y Señor, el pueblo se
convierte en esposa graciosa de Dios. Ya el profeta Isaías le decía al pueblo: “ como un
joven se casa con su novia, así tu constructor se casará contigo” (Is 62,5). Sin embargo,
de la mano del rey humano, llegaron los desmanes, contrarios a la alianza establecida
entre Dios y el pueblo. Como consecuencia, la vida del pueblo perdió su “gracia” y se
llenó de “amargura” (Rut 1,13). Noemí se convirtió en Mara, es decir, amargada (1,20).
3º MAJLÓN Y KILIÓN ( DOLENCIA Y FRAGILIDAD): Son los dos hijos de Noemí. Israel y Judá,
los dos hijos nacidos de la alianza entre Dios y su pueblo, se olvidaron de que Dios era su
rey y Señor, y fueron detrás de otros dioses y señores. Por eso se habían vuelto dolientes
y frágiles. De hecho, los dos reinos, tanto el del norte (Israel), como el del sur (Judá), se
habían extinguido como tales. Lo que quedó de ellos fue llevado al exilio. Allí se
mezclaron con otros pueblos, razas y religiones; se mezclaron con mujeres extranjeras,
ORFA (nuca, espalda) y RUT (amiga o saciada). Perdieron sus memorias, sus raíces, su fe,
su identidad(1,5). Al final sólo quedó Noemí, que se convirtió en Mara, sin hijos y sin
marido.
Este modo de presentarle al pueblo la historia del pasado que es la causa de sus
desgracias tiene dos caras, ligadas entre si. La visible: el gobierno de los reyes fue
desastroso para el pueblo. Una cara oculta: el pueblo perdió su fe en Dios, Rey y Señor
del pueblo. ¡Murió Eimelec! La fe en Dios se fue debilitando y dejó al pueblo sin futuro y
sin fuerza.
4º BOOZ. Nombre del pariente cercano, significa “por la fuerza”
5º OBED: nombre del hijo que nace, significa “siervo”
Además de todo esto, el cuadro inicial invita al pueblo a la esperanza, la cual se
basa en lo que Dios ha hecho en el pasado y en lo que ha prometido para el futuro. En
los tiempos de Rut ya se había escrito parte del AT y el pueblo lo conocía de memoria.
Así pues, el libro expresa esa esperanza sirviéndose de frases y acontecimientos del AT
para describir la situación del pueblo.
1. Cuando dice: “ en los días que gobernaban los Jueces” (1,1), se quiere
presentar como continuación de la historia de los jueces y despierta en los lectores la
esperanza de que pueda aparecer un nuevo juez, al estilo de Sansón, Jefté, Gedeón,
Débora y otros tantos héroes que, en el pasado, habían liberado al pueblo de la
esclavitud y la opresión (Jc 2,16). Igual que en el pasado, hoy Dios sigue liberando.
2. Al insistir en que “quedó sola”, que “se quedó sin hijos y sin marido”,
recuerda las profecías, según las cuales el “pequeño resto” iba a ser el nuevo comienzo
del pueblo (Is 4,3; 6,13; 10,21; 11,16; 37,31; Esd 9,8.15). De este modo, afirma al pueblo
que sufre, en la persona de Noemí, que es semilla de una nueva nación.
3. Cuando dice en 1,2: “todos eran efrateos de Belén de Judá”, el libro está
recordando la profecía de Miqueas que dice: “ Y tú, Belén Éfrata, la más pequeña entre
los clanes de Judá, de ti saldrá el que ha de gobernar a Israel” (Miq 5,1). De este modo
sugiere que la promesa del Mesías se realizará por medio de la pequeña familia, errante
y sufrida de Noemí, la pobre viuda de Belén. ¡ la salvación vendrá de los pobres!

JUDIT
El libro cuenta la historia de una viuda hebrea, Judit hija de Merari, en plena guerra
de Israel contra el ejército asirio. De bellas facciones, alta educación y enorme piedad,
celo religioso y pasión patriótica, Judit descubre que el general invasor, Holofernes, se ha
prendado de ella. Acompañada de su criada, la viuda desciende de su ciudad amurallada
y sitiada por el ejército extranjero -Betulia- y, engañando al militar para hacerle creer
que está enamorada de él, consigue ingresar a su tienda de campaña. Una vez allí, en
lugar de ceder a sus reclamos galantes, lo embriaga. Cuando Holofernes cae dormido,
Judit le corta la cabeza, sembrando la confusión en el ejército de Asiria y obteniendo de
este modo la victoria para Israel.
Se decía que Judit era viuda, hermosa, que nunca nadie se le oponía ni estaba
contra ella. Siempre se vestía con el hábito de penitencia (esto se asocia con su carácter
de mujer adoradora de Dios); a menudo estaba de ayunas, y su marido le había dejado
mucho dinero, por lo cual era rica. Judit surge como una figura especial en la época; se
destaca por sus actitudes y forma de hablar.
El autor desconocido.
No se conoce con exactitud la fecha del libro. Sin embargo, se especula que Judit
fue compuesto en tiempos de los Macabeos (mediados del siglo II a. C.).
Judit es una "novela histórica hebrea", género literario ya extinto que, haciendo uso
de recursos tomados de la novela histórica, cumplía una clara función de narración
edificante y exaltadora del patriotismo y la religiosidad piadosa. Si en verdad fue
compuesto en la época macabea, entonces su objetivo era impulsar a la resistencia de
los judíos contra sus invasores mediante la narración de la heroica y arriesgada hazaña
de una heroína del pasado en similares circunstancias.
Inexactitudes históricas del libro
Concentrado en el aspecto religioso de la lucha de Judit y en el papel que cumple
Dios en la victoria israelita, el autor se despreocupa de las precisiones históricas. Es
también muy posible que haya acumulado deliberadamente inexactitudes, a fin de
despegar el episodio narrado de un contexto histórico preciso y convertirlo en una pieza
intemporal y más abstracta. Esta deliberada falta de preocupación sobre el contexto se
evidencia ya en el mero comienzo de Judit: "El año duodécimo del reinado de
Nabucodonosor, que reinó sobre los asirios en la gran ciudad de Nínive..." (Jdt 1:1).

