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- HEREDERO DE SUCESIÓN DEDUCE DEMANDA CONTRA BANCO DEL ESTADO

PARA QUE SE DECLAREN PRESCRITAS ACCIONES CIVILES EMANADAS DE


PAGARÉS.-

- INTERPOSICIÓN DE DEMANDA NO INTERRUMPE CIVILMENTE LA


PRESCRIPCIÓN SI CONTRA QUIEN SE ACCIONA SON AJENOS A ELLA.-

- EXCEPCIONES LEGALES DE OBLIGACIÓN SIMPLEMENTE CONJUNTA.-

- PRESCRIPCIÓN QUE OBRA EN CONTRA DE UNO DE LOS CODEUDORES DE


UNA OBLIGACIÓN DIVISIBLE NO PERJUDICA A LOS OTROS.-

- INTERRUPCIÓN NATURAL DE LA PRESCRIPCIÓN.-

- COMPETENCIA DE TRIBUNAL DE SEGUNDA INSTANCIA CIRCUNSCRITA A


PETICIONES CONCRETAS EN APELACIÓN.-

- ARGUMENTO DE NULIDAD DE FONDO CONSTITUYE ALEGACIÓN NUEVA


SOBRE LA QUE CORTE DE CASACIÓN ESTÁ IMPEDIDA DE PRONUNCIARSE.-

- INDIVISIBILIDAD DE PAGARÉS NO SE EXTIENDE A MUTUOS QUE


GARANTIZAN EL PAGO SI ÉSTA NO SE HA PACTADO RESPECTO DE ELLOS.-
RECURSOS:
RECURSO DE CASACIÓN EN EL FONDO CIVIL (RECHAZADO).-
TEXTOS LEGALES:
CÓDIGO CIVIL, ARTÍCULOS 1524, 1526 Nº 4 INCISO 2º Y 1529.-

CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL, ARTÍCULOS 186 Y 189 INCISO 1º.-

JURISPRUDENCIA:

      "Que en cuanto al primer error de derecho denunciado, es efectivo que en cada uno de
los pagarés de autos la suscriptora declaró textualmente que "esta obligación la contraigo en
el carácter de indivisible y podrá exigirse su cumplimiento total a cualquiera de mis
sucesores".

      Ahora bien, tal declaración, sin embargo, ha de entenderse referida únicamente respecto
de la acción cambiaria emanada de los mismos pagarés y no puede extenderse en forma
necesaria a las derivadas de los mutuos cuyo pago esos títulos de crédito garantizaban.

      En efecto, en virtud de la indivisibilidad de pago declarada en los pagarés, las


obligaciones que se cobran por la vía del ejercicio de las acciones cambiarias que emana de
ellos ha podido exigirse a cualquiera de los herederos de la suscriptora, de acuerdo con lo
establecido en el inciso 2º del Nº 4 del artículo 1526 del Código Civil. Esta norma contiene
una excepción a la regla general, conforme a la cual si la obligación no es solidaria ni
indivisible, cada uno de los acreedores puede sólo exigir su cuota, y cada uno de los
codeudores es solamente obligado al pago de la suya; y la cuota del deudor insolvente no
gravará a sus codeudores.

      Por lo tanto, no habiéndose establecido por los jueces del fondo que las obligaciones
derivadas de los mutuos se pactaron como indivisibles -cuestión de hecho que debió quedar
fijada en el fallo de instancia para haber podido arribar a las conclusiones que pretende la
parte recurrente-, no cabe sino aplicar la regla general antes transcrita y estimar que tales
obligaciones se contrajeron como divisibles, de forma tal que la prescripción que obra
contra a uno de los codeudores de la obligación divisible no perjudica a los otros,
interpretando contrario sensu el artículo 1529 del aludido Código Civil.

      Esta aplicación es la que han dado los magistrados de segundo grado y, por ende, no
han cometido el error de derecho que el recurrente les atribuye." (Corte Suprema.
Considerando 3º).

      "Que en relación, ahora, al segundo de los errores denunciados, el banco demandado


sostiene en el recurso que la notificación de la demanda de desposeimiento practicada al
tercer poseedor de la finca hipotecada no tiene la virtud de interrumpir la prescripción
respecto del deudor principal y que al haber estimado lo contrario, el fallo impugnado
infringe la ley.

