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CAPÍTULO I
En resumen, los estudios sobre psicopatía describen a una persona que es egocéntrica y
motivada por obtener sólo sus propios intereses, utilizando a la gente como un medio para
conseguir sus fines, sin remordimiento alguno por actuar así ya que carece de empatía.
Este tipo de trastorno de personalidad tiene una entidad propia, y a través de las culturas
y del tiempo se han realizado investigaciones que revelan su presencia en la humanidad
desde tiempos inmemoriales.
La escena del crimen se define como el área en la que ha tenido lugar un acto criminal.
Ahora bien, un delito puede ocurrir en diferentes lugares, lo que puede dar lugar a
diferentes escenas del crimen relacionadas con un mismo delito. El estudio de la escena
del crimen constituye el corazón del perfilador.
1) Estudio de la escena del crimen mediante evidencia física por los forenses y la
policía científica
2) Estudio de la escena del crimen mediante evidencia conductual por el perfilador
3) Otros métodos que se emplean (victimologia, perfil geográfico, bases de datos)
En la escena del crimen hemos de prestar atención al modus operandi y a la firma del
delincuente, es decir, a la evidencia conductual. Una definición genérica del modus
operandi es señalar que la manera de comportarse de un criminal lo constituyen sus
elecciones y conductas por las que pretende consumar un delito. El modus operandi se
refiere al «cómo» del delito. En el modus operandi buscamos conductas como método de
aproximación a la víctima (por engaño o sorpresa), momento del día elegido para actuar,
zonas seleccionadas para abordar y atacar a la víctima, arma utilizada y fuerza necesaria
para controlar a la víctima.
La firma del delincuente constituye los rituales o conductas que revelan las fantasías del
delincuente. Se expresa acciones violentas no necesarias para controlar a la víctima,
mutilaciones, formas de dejar un cadáver, actos post mórtem realizados en éste o llevarse
recuerdos o trofeos de la escena del crimen son ejemplos característicos de la firma.
PERFIL GEOGRÁFICO
Es el lugar o espacio geográfico donde realizan sus actividades delictivas. Estas a su vez
se dividen en zona de confort, que es el lugar preferente para cometer los crímenes, y la
zona de seguridad, que es la distancia de su centro de operaciones (domicilio) hasta la
zona de confort.
La importancia del perfil geográfico radica en que el investigador ha de ver en el mapa
dónde aparecen los crímenes y tratar de entender cuál es la relación entre la psicología
del personaje y la distribución geográfica, mediante pregunta como: ¿Implicaba ese
crimen conocer bien el lugar? ¿Las horas y los sitios de los crímenes impiden pensar que
tiene un trabajo estable o bien que goza de gran autonomía? ¿Hay lugares específicos
que se repiten? Todas éstas son preguntas relevantes que el investigador se hace
mientras examina los lugares de los delitos.
VICTIMOLOGÍA
En esta segunda etapa es cuando la difusión del perfil criminológico de los asesinos en
serie alcanza una gran repercusión en toda la sociedad. Es por ello (FBI) va a aplicar los
conocimientos de la psicología y la criminología a sus tareas de investigación criminal. Es
con ellos que se inicia la aplicación del perfil criminológico como una disciplina forense
relevante en casos de asesinos en serie, pronto expandida también a delincuentes
sexuales multirreincidentes. No solo fueron ellos, sino que también los académicos de
pronto empezaron a ocuparse de esta peculiar disciplina forense, a caballo entre la
psicología y la criminología.
Esta segunda etapa se caracteriza porque los perfiladores del FBI desarrollaron el análisis
de la escena del crimen, donde se va utilizar toda la información existente sobre un
crimen en combinación con el conocimiento y la experiencia obtenidos por los agentes del
FBI, con el objetivo de realizar inferencias o deducciones acerca de la personalidad y de
los aspectos sociodemográficos de un asesino desconocido. En otras palabras, el método
empleado por los perfiladores del FBI se servía del conocimiento tácito o intuitivo y del
conocimiento de la evidencia que, como expertos, habían acumulado a lo largo de sus
carreras profesionales
Esta etapa se desarrolló a partir de la segunda parte de los años noventa y tuvo dos focos
principales. Primero, La escuela denominada psicología de la investigación bajo la
dirección del profesor David Canter, que a su vez ayudó a desarrollar el segundo foco, el
perfil geográfico, ya que estaba interesado en poder determinar el lugar de residencia de
un criminal desconocido mediante el estudio geográfico de las escenas del crimen
3) El perfil geográfico.
CAPÍTULO II
Análisis de vinculación
El análisis de la escena del crimen, donde examinamos el modus operandi y la firma, nos
permite adentrarnos al perfil criminológico. Se responde con la pregunta ¿Por qué se ha
cometido este crimen, en este lugar, en este momento y sobre esta victima?, además de
preguntarse por qué y para qué del crimen y así establecer el perfil criminológico del
autor.
