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TEMA 4.

EL OBJETO DEL PROCESO PENAL

1. INTRODUCCIÓN.

El objeto del proceso penal son el hecho punible (fases de instrucción y juicio), y, las pretensiones punitivas (pena o medida de seguridad con
base en el ius puniendi que corresponde al Estado), resarcitoria (general y específicas de determinados delitos) y prejudicial no devolutiva (arts.
10 LOPJ; y 3 a 7 LECrim).

En general, se entiende por objeto del proceso «aquello sobre lo que trata» el proceso, es decir, aquello que ha de ser objeto de la decisión
judicial.

El objeto del proceso penal lo constituye el hecho punible, es decir, el hecho o conjunto de hechos con apariencia delictiva que supuestamente se
han cometido. A través del proceso penal, ya lo sabemos, se busca la aplicación del Derecho penal; por eso, la labor que se ha de llevar a cabo en
el proceso penal consiste en determinar si un hecho tuvo o no tuvo lugar, si ese hecho se encuadra o no dentro de algún tipo penal y si, en
consecuencia, procede aplicar o no la sanción prevista por el Código Penal.

De una manera algo más gráfica, se puede decir que el objeto del proceso, en general, lo integra una pregunta, a la que el tribunal debe ofrecer
una respuesta en su sentencia. En el caso del proceso penal, esa pregunta podría formularse, por ejemplo, del siguiente modo: «¿Cometió el
acusado X los hechos tipificados en el art. Y del Código Penal y debe imponérsele, en consecuencia, la pena Z?»

El proceso penal se puede incoar por denuncia (los atestados se consideran denuncias a efectos legales), querella y de oficio (iniciación de oficio
reconocida en los arts. 106, 303 y 638 LECrim.

La investigación por el MF cesará cuando tenga conocimiento de la existencia de un procedimiento judicial sobre los mismos hechos. La Policía
judicial depende de los Jueces, Tribunales y MF según el arts. 126 CE y 547 a 550 LOPJ.

2. LA ACCIÓN PENAL

La acción penal es el Derecho Procesal, derecho a que se persiga. Nuestra acción penal no concreta nada. El proceso penal se concreta con el
hecho punible y con la parte acusada.

- En el proceso penal no existe derecho al proceso, en el derecho civil si existe derecho al proceso, esto significa que si una persona
realiza todas las formalidades necesarias para que se inicie el proceso tiene derecho a que se dicte una sentencia sobre el fondo del
asunto ya sea estimatoria o desestimatoria.
- Ejercitar la acción penal significa ejercitar la acusación y por lo tanto convertirse en parte acusadora. El ministerio fiscal está obligado
mientras que el acusador particular el acusador privado y el acusador popular tienen el derecho a ello, pero no están obligados.
- Concepción abstracta de la acción penal: se dice que la acción penal debe entenderse desde una concepción abstracta y en este sentido
la acción penal sería el poder público de acusar, el poder público de convertirse en parte acusadora y eventualmente de iniciar el
proceso.
- La acción penal no determina el objeto del proceso. Con la acción civil si se determina el objeto del proceso, ya que l objeto del
proceso solo se determina con el hecho punible y con la parte acusada.

INAPLICABILIDAD DE LA TEORÍA CONCRETA

De la comisión de un delito surge el ius puniendi del Estado. Es decir, el Estado tiene el deber de dar una respuesta legalmente prevista. Por lo
que, podemos decir que, de la acción penal, surge el poder jurídico de acusar, de constituirse como parte en un proceso penal, y en su caso,
provocar que este se inicie.

MANIFESTACIONES DE LA ACCIÓN PENAL EN LA LECRIM

Aquí, vamos a atender a quienes van a poder se sujetos de la acción penal. (entendemos por acción penal la facultad concedida a un individuo
para iniciar un proceso penal; y, también, se puede definir desde la órbita de la actividad estatal, como la obligación del Estado de ejercer el ius
puniendi ante la existencia de un delito).

LA ACCIÓN PENAL COMO PODER JURÍDICO DE ACUSAR

La acción penal supone el poder jurídico de acusar, de constituirse como parte de un proceso penal y, eventualmente, de provocar su inicio.

El MF es el máximo representante de este poder. Ya que tiene un poder jurídico relacionado con sus funciones públicas de perseguir todos los
delitos de los que pueda tener constancia. (Principio de irrenunciabilidad de la acción penal).