El autor intenta probar, por encima de todo, la intervención de Dios en la liberación


de Betulia. Dicho de otra forma, todo el libro se refiere al modo en que Dios puede
utilizar un instrumento humano (Judit en este caso) para obtener el resultado perseguido.
De todas maneras nos encontramos con una serie de anacronismos o errores históricos y
geográficos tanto en los hechos de los personajes como en la ubicación. Para empezar se
habla de Nabucodonosor como rey de Asiria cuando lo fue de Babilonia y, por poner otro
ejemplo, la ciudad de Betulia, en donde suceden los hechos, es imposible de localizar, al
margen de que las acciones de Holofernes son también difíciles de ubicar. Nínive no
existía ya en tiempos de Nabucodonosor, puesto que había sido destruida por su padre,
Nabopolassar de Babilonia.

No obstante, no es éste seguramente el propósito del autor del libro, a quien ni la


historia ni la geografía parecen preocuparle mucho; más bien pretende ponderar las
acciones de una mujer que se convierte en la estrella indiscutible del relato. No obstante,
ésta aparece en el capítulo octavo. El autor anónimo quiere preparar al lector y
presentarle una serie de acciones malvadas en los siete primeros capítulos para ponerlo
del lado de Judit y justificar los medios que emplea, no demasiado morales, para salvar al
pueblo judío. Holofernes, el general de Nabuconosor, es la personificación del mal y de
los instintos más perversos, luego es justo, según el narrador, que le ocurra lo que le
ocurre al final y es justo que Judit sea la protagonista de la hazaña.

Algunos pueblos se niegan a apoyar la campaña de Nabucodonosor y éste envía a


su general Holofernes a que los haga capitular, a que inclinen la cabeza ante el poder del
rey todopoderoso. Todos lo hacen, excepto el pueblo escogido. Y aquí es donde entra en
acción Betulia, el lugar en el que vive Judit:
El Libro de Judit está impregnado de legalidad y patriotismo, y, concentrando su
atención en el drama religioso que allí se desarrolla, el estilo y el tema que desarrolla el
autor anónimo hace que, en cierta forma, el Libro de Judit esté emparentado con el
Apocalipsis, que se escribiría varios siglos después. En ambos libros hay una fiera lucha
entre el Bien y el Mal; el Pueblo de Dios se encuentra debilitado en apariencia y parece
condenado al exterminio; y finalmente Dios, por medio de una acción inesperada y
desconcertante para todos menos para el teólogo, consigue que Israel obtenga la
victoria.

ESTHER

El libro se considera canónico en su original arameo; las adiciones posteriores en


griego son deuterocanónicas para los católicos y apócrifas para los protestantes.

El Libro de Ester es un libro histórico, que en su original hebreo tiene el objeto de


explicar a los fieles el origen de la fiesta de Purim. Sin embargo, es muy diferente de los
demás libros históricos de la Biblia y forma una unidad conceptual con los dos que lo
preceden: el Libro de Tobit y el Libro de Judit.

La diferencia, en el caso de Ester, es que el objetivo de explicación acerca de Purim


proviene sólo del original hebreo; las adiciones griegas posteriores exaltan el poder de
Dios a fin de solidificar la confianza del pueblo hebreo en el triunfo final, especialmente
en el sentido militar.

El Libro de Ester muestra un nacionalismo rudo y furioso, con un lenguaje seco y


directo, poco dado a las metáforas. Al contrario que otros libros bíblicos, Ester no se
molesta en citar fuentes ni tampoco en acercarse a la doctrina estricta, al concepto de
Alianza ni a Dios como fuente de la espiritualidad y la vida religiosa del pueblo judío.

La historia de Ester es un drama, no en el sentido griego (lucha del hombre contra


el destino) sino en el hebreo: una historia que muestra la providencia de Dios.