      Si bien esta alegación se invocó al contestarse por el Banco del Estado de Chile la
demanda que dio origen al litigio, lo cierto es que al deducirse recurso de apelación contra
la sentencia definitiva de primera instancia, que argumentó en el sentido que ahora se
reprocha, el recurrente de casación no fundó el agravio que estimó se cometía en este fallo
en el yerro antes indicado.

      Ahora bien, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 186 del Código de


Procedimiento Civil, el recurso de apelación tiene por objeto obtener del tribunal superior
respectivo que enmiende, con arreglo a derecho, la resolución del inferior. Por su parte, el
inciso 1º del artículo 189 del mismo cuerpo legal establece, en lo que interesa, que la
apelación deberá contener los fundamentos de hecho y de derecho en que se apoya.

      De las normas transcritas precedentemente se infiere que la competencia del tribunal de
segunda instancia se encuentra circunscrita única y exclusivamente a lo que el apelante
somete a su decisión en el recurso. Es en los fundamentos de hecho y de derecho -de los
que obtienen su sustento las peticiones concretas que también se exigen al recurso-, donde
el apelante hace ver al tribunal de alzada los errores que considera ha cometido el fallo de
primer grado. En consecuencia, si un determinado hecho fijado por esa sentencia o una
específica interpretación de la ley no es impugnada en el recurso, debe afirmarse que el
recurrente ha estimado que dicha declaración no le causa un agravio que sea necesario
enmendar por la vía de la apelación." (Corte Suprema. Considerando 4º).

      "Que, en razón de lo antes dicho, al no haberse sometido a la consideración de los


sentenciadores de segunda instancia la alegación referida en el primer párrafo del
fundamento que precede, no puede ahora el recurrente de casación pretender plantearla por
la vía de este recurso, pues no pudieron los jueces de segundo grado incurrir en error de
derecho al no haber extendido sus consideraciones respecto de una defensa en relación a la
cual no tenían competencia para pronunciarse.

      De este modo, la exposición de la parte recurrente constituye una alegación nueva sobre
la que esta Corte de Casación no puede pronunciarse." (Corte Suprema. Considerando 5º).

MINISTROS:

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres. Milton Juica
A., Sergio Muñoz G., Sra. Margarita Herreros M. y Sr. Juan Araya E. y Abogado Integrante
Sr. Ricardo Peralta V.

TEXTOS COMPLETOS:

      SENTENCIA DE LA CORTE DE APELACIONES:

       Santiago , dieciocho de noviembre de dos mil cinco.

      Vistos:

      Se reproduce la sentencia apelada de fecha treinta y uno de agosto de dos mil, escrita a
fojas 96 y siguientes de autos, con las siguientes modificaciones:

      Se elimina su motivo vigésimo primero y el inciso primero del vigésimo segundo,
sustituyendo, en el segundo las expresiones "En consecuencia" por la voz "Que".

      Y se tiene, además y en su lugar, presente:

      1º.- Que, a fojas 20, Jean Marie de Saint Pierre Lamoliatte, interpuso en su calidad de
heredero de doña María Lamoliatte Darraco y miembro de la sucesión quedada a su
fallecimiento, demanda ordinaria en contra del Banco del Estado de Chile, para que se
declaren prescritas las acciones civiles emanadas de tres pagarés individualizados con los
números 69, 106 y 82 en las letras a), b) y c) del fundamento quinto de la sentencia que se
revisa, con vencimientos al 30 de mayo de 1.994, 30 de junio de 1.996 y 30 de septiembre
de 1.997, respectivamente, con cláusula de aceleración para el evento de no pagarse
oportunamente alguna de las cuotas. A fojas 36 y 37, se hacen parte los otros herederos.

      2º.- Que el pagaré constituye un efecto de comercio considerado en nuestra legislación


como título de crédito, caracterizado por representar una obligación de dinero que se puede
hacer efectiva con prescindencia del origen de la deuda, pudiendo ser suscrito para facilitar
el cobro de una obligación o para garantizarla con prescindencia del negocio causal.

      3º.- Que el término de prescripción se computa desde que la obligación se hizo exigible
y la prescripción de la acción ejecutiva que nace de los pagarés acompañados deja siempre
vigente la acción ordinaria de restitución de las sumas dadas en mutuo.
      4º.- Que el otorgamiento de un pagaré no sólo es compatible y no afecta la vigencia de
los derechos emanados de un contrato de mutuo con el cual coexiste, siendo el pagaré un
antecedente probatorio de aquel. El contrato de mutuo se perfecciona por la tradición de la
cosa dada en préstamo, según disponen los artículos 2196 y 2197 del Código Civil, sin que
sea necesaria formalidad alguna, de modo que, con la restricción impuesta por el artículo
1708 del Código Civil, son admisibles para acreditarlo cualesquiera medios de prueba.