Respecto de los particulares, este es un derecho subjetivo que implica formular un acto de acusación y constituirse en parte acusadora de un
proceso penal.

Características del objeto del proceso penal: Se dice que el objeto penal es inmutable (aunque se va delimitando progresivamente) e
indisponible. Inmutable: no cabe modificación sustancial sobre el objeto del proceso, es decir, las partes no pueden modificar el objeto del
proceso. Una vez que se inicia la investigación surgen hechos delictivos conexos, esos hechos se acumulan en el proceso y tendríamos pluralidad
de objetos por eso se dice que se va delimitando progresivamente; Indisponible: salvo en los delitos privados, la renuncia del objeto penal por
parte del ofendido no extingue la responsabilidad penal ni extingue el proceso.

Relevancia jurídica que tiene el objeto del proceso penal: Determinar el objeto del proceso penal es importante porque nos va a servir para
resolver problemas tanto dentro del nuevo proceso como en relación con otro proceso. Cuando nosotros sabemos ya cuál es el objeto del proceso
esto nos sirve para saber la competencia objetiva y la jurisdicción. Cuando sabemos el objeto del proceso también podemos llegar a saber la
legitimación. El procedimiento adecuado, para saber si dentro de un nuevo proceso existe conexión y para saber si existe correlación entre la
acusación y la sentencia. En relación con otro proceso determinar el objeto es importante de cara a los efectos de la litispendencia y de la cosa
juzgada.

Incidencia de la calificación jurídico penal en la determinación del objeto del proceso penal

Una vez que sabemos el delito concreto esto nos permite saber si iniciamos o no iniciamos el proceso penal, además hemos visto que sirve para
resolver cuestiones dentro del proceso pero la calificación jurídico penal no es relevante para determinar la litispendencia y la cosa juzgada.

3. LOS ELEMENTOS IDENTIFICADORES DEL OBJETO DEL PROCESO

El objeto del proceso no se identifica con la acción penal. Las principales características del proceso penal son:

- Delimitación progresiva e inmutabilidad.

Sucede que el objeto del proceso penal –el hecho punible– no siempre se encuentra plenamente delimitado en el momento en que el proceso
penal comienza. Al contrario, cuando el proceso se inicia, a menudo, lo único que existe son «indicios de delito», «apariencia delictiva».
Precisamente para eso se prevé la fase de instrucción: para averiguar cuál es el hecho punible que aparentemente se ha cometido. Por eso, a
medida que avanza el proceso –en concreto, a medida que avanza la investigación– la realidad objeto del proceso se va conociendo más y mejor
y va poniéndose de relieve con mayor precisión. Eso sí, ha de llegar un momento a partir del cual el objeto del proceso quede definitivamente
fijado y ya no pueda alterarse; porque de lo contrario el derecho de defensa del imputado se vería perjudicado (en la medida en que pueda
cambiar el título de imputación). Ese momento máximo se ha de fijar al decidir la apertura del juicio oral.

Es decir, cuando se decide que se va a abrir el juicio oral ha de establecerse con precisión cuáles son los hechos que se van a enjuiciar y cuáles
las personas a las que se imputa su comisión. Solo se podrán enjuiciar esos hechos (y no otros) y solo a esas personas (y no a otras). Además,
esos hechos y esas personas que pueden llegar al juicio oral solo pueden ser aquellos que hayan sido objeto de previa investigación durante la
fase de instrucción.

Por eso, la «delimitación progresiva» del objeto del proceso penal solo tiene sentido, como regla, durante la fase de instrucción. El proceso penal
se inicia en relación con unos hechos concretos, aparentemente delictivos y aparentemente cometidos. Ahora bien, es posible que las diligencias
de investigación que se practiquen aporten nuevos datos, en cuyo caso se pueden abrir varias posibilidades:

1. Los nuevos datos atañen a lo que ya es objeto del proceso: el objeto del proceso se conoce mejor, pero no cambia.
2. Los nuevos datos muestran un hecho punible distinto del que era objeto del proceso, pero conexo con él según el art. 17 LECrim: el
proceso debe pasar a tener una pluralidad de objetos [Si esto mismo sucediera durante el juicio oral, esa acumulación ya no sería
posible y habría que iniciar un nuevo proceso en relación con el nuevo hecho delictivo conexo].
3. Los nuevos datos revelan un hecho punible diferente del primitivo objeto y desprovisto de conexión con este: procede incoar un
proceso nuevo para la persecución del nuevo hecho punible.

