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Tema 72 La Literatura en Lengua Gallega, Vasca y Catalana (Aula de Lengua)
Tema 72 La Literatura en Lengua Gallega, Vasca y Catalana (Aula de Lengua)
1. LA LITERATURA CATALANA
Establecer los inicios de una literatura no es una labor precisa; se considera que el
primer texto escrito conservado marca el arranque literario de una lengua. Pero no hay
que relegar la literatura de transmisión oral, aunque no se encuentre documentada. En el
caso catalán no se pone en duda la existencia de una expresión literaria de tradición oral
previa a los primeros documentos, aunque no se puede afirmar con rotundidad. Una
prueba de su existencia son los restos de antiguos poemas, especialmente de género
épico, que se encuentran prosificados en las crónicas.
A mediados del siglo XII se escribió la versión catalana del Forum iudicum, una
recopilación de leyes visigodas escrita originariamente en latín, en el siglo VIII. Una
cierta intención literaria –aunque es mucho mayor su valor filológico– se advierte en
otro de los textos que se citan como iniciadores de la literatura catalana: las Homilies
d’Organyà (Homilías de Orgaña), un sermonario de finales del siglo XII o principios
del XIII. Son unos apuntes en catalán con una finalidad práctica, la de servir de
recordatorio al sacerdote al pronunciar su sermón.
1.2. La decadencia
Aunque no se abandona la escritura en catalán, hay un periodo, que se extiende
aproximadamente de 1500 a principios del siglo XIX, en el cual el panorama literario no
ofrece figuras descollantes ni obras de especial relevancia. Esta etapa de decadència –
como es conocida, algo peyorativamente– está en parte condicionada por circunstancias
políticas (aunque hasta 1714 el catalán sigue reconocido como lengua oficial; no se
prohíbe su aprendizaje en las escuelas hasta 1768). Hay un buen número de autores
relevantes, pero escriben en castellano: Guillén de Castro, Rey de Artieda, Timoneda...
Es importante destacar, no obstante, que la producción en catalán –si bien de
importancia menor– no se interrumpe.
2. La literatura gallega.
Como en la mayoría de las lenguas románicas, las primeras manifestaciones de
la literatura gallega están escritas en verso. Forman parte de lo que se conoce como
lírica galaicoportuguesa, una poesía de carácter culto conservada en cancioneiros. Este
periodo de gloria se extiende desde principios del siglo XIII hasta mediados del XIV.
Por estas fechas se inicia el abandono de esta expresión lírica a favor de una poesía de
influencia castellana e italiana. Con el siglo XV llega una época oscura que relega el
gallego al ámbito de lo familiar; sólo pervive la expresión literaria oral: canciones
populares de Navidad y Reyes (panxoliñas, nadales, reises), romances sobre la vida del
campo (cantos de vendimia o de esfollada) o sobre el ciclo estacional (maios), y cuentos
populares. Con el siglo XIX se iniciará un profundo cambio, que forzosamente ha de
comenzar con la recuperación de la lengua gallega para la expresión literaria: es el
llamado Rexurdimento, un activo y fecundo resurgimiento de la literatura gallega. Nace
como consecuencia del interés romántico por las culturas regionales. La evolución de
las letras gallegas a partir de esta etapa puede parangonarse con la del resto de las
literaturas peninsulares.
3. La literatura vasca.
3.1. Introducción.
Por diversas razones, la literatura vasca ha experimentado un desarrollo muy
particular frente a la de lenguas próximas. Influyen en ello algunas peculiaridades
políticas (la propia división administrativa del territorio vasco) o sociales (la importante
presencia clerical determina el carácter de los primeros textos en eusquera, muy
centrados en la predicación religiosa).
Una manifestación representativa de la literatura vasca es el versolarismo, que
desarrolla una rica poesía oral. Los versolaris eran cantores errantes que recorrían los
pueblos improvisando textos ante el público, a partir de un tema próximo para el
auditorio (la guerra, el amor, la vida marinera...). A veces se distribuían los versos en
unas hojas sueltas –una forma de publicarlas– llamadas bertso berriak.
