Está en la página 1de 6

TEMA NO.

11

LA IMPUTACIÓN FORMAL

1.- CONCEPTO Y DEFINICIÓN


2.- EL INFORME DE INVESTIGACIÓN PRELIMINAR
3.- ESTUDIO DE LAS ACTUACIONES POLICIALES
4.- LA IMPUTACIÓN FORMAL
5.- REQUISITOS Y CONTENIDO
6.- LA CALIFICACIÓN DEL HECHO
7.- NOTIFICACION
1.- CONCEPTO Y DEFINICION. -
La definición de roles y funciones que deben cumplir los operadores del sistema de administración de
justicia en materia penal, se sintetiza en la afirmación de que el fiscal no puede realizar actos
jurisdiccionales y el juez no puede llevar a cabo actos de investigación. Dada la circunstancia de que el
fiscal es el titular del ejercicio de la acción penal pública; en la etapa preparatoria a él le corresponde
definir, en algunas circunstancias, el curso que seguirá el proceso, desde luego que esta no es una
potestad discrecional, sino que debe sujetarse al principio de objetividad. Al concluir las diligencias
preliminares (o de forma inmediata a la intervención policial preventiva, si es que se hubiera establecido
un hecho en flagrancia), el fiscal, debe resolver la causa en esta etapa, ya sea rechazando las
actuaciones policiales, la denuncia y la querella, aplicando alguna salida alternativa, ordenando la
complementación de las diligencias de investigación, o bien imputando formalmente el hecho a una
persona.
Sobre esto último, cabe puntualizar que la responsabilidad penal se articula sobre un hecho con
relevancia penal, subsumido en una figura típica, que es imputable, objetiva y subjetivamente, a una
persona. De esta consideración surge que la responsabilidad penal requiere, como elementos
necesarios, una conducta típica, antijurídica, culpable y penada por la ley.
Quedan al margen de esta responsabilidad, por lo tanto, aquellas conductas que, pudiendo generar otro
tipo de reproche, moral, ético o político aparecen sujetas a otras exigencias distintas del principio de
legalidad que caracteriza el sistema penal. La consideración ética sobre la reprochabilidad de los actos
denunciados no puede determinar la sanción penal del hecho, con independencia de la opinión personal
del Juzgador, si en la conducta enjuiciada no concurren rigurosamente los elementos típicos
integradores de la figura delictiva objeto de acusación.
La etapa preparatoria no es investigación sobre presuntas conductas delictivas, sino que, puesta en
relación con el juicio oral, tiene la finalidad (explica MORENO CATENA), de constatar si se dan los
presupuestos necesarios para abrir dicha fase y si se presentan con la intensidad necesaria como para
imponer al presunto responsable tal carga.
En el modelo acusatorio adversativo, se confiere al fiscal la potestad de iniciar o no una investigación.
Ello implica dotar a este funcionario de un poder de determinación de lo que debe ser investigado. En
este entendido el fiscal deberá abrir una investigación sobre hechos concretos, que tengan característica
de delito. Por ello, la denuncia o querella debe desestimarse “ad limine” si los hechos no son
constitutivos de delito, sin que sea posible acordar acto de investigación alguno a los fines de acreditar
tal carácter.
Si el fiscal concluye que, del análisis de los antecedentes que le fueron puestos a su conocimiento,
existen suficientes elementos de convicción para determinar que el hecho existe y, además, existen
suficientes elementos de convicción de los cuales se concluye que una o algunas personas es (o son),
con probabilidad autor o partícipe (autores o partícipes) del hecho, puede imputar formalmente el mismo
a esta o estas personas.