- Indisponibilidad.

Supone que el proceso penal no está sometido al principio dispositivo pues se reputa materia de interés, lo que conlleva que las partes no puedan
realizar actos de disposición como la renuncia, desistimiento, allanamiento o transacción., salvo los delitos privados y los supuestos de
conformidad. La relevancia jurídica del objeto del proceso es:

- Jurisdicción, competencia objetiva y territorial


- Procedimiento a seguir
- Acumulación
- Sentencia (correlación con acusación)
- Respecto de otros procesos: litispendencia o cosa juzgada.

El hecho punible es siempre una conducta humana. Por ello, parece que su protagonista o protagonistas han de ser un elemento configurador del
objeto del proceso penal. Esta afirmación, sin embargo, merece algunas precisiones.

Y es que, si se mira con detenimiento, una conducta delictiva puede delimitarse (o «imaginarse»), al menos inicialmente, sin referencia a un
sujeto concreto: de hecho, la determinación de ese sujeto puede ser la incógnita principal del proceso, al menos durante su fase de instrucción.

Desde esta perspectiva, y a los efectos de la determinación del objeto del proceso, el sujeto activo de la conducta punible tiene relevancia en la
medida en que es un elemento necesario para la identificación histórica del hecho: si A ha sido asesinado, no hace falta atribuírselo
(provisionalmente) a B o a C para que ese asesinato –y no otro– constituya el objeto de un proceso penal; pero es evidente que no habrá juicio si
no se le atribuye a una persona concreta.

Por eso, un cambio durante la fase instructora del presunto responsable de la conducta delictiva no supone un cambio de objeto, si la conducta
sigue siendo aquella sobre la que se proyectó desde un principio la actividad procesal: se sigue tratando del asesinato de A, lo que sucede es que
durante un tiempo parecía que el autor era B y más adelante se considera probable que haya sido C. Se trata, en definitiva, de una manifestación
más de lo que antes llamábamos «progresiva delimitación del objeto del proceso».

Las cosas cambian, sin embargo, cuando se ha de llegar a la fase de juicio oral. En este momento, ya se ha dicho, ha de fijarse con precisión
cuáles son los hechos punibles que se van a enjuiciar y cuál o cuáles las personas a las que se va a imputar su comisión.

Por eso, una vez delimitado tras la investigación, el objeto del proceso penal sí que comprende ya al sujeto o sujetos agentes del hecho punible.
Es posible, por eso, que el objeto del proceso nunca llegue a obtener el grado de delimitación que resulta preciso para pasar a la fase de juicio
oral: eso es lo que sucede cuando, tras la investigación, se fracasa en la determinación del presunto responsable.
Precisamente por eso, porque el objeto no está lo suficientemente delimitado (falta el sujeto activo), no puede desarrollarse el juicio oral: porque
lo que ha de ser decidido por un tribunal penal –es decir, lo que es objeto del proceso penal– no es solo la existencia de un hecho punible (por
ejemplo, que se ha asesinado a A), sino también, y sobre todo, que esa conducta le es atribuible y reprochable a una persona concreta (B o C,
para seguir con el ejemplo).

Por eso mismo, si se absuelve a B del asesinato de A, no habría cosa juzgada en caso de que, después, se abriera un proceso frente a C por el
asesinato de A. Al ser el sujeto agente del hecho punible diferente, los objetos de uno y otro proceso son diferentes.

Elementos identificadores del objeto del proceso penal. (siguientes dos puntos)

- Subjetivo: persona acusada.


- Objetivo: hecho punible.

EL HECHO PUNIBLE

Se trata de un hecho tipificado en el CP como delito. Dependiendo de la fase del proceso en la que nos encontremos:

- Fase de instrucción: finalidad esencial: fijar el hecho, y si cabe imputarlo a una persona determinada.
- Fase intermedia: se establece la necesidad de abrir el juicio oral siempre que existan hecho punible y sujeto pasivo (en otro caso,
sobreseimiento).
- Fase de juicio oral: el hecho como se incluye en el escrito de calificación fija los extremos sobre los que ha de pronunciarse el juez
(arts. 650.1ª a 5ª y 781.1 LECrim).

