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Nombre del curso Psicología Comunitaria

Programa Psicología

Facultad de Ciencias de la
Facultad
Educación, Sociales y Humanas

Elemento de competencia 1
Realizar diagnósticos con comunidades a la luz de los aspectos
metodológicos de la psicología comunitaria.

Temas

Tema 1: Psicología Comunitaria: Aspectos históricos, conceptuales y


teóricos fundamentales

Tema 2: Procesos psicosociales y diagnóstico de la comunidad

Horas AD: 6

Horas TI: 18

AD: trabajo con acompañamiento docente. TI: trabajo independiente del estudiante.

Criterios de desempeño
• Identifica el mapa de actores de una comunidad.
• Observa las dinámicas sociales y comunitarias de una comunidad.
• Coordina sesiones de trabajo con la comunidad para analizar los
procesos psicosociales.

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• Identifica las potencialidades y los aspectos inhibidores para el
desarrollo y la salud mental en una comunidad.
• Lidera la priorización de los problemas para el desarrollo y la salud
mental en una comunidad.
• Elabora informes con los resultados del diagnóstico social
comunitario de una comunidad.

Tema 1: Psicología comunitaria: aspectos


históricos, conceptuales y teóricos
fundamentales
Para abordar los hechos históricos que marcan el origen y desarrollo de
la Psicología Comunitaria como disciplina, es importante mencionar que
emerge en un contexto sociopolítico y económico bastante complejo a
mediados del siglo XX, época caracterizada por suscitar grandes
movimientos y demandas sociales, lo que sobrellevó a transformaciones
importantes en los conceptos y prácticas de las ciencias sociales.

Por lo tanto, su origen como disciplina es atribuido por la mayoría


de autores pertenecientes a esta área de la psicología, “a partir de la
Conferencia celebrada en 1965 Swampscott (Boston)” (Musitu et al, 2015,
p.5), donde se estableció formalmente con el nombre de psicología
comunitaria, y le reconocieron a esta área la particularidad de ser un
modelo de intervención diferente al modelo médico tradicional, generando
como resultado cambios significativos en la forma de concebir y abordar
los temas relacionados con la salud mental por parte de los profesionales
comunitarios, así como lo evidencia Maritza Montero en el año 2004,
cuando expone:

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En la psicología tales ideas producen un vuelco hacia una
concepción de la disciplina centrada en los grupos sociales, en la
sociedad y en los individuos que la integran -entendiendo al sujeto
humano como un ser activo, dinámico, constructor de su realidad
(p. 19).

Esta premisa revolucionaria de cambio en la percepción del sujeto


humano, ya no como un ser pasivo sino como un agente dinámico,
promotor de cambio social e interventor de su propia realidad, produjo
que, en otras latitudes geográficas, marcadas por circunstancias
sociopolíticas similares, y quizás hasta más deshumanizantes en sus
poblaciones, se diera una apertura también a su práctica, propiciando
resultados positivos frente a las acciones efectuadas por otras ciencias.

Es así como la psicología comunitaria en su desarrollo como


disciplina a nivel continental, comienza a marcar hitos importantes en su
praxis, en la generación de teorías y de estructura paradigmática,
respetando, analizando e interviniendo en sus propias realidades
contextuales desde los aspectos culturales, económicos, educativos,
científicos y sociopolíticos del momento, como se evidencia esas
diferencias en su desarrollo en el siguiente cuadro entre América Latina y
Norteamérica.

Figura 3
Fases de desarrollo de la psicología comunitaria

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Nota. Elaboración propia a partir de Relaciones entre Psicología Social Comunitaria,
Psicología Crítica y Psicología de la Liberación: una respuesta Latinoamericana (p. 25),
de Montero, 2004.

Descripción de la imagen. América Latina: Promueve una nueva práctica


psicosocial hacia la transformación social: a partir la concepción de nuevos
roles para el psicólogo y actores sociales, que conlleven a la solución de
problemas sociales-urgentes y al cambio social desde el interior de las
comunidades. Se concibe como una nueva subdisciplina: se delimita su
campo de acción y de estudio, así mismo como sus valores o principios
orientadores. También se genera nuevas formas de intervención –métodos
participativos−. (Nueva redefinición de la psicología social). Generación de
teoría y de reflexión sobre su estructura: se analiza sobre su forma y
naturaleza de la realidad, naturaleza del sujeto cognoscente (ontología) el cual
es percibido como un sistema complejo, de construcción proactiva que provocan
reorganizaciones sistémicas (cuestiones epistemológicas, éticas y políticas).