Es en realidad delicada la labor del fiscal, particularmente en esta etapa; la decisión de atribuir un delito
a una persona es un acto que ha de tener sus consecuencias y con seguridad ha de afectar a la persona
que adquiere la cualidad de imputado ya que se ha de desatar la labor de persecución penal del Estado
en contra aquella. De manera que para imputar un hecho delictivo a un sujeto, el fiscal está en la
obligación de actuar sin ningún tipo de compromiso ni apasionamiento, sometido solamente a la voluntad
de la ley y en base a los indicios o elementos de convicción de los cuales, racional y presuntivamente,
concluye que aquella persona es, con probabilidad, presunta autora del hecho.
Desde la concepción de su naturaleza, la imputación formal es una declaración formal que el órgano
estatal de persecución penal hace, atribuyendo provisionalmente a la persona la comisión de ciertos
hechos que presumiblemente son ilícitos, lo cual implica la vinculación formal entre el investigado y el
proceso penal; dicho de otra forma, es la calificación provisional de los hechos para atribuir dicha
conducta -presuntamente ilícita- al sujeto sometido a investigación. En ese marco, la imputación formal
es un presupuesto y una condición predecesora de la acusación formal, por cuanto no es posible acusar
al sujeto entretanto no se le haya imputado.
Con relación al mismo tema, la doctrina constitucional desarrollada a partir de la SC 0760/2003-R de 4
de junio, señaló que: “ La imputación formal ya no es la simple atribución de un hecho punible a una
persona, sino que la misma debe sustentarse en la existencia de indicios suficientes sobre la existencia
del hecho y la participación del imputado en el mismo, en alguno de los grados de participación criminal
establecidos por la ley penal sustantiva; o lo que es lo mismo, deben apreciarse indicios racionales
sobre su participación en el hecho que se le imputa ”. Entonces, si bien la imputación debe sustentarse
en suficientes indicios del hecho y la participación del imputado en el mismo; empero, conforme
establece la parte final del inc. 3) del art. 302 del CPP, la calificación de los hechos efectuada en la
imputación formal, tiene carácter meramente provisional; lo cual implica que, dicha determinación está
sujeta a mutaciones en función a los resultados de la investigación realizada en el desarrollo de la etapa
preparatoria, pudiendo modificarse o variarse en cualquier momento de la etapa investigativa o a la
conclusión del mismo. Por consiguiente -como se dijo anteriormente-, la imputación formal es el acto
procesal ejecutado por el representante del Ministerio Público, por el cual se califican los hechos de
manera provisional, infiriéndose de ello que este acto procesal no implica la imposición de la pena
contenida en el tipo penal calificado provisionalmente, dado que, este último se producirá cuando el juez
o tribunal, como consecuencia de la acusación, imponga la sanción a través de la respectiva sentencia;
así, la imputación formal, estará supeditada a la consecuencia o al resultado mismo de la investigación
efectuada durante la vigencia de la etapa preparatoria.
1.- EL INFORME DE INVESTIGACIÓN PRELIMINAR.- Las investigaciones preliminares efectuadas por
la Policía, conforme ya se había expresado en el tema anterior, deben concluir en el plazo máximo de 20
días de iniciada la prevención (entiéndase como prevención a la primera actuación de la policía). Dentro
de las 24 horas siguientes, la Policía remitirá a la Fiscalía los antecedentes y objetos secuestrados,
salvo que el Fiscal disponga en cualquier momento su remisión. ( Art. 300 ).
Sin embargo, una de las atribuciones que tiene el Fiscal como director funcional de la Investigación del
delito es que puede reducir este plazo, ya que una vez que se ha iniciado la investigación, puede él
considerar que se han colectado suficientes indicios o elementos de convicción de los que se establece
que el hecho existe y que una persona es con probabilidad autora o partícipe de este hecho delictivo; el
Art. 301 punto 2 (estudio de las actuaciones policiales) expresa que el Fiscal, una vez que ha recibido
las actuaciones policiales, analiza el contenido y puede ordenar : “ la complementación de las diligencias
policiales, fijando plazo al efecto”.