LA PERSONA ACUSADA

Es la persona a la que se acusa la comisión de un determinado hecho delictivo. Determinado en la instrucción para dirigir acusación frente a una
persona concreta. Precisiones:

- Identidad subjetiva: misma persona acusada (absuelto/condenado no nuevamente enjuiciado por los mismos hechos).
- El acusador no determina el objeto del proceso penal (salvo delitos privados).
4. LA ACCIÓN CIVIL EJERCITADA EN EL PROCESO PENAL

De la comisión de un hecho delictivo tipificado como tal en el CP, se van a poder exigir además de las penales, acciones civiles.

Artículo 100. De todo delito o falta nace acción penal para el castigo del culpable, y puede nacer también acción civil para la
restitución de la cosa, la reparación del daño y la indemnización de perjuicios causados por el hecho punible.
A grandes rasgos atendemos a lo que se establece en los siguientes artículos:

- Art. 110 C.P dentro del proceso penal las acciones civiles que se pueden ejercitar son: retribución de la cosa, reparación del daño y la
indemnización. En cuanto a los delitos contra la libertad sexual y los delitos privados establece también otra regla especial (Art. 193
C.P): en estas sentencias que condenen a este tipo de delitos además del pronunciamiento correspondiente a la responsabilidad civil se
dan en su caso los que procedan en orden a la filiación y fijación de alimentos.
- Art. 216 C.P: en estos delitos se considera que la reparación del daño comprende además que la sentencia que se dicte sea pública, es
decir, que el condenado tenga que hacer pública esa sentencia.
- Art. 1092 C.C: Las obligaciones civiles que nacen de un delito se van a regir por el código penal. 80 Los artículos del 109 al 116 del
C.P los que determinan la responsabilidad civil derivada del hecho delictivo. Arts. 100_117 LECrim regulan conjuntamente el
tratamiento de la acción penal y de la acción civil derivada del hecho delictivo.

La acumulación de la acción civil al proceso penal no es necesaria sino facultativa. Cabe renuncia expresa o posibilidad de reservarla. En caso
de no expresar renuncia/reserva, el ejercicio de la acción penal presupone el de la acción civil (arts. 108 y 112 LECrim). Sujetos legitimados.
Vamos a diferenciar dos según la legitimación:

- Legitimación activa:
Perjudicado que haya sufrido directamente los daños y perjuicios o haya perdido la posesión de la cosa.
También puede ser el MF por disposición legal.
- Legitimación pasiva:
Responsable criminal y cómplices.
Además, cabe que sujetos jurídicos diferentes de los participantes en los hechos ilícitos sean responsables civiles directos o
subsidiarios.

El contenido de la acción civil. Petitum. Lo que se pide que se restituya.

- La cosa.
- El daño causado.
- Indemnización del perjuicio.

Causa petendi. Encuentra su fundamento en el hecho dañoso, calificado como ilícito civil, que a su vez puede ser constitutivo de un delito.

Respecto al régimen procesal de la acción civil, vamos a diferenciar la fase del proceso en la que nos encontremos:

- Fase de instrucción:
o La responsabilidad se sustancia en pieza separada.
o Tanto juez como MF tienen obligación de extender la investigación a los aspectos civiles del hecho punible, y de proveer su
aseguramiento mediante la adopción de medidas cautelares (arts. 589 y ss. LECrim).
o También puede promoverlo el propio perjudicado que comparezca en la instrucción mediante querella/ofrecimiento de
acciones/adhesión (arts. 109-110 LECrim).
- Fase de juicio oral:
o Se ejercita propiamente la acción civil mediante escrito de acusación o de calificaciones provisionales (arts. 650 y 781.1
LECrim).

Es preciso que exista condena penal para que pueda apreciarse la acción civil acumulada. En otro caso, acudir al proceso civil ordinario, salvo
que en la sentencia penal firme se haya declarado que no existió el hecho (art. 116 LECrim).

Excepción: Supuestos en los que pese a no existir condena penal cabe que se conozca y condene por responsable civil [eximentes de
responsabilidad criminal (arts. 118 y 119 CP) y excusa absolutoria por parentesco (art. 268 CP)].

MANUAL

3. LA ACCIÓN CIVIL EN EL PROCESO PENAL

3.1. Naturaleza de la acción civil en el proceso penal. La comisión de un hecho delictivo puede ocasionar el nacimiento de acciones de
naturaleza civil.