      5º.- Que el otorgamiento de un pagaré no sólo es compatible y no afecta la vigencia de


las obligaciones emanadas del contrato de mutuo, con el cual coexiste, sino que, en
principio, puede tenerse por naturalmente representativo de la recepción en mutuo de una
suma de dinero equivalente a la que el deudor declara deber, a menos que se pruebe lo
contrario. En efecto, las exigencias de buena fe en la interpretación de los actos jurídicos
privados, referidas en el artículo 1546 del Código Civil, llevan a entender la suscripción de
esos pagarés, de acuerdo con su sentido convencional, como documentos que acreditan y
facilitan el cobro de obligaciones provenientes de créditos de dinero. Por otro lado,
pertenece a la naturaleza de la actividad bancaria, conforme a la Ley General de Bancos,
que las instituciones financieras realicen operaciones de crédito de dinero, sin que, a la
inversa, la emisión de títulos de crédito en su favor pueda ser tenida por un acto de
disposición gratuita del deudor o como un medio de acreditar obligaciones ajenas al giro.

      6º.- Que, por consiguiente, a falta de prueba en contrario, debe entenderse que los
pagarés a que se ha hecho referencia acreditan obligaciones emanadas de contratos válidos
de préstamo de dinero, por las sumas que en ellos se expresan.

      7º.- Que acreditada la existencia y validez del mutuo alegado por el Banco, procede
pronunciarse sobre la prescripción hecha valer por el actor.

      8º.- Que a efectos de determinar el estatuto de prescripción aplicable en la especie, debe


señalarse que la prescripción cuya declaración se persigue en la demanda, dice relación con
las acciones civiles emanadas de los pagarés a que se ha hecho referencia en el fundamento
primero, garantes de un mutuo y que el demandado, por su parte, funda su defensa en el
contrato de mutuo de dinero del que dan cuenta los pagarés acompañados.

      9º.- Que a fojas 110, en su recurso de apelación, la parte demandada, Banco del Estado
de Chile, pide se revoque la sentencia recurrida en cuanto acoge la prescripción de la acción
ordinaria derivada del pagaré Nº 69 respecto a los actores Monique María, Guy Joseph,
Nicole, Jacqueline y Cristián, todos de apellido Saint Pierre Lamoliatte y, en su reemplazo
se rechace la demanda de prescripción y se declare que las obligaciones y las acciones
ordinarias están vigentes por haberse interrumpido natural y civilmente la prescripción
como consta del motivo décimo noveno de la sentencia: civilmente, porque "Los pagarés
cuya prescripción se solicita dan cuenta de un mutuo que se está cobrando judicialmente en
juicio ordinario a los herederos de la suscriptora, notificado el 22 de diciembre de 1.999" y,
naturalmente, como se expresa en el motivo décimo séptimo, al indicar que "esta se produjo
con fecha dos de enero de 1.995 mediante carta remitida por el actor Jean Marie de Saint
Pierre Lamoliatte, al Banco del Estado de Chile, en que reconoce la deuda cuya declaración
de prescripción se solicita.
      10º.- Que el artículo 1524 del Código Civil al referirse a las obligaciones divisibles e
indivisibles, señala, expresamente, que "la de pagar una suma de dinero" es divisible, de
modo que en tales circunstancias no cabe aplicar a las obligaciones derivadas del mutuo de
que dan cuenta los pagarés, la norma establecida en el artículo 1.529 del Código Civil, en
cuya virtud "La prescripción interrumpida respecto de uno de los deudores de una
obligación indivisible lo es igualmente respecto de los otros", teniendo en consideración,
que en la especie, los herederos de doña María Lamoliatte Darraco, lo son, en la cuota que a
cada uno de ellos corresponde en la herencia de su madre. En consecuencia, la interrupción
natural de la prescripción, el 2 de enero de 1.995, respecto a uno de los codeudores de la
obligación, don Jean Marie de Saint Pierre Lamoliatte, no interrumpe la prescripción
respecto de los otros.

