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ÚNICA: Debe trabajarse una sola teoría del caso, es decir una sola versión de los hechos con la finalidad de
explicarlos y darle consistencia y coherencia argumentativa.
CREÍBLE: Debe ser presentado como un acontecimiento real. La credibilidad se muestra en la medida que
logre persuadir al juzgador.
LÓGICA: Se debe guardar coherencia lógica en cada proposición que se maneje en consonancia con las normas
aplicables.
FLEXIBLE: Debe adaptarse a los posibles desarrollos del proceso, pero sin que ello implique un cambio radical,
que podría conllevar la perdida de la credibilidad.
SENCILLA: Los hechos deben ser contados con claridad y con simpleza, sin utilizar tecnicismos, ya que
corremos el riesgo que el mensaje no llegue correctamente.
Amena y realista.
FORMALIZACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN PREPARATORIA
El CPP, establece que el plazo de la IP es de 120 días naturales, prorrogables por única vez por 60 días. Tratándose
de investigaciones complejas de 08 meses y para el caso de investigación de delitos perpetrados por imputados
integrantes de organizaciones criminales el plazo es de 36 meses; prorrogable por igual término por el JIP,
precisándose que la prórroga deberá efectuarse antes que venza el plazo, pues vencido el mismo ya no será
posible prórroga alguna, debido a que la oportunidad para ello habría caducado (art. 144 CPP), es decir, que por
imperio del principio de preclusión, el fiscal habría perdido la oportunidad de prorrogarlo.
CONCLUSIÓN DE LA INVESTIGACIÓN PREPARATORIA
Vencido el plazo de la I.P. sin que el fiscal haya concluido la investigación, las partes pueden
solicitar la conclusión al JIP en cuyo caso se citará al fiscal y demás partes a una audiencia de
control de plazo, quien luego de revisar las actuaciones y escuchar a las partes, dicta la
resolución que corresponda. Si el JIP ordena la conclusión de la IP el fiscal en el plazo de diez
días debe pronunciarse solicitando el sobreseimiento o formulando acusación
El control de plazo nace con la finalidad de evitar o corregir la vulneración del debido proceso,
así como el derecho de defensa y de no ser juzgado en un plazo irrazonable, pues la actividad
persecutora no puede extenderse más allá de lo estrictamente necesario.
Se colige entonces, que el control de plazos surge ante la necesidad de resguardar los derechos
constitucionales del imputado y el debido proceso penal que le asiste, comprendiendo un haz
de derechos, entre ellos se encuentra el derecho de ser juzgado en un plazo razonable,
adquiriendo especial relevancia los criterios de razonabilidad y proporcionalidad así como el
principio de interdicción a la arbitrariedad.
El incumplimiento del fiscal solo acarrea responsabilidad disciplinaria (art. 144.2 del CPP)
MUCHAS GRACIAS POR SU
ATENCIÓN
MAG. AURA VIOLETA CARRASCO CHAPOÑÁN