Como en muchos otros casos de libros de este período, el autor del Libro de Ester
permanece desconocido, aunque la tradición suele atribuirlo al profeta Esdras. Su estilo
es moderno (del tiempo de los Macabeos) y un verdadero erudito en los asuntos
históricos del pueblo al que pertenece. Está muy bien documentado y no comete errores
históricos.

En este libro bíblico se menciona a:

1) El rey Asuero: este rey gobernó desde la India hasta Etiopía sobre 127 provincias
(Ester 1,1). Asuero proclamó reina a Ester en lugar de la reina Vasti que se había negado
a salir para mostrarle su hermosura "a los pueblos y a los príncipes" (Ester 1,11)
2) Mardoqueo: era tío de Ester. La Biblia menciona en Ester 2,7 que "había criado a
Hadassa, que es Esther, hija de su tío, porque no tenía padre ni madre; y era moza de
hermosa forma y de buen parecer; ycomo su padre y su madre murieron, Mardoqueo la
había tomado por hija suya."

3) Ester: era "hija de Abihail, tío de Mardoqueo" y Mardoqueo la crió como si fuera hija
suya. Era "moza de hermosa forma y de buen parecer" (Ester 2,7). Su nombre hebreo era
Hadasa (que significa mirto) pero le fue cambiado a Ester que es de origen babilónico y
significa ‘estrella’.

4. Amán: era "hijo de Amadatha Agageo" (Ester 3,1). El rey Asuero le dio un puesto más
elevado que Mardoqueo. Amán odiaba a Mardoqueo ya que no se arrodillaba ni se
inclinaba ante él, "porque así se lo había mandado el rey" (Ester 3,2). Por eso fue que
procuro destruir a los judíos incluyendo a Ester aunque él no sabía que era judía.

Ester es mucho más neutro (religiosamente hablando) que los demás libros
históricos. Sin embargo, así como Judit intentaba probar la intervención de Dios en la
victoria judía sobre Asiria, aquí Ester pretende imbuir en los guerreros la confianza en la
victoria final del judaísmo gracias a la ayuda de Dios

Utiliza permanentemente los mecanismos lógicos hebreos: si Dios ama al justo, el


justo deberá finalmente triunfar sobre el impío (amonestación de Mardoqueo a
Ester13-17), comprensión de los personajes de que Dios guía los sucesos: 1,14-16).
Además, la acción de Dios siempre opera conforme a su propia Ley.

La principal conclusión que se extrae de este libro es que la visión histórica de los
escritores sagrados difiere en gran medida de la que exhiben los historiadores Los
hechos, la exactitud, la documentación, son asuntos secundarios y sólo se echa mano de
ellos cuando es imprescindible. En el libro histórico judío la historia es un medio para
profundizar en la teología, y no un fin en sí misma.

TOBIAS
Escrito hacia el año 200 a. C. y sólo se ha conservado en varias versiones griegas y
latinas, diversas unas de otras. Como Ester y Judit, pertenece al género de los relatos
"edificantes" o narraciones elaboradas con el fin de transmitir una enseñanza de carácter
moral y religioso.
Los protagonistas del relato son los miembros de una familia de la tribu de Neftalí,
deportada a Nínive cuando los asirios invadieron y conquistaron el territorio de Galilea
(2Re 15,29). Esta ambientación fuera de Palestina es un elemento esencial de la
narración, ya que la enseñanza contenida en el Libro está destinada principalmente a
sostener la fe de los judíos dispersos en un ambiente pagano y casi siempre hostil. Para
animarlos a mantenerse fieles al Señor, aun en medio de las pruebas, el autor les
propone un modelo ejemplar en la figura de Tobit, el padre del joven Tobías. Lo que más
se destaca a través del relato es la acción providencial de Dios. Los hechos que a
primera vista parecen casuales responden en realidad a un designio divino -un "secreto"-
que sólo al final se pone de manifiesto (12, 11).
Y por eso, la verdadera sabiduría consiste en mantener la confianza en el Señor,
incluso en las situaciones más desesperadas. En el libro de Tobías, el ejecutor de este
designio divino es un "ángel" llamado Rafael, que significa "Dios sana". Mientras que en
los textos bíblicos más antiguos el Señor se acerca personalmente a los hombres y habla
con ellos, en esta etapa de la Revelación se acentúa el sentido de la trascendencia
divina.
Una distancia infinita separa a los hombres de Dios, pero esa distancia es salvada
por la intervención de los ángeles, cuya función consiste en ser los "mensajeros" de las
bendiciones y de los castigos divinos, y en presentar al Señor las súplicas y necesidades
de los hombres (12, 12-15).junto con la invitación a confiar en la Providencia divina, la
historia de Tobías destaca otros valores de profundo contenido evangélico: la santidad
del matrimonio, el respeto filial, la misericordia hacia los pobres, la práctica de la
limosna, la aceptación humilde de las pruebas y la eficacia de la oración.

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