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ENFERMEDADES MUSCULOESQUELÉTICAS

Los trastornos musculoesqueléticos comprenden más de 150 trastornos que afectan


el sistema locomotor. Abarcan desde trastornos repentinos y de corta duración,
como fracturas, esguinces y distensiones, a enfermedades crónicas que causan
limitaciones de las capacidades funcionales e incapacidad permanentes

Los trastornos musculoesqueléticos suelen cursar con dolor (a menudo persistente)


y limitación de la movilidad, la destreza y el nivel general de funcionamiento, lo que
reduce la capacidad de las personas para trabajar

Clasificaciones

los trastornos musculoesqueléticos son el problema de salud relacionado con el


trabajo más común y afectan normalmente a espalda, cuello, hombros y
extremidades superiores, aunque también en menor medida a las inferiores.
● Artropatías degenerativas (artrosis)
● Artropatías inflamatorias (artritis, tendinitis, bursitis)
● Artropatías por enfermedad metabólica (gota)
● Enfermedades óseas (osteoporosis)
● Alteración de los tejidos blandos o dolor de origen muscular (dolor miofascial,
fibromialgia)
● Enfermedades del tejido conectivo (lupus, esclerodermia, vasculitis.

La mayoría de los TME relacionados con el trabajo se desarrollan con el tiempo. Por lo general
estos trastornos no tienen una sola causa y, a menudo, son el resultado de combinar varios
factores de riesgo, como factores físicos y biomecánicos, factores organizativos y los
psicosociales, así como factores individuales.
Entre los factores de riesgo físicos y biomecánicos cabe destacar:
● la manipulación de cargas, especialmente al flexionar o girar el cuerpo;
● los movimientos repetitivos o enérgicos;
● las posturas forzadas y estáticas;
● las vibraciones, una mala iluminación o los entornos de trabajo a temperaturas bajas;
● el trabajo a un ritmo rápido;
● una posición sentada o erguida durante mucho tiempo sin cambiar de postura.
Entre los factores de riesgo organizativos y psicosociales cabe destacar:
● las altas exigencias de trabajo y la baja autonomía;
● la falta de descansos o de oportunidades para cambiar de postura en el trabajo;
● el trabajo a gran velocidad, también como consecuencia de la introducción de nuevas
tecnologías;
● las jornadas muy largas o el trabajo por turnos;
● la intimidación, el acoso y la discriminación en el trabajo;
● una baja satisfacción laboral.
En general, todos los factores psicosociales y organizativos (especialmente cuando se combinan
con los riesgos físicos) que pueden producir estrés, fatiga, ansiedad u otras reacciones, lo que,
a su vez, aumenta el riesgo de padecer TME.
Entre los factores de riesgo individuales cabe destacar:
● los antecedentes médicos;
● la capacidad física;
● el estilo de vida y los hábitos (como fumar o la falta de ejercicio físico).

1. A lo largo de la jornada laboral se recomienda cambiar frecuentemente de


posturas, de modo que la misma postura no se mantenga más que durante un corto
espacio de tiempo.

2. Conviene evitar los movimientos de flexión, extensión y torsión excesivos.

3. Se recomienda establecer un ritmo de trabajo adecuado, con periodos de pausa y


descanso, especialmente ante tareas repetitivas.

4. En los trabajos sentado, resulta imprescindible mantener la espalda recta y


alineada, bien apoyada en el respaldo de la silla y evitando tensiones en los
hombros.

5. También en trabajos sentados, evitar inclinaciones hacia adelante, arqueando la


espalda, y hacia atrás, exagerando la curvatura de la espalda.

6. Es conveniente levantarse y andar cada cierto tiempo cuando nuestro puesto de


trabajo nos exige estar mayoritariamente sentados.

7. Al levantar cargas manualmente, se recomienda mantener los pies separados, las


piernas flexionadas y la espalda recta, sujetando la carga firme y suavemente y
alzándola pegada al cuerpo.

8. Realiza ejercicio físico de forma habitual: es el complemento ideal, especialmente


si está supervisado por profesionales, para reducir la incidencia de lesiones
musculoesqueléticas, su frecuencia y gravedad. Programas de ejercicio físico
especialmente beneficiosos para la prevención de TME son: los de entrenamiento en
técnicas de levantamiento de cargas, de mejora de flexión-extensión del tronco, de
tonificación muscular, de estiramiento y relajación muscular, de movilidad articular,
de reeducación postural, de entrenamiento aeróbico o de velocidad y equilibrio, entre
otros.

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