Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ANORMALIDAD
I. NOCIÓN PRELIMINAR
Las decisiones sobre lo que es anormal son especialmente difíciles entre pacientes
relativamente no seleccionados, habitualmente ambulatorios. Cuando los pacientes
ya han sido seleccionados para recibir una atenció n especial tal y como ocurre en
la mayor parte de centros hospitalarios, habitualmente se pone de manifiesto “que
algo va mal”. En este caso, la tarea del médico es afinar el diagnó stico y tratar el
problema. No obstante, en contextos de atenció n primaria, los pacientes con
manifestaciones sutiles de las enfermedades se entremezclan con las molestias
cotidianas de los individuos sanos y no es posible investigar todos estos síntomas
de una manera agresiva.
- ¿Cuá les de los numerosos pacientes con un dolor abdominal presentan una
gastroenteritis autolimitada y cuá les experimentan una apendicitis precoz?
- ¿Cuá les de los pacientes con dolor faríngeo y ronquera experimentan una
faringitis por flora mixta y cuá les una epiglotitis por Haemophilus, proceso
raro pero potencialmente mortal?
Estos son ejemplos de lo difícil e importante que puede ser la distinció n entre los
diversos tipos de anormalidad.
Otra razó n para simplificar los datos es que cada aspecto del trabajo de un clínico
termina en una decisió n:
a. DETERMINACIONES CLÍNICAS
Las determinaciones de los fenó menos clínicos producen tres tipos de datos:
nominales, ordinales y de intervalo.
Validez
La validez es el grado en que los datos miden lo que pretendían medir, es decir, los
resultados de una medició n corresponden al estado real del fenó meno que se está
midiendo. Otro término para la validez es la exactitud.
Para las observaciones clínicas que pueden medirse por medios físicos, resulta
relativamente fá cil establecer la validez. La determinació n observada se compara
con algú n patró n aceptado, por ejemplo, el sodio sérico puede medirse con un
instrumento calibrado recientemente frente a soluciones hechas con
concentraciones conocidas de sodio.
Sensibilidad
Interpretabilidad
IV. VARIACIÓN
Las determinaciones clínicas del mismo fenó meno pueden adoptar una serie de
valores dependiendo de las circunstancias en las que se han hecho. Para evitar
conclusiones erró neas a partir de los datos, es preciso que los clínicos conozcan las
razones de la variació n en una situació n determinada y conozcan los factores que
es probable que desempeñ en un papel importante, un papel menor o ningú n papel
en lo que se ha observado.
o Medición de la variación
Este estudio ilustra los errores tanto aleatorios como sistemá ticos de las
observaciones clínicas. En este caso, el sesgo hacia las frecuencias normales podría
haberse originado porque el personal hospitalario esperaba que el feto se
encontrara bien y era reacio a llevar a cabo una intervenció n mayor basada en su
observació n de una frecuencia cardiaca anormalmente elevada o baja.
hígado. Dado que se examina una parte muy pequeñ a del total, existe un margen
considerable para la variació n de una muestra a otra.
Si las mediciones se llevan a cabo con diferentes métodos (p. ej., laboratorios,
técnicos o instrumentos diferentes), algunas de ellas podrían ser poco fiables y/o
manifestar diferencias sistemá ticas a partir del valor correcto, contribuyendo a la
dispersió n de los valores obtenidos.
Variación biológica
La variació n también surge debido a los cambios bioló gicos dentro de los
individuos con el tiempo. La mayor parte de fenó menos bioló gicos se modifican de
un momento a otro. Una medició n en un punto del tiempo constituye una muestra
de mediciones durante un periodo de tiempo y podría no representar el valor
habitual de estas.
Variación total
Efectos de la variación
Distribuciones reales
Así una prueba de nitró geno ureico sanguíneo BUN, cambia con la edad. Un BUN de
25 mg/100 mi sería inusitadamente elevado para un individuo joven, pero no sería
un valor especialmente destacado para una persona de edad avanzada.
Distribución normal
V. CRITERIOS DE ANORMALIDAD
Sería conveniente que las distribuciones de frecuencia de los pará metros clínicos
individuales, normales y anormales, fueran tan diferentes que estas distribuciones
pudieran utilizarse para distinguir dos o má s poblaciones diferentes.
Por consiguiente, en los pacientes que son seleccionados por presentar resultados
de una prueba de laboratorio inusitadamente elevados o bajos, como promedio, se
puede prever que estén má s cerca del centro de la distribució n, si se repite la
prueba. Asimismo, es probable que los valores subsiguientes constituyan
estimaciones má s precisas del valor real que podría obtenerse si, en un paciente
concreto, se repitieran las pruebas en muchas ocasiones. Por consiguiente, no es
iló gica la prá ctica de repetir las pruebas de laboratorio identificadas como
anormales y de considerar quo la segunda, que a menudo se encuentra dentro de
los límites normales, es la correcta. Tiene una base teó rica só lida y también una
base empírica.