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TALLER #03 TÍTULOS VALORES

INTEGRANTES:

★ Sara Lucia Álvarez Builes.


★ Cristian Camilo Caicedo Bejarano.
★ Angelica Maria Londoño Sanchez.
★ Have Salcedo Moreno.

Actividad.

1. Investigue qué son las participaciones fiduciarias-derechos fiduciarios, conocidas


en el mundo como FIDIS.

R/ Traduce “Figura Internacional de Derechos Fiduciarios Inmobiliarios”, dicha figura es


entendida en la actividad comercial como la posibilidad que tienen los inversionistas de
adquirir derechos fiduciarios o participaciones fiduciarias en un fideicomiso o patrimonio
autónomo administrado por una sociedad fiduciaria autorizada por la Superintendencia
Financiera; los derechos o participaciones que se ofrecen recaen respecto de un número de
fracciones, un proyecto inmobiliario claramente definido y un valor determinado por el
constructor o promotor del proyecto por cada fracción ofrecida a los interesados. Los títulos
de participación se denominan derechos fiduciarios, los cuales representan la participación
que tiene cada inversionista en el proyecto, su rentabilidad dependerá del desempeño del
activo inmobiliario subyacente

2. ¿Las participaciones fiduciarias-derechos fiduciarias pueden ser consideradas


como títulos valores y/o valores hoy en Colombia?

R/ Antes de mencionar si las participaciones fiduciarias pueden ser consideradas como


títulos valores, empecemos con definir primero qué es una fiducia comercial: la fiducia
comercial se encuentra regulada por el Código de Comercio, más concretamente en el
Título XI desde el artículo 1226 a 1244, definida por el legislador como “un negocio jurídico
en virtud del cual una persona, llamada fiduciante o fideicomitente, transfiere uno o más
bienes especificados a otra, llamada fiduciario, quien se obliga a administrarlos o
enajenarlos para cumplir una finalidad determinada por el constituyente, en provecho de
este o de un tercero llamado beneficiario o fideicomisario (...)"(Código de Comercio, art.
1226).

Los derechos del fideicomitente están regidos por el artículo 1236 del código de comercio,
como los siguientes: “Los que se hubiere reservado para ejercerlos directamente sobre los
bienes fideicomitidos”; es decir, el fideicomitente puede guardarse derechos en el acto
realizado además de los consagrados en la ley, como por ejemplo el de conservar la
tenencia de los bienes mientras se cumpla la condición inicial, también tomar decisiones en
cuanto a contratos, recursos del patrimonio entre otros. “Revocar la fiducia, cuando se
hubiere reservado esa facultad en el acto constitutivo, pedir la remoción del fiduciario y
nombrar el sustituto, cuando a ello haya lugar”; esto podrá hacerlo siempre y cuando se
reserve la facultad de revocar en el acto constitutivo. “Obtener la devolución de los bienes
al extinguirse el negocio fiduciario, si cosa distinta no se hubiere previsto en el acto de su
constitución”; “Exigir rendición de cuentas”; “Ejercer la acción de responsabilidad contra el
fiduciario, y en general, todos los derechos expresamente estipulados y que no sean
incompatibles con los del fiduciario o del beneficiario o con la esencia de la institución”

HERNANDEZ (2006), explica que “es el negocio fiduciario que tiene por objeto la emisión o
administración de una emisión de valores emanados de un proceso de titularización de
activos y bienes. Con este negocio se pretende crear mecanismos para respaldar la
rentabilidad y el pago total de los títulos emitidos contando la sociedad fiduciaria con la
potestad de utilizar los activos que conforman el patrimonio autónomo, para realizar las
gestiones pertinentes al pago oportuno de las obligaciones de la titularización”
(HERNÁNDEZ, p.162), es decir, la fiducia bajo esta modalidad puede expedir títulos valores
sobre unos activos o unos bienes encomendados a través de patrimonios autónomos,
dentro de un proceso de titularización