      11º.- Que sin perjuicio de lo expuesto en el fundamento anterior, a fojas 115, apeló la
parte demandante, Jean Marie de Saint Pierre Lamoliatte, solicitando, a su vez, que se
declaren prescritas todas y cada una de las acciones de cobro de los pagarés de esta
demanda, por cuanto el Banco del Estado de Chile en dos oportunidades previas a la
distribución de su demanda, dirigida en contra de la sucesión de doña María Lamoliatte-
manifestó, en forma inequívoca, que había acelerado el cobro de los pagarés y que era su
intención cobrar su crédito, con fecha 28 de marzo de 1.994 y 13 de enero de 1.995, al
notificar y demandar respectivamente de desposeimiento a los poseedores de la finca
hipotecada, evidenciando claramente su intención de cobrar el crédito que emanaba de los
pagarés cuya prescripción se solicita.

      12º.- Que la aceleración de la deuda a que se ha hecho referencia precedentemente,


consta de las copias no objetadas de la solicitud de notificación de desposeimiento
intentada por el Banco del Estado de Chile en contra de doña Luciana Barrera Pereira,
tercera poseedora de la finca hipotecada, rolante a fs. 5, donde el Banco actuando en
calidad de demandante, reconoce, al referirse al pagaré Nº 69, que: "La deudora no pagó la
cuota correspondiente al 30 de mayo de 1.993, por lo que se ha hecho exigible el total del
saldo de la obligación que a esa fecha era de 900 unidades de fomento..."; en relación al
pagaré Nº 106, "La deudora no pagó la cuota correspondiente al 30 de junio de 1.993, por
lo que se ha hecho exigible la totalidad de la deuda que asciende a 1.500 unidades de
fomento..."; y en cuanto al pagaré Nº 82, "La suscriptora no pagó la cuota correspondiente
al 30 de septiembre de 1.993, por lo que se ha hecho exigible la totalidad de la deuda que es
la suma de dinero equivalente a 1.682 unidades de fomento".

      13º.- Que la cláusula de aceleración se hizo efectiva por parte del Banco demandado, al
manifestar su voluntad de hacerla operar, notificando, demanda de desposeimiento, tanto en
los autos Rol Nº 22.545 del Segundo Juzgado Civil de Temuco, con fecha 27 de mayo de
1.994, a doña Luciana Barrera Pereira, quien constituyó hipoteca para garantizar tales
obligaciones sobre un inmueble de su propiedad, hijuelas Nº 228 y 229 del Fundo La Punta
de Long-Long de la comuna de Freire, en su calidad de tercera poseedora de la finca
hipotecada, como también, en los autos Rol Nº 60.757 del Primer Juzgado Civil de la
misma ciudad, con fecha 1º de septiembre de 1.996, a la Sociedad Agrícola Agroindustrial
La Punta S.A., propietaria del bien hipotecado que garantizaba los pagarés.
      14º.- Que, en consecuencia, el Banco del Estado de Chile aceleró los pagarés y por
ende, el plazo de prescripción de las acciones de cobro comenzó a correr a partir de la fecha
de las acciones deducidas en contra de los terceros poseedores de la finca hipotecada y de la
sociedad referida precedentemente, como se indica en los razonamientos décimo cuarto y
décimo quinto del fallo apelado, pero no han tenido la virtud de interrumpir la prescripción
que se invoca en estos autos, ya que los herederos de doña María Lamoliatte han sido
ajenos a dichos juicios y demandas.

      15º.- Que atendido a que la obligación hecha valer por el actor es la emanada de un
contrato de mutuo, aunque los pagarés, considerados separadamente como títulos de
crédito, den lugar a obligaciones mercantiles con prescindencia de quienes intervienen,
según dispone el artículo 3º Nº 10 del Código de Comercio, esta calificación no se
comunica al contrato causal que antecede a su emisión, que puede ser comercial para el
banco interviniente y civil para el deudor, según la regla del inciso primero de esa misma
disposición legal. En circunstancias que no está acreditado algo diferente, debe estimarse
que el mutuario actuó en estos contratos como un deudor civil, de modo que resultan
aplicables los preceptos generales sobre prescripción extintiva de los artículos 2514 y
siguientes del Código Civil.

      Y de conformidad a lo dispuesto en el artículo 2514 del Código Civil, se confirma la


sentencia apelada de fecha treinta y uno de agosto de dos mil, escrita a fojas 96 y siguientes
de autos.

