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Abastecimiento de alimentos: Cuidado con las profecías autocumplidas

Las crisis siempre sacan lo mejor y lo peor de los seres humanos. Esta pandemia nos da
una nueva oportunidad para cambiar paradigmas que privilegian el bienestar individual y
reconozcamos la convivencia solidaria como acción que incrementará el bienestar social.
La humanidad ha demostrado que ha salido airosa de las crisis y epidemias, cuando
aparece la solidaridad y el trabajo en equipo. En nuestro país, recientemente, a raíz del
Fenómeno el Niño 2017, bajo el Hashtag “Una Sola Fuerza”, dimos batalla unidos como
sociedad con muy buenos resultados.

Sin embargo, parece que se nos ha olvidado esa lección. Estamos apreciando, en la
actualidad, como algunas personas por desconocimiento y otras también, por ese espíritu
de “aprovechar las oportunidades”, han optado por sobre abastecerse de bienes y
alimentos. Eso, indudablemente, puede ser absorbido en un primer momento por la oferta,
sin causar un efecto significativo en los precios; pero, si ese comportamiento continúa,
podría producirse un desfase entre una demanda inmediata y el tiempo de reposición del
stock necesario para abastecer los mercados, con un incremento paulatino en los precios
de esos bienes.

Este comportamiento no es nuevo en el país. Por ejemplo, durante la pandemia del AH1N1
que llegó en mayo de 2009 al Perú, pudimos apreciar cómo se produjeron incrementos
sostenidos en los precios promedio de algunos alimentos importantes en la canasta familiar
como azúcar, aceite, arroz, ajos, papa, cebolla, entre los principales. En el gráfico de
precios promedio mensuales, podemos visualizar como se produjo un salto significativo y
persistente en el nivel de precios de algunos de los principales alimentos, a partir de la
llegada de la pandemia al Perú.

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