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Ampliación del campo asociado con la salud y otras áreas que generan
subáreas: posibilita un abordaje más interdisciplinario y con fortalecimiento e
integración del conocimiento generado.

EE. UU.: Promueve la legitimidad social y el cambio de las instituciones:


insatisfacción hacia la forma de intervenir los problemas de salud mental desde
la psicología clínica tradicional y la limitación del paradigma psicológico para
atender las problemáticas generadas por la injusticia social. Estructuración de
un nuevo campo disciplinario: a partir de su definición, delimitación y fijación
de valores que posibilitan una nueva práctica desde la vinculación y
responsabilidad social del psicólogo con relación a la salud mental y los
problemas psicosociales. Generación de conceptos teóricos y
metodológicos: se desarrollan dos líneas, por un lado, desde un modelo
ecológico cultural –psicosocial- y otra desde lo preventivo clínico −salud
comunitaria. Ampliación del campo asociada a su estructura
paradigmática: desde una postura Freiriana y de la psicología de la liberación.

Como conclusión, se podría resaltar que los eventos históricos y de


transformación que se dieron al interior del área de las ciencias sociales
permitieron que la psicología comunitaria se posicionara como una
disciplina científica nueva, en vías de desarrollo epistemológico que se
nutre y se consolida a partir de su propia praxis y de otras disciplinas
afines, así como lo señala Flores:

si bien conserva las categorías propias de la psicología, es


profundamente transdisciplinario, distanciándose del individualismo
psicologista y apostando por el análisis de las dimensiones sociales,
económicas, políticas y culturales que atraviesan la realidad de las
comunidades y los pueblos latinoamericanos (2014, p. 7).

La psicología comunitaria, tomando como premisa lo anteriormente


expuesto, nos va aproximando a su propio marco de construcción de su

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definición como ciencia, resaltando como pieza clave el concepto de
comunidad, al cual se le distingue como un espacio dinámico, de
reciprocidad constante entre el individuo, los otros y el contexto, es decir,
un escenario idóneo para la autorreflexión y toma de decisiones para la
resolución de sus propios problemas sociales, siendo esta característica
la base para definir la psicología comunitaria como aquella rama de la
psicología que se ocupa de “la comunidad y que es realizada con la
comunidad” (Montero, 2004, p. 31).

Se puede señalar que el significado que se le delega al concepto de


comunidad en la actualidad ha sido apropiado a partir de las
particularidades de los integrantes que la conforman, de sus ideales,
vínculos sociales, de su cultura e historia, así mismo como su espacio
geográfico; en otras palabras, del establecimiento de su sentido de
identidad, de soporte o de servicio comunitario, es decir, “este actúa como
elemento cohesionador y potenciador de la acción en común” (Musitu et
al., 2015, p. 21).

Dentro de la historia y el concepto de psicología comunitaria


también se han desarrollado diferentes propuestas teóricas, es decir,
perspectivas que enfatizan y desarrollan diversos aspectos o
características de la psicología comunitaria, donde según Musitu et al.
(2009) señalan que

Existe, no obstante, cierto consenso con respecto a los principales


marcos teóricos de la psicología comunitaria. Estos marcos reflejan
dos espíritus y quehaceres de la psicología comunitaria ligados a
dos contextos: el norteamericano y europeo, por una parte, y el
latinoamericano por otra (p. 30).

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Cada uno de estos contextos y pensamientos han marcado el
camino de la psicología comunitaria desde una perspectiva
fenomenológica, a través de dos líneas importantes, la etnometodología
y el construccionismo social, hasta llegar al pensamiento marxista,
elementos teóricos que ha generado una transformación constante para
la disciplina a nivel metodológico y teórico, para sus procesos de
acercamiento e intervención comunitaria donde, en palabras de Flores
(2014), “esta propuesta teórica enfatiza que el modelo teórico no es un a
priori al trabajo comunitario, sino que se desarrolla en el curso de la
acción comunitaria” (p. 25).
De ahí la importancia del conocer con claridad el marco teórico de
la psicología comunitaria, con sus enfoques y tendencias, porque son
parte de la fundamentación de los programas o proyectos de intervención
que se construyen y consolidan a través del acercamiento con la
comunidad.
La siguiente figura señala los modelos teóricos más representativos
de la psicología comunitaria.

Figura 4
Principales modelos teóricos de la psicología comunitaria.

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Nota. Elaboración propia a partir de Relaciones entre Psicología Social Comunitaria,
Psicología Crítica y Psicología de la Liberación: una respuesta Latinoamericana (pp. 54-
63), de Montero, 2004.

