Está en la página 1de 2

¿En qué ayuda la psicología social al seminarista?

El psicólogo social analiza los pensamientos, sentimientos y conductas de una


comunidad, para establecer cuáles son sus faltas y desarrollar planes e intervenciones
para mejorar su calidad de vida.

La psicología abarca diversos campos que, en muchos casos, delimitan especialidades.


En el ámbito del entorno social encontramos al psicólogo social, que se dedica a
estudiar los comportamientos, sentimientos y pensamientos asociados a nuestra
interacción con los demás.

Ahora bien, el psicólogo social ayuda a mejorar la calidad de vida de los seminaristas a
través de su intervención. Así, genera un mayor bienestar en los seminaristas con los
que convive. Para ello, ejecuta diversas funciones. Paulo Freire, dirá que, “Nadie nace
hecho. Nos vamos haciendo poco a poco en la práctica social en la que formamos
parte”.

El psicólogo social también se encarga de formar al seminarista. A través de la


psicoeducación, provee a la comunidad de distintos recursos para afrontar la situación
que afecta al grupo. Es decir, los orienta a resolver sus necesidades a través de la
enseñanza. Así, la comunidad, aprende cómo gestionar sus emociones, pensamientos y
conductas en pro de su bienestar. De este modo, mejora la calidad de vida de las
personas con las que convive.

Dentro del seminario también se puede dar lo que es un condicionamiento clásico: una
forma básica de aprendizaje en la cual un estímulo, inicialmente neutral, adquiere la
capacidad de evocar reacciones a través de la asociación repetida con otro estímulo. En
un sentido, un estímulo se vuelve una señal para la presentación o surgimiento del otro.1

Por ejemplo, acá se está condiciona, porque al solo salir de clases, todos nos vamos
para el comedor, ósea que sabemos que ya terminada nuestra última clase tendremos
nuestra recompensa. También está se ve muy marcada la influencia de ciertos grupos,
los cuales influyen en los demás hermanos.

Acá se dejan llevar fácilmente por otros, si un hermano cometió un error, o se le cae un
plato o un vaso en el comedor, todos suelen hacerla burla de eso, alguien empieza a
gritar y los demás le siguen la corriente, y como vemos que la mayoría está gritando
entonces todos empiezan ahorita, y eso es dejarse llevar por los demás y allí están un
claro ejemplo de cómo un grupo de persona tiene influencia en los demás.

Acá en el seminario también se aprende a través del ejemplo de nuestros formadores,


de nuestros hermanos, de los cuales cada día se aprende algo nuevo. Hay veces en las
que se aprende solo observando algunos comportamientos de las personas, a veces estos
comportamientos son buenos, pero a veces son malos.

1
Libro de Psicología Social de Rober A. Barón, pág. 125.
La influencia que ejerce algún hermano, algún formador o algún grupo, se ve marcada
en nuestra casa de formación, ya que somos una comunidad donde todos nos
conocemos, y a veces alguna frase de algún hermano se nos pega y se vuelve tendencia
en toda la comunidad, por ejemplo “el lloveré del padre Marte”, o el “que le truene del
padre Bernardino”.

También acá en el seminario, nos vemos influenciados por la sociedad, ya sea por su
música, por la moda, o alguna otra tendencia. el estar en el seminario no nos vuelve
exentos de lo que la sociedad promociona, ya que quizás acá se puede caer en lo que es
el consumismo, en el querer adquirir algún artículo novedoso, en querer ser los primeros
en adquirir ese artículo.

La sociedad influye de manera directa o indirecta acá en el seminario. la sociedad


también exige que el seminarista sea un hombre recto, un hombre que les muestre el
rostro misericordioso del Padre, hombres sin dobles, hombre orante, respetuoso,
amable, servicial, etc.

La psicología social, ayuda al seminarista a no caer fácilmente en lo que nuestra


sociedad promociona, aunque se pueda caer ciertas veces, el seminarista debe tratar de
no volver a caer en muchas cosas que esta sociedad del consumismo nos ofrece, porque
para poder mostrar a Cristo, debemos ir liberándonos de todo eso que nos ata al mundo.

La psicología nos ayuda a tener una mentalidad sana, a conocernos aún más
profundamente, a llenar esos vacíos afectivos, a sanar heridas que hemos arrastrado a lo
largo de nuestra vida. Gracias a la psicología, el seminario está ofreciendo una
formación más completa, porque de nada vale formar jóvenes que tengan una gran
capacidad intelectual, si aún más sanado heridas, si aún no se conocen, la psicología nos
ayuda a profundizar y nuestro yo interior.

La psicología social también cómo nos vamos tratando cómo debemos comportarnos
ante la sociedad, y también cómo la sociedad se está comportando en nuestro tiempo
actual, ya que la psicología social va estudiando el comportamiento de los individuos a
lo largo del tiempo, y el comportamiento de los individuos varía según la época, el lugar
donde vayamos.

También podría gustarte