Proceso de Titularización en la Fiducia Comercial El proceso de titularización nace a la vida


jurídica al momento de constituirse el fideicomiso y el patrimonio autónomo en la fiducia
comercial (cualquiera sea su clase). RODRIGUEZ AZUERO (2005), a través de la doctrina
define el proceso de titularización como la actividad que está vinculada al mercado de
capitales, es decir, que se encuentra regulada por las disposiciones de la superintendencia
de valores o la especializada que haga sus veces, esto ocurre actuando está “bajo la órbita
del mercado bursátil (…) como un proceso sostenido que incluye la emisión de (…) otros
títulos” (RODRIGUEZ, p.507), estos son los Certificados fiduciarios. Conforme a lo anterior
en Colombia, la titularización tuvo nacimiento normativo con la entrada en vigencia de la ley
45 de 1990, la cual reguló a través de la reforma financiera definiéndose como el proceso
mediante el cual “(…) se transformaba los activos del patrimonio autónomo de la fiducia
constituida, en títulos fiduciarios o valores que serían destinados a circular en el mercado
organizado de valores, objeto de ser vendidos al público en general”; entendida como el
procedimiento por medio del cual se captan recursos en las sociedades fiduciarias (Ley 45
de 1990).

Entonces, el proceso de titularización realizado por el fiduciario como encargado de


transformar el patrimonio autónomo en títulos valores, comenzó a tener aplicación cuando a
través de ellos garantizó el cumplimiento del encargo encomendado al fideicomitente,
incorporando en su cuerpo el derecho de participación o crédito que tuviese sobre el
contrato de fiducia celebrado sobre los bienes entregados al patrimonio, dándoles el
carácter propio de todo título valor de circular y en este caso en el mercado organizado de
valores.

Los certificados fiduciarios de manera general, son definidos como un título de crédito y
estos a su vez son conocidos como títulos valores, es decir, como un documento
indispensable para ejercer el derecho literal y autónomo expresado en el mismo, Así pues,
el Código de Comercio en sentido amplio y normativo define los títulos valores como
"documentos necesarios para legitimar el ejercicio del derecho literal y autónomo que en
ellos se incorpora” y además los clasifica en títulos de “contenido crediticio, corporativos o
de participación (…)." (Código de Comercio, art. 619)

3. ¿Dicha figura es atípica o está reglamentada? En caso que esté reglamentada, ¿en
dónde se encuentra? ¿Cómo funciona la figura?

R/ La figura de participaciones fiduciarias en los términos de la legislación colombiana, si se


encuentra reglamenta, y la normatividad aplicable la encontramos en la Circular Básica
Jurídica (Circular Externa 029 de 2014) de la superintendencia financiera la cual establece
en la Parte II, Título II, Capítulo I, numeral 5.5, estableciendo lo siguiente:

Son aquellos negocios en virtud de los cuales una persona natural o jurídica, mediante la
transferencia de la propiedad a una sociedad fiduciaria, de uno o más bienes determinados,
prevé la comercialización de participaciones fiduciarias en un fideicomiso, las cuales
otorgan a los inversionistas el derecho a participar de los resultados económicos derivados
del cumplimiento de una finalidad específica, sin que implique la propiedad del bien objeto el
proyecto y, sin perjuicio, del ofrecimiento de beneficios adicionales.
Su funcionamiento se da a partir de que los inversionistas obtienen ganancias de la
realización de los proyectos cumplidos específicamente, esto no implica que las personas
naturales o jurídicas, tengan algún tipo de pertenencia en una propiedad determinada, a lo
que tiene derecho el accionista es a una fracción del fideicomiso y su rentabilidad
dependerá de las utilidades generadas por la explotación del bien, siendo este un pago
periodico a favor del inversionista.

4. A través de dicha figura puede haber captación masiva y habitual de recursos,


conforme a lo establecido en el artículo 2 de la Ley 964 de 2005? Explique.

R/ En el caso de la fiducia logramos evidenciar múltiples vacíos normativos, los


cuales aprovechan ciertas personas para cometer conductas punibles, como lo son
el lavado de activos (artículo 323 código penal) o en este caso concreto la captación
masiva y habitual de recursos (artículo 316 código penal).

Adicionalmente logramos evidenciar que esta flexibilidad normativa se genera a


consecuencia de políticas de gobierno tendientes a la atracción de capitales de
inversión, nacionales o extranjeros, la cual exige una flexibilidad y estabilidad
jurídica.

Los contratos de fiducia pueden ser uno de los instrumentos financieros de alto
riesgo para la realización de captación masiva y habitual de recursos, debido a que
esta facilitan la administración y custodia de bienes o activos de titulares
fideicomitentes que quisieran pasar inadvertidos o en el anonimato para sus
contrapartes o terceros interesados.

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