      Redacción de la Abogada Integrante señora Angela Radovic Schoepen.

      Regístrese y devuélvase.

      Rol Nº 7.569-2000.-

      Dictada por los Ministros de la Tercera Sala , señor Juan González Zúñiga, señor Juan
Manuel Muñoz Pardo y Abogada Integrante señora Angela Radovic Schoepen.

      SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA:

      Santiago, diez de julio de dos mil siete.

      VISTOS:

      En estos autos Rol Nº 5.755-1999.- del 10º Juzgado Civil de Santiago sobre juicio
ordinario declarativo de prescripción extintiva, caratulados "De Saint Pierre Lamoliatte,
Jean Marie Gaston con Banco del Estado de Chile", compareció Jean Marie de Saint Pierre
Lamoliatte, en su calidad de heredero de María Lamoliatte Darraq y miembro de la
sucesión hereditaria quedada a su fallecimiento, y dedujo demanda contra el Banco del
Estado de Chile, a fin que se declaren prescritas las acciones civiles emanadas de tres
pagarés: Nº 69, suscrito el 13 de agosto de 1987, pagadero en forma anual durante siete
años, venciendo la séptima cuota el 30 de mayo de 1994; Nº 106, suscrito el 13 de agosto
de 1992, pagadero en forma anual durante cuatro años, venciendo la cuarta cuota el 30 de
junio de 1996; y Nº 82, suscrito el 9 de octubre de 1992, pagadero en forma anual durante
cinco años, venciendo la quinta cuota el 30 de septiembre de 1997.

      Expuso el actor que para garantizar el pago de estas obligaciones doña Luciana Barrera
Pereira dio en hipoteca un predio de su propiedad, que luego enajenó a Agrícola y
Agroindustrial La Punta S.A. Llegada la fecha de sus respectivos vencimientos los
documentos no se pagaron y el acreedor hizo efectiva la cláusula de aceleración,
demandando primeramente de desposeimiento a la señora Barrera Pereira, quien fue
notificada el 27 de mayo de 1994, y luego a Agrícola y Agroindustrial La Punta S.A.,
notificada el 1 de septiembre de 1996.

      Respecto de los pagarés singularizados, concluyó el demandante, el plazo de cinco años


previsto en la ley para la prescripción de las acciones ordinarias que emanan de dichos
títulos ha transcurrido en exceso, por lo que, citando el artículo 2514 del Código Civil,
solicitó se declare que se encuentran prescritas esas acciones civiles.

      Al evacuar el trámite de contestación, el Banco del Estado de Chile pidió el rechazo de
la demanda, fundado en que los pagarés dan cuenta de mutuos respecto de los cuales se
interrumpió la prescripción tanto en forma natural como civil. Naturalmente, por
presentaciones efectuadas por el demandante de autos y civilmente, por demanda judicial.
Agregó el Banco que actualmente mantiene vigente un proceso contra el tercer poseedor de
la finca hipotecada, Agrícola y Agroindustrial La Punta S.A., ante el Primer Juzgado Civil
de Temuco.

      Por sentencia de treinta y uno de agosto de dos mil, escrita a fojas 96, la señora Juez
Titular del 10º Juzgado Civil de Santiago acogió parcialmente la demanda y declaró
prescritas las acciones ejecutivas derivadas de los pagarés y la acción ordinaria emanada
del pagaré Nº 69, esto último sólo respecto de Monique, Guy, Nicole, Jacqueline y Cristián,
todos de Saint Pierre Lamoliatte, quienes habían comparecido en el juicio como terceros
cuadyuvantes del actor.

      Apelado este fallo por ambas partes, una de las Salas de la Corte de Apelaciones de
Santiago, en sentencia de dieciocho de noviembre de dos mil cinco, que se lee a fojas 143,
lo confirmó.

      En contra de esta última decisión el demandado ha deducido recurso de casación en el


fondo.

      Se ordenó traer los autos en relación.

      CONSIDERANDO:

      PRIMERO: Que en el recurso de casación en el fondo se atribuye a la sentencia


recurrida la comisión de dos errores de derecho.
      Respecto del primero de ellos se argumenta que el fallo ha desconocido el carácter de
indivisible de las obligaciones de los demandantes, dejando de aplicar la norma del artículo
1529 del Código Civil, relativa a los efectos de la interrupción de la prescripción.