La transmisión oral ha preservado un tipo de poesía popular en eusquera que
pervive en la memoria de los pueblos. Puede ser de distintos tipos: restos de cantares
épicos sobre las gestas de los vascos en sus luchas territoriales contra romanos o
francos, poesía lírica de fuerte contenido simbólico (el helecho se relaciona con la
fertilidad, el limón con los amores no correspondidos, el ruiseñor con la ausencia del ser
amado, etc), y poesía de tono elegiaco (eresiak), en la que una voz femenina se lamenta
por la falta de una persona amada, el desamor, el compromiso no deseado y otras
causas.
Es especialmente abundante el teatro popular, que permanece inédito en gran
parte. El más representativo es el teatro suletino, en el que pueden distinguirse dos
géneros: los xaribaris y las pastorales. En los primeros se abordan temas del entorno
cotidiano con un tono costumbrista que a veces podía ser escabroso, por lo que el
género, perseguido, languideció en parte y se perdieron muchas de estas obras. Las
pastorales son piezas musicadas estrechamente ligadas al teatro litúrgico de la Edad
Media.
Siglo XVII
Siglo XVIII
Durante este siglo, el protagonismo literario que habían ostentado las provincias
vascas francesas se desplaza al territorio peninsular. En un periodo en el que domina en
toda Europa el pensamiento ilustrado, los escritores se preocupan de modo especial por
la sistematización de su lengua, como demuestra el número creciente de textos
lexicográficos y gramaticales. Etcheberri de Sara realiza una notable aportación en este
ámbito, pero hay que destacar, sobre todo, la importancia capital de la obra del padre
Larramendi, a pesar de que escribió buena parte de su producción en castellano. Son
fundamentales su Diccionario trilingüe de castellano, vascuence y latín y su tratado
gramatical El imposible vencido. Arte de la lengua vascongada. Larramendi es el
principal representante de un movimiento denominado “de los apologistas”, que
defiende una ideología posteriormente adoptada por Sabino Arana. Se crea en este siglo
la Sociedad Bascongada de Amigos del País, que impulsará notablemente el teatro culto
(Munibe, Barrutia). Surge en esta centuria también un primer modelo de novela vasca,
si bien su estructura narrativa no es aún suficientemente firme. Se trata de Peru Abarka,
de J.A. Moguel, que se inscribe ya en el cambio de siglo.
Siglo XIX
A mediados de la centuria hay que destacar la labor del príncipe Bonaparte, estudioso
de la lengua vasca y promotor de diversas iniciativas en su favor, como el patrocinio de
las traducciones. En este clima se inicia la celebración de certámenes literarios que
inducen un notable resurgimiento literario, con escritores tan notables como Manterola
o Sagarmínaga, y con el nacimiento de publicaciones que se erigen en órganos difusores
de la cultura vasca, como la revista Euskara o la Revista de las Provincias Euskaras.
Siglo XX
La producción literaria en eusquera durante esta centuria es muy rica y variada. Desde
principios de siglo influyen notablemente en diversos ámbitos, culturales y políticos, las
ideas nacionalistas de Sabino Arana, autor de muchos estudios histórico-culturales sobre
la realidad vasca. El movimiento nacionalista promueve el purismo de la lengua, que se
incrementará con neologismos y nuevas construcciones. Surgen a comienzos de siglo
importantes obras filológicas, como el Diccionario Vasco-Español-Francés y la
Morfología vasca, ambas de R. M. De Azkue, gran erudito y folclorista.
Los especialistas proponen una clasificación de la literatura vasca de este siglo en tres
grandes periodos: desde el principio de la centuria hasta 1936, desde 1939 hasta la
década de los 60 y desde ese momento hasta la actualidad.