Cuando no existiere esta disposición expresa del Fiscal, se deberá concluir la investigación preliminar en
un término máximo de 20 días, y dentro de las 24 horas siguientes la Policía deberá remitir a la Fiscalía
los antecedentes y objetos secuestrados.
Este informe al fiscal deberá contener:
- La descripción del hecho, (el objeto de la investigación)
- La identificación de la víctima, denunciante, querellante.
- La identificación del presunto autor, de los testigos y otros datos que puedan facilitar la
investigación posterior.
- La identificación del funcionario policial a cargo de la investigación.
2.- ESTUDIO DE LAS ACTUACIONES POLICIALES.- Aunque ya lo habíamos expresado en el anterior
tema, es conveniente reiterar que recibidas las actuaciones policiales el fiscal analizará su contenido
para :
 Imputar formalmente el delito atribuido, si se encuentran reunidos los requisitos legales,
 Ordenar la complementación de las Diligencias Policiales, fijando los plazos al efecto ;
 Disponer el rechazo de la denuncia, la querella o las actuaciones policiales, y en consecuencia
su archivo ; y,
 Solicitar al Juez de la Instrucción, la Suspensión condicional del proceso, la aplicación de un
criterio de oportunidad, la sustanciación del procedimiento abreviado, la conciliación. ( Art. 301 )
Cabe recordar que, cuando el fiscal opte por rechazar la denuncia, la querella o las actuaciones
policiales; deberá emitir de igual manera un requerimiento fundamentado, a través del mismo deberá
expresar cuales son las razones de este rechazo, este rechazo podrá efectuarse cuando:
- El hecho no existió
- El hecho no está tipificado como delito
- Cuando el imputado no ha participado en el hecho
- Cuando no se ha podido individualizar al imputado
- Cuando la investigación no ha aportado suficientes elementos de prueba para fundar una
acusación
- Cuando exista un obstáculo legal para el desarrollo del proceso.
Esta resolución de rechazo puede ser objetada en el plazo de cinco días computables a partir de la
notificación con la misma, ante el mismo fiscal, quien remitirá antecedentes ante el fiscal jerárquico
dentro de las veinticuatro horas siguientes. El fiscal superior en jerarquía, dentro de los diez días
siguientes a la recepción de las actuaciones determinará la revocatoria o ratificación del rechazo. Si
dispone la ratificación se procederá con el archivo de obrados, si dispone lo contrario, la investigación
proseguirá.
3.- LA IMPUTACIÓN FORMAL.- Si el Fiscal estima que existen suficientes indicios sobre la existencia
del hecho y la participación del imputado, formalizará la Imputación mediante Resolución fundamentada.
( Art. 302 )
De acuerdo con Claus Roxin (2000), "...para iniciar la persecución penal es necesaria y suficiente la
llamada sospecha inicial simple […], es decir, un apoyo, justificado por hechos concretos […]. Así, la
formulación de cargos no se comienza a desarrollar en la misma audiencia, sino que se construye desde
la fase de indagación, a través de las diligencias de averiguación con las que cuenta la policía judicial y
con la calificación jurídica que determina el fiscal; sin embargo, en los delitos donde hay una detención
en flagrancia, no hay indagación, ya que el proceso penal inicia con la aprehensión “in fraganti...” (Pérez
Sarmiento, 2005, p. 120). En todo caso, es necesario que el enjuiciamiento se desarrolle en plena
libertad del imputado, y sin ser afectado por alguna medida, lo cual es perfectamente posible y deseable
en el sistema acusatorio. Los principios, derechos y garantías procesales no pueden ser obviados en la
fase preliminar; aquí, incluso las garantías tienen prevalencia en el sistema acusatorio (el derecho a la
libertad y el principio de publicidad), que permiten el acceso del denunciado o el imputado a todas las
diligencias preparatorias, para que, a raíz del principio de contradicción, tenga la posibilidad de
controlarlas y refutarlas si es el caso. Además, la labor realizada por la fiscalía en la etapa preliminar
debe estar mediada por el principio de legalidad, el cual, entre los límites a la coacción penal del Estado
establecidos para la protección de la libertad, es el de mayor tradición.