      En cada uno de los pagarés, indica el recurrente, se señala por la suscriptora
textualmente que "esta obligación la contraigo en el carácter de indivisible y podrá exigirse
su cumplimiento total a cualquiera de mis sucesores". La sentencia, a juicio de quien
recurre, ha hecho caso omiso de esta circunstancia, violando con ello también la regla del
artículo 1528 del mismo Código Civil.

      Agrega el recurso que olvidan los sentenciadores que de acuerdo a su naturaleza la


obligación de pagar una suma de dinero es divisible, pero quien se obliga puede contraer
dicha obligación en carácter de indivisible. Se trata en este caso de la indivisibilidad pasiva
o de pago, la que está reconocida en el Nº 4 del artículo 1526 del citado Código, de acuerdo
al cual, cada uno de los codeudores de una obligación naturalmente divisible está obligado
a pagarla íntegramente si se ha estipulado con el difunto que el pago no puede hacerse por
partes, ni aún por sus herederos.

      En relación al segundo error de derecho, el Banco recurrente alega que la sentencia
impugnada ha desconocido que la acción deducida en contra del tercer poseedor de la finca
hipotecada necesariamente tiene la virtud de interrumpir la prescripción de la acción
respecto del deudor personal.

      El razonamiento del fallo, en orden a que la interrupción operada mediante la


notificación de las acciones de desposeimiento no ha podido afectar a los herederos de la
deudora por no haber sido parte en dichos juicios, continúa el recurso, desarticula todo el
sistema diseñado en el Código Civil, en particular a través de las disposiciones contenidas
en los artículos 2516, 2434, 2429 y 2428 se ese cuerpo legal.

      Este sistema, explica la parte recurrente, establece que el acreedor que goza de la
preferencia de la hipoteca puede perseguir el cobro de su crédito en el bien hipotecado,
respecto de cualquiera que lo posea y a cualquier título que lo haya adquirido, según
establece el artículo 2428 citado. Por otra parte, el artículo 2429 permite al tercer poseedor
reconvenido verificar el pago, subrogándose en los derechos del acreedor en los mismos
términos que el fiador. Esta institución, sigue el recurso, sólo funciona si se admite que la
acción en contra del tercer poseedor interrumpe la prescripción de la acción de cobro de la
obligación al deudor personal, pues si a la fecha de la iniciación de la acción en contra del
tercer poseedor la acción de cobro se encuentra vigente, pero no ha sido ejercida y durante
el transcurso del juicio en que se dedujo la acción de desposeimiento transcurren más de
uno, cuatro o cinco años, según sea el caso, no puede entenderse prescrita la acción de
cobro, ya que de lo contrario la subrogación carecería de sentido.

      Así, termina el recurrente, las normas de los artículos 2423 (sic) y 2516 del Código
Civil, que establecen el carácter accesorio de la obligación hipotecaria, requieren para su
adecuado funcionamiento que tanto la interrupción de la acción contra el deudor principal
afecte aquélla contra el tercer poseedor y viceversa.
      SEGUNDO: Que la sentencia objeto del recurso estableció como hechos de la causa,
inamovibles para este tribunal de casación en tanto no se denunció la vulneración de
normas reguladoras de la prueba, que doña María Lamoliatte Darraq suscribió a favor del
Banco del Estado de Chile tres pagarés, con vencimientos los días 30 de mayo de 1994, 30
de junio de 1996 y 30 de septiembre 1997, y que la señora Lamoliatte Darraq falleció el 20
de mayo de 1993. Asimismo, el fallo tuvo por probado que para garantizar el cumplimiento
de las obligaciones contenidas en los documentos mencionados, doña Luciana Barrera
Pereira dio en hipoteca al Banco del Estado Chile el predio agrícola consistente en las
Hijuelas Nº 228 y 229 del Fundo La Punta de Long Long.

      Seguidamente los sentenciadores razonaron que la interposición de la demanda


ejecutiva en contra de quien garantiza con hipoteca el cumplimiento de las obligaciones de
que dan cuenta los pagarés, no priva a los herederos de la señora Lamoliatte Darraq del
derecho para accionar de prescripción, toda vez que éstos han sido del todo ajenos a la
referida demanda. En otras palabras, la interposición de esa demanda no puede ser causal
de interrupción civil de la prescripción.