Se realiza un análisis de la conducta que será usado para determinar a posibilidad de que
una serie de crímenes haya sido cometida por el mismo sujeto y se lleva a cabo mediante
la integración de varios aspectos del patrón de la actividad criminal del delincuente. Tales
aspectos incluyen el modus operandi, las conductas de ritual o expresivas de la fantasía
del sujeto, y la firma. El procedimiento es el siguiente: 1) Obtener datos de múltiples
fuentes. 2) Revisar los datos e identificar hechos significativos de cada crimen.3)
Clasificar cada uno de esos hechos como propios del modus operandi. 4) Comparar la
combinación de hechos que pertenecen al modus operandi través de toda la serie de
crímenes para determinar si existe una firma. 5) Elaborar un informe escrito con los
resultados.
Se presenta una serie de factores que pueden afectar a la conducta de escena del crimen
y, por consiguiente, lo que el perfilador va a ver cuándo realice su trabajo. Por ende,
necesita de identificar más conductas de modus operandi que conductas expresivas ya
que algunos aspectos expresivos pueden pasar por inadvertidos y por ello ser atribuido
erróneamente al modus operandi.
Cuando un investigador introduce los datos que definen las acciones criminales de un
nuevo delito no resuelto, el sistema otorga a cada delincuente registrado una probabilidad,
un valor que es el resultado de comparar el estilo mostrado por cada sujeto con el estilo
de delito que ahora se investiga. Cuando una investigación está en marcha, los
delincuentes que figuran en los primeros puestos de esa «lista de probabilidad» se
convierten en posibles sospechosos. ¿Qué tipo de información se almacenaba de cada
incidente?, se almacena lo referente a datos del tipo de víctima, lugar, tiempo,
preparación, método de aproximación, arma empleada, conducta violenta exhibida,
conducta sexual, interacción con la víctima, actos de precaución y tipo de vehículo. La
simulación de este sistema hecha en Japón obtuvo éxito: en 24 de los 81 ensayos el
ordenador seleccionó al auténtico culpable, esto es, un 30% de aciertos. Este resultado
demostró empíricamente que es posible relacionar estilos de acción criminal con ciertos
delincuentes.
Esta parte trata acerca de posturas en la que la firma no es como parece y no se puede
extraer de la escena del crimen, por eso Patricia Brown advierte de que lo que
usualmente vemos en televisión y en el cine acerca de los asesinos en serie es
generalmente falso, lo resume en diez mitos, sin embargo, el autor resalta dos, el mito del
modus operandi y la firma.
Con respecto al modus operandi, Patricia Brown señala el modus operandi es variable ya
que el asesino modifica sus formas de acción delictiva y no es como la mayoría dice que
se puede relacionar varios crímenes por el modus operandi, ya que resulta muy difícil de
probar, a lo que el autor acepta esta postura de algún modo, señalando que puedan
presentarse complicaciones en una investigación cuando se cambia el modus operandi
pero que no es imposible relacionarlo ya que es factible.
CAPITULO III
La autopsia psicológica
Una autopsia psicológica busca esclarecer el relato auténtico de los hechos en casos de
muertes de origen dudoso, distinguiendo si éstas fueron producto de fenómenos naturales
(un fallo cardíaco) o bien producto de un accidente, de un suicidio o de un homicidio.
Dicho en otras palabras, la autopsia psicológica intenta recrear la personalidad y el estilo
de vida de la persona fallecida, así como las circunstancias que rodearon su muerte. El
procedimiento consiste en entrevistar a amigos, familiares y compañeros del fallecido,
analizar todo tipo de registros y documentos, y cruzar la información resultante para tratar
de obtener la información más fidedigna.
Blau, nos aconseja que realicemos este informe teniendo en cuenta los seis apartados: 1)
Propósito de la evaluación, 2) fuentes de información, 3) resumen de los hechos, 4)
factores significativos, 5) análisis psicológico integrador y 6) conclusiones.
PROBLEMAS Y PRECAUCIONES
La escena amañada
Es por ello que se habla de escena simulada cuando nos encontramos ante la alteración
intencional de un crimen o de una escena del crimen con el objetivo de desorientar a la
policía y frustrar el proceso de investigación criminal. «hay dos razones para simular una
escena: reorientar la investigación para que no se centre en el sospechoso más lógico, y
proteger a la víctima o a su familia».
Existen 3 motivos por el cual, dentro de un acto amañando, la persona comete el hecho.
Estas son: avaricia, ira- venganza y atención.
MÉTODO DE INVESTIGACIÓN
Para acercarnos a una escena que podemos presumir que ha sido simulada, Hazelwood
nos aconseja seguir 5 pasos:
4) Identificar y documentar todos los posibles motivos para el acto original y para la
simulación de la escena.