La imputación se define, de acuerdo con Maier (2002), como “ una hipótesis fáctica […] atribuida al
imputado, la cual, a juicio de quien formula, conduce a consecuencias jurídico-penales, pues contiene
todos los elementos, conforme a la ley penal, de un hecho punible ” pues, la primera manifestación de la
pretensión penal que tiene lugar en la fase de investigación o instrucción, con el fin de “evitar así
acusaciones sorpresivas de ciudadanos en juicio oral, sin que se les haya dado la posibilidad de
participación en aquella fase. Ello sin perder de vista que la imputación es un acto en el que los órganos
de persecución penal señalan directamente a una persona como partícipe de un ilícito penal; de modo
tal que, cualquier acto imputativo inicial que importe sindicar, mencionar, aludir, señalar o considerar a
alguien como presunto autor, partícipe, instigador o encubridor de un delito es idóneo para la apertura en
cabeza de dicha persona de la legitimación y facultades para ejercer todos los derechos constitucionales
y procesales de los que goza todo imputado en un proceso penal.
Es importante aclarar que Imputar es atribuir un hecho delictivo a alguien. Manuel Osorio expresa : “... en
el Derecho Procesal Penal , la calidad del Imputado nace en el momento en que el individuo es
señalado como partícipe en un hecho delictivo, sin que con ello deba darse por supuesta su
culpabilidad; porque el imputado puede ser sobreseído o absuelto con lo cual desaparecerá la
imputación.”. El procesalista boliviano Jaime Villarroel Ferrer, hace una aclaración importante sobre el
tema : “La condición de Imputado nace en el momento en que se le atribuye la comisión de un hecho
delictuoso y dura el tiempo del transcurso de la investigación policiaria ”.
Que una persona esté imputada en un procedimiento penal significa, básicamente, que a esa persona se
le está sometiendo a una investigación, siendo bastante posible que, al final, acabe siendo absuelta. La
existencia inicial de una denuncia o una querella contra alguien, de la que se deducen ciertos indicios de
la posible existencia de un delito, hace que la autoridad fiscal abra una investigación penal. Las
personas investigadas, que no tienen por qué ser los autores del delito -si es que al final lo hay-, gozan
de un estatus procesal especial para garantizar sus derechos fundamentales. Ese estatus especial les
permite, a diferencia por ejemplo de los testigos, no declarar contra sí mismos, o hacerlo asistidos de
abogado. Ello no quiere decir que se le obligue a mentir, pues es muy libre de no hacerlo, e incluso
puede declarar la verdad de lo que conoce.  Así sucederá, con toda certeza, en los frecuentes casos de
imputados que son plenamente inocentes. Pero el carácter garantista de nuestro proceso penal hace
que, para aquellos casos en que no conviniere al imputado decir toda o parte de la verdad, se le permita
legalmente hacerlo, cosa que no se permite a otros sujetos intervinientes en el proceso (tales como los
testigos, peritos o intérpretes), amenazados si lo hicieren por la comisión del delito de falso testimonio
previsto en nuestra ley sustantiva penal.
En nuestro sistema, se le atribuye a la fiscalía la calidad de titular en el ejercicio de la acción penal y la
potestad de realizar la investigación de todos los hechos que tengan las características de delito de
acción pública, para plasmarlo en la acusación, con un control del juez cautelar. En ese entendido, la
fiscalía es una autoridad consagrada a una actividad trascendental en la administración de justicia, que
se edifica como defensor de los intereses de la sociedad en general.