      Sin perjuicio de lo anterior, sigue el fallo, sí ha obrado la interrupción natural de la


prescripción, toda vez que el demandante Jean Marie de Saint Pierre Lamoliatte reconoció
la deuda emanada del pagaré Nº 69, en carta dirigida al banco acreedor el 2 de enero de
1995.

      Lo anterior, a juicio de los magistrados de la instancia, se ve una vez más alterado, por
cuanto durante la secuela del presente juicio se ha ejercido por el Banco del Estado de
Chile, ante el 2º Juzgado Civil de Temuco, una acción en contra de los actores de este
proceso, por los mismos pagarés cuya prescripción se persigue. La causa de que se trata se
inició con fecha 18 de diciembre de 1999, produciéndose de este modo la interrupción civil
de la prescripción en contra de los herederos de la señora Lamoliatte Darraq, quienes
fueron notificados el 22 de ese mismo mes y año.

      En consecuencia, concluye el fallo, sólo puede declararse la prescripción de la acción


ejecutiva derivada de los pagarés de autos respecto de todos los actores, pero no la de las
acciones ordinarias. La interrupción natural sólo ha operado en perjuicio del actor Jean
Marie de Saint Pierre Lamoliatte y no en contra de los demás demandantes, en favor de
quienes ha de declararse también prescrita la acción ordinaria emanada del pagaré Nº 69,
con vencimiento el 30 de mayo de 1994.

      A continuación la sentencia argumenta que el artículo 1524 del Código Civil, al
referirse a las obligaciones divisibles e indivisibles señala expresamente que la de pagar
una suma de dinero es divisible, de modo que en tales circunstancias no cabe aplicar a las
obligaciones derivadas del mutuo de que dan cuenta los pagarés, la norma establecida en el
artículo 1529 del mismo Código, en cuya virtud la prescripción interrumpida respecto de
uno de los deudores de una obligación indivisible, lo es igualmente respecto de los otros,
teniendo en consideración que, en la especie, los herederos de doña María Lamoliatte
Darraq lo son en la cuota que a cada uno de ellos corresponde en la herencia de su madre.
En consecuencia, la interrupción natural de la prescripción, el 2 de enero de 1995, respecto
a uno de los codeudores de la obligación -Jean Marie de Saint Pierre Lamoliatte-, no la
interrumpe respecto de los otros.

      Luego el fallo razona que la cláusula de aceleración se hizo efectiva por parte del banco
demandado al manifestar su voluntad de hacerla operar, notificando la demanda de
desposeimiento tanto con fecha 27 de mayo de 1994 a Luciana Barrera Pereira, como
también con fecha 1 de septiembre de 1996 a Agrícola y Agroindustrial La Punta S.A.,
propietaria del bien hipotecado que garantizaba los pagarés. De este modo, agrega la
sentencia, el Banco del Estado de Chile aceleró los pagarés y, por ende, el plazo de
prescripción de las acciones de cobro comenzó a correr a partir de la fecha de las acciones
deducidas en contra de los terceros poseedores de la finca hipotecada, pero no han tenido la
virtud de interrumpir la prescripción que se invoca, ya que los herederos de doña María
Lamoliatte Darraq han sido ajenos a dichos juicios y demandas.

      TERCERO: Que en cuanto al primer error de derecho denunciado, es efectivo que en


cada uno de los pagarés de autos la suscriptora declaró textualmente que "esta obligación la
contraigo en el carácter de indivisible y podrá exigirse su cumplimiento total a cualquiera
de mis sucesores".

      Ahora bien, tal declaración, sin embargo, ha de entenderse referida únicamente respecto
de la acción cambiaria emanada de los mismos pagarés y no puede extenderse en forma
necesaria a las derivadas de los mutuos cuyo pago esos títulos de crédito garantizaban.

      En efecto, en virtud de la indivisibilidad de pago declarada en los pagarés, las


obligaciones que se cobran por la vía del ejercicio de las acciones cambiarias que emana de
ellos ha podido exigirse a cualquiera de los herederos de la suscriptora, de acuerdo con lo
establecido en el inciso 2º del Nº 4 del artículo 1526 del Código Civil. Esta norma contiene
una excepción a la regla general, conforme a la cual si la obligación no es solidaria ni
indivisible, cada uno de los acreedores puede sólo exigir su cuota, y cada uno de los
codeudores es solamente obligado al pago de la suya; y la cuota del deudor insolvente no
gravará a sus codeudores.

