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Servicios de salud mental en la atención primaria de salud

La importancia de la salud mental para la salud en general a nivel primario es


clara, desde el punto de vista tanto cuantitativo como cualitativo.
En el mundo, existen actualmente 400 millones de personas incapacitadas, de las
cuales la mitad sufre de enfermedades neurológicas y psiquiátricas, incluyendo la
farmacodependencia y el abuso del alcohol.
Se estima que de 40 a 100 millones de habitantes sufren de enfermedades
mentales graves y no menos de 200 millones sufren de trastornos psicosociales,
con distintos niveles de gravedad e incapacitación. recibiendo tratamiento
deficiente o nulo.
Los recursos existentes para manejar este gran volumen de morbilidad psiquiátrica
son insuficientes en los países industrializados, y tristemente escasos en los
países del mundo en desarrollo.
Es necesario que las actividades de prevención secundaria en salud mental, es
decir, la identificación, el manejo y la referencia de casos, sean adecuadamente
registrados. Lo que no se registra, no se cuenta y lo que no se cuenta, no gana
importancia.
El desarrollo de un sistema de registro de problemas y acciones de salud mental,
especialmente adaptado al nivel primario, es de gran importancia para el
funcionamiento de los servicios, para la evaluación de los resultados y para la
diseminación de información.
Al abarcar la compleja tarea de desarrollar programas de salud mental a nivel
primario, es necesario recordar que "el futuro de la salud mental en el tercer
mundo depende, en su mayor parte, del éxito de la integración de los servicios de
salud mental a los servicios de salud primaria ".
Por lo tanto, es necesario que se emprendan esfuerzos, teniéndose en cuenta que
gran parte de las resistencias nacen de la falta de conocimiento y experiencia,
tanto del sector especializado de salud mental como de la red primaria.
Por un lado, tenernos trabajadores de salud que no poseen la capacitación y el
conocimiento para ejecutar las tareas de salud mental que ahora les son
presentadas. Por otro, el sector de salud mental, se ha desarrollado sin un
contacto más estrecho con la red primaria, de manera que ignora su problemática
y necesidades.
Los programas para la formación de personal de salud mental no incluyen el
desarrollo de funciones supervisoras y facilitadoras, haciendo hincapié en la
prestación directa de servicios de salud mental. No nos sorprende. por
consiguiente. que esta nueva área de actividad genere ansiedades y resistencias
de ambos lados.
La situación actual del tercer mundo y de América Latina, exige la movilización
inmediata para atender a estas necesidades, y se espera que los organismos de
planificación central y los servicios periféricos de salud respondan de inmediato a
esta realidad asistencial.

Consuelo Esparza.

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