La función de la fiscalía en el proceso penal, como guardián de la legalidad, es proteger al acusado y a
la vez actuar contra él, pues la fiscalía es una entidad que germinó como medio de liberación del
ciudadano ante el poder del Estado y no como instrumento de represión autoritaria; esto porque, más
allá de la obligación de imputar o acusar, “de servir de impulsor del proceso penal, a la Fiscalía le
correspondería el ejercicio limitador en el marco procesal del ius puniendi”. En todo caso, la imputación
como acto procesal, se ubica en la estructura del proceso penal en la etapa preparatoria, entre la fase de
investigación preliminar y la etapa preparatoria propiamente dicha, es más, ha de dar nacimiento a esta
última. Recordemos que la estructura del proceso penal identificado en el Código de Procedimiento
Penal comprende las etapas de investigación, juicio oral, recursos y ejecución.
4.- REQUISITOS Y CONTENIDO.-
a) La existencia de elementos de convicción suficientes que permitan asegurar que el hecho existe.
b)La existencia de elementos de convicción de los cuales se establezca que el imputado es con
probabilidad autor o partícipe del hecho.
En la imputación formal, el fiscal debe asegurar la existencia de elementos de convicción que
establezcan que la persona a quien se está atribuyendo la comisión de un delito es “con probabilidad
autora o partícipe del hecho”; es decir, que no necesariamente debe contar con la existencia de prueba
definitiva o determinante sobre la responsabilidad, sino simplemente aquello, la presunción de mera
probabilidad de participación y responsabilidad.
La imputación tiene importancia ya que permite identificar el procedimiento y sirve como una garantía al
imputado ya que le permite asumir conocimiento del contenido del proceso, las razones y antecedentes
de su apertura y ejercitar su derecho de defensa. La especificación de los hechos evita que haya una
especie de inquisición general y abierta contra un ciudadano y que se abra un proceso penal sin su
conocimiento. Es una condición sine qua non para el ejercicio del jus puniendi, de manera que debe
materializarse antes del juicio oral, o mejor aún se entiende que es el acto que ha de dar inicio al
cómputo de la etapa preparatoria a los fines del art. 134 del Código de Procedimiento Penal.
En este sentido, es oportuno mencionar que la  naturaleza del proceso penal acusatorio, dispone como
garantía máxima la presunción de inocencia, y en este orden, el Código Procesal Penal dispone una
serie de actos de estricto cumplimiento, necesarios para garantizar el debido proceso, el derecho a la
defensa y la igualdad entre las partes. 
La realización previa del acto de imputación formal, permite  el ejercicio efectivo del derecho a la
defensa, mediante la declaración y la proposición de las diligencias necesarias para sostener la defensa,
porque si bien el Ministerio Público ostenta autonomía e independencia, reconocida constitucionalmente;
el imputado de la misma forma, conforme a lo establecido en los arts. 115 y sgtes. de la CPE, tiene la
defensa como garantía inviolable, en todo estado y grado de la investigación y del proceso.
La Imputación formal es un acto procesal que emerge de la decisión del fiscal de atribuir a una persona
la presunta responsabilidad en un caso delictivo, consiguientemente este funcionario debe emitir un
requerimiento fundamentado en el que exprese con precisión cuál es la naturaleza del hecho, las
circunstancias de su comisión y cuáles son los elementos de convicción que le llevan a inferir que una
persona es autora de este hecho, definir cuál es su grado de participación, situación que es mayormente
exigible cuando existe participación múltiple.
Este requerimiento deberá contener :
 Los datos de identificación del imputado y de la víctima, o su individualización más precisa;
 El nombre y domicilio procesal del defensor ;
 La descripción del hecho o los hechos que se le imputan y su calificación provisional ; y ,
 La solicitud de medidas cautelares si proceden.
La imputación formal, debe realizársela a través de un requerimiento fundamentado en el que debe
hacerse una descripción del hecho o los hechos que se imputan y además proceder con la calificación
provisional del mismo, es decir, que el fiscal luego de materializar la narración de las circunstancias de la
acción que él considera antijurídica, debe proceder con subsumir el mismo en una norma sustantiva, o
lo que es lo mismo, adecuar la acción del sujeto activo o presunto autor al tipo penal en concreto.