      Por lo tanto, no habiéndose establecido por los jueces del fondo que las obligaciones
derivadas de los mutuos se pactaron como indivisibles -cuestión de hecho que debió quedar
fijada en el fallo de instancia para haber podido arribar a las conclusiones que pretende la
parte recurrente-, no cabe sino aplicar la regla general antes transcrita y estimar que tales
obligaciones se contrajeron como divisibles, de forma tal que la prescripción que obra
contra a uno de los codeudores de la obligación divisible no perjudica a los otros,
interpretando contrario sensu el artículo 1529 del aludido Código Civil.

      Esta aplicación es la que han dado los magistrados de segundo grado y, por ende, no
han cometido el error de derecho que el recurrente les atribuye.

      CUARTO: Que en relación, ahora, al segundo de los errores denunciados, el banco


demandado sostiene en el recurso que la notificación de la demanda de desposeimiento
practicada al tercer poseedor de la finca hipotecada no tiene la virtud de interrumpir la
prescripción respecto del deudor principal y que al haber estimado lo contrario, el fallo
impugnado infringe la ley.

      Si bien esta alegación se invocó al contestarse por el Banco del Estado de Chile la
demanda que dio origen al litigio, lo cierto es que al deducirse recurso de apelación contra
la sentencia definitiva de primera instancia, que argumentó en el sentido que ahora se
reprocha, el recurrente de casación no fundó el agravio que estimó se cometía en este fallo
en el yerro antes indicado.

      Ahora bien, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 186 del Código de


Procedimiento Civil, el recurso de apelación tiene por objeto obtener del tribunal superior
respectivo que enmiende, con arreglo a derecho, la resolución del inferior. Por su parte, el
inciso 1º del artículo 189 del mismo cuerpo legal establece, en lo que interesa, que la
apelación deberá contener los fundamentos de hecho y de derecho en que se apoya.

      De las normas transcritas precedentemente se infiere que la competencia del tribunal de
segunda instancia se encuentra circunscrita única y exclusivamente a lo que el apelante
somete a su decisión en el recurso. Es en los fundamentos de hecho y de derecho -de los
que obtienen su sustento las peticiones concretas que también se exigen al recurso-, donde
el apelante hace ver al tribunal de alzada los errores que considera ha cometido el fallo de
primer grado. En consecuencia, si un determinado hecho fijado por esa sentencia o una
específica interpretación de la ley no es impugnada en el recurso, debe afirmarse que el
recurrente ha estimado que dicha declaración no le causa un agravio que sea necesario
enmendar por la vía de la apelación.

      QUINTO: Que, en razón de lo antes dicho, al no haberse sometido a la consideración de


los sentenciadores de segunda instancia la alegación referida en el primer párrafo del
fundamento que precede, no puede ahora el recurrente de casación pretender plantearla por
la vía de este recurso, pues no pudieron los jueces de segundo grado incurrir en error de
derecho al no haber extendido sus consideraciones respecto de una defensa en relación a la
cual no tenían competencia para pronunciarse.

      De este modo, la exposición de la parte recurrente constituye una alegación nueva sobre
la que esta Corte de Casación no puede pronunciarse.

      SEXTO: Que atendidos los fundamentos expuestos en los motivos que anteceden, no
han incurrido los jueces de la instancia en los errores de derecho que se reprochan en el
recurso y respecto de los cuales esta Corte Suprema está facultada para emitir dictamen,
motivo suficiente para desestimar el recurso deducido.

      Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en las normas legales citadas y
en los artículos 764, 765, 766 y 805 del Código de Procedimiento Civil, se rechaza el
recurso de casación en el fondo deducido por la parte demandante en lo principal de la
presentación de fojas 148, contra la sentencia de dieciocho de noviembre de dos mil cinco,
escrita a fojas 143.
 Regístrese y devuélvase, con sus agregados.

      Redacción a cargo de la Ministra señora Herreros.

      Rol Nº 455-06.-

      Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres.
Milton Juica A., Sergio Muñoz G., Sra. Margarita Herreros M. y Sr. Juan Araya E. y
Abogado Integrante Sr. Ricardo Peralta V.
ACTOR: Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres.
Milton Juica A., Sergio Muñoz G., Sra. Margarita Herreros M. y Sr. Juan Araya E. y
Abogado Integrante Sr. Ricardo Peralta V.

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