Descripción de la imagen: El esquema presenta la estructura conceptual que


enmarca los tres modelos teóricos principales: el enfoque ecológico cultural, la
psicología de la liberación y el enfoque crítico, evidenciando en cada uno de ellos
su influencia teórica y características propias, cuya profundidad teórica se puede
explorar y analizar al final de este apartado, en el ítem denominado de
profundización.

Con este tema terminamos los antecedentes históricos, conceptuales y


teóricos de la psicología comunitaria, que permiten entender y aplicar el
saber de esta rama de la psicología desde diferentes perspectivas; de esta
manera iniciamos, entonces, con la intervención, donde a través del tema
de procesos psicosociales comunitarios que estudiaremos en el elemento
de competencia 2, entraremos a entender las dinámicas de una
comunidad, aquellos procesos y/o situaciones que deberemos tener en
cuenta antes y durante la realización de un diagnóstico comunitario.

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Recursos de profundización
En el siguiente recurso encontrará la información que reúnen los
“Aspectos básicos y modelos teóricos fundamentales de la psicología
comunitaria”, y que posibilitan la comprensión temática de esta primera
unidad con un poco más de profundidad; de este modo se les invita a leer
todo el documento a través de la base de datos Redalyc.

• Montero, M. (1984). La psicología comunitaria: orígenes, principios


y fundamentos teóricos. Revista Latinoamericana de Psicología,
16(3), 387-400. www.redalyc.org

Tema 2: Procesos psicosociales comunitarios y


diagnóstico de la comunidad

Figura 5

Procesos psicosociales comunitarios

Nota. Elaboración propia a partir de Relaciones entre Psicología Social Comunitaria,


Psicología Crítica y Psicología de la Liberación: una respuesta Latinoamericana (pp. 123-
135), de Montero, 2004.

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Descripción de la imagen: se evidencia los elementos que constituyen los
procesos psicosociales comunitarios, donde la habituación y naturalización
caracterizan a las dinámicas comunitarias; y los de familiarización,
problematización, concientización y desideologización caracterizan un
diagnóstico comunitario.

Naturalmente, los procesos psicosociales comunitarios son considerados


elementos vitales para la comprensión de la dinámica que se moviliza al
interior y exterior de los grupos o comunidades, puesto que estos, según
Montero (2004)

Son procesos que influyen en las relaciones sociales de las personas


y a su vez están influidos por las circunstancias sociales y que
suponen subprocesos de carácter cognoscitivo, emotivo,
motivacional que tienen consecuencias conductuales (p. 123).

Consecuentemente, estos procesos psicosociales son parte


fundamental para el proceso de diagnóstico comunitario, donde es
importante resaltar que, según Mori (2008),

Frecuentemente se suele utilizar de manera indiferenciada y como


sinónimos, términos como diagnóstico comunitario y diagnóstico de
la comunidad; sin embargo el primero permite identificar y
caracterizar un síndrome o condición de salud comunitarios,
mientras que en el segundo, esta identificación y caracterización se
hace desde el punto de vista estructural, es decir se involucra en el
estudio todos los elementos que estarían conformando una
comunidad, ya que en ésta influyen procesos sociales y
psicológicos, tanto en su organización como en las acciones de los
miembros de ella (p. 83).

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De ese modo, es necesario considerar que dentro del proceso de
diagnóstico de la comunidad existe una serie de pasos o fases a seguir,
resaltando dentro de dos momentos esenciales una etapa de preparación
denominada evaluación preliminar, donde se realiza un rastreo
informativo sobre la comunidad antes de tener algún tipo de acercamiento
con ella, y el otro, que corresponde a la fase de diagnóstico
participativo.

Dentro del proceso de diagnóstico de la comunidad, se resalta el


valor participativo y activo de la comunidad, porque no se trata observar,
analizar y describir lo que suponemos le sucede a la comunidad, sino de
contar con la voz de esta para caracterizar y analizar el problema. En este
orden de ideas, la familiarización con la comunidad es el primer paso hacia
su conocimiento, el cual implica la identificación de sus necesidades y
problemas, así como los recursos y potencialidades con los que cuenta.

La familiarización con la comunidad implica que el profesional,


investigador o agente externo se acerque a esta sin prejuicios positivos o
negativos, de tal manera que pueda captar y comprender su cultura, sus
procesos psicosociales, es decir, los patrones de comportamiento y
situaciones que hacen parte de su funcionamiento.

Es importante tener en cuenta que este tema de estudio se ampliará


a partir de las lecturas que se disponen en el apartado de recursos de
profundización.