Con referencia a la aplicación de medidas cautelares, que han de ser objeto de estudio y análisis en un
tema siguiente, debe el Fiscal solicitarlas sólo si es que considera pertinente y necesaria la restricción
del derecho de libertad o de algunos de los bienes del imputado; deberá hacerlo ante el juez que cumple
la función de controlador de garantías y derechos constitucionales, a través de un requerimiento o
solicitud fundamentada, especificando porqué considera que es viable la aplicación de una medida
cautelar restrictiva de derechos y además, acreditando la existencia de los elementos de convicción o
medios de prueba que han de hacer procedente la aplicación de esta medida cautelar.
5.- LA CALIFICACIÓN DEL HECHO.- La imputación formal, debe realizársela a través de un
requerimiento fundamentado en el que debe hacerse una descripción del hecho o los hechos que se
imputan y además proceder con la calificación provisional del mismo, es decir, que el fiscal luego de
materializar la narración de las circunstancias de la acción que él considera antijurídica, debe proceder
con subsumir el mismo en una norma sustantiva, o lo que es lo mismo, adecuar la acción del sujeto
activo o presunto autor al tipo penal en concreto. Es necesario hacer una correcta descripción del hecho
ya que en función de ello se procede con la calificación del mismo, esta calificación, no tiene un carácter
definitivo, puede ser modificada como resultado de la investigación, empero, no pueden ser cambiados
los hechos, el hecho atribuido resultará siendo siempre el mismo. La calificación definitiva la realizará el
fiscal a tiempo de presentar la acusación de los hechos ante el tribunal o juez competente.
La imputación debe ser necesariamente Escrita, debe ser Clara y además debe ser precisa, ya que el
imputado se ha de defender de hechos concretos y no de tipos o figuras penales abstractas.
7.- NOTIFICACION
Con relación a que la notificación formal con la imputación formal debe ser realizada en forma personal,
la SCP 0770/2012 de 13 de agosto, señalado a este respecto: “El art. 163 del CPP, establece que se
debe  notificar personalmente a las partes:
1) La primera Resolución que se dicte respecto de las partes,
2) Las Sentencias y resoluciones de carácter definitivo,
3) Las resoluciones que impongan medidas cautelares personales; y,
4) Otras que por disposición del Código de procedimiento penal deban notificarse personalmente.
En cuanto a la forma de la diligencia la citada disposición legal establece que la notificación se efectuará
mediante la entrega de una copia de la resolución al interesado y una advertencia por escrito acerca de
los recursos posibles y el plazo para interponerlo, dejando constancia de la recepción. Si el interesado
no fuere encontrado, se la practicará en su domicilio real, dejando copia de la resolución y de
la advertencia en presencia de un testigo idóneo que firmará la diligencia.
De lo desarrollado, queda claro que, para que una citación o notificación pueda considerarse efectiva no
debe producir indefensión, y es precisamente precautelando el derecho a la defensa que la normativa
procesal penal ha dispuesto que determinadas actuaciones procesales necesariamente deban ser
notificadas de forma personal, debido básicamente a que su desconocimiento vulneraria el derecho a la
defensa, así y conforme a lo mencionado, el art. 163 del CPP, establece que se debe notificar
personalmente a las partes
Resulta palpable del análisis al precepto legal transcrito y la jurisprudencia constitucional glosada, que la
omisión o la inefectiva citación o notificación con la primera Resolución que se dicte respecto de las
partes y las sentencias y resoluciones de carácter definitivo, son las que provocarían en todo imputado el
desconocimiento del proceso o generarían la imposibilidad de impugnar las resoluciones desfavorables,
generando de esta forma un absoluto estado de indefensión que no condice con el espíritu garantista de
sistema procesal penal boliviano” (las negrillas son añadidas).

También podría gustarte