Estas acciones civiles pueden formar parte también del objeto del proceso penal, junto con el objeto penal: se habla entonces de que existe una
pluralidad heterogénea de objetos en el proceso (uno o varios objetos penales, y uno o varios objetos civiles).

El art. 110 CP establece que la acción civil derivada del delito puede tener por objeto:

 La restitución de las cosas objeto del delito.


 La reparación del daño.
 La indemnización de los perjuicios materiales y morales.

La jurisprudencia, por otra parte, ha reconocido que, al menos en algunos casos, la acción civil ex delicto puede tener un contenido distinto a los
expresamente contemplados en el Código Penal: así, por ejemplo, en los procesos por delito de alzamiento de bienes, ha permitido ejercitar en el
proceso penal la acción de nulidad del negocio jurídico a través del cual se consumó el delito de alzamiento.

Además, de lo anterior, el art. 193 CP establece que «en las sentencias condenatorias por delitos contra la libertad sexual, además del
pronunciamiento correspondiente a la responsabilidad civil, se harán, en su caso, los que procedan en orden a la filiación y fijación de
alimentos»: significa, por tanto, que se ejercitarán también las acciones civiles de determinación de la filiación y de condena al pago de
alimentos. Hay que insistir en que la acción civil no deriva del delito en sí, sino de unos actos u omisiones civilmente ilícitos –valorados, por
tanto, desde una perspectiva jurídico-civil, con independencia de que, valorados desde una perspectiva jurídico-penal, pueda decirse que son
constitutivos de delito– y que han provocado la indebida pérdida de la posesión de una cosa u ocasionado daños y perjuicios. La acción civil
ejercida en el proceso penal es así una acción de responsabilidad civil extracontractual.

Por ello, no es precisa una sentencia de Fernando Gascón Inchausti – Curso 2019/2020 condena penal para que exista esta responsabilidad civil.
Ni la sentencia penal de condena determina necesariamente la existencia de responsabilidad civil, ni la absolución del acusado supone
forzosamente la inexistencia de responsabilidad civil.

3.2. Régimen procesal de la acción civil en el proceso penal.

El art. 112 LECrim dispone que «ejercitada la acción penal, se entenderá ejercitada también la civil, a no ser que el dañado o perjudicado la
renunciase o la reservase para ejercitarla después de terminado el juicio criminal, si a ello hubiere lugar». Y el art. 108 LECrim ordena que «la
acción civil ha de entablarse juntamente con la penal por el Ministerio Fiscal, haya o no en el proceso acusador particular».

Según se desprende de estos preceptos, nuestro Derecho quiere que, de ordinario, se resuelva en el proceso penal sobre la posible
responsabilidad civil producida por la conducta humana que en dicho proceso se considera primordialmente desde el punto de vista del Derecho
penal. La regla es, por tanto, que la acción civil forma parte también del objeto del proceso penal.

En consecuencia, es el titular de la acción civil (= el perjudicado) quien tiene la carga de evitar que esta forme parte del proceso penal, a través
de la renuncia o de la reserva. — La renuncia puede producirse tanto antes del proceso penal, como dentro de este, en cualquier momento: a
través de la renuncia se extingue la acción civil, de forma que el perjudicado no podrá ya reclamar en virtud del derecho que a su favor nació
como consecuencia del hecho delictivo. — Por su parte, la reserva significa la preferencia del perjudicado por ejercitar esta acción de forma
separada en un proceso distinto, ante los órganos jurisdiccionales civiles, una vez haya concluido el proceso penal.

En cuanto al momento en que puede producirse eficazmente la reserva, es preciso distinguir un poco más. Como regla, es posible antes del
proceso, o cuando se manifiesta en un momento inicial del proceso (durante la fase de instrucción).

Pero si se pretende la reserva cuando el proceso penal esté ya avanzado, solo debe ser admisible si las otras partes así lo consienten (de forma
análoga a lo que sucede con el desistimiento del actor en el proceso civil): hay que tener en cuenta que el ejercicio de la acción civil ha
ocasionado ya a las otras partes unos comportamientos procesales que implican esfuerzo y coste económico, lo cual puede motivar su interés en
que la cuestión de la responsabilidad civil quede definitivamente decidida en el proceso penal.

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