Recursos de profundización
A partir de los siguientes documentos de información, podrán fortalecer
sus conocimientos teóricos y conceptuales con relación a los procesos
psicosociales comunitarios, datos que les facilitarán el reconocimiento de

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la dinámica y el diagnóstico comunitario. Con base en lo anterior, es
importante explorar los siguientes recursos de lectura

• Montero, M. (2004). Introducción a la psicología comunitaria:


Desarrollo, conceptos y procesos. Buenos Aires, Argentina: Paidós.
Ubicar en este libro, el capítulo 9: Procesos psicosociales
comunitarios. A partir de la página 123.

Este recurso puede encontrarse a través del buscador de su preferencia. Se


invita a realizar la búsqueda teniendo en cuenta el nombre del libro, el año y
la autora.

• Rinaudo, G.; Buffa, S.; Aybar, A.; Carreras, R. y Díaz, I. (2017). La


Aproximación Diagnóstica: Una Herramienta para el Acercamiento
a las Comunidades y Producción de Conocimientos. Anuario de
Investigaciones de la Facultad de Psicología II Congreso
Internacional de Psicología-V Congreso Nacional de Psicología
“Ciencia y Profesión”, 3(2), 265-271. www.revistas.unc.edu.ar

Referencias
Flores, J.M. (2014). Repensar la psicología y lo comunitario en América
Latina. Tijuana, Baja California. Universidad de Tijuana CUT.
Montero, M. (2004). Introducción a la psicología comunitaria:
Desarrollo, conceptos y procesos. Paidós.
Mori, M.P. (2008). Una propuesta metodológica para la intervención
comunitaria. Liberabit, 14(14), 81-90. www.scielo.org.pe
Musitu, G.; Herrero, J. y Cantera, L. M. (2015). Introducción a la
psicología comunitaria. Editorial UOC. www.elibro.net

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Bibliografía complementaria
Arango Cálad, C. (2006). Historia de la psicología comunitaria en
Colombia. www.academia.edu
Barrero Cuellar, E. (2013). Utopías y paradojas de la psicología política
en Latinoamérica. [video]. www.youtu.be
CADCA (Coaliciones Comunitarias Anti-Drogas de América) (2008). Un
diagnóstico comunitario: analizar la comunidad, identificar
problemas y establecer metas. Instituto Nacional de Coaliciones
Comunitarias. www.cadca.org
Dobles Oropeza, I. (2009). Ignacio Martín Baró y psicología de la
liberación: un desafío vigente. www.catedralibremartinbaro.org
Ek Dzib, J.V. (s.f.). La psicología comunitaria en los procesos de
intervención del proyecto estratégico para la seguridad
alimentaria. www.yumpu.com
Krause Jacob, M. (2001). Hacia una redefinición del concepto de
comunidad. Cuatro ejes para un análisis crítico y una propuesta.
Revista de psicología Universidad de Chile, 10(2), 49-60.
www.revistapsicologia.uchile.cl
Molero, F. y Fernández, I. (Coords.). (2011) Psicología de la
Intervención comunitaria. Desclée de Brouwer.
Montero, M. (2006). Hacer para transformar: el método en la psicología
comunitaria. Paidós.
Montero, M. (2004). Relaciones entre Psicología Social Comunitaria,
Psicología Crítica y Psicología de la Liberación: una respuesta
Latinoamericana. Psykhe, 13(2), 17-28. www.redalyc.org
Montero, M. (1984). La psicología comunitaria: orígenes, principios y
fundamentos teóricos. Revista Latinoamericana de Psicología,
16(3), 387-400. www.redalyc.org

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Mori Sánchez, M. P. (2008). Una propuesta metodológica para la
intervención comunitaria. Revista Liberabit, 14(14).
www.scielo.org.pe
Musitu, G.; Buelga, S.; Vera, A.; Ávila, M.E. y Arango, C. (2009).
Psicología social comunitaria. Editorial Trillas.
Parra, M.A. (2008). La psicología comunitaria en América Latina. Revista
Electrónica de Psicología Social "Poiésis", 15.
Rodríguez, A.; Giménez, L.; Netto, C.; Bagnato, M. y Marotta, C.
(2012). De ofertas y demandas: una propuesta de intervención en
psicología comunitaria. Revista de Psicología (Santiago), 10(2).
www.doi.org
Ulivarri, P. (2010) La psicología comunitaria como posibilidad de
transitar. Reflexiones desde la cotidianidad. Revista electrónica de
psicología política, 8(22). www.psicopol.unsl.edu.ar

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