Sí, debido a que el delincuente muchas veces se encuentra tenso y eso le lleva a cometer
errores. Estas inconsistencias se visualizan en 3 tipos:
Conclusiones
Una autopsia psicológica nos recuerda que hemos de prestar mucha atención a las
evidencias. Cuando lo único que podemos hacer es dar una explicación más o menos
basada en el sentido común, estamos lejos de satisfacer los criterios de una autopsia
rigurosa. Al final es cierto que debemos construir un relato de los hechos que sea lógico y
coherente, pero debería basarse en lo que hemos visto y, en la medida de lo posible,
verificado.
Capítulo IV
Liu y sus colegas realizaron un estudio que tenia por objeto dilucidar si un convicto de
secuestro volvía a cometer de nuevo este mismo delito u otro de naturaleza más grave,
como homicidio sin premeditación, homicidio o violación. La investigación incluyo 7362
autores de secuestros ocurridos en 1979 y 2001, resultando que 282 delincuentes, habían
cometido más de un delito de secuestro en el periodo estudiado y de ellos 268 eran
hombres y 14 mujeres, confirmándose una vez más la prominencia de los hombres en la
comisión de los delitos graves.
Diana M. Concannon es una analista de seguridad que ha publicado una obra muy
interesante titulado: Guía de investigación para el profiling, donde examina 100 casos de
secuestro declarados probados en la ultima instancia judicial, clasificando estos sucesos
en las siguientes categorías:
- Recién nacidos hasta un mes de edad: en este caso una mujer secuestra un niño
para satisfacer su deseo de ser madre. El secuestro se produce en hospitales y
domicilios.
- Niños de 1 a 12 meses: los autores generalmente son los padres varones que
realizan su acción homicida y después de ocultar el cadáver llaman a la policía
para infirmar su desaparición.
- Niños de 1 a 2 años: el secuestro esta basado en razones emocionales, los niños
varones tienen mayor probabilidad de ser víctimas.
- Niños de preescolar (de 3 a 5 años): predomina el móvil emocional, como también
aumente el deseo sexual, los autores generalmente son los padres biológicos.
- Niños en edad de escolar de 6 a 14 años: en esta edad aumenta tres veces el
número de secuestros, porque predomina el deseo sexual de los delincuentes.
- Adolescentes jóvenes de 15 a 17 años: en este grupo disminuyen los motivos
sexuales y aumentan las razones económicas y emocionales.
Dennis Lynn Rader provenía de una familia luterana de Sión. De pequeño era introvertido
y serio, pero lo que lo diferenciaba del resto de los niños era torturaba y muerte a
animales pequeños, mostraba características de los asesinos seriales. Culpaba a su
madre por las sádicas tendencias que tenía para castigarlo. En la adolescencia su hobbie
era vigilar mujeres y robar su ropa interior. En la madurez sus prácticas eran la fotografía
(fotos macabras de sus víctimas) y asfixia autoerótica.
1963 se graduó 2 años después se fue a las fuerzas aéreas
1970 volvió a Wichita
22/05/1971 se casó con Paula Diezt y se establecieron en Park City a las afueras de
Wichita. Al ser despedido de Cessna, una famosa empresa de avionetas, le produjo gran
frustración. Tiempo después Se matriculó en criminología y derecho en la universidad de
Wichita.
Victimas:
Los Otero:
Cada vez que llevaba a Paula a su trabajo Rader se dedicaba a buscar posibles víctimas
montado en su coche (trolling). Fue donde encontró sus objetivos, Julie Otero y a su hija.
15/01/1974 se produjo el primer ataque, que sería la pesadilla de Wichita. Sus víctimas,
Josep Otero qué murió por una asfixia provocada, Seguidamente estrangulo a Julie Otero,
se dio cuenta que la agonía era más excitante que acababa rápido. Así que nació BTK
qué significa “atar, torturar, matar” de las siglas en inglés. Lo mismo hizo con Josie
Otero(colgada) y el más pequeño (estrangulado). La policía no tuvo éxito en la
investigación y no se supo en primer instante quién fue el culpable.
Buscando la celebridad
El 22 de octubre de 1974 llamó a la prensa (Don Granger) y le informo que había una
carta con pista sobre el crimen de los oteros dentro de un libro en el segundo piso de la
biblioteca Wichita.
La primera carta de BTK (22 de octubre de 1974) Relataba el crimen contra los Oteros, y
señalo cada detalle de como murieron sus víctimas porque no querían que otros le roben
el crédito, como estaba pasando.
En noviembre de 1974 encontró un empleo en una compañía de seguridad de alarmas.
En el año 1975 nace su primer hijo Brian, que lo hizo parar por un tiempo, pero nunca
dejó su obsesión.
El 17 de marzo de 1977, en su día libre volvió a su actividad favorita la búsqueda de
víctimas.