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La concibe como un transporte de imagos arcaicas de una pena antigua, al analista. Es como
un cambio de lugar de imagen.
Es una repetición de imagos antiguas que constituyen una resistencia al análisis, la obstaculiza.
El acto de la palabra se encuentra obturado por la transferencia imaginaria como resistencia.
Esta relación dual (transferencia) de imagen a imagen hace obstáculo a la realidad objetiva.
El analista no debe ubicarse como espejo del paciente (no debe dejarse ubicar en lugar de esa
imagen antigua ya que permitiría solo la repetición).
Cada vez que uno habla al otro de modo auténtico y pleno, hay en el sentido propio,
transferencia simbólica Lacan la concibe como transporte de inscripciones porque el icc está
hecho de fenomenos discretos.
La transferencia es una repetición de una demanda dirigida desde el lugar del Otro; el retorno
de una demanda pasada que no fue reconocida y ahora retorna a travez de las formaciones icc
para ser reconocida.
Así la transferencia simbólica no es un obstáculo para el análisis sino la vía que lo conduce a él:
Cada uno daba un discurso metódico sobre un tema Ceremonia con reglas (no se bebia
demasiado). Concurso interno entre gente de la elite. Irrumpe Alcibíades borracho y le cuenta
a todos los esfuerzos que hizo cuando sócrates.
Con esto quiso que Sócrates perdiera el control se diera a incitaciones corporales a un
acercamiento físico.
El problema del amor interesa en la medida en que permite comprender qué ocurre en la
transferencia y hasta cierto punto, la causa de la misma.
¿Cuál es nuestra realcion con el ser de nuestro paciente? ¿Nuestro acceso a aquel es
O no el amor?
ERASTES EROMENOS
Deseante deseado
Deseante deseado
Dice que Sócrates no sabe nada en apariencia pero hace el idiota para saberlo todo.
“Vi las algamatastan divinos, extraordinarios, dellos de Sócrates que ya no cabía hacer sino
otra cosa: hacer todo lo que Sócrates pudiera ordenar”
La transferencia esta en la frontera entre el deseo y el amor, esto permite comprender que la
complejidad del amor de transferencia en un sujeto no esta limitado a lo que pasa a su nivel,
sino que se encuentra expuesto a lo que pasa en el analista: AL DESEO DEL ANALISTA.
Lacan al tomar a Sócrates como figura ejemplar, invierte el sentido de la transferencia. Hace
depender la transferencia y su salida del deseo de analista. Solo desde este lugar se puede
interrogar la transferencia, porque solo ese deseo dará un sentido verídico o no a la
transferencia del jueto.
DESEO DEL ANALISTA Deseo atribuido al analista por el paciente “ sujeto que supone
Que desea”
En el curso de la cura, la tarea del analista consiste en hacer imposible que el analizante estee
seguro que es lo que el analista quiere de él (che voui); el analista debe asegurarse de que su
deseo siga siendo una incógnita para el analizado.
De este modo, el deseo que se le supone al analista se convierte en la fuerza impulsora del
proceso analítico, puesto que mantiene al analizado trabajando, tratando de descubrir que es
lo que el analista quiere de él. Mediante este deseo anigmático, el analista ocupa la posición
de A (otro) al que el sujeto le pregunta ¿che voui? (qué quiere de mi) con el resultado de que
en la transferencia emerja el fantasma del sujeto.
En 1964 Lacan retoma este concepto (que fue introducido en 1961) al definir la transferencia
como la atribución de saber a un sujeto; “en cuanto el sujeto que se supone que sabe existeen
algún lado, hay transferencia”.
Es la suposicion por el analizado de un sujeto que sabe, lo que inicia el proceso analitico. No
designa al analista mismo, sino a una figura que el puede encarnar en la cura, y cuando esto
sucede puede decirse que se ha establecido la transferencia.
Se supone que sabe aquello de lo cual nadie puede huir: La Significación Se suele pensar
que sabe el sentido secreto de las palabras.
El analista advierte que hay una escisión entre él y el saber que se le atribuye, puesto que no
debe engañarse y creer que realmente lo posee. En el realidad no sabe nada.
El lazo entre transferencia y S.S.S ya se enunciaba cuando Lacan decía que el A (otro) es el
lugar al que se transfiere el saber del sujeto, el A (otro) como garante de las verdades eternas.