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Reflexión sobre los aforismos de Platón

2. Donde reina el amor sobran las leyes.


Las leyes delimitan, bajo los criterios de valor de la época, la conducta humana en
busca de un orden en la convivencia en la sociedad. Sí imaginamos una sociedad
utópica, donde el principio que rija las conductas sociales de cada individuo sea el
amor, suponiendo que éste sea el primer criterio inapelable para tomar en cuenta
para cada una de las personas, las leyes no serían necesarias; cada individuo
tomaría sus decisiones en base al amor, cuidándose asimismo y a los demás.
5. El sabio querrá estar siempre con quien sea mejor que él.
Una persona sabia busca evolucionar, trascender. Además, es consciente de su
conocimiento, así como de lo que carece. Por tanto, suena coherente que busque
de otras personas que lo ayuden a lograr estos objetivos. Alguien mejor que él
puede entenderse como alguien de mayor “valor”, a lo que yo creo se refiere a una
persona que tenga diversos conocimientos que le aporten, ya sea técnicos,
espirituales o morales; una persona que sea mejor que él en otro ámbito le dotará
de nuevos aprendizajes, lo cual enriquecerá a ambos.
10. Estamos doblemente armados si luchamos con fe.
A pesar de que una persona cuente con múltiples capacidades, conocimientos y
habilidades, el no contar con “fe”, palabra que puede ser cambiada o entendida
como seguridad, motivación, confianza, convicción… dificulta o debilita el
aprovechamiento de los recursos. Un individuo entre cuyas “armas” se
encuentran la seguridad en sí mismo, puede aplicarlas de manera más
provechosa.
13. La ignorancia es la semilla de todo mal
La semilla de la ignorancia, si echa raíces, puede ser la causante de males como
una mala toma de decisiones o incluso, la discriminación, el racismo, la
homofobia, la gordofobia, el machismo, etcétera. A final de cuentas, para erradicar
y arrancar la “mala yerba” de la intolerancia, falta de valores y malas decisiones es
necesario plantar una correcta información.
29. Ser sabio requiere tiempo y esfuerzo, pero sobre todo honestidad.
Podemos comprender a la sabiduría como un resultado de prácticas diversas que
derivan en experiencia, acumulación de conocimientos que permiten actuar con
sensatez, etcétera. Pues esto no podría darse si no fueran expuestos con
honestidad. Para ser sabio, al realizar un proceso de introspección se tiene que
ser honesto consigo mismo, y al adquirir conocimiento, si se transmite, de igual
forma tiene que ser de manera honesta.
37. La primera y mejor victoria es conquistarse a sí mismo
Uno mismo es lo único que somos capaces de controlar (descartando percances
de salud mental o física); nuestras acciones diarias, maneras de comportarnos con
los demás y actitudes ante las situaciones de la vida, y estas decisiones
personales influirán a su vez, en el ambiente externo, el que no controlamos
directamente, por ende, comprendemos la importancia del autocontrol. Por
ejemplo, en una discusión, independientemente de la actitud y mensaje de la
contraparte, podemos decidir comunicarnos de manera asertiva y con respeto
hacia la o las otras personas. La “conquista de uno mismo” es la primera capa
interna de control que podemos ejercer, su importancia se muestra como una
“victoria” que ocurre no sólo cuando actuamos sabiamente (resultados de un
proceso exhaustivo de autoconocimiento y prácticas que derivan en autocontrol),
si no cuando se refleja en su influencia exterior.

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